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* Reincidente no incluye sección de Sociales Año VI, Número 110, 2da. quincena de octubre de 2015 Y también a activistas políticos que realizaron reflexiones concisas y claras sobre la situación de los explotados, de los colonizados, de los se- miesclavos y los esclavos, como fue el extraor- dinario médico psiquiatra Frantz Fanon y su dos im- pactantes libros: Piel Negra, Máscaras Blancas, el cual hace una reflexión sobre el hecho de que la subyu- gación cultural e ideológica es más importante y más dañina para la salud mental que la subyugación física. Y Los Condenados de la Tierra, que habla de la violencia estructural terrorista de los Estados como arma de do- minio, y la inevitable violencia de los pueblos aunque no sea deseable. Dichas obras fueron el marco teórico e ideológico de muchos activistas de todo el mundo, no solo de África y de América. Agregaría también a esa lista de intelectuales a Jean Paul Sartre y a la extraordinaria feminista Simone de Beauvoir. En la UNAM había un semillero de círculos de estudio que cuestionaban el establishment y la ideolo- gía hegemónica machista y colonialista irradiada des- de los EU, que surgía sobre todo en sus películas y en los medios masivos de comunicación bajo su control. Ante esa hegemonía machista heterosexual se ante- ponía la literatura de los filósofos como Hegel, Marx, Bakunin y la literatura surgida de la Revolución Mexi- cana También la de filósofos venidos del exilio como Adolfo Sánchez Vázquez y otros intelectuales. Tam- bién hubo influencia de los poetas comprometidos como Aimeé Césaire, Miguel Hernández, Gabriel Zelaya y Rafael Alberti. En esos círculos de estudio se analizaba la enor- me desigualdad del país, el despojo, la explotación y la enorme pobreza de los campesinos para quienes la Revolución Mexicana no había hecho justicia. Además, se vivía una ola de grandes luchas antico- loniales, principalmente en África, que día a día eran noticia: Argelia, el Congo, Kenia, etc., aunque el más grande ejemplo lo puso Vietnam. Esa gran ola eman- cipadora alcanzó a la América de habla hispana con la Revolución Cubana. Sumergidos en ese ambiente, nos lanzamos a construir una sociedad diferente. La clase política gobernante, que en sus inicios estuvo integrada por puros militares, se caracterizaba por el famoso principio de autoridad representado en el lema “el que manda, manda, y si se equivoca vuelve a mandar”. Las libertades de expresión, de organiza- ción y de voto eran nulas en la cotidianidad. Desde los sindicatos y centrales campesinas hasta las elec- ciones en donde solo actuaban partidos paleros del PRI, como el PARM y el PPS, se mantenía un fé- rreo control de toda disidencia Y ante los movimien- tos populares como el ferrocarrilero, el magisterial de Othón Salazar, el de los médicos de la Ciudad de México, el de los copreros, el de los padres de fami- lia en Atoyac de Álvarez, el de la Asociación Cívica Guerrerense y por supuesto el de los estudiantes del 68, la respuesta oficial era la represión y el encarce- lamiento. El 68 fue la culminación. Después de la masacre del 2 de octubre, ¿qué hacer? fue la pregunta obligada. Ante la violencia terrorista de Estado, ¿cómo actuar? Me tocó ver y sufrir en el reflujo estudiantil las hor- das de porros agrediendo un día sí y otro también a todos aquellos activistas notorios y no notorios en el campus universitario, politécnico, en las vocas, en las prepas, ante la mirada complaciente de las autoridades académicas y no académicas. En ese clima de terror se reintentó el reagrupa- miento del movimiento estudiantil aliado con otros sectores, el magisterial, el obrero y el campesino inmi- grante. Con muchos esfuerzos, apoyados en los restos de la Liga Comunista Espartaco, se creó el Comité Estudiantil Popular en el oriente de la ciudad, de efí- mera existencia, pues antes de cumplir un año fueron detenidos la mayoría de sus integrantes, con excepción de los ferrocarrileros que por dos años se atrinchera- ron en la Casa Redonda de los Ferrocarriles Naciona- les de México, ubicada en San Lázaro. En ese lapso de resistencia y búsqueda de alterna- tivas se dio la matanza del jueves de Corpus de 1971. Ante esta reiterada violencia oficial, surgieron agrupaciones como Lacandones, FUZ, MAR, FALN, ACNR, LC23S, etc. De toda esa gama, la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria, nacida en 1968, provenía de un fuerte movimiento de masas estatal llamado Asociación Cí- vica Guerrerense. Representó dos ventajas para quie- nes estuvieron en la disposición de enfrentar la violen- cia gubernamental: a) la cercanía de sus cuadros en la ciudad de México, y b) que presentaba un programa de 4 puntos con visión nacional que en términos ge- nerales era aceptable, conciso y era la continuidad de los ideales de la Revolución Mexicana: 1. El derrocamiento de la oligarquía formada por los grandes capitalistas y terratenientes pro im- perialistas gobernantes. 2. El establecimiento de un gobierno de coalición compuesto por obreros, campesinos, estudiantes, e intelectuales progresistas. 3. Lograr la plena independencia política y econó- mica de México. 4. La instauración de un nuevo orden social de vida, en beneficio de las mayorías trabajadoras del país. El asunto no resuelto estuvo en el con qué. Ante la disposición de otras formas de lucha, la respuesta a esta pregunta era fundamental. Hubo entonces una convocatoria de crear Comités Armados de Libera- ción (CAL) que se aglutinaran con esta organización. El propósito central de crear un CAL urbano en la ciudad de México, que fue el medio a través del que me vinculé a la ACNR, fue el de avituallar al foco gue- rrillero en Guerrero, ser refugio de los perseguidos e impulsar en la metrópoli a la ACNR. ¿Qué se cumplió? El punto de avituallamiento y el de refugio. El de impulsar a la organización en el DF en esos momentos resultó a contracorriente por el enorme reflujo popular. Sí se hizo mucho trabajo en los barrios obreros con demandas propias, de lunes viernes. Se recorrieron las fábricas pequeñas del nororiente, se logró la vincula- ción pero no se alcanzó la integración que se quería a los CAL. En este colectivo todos éramos trabajadores y otros, además de trabajar, estudiábamos; y otras, además de trabajar y estudiar, cumplíamos con nuestro trabajo no remunerado en casa. En resumen, no éramos cuadros profesionales. Tratamos de prepararnos lo mejor posi- ble pero ninguno era un estratega político. Entonces, se creyó conveniente que varios nos separásemos de la familia, de la escuela y de la vida que llevábamos para profesionalizarnos. La lucha armada en este país siempre ha sido sis- temática, unas veces de grandes masas y otras veces de núcleos pequeños. En la de los pasados años sesenta y setenta, sus grandes debilidades fueron el no contar con cuadros o personas que fueran estrategas políti- cos, los suficientes en calidad y cantidad, que hubieran permitido formar una organización de alcance nacio- nal que dirigiera ese proceso, con una agenda nacional múltiple con agendas locales y alianzas estratégicas con otras fuerzas. Como consecuencia, determinados núcleos resbalaron hacia un militarismo de izquierda. Aunque la responsabilidad de un cambio social y verdadero es de todos, fue un núcleo pequeñísimo el que la tomó y dio puerta a un período de libertad de expresión como no se había conocido, de sindicalismo independiente que tampoco se había conocido, a una reforma política limitada y el término de la clandesti- nidad de un núcleo de pensadores y activistas políticos muy importante como fue el PCM. La derrota militar de esos núcleos significó el en- tronizamiento del neoliberalismo en el país con los re- sultados que todos conocemos. * La autora fue integrante de la ACNR. Estuvo presa política en la cárcel de Santa Martha Acatitla hasta enero de 1975. DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL A LA ACNR María de Lourdes Rodríguez Rosas CONSEJOS PARA TENER UN PROFESORADO MEDIOCRE (2) Dorit Heinke Gruhn LAS JÓVENES ELITES POBLANAS ANTE LA CRISIS DEL PODER Hassivy Cristel Hernández Bello DESDE LA FACULTAD Mariano Torres Bautista EFECTO PANÓPTICO Octavio Spíndola Zago ENGAÑO Enrique Condés Lara DE PLANTAS Y ANIMALES Cecilia Vázquez Ahumada REINCIGRAMA Fernando Contreras AQUÍ, PUROS CUENTOS Paco Rubín FRANTASÍAS José Fragoso Cervón ARITMOMANÍA Gabriela Breña AMOR EN TIEMPOS DE NEOLIBERALISMO María de Lourdes Rodríguez Rosas * Me tocó la fortuna de vivir la posguerra en la época de un florecimiento cultural de clase, es decir, leer a una pléyade de intelectuales comprometidos con los de abajo, los marginados, el pueblo raso.

