Evangelii Gaudium

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Aplicaciones a la catequesis a partir de la Exhortación apostólica: Evangelii gaudium Delegación Episcopal de Catequesis de Madrid

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Exhortacin apostlica: Evangelii gaudium

Aplicaciones a la catequesisa partir de laExhortacin apostlica:Evangelii gaudiumDelegacin Episcopal de Catequesis de Madridndice de la Exhortacin: (1/7)Introduccin (La alegra del Evangelio [1]):Alegra que se renueva y se comunica [2-8]La dulce y confortadora alegra de evangelizar [9-13]La nueva evangelizacin para la transmisin de la fe [14-18]Propuestas y lmites de esta Exhortacin [16-18]Captulo I (La transformacin misionera de la Iglesia):Una Iglesia en salida [20-24]Pastoral en conversin [25-33]Una impostergable renovacin eclesial [27-33]Desde el corazn del Evangelio [34-39]La misin que se encarna en los lmites humanos [40-45]Una madre de corazn abierto [46-49]3ndice de la Exhortacin: (2/7)Captulo II (En la crisis del compromiso comunitario):Algunos desafos del mundo actual [52-75]No a una economa de la exclusin [52-75]No a la nueva idolatra del dinero [55-56]No a un dinero que gobierna en lugar de servir [57-58]No a la inequidad que genera violencia [59-60]Algunos desafos culturales [61-67]Desafos de la inculturacin de la fe [68-70]Desafos de las culturas urbanas [71-75]Tentaciones de los agentes pastorales [76-109] S al desafo de una espiritualidad misionera [78-80]No a la acedia egosta [81-83]No al pesimismo estril [84-86]S a las relaciones nuevas que genera Jesucristo [87-92]No a la mundanidad espiritual [93-97]No a la guerra entre nosotros [98-101]Otros desafos eclesiales [102-109]4ndice de la Exhortacin: (3/7)Captulo III (El anuncio del Evangelio):Todo el Pueblo de Dios anuncia el Evangelio [111-134]Un pueblo para todos [112-114]Un pueblo con muchos rostros [115-118]Todos somos discpulos misioneros [119-121]La fuerza evangelizadora de la piedad popular [122-126]Persona a persona [127-129]Carismas al servicio de la comunin evangelizadora [130-131]Cultura, pensamiento y educacin [132-134]La homila [135-144] El contexto litrgico [137-138]La conversacin de la madre [139-141]Palabras que hacen arder los corazones [142-144]

Contina5ndice de la Exhortacin: (4/7)Captulo III (El anuncio del Evangelio):La preparacin de la predicacin [145-159]El culto a la verdad [146-148]La personalizacin de la Palabra [149-151]La lectura espiritual [152-153]Un odo en el pueblo [154-155]Recursos pedaggicos [156-159]

Una evangelizacin para la profundizacin del Kerygma [160-175]Una catequesis kerygmtica y mistaggica [163-168]El acompaamiento personal de los procesos de crecimiento [169-173]En torno a la Palabra de Dos [174-175]6ndice de la Exhortacin: (5/7)Captulo IV (La dimensin social de la evangelizacin):Las repercusiones comunitarias y sociales del Kerygma [176-185]Confesin de la fe y compromiso social [178-179]El Reino que nos reclama [180-181]La enseanza de la Iglesia sobre cuestiones sociales [182-185]

La inclusin social de los pobres [186-216]Unidos a Dios escuchamos un clamor [187-192]Fidelidad al Evangelio para no correr en vano [193-196]El lugar privilegiado de los pobres en el Pueblo de Dios [197-201]Economa y distribucin del ingreso [202-208]Cuidar la fragilidad [209-216]

Contina.7ndice de la Exhortacin: (6/7)Captulo IV (La dimensin social de la evangelizacin):El bien comn y la paz social [217-237]El tiempo es superior al espacio [217-225]La unidad prevalece sobre el conflicto [226-230]La realidad es ms importante que la idea [231-233]El todo es superior a la parte [234-237]

El dilogo social como contribucin a la paz [238-258]El dilogo entre la fe, la razn y las ciencias [242-243]El dilogo ecumnico [244-246]Las relaciones con el Judasmo [247-249]El dilogo interreligioso [250-254]El dilogo social en un contexto de libertad religiosa [255-258]8La preparacin de [la catequesis] es una tarea tan importante que conviene dedicarle un tiempo prolongado de estudio, oracin, reflexin y creatividad pastoral. (EG 145)Considero conveniente recordar la necesidad de dedicar un tiempo de calidad a este precioso ministerio. (EG 145)Algunos [catequistas] suelen plantear que esto no es posible debido a la multitud de tareas que deben realizar; sin embargo, me atrevo a pedir que todas las semanas se dedique a esta tarea un tiempo personal y comunitario suficientemente prolongado, aunque deba darse menos tiempo a otras tareas tambin importantes. (EG 145)La confianza en elEspritu Santo que acta en [la catequesis] no es meramente pasiva, sino activa y creativa. Implica ofrecerse como instrumento (cf. Rom 12,1), con todas las propias capacidades, para que puedan ser utilizadas por Dios. (EG 145)La preparacin de la catequesis (1/7)3030Un catequista que no se prepara no es espiritual; es deshonesto e irresponsable con los dones que ha recibido. (EG 145)Qu bueno que los catequistas se renan peridicamente para encontrar juntos losrecursos que hacen ms atractiva la catequesis! (EG 159).El primer anuncio o kerygma debe ocupar el centro de la actividad evangelizadora y de todo intento de renovacin eclesial (EG 164).En la boca del catequista vuelve a resonar siempre el primer anuncio: Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y ahora est vivo a tu lado cada da, para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte (EG 164).Es el anuncio principal, ese que siempre hay que volver a escuchar de diversas maneras y ese que siempre hay que volver a anunciar de una forma o de otra a lo largo de la catequesis, en todas sus etapas y momentos (cf. Propositio 9) (EG164).Es el anuncio que responde al anhelo de infinito que hay en todo corazn humano. (EG 165).La centralidad del kerygma demanda ciertas caractersticas del anuncio que hoy son necesarias en todas partes (EG 165):que exprese el amor salvfico de Dios previo a la obligacin moral y religiosa, (EG 165).que no imponga la verdad y que apele a la libertad, (EG 165).que posea unas notas de alegra, estmulo, vitalidad, (EG 165).y una integralidad armoniosa que no reduzca la predicacin a unas pocas doctrinas a veces ms filosficas que evanglicas. (EG 165).

