CAUSA Y EFECTO NO. 1

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CAUSA Y EFECTO .:REALIDADES DE MÉXICO Y EL MUNDO:.

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CAUSA Y EFECTO

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DIRECTOR GENERALJuan Antonio García Delgado

DIRECTOR DE INFORMACIÓNVíctor Hernández Medina

DIRECTOR DE RELACIONES PÚBLICASHéctor Julián Anzures Martínez

DIRECTORA DE ADMINISTRACIÓNMartha Angélica Hernández Patiño

DIRECTOR DE ARTE Y DISEÑOJosé Juan Rodríguez Benítez

COLABORADORES EN ESTE NÚMERORodolfo Téllez-Cuevas

[email protected]

Esta es una publicación mensual de Causa y Efecto S.A. de C.V. Certificado de reservas de derechos al uso exclusivo otorgado por la dirección de reservas de derechos del Instituto Nacional de Derechos de Autor: en trámite. Número de registro del ISSN del Instituto Nacional de Derechos de Autor: en trámite. Certificado de licitud y contenido de la Comisión Certificadora de Publica-ciones de Revista Ilustradas de la Segob: en trámite. Toda la infor-mación esta basada en fuentes fidedignas. Los datos de las inves-tigaciones y análisis son responsabilidad de sus autores. Queda permitida la libre distribución, reproducción o retransmisión por cualquier medio, siempre y cuando se mencione la fuente.

SEPTIEMBRE 2010 NO. 1 VOL. 1 AÑO 1 Sumario

D.F.

FRONTERAS

REPORTE ESPECIAL

INDICADORES

...Y SIN EMBARGO SE MUEVE

SINAPSIS SOCIAL

OPINIÓN... ES

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Pág. 10

Pág. 14

Pág. 18

Pág. 22

Pág. 26

Pág. 32

El gran riesgogeológico en laCiudad de México

La mutilación de Méxicoa través desu historia

La otra cara delBicentenario

Empresas estatalesel recuentode los daños

La dependenciamexicana enciencia y tecnología

De la fracasadaRevolución Mexicanaal corporativismo

Rodolfo Téllez-Cuevas:A propósito delBicentenario

Septiembre 2010No. 1

LA ALCANTARILLA

EDITORIAL

El sorprendente desarrollo de la ciencia y la tecno-logía; la crisis mundial del capitalismo y el mili-tarismo imperialista; las verdaderas causas y los efectos del narcotráfico y la descomposición social

de las instituciones políticas y religiosas; el abandono del campo y la emigración al extranjero, así como la contami-nación y el cambio climático, son algunos de los muchos temas que urge abordar de manera sistemática para con-tribuir a comprender de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos. Integrada por un equipo de jóvenes profesionis-tas de la comunicación vinculados a diversas instituciones académicas y a distintos proyectos productivos, pero sobre todo comprometidos con nuestro golpeado México, Cau-sa y Efecto busca proporcionar los elementos que lleven a la reflexión y al análisis de la realidad cambiante. Vivimos en un mundo en eterna y constante trans-formación y ello repercute en fenómenos como el acele-rado aumento de la población mundial, la concentración de la riqueza en pocas manos, la introducción al mercado mundial de cien millones de vehículos cada año, el consu-mo de 80 millones de barriles de petróleo diariamente, así como el calentamiento global. Tal vez corresponda a nuestra generación presen-ciar el inicio de la probable decadencia de la primera po-tencia económica del siglo XX que se creía incólume: Esta-dos Unidos; y en su lugar el surgimiento de una nación que se proyecta como la principal economía del planeta, la cual comienza a incidir en todas las decisiones importantes del orbe: China. Países que apenas hace tres décadas eran más po-bres que México o vivían en la incertidumbre acerca de su futuro, como Brasil, India y China, en la actualidad se per-filan como potencias de primer orden. En cambio nuestro país, cuya economía crecía con mayor rapidez y contando con todos los recursos estratégicos para sobresalir, hoy se mantiene en el atraso y la dependencia económica, cientí-fica y tecnológica, sin poder avanzar siquiera en las refor-mas estructurales que le permitirían arribar a un capitalis-mo avanzado. No es el propósito de Causa y Efecto ser juez, sino la herramienta que a través del análisis crítico muestre el hecho periodístico desde una perspectiva más completa, a fin de que los distintos sectores de la sociedad saquen sus propias conclusiones. Este espacio es de todos y como tal se les invita a enviar sus colaboracionest, pues se trata de tejer la red del poder social de los ciudadanos, principalmente de aque-llos que generan la riqueza de este país, que estudian, di-rigen, administran y construyen el futuro con sus propias manos.

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Juan Antonio García D.Director General

LA ALCANTARILLA

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Entre dos fuegos

Pese a sus características geológicas que ha-cen a la Ciudad de México una de las ciu-dades de mayor riesgo a escala mundial, los diferentes niveles de gobierno han, tanto fe-deral como local, han pasado por alto a la

geología como un instrumento eficaz para encontrar adecuadas alternativas para enfrentar futuras tragedias naturales. Inundaciones, hundimientos, sismos y un vol-cán activo (el Popocatépetl), hacen al Valle de México una de las zonas de mayor riesgo en el planeta. Sin em-bargo, para algunos investigadores, el verdadero riesgo a enfrentar, es aún la corrupción de las propias autori-dades. Levantada sobre el lecho de un lago, la metrópo-li actualmente vive una paradoja poco común, ya que por un lado se ve en la necesidad de hacerse llegar de agua potable para consumo humano, y por el otro, tiene que sacar de su área un exceso de agua de lluvia para

evitar posibles inundaciones. Ligados entre sí, inundaciones y hundimientos, son dos temas añejos que siempre han causado dolor de cabeza a los habitantes de esta demarcación. Ya que en la búsqueda del vital líquido, una de las opciones ha sido el perforar pozos profundos para extraer el agua de los mantos acuíferos, pero la excesiva extracción de agua ha provocado el problema de los hundimientos en la ciudad. Al irse compactando las diferentes capas del subsuelo donde está asentada la Ciudad de México, su sistema de drenaje se vuelve cada vez más ineficiente debido a que ha perdido su nivel de inclinación inicial, causando con ello el que se inunden ciertas partes de la ciudad al ya no actuar la fuerza de gravedad, pues en épocas de lluvia el agua empieza a estancarse y a salirse por las coladeras. Desde su primera medición en 1856, con la Ca-tedral Metropolitana, se estima que la Ciudad de Méxi-

D.F.

El gran riesgogeológico en laCiudad de México

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Por: Víctor Hernández [email protected]

Foto

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rsal

co se ha hundido alrededor de 12 metros. En la actuali-dad la media es aproximadamente de 20 centímetros al año, pero esto es variable de acuerdo a las diferencias del mismo suelo, ya que en ciertas partes este fenómeno presenta hundimientos de dos, seis, 12, 22 y hasta 44 centímetros, todos anuales. En entrevista para Causa y Efecto, el Dr. Rafael Huizar Álvarez, investigador del Instituto de Geología de la UNAM, manifestó que “mientras el hundimiento exista, tendremos problemas de inundación”. Esto auna-do a los malos hábitos de la propia gente al tirar la basu-ra en la vía pública. Y aunque la propia autoridad federal, en voz del titular de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), José Luis Luege Tamargo, ha catalogado este problema como de “seguridad nacional” (El Universal 16 de abril de 2010), debido al riesgo latente de que falle el sistema de Drenaje Profundo y porque el Distrito Federal es la identidad donde se concentran los poderes de la fede-ración, la verdad es que no se le ha dado a la geología la importancia que merece. Y es que para el Dr. Huizar, las per-sonas que ocupan estos cargos públicos, mu-chas veces no tienen la visión total sobre estos temas. “En pocas palabras, a ellos no les im-porta la geología”. Cuando el Instituto de Geología se ha acercado a estas instancias federales, en-cargadas de estos temas, no siempre ha sido bienvenida la propuesta de colaboración con-junta, y por el contrario, el argumento es que esos trabajos ya están siendo elaborados por ellos mismos, lo cual resulta “falso” porque contratan empresas externas que son las que los hacen. Pero muchas veces el problema de estas compañías es que no cuentan con el personal calificado, y hacen “ad hoc” dichas investigaciones, “la desgracia es que siempre nos conducimos (como país) con la deshones-tidad”, agregó. Con respecto al gobierno del Distri-to Federal, el investigador indicó que desde la gestión del Ing. Cuauhtémoc Cárdenas, se había trabajado conjuntamente a través del primer Servicio Geológico Metropolitano,

impulsado por el Instituto de Geología, pero, apenas hace dos años, la actual administración consideró ya no necesarios estos servicios y los dio por concluidos, “se encuentra muerto ya que Protección Civil del D.F. dijo que ya no le interesaba”. Sin embargo, para el geólogo especializado en el tema, el hundimiento no es el principal problema que enfrenta el Valle de México, sino que son los propios terremotos. Al encontrarse la Ciudad de México sobre una de las áreas denominadas Fosas Tectónicas, la con-vierte en una zona sísmicamente activa, “aquí al menos se presentan tres sismos al mes”. Lo cual también explica parte del fenómeno del hundimiento en la ciudad. El verdadero drama de los hundimientos, ex-plica el investigador, es que en el fondo de los estratos de capa del subsuelo, donde está construida la ciudad, existen estructuras irregulares de rocas que son las res-ponsables que en la superficie se presenten grietas y cuarteaduras en los edificios, ya que al compactarse los

