Reincidente 108

8
* Reincidente no incluye sección de Sociales Año VI, Número 108, 2da. quincena de septiembre de 2015 A la denuncia de los usuarios del AGN se suma la de investigadores y archivistas respecto a la aplicación del artículo 27 de la Ley Federal de Archivos vigente, el cual dispone que la docu- mentación que contenga “datos personales que afecten a la esfera más íntima de su titular o cuya utilización indebida pueda dar origen a discriminación o conlleve un riesgo grave para éste”, será considerada “histórica confidencial”, por lo que, en ese caso excepcional, su consulta se restringirá a 70 años después de producidos los documentos. Ambas denuncias van de la mano en lo que parece ser una tendencia a la censura para la inves- tigación histórica y para el esclarecimiento de los delitos cometidos por el Estado mexicano. En el año 2002 llegaron al AGN 4 223 cajas que, a su vez, están constituidas por 58 302 expedientes, además de aproximadamente 7 millones de tarjetas catalográfi- cas con información sobre el contenido de dichas cajas y expedientes, provenientes de la extinta Dirección Federal de Seguridad. La llegada al AGN de esos materiales se dio en un contexto muy particular. Después de una lu- cha de varios lustros por el esclarecimiento de los hechos del 2 de octubre de 1968 y del 10 de junio de 1971, pero sobre todo de las constantes denuncias de familiares de desaparecidos y asesinados por motivos políticos durante los años 70, la presión de organizaciones sociales y po- líticas logró que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) atendiera parte de sus demandas y realizara una investigación que derivó en la Recomenda- ción 26/2001, en la cual propuso al gobierno federal abrir una fiscalía para indagar sobre 532 casos de desaparición forzada que se tenían documentados. Como respuesta a esta recomendación, el 27 de noviembre de 2001, el pre- sidente de Vicente Fox emitió un Acuerdo, publicado en el Diario Oficial de la Federación, en el que se disponía la creación de la Fiscalía especial para la investigación de los delitos cometidos por el Estado Mexicano en con- tra de movimientos sociales y políticos del pasado (co- nocida como Femospp). Para cumplir con su misión era sustancial conocer los documentos oficiales, por lo que el acuerdo también contempló la apertura de los archi- vos de las instituciones del Estado que pudieran contener información al respecto. Sin embargo, sólo la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Gobernación, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), la Secretaría de Relaciones Exteriores y el Instituto Na- cional de Migración entregaron documentación respec- to al tema. Otras instituciones argumentaron no contar con información, entre ellas la Procuraduría General de la República y el Estado Mayor Presidencial, lo cual, por supuesto, es inverosímil por la participación que tuvieron dichas dependencias en el combate a la disidencia. Otra medida derivada del Acuerdo de 2001 fue la promulgación de la Ley Federal de Transparencia y Ac- ceso a la Información Pública Gubernamental y la crea- ción del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública Gubernamental (IFAI, hoy INAI: Instituto Na- cional de Acceso a la Información y Protección de Da- tos Personales). De esa manera se pudieron consultar los documentos oficiales, algunos de los cuales no habían cumplido aún los 30 años reglamentarios para ser consi- derados históricos; entre ellos se encontraba, además del fondo DFS, parte del archivo de la Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales (DGIPS), dependen- cia de la Secretaría de Gobernación. Pero, ¿qué es lo que permite conocer los archivos de la DFS? Hay que señalar, en primer lugar, que la infor- mación que se presenta en el acervo no es imparcial y absolutamente verídica. Resulta de suma importancia complementarla con otros fondos como los de la Secre- taría de la Presidencia y de la Defensa Nacional –alber- gados en el mismo AGN–, con los del Archivo Históri- co de la SEDENA o los documentos desclasificados del gobierno norteamericano sobre la guerra sucia mexica- na, por citar sólo algunos; es también imperioso cote- jar sus contenidos con lo que aportan los testimonios orales, las memorias de los actores de aquel momento, la prensa crítica de la época, las investigaciones especia- lizadas, y armarse de paciencia y disciplina para poder entender y explicar en su contexto la información apa- rentemente inconexa de los documentos. De esa mane- ra podemos valorar qué es lo que permiten conocer los materiales que conforman el fondo DFS. Por un lado, está la información que da cuenta de la existencia y proceder de las distintas disidencias que se desarrollaron de los años 50 a 80 del siglo pasado, mu- chas de las cuales no dejaron otra huella que lo informado por los agentes, ya sea por su carácter clandestino o por el afán de los gobiernos en ocultar esa memoria y los ex- cesos a los que se llegó en la represión. Esos documentos nos dan la oportunidad de conocer la gran diversidad de personas, grupos y organizaciones que existieron en Mé- xico durante la segunda mitad del siglo XX que fueron vistos por los gobiernos mexicanos como sus enemigos porque analizaron la realidad y la criticaron, porque se organizaron para luchar por sus demandas, porque qui- sieron cambiar su país o construir un proyecto de nación diferente, porque denunciaron las injusticias, protestaron, decidieron no callar ante la corrupción e impunidad, en suma porque resistieron. A través de este acervo pode- mos conocer parte de la multiplicidad y complejidad de grupos y organizaciones de izquierda, de militantes, ac- tivistas, intelectuales, estudiantes y obreros cuya trayec- toria fue documentada puntualmente por los agentes de la DFS. Por otro lado, esos materiales dan cuenta de cuáles fueron los temas de la seguridad nacional en cada perio- do, a quiénes consideraba el Estado mexicano como disi- dentes o subversivos, a quiénes trató como sus enemigos y por qué. Sobre todo, resulta de gran importancia histó- rica conocer qué uso dieron los gobiernos a la informa- ción que generó la vigilancia a personas y organizaciones de diverso tipo consideradas peligrosas o sospechosas. Al respecto, los fondos DFS y DGIPS aún conservan infor- mación valiosa que, bien escudriñada, cotejada y analiza- da, da cuenta, entre otras cosas: de las redes de corrup- ción entre empresarios, dueños y directivos de medios de comunicación, figuras públicas y gobernantes; de la existencia grupos de choque, porros, agentes infiltrados, corporaciones creadas para confrontar, especializadas en reprimir; de la formación de cuerpos especiales de la po- licía y el Ejército que recibieron formación antisubversiva y coordinaron la política anticomunista en todo el país; del proceder de grupos cuya existencia fue negada duran- te décadas como el Batallón Olimpia, Los Halcones y la Brigada Especial; de la operación de campos de reclusión, casas secretas de la policía y del Ejército, del tráfico de ar- mas y drogas, de fosas clandestinas y vuelos de la muerte; de operaciones y planes orquestados desde el gobierno contra comunidades, organizaciones, movimientos y lu- chadores sociales con el conocimiento, consentimiento y la orden de funcionarios de los tres Poderes de la Unión. En suma, esos fondos contienen la evidencia generada por los propios gobiernos de una faceta muy oscura del Estado mexicano respecto a la forma en que enfrentó y combatió a la disidencia, mediante una política contra la subversión que fue ocultada y negada durante varias décadas porque escondía crímenes de Estado y de lesa humanidad, como se ha documentado ya en el Informe ¡Que no vuelva a suceder! y en los resultados del trabajo de la Comisión de la Verdad en Guerrero.También algunos investigadores como Sergio Aguayo (La charola), Enri- que Condés Lara (Represión y rebelión en México) Jacinto Rodríguez Munguía (Los archivos secretos de la prensa y el poder) Raúl Jardón (El espionaje contra el Movimiento Es- tudiantil. Los Documentos de la Dirección Federal de Segu- ridad y las agencias de inteligencia estadounidenses en 1968), y algunos tesistas de diversas instituciones de educación superior, han elaborado obras rigurosas de análisis del sistema político mexicano a partir del estudio de dichos acervos y dan cuenta de la gravedad del papel jugado por las direcciones de investigaciones políticas, pues su actua- ción no se limitó al de un aparato de inteligencia que vi- gila y elabora informes, sino que se caracterizó por ejercer acoso sistemático sobre la disidencia y de actuar impune- mente al realizar labores de infiltración, espionaje, inti- midación, allanamientos, violaciones, torturas, desapari- ciones forzadas y asesinatos, entre otras acciones ilegales. Hoy que tenemos el gran reto de escudriñar en los acervos que resguarda el AGN para conocer esas face- tas ocultas de nuestro pasado reciente, exigir justicia y evitar que los crímenes cometidos se repitan, cabe pre- guntarse cuáles eran los límites del aparato de seguri- dad nacional que rigió en el México posrevoluciona- rio en términos de la impunidad con que actuaban, qué nos dicen del sistema político mexicano esos documen- tos y por qué en México no se han desarrollado juicios exitosos contra los criminales del pasado. Es necesario preguntarnos también si en nuestro país estas prácti- cas ligadas a la policía política se han terminado; qué pasó con toda aquella estructura al cerrar la DGIPS y la DFS en los años 80 y cómo han cambiado las políticas de seguridad nacional. * La autora es Licenciada en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autóno- ma de México. Durante las pasadas semanas algunos medios dieron a conocer alarmantes noticias sobre nuevas medidas que dificultan la consulta del acervo documental que conforma el fondo Dirección Federal de Seguridad (DFS) en la Galería 1 del Archivo General de la Nación (AGN). LA CENSURA DEL FONDO DFS María Magdalena Pérez Alfaro TRANPARENCIA Y ARCHIVOS NACIONALES Camilo Vicente Ovalle ACERCAMIENTO A LA ILUSTRA- CIÓN CIENTÍFICA César Maximiliano Vázquez Franco DESDE LA FACULTAD Mariano Torres Bautista EFECTO PANÓPTICO Octavio Spíndola Zago ENGAÑO Enrique Condés Lara DE PLANTAS Y ANIMALES Cecilia Vázquez Ahumada REINCIGRAMA Fernando Contreras AQUÍ, PUROS CUENTOS Paco Rubín FRANTASÍAS José Fragoso Cervón ARITMOMANÍA Gabriela Breña PERRITOS DE TIERRA María Magdalena Pérez Alfaro *

