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* Reincidente no incluye sección de Sociales Año VI, Número 100, 2da. quincena de mayo de 2015 L a ciudad es el encuentro de varias historias: globales y locales, modernas y tradicionales; la ciudad es el gesto simbólico de sus habi- tantes. La ciudad es un calidoscopio multi- cultural y de desigualdad social, y son los indígenas los menos favorecidos que habitan la ciudad de Puebla. En el estado de Puebla –quinto lugar nacional en población indígena- habitan alrededor de 500 mil per- sonas que pertenecen a siete grupos étnicos cuya diná- mica demográfica es de alta natalidad, elevada morta- lidad infantil, grave marginación y emigración de sus comunidades. Cada año la ciudad de Puebla recibe a indígenas que emigran para buscar mejores condicio- nes de vida, se insertan en la economía “informal”, vi- ven en cuartos de vecindad, mendigan, venden artesa- nías o deciden residir en zonas conurbadas sin servi- cios urbanos. Según la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), habitan alrededor de 40 mil indígenas en la ciudad de Puebla. Aunque no hay estudios amplios sobre la presen- cia indígena en la ciudad, hemos podido notar algu- nos asentamientos, por ejemplo en la parte nor-orien- te vive población indígena que proviene de diferentes sitios del estado. En Morillotla, San Andrés Cholula -municipio conurbado- también hemos advertido a un conjunto de indígenas que alquilaron un lote bal- dío donde han construido cuartos de cartón y en uno de ellos las mujeres venden tortillas hechas a mano y los días domingo toda la familia se incorpora a la ela- boración y entrega a domicilio de dicho producto. En el barrio de Analco viven varias familias indígenas que se dedican a pedir “limosna” en el centro histórico de la ciudad, alquilan un lugar sin muebles, sin baño, solo el cuarto a cinco pesos diarios por persona. Estas fa- milias pueden obtener en un día ingresos de 50 a 300 pesos por lo que prefieren la mendicidad que pedir trabajo. También, en la colonia Castillotla se asientan indígenas procedentes de Veracruz. La mayoría de la población indígena pertenece a las etnias otomí, náhuatl, totonaca, popoloca, mixteca y mazateca que sobreviven por los lazos afectivos y de paisanazgo. Los indígenas nunca llegan solos, siempre vienen con un “contacto” que es regularmente un pa- riente, muchas veces se instalan con un primo, herma- no o suegro y a partir de los lazos familiares empiezan a buscar trabajo y un lugar donde vivir. La familia es la organización social principal para sobrevivir en la ciudad. Todos los miembros de ella se incorporan al trabajo remunerado e incluso la madre, cuando se re- quiere, se incorpora como asalariada o contribuye al gasto familiar con un negocio propio. Los indígenas se insertan en los sectores de trabajo menos dinámicos de la economía urbana. Por ejemplo, sobresalen las mujeres que están trabajando en el ser- vicio doméstico y en la venta de artesanías; los hom- bres se incorporan principalmente como peones en la industria de la construcción. Algunos otros, los menos, han logrado consolidar un negocio a partir de un ofi- cio como la carpintería, la herrería o un lugar para dar lustre al calzado. Los indígenas normalmente no hablan su lengua en la ciudad por temor, vergüenza u obstáculo para el trabajo urbano. Conciben a la lengua “materna” como un impedimento para su “progreso” en la ciudad. Ha- blan su lengua solamente en el seno familiar, única- mente con los suyos y normalmente a los niños les enseñan español y no otra lengua. En el conjunto se pueden identificar tres tipos de indígenas que habitan, a su manera, la ciudad: a) indí- genas que han decidido vivir en ella; b) indígenas que combinan estancias en la ciudad con el lugar de origen e c) indígenas de paso por la ciudad. El primer grupo son personas que tienen viviendo de 6 a 25 años en alguna colonia de la ciudad y han tenido que incorporarse al mercado laboral urbano. El segundo grupo, tiene todavía tierras y las trabaja en el lugar de origen, sus integrantes fundamentalmente permanecen uno o dos meses en la ciudad para vender, por ejemplo, el café que cultivaron, otros venden arte- sanías como máscaras que compran en otros pueblos y las revenden en la ciudad de Puebla. El tercer caso, llegan a la ciudad por días y principalmente a vender o realizar un negocio, este grupo tiene su lugar de resi- dencia en el pueblo o localidad de origen. Lo cierto es que en la ciudad de Puebla, la pre- sencia indígena se invisibiliza principalmente por dos razones: 1) Por el origen español y criollo de la ciu- dad. De todos es conocido que dentro de las principa- les discursividades fundacionales de la ciudad subraya que fue fundada por y para españoles, destacando el “barroco poblano” como un logro urbano cultural que niega todo tipo de presencia indígena en la definición actual de la urbe, a pesar de la existencia usual de indí- genas, no solo de los procedentes del interior del esta- do, sino de los habitantes de los pueblos nahuas que forman parte de la misma. 2) Los indígenas viven la ciudad desde la marginalidad y desde una etnicidad restringida al espacio familiar, una etnicidad que con- tinuamente es negada en el espacio urbano y por otros grupos socioculturales. Como apunta Eduardo Nivón, “las etnias, lejos de colocarse ante los grupos mayorita- rios como sujetos de derechos culturales, con frecuen- cia se subordinan, no sin razones de orden práctico, a las políticas dominantes” (1999; 129). Bibliografía: Nivón, Eduardo, 1999, “Metrópoli y multiculturalidad”, en Miguel Ángel Aguilar, César Cisneros y Eduardo Nivón (coords,), Territorio y cultura en la ciudad de México, Diversi- dad, T. 2, Plaza y Valdes/UAM-I, México. * El autor es Doctor en Antropología Social por la Universidad Autónoma Metropolitana, plantel Izta- palapa. Actualmente es Coordinador de la Maestría en Antropología Social de la BUAP. INDÍGENAS EN LA CIUDAD DE PUEBLA Ernesto Licona Valencia SOLAMENTE QUERÍAMOS UN BUEN PROFESOR María de Lourdes Herrera Feria PARA UNA HISTORIA DE LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA Eulogio Romero Rodríguez DESDE LA FACULTAD Mariano Torres Bautista EFECTO PANÓPTICO Octavio Spíndola Zago ENGAÑO Enrique Condés Lara DE PLANTAS Y ANIMALES Cecilia Vázquez Ahumada TE DESEO TIEMPO Anónimo REINCIGRAMA Fernando Contreras AQUÍ, PUROS CUENTOS Paco Rubín FRANTASÍAS José Fragoso Cervón ARITMOMANÍA Gabriela Breña Ernesto Licona Valencia* Puebla como cualquier otra ciudad no es uniforme: es múltiple en su enjambre urbano. La historia, la memoria, los usos sociales en la ciudad se han encargado de hacerla compleja, formado lugares, territorios, recovecos y zonas diferenciadas con lenguajes dispares.

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* Reincidente no incluye sección de Sociales* Reincidente no incluye sección de Sociales

Año VI, Número 100, 2da. quincena de mayo de 2015

La ciudad es el encuentro de varias historias: globales y locales, modernas y tradicionales; la ciudad es el gesto simbólico de sus habi-tantes. La ciudad es un calidoscopio multi-

cultural y de desigualdad social, y son los indígenas los menos favorecidos que habitan la ciudad de Puebla.