Catequesis y primer anuncio: (1/2)3737El primer anuncio debe provocar tambin un camino de formacin y de maduracin. (EG 160)La educacin y la catequesis estn al servicio de este crecimiento (EG 163)No hay que pensar que en la catequesis el kerygma es abandonado en pos de una formacin supuestamente ms slida. Nada hay ms slido, ms profundo, ms seguro, ms denso y ms sabio que ese anuncio. (EG 165)Toda formacin cristiana es ante todo la profundizacin del kerygma que se va haciendo carne cada vez ms y mejor, que nunca deja de iluminar la tarea catequstica, y que permite comprender adecuadamente el sentido de cualquier tema que se desarrolle en la catequesis. (EG 165)Laevangelizacin tambin busca el crecimiento, que implica tomarse muy en serio a cada persona y el proyecto que Dios tiene sobre ella. (EG 160)Cada ser humano necesita ms y ms de Cristo, y la evangelizacin no debera consentir que alguien se conforme con poco, sino que pueda decir plenamente: Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en m (Ga 2,20). (EG 160).Este camino de respuesta y de crecimiento est siempre precedido por eldon.La filiacin que el Padre regala gratuitamente y la iniciativa del don de su gracia (cf. Ef 2,8-9; 1 Co 4,7) son la condicin de posibilidad de esta santificacin constante que agrada a Dios y le da gloria. Se trata de dejarse transformar en Cristo por una progresiva vida segn el Espritu (Rm 8,5). (EG 162)El proceso catequtico (1/2)3939Significa bsicamente dos cosas: (EG 166)la necesaria progresividad de la experiencia formativa donde interviene toda la comunidad. (EG 166)y una renovada valoracin de los signos litrgicos de la iniciacin cristiana. (EG166).

El encuentro catequstico es un anuncio de la Palabra y est centrado en ella, pero siempre necesita una adecuada ambientacin y una atractiva motivacin, el uso de smbolos elocuentes, su insercin en un amplio proceso de crecimiento y la integracin de todas las dimensiones de la persona en un camino comunitario de escucha y de respuesta. (EG 166).La etapa mistaggica4141Una preocupacin exacerbada por los espacios personales de autonoma y de distensin, que lleva a vivir las tareas como un mero apndice de la vida, como si no fueran parte de la propia identidad. (EG 78).

Al mismo tiempo, la vida espiritual se confunde con algunos momentos religiosos que brindan cierto alivio pero que no alimentan:el encuentro con los dems,el compromiso en el mundo,la pasin evangelizadora (EG 78).

As, pueden advertirse en muchos agentes evangelizadores, aunque oren:una acentuacin del individualismo,una crisis de identidad yuna cada del fervor.Son tres males que se alimentan entre s (EG 78).Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas):1) S al desafo de una espiritualidad misionera (1/3).4242Que hoy la Iglesia salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo (EG 23).

Confiar en la potencialidad de la Palabra, una potencialidad que no podemos predecir (EG 22).

Aceptar la libertad inaferrable de la Palabra, que es eficaz a su manera , y de formas muy diversas que suelen superar nuestras previsiones y romper nuestros esquemas (EG 22).

Atrevernos a primerear y, como consecuencia, sabernos involucrar (EG 24).

Qu propuestas nos hace de cara a la misin? (2/2)1414La catequesis tiene que formar parte de un tipo de parroquia como la que se describe en la Exhortacin (EG 28):Requieren la docilidad y la creatividad misionera del Pastor y de la comunidad.Capaz de reformarse y adaptarse continuamente.Vive entre las casas de sus hijos y de sus hijas.Supone que realmente est en contacto con los hogares y con la vida del pueblo (cerca de la gente), y no se convierta en una prolija estructura separada de la gente o en un grupo de selectos que se miran a s mismos.La parroquia es:presencia eclesial en el territorio,mbito de la escucha de la Palabra, del crecimiento de la vida cristiana, del dilogo, del anuncio, de la caridad generosa, de la adoracin y la celebracin.A travs de todas sus actividades, la parroquia alienta y forma a sus miembros para que sean agentes de evangelizacin.Comunidad de comunidades, santuario donde los sedientos van a beber para seguir caminando, y centro de constante envo misionero.mbito de viva comunin y participacin.Orientada completamente a la misin.La nueva catequesis, dentro de una parroquia misionera (1/2)1515Si parte de nuestro pueblo bautizado no experimenta su pertenencia a la Iglesia, se debe tambin a la existencia de unas estructuras y a un clima poco acogedores en algunas de nuestras parroquias y comunidades, o a una actitud burocrtica para dar respuesta a los problemas, simples o complejos, de la vida de nuestros pueblos. En muchas partes hay un predominio de lo administrativo sobre lo pastoral, as como una sacramentalizacin sin otras formas de evangelizacin (EG 63).La nueva catequesis, dentro de una parroquia misionera (2/2)1616El Espritu, que inspir los Evangelios y que acta en el Pueblo de Dios, inspira tambin cmo hay que escuchar la fe del pueblo y cmo hay que hacer la catequesis (EG 139).

LaIglesia es madre y predica al pueblo como una madre que le habla a su hijo, sabiendo que el hijo confa que todo lo que se le ensee ser para bien porque se sabe amado (EG 139).Por eso el catequista ha de saber reconocer todo lo que Dios ha sembrado en cada uno de sus hijos (EG 139).La catequesis, por tanto, encuentra en el corazn cultural del pueblo una fuente de agua viva para saber lo que tiene que decir y para encontrar el modo como tiene que decirlo (EG 139).El catequista ha de saber escuchar las inquietudes de catecmenos y catequizandos y ha de estar dispuesto a aprender de ellos. (cf. EG 139).

Este mbito materno-eclesial en el que se desarrolla el dilogo del Seor con su pueblo debe favorecerse y cultivarse mediante (EG 140):la cercana cordial del catequista,la calidez de su tono de voz,la mansedumbre del estilo de sus frases,la alegra de sus gestos. (contina)Modo de comunicar el mensaje (1/6)1717Aun las veces que la catequesis resulte algo aburrida, si est presente este espritu materno-eclesial, siempre ser fecunda, as como los aburridos consejos de una madre dan fruto con el tiempo en el corazn de los hijos (EG 140)Modo de comunicar el mensaje (2/6)El Seor se complace de verdad en dialogar con su pueblo y al catequista le toca hacerle sentir este gusto del Seor a su gente (EG 141).1818Que el mensaje tenga olor a evangelio (EG 39).

Invitar, ante todo, a responder al Dios amante que nos salva, reconocindolo en los dems y saliendo de nosotros mismos para buscar el bien de todos (EG 39)

Anunciar propiamente el Evangelio y no algunos acentos doctrinales o morales que proceden de determinadas opciones ideolgicas (EG 39).

El anuncio se ha de concentrar en lo esencial, que es lo ms bello, lo ms grande, lo ms atractivo y al mismo tiempo lo ms necesario (EG 35).

La propuesta se simplifica, sin perder por ello profundidad y verdad, y as se vuelve ms contundente y radiante (EG 35).Modo de comunicar el mensaje (3/6)1919El mensaje que anunciamos corre ms que nunca el riesgo de aparecer mutilado y reducido a algunos de sus aspectos secundarios (EG 34). No hay que mutilar la integralidad del mensaje del Evangelio (EG 39).

El problema mayor se produce cuando el mensaje que anunciamos aparece entonces identificado con esos aspectos secundarios que, sin dejar de ser importantes, por s solos no manifiestan el corazn del mensaje de Jesucristo.

Entonces conviene ser realistas y no dar por supuesto que nuestros interlocutores conocen el trasfondo completo de lo que decimos o que pueden conectar nuestro discurso con el ncleo esencial del Evangelio que le otorga sentido, hermosura y atractivo (EG 34).

Una pastoral en clave misionera no se obsesiona por la transmisin desarticulada de una multitud de doctrinas que se intenta imponer a fuerza de insistencia (EG35).

