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2014

EDITORIAL TRASCENDERNOA

MUJERES MEMORABLES

Alejandra Burzac

Primera Edición: 8 de marzo 2014

EDITORIAL TRASCENDERNOA

Corrientes 415, S. M. de Tucumán, Tuc.; Tel —Fax: 0381—421—5165

0381—155—429275; e mail: [email protected]

www.trascendernoa—edic.com.ar

ISBN: 978—987—27356—6—1

Queda hecho el depósito de la Ley 11.723

Realizado en Argentina

Editora Literaria Contratapa, Coordinación General y Compilación:

Alejandra Burzac

Fotos de tapa: Editorial Trascendernoa y Autores Anónimos.

Páginas: 92

Idiomas: Español y Portugués

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Antología

ALEJANDRA BURZAC

Compiladora

15 Autoras Seleccionadas

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ÍNDICE 9

PRÓLOGO 11

POESÍA 13

ALEJANDRA BURZAC 15

CONCEPCIÓN 16

CLARA 17

ESTÁ SALIENDO EL SOL EN SANAGASTA 19

AMIRA JURI 21

XXVI 22

DÉBORA TREJO 23

19 DE FEBRERO 24

ESTELA PORTA 27

TODAS LAS LETRAS ALINEADAS ENTRE

TUS LUCES Y TUS NOCHES 28

COMO UN PÁJARO SIN LUZ 29

TANTO FUEGO TODAVÍA 30

EVA 31

ELLA Y EL MAR 32

UN ENJAMBRE DE ESPERANZAS 33

ELLA 34

SCHERAZADA 35

HILDA ANGÉLICA GARCÍA 37

LA CASA 38

MADRE BORDANDO 39

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LAURA BEATRÍZ URETTI 41

MUSA Y ESCRITORA 42

MARÍA DEL CARMEN SUÁREZ 43

MUJERES SALVAJES 44

MANOS CREADORAS 46

MARÍA ESTHER ROBLEDO 49

ABUELA MARGARITA 50

MARÍA EUGENIA HERNÁNDEZ SALÁIS 51

TONANTZIN*1 52

MARÍA PAULA MONES RUÍZ 53

SE DESBORDA TU NOMBRE 54

SILVIA GÓMEZ 55

RESISTENCIAS 56

VOLVER 57

EN ESTOS CLAUSTROS 58

CLANDESTINA 59

MUJERES 60

TERESITA FLORES 61

LA COPLA 62

NIÑA MARTA 63

CANTORA DE COPLAS 64

VANDA LÚCIA DA COSTA SALLES 65

SOBRE O FRUTO E A FLOR 68

PROSA 71

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GABRIELA CHAMBEAUD 73

FLORA TRISTÁN (SEMBLANZA) 74

MARÍA GABRIELA DE BOËCK 79

LA REINA 80

CÍRCULO ÁUREO 82

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Prólogo:

El 8 de marzo no es un día como todos, es la

fecha en la que conmemoramos la lucha de un

grupo de mujeres que alzaron la voz para hacer

oír sus demandas, lamentablemente su final no

fue distinto al de otras mujeres en la historia de

la humanidad el fuego se llevó sus cuerpos pero

ese espíritu revolucionario, de lucha por la con-

quista de los Derechos se multiplicó en nuestro

género y arde en nuestros corazones constante-

mente.

“MUJERES MEMORABLES” engloba mu-

jeres de todo tipo, la de las grandes luchas y esas

otras que hacen desde su lugar, muchas veces

pequeño y distante pero no por eso menor. Para

construir los ladrillos se colocan de a uno, algu-

nos debajo de la tierra, donde no se ven ni lucen

colores ni molduras y otros totalmente engalana-

dos. Las Mujeres todas somos constructoras, to-

das nosotras llevamos dentro la llama de la

Creación. Estamos llamadas a la vida para dar

vida, para multiplicar la humanidad, para em-

bellecerla con nuestros atributos y cuidados. Es-

tamos llamadas a velar por la humanidad for-

mar a los hijos y con ello delinear el futuro de las

sociedades.

Esta Antología constituye un homenaje a la

Mujer y cada Mujer que forma parte de esta se-

lección se inspiro en su congénere para producir

su obra. Se recuerdan mujeres, en distintos roles,

con distintas actividades que generan distintos

sentimientos y sensaciones en las artistas que

escriben y eso me parece mágico que podamos con

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un conjunto de palabras recrear y dar vida a

alguien y dejarla plasmada para siempre desde

una mirada particular y transformar esa mirada

en una imagen universal en la que muchos reco-

nocerán a sus propias mujeres, esas que forman

parte de su vida y de su entorno.

Seguro que había muchos más textos para

compartir pero estos son los que elegí para esta

entrega de “MUJERES MEMORABLES”, espe-

ro que la disfruten y la compartan.

Prof. Alejandra Burzac

San Miguel de Tucumán, 8 de marzo de 2014

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POESÍAS

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ALEJANDRA BURZAC

Escritora, Ensayista, Editora,

Poeta y Gestora Cultural, tucu-

mana. Fue Directora de Área

Quichua en la UNSE, Correspon-

sal de Prensa de la Asociación

Indígena de la República Argen-

tina y Delegada de Apoyo de la

Secretaria de Estado de Cultura

de la Provincia de Tucumán. Es Coordinadora

General de la Fundación Familia y Educa-

ción y del Centro de Prevención contra la

droga. Responsable de SADE Filial Tu-

cumán. Editora literaria de diversos autores de

la región. Conferencista y Jurado de Concursos

Literarios, Coordina encuentros, Congresos,

Ferias Literarias, Café Literarios. Publicó:

“Ella” (2 edic. 2012, 2013); “Instintos Natura-

les” (2011); “Eterna Búsqueda” (2006/ 2011);

“Origen Entrada y Consolidación del Qui-

chua Santiagueño” (2010), “El Avá Neê”

(1996). Publicó además en revistas locales, na-

cionales e internacionales.

Fue seleccionada por Concurso en la Antología

“Basta”, 100 mujeres argentinas en el mun-

do contra la Violencia de Género. Tienes

menciones en diversos concursos internacionales

y su obra forma parte de importantes antologías.

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CONCEPCIÓN

A Olga Angélica Sáenz, mi madre

Una vez cuando era tan pequeña

que cabía en el hueco de una mano,

en un dedal, holgadamente en el más simple

átomo

fui luz.

También entonces fui misterio

duda, susurro y esperanza.

Mi madre me tenía prendida a sus entrañas

me sentía latir con acelero.

Una vez cuando era tan célula,

cusiforme, inquieta. Vivía en agua

pero era luz en agua

adherida como musgo al vientre de mi madre.

Y ese vientre era como dos manos

agradecidas o en ruego

¿Quién lo sabe?

Pero tengo ese recuerdo tan preciso

de mi tiempo de luz viviendo en agua

en las entrañas dulces de mi madre

que no puedo dejar de conmoverme

con la vida

y cada vez que nace algo

sentirme agradecida

de mi origen de luz en sus entrañas.

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CLARA

No me tome el tiempo

para entender que encerraba

en sus azules ojos esquivos

o que escondía en su ceño fruncido todo el tiem-

po.

O adonde la llevaban sus piernas delgaditas

ausente de color, blancas extremas

tan chuecas como las del loro

que vestía su pequeño patio

de verdes y rojos en el aro de metal

en permanente movimiento.

No se si fue feliz ni como fue su infancia

si amaba y era amada

si se sentía plena de ser madre

de mis cuatro primos.

Ella era casi taciturna,

lejana, como la cima del cerro

mirado desde el pie sin poder treparlo.

Tenía voz de chicharra grata

sus cabellos canosos y sencillos

caían en una leve melena cortita,

apenas femenina.

Nunca hizo nada que yo sepa

su marido secuenciaba colores

en los más diversos firuletes sobre todo tipo de

elementos,

camiones, carros, bicicletas, murales, lienzos…

artista de pinceladas finas en tonos de arcoíris.

Y el domingo repartía la eucaristía y la palabra

entre ancianos, enfermos y pobres.

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Pero mi tía Clara era un misterio,

su mirada, su risa

toda ella era una incógnita sobre piernas chue-

cas

tan idéntica en aspecto a mi padre

y a la vez tan distintos.

No la había tocado la barrita mágica del encanto

ni la seducción

no contaba historia ni traía caramelos

bruja le decían a sus espaldas sus hermanos

… bruja en voz baja se oía cuando llegaba o se

iba.