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sedimentos de tierra por el peso de las propias cons-trucciones, y al no recargarse con prontitud los mantos freáticos, la geometría de dichas placas rocosas se hace presente en el exterior, ya que miden desde dos hasta 20 metros de largo, “el escenario para muchas áreas es pesimista”. Es de suma importancia realizar más estudios geológicos para definir con mayor precisión las áreas más endebles, enfatizó el Dr. Rafael Huizar. Para lo cual se debe hacer una “Carta Geológica”, porque como tal no existe, con la finalidad de conocer a fondo la situa-ción real del Valle de México y con ello también realizar un “Mapa de Riesgos”, el cual tampoco no se ha hecho porque “estamos en un país con el conocimiento del ahí se va”, explicó. “Las autoridades no tienen la visión, lo que pien-san son en acciones en el momento, quieren dar soluciones en lo inmediato pero no se ponen a ver cómo ese mismo problema (como una grieta) puede seguir perjudicando

en otro lado de la cuidad”. Por su parte, el Dr. Fernando Ortega Gutiérrez, también investigador del Instituto de Geología, en en-trevista para Causa y Efecto, subrayó, sin ser catastro-fista, otro factor de riesgo para la ciudad es la activi-dad volcánica del Popocatépetl, pues si bien en estos momentos no ha pasado nada, pero en una hipotética erupción la ceniza taparía el sistema de drenaje, el cual se colapsaría. “En términos relativos, no absolutos, se puede considerar a la Ciudad de México como una de las más amenazadas por riesgos geológicos; a nivel mundial es una de las ciudades más peligrosas, porque estamos si-tuados en un suelo muy vulnerable, saturado de agua a ciertos niveles”, dijo. Ante esto, también consideró a la geología como fundamental para reducir los riesgos, “sin ella no hay forma de remediar el problema”. Ya que al hacer un mapa de la distribución de los tipos de terreno, la geo-

logía podría advertir dónde se encuentran las áreas de mayor peligro en términos de si va a haber hundimientos o derrumbes, o cuáles son las zonas más vulnerables a la vibración sísmi-ca, y en dónde la ceniza de un volcán, como el Popolcatépetl, llegaría con más fuerza. Sin embargo, “los diferentes niveles de gobierno no toman en cuenta a la geología, al menos no en la medida que debería dársele. No atienden la problemática más a fondo. El agrie-tamiento y el hundimiento son fenómenos natu-rales y estos son geológicos”. Remarcó. Por último, consideró que, aunado a estos fenómenos naturales, la corrupción es otro grave problema que amenaza a la ciudad cuando las autoridades llegan a dejarse sobor-nar por las compañías constructoras, ya que al permitirles que no sigan los lineamientos que marca el Reglamento de Construcciones del Distrito Federal, ponen en serios riesgos a las nuevas edificaciones. “Mucha de la destrucción que hubo en la Ciudad de México en el terremoto de 1985, fue a consecuencia de la corrupción, porque esencial-mente no se respetó el Reglamento de Construc-ciones del Distrito Federal”, finalizó.

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FRONTERAS

Echando un vistazo a la historia de México, en el tema de límites territoriales, ¿sabían que en 1821 nuestro país se extendía al noroeste con Alaska, al norte y

noreste con los Estados Unidos y hacia al sur con el país que hoy conocemos como Costa Rica, sumando poco más de cuatro millones de kilómetros cuadrados y que

a la fecha, sólo contamos con menos de la mitad de esa extensión territorial?

La mutilación de Méxicoa través de su historia

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Por: Héctor J. Anzures [email protected]

Pues sí, la mi-tad del te-r r i t o r i o nacional se ha perdido y

vendido. Pero, ¿qué ha pasado? pues casi nada, entre batallas perdidas y que Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Le-brón (Santa Anna, para los cuates), vendió la parte norte de nuestro país, hoy sólo nos queda un país mutilado, que de haber inundado con sus productos me-tálicos a los países del viejo mundo, en la actualidad, quizá y sólo quizá, México esta-ría formado en los países del primer mundo, pues en aquella época ya se había establecido relaciones comerciales, aunque en pequeña es-cala, con las naciones europeas que esperaban con avidez productos agrícolas y metálicos, don-de México repuntaba en este sector. Cuatro han sido las disecciones que ha su-frido nuestro país: La primera ocurrió cuando las provincias que integraban la antigua Capitanía Ge-neral de Guatemala se separaron de México en 1824, contando con el beneplácito del propio Congreso Cons-tituyente, sólo el territorio de Chiapas decidió permanecer en México. La segunda mutilación territorial la sufrimos en 1836 cuando Texas declaró su independencia y se proclamó como República. Cuenta la historia que en esa guerra contra los colonos texanos, las tropas de Santa Anna acabaron por ser derrotadas en un l u g a r conocido como San Jacinto, y todo porque el ejército mexicano, que por cierto era ma-yoría, lo agarraron en los brazos de Morfeo, situación que ocasionó que López de Santa Anna y Pérez de Lebrón fuera hecho prisionero por Samuel Houston y llevado a la ciudad de Washington, lugar donde fue presentado al séptimo presidente de los Estados Unidos de Norte América, Andrew Jackson, quien con métodos actuales de la PGR, le dio a escoger dos opciones, o aceptaba la separación de Texas, o lo mandaba de tour al otro mundo; obviamente Santa Anna no lo pensó dos veces pues finalmente firmó, no obstante, el Congreso Mexicano rechazó la aprobación de esta firma, pero ya nada se podía hacer. En 1848 con el Tratado de Guadalupe Hidalgo, al final de la Guerra de Intervención Estadouni-dense, estableció que México cedería más de la mitad de su territorio que comprendía lo que hoy son los estados de California, Nevada, Utah, Arizona, Nuevo México, Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma.

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Además, México renunciaría a Texas, estableciendo la frontera en el río Bravo. Como compensación los Esta-dos Unidos pagarían 15 millones de dólares por daños al territorio mexicano. Cabe destacar que por aquellas fechas a conse-cuencias de una crecida del río Bravo, parte del territo-rio nacional denominado “El Chamizal” quedó del lado de los Estados Unidos, este fenómeno impidió la limi-tación de la frontera entre ambos países, sin embargo, en 1911 se inició un juicio para recuperar las 177 hectá-reas que comprende “El Chamizal”, surtiendo efecto el laudo a favor de México el 25 de febrero de 1964, pero no fue sino hasta 1967 cuando se devolvió físicamente este territorio, actualmente convertido en Parque Na-cional en Ciudad Juárez, Chihuahua. La cuarta mutilación territorial fue en diciem-bre de 1853, cuando Antonio López de Santa Anna ven-dió una franja de tierra conocida como “La Mesilla” a los Estados Unidos por conducto de su ministro pleni-potenciario, James Gadsden. La Mesilla era una parte de Chihuahua y Sonora que abarcaba poco más de 100 mil kilómetros cuadrados, equivalentes a la extensión sumada de los estados de Veracruz, Tabasco y Morelos. En entrevista para Causa y Efecto con el Maes-tro Rodolfo Téllez Cuevas, Catedrático de la Univer-sidad Autónoma del Estado de México, señala que el desmembramiento de nuestro país siempre ha estado presente en su historia, “en 1996 una fracción parlamen-taria del Congreso Local del estado de Chiapas buscaba formar con los estado de la península la separación de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, para conformar una nueva República, pese a ello, no llegó a concretarse, incluso las divisiones de algunos estados, eran diferentes a lo que conocemos al día de hoy. En 1824 el Estado de México abarcaba los estados de Hidalgo, la mitad del estado de Morelos, una porción de Querétaro y una más de Guerrero”. Manifestó. Como podemos observar este tipo de mutila-ción y división territorial son el resultado de una falta de visión política y sumisión a los poderes dominantes aunado a que los gobiernos siempre han querido cen-tralizar el poder. En este año se celebra el Bicentenario de Méxi-co: cien años de la Revolución Mexicana y 200 años de la Independencia; y sin embargo, no hemos construido un país con miras a crecimiento, México sigue sumer-

gido en las desigualdades sociales y por ende, a merced de quienes controlan el país. El también autor del libro El papel de la ma-sonería en la política y la administración pública mexicana, Rodolfo Téllez, señaló, “México desde su in-dependencia ha nacido enfermo y ávido de una verdade-ra política visionaria; poderes fácticos e intereses políticos diametralmente opuestos, son algunos factores que han impedido a México convertirse en potencia mundial”. Y ante este panorama, concluyó el catedrático, “la tragedia de este gran país, no radica en la mutilación de su territorio, radica en la mutilación de su soberanía, pues al competir en tratados de libre comercio con países como Estados Unidos y Canadá, México pierde su auto-nomía económica, pues compite de manera desleal y los beneficios sólo se ven reflejados en los países dominantes”.

