UNIVERSIDAD CENTROOCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO” DECANATO DE...
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UNIVERSIDAD CENTROOCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO”
DECANATO DE MEDICINA.
ESTUDIO DE LOS DERMATOGLIFOS EN NIÑOS CON CONVULSION FEBRIL.UNA AYUDA DIAGNOSTICA.EMERGENCIA PEDIATRICA.
HOSPITAL ANTONIO MARIA PINEDA. MAYO 2000- ABRIL 2001.
DENNY M. VARGAS S.
Barquisimeto, 2002.
UNIVERSIDAD CENTROOCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO”
DEPARTAMENTO DE PEDIATRIA DR. AGUSTIN ZUBILLAGA
HOSPITAL ANTONIO MARIA PINEDA.
ESTUDIO DE LOS DERMATOGLIFOS EN NIÑOS CON CONVULSION FEBRIL.UNA AYUDA DIAGNOSTICA.EMERGENCIA PEDIATRICA.
HOSPITAL ANTONIO MARIA PINEDA. MAYO 2000- ABRIL 2001.
TRABAJO PRESENTADO PARA OPTAR AL GRADO DE ESPECIALISTA EN PUERICULTURA Y PEDIATRIA.
POR: DENNY M. VARGAS S.
Barquisimeto, 2002.
ESTUDIO DE LOS DERMATOGLIFOS EN NIÑOS CON CONVULSION FEBRIL.UNA AYUDA DIAGNOSTICA.EMERGENCIA PEDIATRICA.
HOSPITAL ANTONIO MARIA PINEDA. MAYO 2000- ABRIL 2001.
POR: DENNY M. VARGAS S.
TRABAJO DE GRADO APROBADO _________________________ ________________________ JOSÉ QUERO GABRIEL GÓMEZ TUTOR
__________________________ EUSTOQUIO GONZÁLEZ
Barquisimeto, 2002.
iii
DEDICATORIA
A MIS PADRES, CUYO AMOR Y APOYO CONSTANTE HAN SIDO LOS
PILARES FUNDAMENTALES PARA EDIFICAR EL FUTURO BRILLANTE
QUE COMO LEGADO DESEAN DEJARME.
iv
AGRADECIMIENTOS
A DIOS TODOPODEROSO QUE ME DA TODOS LOS DIAS EL SOPLO DE VIDA PARA SEGUIR ADELANTE EN LOS CAMINOS DEL MUNDO QUE
HE DE RECORRER.
A MIS PADRES: PEDRO Y ALIDA, SIMIENTE DE MI SER Y MI ESENCIA.
A LOS NIÑOS QUE CON INOCENCIA Y DULZURA ME TENDIERON SUS MANITAS PARA TRATAR DE PREDECIR SALUD.
A LA SRA. TERESA POR SER AMIGA SIN CONDICION.
AL LIC. JOSÉ QUERO Y DRA. PATRICIA ZEMAN,
GUIAS INDELEBLES EN LA INVESTIGACION.
v
INDICE
Página
DEDICATORIA.................................................................................. iv
AGRADECIMIENTOS....................................................................... v
INDICE DE CUADROS..................................................................... viii
INDICE DE ILUSTRACIONES......................................................... x
RESUMEN.......................................................................................... xi
INTRODUCCIÓN.............................................................................. 1
CAPÍTULO I: EL PROBLEMA.
A. Planteamiento del problema............................................................ 3
B. Objetivos......................................................................................... 4
CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO.
A. Antecedentes................................................................................... 6
B. Bases teóricas.................................................................................. 7
CAPÍTULO III: MARCO METODOLÓGICO.
A. Tipo y diseño de la investigación.................................................... 15
B. Población y muestra........................................................................ 15
C. Técnicas e instrumento de recolección de datos............................. 15
D. Técnica de procesamiento y análisis de los datos........................... 16
CAPÍTULO IV: RESULTADOS........................................................ 19
CAPÍTULO V: DISCUSIÓN.............................................................. 40
CAPÍTULO VI: CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES....... 42
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS................................................ 44
ANEXOS
Anexo A: Curriculum Vitae................................................................. 48
Anexo B: Clasificación internacional de las epilepsias y síndromes
epilépticos. 1989..................................................................................
49
Anexo C: Instrumento de recolección de datos................................... 53
vi
Página
Anexo D: Fig.1 Tipos de patrones en los dedos.................................. 54
Anexo E: Fig.2 Forma de determinar el contaje de crestas................. 55
Anexo F: Fig.3 Areas que se estudian en la palma.............................. 56
Anexo G: Fig.4 Palma con tres patrones............................................. 57
Anexo H: Fig.5 Forma de calcular el ángulo atd y el contaje a-b....... 58
Anexo I: Fig.6 Zonas en las cuales se divide la mano para asignar
las posiciones de salida de las líneas principales.................................
59
vii
INDICE DE CUADROS
Cuadros Página
1. Distribución porcentual de niños con convulsión febril, según
grupos de edad y sexo...................................................................
19
2. Distribución porcentual de niños sanos (grupo control), según
grupos de edad y sexo...................................................................
20
3. Distribución porcentual de patrones en cada dedo por mano en el
sexo femenino...........................................................................
21
4. Distribución porcentual de patrones en cada dedo por mano en el
sexo masculino.........................................................................
22
5. Distribución porcentual de cada patrón a través de los cinco dedos de
la mano en las hembras con convulsión febril...............
23
6. Distribución porcentual de cada patrón a través de los cinco dedos
de la mano en las hembras del grupo control.....................
24
7. Distribución porcentual de cada patrón a través de los cinco dedos
de la mano en los varones con convulsión febril................
25
8. Distribución porcentual de cada patrón a través de los cinco dedos
de la mano en los varones del grupo control......................
26
9. Valor porcentual de pares de dedos homólogos derecho e izquierdo
con un patrón de idéntico, en el sexo femenino...................................
27
10. Valor porcentual de pares de dedos homólogos derecho e izquierdo
con un patrón idéntico, en el sexo masculino......................................
27
11. Valor porcentual de bilateralidad para cada par de dedos, en el sexo
femenino..............................................................................................
28
12. Valor porcentual de bilateralidad para cada par de dedos, en el sexo
masculino.............................................................................................
28
13. Distribución porcentual de la posición de salida de la línea A, en el
sexo femenino......................................................................................
29
viii
14. Distribución porcentual de la posición de salida de la línea A, en el
sexo masculino.....................................................................................
29
15. Distribución porcentual de la posición de salida de la línea D, en el
sexo femenino......................................................................................
30
16. Distribución porcentual de la posición de salida de la línea D, en el
sexo masculino.....................................................................................
30
17. Frecuencia relativa de la posición del trirradio axial, en el sexo
femenino..............................................................................................
31
18. Frecuencia relativa de la posición del trirradio axial, en el sexo
masculino.............................................................................................
32
19. Frecuencia relativa de tipos de patrones palmares, en el sexo
femenino..............................................................................................
33
20. Frecuencia relativa de tipos de patrones palmares, en el sexo
masculino.............................................................................................
35
21. Distribución porcentual de pliegues palmares en el sexo
femenino..............................................................................................
37
22. Distribución porcentual de pliegues palmares en el sexo
masculino.............................................................................................
37
23. Contaje a-b en promedios en el sexo femenino................................... 38
24. Contaje a-b en promedios en el sexo masculino.................................. 38
25. Contaje total de crestas (C.T.C) en promedios en el sexo
Femenino.............................................................................................
39
26. Contaje total de crestas (C.T.C) en promedios en el sexo
Masculino.............................................................................................
39
ix
INDICE DE ILUSTRACIONES
Figuras Página 1. Tipos de patrones en los dedos............................................................. 54
2. Forma de determinar el contaje de crestas............................................ 55
3. Areas que se estudian en la palma........................................................ 56
4. Palma con tres patrones........................................................................ 57
5. Forma de calcular el ángulo atd y el contaje a-b.................................. 58
6. Zonas en las cuales se divide la mano para asignar las posiciones de
Salida de las líneas principales.............................................................
59
x
ESTUDIO DE LOS DERMATOGLIFOS EN NIÑOS CON CONVULSION FEBRIL.UNA AYUDA DIAGNOSTICA.EMERGENCIA PEDIATRICA.
HOSPITAL ANTONIO MARIA PINEDA. MAYO 2000- ABRIL 2001.
AUTOR: DENNY M. VARGAS S. TUTOR: JOSÉ QUERO.
RESUMEN
Se estudiaron los dermatoglifos en niños con convulsión febril de la
emergencia pediátrica del Hospital Antonio María Pineda, comparados con un grupo sano control, con el objetivo de describir las diferencias para obtener un valor predictivo en la aparición de las convulsiones febriles. Se realizó un estudio analítico, de corte transversal, con una muestra no probabilística a conveniencia. El grupo estudio incluyó 30 varones y 23 hembras, con primera convulsión febril, y el grupo control 27 varones y 26 hembras sanos. Ambos grupos sin antecedentes familiares de convulsión febril. Utilizando el método de entintado e impresión, se estudiaron los patrones digitales y palmares, contaje a-b y contaje total de crestas. Al comparar los resultados solo se observaron diferencias significativas en: 1.- La bilateralidad para el par de V dedos, siendo menor en las hembras convulsivantes que en las sanas. 2.- La posición 9 de salida de la línea D es más frecuente en las hembras convulsivantes que en las sanas. 3.- La posición del trirradio axial t, entre los varones convulsivantes y el grupo sano 4.- El contaje a-b de las hembras siendo mayor en las convulsivantes que en las sanas. De los pliegues palmares solo se observaron el normal, que predominó y el normal despegado. En las hembras predominan los torbellinos en el II dedo izquierdo y derecho y en el I dedo izquierdo y derecho en los varones, difiriendo del grupo control así como de otros estudios en poblaciones sanas. Se concluye que existen diferencias entre los dermatoglifos de niños con convulsión febril y niños sanos. Se recomienda fomentar su estudio con muestras más grandes, para evaluar el verdadero valor predictivo de presentar convulsiones febriles en el futuro.
xi
INTRODUCCION
En la población pediátrica las patologías que se presentan con criterios
clínicos, de laboratorio y gabinete para llegar al diagnóstico son múltiples, sin
embargo en otras entidades nosológicas el pediatra busca indagar y reunir más
evidencias que le permitan un soporte más sólido en cuanto a la enfermedad.