Heredé su nombre,

o ambas lo heredamos de su madre.

Clara bruja le decían

tal vez por esa rigidez de ser y estar

y no ser ni estar al mismo tiempo.

Quizás crecer entre nueve hermanos

varones no le había favorecido

O la infancia de campo con padre adusto

que a látigo administraba a los peones

del ingenio San Juan sin misericordia.

Una tarde de julio del ‘82,

mientras el país entero vibraba las instancias

de la selección de fútbol en España

cerró los ojos sin retorno.

Y quedó allí. Tiesa y Ausente.

Eternamente ausente.

Con sus ojos azules vidriados, deslucidos

sin su voz achicharrada grata,

sin sus piernas chuecas haciendo ruido

arítmico con los tacos sin que sepa donde iban.

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ESTÁ SALIENDO EL SOL EN SANAGASTA

Dedicado a Teresita Flores, poeta riojana

Está saliendo el sol

en Sanagasta

y sobre el cerro muestra

las grietas profundas, enormes

en su cuerpo de piedra

donde guarda la historia

de su pueblo.

Y Teresita cuenta

le cambian los colores de las mejillas

se le quiebra la Palabra en el recuerdo

los ojos se le pierden en el pasado

que la apresa.

Está saliendo el sol

en Sanagasta

los paisajes todos estremecen

en el sentir de mi corazón turista.

Las casas, los solares.

Evocaciones trémulas

acompañan mi oído.

Y Teresita sigue en ese viaje

mitad de guía

mitad de viaje interno

hacia el sitio aquel

donde sus abuelos

malcriaban chiquilines.

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Sus padres exigían

a hijos pequeñitos

posturas altruistas.

Está saliendo el sol

en Sanagasta

y todo queda pleno

piedra, montaña

lugares y recuerdos

y Teresita suspira

intensa y sabia

en armonía con la belleza ancestral

de su paisaje.

Sanagasta, La Rioja,

14 de septiembre de 2013

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AMIRA JURI

Tucumana. Licenciada y

Magister en Filosofía. Do-

cente desde 1996 en Facul-

tad de Filosofía y Letras de

la UNT.

Ha realizado cursos de post-

grado en la Universidad de

Granada (España) en Histo-

ria del Arte.

Cultiva la poesía.

Dicta talleres literarios para jóvenes y adultos.

Ha publicado: “Al Andalus” (2001), “Árbol de

viajes” (2004), “El tiempo y las cosas” (2007).

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XXVI

(Del libro: Árbol de Viaje)

A María Teresa, mi madre

En esa gramática personal

el verbo “decir” es un jarrón de vidrio rompién-

dose

o brotes de lapacho de una primavera nueva

el sustantivo “noche” es una transformación de

luna llena

o una claridad esférica de luz

y así de puerta en puerta

las palabras se quedan en la piel

o en el aire de tu mirada.

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DÉBORA TREJO

Nacida en Tucumán, Profesora

de Letras. Obtuvo premios y

distinciones tanto en Cuento

como en Poesía. Entre ellos:

Distinción Especial en el Con-

curso Poético para la Mujer del

Instituto Literario Rega Moli-

na de la provincia. de Buenos

Aires, 1° Premio en el Concurso de Cuento del

Banco Velox, 1° Premio en Cuento en las IV

Olimpíadas Literarias del Instituto Dr. Carlos

Pellegrini, 2° Premio en X° Concurso Literario

de Cuento Ernesto Sábato.

En octubre de 2012 editó su primer libro de Po-

esía “Palabras Impúdbicas”, un canto al amor

con un tinte erótico.

Editora de la Revista: “Tucumán en Foco”

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19 DE FEBRERO

A mi hija

Me doliste tanto, tanto,

ese día esperándote

entre gritos de mujer

que sufre pero que ama,

las dos cosas a la vez.

Con la vista nublada

entre esas paredes blancas,

me sentí desfallecer,

pero vinieron del alma

fuerzas para no temer.

Respiré profundo

ya había llegado el momento.

Disfruté de aquel dolor

que marcaba abrupto el sisma

entre tu cuerpo y el mío.

Tu llanto me hizo llorar.

Y la sangre,

el cordón,

sentí triste aquel instante.

Las tijeras

desprendieron

un pedazo de mi ser

que en mi útero, tu nido,

nueve meses cobijé

nueve meses hija mía

que jamás olvidaré.

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Te estreché entre mis brazos

y con tus labios morados

succionaste de mi seno.

La magia surgió de tus ojitos brillantes.

Esa mirada, ese amor,

me transformó con encanto

de mujer pasión

a pecho,

leche,

Madre.

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ESTELA PORTA

(Argentina) Escritora tucu-

mana, vive en Tafi Viejo.

Prof. en Letras, egresada en

la UNT. Coordinó talleres de

lectura y teatro en escuelas

secundarias de Tafí Viejo y el

Ciclo “Café con letras”, de

la Dirección de Cultura de

Municipalidad de Tafí Viejo.

Tuvo a su cargo la presenta-

ción y análisis de libros de diecinueve autores

tucumanos de reconocida trayectoria. Obtuvo

importantes premios y fue jurado en diversos

certámenes a nivel municipal, provincial y na-

cional. Presidente fundadora de la Sociedad Ar-

gentina de Escritores (S.A.D.E.) (2004 – 2006)

filial Tafí Viejo. Asesora Cultural de ASOLAPO

de Argentina. Fue distinguida por la Municipa-

lidad de Tafí Viejo en 2010 y 2011 (Día Interna-

cional de la Mujer destacada en el campo de las

Letras). Fue nominada en una terna de poetas

para representar a Tucumán en el evento global

La Noche en Blanco de Granada, España e inte-

grar la Antología Internacional La Luna en Ver-

sos. Publicó en periódicos y revistas locales. Par-

ticipó en veinte antologías de poemas, cuentos y

microrrelatos. De reciente publicación: “Peque-

ños Fuegos” (poemas), a través de INSIL (Insti-

tuto de Investigaciones Lingüísticas y Literarias

Hispanoamericanas) – Facultad de Filosofía y

Letras de UNT, S. M. de Tuc., 2013. En prepara-

ción: “Del lado de los tarcos” (microficciones) y

“Escrito en la piel” (poemas).

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TODAS LAS LETRAS ALINEADAS ENTRE

TUS LUCES Y TUS NOCHES

a Elvira, mi mamá – tía,

in memoriam

¿en qué cielo rutilas

única estrella de mi infancia?

el abc de los fuegos enciende el arco de mi hori-

zonte.

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COMO UN PÁJARO SIN LUZ

a Elvira, mi mamá — tía

in memoriam

tan de azahares eran las siestas

habitadas de cuentos y ternuras

mariposas ebrias de feliz promesa

abrojos del viento,

como hoy

este corazón — pájaro huérfano

las palomitas de pan

bocado crocante de recuerdos

caliente

el poncho rojo

cuelga las hebras de la infancia verde

de sus flecos

sólo la nostalgia enhebra las agujas

el alma remendada

suave ensueña un organito

un perfume de naranjo en flor

golpea intenso

me devuelve tu mano, viejita,

caminemos

vamos a “andar sin pensamientos”.

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TANTO FUEGO TODAVÍA

a la abuela Gladis

in memoriam

así como se quiebra el tallo de una rosa

así la muerte oscura

y la casa sola

su refugio su muralla

hoy sin sentido las puertas

los objetos consternados aún la esperan

sola la casa

pero toda florecida de violetas

sonrientes desde las ventanas

afuera el naranjo cobijará

tu sombra blanca

y la del abuelo entrelazadas

siempre

siempre será la casa de la abuela

la del domingo feliz

del pastel francés

el atracón de nísperos a la siesta

y la rueda de mate en la vereda

tanto fuego todavía

tanto ruido

silencio chicos la abuela duerme.

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EVA

Una muralla de silencios

se

des

plo

ma

cuando Dios sueña a la mujer

su primer poema.

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ELLA Y EL MAR

la luna riela sobre un mar de angustia

vuelan peces con alas de gaviotas

tristes siluetas de sal y arena

la noche cómplice y misteriosos poemas

Alfonsina no duerme

habita en las caracolas

collares nacarados de secretos.

