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    NDICE

    Editorial.......................................................................................................................................................3

    La Reforma Universitaria de 1918............................................................................................................5y el nuevo rol del estudiante.Por Mara Elena Makuc Urbina

    DOCUMENTO N 1:................................................................................................................................10

    El problema del cobre.-Creacin de la comisin nacional del cobre.

    Unos piensan, otros hacen:......................................................................................................................31La problemtica de la divisin intelectualy manual del trabajo en La Ideologa Alemanade Marx y EngelsPor Daro Covarrubias

    DOCUMENTO N 2:................................................................................................................................37

    Discurso de Salvador Allende desde los balconesde la federacin de estudiantes de chile (FECH)en la madrugada del 5 de septiembre de 1970.

    El allendismo y la derrota:.......................................................................................................................43Notas sobre Salvador Allende G.Por Patricio Quiroga Z.

    ANLlSIS BIBLIOGRAFICO:..............................................................................................................50

    El Marxismo y la Filosofa del Lenguajede Valentn VoloshinovPor Israel Fortune

    DOCUMENTO N 3:................................................................................................................................58Iconografa referida al Proyecto deEscuela Nacional Unicada (ENU)

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    EDITORIAL

    La presente edicin de Voces correspondiente al mes de julio, ha querido conmemorar la gura y el

    legado del ex Presidente Salvador Allende en el contexto del resiente centenario de su natalicio. Creemosvital recordar el actuar decidido y consecuente del ltimo gran lder de la izquierda chilena y el impactoque tuvo su gobierno en la historia no slo nacional sino global. Al mismo tiempo queremos ir ms allde eso y aprovechar la oportunidad para discutir y reexionar sobre el perodo histrico en que se des-envolvi, considerando todos los elementos que le dieron forma en su generacin, su articulacin y susimplicancias. As tambin sostenemos que el real homenaje que debemos hacer supera a la persona del exPresidente y debe dirigirse a la materializacin de la consigna de la que fue slo representante: la verdaderajusticia para quienes histricamente han padecido la miseria. Para que as, de la polifona de la historia yel proyecto social del que es portadora, resulte triunfante la voz del pueblo.

    Por otro lado, la renovacin que la revista de Historia y Ciencias Sociales (hoy Voces) ha experi-

    mentado a partir del presente ao obedece a las reexiones que se han dado al interior de su comit edito-rial. stas se han dirigido a dar a la publicacin un carcter de real permanencia en el tiempo con el n deseguir promoviendo la discusin acerca de los temas que como estudiantes de historia nos interesa discutir.En tal sentido, es que se han detectado dos problemas que urge solucionar: el primero se reere a la falta departicipacin de estudiantes de cursos inferiores en cuanto a los artculos que se reciben. Creemos que estose debe a la falta de conocimiento de una bibliografa y un manejo conceptual bsico que se hace necesa-rio para desarrollar un tema determinado. El segundo problema se relaciona con dar a la revista una lneaeditorial ms slida que le permita proyectarse en el tiempo jndose objetivos concretos y superando elcarcter de una mera compilacin de artculos sin mayor relacin entre s, ni entre stos y el hecho histricoque cada edicin conmemora.

    Bajo este panorama es que hemos decidido iniciar una seccin de anlisis bibliogrco que serconstante a partir de ste nmero. De tal forma, ser posible orientar a los compaeros de cursos inferiores

    en torno a algunas obras que a nuestro juicio resulta importante manejar ya sea para apoyarse en ellas opara debatirlas. Por otro lado tambin se conseguir una mayor presencia del comit editorial (invitandodesde ya a participar en l a quien desee hacerlo) al interior de cada publicacin.

    As, adems de promover la discusin historiogrca, ser posible debatir los lineamientos teri-cos y metodolgicos que permitan edicar una nueva historia que logre dar cuenta de la complejidad de larealidad social y del rol que le cabe al interior de esta.

    Con todo lo dicho slo nos queda agradecer nuevamente a los compaeros y profesores que noshan enviado sus trabajos. En esta edicin publican Mara Elena Macuk Urbina, con su artculoLa ReformaUniversitaria de 1918 y el nuevo rol del estudiante; y Daro Covarrubias con Unos piensan, otros hacen:La problemtica de la divisin intelectual y manual del trabajo en La Ideologa Alemana de Marx y En-

    gels. El profesor Patricio Quiroga Z. nos ha presentado tambin su artculo El allendismo y la derrota:Notas sobre Salvador Allende G. El anlisis bibliogrco estuvo a cargo de Israel Fortune y est dirigidoa la obra El marxismo y la losofa del lenguaje de Valentn Voloshinov. Tambin hemos querido rescataralgunos documentos referentes al ex Presidente Salvador Allende y al gobierno de la Unidad Popular. Estoson:El problema del cobre.- Creacin de la comisin nacional del cobre, con prlogo de Brbara Azcrra-ga; y elDiscurso de Salvador Allende desde los balcones de la federacin de estudiantes de chile (FECH)en la madrugada del 5 de septiembre de 1970, prologado por Francisco Morales. Agregamos tambin unaiconografa de poca referida al Proyecto de Escuela Nacional Unicada (ENU), uno de los ms importan-tes del programa de la Unidad Popular y que le trajo grandes complicaciones por la frrea oposicin que

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    encontr.

    Esperando ser un aporte para la discusin acadmica seria y con objetivos claros al interior denuestra carrera, invitamos nuevamente a participar de las pginas de Voces a todos nuestros compaeros

    Comit Editorial1*

    1 COMIT EDITORIAL: Brbara Azcrraga, Verena Ahumada, Israel Fortune , Carolina Gajardo, Marco Gonzlez,Jorge Valderas.

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    La Reforma Universitaria de 1918 yel nuevo rol del estudiante.

    Por Mara Elena Makuc Urbina1*

    la juventud () si ha sido capaz de

    realizar una revolucin en las conciencias,

    no puede desconocrsele la capacidad de

    intervenir en el gobierno de su propia casa

    (Federacin Universitaria de Crdoba, Maniesto Liminar, 1918)

    La Reforma Universitaria fue para Latinoamrica uno de los hechos que va a congurar la primera partedel siglo XX, pero que a noventa aos de su aniversario, sus alcances an se perciben. En primer lugar

    debemos decir que la Reforma Universitaria fue el movimiento estudiantil que se inicia con la lucha delos estudiantes de Crdoba en Argentina en el ao 1918, y que luego se expande a gran parte de AmricaLatina convirtindose en un hecho que marca la historia de nuestra regin.

    En base a lo expuesto anteriormente, destacamos que la importancia del movimiento fue la dimensiona-lidad latinoamericana que se genera luego de su expansin, y que se adquiere principalmente debido a queeste proceso acusa el mismo origen y el mismo impulso (Maritegui, 1955: 90) bajo principios comunespor los que se lucharon en ste. Las demandas de la Reforma, iban orientadas hacia a alcanzar: la Demo-cratizacin, la Autonoma, Docencia Libre, Ctedra Paralela, y la Extensin Universitaria.

    De este modo, se observa que la Reforma Universitaria, marca el inicio del movimiento estudiantil,donde se produce un cambio en el rol del estudiante que caracterizar a las futuras generaciones. Anteesto, la problemtica surge especcamente a cmo se genera este cambio en el rol del estudiante bajo el

    proceso de Reforma?, y, cules fueron sus consecuencias?Ante tales interrogantes, el objeto de este artculo, es demostrar cmo se forma una nueva visin del

    estudiante universitario ligado al contexto social que lo envuelve y dejando atrs el aislamiento acadmicoy el apoliticismo; y que esta nueva visin dar origen a una generacin latinoamericana donde sus princi-pales representantes sern lideres de cambios polticos de sus respectivos pases.

    Inicio de la Reforma y su expansin latinoamericana

    Para entender los alcances del movimiento estudiantil iniciado en 1918, es necesario comprender elcontexto mundial en el que se encuentran los universitarios latinoamericanos. Es el n de la 1 GuerraMundial, lo que daba comienzo a una nueva etapa en la historia de los hombres, caracterizado por la sensa-cin de vivir un nuevo ciclo, y por la crisis econmica de la postguerra que constata las fallas del rgimeneconmico capitalista. Otro hecho que caracteriza el ambiente, es el triunfo de la Revolucin Rusa, dondesus alcances llegan hasta Latinoamrica con la difusin de las ideas marxistas. Bajo este panorama es cla-ro que las esperanzas mesinicas, los sentimientos revolucionarios, las pasiones msticas propias de lapostguerra, repercutieran particularmente en la juventud universitaria (Maritegui, 1955: 90)

    1* Estudiante de quinto ao de Pedagoga en Historia y Ciencias Sociales, Universidad de Valparaso.

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    Otro aspecto a analizar, se reere al contexto social que experimenta Amrica Latina con respecto a laevolucin de las clases medias, y su consiguiente demanda a mayores garantas como grupo social. Pre-cisamente en el sector mesocrtico surge la inquietud, luego del temor a la avanzada proletarizacin queexperimentaban debido al n de la 1 Guerra Mundial. David Rock argumenta este hecho al relacionar que el fenmeno general de la tensin social entre los grupos de clase media, producto de la restriccin al

    crecimiento industrial en la economa primario-exportador. En efecto, estos grupos, al intentar ascender

    socialmente chocaron contra una elite cerrada que controlaba la vida socio econmica (Rock, 1991:390). Se entiende de esta manera que la Reforma Universitaria se maniesta en grado extremo en unmovimiento que es acaso el ms caracterstico de la corriente antioligrquica (Halperin Dongui, 1970:296).

    Un aspecto importante es la situacin de las universidades latinoamericanas en los inicios del siglo XX.El atraso tanto en los contenidos como en los mtodos de enseanza era una caracterstica latente en todaslas universidades, la bsqueda de una renovacin tanto espiritual como material era una necesidad comnen los estudiantes.

    Para entender este punto, debemos adentrarnos en la herencia espaola que qued en la educacin la-tinoamericana, sta se caracterizaba por una enseanza enfocada hacia la elite, cerrada, de difcil acceso,

    donde la cultura era un privilegio de casta, el pueblo no tena derecho a la institucin (Maritegui,1955: 78). Segn Maritegui, las universidades se consideraban slo como centros de culto de las letrasy leyes por parte de la clase dirigente. No haba alguien quien reclamase una orientacin democrtica,destinada a franquear el acceso a la cultura a todos los individuos (Maritegui, 1955: 79). Bajo estapremisa, nos damos cuenta que antes de la Reforma Universitaria, no haba sentimientos de cambio y mo-dernizacin en las universidades, y si es que los haba eran muy mnimos para alcanzar a lograr algo, yaque se entenda a la educacin como un privilegio que se mantena gracias a la persistencia de la riquezay de la casta.