description

 

Transcript of Reincidente 108

Page 1: Reincidente 108

* Reincidente no incluye sección de Sociales* Reincidente no incluye sección de Sociales

Año VI, Número 108, 2da. quincena de septiembre de 2015

A la denuncia de los usuarios del AGN se suma la de investigadores y archivistas respecto a la aplicación del artículo 27 de la Ley Federal de Archivos vigente, el cual dispone que la docu-

mentación que contenga “datos personales que afecten a la esfera más íntima de su titular o cuya utilización indebida pueda dar origen a discriminación o conlleve un riesgo grave para éste”, será considerada “histórica confidencial”, por lo que, en ese caso excepcional, su consulta se restringirá a 70 años después de producidos los documentos. Ambas denuncias van de la mano en lo que parece ser una tendencia a la censura para la inves-tigación histórica y para el esclarecimiento de los delitos cometidos por el Estado mexicano.

En el año 2002 llegaron al AGN 4 223 cajas que, a su vez, están constituidas por 58 302 expedientes, además de aproximadamente 7 millones de tarjetas catalográfi-cas con información sobre el contenido de dichas cajas y expedientes, provenientes de la extinta Dirección Federal de Seguridad. La llegada al AGN de esos materiales se dio en un contexto muy particular. Después de una lu-cha de varios lustros por el esclarecimiento de los hechos del 2 de octubre de 1968 y del 10 de junio de 1971, pero sobre todo de las constantes denuncias de familiares de desaparecidos y asesinados por motivos políticos durante los años 70, la presión de organizaciones sociales y po-líticas logró que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) atendiera parte de sus demandas y realizara una investigación que derivó en la Recomenda-ción 26/2001, en la cual propuso al gobierno federal abrir una fiscalía para indagar sobre 532 casos de desaparición forzada que se tenían documentados. Como respuesta a esta recomendación, el 27 de noviembre de 2001, el pre-sidente de Vicente Fox emitió un Acuerdo, publicado en el Diario Oficial de la Federación, en el que se disponía la creación de la Fiscalía especial para la investigación de los delitos cometidos por el Estado Mexicano en con-tra de movimientos sociales y políticos del pasado (co-nocida como Femospp). Para cumplir con su misión era sustancial conocer los documentos oficiales, por lo que el acuerdo también contempló la apertura de los archi-vos de las instituciones del Estado que pudieran contener información al respecto. Sin embargo, sólo la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Gobernación, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), la Secretaría de Relaciones Exteriores y el Instituto Na-cional de Migración entregaron documentación respec-to al tema. Otras instituciones argumentaron no contar con información, entre ellas la Procuraduría General de la República y el Estado Mayor Presidencial, lo cual, por supuesto, es inverosímil por la participación que tuvieron dichas dependencias en el combate a la disidencia.

Otra medida derivada del Acuerdo de 2001 fue la promulgación de la Ley Federal de Transparencia y Ac-ceso a la Información Pública Gubernamental y la crea-ción del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública Gubernamental (IFAI, hoy INAI: Instituto Na-cional de Acceso a la Información y Protección de Da-tos Personales). De esa manera se pudieron consultar los

documentos oficiales, algunos de los cuales no habían cumplido aún los 30 años reglamentarios para ser consi-derados históricos; entre ellos se encontraba, además del fondo DFS, parte del archivo de la Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales (DGIPS), dependen-cia de la Secretaría de Gobernación.

Pero, ¿qué es lo que permite conocer los archivos de la DFS? Hay que señalar, en primer lugar, que la infor-mación que se presenta en el acervo no es imparcial y absolutamente verídica. Resulta de suma importancia complementarla con otros fondos como los de la Secre-taría de la Presidencia y de la Defensa Nacional –alber-gados en el mismo AGN–, con los del Archivo Históri-co de la SEDENA o los documentos desclasificados del gobierno norteamericano sobre la guerra sucia mexica-na, por citar sólo algunos; es también imperioso cote-jar sus contenidos con lo que aportan los testimonios orales, las memorias de los actores de aquel momento, la prensa crítica de la época, las investigaciones especia-lizadas, y armarse de paciencia y disciplina para poder entender y explicar en su contexto la información apa-rentemente inconexa de los documentos. De esa mane-ra podemos valorar qué es lo que permiten conocer los materiales que conforman el fondo DFS.

Por un lado, está la información que da cuenta de la existencia y proceder de las distintas disidencias que se desarrollaron de los años 50 a 80 del siglo pasado, mu-chas de las cuales no dejaron otra huella que lo informado por los agentes, ya sea por su carácter clandestino o por el afán de los gobiernos en ocultar esa memoria y los ex-cesos a los que se llegó en la represión. Esos documentos nos dan la oportunidad de conocer la gran diversidad de personas, grupos y organizaciones que existieron en Mé-xico durante la segunda mitad del siglo XX que fueron vistos por los gobiernos mexicanos como sus enemigos porque analizaron la realidad y la criticaron, porque se organizaron para luchar por sus demandas, porque qui-sieron cambiar su país o construir un proyecto de nación diferente, porque denunciaron las injusticias, protestaron, decidieron no callar ante la corrupción e impunidad, en suma porque resistieron. A través de este acervo pode-mos conocer parte de la multiplicidad y complejidad de grupos y organizaciones de izquierda, de militantes, ac-tivistas, intelectuales, estudiantes y obreros cuya trayec-toria fue documentada puntualmente por los agentes de la DFS.

Por otro lado, esos materiales dan cuenta de cuáles fueron los temas de la seguridad nacional en cada perio-do, a quiénes consideraba el Estado mexicano como disi-dentes o subversivos, a quiénes trató como sus enemigos y por qué. Sobre todo, resulta de gran importancia histó-rica conocer qué uso dieron los gobiernos a la informa-ción que generó la vigilancia a personas y organizaciones de diverso tipo consideradas peligrosas o sospechosas. Al respecto, los fondos DFS y DGIPS aún conservan infor-mación valiosa que, bien escudriñada, cotejada y analiza-da, da cuenta, entre otras cosas: de las redes de corrup-ción entre empresarios, dueños y directivos de medios de comunicación, figuras públicas y gobernantes; de la

existencia grupos de choque, porros, agentes infiltrados, corporaciones creadas para confrontar, especializadas en reprimir; de la formación de cuerpos especiales de la po-licía y el Ejército que recibieron formación antisubversiva y coordinaron la política anticomunista en todo el país; del proceder de grupos cuya existencia fue negada duran-te décadas como el Batallón Olimpia, Los Halcones y la Brigada Especial; de la operación de campos de reclusión, casas secretas de la policía y del Ejército, del tráfico de ar-mas y drogas, de fosas clandestinas y vuelos de la muerte; de operaciones y planes orquestados desde el gobierno contra comunidades, organizaciones, movimientos y lu-chadores sociales con el conocimiento, consentimiento y la orden de funcionarios de los tres Poderes de la Unión. En suma, esos fondos contienen la evidencia generada por los propios gobiernos de una faceta muy oscura del Estado mexicano respecto a la forma en que enfrentó y combatió a la disidencia, mediante una política contra la subversión que fue ocultada y negada durante varias décadas porque escondía crímenes de Estado y de lesa humanidad, como se ha documentado ya en el Informe ¡Que no vuelva a suceder! y en los resultados del trabajo de la Comisión de la Verdad en Guerrero.También algunos investigadores como Sergio Aguayo (La charola), Enri-que Condés Lara (Represión y rebelión en México) Jacinto Rodríguez Munguía (Los archivos secretos de la prensa y el poder) Raúl Jardón (El espionaje contra el Movimiento Es-tudiantil. Los Documentos de la Dirección Federal de Segu-ridad y las agencias de inteligencia estadounidenses en 1968), y algunos tesistas de diversas instituciones de educación superior, han elaborado obras rigurosas de análisis del sistema político mexicano a partir del estudio de dichos acervos y dan cuenta de la gravedad del papel jugado por las direcciones de investigaciones políticas, pues su actua-ción no se limitó al de un aparato de inteligencia que vi-gila y elabora informes, sino que se caracterizó por ejercer acoso sistemático sobre la disidencia y de actuar impune-mente al realizar labores de infiltración, espionaje, inti-midación, allanamientos, violaciones, torturas, desapari-ciones forzadas y asesinatos, entre otras acciones ilegales.