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UN ENJAMBRE DE ESPERANZAS

tantea la desnudez de tu corteza negra

de mujer sedienta

hasta que la lluvia…

beso a beso

la piel de la sequía

se destrenza en verdes cintas

olor a hierbas mojadas

hay una resurrección de pájaros

aleteando la ternura del alba

tu carne goza entregada

el tamborileo de los dedos de agua

y en el nudo ceñido de los ciclos

con redondez de luna tucumana

balbucea la luz

el azúcar de las cañas.

a la Madre — Tierra

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ELLA

a María

una mujer sube

la de mil nombres

a su luz

tajaduras de nubes

van deshojando las rosas

perfume intenso

lo sabe el viento

lo respira la piedra

que aplasta la ponzoña

una lluvia de palabras blancas

leer la sintaxis del ascenso

a contra tierra

a contra noche

a cielo abierto

sujetar el instante

cuando las alas de ángeles

sutiles los bordes del milagro

nadie y todos te nombramos

mujer

al fin y al cabo

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SCHERAZADA

Había una vez, mil veces y una vez. Una

Historia infinita de rosas deshojadas por el des-

pecho deshojado por el hechizo de las palabras.

La Palabra inteligente que calla, demorando la

muerte. La Palabra seductora y femenina en el

eterno tiempo de Shahriyar.

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HILDA ANGÉLICA GARC-

ÍA

Poeta, Escritora, Ensayista,

Crítica Literaria catamar-

queña.

Es miembro de la Academia

Creceña de Letras, Veedora

de las Artes (Provincia de

Catamarca), Columnista del

Ancasti y colaboradora de diarios y revistas de

prestigio tanto del país y del extranjero.

Su obra figura en numerosas antologías. Alcanzó

importantes premios y distinciones a nivel na-

cional e internacional.

Su poesía está editada en los libros: “Después,

volver” (1967); “Los Días del Amor” (1980);

“Memoria de La Luz” (1989); “Literatura

Catamarqueña. Escritores Contemporáne-

os” (ensayo, 1995); “Agua de Sed” (2003); y

“Moradores de Sueño” (2012)

También publicó un libro de relatos “Sucedidos

en Saujil” (1999); y dos ensayos: “A Libro Abierto

I” (2007); “A Libro Abierto II” (2011) y “Aire de

invocaciones”.

Presidenta de la Sociedad Argentina de Escrito-

res filial Catamarca.

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LA CASA

Del libro: Aire de invocaciones

La casa era de sueños

cuando madre regaba los geranios.

Ella cantaba antiguos valsecitos

y el agua deslizaba por las hojas

sus gotas transparentes.

Había

un rosal de rosas rojas que crecían

mojadas de rocío.

El jardín a la calle era un retablo

de pétalos sembrando sus colores,

mientras madre barría la vereda

con el aire en su piel, en su cintura.

Iba su escoba

aventando gorriones

saludando a las hojas.

Era de sueños

la casa

y el aroma y su voz por las mañanas.

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MADRE BORDANDO

Entraba el aire por la ventana limpia

perfume a paraísos

y rosales.

Madre leía

revistas de labores y calcaba

paisajes fugitivos de ángeles

y pájaros. Bordaba

en punto cruz las flores

y en sombras de colores delineaba

contornos de la hojas

que iban y venían con la aguja

sobre un mantel de hilo inmaculado.

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LAURA BEATRÍZ URETTI

Escritora. Nació en 1960, en

Andalgalá. Es Profesora para la

Enseñanza Primaria. Trabaja-

dora de la Cultura. Forma parte

de diversas organizaciones y

entidades locales, culturales,

deportivas y de servicios. Em-

pleada Municipal. Secretaria del Grupo Literario

Tantanakuy. Obtuvo Mención Especial en el con-

curso organizado por la Biblioteca Popular Sar-

miento y el Primer Premio en el Concurso Lite-

rario “Homenaje Lírico a Andalgalá En el Año

del Bicentenario de la Revolución de Mayo”, Julio

de 2010.

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MUSA Y ESCRITORA

En tu esencia

de infinita ternura y fortaleza,

abrevan a diario

los pájaros de los sueños,

y tu íntima sensibilidad

hecha sonrisa y canción,

ilumina al mundo

en perenne bendición.

Bendita y pródiga seas

por siempre Mujer,

eje firme e inamovible

de la especie humana.

Los poetas te cantan,

los sones de adornan,

¡encarnación única

de musa y escritora!

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MARÍA DEL CARMEN SUÁ-

REZ

Nació en el barrio de La Boca el

3 de agosto de 1943. Su padre

uruguayo pertenecía a la fami-

lia Castro Suárez, inmigrantes

españoles de La Coruña. Recibió

la Mención de Honor en el Con-

curso Internacional de Poesía

"José Martí" de Perú (1971) y

Premio Poeta América Latina

1983, compartido con el poeta chileno Enrique

Lihn, Lima, Perú. Como periodista obtuvo el

Premio de la Fundación Rizzuto en 1980 por su

trabajo sobre la ciudad de Buenos Aires en

homenaje a los 400 años de su fundación.

En 1986 publicó Poesía de la mujer argentina

(selección y prólogo) En 1993 editó el ensayo

Potencia del símbolo en la obra de Luisa Merce-

des Levinson. Luisa Mercedes Levinson, estu-

dios sobre su obra fue publicado en 1995 y com-

partido con Mirta Arlt, Leonor Calvera, Rolando

Costa Picazo, Jorge Cruz y Pedro Orgambide.

En octubre de 1993 parte de su novela inédita

fue publicada en Austria por la Editorial Wiener

Frauenverlag en una antología de mujeres lati-

noamericanas seleccionadas por la profesora

Erna Pfeiffer. Colabora con revistas de Argenti-

na y del exterior. Sus poemas figuran en impor-

tants antologías publicadas en Colombia, Méxi-

co, Perú, Venezuela, España y Estados Unidos.

Poesías de su autoría fueron traducidas al jindi y

publicados en la India en 1980, también han sido

vertidos al inglés, italiano y francés.

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MUJERES SALVAJES

(Del libro: Poesía de Márgenes, Antología)

A Lucía Carmona

He visto amor en las nervaduras del ocaso

en la mirada ardiente de mujeres salvajes

y lloré frente a una grieta oscuros deseos perdi-

dos

lloré por hermanas ardorosas que no conocen

claves

de la alegría

pájaros en ramajes de árboles en llamas

vi lámparas apagadas en los cuartos

lechos donde el agua seminal grababa dibujos

extraños

y la huella de los cuerpos aparecía terriblemente

oscura

vi fluorescencias diminutas

parejas reales que agudizan el oído para escu-

char

las voces del amor

amantes constructores que levantan blancas

paredes

gestan bellos hijos y cultivan jardines de fuego

damas melancólicas

con vestidos oscuros y tragedias

se hieren con filamentos y veo su sangra embra-

vecida

desde mi casa brillante de papeles y felinos

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observo a esas hermanas

sus signos

esperando del amor una mirada intensa

que despierte en los cuerpos la rotación del uni-

verso.

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MANOS CREADORAS

(Del libro: Poesía de Márgenes, Antología)

Todas las mujeres de mi familia

abrían la noche con un canto

labriegas

tejedoras

bordadoras

bailarinas

creaban el silencio

para saber acerca del cielo.

Eran creadoras

lavaban sus cuerpos en aguas

de ríos caudalosos

o el mar esmeralda

de costas misteriosas

eran seres que dejaban huellas

por todo lugar donde moraban

corazones ardientes

impulsados por remotos designios

madres cuidadosas

amantes

sanadores de dolores intensos

quebraban los hechizos

durmiendo en lo alto de árboles sagrados

moviéndose al ritmo de la tierra

que debajo de ellas latía como los corazones.

Viven en un sitio de arenas movedizas

y vuelven en sueños

cuando descanso en el campo

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a la luz de la luna

o recojo una naranja

donde me refugio

para hablar con ellas.

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MARÍA ESTHER RO-

BLEDO

Poeta y narradora. Docente.

Creadora y coordinadora del

Proyecto Entretejiendo desde

el hacer de las palabras. Su

labor ha sido distinguida con

primeros premios y mención

de honor. Participo de anto-

logías y Congresos fuera y dentro de su país.

Vocal de S.A.L.A.C. —Sociedad de Escritores

letras Artes y Ciencias Filial San Juan2008—

Conductora y creadora de Programa Radial “El

hacer de las palabras”. Por radio Nacional desde

año 1998—hasta el 2000 y en radio Universidad.

FM. 93.1 desde el año 2000 hasta 2004

Libros: “Huellas”; “Verde esmeralda”; “Te-

jiendo colores de otoño”; “Granos de Arena

en el viento”; “Los nombres”.

