Dolor Miofascial Revision
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Enrique Avelino Estévez RivDolor miofascial
Dolor miofascial
En rique Avelino Est évez Rivera *
*Médico fisiatra, Clínica del Dolor, Fundación Cardiovascular del Oriente Colombiano, Bucaramanga, Colombia.
Correspondencia: Dr. Estévez, Cra. 33 # 49-35, Bucaramanga, Colombia. E-mail: [email protected].
RESUMEN
El conocimiento del Síndrome de Dolor Miofascial es necesario para la práctica actual y es, por
definición, un trastorno no inflamatorio que se manifiesta por dolor localizado, rigidez y cuya
característica primordial es la presencia de puntos gatillo. El dolor miofascial tiene tres
componentes: una banda palpable en el músculo afectado, un punto gatillo y el patrón característico
de dolor referido, los cuales con un minucioso examen físico y una exhaustiva historia clínica, son
los elementos básicos para llegar a este diagnóstico. El entendimiento, la identificación y sus
principales características permiten ampliar los diagnósticos diferenciales y obligan a examinar
adecuadamente al paciente.
Palabras clave: Dolor miofascial, banda palpable, punto gatillo, dolor referido.
I n t r o d u c c i ó n
Dentro de la práctica clínica de las personas que nos
e n f r e n t a m o s a l p a c i e n t e q u e s e q u e j a d e d o l o r
músculoesquelético, es muy frecuente encontrar como
impr esión diagn óstica el tér min o ‘Síndr ome Miofascial’.
¿Qué sabemos nosotros del dolor de tipo miofascial?
¿Estamos capacitados par a identificar el verda dero dolormiofascial? ¿Conocemos sus bases fis iopatológicas?
¿Reconocemos clínicamente los patrones de irradiación
del dolor miofascial?
Creo que el entendimiento y la identificación del dolor
miofascial debería ser un requisito mínimo no sólo para
los especialistas que vemos en nuestra práctica diaria
pacientes con dolor muscular, sino también hacer parte
de la información básica que el médico general y el
es tudiante de medicina deber ía tener , pues to que s i
tenem os en cuent a qu e el sistema m uscular (esquelético)
es e l ó rgano más g rande de l cuerpo humano pues
representa aproximadamente el 40% o más del peso
corporal de un individuo, resulta entonces inconcebibleque no se tenga siquiera nociones de la patología que
afecta al ma yor sistema de nuest ra economía. Por estas
razones pienso que en las facultades de Medicina n o se le
está dando la importan cia que requiere a un tema que es
muy importan te pa ra todos los médicos y que seguimos
fallando en su difusión. El dolor, y en especial el dolor
mu sculoesquelético, es considerad o un a de las causa s m
frecuent es de consulta .1-3 Si analizamos las estadístic
que r ecient emen te pu blicó la Asociación Colombian a pa
el Estudio del Dolor 4 en un a encuesta a nivel nacion
sobre la presencia de dolor en la población colombia
vemos con gran in ter és el alto porcenta je de pacient es q
present an dolor de alguna na tur aleza. Sería convenien
preguntar ¿cuántos de estos dolores (cefaleas, dolores
espalda, dolores ar ticulares, et c.) son de origen m iofasci
Pa ra poder responder esa pregunt a, en primera insta n
es necesario tener el conocimiento sobre lo que es
Síndrome Miofascial y cómo este tipo de dolor pue
simu lar otr as condiciones como dolores de t ipo radicul
compr esión de n ervios periféricos, dolores “ar ticular es
otro tipo de patologías. Esto permitirá al m édico ampl
sus diagnósticos diferenciales y lo obligará a ser m
cl ínico, pues una condición ineludible es que pa
diagnosticar un Síndrome Miofascial se debe examin
d e m a n e r a a d e c u a d a a l p a c i e n t e . . . p r á c t i c a q
lastimosament e se ha venido perdiendo por factores q
en pa rte son impuestos por u n sistema de salud que obl
al médico a h acer consulta cada 20 minu tos pero que, a
así, no debe ser una excusa par a qu e se deje por lo men
de ha cer u n bu en examen físico.
En las siguientes líneas trataré de explicar lo que es
Síndr ome de Dolor Miofascial, cómo identificar lo y cuá
son sus principales cara cterísticas.