En el estado de Puebla –quinto lugar nacional en población indígena- habitan alrededor de 500 mil per-sonas que pertenecen a siete grupos étnicos cuya diná-mica demográfica es de alta natalidad, elevada morta-lidad infantil, grave marginación y emigración de sus comunidades. Cada año la ciudad de Puebla recibe a indígenas que emigran para buscar mejores condicio-nes de vida, se insertan en la economía “informal”, vi-ven en cuartos de vecindad, mendigan, venden artesa-nías o deciden residir en zonas conurbadas sin servi-cios urbanos. Según la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), habitan alrededor de 40 mil indígenas en la ciudad de Puebla.

Aunque no hay estudios amplios sobre la presen-cia indígena en la ciudad, hemos podido notar algu-nos asentamientos, por ejemplo en la parte nor-orien-te vive población indígena que proviene de diferentes sitios del estado. En Morillotla, San Andrés Cholula -municipio conurbado- también hemos advertido a un conjunto de indígenas que alquilaron un lote bal-dío donde han construido cuartos de cartón y en uno de ellos las mujeres venden tortillas hechas a mano y los días domingo toda la familia se incorpora a la ela-boración y entrega a domicilio de dicho producto. En el barrio de Analco viven varias familias indígenas que se dedican a pedir “limosna” en el centro histórico de la ciudad, alquilan un lugar sin muebles, sin baño, solo el cuarto a cinco pesos diarios por persona. Estas fa-milias pueden obtener en un día ingresos de 50 a 300 pesos por lo que prefieren la mendicidad que pedir trabajo. También, en la colonia Castillotla se asientan indígenas procedentes de Veracruz.

La mayoría de la población indígena pertenece a las etnias otomí, náhuatl, totonaca, popoloca, mixteca y mazateca que sobreviven por los lazos afectivos y de paisanazgo. Los indígenas nunca llegan solos, siempre vienen con un “contacto” que es regularmente un pa-riente, muchas veces se instalan con un primo, herma-no o suegro y a partir de los lazos familiares empiezan a buscar trabajo y un lugar donde vivir. La familia es la organización social principal para sobrevivir en la ciudad. Todos los miembros de ella se incorporan al trabajo remunerado e incluso la madre, cuando se re-quiere, se incorpora como asalariada o contribuye al gasto familiar con un negocio propio.

Los indígenas se insertan en los sectores de trabajo menos dinámicos de la economía urbana. Por ejemplo, sobresalen las mujeres que están trabajando en el ser-vicio doméstico y en la venta de artesanías; los hom-bres se incorporan principalmente como peones en la

industria de la construcción. Algunos otros, los menos, han logrado consolidar un negocio a partir de un ofi-cio como la carpintería, la herrería o un lugar para dar lustre al calzado.

Los indígenas normalmente no hablan su lengua en la ciudad por temor, vergüenza u obstáculo para el trabajo urbano. Conciben a la lengua “materna” como un impedimento para su “progreso” en la ciudad. Ha-blan su lengua solamente en el seno familiar, única-mente con los suyos y normalmente a los niños les enseñan español y no otra lengua.

En el conjunto se pueden identificar tres tipos de indígenas que habitan, a su manera, la ciudad: a) indí-genas que han decidido vivir en ella; b) indígenas que combinan estancias en la ciudad con el lugar de origen e c) indígenas de paso por la ciudad.

El primer grupo son personas que tienen viviendo de 6 a 25 años en alguna colonia de la ciudad y han tenido que incorporarse al mercado laboral urbano. El segundo grupo, tiene todavía tierras y las trabaja en el lugar de origen, sus integrantes fundamentalmente permanecen uno o dos meses en la ciudad para vender, por ejemplo, el café que cultivaron, otros venden arte-sanías como máscaras que compran en otros pueblos y las revenden en la ciudad de Puebla. El tercer caso, llegan a la ciudad por días y principalmente a vender o realizar un negocio, este grupo tiene su lugar de resi-dencia en el pueblo o localidad de origen.

Lo cierto es que en la ciudad de Puebla, la pre-sencia indígena se invisibiliza principalmente por dos razones: 1) Por el origen español y criollo de la ciu-

dad. De todos es conocido que dentro de las principa-les discursividades fundacionales de la ciudad subraya que fue fundada por y para españoles, destacando el “barroco poblano” como un logro urbano cultural que niega todo tipo de presencia indígena en la definición actual de la urbe, a pesar de la existencia usual de indí-genas, no solo de los procedentes del interior del esta-do, sino de los habitantes de los pueblos nahuas que forman parte de la misma. 2) Los indígenas viven la ciudad desde la marginalidad y desde una etnicidad restringida al espacio familiar, una etnicidad que con-tinuamente es negada en el espacio urbano y por otros grupos socioculturales. Como apunta Eduardo Nivón, “las etnias, lejos de colocarse ante los grupos mayorita-rios como sujetos de derechos culturales, con frecuen-cia se subordinan, no sin razones de orden práctico, a las políticas dominantes” (1999; 129).

Bibliografía:

Nivón, Eduardo, 1999, “Metrópoli y multiculturalidad”, en Miguel Ángel Aguilar, César Cisneros y Eduardo Nivón (coords,), Territorio y cultura en la ciudad de México, Diversi-dad, T. 2, Plaza y Valdes/UAM-I, México.

* El autor es Doctor en Antropología Social por la Universidad Autónoma Metropolitana, plantel Izta-palapa. Actualmente es Coordinador de la Maestría en Antropología Social de la BUAP.

INDÍGENAS EN LA CIUDAD DE PUEBLA Ernesto Licona Valencia

SOLAMENTE QUERÍAMOS UN BUEN PROFESOR

María de Lourdes Herrera FeriaPARA UNA HISTORIA DE

LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA Eulogio Romero RodríguezDESDE LA FACULTAD

Mariano Torres BautistaEFECTO PANÓPTICO

Octavio Spíndola ZagoENGAÑO

Enrique Condés LaraDE PLANTAS Y ANIMALES

Cecilia Vázquez AhumadaTE DESEO TIEMPO

AnónimoREINCIGRAMA Fernando Contreras

AQUÍ, PUROS CUENTOS Paco Rubín

FRANTASÍAS José Fragoso CervónARITMOMANÍA

Gabriela Breña

Ernesto Licona Valencia*

Puebla como cualquier otra ciudad no es uniforme: es múltiple en su enjambre urbano. La historia, la memoria, los usos sociales en la ciudad se

han encargado de hacerla compleja, formado lugares, territorios, recovecos y zonas diferenciadas con lenguajes dispares.

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Mariano E. Torres Bautista*

En la primera plana de “La Jornada de Oriente” del 30 de abril último apareció una escandalosa y hasta escalofriante noticia: Derrumban la ex Fábrica textil El Mayorazgo. ¿Por qué esta noticia es ambas cosas a la vez?

Justicia es, sin lugar a duda, un concepto su-mamente espinoso que requiere una reflexión calmada y minuciosa. Mientras Aristóteles proponía la justicia como un mecanismo na-

tural de respuesta condicionada a virtudes inhe-rentes a cada uno, idea desechada por los filósofos políticos modernos, los utilitaristas, encabezados por Locke y Mill, precisan a la justicia cual dis-positivo universal adaptado a la felicidad general por sobre los individuos –es decir, la premisa de que se hace justicia para todos–, mientras que los idealistas, cristalizados en Kant, entienden a la jus-ticia como un imperativo categórico orientado por los derechos morales –en otras palabras, se hace justicia para cada uno.