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ABUELA MARGARITA

Margarita

de paso lento,

sentada en su silla baja

con asiento de totora,

tejía

con aguja para crochet de madera.

Eran pasadas colchas coloridas

para los pies de nuestras camas.

Hoy las veo,

adornaban y arropaban.

Si, Margarita tejía en silla de paja;

tejía sueños,

tejía familia,

en la galería con piso de baldosas

lustrosas como mosaico,

que daba al norte.

en el caminar de nuestras vidas.

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MARÍA EUGENIA

HERNÁNDEZ SALÁIS

Mazatlán, Sinaloa, México

Abogada con maestrías en

derecho penal, administración

y una especialidad en literatu-

ra mexicana del siglo XX

Asistente a congresos de lectu-

ra y poesía en:

Puebla, Oaxaca, Hermosillo, México, la habana

cuba, encuentros de poetas en San Juan, Buenos

Aires y Santa María de punilla, y Brinkmann en

argentina.

Publicaciones:

En 2009 libro de poemas titulado “Brumas y

Lejanías” editorial de los cuatro vientos de

buenos aires, argentina.

En 2010 libro de poemas titulado “fuegos fa-

tuos” editorial de los cuatro vientos de buenos

aires, argentina.

En 2011 libro de relatos titulado “sirenas ama-

rillas” editorial de los cuatro vientos de Buenos

Aires, argentina

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TONANTZIN*1

Quiero recibir la primavera engalanada

úngeme de colores primigenios madre tierra,

perfuma mi cuerpo con el almizcle poderoso

que sale de tu vientre oliendo a barro.

Xóchitl llenara mi copa

con la savia dulce y soberana del maguey;

deseo sentirme niña

dormir una vez más entre tus brazos

oscuros, amorosos, sabios y tiernos,

¡ven! calma mis terrores, vieja nana.

*1—TONANTZIN significa madre venera-

ble..to=nuestro...nan=madre...tzin...venerar...des

pués de la conquista se utilizó para decir “Nues-

tra señora”..por eso después de las “apariciones

de la virgen de Guadalupe” inicialmente los

indígenas la llamaban “Guadalupe Tonantzin...

*2—XOCHITL...termino ahuatl también signifi-

ca Reina de las Flores

*3—MAGUEY es un cactus que en nahuatl se

nombraba Metl, pero después de la conquista los

españoles utilizaron una palabra caribeña para

designar esta planta...AGAVE o MAGUEY...del

cual se obtiene un destilado llamado aguamiel,

que después de fermento y procesamiento da

origen al mezcal (agua ardiente) y al Tequila

finalmente

MUJERES MEMORABLES

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MARÍA PAULA MONES

RUÍZ

Poeta argentina, nacida en

Buenos Aires el 3 de abril de

1955. Estudió Letras y es

Correctora Literaria.

Ha publicado: “Piedra,

papel o poema”, 2004;

“Calle blanca”, 2006; “La

clave”, 2008; “Poemas pa-

ra la magia y otras visiones”, 2009; “Avepo-

esía”, 2010 Faja de Honor de la SADE Central.

MUJERES MEMORABLES

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SE DESBORDA TU NOMBRE

(Del libro: Avepoesía)

A Rosa María Sobrón, In memoriam

Se deshoja tu nombre

y tu fragancia de poeta perfuma mi nostalgia.

Hay en el aire una extrañeza,

una rosada alquimia.

Otoño. Te escribo.

Asciendes

y mi mano no parece sobre el papel apoyarse.

Seguramente, como una hoja otoñada

quiera suspenderse, rozar tu vuelo

y volver…

sin tu partida.

MUJERES MEMORABLES

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SILVIA GÓMEZ

(1964) Profesora de Ciencias

Jurídicas. Licenciada en Cien-

cias sociales y Humanidades.

Trabaja actualmente en el

Sistema Provincial de salud

de la Provincia de Tucumán.

Integra la Comisión directiva

de la biblioteca Popular La

Randa de Yerba Buena en la que dirige un taller

literario. Integrante del grupo Las Lilith femi-

nistas.

Ha participado en publicaciones digitales, mesas

de lecturas y en revistas especializadas en tema

género y poesía. Ha publicado un libro de poe-

mas: “Transformaciones Urgentes”, (Edicio-

nes Parque Chas. 2012). Tiene una obra en edi-

ción: “Esas que soy” (Ediciones de Octubre)

Antologías publicadas: Escritura compartida

(Centro Nacional de Escritores. Córdoba 2012),

Antología Contra la Violencia de Género, con-

curso Micaela Bastidas (Inadi—Buenos Aires.

2013), Poesía Bajo el Farol (Ediciones Del par-

que. Tucumán. 2013), Revelaciones (Editorial

Dunken. Buenos Aires. 2013)

E—mail: [email protected]

MUJERES MEMORABLES

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RESISTENCIAS

Del libro: “Transformaciones Urgentes” (2012)

Ellas danzan

subidas en manteles esquirlados.

Ellas pujan.

Trepan.

Escapan por las ventanas.

Ellas reptan.

Se seducen.

Se desmayan.

Se aproximan al infinito cielo

que las mira

para desvestirlas en jirones escarlata.

Ellas danzan

la alegría de la vida

y batallan una a una las palabras,

izando sus faldas como banderas

en los centros de las calles,

de las plazas.

MUJERES MEMORABLES

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VOLVER

Del libro: “Transformaciones Urgentes” (2012)

Mi madre,

que sólo esperaba

permanecer despierta

hasta que el alba tiñera sus hortensias,

me vio llegar esa mañana

cargada de figuras, de sombras y de exilios.

Acarició mis ojos,

mis pestañas y mi pelo.

Quiero decir,

me acunó en silencio,

tras esta larga travesía

de volver a casa.

MUJERES MEMORABLES

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EN ESTOS CLAUSTROS

He buscado tras los muros

del convento

la tentación del saber

y el escribir indómito.

He preferido estas paredes

no las reglas

(escritas para mí, por ser mujer)

He cedido la libertad andante

por la libertad de mis ideas y mis palabras,

aprendiendo de esta forma

que la música y la ciencia

enseñan más

que los enseres de la casa y la cocina.

He respondido

a los hipócritas designios de los hombres

(cargados de furiosas moralinas)

aprendiendo a menudo que la paz

se encuentra encerrada entre tabiques.

He sabido de noblezas y de nobles.

He traído los poetas a mi claustro.

He quemado mis libros tras los pasos

de este año 1600 que se rompe.

Cambié mis honores designados,

me llamé Sor Juana Inés

para la historia.

El tifón me fue gestando en poeta

en el convento,

en estos claustros,

y entre estos muros de mi vida.

MUJERES MEMORABLES

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CLANDESTINA

“Aborto legal, seguro y gratuito ya!”

(Consigna popular)

Anestesiada en esta cabellera oscura

que pinta mi falda de rojo

y entrañas ingrávidas, estériles

me desangro. Clandestina.

Me ahogo en los rellanos oscuros,

intromisiones mortales me segmentan de a poco.

Me parto. Evaporo

Me asfixio. Clandestina.

Los gritos malolientes de esta ciudad sombría

que esconden sus hartazgos más violentos

conduce esta noche a otros desvelos

que sujetan el cuerpo,

¡Tanta agonía!

Mientras se empaña la vida de pecados,

de roñas , de inmundicias

una hipocresía se cuelga en sotanas

que a lo lejos bendice

a los feligreses en misa.

Y yo

muerta.

Silenciosamente.

Clandestina.

MUJERES MEMORABLES

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MUJERES

Nos pusieron cadenas,

nos blandieron espadas

nos mataron oscuras

en fuegos, hogueras, cenizas, llamas.

Nos precipitamos abismos

significamos palabras

nos volamos los siglos

huellas andantes,

semillas aladas.

Nos sembramos los vientres

nos parimos vedadas

nos despertamos vida,

susurramos el alba.

Seguimos

surcando los cielos, barriendo caminos

creando esperanzas.

Cantamos

cada luna nueva, nuevas melodías

que despiertan los labios

y prometen sus alas.

MUJERES MEMORABLES

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TERESITA FLORES

Riojana, nacida en Sanagasta,

es docente, poeta e investiga-

dora de temas relacionados

historia, alimentación y mito-

logía americana. Dicta confe-

rencias en el país y en sus via-

jes lleva a La Rioja en el bolsi-

llo.