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C a r a c t e r í s t i c a s
El Síndr ome Miofascial, por definición, es un tr ast orno no
inflam at orio que se ma nifiesta p or dolor localizado, rigidez
y cuya car acteríst ica prim ordial es la pr esencia de “pun tos
gatillo”.5
El dolor miofascial tiene tres componentes básicos:
1. Una banda pa lpable en el músculo afectado.
2 . Un punto ga ti llo (“tr igger poin t”).
3. En pa trón característico de dolor referido .
La b a n d a p a l p a b l e generalment e no puede ser vista a l
examen ocular; ésta representa u n espasmo segment ar io
de una pequeña porción del músculo. Es ta banda es
normalmente encontrada s i se real iza una adecuada
exploración del músculo afectado y en la posición donde
éste se encuentra con mayor relajación. Se utiliza una
técnica especial par a pa lpar esta s banda s fibrosas y es la
de m over los pu lpejos de los dedos deslizán dolos a lo lar go
del mú sculo apr ovecha ndo la movilidad del tejido celularsubcutáneo que lo rodea (Figura 1). Este movimiento
p e r m i t e l a d e t e c c i ó n d e c u a l q u i e r c a m b i o e n l a s
estructuras subyacentes.
E l pu n to ga till o es un foco de irrit abilidad en el mú sculo
cuando éste es deformado por presión, estiramiento o
contr actur a, lo cual pr oduce ta nto u n pu nto de dolor local
como un patrón de dolor refer ido y ocas ionalmente
fenómenos autonómicos. Estos puntos gatillo pueden ser
clasificados de diferentes man eras: Pu eden ser activos,
cuando éste es la causa directa del dolor, o pueden ser
latent es, causa ndo disfun ción cuando se rea lizan cierta s
maniobras con el músculo pero no duele al palparlo.
Un punto ga t i l lo l a t en te puede permanecer as í por
mucho tiempo y se puede tornar activo bajo algunas
circunsta ncias: estrés, sobreuso, estiram iento etc.
También pueden clasificarse como prima rios, cuando n o
existe ninguna otra enfermedad o causa subyacente que
los produzca, o ser secundario a patologías tales como
atrapamientos nerviosos, radiculopatías.
Si el punto gatil lo permanece por mucho tiempo sin
t rat amiento, las es t ru ctura s adyacentes pueden com-
prometerse y éste es el llama do punto gatillo satélite.
El tercer componente del dolor miofascial es el dolor
r e fer ido (dolor que proviene de u n pu nt o gat illo, pero que
se siente a dista ncia del origen del mismo, generalmen te
lejos del epicentro – Figura 2). La distribución del dolor
referido por un pun to gat illo pocas veces coincide con la
total distr ibución de un ner vio periférico o un a ra íz, pero
con frecuencia pueden simular la irra diación de un dolor
Figura 2. Patrones de irradiación del dolor miofascial
Figura 1. Técnica de palpación de bandas fibrosas
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S í n t o m a s
Los pun tos gatillo pueden ser a ctivados directam ente por
sobrecargas m usculares a gudas (ejemplo: levan tam iento
de objetos pesados), fatiga por sobreuso (actividades
ocupacionales repetitivas), directamente por trauma o
indirectamente por otros puntos gatil los adyacentes,
enfermedades viscerales ( infar tos , úlceras pépt icas ,
l i t i as i s r ena l , co le l i t i as i s ) , r eumat i smo ar t i cu la r o
alteraciones emocionales.
Otro aspecto muy importante del dolor miofascial es que
la actividad de los puntos gatil lo puede variar en su
irritabilidad de hora a h ora y de día a día, y es posible que
al examen se encuentr en ciertos puntos gatillo activos y
al realizar un control se encuentren inactivos. Esto es
debido a que el um bral par a pr oducir un pun to gatillo es
mu y variable en compar ación del umbr al necesario para
producir un dolor muscular secundario, por ejemplo a
insuficiencia vascular donde es mucho más reproducible.
Se pueden presenta r otros fenómenos diferent es al dolor
en las zonas de irra diación del dolor r eferido de un pu ntog a t i l lo , e s p e c í fi ca m e n t e f e n ó m e n o s a u t o n ó m i c os :
Vasoconstr icción localizada, sudora ción, lagrim eo, coriza,
salivación y actividad pilomotora. Así ta mbién se pu eden
encont rar algunos signos secunda rios a disturbios de tipo
propioceptivo: pérdida de equilibrio, tinitus, pérdida de
coordina ción m otora.