No es nuevo que un Jefe de Estado o cierta élite académica, sostenidas por su intelligentsia, nieguen categóricamente que su nación o grupo haya come-tido masacre o genocidio alguno. Ocurrió en el siglo XIX con la Conquista de Norteamérica, en la déca-da de los sesentas con el Holocausto, y ocurre ahora con la masacre de armenios entre 1915 y 1923. El presidente Recep Tayyip Erdogan, a cien años de este trágico episodio, ha tachado de “idioteces” las declaraciones del Papa Francisco, que ha sacado a la luz el tema.

Tras las declaraciones del Parlamento armenio, el pasado 21 de abril, urgiendo a la Unión Euro-pea a reconocer la masacre de entre 200 mil y 1,5 millones de personas a manos del Imperio Oto-mano como genocidio, los líderes políticos turcos se han rasgado las vestiduras y han politizado el asunto. Sin embargo, el negacionismo que impera en Ankara va más allá de rechazar un hecho histó-rico, banaliza un crimen y mira con desprecio una herida que sigue punzantemente abierta.

“Hemos aprendido que para prevenir nue-vos genocidios, el mundo debe tomar conciencia de que hay crímenes de lesa humanidad que de-ben ser castigados. No puede haber impunidad”

afirmó Mario Nalpatian reivindicando la memo-ria del genocidio armenio, palabras que recuerda lo que Gregorio Magno decía respecto de que la justicia era una fuerza divina que combatía los vi-cios con el fin de erradicarlos de la herencia hu-mana.

“Nosotros también creemos que, para aliviar nuestro dolor, es tan importante enfrentar el pa-sado de forma honesta como conmemorar a aque-llos que perdieron sus vidas. Sin embargo, degra-darlo todo a una simple palabra y poner toda la responsabilidad en el pueblo turco y asociarla con palabras de odio supone un problema de concien-cia y legal”, respondió el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu. Responsabilidad, cómo cuesta cargar con el peso de ésta palabra que pasa de ser una cuestión ética a una categoría epistémica por la manera en la que su arrogación/negación mol-dea los discursos políticos, científicos y culturales.

Mientras las discusiones siguen, el gobierno turco puso especial énfasis en las celebraciones por el 90 aniversario de la Batalla de Gallipoli duran-te la Primera Guerra Mundial, el mismo día de la conmemoración del genocidio. ¿Será demasia-do sospechoso ver en este acto un deliberado uso político de la historia para ocultar el peso del pa-sado? Pero no es el único, desafortunadamente es-tán cayendo en el olvido la masacre de ucrania-nos cometida por la URSS entre 1923 y 1933, la de camboyanos a manos de Pol Pot entre 1975-1979, por mencionar solo dos. ¿Qué es la justicia sino el mayor acto de liberación y reconocimiento a los derechos humanos desde la armonía de la diferencia? ¿Debe la historia mantenerse abstraída de las disputas judiciales de la memoria o interve-nir en tanto mecanismo mediador de la memoria, el pasado y la identidad?

* El autor es estudiante de la Licenciatura en His-toria en la FF y L. de la BUAP.

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Es escandalosa porque, teniendo el año de 1841 como su origen, esta construcción contaba con la protección de leyes federales vigentes. Sin embargo, la misma nota refiere

que el miércoles 29 amaneció destruida “sin que pu-diera hacer algo el Instituto Nacional de Antropología e Historia”. Esto quiere decir que la institución fede-ral que recibe recursos públicos de la federación para llevar a cabo una labor de protección de bienes cultu-rales se queda inmovilizada incumpliendo una de sus tareas sustantivas. Esto es escandaloso, aún cuando para muchos significará simplemente “otra mancha más en la piel del tigre”. La foto de la nota muestra maquinaria recogiendo escombros sin que hagan algo los “peritos” de la incompetente institución que alguna vez manejaba la consigna: “manos mexicanas las hi-cieron, manos mexicanas las deben proteger”. Parece que, más bien, sigue otra fórmula en la aplicación de la ley: “obedézcase pero no se cumpla”. Al igual que en las décadas anteriores a la declaración del centro histórico de Puebla como Patrimonio cultural de la humanidad, el hecho habla de esa visión de la “cultura de la modernidad” que hizo lo mismo con incontables e irrepetibles casonas: “la demolición de muros se dio de manera sigilosa y escalonada desde noviembre de 2012.”

Pero además de la institución mencionada que, como en otros casos, por un plato de lentejas permi-

te que se ponga en riesgo la preservación de nuestro patrimonio edificado y se sigan destruyendo vestigios (como recientemente se vio en Cholula), disneyciali-zando (como la zona histórica de los Fuertes y el pre-tendido “Parque intermunicipal” en torno a la Gran pirámide o Tlachihualtépetl), ¿qué pasa con las fa-cultades de Arquitectura e Ingeniería civil de nues-tras universidades? ¿Por qué no resaltan la importan-cia de inmuebles con valor único e irrepetible? ¿Qué falta para comprender que, si se quiere promover el turismo en una entidad que no tiene playas, se debe conservar y valorizar aquello que ha sido producto del trabajo, la forma de vida en nuestra comunidad a lo largo de siglos de historia, dejándonos monumentos que no se van a encontrar en Disneylandia, Las Ve-gas, Epcot Center, etc.? ¿Por qué cuando se está ante estos monumentos solo se piensa en la museización o en lograr solo algunas rentas de locales para esos es-pacios? ¿Acaso se ha perdido el genio constructor que hizo de Puebla la primera ciudad manufacturera del continente y la primera en contar con una estructura productiva industrial en el siglo XIX?

Contamos con nuevos emblemas y ejemplos de lo que puede pasar. El afortunado rescate, luego del tem-blor de 1999, y magnífica remodelación del antiguo Molino de Huexotitla, la recuperación de la emble-mática fábrica de “La Constancia Mexicana”, sin olvi-dar los centros vacacionales de Metepec y La Trinidad.

Aunque también tenemos el ejemplo de Paseo de San Francisco, con su “Centro de Convenciones” incapaz de atraer más convencionistas que vendedores de za-patos o promotores de paquetes para bodas y XV años.

No es de extrañar. ¿A quien le interesa esa fachada “modernista” en medio de un paisaje cultural creado durante los años de esplendor del enorme reino de la Nueva España; una urbe que fue pionera y ejemplo de muchos logros? Muchos poblanos recordamos las bravatas y petulantes palabras de quienes creyeron que con su autoritario atropello traían la modernidad a una ciudad cuya historia les es totalmente ajena. ¿Qué ha sido de muchos de ellos?

Ahora bien, ¿dónde está lo escalofriante de la noticia que nos sirve para llamar la atención de nues-tras Facultades de Arquitectos, Ingenieros, Gastró-nomos, promotores turísticos, etc.? Justamente en el hecho de que un Instituto especializado, que se rige bajo leyes federales, siga siendo presa de nuestra clase política que no deja oportunidad para mostrar su sín-drome del hambre, su bajo nivel académico, político y cultural y su sumisión a poderes fuera de nuestras fronteras.

* El autor es Doctor en Historia por la Universidad de París I, Panthêon- Sorbonne; actualmente se desem-peña como profesor/investigador en el programa de Maestría en Antropología Social de la BUAP.

La ONU solo ha reconocido cuatro genocidios, y únicamente tres en el plano

jurídico: el de los armenios cometido por los turcos; el de los judíos y gitanos cometido por los nazis; el de los tutsis

de Ruanda cometido por los hutu, y el de los bosnios cometido por los serbios. Sin

embargo, el gobierno de Ankara hace oídos sordos. ¿Puede haber justicia en un ambiente

de negacionismo posmoderno?

