Estudio sobre el libro Flamenco de William Washabaugh

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Estudio sobre el libro Flamenco de William Washabaugh (Romualdo Molina, 1997)

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Sobre Flamenco y Pasin

Romualdo Molina Septiembre 1997

1. Presentacin de la obra: datos del autor, fecha, editorial, etc. 1996. "Flamenco. Passion, Politics and Popular Culture". William Washabaugh. Editorial BERG. Oxford (U.K.)- Washington D.C. (U.S.A.) Trabajamos sobre la edicin original en ingls, ya que an no ha salido a la luz en espaol aunque, por lo que sabemos, el autor hace gestiones y nos consta que le envi un resumen a TARTESSOS S.A. W. Washabaugh pertenece al Departamento de Antropologa, del College de Letters and Science de UNIVERSIDAD DE WISCONSIN ESTADO DE MILWAUKEE (U.S.A.). Mi bautismo de flamenco tuvo lugar en Milwaukee, presidido por Manuel de los Santos Pastor, "El Agujeta", en sus cuarenta, alto, musculoso, exultante, vestido de negro. (...) Quedbamos la ltima docena de parroquianos en la taberna local a horas muy tardas. (...) A dos pies de mi cara, cantaba fuego y dolor. Me transfigur y mi mujer qued impactada: mientras l cantaba ms cerca y ms cerca, ella clavaba sus uas ms y ms profundamente en mi brazo. Los subsecuentes aos de estudio y de apreciacin de los artistas flamencos han sido, persistentemente, aos s-s.

2. Contexto de su produccin, en relacin con:

La evolucin del gnero flamenco.Segn Blas Vega, Miguel de la Barrera y Quintana El Platero pone en 1838 su ESCUELA de Baile en la calle Jimios de Sevilla, en los altos de un almacn de mosto, donde se forman las boleras que triunfarn en el teatro con los bailes nacionales. En el 44 Silverio anda por las fraguas de Morn, aficionndose al cante. En 1845, De la Barrera traslada su ESCUELA a Tarifa,1 de la misma ciudad, local donde el 14 de abril de 1850 (ya con nombre de ACADEMIA segn consta en la prensa local) tuvo lugar un ensayo pblico de los alumnos, cuyos bailes de jaleos fueron acompaados de canciones a la gitana a la guitarra. El 10 de diciembre de 1862, El Platero, ahora a cargo del SALN DE ORIENTE de la calle Trajano es noticia en la prensa: Respecto al baile de palillos, sabemos que har poca en los anales coreogrficos, porque adems de los cantadores (o guillabaores de caas) de la tierra, acudirn las mozas ms flamencas de la aficin. Esta noticia trae alborotados a los estrangeros. Y en da de San Jos del ao siguiente: Maana jueves tendr efecto en el Saln Oriente un baile-concierto a beneficio de las boleras que toman parte en estos nocturnos saraos. Asistirn varios cantadores, flamencas (vulgo gitanas) y dems actores que animan estos espectculos. Si es as, no faltarn aficionados a la funcin.Washabaugh -

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El 25 de marzo de 1865 se anuncia en el diario EL PORVENIR de Sevilla que en el SALN DEL RECREO, (ya con su flamante nuevo director Luis Botella), situado en La Campana, calle Tarifa n 1: En la noche de hoy habr un extraordinario ensayo de bailes nacionales o de palillos, contando para ello con ocho buenas parejas, asistiendo adems el afamado cantador Silverio, recin llegado de Cdiz, y Jos Ordez (conocido por Juraco) y tambin varias gitanas para los jaleos. Empieza a las 8 de la noche. Comienza la que Manuel Machado llama tercera poca del flamenco. En 1876 nace en Cdiz Manuel de Falla. Aquel ao, en Jerez, sube a un escenario de la Alameda de Fortn de Torres Javier Molina (8 aos), para debutar junto a un seor ciego que tocaba el violn, cobrando dos pesetas diarias; en la Andaluca de entonces, dan conciertos de guitarra solista el Nio de Lucena, Julin Arcas y Toboso, alternando clsico con flamenco; en Sevilla, en el caf de Silverio, en plenitud de su gloria, se anuncian Aires Andaluces, baila Rosario Monje La Mejorana y toca el Maestro Prez, mientras en el Teatro SAN FERNANDO se canta por Tangos y por Malagueas. Falla muere en 1946; este ao, en Madrid, en el Teatro FONTALBA, se presenta el Ballet de Pilar Lpez con un espectculo que es, en lneas generales, el que mont en Nueva York su hermana La Argentinita; bailan, adems de Pilar, Pastora Rojas (hija de La Mejorana), El Greco y Manolo Vargas; cantan Almadn y El Pili, tocan Luis Maravilla, Ramn Montoya y Nio Prez; todava en Algeciras, desde hace algunos aos, Antonio Daz Soto El Flecha de Cdiz regenta un bar famoso por su ambiente flamenco y como lugar de reunin de artistas; Naranjito de Triana (13 aos, sobrino de otro Naranjito trianero) es en Sevilla todo un veterano, ya que hace seis que comparti carteles con Vallejo... Tantas cosas ocurren en el mbito flamenco en un centenar de aos! Y, sin embargo, ningn cambio radical. La hermana de la coregrafa, la hija de la bailaora, el hijo del tocaor, el sobrino del cantaor mantienen la carrera de sus ascendientes, y en la garganta de Almadn se reconocen los ecos de Silverio y el Mellizo. Durante cien aos, pues, hay flamenco en el teatro y flamenco en la taberna; y, para asombro de los msicos de conservatorio, la sonanta solista flamenca salta del clsico al flamenco sin dificultad, sean Huertas, Arcas, Molina, o Maravilla, quien por cierto estren el Concierto de Aranjuez, del ciego maestro Rodrigo. Y hoy, cincuenta aos despus de la muerte de Falla, las cosas no parecen ser diferentes; slo a mayor escala: la cantaora Carmen Linares, hija de un modesto tocaor que compona hermosas letras, sale por televisin cantando "El Amor Brujo" (que Falla compuso para Pastora Rojas, llamada Imperio), o los Aires Andaluces que Garca Lorca arregl para La Argentinita; el bailaor Joaqun Corts cierra en apoteosis en un teatro neoyorquino una funcin de la Hispanidad difundida va Satlite a dos continentes; y el tocaor Rafael Riqueni ilustra en directo la retransmisin televisiva de la entrada del Baratillo, con una increble versin en guitarra solista de la marcha (nacida sobre pentagrama, para banda de alientos) "Amargura", de Font de Anta. Anastomsis se llama ese fenmeno: las ramas se separan, divergen, convergen, se sueldan. Expresin evidente, aunque su resplandor no sea aceptado por la mayora, de que los hechos son muy tercos y la realidad flamenca es inmune en ltimo trmino a la instrumentalizacin, la presin (e incluso la opresin) de los idelogos y sus ideas; sigue sus propios caminos, de conformidad con la evolucin esttica y la marcha de la sociedad. Pero hay que aceptar tambin que, desde lo ms remoto que se conoce, la cultura popular de Andaluca ha padecido intromisiones, manejos y sevicias de los poderosos y sus opositores: Es sabido que, a los dos siglos de su conquista por Roma, el peso de la Btica en la poltica

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romana haba crecido tanto que para educar al primer heredero infantil de un emperador, el conocido luego por Nern, se escogi como pedagogo a un sabio cordobs llamado Sneca, quien (junto con Burro) dirigi el Estado en los primeros aos de reinado de su discpulo. Es menos sabido que en el ao 100 a. C. estuvo en la Turdetania el Cnsul Metelo escogiendo de grado o por fuerza los mejores msicos que oy en Espaa y los ms diestros bailarines, form un coro de ambos sexos que envi, con los instrumentos peculiares del pas, a Roma, creyendo que el Senado le agradecera tan magnfico presente. Llegados a la capital seora del mundo nuestros msicos y, al empezar a dejar or los encantos de su voz y a mostrar sus gracias coreogrficas y la habilidad con que taan los instrumentos, muchos de ellos desconocidos de aquel pueblo, se les prodigaron mil aplausos por los romanos y fueron proclamados los mejores bailarines y msicos de la Repblica. Cuenta la historia que vindose los cnsules obligados, a causa de una gran escasez que sobrevino, a expulsar de Roma a todos los extranjeros, sin consideracin al sexo ni a la elevacin de clases, se respet de tal modo a los msicos y a los bailarines espaoles que, a pesar de haber ms de tres mil en la ciudad, ni a uno solo se permiti que saliera de ella, declarndose a su favor la aristocracia romana, que acudi a la manutencin de los ms menesterosos. ("Folklore y costumbres de Espaa". Aurelio Capmany). Unos dos mil aos ms tarde el Poder centralizante supo que durante la Primera Repblica los Aires y Bailes Andaluces de la Academia de Silverio haban servido para abanderar el regionalismo andaluz; desde entonces, bien directamente desde la Villa y Corte, bien a travs de sus delegaciones provinciales y locales (contando siempre con el apoyo de los inevitables interesados colaboracionistas) golpe sobre el gnero. Y, no atrevindose a hacerlo ni sobre la aristocracia aflamencada de la aficin ni sobre la burguesa adinerada (clientela y sostn econmico del gnero), percuti sobre los profesionales. Con ello, a partir de entonces, se hace espordicamente realidad una leyenda de persecucin y clandestinidades que, en el principio, fue una pura invencin de los escritores romnticos. Digamos que, a partir de entonces todo el mundo prefiri que en vez de hablarse de Aires Nacionales y Bailes Nacionales, como propona Silverio, (y mucho menos, Aires y Bailes Nacionales Andaluces) se dijera cante, toque y baile flamenco. En los aos 20 del siguiente siglo, cuando el flamenco fue identificado con Andaluca (tal vez en exceso), se prefiri que el gnero fuera considerado un minoritario y extico cante gitano. Los aos veinte y treinta enmarcan la aceptacin del flamenco por destacados intelectuales de proyeccin exterior, y la insercin del mismo en los movimientos de vanguardia que caracterizan el arte europeo del siglo XX (por s slo, ello confirmara la faceta internacional y no folklrica del flamenco). El vanguardismo flamenco es, a la vez, causa y derivado de un nuevo tipo de consumidor: la lite intelectual. Es claro que su apoyo o rechazo influye tambin en la direccin del xito social. Sin asumir esta condicin de un flamenco al bienteveo, expuesto a las corrientes del mundo occidental, no se puede comprender la supuesta heterodoxia del cante de Pepe Marchena, Palanca y Manolo Caracol. En el baile, corresponde a La Argentinita el perfil relativamente ms clsico, frente a las audacias de Escudero y La Argentina, aunque todos anden embarcados en una empresa de engrandecimiento y perfeccin de la danza flamenca. Este impulso vanguardista decide la orientacin aventurera que muere con la guerra, tras haber promovido una intensa renovacin. Y explica tambin la hostil reaccin mairenista, que recibe su primer impulso de la tpica oposicin de los totalitarismos a las vanguardias estticas, tenidas por expresiones decadentes. Condicionados por ellos, los neoclsicos se enfrascan en la bsqueda de una pureza que se estima extraviada. Semejante obsesin por un Grial flamenco producira ciertos

