Mujeres Universitarias IMUG

8/17/2019 Mujeres Universitarias IMUG

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MUJERES UNIVERSITARIAS. BECAS Y

DESERCIÓN ESCOLAR (1998-2003)


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MUJERES UNIVERSITARIAS, BECAS Y

DESERCIÓN ESCOLAR (1998-2003)

Blanca Elvia Esparza Ochoa


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Mujeres universitarias, becas y deserción escolar (1998-2003)

© Blanca Elvia Esparza Ochoa

Primera edición, en PDF, 2006Instituto de la Mujer GuanajuatenseGobierno del Estado de GuanajuatoPaseo de la Presa Núm. 97-AltosC.P. 36000. Guanajuato, Gto., MéxicoTels. (473) 7 31 24 04 y 7 31 23 12www.guanajuato.gob.mx/imug/ [email protected]

Directora General: Irene Victoria LópezResponsable del proyecto: Lourdes Gazol P., Unidad de Educación para la EquidadUnidad de Investigación: Ma. Rita ChiwoRevisión: Lourdes Gazol P. y Ma. Rita ChiwoCoordinación de Comunicación Social: Jacqueline Campos García

Edición: Ulyses Editor

ISBN en trámite

Hecho en México

Los contenidos que se vierten en este documentoson responsabilidad exclusiva de su autora.


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Consejo Directivo del IMUG

Juan Carlos Romero HicksGobernador del Estado de Guanajuato

Justino Arriaga SilvaSecretario de Desarrollo Social y Humano

Irene Victoria LópezDirectora General del Instituto

de la Mujer Guanajuatense

Víctor Manuel Ramírez ValenzuelaSecretario de Educación

Jorge Alberto Romero HidalgoSecretario de la Gestión Pública

Éctor Jaime Ramírez BarbaSecretario de Salud

Luis Ernesto Ayala TorresSecretario de Desarrollo Económico Sustentable

José Luis Mario Aguilar y MayaSecretario de Finanzas y Administración

Ricardo Torres OrigelSecretario de Gobierno

Manuel Vidaurri AréchigaProcurador de los Derechos Humanos

Daniel Federico Chowell ArenasProcurador General de Justicia

Ma. Emma Isabel Carreón GamiñoCentro de Estudios Humanos, A.C.

Irma Leticia Rosado SotoProyección Cultural San Miguelense, A.C.

Maribel Arellanes AlmazánCentro de Equidad y Género, A.C.

María Elena Espino VillafuerteFacultad de Enfermería de Celaya,

Universidad de Guanajuato


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Índice

Presentación 11

Introducción 13

Capítulo 1. Antecedentes históricos del ingreso de la mujer a la educación

superior15

1.1. La mujer guanajuatense en la educación superior 18

Capítulo 2. Educación superior y deserción escolar 21

2.1. La deserción escolar 25

Capítulo 3. Becas y deserción escolar 29

3.1. Becas de EDUCAFIN 29

3.2.1. Solicitudes 30

3.2.2. Deserción 30

3.2. La búsqueda de entrevistas 31

3.2.1. PRONABES 31

3.2.2. Financiamiento 32

3.3. Las entrevistas 33

3.3.1. Datos generales 33

3.3.2. Apoyo económico 33

3.3.3. Áreas de estudio 34

3.3.4. El medio 34

3.3.5. Becas 35

3.4. Causas de la no renovación del trámite becario 363.4.1. Propuestas 37

Conclusiones 39

ANEXOS 41

Guía de entrevista 43

Bibliografía 45


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PRESENTACIÓN

Desde la creación del Instituto de la Mujer Guanajuatense, hemos trabajado en el compromiso

de brindar a todas las personas interesadas en el conocimiento y profundización de las diversas

problemáticas que atañen a las mujeres, estudios e investigaciones que coadyuven en la laborde investigación y difusión de las diversas, complejas e interesantes realidades que enmarcan

la vida cotidiana de millones de mujeres en nuestro estado, nuestro país y nuestro mundo, y que

requieren atención inmediata para su tratamiento y efectiva solución.

Las investigaciones impulsadas desde sus distintas coordinaciones de área, pretenden un

aporte a los temas que abordan: desde la situación de las mujeres reclusas hasta el análisis de

cómo viven las mujeres que son cónyuges de emigrantes. Nos hemos preocupado por brindar

referencias claras y puntuales que den cuenta de éstos y otros panoramas con respecto a las

mujeres de nuestro estado.

Es muy grato presentar esta compilación en disco compacto que contiene los últimostrabajos de investigación que el Instituto de la Mujer Guanajuatense ha coordinado. Estamos

seguros de que su utilidad será mayoritaria y de gran ayuda en la toma de decisiones acerca

de los temas sobre los que versan los distintos escritos que aquí se presentan.

IRENE VICTORIA LÓPEZ

Directora General del Instituto de la Mujer Guanajuatense


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ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL INGRESO DE LA MUJER A LA EDUCACIÓN SUPERIOR

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo de investigación surgió de la propuesta del Instituto de la Mujer Guanajuatense

con el objetivo de indagar las causas de deserción escolar en las mujeres que han obtenido elapoyo económico de una beca. Con este propósito, se decidió la construcción de un marco

de referencia con base en el Instituto de Financiamiento e Información para la Educación

(EDUCAFIN) por ser el organismo que cuenta con un mayor número de beneficiarias y benefi-

ciarios en el estado, contemplando un universo que, aunque controlado, fuera lo suficientemente

amplio para la indagación.

Paralelamente a la consulta de bibliografía oportuna para la investigación, se solicitó a

EDUCAFIN información sobre el proceso de otorgamiento y renovación de las becas y, poste-

riormente, la base de datos de las mujeres —nombre, domicilio, número telefónico y dirección

electrónica— que no habían renovado su trámite becario durante el año del 2003 a fin de en-trevistarlas.

Las respuestas a las solicitudes de información llegaron con varias semanas de retraso,

fue necesario entregar por dos ocasiones —una. vía fax; la otra, personalmente— una petición

de información ya que según EDUCAFIN nunca la recibió. Aunado al retraso, las bases de

datos que envió resultaron incompletas e imprecisas y las referencias para la localización de

las mujeres enlistadas carecía de actualización. Se recurrió a la Universidad de Guanajuato en

el Departamento de Servicios Escolares, específicamente en la oficina que coordina las becas

PRONABES de EDUCAFIN, para solicitar apoyo en la obtención de los datos requeridos. Aunque

en un primer encuentro se ofreció la disponibilidad para la colaboración, semanas después se

negaron a proporcionar información de su base de datos argumentando que sólo fungían como

gestores e intermediarios.

Estos avatares ocasionaron no sólo la pérdida de tiempo valioso para el proceso de inves-

tigación al depender de la información de EDUCAFIN; además, no pudo obtenerse una muestra

representativa de mujeres que cancelaron su trámite de renovación de beca.


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Aún así, las entrevistas se aplicaron y se obtuvieron interesantes observaciones sobre el

funcionamiento de las políticas públicas en materia de educación. A partir de las experiencias

de las 14 mujeres entrevistadas se recuperaron sugerencias para mejorar el sistema de otorga-

miento y renovación de becas.


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CAPÍTULO 1

ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL INGRESO DE LA MUJER A

LA EDUCACIÓN SUPERIOR

1 Luz Elena Galván (1985), La educación superior de la mujer en México. 1876-1940, Centro de Investigacio-

nes y Estudios Superiores en Antropología Social (Cuadernos de la Casa Chata, 109), México, p. 8.2 En los siete estados restantes: Distrito Federal (4), Durango (1), Jalisco (1), Oaxaca (1), Sinaloa (1 colegio

particular), Veracruz (4) y Yucatán (1). Íbid., p. 12.

Es necesario señalar, de entrada, que en este momento no nos interesa llevar a cabo un recuento de

la historia de la educación de la mujer mexicana, sino únicamente de su ingreso al nivel superior

y de las características que ha tenido su desempeño dentro de él. Cabe indicar asimismo que laincorporación de la mujer a la educación superior fue determinada con base en condicionantes

económicas y políticas y que dicha incorporación, tardía en comparación con la del hombre,

ocurrió una vez que México inició su vida independiente de España.

