Reincidente 102

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* Reincidente no incluye sección de Sociales Año VI, Número 102, 2da. quincena de junio de 2015 L a mal llamada Reforma Educativa, por lo de- más, no está funcionando y las autoridades gubernamentales no saben qué hacer con los miles de maestros inconformes, quienes a punta de marchas y manifestaciones, muchas veces con dosis grandes de violencia, tienen al país al pen- diente de su próximo movimiento. Lo cierto es que mientras todo ello ocurre hay decenas de miles de niños que a diario son privados del derecho a la edu- cación. Y son los estados más pobres, con los índices más grandes de retraso social, económico, de bienestar, en los que la situación es más complicada. El gobierno, en su incapacidad de operación, culpa al magisterio y a sus gremios sindicales, y para ello cuentan con la complicidad de los noticieros televisivos de mayor pe- netración. Lo que muchos parecen desconocer o quisieran olvidar son las décadas de complicidad entre líderes sindicales y gobernantes. Por muchos años, los sindi- catos fueron usados como bastiones al servicio de los gobernantes; han sido agrupamientos que han vendi- do sus votos a cambio de hacer con sus agremiados lo que a los líderes sindicales ha dado la gana. El enri- quecimiento de estos supuestos líderes no es privativo del sector educativo, desde luego, pero si es en la edu- cación en donde lastima más por sus implicaciones para el futuro del país. En cualquier caso, a días de las elecciones, se anunció que la evaluación a los docentes se aplazaría de forma indefinida. A todas luces fue una decisión política para ganar votos a favor de algunos parti- dos; si funcionó o no es otra historia. Lo lamentable es estar en manos de un sistema y de funcionarios que no tienen interés alguno en mejorar la educa- ción sino de ganar votos para su partido. Y luego, ya pasadas las elecciones, el mismo secretario que ha- bía ‘suspendido’ la evaluación anunció, con explica- ciones al estilo del Ejecutivo Federal, que suspender no es lo que todos entendemos. ¿De veras no hay na- die que pueda hacer mejor esa chamba? ¿Somos un pueblo al que sus gobernantes pueden tomar el pelo con tanta ligereza? Al parecer, sí, y llevamos mucho tiempo así. Aunque soy conciente del estado tan deplorable de la educación en nuestro país y, en su mayoría, di- siento de las estrategias usadas por los gremios del sector educativo, también es cierto que es el único grupo que se atreve y ‘tiene el músculo’ para poner en jaque al gobierno (nota: claro está que con el equipito que hay hoy en día al frente del país no necesitan a nadie extraordinario para ponerlos en jaque, solitos lo logran). Es digno de mencionarse, el gremio magiste- rial es el único que le planta cara al gobierno. En ese sentido, ojalá hubiera más como ellos. En lo que hace a la evaluación docente, a prime- ra vista ‘suena bien’ la idea de evaluar a los maestros para conocer su desempeño y, en su caso, premiarlo o sancionarlo. Muchos, si no es que todos, estaríamos de acuerdo en que debemos tener a nuestros mejores mexicanos formando a las generaciones futuras, las que ‘sacarán del hoyo’ este malhadado país. No obstante este es un sueño guajiro. Tenemos legiones de maes- tros que están ahí por la plaza, muchas veces heredadas o compradas, todavía hoy, y no por ninguna vocación al magisterio. Tenemos un sistema de formación do- cente rancio, inadecuado para lo que necesitamos en el país; tenemos miles de centros educativos que no cuen- tan con las condiciones ni con el más elemental equipo para llevar a cabo la formación de nuestros niños, y, por si fuera poco, tenemos una estructura ineficiente y co- rrupta del sector educativo en la que lo que priva es el papeleo, la tramitología, la improvisación. En ese contexto, la evaluación a los docentes es solo uno más de los eslabones de simulación con los que el gobierno nos da atole con el dedo. No se puede pasar de décadas de contubernio y entreguismo a un sistema de ‘evaluación docente’ en el que el eslabón más visible de la cadena, los maestros, vayan a pagar los platos rotos en todos los niveles antecedentes. Es decir, todo lo demás está a medio pudrirse o podrido del todo: la estructura del sector educativo, el sistema de formación, las condiciones de las escuelas, los ma- teriales con que cuentan para enseñar y en lugar de un profundo trabajo de auto-evaluación y reestructu- ración interna, lo más fácil es echar a la hoguera a los profes. Si eso arreglara todo, de un plumazo daría de baja a muchísimos maestros, pero, la verdad, es que esa no es la solución al grave problema de retraso edu- cativo en nuestro país. Y como hay que pasar de la queja a la acción, aquí van algunas propuestas para mejorar nuestra educa- ción que no pasan por la evaluación de los docentes: 1) Dejar de tirar miles de millones de pesos en li- bros gratuitos y dedicarlos a adquirir equipo y material educativo que realmente sirva. La lapi- dación de los recursos en el libro de texto es algo tan enraizado que ni siquiera nos cuestionamos si de algo sirven; la triste realidad es que un libro, por bueno que sea, no sustituye a un maestro, y el mismo libro en manos de cada niño es, simple y llanamente, una tontería. 2) Redefinir el puesto de supervisor de escuela para convertirlo en un recurso para los planteles y no en el responsable de pedir el llenado de pa- peles, dar discursitos improvisados y aburrido- res en los eventos ‘de la supervisión’ o ‘del sector’. 3) Renunciar a las evaluaciones estandarizadas, como Enlace, e invertir esos recursos en la ac- tualización de los maestros en estrategias para motivar y guiar propositivamente a sus alumnos. 4) Replantear el sistema de admisión a las escuelas normales eligiendo SOLAMENTE a los can- didatos cuyo perfil y capacidad concuerden con lo que es requerido de un futuro maestro: disci- plina, sensibilidad, empatía, esfuerzo. Para evaluar primero hay que definir qué se busca. Si buscamos buenos profesores, lo primero que hay que hacer es explorar qué hacemos para que quienes llegan a profesores sean ‘buenos profesores’. Si falla- mos en la formación de los profesores, en los mecanis- mos de apoyo –actualización, capacitación en servicio, formación continua- ya cuando están en servicio; si la estructura dentro de la que ‘sirven’ (nota: esto parece juego de palabras, porque la verdad la mayoría no sir- ven) es obsoleta y corrupta, entre los temas más im- portantes, entonces evaluar a los maestros no es otra cosa que una simulación. Que sirva una analogía para entender la utilidad de las evaluaciones que plantea nuestra Secretaría de Educación. Haga de cuenta us- ted que compra un coche nuevo. Por meses no le che- ca los niveles de aceite y de anticongelante, no le re- visa las llantas, no le cambia el filtro de aceite, no lo manda a lavar, y además lo trae circulando por cami- nos llenos de baches, topes, senderos mal trazados… ¿cómo cree usted que le iría al cochecito en cuestión si lo somete a una evaluación? Pues así sucede con la evaluación docente en nuestro país. * El autor es Doctor en Desarrollo Psicológico y Aprendizaje Escolar por la Universidad Autónoma de Madrid. Actualmente, es director del Colegio Unión Montessori, plantel San Andrés Cholula. Javier Breña Sánchez* Escuché en la radio que la recién suspendida y luego ‘reactivada’ evaluación a los maestros era lo más importante de la llamada ‘Reforma Educativa’. Para empezar poco tiene de reforma educativa pero mucho de reforma laboral en el sector educativo. Si se tratara de cambios en los programas de estudio, en los procesos de formación de los docentes, de mecanismos para actualizarlos, se podría hablar de una reforma educativa, mas no es así. EVALUACIÓN DOCENTE Javier Breña Sánchez NO SOY NADIE, PERO… Hermes Adán Aguilar Camacho CAMBIAR LA MIRADA SOBRE ÁFRICA José Luis Mora Dionisio DESDE LA FACULTAD Mariano Torres Bautista EFECTO PANÓPTICO Octavio Spíndola Zago ENGAÑO Enrique Condés Lara DE PLANTAS Y ANIMALES Cecilia Vázquez Ahumada REINCIGRAMA Fernando Contreras AQUÍ, PUROS CUENTOS Paco Rubín FRANTASÍAS José Fragoso Cervón ARITMOMANÍA Gabriela Breña LA BELLEZA EN UN BUEN LIBRO ESCRÍBENOS • Para cualquier aclaración • Para algún comentario • Para hacer alguna contribución • Para externar una crítica • Para protestar por algo • Para alguna mentada (pero leve) • Para discutir el futuro de la humanidad • Para dudas (que no sean existenciales) • Para preguntas (no capciosas) Si quieres recibir Reincidente, nuestro correo electrónico es: [email protected]

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* Reincidente no incluye sección de Sociales* Reincidente no incluye sección de Sociales

Año VI, Número 102, 2da. quincena de junio de 2015

La mal llamada Reforma Educativa, por lo de-más, no está funcionando y las autoridades gubernamentales no saben qué hacer con los miles de maestros inconformes, quienes

a punta de marchas y manifestaciones, muchas veces con dosis grandes de violencia, tienen al país al pen-diente de su próximo movimiento. Lo cierto es que mientras todo ello ocurre hay decenas de miles de niños que a diario son privados del derecho a la edu-cación. Y son los estados más pobres, con los índices más grandes de retraso social, económico, de bienestar, en los que la situación es más complicada. El gobierno, en su incapacidad de operación, culpa al magisterio y a sus gremios sindicales, y para ello cuentan con la complicidad de los noticieros televisivos de mayor pe-netración.