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Enrique Condés Lara*

Los propósitos de la nueva ley son muy am-plios y van de la prevención del terrorismo al combate a la delincuencia organizada, pasando por la necesidad de neutralizar la

injerencia de potencias extranjeras en los intereses económicos, industriales o científicos de Francia; todo lo que afecte –se dijo— la independencia nacional, la defensa nacional o la integridad del territorio. Evi-dentemente, la motivación fue el atentado contra la revista satírica Charlie Hebdo en el que perecieron 16 personas a manos de dos yihadistas. El móvil es evi-dentemente muy fuerte pero, ¿tanto como para poner en entredicho algunos de los pilares fundamentales de la democracia? Porque la privacidad es uno de ellos, y es de tanta importancia como la libertad de pensa-miento y de expresión, de tránsito, de elección y de organización. El mensaje que envían los legisladores franceses con la nueva ley es que la democracia se de-fiende combatiendo, o cuando menos restringiendo la democracia. Y aún si fuera así, ¿quién defenderá a los ciudadanos de estos anti-demócratas defensores de la democracia?

No es nada sencillo el problema, ni queda circuns-crito a la Francia madre de la “libertad, igualdad y fraternidad”. En Estados Unidos se promulgó la Ley Patriótica, que es un monumental ultraje contra de las garantías individuales y el Estado de Derecho al ava-lar la posibilidad de una suerte de limbo jurídico que permite que sospechosos de terrorismo se mantengan detenidos indefinidamente sin acusación formal , ni proceso, ni defensa. Fue la respuesta conservadora a los atentados en contra de las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, que también se aprobó por una abrumadora mayoría tanto en la Cámara de Repre-sentantes como en el Senado norteamericano. Sin em-bargo, aún cuando Sadam Hussein y su equipo más cercano están muertos, al igual que Osama Bin Laden, el terrorismo islámico no está, ni de lejos, derrotado. Los talibanes están a punto de retomar el poder en Afganistán; el desastre que dejó la intervención mi-litar en Irak y la guerra contra El Asad han sido la base para la creación del Estado Islámico; la práctica desintegración de Libia es el fermento de organismos fundamentalistas islámicos; la nueva dictadura militar egipcia no prefigura más que un nuevo foco de con-frontación e inestabilidad, etc. Hay algo que emerge con fuerza, pero que no todos ven, particularmente los dirigentes norteamericanos y europeos: están abor-dando muy mal el desafío islámico.

En primer lugar, está presente un problema de in-tegración social, más bien de falta de integración. Y de la mano, señales claras de discriminación y de racismo. Pero ni el gobierno francés ni el inglés, ni los demás de la Unión Europea, han asimilado que los atentados que sufrieron Londres el 7 de julio 2005 y París el 7 de enero 2015, fueron realizados por connacionales. No fue así en el caso de Atocha el 11 marzo de 2004, pero es significativo que los autores fueran marroquíes dada la histórica relación atropellada pero intensa existente

entre España y Marruecos, salpicada de racismo, des-precio y abusos de parte aquélla sobre este. Más que un simple, aunque grave asunto policial, un problema social, y fuerte, deben los gobiernos atender, si preten-den combatir de manera eficaz al terrorismo yihadista.

Hay también un componente ideológico. Las lec-turas radicales del Corán están atrayendo a muchísi-mos jóvenes de buena parte del mundo. Hay desen-canto por todo lo demás, es decir, por otras cosmo-visiones religiosas e ideológicas y por los proyectos laicos. Hay desilusión respecto a las fórmulas prevale-cientes para resolver los problemas de hoy y para en-cauzar muchas inquietudes existenciales, pero el Islam les ofrece otro camino. El dinero por encima de todo y la competencia a ultranza entre unos y otros, que es lo que ofrece Occidente, no satisfacen las demandas es-pirituales de infinidad de personas. En este terreno, los Estados Unidos y la Unión Europea están en desven-taja frente al Islam, aunque no lo reconozcan.

Adicionalmente, algunos pendientes históricos están actuando. Las interpretaciones que hay de las vicisitudes y trayectoria de las culturas y civilizacio-nes arraigadas en Europa y Medio Oriente a partir de Mahoma (569-632) son en extremo contrapues-tas, porque las perspectivas, proyectos y rivalidades en juego han sido sumamente confrontadas. Difícil será redactar una historia común —esto es, compartida—, de todos estos pueblos, tarea que no puede tomarse como de mero interés académico porque los diferen-dos históricos, las causas reales o ficticias, las afren-tas no resueltas están alimentando, lo han hecho por mucho tiempo, los comportamientos políticos de hoy. Y las mentalidades imperiales europeas no ayudan en nada a desmontar, en este plano, el conflicto.

Por supuesto, una cuestión política y de poder está presente en todo esto. Durante doscientos años Euro-pa y, posteriormente, Estados Unidos hicieron y des-hicieron en Medio Oriente y África del Norte. Crea-ron países, inventaron fronteras, dividieron naciones, enfrentaron pueblos, modificaron mapas, etc., a fin de mantener, aún sin ocupación física, su dominación. El control de rutas comerciales, del petróleo y otras ri-quezas, la alineación subordinada ante sus rivalidades y desavenencias (en las disputas franco-inglesas, en la I Guerra Mundial, ante las potencias del Eje, durante la Guerra Fría), fueron sus motivaciones. Lo siguen ha-ciendo, aunque con dificultades y tropiezos porque el intrincado e inestable cuadro que crearon, está reven-tando. Ahí no hay buenos contra malos, blancos con-tra negros, positivos contra negativos, sino una amplia y voluble gama de gradaciones de todo tipo que per-miten que un día estén unos asociados con otros y al día siguiente se encuentren peleados entre sí. Sin em-bargo, los países de la Unión Europea y los Estados Unidos siguen metiendo las manos en esas regiones para “poner orden”, “liberarlas de tiranos”, “llevarles la democracia”, señalarles “el camino correcto”, etc., En otras palabras, siguen tercamente echando más leña a la hoguera de la que se nutre el fundamentalismo

islámico. Como están manejando las cosas, están pe-leando una guerra cada vez más sangrienta y extendida que difícilmente ganarán. Y, de paso, se están llevando entre las patas los fundamentos de la tan cacareada de-mocracia occidental.

* El autor es Doctor en Sociología Política por la Uni-versidad de Granada, España y director del Museo de la Memoria Histórica Universitaria de la BUAP.

Hace unos cuantos días, la Asamblea Nacional de Francia aprobó con una contundente mayoría de votos (483 a favor/86 en contra) una ley para preservar la seguridad nacional que legaliza la intercepción de comunicaciones telefónicas y cibernéticas. A partir de ahora y prácticamente sin restricción alguna, los servicios secretos franceses podrán rastrear y escuchar cualquier conversación o comunicación que sospechen sea o tenga que ver con terrorismo o delincuencia organizada; pero no sólo podrán captar y registrar los datos de teléfonos o computadoras sospechosas, sino también de quien se encuentre a cien metros a la redonda.

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María de Lourdes Herrera Feria*

Vale, pues, traer a cuento algunas remembran-zas. La escuela de Filosofía y Letras surgió en el marco de las grandes transformaciones que experimentó la Universidad Autóno-

ma de Puebla como consecuencia del Movimiento de Reforma Universitaria de 1961, el cual propició con-diciones para acometer proyectos de modernización académica.