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* Reincidente no incluye sección de Sociales* Reincidente no incluye sección de Sociales

Año VI, Número 110, 2da. quincena de octubre de 2015

Y también a activistas políticos que realizaron reflexiones concisas y claras sobre la situación de los explotados, de los colonizados, de los se-miesclavos y los esclavos, como fue el extraor-

dinario médico psiquiatra Frantz Fanon y su dos im-pactantes libros: Piel Negra, Máscaras Blancas, el cual hace una reflexión sobre el hecho de que la subyu-gación cultural e ideológica es más importante y más dañina para la salud mental que la subyugación física. Y Los Condenados de la Tierra, que habla de la violencia estructural terrorista de los Estados como arma de do-minio, y la inevitable violencia de los pueblos aunque no sea deseable. Dichas obras fueron el marco teórico e ideológico de muchos activistas de todo el mundo, no solo de África y de América. Agregaría también a esa lista de intelectuales a Jean Paul Sartre y a la extraordinaria feminista Simone de Beauvoir.

En la UNAM había un semillero de círculos de estudio que cuestionaban el establishment y la ideolo-gía hegemónica machista y colonialista irradiada des-de los EU, que surgía sobre todo en sus películas y en los medios masivos de comunicación bajo su control. Ante esa hegemonía machista heterosexual se ante-ponía la literatura de los filósofos como Hegel, Marx, Bakunin y la literatura surgida de la Revolución Mexi-cana También la de filósofos venidos del exilio como Adolfo Sánchez Vázquez y otros intelectuales. Tam-bién hubo influencia de los poetas comprometidos como Aimeé Césaire, Miguel Hernández, Gabriel Zelaya y Rafael Alberti.

En esos círculos de estudio se analizaba la enor-me desigualdad del país, el despojo, la explotación y la enorme pobreza de los campesinos para quienes la Revolución Mexicana no había hecho justicia.

Además, se vivía una ola de grandes luchas antico-loniales, principalmente en África, que día a día eran noticia: Argelia, el Congo, Kenia, etc., aunque el más grande ejemplo lo puso Vietnam. Esa gran ola eman-cipadora alcanzó a la América de habla hispana con la Revolución Cubana. Sumergidos en ese ambiente, nos lanzamos a construir una sociedad diferente.

La clase política gobernante, que en sus inicios estuvo integrada por puros militares, se caracterizaba por el famoso principio de autoridad representado en el lema “el que manda, manda, y si se equivoca vuelve a mandar”. Las libertades de expresión, de organiza-ción y de voto eran nulas en la cotidianidad. Desde los sindicatos y centrales campesinas hasta las elec-ciones en donde solo actuaban partidos paleros del PRI, como el PARM y el PPS, se mantenía un fé-rreo control de toda disidencia Y ante los movimien-tos populares como el ferrocarrilero, el magisterial de Othón Salazar, el de los médicos de la Ciudad de México, el de los copreros, el de los padres de fami-lia en Atoyac de Álvarez, el de la Asociación Cívica Guerrerense y por supuesto el de los estudiantes del 68, la respuesta oficial era la represión y el encarce-lamiento.

El 68 fue la culminación. Después de la masacre del 2 de octubre, ¿qué hacer? fue la pregunta obligada. Ante la violencia terrorista de Estado, ¿cómo actuar? Me tocó ver y sufrir en el reflujo estudiantil las hor-das de porros agrediendo un día sí y otro también a todos aquellos activistas notorios y no notorios en el campus universitario, politécnico, en las vocas, en las prepas, ante la mirada complaciente de las autoridades académicas y no académicas.

En ese clima de terror se reintentó el reagrupa-miento del movimiento estudiantil aliado con otros sectores, el magisterial, el obrero y el campesino inmi-grante. Con muchos esfuerzos, apoyados en los restos de la Liga Comunista Espartaco, se creó el Comité Estudiantil Popular en el oriente de la ciudad, de efí-mera existencia, pues antes de cumplir un año fueron detenidos la mayoría de sus integrantes, con excepción de los ferrocarrileros que por dos años se atrinchera-ron en la Casa Redonda de los Ferrocarriles Naciona-les de México, ubicada en San Lázaro.

En ese lapso de resistencia y búsqueda de alterna-tivas se dio la matanza del jueves de Corpus de 1971.

Ante esta reiterada violencia oficial, surgieron agrupaciones como Lacandones, FUZ, MAR, FALN, ACNR, LC23S, etc.

De toda esa gama, la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria, nacida en 1968, provenía de un fuerte movimiento de masas estatal llamado Asociación Cí-vica Guerrerense. Representó dos ventajas para quie-nes estuvieron en la disposición de enfrentar la violen-cia gubernamental: a) la cercanía de sus cuadros en la ciudad de México, y b) que presentaba un programa de 4 puntos con visión nacional que en términos ge-nerales era aceptable, conciso y era la continuidad de los ideales de la Revolución Mexicana:

1. El derrocamiento de la oligarquía formada por los grandes capitalistas y terratenientes pro im-perialistas gobernantes.

2. El establecimiento de un gobierno de coalición compuesto por obreros, campesinos, estudiantes, e intelectuales progresistas.

3. Lograr la plena independencia política y econó-mica de México.

4. La instauración de un nuevo orden social de vida, en beneficio de las mayorías trabajadoras del país.

El asunto no resuelto estuvo en el con qué. Ante la disposición de otras formas de lucha, la respuesta a esta pregunta era fundamental. Hubo entonces una convocatoria de crear Comités Armados de Libera-ción (CAL) que se aglutinaran con esta organización.

El propósito central de crear un CAL urbano en la ciudad de México, que fue el medio a través del que me vinculé a la ACNR, fue el de avituallar al foco gue-rrillero en Guerrero, ser refugio de los perseguidos e impulsar en la metrópoli a la ACNR.

¿Qué se cumplió? El punto de avituallamiento y el de refugio. El de impulsar a la organización en el DF en esos momentos resultó a contracorriente por el enorme reflujo popular.

Sí se hizo mucho trabajo en los barrios obreros con demandas propias, de lunes viernes. Se recorrieron las fábricas pequeñas del nororiente, se logró la vincula-ción pero no se alcanzó la integración que se quería a los CAL.

En este colectivo todos éramos trabajadores y otros, además de trabajar, estudiábamos; y otras, además de trabajar y estudiar, cumplíamos con nuestro trabajo no remunerado en casa. En resumen, no éramos cuadros profesionales. Tratamos de prepararnos lo mejor posi-ble pero ninguno era un estratega político. Entonces, se creyó conveniente que varios nos separásemos de la familia, de la escuela y de la vida que llevábamos para profesionalizarnos.

La lucha armada en este país siempre ha sido sis-temática, unas veces de grandes masas y otras veces de núcleos pequeños. En la de los pasados años sesenta y setenta, sus grandes debilidades fueron el no contar con cuadros o personas que fueran estrategas políti-cos, los suficientes en calidad y cantidad, que hubieran permitido formar una organización de alcance nacio-nal que dirigiera ese proceso, con una agenda nacional múltiple con agendas locales y alianzas estratégicas con otras fuerzas. Como consecuencia, determinados núcleos resbalaron hacia un militarismo de izquierda.

Aunque la responsabilidad de un cambio social y verdadero es de todos, fue un núcleo pequeñísimo el que la tomó y dio puerta a un período de libertad de expresión como no se había conocido, de sindicalismo independiente que tampoco se había conocido, a una reforma política limitada y el término de la clandesti-nidad de un núcleo de pensadores y activistas políticos muy importante como fue el PCM.

La derrota militar de esos núcleos significó el en-tronizamiento del neoliberalismo en el país con los re-sultados que todos conocemos.

* La autora fue integrante de la ACNR. Estuvo presa política en la cárcel de Santa Martha Acatitla hasta enero de 1975.

DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL A LA ACNR María de Lourdes Rodríguez RosasCONSEJOS PARA TENER UN

PROFESORADO MEDIOCRE (2) Dorit Heinke Gruhn

LAS JÓVENES ELITES POBLANAS ANTE LA CRISIS DEL PODER

Hassivy Cristel Hernández BelloDESDE LA FACULTAD

Mariano Torres BautistaEFECTO PANÓPTICO

Octavio Spíndola ZagoENGAÑO

Enrique Condés LaraDE PLANTAS Y ANIMALES

Cecilia Vázquez AhumadaREINCIGRAMA

Fernando ContrerasAQUÍ, PUROS CUENTOS

Paco RubínFRANTASÍAS

José Fragoso CervónARITMOMANÍA

Gabriela BreñaAMOR EN TIEMPOS DE

NEOLIBERALISMO

María de Lourdes Rodríguez Rosas *

Me tocó la fortuna de vivir la posguerra en la época de un florecimiento cultural de clase, es decir, leer a una pléyade de intelectuales comprometidos con los de abajo, los marginados,

el pueblo raso.

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Mariano E. Torres Bautista*

Lo que si se anunció esperanzadoramente como pírrico consuelo para tan atribulado país es la próxima visita del Papa. Pero ya veremos si el sumo pontífice, obispo de Roma, tiene solo

palabra de aliento, ya que después de las indignadas protestas oficiales por la forma en que se refiriera a la violencia en el país, seguramente no va a expresarse de la misma manera. Como dijera el Obispo de Puebla en la época del colapso súbito del imperio español: “Hay un tiempo para hablar y otro para callar”. El nada en-vidiable último lugar de México en cuanto a los índices en educación, y su situación entre los más bajos en in-greso por habitante, parece que solo puede compararse con países como Turquía.

Otros índices parecieran indicar que hemos avanza-do “silenciosamente”, como dice el titular del Ejecutivo; sí, pero en el camino hacia el infierno. Tenemos el úl-timo lugar en nivel salarial, en número de habitaciones por persona, estamos por debajo de la media en cuanto

a expectativa de vida, la calidad del agua, inversión en salud, seguridad personal. ¿Eso es todo o hay más? No se impacienten, ahí les van las cosas en las que sí tene-mos altos niveles. Tenemos las jornadas de trabajo más grandes y extenuantes, el primer lugar en desigualdad de ingresos familiares y las ciudades mexicanas tienen un alto nivel de partículas atmosféricas.

Se nos preguntará ¿en dónde está la “americani-zación”? Eso no solo se ve en el aumento del consu-mo de hamburguesas y perritos calientes, sino en que peleamos ahora el primer lugar en tasas de obesidad. Mientras baja el nivel de vida de las clases medias, la cantidad de pobres va en aumento. Pero eso no es lo peor, ¡siempre puede serlo todavía más! Las muertes por agresión, muy raras y en descenso en la mayoría de los países miembros de la OCDE, en México son 5 veces mayores.

También es el país donde la tasa de violencia do-méstica y de suicidios crece, así como las de delincuen-

cia surgida de grupos armados cuyo origen está en-tre las filas de instituciones que viven de impuestos públicos. No se trata de una delincuencia organiza-da cualquiera. Lo que no sabemos es hasta donde se piensa llegar con esto. Sí sabemos, no obstante, que la necesidad de ajustar al alza la inversión en educación y salud, que son los verdaderos cimientos de la socie-dad del conocimiento futura, no llega. Y no se trata, como erróneamente se ha dicho, de “echar más dinero bueno al malo”; ni tampoco de confundir el concepto de “reforma” con el de un “abracadabra”, ya que actual-mente cuando hace uso de ella nuestra desvergonzada clase política parece que habla de una de las tantas ca-lles que la llevan como nombre.

* El autor es Doctor en Historia por la Universidad de París I–Phantéon-Sorbonne; actualmente, se desem-peña como docente/investigador en el Programa de Maestría en Antropología Social de la BUAP.

La globalización de mercados, el estableci-miento de redes sociales, una infraestructura transnacional de los medios de comunica-ción y las vías de transporte, desplazamientos

post-industriales que producen seres humanos margi-nados cuyos derechos se ven comprometidos cuando no violentados impunemente: los indocumentados; gobiernos que intentan implementar agencias de mo-vilidad selectivas y restrictivas, tal es el escenario en el que vivimos insertos de acuerdo con Douglas Massey.

Y dentro de estas relaciones y situacionalidades en-contramos a sujetos –individuales o colectivos- que, presionados por el capitalismo neoliberal belicoso, las políticas tecnócratas y las leyes del insaciable mercado, buscan mejorar su condición de vida material, persi-guen un mejor manejo de riesgos y evadir amenazas na-turales o político-económicas, satisfacciones simbólicas y un entorno más satisfactorio para cumplir sus expec-tativas (esa quimérica gorgona de la hipermodernidad).

Qué duro es, escribía Schopenhauer, cuando la re-ticencia del mundo a someterse a nuestra voluntad nos devuelve a la percepción de lo “real”. Y esta crudeza la vivimos con toda refulgencia en nuestros últimos tiem-pos (hablando en sentido cronológico, no escatológico): el pasado 2014, una avalancha de más de 52 mil me-nores fueron parados en centros de detención en Texas saturados y en condiciones inhumanas para después ser deportados abruptamente a sus países de origen.

Este año miles de centroamericanos han denun-ciado el maltrato y la sistemática violación de sus de-rechos humanos -les roban sus pocas pertenencias, son golpeados, violados y privados de su libertad con fi-nes de explotación física o sexual y, en muchas ocasio-nes, asesinados-. Los abusos cometidos a manos de los narcotraficantes, las autoridades de todos los niveles además de las fuerzas policíacas y armadas, ocurren mientras el gobierno federal guarda un silencio sepul-cral, como solo el mutismo acompaña en la oscuridad a rostros llenos de miedo y de esperanza mojados por las lágrimas de un calvario que se antoja insuperable.

Los primeros desafíos de la nueva canciller mexi-cana Ruíz Massieu han sido delicados y mayúscu-los: por una parte, enfrentar el caso de los mexicanos muertos y heridos de gravedad por el bombardeo en el desierto al surponiente de Egipto “mientras las fuerzas estatales estaban en la zona desarrollando una opera-ción de seguridad que se encuentra en alerta debido al incremento de actividad insurgente”; por otra, la ex-hortación del Senado para que el gobierno de acogida a algunos de los 4.5 millones de desplazados sirios que desde 2011 son víctimas de la guerra civil que ha azo-tado a su país derivada de la Primavera Árabe –deto-nada por el alzamiento popular del invierno de 2010 contra el gobierno autocrático de Ben Alí en Túnez

que se expandió por el Magreb cambiando los regíme-nes heredados de la intervención de las potencias occi-dentales en Egipto, Libia, Sahara Occidental, Argelia, Líbano, Jordania, Mauritaria, Sudán, Omán, Arabia, Yemén y anexas.

A nivel macro, los flujos migratorios están vincu-lados con relaciones comerciales, como el caso de la crisis migratoria norteamericana central en la agen-da electoral de los candidatos a la Casa Blanca, y por enlaces políticos derivados de intervenciones milita-res, sistemas coloniales y acciones geopolíticas que han generado relaciones de interdependencia asimétricas, como el caso de la crisis migratoria árabe. ¡Qué lejos han quedado los tiempos en que la teoría neoclási-ca alababa la migración como solución a las desigual-dades bajo la premisa de que mientras los migrantes no necesitan la elevación de los salarios, los niveles de renta y el capital tenderán a aumentar facilitando el aumento económico y el desarrollo moderno, ponien-do fin cíclicamente a la migración!

El Kremlin, en voz del jefe de la Administración, Serguéi Ivanov, ha procedido, dentro del derecho in-ternacional, a enviar Fuerzas Aéreas a Siria para bom-bardear a terroristas del Estado Islámico –grupo ra-dical que ha tomado la iniciativa de contrarrestar el imperialismo cristiano-capitalista occidental con un yihadismo fundamentalista contrasistémico- en res-puesta a una petición de las autoridades legales sirias de Bashar al-Assad.

Vladimir Putin ha destacado que Rusia es el único país que actúa legalmente, pues los bombardeos fran-ceses y norteamericanos han sido en apoyo de los re-beldes y eludiendo el derecho internacional. En res-puesta, Estados Unidos ha dejado de insistir en la sali-da inmediata de Bashar al Assad y optará por un tras-paso de poderes ordenado, según ha declarado en una entrevista con la CNN el secretario de Estado nortea-mericano, John Kerry, haciendo oídos sordos a las acu-saciones de la política de doble moral de su país para crear caos en Medio Oriente.