    El legado espaol en la educacin latinoamericana se entiende tambin desde una perspectiva econmi-ca. Debido a que el atraso de Amrica Latina en el desarrollo capitalista se entiende en parte a la herenciade la tradicin y el pensamiento medieval en las universidades, plasmado en un inters hacia reas vincu-ladas a las letras y leyes, generando una gran masa burcrata, y un rechazo a reas de orientacin prcticadestinadas a potenciar la industria y el progreso econmico.

    Se comprende as, que la situacin de las universidades al inicio del siglo XX estaba muy atrasada, lasuniversidades han llegado a ser el el reejo de estas sociedades decadentes que se empean en ofrecer

    el triste espectculo de una inmovilidad senil (Federacin Universitaria de Crdoba, 1918). Si a estole sumamos el contexto poltico mundial que se estaba viviendo, junto a las demandas de la clase medialatinoamericana, y la herencia ibrica en la educacin, nos hacen entender las necesidades de cambio queestaban latentes en los jvenes estudiantes. Pero cmo empieza a estallar este sentimiento de transforma-cin?, esta pregunta nos lleva a entender el origen del movimiento en Crdoba, Argentina.

    La Universidad de Crdoba haba sido fundada en el ao 1613 bajo el alero de los jesuitas, y en losalbores del siglo XX an no experimentaba cambios que estuvieran acordes con los nuevos tiempos. La

    Universidad de Crdoba, era la ms atrasada en Argentina, segn palabras de Sarmiento: los colegiosson claustros; toda la ciencia escolstica de la Edad Media es un claustro que se encierra y parapeta lainteligencia, contra todo lo que salga del texto y el comentario. Crdoba no sabe que existe en la tierra

    otra cosa que no sea Crdoba (Sarmiento, 1845: 107). Por ende, no es extrao que la rebelin estallaraen esta ciudad donde el aplazamiento era considerable con respecto al resto de las universidades, pero esimportante recalcar que las primeras demandas de los estudiantes iban dirigidas hacia una modernizacin

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    Uno de los principios fundamentales y de mayores consecuencias es la Extensin Universitaria, basadaen que los estudiantes se encuentran vinculados al pueblo, y por ende tendrn la obligacin de devolverlos conocimientos adquiridos en la universidad Cada estudiante, como cada profesor, es propietario deuna cierta riqueza de conocimientos. Si solamente la utiliza en su propio provecho es un egosta, un indi-

    vidualista imbuido del criterio del burgus explotador, (se propone) una ley de Reforma Universitaria que

    debe abarcar un punto donde se obligue al estudiante y al profesor a ser til para alguien ms que para

    ellos mismos. (Mella, 1928)

    Estos postulados fueron ampliamente abrazados por todos los representantes en el Congreso Internacio-nal de estudiantes, y difundidos a cada pas, ya no slo como una consigna de estudiantes argentinos, sinocomo bandera de lucha de toda Latinoamrica.

    En base a lo expuesto, podemos entender cmo se produce un cambio en el rol del estudiante durantela Reforma Universitaria, es claro que el contexto mundial junto al desarrollo de la clase media ayudarona formar la mentalidad de la nueva generacin de estudiantes. Pero conjuntamente, la situacin de lasuniversidades latinoamericanas, basadas en un legado espaol atrasado, hizo que se convirtiesen en motordel movimiento que estall precisamente en Argentina bajo un gobierno radical y en una universidad sinrenovaciones desde 1614. El matiz poltico que va tomando el movimiento estudiantil, gracias a la vincu-

    lacin con sectores obreros, ms la difusin por Amrica Latina a travs, del Congreso de Mxico, dan lasclaves para comprender que este nuevo rol que toma el estudiante es de tipo poltico, es decir, deja atrsel apoliticismo y la preocupacin excesiva en el academicismo para llegar a entender que los cambios enla educacin siempre tienen que ir acompaados de un cambio social. Halperin Dongui sostiene que elmovimiento de reforma universitaria no agota su ecacia dentro de la Universidad; conduce a una politi-

    zacin permanente del cuerpo estudiantil (Halperin Dongui, 1970: 298)

    La nueva generacin

    La ampliacin del campo de accin del estudiante latinoamericano hacia planos polticos, ayuda a

    responder la segunda problemtica basada en cules fueron las consecuencias de esta nueva visin deluniversitario. Bajo el problema que se planteaban los estudiantes de que una transformacin educativa esinseparable de una transformacin social, se observa como consecuencia del movimiento estudiantil laconformacin de una generacin nueva, rica en produccin cultural y sobretodo poltica. De este modo seadvierte que el movimiento estudiantil fue entonces una escuela poltica en la que se han formado mu-chos lideres revolucionarios o reformistas de Latinoamrica. (Halperin Dongui, 1970: 298)

    Se entiende que la Reforma bajo el principio de la democratizacin de las universidades, abri las puer-tas de las casas de estudio a la poltica y los estudiantes se convirtieron en los portavoces de ciertos grupossociales que hasta ese momento no se podan expresar pblicamente. Buena parte de los principales lderespolticos e intelectuales que actuaron entre 1930 y 1960 hicieron sus primeras armas en el movimientoreformista.

    Ejemplos claros de la nueva generacin fue la creacin de partidos polticos, tales como el APRA,donde su fundador Vctor Ral Haya de la Torre fue uno de los lideres del moviendo estudiantil peruano.Segn su propia visin, el proceso vivido en Crdoba signic un despertar de las demandas por la reivin-dicacin de Amrica Latina. Otro exponente de esta generacin fue Julio Antonio Mella, quien lider lasluchas estudiantiles en Cuba y fund el Partido Comunista Cubano. Entre otros exponentes se encuentranDeodoro Roca, Gabriel del Mazo, Fidel Castro, Jos Carlos Maritegui, donde cada uno fue protagonistaen los procesos de reforma o revolucin de sus respectivos pases.

    La Reforma Universitaria signic una transformacin en los estudiantes, un giro en la concepcin de

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    DOCUMENTO N 1:

    El problema del cobre.-

    Creacin de la comisin nacional del cobre.Prlogo

    Con el n de conmemorar a Salvador Allende, no slo como una gura emblemtica, sino que tambincomo parte del proyecto poltico de izquierda, es que queremos dar cuenta ms all de sus aos en la pre-sidencia, de los diversos aspectos que cubrieron sus cargos pblicos en la historia del pas.

    Salvador Allende, mdico de profesin, fue parte de los orgenes del Partido Socialista de Chile, uno desus fundadores el ao 1933. Que bajo los postulados del marxismo, declaraba el deseo revolucionario deponerle n a la explotacin capitalista no slo en Chile, sino que tambin a nivel internacional.

    As, es como el ao 1938, el Partido Socialista se hace parte del Frente Popular conglomerado de-mocrtico antifascista de partidos de izquierda y liberales burgueses-, coalicin que ese ao logra que sucandidato presidencial Pedro Aguirre Cerda (Partido Radical), ocupe el alto cargo ejecutivo. Es en el go-bierno de Aguirre Cerda, donde Allende se desempear en el cargo de Ministro de Salubridad, Previsiny Asistencia Social.

    Posteriormente, Salvador Allende ocupar el cargo de Senador de la Repblica, durante los aos 1945 a1970, siendo Presidente de la Cmara de Senadores entre 1966 y 1969. Durante todo este tiempo, Allende,consecuente con su postura poltica, tratar de llevar al Parlamento los distintos problemas econmicos ysociales que afectan a Chile. Paralelamente, Salvador Allende, ser candidato a la presidencia de la Rep-blica en cuatro ocasiones (1952, 1958, 1964 y 1970), convirtindose en el primer presidente marxista deChile, gracias al apoyo de la Unidad Popular coalicin del Partido Comunista, Partido Socialista y otrosgrupos menores de izquierda-. Por n, comenzaba a concretarse el proyecto poltico de los sectores traba-jadores y explotados, que ms tarde se ver truncado por el Golpe Militar el ao 1973.

    En la realidad chilena, uno de los principales problemas a resolver, era el de la explotacin fornea delcobre nacional, Chile caracterizado como pas monoexportador ya desde el siglo XIX, se encontraba bajoel imperialismo capitalista de Estados Unidos, quien estaba explotando dicho mineral. En este sentido,Chile y los chilenos, no logran percibir los benecios econmicos y sociales, ms aun, los trabajadores delcobre ni siquiera gozaban de condiciones laborales mnimas para realizar su labor. En este aspecto, es queSalvador Allende, en su cargo de Senador el ao 1951, interviene en el Parlamento en favor de una regula-cin para la explotacin del cobre, exigiendo con pruebas concretas, la creacin de la Comisin Nacional

    del Cobre. Por la importancia que este hecho tiene, y por el antecedente que signica para la posteriornacionalizacin del cobre es que a continuacin, presentamos la Intervencin Parlamentaria en el Senadode Chile. Sesin 19 (Legislatura Extraordinaria), del da martes 16 de enero de 1951.

    Convencidos de que la realidad an se encuentra en disputa y que puede transformarse, recordamos laherencia poltica del Compaero Presidente.

    Por Brbara Azcrraga1*

    1* Alumna tesista de la carrera Pedagoga en Historia y Ciencias Sociales de la Universidad de Valparaso.

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    El problema del cobre.- Creacin de la Comisin Nacional del Cobre

    En diversas oportunidades, en este recinto, varios seores Senadores han expuesto lo que representay signica la minera para el desarrollo econmico de nuestro pas. En dos o tres oportunidades hemoscontribuido tambin a plantear el criterio de nuestro partido sobre este aspecto tan interesante de la vida

    nacional. Especialmente a raz del proyecto que es la ley actual y que dio nueva estructura al ConsejoNacional de Comercio Exterior, hubo un importante debate sobre la gran minera del cobre, en que inter-vinieron, entre otros seores Senadores, mis Honorables colegas Durn, Lafertte, Maza, Ocampo, Tomic,Opaso y tambin el que habla. Adems, en esa oportunidad oimos la opinin que sustentaba el seor Mi-nistro de Economa y Comercio. Por desgracia, las indicaciones que presentamos con el Senador seorDurn, primero, y, despus, con los seores Maira y Opaso, fueron eliminados de ese proyecto. Pero elSenado contrajo el compromiso moral, deducido de las palabras textuales del Honorable seor Maza, depreocuparse de esta materia.

    Por el compromiso contrado y por la importancia y trascendencia del tema, deseo preocupar la aten-cin de los seores Senadores, para dar a conocer algunos antecedentes y proponer algunas medidas que,a mi juicio, deben servir de base a la discusin que, al respecto, se iniciar en el Senado, y han de permitir

    que el Gobierno je, a su vez, criterio sobre esta materia.Me mueve hacerlo, especialmente el hecho de que, a mi juicio, frente a la experiencia obtenida en la pa-

    sada guerra y ante las perspectivas que nos ofrece el mundo, nuevamente nuestro pas puede estar abocadoa hechos similares, que signicaron para nosotros una irritante injusticia y una apreciable disminucin delegtimas entradas. Estos hechos tuvieron, adems, honda repercusin en todo nuestro proceso econmiconanciero.