La iniciativa para promover el establecimiento de la escuela de Filosofía y Letras respondió a la consi-deración de que era una necesidad imperiosa dotar a la universidad de un centro de estudios humanísticos para dar continuidad a una larga tradición institucional. La idea cristalizó y en 1965 se iniciaron los trabajos de la escuela con la apertura de los colegios de Filoso-fía, Historia, Psicología y Letras españolas. (Anuario 1984-1985. Puebla: UAP, Facultad de Filosofía y Le-tras, 1985, p. 6.)

En la década que siguió a la fundación de la escue-la, los planes de estudio registraron varios cambios; por ejemplo, el plan de estudios de la carrera de His-toria se modificó en 1967, 1971 y 1974, pues el propó-sito inicial de proporcionar al alumno las bases teóri-cas y la formación necesarias para que al concluir sus estudios pudieran desempeñarse más en la docencia que en la investigación (BUAP: Archivo Histórico Uni-versitario, Fondo Filosofía y Letras, caja 1, exp. 4, foja 3), no correspondía a la aspiración de transformar a la Universidad en el lugar social idóneo para el desarrollo de la ciencia, la tecnología y del pensamiento crítico.

En 1976, el primer congreso de la Escuela de Filo-sofía y Letras planteó la urgente necesidad de superar el nivel académico de la enseñanza de las humanida-des −aquí se debe apuntar que en esos años la Uni-versidad Autónoma de Puebla era la única institución que ofrecía, en nuestro Estado, la profesionalización en el campo de las humanidades−. Especialmente se apuntó la urgencia de superar la carencia de instru-mentos de trabajo, como una biblioteca actualizada, y la anarquía en la composición del cuerpo docente, integrado por profesionistas no especializados, pues ambas condiciones generaban un nivel académico tre-mendamente bajo, incapaz de formar profesionales con la preparación mínima requerida. ( Joachim Be-noit. Proyecto de Plan de estudios de la Licenciatura en Historia, mecanográfico, 1976).

Las conclusiones de ese primer congreso −la ense-ñanza debía obedecer a los imperativos del progreso científico y social, a las últimas adquisiciones meto-dológicas, a la renovación e innovación constante de conocimientos lo que permitiría romper con la de-pendencia científica, técnica e ideológica− y las decla-raciones en el sentido de que debía emprenderse con fuerza la superación, generaron grandes expectativas entre los estudiantes y… muchas esperanzas. Esperan-zas que, para los estudiantes de Historia por ejemplo, parecían alcanzables con la transformación, en 1977, de su plan de estudios.

Sin embargo, la promesa de superar el enciclope-dismo, la tendencia a la esclerosis y de que, por fin, los maestros serían guías dotados con la formación y ex-periencia especializadas en su campo de conocimiento

eran eso: una promesa que no cristalizaría sin el recla-mo del estudiantado.

Unos años más tarde, en 1981, los estudiantes de-mandaron el cumplimiento de la promesa y se mani-festaron en contra de la falta de espacios, aulas, biblio-tecas y laboratorios, falta de maestros o contratación de profesores improvisados o inexpertos cuyo único mérito era contar con el apoyo burocrático de la au-toridad universitaria o sindical. Sorprendidas en falta, tanto la administración universitaria como la sindical reaccionaron descalificando las peticiones estudianti-les. Sin embargo, la inquietud del alumnado por obte-ner la elevación del nivel académico y una mejor pre-paración en el aula ya campeaba en el ámbito univer-sitario; protestas aisladas y espontáneas se registraron en las escuelas de Medicina, Enfermería, Arquitectura y en algunas escuelas preparatorias y la escuela de Fi-losofía y Letras tuvo motivos para sumarse al reclamo.

Los estudiantes del colegio de Historia, después de tantas ofertas y expectativas, rechazaron la contra-tación de una profesora, apoyada por el sindicato, para impartir el curso de Historia de México. El desdén por atender los motivos y argumentos de los estudian-tes y la prepotencia de la autoridad sindical, en medio de la lucha por la sucesión rectoral, provocó una erró-nea interpretación de la problemática y se pusieron en operación, una vez más, los tradicionales mecanismos de control para la imposición.

Pero, en esta ocasión, los estudiantes decidieron oponer resistencia: se organizaron, animados por la fuerza de su argumento y por la solidaridad de los es-tudiantes de los colegios de Psicología, Letras y Filo-sofía que compartían la misma problemática, y fueron al paro activo de labores. Más aún, sus demandas en-contraron eco en los estudiantes de otras escuelas y facultades y las autoridades universitarias enfrentaron un movimiento estudiantil, con diferentes niveles de organización, que demandaba mayor apertura demo-crática y mayor participación en la toma de decisiones académicas.

En la difícil coyuntura de la sucesión rectoral de 1981, cuando el comité seccional universitario del Partido Comunista Mexicano se desgarraba en la lu-cha por la candidatura para suceder al Ing. Luis Rivera Terrazas y sus representantes más connotados ardían en la hoguera de las vanidades, los reclamos estudian-tiles pasaron a ser bandera de diferentes facciones. La demanda estudiantil: solamente queremos un buen pro-fesor…, fue calificada de academicista, antisindical y reaccionaria. Y esa reacción provocó la polarización del conflicto. Los estudiantes se aglutinaron en la Pro-motora de la Organización Estudiantil (POGE) para confrontar las estructuras institucionales y sindicales que vulneraban sus derechos y aspiraciones.

En 1981, los estudiantes exigieron participar con voz y voto en los mecanismos de regulación acadé-mica que determinaban la admisión y promoción de los profesores; la incomprensión de esta exigencia y el rechazo a la participación estudiantil en esa coyuntura llevó a la demanda de paridad en el Consejo Univer-sitario −aprobada el 30 de septiembre de 1981− y en la gestión académica de los programas educativos −en

la escuela de Filosofía y Letras las coordinaciones pa-ritarias, integradas por maestros y alumnos, se pusie-ron al orden del día−; logros de existencia efímera pero muy aleccionadores. Y todo porque los estudiantes so-lamente querían un buen profesor…

* La autora es Doctora en Historia por la Universidad Libre de Berlín; actualmente se desempeña como do-cente de tiempo completo en el Colegio de Historia de la FF y L de la BUAP.

Este año, la Facultad de Filosofía y Letras cumple 50 años y la conmemoración de este acto fundacional solo ha motivado referencias aisladas, escasos y dispares eventos, algunos penosamente pospuestos, que no alientan la reflexión sobre el papel de las humanidades en nuestro entorno regional.

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HORIZONTALES

1. (“Sucia”), tema abordado en Reincidente.

6. Poeta mexicano del siglo XX que fue considerado en el ani-versario de su nacimiento por Reincidente.

11. (Arriaga), profesor de la BUAP, murió asesinado. En Reinciden-te se comentó.

12. Técnica pictórica, caracteriza-da por la utilización de colores planos y simplificación de las formas.

13. Moneda de cobre usada en la antigua Roma.

15. Símbolos del yodo y arsénico.17. Terminación verbal.18. Escritor mexicano, obtuvo el

premio Nobel, fue abordado en Reincidente.

19. (Danzós), fue líder agrario. se ha hablado de él en Reincidente.

21. Partido político ya desaparecido. Reincidente lo cita a menudo.

22. Contracción gramatical.23. Del verbo pasar.25. Símbolo del tantalio.26. Isla de Grecia, perteneciente a

las Espóradas Orientales.28. Parte del brazo (pl.).30. Ánsar, pato.31. Símbolos del boro y molibdeno.32. Mondar.34. Líder agrario, asesinado du-

rante el gobierno de López Mateos. De ello se habló en Reincidente.