Lo que muchos parecen desconocer o quisieran olvidar son las décadas de complicidad entre líderes sindicales y gobernantes. Por muchos años, los sindi-catos fueron usados como bastiones al servicio de los gobernantes; han sido agrupamientos que han vendi-do sus votos a cambio de hacer con sus agremiados lo que a los líderes sindicales ha dado la gana. El enri-quecimiento de estos supuestos líderes no es privativo del sector educativo, desde luego, pero si es en la edu-cación en donde lastima más por sus implicaciones para el futuro del país.

En cualquier caso, a días de las elecciones, se anunció que la evaluación a los docentes se aplazaría de forma indefinida. A todas luces fue una decisión política para ganar votos a favor de algunos parti-dos; si funcionó o no es otra historia. Lo lamentable es estar en manos de un sistema y de funcionarios que no tienen interés alguno en mejorar la educa-ción sino de ganar votos para su partido. Y luego, ya pasadas las elecciones, el mismo secretario que ha-bía ‘suspendido’ la evaluación anunció, con explica-ciones al estilo del Ejecutivo Federal, que suspender no es lo que todos entendemos. ¿De veras no hay na-die que pueda hacer mejor esa chamba? ¿Somos un pueblo al que sus gobernantes pueden tomar el pelo con tanta ligereza? Al parecer, sí, y llevamos mucho tiempo así.

Aunque soy conciente del estado tan deplorable de la educación en nuestro país y, en su mayoría, di-siento de las estrategias usadas por los gremios del sector educativo, también es cierto que es el único grupo que se atreve y ‘tiene el músculo’ para poner en jaque al gobierno (nota: claro está que con el equipito que hay hoy en día al frente del país no necesitan a nadie extraordinario para ponerlos en jaque, solitos lo logran). Es digno de mencionarse, el gremio magiste-rial es el único que le planta cara al gobierno. En ese sentido, ojalá hubiera más como ellos.

En lo que hace a la evaluación docente, a prime-ra vista ‘suena bien’ la idea de evaluar a los maestros

para conocer su desempeño y, en su caso, premiarlo o sancionarlo. Muchos, si no es que todos, estaríamos de acuerdo en que debemos tener a nuestros mejores mexicanos formando a las generaciones futuras, las que ‘sacarán del hoyo’ este malhadado país. No obstante este es un sueño guajiro. Tenemos legiones de maes-tros que están ahí por la plaza, muchas veces heredadas o compradas, todavía hoy, y no por ninguna vocación al magisterio. Tenemos un sistema de formación do-cente rancio, inadecuado para lo que necesitamos en el país; tenemos miles de centros educativos que no cuen-tan con las condiciones ni con el más elemental equipo para llevar a cabo la formación de nuestros niños, y, por si fuera poco, tenemos una estructura ineficiente y co-rrupta del sector educativo en la que lo que priva es el papeleo, la tramitología, la improvisación.

En ese contexto, la evaluación a los docentes es solo uno más de los eslabones de simulación con los que el gobierno nos da atole con el dedo. No se puede pasar de décadas de contubernio y entreguismo a un sistema de ‘evaluación docente’ en el que el eslabón más visible de la cadena, los maestros, vayan a pagar los platos rotos en todos los niveles antecedentes. Es decir, todo lo demás está a medio pudrirse o podrido del todo: la estructura del sector educativo, el sistema de formación, las condiciones de las escuelas, los ma-teriales con que cuentan para enseñar y en lugar de un profundo trabajo de auto-evaluación y reestructu-ración interna, lo más fácil es echar a la hoguera a los profes. Si eso arreglara todo, de un plumazo daría de baja a muchísimos maestros, pero, la verdad, es que esa no es la solución al grave problema de retraso edu-cativo en nuestro país.

Y como hay que pasar de la queja a la acción, aquí van algunas propuestas para mejorar nuestra educa-ción que no pasan por la evaluación de los docentes:

1) Dejar de tirar miles de millones de pesos en li-bros gratuitos y dedicarlos a adquirir equipo y material educativo que realmente sirva. La lapi-dación de los recursos en el libro de texto es algo tan enraizado que ni siquiera nos cuestionamos si de algo sirven; la triste realidad es que un libro, por bueno que sea, no sustituye a un maestro, y el mismo libro en manos de cada niño es, simple y llanamente, una tontería.

2) Redefinir el puesto de supervisor de escuela para convertirlo en un recurso para los planteles y no en el responsable de pedir el llenado de pa-peles, dar discursitos improvisados y aburrido-res en los eventos ‘de la supervisión’ o ‘del sector’.

3) Renunciar a las evaluaciones estandarizadas, como Enlace, e invertir esos recursos en la ac-tualización de los maestros en estrategias para motivar y guiar propositivamente a sus alumnos.

4) Replantear el sistema de admisión a las escuelas

normales eligiendo SOLAMENTE a los can-didatos cuyo perfil y capacidad concuerden con lo que es requerido de un futuro maestro: disci-plina, sensibilidad, empatía, esfuerzo.

Para evaluar primero hay que definir qué se busca. Si buscamos buenos profesores, lo primero que hay que hacer es explorar qué hacemos para que quienes llegan a profesores sean ‘buenos profesores’. Si falla-mos en la formación de los profesores, en los mecanis-mos de apoyo –actualización, capacitación en servicio, formación continua- ya cuando están en servicio; si la estructura dentro de la que ‘sirven’ (nota: esto parece juego de palabras, porque la verdad la mayoría no sir-ven) es obsoleta y corrupta, entre los temas más im-portantes, entonces evaluar a los maestros no es otra cosa que una simulación. Que sirva una analogía para entender la utilidad de las evaluaciones que plantea nuestra Secretaría de Educación. Haga de cuenta us-ted que compra un coche nuevo. Por meses no le che-ca los niveles de aceite y de anticongelante, no le re-visa las llantas, no le cambia el filtro de aceite, no lo manda a lavar, y además lo trae circulando por cami-nos llenos de baches, topes, senderos mal trazados… ¿cómo cree usted que le iría al cochecito en cuestión si lo somete a una evaluación? Pues así sucede con la evaluación docente en nuestro país.

* El autor es Doctor en Desarrollo Psicológico y Aprendizaje Escolar por la Universidad Autónoma de Madrid. Actualmente, es director del Colegio Unión Montessori, plantel San Andrés Cholula.

Javier Breña Sánchez*

Escuché en la radio que la recién suspendida y luego ‘reactivada’ evaluación a los maestros era lo más importante de la llamada ‘Reforma Educativa’. Para

empezar poco tiene de reforma educativa pero mucho de reforma laboral en el sector educativo. Si se tratara de cambios en los programas de estudio, en los procesos de formación de los docentes, de mecanismos para actualizarlos, se

podría hablar de una reforma educativa, mas no es así.

EVALUACIÓN DOCENTE Javier Breña Sánchez

NO SOY NADIE, PERO… Hermes Adán Aguilar Camacho

CAMBIAR LA MIRADA SOBRE ÁFRICA

José Luis Mora DionisioDESDE LA FACULTAD

Mariano Torres BautistaEFECTO PANÓPTICO

Octavio Spíndola ZagoENGAÑO

Enrique Condés LaraDE PLANTAS Y ANIMALES

Cecilia Vázquez AhumadaREINCIGRAMA

Fernando ContrerasAQUÍ, PUROS CUENTOS

Paco RubínFRANTASÍAS

José Fragoso CervónARITMOMANÍA

Gabriela BreñaLA BELLEZA EN UN BUEN LIBRO

ESCRÍBENOS •Paracualquieraclaración •Paraalgúncomentario •Parahaceralgunacontribución •Paraexternarunacrítica •Paraprotestarporalgo •Paraalgunamentada(peroleve) •Paradiscutirelfuturodelahumanidad •Paradudas(quenoseanexistenciales) •Parapreguntas(nocapciosas)

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Mariano E. Torres Bautista*

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Evidentemente, esta iniciativa es el primer paso de una larga marcha de la que diría Je-sucristo: “La recompensa será grande”. No vale la pena ahora conjeturar mucho acerca

de porqué no se hizo esto antes, simplemente valga la frase muy conocida por los antiguos camaradas del PCM: “No era el momento revolucionario”.