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programas flamencos de "Radio Vida", el lbum de discos "Archivo Vergara"; y, en TVE-2, "Rito y Geografa del Cante". En todos estos intentos, se intentaba recuperar lo ms autntico, lo ms popular y (por consiguiente) lo menos profesional. De hecho, el academicismo de izquierdas slo aceptar redimir el renovador flamenco de Morente y Sanlcar cuando stos se alineen junto a Gerena y Menese en el movimiento de protesta (cuyo primer grito fue el de Raimon con "Al vent", cantado en valenciano). Concluida la Transicin (?), las aguas discurrirn de nuevo por el viejo cauce: se erige en Granada un Auditorio FALLA para conciertos de msica de pentagrama, y en Sevilla el ultramoderno Teatro de LA MAESTRANZA es destinado a las peras extranjeras; paralelamente, durante la EXPO'92, el flamenco no tuvo un pabelln (ni siquiera un stand!), siendo acervo cultural andaluz de proyeccin universal y vinculado desde su origen con la Amrica hispana. Obsrvese que en las etapas en las que hay en Espaa un gobierno central dbil (Primera Repblica, Gobiernos de Sagasta, Segunda Repblica, Transicin de Surez) el hecho diferencial flamenco-andaluz encuentra una tolerancia y libertad de accin de que carece en las pocas en que Madrid est muy fuerte (Gobiernos de Cnovas, Dictadura de Primo de Rivera, Dictadura de Franco, Gobierno del PSOE). De acuerdo con ello, se podra augurar para el flamenco una nueva poca de oro durante el gobierno en minora del PP. Veremos. Tambin ellos, de algn modo, intentarn uncir el flamenco al carro de sus conveniencias partidistas. Para bien, o para mal, porque la realidad del flamenco sigue discurriendo segn la voluntad de sus creadores profesionales, con ms independencia de las banderas de lo que quisieran los programadores del futuro histrico. En esto estbamos, llorando a Camarn, aorando a Naranjito, de rodillas ante La Linares, y esperando gloria de Esperancita Fernndez, cuando entra en escena un antroplogo norteamericano: William Washabaugh. La produccin bibliogrfica hasta el momento de su edicin y contempornea al texto. En la primera nota del Prefacio de su libro el propio Washabaugh nos orienta sobre los textos que han influido su formacin y documentacin sobre flamenco. Entre todos los ejemplos dados por el autor como bases para su estudio, y para cualquier otro que se pueda hacer en la lnea de su obra, ofrecemos una amplia seleccin, extendindonos algo ms en algunos de los que l califica de sociologically sophisticated (Garca Gmez y Steingress), que son los recientes e inmediatos predecesores en su aportacin central, relegando el comentario de "Flamenco Deep Song" de Timothy Mitchell (1994), publicado por Yale, al que del mismo hace el propio Washabaugh en el captulo 7.

Propone una importante coleccin de biografas; entre ellas: 1904. "Cantaores andaluces". Guillermo Nez del Prado. Apasionadsima y truculenta galera de artistas del cante flamenco, vistos desde una perspectiva anarquista y reivindicativa. Aunque ciertos datos biogrficos no sean correctos, el libro s da versin directa de lo que la rumorologa de los aficionados tena por verdadero. 1978. "Conversaciones flamencas con Aurelio de Cdiz". Blas Vega, Jos. Importante fuente de datos, a pesar de la aparente modestia de sus planteamientos. Si en vez de tantos escritos poticos, imaginativos y polmicos de flamenco como se han impreso, se hubieran producido muchas iniciativas semejantes, recogiendo los recuerdos de ancianos artistas, testigos del pasado,

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dispondramos hoy de un ancho caudal de testimonios contrastables, y nuestros saberes estaran ms fundamentados. 1986. "Vida y Cante de Don Antonio Chacn". Blas Vega, Jos. Esta completsima biografa sirve a las posiciones de quienes defienden que el profesional flamenco es la base humana de este arte, generador principal de las creaciones ms originales: y que atribuyen a sus figuras ms seeras la responsabilidad de los grandes cambios que marcan las pocas; no ajenas a los asuntos propios de su tiempo, pero slo como cualquier otro artista. 1988. "Diccionario Enciclopdico Ilustrado del Flamenco". Blas Vega, Jos y Ros Ruiz, Manuel. Gigantesco esfuerzo de recopilacin y condensacin que ofrece, por primera vez, un panorama enciclopdico suficientemente completo de dos siglos de flamenco. Es obra de consulta inevitable desde el da de su publicacin. Todo lo que se piense y escriba despus estar condicionado por el aluvin de datos que contiene. Habla de un compendio de cantables flamencos: 1983. "La poesa flamenca lrica en andaluz". Fernndez Bauls, Juan Alberto y Prez Orozco, Jos Mara. Segn sabemos por los autores, frustrada edicin de uno de los ms serios trabajos sobre el patrimonio coplero flamenco ya que el editor (Servicio de Publicaciones del Ayuntamiento de Sevilla) llen las 608 pginas de un ancho volumen (en parte por el grueso papel empleado), a base de espaciar con numerosos blancos las coplas recogidas y, a cambio, dej fuera todo el apartado de referencias y notas que daba a la obra su valor cientfico excepcional. Concreta una amplia seleccin de libros generalistas sobre el flamenco, a los que Washabaugh describe como top-down analyses de pretensiones objetivas: 1881. "Coleccin de cantes flamencos". Antonio Machado y lvarez 'Demfilo'. Prlogo, Notas, Postscriptum y breve biografa de Silverio son tan importantes como las propias coplas. Hay que ponerlo todo en conexin con los artculos previos del autor. Obra bsica para la invencin del gitanismo. 1881. "Los Cantes Flamencos". Hugo Schuchardt. Un clsico que considera al flamenco desde el ngulo peculiar que se daba al folk-clore en los tiempos de la invencin de este trmino cientfico y que ha sido reeditado recientemente (1990 por la Fundacin Machado). Anota entre las obras de criticisms: 1916. "Seoritos, chulos, fenmenos, gitanos y flamencos". Noel, Eugenio. Pieza fundamental del movimiento anti-flamenquista, iniciado en la prensa de corte restauracionista, reasumido y llevado a sus ms radicales expresiones por este casticista arrepentido, ex-devoto de los toros, el tipismo y el flamenco. Las sucesivas generaciones de intelectuales hostiles al flamenco han preferido beber en esta fuente indirecta a acercarse personalmente al fenmeno. Y los ensayos de Lorca ("Deep Song and Other Prose") y Falla ("Escritos"), y los libros de Jos Carlos de Luna ("De Cante Grande y cante chico" y "Gitanos de la Btica", defensores del duende y el cante jondo o grande frente al flamenco chico: masivo, tarantero, fandanguero y festero. Se refiere tambin a las tendencious contributions, surgidas en la estela de la primera de ellas: "Flamencologa". 1953. "Flamencologa". Anselmo Gonzlez Climent. Llega oportuno un argentino de pluma

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fcil, se mete en la pomada, inventa el trmino y pone a punto la forma de escribir que lo justifique. Esta obra, que ha de ser conectada con otras suyas, acredita su talento en el oficio de jugar con el s pero no, lo que le permite sobrenadar en aguas turbulentas. Fue imitadsimo. Washabaugh saca consecuencias. 1954, "Geografa del Cante Jondo". Aunque publicada en 1963. Domingo Manfredi Cano. Interesante referente de cmo el intelectual de grado medio trataba durante el franquismo el depurado y controlado fenmeno popular del flamenco de la poca, disimulando en la geografa una distribucin territorial sin masas operantes, en una lnea concorde con el eslogan: "la unidad de los hombres y tierras de Espaa. 1963. "Mundo y Formas del Cante Flamenco". Ricardo Molina, Antonio Mairena. Pomposamente investido de prestigio liberal gracias a su edicin por la Revista de Occidente, el libro trata de exonerar de las sospechas del poder franquista a los artistas profesionales, inventando una sutil distincin entre el flamenco, como cosa del pueblo andaluz y posible cauce de politizaciones autonomistas, y el arte gitano-andaluz, patrimonio de una etnia a la que se supone apoltica o neutral. Biblia del llamado neoclasicismo. 1964. "De Cdiz y sus cantes". Fernando Quiones. Interesante cruce de Ricardo Molina y Gonzlez Climent, Quiones pone aqu su talento de prosista al servicio de la ciudad antigua de Cdiz: su mirada no excede Puerta de Tierra; ni siquiera Los Puertos; ?Jerez? ?tiene algo que ver con Cdiz? Su influencia fue enorme, aunque efmera; perdurable el prestigio de su autor. 1966. "Teora del Cante Jondo". Hiplito Rossy. Un alma cndida, salida de los conservatorios, se pone a hacer autntica musicologa sobre el flamenco. Este libro, acreditando lo mucho que saba en relacin con otras msicas, da prueba inestimable de lo poco que sabamos de flamenco, en general, por aquellos aos, ya que est plagado de lagunas y de nesciencias. 1972. "Introduccin al Cante Flamenco". Ros Ruiz, Manuel. Como corresponde a la inercia de su tiempo se centra tanto en el Cante de alante, sin la guitarra, el baile, el jaleo..., sin, incluso, los cantes para bailar, que sus sensitivas apreciaciones quedan descentradas en el conjunto de la mltiple realidad del flamenco de su poca y de dcadas anteriores. 1974. "Sobre el flamenco. Estudios y Notas". Manuel Garca Matos. Obra pstuma, recopilada por su hija, que fechamos el ao de la muerte del autor, pero que corresponde a aos anteriores. La timidez con que se exponen una ancha visin del flamenco todo, con poderosos argumentos y datos formidables, y el formato informal de la misma, pueden servir de paradigma de estos aos de los estudios del gnero, en que los ms slidos son los que menos accin ejercen, y viceversa. 1975. "Luces y sombras del flamenco". Caballero Bonald, Jos. Libro particularmente significativo para el libro de Washabaugh, ya que este autor es un importante pivote para sus argumentos y conclusiones. Las sutilezas del pensamiento de Caballero Bonald encuentran un atento desentraador en el norteamericano, y, por ello, el reconocimiento de su capacidad de agenda (en el lxico de la antropologa actual, accin orientada a influir sociopolticamente), capacidad maniobrera estratgica que otros autores, como Steingress y Mitchell no han llegado a calibrar correctamente. 1979. "Memoria del flamenco". Flix Grande. Reformulacin en alto repique, con brillantez literaria y pasin de convencido, de la antigua posicin desgarrada de Nez de Prado y la vanguardista de Lorca: el flamenco vocal como quejido de dolor, clamor de rabia y protesta. A tenor de su poca, pinta el flamenco como expresin colectiva de una etnia gitana discriminada y perseguida durante siglos; la democracia trae ya la inminente redencin. Como otros estudiosos apasionados, cierra demasiado los ojos para escuchar, y acaba oyendo slo voces, olvidndose de la

