Young Intro al Antiguo Testamento Editada

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    UNA INTRODUCCIN

    ALANTIGUO TESTAMENTO

    Por

    EDWARD J. YOUNG

    Profesor de Antiguo Testamento en el

    Seminario Teolgico Westminster

    Publicada y distribuida por T. E. L. L.

    P.O. Box 6219

    Grand Rapids, Mich. 49506 USA

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    Copyright, 1949, 1958, 1960, 1964,

    By Wm B. Eerdmans Publishing Co.

    Revised edition, March 1960

    Reprinted, June 1963

    Revised edition completely reset May 1964

    Fourth printing, June 1969

    Primera Versin en Espaol, 1977

    Con Permiso de Wm. B. Eerdmans Publishing Co. Grand Rapids, Michigan

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    CONTENIDO

    Prefacio 2Lista de Abreviaturas 5

    1. El Estudio de la Introduccin Bblica 6PARTE I: LA LEY DE MOISES2. Observaciones Generales 213. Gnesis 254. xodo 355. Levtico 436. Nmeros 497. Deuteronomio 558. La crtica literaria del Pentateuco 64PARTE II: LOS PROFETAS

    9. Los profetas 9610. Josu 9711. Jueces 10312. Los Libros de Samuel 10913. Los Libros de los Reyes 116

    14. Isaas 12415. Jeremas 141

    16. Ezequiel 14917. Los Doce 155

    PARTE III: LOS HAGIOGRAFOS18. Los Libros Poticos 17919. Los Salmos 18320. Proverbios 19321. Job 19822. El Cntico de Salomn 20723. Ruth 21224. Lamentaciones 215

    25. Eclesiasts 21826. Esther 22227. Daniel 22628. Esdras y Nehemas 23829. Los Libros de Crnicas 246

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    PREFACIO

    Antes de comenzar, convendra decir algo acerca del alcance y

    propsito del presente libro. No pretende ser una Introduccin General alAntiguo Testamento, sino ms bien una Introduccin Especial. Tampocotrata de agotar el campo en esta materia, pues el asunto en cuestin es tanvasto, que no puede estudiarse completa y adecuadamente dentro de loslmites de un solo libro. Por lo tanto, el presente estudio slo se limita aconsiderar aquellos aspectos ms fundamentales de la IntroduccinEspecial. Es por ello que ser a las caractersticas literarias de los libros delAntiguo Testamento a las que daremos nfasis en estas pginas. Cul es lanaturaleza de estos libros? Se trata de una recopilacin fragmentariaheterognea, escrita en distintas pocas, y finalmente arreglada por editores

    o redactores? o, como este volumen trata de demostrar, es una unidadliteraria que presenta una armona intrnseca y una correlacinfundamental?

    Como la consideracin de estas preguntas, cuya respuesta correctaresulta de tanta importancia para el bienestar de la Iglesia de Jesucristo hoyen da, ha sido necesario omitir el examen de otros problemas que no sonde valor inmediato en relacin con el propsito de este volumen. As, por,ejemplo, no se ha mencionado realmente casi nada acerca de cronologa yarqueologa pues tales temas - como la fecha en que se efectu el xodo -son indudablemente atractivos, pero no caen directamente dentro de laesfera de esta obra. Los descubrimientos en Nuzu han sido mencionados,slo porque en opinin del autor nos ayudan para rebatir el punto de vistadel carcter del Gnesis, defendido por Julio Wellhausen. Tampoco hededicado mucha atencin al asunto de interpretacin, a menos que, comoen el caso de Job y el Cantar de los Cantares, tal cosa ayudase elentendimiento de la estructura del libro mismo; y he dicho poco sobre elproblema de la identidad del Siervo del Seor en la profeca de Isaas.

    Las breves referencias sobre el canon que se encuentran en la pgina se

    incluyen all para que el lector pueda comprender ms claramente la actitudadoptada aqu hacia el Antiguo Testamento. Las referencias textuales seomiten en su mayor parte porque me parece que el asunto del texto es detan vasta importancia que requiere un volumen en s mismo. El discutirasuntos textuales en una forma precipitada no es de mucha ayuda, por lotanto me pareci mejor omitirlos; pues de no ser as, el tamao del librohubiera crecido demasiado. La necesidad inmediata de la Iglesia es la de unconocimiento del contenido de las Sagradas Escrituras. Las observaciones

    juiciosas de Keil son apropiadas an hoy en da: Y a pesar de que, escierto, que es una gran ventaja establecer una comparacin cuidadosa y sin

    prejuicios entre el texto del hebreo y las versiones antiguas, y tambin entreel contenido y el espritu de los escritos histricos del Antiguo Testamento,y la forma en la cual la historia hebrea fue tratada despus tanto por judoscomo por samaritanos, hasta donde sea preciso para confirmar con ambasla teologa y la iglesia en su creencia en la integridad y autenticidad denuestros libros cannicos; y an as, la gran necesidad de nuestra iglesia, enel da de hoy, es una comprensin clara del Antiguo Testamento, en suplenitud y pureza, para que el Dios de Israel pueda ser otra vez reconocidouniversalmente como el Dios eterno, cuya fidelidad es inmutable, el Diosverdadero y viviente, que llev a cabo todo lo que hizo por Israel para

    nuestra instruccin y salvacin, habiendo escogido a Abrahn y su simientepara ser su pueblo, para conservar sus revelaciones, para que de l, elmundo entero pudiera recibir la salvacin y en l todas las familias de latierra fueran bendecidas. (Prefacio a Josu, E. T. pp. v, vi).

    Este libro es el resultado de una serie de cuarenta artculos sobreIntroduccin al Antiguo Testamento que aparecieron durante 1947-1948 enel Southern Presbyterian Journal. Esta serie fue el producto de unasugerencia hecha por el Rev. Juan R. Richardson de Atlanta, Georgia. He

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    utilizado estos artculos libremente al preparar estas pginas y a menudo loshe citado. Es un placer hacer pblico mi reconocimiento al Journal ytambin a su editor, el Rev. Enrique B. Dendy, por el permiso para usar asestos artculos.

    El acceso al Antiguo Testamento adoptado en estas pginas, se expresaen aquellas palabras de las Sagradas Escrituras que us Wilhelm Moellercomo lema para su Introduccin, No te llegues ac: quita tus zapatos detus pies, porque el lugar en que tu ests, tierra santa es. (Ex. 3:5). Esteversculo efectivamente acaba con el llamado mtodo cientfico, el cualasume que el hombre puede tener acceso a los eventos del universoincluyendo la Biblia, con una mente imparcial, y pronunciar un juicio justosobre ellos. Es tiempo que dejemos de llamar cientfico a tal mtodo. Noes cientfico, porque no toma en consideracin todos los datos, y el hechoprincipal que pasa por alto es el de Dios y su relacin al mundo creado por

    El. A menos que primero pensemos correctamente en Dios, estaremos enun error bsico para considerar todo lo dems.

    Al acercarnos a la Biblia, por tanto, necesitamos recordar que es tierrasanta. Necesitamos acrcanos a ella con corazones humildes, listos paraescuchar lo que el Seor, Dios, dice. La historia variante de la crticanegativa no es sino una evidencia ms, de que a menos que nos acerquemosa la Biblia con una actitud receptiva, dejaremos de entenderla. Tampoco esnecesario que nos avergence reconocer que las palabras de la Escriturason de Dios. Porque estas palabras resplandecen con la gloria de lamajestad divina. El esfuerzo de explicarlas como algo menos que divino, esuno de los ms grandes fracasos que jams ha figurado en la historia delpensamiento humano. Cunto valor nos debe infundir este hecho! Cmodebemos agradecer a Dios da tras da, que, como Warfield admirablementeha dicho, El, nos ha amado de tal manera que nos da un legado tan puro desu voluntad, - dado por Dios en todas sus partes, aunque fundido en lasformas del lenguaje humano, - infalible en todas sus declaraciones, -divino hasta la ltima partcula! Estoy lejos de sostener que sin talinspiracin no existira el cristianismo. Sin ninguna inspiracin hubiramos

    podido tener cristianismo; s, y los hombres todava pudieran haber odo laverdad, y a travs de ella haber sido revividos y justificados y san- tificadosy glorificados. Las verdades de nuestra fe hubieran permanecidohistricamente comprobadas y verdaderas para nosotros - tan generoso ha

    sido Dios en su cuidado alentador - aunque no tuviramos Biblia; y a travsde esas verdades, la salvacin. Pero de cuntas incertidumbres y dudasseramos vctimas! - A cuntos refugios, todos ellos refugios de mentiras,nos veramos arrastrados! Consideremos a quienes han perdido elconocimiento de esta gua infalible: vemosles hacer patente la necesidadms apremiante del hombre inventando para s una iglesia infalible, o hastaun papa infalible. La revelacin no es sino revelacin a medias, a menosque est infaliblemente comunicada; y est comunicada a medias a menosque est infaliblemente inscrita. Los paganos en su ceguedad son nuestrostestigos de lo que sucede con una revelacin no inscrita. Bendigamos a

    Dios, entonces, por su Palabra inspirada! Y que El nos conceda siemprepoder estimarla, amarla, venerarla y conformar a ella toda nuestra vida ypensamiento! As podremos encontrar seguridad para nuestros pies yconfianza pacfica para nuestras almas (La Inspiracin y Autoridad de laBiblia, 1948, pp. 441-42).

    Al preparar esta obra he procurado tener debidamente en cuenta lo queha sido escrito en Introducciones modernas basadas sobre un punto de vistahostil a la que aqu se adopta. He tratado de prestar atencin benvola a laque ha sido escrito por Aage, Bentzen, Eissfeldt, Cornill, Sellin, Oesterleyy Robinson, Driver, Pfeiffer y otros. Debo reconocer la deuda tan tremenda

    que debo a sus escritos. Al mismo tiempo he consultado escritoresantiguos, tales como Eichhorn, Michaelis, De Wette, Ewald, Hitzig, yotros; y estoy impresionado por la igualdad montona del juicio contrario ala Biblia. Los argumentos que Eichhorn, De Wette, Bertholdt, vonLengerke, y otros opusieron hace mucho, son ms o menos los mismos queaparecen en las ms recientes introducciones. Este hecho, porque es unhecho, ha fortalecido en m la conviccin de que la llamada escuela decrtica moderna est basada sobre ciertas presupocisiones filosficas que

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    desde el punto de vista cristiano son negativas en carcter y revelan unconcepto completamente inadecuado de Dios y su revelacin.

    Por esta razn yo veo con dolor la influencia cada vez ms grande de laltima fase de la escuela moderna, comnmente conocida como

    Formgeschichte, pero ms adecuadamente designada como el estudio dela historia y tradicin. Esta fase de la crtica es tambin un verdaderoaliado de todo el movimiento neoortodoxo; y la neoortodoxia, con su dbilconcepto sobre la Biblia, es en mi opinin una enemiga de la verdaderaexgesis y del estudio bblico.