Durante la etapa prehispánica, el acceso de la mujer a la educación estaba dirigido bien

fuera a que ejerciese un oficio y/o bien a que se dedicara a lo que se ha llamado profesiones

«propias de su sexo». Aunque limitada, esa participación disminuyó notablemente con la con-

quista española. La mujer queda así relegada, salvo excepciones, a la procreación, a las labores

del hogar y a la práctica del culto religioso.

El auge de la participación de la mujer en la educación en realidad no comenzará sinohasta después del movimiento de independencia. Ello ocurre gracias a que intelectuales como

José Ma. Luis Mora y Valentín Gómez Farías realizan reformas en el sistema educativo para

sustraer al clero y a la facción conservadora el control de la educación para ponerlo en manos

del Estado. Estas reformas se enmarcan en una ideología que sostiene «que por medio de la

instrucción pública se obtendría el progreso de la Nación»1. Así se explica la preocupación de

las instituciones por ofrecer educación básica a un mayor número de personas y el hecho de

que, en el caso específico de las mujeres, se iniciara una proliferación de Escuelas Normales en

donde se brindaba a éstas una educación más completa que la proporcionada hasta entonces. En

1875, con el Positivismo como ideología predominante, existían escuelas de instrucción superior

para mujeres en ocho estados del país, una de ellas en Guanajuato2.


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I N S T I T U T O D E L A M U J E R G U A N A J U A T E N S E

Con todo y eso, a pesar de constituir un avance significativo, el nuevo sistema educativo

no dejaba de reforzar el papel cultural y socialmente asignado a la población femenina con po-

sibilidades de instruirse. Las carreras universitarias que ejercían las mujeres de la época, según

la información que hemos podido consultar, eran: obstetricia y profesora de primaria3. Es decir,

tenían prioridad aquellas carreras que prolongaban fuera de casa el papel de la mujer como edu-cadora de niños y como auxiliar tradicional en un fenómeno ligado biológicamente a ellas.

Durante el porfiriato se encuentran dos líneas respecto a la educación de las mujeres: una

a favor y otra en contra. Pese a los planteamientos de inferioridad intelectual «científicamente

comprobada»4, en 1887 egresa la primera mujer de la Escuela de Medicina en la capital del país

y para 1908 una mujer, también médica, había realizado estudios de postgrado en el extranjero5.

Según las numerosas peticiones de apoyo económico hechas al gobierno, se puede concluir que

muchas de las mujeres que en ese entonces lograron una carrera universitaria no pertenecían

a la élite privilegiada6. En este sentido, una formación universitaria representaba una mejor

alternativa para ascender económica y socialmente, lo cual explica en parte la elección quegeneralmente se hacía por carreras cortas.

La Universidad Nacional de México se inauguró en 1910. En ella se aceptaba el ingreso

de mujeres; pero el movimiento revolucionario que estalla meses después complicó el acceso

y el desarrollo femenino en esta institución al grado de que para 1911 sólo existe el registro de

ingreso de una mujer 7. A pesar de estas dificultades, la oferta académica había aumentado en

comparación con la época anterior, ahora se ponían al alcance de las mujeres carreras como:

música, veterinaria, pintura y leyes. Esto no significa que antes no existieran mujeres abogadas

o dedicadas al arte, pero su número era sumamente reducido. De igual modo, las instituciones

educativas de la época ofrecían en menor número otras opciones que no fueran las relacionadascon la salud y la enseñanza. El desempeño profesional y laboral de las egresadas era, por lo

tanto, bastante más restringido, al punto de que —aun con un título expedido— generalmente

terminaban dedicándose a la docencia debido a los obstáculos de mentalidad social que les

impedían ejercer la carrera originalmente elegida.

En los años posteriores a la revolución, la educación superior incluía no sólo a mujeres

del Distrito Federal o de otras ciudades de crecimiento económico notable, sino también de

provincia: la tendencia a aumentar las opciones de carreras universitarias había empezado a

consolidarse. En los años treinta, por ejemplo, según los registros de la entonces ya creada

3 Ídem.4 Dentro de la corriente del organicismo social con Andrés Molina Enríquez como uno de sus teóricos.5 En el primer caso se trata de Matilda Montoya y de Soledad de Régules en el segundo ( Ibid., pp. 23 y 24).6 Ibid., p.57.7 Ibid., p. 34.


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Universidad Autónoma de México, se puede observar una matrícula de mujeres cada vez más

numerosa y una mayor diversidad de carreras elegidas.

A mediados del siglo XX, una orientación económica del gobierno, caracterizada por

Enrique Cárdenas como de crecimiento económico sano8, impulsaba el ingreso de sectores so-

ciales antes excluidos, como el de la mujer, a los niveles básicos de educación. Una oleada demodernización basada en el auge del desarrollo industrial fomentaba el aumento de la población

estudiantil universitaria.

En un periodo más reciente, la década de los setenta, se detecta un cambio importante

en el sistema de educación superior nacional. La cobertura del sistema no sólo se amplió, sino

que, además, debido a una demanda social cada vez más marcada, tendía ya a una masificación

relativa apoyada por las políticas educativas gubernamentales del momento:

El crecimiento de la matrícula de educación superior en su conjunto fue de 293%, la

población masculina creció en 234% y la femenina en 579%. El nivel de participación dela mujer implicó que para l980 ocupara el 30% de los lugares escolares, cuando en 1969

sólo representaba un 17%.9

Los últimos veinte años han presentado una paradoja, pues si bien la matrícula femenina

ha seguido incrementándose10 —así como la multiplicidad de opciones en carreras—, las cir-

cunstancias económicas, sociales e ideológicas no han estado en correspondencia. Por un lado,

el detrimento de la economía nacional ha provocado una desvalorización del título universitario

en el mercado laboral dadas la intensa competición y un desempleo que crece. Por otro lado, la

idiosincrasia aún privilegia para las mujeres carreras de corte social, lo que provoca una mayor

saturación de profesionistas de ambos sexos. En consecuencia, y vista la discriminación laboral

que aún persiste, la mujer cuenta con menores posibilidades en el ejercicio laboral. Puesto que

tradicionalmente se considera al hombre como el encargado de la manutención del hogar, los

trabajos (entre ellos los mejor remunerados) suelen reservarse para él y no para la mujer 11.

8 Enrique Cárdenas (1996), La política económica en México. 1950-1994, Fondo de Cultura Económica, Méxi-

co, 235 pp.9 Morales Hernández, Liliana (1993), “Mujer que sabe latín: la mujer en la educación superior de México” en

El Cotidiano, Núm. 53, marzo-abril, México, p. 72.10 En 1985, específicamente, de 10 estudiantes que ingresaban a la universidad, 9 eran mujeres. Para 1990, la

proporción se modificó a 4 de cada 10. Ibidem.11 Döring, María Teresa (2000), El Mexicano ante la sexualidad , 3ª. ed., Distribuciones Fontamara (Colección

Fontamara, 145), México, p. 236.


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1.1. La mujer guanajuatense en la educación superior

La historia de la educación formal de la mujer en Guanajuato corresponde, en líneas generales,

al panorama nacional, sin dejar de tener en cuenta que, en virtud de la heterogeneidad de nuestro

país, los alcances, las formas y las peculiaridades regionales materializan las diferencias dentrode las constantes.

El siglo XIX y su proyecto de una nueva nación impregnó el modelo educativo destinado

a una nueva ciudadanía. En el caso concreto de las mujeres, la orientación educativa tuvo tres

vertientes esenciales: 1) la formación de mujeres capaces de educar a las nuevas generaciones en

los principios de la mentalidad liberal, 2) la preservación de los valores tradicionales en cuanto

depositaria de virtudes, moral y orden social, y 3) «protección» de los males sociales, es decir:

la educación como salvaguarda de vicios como —fundamentalmente— la prostitución.

Representativo de esta educación encaminada a consolidar los principios, tanto conserva-

dores como liberales, es el Reglamento para las Escuelas Normales del Estado en Guanajuato que en 1873 exigía la impartición de las siguientes materias: ortología12 y caligrafía, aritmética

comercial y sistema métrico-decimal, gramática castellana (elementos), derechos y deberes

civiles, lecciones de moral, urbanidad, sistema de enseñanza mutua y construcción de útiles,

muestras, economía doméstica, corte de ropa blanca interior, corte de vestidos para niños y

señoras y bordados13.