Con relación a la idea expresada, una afección infantil que alarma a los
padres del paciente está representada por las convulsiones de primera aparición,
destacando las convulsiones febriles, que abruptamente marcan un punto de
partida en un camino que se dicotomiza en el futuro de salud de su hijo. Siendo el
inicio de una serie de exámenes y pruebas funcionales para tratar de orientar la
causa de la misma, con la incertidumbre de su recidiva y el desconocimiento de
que sea un trastorno aparentemente simple sin mayores consecuencias, pero que
podría tener en su origen una influencia genética. El estudio de las convulsiones
se basa en factores tales como: edad del paciente, las características y frecuencia
de las mismas, la presencia o ausencia de signos neurológicos y de síntomas
generales, así como también determinaciones bioquímicas y estudios de
imágenes.
Los dermatoglifos, dibujos morfológicos formados por las crestas dermales,
tienen mucha relación con los cromosomas, comprobándose huellas dactilares
típicas en diferentes patologías entre ellas: Trisomía 13, 18 y 21, Síndromes
de delección 18 y G, Síndrome de Turner, Síndrome de Klinefelter, Síndrome Cri
du Chat, Síndrome de Noonan y otras entidades tales como: Cardiopatía
congénita, Rubéola congénita, Leucemia, Esquizofrenia, Anemia falciforme,
Diabetes, Esclerodermia, etc.(3,9,13,14,28,30).
Si en la historia familiar de los pacientes, existe el antecedente
de convulsiones febriles en padres y hermanos, sugiere una predisposición
hereditaria, por lo cual el estudio de los dermatoglifos, los cuales están
genéticamente controlados, puede contribuir a aumentar criterios diagnósticos en
esta entidad.
1
El objeto de esta investigación es tratar de determinar el posible valor de los
dermatoglifos como ayuda predictiva de la convulsión febril.
2
CAPITULO I
EL PROBLEMA
A. Planteamiento del problema.
Las convulsiones febriles son motivo de frecuente consulta en la edad
pediatrica: uno de cada catorce niños antes de los cinco años presenta una
crisis convulsiva febril, ésta ocupa el 30% de todas las convulsiones en la
niñez (22,29), presentándose en un 2 a 4% de la población (2,22).
En el estado Lara constituye un problema de salud pública por su elevada
morbilidad. Según datos estadísticos de la Unidad de Pediatría Social del
Hospital Antonio María Pineda en el año 1998, las convulsiones febriles
ocuparon la 8va causa de consulta en el servicio de Emergencia pediátrica del
Hospital Antonio María Pineda, de 3.023 pacientes hospitalizados 299 (9,8%)
correspondieron a convulsiones febriles.
En la literatura se reportan observaciones de convulsión febril en el 3,5%
de niños de raza blanca y 4,2% en niños de raza negra (32).
El Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos (American National
Collaborative Perinatal Project) publicó cifras de uno de los más completos
estudios de convulsión febril, en el cual se aprecia la prevalencia del
problema, donde algo más del 3% de los 54.000 niños seguidos desde su
nacimiento presentaron crisis convulsivas febriles y de acuerdo al sexo los
varones se afectaron más que las hembras en relación 3:2 (32).
La edad de presentación oscila de 3 meses a 6 años con mayor frecuencia
entre 9 y 24 meses (2, 32).
Existe una predisposición genética a las convulsiones febriles; un
patrón de herencia autosómico dominante con penetrancia incompleta según
Frautzen y Cols, y Lennox Bucthal, se ha sugerido como la forma más común
de herencia, aunque también pueden encontrarse factores monogénicos en
familiares cercanos según Schoiottz - Christensen. El porcentaje de
pacientes con convulsiones febriles cuya historia familiar muestra la ocurrencia
de las mismas es de un 10% (32). 3
A pesar que el 80% del diagnóstico de las convulsiones febriles se basa en
anamnesis y examen físico, estudios de laboratorio y radiodiagnóstico también
son empleados, y considerando que en Medicina se utilizan los dermatoglifos
como estudios complementarios en el diagnóstico de algunos síndromes
cromosómicos y otras afecciones tales como: hipospadias, cáncer de mama,
leucemia, ulcera duodenal, etc., se plantea el valor del dermatoglifo en la
orientación diagnóstica de la convulsión febril y el posible origen multifactorial
de ésta (11).
Para identificar si hay relación de los dermatoglifos con las convulsiones
febriles, se hizo la descripción de los mismos en estos niños, los cuales se
seleccionaran de padres y abuelos venezolanos, para tener un resultado
inherente a la población venezolana a partir de niños de la ciudad de
Barquisimeto.
B. Objetivos.
1. Objetivo general:
Correlacionar los dermatoglifos de dedos y palmas de niños con primera
convulsión desencadenada por fiebre y los de un grupo Control.
2. Objetivos específicos:
a. Determinar cuales son los patrones dermatoglíficos más frecuentes en
cada dedo por mano y sexo en niños con convulsión febril y el grupo
control.
b. Determinar los patrones dermatoglíficos más frecuentes a través de los
cinco dedos de la mano en los niños con convulsión febril y el grupo
control, según genero y bilateralidad.
c. Determinar la frecuencia de pares de dedos homólogos derecho e
izquierdo con un patrón idéntico, en niños con convulsión febril y el
grupo control, según genero y bilateralidad.
d. Determinar la frecuencia de bilateralidad de los patrones dermatoglíficos
para cada par de dedos, en niños con convulsión febril y el grupo control,
según género.
4
e. Determinar la frecuencia de la posición de salida de la línea A, en niños
con convulsión febril y el grupo control, según género y bilateralidad.
f. Determinar la frecuencia de la posición de salida de la línea D, en niños
con convulsión febril y el grupo control, según género y bilateralidad.
g. Determinar la frecuencia de la posición del trirradio axial, en niños con
convulsión febril y el grupo control, según género y bilateralidad.
h. Determinar la frecuencia de tipos de patrones palmares, en niños con
convulsión febril y el grupo control, según género y bilateralidad.
i. Determinar el tipo de pliegues palmares presentes y su frecuencia en
niños con convulsión febril y el grupo control, según género y
bilateralidad.
j. Determinar el Contaje a-b en niños con convulsión febril y el grupo
control, según género y bilateralidad.
k. Determinar el Contaje total de crestas (C.T.C) en niños con convulsión
febril y el grupo control, según género y bilateralidad.
l. Determinar las variables dermatoglíficas según antecedentes familiares
en niños con convulsión febril.
m. Comparar los patrones digitales y palmares de los niños con convulsión
febril y el grupo control.
5
CAPITULO II
MARCO TEORICO
A. Antecedentes.
Dermatoglifos: una ayuda diagnóstica en las convulsiones febriles.
Publicado en la revista Cubana de Pediatría, 60(5):655-61, en 1988. Se
estudian los dermatoglifos en las palmas y los dedos por el método de papel y
tinta a 64 pacientes diagnosticados como convulsivantes febriles simples, se
comparan los resultados con los patrones de la población sana y se encuentran
diferencias significativas. Se plantea el valor del dermatoglifo en el diagnóstico
de la convulsión febril simple y la hipótesis del posible origen poligénico de
ésta (29).
Dermatoglifos palmares en niños con convulsiones febriles. Publicado en
la revista Mexicana de Pediatría, 63(4):174-7,en 1996. Se estudiaron los
dermatoglifos palmares de 30 niños con convulsiones febriles y sus controles,
pareadas para edad, sexo y origen étnico. El grupo problema incluyó 19 niños y
11 niñas con convulsiones febriles no complicadas, con edad promedio 3,3 +/-
1.1 años. En 15 de ellos la crisis ocurrió por primera vez. Nueve niños (30%)
tuvieron una historia familiar positiva para trastornos convulsivos. En ambos
grupos, casos y controles, se compararon los promedios y las frecuencias de 84
variables dermatoglíficas considerando por separado el sexo y la lateralidad.
Sólo la presencia de la línea Sydney bilateral mostró una frecuencia
estadísticamente mayor en los niños con convulsiones febriles de 11/30
(36,6%) Vs 3/30 (10%) en el grupo control (p<0,05). El resto de las variables
no mostró diferencias entre grupos. Se comenta el hecho de que un estudio
previo mostró una mayor frecuencia de la línea simeana en los niños con
convulsiones febriles; este hallazgo parece guardar relación con las evidencias
del presente estudio, las que pueden ser resultado de la expresividad variable o
pleiotropismo de una misma influencia genética. El encontrar este pliegue
único de flexión palmar en niños con convulsiones febriles aporta información
acerca de la heredabilidad o susceptibilidad genética para este problema (5). 6
Hay otros antecedentes que señalan la importancia de los dermatoglifos
con relación a diversos parámetros humanos. En la antropología, los
dermatoglifos son analizados como criterios de clasificación de grupos
humanos por la significativa frecuencia de variación de pliegues palmares entre
población, como es el caso de poblaciones indias (21).
Así por ejemplo, el conteo total de crestas de portugueses, puertorriqueños,
y otros caucacianos son sorprendentemente similares y relativamente
bajos, mientras que los de los japoneses, chinos y específicamente los de los
filipinos y hawaianos son mucho más altos y también más variados (31).
Algunos autores concluyen que las variaciones ambientales con influencia
intrauterina pueden contribuir sustancialmente a las variaciones intergrupo
(12).
Un estudio de trece poblaciones Iraníes mostró variación significativa
entre las mismas por los dermatoglifos estudiados aunque la diferencia entre
los sexos no fue significativa (27).
El estudio de los dermatoglifos en Latino América (Sur América, Centro
América, y el Caribe) ha demostrado características distintivas de las diferentes
poblaciones (4).
En Venezuela se han reportado diferencias en dermatoglifos en un grupo
de indios Yanomami, de doce poblados diferentes (23), también en poblaciones
escolares merideña y barquisimetana (20).
Además de su utilidad en identificación y criminalística, los dermatoglifos
tienen importancia en otras áreas del conocimiento. En medicina se utilizan
como estudios complementarios en el diagnóstico de algunos síndromes
cromosómicos como: Trisomías 13, 21, Síndrome 18 q-, Síndrome de
Klinefelter, etc., entre otros, así como: Leucemia, hipospadias, úlcera duodenal,
cáncer de mama, diabetes, etc., (11,13,15,20,26,28,30).
B. Bases teóricas:
La convulsión febril se define como la crisis convulsiva durante un
proceso febril, que tiende a ser de carácter generalizada tonico-clónica,
tónica, clónica y ocasionalmente atónica, que se presenta en niños durante la 7
lactancia y primera infancia, principalmente entre tres meses y seis años de
edad, neurológicamente sanos, sin signos de infección del sistema nervioso
central, ni evidencia de epilepsia, ni deshidratación severa (2,10,17,24,32).
