Taller de poesía

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CARMEN GIL Juan Ramón Jiménez para niños (poema y adivinanzas) Nació una noche muy fría en Moguer, pueblo de cal, lleno de luz y alegría, con el aire oliendo a sal. Jugaba con poca gana. Aislado y meditabundo, por las puertas y ventanas se asomaba a ver el mundo. "Mi príncipe", lo llamaba su madre con voz melosa y a Juanito le volaba por dentro una mariposa. Enfermizo y delicado, Juan Ramón con su maleta se marchó a ser abogado, y se convirtió en poeta.

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CARMEN GIL

Juan Ramón Jiménez para niños

(poema y adivinanzas)

Nació una noche muy fría

en Moguer, pueblo de cal,

lleno de luz y alegría,

con el aire oliendo a sal.

Jugaba con poca gana.

Aislado y meditabundo,

por las puertas y ventanas

se asomaba a ver el mundo.

"Mi príncipe", lo llamaba

su madre con voz melosa

y a Juanito le volaba

por dentro una mariposa.

Enfermizo y delicado,

Juan Ramón con su maleta

se marchó a ser abogado,

y se convirtió en poeta.

El poeta Juan Ramón,

el mago de las palabras

que te llega al corazón

con solo un abracadabra.

Era ya escritor notorio,

pero de frágil salud:

de médico en sanatorio

se pasó la juventud.

Se paseaba a menudo

a lomos de su Platero,

que era un burro muy peludo,

por un estrecho sendero.

Se enamoró de Zenobia,

la persiguió noche y día,

logró que fuese su novia,

su equilibrio y su alegría.

Dieron refugio y hogar

a huérfanos de la guerra

y tuvieron que emigrar

a otro lado de la Tierra.

Recibió un premio excelente,

el de grandes escritores,

por regalar a la gente

sus palabras de colores.

El escritor andaluz,

hasta el fin de su andadura,

repartió versos de luz,

y puñados de hermosura.

(De buena tinta, Lecturas 4º de Santillana)

Adivinanzas Platero y yo

Este animal bullanguero,

cubierto de plumas, canta.

Despierta siempre a Platero

en cuanto el sol se levanta.

Al ver a dama tan bella

brillando en mitad del cielo

con su vestido de estrellas,

el burro se queda lelo.

Fiesta que al burro Platero

no gusta nada de nada,

pues va le gente en febrero

con máscara y disfrazada.

¿Hay alguien que aquí recuerde

cómo se llama esa fruta,

racimo de bolas verdes,

con la que el burro disfruta?

Cuando la ve entre las flores

rebuzna el burro dichoso,

pues le encantan sus colores

y su vuelo tan gracioso.

Platero se va a acostar

y oye muy cerca de allí

en verano su cantar,

su sonoro cricricrí.

Es un animal con cuernos

que a Platero da la lata.

Como es un burro muy tierno,

se le mete entre las patas.

Su sábana blanca asusta

al pobrcillo pollino.

A Platero no le gusta

oírlo aullar por el camino.

Con rayos, con lluvia y frío,

con más truenos de la cuenta

y el borriquilo hecho un lío,

llega a Moguer la_________

Las ve en el prado el borrico:

rosas, blancas, amarillas...

Tienen, si acerca su hocico,

pétalos que hacen cosquillas.

Miguel Hernández para niños

¡Se viste el mundo de fiesta!

Llega a Orihuela el retoño,

un claro día de otoño,

a una familia modesta.

Siempre está en pie muy temprano.

Cuida en la Sierra Oriolana

las cabras cada mañana:

tiene que echar una mano.

Por la tarde las ordeña.

Va a repartir a diario

leche fresca al vecindario,

y por el camino sueña.

Oye cantar al jilguero.

Observa una lagartija

que sale de una rendija.

Le encanta oler a romero.

Un día Miguel, por fin,

va al colegio, muy contento.

Destaca por su talento.

Allí aprende hasta latín.

Disfruta mucho en la escuela.

Al niño atento y flacucho

los libros le gustan mucho.

En la escuela, el tiempo vuela.

Su padre está preocupado.

Miguel tiene que ayudar.

Debe dejar de estudiar

y ocuparse del ganado.

Cuida muy bien de las cabras.

Al tiempo que pastorea,

no hay un libro que no lea:

¡le fascinan las palabras!

Miguel, el joven pastor,

con tres amigos o cuatro

forma un grupo de teatro

y hace a menudo de actor.

Entre brezos y alhucemas,

con tan sólo quince años,

mientras vigila el rebaño,

empieza a escribir poemas.