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Rodolfo Téllez Cuevas. Foto: http://freefallmotion.com/bmb/

Con una edición de 25 millones de ejempla-res el gobierno actual distribuyó el folleto Viaje a la Historia de México, de Luis Gon-zález y González, mismo que bien podría titularse “Sumisión servil hacia los conquis-

tadores de México”, pues el citado texto no hace sino restregar en la cara de los mexicanos los 500 años de atraso, sometimiento y pobreza en que se ha manteni-do a nuestro país, enalteciendo la forma tan vil en que nuestro pueblo ha sido sometido en sus distintas etapas. Afirmar que los pueblos originarios de México tenían reyes o emperadores; comparar de manera me-cánica las relaciones sociales aristrocrático-feudales que existían en Europa con las relaciones comunitarias que prevalecían en nuestro continente –en donde no había reyes totalitarios, sino Tlatoanis, que tienen un signifi-cado totalmente distinto– es asumir la interpretación de los escritores militares y clérigos que los acompañaban. Repetir las mentiras de los invasores europeos, como afirmar que los mexicas (o los mayas, incas, etc.) eran un “imperio”, es ocultar la responsabilidad de los

verdaderos im-perios europeos (España, Ingla-terra, Francia) que, como tales, se apropiaron de continentes ente-ros, imponiendo el saqueo, la mi-seria y el hambre. Las alianzas tri-bales de América nada tenían que ver con un imperio. Asegurar que los aztecas sacrificaban a miles de prisioneros (o, peor aún, que eran antropófagos) es re-tomar la calumnia levantada por los “conquistadores” para justificar el exterminio de poblaciones completas y presentarse como salvadores libertarios (tal como si-guen haciendo los imperios en pleno siglo XXI). Basta señalar que al llegar los españoles en 1519, se calcula que había en el territorio que hoy es México unos 30 millones de habitantes. Luego de 300 años de colonialis-

REPORTE ESPECIAL

Repetir las mentiras de los invasores euro-peos, como afirmar que los mexicas (o los mayas, incas, etc.) eran un “imperio”, es

ocultar la responsabilidad de los verdade-ros imperios europeos, imponiendo el sa-

queo, la miseria y el hambre.

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Repetir las mentiras de los invasores euro-peos, como afirmar que los mexicas (o los mayas, incas, etc.) eran un “imperio”, es

ocultar la responsabilidad de los verdade-ros imperios europeos, imponiendo el sa-

queo, la miseria y el hambre.

mo, durante la gue-rra de independen-cia, la población se reducía a 6 millones de personas, con-tando a españoles y negros que trajeron para sustituir a la población que mo-ría. En las islas del Caribe y regiones

de Sudamérica la población originaria fue totalmen-te exterminada al grado que fue sustituida por escla-vos africanos, como podemos comprobarlo hoy día. Las enfermedades traídas de Europa (pes-te, sarampión, viruela, etc.) las hambrunas, el exce-so de trabajo, los golpes y el asesinato masivo, fueron las causas de todo esto. Los frailes en realidad sólo sirvieron para consolar a “sus indios” en la resigna-ción y en el sufrimiento, ofreciendo una mejor vida en el cielo mientras ellos y los españoles engordaban

en el reino de la tierra; fanatizando a la población en milagros y apariciones inexistentes, en los que ni la iglesia creía, pero que permitió por conveniencia. Retomar de manera maniquea el argumento de Hernán Cortés, de que “la razón principal de la conquis-ta era la implantación de la fe cristiana entre los indíge-nas”, es desconocer los atroces e innumerables crímenes que cometieron los españoles desde que pisaron estas tierras, así como la ambición y voracidad por el saqueo de oro, plata y otras riquezas; ocultando que ese fue el principal objetivo, comenzando por Isabel la “Católica” (implantadora en Europa de la “Santa” Inquisición y asesina de miles de judíos y árabes expulsados de Es-paña, para apropiarse de sus bienes) es desconocer el verdadero papel de la religión impuesta para someter y fanatizar a los pueblos, torturado y matando a quie-nes optaran por la rebelión o mantuvieran sus creencias primitivas. Pintar a nuestro héroe Cuauhtémoc como un sometido a la resignación, el arrepentimiento y la hipocresía fanatizante, es castrar a los mexicanos y al dirigente más noble, más digno y valiente que hemos

Por: Juan Antonio García [email protected]

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tenido, y colocar como “santos” a los asesinos de cientos de miles de mexicanos durante los tres meses que duró la resistencia de la Gran Tenochtitlan. Retomar la manipulada historia escrita por los soldados y frailes españoles que destruyeron miles de códices y vestigios, prohibiendo a los mexicanos escri-bir su propia visión, es negar nuestras raíces. Es ocultar que los imperios europeos se enriquecían y asesinaban en nombre de la religión y en nombre de dios, mien-tras pregonaban la humildad (bienaventurados los po-bres porque de ellos será el reino de los cielos). Es cierto que los evangelizadores congregaron a los americanos en los pueblos, pero el citado folleto oculta que lo hi-cieron arreándolos como animales, obligándolos a dejar sus comunidades, sus tierras de cultivo, sus tradiciones y sus muertos, todo con el fin de controlarlos en torno a una iglesia y hacer dotaciones de esclavos a los mineros españoles que periódicamente requerían nuevos brazos para reponer a los muchos que morían en condiciones de trabajo inhumanas, trabajando sólo con pala, pico, una soga, una vela, dinamita y una cubeta. Calificar de “indios” o de “indígenas” a los ame-ricanos autóctonos, como lo hace el citado historiador es seguir denigrando de manera racista a seres humanos con características propias, como cualquier otro pueblo del mundo. Reivindicar acríticamente al virrey Luis de Velazco, como abolicionista de la esclavitud (¿?), fun-dador de la Santa Hermandad (ocultando su nombre criminal: Santa Inquisición, para presentarla como un órgano justiciero), y su guerra contra los “nómadas del norte”: es ponerse de espaldas a México y servir a los colonialistas, y eso hace el gobierno mientras profana hipócritamente los restos de quienes sí intentaron libe-rarnos. Asegurar que los invasores hicieron una labor pacificadora al hacer las guerras de exterminio contra los pueblos autóctonos, para esclavizarlos o arrebatarles sus tierras en nombre de la cristianización, es servir a los intereses más nefastos de la conquista. Dedicar 16 páginas del folleto a exaltar la figura de los militares “conquistadores”, virreyes, hacendados y mineros españoles y sólo cuatro páginas para dar da-tos superficiales de algunos dirigentes de los mexicanos del movimiento por la Independencia, minimizando la grandes cualidades de Hidalgo, Morelos y muchos otros, es escribir para los intereses de quienes esclavi-zaron, humillaron y sometieron a nuestro pueblo por 300 años, es servir a los intereses del colonialismo y del

imperialismo. Para vergüenza de los intelectuales liberales que, se supone, tienen una interpretación más científica de las cosas, el texto del gobierno entierra una tradición histórica que al menos había mantenido una educación laica, pues al resaltar la evangelización (págs. 18 y 19) como la gran obra que inició la construcción de escue-las, caminos puentes y hospitales, se oculta que 95% de la población nunca tuvo acceso a esas escuelas y hospi-tales y que los caminos y puentes fueron para saquear la riquezas de México, manteniendo a la población en la miseria, el hambre y las enfermedades. Meter en un libro de historia de México imágenes religiosas como la de “San” Felipe de Jesús, admitiendo las beatificaciones que hacían los papas de los conquistadores que llegaban con la espada y la cruz, es retroceder 500 años de evolu-ción cultural de la humanidad. Exaltar al Comandante español de las minas de Guanajuato, Antonio Riaño, y al mismo virrey Calleja, a quienes, de hecho, se presenta como héroes frente a “las huestes de Hidalgo”, es homenajear a los asesinos del Padre de la Patria, retomando la interpretación que siempre han tenido los conservadores de ese suceso. En el folleto Viaje por la historia de México, publicado por la SEP, hasta los más evidentes criminales del pueblo y traidores a México pasan como héroes: Agustín de Itur-bide, el dictador Napoleón Bonaparte, el traidor San-ta Anna y los invasores norteamericanos de la guerra de 1847, pues a todos los resalta acríticamente. ¡Ni una palabra sobre los intereses de las clases dominantes o sobre los crímenes de los invasores! Pero en lo general, la historia oficial plasmada en los textos escolares está escrita para que nadie la en-tienda; para crear un enredijo que impida comprender las causas esenciales que hicieron posible la destrucción de la cultura mexica; la derrota y eliminación de los dirigentes genuinos de la guerra de independencia; la invasión, separación y venta de Texas, así como de la guerra de intervención norteamericana; el papel de los verdaderos liberales, las causas de la caída de Díaz... La mayor confusión surge cuando se aborda el periodo conocido como Revolución Mexicana, pues se hace un amasijo que junta lo mismo a quienes estaban con el pueblo, como a quienes sólo buscaban beneficios personales, como el terrateniente Francisco I. Madero; al líder campesino, Emiliano Zapata, a su asesino el ex funcionario porfirista, Venustiano Carranza; a los gol-

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pistas y asesinos de éste, como Álvaro Obregón y Lázaro Cárdenas… y a quienes asesinaron a Obregón. Todos son héroes, todos terminan como estatuas y nombres de calles para legitimar el estatus quo actual. En el bicentenario de la Independencia y cente-nario de la Revolución, podemos observar un profundo proceso de descomposición social (narcotráfico, delin-cuencia, corrupción en las estructuras del gobierno) una desacreditación de los partidos políticos, debido a que ya no se observa gran diferencia entre unos y otros. Los controles estatales impiden la libertad de asociación política, por lo que comienzan a tomar forma otras al-ternativas de organización de la sociedad, lo cual sugie-re grandes tareas para el análisis científico-social entre universidades e intelectuales del siglo XXI.