Las convulsiones febriles pueden ocurrir en presencia de proceso
infeccioso febril, viral o bacteriano, (excluyendo afecciones del sistema
nerviosos central) donde las infecciones virales son las más frecuentes, más
comúnmente las del tracto respiratorio superior, otitis media, infecciones
gastrointestinales; y en presencia de ingestión de tóxicos, medicamentos,
inmunizaciones como puede suceder en las primeras 48 horas postvacuna de
vacuna DPT o 10 días después de la vacuna antisarampionosa (32,3).
En la historia familiar abundan los casos de convulsiones febriles en
padres y hermanos, sugiriendo una predisposición hereditaria(3).
Se caracteriza por ser de breve duración, la mayoría no mayor de cinco
minutos, habitualmente menos de quince minutos de duración, siendo su
examen neurológico y mental normal previo y posterior a la crisis (2,22).
Según Nelson y Ellenberg, en su trabajo colaborativo del Instituto
Nacional de Salud de los Estados Unidos realizado en 1976 (32), las
convulsiones febriles de acuerdo a los resultados pudieron ser clasificadas
en dos grupos:
Convulsiones febriles simples: Son convulsiones generalizadas tonico-
clónicas, entre 3 meses y 5 años, generalmente de corta duración entre 30
segundos y 2 minutos, no excediendo de 5 minutos, una sola crisis convulsiva
en 24 horas; examen neurológico normal antes y después de la crisis, así como
electroencefalograma normal. No debe dejar secuela o anormalidades
neurológicas postictales. Con historia familiar positiva de convulsiones febriles
solamente o historia negativa de epilepsia.
Convulsiones febriles complejas o atípicas: Están asociadas con factores
de riesgo, corresponden a la llamada “convulsión febril atípica” de Livingston,
o a las “crisis febriles con rasgos complejos” de Nelson y Ellemberg, fueron
definidas como convulsiones focales, prolongadas de más de 15 minutos de
duración, o más de una crisis en 24 horas, persistencia del fenómeno postictal
8
incluyendo la parálisis de Todd, con historia familiar de epilepsia positiva y
recurrencia múltiple.
Según la clasificación Internacional de las Epilepsias y Síndromes
Epilépticos 1989, las convulsiones febriles están ubicadas en el grupo 4 como
Síndromes especiales” (convulsiones relacionadas con una situación). Ver
anexo B.
El diagnóstico de las convulsiones febriles, se hace en base al criterio
clínico, realizando pruebas de laboratorio: biometría hemática para evaluar el
recuento leucocitario y el predominio en la fórmula que oriente la etiología
hacia una causa viral o bacteriana, punción lumbar para realizar estudio del
líquido cefalorraquídeo y descartar una neuroinfección, aunque dependiendo de
las características clínicas del evento el primer resultado negativo no descarta
la infección del sistema nervioso central, casos en los que el paciente queda
hospitalizado en observación para estudios.
El uso de neuroimagenes se emplea cuando haya duda diagnóstica, ante
clínica neurológica que haga sospechar patologías del sistema nervioso central.
En el tratamiento de las convulsiones febriles, el medicamento de elección
en la fase aguda es el diazepam a la dosis de 0,3 mg x Kg endovenoso o vía
rectal, también fenobarbital a 5 mg x Kg intramuscular y medidas antitérmicas
(16,24).
Es discutido si conviene tratar profilácticamente mediante administración
diaria de Fenobarbital por tiempo prolongado a un niño que ha tenido una
convulsión febril, teniendo argumentos a su favor como:
1. Algunos adultos jóvenes que desarrollan ataque psicomotor tienen
historia de convulsión febril. 2. Las convulsiones febriles no recurren si se
mantiene una concentración plasmática mayor de 15 microgramos por mililitro.
Teniendo argumentos en contra como:
1. Solo 2 a 3% de los niños que han tenido convulsión febril desarrollan
convulsión no febril después de la niñez. 2. Reacciones colaterales indeseables
hasta un 40% de niños bajo tratamiento prolongado con fenobarbital tales
como: dermatitis, hepatitis, pancitopenia, osteoporosis, dificultad en el
aprendizaje (2,24). 9
Hay autores que comparan el uso del diazepam y del fenobarbital, no
encontrando diferencias en la efectividad de los tratamientos propuestos
(6).Con relación al manejo de las convulsiones febriles en la Ciudad de
Santiago de Chile, se realizó una encuesta a neurólogos infantiles y
pediatras que reveló que mantienen criterio uniforme de tratar a las
convulsiones complejas con anticonvulsivantes a largo plazo y las febriles
simples no tratar, solo si recidiva, siendo el fenobarbital usado por dos años o
menos el medicamento de elección y una minoría se inclinan por el uso del
diazepam oral o rectal (1).
Los dermatoglifos:
Son pliegues y crestas epidérmicas que se disponen de una manera
característica en cada persona, en la superficie de la yema de los dedos, las
palmas y las plantas, están determinados genéticamente. Pueden
modificarse según el influjo de factores exógenos que actúen en etapa crítica de
la formación de los mismos, ejemplo de lo cual lo representa los niños con
embriopatías rubéolicas, que presentan dermatoglifos alterados característicos
(20,25).
La configuración de las crestas dermales es consecuencia directa de la
topografía superficial de la mano fetal durante el desarrollo de las mismas
entre las semanas trece y diecinueve de vida intrauterina. Los hallazgos
dermatoglíficos de 25 individuos con manos malformadas congénitamente
soportan la hipótesis (18).
Embriológicamente se relaciona los dermatoglifos con los cojinetes
volares, que son protuberancias de tejido mesenquimático que aparece entre la
sexta y séptima semana de gestación, sobre el extremo del hueso metacarpiano
distal de cada dedo, en las áreas interdigitales y en las áreas tenares e
hipotenares de manos y pies. Disminuyen de tamaño hacia el quinto mes fetal
y desaparecen en el sexto, cuando son sustituidos por los patrones
dermatoglíficos permanentes. Se cree que la presencia de los cojinetes volares,
así como su tamaño y posición, son responsables en gran medida de los tipos
de patrones dérmicos; por ejemplo, cojinetes pequeños originan un patrón 10
simple (arcos), mientras que cojinetes más prominentes originan patrones más
complejos (presilla y torbellinos).
Patrones digitales:
1. Presillas, se designan con la letra (L) y pueden ser de dos tipos: presillas
ulnares (LU), cuando se abre hacia el lado cubital de la mano, y presillas
radiales (LR), cuando se abre hacia el lado radial de la mano.
2. Torbellinos, se designan con la letra (W), y pueden ser de cuatro tipos: los
torbellinos concéntricos (WC), los torbellinos espiral (WS), los torbellinos
doble presilla (WD) y los torbellinos central pocket (WCP).
El componente del torbellino se refiere al lado en el cual el torbellino
presenta mayor número de crestas dérmicas, si tiene mayor número de crestas
hacia el lado ulnar, se llama torbellino de componente ulnar (WU) y si es
hacia el lado radial se llama torbellino de componente radial (WR).
3. Arcos, se designan con la letra (A) y pueden ser de dos tipos: el arco
simple (A) y el arco en tienda (AT) (ver anexo D).
Contaje total de crestas (CTC):
Se refiere a la sumatoria de las crestas en los diez dedos. Para conseguir el
contaje en cada patrón digital, se traza una recta desde el centro del patrón al
centro del trirradio y se cuentan las crestas dérmicas que atraviesa esta recta
(ver anexo D y E ).
En el caso de los torbellinos que tiene dos trirradios, el contaje total de
crestas que se toma es el que tiene mayor número (ver anexo D).
Los arcos simples como no tienen trirradio, el contaje de crestas es cero y
los arcos en tienda que tienen un solo trirradio el contaje es de uno (ver anexo
D).
Palmas: La palma se divide para su estudio en cinco regiones(ver anexo
F):
(a) Tenar – I interdigital
(b) II Espacio interdigital 11
(c) III Espacio interdigital
(d) IV Espacio interdigital
(e) Región hipotenar.
Patrones interdigitales: Son los patrones que se encuentran en las regiones
de la palma (ver anexo G).
Cuando exista una presilla distal (LD), es decir una presilla que se abre
distalmente, se escribirá el número romano correspondiente al espacio
interdigital sin ningún subíndice; pero si se tratase de una presilla cubital o
radial se anotará el subíndice U o R, respectivamente, si es un torbellino, el
subíndice será W.
Cuando exista un patrón en la región hipotenar se escribirá la letra
correspondiente al patrón, por ejemplo: I, Ir. III, Wd; quiere decir que en el
espacio I / Tenar hay una presilla distal y una presilla radial, que hay una
presilla distal en el III espacio interdigital y por último un torbellino doble
presilla en la región hipotenar.
Salida de las líneas principales: Se refiere al punto por donde salen o
desembocan las líneas que nacen en los trirradios a, b, c y d que están en la
base de los dedos II, III, IV y V respectivamente. Estas líneas se designan con
la misma letra del trirradio, entonces, son la línea A, la línea B, la línea C y la
línea D. Para su estudio se ha asignado un número a las diferentes regiones del
borde de la mano; ésta numeración sigue la dirección de región tenar a región
hipotenar, siendo el borde interno de la región tenar el número uno y el último
es el 13” que se ubica en el borde externo de la misma región tenar (ver
anexoI).
Angulo ATD: Es el valor del ángulo que se forma al unir los trirradio a y d
con el trirradio axial que está hacia el borde próximal de la mano en línea con
el dedo IV. Este ángulo se puede medir en la palma impresa o “in vivo”
llevando las distancia del ángulo al papel. La medición del ángulo se hace por
medio de un transportador (ver anexo H).
Esta medición permite hacer una descripción objetiva del trirradio axial; si
este valor es menor de 45 grados, entonces se llama trirradio axial próximal y
12
se designa con la letra t; si el valor está entre 45 y 56 grados, se le llama
trirradio axial intermedio y se le designa con la letra t´ y si es mayor de 57
grados se le llama trirradio axial distal y se le designa con la letra t´´.
Contaje a-b: Se obtiene trazando una recta que una los trirradios a y b y
contándo el número de crestas que corta esta recta trazada (ver anexo H).
Ausencia de trirradio “C”: Se refiere a los casos en los cuales el trirradio
“C” no existe.
Tipos de surcos de flexión palmar: No son dermatoglifos en el sentido
estricto de la palabra, y representan lugares de flexión de la piel de la palma.
Normalmente consisten en:
(a) Un pliegue o surco transverso distal.
(b) Un pliegue o surco transverso próximal.
