Koselleck, Historia/historia

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MtNlMA TROTTA H I S T ~ R I C A 1 P D ~ ~ I C A dirsctorss. Julio A . Pardos y José U t u i s t i Abad

Título original: Geschichte. Historie

O Ernst Klett. Stuttgart. 1975 O Antonio Górnez Ramos. 2004

O Editorial TroHa. S.A.. 2004 Ferraz. 55. 28008 Madrid Telbfono: 91 543 03 61 Fax: 91 5.43 1688 E-mail: trottaliniornet.es http: \ \ w . t r o t t a . e s

ISBN: 86-8 164-670-9 depósito legal: M-7.797-2004

impresión Marfa Impresión, S.L.

Koselleck y 10 Begrt t'fsgeschichtc. Cuwdo el lenguaje SE C»&I con la I I ~ s ~ o ~ ~ J : At~tcinio C¿iinez Kamos .....

1. La formación del concepto moderno de h i s t o r i ~ .. 1. Introducción por la historia del término ..........

a) El surgimiento dcl sustantivo colectivo singu - ................................. lar [Kollektivsingular]

b) La fusión de ~Historiaw [Historie] e ~~hisroria,, ........... ......... .................... [Geschichte] .. ..

2 . *La historia* como filosofía dc la historia ........ n) La reflexión cstética .................................... b) De la moralización a la proccsuali~acion de

la historia ..................... .... ......................... c) De l a formación racional de hipiitesis a la ra-

.......................... ....... zón de la historia ... d ) Resultados dcl giro histórico-filosófico en 11

................................ época de la Revoluciiin 3 . La acuiiación de la #historia>> como concepto

............................. ................... fund~rnentd .. ' r ) De la h i s l o n ~ nuritrirlic a la -historia natural.

.............................. [N~trrrgeschichle] .. .......

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alem5n uacoritecimiento, cacualid~d, proceso-, a lo que en medio alto alemán se añade: «lo que adviene a una cosa, propiedad, modo,); más en geiieral: ({un ser, cosa>>: y tue- go, sobre todo en los comienzos del alro alemán moderno: {(evento, asunto., pero tanibién: ((10 que sucede a partir de uno, hecho, obran; y junto a ello, uuna serie de aconteci- mientos, azar y destino*: finalmente, en los comienzos del alto alemán moderno, significa lo mismo que .(historie»: .narración de lo sucedido*. Con ello se va marcando cada vez más el ámbito del hacer y padecer humanos; la expre- siiin podía sustituir a prugmatu, res gestde, gesta, facta, accide~rs, casar;, cventtcs, fortuna y otras equivalentes. Ha- cia 1300 se añadió a esto el neutro duz geschichte, que luego se extendería, y que en Lurero todavía era la forma habitual con los significados de .evento, clasificación, or- denaci6n>)'.

Die Gescbichte (junto a di< Geschicht y, desde el siglo si.; die Geschichten) fue hasta bien entrado el siglo xviir

una forma plural, que nombraba la suma de Ias historias individuales. .Di@ Geschichte (las historias) sunn, dice Ja- blonski2 en 1748 .espejo de virtudes y vicios, eri el que puede por experiencia ajena aprenderse lo que se ha de hacer o dejar de hacer; son tanto moniimenco de los he- chos ruines cuanto de los loables.. O bien, Baumgarten, en 1744, da una definición a la antigua usanza3: {(die Geschicb- te son, sin njngirna duda, la parte más jnstrucriva y útil, la más enjundiosa de todo el saber e instrucción)>. Todavía

1. J. y W. Grimrn, Derrtsches Wortmbuch, 16 vols., Lepzig, 1854- 1965; vo!. 411, 2, 1897, pp. 3857 SS. Cf. G. F. Reoecke, W. Müller y F. Zarncke, Mirtelhochdt.iitsches Wortsrbilch, vol. 2:. 1866, PP. 115 SS.

2. J . Th. Jablonski, Allgemeines Lexikon der Kiiiisie und der Wis- senschaften, 2 i-ols., Kclnigber@eipzig, l1748; vol. 1, p. 386.

3. Uebersrrzung i i t r dlgewieinen Welthistorsf, trad. d c S . J. R,ium- gartcn, Halle, 1744, vol. 1, p. 59, prhlogo; cf. P. Geiger, Das Wort -Ge- sckichte= icnd seine Zirsammeirsetzungen, tesis doctoral, Freiburg, 1908. p. 16.

I Herder usaba de cuando en cuando die Geschcihte en su significado aditivo, plural4.

Desde un punto de vista gramatical, la antigua forma plural die Geschichte podia leerse todavía como variante del femenino singular. Conceptualmente, sin embargo, hay que reconocer que el desplazamiento del plural al singular del vocablo die Geschichte es algo que se realizó de modo

empezó a prepararse hasta la segunda rni- en numerosos escritos de teoría de la

historia. Desde entonces, se trata clel colectivo singular que designa la suma de las historias individuales como ~ c o m - pendio de todo lo sucedido en el mundo. (G~imrn)~.

En 1775, Adelung registra juntas ambas aplicaciones:, uLa historia, plur. et nom. Sing. [...] Lo que ha sucedido, una cosa sucedida, tanto en el significado amplio, cada una,, tanto los cambios activos como los pasivos que le aconte-: cen a una cosa. En el significado "estricto y habitual", la palabra apunta a los diversos cambios, vinculados enrre sí, que, tomados en su conjunro, constituyen un cierto todo [...]Justamente así entendida aparece a menudo como co- lectivo y sin plural, para varios eventos acontecidos de al- gún tipo>>6.

Cuando Adelung ractreaba el nuevo colectivo singular, estaba ya definiendo su función, a saber, aglutinar una se-

individuales, ral iatno le gustaba enfatirar a la Historia de]

rie de eventos en un todo coherente. La -historia11 adquirió una significación que trascendía los hallazgos o los hechos'

4. J. G. Herder, Uber drt neuerc rlrursche Literat~r (1767j1761). SW, vol. 1, 1877, p. 262.

S. Cf. P. Geiger, Das Wori * G t ~ s c h i ~ h t e ~ ..., cit., p. 9 ; J. ?- W. Crirnm, voI. 411, 2, pp. 3863 5 . ; cf. J . Hencig, eDie Geschichte des 'Xr>~rrs "Ceschichte"~: Deutsche ~ i~r ie l jahrs~hr i f t fut Literatunuissenschaft und Geisieswissenschaften, 16 (1938), pp. 51 1 SS.