Modo de comunicar el mensaje (4/6)2020La gradualidad: Todas las verdades reveladas proceden de la misma fuente divina y son credas con la misma fe, pero algunas de ellas son ms importantes por expresar ms directamente el corazn del Evangelio: la belleza del amor salvfico de Dios manifestado en Jesucristo muerto y resucitado (EG 36).Hay que acompaar con misericordia y paciencia las etapas posibles de crecimiento de las personas que se van construyendo da a da (EG 44). A todos debe llegar el consuelo y el estmulo del amor salvfico de Dios, que obra misteriosamente en cada persona, ms all de sus defectos y cadas (EG 44).Adecuada proporcin:Hay que decir que en el anuncio del Evangelio es necesario que haya una adecuada proporcin (EG 38): la frecuencia con la cual se mencionan algunos temas (templanza/caridad; la ley/la gracia; Iglesia/Jesucristo; Papa/Palabra de Dios).los acentos que se ponen en la predicacin.Cada verdad se comprende mejor si se la pone en relacin con la armoniosa totalidad del mensaje cristiano, y en ese contexto todas las verdades tienen su importancia y se iluminan unas a otras. (EG 39).Manifestar con claridad la centralidad de algunas verdades (EG 39).Modo de comunicar el mensaje (5/6)21Hace falta ampliar la sensibilidad para reconocer lo que tenga que ver realmente con la vida de catecmenos y catequizandos. (EG 155)

Recordemos que nunca hay que responder preguntas que nadie se hace, tampoco conviene ofrecer crnicas de la actualidad para despertar inters: para eso ya estn los programas televisivos. (EG 155)

En todo caso, es posible partir de algn hecho para que la Palabra pueda resonar con fuerza en su invitacin a la conversin, a la adoracin, a actitudes concretas de fraternidad y de servicio, etc., porque a veces algunas personas disfrutan escuchando comentarios sobre la realidad en la catequesis, pero no por ello se dejan interpelar personalmente. (EG 155)Modo de comunicar el mensaje (6/6)2222As como a todos nos gusta que se nos hable en nuestra lengua materna, as tambin en la fe nos gusta que se nos hable en clave de cultura materna, en clave de dialecto materno (cf. 2 M7,21.27), y el corazn se dispone a escuchar mejor. Esta lengua es un tono que transmite nimo, aliento, fuerza, impulso (EG 139).

El lenguaje debe ser el que comprenden losdestinatarios para no correr el riesgo de hablar al vaco (EG 158).Frecuentemente sucede que los catequistas usan palabras que aprendieron en sus estudios y en determinados ambientes, pero que no son parte del lenguaje comn de las personas que los escuchan. (EG 158)Hay palabras propias de la teologa o de la catequesis, cuyo sentido no es comprensible para lamayora de los cristianos. (EG 158).Si uno quiere adaptarse al lenguaje de los dems para poder llegar a ellos con la Palabra, tiene que escuchar mucho, necesita compartir la vida de la gente y prestarle una gustosa atencin. (EG 158).El lenguaje (1/5)2323La sencillez y la claridad son dos cosas diferentes. (EG 158)El lenguaje puede ser muy sencillo, pero la catequesis puede ser poco clara. (EG 158)

Se puede volver incomprensible por el desorden, por su falta de lgica, o porque trata varios temas al mismo tiempo. (EG 158)

Por lo tanto, otra tarea necesaria es procurar que la catequesis tenga unidad temtica, un orden claro y una conexin entre las frases, de manera que las personas puedan seguir fcilmente al catequista y captar la lgica de lo que les dice. (EG 158).El lenguaje (2/5)2424Otra caracterstica es el lenguaje positivo (EG 159).No dice tanto lo que no hay que hacer sino que propone lo que podemos hacer mejor. (EG 159).En todo caso, si indica algo negativo, siempre intenta mostrar tambin un valor positivo que atraiga, para no quedarse en la queja, el lamento, la crtica o el remordimiento. (EG 159).Adems, una catequesis positiva siempre da esperanza, orienta hacia el futuro, no nos deja encerrados en la negatividad. (EG 159).

El lenguaje (3/5)2525Los enormes y veloces cambios culturales requieren que prestemos una constante atencin para intentar expresar las verdades de siempre en un lenguaje que permita advertir su permanente novedad (EG 41).

A veces, escuchando un lenguaje completamente ortodoxo, lo que los fieles reciben, debido al lenguaje que ellos utilizan y comprenden, es algo que no responde al verdadero Evangelio de Jesucristo. Con la santa intencin de comunicarles la verdad sobre Dios y sobre el ser humano, en algunas ocasiones les damos un falso dios o un ideal humano que no es verdaderamente cristiano. De ese modo, somos fieles a una formulacin, pero no entregamos la substancia. se es el riesgo ms grave (EG 41).El lenguaje (4/5)2626La expresin de la verdad puede ser multiforme, y la renovacin de las formas de expresin se hace necesaria para transmitir al hombre de hoy el mensaje evanglico en su inmutable significado (Juan Pablo II, Ut unum sint, 19). [EG41]Nunca podremos convertir las enseanzas de la Iglesia en algo fcilmente comprendido y felizmente valorado por todos. (EG 42)

La fe siempre conserva un aspecto de cruz, alguna oscuridad que no le quita la firmeza de su adhesin. (EG 42)

Hay cosas que slo se comprenden y valoran desde esa adhesin que es hermana del amor, ms all de la claridad con que puedan percibirse las razones y argumentos. (EG 42)

Por ello, cabe recordar que todo adoctrinamiento ha de situarse en la actitud evangelizadora que despierte la adhesin del corazn con la cercana, el amor y el testimonio. (EG 42)

La tarea evangelizadora se mueve entre los lmites del lenguaje y de las circunstancias (EG 45). Procura siempre comunicar mejor la verdad del Evangelio en un contexto determinado, sin renunciar a la verdad, al bien y a la luz que pueda aportar (EG 45).El lenguaje (5/5)2727Un corazn misionero se hace dbil con los dbiles [...] todo para todos (1Co9,22). [EG 45]

Nunca se encierra, [EG 45]

nunca se repliega en sus seguridades, [EG 45]

nunca opta por la rigidez autodefensiva. [EG 45]

Sabe que l mismo tiene que crecer en la comprensin del Evangelio y en el discernimiento de los senderos del Espritu, y entonces no renuncia al bien posible, aunque corra el riesgo de mancharse con el barro del camino. [EG 45]El corazn del misionero (y del catequista) (1/2)2828Salir hacia los dems para llegar a las periferias humanas no implica correr hacia el mundo sin rumbo y sin sentido. (EG 46)

Muchas veces es ms bien detener el paso, dejar de lado la ansiedad para mirar a los ojos y escuchar, o renunciar a las urgencias para acompaar al que se qued al costado del camino. (EG 46)

A veces es como el padre del hijo prdigo, que se queda con las puertas abiertas para que, cuando regrese, pueda entrar sin dificultad (EG 46).

A menudo nos comportamos como controladores de la gracia y no como facilitadores. Pero la Iglesia no es una aduana, es la casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas (EG 47)El corazn del misionero (y del catequista) (2/2)2929La preparacin de la catequesis requiere amor.