    Chile produce cerca de cuatrocientas mil toneladas de cobre no al ao, produccin que lo coloca en elsegundo lugar del mundo, despus de los Estados Unidos.

    Nuestras reservas, debidamente cubicadas, alcanzan a treinta millones de toneladas de cobre, cifra querepresenta el mayor rango entre los productores de cobre y asegura una explotacin de este mineral, a su

    ritmo actual, para ms de cincuenta aos.El valor de nuestra produccin es de ms o menos ciento ochenta millones de dlares al ao, o sea,

    cerca de cinco mil millones de pesos, cantidad que representa un alto porcentaje de nuestra renta nacionaly un 65% de nuestras divisas. Esta disponibilidad de cambio, como se comprende, tiene una importanciamuy grande para el desarrollo fabril de nuestro pas, para el aprovisionamiento de materias primas y parala importacin de toda clase de productos para nuestra poblacin.

    A pesar de este hecho y de estas cifras que hablan por s solas y con extraordinaria claridad, Chile ynuestro Gobierno estn al margen del desarrollo de la gran minera, que se encuentra en poder de tres gran-des empresas americanas, subsidiarias de entidades que forman parte del trust mundial que scaliza msdel 60% de la produccin mundial de cobre.

    Este es para nosotros el gran problema de la hora actual. Qu penoso es reconocer la absoluta ignoran-cia que sobre este problema existe en los organismos del Estado!

    No hay ninguna ocina, no hay ningn organismo, no hay ninguna entidad nuestra que tenga los antece -dentes sobre la produccin, la venta, el costo de elaboracin, etc., de la industria del cobre. Hemos tratado,intilmente, de obtener en las esferas del Gobierno o en los organismos de la Administracin Pblica losantecedentes requeridos para poder formarnos un criterio exacto sobre esta delicada e importantsima ma-teria. Y debemos reconocer con profundo pesar que carecemos absolutamente de un conocimiento exactode la marcha y desenvolvimiento de estas industrias. Por cierto que no voy a culpara al actual Gobierno; es

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    un delito de lesa patria, del cual somos culpables absolutamente todos los que actuamos en la vida pblica,y que no puede continuar, por el inters de Chile y por el futuro de nuestra gran industria extractiva.

    Hasta ahora, ningn Gobierno ha trazado una poltica denida sobre el cobre; tan slo ha habido unapreocupacin en relacin con la tributacin de estas empresas. Justo es reconocer que esta tributacin hatenido un ritmo ascendente, lo que ha dado a Chile una mayor participacin en las utilidades y una mayorentrada, tan slo a partir del ao1939. Oportunamente dar las cifras que justican lo que enfticamente es-

    toy armando y que constituye, indiscutiblemente, uno de los hechos ms importantes de la poltica de losGobiernos de Izquierda, que ha de completarse en breve plazo, tambin, con la Fundicin de Paipote, otrade las medidas elementales que ha de permitir un desahogo a la pequea y mediana minera nacional.

    Chile y la poltica del Gobierno norteamericano.- Lo que nuestro Gobierno debe hacer.- La Leyde la Oferta y la Demanda al revs.- Estancamiento del precio del cobre y alza del precio de otros

    productos.- Su repercusin en el Pas.

    Tengo a mano un cuadro demostrativo de los precios alcanzados por el cobre desde el ao 1937 hastael ao 1949, como tambin de las toneladas producidas en este periodo y de la exportacin consiguiente.Es como sigue:

    PRECIOS, PRODUCCIN Y EXPORTACIN DE COBRE(ndice base 1937 100) Fuente: Direccin General de Estadstica.PRECIOS PRODUCCIN (1) EXPORTACIN (2)

    AO Ctvs. Amer. xLib. de cobreelectrol. Base Indice Toneladas Indice Toneladas Indice

    New. York1937 .. .. .. .. 13.17 100 396.444 100 383.249 100

    1938 .. .. .. .. 10.00 75.9 337.509 85.1 349.321 91.1

    1939 .. .. .. .. 10.96 83.2 326.399 82.3 312.245 81.5

    1940 .. .. .. .. 11.30 85.8 347.391 87.6 357.004 93.2

    1941 .. .. .. .. 11.80 89.6 455.959 115.0 439.886 114.81942 .. .. .. .. 11.77 89.4 476.941 120.3 494.403 129.0

    1943 .. .. .. .. 11.77 89.4 488.518 123.2 449.323 117.2

    1944 .. .. .. .. 11.77 89.4 489.906 123.6 482.093 125.8

    1945 .. .. .. .. 11.77 89.4 462.080 116.6 431.182 112.5

    1946 .. .. .. .. 13.82 104.9 358.602 90.5 373.014 97.3

    1947 .. .. .. .. 20.96 159.1 408.400 103.0 387.275 101.1

    1948 .. .. .. .. 22.04 167.4 424.883 107.2 414.603 108.2

    1949 .. .. .. .. 19.42 149.2 350.737 88.5 353.800 92.3

    (1) Cobre en barras.(2) Cobre electroltico y standard en barras y palanquillas.

    De este cuadro se deduce un hecho de extraordinaria gravedad, que quiero, de inmediato, hacer resaltar.Durante los aos que van desde 1940 a 1945, la libra de cobre tuvo un precio estable de once centavosy medio, y la produccin alcanz, al igual que la exportacin, los ms altos niveles. Es decir, durante lasegunda guerra recin pasada el cobre obtuvo una extraordinaria y constante demanda, y, no obstante ello,el precio de la libra de cobre fue tan slo de 11.50 centavos en circunstancias de que, en la primera guerramundial este precio alcanz a 24.50 centavos por libra, precio equivalente a 40 centavos de hoy, despusde la desvalorizacin del dlar, en 1932.

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    Para aquellos que sostienen que la ley de la oferta y la demanda rige siempre el precio de los productos,en relacin con las necesidades de consumo del mercado, este hecho es demostrativo de que algo ha de seraclarado aqu.

    El precio de la libra de cobre en la segunda guerra fue jado por el Gobierno de Estados Unidos, elcual, mediante la Metal Reserve, estableci un poder monopolista de compra que adquiri para el Estado

    americano toda la produccin del cobre de la gran minera chilena.Seor presidente, tengo a la mano un informe de extraordinaria importancia, denominado La industria

    de cobre, evacuado por una Comisin de tcnicos y pedido por el Senado norteamericano, y que, por cier-to constituye el ms serio, responsable y documentado estudio que se haya hecho. En relacin con lo queestoy diciendo, en la pgina 119 de dicho informe se comprueba que, efectivamente, el Gobierno de Esta-dos Unidos traz una poltica bastante curiosa, que quiero dar a conocer. Dice el informe en esa parte:

    El precio del cobre durante la segunda Guerra Mundial

    El precio del cobre fue controlado por el Gobierno de Estados Unidos en la Primera y Segunda guerramundial. Hay sin embargo una notable diferencia en los mtodos y resultados. En la 1.a Guerra Mundial,La War Industries Board j el precio a 23 centavos por libra despus de largas negociaciones con laAsociacin de Productores de Cobre, los que jaron un precio de 25 centavos, como necesario para asegu-rar la produccin debido al alto costo de extraccin. El tope fue nalmente jado en septiembre de 1918,en 26 centavos, para satisfacer las protestas de las minas ms pequeas que perdan dinero.

    En la segunda guerra mundial el precio se j en 12 centavos por libra. Connecticut Valley lleg a laconclusin en agosto del 41 de cubrir a todos los productores. En 1.o de febrero de 1942, el plan de premiosa los precios con miras de estimular la produccin en operaciones de alto costo, se puso en efecto. Lascuotas fueron establecidas por un Comit de cuota que representaban la OPA y la War Production Boardpara todas las minas basadas sobre la produccin total de 1941, y un premio standard de 5 centavos porlibra (el premio A) sobre el precio tope de 12 centavos por libra o 17 centavos, precio total, fue permitido

    para produccin sobre la cuota asignada a cada mina. Premios Special, basados sobre informes de costosde produccin fueron otorgados para algunas operaciones de alto costo.

    Resultado de la aplicacin del plan de premios a los precios

    Aunque fueron pagados precios tan altos como 27 centavos por libra para algn cobre producido en losEstados Unidos, el precio promedio pagado para todo el cobre domstico en 1943, el ao de produccinms alta fue de 13.14 centavos por libra comparado con 26 centavos por libra pagado al nal de 1918, y 23 centavos pagados a travs de la participacin de los Estados Unidos en la primera Guerra Mundial.

    Datos detallados de la aplicacin del plan de premios en precios a las operaciones de los principalesproductores se encuentran en la tabla 25.

    Los ahorros directos de los Estados Unidos a travs de la compra del cobre domstico bajo el plan depremios a los precios totaliz sobre US$ 245 millones, durante 1942, 1943 y 1944 sobre una produccintotal de 3.050.889 toneladas de cobre. Habiendo sido comprado este cobre como lo fue durante la PrimeraGuerra Mundial, a precios lo sucientemente altos como para satisfacer el alto costo de los productores, esdecir, a 26 centavos por libra, el costo del cobre pudo haber sido alrededor de US$ 1.586.000.000 en vezde US$ 792.000.000, pagados a los productores desde 1942 a 1944. Los ahorros han continuado bajo este

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    plan a travs de 1945 hasta el 30 de junio de 1946.

    Es decir, la poltica del Gobierno de los Estados Unidos fue la de establecer el precio del cobre para laproduccin extrada nicamente de las minas chilenas, en 11,50 centavos por libra.

    Slo para el cobre chileno rigi ese precio; para el norteamericano hubo divisas y altas bonicaciones.

    40 mil millones de prdidas

    Si comparamos tan slo con la primera guerra mundial, tenemos, lgicamente, que concluir, en relacincon los precios pagados en ambas oportunidades que Chile dej de percibir una suma cercana a los seis-cientos millones de dlares, vale decir, a cerca de cuarenta mil millones de pesos.

    Piense el Senado cuntas habitaciones se habran podido construir; cuntos caminos y qu cantidad deobras pblicas se habran ejecutado con ese dinero.

    Este hecho discriminatorio y de proteccin a las minas norteamericanas, a nuestro juicio, ha represen-tado una poltica contraria al inters de Chile, de extraordinaria gravedad. Es decir, en la guerra pasada,tuvimos un aumento apreciable del volumen fsico de nuestras exportaciones de cobre, su precio jo y bajopara ellas, y, en cambio sufrimos las contingencias del conicto blico, que impidi un normal abasteci-miento de materias primas para nuestras industrias. Tuvimos, adems, que pagar por ello precios excep-cionalmente elevados.