BIBLIOGRAFÍA:

ARENAS Guzmán, Diego y otros, Crónica ilustrada de la Revolución Mexicana, Publex, S.A., México, 1961.CECEÑA, José Luis, México en la órbita imperial, Ediciones El Caballito, Mé-xico, p. 1970, 271. CONTRERAS, Mario y Tamayo, Jesús, compiladores, Lecturas Universitarias, México en el siglo XX, 1913-1920, UNAM, 1983, p. 408.GALEANO, Eduardo, Las venas abiertas de América Latina, Siglo XXI Editores, México, 1971, p. 486.GIBSON, Charles, Los aztecas bajo el dominio español (1519-1810), Siglo XXI Editores, México, 1977, p. 533. GUZMÁN, Eulalia, Relaciones de Hernán Cortés, Libros Anáhuac, México, 1858, p. 549.PORTILLA, León, compilador, La visión de los vencidos, UNAM, México, 2000.SHLARMAN, Joseph, México tierra de volcanes, Editorial Porrúa, México, 1950, p. 728.

Mural (segmanto) del pintor César Corzo y del ceramista Rodolfo Disner en el muro poniente del edificio de la UNICACH, Chiapas, Méx.

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La industria siderúrgica, el sector bancario, la telefonía, líneas aéreas y aeropuertos, son sólo algunas de las cientos de empresas del Estado mexicano que han pasado a manos de los capitales tanto extranjeros como nacionales, en tanto que otras han sido extinguidas, el caso más reciente es la compañía de Luz Y Fuerza del Centro, al grado de que de mil empresas que aproxi-madamente tenía el Estado en 1980, actualmente posee menos de cien. Empresas que en su momento jugaron un papel preponderante en la economía de nuestro país y que, sin embargo, están a punto de desaparecer, entre otros factores, debido a las “observaciones” y “recomen-daciones” de los organismos financieros internacionales a las que tiene que apegarse nuestro país para hacerse acreedora de préstamos.

En entrevista con Causa y Efecto el catedrático de la Facultad de Estudios Superiores Aragón-UNAM, Jaime Linares Zarco, enfatizó que “el gobierno ha ido acaban-do poco a poco con las empresas paraestatales con el ar-gumento de que no son empresas rentables; sin embargo, en su momento jugaron un papel muy importante en la economía de nuestro país como lo fueron Ayotla Textil, líder en América Latina en la producción de telas de mez-clilla, manta blanca y gris; Sosa Texcoco, fabricante de sosa caustica; Dina Nacional, líder en la producción de camiones pesados; Altos Hornos de México, Fundidora Monterrey y Siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Truchas; Celorio, empresa que fabricaba maquinaria para tortille-rías”, entre muchas otras. Las paraestatales, subraya Linares Zarco, tenían

Empresas estatalesel recuento de

los daños

INDICADORES

México es un país extraordinariamente fácil de dominar porque basta con tener a un solo hombre: el Presidente. Tenemos que abandonar la idea de poner en la Presidencia mexicana a un ciudadano norteamericano, ya que eso llevaría otra vez a la guerra. La solución necesita más tiempo: debemos abrir a los jóvenes mexicanos ambiciosos, las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de

educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el liderazgo de los Estado Unidos. México necesitará de administradores competentes, con el tiempo esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente se adueñarán de la Presidencia. Sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queremos. Y lo harán mejor y más radicalmente que nosotros. (Robert Lanssing, secretario de Estado del presidente Thomas Woodrow Wilson, 1924)

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Por: Martha Angélica Hernández [email protected]

un fin bien definido “tratar de elevar la productividad y mantener tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto muy elevadas, generar empleos, ingresos y parale-lamente ir sustituyendo las importaciones, para que Mé-xico dejara de depender de la importación de bienes de consumo final, bienes intermedios y bienes de capital, esa fue la apuesta”. Sin embargo, señala Linares, la profun-da crisis económica de los años 80, puso a México en bandeja de plata ante los organismos financieros inter-nacionales que condicionaron los préstamos para hacer frente a esa situación, por lo que tendría que acatar las observaciones y recomendaciones con respecto a la polí-tica económica del país. Una de esas recomendaciones fue el cambio de la política económica que hasta antes del gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988) se caracterizaba por ser proteccionista, por lo que al llegar éste a la Presi-dencia puso en marcha la política económica neoliberal “laissez faire, laissez passer” (dejar hacer, dejar pasar), es decir, la no intervención del Estado en la economía, que entre otros puntos establece “la eliminación de cual-quier política gubernamental dado que con ello se podría alterar el equilibrio en el mercado, la privatización de las empresas y los servicios públicos, así como la desregula-ción (léase privatización) de las actividades económicas” 1.

Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) (Doctorado en Universidad de Harvard)Ernesto Zedillo (1994-2000) (Dr. En Economía en la Universidad de Yale)Vicente Fox Quezada (2000-2006) (Director de Grupo Coca Cola)Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) (Maestría en Administración Pública en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard).

Con sus títulos de doctorados y maestría obte-nidas en universidades de Estados Unidos, los diferen-tes mandatarios, sin importar las siglas (PRI-PAN) del partido en el poder, han avanzado en aplicar la política macroeconómica exigida por los organismos financie-ros internacionales que favorecen al capital foráneo en el proceso de apropiación de las áreas estratégicas y no estratégicas de la economía nacional, al grado que de las más de mil empresas que tenía el Estado en 1980, ac-tualmente posee menos de 100. Nada menos entre 1982 y 1994 el número de empresas paraestatales se redujo de mil 155 a 219, es decir, en poco más de una década desaparecieron 939 entidades paraestatales, casi 80 por año y, aproximadamente, siete por mes.2

Entre los sectores que fueron vendidos a parti-culares se encuentran: el ferroviario, bancos, aeropuer-tos, líneas aéreas, teléfonos, satélites, televisoras, inge-nios azucareros, fertilizantes, entre otros. Los servicios donde ya comienza a verse una participación del sector privado, tanto nacional como extranjero, son: la reco-lección de basura, el abasto de agua potable, el trata-miento de aguas residuales y el servicio de transporte colectivo. En aras de dejar atrás el proteccionismo, el go-bierno dejó a las empresas a la deriva. Nunca se crea-ron las condiciones estructurales para modernizar a las empresas: no se eliminó el corporativismo, la banca se colapsó debido a la corrupción, no hubo financiamien-to abundante ni barato, ni se invirtió en infraestructura estratégica, y las empresas del Estado se vendieron al extranjero en lugar de sanearlas y mantenerlas como pilar para reforzar la industria nacional. Es durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari que la venta de pa-raestatales se hace con mayor fuerza, “se trata de trans-formar la relación Estado-economía…buscando que los capitales privados ocupen el lugar determinante en el proceso de inversión” 3 Así, desaparecieron muchas em-presas de la aeronáutica, turismo, calzado, electrónica, química y muchas otras.

DEL PATERNALISMO A LA PRIVATIZACIÓN

Las exorbitantes inversiones que se canalizaron a las mil 155 empresas estatales que llegó a tener en sus manos el gobierno representaron más del 50 por ciento de la economía. Este fenómeno fue visto por algunos sectores de la débil burguesía nacional como una eco-nomía socializante y marxista; por otros, como uno de los triunfos de la revolución, pero en realidad constituyó la estructura de un capitalismo estatal monopólico, bu-rocrático, atrasado y anquilosado, pues estas empresas siempre trabajaron con números rojos y fueron barriles sin fondo para el enriquecimiento de burguesías buro-cráticas y para servir de respaldo al capital imperialista

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que se desarrolló de manera dominante, hasta que toda esta estructura burocrática chocó con el desarrollo de las fuerzas productivas que exige el gran capital inter-nacionalizado. En consecuencia, se fortaleció un capitalismo dependiente, principalmente de Estados Unidos, al grado de que el 85 por ciento de la economía supuesta-mente mexicana es controlada por las grandes empresas multinacionales, mismas que realizan más del 80 por ciento de las exportaciones y son las beneficiarias direc-tas de la llamada bonanza macroeconómica. Asimismo, se ha conformado una excesiva bu-rocracia pública que se acerca a los 4 millones de em-pleados y absorbe gran parte del presupuesto público y de los pretendidos programas sociales. Burocracia que generalmente no tiene más objeto que contar con in-condicionales políticos y que ha participado en la co-rrupción y en el saqueo de las dependencias y empresas públicas, haciéndolas ineficientes, lentas e improducti-vas, especialmente los sectores salud, agrario, energéti-co y administrativo.

La venta de empresas estatales no ha sido del todo transparente, por el contrario esta impregnada de un áurea de corrupción beneficiando a la alta burguesía burocrática y a grupos cercanos sin que nadie in-vestigue ni dé seguimiento a las evidencias de estos casos, entre los que sobresalen, por el monto de las operaciones, y la forma en que se efectuaron las privatizaciones de Telmex, de algunos bancos y de Imevi-sión (transformada en Televisión Azteca). Además, las concesiones a empresarios atrasados e ineficientes, pero cercanos a la burocracia, para la construcción de carreteras y otras obras públicas. Fenómenos que han contribuido decisivamente a la ruina de México y de la mayoría de los mexicanos.