En cuanto a instituciones educativas de nivel medio y superior, contrastan el Colegio

del Estado y la Escuela Normal para señoritas. El primero, de acuerdo con el registro que hace

Pedro González (Geografía local del estado de Guanajuato, 1904), impartía más de 50 materias

en todos sus cursos; la segunda, 18 materias en total14. Esta sencilla comparación nos habla

de las diferencias en la formación que se esperaba de cada sexo. Si bien las materias que se

impartían a las mujeres estudiantes de la Normal abarcaban tanto las ciencias exactas como las

humanísticas, idiomas y artes, no se dejaban de lado las labores tradicionales. Según el mismo

González, las materias que se cursaban eran:

aritmética y álgebra, geometría y trigonometría, pedagogía, derechos y deberes civiles, gramá-

tica general y castellana, geografía e historia, teneduría de libros, filosofía y economía política,

12 «Ortología»: arte de pronunciar correctamente y, en sentido más general, de hablar con propiedad.13 Corona Azanza, Rocío del Carmen, (2000), La educación femenina en Guanajuato en el siglo XIX ,

Instituto de la Mujer Guanajuatense, Guanajuato, p.27.14 González , Pedro (2000), Geografía local del estado de Guanajuato, Ediciones La Rana (Nuestra Cultura),

Guanajuato, pp. 133 y 134.


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elementos de historia natural, elementos de física y química, francés en dos años, dibujo en dos

años, telegrafía en dos años, música, costura en blanco y corte de ropa…15

El proyecto en educación superior promovido para las mujeres hasta principios del siglo

XX en Guanajuato, se basó en la docencia en concordancia con las pretensiones de instruir a unacreciente población infantil sin romper el esquema tradicional de ejercicio femenino.

15 Ídem.


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CAPÍTULO 2

EDUCACIÓN SUPERIOR Y DESERCIÓN ESCOLAR

La educación universitaria o superior representa para las mujeres el proceso más sólido para

conseguir un equilibrio en las relaciones de poder con los hombres y, por ende, construir so-ciedades en términos de equidad. Asimismo, posibilita no sólo cambios fundamentales en la

concepción y el ejercicio de los roles de género, sino que aporta la permanencia de éstos a

largo plazo. Por supuesto, la educación universitaria no es un espacio neutral o necesariamente

favorable al desarrollo de la equidad de género; sin embargo, aun con los sesgos sexistas que

podemos encontrar en ella, sí la consideramos el espacio gestor de posibilidades más importante

para el desarrollo de las mujeres. En este sentido, ¿cuál es el panorama de la educación superior

en nuestro país y en nuestro estado?

Con base en la consulta de estadísticas (INEGI, SEP) se observa un registro en educación

superior que va en aumento. En un periodo de 7 años (1990-1997), la matrícula se elevó de 1252 027 a 1 727 484 estudiantes; es decir, hubo una diferencia de 475 457 alumnos y alumnas.

En específico, las mujeres aumentaron su ingreso con una tasa de crecimiento anual de 6.4, en

tanto que la de los hombres fue de 3.3. En licenciatura normalista, el número de mujeres casi se

duplicó; en licenciatura universitaria y tecnológica pasó de 41% a 46%; y en postgrado el aumento

totalizó 28 964 alumnas. En todos esos casos, el crecimiento de la matrícula de las mujeres fue

mayor que el de los hombres, pero en cantidades y porcentajes totales, pues hasta 1997 había

más hombres que mujeres ingresando en educación superior (51.9% y 48.1% respectivamente)

(Tabla1). Estos resultados corresponden a la lógica que contempla las campañas de políticas

públicas observadas durante las últimas décadas, encaminadas a promover la inserción de las

mujeres en la educación superior y su incorporación en otros ámbitos del mercado laboral. No

obstante, la ventaja numérica de los hombres refleja su posicionamiento histórico.


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Tabla 1. Matrícula en educación superior por sexo, 1990 y 1997

Fuente: SEP. Estadística Básica del Sistema Educativo Nacional. Inicio de cursos, 1990-1991 y 1997-1998.

De acuerdo con los datos revisados, la diferencia de ingreso a la licenciatura universita-

ria y tecnológica entre hombres y mujeres es cada vez menor. En 1991, 1993, 1995 y 1997 la

diferencia decrece de 200, 127, 111 y 108 respectivamente (Gráfica 1).

Gráfica 1. Matrícula en licenciatura universitaria y tecnológica por sexo, 1991-1997

NIVEL EDUCATIVO YSEXO

1990 1997 TASA ANUAL DECRECIMIENTO

1990-1997TOTAL PORCENTAJE TOTAL PORCENTAJE

Educación superior 1 252 027 100.0 1 727 484 100.0 4.7Hombres 715 957 57.2 897 297 51.9 3.3

Mujeres 536 070 42.8 830 187 48.1 6.4

Normal licenciatura 108 987 100.0 206 292 100.0 9.5

Hombres 38 162 35.0 74 079 35.9 9.9

Mujeres 70 825 65.0 132 213 64.1 9.3

Licenciatura Univer-sitaria y Tecnológica 1 097 141 100.0 1 414 043 100.0 3.7

Hombres 647 521 59.0 760 658 53.8 2.3

Mujeres 449 620 41.0 653 385 46.2 5.5

Postgrado 45 899 100.0 107 149 100.0 12.9

La variación entre unos y otras depende del área de estudio, mientras que en las ciencias

agropecuarias el predominio de los varones es muy alto, en las ciencias de la salud, en las so-


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ciales, en las administrativas, en educación y en las humanidades es a la inversa: las mujeres

triplican la matrícula (Tabla 2).

Tabla 2. Distribución porcentual de la población en licenciaturauniversitaria y tecnológica por área de estudio y sexo, 1998

ÁREA TOTAL % HOMBRES % MUJERES %

Total 1 392 048 100.0 749 212 100.0 642 836 100.0Ciencias agropecuarias 36 879 2.6 27 579 3.7 9 300 1.4

Ciencias de la salud 125 996 9.1 50 595 6.8 75 401 11.7

Ciencias naturales y

exactas27 321 2.0 15 049 2.0 12 272 1.9

Ciencias sociales y admi-

nistrativas702 433 50.5 314 717 42.0 387 716 60.4

Educación y humanidades 52 014 3.7 18 608 2.5 33 406 5.2

Ingeniería y tecnología 447 405 32.1 322 664 43.0 124 741 19.4

Nota: Las cifras que se presentan difieren de las reportadas por la SEP, debido a los distintos tratamientos, agrupa-

mientos y fechas de recolección.Fuente: ANUIES. Anuario Estadístico. Población Escolar de Licenciatura en Universidades e Institutos Tecnológicos,1998.

Las áreas de predominio hacen notar la continuidad de los roles tradicionales: por un

lado: ingenieros industriales y en computación, agrónomos, veterinarios, zootecnistas, doctores,

matemáticos, abogados; por el otro: enfermeras, biólogas, contadoras, maestras (Tabla 3).

Tabla 3. Matrícula en licenciatura universitaria y tecnológica en carreras*seleccionadas por área y sexo, 1998

* Incluye todas las especialidades.Fuente: ANUIES. Anuario Estadístico. Población Escolar de Licenciatura en Universidades e Institutos Tec-nológicos, 1998.

ÁREA Y CARRERA HOMBRES MUJERESDIFERENCIA

HOMBRES-HOMBRES

Ciencias agropecuarias Agronomía 13 138 3 378 -9 805Veterinaria y zootecnia 10 842 4 771 -6 071

Ciencias de la saludMedicina 31 484 30 579 -905Odontología 9 497 17 150 7 653

Ciencias naturales y exactasBiología 5 861 6 359 498Matemáticas 4 521 3 114 -1 407

Ciencias sociales y administrativasContaduría 67 921 86 534 18 613Derecho 91 003 80 486 -10 517

Educación y humanidadesEducación y docencia 8 032 20 385 12 353Letras 1 618 3 438 1 820

Ingeniería y tecnologíaComputación y sistemas 75 080 48 741 -26 339Ingeniería industrial 42 280 15 037 -27 243


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Estas mismas tendencias se observan en la población que egresa de la universidad. En el

área agropecuaria, la distribución porcentual favorece a los hombres con 3.8% en relación con el

1.3% de las mujeres. En ese mismo orden, en el área de ingeniería y tecnología, los porcentajes

son: de 38.1 y 16.9, respectivamente. Igualmente, las mujeres egresan en un porcentaje mayor

de las áreas de salud —11.5% contra 6.7% de los hombres/, ciencias sociales y administra-ción —64.9% contra 47.9% de los hombres— y de educación y humanidades — 3.8% contra

1.8%— (Tabla 4).