    Disminucin de nuestro poder de importacin

    Estamos en vsperas de sufrir hechos semejantes que es indispensable prever. Para poder formarnos uncriterio exacto sobre esta materia, me parece conveniente que meditemos sobre el siguiente cuadro prepa-rado por la CEPAL y reproducido en la Revista Panorama Econmico:

    (1925-29 100)

    1905-9 1025-29 1945-48 1949

    Poblacin .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 79,6 100 136,4 140,9Volumen Fsico de Exportaciones .. .. 55,5 100 112,8 105,6Volumen Fsico de Importaciones .. .. 54,0 100 669,1 77,6Precio de Exportacin .. .. .. .. .. .. .. .. 83,0 100 71,8 89,5Precio de Importacin .. .. .. .. .. .. .. .. 111,2 100 129,2 146,6Trminos del intercambio .. .. .. .. .. .. 73,8 100 54,4 60,2

    Capacidad para importar .. .. .. .. .. .. .. 41,6 100 62,8 65,1

    Tal como lo establece el informe a que antes me refer, podemos armar que la capacidad de impor-tacin por habitante ha sido, en el ltimo quinquenio transcurrido, la mitad de lo que cada habitante tenaen los comienzos del siglo. La capacidad para importar del ltimo quinquenio es inferior en un 27% a laque tena Chile en los aos 25 y 29.

    Seor Presidente, solicito el asentimiento de la sala para que sean insertados, en las partes correspon-dientes de mi discurso, los cuadros y documentos que tengo a mano, que servirn para ilustrar el alcance

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    emergencia.

    Los hechos que comentamos tienen extraordinaria gravedad, porque Estados Unidos mismo est en-frentando a un fuerte proceso inacionista, y a pesar de las medidas propiciadas por su Gobierno, las alzasde precios en dicha nacin son evidentes en muchos rubros.

    Queremos insistir y precisar estos hechos con el siguiente cuadro demostrativo, que establece la re-

    lacin de alzas que han obtenido otras materias primas bsicas, que han aumentado su valor en 30, 40 oms veces, en circunstancias de que la nuestra, el cobre, tan slo ha llegado al precio que tena durante laprimera quincena y a pesar de que la demanda es cada da mayor.

    VARIACIONES DE COSTOS

    Productos 100 libras 1938 Agosto 1950 Enero 1951Dlares Dlares Dlares

    Cacao 100 3,41 25,57 33,50Caf 100 5,10 46,94 53,75

    Azcar ... 100 1,42 4,35 -.-Trigo . bushel 0,78 2,22 2,375Algodn (en ramas) 100 9,00 38,00 41,30Celulosa .. 100 59,60 115,00 -.-Caucho 100 13,70 31,00 66,50

    Metales

    Hierro tonelada larga 22,00 44,03 -.-Plomo 100 3,70 10,32 18,50Estao 100 42,50 74,50 172,00Plata .. 100 43,20 78,80 80,00Zinc .. 100 3,46 13,80 17,50

    Lana .. 100 18,00 56,00 175,00

    No deseo comentar en exceso los hechos consignados en este cuadro, ni establecer la proporcin deaumento que han experimentado los artculos que en l se sealan, la cual, en algunos casos, llega a un300, un 700 y ms por ciento. Recalco que muchos de estos productos tendremos que adquirirlos a esosmayores precios. Sin embargo, a nosotros se nos ha estabilizado ya, virtualmente, el precio del cobre almismo de la primera guerra mundial. Es en el mundo, prcticamente, el nico artculo o producto que sehalla en esta injusta situacin.

    Es decir, ya Chile est frente a una dura y cruda realidad. Sin intervencin de nuestro Gobierno, por ladeterminacin del Gobierno norteamericano, el precio del cobre ya est jado, y nosotros no tenemos ni

    garanta de nuestro abastecimiento, ni seguridad de que no tendremos que seguir pagando mayores preciospor las importaciones esenciales que tengamos que hacer.

    Ntese, por ltimo, que algunas alzas han sido vertiginosas desde agosto pasado hasta hoy, como con-secuencia de lo que acontece en Corea y en el estado preblico en que vivimos.

    No desconozco el esfuerzo que han hecho el Gobierno y el pueblo norteamericanos para defender losprincipios democrticos. No ignoramos la contribucin que han realizado y realizan para la reconstruccinde Europa y los pases devastados. No silenciamos el aporte de vidas y dineros que hizo y hace; pero no porello podemos silenciar nuestra inquietud y no mostrar las consecuencias que para Chile va a traer, y tiene

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    ya, la poltica de jacin de precios del cobre que se ha adoptado.

    Pasemos ahora a jar las ideas esenciales que, a nuestro juicio, debe tener una poltica sobre el cobre,en relacin con las empresas americanas productoras de dicho mineral. Pensamos que se debe establecerun estatuto legal para nuestra industria, que permita al Estado de Chile un conocimiento exacto y unaintervencin decidida en el mercado mundial del cobre con vista a las siguientes posibilidades: 1) Mayor

    valorizacin del cobre chileno. 2.o) Utilizacin de esas exportaciones, como un fuerte instrumento denuestra poltica comercial en particular, y econmico en general. Para esto es esencial un rgimen jurdicoque asegura una mayor participacin nacional: 1.o) A travs de la poltica tributaria del cobre y de las di-ferencias de cambio. 2.o) Por medio de un rgimen especial de inversiones que asegure que gran parte delas utilidades de la industria se inviertan en Chile. 3.o) Que garantice un proceso de industrializacin quetermine con nuestra absurda posicin de pas productor exclusivo de materia prima; y 4.o) Que asegure elmejoramiento de las condiciones de vida de los obreros y de los empleados que trabajan en dichas faenas.

    Para reforzar las ideas anteriores es conveniente que hagamos una breve excursin por el problema delcobre, en su produccin, elaboracin y consumo mundial, como asimismo, que precisemos las relacionesde dichas empresas con el cartel internacional y juzguemos las reservas existentes.

    El Gobierno y las empresas norteamericanas.- Reservas mundiales de cobre.

    Segn un informe de la Comisin Federal del Comercio denominado The Cooper Industrie y editadoen la Imprenta del Gobierno de Washington en 1947, habra disponibilidades mundiales del orden de losciento once millones de toneladas cortas (una tonelada corta equivale a dos mil libras; una tonelada mtricaa dos mil doscientos cuarenta libras).

    Los Estados Unidos, el Reino Unido y Blgica controlan noventa millones de toneladas.

    Los Estados Unidos, o sea, las minas en ese pas, en Chile, Mjico, Bolivia y Per, controlan sobrecincuenta millones de toneladas, es decir, por lo menos el cincuenta por ciento de la riqueza cuprfera

    mundial.Las disponibilidades de los Estados Unidos se distribuyen as:

    a) Anaconda Copper (Estados Unidos, Mjico y Chile), 25.590.000.000 toneladas. b) Kennecott Copper (EE.UU. y Chile), 13.100.000.000 de toneladas.c) Phelps Dodge (EE.UU.), 7.000.000.000 de toneladas.d) Empresas varias, 9.478 millones de toneladas.Total, 55.168.000.000 toneladas cortas.

    Resumiendo, Estado Unidos tiene ms de un 50% de las disponibilidades mundiales.

    Anaconda y Kennecott controlan el 34,83% del 50%.Chile es el principal depsito de ambos consorcios.

    Tomando la cifra de ciento once millones de toneladas cortas y deduciendo un promedio de consumoanual, en tiempos de paz, de dos mil millones de toneladas, el cobre se liquidara totalmente en cincuentay cinco aos.

    Al estudiarse las reservas por pases, los promedios de vida de esas minas son los siguientes:

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    1) Estados Unidos 27 aos2) Canad .. 30 aos3) Chile . 51 aos4) frica (Rodesia) .. 86 aos

    La extensa vida de las minas de Rodesia guarda relacin con su produccin, que es inferior en un 33por ciento a lo que la Anaconda y Kennecott extraen de nuestro pas. Si se consideran en igualdad de pro-duccin, las reservas de Chile y de Rodesia, veremos que la produccin africana baja su lmite de vida de86 aos a 47 aos.

    O sea, Chile, es la principal reserva de cobre del mundo, y Chuquicamata, el ms importante mineralexistente en el orbe, primeramente, por la cantidad de sus reservas; en segundo lugar, por las condicionesde trabajo, y en tercero, por las posibilidades de explotacin y de transporte.

    Este hecho que anotamos, relativo a las reservas cuprferas, a nuestro juicio, no ha sido valorizado en loque puede signicar para nuestro pas. Una ligera consideracin nos mover a ver su importancia. La pro-duccin de cobre chileno est sujeta a voluntad por el cartel del cobre que rige, hoy como ayer, el mercadomundial. En ltima instancia, como lo establece el informe intitulado The Copper Industries, en la pgi-na 167, acpite tercero, son seis hombres los que directa o indirectamente estn en posesin de determinarla produccin y los precios del 60 por ciento de la exportacin del cobre primario en el mundo.

    Es decir, seis hombres vinculados por el trust del cobre manejan los precios y la produccin delmercado internacional y, con ello, consecuencialmente, estrangulan o dan mejores condiciones de vida apases que, como el nuestro, tienen en el cobre su mayor fuente tributaria y su mayor base de obtencin dedivisas.

    Y pensar, seores Senadores, que no hay ninguna ocina o entidad pblica chilena que tenga antece-dentes serios sobre lo que ocurre con el cobre!

    Los trusts y los carteles

    Largos, muy largos, seran los minutos que podramos emplear para comentar lo acaecido con lostrusts y con los carteles cuprferos. Recordemos lo acontecido tan slo con la Amalgamated CopperCompany, que pretendi controlar, a travs de maniobras nancieras gigantescas, el imperio del cobre.El fracaso de esta intentona signic la ruina de miles de ciudadanos norteamericanos y trajo como conse-cuencia que en Norteamrica se dictaran posteriormente leyes antitrust y anticartel, que, por desgracia,fueron posteriormente modicadas.

    Sin embargo es conveniente notar que siempre han existido los monopolios cuprferos; han sido lossiguientes:

    1.o- Copper Export Association, 918 y 924.2.o- Copper Exported Ind., 916 y 933.3.o- International Copper Cartel, 935 y 939.

    La revisin y el estudio de los precios jados a las minas durante esos aos, dara un gran material yrevelara curiosas cosas.

    Recordemos, de paso, que en el ao 1940, el Gobierno norteamericano j el precio del cobre a travsde las compras realizadas por la Metal Reserve. Con posterioridad a la guerra, se ha vuelto a la poltica quehasta agosto del ao pasado haba jado el sistema de la International Copper Cartel.