Obviamente, en el mediano y largo plazos, la me-dida permitirá fortalecer todo lo que gusten y man-den: la calidad académica, los indicadores de la insti-tución, el perfil de sus egresados y un larguísimo et-cétera. Ahora bien, no es todavía tiempo de echar las campanas al vuelo. Si al subir la altura de las trancas para garantizar que quienes quieran entrarle al trabajo académico docente hayan pasado por un proceso de formación mucho más sólida no se contempla un plan integral, existe el riesgo de que comiencen a incubarse huevos de serpiente.

Esta nueva política académica implica cumplir va-rios requisitos más para que su impacto sea el esperado. En primer lugar, no debe ser el principio de la forma-ción de un sistema de castas. Es decir, no debe cons-tituirse un grupo de profesores de elite frente a una masa enorme de docentes sin posgrado pero con ma-

yor destreza en el no tan sencillo arte de ser un buen transmisor del conocimiento.

Debe entonces preverse el difícil camino de la transición entre una planta docente heterogénea que tenderá a mejorar el nivel de sus perfiles con efectos no siempre previsibles. La vieja escuela de gobierno basada en acuerdos de camarilla oscuros, esquemas de privilegio y marginación, puede dar al traste con algo importante en cualquier centro de trabajo: el am-biente de colaboración, el efecto sinergético entre sus componentes, la sensación de satisfacción con el tra-bajo realizado, la eficacia y optimización de los recur-sos empleados.

La situación actual de los centros de enseñan-za superior del país, sean universidades, tecnológicos o institutos, no puede mejorar solo con la paulatina contratación de docentes con doctorado. Mientras no existan organismos colegiados intermedios frente al perverso esquema de direcciones autocráticas, ni pro-cesos de actualización docente continua, ni profesores adjuntos que se vayan formando al lado del docente investigador, ni todas las corcholatas y diplomas que hayan ganado de manera individual se verán reflejados en su desempeño. Los centros de enseñanza superior

deben ser no solo lugares de producción, transmisión y aplicación del conocimiento; también deben ser es-cuela de modernización. Esto quiere decir que deben ser espacios de realización del potencial creador, del desarrollo pleno de los talentos de cada ser humano.

Así mismo, esta nueva elite de doctores docentes en los bachilleratos provocará efectos secundarios en-tre aquellos que, ante la imposibilidad de obtener una jubilación que les permita vivir dignamente, seguirán aferrados al también perverso esquema de los “torti-bonos”, único salvavidas frente al escandaloso deterio-ro de los salarios reales que, huelga decir, es un pro-blema generalizado en la errante y desde hace mucho desesperante economía mexicana.

La directriz actual de admitir profesores para ba-chillerato con una formación del más alto nivel es a todas luces digna de la mayor ovación. Pero no olvi-demos que el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones.

* El autor es Doctor en Historia por la Universidad de París I, Panthêon-Sorbonne; actualmente se desem-peña como profesor/investigador en el programa de Maestría en Antropología Social de la BUAP.

Y continuaba diciendo: “la negritud en un primer grado puede definirse, en primer lugar como toma de conciencia de la di-ferencia, como memoria, como fidelidad y

como solidaridad […] pero también combate contra la desigualdad. Es también revuelta.” Es curioso, a nuestro parecer, que el proceso de construcción de la negritud como categoría conceptual haya acon-tecido en Estados Unidos a partir de una revisión historiográfica de los negros en el mundo euronor-teamericano, resultado de centurias de asimilación y exclusión de la otredad.

La ausencia de una especie de impresionismo so-ciológico y la diversidad de enfoques que impera en las ciencias sociales ha llevado a una seria preocupa-ción entre numerosos estudiosos por las cuestiones conceptuales, por la investigación “desde abajo” con-textualizada, por la intersubjetividad y los estudios de las sensibilidades y mentalidades en respuesta a pro-blemas sociales actuales. En ejemplo de esta situación son los textos producidos en torno a la historia y ac-tualidad de la negritud y lo afro, en un contexto de violencia latente contra lo otro (siendo lo uno el hom-bre blanco heterosexual de clase alta educado).

Uno de los casos más vibrantes en las redes y medios ha sido el del caos desatado en Baltimore tras el asesinato del joven afroamericano Freddie Gray, de 25 años, a manos de la policía. La pobla-ción no se hizo esperar para mostrar su indignación y organizó una serie de marchas que, con el anoche-cer, se convirtieron en disturbios caóticos –los más intensos desde el asesinato de Martin Luther King en 1968- que llevaron al gobernador de Maryland, Larry Hogan, a declarar estado de emergencia en la ciudad estadounidense y activar a la Guardia Nacio-nal para restaurar el orden.

¿Caso aislado? Por supuesto que no, si qui-siéramos ofrecer una lista de los “incidentes” de esta categoría, tendríamos que destinar toda una revis-ta a dicha enumeración –ocasionando una even-tual mentada de Fragoso y Mariano. Tan solo desde 2008, el número de afroamericanos asesinados por la fuerza policial en Norteamérica asciende a más de 150, de acuerdo al Human Rights Watch. Sin embar-go, los números por sí solos, por más alarmantes que sean, no dimensionan ni direccionan el sentido real del problema.

¿Ajusticiar al culpable? La sociedad occidental por sí misma debería entonces ser conducida a un tribunal y encontrada culpable por décadas de es-

clavitud y tráfico de personas y bienes para mante-ner un sistema de producción basado en una doble operación: epistémicamente cosifica todo para ha-cerlo susceptible de un estudio “objetivo”, y mercan-tiliza todo(s) para permitir su compra-venta. Un sis-tema de producción que ha pulido sus instrumen-tos de acción (Posmodernidad-Hipermodernidad) para enajenar a las masas. Es la era del pensamiento light, del análisis superficial, de la filosofía de bolsi-llo, como acusa Lipovetsky.

El capitalismo es por antonomasia un sistema de pensamiento individualista, que paradójicamente funciona a través de un aparato colectivista basado en la clasificación social. En este orden de ideas po-demos leer la denuncia de Ayn Rand: “El racismo es la forma más baja, más burda y más primitiva de co-lectivismo […], de atribuirle significado moral, so-cial o político al linaje genético de un hombre, la no-ción de […] que un hombre debe ser juzgado, no por su propio carácter y acciones, sino por los caracteres y acciones de un colectivo de antepasados.”

El racismo es pilar en el funcionamiento orgánico occidental cristiano, baste leer una interesante decla-ración hecha por Marc-Édouard Nabe para decodi-ficar los altos niveles de discriminación violenta en el lenguaje cotidiano: “Obama no ha sido elegido por-que fuera negro, sino porque los blancos que tienen el poder se han dado cuenta de que promoviendo a un negro, Estados Unidos podría correr un tupido velo sobre sus marranadas y volver a estar en la cabeza. Su imagen estaba tan ennegrecida por sus crímenes que hacía falta un negro para limpiarla.”

El pensamiento racista permeó hasta los rinco-nes de la academia, y por muchos siglos se afirmó la ahistoricidad de los pueblos africanos por ser ágra-fos, argumento esgrimido por la ideología funciona-lista-colonialista, hoy ya obsoleto por aportes como el de Luis César Bou con África y la Historia, pero que aún se halla enquistado en los inconscientes co-lectivos y en la pluma de numerosos periodistas y académicos.

Pero, ¿cuál ha sido el papel-postura política de un Obama afroamericano ante estos crímenes y atenta-dos a los derechos humanos que ponen en entredicho su premio Nobel? ¿Cuál es la actitud de los latinoa-mericanos y demás “minorías étnicas” ante su presun-ta culpabilidad por el crimen de ser diferentes?

* El autor es estudiante de Licenciatura en el Cole-gio de Historia de la FF y L de la BUAP.

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A fines de la década de los 70, para ser docente en la todavía Universidad Autónoma de Puebla, bastaba con haber cursado el 70% de una licenciatura. Actualmente, para ocupar una plaza de tiempo completo “C” e impartir los cursos de Química y Física en uno de los bachilleratos de la Benemérita, se solicita el grado de Doctorado. Como diría el afamado autor de Frantasías: Échate ese trompo a la uña.