Hoy que tenemos el gran reto de escudriñar en los acervos que resguarda el AGN para conocer esas face-tas ocultas de nuestro pasado reciente, exigir justicia y evitar que los crímenes cometidos se repitan, cabe pre-guntarse cuáles eran los límites del aparato de seguri-dad nacional que rigió en el México posrevoluciona-rio en términos de la impunidad con que actuaban, qué nos dicen del sistema político mexicano esos documen-tos y por qué en México no se han desarrollado juicios exitosos contra los criminales del pasado. Es necesario preguntarnos también si en nuestro país estas prácti-cas ligadas a la policía política se han terminado; qué pasó con toda aquella estructura al cerrar la DGIPS y la DFS en los años 80 y cómo han cambiado las políticas de seguridad nacional.

* La autora es Licenciada en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autóno-ma de México.

Durante las pasadas semanas algunos medios dieron a conocer alarmantes noticias sobre nuevas medidas que dificultan la consulta del acervo

documental que conforma el fondo Dirección Federal de Seguridad (DFS) en la Galería 1 del Archivo General de la Nación (AGN).

LA CENSURA DEL FONDO DFS María Magdalena Pérez Alfaro

TRANPARENCIA Y ARCHIVOS NACIONALES

Camilo Vicente OvalleACERCAMIENTO A LA ILUSTRA-

CIÓN CIENTÍFICA César Maximiliano Vázquez Franco

DESDE LA FACULTAD Mariano Torres Bautista

EFECTO PANÓPTICO Octavio Spíndola Zago

ENGAÑO Enrique Condés Lara

DE PLANTAS Y ANIMALES Cecilia Vázquez Ahumada

REINCIGRAMA Fernando Contreras

AQUÍ, PUROS CUENTOS Paco Rubín

FRANTASÍAS José Fragoso CervónARITMOMANÍA

Gabriela BreñaPERRITOS DE TIERRA

María Magdalena Pérez Alfaro *

Page 2: Reincidente 108

Mariano E. Torres Bautista*

Actividades como la planificación estratégica, el ordenamiento territorial, el estudio de los paisajes culturales, la geografía cultural, los flujos espaciales del comercio local e inter-

nacional, la geopolítica del turismo, la teledetección, la cartografía histórica y otras funciones específicas se vuelven más importantes cada día. Todas esas activi-dades requieren una visión nacional e internacional actualizada para dar expectativas de formación acadé-mica aplicables a las necesidades de nuestra entidad y país.

La enseñanza de la Geografía es pues un campo tan amplio como apasionante. Pero ¿qué hay detrás de todo esta disciplina y sus territorios de estudio? Se puede resumir en dos palabras: calidad académi-ca o en una más: interdisciplinariedad. Evidentemente, crear una nueva opción profesional no es simplemen-te abrirla y luego traer a los cuates. O, como dicen en mi tierra, no es “enchílame otra”. Implica trabajar con

seriedad, pensar bien lo que se quiere y realizarlo en tiempo y forma. Estamos hablando de lo que significa una de las principales tareas de la Universidad pública: la responsabilidad social.

Esta disciplina, además de dar una nueva opción académica, tiene la posibilidad de cubrir necesidades para el entorno local y nacional. Tenemos muchos conflictos territoriales que no se pueden resolver so-lamente engañando ni imponiéndole cosas a la gente; dejando simplemente la tarea a los “operadores políti-cos”, o imponiendo autoritariamente “soluciones téc-nicas” a espaldas de la ciudadanía y los habitantes de cada porción de nuestro territorio. También poseemos una riqueza física y cultural que va más allá de la sim-ple explotación de los recursos naturales en beneficio de unos cuantos cobijados por el “capitalismo de cua-tes”, aquel que ni Marx ni nadie en el siglo XIX alcan-zaron a percibir en toda su complejidad.

Sin embargo, la posibilidad de abrir una opción de

esta índole en un plazo relativamente breve no parece tan quimérica. Por otra parte, este nicho de oportuni-dad plantea otra posibilidad que vale la pena reflexio-nar y aprovechar: iniciarse de manera propositiva, sin vicios ocultos como la simulación, conflictos disimu-lados, etc. Una vez más, como dicen en mi pueblo: “sin patadas debajo de la mesa”.

Ahora bien, esto requiere además de un equipo de trabajo diligente y eficaz, del apoyo de muchos acto-res, de un concurso de factores que permitan caminar sobre terreno firme. ¿Es acaso mucho pedir? ¿Somos presas de nuestro imaginario? ¿Estamos ante un espe-jismo? O, simplemente, ¿somos víctimas de un sueño guajiro?

* El autor es Doctor en Historia por la Universidad de París I, Phantéon-Sorbonne. Actualmente, se des-empeña como docente/investigador en el programa de Maestría en Antropología Social de la BUAP.

A tres años de pontificado es posible hacer un breve análisis de quien porta una cruz pectoral, pero no un Cristo muerto y ensan-grentado, sino el Jesús resucitado como el

buen pastor con sus ovejas y el Espíritu Santo arriba, insuflando luz.

Designado en noviembre de 2005 presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, a partir de ahí Bergoglio empezó un ministerio evangélico de justicia social, conservadurismo doctrinal (negociación políti-ca) y humildad material que habrían de marcar su ca-rrera eclesiástica. A las 19:06 horas del 13 de marzo de 2013, en la Capilla Sixtina, luego de un largo mo-mento de tensión histórica, la tercera fumata fue blan-ca. 115 cardenales fueron “alumbrados por el Espíritu Santo para elegir al sucesor de San Pedro, Obispo de Roma, Vicario de Cristo y Pontífice de la Iglesia Uni-versal” (Lorda, Para ser cristiano, 1995).

Los milenarismos no se hicieron esperar, invocan-do las palabras del astrólogo Michel Nostradamus en La Décima Centuria: “Clero Romano el año mil seis-cientos y nueve, en la cumbre del año se hará elección: De un gris y negro de la Compañía salido, que nunca fue tan maligno.” De la Compañía de Jesús proviene Bergoglio, negras sus sobrias sotanas, como negra su leyenda en la Europa protestante, por sus nexos con la Contrarreforma de Ignacio de Loyola.

Una vez salido de la Sala de las Lágrimas donde se le invistió el blanco, el autoproclamado Francisco, en honor al reformista de Asís del siglo XII, sustituyó al teólogo y mano dura Benedicto XVI, que renunciara el 28 de febrero de 2013 en medio de escándalos de corrupción, problemas de desprestigio, pérdida conti-nua de creyentes y el desmoronamiento de su papel como Ecclesia de Eucharistia (titulo de la Carta Encí-clica de Juan Pablo II publicada en 2003, inspirada en Mateo 28, 20: “He aquí que yo estoy con vosotros to-dos los días hasta el fin del mundo”). Arrancó enton-ces un proyecto que el teólogo de la liberación Leo-nardo Boff ha caracterizado como “puerta abierta que ya no se cierra”.

Se atribuye a Fidel Castro una frase que podría haber enunciado en una entrevista de 1977 que lee: “Estados Unidos vendrá a dialogar con nosotros cuan-do tenga un presidente negro y haya en el mundo un Papa latinoamericano”. Más allá de los derechos de autor, la frase ha dado en el clavo con uno de los logros más contundentes de Francisco: en mayo de 2015, Raúl Castro y Barack Obama, en mensajes públicos, reconocieron y agradecieron el papel protagónico del Pontífice en el restablecimiento de las relaciones di-plomáticas.