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guitarra y los cuerpos. 1982. "La seguidilla gitana". Jos Mercado. Retrocede hasta el Siglo de Oro para aportar serias razones en su bsqueda de races. Toma la lnea apuntada por Barrios, para proponer al flamenco un origen de germana, patrimonio de quinquis, majos, xaques y seguidos de toda laya, entre quienes se insertan con naturalidad ciertos gitanos. Es fundamental su exposicin sobre polos, entremeses, xcaras, seguidillas y zarabandas, en conexin con las investigaciones de Arcadio Larrea. 1987. "Los cafs cantantes de Sevilla". Blas Vega, Jos. Refundadora aportacin historiogrfica que puso en su sitio la cronologa y el papel de los cafs-cantantes, rectificando posiciones errneas a que haba dado lugar la precipitada incursin en los mismos de Demfilo, dependiente ste de referencias inseguras no confirmadas, seguido luego como artculo de fe por tantos estudiosos y aficionados. 1988. "Gitanos, payos y flamencos, en los Orgenes del Flamenco". ngel lvarez Caballero. Esforzada argumentacin a favor del papel fundacional de la etnia gitana en la gnesis del gnero, con documentacin novedosa en la poca de su salida a la luz y situando la precoz participacin de Madrid en la difusin del trmino y los estilos. 1992. "Flamenco de Ida y Vuelta". Miguel Espn, Romualdo Molina. Contribucin a los fastos del 92, va ms all de un profundo y revolucionario estudio de los palos de ida y vuelta, al ubicar todo el flamenco dentro del patrimonio pro-indiviso de la msica hispanoamericana, ofreciendo una perspectiva global de la misma. En el apndice escrito por Faustino Nez, hay un tratamiento musicolgico que suponemos ser fundacional de una nueva rama de los estudios: la musicologa flamenca. 1993. "Sociologa del Cante Flamenco". Gerhard Steingress. El mejor y ms neutral estudio sociolgico de los orgenes del Cante Flamenco (un multiforme grupo de cantos y bailes, jondos o de fiesta, con o sin acompaamiento de guitarra y otros instrumentos) publicado en Espaa a la fecha: La sensacin del cante no equivale a su explicacin y la aficin no puede sustituir su comprensin racional. Steingress trabaja para hacer la transicin entre la flamencologa tradicional y una investigacin crtica del flamenco. En primer lugar gasta un captulo en dar una definicin de arte, y perfilarlo socialmente con sus variantes de culto, popular y popularizado. Pasa luego a demoler lienzo a lienzo el torren de la flamencologa tradicional: Demfilo, Schuchardt, Gonzlez Climent y Molina/Mairena y sus axiomas: el sociodarwinismo, el hermetismo, la falsa dicotoma gitano/andaluz y la mistificacin de lo gitano. Erige luego su propia construccin: Cante y Sociedad. El salzburgus maneja con rigurosa metodologa el sinnmero de datos disponibles, los ordena con moderna sistemtica y los interpreta con inteligente racionalidad. Frente a tanta opinin segada, especulacin temeraria, tradicin verbal interesada, y literatura potica disfrazada de ciencia, esta obra propone conclusiones de slida probabilidad Sita el trasfondo histrico-social previo al cante, las dos culturas que compiten en Andaluca; expone los remotos referentes (Cervantes, Cadalso, Don Preciso, Borrow, Gauthier, Ford, El Solitario); analiza las categoras sociales: Individualizacin y popularizacin, el romanticismo europeo y la versin espaola del mismo, la poesa de la Aficin, el agitanamiento, la picaresca y los majos, la bohemia de Pars y la andaluza. Expone ahora el proceso de erupcin del cante: los cambios en la relacin campo-ciudad, la transicin del romanticismo al realismo, la accin transmutadora en este sentido de las academias, los teatros y los cafs cantantes y la formacin del ambiente flamenco en Sevilla. Para concluir, trata de situar el fenmeno del cante en un mbito ms amplio, haciendo un estudio comparado entre l y otras dos formas del arte popular

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contemporneo: los gitanos de Hungra occidental, y los rembetes, llamados tambin manges, de Grecia. El austriaco Steingress sigue la pauta de Arnold Hauser (1974): la totalidad de la vida humana slo se reencuentra o bien en el abigarrado, turbio, irresoluble complejo de la prctica corriente cotidiana o bien en las formas del arte. Por desgracia, se centra demasiado en Sevilla y en el problema de los orgenes; por fortuna, el mismo ao se publica la complementaria obra de Gnesis. 1993. "Cante flamenco, cante minero. Una interpretacin sociocultural". Gnesis Garca Gmez. De la slida preparacin antropolgica de la autora brotan las races de su autoridad. Son dos libros en uno. Es la primera parte la que importa aqu: "El cante flamenco, entre la Ilustracin y las Vanguardias". Es un estudio excelente, rigurosamente estructurado, proporcionado en nueve captulos que son otros tantos ensayos. Cada captulo es en s una obra perfecta que, adems, se imbrica con los otros en una trabada concatenacin de ideas, generadora de un discurso absolutamente persuasivo que asume, integra y redondea las ms rigurosas aportaciones de los ltimos aos. Denuncia el rechazo acadmico sufrido en principio por el Flamenco y, sale al paso de la opinin que lo ve misterioso, enigmtico y oscuro; a cambio, propone unos claros cimientos, a partir de los cuales no es difcil saber qu es en esencia, y qu va siendo en existencia, considerndolo desde la decisiva perspectiva de que es un arte de baile, toque y cante, y proponiendo que la ubicacin del flamenco propiamente dicho en el siglo XVIII carece de fundamento: No pudo ser anterior al tardo romanticismo espaol. Lo que nace en el XVIII es el majismo, antecedente sociolgico del flamenquismo. A lo largo de los primeros siete captulos, avanzando en el orden cronolgico, Gnesis Garca Gmez sita a majos y gitanos, marca la fundamental conjuncin generatriz del profesional con el intelectual, seala la constante ida y vuelta de lo popular a lo culto (que tan rigurosamente haba establecido ya Eusebio Rioja), documenta y explica el feroz antiflamenquismo de la Ilustracin; explica y documenta el sesgado y parcial proflamenquismo de los Romnticos; compone un bellsimo ensayo sobre las tres Crmenes;1 escribe con pluma de garza el hermoso y suculento ensayo sobre los hermanos Machado, el uno noventa-y-ochista y el otro modernista; alcanza la cumbre de una inspiracin rabiosa con el consagrado a Lorca, "El flamenco eres t"; desciende a los limosos infiernos en el corrosivo y valiente captulo dedicado a los Anti-payistas (sic) y los anti-gitanistas; y recupera la serenidad apolnea con el incontestable captulo nueve, en que aborda el tab cultural del profesionalismo de un modo tan eficaz y convincente que abruma cualquier honrada discrepancia. Para Gnesis, el sustento ideolgico del flamenco est en el romanticismo/gitanismo; el sustento sociolgico est en la cultura tradicional, el majismo gitanizado y la experiencia de la minera; el sustento artstico est en los cantes y bailes populares espaoles y en la estilstica payogitana; el sustento econmico est en el consumo; finalmente, el sustento antropolgico del flamenco es la profesionalidad de sus cultivadores. Este sustento antropolgico es para Gnesis determinante, porque el profesionalismo es el punto de apoyo para la palanca que fuerza la peculiaridad del flamenco (frente a otros modos de arte espaol), la grandeza esttica del flamenco (frente a la trivialidad de lo populachero) y la universalidad del flamenco (frente al provincianismo del folklore). Textual y taxativamente afirma: La profesionalizacin, que separa radicalmente el flamenco

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Que como los mosqueteros son cuatro: la Carmen virginal de W. Irving, la Carmen ninfa de El Solitario y la Carmen arpa de Merime... ms la Carmen Sevilla franquista de Augusto Alguer.

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del folklore popular, ha estado presente en el nacimiento, el desarrollo y la renovacin del arte flamenco. Pero el profesional no ha estado solo. Su concurso con el intelectual ha hecho posible que el flamenco haya ido dando pasos hacia adelante, desde su inicial despegue del folklore popular, desde aquella modesta manifestacin de ciertas destrezas de artistas locales, hasta su insercin en la cultura clsica y su presencia en la world music del momento actual. Si tiene razn Garca Gmez, sern los cultivadores, al empearse en defender la autora y propiedad de sus creaciones (los anonimatos suelen ser no slo involuntarios, sino contrarios a la voluntad de los creadores) quienes fuerzan la peculiaridad del flamenco, frente a otros modos de arte espaol, su grandeza esttica frente a la trivialidad de lo populachero y su universalidad frente al provincianismo del folklore. Pocos estudiosos, sin embargo, lo han visto as todava. Hay otras obras, no citadas por Washabaugh en la primera nota del prefacio, pero a las que se refiere en distintas partes del texto y en la bibliografa: 1831. "Escenas Andaluzas". Serafn Estbanez Caldern. No slo las dos en que se describen sendas reuniones en Triana, tan usadas por los autores gitanistas, para llevar agua a su molino, aunque fuese al precio de ignorar pasajes enteros; sino las otras: el roque y el bronquis, tan ilustrativa de los cantes malagueos, las relativas al baile espaol, con su transcendental valoracin del papel de las Academias de Baile de Sevilla en la alquimia transmutadora (disolucin y cristalizacin, dice Nez) que gest el nuevo gnero, y, en general, las descripciones del ambiente popular, son de enorme utilidad documental. Y algunas que no llegaron a l pero que debemos apuntar, por ser muy instructivas para un lector del libro que se comenta: 1993. "La Sonanta". Manuel Bohrquez Casado, en conexin con "Arte y Artistas Flamencos" de Fernando el de Triana. Entra de puntillas, con discreta humildad, en la cripta, el sancta santorum, en el mirhab, como quiera decirse, de la Flamencologa: un libro en donde tantos han ido a beber (muchas veces sin citar la fuente), de donde cada cual ha arrimado aceite para su lmpara. Fernando el de Triana, cantaor, tocaor, letrista y poeta, que fue reconocido durante sus ltimos aos como decano del gremio, el primero de ellos que dio una conferencia pblica sobre flamenco, es a travs de "Arte y Artistas Flamencos" (Madrid. 1935), testigo meticuloso y extenso notario de cuanto conoci en su dilatada vida profesional. El de Triana fue por su libro -como indica su bigrafo Bohrquez- el primer crtico del flamenco, al que valerosamente declar Arte y a cuyos cultivadores llam Artistas, audaz desafo para su poca. Fue doble crtico, pues: de obra y de autor (de esttica y de filosofa del arte, en terminologa de Umberto Eco). Para asegurarse de entender bien el libro, el primer paso es conocer al autor y situarlo en su ambiente, ya que se da a s mismo escasa presencia en el texto, contando de s lo preciso para justificarse como informador de tantos hechos. Gran parte de lo que Fernando silenci, lo publica Bohrquez: "La Sonanta" se convierte as en el complemento imprescindible para leer, entender y paladear "Arte y Artistas Flamencos". La vida de Fernando el de Triana le dio una perspectiva muy favorable para informar del perodo que va desde 1872, en sus inicios profesionales, hasta 1920, cuando declinan los cafs cantantes y Fernando ha perdido condiciones; fuera del flamenco activo, desciende de escalafn (restaurante, chiringuito, taberna), lenta pero inexorablemente minado por su aficin a las peleas de gallos; por eso, sus referencias posteriores a 1920 pocas veces son de primera mano, y estn adems