(c) Un surco longitudinal, o tenar.
Existen diversas clasificaciones del tipo de surco palmar, tomando en
cuenta las diferentes posiciones que toman los tres pliegues citados. En este
estudio se empleará la clasificación implementada por Larrauri y Rodríguez
(13), la cual considera lo siguiente:
1. Surco tipo simiano completo, solo están presentes dos surcos: un solo
surco transverso y el longitudinal; el primero nace en la mayor parte de los
casos con el longitudinal en el lado radial de la mano y la cruza
completamente; el segundo es el longitudinal o tenar.
2. Surco tipo simiano incompleto, corresponde a un tipo transicional entre el
normal y el simiano completo.
3. Surco tipo Sidney, aparecen los tres surcos palmares pero el surco medio
cruza completamente la mano perdiéndose en el borde cubital.
4. Surco tipo normal despegado, en este caso están presente los tres surcos
pero el surco medio no nace con el longitudinal en el borde radial, sino que
nace separado o despegado de éste.
13
5. Surco tipo normal, se considera normal cuando aparezcan los tres surcos
fundamentales, el transverso distal saliendo del borde cubital, el transverso
próximal saliendo del borde radial junto con el surco longitudinal o como
constituyendo una ramificación o dicotomía de éste. El transverso
próximal o medio no debe perderse en el borde cubital.
14
CAPITULO III
MARCO METODOLOGICO
A. Tipo y diseño de la investigación.
El nivel de la investigación es analítico, de corte transversal. En la misma
se realizó la descripción de los dermatoglifos presentes en las huellas digitales
y palmares de los niños con convulsión febril y del grupo control de niños
sanos, para hacer las comparaciones y determinar asociación.
B. Población y muestra.
La población está representada por niños de la Ciudad de Barquisimeto
que presentaron convulsiones febriles entre 3 meses y 6 años de edad y que
acudieron a la emergencia pediatrica del Departamento de Pediatría Dr.
Agustin Zubillaga en el periodo correspondiente desde Mayo 2000 y Abril
2001, los cuales tienen ascendencia Venezolana.
Se seleccionó una muestra no probabilística a conveniencia, escogiéndose
por azar simple durante varios días de la semana en la emergencia pediatrica
los integrantes de la muestra con manifestaciones convulsivas, de acuerdo a la
definición de convulsión febril.
Se constituyó un grupo control, integrado por niños sanos, de la consulta
integral de uno de los ambulatorios de la ciudad el cual fue escogido por azar
simple (Ambulatorio La Carucieña), realizándose la selección de los mismos
proporcionalmente al número de pacientes convulsivantes.
C. Técnicas e instrumento de recolección de datos.
Entre los instrumentos de recolección de datos se utilizó una ficha
elaborada para tal fin, la cual consta de: 1.- Una sección que recoge datos
referentes al nombre, fecha de nacimiento, edad, sexo, fecha de convulsión,
antecedentes de convulsión. 2.- Tabla que recoge tipo de patrones digitales en
los dedos y el contaje total de crestas. 3.- Tabla que recoge tipo de patrones en
15
el área tenar, hipotenar, interdigitales, los tipos de pliegues palmares,
terminación de las líneas A y D, triradio C, contaje a-b y ángulo atd. Ver
anexo C.
Previo consentimiento de los representantes se tomaron las impresiones
digitopalmares de los niños de 3 meses a 6 años de edad, que presentaron
primera convulsión febril de los cuales ninguno tuvo antecedentes familiares
de la misma.
Las impresiones se tomaron de la siguientes manera: con un rodillo se
extendió tinta negra de multigrafo sobre la palma y los dedos, colocando luego
la misma sobre papel autoadherente transparente el cual al retirarse se pegó en
una hoja de papel blanco. Los dedos se identificaron con números romanos,
comenzando con el pulgar (I) y terminando con el meñique (V). Las
impresiones palmares y dactilares se analizaron con una lupa estereoscópica y
escaneando las imágenes en computadora, los resultados se asentaron en el
instrumento de recolección de datos.
La nomenclatura utilizada es la propuesta por Penrose (19) y Cummins y
Midlo (7,8).
En las manos se investigaron por separado los dedos y las palmas,
estudiando:
(a) Tipos de patrones digitales
(b) Contaje total de crestas (C.T.C)
(c) Angulo atd
(d) Contaje a-b
(e) Salidas de las líneas A y D
(f) Ausencia de trirradio C
(g) Tipo de pliegues palmares
D. Técnicas de procesamiento y análisis de los datos.
Con el objeto de determinar si hay preferencia de alguna de las variables
dermatoglíficas por algún dedo, área de la palma o sexo, se realizó la
determinación de los tipos de patrones palmares y digitales de los niños
convulsivantes y de los niños sanos y luego se compararon entre sí (varones 16
con varones, hembras con hembras). De los niños convulsivantes se
compararon las manos derecha e izquierda para el mismo sexo por separado,
señalando también cuales de las variables dermatoglíficas son más frecuentes
en ellos.
Los grupos comparados son independientes entre sí, por lo cual la
comparación se hizo con pruebas de Curva Normal, mediante el estudio de
promedios en el contaje a-b y contaje total de crestas (C.T.C) y el estudio de
porcentajes del número de observaciones digitales. Al hacer el cálculo
correspondiente el resultado se busca en la Tabla de Areas de la Curva Normal
para conocer la probabilidad de encontrar una diferencia igual o mayor que la
observada, o proporción de los individuos estudiados que se encuentran fuera
de los límites comprendidos entre el promedio más o menos el múltiplo de
D.E. indicado en la tabla. Tomando en consideración un 95% de confianza.
Podemos señalar de una manera más sencilla que si el resultado de las pruebas
es menor que 2 no hay diferencias significativas entre las comparaciones.
En el contaje a-b y el contaje total de crestas (C.T.C) se buscó la diferencia
entre los promedios de los dos grupos que se comparan, se calculó el
error estándar de cada promedio con la fórmula:
Error estándar = σ σ = desviación estándar
n n = número de individuos estudiados
luego se calculó el Error estándar de la diferencia entre los dos promedios
que se quieren comparar con la fórmula:
(E . E1 )2 + ( E . E2 )
2
Finalmente se divide la diferencia de los dos promedios comparados por el
Error estándar de la diferencia entre los dos promedios, el resultado es buscado
en la tabla de Areas de Curva Normal, como se mencionó anteriormente si el
valor es menor que 2 no hay diferencia estadísticamente significativa entre los
grupos.
Para la comparación de las otras variables dermatoglíficas estudiadas, se
utilizó la aproximación a la distribución normal del parámetro p de la 17
distribución binomial. Las comparaciones se limitaron a aquellas en que pN y
qN fueron mayores que 5; donde p es el parámetro de la distribución
binomial, q = 1 – p y N es el número de observaciones. Se buscó la diferencia
entre los porcentajes comparados, se calculó el error estándar de la diferencia
de los dos porcentajes a comparar con la siguiente fórmula:
(E . E) p1 – p2 = p 0 . q 0 + p 0 . q 0
n 1 n 2
Luego la diferencia entre los porcentajes se divide por el Error estándar de
la diferencia de los dos porcentajes y el resultado se busca en la tabla de Areas
de Curva normal.
18
CAPITULO IV
RESULTADOS
CUADRO 1 DISTRIBUCION PORCENTUAL DE NIÑOS CON CONVULSIÓN FEBRIL, SEGÚN GRUPOS DE EDAD Y SEXO. BARQUISIMETO, 2002
Edad en meses Sexo Ambos sexos
Varones Hembras
0 – 6 1,9 - 2
7 – 12 13,2 3,8 17
13 – 24 22,7 26,5 49
25 – 36 3,8 5,6 9
37 – 48 3,8 5,6 9
49 – 60 5,6 - 6
61 – 72 5,6 1,9 8
Total 56,6 43,4 100
De los 53 niños estudiados con convulsión febril, se observó que el 56,6 %
eran varones y el 43,4 % hembras, en edades comprendidas entre 3 meses y 6
años recién cumplidos predominando el grupo de edad de 13 meses a 24 meses.
19
CUADRO 2 DISTRIBUCION PORCENTUAL DE NIÑOS SANOS (GRUPO CONTROL), SEGÚN GRUPOS DE EDAD Y SEXO. BARQUISIMETO, 2002.
Edad en meses Sexo Ambos sexos
Varones Hembras
0 – 6 - - -
7 – 12 5,6 3,8 9,4
13 – 24 5,6 13,2 19
25 – 36 - 13,2 13,2
37 – 48 7,5 7,6 15
49 – 60 19 5,6 24,4
61 – 72 13,2 5,6 19
Total 50,9 49 100
En el grupo control formado por 53 niños, el 50,9% correspondió a varones y
el 49 % a hembras, con edades correspondientes al grupo en estudio.
20
CUADRO 3 DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE PATRONES EN CADA DEDO POR MANO EN EL SEXO FEMENINO. BARQUISIMETO, 2002.
HEMBRAS CONVULSIVANTES (23)
I II III IV V TOTAL AMBAS
IZQ DER IZQ DER IZQ DER IZQ DER IZQ DER IZQ DER MANOS
LU 47,8 43,4 26,1 30,4 69,5 73,9 52,1 65,2 65,2 82,6 52 59,1 55
W 26,1 39,1 43,5 47,8 13 8,7 34,7 21,7 4,4 0 24 23,5 24
A 13 13 8,7 4,4 4,4 0 4,4 4,4 13 0 9,5 4,4 7
AT 4,4 0 21,7 13 4,4 13 4,4 8,7 8,7 0 8,5 6,9 8
LR 8,7 4,4 0 4,4 8,7 4,4 4,4 0 8,7 17,4 6 6,1 6
HEMBRAS CONTROL (26)
I II III IV V TOTAL AMBAS
IZQ DER IZQ DER IZQ DER IZQ DER IZQ DER IZQ DER MANOS
LU 53,8 69,2 57,7 61,5 61,5 69,2 73,1 65,3 96,1 84,6 68,5 70 69,2
W 30,8 23 23 23 23 15,4 26,9 26,9 3,9 7,6 21,5 19,2 20,4
A 11,5 3,9 7,7 11,5 3,9 11,5 0 3,9 0 3,9 4,6 6,9 5,8
AT 0 0 3,9 3,9 11,5 3,9 0 3,9 0 3,9 3,1 3,1 3,1
LR 3,9 3,9 7,7 0 0 0 0 0 0 0 2,3 0,8 1,5
En el cuadro 3, se observó que en las hembras convulsivantes predominaron
las LU en la mayoría de los dedos, seguidas de los W, continuando en orden
decreciente los AT, los A y las LR; llama la atención el predominio de los W en
el II dedo izquierdo (43,5%) y derecho (47,8%), lo que contrasta con lo observado
en las niñas sanas, ya que predominaron las LU en todos los dedos, seguido de los
W, luego los A, los AT y las LR. Sin embargo no existen diferencias
significativas al comparar los grupos.