La Unión Europea, que recientemente ha cerra-do filas contra la causa independentista catalana en-cabezada por Artur Mas, quien ganó la mayoría de los escaños en las elecciones legislativas regionales del 27 de septiembre pasado, trabaja a marchas forzadas para sopesar las amenazas y beneficios de dar refugio a los miles de desplazados sirios. ¿Será que además de mantenernos en estado de miedo, las nuevas estrate-gias de gestión y control del poder serán detonar des-plazamientos permanentes para evitar todo estado de bienestar?

* El autor es estudiante de la Licenciatura en Historia en la FF y L. de la BUAP.

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“Liberarse significa literalmente deshacerse de las ataduras que impiden o constriñen el movimiento, comenzar a sentirse libre de actuar y moverse. Sentirse libre implica no encontrar estorbos, obstáculos, resistencias de ningún tipo que impidas los movimientos deseados o que puedan llegar a desearse” escribe Bauman (Modernidad Líquida, 2004) reflexionando sobre Marcusse. Pero ¿qué tan libres de movernos somos en un mundo que pregona la libertad de tránsito mientras militariza sus fronteras e impone toque de queda para desplazados?

“La OCDE reprueba a México en esperanza de vida, educación, salarios y seguridad personal”, es una de las notas recientes que no han podido disimular los titulares de gran parte de la prensa nacional. Aunque la nota apareció desde el pasado 3 de octubre en “El siglo”, un diario de Durango, 10 días más tarde casi todas las publicaciones han tenido que reproducirla. Evidentemente, el alto funcionario de la poderosa OCDE, oriundo de este país, Ángel Gurría, tampoco pudo disimular esta realidad. Los datos existen desde hace varias semanas y no se habían dado a conocer seguramente para no empañar “el mes de la patria”, ni la euforia tequilera y chalupera de la “celebración” de la “Independencia”.

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Enrique Condés Lara*

Para no pocos, en distintas partes del mundo, sin embargo, fueron acontecimientos que re-sultaron de un “mal manejo de la situación”, de torpezas, pusilanimidades y errores —incluso

hablan de traiciones— de los principales dirigentes de esos Estados, particularmente de Mijaíl Gorbachov. No lo ven como la culminación de largos y complejos procesos que ciertamente pudieron evolucionar por otros caminos, pero que tiene sus primeras raíces en el golpe de Estado, bautizado posteriormente como “re-volución de octubre”, que ejecutaron los bolcheviques en noviembre de 1917. No los perciben porque se los impiden unas anteojeras ideológicas.

Jugarretas de la vida. La revolución socialista no se presentó en la nación más desarrollada, como pre-dijeron Marx, Engels y sus seguidores, sino en un país atrasadísimo y gigantesco, desgarrado por los sufri-mientos y atrocidades de la I Guerra Mundial, en el que para salir adelante los marxistas rusos idearon y construyeron una gran maquinaria estatal centraliza-da, deshumanizada y autoritaria, que emplearon como instrumento para lograr compulsivamente lo que otras sociedades necesitaron dos o trescientos años en alcanzar. Racionalizar y explicar todo ello, desde la teoría de Marx y sin romper con Marx, fue posi-ble mediante grandes tejemanejes ideológicos y teó-ricos que hicieron ver como iguales cosas distintas y como desarrollo de hipótesis, teorías o profecías, cosas o procesos que poca relación tenían entre sí o que, de plano, nada tenían que ver. Marxismo-leninismo fue la fórmula que expresó tales malabarismos: “El leni-nismo es la teoría y la práctica marxista en la época del imperialismo (es decir, el capitalismo monopolista en vías de deterioro) y de la revolución social en ascenso”, aseguró en 1924 Grigori Zinoviev, presidente de la III Internacional (El leninismo. Cuadernos de Pasado y Presente No. 34. Córdoba, 1972). Tal fórmula pronto se hizo inflexible, cerrada e incuestionable. No solo la respaldaban argumentos y teorías, sino los hechos: la nueva sociedad estaba en construcción y sus alcances a la vista; la reacción de las potencias capitalistas no dejaba lugar a dudas: su enemiga y sepulturera era la URSS. La derrota de los nazis, el triunfo de la Revolu-ción China y la creación del bloque de países socialis-tas confirmaban que se iba en el camino correcto. Ya lo había dicho anteriormente Lenin: “La teoría de Marx es todopoderosa porque es exacta” (Tres Fuentes y Tres Partes Integrantes del Marxismo. Obras Escogidas, Moscú, 1966). No había lugar para dudas, preguntas, reclamos o disidencias. El marxismo-leninismo se ha-bía convertido en una religión política y exigía obe-

diencia, fe, convicción a toda prueba, acatamiento de reglas, normas y rituales. Había tomado fuerza uno de los más grandes mitos de la historia contemporánea del mundo, por el cual lucharon y murieron millones de seres, debido al cual muchos no pueden o no se atreven ahora a pensar por su propia cuenta y recapi-tular en serio sobre todo lo que ha pasado.

Desde la perspectiva de Marx y de Engels, las ideas no provienen del aire sino de la práctica social y no pueden forjarse y existir como conciencia de una clase al margen de esa misma clase, de sus experiencias, problemática, formas organizativas, tradiciones, nece-sidades y deseos. Las conciencia solo puede ser la con-ciencia de la práctica existente. Es más, ellos mismos no podrían haber realizado su obra sin la existencia de un determinado nivel de desarrollo de la sociedad y un movimiento obrero real, al cual se sumaron y estu-diaron y se hizo la base y sustento de sus teorías.

En cambio, desde la perspectiva de Lenin y, desde 1903, de los bolcheviques, no solo es posible la exis-tencia de la “conciencia socialista” independientemen-te de la práctica y la conciencia de los proletarios, sino inevitable. La “teoría” la construyen los intelectuales (o revolucionarios profesionales) en otros espacios, por separado de los obreros; y es el partido su depositario y el que tiene la misión de educar, organizar y dirigir a los proletarios. “La conciencia socialista, escribió Le-nin, es algo introducido desde afuera en la lucha de clase del proletariado… es tarea de la socialdemocra-cia llevar al proletariado la conciencia de su situación y de su misión” (Lenin: ¿Qué hacer? Obras escogidas. Moscú, 1966). Sobre esta premisa se organizaron y funcionaron los partidos comunistas, dado que, com-pletó Lenin, “sin teoría revolucionaria no puede haber tampoco movimiento revolucionario”.

Pero, si nos detenemos un momento para reflexio-nar sobre tal aseveración, caeremos en cuenta de que es una inversión de la concepción materialista de la historia de Marx y de Engels. Sin lugar a dudas, ellos habrían replicado que, por el contrario, “sin movi-miento revolucionario, no puede haber tampoco teo-ría revolucionaria”.

La escisión entre la teoría y la práctica que se de-riva de la tesis leninista, no solamente explica la exis-tencia de entidades denominadas “partido comunista” que exaltadamente se creen indispensables, inevitables e infalibles porque tienen “la teoría”, esto es, el cono-cimiento del desarrollo histórico universal y la grave responsabilidad de encabezarlo; también revela su in-capacidad para examinar y asimilar realidades, proce-sos y tendencias, inéditas o viejas, que no concuerden

con sus axiomas y expectativas. La “teoría” deviene así en un pensamiento cerrado, dogmático, refractario a otras ideas, que se autoalimenta sin transformarse, tanto con errores y fracasos, como con aciertos, tan-to si las cosas se presentan de una manera, como si se suceden de otra.

Se piensa así la realidad desde la teoría. No es que no se piense la realidad, la cual constantemente se piensa y se discute, sino que se piensa, desde una óptica teórica determinada: la teoría leninista de la revolución.

Y siendo el Partido el depositario de la doctrina y el saber de Marx, Engels, Lenin –“los clásicos”—, para los comunistas no hay nada que hacer fuera de él, no hay comunistas sin Partido aunque pueda haber Par-tido sin obreros. Es la única jurisdicción con autoridad soberana para interpretar a los clásicos del marxismo–leninismo y formular las rutas a seguir. Para la realiza-ción de la indiscutible creencia del inevitable triunfo del proletariado y del comunismo, esta entidad, cuya autoridad ideológica y política se materializaba en la llamada “línea del partido”, cumplía funciones de Igle-sia en el comunismo: era la instancia única facultada para hacer una lectura fiel, interpretar, vigilar, certi-ficar la pureza y correcta aplicación de los clásicos; era la mediación insustituible e imprescindible entre las profecías de los clásicos y la clase, el proletariado, que redimiría y, al hacerlo, salvaría a la humanidad toda.