“La negritud no pertenece esencialmente al orden biológico.

Evidentemente, más allá de lo biológico inmediato, la negritud

hace referencia a algo más profundo, y más exactamente a una suma de experiencias vividas […],

es una de las formas históricas de la condición impuesta al hombre”

escribía el poeta y político martiniqués, Aimé Fernand Césaire,

en su Discurso sobre la negritud pronunciado en 1987.

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Enrique Condés Lara*

En el año 1989, tuvo lugar un acontecimiento o, para ser más precisos, sucesión de acon-tecimientos que modificaron radicalmen-te el cuadro político, económico y cultural

mundial: el desmoronamiento del bloque de países socialistas o, si se quiere, del “socialismo realmente existente” o, si prefiere decirse, de los “Estados obreros burocráticamente deformados”. La correlación mun-dial de fuerzas se alteró completamente en favor del bloque encabezado por los Estados Unidos; sin obstá-culos serios que vencer tomó fuerza la “globalización”; entró en quiebra el proyecto liberador nacido con la Revolución de Octubre que marcó el siglo XX. El he-cho fue de tal envergadura que no pocos pensadores y analistas aseguran que en 1989 concluyó el siglo XX.

La rápida, expedita y contundente desaparición de la URSS y los países del Pacto de Varsovia, en el plano de las ideas y los proyectos sociales puso en pi-cota una manera de ver el mundo y de razonar, un sis-tema de categorías y de análisis, conceptos, fórmulas, postulados y teorías creadas, ligadas y dependientes de la experiencia histórica que pasó a mejor vida. Es ana-crónico seguir hablando de dictadura del proletariado, del proletariado, clase revolucionaria por excelencia, del partido de vanguardia (conciencia organizada, es-tado mayor de la clase obrera, etc.), de la cientificidad de la teoría, de la ineluctable marcha hacia el socialis-mo, etc., como si nada hubiera ocurrido. Hay que po-ner a revisión todo, absolutamente todo, desde nuevos enfoques y con nuevas herramientas y premisas.

En México, no es posible hablar tanto de dificulta-des y errores como de logros y futuro de la izquierda sin tener como referente el hecho central que marcó el siglo XX mexicano: la revolución mexicana, tal y como lo hace Octavio Rodríguez Araujo en Las Iz-quierdas en México (Grupo Editor Orfila Valentín, Mé-xico, 2015). Suena elemental pero hay que subrayarlo, porque los anteojos ideológicos dominantes en vas-tos segmentos de la izquierda no lo dejan ver: nuestro país no es la Francia de la Comuna de París, no es la Rusia Soviética de los años veinte y posteriores, no es la China revolucionaria de mediados del siglo XX, no es la Cuba del Moncada y del Movimiento 26 de ju-lio; no es siquiera alguno de los países de América del Sur, aunque con ellos comparta muchas cosas. Al pres-cindir del estudio de la realidad nacional, de su histo-ria, estructura social, bagaje cultural, fuerzas en juego, proyectos que se ventilan, etc., hablar de aportaciones, logros, avances, errores, desviaciones, claudicaciones, oportunismos, limitaciones, sectarismos y demás, no será más que una enumeración de palabras que no di-cen, explican o resuelven nada.

Es sencillo decirlo pero difícil hacerlo porque si el análisis se emprende con espíritu abierto saldrá a la luz una terrible tragedia, a nivel de la teoría: nadie si-gue el script establecido.

En efecto, uno de los postulados centrales del le-ninismo señala que la clase obrera avanzada y madura es la que ha transitado del tradeunionismo a la con-ciencia socialista, que no anarquista, que es un peldaño anterior que en un momento dado se convierte en una

traba para alcanzar la “verdadera conciencia”. A juicio de Lenin, ese salto no lo puede hacer sola; un factor externo (el partido) debe inocularla: “la conciencia so-cialista, escribió en el “Qué hacer”, es algo introducido desde afuera en la lucha de clase del proletariado, y no algo que ha surgido espontáneamente dentro de ella… es tarea de la socialdemocracia el llevar al proletariado la conciencia de su situación y de su misión.”

El problema empieza cuando los actores no siguen dicho guión: la clase obrera no marcha hacia la “con-ciencia socialista”; no “entiende” su papel revoluciona-rio y no hace caso a “su vanguardia”, a “su partido“, y atiende, en cambio, a otras figuras políticas: refor-mistas, políticos, sindicalistas, líderes y caudillos que no procuran su “liberación definitiva” sino su “someti-miento” aunque usen el lenguaje de la “lucha de clases”, de la “revolución” y de la “liberación”. O bien, cuan-do persiste en seguir las utopías anticientíf icas de los anarquistas, por más que se denuncien, una y otra vez. Pero cuando ello ocurre, en vez de indagar las causas por las que grupos sociales y personajes no cumplen los roles que ya tienen asignados, ni dicen lo que de-ben decir, ni hacen las cosas que deben hacer, trastor-nando por completo toda la función, muchos estudio-sos y políticos de izquierda, encerrados en sus dogmas, apelan al manido recurso de señalarlos como “atrasa-dos”, “equivocados”, “inmaduros”, que “no entienden bien” o “no conocen bien” la teoría.

Se podría alegar que otras ideologías, otros intere-ses, la acción política gubernamental, fuerzas armadas, partidos políticos y organismos de otra condición, el clero católico u otras confesiones, obstruyen, defor-man o impiden la labor pedagógica, esclarecedora y concientizadora del partido de vanguardia del prole-tariado, pero tal réplica sería válida para cualquier país o continente y no solo para México.

En ocasiones se concede alguna responsabilidad de la debilidad de la influencia socialista a “las con-diciones materiales de existencia”: formas artesanales de producción, trabajadores con antecedentes campe-sinos inmediatos, poco desarrollo industrial en el país, etc., pero nunca a “la teoría”, a la inexorable necesidad en todos los casos del “partido”, entendido no como opción (tomar partido) sino como la específica cons-trucción político organizativa regida por la doctrina marxista leninista, depositaria del “saber”, de “la vi-sión de conjunto”, de “la claridad”, “la compresión” y

“la conciencia socialista”, cuya razón de ser y cometido es guiar al proletariado hacia la realización de su mi-sión histórica. Por ello, sin partido “la clase obrera es [...] un cuerpo sin cabeza.” (Resolución del II Congreso de la Internacional Comunista, Moscú, 1920). Es, en última instancia, una manera de decirle a los actores y fuerzas que deben superarse, o de explicar por qué no han asumido correctamente los papeles establecidos sin poner nunca en entredicho el guión general mismo.

Lo cierto es que en México, la clase revolucionaria por excelencia optó por sumarse al bloque de fuerzas triunfantes en la Revolución Mexicana, primero a tra-vés de la CROM y luego con la CTM. Por su parte, los campesinos, que debían ser aliados dependientes

del proletariado, actuaron por su cuenta y riesgo, aun-que subordinados también a los gobiernos revolucio-narios. Y éstos, en lugar de declararse “reaccionarios” se proclamaron revolucionarios, nacionalistas, repar-tieron tierras, promulgaron el artículo 123, nacionali-zaron el petróleo, establecieron la educación socialista, etc. Y nadie se acordó, ni hizo caso de el Partido, o sea de su vanguardia, su conciencia organizada, su esta-do mayor, etc.

Es más fácil, por supuesto, hacer el estudio colo-cando en el centro a la propia capilla, opción partida-ria o preferencia política dentro de la izquierda. Fue-ra de ellas, todos tienen algún defecto que puede ser menor o muy grave. Para valorarlos están la amplia gama de epítetos y calificativos que comúnmente se emplean en estos casos.

Es falso que “hasta los cincuenta del siglo pasado, el referente principal de la izquierda mexicana fue el Partido Comunista”, como asegura Rodríguez Arau-jo en Las Izquierdas en México. El referente principal: teórico, político y sindical, desde los años treinta y hasta la primera mitad de los sesenta fue el lombar-dismo. Vicente Lombardo Toledano fue el hombre de la Internacional Comunista y de la URSS en México, y su peso e influencia en la vida política del país, en esa época, no se puede negar porque fuera “estalinis-ta”, “reformista”, “socialista solo de palabra”, “aliado del PRI”. No es posible, incluso, entender la figura y obra de Lázaro Cárdenas si no tomamos en cuenta la pre-sencia y ascendiente de Lombardo Toledano.

El PCM giró durante muchos años alrededor de la órbita de Lombardo y cuando no lo hizo fue llamado severamente al orden por la IC. Así que no invente-mos cosas que no existen para después debatirlas, di-seccionarlas y arreglarlas a gusto.