21
CUADRO 4 DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE PATRONES EN CADA DEDO POR MANO EN EL SEXO MASCULINO. BARQUISIMETO, 2002.
VARONES CONVULSIVANTES (30)
I II III IV V TOTAL AMBAS
IZQ DER IZQ DER IZQ DER IZQ DER IZQ DER IZQ DER MANOS
LU 43,3 36,7 53,3 43,4 60 46,7 50 53,4 66,7 63,3 54,7 48,7 51,7
W 56,7 60 26,6 40 26,7 23,3 43,4 40 26,7 26,7 36 38 37
A 0 0 6,7 3,3 6,7 6,7 3,3 0 3,3 3,3 4 2,6 3,3
AT 0 0 6,7 3,3 3,3 13,3 3,3 3,3 3,3 0 3,3 4 3,7
LR 0 3,3 6,7 10 3,3 10 0 3,3 0 6,7 2 6,7 4,3
VARONES CONTROLES (27)
I II III IV V TOTAL AMBAS
IZQ DER IZQ DER IZQ DER IZQ DER IZQ DER IZQ DER MANOS
LU 63 51,9 51,9 44,4 66,7 77,8 33,3 29,6 74,1 81,5 57,8 57 57,4
W 37 48,1 33,3 37 29,6 18,5 55,6 66,7 25,9 18,5 36,3 37,8 37
A 0 0 11,1 14,8 0 0 0 0 0 0 2,2 3 2,6
AT 0 0 0 0 3,7 3,7 7,4 0 0 0 2,2 0,7 1,5
LR 0 0 3,7 3,7 0 0 3,7 3,7 0 0 1,5 1,5 1,5
En los varones predominó la presencia de LU en la mayoría de los dedos,
seguido de los W, los AT, los A y las LR, llamando la atención que en el I dedo
izquierdo (56,7%) y derecho (60%) predominaron los W, en contraste con el
grupo control, en el cual predominó las LU en la mayoría de los dedos salvo en el
IV dedo izquierdo y derecho en el que predominaron los W. Sin embargo no hubo
diferencias estadísticamente significativas al comparar los grupos.
22
CUADRO 5 DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE CADA PATRÓN A TRAVÉS DE LOS CINCO DEDOS DE LA MANO EN LAS HEMBRAS CON CONVULSIÓN FEBRIL. BARQUISIMETO, 2002
I II III IV V TOTAL %
LU 18,3 10 26,7 20 25 60 52,2
W 21,4 35,7 10,7 28,6 3,6 28 24,3
IZQUIERDA A 30 20 10 10 30 10 8,7
AT 10 50 10 10 20 10 8,7
LR 28,6 0 28,6 14,2 28,6 7 6,1
LU 14,7 10,3 25 22,1 27,9 68 59,13
W 33 41 7 19 0 27 23,47
DERECHA A 60 20 0 20 0 5 4,34
AT 0 37,5 37,5 25 0 8 7
LR 14,3 14,3 14,3 0 57,1 7 6,1
LU 16,4 10,2 25,8 21,1 26,5 128 55,7
W 27,3 38,2 9,1 23,6 1,8 55 23,9
AMBAS A 40 20 6,7 13,3 20 15 6,5
AT 5,6 44,4 22,2 16,7 11,1 18 7,8
LR 21,4 7,1 21,4 7,1 43 14 6,1
En el cuadro 5, observamos que en la mano izquierda LU se distribuyen
preferentemente entre el III dedo (26,7%) y V dedo (25%) dedo y los menores
porcentajes en el II dedo (10%), predominan los W (35,7%) en el II dedo, los A
(30%) en el I y (30%) en el V dedo, los AT (50%) en el II dedo y las LR en igual
porcentaje (28,6%) en el I, III y V dedo. En la mano derecha, las LU (27,9%)
tienen predilección por el V dedo, así como en la mano izquierda los W (41%) en
el II dedo, los A (60%) en el I dedo, los AT en igual porcentaje (37,5%) en el II y
III dedo y las LR (57,1%) en el Vdedo.
23
CUADRO 6 DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE CADA PATRÓN A TRAVÉS DE LOS CINCO DEDOS DE LA MANO EN HEMBRAS DEL GRUPO CONTROL. BARQUISIMETO, 2002.
I II III IV V TOTAL %
LU 15,73 16,85 17,98 21,35 28,09 89 68,46
W 28,57 21,43 21,43 25 3,57 28 21,54
IZQUIERDA A 50 33,3 16,7 0 0 6 4,62
AT 0 25 75 0 0 4 3,07
LR 33,3 66,7 0 0 0 3 2,31
LU 19,78 17,58 19,78 18,68 24,18 91 70
W 24 24 16 28 8 25 19,23
DERECHA A 11,11 33,33 33,33 11,11 11,11 9 6,92
AT 0 25 25 25 25 4 3,08
LR 100 0 0 0 0 1 0,77
LU 17,8 17,2 18,9 20 26,1 180 69,2
W 26,42 20,75 18,87 26,42 5,66 53 20,4
AMBAS A 26,66 33,33 26,66 6,66 6,66 15 5,8
AT 0 25 50 12,5 12,5 8 3,1
LR 50 50 0 0 0 4 1,5
En contraste con las hembras sanas, en la mano izquierda, las LU (28,09%)
se distribuyen preferentemente en el V dedo, los W (28,57%) en el I dedo, los A
(50%) en el I dedo, los AT (75%) en el III dedo y las LR (66,7%) en el II dedo. En
la mano derecha las LU (24,18%) se distribuyen preferentemente en el V dedo, los
W (28%) en el IV dedo, los arcos simples en igual porcentaje en el II y III dedo,
los AT (25%) en igual porcentaje en el II, III, IV y V dedo y LR (100%) en el I
dedo. No hay diferencias estadísticamente significativas entre las hembras
convulsivantes y el grupo sano.
24
CUADRO 7 DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE CADA PATRÓN A TRAVÉS DE LOS CINCO DEDOS DE LA MANO EN VARONES CON CONVULSIÓN FEBRIL. BARQUISIMETO, 2002.
I II III IV V TOTAL %
LU 15,9 19,5 21,9 18,3 24,4 82 54,7
W 31,5 14,8 14,8 24,1 14,8 54 36
IZQUIERDA A 0 33,3 33,3 16,7 16,7 6 4
AT 0 40 20 20 20 5 3,3
LR 0 66,7 33,3 0 0 3 2
LU 15,1 17,8 19,2 21,9 26 73 48,6
W 31,6 21,1 12,2 21,1 14 57 38
DERECHA A 0 25 50 0 25 4 2,7
AT 0 16,7 66,6 16,7 0 6 4
LR 10 30 30 10 20 10 6,7
LU 15,5 18,7 20,6 20 25,2 155 51,7
W 31,5 18 13,5 23 14 111 37
AMBAS A 0 30 40 10 20 10 3,3
AT 0 27,3 45,5 18,2 9 11 3,7
LR 7,7 38,5 30,8 7,7 15,3 13 4,3
En el cuadro 7, observamos que en la mano izquierda las LU (24,4%) se
distribuyen preferentemente en el V dedo, los W (31,5%) en el I dedo, los A
(33,3%) en igual porcentaje en el II y III dedo, los AT (40%) en el II dedo y en
igual porcentaje (20%) en el III, IV y V dedo, las LR (66,7%) en el II dedo. En la
mano derecha, las LU (26%) se distribuyen preferentemente en el V dedo, los W
(31,6%) en el I dedo, los A (50%) en el III dedo, los AT (66,6%) en el III dedo
y las LR (30%) en igual porcentaje en el II y III dedo.
25
CUADRO 8 DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE CADA PATRON A TRAVÉS DE LOS CINCO DEDOS DE LA MANO EN VARONES DEL GRUPO CONTROL. BARQUISIMETO, 2002. I II III IV V TOTAL %
LU 15,9 19,5 21,9 18,3 24,4 82 54,7
W 31,5 14,8 14,8 24,1 14,8 54 36
IZQUIERDA A 0 33,3 33,3 16,7 16,7 6 4
AT 0 40 20 20 20 5 3,3
LR 0 66,7 33,3 0 0 3 2
LU 15,1 17,8 19,2 21,9 26 73 48,6
W 31,6 21,1 12,2 21,1 14 57 38
DERECHA A 0 25 50 0 25 4 2,7
AT 0 16,7 66,6 16,7 0 6 4
LR 10 30 30 10 20 10 6,7
LU 15,5 18,7 20,6 20 25,2 155 51,7
W 31,5 18 13,5 23 14 111 37
AMBAS A 0 30 40 10 20 10 3,3
AT 0 27,3 45,5 18,2 9 11 3,7
LR 7,7 38,5 30,8 7,7 15,3 13 4,3
En el grupo sano, en la mano izquierda, las LU (24,4%) se distribuyen
preferentemente en el V dedo, los W (31,5%) en el I dedo, los A (33,3%) en el II
y III dedo, los AT (40%) en el II dedo y (20%) en el III, IV y V dedo, las LR
(66,7%) en el II dedo. En la mano derecha, las LU (26%) se distribuyen
preferentemente en el V dedo, los W (31,6%) en el I dedo, los A (50%) en el III
dedo, los AT (66,6%) en el III dedo y las LR (30%) en igual porcentaje en el II y
III dedo. Sin diferencias estadísticamente significativas al comparar los grupos.
26
CUADRO 9 VALOR PORCENTUAL DE PARES DE DEDOS HOMÓLOGOS DERECHO E IZQUIERDO CON UN PATRÓN IDÉNTICO, EN EL SEXO FEMENINO. BARQUISIMETO, 2002. 0 1 2 3 4 5
HEMBRAS 0 8,7 26,1 43,5 8,7 13 CONVULSIVANTES
HEMBRAS 0 7,6 15,4 23,1 30,8 23,1 CONTROLES
En el cuadro 9, observamos que en las hembras convulsivantes predominó la
presencia de un mismo patrón digital en dos (26,1%) y tres (43,5%) dedos, en
cambio en el grupo sano predominó en tres (23,1%), cuatro (30,8%) y cinco
(23,1%) dedos. Al comparar los grupos no hubo diferencias estadísticamente
significativas.