Cierto, no es fácil salirse de la Iglesia, pero los he-chos negaron contundentemente los postulados y los vaticinios. Trágicamente en ocasiones, grotescamente a veces. Los actores sociales no aceptaron el script esta-blecido. La clase obrera no marchó hacia la conciencia socialista, “no entendió” su papel revolucionario y en no pocas ocasiones se comportó conversadora; más veces de las previstas los campesinos y la pequeña burguesía, en cambio, actuaron como sujetos y no tal solo como objetos revolucionarios, violentando el papel de aliado-subordinado del proletariado que en el guión general se les asignó. Más grave aún fueron las ocasiones en que ningún protagonista social hizo caso a “su” vanguardia, a “su” Estado Mayor, a “su” cabeza o “conciencia orga-nizada”, como gustaba llamarle José Revueltas al Parti-do, ocurriendo escenas propias de alguna serie televisiva sobre muertos vivientes y zombis en la que cabezas con vida deambulan buscando sus cuerpos y cuerpos sin ca-beza toman rumbos inesperados e indeseados.

* El autor es Doctor en Sociología Política por la Uni-versidad de Granada, España. Actualmente se desem-peña como director del Museo de la Memoria Histó-rica Universitaria de la BUAP.

Con la desintegración de la Unión Soviética terminó el siglo XX. Un nuevo cuadro mundial nació de sus cenizas.

Globalización, corporaciones trasnacionales sin control, revolución informática y de las comunicaciones, migraciones,

delincuencia organizada, amenazadores problemas ambientales, yihadismo, etc.

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Si usted es directivo de alguna institución educativa y su meta es contar con un profesorado mediocre y sin tiempo para reflexionar, he aquí unos consejos muy útiles para lograrlo. Se trata simplemente de suspender el sentido común. Es muy fácil de poner en práctica y sumamente eficaz.

1. Si cree que para conectar su institución al “mundo globalizado” el profesor debe ser un allrounder (Christine Böckelmann (2009). Ar-beitsplatz Hochschule. Vom Allrounder-Aspruch zum kompetenzbasierten Personalmanagement. Münster: Waxmann), arme un aparato burocrá-tico y un sistema de coacción para lograrlo. No lo ponga en duda. Promuévalo como progreso pedagógico.

2. Sobrecargue al profesor con miles de asuntos. Es su tarea investigar, presentar ponencias y publicar artículos. Debe organizar eventos. Dele muchas horas de asesorías y decenas de tutorados con los que tiene que estar en con-tacto permanentemente, tanto on como offli-ne. Exíjale pertenecer a academias y comisio-nes y asistir a todas las juntas. Exíjale elaborar programas y bancos de exámenes. Mándelo a cursos. Explíquele que tiene que cumplir tam-bién con actividades de gestión. Involúcrelo en asuntos que competen al personal administra-tivo: las inscripciones de alumnos, por ejemplo. Y, de preferencia, que en las noches diseñe en-tornos de aprendizaje virtual. ¿No olvidamos nada? Ah, pues sí. De paso, también le toca dar cada vez más clases y, por supuesto, prepararlas minuciosamente. Y corregir las pilas de exáme-nes que resulten de ellas.

3. Suponiendo que aún le quede todavía algo de tiempo para pensar, sobrecárguelo al mismo tiempo de asuntos burocráticos. Hágale llenar periódicamente formatos físicos y electrónicos de todo tipo: planes e informes, solicitudes de proyectos y apoyos, comprobantes de cual-quier cosa que (no) haya hecho, etc. Procure que los períodos para volver a empezar todo se reduzcan cada vez más. Procure perder de vez en cuando algo de la información y cam-biar a cada rato las reglas del juego. De esta manera, el profesor siempre quedará ocupado en reponer datos y comprobantes o en armar un expediente nuevo.

4. Manténgalo en la precariedad, pero nunca le quite toda la esperanza de poder mejorar su si-tuación económica en el futuro.

5. Establezca sistemas de control permanente para que el profesor, definitivamente, pierda el gusto por su trabajo.

6. Establezca estructuras administrativas tan pe-sadas que obstaculicen las finalidades académi-cas.

7. Luego, reclámele al profesor que no rinde igual en todo. Si investiga y publica, reclámele que no dedica el tiempo suficiente al alumnado y hágale creer que tomando cursos de actua-lización va a enseñar mejor; si dedica toda su energía a las clases, reclámele que no publica y

hágale creer que tomando cursos de actualiza-ción va a poder publicar más.

8. Haga caso omiso de las leyes de la naturaleza humana. ¿Las fuerzas del ser humano son fini-tas? ¡Ideas obsoletas! ¿Las personas tienen for-talezas y debilidades diferentes? ¡Ridículo! To-dos deben poder con todo. No considere nunca que su institución pudiera salir beneficiada si cada uno hiciera lo que mejor sabe hacer y lo que más le guste.

9. Olvídese de los conocimientos de la psicolo-gía. ¿Para investigar y enseñar es importante tener una motivación intrínseca? ¡Qué va! ¿Se necesita tiempo y tranquilidad económica para realizar este tipo de actividades con algo de ca-lidad? ¡Puras mentiras!

10. No se le ocurra pensar que para hacer bien una tarea es necesario disponer del tiempo necesa-rio para concentrarse en ella.

11. Haga caso omiso de los estudios que demues-tran que la cantidad de errores aumenta cuan-do hay presión para cumplir con varias tareas paralelamente. Tome la precaución de quemar estos estudios o borrar sus huellas electrónicas.

12. Confunda deliberadamente cantidad con ca-lidad.

13. Traduzca todos los datos que obtenga sobre las múltiples actividades de los profesores a un sinfín de números, tablas y gráficas para apa-rentar una plantilla de superhombres.

14. Hágales creer a los profesores que, si se invo-lucran en todo, eso equivale a una mayor parti-cipación democrática en la institución, cuando usted sabe perfectamente que todas las decisio-nes importantes ya están tomadas de antema-no.

15. Tratándose de recompensar lealtades, olvíde-se del ideal del allrounder con el que pretende medir a los profesores. Dele la promoción a la persona políticamente más oportuna para us-ted, aunque no cumpla con el perfil estipulado.

Si usted logra observar estos consejos, será un ex-celente jugador en el sistema educativo neoli-beral. ¡Muchas felicidades! Habrá implantado el estrés en los profesores y los habrá privado de sus ganas de trabajar. Los tendrá bailando al ritmo del dictado ideológico de la globali-zación. Habrá logrado minar su autonomía. ¡Y todo esto con los indicadores en alza! ¿No es maravilloso? Pero, sobre todo, habrá logrado que se reduzca cada vez más el tiempo del que disponen los profesores para dedicarlo a sus es-tudiantes.

* La autora es profesora/investigadora en la Facultad de Lenguas de la BUAP.

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HORIZONTALES1. Se fue a la baja este derecho,

durante los primeros años del actual sexenio.

6. Se les culpa de, en gran medida, por la inseguridad que se vive en México.

11. Pimienta de la India.12. Capital de Mongolia.13. Situación en la que se encuentra

casi la mitad de los mexicanos.17. Lotería Nacional (iniciales).18. Instituto del cual es consejero

presidente Lorenzo Córdova.20. Conocerá.21. El Campeador.22. Ex funcionario del gobierno del

DF, se le conoce por haber rea-lizado negocios turbios con el empresario argentino Ahuma-da.

24. Exista.25. Se dice de quien es miembro de

una etnia maya que habita en Chiapas y Guatemala.

26. Arrasa, destruye.28. Político mexicano, cuando fue

jefe de gobierno del DF, su chofer particular percibía un sa-lario superior a los sesenta mil pesos mensuales.

29. Monero de Milenio Diario.30. Enojo, coraje.31. Eclesiástico de órdenes meno-

res católicas, vestía de clérigo a la romana.

33. Sector altamente afectado por la crisis del país.

36. Suspenda el trabajo.37. Dependencia muy cuestionada

por los informes que ha dado con relación a los normalistas desaparecidos.

40. Alaben.41. Utiliza.42. Ignorante.44. Un número (inv.).45. Isla francesa en el océano At-

lántico.46. (Político), existen opiniones de

expertos, en el sentido de que este modelo está agotado en México.