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    Del interesante informe que comentamos, hemos extrado de un cuadro grco que demuestra la inte-rrelacin, la interdependencia y las vastas zonas de inuencia del cartel de cobre, su origen y sus proyec-ciones, sus ncleos nancieros y sus establecimientos de industrializacin.

    Toda esta compleja y tremenda rama econmico nanciera industrial constituye un ejemplo tpico delimperialismo, cuyas consecuencias muchos niegan, pero que, dolorosamente, pagan pases como el nues-

    tro, con una economa incipiente y con un escaso desarrollo industrial.El cuadro que he mencionado, que es extraordinariamente til, fue hecho por una comisin de tcnicos,

    a raz de un estudio muy serio y documentado, y lo public el Senado de Estados Unidos; demuestra cmoestas empresas aparentemente adversarias, mantienen profundas relaciones y conexiones entre ellas. De-muestra, adems, cmo se neutralizan, cmo se han establecido empresas subsidiarias y cmo las grandesempresas norteamericanas tienen liales y contactos con el cobre producido en Canad y con el cobre pro-ducido en Rodesia; cmo disponen de instituciones bancarias y cmo, a su vez, instituciones bancarias tie-nen sus representantes en los consejos de aqullas; cmo dependen de estos grandes trusts las empresasmanufactureras y elaboradoras de cobre; y este informe, que recalco- es de extraordinaria importancia,porque fue hecho por tcnico designados especialmente para tal objeto por el Senado de Estado Unidos,llega a la conclusin de que la produccin de cobre es manejada por seis personas que dan prcticamente

    el derecho de vida a pueblos y a millones y millones de hombres.Referente a los directores de las principales compaas, el informe comentado dice: 6 nombres tienen

    posiciones predominantes en las relaciones de compaas.

    Cornelius F. Kelley, Presidente del Consejo de la Anaconda Copper Mining Co.; E. T. Standard, presi-dente de la Kennecott Copper Corp. (Q.E.P.D); Fred Searls, Jr.; A. Chester Beatty, Rober C. Stanley, LouisS. Cates.

    Estos seis hombres, directa o indirectamente, estn en posicin de dictar la poltica de produccin yprecio de alrededor del 60% de la produccin mundial total del cobre primario. Junto con sus interesescomunes tienen muchos puntos de contacto mutuo, lo cual hace innecesaria cualquiera reunin formalconjunta para discutir y llegar a una base de poltica comn.

    Es interesante anotar que las relaciones directas de funcionarios y directores prevalece ms entre lascompaas extranjeras de cobre que en las compaas americanas. En el pasado, las conexiones ocurranms frecuentemente entre funcionarios importantes y directores de las compaas productora de cobre yBancos, por un lado, o con importantes industriales que utilizaban el cobre, por otro.

    Este es el hecho claro, notorio y evidente de lo que nosotros llamamos poltica imperialista, que desco-nocen con tanta terquedad algunos seores Senadores.

    He hecho una peticin general, en la que supongo, tendr cabida este cuadro.

    Los usos del cobre

    Paso, en seguida, a considerar algunos otros aspectos del problema.

    El cobre tiene usos generalizados que van desde su empleo en alta escala para pertrechos blicos, hastalos ms diversos artculos de uso diario.

    Sus principales empleos son:

    a) Industrias elctricas, un 53.8%;b) construccin, 12.3%;

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    c) automviles, 10.6%;d) astilleros, 1%;e) varios, 15.7%.

    Como dato ilustrativo, tenemos el siguiente.Se usan dos millas y media de alambre de cobre en un bombardero, fuera de otras piezas del mismo, que

    a veces constituye un dcimo ms del peso del avin.En un buque de guerra, hay dos millones de libras de cobre, y ochocientas libras en un tanque.En cuatro minutos, un can consume unas treinta libras en balas, lo que bastara para una milla y me-

    dia de alambre telefnico.En el ao 1945, se estim que Estados Unidos consumi 525.000 toneladas de cobre en la fabricacin

    de latn para balas.Me parece innecesario hacer el ms leve comentario sobre estas cifras.Antes de que el cobre llegue al mercado consumidor, sufre las siguientes transformaciones: fundicin,

    renacin y elaboracin o manufactura.

    FUNDICIN.- La capacidad de fundicin de los Estados Unidos sube de 10.000.000 de toneladas cor-tas. Trata los concentrados norteamericanos, chilenos, mejicanos, peruanos y parte de los canadienses. La

    capacidad fundente de 10.000.000 de toneladas est en manos de:a) American Smelting & Rening Co. (principal accionista es la ANACONDA, que es duea de mi-nas en Norteamrica y, por cierto, en Chile): 30% de toda la capacidad americana. Es la mayor fundicindel mundo. b) Anaconda Copper Mining Co. y su subsidiaria, la International Smelting Rening, ya citada.c) Kennecott Copper y subsidiarias.d) Phelps Dodge Corp. y subsidiarias.

    REFINACIN.- Las cuatro empresas anteriores, ms la American Metal, una subsidiaria, controlanel reno.

    ELABORACIN O MANUFACTURA.- El control pertenece a varias empresas, que indicar a con-

    tinuacin.

    Las empresas subsidiarias en la rbita del trust

    Las empresas a que me reero son:

    a) General Cable Corps, subsidiaria de la American Smelting & Rening Co., a su vez subsidiaria dela Anaconda Copper Mining Co. b) Chase Brass and Copper, subsidiaria de la Kennecott Copper.c) Kennecott Wire and Cable, ex American Electrical Works, subsidiaria de la Kennecott Copper.d) American Brass Co., subsidiaria de la Anaconda Copper Mining.e) Anaconda Wire and Cable Co., subsidiaria de la Anaconda.f) Phelps Dodge Corp.

    Si recordamos que el grco que hemos extrado del informe tantas veces comentado demuestra conclaridad meridiana la vasta red de intereses que mantiene la extraccin del cobre, y a ello agregamos losque se mueven, y que son los mismos, en sus procesos de fundicin, renacin y elaboracin, tendremoslgicamente que concluir hacindonos algunas preguntas.

    En qu etapa se obtienen las verdaderas utilidades? En dnde est ubicado el mayor negocio? Es en

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    la extraccin, o en los procesos de su industrializacin? Seguramente es en su etapa nal y, por ello, pode-mos observar que las grandes compaas cuprferas norteamericanas, que tienen sus intereses en Chile, nohan opuesto una gran resistencia a la jacin de precios hecha por el Gobierno norteamericano, y la raznes que ellos obtienen mayores y magncas utilidades en el proceso de industrializacin.

    De aqu, tambin, las dicultades inherentes que nos impiden levantar la primera etapa industrial del

    cobre en nuestro pas: la creacin de la planta fundidora de Paipote.Hace tan slo pocos das, en este mismo recinto, hizo presente nuestro Honorable colega el Senador

    Isaura Torres, los tropiezos que la American Smelting ya estaba oponiendo a nuestro futuro plantel fundi-dor.

    La pequea y mediana minera

    Recordemos tambin, como hecho penoso, que nuestra mediana y pequea minera debe vender su co-bre en bruto a empresas extranjeras y que nuestro pas no elabora dicho metal. De all la tragedia de nuestramediana y pequea minera; de ah sus mprobos esfuerzos por salvarse, frente a sus altos costosa; de allla poltica de industrializacin, que es indispensable impulsar.

    Para aquellos que quieren profundizar ampliamente, estn los trabajos realizados por nuestro Institutode Ingenieros, por los Congresos Mineros, por la Sociedad Minera, por las jornadas sobre minera y cobrerealizadas por nuestra Universidad y por dos interesantes memorias: La Industria del Cobre en Chile, dedon Fernando Morales, y La Economa de Chile y la Industria del Cobre, de don Ignacio Aliaga Ibar.

    En todos estos estudios, en todos estos trabajos, en todos estos esfuerzos hechos al servicio de Chile,hay un ndice acusatorio para los Poderes Pblicos, que no han sabido trazarse una poltica en torno a nues-tra minera y, especialmente, en torno a la gran minera, que est ntegramente controlada por capitalesextranjeros. De ah, tambin, el desamparo, la intranquilidad y la incertidumbre que permanentemente su-fre nuestra pequea y mediana minera. De ah tambin las encendidas palabras con que, peridicamente,

    el Senador Videla Lira sacude la indiferencia de este recinto, reclamando una poltica denida y clara quevaya en apoyo permanente de este gran esfuerzo de nuestros connacionales.

    Bastar tan slo leer en el trabajo de la CEPAL, sobre Amrica latina, pgina128, para darse cuenta deque, a pesar de todo, la mediana y pequea minera entregan a la riqueza nacional un porcentaje alto dedivisas. Efectivamente, en la parte pertinente de este interesante estudio, se establece lo siguiente:

    Es evidente que Chile quiere evitar la desaparicin de la mediana y pequea minera mediante el cam-bio diferencial y otras medidas de proteccin. La comparacin de costos que se acaba de presentar podrahacer pensar que esto es antieconmico para el Pas. Sien embargo, el costo no es el nico elemento delproblema, pues hay otro, de importancia tan considerable para la economa del Pas que podra resultardecisivo. Este elemento es la cantidad de dlares por unidad de cobre exportado que entregan la mineranacional y la extranjera. En 1948, esta ltima entreg 12,33 centavos por libra de cobre exportado, mien-

    tras que lo entregado por la minera nacional fue de 14,57 centavos, o sea, 19 por ciento ms.En consecuencia, la minera nacional, a pesar de tener mayores costos, contribuy ms que la extranjera

    al acervo de dlares que Chile tanto necesita para su desarrollo econmico.

    No me extiendo sobre esta materia, porque es un campo que est entregado a la especializacin denuestro colega el Honorable seor Videla Lira.

    De todas maneras, creo til intercalar un cuadro de los aportes de la mediana pequea minera a la ba-lanza de pagos en los ltimos aos, que solicito sea tambin incluido en mi discurso, seor Presidente.

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    El seorCorrea (Presidente).- Si no hay oposicin, se acceder a lo solicitado por Su Seora.

    Acordado.

    APORTE DE LA PEQUEA Y MEDIANA MINERA A LA BALANZA DE PAGOS(CIFRAS EN DLARES)

    US. Comercial US. Comercial Exportaciones Exportaciones ExportacionesAos Co. Co. Caja de Crdito de otras de oro Total

    Anticipos Gastos en Chile Minero empresas amonedado

    1942 10.184.316 -.- 393.244 3.725.281 -.- 14.302.8411943 12.016.304 434.914 1.941.761 3.359.015 -.- 17.751.9941944 10.897.043 455.247 2.691.169 2.021.550 -.- 16.065.0001945 6.037.368 410.192 6.395.975 377.447 -.- 13.220.9821946 337.903 545.839 6.720.980 5.459.322 -.- 13.064.0441947 -.- -.- 3.569.217 7.220.787 -.- 10.790.0041948 -.- -.- 3.101.814 8.298.149 10.756 11.410.7191949 -.- -.- 1.616.551 8.405.983 11.358.222 21.380.756

    Nuestra gran minera

    Como es sabido, tres son las grandes norteamericanas dueas de nuestros grandes yacimientos cuprfe-ros, la Braden, La Chilex y la Andes.