En alguna s oportu nidades la pr esión de los puntos gatillo
en la posición de rep oso (decúbit o supino- prono o lat era l)
puede producir y activar los puntos gatillo y producir
secundariamente trastornos del sueño, fenómeno muy
comú n en el paciente con Síndr ome Miofascial.
Los puntos gatillo miofasciales pueden causar rigidez y
debilidad de los mú sculos compr ometidos, altera ción que
es más frecuente encontrarla durante los períodos de
inactividad o reposo, especialmente en la noche, semejando
pat ología inflam atoria a rticular. La a paren te “debilidad”
q u e e s q u e j a m u y c o n s t a n t e e n l o s p a c i e n t e s c o n
alt era ciones m iofasciales es debida a la inh ibición motora
central que se desarrolla en el músculo para protegerlo
del dolor en la medida que éste se contr ae; por lo ta nto, no
es una verda dera debilidad mu scular sino un m ecanismo
de protección pa ra evita r el dolor.
F i s i o p a t o l o g í a
E x i s t e u n g r a n n ú m e r o d e t e o r í a s a c e r c a d e
f is iopatología para la producción de puntos gat i l
ninguna de ellas aún completamente comprobadas.6
ha bla de mecan ismos locales y sistémicos que por vía
SNC pueden llegar a pr oducir esta pat ología: una les
mu scular (traum a, inflamación, isquemia, sobreuso, e
produce un daño t i su la r e l cua l l ibera subs tanc i
neurovasoac t ivas y de es t a manera s e s ens ib i l i z
rápidamente los nociceptores locales.7 Así, la prime
secuela de la sensibilización periférica es el espasm
mu scular ; si la sensibilización es mu y ma rcada, en ton
las fibras m usculares comienzan a descargar potencia
de acción espont án eam ent e y por ello el dolor se adicio
a la sensa ción de espasmo muscular.
Bajo circunstan cias n ormales esta lesión se recupera
manera rápida y los nociceptores retornan a su umb
normal de sensibilidad. Sin embargo, por razones a
hoy desconocidas, en a lgunos pa cientes la sensibilizac
local se expande hacia nociceptores vecinos y de esmanera la lesión se comienza a volver crónica. Es
alteraciones parecen ser secundarias al desarrollo
i squemia loca l como fac to r muy impor tan te en
desarrollo. Este cambio patológico en el tejido muscu
pued e persistir por añ os como un pun to gatillo miofasci
El dolor de un punt o gatillo NO es estrictam ente loc
pues se sabe que tiene una alta t endencia a ser referid
otros tejidos profundos a distancia del punto de lesión
Todas l as a l t e r ac iones muscu lares do lorosas es t
seguidas por cambios en el SNC. Estos cambios pued
alterar los circuitos de función neuronal por períod
prolonga dos de tiempo. El principal efecto es un incremenen la excitabilidad de alguna s neu ronas lo cual pr odu
una expansión de la población neuronal que puede
excitada por impu lsos provenientes del mú sculo lesiona
esto es lo que se conoce con el nombr e de sen sibi l iza ci
cen tra l . Esta sensibilización central es inducida p
impu lsos nociceptivos provenient es del mú sculo y ocur
ráp idament e (en h oras). En los pacientes, una secuela
la sen sibilización central es el espasm o muscular deb
al hecho de que la reverbera ción espinal de aferentes
nociceptivas adqu iere propiedades pa ra acceder a las v
que sí son nociceptivas . Otra secuela es la h ipera lges
la cual es probablemente causa da por un incremen to
la respuesta de las células nociceptivas a los impuls
p r o v e n i e n t e s d e l o s n o c i c e p t o r e s . A d e m á s , e n sensibilización de la m édula espina l, muchas células
r eposo adquieren ac t iv idad lo cua l l l eva a l do l
espontá neo que ocur re en las células nociceptivas . Ya q
los cambios de neur oplast icidad son t an comu nes y ocurr
en per íodos cor tos en t i empo (pocas horas ) , e l l
probablement e están presentes en todos los pacientes q
tienen dolor mu scular de larga dur ación.
Los efectos ref lejos que los impulsos nocicept iv
provenientes desde el mú sculo sobre el n ivel espinal h
sido ma l interpr eta dos desde hace algunos años. Los da
producido por compresión nerviosa o atrapamientos; es
por ello que en a lgunos casos se les conoce con el nombr e
de dolores “pseudoradiculares”. Sin embargo, algunas
diferencias ademá s de la ya anotada deben ha cernos caer
en cuenta si se trata de un dolor referido de un punto
gat illo o no:
1. El dolor referido no cau sa dolor en la distribución
clásica de un a r aíz o un n ervio afecta do.