37. Antigua ciudad de los caldeos.38. (Othón), fue líder de los maes-

tros, en el marco de la educa-ción fue comentado por Reinci-dente.

42. Voz de arrullo.43. Organización independentista

de Irlanda del Norte.44. Poner sal.45. Catorce en números romanos.46. Abreviaturas de un complejo

vitamínico y de oeste.48. (Max), cinta protagonizada por

Tom Hardy y Mel Gibson.50. Símbolo del sodio.51. Benemérita Universidad Autó-

noma de Puebla.

53. Tema ampliamente difundido por Reincidente.

56. Movimiento al cual Reincidente dedicó espacios.

57. País de África, su capital es Ki-gali.

VERTICALES

1. Porciones de cocaína que se ex-penden al menudeo.

2. Símbolos del electrón y julio.3. Gorra con visera que usaban los

soldados españoles.4. Isla francesa del océano Atlán-

tico.5. Por otro nombre.6. ( James), pintor belga, influyó

en el expresionismo y el surrea-lismo.

7. Nota musical.8. Río de Europa.9. Símbolos del amperio y flúor.10. Regla de obligado cumplimien-

to (pl.).14. Cuarto principal de la casa.16. Dueña de una cosa.17. Cada una de las partes en que

se divide una obra escénica.19. Igualarás con el rasero.20. Mencionar, aludir, llamar.23. Escasas.24. Provincia del sureste de Bélgica,

fronteriza con Brasil.27. Peso molecular de una sustan-

cia expresado en gramos.29. Símbolo del nobelio y segunda

letra del abecedario.32. Estado de la república que go-

bernó Mario Marín.33. Equivoco.35. Antiguo nombre de Irlanda.36. Principiante, inexperta en algo.39. Brillo y resplandor grande y fu-

gaz, como el del relámpago.40. Dios entre los mahometanos.41. Ciudad de Croacia, en Dalma-

cia.47. Calle de pueblo.49. Amarra, lía.51. Banco Mundial (inic.).52. Preposición que significa junto.54. Símbolo del rutenio.55. Preposición que indica posición

o lugar.

CUCÚEl ave del reloj cucú salió de la caja dando las cin-

co de la tarde.Escapó como se escapa el tiempo.Anidó en el árbol. Sin importar la hora. Sin im-

portar qué canta.

DE UN GATO AZULNunca antes se había visto un gato azul.Julia tenía uno.Era un gato como cualquier gato negro. Solo que

azul. Maullba en azul, miraba a Julia desde su cornisa. La miraba en azul.

Como todo gato repugnaba el agua, y él solo se lamía el cuerpo.

Se lamía en azul.En las noches Julia dormía con su gato azul. Ella recostaba la cabeza en su almohada, y su

gato se recostaba en su cabeza.Juntos dormían. Julia soñaba que su gato hacía de su vida un pa-

palote y ella lo volaba por los cielos prendida de la larga cola azul que medía de la nube al piso.

En las mañanas despertaban y Julia sabía por qué el cielo es azul.

Cecilia Vázquez Ahumada*

En 1769 los pescadores maoríes desde sus canoas en Raukawa (Nueva Zelan-da) divisaron por primera vez un barco de vela de tres mástiles y treinta y dos

metros de eslora. Este barco mercante de carbón, reforzado con cañones, estaba presidido por la bandera de la Marina Real británica; era el barco de James Cook (1728-1779), el Bark Endeavor. En esa nave viajaban 94 pasajeros y solamente dos de ellos estaban enfermos, dato extraño para la época en donde el azote de los marineros era el escorbuto, una enfermedad producida por la falta de vitamina C.

EL Capitán Cook, un gran cartógrafo y ex-plorador del hemisferio sur, tuvo el acierto de in-cluir en la dieta de sus marineros col fermentada y cítricos, costumbre que tomó por recomendación del médico escocés James Lid (1716-1794), quien también fue navegante de la armada británica. Este médico experimentó con marineros diferen-tes curas contra el escorbuto hasta que descubrió que la ingesta de cítricos lo curaba y evitaba.

El escorbuto fue el peor azote de los marine-ros del siglo XVII, más que los piratas o las tor-mentas. Esta enfermedad afectaba a los marineros que antes del remedio de Lid, experimentado por Cook, solo se alimentaban de buey en salmuera y galletas. Desde Hipócrates se sabía de esta dolen-cia. Durante las Cruzadas, el escorbuto asoló a los cristianos, vencidos finalmente por Saladino. La naranja, la lima y el limón lo derrotaron.

Las naranjas son originarias del Oriente y los limones, al parecer, del noroeste de la India. Los cítricos fueron y siguen siendo unas de las frutas más importantes de las regiones tropicales y sub-tropicales.

Algunas de las especies son la naranja común (Citrus sinensis), la naranja amarga (Citrus auran-tium), el limón (Citrus limonium), la madarina (Citrus reticulata), el pomelo o toronja (Citrus Pa-radise) y la lima (Citrus aurantifolia).

A los marineros ingleses, luego de la muerte de Cook en Hawaii, se les llamaba despectivamente

limeys, literalmente “alimados”, porque jamás zar-paban sin llevar limas en sus bodegas. Los mari-neros también sabían de los estragos del jugo de la lima en sus dientes, pero era preferible a morir de escorbuto.

Los cítricos llegaron a Europa en el siglo I después de Cristo. A América llegaron con los es-pañoles, pero es hasta 1873 que tres naranjos pro-cedentes del Brasil llegaron a California. Luego de cinco años dieron frutos y se sabe que un si-glo después uno de ellos seguía dándolos. Estos fueron los pilares de las plantaciones de naranjos en Estados Unidos de Norteamérica. Para ellos, la naranja es su tercer sabor favorito, luego del cho-colate y la vainilla.

México ocupa el quinto lugar a nivel mundial en la producción de cítricos, los cuatro primeros puestos son para China, Brasil, Estados Unidos y la India.

Los estados mexicanos que más producen cí-tricos son Veracruz, San Luis Potosí, Tamaulipas, Puebla y Nuevo León.

Los michoacanos que trabajan en los campos de California, tienen entre sus tareas el corte de la naranja. Gracias a ella, una emprendedora mi-choacana inició su vida productiva en Oakland. Esta joven decidió ir a buscar fortuna al lado de sus hermanos, algunos de los cuales son jornaleros agrícolas, pero ella resistiéndose al trabajo a ple-no sol, tomó las naranjas que los patrones dan a sus trabajadores y abriendo las ventanas de su casa, horneó pasteles por la mañana. Por la tarde y con canasta bajo el brazo, salió a ofrecerlos a sus veci-nos. Las mujeres y los niños que pudieron percibir el aroma de los pasteles, no dudaron en invertir sus dólares en comprarlos. De ahí esta joven se hizo de fama y de recursos para ayudar a sus padres que vivían junto al lago de Chapala. Ella dice que fue el perfume de las naranjas lo que la hizo famosa en su comunidad.

*La autora es Licenciada en Antropología Social por la BUAP, actualmente adscrita al INAH-Puebla.