* El autor es Doctor en Sociología Política por la Uni-versidad de Granada, España y director del Museo de la Memoria Histórica Universitaria de la BUAP.

La izquierda mexicana atrapada en dogmas y traumas que no ha podido superar, sigue engañándose a sí misma sobre su historia y su realidad. Son muy pocos los esfuerzos serios que intentan ir a fondo en el estudio y comprensión de tan compleja problemática y muchas repeticiones de viejas fórmulas, recapitulaciones ligeras y justificaciones las que aparecen con regularidad. Son una suerte de excusas, más que análisis sugerentes; reiteraciones de creencias y no exámenes objetivos y de peso.

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Soy uno de los que estuvo presente en las marchas cuando el descontento en nuestra Universidad se hizo presente. Marché junto a unos miles de estudiantes en octubre del año pasando, como expresión del descontento por la masacre es-tudiantil que era general. Muchos de mis compañeros no apoyaban las marchas

y su postura sigue siendo respetable. Nadie debe hacer algo de lo que no está convencido. Yo marché porque a los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa los veía como una realidad cotidiana. Porque alguno de ellos podría ser yo, mi hermano o mi mejor ami-go. Me parece que los otros miles de estudiantes que marcharon y gritaron consignas conmigo sabían o percibían lo mismo. En las marchas multitudinarias con tantos juntos había una sensación de fuerza porque a pesar de caminar y gritar por un espacio de tres horas, no dejábamos de solidarizarnos con los estudiantes normalistas de Guerrero.

El movimiento en nuestra Universidad jamás alcanzó una fuerza de grandes propor-ciones. Era la mayor parte de la Universidad la que no tenía interés alguno en la marcha o no tenía tiempo, porque había exámenes que presentar por esa época. Algunos lo veían lejano. “Guerrero está lejos”, escuché decir a algún compañero en una ocasión. Y sí, de alguna forma los kilómetros que nos separan de Guerrero y de Ayotzinapa, por las con-diciones sociales y económicas en las que vivimos en Puebla, se magnifican. La historia de aquellos estudiantes parecía una pesadilla para todos, sí, una pesadilla, pero al mismo tiempo era una pesadilla lejana para la gran mayoría. El movimiento perdió fuerza y a ocho meses de los sucesos no ha habido una solución. La desmemoria se hizo presente y nuestra vida académica volvió a la normalidad para la mayoría. Menos para un grupo que ha estado activo desde que yo entré, pero que por su aspecto radical nunca ha logra-do hacerse de muchos seguidores.

El 5 de junio último amanecimos con dos noticias que me fueron profundamente es-tremecedoras. En Veracruz se cometió un acto de amedrentación de un grupo de choque relacionado con el gobierno estatal y, haciendo una demostración de la brutal violencia de que son capaces, destrozaron una vivienda donde se encontraban ocho estudiantes de la Universidad Veracruzana. Recordemos que el gobierno de Javier Duarte se ha caracte-rizado por la violencia contra la disidencia política y los asesinatos de periodistas. Por su parte, en Puebla las fuerzas policiales haciendo gala también de violencia y demostrando su brutalidad arrestaron a tres estudiantes en un domicilio donde, de acuerdo con diver-sos relatos, destrozaron la vivienda y se robaron celulares y computadoras. Horas más tarde, detuvieron arbitrariamente a otros cuatro estudiantes de la BUAP. Algo similar a lo que pasó en Veracruz. “La pesadilla nos ha alcanzado” pensé.

Lo que veíamos tan lejano se ha vuelto una realidad tangible y nos hace creer que cuestionar un poco es peligroso. No es la primera vez que en la Universidad vivimos algo parecido como cuando meses atrás nuestro presidente visitó el Estado. Y en plena tem-porada electoral los ejecutivos de dos partidos tan fuertes como el PRI y el PAN nos han hecho ver que no hay espacio para la disidencia política; que no habrá tolerancia para el que cuestione, no habrá margen para el que profundice en sus derechos políticos, porque si bien esta vez no mataron a nadie, en el futuro es posible que sí lo hagan. La violencia con que ejecutan los arrestos es de miedo.

Es aterrador saber que pensar es un delito. Porque en un país con tan altos índices de violencia, donde las ejecuciones son nuestro pan de cada día, donde violaciones de todo tipo ocurren cotidianamente, necesitamos gente que cuestione y tenga el valor de decir lo que otros piensan pero no se atreven a expresar. La coerción de los derechos políticos no espanta a la mayoría porque no los comprende ni los ejerce.

Es aterrador para todos saber que el único delito que se persigue de oficio en este país es el activismo político. Yo comparto clase con uno de los compañeros que fue de-tenido, lo vi gritando en las marchas de octubre conmigo y lo vi un par de veces más con un micrófono en algún mitin. Da miedo saber que, si no fuera por las redes sociales que alertaron a los representantes jurídicos de la Universidad, muy probablemente el lunes su silla estaría vacía, el martes seguramente también y así sucesivamente. Hasta que un día, quizá, lo hubiéramos olvidado, mientras él y sus otros compañeros luchaban por los derechos de otros que ni conocían.

* El autor es estudiante de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la BUAP.

Hermes Adán Aguilar Camacho*

Yo no tengo credenciales para presentarme. Soy un estudiante de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. No he

hecho nada celebre, no competí para un asiento en el Consejo Académico. Tampoco estoy afiliado a ningún partido político.

del dr. Ramón Beltrán, quien es uno de nuestros lectores, llegó el siguiente comentario:

Sr. Don Enrique Condés:Gracias por enviarme el último Reincidente.Me llamó la atención el artículo “El Cinismo ¿será una escuela?”, Fir-

mado por el prof. Jesús Pacheco Gónzaga.Y esto se debe, tal vez, a que frecuentemente empiezo a leer por el final.Acaso el autor ¿no cuenta con ningún título académico?Pero además de esto llama poderosamente mi atención que entre  sus

referencias menciona una obra de Gabriel Alós Sala (s), titulada México país de cínicos”. (Gabriel Alos Salas. México país de cínicos. México. Edito-rial. F.C.E.) ,  Y en efecto el sr. Gabriel Alós Sala. Orizabeño de origen si no mal recuerdo, quien  no solamente era un cínico, pseudoperiodista y delincuente, cuyas correrías terminaron –si no mal recuerdo- en una cárcel de veracruz. (Ver “Gabriel Alós, un hombre peligroso”, Fermín García, 24 de marzo de 2006, La Jornada de Oriente).

Tuvo un periódico en Puebla (creo que se llamaba “El Mundo de Pue-bla”), mediante el cual extorsionaba, difamaba, etc. a quien podía y se dejaba.

Lo cual, debo reconocer, no es infrecuente en el ambiente periodístico.Únicamente que este espécimen, al exceder los límites, se ganó un auto

de formal prisión y una sentencia condenatoria.Este artículo, y otros más sobre el mismo tema, me recuerdan más al

libro de Sara Sefchovich: Mexico, país de mentiras. Y me conduce a supo-ner que por estos lares es muy frecuente lanzar epítetos y denuestos hacia quienes se desea atribuir nuestros propios defectos.

Aunque, debo decir, en el texto no pude encontrar referencias al farra-goso libro de Alós.

Simplemente para abundar en el tema, Copio: 

Martes, 8 de mayo de 2012SOPLAN VIENTOS DE DESAPARICION DE PODERES EN VERACRUZ; BUGANZA SUSTITUIRÍA A DUARTE

SEGÚN RUMORES

Por Gabriel  Alós Sala, director TV Mundo “…Por cierto, también viene a mi memoria cuando Miguel Ángel  Yu-

nes  me envió a mi primera cárcel a Yucatán en 1985 en medio de ocho columnas (calumnias) de fraudes con venta de aviones y helicópteros, ca-rros blindados y bienes raíces, paradójicamente en mis periódicos se dio esa canallesca noticia en un desprestigio  nacional, en el hoy “Sol del Cen-tro” que fundé.

 “Eran los estilos para acallarnos, un año y meses en la cárcel que gra-cias a mi hermano Eduardo amigo de Miguel de la Madrid consiguió mi excarcelación ordenada por Manuel Bartlett Díaz. Hoy  TV Mundo que sabe cumplir su palabra y compromisos, sigue siendo de alguna manera ig-norado  por la gente de Duarte….”

 Y no se piense que intento polemizar sobre el tema, simplemente tuve

el deseo de hacer un poco de énfasis en el hecho de que muchos de nues-tros peores cínicos se cubren mediante  una gruesa manta franciscana…

 Un abrazo.

Dr. Ramón Beltrán López.