Uno slo le dedica un tiempo gratuito y sin prisa a las cosas o a las personas que ama; y aqu se trata de amar a Dios que ha querido hablar.

A partir de ese amor, uno puede detenerse todo el tiempo que sea necesario, con una actitud de discpulo: Habla, Seor, que tu siervo escucha (1 S 3,9). (EG 146).La preparacin de la catequesis (2/7)3131Toda la evangelizacin est fundada sobre ella, escuchada, meditada, vivida, celebrada y testimoniada. Las Sagradas Escrituras son fuente de la evangelizacin. Por lo tanto, hace falta formarse continuamente en la escucha de la Palabra. (EG174)Es fundamental que la Palabra revelada fecunde radicalmente la catequesis y todos los esfuerzos por transmitir la fe. (EG 175).El catequista debe ser el primero en tener una gran familiaridad personal con la Palabra de Dios: no le basta conocer su aspecto lingstico o exegtico, que es tambin necesario; necesita acercarse a la Palabra con un corazn dcil y orante, para que ella penetre a fondo en sus pensamientos y sentimientos y engendre dentro de s una mentalidad nueva (PDV 26). (EG 14).Proponer un estudio serio y perseverante de la Biblia, as como promover su lectura orante personal y comunitaria (EG 175).Al preparar la catequesis, hemos de verificar si en nosotros mismos crece el amor por la Palabra que predicamos (EG 149).La preparacin de la catequesis: (3/7)1) Familiaridad con la Palabra3232De la abundancia del corazn habla la boca (Mt 12,34). La catequesis de cada sesin resonar con todo su esplendor en el corazn de catecmenos y catequizandos si primero ha resonado as en el corazn del catequista. (EG 149).ContinaQuien quiera dar catequesis, primero debe estar dispuesto a dejarse conmover por la Palabra y a hacerla carne en su existencia concreta. De esta manera, la catequesis consistir en esa actividad tan intensa y fecunda que es comunicar a otros lo que uno ha contemplado (Santo Toms de Aquino). (EG 150)

Portodo esto, antes de preparar concretamente lo que uno va a decir en la catequesis, primero tiene que aceptar ser herido por esa Palabra que herir a los dems, porque es una Palabra viva y eficaz (EG 150)La preparacin de la catequesis: (4/7)1) Familiaridad con la Palabra3333Un catequista es un contemplativo de la Palabra y tambin un contemplativo del pueblo. (EG 154)De esa manera, descubre las aspiraciones, las riquezas y los lmites, las maneras de orar, de amar, de considerar la vida y el mundo, que distinguen a tal o cual conjunto humano, prestando atencin al pueblo concreto con sus signos y smbolos, y respondiendo a las cuestiones que plantea (EN63). (EG154)Se trata de conectar a la hora de transmitir el mensaje cristiano con una situacin humana, con algo que catecmenos y catequizandos viven, con una experiencia que necesite la luz de la Palabra. (EG 154).

En el fondo es una sensibilidad espiritual para leer en los acontecimientos el mensaje de Dios (EN43) y esto es mucho ms que encontrar algo interesante para decir. Lo que se procura descubrir es lo que el Seor desea decir en una determinada circunstancia (EN43). Entonces, la preparacin de la catequesis se convierte en un ejercicio de discernimiento evanglico, donde se intenta reconocer a la luz del Espritu una llamada que Dios hace or en una situacin histrica determinada; en ella y por medio de ella Dios llama al creyente (PDV10). (EG 154)La preparacin de la catequesis: (5/7)2) Odo en el pueblo3434Algunos creen que pueden ser buenos catequistas por saber lo que tienen que decir, pero descuidan el cmo, la forma concreta de desarrollar una catequesis. Se quejan cuando los dems no los escuchan o no los valoran, pero quizs no se han empeado en buscar la forma adecuada de presentar el mensaje. (EG 156)

Recordemos que la evidente importancia del contenido no debe hacer olvidar la importancia de los mtodos y medios de la evangelizacin (EN40). (EG 156)

La preocupacin por la forma de dar la catequesis tambin es una actitud profundamente espiritual. (EG 156)Es responder al amor de Dios, entregndonos con todas nuestras capacidades y nuestra creatividad a la misin que l nos confa; (EG 156)pero tambin es un ejercicio exquisito de amor al prjimo, porque no queremos ofrecer a los dems algo de escasa calidad. En la Biblia, por ejemplo, encontramos la recomendacin de preparar la catequesis en orden a asegurar una extensin adecuada: Resume tu discurso. Di mucho en pocas palabras (Si 32,8). (EG 156)La preparacin de la catequesis: (6/7)3) Recursos pedaggicos3535Uno de los esfuerzos ms necesarios es aprender a usar imgenes en la catequesis, es decir, a hablar con imgenes. (EG 157)

A veces se utilizan ejemplos para hacer ms comprensible algo que se quiere explicar, pero esos ejemplos suelen apuntar slo al entendimiento; las imgenes, en cambio, ayudan a valorar y aceptar el mensaje que se quiere transmitir. (EG 157).

Una imagen atractiva hace que el mensaje se sienta como algo familiar, cercano, posible, conectado con la propia vida. Una imagen bien lograda puede llevar a gustar el mensaje que se quiere transmitir, despierta un deseo y motiva a la voluntad en la direccin del Evangelio. (EG 157).

La preparacin de la catequesis: (7/7)3) Recursos pedaggicos/aprender a usar imgenes3636El primer anuncio (keryma) exige al evangelizador ciertas actitudes que ayudan a acoger mejor el anuncio: (EG 165)cercana,apertura al dilogo,paciencia,acogida cordial que no condena.Catequesis y primer anuncio: (2/2)3838No sera correcto interpretar este llamado al crecimiento exclusiva o prioritariamente como una formacin doctrinal. (EG 161)

Se trata de observar lo que el Seor nos ha indicado, como respuesta a su amor, donde se destaca, junto con todas las virtudes, aquel mandamiento nuevo que es el primero, el ms grande, el que mejor nos identifica como discpulos: ste es mi mandamiento, que os amis unos a otros como yo os he amado (Jn 15,12). (EG161).

El proceso catequtico (2/2)4040La cultura meditica y algunos ambientes intelectuales a veces transmiten una marcada desconfianza hacia el mensaje de la Iglesia y un cierto desencanto (EG79).

Como consecuencia, aunque recen, muchos agentes pastorales desarrollan una especie de complejo de inferioridad que les lleva a relativizar u ocultar su identidad cristiana y sus convicciones (EG79).

Se produce entonces un crculo vicioso, porque as no son felices con lo que son y con lo que hacen, no se sienten identificados con su misin evangelizadora, y esto debilita la entrega. Terminan ahogando su alegra misionera en una especie de obsesin por ser como todos y por tener lo que poseen los dems (EG79).