“Naranjas y mujeres, lo que ellas buenamente dieren”

Refrán popular.“Naranja dulce, limón partidodame un abrazo yo te lo pido”

Canción infantil

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Fue el arranque de un movimiento de trans-formaciones de nuestra Universidad que obedecían, principalmente, a la necesidad de dar explicaciones coherentes a las cuestiones

sociales de la época y a la necesidad de hacer fluir esa tradición humanista iniciada en Puebla con la creación del Colegio de San Jerónimo, que empezó a funcionar desde el año 1579 y con el Colegio del Es-píritu Santo; el primero ubicado en el Edificio de San Jerónimo, sede actual de la Facultad de Psicología, y el segundo ubicado en el Edificio Carolino.

La creación de la Escuela de Filosofía y Letras, y por tanto de la Facultad de Psicología estuvo con-templada desde el origen de la Universidad Autó-noma de Puebla. El viernes 21 de mayo de 1937 en el periódico oficial del gobierno constitucional del Estado de Puebla, edición número 41, se publicó la Ley Orgánica de la Universidad de Puebla; en ésta se contemplaba a la Escuela de Filosofía y Letras, como una de las instituciones integrantes de la Universidad (Botello, 1987). Sin embargo, debieron pasar 28 años después de la transformación del Colegio del Estado en Universidad para que la institución contara con su Escuela de Filosofía y Letras.

Fue durante el rectorado del Dr. Manuel Lara y Parra, bajo el lema de un “nuevo academismo” acom-pañado de cambios académicos en las escuelas de la Universidad inspirados en la modernización de la educación, que se crearon las mencionadas Escuela de Economía y Escuela de Filosofía y Letras. Unos años después se dará inicio al Movimiento de Re-forma Universitaria con los rectores químico Sergio Flores Suarez y con el Ingeniero Luis Rivera Terra-zas, movimiento con el cual éstas y otras unidades académicas recibieron fuerte impulso..

Para la planificación y organización de la Escue-la de Filosofía y Letras, el H. Consejo Universitario nombró una comisión integrada por el Dr. Francisco Arellano, el Prof. Enrique Aguirre Carrasco y el Ing. Luis Rivera Terrazas. Entre sus tareas estaba la de contratar a los profesores que integrarían la inaugural planta académica.

De acuerdo con el Dr. Carlos Colchero, las res-ponsabilidades docentes iniciales, es decir, la primera plantilla académica del Colegio de Psicología, estuvo integrada por el Profesor Ulises Báez, el Psicólogo Carlos Alberto Peniche, el Dr. Vicente Suárez Soto y el Dr. José Luis Centeno. La dirección de la Escuela de Filosofía y Letras estuvo a cargo del Mtro. Joa-quín Sánchez Macgrégor (Botello, íbid.). El Anuario 1984-1985 de Filosofía y Letras consigna que la po-blación estudiantil en el primer año de la Escuela se distribuyó de la siguiente manera: Colegio de Psico-logía 127, Letras 8, Historia 10 y Filosofía 10 (Car-los Colchero: La fundación de la Escuela de Filosofía y Letras, Puebla, 1987).

Después de cincuenta años de su creación, la Fa-cultad de Psicología ha experimentado una transfor-mación tanto en el plano académico, como en sus formas y estructuras de gobierno. La Facultad ha cre-cido sustancialmente en su plantilla académica; ac-tualmente hay cerca de 100 profesores de licencia-

tura muchos con posgrados obtenidos en el país y en el extranjero; en los posgrados se cuenta con aproxi-madamente 20 profesores, y la población estudian-til actual es de 2417 estudiantes de licenciatura y unos 50 estudiantes de los posgrados. En los últimos años nuestra Facultad de Psicología se ubica entre las cinco facultades con mayor demanda de ingreso de nuestra Universidad.

Hemos contado con la presencia y participación, en diferentes actividades de nuestra facultad, de los principales y reconocidos autores de las teorías con-temporáneas de las diferentes áreas de la psicología; por poner solo algunos ejemplos: Serge Moscovici, Denise Jodelet, Keneth y Mary Gergen, Frederick Munné, Regina Machinskaya, Tatiana V. Akhutina, Víctor Feld, Juan Enrique Azcoaga, entre otros mu-chísimos más.

La Facultad de Psicología ha pasado por diferen-tes etapas y procesos. Hemos contado a lo largo de estos cincuenta años con diferentes programas de es-tudio que han reflejado el desarrollo de la discipli-na y las diferentes circunstancias políticas que se han reflejado en nuestra institución. Tuvimos momentos en los que el Conductismo era predomínate en los planes y programas, tuvimos épocas de una Psicolo-gía Genética dominante, momentos de una influen-cia importante del Psicoanálisis y otros momentos en los que lo social estaba presente en los contenidos de los programas.

Actualmente la Facultad se propone no solamen-te la preparación de docentes para los niveles medios y superiores universitarios (era una de los principales finalidades de la Escuela en sus orígenes); hoy se hace investigación en diferentes áreas de la psicología, se hacen publicaciones, se desarrollan modelos de inter-vención en el entorno social, se organizan congresos y conferencias nacionales e internacionales, entre otras actividades. Es cierto, hace falta la organización de otros trabajos, con la participación de estudiantes y profesores -en otras épocas de nuestra Facultad, ha-blábamos de la comunidad de psicología, para referir-nos al trabajo conjunto entre estudiantes, profesores y trabajadores, un ejemplo fue la Coalición de Re-forma Universitaria (CRU) en la que participamos integrantes de los diferentes sectores que conforman la Universidad, para consolidar lo alcanzado y desa-rrollar nuevas iniciativas.

Finalmente, la Facultad de Psicología creada un lunes 5 de abril de 1965 como Colegio, transforma-da en Escuela de Psicología el 2 de octubre de 1991 y reforzada con la creación de la Maestría en Psico-logía Social, en 1992 se transforma en la Facultad de Psicología.

Con motivo de sus primeros 50 años de vida, se están organizando iniciativas que están configuran-do una nueva etapa de nuestra Facultad. Celebramos este medio siglo de la Facultad y también los cien nú-meros de Re-Incidente. ¡Felicidades!.

* El autor es Dr. en Psicología por la Universidad de Caen, Francia; actualmente, se desempeña como do-cente de la Facultad de Psicología de la BUAP.

El lunes 5 de abril de 1965 se creó la que hoy es la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Puebla, en esa época Colegio de Psicología. Su primer espacio físico para actividades académicas fue el segundo patio del edificio Carolino. Fue en ese mismo año cuando la Universidad inició el estudio de las ciencias sociales con la creación, por un lado, de la Escuela de Economía y, por otro, con la creación de la Escuela de Filosofía y Letras; ésta última integrada por el Colegio de Filosofía, el Colegio de Historia, el Colegio de Letras y el Colegio de Psicología.

Eulogio Romero Rodríguez*

No te deseo un regalo cualquiera, te deseo aquello que la mayoría no tiene, te deseo tiempo,

para reír y divertirte, si lo usas adecuadamente podrás obtener de el lo que quieras.

Te deseo tiempo para tu quehacer y tu pensar no sólo para ti mismo sino también para dedicár-

selo a los demás.Te deseo tiempo no para apurarte y andar con

prisas sino para que siempre estés [email protected] deseo tiempo, no sólo para que transcurra,

sino para que te quede:Tiempo para asombrarte y tiempo para tener

confianza y no sólo para que lo veas en el reloj.Te deseo tiempo para que toques las estrellas

y tiempo para crecer, para madurar. Para ser tu.Te deseo tiempo, para tener esperanza otra vez y para amar, no tiene sentido añorar.Te deseo tiempo para que te encuentres con-

tigo mism@, para vivir cada día, cada hora, cada minuto como un regalo.