La política de austeridad de Francisco se ha con-vertido en marca personal que incomoda a las altas curias nacionales y a los párrocos que disfrutan de ser apóstoles en la fe pero prefieren blindar sus camione-

tas por eso de que no hay que tentar a Dios, y tam-poco son dados a la pobreza o el ministerio del amor de Cristo. Su personalidad sencishita y carismática, de acuerdo con el diario Le Parisien, le hizo ganarse en el 2013 el 90% de opinión favorable de los católicos y el 88% de los no-católicos, aunque su espíritu reformista (no obstante, aún dogmático, como es debido en el lí-der de una religión) le ha costado importantes puntos porcentuales entre los grupos ultra-derechistas, según el último sondeo del New York Times. “Los números del sondeo no son sorpresivos y de hecho se puede decir que hay un lado positivo porque significa que la gente está escuchando al Papa [...]. No coinciden siempre con él, pero claramente están escuchando” afirmó el reverendo James Bretzke.

Salir a las fronteras de la sociedad, tratar sin te-meridad las cuestiones morales, reavivar la dinámica colegial de la sinodalidad, salir al encuentro de... son los principios medulares de la doctrina de Francisco. “Hay resistencia [entre los sacerdotes y obispos] fren-te a la pérdida para relativizar la doctrina con el fin de reencontrar la fe”, puntualizó el nuncio Chrispohe Pierre como apología al llamado del argentino para que “sus homilías no sean aburridas, que sus homilías lleguen al corazón de la gente”, recordando que “Jesu-cristo también puede romper los esquemas aburridos en los cuales pretendemos encerrarlo y nos sorprende con su constante creatividad divina”.

Vatiliks y la filtración de documentos confidencia-les que hacen sudar a la burocracia curial, la falta de transparencia en el Instituto de Obras de la Religión, el escándalo de la pederastia mundial y el Tribunal del Vaticano para juzgar a los sacerdotes acusados (cuya administración quedará en manos de una sección de la Congregación para la Doctrina de la Fe), la fuerte presencia del Opus Dei (sospechoso del supuesto ase-sinato de Juan Pablo I), etc., los retos son numerosos, como bien lo ha señalado Bernardo Barranco en Los enemigos misericordiosos del papa Francisco.

Dentro de su marco teológico y consciente de su peso político, Francisco ha abierto sus brazos a la co-munidad LGBTTT: “Si una persona es gay y busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juz-garla?”. Llama a no excluir a las divorciadas, urge a la política a liberarse del yugo del poder económico para gobernar en favor de la Madre Tierra (Laudato Si), y no ha dudado de hacerse eco de las crisis socia-les, además de denunciar las violaciones a los derechos humanos como dejó en claro el 12 de noviembre de 2014 durante una audiencia pública, en la que mani-festó a los mexicanos su dolor por “lo que legalmente es una desaparición pero saben que es el asesinato de los estudiantes”.

* El autor es estudiante de la Licenciatura en Historia en la FF y L de la BUAP.

222

“El gran riesgo del mundo actual, con su múl-tiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de

placeres superficiales, de la conciencia aislada.”

Palabras de este calibre han salido de la boca de Jorge Mario Bergoglio, quien fuera obispo de Oca (1992-1998), arzobispo de Buenos Aires (1998-2013) y cardenal de San Roberto Belarmino (2001-2013).

Los tiempos de la Geografía dividida entre geografía física y humana quedaron atrás desde mediados del pasado siglo XX.

Page 3: Reincidente 108

3

Enrique Condés Lara*

La izquierda vive actualmente una profunda crisis de identidad, derivada de su quiebra doctrinaria y de sus ineptitudes políticas. No es un fenómeno transitorio ni de reciente creación y pronta solución, sino el resultado de procesos de largo aliento de índole filosófica, política, social y cultural que datan, más o menos, del último tercio del siglo XIX, en lo que se conoce como la “era del imperialismo”.

En aquél entonces las sociedades europeas, ja-ponesa y norteamericana vivieron transforma-ciones tan profundas que echaron a pique las expectativas revolucionarias que profetizaron

pensadores como Carlos Marx, Federico Engels, Mijail Bakunin, Louis Auguste Blanqui y Piotr Kropotkin.

La primera de ellas: la clase obrera empezó a de-jar de ser la clase por excelencia revolucionaria; no era ya la de los esclavos modernos, la de los que no tienen nada que perder y un mundo qué ganar, la que con su liberación liberaría a la sociedad toda. El sistema que se abría paso le estaba dando cosas materiales, en efecto, pero también sociales, políticas, culturales y espirituales. Ciertamente, no eran gratis; los trabajadores tuvieron que pelear y mucho por ellas pero, el caso es que, según las condiciones de cada país, obtuvieron reducciones en sus jornadas laborales, aumentos de salarios, educa-ción pública, derecho de asociación, de manifestación, de prensa, de huelga y de creación de sus propios parti-dos políticos (el laborista inglés, el socialdemócrata de Austria, el socialdemócrata alemán, el socialista francés, el del pueblo de EU, el socialista de EU).

La segunda de esas grandes mutaciones fue la com-plejización de la sociedad. Se expandieron las clases medias, que adquirieron relevante papel en las esferas política, económica, administrativa y cultural; la clase obrera se hizo heterogénea, tanto por sus ingresos y rol en los procesos productivos, como por sus condiciones de vida material; el campesinado persistió (su ocaso se presentó hasta bien entrado el siglo XX), finalmente, el sector terciario o de servicios creció y se extendió sor-prendentemente. A la par, se desarrollaron institucio-nes de muy diverso tipo: políticas, sanitarias, educativas, culturales, deportivas, informativas, religiosas, adminis-trativas, etc., etc. Todo ello generó expectativas, espe-ranzas e ilusiones en las clases subalternas que enfriaron las opciones revolucionarias, además de que refutaron la idea del pronto “derrumbe” del sistema.

En tercer lugar hay que subrayar que en esa época se presentaron las fracturas históricas del movimiento y del pensamiento obrero. La primera, entre anarquis-mo (libertarios) y marxismo (autoritarios) consagrada a partir de la Comuna de París, en 1871. La segunda, entre socialistas y comunistas, anunciada en el estalli-do de la I Guerra Mundial en 1914, y reafirmada en la Revolución de Octubre, en 1918. De ahí que no pueda hablarse de un movimiento obrero, sino de distintas opciones en teoría y actuación que chocaron con vi-rulencia a lo largo del siglo XX. La incapacidad para construir un proyecto capaz de englobar al conjunto permitió acuñar y facilitó la expansión de un concepto: izquierdas. Tomado como cuestionamiento o rechazo a lo que llaman “pensamiento único” tiene una acep-ción que es correcta, pero como fórmula para ocultar la quiebra de teorías y evadir la necesaria explicación que ello amerita, tiene otra: es un camelo. Y no fueron diferencias de táctica, ni de estrategias solamente las que enfrentaron entre sí, frecuentemente con extrema virulencia, a socialistas, comunistas y anarquistas, sino desacuerdos en las formas de mirar al mundo y a sus habitantes. La división fue tan honda y tan tenaz que no les facilitó la posibilidad de apreciar y entender su propia crisis y posterior bancarrota.

La I Guerra fue la primera gran conmoción mun-dial que puso en entredicho los postulados y doctri-nas de la izquierda. Quebró la ilusión internacionalista. No fueron las cúpulas dirigentes de los partidos socia-listas las únicas que traicionaron el ideal; los trabaja-dores ingleses, franceses, alemanes, austriacos, nortea-mericanos y rusos mismos se alinearon tras sus em-blemas y símbolos nacionales y no por un coyuntural fervor patriótico. Habían dado ya bastantes muestras de su simpatía, cuando no adhesión, con la expansión colonial de sus países y, tras la contienda, unos como vencedores y otros como vencidos, ratificaron su con-dición nacional.

La Gran Guerra quebró también la tesis central de la socialdemocracia consistente en que el socialismo surgiría del capitalismo más avanzado al momento en que triunfó la Revolución en Rusia, un vasto imperio atrasadísimo, con apenas unos cuantos enclaves indus-triales, sin tradiciones ni cultura democráticos., etc.

A partir de ahí, el marxismo, con su añadido – y ó leninismo, dejó de ser una teoría para la liberación de la sociedad a través de la liberación de sus trabajadores, para convertirse en un instrumento para industrializar y desarrollar a marchas forzadas a países atrasados en la época del imperialismo.

El siglo XX quedó marcado por la confrontación de dos grandes posibilidades: la capitalista y la socia-lista, versión soviética. Millones de personas lucha-ron y murieron por la causa socialista, que no tomaba cuerpo en el proyecto pretendido por Marx sino en una pujante y atractiva experiencia social materializa-da en la construcción de la URSS, luego en la derro-ta de los nazis y la creación del sistema de países so-cialistas, en China Popular, en la Cuba revolucionaria, en el triunfo de Vietnam Así, el marxismo-leninis-mo ejerció un poder de atracción enorme en millones de personas de todo el mundo a partir de la supuesta comprobación de la teoría en los hechos, con la edifi-cación de la nueva sociedad encarnada en la URSS y luego del triunfo sobre los nazis en Europa del Este y China. Aunque innumerables hechos indicaban que no era precisamente una nueva sociedad la que estaba en construcción, la fuerte creencia en los postulados marxista-leninista impidió a muchos, a muchísimos, ver la realidad; su adhesión a la causa había sufrido un cambio de cualidad, se basaba en la fe; el marxismo-leninismo se había convertido en una religión laica; lo importante era creer, tener infinita confianza, no du-dar y seguir las normas y procedimientos.