As, las tareas evangelizadoras se vuelven forzadas y se dedican a ellas pocos esfuerzos y un tiempo muy limitado (EG79).Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)1) S al desafo de una espiritualidad misionera (2/3).4343Se desarrolla en los agentes pastorales, ms all del estilo espiritual o la lnea de pensamiento que puedan tener, un relativismo todava ms peligroso que el doctrinal. Tiene que ver con las opciones ms profundas y sinceras que determinan una forma de vida. (EG 81)

Este relativismo prctico es actuar como si Dios no existiera, decidir como si los pobres no existieran, soar como si los dems no existieran, trabajar como si quienes no recibieron el anuncio no existieran. (EG 81)

Llama la atencin que aun quienes aparentemente poseen slidas convicciones doctrinales y espirituales suelen caer en un estilo de vida que los lleva a aferrarse a seguridades econmicas, o a espacios de poder y de gloria humana que se procuran por cualquier medio, en lugar de dar la vida por los dems en la misin. (EG 81)

No nos dejemos robar el entusiasmo misionero! (EG 81)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)1) S al desafo de una espiritualidad misionera (3/3).4444Cuando ms necesitamos un dinamismo misionero que lleve sal y luz al mundo, muchos laicos sienten el temor de que alguien les invite a realizar alguna tarea apostlica, y tratan de escapar de cualquier compromiso que les pueda quitar su tiempo libre.Hoy se ha vuelto muy difcil, por ejemplo, conseguir catequistas capacitados para las parroquias y que perseveren en la tarea durante varios aos. Pero algo semejante sucede con los sacerdotes, que cuidan con obsesin su tiempo personal.Esto frecuentemente se debe a que las personas necesitan imperiosamente preservar sus espacios de autonoma, como si una tarea evangelizadora fuera un veneno peligroso y no una alegre respuesta al amor de Dios que nos convoca a la misin y nos vuelve plenos y fecundos. Algunos se resisten a probar hasta el fondo el gusto de la misin y quedan sumidos en una acedia paralizante.Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)2) No a la acedia egosta (1/4).4545El problema no es siempre el exceso de actividades, sino sobre todo las actividades mal vividas, sin las motivaciones adecuadas, sin una espiritualidad que impregne la accin y la haga deseable. (EG 82)

De ah que las tareas cansen ms de lo razonable, y a veces enfermen. No se trata de un cansancio feliz, sino tenso, pesado, insatisfecho y, en definitiva, no aceptado. (EG 82)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)2) No a la acedia egosta (2/4).4646Esta acedia pastoral puede tener diversos orgenes.Algunos caen en ella por sostener proyectos irrealizables y no vivir con ganas lo que buenamente podran hacer. (EG 82)Otros, por no aceptar la costosa evolucin de los procesos y querer que todo caiga del cielo. (EG 82)Otros, por apegarse a algunos proyectos o a sueos de xitos imaginados por su vanidad. (EG 82)Otros, por perder el contacto real con el pueblo, en una despersonalizacin de la pastoral que lleva a prestar ms atencin a la organizacin que a las personas, y entonces les entusiasma ms la hoja de ruta que la ruta misma. (EG 82)Otros caen en la acedia por no saber esperar y querer dominar el ritmo de la vida. El inmediatismo ansioso de estos tiempos hace que los agentes pastorales no toleren fcilmente lo que signifique alguna contradiccin, un aparente fracaso, una crtica, una cruz. (EG 82)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)2) No a la acedia egosta (3/4).4747As se gesta la mayor amenaza, que es el gris pragmatismo de la vida cotidiana de la Iglesia en el cual aparentemente todo procede con normalidad, pero en realidad la fe se va desgastando y degenerando en mezquindad . (EG 83)

Se desarrolla la psicologa de la tumba, que poco a poco convierte a los cristianos en momias de museo (EG 83).Desilusionados con la realidad, con la Iglesia o consigo mismos, viven la constante tentacin de apegarse a una tristeza dulzona, sin esperanza, que se apodera del corazn como el ms preciado de los elixires del demonio (EG83).Llamados a iluminar y a comunicar vida, finalmente se dejan cautivar por cosas que slo generan oscuridad y cansancio interior, y que apolillan el dinamismo apostlico (EG 83).

No nos dejemos robar la alegra evangelizadora! (EG 83).Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)2) No a la acedia egosta (4/4).4848La alegra del Evangelio es esa que nada ni nadie nos podr quitar (cf. Jn 16,22). (EG84)Los males de nuestro mundo y los de la Iglesia no deberan ser excusas para reducir nuestra entrega y nuestro fervor. Mirmoslos como desafos para crecer.Adems, la mirada creyente es capaz de reconocer la luz que siempre derrama el Espritu Santo en medio de la oscuridad, sin olvidar que donde abund el pecado sobreabund la gracia (Rm 5,20). (EG 84)Nuestra fe es desafiada a vislumbrar el vino en que puede convertirse el agua y a descubrir el trigo que crece en medio de la cizaa. A cincuenta aos del Concilio Vaticano II, aunque nos duelan las miserias de nuestra poca y estemos lejos de optimismos ingenuos, el mayor realismo no debe significar menor confianza en el Espritu ni menor generosidad. (EG 84)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)3) No al pesimismo estril (1/4).4949Una de las tentaciones ms serias que ahogan el fervor y la audacia es la conciencia de derrota que nos convierte en pesimistas quejosos y desencantados con cara de vinagre. (EG 85)Nadie puede emprender una lucha si de antemano no confa plenamente en el triunfo. (EG 85)El que comienza sin confiar perdi de antemano la mitad de la batalla y entierra sus talentos. Aun con la dolorosa conciencia de las propias fragilidades, hay que seguir adelante sin declararse vencidos, y recordar lo que el Seor dijo a san Pablo: Te basta mi gracia, porque mi fuerza se manifiesta en la debilidad (2 Co 12,9). (EG 85)El triunfo cristiano es siempre una cruz, pero una cruz que al mismo tiempo es bandera de victoria, que se lleva con una ternura combativa ante los embates del mal. (EG 85).El mal espritu de la derrota es hermano de la tentacin de separar antes de tiempo el trigo de la cizaa, producto de una desconfianza ansiosa y egocntrica. (EG 85).Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)3) No al pesimismo estril (2/4).5050Es cierto que en algunos lugares se produjo una desertificacin espiritual, fruto del proyecto de sociedades que quieren construirse sin Dios o que destruyen sus races cristianas. (EG 86)

El mundo cristiano se est haciendo estril, y se agota como una tierra sobreexplotada, que se convierte en arena. (EG 86)

En otros pases, la resistencia violenta al cristianismo obliga a los cristianos a vivir su fe casi a escondidas en el pas que aman. sta es otra forma muy dolorosa de desierto. (EG 86)

Tambin la propia familia

o el propio lugar de trabajo puede ser ese ambiente rido donde hay que conservar la fe y tratar de irradiarla. (EG 86)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)3) No al pesimismo estril (3/4).5151Precisamente a partir de la experiencia de este desierto, de este vaco, es como podemos descubrir nuevamente la alegra de creer, su importancia vital para nosotros, hombres y mujeres. (EG 86)En el desierto se vuelve a descubrir el valor de lo que es esencial para vivir; as, en el mundo contemporneo, son muchos los signos de la sed de Dios, del sentido ltimo de la vida, a menudo manifestados de forma implcita o negativa. (EG 86)Y en el desierto se necesitan sobre todo personas de fe que, con su propia vida, indiquen el camino hacia la Tierra prometida y de esta forma mantengan viva la esperanza . (EG 86)En todo caso, all estamos llamados a ser personas-cntaros para dar de beber a los dems. A veces el cntaro se convierte en una pesada cruz, pero fue precisamente en la cruz donde, traspasado, el Seor se nos entreg como fuente de agua viva. (EG 86)