Tabla 4. Distribución porcentual de la población egresada de licenciatura

universitaria y tecnológica por área de estudio y sexo, 1997

ÁREA TOTAL % HOMBRES % MUJERES %

Total 183 417 100.0 93 746 100.0 89 671 100.0

Ciencias agropecuarias 4 757 2.6 3 584 3.8 1 173 1.3

Ciencias de la salud 16 582 9.0 6 262 6.7 10 320 11.5

Ciencias naturales y exactas 3 021 1.6 1 580 1.7 1 441 1.6

Ciencias sociales y administrativas 103 072 56.3 44 869 47.9 58 203 64.9

Educación y humanidades 5 114 2.8 1 699 1.8 3 415 3.8

Ingeniería y tecnología 50 871 27.7 35 752 38.1 15 119 16.9

Nota: Las cifras que se presentan difieren de las reportadas por la SEP, debido a los distintos tratamientos,agrupamientos y fechas de recolección.Fuente: ANUIES. Anuario Estadístico. Población Escolar de Licenc iatura en Universidades e InstitutosTecnológicos, 1998.

En lo que respecta a Guanajuato, en 1997 registró un 45.5% de ingreso femenino, que

lo llevó a ocupar el lugar número 13 a nivel nacional en cuanto a la diferencia entre mujeres y

hombres en la matrícula universitaria. La diferencia mayor se encontraba en el Distrito Federal

y la menor en Tlaxcala (Tabla 5). En cuanto a la matrícula en normal licenciatura, nuestro es-

tado ocupaba en el mismo año (1997) el lugar 7, con un 72.9% de su matrícula compuesto por

mujeres. La diferencia mayor se encontraba en Jalisco y la menor en Tamaulipas (Tabla 6).

De la población de 18 y más años de edad con algún grado aprobado en nivel superior,

en el año 2000, las mujeres están en desventaja: 5.6% en relación a un 7.7% de los hombres.

En el caso de estudios de maestría y doctorado la diferencia es de 4 décimas a favor de los

hombres. En la distribución porcentual de la población egresada de la universidad, para l997,

en Guanajuato el 49.8% eran mujeres (Gráfica 2).

El incremento por parte de las mujeres, tanto en la matrícula como en el egreso univer-

sitario, ha facilitado su acceso al mercado laboral en mejores condiciones que las que se teníanantes de 1970. Sin embargo, la saturación de carreras que prolongan el papel femenino de

educadora, cuidadora de la salud y administradora, no ha permitido un desarrollo más amplio

de las expectativas de las mujeres, al mismo tiempo que las coloca en desventaja en cuanto a la

productividad fuera de estas áreas.


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ENTIDAD FEDERATIVA HOMBRES MUJERESDIFERENCIA

HOMBRES-HOM-BRES

Nacional 760 658 653 385 -107 273

Aguascalientes 7 587 6 973 -614Baja California 18 827 17 057 -1 770

Baja California Sur 2 968 2 423 -545

Campeche 4 853 3 837 -1 016

Coahuila 26 300 19 097 -7 203

Colima 5 409 5 301 -118

Chiapas 15 494 11 445 -4 049

Chihuahua 21 098 19 369 -1 729

Distrito Federal 166 795 149 121 -17 674

Durango 8 669 7 385 -1 284

Guanajuato 16 111 13 430 -2 681

Guerrero 19 682 16 496 -3 186

Hidalgo 8 344 7 171 -1 173

Jalisco 48 660 41 536 -7 124

México 64 397 54 193 -10 204

Michoacán 19 960 17 550 -2 410

Morelos 9 142 8 056 -1 086

Nayarit 5 637 5 543 -94

Nuevo León 48 769 39 268 -9 501

Oaxaca 17 987 15 207 -2 780

Puebla 38 229 31 557 -6 672

Querétaro 9 280 8 007 -1 263

Quintana Roo 3 169 2 492 -677

San Luis Potosí 13 411 11 610 -1 801

Sinaloa 28 416 24 868 -3 548

Sonora 25 034 22 553 -2 481

Tabasco 16 177 13 732 -2 445

Tamaulipas 28 062 24 908 -3 154Tlaxcala 6 532 6 531 -1

Veracruz 38 421 32 821 -5 600

Yucatán 10 586 7 577 -3 009

Zacatecas 6 652 6 271 -381

Tabla 5. Matrícula en licenciatura Universitaria y tecnológica por entidad federativa y sexo, 1997

Fuente: SEP. Estadística Básica del Sistema Educativo Nacional. Inicio de cursos, 1997-1998.

2.1. La deserción escolar

Líneas atrás mencionamos la importancia de la educación superior en el cambio de las estruc-

turas que sostienen la disparidad en el ejercicio del poder entre los sexos. A este respecto puede

decirse que, aunque el ingreso de las mujeres a la universidad ha sido notable, con su consecuente

impacto, la permanencia y la conclusión de este proceso por parte de las mismas se ve afectado

por la deserción. Esto es, por el abandono de los estudios académicos y de la institución en la

que se imparten dichos estudios.

En el curso de esta investigación, nos encontramos en las fuentes estadísticas oficiales

(INEGI, SEG) con reducida información en torno a la deserción, que contrasta con las abundantes


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cifras y los voluminosos apartados concernientes al ingreso en los diferentes niveles educativos.

Tal pareciera que en nuestro país el abandono escolar no representa un problema, o bien que

la deserción no existe en cantidades importantes, si se la compara con las masas de mexicanos

inscritos en el sistema educativo. Los datos que pueden encontrarse en las fuentes citadas serefieren a la deserción por nivel educativo, en los cuales se maneja como educación superior

solamente la normal licenciatura. Se trata de referencias que corresponden a un área en que la

población estudiantil tiende a ser cuantitativamente grande y donde la mayoría son mujeres. En

consecuencia, al no aportarse datos sobre deserción en universidades, no hay información que

permita conocer en qué áreas de estudio y en qué sexo la deserción es mayor o menor.

En cuanto a la información disponible, la tasa de deserción en normal licenciatura du-

rante el periodo 2000/2001 a nivel nacional fue de 3.3, la menor en toda la década anterior. El

porcentaje de deserción en normal licenciatura bajó 11 décimas —de 4.4 a 3.3— en la década

de 1991 al 2001, mientras que el porcentaje de aprobación subió en los mismos referentes de93.4% a 96.4%. En Guanajuato, el porcentaje de deserción fue 3.2 y la tasa de deserción en

el mismo periodo de 7.6. El número total de desertores en Guanajuato en normal licenciatura

en el periodo 2000-2001 fue de 216 —del cual 14 corresponden a la capital del estado—, 3

deserciones por cada 100 ingresos. Asimismo, se observa un aumento con relación a los cuatro

ciclos anteriores, salvo en el 1999-2000. Aunque estas cifras pudieran ser alentadoras, debemos

Tabla 6. Matrícula en normal licenciatura por entidad federativa y sexo, 1997

Fuente: SEP. Estadística Básica del Sistema Educativo Nacional. Inicio de cursos,1997-1998.