La experiencia histórica soviética, grandiosa y trá-gica, se vino abajo con la caída del Muro de Berlín. Ese aconteciminento desmoronó una teoría, una manera de concebir los procesos de la sociedad, un método, sus categorías, conceptos y terminología; en síntesis, una de las más significativas e interesantes opciones de cambio económico, social y político, una izquierda. Y se desvaneció la arraigada certeza de que la sociedad se rige por leyes que inexorablemente desembocan en el socialismo y el comunismo y, simultáneamente, la supuesta "cientificidad" de la teoría.

La desaparición de la URSS y del bloque de países del socialismo real, trajo consigo una drástica modifi-cación de la correlación mundial de fuerzas. Redujo las

tensiones en Europa y fue, en efecto, un alivio para los alemanes, polacos, ucranianos, lituanos, letones, esto-nianos, húngaros y rumanos. Sin embargo, impactó ne-gativamente a innumerables países y pueblos de África, Medio Oriente y América Latina puesto que los dejó a merced de las potencias triunfantes: Estados Unidos y la OTAN. Incluso, afectó las correlaciones internas de los Estados que integran la Unión Europea. El neolibe-ralismo se encontró sin enemigo fuerte o contrapesos a nivel mundial que frenaran su consolidación.

Y es aquí donde la socialdemocracia, que en los no-ventas se proclamaba la "izquierda legítima", la "ver-dadera izquierda", y hasta la única izquierda, mostró su incapacidad para detener la expansión del capita-lismo salvaje, el de las grandes empresas multinacio-nales, el de los gigantescos emporios financieros y de especulación que se imponen a gobiernos y legislación nacionales. Más aún, puso al descubierto su complici-dad con el desmantelamiento del Estado de bienestar construido con dificultades a lo largo de décadas; no ha sido, por tanto, ineptitud o desacierto para enfren-tar los embates neoliberales lo que la ha descalifica-do como fórmula de cambio, sino su colaboración, en ocasiones a regañadientes pero colaboración a final de cuentas en la instalación del nuevo status.

La acusada y creciente falta de credibilidad de la socialdemocracia tiene ese punto de partida: el des-mantelamiento del Estado de bienestar es el preám-bulo de la desaparición de la socialdemocracia como alternativa de cambio; es, por el contrario, constata-ción de su integración al sistema como factor de equi-librio no de cambio, necesario para su funcionamiento y reproducción.

Con los socialistas en el papel de elemento funcio-nal del sistema, y colocados los anarquistas y los co-munistas “renovados” en condición, más o menos va-riable, de marginalidad, ¿qué queda? Mucho por hacer, destacadamente la revisión a fondo y reformulación de teorías, postulados, emblemas, comportamientos, lenguaje, valores.

* El autor es Doctor en Sociología Política por la Uni-versidad de Granada, España. Actualmente se desem-peña como director del Museo de la Memoria Histó-rica Universitaria de la BUAP.

Page 4: Reincidente 108

444

El fondo DFS contiene información clave res-pecto a parte importante de la segunda mitad del siglo XX, especialmente información vin-culada a la vigilancia de ciudadanos y orga-

nizaciones de distinta índole, así como de la represión a la disidencia. Sin embargo, no hay un instrumento público de consulta para este fondo, por lo que negar el acceso directo a él, como lo hacen las nuevas dispo-siciones, significa mantenerlo en la absoluta opacidad. Estas disposiciones, en esencia, limitan, si no es que ocultan y niegan, el acceso a una fuente importante para el conocimiento de la historia reciente del país, pero fundamentalmente niegan la posibilidad de contar con información que contribuya a minar la impunidad con la que han sido sellados los crímenes, muchos de ellos de lesa humanidad, cometidos en el pasado reciente.

No suficiente con restringir el derecho a la infor-mación, ahora el Instituto Nacional de Acceso a la In-formación (INAI) también ejerce su “facultad” de veto respecto de la investigación social en general, restrin-giendo el derecho a la libre investigación.

Estas limitaciones se amparan en una categoría aberrante, aparecida en el artículo 27 de la Ley Fede-ral de Archivos, que define a ciertos documentos his-tóricos como “confidenciales”, y con ello se establece la posibilidad de reservarlos hasta por 70 años. Con ello, una gran cantidad de fuentes documentales para el conocimiento de la segunda mitad del siglo XX y lo que va del siglo XXI, quedan clausuradas. Resul-ta aberrante, no solo por la contradictio in termenis de la categoría, sino porque son las propias instituciones quienes están encargadas de otorgar esa clasificación. El INAI, la dignidad perdida En junio pasado, el recién autónomo INAI anunció la formalización del Sistema Nacional de Transparencia, del que el AGN también forma parte, como una garan-tía institucional contra la opacidad del actuar guberna-mental. Pero como suele suceder con este tipo de anun-cios, nunca pasan de declaraciones grandilocuentes.

Más pronto que tarde, el Sistema y su corazón, el INAI, mostraron su vocación de opacidad. Así lo han señalado diversos académicos, periodistas y organiza-ciones, en especial sobre el pobre papel del INAI ante casos como los de Korenfeld y Tlatlaya; por otra parte, ya se han advertido de las disputas internas por el con-trol del Instituto y el riesgo de gigantismo burocrático. Y para no desmerecer a esta dinámica, el INAI ya ha dicho su palabra sobre el tema del acceso a los archi-vos históricos: mantener el régimen de opacidad.

En marzo de este año solicité a la SEGOB a tra-vés del sistema INFOMEX, los reglamentos o nor-mas internas que regularon a la Dirección Federal de Seguridad y a la Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales entre 1947 y 1985. La SEGOB respondió que el objeto de tal solicitud no era de su competencia:

…toda vez que LA TOTALIDAD DE LOS AR-CHIVOS, EXPEDIENTES, DOCUMENTOS E INFORMACIÓN EN GENERAL, que fueron ge-nerados por las extintas Dirección Federal de Seguri-dad y Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales, de conformidad con lo señalado en el ar-tículo 5 del Acuerdo por el que se Disponen Diver-sas Medidas para la Procuración de Justicia por Delitos Cometidos contra Personas Vinculadas con Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, fueron transferidos al Ar-chivo General de la Nación…

A continuación, realicé en abril la misma solicitud de información al AGN, que el 14 de mayo respondió lo siguiente: “Sobre el particular, le comunico a Usted

que después de una búsqueda por parte de personal de este organismo, no se localizó la información requeri-da por el solicitante…”

Como la Ley de Transparencia no admite este tipo de respuestas (“no se localizó” o “no se encontró”), pues la dependencia está obligada a declarar si existe o no existe la información, interpuse un recurso de revi-sión ante el INAI en contra del AGN, argumentando, entre otras cosas, que al menos desde 1973 de acuerdo con el Reglamento Interior de la SEGOB publicado ese año, y con toda claridad desde 1976, según la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal de ese mismo año, todas las dependencias, unidades admi-nistrativas y direcciones de la administración federal están obligadas a contar con normatividad interna como manuales de organización, manuales de proce-dimiento, organigramas, etc. Por lo tanto la DFS y la DGIPS debieron contar con tales reglamentaciones y deben estar resguardados en sus archivos.

El recurso de revisión quedó en manos de la comi-sionada Ximena de la Puente de la Mora.

En respuesta, se me notificó que “se encontró en la base de datos del Diario Oficial de la Federación […] las siguientes referencias sobre el tema en cuestión”, y a continuación refieren los reglamentos internos de la SEGOB de los años 1973, 1977 y 1984, así como los manuales de organización del Gobierno Federal de los años 1976 y 1982. Y no es necesario ser un Doctor en Derecho para darse cuenta de que los documentos señalados no fueron objeto de mi solicitud original.

Sin embargo, para el INAI la respuesta del AGN fue más que suficiente respecto a mi solicitud.

Este es un reporte de la DFS, fechado el 3 de abril de 1978, sobre el traslado de personas supuestamente militantes de la organización Unión del Pueblo. ¿Ha-bía un procedimiento para el traslado de detenidos, presuntamente guerrilleros? Sí, sin ninguna duda.