    La neoortodoxia ofrece un dualismo en el hecho que hace una distincinentre lo histrico y lo suprahistrico o supratemporal. En este ltimocampo coloca todas las grandes verdades del cristianismo. La cada delhombre, por ejemplo, de acuerdo con la neoortodoxia no se llev a cabo enrealidad sobre este mundo en un da determinado en la historia. Ms bien,se nos dice, es una idea que pertenece al campo suprahistrico. Estospuntos de vista por lo general se presentan en terminologa ortodoxa, perouna vez despojados de sus ropas bblicas y lenguaje cristiano permanecensolamente como un rido dualismo. El mundo supratemporal de algunosescritores modernos posee un fuerte parecido al mundo numenal deEmmanuel Kant. En realidad, son parientes cercanos: es el antiguo campodel mito y la leyenda. Las ideas del cristianismo estn presentes, pero lasrealidades han desaparecido. Este es un cristianismo sombra ofantasma; no es el cristianismo verdadero. Por su aceptacin de lasEscrituras como una revelacin divina objetivamente dada, el presentevolumen trata de hacer su parte para detener el progreso de esta ltimaforma de crtica.

    En una obra de esta naturaleza es necesario declarar puntos de vista deuna manera concisa. A menudo slo puede darse una conclusin mientrasque es necesario omitir las razones que han producido esta conclusin. Lacortesa hacia algunos puntos de vista opuestos, algunas veces tal vezparezca demandar una discusin ms extensa de ciertas materias. Sinembargo, la naturaleza de esta obra y la necesidad de no extender

    indebidamente su tamao, me han obligado a ser conciso. No obstante, mehe esforzado por ser exacto y justo para representar aquellos puntos devista a los cuales me opongo.

    Al final de la discusin de cada libro del Antiguo Testamento hay una

    seccin que llama la atencin hacia la literatura pertinente del libro encuestin. El propsito de estas secciones no es dar una lista completa delibros y artculos - para lo cual no estoy capacitado - sino solamentepresentar algunas obras que son indispensables para un estudio serio de tallibro en particular y que guiar al estudiante a investigaciones msextensas. No pido disculpas por incluir citas de tantas obras alemanas. Alestudiante serio no le conviene descuidar lo que se ha escrito en alemn, yespero que lo que aqu he mencionado servir de ayuda para aquellos quequieran estudiar ms.

    Quien trata de escribir una Introduccin descubre inmediatamente cungrande deuda tiene para los dems. En esta obra he tratado de reconocerespecficamente tal deuda dondequiera que ha sido necesario. Sobre todome siento obligado para con mi antiguo maestro, el Dr. Oswald T. Allis,quien ha influido profundamente sobre mis puntos de vista acerca delAntiguo Testamento. Otros para quienes tambin tengo deuda de gratitudpor su enseanza, son el Dr. Jos Reider, Gurdon Oxtoby, Allan A.MacRae, Albrecht Alt, Joachim Begrich, Karl Elliger, y el finado Dr. H. H.Powell. Deseo expresar mi gratitud a los editores, la compaa Wm. B.Eerdmans, por su paciencia en esperar el original de la obra, y por darmecompleta libertad para llevar a cabo el trabajo. Por ltimo, estoyprofundamente obligado con la Srta. Ruth Stahl por ayudarme a preparar eloriginal y a la Sra. Meredith G. Kline por los dos esquemas que aparecenen el volumen.

    11 octubre 1, 1949 -E.J.Y.

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    CAPITULO UNO

    ESTUDIO DE LA INTRODUCCION BIBLICA

    Qu es Introduccin Bblica?

    La palabra introduccin se deriva del Latn introducere (guiar,introducir) y denota la accin de traer o guiar. Tambin implica lainiciacin en el conocimiento de una materia y se refiere particularmenteal material que abre el camino para el estudio de alguna materia fsica.

    En su sentido ms amplio, el trmino Introduccin Bblica se refierea todos aquellos estudios y disciplinas que son preliminares al estudio delcontenido de la Biblia. Sin embargo, se ha llegado a usar este trmino en

    un sentido mucho ms restringido. Se le puede considerar como unapalabra tcnica y como tal se obtuvo de Alemania donde en tiemposrelativamente recientes se comenz a usar como una designacin deciertos estudios preparatorios y preliminares a la interpretacin de laBiblia. 1 Es precisamente en este sentido que se utiliza la palabra en estelibro. La Introduccin Bblica es entonces, aquella ciencia o disciplinaque es preliminar al estudio e interpretacin del contenido de la Biblia.Algunas veces se le designa con el nombre de Isagoge.

    La introduccin como disciplina, pertenece al departamento delestudio teolgico que podemos designar como Bibliolgico, ya que tieneque ver directamente con las Sagradas Escrituras. 2 Adems est divididaen dos partes, General y Especial. La Introduccin General tiene que vercon los tpicos que se relacionan con toda la Biblia, como por ejemplo elcanon y el texto. La Introduccin Especial, por otra parte, trata dematerias que se refieren a partes separadas o libros individuales de laBiblia por lo que, trata tales asuntos como unidad, autografa, fecha,autenticidad y carcter literario. Con la excepcin de algunas

    observaciones iniciales, la presente obra se limitar al asunto de laIntroduccin Especial.

    HISTORIA DEL ESTUDIO DE LA INTRODUCCION ALANTIGUO TESTAMENTO

    I. El Perodo de la Iglesia Primitiva

    Los Padres de la Iglesia Primitiva no se preocuparon con asuntos talescomo una Introduccin cientfica. Sus mentes se ocuparon ms que nadaen la exposicin del contenido de las Escrituras y en formular la doctrina.Sin embargo a veces, se vieron obligados a v91ver su atencin paraconsiderar la Introduccin. Cuando por ejemplo, Porfirio atac el libro deDaniel y declar que era falsificado, Jernimo estaba listo con unarespuesta, pero esta repuesta fue escrita sencillamente en relacin conpropio comentario y no como una Introduccin formal al Libro de

    Daniel.El primer intento de una Introduccin lo encontramos probablemente

    en los escritos de Agustn, De Doctrina Cristiana. Esta obra contienevaliosa informacin sobre el asunto de interpretacin y Agustn mismohabla de ello como praecepta tractandarum scripturarum. En losprimeros dos libros, Agustn presenta y desarrolla las caractersticas de lacorrecta interpretacin de la Biblia. De considerable inters eimportancia es su refutacin de los Donatistas y sus falsos puntos devista sobre determinada materia, como por ejemplo, la innecesariaimportancia que daban a la Septuaginta. Entre estos Donatistas haba un

    Ticonio Afer quien poco antes haba escrito una obra presentando sietereglas que crea eran necesarias para comprender las Escrituras. Larefutacin de Agustn a estos principios errneos es muy valiosa.Jernimo, al oponerse a Rufino, habl acerca de ciertos principios deinterpretacin. Su obra, intitulada Libellus de optimo interpretandigenere, es sin embargo, muy inferior a la de Agustn.

    El primer uso conocido del trmino Introduccin aparece enEisagoge eis tas theias graphas (Introduccin a las Santas Escrituras)

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    escrito por un tal Adrin de quien se sabe poco. Adrin discute primerolas caractersticas del idioma de las Escrituras, tales comoantropomorfismos y antropopatismos, expresiones peculiares, metforas,etc., y despus considera la estructura de las Escrituras. Hace unadistincin entre la forma histrica y la proftica y clasifica esta enpalabras, visiones y acciones simblicas. Por ltimo presenta ciertasobservaciones sobre interpretacin.

    En el siglo VI el obispo africano Junilio escribi dos libros, Departibus legis divinae, en el cual trat de clasificar el idioma de lasEscrituras e inculcar su comprensin ms metdica.

    De particular inters fue la obra de Magno Aurelio Casiodoro (muriaproximadamente en 562 de nuestra era) quien escribi dos libros, Deinstitutione divinarum scripturarum, en los cuales mencion ideas para lacomprensin de la Biblia y dio instruccin es para copiar manuscritos.Especialmente en los captulos 12-15, discute el canon y el estudio deltexto; de otra manera su obra es ms o menos una Introduccin a lateologa. Podemos mencionar dos obras ms, el Prolegomena de IsidoroHispaleno? y sus declaraciones preliminares de libris canonicis et noncanonicis las cuales se encuentran en la Postilla Perpetua de Nicols deLyra (muri en 1340).

    Todas las obras arriba mencionadas fueron escritas bajo la influenciade y en comn acuerdo con la tradicin dominante de la Iglesia. Por estarazn tienen un carcter ms o menos teolgico. Posiblemente a la obra

    de Junilio se le puede considerar como una excepcin, porque contienealgunos pensamientos de naturaleza independiente y estos se deben a lainfluencia de cierto sacerdote de la escuela de Nisibis, llamando Pablo.No debemos pensar, sin embargo, que estas primeras obras no fueroneruditas. Sin duda lo fueron, pero la razn por la que no trataron laspreguntas y problemas que encontramos hoy da en Introducciones alAntiguo Testamento es que estos problemas en su gran mayora nohaban surgido aun. (Ver en pp. 115-122 una investigacin de la crticaprimitiva de la Biblia).

    II. La Reforma y los aos Subsecuentes

    El fin del perodo medioeval presenci cambios de gran trascendenciaan en el estudio de la Introduccin Bblica. En 1536 el Isagoge adsacras litteras de Santes Paginus haba aparecido en Lyon, Francia y era

    una obra de carcter bastante medieval. Muy diferente, sin embargo, fuelaBiblioteca Divina (Biblioteca sacra) de Francisco Sixto de Sierra quefue publicada en 1566, la cual a travs de publicaciones continuas, siguiejerciendo una vasta influencia. En este libro se hace un esfuerzo porpresentar una historia de la literatura bblica y poner particular nfasissobre la historia de la interpretacin.

    Una fase del texto hebreo que hasta ese tiempo haba sido ignoradocasi totalmente, se present prominentemente al aparecer en 1624

    Arcanum Punctationis revelatum, de Ludwig Cappellus. Este autormostr que los puntos de las vocales en el texto no eran originales, sinode un origen posterior. En esta opinin estuvo respaldado por J. Morinus,mientras que el punto de vista opuesto lo defendieron los dos Buxtorfs,padre e hijo.

    En 1627 Rivetus, el erudito protestante, public una Introduccin atoda la Biblia. Su punto de vista sobre inspiracin era tan elevado queconsideraba carente de todo significado cualquier discusin de losasuntos de la Introduccin Especial. Otro que mantena tambin unelevado punto de vista sobre la inspiracin de las Escrituras, fue elSuperintendente General Luterano de Friesland de Oriente, Michael

    Walther, quien parece haber sido el primero en establecer una distincinclara entro la Introduccin General y la Especial. Por tanto a su obra(Officina biblica noviter adaperta, 1636) se le puede considerar como laprimera Introduccin en el sentido moderno de la palabra.

    El profesor de Teologa en Zurich, J. H. Hottinger, public en 1649 suThesaurus Philologicus seu Glavis en el cual dijo mucho acerca de losmanuscritos de la Biblia, cada uno de los libros, comentarios y versiones.Hottinger estaba bien familiarizado con la literatura Arbica y Rabnica,y conserv innumerables extractos de esas fuentes, dadas en las palabras

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    de los autores originales. De aqu que su Thesaurus sea de gran valor,an en el da de hoy.

    En las subsecuentes dcadas, un antiguo estudiante de Buxtorf,creyente en la fe Reformada y profesor de hebreo en Utrecht, llamado

    Juan Leusden, public dos importantes libros. El primero de estos(Philologus Hebraeus, 1657) trata acerca del canon y el texto delAntiguo Testamento, y el segundo (Philologus Hebraeomixtus, 1663)discute en su mayor parte varias traducciones.