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sesgadas por su fracaso personal y la amistad ntima de algunos otros artistas, incapaces como l de triunfar en los nuevos ambientes (Pepe y Manuel Torre, Manolo Moreno, Fernando el Herrero, El Gloria y El Nio de los Talleres). Como seala Juan Valderrama, hizo un libro bastante bueno pero, en mi opinin, lo estrope cuando lleg a Madrid y se dej llevar por ciertas personas.... Entre esas personas que Valderrama no cita, hay que apuntar a Toms Borrs, quien no slo escribi el prlogo, sino que le reescribi a Fernando porciones de su libro, muy especialmente, la discutible disertacin doctoral sobre el fandango, poniendo, como el cuco en nido ajeno, sus muy particulares ideas. Errneas ideas que han inficionado durante varias dcadas la opinin, levantaron una Leyenda Negra sobre la pera Flamenca, denigraron el fandango, torcieron la natural evolucin del arte, pero que se tienen por muchos, todava hoy, como axiomas indiscutibles. Ah va un ejemplo: el cante nace del pueblo gaditano y sevillano, primero sin guitarra, se parte en estilos correspondientes a Triana, Jerez y los Puertos, y fuera de ese mbito y esas fuentes no existen ni cante, ni toque, ni baile que sean lo que se llama flamenco. Lo dice Borrs en el prlogo, contradiciendo el propio libro que prologa y en donde se habla de grandes artistas surgidos fuera del famoso tringulo1. Ser preciso un trabajo sistemtico de aos, cargado de rigor cientfico2 para refutar algunas de estas falsedades tenidas por certezas..., sin que la mayor parte de la aficin y los flamenclogos ms cercanos al poder se hayan enterado todava. 1996-97. "Historia del Flamenco". Monumental obra colectiva en cinco tomos dirigida por Jos Luis Navarro y Miguel Ropero, en la que se manifiesta la activa presencia de la mayor parte de las plumas autorizadas en los temas afrontados: historia de bailes, toques y cantes, biografas de artistas, acontecimientos transcendentes, los diversos estilos o palos y sus mltiples variantes, la lengua del Flamenco, los recursos y los temas de las coplas, el flamenco en conexin con la literatura y la poltica... En fin, casi todo. Y casi tratado con enorme actualidad. Una presentacin suntuosa, un repertorio de ilustraciones asombroso y un cerro de CD en los que se incluye seleccionada y equilibrada informacin sonora. Desde el punto de vista enciclopdico una obra impecable, til para instruir a quien se acerque al flamenco sin saber nada, como documento para profesores y como material de consulta para el profesional de los medios de comunicacin. 3. Anlisis del contenido: Adecuacin del diseo: estructura y organizacin del texto. La estructura de la obra presenta una notable sencillez, ms cerca del discurso conferencial que del trabajo de metodologa universitaria. Evidentemente est pensado para que se lea con facilidad, sin espantar a ningn lector con entradillas sistemticas, esquematismos y notas al pie. En este sentido digamos que se acerca ms al libro de Gnesis, antes comentado, que al de Steingress, que parece libro de texto. El orden de los captulos es de libre eleccin; no es estrictamente preciso leerlos por orden en que vienen impresos y cada uno de ellos se centra suficientemente sobre una retcula compleja de asuntos interrelacionados, como para que sea posible entenderlos y asimilarlos por separado. Cada captulo opera, pues, un ensayo independiente y suele terminar con una conclusin que extrae

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. Cmo no pensar en Juan Breva, El Rojo el Alpargatero, La Trini, Ramn Montoya, El Cojo de Mlaga, Antonia Merc y Vicente Escudero, Sabicas, Carmen Amaya, La Argentinita y Pilar Lpez, Juan Varea, Enrique Morente, Carmen Linares...?, por no citar a un millar de ellos.

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Elas Ters, Garca Matos, Isaac Delgado, Blas Vega, Eusebio Rioja, Steingress, Ros Ruiz, Ortiz Nuevo, Gnesis Garca, Agustn Gmez, Yerga, Miguel Espn, Washabaugh...

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consecuencias de lo expuesto. En cambio, el libro en s no remata con una conclusin, sino con un consejo admonitorio. La eficacia persuasiva de Washabaugh opera por acumulacin de perspectiva. Es como si un reducto fuera sucesivamente atacado desde orientaciones distintas; o, quizs se entienda mejor si describimos la tcnica de la obra, como las repeticiones televisivas de un tanto, captado simultneamente con diversas perspectivas de cmara, y contemplado luego en la repeticin de las mejores jugadas. El resultado, muy conveniente a las aspiraciones de la nueva antropologa, es hologrfico, incluso holstico. En cada punto Washabaugh se comporta como un espectador apasionado, para que el resultado de conjunto sea una especie de visin en relieve, comprensiva pero emocionalmente despegada. Principales agrupaciones temticas y captulos. Tras los crditos y registros, se inicia con un mnimo ndice, denominado Contents. Sique en pgina par el Acknowledgements, donde cita a los espaoles Jos Mara Velzquez-Gaztel, Romualdo Molina, Mario Gmez Martn, Pedro Turbica, Paco Lira (ambos, padre e hijo), Jos Mara y Alfonso Eduardo Prez Orozco, Pedro Fernndez Jimnez y Toms de Utrera, mezclados con los extranjeros Adrian Shubert, Stanley Payne, Gerard Flynn, Gerhard Steingress, Brook Zern, Richard Pinnell, Robert Jones, Jim Parakilas, David Monroe, Aldis Strazdins y, most importantly, Catherine Washabaugh. Y agradece las facilidades proporcionadas por el programa de cooperacin cultural entre el Ministerio Espaol de Cultura y las Universidades de los EE.UU. El Preface, con dos subsecciones (Flamenco from the Bottom Up y Politics and Flamenco) se extiende a 9 pgs., ms 4 de notas. El autor sugiere que se dirige a lectores de cualquier pas culturalmente desarrollado, partiendo del supuesto de que hoy la msica flamenca es apreciada por gentes de todo el mundo. Desde Nueva York a Tokio -dice- forman multitud quienes agradecen el podero de la guitarra de Paco de Luca, responden a la pasin de la danza flamenca de Gades o Carmen Amaya, y quedan fascinados con los cantes, en los que se funden meloda y letra, estrofas parecidas a los Haiku japoneses. Ensamblados, voz, baile y toque, constituyen un destacado estilo de msica popular fcilmente identificable para cualquiera. El punto de partida del autor es de que siendo ya el flamenco algo familiar a las audiencias internacionales, merece ser estudiado como una importante manifestacin de la cultura de nuestro tiempo lejos de las antiguas e ingenuas consideraciones de un fenmeno extico y misterioso. Reconoce que entre los espaoles ya se estn dando mltiples pasos en este sentido, y reclama el derecho del investigador no espaol a realizar sus propias aportaciones, tanto ms cuanto que el flamenco participa de la accin poltica y revela realidades antropolgicas de la moderna Espaa tan bsicas como inaprensibles por otros medios. El Captulo 1, titulado The Politics of Passion: Flamenco, Power, and the Body, con sus apartados: Politics in Popular Music, Political Metonymy in Context (Nacionalismo, Romanticismo, Fatalismo, Modernismo, Franquismo, Andalucismo, Gitanismo), Metonymic Aspects of the Flamenco Style (Orientalization, Syncronization, Dys-appearance, Recording), On the Politics of Interpretation, y Conclusion. En total casi 26 pgs. ms las 4 de notas. Este captulo, en una versin previa, apareci en el "Journal of Musicological Research". Comienza afirmando que el gnero musical flamenco como otros muchos de msica popular ejerce poder poltico, independientemente de que parezca apoltico: su poltica es efectiva aunque invisible; tanto ms efectiva cuanto ms invisible. Y concluye: Spinning a record backwards may reveal its devilish agenda, but the experience of politics in

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popular music is far more workaday than this weird gyration suggests. Unfortunately, we have all been led to suppose that politics consists solely of ideas, whether in lyrical contents or in metaphorical forms, and that these ideas, having been embedded in musical acrostics, beg for cabalistic analysis. Here I have shown, however, that the politics of popular music lies as much in its doing as in its thinking. To participate in music is to engage in behaviors that are consonant with political agendas and that, after the fact and under the influence of sedimented force fields, become complicit with those agendas. Devanando una anticuada filmacin, debe revelrsenos su mefistoflica accin sobre el entorno, pero la experiencia de lo poltico en msica popular llega ms all de la cotidianeidad que sugiere esta rebelda de pcaros. Desgraciadamente, todos hemos sido acondicionados al prejuicio de suponer que la poltica se ejerce nicamente mediante ideas, sea a travs de las envolturas lricas o mediante metforas, y que habiendo sido expresadas esas ideas a travs de las letras cantadas, stas exigen una decodificacin cabalstica. Aqu he demostrado, sin embargo, que la poltica de la msica popular se ejerce tanto en lo que se est haciendo como en lo que se est pensando1. Participar en un acontecimiento musical2 supone engranarse en comportamientos que riman y son acordes con determinados actos polticos; y esto, despus de los hechos vividos y bajo la influencia de antiguos estratos de agravios, te lleva a hacerte cmplice de dicha accin poltica. El Captulo 2, titulado The Histories of Flamenco, con sus apartados: Traditionial Histories of Flamenco, Ironies in the History of Flamenco, El Chocolate. En total casi 21 pgs. ms las 2 de notas. Este captulo fue antes publicado como ensayo en "Theory, Culture and Society". En el primer apartado repasa las distintas frmulas tradicionales de historiar el flamenco: desde las que se remontan a la Edad Media a las que describen el gnero como una metafsica intuitiva (Gonzlez Climent), o una realizacin musical de el sentido trgico de la vida (Ros Ruiz); recoge las distintas discusiones sobre supuestas edades de oro; anota los que toman partido por un cante jondo frente al resto del flamenco (Falla), o por un cante gitano (hondo o festero) frente al resto del flamenco (Mairena); se hace eco de las angustiadas invocaciones a la pureza, vagabundea como un turista curioso entre nuestras raciales alusiones al inefable duende (Lorca), a los prostituyentes cafs cantantes (Molina-Mairena) y a la heterodoxa pera flamenca3; y contrapone el nfasis que tantos dan a los orgenes tnicos y el desgarro de los que insisten en el aspecto pattico (Grande), con el ardor de los que ven en el flamenco un movimiento populista arma de una Resistencia cultural (Whitney) y lo equiparan al Jazz (Herrero), y con la frialdad de quienes acceden al asunto con perspectivas sociolgicas, en una desmitificacin moderna que se apoya en los poderes econmicos y polticos para refutar visiones sentimentales (Garca Gmez, Mitchell, Steingress). En el segundo apartado propone la que es una de las ms importantes aportaciones de Washabaugh a la ciencia del flamenco: el carcter irnico del flamenco a lo largo de toda su historia. Aunque esta irona es evidente en la prctica diaria y la conocen muy bien tanto los que se suben al

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O haciendo pensar.