CUADRO 10 VALOR PORCENTUAL DE PARES DE DEDOS HOMÓLOGOS DERECHO E IZQUIERDO CON UN PATRÓN IDÉNTICO, EN EL SEXO MASCULINO. BARQUISIMETO, 2002. 0 1 2 3 4 5
VARONES 6,7 3,3 33,3 33,3 16,7 6,7 CONVULSIVANTES
VARONES 0 0 22,2 25,9 33,3 18,5 CONTROLES
En el cuadro 10, en los varones convulsivantes predominó la presencia de
un mismo patrón digital en dos (33,3%) y tres (33,3%) dedos, en cambio en el
grupo sano predominó en tres (25,9%) y cuatro (33,3%) dedos. Al comparar los
grupos no hubo diferencias estadísticamente significativas.
27
CUADRO 11 VALOR PORCENTUAL DE BILATERALIDAD PARA CADA PAR DE DEDOS, EN EL SEXO FEMENINO. BARQUISIMETO, 2002. I II III IV V HEMBRAS 52,2 56,5 65,2 52,2 65,2* CONVULSIVANTES HEMBRAS 50 61,5 73 69,2 92,3* CONTROLES ( * p < 0.0214)
En el cuadro 11, en las hembras los valores cercanos entre sí, con
predominio de la bilateralidad con un 65,2% en el III y V dedo, mientras que en
el grupo sano fue de 92,3% en el V dedo, al hacer los cálculos estadísticos para el
V dedo resulto ser significativo ( p < 0.0214 ).
CUADRO 12 VALOR PORCENTUAL DE BILATERALIDAD PARA CADA PAR DE DEDOS, EN EL SEXO MASCULINO. BARQUISIMETO, 2002. I II III IV V VARONES 56,7 33,3 60 50 70 CONVULSIVANTES VARONES 74 55,5 74 59,3 85,2 CONTROLES
En los varones convulsivantes la bilateralidad predominó en el V dedo (70%)
al igual que el grupo sano (85,2%). No hubo diferencias estadísticamente
significativas al comparar los grupos.
28
CUADRO 13 DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE LA POSICIÓN DE SALIDA DE LA LÍNEA A, EN EL SEXO FEMENINO. BARQUISIMETO, 2002.
HEMBRAS CONVULSIVANTES HEMBRAS CONTROLES
POSICION IZQ DER AMBAS IZQ DER AMBAS 2 0 0 0 0 0 0
3 4,35 4,35 4,35 3,84 0 0
4 65,22 43,47 43,47 73 73 61,5
5 30,43 52,17 30,43 23 26,9 19,2
En el cuadro 13, en las hembras convulsivantes hubo predominio del punto 4
en la mano izquierda (65,22%) y del punto 5 en la mano derecha (52,17%), en
comparación con el grupo sano en el que predominó el punto 4 en ambas manos
(73%). No hubo diferencias estadísticamente significativas al comparar los
grupos.
CUADRO 14 DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE LA POSICIÓN DE SALIDA DE LA LÍNEA A, EN EL SEXO MASCULINO. BARQUISIMETO, 2002.
VARONES CONVULSIVANTES VARONES CONTROLES
POSICION IZQ DER AMBAS IZQ DER AMBAS 2 0 0 0 0 0 0
3 6,66 3,33 3,33 18,5 3,7 3,7
4 63,33 46,66 36,66 55,5 44,4 22,2
5 30 50 26,66 25,9 51,8 22,2
Tanto en los varones convulsivantes como en los sanos, la posición de salida
de la línea A estuvo en el punto 4 en la mano izquierda y en el punto 5 en la mano
derecha, no habiendo diferencias estadísticamente significativas al comparar los
grupos.
29
CUADRO 15 DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE LA POSICIÓN DE SALIDA DE LA LINEA D, EN EL SEXO FEMENINO. BARQUISIMETO, 2002.
HEMBRAS CONVULSIVANTES HEMBRAS CONTROLES
POSICION IZQ DER AMBAS IZQ DER AMBAS 5 0 0 0 0 0 0
7 34,78 4,35 4,35 19,23 11,15 11,15
9 56,52 86,96* 52,17 50 50* 42,3
10 0 0 0 19,23 19,23 11,5 11 8,69 8,69 4,35 11,5 19,23 11,5 (* p < 0.00515)
En el cuadro 15, se observa que en las hembras convulsivantes hubo
predominio del punto 9 en ambas manos, al igual que en el grupo sano, habiendo
diferencia estadísticamente significativa al comparar la posición de salida en la
mano derecha para el punto 9. (p < 0.00515).
CUADRO 16 DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE LA POSICIÓN DE SALIDA DE LA LINEA D, EN EL SEXO MASCULINO. BARQUISIMETO, 2002.
VARONES CONVULSIVANTES VARONES CONTROLES
POSICION IZQ DER AMBAS IZQ DER AMBAS 5 0 0 0 0 0 0
7 13,33 16,66 10 22,2 11,11 7,4
9 63,33 50 43,33 37 40,7 14,8
10 0 0 0 18,5 18,5 11,11 11 23,33 33,33 16,66 22,2 29,6 14,8
Tanto en el grupo de varones convulsivantes como en el grupo sano el punto
9 se presentó como posición de salida de la línea D, sin diferencias
estadísticamente significativas al comparar los grupos.
30
CUADRO 17 FRECUENCIA RELATIVA DE LA POSICIÓN DEL TRIRRADIO AXIAL, EN EL SEXO FEMENINO. BARQUISIMETO, 2002.
POSICION DEL HEMBRAS HEMBRAS TRIRADIO AXIAL CONVULSIVANTES CONTRLES
t en ambas manos 4,34 11,54
t ’ en ambas manos 39,13 50
t en izq. y t’ en der. 4,34 0
t’ en izq. y t en der . 21,74 0
t’ en izq. y t’’ en der. 8,69 15,38
t’’ en izq. y t’ en der. 8.69 11,53
t’’ en ambas manos 13,04 11,53
t’’ en izq. y t en der. 0 0
t en der.y ausencia de 0 0 Triradio en izq.
En el cuadro 17, se observa que tanto en las hembras convulsivantes como en
el grupo control predominó la posición t’ en ambas manos. No existen
diferencias estadísticamente significativas entre los grupos.
31
CUADRO 18 FRECUENCIA RELATIVA DE LA POSICIÓN DEL TRIRRADIO AXIAL, EN EL SEXO MASCULINO. BARQUISIMETO, 2002.
POSICION DEL VARONES VARONES TRIRADIO AXIAL CONVULSIVANTES
t en ambas manos 0* 44,44*
t ’ en ambas manos 66,66 29,6
t en izq. y t’ en der. 0 3,7
t’ en izq. y t en der . 0 0
t’ en izq. y t’’ en der. 13,33 0
t’’ en izq. y t’ en der. 16,66 7,4
t’’ en ambas manos 3,33 14,81
t’’ en izq. y t en der. 0 0
t en der.y ausencia de 0 0 Triradio en izq.
( * p < 0.00693)
En los varones convulsivantes, también hubo predominio de la posición t’ en
ambas manos, en cambio en el grupo sano predominó la posición t en ambas
manos. Al comparar los valores de t en ambas manos para los dos grupos, se
encontró diferencia estadísticamente significativa ( p < 0.00693 ).
32
CUADRO 19 FRECUENCIA RELATIVA DE TIPOS DE PATRONES PALMARES, EN EL SEXO FEMENINO. BARQUISIMETO, 2002.
HEMBRAS HEMBRAS
CONVULSIVANTES CONTROLES
AREA Y TIPO DE PATRON IZQ DER IZQ DER
TENAR / I INTERDIGITAL
LU 4,35 0 0 0
LR 0 8,69 0 0
A 26,08 8,69 15,38 19,23
NINGUNO 73,91 86,96 84,6 80,7
H I P O T E N A R
LU 0 4,35 3,84 11,53
LR 30,43 39,13 23,07 26,92
A 0 0 0 0
TRIRADIO DISTAL 0 0 11,5 7,69
LR- TRIRADIO 0 0 0 0
NINGUNO 60,86 47,83 65,38 57,69
I N T E R D I G I T A L E S
II 0 0 3,84 0
III 13,04 13,04 7,69 11,53
IV 65,21 47,83 57,69 69,23
II - III 0 0 0 0
II – IV 0 0 0 3,84
III – IV 4,35 21,74 15,38 3,84
II – III - IV 0 0 0 0
NINGUNO 21,74 21,74 15,38 11,53
TRIRADIO C AUSENTE 34,78 34,78 26,92 34,61
En el cuadro 19, en las hembras convulsivantes asi como el grupo sano, se
observa que la mayoría no presenta ningún patrón en el área tenar – I interdigital e
hipotenar.
33
En las hembras convulsivantes, en la región tenar – I interdigital hubo
predominio de los A (26,08%). En la mano derecha se presenta en igual
porcentaje (8,69%) los A y las LR. Al comparar estos valores con los del grupo
control no se observaron diferencias estadísticamente significativas
En la región hipotenar, hubo predominio de las LR en ambas manos, al igual
que en el grupo control. No hay diferencias estadísticamente significativas al
comparar los grupos.
En los espacios interdigitales hubo predominio de figuras digitales en el IV
espacio al igual que en el grupo control, sin diferencias estadísticamente
significativas al comparar los grupos.
Al comparar el trirradio C ausente los valores eran semejantes y sin
diferencias estadísticamente significativas.
34
CUADRO 20 FRECUENCIA RELATIVA DE TIPOS DE PATRONES PALMARES, EN EL SEXO MASCULINO. BARQUISIMETO, 2002.
VARONES VARONES
CONVULSIVANTES CONTROLES
AREA Y TIPO DE PATRON IZQ DER IZQ DER
TENAR / I INTERDIGITAL
LU 0 0 0 0
LR 3,33 3,33 7,4 0
∆ 43,33 16,66 44,44 33,33
NINGUNO 56,66 80 48,14 66,66
H I P O T E N A R
LU 13,33 13,33 0 3,7
LR 10 13,33 14,8 7,4
A 0 0 0 3,7
TRIRADIO DISTAL 6,66 6,66 0 0
LR- TRIRADIO 6,66 3,33 0 0
NINGUNO 63,33 63,33 85,18 85,18
I N T E R D I G I T A L E S
II 3,33 3,33 0 0
III 13,33 40 37,03 37,03
IV 50 43,33 48,14 33,33
II - III 3,33 0 0 0
II – IV 0 0 0 0
III – IV 3,33 6,66 3,7 14,81
II – III - IV 0 0 0 3,7
NINGUNO 50 6,66 11,11 11,11
TRIRADIO C AUSENTE 33,33 33,33 37,03 25,92
.