48. Símbolo del neón.

49. Ha sido fuertemente criticado por la fuga de Guzmán Loera.

50. Linaje, ralea.52. Resentimiento arraigado y per-

sistente.53. Aderezar con anís.

VERTICALES1. Dilata una cosa tirando de sus

extremos.2. Partido Comunista (iniciales).3. Símbolos del lantano y fósforo.4. Dios griego del amor.5. Que implica sabiduría (inv.).6. Esposa del hijo.7. Levanta, sube.8. Río de Suiza (inv.).9. Símbolos del carbono y nitró-

geno.10. Necedad, simpleza.14. (Sainz), presentadora de te-

levisión, periodista y modelo mexicana.

16. Símbolos del rubidio y electrón.17. Desbaste con la lima.19. Irritará, encolerizará.21. Volvemos impropio para la re-

producción.23. Minoría selecta.25. Correcto, aceptable, éticamente

bueno.27. Cueza a fuego directo.28. Abreviatura de licenciado.31. Apremiar, dar prisa.32. Fundamento o apoyo principal

en que descansa alguna cosa.34. Jornalero.35. Hacer ondas.37. Sentimiento de pena o dolor

interior.38. Abreviaturas de gramo, culom-

bio y tera.39. (García), crítico de cine, ya falle-

cido.42. Que se halla en la niñez.43. País de Asia, su capital es Mas-

cate.46. Abreviatura de secante.47. Enarbola la bandera (inv.).49. Abreviaturas de padre y de nor-

te.51. Moneda de cobre usada en la

antigua Roma.

MAL NEGOCIOUn día nadie se murió y ya no sabía qué hacer el vendedor de ataúdes.DAÑO ECOLÓGICOEl medio ambiente está tan dañado, que ya solo tenemos un cuarto de ambiente.ACÚSTICAPor oído creía que lujuria era la acumulación de lujos.Pero por piel sí entendía el verdadero significado.

EVIDENCIAEl perfume se disfrazó para pasar desapercibido, pero su olor lo delató.FESTIVALLas hormigas bailan tango, y en ese mismo fes-tival, todos disfrutan el sonido de sus cien zapa-tos al bailar tap. Baila el ciempiés.

Cecilia Vázquez Ahumada*

La grana cochinilla (Dactylopious coccus) ha sido identificado en murales, pinturas en papel amatl, fechadas por la arqueología en el Preclásico Tardío, es decir, del 100

a.C, al 100 d.C. El color producido por la hembra de este insecto parásito ha sido utilizado para teñir textiles y vasijas muy finas.En el Códice Mendocino se reporta que la Triple Alianza (Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopan) hacía tributar grana cochinilla a 394 poblaciones de la Mixteca Alta (Oaxaca). En el Perú, los incas en sus entierros, en las ciudades de Paracas y Nazca, tiñeron las mantas en que envolvían a sus muertos con grana cochinilla.

Fray Bernardino de Sahagún da cuenta de la importancia de este tinte. El estudioso del mundo prehispánico explica que la grana cochinilla llegó hasta China y Turquía, ya que las tonalidades del rojo con ella elaboradas eran de gran aprecio. Expli-ca que la grana era procesada para la venta en forma de pequeños panecitos; además explica que algunos comerciantes tramposos mezclaban la grana cochi-nilla con la llamada tlapanechtli (grana cenicien-ta), con harina, con la ixquimiliuhqui, otra grana de menor calidad. Hoy se sabe que la grana cochinilla permite que su huésped, el nopal, sobreviva varios años, a diferencia de las cochinillas inferiores.

Los españoles en 1523, a solo dos años de la conquista de Tenochtitlán, comenzaron la expor-tación de la grana cochinilla. Ocupó, después del oro y la plata, el tercer lugar en importancia en las exportaciones de la Nueva España. En Europa tuvo mucho éxito y los tintoreros y sastres comen-zaron a usarla para los nobles y eclesiásticos. El Ejército británico la usó para teñir las chaquetas de sus tropas. Según las investigadoras, M. Pérez Sandi y R, Becerra, para 1575, Oaxaca comerció 80,542 kg de este tinte. (Nocheztli: el insecto del rojo carmín). http://www.biodiversidad.gob.mx/Biodiversitas/Articulos/biodiv36art1.pdf

La demanda creciente del tinte fue la oportu-nidad para hacer fraude con la calidad, así que la grana cochinilla se mezcló con la producida con otras especies de menor calidad, ceniza, greda (ar-cilla arenosa de color blanco azulado) o harina. El combate a estos fraudes llegó hasta la promulga-ción de la pena de muerte (s. XVII). En 1572 se creó la instancia del Juez de Grana en Puebla y Oaxaca, trámite que continuaba en Veracruz.

La etnóloga Barbro Dahlgren, en su trabajo La grana cochinilla (UNAM, México, 1990), ex-plica la codicia que suscitó la comercialización de

esta sustancia, la cual provocó que los indígenas que la procesaban fuesen explotados por los inter-mediarios y las autoridades virreinales.

La cochinilla es un insecto cocoideo plano de forma ovalada y cuerpo blando. Machos y hem-bras son muy diferentes: el macho posee alas y es mucho menor que la hembra, la cual no tiene alas. El ciclo vital de este insecto tiene dos fases: ninfas y adultos. Las hembras se fijan a las hojas de los nopales con sus afiladas piezas bucales de donde extraen los jugos de la planta. Casi inmóviles es-peran la visita de los machos para el apareamiento. Luego de esta acción, producen sus ninfas, quie-nes segregan un recubrimiento blanco y ceroso que las protege de la deshidratación. Las ninfas desarrollan filamentos cerosos que sirven para que el viento las arrastre y las lleve a otros nopales. Los machos son incapaces de alimentarse, por lo que después del apareamiento, mueren.

La grana cochinilla se defiende de sus depre-dadores produciendo ácido carmínico rojo que constituye entre el 17 y 20% del peso corporal seco del animal. Cosechar estos animales es un trabajo intensivo que consiste en golpearlos, cepillarlos o recogerlos de los nopales uno a uno. Se recolec-tan cuando tienen tres meses de edad y se matan hirviéndolos en agua, exponiéndolos al sol o a va-por de agua. Cada método produce tonos distintos de rojo a naranja. Son necesarios 70,000 insectos para producir 454 gramos de tinte.

La producción masiva de estos insectos en otros países comenzó en el siglo XIX, tiempo en el que España ordenó se produjera el tinte en las islas Canarias, superando a Oaxaca.

Los colorantes artificiales (anilinas), producidos a partir de 1856, desplazaron a la grana cochinilla, aunque la apertura del Canal de Panamá en 1914, introdujo el tinte producido en Perú a Europa.

Actualmente, la grana cochinilla se usa para cosméticos, alimentos y bienes farmacéuticos por-que ha demostrado su inocuidad al consumo hu-mano, a diferencia de los tintes artificiales que han resultado en algunos casos alergénicos y cancerosos.

Las hermosas prendas tintas con grana cochi-nilla que producen artistas textiles de las comuni-dades mesoamericanas son prueba fehaciente de la continuidad cultural y diversidad de nuestro te-rritorio.

* La autora es Licenciada en Antropología Social por la BUAP; actualmente, presta sus servicios en el INAH-Puebla.

“El color con que se tiñe con la grana que llaman nocheztli, quiere decir sangre de tunas, porque en cierto género de tunas se crían unos gusanos que llaman cochinillas apegados a las hojas, y

aquellos gusanos tienen una sangre muy colorada; ésta es la grana f ina”Fray Bernardino de Sahagún (1549-1590).

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En las décadas presentes del siglo XXI, el mexi-cano se ha enfrentado a constantes crisis eco-nómicas, políticas, ideológicas y sociales, que hoy en día es de carácter cínico e indiferente.

La elite política que se encarga de organizarnos, sim-plemente ha pecado de una indiferencia sorprendente ante el caos social que se vive en el país.

Al hablar de las formas de relación que tienen las juventudes mexicanas ante su gobierno, normalmente nos vienen a la cabeza imágenes de los universitarios del inicios del siglo XX, de los sucesos más traumáticos y simbólicos de injusticia e impunidad que conocieron y, de lo ocurrido más tarde, en el 68 en Tlatelolco y en mayo del 73 en nuestra Universidad.

Y observando nuestro presente, con la desaparición forzada en Iguala de 2014, que fue una serie de episo-dios de violencia ocurridos durante la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de ese año, que deja-ron un saldo de al menos seis personas fallecidas, vein-tisiete heridos y la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, vemos increíble que estos sucesos que indignaron al país y provocaron constantes marchas, a la fecha no se hayan esclarecido.

