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GUSTAVO PITTALUGAEn la serie "Voces de Espaiía", qtletransmite la estación -radl:odifllsora ele laUniversidad Nacional de México, el Dr.Manttel Ma,rtínez Báe:: presentó al Dr.Gltstavo Pittaluga" 1m los términos delartículo que reproducÍ'lnos, junto con laspalabras que el propio Doctor transmitiódesde la mismo estación.
J?or el Dr. MANUEL MARTINEZ BAEZ
Dentro de algunos instantes vais a eswchar,t'ransmitida a través de este micrófono, la voz delprofesor Gustavo Pittaluga) en la serie "Voce~ deEspaña))) que desde hace algúrJ t-iempo viene transmitiendo esta radioemisora. de la Univer.,idadNacional Autónoma de México. Esta voz que escucharéis ahora ya era conocida de quienes hacedos años tuvínws la suerte de asistir a las conferencias que dió el Profesor Pl:ttaluga y de recibir sus lecciones en el cursillo sobre Enfermedades del Siste-ma Retículo-Endotclial que sustentóen nuestra Fa.ett1tad de Medicina. Pero ho.v iníesta vo~ a todos vosotros que escucháis estastransmisiones en busca de algo que contribuya avuestra elevación cultural. Esta vez el maestroPittaluga hablará para todo México.
El profesor Pittaluga ocupa por derecho propio un sitio <distinguido entre las personalidadesespañolas cuya voz ha tmnsmitido o va a transmitir esta radiodifusora. Hombre de ciencia, Iro'mbre de letras) hombre de acción) en lo mejo'r quecada uno de estos nombres sign:ifica) es, en efecto) el profesor Pittaluga. Hace su presentaciónen el mundo científico con brilla-ntes estudios sobre varias enfennedades producidas por parásitos y pronto adquirió justo renombre, cuandofueron conocidas las nuevas técnicas de investigación que él encontró y cuando se divulgaron
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los hechos por él descubiertos y que cMtribuye~
ron al mejor -conoc'itnl:ento de algunas enfermedades y, por lo tanto, a la mejor tHamrra de combatir a las -nÚSlIws. lvIás tarde, en Stt cátedra universitaria, en la Facultad de Medicina de Madrid,no se conforma con ser el profesor que. desarrolladecorosal'ne-nte el programa de tj.na asignatura, si:"no que llega a ser el verdadero 'tlUU!stro, quecrea, descubre y encauza vocaciones, y con suconsejo, y con su, ayuda material, forma a 111/.evoslII.aestros y a nuevos~twestigadores, hastallegar así a crea:r 1tna escu.ela española en Para-
,/itología y en enfermedades de la sangre. Sus enseñalizas no se encierran dentro del attla en que explica sus lecciones, sino que salen al !1'lundo ensus obras sobre Parasitología- y sobre enfermedades del sistem,a retículo-endotelial, así comoe11su hnportante revista "Medicina de los Países
. Cálidos".El profesor Pittaluga ha cumplido tmnbié1l, de
1I/.G:1wra eficacísima, el lHandato que le dicta $1'propia convicción y que le ordena poner sus coHacimientos y sus aptitudes al sen/ic'io directo desu pueblo. A inida.tiva suya se creó en Espa1iauna C01llisión Nacional del Paludismo y bajo .1'(,(
dirección se planearon, se ejecutaron y se llevaron al más franco éxito) las cainpailas antipalúdicas. que se han realizado en varias regiones de
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su-país. Desde la Dirección del InstitutoNadonalde Higirne, C1J M~drid, se 'ocupa en mejorar estainstitución, obra ClI la que se destaca la creaciónde la Escuela Nacional de Sanidad, de la. quehan salido ya numerosos técnit.os lÍebjdamentepreparados pa1'a dar a SIl pa-ís el seY'l'ic'io que necesita en la lucha contra las cnfermedades y enel fomento de la sal·ud. Sus eminentes ctialidadeshacen que se le lleve a participar en la obra' noble y trascendental que tiene a- S!t cargo la Organización de Higiene de la Socieda{l de las Naúones, cn su Comisión del Paludismo, y en la 01'
{Ionización de la Higiene ,Rural. Puede afirmarse,sin vacilación algulla; que el profesor P.ittalugaes hoy tina de las primeras figuras intelectualesde 'valor internacional que España da al mundo.
El profesor Pittaluga, espíritu selecto, hombrede jinfl5C1Isibilidad, trabajador incamsable, encuentra la manera de llevar sus actividades másallá de la á,'Iltia" al ca1'npo de. la literatura. Losamantes de las l('tras conocen )'a varios Hbros quelleva-¡r al frente el nombre de Pittaluga y en losq/te se "tratan, con donosura al par que con sabiduría, te1'nas que debieran ·interesar a todos. Enbreve el público podrá saborear las páginas plenas de ciencia ?J de arte de ((El M ita de la sangre", obra en la que Pittaluga ofrae, illgell'iosamente aunados, sus conocimientos de sabio y sushabilidades de literato.