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Fiesta, juerga, actuacin en tablao, concierto, disco o programa de televisin.

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Gonzalo Rojo

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tablao o al escenario como los que se mueven en el entorno prximo de los artistas y sus familiares, hasta ahora haba sido percibida como un fenmeno ocasional: episdico, casual, derivado del ingenio de ste o aqul, fruto espontneo de las contradicciones de la vida o, en todo caso, divertido pero irrelevante. El autor del libro sostiene que es un elemento fundamental, tronco y nervadura de la evolucin y las creaciones flamencas. Habra que recordar aqu cuanto deca Wenceslao Fernndez Flrez de la burla como arma defensiva de la debilidad agredida frente a la prepotencia agresora, en sus tres aspectos de sarcasmo, irona y humor. El sarcasmo, de dientes apretados, es el recurso ms spero y rudo, siempre cargado de odio. La irona, de media sonrisa, es el ms inteligente y sutil aunque no carezca de malignidad. El humor, de boca seria y ojos rientes, es el ms sabio y ms tierno porque empieza por rerse del propio agredido. Para entenderlo mejor digamos que la fantasa consuela a los hombres de lo que no pueden ser. El humor los consuela de lo que son. Y es una frase llena de humor. Segn Washabaugh, el flamenco es fruto de la cultura popular de un pueblo caracterizado por ser sutil e inteligente. Para aclarar definitivamente su concepto propone una ejemplar ancdota que le cuenta Antonio Nez "El Chocolate". Despus de haber cantado varias veces, en psimas condiciones de salud y de voz a un flamenclogo, con gran placer de ste, pens desquitarse el da en que se encontraba en inmejorables condiciones: hizo un alarde de afinacin, ligazn, musicalidad y sentimiento. Para su estupor el experto le coment que estaba horrible de voz ese da. Irnicamente, el extraordinario cantaor jerezano le sigui el favoritismo, mintindole que ese da estaba enfermo y no haba dormido. El Captulo 3, titulado The Pleasures of Music, con sus apartados: The Romance of Flamenco, Technology and Pleasure, Conclusion. En total 15 pgs. ms las 4 de notas. Plantea el porqu del peculiar efecto pasional que el flamenco ejerce en su pblico, como si su msica y su coreografa tuvieran acceso directo a la columna vertebral, sin acceder previamente al cerebro, repasa las tradicionales opiniones que aluden a los cantes angustiados y, por ello, liberadores (Grande), y a las modernas segn la cual el flamenco interpreta el sentir de una cierta burguesa, los seoritos andaluces que encuentran su absolucin va cante (Mitchell, Steingress). Hace un esfuerzo de comparacin entre la cultura burguesa surgida a partir de 1889 con la cada del Ancien Rgime y el barroco, y la emergencia del romanticismo. Analiza ste y el fenmeno de los majos (Garca Gmez) y asume la importante influencia de las grabaciones gramofnicas en el flamenco del siglo XX (Blas Vega y Ros Ruiz), para desembocar en el factor televisivo y dejar situada la cuestin para la concepcin antolgica de Rito y Geografa del Cante. La conclusin es que: The historical manifold of flamenco pleasureability is present in each moment of performance, so that enjoyment can be simultaneously traditionalist and progressive, romanticist and nationalist, egocentric and sociocentric, compliant and oppositional. One can experience disdain for the banalities and insipidities of a commercial performance, and, at the same time, one can celebrate its spontaneity and authenticity. Everything is present in any performance. Musical pleasure, in other words, is like a television broadcast signal. It is manifold, ubiquitous, and integral. But the breadth of its pleasures is essentially unavailable because those pleasures are diffused, scattered in the musical atmosphere, useless without a receiver. In the consumption phase, listerners tune into this or that pleasure, exercising the agency necessary to decode its delights, but thereby diminishing the fullness of the broadcast by their focused enjoyment. In this way, the consumption molds the social space of

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ensuing social relations. En cada momento de una actuacin est presente la multiplicidad de gratificaciones que ha recogido la historia del flamenco; tanto que esa degustacin puede ser simultneamente carca y progre, romntica y nacionalista, ego y sociocntrica, colaboracionista y resistente. Mientras unos desdean una experiencia a causa de la trivialidad y la insipidez de su comercializada ejecucin, otros a la vez, la aplauden por su espontaneidad y autenticidad. Cualquier aspecto est presente en cada actuacin. En otras palabras: el disfrute de la msica es como la seal televisiva: multiforme, omnipresente y total. Pero, sin un receptor, la amplitud de este deleite es esencialmente inalcanzable porque esos placeres quedan difusos, dispersos en la atmsfera musical e imperceptibles. En la fase de consumo, los oyentes sintonizan este o aquel goce, ejercitando la actividad precisa para decodificar aquellas delicias, pero con ello minimizan la plenitud de lo emitido, acotndola al enfoque de su apreciacin. De esta manera, la consumicin moldea el entorno, hecho de las relaciones sociales resultantes. Irnicamente, este factor limitativo que podramos llamar orejeras de burro de noria o venda de caballo de picador, incide tambin y de modo peculiar sobre los crticos, quienes deberan tener mayor amplitud de miras que la plebe municipal y espesa. En principio, los crticos, de cualquier arte, buscan siempre en cualquier obra, excluyendo todo lo dems, ese algo, supuestamente exquisito que, adems, si lo tiene, casi nunca llegan a ver (Roco Molina Utrera). Como dijo un famoso escritor: Define tus limitaciones y ciertamente las tendrs. El Captulo 4, titulado Gypsies, con sus apartados: Gitanofilia and Ethnicity, A Critique of "Rito y Geografa del Cante", Franquismo, Gitanismo, Andalucismo and the "Rito" Series y Conclusin. En total 12 pgs. ms las 2 y media de notas. Aborda la relacin entre Flamenco y Gitano. ?Es lo gitano slo una rama del rbol flamenco? (De Luna, Climent). ?Es lo gitano el flamenco real y el resto imitacin desvada? (Molina y Mairena). ?Es lo gitano un mero marbete para vender el flamenco, etiqueta de cara al consumo, un tour de force de comercializacin musical, invencin de la mercadotecnia? (Gelardo y Belade, Mercado, Steingress, etc.). Washabaugh ubica la concepcin tnica de Ricardo Molina y Antonio Mairena dentro de la vaporosa concepcin weberiana; la cual es asumida igualmente por sus discpulos no-gitanos (Bonald, Quiones, Grande)1, viendo en la posicin de stos un sesgo particular: opinan que la etnia gitana constituye una minora perseguida. Los opositores (Garca Gmez, Steingress, Mitchell) sealan que la etnicidad que hoy se etiqueta como gitana es indistinguible, desde finales del siglo XVIII, de las masas andaluzas de desocupados sin tierras. Descubriendo el fraude de la invencin, no alcanzan a comprender cunto hay en sta de tctica poltico-social. Afirman que estamos ante una Historia inventada, pero, comenta Washabaugh, no alcanzan a las ltimas consecuencias de su hallazgo: la invencin hace a la Historia. A Washabaugh le confirman hoy los creadores de "Rito y Geografa del Cante" que fue su intencin priorizar la documentacin artstica y geogrfica; de sus contactos con ellos, Washabaugh concluye que ms que servir a los propsitos de Antonio Mairena en esta pieza suprema del mairenismo que es la serie televisiva, pretendan promover los intereses de Andaluca. De aqu que

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Con tanto exceso, que la persecucin llega a ser importante indicio de gitanidad. El anti-gitanismo se les opuso negando que el gitano sea ms perseguido que los dems. De hecho, goz siempre de una cierta inmunidad, segn Barrios en "Proceso al Gitanismo".

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sus gitanos sean retratados como diferentes pero integrados, lejos de la vigorosa parodia de Sender en "La Tesis de Nancy". Al ligar andalucismo con un polticamente inmune mairenismo, "Rito" consigui lo impensable: airear un mensaje poltico subversivo desde la propia red de televisin de Franco. De este lcido anlisis deriva Washabaugh algunas conclusiones. The pro-Gitano leaning of the "Rito" series is less a sign of the documentarian's self-deception and ideological stultification, than an indication of constructive, inventive energies directed to the task of opposign the entrenched oppressions of franquismo and of paving the way toward a renewal of Andalusian cultural life. Granted, these inventions are dangerous. As Terry Eagleton would say, they move under the sign of irony, knowing themselves ineluctably parasitic on their antagonists (1991: 26). Though they prosuppose an esential Andalusian identity, that presupposition should be understood as a tactical maneuver whose force and endurance is keyed to the oppression they oppose. La inclinacin pro-gitana de la serie "Rito" es menos una seal de autoengao y de estupidizacin ideolgica del autor del documental, que una revelacin de energas constructivas y de inventiva dirigidas a la tarea de oponerse a las atrincheradas opresiones del franquismo y de pavimentar el camino hacia una reanudacin de la vida cultural andaluza. Permitidas, estas invenciones son peligrosas. Como Terry Eagleton sola decir: Ellos se movilizan bajo la ensea de la irona, muy conscientes del inevitable parasitismo de sus antagonistas (The Ideology of the Aesthetic, 1991: 26). Puesto que ellos dan como establecida una identidad esencial andaluza, esa presuncin debemos interpretarla como maniobra tctica, cuya fortaleza y tenacidad son proporcionales a la severidad de la opresin a que se resisten. (...) Their cultural inventiveness inclined them to support positions that they rarely, if ever, saw or understood in their entirety. The worth of the resulting "Rito" invention can only be assayed in hindsight, by appreciating the larger play of its consequences in history. The value of the gitanismo or andalucismo in this series is not to be determined within the boundaries of the films themselves, but in the ongoing history of social life to which those films contribute their energies. Su creatividad cultural los predispone a defender posiciones que ellos raramente, si acaso alguna vez, ven o comprenden en su entera complejidad. El mrito resultante de la invencin de "Rito" slo podr ser establecido al final del proceso, a travs de la apreciacin del ancho efecto de sus consecuencias histricas. El valor del gitanismo o el andalucismo en esta serie no queda decidido dentro de los lmites de los propios captulos, sino que se ver en la progresante historia de la sociedad a la cual estas pelculas entregaron sus energas. El Captulo 5, titulado The Body, con sus apartados: Cante on the Mind, Western Song Traditions, Cante and the Body, Cante on Television, Conclusion. En total 14 pgs., ms un tercio de pgina para notas. Este captulo es una revisin de un ensayo, ofrecido originalmente en "Popular Music". Para un musiclogo ha de ser el ms interesante. Repasa la historia de la Msica en Occidente, recordando cmo, por sus orgenes religiosos cristianos, la msica culta ha sido encauzada hacia una exaltacin de lo mental en detrimento de lo corporal, que se pretende musicalmente ignorable, siendo los cuerpos slo vlidos como instrumentos para la ejecucin; este tour de force utpico, dice, alcanza su realizacin ms cercana al ideal en la polifona vocal, en que desaparecen las propias limitaciones del fiato y la tesitura, y escuchamos una voz de voces, todopoderosa, cuasi-divinal. Este aspecto apolneo de la msica occidental se produce tanto en el modelo catlico, en que se promueve el hecho comunitario y cooperativo, como en el