Ante este panorama, parece ser que la única preocupación del Gobierno consiste en quitarse la car-ga que representa tener empresas que han sido un lastre para el erario público, sin embargo, Linares Zarco en-fatiza que “hoy el Estado puede tomar su papel no como populista-benefactor sino como Estado responsable que pudiera fomentar la economía, generar empleos, e ingre-sos bien remunerados, al impulsar el mercado interno a través de las paraestatales”. Para Emilio Sacristán Roy4, profesor de eco-nomía de la UNAM, es claro que las paraestatales que le siguen en el proceso de privatización son Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad, bajo el argumento de la necesidad de su modernidad; sin embargo, desde que el Estado inició la venta de sus em-presas, ésta no ha resultado del todo eficiente, “en el caso del teléfonos y ferrocarriles sí se produjo la moderniza-ción …pero en el caso de los bancos, la operación por par-te de los empresarios privados resultó ser menos eficiente, por lo que debe tomarse en cuenta para promover nuevas privatizaciones”.

MÉXICO: ORGANISMOS, EMPRESAS Y FIDEICOMISOSPARAESTATALES 1982 - 1994

Tipo de entidad 1982 1994

Organizmos descentralizados 102 82Empresas de participación estatal 822 107Mayoritarias 744 107Minoritarias 78 0Fideicomisos 231 30Totales 1155 219

Fuente: Jacques Rogozinski, 1977, La privatización en México. Razones e impactos, Edit. Trillas, México.

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VENTA DE EMPRESAS PARAESTATALES MAS IMPORTANTES

*Industria siderúrgica Altos hornos 145 mdd Sicartsa I 164mmd Sicartsa II 170 mmd**Bancos Banamex 9,744,982 Banca Confía 892,260 Banca Cremi 748,291 Banca Serfín 2,827,791 Bancomer 8,564,218 Bnaco BCH 878,360 De crédito y Servicios (Hoy Bancrecer) 425,131 Del Atlántico 1,469,160 Del Centor 869,381 Internacional 1,846,917 Mercantil del Norte (Hoy Banorte) 1,775,779 Mexicano Somex (Hoy Mexicano) 1,876,525 Promex 1,074,474 Banoro 1,137,811 Banpaís 544,990 Multibanco Comermex (Hoy Inverlat) 2,706,014 Multibanco Mercantil de México (Multibanco Mercantil Probursa) (Hoy BBV) 611,200***Ferrocarriles Zona Noroeste 1997 1.690 mdd Pacífico Norte, 1997 400 mdd Ferrocarril del Sureste, 290 mdd*****Aeropuertos Los Grupos Sureste, Pacífico y Centro Norte 450 mdd*Aerolíneas Compañía Mexicana de Aviación en proceso de venta Mexicana 165 mdd******Teléfonos Telmex 6.325 mdd*fertilizantes Fertimex 317 mdd

Con información de:*Emilio Sacristán Roy, Las privatizaciones en México, en http://www.ejournal.unam.mx/ecu/ecunam9/ecunam0904.pdf**Asociación de Bancos de México en http://www.abm.org.mx/banca_mexico/historia.htm*** Sara Santamaría Arribas, Ferrocarriles nacionales de México: historia de una privatización, en http://www.cuerpo8.es/STOL/reportajes/STOLRFerromexico.html En junio de 1997, las compañías Kansas City, Southern Industries y Transportación Ferroviaria Mexicana se hicieron con la zona Noroeste, con 3.960 kilómetros de vías, por un precio de 1.000 millones de dólares. Meses más tarde fue Grupo México y Union Pacific quienes se hicieron con la línea del Pacífico Norte, con 6.200 kilómetros de vías, por 400 millones de dólares. Y en último lugar, Ferrocarril del Sureste, con 2.200 kilómetros de vías, fue vendida al grupo mexicano Tribasa por 290 millones de dólares, quien, a su vez, se deshizo de ella el pasado mes de julio y la vendió a Frisco, filial del holding mexicano Carso. Sólo las llamadas líneas cortas, que representan el 23% del total de trayectos, son todavía públicas.*****Grupo Sureste contaba con 9 aeropuertos; el del Pacífico con 12, y Centro Norte con 13.******Se vendió en dos etapas: la primera comprendió el capital social por 2,085 millones de dólares, reservando 4.4% del capital social y el resto se vendió al Grupo Carso, Southwestern Bell y France Cables et Radio. La Segunda etapa se colocó en diversas bolsas del mundo por 4.240 millones de billetes verdes.

1Ornelas Delgado, Jaime, La ciudad bajo el neoliberalismo, enero-marzo, número 23, Universidad Autónoma del Estado de México, p.47, en http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/112/11202303.pdf, última vista 8 de agosto de 2010.2Rogozinski, Jaques, La privatización en México, en Ornelas Delgado, Jaime, La ciudad bajo el neoliberalismo, enero-marzo, número 23, Universidad Autónoma del Estado de México, p.47, en http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/112/11202303.pdf, última vista 8 de agosto de 2010.3Vidal, Gregorio, Privatizaciones, fusiones, y adquisiciones. Las grandes empresas en América Latina, UAM-Iztapalapa, UNAM, Antrhopos editorial, 2001, http://books.google.com.mx/books?id=3EFtxBicinwC&printsec=frontcover&dq=privatizaciones+y+fusiones&source=bl&ots=KGZMNWhjTS&sig=k3_Gn3YuUJV0MKV_ilVK-TqBAko&hl=es&ei=Jy1jTMmHGYOdlgfnpqTODA&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=6&ved=0CCgQ6AEwBQ#v=onepage&q&f=false, última vista 11 de agosto de 2010.4Sacristan Roy, Emilio, Las privatizaciones en México, en http://www.ejournal.unam.mx/ecu/ecunam9/ecunam0904.pdf última vista 11 de agosto de 2010.

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La dependenciamexicana enciencia ytecnología

...Y SIN EMBARGO SE MUEVE

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Si bien el gobierno de Porfirio Díaz se distin-guió por ser autoritario y represor, en el sector educativo siguió los principios del positivismo que Benito Juárez había marcado en su ges-tión. Cuya filosofía del laicismo impulsa el de-

sarrollo intelectual del ser humano, esta tendencia puso las bases para el desarrollo de la ciencia en México. Y el 22 de septiembre de 1910, como parte de los festejos del centenario de la Independencia, se crea la Universidad Nacional de México siendo Justo Sierra su principal precursor. El interés por elevar el nivel aca-démico y fomentar la ciencia fue también la causa para que unos días antes se fundara la Escuela de Altos Es-tudios, que en 1925 pasó a ser la Facultad de Filosofía y Letras. Al término de la revolución, la prioridad fue la reconstrucción del país, por lo que la ciencia pasó a se-gundo término. En el artículo tercero, fracción I, de la Constitución de 1917, donde, en lo general, habla de la educación, sólo hace una pequeña mención a la ciencia “el criterio que orientará a dicha educación se manten-drá por completo ajeno a cualquier doctrina religiosa y, basado en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios”. Sin embargo, lo que se debe reconocer en este párrafo son los preceptos de laicidad y el enfoque pro-

A cien años de la RevoluciónMexicana, el país no cuenta con una política de Estado en materia deciencia y tecnología; por el contrario, en los últimos diez años elpresupuesto gubernamental hacia este sector ha disminuidoconsiderablemente, al grado de ser una nación dependiente entecnología.

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Por: Víctor Hernández [email protected]

“El hombre en una encruzijada”, Diego Rivera, Palacio de Bellas Artes. Cd. de México

gresista, legados de la época juarista que de cierta forma permiten abrirle paso a una educación superior basados en el raciocinio y en el conocimiento científico. En 1929, en pleno proceso posrevolucionario, se otorga la autonomía a la Universidad Nacional; para muchos científicos, este hecho es considerado funda-mental para el desarrollo de la ciencia en México, al consolidarse esta casa de estudios como la principal generadora de investigación científica. Y en 1936 el Instituto Politécnico Nacional entra en funciones ante la creciente demanda del pueblo por una educación superior, además con el objetivo de satis-facer la necesidad, cada vez mayor, de formar técnicos

especializados en el país. Es también en este sexenio de Lázaro Cárdenas cuando en 1939 se abren las puertas a los refugiados españoles, quienes escapan de las atroci-dades de la guerra civil; entre ellos llegan científicos que en 1940 crean “El Colegio de México”. En la segunda mitad del siglo XX se inicia el proceso de desarrollo científico en el interior de la re-pública, ya que se crean las universidades públicas en cada uno de los estados, llegando a contabilizarse 38 centros de estudios hasta el día de hoy. Pero la realidad es que en la Ciudad de México, aún se realiza la mayor parte de la actividad científica. Posteriormente, en 1960, surge el Instituto Na-cional de Investigación Científica, cuyo principal obje-tivo es otorgar becas a los investigadores. Pero en 1970,

da lugar al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), que también apoya los trabajos de inves-tigación. La Academia de Investigación Científica nace en 1959, la cual antecede a la Academia Mexicana de la Ciencia. Y el Sistema Nacional de Investigadores ve la luz en 1984. Todas estas instituciones y otras más, son las que conforman la base científica de México. Pese a ello, hoy día el país se encuentra sumido en un estancamiento de alto riesgo que lo coloca en una situación de dependencia científico-tecnológica. Esto no es nuevo, en 1988, Leopoldo García-Colín Scherer, investigador de la UNAM, manifestaba que “la ciencia

en México ha desempe-ñado un papel casi nulo en la evolución del país, por lo menos desde hace cien años”.1