6 . J . Chr. Adelung, Versuch eines voi ls t~ 'nd i~~r i prnnurtisch-kriti- schen Worterbrrcb der ho~hdeutschen Mundart, 5 vols., L eipzig, 1774- 1786, vol. 2. 1775, pp. 600 s.

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la Ilustración. Así, Carl Friedrtch Flogel escribió en 1765 una Historra [Geschichte] del intelecto hurvrano, en la que 'buscaba las ucausasr que (40 desarrollan y perfeccionan>j7. En términos modernos, se trataba en esa historia de un esbozo antropológico e histórico-social que explicase el surgimiento del ser humano racional. Al principio, resultó chocante que denominara (<historiar a tales procesos glo- bales y a su análisis. Todavía en 1778, un recensionista se burlaba de que *la palabra de moda "historia" es un mal uso formal del lenguaje, pues en la obra [de Flogel] sólo aparecen como ejemplos, a lo sumo, narraciones)+@. El sig- nificado narrativo o ejemplar de la palabra, que había sido dominante hasta entonces y que se refería a historias indi- viduales, empezaba a desteñirse. La *historiar, como rópi- co o nueva expresión de moda, era indicio de un grado superior de abstracción, capaz de caracterizar unidades del movimiento histórico que se solapaban entre si.

(<La historia,) tenia una complejidad mucho mayor de lo que admitían las historias individuales anteriores. Ahora bien, ese concepto que se tildaba de (<palabra de moda* tenia por objeto captar esa complejidad como una genuina realidad efectiva. Se abría así un nuevo mundo de expe- riencia: el de la historia, precisamente. Indicio seguro de ello son reformulaciones como *la historia en y para SI. [Geschichte an und fur sich], {(historia en si)> [m sich], la -hisrorra mismar [Gcschrchte sclbst] o la .historia como tal>> [G~schichte überhaupt). Hasta ese momento, había sido imposible pensar el tétmino sin un sujeto: historia» se refería a Carloniagno, a Francia, etc. En palabras de Chladenius: .Los eventos, y con ellos también la historia, son canibios*. Pero ésros, sin embargo, .presuponen un

7. C. F . Flogel, Geschichte des menschlichen Verstundes, Breslau, 1765, pr6logo.

8. Recensi611 de la 3.='edición (1776) de la obra de la nota anterior en Aiigerneine dcutsche Bibliog~apbie, 34 (177X), p. 473.

,,jeto, una esencia o substancia permanenten9. O bien, una I historia tenia por objeto - e n cuanto narración- un obje- 1 : to que le perteneciera. Las cosas cambiaron en cuanto losi ]iictoriadores ilustrados intentaron captar la <(historia mis-; mab>. Pudo pensarse entonces la ~hisroria en y para sí*, sin: iin objeto'particular que le correspondiera. Medida según la facticidad de las personas y los acontecimientos, ala his- ~0r i3 niismaj) era más bien un metaconcepto.

Al pr~ncipio, por siipuesto, el giro sólo se refería 31

ánibito de los acontecin~ientos, tal como lo formulaba Gundling en 1734: d a Hisroria [Hrstofie] en sí misma, quaienris res gestas coii iplecii~rir, no agudiza el yudicium*, lo cual es isiinto de la Irjgica hhisrbrica [hrstoris~b]'~. O bpn,;, como lu expresaba Hausen con l a palabra alemana,@l hiriorii [Gcsrhichte] en y para s i misma es una serie eventos, no tiene principios universales y no debe, por tanto, ser considerada una ciencia),". Pero la cosa no que\ i db en esta contraposición racional de un ámbito ~610 de aíotitecimienros y su elaboración científica. La reivindica- ciirn & una genuina realidad efectiva por parre de la histo- ria crecía en cuanto comprendía más que la suma de todos las hechos, siendo el permanente reproche de los ilustra- dos a sus ptedecesores el que se hubieran limitado a enu- nierar 250s hechos.

.Una serie de eventos se llama una historia., definía Chladeriius en 1752". Pero ala palabra serie significa aquí ,

f...] no ttieratnente una cantidad o una multiplicidad; sino ; que rriucstra ranihién el vinculo de los mismos entre sí y su !

9. J. M . Chladeni~is. Allgmeitie Geschichtswissenschafi, worinnen der Grund zu einer neucn E ~ n ~ k h t in allen Arten der Gelehrtheit gelegt wird, l,cipzig, 1752, p. 11.

10. N. H. Gundling. Acad~rn iscbe~ Discowrs uber des Freiherrn Samuel von Pufendorfs Einleitung rrt ,i'erHistorie der vomehmsten Reiche und Staaten, Frankfurt, 1737, p. 2.

1 1. C. R. Hausqn, Rede von der Thei>rie dipr Geschichte, Yemischte Schriften, H a l l d 7 6 6 , p. 13 1.

12. J. M. Chladenius, Allgentelne G~srl? icbr .rrr:rsse~~si~~,~f t ... . cit., p. 7.

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conexión mutua),. Esta conexión, que la mayoría de las , veces se interpretaba, con miras pragmáticas, como una ; urdimbre de causas y efectos, una vez vista, se alzaba por ! encima del plano de los meros nconrecimicnms y sucesor.

(i ran historiam, como decía Planck en 178 1, la que nse a anudando a través de tantas historias más pequefiasp13. 'Ya

Ahora bien, lo decisivo para l w c o n c e p t o es que la conexión dinámica de los efectos no sólo se inter- pretaba como un constructo racional -aspecto que trata- remos en el siguiente apartado-, sino que se la reconocía como un ámbito autónomo que guiaba, en su complejidad, toda experiencia humana. La historia misma, aplicada lin- güísticamente, se convirtió en su propio sujeto.