Pero, además, estos detenidos no estaban en una situación de detención legal: se encontraban deteni-dos-desaparecidos. Esto lo podemos saber por una nota mecanografiada, engrapada a una de las hojas del reporte, en donde se informa del traslado y se usa la palabra “paquete”, para referirse a los detenidos. Pa-quete era parte del argot burocrático para referirse a los detenidos-desaparecidos, al menos desde 1973 ya era usado por las dependencias encargadas de la estrategia de desaparecimiento.

Es decir, estas personas se encontraban detenidas-desaparecidas en alguna instalación clandestina de la DFS y fueron luego trasladadas a la Procuraduría General de la República, cumpliendo con un proce-dimiento. Como se observa también, la nota está diri-gida al “Jefe del Departamento de Control de la DFS” ¿control administrativo de detenidos-desaparecidos? Se informa de la hora y del funcionario encargado de su traslado, es decir: existió un procedimiento estipu-lado que se siguió sin falta.

Falta saber dónde está el manual de procedimiento o el documento donde se señala el tratamiento buro-crático de los detenidos-desaparecidos. Insisto, estos manuales existen y se encuentran en algún archivero del fondo documental de la DFS.

Cualquier historiador está obligado a corroborar los dichos, a someter a prueba los testimonios, a du-dar de los documentos y a buscar incansablemente las evidencias o los indicios que puedan dar cuenta de un acontecimiento o proceso.

¿Qué no existen reglamentos o normas internas de la DFS y DGIPS en los fondos documentales que res-guarda el AGN? Pues basta con revisar el instrumento de consulta del fondo documental de la DGIPS, ins-trumento que es público, para darse cuenta que al-guien en el AGN o en el INAI está mintiendo o no está haciendo bien su trabajo. Al menos hay dos nor-mas internas localizadas en ese fondo: un Manual de Organización de 1980 y una Guía del Investigador.

¿Por qué la insistencia en los reglamentos internos? La respuesta es muy simple, porque permitirá conocer la forma interna en que operaron estas dependencias del Estado encargadas de la represión: sus cadenas de mando, sus procedimientos, etcétera. Recientemen-te, con el caso Tlatlaya se ha puesto de manifiesto la importancia de los procedimientos internos, órdenes como las de “abatir” siguen una cadena de mando y un marco de operación muy preciso. Conocer cómo han evolucionado las dependencias encargadas de la segu-ridad nacional, resulta ahora más que necesario.

Pero la comisionada Ximena de la Puente indebi-damente dio por zanjado el recurso de revisión, con lo que no solo justifica sino que aplaude la opacidad en la que se ha envuelto el AGN.

* El autor es candidato a Doctor en Historia por la UNAM.

María de Lourdes Herrera Feria*

Camilo Vicente Ovalle *

A partir de enero del presente año se realizó una modificación al procedimiento de acceso y consulta al Fondo Documental de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) que resguarda el Archivo General de la Nación (AGN), dicha modificación generó un debate que tuvo algunos ecos en la prensa. La reacción generada fue porque ellas rebasaron el ámbito meramente técnico y son indicativas de una política mucho más amplia en la que los avances en transparencia y

acceso a la información pública gubernamental han ido en retroceso.

Page 5: Reincidente 108

5

HORIZONTALES1. Secretaría que encabezó Mar-

celino García Barragán, a esa institución le han solicitado archivos relacionados con desa-parecidos políticos.

5. Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos en México.

10. Presidente de Bolivia.12. Medida de longitud antigua.13. (Garza), empresario muerto en

1973 durante un fallido secues-tro.

15. Ente.17. En heráldica, azul intenso.19. Papagayo.20. Guerrillero torturado y asesina-

do en Guerrero.22. Cueza a fuego directo.23. Símbolo del sodio.24. (Desaparición), se han solicita-

do archivos sobre estos actos de la Guerra sucia en México.

26. Prefijo negativo.27. Uva sin madurar.29. Perro grande y fuerte de pelo

corto.31. Dignatario oriental musulmán.32. Expele la orina.33. Pollo que se ceba para comerlo.35. Planta también conocida como

arrayán.38. Antigua ciudad de los caldeos.39. Se siguen solicitando archivos

sobre actos de esta naturaleza, ocurridos durante la Guerra sucia.

43. Símbolos del nitrógeno y am-perio.

44. Organización independentista vasca.

46. Baño de vapor o sudoración.47. Diseño Asistido por Computa-

dora.48. Niña pequeña.50. Uno de los organismos guber-

namentales de más actividad durante la Guerra sucia (inic.).

51. Del verbo aliar.52. Prefijo que significa tres.54. Época.55. Presidente de México que creó

a la DFS.56. Brigada especial para la perse-

cución de guerrilleros, creada en 1976.

VERTICALES1. Película también conocida

como Demonio y carne, dirigida por Luis Buñuel.

2. Parte de la mano.3. (Duarte), actriz y política ar-

gentina, fue esposa de Juan Do-mingo Perón.

4. Negación.6. Nota musical.7. (Santa), madre de la Virgen

María.8. (Hilarión), presidente de Boli-

via de 1876 a 1879.9. (Barreda), uno de los que enca-

bezaron a la Brigada Blanca.11. Símbolos del selenio, carbono e

impedancia.14. Vestido o adorno suntuoso y lu-

cido (inv.).15. Un punto cardinal.16. Ensenada amplia.18. Utilizan.20. Persona o animal de buena sa-

lud y aspecto (pl.).21. Perfumado (inv.).24. Instrumento músico de viento.25. Membrana de los peces que les

ayuda para nadar.28. Un ritmo musical moderno.30. Río de Suiza.33. (Hermenegildo), secretario de la

Defensa Nacional, se le señala por haber operado gran parte de la Guerra sucia.

34. Actividad humana que median-te artificios genera emociones.

36. Instituto Nacional de Transpa-rencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Perso-nales.

37. Órgano informativo y políti-co de la Liga Comunista 23 de septiembre.

40. Reglar, obsequiar (inv.).41. Olor fuerte y muy desagradable.42. Unión Nacional Sinarquista

(sigla).45. Alce común.47. Grupo o comunidad de perso-

nas con una ascendencia común en la que tienen gran impor-tancia los lazos familiares y la obediencia a un jefe.

49. Arma en inglés.51. Altar.53. Símbolos del yodo y angstrom.54. Pronombre personal.

TAURINOAntes de la cornada, el torero utilizaba muletas de tela.Después de la cornada, muletas de madera.

BLASFEMIAFabricó la cruz, el confesionario y las bancas de la iglesia.Ironías de la vida, el carpintero era ateo.

GENTE CULTALa gitana leía la mano.No aceptaba aquellas escritas con faltas de or-tografía.

PINTOREl pintor le obsequió una rosa a su enamorada.Y sin pincel le dibujó una sonrisa.

Cecilia Vázquez Ahumada*

Otro de los animales que ha domestica-do el hombre es la carpa de agua dulce (cypriunus carpio), pez que se encuen-tra en ríos y lagos. Desde tiempos muy

lejanos estos peces, originales de Europa y Asia, se han criado para el consumo humano, pero es hasta el siglo XIX que llegan a América del Norte y Australia. Su introducción en estos dos nuevos ecosistemas trajo consecuencias negativas para la fauna local, por lo que ha sido necesario controlar las poblaciones de carpas.

La industria acuícola de la carpa es muy prós-pera. No solo para alimentación se cría, también para la pesca deportiva. En el Japón son muy apre-ciadas como mascotas, a las que se conoce como koi.

El cuerpo de la carpa común está cubierto de grandes escamas marronáceas. Posee una aleta dorsal espinosa, la que le sirve de defensa contra sus depredadores. Esta aleta, junto con las aletas anales, son las encargadas del equilibrio del pez. Las aletas pélvicas, pectorales y caudal son las que lo propulsan junto con el movimiento de su cuer-po. Posee además a los lados de la boca, sus órga-nos sensoriales: los “bigotes”. Estos le permiten la localización de alimento en los lechos de ríos y lagunas.

Las carpas son omnívoras ya que comen plan-tas, insectos y crustáceos. Se reúnen en grupos de cinco individuos para sobrevivir, pero se sabe de animales solitarios que sobreviven sin problema. Tienen más afecto al agua tibia que calienta su cuerpo y les da más movimiento y actividad.

La reproducción de la carpa es como la del arenque, es decir, que depositan innumerables huevos, garantizando así la sobrevivencia de la es-pecie. Una hembra puede depositar hasta 300,000 huevos en un único desove, por lo que al año pue-de depositar hasta un millón de huevecillos. No obstante estos elevados números, la población de la carpa de agua dulce permanece más o menos es-table porque los huevos sirven de alimento a otros peces, aves zancudas y mamíferos semiacuáticos.