Ha presentado sus obras en España en el marco

del Encuentro Mundial de la Décima y el Trovo

en Ronda (Andalucía), en Chile, Uruguay, Boli-

via, etc. Ha recibido diversos reconocimientos

por su obra y por su trayectoria. Como docente

desempeñó funciones de maestra de grado, direc-

tora y supervisora de Zona, jubilándose en 1986.

Es mujer destacada de La Rioja (1996), Vecina

Ilustre (2001), Visitante ilustre en Tarija y

San Lorenzo (Bolivia) Fundadora, junto a sus

hermanos, del Museo “Rumy Mayu”, de Sana-

gasta.

Publicó muchos libros de distintos géneros.

MUJERES MEMORABLES

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LA COPLA

(Del libro: El Ojo de la Aguja)

El canto viene desde las hurañías

con su pobreza llana

de albahaca desgajada.

Ceñido es a la ofrenda

que en el decir regresa,

ordenada en vidalas.

Sube la copla niña

al corazón de las cajas

y se desploman las voces

ocultas en las gargantas.

Cuando la chaya esté lista

han de yaparle su sueño,

le anudarán la nostalgia

como una flor en el pelo.

Van sembradoras de coplas

las mujeres por los pueblos:

Josefa Díaz, Rosario con Amaranta Toledo

subidas al canto llano

que les retumba en el pecho.

¡Ay! Chayita de Alpasinche

Dándole gusto a febrero.

MUJERES MEMORABLES

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NIÑA MARTA

(Del libro: El Ojo de la Aguja)

Vive entre la banda poniente del ocaso,

vecina del río que se encabrita a veces;

suelta su voz de rezos

cuando la sombra avanza

entre las cañas del ejército verde.

Lee en el aire

las corredizas maniobras de la arena

y sabe cuando el río amenaza

con su creciente negra:

Le vuelan los gorriones en el pelo

y le ofrecen serenatas las cigarras.

En días imperiosos, su paciencia,

me regresa a la tierra de conceptos domésticos

anudando a su vida la vida de mis hijos,

y urgida de quehaceres,

y lenta de fatigas,

guisa la tarde en el horno de leña.

Niña obstinada, ordenada, ordena la sucesión

del día

que viene con su modo a la cocina;

el locro crepitante, la cazuela, el arroz,

su voluntad, su gracia humeando en cada plato

y el polen de la harina en sus mejillas.

Su alegría desenfunda

cargamentos de amor en nuestros días.

MUJERES MEMORABLES

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CANTORA DE COPLAS

Ojos de las mujeres empozados y negros

socavando el abismo donde la copla espera.

Ignacia Carrizo con su canto se aferra

a las uñas del tambor y de su herencia

decidora de la tierra.

Con ella camina

la sacra memoria de Salicas,

donde el tambor no era el cuero

estirado y reseco

sino su propio corazón cocido de madera.

La miro pasar delgadita y morena,

hundida en el vaho fragante de la siesta.

Va marchándose sola, de frente, sin apuro,

con el hollín del rancho

en su rostro de cera.

La copla va con ella,

quebrada y soñolienta.

La miro, y me sucede

que evoco el augusto de la tierra,

que me enhebra y me mata

con sus dulces pájaros de greda.

¡Ay! Doña Ignacia Carrizo,

como me duele su pena.

MUJERES MEMORABLES

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VANDA LÚCIA DA COSTA

SALLES (VANDA SALLES):

Nasceu em Italva (antigo

distrito de Campos de Goita-

cazes—RJ), Brasil, em 25 de

abril de 1956. É escritora,

poeta, ensaísta, artista plás-

tica, compositora, tradutora

e conferencista. Graduada

em Letras/Português—

literaturas, pela UERJ/FFP; Pós—Graduada em

Literatura Infanto—Juvenil pela UFF; e em

Arteterapia na Saúde e na Educação pela pela

UCAM. Monção de Aplauso e Congratulações—

Câmara Municipal de Rio das Ostras (2001);

Catedrática de Literatura do Museu Belgrano

(Argentina), outorgada pelo Fundador e Diretor

Dr. Ricardo Vitiritti (2008); Diretora Internacio-

nal do Taller Artístico Alas Rotas—Alitas de

América, nomeada pela Fundadora e Diretora

Geral do T.A.A.R., em Argentina Srª Silvia Aida

Catalán (2008); Fundadora e Diretora do EN-

LACE MPME MUSEU PÓS—MODERNO DE

EDUCAÇÃO (2010). Diploma e Comenda Gon-

çalves Dias— IHGMA/UFMA (2013). Distingui-

da com Menção Honrosa (Shogum Editora,

1984/5), Monção de Aplausos e Congratulações

(Rio das Ostras—RJ, 2001), Menção Honrosa

(Sec. De Estado e Educação do Rio de Janeiro—

V Bienal Internacional do Rio de Janeiro—1991),

Comenda Gonçalves Dias (IHGMA/UFAM—

2013), Prêmio Luso Brasileiro— Melhores Poe-

tas de 2014 (Editora Mágico de Oz, Fevereiro

2014), entre outros.

Atualmente cursa Direito na UNESA— campus

Alcântara—SG—RJ (3º período)

MUJERES MEMORABLES

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Publicou: No Tempo Distraído (narrativas, Ágo-

ra da Ilha,2001), Diversidades e Loucuras em

Obras de Arte— um estudo em Arteterapia (en-

saio, Ágora da Ilha, 2001), A palavra do menino

e as abobrinhas ( infanto—juvenil),

HP.Editora,2005), O Chamado das Musas. Pô—

Ética Humana: o enigma do recheio— a artete-

rapia ao sabor da educação brasileira (pesquisa

poética em arte e educação, Creadores Argenti-

nos, 2008; Núncia Poética (poesias, Cbje,2010);

Universo Secreto (Entre o Abismo e a Monta-

nha)— (contos, Virtualbooks , 2011); Cantigas

Para a Mulher do Século XXI—30 anos de poesia

(poesias, Cbje, 2013).

Participa também das seguintes Antologias:

* Os Melhores Poetas Brasileiros Ho-

je/1985(Shogum Editora, 1985), * III Encuentro

Nacional de Narradores y Poetas — Unidos por

las Letras — 2009—Bialet Massé (Córdoba, Ar-

gentina,2009), * Poesia em Trânsito—

Brasil/Argentina (La Luna Que, Buenos Aires,

2009,

* 1º Antología Literaria Nacional e Internacio-

nal 2010 “Ser Voz en el Silencio”, S.A.L.A.C —

Carlos Paz, Córdoba—Argentina (Galia's, Edito-

ra Independiente, 2010.

* Time to say: NO!— Philo Ikonya e Helmuth A.

Niederle— P.E.N Club—Áustria, 2013

* Mil Poemas Para Gonçalves Dias, Coordena-

ção: Dilercy Aragão Adler e Leopoldo Gil Vaz.

IHGMA/UFAM: São Luís—Maranhão, 2013; *

Mil Poemas Para Óscar Alfaro— Coordenador

Alfred Asís, Tarija—Bolívia, novembro de 2013;

* Mil Poemas Para Madre Teresa de Calcutá—

Coordenador Alfred Asís, Chile, dezembro/março

2013/2014

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* Antologia Confraria dos Poetas LUA ÚNICA—

Cascavel—Paraná— Brasil, novembro de 2013

* Antologia Luis de Camões e Convidados, Má-

gico de Oz, Portugal, fevereiro de 2014

* Antologia do Forte de Copacabana, fevereiro

de 2014

* Cien Poemas Para Nicanor Parra, Coordena-

dor Alfred Asís,Chile, 2014.

Participação em Salão de Artes Plásticas, Gale-

ria e outros:

e— mail: vanda—[email protected]

http://wwwmuseuposmodernodeeducacao.blogsp

ot.com/

http://museuposmodernodeeducacao.blogspot.co

m/

http://bioecolinguistica—vandasalles—

poetica.blogspot.com.br/

MUJERES MEMORABLES

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SOBRE O FRUTO E A FLOR

Chamo—me Joana Paula Manso Noronha, penso

e escrevo.

Conclamo por igualdade de direitos,

Os Direitos Humanos, Senhoras e Senhores, não

são profanos.

Saibam, ainda, se decapitam mulheres e crian-

ças.

A vida está no centro do nosso pensar: Educação

e voz são os caminhos!