    De particular importancia fue la aparicin en el ao de 1657 de lafamosa Biblia Polglota editada por el Obispo de Chester, Brian Walton.Tan valiosos fueron los prolegmenos de Walton, que Heidegger lospublic separadamente (1673). Discuten con gran cuidado el texto y losmanuscritos del Antiguo Testamento, y sirven como un excelente manuala la Introduccin General. Debemos de hacer mencin asimismo deAgusto Pfeiffer, quien editara la bien conocida Crtica Sacra (1680), unaverdadera mina de informacin sobre el texto y las traducciones de laBiblia, as como Juan Heinrich Heidegger, quien en 1681 edit su

    Enchiridion Biblicum.

    Del breve estudio anterior habr quedado en claro que la Reformasac a luz la importancia de estudiar el texto hebreo original. Esto fueuna enorme ventaja. Los grandes reformadores Lutero y Calvino,estudiaron hebreo y sin duda hicieron mucho por estimular su estudio.De aqu que las obras sobre Introduccin que provienen de este perodo y

    poco tiempo despus, revelan un profundo inters en el importantsimoasunto del texto. En la opinin de este escritor, algunas de estas obrasrevelan tambin un profundo conocimiento de los problemasrelacionados con tal estudio. Como Haevernick dijera: Algunasporciones de Introduccin General, tales como la historia del Texto,fueron cultivadas por estos telogos del siglo XVII con los ms felicesresultados (Intro. ET, p. 10). En la providencia de Dios, la Reforma fuela causa de un verdadero progreso en el estudio de la Introduccin alAntiguo Testamento.

    III. El Nacimiento de la Crtica Moderna

    Despus de la Reforma aparecieron puntos de vista filosficos queeran en s mismos, hostiles al sobrenaturalsimo del cristianismorevelado. Algunos de stos se expresaron en el Leviathan de Toms

    Hobbes (1651), el desta ingls. Hobbes en sus obras, atac algunas delas tradiciones de el origen y fecha de ciertos libros del AntiguoTestamento. Basado tambin sobre ciertos principiosantisobrenaturalistas parecidos, estaba el Tractatus Theologico-Politicusde Benedicto Spinoza (1670).

    A estas obras sigui la extensa Histoire Critique de Vieux Testamentde Ricardo Simn (1678), un sacerdote Catlico Romano. Simn nacien Dieppe en 1638, y por algn tiempo fue profesor de Teologa enJuilly. En su primera seccin de su Historia Crtica, Simn discute laedad de varios libros, en especial los del Pentateuco. Afirma que elPentateuco en su forma actual, no puede ser la obra de Moiss, yconsidera los libros histricos como extractos de los anales pblicos.

    Las ltimas dos secciones o libros, como Simn las llama, contienenmucha informacin valiosa, y sus declaraciones sobre los expositores desu tiempo son de importancia. Simn es algunas veces injusto hacia losescritores protestantes, aunque tambin critica la Vulgata. Bossuet,obispo de Condum, conden esta obra, y por tanto fue destruida. Sinembargo, se volvi a imprimir, considerndose que la mejor edicin fuela que Simn mismo supervis (bajo el disfraz de telogo protestante) y

    public en Rtterdam en 1685.Era de esperarse que la obra de Simn levantara oposicin. Algunas

    de sus declaraciones acerca del texto de las Escrituras eran, sin ningunaexageracin, muy indiscretas, Por ejemplo, afirm que la religincristiana poda haberse mantenido por medio de la tradicin sin ningunasEscrituras, y que no tena ninguna importancia si el texto de lasEscrituras hubiera sido preservado inadecuadamente o no, ya que sepoda recurrir a ste solamente cuando estaba de acuerdo con la doctrinaeclesistica.

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    Entre las contestaciones dadas a Simn haba una de EzequielSpanheim, quien expres dudas sobre de la autenticidad de los puntos devista de Simn sobre los libros histricos. De particular importancia, sinembargo, fue la obra de Juan Clericus (Le Clerc), Sentiments de quelquesThologiens de Hollande sur lHistoire Critique du V. T. par R. Simn(1685), en la cual su autor, un profesor arminiano de msterdam, atacabaa Simn por tratar a los escritores protestantes injustificadamente. Le sinembargo, daba una fecha para el Pentateuco y los libros histricos,posterior an a la dada por Simn. Simn contest con vehemencia ypasin.

    El camino quedaba ahora abierto para la introduccin de dudas acercade la integridad de las escrituras del Antiguo Testamento. Hobbes ySpinoza claramente escribieron bajo la influencia de la filosofa nocristiana y Simn, aunque era Catlico Romano, sin embargo escribi

    desde el punto de vista que aun los catlicos consideran que es hostil a supropia opinin.

    Quedaba an vida y vigor en la iglesia protestante, sin embargo, y ensu divina voluntad el Seor levant a un fuerte soldado de la Fe. Sellamaba Juan Gottlob Carpzov, profesor de hebreo en Leipzig quienpublic dos obras extraordinarias: Introductio ad Libros Cannicos(1714-21), y Critica Sacra (1724). Los escritos de Carpzov sonapologticos y s irven para descubrir las opiniones de Spinoza, Le Clerc,Simn y otros. Pero tambin contienen una profunda comprensin de lanaturaleza de la Introduccin, y Haevernick se ha referido a ellosacertadamente como una obra maestra de la ciencia protestante. (opcit., p. 12).

    La obra de Simn rindi fruto en los escritos de J. S. Semler, profesorde teologa en Halle (muerto en 1791), fue quien desarroll los principiospresentados por Simn con un espritu definitivamente negativo. Parecehaber estado de acuerdo con el deseo de considerar a la mente humanacomo una ley en s misma. Pero aun cuando min puntos de vista

    conocidos, no tuvo nada positivo que ofrecer en su lugar. Se puedecalificar su obra como de tendencia destructora.

    Una rebelin parcial a esta posicin apareci en la obra del poeta JuanGottfried Herder (que muri en 1803). Herder posea cierto gusto por la

    belleza literaria del Antiguo Testamento, y esto trat de comunicarlo ensus escritos. El, sin embargo, estaba muy alejado del verdadero espritureligioso de las Escrituras. Sus ideas las propag Juan GottfriedEichhorn, quien prepar una Introduccin al Antiguo Testamento (1780-83). En lo general, Eichhorn mantena los mismos puntos de vistatradicionales, aunque influy en l la ola creciente de la crtica. Trat dellamar la atencin a la belleza literaria del Antiguo Testamento, pero nomanifest un autntico entendimiento de su carcter sobrenatural. Portanto, la obra de Eichhorn contribuy a que se considerara a lasEscrituras, ms y ms, como nicamente la literatura nacional de los

    hebreos, y se descuid an ms el estudio de las Sagradas Escrituras contal carcter.

    Algo parecida fue la labor de J. D. Michaelis (1787). Sin embargo, notermin su obra - consider solamente la introduccin al Pentateuco y aJob. Los comentarios que Haevernick hace son definitivos (op. cit., p.14): Por lo que toca a profundidad y erudicin, J. D. Michaelis fue elnico hombre que se poda enfrentar a Eichhorn en este campo; pero fueinferior a este ltimo en gusto y cultura, y deseaba un sentido vivo, ypenetrante de las verdades interiores de las Escrituras.

    IV. El Siglo Diecinueve

    Para poder apreciar correctamente la actitud hacia la ciencia de laIntroduccin al Antiguo Testamento que apareci en el siglo XIX esnecesario entender algo del espritu de aquella poca y los movimientosfilosficos que entonces existan. El siglo XVII haba presenciado ellevantamiento de una exaltacin de la razn humana. 3 Durante laReforma, surgi una rebelin contra la autoridad arrogante de la IglesiaCatlica Romana, y ahora los hombres se rebelaban tambin contra laautoridad de la misma Biblia. A esta edad se le conoci como la edad de

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    la Cultura. Immanuel Kant habl de esa fase de la Cultura que se conocecon el nombre de Neologa, como el xodo del hombre de su propiaminora estorbosa. 4

    El trmino Cultura, sin embargo, cuando se juzga desde el punto de

    vista cristiano, es absolutamente errneo, Si el hombre es criatura deDios, se deduce que puede ser libre y culto slo cuando acta de acuerdocon la revelacin que Dios le ha dado. El rechazar la revelacin externa yconsiderar la mente humana como una ley a s misma no es hacerseculto, sino caer en la ms enorme de las decepciones. Ya que el hombreha sido creado por Dios, no puede vivir sin Dios. El enaltecer la raznhumana, como si fuera el rbitro final de todas las cosas, es en realidadsustituir la criatura por el Creador.

    El siglo XIX sufri grandemente debido a la aridez de la filosofa yteologa del siglo XVIII. De all que muchas Introducciones de este siglose escribieron bajo la suposicin que el Antiguo Testamento era slo unlibro humano y deba ser tratado como otros libros humanos. Ya quetenemos la intencin de hablar muy detalladamente del desarrollo de lacrtica del Pentateuco durante el siglo XIX, por ahora no haremos otracosa que llamar la atencin a algunos de los ms sobresalientes escritoresde Introducciones de este perodo.

    (1) Wilhelm Martn Lebrecht de Wette (1780-1849) acometi unataque vigoroso contra los puntos de vista tradicionales acerca de losautores de los libros del Antiguo Testamento. Escribi su obra desde un

    punto de vista racionalista, y en cierto sentido fue negativo en susconclusiones.

    (2) Heinrich Ewald (que muri en 1875), rechaz, como De Wette,puntos de vista tradicionales. Sus escritos sin embargo, tuvieron uncarcter positivo y procur suplir otro juicio. Ewald se puede decir quefund una escuela, la cual tambin est representada hasta cierto puntoen las obras de Ferdinand Hitzig.

    (3) Ernesto Wilhelm Hengstenberg, H. Ch. Haevernick, y C. F. Keilprotestaron contra los tratamientos crticos del Antiguo Testamento.Estos hombres eran eruditos fieles que escribieron con un gran respetopor la integridad y seguridad de la Biblia. Sus escritos han tenido unagran influencia, especialmente en Inglaterra y Estados Unidos.

    (4) Federico Bleek (1793-1859), un antiguo alumno de de Wette,Neander, y Schleiermacher, escribi una Introduccin meditativa. Suobra apareci en 1865, y se tradujo al ingls la segunda edicin que fuepublicada en 1869 (An Introduction to the Old Testament, 1869,traducida por G. H. Venables). Contiene mucho material til que sirvepara corregir la crtica extrema. Sin embargo, an esta excelente obra, noes completamente satisfactoria, porque se deja llevar demasiado por lacrtica negativa.

    (5) K. H. Graf al principio dio expresin clara en la llamada escuelamoderna. Esta escuela sin embargo, recibi un gran mpetu e influencia atravs de los trabajos de Julio Wellhausen y Abraham Kuenen. De allque se le llame comnmente la escuela de GrafKuenen-Wellhausen. Eningls estuvo representada por las conferencias de Guillermo RobertsonSmith, The Old Testament in the Jewish Church (1881). Esta escuela depensamiento propone un desarrollo evolucionista en la vida religiosa deIsrael. Concuerda muy bien con el punto de vista liberal del NuevoTestamento y la escuela teolgica de Ritschlian; descansa tambin en laposicin filosfica de Hegel. Se mantiene en una anttesis muy definitivacontra la religin cristiana histrica.

