Koselleck y La Idea de Sattelzeit

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    Ayer 53/2004 (1): 63-74 ISSN: 1137-2227

    Koselleck y la idea de Sattelzet.Un debate sobre modernidady temporalidad

    Elas Jos PaltiUniversidad Nacionalde Qulmes-CONICET

    (Argentina)

    Resumen: Partiendo de algunos supuestos metodolgicos bsicos de la obrade Reinhart Koselleck, en particular de su nocin de Sattelzeit (periodode honda mutacin conceptual, entre 1750 y 1850, que supuestamenteestablecera las grandes coordenadas polticas, sociales e intelectualesde la modernidad), Elas Palti efecta una crtica al concepto koselleckiano de modernidad. Tras sealar algunas incoherencias derivadasde cierta confusin entre las nociones dieciochesca y decimonnica deprogreso y de evolucin que subyacen a la teora del Sattelzeit) el autorseala la radical historicidad de las propias categoras que el historiadoralemn utiliza como herramientas heursticas fundamentales.Palabras clave: historia de los conceptos; semntica histrica; historia;lenguaje; metodologa histrica; modernidad.

    Abstraet: Departing from sorne basic methodological assumptions of ReinhartKoselleck, especially of his notion of Sattelzeit (period of deep conceptualmutation, between 1750 and 1850, which supposedly would establishthe big political, social and intellectual coordinates of the modernity),Elas Palti carries out a critique of the koselleckian concept ofmodernity.Mter indicating a certain confusion between the notions of eighteenthand nineteenth-century of progress and evolution that underlie the theoryof the Sattelzeit, the author indicates the radical historicity of the owncategories that the German historian uses as heuristic tools.Key words: history of the concepts; historical semantics; history; language;historical methodology; modernity.

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    Elas Jos Palti Koselleck y la idea de SattelzeitEl nombre de Reinhart Koselleck se encuentra hoy estrechamenteasociado a la llamada escuela de historia de los conceptos (Be-griffigeschichte). La empresa de trazar la serie de redefiniciones sucesivas que sufrieron ciertos trminos clave (como historia, revolucin, etc.) servira a dos objetos fundamentales: por un lado, ayudara a prevenir los anacronismos y, por otro, arrojara una nuevaluz sobre el sentido de las mutaciones culturales que se produjeron,especialmente, entre 1750 y 1850, periodo que Koselleck denominaSattelzeit. Las mismas, segn afirma, contienen las claves fundamentales para comprender el origen de la modernidad.

    Algunos de sus discpulos habran luego de cuestionar las pautasestablecidas por Koselleck. Segn sealan, el trazado de grandesgenealogas desplegadas en un vasto espectro temporal hara imposibleel anlisis de cmo, en cada momento dado, un mismo trminoadquiere sentidos diversos en el marco de las distintas formacionessociales. As entendida, segn afirman, la historia conceptual tiendeinevitablemente a allanar las complejidades propias al uso, modosde definicin y apropiacin social de los conceptos.Siguiendo, en parte, esta lnea crtica, en este trabajo se intentananalizar algunos de los problemas que plantea la perspectiva de Koselleck a partir, sobre todo, de una discusin de Futuro pasado 1, quees el texto en que se renen sus principales trabajos tericometodolgicos. Como tratar de demostrar aqu, si bien la perspectivade Koselleck es sumamente esclarecedora de los desplazamientosconceptuales epocales, resulta, en efecto, poco atenta a los contextosespecficos de sentido en que cada concepto se define, y ello lolleva a malinterpretar algunas de las categoras fundamentales al perio

    do que l analiza centralmente (Sattelzeit) 2.La idea de Sattelzeit y la nueva conciencia de la temporalidad

    El proyecto en torno al cual se organiza la obra de Koselleckes el de analizar los orgenes de las filosofas de la historia. Segn1 KOSELLECK, R.: Futuro pasado. Para una semntica de los tiempos histricos, Bar

    celona, Paids, 1993.2 Esta presentacin resultar, as, en gran medida injusta con dicho autor, enla medida en que, dadas las limitaciones impuestas por el tipo de trabajo de quese trata, se dejar aqu de lado la consideracin de las importantes contribucioneshistoriogrficas que Koselleck realiz, para enfocar la atencin exclusivamente enalgunos de los problemas conceptuales que sus escritos plantean.64 Ayer 53/2004 (1): 63-74