Liberdade! Liberdade! – Em uníssono a todas e

todos

Não! As mulheres não silenciam, disse a Olympe

de Gouges

Erguendo a cabeça ao carrasco, sorriso nos

lábios...

Tudo o que tenho levo comigo: os desejos e os

sonhos,

As realidades paralelas, o bom—humor,

A plenitude da música,

O fulgor das orquídeas,

A vida desejada,

Sem silêncio,

Sem resignação,

Sem obediência, pois

Ensinando, aprendemos

Sobre o fruto e a flor.

Vi Christine de Pisano, li Cidade das Damas,

No Autorretrato, de Sofonisba Anguissola, até

O Inferno Monacal, de Elena Cassandra Tara-

botti

MUJERES MEMORABLES

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Na história da humanidade

A misoginia,

O machismo,

Explicitado nas sátiras de Mary Montagu

E a sensibilidade profundo no deja—vu

Quando

Artemisia Gentileschi absorvia a linguagem da

luz e da sombra em um Caravaggio

Todas nós estávamos ali,

Para a aprendizagem da autonomia da consciên-

cia,

Da potência,

Do respirar d’alma

E na estruturação da forma, esta

Que a língua dignifica lugar de ser: Palavra,

dou—te na beleza da intenção!

MUJERES MEMORABLES

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MUJERES MEMORABLES

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PROSA

MUJERES MEMORABLES

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MUJERES MEMORABLES

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GABRIELA CHAMBEAUD

Escritora tucumana, trabaja

en el Ente de Cultura de la

Provincia.

2° premio en Poesía y 1°

Mención – Certamen Litera-

rio Municipalidad San Miguel

de Tucumán – Año 2001.

2° Premio en Poesía “Encuentro Nacional de

Poetas “Monteros – Año 2004 — Auspiciado

por UNT y Secretaria de Cultura. Declarado

de interés provincial

Seleccionada en el X Certamen Internacional

de Poesía y Narrativa. Integra la obra

“Mundo Literario 2005” Editorial Nuevo Ser.

Convocada para publicar en la Sección Lite-

raria del Diario El Siglo – Año 2006

1° Premio en Poesía Muestra Generarte –

Museo Timoteo Navarro Año 2006 – Auspi-

ciado por la Secretaria de Cultura y Gobier-

no de la Provincia.

1° Premio en Poesía – Segunda Muestra

Artística de Mujeres Estatales – Año 2007 –

Auspiciado Secretaria de Cultura, Red de

Mujeres y Gobierno de la Provincia.

MUJERES MEMORABLES

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FLORA TRISTÁN

“Tengo a todos en mi contra. A los hombres, por-

que pido la emancipación de la mujer, a los pro-

pietarios porque reclamo la de los asalaria-

dos.”[1] Flora Tristán

Hace doscientos años, en París, nació una de

las mujeres más importantes en la historia del

socialismo y del feminismo: Flora Tristán, hija

de un peruano rico y una francesa. Aunque vivió

sólo cuarenta años, éstos fueron intensos, carga-

dos de novedosas ideas y actitudes vitales. Du-

rante su existencia, esta mujer vislumbró que el

sojuzgamiento que las mujeres aceptaban como

algo natural, al jugar el rol que la sociedad y la

cultura les destinaba como madres y esposas —

reproductoras biológicas y sociales— era similar

a la relación que se da entre el amo y el esclavo,

entre el obrero y el patrón.

Cabe preguntarse por qué la historia oficial

sólo la recuerda como la abuela del pintor Paul

Gauguin y, de esta manera, mantiene en el olvi-

do a esta extraordinaria mujer que se sobrepuso

a las dificultades y logró plasmar sus audaces

pensamientos a través de la militancia, convir-

tiéndose, sin saberlo, en una precursora de la

Asociación Internacional de los Trabajadores,

cuando escribió, en su obra “Unión Obrera” ,

acerca de la necesidad imperiosa de que la clase

trabajadora se uniera superando las fragmenta-

ciones nacionales y luchara por construir una

MUJERES MEMORABLES

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organización única en todo el mundo, que le di-

era la fuerza suficiente para lograr su emancipa-

ción. Sensibilizada —gracias a una particular

mirada que le permitía alternar entre los frívo-

los círculos privilegiados, así como sumergirse

con valentía en los ambientes más sórdidos—,

hace suyos los desafíos que el socialismo utópico

comenzaba a construir. A tal grado lleva su acti-

vidad, que las revistas de la época comienzan a

publicar sus artículos en favor de los derechos de

las mujeres, de los obreros, por el divorcio, con-

tra el oscurantismo religioso, contra la esclavi-

tud e, inclusive, por la abolición de la pena de

muerte.

También viaja a Inglaterra, país en el que la

Revolución Industrial se hallaba en su apogeo,

donde los trabajadores vivían en condiciones

paupérrimas, en ciudades sin servicios, hacina-

dos, asolados por epidemias, agotados por jorna-

das extenuantes. Allí conoce lugares de espanto,

no titubeando en disfrazarse de hombre para

poder entrar a prostíbulos, manicomios y cárce-

les. Pero también visita el parlamento británico,

las carreras hípicas y los clubes aristocráticos. A

partir de esa experiencia, escribe” Paseos por

Londres”, que publica en 1840, donde responsa-

biliza a la burguesía y al sistema capitalista de

las condiciones de miseria en las que sobreviven

hombres y niños, así como de las aún más terri-

bles condiciones de existencia de las mujeres,

muchas de las cuales están obligadas a prosti-

tuirse para poder sobrevivir. Y es aquí donde

MUJERES MEMORABLES

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Flora concibe la idea de que los trabajadores y

las trabajadoras son los únicos que pueden de-

fenderse y luchar por mejorar esta situación. Así

se dispara en ella la necesidad de publicar el

pequeño pero importante trabajo “UNIÓN

OBRERA” en el que dice: “Obreros, durante dos-

cientos años o más, los burgueses han luchado

valerosa y descarnadamente contra los privile-

gios de la nobleza y por el triunfo de sus dere-

chos. Pero, llegado el día de la victoria, aunque

reconocieron la igualdad de derechos para todos,

de hecho acapararon para ellos solos todos los

beneficios y las ventajas de esta conquista.” El 7

de abril de ese mismo año, Flora viaja a Perú,

donde va a reclamar su herencia. Esta experien-

cia la marcará en forma indeleble. Aunque a su

llegada a tierras americanas, su tío no la recono-

ce como heredera, en Lima experimentó las vi-

vencias del dulce pasar de las limeñas adinera-

das y de las duras condiciones en que vivían las

mujeres pobres —sirvientas, pordioseras, prosti-

tutas. También conoció a las RAVAÑAS, muje-

res de los pueblos originarios armadas que

acompañaban a los soldados, llevando a cuestas

a sus hijos, aprovisionándose en los pueblos —

por la fuerza si era necesario— y que no perte-

necían a ningún hombre en particular. Flora

percibe en estas mujeres una forma de vivir ra-

dicalmente diferente a la de las mujeres que

había conocido hasta entonces, lo que le plantea

nuevos interrogantes sobre la naturaleza de los

sentimientos femeninos. Y, simultáneamente,

MUJERES MEMORABLES

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reafirma su idea de que la educación es el ver-

dadero factor que logrará eliminar la desigual-

dad entre los sexos. Flora Tristán fue una mujer

que se adelantó como ninguna en la lucha por la

causa de las mujeres y por los derechos de los

trabajadores del mundo, porque vio indisoluble-

mente ligadas las tareas de emancipación de la

mujer y del proletariado: “El hombre más opri-

mido puede oprimir a otro ser, que es su mujer.

La mujer es la proletaria del proletario.” Se diri-

gió al proletariado para que libere a las mujeres

de su esclavitud atávica, al mismo tiempo que se

libera a sí mismo de la opresión social capitalis-

ta. Como dijo el poeta Andrè Breton: “Acaso no

haya destino femenino que deje, en el firmamen-

to del espíritu, una semilla tan larga y lumino-

sa.”

[1] Citada por E. Thomas en Les Femmes en

1848

[2] Feminismo y Utopía, de Yolanda Marco.

MUJERES MEMORABLES

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MUJERES MEMORABLES

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MARÍA GABRIELA DE BOËCK

Nació en San Miguel de Tu-

cumán el 4 de julio de 1.970. Es

Profesora y Lic. en Letras, egre-

sada de la Facultad de Filosofía y

Letras de la UNT. Se desempeña

como docente de Lengua y Litera-

tura en zonas rurales del interior

de la Provincia de Tucumán.