    (6) Samuel Rolles Driver (1891) escribi una de las ms grandesobras sobre Introduccin. En su mayor parte, este libro sigue losprincipios de la escuela de Graf-Kuenen-Wellhausen, pero estcaracterizada por una sobriedad y una limitacin singulares. A vecesintenta seguir un curso intermedio y por eso es que ha ejercido una vastainfluencia.

    (7) La escuela crtica moderna, encontr oponentes an entre aquellosque rechazaban el punto de vista tradicional cristiano del Antiguo

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    Testamento. Tales como Eduardo Riehm (Einleitung in das AlteTestament, 1889) y en cierto sentido F. E. Koening (Einleitung in das

    Alte Testament, 1893) y W. W. Baudissin (Einleitung in die Bcher desAlten Testaments, 1901).

    V. Las Sombras Amenazantes de la Noche

    Es difcil definir el estudio de la Introduccin durante el siglo XX.Una reaccin contra ciertos principios del Wellhausenismo clsico, haaparecido en los escritos de Herman Gunkel (1862-1932) y HugoGressmann (1877-1927). A estos dos eruditos probablemente siempre seles considerar como los dos principales exponentes de la escuela decrtica de causa. Gressmanny Gunkel han asestado en realidad un golpesevero contra ciertos principios de la escuela crtica moderna, por mediode un esfuerzo para descubrir la situacin en la vida que demandabadeclaraciones individuales y por medio de una comparacin de lamitologa antigua. Su influencia se ha extendido bastante y su posicinha recibido una expresin clsica en Die Schriften des Alten Testaments(1911).

    Tambin de importancia ha sido la traduccin en ingls (1907) de laobra de Carlos Cornill llamadaIntroduction (la cual primero apareci en1891). A Cornill se le puede considerar como un representante de laescuela de Wellhausen. El mismo punto de vista ha sido expresado en laobra de Harlan Creelman (An lntroduction to the Old TestamentChronologically Arranged, 1917). Tambin se debe mencionar a Julio A.

    Bewer (The Literature of the Old Testament, 1912), quien tambinproclama el Wellhausenismo clsico.

    El ao de 1934 presenci la aparicin de tres Introducciones, dos delas cuales fueron muy parecidas en su naturaleza. Otto Eissfeldt(Einleitung in das Alte Testament) trata de clasificar la literatura delAntiguo Testamento dividindola en varias categoras (Gattungen), y seesfuerza por establecer el desarrollo (la prehistoria literaria) de los varioslibros. La obra de Eissfeldt manifiesta grandemente la influencia deWellhausen, y tambin la de la escuela de GunkelGressmann. Parece que

    no posey una concepcin adecuada sobre la revelacin, sino ms bienconsidera la literatura del Antiguo Testamento como de origen humanonicamente.

    Algo parecido a esto es el libro de W. O. E. Oesterley y Teodoro H.

    Robinson (An Introduction to the Books of the Old Testament).Lacaracterstica ms sobresaliente de esta obra es la atencin que dedica ala estructura mtrica en el Antiguo Testamento. Trata sin embargo, deexplicar las Escrituras slo como literatura humana, y esencialmente seadhiere al punto de vista de la escuela crtica dominante.

    Completamente distinto es el libro de Wilhelm Moeller (Einleitung indas Alte Testament). Moeller cree en la integridad de las Escrituras, ypresenta argumentos convincentes en defensa de su opinin. Su obra,aunque algo breve, sin embargo es de mucho valor.

    Pero la ms grande Introduccin aparecida en el idioma ingls duranteel presente siglo, es la de R. H. Pfeiffer (Introduction to the OldTestament, 1941). Este libro de Pfeiffer se caracteriza por suminuciosidad y cuidadosa erudicin. Y todava ms, exhibe una sencillezque resulta sumamente agradable. Por ejemplo, a un escritor que estdispuesto a afirmar que tres de los escritos de ms influencia en elAntiguo Testamento eran tcnicamente fraudulentos (p. 745) vale la penaque se la oiga. Sin embargo, el libro es bsicamente anticristiano; y sinduda sirve como una apologtica para el punto de vista antitesta. 5 Aspor ejemplo, Pfeiffer escribe: Esta teora tradicional, el aceptar el libro

    (Daniel) al pie de la letra, necesariamente presupone la realidad de losobrenatural y el origen divino de las revelaciones que contiene.Milagros (como los descritos en Daniel) estn fuera del campo de loseventos histricos.. La investigacin histrica puede tratar solamentehechos autenticados que se hallan dentro de la esfera de las posibilidadesnaturales y necesita abstenerse de defender la verdad de eventossobrenaturales. Lo que toca a la historia del libro de Daniel, es unartculo de fe, no una verdad cientfica objetiva.. En un estudiohistrico de la Biblia, a las convicciones basadas en la fe se les debe

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    juzgar sin pertinencia, como pertenecientes al conocimiento subjetivoms que al objetivo (p. 755).

    La sinceridad del autor al hablar tan claramente resulta admirable. Laposicin misma sin embargo, es bsicamente anticristiana. A la vez sera

    probablemente correcto decir que sobre este punto de vista se basa todoestudio del Antiguo Testamento en nuestros das.

    La Introduccin danesa de Aage Bentzen (1941) fue traducida alingls primeramente en 1948, y la segunda edicin apareci en 1952.Esta magnfica obra ha puesto a nuestro alcance un estudio crticohistrico en ingls que dedica mucha atencin a la investigacin de lassupuestas formas de la literatura del Antiguo Testamento. 6

    Se le da gran importancia al valor de la tradicin oral, la cual suponeel escritor cubra los libros del Antiguo Testamento. Este autor es el

    principal representante de la llamada escuela de Uppsala (GamlaTestamentet, en traditions-historisk inledning, I, 1945). Esta obra an noha sido traducida al ingls. (Ver en pgina 149 una discusin de estepunto de vista).

    En el ao de 1945, se public en idioma Finlands, una Introduccinescrita por A. F. Puukko (Vanhan Testamentin johdanto-oppi). Presentaun estudio crtico-literario del Antiguo Testamento. Se public en 1949una segunda edicin revisada de la obra de Arturo Weiser llamadaEinleitung. Esta obra, la cual expresa el punto de vista bsico de Weiser,es un estudio de la tradicin oral y de la literatura escrita, e incluye una

    discusin de la literatura apcrifa y pseudopigrfica.

    En 1950 H. H. Rowley edit un volumen compacto llamado TheGrowth of the Old Testament en el cual se le da al escritor unadeclaracin clara de la crtica literaria de los libros del AntiguoTestamento. En ese mismo ao, apareci la octava edicin de la obra

    Einlei'tung de Sellin; distinguindose particularmente por su tratamientode los tipos literarios.

    Una voz potente en defensa del origen sobrenatural y la absolutaintegridad del Antiguo Testamento se dej escuchar en 1952 con laaparicin de una obra sumamente completa, Oud TestamentischeKanoniek, por G. Ch. Aalders. Este libro es por completo conservador,pero si manifiesta algunas tendencias, especialmente al discutir elPentateuco y Daniel, las cuales, en opinin de este autor, tratan demodificar su bsica posicin conservadora.

    De particular inters y valor es la obra A Critical Introduction to theOld Testament (1959), de G. W. Anderson. En este libro, el lectorencontrar una discusin de las ms recientes fases de la erudicin delAntiguo Testamento. Lo mismo sucede en el caso de A Light to the

    Nations de Norman K. Gottwald (1959). Este ltimo libro, es una historiainterpretativa de Israel y de los escritos del Antiguo Testamento, conpresentacin de los puntos de vista de la crtica negativa.

    En los crculos Catlico Romanos, se han publicado variasIntroducciones de distintas calidades. A Companion to Scripture Studies(Vol. 11, 1942). por J. E. Steinmller, est escrito desde un punto devista conservador y perfectamente consciente del significado del AntiguoTestamento como una revelacin divina especial. De naturaleza distintaes la Introductio Specialis in Vetus Testamentum por H. Hpfl (ed. rev.1946). En algunos casos esta obra rechaza el punto de vista conservadorsobre los autores de los libros bblicos. De Espaa sali una obra bastantepopular por A. Ulecia,IntroduccinGeneral a la Sagrada Biblia (1950).Una Introduccin fuertemente conservadora es la de B. Mariana,

    Introductio in libros sacros Veteris Testamenti (1958). Con rarasexcepciones, Mariani defiende la paternidad literaria de Moiss sobre elPentateuco.

    Entre los escritores de la Iglesia Ortodoxa Oriental (Rumana),podemos mencionar la Introduccin escrita en Rumano por V.Prelipcean, N. Neaga, y G. Barna (1955). Esta es una obra absolutamenteconservadora y erudita. Dos obras de la iglesia protestante representan elestudio conservador del Antiguo Testamento: An Introductory Guide to

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    the Old Testament (1951) por Merrill Unger, la cual es de naturalezapopular y Einleitung (ed. rev. 1959) de Moller, escrita en alemn, la cuales una excelente declaracin de la posicin conservadora.

    Como debemos considerar el Antiguo Testamento

    El breve estudio que acabamos de hacer, especialmente con respecto alos siglos XIX y XX, debe dejar en claro que se han hecho estudios de laIntroduccin desde distintos puntos de vista.

    Ha habido quienes han propuesto un punto de vista demasiadoinferior de las Escrituras. Las han considerado slo una literaturanacional de los hebreos, una produccin literaria puramente humana a laaltura de otras producciones literarias de antao. Esta posicin no essatisfactoria, porque es un error bsico. Considera a la Biblia slo comoun libro de origen humano, mientras que, en realidad, la Biblia es

    bsicamente un libro de origen divino.Hay aquellos que en su estudio de la Introduccin, desean limitarse a

    s mismos al elemento humano en la Biblia. Aparentemente creen que esposible descuidar por completo el asunto de la inspiracin y divinidad dela Biblia, y limitar su consideracin a lo que se podra llamar un mtodoemprico cientfico. Que se nos permita decir categricamente, que estono se puede hacer a satisfaccin, y que aquellos que adoptan tal mtodo,se encuentran en acuerdo esencial con los que malamente afirman que laBiblia es un producto humano y nada ms.

    Por una parte, tal limitacin no es cientfica. Un verdadero mtodocientfico de investigacin toma en cuenta todos los hechos, y no selimitar de antemano a la sola consideracin de aquellos que pueden sercomprendidos a travs de los sentidos.

    Por qu habremos de considerar como solamente legtimos aquelloshechos que se descubren por los sentidos? Un verdadero mtodocientfico de estudio no se limitar en tal forma. En cualquier estudioprovechoso de Introduccin ser necesario considerar todos los hechos,

    tanto el hecho de Dios y su revelacin, como los llamados hechosempricos. El no considerar todos los hechos es errar desde el principio.

    Tambin hay aquellos que aparentemente piensan que es posibleacercarse a la Biblia con una actitud neutral. Su posicin parece ser:

    Estudiemos la Biblia como se estudia cualquier otro libro. Sujetmosla alas mismas pruebas a que sujetamos otros escritos. Si comprueba ser laPalabra de Dios, bien y bueno; pero si no, aceptemos la realidad.Esencialmente, esta posicin no resulta distinta a las otras dos. Lallamada actitud neutral hacia la Biblia, no es verdaderamente neutral,porque principia rechazando los elevados principios de divinidad que laBiblia hace, y asume que la mente humana puede actuar como juez de larevelacin divina. Esto viene a ser, de hecho, colocar la mente delhombre como juez definitivo y punto de referencia en lugar de Diosmismo.