MUSEO REGIONAL DE PUEBLAAv. Ejércitos de Oriente s/n Centro Cívico 5 de mayo. Los Fuertes.

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HORIZONTALES1. (El), participó como candidato

independiente por la guber-natura, en el estado de Nuevo León.

5. (Encuentro), partido que se presentó por primera vez en unas elecciones.

10. Organización de Izquierda Re-volucionaria.

12. Período de 24 horas.13. Símbolo del sodio.14. Fue la abanderada para la jefa-

tura delegacional por MORE-NA, en Iztapalapa.

17. Símbolos del nitrógeno y fósfo-ro.

19. (Ortiz), ex líder nacional del PRI.

21. Cable para suspender el ancla (pl.).

23. Partido que hizo campaña con la reducción de las tarifas tele-fónicas.

24. (San), uno de los estados en el que se celebró elección para go-bernador.

25. Artículo determinado.27. Eufemismo por orina.28. Formación que se hace al pie de

las urnas, para poder votar.29. Canoa de los antiguos mexica-

nos.31. En la mitología de Mesopota-

mia, dios masculino de la Luna (Nanna, Nannar).

32. Impar.34. Lengua italiana hablada por los

oscos.35. Partido político con muchas

deserciones antes de las eleccio-nes del 7 de junio.

38. Obtuso.39. (El), capital de Egipto.41. (Mandino), escritor de EU, au-

tor de El vendedor más grande del mundo.

43. Ex jefe de gobierno del DF, “chapulineó” hacia Movimiento Ciudadano.

44. Afirmación.

45. Esposa de Cronos y madre de Zeus.

47. Partido Obrero y Campesino.48. Abanderó a Movimiento Ciu-

dadano para la alcaldía de Gua-dalajara.

49. López Obrador fue el vocero en la mayoría de los spots de este partido.

VERTICALES1. Hermosa, bella.2. Ensenada amplia.3. Voz de arrullo (inv.).4. Rostro.6. Ondulación.7. Del verbo ir.8. Río de Francia.9. (Rafael), filólogo español del

siglo XX, miembro de la Real Academia de la Lengua Espa-ñola.

11. Madre de Ismael (Biblia).15. Símbolos del uranio, resistencia

eléctrica y fósforo.16. Ave trepadora de América.18. Uno de los estados con elección

de ayuntamientos el 7 de junio.20. Así se les llama a los disidentes

en Cuba.22. Pasó de dentro afuera.24. Prohibida su venta el 7 de junio.26. Apócope de santo.27. Partido político, mermado en su

poder de convocatoria electoral.30. Estado del norte con renova-

ción en la gubernatura.33. Abanderó a una alianza enca-

bezada por el PRD para la gu-bernatura de Guerrero.

35. Dúo.36. Opulenta.37. Abreviaturas de doctor y de

este.39. Descender, precipitarse al suelo.40. Capital de Noruega (inv.).42. Una forma coloidal.44. Sonido agradable.46. Nota musical (inv.).47. Nombre de una consonante.

BAJO EL AGUAEra pez y quería ser hombre para amarla.Para tenerla, para respirarla con sus branquias.Quería ser tantito nada más, aunque fuera un

segundo hombre, cuerpo de hombre, para amarla mujer.

Se enamoró de la sirena.ALQUILERSe alquilaban recuerdos y el hombre sin memo-

ria alquiló recuerdos por una semana.Llegado el domingo fue a la tienda a devolverlos,

y a diferencia de otros, este hombre no tuvo necesidad de comprarlos.

Afortunadamente era el hombre sin memoria.DE SOMBREROSEl Señor Prosa vendía sombreros y la hormiga

le compró uno.El sombrero era de copa y traía trucos y abra ca-

dabras y solamente le faltaba el conejo.

Caminaba entonces la hormiga con su sombrero de copa por la calle de los acertijos, cuando un viento sopló de repente y le arrebató el sombrero y voló por los aires el sombrero y nada pudo hacer la hormiga por detenerlo.

El sombrero llegó hasta muy lejos.La hormiga no, puesto que nadie sabe a dónde

van las hormigas después del jardín.INUNDACIÓNLe arrancaba hojas al árbol para verlo llorar.Entonces el árbol lloraba, y le cubrió los pies y

los tobillos y las pantorrillas y le llegó a la cintura el llanto.

Y Marcela se arrepintió y lloró y lloró y lloró hasta que esas lágrimas le cubrieron la ca-beza.

El árbol perdonó pero siguió llorando.Entonces, los dos, árbol y ninfa, quedaron sepul-

tados por la inundación.

Cecilia Vázquez Ahumada*

Los nombres más antiguos del cocotero están documentados en sánscrito, por lo que algunos suponen que esta planta procede de la India, pero los restos fósi-

les de proto-cocotero diminuto se localizaron al norte de Nueva Zelanda y se cree que su origen se puede remontar a 5,000 años atrás; de ahí que piensen que el origen de esta planta en realidad son las playas del Pacífico sur.

El cocotero es una palmera de un solo tronco que llega a medir hasta 30 metros de altura. El co-cotero está unido a la imagen del paraíso tropical. Existe la creencia que al año mueren 100 perso-nas por el desprendimiento de cocos, aunque hasta ahora nadie lo ha podido comprobar.

Los europeos pensaban que los nativos de las costas dormitaban plácidamente bajo la sombra de hojas de cocotera y solo despertaban ante el so-nido seco de un coco sobre la arena. Al despertar tomaban la leche de los cocos, le compartían la pulpa a las gallinas y volvían a su descanso. Pero esto es muy contrario a la realidad: el cultivador de coco de Indonesia y las Islas del Pacífico madru-gaban para recolectar cosechas que se exportaban a todo el mundo, ya que el coco tiene múltiples utilidades. Es comestible, sirve para elaborar cos-méticos, cuerdas, canastas; la pulpa seca, llamada copra, sirve para la elaboración de jabones y mar-garina. Las hojas secas son combustibles, la pul-pa fresca alimenta humanos, gallinas y cerdos. La pulpa madura se emplea para elaborar dulces y chutneys, las hojas frescas también sirven para ha-cer cestas, petates y escobas. La pulpa rallada se utiliza para aderezar arroz, pescado y plátano.

El agua de coco es otra riqueza. Siendo pota-ble es una reserva de agua con un excelente sabor. Se sabe que luego de algún tsunami, el agua de los pozos contaminados se sustituía por agua de coco. Durante la Segunda Guerra Mundial se utilizó el agua de coco como suero estéril intravenoso para los heridos.

El agua de coco fermentada puede servir para levadura y destilada es una bebida embriagante de alta graduación. En Indonesia –se dice– si alguien se pasa de copas de coco y sufre un accidente, pue-de llegar a casa y con otro coco lavar sus heridas.

Además, las hojas de palma masticadas pueden detener las hemorragias.

El coco al ser tan útil comenzó a exportarse a todo el mundo desde épocas muy tempranas. Los misioneros lo introdujeron en la Guayana (Amé-rica del Sur), los portugueses en Guinea Ecuato-rial (África) y, desde el siglo XVI, se plantaron co-coteros en toda la costa oriental de América tro-pical. Hoy, se sabe que las corrientes marinas tam-bién diseminaron semillas de cocoteros por todas las costas tropicales.

En Malasia, Indonesia y Nueva Guinea existen grandes extensiones de cocoteros que amenazan ex-tenderse sobre selvas tropicales de Tailandia, Cam-boya, India y Filipinas, porque la demanda de aceite de coco para la industria cosmética es enorme.

En México, los estados productores de coco son Campeche, Colima, Guerrero, Jalisco, Mi-choacán, Oaxaca, Tabasco, Nayarit, Sinaloa, Quintana Roo, Veracruz y Yucatán. Los cocota-les en el país suman 162 mil 224 hectáreas. De ese territorio, solo 12.4 mil hectáreas se destinan a la producción de la fruta, que es de donde se desprende la fibra o borra, así como el polvillo de la cáscara. Los cocos proceden de inflorescencias que se desarrollan en tres o cuatro meses, la época de floración es de noviembre a marzo y los cocos tardan en madurar hasta trece meses. La cosecha se realiza de enero a julio. Son los cocos verdes los que contienen esa deliciosa agua refrescante que las viejas dicen que sirve para sacar las lombrices de la barriga de los chiquillos.

La copra es la almendra de coco desecada, de la cual se obtiene el valioso aceite de coco. Se-gún los datos de la COCACOCO A. C., con seis mil cocos se produce una tonelada de copra y éstos se han cosechado de cien palmeras. El Estado de Guerrero ocupa el primer lugar en la producción de copra en México. Y México ocupa el octavo lugar en la producción mundial de coco, después de Indonesia, Filipinas, India, Brasil, Sri Lanka, Vietnam y Tailandia.