Su amigo Ramón Sijé

le transmite su cultura

y el amor por la lectura.

¡Tiene en Miguel tanta fe...!

Buscando reputación,

viaja a Madrid el poeta,

con versos en la maleta

y prisa en el corazón.

Muere su amigo y hermano.

Estalla una guerra cruel

en la que lucha Miguel

del bando republicano.

Tras sufrir enormemente,

se casa en cuanto regresa

con Josefina Manresa,

pero ha de volver al frente.

Los tiempos le son adversos.

No encuentra forma mejor

de soportar su dolor

que componer bellos versos.

Más tarde es encarcelado.

Va de prisión en prisión

escribiendo en un rincón,

triste, enfermo y desgraciado.

¡Cuánto añora a su criatura!

En el penal de Torrijos,

le hace una nana a su hijo

llena de amor y ternura.

Este poeta brillante,

un funesto y negro día,

muere en una enfermería

de la cárcel de Alicante.

Mas Miguel no se ha marchado.

Con sus versos que estremecen,

emocionan y enternecen,

sigue estando a nuestro lado.

ANTONIO MACHADO

Erase de un marinero

Erase de un marinero    

que hizo un jardín junto al mar    

y se metió a jardinero.    

Estaba el jardín en flor    

y el marinero se fue  

por esos mares de Dios.

La plaza tiene una torre

La plaza tiene una torre,

la torre tiene un balcón,

el balcón tiene una dama,

la dama tiene una flor.

Ha pasado un caballero

-¡quién sabe por qué pasó!-

y se ha llevado la plaza

con su torre y su balcón,

con su balcón y su dama,

su dama y su blanca flor.

En los árboles del huerto

En los árboles del huerto

hay un ruiseñor:

Canta de noche y de día

canta a la luna y al sol.

Ronco de cantar

al huerto vendrá la niña

y una rosa cortará.

Entre las negras encinas

hay una fuente de piedra

y un cantarillo de barro

que nunca se llena.

Por el encinar

con la luna blanca

ella volverá.

Abril florecía

Abril florecía

frente a mi ventana.

Entre los jazmines

y las rosas blancas

de un balcón florido,

vi las dos hermanas.

La menor cosía,

la mayor hilaba ...

Entre los jazmines

y las rosas blancas,

la más pequeñita,

risueña y rosada

—su aguja en el aire—,

miró a mi ventana.

La mayor seguía

silenciosa y pálida,

el huso en su rueca

que el lino enroscaba.

Abril florecía

frente a mi ventana.

Pegasos, lindos pegasos  

Pegasos, lindos pegasos,

caballitos de madera.

Yo conocí siendo niño,

la alegría de dar vueltas

sobre un corcel colorado,

en una noche de fiesta.

En el aire polvoriento

chispeaban las candelas,

y la noche azul ardía

toda sembrada de estrellas.

¡Alegrías infantiles

que cuestan una moneda

de cobre, lindos pegasos,

caballitos de madera!

Sol de invierno

Es mediodía. Un parque.

Invierno. Blancas sendas;

simétricos montículos

y ramas esqueléticas.

Bajo el invernadero,

naranjos en maceta,

y en su tonel, pintado

de verde, la palmera.

Un viejecillo dice,

para su capa vieja:

«¡El sol, esta hermosura

de sol!...» Los niños juegan.

El agua de la fuente

resbala, corre y sueña

lamiendo, casi muda,

la verdinosa piedra.

MANUEL MACHADO

Colores

¡Qué hermosos están los cielos!

¡Qué bonita la mañana!

¡Cuánta frescura en el campo!

¡Cuánta alegría en el agua!

Corre, corre, mí caballo,

por la veredita blanca,

que bien sabes el camino

donde te guían mis ansias.

No te pares junto al bosque

ni en las frescas enramadas,

hijas del arroyo claro

que de la colina baja.

Sigue, sigue por la senda

que a los dos lados derrama

campos verdes con adornos

de amapolas coloradas.

Ya pasas los olivares.

Ya la vereda se acaba...

Y, entre las hojas tejidas,

de lejos se ve la casa!

¡Qué hermosos están los cielos!

¡Qué bonita la mañana!

¡Cuánta frescura en el campo!

¡Cuánta alegría en el agua.

FEDERICO GARCÍA LORCA

El lagarto está llorando

El lagarto está llorando.

La lagarta está llorando.

El lagarto y la lagarta

con delantalitos blancos.

Han perdido sin querer

su anillo de desposados.

¡Ay, su anillito de plomo,

ay, su anillito plomado!

Un cielo grande y sin gente

monta en su globo a los pájaros.