En los varones convulsivantes, en el área tenar-I interdigital e hipotenar la
mayoría no presenta ningún patrón, de los patrones observados hubo predominio
de los A, tanto en la mano derecha como en la izquierda, al igual que el grupo
35
sano. Tampoco aquí hubo diferencias estadísticamente significativas.
En región hipotenar, en los varones convulsivantes, predominaron las LU
(13,33%) en la mano izquierda y en igual porcentaje las LU y LR en la mano
derecha, en cambio en el grupo control predominaron las presillas radiales en
ambas manos. No hubo diferencias estadísticamente significativas al comparar los
grupos.
En los espacios interdigitales hubo predominio de figuras digitales en el IV
espacio interdigital. Sin diferencias estadísticamente significativas al comparar los
grupos.
Al comparar la ausencia del trirradio C, se observaron valores semejantes en
ambos grupos. No hubo diferencias estadísticamente significativas al compararlos.
36
CUADRO 21 DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE PLIEGUES PALMARES, EN EL SEXO FEMENINO. BARQUISIMETO, 2002.
PLIEGUES PALMARES
NORMAL NORMAL DESPEGADO
HEMBRAS 95,7 4,3 CONVULSIVANTES HEMBRAS 96,2 3,8 CONTROLES
En el cuadro 21, en las hembras convulsivantes solo se presentaron los
pliegues normal el cual predominó (95,7%) y normal despegado (4,3%), al igual
que en el grupo control. No hay diferencias significativas entre los grupos.
CUADRO 22 DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE PLIEGUES PALMARES, EN EL SEXO MASCULINO. BARQUISIMETO, 2002.
PLIEGUES PALMARES
NORMAL NORMAL DESPEGADO
VARONES 90 10 CONVULSIVANTES VARONES 92,6 7,4 CONTROLES
Los varones convulsivantes presentaron pliegues palmares normal los cuales
predominaron (90%), y normal despegado (10%), similar al grupo control. No hay
diferencias estadísticamente significativas entre los grupos.
37
CUADRO 23 CONTAJE a-b EN PROMEDIOS, EN EL SEXO FEMENINO. BARQUISIMETO, 2002.
IZQUIERDA DERECHA AMBAS
(X) (DS) (X) (DS) (X)
HEMBRAS CONVULSIVANTES 39,78* 5,68 38,13+ 4,53 38,91
HEMBRAS CONTROLES 36,15* 4,02 35,85+ 3,40 36 ( * < 0.0124 ) ( + < 0.0455 )
En el cuadro 23, las hembras convulsivantes tuvieron diferencias
estadísticamente significativas al comparar la mano izquierda (p < 0.0124) y la
mano derecha ( p < 0.0455 ) con el grupo control.
CUADRO 24 CONTAJE a-b EN PROMEDIOS, EN EL SEXO MASCULINO. BARQUISIMETO, 2002.
IZQUIERDA DERECHA AMBAS
(X) (DS) (X) (DS) (X)
VARONES CONVULSIVANTES 36,03 5,92 36,3 5,77 36,16
VARONES CONTROLES 34,66 3,51 34,85 3,06 34,76
Entre los varones convulsivantes y el grupo control no hay diferencias
estadísticamente significativas.
38
CUADRO 25 CONTAJE TOTAL DE CRESTAS (C.T.C) EN PROMEDIOS EN EL SEXO FEMENINO. BARQUISIMETO, 2002.
(X) (SD) HEMBRAS CONVULSIVANTES 117,47 44,68 HEMBRAS 121,42 47,92 CONTROLES
En el cuadro 25, al comparar las hembras convulsivantes con el grupo control no
se encuentran diferencias estadísticamente significativas.
CUADRO 26 CONTAJE TOTAL DE CRESTAS (C.T.C) EN PROMEDIOS EN EL SEXO MASCULINO. BARQUISIMETO, 2002.
(X) (SD) VARONES CONVULSIVANTES 141,8 37,66 VARONES 136,52 34,28 CONTROLES
En el cuadro 26, al comparar los varones convulsivantes con el grupo control, no
se encuentran diferencias estadísticamente significativas.
39
CAPITULO V
DISCUSION
El estudio de los dermatoglifos ha sido realizado en asociación a diversas
entidades nosológicas, sin embargo en cuanto a su relación con las convulsiones
febriles, se ha hallado escasas publicaciones.
Vargas Díaz et al (1988), en la publicación “Dermatoglifos: Una ayuda
diagnóstica en las convulsiones febriles”, señala que encontraron diferencias en el
contaje total de crestas digitales, siendo menor en los convulsivantes, y en la suma
del ángulo atd (p<0,005), con respecto a los controles. Encontraron una
disminución del trirradio axial t, así como un aumento del trirradio axial t’; con
relación a los controles. Una menor frecuencia del número de arcos simples,
disminución de los patrones en la región hipotenar, así como un aumento de los
mismos en la región tenar, con relación a los controles. En las tablas presentadas
en la publicación, se observa que tanto en los convulsivantes como en los
controles el orden de frecuencia de mayor a menor de los patrones digitales es:
LU > W > A > LR.
En el presente trabajo, se observó con respecto al contaje total de crestas
(C.T.C) en los varones, mayor número y en las hembras menor número con
relación al grupo control, pero sin diferencias estadísticamente significativas,
siendo similares con el estudio de Vargas Díaz el grupo Femenino. El estudio del
ángulo atd no es comparable.
Con respecto al trirradio axial t’, predominó en los dos sexos, siendo menor
en las hembras y mayor en los varones al compararlos con los grupos control, sin
diferencias estadísticamente significativas; siendo el sexo masculino similar al
trabajo de Vargas Díaz. En cambio con relación al trirradio axial t, las hembras lo
presentaron en baja frecuencia y los varones no lo presentaron, por tanto al
compararlo con los controles que si lo tenían hubo diferencias estadísticamente
significativas; lo cual es similar a lo observado por Vargas Díaz.
Los convulsivantes tienen mayor número de arcos simples que los controles,
a diferencia del trabajo de Vargas Díaz (1988). 40
En la región hipotenar, en las hembras, solo disminución del número de LU,
y aumento de las LR, al compararlos con los controles; en los varones, mayor
frecuencia de presillas ulnares LU al compararlos con los controles. Sin
diferencias estadísticamente significativas. En la región tenar-I interdigital, en las
hembras hubo mayor frecuencia de A en la mano izquierda, siendo disminución lo
observado en los varones, al compararlos con los controles. No es comparable con
el trabajo de Vargas Díaz por la forma de presentación de sus tablas.
Con relación al orden de frecuencia de los patrones digitales hay discrepancia
con el trabajo de Vargas Díaz, ya que en el presente trabajo llamó la atención que
en las hembras convulsivantes predominan los W en el II dedo izquierdo y
derecho, así como en los varones ocurre para el I dedo izquierdo y derecho,
aunque no hay diferencias estadísticamente significativas, difiere también de
estudios en grupos de población normal analizados por otros autores tal como
Quero (1992) en su publicación “Patrones dermatoglíficos en Estudiantes de
Barquisimeto”, en el cual tanto varones como hembras presentaron con mayor
frecuencia las LU, seguido por los W, los A y las LR, señalando para ello que
sigue la misma tendencia observada en la mayoría de las poblaciones.
Román Corona-Rivera et al (1996), en su publicación “Dermatoglifos
palmares en niños con convulsiones febriles”, destaca que en sus resultados
encontraron mayor frecuencia en la línea Sidney bilateral, y mencionan como
antecedente el trabajo de Tay (1979) quien informó la presencia de patrones
interdigitales característicos y línea simiana (la cual se observó en un subgrupo de
niños con más de cuatro episodios convulsivos). Hacen relación de las líneas
Sidney y Simiana basándose en lo reportado en estudios en gemelos que sugieren
que estas dependen para su ocurrencia de una misma influencia genética.
El presente trabajo no es comparable con el de Román Corona-Rivera, ya que
de los pliegues palmares solo se observaron el normal que predominó y el normal
despegado, en los dos sexos en ambos grupos.
De lo anteriormente expuesto se puede concluir que en este trabajo se han
hallado diferencias significativas entre los dermatoglifos de niños con convulsión
febril y niños sanos, siendo algunas de ellas correlacionables con lo reportado por
otros autores tales como Vargas Díaz et al. 41
CAPITULO VI
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Después de analizar los resultados del presente estudio y su comparación con
otros trabajos, se concluye que:
1. Existen diferencias entre los dermatoglifos de los niños con convulsión febril
y los del grupo control, sustentado en que:
a) En los patrones digitales W predominaron en el II dedo izquierdo y
derecho de las hembras convulsivantes, y en el I dedo izquierdo y derecho
de los varones convulsivantes, al compararlos con los controles, aunque no
hay diferencias estadísticamente significativas, discrepa con lo observado en
estudios de poblaciones sanas.
b) En la bilateralidad para cada par de dedos, en las hembras convulsivantes
la hubo en el V dedo en menor frecuencia que el grupo control, con
diferencias significativas (p < 0,0214 ). No habiendo diferencias significativas
en los varones.
c) En la posición de salida de la línea D, en las hembras convulsivantes
predominó la posición 9 en mayor frecuencia que las controles, habiendo
diferencias significativas (p < 0,00515). En los varones no hubo diferencias
significativas.
d) En la posición del trirradio axial, en ambos sexos predominó la t’ bilateral.
Con respecto al trirradio axial t, hubo baja frecuencia en las hembras
convulsivantes y ausencia en los varones convulsivantes al compararlos con
los controles, en los varones hubo diferencia significativa (p < 0,00693).
e) En el contaje a-b, en las hembras convulsivantes es mayor que las
controles con diferencias significativas en la mano izquierda (p < 0,0124) y
en la mano derecha (p < 0,0455 ). En los varones no hubo diferencias
significativas.
2. Al comparar los niños con convulsión febril y el grupo control, no hubo
diferencias estadísticamente significativas en:
42
a) La distribución de patrones digitales a través de los cinco dedos de la
mano.
b) Los pares de dedos homólogos con un patrón digital.
c) La posición de salida de la línea A, en ambos.
d) Los tipos de patrones palmares.
e) Los pliegues palmares.
f) El contaje total de crestas (C.T.C).