2. No exhibe déficits motores o sensitivos asociados.
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Figura 3. Fisiopatologia del dolor miofascial
y evidencias actuales indican que el principal efecto de
estos impulsos son la inhibición del músculo lesionado
má s que su excitación, por lo tant o la t eoría de espasmo –
dolor – espasmo parece ser un concepto errado en este
caso. Los espasmos dolorosos ocurr en m ás pr obablement e
en músculos por fuera del sitio original de la lesión: por
ejemplo, un punto gatillo en un músculo puede inducir
espa smo en otro músculo diferen te al sitio de origen, esto
significa qu e el tra ta miento de los espasmos musculares
debe iniciarse con la identificación del sitio original de
lesión.
F a c t o r e s p r e c i p i t a n t e s
Los factores precipitantes más comunes son de origen
tra umá tico. Después de la fase aguda de u n ma crotra uma ,
cuando el dolor debería ha ber disminuido si éste persiste
se debe sospechar la presencia de un dolor de origen
miofascial.
Otras causas muy importantes que desencadenan estos
fenómenos son las anormalidades posturales, que se
asu men d ura nt e las actividades laborales o incluso sobre
actividades de la vida diaria (posiciones al acostarse, al
leer, a l escribir, etc).8
Los factores mecánicos, relacionados con anormalidades
e s q u e l é t i c a s , p u e d e n s e c u n d a r i a m e n t e p r o d u c i r
alteraciones musculares en un intento de corregir la
an ormalidad esqu elética subyacente. Un ejemplo clásico
de esta situación son los síndromes miofasciales del
músculo cuadrado lumbar secundar ias a imbalances
pélvicos por acortamiento de extremidades inferiores.
Una tercera causa importante de factores que producen
dolor miofascial son los factores psicológicos. Períodos
prolongados de estrés o de depresión pueden producir
cambios subyacentes sobre algunos grupos musculares
desencadenando el dolor de tipo miofascial. Otro ítem
importante en este tipo de factores son las alteraciones
del sueño que por la pérdida de una relajación adecuada
de l múscu lo hace que és te ma ntenga una ac t ividad
permanente y de esta manera no se logra que las fibras
musculares disminuyan su actividad, lo cual se traduce
en focos de hiperirr ita bilidad y consecuent emen te dolor.
Existe una última categoría de factores precipita ntes que
en a lgunos casos no son ten idos en cuen ta , pues los médicos
acostum bram os a fijarn os más en los factores extern os o
en los mecánicos. Este tipo de alter aciones son p or ejemplo
def ic ienc ias nu t r i c iona les , en espec ia l de a lgunas
vitamina s (B1, B
12, C y ácido fólico), así como también de
algun os minera les: Calcio, Potasio, Hierro y Magnesio.
Se deben también tener en cuenta los factores de tipo
endocrino, en par ticular las a lteraciones en el meta bolismo
del tiroides.
Estos factores pr edisponent es, es decir que pu eden llevar
al desar rollo de un Síndrome Miofascial, en un momento
dado se pueden convertir en factores perpetua ntes del dolor
y por lo tanto es muy importante si se detecta uno de
ellos, corregirlo para eliminar una causa potencial de
desa rr ollo o de per petu ación del dolor.
D i a g n ó s t i c o
No existe en el momento un t est que sea el pat rón de oro
par a el diagnóstico de este síndr ome.
Como ha bíam os an otado en la introdu cción, un m inucioso
examen físico y una exhaust iva historia clínica son hoy
p o r h o y l o s e l e m e n t o s b á s i c o s p a r a l l e g a r a e s t e
d i a g n ó s t i c o . L a u t i l i z a c i ó n d e a l g u n o s e l e m e n t o s
diagnósticos ayudan a est ablecer su presencia, por ejemplo
los algómetros,9-11 que son ut ilizados para cuant ificar la
sensibilidad de presión de un pun to muscular. El umbra l
de presión, el cual es la m ínima cant idad de presión que
induce dolor, es considera do anorma l si es men or a 2 kg/
cm2, relacionándolo con un punto de control normal
usua lmente m edido al lado opuesto;9 sin embargo, como
lo hemos repetido, ninguno de ellos reemp laza u n bu en
exam en físico.