El sol, capitán redondo,

lleva un chaleco de raso.

¡Miradlos qué viejos son!

¡Qué viejos son los lagartos!

¡Ay, cómo lloran y lloran,

¡ay! ¡ay! cómo están llorando!

Cancioncilla sevillana

Amanecía

en el naranjel.

Abejitas de oro

buscaban la miel.

¿Dónde estará

la miel?

Está en la flor azul,

Isabel.

En la flor;

del romero aquel.

(Sillita de oro

para el moro.

Silla de oropel

para su mujer.)

Amanecía

en el naranjel.

Paisaje

La tarde equivocada

se vistió de frío.

Detrás de los cristales,

turbios, todos los niños,

ven convertirse en pájaros

un árbol amarillo.

La tarde está tendida

a lo largo del río.

Y un rubor de manzana

tiembla en los tejadillos.

Canción primaveral

Salen los niños alegres

De la escuela,

Poniendo en el aire tibio

Del abril, canciones tiernas.

¡Que alegría tiene el hondo

Silencio de la calleja!

Un silencio hecho pedazos

por risas de plata nueva.

Al chopo, in memoriam

Dulce chopo,

dulce chopo,

te has puesto

de oro.

Ayer estabas verde,

un verde loco

de pájaros

gloriosos

Hoy estás abatido

bajo el cielo de agosto

como yo bajo el cielo

de mi espíritu rojo.

La fragancia cautiva

de tu tronco

vendrá a mi corazón

piadoso.

¡Rudo abuelo del prado !

Nosotros

nos hemos puesto

de oro.

Canción tonta

Mamá,

yo quiero ser de plata.

Hijo,

tendrás mucho frío.

Mamá.

Yo quiero ser de agua.

Hijo,

tendrás mucho frío.

Mamá.

Bórdarme en tu almohada.

¡Eso sí!

¡Ahora mismo!

RAFAEL ALBERTI

La niña que se va al mar

¡Qué blanca lleva la falda

la niña que se va al mar!

¡Ay niña, no te la manche

la tinta del calamar!

¡Qué blancas tus manos, niña,

que te vas sin suspirar!

¡Ay niña, no te las manche

la tinta del calamar!

¡Qué blanco tu corazón

y qué blanco tu mirar!

¡Ay niña, no te los manche

la tinta del calamar!

Los tres noes

PRIMER NO

-Pastor que vas con tus cabras

cantando por los caminos,

¿quieres darme una cabrita

para que juegue mi niño?

-Muy contento se la diera

si el dueño de mi ganado,

Señora, lo permitiera.

SEGUNDO NO

Aceitunero que estás

vareando los olivos,

¿me das tres aceitunitas

para que juegue mi niño?

-Muy contento se las diera,

si el dueño del olivar,

Señora, lo permitiera.

TERCER NO

-Ventero amigo, que estás

sentado en tu ventorrillo,

¿quieres darme una cunita

para que duerma mi niño?

-Muy contento se la diera,

si hubiese sitio y el ama,

Señora lo permitiera.

Vaivén

Por la tarde, ya al subir;

por la noche, ya al bajar;  

yo quiero pisar la nieve

azul del jacarandá.

¿Es azul, tarde delante?

¿Es lila, noche detrás?

Yo quiero pisar la nieve

azul del jacarandá.

Si el pájaro serio canta

que es azul su azulear;

yo quiero pisar la nieve

azul del jacarandá.

Si el mirlo liliburlero,

que es lila su lilear;

yo quiero pisar la nieve

azul del jacarandá.

Ya nieve azul a la ida,

nieve lila al retornar;

yo quiero pisar la nieve

azul del jacarandá.

Don diego

Dondiego no tiene don.  

Don.

Don dondiego

de nieve y de fuego.

Don, din, don,

que no tienes don.

Ábrete de noche,

ciérrate de día

cuida no te corte

quien te cortaría,

pues no tienes don.

Don dondiego,

que al sol estás ciego.

Don, din, don,

que no tienes don.

UNAMUNO

La media luna es una cuna…

La media luna es una cuna

¿quién la brisa?

Y el niño de la media luna

¿qué sueños riza?

La media luna es una cuna

¿Quién la mece?

Y el niño de la media luna

¿para quién crece?

La media luna es una cuna

luna nueva.

Y al niño de la media luna

¿quién me lo lleva?

JORGE GUILLÉN

Soledades La niña    

se va muy lejos,

Anita,

por el aire, sobre la ola

se va a su puerto.

La niña,

lejos, muy lejos,

con su gracia tan chica,

y Europa

se queda,

se me queda

sola.