ENTIDAD FEDERATIVA HOMBRES MUJERESDIFERENCIA

HOMBRES-HOMBRESNacional 74 079 132 213 58 134 Aguascalientes 426 1 572 1 146

Baja California 1 355 3 611 2 256

Baja California Sur 326 527 201

Campeche 1 974 2 252 278

Coahuila 1 296 3 789 2 493

Colima 42 273 231

Chiapas 3 471 3 276 -195

Chihuahua 1 276 3 173 1 897

Distrito Federal 3 057 7 259 4 202

Durango 2 294 2 580 286

Guanajuato 1 493 4 020 2 527

Guerrero 3 418 5 914 2 496

Hidalgo 3 939 5 848 1 909

Jalisco 3 382 10 617 7 235

México 6 037 12 630 6 593

Michoacán 1 771 3 009 1 238

Morelos 1 274 3 023 1 749

Nayarit 5 197 6 051 854


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Gráfica 2. Distribución porcentual de la población egresada de licenciatura universitaria y

tecnológica por entidad federativa y sexo, 1997

Nota: Las cifras que se presentan difieren de las reportadas por la SEP, debido a los distintos tratamientos,agrupamientos y fechas de recolección.Fuente: ANUIES. Anuario Estadístico . Población Escolar de Licenciatura en Universidades e Institutos Tec-nológicos, 1998.

insistir en su contexto: ingresar y permanecer en la normal licenciatura puede representar una

expectativa laboral —a pesar del venir a menos el magisterio—, medianamente segura gracias a

las relaciones familiares y de amistad y al soporte del sindicato; aunada a condiciones de trabajo

(horario, periodos de descanso, prestaciones) más favorables que la mayoría de las profesiones

y que permiten, fundamental para las mujeres, un equilibrio entre familia y trabajo.


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Las respuestas a por qué ocurre la deserción, conforme a las estadísticas consultadas,

pueden ser varias: falta de recursos económicos y de apoyo familiar, inexistencia de centros

educativos en determinadas zonas, matrimonio o unión de pareja con las responsabilidades que

genera, y no querer o no interesarse por estudiar. En estas últimas causas, las personales, no se

ahonda en los factores de influencia familiar, social y cultural que privilegian o no la educación,como son: los modelos a seguir y las expectativas que se generan, se apoyan o se combaten en

relación al desempeño de hombres y mujeres. Esto significa que la educación universitaria o la

falta de ella en la jefatura familiar y en el medio social, los mensajes de comunicación masiva,

la ausencia y la presencia femenina y masculina de docentes en los centros educativos, las ex-

pectativas económicas y laborales de cada sexo, influyen decisivamente en lo que se engloba

como «no querer» o «no interesarse».

Mayor relevancia adquieren estas causas cuando son las segundas, sólo rebasadas por

las económicas, que generan la deserción. En la población guanajuatense de entre 7 y 29 años

que dejó de asistir a la escuela sin concluir sus estudios en el año 2000, el 36.3% lo hizo enatención a causas económicas, el 34.4% a motivos denominados personales, el 5.3% debido

a matrimonio o vida en pareja, el 3.1% a la falta de apoyo familiar y el 2.7% a la inexistencia

de escuelas en su zona. Ahora bien, si se comparan los porcentajes entre hombres y mujeres,

puede concluirse que tanto unos como otras desertan principalmente por causas económicas

y personales, seguidas por el matrimonio o vida en pareja. En el caso de las mujeres, la unión

en pareja representó el 7.4% como causal, mientras que en los hombres sólo 2.8%. La falta de

apoyo familiar es más común también en las mujeres, con un 4.4%, mientras en los hombres

representa sólo el 1.4%. Asimismo, la falta de accesos a centros educativos es menor en la po-

blación femenina, un 3.5% deserta por ello, en tanto que afecta al 1.7% de los hombres (Tabla10 FALTA). Las mujeres están condicionadas en mayor medida que los hombres por el ámbito

familiar, lo que determina en gran parte sus expectativas.

Un dato interesante es la ventaja en el porcentaje de mujeres que sí terminaron sus

estudios en relación al de los hombres —7.6 y 6.0 respectivamente—; pero, como se expuso

anteriormente, la permanencia y el egreso de las mujeres en el nivel superior es inferior al de los

hombres. Por lo tanto, los niveles de estudios en que sí concluyen mayoritariamente las mujeres

no rebasan el medio superior.

A partir de la premisa de que la falta de recursos económicos es la principal causa de de-

serción escolar, la siguiente etapa de la investigación fue indagar si existía deserción en el caso

de las mujeres que solicitaran un apoyo económico externo (beca) y cuáles serían los factores

que estarían detrás de esta posible deserción. El capítulo siguiente aborda ese tema.


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CAPÍTULO 3

BECAS Y DESERCIÓN ESCOLAR

En este capítulo nos abocamos a construir un marco de referencia a partir del cual indagar si

existía la deserción escolar en mujeres universitarias y qué la provocaba, aun cuando hubiese

un apoyo económico externo, como las becas escolares.Elaboramos este marco de referencia con base en el Instituto de Financiamiento e

Información para la Educación (EDUCAFIN), el organismo que cuenta con un mayor número

de beneficiarias y beneficiarios en el estado, debido a que contempla un universo —aunque

controlado— lo suficientemente amplio para la indagación. En este sentido, la investigación se

enfocó en las beneficiarias de la ciudad de Guanajuato; con el propósito de poder entrevistar a

las mujeres —en caso de que existieran— que no hubieran continuado estudiando la universidad

a pesar de haber sido beneficiadas con la beca EDUCAFIN.

3.1. Becas de EDUCAFIN

EDUCAFIN es un organismo descentralizado del Gobierno del Estado de Guanajuato que ofrece

apoyos económicos a estudiantes de educación media superior, superior y postgrado. Las becas

que ofrece son de tres tipos:

1. Beca Capacidades Especiales. Apoya a estudiantes con alguna discapacidad física o

mental y abarca todos los niveles educativos.

2. EDUCAFIN PRONABES . Dirigida a estudiantes de educación superior. Los montos

de estas becas son a fondo perdido.

3. Financiamiento Educativo. Beca-crédito dirigida a estudiantes de educación media

superior, superior y postgrado. El monto de la beca es pagado por el o la estudiante en abonos

del 25% mensual; el 75% restante se paga una vez que se haya concluido el nivel de estudio,

en un tiempo igual al que se estuvo recibiendo la beca.

Para esta investigación, elegimos las becas PRONABES y de Financiamiento, por estar

dirigidas mayoritariamente a estudiantes de universidad.


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El acceso a la beca PRONABES requiere de la entrega de varios documentos: solicitud

debidamente llenada, copia del acta de nacimiento, original y copia de constancia de estudios con

promedio del ciclo inmediato superior, copia de comprobante de domicilio, constancia que de-

muestre ingresos de hasta tres salarios mínimos, recibo de inscripción o carta de aceptación de la

Universidad, carta de exposición de motivos para la solicitud de la beca, una fotografía de frentetamaño infantil reciente y copia del CURP. Es necesario un promedio académico no inferior a 8.

Para la beca-crédito se requiere mantener un promedio mínimo de 8 y realizar los pagos

puntuales del 25% requerido. No se cobran intereses mientras se está estudiando y el pago se

realiza en pesos históricos16. En ambos programas se requiere que los beneficiarios realicen un

proyecto de desarrollo a la comunidad.

3.2.1. Solicitudes

En el año 2003, se presentaron 2 372 solicitudes de beca PRONABES, de las cuales 1 367 estaban suscritas por mujeres. Las áreas de estudio de mayor demanda fueron: ciencias de la salud,

donde las solicitudes de las mujeres triplicaron a las de los hombres; ciencias sociales y admi-

nistrativas, con el doble de solicitudes por parte de mujeres; e ingeniería y tecnología, donde las

solicitudes de los hombres superaron por 144 a las de las mujeres. Respecto a las becas-crédito,

en educación superior se recibieron 471 solicitudes de mujeres, y 330 de hombres.

El número total de beneficiarias, durante el año 2003, fue de 3 376 en PRONABES, con

un monto programado de 25 millones 124 930 pesos. En el caso de los hombres, se beneficiaron

2 593, con una inversión programada de 19 millones 874 390 pesos17. De acuerdo con las cifras,

en el panorama de apoyo económico becario las más favorecidas son las mujeres.

3.2.2. Deserción

La deserción respecto a los programas de becas EDUCAFIN se entiende como la cancelación

o la no renovación del trámite respectivo, por parte de la beneficiaria o de EDUCAFIN. Esto

no implica, necesariamente, la deserción escolar de la estudiante ya que puede suceder que no

continúa con la beca porque concluyó el nivel educativo para el cual pidió el apoyo o porque

obtuvo otro apoyo económico, con lo cual se cancela la beca de EDUCAFIN. En este sentido, del

ciclo 2002 al 2003, se cancelaron las becas de 1 307 mujeres en los tres tipos de otorgamiento,

de las cuales 678 correspondieron a PRONABES y 551 a Financiamiento18.