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    Elas Jos Palti Koselleck y la idea de Saltelzeitafirma, stas contienen la clave para comprender el sentido de lamodernidad, entendida como asociada a una forma particular deconcebir el decurso del tiempo. Las mismas marcan, en fin, unaquiebra fundamental respecto a los modos premodernos de figuracinhistrica articulados dentro de los marcos del modelo ciceronianode la historia magistra vitae.Koselleck seala las dos premisas sobre las que tal ideal pedaggicode la historia se fundaba. En primer lugar, la idea de la iterabilidadde la historia (que las mismas situaciones bsicas se repiten), puestoque slo as podran inferirse leyes generales aplicables a toda pocahistrica. De sta deriva, a su vez, su segunda caracterstica. El supuesto de la iterabilidad de los acontecimientos haca imposible la concepcin de la idea de una historia, en singular. Lo que existiran,en el contexto de esta perspectiva, son historias, en plural; esdecir, situaciones, hechos y fenmenos especficos, que son los queeventualmente se repiten en otros tiempos, lugares y circunstancias,pero conservando, en lo esencial, su misma estructura y sentido.La era de las exploraciones (que abre el horizonte de los europeosa la diversidad de las culturas existentes en el planeta) y el progresotecnolgico desencadenan finalmente la crisis del concepto pedaggico de la historia. Ambos fenmenos combinados proporcionanel sustrato histrico para la gestacin de la idea moderna del progreso. El tiempo poseera entonces una direccionalidad, lo que haraimposible la iterabilidad de la historia. El futuro ya no resultaralegible en las experiencias del pasado. Se instalaba, en fin, una fisuraentre espacio de experiencia y horizonte de expectativa. Peroel hecho fundamental que marc la quiebra definitiva del conceptode la historia magistra vitae fue el estallido de la Revolucin de 1789.sta afirm lo que Koselleck defini como la idea de constructibilidadde la historia. El acontecimiento revolucionario gener, en definitiva,una nueva conciencia respecto del carcter agencial del sujeto. Latemporalidad devena, de este modo, una dimensin inmanente, algoque los sujetos desencadenan con su mismo accionar. El conceptomoderno de la historia nace, pues, de la combinacin de las ideasde progreso de la Ilustracin con la del carcter construido de lamisma determinado por el acontecimiento revolucionario, y se definea partir de cinco caractersticas fundamentales.

    En primer lugar, aparece entonces la idea de Historia como colectivo singular, como un sistema que engloba y unifica a las historiasAyer 53/2004 (1): 63-74 65

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    Elas Jos Palti Koselleck y la idea de Sattelzeitparticulares. Como muestra Koselleck, esta singularizacin de la Historia fue contempornea a la singularizacin de otros conceptos histrico-polticos, como los de Libertad (que tom el lugar de las libertades)) Justicia (que reemplaza en el vocabulario de la poca a losderechos)) Revolucin (que desplaz en el lenguaje poltico a la ideade revoluciones)) etc. La Historia (con mayscula) se convierte enun concepto reflexivo, en sujeto y objeto de s misma (un en s ypara s). Surge as la expresin el trabajo de la historia. La idea deHerder de la historia como fuerza (Kraft) o tendencia generativa (visinsita) condensa los atributos de unidad y productividad que ellaencarna. y esto nos conduce a la segunda caracterstica que definela emergencia de un nuevo concepto de la temporalidad histrica.

    Como consecuencia de lo anterior, los acontecimientos cobranun carcter nico e irrepetible determinado por el lugar especficoque ocupan en la secuencia ms general de desarrollo en que seinscriben. Los eventos pierden con ello su naturaleza ejemplar, yla escritura histrica se vaca, en consecuencia, de su anterior sentidopedaggico (que llevaba a tomar a la historia meramente como unreservorio de ejemplos morales).

    En tercer lugar, en la medida en que el tiempo histrico se vuelveirreversible y creativo, es decir, que cobra la cualidad de generarexperiencia, hace que sta, aplicada retrospectivamente, nos permitaver el pasado siempre de un modo distinto y renovado. Surge asla idea de la relatividad en la historia. El mismo progreso haceque los valores y principios con los que juzgamos el pasado se modifiquen necesariamente con el tiempo.En cuarto lugar, la temporalizacin de la historia permiti ubicaren un orden secuencial la diversidad cultural que la expansin ultramarina haba revelado, situar diacrnicamente aquello que aparecesincrnicamente. La nocin de progreso ofreca el parmetro objetivo para establecer un antes y un despus, atribuir a cada fenmeno el momento propio al que correspondera en la lgica deldesarrollo inmanente de la Historia. Nace, en fin, la idea de la coexistencia de infinidad de temporalidades relativas, la simultaneidadde lo no-contemporneo (Gleichzeitigkeit der UngleichzeitigenJ. Comodeca Herder en su Metakritzk de Kant (que Koselleck cita repetidamente como la mejor sntesis de la idea moderna de la temporalidad histrica):66 Ayer 53/2004 (1): 63-74

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    Elas Jos Palti Koselleck y la idea de SattelzeitEn verdad, toda cosa que cambia tiene la medida de su tiempo dentrode s, no hay en el mundo dos cosas que tengan la misma medida temporal.