    No tenemos ni tiempo ni deseo de hurgar en el pasado para establecer en cunto y de qu manera se ad-quirieron esos yacimientos. Dara este tema para hablar horas de horas. No queremos detenernos a destruircon hechos irrefutables el mito de las grandes inversiones que han debido hacer para poder llegar dichasempresas productoras al alto nivel tcnico en que estn. Recomiendo al que lo desee, que lea los captulospertinentes del libro del seor Ignacio Aliaga, en donde se habla de ganancias fabulosas, de utilidades es-telares, y de su ms increbles, obtenidas por los que primitivamente nanciaron estas iniciativas a travsde transacciones, emisiones de bonos, debentures, etc.

    Igualmente, en los estudios de los seores Morales y Aliaga, se establecen los porcentajes de utilidadesobtenidas por estas grandes entidades cuprferas, que han alcanzado casi permanentemente un 30, un 40 yun 50% sobre su activo.

    En todo caso, es til considerar un cuadro del interesante y documentado estudio hecho por la CEPALque reeja el aporte que, desde hace aos, vienen dando a la economa nacional las empresas cuprferasy que demuestra, segn decamos anteriormente, que tan slo a partir del ao 1940, Chile ha obtenido unporcentaje apreciable de las utilidades de dichas empresas, y, cmo en los aos anteriores, esas compaas,

    frente a la baja tributacin que pesaba sobre ellas, deben de haber obtenido ganancias fabulossimas,estelares, fantsticas.

    El seorFrei.- Me permite, seor Presidente?

    He formulado indicacin para que se publiquen in extenso las observaciones que en este instante esthaciendo el Honorable seor Allende.

    El seorCorrea (Presidente).- Si a la Sala le parece, se proceder en la forma indicada por el Honorableseor Frei.

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    Acordado.

    El seorAllende.- El cuadro que estoy comentando establece que el ao 1928 el porcentaje en aportede divisas respecto del valor nominal en Nueva York era de 22; en 1931 subi a un 30; en 1936 lleg a 57,y en 1948 a 56.

    Solicito que este cuadro sea incluido con los dems antecedentes a que me estoy reriendo.

    El seorCorrea (Presidente).- Se proceder en la forma solicitada por el seor Senador.

    Distribucin del precio del cobre de la gran minera de chile, renado y puesto en Nueva York, en centa -vos por libra.

    Valor del cobre remanente en Chile

    Aos % del aporte de divisas respecto del valor nominal en Nueva York1928 221929 121930 22

    1931 301932 451933 251934 231935 231936 271937 261938 371939 371940 411941 421942 501943 54

    1944 561945 531946 571947 461948 56

    Refuerza lo que demuestra el cuadro y lo que he dicho, el siguiente prrafo del informe de la CEPAL:

    La productividad ha seguido aumentando desde aquellos tiempos; mientras en 1928 se producan 15,7toneladas por hombre-ao en la gran minera, veinte aos despus producanse 27,3 toneladas, o sea unaumento de 11,6 toneladas. Este incremento ha pasado ntegramente a Chile en virtud de su mayor parti-

    cipacin en el valor del cobre. En efecto, en 1928, el 22 por ciento del valor del cobre que reciba el pasrepresentaba 3.462 toneladas, en tanto que el 56 por ciento recibido en 1948, equivala a 15.293 toneladas,lo cual representa un incremento de 11.831 toneladas, algo mayor que el de la productividad por hombre-ao.

    Ya se ha explicado anteriormente que esto se ha conseguido mediante el sistema impositivo y el rgi-men de cambios diferenciales.

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    El cobre y sus aportes a la balanza de pagos.

    Frente a la necesidad imperiosa de no cansar a mis Honorables colegas, debo de inmediato pasar a ex-poner lo que la gran minera representa en nuestra balanza de pagos.

    Tengo a la mano un cuadro sobre los aportes del cobre a la Balanza de Pagos desde 1942 a 1949, quetambin ruego sea incluido entre los antecedentes que estoy dando en esta materia.

    El seor Correa (Presidente).- Se proceder en la forma que lo ha solicitado el seor Senador.

    - El cuadro que se acord incluir es del tenor siguiente:

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    En los valores de retorno, se considera el costo legal de produccin y la tributacin y los derechos adua-neros. Adems, est incluido lo que las compaas emplean en importaciones, con cambios propios, a pesarde que esto pudiera ser considerado tan slo una cuenta de orden aparte.

    En los valores no retornados, estn las utilidades, los fondos para reservas y depreciaciones, los deprovisin para impuestos y los gastos en el extranjero.

    En seguida tenemos un porcentaje de cada uno de estos rubros.En primer lugar, salta a la vista un hecho de gran importancia. A partir del ao 1944, el porcentaje de lo

    retornado por el costo legal de produccin desciende ostensiblemente desde un 41,2 por ciento a un 36,4por ciento; de igual manera, hay un descenso del total de los valores retornados que vara, desde un 76,5por ciento, el ao 1944, a un 70 por ciento el ao 1949; en cambio, en los valores no retornados se elevadesde un 23,5 por ciento el ao 1944 a un 30 por ciento el ao 1949.

    En este mismo cuadro podemos observar lo siguiente:

    Las importaciones realizadas con los cambios propios de las empresas han variado desde 12 millonesde dlares al ao, la ms baja, hasta la de 26 millones, la ms alta.

    Lo curioso es que ninguna institucin chilena, ni el Comercio Exterior, ni el Ministerio de Economa,ni ninguna reparticin, ni ningn ciudadano de nuestro pas, sabe en qu se invierten los dlares de esasimportaciones.

    S que muchos de estos millones han estado destinados a adquirir maquinarias o a ampliar las instala-ciones o a crear otras nuevas; pero tambin se ha importado una inmensa cantidad de artculos que no sonmaquinarias. Nadie sabe en nuestro pas el precio pagado por esos artculos o por estas maquinarias y tanslo simplemente, con una sencillez abismante, cada tres o cuatro meses se informa al Comercio Exteriorque se van a utilizar tantos millones de dlares para hacer importaciones, que no se detallan; se hacen englobo. Yo me pregunto, no sera lgico que una ocina scal o el Consejo de Comercio Exterior cono-ciera el detalle de estas importaciones? No sera til saber los planes de desarrollo de estas industrias y elporcentaje de millones que van a tener que utilizar anualmente en este rubro? Pinsese que veinte millonesde dlares anualmente representan el 10% de nuestro Presupuesto Anual de Divisas, que son libremente

    empleados por dichas compaas. Es cierto que con ello se valoriza su Activo en un alto porcentaje, segu-ramente; pero es cierto tambin que ello representa un extrao y curioso criterio de excepcin para dichasempresas, en relacin con nuestros connacionales.

    La columna de utilidades nos demuestra un porcentaje de ellas que es superior, trmino medio en cincoaos, al 19% y tan slo un ao, el 1945, lleg slo al 10%. Pensemos que estas utilidades estn en relacincon la poltica tributaria, que se ha alzado fuertemente a partir del ao 1940, lo que permite rearmar lo quedijimos de las fabulosas utilidades que debieron haberse obtenido antes de este periodo.

    De los valores no retornados hay dos columnas que estimamos indispensable comentar. Aquella queest destinada a consignar los millones de dlares de depreciaciones y reservas: Depreciaciones y reser-vas de minas. Para depreciaciones y reservas de minas, se han acumulado, trmino medio, cerca de sietemillones de dlares al ao. Yo me pregunto, y Chile qu ventaja obtiene de esta acumulacin? Acaso noes nuestro pas, el que sufre anualmente una progresiva descapitalizacin con la explotacin intensiva deestos minerales? Este ritmo de descapitalizacin no est sujeto a la voluntad del trust y, en resumen,a la de estos seis ciudadanos que, como ya hemos dicho, jan el ritmo de produccin y los precios en elmercado internacional del cobre?

    Pero hay ms, seores Senadores; entre los valores no retornados, hay una columna que reeja losgastos de esas empresas en el extranjero; y aqu s que la cosa tiene caracteres trgicos. El ao 1944, segastaron para este objetivo doscientos setenta y nueve mil doscientos veinte dlares; el ao 1945, dos mi-

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    Brevemente, si algn margen de utilidad se indica nuevamente aun los informes publicados por losproductores muestran generalmente buenas utilidades para 1943. Los informes de las compaas, las cua-les fabrican y asimismo extraen el cobre, indican que mientras la mayor parte de las ganancias provienende la divisin de operaciones de fabricacin, las ganancias de la extraccin del cobre tambin han sidosustanciales.

    Mtodos para computar costos: El efecto de los costos en las complicadas relaciones de demandas,abastecimiento y precio del cobre es muy difcil de apreciar con algn grado de exactitud y comparacin.No existe una buena medida como para uniformar el sistema de contabilidad que permita una comparacindetallada de los costos de produccin del cobre de una Compaa de Estados Unidos, o con Compaasde pases extranjeros. Las variaciones en los mtodos encargados del desarrollo de los costos, dan un granmargen de diferencia en los informes de costos de una misma compaa, de un ao a otro. Algunas compa-as acostumbran a cargar estos costos durante el ao en que estos costos han incurrido; otras los extiendenaun al mineral mismo (Ore bodies). Los mtodos que calculan la depreciacin, los crditos asignadospara subproductos de metal producidos, y las polticas seguidas con respecto a la extraccin del mineralde mayor o menor ley seleccionado de acuerdo con el mercado de precios del cobre, afectan a los costos,especialmente con respecto a la comparacin.

    En la pgina 53 de la Memoria del seor Morales, al comentar un balance de las utilidades de la AndesCopper, se establece que su Activo est inado en cerca de 21 millones de dlares y se dice: la utilidadobtenida en relacin con ese capital no guarda relacin alguna. Agrega: tomaremos como ejemplo, laChile Exploration. La compaa nombrada es parte de otra organizacin existente en los Estados Unidos,llamada Chile Copper Company. Luego, agrega: La misma propiedad minera, que gura en los balancesde la Chile Exploration, con un valor de cinco y medio millones de dlares, aparece en los de la ChileCopper, con un valor ascendente a 99 y medio millones de dlares.