16 Oficio DDE/231/2003 como respuesta a solicitud de información.17 Ídem.18 Ídem.


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Ahora bien, EDUCAFIN no cuenta con información sobre las causas de cancelaciones de

las becas ni con datos de seguimiento sobre las becadas. En tal caso, a fin de conocer qué provocó

la no renovación del trámite de becas y si había tenido lugar la deserción escolar, solicitamos

a EDUCAFIN los nombres, el domicilio, la dirección electrónica y el número telefónico de las

mujeres que no continuaron su trámite becario, con el propósito de entrevistarlas. Los resultadosse presentan a continuación.

3.2. La búsqueda de entrevistas

De acuerdo con la información proporcionada por EDUCAFIN, existía una base de 678 casos

de no renovación de becas a mujeres durante el ciclo 2002-2003, solamente de PRONABES,

además de un número no determinado de las 551 becas-crédito no renovadas correspondientes

a educación superior 19. Una vez solicitados los datos que nos permitieran el objetivo consistió

en entrevistar una muestra significativa de por lo menos 50 mujeres que no hubieran renovadosu beca en cualquiera de los programas.

3.2.1. PRONABES

Recibimos los datos de 179 mujeres de este programa, de las 678 que se había manejado como

total de no renovación20. A pesar del reducido número proporcionado, en comparación con el

total, consideramos que podría ser suficiente para nuestro propósito. La reducción del número

de base (cantidad de mujeres de las cuales contábamos con datos para contactarlas) se realizó

de la siguiente manera:• De las 179 mujeres de la lista proporcionada sólo 141 contaban con número telefónico

en el cual se les podía localizar.

• De las 141 mujeres con número telefónico, 36 no pudieron ser localizadas debido

a que el número de registro estaba equivocado o fuera de servicio o correspondía a otra

ciudad (larga distancia).

• De las 105 mujeres susceptibles de ser localizadas, en 24 números telefónicos no se

obtuvo respuesta a pesar de intentarse por lo menos en dos ocasiones y en dos horarios

distintos.

19 Ídem.20 Cabe aclarar que EDUCAFIN envió posteriormente otra lista en sustitución de la recibida, con un número

menor (40) como corrección de la primera. En esta investigación se procesaron los 179 datos originales, los 40

enviados en sustitución ya estaban incluidos en el primer listado.


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• De los 81 números telefónicos en los que sí se obtuvo respuesta no fue posible loca-

lizar a 17 mujeres, a pesar de dejar un mensaje por lo menos en dos ocasiones en que no

se les encontró.

• De las 64 mujeres que sí fueron localizadas telefónicamente, 49 no entraban en el

rango de la entrevista: 15 porque su cancelación de la beca se debía a la conclusión de sueducación universitaria sin interrupción, y 34 porque continuaban becadas21.

• De las 15 mujeres incluidas en el rango entrevista, 2 no se presentaron a la entrevista

y no fue posible hacer una nueva cita.

• Finalmente, 13 mujeres fueron entrevistadas.

A su vez, las direcciones electrónicas no permitieron obtener información: 4% de las

mujeres del listado no contaba con correo electrónico, 80% de las direcciones ya no estaba

vigente y del 16% restante no se obtuvo respuesta.

3.2.2. Financiamiento

Respecto a las becas-crédito, no teníamos un número preciso de cancelaciones a nivel licen-

ciatura, pues del número total (551 estudiantes) no estaban desagregados los diferentes niveles

educativos. Partimos de una lista de 51 cancelaciones, proporcionada por EDUCAFIN, misma

que también fue sustituida por una con menos nombres (17); no obstante, seguimos trabajando

con la original, pues la segunda lista estaba incluida en la primera.

• De las 51 mujeres referidas en la lista, 3 no contaban con un número telefónico donde

localizarlas.

• De las 48 mujeres que sí contaban con un número telefónico, 18 no pudieron ser

localizadas debido a que el número de registro estaba equivocado o fuera de servicio o

correspondía a otra ciudad (larga distancia).

• De las 30 mujeres susceptibles de ser localizadas, en 5 números telefónicos no se obtuvo

respuesta a pesar de intentarse por lo menos en dos ocasiones y en horarios distintos.

• De los 25 números telefónicos en los que sí se obtuvo respuesta no fue posible lo-

calizar a 12 mujeres, a pesar de dejar un mensaje por lo menos en dos ocasiones en que

no se les encontró.

• De las 13 mujeres a las que sí se les pudo localizar, 11 no entraban en el rango de

la entrevista: 3 porque ya habían concluido su carrera sin interrupción y 8 porque conti-nuaban becadas.

21 EDUCAFIN no diferencia en su control de la información a quienes, a pesar de no haber interrumpido su

beca, están en espera de los resultados —por parte de dependencia— del siguiente periodo.


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• De las 2 mujeres que entraban en el rango de la entrevista, 1 no se presentó a la

entrevista y no pudo ser localizada nuevamente.

• Finalmente, se realizó 1 entrevista.

A su vez, la entrevista escrita se envió, vía Internet, a las 19 direcciones que aparecían en

el listado; de ellas, 14 ya no estaban vigentes y de las 5 restantes no se obtuvo respuesta.La reducción drástica del número de mujeres a las que se pudo positivamente entrevistar,

respecto del total, evidencia por parte de EDUCAFIN un manejo incierto de los datos generales

—por demás elementales— de sus beneficiarios/as y la falta de actualización y seguimiento de

la información.

3.3. Las entrevistas

Las entrevistas realizadas, por su reducido número, no pueden interpretarse como representativas

del panorama de no renovación becaria de EDUCAFIN. No obstante, son significativas en dossentidos: uno, porque evidencian que el organismo realiza un manejo ineficaz de la información

que tiene a su cargo; dos, porque sus contenidos —si bien no pueden generalizarse— arrojan

datos y observaciones importantes sobre el funcionamiento de las políticas públicas en materia

de apoyo a la educación.

3.3.1. Datos generales

Las mujeres entrevistadas oscilan entre los 21 y los 27 años; 13 radican permanentemente en

Guanajuato capital, y 1 alterna los fines de semana en la ciudad de León (de donde es origina-ria); 8 de ellas viven con el padre, la madre y varios hermanos y hermanas, 2 con el padre y una

hermana, 1 con parientes cercanos, 2 con la madre y hermanos, y 1 con su pareja; 2 tienen un

hijo varón menor de 5 años.

3.3.2. Apoyo económico

Ninguna de las entrevistadas tiene un empleo fijo debido a que gran parte del tiempo lo dedican

a la escuela; 4 se emplean eventualmente, 2 dedican algunas horas al día —según sea la carga

de trabajo escolar— a un negocio familiar y 8 no tienen ningún tipo de trabajo remunerado; 12

de ellas dependen económicamente de algún miembro de la familia, 9 del padre y 4 de la ma-

dre; 1 recibe pensión por orfandad. En todos los casos se expresó la vivencia de una situación

económica vulnerable.


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3.3.3. Áreas de estudio

Las áreas de estudio elegidas abarcan en mayor número las tradicionales (77%) aunque con

excepciones (23%). En ciencias de la salud: 3 estudian química-fármaco biología y 2 enfermería

y obstetricia: En el área administrativa: 1 estudia relaciones industriales; 1 administración deempresas y 2 turismo. En humanidades: 1 estudia historia. En ingeniería y tecnología: 1 cursó

ingeniería hidráulica (actualmente estudia la maestría en el área), 1 ingeniería en alimentos y 1

ofimática (técnico superior universitario). En el área agropecuaria: 1 cursa agronomía.

Dentro de los motivos que tuvieron para elegir carrera, se mencionaron mayoritariamente

—10 de las entrevistadas—: interés personal ligado al campo de desempeño laboral, 2 optaron

por esa carrera como segunda opción al no estar en posibilidades de estudiar la primera alter-

nativa, 1 se decidió en razón de los valores humanitarios que en esa carrera se promueven y 1

lo hizo por necesidad de obtener ingresos a corto plazo.