Advertía Leopoldo Zea (Conciencia y Posibilidad del Mexicano, Porrúa, México, 1978) que “al volver conscien-temente los ojos sobre su realidad, el mexicano se tro-pieza con un mundo en el que se hacen patentes todos sus defectos (…) un mundo arrastrado por la violencia y todas las inmoralidades imaginables. Un mundo ante el cual el hombre de espíritu, el intelectual, no contaba en forma alguna. (…) No cambia otra intervención que aquella en que, previamente se subordinaba el espíritu a los bajos intereses de quienes hacían política.”

La relación de los jóvenes frente a su contexto his-tórico e ideológico y su participación ciudadana, a par-tir de la segunda mitad del siglo XX, se mantiene hasta nuestros días en un constante encuentro determinado por un ambiente de violencia.

Juventud Maderista en Puebla Las crisis de fines del régimen porfiriano fueron graves, múltiples, simultáneas y sin solución alguna; afectaron con intensidad variada los aspectos político, económico, social, diplomático y cultural del país. La crisis del siste-ma político se debió en parte al envejecimiento de Díaz –nacido en 1830– y de su camarilla; también influyó el carácter cerrado del aparato gubernamental; más grave aún fue su carácter excluyente, que impedía la partici-pación de grupos ajenos a los equipos porfiristas. Sin embargo, el problema mayor fue su cambio de natura-leza, composición y procedimientos: hasta 1903 el sis-tema político de Díaz se había apoyado en dos equipos, cada uno con sus propios espacios de poder y funciones específicas, que se auto balanceaban por tener fuerzas semejantes.

Cuando el problema de la sucesión cobró importan-cia por el envejecimiento de don Porfirio, que ya no po-día continuar con los mecanismos reeleccionistas, Díaz rompió su imparcialidad y eligió como sucesor, mediante la figura de la vicepresidencia, a un miembro del grupo “científico”: Ramón Corral. Dicha decisión obligó a re-ducir la fuerza política y las cuotas de poder del otro gru-po, el reyista. Lógicamente, sus miembros pasaron a ser opositores, para colmo peligrosos por su capacidad, ex-periencia y prestigio. A partir de ese momento los reyis-tas se convirtieron en severos críticos de los “científicos”. Esta división de la élite debilitó profundamente al go-bierno porfiriano, antes fuerte y unificado.

Así como estos nuevos grupos de oposición se for-maron, la diplomacia fisiócrata que profesaban las jóve-nes elites maderistas era capaz de impactar por medio de la propaganda llena de información directa y efecti-va, útil tanto para un artesano como para un campesino o universitario.

En la ciudad de Puebla buscaban el cambio de go-bierno pues preferían un acuerdo meramente diplomá-tico antes que bélico, sin embargo a causa de las deten-ciones y represión en los sectores antirreeleccionistas, las conspiraciones surgieron con fuerza y enojo contra el gobierno del Estado. El partido de Aquiles Serdán proponía una nueva organización del municipio con mayor difusión de los hechos públicos, a causa del mal manejo del General Mucio P. Martínez.

Con la modernización de México y el éxito textil en Puebla, los sectores obrero y campesino, que eran mayo-ritarios en el país, se vuelven un objetivo primordial. El rápido acercamiento a la población con necesidades se intentó cultivando el espíritu e identificación nacional a través de la difusión de literatura apropiada.

La organización de Aquiles Serdán, obreros y cam-pesinos junto con los grupos de estudiantes de aquella época, fue fuerte gracias a que no se consideraba parte de un sector segregado de elites intelectuales juveniles con-tra grupos obreros, sino ellos que se veía parte de un con-glomerado inconforme con la forma de gobierno incom-petente y violento que se ejercía. A pesar de la represión llevada a cabo el 7 de julio de 1910, que levantó a algunos estudiantes a la leva, no quebró a los estudiantes del Co-legio del Estado. Y mantuvieron sus ideales.

Las Jóvenes Elites Políticas en la Segunda Mitad del Siglo XXJulián Marías (El Método Histórico de las Generaciones. Madrid, Revista de Occidente, 1961) construye una concepción de progreso y deconstruye a su vez este fe-nómeno de la historia a partir de los intereses que ma-nifiesta cada generación; insiste en que como resultado de que se observen fallas y aciertos en el presente, se pude cambiar en el futuro, reflexionando sobre las de-cisiones tomadas en el pasado. La vida y cambios en la

innovación o en la conservación del status sociopolí-tico, dependerán en gran medida de la conservación e innovación de las generaciones pasadas; es decir, esas generaciones deciden que se cambia y que se conserva para beneficio de las generaciones futuras.

Por su parte, Ortega y Gasset (El Tema de Nues-tro Tiempo; La Rebelión de las Masas, México, Porrúa, 2013), como resumen de esta oscilación de generacio-nes, fenómeno motivado por sus necesidades y oportu-nidades, asegura que estos cambios, que han elaborado una nueva perspectiva de la realidad, han sido a par-tir de la localización de una necesidad que afecta a tres o más generaciones, las cuales a su vez, aprovechan las oportunidades que emergen en el entorno de conflicto.

Dentro de este análisis filosófico- histórico en-tre Ortega y Gasset y Julián Marías, podemos llegar a construir un esquema generacional neoliberal. Divida-mos la última etapa del siglo XX y la primera década del siglo XXI en tres generaciones; en primer lugar nos encontramos a los abuelos, gente de 60 años en adelante que, en su época de juventud, era una generación que sin miedo se atrevía exigir sus demandas a pesar de la ab-surda respuesta de sus gobernantes. Hablamos de jóve-nes que conocían sus derechos pero también sus obliga-ciones, y que sabían cómo organizarse para trabajar en comunidad, y aunque hubo un desenlace trágico, pasa-ron a ser figuras de cambio en su época, como lo fueron anteriormente las juventudes maderistas.

En un segundo nivel nos encontramos a nuestros pa-dres, que si bien no vivieron aquellos episodios de repre-sión (1968, mayo de 1973, etc.), en un primer plano, les tocó la crisis económica de los años 80 y la terrible deva-luación del peso, que determinaría no un vivir, sino más bien un sobrevivir del mexicano que alimentó la necesi-dad de cierto conformismo social, intelectual, económi-co y político. La generación de nuestros padres empieza a ser un poco más opaca, en el terreno de la ideología, y dejó casi en último plano a la política. Se encerró en un mundo en el cual querían un cambio pero no sabían cómo, descuidando las Instituciones de dominio ciuda-dano y dejando automáticamente casi toda decisión del país en manos de los gobernantes. Como sujeto econó-mico buscaron mejorar su condición de vida de forma totalmente individual.

Y por último, las generación de los noventa has-ta nuestros días, dominada por el descontrol histórico social derivado de la globalización y de los estereoti-pos económico-culturales que trajo consigo fue, en su mayor parte absorbida por el mundo cibernético, que si bien ha tiene ventajas mayores en cuanto a la circula-ción de información y a la ágil comunicación, ha segre-gando completamente el contacto humano.

* Estudiante de la Licenciatura en Historia en la FFyL de la BUAP.

Hassivy Cristel Hernández Bello*

“Acosar a la genealogía, descubrir la necesidad y el uso, revelan de modo extraño y complejo no solamente el sentido del tiempo para cada sociedad, sino también la manera en que el hombre sitúa en el tiempo lo que piensa y lo organiza.”

Jacques Attali.

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Director y editor: Enrique Condés LaraConsejo Editorial: Mariano E. Torres Bautista, Juan Lozada León, José Fragoso Cervón,

María de Lourdes Herrera Feria, Hugo López Coronel, Ernesto Licona Valencia, Gabriela Breña, Cecilia Vázquez Ahumada y Eulogio Romero Rodríguez, Octavio Spíndola Zago

Corrección: Enrique Condés BreñaDiseño: Israel Hernández Cedeño

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RE~INCIDENTE. Año 6. No. 110. Segunda quincena de octubre de 2015. Es una publicación quincenal editada por el C. Enrique Condés Lara, domicilio Costado del Atrio de San Francisco 22 bis. Cuadrante de san Francisco, Delegación Coyoacán, CP. 04320, tel. (55) 55-17-76-63. Correo electrónico: [email protected]. Editor responsable: Enrique Condés Lara. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo 04-2011-032210460200-101. ISSN: 2007-476X. Otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certificado de Licitud y Contenido No. 15198 otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas de la Secretaría de Gobernación. Impresa en los talleres de El Errante, Editor. Privada Emiliano Zapata No. 5947, San Baltasar Campeche, Puebla Pue. C.P. 72550. Este número se terminó de imprimir en octubre de 2015 con un tiraje de 5000 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de RE-INCIDENTE.