El profesor Pit/:a!uga ha sido, además, uno de
los muchos -¡:ntelectua!l's españoles que, consc·ien
tes de SIlS deberes de ciudadano, 1m pa.rtic-ipado
IlclívlUJíentc eu la poUtim de su país. Hombre de
ideas definidas y di' convicciolles firmes, el pro
fesor Pittall/ga. acaJú el mandato popular que lo
llevó a las Cortes COHstitu.ycntes de la Repúbli
ca' Española, en donde presentó y defendió, has
fa verlas com'ertidas en preceptos legales, ini
ciativas generosas y justas. Hoy, que la i·nsensa
te:: de ¡f.II bando ha llevado a Espaiía la ruina yla desolacióu) el profesor Pitta1ugano encuentraen su patria condiciones propiCias para continuarsu labor, pero halla, sin e'l'/'Lbargo, la 1'1'Latiera desegu.ir sirviendo a la humanidad. Hoy se encuen
tra ;ntre 1/-0s01,os para. contribuir a la mejor organización de la Conferencia lntergubernamental AmericalIa de Higiene Rural, que habrá decelebrarse aquí el próximo año. Ha aceptado ve
nir esta noche a, esta casa-en la q'ue no es extraño, pues que entre los muchos y bien ganadostítulos que tiene se encuentra el de Profesor Extraordinario de Parasitología en nuestra Facultad de M edicina-, para. deciros unas palabras que _serán como un saludo suyo y que llevarán también, de la ¡·nejor ¡llanera, un saludo de Espaíía,la bienamada.
Habla el Doctor Pittaluga
NUEVAMJÚ-.i'!'E, a dos años de distancia, terigoel honor de hablar a los ciudadanos de México,desde la joven tribuna de la Universidad Nacional, que me hospedó como profesor en 1935 ya la que hoy acudo más bien para aprender quepara enseñar. Encargado de una ~l1isión técnicapor la organización ele Higiene ele' la Sociedad delas Naciones,'he tenido en estos días la ocasión)' el deber de darme cuenta some'ra del inmensoesfuerzo realizado )' de los magníficos resultados ya logrados por el Podet público y por lasInstituciones con él relacionadas, e11 el campo dela Salubridad y de la Higiene pública. y el contacto directo e íntimo con los hombres encargados dé e'sta compleja nJisión en México ha des- _pertado en mi espíritu, con la emoción' del vie-
jo trahajador que ve en parte encarnados susCllsueüos en una vigorosa realidad henchidade espléndidas promesas para el porvenir, másaún que la admiración, la curiosidad insaciablepor penetrar en lo más hondo de vuestra vida nacional y desentrañar la esencia de los problemasque la historia y el destino plantean a las nuevasgeneraciones, llamadas a consolidar la estructurapolítica y social de la República. De la inquietudelel alma tocada por el ímpetu de la curiosidad nac~ esa postura _de discípulo -de hombre deseoso de aprender, -- que yo quisiera adoptar, compartiendo con los jóvenes universitarios que me
,rodean las ansias de conocer y de saber.No cabe dudar, ante el espectáculo de vuestra
intensa vida urbana y rural, de que este anhelo
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de superaClOn, en el bienestar material como enel espiritual, sacude hoy con la vibración de múltiples y encontradas aspiraciones el alma encen'..elida del pueblo mexicano. El gobierno de la República-al que he rendido homenaje ayer en lapersona de su ilustre Presidente, general LázaroCárdenas-, ha aceptado con gesto generoso y entusiasta la cooperación que la Liga de las Naciones ofreció a todos los países de América pa-'ra el estudio de los métodos encaminados a mejorar las condiciones de la vida rural, fundamento ineludible del poderío económico, demográfico
y espiritual de las naciones. Espero que cuandose celebre aquí en la ciudad de México a finesdel año próximo, la Conferencia Internacional deHigiene Rural de los países americanos, la actividad febril con que el pueblo mexicano persigueun ideal colectivo haya culminado en un ejemplofecundo por el esfuerzo unánime de todos losciudadanos, a quienes la Universidad abre suspuertas, con la tradición liberal que le es propia,remozada por el generoso latido de los corazonesjuveniles.
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AMERICA LATINA. ,
ANTE LA opelON DEL PASADO O DEL PORVENIR
Por ANTENOR ORREGO
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La valoración de lo p~ntoresco
E!ylPECEMOS por de.finir lo que queremos significar con la palabra pintoresco. Decimos que unacosa es pintoresca cuando tiene, en sí misma, determinada acentuación externa que la distinga delas demás por una característica o conjunto decaracterísticas privativas. Cuando a ella nos referimos, se entiende que ubicamus nuestra atenciónen el paramento visual, en el revestimiento colorido, en su presencia objetiva y transitiva para elobservador desde el primer golpe de vista. Se diría que es el arreo o atavío con que se adelanta lacosa a recibirnos, a requerir nuestra atención, a
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decirnos: i mírame, aquí estoy! Lo pintoresco tiene, al hacerse presente, que friccionar, hasta cierto punto, nuestra manera habitual y acostumbradade ver las cosas, de romper la fluencia sólita denuestro panorama óptico. Lo pintoresco es de unvalor expresivo y,' por'cQnsiguiente, estético, superficial, de primer plano. Es la presentación o articulación de las cosas por su epidermis. Una suerte de reclamo llamativo ante el ojo inatento deltranseúnte. La naturaleza emplea el mismo recurso en el apremio biológico de la hembra en celopara cumplir su destino genésico. Las hembrasent e los animales suelen ser, con algunas excepciones, por cierto, más vistosas que los machos;en el reino vegetal los órganos de reproducciónse encuentran, generalmente, en las flores. En la