Aunque ya han pasado un poco más de 20 años de que García-Colín Scherer puso el dedo en la llaga en esta problemática, la situa-ción actual no ha cam-biado casi en nada, hoy como en ese entonces, a la ciencia se le ha igno-rado como “ingrediente esencial” de la cultura para la formación de esta sociedad, “además

se ha impedido, consciente e inconscientemente, la for-mación de una infraestructura científica adecuada para dar lugar, en forma natural, al desarrollo de tecnologías”.2

También señalaba que en ese entonces, por cada peso que se invertía en México para desarrollo tecnoló-gico, 45 centavos se destinaban a la compra de tecnolo-gías. Lo cual resulta ser un proceso muy costoso, ade-más de confinarlo a ser un país altamente dependiente en cuestión de tecnologías. En ese mismo año, el porcentaje que se le des-tinaba a ciencia y tecnología se consideraba realmente muy bajo en relación al Producto Nacional Bruto (hoy PIB), siendo apenas del .61 por ciento. Sin embargo, esta tendencia sigue siendo descendente, ya que tan sólo en el periodo 2003-2007, de estar en .43 pasó al .33, a pesar

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de que la Organización de las Naciones Unidad para la Educación, la Ciencia y la Cultura recomienda el 1 por ciento del PIB. En marzo del 2002, el Dr. Juan Ramón de la Fuente, ex rector de la UNAM, dio a conocer que Mé-xico se encontraba entre los últimos lugares en relación a gasto para investigación, muy por debajo de países como Corea, Brasil, Costa Rica y Chile, de acuerdo a datos de la propia Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo. (Reforma, 20 de enero de 2002). En entrevista para Causa y Efecto, el Dr. René Drucker Colín, aseguró que en México “nunca ha exis-tido una política de Estado que impulse la ciencia y la tecnología”. Situación por demás preocupante porque en cierta medida explica que no se cuenta con una di-rección definida en este rubro. Para el investigador, “la ineptitud” y la “falta de visón” de la clase política mexicana, hacen que no se apoye adecuadamente a la ciencia y la tecnología, ni se les dé la importancia que merecen. “A mi juicio hay una gran incapacidad por parte de la cúpula política de este país, una rapacidad que ha desarrollado un sistema de corrupción”. Y es que para el titular de la Dirección de Divul-gación de la Ciencia, entre México y los países desarro-llados ya existe una diferencia “abismal” en esta materia y “de seguir así, los jóvenes no tendrán futuro”. Se comprende pues, que la base de un país para garantizar un buen desarrollo tecnológico y científico a la postre, es la educación. Mientras que en México se destina sólo el 5.3 por ciento de su Producto Interno Bruto a este rubro, en Cuba es del 14. La razón es sim-ple, mientras para el gobierno de la isla la educación es prioridad, para nuestro país pasa a ser secundario. Y a pesar de todas sus limitantes debido al bloqueo esta-dounidense, hoy la nación caribeña cuenta con un re-curso humano altamente calificado y reconocido a nivel mundial. Por su parte el Dr. Rafael Huizar Álvarez, del Instituto de Geología de la UNAM, opinó, que en Mé-xico no todas las disciplinas de la ciencia están siendo consideradas. Y esto genera que el país se vaya rezagan-do aún más y que consuma tecnología de otras nacio-nes, “no hay futuro, se está apostando a que se dependa totalmente de afuera”. Bajo este panorama desolador, el científico de la

René Drucker-Colín. Foto: Academia Mexicana de Ciencias.

máxima casa de estudios, en plática con Causa y Efecto, consideró que no hay nada que festejar en estas celebra-ciones oficiales que el gobierno federal impulsa con mo-tivo al bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución Mexicana, ya que es un total derroche de recursos económicos cuya única finalidad es el de hacer negocio y “dormir a la gente”. Para el Dr. Fernando Ortega Gutiérrez, del Ins-tituto de Geología, el país no pasa por un buen momen-to debido a que hay todo un movimiento “oscurantista” que quiere hacer retroceder lo poco o mucho que se ha logrado en cuestión de conocimiento científico, “hay cada vez más fuerzas oscurantistas que nos quieren hacer retroceder 500 años, a la Edad Media”.

*1 y 2 Ruy Pérez Tamayo (coordinador) Investigación e Información Científica en México, México, Siglo XXI Editores / Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Humanidades de la UNAM, pag.28 y 29.

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Pobre de México tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos, solía decir el dictador Porfirio Díaz, que en su gobierno toma la de-cisión de reforzar los lazos con Europa a la que entrega la mayor parte de la riqueza pe-

trolera, minera y bancaria ante el crecimiento imperia-lista de los vecinos del norte a partir de 1889. En 1908 el presidente Franklin D. Roosevelt manda a su agente y periodista James Creelman, quien orilla a Díaz a de-clarar su abandono en el poder y aceptar la oposición. Sin embargo, el viejo dictador no cumple y Fran-cisco I. Madero empieza a cultivar la semilla sembrada por Creelman. Hace campaña con su Partido Nacional Antirreeleccionista pero lo encarcelan en San Luis Po-tosí, de donde se le prohíbe salir mientras Díaz se reele-gía por enésima vez. No obstante, Madero logra escapar de su prisión y huye a San Antonio, Texas, desde donde lanza su Plan de San Luis llamando a las armas para el 20 de noviembre de 1910. Pero la revolución no se gene-raliza, pues muy pocos siguen la convocatoria de Made-ro: Abraham González, Pascual Orozco y Pancho Villa en el norte, la familia Serdán en Puebla, los caciques Fi-gueroa en Guerrero y otros pequeños grupos dispersos comandados por líderes que destacan tras la muerte de

Madero. El 10 de mayo de 1911 Ciudad Juárez cae en ma-nos de los guerrilleros Pancho Villa y Pascual Orozco, quienes tras casi un mes de esperar la orden de atacar, deciden tomar la iniciativa contra la voluntad del terra-teniente Madero, quien había decidió levantar el cerco y confiar en las negociaciones con Ivez Limatour y Por-firio Díaz, pues finalmente el objetivo único en su Plan de San Luis era la alternancia en la presidencia de la república. Díaz comprende que el gobierno de Estados Unidos está detrás de todo y es el principal interesado en propiciar su caída ya que, desde su frontera, entrega abundantes armas a los rebeldes –mismo modus ope-randi por el que años atrás armaron al ejército juarista que derrotó a los franceses en aras de la doctrina Mon-roe: América para los americanos–. Y decide renunciar el 17 de mayo de 1911, sin mayor resistencia, tras per-manecer 30 años en el poder. Tras los acuerdos de Ciudad Juárez, Madero acepta dejar intacto el ejército porfirista y proclama que su revolución ya ha terminado, ordena a sus seguidores entregar las armas e irse a sus casas. A Villa le da 10 mil pesos, mismos que utiliza para comprar ganado y unas carnicerías en Chihuahua; a Zapata trata de corromper-

SINAPSIS SOCIAL

De la fracasadaRevolución Mexicana

al corporativismo“Pobre de México tan lejos de Dios y tan

cerca de los Estados Unidos”Porfirio Díaz

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Por: Juan Antonio García [email protected]

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jefe campesino Emiliano Zapata y Francisco Villa. Los norteamericanos quitan un supuesto embargo de armas y las venden “a todas las fuerzas” pero realmente sólo las podían comprar los ejércitos de Villa y Carranza que controlaban la frontera norte. Y cuando Huerta compra a los alemanes, EU invade y ocupa el puerto de Vera-cruz para impedir su llegada. Al frente de la División del Norte, Villa gana las principales batallas que derro-tan al viejo ejército federal. Sin embargo, Carranza también trata de bandi-dos a los jefes campesinos, desconoce a Villa y se les adelanta con Obregón a ocupar la Ciudad de México, lo que provoca el rompimiento. Para resolver las diferen-cias entre Villa y Carranza, los militares convocan a una convención en la Ciudad de México, que después trasla-

lo ofreciéndole una hacienda por sus servicios a “la revolución”, pero éste se niega a desarmar su ejército de campesinos y le advierte del riesgo que corre por traicionar al pueblo. La presidencia es ocupada provisional-mente por el porfirista Francisco León de la Ba-rra de mayo a noviembre de 1911. En ese lapso el gobierno envía a los matones Victoriano Huerta y Juvencio Robles a asesinar zapatistas, mientras Madero se convierte en pelele de los hacenda-dos y diputados que compran más armas para el ejército federal y elevan sus sueldos. Al llegar al poder con 19 mil 997 votos en total, Madero mantiene las mismas relaciones y la misma política exterior que Díaz en relación con los europeos, y tampoco ofrece concesiones económicas a los norteamericanos, por lo que el embajador Henry Lane Wilson se reúne con Huerta en la embajada de Estados Unidos (en el llamado Pacto de la Embajada) y juntos planean un golpe militar contra Madero y su posterior asesinato. El levantamiento militar estalla en la Es-cuela Militar de Aspirantes de Tlalpan y se ex-tiende al cuartel de Balderas del 9 al 19 de fe-brero de 1913 provocando cientos de muertos. Como consecuencia Madero y el vicepresidente Pino Suárez son asesinados el 22 de febrero. El dictador Huerta –a quien Madero dio el man-do del ejército durante el cuartelazo– desconoce al Congreso, e inicia una serie de asesinatos de opositores y refuerza en el poder a todos los ex porfiristas. Al dictador se aliaron Félix Díaz (so-brino de Porfirio) y Pascual Orozco. Mientras tanto, en Estados Unidos hay alternan-cia en el poder, los demócratas sustituyen a los republi-canos, y el nuevo presidente, Willdroot Wilson comien-za a retirar su apoyo a Huerta, éste a su vez refuerza aún más sus nexos con los europeos ya en plena primera guerra imperialista mundial, se alía con los alemanes a quienes les compra armas, pues los norteamericanos dejan de vendérselas. Tras la dictadura de Huerta, el ex porfirista Ve-nustiano Carranza encabeza la rebelión a través del Plan de Guadalupe. Dueño de una hacienda de miles de hec-táreas en Cuatro Ciénegas, Coahuila, ahora defendía el Constitucionalismo al ser beneficiado por el gobierno de Madero. También se levantan contra el dictador el