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protestante, donde se prima el individualismo competitivo. Insertos en esta tradicin cultural oficial, los flamenclogos consideran al flamenco1 como una expresin radicalmente espiritual, de expresin tan incorprea como la razn alegada por Mairena, y el duende invocado por Lorca. Pues bien, Washabaugh, como el nio del cuento de Andersen que gritaba "el rey va desnudo", se asoma a los programas de "Rito" y exclama con la ingenuidad del que no ha sido adoctrinado: These songs are more muscular and neural que conceptual or sentimental. They are examples of musica practica, muscular music, songs of the body (Chanan. 1994). Estas canciones son ms musculares y neurales que conceptuales o sentimentales. Son ejemplos de msica prctica, msica muscular, cantes del cuerpo. Luego, lleva a cabo un meticuloso y lcido ejercicio demostrativo, que arranca del propio ttulo de la Serie2 y luego se extiende en numerosas citas de la misma. Tal vez los registros meramente sonoros hayan contribuido a la ceguera de los expertos3, pero el medio televisivo, no slo revela todos los detalles, como un microscopio los de la preparacin puesta en el portaobjetivo, sino que fomenta la expansin corporal de los cantantes y dems intrpretes, muy conscientes del plus de expresividad de que sus cuerpos disponen en esta ocasin. Washabaugh arriesga ciertas conclusiones inslitas e inditas: Flamencologists portray flamenco song as heartfelt, sincere, meaningful, even spiritual song, a spiritual journey to the heart of the human condition. Such a view of cante, while edifying, fails to accounts for its physicality. When one considers the singers in the films of the "Rito" programs, one discovers a corporlity that is conventionally consigned to the margins of musical experience. The intensity and diversity of singers' bodies overshadows the allegedly spiritual mission of cante. In this chapter I have argued that bodies occupy a central rather than a marginal place in cante. In moments of music, both rhythmic and painful, the artists' intention become secondary, and their bodies speak for themselves. And wherever bodies speak, it is fruitless to ask what they mean. Los flamenclogos retratan el cantar de los flamencos como un sentir entraable, sincero, cargado de significacin, incluso un godspell, un viaje espiritual al corazn de la condicin humana. Tal perspectiva del cante, incluso edificante, elude reconocer su carnalidad. Cuando uno considera a los cantantes de las pelculas de los programas de "Rito", descubre una corporeidad que es convencionalmente consignada al margen de la experiencia musical. La intensidad y diversidad de los cuerpos de los cantantes ensombrece la supuestamente espiritual misin del cante. En este captulo yo he sostenido que esos cuerpos ocupan una posicin ms central que marginal en el cante. Hay momentos de msica, a la par rtmica y dolorosa, en que la intencin de los artistas pasa a ser secundaria, y sus cuerpos hablan por s mismos. Y all donde los cuerpos hablan, es estril preguntar que quieren decir. El Captulo 6, titulado Women, con sus apartados: The Roles of Women in Musical Practice, Franco and Women, Women in the Films of "Rito y Geografa del Cante", Conclusion. En total 13

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Pese a su evidente condicin de msica popular disidente, matriarcal, dionisaca y mistrica, platnica y agustina, rabiosa de islmico trab, ajena (si no contraria y an contradictoria) a los patrones patriarcales, apolneos y civilones, aristotlicos y tomistas, sensatos hasta el tedio, de la msica cristiana.

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En efecto, "Rito" hace referencia a la liturgia, la parte corporal de cualquier religin, que tiene en la piedad su nivel sentimental y en el dogma su nivel mental...; y "Geografa", por supuesto, se concentra en lo ms territorial del plano de tierra.

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Tal vez por ello, hoy, quienes han aprendido a cantar slo de placas o LPs no logran desarrollar una verdadera expresin flamenca.

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pgs de texto. ms 1 de notas. Sostiene que, entre 1939-75, la ideologa totalitaria dominante, supuso una unificacin de la multiplicidad espaola como si el cuerpo de Espaa fuera algo as como el "Cuerpo Mstico" de la Iglesia de Roma; nace as el nacionalflamenquismo, una forma de negar al flamenco la condicin de voz caracterstica de Andaluca, reelaborndolo como smbolo de la total identidad hispana; lo que, evidentemente, provoc resistencias desde muy distintos ngulos1. Paralelamente, dice, el franquismo ms radicalmente integrista, asume el simplista esquema mediterrneo de mujer-privada, madonna y maternal, frente a mujer-pblica, puta. Era un significativo triunfo de las fuerzas ms reaccionarias del Movimiento, que recuperaban el anacrnico modelo ideal de la burguesa decimonnica2. En la prctica musical del dieciocho, la msica de lites en Occidente haba sido un asunto de hembras aristcratas, en el seno de sus hogares. En el siglo XIX, el ms confinador de las mujeres, el papel de stas, tanto en la msica popular como en la culta, estaba cuidadosamente medido y controlado por los varones, que copaban toda la msica callejera, y que en Espaa excluan de las juergas y fiestas a las decentes, con la notable excepcin del carnaval y la feria, en los que la pasin femenina y la emocin mujeril (de las que el varn de la poca haba aprendido su repertorio sentimental) se manifestaban justo al lmite de lo permitido. En el apartado Franco y las Mujeres leemos cmo la Dictadura, reforzada su poltica maniquea por el catolicismo tradicional, contribuye a fijar la polarizacin de los roles (varn, hembra): imponiendo una imagen inmvil de la mujer, maniqu bello pero inactivo, congela la feminidad; fomentando las peas, fraternas asociaciones de hombres solos empeadas en un estril esteticismo, el rgimen contribuye a afianzar la neutralidad del flamenco. Washabaugh subraya cmo la serie "Rito" presenta la familia: un mbito frtil y nutricio para el flamenco, en el que la mujer es, al menos, un sujeto creador ms; es cierto que hay mucho flamenco para hombres, pero nunca vemos un burdel, lo que, segn Turbica, no fue por descuido sino intencionado Washabaugh concluye que: This film series portrayed women as matriarchs of flamenco, a portrayal which, though undramatic, nevertheless cut against the grain of nacionalflamenquismo. The family-centered flamenco of this series, with its celebrations of flamenco mothers, children at the breast, and of flamenco fathers encouraging their children to participate in family songfests, was a tacit but effective response to the nacionalflamenquista imagery of Franco years. Paradoxically, the shrewdness of this resistant response lay in its complicity with so many other aspects of Franco's cultural politics. Family, for example, was a theme of central importance in franquismo, so much so that family-centeredness was parodied by the dissident filmmakers managed to oppose franquismo while seeming to comply. (...) The fact that the filmmakers made liberal use of selective emphases in presenting these remembrances should not render the series particularly liable to claims that it is unfaithful as a document of history. On the contrary, these "Rito" films embody the principle only lately popularized among social scientists, that documents of memory often make inventive uses of the past for the purpose of willing backward the future. Esta serie pinta a las mujeres como matriarcas del flamenco, un retrato que, an sin dramatizar, pone a pesar de todo el dedo en la llaga del nacionalflamenquismo. Un flamenco centrado en la familia como el de esta serie, con sus exaltaciones de flamencas madres con hijos mamando a

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Entre quienes no conocen ms flamenco que el nacionalflamenquismo hay que ubicar a los sociatas que lo ven como una vergenza nacional, que nos aleja del modelo progresista de las naciones de nuestro entorno.

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Frente al cual el majismo y, luego, el flamenquismo supusieron sendas vlvulas de escape.

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sus pechos y de flamencos padres animando a sus nios a participar en las fiestas, era una rplica, velada pero eficaz, a la imaginera nacionalflamenquista de los aos de Franco. Paradjicamente, la sagacidad de esta rplica opositora radica en seguir la corriente a muchos otros aspectos de la poltica cultural de Franco. La familia, por ejemplo, era un tema de primordial importancia en el franquismo, tanto que el papel central que se le haba repartido era parodiado por estos cineastas disidentes, quienes se las arreglaban as para oponerse al franquismo mientras simulaban acatarlo. (...) El hecho de que los cineastas hicieran un prdigo uso del nfasis selectivo al presentar estas evocaciones, no hace a la serie particularmente culpable frente a las acusaciones que la califiquen de documento histrico indigno de confianza. Por el contrario, estas pelculas de "Rito" paradigman el principio, slo ms tarde popularizado entre los cientficos sociales, de que estos documentos de recuerdos hacen con frecuencia un uso inventivo del pasado para proponer un edificante antecedente del futuro. El Captulo 7, titulado Angloperspectives on Flamenco Music, con sus apartados: Spanish Flamencology, In Search of the Firedance, Flamenco Deep Song. En total 12 pgs. ms las 2 de notas. Seala que los autores anglosajones, desde Borrow y Ford, han sido despectivos en sus comentarios sobre Espaa. Todava en 1908 Havelock Ellis afirmaba: The spanish caracter is fundamentally ... savage. En 1920 Sommerset Maugham habla de un joven en un olivar, que canta una y otra vez la malaguea (the same monotonous song), que no sabe leer ni escribir, ni habr trabajado nunca lejos de su pueblo, donde un da se casar, tendr hijos y, al cabo, morir y regresar a la Madre de todas las cosas. Washabaugh da otros ejemplos de minusvaloracin por los anglosajones, incluso en 1955, cuando comparan la vida del espaol de entonces con la del ingls del siglo diecisiete (Pritchett). Sin embargo, dos escritores recientes Woodall (1992) y Mitchell (1994), le parecen ms profundos y dignos de atencin. Sin duda, van a influir mucho en la perspectiva que de los espaoles se vaya a tener en los pases de lectura inglesa a partir de ahora. Washabaugh repasa brevemente la historia de la flamencologa espaola, en la lnea de Gnesis Garca Gmez, con la que parece coincidir sin reservas. Luego compara los libros de lvarez Caballero y Ros Ruiz con los de Woodall y Mitchell, opuestos entre s, como da y noche. Woodall podra escribir para turistas, tan emocional es su punto de partida, tan devoto a las danzas de los tablaos de Madrid. La mayor parte de los lectores de que se instruyan con los libros de Woodall sern arrastrados por su percepcin elitista, su populismo acrtico, como si fuera otro de aquellos escritores viajeros que revelaron el flamenco a Europa el pasado siglo. Mitchell es hiperacre: ro loco del flamenco, depravado folklore, flamenco pecador...; el suyo parece ser un mundo aparte del de Woodall, pero que sea un mundo objetivo, imparcial y de libre percepcin... eso es otro cantar. Mitchell despliega enorme energa erudita en la construccin de sus argumentos; subraya el triste papel de deliberados degradadores desempeado en la evolucin del gnero por ciertos seoritos, esos que tantas veces han hecho a los artistas vctimas de sus gracias. Los gitanos, definidos como un grupo cuasi-tnico, ejerceran, segn l una funcin de derogacin normativa en este desarrollo regresivo. Lejos de ver, como Lorca, una vacuna en el gitanismo, lo tiene por el virus mismo. Los gitanfilos, asegura, han cooperado para lograr la degradacin de un arte, cuya herencia sana y de progreso iba por la lnea del Breva, Chacn y Marchena, descarrilando por la tan jaleado va de Manuel Torre y Mairena. Los reproches de Washabaugh al libro de Mitchell, an admitiendo aciertos, son