    Por lo tanto, se puede decir que, en un mismo momento, hay en el universoinnumerables temporalidades 3.Finalmente, la quiebra del antiguo modelo de la historia magistra

    vitae obliga al pensamiento histrico a replegarse sobre s mismo.En la medida en que la temporalizacin de las estructuras histricasimpide las generalizaciones y extrapolaciones entre pocas diversas,la idea de ley histrica slo puede referir ahora a las mismas formasvacas de la temporalidad, a las condiciones transhistricas del cambio.Slo las estructuras temporales, es decir, las estructuras inmanentesde las conexiones entre los acontecimientos, pueden articular el espacio de experiencia histrico de forma inmanente al objeto (pp. 128129). Es aqu donde Koselleck introduce lo que llama las categorasfundamentales que definen las formas propiamente histricas de latemporalidad: espacio de experiencia y horizonte de expectativa 4. stas indican los diversos modos posibles en que se puedenarticular el presente, el pasado y el futuro en una unidad de sentido.El distanciamiento progresivo entre espacio de experiencia y horizonte de expectativa determina la aceleracin del tiempo histrico,que es la marca caracterstica de la modernidad. sta, en fin, permiteestablecer una ley histrica fundamental, que Henry Adams bautizcomo ley de aceleracin: que el cambio se produce segn intervalos cada vez ms cortos de tiempo 5.Koselleck provee en estos escritos una muestra de la potencialidadde la historia de los conceptos para iluminar fenmenos y procesoshistricos de larga duracin. La clave ltima para ello la aporta, comovimos, su definicin de la emergencia de la Historia (la historia ens y para s) como la categora fundamental a partir de la cual podrnarticularse todas las filosofas modernas de la historia, en las cualesse hara manifiesta aquella caracterstica distintiva de la modernidad:su forma particular de experimentar la temporalidad. Llegados a este

    3 HERDER, J. G.: Metakritzk zur Kritzk der reinen Vernunft, Berln, Aufban-Verlag,1955, p. 68; citado po r KOSELLECK, R : Futuro pasado ..., op. cit., p. 309.4 El trmino horizonte de expectativas fue introducido po r H. R JAUSS enIntersuchungen zur mittelalterlichen Tierdichtung (1959) co n el objeto de relacionarla historia literaria con la investigacin sociolgica, aunque puede encontrarse yaen MANNHEIM, K : Man and Society, Londres, Watts & Ca, 1949.

    5 KOSELLECK, R: Futuro pasado ..., op. cit., p. 314.Ayer 53/2004 (1): 63-74 67

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    Elas Jos Palti Koselleck y la idea de Sattelzeitpunto, sin embargo, entiendo que algunas de sus interpretacionesexigen ciertas precisiones.En efecto, la idea de Sattelzeit que trat brevemente de resear,si bien resulta sumamente esclarecedora de las grandes transformaciones culturales epocales, tiene como contrapartida el defecto deque tiende a sugerir que la nica gran ruptura conceptual ocurridaen Occidente es la que se produjo hacia fines del siglo XVIII conla Ilustracin. En esta visin de Koselleck resuenan an los ecosde la postura de Karl Lowith, quien aseguraba que en Occidenteexisten slo dos tradiciones de pensamiento histrico autnticamente

    originales: la griega -basada en la nocin cclica del t iempo- yla medieval-moderna -fundada en la idea de la historia humanacomo un desarrollo lineal orientado hacia un objetivo final- 6. Enrealidad, un punto de referencia ms prximo al suyo se encuentraen la obra de Hans Blumenberg (quien fue, de hecho, el ms agudocrtico de la llamada teora de la secularizacin de Lowith). Unacomparacin entre las narrativas que ambos ofrecen respecto de losorgenes y sentido de la modernidad nos ayudar a percibir mejoralgunos de los problemas que plantea la perspectiva de Koselleckde la idea moderna de la temporalidad histrica 7.