Finalmente se puede concluir de manera general que sí hay diferencias entre
los dermatoglifos de niños con convulsión febril y niños sanos del grupo control,
algunas de las cuales son congruentes con los hallazgos de otros trabajos
investigativos en este campo. Por lo anteriormente expuesto, se recomienda
estudiar muestras más grandes y la posibilidad de un estudio prospectivo de niños
sanos al inicio del mismo, que presenten estas características dermatoglíficas en
las cuales se encontró diferencias significativas, para evaluar el verdadero valor
predictivo de presentar convulsiones febriles en el futuro.
43
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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44
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45
31.-William, S. (1.979). Anthropology and Dermatoglyphics: Birth defects: Original Article Series, Vol. XV, nº6, 211-223.
32.-Zacarias, G. (1.997). “Convulsiones desencadenada por fiebre y correlación
evolutiva del electroencefalograma. Departamento de Pediatría “Dr. Agustín Zubillaga”. Enero 1.996-Agosto 1996”. Barquisimeto.
46
ANEXO A:
CURRICULUM VITAE
DENNY M. VARGAS S. PERFIL: ü Médico Cirujano TITULOS OBTENIDOS: ü Bachiller en Ciencias – Colegio “PADRE SEIJAS” – NAGUANAGUA –
1986 ü Médico Cirujano – UNIVERSIDAD DE CARABOBO – 1996 CURSOS REALIZADOS: ü Curso Completo de Inglés – LABORATORIO DE IDIOMAS DE LA
UNIVERSIDAD DE CARABOBO – 1989. ü Curso de R.C.P. – ASCARDIO – 1995. ü VII Curso medio en Toxicología fundamental y ocupacional – CITUC -
Valencia – 1998. ü Curso de Medicina Ocupacional – UNIVERSIDAD DE CARABOBO – 1998. ü Operador de Microcomputadoras Plus – FUNDACION UNIVERSIDAD DE
CARABOBO – 1998 IDIOMAS: ü Castellano – Inglés. EXPERIENCIA LABORAL: ü Médico Interno (INTERNADO ROTATORIO) – Hospital “Dr. Adolfo Prince
Lara” – INSALUD – Inicio: 16 – 02 – 1997 Culminación: 16 – 02 – 1999. ü Residente de Postgrado de Puericultura y Pediatría de la UNIVERSIDAD
CENTRO OCCIDENTAL LISANDRO ALVARADO – Inicio: 15 – 03 –1999 Culminación: 15 – 03 – 2002.
48
ANEXO B:
CLASIFICACION I NTERNACIONAL DE LAS EPILEPSIAS Y SINDROMES EPILEPTICOS. 1989.
1. Epilepsias y Síndromes relacionados con la localización (focal, local, parcial) 1.1 Idiopáticas (con inicio relacionado con la edad)
En el presente, los siguientes síndromes están establecidos, pero en el futuro pueden identificarse más: 1.1.1 Epilepsia infantil benigna con espiga centrotemporal 1.1.2 Epilepsia infantil con paroxismo occipital 1.1.3 Epilepsia primaria de lectura 1.2 Sintomáticas 1.2.1 Epilepsia parcial continua crónica progresiva de la infancia (Síndrome de
Kojewnikow) 1.2.2 Síndrome caracterizados por convulsiones con modos específicos de
precitación 1.3 Criptogénica
Las epilepsias criptogénicas se cree que son sintomáticas y la etiología es desconocida. Esta categoría difiere de la anterior por la falta de evidencia etiológica.
2. Epilepsias y síndromes generalizados 2.1 Idiopática (con reporte de inicio relacionado con la edad en orden de edades 2.1.1 Convulsiones familiares neonatales benignas 2.1.2 Convulsiones neonatales benignas 2.1.3 Epilepsia mioclónica benigna de la infancia 2.1.4 Epilepsia de ausencia infantil (picnolepsia) 2.1.5 Epilepsia de ausencia juvenil 2.1.6 Epilepsia mioclónica juvenil (pequeño mal impulsivo) 2.1.7 Epilepsia con crisis de gran mal (CTCG) al despertar 2.1.8 Otras epilepsias idiopáticas generalizadas no definidas anteriormente 2.1.9 Epilepsias con crisis precipitadas por modos específicos de activación 2.2 Criptogénicas o sintomáticas (por orden de edad) 2.2.1 Síndrome de West (espasmos infantiles, Blits-Nick- Salaam krümpfe 2.2.2 Síndrome de Lennox-Gastaut 2.2.3 Epilepsia con crisis mioclónicas-estáticas 2.2.4 Epilepsia con ausencia mioclónica
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2.3 Sintomáticas 2.3.1 Etiología no específica 2.3.1-a Encefalopatía mioclónica temprana
2.3.1-b Encefalopatía epiléptica infantil temprana con estallido de supresión
2.3.1-c Otras epilepsias generalizadas sintomáticas no definidas anteriormente 2.3.2 Síndromes específicos: las enfermedades en las cuales las crisis son una
característica presente o predominante.
3. Epilepsias y síndromes indeterminados focales o generalizados 3.1 Con convulsiones generalizadas y focales 3.1.1 Convulsiones neonatales 3.1.2 Epilepsia mioclónica severa en la infancia 3.1.3 Epilepsia con ondas en espiga continuas durante el sueño 3.1.4 Afasia epiléptica adquirida (síndrome de Landau-Kleffner) 3.1.5 Otras epilepsias indeterminadas no definidas anteriormente 3.2 Sin características generalizadas o focales
Todos los casos con convulsiones tónico-clónicas generalizadas en las cuales los hallazgos clínicos y el EEG no permiten clasificación como claramente generalizadas o relacionadas a la localización, como en muchos casos de sueño o gran mal (CTGG), se considera que no tiene caracteristicas generalizadas o focales inequivocas.
4. Síndromes especiales 4.1 Convulsiones relacionados con la localización (Gelegenheitsanfille) 4.1.1 Convulsiones febriles 4.1.2 Convulsiones aisladas o estados epilépticos aislados 4.1.3 Convulsiones que ocurren sólo cuando existe un evento tóxico o metabólico
agudo debido a factores tales como: alcohol, drogas, eclampsia, hiperglicemia no cetónica.
CLASIFICACION DE LAS CONVULSIONES DE LA LIGA INTERNACIONAL CONTRA LA EPILEPSIA 1981
1. Crisis Parciales (Focales, Locales)
1.A Crisis Parciales Simples (sin deterioro de la conciencia) 1.A.1 Con signos motores
a) Motor focal sin marcha b) Motor focal con marcha (jacksoniana) c) Verbal
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d) Postural e) Fonatoria (vocalización o impedimento del habla)
1.A.2 Con síntomas o signos del sistema autónomo (incluyendo sensación epigástrica, palidez, sudoración, rubor, piloerección y
dilatación pupilar).
1.A.3 Con síntomas somatosensoriales o sensoriales especiales (alucinaciones simples, p.e. hormigueo, destellos de luz y zumbidos). a)Somatosensorial b)Visual c)Auditivo d)Olfatorio e)Gustativo f)Vertiginoso 1.A.4 Con síntomas psíquicos (molestia o función cerebral más alta). Estos síntomas raramente ocurren sin deterioro de la conciencia y Generalmente aparecen como crisis parciales complejas. a)Disfásicos b)Dismnésicos (p.e.paramnesia “ya visto”) c)cognitivos(p.e. estados de sueño, distorsiones del sentido del tiempo). d)Afectivos (miedo, rabia) e)Ilusiones (p.e.macropsia)
f)Alucinaciones estructurales (p.e. música, escenas)
1.B Crisis Parciales Complejas Generalmente con deterioro de la conciencia; algunas veces Comienza con sintomatología simple. 1.B.1 Inicio parcial simple seguido de deterioro de la conciencia. a)Con características parciales simples (A1-A4) seguidas de deterioro de la conciencia. b)Con automatismo 1.B.2 Con deterioro de la conciencia al inicio a)Con deterioro de la conciencia al inicio b)Con características motoras, autónomas, sensorials o físicas como en A1-A4 c)Con automatismo 1.C Crisis Parciales que evolucionan a Crisis Generalizadas (CGS). Pueden ser generalizadas tónico-clónicas, tónicas o clónicas. 1.C.1 Crisis parciales simples que evolucionan a CGS. 1.C.2 Crisis parciales complejas que evolucionan a CGS. 1. C.3 Crisis parciales simples que evolucionan a crisis parciales complejas y luego a CGS
2. Crisis Generalizadas (Convulsivas o No Convulsivas) Las crisis generalizadas son aquellas en las cuales los primeros cambios clínicos indican compromiso inicial de ambos hemisferios. La conciencia puede deteriorarse y éste deterioro puede ser la manifestación inicial. Las 51
manifestaciones motoras son bilaterales. Los patrones electroencefalográficos ictales inicialmente son bilaterales y presuntamente reflejan descargas neurales, las cuales se generalizan en ambos hemisferios. 2.A. Ausencia 2.A.1 Ausencia Típica
a)Deterioro de la conciencia solamente b)Con componentes clónicos leves c)Con componentes atónicos d)Con componentes tónicos e)Con automatismo f)Con componentes autonómicos. 2.A.2. La ausencia atípica puede tener a)Cambios en el tono más pronunciados que en A1 b)Inicio y/o Cesación no abrupta 2.B Crisis Mioclónicas 2.C Crisis Tónicas 2.D Crisis Tónico-Clónicas 2.E Crisis Clónicas 2.F Crisis Atónicas ( Astáticas )
3. Crisis Epilépticas no Clasificadas
Incluye crisis que desafian la clasificación en categorías descritas hasta este momento. Esto incluye algunas convulsiones neonatales, por ejemplo: movimientos rítmicos del ojo, movimientos de masticación y de nado.
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ANEXO C:
HOSPITAL ANTONIO MARIA PINEDA DEPARTAMENTO DE PEDIATRIA DR. AGUSTIN ZUBILLAGA
SERVICIO DE EMERGENCIA
DERMATOGLIFOS
Nombre:____________________________ Fecha de nacimiento:___________
Edad:_____ Sexo:_____ Codigo:______ Fecha:________________________
Antecedente de convulsion febril: Sí_____ No______
DEDOS I II III IV V Tipo de patrón Izquierda Contaje de crestas Tipo de patrón Derecha Contaje de crestas C.T.C.
PALMAS Izquierda Derecha Patrones en el área tenar Patrones en el área hipotenar Patrones interdigitales Pliegues: 1-Simiano 2-Simiano incompleto 3-Sydney 4-Normal Terminación de la línea A Terminación de la línea D Trirradio “C” Contaje de crestas área a-b Angulo máximo atd
Observaciones:
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