Solución alReincigRama de eSte númeRo

Estaba en una de esas burocracias de los ju-bilados buapachosos, tramitando mi viven-cia (cuando menos dos veces por año hay que presentarse en la oficina encargada de

verificar que existimos, porque algunos vivos cobran por los muertos), cuando de repente empezó a llegar toda la banda de viejitos de la Facultad de Psicología, a los que conozco porque en alguna ocasión en mi larga trayectoria como docente de esta Benemérita Institución fui uno de sus miembros. De inmediato vinieron a mi alucinada mente nostálgicos recuerdos.

Recordé que cuando me separaron (te corrieron wei) del penúltimo trabajo. Fue en esa licenciatura, entonces perteneciente a la escuela de Filosofía y Le-tras, donde di mis primeros pasos como enseñante.

Recordé que fue ahí donde conocí a algunos de mis actuales amigotes como el Javier Guevara y el Eulogio Romero entre muchos otros (¡Terco!, por esas amistades no te quieren).

Cómo no recordar que fue ahí donde hice mis pri-meros pininos como integrante del entonces Partido Comunista y de su célula Antón Makarenko, poste-riormente rebautizada como María Sabina (MASA).

Cómo olvidar las agitadas asambleas para sacar los votos necesarios y dar apoyo a las manifestaciones y movimientos sociales (la mayoría causas perdidas) de esa época.

Cómo no recordar los periodos sinuosos de elec-ciones de las diferentes licenciaturas, entre ellas Psi-

cología, de la escuela de Filosofía y Letras, en ese tiempo comandada por el compañero Alfonso Vélez Pliego.

Cómo no recordar aquellos días y noches de ro-mánticas huelgas en medio de tasas de café y de gran-des partidas de ajedrez. (“Mientras más hago el amor más ganas me dan de hacer la revolución”).

Cómo no recordar tantas bellas locuras. Todavía sigue ahí en esa legendaria casa vieja de

muros gruesos y grandes arcadas (frase dominguera), en la plaza John Lennon, buscando trascender en el conocimiento y la enseñanza de las técnicas y los mé-todos de la psicología como ciencia social (¿será cien-cia? o ¿mera técnica positivista?).

Todos estos recuerdos vinieron a mi mente por-que me enteré de que están con manteles largos por el 50 aniversario de su fundación. Felicidades com-pañeros.

Cheyser: a las actuales autoridades de esa licencia-tura les propongo que organicen un gran reventón (yo pongo la miscelánea) con todos los que son sus inte-grantes y que no se olviden de los que en alguna oca-sión fuimos parte de esa insigne licenciatura. A noso-tros los jubilados y los que en algún momento integra-mos su planta académica y administrativa también nos gustaría reventarnos en el festejo. ¡Salud!

* El autor es Doctor en Sociología Jurídica por la BUAP y cuatachín nostálgico.

José Fragoso Cervón*

En el mundo, 80 personas poseen lo mismo que la mitad más pobre de la humanidad.

¿Cómo es eso en México?

Los 4 millonarios más ricos de México representan el 9% del PIB mexicano, cifra que en 2002 era de solo 2%.

El 1% de los más ricos en México posee el 21% de la riqueza de la nación.

En tanto, más de la mitad, el 54.4% de los mexicanos vive en pobreza, es decir, más de 50 millones.

Entre 2007 y 2012, la cantidad de millonarios en México creció en 32%, mientras que en el resto del mundo decreció 0.3%.

Hoy son 16 los multimillonarios mexicanos. Ya eran ricos en 1996 con $25,600 millones de dólares. Pero hoy, hoy, hoy esa cifra es de $142,900 millones de dólares.

“Carlos Slim en la telefonía, Germán Larrea y Alberto Bailleres en la industria minera y Ricardo Salinas Pliego en TV Azteca, Iu-sacell y Banco Azteca. Los cuatro han hecho sus fortunas a partir de sectores privados, concesionados y/o regulados por el sector público. Estas élites han capturado al Estado mexicano, sea por falta de regulación o por un exceso de privilegios fiscales”.

Consecuencias de la desigualdad ya histórica en México son: •Lapoblaciónindígena,cuyatasadepobrezaes4vecesmayor

a la general. •Laeducaciónpúblicaversuslaprivada. •Laviolenciaacausadelamarginación. México ocupa el lugar 87 de 113 países estudiados sobre des-

igualdad social. Los más igualitarios son los primeros. “Mientras que el promedio de los países de la OCDE obtiene

el 32.5% de todos sus ingresos a partir de impuestos en bienes y servicios (lo que incluye impuestos al consumo e impuestos es-peciales), México obtiene el 54% de todos sus ingresos por esta vía. Lo anterior implica que la estructura fiscal en México está mucho más orientada a gravar el consumo que el ingreso perso-nal o empresarial”.

Fuente: Concentración del poder económico y político, Gerardo Esquivel Hernández, Oxfam/México, junio de 2015. http://cambialasreglas.org/images/desigualdadextrema_informe.pdf

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aviSo publicado poR la Solicitante:Soy una chica hermosa (yo diría que muy hermosa) de 25 años, bien for-mada y tengo clase. Quiero casarme con alguien que gane como mínimo medio millón de dólares al año. ¿Tienen en este portal algún hombre que gane 500,000 dólares o más? Quizás las esposas de los que ganen eso me puedan dar algunos consejos. Estuve de novia con hombres que ganan de 200 a 250 mil, pero no puedo pasar de eso, y 250 mil no me van a hacer vivir en el Central Park West. Conozco a una mujer, de mi clase de yoga, que se casó con un banquero y vive en Tribeca, y ella no es tan bonita como yo, ni es inteligente. Entonces, ¿qué es lo que ella hizo y yo no? ¿Cómo puedo llegar al nivel de ella?

Rafaela S.

ReSpueSta de un millonaRio:Leí su consulta con gran interés. Pensé cuidadosamente en su caso e hice un análisis de la situación. Primeramente, no estoy haciéndole perder el tiempo pues gano más de 500 mil dólares por año. Aclarado esto, con-sidero los hechos de la siguiente forma: lo que Ud. ofrece, visto desde la perspectiva de un hombre como el que busca, es simplemente un pési-mo negocio. He aquí porqué: dejando los rodeos de lado, lo que propone es un simple negocio: Usted pone la belleza física y yo pongo el dinero. Propuesta clara y sin recovecos. Sin embargo existe un problema. Con seguridad, su belleza va a decaer y un día va a terminar y, lo más probable,

es que mi dinero continúe creciendo. Así, en términos económicos, Ud. es un activo que sufre depreciación y yo soy un activo que rinde dividendos.

Aclarando más, usted tiene hoy 25 años y va a continuar siendo lin-da durante los próximos 5 a 10 años, pero siempre un poco menos cada año, y de repente, si se le compara entonces con una foto de hoy, verá que ya está envejecida. Esto quiere decir, que está hoy en “alza”, en la época ideal de ser vendida, no de ser comprada. Usando el lenguaje de Wall Street, se encuentra en “trading position” (posición para comercializar) y no en “buy and hold” (compre y retenga), que es para lo que Ud. se ofrece. Por lo tanto, todavía en términos comerciales, el casamiento (que es un “buy and hold”) no me sería un buen negocio a mediano o largo plazo, pero alquilarla puede ser en términos comerciales un negocio ra-zonable que podemos meditar y discutir usted y yo.

Pienso que mediante certificación de cuán “bien formada, con clase y maravillosamente linda” es, yo, probable futuro locatario de esa “má-quina”, quiero lo que es de práctica habitual: Hacer una prueba, o sea un “test drive…” para concretar la operación.

En resumidas cuentas: como comprarla es un mal negocio, por su de-valuación creciente, le propongo alquilarla por el tiempo en que el mate-rial esté en buen estado.

Esperando noticias suyas, me despido cordialmente.

Un millonario que por eso es millonario.

Una mujer escribió al Portal Financiero de un prestigioso diario de Estados Unidos pidiendo consejos sobre la manera idónea para conseguir un marido millonario, situación que puede

parecer algo cómica, pero que no deja de tener seriedad en esta metálica época.