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dan a Aguascalientes. Ahí acuerdan que ninguno de los jefes tendrá el poder (incluidos Carranza, Villa y Zapa-ta), pero Carranza desconoce el acuerdo y precipita la confrontación, por lo que la Convención de Aguascalien-tes nombra a Villa como jefe militar y a Eulalio Gutié-rrez como presidente provisional. Derrotado, Carranza huye hacia Veracruz, en donde los norteamericanos le entregan el puerto y las armas que habían enviado los alemanes, pues están interesados en apoyar a Carranza quien comienza a venderles petróleo y a recibir de ellos gran cantidad de armas, ahora para combatir a los ejér-citos populares y campesinos de la División del Norte y el zapatista Ejército del Sur. Aunque los norteamericanos dejan de vender-les armas, Villa y Zapata ocupan la Ciudad de Méxi-

co (de septiembre de 1914 a enero de 1915) e instalan un gobierno provisional encabezado por Eulalio Gutiérrez. Sin embargo, al no te-ner la teoría para crear un gobierno popular, estalla una gran inflación por la existencia de papel moneda circulando en exceso (cada gru-pos sacaba sus billetes) sin tener respaldo en la producción, lo que ocasiona un aumento de la pobreza. A su vez, el respaldo norteamericano a Carranza y Obregón (municiones ilimitadas, nuevas técnicas de guerra de trincheras apren-didas en la guerra europea, trenes artillados, avionetas de reconocimiento, reflectores noc-turnos y alambres electrificados) inician la ofensiva contra los ejércitos campesinos que ahora tienen contadas sus municiones, lo que causa la derrota de la División del Norte entre marzo y abril de 1915. Allí muere fracasada la revolución, con la derrota del campesinado y del pueblo. Carranza agudiza las matanzas de cam-pesinos que por miles eran fusilados y ahorca-dos en los caminos, al mismo tiempo que con-voca a actualizar la Constitución en 1917 (no se hizo una nueva), tomando las banderas ma-gonistas y zapatistas pero sin aplicarlas. Simul-táneamente corrompe con 15 mil pesos oro a los obreros de la Casa del Obrero Mundial para formar los grupos de choque conocidos como Batallones Rojos, a fin de enfrentarlos a los ejércitos campesinos. Así inicia la historia del control corporativo del movimiento obrero en México. Zapata es acribillado en abril 10 de 1919

en Chinameca, Morelos, por el coronel carrancista Jesús Guajardo quien, en pago, recibe 50 mil pesos y un asen-so a general de división por el gobierno de Carranza, y en ese mismo año también mata al prestigioso general del pueblo Felipe Ángeles. Villa deja la lucha a cambio de una hacienda en Canutillo y luego es asesinado en julio de 1923 por el gobierno de Adolfo de la Huerta, que es incondicional a Obregón. Tras su gobierno, el terrateniente Venustiano Carranza impone como candidato a la presidencia a su embajador ante EU, un tal Ignacio Bonillas, haciendo a un lago a Obregón y otros generales, por lo que és-tos se levantan bajo el Plan de Agua Prieta. Obregón es quien dirige el golpe de Estado apoyándose en militares

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y caciques como Calles y Cárdenas, quienes participan en la traición y asesinato de Carranza en 1920. El breve gobierno provisional dirigido por Adolfo de la Huerta, en pago, asciende a Cárdenas a general brigadier y a go-bernador de Michoacán. Obregón gobierna entre 1920-24 y es seguido por un periodo de cuatro años de Plutarco Elías Ca-lles. Pero en 1928 Obregón modifica la Constitución, se reelige para la presidencia, pero es asesinado por un grupo de militares que culpan a León Toral, un fanático religioso, por las pugnas que tiene con la iglesia. Carran-za, Obregón y Calles utilizan a las “Defensas Sociales”, campesinos y obreros son agrupados corporativamente en la CROM como grupos armados para combatir aho-ra a los campesinos que se unen a la rebelión cristera, así como a las numerosas rebeliones militares e incon-formidades populares que le siguieron a “la revolución”. Al terminar su periodo, Calles impone a los presidentes Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez, por lo que se le conoce a esta etapa como el maximato, que termina en 1934. Calles es exiliado y Cárdenas unifica a la mayoría de grupos y partidos que había tras la revuelta de 1910-17 forman-do el Partido Nacional Revolucionario (PNR, abuelo del PRI), por lo que se le identifica como el unificador de partidos y de los caudillos demagogos y corruptos que

seguían hablando de “la revolución”. Al acercarse la Segunda Guerra “Imperialista” Mundial, Cárdenas decreta la expropiación petrolera el 18 de marzo de 1938, lo cual perjudica principalmen-te a la Inglesa-holandesa Royal Duch & Shell, que tenía el 75% de propiedades, beneficiando a los norteameri-canos que aplauden la expropiación. El mismo mes el PNR cambia su nombre por el de Partido de la Revolu-ción Mexicana (PRM). También reparte tierras forman-do el ejido como propiedad del Estado concesionada a los campesinos, lo cual garantiza el control corporativo de los mismos. El gobierno cardenista forma los grandes sindi-catos: CTM, Central Nacional Campesina y otras agru-paciones obreras, campesinas y populares que fortale-cen el corporativismo, lo cual permite la ley hasta hoy día. En 1946, durante el gobierno de Miguel Alemán, desaparece el PRM y cede su lugar al llamado PRI, ca-racterizándose por reforzar el control corporativo y la represión al movimiento obrero no controlado. Des-tacan por su capacidad de control social los llamados cinco lobitos: Fidel Velázquez, Jesús Yurén, Fernando Amilpa, Luis Quintero y Alfonso Sánchez Madariaga; su padre político es Luis N. Morones y su padre ideo-lógico es Lombardo Toledano. El PAN nace en 1939

oponiéndose al corporativismo y a las políticas aparentemente antirre-ligiosas del gobierno. Los llamados gobiernos nacio-nalistas herederos de la revolución (o populistas) se caracterizan por institucionalizar el corporativis-mo, con la afiliación y la cotización obligatorias impidiendo la liber-tad de asociación, creando así los imperios millonarios de los “líde-res” sindicales, como en los casos de mineros, maestros petroleros y ferrocarrileros. Un sistema de control social que aplasta a los tra-bajadores y extorsiona a los empre-sarios, estorbando de ambas ma-neras el desarrollo económico del país, manteniéndolo en el atraso social y la dependencia económica.

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A PROPÓSITO DEL BICENTENARIOLos Riva-Palacio una familia bicentenariaPor: Rodolfo Téllez-Cuevas

El presente escrito está enfocado en dos ver-tientes. En estas fechas, se ubica en boga lo del Bicentenario de la Independencia de Mé-xico, razón por la demás que debemos recti-ficar, pues los datos muestran un “pequeño”

equívoco; por otro lado, en nuestra nación que aunque república, ha tenido visos de monarquía –y en algún momento semiabsoluta- y en donde hay un fenómeno por demás interesante: si bien no se trata este 15 de sep-tiembre de 2010 del bicentenario de la independencia, sí podemos afirmar que existe una familia bicentenaria, que ha estado olvidada y donde varios de sus miembros se han destacado en el mundo político, literario, perio-dístico e incluso artístico.Una vez esclarecidos los puntos a tratar, diremos que el presente está basado en datos y acontecimientos “al alimón”, es decir, retomados de varias lecturas y análisis disertados sobre el tema de la Independencia nacional; en tanto a los datos de la familia bicentenaria en comen-to, estaremos sustentando el razonamiento en el hecho de que el suscrito está elaborando un libro sobre dicha familia. Dados los pormenores iniciemos pues.