El grado de avance en la carrera va desde el cuarto semestre al décimo: 1 en cuarto,3 en quinto, 1 en séptimo, 4 en octavo, 1 en noveno, 2 en décimo y 2 ya concluyeron sus

estudios.

3.3.4. El medio

Un aspecto que nos propusimos indagar se refiere a las influencias familiares, sociales y cul-

turales que intervienen en la decisión de iniciar y permanecer en una carrera universitaria, los

estímulos favorables o no, los modelos a seguir y los intereses generados.

A la pregunta por los factores que consideraban que habían influido en su decisión deiniciar una carrera universitaria y continuarla, la mayoría de las entrevistadas contestó a favor

de expectativas económicas, profesionales y laborales; un número menor se refirió a estímulos

provenientes de la familia, particularmente del padre y/o de la madre; una tercera respuesta in-

cluyó el interés y el gusto por aprender; en un comentario se destacó la facilidad para el estudio

y en otro la urgencia por contar con una preparación que posibilitara la obtención de ingresos

en el menor tiempo posible.

Con relación a la familia, se les preguntó si había miembros de ésta que estudiaran o

hubieran estudiado la universidad, quiénes eran y si entre ellos se encontraban mujeres. En

11 familias existen parientes universitarios y en todas se cuentan hombres; de éstas, en 7 se

encuentran mujeres, sólo en 3 familias no hay universitarios/as. De las familias que incluyen

mujeres universitarias, en 2 el parentesco de la entrevistada con la universitaria es de hermana,

en 4 de sobrina y en 1 de prima. En ningún caso la madre estudió el nivel superior. Las carreras

cursadas por las mujeres universitarias en la familia son: magisterio (preescolar y nivel medio),

derecho, contabilidad, turismo y química-fármaco biología.


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Otro aspecto dentro de la entrevista estuvo enfocado en el porcentaje de maestras que les

han impartido clase. La diferencia en las respuestas fue muy amplia y se encuentra en relación

con las carreras elegidas: 3 estudiantes han tenido menos del 10% de mujeres como docentes

(administración, agronomía e ingeniería hidráulica); 7, menos del 50% (ingeniería en alimentos,

química-fármaco biología, relaciones industriales, ofimática y turismo); 2, más del 50% (turismoe historia); y 2, más del 80% (enfermería y obstetricia).

Sobre las expectativas hacia el futuro (10 años), se les preguntó por cuál creían que sería

su situación. Las entrevistadas contestaron mencionando los siguientes intereses: desarrollo

profesional (10), empleo bien remunerado (8), maternidad (6), estudios de postgrado (5), ma-

trimonio (4), empresa propia (3), casa propia (2), coche propio (1), viajes (1).

3.3.5. Becas

Debido a los limitados recursos económicos, todas las entrevistadas solicitaron beca aEDUCAFIN, 13 de tipo PRONABES y 1 de Financiamiento. De ellas, a 1 no se le ha otorgado

la beca, pese a cumplir con los requisitos exigidos y a haberla solicitado en 3 ocasiones (en el

periodo que abarcó la investigación, esperaba respuesta a su cuarta solicitud). Este caso evi-

dencia el inconsistente manejo de la información por parte de EDUCAFIN, ya que a pesar de

no haber sido becada en ninguna ocasión, la mujer entrevistada aparece en el listado de las que

no renovaron su trámite becario22.

El periodo durante el cual recibieron el apoyo económico osciló entre 1 y 6 semestres: 3

lo estuvieron por 1 semestre; 4 por 2 semestres; 1 por 3 semestres; 2 por 4 semestres y 1 por 6

semestres. En el caso de una de las becarias (de Financiamiento), el pago de la beca llegó con3 meses de retraso —directamente a la Universidad— y la administración de la escuela sólo

recibió el pago correspondiente a un mes de colegiatura, en cuyo caso se devolvió el monto

restante a EDUCAFIN. En consecuencia, la estudiante estuvo becada sólo 1 mes, ya que en los

anteriores ella debió pagar por su cuenta en espera del monto de su beca. Esta situación pone

en entredicho la ventaja del programa de financiamiento, relativo a la obtención de descuentos

que ofrecen las escuelas privadas por un pronto pago o por pago anticipado de colegiaturas23.

En cuanto a las becas PRONABES, su monto varía según sea el semestre en el que se

otorga: entre más avanzado esté, la cantidad será mayor. Las mujeres entrevistadas recibieron

una mensualidad de entre 750 y 920 pesos. Ante la pregunta de si la consideraban suficiente, 7

22 Los datos de esta estudiante aparecieron en el primer listado que nos proporcionó EDUCAFIN. A medida que

verificamos la poca viabilidad de la lista recibida, y se lo hicimos saber a EDUCAFIN, la institución respondió con

un segundo listado, en el que ya no aparecieron los datos de la estudiante indicada.23 Oficio DDE/231/2003 como respuesta a solicitud de información.


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contestaron afirmativamente y 4 contestaron que no, argumentando que no bastaba para cubrir

gastos extras (copias, compra de libros, material diverso, papelería, etc.).

3.4. Causas de la no renovación del trámite becario

Los motivos por los cuales no se continuó con la renovación de la beca no dependieron de la vo-

luntad de las estudiantes, salvo en los 2 casos de beca-crédito. Las causas mencionadas son:

1. Errores administrativos. En 5 de los casos se presentaron algunas de las siguientes

situaciones:

* pérdida del documento,

* pago retrasado,

* entrega de calificaciones por parte de la Universidad fuera de los periodos de recepción

de documentos de EDUCAFIN,

* falta de aviso sobre documento que presentaba irregularidad,* falta de aviso sobre aparente ausencia de documento.

2. Baja en el promedio requerido. Como ya se mencionó, uno de los requisitos para el

otorgamiento de las becas es un promedio académico mínimo de 8, que debe conservarse si se

intenta renovar el trámite becario. La baja del promedio la consideramos como una expresión

de otra causa, la que está detrás de la reducción numérica.

De las 14 mujeres entrevistadas, 2 expresaron haber tenido problemas para mantener el

promedio requerido. Ante la pregunta de a qué atribuían esta situación, en su respuesta seña-

laron cuestiones específicas. En el primer caso, el cuidado intensivo de la salud de un familiar

y la posterior orfandad; en el segundo, un conflicto interpersonal con otra compañera de lafacultad, a resultas del cual padece trastornos de salud que la obligan a suspender sus estudios

universitarios un semestre.

3. Otorgamiento de otro apoyo económico. En esta circunstancia, 1 estudiante fue premiada

con la beca de excelencia académica, otorgada por su Universidad, a causa de lo cual renuncia

a la beca PRONABES. Cuando concluye el periodo del nuevo beneficio, solicita nuevamente

la beca a EDUCAFIN, misma que no se le otorga y además no le informan de los motivos.

4. Sin derecho a causa del semestre de prácticas profesionales . A las estudiantes que

están por concluir su educación superior y que ya realizan sus prácticas profesionales, se les

cancela la beca, aparentemente porque están recibiendo el apoyo económico del lugar donde

practican. Si bien algunos centros apoyan a la estudiante con una cantidad superior a las be-

cas de EDUCAFIN, en otras ocasiones ocurre a la inversa. En enfermería, por ejemplo, para

mayor especificidad, las prácticas profesionales requieren —para el mejor aprovechamiento

de la alumna— que se realicen en hospitales. Éstos por lo general aportan una cantidad sim-

bólica que, por lo mismo, no resulta suficiente. Ante ello, algunas alumnas se ven obligadas


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a buscar otros centros de práctica que aporten una mayor cantidad, aunque no sean los más

adecuados.

5. Falta de presupuesto de EDUCAFIN . En estos casos, se expiden las solicitudes a

todos los interesados y a todas las interesadas y se recaba la documentación requerida, pero no

se renueva la beca porque la institución no cuenta con los suficientes recursos para atender lademanda.

6. Dificultades para pagar el crédito. En el programa de Financiamiento debe pagarse

mensualmente el 25% de la cantidad prestada en el semestre; 1 entrevistada canceló su crédito

por considerar que el pago mensual sobrepasaba sus posibilidades económicas así como el monto

de la deuda al terminar su carrera.

7. Sin información. A una solicitante, simplemente, no se le renovó la beca aunque cum-

pliera con los requisitos, y no se le dio ninguna explicación al respecto.