En 1767, Iselin se preguntaba si no habría hecho me- jor en titular su Historia [Geschiclite] de la hrrmanidad nias bien Del espíritu de la historia. Le parecía que este titulo uno quedaría mal y expresaría mas daramenre la intención y contenido de la obra*14. Así, Thomas Abbt habla metaf0- ricamente de la umajesrad de la historiaal, contra la q;ie no se debería pecar con ninguna ~nrerpretacióii. O bien, opina que .la historia se despliega sretnpre desde sils comienzos sin detenerse» y que, como cuerpo de la nartiraleza, tiene sus causas ): sus efectos ordenados y, consiguientemente, una velocidad propia>)'-'. Ahora, Haiisen, haciendo una atialogía con e l .teatro del miindo», podía hablar del atea- tro de la historial>, que reperciite en los corazones hunia- noslh. Y cuatro años niás tarde, en 1744, Herder, en 13

13. [C. J. Phnck], Geschichrr Jer Entstehiitg, rípr C'erririricrungeri und dt-r Bildrtng irtisers protesratitischen Lehrbegrif[s, Leipzig, vol. 1, 1781, p. iv.

14. 1. Isclin, Tagebuch, 1-3-1767, citado según U. im Huf, l s , l ~ k Isrlin und Jie deursche Sp~taufi l irung, BernlMünchen, 1'367, p. 90.

1 5 . T . Abbt. Brjefe, die neueste ¿iter,itur betreffend. 12, 1762, p. 259, ~Carra ! 96.. Id., aVom Vurrrag der Geschichte~, tartnischte Wer- ke, vol. 6, Frinkhrt/Leipzig, 1783, PP. 124 S.

16. C. R Haus.cn, Von dem Ernfluss der Gescliichte awf h s mrnsch- liche Herz, Halle, 1770, p. 8.

.cobrematiera curiosa crisis* en que S r encontraba el «espi- rjru humano-, se proponía ({buscar el zumo y las simientes de toda la hisroria~".

Una vez que se descubre la historia como autónoma y actuando por sí misma, ésta arricula también la exposici6ii que se hace de ella: .pero la clasif~c0ci6n nos la pone en Ia mano la-historia rnisrna,)'8. Es más, permite al historiador enfriar *la manía heroica. propia de las príncipes, <<sobre todo cuando la historia misma hace del historiador uri filól s ~ f o ~ ' ~ . Paso a paso, esta historia, con sil genuino y coni- plejo contenido de realidad efectiva, va aumentando uni- bién sus propias pretensiones de verdad. .La historia misma, cuando se la considera de modo general, nos pro- porciona la niejor guía de las relaciones que existen en todo el ser intelectual, moral y social*, rscribia Wegelin en 1783. Sobre ella descansan el derecho natural y el derecho de gentes, sin ella no puede haber experiencia de la liber- tad y la moralidad. .De ella emerge el concepto de mundo nioral, 0 el de la conexi6t1 de todos los seres que piensan y obran. Este concepto universal no es otra cosa que la e? presión de la historia en generalx> Quedaba asi estableci:; d o el concepto para la fundamentación de la Ilustracihn, histórica [historisch] en una historia que ya no era deriva-: da. sino <(la historia en general..

La historia asciende hasta convertirse en una suerte de instancia última. Pasa a ser agente del destino humano o del progreso social. En este sentido escribía Adam Weis-

17. J. G. Hrrder, Auch eine l'hiIvsophi~ der Geschichtr zur Bildung dcr Menschheit [1774), SW, vol. 5 , 1891, p. 589 [trad. de P. Rihas, #(Otra filosofía dc!a historia para edificdciiin de la humanidad., en 0bi;i st-lfc- tn, Alfaguara, Madrid, 1982, pp. 2:3-3671.

13. J. L. v. Moshr!m, Geschichte drr Kirchenverbesserung itti scch- xhnten jahrhundert, cd. d e J. A. Chr. v. Einem, Leipzig, 1773, p. 4.

19. N. Vogt], Anzeige, ruie wir d e Geschichte bebondelten, benutz- ten irnd dorstellen werden, hlainz, 1783, p. 19.

20. J. Wegrlin, Bhfe whcr den Werth der Gfschichte, Berlin, 1753, p. 24.

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haupt su Historia del perfrcrioriamiento del género huma- no prescindiendo consc,ientr mente de todos los aconteci- mientos individuales. <<Esta ha sido una historia sin fechas ni nombres. anotaba orgulloso; «la historia del surgimien- to y evolución de nuestras pasiones e impulsos~, que a par- tir de ahora habían de dominarse racionalmente: «Ahora tienen que salir a escena los actores y actuar ellos mismos*. Pero la *<historia niisrnal> se ocupará en lo sucesivo de que todo se incline intnliblemente a favor del perfeccionarnien- to, pues .en todos los tiempos, la historia ha vencido por si misma a los errores más pertinaces)>".

Resulta natural que detrás de esra nueva conceptuali- dad que remitía la historia a si misma como agente se vis- Iuiiibrara, oculta o transformada, la providencia divina, cosa que, además, era correcta desde el punto de vista de la historia efectiva. San Agustin, por ejemplo, siwiendo el tenor de la historia divina revelada, había constatado que las exposiciones históricas [historisch] trataban, ciertamen- te, de las instituciones humanas, pero que la historia mis- ma (ipsa historia) no era ninguna institución humana. Pues lo que ha sucedido irreversiblemente una vez pertenece al orden de sucesión de los tiempos (in ordine temporrtrrr habenda sunt), cuyo fundador y administrador es DiosL2.

Ahora bien, no cabe duda de que la historicidad de Je- sús como fuente empírica de la revelación contribuyó en gran medida a que el concepto de historia adquiriera una pretensión enfática de verdad. «Pues el sacramento o histo- ria y el verbo / si se habla de sacramento I son dos cosas distintas,, ( L ~ t e r o ) ~ ' . Hamann aplica ya el colectivo singu- lar cuando define <<la historia, la naturaleza y la revelación~)

21. A. Weishaut, Geschichte der Vewollkommnung des menschli- chen Geschlechrs, FrankfurtíLeipzig, vol. 1 , 1788, p. 228.

22. San Agustin, De doctrino Christiana 2 , 28 (44), CC, vol. 3 2 , p. 6 3 .

23. hl. Lutero, Vom Abendmahl Christi, Bekenntnis (1528), W.4, val. 26, 1909, p. 410.