Como otras muchas coincidencias en el mun-do, de manera independiente en Occidente y en Oriente se logró la domesticación de estos anima-

les. Los romanos introdujeron la carpa a todo su inmenso imperio. Los monasterios se encargaron de distribuirla en todos los rincones de Europa. Los chinos, por aquella misma época, desarrolla-ron la acuicultura de carpas. De ahí salió hacia el Japón y Corea.

Las zonas alejadas del mar proporcionan car-pas como fuentes de proteína animal barata a grandes grupos de personas. En Europa central y occidental se consumen grandes cantidades de carpa. La cocina judía le debe mucho a la carpa.

La carpa es una de las especies más popula-res para la acuicultura en China. Chaline (2013), expresa que en 2002 las carpas representaban el 14% de los peces de agua dulce en granjas piscíco-las. Por cierto, una de las ramas productivas menos contaminantes.

Los pescadores deportivos opinan que la carpa es un animal difícil de capturar por lo que es apre-ciado por ellos. Un libro inglés de 1653, The Com-pleat Angler, dice que las carpas son peces majes-tuosos, buenos y muy sutiles. En cambio en Nor-teamérica las carpas no son apreciadas.

En 1820 comenzó en Japón la cría de carpa koi. Gracias a la meticulosa selección que se ha hecho, la carpa ornametal japonesa ha produci-do peces de colores muy llamativos, como el blan-co, negro, rojo, amarillo, azul y color crema, ade-más ahora hay koi fantasma y koi mariposa.

El listado de la CONABIO referido a las carpas contiene 22 tipos, de las cuales solo una no es endémica, es decir, que la gran mayoría es pro-pia de los lugares en donde se encuentra. La in-dustria de la carpa solamente cultiva especies ori-ginarias de Asia como es la carpa común, la espejo, la barrigona, la herbívora, la plateada, la negra y la cabezona. El Estado de México es el lugar donde más cultivos de carpa se realizan; le siguen Hi-dalgo, Tamaulipas, Jalisco, Durango, Guanajuato, Veracruz, Michoacán, Tabasco y otros. Siendo una fuerte de proteína animal, sería conveniente am-pliar este sector productivo.

*La autora es Licenciada en Antropología Social por la BUAP; actualmente presta sus servicios en el centro INAH-Puebla.

Kintaro, el niño de oro de la tradición japonesa, con su enorme fuerza, lucha en contra de una carpa gigante que, naturalmente vence. Este chico es un ideal de la

conducta de los pequeños varones en Japón.

Page 6: Reincidente 108

6

MUSEO REGIONAL DE PUEBLAAv. Ejércitos de Oriente s/n

Centro Cívico 5 de mayo. Los Fuertes.

Seis corredores y un organizador sufrieron ataques cardía-cos durante el Maratón de Beijing. Mientras corrían...

¿Y los responsables? ¿Los organizadores? ¿El gobier-no? ¿La industria contaminante? ¿Los dueños de autos? ¿Los 30 mil maratonistas que participaron? ¿El comu-nismo? ¿La libre empresa? ¿El individualismo? ¿Los que lucran con todo?

Para finales de 1800, la biología no se encontraba con-solidada y el término biólogo no era acuñado aún. En su lugar, se encontraban personas fascinadas con la natu-raleza y sus fenómenos que recibían el nombre de na-turalistas. No contaban con las tecnologías modernas y durante las primeras exploraciones a lo largo del Nuevo Mundo fueron trasladados a España y otros países eu-ropeos numerosos ejemplares de las plantas y animales recién descubiertos. Pero como pronto esta estrategia se convirtió en una táctica imposible para darlas a conocer y estudiarlas, se encontró la solución entre plumillas, pa-pel, piedras y láminas de metal, ya que fue mucho más eficiente dibujarlos. Pero esto requería técnica, habilidad y conocimiento, todo con el fin de transmitir una infor-mación clara, en este caso la apariencia de los seres vivos. Con esta idea nacía la ilustración científica.

En la actualidad, es una disciplina cuya base es la iconografía, en la que se complementan actitudes, pro-cedimientos y objetivos de las ciencias naturales y de las artes con el fin de sintetizar la información que se desea transmitir para que sea interpretada por otros investiga-dores y el público en general (Rouaux ,2014). Es decir, tenemos un dibujo con la más alta maestría técnica po-sible, con la exactitud científica, más la ventaja de poder enfatizar o no elementos necesarios para transmitir el mensaje deseado.

Si la ilustración científica es aquella que transmite un mensaje desde un punto científico u objetivo, pode-mos decir que en esencia este tipo de expresión puede incluso estar relacionada con las primeras pinturas ru-pestres, donde la idea de describir una presa o un animal peligroso fueron, quizá, el mensaje dado. Más tarde, en la Edad Media, las formas de vida fueron interpretadas a través de bestiarios, libros de ilustraciones copiadas a mano con sus raíces e inspiración basados en los mitos populares, por lo que no era extraño observar represen-taciones de animales reales e interpretaciones de orga-nismos fantásticos en el mismo escrito; en este punto las imágenes eran elaboradas con tintas y a veces con plumas de aves.

Sin embargo, se considera que los fundadores de la ilustración científica fueron Leonardo da Vinci y Alber-to Durero, quienes impusieron un alto grado de meticu-losidad y claridad de detalles en sus dibujos (Mendoza y Cerdá, 1999).

Durante el Renacimiento ocurrió una explosión de ideas. Se intentó interpretar a la naturaleza tal cual era y, en consecuencia, los dibujos de la época comienzan a convertirse en imágenes más realistas y menos interpre-tativas del mundo que nos rodea, además de que fueron acompañadas de avances importantes en las técnicas de copiado, impresión y reproducción de los dibujos. Para

la creación de las ilustraciones del libro Biologia Centra-li-Americana, la técnica seleccionada fue la litografía, la cual consiste en dibujar sobre una piedra con un lápiz graso para después bañarla en goma arábiga que genera un relieve del dibujo para finalmente colocarle tinta e imprimir sobre un papel, similar a un sello actual. Esta técnica sería llevada a cabo de manera similar en la ma-dera tallando los relieves a mano, para más tarde llevar-se a cabo sobre láminas de metal, las cuales ya no eran sometidas a la corrosión de la goma arábiga, sino a la ocasionada por el aguafuerte, para después ser impresa de forma similar que en la litografía, pero considerable-mente de forma más práctica.

Todos estos adelantos vinculados al desarrollo de mejores instrumentos de escritura traerían consigo la llegada de los manguillos o palilleros, las plumillas y los estilógrafos, entre otros. Basta con preguntarle a nues-tros abuelos o bisabuelos acerca de las plumillas de cam-bray o cebollitas y de los “tinteros de cristal con una ca-nica que evitaba que la tinta se regara por la mesa si este se te caía”, tal como me lo dice mi abuelo con cierta me-lancolía cada que tocamos el tema.

Afortunadamente, ahora es posible con solo estirar la mano tomar una hoja de papel y un estilógrafo, reali-zar verdaderas obras de arte con materiales especializa-dos; podemos imprimir mil imágenes en minutos, y no necesitamos de una prensa para estampar nuestros dibu-jos, basta con dar un clic o presionar un botón.

En México, la práctica de la ilustración científica se encuentra limitada a un pequeño grupo de personas. Aunque podemos observar cotidianamente imágenes que acarrean consigo un concepto científico —nuestros pro-pios libros de texto se encuentran plagados de ellas—, no existen muchas personas que se dediquen a practicarla de manera profesional, ni tampoco maestros dispuestos a impartir esta especialidad a los alumnos que deseen prac-ticarla. Se vuelve evidente la necesidad de formar científi-cos que “blanden ocasionalmente los pinceles como parte de su quehacer cotidiano” (Academia Mexicana de Ilus-tración Científica, 2002). Ello para poner a disposición de todo el que lo desee el conocimiento científico necesario para proteger nuestro mundo y biodiversidad.Literatura citada Academia Mexicana de Ilustración Científ ica. 2002. Mendoza, T. R. y Cerdá, A. A. (1999) VII Dibujos e Ilustración.

En Paravero, N. y Llorente J. (Ed.), Herramientas prácticas para la taxonomía zoológica. Ediciones Científicas Universitarias, México, D. F.

William, B. H. (1879-1888), Biología Centrali-Americana. Smith-sonian Institution Libraries, Washington, D. C.

* El autor es estudiante de la Facultad de Biología de la BUAP.

César Maximiliano Vázquez Franco*Recuerdo con cariño la ocasión en la que me encontré un libro con asombrosas

ilustraciones de plantas y animales. ¡Vaya que tenía razón para asombrarme! El libro que había descubierto en ese entonces se llama Biologia Centrali-Americana, publicado entre 1879 y 1888. Era por aquellos años la obra más completa en lo que a flora y fauna

de México y América Central respecta.