* La autora es Licenciada en Antropología Social por la BUAP; actualmente adscrita al INAH-Puebla.

“Solo por el cocotero y el pobre caen rayos”

Dicho guaraní

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Para lograr entender al África de hoy, se debe conocer la diversidad cultural de este amplio continente. No vivieron las mismas condiciones los africanos de la zona central

a los de las regiones costeras o quienes han tenido un mayor contacto con Europa. Se tiene una visión excesivamente eurocéntrica de la historia del conti-nente africano, la cual considera que antes del siglo XIX, cuando es sometida completamente bajo las potencias europeas, nada existió ahí, a excepción del norte de África que ha tenido un mayor contacto con Occidente.

Para comprender la situación actual debe contem-plarse cómo se fue transformando el continente a par-tir de la interacción entre las diversas culturas africa-nas y las potencias europeas. Antes de la incursión de las potencias europeas en África, a grandes rasgos se puede señalar que las civilizaciones africanas tenían una forma de agrupación social comunitaria y con re-laciones de parentesco en lugares muy pequeños; en esos espacios existía una participación colectiva en el trabajo y defensa de las tierras. Mientras que la acti-vidad económica primordialmente se orientaba hacia la agricultura, en algunos casos las actividades comer-ciales destacaban, principalmente en los pueblos cer-canos al mar.

Tales aspectos, en el siglo XIX, podrían ser consi-derados como una señal de atraso de las diversas cul-turas del continente africano; no obstante, debe seña-larse que en esas circunstancias las diversas civilizacio-nes lograron establecer su organización política y que su manera de sobrevivir satisfacía sus necesidades.

Sin embargo, tras el contacto entre los europeos y los africanos a lo largo de los siglos desde el XVI y hasta el XIX, el escenario africano cambió. Cuando las jerarquías político-militares africanas permitieron, obligadas, la instalación de establecimientos comer-ciales y fuertes europeos, se desarrollaron redes comer-ciales de esclavos y otros productos, aunque también aprovecharon las relaciones de privilegio con los ex-tranjeros como fuerza de presión sobre el campo so-cial interno. Esto les permitió consolidar su poder al obtener un mayor control sobre los miembros de las diversas comunidades, además de modificar las diná-micas de intercambio y lograr un mayor número de personas que se convertirían en esclavos.

Ante este afán de los africanos esclavistas, los pue-blos que estaban alejados de las costas lograban hacer alguna oposición que, en algunos casos, derrotó a al-gunos de los imperios que dependían del comercio de esclavos. Como lo señala el historiador Yoro Fall, en estos movimientos centrados en la búsqueda de formas inéditas de consolidación social y unificadora comuni-taria, se pone de manifiesto el papel fundamental que el Islam desempeñó tras la alianza entre los religiosos musulmanes y los jefes territoriales (Colonización y des-colonización en África: dimensión histórica y dinámica en las sociedades. UBA, Buenos Aires, 1992), creando una ideología oficial de esencia islámica que expande su in-fluencia social consolidando a estos reinos y, sobre todo, permitiéndoles resistir la influencia del exterior.

Hacia 1870, a pesar del interés por la riqueza de este continente, África estaba apenas colonizada, pero la disputa entre los principales Estados europeos por dominar el continente, generó conflictos entre dichas potencias que resolvieron en la Conferencia de Berlín, entre 1884 y 1885. En esta reunión se consolidó la in-tervención del Occidente europeo en el continente. A partir de entonces, se gesta una enorme transformación social, económica, política, cultural y territorial, por su-puesto, sin tener en cuenta la opinión de los africanos.

Con el acuerdo logrado en Berlín, se dio paso a las colonizaciones en todo el continente por parte de ingleses, franceses, belgas y alemanes, principalmen-te. Con la constitución de las colonias, las iniciativas africanas en la construcción del espacio político y geo-gráfico son sustituidas por la formación de territorios coloniales en condiciones de gran desigualdad entre los colonizadores y los pueblos colonizados.

En estas territorialidades coloniales, a la par de fórmulas administrativas diversas, quedarán registra-das múltiples historias de represión y resistencia, re-chazo de las poblaciones y éxitos de los gobiernos en sus políticas de capacitación y formación de dirigen-tes africanos colonialistas, además de la producción de ideologías implementadas para mantener el orden im-plantado por los colonizadores.

Aún así, a pesar de todo, surgieron pequeños es-pacios que permitieron a los africanos formar movi-mientos sólidos de oposición, a partir de los cuales resultará la formación de nuevos Estados que, en su mayoría, lograron su independencia hacia fines de la década de 1950 y en el transcurso de las décadas si-guientes.

Como explicó el historiador burquinés Joseph Ki-Zerbo en su obra Historia del África Negra, El resurgir de África (Salvat, Madrid, 1980), “la independencia de las colonias africanas se da gracias a las contradiccio-nes internas de los sistemas coloniales que permitie-ron la formación de una clase media africana integra-da por plantadores, pequeños comerciantes y algunos empresarios que buscaban una mayor participación, quienes crearían partidos políticos y una ideología africana que da como resultado la consolidación de nacionalismos en los diversos territorios y repulsas a los abusos de los europeos. Por otro lado, también es-tán presentes los movimientos sociales que buscan una mejora en las condiciones de vida de los africanos en las colonias”.

Igualmente, se deben considerar los factores exter-nos que influyeron en la consolidación de los estados independientes africanos. Tras la conclusión de la Se-gunda Guerra Mundial, múltiples movimientos y or-ganismos nacionalistas pidieron que se reconociera su participación en el conflicto bélico a fin de presionar a los colonizadores en favor de mayores concesiones. Al término de la contienda mundial se presentaron nue-vas posibilidades cuando las potencias se volcaron a la reconstrucción de las economías europeas y los anti-guos aliados se dividieron en dos bloques, bajo el do-minio de los Estados Unidos uno y de la Rusia sovié-tica el otro. Los movimientos de independencia vieron

que podían encontrar respaldos en cualquiera de las potencias enfrentadas, interesadas en expandir sus zo-nas de influencia y cerrar el paso al oponente.

Las circunstancias señaladas facilitaron, en mu-chos casos, a las colonias africanas alcanzar su inde-pendencia; sin embargo, se presentó el fenómeno que el historiador africano Yoro Fall calificó como cues-tión de geopolítica interna. Utilizando la legitimidad democrática y el ejercicio del poder, algunos de los líderes anticolonialistas buscaron la “construcción na-cional”, mientras que la administración central de los nuevos Estados tendía a minar los poderes locales em-pleando el partido oficial y al líder carismático.

Fall señala que los políticos africanos educados en Occidente defendían los intereses de esas potencias, impulsando políticas económicas basadas en las teo-rías de desarrollo y la adopción de sus modelos, sin entender las necesidades de cada nación africana. Así, a pesar de haber logrado su independencia, África si-guió sometida a intereses políticos y económicos que no han favorecido su desarrollo.

La independencia de las colonias africanas no re-solvió sus problemas. Los modelos políticos y eco-nómicos de Occidente no atienden ni entienden las circunstancias particulares, la cultura y las necesidades de las sociedades de cada nación africana, ni los pro-blemas que las aquejan.

Sin duda, es necesario observar de otra manera al continente africano para entender las circunstancias que han desembocado en la situación que hoy viven las naciones que lo conforman.

* El autor es estudiante de licenciatura del Colegio de Historia de la FF y L de la BUAP

La idea que hoy se tiene sobre África es la de un continente amplio estancado en el atraso, en comparación con los países del primer mundo, que al contar con un enorme potencial por la riqueza de recursos y si, solo si, lograra asimilar el modelo económico, político y social de occidente podría lograr alcanzar su desarrollo. Sin embargo, se han ignorado las circunstancias por las cuales el continente africano ha evolucionado hasta su situación actual.

José Luis Mora Dionisio*

Jueves 25 de junio, a las 19:00 hrs.

El Errante Editor y Profética Casa de la Lecturale invitan a la presentación de la novela:

PROFÉTICA CASA DE LA LECTURA Calle 3 Sur #701, Centro Histórico, 72000, Puebla, Pue.