corno las tras fuentes de conocimiento intelectual, o niás aún, cuando confronta la historia con lo acontecido: sin autoridad, la verdad de 13 historia [desaparece] con el acon- tecer rni~rno~-~~$'ero fueron sobre todo Herder y el carn*,,, ,.-- - suab~ae-li teologia pietista federal quienes impulsaron el , ; uso moderno de la palabra. La facticidad de la historih-mi- be una consagración propia por medio de la encarnación de Cristou. <(Ha llegado la hora* escribe Wizenmann, (<de que se comience a tratar la historia de Jesús, no meramente como un libro de sentencias para la dogmática, sino como la alta historia de la humanidad f . . . ] . Antes querria yo con- firmar la filosofía por la historia que la historia por la filo- sofía~. Un solo hecho nuevo podría abatir todo el sistema. ((La hisroria es la tuente de la que se ha de sacar

La que distinguía especialmente al nuevo concepto del una *historia en gerieraln, su logro especial, es que ya n q era preciso reniantarse hasta Dios. Con ello iba de con-: suno el que quedara despejado un tiempo que era propio1 súlo de la historia y que abarcaba, como acentuaba Chla-; denius frente al uso lingüístico habitual, los tres tramos temFordes: {(Las cosas futuras forman parte de la historia [...] pues últimametite el conocimiento de lo futuro se cap- ta niuy estrecha ): brevemente frente al conocimiento de lo pasado; así, cenemos alguna especie de conocimiento del fururo, no stjlo por - In --- revelacjhn, sino también en la astro- nomia y en los asuntos civiles>) así como en el ((arte médi-

24. J . G. Hamann, Bricfe eititxs IJaaters I (hacia 1755), SW, ed. dc J . S a d l c r , vol. 4, W i ~ n , 1952, p. 21 7; Golgatha und Scheblemini (1784), SW, vol. 3, 1951, p. 304; cf. SW, vol. 1, 1949, pp. 9, 53, 303; vol. 2, 1950, pp. 64, 176, 386 (Polémica cuntra e1 -,igudri Chladenius,.); vul. 3 , pp. 311, 382.

25. Sobre el concepto de hecho, nuevo e i i aquella época, ct. R. Staats, ~ D e r theologiegeschiclitliche Hintergruiid des Begriffes "Tat- sache".: Zeitschrift für Theologie rtnd Kirche, 70 (1973). pp. 3 16 sr.

26. T. Wizernann, Die Geschichte lesu nncC dt-rir .4ldiilwrrr 01s Selbstbewea ihrer Zuverlassigkeit betrachtet, ed. de J . F. Kleuhrr, Leip- zig, 1789, pp. 67 y 55.

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con. u Y por ello, en la teoría racional de la historia, es menester captar este concepto de modo tan extenso que comprenda eri él también a lo futuro2'.>) Y, a contraco- rriente de las expectativas cristianas, esta historia alcanza en Chladenius u n horizonte por principio ilimitado: {{Pues la historia en sí y ante sí no tiene f i n 3 I ~ ~ ~ .

Más tarde, Kant polemizó a menudo en contra de la .fe mesiánica en la historia*, que pretendía ser capaz de interpretar y limitar el curso de los acontecimientos según un ordo temponrm, tal conio lo hacia Bengel en su inter- pretación del Apocalipsis de Juan, <<como si no tuviera la cronología que regirse por la historia y no, a la inversa, la historia según la cronología>*29.

Con ello apuntaba Kant que la historia es más que la buma temporal de 10s datos rueima, los cuales, en última 1

; instancia, se alineaban según un tiempo naturai\; Lo que venia a ocurrir en la experiencia de la «Edad hlodrrna)> y del progreso era que un tiempo genuinamerice hisr6rico quedaba despejado. Des de entonces, los historiadores es- tán obligados a buscar conesiones que no se orienten ya por la sucesión natural de las generaciones de los domina- dores, por el curso de las estrellas o por el simbolismo numérico y figurativo propio dc los cristianos. La historia se funda su propia cronologín.

<cSistemas de sucesos*, decía Gatrerer ya en 1767, rees- cribiendo así el hallazgo para el cual el nuevo concepro de historin aún no había adquirido carta de natiiraleza: (<Los sistemas de sucesos tienen su propio curso teiiiporal, mas no se rige éste por la división civil del r ~ e r n p o ~ ' ~ .

27. J. M. Chladcnius. AIkenierne Gerc~~ich~swiuissensci~~ fi..., cit., p. 15. 26. lbid., p. 147. 29. 1. Kant, Der Streit dtl Firkrrliaten (1798), M, vol. 7, 1907, p. 62

[trad. de R. 5. Aramayo, La rontrenda entre las hcultades, Trotta, hla- drid, 19991; Id., Anthropologie (1798), ibid., p. 195 [trad. de J . Gaos, Antropologia en sentido prapiticu, Alianza, Madrid, 19311.

30. U. Chr.] Gatrcrtr, *Viirti h1,tririschcn Pldr und der darauf sjrh

Con reflexiones tales como ésta sobre el tiempo histó- rico, el concepto de historia fue adquiriendo ese iítimplejci

rlSIO- contenido de realidad efectiva que le aseguraba a 12 t ' ria misma. una pretensión propia de verdad. Atrás ba el desclasatniento aristotélico de la historia, que exigía\ de ésta que fuera una mera adición de hechos croriolrjgi-l ~ 0 s ~ ' . De este modo, en el medio de la conceptualizasioii 1 se abría yn nuevo espacio de experiencia que habia de; marcar el tiempo que seguiría. Deben mencionarse a q u y sumariamente, tres criterios,

La historia como sustantivo colectivo singular ponía la ' condición de las posibles historias individuales. Todas las historias individuales se hallaban, J partir de entonces, en una compleja coriexión cuyo modo de actuar era autóno- 1 nio, propio de ella. .Por encima de las historias está la i historia>> [Uber den Geschichten ist die Geschichte], asi re- sumía Droysen en 1858 el nuevo mundo de experiencia de: _,

la historia". Esre mutiilo de experiencia tenia sil p r o p i ~ pretensión

\ de verdad.,Lo que conraba no era ya e! tipos, transmitido , continuadamente desde la Antigüedad, por el que sblo podía escribir historias quirn las hubiera visto por si mii- mo o hubiera tomado partc e n ellas. Antes bien, la historia 5e convirtió en el espacio de vivencias por excelencia, que, a su vez, emitía sus propios iuicios históricos [histurisch]. {(Sobre historian a f i rn i~ha Gaethe, ~ ~ 6 1 0 puede juzgar quien haya vivido historia en si misrnii~.'~.

griisdr[idrn Zusamrnenfacsuiig dcr Erzaliluiigen,., en flistorrrche Hiblio- r h ~ k , %,al. 1, 1767, p. 81.

3 1 . ..\ri~tóteles, Poitica, 1451 b [trad. dr S. h:.is, i'tikdica, Biblioteca Nuera, ~M~iJrid, 2000).

32. J. G. Dropcn, Historik, ed. de K. Hiibniir, D.lrtt1sr.1C1t3 '1960, p. 354.

33. J. W. Goethe, hl~a-iritrir rrrrd Reflexionen, n." 217, HA, vol. 12. 1953, p. 395 [trad. de J. 1. dcl Solar, Máximrls y reflexiones, E d h a ~ l . Barcelona, 1996l.

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Filialmente, para caracterizar la autoreferencia de la historia a si misrria conici unn instaricia última, se había acuñado el giro «la historia en genernllb [Ceschichte iiber- I?aupt], con todas las fórmulas que le corrcspondrn. Pero, muy pronto, el sentido que se pretendía expresar con él quedó absorbido en el uso más simple de la palsbra ~ h i s t o - rias. Esta historia, como sujeto de sí misma, se corivirtió en agente que acrúaba por si mismo, hasra el punto de que lHegel, rniis tarde, llegar$ a hablar del *trabajo de la hirto- ria mundial»34.

En aquellos decenios de simplificaciones y singulariza- ciones, cuando las libertades se convertían en <(la Liber- tad. y las revoluciones en wla Revolución)>, ula historia,, subordinó a las historias bajo si. En la economía del len- guaje histórico-político de los alemanes, corresponde a este concepto, más que a ningiin otro, el lugar que ocupa entre los frailceses la (<Revolución)>. El nuevo concepto de la #historia. ya se había establecido antes de la Revolución francesa, y el complejo de aconrecimiento5 revoluciona- rios aprovechará todo lo que esta nueva historia tenia de sorprendente y iínico para hacer de ello una proposiii6n empírica casi axiotriatica.

La li istori~, cuyo c r e c i m c m d t i c o hemos yenido - - -

dcscrihigiido iiasta aqiii, no era sólo un nuevo concepto \ ,dt rcnlidad; también era un nuevo coriceptu dc reflexión. L)ci;piiés de 1780, Herder podía utilizar cl nuevo sustanti- ko iolectivo singular para los dos en una sola frase:

34. C. W. F. Hegel, Uie Vemunft in der Gcschichte, cd. dc J. Hoff- itirijrrr, Hsttib~irg, '1955, p. 182 [trad. dc C. A. Górncz, Ln razón en la hisr,iri.i. Siimi~i~ticij y Ediciones, Madrid, 19721.

. ~ l hecho es el fundamento de todo lo divino de 13 reli- gión, y ésta sólo puede represenrarsr en la Iiistoria. Mis ,En, tiene que ir deviniendo ella misma continiiameiite hisroria viva. La historia es, pues, el fundamento dt: la ~ i b l i a ) , ~ ~ . Lo que venia s citas que hemos visto hasta aquí debe ahora: el iiiirvo

espacio de porque la, reflexión sobre ella va d'~ebnsur?o coti el con- cepto. Desde el punto de vista de la historia del t i rmino, esto se muestra en que, en el últinio tercio del sigla uvirr, el contenido cernántico de trH~stori~i' [Historie] se ve ;lb- sorbido -conforme la palahra retro~zde- por el conlun- tu de la *.historia- [Geschtchte].

Desde la germanización de la palabra lariri~ Iiistoria como Historie en e l siglo X I I I ~ ~ , Geschichtre) e +Hrstorie habian conservado significados claramente diferentes, como se ve ya en Konrad Megenberg: M [ ...] lo que las pro- pias hrstorien dicen, es el escrito de las historias [geschi- chten] en las tierras y en los tiempos)>37. En 1542, Burkarr Waldis escribe la rima {{cuándo esta historia keschickte] a ocurrido, quedara en las Historiar [historien] visto-".[Ha ta bien entrado el siglo xvIrI, el ámbito (<objetivo,> de l+ aconrecirriientos y las acciones, por un lado, y la indagk ciGn <(subjetiva,,, la narración o -posteriormente- la cien cia, por otro, podían concebirse con dos terminologías di ferenciadashsi, en 1705, en el prefacio a u n diccionario de geografí2, se dice .Historie o Ciencia de las hisrorias

35. J. G. Herder, Rrieft., d ~ s S~itdiuni der Theulogie betreffend (1780,' 1785). SR!, rol. 10, 1879, pp. 257 s. Sbbre esto, cf. R. Staats, ~ D t r theu- logiegewhirhrliche Hintergrund ... n, cit., p. 327 .

36. H. Rupp y 0. Kcihler, .Historia-Geschichre.: Saeculuin, 2 . . (1951), p. 632 .

37. K. v. hlegenbrrg. Rucl~ dcr N,;tirr (hacia 1.350). ed Je F. Pfeif- fer, Sriitrgnrt, 1661 : reimpr. Hildrsh~im. 1PT1, F. 358.

38. B. Waldis, S i i t ~ r t ~ e d i r l ~ i (154:). ed. de F . Koldewcy, Halle,

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(Geschichten]l~"'. Ciertamente, rara vez se observaba esta contraposición tan rigurosaniente como en las definicio- nes. Un significado teíiia el otro, aunque con diferente in- tensidad.

Ira los vocabularios del siglo xv constatan un solapa- mieiito de amhos canipos serndnticos: la palabra latina his- ~ O T ~ J se traduce corno *<un suceso, una cosa que ha sucedi- do, geschrcht, un discurso escrito de lo hecho tal como sucrdió» y como historie ( h o t o ~ ) ' ~ ' . Tanto .cosa sucedidam conio hisrrin'e significan lo que el latín historia, la cual se define como res facta, y en tanto que es una .narración- historia de un asunco sucedido. significa las dos cosas en una4'. Esta extensión de Ia *Historie) a los sucesos mismos O SU decurso se conserva continuamente en el plano de los dicionarios alemanes, latino-alemanes o fraiico-alemanes de entonces. En la literatura historiográfica, eii cambio, basándose en el latín, que era la lengua de los eruditos, se impone la definición ciceroniana: (<La Historia)., dice He- derich en 1711, «es una narración verdadera de cosas su- irdidas>s4'. Extremadamente raro siguió siendo, sin embar- go, un giro que apuntaba a la conexiiin misma de las cosas, y que aparece en Leibniz: (<[,..] que ningún príncipe y nin- gíin elector hace más en el publico, y por tanto, prirticipa iii:is en la Universal Histori de este tiempo que el príncipe elector de Brandenburg~>>~~.