No nos dejemos robar la esperanza! (EG 86)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)3) No al pesimismo estril (4/4).5252Hoy, que las redes y los instrumentos de la comunicacin humana han alcanzado desarrollos inauditos, sentimos el desafo de descubrir y transmitir la mstica de vivir juntos, de mezclarnos, de encontrarnos, de tomarnos de los brazos, de apoyarnos, de participar de esa marea algo catica que puede convertirse en una verdadera experiencia de fraternidad, en una caravana solidaria, en una santa peregrinacin. (EG 87)

De este modo, las mayores posibilidades de comunicacin se traducirn en ms posibilidades de encuentro y de solidaridad entre todos. (EG 87)

Si pudiramos seguir ese camino, sera algo tan bueno, tan sanador, tan liberador, tan esperanzador! (EG 87)

Salir de uno mismo para unirse a otros hace bien. (EG 87)

Encerrarse en uno mismo es probar el amargo veneno de la inmanencia, y la humanidad saldr perdiendo con cada opcin egosta que hagamos. (EG 87)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)4) S a las relaciones nuevas que genera Jesucristo (1/7).5353El ideal cristiano siempre invitar a superar: (EG 88)la sospecha,la desconfianza permanente,el temor a ser invadidos,las actitudes defensivas que nos impone el mundo actual.

Muchos tratan de escapar de los dems hacia la privacidad cmoda o hacia el reducido crculo de los ms ntimos, y renuncian al realismo de la dimensin social del Evangelio. (EG 88)Porque, as como algunos quisieran un Cristo puramente espiritual, sin carne y sin cruz, tambin se pretenden relaciones interpersonales slo mediadas por aparatos sofisticados, por pantallas y sistemas que se puedan encender y apagar a voluntad. (EG 88)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)4) S a las relaciones nuevas que genera Jesucristo (2/7).5454Mientras tanto, el Evangelio nos invita siempre a correr el riesgo del encuentro con el rostro del otro, con su presencia fsica que interpela, con su dolor y sus reclamos, con su alegra que contagia en un constante cuerpo a cuerpo. (EG 88)

La verdadera fe en el Hijo de Dios hecho carne es inseparable del don de s, de la pertenencia a la comunidad, del servicio, de la reconciliacin con la carne de los otros. (EG 88)

El Hijo de Dios, en su encarnacin, nos invit a la revolucin de la ternura. (EG 88)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)4) S a las relaciones nuevas que genera Jesucristo (3/7).5555El aislamiento, que es una traduccin del inmanentismo, puede expresarse en una falsa autonoma que excluye a Dios, pero puede tambin encontrar en lo religioso una forma de consumismo espiritual a la medida de su individualismo enfermizo. (EG 89)

La vuelta a lo sagrado y las bsquedas espirituales que caracterizan a nuestra poca son fenmenos ambiguos. Ms que el atesmo, hoy se nos plantea el desafo de responder adecuadamente a la sed de Dios de mucha gente, para que no busquen apagarla en propuestas alienantes o en un Jesucristo sin carne y sin compromiso con el otro. (EG 89)

Si no encuentran en la Iglesia una espiritualidad que los sane, los libere, los llene de vida y de paz al mismo tiempo que los convoque a la comunin solidaria y a la fecundidad misionera, terminarn engaados por propuestas que no humanizan ni dan gloria a Dios. (EG 89)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)4) S a las relaciones nuevas que genera Jesucristo (4/7).5656Las formas propias de la religiosidad popular son encarnadas, porque han brotado de la encarnacin de la fe cristiana en una cultura popular. (EG 90)Por eso mismo incluyen una relacin personal, no con energas armonizadoras sino con Dios, Jesucristo, Mara, un santo. (EG 90)Tienen carne, tienen rostros. Son aptas para alimentar potencialidades relacionales y no tanto fugas individualistas. (EG 90)

En otros sectores de nuestras sociedades crece el aprecio por:diversas formas de espiritualidad del bienestar sin comunidad,por una teologa de la prosperidad sin compromisos fraternospor experiencias subjetivas sin rostros, que se reducen a una bsqueda interior inmanentista. (EG 90)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)4) S a las relaciones nuevas que genera Jesucristo (5/7).5757Un desafo importante es mostrar que la solucin nunca consistir en escapar de una relacin personal y comprometida con Dios que al mismo tiempo nos comprometa con los otros. (EG 91)Eso es lo que hoy sucede cuando los creyentes procuran esconderse y quitarse de encima a los dems, (EG 91)y cuando sutilmente escapan de un lugar a otro o de una tarea a otra, quedndose sin vnculos profundos y estables: Imaginatio locorum et mutatio multos fefellit. (EG 91) Es un falso remedio que enferma el corazn, y a veces el cuerpo. (EG 91)Hace falta ayudar a reconocer que el nico camino consiste en aprender a encontrarse con los dems con la actitud adecuada, que es valorarlos y aceptarlos como compaeros de camino, sin resistencias internas. (EG 91)Mejor todava, se trata de aprender a descubrir a Jess en el rostro de los dems, en su voz, en sus reclamos. (EG 91)Tambin es aprender a sufrir en un abrazo con Jess crucificado cuando recibimos agresiones injustas o ingratitudes, sin cansarnos jams de optar por la fraternidad. (EG 91)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)4) S a las relaciones nuevas que genera Jesucristo (6/7).5858Ah est la verdadera sanacin, ya que el modo de relacionarnos con los dems que realmente nos sana en lugar de enfermarnos es: (EN 92)una fraternidad mstica, contemplativa, que sabe mirar la grandeza sagrada del prjimo, (EN 92)que sabe descubrir a Dios en cada ser humano, (EN 92)que sabe tolerar las molestias de la convivencia aferrndose al amor de Dios, (EN 92)que sabe abrir el corazn al amor divino para buscar la felicidad de los dems como la busca su Padre bueno. (EN 92)Precisamente en esta poca, y tambin all donde son un pequeo rebao (Lc12,32), los discpulos del Seor son llamados: (EN 92)a vivir como comunidad que sea sal de la tierra y luz del mundo (cf.Mt5,13-16). (EN 92)Son llamados a dar testimonio de una pertenencia evangelizadora de manera siempre nueva." (EN 92)No nos dejemos robar la comunidad! (EN 92)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)4) S a las relaciones nuevas que genera Jesucristo (7/7).5959La mundanidad espiritual, que se esconde detrs de apariencias de religiosidad e incluso de amor a la Iglesia, es buscar, en lugar de la gloria del Seor, la gloria humana y el bienestar personal. (EG 93)

Es un modo sutil de buscar sus propios intereses y no los de Cristo Jess (Flp2,21). (EG 93)

Toma muchas formas, de acuerdo con el tipo de personas y con los estamentos en los que se enquista. (EG 93)