    El punto de vista que se adopta en esta presente obra es que, elAntiguo Testamento es la Palabra del Dios de Verdad. Tambin es obrade hombres. ... santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados delEspritu Santo. (II Pedro 1:21b). En su inescrutable sabidura Diosescogi y prepar para la tarea de escribir a aquellos agentes a quienes eldese revelar su voluntad. Despus, en forma misteriosa, su Espritu lesinspir de tal manera que cuando escribieron, aunque en un sentidoestaban escribiendo ellos, era sin embargo precisamente lo que elEspritu de Dios deseaba. A la Biblia por tanto, en un sentido se la puedeconsiderar como un libro humano. Bsicamente sin embargo, es divino, y

    Dios mismo es el autor.

    Cmo podemos saber que la Biblia es la Palabra de Dios? Hay, porsupuesto, muchas razones para creerlo. La Biblia misma testifica de sudivinidad tan claramente que no hay excusa para el incrdulo. Tambinlleva sobre s las marcas de esta divinidad. Su contenido entonces, lagloriosa doctrina del Dios verdadero y viviente, el Creador del cielo y dela tierra, la cada del hombre en el pecado y la maravillosa redencin queDios ha trado al hombre clara y convincentemente testifica de su origen

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    divino. Lo mismo es verdad de todas sus otras incomparablesexcelencias. 7 No tienen paralelo en ningn otro escrito, y manifiestanen forma convincente que la Biblia es en un sentido nico la Palabra deDios.

    Sin embargo, lo que trae completa seguridad y persuasin de que lasEscrituras son divinas, es la obra del Espritu Santo de Dios testificando anuestros corazones por medio de la Palabra. Dios nos declara que El es elautor de la Biblia. En palabras sencillas, creemos que la Biblia es deDios, porque El nos lo ha dicho.8 Slo Dios puede testificaradecuadamente sobre lo que ha hablado.

    Con respecto al Antiguo Testamento, debemos poner especial nfasisen la actitud y en las palabras de Jesucristo. Hay algunos que dicen quenuestro Seor se ajust al pensamiento de su da. Cuando, por ejemplo,dijo que Moiss escribi de El, se nos dice que estaba solamente

    hablando de tal manera que sus contemporneos le pudieran comprender.O tambin se argumenta que no deseaba juzgar ninguna de lascontroversias que hoy embarazan a aquellos que estudian el AntiguoTestamento.

    Con estas dos actitudes nos encontramos en completo desacuerdo.Jesucristo es la Verdad, y cuando habl, habl palabras de verdad. Escierto que en su naturaleza humana, el conocimiento de nuestro Seorestaba limitado, como se puede observar claramente en el pasaje deMarcos 13:32. Pero esto no quiere decir que estaba sujeto a

    equivocacin. Como hombre, su conocimiento pudo haber estadolimitado, pero hasta donde llegaba su conocimiento era ver- dad. NuestroSeor no habl sobre aquellos asuntos que su naturaleza humanadesconoca. Todo lo que habl era verdad. Si Cristo estaba equivocadoen cuestiones de crtica y paternidad literaria, cmo sabemos que no seequivoc al hablar de su muerte salvadora en Jerusaln? Si admitimoserror en algn punto, tenemos que admitirlo dondequiera. En estapresente obra, aceptamos la autoridad de Jesucristo sin reservas. Creemosque no se equivoc al hablar de su muerte substitucionaria, y que no se

    equivoc al hablar de la naturaleza del Antiguo Testamento. Qu fueentonces lo que Cristo Jess tuvo que decir acerca del AntiguoTestamento? 9

    Es claro, para quien lee los Evangelios cuidadosamente, que Cristo

    Jess, durante sus das en est mundo, consider el volumen de escritosconocidos como el Antiguo Testamento como un todo orgnico. Para El,las Escrituras eran una unidad armoniosa que posea un mensaje y untestimonio singular. Nada puede estar tan lejos de la verdad, como el quediga que Cristo vea las Escrituras como un grupo de escritos en conflictounos con otros, y que no posean ninguna relacin en particular hacia smismos. Esto puede verse fcilmente si consideramos uno o dos pasajespertinentes.

    Cuando por ejemplo los judos tomaron piedras para arrojarlas alSeor creyndole culpable de blasfemia, El se opuso, apelando al

    Antiguo Testamento (com. Juan 10:31-36). En esta apelacin, cit elSalmo 82:6, y asumi la verdad que se declara en el Salmo al declararque la Escritura no puede ser quebrantada. La fuerza de su argumentoes muy clara, y la podemos parafrasear como sigue: Lo que se declaraen este versculo de los Salmos es verdad, porque este versculopertenece a ese volumen de escritos que se conoce como las Escrituras, ylas Escrituras poseen una autoridad tan absoluta que no puedenquebrantarse. Cuando Cristo utiliza aqu la palabra Escrituras, El tieneen mente por tanto, no un versculo en particular de los Salmos, sino msbien el grupo completo de escritos de los cuales este versculo es una

    parte.

    El hecho de que Cristo consider las Escrituras como formando unaunidad, tambin lo podemos ver en la ocasin de la traicin en su contra.Reconoci la necesidad de su arresto y sus sufrimientos si las Escriturasse iban a cumplir (com. Mateo 26:54). Y en verdad le interesaba que lasEscrituras se cumpliesen. El consideraba que era ms importante que estose llevara a cabo a que pudiera escapar del arresto. Por la forma comousa el plural, deja perfectamente en claro que exista un nmero de

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    escritos, cada uno de los cuales tena esto en comn con los dems: queperteneca a la categora de Escritura y que tomados en conjunto, tenanreferencia directa a los sufrimientos que el estaba a punto de padecer. Aspues, por su forma de hablar rinde testimonio al hecho que el AntiguoTestamento es un todo orgnico y tambin implica el acuerdo y armonade todas sus partes.

    Este testimonio de nuestro Seor acerca de la naturaleza del AntiguoTestamento, no es por ningn motivo un fenmeno aislado. Ms bien,otros pasajes individuales ponen esto en claro (com. Mateo 21:42; 22:29;Marcos 14:49; Juan 6:45; 15:25), y ms an, sustenta todo el tratamientoque El hace de las Escrituras. Al tomar esta actitud, Cristo se ponedirectamente en contra de aquellos puntos de vista tan comunes ennuestros das, que consideran al Antiguo Testamento solamente comouna coleccin de material heterogneo, relacionado descuidadamente

    entre s, una biblioteca ms que un libro.Sin embargo, no slo consider Cristo Jess al Antiguo Testamento

    como un todo orgnico, sino que tambin crey que, tanto como unaunidad o en sus distintas partes, posea una autoridad absoluta y final. Sepoda apelar a las Escrituras como una autoridad final. Su declaracin eraterminante. Cuando las Escrituras hablaban, el hombre tena queobedecer. Cuando por ejemplo, el tentador quera que el Hijo de Diosordenara a las piedras hacerse pan, fue acallado con la declaracin,Escrito est. Esta apelacin al Antiguo Testamento termin el asunto.Lo que estaba escrito era para Cristo la voz decisiva.

    Sin embargo, no solamente se le atribua tal autoridad a las Escriturascomo una unidad y a ciertos versculos o declaraciones en particular, sinotambin comprenda palabras sueltas y an letras. Esto queda demostradopor una declaracin tal como la siguiente: Empero ms fcil cosa espasar el cielo y la tierra, que frustarse un tilde de la ley. (Lucas 16:17).En algunos casos Cristo bas su argumento nicamente en una palabra,como por ejemplo cuando argument contra los judos, distingui lapalabra dioses en el Salmo 82:6. Si leemos cuidadosamente los

    evangelios, encontraremos que Cristo crea que las Escrituras delAntiguo Testamento posean absoluta autoridad en todas sus partes.

    Hay acaso algn mtodo del cual podamos depender para determinarprecisamente qu libros consideraba Cristo que perteneca a la categora

    de Escrituras? No ser posible que algunos libros a los cuales El dio suaprobacin se hayan perdido irremisiblemente, mientras que otros que Elno hubiera aprobado sean considerados ahora como parte del AntiguoTestamento? Podemos decir con toda seguridad que Cristo reconocicomo cannicos los mismos libros que componen hoy en da el AntiguoTestamento. Naturalmente que El no dej una lista de estos libros, ni serefiri a cada uno de ellos expresamente; por tanto, es necesario buscarpor otro lado la evidencia para respaldar nuestra declaracin.

    De las referencias que hizo nuestro Seor al Antiguo Testamento, esposible determinar qu tanto del canon reconoci. Se refiri al Antiguo

    Testamento innumerables veces, y la naturaleza de sus palabras amenudo aprueba no slo el libro al cul El se estaba refiriendo sino atoda la coleccin. La fuerza de esto nos impresiona cada vez ms y mscuando notamos cmo Cristo tomaba de este y de aquel libro,declaraciones que respaldaran y daran nfasis a sus argumentos. Pareceser que su vida terrenal estaba empapada con las enseanzas del AntiguoTestamento.

    Sin embargo, hay un pasaje en particular, en el cual El nos da unindicio acerca del alcance del Antiguo Testamento en su da. Despus de

    su resurreccin dijo a sus acompaantes: Estas son las palabras que oshabl, estando an con vosotros: que era necesario que se cumpliesentodas las cosas que estn escritas de m en la ley de Moiss, y en losprofetas, y en los salmos (Lucas 24:44). Aqu reconoce claramente queel Antiguo Testamento est dividido en tres partes, y que las cosas que seescribieron en cada uno de estas partes, deben cumplirse. La expresinley de Moiss se refiere por supuesto, a los cinco primeros libros de laBiblia; los profetas incluyen los libros histricos y los escritos de los

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    grandes profetas. Por lo que toca a la identidad de estas dos divisiones,parece no haber duda.

    Qu quiso decir Cristo, sin embargo, con los salmos? Tuvo laintencin de referirse a todos los libros de la tercera parte del canon, o

    estaba pensando nicamente en el libro de los Salmos? Creemos que laltima alternativa es probablemente correcta. Aparentemente, Cristodistingui el libro de los Salmos no tanto porque era ms conocido ytena ms influencia de entre los otros libros de la tercera parte, sinoporque en el libro de los Salmos se encontraban ms profecas acerca deEl. Este era el libro Cristolgico par excellence de la tercera parte delcanon del Antiguo Testamento.

    La mayora de los libros de esta tercera parte, no contienen profecasmesinicas directas. 10 Por lo tanto, si Cristo hubiera usado unadesignacin tcnica para indicar esta tercera parte, hasta cierto punto,

    hubiera debilitado su argumento. Pero al referirse a los Salmos, dirige deinmediato la mente de sus oyentes a aquel libro en particular en el cualocurren un mayor nmero de alusiones a El.

    Esto no quiere decir necesariamente que Cristo no se refiri a lasprofecas mesinicas que aparecen por ejemplo, en el libro de Daniel. Nitampoco quiere decir que la tercera parte del canon no estaba completaan. Parece ser ms bien que por la forma en que habl, Cristo dio suabsoluta aprobacin a los libros del Antiguo Testamento que usaban losJudos en aquel entonces, y que este Antiguo Testamento consista de

    tres partes definitivas, la Ley, los Profetas y una tercera divisin queprobablemente no haba an recibido ningn nombre tcnico. 11

    La canonizacin de las Escrituras

    Al dar Cristo su completa aprobacin a las Escrituras judas de su da,quera decir que las consideraba divinamente inspiradas. Sin embargo,cundo fue que el pueblo judo que vivi antes que Ellas consider as?Se pueden dar innumerables respuestas a esta pregunta y es precisamentea este asunto al que ahora dirigiremos nuestra atencin.