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particularmente severos; mas no se piense que la causa est en que ha decidido preferir la exclusionista actitud de los gitanistas. Only dupes and automatons could be on his mind. What else can one make of his claim that the reduced role of nongitanos to that of mere bit players (has been) enthusiastically seconded by so many nongitano intellectualls... because racial mystification was compatible with their tardo-romantic art religion? ("Flamenco Deep Song", 1994: 216). Did he never consider the possibility that a non-Gitano intellectual such as Jos Caballero Bonald was capable of making tactical uses of gitanismo to mount a resistance to franquismo? Did he never entertain the possibility that the behaviors of such scholars might be ironic and multidimensional? It does not take a postmodernist to recognize that ideology is not so much an imposition as a dialog. Slo poda tener in mente simplones y robots. ?Qu otra cosa cabe deducir de su pretensin de que la reducida participacin de los no-gitanos, apenas meros imitadores, (haya sido) entusisticamente respaldada por tantos intelectuales no-gitanos ... porque la superchera racial estaba en sintona con la religin de su tardorromanticismo artstico? ("Cante Hondo Flamenco", 1994). ?Nunca consider la posibilidad de que un intelectual no-gitano como Jos Caballero Bonald se atreviera a servirse tcticamente del gitanismo para montar una resistencia al franquismo? ?Nunca abrig la sospecha de que los comportamientos de tantos eruditos pudieran ser irnicos y multidimensionales? No se tenga por postmodernismo reconocer que ideologa es menos imposicin que dialctica. El breve Captulo 8, titulado Music, Resistence, and Popular Culture. Consta de 7 pgs. de texto. Breve, pero suculento. Muchos movimientos de resistencia de los pasados 2000 aos de la Historia de Occidente dice- han sido potenciados por la msica: los trovadores albigenses del siglo XII, los poetas franciscanos del XIII, los himnistas protestantes del XVI y, en nuestro siglo, los baladistas laboristas de los 30, los rockeros antisistema de los 60, y, por supuesto, los antifranquistas flamencos de los 70. Para el estudio de la msica popular contempornea, el problema no radica en que pueda tener vinculaciones poltico sociales, que las tiene. El problema es que la oposicin no tiene centro y carece de cohesin e integridad. Este estudio de la msica flamenca, especialmente de la grabada en Espaa en los tempranos 70, nos da ocasin para reflexionar con precisin: como en la Norteamrica de los 60 y 70, los movimientos populares han contado con corrientes de complicidad, y, a la vez, incurrido en procesos de comercializacin. Tal ocurri tambin con la nova can en Catalua. En todo caso, este flamenco parece, a la vez, demasiado ambiguo y demasiado comprometido. Hay quien prefiere consistencia y monologismo; Washabaugh piensa que esto es peligroso: las ideas monolgicas conducen a la represin. Y termina: Flamenco music is no simple thing, artistically or politically. Whether one is referring to a performance of Antonio Mairena or Pepe Marchena and whether one is remembering the songs of Manuel Torre or Juan Breva, always one confronts socio-musical chaos. Multiple voices and manifold interests build upon each other through time, setting an ineffably complex stage for each next performance. The task of critics who face this chaos is less that of winnowing the tradition and sifting out the legitimate from the illegitmate -as if only legitimate flamenco were worth a good listen- but to respond to each performance in such a way as to grow the noise.

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La msica flamenca no es cosa ingenua, ni artstica ni polticamente. Cuando alguien se remite a un logro artstico de Antonio Mairena o Pepe Marchena, y cuando alguien est citando los cantes de Manuel Torre o Juan Breva, se enfrenta siempre a un caos socio-musical. Mltiples voces y mltiples intereses se apoyan sobre uno u otro a travs del tiempo, asentando un complejo e inefable decorado para cada prxima actuacin. La tarea de los crticos que afrontan este caos es menos el aventar dentro de la tradicin grano y paja, y discernir lo genuino de lo espurio -como si slo el flamenco legtimo fuera digno de una audicin respetuosa-, y ms el [autocontrolarse, a fin de] no reaccionar tras cada logro artstico de tal manera que contribuya a incrementar el barullo. El Captulo 9, titulado "Rito y Geografa del Cante", con sus apartados: Introduction, Program Titles and Dates of Broadcast, Official Announcements, Program Summaries and Voice-overs for Programs no. 1-5 of Rito y Geografa del Cante, Reflections of de Title Sequence, The Historical Context of the "Rito" Series, Realist-Representation in the "Rito" Series. En total 31 pgs. y media de texto, ms las 3 y media de notas. "Rito y Geografa del Cante" es una serie documental musical integrada por cien programas de media hora, emitida los sbados (al final, los lunes) por la noche por la segunda cadena de Televisin Espaola, entre el 23 de octubre de 1971 y el 21 de octubre del 73. Rodada en blanco y negro y doble banda, no ha vuelto a ser emitida. La autora era asumida por Mario Gmez, Pedro Turbica y Jos Mara Velzquez. A travs de la Golda Meir Library de la Universidad de Wisconsin (Milwaukee), el autor tuvo acceso a las copias en vdeo de 89 de stos programas, que estaban en los fondos de la misma desde 1988, adquiridos de la Universidad de Columbia. De los 11 programas restantes Washabaugh pudo ver y estudiar 5 en el Centro Andaluz de Jerez de la Frontera; los restantes programas se han perdido o han sido destruidos. El autor describe meticulosamente la secuencia de los ttulos iniciales, extrayendo de la misma notables implicaciones y asegurando: The two major impressions conveyed by the title sequence as a whole are: that flamenco is a confusing experience, but appreciation of flamenco music can be achieved by studying the historical continuities of flamenco culture. These two lessons, presented in 46 seconds, summarize the entire series as it stretches across 50 hours of viewing time. Las dos ms intensas impresiones comunicadas por la secuencia de ttulos en su totalidad son: el flamenco es una experiencia confusa, pero la apreciacin de la msica flamenca puede ser alcanzada a travs del estudio de las coherencias histricas de la cultura flamenca. Estas dos lecciones, impartidas en 46 segundos, compendian la serie entera, que se extiende durante 50 horas de visionado. Al estudiar el contexto en que la serie nace y se difunde, Washabaugh sita al lector extranjero ante un pas sometido a un rgimen dictatorial de extrema derecha, en el que las libertades de reunin, opinin y comunicacin estn reducidas a una expresin mnima. Los autores de la serie le confiesan que, implcitamente, el proyecto era antifranquista; y el ms importante signo de ello es que sera producido por la Segunda Cadena. Este hecho, insignificante para norteamericanos habituados a canales mltiples e independientes en televisin comercial, era monumentalmente significativo para los espaoles: slo desde finales de 1966 el ministro Fraga1 haba logrado crear una modesta segunda red: la segunda cadenilla (Garca Jimnez, 1980). El staff de este canal estaba

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Hoy repetidamente Presidente de la Comunidad Autnoma Gallega, en plena monarqua democrtica cuasifederal

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densamente ocupado por la generacin del 39, esto es gente que haba nacido cuando conclua la Guerra Civil. En los ltimos 60, estos jvenes profesionales haban logrado realizar programas de alta calidad ("La historia de la Televisin Espaola", 1993. Baget Herms). Salvador Pons, director de la Segunda Cadena desde su inauguracin en 1966, haba reclutado un nmero de jvenes intelectuales sevillanos, incluyendo a Carlos Gortari, Claudio Guern, Romualdo Molina, Jos Manuel Fernndez, a los que se uniran ms tarde Alfonso Eduardo Prez Orozco y Josefina Molina; todos ellos haban trabajado juntos en una emisora en Sevilla llamada Radio Vida. La idea de la serie, sigue diciendo, fue desarrollada por Mario Gmez y Pedro Turbica, ambos madrileos y profesionales de televisin en la Segunda Cadena. Turbica haba adquirido su amor por el flamenco en trabajos previos con Jos Mara Velzquez, guionista, nacido en Arcos de la Frontera (Cdiz), el cual estaba familiarizado con las tradiciones del cante andaluz1. Sometido el proyecto a Romualdo Molina, ste les comunic la aprobacin en menos de una semana. El primer contrato prevea 13 programas. Velzquez escriba los comentarios y las preguntas de las entrevistas, y apareca en pantalla como entrevistador. Turbica era el pivote tcnico del proceso de filmacin con artistas y aficionados. Gmez diriga y montaba las pelculas. Los cineastas de "Rito" se impusieron a s mismos la tarea de remodelar la imaginera establecida del llamado nacionalflamenquismo. Gozaban de la ventaja tctica de la popularidad del flamenco para desplegar su propio mensaje de aperturismo.2 Por sus tcnicas de documental realista, "Rito" puede haber sido efectivo para desbunkerizar al franquismo, pero lleg a ser estrictamente peligroso al acuar su propia lnea de esencialismo cultural: la fuerza oposicional del realismo no es tan simple o directa como parece. A primera visin sorprende ya la neutralidad con que se da voz a opiniones opuestas (bajo el control de la de Velzquez, voz del programa) y ms an la igualdad de trato respetuoso para las distintas provincias de Andaluca; de paso, la serie revela el poder que ejerce el pasado sobre el presente..., implantado en los cuerpos (Nichols. 1994); y, como tantos otros films de viajes (nadie discutir la naturaleza turstica de "Rito y Geografa", evidente desde el primer programa que se rod3 y presente en numerosos comentarios), gana crdito por la autenticidad de la msica que recoge, en conexin con sus contextos (trilla, pregones, etc.), mientras crea un contraste entre fachada y patio trasero. La eficacia de la serie en la sugestin de esta back region es enorme: ya sea cuando un telfono suena, interrumpiendo una entrevista, o cuando abre la puerta a momentos de intimidad, como Bernardo Pea, en la bodega, derramndose un vaso de vino sobre la cabeza; o cuando se revelan detalles presentados como secretos (la violacin del supuesto tab de la albore), aunque algunos carezcan en s de relevancia: en fin, el uso de lo innecesario como expresin de una veracidad del tipo objetivo indiscreto. El recurso alcanza su mayor sentido cuando se contraponen aficionados como Oliver de Triana, La Marrurra o Diego El del Gastor a los profesionales. stos estn en la fachada, siempre en riesgo de perder la lnea ms pura de la tradicin por las compulsiones del ambiente (entindase el rgimen y el sistema) mientras que los otros, en la libertad de su intimidad (donde slo acta la cultura autctona) gozan de presuncin de pureza.