Por estar relacionada con el cuidado de la apariencia, no siempre se conecta con pecados pblicos, y por fuera todo parece correcto. Pero, si invadiera la Iglesia, sera infinitamente ms desastrosa que cualquiera otra mundanidad simplemente moral (H. de Lubac). (EG 93)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)5) No a la mundanidad espiritual (1/6).6060Esta mundanidad puede alimentarse especialmente de dos maneras profundamente emparentadas. (EG 94)Una es la fascinacin del gnosticismo, una fe encerrada en el subjetivismo, donde slo interesa una determinada experiencia o una serie de razonamientos y conocimientos que supuestamente reconfortan e iluminan, pero en definitiva el sujeto queda clausurado en la inmanencia de su propia razn o de sus sentimientos. (EG 94)La otra es el neopelagianismo autorreferencial y prometeico de quienes en el fondo slo confan en sus propias fuerzas y se sienten superiores a otros por cumplir determinadas normas o por ser inquebrantablemente fieles a cierto estilo catlico propio del pasado. Es una supuesta seguridad doctrinal o disciplinaria que da lugar a un elitismo narcisista y autoritario, donde en lugar de evangelizar lo que se hace es analizar y clasificar a los dems, y en lugar de facilitar el acceso a la gracia se gastan las energas en controlar. (EG 94).En los dos casos, ni Jesucristo ni los dems interesan verdaderamente. Son manifestaciones de un inmanentismo antropocntrico. (EG 94)No es posible imaginar que de estas formas desvirtuadas de cristianismo pueda brotar un autntico dinamismo evangelizador. (EG 94)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)5) No a la mundanidad espiritual (2/6).6161Esta oscura mundanidad se manifiesta en muchas actitudes aparentemente opuestas pero con la misma pretensin de dominar el espacio de la Iglesia. (EG95)En algunos hay un cuidado ostentoso de la liturgia, de la doctrina y del prestigio de la Iglesia, pero sin preocuparles que el Evangelio tenga una real insercin en el Pueblo fiel de Dios y en las necesidades concretas de la historia. (EG 95)As, la vida de la Iglesia se convierte en una pieza de museo o en una posesin de pocos. (EG 95)En otros, la misma mundanidad espiritual se escondedetrs de una fascinacin por mostrar conquistas sociales y polticas,o en una vanagloria ligada a la gestin de asuntos prcticos,o en un embeleso por las dinmicas de autoayuda y de realizacin autorreferencial. (EG 95)(Contina)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)5) No a la mundanidad espiritual (3/6).6262Tambin puede traducirse en:diversas formas de mostrarse a s mismo en una densa vida social llena de salidas, reuniones, cenas, recepciones. (EG 95)O bien se despliega en un funcionalismo empresarial, cargado de estadsticas, planificaciones y evaluaciones, donde el principal beneficiario no es el Pueblo de Dios sino la Iglesia como organizacin. (EG 95)

En todos los casos:no lleva el sello de Cristo encarnado, crucificado y resucitado,se encierra en grupos elitistas, (EG 95)no sale realmente a buscar a los perdidos ni a las inmensas multitudes sedientas de Cristo. (EG 95)Ya no hay fervor evanglico, sino el disfrute espurio de una autocomplacencia egocntrica. (EG 95)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)5) No a la mundanidad espiritual (4/6).6363En este contexto, se alimenta la vanagloria de quienes se conforman con tener algn poder y prefieren ser generales de ejrcitos derrotados antes que simples soldados de un escuadrn que sigue luchando. (EG 96)

Cuntas veces soamos con planes apostlicos expansionistas, meticulosos y bien dibujados, propios de generales derrotados! As negamos nuestra historia de Iglesia, que es gloriosa por ser historia de sacrificios, de esperanza, de lucha cotidiana, de vida deshilachada en el servicio, de constancia en el trabajo que cansa, porque todo trabajo es sudor de nuestra frente. (EG 96)

En cambio, nos entretenemos vanidosos hablando sobre lo que habra que hacer el pecado del habriaquesmo como maestros espirituales y sabios pastorales que sealan desde afuera. (EG 96)

Cultivamos nuestra imaginacin sin lmites y perdemos contacto con la realidad sufrida de nuestro pueblo fiel. (EG 96)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)5) No a la mundanidad espiritual (5/6).6464Quien ha cado en esta mundanidad: (EG 97)mira de arriba y de lejos, (EG 97)rechaza la profeca de los hermanos, (EG 97)descalifica a quien lo cuestione, (EG 97)destaca constantemente los errores ajenos y se obsesiona por la apariencia. (EG 97)Ha replegado la referencia del corazn al horizonte cerrado de su inmanencia y sus intereses y, como consecuencia de esto, no aprende de sus pecados ni est autnticamente abierto al perdn. (EG 97)Es una tremenda corrupcin con apariencia de bien. (EG 97)Hay que evitarla poniendo a la Iglesia en movimiento de salida de s, de misin centrada en Jesucristo, de entrega a los pobres. (EG 97)Dios nos libre de una Iglesia mundana bajo ropajes espirituales o pastorales!(EG 97)Esta mundanidad asfixiante se sana tomndole el gusto al aire puro del Espritu Santo, que nos libera de estar centrados en nosotros mismos, escondidos en una apariencia religiosa vaca de Dios. (EG 97)No nos dejemos robar el Evangelio! (EG 97)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)5) No a la mundanidad espiritual (6/6).6565Dentro del Pueblo de Dios y en las distintas comunidades, cuntas guerras! por envidias y celos! (EG 98)

La mundanidad espiritual lleva a algunos cristianos a estar en guerra con otros cristianos que se interponen en su bsqueda de poder, prestigio, placer o seguridad econmica. (EG 98)

Adems, algunos dejan de vivir una pertenencia cordial a la Iglesia por alimentar un espritu de internas. (EG 98)

Ms que pertenecer a la Iglesia toda, con su rica diversidad, pertenecen a tal o cual grupo que se siente diferente o especial. (EG 98)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)6) No a la guerra entre nosotros (1/3).6666El mundo est lacerado por las guerras y la violencia, o herido por un difuso individualismo que divide a los seres humanos y los enfrenta unos contra otros en pos del propio bienestar. (EG 99)En diversos pases resurgen enfrentamientos y viejas divisiones que se crean en parte superadas. (EG 99)A los cristianos de todas las comunidades del mundo, quiero pediros especialmente un testimonio de comunin fraterna que se vuelva atractivo y resplandeciente. (EG99)Que todos puedan admirar cmo os cuidis unos a otros, cmo os dais aliento mutuamente y cmo os acompais: En esto reconocern que sois mis discpulos, en el amor que os tengis unos a otros (Jn 13,35). (EG 99)Es lo que con tantos deseos peda Jess al Padre: Que sean uno en nosotros [...] para que el mundo crea (Jn 17,21). (EG 99)Atencin a la tentacin de la envidia! Estamos en la misma barca y vamos hacia el mismo puerto! (EG 99)Pidamos la gracia de alegrarnos con los frutos ajenos, que son de todos. (EG 99)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)6) No a la guerra entre nosotros (2/3).6767A los que estn heridos por divisiones histricas, les resulta difcil aceptar que los exhortemos al perdn y la reconciliacin, ya que interpretan que ignoramos su dolor, o que pretendemos hacerles perder la memoria y los ideales. (EG 100)Pero si ven el testimonio de comunidades autnticamente fraternas y reconciliadas, eso es siempre una luz que atrae. (EG 100)Por ello me duele tanto comprobar cmo en algunas comunidades cristianas, y aun entre personas consagradas, consentimos: (EG 100)Diversas formas de odio,Divisiones,Calumnias,Difamaciones,Venganzas,Celos,deseos de imponer las propias ideas a costa de cualquier cosa, y hasta persecuciones que parecen una implacable caza de brujas. (EG 100)