    Al usar el trmino escritos cannicos, se quiere decir aquellosescritos que constituyen la regla inspirada de fe y vida. Los libroscannicos, en otras palabras, son aquellos a los cuales se les consideradivinamente inspirados. El criterio de la canonicidad de un libroentonces, est medido por su inspiracin. Si un libro ha sido inspiradopor Dios, es cannico, ya sea que los hombres lo acepten corno talo no.Es Dios y no el hombre, quien determina si un libro pertenece o no alcanon. Por tanto, si cierto escrito ha sido verdaderamente el producto dela inspiracin divina, pertenece al canon desde el momento de sucomposicin.

    Que esto es lo correcto se deja ver por la misma naturaleza del caso.Si el hombre solamente por s mismo fuera capaz con su inteligencia deidentificar adecuadamente la Palabra de Dios, entonces, sera igual enconocimiento a Dios. Si Dios es verdaderamente Dios, el Creador de

    todas las cosas y por completo independiente de todo lo que ha creado, eslgico pensar que slo El puede identificar lo que ha hablado. Slo Elpuede decir, Esta es mi Palabra, y aquello no ha salido de mi boca.

    De aqu se podr ver que la palabra canon quiere decir mucho msque slo una lista de libros. Si se adopta este punto de vista tan limitadodel significado de la palabra, de ninguna manera hacemos justicia a losdistintos factores aqu comprendidos. La razn por la cual muchasdiscusiones sobre el asunto del canon son insatisfactorias es quecomienzan con la suposicin de que el canon es solamente una lista delibros que el pueblo judo lleg a considerar divinos, y en esta forma

    descuidan el aspecto teolgico del asunto casi por completo. Sinembargo, para el cristiano, la palabra canon posee un significadomucho ms alto; para l, constituye la regla inspirada de fe y prctica.Los escritos de la Biblia declaran ser la Palabra de Dios, y su contenidoest en completa armona con esta declaracin. El cristiano reconoce alas Escrituras como inspiradas, porque as son, y llevan sobre s mismaslas evidencias de su divinidad. Por lo tanto, para cualquier discusin de

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    cmo llega el hombre a considerar la Biblia como la Palabra de Dios, elhecho de que en realidad es divina resulta bsico.

    Por supuesto que el hombre de por s, no puede considerar en estaforma a las Escrituras, porque su mente est afectada por el pecado. Slo

    Dios puede identificar para beneficio del hombre aquella Palabra que hasalido de su boca. De all que los hombres reconozcan la Palabra de Dios,porque El les ha dicho cual es su Palabra. Les ha hablado de su verdad.Se las ha identificado. De gran importancia por tanto, para unacomprensin correcta de todo el problema, es la doctrina del testimoniointerior del Espritu Santo.

    Esta es una doctrina de la que se ha abusado mucho y en verdad quees muy misteriosa. No queremos decir que este testimonio interior sepueda usar como un criterio para determinar la canonicidad de ciertoversculo o captulo o a un libro. Pero s queremos decir sin embargo, que

    el creyente posee una conviccin de que las Escrituras son la Palabra deDios, y esta es una conviccin que es implantada en la mente por laTercera Persona de la Trinidad. El pueblo de Dios ha posedo estaconviccin desde que se escribi la primera porcin de las Escrituras. Nohay duda de que el verdadero Israel reconoci inmediatamente larevelacin de Dios.

    Hay tambin evidencias secundarias sin embargo, que corroboran eltestimonio interno del Espritu y que han llevado a los creyentes aaceptar las Escrituras. Por una parte, el hecho de que muchos hombres

    devotos han declarado a la vez su creencia en la Biblia, es en s unaevidencia convincente. Por otro lado, el carcter del contenido, el temacelestial contenido en estos escritos es una valiosa evidencia. Asimismo,la mayora del estilo y particularmente el asentimiento de todas suspartes impresionan al creyente. Adems de las muchas otrasincomparables excelencias, y la perfeccin completa de la Biblia, quedaan el testimonio de la Biblia acerca de s misma.

    Quiz podremos comprender mejor estos puntos, si examinamos lahistoria de la coleccin de las Escrituras del Antiguo Testamento. No se

    ha conservado una historia completa de este proceso, pero hay ciertasdeclaraciones importantes en la misma Biblia y es conveniente tomar enconsideracin estas declaraciones en cualquier discusin del asunto.

    I. La Ley de Moiss

    En primer lugar, por tanto, volvemos a los primeros cinco libros delAntiguo Testamento, a los cuales se les conoce comunmente como elPentateuco o la Ley de Moiss. Tanto judos como cristianos hanconsiderado tradicionalmente a Moiss como el autor de estos libros.Creemos que esta tradicin es correcta hasta este punto y que se puedesostener la paternidad literaria mosaica del Pentateuco. Naturalmente quepuede haber ciertas adiciones de menor importancia, tales como lamuerte de Moiss, etc., las cuales fueron agregadas al Pentateuco bajoinspiracin divina por un autor posterior; pero esto de ninguna maneracontradice la tradicin comn de que Moiss fue el autor de estos libros.

    Cuando estos escritos se completaron los devotos de Israel los aceptaroncomo libros con autoridad divina. Se hizo una provisin especial para sucustodia y proteccin. y como acab Moiss de escribir las palabras desta ley en un libro hasta concluirse, mand Moiss a los Levitas quellevaban el arca del pacto de Jehov, diciendo: Tomad este libro de laley, y ponedlo al lado del arca del pacto de Jehov vuestro Dios, y estall por testigo contra ti. (Deut. 31:24-26). A los sacerdotes se lesorden leer la Ley al pueblo: leers esta ley delante de todo Israel aodos de ellos (Deut. 31:11). Cuando Israel tuviera un rey, ese rey debaposeer una copia de la Ley (Deut. 17:18, 19). A Josu se le orden guiar

    al pueblo de acuerdo con la Ley. El libro de aquesta ley nunca seapartar de tu boca: antes de da y de noche meditars en l, para queguardes y hagas conforme a todo lo que en l est escrito: porqueentonces hars prosperar tu camino, y todo te saldr bien (Josu 1:8).

    A travs de la historia de Israel, se consider la Ley con autoridaddivina. David encarg a Salomn que la obedeciera. A Jeroboam se leacus de desobedecer los mandatos de Dios. A algunos de los reyes deJud se les alab por su apego a la Ley, mientras que a otros se les

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    conden por su falta de apego. Los escritores sagrados consideraron queel mismo exilio fue provocado por las infracciones a los estatutos y alpacto que Dios haba hecho con los antepasados de Israel. Y al regresodel exilio, los Israelitas se gobernaron de acuerdo con la Ley de Moiss.

    Se podr ver entonces, que de acuerdo con el testimonio de los nicosescritos contemporneos del antiguo Israel, la Ley de Moiss fueconsiderada desde un principio como inspirada divinamente y conautoridad absoluta. Era un escrito definitivo. Los que ordenaba debaobedecerse, y lo que prohiba, no se deba hacer. Tal es el cuadro que nospresenta el mismo Antiguo Testamento, si lo aceptamos tal como est.

    II. Los libros profticos

    No slo la Ley de Moiss era considerada como la Palabra de Dios,sino tambin se estimaba en igual forma las palabras y escritos de los

    profetas. En el Deuteronomio, haba sido dicho por Dios acerca de losprofetas, que pondra mis palabras en su boca (esto es, la del profeta), yl les hablar todo lo que yo le mandare (Deut. 18:18). Los profetasmismos estaban convencidos de que hablaban en nombre de Jehov yque declaraban su Palabra a los hombres. Con cunta frecuenciaexclaman, y vino a m la palabra de Jehov, diciendo...., As diceJehov...., Od la voz del Seor! El mensaje que proclamaban eraentonces, de acuerdo con su propio testimonio, no un mensaje de suinvencin sino la misma Palabra de Dios.

    Los profetas exigieron la misma obediencia a sus palabras que la que

    se deba rendir a la Ley de Dios. No vacilaron en decir a Israelclaramente que sus calamidades e infortunios le haban sobrevenido, noslo por su desobediencia a la Ley, sino tambin porque habatransgredido sus palabras. Y afirman francamente que a menos queescuchen su mensaje, les sobrevendr gran sufrimiento y desgracia. Laevidencia para respaldar estas declaraciones no es difcil de hallar. Msbien, si uno lee los escritos profticos para ver cul es el testimonio delos profetas a su autoridad, se encontrar con cunta frecuencia yconsistencia ellos afirman estar declarando la Palabra de Jehov, absoluta

    y final. (Comp., por ejemplo, Isa. 8:5; 31:4; Jer. 3:6; 13:1; Eze. 21:1;Ams 3:1; 7:1; etc.).

    Por lo tanto, si hemos de aceptar el testimonio de la propia Biblia,veremos que las palabras de los profetas fueron consideradas por Israel

    como inspiradas, decisivas y llenas de autoridad. Por consiguiente, sepuede comprender con facilidad que estas palabras en su forma escritaseran preservadas en la Iglesia y consideradas como la Palabra de Dios.

    Es verdad que el Antiguo Testamento no narra cmo fue que loslibros que comnmente se conocen como los Antiguos Profetas (esto es,Josu, Jueces, 1-2 Samuel, 1-2 Reyes) fueron incluidos con los otroslibros cannicos. Sin embargo, parece ser que la respuesta a estapregunta, la tenemos a la mano. Los autores de estos libros, quieneshayan sido, eran hombres que tenan el oficio de profetas. En el Israel deaquel tiempo, era un oficio especial y nico. El profeta era un israelita

    que actuaba como mediador entre Dios y el hombre. As como elsacerdote representaba al pueblo ante Dios, as el profeta representaba aDios ante el pueblo. En un sentido muy especial por lo tanto, era el quereciba la revelacin. Dios implantaba sus palabras de tal manera en laboca del profeta, que el mensaje que ste entregaba, resultaba ser lamisma Palabra de Dios.

    No todos los profetas escribieron sus mensajes. Como hemos visto,Israel junt y conserv las palabras de aquellos profetas que escribieronsus mensajes. Sin duda que hubo muchos mensajes predicados que nunca

    se escribieron. Sin embargo, cuando hombres de la categora de losprofetas escribieron una historia interpretativa de Israel, podemosentender fcilmente por qu la Iglesia Israelita acept tal historia como laPalabra de Dios; porque en su interpretacin de la historia, estos autoresa menudo aseguraban hablar en nombre de Dios. Estos escritos por lotanto, por lo que toca a su carcter, son histricos, y declaran mostrar lamano de Dios en la historia de Israel.

    Y an ms, a pesar de las afirmaciones de algunos crticos, estosescritos estn en armona con las profecas escritas. No slo son un

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    complemento perfecto a esas profecas escritas, sino que son elcumplimiento necesario de la historia contenida en la Ley de Moiss.Basndonos en la Ley de Moiss, debemos esperar tal historia de losdesarrollos subsecuentes en Israel. Sin esta historia interpretativa, muchode lo que escriben los profetas sera incomprensi- ble. Hasta dondepodemos saber, a ninguno de estos libros se le ha discutido sucanonicidad. Los libros de los Antiguos Profetas entonces, eranaceptados como parte de la Palabra de Dios, y por tanto como cannicos,ya que fueron escritos por hombres que posean el alto oficio de profetas,y como profetas inspirados, interpretaban la historia de Israel.