Manera actual de ser niño

Antonio viaja que viaja

por tierra, por mar, por aire,

va de un continente a otro

porque el mundo ya no es grande,

mira desde su avión

cordilleras y ciudades

como si, soñando aún,

sobre algún mapa trazase

con el dedo rutas, rumbos.

¿Ser hombre es estar de viaje?

LUIS CERNUDA

Málibu  

Málibu,

olas con lluvia,

aire de música.

Málibu,

agua cautiva,

gruta marina.

Málibu,

nombre de hada,

fuerza encantada.

Málibu,

viento que ulula.

bosque de brujas.

Málibu,

una palabra,

y en ella, magia.

DÁMASO ALONSO

Calle del Arrabal

Se me quedó en lo hondo

una visión tan clara,

que tengo que entornar los ojos cuando  

intento recordarla.

A un lado, hay un calvero de solares

en frente, están las casas alineadas

porque esperan que de un momento a otro

la primavera pasará.

Las sábanas,

aún goteantes, penden

de todas las ventanas,

el viento juega con el sol en ellas

y ellas ríen del juego y de la gracia.

Y hay las niñas bonitas

que se peinan al aire 1ibre.

Cantan

los chicos de una escuela la lección.

Las once dan.

Por el arroyo pasa

un viejo cojitranco

que empuja su carrito de naranjas.

ÁNGELA FIGUERA AYMERICH

Siesta

Entre un álamo y un pino

mi hamaca se balancea.

Hojitas de verde plata

bailan sobre mi cabeza;

hojitas de verde oscuro

el verde las contonea.

Dulce pereza me llueve

del sol que las atraviesa

Los juncos de celuloide

montan su guardia en la arena.

El Duero moja las cañas

y se abanica con ellas.

El río pasa y se va:

mi barca se queda en tierra.

Llenos de verdes y azules,

mis ojos

se cierran.

ADRIANO DEL VALLE

Canción del cuclillo tartamudo

El cuclillo tartamudo

su canción tartamudea

y de un árbol de tres hojas

hace un rabel de tres cuerdas.

Pastora, tora, tú tienes

rebaños, baños, de ovejas ...

Yo taño, taño, mi trébol

roto, roto, en la arboleda.

Su tijera envuelta en chispas

afilan afiladores

dándole al pedal de plata

de un clavel de ruiseñores.

Dedales, dales, de plata,

y, en raso rosa con perlas,

pespuntes, puntes de agujas

con sartas, sartas, de estrellas.

Bastidores, dores tienes

y tienes, tienes, tijeras,

que abiertas, abiertas, parecen,

volando, lando, cigüeñas.

Tijeras, jeras que cortan

los vientos, vientos que vuelan

bordados, dados, los vientos

de blancas, blancas, cigüeñas.

La Pastora, al rabadán:

Radabán, rabadancillo,

dime qué canta el cuclillo.

ENRIQUE DÍEZ CANEDO

La oveja perdida

En el monte la oveja

quedó perdida,

- pobre ovejilla tierna -

y han salido los lobos

de su guarida.

En el monte la oveja

quedó perdida

- pobre ovejilla tierna -

y hay zarzas en el monte

llenas de espinas.

Por huir de los lobos

que sueltos andan

- pobre ovejilla tierna -

por huir de los lobos,

cayó en la zarza.

Por huir de la zarza

llena de espinas

- pobre ovejilla tierna -

en la boca del lobo

perdió la vida.

AMADO NERVO

El barquito de papel

Con la mitad de un periódico

hice un barco de papel,

en la fiente de mi casa

le hice navegar muy bien.  

Mi hermana con su abanico

sopla, y sopla sobre él.

¡Buen viaje, muy buen viaje,

barquichuelo de papel!

ANÓNIMO

Del rosal sale la rosa

Del rosal sale la rosa.

¡Oh, qué hermosa!

¡Qué color saca tan fino!

Aunque nace del espino

nace entera y olorosa.

Nace de nuevo primor

esta flor,

huele tanto desde el suelo

que penetra hasta el cielo

su fuerza maravillosa.

Pajarito que cantas

Pajarito que cantas

en la laguna,

no despiertes al niño

que está en la cuna.

Ea la nana,

ea la nana,

duérmete lucerito

de la mañana.

A los niños que duermen

Dios los asiste,

y a las madres que lavan

Dios las bendice.  

Ea la nana,

ea la nana,

duérmete lucerito

de la mañana.

GERMÁN BERDIALES

En tus brazos  

Mamita, mamita

si tú fueses árbol,

tu hijito en tus ramas

quisiera ser pajaro.