A quin vamos a evangelizar con esos comportamientos? (EG 100)No nos dejemos robar el ideal del amor fraterno! (EG 101)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)6) No a la guerra entre nosotros (3/3).6868Ha crecido la conciencia de la identidad y la misin del laico en la Iglesia. (EG 102)Se cuenta con un numeroso laicado, aunque no suficiente, con arraigado sentido de comunidad y una gran fidelidad en el compromiso de la caridad, la catequesis, la celebracin de la fe. (EG 102)Pero la toma de conciencia de esta responsabilidad laical que nace del Bautismo y de la Confirmacin no se manifiesta de la misma manera en todas partes. (EG 102)En algunos casos porque no se formaron para asumir responsabilidades importantes, (EG 102)en otros por no encontrar espacio en sus Iglesias particulares para poder expresarse y actuar, a raz de un excesivo clericalismo que los mantiene al margen de las decisiones. (EG 102)Si bien se percibe una mayor participacin de muchos en los ministerios laicales, este compromiso no se refleja en la penetracin de los valores cristianos en el mundo social, poltico y econmico. (EG 102)Se limita muchas veces a las tareas intraeclesiales sin un compromiso real por la aplicacin del Evangelio a la transformacin de la sociedad. (EG 102)La formacin de laicos y la evangelizacin de los grupos profesionales e intelectuales constituyen un desafo pastoral importante. (EG 102)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)7) Otros desafos eclesiales (1/7): Los laicos.6969La Iglesia reconoce el indispensable aporte de la mujer en la sociedad, con una sensibilidad, una intuicin y unas capacidades peculiares que suelen ser ms propias de las mujeres que de los varones. (EG 103)

Por ejemplo, la especial atencin femenina hacia los otros, que se expresa de un modo particular, aunque no exclusivo, en la maternidad. (EG 103)

Reconozco con gusto cmo muchas mujeres comparten responsabilidades pastorales junto con los sacerdotes, contribuyen al acompaamiento de personas, de familias o de grupos y brindan nuevos aportes a la reflexin teolgica. (EG 103)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)7) Otros desafos eclesiales (2/7). La mujer en la sociedad7070Pero todava es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina ms incisiva en la Iglesia. (EG 103)Porque el genio femenino es necesario en todas las expresiones de la vida social; por ello, se ha de garantizar la presencia de las mujeres tambin en el mbito laboral y en los diversos lugares donde se toman las decisiones importantes, tanto en la Iglesia como en las estructuras sociales. (EG 103)Las reivindicaciones de los legtimos derechos de las mujeres, a partir de la firme conviccin de que varn y mujer tienen la misma dignidad, plantean a la Iglesia profundas preguntas que la desafan y que no se pueden eludir superficialmente. (EG104)El sacerdocio reservado a los varones, como signo de Cristo Esposo que se entrega en la Eucarista, es una cuestin que no se pone en discusin, pero puede volverse particularmente conflictiva si se identifica demasiado la potestad sacramental con el poder. (EG 104)El sacerdocio ministerial es uno de los medios que Jess utiliza al servicio de su pueblo, pero la gran dignidad viene del Bautismo, que es accesible a todos. (EG 104)La configuracin del sacerdote con Cristo Cabeza es decir, como fuente capital de la gracia no implica una exaltacin que lo coloque por encima del resto. (EG 104)(Contina)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)7) Otros desafos eclesiales (3/7). La mujer en la Iglesia7171En la Iglesia las funciones no dan lugar a la superioridad de los unos sobre los otros. (EG 104)De hecho, una mujer, Mara, es ms importante que los obispos. (EG 104)Aun cuando la funcin del sacerdocio ministerial se considere jerrquica, hay que tener bien presente que est ordenada totalmente a la santidad de los miembros del Cuerpo mstico de Cristo. Su clave y su eje no son el poder entendido como dominio, sino la potestad de administrar el sacramento de la Eucarista; de aqu deriva su autoridad, que es siempre un servicio al pueblo. (EG 104)

Aqu hay un gran desafo para los pastores y para los telogos, que podran ayudar a reconocer mejor lo que esto implica con respecto al posible lugar de la mujer all donde se toman decisiones importantes, en los diversos mbitos de la Iglesia. (EG104)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)7) Otros desafos eclesiales (4/7). La mujer en la Iglesia7272La pastoral juvenil, tal como estbamos acostumbrados a desarrollarla, ha sufrido el embate de los cambios sociales. (EG 105)Los jvenes, en las estructuras habituales, no suelen encontrar respuestas a sus inquietudes, necesidades, problemticas y heridas. (EG 105)A los adultos nos cuesta escucharlos con paciencia, comprender sus inquietudes o sus reclamos, y aprender a hablarles en el lenguaje que ellos comprenden. (EG 105)Por esa misma razn, las propuestas educativas no producen los frutos esperados. (EG 105)La proliferacin y crecimiento de asociaciones y movimientos predominantemente juveniles pueden interpretarse como una accin del Espritu que abre caminos nuevos acordes a sus expectativas y bsquedas de espiritualidad profunda y de un sentido de pertenencia ms concreto. (EG 105)Se hace necesario, sin embargo, ahondar en la participacin de stos en la pastoral de conjunto de la Iglesia. (EG 105)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)7) Otros desafos eclesiales (5/7). Los jvenes7373En muchos lugares escasean las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Frecuentemente esto se debe a la ausencia en las comunidades de un fervor apostlico contagioso, lo cual no entusiasma ni suscita atractivo. (EG 107)Donde hay vida, fervor, ganas de llevar a Cristo a los dems, surgen vocaciones genuinas. (EG 107)Aun en parroquias donde los sacerdotes son poco entregados y alegres, es la vida fraterna y fervorosa de la comunidad la que despierta el deseo de consagrarse enteramente a Dios y a la evangelizacin, sobre todo si esa comunidad viva ora insistentemente por las vocaciones y se atreve a proponer a sus jvenes un camino de especial consagracin. (EG 107)Por otra parte, a pesar de la escasez vocacional, hoy se tiene ms clara conciencia de la necesidad de una mejor seleccin de los candidatos al sacerdocio. No se pueden llenar los seminarios con cualquier tipo de motivaciones, y menos si stas se relacionan con inseguridades afectivas, bsquedas de formas de poder, glorias humanas o bienestar econmico. (EG 107)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)7) Otros desafos eclesiales (6/7). Las vocaciones74Los desafos estn para superarlos. (EG 109)Seamos realistas, pero sin perder la alegra, la audacia y la entrega esperanzada. (EG 109)

No nos dejemos robar la fuerza misionera! (EG 109)Desafos y tentaciones que afectan a los agentes de pastoral (tambin a los catequistas)7) Otros desafos eclesiales (7/7).75