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T r a t a m i e n t o
Una amplia variedad de métodos de tratamientos están
hoy disponibles par a el ma nejo de estos problema s, todos
con el mismo principio básico: restaurar la longitud
normal de reposo de la fibra muscular y eliminar los
puntos gatillo palpables dentro de las bandas fibrosas
del músculo. El tra tam iento debe ser individua lizado para
cada paciente teniendo en cuenta todos los factores
a n o t a d o s p r e v i a m e n t e ( m e c á n i c o s , n u t r i c i o n a l e s ,
posturales y psíquicos) que pueden en un momento dado
estar incidiendo en la present ación de est a pa tología.
Por una amplia variedad de razones es más acertado
iniciar el tr at am iento con procedimientos conservadores
no invasivos antes de pensar en colocar bloqueos o
inf i l t raciones de los puntos gat i l lo . Las di ferentes
modalida des de ter apia física (medios físicos – calor /frío,
ultrasonido etc. - ejercicios de estiramiento, técnicas de
relajación, TENS, etc.) pueden ayudar para liberar al
músculo de la tensión acumulada. Se debe enfatizar al
paciente que ese tipo de trata mientos debe ser continuo yojalá sea repetido en casa como una rutina de la vida
diaria.
Los medicamentos son otra arma terapéutica para el
ma nejo de esta condición: an algésicos, AINE S, relajan tes
musculares, antidepresivos, etc., pueden ser utilizados
conjun ta men te con la t era pia física. Otro tipo de fár ma cos
que desafortu nada ment e no tenemos en nu estro país son
el spray d e cloruro de etilo o de flurometa no que se utilizan
en conjunto con técnicas de estiramiento con buenos
resultados.12
Si estas técnicas a ntes descritas NO mejoran a l paciente
en u n per íodo de 2 a 4 sema na s (dependiendo del centr o),se deben ten er en cuenta, a hora sí, los procedimientos de
tipo invasivo, en particular las infiltraciones sobre los
pun tos gatillo. Algun os expert os aconsejan r ealizar est os
bloqueos una vez por semana por un período de 3 seman as
consecutivas. Este tiempo permit e al paciente recupera rse
del dolor de las infiltraciones, lo cual en gran parte es
debido a la miolisis por la inyección y que a demá s perm ite
a l pac ien te r ea l i zar es t i r amien to de los múscu los
infiltrados. Si este procedimiento es exitoso, el médico
puede estar aut orizado para realizarlo en otros músculos
que present en el mismo problema.
Si la mejoría no es alcanzada después de 3 semanas de
infiltraciones, es muy probable que otros bloqueos no lo
vayan a lograr y es preferible no aplicar m ás. Ahora, si se
logra una mejoría (tanto objetiva como subjetivam ente),
las infil traciones deben continuar hasta que el dolor
desaparezca o el paciente alcance una meseta en su
mejoría
Una amp lia va riedad en las técnicas y a nestésicos locales
util izados para las infil traciones se encuentran en la
literatura. Algunos prefieren la utilización de Xilocaína
al 1% sin epinefrina 13 pero la presencia de algunas
reacciones secunda rias a esta hacen qu e otros se inclin
por la ut ilización de la P rocaína 14 al 0.5 o al 1%, que tie
a l g u n a s v e n t a j a s a d i c i o n a l e s : m í n i m a t o x i c i d
sistém ica, mínima ir rita ción local, su dur ación de acci
su men or efecto m iotóxico y su bajo costo, compa ra do c
otros anes tésicos locales, razones que lo ha cen ser el m
utilizado y recomendado.
En lo que todos los autores están de acuerdo es en que
aplicación de esteroides 16 inyectar puntos gatil lo N
adiciona un efecto benéfico asociado y por el contra
puede inclusive producir daño acumulativo a la f ib
mu scular ; por lo ta nt o, sólo esta ría in dicado si el pacien
p r e s e n t a u n a p a t o l o g í a i n f l a m a t o r i a a s o c i a d a (
capsulitis adhesiva, ten dinitis etc.)
Otr as t écnicas a dicionales que tienen efectos demostr ad
son la inyección de “aguja s eca”, es decir, colocar la agu
sobre e l pun to ga t i l lo s in inyec ta r n ingún t ipo
medicamento, lo cual produce un efecto similar a
acupuntura.
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