Participó en numerosos concursos literarios,

obteniendo en ellos premios y menciones. Entre

sus obras reconocidas citamos: «La muerte entre

las cañas», El testigo», «Argumento para un tan-

go llorón o agenda de amor de un día», «Sagra-

das Escrituras», «Tatto», entre otras.

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LA REINA

La mujer está sentada, en una plaza, sola, de

madrugada.

La mujer sola, sentada en una plaza en la

madrugada, vestida aún de fiesta, sólo piensa.

Se esfuerza y piensa. En las estrellas… que no

son iguales en todos los cielos… Quizá no todos

saben eso pero ella sí, sin ser brillante. Lo sabe

pero no lo entiende: ¿cómo es posible, si es el

mismo cielo en toda la tierra?

La mujer que está sola y sentada en una pla-

za de madrugada no aprendió que las estrellas

no son iguales en todos los cielos, en ningún libro

(nunca ha leído uno, nunca pudo). Lo aprendió

en los viajes…

La mujer está sola, es de madrugada, mira el

cielo bajo la plaza y piensa qué manera de viajar,

Dios. Tanto mundo, tanto cielo recorrido con esos

pies descalzos. No, no es brillante pero sí hermo-

sa, demasiado hermosa.

La mujer está descalza ahora, de madrugada,

en una plaza pero ha viajado por el mundo como

La Reina. Es hermosa, demasiado hermosa aun-

que no brillante. ¿Para qué serlo, después de

todo? “No sos brillante, hija, pero sí hermosa.

Hacé algo con eso”—dijo una vez su padre.

La mujer que fue Reina, en la plaza sola y a

la madrugada descalza, piensa que sí hizo algo

con su hermosura al casarse con un magnate. Lo

sabe pero no lo entiende: ¿si es hermosa y sonríe

a todos en las fiestas, por qué los golpes?

MUJERES MEMORABLES

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La mujer reina descalza en la madrugada so-

la en una plaza mira el cielo y piensa que no

entiende las estrellas que no son iguales. Ni los

golpes.

MUJERES MEMORABLES

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CÍRCULO ÁUREO

Las frías manos del invierno han desen-

hebrado casi todas las hojas de la alameda de su

calle. Le gusta sentir la caricia intensa del aire

helado de la mañana en el rostro; así, se siente

más viva en ese andar solitario al que se ha

acostumbrado desde que su matrimonio comenzó

a derrumbarse. Bastó una infidelidad, — “una

relación sin importancia; no exageres. Te harías

más daño”— le dijo él sin intentar siquiera de-

fenderse —, y en la basura terminaron quince

años de entrega diaria, quince años de matrimo-

nio, quince años de una vida que no puede abo-

llar, como abolló en un rapto de impotencia el

maldito papel donde ilusamente juraban la pro-

mesa del amor para siempre.

Camina y algo que se parece al dolor le ca-

lienta los huesos; sus pasos se aceleran. Como

autómata va hacia la cita con Ernestina Lacroix,

una pobre anciana de un hospicio a quien debe

entrevistar para que el gobierno le otorgue una

pensión. No la conoce, tampoco le preocupa: la

rutina del trabajo, lejos de tensionarla, la sostie-

ne como una red de simples certezas ante el

abismo de la crisis. Sólo sabe que la vieja tiene

principio de Alzheimer y que, sin embargo, todos

la llaman “la señora”, que su cuarto es como un

palacio en miniatura, aunque en decadencia, y

que suele delirar con una vida de esplendor que

nadie comprobó pero tampoco cuestiona. “Sin

dudas, una aristócrata venida a menos”— pien-

MUJERES MEMORABLES

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sa, mientras está segura de que no sentirá

lástima o así quiere creerlo. Es mejor cubrirse de

una coraza de insensibilidad antes de entrar; los

viejos ojos nublados y pequeños, entrecerrados a

tanto desamor en esos pasillos de un falso hogar,

le serían de otra manera insoportables. Después

de todo, ya no sufren las urgentes contingencias

de la vida y desandan el camino del desencanto.

¿Qué puede ya importarles?

Golpea la única puerta con llamador de bron-

ce, la del cuarto dieciséis. Una vez, dos veces.

Quizá ella está durmiendo: los viejitos huyen del

tiempo. A la tercera, Ernestina Lacroix la recibe

con una dignidad que la impacta y que cuida

tanteando su pelo blanco recogido en trenzas (le

recuerda la imagen de un camafeo con el que

jugaba adornarse en su niñez, pareciéndose a su

abuela). Vestida con una bata de satén con es-

tampados búlgaros, deja adivinar las huellas de

una figura otrora esculpida. Perfecta y exagera-

damente maquillada para esa hora del día, re-

saltan las altas cejas delineadas en marrón. No

olvida el despliegue de perlas grises en los aros y

en la gargantilla. Las manos inevitablemente

venosas, que toman las suyas con un sorpresivo

gesto de afecto mientras la impulsan a entrar,

terminan de confundir sus expectativas: disimu-

la el asombro que le provoca el anillo en el anu-

lar izquierdo, una valiosa pieza de un dorado

inconfundible surcado por diminutas luces rojas.

Quizá no se la anunció, todo parece indicar que

la señora va a salir— duda.

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Inmediatamente, sin darse cuenta, entablan

un diálogo afable con una naturalidad que las va

llevando por otros caminos alejados de las for-

mas. Ernestina Lacroix le invita un chocolate en

una mesa servida. La desconcierta su lucidez: no

está desconectada del mundo porque —dice— la

televisión la mantiene al tanto. Olvidando el

protocolo de entrevista, la conversación va to-

mando nuevos matices. A la hora, le cuesta vol-

ver a las preguntas que a la señora le dolerían y

decide postergarlas para una próxima visita. Por

lo menos, ya sabe que la anciana tiene un único

hijo, odontólogo y de mucho prestigio en Inglate-

rra y que no vive con él porque el frío de esas

tierras le haría mal a sus huesos. No le cuestio-

na la insolvencia del vínculo pero supone lo que

no se dice. Enviudó a los cuarenta y cinco años

de Conrado Lacroix, renombrado hacendado y

comerciante de cueros de la pampa, de una

enorme fortuna pero dado empedernidamente a

la bohemia de los casinos y los viajes. Ernestina

recuerda entonces las noches cálidas de Punta

del Este, la brisa del mar enredada en las ondas

platinadas de su pelo mientras camina abrazada

a su hombre, el ritmo desacompasado de sus pies

en la arena. Ella lleva las copas y Conrado el

champagne. Aman la madrugada, al fin de la

fiesta, sintiendo que la vida les pertenece, que él,

a pesar de todo, le pertenece...

Hace rato que Ernestina dejó de verla; habla

y una pared llena de retratos donde se pierde su

mirada parece la pantalla de una película que

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cuenta. De pronto, la señora calla y se queda con

la vista en alguna imagen que no comparten. El

silencio se prolonga. Propio de la enfermedad.

Decide irse.

Al fin de este primer encuentro, no sabe si la

atípica entrevista transitó por los senderos del

sueño o de la realidad. Antes de ver a la anciana

sólo sentía cierta curiosidad, ahora cree saber de

ella como quien ha entrado en la intimidad ase-

diada de un personaje de novela. Los imagina:

ella, hermosa, inteligente, magnética; él, dueño

de un poder de seducción que ejerce sin inocen-

cia; la pareja perfecta.

La segunda visita la desconcierta. Tenía mu-

chas razones para volver a ver y oír a Ernestina

Lacroix pero, sorprendida, le escucha decir que

no recibe visitas ese día. Percibe la falsedad en

la sonrisa forzada con que la anciana la despide

en la puerta, parece no reconocerla y esto la eno-

ja. Había tomado este caso con mucha seriedad,

no va a volver, su tiempo es valioso, con todos los

viejos allí y en el mundo que sí necesitan una

pensión y que no usan perlas ni anillos de oro ni

alucinan! Qué se ha creído!. Sus tacos resuenan

enérgicos en los pisos brillantes y rojos de las

galerías del asilo; alertados, los opacos ojos des-

de las sillas la miran extrañados y le duelen más

que nunca. No comprende tanta devastación en

el cuerpo y en el alma. ¿Por qué envejecer? ¿Por

qué no morir, simplemente? El enojo se le va

licuando y la lástima le rebasa en las lágrimas

que intenta contener, lástima de los viejos aban-

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donados, lástima de las manos huesudas, man-

chadas y solas y de las siestas eternas tomando

sol en jardines ajenos, lástima de Ernestina La-

croix que tal vez delire pero no le importa ya.