    Por otra parte, dice, la empresa que nos sirve de ejemplo, se inici con un capital nominal de 1.000.000de dlares, y hasta el da de hoy, sigue presentando su balance en nuestro pas, con ese capital. En cambio,la Chile Copper aparece con un capital en acciones de ciento diez y medio millones de dlares. Dice,adems, sera del caso preguntarse por qu una misma compaa presenta rubros iguales con valores dis-tintos. Y ms claramente Por qu se han colocado diversos valores a la propiedad y al capital social?La explicacin de estos hechos la encuentra el seor Morales en el deseo de eludir el pago de los impuestoscorrespondientes. Iguales comentarios hace para la Braden Copper. Y termina as: Ambas empresas sonsubsidiarias de otras compaas poderosas y es totalmente imposible descubrir el traspaso de fondos, losreavalos hechos en los Estados Unidos, etc. Etc., que afecten a los capitales reales y efectivamente inver-tidos en nuestro pas.

    Dejo constancia de que esta Memoria ha sido distinguida en su aprobacin por los profesores universi-tarios seores Carlos Atienza y Moiss Pobrete Troncoso.

    Comentarios mucho ms duros respecto de los balances presentados por las empresas norteamericanasen nuestro pas, se deducen de las detalladas y serias reexiones que hace en su estudio el seor AliagaIbar, quien emplea conceptos condenatorios para dichas empresas y para los juegos, giros y maniobras que

    hacen con dichos balances, planteando al mismo tiempo algunas crticas a nuestro servicio de ImpuestosInternos. Quiero hacer notar que el trabajo del seor Aliaga Ibar ha sido publicado ocialmente por la Uni-versidad de Chile, lo que da a sus palabras una extraordinaria fuerza y un profundo vigor. Quisiera poderdisponer de tiempo para leer siquiera algunos de los prrafos del seor Aliaga.

    Deseo tan slo y como parte nal de esta extensa intervencin, hacer presente lo siguiente:

    Reviste extraordinaria importancia para determinar las utilidades de las empresas, para el pago de latributacin, saber exactamente el costo de produccin que tienen en Chile las empresas cuprferas ameri-canas. Que doloroso es observar que, sobre esta materia, ni el Ministerio de Economa, ni la Direccin de

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    Datos y antecedentes indispensables

    Hace meses, solicit se ociara a Impuestos Internos o al organismo correspondiente, para que se hicie-ra un estudio que consignara los siguientes puntos. Ignoro si se ha realizado en parte o no.

    1. Fecha de comienzo de la explotacin en Chuquicamata. Toneladas y tipo de cobre, producidosdesde el da en que Anaconda inici sus operaciones comprando Chile Copper;2. Monto total de las inversiones de Anaconda en ese mineral desde el da uno. Tipo de dlar de cadainversin, en relacin con el pesote la poca. Las conversiones matemticas correspondientes son las ni-cas que pueden jar la inversin real en el mineral;3. Monto total de los impuestos pagados conforme a la Ley de Impuesto a la Renta y posteriormente,las leyes adicionales;4. Rendimiento del sistema de retorno por costo legal de produccin;5. Monto del valor de la produccin de cobre en dlares desde el da uno;6. Monto en dlares de las utilidades retiradas en el mismo plazo.

    Considero indispensables estos antecedentes para poder apreciar exactamente una faz de lo que estoytratando.

    Lamento sobre manera no entrar ahora a detallar algunos de los aspectos de la poltica social que desa-rrollan dichas empresas, ni a precisar exactamente el signicado real que tienen algunas de las ventajas queestn contempladas en sus contratos de trabajo, como son las ventas que se hacen en sus pulperas; estudiosque estn consignados en el trabajo del Sr. Aliaga y que deben preocuparnos, porque diecisiete mil obrerosy cuatro mil empleados trabajan en dichas empresas.

    Seguro de enfermedad

    Tan slo quiero agregar que, si es indispensable que el Gobierno y el Parlamento de Chile tengan un

    conocimiento exacto de estas empresas, en el aspecto econmico nanciero, por la repercusin que l tienesobre el proceso nanciero del pas, es conveniente que se sepa tambin que el trabajo de las minas decobre, tiene para su capital humano, una tremenda y dolorosa repercusin.

    La silicosis, que est directamente en relacin con la higiene industrial de dicho establecimientos, dejainvlidos a cientos de obreros. Slo quiero dar algunas cifras, que demuestran lo grave que es para el obre-ro chileno el trabajo en dichas empresas. Estudios realizados en Potrerillos han permitido establecer queuna proporcin superior al 33 por ciento de los obreros est afectada por la silicosis. En los minerales deChuquicamata y de la Braden Copper, este porcentaje sobrepasa el 25 por ciento.

    Todo el andamiaje de nuestra legislacin de previsin social est quebrado por las fallas que tiene laLey de Accidentes del Trabajo, que no incorpora a las enfermedades profesionales en dichos rubros. Hecholamentable que se agrava porque, recientemente, la Cmara de Diputados ha desglosado de las Reformas

    de la Ley 4.055 las del Seguro de Enfermedad, que, conjuntamente, se enviaron al Parlamento hace exac-tamente diez aos.

    El camino por seguir: Corporacin o Comisin Nacional del Cobre

    Seores Senadores, he dicho al comenzar mi intervencin que Chile ha carecido de una poltica sobre

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    Unos piensan, otros hacen:La problemtica de la divisin intelectual y manual del trabajo en

    La Ideologa Alemana de Marx y Engels

    Por Daro Covarrubias1*

    La escisin generalizada del espectculo

    es inseparable del Estado moderno, es decir,

    de la forma general de la escisin en la sociedad,

    producto de la divisin del trabajo social

    y rgano de la dominacin de clase.

    Guy Debord. La Sociedad del Espectculo.

    El contexto temporal en el cual Marx desarrolla sus estudios, lo llevo necesariamente a un choque conlas Ciencias Sociales que se presentaban como una disciplina en manos de la burguesa, la cual se encon-traba en connivencia con las ideas de los grupos dominantes. De esto Marx intenta desligarse. A pesar desu acercamiento a cierta epistemologa liberal que se est dando en su tiempo, lo relevante de esta pocay de sus escritos son las interpretaciones y las crticas que se encuentra haciendo de su presente, de surealidad.

    La importancia que presenta para el desarrollo global del pensamiento de Marx su obra La IdeologaAlemana, en colaboracin con Engels, radica, fundamentalmente, por ser la primera exposicin de la con-cepcin materialista de la historia, y a la vez, por presentar una serie de problemticas, que giran en tornoa este tema fundamental, en que sirven de explicacin y comprensin global del fenmeno de la realidadhistrica humana. Dentro de estos elementos se encuentra la problemtica de la divisin del trabajo inte-

    lectual y manual.Lo que se pretende en este anlisis es explicar el fenmeno de la divisin del trabajo intelectual y ma-

    nual, relacionndolo directamente con las interpretaciones, realizadas por Marx y otros autores ligados a lacorriente marxista, a la aparicin de dos clases antagnicas, al problema de las ideologas, y a la utilizacinde instituciones, como el Estado o la escuela, para la reproduccin masiva de los constructos ideolgicos.De esta forma se comprender que es la naturalizacin del discurso, a travs de la universalizacin de lasideas de la clase dominante, que impone sus concepciones ideolgicas, lo que ha llevado a la divisin deltrabajo intelectual y manual, a la inversin de los caracteres histricos del individuo y a la escisin de supersonalidad.

    Sobre el anterior enunciado guiar el anlisis, utilizando conceptos como: ideologa, conciencia, divi-sin del trabajo, clase social, Estado, etc., los que tambin han sido trabajados por los continuadores de laobra de Marx, y que nos servirn de fundamento o contraposicin a nuestra armacin primera. Entre estosse encuentran Louis Althusser con su texto Ideologa y Aparatos Ideolgicos del Estado; Valentn Volos-hinov y su trabajo Freudismo. Un bosquejo critico, y,El marxismo y la losofa del lenguaje; y, EttieneBalibar conLa Filosofa de Marx. Nos guiaremos, obviamente con el texto del ao 1845-1846 de Marx yEngels,La Ideologa Alemana. Estos, en su conjunto, completarn la comprensin sobre la problemticaplanteada, explicando esta complejidad en el pensamiento de Marx en este estadio de su vida y obra.

    1* Estudiante de quinto ao de Pedagoga en Historia y Ciencias Sociales, Universidad de Valparaso.

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    trae como consecuencia un nuevo desarrollo de la divisin del trabajo. (Marx y Engels, 2002: 3-4)

    Lo que necesitamos comprender es, en palabras de Ettiene Balibar, cmo puede sta [la ideologa]seguir siendo dependiente del ser social (Sein) y al mismo tiempo autonomizarse cada vez ms con respec-

    to a l, hasta hacer surgir un mundo irreal, fantstico, vale decir dotado de una aparente autonoma, que

    sustituye la historia real. (Balibar, 2000: 50)

    Si entendemos, como deca Marx, que para poder hacer historia los hombres deban primero podervivir, (a travs de la satisfaccin de la necesidades primarias y secundarias, y la procreacin), se mani-esta explcitamente una conexin materialista de la historia no invertida de los hombres, condicionadapor la necesidades de produccin y las relaciones interpersonales (en la vida, la familia, en el trabajo, etc.).Pero estos elementos de la conciencia humana estn siendo separados de la prctica, lo que traera la frag-mentacin, a la vez, del pensar y el hacer. La divisin del trabajo slo se convierte en verdadera divisina partir del momento en que se separan el trabajo material y el mental. Desde este instante, puede ya la

    conciencia imaginarse realmente que es algo ms y algo distinto que la conciencia de la prctica existente,

    que representa realmente algo sin representar algo real; desde este instante se halla la conciencia en con-

    diciones de emanciparse del mundo y entregarse a la creacin de la teora pura, de la teologa pura,

    la losofa pura, la moral pura, etc.. (Marx y Engels, 2002: 14)

    El sujeto que nos quiere mostrar Marx, es un individuo que, inuenciado por la ideologa, no puedesuperar el estado de escisin, un sujeto que est fuera de s mismo, extraado de su historia real. Esta apa-riencia escindida sera la causa de que el hombre nunca sea hombre, de que se encuentre aislado en susrelaciones con sus pares, a travs de la divisin del trabajo espiritual y material que es asignado a diferentesindividuos. El hombre tendra la misin de reinvertir esta situacin, con el n de superar este extraamien-to al que lo ha sometido el poder de las ideas.

    Si lo anterior lo vemos desde la ptica de Louis Althusser, nos encontramos con una contraposicin a loque Marx y Balibar concuerdan. Althusser considera que la bsqueda de s mismo (presente enLa Ideo-loga Alemana) es algo ideolgico. Las ideologas construyen subjetividades, donde el sujeto se transformaen una construccin ideolgica, que opera a travs de un mecanismo llamado interpelacin (burguesesy proletarios, son conceptos que permiten un reconocimiento del hombre en estos). Toda la sociedad se

    encuentra impregnada de ideologa, y los hombres se encuentran sujetos a los denominados aparatos ideo-lgicos de Estado, situaciones que, fatalmente para Althusser no son posibles de superar.