    La Ilustracin y la quiebra de la vieja historia magistra vitaeEn La legitimidad de la Edad Moderna (1966), Blumenberg ligabael origen de la modernidad a la destruccin de la idea escolsticade cosmos por parte del nominalismo, producida en el siglo XIV. A

    partir de entonces, desaparecida toda idea de orden y privado porel ocultamiento de Dios de las garantas sobrenaturales sobre el mundo, el hombre, afirma Blumenberg, construye por s mismo uncontramundo [dotado de] racionalidad elemental ymanipulabilidad 8.6 Parece como si las dos grandes concepciones antigua y cristiana, el movimientocclico y la direccin escatolgica, hubieran agotado los modos bsicos de comprensinde la historia. Incluso los intentos ms recientes de interpretacin de la historia noson ms que variantes de estos dos principios o una mezcla de ambos (L()WITH, K:

    Meaning in History, Chicago-Londres, Chicago University Press, 1967, p. 19).7 Para un anlisis ms detallado de la perspectiva de Blumenberg del origende la modernidad, vase PALTI, E.: In Memoriam: Hans Blumenberg (1920-1996).An Unended Quest, en Joumal o/ the History o/ Ideas, CVIII/3 (1997), pp. 503-524.

    8 BLUMENBERG, H.: The Legitimacy o/ the Modem Age, Cambridge, The MITPress, 1991, p. 173.68 Ayer 53/2004 (1): 63-74

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    Elas Jos Palti Koselleck y la idea de Sattelzeithomogneo era an inconcebible. El Tiempo era considerado comouna sucesin de ahoras 10.

    La idea de Koselleck de Sattelzeit tiende, por un lado, a confundiry unificar las ideas de progreso de la Ilustracin de los siglos XVIIy XVIII con la de evolucin del romanticismo de comienzos delsiglo XIX, que es cuando efectivamente surge una idea ms fuertede la irreversibilidad temporal (luego volveremos sobre este punto).y esto lleva, a su vez, por otro lado, a percibir quiebras demasiadotajantes entre las filosofas modernas de la historia y el antiguo idealpedaggico ciceroniano de la misma. ste, lejos de desaparecer, seprolonga en el pensamiento ilustrado. Todas las primeras filosofasmodernas de la historia fueron, de hecho, motivadas por un mismosentido pragmtico. Montesquieu, por ejemplo, aseguraba en El esp-ritu de las leyes: afirmo que el espritu de moderacin debe serel del legislador, y creo que no he escrito esta obra ms que paraprobarlo (XXIX, 1).La citas convergentes al respecto bien pueden multiplicarse. Parael pensamiento ilustrado, el carcter ejemplar de los acontecimientossealaba, en definitiva, el criterio ltimo de su relevancia histrica.Estamos persuadidos, aseguraba Voltaire, de que la historia deun prncipe no es todo lo que ha hecho, sino todo lo que ha hechoque sea digno de transmitirse a la posteridad 11. Historia y pedagogahistrica coinciden as necesariamente: slo existe verdadera historia(en el sentido de un avance en el tiempo) desde el momento enque se produce un proceso de aprendizaje. Koselleck pierde de vistaalgunas de las complejidades que definen esta transformacin culturaly las relaciones contradictorias que se establecen entre las primerasfilosofas modernas de la historia y el antiguo esquema de la historiamagistra vitae. La idea del progreso histrico como acumulacinde saber entraaba, en efecto, una asimetra entre espacio de experiencia y horizonte de expectativa, pero al mismo tiempo suponala existencia de una continuidad esencial, esto es, una naturaleza

    10 Su misma etimologa nos lo hace manifiesto: la expresin tiempo, queproviene de la raz indoeuropea di (cortar, dividir), denotaba originariamente unaseccin delimitada de la existencia, un periodo. La generalizacin de dicho trminoy su aplicacin a la nocin ms abstracta de una duracin continua data, segnAyto, del siglo XIV (AYro,].: Arcade Dictionary ofWord Origins, Nueva York, Arcade,1990, p. 532).

    11 VOLTAIRE: Historia de Carlos XII, Rey de Suecia (1739), en VOLTAIRE y DIDEROT:Obras selectas, Buenos Aires, Jackson, 1956, pp. 113-114.70 Ayer 53/2004 (1): 63-74

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    Elas Jos Palti Koselleck y la idea de Sattelzeithumana homognea que le sirve de sustrato unitario a dicho proceso.La idea de una mutacin radical, tanto en las especies animales comoen los procesos culturales, resultaba por completo extraa al pensamiento ilustrado. La quiebra de este concepto pedaggico de lahistoria nos conduce, en realidad, ms all del horizonte del pensamiento ilustrado.