    III. Escritos

    Cmo fue que la tercera parte del Antiguo Testamento, los llamadosHagigrafos, o Escritos, llegaron a ser coleccionados y a considerrselescannicos? En las Escrituras no existe una respuesta directa a esta

    pregunta. La Biblia no nos dice quin junt estos libros ni cundo fueronjuntados. Los libros que pertenecen a sta tercera divisin del canon,fueron escritos por hombres inspirados por Dios quienes sin embargo noocupaban el oficio de profetas. Algunos de los autores, tales como Davidy Daniel, poseyeron el don proftico aunque no tenan la ocupacinoficial de profetas. A esto se debe que libros como el de Daniel seencuentren, no entre los profetas, sino entre los Escritos. La ocupacinoficial de Daniel, como lo puede revelar un estudio cuidadoso delAntiguo Testamento no era la de profeta, sino la de estadista. Daniel, sinem- bargo, posey el donde de la profeca.

    A menudo se objeta a este argumento diciendo que si es verdad que eloficio de los autores de los Hagigrafos era el de hombres inspirados queno tenan la ocupacin proftica, entonces, se alega, Ams debera estarincluido entre los Hagigrafos y no entre los Profetas. Se afirma queAms, claramente declar que no era ni profeta, ni hijo de profeta (Ams7:14). Sin embargo, este argumento est basado en una interpretacinerrnea del pasaje en cuestin. En este pasaje, Ams est narrando sullamamiento proftico. El niega estar ganndose la vida como profeta ya

    que es boyero y cogedor de cabrahigos. Sin embargo, Dios le llam a serprofeta. Ve, y profetiza a mi pueblo Israel, con estas palabras fueenlistado en el oficio proftico. Esta objecin a nuestro argumento, quedaentonces sin valor.

    En el prlogo a Eclesistico (escrito por el ao 130 A. C.) semenciona a la ley misma, las profecas y el resto de los libros. He aquun testigo a la tercera divisin, esto es, el resto de los libros. Laexpresin no deja ver cuntos o cuales libros consideraba el autor quecorrespondan a esta categora. Sin embargo, si implica un grupodefinitivo de libros, y tambin pensamos que implica que estos libroshaban existido ya por algn tiempo. La forma como se designa a estetercer grupo, es entonces, tan definitiva y explcita como la que se da alas primeras dos partes del canon.

    El escritor del prlogo tambin habla de la ley y los profetas y los

    otros que seguan tras ellos y declara que su abuelo, el autor deEclesistico, se dedic casi por completo a la lectura de la ley, losprofetas y los otros libros de los padres. En la mente del escritor delprlogo existan entonces, tres divisiones definitivas de las Escrituras delAntiguo Testamento.

    No debemos alarmarnos porque el autor no utiliza el nombre tcnicoal referirse a la tercera parte. En realidad, tampoco es fiel al referirse a lasegunda parte. A veces la menciona como las profecas (haipropheteai) y a veces como los profetas (ton propheton). A estos libros

    se les di el nombre tcnico de Escritos hasta mucho tiempo despus.El carcter miscelneo de su contenido dificulta el uso de un nombredescriptivo adecuado, como el que se us para la Ley y los Profetas.Basndonos en lo que se declara en el prlogo a Eclesistico, parece queno hay garanta para creer que la tercera divisin del canon, estabatodava en proceso de elaboracin.

    Con toda probabilidad, estos libros los coleccion Esdras y quienesinmediatamente le siguieron. De este perodo muy poco se sabe, peroparece haber sido un perodo en el que se dedic mucha atencin a las

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    escrituras, y muy bien pudo haber sido entonces que se coleccionaranestos libros. Tampoco quiere decir esto que algunas adiciones inspiradasno se hayan hecho a ciertos libros ms tarde; esto, muy bien pudo habersucedido.

    En conclusin, podamos decir que los libros del Antiguo Testamento,habiendo sido inspirados de Dios inmediatamente, fueron reconocidoscomo tales por su pueblo desde el momento en que aparecieron. Quehaya habido ciertas preguntas o diferencias de opinin acerca de ciertoslibros, esto no le quita nada a este hecho.

    Es bien sabido que hubo ciertas disputas en las ltimas escuelas judasacerca de la canonicidad de ciertos libros, especialmente los de Esther yEclesiasts. Sin embargo, es dudoso que estas disputas hayan sido algoms que acadmicas. Es dudoso que representen la opinin del pueblo engeneral.

    No se nos dice cmo se coleccionaron los libros. Aparentemente nohubo ningn concilio religioso de Israel que formulara una lista de librosdivinos. Ms bien, en la extraordinaria providencia de Dios, su puebloreconoci su Palabra y la honr desde el momento que apareci. De estamanera se form la coleccin de escritos inspirados, los cuales seconocen como los libros cannicos del Antiguo Testamento.

    NOTAS DEL CAPITULO UNO 1.

    1. Los trminos correspondientes en alemn son Einleitung yEinfhrung.

    2. Este trmino est tomado de A. Kuyper: Encyclopaedia of SacredTheology: Its Principles. 1898, pp. 627-638. Bajo el departamento de

    Bibliologa tambin debo incluir (1) Los idiomas de la Biblia y susfamiliares lingsticos, (2) Exgesis bblica, (3) Historia bblica (4)Teologa bblica (5) Hermenutica bblica, (6) Antigedades bblicas,esto es, el estudio de civilizaciones antiguas y de investigacinarqueolgica con relacin a la Biblia. Kuyper divide el currculoteolgico en los siguientes departamentos, los cuales proceden de s

    mismos de la disposicin orgnica de la teologa (p. 628), (1)Bibliolgico, (2) Eclesiolgico (3) Dogmatolgico, (4) Diaconolgico.

    3. Para un estudio del desarrollo del pensamiento del Wolfianismohacia la Neologa y de la Neologa hacia el Racionalismo, el estudiante

    debe consultar el libro de Karl Aner: Die Theologie der Lessingzeit,Halle, 1929.

    4. Ausgang des Menschen aus seiner selbstverschuldetenUnmndigkeit, en el Berliner Monatschrift, 1784. Alusar la palabraUnmndigkeit Kant quiere decir: das Unvermogen, sich seinesVerstande ohne Leitung eines Anderen zu bedienen.

    5. Una extenso repaso de esta lntroduccion por el presente autor seencontrar en el Wthj. Vol. V, pp. 107-115.

    6. Compare la discusin entre el profesor Bentzen y el presente autor

    en The Evangelical Quarterly, 1951, pp. 81-89.

    7. WCI V

    8. Sobre una exposicin de la doctrina del testimonio interno delEspritu Santo ver IW, pp. 40-52.

    9. Lo que sigue, de aqu hasta el final del captulo, est copiado de unartculo por el autor, The Authority of the Old Testament, en IW, pp.55-70.

    10. Se supone que los siguientes libros pertenecen a los Escritos o

    Hagigrafa: los tres libros poticos, Salmos, Proverbios, Job; Megilot.Cantar de los Cantares, Ruth, Lamentaciones, Eclesiasts, Esther; y

    Daniel, Esdras, Nehemas, 1-2 Cnicas. Aparentemente sin embargo, nosiempre se han clasificado as. Ver R. D. Wilson, The Rule of Faith and

    Life, en The Princeton Theological Review, Vol. xxvi, No. 3, July 1928;Salomn Zeitlin, An Historical Study of the Canonization of the HebrewScripture (Philadelphia, 1933).

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    11. Existe completa seguridad para creer que .el canon de Cristo, y elcanon de los judos de su da eran idnticos. No hay ninguna evidenciade disputa alguna entre El y los judos sobre la canonicidad de algunode los libros del Antiguo Testamento. A lo que Cristo se opona, no era elcanon que los Fariseos aceptaban, sino la tradicin oral que invalidabaal canon. Por medio de las declaraciones de Josefo y del Talmud, es

    posible enterarse de la amplitud del canon judo en los das de Cristo.

    PRIMERA PARTE LA LEY DE MOISES

    CAPITULO DOS

    OBSERVACIONES GENERALES

    NOMBRE

    La primera divisin del canon sagrado del Antiguo Testamento, esconocida generalmente con el nombre de Tora (esto es, la Ley). Elnombre tora proviene de la raz yara, aventar o disparar, y significadireccin, ley, instruccin. Cuando se utiliza para designar a losprimeros cinco libros de la Biblia, se le usa en un sentido ms restringidotratando de hacer nfasis en el elemento legal que forma una gran partede estos libros. Este uso no excluye, las secciones narrativas e histricas,sino ms bien las incluye, ya que forman un marco adecuado para lalegislacin.

    Al Pentateuco se le llama en el Antiguo Testamento:

    (1) la Ley: Jos. 8:34; Esdras 10:3; Nehe. 8:2, 7, 14; 10:34,36; 12:44;13:3; 2 Crn. 14;4; 31:21; 33:8.

    (2) el libro de la Ley: Jos. 1:8; 8:34; 2 Reyes 22:8; Nehe. 8:3.(3) el libro de la ley de Moiss: Jos. 8:31; 23:6; 2 Reyes 14:6;

    Nehe.8:1.(4) el libro de Moiss: Esdras 6:18; Nehe. 13:1; 2 Crn. 25:4; 35:12.(5) la ley de Jehov: Esdras 7:10; 1 Crn. 16:40; 2 Crn. 31:3; 35:26.(6) la ley de Dios: Nehe. 10:28,29.(7) el libro de la ley de Dios: Jos. 24:26; Nehe. 8:18.

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    (8) el libro de la ley de Jehov: 2 Crn. 17:9; 34:14.(9) el libro de la ley de Jehov su Dios: Nehe. 9:3.(10) la ley de Moiss siervo de Dios: Dan. 9:11, comp. con 13; comp.

    con Mal. 4:4.

    Se puede observar cun adecuadamente describen estas frases alPentateuco. Hacen nfasis en su legislacin, la Ley; indican que est enforma permanente, elLibro. Dirigen la atencin hacia su autor humano,

    Moiss; y apuntan hacia el Autor Divino, Jehov, quien es Dios.

    Al Pentateuco se le llama en el Nuevo Testamento:(1) el libro de la Ley: Gal. 3:10.(2) el libro de Moiss: Marcos 12:26.(3) la Ley: Mat. 12:5; Lucas 16:16; Juan 7:19.(4) la ley de Moiss: Lucas 2:22; Juan 7:23.(5) la ley de Jehov: Lucas 2:23, 24.

    La palabra Pentateuco, se deriva de dos palabras griegas, pente(cinco) y teuchos (tomo) 1 , propiamente un adjetivo que modifica abiblos (libro), es, por tanto, un libro de cinco tomos. El que se hayausado por primera vez, probablemente se lo debemos a Orgenes, en Juan4:25 del Pentateuco de Moiss comp. PG XIV, Col. 444). Tertuliano lous en Latn como nombre propio, Pentateucos (Adversus Marcionem1:10 en PL, 11, col. 282).