Page 7: Reincidente 108

77

Director y editor: Enrique Condés LaraConsejo Editorial: Mariano E. Torres Bautista, Juan Lozada León, José Fragoso Cervón,

María de Lourdes Herrera Feria, Hugo López Coronel, Ernesto Licona Valencia, Gabriela Breña, Cecilia Vázquez Ahumada y Eulogio Romero Rodríguez, Octavio Spíndola Zago

Corrección: Enrique Condés BreñaDiseño: Israel Hernández Cedeño

Correo electrónico: [email protected]*No incluye sección de Sociales

RE~INCIDENTE. Año 6. No. 108. Segunda quincena de agosto de 2015. Es una publicación quincenal editada por el C. Enrique Condés Lara, domicilio Costado del Atrio de San Francisco 22 bis. Cuadrante de san Francisco, Delegación Coyoacán, CP. 04320, tel. (55) 55-17-76-63. Correo electrónico: [email protected]. Editor responsable: Enrique Condés Lara. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo 04-2011-032210460200-101. ISSN: 2007-476X. Otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certificado de Licitud y Contenido No. 15198 otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas de la Secretaría de Gobernación. Impresa en los talleres de El Errante, Editor. Privada Emiliano Zapata No. 5947, San Baltasar Campeche, Puebla Pue. C.P. 72550. Este número se terminó de imprimir en septiembre de 2015 con un tiraje de 5000 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de RE-INCIDENTE.

Solución alReincigRama de eSte númeRo

Ahora que andaba de vago pude nuevamen-te alucinar (ya lo dije: no estaba muerto andaba en el pasón) la excitante y sufrida vida del estudiante de nuevo ingreso. Des-

de el consabido “¿a dónde vas a estudiar?” cuando es-tás terminado un ciclo escolar y la respuesta que llena la boca de orgullo al susodicho cuando contesta “en la BUAPACHOSA”. ‒No chingues, cuesta mucho tra-bajo entrar ahí, mis primos lo intentaron y ninguno pudo. (Si las cosas que valen la pena fueran sencillas, todos las tendrían).

La primera estación de este viacrucis es la inscrip-ción al examen de admisión. ¡Qué nervios! en la que la mayoría de los postulantes, casi todos acompaña-dos por esperanzados padres que van hasta las puer-tas del auditorio y los esperan hasta que salen para preguntar a un desconcertado hijo: “¿cómo te fue?, ¿ya te inscribieron?”.

Luego sigue la asistencia a los cursos de prepa-ración (chaaaaale) y los consabidos cuestionamien-tos de los cuatachines: “¿dónde los estás tomando?, ¿cómo te va?” y la respuesta: “la verdad es que no le entiendo mucho principalmente a esas pinches mate-máticas, ni duermo por estar preparando el examen”. Cierto, son muchos los que queremos y unos cuantos los que lo logran.

El día del examen es un momento clave. Desde el despertarse y llegar a la Universidad sin probar bocado (el estómago no lo admite), con las reco-mendaciones del padre y las bendiciones de la ma-dre que hasta prendió un cirio para el milagro. A continuación, buscar la Facultad en la que te tocó, luego el edificio y por último el salón soñando con la posibilidad de recorrer diariamente esos pasi-llos que huelen a algo de misticismo y sacramento (¡¡¡charros, bájale!!!).

Es desesperante, ya ubicado en el salón, vivir el angustiante rito de los docentes aplicadores, el tiem-po de las recomendaciones para el llenado es eterno y, por fin, la entrega de la hoja para la solución de cada uno de los módulos que componen el escrutinio. Cuando se llega a la entrega de la última de las par-

tes que componen el examen (6 horas de zozobra en promedio) es de reconocer que fue mucha la chinga para un no iniciado.

Si el examen fue cabrón, lo es más la espera de los resultados. No solo hay que cargar con la angustiosí-sima duda, sino que además todo ese tiempo hay que soportar la fastidiosa pregunta familiar y de los cua-tes: “¿cómo te fue? ‒Sí, pero ¿apoco no sabes cómo te fue?” ‒La verdad es que estuvo muy, pero muy perro y más bien no estoy seguro, sino que todo lo contrario. Pero la verdad es que tengo ganas de seguir estudian-do y lo mejor sería en esa pinche BUAP; es la mejor y “casi no cuesta”. La otra vez, acompañando a mi her-mano mayor a la gasolinera, mi carnal se encontró a un cuate de la secundaria que no había visto en años y al saludarlo le preguntó ¿cómo te ha ido? y el otro contestó que pus dos dos. ‒Pagué los estudios en una incorporada y ya ves.

‒No te quejes compadre, tienes trabajo, llena el tanque y revisa el aire de las llantas‒ le indicó mi hermano.

Lo espantosamente alucinante es el día anterior a la publicación de los resultados. La impaciencia es un mal viaje y llega el momento en que ya no sabes si llorar o morir, el estrés (palabra de moda que signi-fica un chorro de cosas terribles) no solo es personal sino familiar. El padre con las lágrimas en la punta de la nariz (pero no llora) todo orgulloso solo alcanza a decir “no te preocupes hijo” y contagia a toda la fa-milia. Por supuesto, no duermes la víspera esperando las primeras horas del día señalado y casi al amanecer ¡chíííngale!, la noticia: ¡saliste seleccionado!

Te regresa el alma al cuerpo, despiertas a la ador-milada familia, la madre llorando. Y el teléfono celu-lar no para de sonar, son los cuates, “¿cómo te fue”, “yo también entre”. El hongo no contesta, lo tiene apagado, de seguro su sobrino no pasó. Y también el padre telefoneando orgulloso a sus familiares y ami-gos: “¡Sí entró!”

* El autor es Doctor en Sociología Jurídica por la BUAP, y cuatachín.

José Fragoso Cervón*

Para finales del año 2014, las personas que por razones de gue-rra, violencia, persecución, habían tenido que abandonar sus ho-gares sumaban 60 millones en el mundo.

Muchos más que un año antes, cuando sobrepasaban los 51 mi-llones de desplazados y muchísimos más que los 37,5 millones de una década anterior.

El siglo XXI, sin comunismo ni Unión Soviética, sin Stalin ni Brézhnev, no trajo a los habitantes del mundo paz y justicia. Los actuales adalides del mundo, los gringos, nos han fallado por todo lo alto y el tan llevado y traído capitalismo, hacedor de la riqueza necesaria para mejorar la vida, se la ha mejorado solo a unos cuan-tos y empobrecido a muchos, cientos de miles, millones.

A nivel mundial, 1 de cada 122 personas es actualmente refugia-da, desplazada dentro de su propio país o está buscando asilo. Si las sumáramos a todas, reuniríamos tantas que poblarían el país número 24 en cantidad de habitantes.

El país que más refugiados aporta a este enorme número es Si-ria, en donde un promedio de 42,500 personas se han converti-do en refugiados día a día, durante los últimos 4 años.

Según los datos de Naciones Unidas, durante 2014 solamente 126,800 refugiados pudieron regresar a sus hogares, siendo el número más reducido en los últimos 31 años.

En 2014, 13,9 millones de personas fueron desplazadas por pri-mera vez, 4 veces más que en 2013; 1,8 millones esperan tras una solicitud de asilo, y de todos ellos, la mitad son niños.

En los últimos 5 años, se han iniciado o reiniciado conflictos bélicos en: Costa de Marfil, República Centroafricana, Libia, Malí, Nigeria, República Democrática del Congo, Sudán del Sur, Burundi, todos países africanos. En Siria, Irak y Yemen, en el Oriente medio; en Ucrania, siendo el único país europeo; en Kirguistán, Myanmar y Afganistán en Asia.

El país que en la actualidad más desplazados ha recibido es Tur-quía, seguido de Pakistán, Líbano, Irán, Etiopía y Jordania.

Nos dijeron que la caída del Muro de Berlín traería un mundo mejor, más justo. Nos han mentido vilmente.

Fuente: http://unhcr.org/556725e69.html (agencia de las Naciones Unidas para los refugiados).

POR UN LAMENTABLE DESCUIDO A LA HORA DE FORMAR REINCIDENTE 107, CON EL TÍTULO LOS DESPLAZADOS DEL MUNDO SE REPRODUJO

EL CONTENIDO DEL ARITMOMANIA ANTERIOR. LAMENTAMOS LA FALLA SIN ECHAR LA CULPA A

NINGÚN DUENDE COMO SE ESTILA EN LOS MEDIOS PERIODÍSTICOS PARA EVADIR RESPONSABILIDADES. PUBLICAMOS AHORA LA MENCIONADA COLUMNA

TAL Y COMO DEBIÓ APARECER.

Page 8: Reincidente 108

88