También te deseo tiempo para perdonar y aceptar.

Te deseo de corazón que tengas tiempo, tiempo para la vida y para tu vida.

Poema de IndIos amerIcanos.Anónimo.

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Director y editor: Enrique Condés LaraConsejo Editorial: Mariano E. Torres Bautista, Juan Lozada León, José Fragoso Cervón,

María de Lourdes Herrera Feria, Hugo López Coronel, Ernesto Licona Valencia, Gabriela Breña, Cecilia Vázquez Ahumada y Eulogio Romero Rodríguez, Octavio Spíndola Zago

Corrección: Enrique Condés BreñaDiseño: Israel Hernández Cedeño

Correo electrónico: [email protected]*No incluye sección de Sociales

RE~INCIDENTE. Año 6. No. 100. Segunda quincena de mayo de 2015. Es una publicación quincenal editada por el C. Enrique Condés Lara, domicilio Costado del Atrio de San Francisco 22 bis. Cuadrante de san Francisco, Delegación Coyoacán, CP. 04320, tel. (55) 55-17-76-63. Correo electrónico: [email protected]. Editor responsable: Enrique Condés Lara. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo 04-2011-032210460200-101. ISSN: 2007-476X. Otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certificado de Licitud y Contenido No. 15198 otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas de la Secretaría de Gobernación. Impresa en los talleres de El Errante, Editor. Privada Emiliano Zapata No. 5947, San Baltasar Campeche, Puebla Pue. C.P. 72550. Este número se terminó de imprimir en mayo de 2015 con un tiraje de 5000 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de RE-INCIDENTE.

solucIón alreIncIgrama de este número

Ni en mis más cuantificables alucines pensé que llegaríamos a la publicación del nú-mero 100 de este panfleto (perdón, revista intelectual universitaria) y menos que a su

pacheco servilleta le permitieran escribir un chingo de ocurrencias. Además, tener que enfrentarme a la página en blanco de la computadora para llenarla y cumplir con el “agradable” compromiso (tengo caren-cias de prosodia y sintáxis), hasta la fecha me da una especie de pánico con güeva.

Todo empezó cuando con la banda andábamos de colados alucinando en una de las tantas fiestas que el antiguo rey de la sacrosanta institución universita-ria hacía en el pasado. Al llegar a una de las decenas mesas (le gustaba el reventón en grande) nos encon-tramos con el director de este pasquín y algunos ami-gotes intelectuales (doitores) que conversaban sobre importantísimos y sesudos tópicos (drogas, mujeres, vinos, etc.,) y a la pregunta de ¿qué te pareció el pri-mer número de “Reincidente”, la respuesta generali-zada fue: “la verdad es que muy aburrida”. Cierto es que es difícil hacer una revista variada para univer-sitarios de nivel; son muy pocos los la leen, porque sólo les importan publicaciones de su especialidad y si quieres que la gente se interese necesitas formarla más agradable. “¿Por qué no le metes algunas mari-guanadas para hacerla atractiva?”, le recomendaron.

Todavía no me explico porqué todos voltearon a verme, y el Pedro comentó con un mucho de sarcas-mo: —Si tienes al alucinado frantasioso a tu lado, por qué no le pides que escriba algunas de sus vivencias, toda su vida ha sido un pinche cotorreo, nada más que redacte como habla— Y todos muertos de risa.

—Y yo ¿por qué?— le contesté. –Ustedes no can-tan malas rancheras en eso de vivencias psicodélicas, no se hagan de la boca chiquita, pero acepto el reto de narrar las pendejadas que ustedes hacen cuando están hasta atrás, Lleno miles de cuartillas—. Entonces, el director de esta prestigiosísima revista comentó: “este cabrón reventado no escribe ni tres cuartillas juntas. Vamos a hacer un trato: si me manda siete alucina-ciones, me comprometo a publicarlas”.

No sólo le mandé siete, sino que ya llegamos or-gullosamente al número 100, con sorpresa para mu-chísimos y hasta para nosotros mismos.

Llenar este espacio me ha traído como conse-cuencia enemistarme con algunos cuatachines, e in-cluso algunas amenazas de demanda legal por cosas que dije sobre el incompetente candidato del cacique del feudo jurídico; también de parte de miembros de la familia real; viejos conocidos me han dejado de ha-blar como mi gran amiga la comandante, que me sacó de problemas judiciales. Sin embargo, también he re-cibido algunas satisfacciones, como lo demuestran los correos de decenas de miles de seguidores (brincos diera) de esta afamadísima columna.

La verdad, de no ser por las mentadas del editor que me presiona una y otra vez para la entrega a tiempo de estas mariguanadas y por los consejos y revisiones de su compañera, esto solo hubiera durado dos que tres viajes.

¡Felicidades a toda la banda del REINCIDEN-TE por este logro! (¡Qué cursi ando!).

* El autor es Doctor en Sociología Jurídica por la BUAP y cuatachín.

José Fragoso Cervón*

▶ El 48% del armamento que se vende a nivel mundial es pro-ducido por 2 antes archienemigos: EU y Rusia.

▶ Los principales compradores de EU fueron Corea del Sur, Emiratos Árabes Unidos y Australia, el cual incrementó sus ventas en un 23%.

▶ Rusia, segundo país en volumen de exportaciones, vendió un 37% más de armamento pesado en los últimos 5 años.

▶ Sus principales compradores: India, China y Argelia, los cuales representan casi el 60% del total de las exportaciones de armamento pesado ruso.

▶ Los 5 países que más armas vendieron son EU, Rusia, Chi-na, Alemania y Francia.

▶ Los 5 que más importaron fueron India, Arabia Saudita, China, Emiratos Árabes Unidos y Pakistán.

▶ Las regiones que más armas recibieron fueron Asia y Ocea-nía, con un 48% del total de importaciones, seguidas de Oriente Medio y Europa.

▶ Los países de la Unión Europea importaron un 16% menos en el periodo 2010-2014 con respecto al 2005-2009.

▶ Los países africanos aumentaron sus importaciones de ar-mamento un 45%.

▶ Las transferencias de armas en todo el mundo, principal-mente ventas (pero incluyendo también ayuda militar) se in-crementaron un 16%.

▶ Las importaciones de armas aumentaron en todas las regio-nes del mundo, excepto en el caso de Europa.

▶ Tras EU y Rusia, China es un fuerte exportador que incre-mentó sus ventas un 143%.

▶ La mayor parte de esas exportaciones se concentraron en Pakistán, Bangladesh y Myanmar, de los más pobres del mundo.

▶ De acuerdo al Índice de Paz Global 2013, producido por el Instituto para la Economía y la Paz, Europa Occidental y Central fue la zona más pacífica del mundo, seguida de América del Norte.

*Datos del periodo comprendido entre los años 2010 y 2014.Fuente: Instituto Internacional de Investigaciones sobre la Paz de Estocolmo (Sipri).http://www.sipri.org/yearbook/2014/files/sipri-yearbook-2014-resumen-en-espanolhttp://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2015/03/150318_rusia_eeuu_exportadores_armas_ac

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«SI NO CREES EN NADA»NADIE TIENE QUE MORIR

«SI CREES EN EL ISLAM»

2.2 mil millones de cristianosdeberán arder en el infierno por toda la eternidad

«SI CREES EN EL CRISTIANISMO»

1.5 mil millones de musulmanes deberán arder en el infierno por toda la eternidad