Una extraña sensación de pena infinita la va

poseyendo como un gigante: quizá ya no pueda

tratar con los viejos, quizá no pueda manejar

nada ni siquiera su vida, quizá ya no pueda lle-

gar a soplar las velas de una torta por sus cin-

cuenta años de matrimonio; quizá, de verdad, no

pueda...

No obstante, un domingo de nostalgia, el re-

cuerdo de la voz experimentada de Ernestina

Lacroix, la lleva otra vez al asilo, aunque con

menos expectativas. Contrariamente, la señora

la recibe con un despliegue de amabilidad y

vuelve a ser la perfecta anfitriona. Otra vez el

chocolate y la charla amistosa. Un comentario

sobre los retratos en la pared y el pasado que

vuelve a instalarse entre ambas cómodamente:

¿Verdad que era irresistible? Siempre adoré cómo

le quedaban los bigotes y las patillas con ese re-

flejo rojizo. Parecía un señor de la pampa con su

pañuelo de seda en el cuello, yo cuidaba que tu-

viera uno distinto cada día, cuidaba sus impeca-

bles camisas donde más de una vez quedaron las

huellas de un ordinario rouge, cuidaba su ropa,

lo cuidaba a él. Ya sabe, no es fácil ser la mujer

de un hombre así. Él podría tener muchas putas

pero yo era su mujer. Recuerdo el día en que me

regaló este anillo, no al casarnos porque entonces

no teníamos dinero. Lo que llegó a ser Conrado

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Lacroix vino después; olfato para los negocios, la

oportunidad justa y la constancia en el trabajo

como buen gringo que era labraron nuestra for-

tuna. Lo hizo traer de Bélgica, creado por un

artista especialmente para mí; él sabía cuánto

me gustaban el rojo y el dorado, rubíes y oro del

mejor. Por esa época yo estaba embarazada de

nuestro hijo y una loca llamaba a casa todos los

días diciéndome que mi marido la amaba. Tra-

taba de ignorarla pero a veces me era difícil

cuando me daba las señas de su cicatriz de

alambre de púas en el pecho (que se había hecho

una vez en un mal rodeo) y del perfume que ella

le dejaría esa noche para que yo fuera conocién-

dola. Él nunca escuchó un reproche de mis labios

y siempre cubrí mi angustia con el color del ma-

quillaje. Debía estar a la altura de la mujer que

me tocaba ser a su lado. No todas podían ser la

señora Lacroix y él me lo confirmó tantas veces,

como cuando cenamos en un lugar exclusivo de la

costanera y me entregó el anillo. Tenía esas co-

sas; había pagado el lugar para nosotros solos,

en la mesa ordenó un champagne que valía mil

dólares y contrató unos mariachis de México que

nos acompañaron toda la noche. — Señora Er-

nestina Lacroix, la amo y me ama — dijo. Esta

joya no vale nada si no le recuerda siempre que

en este círculo sólo cabemos usted y yo, pase lo

que pase...

Ernestina extiende sus manos mientras revi-

ve esta escena del pasado, mira la que lleva el

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anillo, mientras una sombra va arrugándole la

frente. Calla.

Otra vez el silencio, como en la última charla.

La joven no intenta llamarla al presente de nue-

vo. En ese mundo de muertos parece plena. Ya

de espaldas para irse, la voz de la anciana la

descoloca: —Si va por una perfumería, por favor,

tráigame una pinza de las cejas. La mía ya per-

dió filo.

A la semana, necesita volver. Sólo unas fir-

mas de rutina y el trámite, que es lo de menos,

estará concluido. Sólo unas palabras más, la

clave para un matrimonio feliz y quizá su propio

círculo se cierre. Con la excusa de la buena noti-

cia, comparten otra vez el chocolate. Ernestina

está —curiosamente— más bella este día. Algo

en su rostro ha rejuvenecido, aunque sabe que es

imposible. Pero sus ojos tienen una nueva luz,

como la de quien se prepara para algo. “La luz

que se apaga en los viejos”, se dice disimulando

la amarga idea con la sonrisa que acompaña el

halago a la anciana. A lo mejor una pizca del

pasado se cuela por la hendijas del tiempo y

vuelve a ser la Ernestina de antes, como cuando

habla... ¡La Ernestina de antes, mi querida! Eso

sólo yo lo sabía. La verdadera Ernestina La-

croix... ¿Que por qué creo que él me amaba sobre

todas? Era muy hermosa y fui la madre del hijo

que él quiso tener. Lo hice feliz, sabe. Pero todo

tiene un precio y él, sin saberlo, lo pagó. No

siempre me sentí dichosa a su lado y busqué la

plenitud de la manera en que lo hace una mujer

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que transitó el camino del hartazgo tantas veces

que ya ni lágrimas quedan. No pequé porque

fueron sólo momentos, ni siquiera recuerdo nom-

bres y Conrado, con todo su poder, jamás lo supo,

nunca no lo herí. Sí, puede ser... una venganza

secreta, una revancha del alma pero así conser-

vamos nuestro pequeño mundo. Se ama a uno

sólo, a quien se ha entregado la vida alguna vez.

Los demás fueron una solución desesperada pero

la señora Ernestina Lacroix siguió siendo la es-

posa incondicional y para siempre de un único

hombre. Después de Conrado muchos quisieron

acompañarme en mi acomodada soledad, pero

hubiese sido inútil. Pasa que era muy hermosa,

como ves en estas fotos. Tenía un peluquero per-

sonal que me peinaba día por medio para conser-

var el pelo como a Conrado le gustaba. Adoraba

presumir con mi cabello en las reuniones de

hacendados; todos se volvían a mirarme pero yo,

como todo lo nuestro, tenía su marca. A él le en-

cantaba llevarme de la mano, que pareciésemos

novios, que ambos mostrásemos en las sonrisas el

éxito conquistado. Una noche, en una fiesta de la

Rural...

Y nuevamente, la señora se deja llevar de la

mano por los recuerdos de un mundo perdido. No

la interrumpe, la escucha con asombrada aten-

ción, los viejos son un libro abierto.

La última visita al cuarto dieciséis le desar-

ma la sorpresa que pensaba dar con el anuncio

de la pensión otorgada: varios hombres desocu-

pan el cuarto, ya casi familiar, sacando muebles

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y baúles. Ansiosa, pregunta por la señora y por

respuesta la envían a la administración del hos-

picio. Su voz repite las palabras usuales ante la

fatalidad: —No puede ser. Estuve con ella la se-

mana pasada, se la veía mejor que nunca. En

ningún momento me dijo que se sentía enferma.

¡Debe haber un error, revise los datos por favor!

Como un eco lejano, escucha a alguien dicién-

dole que la señora no sufrió, que la encontraron

sentada en su sillón, vestida como para una fies-

ta, con el pelo suelto, como si se hubiese dormido

mientras esperaba a alguien que viniera a bus-

carla, que el forense dijo que se trató de muerte

natural, que por su expresión parecía que fue

algo muy rápido y sin dolor, que...

No inquiere más detalles. No hay nada ya

que hacer o decir. Aún aturdida, recibe un pe-

queño paquete a su nombre, lo palpa. Adivina en

él la forma de un anillo.

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MUJERES MEMORABLES

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Este libro se terminó

el 8 de marzo de 2014

en San Miguel de Tucumán

EDITORIAL TRASCENDERNOA

MATERIAL DE

DISTRIBUCIÓN GRATUITA

MUJERES MEMORABLES

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“MUJERES MEMORABLES”, contiene obras

de las siguientes autoras:

ALEJANDRA BURZAC / AMIRA JURI /

DÉBORA TREJO / ESTELA PORTA /

HILDA ANGÉLICA GARCÍA / LAURA BE-

ATRÍZ URETTI / MARÍA DEL CARMEN

SUÁREZ / MARÍA ESTHER ROBLEDO /

MARÍA EUGENIA HERNÁNDEZ SALÁIS /

MARÍA PAULA MONES RUÍZ / SILVIA

GÓMEZ / TERESITA FLORES / VANDA

LÚCIA DA COSTA SALLES / GABRIELA

CHAMBEAUD / MARÍA GABRIELA DE

BOËCK

La mujer tiene la llama de la lucha por sus

Derechos encendida en lo profundo, con esa

llama ilumina el mundo.

EDITORIAL TRASCENDERNOA