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Y era buen amigo de Caballero Bonald.

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Eufemismo acuado por Manuel Fraga para dar cobertura a sus intentos personales de liberalizacin. ste ministro haca aos que ya haba cado en desgracia. Luego fue uno de los elementos claves, junto a Santiago Carrillo del Partido Comunista, para lubricar la Transicin.

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El nmero 5 en la emisin: Cdiz. Sirvi de piloto.

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Lo que ocurre es que ese patio trasero no es menos ficticio, menos construido y elaborado, que la fachada. Irnicamente, el supuesto documental realista es doblemente ficcin; el autntico flamenco, la escondida experiencia musical que "Rito" descubre y exalta, es ficcin. Creado con la mejor de las intenciones como antdoto a la msica filtrada y elaborada en la era de Franco, este flamenco es ficticio. Ahora, nuevas generaciones, se sienten tentadas; lo buscan, como un Santo Grial o como una Gran Ballena Blanca, y no lo encuentran en ninguna parte. Canonizando una versin del flamenco inventada, y usando sus parmetros para medir las realizaciones contemporneas, la crtica y la aficin han entrado en zona peligrosa. Con ello podemos hacer perdurable el muro en negativo con el que se opusieron tan vigorosamente a la ideologa franquista, and, in the end, bailing out of our human responsibility to struggle with our own noise. ...y, en definitiva, escurrir el bulto a nuestra humana responsabilidad de silenciar nuestro propio ruido. Bibliography, con 18 pgs. Y, por ltimo, Index de conceptos, topnimos y personas: 11 pgs.

4. Metodologa utilizada: Origen y tratamiento de las fuentes y datos: documentos, fuentes de primera mano, experiencias personales, entrevistas, otros textos... El autor confiesa estar enamorado del flamenco desde hace aos, pero no es esto lo que lo lleva a iniciar su trabajo. Es, ante todo, un antroplogo; como tal se enfrenta con la cultura en marcha caracterstica de un grupo humano como materia base de su profesin de investigador. De repente ha encontrado en sus manos una fuente fija y acotada: los episodios de una serie de televisin filmada hace aos, donde se describe documentalmente, con aparente vocacin antropolgica y etnolgica un momento concreto y pasado. Hoy es un pas altamente civilizado, pero de antiqusimas races histricas, y cuya situacin poltica y econmica ha cambiado substancialmente desde el momento en que se rod. Por otra parte, se da el caso de que est presente un elemento expresivo de primera fuerza para la antropologa: msica y danza populares. An viven los autores y muchos de los espectadores. Abundan referencias de la prensa de la poca y hay documentacin en los archivos. A ello, pues. Ya metido en harina, Washabaugh lleg mucho ms lejos de donde esperaba. Resulta que el hombre no se limit a estudiar los programas de la serie, como una fuente precisa, controlada y segura para el antroplogo de segunda mano, sino que vino a Espaa a hacer trabajo de campo: investig aqu con lcida profesionalidad; capt al detalle los cambios sobrevenidos entre nosotros con la instalacin de la democracia y su prolongada permanencia, y los compar con las situaciones pasadas; investig, a travs de autores y testigos supervivientes, el proceso de gestacin, produccin, emisin e impacto de aquel programa de la Segunda Cadena; tom nota de las rodadas del mismo que, veinte aos ms tarde, an quedaban en el terreno; comprob sus audaces hiptesis, consultando y entrevistando a gentes de los 90; se hizo con libros recientes... y, sobre todo, aprendi mucho ms sobre flamenco, escapando a los tpicos peculiares y esquemticos que sobre l estn vigentes entre los aficionados de los U.S.

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Tipo de obra: Dentro de la lnea del gnero de ensayo, habra que hablar de obra de tesis. Al cotejar las referencias eruditas de los especialistas locales, se encuentra en medio de una ardiente polmica, donde se combate vigorosa y apasionadamente. A veces parece un campo de Agramante. ltimamente, se suman al combate estudiosos compatriotas. Washabaugh, mira, compara, estudia hasta la extenuacin, y, por su cuenta, con la audacia de un Indiana Jones, se mete en medio del zafarrancho espaol y establece su propio partido. Podra haber sido un ensayo, o una serie de ensayos de mbito cientfico circunscrito, pero es una Obra de Tesis. Aqu est el indio de las Indias, el gringo yanqui dando consejos, el hispanista andalucista d' Urtram. Enreao, pringao n'er charco hasta las cachas: uno m de nosotro. Bienveno, primo. Qen Seviya o Ci yevaras apodo, pisha. No s por qu me barrunto que te yamaran Er Guasa. Vocacin de la obra: El libro iba a llamarse "Flamenco en Blanco y Negro: Rito y Geografa del Cante", de acuerdo con el punto de partida, eminentemente modesto del autor: Al estudiar la multidimensionalidad de esta serie documental, podemos ahondar nuestro respeto para el fenmeno cultural de la msica flamenca. El flamenco presentado en la serie no es simplemente un trozo museolgico transportado del pasado al presente, tampoco una repeticin de una tradicin supuestamente original y pura. Es un proceso vital, incesantemente cambiante; y, por lo tanto, inescrutable. Su dinamismo es mediado por (y mostrado en) sus momentos ms ricos de actuaciones pblicas, tales como esos de "Rito y Geografa del Cante". Este libro precisa interpretar este proceso de actuacin televisada, pero no total o definitivamente, porque cada momento de la cultura popular, siendo vital, hace imposible el anlisis total. Por eso, el motivo de este proyecto debe ser humilde, esto es, aprovechar algunos signos histricos y polticos de la vitalidad de esta importante mediacin de la msica flamenca: "Rito y Geografa del Cante". Alcance y resultados del texto en este sentido. El meritorio esfuerzo realizado se puede apreciar en el libro, que va mucho ms all de ser la inteligente resea de un programa de la televisin franquista; lo que era el objetivo primordial, se convierte en punto de apoyo, slido pero no exclusivo, de una teora antropolgica de primera fuerza sobre el flamenco. De aqu el ttulo definitivo de la obra: Flamenco: pasin, poltica y cultura popular. Esta trada mgica, en que cada ngulo del tringulo no se opone sino que se integra en los dos opuestos, define con notable inspiracin los resultados de la bsqueda de Washabaugh: pasin poltica y cultural del pueblo; poltica popular cultural y apasionada; cultura de un pueblo, pasional y politizada (subrepticiamente), que se enfrenta a la Cultura de lite, impuesta desde fuera por el Poder. ?No es una descripcin del flamenco casi perfecta? Al principio, esta perspectiva nos resultar chocante a los espaoles, porque los de por ac solemos instalarnos en una sola de las tres esquinas (ya seamos pro o antiflamenquistas) y, desde ella, lanzamos verduleras contra los de las otras dos. Despus de leer y entender el libro del norteamericano, no ser tan fcil mantenerse atrincherados en un solo corner. 5. Principales aportaciones: Hiptesis relevantes, propias o relativas a otras anteriores.

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En fase avanzada de la redaccin, William Washabaugh vino a Espaa hacia mayo de 1995 y dio una conferencia, cuyo manuscrito tuvo la gentileza de pasarnos. Su traduccin es slo correccin de estilo del espaol original: tcitamente puede considerarse aprobada por el autor, lo que no cabe decir de las traslaciones de los prrafos recogidos en este trabajo. Parece que puede ser de inters para los estudios de ahora y los estudiosos del futuro aportar este texto, que ofrece una perspectiva nica, ya que ilustra de fuente directa las posiciones del autor y fija las que l considera sus principales aportaciones "LA INVENCIN DEL 'CANTE GITANO': GITANOFILIA Y TELEVISIN" Los autores de la serie documental Rito y Geografa del Cante pusieron de relieve las caractersticas exticas y orientales de la msica flamenca; en parte, por oponerse a Franco, desafiar a Madrid y favorecer las aspiraciones de Andaluca a constituirse en Comunidad Autnoma.1 As pues, en este contexto hay que apreciar el gitanismo y la gitanofilia de la serie. Para los autores de los programas de la misma la gitanofilia cumpli mltiples funciones. Reflej su concordancia con Antonio Mairena y asumi el mairenismo pero, a la vez, favoreci los intereses andalucistas y el antifranquismo. Invisible, y siempre excusable, la gitanofilia de la serie "Rito" modula las mltiples dimensiones de la msica popular y de la identidad colectiva. #. Andalucismo en la televisin durante el rgimen franquista La serie "Rito" respondi, en parte, a una situacin irremediable derivada de la poltica franquista. En concreto: el tipo de desarrollo econmico y la estructura poltica impuestos durante los aos franquistas determinaron una centralizacin de la Administracin Pblica y la elevacin de Madrid a punto focal de la vida social de toda la nacin. Al mismo tiempo, Andaluca (como Catalua o las provincias vascas) quedaron marginadas (Harding 1984: 25; Collier 1987:187; Hansen 1977; Johnston 1991); de modo que sus aspiraciones independentistas y autonmicas se vean sofocadas por la retrica centralista del rgimen. El designio centralista era evidente en los estilos musicales flamencos que favoreca la administracin franquista. Nacionalflamenquismo es el nombre con que es designada la poderosa esttica popular castellano-andaluza, utilizada para efectuar una afirmacin nacional, orgullosa de sus valores frente al mundo y reducir, definitivamente, la diversidad interior la unidad firme y claramente manejable (Almazn, citado en lvarez Caballero 1992:110). Con respecto a este estilo musical, como en tantos otros aspectos de la vida social espaola, Madrid fue centro y gua. La oposicin andaluza contra estas centralizaciones haba sido vital, al menos desde 1898, y frecuentemente estaba vinculada a las pretensiones histricas de una identidad del pueblo perfilada y distinta. Los defensores de esta aspiracin acentuaron la diversidad social caracterstica del sur de antao. Concretamente, la identidad especfica andaluza se haba desarrollado por la mezcla de las diversas etnias asentadas en el sur desde antes de 1492. Se pintaba a Andaluca como una paradisaca comunidad donde convivan armoniosamente cristianos, musulmanes, judos y gitanos... al menos hasta el siglo XV, cuando Madrid impuso su programa de homogeneizacin cultural (Acosta Snchez 1978; Moreno Navarro 1977). Al objeto de expresar esta diversidad quintaesencial de los sureos es prctica comn celebrar las contribuciones de las diversas etnias que haban constituido la estirpe

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NOTA DE WASHABAUGH. Agradezco a "The Program for Cultural Cooperation Between Spain's Ministry of Culture and United Sta