¿189 ó 200 años de Independencia? Es de todos conocido el hecho y acontecimien-to denominado -en la historia de bronce- como “grito de Dolores”, que diera la noche del 16 de septiembre (más bien madrugada) de 1810 el cura Miguel Hidalgo y Costilla, iniciando así la gesta insurgente. Tardarían en pasar diez años en que se diera por terminada esta insurgencia, misma que durante ese tiempo tuvo altiba-jos en varios frentes, no sólo de batalla sino también de liderazgos. Los que inician el movimiento fueron Miguel Hidalgo y Costilla e Ignacio de Allende y Unzaga. El primero con un liderazgo consolidado por su perfil de religioso y el segundo con su capacidad militar y ca-risma personal. Ambos no verán consolidado el mo-vimiento, que dicho sea de paso, ni ellos sabían hacia dónde los iba a llevar. Su participación terminó en las balaustradas de la alhóndiga de Granaditas, con sus cabezas separadas del tronco y expuestas –como escar-miento público- durante diez largos años. Esta sería la etapa de la iniciación de la guerra insurgente. Posterior-mente, aparece otro clérigo secular que llamado a seguir el destino, manifiesta su interés en acaudillar la revuelta. José María Teclo Morelos y Pérez Pavón, es el nombre de quien se hiciera llamar El Siervo de la Nación y que dejara un importante documento que a la postre servirá de bandera ideológica en las primeras leyes constitucio-nales (y que aun tiene vigencia): “Los sentimientos de la Nación”. La caída de Morelos también será una parte in-teresante, ya que se sientan las bases para lo que a la postre será la nación mexicana. Quién no recuerda el Sitio de Cuautla, donde Morelos hizo frente al soldado realista Félix Calleja del Rey, y se acantonó con todo el heroico pueblo cuautlense, dando así la batalla a los rea-listas. A Morelos corresponde la etapa de transición, es decir, cuando el movimiento ha cundido a todo lo largo del territorio y ya se puede hablar de una inestabilidad en la colonia. Aunado a que en Bayona no se ponían de acuerdo Carlos y Fernando de Borbón, a la sazón reyes hispanos y la existencia de un interregno auspiciado por Napoleón en la persona de su hermano José Bonaparte.

OPINIÓN... ES

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Serán dos personajes diametralmente opuestos los que sean los protagonistas de la apertura de esta ter-cera etapa de la lucha por la independencia: Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero. El primero, criollo, rico e instruido en el arte de la guerra, razón por la cual militó a las órdenes de Calleja, y con una ambición que no ca-bía en el cuerpo; el segundo, de extracción más humil-de, mestizo (hay algunos que dicen tenía sangre negra), arriero de oficio y militar improvisado, con el deseo de libertad de la península y sus hombres. Ambos se fun-dirán en el famoso abrazo de Acatempan, cerrando con ello un pacto consumador. Agustín de Iturbide reconocido jefe de los insur-gentes –ya desde entonces el cambio de bandera y par-tido era muy común-, victorioso y con un halo de éxito irrestricto, tras todos los planes y tratados (de Iguala y de Córdova) y con el apoyo del último virrey (Juan O’ Donojú, quien después de reconocer la superioridad de los insurgentes, cede a las exigencias de ambos jefes, lo cual ocasiona que ya no regrese a su patria, por temor de ser llevado a juicio de residencia). Así las cosas, se planea la entrada y toma de la Ciudad de México para el día de cumpleaños del mismo Iturbide: el 27 de sep-tiembre de 1821. Es así que con esta entrada triunfal, como si este “nuevo César” cruzara el Rubicón, se da por consumada la Independencia de México de España. Lo demás que seguirá, ya es cosa secundaria: fundar un imperio a través de la manifestación popular del sargen-to Pío Marcha, donde se proclamará a Agustín de Itur-bide como emperador de México. Padilla, Tamaulipas, años después testificará el fusilamiento del ex empera-dor Agustín I. Por lo tanto, la fecha de consumación de la In-dependencia, quiérase o no, es el 27 de septiembre de 1821 (sin olvidar que España intentará reconquistar con Barradas a la ex colonia, años después); en este sentido serán 189 años este 15 de septiembre de 2010, de Inde-pendencia Nacional.

Surge la dinastía Guerrero-Riva Palacio: 280 años de vigencia

El destino del joven arriero de Tixtla será muy similar. Llega a ser presidente de la república tras unas

cuestionadas elecciones, donde el aparente triunfador fue Manuel Gómez Pedraza. Así Vicente Guerrero será el nuevo mesías republicano, quien se hizo a la fama cuando el virrey le ofrecía el indulto ante su actividad sediciosa a través de su padre, don Juan Pedro Guerre-ro, y la consabida respuesta al anciano: “Mi patria es primero”. A la postre será traicionado por su sustituto, Anastasio Bustamante y un amigo de ambos, el aventu-rero Francesco Picaluga, y será fusilado en Oaxaca. Pero Vicente Guerrero dejo sus genes en una dinastía real-mente bicentenaria, segundo eje del presente escrito. Dolores Guerrero, hija de Vicente Guerrero, contraerá matrimonio con un abogado distinguido y honorable, que había sido regidor del Ayuntamiento de la ciudad de México: Mariano Riva Palacio Díaz. La familia Riva Palacio se remonta en México desde 1730 aproximadamente y algunos de sus miem-bros fueron parte del ayuntamiento de la capital novo-hispana, pero es Mariano el que va a sobresalir en esa época de transición de colonia a nación libre e inde-pendiente. De este matrimonio surgirá una dinastía de políticos, escritores, periodistas, actores destacados en los próximos doscientos años. Desde su llegada –de las tierras de Polanco, en Santander, España- los Riva Pala-cio hasta el momento de redactar estas notas, cumplen 280 años entre nosotros: esta familia implica sí un clan Bicentenario. Los más destacados de la siguiente generación será Vicente Riva Palacio y Guerrero militar destacado (llegó a general), político (fue gobernador de los estados de México y Michoacán), escritor, periodista (fundó el Ahuizote, El Pito Real, entre otros), poeta y por citar tres hechos importantes de este nieto de don Vicente Guerrero, diremos que fue el que escribió la letra de la canción “Adiós Mamá Carlota”, fue coautor de la mo-numental obra “México a través de los siglos” –escribió el segundo tomo-; y, defendió a la nación en contra del ejército francés que sostuvo a Maximiliano. También hay que recordar a su padre (Mariano), que fue el de-fensor del archiduque, a petición de éste último, aunque había rechazado formar parte del gobierno imperial; fue gobernador del estado de México, haciendo una obra importante para la época.

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La siguiente generación serán los sobrinos-nie-tos de Vicente: los hermanos Carlos, Manuel y Agustín Riva Palacio Carrillo, que habían participado en los úl-timos años de la revolución mexicana. Carlos llegó a ser el tercer gobernador del estado de México de la familia, secretario de Gobernación, líder del PNR (Partido Na-cional Revolucionario), embajador de México y callista recalcitrante; Manuel, diputado y jefe político conjunta-mente con Agustín que controlaron el estado de México después de desplazar a los hermanos Filiberto y Abun-dio Gómez. Callistas también, apoyaron a su hermano Carlos hasta que Cárdenas los hostigó por su nexo con Plutarco Elías Calles. Un tío de ellos, el abogado Emilio Riva Palacio Morales, después de una destacada carrera burocrática llegó a ser gobernador del estado de More-los y amigo del presidente Adolfo López Mateos, muy amigo a los hermanos y el tío Riva Palacio. Una generación después, destacó el doctor Car-los Riva Palacio Velasco, que en un sexenio hizo una carrera fulgurante: líder del sindicato del ISSSTE y di-rector de dicha institución; amigo del presidente José López Portillo y destacado por su liderazgo sindical con el gremio médico. En esas condiciones surge un Riva Palacio sumamente importante: el abogado Antonio Riva Palacio López. Fue puntal en el proceso de la Refor-ma Política de los años setenta, fue diputado y senador por el estado de Morelos, catedrático universitario, en el foro de las Juntas de Conciliación ocupo un espacio certero, al igual que su destacada carrera diplomática de embajador –que lo puso en contacto con personajes de la talla de José Broz “Tito”- y de igual forma los mo-relenses se expresan bien de él por su administración como gobernador de su estado natal, Morelos. El economista Felipe Riva Palacio Guerrero e Ignacio Riva Palacio Huidobro, son de una generación posterior, que destacaron en la administración pública federal y en varios sexenios. Lo mismo podría decirse del ingeniero Enrique Riva Palacio Galicia, que ha sido el único miembro de la familia en ser diputado en dos ocasiones. Escritor, político mexiquense (ocupó algu-nas carteras en el gobierno mexiquense en el gobierno de Mario Ramón Beteta y el de Arturo Montiel), cate-drático y en la actualidad rector de una Universidad tec-

nológica estatal. Los encargados de seguir con la línea bicente-naria de la familia son varios y destacados: Raymundo Riva Palacio Neri, periodista, corresponsal de guerra, estuvo perdido y secuestrado por las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) en Colombia y con un currículum impactante; Rodolfo y Gabriel Riva Palacio Alatriste, hermanos muy innovadores y con am-plia imaginación exitosa que los ha llevado a construir una famosa empresa de diversiones (basada en dibujos de huevos); de igual forma el arte histriónico ha visto pasar a Ignacio Riva Palacio, como una de las promesas del cine nacional de los últimos años de este siglo XXI. Coligiendo. Después de todo, el bicentenario no será el de la Independencia, pero sí el de una de las fa-milias más conspicuas y conocidas de México: los Riva Palacio.

*Rodolfo Téllez-Cuevas es licenciado de las carreras de Cien-cias Políticas y Administración Pública, y de Derecho, ambas cursadas en la UNAM; además posee una Maestría en Admi-nistración en la UAEM. Es autor del libro El papel de la ma-sonería en la política y la administración pública mexicana y de varios artículos y ensayos. En la actualidad es profesor definitivo de medio tiempo en la Universidad Autónoma del Estado de México.

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