    Tanto Filo como Josefo testifican sobre la divisin en cinco partes dela Ley. Algunos eruditos, como por ejemplo Haevernick, creen que los

    traductores de la Septuaginta hicieron la divisin. Y Pfeiffer piensa quecorresponde an a la primera edicin en hebreo de la obra. Muyprobablemente sin embargo, la divisin es natural. Gnesis, Levtico yDeuteronomio, componen una unidad, de aqu podemos asumir que ladivisin en cinco partes, es obra original del autor de la Ley, esto es,Moiss. Los judos (por ejem., Jerusalem Talmud, Sanhedrin 10;1 [28a],Koheleth rabba en Eccl. 12:11) se refirieron al Pentateuco como las

    cinco quintas partes de la Ley, y a cada libro se le llam una quintaparte.

    Paternidad literaria

    El autor humano del Pentateuco fue Moiss, el gran legislador de

    Israel. Es cierto que no existe ninguna introduccin, anotacin odeclaracin sobre que la obra en toda su extensin sea producto deMoiss (Cornill). Sin embargo, hay un testimonio convincente, de unanaturaleza tanto interna como externa, para respaldar la opinin de queMoiss escribi el Pentateuco.

    l. El testimonio del Pentateuco

    Las citas que mencionamos a continuacin, son de un valor especialporque muestran que porciones importantes de la Ley fueron escritas porMoiss.

    (a) Ex. 17:14, Y Jehov dijo a Moiss: Escribe esto para memoria enun libro, y di a Josu que del todo tengo de raer la memoria de Amalecde debajo del cielo. Este versculo muestra que a Moiss se leconsideraba una persona digna de escribir. Lo que el deba escribir,probablemente incluye la profeca y su ocasin histrica, el ataque deAmalec.

    (b) Ex. 24:4-8. Y Moiss escribi todas las palabras de Jehov(v.4a). Esto se refiere cuando menos al libro del Pacto (Ex. 21:223:33),y puede an incluir Ex. 19 y 20.

    (c) Ex. 34:27. Y Jehov dijo a Moiss: Escribe t estas palabras;porque conforme a estas palabras he hecho la alianza contigo y conIsrael. Esta es la segunda vez que el Seor le orden a Moiss queescribiera. Se refiere a Ex. 34:10-26, el segundo declogo.

    (d) Num. 33:1, 2. Y Moiss escribi sus salidas conforme a susjornadas por mandato lit., boca de Jehov (v. 2a). Aqu se expresaclaramente que Moiss escribi la lista de estancias desde Egipto hastaMoab cubriendo la jornada completa de los hijos de Israel. Este itinerario

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    es en realidad un argumento poderoso en favor de la paternidad literariade Moiss y abarca toda la narracin del Pentateuco (ver. ps. 98 ysiguientes). Si Moiss escribi este itinerario, sin duda que escribi lanarracin sobre la peregrinacin en el de- sierto.

    (e) Deut. 31:9. Y escribi Moiss esta ley, y dila a los sacerdotes,hijos de Lev, que llevaban el arca del pacto de Jehov, y a todos losancianos de Israel. Y como acab Moiss de escribir las palabras deesta ley en un libro hasta concluirse... (v. 24).

    Probablemente estas palabras se refieren a los libros anteriores delPentateuco, ya que Deuteronomio admite que el pueblo estaba sujeto auna legislacin mosaica previa (compare Deut. 4:5, 14; 29:1;etc.). Peroan si la referencia se limita a porciones de Deuteronomio, testifica alhecho que Moiss escribi extensamente.

    (f) Deut. 31:22. Y Moiss escribi este cntico aquel da, y enseloa los hijos de Israel. Esto se refiere a Deuteronomio 32. Para sintetizar,podramos decir que hay tres secciones legislativas cuya paternidadliteraria son adjudicadas a Moiss, y tres secciones que tratan asuntoshistricos.

    Adems de los seis pasajes mencionados anteriormente, debemosobservar los siguientes hechos. No se menciona la paternidad literaria deGnesis, pero como habremos de mostrar ms tarde, Gnesis forma unaparte orgnica del Pentateuco (vase ps. 51, 68). En los cuatro librosrestantes, Moiss aparece como el personaje principal, el mediador de la

    Ley. Es a Moiss a quien Dios entrega los Diez Mandamientos y quienconstituye la figura central en esa majestuosamente abrumadoratransaccin en el Sina. Es a Moiss, a quien el Seor revela, por mediode comunicacin personal, las instrucciones para la construccin delTabernculo (Ex. 25-31). En el relato de la construccin del Tabernculofrecuentemente encontramos la frase como Jehov lo mand a Moiss.En el libro de Levtico encontramos a menudo frases como Jehovhabl a Moiss diciendo, y tambin encontramos esto en Nmeros.

    El libro de Deuteronomio principia diciendo: Estas son las palabrasque habl Moiss a todo Israel, etc. (v. 1). En el versculo 5 leemos, Deesta parte del Jordn, en tierra de Moab, resolvi Moiss declarar estaley, diciendo. El Deuteronomio est compuesto en gran parte dedetallados mensajes predicados por Moiss y cuyo principal propsito es,repasar las leyes anteriormente dadas y aplicarlas a las nuevascondiciones bajo las cuales tendra que vivir Israel en poco tiempo, yexhortar al pueblo, a la lealtad y obediencia (FB,p.6).

    II. El testimonio del texto del Antiguo Testamento

    De especial importancia es el libro de Josu, el cual est lleno conreferencias a Moiss. A Josu no se le debe considerar como el sucesorde Moiss, ya que debido a su alta investidura, Moiss no tuvo ms queun solo sucesor: Cristo. Sin embargo, Josu obtuvo su autoridad deMoiss. La Ley de Moiss deba ser su norma y gua. A eso se debe que

    frecuentemente encontremos a Josu haciendo de la manera que Jehovla haba mandado a Moiss (por ejem. 11:15,20; 14:2; 21:2; etc.). Perohay varias referencias explicitas al hecho de que la Ley escrita, era laobra de Moiss; observemos este libro de la ley (1:7,8); escrito en ellibro de la ley de Moiss (8:31; compare tambin vs. 32,34;23;6); lapalabra de Jehov por mano de Moiss (22:9; compare tambin v. 5).

    En jueces 3:4 leemos: para saber si obedeceran a los mandamientosde Jehov, que l haba prescrito a sus padres por mano de Moiss.Encontramos referencias a Moiss en Reyes, Esdras, Nehemas, y

    Crnicas. Encontramos expresiones como la ley de Moiss (1 Reyes2:3); el libro de la ley de Moiss (2 Reyes 14:6); ....la ley que misiervo Moiss les mando (2 Reyes 21:8); el libro de Moiss (Esdras6:18; Neh. 13:1). (Compare tambin 1 Reyes 8:9, 53-56; 2 Reyes 23:25;22:8 con 2 Crn. 34:14; 2 Crn. 23:18; 25:4; 35:12; Esdras 3:2; Neh. 8:1-8).

    Las referencias a Moiss en los Profetas, son ms bien pocofrecuentes. En su mayora los Profetas hablan slo de la ley, como porejemplo en Isaas 1: 10. El significado preciso de la palabra ley cada

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    vez que sta ocurre sera bastante difcil de determinar, sin embargo, lanica ley con autoridad reconocida en el Antiguo Testamento, es la Leyde Moiss y es a sta ley a la que los profetas se refieren. Debemosobservar que Daniel habla claramente de el juramento que est escritoen la ley de Moiss, siervo de Dios (9:11-13), y Malaquas advierte,

    Acordaos de la ley de Moiss mi siervo, al cual encargu en Horebordenanzas y leyes para todo Israel (4:4).

    La presuposicin del testimonio del Antiguo Testamento es que existeun libro escrito que es conocido como la Ley, y que el contenido de laLey fue dado a Moiss por Jehov. Sobre el asunto de la paternidadliteraria de la Ley, el Pentateuco y el resto del Antiguo Testamentoreconocen solamente a un autor humano, y ese autor es Moiss.

    III. El testimonio del Nuevo Testamento

    El Nuevo Testamento rinde claro testimonio sobre la paternidadliteraria de Moiss de el Pentateuco. Sobre este asunto parece quenuestro Seor y los judos no tuvieron ninguna discusin. El ms bienobjet a la mala interpretacin de la Ley. Cristo cita pasajes de la Leycomo pertenecientes a Moiss, por ejemplo, Por la dureza de vuestrocorazn Moiss os permiti repudiar a vuestras mujeres (Mat. 19:8;Marcos 10:5). Compare tambin Mat. 8:4; Marcos 1:44, 7:10; 12:26;Lucas 5:14; 20:37; 16:31. Observe particularmente Lucas 24:27, 44; Juan5:47; 7:19).

    El resto del Nuevo Testamento est en armona con el testimonio de

    nuestro Seor. (Compare Hechos 3:22; 13:39; 15:5--21; 26:22; 28:23;Romanos 10:5, 19; 1 Cor. 9:9; 2 Cor. 3:15; Rev. 15:3).

    Como lo hace el Antiguo, el Nuevo Testamento rinde testimonioacerca de un escrito conocido como la Ley, y considera a Moiss comosu autor. De hecho, en el Nuevo Testamento, las palabras Moiss yley son sinnimas. 2

    Qu queremos decir por paternidad literaria mosaica?

    Cuando afirmamos que Moiss escribi o que fue el autor delPentateuco, no queremos decir que necesariamente escribi cada palabra.El insistir en esto estara fuera de lo razonable. Hammurabi fue el autorde su famoso cdigo, pero seguramente que l mismo no lo imprimi enel acero. Nuestro Seor fue el autor del Sermn del Monte, pero no lo

    escribi El mismo. Milton fue el autor deEl Paraso Perdido, pero no loescribi todo a mano.

    El testimonio de las Sagradas Escrituras nos lleva a creer que Moissfue el autor fundamental o real del Pentateuco. Al componerlo, comoAstruc ha sugerido, pudo haber usado partes de documentos escritospreviamente. Tambin, bajo inspiracin divina, pudo haber algunasrevisiones o adiciones secundarias. Esencialmente sin embargo, es elproducto de Moiss. La posicin que los Conservadores defienden hasido bien expresada por, Wilson: Que el Pentateuco, en su forma actual

    es histrico y desde el tiempo de Moiss; y que l fue su verdadero autor,aunque haya sido revisado y editado por redactores posteriores, siendolas adiciones tan inspiradas y autnticas como el resto (A Scientific

    Investigation of the Old Testament, 1929, p. 11).

    NOTAS DEL CAPITULO DOS

    1. La palabra teuchos propiamente quiere decir un instrumento. Sele lleg a usar para referirse a un recipiente para guardar rollos de

    papirex y tambin para referirse al rollo mismo, de all su significado,

    volumen o tomo.

    2. La evidencia interna de la paternidad literaria de Moiss sediscutir en conexin con los libros sueltos.

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    CAPITULO TRES

    GNESIS

    Nombre

    Los judos designaban al libro de acuerdo con su primera palabra,B'reshith (En el principio). En tiempos Talmdicos tambin se lellamaba Libro de la Creacin del Mundo. El ttulo Gnesis provienede la forma como la Septuaginta traduce el 2:4a, Este es el libro de losgeneseos de los cielos y de la tierra, y de los siguientes encabezados,5:1; 6:9; 10:1; 11:10; 11:27: 25:12; 25:19; 36:1; 36:9; 37:2. La palabrasignifica origen, fuente, generacin, y ha sido adoptada por lamayora de las traducciones como ttulo del libro.

    PropsitoEl propsito del primer libro del Pentateuco es dar un breve estudio

    de la historia de la revelacin divina desde el principio hasta cuando losIsraelitas entran en Egipto listos para fo