NOTA. No se presentó deserción escolar en ninguna de las entrevistadas. Aunque resulta unasituación afortunada, lo pequeño de la muestra no nos permite descartar que en otros casos, no

registrados o no facilitados por EDUCAFIN, pueda suceder. Lo que sí se evidenció ahora es la

condición de vulnerabilidad económica a que están expuestas las mujeres entrevistadas y, con

ella, a la posibilidad de deserción.

3.4.1. Propuestas

Así como se han expuesto algunos de los factores que están interfiriendo en la obtención y

retención de la becas, también es nuestro interés recuperar —de las propias entrevistadas— lassugerencias y/o alternativas de solución que aportaron desde su perspectiva.

1. Ejercicio de un mayor y mejor control administrativo, por parte de EDUCAFIN,

de las solicitudes y procesos de trámite de las y los becarias/os.

2. Suministro de información del seguimiento de solicitudes y trámites de renova-

ción.

3. Realización de los pagos o depósitos a tiempo, dado que una gran parte de ellos,

al inicio de cada semestre, se llevan a cabo hasta con tres meses de retraso.

4. Revisión de los criterios de asignación de becas. Algunas de las entrevistadas

proponen que se dé prioridad al factor económico sobre el promedio escolar.

5. Recepción y revisión cuidadosa de los documentos para poder detectar a tiempo

alguna irregularidad que se presente.

6. Existencia de mayor coordinación entre EDUCAFIN y las universidades (UG) para

que concuerde la entrega de documentos con los periodos de recepción.


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7. Realización de estudios socioeconómicos que permitan detectar quiénes requieren,

efectivamente, la beca.

8. Inclusión del semestre de prácticas profesionales si el apoyo proporcionado por el

centro de prácticas es insuficiente.

9. Proporcionar seguimiento a los proyectos de apoyo a la comunidad.


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CONCLUSIONES

A partir del análisis de la información bibliográfica revisada y de las entrevistas aplicadas, podemos concluir:

1. La integración de la mujer mexicana a la educación superior estuvo condicionada por

el proyecto educativo nacional del momento histórico. Independientemente de la oposición entre

las ideologías conservadoras y liberales, la formación femenina en el México independiente

estuvo limitada en su mayor parte a ser una prolongación del ámbito doméstico y familiar. Por

lo mismo, la docencia llegó a ser la carrera por excelencia para las mujeres.

2. Con el incremento del ingreso femenino en las universidades y su paulatina apertura

a diversas opciones de carreras, se diversificó el desempeño de las mujeres; sin embargo, este

incremento se ha concentrado en las áreas sociales y de salud con una tendencia ya evidentede saturación. Este fenómeno de saturación provoca una creciente competición en el mercado

laboral; asimismo, en un contexto de desempleo, crisis económica y machismo, la mujer uni-

versitaria permanece en desventaja con respecto al hombre universitario.

3. La educación universitaria en la mujer es el proceso más viable para lograr cambios

en las estructuras de poder que promuevan una sociedad equitativa entre los sexos y para que

estos permanezcan.

4. La deserción escolar es una cuestión que se aborda muy poco en las estadísticas, a

la cual se le resta peso en función de las cifras de ingreso y de la aprobación en los diferentes

niveles educativos. Más en específico, la carencia de datos sobre deserción en educación univer-

sitaria —a excepción de la normal superior— imposibilita conocer de fuentes oficiales cuántas

y cuántos estudiantes desertan, en qué áreas y cuáles son sus causas.

5. Dentro de las causas de deserción escolar, de acuerdo con datos proporcionados por las

estadísticas, se plantea: la falta de recursos económicos, las «personales», las responsabilidades

del matrimonio o de la vida en pareja, la falta de apoyo familiar y la insuficiencia de centros


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educativos en determinadas zonas. El de las mujeres es el grupo más afectado por las causas

que se relacionan con las restricciones familiares.

6. Las llamadas «causas personales» de deserción escolar —entendidas como el no querer

o no interesarse por estudiar— tienen detrás una serie de valores familiares, sociales y culturales

que suelen no enfatizarse como causa de deserción.7. La falta de recursos económicos, como principal factor de rezago y de deserción escolar,

es combatida dentro de las políticas públicas —entre otras medidas— con el establecimiento de

programas de becas. Éstos, aunque justificados por elevadas cifras de beneficiarios, adolecen de

una serie de fallas administrativas que entorpecen y restringen el apoyo económico ofrecido.

8. EDUCAFIN, el principal abastecedor de becas en el estado, adolece de falta de orga-

nización en los datos que maneja, imprecisiones, ausencia de seguimiento y concordancia, lo

que provoca pérdidas injustificadas de becas.

9. Se hace necesaria una revisión de los criterios de asignación de becas-EDUCAFIN, la

aplicación de un estudio socioeconómico a los solicitantes, la eficaz coordinación con los centroseducativos con que se vincula, una comunicación eficiente con sus becarios y el seguimiento

de los beneficiarios.


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ANEXOS


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GUÍA DE ENTREVISTA

I. Datos generales

1) Nombre:2) Edad:

3) ¿Con quién vives?

4) Hijos/as: Sexo: Edades:

5) Empleo:

6) ¿Recibes actualmente algún tipo de apoyo económico para estudiar?, ¿cuál?

II. Beca EDUCAFIN

7) ¿En qué consistía la beca?

8) ¿Por qué no renovaste tu beca con Educafin?9) ¿La beca era económicamente suficiente?, ¿por qué?

10) ¿Hubo alguna circunstancia familiar que influyera en la no renovación

de la beca?, ¿cuál?

11) ¿Hubo alguna circunstancia personal que influyera en la no renovación

de la beca?, ¿cuál?

12) ¿Qué te hubiera ayudado para mantener tu beca?

13) ¿Sigues estudiando?, ¿qué estudias?

III. La carrera universitaria14) ¿Qué carrera estudiabas cuándo estuviste becada?, ¿por qué la elegiste?

15) ¿Cuánto tiempo la cursaste?

16) ¿Cuánto tiempo estuviste becada?

17) ¿Fue difícil o complicado mantener el promedio requerido?, ¿por qué?

18) ¿Trabajabas cuando tenías la beca?, ¿en qué?, ¿cuántas horas promedio a la

semana?

IV. Expectativas

19) ¿Cómo te visualizas en 10 años?

20) ¿Planeas continuar estudiando?

21) ¿Qué expectativas económicas tienes para el futuro?

22) ¿A qué piensas dedicarte principalmente?

23) ¿Qué planes tienes para el futuro?


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V. El medio

24) ¿Qué factores influyeron en tu decisión de estudiar una carrera

universitaria?

25) ¿Crees que la educación familiar haya influido en tu decisión de iniciar

una carrera universitaria?, ¿cómo?26) ¿Crees que la educación familiar haya influido en tu decisión de

continuar o no tu carrera universitaria?, ¿cómo?

27) ¿Crees que el medio social (las personas con las que te has

relacionado, los medios de comunicación, etc.) haya influido en tu

decisión de iniciar una carrera universitaria?, ¿cómo?

28) ¿Crees que el medio social (las personas con las que te has

relacionado, los medios de comunicación, etc.) haya influido en tu

decisión de continuar o no tu carrera universitaria?, ¿cómo?

29) ¿Algún miembro de tu familia cursó o cusa una carrera universitaria?,¿quién?, ¿qué carrera?

30) Las mujeres más cercanas a ti, ¿estudiaron o estudian una carrera

universitaria?, ¿quiénes?, ¿qué carrera?

31) Aproximadamente ¿cuántas maestras te impartieron clase en la

universidad?, ¿de cuántos/as en total?


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BIBLIOGRAFÍA

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Económica, México, 236 pp.Corona Azanza, Rocío del Carmen (2000), La educación femenina en Guanajuato en el

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SEG (2000), Compendio de estadísticas e indicadores educativos, Secretaría de Educación

de Guanajuato, 498 pp.


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Instituto de la Mujer Guanajuatense

IMUG

Irene Victoria LópezDirección General

Rocío Cañada MelecioUnidad de Género y Desarrollo Sustentable

María Rita Chiwo Gallegos

Unidad de Investigación

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