    Pero de cierta manera, Althusser nos entrega algunos elementos que nos permitirn fundamentar larelacin que poseen las ideologas (en este caso las ideologas dominantes), con el surgimiento de la di-visin del trabajo intelectual y manual, propuesto por Marx en La Ideologa Alemana. Si atribuimos ladivisin del trabajo, a la inuencia que ejercen las ideologas en los modos de produccin, de un periododeterminado, debemos a la vez desarrollar la manera en que se lleva a cabo tal inuencia, cules son losmecanismos, y sus resultados. Para esto, Althusser en su textoIdeologa y Aparatos Ideolgicos de Estado,es claro al determinar el rol que ejerce uno de los aparatos ideolgicos de Estado ms eciente, como es laEscuela en el establecimiento de la dominacin de clase y en la divisin del trabajo. ste argumenta:

    Qu se aprende en la escuela?... se aprende a leer, escribir y contar, o sea algunas tcnicas, y tambinotras cosas, incluso elementos utilizables directamente en los distintos puestos de la produccin (una instruc-cin para los obreros, una para los tcnicos, una tercera para los ingenieros, otra para los cuadros superiores,etc.) Pero al mismo tiempo, y junto con esas tcnicas y conocimientos, en la escuela se aprenden las reglasdel buen uso, es decir de las conveniencias que debe observar todo agente de la divisin del trabajo, segn el

    puesto que est destinado a ocupar: reglas de moral y de conciencia cvica y profesional, lo que signica enrealidad reglas del respeto a la divisin social-tcnica del trabajo y, en denitiva, reglas del orden establecido

    por la dominacin de clase. (Althusser, 1971: 5-6)

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    Es una clase la que tiene el poder poltico del Estado, la que impone la ideologa predominante en lasociedad en un momento histrico determinado. Parafraseando a Marx, Las ideas de la clase dominanteson las ideas dominantes en cada poca; o, dicho en otros trminos, la clase que ejerce el poder material

    dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante (Marx y Engels, 2002: 26).Y es en la escuela, entre otros aparatos, donde se lleva a cabo el sometimiento ideolgico y la determina-cin de los individuos a un futuro que parece predeterminado por las ideas de la clase dominante. Incluso

    podemos ir ms all, y ver como en la escuela, a travs de una tcnica ecaz como es el lenguaje o la pa-labra, se lleva a cabo este proceso de divisin del trabajo. Para esto sera prudente el acercamiento a unode los estudiosos de la problemtica del lenguaje como es Valentn Voloshinov.

    Voloshinov es uno de los primeros en plantear un estudio sistemtico de los fenmenos ideolgicos,proponiendo y sosteniendo, que los fenmenos ideolgicos tienen autonoma. Adems, se ha caracterizadopor ampliar el fenmeno ideolgico mas all de las crisis econmicas, acentuando el carcter del lengua-je; hay un esfuerzo por comprender los fenmenos econmicos, alejados de la base economicista marxistaanterior, pero manteniendo ciertas ideas esenciales. Por otro lado, Voloshinov ve la posibilidad de disputarel poder del Estado ah donde es inmune: en los enunciados (lo que lo diferencia diametralmente de lavisin althusseriana).

    Lo que caracteriza a la escuela es la transmisin de informacin (ideas de la clase dominante) a travsde palabras, con signicados que ocultan una serie de prcticas. Para Voloshinov en su obra El Marxis-mo y la losofa del lenguaje, lo anterior es clave Porque la palabra penetra prcticamente en cuantainteraccin e interrelacin se lleve a cabo entre los hombres: en la cooperacin en el trabajo, en los even-

    tuales roces cotidianos, en las relaciones polticas, etc. En la palabra se ponen en funcionamiento los in-

    numerables hilos ideolgicos que traspasan todas las zonas de comunicacin social. Por eso es lgico que

    la palabra sea el indicador ms sensible de las transformaciones sociales. (Voloshinov, 1993: 43)

    Esta relacin de la ideologa con la palabra, nos permite explicitar aun ms nuestra armacin primera,ya que podemos comprender, cmo la clase dominante, a travs de la escuela, fundamenta la desigualdaden el acceso al conocimiento, separa el todo y lo divide en dos partes: por un lado la enseanza para losque, por su condicin, deben cumplir el rol de productor(o el que hace) y por otro, la enseanza paralos que, por su arrogancia, sed de dominacin y afn de acaparamiento, deben cumplir el rol de intelectual(o el que piensa). Es otra manera de hacer la diferenciacin de clases que hace Marx, para hablar deburgueses y proletarios.

    Son estos intelectuales de la clase dominante, los que imponen sus intereses particulares, como elinters comn (general) o de todos los miembros de la sociedad. Sus ideas son universalistas (vigentesy racionales), lo que lleva a una naturalizacin casi incuestionable de stas. Si sumamos a esto el poderpoltico que tiene en sus manos la clase dominante, a travs del control del Estado, el obstculo que debesortear el hombre para poder reencontrarse con s mismo, con su historia real y comn, y con sus relacionesinterpersonales, en n, para volver a unir el pensar y el hacer, se amplia de gran manera.

    En efecto, a partir del momento en que comienza a dividirse el trabajo, cada cual se mueve en un de-

    terminado crculo exclusivo de actividades, que le viene impuesto y del que no puede salirse; el hombre es

    cazador, pescador, pastor o crtico, y no tiene ms remedio que seguirlo siendo, si no quiere verse privadode los medios de vida. (Marx y Engels, 2002: 16). En el momento en que Marx arma esto, a la vez nosdice que slo en lasociedad comunista el hombre, al encontrarse consigo mismo, podr ejercer la actividaddel pensamiento y del hacer prctico, sin separar el uno del otro.

    Pero para lograr lo que nos propone Marx, se hace necesario y primordial superar esta ideologizacinde la conciencia humana, este apartamento de la realidad objetiva, ya que slo despus de esta fase po-dremos comprender la mentalidad de los sujetos (hay una relacin directa de lo material u objetivo con losfenmenos de la mente humana). Quien nos deja an ms claro esto, es otra vez, Voloshinov, el que en su

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    textoFreudismo. Un bosquejo critico, plantea: Lo que llamamos psique humana y conciencia reejala dialctica de la historia en una medida mucho mayor que la dialctica de la naturaleza. La naturaleza

    presente en ellas es una naturaleza ya refractada por lo econmico y lo social (Voloshinov, 1997: 155)

    Lamentablemente esta conciencia humana est cada vez ms autonomizada (ha perdido su inmanen-cia), por causa del proceso ideolgico, que es la existencia alienada de la relacin entre los individuos.

    Cmo hace Marx para fundamentar lo anterior? Contndonos la historia de cmo fue pasando esto atravs del tiempo, exponindonos la sucesin de formas de conciencia correspondientes a las etapas de lapropiedad, el Estado y los diferentes modos de produccin.

    La sumisin de los que hacen, ante los que piensan, se puede explicar, como dijimos recin, por el po-der que tienen estos ltimos para imponer sus ideas a travs de aparatos ideolgicos como la iglesia, lossindicatos, la escuela, la prensa, la cultura, etc., pero tambin poraparatos represivos del Estado como lapolica, el ejrcito, las prisiones, etc., los que, en conjunto, trastocan la conciencia y ejercen coercin, lle-vando a un grado mnimo la capacidad de accin revolucionaria de los primeros. Es por esto que parte dela tradicin marxista ha considerado al Estado como aparato represivo. El Estado es una maquinade represin que permite a las clases dominantes (en el siglo XIX a la clase burguesa y a la clase de los

    grandes terratenientes) asegurar su dominacin sobre la clase obrera para someterlaa la explotacin

    capitalista. (Althusser, 1971: 10)Es en este organismo, en el Estado, donde se encuentran alojados los individuos que mantienen en la

    miseria a los trabajadores, al hombre escindido, que proclaman la divisin del trabajo intelectual y manual,que han sacado a los hombres de su historia, vida y esencia real, para llevarlos a recorrer una idea fants-tica donde slo ellos se encuentran beneciados, un mundo ideologizado que no puede ser puesto encuestin.

    Proceso ideolgico y divisin del trabajo estn directamente relacionados desde el comienzo de lahistoria, y ms especcamente desde el establecimiento del Estado. No hay divisin del trabajo sin unEstado que imponga la ilusin de que la ley descansa sobre la voluntad libre. Pero el Estado y los agentesde la explotacin, no se conforman con la simple divisin del trabajo, ya que, como dijimos al comienzo,la divisin del trabajo slo se convierte efectivamente en tal a partir del momento en que se produce una

    divisin del trabajo material e intelectual. Con la divisin del trabajo manual e intelectual se trae aparejadael surgimiento de las ideas, los idelogos en la poltica, y un plan de dominacin global en manos delos propietarios. Consecuencias que llevan que en la conciencia comn las cosas estn puestas cabezaabajo. (Marx y Engels, 2002: 47)

    ----------------------------------------

    Para gran parte de los autores reseados en este anlisis, enLa Ideologa Alemana, las caractersticasms importantes que se encuentran son: la concepcin del materialismo histrico, la crtica a las ideolo-gas, y por supuesto, la problemtica de la divisin del trabajo (manual e intelectual). Se reeja el esfuerzo

    incansable de Marx, por reinvertir la situacin creada por la autonomizacin de las ideologas, que hantrastocado la conciencia humana, apartndola de la objetividad, de la realidad histrica y de la vida noextraada.

    Obviamente como fundamento, toma una base material (econmica) para desarrollar su explicacinde este proceso de divisin del trabajo, que se encuentra en los modos de produccin, en la propiedad yen el Estado, dados en la historia real de los hombres a travs del tiempo. Estos elementos materiales sonlos que van determinando las caractersticas de cada periodo, donde los afectados por este proceso sonlos desposedos de los medios de produccin, perteneciente a la clase proletaria. Pareciera que siempre se

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    est dirigiendo a stos, buscando que tomen conciencia de s y para s, que se mantengan al margende las creencias, las esperanzas o las hipocresas de la religin, la moral y de todo el constructo ideolgicoburgus.

    Marx nos pone en alerta, a travs de sus anlisis, sobre las ideologas y sobre todo de la ideologa do-minante que debe ser siempre vista como ideolgica ya que ocultan en su seno una serie de prcticas de

    dominacin. La ideologa se presenta como la forma de control y dominacin de un grupo que tiene elpoder hacia una masa amorfa que los sigue, como la causante, en todos los periodos de la historia, de ladivisin del trabajo, de la existencia de relaciones asimtricas entre los individuos al separar la actividadespiritual (intelectual o de pensamiento) de la actividad mater