    La idea de evolucin y la emergencia del SujetoLa disolucin de las perspectivas pragmticas o pedaggicas tradicionales de la historia se ligan, como dijimos, a la emergencia de

    un nuevo concepto histrico, ya muy distinto del ilustrado, al quetradicionalmente se define como organicista. Tal definicin requiere, sin embargo, una precisin, aunque la misma no sea an demasiadoclara, desde el momento en que la idea de organismo tampocotiene un sentido unvoco.Las filosofas de la historia de la Ilustracin no fueron, en realidad,menos organicistas que las romnticas. Slo que la idea de organismo sobre la que las mismas se fundaron era muy distinta ala que se impone luego en el siglo XIX. Aqullas tomaban su modelode un concepto de matriz preformista de organismo. Segn dichateora, las formas de los individuos adultos estaran preformadas enel embrin. Slo esta hiptesis haca pensable la idea de un desarrolloinmanente, autogenerado. De lo contrario, si el proceso formativofuese creativo, si los seres se transformasen en su transcurso, suconvergencia hacia formas especficas de vida (que permite la reproduccin sistemtica de las especies y confiere estabilidad al ordennatural) obligara a reintroducir la hiptesis de una intervencin ogua sobrenatural. En fin, slo la hiptesis de la performacin orgnicapermita concebir a la naturaleza como sistema. Sobre esta premisase levanta todo el saber de la historia natural de la Ilustracin.y es sta tambin la que provee su base a las primeras filosofasde la historia. El resultado es el concepto de progreso como unproceso lineal y acumulativo. La idea evolucionista surgira, en cambio,de una nueva percepcin de la irreversibilidad temporal y, con ella,de la singularidad de todo acontecimiento propiamente histrico.Los desarrollos producidos a comienzos del siglo XIX en el campode la embriologa, que desembocan en una nueva nocin del or-Ayer 53/2004 (1): 63-74 71

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    Elas Jos Palti Koselleck y la idea de Sattelzeitganismo, fueron cruciales para la gestacin de un concepto evolucionista de la historia. Karl van Baer (el padre fundador dela embriologa moderna) es la figura clave en este proceso de redefinicin conceptual. Segn la teora que formula en su Historia dela evolucin de los animales (1828), lo que se encontrara preformadoen el embrin ya no sera ningn conjunto de rasgos visibles, sinoel principio de su formacin, esto es, un cierto orden lgico de transformaciones coordinadas y orientadas hacia la realizacin de unafinalidad inmanente (algo parecido a lo que nosotros llamamos unprograma gentico). y esto explica una de las paradojas que sealaKoselleck con relacin a las filosofas modernas de la historia.Si bien para el idealismo alemn cada hecho era absolutamentesingular (es decir, que la historia nunca se repeta), ello no significabaque el futuro no estuviera, de algn modo, contenido germinalmenteen el presente como un telos inmanente. Segn se pensaba, as comoel presente nace del pasado, el futuro, aunque no resulta por necesidadlgica del presente, debe encontrarse de algn modo ya contenidoen ste como una de sus alternativas potenciales de desarrollo. Estoimpone, en fin, estrictos lmites a la constructibilidad de la historia.y esto se liga al ltimo yms fundamental fenmeno de singularizacinconceptual que se produce slo con el idealismo, y que Koselleck,sugestivamente, obvia en su anlisis: el paso de los sujetos al Sujeto.Entonces, el hombre se convierte, como los grmenes de Van Baer,en un trascendental objetivo, nada dado de una vez y para siempre,sino el principio de sus propias transformaciones, el movimiento deponerse fuera de s mantenindose, al mismo tiempo, l mismo. Enfin, un Sujeto que no es ya una substancia anterior e independientea sus atributos, sino uno y el mismo con sus propios predicados(