39. Cit. según P. Geiger, Das Wrie ~Gcschrchre~ ..., cit., p. 15, con el plural tipicri, aunque tarnhicn con la nueva f o r r n ~ plural Geschichten.

40. 1.. Di~lrnbach, Glossciriuin Larrno-C;cnn~riiciini tnedhe et infi- tniie aetatis, Fraiikfurt, 1857, p. 279.

41. Voc;rbul,~riits irrciprens Tciitnnicum ,Inrr L~iitriiin, Mürnberg, 1482, pp. 47, 62: l'r~crrbitlarirt~ gemrna geirirn~?ruin, Strasbourg, 1508, p. 58; P. Dasypodrii~. Dritioiiúrnrn Lafiria-Gcn*i,iiiir~~t*~~ lat.-al., Stras- buurg, 1536; rcimpr. HilJesheini. 19'4. p. 93.

42. B. Hedetich. Airlr.rirtng :ir den Jun~cl i~i i~irrr hisicirischen Wis- seiischaften, Wittemberg, ' 171 1, p. 186.

43. G. W. ~eibniz:~'t?rkr, rd. de A. Klupp, 13 scrit., vol. 10, Han- nover, 1877, p. 33.

hlienrras que la :<Historia. permaneció relativamente iniilune a su coloracióti por la <*historia., la transferencia, de significados de .Historian a. <*historia. se fue impon& d u mucho más rápida y profundament '. Ya ~utero-aplica: ba cthisioria* [Ges~hi ihte] en los das r c 2 d o s de ~aconteci- miento~ y marración>>. En una ocasión, incluso dentro de? ]a misma frase: .Pero la historia [geschichte] del rey David, las dos, la primera y la última, véase, están escritas en las fiictorias [geschichten] de S a r n u e l ~ ~ ~ . En 156 2 , josua Maaler registraba para Geschichte: .una narración orde- nada y una explicación de cosas verdaderas, profundas y ocurridasw, y al lado: *Historias [Geschichte~] y acciones.

Por esta razón, en los títulos de libros del siglo XVII se suelen usar formas dobles como ~Hisrorie untvoder Geschichte V O ~ . . . ) > ~ ~ , con lo que se podría expresar que el contexto de acontecimientos y la narración eran iiidistin- guibles, e incluso estaban converg iendgl final, no fue la palabra Historie, sino Geschichte la que fusionó los dos campos sernánticos en uno. El célebre titulo de Winckel- niann, Geschichte der Kunst des AItertums [Historia del arte de la Antigüedad], ponía en 1764 hasta tal punro los dos significados bajo un denominador corn~in" que ya no es posible deducir de la palabra si e l acento se halla en el campo de objetos narrado u en la expcisicion. Desde me- diados del siglo, el rótulo Geschichre va desplazando cada vez más a Historie de los titulcis de ICH libros

44. ,M. Liiterii, 1 . Lhrii~rolo~re 30, 24 [Zt~rLsrtr H~ndscbnft, 1523 ; ccgún la enumrracibn inriJern3. 29 , 291. Driiii~lic Riliel, vol. 1 , 1906, pp. 281 s.

45. J. hlaaler. l j b l , p. 195 b. 46. Cf. P. Geiger. DJS W o d *Geschr~hte- ..., i i t . , p. 14. 47. J. J. WincArlrnann, Gsschrrhre der Kunsl dcs.~lic'rrurns, SW, e d .

de J . Eiselin, Donauescliingcn, vol. 3, 1825 [vers. ccp., Hisiorra del arte en la Edad Antr~rra, lbtria, Barcelona. 19671.

48. W. Hciiisius, Ailgemernes Bucher-Lexikon orfer ~ol l s ta t rd i~rs Al- phabetisches Verzeirhnrs der von 1700 bis zum Ende 1810 erscl?:ene~i Bucher, LeipziglL1812, vol. 2, pp. H ? SS., 391 s.

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los escasos títulos que llevan Historie son numéricamente lus niismos que los que llevan el plural Ge~ch icb t en~~ .

Wirickeimann explicaba el concepto, que se percibía como una novedad, remitiendo especialmente a la inren- ción sistemática que le guiaba: .La historia del arrz de la Antigüedad que me propongo escribir aqui no e5 una mera narración de la serie temporal y de los cainbios que tuvie- ron lugar en la misma, si110 que tomo la palabra historia [Geschichte] en el sentido aniplio que tiene en la lengua griega, y es mi intenciriri prudiicir un ensayo de un sistema doctrinal [Lehrgebaüde] seso.

De este modo nombraba Winckelmann la segunda fuente de la que se nutrid el colectivo singular moderno. Pensar una cchistociau que llevara más allá de la narración cronológica de los c:inibios era tin logro reúrico que hacía desembocar 13 re~lidad de In historia en un ((sistema doc- trinal)~, sin el cual sería por completo imposible reconocer la historia coino algo mAs que meros acotitecimientos. uLa hisroria)) sólo quedaba despejada en la reflexión sobre las historias individuales.

En lo que se refiere a la historia de la palabra, la <.His- toria,} realizaba aqui el papel auxiliar, tal como éste habia sido pensado y definido continuamente por las numerosas doctrinas del arte y método de la Historiografia a partir del hiimanismo. La «Historia)>, como doctrina u d i sc~~l ina cieiitífica, ya había podido aplicarse siempre de modo re- flexivo y sin referirse a un objeto. Desde Cicerón, toda ciencia de las historias individuales había subsu- mida bajo el término (<historia.: Historto mLigistrll imitaf".