PRESENTAN LOS ESCRITORESBEATRIZ MEYER,

JAIR CORTÉS Y SEBASTIÁN GATTI

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Director y editor: Enrique Condés LaraConsejo Editorial: Mariano E. Torres Bautista, Juan Lozada León, José Fragoso Cervón,

María de Lourdes Herrera Feria, Hugo López Coronel, Ernesto Licona Valencia, Gabriela Breña, Cecilia Vázquez Ahumada y Eulogio Romero Rodríguez, Octavio Spíndola Zago

Corrección: Enrique Condés BreñaDiseño: Israel Hernández Cedeño

Correo electrónico: [email protected]*No incluye sección de Sociales

RE~INCIDENTE. Año 6. No. 102. Segunda quincena de junio de 2015. Es una publicación quincenal editada por el C. Enrique Condés Lara, domicilio Costado del Atrio de San Francisco 22 bis. Cuadrante de san Francisco, Delegación Coyoacán, CP. 04320, tel. (55) 55-17-76-63. Correo electrónico: [email protected]. Editor responsable: Enrique Condés Lara. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo 04-2011-032210460200-101. ISSN: 2007-476X. Otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certificado de Licitud y Contenido No. 15198 otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas de la Secretaría de Gobernación. Impresa en los talleres de El Errante, Editor. Privada Emiliano Zapata No. 5947, San Baltasar Campeche, Puebla Pue. C.P. 72550. Este número se terminó de imprimir en junio de 2015 con un tiraje de 5000 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de RE-INCIDENTE.

Solución alReincigRama de eSte númeRo

“¿Qué onda pinche Rucovih; hace cuantas mani-festaciones, mítines y revoluciones que no nos mirábamos? Yo creía que estabas en el exilio, escondido o en el tambo (cárcel) por tus acti-

vidades subversivas; como en la Universidad ya poco te apareces, las malas lenguas dicen que ya nada de nada contigo, que ni a tu mujer le cumples. ¡Chingao! déjate ver de vez en cuando, te das mucho a desear, ¡se te extraña en la banda cabrón!”.

“¡Quiubo José”, contestó el susodicho. –Me cai que estaba pensando en ti, no te vas a morir tan rápido; el que se esconde eres tú, como ya te jubi-laste ni tu sombra, desde hace ya varios guatos no te dejas ver. No te voy a pedir que sacarraques nada, ya sabes que siempre, aunque sea con una bacha, tengo para quemarle los pies a satán; la yerba siempre me ha sido fiel, en casa no falta nada—, me dijo con su afectuosa, sincera y contagiosa sonrisa que da la sen-sación de que estás con un verdadero cuatachín al que le da gusto el encontrón.

—¿A donde te diriges, Rucovich?— le pregunté.—Pues ando buscando a algún peleador calleje-

ro—, me contestó y siguió diciendo: “Estoy encabro-nado por la detención arbitraria de los compañeros estudiantes de la Universidad; hay que empezar a ha-cer algo para parar al pinche gobierno represor. ¿Y a dónde vas tú?”, también me preguntó. “Porque si es-tás de vago y con un tiempo para perder como yo, te propongo festejar este encuentro”.

—Déjame entonces echarle una llamada al Cru, le propuse. —A ver si nos invita algo en su nave y mien-tras tanto para no perder el tiempo podemos echar-nos una elodia aquí en esta fonda chiquita que parece restaurante.

Y para no hacer más largo este relato les chismeo que desde la fondita con unas cuantas llamadas tele-

fónicas y unos mensajes (los cuates no aceptan llama-das cuando están en el trabajo) a los integrantes de la banda de los atascados y otros, todos de inmediato se incorporaron.

Después de dos que tres pomos y de destruir todo lo socialmente construido, en una revolucionara alo-cución (ya medio pericles), el Rucovich nos convenció para integrarnos a una brigada suicida para dar una lucha sin cuartel contra el imperialismo explotador y llegar a tomar el poder conjuntamente con el prole-tariado. Pero en ese punto, un poco se trabó la discu-sión porque unos proponían que primero tomáramos la Alóndriga y otros la Bastilla; el Rucovich proponía la toma antes que nada del cuartel Moncada, para pasar después de inmediato a elaborar la estrategia de lucha.

Ante los gritos de proletariados al poder, patria o muerte y el pueblo unido no será vencido, el joven mesero del restaurantito, un poco temeroso, nos llevó la cuenta y nos pidió de favor que la liquidáramos porque decía su patrón, que era el cocinero, que ya iba a cerrar.

El Rucovich, con toda la seriedad que el caso ameritaba le rogó que no diera parte a la policía de lo que había oído y que ya lo consideraba como in-tegrante de la brigada suicida independentista, “por-que, aseguró, si lo sabían los contrarios todos termi-naríamos presos o muertos y la conspiración fraca-saría”. Ante la generalizada risa de los presentes y a sugerencia del recién nombrado comandante Ru-covich, abandonamos la fonda chiquita que parecía restaurante, todos nos fuimos (como trompos chi-lladores) a seguir planeando la nueva revolución a nuestra respectiva casa.

* El autor es Doctor en Sociología Jurídica por la BUAP y cuatachín.

José Fragoso Cervón*

▶ Desde el año 2007, el planeta aumentó su endeudamiento pú-blico, privado e individual en más de 57 billones de dólares, unas 3 veces el producto interno bruto (PIB) de Estados Uni-dos (16,768,100,000,000.00 de dólares americanos para el año 2013 según el Banco Mundial).

▶ Esta medición de varios años podría dejar ver que el endeuda-miento se está convirtiendo en algo estructural.

▶ Los países peor calificados en la relación deuda-PIB son Ja-pón, Irlanda, Singapur, Portugal y Bélgica.

▶ En Japón, entre 2007 y 2014, la deuda estatal aumentó en un 63%, la corporativa en un 2% y solo la de los hogares ha dis-minuido en un 1%. Este país necesitaría crecer el doble para empezar a reducir su deuda. Y no olvidemos que la esperanza de vida es de 85 años, con una tasa de natalidad muy baja. Una fuerza laboral reducida tiene que mantener a la población que no trabaja (niños, jóvenes y viejos) y, además, generar exceden-tes para pagar la deuda.

▶ En Irlanda la cosa tampoco se ve bien. Luego de haber re-cibido un préstamo multimillonario en 2010 por parte de la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Mo-netario Internacional, hoy la relación deuda-PIB es del 390%. Entre 2007 y 2014 aumentó en un 172%. El gobierno y las corporaciones se llevan la parte del león de este aumento: 93 y 90% respectivamente. Solo el sector de deudas individuales y del hogar disminuyó en un significativo 11%.

▶ Singapur, con 5.5 millones de habitantes, es un caso induda-blemente excepcional a nivel mundial. Número 17 en el es-calafón de exportadores, vende más productos y servicios que Argentina, Brasil y Chile combinados. Al mismo tiempo, su deuda total es del 382% respecto al PIB, un aumento de 129 puntos en el período 2007-2014. La mayor parte de este au-mento se registró en el sector corporativo.

▶ Las deudas portuguesa y belga exceden el 300% de su PIB, con enormes deudas públicas, desempleo, falta de crecimiento y un panorama demográfico difícil por el envejecimiento.

▶ Los países asiáticos, siempre presentados como modelos para el desarrollo, tienen 3 de los países que más aumentaron su deuda en el periodo 2007-2014: Malasia, China y Tailandia.

▶ Y los escasos países que se des-endeudaron en este período son Israel, Arabia Saudita, Argentina, Egipto y Rumania.

Fuente.- Consultora McKinseyhttp://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2015/02/150226_economia_naciones_endeu-dadas_mjhttp://datos.bancomundial.org/indicador/NY.GDP.MKTP.CD

Jueves 25 de junio, a las 19:00 hrs.

El Errante Editor y Profética Casa de la Lecturale invitan a la presentación de la novela:

PROFÉTICA CASA DE LA LECTURA Calle 3 Sur #701, Centro Histórico, 72000, Puebla, Pue.

PRESENTAN LOS ESCRITORESBEATRIZ MEYER,

JAIR CORTÉS Y SEBASTIÁN GATTI

Page 8: Reincidente 102

Libro con 52 grabados (incluida la portada) de constelaciones ce-lestiales realizados por Alexan-

der Mair. Proviene de la ex-biblioteca del Seminario de San Sulpicio de París. Las ilustraciones están basadas en dise-ños hechos por Jacob de Gheyn para la edición de Grotius, publicada en Lei-den en 1600. Johann Bayer (1572-1625) practicó la abogacía en Augsburg, pero su principal interés fue la astronomía que se desarrollaba rápidamente en sus tiempos. Su innovación más importan-te fue el nuevo sistema de identificación de las estrellas, anterior a la invención del telescopio, a partir de letras griegas y romanas, conocido hoy en día como Designación Bayer.

Uranometria, omnium asterismorum continens schemata, nova methodo delineata, aereis laminis expressa.

BAYER, JohannEditorial: Johann Görlin, Ulm, 1655.

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