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    Elas Jos Palti Koselleck y la idea de Sattelzeitexistentes en el espacio en una secuencia lineal de desarrollo. Laidea de progreso histrico permite, como l afirma, identificar quviene antes y qu despus. sta, en efecto, es la nocin iluministade la coexistencia de pluralidad de temporalidades, pero no la delpensamiento evolucionista. Cuando Herder deca que en verdad,toda cosa que cambia tiene la medida de su tiempo dentro de s,no hay en el mundo [por lo tanto] dos cosas que tengan la mismamedida temporal 13, estaba precisamente negando la posibilidad deestablecer un criterio temporal absoluto, un parmetro objetivo quepermitiese distinguir lo anterior de lo posterior. La pluralidad detemporalidades derivaba del hecho de que no exista, segn pensaba,devenir vaco alguno independiente de algo que devenga. Que eltiempo es una dimensin inmanente al sujeto significaba, para l,que aqul es algo que le viene a los seres desde dentro, paradecirlo con las palabras de Foucault 14, una funcin del proceso evolutivo diferencial de los organismos; que no hay, en fin, una nicatemporalidad sino tantas como seres existentes. Encontramos aquel ncleo del concepto historicista. Contra lo que suele afirmarse,ste indica no tanto la idea de que el hombre no existe por fuerade la historia (es decir, fuera de un t iempo y lugar determinado),sino, a la inversa, de que no existe historia por fuera del hombre,el cual se convierte as en un concepto reflexivo, un en s y paras, es decir, un Sujeto.La definicin de la idea de constructibilidad de la historiasufre entonces una inflexin fundamental. En ella, azar y necesidad,cambio y permanencia, se condensan y combinan de un modo particular. La idea de Koselleck del pensar histrico como refiriendoa una estructura vaca de la temporalidad slo surge, en realidad,a partir de la quiebra del concepto evolucionista de la historia quese produce a fines del siglo XIX, cuando el concepto de organismopierde sus anteriores connotaciones teleolgicas. Emerge, entoncess, la idea de la radical contingencia y constructibilidad de los procesoshistricos. Y esto nos conduce al horizonte de pensamiento particulardel que la propia perspectiva histrica de Koselleck se nutre.El que dicho autor pueda objetivar la idea de la Historia reflejaya el hecho de que el tipo de idealizaciones que haban permitido

    13 HERDER, J. G.: Metakritik zur Krittk der reinen Vernunft, Berln, 1955, p. 68;citado por KOSELLECK, R: Futuro pasado ..., op. cit., p. 309.14 Vase FOUCAULT, M.: Las palabras y las cosas, Barcelona, Planeta, 1986.

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    Elas Jos Palti Koselleck y la idea de Sattelzeitla concepcin de la misma como un ser en s y para s haban perdidosu apariencia de naturalidad, su carcter evidente, esto es, quela serie de supuestos sobre los que la misma se fundaba ya se habanvisto minados decisivamente. Analizar cmo se produjo la disolucindel modelo teleolgico evolucionista y cmo ello altera los modosde concebir la historia escapa al alcance de esta presentacin. Sealemas aqu solamente el hecho de que en su definicin de la temporalidad moderna Koselleck, en realidad, proyecta retrospectivamente categoras y problemticas que eran ajenas al periodo en cuestin. Pero este tipo de anacronismos se encuentra, de algn modo,ya implcito en el marco dicotmico que subyace a su enfoque, yque tiende a unificar bajo una misma categora (la de modernidad)una serie de fenmenos y procesos conceptuales, en realidad, muydiversos entre s. Y esto nos conduce al problema de la historicidadde las propias categoras que Koselleck utiliza como herramientasheursticas. En definitiva, la idea de Koselleck de la modernidadcomo asociada a una forma particular de concebir la temporalidades, ella misma, tambin una construccin histrica, cuyo sentido,por lo tanto, es no menos plurvoco y cambiante que el de aquellosconceptos cuya historicidad dicho autor se propuso revelar. En estepunto, entiendo que una referencia a quien puede considerarse sucontraparte anglosajona, Arthur Lovejoy (el fundador de la escuelade historia de ideas), resulta pertinente.Lo que distingua al proyecto de Lovejoy era el intento de desagregar las ideas-unidad de los sistemas de pensamiento en queaparecan para analizar aqullas separadamente. Dicho proyecto seraluego duramente criticado con motivos justificados; sin embargo, stehaca a su perspectiva mucho ms sensible a las inconsistencias internas propias a todo corpus de ideas. Lovejoy protestaba as contrala tendencia de los historiadores intelectuales a homogeneizar lasideas de un determinado autor a fin de presentar su pensamientocomo hecho todo-de-una-pieza (all-ofa-piece). Segn afirmaba, loque l buscaba, por el contrario, era descubrir las tensiones internas,fluctuaciones e indecisiones entre ideas opuestas y sentidos. Lovejoyse estaba refiriendo a pensadores individuales. Su advertencia, sinembargo, se aplica an con mayor propiedad cuando de lo que setrata es de analizar el pensamiento de toda una era.

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