49. Clir. G. K,iy>rr. lirrit7i.x iorrrpletirsriou lilirorum. Vollstandrges Brtcl~er-LPXI~ uii , ~iirhalrrnd , ~ l / t ~ rmoir I7.iO bis zu Ende deslahres 1832 rn Der~tsrhland uird rir drn ,~ngrrii:rir,-ie-len hndem gedruckten Buchcr, Leip- zig, vol. 2, 18.34, pp. 35.c ss., 368; sol. 3, 1835, p. 155.

5 0 . J. J WiniLelniann, Geschichte der Kunst des Altertums, cit., p. 9 , prólogu [cf. nora 4 3 de la trad. csp.].

5 1 . R. Koselleck, ..Historra rnagistru vitae. Úber die Auflosung des Topcif i n i Horizunt nr.urciilich bewegter Geschichtr., en Natur iind Ge-

Valga sólo un testimonio, importante por su efecto históri- co, de entre los numerosos giros que enfatizaban esta fun- ción pedagógica de esta bistorta: <(Porro,), decía Melan- &ton, <(non alia pars literarum plus aut voluptatis aut utilitatis adfert studiosis, quam historia»s2. Seguramente, fue Pufendorf el primero que, en 1682, llamó cieticin al saber criticamente considerado de las historias que había que enseñar: «La Historia [es] la más amena y Ú t i l 112 las cienciasw".

Aparenteiiiente, este significado fue absorbido sin vio- lencia dentro de la .historia>>. En 1715, Pomey, al enume- rar los topoi ciceronianos, tenia todavía que traducir el latín Historia conio 4-listoriografia~ [Geschichts-Bescbrei- bung]. d a historiografia es testigo del tiempo, luz de la verdad, maestra de la vida, narradora de todas las cosas sucedidas antes de n o s o t r ~ s ~ ~ ~ ~ . En 1748, el traductor Ro- lin ya p o d i ~ urilizac el culectivo singular alemán: ((La histo- ria es, coti razbn, el testigo del

A p r r i r de entotices, se hace dificil mantener separa- das la historia .efectivamente real. y la historia reflexio- nada como activa. Federico el Grande todavía se quedaba perplejo cuando el bibliotecario Joli. Erich Biester le decía que 4 1 se dedicaba sobre todo a la historia [Grschichte]. Y el rey le pregunto que si eso significaba lo mismo qiie la Historia [Historie], porque no le sonaba faii-iiliar la pala-

schichte. Karl Lowith rum 70. Gebuttstag, cd. de H. Braun y hl. Riedcl, Stuttgart, 1967, pp. 196 S S . ; reimpr. en Itergangene Zlrki i t t / t , Suhrkamp, Frankfurt a. M., 1995 [rrad. de N. Smilg, Fwiirrri pLisdi i , Paidós, Barce- luna, 19931.

52. Ph. Melanchton, ~Br ie f an Chriswph jralberg vun IST68., CR. vol. 1, 1834, p. 837.

53. S . Pufendorf, Einleitung Jer Historie der Vomehtt~stei Reici?~ irnd Siaareir. Frinkfurt, 1 bBZ. p. 1, prólogo.

54. F. A. Pomey. G r ~ i r d Dictionnaire Roya!, t. 1, 1715, p. 485. 55 . C. Rolliri, Hi.crorie &/ter Zeitsn ttnd Volcker, vol. 1 2 (trad. al. en

D r e r d e ~ L c i p z i p . 1?48), p. 221.

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bra alemana», segiIn nos explica quien nos refiere la anéc- dota. Seguramente, conocía la palabra, pero no el sentido reflexivo que se halla contenido en el nuevo sustantivo colectivo singulaf16. En 1777, ya era posible entender dr modo automático que Iselin tuviera la intención de ~estu- diar historia [Geschichte]» y de convertirse en .profesor de historia [Ges~hichte]»~'.

Finalmente, en 1775, Adelung registraba el triunfo de la %historia». La expresión tiene tres significados de igual rango, que ya no ha perdido desde entonces: .[l. Lo que ha sucedido, una cosa sucedida [...], 2. La narración de esta historia o de los eventos acontecidos; la Historia [Historie] [...] 3. El conocimiento de lo eventos acontecidos, la cien- cia de la historia; sin plural*. *L historia [Geschichte] es la maestra fiable de la moral., según se explica en el último punto. En el breve articulo sobre la uHistorie» aparecen las mismas definiciones, ): Adelung afiade: (<Mas para todos estos significados, al menos en la escritura más elegante, es más usual el término alrmin C e s c h i c h t e ~ ~ ~ .

Ahora bien, esta constat~ción, que Adelung, segura- mente, registraba con inte~ciones de política lingüística, podría interpretarse de modo puramente onamosiológico, diciendo que el campo semántico de una palabra -«His- torien- hubiera sido asumido por otra palabra -(&e- schichtem-, Pero la historia de la palabra ha mostrado que este tipo de convergencias eran posiblrs, e incluso usuales, desde la baja Edad Media. Tampoco es decisivo que Histo- rie se pudiera utilizar ahora en el sentido de Geschicbte, como nos lo confirma la Deutsche Enzyklopadre, a pesar

56. Hofrat Büttiger, Erinnerungen an das Irit.mmche Bmlin im Aw- gust 1796, en ~ber l i e ferun~en zur Geschichte, Literatur und Xunst der Vor- und Mitwelt, ed. de F . A. Ebcrt, Drcsdrii, 1827, vol. 211, p. 42.

57. Ephemetiden derMensckkeit, ed. dc 1. Iselin, 11. Stück, 1777, pp. 122 s . , nota.

5 8 . J . Chr. Adelung, Verswh ..., cir., vol. 2 , pp. 600 s., 1210 s.

de diferenciaciones e rud i tdy / l o decisivo era que último rercio del siglo xviri se rraspasó un umbral.

..*A -- ~ o s tres planos: estado de cosas, exposición y ciencia de ello, se ponen ahora bajo un concepto común único conio <<historia». Si consideramos todo el uso léxico de entonces, se trataba de la fusión del nuevo concepto de realidad de Iü

,historia en general» con las reflexiones que enseñaban .. . . --- - nnr orimera vez a comprender realmente esta realidad. r-- A

Formulado de un modo conciso, la ~hisroria,> era una es- pecie de categoría transcendental que apuntaba a la condi-

-'

ción de posibilidad de las historias. Cuando Hegel establecía que #La historia reúne en

nuestra lengua [alemana] tanto el lado subjetivo como el objetivo y significa tanto la historia remm gestamm como la res gestas misrnaab, no apreciaba esto como algo que no fuera una *contingencia exterior),. Los (<hechos y evenros propiamente histórisos~, que dejaban tras de si el espacio, previo a lo histórico, de los sucesos naturales, sólo se ha- bían originado, 3. IJ vez que su elaboración, en el medio de la narraciiin de historiasM. Lo uno remite a lo otro, y a la inversa. O bien, tal como diría Droysen más tarde, religan- do el modo de ser de la Iiistoria a la conciencia de ella: .El saber de ella es ella rnisrna>i6l.

Venían as( a coincidir el nuevo concepto de una reali- dad con el nuevo concepto de reflexión. Episternológica- mente, esta convergencia condujo a numerosas imprecisio-

59. H. M. Kóster, art. aGeschichrcv en De;r!~che Ency~lop~it i ir . vol. 12, 1787, p. 67; Id., art. .Historie, P l ~ i l u s o ~ h i e der H i s r i i r i t . ~ , iliid., vol. 15, 1790, p. 649. Cf., además, el exciirso etiinolbpcii de C. Hrrtz- berg, art. ~Geschichte~ , en J. S. Ersch y J. G. Grubtr, Alketiiritir En- cy~lop id ie der Wissenschaften und i i i 4 i i s i i ~ . 1 ,' SLC., vol. 62, I SS 6, p. 313, nota 2, quien se refiere a W. Wachsniath, Eniwurf einef Theorrc der Gt-

l n :a apl- schichte, s.e., Halle, 1820, pp. 2 SS. , w y a s dicrinciontis vulverl recer aquí en lo que sigue.

60. G. W. F. Hegel, Dic Vernunfr tn der Geschichte, cir., p. 164. 61. J . G. Droysen, Hisrorik, cit., p. 331; además, ibid., pp. 323,

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nes y faltas de claridad. Por esta razón, N i e b ~ h r ~ ~ , y mu- chos otros después de él, intentar volver a establecer diierencias en ef uso de la p_al;ahr a r Pero el hecho de que ,&sz&ec?os fuer¡i%&s nos muestra que la ~histnrial~ / [Geschichte], como concepto social y como concepto poli- i rico, realizaba algo m h o algo menos, pero, en todo caso, 'otra cosa: se convirtió en el concepto englobador, supra- científico, que obligaba a llevar la esperiencia moderna de

/una historia que acriii por si mirnia a la reilexi6n de los ) hombres que la ejecutan o la padecen. k

2. *La historia* como fitosofia de la historia

Hasta qué punto la nuevA redidad de la ~hisroria en gene- ral), sólo habia llegado a establecerse como concepto por medio de la reilexión, lo muestra la formación pralela de la expresión <(Filosofía de la Iiistoria*. El despejamiento de la .historia como tal# coincidió en el tiempo con el surgi- mrento de la filosofia de fa historia. Quien utilice la nueva .expresión: Filosofia de la historiau, escribe Koster en 1790, en la Deutsche E n ~ y k l o p i d i e ~ ~ , ha de *advertir que ésta no es una ciencia propiamente dicha y particular, como fácilmente podría creerse al ver la expresióii por primera vez. Pues, en tanto que se trata de una parte ente- ra de la historia o de una ciencia histórica entera, no es más que la Historia [Historie] en si misma>,. Ya la historio- grafia pragmática, que, dice, extrae conclusiones tanto de la experiencia propia como de la ajena, merece esre nom- bre, igual que la ucritica histiiricap (hisioris~l~e Critik], que ensena n distinguir la verdad de la probabilidad, y que por ello podría ser llamada también da lógica de la hisroria o la teoria de la Historia,.. Registrando el uso lingüístico, Koster comprndiaba el riuevo hallazgo.

62. B. G. Niebuhr, Grsch~cbte des Zeitnlrers der R P Y O ~ U ~ ~ O ) ~ , Ham- burg, 1845, vol. 1 , p. 4 1.

63. H. hl. Kdstrf, historie...^, cit., p. 666.

Fue un logro de la filosofía de la Ilustración el qut la Historia como ciencia se desprendiese de la Rerórica y de la filwofia moral que la flanqueaban, y se liberase de la teolu- gis y la jurisprudencia a las que se hallaba subordinada.

No era en absoluto obvio el que la Historia, que hasta ese momento había tratado de lo individual y particular, de lo contingente, fuera capaz entrar en la ~~Filosofia~~. Mientras que los métodos histórico-filológicos y las cien- cia auxiliares se habían ido independizando ya desde e1 Humanismo, la Historia como tal no llegó a ser una cien- cia propiamente dicha hasta que no adquirió - e n la ~ h i s - toria en general.- iin nuevo campo de experiencia. A partir de entonces, pudo dejar despejado también el <(do- minio específico de sus objetos.. La formación de la filoso- fía de la historia es el indicio de este proceso. Fueron tres los pasos que condujeron a ello: la reflexión estética, la moralización de las historias y la formación de hipóresis, que intentaba superar la interpretación teológica de la his- torta con rl recurso a unJ historia vnatural~.

a) La reflexión estética

En la antesala de la filosofía de la historia se coordinaron de un modo nuevo la Histórica [Historik]" y la Poética, la definición de cuyas relaciones era un tema de 13 Aiitipüe- dad retornado una y otra vez desde el Humanismo. Esque- máticamente, la relación entre Hisroria y Poesía puede caracterizarse con dos posiciones extremas que hacian po- sible una escala descendente de coordinaciones6'.

La Histúrica (Historik) se entenderia, r.11 alcniin, drsdc Droy- sen, no como historiografia, sino como el ~jtiiilio de 13s condicicinrs dc posibilidad de las historias; una suerte, pues, dc *mrrnhisroriau. LA His- 16rjca se referirla a la hi~ tor io~ra f ia o la historia como la Poicicn lu hace a 1 i poesf i o la Retlirica lo hace a la oratoria.

61. K. Hritinann, ~rDas Verhaltnis von Dichtung und Geschichts- schreibiinc. in alterer Theorie-: Archiv für Kuitu~escbichte, 52 (1970), p p . 241 SS.