Si tú fueses río

que al mar va cantando,

tu hijito en tus aguas  

quisiera ser barco.

Mamita, mamita

si fueses un río

o fueras un árbol

tú me acunarías

igual en tus brazos.

CELIA VIÑAS

Sarampión

Jesús, ¡qué calor!,

tengo sarampión.

Saco una manita,

saco una orejita,

saco la cabeza,

mi madre me tapa ...

Señor, ¡qué pereza!,

¡qué sed de sifón!

Tengo sarampión.

Y son mis mejillas

Dice la abuelita

dos rojas llamitas.

Ha venido serio

el señor doctor,

y me van a dar

agua de limón.

RICARDO E. POSE

El capitán

-Madre, ya tengo mi barco

y tengo tripulación;

velero de cuatro palos,

marineros de cartón.  

Mañana por la mañana,

cuando se levante el sol,

me iré mandando en mi barco

mi brava tripulación.

-¡Ay, mi niño, no te vayas,

tan pequeñito hasta el mar!

Mira que es triste la noche

sobre tanta soledad.

-Y ¿quién velará tu sueño?

-Las estrellas velarán.

-Y ¿quién cantará en tu lecho?

-Las sirenas cantarán.

Preparo pronto mi gorra.

¡Mi gorra de capitán!

Que mi blusa marinera

la abandoné junto al mar.

MODESTO MARTÍN GONZÁLEZ

Parvuladas

La o es redonda,

la i tiene punto,

la e es una oreja,

la u me da susto.

Yo quiero la a

y la quiero doble

en papá y mamá.

La raya y el punto

se quieren casar,

la o es el padrino,

madrina la a,

el vaso en que beban

la U lo pondrá

y cuando se besen

la e lo sabrá.

La m tiene tres patas

y la n tiene dos,

las tengo en la mano

juntas

con la a y con la o.

Y si cambio estas vocales

¡mira qué mona quedó!

CARMEN BLÁZQUEZ

Las ovejas del sueño

Por llamar al sueño

conté veinte ovejas:

seis patilargas,  

cinco patituertas,

cuatro paticortas

y tres patinegras,

un tierno cordero

y una oveja vieja.

Saltan por la cama,

muerden la moqueta,

bala que te bala.

¡aquí no hay quien duerma!

CARLOS REVIEJO

Este Picasso es un caso

¡Qué divertido es Picasso!

Es pintor rompecabezas

que al cuerpo rompe en mil piezas

y pone el rostro en los pies.

¡Todo lo pinta al revés!

¡Este Picasso es un caso!

Es un puro disparate.

No es que te hiera o te mate,

pero en lugar de dos cejas  

él te pone dos orejas.

¡Vaya caso el de Picasso!

Te deja que es una pena:

te trastoca y desordena,

te pone pies en las manos

y en vez de dedos, gusanos.

¡Si es que Picasso es un caso!

En la boca pone un ojo,

y te lo pinta de rojo.

Si se trata de un bigote,

te lo pondrá en el cogote.

¡Menudo caso es Picasso!

¿Eso es hombre o bicicleta?  

¡Si es que ya nada respeta....!

Esos ojos que tú dices,

no son ojos...¡son narices!

¿No es un caso este Picasso?

Todo lo tuerce y disloca:

las piernas, brazos y boca.

No es verdad lo que tu ves.

¡Él pinta el mundo al revés!

¡Qué Picasso es este caso!

DORA ALONSO

Los dos peces

Dos peces amigos

vienen por el mar.

¡Qué verdes las algas!  

¡Qué rojo el coral!

Veloces se acercan

a todo nadar,

aletas y cola

moviendo a compás.

Por el agua clara

se ha filtrado el sol

y como dos joyas

relumbran los dos.

ADRIANO DEL VALLE

Canción de cuna de los elefantes  

El elefante lloraba

porque no quería dormir...  

-Duerme, elefantito mío,

que la luna te va a oir...

-Papá elefante está cerca,

se oye en el manglar mugir;

duerme, elefantito mío,

que la luna te va a oir...

El elefante lloraba

(¡con un aire de infeliz!)

y alzaba la trompa al viento...

Parecía que en la luna

se limpiaba la nariz.

GLORIA FUERTES

El burro en la escuela

Una y una, dos.

Dos y una, seis.

El pobre burrito

contaba al revés.

¡No lo sabe!

- Sí lo sé.

- ¡Usted nunca estudia!

Dígame ¿por qué?

Cuando voy a casa

no puedo estudiar;

mi amo es muy pobre

hay que trabajar.

Trabajo en la noria

todo el santo día

no me llame burro,

profesora mía.

JOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO