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TERROR GLOBAL NÚMERO 10 AÑO 2004 DOSSIER 6 EUROS 6 2 España y Andorra. 9,50 2 Europa. Walter Laqueur Fred Halliday Rohan Gunaratna François Burgat Mourad Faher Tahar Ben Jelloun William R. Polk Martha Crenshaw Michel Wieviorka Graham E. Fuller Jonathan Stevenson ESPECIAL DEL 11 - S AL 11 - M

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terrorism, articulo de vanguardia dossier sobre el 11 de septiemre y bin laden

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TERRORGLOBAL

NÚMERO 10 AÑO 2004DOSSIER

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DEL 11-S AL 11-M

001 Portada oK 25/3/04 19:54 Página 1

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uatro trenes abarrotados de pasajeros reventaron en Madrid el 11de marzo de 2004. Aquella trágica mañana que segó la vida a casi200 personas e hirió a más de un millar convenció a muchos eu-ropeos descreídos de que el terrorismo global no era una fantasíade Estados Unidos. Hasta el 11-M Europa había asistido como es-pectadora más o menos pasiva de lo que el profesor Walter Laqueurdefine, en este número especial de “Vanguardia Dossier”, como una

guerra de aniquilación a pequeña escala, iniciada justo dos años y medio antescon aquel terrible 11 de septiembre de 2001.

Es propio de la naturaleza humana cerrar los ojos ante el peligro; creer queson otros los que corren riesgos; pensar, incluso, que el potencial enemigo jamásfijará su atención en ti si no le provocas. Esta actitud, tan humana como cándi-da, sólo se desvanece cuando el rayo terrorista fulmina a tus vecinos más próxi-mos. Es entonces, en medio del aturdimiento, cuando llega la hora de enfrentarsea la realidad, de constatar que Europa es desde hace tiempo uno de los principalesteatros de operaciones del fundamentalismo islámico violento. De hecho, ya exis-tían multitud de señales en este sentido.

España y Alemania fueron la base logística de los pilotos suicidas del 11-S. Lasoscuras redes tejidas en dos países vuelven a aparecer de nuevo unidas en la in-vestigación de la matanza del 11-M. Pero, probablemente, sólo estamos ante la pun-ta del iceberg. No se trata sólo de desmantelar células durmientes terroristas, si-no de analizar la penetración del integrismo islámico en la numerosa comuni-dad musulmana europea. En nuestro continente viven más de 30 millones deciudadanos que abrazan el Corán. Como la inmensa mayoría de personas de cual-quier creencia, ellos también son pacíficos. Pero de la misma forma que en lospaíses musulmanes es elevado el índice de población que apoya el terrorismo co-mo arma última de autodefensa para frenar la invasión del ideario occidental, se-ría ingenuo creer que el integrismo no ha calado también, aunque sea en menorproporción, entre los musulmanes europeos. Sólo con que esta circunstancia sediera en el uno por ciento de dicha comunidad, estaríamos hablando de 300.000potenciales yihadistas.

Europa, la puerta natural de Occidente para el islam, debe evaluar con tantaconvicción como serenidad la profunda alteración del orden internacional a la queasistimos. Probablemente nadie puede sentirse a salvo de la hidra del terror en nin-gún rincón del planeta. A largo plazo resulta utópico soñar con la seguridad ab-soluta. Como argumenta Laqueur, la victoria sobre el terrorismo es casi imposibley sólo podemos aspirar a reducir su amenaza. Eso sí, teniendo cuidado de no caeren el reduccionismo de la pretendida guerra de civilizaciones. Occidente tambiéndebe combatir el terror para que no se repitan las matanzas de chiitas que se hanproducido en Bagdad, Kerbala o Pakistán. Porque el terrorismo de corte musulmánestá desatando también una guerra civil interna en el islam.

Esta edición extraordinaria de “Vanguardia Dossier” (“Terror global. Del11–S al 11–M”) reúne artículos inéditos de los mejores analistas internacionalesdel complejo fenómeno terrorista, así como trabajos de especialistas publicadosen “La Vanguardia”, en un nuevo esfuerzo de colaboración periodística para in-tentar aclarar el que, sin duda, se ha convertido en el primer y gran enigma delsiglo XXI.

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VANGUARDIA | DOSSIER 3

E D I T O R I A L

José AntichILUSTRACIÓN DE PATRICK THOMAS

El terrorismo global

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57| En el lugar de los atentados de Casablancappoorr TTaahhaarr BBeenn JJeelllloouunnUn viaje al suburbio de chabolas a raíz de los atentados enCasablanca en mayo de 2003 descubre que sus habitantessobreviven al límite de la desesperanza entre montones debasura, dogas y barracas que apenas se sostienen. Ahí sereclutan a los kamikazes

60| TERRORISMO GLOBAL 1970-2004

70| Terrorismo mundialppoorr WWiilllliiaamm RR.. PPoollkkUn mes depués de que Bush asegurara que el mundo era másseguro tras la guerra en Afganistán e Iraq, el director de la CIAmostraba su disconformidad

77| Cómo piensan los terroristas ppoorr MMaarrtthhaa CCrreennsshhaawwNo nos enfrentamos a una psicopatología individual. Elresponsable es un grupo que se halla sumergido en unaidentidad colectiva que, aunque puede interrelacionarse con elresto del mundo, psicológicamente está aislado de él

80| Dos años después del 11-Sppoorr MMiicchheell WWiieevviioorrkkaaTanto en la época que primaba la economía como valorsupremo a la actual del auge de la violencia y la guerra,estamos ante un mismo problema, el del déficit de la política anivel internacional, nacional o local

82| TERRORISMO APOCALÍPTICO

85| Al Qaeda: ¿una importante victoria en Europa?ppoorr GGrraahhaamm EE.. FFuulllleerrAl Qaeda no habrá cosechado una victoria en España siprimero, los europeos reconocen que el mundo debe trabajarunido, pero no bajo el modelo de Bush, que no ha funcionado nien Afganistán ni en Iraq

87| ASÍ FUE EL 11-S Y EL 11-M

97| Las consecuencias del 11-Mppoorr JJoonnaatthhaann SStteevveennssoonnLa trágica jornada vivida en Madrid otorga mayor importancia ala necesidad de contar con una coalición sólida que permitafinalizar la tarea de la reconstrucción política de Iraq paracontrarrestar el aumento de adeptos entre las filas de Al Qaeda

06| Reflexiones sobre el terrorismo después de Madridppoorr WWaalltteerr LLaaqquueeuurrNuestras sociedades libres se enfrentan a graves peligros queidentificamos con el terrorismo. Enarbolar la bandera de laneutralidad es no entender que en un mundo globalizado elterrorismo no entiende de fronteras. ¿Qué libertades nospodemos permitir mantener?

14| Terrorismo y perspectivas históricas:comprender y evitar el pasadoppoorr FFrreedd HHaalllliiddaayyTanto el 11-S como los atentados en Madrid han sido productode unos factores políticos identificables y definidos que,además, dibujan el carácter global del terrorismo. Paramantener la campaña contra el terrorismo se debería respetarla ley y mostrar cierto grado de modestia y perspectiva histórica

33| Las entrañas de Al Qaeda: La red terrorista de Bin Laden, cómo sobrevive esta organización, ¿es España uno de sus centros? ppoorr RRoohhaann GGuunnaarraattnnaaLa red Al Qaeda, con miembros procedentes de al menos 40nacionalidades y activa en 94 países, sigue funcionando tras losatentados a pesar de las medidas de seguridad que hantomado la mayor parte de los gobiernos de todo el mundo. ¿Porqué y qué papel ha desempeñado España?

36| AL QAEDA EN EL MUNDO

50| ¿Locos por Dios? De la retórica religiosa a la reivincación políticappoorr FFrraannççooiiss BBuurrggaattHay una creciente tendencia de tachar de integristas a losadversarios políticos que proceden del mundo islámico. Aunquees cierto que algunos puedan serlos, no ocurre lo mismo conaquellos otros que intentan vehicular reivindicaciones másculturales, incluso propiamente políticas

54| La exégesis wahabí del Coránppoorr MMoouurraadd FFaahheerrArabia Saudí se dedica a expandir, más allá de sus fronteras, laislamización según la concepción wahabí. El wahabismo haceuna lectura literal del Corán fomentando la intolerancia contraquienes no siguen su dogma. Para ello Arabia Saudí hafinanciado directamente la creación y el desarrollo demovimientos islámicos radicales

SUMARIOESPECIAL 2004

DOSSIERPatrocinado por

VANGUARDIA DOSSIERwww.vanguardiadossier.com

Número 10 AÑO 2004

Editor:Javier Godó, Conde de Godó

Consejera editorial:Ana GodóDirector:

José AntichDirectores adjuntos:

Xavier BatallaAlex Rodríguez

Dirección de Arte:Rosa MundetRedacción:

Joaquim Coca y Jordi JarqueXavier Monsalve (diseño)

Alejandra Villar y Josep Pulido (infografía)Edición gráfica:Guillermina Puig

Edita La Vanguardia Ediciones S.L.Pelai, 28 - 08001 Barcelona

[email protected]

Suscripción y distribución:Pere IV, 467 - 08020 [email protected]

Teléfono: 93 361 36 60. Fax: 93 361 36 68

Depósito Legal: B-12.026.02 ISSN: 1579-3370Impreso en: ROTOCAYFO-QUEBECOR

Distribuye: Gepesa

© LA VANGUARDIA EDICIONES S.L. BARCELONA,2004. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. Esta publicación no puede ser reproducida; ni en to-do ni en parte, ni registrada en, o transmitida por, unsistema de recuperación de información, en ningu-na forma ni por ningún medio, sea mecánico, foto-químico, electrónico, magnético, electroóptico, porfotocopia, o cualquier otro, sin el permiso previo porescrito de la empresa editora.

00.Sumario 27/3/04 09:44 Página 4

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Reflexiones sobre el terrorismo después de Madrid

Walter Laqueur DIRECTOR DEL CENTRO DE

ESTUDIOS INTERNACIONALES Y

ESTRATÉGICOS DE

WASHINGTON. AUTOR DE “LA

GUERRA SIN FIN: EL TERRORISMO

EN EL SIGLO XXI”

ILUSTRACIONES DE PATRICK THOMAS

01.Laqueur 27/3/04 09:48 Página 6

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sultan? En estos momentos hay una gran divi-sión entre Washington y una parte considera-ble de la opinión pública europea. Los críticosde la política estadounidense sostienen que, deno ser por la guerra en Iraq, que en realidad notiene nada que ver con el continente europeoni con la guerra contra el terrorismo, los te-rroristas islámicos no habrían realizado aten-tados en Europa. En lugar de reducir las ten-siones, la guerra en Iraq ha proporcionado unimpulso renovado así como nuevos militantesal terrorismo. En otras palabras, que, de no serpor esta guerra innecesaria y dañina, habríabuenas razones para suponer que los países eu-ropeos no se habrían convertido en blancos delterrorismo. Al fin y al cabo, Al Qaeda no ha te-nido actividad en Islandia ni tampoco enAmérica Latina.

SEMEJANTE NEUTRALIDAD en la lucha contra elterrorismo quizá no sea muy heroica, pero po-dría proporcionar a los países del continente eu-ropeo una seguridad que no existe en EstadosUnidos o Gran Bretaña. También se sostieneque, en realidad, la guerra en Iraq no ha sido unéxito rotundo y que, en cualquier caso, el te-rrorismo no puede combatirse con aviones ytanques. Hay que enfrentarse a las “raíces del te-rrorismo”, mejorar las condiciones sociales enlos países musulmanes, lograr la paz entreIsrael y los palestinos y, en términos generales,llevar a cabo un diálogo entre las religiones. És-tos suelen ser los argumentos de una parteimportante de la población europea. Sin em-bargo, hay que añadir también que quienesmás se han opuesto a la guerra en Iraq no estánen el primer plano de la guerra contra el te-rrorismo; a menos, por supuesto, que les afec-te directamente en su país.

Quienes se mantienen en la otra parte de es-te debate están firmemente convencidos deque, desde un punto de vista moral, no hay ar-gumentos poderosos en contra del uso de la vio-lencia para combatir el régimen de SaddamHussein. Cualquier guerra que dé lugar el de-rrocamiento de un régimen tan bárbaro tieneque ser bien recibido. Otra cuestión es si se-mejante guerra tenía que ser emprendida enmarzo del año 2003, o si no podía ser poster-gada, o si quizá había otros medios de dirigir-se hacia ese fin...

Es cierto también que en Washington se al-

bergaron ilusiones sobre las perspectivas de lademocracia en Iraq y en Oriente Medio en ge-neral. La mayoría de iraquíes no desea hoy ne-cesariamente una democracia parlamentaria,sino mano dura, seguridad y una dictadura ilus-trada como la impuesta en su época por KemalAtaturk en Turquía. Por último, sería un errorque Estados Unidos y sus aliados permanecie-ran demasiado tiempo en Iraq; deberían limi-tar su estancia al mínimo. Iraq es una cons-trucción artificial creada por los británicosdespués de la primera guerra mundial. Podríadisgregarse, seguir como antes, padecer unaguerra civil entre los diferentes bandos. Sinembargo, ni siquiera las guerras civiles soneternas, y sería prudente dejar el futuro deIraq a los iraquíes, aun cuando semejante tran-sición no fuera pacífica.

Ahora bien, supondría un error centrardemasiado en Iraq nuestras reflexiones en tor-no al terrorismo contemporáneo y su proyec-ción en el futuro. El terrorismo islámico no em-pezó con la invasión de Iraq, sino mucho añosantes. Si bien muchos “yihadistas” de diversaspartes del mundo se han congregado en los úl-timos meses en Iraq (como hicieron hace diezo quince años en Afganistán), es más que pro-bable que, de no hacerlo ahí, hoy estarían ope-rando en otros territorios.

El hecho lamentable es que en el mundo is-lámico hay tal potencial de violencia que, conla misma facilidad, puede volverse tanto haciadentro como hacia fuera. En las guerras civilesde Argelia y Tayikistán, por poner sólo dosejemplos, han muerto más de cien mil perso-nas. Existe en el islam un importante compo-nente tradicional de guerra santa que con-vierte la “yihad” en el deber sagrado de todomusulmán para combatir a los infieles. Creenque no habrá paz ni justicia en el mundo has-ta que su dominio, el dominio de la “sharia”, seimponga en todo el planeta. Afirman que allídonde los musulmanes no son mayoritarios es-tán oprimidos, ya se trate de Francia o Italia, deRusia, China o India.

Sin duda es cierto que estos radicales cons-tituyen una minoría y que la mayoría desea vi-vir en paz con sus vecinos no musulmanes. Noobstante, los radicales que justifican la violen-cia siguen siendo una importante minoría: esprobable que entre un 10 y un 20 por ciento enEuropa occidental (quizá un poco menos en

O HAY OTRO PROBLEMA EN LA POLÍ-

tica mundial tan cargadohoy de emociones, tan im-pregnado de prejuicios yerrores, como el terrorismo.He estudiado el tema duran-te muchos años, pero no ten-go una respuesta a por qué el

terrorismo es como es. En última instancia, ca-si nadie de quienes escriben sobre terrorismo esun terrorista o simpatiza con ellos. Ha sido asídesde el principio. Por “principio” entiendo ladécada de 1970, cuando el terrorismo se con-virtió en un problema importante en algunospaíses europeos, y cuando su importancia po-lítica fue muchas veces sobrevalorada. Fue en-tonces cuando empezó a realizarse el estudiosistemático del terrorismo, sus motivos, obje-tivos y estrategia.

En aquellos momentos muchas personas–cuando no casi todas– sostuvieron que: 1) el te-rrorismo era algo nuevo y sin ningún prece-dente; 2) era un movimiento revolucionario deizquierdas; y 3) los motivos eran la pobreza, laexplotación social así como la opresión nacio-nal. Todas estas suposiciones estaban equivo-cadas: el terrorismo no era nuevo ni era revo-lucionario de izquierdas. Y albergaba con la po-breza y la opresión una relación mucho menorde lo que pensaba la mayoría. No obstante, es-

tas creencias equivocadas persistieron durantemucho tiempo y ni siquiera hoy han llegado adesaparecer.

Desde aquellos años han transcurrido tresdécadas y en todo este tiempo el terrorismo haexperimentado cambios notables. Y a los viejosmalentendidos acerca del terrorismo se hanañadido otros nuevos. El terrorismo islámico fa-nático ya no es selectivo como antaño, sino queapunta a matar al mayor número posible depersonas. Ya no se trata de la “propaganda porel hecho” proclamada por los anarquistas hacecien años, sino de una guerra de aniquilacióna pequeña escala.

Sin embargo, el cambio más importante esel siguiente: hacia 1970, el concepto de armasde destrucción masiva aún pertenecía al ám-bito de la ficción. Hoy se han convertido en téc-nicamente viables, aun cuando no hayan sidoencontradas en el territorio de Iraq. Podrá ocu-rrir dentro de un año o diez, es solamente unacuestión de tiempo. Las armas radiológicas yquímicas son las más probables; las nuclearesno son fáciles de producir y las biológicas sondifíciles de fabricar, de mantener estables... y susresultados son hasta ahora impredecibles.Pueden causar un daño enorme e incontrola-ble, pero también pueden no causar perjuicioalguno.

LOS HECHOS SON ÉSTOS, aunque todavía nohan llegado a la opinión pública. Antes al con-trario, las encuestas de opinión muestran quela mayoría de los ciudadanos franceses estánconvencidos de que el Gobierno estadouni-dense sobrevalora intencionadamente el peli-gro o que lo hace por ignorancia o histeria. Y lomismo ocurre con las opiniones públicas de lamayoría de los países occidentales. El fenóme-no es muy comprensible en términos psicoló-gicos. Forma parte de la naturaleza humana ha-cer caso omiso de los peligros y cerrar los ojos,a menos que el desastre ocurra justo delante denuestra puerta. Constituye una reacción natu-ral correr si estalla una bomba o si hay un ti-roteo. No hace tanto los campesinos centroeu-ropeos solían rezar una oración a san Floriáncuando se producía una tormenta eléctrica:“Querido san Florián, haz que el rayo caiga enla casa del vecino y no en la mía...”

Todas estas reacciones son psicológica-mente comprensibles, pero ¿cuán efectivas re-

N

¿Qué se puede hacer para reducir el peligrodel terrorismo? ¿Se habría salvado Españadel atroz atentado en Madrid si no hubie-ra apoyado al Gobierno estadounidense?No hay una fórmula mágica. Es una ilusióncreer en una victoria decisiva en la luchacontra el terrorismo, si bien es posible quehaya períodos con menos atentados queotros. El terrorismo continuará mientrashaya conflictos; y resulta inimaginableconcebir un mundo sin conflictos

Hay queenfrentarse a las “raíces delterrorismo”,mejorar lascondicionessociales en lospaísesmusulmanes,lograr la pazentre Israel y lospalestinos yllevar a cabo undiálogo entre lasreligiones

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No cabe el diálogo con quienes quieren ladestrucción; y tampoco deben las fuerzas ar-madas desempeñar un papel central en esta ba-talla, salvo quizá en ciertos casos que entrañenel peligro de que el país se suma en la anarquíay se convierta en terreno de juego de los terro-ristas. En términos generales, los militares nohan sido formados para enfrentarse al terro-rismo, que constituye ante todo un cometido delos servicios de inteligencia. Sin información vi-tal y sin penetración en las filas terroristas, losórganos de seguridad se encuentran ciegos eimpotentes. Esta tarea se ha convertido en muydifícil en el mundo moderno en parte por ra-zones legales, pero también porque los serviciosde inteligencia no disponen de las personas conlas cualificaciones pertinentes, ya sean lin-güísticas o de otro tipo, para desempeñar estetrabajo.

TANTO LA PROPAGANDA como el dinero debe-rían tener un papel esencial a la hora de atajarel terrorismo, pero ninguna de estas armas seha utilizado de forma eficaz. ¿Por qué no ha si-do así? “Propaganda” es considerada una pa-labrota en nuestras sociedades; pero, sin pro-paganda, ¿cómo tener éxito en el combate con-tra precisamente la propaganda terrorista,cómo progresar en la conquista del corazón yla mente de las personas que no han crecido ensociedades democráticas, sino que están acos-tumbrados a vivir con una dieta de teoríasconspiratorias y rumores fantasiosos? Durantela segunda guerra mundial, los británicos tu-vieron bastante éxito con la “propaganda ne-gra” en la lucha contra Hitler; sin embargo, sisemejantes medios se emplearan hoy, se alzaríaun clamor: “Nuestro bando miente. No somosmejores que los terroristas”. Los estadouni-denses han creado cadenas de radio y televisióncuyas directrices están tomadas de los “boy-scouts”; se trata de una pérdida de tiempo y dedinero, porque los terroristas y sus seguidoresno son “boyscouts” y su moralidad procede deotras fuentes.

EN EL CASO DE QUE LOS GRUPOS terroristas nopuedan ser infiltrados, sigue existiendo la po-sibilidad de comprar la información. De nuevo,se trata de una práctica moral y éticamente dis-cutible, pero es eficaz, como ha puesto de ma-nifiesto la experiencia a lo largo de toda la his-toria, y puede impedir asesinatos y posible-

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Alemania, pero más en Francia). Según las en-cuestas de opinión en Gran Bretaña, el 13 porciento simpatiza con los “yihadistas”; y la cifrareal podría ser superior, puesto que no hayque dar por sentado que los encuestados reve-len sus verdaderos sentimientos (teniendo encuenta que eso podría acarrearles problemascon las autoridades policiales). Dicho en otraspalabras, hay en Europa un sector de varioscientos de miles de personas que, si bien no ne-cesariamente empuñarían las armas o coloca-rían bombas, sí que están dispuestos, en casonecesario, a ayudar a los terroristas de diversasmaneras (tanto en el plano financiero como lo-gístico, etcétera).

SE TRATA DE UN HECHO preocupante porquepara emprender campañas terroristas no hacenfalta ejércitos ni divisiones, unos pocos cientosbastan siempre que dispongan del apoyo de par-tidarios y simpatizantes. Y este ejército de par-tidarios no se reducirá el año que viene, porquesu número aumentará y no lo hará la disposi-ción a integrarse en la sociedad y la cultura delos países que los acogen.

En resumidas cuentas, el hecho de que losterroristas solamente posean el apoyo de unaminoría de correligionarios no ofrece dema-siado consuelo.

Tampoco hay razón alguna para creer que,si la paz vuelve entre Israel y Palestina mañanao pasado mañana, vaya a producirse un cambioradical en la incidencia de los ataques terro-ristas. No es sólo que los extremistas deseen laretirada israelí de los territorios ocupados, esque desean que Israel desaparezca por com-pleto. La paz, o al menos un armisticio, es algomuy deseable, y habría que presionar a ambosbandos para llegar a ese objetivo. No obstante,no deja de ser ilusorio creer que eso tendrá ungran efecto sobre el terrorismo en otras partesdel mundo.

NO HAY PANACEA NI FÓRMULA mágica y es unailusión creer que se producirá una victoria de-cisiva en la lucha contra el terrorismo, si bienes posible que haya períodos con menos aten-tados que otros. El terrorismo continuará mien-tras haya conflictos; y, por desgracia, nos resultainimaginable concebir un mundo en el que nohaya conflictos.

Ahora bien, tal como podría sostener laotra parte del debate, ¿no es de sentido común

suponer un aumento considerable del peligroen el caso de los países que tomen parte activaen la campaña estadounidense, ya sea en Iraqo Afganistán? En el fondo, los terroristas no sonomnipotentes, no están en posición de abrir unfrente nuevo en cualquier lugar. Podrán desearla reconquista de todos los países que hayan si-do en alguna ocasión musulmanes (comoEspaña) y, en última instancia, de todo el mun-do; pero los tiempos no están aún maduros, demomento son demasiado débiles y todo eso sonfantasías. Deben tener cuidado y no iniciar unconflicto con China, por ejemplo, por más quelos musulmanes sean tratados en ese país peorque en Europa occidental; pues también sabenque no hay que jugar con un pueblo de más demil millones de habitantes que se mostraríamucho menos comedido que los europeos lu-chando contra el terrorismo.

Todo ello es muy cierto, pero el cálculo te-rrorista no es el de una persona que vive en unsistema democrático. Los terroristas no atacande modo necesario donde están sus mayoresenemigos, sino donde es relativamente más fá-cil realizar el atentado. Y tampoco hay fronte-ras estatales eficaces en una época de armas dedestrucción masiva. Un ataque biológico contraun país puede provocar una epidemia que se ex-tendería con facilidad a otro. Y la neutralidaden la lucha contra el terrorismo no impideque un país se convierta en campo de batallautilizado por los terroristas para atacar a ter-ceros a través de embajadas o empresas inter-nacionales. Dicho de otro modo, conseguirpermanecer al margen de este conflicto se havuelto —como poco, en esta época global— muydifícil.

EXISTE, ADEMÁS, OTRA RAZÓN que con fre-cuencia se olvida. Hoy, el peligro, el único pe-ligro parece ser el terrorismo islámico. Sin em-bargo, no siempre ha sido así ni será siempreasí. Los ataques terroristas, incluido el uso de ar-mas de destrucción masiva, pueden venir —yprobablemente vendrán— de todas partes delespectro político: la extrema izquierda (la an-tiglobalización), los fascistas fanáticos, los sec-tarios religiosos o incluso los partidarios de laliberación animal que opinan que hay dema-siados seres humanos en el planeta. Pueden ve-nir de pequeños grupos de locos que creenque el mundo es tan malvado y pecaminosoque debe ser destruido.

Los terroristassaben que nohay que jugarcon China, unpueblo de másde mil millonesde habitantesque semostraríamucho menoscomedido queEuropa en lalucha contrael terrorismo

01.Laqueur 27/3/04 09:50 Página 10

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mente asesinatos en masa. Siempre existe la po-sibilidad de que en ese mercado se vendanbienes falsos, pero la experiencia enseña que encualquier caso se puede consiguir informa-ción valiosa.

¿Qué se puede hacer para reducir el peligrodel terrorismo? Si la victoria no es alcanzable,siempre es posible reducir la amenaza hacien-do la vida más difícil para los terroristas. Eso sig-nifica limitar ciertas libertades a las que esta-mos acostumbrados.

¿Vale la pena? Muchos opinan que la luchacontra el terrorismo constituye un mayor pe-ligro que el propio terrorismo. Algunos extre-mistas, como el politólogo estadounidenseChalmers Roberts, piensan que la democraciaestadounidense ya se ha suicidado. El filósofoestadounidense Richard Rorty, que ni siquieraes uno de los detractores más radicales de laguerra contra el terrorismo, no cree (comootros) que el fascismo esté ya en el poder enEstados Unidos, sino que nos acercamos al finalde la sociedad abierta y entramos en una épo-ca de neofeudalismo. Según cree, las sociedadesdemocráticas pueden seguir funcionando auncuando se produzca todos los años un atentadocomo el del 11-S en Nueva York (o la recienteatrocidad del 11-M en Madrid).

QUIZÁ TENGA RAZÓN. Es del todo cierto quenuestras sociedades libres se enfrentan a gravespeligros. A mediados de marzo del presenteaño, al ministro de interior alemán se le pre-guntó por una afirmación realizada supuesta-mente por mí según la cual, tras los últimosatentados, la cuestión ya no es qué libertades serestringirán sino cuáles nos podemos permitirmantener. El ministro contestó que se tratabade una afirmación muy peligrosa con la quediscrepaba profundamente. Sin embargo, nun-ca he afirmado nada parecido, sino que me li-mité a expresar una preocupación por lo queocurriría con nuestras libertades si el megate-rrorismo continúa o si lo hace en una escalaaún más grande. No tengo una respuesta a es-te problema, como tampoco la tiene el minis-tro alemán ni, en realidad, nadie.

Es verdad que en algunas ocasiones puedefuncionar una política contemporizadora; tododepende del carácter del enemigo y de la mag-nitud de sus exigencias. Ahora bien, ¿qué ocu-rriría si los atentados se produjeran con unagran frecuencia y, sobre todo, si se utilizaran ar-

mas de destrucción masiva? A esto, por des-gracia, los críticos de la guerra contra el terro-rismo no tienen respuesta.

El profesor Rorty, conocido filósofo, porejemplo, afirma que los gobiernos democráti-cos deberían abandonar sus secretos y dar a co-nocer los planes de emergencia. ¿De cuántas ar-mas de destrucción masiva disponen? ¿Cuántasbases militares? Pero esto, como dicen los filó-sofos, es un “non sequitur”, una conclusión iló-gica. El número de bombas nucleares, porejemplo, se conoce de forma aproximada; y,aun cuando dispusiéramos de cifras exactas,¿qué efecto tendría eso sobre quienes son comoOssama Bin Laden?

PROBABLEMENTE SERÍA MÁS LÓGICO y honradoque los detractores del combate contra el te-rrorismo dijeran que hay que detener esa luchaporque al fin y al cabo el peligro no es tangrande. O sostener que no hay que proseguirlaporque en el fondo no puede tener éxito. Quela única forma de combatir el terrorismo es pormedio del diálogo; preferiblemente, llevado acabo por diplomáticos o por las iglesias. Por des-gracia, los terroristas no son diplomáticos nicreen tampoco en debates ecuménicos.

Quizá exagero los peligros a los que nos en-frentaremos en los años y décadas por venir.Quizá los terroristas experimenten una con-versión espiritual; quizá habrá mucha menosviolencia en el mundo. Es posible, pero nomuy probable. En ese caso, ¿por qué los políti-cos y la opinión pública no prestan más aten-ción a la seriedad de la situación?

LOS INDIVIDUOS SE PREVIENEN contra toda cla-se de posibilidades remotas, pero como colec-tivo tienden a actuar irresponsablemente.Mientras no se enfrentan a un peligro inme-diato y presente, muestran una tendencia a mi-rar a otro lado: quizá se produzca un milagro,quizá el peligro pasará, quizá el rayo caiga en lacasa del vecino y no en la mía. Las personas noaprenden de los libros, los artículos y los dis-cursos, sólo lo hacen de la experiencia personal.Semejante proceso de aprendizaje siempre eslargo, tiene que seguir su curso y seguramentecarece de sentido intentar imponerlo.Tendremos que pagar un precio por no habercomprendido antes las amenazas a las que nosenfrentamos y sólo cabe esperar que ese preciono resulte demasiado elevado.

Tendremos quepagar un preciopor no habercomprendidoantes lasamenazasa las que nosenfrentamos,y sólo cabeesperar que eseprecio no seademasiadoelevado

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Terrorismo y perspectivas históricas: comprender y evitar el pasadoFred HallidayPROFESOR DE RELACIONES INTERNACIONALES EN LA LONDON SCHOOL

OF ECONOMICS. AUTOR DE “TWO HOURS THAT SHOOK THE WORLD”

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talitario y fanático, pero decidido y paciente. Elproblema es —y será durante largo tiempo— delmundo, y en esos términos debemos formularnuestras respuestas en relación con la seguri-dad, la política y la moral.

Este carácter global del problema del te-rrorismo es también esencial para comprenderotra razón, la cara oscura de la globalizaciónque el optimismo liberal olvida con demasiadafrecuencia: el hecho de que más allá del prós-pero Occidente hay un mundo que está y sesiente privado de los beneficios de la vida mo-derna. Si hay un hecho que toda la opinión oc-cidental informada debe tener en cuenta es loque cabe denominar “rencor global”, la enormey creciente brecha existente entre el mundo oc-cidental desarrollado y las extensas zonas de cri-sis y rabia que nos rodean, no sólo en OrienteMedio, sino también en América Latina, Áfricay Asia. Comprender esto es esencial en el con-texto de la otra explosión de violencia de estosúltimos días, el asesinato del jeque Yassin enGaza. El jeque Yassin estaba en guerra conIsrael y hacía tiempo que había aceptado sudestino. Sin embargo, era un héroe entre sugente y ahora lo es entre mil millones de mu-sulmanes por dos razones que afectan al núcleode esa rabia del mundo ajeno a la OCDE: pri-mero, resistió a la arrogancia y la ocupación ex-tranjeras; segundo, y muy importante, era undirigente político personalmente honrado, co-mo Jomeini y Castro, sin chalets en Ginebra, sincuentas secretas, sin una corte de atractivas jó-venes y sin una retórica política foránea y ob-tusa. Era un hombre sencillo, honrado y va-liente, respetado como tal, aun cuando paraotros sus tácticas fueran inhumanas y crimi-nales. Se le ha convertido en un héroe para losmusulmanes de todo el mundo, incluidos losde la diáspora europea; y la respuesta será te-rrible y prolongada.

La fecha de su asesinato, el 22 de marzo de2004, bien puede acabar señalando un mo-mento más decisivo que el 11 de septiembre enla historia de Oriente Medio y, en particular, delahora más vulnerable Estado judío.

No estamos tratando aquí una cuestiónque sea fácil de resolver en términos intelec-tuales o políticos. En realidad, es probable que

ningún tema haya sido tan importante en lasrelaciones internacionales ni haya recibido untratamiento tan confuso como el tema del te-rrorismo, convertido desde el 11–S en el factorque define la política exterior de EE.UU. y porextensión —de forma voluntaria o no— de granparte del debate sobre política exterior deEuropa, toda la masa continental eurasiática,Oriente Medio y otras partes. En términos depérdidas humanas, la operación de Al Qaeda enManhattan quizá resulte, dentro de dos o tresdécadas, un acontecimiento único, como lofueron en el siglo XX la crisis financiera de1929, el genocidio contra los judíos en la se-gunda guerra mundial y la crisis cubana de losmisiles de 1962. Todavía no podemos saberlo;sin embargo, se trató por encima de todo de unacontecimiento político, no de un acto de laprovidencia, divina e inevitable, ni tampocouna expresión de la irracionalidad, de una re-ligión atávica o algo similar. Fue, como losatentados de Madrid, producto de unos factorespolíticos identificables y definidos, con unosorígenes en la historia reciente de OrienteMedio, la guerra fría y sus consecuencias; y laresolución de estos factores determinará enaños y décadas futuros si habrá más 11-S y más11-M —es decir, atentados espectaculares y cos-tosos contra grandes capitales del mundo—, silas fuerzas de Al Qaeda y en torno a ella seráncapaces de sostener su campaña e incluso ha-cerse con el poder en países concretos y si enaños venideros ese acontecimiento, así como lossentimientos y las respuestas políticas que hasuscitado, logrará definir de forma negativa lapauta general de las relaciones entre Occidentey el mundo musulmán. Estos dos últimos tér-minos son imprecisos y suelen utilizarse parapropósitos falaces, polémicos y simplificadores,pero son los únicos que tenemos.1

La confusión de nuestro tiempo.Los acontecimientos de los últimos días, en Madrid, Gaza y –no lo ol-videmos– Serbia/Kosovo, donde unas turbas nacionalistas y cristianashan incendiado la última mezquita que quedaba en Belgrado, hanrecordado al mundo –por si tenía la tentación de olvidarlo– que lacuestión definitoria del siglo XXI será la violencia política y las cau-sas políticas de esa violencia. No se trata de un problema específica-mente “de Oriente Medio” o “islámico”; en términos históricos, fueEuropa la primera en aplicar la violencia política a escala mundial,en desarrollar la guerra industrial moderna y en desempeñar un pa-pel pionero en el desarrollo de esos instrumentos particulares del con-trol y la acción políticos modernos, el genocidio, la tortura estatal sis-temática y, en el contexto actual, el terrorismo. Los europeos acier-tan al sentir que su vida, su tranquilidad psicológica, sus valoresliberales y democráticos —imperfectos pero a pesar de todo impor-tantes— están amenazados y seguirán estándolo en los años futuros.Una época de inocencia, nacida de la prosperidad en expansión dela Unión Europea en las últimas décadas y del final de la guerra fríaa partir de 1991, ha concluido; y, si no lo hizo el 11 de septiembre de2001, lo ha hecho en las últimas semanas. Ahora bien, no debemosolvidar que fue Europa la que guió al mundo en los usos de la vio-lencia política y que la cuestión del terrorismo y el miedo que gene-ra son mundiales. Se comprende que tantos políticos en España —yno sólo en ese país— hablen de los atentados de Madrid como un ata-que a los valores europeos. Se comprende también que el ParlamentoEuropeo aprobara al día siguiente de las explosiones de Madriduna resolución para elegir un día europeo contra el terrorismo. Sinembargo, éstas son respuestas parciales y erróneas: también nosotrostenemos una responsabilidad por esos fenómenos; y, de modo másimportante, no sólo los europeos o los estadounidenses se han con-vertido en objetivos del terrorismo, sino todos los habitantes deOriente Medio y demás lugares que se enfrentan a ese enemigo to-

Tener presente el carácter global del problema del terrorismo es esencial paracomprender la cara oscura de la globalización que el optimismo liberal olvida condemasiada frecuencia. La opinión occidental informada debe tener en cuenta lo que sedenomina “rencor global”, la enorme y creciente brecha existente entre el mundooccidental desarrollado y las extensas zonas de crisis y rabia que nos rodean, no sólo enOriente Medio, sino también en América Latina, África y Asia. Ante esta situación sóloserá posible mantener la campaña contra el terrorismo si quienes libran el combaterespetan la ley y muestran cierto grado de modestia y perspectiva histórica

El 11–S, comolos atentadosde Madrid, nofue unaexpresión de lairracionalidadde una religiónatávica o algosimilar, fueproducto deunos factorespolíticosidentificables

01 James Nachtwey / VII

1. Para más referencias, véanse Gilles Kepel, “La yihad: expansióny declive del islamismo” Barcelona, Península, 2001; MaliseRuthven, “A Fury for God. The Islamist Attack on America”Londres, Granta, 2002; Fred Halliday, “Nation and Religionin the Middle East” Londres, Saqi, 2000. Para los estudios ge-nerales clásicos, tan pertinentes hoy como en el momento desu publicación, véanse Walter Laqueur, “Terrorismo” Madrid,Espasa Calpe, 1980, y Conor Gearty “Terror”, Londres, Faber& Faber, 1991.

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legítimos para librar una guerra. Estos últi-mos son notoriamente imprecisos y permiten—sobre todo, en una situación de fervor nacio-nalista o religioso— interpretaciones partidistas,pero también son muy resistentes y universales:los asesinatos de mujeres y niños, de prisione-ros o de grupos de civiles son acciones que, has-ta cierto punto, se reconocen como no válidosen todas las culturas, todas las religiones y todoslos contextos, si no cuando los realiza el bando“propio”, sí —como resulta evidente en la con-dena de los contrarios— cuando lo hace el“otro” bando. Los primeros que utilizaron la pa-labra “terrorismo” fueron los revolucionariosfranceses para hacer referencia a la violenciaejercida contra un pueblo por el Estado, en elmismo sentido en que fue utilizada por Trotski,el dirigente bolchevique.

NO HABRÍA QUE OLVIDAR esta dimensión en elmundo contemporáneo: a lo largo de las últi-mas décadas muchas más personas han sidoasesinadas y torturadas, se han registrado mu-chas más violaciones a las convenciones de laguerra, por parte de los estados que por partede sus oponentes “o estatales”. Sin embargo, es-te reconocimiento del predominio y la crimi-nalidad del terrorismo de Estado debería dis-tinguirse de otras dos cuestiones: (a) la cuestióndel terrorismo patrocinado por el Estado, queha llegado a significar el apoyo a la actividad te-rrorista y, más ampliamente, guerrillera porparte de un Estado en el territorio o contra fun-cionarios o ciudadanos de otro; (b) la respon-sabilidad de los grupos de oposición, en re-vuelta legítima o no, contra estados dictato-riales de respetar ellos mismos las convencionesde la guerra; puesto que sus defensores recu-rren con demasiada facilidad al ataque, a me-nudo justificado, contra el terrorismo de Estadopara desviar la atención de los crímenes co-metidos por su propio bando.

LOS INICIOS HISTÓRICOS de la palabra y el fenó-meno político pueden arrojar cierta luz sobrela crisis y la guerra contra el terrorismo actua-les. El auge del terror no estatal adoptado comoactividad política consciente —principalmentecomo propaganda en tanto que opuesta a lasauténticas razones que ponen en cuestión elEstado— se remonta sobre todo a un siglo atrás,al auge de los movimientos nacionalistas enIrlanda, Armenia y Bengala, por citar sólo a tres.

Los anarquistas rusos también desplegaron es-ta táctica. Quizá el mayor retrato literario del te-rrorismo y la mentalidad asociada a él se en-cuentre en las obras de Joseph Conrad “Bajo lamirada de Occidente” y “El agente secreto”, es-critas bajo el clima de esa época. En el períodoposterior a 1945, el terrorismo desde abajo lle-gó a asociarse sobre todo con las luchas delTercer Mundo, contra una potencia colonialconsiderada demasiado poderosa para enfren-tarse a ella sólo en el campo de batalla, pero conuna vulnerabilidad política interna: el Irgun sio-nista, el FLN argelino, los Mau Mau kenianos, lachipriota EOKA, el IRA y ETA, pero no, signifi-cativamente, Vietnam. A finales de la década de1960, pero sólo entonces, las principales inci-dencias de semejante actividad empezaron aproducirse en Oriente Medio, con guerrillas enPalestina, Irán, Eritrea que recurrían a los ata-ques contra civiles, el secuestro de aviones, depolíticos y de ciudadanos corrientes. Merece lapena destacar que se trataba de grupos inspi-rados por ideologías laicas y con frecuencia ra-dicales o que se autoproclamaban “marxistas-leninistas”.3

LOS GRUPOS RELIGIOSOS, como los HermanosMusulmanes de Egipto y Jordania, y losFedayines del Islam en Irán, llevaron a cabo ase-sinatos selectivos de oponentes políticos o in-telectuales laicos, pero se trató de accionesmuy específicas, que no formaban parte deuna movilización política y social más ampliapara tomar el poder. Se ha hablado mucho, trasel 11-S, de la relación entre la religión —en estecaso, el islam— y los actos terroristas, pero aquíes pertinente un elemento de sólida —en elsentido de erudita— comparación orientalista.Todas las religiones contienen, como ya se haafirmado, las bases del respeto por las conven-ciones generales de la guerra, pero tambiéncontienen elementos susceptibles de utilizarsepara la matanza, la expulsión étnica, el asesi-nato de prisioneros, etcétera. La Biblia cristiana—de modo particular, Deuteronomio y Jueces—proporcionan buenos ejemplos. Es indiscutibleque hay elementos en los textos y la tradiciónde los pueblos islámicos que pueden agrupar-

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Parte de la respuesta a estos interrogantesse encontrará donde empezó la crisis, en lacontingencia misma de la política: liderazgo,acontecimientos, luchas de poder, la concep-ción, la aplicación/mala aplicación, los planesy contraplanes de los conspiradores y sus opo-nentes estatales, así como las consecuencias alargo plazo de las acciones de los estados ytambién de sus oponentes no estatales. En todoesto —y en un grado mucho mayor que en lasgrandes guerras, donde los ciudadanos toma-ron parte en el frente o tras las líneas de com-bate—, la mayoría de los habitantes del mundo,tanto en Oriente Medio como en Occidente, se-rán simples espectadores de esta lucha en tor-no al terrorismo, incapaces de participar de mo-do significativo en los resultados. Son/somosprisioneros no sólo de la impotencia indivi-dual —excepción hecha del voto o la concen-tración de protesta ocasionales—, sino tambiénde la naturaleza misma de este conflicto, unconflicto que es una batalla militar secreta y,también, un conflicto donde afloran los senti-mientos, los mitos, los pareceres confusos en eldiscurso público y en la más privada angustiade las familias, donde se pierde la sensación deseguridad cotidiana y de planificación de la pro-pia seguridad. Sin embargo, es aquí donde esposible algún margen de participación, debatey reflexión crítica, y no sólo posible, sino tam-bién una responsabilidad de quienes —en al-guna faceta u otra— han estudiado y reflexio-nado sobre los factores que contribuyen al ac-tual —y, según cabe prever, nada efímero—desafío. Bajo esta luz, se ofrecen las siguientesobservaciones, necesariamente limitadas y, enalgunos casos, a contra corriente de las con-venciones vigentes a uno y otro lado delAtlántico.

La modernidad del terrorismoEl terrorismo se confunde demasiado fá-

cilmente en el debate político contemporáneocon el fenómeno general de la resistencia ar-mada a la opresión de los estados. Esta últimaactividad ha sido un rasgo destacado del mun-do moderno —en especial, en situaciones de do-minio de potencias occidentales o coloniales—y ha incluido, en tiempos más recientes, las ac-tividades del Congreso Nacional Africano con-tra el régimen del apartheid en Sudáfrica, asícomo la OLP en Palestina, la guerrilla enAfganistán, tanto el FSLN como la Contra en

Nicaragua, etcétera. El derecho general a resis-tir y, cuando existe una coacción extrema, a to-mar las armas suele ser reconocido en el dis-curso político moderno y también en la legis-lación: constituyó la base del respaldo deReagan a la revuelta contra los regímenes co-munistas del Tercer Mundo en la década de1980 y del anterior respaldo comunista a lasguerras de liberación nacional en las décadas de1950 y 1960. Este derecho es también una va-liosa parte de la herencia de reflexión política,en Occidente y Oriente, a lo largo de muchos si-glos: la tradición política y legal cristiana rindióhomenaje a este principio, abrazado entreotros por John Locke y los padres fundadores deEstados Unidos.2 También está presente en latradición islámica, donde la rebelión es unelemento central, llamado a menudo “juruj”,literalmente “salir” contra el tirano, “dhalim”,“taghin” o “musta’bid”. En el pensamiento delas potencias hegemónicas y, en particular, enel discurso estadounidense tras el 11-S, el de-recho a la rebelión ha solido omitirse y muchospaíses del Tercer Mundo —más que dispuestosa sacar partido de una tendencia global; en es-pecial, en Oriente Medio, Asia central y Asiaoriental— se han aprovechado de ello con elconsentimiento de Washington para aplastar ladisidencia interna sobre la base de que tambiéneso es terrorismo.

EL TERRORISMO ES UN FENÓMENO político y mo-ral diferente, aunque albergue fuertes lazoscon el problema de la rebelión y la lucha con-tra la tiranía. El terrorismo se refiere a un con-junto de tácticas militares que forman parte deuna lucha militar y política, y que están pen-sadas para obligar al enemigo a someterse me-diante una combinación de asesinatos e inti-midación. Se considera que constituyen unaviolación de la reglas y normas de la guerra, yaestén codificadas de modo formal, como en lasconvenciones de Ginebra y sus dos protocolosadicionales de 1977 —que cubren en cierta me-dida, aunque inadecuadamente, los actos te-rroristas e irregulares— o de modo informal, entérminos de lo que es percibido como medios

El terrorismo seconfundedemasiadofácilmente enel debatepolíticocontemporáneocon elfenómenogeneral de laresistenciaarmada a laopresión estatal

El auge delterror no estataladoptado comopolítica seremonta sobretodo a un sigloatrás, al augede movimientosnacionalistasen Irlanda,Armenia yBengala porcitar sólo tres

3. Para un compromiso con el principal grupo que secuestróaviones a Jordania en 1969-1970, véase Fred Halliday, “Inter-view with Ghassan Kanafani”, New Left Review, 67, mayo-ju-nio 1971.

2. Tony Honore, “The Right to Rebel”, en Conor Gearty, “Terro-rism” , Aldershot, Dartmouth, 1996; así como el clásico de Fi-del Castro, “La Historia me absolverá”, su discurso de defen-sa desde el banquillo de acusados tras el ataque frustrado alos cuarteles Moncada de Santiago de Cuba en julio de 1953.

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02 Evan Fairbanks / MAGNUM. 03 John Labriola / AP

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04 Steve McCurry / MAGNUM. 05 Richard Drew / AP. 06 Stan Honda / AFP. 07 Suzanne Plunkett / AP.

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08 Gulnara Samoilova / AP. 09 Alex Webb / MAGNUM. 10 Rex Larsen / AP. 11-12 Larry Towell / MAGNUN. 13 Kevin Coombs / REUTERS. 14 Rusell Boyce / REUTERS.

15 Charles Krupa / AP.

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Pautas analíticas y relacionadas con la política

Nadie puede prever cómo se desarrollaránlas campañas de Al Qaeda y de quienes libranla guerra contra el terrorismo. Esta crisis tar-dará años en ser superada y, a diferencia de lasguerras convencionales, no habrá un momen-to en que pueda decirse con claridad que la gue-rra —o, en realidad, la “yihad”— ha terminado.Como se ha dicho antes, la mayoría de nosotros,Oriente y Occidente, somos y seguiremos sien-do espectadores en este conflicto.

Sin embargo, quizá sean relevantes algunaspautas para lo que promete ser un debate per-manente y acalorado:

PRIMERO habría que condenar todo tipo deterrorismo, pero se necesita un elemento deproporción general. No puede haber un deba-te sobre el terrorismo desde abajo, su historiao sus dimensiones morales y legales, sin un re-conocimiento paralelo del papel, pasado y pre-sente, de los estados en la violación de las reglasde la guerra en relación con el trato a civiles yprisioneros. Se trata de un punto claramente su-brayado por los terribles acontecimientos re-cientes de los Balcanes, Indonesia y Ruanda. Yase considere el siglo XX en su conjunto o la dé-cada de 1990, de lejos, el mayor número demuertes “políticas” ha sido causado por las ac-ciones de los estados. No hay razón para creerque esto cambiará en la primera mitad del sigloXXI; en realidad, si contemplamos uno o dospaíses concretos donde parece que se puedenobservar más matanzas, hay razones para cre-er justo lo contrario.

SEGUNDO, al denunciar y combatir los crí-menes de Al Qaeda y organizaciones parecidas—algunas de los cuales, como ETA, el IRA, lafuerzas irregulares en Serbia y Armenia actúanen suelo europeo–, debemos tener en mente –yello con cierta modestia autocrítica— el hechode que los principales gobiernos de Occidentehan apoyado hasta hace poco grupos que son,según parámetros objetivos, terroristas. El Unitade Angola, que asesinó a cientos de miles de per-sonas en las guerras libradas entre mediados dela década de 1970 y finales de la década de1990, la Contra de Nicaragua, los gobiernos de-rechistas de El Salvador y Guatemala en la dé-

cada de 1980 y, sobre todo, a los “muyahidines”afganos. Si bien los peores crímenes se han co-metido sin lugar a dudas por regímenes radi-cales opuestos a Occidente —Iraq, Siria, Irán—,pocos estados de Oriente Medio aliados deOccidente —no Israel, ni Turquía, ni Egipto, niArabia Saudí, ni antes el sha de Irán— hanmantenido niveles aceptables en la legislacióny las normas acerca del trato a civiles y pueblossometidos. No cabe defender ningún discursoni ninguna política que presente a Al Qaeda co-mo el único o principal violador de las reglas dela guerra en un conflicto contra algo que se lla-ma a sí mismo —sin merecerlo— “el mundo ci-vilizado”.

TERCERO. La resistencia al terror no es unaprerrogativa de los poderosos estados occi-dentales. El terror, desde abajo y desde arriba,ha constituido la experiencia de muchos pue-blos del Tercer Mundo durante décadas, muchoantes del 11-S, ya sea en Líbano o Israel, Sri Lan-ka o Pakistán, Indonesia o Camboya, SierraLeona o Ruanda, Argentina o Guatemala, y,no hay que olvidarlo, Irlanda o España.4 Muchoantes de que murieran las víctimas deManhattan, han sido asesinados intelectualesy campesinos, sacerdotes y dirigentes aldea-nos, sindicalistas y líderes estudiantiles y, sobretodo en Afganistán, defensoras de los derechosde las mujeres; además, sus familias y amigoshan sido sometidos al terror y dispersados: lasvíctimas han sido numerosas y en todos loscontinentes. Ello no impide que los ciudadanosde Estados Unidos expresen su dolor y su rabia,pero habría que recordarles que son parte —nouna cúspide singularizada y no designada—de un movimiento mundial que tiene raícesprofundas, a algunas de las cuales contribuyóEstados Unidos en la época de la guerra fría. Laoposición y la condena a Bin Laden no puedebasarse en algún privilegio de sufrimiento por

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se para conformar el dispositivo del terrorismopolítico moderno, pero no se trata de una co-nexión necesaria ni singular.

En resumidas cuentas, el terrorismo comoideología y como instrumento de lucha es unfenómeno moderno, un producto del conflic-to entre los estados modernos y sus sociedadesdescontentas; y ha crecido en países desarro-llados y del Tercer Mundo como parte de unmodelo transnacional de compromiso político.Sus raíces se encuentran en la política laica mo-derna y carece de vinculación regional o cul-tural específica: es un instrumento, entre otros,de quienes aspiran a desafiar a los estados y ha-cerse un día con el poder.

Los retos de Al QaedaLa ideología y la táctica/estrategia de Al

Qaeda son en algunos aspectos claramente di-ferentes y no sólo una mera extensión de estosinicios históricos. Nunca antes en la historia sehabía llevado a cabo una acción como el 11-S,ya se considere como un acto aislado de “terrordesde abajo”, un caso extremo de “propagandapor el hecho” o un golpe asestado contra unametrópolis del Primer Mundo por parte de unmovimiento del Tercer Mundo, sorprendente-mente la primera vez que ocurre algo así en qui-nientos años de una interacción y un conflictodesiguales/globalizados entre el Norte y el Sur.Además, la propia Al Qaeda no es sólo unasimple organización terrorista moderna más.Su ideología es un caso extremo de hibridismo,puesto que toma algunos elementos del islamsuní, del sunismo en contra de los musulmaneschiitas, y los mezcla con el nihilismo moderno,el culto al heroísmo extremo, el autosacrificio,la retórica antiglobalización y, además, el na-cionalismo. Como el nazismo, es una ideologíaque crece en su embriagadora incoherencia. Entérminos organizativos, está claro que poseeuna estructura diferente del Frente Popularde Liberación de Palestina, los Tigres Tamiles oETA. En el núcleo se encuentra un pequeño gru-po conspirativo dirigido por Bin Laden y su co-laborador egipcio Ayman al Zawahari; y, en tor-no a ellos, hay pequeños grupos semiindepen-dientes, procedentes de muchos lugaresdiferentes del mundo musulmán y no musul-mán. Su informalidad es resultado de dos ca-racterísticas que se refuerzan mutuamente:

por un lado, un cálculo racional descentrali-zador de las estructuras que son capaces de re-caudar sus propios fondos y realizar parte delreclutamiento inicial y que son más difíciles dedetectar y desmantelar; por otro, una adapta-ción cultural, con holgados patrones de aso-ciación, confianza y compromiso que caracte-rizan las sociedades tribales y aquellas en que,como en Afganistán y otras partes del mundoárabe, esos patrones tribales ejercen cierto pre-dominio.

EL OTRO ELEMENTO CLAVE en la comprensión deAl Qaeda —y que lleva a centrarnos en la mo-dernidad y el contexto histórico en su naci-miento— es la guerra fría y, en particular, su úl-tima fase, desde la intervención soviética enAfganistán en adelante. Sin guerra fría y sin el—más que generoso— respaldo estadounidensey saudí a la oposición guerrillera en Afganistán,no sólo no habrían aparecido Bin Laden y AlQaeda, sino que tampoco lo habría hecho todoese mundo transnacional y errante de comba-tientes islámicos (“yihadíes”), procedentes demuchos países y capaces de actuar con cierta li-bertad en el ámbito afgano-paquistaní. Años an-tes de que Al Qaeda empezara a atentar contraobjetivos occidentales en Nueva York (1993) yÁfrica (1998), ya hacían estragos en Afganistány en Yemen, asesinando a funcionarios, inte-lectuales y detractores laicos de su proyecto fun-damentalista. En esos dos países —donde esta-ban instalados los dos regímenes islámicosprosoviéticos del Tercer Mundo y donde sin du-da de un modo ignorante unos estados comu-nistas reformistas intentaban realizar un pro-grama modernizador laico—, Occidente y susaliados regionales se volvieron sin problemashacia los enloquecidos contrarrevolucionariosde la derecha islámica.

NINGÚN ANÁLISIS HISTÓRICO y, en realidad, nin-guna conclusión mesurada de las considera-ciones morales del 11-S y sus secuelas puede ha-cer caso omiso de esta conexión temprana y de-cisiva. Al Qaeda detesta Occidente, pero fueuna creación —un monstruo organizativo, mi-litarizado e ideológico— de la política occiden-tal en el transcurso de la guerra fría. En el 11-S,el aprendiz de brujo devolvió el golpe y, de te-ner una nueva ocasión, volverá a hacerlo.

El terrorismocomo ideologíae instrumentoes moderno;sus raíces seencuentran enla política laicamoderna ycarece devinculaciónregional oculturalespecífica

Tardaremosaños en superaresta crisis, puesnadie puedeprever cómo sedesarrollaránlas campañasde Al Qaeda yno llegará elmomento deafirmar queesta guerra haterminado

4. Donald L. Horowitz, “The Deadly Ethnic Riot”, Londres, Uni-versity of California Press, 2001, proporciona un gráficocomparativo y análisis de la violencia y asesinatos selectivosen contextos interétnicos. La violencia de este tipo, con víc-timas que ascienden todos los años a decenas de miles, llevadécadas produciéndose. También es un producto de las ten-siones de la modernidad y de la explotación de tales tensio-nes por parte de fuerzas políticas, ya sea en el poder o de-seosas de conseguirlo.

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Las entrañas de Al QaedaRohan GunaratnaJEFE DEL DEPARTAMENTO DE INVESTIGACIÓN SOBRE TERRORISMO DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS

ESTRATÉGICOS DE SINGAPUR. AUTOR DE “INSIDE AL QAEDA: GLOBAL NETWORK OF TERROR”

Desde el 11–S y tras los atentados del 11–M, Rohan Gunaratna ha escrito varios artículos para “LaVanguardia”. Hemos seleccionado tres. El primero nos introduce en la red terrorista de Bin Laden. Enel segundo explica porqué Al Qaeda sigue operativa. Y tras el 11-M detalla toda su estructura en España.

ILUSTRACIONES DE PATRICK THOMAS32 VANGUARDIA | DOSSIER

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el 11-S; no más que las víctimas de un acciden-te de tráfico o un robo violento pueden alegarque han tenido una experiencia única y que esolas faculta para buscar por su cuenta la justiciao la venganza al margen de las normas esta-blecidas. Tampoco se puede decir que hayauna historia occidental supuestamente pura enrelación con el papel de la violencia y el terrora lo largo del último siglo: baste recordar los dosmillones o más de personas asesinadas por losbelgas en el Congo alrededor de 1900 o losaproximadamente dos millones de vietnamitasasesinados por Francia y Estados Unidos entre1945 y 1975, en nombre de causas que luego to-dos ellos abandonaron.

CUARTO. La lucha contra el terrorismo, encualquier continente, y dentro de cualquiercontexto cultural o político, supone necesa-riamente una dimensión de seguridad; perotambién supone una perspectiva histórica, unaperspicacia política y la defensa de los princi-pios en nombre de los cuales se lleva a cabo lalucha: en otras palabras, sólo será posible sos-tener la campaña si quienes libran el combaterespetan la ley y muestran cierto grado de mo-destia y perspectiva histórica. Tanto más porcuanto el terrorismo, como la globalización, losderechos humanos y las relaciones entre civi-lizaciones (que no es una categoría analíticaque yo suela apreciar) se debaten y comprendenpor medio del nexo de las relaciones de poderexistentes en el mundo. En suma, en un mun-do de arraigadas y crecientes desigualdadesde poder y riqueza —y tras unos antecedentes desiglos de expansión colonial, de intervencióndurante la guerra fría, de protección clientelistade los regímenes regionales opresivos—, noexiste un terreno desapasionado y sereno parael debate de semejantes temas. Deben plante-arse, debatirse y comprenderse en un contextoen que —por decirlo de forma sencilla pero in-exorable— la mayoría de la población del mun-do, y no sólo pero también los más de mil mi-llones de musulmanes del mundo, conside-ran las intenciones y políticas de Occidente—en especial, de Estados Unidos— con una pro-funda desconfianza. Se trata de un hecho his-tórico que debe conformar —aunque no alterepor completo— la formulación de la política ha-cia el Tercer Mundo hoy, incluidos esos paísesen que se dice que el terrorismo es un proble-

ma. En la raíz de este fenómeno, de un rencorglobalizado, se halla una cuestión que tam-bién se halla en el corazón del terrorismo: el res-peto o la falta de respeto por las opiniones y lahumanidad de los demás. Aquí, a través de lostiempos violentos de la modernidad, el impe-rialismo y el terrorismo han unido sus fuerzas,imponiendo políticas y opiniones sobre aque-llos incapaces de protegerse y proclamandosu virtud histórica y mundial en nombre de al-gún objetivo o proyecto político que sólo elloshan definido. El terrorismo sólo podrá ser de-rrotado si vencemos esta arrogancia centraltan evidente hace un siglo en la subyugación deAsia, Oriente Medio y África como hoy en elcruel e intencionado asesinato de civiles endiscotecas, restaurantes y tiendas. En todo estotiene poco que ver las diferentes religiones o cul-turas, aun cuando las cuestiones puedan, comoocurre con las diferentes lenguas, expresarse demodos diversos. El desafío central al que se en-frenta el mundo, tanto el Norte como el Sur, an-te el 11-S y todos los demás ataques terroristasque lo han precedido y le seguirán, es crear unmundo que defienda la seguridad, pero tam-bién que haga realidad las aspiraciones a laigualdad y el respeto mutuo que la propia mo-dernidad ha suscitado y proclamado, pero que,de un modo tan espectacular, hasta ahora noha conseguido realizar.

PARA CONCLUIR, se trata de un problemamundial, en causa y repercusiones, y habríaque enfrentarse a él en un contexto global y pla-netario; Europa no es sólo víctima, sino quetambién ha contribuido histórica y moral-mente a este abuso de la oposición política y laviolencia política; y, lo más importante de todopara nosotros los europeos, es que aún estamosencerrados en un conflicto que durará décadasy cuyo resultado es incierto. Necesitamos unsentido claro de la historia, un reconocimien-to de la realidad del peligro y, por encima de to-do, nuestra mejor defensa, un compromisocon nuestros valores liberales y democráticos.Necesitamos una dirección política segura e in-teligente, y la creación de un apoyo masivodentro de la sociedad europea a la resistenciafrente a esta nueva e importante amenaza. Elpoeta irlandés Yeats escribió: “Los buenos ca-recen de convicción. El centro no aguantará”.Debemos demostrar que se equivocaba.

Europano es sólovíctima,sino quetambién hacontribuidohistórica ymoralmenteal abuso dela violenciapolítica

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VANGUARDIA | DOSSIER 35

L A S E N T R A Ñ A S D E A L Q A E D A

Las fuerzas de Al Qaeda están integradas enlos talibán. Las fuerzas talibán –efectivos delEjército afgano además de combatientes in-ternacionales– están luchando actualmentecontra la Alianza del Norte. Además de ganarexperiencia en la batalla, Al Qaeda se beneficiamaterialmente de la protección del Estado. Losestrategas de combate de Al Qaeda, los expertosen explosivos y otros especialistas actúan comoeducadores y consejeros, al tiempo que parti-cipan activamente en campañas de “yihad”(guerra santa) desde Chechenia hastaCachemira y Mindanao. La interacción de la or-ganización Al Qaeda con los talibán, la guerri-lla y los grupos terroristas comprometidos enla lucha de primera línea, ha enriquecido su en-tendimiento y experiencia en un amplio es-pectro de la guerra.

EL ASPECTO MÁS LLAMATIVO de Al Qaeda es suintegración vertical y horizontal. Verti-calmente, el corazón y el penúltimo líder lo for-man Ossama Bin Laden, otro grupo de líderes,sus consejeros, los planificadores y los educa-dores. Horizontalmente, el tendido de la red encélulas compartimentadas se replica cada día.Además de estas células terroristas, la mayorparte de las fuerzas de Al Qaeda –denominadala V55 brigada de los talibán– lucha contra laAlianza del Norte. Así, Al Qaeda puede com-prometer a los oponentes de la Alianza tanto enactividades terroristas (urbanas y rurales) comotambién en la guerra semiconvencional.Durante la última década, Al Qaeda ha crecidoen fuerza y se ha situado entre los 4.000 y los5.000 hombres. La base de Al Qaeda y los cam-pos de entrenamiento están en Khost, Mahavia,Kabul, Jalalabad, Kunhar y Kandahar. Los al-macenes están en Tora Bora y Liza. El continuoproceso de adoctrinamiento ideológico, reclu-tamiento y entrenamiento, lleva a una expan-sión de las unidades en forma de célula, ade-más de las formaciones militares. En la medidaque Al Qaeda difiere marcadamente de otrosgrupos terroristas, la comunidad contraterro-rista tiene que desarrollar un concepto y es-trategia totalmente nuevos para retar a esta or-ganización.Lo básico para neutralizar Al Qaedaes combatir el corazón, el penúltimo líder y lafuerza militar de que dispone en Afganistán,además de su red de células internacionales. Enla medida que la formación militar Al Qaeda es-tá integrada dentro del Ejército talibán, la co-

alición internacional liderada por EstadosUnidos no tendrá otra opción que atacar a lostalibán.

Solamente la habilidad de la coalición pa-ra desarrollar un alto grado de espionaje, per-mitirá a sus fuerzas combatir el corazón de lared y a su penúltimo líder. Teniendo en cuentaque Bin Laden es un profesional que ha com-batido al Ejército soviético durante diez años ya los servicios de inteligencia occidentales du-rante otros diez, es probable que consiga burlarla vigilancia técnica.

El único método para poder combatir el li-derazgo que mantiene Al Qaeda es a través delreclutamiento continuado de miembros de lared e infiltrando agentes en su organización in-terna que podrían aportar a la coalición defuerzas internacionales información de carác-ter secreto, buena, útil y dentro del plazo detiempo deseable.

FRACASAR EN EL DESARROLLO de un servicio deinteligencia sobre el terreno, tanto directa co-mo indirectamente, a través de las agencias ho-mólogas de inteligencia extranjeras, significa-rá que la coalición de fuerzas combatirá AlQaeda en la oscuridad. Los servicios de inteli-gencia y seguridad paquistaníes cuentan conlos mejores servicios secretos del Asia Central.A continuación le siguen los servicios de segu-ridad rusos. En medio de la elevada amenaza delos gobiernos, la capacidad y el poder de AlQaeda de operar con robustas redes interna-cionales demuestra la dificultad de detectar ydesbaratar el apoyo internacional a Al Qaeda ylas redes de operaciones.

A pesar de que Al Qaeda es prioritaria en laslistas de las agencias de inteligencia y seguridadoccidentales, sus miembros recibieron entre-namiento para volar en Gran Bretaña y enEstados Unidos durante un año, antes del ata-que del 11 de septiembre. Desde el momento enque Al Qaeda dispone de un alto servicio de se-guridad para proteger tanto a su organizacióncomo sus operaciones, la penetración en su in-terior puede ser difícil. No obstante, a través dela persistente y continuada aportación de me-dios a todos los niveles, el liderazgo de Al Qaedaen Afganistán y su infraestructura organizati-va en todo el mundo puede ser desbaratada, di-minuida y destruida.

“La Vanguardia”, 27 de septiembre de 2001

34 VANGUARDIA | DOSSIER

L A S E N T R A Ñ A S D E A L Q A E D A

Mahoma de Cachemira (JM), Ejército deMahoma y Grupo Abu Sayyaf (ASG), deFilipinas. Los grupos constituyentes de la red tie-nen su propio mando, control y estructuras decomunicación. Pero, para cualquier necesidad,estos grupos, se interrelacionan o se unen, ide-ológica, financiera y operativamente.

Al Qaeda proporciona liderazgo, tanto a es-cala nacional como internacional. A pesar deque Bin Laden ha identificado a Estados Unidoscomo su enemigo principal, Bin Laden tambiénes internacional. Y como tal, es probable queataque no sólo objetivos de Occidente, sinotambién a regímenes que identifica tambiéncon Occidente, desde Israel hasta Filipinas. Noobstante, los líderes de otros grupos que tra-bajan con Ossama en el plano internacional tie-nen también importantes agendas domésti-cas. Por ejemplo, al tiempo que delega en BinLaden, el emir general de Al Qaeda, Ayman AlZawahiri, también encabeza la EIJ en Egipto.

El amplio programa ideológico de Al Qaedaaboga por el panislamismo y no por el pana-rabismo. Como resultado, la ideología deOssama acaba por completo con las divisionesy apela tanto a los grupos de Oriente Medio co-mo a los que no son de Oriente Medio, inclu-yendo a los grupos islámicos de Asia. Su pen-samiento en esta direccción recibió una graninfluencia tanto de Abdullah Azzam, su men-tor palestino, como de Hasan Turabi, el líder es-piritual de Sudán.

AL QAEDA TIENE UN ALCANCE GLOBAL. Dirige in-fraestructuras de apoyo en Oriente Medio, Asia,Europa y Norteamérica. La red Al Qaeda deapoyo a las células está comprometida en la pro-paganda, la recaudación de fondos, el recluta-miento de miembros y ayudantes, la formaciónde grupos de espionaje, la obtención de misilesy tecnología, la organización de entrenamien-to, la preparación de viviendas seguras, la ob-tención de vehículos y la falsificación/adapta-ción de identificaciones. Al tiempo que dirigeinfraestructuras permanentes de operacionesen zonas de Asia (central, sur y sudeste), losBalcanes, el Cáucaso, Oriente Medio y el Áfricasubsahariana, tiene una elevada capacidad pa-ra establecer también la regeneración de célu-las operacionales en cualquier parte, especial-mente en Occidente. Las células operacionaleseducan, organizan reconocimientos/vigilan-cias y dirigen ataques.

ESDE EL COMIENZO DE LA OLA DE TERRORIS-

mo contemporáneo el 22 de julio de1968, la comunidad contraterroris-ta internacional jamás ha visto unaorganización como Al Qaeda. No

existen precedentes históricos. Al Qaeda (quesignifica “La Base”) ha dado pruebas de ser di-fícil de controlar, atacar y neutralizar con el em-pleo de las herramientas tradicionales de la ley.

Después de las bombas suicidas simultá-neas contra las dos embajadas de EstadosUnidos en el este de África en octubre de 1998,los esfuerzos internacionales para atacar a AlQaeda fracasaron. A pesar de disparar 75 misi-les crucero hacia Afganistán y de arrestar amiembros suyos en todo el mundo, el atentadocontra el “USS Cole” en octubre del año 2000 ylos atentados contra objetivos múltiples enAmérica en septiembre de 2001 no pudieronser evitados. Esto demuestra la dificultad queafrontará la coalición contra el terrorismo li-derada por Estados Unidos a la hora de com-batir su primer objetivo: la organización AlQaeda y su líder, Ossama Bin Laden. La capaci-dad inusual de Al Qaeda de resistir continuaspérdidas humanas y de abundante material esatribuido a su estructura e ideología únicos.

CINCO CARACTERÍSTICAS REFUERZAN tanto lasupervivencia como la capacidad de multipli-cación de Al Qaeda. Al Qaeda no es ni un sologrupo ni una coalición de dos docenas de gru-pos grandes, medianos o pequeños. Es un con-glomerado de grupos dispersos por todo elmundo que operan como una red. Sus afiliadosincluyen la Yihad Islámica Egipcia (EIJ), AlGammaya al Islamia (IG. Grupo islámico deEgipto), Grupo Islámico Armado de Argelia(GIA), Partido Islámico del Turkestán (IPT),Movimiento Islámico de Uzbekistán, Jayashee

D

La red terroristade Bin Laden

El únicométodo paracombatir elliderazgo de AlQaeda es através delreclutamientocontinuado demiembros dela red einfiltrandoagentes en suorganización

03.Gunaratna 27/3/04 10:49 Página 34

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CHECHENIAEl ex presidente de Chechenia Yandarbieves asesinado en Qatar. La ONU investigósu relación con el régimen talibán y lafinanciación de grupos como Al Qaeda.Chechenia ha sido la proveedora de laguardia personal de Bin Laden

CUBAAcusadas por

Estados Unidos de"vacilantes" en laguerra contra el

terror, más de 600personas seencuentran

detenidas enGuantánamo.

Abogados reclamanque estos presos

puedan serprocesados por

tribunalesordinarios

estadounidenses yno por tribunales

militares secretoscomo pretende el

Pentágono

SUDAMÉRICASe cree que

Argentina, Brasil yParaguay fueronutilizados como

centros definanciación. Las

autoridadesnorteamericanas

han pedido que seinvestiguen

alrededor decuarenta cuentas

bancarias

CANADÁUn argelino, supuestamente financiadopor Bin Laden, fue sorprendido en 1999

en la frontera con una bomba quepretendía hacer estallar en un

aeropuerto estadounidense

ESTADOS UNIDOSMás de 1.200 personas han sido detenidasdesde el comienzo de la investigación. El

Tribunal Supremo de Estados Unidos avalóhace dos meses la política de secretismopracticada por la Administración Bush. En

el aeropuerto de Boston fue detenidoRichard Reid, ciudadano británico acusado

de intentar volar un avión que cubría laruta entre París y Miami con explosivos

escondidos en su zapato. Él mismo sedeclaró culpable de los cargos que se le

imputaron. A principios de este año, EE.UU.comenzó a aplicar el programa US-Visit.

A los visitantes con visado se les hace unafotografía digital y se les toma las huellas

REINO UNIDOHan sido detenidas más de 150 personas desde el 11-S.

Ninguno ha sido condenado. Estados Unidos ha entregado acinco presos británicos a las autoridades del Reino Unido,

que ha puesto en libertad a uno de ellos. Todavía quedancuatro detenidos británicos en la base militar de Guantánamo.El juez Baltasar Garzón señaló a un clérigo de Londres, Abu

Qatada, como líder espiritual de Al Qaeda en Europa. Alparecer, Qatada, quien ya ha sido detenido, reclutó a ZacaríasMoussaoui, el vigésimo secuestrador del 11-S, y a Richard

Reid, “el terrorista del zapato”

SUIZAProsiguen las investigaciones sobre las

cuentas bancarias de prominentesciudadanos saudíes que se cree fueron

utilizadas para canalizar dinero hacia lared de Al Qaeda

ALEMANIA Un estudiante marroquí acusado de ayudar a losterroristas del 11-S en Hamburgo fue condenadoel año pasado a quince años de prisión. Otro de

los acusados ha sido absuelto por el mismotribunal alemán por falta de pruebas. Según el

jefe de la policía federal alemana, un númerosignificativo de miembros de Al Qaeda reside en

Alemania. Tres de los suicidas compatieronapartamento en Hamburgo

BÉLGICAEl Tribunal Correccional de Bruselas

impuso a finales de septiembre de 2003penas de dos a diez años de cárcel a 18

islamistas radicales acusados de planearatentados en Europa en días próximos al

11-S. Entre ellos figura el ex futbolistatunecino Nizar Trabelsi, procesado por

intentar atacar una base militar belgautilizada por Estados Unidos y que podría

albergar material nuclear. Uno de lossupuestos líderes del islamismo radical

en Europa, Tarek Maaroufi, es condenadoa seis años de cárcel, acusado de reclutar

voluntarios para Al Qaeda

ESPAÑAHasta el 11 de marzo de 2004 se

contabilizaron 66 detenidos, 24 de loscuales siguen en prisión. Éste es el balancepolicial en la lucha contra la red de Al Qaedaen España, país que se revela como claveen la preparación de los atentados del 11-

S en Nueva York, Washington yPennsylvania. El pasado

11-M España sufre el mayor atentadoterrorista en Europa con un balance de

190 muertos y más de mil quinientosheridos. Las pruebas apuntan a Al Qaeda

HOLANDAIndicios de envío de hombres a campos deentrenamiento de Afganistán. Un tribunalde Rotterdam juzga a doce sospechosos

de reclutar voluntarios para Al Qaeda

ITALIALos servicios

secretos italianosinvestigan a más de500 simpatizantes

de Al Qaeda y creenque en el país

puede haber unas15 células

"durmientes"

FRANCIADhjamel Beghal es detenido antes del11-S. Se le acusa de tener planes para

ejecutar atentados terroristas en Europa.Al Qaeda amenaza a Francia por prohibir

el velo mediante de una grabación atribuidaa Ayman Al Zawahiri, lugarteniente de Bin

Laden

BOSNIASerbia sostiene que Bin Laden tenía

campos de entrenamientoen Bosnia y Kosovo

MARRUECOSDeja de ser un país seguro tras

sufrir cinco atentados enCasablanca el 16 de mayo de

2003 con un balance de 45fallecidos. La policía detiene a27 personas y todos los indiciosapuntan a que la autoría de los

atentados es de Al Qaeda

TÚNEZMueren 21

personas en elatentado contrauna sinagoga en

Djerba. Según losexpertos en lucha

antiterrorista, JalidShaij Mohamed,responsable de

operacionesexteriores de Al

Qaeda y capturadoen 2003, dio la

autorización paracometer el

atentado

ARGELIAImportante refugio de

Al Qaeda, que estárelacionada con los

grupos islamistasrebeldes

LIBIAUn régimen como elde Gaddafi, capaz de

derribar en 1988un avión con 259

pasajeros a bordo,pasó en febrero de

2004 a ser consideradoamigo de Occidente.

Silvio Berlusconi dioun abrazo a Gaddafi en

Trípoli y Tony Blairrecibió a su ministro

de Exteriores enDowning Street

IRAQLa Administración Bush llevóa su país a la guerra contraIraq asegurando, entre otrascosas, que varios terroristasde Al Qaeda se encontrabanbajo la protección de Iraq.La situación ahora es deinestabilidad y permanenteviolencia. Casi cada día seproducen atentadosy muertes

YEMENLugar de origen de la familia de Bin Laden y uno de los santuariospara los terroristas islámicos. Una decena de miembros de AlQaeda se han entregado a la policía. Algunos de los detenidosestuvieron implicados en el atentado contra el destructorestadounidense “US Cole”. Uno de los prisioneros yemeníes deGuantánamo, propagandista clave de Al Qaeda, será uno de losprimeros prisioneros en ser juzgado por un tribunal militar

OMÁNLas autoridadesde Omándesarticularonuna célula de AlQaeda yextraditaron aEstados Unidos avariossospechosos depertenecer a lared terrorista

DUBAI(EAU)Utilizadocomocentrofinancieropara losatentadosdel 11-S

MALASIAA a principios de los noventa BinLaden envió a algunos de suslugartenientes a la región para quese integraran en sus comunidades.Hambali, el “gerente” de la zona delSudeste Asiático, se trasladó aMalasia en esta misma época.Estuvo presente en la creación delo que parece ser la primera granbase de operaciones de Al Qaeda enel área

FILIPINASEstados Unidosproporciona ayuda military económica a Filipinaspara combatir al grupomusulmán Abu Sayyaf,que se cree ha recibidoarmas y entrenamientode Al Qaeda

MYANMAR (ex BIRMANIA)Vídeos encontrados en poderde Al Qaeda revelan ramificacionesde la red en este país, en cuyasselvas se han entrenado susactivistas

INDIASe han detenido sospechososde pertenecer a Al Qaeda, bajola acusación de entrenarse paraperpetrar ataques suicidascontra los parlamentos de Indiay Gran Bretaña

PAKISTÁNEl 18 de enero de 2004, los serviciosde seguridad detuvieron a sietesospechosos de pertenecer a AlQaeda. Más de 1.200 extremistas,simpatizantes y miembros de AlQaeda han sido detenidos en estepaís. En el noroeste de Pakistán seesconden numerosos talibán ymiembros de Al Qaeda. Uno de loshombres clave del círculo de BinLaden, Ahmed Omar Said Sheij, fuedetenido en Pakistán y declaradoculpable de instigar el asesinato delperiodista Daniel Pearl

KUWAITEl número tres de Al Qaeda, Jalid Mohamed,uno de los 10 terroristas más perseguidosdel mundo, fue detenido en 2003. Nació enKuwait. Doce kuwaitíes se encuentran entrelos cientos de detenidos en Guantánamo.El Gobierno investiga a organizacionescaritativas musulmanas después de queEE.UU. las acusara de financiar a Al Qaeda

TAYIKISTÁNAl Qaeda habríaentrenado yapoyado a losrebeldes islámicosque luchancontra elGobierno

UZBEKISTÁNEE.UU. cree que elMovimientoIslámico deUzbekistánmantieneestrechos lazos conAl Qaeda

SOMALIABin Laden viajó a Somalia varias veces en los años noventa. Obtuvo permisopara establecer bases y campos de entrenamientos de Al Qaeda en el país.EE.UU. acusó a un grupo extremista de Somalia de estar detrás de los atentadosen Kenia en 2002 contra intereses norteamericanos. Somalia vive sumida en laanarquía donde mandan las armas de los "señores de la guerra"

IRÁNEs acusado por la Administración Bushde proteger el terrorismo islámico ydesarrollar armas de destrucciónmasiva. Tras la guerra de Iraq, EE.UU.considera la posibilidad de abrir undiálogo con Teherán pese a incluirlo enel “eje del mal”

SUDÁNEs un refugio de Al Qaedadonde ha guardado gran partede sus reservas de oro.Ibrahim Ahmed Mahmoud AlQosi, sudanés y consideradoel tesorero de Al Qaeda, es unode los primeros prisionerosde Guantánamo que serájuzgado por un tribunalmilitar. Bin Laden residió enSudán hasta 1996 y creócampos de entrenamientopara terroristas

EGIPTOEl egipcio Ayman AlZawahiri, principalayudante de BinLaden, amenazó elaño pasado con unanueva ola deatentados enEstados Unidos. Sehan detenidomuchas personasrelacionadas con AlQaeda

ARABIA SAUDÍPaís natal de Bin Laden. Quince de los diecinueve autores delos atentados del 11-S eran saudíes. En el 2003, Al Qaeda atentócon tres bombas en un complejo residencial de la capital provocómás de 30 muertos. Webs islamistas aseguran que Al Qaeda seha beneficiado de informaciones del servicio de seguridad paraimpedir una incursión aérea contra algunosde sus miembros en Riad

EN EL MUNDO

SUECIAUn musulmán fue detenido en un aeropuerto

al intentar introducir una pistola en un vuelo deRyanair con destino a Londres

AL QAEDA

INDONESIAAl Qaeda había establecidoun campo deentrenamiento en el centrode Sulawesi que seclausuró tras los atentadosdel 11 de septiembre. Alparecer, dos gruposextremistas, el Frente deDefensores Islámicos y LaskarYihad, han recibido fondosy armas de Al Qaeda

AFGANISTÁNEl 7 de octubre de 2003EE.UU. inició su ataquecontra el régimentalibán y Al Qaeda.Actualmente 9.500militaresestadounidenses y 2.500de otros países luchanen Afganistán

SINGAPURDescubiertos varios planes deAl Qaeda para atentar contraembajadas occidentales y buques yaviones estadounidenses. Detuvierona 15 sospechosos y dos de ellosfueron liberados. El resto permaneceencarcelado

TURQUÍALa policía asegura

que Adnan Ersoz esun enlace entre Al

Qaeda y la redterrorista local

responsable de losúltimos atentados.

Un juzgadoantiterrorista turco

lo ha encarcelado

VANGUARDIA | DOSSIER 3736 VANGUARDIA | DOSSIER

03.Gunaratna 27/3/04 10:50 Página 36

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L A S E N T R A Ñ A S D E A L Q A E D A

sario (aliento, fondos, suministros) para su su-pervivencia y sostén. Los conflictos internacio-nalmente desatendidos que padecen los mu-sulmanes (Palestina, Cachemira, Chechenia,Mindanao, Argelia y otros) garantizan la con-tinuidad de este apoyo. Salvo durante los tresprimeros meses de confrontación, no ha habi-do señales de deserciones masivas entre los ta-libán y Al Qaeda que indiquen la situación dela moral en el interior de sus filas.

Debido a la dificultad de operar en el en-torno posterior al 11-S, Al Qaeda ha delegado ydifuminado muchas de sus responsabilidadeshacia otros movimientos islamistas (partidos ygrupos) que operan bajo su paraguas. En algu-nos lugares, Al Qaeda opera por medio de unaserie de grupos con los que compartía la in-fraestructura operativa, financiera y de for-mación en Afganistán. Este fenómeno es espe-cialmente visible en Pakistán, empezando porla matanza de cristianos ocurrida enBhawalpur, en la región del Punjab, en octubrede 2001. Los grupos asociados a Al Qaeda tam-bién han llevado a cabo una serie de ataquesque incluyen el secuestro y asesinato del pe-riodista de “The Wall Street Journal” DanielPearl y el atentado contra una iglesia deIslamabad en la que murieron la esposa y la hi-ja de un diplomático estadounidense. Un te-rrorista suicida de Harakat Ul Mujahidin AlAalami, un grupo asociado a Al Qaeda, asesinóa 11 franceses y 12 paquistaníes el 18 de mayode 2002. El atentado fue bien planificado y sellevó a cabo tras vigilar el hotel Sheraton y la ru-ta del autocar utilizado por los técnicos e in-genieros navales franceses que trabajaban en lafabricación de un submarino en Karachi. Unatentado suicida con un vehículo cargado con500 kilos de explosivos realizado por un grupoasociado a Al Qaeda contra el consulado esta-dounidense en Karachi el 14 de junio de 2002hirió a un marine estadounidense y mató a 11paquistaníes. Con el mismo tipo de vehículotambién se había intentado asesinar el 26 deabril al presidente Musharraf, pero falló el con-trol remoto para activar la detonación.

ObjetivosLos pronunciamientos de Al Qaeda des-

pués de 11-S (incluido el mensaje grabado deAbu Gaith Sulayman) reflejan su voluntad deatacar objetivos occidentales y, de modo espe-cial, estadounidenses.

La estrategia combinada de los talibán y Al

Qaeda es instalar en Pakistán un régimen fa-vorable a los islamistas o, al menos, un régimenque les sea neutral. Creen que su supervivenciafutura a lo largo de la frontera afgano-pakista-ní dependerá de su capacidad para generarun apoyo sostenido por parte de Pakistán. Porello, es probable que se dirijan contraMusharraf hasta conseguir asesinarlo o apar-tarlo del cargo.

Al Qaeda también ha organizado una ope-ración clandestina para asesinar al presidenteHamid Karzai o a sus ministros. Un afgano y unextranjero fueron detenidos en un Toyota car-gado de explosivos en el centro de Kabul tras unaccidente de tráfico el 29 de julio de 2002; es po-sible que el grupo siga intentándolo.

No cabe duda alguna de que EstadosUnidos, la “cabeza de la serpiente venenosa”,continúa siendo el principal objetivo de AlQaeda. Su preferencia quedó reflejada cuandoBin Laden declaró en una entrevista realizadael 21 de octubre de 2001 por Taysir Alluni, el co-rresponsal en Kabul de Al Jezira: “La batalla seha desplazado al interior de Estados Unidos.Continuaremos esta batalla, Dios mediante,hasta la victoria o hasta que nos reunamoscon Dios”.

MIENTRAS LOS SERVICIOS de espionaje esta-dounidenses no consigan infiltrarse en los gru-pos terroristas, una tarea que no cabe esperarque pueda materializarse a corto plazo (entre1 y 2 años), es razonable suponer que EstadosUnidos seguirá siendo tan vulnerable comoantes del 11-S. Los gobiernos que ayudan aEstados Unidos en su campaña en Afganistán,así como los gobiernos que han desmanteladocélulas de Al Qaeda en su suelo, también se hanganado la ira de dicha organización. Por ejem-plo, después de que el Gobierno singapurés des-articulara unas células de Jamaa Islamiya, elbrazo de Al Qaeda en el sudeste Asiático, queopera en Singapur, la dirección resituada enIndonesia prometió estrellar un avión en el ae-ropuerto internacional Changi de Singapur.Igualmente, como venganza por el apoyo pa-kistaní a Estados Unidos, varios grupos isla-mistas de Pakistán están realizando ataquescontra objetivos fáciles por todo el país. Porejemplo, los terroristas islámicos mataron acuatro paquistaníes en una escuela cristiana pa-ra niños de trabajadores humanitarios extran-jeros en Murree Hills el 5 de agosto y a otros tresen la iglesia de un hospital cristiano de Taxilia.

38 VANGUARDIA | DOSSIER

L A S E N T R A Ñ A S D E A L Q A E D A

L QAEDA AL SULBAH (LA SÓLIDA BASE) ES LA

primera multinacional terroristadel siglo XXI y cuenta con una fuer-za básica de 3.000 miembros.Además, ha establecido vínculos

con dos docenas de grupos islamistas.Tras el 11-S, Al Qaeda ha intentado sin éxi-

to destruir misiones diplomáticas de EstadosUnidos, Reino Unido, Australia e Israel, así co-mo atacar un buque de guerra estadounidensefrente a Singapur, buques de guerra de EstadosUnidos y Reino Unido en el estrecho deGibraltar y envenenar el suministro de agua dela embajada estadounidense en Roma. Ademásde Richard Reid, el “terrorista del zapato” queintentó hacer estallar un avión de pasajeros so-bre el Atlántico, Al Qaeda también ha intenta-do atentar contra la embajada y el centro cul-tural de Estados Unidos en París y atacar la ba-se estadounidense en Sarajevo. En diciembredel año 2001, un miembro sudanés de Al Qaedadisparó un misil tierra-aire contra un avión mi-litar estadounidense que despegaba de la basePríncipe Sultán en Arabia Saudí.

CON EL FIN DE ALENTAR LOS ATAQUES islamistasa objetivos judíos en todo el mundo, Nizar SeifEddin Al Tunisi (que significa: Espada de la Fe,el Tunecino), un terrorista suicida tunecinode Al Qaeda, lanzó un camión cisterna lleno degas licuado contra la sinagoga de El Ghriba, lamás antigua de África, y mató a 14 turistasalemanes, incluido un niño de corta edad, y a5 tunecinos en Djerba (Túnez) el 11 de abril del2002. El Ejército Islámico para la Liberación delos Santos Lugares, una pantalla de Al Qaeda,reivindicó el atentado y, posteriormente, AzimAl Muhajir, un jefe militar de Al Qaeda, con-

firmó en una entrevista que se trataba de unaoperación de esa organización.

Cambios en la infraestructura y la red

La infraestructura de formación de AlQaeda se ha visto muy dañada desde octubre de2001 como consecuencia de la intervenciónen Afganistán.

Aunque las células operativas que planifi-can y preparan atentados han sido desmante-ladas en Francia, Países Bajos, Bélgica,Alemania, Italia, España y Reino Unido, siguenactivas las células de apoyo que difunden pro-paganda, recogen fondos, reclutan miembros,proporcionan suministros y realizan tareas devigilancia de posibles objetivos. Los colabora-dores, partidarios y simpatizantes están cu-briendo el vacío creado por la primera oleadade detenciones de dirigentes ocurrida enEuropa justo después del 11-S. Las células pos-teriores al 11-S son más clandestinas, compac-tas e independientes, por lo que resulta más di-fícil detectarlas y desarticularlas; así pues, las so-ciedades occidentales y sus gobiernos tendránque hacer frente a una continua amenaza a lar-go plazo por parte de Al Qaeda.

En el año que ha seguido al 11-S, los talibány Al Qaeda han conseguido sustituir las pérdi-das ocasionadas entre sus filas promoviendo di-rigentes juveniles y de nivel medio, así comomediante nuevas incorporaciones. Para com-pensar la completa pérdida del apoyo delEstado pakistaní, el mulá Omar ha creado enPakistán la Lashkar i Omar, una clandestina redde organizaciones de apoyo para que lleve a ca-bo una campaña de baja intensidad enAfganistán y en los países vecinos.

Los talibán han alentado a sus grupos aso-ciados en Cachemira (Harakat Ul Mujahidin yJayash i Mohommad) para que intensifiquen laviolencia en esa zona, con lo que han conse-guido que Pakistán redespliegue las tropas es-tacionadas en la frontera afgana hacia los 2.500kilómetros de frontera indio-pakistaní. Graciasal incremento de la porosidad de la frontera en-tre Pakistán y Afganistán, los talibán y Al Qaedahan restablecido sus líneas de comunicación,aprovisionamiento y reclutamiento enPakistán.

Tanto los talibán como Al Qaeda, así comootros grupos asociados, están aprovechando elentorno islamista en Pakistán y el exterior pa-ra asegurar una revitalización del apoyo nece-

Tanto lostalibán comoAl Qaeda estánaprovechandoel entornoislamista dePakistán y elexterior paraasegurar elnecesarioapoyo para susupervivenciay sostén

Cómo sobreviveAl Qaeda

A

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ciados emprendan la vía del terrorismo radio-lógico, biológico y químico.

Aunque sigue siendo la “punta de lanza delislam” y la “vanguardia de los movimientos is-lámicos”, Al Qaeda ha inspirado o alentado auna amplia serie de grupos e individuos paraque se unan a la lucha por Alá.

Como puede verse por la serie de atentadosesporádicos en Europa, el norte de África,Indonesia, Pakistán y Cachemira, los grupos is-lamistas consideran toda una gama de opcio-nes: incendios, tiroteos, lanzamiento de gra-nadas, así como dispositivos explosivos mejo-rados contra objetivos judíos, cristianos ehindúes. Los islamistas siguen fomentando laviolencia contra los “enemigos del islam”, los“infieles” y los “incrédulos”, tanto personal-mente como a través de más de un millar de si-tios de internet. Operan a lo largo de un amplioespectro utilizando bajas y altas tecnologías, for-zando los recursos de los gobiernos y debili-tando las contramedidas de seguridad. Ello de-muestra el éxito de Al Qaeda en el adoctrina-miento de un gran número de personas contraOccidente.

Mientras sobreviva la jefatura de un grupo,sobrevive también el propio grupo. Además, si-gue en pie el entorno islamista que, tanto en elterritorio musulmán como en las comunidadesde emigrantes, proporciona el grueso de los re-clutas, las finanzas y otras formas de apoyo.Dado que el énfasis de la coalición es en granmedida militar, la resistente ideología islamis-ta de Al Qaeda –que ha permanecido inaltera-da– garantiza la supervivencia del grupo. La or-ganización está sustituyendo las bajas humanas(muertos, capturados, detenidos) y el gasto ma-terial (armas y otros suministros) dentro y fue-ra de Afganistán. Como consecuencia de ello, lared mundial de Al Qaeda –con miembros pro-cedentes de al menos 40 nacionalidades y activaen 94 países– sigue funcionando, incluidossus operativos en toda Europa.

El fenómeno de Al Qaeda demuestra que noes posible enfrentarse al desafío del terrorismoposmoderno únicamente con medios militaresy sólo con el compromiso de unos pocos esta-dos. Si se quiere desarticular, destruir y neu-tralizar Al Qaeda en tanto que organización, re-sulta vital para Estados Unidos que cree una res-puesta verdaderamente multidimensional ymultinacional.

“La Vanguardia”, 11 de septiembre de 2002

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Al Qaeda se ve incapaz de realizar nuevosatentados a gran escala como el del 11-S, perosigue siendo capaz de ejecutar atentados a pe-queña y mediana escala. Debido a los niveles sinprecedentes de cooperación en el cumpli-miento de la ley, el espionaje y la seguridad, ytambién al elevado estado de alerta pública, AlQaeda no puede llevar a cabo una planificacióny preparación extensiva y amplia en más de unpaís, una condición indispensable para realizaratentados coordinados simultáneos. No obs-tante, cuando la organización haya identifica-do pacientemente las fisuras en la arquitectu-ra de la seguridad tras el 11-S, es posible que sussupercélulas planifiquen, preparen y ejecutenotro atentado con víctimas masivas. Por ahora,las limitaciones existentes para otro atentadoa gran escala contra un centro de población, lainfraestructura económica y objetivos simbó-licos o de gran prestigio en el interior deEstados Unidos, hacen que las supercélulas deAl Qaeda consideren una gama de opciones,desde convertirse en “durmientes”, pasandopor aprovechar objetivos ocasionales, hasta en-viar a otros grupos.

De la docena de atentados de escala pe-queña y mediana realizados por Al Qaeda y susasociados contra objetivos de Estados Unidos,los aliados y la coalición en todo el mundo, só-lo han tenido éxito una fracción. La organiza-ción ha aprendido que su fracaso se debe al in-cremento de las contramedidas de seguridad in-ternacionales y, en especial, de Estados Unidos,así como a una planificación apresurada. Noobstante, su ideología garantiza que, como unanimal herido y sediento de venganza, el gru-po esté decidido a golpear de nuevo.

Como consecuecia del conjunto de con-tramedidas, la amenaza está cambiando y se haampliado, de forma que ahora incluye una ga-ma más grande de objetivos y un nuevo modode operación. Al Qaeda opera ahora a través deotros grupos islamistas a los que proporcionainstructores y fondos, y sobre cuya dirección es-tratégica y táctica ejerce influencia. Es posibleque actúe por medio de esosgrupos asociadosmientras no cese la amenaza sobre ella.

Cambios en la jefaturaA pesar de haber perdido a dirigentes clave,

como el jefe militar Mohamed Atif, alias AbuHafs, Al Qaeda sigue manteniendo una jefatu-ra básica y de segundo nivel que hace que su di-rección estratégica y táctica siga inalterada. El

mulá Omar, jefe de los talibán y antiguo jefe delEmirato Islámico de Afganistán, ha asumido laprincipal responsabilidad en la lucha contra lasfuerzas de la coalición dirigida por EstadosUnidos en Afganistán. En esa lucha, el propioOssama Bin Laden ha prometido lealtad a su je-fatura. Mientras se escondía Bin Laden, en tan-to que “jefe de los creyentes”, el mulá Omar en-cabezó el reagrupamiento y la reorganizaciónde los talibán tras el 11-S. Restableció la comu-nicación con sus unidades diseminadas y las re-agrupó en las zonas seguras de los 2.500 kiló-metros de frontera afgano-pakistaní.

Como ocurrió durante el período soviético,el sueño de los talibán es consolidar su fuerzay ganar inf luencia estratégica tanto enAfganistán como en Pakistán preparándosepara una prolongada campaña de guerra deguerrillas. Para reconstruir su apoyo, los talibánestán difundiendo propaganda con la que adoc-trinan a los afganos, ya sea directamente o me-diante partidarios y simpatizantes diseminadospor todo el país.

Debido al deterioro de la salud de OssamaBin Laden, su ayudante Ayman Al Zawahiri hapasado a desempeñar un papel más impor-tante en las actividades operativas y de apoyo dela red, tanto dentro como fuera de Afganistán.Con el propósito de derribar a Karzai enAfganistán y a Musharraf en Pakistán, Al Qaedaha establecido en esos dos países redes de co-laboradores, partidarios y simpatizantes; y, pa-ra coordinar y dirigir las operaciones, está in-tentando reestablecer la comunicación consus grupos asociados y células de mando.Pretende revitalizar su apoyo estableciendovínculos con sus ONG y otras organizacioneshumanitarias filiales en el exterior.

EL FRACASO A LA HORA DE GOLPEAR objetivostácticos de Estados Unidos, los aliados y la coa-lición en el mundo tras el 11-S, ha llevado a laorganización a considerar la vuelta a objetivostanto tácticos como estratégicos. El grupo tam-bién está considerando volver a los escenariosnucleares, radiológicos, biológicos y químicos(NRBQ), opciones consideradas a lo largo de losaños. Por ejemplo, Bin Laden pagó 1,5 euros aun oficial sudanés para comprar un bidón ra-diactivo a Sudáfrica. El grupo fue engañado por-que recibió un bidón irradiado por fuera.

El terrorismo suicida, unido a los ataquesconvencionales, ha demostrado ser muy eficaz,pero es posible que Al Qaeda y sus grupos aso-

OSSAMA BIN LADEN

Vivo Lider de Al Qaeda. Es unode los 52 hijos de Mohamed binLaden, un magnate de laconstrucción. Nació en 1957 yse graduó con honores deeconomista en la UniversidadRey Abdul Aziz. Fue el cerebrode los atentados contra laEmbajada de EE.UU. en Keniay Tanzania y habría participadoen el complot para asesinar alpresidente egipcio, HosniMubarak. Se calcula que sufortuna personal supera los300 millones de dólares.

MOHAMMED ATIF

Muerto Comandantemilitar de Al Qaeda y unode los principaleslugartenientes de BinLaden. De nacionalidadEgipcia, fue policía en esepaís antes de formarparte de la Yihad islámica.A principios de 2001 unahija suya se casó con unhijo de Bin Laden. Se creeque Atef murió en losbombardeos contraAfganistán en noviembrede 2001

AYMAN AL ZAWAHIRI

Vivo Al Zawuahiri es uncirujano egipcio de largamilitancia en elintegrismo radical queademás de actuar comomédico personal de BinLaden ocupa el númerodos en la organizaciónterrorista desde hacevarios años. Al parecer,consiguió huir del cercoal que las fuerzasnorteamericanas lesometieron en Afganistán,aunque toda su familia, suesposa y sus tres hijos,perdieron la vida durantelos bombardeos de susperseguidores

SAIF AL-ADELMAKKAWI

VivoEgipcio yayudantepersonal de BinLaden

SULEIMANABU GHAITH

DetenidoPortavoz delgrupo Al Qaeda.Fue detenido enIrán en mayo de2003

MAFOUZ QUIDWALID

MuertoTambién conocidocomo Abu HafsAl-MauritaniaConsejero de BinLaden

BIN LADEN Y SUSLUGARTENIENTES

No es posibleenfrentarse aldesafío delterrorismoposmodernosólo conmediosmilitares y elcompromiso deunos pocosestados

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Qaeda y otras establecidas por los terroristas, asícomo unas 30 compañías vinculadas con la red,pero sólo algunas han sido investigadas. Los fon-dos han procedido de múltiples fuentes, entreellas, restaurantes, tiendas, mezquitas y orga-nizaciones caritativas.

En tercer lugar, como Alemania, Españatambién ha servido de base avanzada de ope-raciones para que Al Qaeda estableciera un sis-tema de vigilancia y reconocimiento sobre ob-jetivos en EE.UU. antes de los atentados del 11-S. La primera reunión para la planificacióndel 11-S se celebró en Kuala Lumpur (Malasia),pero la última se hizo en España. Además de suuso como región de descanso y recuperación,España también ha servido de importante re-fugio para que destacados organizadores, fi-nancieros y operativos se reunieran y planifi-caran los atentados.

ESPAÑA, COMO EL RESTO de Europa, ha ofrecidotradicionalmente protección a los musulmanesperseguidos en sus países. Entre ellos, varias de-cenas de miles procedentes de Oriente Medio.Antes incluso de la oleada de refugiados arge-linos de los años noventa, varios miles de sirioshabían huido a Europa a consecuencia de la re-presión del fallecido presidente Hafez El Assadcontra los Hermanos Musulmanes sirios deese país en 1982. La actual oleada de apoyo mu-sulmán español al radicalismo islámico se re-monta a principios de los noventa. Como res-puesta a los acontecimientos en Bosnia, dondeOccidente cerró los ojos a las matanzas de mu-sulmanes balcánicos (1992-1995), en 1994 sur-gió en Madrid un grupo islamista, los Soldadosde Alá. Su organización pantalla, la AlianzaIslámica (con ramificaciones en otros conti-nentes), desempeñó un papel coordinador co-optando dirigentes de otros grupos. Operandodesde la mezquita Abu Baker de Madrid, man-tuvieron contactos con el Grupo IslámicoArmado argelino, el Frente de Salvación deArgelia, la palestina Hamas, Al Qaeda y otras or-ganizaciones políticas islamistas y radicales. Elgrupo organizó y financió tratamiento y asis-tencia médica para los heridos en los combatesde Bosnia en zonas de la España rural. Así, en-contraron cobijo por ejemplo Jayata Kattan, queluchó en Bosnia y Kurdistán; Mohamed NeedlAcaid, que luchó en los Balcanes, y MohamedZaher, alias Abu Hmeid. Asimismo, OssamaDarra, combatiente en Bosnia, abrió en España

una tienda de artículos de sonido y vídeo. Demodo similar, Abdelkrim Hammad, alias“Aldelnassa”, un miembro del GIA entrenadoen Afganistán, buscado por asesinato y deteni-do en la localidad riojana de Tudelilla en di-ciembre del 2002, había luchado en Afganistán,Bosnia y Kosovo. Había llegado a España hu-yendo de Francia a finales del 2001.

El fundador de los Soldados de Alá, el pa-lestino Anwar Adnan Mohamed Saleh, alias“Cheij Saleh” y también “Abdul Rachid”, fue aPakistán para coordinar el apoyo procedente deEuropa. Con la excusa de un viaje a Granada,Saleh abandonó España y llegó a Pakistán aprincipios de octubre de 1995. El imán sirioImad Eddin Barakat Yarkas, alias “AbuDahdah”, otro dirigente de los Soldados deAlá, lo sustituyó fielmente en España. Saleh seunió al primer frente organizativo de Al Qaeda,Maktab Al Jidma (MAK), la oficina de serviciosafgana situada en Peshawar y dirigida junto conel principal reclutador de Al Qaeda, AbuZubaidah. Saleh facilitó la integración en AlQaeda de los Soldados de Alá y la AlianzaIslámica, así como la cooptación de sus diri-gentes. Saleh fue detenido por la policía pakis-taní y tras su liberación se trasladó a Jalalabad(Afganistán).

LA AUSENCIA DE SALEH se vio compensadasin merma por su colega y sucesor AbuDahdah. Dahdah reclutó a Abdelram AlarnaotAbu Aljer, alias “Abu Obed”, procedente deSiria, y lo envió a Bosnia para que se entrenaraen Zenica, donde un batallón árabe combatíaen apoyo de los musulmanes bosnios. En el en-trenamiento de los nuevos reclutas, Dahdah yAlarnaot colaboraron con Mustafa SetmarianNasar, alias “Abu Musab”, un importante ins-tructor de Al Qaeda y jefe de un campamentoen Afganistán. En poder de Basan Dalati Satut,alias “Abu Abdo”, la policía encontró un diariocon la cuenta bancaria de Abu Musab. Entre losdemás miembros de la célula estaba KamalHadid Chaar, alias “Abu Nur”, también sirio y,como casi todos los demás, antiguo miembrode los Hermanos Musulmanes.

Dahdah, de 37 años, llegó a España en1986, se casó con una española, obtuvo la na-cionalidad y es padre de cinco hijos. Vivía mo-destamente de su trabajo como vendedor de co-ches usados y sin llamar la atención cuando fuedetenido en Madrid en noviembre del 2001.

NA OPERACIÓN DE LA ESCALA DE LA QUE HE-

mos presenciado no podía realizar-se sin una red de al menos dos do-cenas de operativos, financieros, ex-pertos en comunicaciones y

organizadores de los atentados perfectamenteentrenados y muy motivados. Aunque en unprimer momento se apuntó a ETA, todas las pis-tas concluyen que los atentados en Madrid del11 de marzo llevan el sello distintivo de AlQaeda o un grupo asociado.

Como la mayoría de las operaciones de AlQaeda, los atentados de Madrid han estado co-ordinados, han sido simultáneos y han produ-cido un gran número de víctimas. A menos quelos organizadores y los comandos etarras hayanaprendido del modus operandi de Al Qaeda, po-dría decirse que los atentados son sin dudaobra de esta organización o de un grupo aso-ciado a ella.

El número más elevado de víctimas de unatentado de ETA ha sido de 22, y habitual-mente el grupo suele avisar antes de atacar.Además, ETA ha evitado cometer atentadoscon víctimas masivas e indiscriminadas.

España, la tradicional puerta de entrada aEuropa y desde ahora a Norteamérica, no ha de-jado de ser un punto de tránsito y una base deactividad de Al Qaeda. Abundante base de re-clutamiento y centro financiero poco regulado,los grupos islamistas también utilizan el paíscomo lugar de descanso, recuperación y alber-gue. Durante su fase de crecimiento en la se-gunda mitad de los noventa, las condiciones ylos factores geográficos, demográficos y políti-cos facilitaron que Al Qaeda se dedicara de for-ma metódica a la creación de grupúsculos do-tados de poderosa infraestructura operativa y

de apoyo en Aragón, Catalunya, La Rioja,Murcia, Valencia y Madrid. A pesar de las de-tenciones periódicas de Al Qaeda y otros gruposterroristas islámicos, España ha mantenido suimportancia estratégica y geopolítica. Sólo el es-trecho de Gibraltar separa España deMarruecos, el norte de África y el resto delmundo árabe. Una serie de rasgos característi-cos hacen que el país sea receptivo a la in-fluencia y la actividad islamistas.

En primer lugar, España alberga a unagran comunidad musulmana emigrante que esvulnerable a la virulenta penetración ideoló-gica y física por parte de grupos terroristas is-lámicos. Aunque su infraestructura humana ymaterial se ha visto mermada desde el 11-S, AlQaeda y otros grupos islamistas todavía puedenoperar en el país porque mantienen una pro-fundidad estratégica. Aunque la inmensa ma-yoría de los musulmanes son pacíficos, hayen España varias decenas de miles de musul-manes radicalizados susceptibles de apoyar elislamismo.

El flujo continuado de emigrantes y laabundancia de simpatizantes y partidarios quehay ya en el interior de España permiten a AlQaeda y otros grupos islamistas establecer cé-lulas a corto plazo en el país. Como Turquía,España es una puerta de entrada a Europa delos norteafricanos. Para varios centenares demusulmanes europeos o de europeos conver-tidos al islam, constituye el punto de partida pa-ra Afganistán, Bosnia, Chechenia, Argelia,Indonesia y otras tierras donde está la “yihad”.

EN SEGUNDO LUGAR, AL QAEDA y sus gruposasociados –en particular, el Grupo Salafistapara la Predicación y el Combate (GSPC), TakfirWal Hijra, Grupo Combatiente Tunecino– hanestablecido en el país una extensa infraestruc-tura financiera para dar apoyo a sus operacio-nes en España y otras partes de Europa. Ademásde su creciente papel en la distribución de fon-dos fuera de Europa, funciona, junto conBélgica, como centro para la falsificación de do-cumentos que facilitan el uso fraudulento detarjetas de crédito y el fraude bancario. Las cé-lulas islamistas españolas proporcionan múl-tiples documentos falsificados o documentosauténticos robados y adaptados para la gene-ración de finanzas y los viajes de sus miembros.En España operan una serie de organizacioneshumanitarias auténticas infiltradas por Al

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España: ¿uno de loscentros de Al Qaeda?

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Las célulasislamistasespañolasproporcionantoda clase dedocumentosfalsos oauténticosrobados yadaptados alas finanzas ylos viajes desus miembros

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Viajaba mucho por Europa, Oriente Medio yAsia, incluidas algunas visitas al Reino Unido,Dinamarca, Suecia, Bélgica, Turquía, Yemen,Jordania, Indonesia y Malasia. Entre sus con-tactos se encontraban Mazen Belnajo y AbuTalha en Arabia Saudí, Abu Rached y JihadBarakat en los Emiratos Árabes Unidos, así co-mo Abu Alfaraj, Mustafa Halime Abu Bashir,Abu Musab, Abu Jadiya y Nabil Manakli enYemen 1. Además de visitar en al menos diezocasiones a Abu Qatada, el líder espiritual de AlQaeda en Europa, estuvo en contacto con el bel-ga de origen tunecino Tarek Maarufi, jefe delGrupo Combatiente Tunecino, un grupo aso-ciado a Al Qaeda. Dahdah también trabajó conel GSPC, otro de los grupos asociados. Seismiembros argelinos del GSPC detenidos enEspaña el 26 de septiembre del 2001 tenían vín-culos con Abu Dahdah y otros ocho miembrosde Al Qaeda acusados el 19 de noviembre del2001. De los seis miembros detenidos el 26 deseptiembre, dos se reunieron con un dirigentetunecino de Al Qaeda, Essid Sami Ben Jemais,en marzo del 2001. Ben Jemais y cinco personasmás fueron detenidas en abril del 2001 enItalia con planes para atacar la embajada esta-dounidense en Roma.

El 24 de enero del 2003, otros 16 argelinossospechosos de pertenecer a Al Qaeda fuerondetenidos mientras preparaban nuevos aten-tados. La policía se incautó de explosivos y sus-tancias químicas en las redadas realizadas endoce pisos de Barcelona y otras ciudades delnordeste de España.

DAHDAH ERA UN HOMBRE de confianza del nú-cleo del segundo nivel de la dirección de AlQaeda y de los comandantes de los campos deentrenamiento. El trabajo de Dahdah era apre-ciado por sus superiores, incluido Bin Laden.Por ejemplo, de los 670.000 euros destinadospor Al Qaeda a la actividad islamista en Europa,Dahdah recibió unos 50.000 euros; Abu Ilias, enHamburgo, 17.000; Abu Salah, en Yemen,15.700; Abu Jaled, en Turquía, 107.500, y AbuZeinab, en Bélgica, 231.600 euros. Además, el te-léfono madrileño de Dahdah apareció en unaagenda encontrada en el apartamento de Attaen Hamburgo. El 27 de agosto, dos semanas an-tes de los secuestros suicidas, Dahdah tuvouna conversación telefónica con Shakur, unmiembro de Al Qaeda radicado en Reino Unido,en la que se hizo referencia a un posible se-

cuestro aéreo. Shakur dijo: “En nuestras lec-ciones, hemos entrado en el campo de la avia-ción y hemos degollado el pájaro”, una frase in-terpretada por los analistas de espionaje comoun ataque al águila, el símbolo de EstadosUnidos.

CON MEDIO AÑO DE DIFERENCIA, MohamedAtta, el cabecilla del 11-S realizó dos viajes aEspaña, primero en enero y luego en julio del2001. En este segundo viaje se reunió con Ramzibin al Shibh, coordinador logístico del 11-S, ycon Marwan al Shehhi, el piloto de los EmiratosÁrabes, entre otros, para ultimar la planifica-ción de los atentados del 11-S. 2 Ramzi llegó alaeropuerto de Reus en un vuelo chárter sema-nal procedente de Alemania el 9 de julio del2001 y Atta a Madrid el 8 de julio procedente deMiami vía Zurich, en cuyo aeropuerto com-pró una navaja suiza. En el aeropuerto deBarajas coincidió con Iqbal Afzal Admat, unhombre de 41 años y probablemente miembrode Al Qaeda con pasaporte falso, con quien sealojó en un hotel de Barajas. Desde el hotel re-alizó varias conferencias, entre ellas aHamburgo. Desde Madrid, Atta viajó en un co-che alquilado hasta Tarragona, donde se alojóen el hotel Sant Jordi. En total, condujo 1.908 ki-lómetros durante sus 12 días en España.

Ramzi y Al Shehhi se alojaron en el hotelMónica de Cambrils, que dejaron para reunir-se todos con Abu Jaled, un dirigente de AlQaeda llegado para la reunión. Ramzi se regis-tró con su verdadero nombre. Atta volvió aMiami el 19 de julio, y Ramzi partió paraAlemania. El 1 de agosto, Ramzi tomó un trendesde Hamburgo a Düsseldorf, desde cuya es-tación transfirió fondos de Al Qaeda a ZacariasMusaui, uno de los pilotos suicidas. El vínculoentre la Al Qaeda española y la célula deHamburgo incluía el suministro de apoyo y ope-rativos. Cuando Said Bahaji, Ramzi bin al Shibhy Zacarias Essabar, miembros de Al Qaeda queproporcionaron apoyo logístico al equipo del11-S, dejaron Hamburgo para trasladarse aPakistán, estuvieron acompañados deMohamed Belfatmi, un argelino residente enTarragona. Belfatmi concertó la cita de tres dí-

1. Manuel Cerdán y Antonio Rubio, “Los tentáculos de Bin La-den en España”, “El Mundo”, 24 enero 2003

2. Charles M. Sennott, “Exposing Al Qaeda's european net-work”, “Boston Globe”, 4 agosto 2002

En España AlQaeda obtienefondos demúltiplesfuentes, entreellos tiendas,restaurantes,mezquitas,empresasinmobiliarias yorganizacionescaritativas

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por Cat Stevens, alias Yusuf Islam y que estuvoinvolucrada en Bosnia; el Comité de ApoyoAfgano, que ayudó a los árabes expulsados dePakistán tras un atentado suicida contra laembajada egipcia en Islamabad en 1995; elCentro de Refugiados Al Kifah, dirigido por elveterano afgano Kamer Eddine Jerbane; Hizb-e-Islami, dirigido por Gubbudin Hekmatiyar enAfganistán; Human Concern International,con sede en Estados Unidos y activa en Pakistánen apoyo a los mujaidines afganos; FondationSecours Mondial, dirigida por Nabil Sayadi deBélgica; y Maktab al Jidma (la Oficina deServicios afgana), un conocido frente de AlQaeda. Además de albergar una gran red nor-teafricana, España también fue el centro de laactividad siria de Al Qaeda. Zuaydi, español deorigen nacimiento y miembro de esta organi-zación terrorista, envió 15.240 dólares al ale-mán de origen sirio Mahmun Darkazanli, de 44años y residente en Hamburgo, cuya compañía(Darkazanli Import-Export Company) había si-do investigada por las autoridades alemanas yestadounidenses desde 1998. 3 El Gobierno deWashington identifica a Darkazanli como co-laborador de Salim, extraditado de Alemania aEstados Unidos, y de Wadih al Hage, libanés deorigen estadounidense, secretario personal deOssama Bin Laden en Sudán.

AUNQUE ALEMANIA SE MOSTRÓ reacia a detenera Darkazanli, su amigo y socio MohamedHeidar Zammar, también de origen sirio, fuearrestado mientras visitaba Marruecos y fue de-portado a España con el conocimiento deEstados Unidos. Dahdah, Mohamed HaydarZammar, un antiguo cerrajero alemán de 41años, y Darkazanli provienen de Alepo, Siria, eltema de la tesis doctoral de Atta. La detenciónde Ghasub al Abrash Ghalyun, alias Abu Musab,en abril de 2002 permitió confiscar cinco cin-tas de vídeo que había grabado durante una vi-sita a Estados Unidos en agosto de 1997.Ciudadano español de origen sirio, Ghasubera un antiguo miembro de los HermanosMusulmanes sirios. Este padre de cinco hijostrabajó en la restauración de casas en España.A pesar de que su abogado afirmó que Ghasubrealizó un viaje familiar a Estados Unidos, la for-ma y duración de las grabaciones de los sím-bolos más emblemáticos de la vida y la culturaestadounidense, van más allá de la mera cu-riosidad turística. Por ejemplo, las Torres

Gemelas de 110 pisos de Nueva York y el EmpireState fueron filmados desde distintos ángulosy distancias; entre ellos, desde el distrito fi-nanciero de Manhattan. En la cinta de 88 mi-nutos, Ghasub dirige la cámara hacia él y diceen árabe: “Las derribaré”.

En un fragmento de 30 minutos de la cin-ta que contiene rascacielos, edificios y monu-mentos hay una conversación entre el con-ductor y el que graba en la que se hace refe-rencia a Alá cuando el vídeo filma un planonocturno de las torres gemelas y el EmpireState. Más tarde, desde la cima del EmpireState, la cámara capta una panorámica y enfo-ca el avión que sobrevuela el centro deManhattan. La mayoría de voces que se oyen enel vídeo del World Trade Center son las des-cripciones habituales del vestíbulo –incluidoslos ruidos de los ascensores y a un guardia deseguridad– y de monumentos como la Estatuade la Libertad y el puente de Brooklyn visto des-de la terraza de observación. 4 Luego la cáma-ra realiza un plano desde la acera hasta los pi-sos superiores de la torre norte, donde se es-trelló el primer avión secuestrado el 11-S, sedesplaza hacia el río Hudson, que es la trayec-toria que tomaron los pilotos al dirigir los avio-nes hacia las torres. Asimismo, recibieron es-pecial atención los pilares de sustentación delpuente Golden Gate de San Francisco y el puen-te de Brooklyn. Es más, filmó el interior y ex-terior de la estatua de la Libertad, zonas del ae-ropuerto de Nueva York, la torre Sears deChicago, y los parques temáticos deDisneylandia y Universal Studios en California.Entre los otros vídeos encontrados hay imáge-nes gráficas de combates en Chechenia, in-cluidos ataques suicidas y donativos a la causaislamista. Cuatro meses después de la visita deGhasub a Estados Unidos, otro miembro de lacélula, Mohamen Jair al Saqq, alias AbuAldarda, otro ciudadano español de origen si-rio y antiguo miembro de los HermanosMusulmanes, recibió una visita de MohamedBahaiah, mensajero de Ossama Bin Laden. Enseptiembre de 2002, tanto Ghasub como Saqqfueron puestos en libertad tras pagar una fian-

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as entre Atta y Ramzi en España en julio del año2001.

La célula española de Al Qaeda también des-empeñó un papel crucial en la descentraliza-ción de la red terrorista. Debido a la dificultadde trasladar a los reclutas y los fondos aAfganistán a través de Pakistán, la célula espa-ñola colaboró en la creación y puesta en mar-cha de un campamento de Al Qaeda en Poso,Sulawesi, en Indonesia.

Parlindugan Siregar, alias Parlin, un indo-nesio que estudió ingeniería aeronáutica enMadrid en los noventa, fue el instructor de en-trenamiento físico del campamento. Las auto-ridades españolas espiaron una llamada tele-fónica de Parlin a Abu Dahdah el siete de juliodel año 2001. Además de visitar el campamen-to y de disparar armas en un campo de tiro,Abu Dahdah trató con varios miembros, in-cluido Luis José Galán González, alias YusufGalán, español de nacimiento y converso al is-lam en julio de 2001. Aunque las autoridades es-pañolas hallaron indicios de relaciones entre ély Herri Batasuna, es probable que fueran vín-culos insignificantes. Cuando Galán fue dete-nido en Madrid en noviembre del 2001, la po-licía también se incautó de una pistola del ca-libre veintidós, un rifle del mismo calibre, unaescopeta de repetición, un chaleco antibalas yfotos de entrenamiento, así como machetes ydocumentos de identidad falsos. El campa-mento sirvió para entrenar a entre dos mil ytres mil indonesios y extranjeros. Tanto AbuDahdah como Galán admitieron a las autori-dades españolas que habían visitado Indonesiay llevado dinero a Parlin.

TRAS SIETE MESES DE VIGILANCIA, AhmedBrahim, un argelino de 57 años miembro de lared financiera de Al Qaeda que vivió en Españadurante quince años, fue detenido en Barcelonael 13 de abril del 2002. Identificado como el je-fe financiero en España y considerado sospe-choso de haber participado en los atentadoscontra las embajadas estadounidenses lleva-dos a cabo en África oriental en agosto de 1998,las autoridades obtuvieron detalles de cuentasbancarias que contenían grandes sumas de di-nero en bancos de España y otros países euro-peos. Además de trabajar con MamduhMahmud Salim, alias Abu Hayer al Iraqi, elprimer emir de Al Qaeda y cerebro financierode la organización terrorista, Brahim finan-

ció misiones de agentes en un mínimo de nue-ve países y distribuyó dinero en metálico portodo el mundo, incluidas las células estadou-nidenses y alemanas. En el momento de su de-tención, las autoridades españolas siguieron elrastro de más de 670.000 euros. Brahim, que vi-vió en España durante quince años, tenía un ne-gocio de venta de barcos, ejercía de relacionespúblicas y exportó ordenadores a Arabia Saudí.

Asimismo, en abril, España detuvo aMohamed Galeb Kalaje Zuaydi, alias “AbuTalha”, un hombre de negocios de 41 años y ori-gen sirio, que había sido un miembro de losHermanos Musulmanes en Siria. Fue detenidoacusado de llevar doble contabilidad y de re-caudar fondos y blanquearlos para las célulasde Al Qaeda en ocho países y de enviar dineroa Abu Dahdah, el jefe de Al Qaeda en España.Zuaydi, que vivió en Jeddah, Arabia Saudí, des-de 1996 al 2001, creó varias compañías privadasy recibió donativos. Llegó a Madrid en 1998 yfundó Mushayt for Trading Establishment, unacompañía de operaciones bursátiles e inver-sión en España. Los funcionarios españoles in-vestigaron la transferencia de 700.000 dólaresde la compañía de inversiones saudí dirigidapor Zuaydi a España entre 1996 y 2001. Zuaydientregó 15.400 dólares a Mamun Darkazanli,que “pertenecía al círculo más íntimo deMohamed Atta”. Al amparo de una empresa in-mobiliaria, la red financiera de Zuaydi se ex-tendió desde Estados Unidos a Bélgica, Turquía,los territorios palestinos, Jordania, Siria, ArabiaSaudí y China.

LAS AUTORIDADES ESPAÑOLAS afirmaron queGhalyun, el socio empresarial de Zuaydi, ytambién miembro de los HermanosMusulmanes sirios, grabó los vídeos de vigi-lancia del World Trade Center y otros objetivosen 1997 y que el cuñado de Zuaydi, MohamedBahaiah, mensajero de Al Qaeda, los recogió pa-ra transportarlos. A pesar de que los grupos is-lamistas, y entre ellos Al Qaeda, sólo se habíaninfiltrado en unas pocas organizaciones hu-manitarias, la policía española identificó adiez de ellas, entre las que había organizacionesde rehabilitación y ayuda. Se trataba de laOrganización de Ayuda Islámica Internacional;la Fundación Islámica Al Haramain; Ittehad-e-Islami, con sede en Afganistán, la organiza-ción benéfica más subvencionada por el go-bierno saudí; Muslim Aid, creada en Londres

3. Darkazanli Import-Export Company es el primer negocio pri-vado cuyos activos fueron congelados por el presidente Bushdebido a las sospechas de sus vínculos con los atentados del11-S. Steven Erlanger, “German press investigation of Al-Qaeda-tied businessman”, “New York Time”, 20 junio 2002

4. Ibid.

Además dealbergar unagran rednorteafricana,Españatambién fue el centro de la actividadsiria de Al Qaeda

Lasdetencionesespañolaspermitieronencontrarmapas devarias ciudadeseuropeas,incluidasDublín y Milán

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de este a oeste. La persona que ideó esto es unloco de manicomio, un loco pero un genio. Estáobsesionado con este plan. Dejará a todo elmundo helado... En el futuro, estate atento a lasnoticias y recuerda estas palabras: 'Por encimade la cabeza'. Recuérdalo bien, recuérdalo bien...El peligro en los aeropuertos... Hay nubes en elcielo, en territorio internacional, en ese país, seha encendido el fuego y sólo estamos esperan-do una ráfaga de viendo...” 6 Afirmó que la lu-cha contra los enemigos del islam se libraría“con cualquier medio a nuestro alcance paracombatirlos, usando... aviones. No podrán de-tenernos ni con las armas más grandes.” Antesde irse, Abdulrahman dijo: “Estoy estudiandolos aviones. Espero que, Dios mediante, puedatraerte una ventana o un trozo de un avión lapróxima vez que nos veamos.” El 24 de enerodel 2001, el tunecino Soltane Adel, que tambiénviajaba en un Citroën, le preguntó a Es Sayed enreferencia a unos documentos falsos: “¿Serviránpara los hermanos que van a ir a EstadosUnidos?” Y el otro le respondió furioso: “Novuelvas a decir esas palabras, ni en broma. Si esimprescindible... da igual dónde estemos, acér-cate y dímelo al oído, porque se trata de cosasmuy importantes. Debes saber... que este planes secretísimo; como si estuvieras protegiendola seguridad del Estado.” Es Sayed huyó aAfganistán en julio del 2001, después de que suscómplices fueran detenidos como miembros deuna red formada principalmente por tunecinosy que planeaba atentar contra objetivos esta-dounidenses. En la actualidad se le busca enEgipto por la matanza de 58 turistas en Luxoren 1997, y en Italia por tráfico de armas, ex-plosivos, productos químicos y personas.

PUESTO QUE EUROPA es una base operativade vanguardia para que Al Qaeda atente enNorteamérica, resulta fundamental mejorarla seguridad del continente para reducir laamenaza a la que está sometido Estados Unidos.El hecho de que, por ejemplo, otros miembrosde Al Qaeda no pudieran entrar en EE.UU. des-de Europa obligó a la organización a reducir laenvergadura de los atentados del 11-S. Por ejem-plo, cuando Es Sayed llamó a Abdulrahman el12 de febrero del 2001, respondió un talAbdelwahab. Cuando Es Sayed le preguntó:“He oído que habéis entrado en EstadosUnidos”, Abdelwahab respondió: “Lo siento,pero no hemos sido capaces. Es nuestro mayor

deseo y objetivo.” También hacen referencia aun grupo alemán muy secreto formado pordiez miembros, lo que sugiere que otros miem-bros de Al Qaeda se están preparando para lle-var a cabo atentados similares. Del mismo mo-do, es imperativo que los servicios de inteli-gencia compartan información y coordinenlas operaciones contraterroristas para protegera Europa de los atentados de Al Qaeda. En juliodel 2001, se frustraron los planes para estrellarun avión contra la cumbre de Génova, donde sereunieron los principales dirigentes mundiales.Todo atentado conduce a la disolución de las cé-lulas terroristas que participan en él. Aunque lared española sufrió un duro revés inmediata-mente después del 11-S, Al Qaeda intentará re-construirla debido a la importancia de España.

A PESAR DE UNA SERIE de operaciones, losmiembros españoles de Al Qaeda y otros gruposasociados que forman parte de una red europeamás amplia, están decididos a mantener unapresencia en España, un centro importante ypunto de tránsito. Aunque sea vulnerable,España supone una gran oportunidad paraque los servicios de seguridad españoles y deotros países cultiven, recluten y manejen acti-vos, agentes e informadores terroristas. Ya an-tes del 11-S, los miembros de Al Qaeda conbuenos conocimientos de seguridad tomabanciertas precauciones en su vida diaria y a la ho-ra de llevar a cabo las operaciones. Sin embar-go, tras el 11-S, los terroristas eludieron los te-léfonos y los métodos de escucha electrónica yaque empezaron a usar teléfonos públicos y losservicios de fax. En tanto que organización ca-paz de aprender, Al Qaeda ha aprendido que losservicios europeos generan una cantidad con-siderable de información, incluidas pruebas pa-ra detectar, frustrar sus operaciones y perseguira sus miembros mediante la intervención de te-léfonos y la colocación de micrófonos en sus ca-sas y vehículos; por ello, en el futuro se preo-cuparán todavía más de la seguridad. Por lotanto, el futuro éxito de la lucha contra el te-rrorismo dependerá, en gran parte, de la pe-netración humana en los grupos terroristas ysus células de apoyo en toda Europa, incluidaEspaña.

“La Vanguardia”, 14 de marzo de 2004

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za de 146.550 dólares porque el juez investiga-dor fue incapaz de demostrar que los vídeos ocopias de ellos fueron vistos por dirigentes deAl Qaeda.

En una serie de redadas llevadas a cabo enEspaña, la policía confiscó documentos y otrosobjetos de las viviendas de los miembros y se-guidores de Al Qaeda en Madrid, donde tam-bién había manuales de compañías aéreas y so-bre seguridad aeroportuaria en EE.UU. Ademásde proporcionar una amplia actividad de apo-yo, España también fue un centro de actividadoperativa. Las detenciones españolas permi-tieron la confiscación de mapas de varias ciu-dades europeas, incluidas Dublín y Milán. Losservicios de inteligencia europeos creen queAbu Dahdah viajó a Afganistán antes del 11-S,se reunió con Ossama Bin Laden en dos oca-siones y analizó con Mohamed Atef, entoncesjefe militar, el calendario de ataques suicidas ycon gas venenoso en Europa. La célula españo-la trabajó con la alemana en la fabricación delartefacto químico y con la italiana planeó el usode un gas asfixiante. Aunque el ataque quími-co en Francia tuvo que esperar hasta después delos atentados del 11-S, el grupo estaba decididoa llevar a cabo varios atentados suicidas: contrael cuartel general de la OTAN en Bruselas, la em-bajada de Estados Unidos y Centro CulturalAmericano de París, así como contra la catedralgótica y la plaza central de Estrasburgo.

ENTRE LAS DEMÁS DETENCIONES que se lleva-ron a cabo en el barrio de inmigrantes nortea-fricanos de Alicante, se incluye la del argelinoMohamed Bensajriya, de 34 años, que dirigíaMeliani, una célula comando argelina entre-nada en Afganistán, que operaba en Francforty tenía vínculos con el Reino Unido y Milán yVaresse en Italia. En abril de 2001, cinco tune-cinos fueron detenidos en Milán y otro sospe-choso en Munich. En enero de 2000, la emba-jada de EE.UU. en Roma fue cerrada después deque las autoridades creyeran que tres argelinosplaneaban cometer un atentado suicida contraella. Cuando Bensajriya fue detenido en julio de2001, vivía en una caravana y mantenía la apa-riencia de ser pobre para no llamar la atenciónde la policía. Fue extraditado a Francia porplanear el atentado contra la catedral y el mer-cado de Estrasburgo. En el momento de la de-tención, la policía también investigaba si habíadesempeñado algún papel en el atentado pla-

neado contra el Parlamento Europeo deEstrasburgo.5 Asimismo, era buscado por laInterpol y el Gobierno estadounidense. España,como el resto de Europa, toleró la presencia dela red terrorista islamista hasta el 11-S. Como re-sultado de ello, Al Qaeda y otros grupos au-mentaron su influencia mediante el recluta-miento, el envío de miembros para su entre-namiento y los negocios. Aunque lasautoridades vigilaron a la red Al Qaeda enEspaña, consideraron que estaba inactiva yque no suponía una amenaza real, como mí-nimo hasta el 11-S. Mientras, Al Qaeda se ex-tendió por todo el país, incluida Granada. Entrelas detenciones que se produjeron tras el 11-S,por ejemplo, se encontraba la de MohamedZahar Asade en Granada, capital del imperioárabe que cayó en 1492. Inmediatamente des-pués del 11-S, la policía española lanzó laOperación Dátil para desmantelar la infraes-tructura de Al Qaeda en su territorio. Ademásde cooperar con los organismos de seguridad einteligencia de todo el mundo, España sigue in-vestigando y analizando los documentos con-fiscados. En general, la respuesta europea fuedébil hasta el 11-S. Había poca cooperación en-tre los cuerpos de seguridad del Estado (policía,inmigración y aduanas) y las agencias de se-guridad e inteligencia.

Al no existir una fusión de los servicios deinteligencia y debido a la falta de coordina-ción, las informaciones reunidas por los diver-sos organismos nacionales no fue compartiday cotejada para reconstruir una imagen gene-ral hasta el 11-S. Los italianos, por ejemplo, vi-gilaron teléfonos, viviendas y coches de trece su-puestos miembros de Al Qaeda antes del 11 deseptiembre. El 12 de agosto del 2001, AbdulsalmAlí Alí Adulrahman, un yemení que viajaba conpasaporte diplomático, subió a un Citroën enel aeropuerto de Bolonia y habló conAbdelkader Mahmud es Sayed, imán egipcio dela mezquita de Milán, acerca de un inmensoataque contra los enemigos del islam en elque se usarían aviones y que se trataría de ungolpe “del que se escribirá en todos los perió-dicos del mundo”. Añadió: “Será uno de esosataques que jamás será olvidado... Es algo ate-rrador. Es algo que se extenderá de sur a norte,

5. Martin Bright et al, “Police believe up to 30 more spectacu-lars are planned, The secret War”, Segunda parte, “Observer”,Londres, septiembre 2001 6. Ibid.

Lasautoridadesvigilaron a lared Al Qaedaen España,peroconsideraronque estabainactiva y queno suponía unaamenaza real

Aunque la redespañola sufrióun duro revéstras el 11-S, AlQaeda intentareconstruirla ymantener supresenciadebido a laimportancia deEspaña

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¿Locos por Dios?De la retórica religiosa ala reivindicación políticaFrançois BurgatPOLITÓLOGO, DIRECTOR DEL CENTRO FRANCÉS DE ARQUEOLOGÍA Y CIENCIAS SOCIALES

DE SANAA (YEMEN) Y AUTOR DE “EL ISLAMISMO CARA A CARA”

ILUSTRACIÓN DE PATRICK THOMAS

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¿ L O C O S P O R D I O S ? D E L A R E T Ó R I C A R E L I G I O S A A L A R E I V I N D I C A C I Ó N P O L Í T I C A

del islam como fuerza política es una cues-tión esencial para nuestra época y para losaños venideros. La primera condición para tra-tarla con un mínimo de inteligencia es no em-pezar por introducir el odio”. Sin embargo,demasiados editoriales toman semejantes ata-jos. Las primeras luchas anticoloniales ya ge-neraron en Occidente reacciones más emocio-nales que racionales, más empeoramientosque soluciones. Abdel Nasser ya fue comparadocon Hitler al atreverse a nacionalizar “nuestro”canal de Suez y se convirtió en el objetivo deuna primera “coalición” de ejércitos occiden-tales. Del mismo modo que este lenguaje delodio fue incapaz de responder a las primeras de-mandas nacionalistas, tampoco hoy resultaráposible leer, comprender y responder al fenó-meno islamista recurriendo sólo a la termino-logía que describe patologías sociales o políticasy a los métodos adecuados para “curarlas”.

Evidentemente el léxico religioso puedeservir para aprobar la violencia, pero no es, enmodo alguno, su origen. El uso de la violenciaen Oriente Medio ha sido una característica detodas las religiones y todas las ideologías. Lamás materialista de todas, el marxismo, nuncase ha quedado atrás. Y qué decir de los liberalesEstados Unidos, para los que la muerte de me-dio millón de niños iraquíes apenas ha repre-sentado “una elección difícil”, pero una elec-ción que “valía la pena” (como declaró haceunos meses Madeleine Albright). Los islamistashan utilizado la violencia, no hay que negarlo.Pero, muy a menudo, esto sucedió frente a dic-taduras militares que, con la plena aproba-ción occidental, habían encerrado las aperturaspluralistas en terribles atolladores represivos.En cambio, cada vez que la vida parlamentariaha formado parte de una posible política, los is-lamistas se han insertado en ella sin grandesproblemas para el sistema: en Jordania, Yemen,Líbano, Kuwait, etcétera.

QUEDA OTRA CONSECUENCIA, si admitimos elcarácter funcional de la interpretación en tér-minos de antiimperialismo: un enfoque ex-clusivamente socioeconómico del fenómeno is-lamista tampoco puede desvelar sus resortesesenciales. En realidad, está condenado a “des-velar” sólo el carácter evolutivo y diversificadode su base social: un día los jóvenes, al siguientelos desheredados, los intelectuales o los bur-gueses, también los militares e incluso las fe-ministas. El perfil de la última generación dekamikazes, cuyo futuro económico distaba

mucho de estar cegado, viene una vez más aconfirmarlo.

Por último, a menudo se ha consideradoque cualquier discurso basado en el léxico mu-sulmán es incompatible con todo lo que tienede universal la modernidad occidental. En re-alidad, la actitud de las corrientes islamistas escambiante y en ninguna parte monolítica: esasfranjas verdaderamente “integristas” (de lascuales los talibán ofrecen una ilustración tanmediatizada como minoritaria) han cedido,con frecuencia, al rechazo indiscriminado de laaportación occidental a la modernización conel único pretexto de que semejante aportaciónhabía tenido lugar durante la fase “imperialis-ta” de Occidente y con las categorías de su len-guaje. Detrás de esta fachada tan reductora co-mo mediática, la alquimia islamista es mu-chísimo más compleja. Sin duda, los valores dela modernidad se ven menos repudiados que re-escritos en la terminología simbólica musul-mana, lo que contribuye a extender el campode esta modernización más que a interrumpiro perturbar su progresión. En el caso de las mu-jeres y muy lejos del modelo talibán, la bús-queda de las dinámicas de modernización en elinterior del proceso de reislamización ha que-dado comprobada desde hace mucho tiempo yde modo poco discutible.

CON TODO, EL EMPLEO del prisma exclusivo del“peligro integrista” sigue monopolizando la in-terpretación de la guerra civil argelina o elconflicto árabe-israelí. Esta lectura, que ocultalas contradicciones de la política exterior deOccidente (y la responsabilidad de sus aliadosárabes), impide cualquier interpretación máslaica y, por ello, más realista sobre el origen re-al de la violencia y los medios para reabsorberla.Esta “sobreideologización” encierra toda per-cepción de la movilización islamista en unadimensión exclusivamente religiosa (¡qué prác-tico tachar de integristas a los adversarios po-líticos!), cuando, de hecho, vehicula reivindi-caciones más culturales, aunque también po-líticas (nacionalistas, antiimperialistas o incluso“democráticas”). Al confinarse dentro de estaperspectiva engañosa, Europa se priva de com-prender que al menos una parte de las de-mandas presentadas por la generación isla-mista no es menos legítima que las expresadasen su época (y, mutatis mutandis, tambiéncon violencia) por sus padres nacionalistas.

“La Vanguardia”, 18 de noviembre de 2001

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UALQUIER REACCIÓN DE DEFENSA DE-

bería basarse en un conoci-miento racional de la amena-za. ¿En qué consiste, en estosmomentos, la amenaza de losislamistas? Tomemos algunaentrevista a Bin Laden, hoyconsiderado como el más ra-

dical de todos, y se impone una primera ob-servación: aunque la retórica religiosa estámuy presente, las reivindicaciones y las ambi-ciones de los “locos por Dios” son más políticasque religiosas: “El primero de nuestros repro-ches al régimen saudí y a los de la Península essu adhesión a Estados Unidos”. ¿Suena a cono-cido? Prosigamos: “A nuestros ojos, EstadosUnidos es directamente responsable de todaslas víctimas de Palestina, Líbano o Iraq. (...) ElGobierno de Estados Unidos ha abandonadocualquier sentimiento humanitario”, etcéte-ra. ¿Es verdaderamente Bin Laden sólo un “lo-co por Dios”?

En el mundo árabe y musulmán, las co-rrientes islamistas poseen cierta especificidadvinculada a su entorno nacional. Sin embargo,también son el producto de una dinámica his-tórica común. De hecho, más que un “resurgi-miento de lo religioso”, la matriz del islamismoes una reformulación de la vieja dinámica na-cionalista y antiimperialista árabe. El paso allenguaje religioso ha permitido expresar lacondena ética no frente a un Occidente cris-tiano, sino frente a uno descristianizado y ma-terialista. Por otra parte, este lenguaje respon-de a la necesidad de diferenciarse de Occidente(y no de renegar de él).

No es una sorpresa que muchos dirigentesislamistas sean antiguos nacionalistas “nasse-ristas” o “baasistas”. Desde el tunecino Rached

Ghannuchi hasta el egipcio Adel Hussein (vie-jo militante comunista), su (re)conversión aluniverso del pensamiento religioso y las razo-nes que esgrimen para explicarla ilustran estacontinuidad: el léxico de la cultura musulma-na heredada parece menos alógena que losconceptos marxistas que inspiraron a la iz-quierda árabe y, por lo tanto, resulta más aptopara expresar su fervor nacionalista. Esta ge-nealogía del islamismo permite comprendermejor por qué el resurgimiento de las catego-rías de la cultura árabe no ha alimentado sólouna, sino una infinita variedad de actitudes po-líticas. Con la victoria en Irán del presidenteJatami y la renovación de su mayoría parla-mentaria, la dictadura teocrática fundada porJomeini ha desembocado –¿alguien se ha to-mado la molestia de observarlo?– en la prime-ra alternativa política creíble salida de las urnasen esa región del mundo, a años luz de la prác-tica de todos esos generales “modernos” que ri-gen los destinos de la Argelia o el Túnez “laicos”.En el terreno de luchas de oposición internadentro de cada Estado –donde también se ex-presan–, las corrientes islamistas han adaptadosus modos de acción a los de los regímenes a losque se oponen.

LOS MENSAJES DE GRUPOS que han optado porla acción directa (y cuyo contenido se evita ha-cer público, para no correr el riesgo de “hacer-les el juego”) confirman esta hipótesis. En la re-lación del Norte “judeocristiano” con el Sur mu-sulmán, la retórica islamista sirve hoy paradenunciar el atolladero en el que han quedadoencerradas las relaciones de Occidente en ge-neral y Estados Unidos en particular con granparte del mundo musulmán. Tras la primeraguerra del Golfo, el único “gendarme del mun-do” no ha conseguido hacer creíble su papel deárbitro. El apoyo concedido a regímenes des-acreditados, tan lejos de respetar la ética que laarrogante América pretende defender, ha au-mentado todavía un poco más el foso para to-do tipo de incomprensiones. Así, hemos llega-do a las terribles violencias que conocemos,contra los israelíes primero, contra sus protec-tores después, hasta el corazón de sus capitaleseconómicas y políticas.

Si tomamos en cuenta esta raíz nacionalistay antiimperialista del islamismo, deben ex-traerse una serie de consecuencias metodoló-gicas. Recordemos en primer lugar la expresa-da de forma profética por el filósofo MichaelFoucault poco antes de su muerte: “La cuestión

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El empleo del prisma exclusivo del “peligrointegrista” oculta las contradicciones de lapolítica exterior de Occidente e impidecualquier interpretación más laica y, porello, más realista sobre el verdadero origende la violencia. Esto reduce la percepciónde la movilización islamista a una dimen-sión exclusivamente religiosa

Europa se privade comprenderque una partede lasdemandaspresentadas porlos islamistasno es menoslegítima que lasexpresadas ensu época porsus padresnacionalistas

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fuente del derecho y de la legislación les llevóa discernir caso por caso las situaciones en lasque se hacía preciso un juicio, de acuerdo consu criterio personal y en concordancia con latradición del Profeta o “sunna”: recopilación desus juicios, decisiones diversas y conductas cir-cunstanciales. Procedieron también por ana-logía o “qiyas”, inspirándose en las decisionesde sus predecesores en situaciones similares.

Sin embargo, el hanbalismo considerabaque las especulaciones humanas no podíanintroducir más que innovaciones reprobables(“bid'a”) con relación al Corán y a los ahadit.

AHMAD B. HANBAL CONTRAPUSO a los mu'tazi-líes, influidos por el helenismo, el dogma delCorán “increado”. Sobre esta cuestión, el tafsir(exégesis coránica) de los dos imanes Jalal AdDin As Suyuti y Jalal Ad Din Al Mahalli, que setoma como referencia y que fue reeditado por“Dar Al Charq Al Awsat” (Beirut), ofrece comointerpretación del primer versículo de la suraAl-Quadr (el destino) lo que sigue a continua-ción: “La noche de ‘Al Qadr’, el Corán fue reve-lado de una sola vez desde la Tabla conservadaen los Cielos hacia los cielos inferiores”. “LaTabla conservada en los Cielos” es, por otraparte, evocada en el Corán (85-21,22), interpre-tada como Corán original, esto es, aquel que nopuede sufrir alteración alguna. Sin embargo,paradójicamente, no es éste el motivo por elcual los wahabíes admiten que el Corán reve-lado en la Tierra pueda comportar el más mí-nimo error de transcripción o la menor co-

OHAMED IBN ABD AL WAHAB

(1703-1787), el fundadordel wahabismo, nació cer-ca de Riad. Teólogo for-mado en la escuela jurí-dica hanbalí, la más dog-mática y estricta de lascuatro escuelas de juris-

prudencia del islam suní, comenzó a predicaren 1740 un islam de talante especialmente in-transigente basado en una interpretación lite-ral del Corán. Se inspiró en Ibn Taymiyya (1263-1328), el más afamado jurisconsulto de la es-cuela hanbalí. Ibn Taymiyya, que enseñó enDamasco bajo los omeyas, se distinguió por elrechazo de toda innovación en la práctica reli-giosa; no dudó en rechazar el sufismo y en cri-ticar a Al Gazali y a Ibn ‘Arabi, dos maestros delsufismo ortodoxo. El movimiento contempo-ráneo salafiyya, que predica un retorno a la pu-ra doctrina de los antiguos y no acepta ningu-na opinión innovadora, es asimismo deudor deIbn Taymiyya.

El hanbalismo se funda en las enseñanzasdel imán Ahmad b. Hanbal (siglo IX), defensordel origen divino del derecho, que rechazaba elconcepto de interpretación personal (“ra'y”), asícomo el razonamiento mediante la analogía(“quiyas”). En efecto, cuando el Estado islámicocomenzó su expansión en el siglo VII, hubo queadministrar las provincias y dotarlas de fun-cionarios encargados de la aplicación de la ley.Sin embargo, éstos no dispusieron al comienzomás que del Corán, cuyas limitaciones como

La exégesis wahabí del CoránMourad FaherAUTOR DE “INTRODUCTION À LA LECTURE DU CORAN”

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ILUSTRACIÓN DE PATRICK THOMAS

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L LLEGAR A CASABLANCA, TODO TRANSCURRE CON NORMALIDAD. SIN

embargo, se advierte una sombra de tristeza en los rostros, enmedio de un silencio oprimente. Después de los trámites derigor del pasaporte y la aduana, ¡qué sorpresa!: la sala de lle-gadas, normalmente llena de gente que espera a los viajeros,está vacía. La espera, por motivos de seguridad, se hace en elexterior del aeropuerto, cerca del parking. Casablanca se ha vis-to conmocionada por los atentados del 16 de mayo de 2003.

Sobre unos grandes carteles puede verse dibujada una mano roja, con este eslo-gan en árabe y francés: “Matkèche baladi” (“No toques a mi país”). La figura de es-ta mano fue enarbolada por numerosos miles de manifestantes el pasado 25 demayo, que salieron a las calles para manifestar su rechazo al terrorismo y al is-lamismo.

En la ciudad ahora reina la tranquilidad. La circulación es la acostumbrada:densa y respetuosa con las señales. Se advierte menos clientela en los cafés; se pro-híbe el estacionamiento en las zonas de acceso a los hoteles; los guardas juradoscumplen con su misión como siempre. Unas barreras rodean la entrada del ho-tel Farah, en el preciso lugar donde el guarda Hassan Qarib impidió –al precio desu vida– que un kamikaze penetrara en el interior del establecimiento para ha-cer estallar allí sus explosivos. Un letrero informa de que “por obras, la entradaal hotel se efectúa por la puerta lateral”. También montan guardia algunos agen-tes de policía. Nunca se sabe. Se observa más policía en la calle del Califa (antesrue Lafayette) donde se encuentra el restaurante-club de la Casa de España, el lu-gar donde los kamikazes lograron causar un mayor número de víctimas. A cienmetros de allí, en la plaza Karachi, la vida sigue. Incluso el café Lafayette está alcompleto. El taxista que me lleva a este barrio me toma por testigo y me dice: “Llevoimpreso en el cerebro la imagen de los otros terroristas en busca y captura; sería

En el lugar de los atentados de CasablancaTahar Ben JellounESCRITOR, PREMIO GONCOURT 1987

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L A E X É G E S I S W A H A B Í D E L C O R Á N

rrupción debida a las condiciones his-tóricas de su recensión: la teología mu-sulmana, y la wahabí en particular,no admite claramente o no incluye elcarácter circunstancial de la revela-ción del Corán. Atribuye a Alá el co-nocimiento anticipado de todo lo queel hombre puede hacer o hará en el fu-turo e, igualmente, de todo lo queacontecerá, así como también de todoslos versos del Corán. De esta forma, elwahabismo introduce el concepto de“predestinación” en el credo islámicode Al-Iman, uno de los cinco pilares delislam, al postular: “Al-Iman consisteen creer en Alá, en sus ángeles, en suslibros revelados, en sus mensajeros,en el último día y, finalmente, en lapredestinación favorable o desfavora-

ble” (cita del Corán editado en ArabiaSaudí en las imprentas del rey Fahd).Así, los teólogos han dado una inter-pretación que es más una apología delos atributos del Divino tal como loconciben, que una verdadera hipótesislógica e histórica. La perspectiva lógicae histórica, en adelante, se subordina ala glorificación sistemática de Alá ode los compañeros del Profeta, o delpropio Profeta.

A DIFERENCIA DE LAS OTRAS tres es-cuelas jurídicas suníes, los wahabíes noreconocen más que el Corán o la “sun-na” (tradición del profeta) como fuen-tes de derecho. El Kitab al-Tawid o“Tratado de la unicidad divina” de AbdAl Wahab puede de esta forma consi-derarse como la obra de referencia dela teología wahabí. Abd Al Wahab, es-capando de la oposición de las cos-tumbres locales, de las protestas delos jefes religiosos como también de losmusulmanes chiíes, se vio obligado aexiliarse y huyó a Diriya donde en-contró la protección de un emir local,Muhamad b. Saud, príncipe del Najd,que adoptó entonces la doctrina wa-habí. En 1744, Abd Al Wahab y la fa-

milia de Al Saud concluyen un pactopolítico-militar sellado por un matri-monio. Posteriormente, después de lareconquista del Hedjaz y de las ciuda-des santas de La Meca y de Medina, sefundó el reino de Arabia Saudí en 1932,que tiene el wahabismo como baseideológica y política. Apoyándose enmisiones de predicadores-guerrerosradicales, los “al-Ijwan al Muslimun”(Hermanos Musulmanes), el wahabis-mo se extendió por todo el territoriocontrolado por los saudíes y se ha con-vertido, con el tiempo, en una organi-zación muy influyente.

El wahabismo, destacando el ca-rácter estricto del hanbalismo y adop-tando una lectura literal del Corán co-mo código normativo en detrimento

de los valores espirituales, ha llevado laintolerancia al extremo de considerarcomo herejes a quienes no siguen es-crupulosamente su dogma. Se podríapensar que, al proscribir el culto de lossantos y las peregrinaciones a sus mau-soleos, el wahabismo se erige en contrade la superstición y el fetichismo, loque en sí mismo es algo positivo, pero,en realidad, si se observa la aplicaciónestricta de la charia (ley coránica) quedefiende el wahabismo, uno se sienteconsternado por su obsesión en la apli-cación de los castigos corporales que seconsignan en el Corán y que, convienerecordarlo, datan del siglo VII. Porejemplo, los cien latigazos en públicopara castigar la fornicación (sura An-Nur, la luz, Corán, 24-2), ochenta lati-gazos contra el falso testimonio (suraAn-Nur, Corán, 24-4), la lapidación pa-ra castigar a la mujer adúltera (sura An-Nur, Corán, 24-6,8), la amputación dela mano del ladrón o de la ladrona(sura Al-Maidah, la mesa servida,Corán, 5-38), o la amputación de lamano y de la pierna contrarias paracastigar a los que “hacen la guerra con-tra Alá y su Mensajero” (sura Al-Ma-dah, Corán, 5, 33) se han convertido en

actos de justicia del wahabismo, que enlo sucesivo darán al Corán una inter-pretación completamente reduccio-nista y anacrónica. A ello se añade el re-chazo de cualquier reproducción deimágenes, la limitación de actividadesculturales, la separación de actividadesmasculinas y femeninas y la prohibi-ción del alcohol y el tabaco. Por otraparte, la mujer saudí queda borrada dela sociedad: no puede obtener permisode conducir sin cortapisas, no puedeejercer el derecho de salir del país sinla autorización por escrito de un hom-bre de su familia y, asimismo, a causade no contar con Constitución alguna,el wahabismo saudí se convierte enun régimen teocrático totalitario.

Paradójicamente, el primer actosocial realizado por el Profeta Mahomaen el 622, a su llegada a Medina, fue laredacción de la Constitución deMedina destinada a gobernar los asun-tos de la joven comunidad (umma)que integraba no sólo a los musulma-nes quraysíes emigrados con el Profeta,sino también a los mediníes y a susaliados, incluidas las tribus judías deMedina. Pero las prescripciones reli-giosas escrupulosas, la designación ex-plícita de Occidente como funesta-mente impío y las crisis de los petro-dólares no tardaron en exponer elwahabismo a las contradicciones pro-pias de todos los fundamentalismos.Surgieron protestas sofocadas enArabia Saudí a fin de denunciar tantouna cierta corrupción moral y políticaen el seno de la familia dirigente comolos estrechos lazos que mantiene conEE.UU. La familia real saudí y sus alia-dos wahabíes han desarrollado unapolítica activa de proselitismo inter-nacional para propagar el islam wa-habí más allá de las fronteras del reino.Utilizando los colosales recursos fi-nancieros de que dispone, Arabia Saudíse dedica a fomentar la islamización,según la concepción wahabí, de esta-dos como Sudán y Pakistán. De estemodo, Arabia Saudí ha financiado di-rectamente la creación y el desarrollode movimientos islámicos radicales.

“La Vanguardia”, 7 de marzo de 2002

La familia real saudí ha desarrollado una política activapara fomentar la islamización wahabí de estados comoSudán y Pakistán financiando movimientos radicales

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El siglo XXI marca el iniciode una era de atentadosindiscriminados

CASI 20.000MUERTOSEN 35 AÑOSDE TERROR

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E N E L L U G A R D E L O S A T E N T A D O S D E C A S A B L A N C A

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E N E L L U G A R D E L O S A T E N T A D O S D E C A S A B L A N C A

chabolas, Lalla Mérième, donde las condicionesde vida son especialmente duras, porque en élse han encontrado explosivos.

COMO SE SUELE DECIR, Casablanca es el “pul-món económico de Marruecos”. Es, también,un cinturón rebosante de explosivos a punto deestallar si no se hace nada. La prensa marroquíno cesa de llamar la atención sobre este peligroy esta realidad dramática desde ese 16 de mayo.Con lo que se comprende mejor la decisión delrey de mandar edificar varias decenas de milesde viviendas sociales para realojar estos núcle-os residenciales verdaderamente patógenos.Es menester subrayar que el islamismo, bajo susformas externas –barba, velo, prédicas– se ha-lla de hecho sometido a extrema vigilancia. Lagente –y no sólo la burguesía de los barrios prós-peros– se ha sentido trastornada por las imá-genes de los atentados. En espera de que las ra-

íces de la desesperación sean extirpadas –lo queexigirá tiempo– los marroquíes tienen ahoraocasión de descubrir el peligro que entraña lapolitización de la religión.

Cada vez son más numerosas las voces quese alzan reclamando la separación entre la re-ligión y la política. Y algunas de ellas no vacilana la hora de hablar de laicidad. Se nota que to-dos han procedido a movilizarse... Una sesiónmatinal se dedicó hace poco a hablar de terro-rismo en las escuelas. En el instituto de una delas víctimas, el joven Tayeb Khamal, sus com-pañeros de clase le han tributado un homena-je dedicándole un aula con su nombre. Una pla-za pública llevará el nombre del guarda juradodel hotel Farah. Se han emitido por televisión–en directo– varios debates sobre el islam y al-gunas de sus tendencias desviadas. Marruecosha reaccionado con prontitud y firmeza. Ahorase confía, ansiosamente, en que los turistas nohagan ascos a este país en la temporada estivaly que el regreso veraniego de los emigrados seatan masivo como cada año.

La Vanguardia”, 2 de junio de 2003

capaz de reconocerles en la noche más negra.No soy el único en desear su detención, tanpronto como sea posible”.

Desde que se ha sabido que la mayoría delos kamikazes procedía de las chabolas de SidiMoumen, tanto el rey como el Gobierno hanprestado una atención especial a las condicio-nes de vida insalubres –con todos los problemasque ello acarrea– de este núcleo de barracas. Elrey, después de visitar a los heridos de los aten-tados, se ha dirigido a este sobradamente co-nocido suburbio de chabolas situado al este deCasablanca. He querido ir yo también a ver elpanorama que ofrece este descampado cuyaexistencia se sume en la más negra miseria.

Se accede por la avenida Muley Hicham através de la ronda de circunvalación Ialla Asma.En 1996, era una zona yerma. En uno de los la-dos se construyeron algunos bloques; en otro,barracones provisionales carentes de infraes-tructuras y totalmente ilegales. Se ha calificadoa estas construcciones de alto riesgo, de “clan-destinas y salvajes”. Hay también un viejo ce-menterio que actualmente coexiste con laschabolas. Todo cuanto he visto puede sinteti-zarse en unas pocas imágenes: techos y paredesde chapa ondulada, ramajes para improvisar co-bertizos que hagan las veces de vivienda, in-mundicias apiladas delante de los campa-mentos de barracas, animales que husmeanbuscando alimento entre las basuras, miles debolsas de plástico por doquier, niños que van abuscar agua a la fuente donde se apiñan las mu-jeres y merodean adolescentes de mirada ex-traviada (luego he sabido que se drogan con pas-tillas alucinógenas que compran a un euro launidad), ropa tendida aquí y allá, nubes depolvo, barro, excrementos de asno; en suma,miseria bajo las formas imaginables.

A LA ENTRADA DEL SUBURBIO de chabolas, unaescuela. Cincuenta alumnos por clase. Es posi-ble que, para estos vástagos de la pobreza ab-soluta, la escuela haya permanecido aquí comoel exponente del lujo y como un lugar en el quedaría la impresión de que la vida se aparta de

esta indigencia, de esta aridez... las que fabricanlas bombas de la desesperanza. Quienes reclu-tan a los kamikazes acuden a este lugar a atraera los adolescentes. Primero empiezan poratraerles desde el punto de vista económico, acontinuación les llevan a otro lugar para la ora-ción en razón de la suciedad de las mezquitas

del suburbio de chabolas y, paulatinamente, lo-gran hacerles un lavado de cerebro y les pre-paran para transformarlos en bombas huma-nas para ir al paraíso, puesto que es tan fácil de-mostrarles que ya viven en el infierno...

Casablanca es una ciudad circundada porun cinturón de una cincuentena de kilómetrosdonde se sitúan estos barrios de chabolas. Cadauno lleva un nombre bastante curioso, signifi-cativo no obstante de lo que representan paraestos marroquíes víctimas de años de sequía,abandono del Estado e incluso de los partidospolíticos que dicen defender a Marruecos de lassituaciones de marginalidad. Entre DarBouazza al este y Muhamadia al sur deCasablanca, se suceden los núcleos de chabolas,parecidos entre sí: Teqalia (las tripas); Chichan(Chechenia); Douar Luzine (almazara); Toma(por el nombre de una francesa que regentóaquí un café); o Tomahawk (en alusión al misilestadounidense). Equivale a decir que estos lu-gares donde se sobrevive se hallan, asimismo,a punto de estallar. De momento, únicamentese ha reparado en la existencia de Sidi Moumenpor haber sido cantera de kamikazes; se ha ci-tado asimismo el nombre de otro núcleo de

Para reclutar a los kamikazes primero les dandinero, los llevan a otro lugar, les hacen un lavadode cerebro y les preparan para transformarlos en bombas humanas

En el instituto de una de las víctimas, eljoven Tayeb Khamal, sus compañerosde clase le han tributado un homenajededicándole una aula con su nombre

06.Jelloun 27/3/04 11:56 Página 58

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Desde 1968, en el mundose han registrado más de7.000 atentadosterroristas, según lasestadísticas oficialesestadounidenses. Estascifras se refieren tanto alterrorismo surgido ensociedades democráticascomo al procedente delTercer Mundo, que es elque tiene una dimensiónglobal. Los ejemplos deeste terrorismo soninabarcables, desde elactivismo palestino de losaños setenta a lasacciones suicidas de losgrupos islamistas. El 11-Sy el 11-M han sido losmomentos culminantes dela escalada terroristaglobal en los últimos 35años

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De la voladurade aviones al terroristasuicida

TERRORISMO GLOBAL 1970-20041970JORDANIA. Miembros del Frente Popularpara la Liberación de Palestina (FPLP)secuestra tres aviones de compañíasoccidentales y los destruye en el desierto deJordania.

1972REPÚBLICA FEDERAL DE ALEMANIA. Ochomiembros del grupo palestinodenominado Septiembre negro enrecuerdo de la matanza de palestinos enJordania en 1970, ocupan la sede delequipo israelí durante los Juegos Olímpicosde Munich. Los once rehenes israelíesresultan muertos. Sobreviven tresterroristas.

1975AUSTRIA. Un comando encabezado porIllich Ramírez Sánchez, alias "Carlos", unvenezolano miembro del Frente Popularpara la Liberación de Palestina (FPLP),ocupa la sede central en Viena de laOrganización de Países Exportadores dePetróleo (OPEP). Arabia Saudí paga a"Carlos", que escapa a Libia, 40 millones dedólares a cambio de la vida de 62 rehenes.

1980REINO UNIDO. Seis terroristas ocupan laEmbajada de Irán en Londres. Comandosdel SAS británico dan muerte a cincoterroristas y liberan a los rehenes menos ados, que fueron asesinados por losterroristas.

1981EGIPTO. Miembros de Yihad Islámicaasesinan al presidente egipcio Anwar ElSadat.

1983LÍBANO. Un miembro suicida de Hezbollah,grupo con apoyos en Irán, hace explotaruna bomba en la Embajada de EstadosUnidos en Beirut. Resultan muertas 63personas, entre ellas 17 de nacionalidadestadounidense (8 miembros de la CIA).

LÍBANO. Miembros de Hezbollah realizanun ataque suicida al cuartel donde seencuentran estacionadas tropasestadounidenses y francesas. Se registran299 muertos, de ellos 241 marines. Se

1970. El desierto de Jordania, donde fueron destruidos los aviones secuestrados. CORBIS

1972. Munich, donde mataron a los once rehenes israelíes. ARCHIVO 1983. Ataque mortal en la embajada de EE.UU. en Beirut. Hussein Ammar / AP.

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VANGUARDIA | DOSSIER 6362 VANGUARDIA | DOSSIER

responsabiliza a Imad Mugniyah, consideradomentor de Osama Bin Laden.

1984PAKISTÁN. Ossama Bin Laden, hijo de unemigrante yemení que hizo fortuna en ArabiaSaudí, se traslada a Pakistán y funda laorganización Maktab al-Khidamat (MAK), querecibirá ayuda de Estados Unidos y ArabiaSaudí para combatir a los soviéticos enAfganistán.

1985EGIPTO. Un grupo relacionado con el régimenlibio secuestra el barco "Achille Lauro" cerca delas costas de Egipto. Un ciudadanoestadounidense, Leon Klinghoffer, es asesinado.El cerebro de la operación, Abu Nidal, moriráen Iraq en 2004, cuando estaba detenido por lastropas estadounidenses que invadieron el paísel 20 de marzo de 2003.

ESPAÑA. Atentado contra el restaurante "ElDescanso" (Madrid). Mueren 18 personas. YihadIslámica reivindica la acción.

1987 GAZA. Fundación de Hamas, acrónimo deMovimiento de Resistencia Palestina.

1988ESCOCIA. Un avión de Pan Am estalla sobreLockerbie (Escocia), a causa de un atentado, con259 personas a bordo. No hay supervivientes.Once ciudadanos de la población escocesatambién fallecen. En enero de 2001, un oficiallibio, Abdel Basset Ali Mohmed al Megrahi,juzgado por la acción terrorista, es condenadoa cadena perpetua. Libia, tras admitir suresponsabilidad, indemnizó a las familias delas víctimas.

1993ESTADOS UNIDOS. Un coche bomba explota en lasegunda planta del párking de las TorresGemelas de Nueva York. Siete personas resultanmuertas. El FBI acusa del atentado a RamziAhmed Yousef, uno de los diez terroristas másbuscados por Washington. Yousef fue detenidodespués en Pakistán y extraditado a EstadosUnidos.

1994ARGENTINA. Un comando de Hezbollah destruyeen Buenos Aires la sede de la Asociación Mutua

1985. Atentado contra el restaurante “El Descanso” en Madrid. EFE

1993. Las Torres Gemelas sufren su primer atentado. Marty Lederhandler / AP 1994. La Asociación Mutua Israelita Argentina. Alejandro Pagni / AP.

1988. Un avión estalla en pleno vuelo en Escocia. Dave Caulkin / AP

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VANGUARDIA | DOSSIER 6564 VANGUARDIA | DOSSIER

Israelita Argentina. Muerenochenta y seis personas.

FRANCIA. "Carlos" es condenadoa cadena perpetua en Francia.

1995ARABIA SAUDÍ. Un camión bombadestruye un centro deentrenamiento de la GuardiaNacional estadounidense enRiad. Siete muertos, incluidoscinco militaresestadounidenses.

1998KENIA. Un coche bomba estalla alas puertas de la Embajada deEstados Unidos en Nairobi(Kenia). Horas después otroatentado sacude la legacióndiplomática estadounidense enDar Es Salaam, capital deTanzania. En total pierden lavida 224 personas y otras 5.000resultan heridas. Uno de losdetenidos afirma ser miembrode Al Qaeda, organizaciónfundada por Osama Bin Laden.El Departamento de Justiciaestadounidense ordena lacaptura de diecisiete terroristas,incluido Bin Laden.

2000YEMEN. Un ataque suicidadestruye el buqueestadounidense "USS Cole".Diecisiete marineros resultanmuertos y otros 37 heridos. BinLaden reivindica la acción.

2001ISRAEL. Un atentado destruyeuna discoteca de Tel Aviv y mataa 21 jóvenes. El Gobierno israelículpa a Hamas.

ESTADOS UNIDOS. A las 8.46 horasdel 11 de septiembre, un aviónde la compañía AmericanAirlines, con 20.000 galones decombustible, se precipitó contrala parte superior de la torrenorte del World Trade Center,

1998. Un coche explota ante la embajada de Estados Unidos en Nairobi. Khalil Senosi / AP

2001. Las Torres Gemelas minutos depués de que se estrellaran los aviones. Jim Collins / AP. 2002. Ataque suicida al Park Hotel de Netanya en Israel. Laszlo Balogh / REUTERS.

2000. El buque estadounidense “USS Cole”. EFE.

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de Nueva York. Minutos después,un segundo avión se estrellócontra la otra torre gemela, lo queprovocó el hundimiento de los dosedificios. Un tercer aparato selanzó contra el Pentágono. Y uncuarto avión se desplomó sobre elsuelo de Pennsylvania,posiblemente a causa de la acciónde los pasajeros, que, alertados porlo que ocurría en Nueva York yWashington, decidieronenfrentarse a los secuestradores.Este avión, probablemente,apuntaba a la Casa Blanca. Losataques, perpetrados pordiecinueve terroristas, provocaron2.749 muertos, según fuentesoficiales. Washington culpó a AlQaeda, la organización de BinLaden.

2002ISRAEL. Un terrorista suicidaprovoca la muerte de 27 personasen el Park Hotel de Netanya.

INDONESIA. Yama Islamiya, grupoegipcio próxima a Al Qaeda,reivindica un doble atentado enBali (Indonesia) que en octubre secobra 202 vidas, la mayoríaturistas australianos.

RUSIA. Un comando chechenotoma al asalto el teatro Dubrovkade Moscú y retiene como rehenes aunas 700 personas. La intervencióndel ejército ruso se salda con lamuerte de 129 rehenes, víctimasde los gases paralizantes. Mueren41 terroristas.

KENIA.Tres comandos suicidasprovocan en noviembre la muertede 16 personas en Mombasa(Kenia) al lanzar su coche bombacontra el vestíbulo del hotelPardise.

CHECHENIA. Terroristas chechenosperpetran en diciembre dosatentados suicidas en Grozny, lacapital chechena, causando 82muertos y 152 heridos.

2002. Doble atentado en Bali cerca del consulado de EE.UU. Achmad Ibrahim / AP.

2003. Ataque suicida a un autobús que se dirigía a la Universidad de Haifa. Roni Shitzer / EFE

2002. El teatro Dubrovka de Moscú. EFE

2003. Casa de España en Casablanca. Denis Doyle / AP

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2003.ISRAEL. Diecisiete personasfallecen en marzo en un ataquesuicida contra un autobús que sedirigía a la Universidad de Haifa.

MARRUECOS. Cinco explosionesprovocan en mayo 45 muertos,entre ellos cuatro españoles. Enla Casa de España de Casablancafallecen 24 personas. Catorceterroristas, miembros de SalafiaYahadia, también fallecen.

ISRAEL. Veintitrés muertos en unatentado suicida perpetrado enagosto contra un autobús enJerusalén.

INDIA. La explosión de dos taxismataen agosto a 52 personas enel centro de Bombay (India). ElGobierno indio atribuye lamatanza a un grupo radical deestudiantes islámicos.

TURQUÍA. Una cadena deexplosiones sacude el centro deEstambul, destruyendo lasoficinas del banco HSBC y elconsulado británico. Veinticincopersonas resultan muertas. Losatentados, perpetrados ennoviembre, siguen a los ataquessufridos por dos sinagogas.

2004RUSIA. Cuarenta personaspierden la vida al estallar unabomba en el metro de Moscú. Elatentado es atribuido a lasorganizaciones chechenas.

ESPAÑA. El 11 de marzo Madrid esescenario del más sangrientoatentado padecido en Europa, sise exceptúa el caso del avión dela Pan Am que estalló sobreLockerbie. Los terroristas, ungrupo de radicales islamistaspróximos a Al Qaeda, colocancatorce bombas en cuatro trenesy provocan la muerte de 190personas. Es el 11 de septiembreeuropeo. 2003. Sede del banco HSBC en Estambul. Hurriyet / AP 2004. El tren de cercanías de Madrid. Kai Pfaffenbach / REUTERS.

2003. Atentado en las calles del centro de Bombay. Kamaknya Chaudhary / REUTERS

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Terrorismo mundialWilliam R. PolkDIRECTOR DE LA FUNDACIÓN W. P. CAREY. DESDE EL DEPARTAMENTO DE ESTADO

PLANIFICÓ PARA EL EL PRESIDENTE J.F. KENNEDY LA POLÍTICA ESTADOUNIDENSE

PARA LA MAYOR PARTE DEL MUNDO ISLÁMICO HASTA 1965

L PRESIDENTE ESTADOUNIDENSE

George Bush dijo a sus reciénnombrados colaboradores en laprimera reunión de su gabineteen septiembre de 2001 que laguerra contra el terrorismo era“el propósito de esta Admi-nistración”. Luego, en enero de

2004, en su discurso sobre el Estado de laUnión, Bush proclamó el éxito de la iniciativadiciendo que el mundo se había vuelto “un lu-gar mejor y más seguro” como consecuencia delas invasiones estadounidenses en Afganistáne Iraq, así como la lucha clandestina contra laorganización Al Qaeda de Ossama Bin Laden.Sin embargo, sólo un mes después, el 24 de fe-brero, esa afirmación se vio contradicha por eldirector de la CIA, quien declaró ante el Senadode Estados Unidos que el mundo era al menostan peligroso como antes de las dos guerras.Tras la muerte de miles de afganos e iraquíes,un mayor número de bajas estadounidenses enunos pocos meses que en los tres primerosaños de guerra en Vietnam y unos gastos yobligaciones que se estima que alcanzan elmedio billón de dólares, la situación es proba-blemente peor que antes.

¿Qué hacemos con estas afirmaciones con-tradictorias sobre los resultados de los enormesy costosos programas estadounidenses?

Como mínimo, ponen de manifiesto quelos gobiernos de Estados Unidos y otros paísesactúan con una escasa comprensión del terro-rismo. Algo no va bien en la identificación decontra quiénes es la guerra y en las valoracionesde cuáles son sus motivaciones, cómo son cap-tados, qué constituye el “éxito” en esta lucha ycuáles son las alternativas a lo que se está ha-ciendo hoy. En este artículo analizaré estascuestiones. Primero empezaré con la cuestión

de contra quién es la guerra. Si bien casi todoslos gobiernos occidentales se refieren a los te-rroristas musulmanes como Al Qaeda, es evi-dente que hay una serie de grupos indepen-dientes actuando en una amplia gama de so-ciedades. Nadie sabe cuántos ni dónde, pero sesupone que alcanzan o superan los sesenta. Eldenominador común es el fundamentalismo is-lámico; es decir, su deseo de retrasar las ma-necillas del reloj hasta la época mítica de pu-reza donde la ley de Dios, tal como está ex-puesta en el Corán, regía la sociedad.

LOS GOBIERNOS OCCIDENTALES los consideranexóticos, pero son asombrosamente parecidosa los movimientos que, entre cristianos, judíos,hindúes, budistas y sintoístas, afirman que sussociedades han corrompido el orden divino. Los40 millones de estadounidenses que se consi-deran cristianos “renacidos” se quedarían ató-nitos si se dieran cuenta de lo parecidas que sonsus creencias con las de los fundamentalistasmusulmanes. Ninguno de los dos grupos estádispuesto a tolerar a quienes no aceptan la“verdadera fe”, que sólo es la que ellos profesan,y ambos desean dominar todos los aspectos dela sociedad.

Lo que diferencia a los fundamentalistasmusulmanes es que creen que no pueden re-formar sus propias sociedades hasta purgarlasde las fuentes extranjeras del mal. Para ellos, esosignifica Occidente. Culpan a Occidente porquedurante la mayor parte de los últimos dos si-glos, las potencias occidentales han dominadoel mundo islámico e instalado por toda Áfricay Asia gobiernos creados a su imagen y los hanhecho bailar al son de su música. Esos “títeresoccidentales”, sostienen los fundamentalistas,han violado las leyes y costumbres “ordenadaspor Dios” al permitir la bebida, la fornicación

E

ILUSTRACIONES DE PATRICK THOMAS

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T E R R O R I S M O M U N D I A L

rror entre los aldeanos árabes. En juliode 2003 fue detenida una célula terro-rista que planeaba colocar una bombaen una escuela palestina de JerusalénEste.

Lo habitual no es abrazar el terro-rismo, sólo se hace como último re-curso; y los árabes fueron lentos enhacerlo. La mayoría de musulmanesconsideraba a sus propios radicales co-mo “los que se marginan solos”, ex-tremistas. Sólo a finales de los sesentaempezaron algunos árabes a experi-mentar en serio con la guerra de gue-rillas y el terrorismo, y sólo unos vein-te años más tarde obtuvieron un ele-vado nivel de apoyo público. En suscreencias y organización, muchos si-guieron el modelo israelí; también co-nocían y a menudo estaban en con-tacto con grupos como el IRA, ETA ymovimientos menos conocidos delCáucaso, Asia central y diferentes par-tes de África.

A pesar de ser pequeñas, poco co-nocidas y estar aisladas unas de otras,las organizaciones musulmanas te-rroristas existen en todas partes desdeMarruecos a las Filipinas y desde laIndia hasta Siberia.

Mientras los clandestinos alcanza-ron un éxito espectacular en Argelia,no fue así en otras partes. Al reflexio-nar sobre su falta de éxito, identifica-ron dos debilidades. Primero, su na-cionalismo era impreciso: ¿eran sirios,iraquíes, palestinos, egipcios, cheche-nos, moros o qué?

Segundo, a diferencia de los israe-líes no estaban impulsados por un re-cuerdo tan intenso y unificador comoel holocausto. Se notó la ausencia delnacionalismo laico. Por ello, los ya exis-tentes movimientos islámicos empe-zaron a gozar de una nueva vida: sola-mente en un islam despojado de todassus diferentes innovaciones, según em-pezaron a creer algunos, podría al-canzarse la unidad de propósito y la de-dicación real.

Las “hermandades” musulmanasya habían aparecido en Sudán, ArabiaSaudí, Egipto, Chechenia, Marruecos yotras partes, pero ninguna había lo-grado alcanzar sus objetivos. A partir

de finales de los ochenta, se produjoun nuevo intento inspirado por AbduláAzzam y dirigido por Bin Laden.

Fue Abdulá quien le dio al movi-miento su nombre: Al Qaeda. Quizá loque más se acerque al pleno sentido dela palabra es “fundamento” o “princi-pio básico”. Como escribió Abdulá:“Todo principio necesita una van-guardia que lo impulse... esta van-guardia es 'al qaeda al sulba' [el fuertefundamento] de la sociedad futura”.

Tomando la expresión de Abdulá,Ossama Bin Laden y una docena apro-ximada de colaboradores se reunie-ron durante el invierno de 1978-1979en la ciudad norteña paquistaní dePeshawar para formar una “vanguar-dia” que se uniera al combate contralos “ateos” soviéticos al otro lado de lafrontera, en Afganistán. Su anticomu-nismo les valió miles de toneladas enequipo y miles de millones de dólaresde Estados Unidos. Los estadouniden-ses los adoptaron como sus “luchado-res de la libertad” vicarios e intentaronconvertir Afganistán en el Vietnam dela Unión Soviética. Paradójicamente,

dadas sus fuentes de inspiración, elmovimiento de Ossama Bin Laden —co-mo anteriores movimientos de resis-tencia musulmanes: Al Ansar de Sudány Sanusiya de Libia, entre otros— semostró dispuesto a adoptar “innova-ciones” occidentales en forma de ar-mas e instrumentos.

OSSAMA BIN LADEN se trasladó aAfganistán y unió su movimiento al yadominante movimiento fundamenta-lista talibán. La conexión talibán lepermitió reunir a musulmanes disi-dentes de todo el mundo islámico yconvertir lo que era un pequeño mo-vimiento de emigrados en una orga-nización militante mundial. Una vezganada la guerra contra la UniónSoviética y sus títeres, empezó a orga-nizar el espectacular atentado que re-

alizó contra lo que consideraba el otroenemigo principal del islam: EstadosUnidos.

Hasta aquí he descrito la fuente deinspiración de la resistencia islámica aOccidente y el modo en que la oposi-ción al imperialismo soviético se fun-dió en el principal movimiento enAfganistán. Ahora trataré sobre el con-flicto entre la organización terroristaAl Qaeda de Ossama Bin Laden yOccidente.

AUNQUE FIGURABA como enemigoprincipal de chechenos y afganos, laUnión Soviética siempre fue marginalpara muchos partidarios de Al Qaeda.Lo que atraía su atención era la heren-cia del imperialismo occidental, y suprincipal objetivo, la hegemonía deEstados Unidos. De modo que una vezexpulsados los rusos de Afganistán,aquellos que fueron considerados co-mo “luchadores de la libertad” por losanticomunistas empezaron una seriede ataques contra objetivos estadou-nidenses. En 1996, atacaron una ins-talación estadounidense en Arabia

Saudí y el World Trade Center enNueva York; en 1998, golpearon lasembajadas estadounidenses en Kenia yTanzania; y el 11 de septiembre de2001, llevaron a cabo unos espectacu-lares atentados contra el World TradeCenter y el Pentágono. El Gobierno es-tadounidense consideró dichos aten-tados como actos de guerra y decidióaplastar no sólo Al Qaeda sino tam-bién a sus patrocinadores, el movi-miento talibán de Afganistán. Ése fueel origen de la guerra afgana de 2001.

La guerra fue rápida y sucia. Las ba-jas afganas fueron proporcionalmenteenormes; la mayor parte de la infraes-tructura moderna del país quedó des-truida; y, lo peor, por los aires saltócualquier posible base para la cohe-sión nacional existente entre la diver-sidad de las minorías afganas. Con la

y el desprecio de la religión. Según lacolorida expresión árabe, “han dado laespalda” (“radda”) al islam.

Poniendo de manifiesto su igno-rancia sobre los fundamentalistas, los“halcones” del Gobierno de Bush ima-ginaron (y siguen sosteniendo) un vín-culo entre Ossama Bin Laden ySaddam Hussein. Sin embargo, paralos fundamentalistas islámicos, el ré-gimen de Saddam era precisamente elsistema occidentalizado que pretendí-

an derrocar. Señalan que Saddam qui-zá recibió ayuda para alcanzar el podery que sin duda recibió ayuda para com-batir el Irán fundamentalista musul-mán con informaciones militares y di-nero de los presidentes Reagan y Bushpadre. Ossama Bin Laden llegó a ofre-cerse para reclutar una fuerza con laque luchar contra Saddam durante laprimera guerra del Golfo.

PARA RETOMAR LA SENDA DE DIOS,

mantienen los verdaderos creyentes,primero tienen que expulsar a los ex-tranjeros que sostienen a los corruptosgobernantes locales. Luego podrán pur-gar a los apóstatas nativos. Ése fue elprograma de los talibanes enAfganistán: primero, expulsar a los ru-sos y derrocar a sus títeres comunistas.Sólo después, creían, era posible volvera la “ley de Dios”. Ésa ha sido la doc-trina que ha impulsado a los pensado-res musulmanes durante dos siglos enÁfrica y Asia. En su aspecto más evi-dente, el “mutasallafiyah” o funda-mentalismo es una reacción contra elimperialismo, pero sus raíces son másprofundas. Como el fundamentalis-mo cristiano, judío o hindú, su fuentede inspiración se encuentra en pensa-dores que vivieron hace siglos.

El hombre que cabe etiquetar la-xamente como el Lutero del islam fueIbn Taymiyya, que nació en Bagdaden 1263. En tanto que “nacionalista”, seopuso a la superpotencia del momen-

to, el imperio mongol de Gengis Khan,que tras conquistar China y Rusia in-vadió Oriente Medio. Reaccionando a“la conmoción y el temor” de los mon-goles —la destrucción de Bagdad—, IbnTaymiyya concluyó que las asombrosasvictorias mongoles habían sido posi-bles no sólo a causa de su fuerza, sinotambién por el declive de la fibra mo-ral de la sociedad. En consecuencia, de-dicó toda su vida a predicar contra las“innovaciones”. Para vencer, declaraba

en sus sermones, su pueblo tenía querecuperar las creencias puras.

Ibn Taymiyya fue perseguido y ase-sinado, como se intenta hacer ahoracon Ossama Bin Laden, pero sus ene-migos no consiguieron hacer desapa-recer las ideas que había predicado.En el siglo XIX, la causa expuesta porIbn Taymiyya —librar su tierra de ex-tranjeros— fue retomada por hombresque consideraron que, para deshacer-se de los occidentales, tenían que oc-cidentalizar sus sociedades. Aprobaronlegislaciones occidentales, adoptaronindumentarias occidentales, instruye-ron a sus ejércitos al modo occidental,construyeron industrias, carreteras,presas, puentes a la manera occidental.En las escuelas y las nuevas universi-dades, imbuyeron a los estudiantes deideas occidentales. Ser moderno eradejar de lado el pasado islámico y abra-zar Occidente.

Sin embargo, cuanto más occi-dentales se volvían, de menos poder re-al parecían gozar asiáticos y africanos.A finales del siglo XIX y principios delXX, Gran Bretaña, Francia y los PaísesBajos convirtieron en colonias a la ma-yor parte del mundo musulmán. Cadauna de esas potencias imperiales vin-culó sus colonias a su propia econo-mía, alentó u obligó la adopción del in-glés, francés, italiano o neerlandés enlugar del árabe, bereber, kurdo, urdu,persa, malayo y bahasa indonesio. Lageneración que llegó a la madurez a

mediados del siglo XX se hallaba bienencaminada en la senda de la “asimi-lación”. A continuación, en parte acausa de la presión estadounidense,Gran Bretaña, Francia, Italia y los PaísesBajos se vieron obligados a renunciar almenos a las manifestaciones más evi-dentes de su poder. Sin embargo, sur-gió una nueva potencia occidental: elmovimiento sionista, que llegó a con-vertirse en Israel. Dicho movimientoconstituyó una amenaza y un ejemplopara los musulmanes.

Los sionistas compartían con losmusulmanes la hostilidad hacia laspotencias imperiales. Al fin y al cabo, elholocausto había sucedido en Europay el antisemitismo era una enferme-dad occidental. Era contra la potenciaimperial local, Gran Bretaña, contraquien tenían que luchar los sionistaspara lograr su Estado. Para ello, se or-ganizaron en una economía moder-na al tiempo que intentaban recuperarsu antigua cultura; y, por encima de to-do, lucharon del único modo que po-dían, por medio del terrorismo.

Hoy, la mayoría de israelíes consi-deran el terrorismo como una activi-dad árabe o musulmana —ajena y mal-vada—, pero no la consideraban así ha-ce medio siglo. Entonces se percibíacomo una forma legítima de resisten-cia. Según ha escrito el periodista UriAvnery, antiguo diputado de laKnesset: “A toda una generación de ni-ños se les enseñó a admirar a los com-batientes de Irgun y Stern... que hacíanvolar por los aires las instalaciones delejército británico y mataban a sus sol-dados”. Los dirigentes de estas dos or-ganizaciones terroristas, MenahemBegin y Yitzhak Shamir, llegaron a serprimeros ministros e Israel.

ISRAEL GANÓ SU GUERRA contra losbritánicos, pero hubo grupos en la so-ciedad israelí que continuaron emple-ando el terrorismo contra los palesti-nos. A partir de 1984 y hasta la fecha,el servicio de seguridad israelí, ShinBet, ha controlado a terroristas judíosa los que han acusado de colocar bom-bas en autobuses árabes, asesinar afuncionarios árabes y sembrar el te-

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T E R R O R I S M O M U N D I A L

A pesar de ser pequeñas, desconocidas y estar aisladas unasde otras, las organizaciones musulmanas terroristas existendesde Marruecos a Filipinas y desde la India hasta Siberia

La “guerra global contra el terrorismo” es “peligrosamenteindiscriminada en una búsqueda imposible de seguridadtotal” según la Escuela de Guerra del Ejército de EE.UU.

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extensión del caos, la aparición de cau-dillos locales, el aumento de robos yviolaciones y el estancamiento de laeconomía, hay señales de una renova-da popularidad de los talibanes y susaliados de Al Qaeda. El uso de unafuerza militar masiva ha resultado te-ner el mismo efecto que la poda de unarbusto o una enredadera: tras ser re-cortado, el movimiento creció y se ex-pandió de nuevo.

Hoy, como ha podido ver elGobierno estadounidense, Al Qaedaes sólo una rama de unos movimientoscon raíces en muchos países musul-manes. Se han identificado más deuna docena de grupos similares, y qui-

zá existan cuatro veces esa cantidad.Según declaró el verano pasado una co-misión de todos los partidos delParlamento británico, la invasión deIraq puede haber llevado a más de17.000 musulmanes de unos 60 paí-ses a identificarse con Al Qaeda.1

Es probable que esos grupos re-presenten sólo una pequeña porciónde quienes en todo el mundo afroasiá-tico comparten sus sentimientos. Porello, cuando las fuerzas estadouni-denses asesinan a “combatientes ene-migos”, como ha autorizado el presi-dente Bush a hacer a la CIA,2 aparecenotros nuevos. Es muy posible que la re-presión violenta, como ha observadoPhilip Wilcox, antiguo jefe del contra-terrorismo estadounidense,3 haga queotros “cometan ataques terroristas aúnmás peligrosos; el efecto bien podríaser el incremento de los terroristas”.

Ya está sucediendo. Hay un in-menso campo abonado del que los te-rroristas pueden extraer activistas ypartidarios. No sólo en Chechenia,Afganistán, Iraq, Palestina, Líbano,Filipinas y otros países envueltos enconflictos, sino que incluso en paísesconsiderados amigos o aliados los go-biernos occidentales encuentran granhostilidad. En los últimos meses, el

centro de investigación Pew entrevistóa 38.000 personas en 44 países y des-cubrió que el 78 por ciento de los tur-cos, el 81 por ciento de los paquistaní-es y el 84 por ciento de los egipcios seoponían a la difusión de las ideas oc-cidentales. ¿Qué estaban dispuestos ahacer para detener esa difusión? El 73por ciento de los libaneses, el 43 porciento de los jordanos, el 47 por cientode los nigerianos, el 33 por ciento delos paquistaníes y el 27 por cientos delos indonesios llegaban hasta la apro-bación de los atentados suicidas.4

Los atentados suicidas son consi-derados por la mayoría de nosotroscon horror. Sin embargo, se han utili-

zado desde hace mucho tiempo porquienes están desesperados y conside-ran que no tienen otro medio de ac-ción. El atentado suicida combina elataque y el martirio. Y el martirio —loque los musulmanes llaman el “in-tento de ser un testigo [de Dios], ‘istas-hhada’”— tiene una venerada tradi-ción en el cristianismo, donde consti-tuye la base de la santidad.

EL “ISTASHHADA” es el medio de su-perar la derrota militar y el miedo alasesinato. Cuando hombres y muje-res están dispuestos a dar la vida por sucausa, las amenazas y la acción vio-lenta no pueden disuadirlos. Por ello,la “guerra contra el terror” no ha im-pedido que un flujo constante de vo-luntarios engrosen las filas de dece-nas de grupos como Al Qaeda, Hamas,Yihad Islámica, Asamblea Islámica(Yamá Al Islamiya) y Partidarios delIslam (Ansar Al Islam).

En realidad resulta evidente que la“poda” del Gobierno talibán enAfganistán y de los seguidores deOssama Bin Laden en ese país, así comola brutal represión de ambos en Iraq yPalestina, han esparcido el terrorismoen lugar de contenerlo. Como dijo elgeneral del cuerpo de marines, James

L. Jones, entonces jefe del mando eu-ropeo-estadounidense: “Mientras lle-vamos a cabo la guerra mundial contrael terrorismo... grandes e incontroladaszonas [de África, Asia y América Latina]van a convertirse en refugios poten-ciales para ese tipo de actividad”.5 Sucomentario se vio confirmado por elinforme (publicado en enero pasado)de la Escuela de Guerra del Ejército deEstados Unidos en el que se manteníaque la “guerra global contra el terro-rismo” librada por Estados Unidos es“peligrosamente indiscriminada y am-biciosa [y] amenaza con dilapidar los re-cursos militares estadounidenses [re-partidos hoy en 130 países] en unabúsqueda interminable e imposiblede la seguridad absoluta”.

Desde el día en que el presidenteBush se refirió a la campaña estadou-nidense como una “cruzada”, una pa-labra cargada de sentido histórico pa-ra el mundo islámico, los funciona-rios estadounidenses y los dirigentesreligiosos han identificado el islam co-mo la raíz del terrorismo.

La puesta en práctica de dicha ac-titud dará lugar a una reacción en ca-dena: cada ataque conducirá a repre-salias que justificarán nuevas accio-nes armadas; el resultado será casi contoda seguridad una guerra intermina-ble, justo como parecen desear los ne-oconservadores del Gobierno de Bush.Recurriendo exclusivamente a la fuer-za se podrá conseguir un respiro tem-poral, o una serie de respiros en una zo-na o en diferentes zonas, pero no unasolución definitiva.

Un importante escenario en estacampaña militar hoy mundial contra

El 73% de los libaneses, el 47% de los nigerianos y el 43%de los jordanos llegan hasta aprobar los atentados suicidassi así se puede detener la difusión de las ideas occidentales

1. "The Independent", 1 agosto 2003. El vicepresi-dente Cheney coincidió con la cifra, pero no conla causa.

2. "The Guardian", 16 diciembre 2002.3. "The New York Review of Books", 9 septiembre

2001.4. Peter Preston, “Can might along earn a nation lo-

ve, trust?”, "The Guardian", 10 diciembre 2002. Almismo tiempo, la encuesta descubrió que el 80por ciento de los estadounidenses cree que tienenen cuenta los deseos de los demás y que las ideasestadounidenses deberían extenderse por todaspartes.

5. Eric Schmitt, “Pentagon Seeking New Access Pactsfor Africa Bases”, "New York Times", 5 julio 2003.

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L GOBIERNO NORTEAMERICANO BUSCA

vías de respuesta frente a la in-esperada y funesta forma de te-rrorismo suicida por la que unavión civil se convirtió en un ar-ma de destrucción masiva. Unaacción que sea efectiva requiereuna comprensión del modo en

que piensan y sienten los terroristas y de aque-llo en lo que creen. No conocemos todavía laidentidad o la filiación política de todos los te-rroristas que secuestraron los cuatro aviones, ymucho menos las de sus cómplices y asociadospor todo el mundo. Sin embargo, lo que sabe-mos sobre la psicología del terrorismo es ins-tructivo. Este conocimiento puede ayudarnos aestimar los efectos de los diferentes derroterospor los que pueda discurrir la acción para evi-tar las consecuencias no deseadas.

No nos enfrentamos a una psicopatologíaindividual. El responsable es un grupo y debe-mos preguntarnos cuál es el motor de su di-námica. Los grupos extremistas clandestinoscomparten no sólo un conjunto de creencias,religiosas o políticas, o ambas, sino también ex-periencias comunes, tales como la lucha en laguerra contra la Unión Soviética en Afganistáno el estudio en las mismas instituciones edu-cativas o religiosas. Constituyen una comuni-dad profundamente cohesionada; las identi-dades individuales se hallan sumergidas enuna identidad colectiva. Su lealtad se refiere al

grupo tanto como a la causa. Gran parte de suscomunicaciones tiene lugar cara a cara, y sóloconfían entre sí. Aunque pueden interrelacio-narse con el resto del mundo, psicológica-mente están aislados de él. No resulta infre-cuente que los militantes provengan de la mis-ma familia –como los dos hermanosdesignados como secuestradores en esta oca-sión– o hayan sido amigos mucho antes deunirse al grupo.

Si se excluye la completa destrucción de laorganización, la mejor oportunidad de podererosionar una solidaridad tan fuerte se produ-ce en el curso de una crisis interna, cuando al-gunos miembros se han desmoralizado o cuan-do los integrantes del grupo y quienes les apo-yan piensan que el terrorismo ha idodemasiado lejos. De lo contrario, las amenazaso la retórica hostil incrementarán probable-mente la cohesión del equipo. La detención o elasesinato de algunos miembros del grupo, in-cluso de líderes clave, o el desbaratamiento desus operaciones, no funcionarán si disponen derecursos para mantenerse, especialmente sipueden continuar reclutando nuevos miem-bros para reemplazar a los que se han perdido.

Algunos integrantes de algunas agrupa-ciones son psicológicamente dependientes nosólo unos de otros, sino con relación a un lídercarismático en particular. No se toleran rivalesni tampoco disidencia interna alguna. La de-tención del líder puede implicar un declivedel terrorismo, como sucedió en Perú y enTurquía. Pero en otras agrupaciones, comoETA, el liderazgo es un proceso colectivo y decolaboración. Se profesa lealtad a la entidadgrupal, no al líder. La supresión del líder noacabará con el terrorismo porque hay sustitu-tos. En tales casos, limitar el reclutamiento delgrupo –ayudando a las instituciones localesreligiosas o sociales dignas de crédito– es la op-ción mejor, aunque el proceso puede ser lento.

PARA ESTADOS UNIDOS resulta tentadora la ideade anular la orden gubernamental de prohi-bición del asesinato de individuos a cargo deagencias militares y de inteligencia. Sin em-bargo, tal como ha mostrado recientemente laactuación israelí, una política de asesinar líde-res clave es susceptible no sólo de fracasar para

Cómo piensan los terroristasMartha CrenshawTITULAR DE LA CÁTEDRA COLIN Y NANCY CAMPBELL DE TEMAS

GLOBALES Y PENSAMIENTO DEMOCRÁTICO DE LA WESLEYAN

UNIVERSITY DE CONNECTICUT

E

ILUSTRACIÓN DE PATRICK THOMAS76 VANGUARDIA | DOSSIER

T E R R O R I S M O M U N D I A L

el “terrorismo” es, claro está, Iraq. En ese país,la hegemonía estadounidense podría crear, se-gún profetizó el presidente egipcio HosniMubarak, “un centenar de Bin Ladens”. Al mar-gen de que sea una afirmación exagerada-mente pesimista o no, resulta claro que EstadosUnidos se halla inmerso en una guerra de gue-rrillas que es más una causa nacional iraquíque, como ha afirmado el Gobierno de Bush,una limpieza de pequeños grupos de “baasistasirreductibles”.

Dado que ha demostrado ser incapaz de de-rrotar a esos grupos, los administradores mili-tares y civiles estadounidenses están —paradó-jicamente— considerando un programa paraentregar el poder en Iraq a los fundamentalis-tas islámicos.

Si la fuerza no funciona, como no lo ha he-cho en ninguna parte, y si la política estadou-nidense en Iraq y Afganistán parece ser con-traproducente ¿qué se puede hacer entoncescon el terrorismo?

Una respuesta razonable no puede ser sen-cilla; ni tampoco puede satisfacer el deseo de un“arreglo rápido”. La solución tiene que ser a lar-go plazo. E incluye como mínimo tres cursos deacción.

EN PRIMER LUGAR, evidentemente, las socie-dades occidentales tienen que adoptar todas lasprecauciones razonables para defenderse con-tra la violencia. Tendremos que vivir con mo-lestas intromisiones del Gobierno en nuestra li-bertad, al tiempo que intentaremos limitarlasa acciones del todo necesarias y justificadas.Tenemos que ser cautos precisamente para noperder el estilo de vida que deseamos manteneren ese intento de defenderlo. Tenemos tambiénque ser conscientes de que, sean cuales sean lasacciones policiales que tomemos, éstas no “so-lucionarán” el problema del terrorismo. Si sealbergan dudas al respecto, baste observar la ex-periencia israelí en Palestina: por abrumadoraque sea la fuerza empleada, por intrusiva quesea la represión, por restrictivas que sean lasprohibiciones, Israel es menos seguro hoy queen cualquier momento del pasado.

La segunda acción es estratégica. EstadosUnidos y otros gobiernos occidentales deben ac-tuar de unos modos que alejen de los terroris-tas a quienes los apoyan. Sólo si quienes luchanpierden su apoyo —lo que Mao Tsetung llamó“el mar” en el que nadan “los peces”—, se vol-verá vulnerable el terrorismo. Los gobiernos es-tablecidos sólo ganarán esta parte de su cam-

paña si defienden lo que los musulmanes máspobres y a menudo reprimidos perciben comojusticia, libertad y dignidad. Según el testimo-nio del general retirado de los marines JosephP. Hoar ante el Comité de Servicios Armados delSenado de Estados Unidos, “la guerra contra elterrorismo sólo se ganará cuando convenzamosa 1.000 millones de musulmanes de que, en re-alidad, somos una sociedad justa; que apoya-mos la paz, la justicia, la igualdad para todas laspersonas”. Éste es el aspecto más importante decualquier intento de contener el terrorismo.

La tercer acción tiene que dirigirse a lamuy difundida creencia según la cual los go-biernos y la industria occidentales crean y apo-yan regímenes títere que son tiranías corruptas.Quienes desean animar a los partidarios delos terroristas para que dejen de ayudarlos tie-nen que aplicar los criterios del imperio de laley, dar apoyo a la dignidad humana y esfor-zarse por conseguir el bienestar de todos suspueblos.

Con demasiada frecuencia los estados oc-cidentales se han asociado con regímenes co-rruptos y tiránicos en la búsqueda de objetivosa corto plazo y, por lo tanto, han quedado man-cillados por ellos. Estados Unidos lo hizo conSaddam Hussein, a quien suministró materialde guerra con el que tiranizó y asesinó a su pro-pio pueblo e invadió Kuwait; ha hecho cosas si-milares en América Latina. Se ha convertido,así, en el “amigo del enemigo” y por ello en ob-jeto de ataque no sólo por parte de los terro-ristas sino de muchos que habrían sido sus au-ténticos aliados.

Los estadounidenses tendrán la tentaciónde decir que los peligros a los que hoy se en-frentan justifican las acciones que rebajan susprincipios, mientras que sus aliados europeostendrán la tentación de evitar la adopción deposturas independientes que corren el riesgo demolestar a los estadounidenses, como hicieronlos franceses en el período previo a la invasiónde Iraq. Sin embargo, el precio a largo plazo porsemejantes políticas a corto plazo podría seraun mayor que el del propio terrorismo, ade-más casi con toda seguridad no lo derrotará.

Desandar el camino de esa ladera resbala-diza en la que no sólo Estados Unidos sino todoOccidente está perdiendo el prestigio y la amis-tad no será fácil ni tampoco constituirá unviaje rápido. Por ello es mejor que comencemoslo antes posible.

© William R. Polk

Según elgeneral retiradoJoseph P. Hoar“la guerracontra elterrorismo sólose ganarácuandoconvenzamos a1.000 millonesde musulmanesde que somosuna sociedadjusta”

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C Ó M O P I E N S A N L O S T E R R O R I S T A S

acabar con el terrorismo, sino de em-peorarlo. Para ser efectiva, una políticaque elige líderes como blanco requiereun estrecho conocimiento de las rela-ciones en el interior del aparato terro-rista. No está claro que tengamos ya talconocimiento en la crisis actual mien-tras se halle en litigio el papel opera-cional de Ossama Bin Laden.

En el seno del grupo, la solidaridadfomenta las creencias extremistas, queson característicamente perversionesde religiones establecidas o de ideolo-gías. Las ideas que inspiran la violenciason prestadas, no originales. Los te-rroristas están persuadidos de que laviolencia está justificada, y de que si-guen un imperativo moral, un debersagrado. El sacrificio de sus propias vi-das y las de sus víctimas se percibe co-mo una necesidad y una obligación, nouna elección. Se consideran soldadosen guerra y rechazan cualquier evi-dencia que contradiga sus creencias.Una respuesta de Estados Unidos querefuerce estas creencias –haciendo queEstados Unidos aparezca como un ene-migo implacablemente hostil– fo-mentará el radicalismo del grupo y lapropensión a la violencia.

ADEMÁS, ES IMPORTANTE ser conscien-tes de que los terroristas suicidas pue-den perfectamente no encontrarse enabsoluto en la categoría de “suicidas”en el sentido clínico. Partiendo de la ba-se de que el suicida terrorista que tieneéxito no se halla disponible para en-trevistas y de que los que fallan no sonrepresentativos, debemos afirmar quenuestros conocimientos son limitados.Existen también importantes diferen-cias entre los suicidas con bomba delpasado y los actuales, que parecen sermayores y más experimentados, y ca-paces de sostener un compromiso delarga duración mientras se encuen-tran aislados del grupo más extenso.Sin embargo, en términos generales ta-les individuos se sienten honrados y or-gullosos de ser elegidos. Forman unaelite. Cuentan con que su muerte lesasegurará que ya nunca se les olvide. Lafe en una vida ulterior refuerza con fre-cuencia su convicción en la fuerza del

martirio. El uso de la fuerza militar,aun limitado, confirmará probable-mente la imagen que de sí mismos tie-nen los terroristas como guerreros he-roicos y mártires para la causa. De he-cho, un propósito del terrorismo esprovocar una reacción militar en ungobierno. Ser tratado como un ene-migo en una guerra halaga a los te-rroristas y promueve su estatus entrequienes pueden ser reclutados y entresus seguidores. Esperan, sin lugar adudas, que la respuesta del Gobierno

americano genere tanta antipatía en-tre la gente que los adeptos afluirán enmasa mientras crece la popularidad dela resistencia.

Por último, es esencial advertir deque los terroristas pueden ser imagi-nativos. Las teorías psicológicas nos in-dican que cuando cambian tácticas oestrategias, construyen las nuevas so-bre las antiguas después de un largoperíodo de reflexión. No actúan a par-tir de un impulso desencadenado poruna inspiración repentina.

El uso de aviones secuestrados pa-ra destruir edificios y provocar vícti-mas civiles en masa no fue una idea deltodo nueva. Adaptó el conocido méto-do del secuestro, que los gobiernos cre-ían reemplazado por la táctica de co-locar bombas a bordo del avión pre-paradas para su explosión en el aire, ylo combinó con el concepto de bombasuicida. Más que secuestrar el aviónpara capturar rehenes y usarlos comouna ficha en la negociación, los terro-ristas utilizaron el avión mismo comobomba.

Por lo tanto, los gobiernos han deestar vigilantes ante la posibilidad decambios espectaculares en los métodosterroristas. Nunca debemos olvidarque la esencia del terrorismo es la sor-presa. Los terroristas dedican todo sutiempo y su energía a la doble tarea deeludir su detección y de coger a sus ob-jetivos desprevenidos. El terrorismo es

básicamente un arma psicológica.Una última aportación psicológica

crucial es que el motivo predominan-te para el terrorismo es con frecuenciano el poder político, sino el deseo devenganza y la expresión de un senti-miento de ira. Estas intensas emocio-nes requieren tanto la existencia deun objeto de odio como una percep-ción del daño. La gente que, por el con-trario, no goza de poder, experimen-tará estas emociones más intensa-mente a causa de su debilidad, como

un antídoto frente a los sentimientosde humillación y de vergüenza. El actoterrorista puede ser una demostracióndel poder de los terroristas y de la vul-nerabilidad del adversario, no un me-dio específico para un fin específico.

La acción militar a gran escala au-mentará sin duda las exigencias devenganza, no sólo desde dentro delgrupo terrorista, sino también desdemás amplios sectores de población queson víctimas de los ataques o que seidentifican con las víctimas.

CUANTO MÁS INDISCRIMINADA o torpesea la respuesta, más probable será eldesencadenamiento de una espiral devenganza y contravenganza. En la me-dida en que suscitan la ira popular, lasfuerzas de represalia pueden desesta-bilizar aún más los estados que ya sonfrágiles o débiles, y crear así escenariosmás caóticos donde pueden prospe-rar los terroristas. Estos estados frágilespodrían incluir algunos de los aliadosde América, no solamente sus enemi-gos. Nuestro impulso apremiante paracastigar el mal es fuerte y comprensi-ble. Sin embargo, la respuesta al te-rrorismo debe emprenderse con granesmero y con gran paciencia, y debe ba-sarse en un pormenorizado y desapa-sionado análisis de la psicología denuestro adversario.

“La Vanguardia”, 1 de octubre de 2001

El sacrificio de sus vidas y la de sus víctimas se percibecomo una necesidad y una obligación, no una elección;rechazan toda evidencia que contradiga sus creencias

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ON EL TIEMPO Y LA PERSPECTIVA, LOS

grandes acontecimientos his-tóricos siguen siendo suscep-tibles de ser reinterpretados yreleídos, tal vez de forma con-tradictoria e incluso polémi-ca. ¿Puede decirse, dos añosdespués de los atentados del

11-S, que nuestro análisis sobre ellos ha variadode forma que los consideramos bajo un prismadistinto que en aquel momento, embargadosaún por la conmoción sufrida?

En realidad, lo que ha variado en mayor me-dida no es, en rigor, el análisis que puede efec-tuarse de los propios atentados, de sus autores,de su organización y preparativos, ni siquierade las redes y simpatías con que cuentan en elmundo. Al releer los artículos que publiqué enaquella época, incluidos los que aparecieron enestas páginas, compruebo que apenas debomodificarlos. Puede afirmarse perfectamenteque el terrorismo “global” tal y como podía de-finirse entonces constituía un fenómeno, sino nuevo, sí al menos reciente, caracterizadopor la existencia de redes no necesariamente in-terconectadas ya que sus protagonistas –que ac-túan en los ámbitos de diversos países– pre-sentan una cierta autonomía. Algunos de ellos

actúan incardinados en las comunidades o so-ciedades específicas de las que provienen, peroel factor decisivo atañe a aquellos que se hanconvertido verdaderamente en agentes “glo-bales”, transnacionales, en cuyo caso no se daun anclaje en un medio real y concreto –aso-ciado en mayor o menor medida a una comu-nidad–, sino una existencia hecha de despla-zamientos que llevan pongamos por caso deEgipto o Arabia a Afganistán o Pakistán, perotambién a Gran Bretaña, a Alemania, a EstadosUnidos... Este terrorismo es, por un lado, trans-nacional más que internacional y, por otro,puede inscribirse dado el caso en un marco na-cional como ha podido comprobarse enMarruecos y, quizá, en Indonesia o en Bali. Porúltimo, si hay que reconocer que reviste rasgostan impactantes, ello obedece asimismo a susaspectos relativos a la idea de martirio –conse-cuentemente, autodestructivos– ya que susprotagonistas no vacilan en darse muerte paraalcanzar sus objetivos.

SI BIEN LOS DATOS y hechos de que se tieneconocimiento han podido precisarse en estosúltimos tiempos –en especial los relativos a laambigüedad del régimen de Arabia Saudí conrelación a Bin Laden y a Al Qaeda– no se ha re-

gistrado desde hace dos años ninguna revela-ción suficientemente importante como para te-ner que modificar sensiblemente el análisisde la naturaleza y los protagonistas de los aten-tados del 11-S.

Por el contrario, todo ha cambiado –y deforma considerable– en lo concerniente a nues-tra perspectiva sobre Estados Unidos y, desde unpunto de vista más amplio, en cuanto a la re-flexión sobre el mundo en que vivimos.

En una primera fase, el terrorismo “global”suscitó numerosos sentimientos de solidari-dad a escala planetaria. El proyecto de una“guerra contra el terrorismo” ha contado conla amplia aceptación de numerosos estados ylas operaciones norteamericanas en Afganistáncontaron asimismo con el respaldo de un buennúmero de potencias, sobre todo occidentaleso árabes, como también de la ONU. Sin em-bargo, transcurridos dos años, esta “guerra”atraviesa muy mal momento. Afganistán sehalla próximo al caos. Bin Laden sigue siendouna realidad y de modo más o menos directohan podido imputarse varios atentados –algu-nos de los cuales han provocado decenas de víc-timas– a Al Qaeda. Iraq, ese Estado que no res-petaba las reglas usuales de conducta de la co-munidad internacional o “Estado gamberro” a

juicio de la Administración norteamericana, seconvirtió en el enemigo número uno deEstados Unidos, que le declaró la guerra sobreel fundamento de dos pretextos falaces, acu-sando a Saddam Hussein de apoyar el terroris-mo y postulando la existencia de armas dedestrucción masiva que hasta ahora no se hanencontrado.

De súbito, se ha amortiguado el apoyo de lacomunidad internacional a la política deEstados Unidos. Francia, Alemania y Rusia –su-mida en plena espiral de terrorismo y contra-terrorismo en Chechenia– se opusieron a aquelpaís y el frente relativamente unificado de la“guerra contra el terrorismo” se resquebrajó. Eldía siguiente al 11-S, al director de “Le Monde”,Jean-Marie Colombani, se le presentó la ocasiónde titular su editorial con la expresión: “Todossomos norteamericanos”, un titular hoy im-pensable. La guerra ha llevado a Iraq, al menoshasta ahora, no el orden y la paz prometidos, si-no la irrupción de un caos tal que no se acabade vislumbrar la manera de acabar con él enbreve plazo. La eficacia militar norteamericanada paso a imágenes de fracaso, ya se trate de BinLaden y las convicciones que animan el terro-rismo “global” –el mal no ha sido erradicado,como prometían los discursos del presidente

Dos años después del 11-SMichel WieviorkaSOCIÓLOGO Y PROFESOR DE LA ESCUELA DE ALTOS ESTUDIOS SOCIALES DE PARÍS

CEste terrorismoes, por un lado,transnacionalmás queinternacional y,por otro, puedeinscribirse enun marconacional comoha sucedido enMarruecos y,quizá, en Bali eIndonesia

ILUSTRACIÓN DE PATRICK THOMAS

09.Wieviorka 27/3/04 12:31 Página 80

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CONNECTICUT

New York

MASSACHUSETTS

Boston

NEWHAMPSHIRE

RODHE ISLAND

NEW JERSEY

OHIOWESTVIRGINIA

VIRGINIA

KENTUCKY

VERMONT

Washington DC

NEW YORK

PENNSYLVANIA

1.º / 7.39 h 2.º / 7.39 h

3.º / 7.41 h

4.º / 7.42 h

Shanksvile

PENTÁGONOAv. S. Diego

VILLA DEVALLECAS

VICÁLVARO

Av. del Mediterráneo

LAVAPIES

PUENTEVALLECAS

Av. de Barcelona

Parquedel RetiroPl. Mayor

LA LÍNA C-2 DE CERCANIAS

Estaciónde ATOCHA

Estaciónde EL POZO

Estaciónde SANTA EUGENIA

Avenida

dela

Paz

Estacióncontenedoresde Renfe Avenida

deEntrevías

Distribuidor

Zona industrial

En los trenes viajaban 13 bombas en el interior de mochilas. Diezde ellas estallaron, dos fueron detonadas por los TEDAX y una fueencontrada intacta

En azul, las explosionadas por los artificieros

Estaciónde ATOCHA

MADRID

Estaciónde EL POZO

Estaciónde SANTAEUGENIA

Estaciónde ALCALÁDE HENARES

Estaciónde TORREJÓN

Estaciónde S. FERNANDODE HENARES

Estaciónde COSLADA

Estación de VICÁLVARO

10 km

Las fuerzas de Seguridadhallaron, en las inmediacionesde Alcalá de Henares, unafurgoneta con sietedetonadores en su interiory una cinta en árabe conversículos del Corán

Zona

ampl

iada

SECUESTROS MORTALES

ES

TA

DO

S U

NID

OS

Vuelo 175 (Boeing 757)Vuelo 11 (Boeing 767)Vuelo 93 (Boeing 757)*Vuelo 77 (Boeing 757)

(*) De Newark a San Francisco,con 45 personas a bordo,colisionó cerca de Pittsburgh

UBICACIÓN DE LAS 2.749 VÍCTIMAS

1.434Torre Norte

599Torre Norte

479Rescatistas

157Avionessecuestrados

224Ubicacióndesconocida

10Espectadores

Pozuelo

Alcorcón

Fuenlabrada

Leganés

Getafe

Alcobendas

Torrejónde Ardoz

Alcalá deHenares

Aeropuertode Barajas

13 MOCHILAS BOMBA

LA NACIONALIDAD DE LAS 190 VÍCTIMAS

Para desencadenarla explosión a distancia

Entre 8 y 15 kilos de Goma 2

Al recibir la descarga eléctrica estallaDetonador eléctronicoCebador

Teléfono móvil

Metralla

Carga de explosivo

Tren de Atocha (andén) Tren de Atocha (c/ Téllez)

Tren de Sta. Eugenia

Tren de El Pozo

M-30

M-40

N-III

VÍCTIMAS DEL WORLD TRADE CENTER(Sólo se han podido identificar los restos de 1.541 víctimas)

Atocha •

Tren C-1/21431 Trayecto Alcalá de Henares-Alcobendas

5 6

CABEZA MOTRIZ CABEZA MOTRIZ

1 2 3 4

Detenido en Atocha

3 4 6

EZA MOTVAGONES >> <<VAGONES

Modelo: 446Capacidad total: 1.524

(sentados:480 /de pie:1.044)

• Alcalá de Henares

Atocha •

Tren C-1/17305 CA Trayecto Guadalajara-Chamartín

A la altura de la calle Téllez

5 6

CABEZA MOTRIZ CABEZA MOTRIZ

1 2 3 4

BEZA MO

1 5 6

EZA MOTVAGONES >> <<VAGONES

Modelo: 446Capacidad total: 1.524

(sentados:480 /de pie:1.044)

• Alcalá de Henares

5

GONES

Atocha •

Tren C-1/21713 Trayecto Alcalá de Henares-Príncipe Pío

Saliendo en dirección a Madrid

5 6

CABEZA MOTRIZ CABEZA MOTRIZ

1 2 3 44

VAGONES >> <<VAGONES

Modelo: 446Capacidad total: 1.524

(sentados:480 /de pie:1.044)

• Alcalá de Henares

Atocha •

Tren C-1/21435 Trayecto Alcalá de Henares-Alcobendas

Saliendo de la estación

5 6

CABEZA MOTRIZ CABEZA MOTRIZ

1 2 3 44

VAGONES >> <<VAGONES

Modelo: 450Capacidad total: 3.688

(sentados:1.672 /de pie:2.016)

• Alcalá de Henares

5

<VAGONE

Tres trenes salen de Alcalá de Henares (donde los terroristas cargan en distintas mochilas más de100 kilos de explosivos) en dirección a la estación de Atocha en un intervalo de 15 minutos. El otrotren procedia de Guadalajara

HOTELMARRIOTT(22 pisos)

EDIFICIOPLAZASureste(9 pisos)

EDIFICIOPLAZANoreste(9 pisos)

SEDE DEADUANASDE EE.UU.(8 pisos)

EDIFICIOSALOMONBROTHERS(47 pisos)

Liberty St

Church St

Vesey St

West St

PLAZAWORD TRADE

CENTER

Entradadel río

Helipuerto

PENTÁGONO

Puerta sur

Un tercer avión Boeing 757 de American Airlines (vuelo 77,de Washington a Los Ángeles) con 54 pasajeros a bordo y 9tripulantes se estrella contra el Pentágono, sede de laSecretaría de Defensa.

3.º / 9.30 h

El 11 de septiembre de2001, Nueva York sufrióel peor ataque terroristade la historia.Las Torres Gemelas delWorld Trade Center, enla parte baja deManhattan, fuerondestruidas. Dos avionescomerciales,secuestrados, chocaroncon cada una de ellas aprimera hora de lamañana. Poco despuésotro Boeing, tambiénsecuestrado, lo hacíacontra el Pentágono.

Helipuerto

Dos atentados con el sello de la organización Al Qaeda, liderada por Ossama Bin Laden

TERRORISMO APOCALÍPTICOTORRE SUR(110 pisos)

El vuelo 175 de AmericanAirlines, Boing 757 con destinoa Los Ángeles, llevaba a 56pasajeros y 9 tripulantescuando se estrelló despuésdel primer impacto

2.º / 9.04 h

TORRE NORTE(110 pisos)

El vuelo 11 de AmericanAirlines, Boing 767 con 81pasajeros y 11 tripulantes, quehabia salido de Boston condestino a Los Ángeles, seestrella contra los pisossuperiores de la torre

1.º / 8.46 h

CIOA

es)

Vesey St

AADER

EDIFPLAZNore(9 pis

PLAZWORD T

CENT

10.05 hSe derrumbael edificio

TORRE SUR

TORRE NORTE

piso 93

piso 98

piso 78

piso 84

Río

Hud

son

TORRESGEMELAS

Manhattan

Broo

adway

Wall St.Wes

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DISTRITOFINANCIERO

CIFRA DE VÍCTIMAS SUMANDOLAS DEL PENTÁGONO

ENTRE ELLAS 450EXTRANJEROS DE 61 PAÍSES

MÁS DE 50.000 PERSONASTRABAJABAN EN LAS TORRESY SE CALCULA QUE CADA DÍAPASABAN POR EL COMPLEJOUNAS 200.000 PERSONAS

2.938 PERSONAS

10.28 hSe derrumbael edificio

La remoción de escombrostanto en Nueva York como enWashington movilizó a más de10.000 personas

Labores de rescateLabores de rescate

10.40 h

ESPAÑARUMANIAECUADORPERÚBULGARIAPOLONIACOLOMBIAMARRUECOSHONDURAS

13616

6544333

UCRANIARep. DOMINICANABRASILGUINEA BISSAUFILIPINASCHILECUBAFRANCIA

22111111

Hombres: 110 / Mujeres: 80

ATAQUE EN WASHINGTON

11-S 11-M

09.Wieviorka C-1 27/3/04 17:31 Página 82

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VANGUARDIA | DOSSIER 85

CABAMOS DE PRESENCIAR UNA

victoria espectacular de AlQaeda en Europa occiden-tal? El fracaso del Gobiernode Aznar en España tras elataque de Al Qaeda es unode los acontecimientos másimportantes de la política

europea de estos tres últimos años, períodoen el que las relaciones entre Europa y EstadosUnidos han vivido su peor momento en cincodécadas. Existen dos formas básicas de entenderlos pasmosos acontecimientos que han derro-cado al Gobierno de Aznar.

La primera es decir que Al Qaeda ha con-seguido una contundente e impactante victoriaen España, lo cual supone un logro extraordi-nario para una guerrilla y una organización te-rrorista. Ha contribuido a un cambio deGobierno en un importante país occidental,Gobierno que ha suscitado el rechazo a la po-lítica de Estados Unidos en el mundo musul-mán y la retirada del respaldo español. Españaes el primer Estado del mundo en que Al Qaedaha provocado un cambio de Gobierno. Muchosdirán, sobre todo en la Administración Bush,que el pueblo español no ha tenido el valor deenfrentarse al desafío del terrorismo y que haoptado por el aislamiento, se ha desentendidode sus responsabilidades mundiales y ha cedi-do ante los terroristas. Dirán que esto repre-senta una importante victoria para el terror.

De hecho, en cierto sentido hay algo de ver-dad en este razonamiento. Ahora, Al Qaeda yotras organizaciones similares creerán quepueden cambiar y manipular importantes seg-

mentos de la opinión pública mundial me-diante la aplicación estratégica del terroris-mo. De hecho, podría parecer que los gobiernosdemocráticos son más proclives a dejarse in-fluir que no los estados autoritarios, donde laopinión pública no cuenta.

Con toda seguridad, la misma Al Qaeda in-terpretará estos acontecimientos de la forma re-cién mencionada y se sentirá alentada a probarsuerte en otros estados. Es fácil prever queItalia, Gran Bretaña, Polonia y Bulgaria puedanser víctimas de ataques parecidos en un futuropróximo por el importante apoyo ofrecido a laAdministración Bush en Oriente Medio. Tantolos países occidentales como otros muchos tie-nen sobrados motivos para preocuparse porque la guerra contra el terrorismo –no la gue-rra de George Bush, sino las cuestiones relativasa la seguridad de la comunidad internacio-nal– haya recibido un serio revés.

SIN EMBARGO, EXISTE otra forma de conside-rar los mismos acontecimientos. En primer lu-gar, España era un caso poco corriente –aunqueno el único– entre los países europeos por elapoyo que un Gobierno elegido democrática-mente prestó a la guerra de Iraq en contra delos deseos de su población. Italia, y GranBretaña en particular, también entran dentrode esta categoría. Por tanto, se podría argu-mentar que la derrota de Aznar es el reflejo deun descontento público que se arrastra desdehace tiempo por su política a favor de Bush. Lossucesos del 11-M no han cambiado la opiniónpública, sino que han favorecido aún más el vo-to en contra de Aznar, pues el electorado ha vis-

Al Qaeda¿una importante victoria en Europa?Graham E. FullerEX VICEPRESIDENTE DEL CONSEJO DE INTELIGENCIA NACIONAL DE LA CIA,

AUTOR DEL LIBRO DE RECIENTE PUBLICACIÓN “THE FUTURE OF POLITICAL ISLAM”

A

84 VANGUARDIA | DOSSIER

D O S A Ñ O S D E S P U É S D E L 1 1 - S

Bush y su equipo– o del Iraq del período pos-terior a la dictadura. Desde entonces, la políti-ca norteamericana para imponer la paz entreisraelíes y palestinos no acierta con el rumbo.En la actualidad, y en contra de lo que podíanjuzgar numerosos observadores hace apenasunos meses, difícilmente puede afirmarse queEstados Unidos se halle en vías de imponer suhegemonía en la región.

Es menester admitir, en consecuencia, quelos atentados del 11-S abrieron una nueva sen-da para Estados Unidos; una era marcada, en elplano internacional, por la inestabilidad yaque en menos de dos años las imágenes de es-te país y de su capacidad de actuar en calidadde potencia imperial, o como protagonista he-gemónico –para emplear el mismo interro-gante planteado en el último número de“Vanguardia Dossier”–, no cesan de cambiar.

ASIMISMO, HA VARIADO profundamente laimagen de un mundo dominado por la eco-nomía. Numerosos protagonistas de la escenasociopolítica y analistas consideraban que laglobalización, ensalzada por unos y criticadapor otros, era la realidad más importante de fi-nes del siglo XX. Vivíamos entonces en unmundo que, desde esta perspectiva, parecíareducirse a las apuestas de la nueva economía,el nuevo capitalismo, los mercados, el neoli-beralismo, los flujos financieros transnacio-nales, etcétera. Pero, en lo sucesivo, nos halla-mos inmersos en el mundo –muy distinto– dela guerra, la violencia y las operaciones terro-ristas o militares. En fecha aún reciente, los es-tados parecían estar condenados a ojos de losparticipantes en los debates sobre globaliza-ción. Y EE.UU., por su parte, se hallaba bajo sos-pecha por su poderío en un grado mucho me-nor que en la actualidad. También, en estepunto, el cuestionamiento ha variado. ¿No hayque hablar ahora de un imperio norteameri-cano, no sólo en su dimensión militar y geo-política, sino también en sus aspectos cultura-les y hasta religiosos, sociales, económicos,científicos? Por supuesto, la economía no hadesaparecido de las preocupaciones predomi-nantes, pero se ha revelado su dependencia delaparato político-militar.

La nueva correlación de fuerzas, inestabley variable por su propia configuración, ha pe-sado sobre los protagonistas hasta entoncescríticos de la globalización. En un primer mo-mento, hubieron de distanciarse del terroris-mo, que parecía invocar en su beneficio ciertos

temas relativos a la antiglobalización; poste-riormente, a la hora de los preparativos y el des-encadenamiento de la guerra en Iraq, conce-dieron gran importancia al pacifismo, del quese convirtieron en punta de lanza. Incitaron asi-mismo a que se desarrollaran en su seno tesisantiimperalistas y antinorteamericanas másque realmente partidarias de “otro tipo de glo-balización”. En algunos países, al propio tiem-po, dieron la imagen de actores capaces de se-guir movilizando grandes masas, por una par-te sobre cuestiones sociales –inscritos entoncesampliamente en el marco de los debates polí-ticos internos en el seno de sus correspon-dientes estados nación– y, por otra, sobre asun-tos de alcance transnacional, mostrando una in-clinación hostil frente a las institucionesinternacionales o sacando partido de las gran-des reuniones de los jefes de Estado de los paí-ses ricos.

Tras haberse visto afectados notablementepor la virulencia del terrorismo “global”, y ten-tados posteriormente por un pacifismo an-tiimperialista, los protagonistas de las luchasdefensoras de otra clase de globalización pare-cen hallar un nuevo aliento e inspiración, poruna parte volviendo a dotar de contenido po-lítico sus escenarios nacionales –especialmen-te en Brasil– y por otra recuperando la capaci-dad de influir sobre las instancias de regulacióneconómica en el contexto internacional.

POR SÍ MISMAS ESTAS observaciones nos invi-tan pues a aceptar la idea –que algunos recu-saban en el momento de desarrollarse los he-chos– de que los atentados referidos han inau-gurado efectivamente una nueva senda. Hemosdejado atrás la época –transitoria– del primadode la economía para redescubrir el juego de losestados, de la violencia y de la guerra. Pero es-te juego ya no resuelve los grandes problemasdel mundo en mayor medida que el de la eco-nomía globalizada. En realidad, tanto la era–breve– de la economía como valor supremo co-mo la –actual– del auge de la violencia y la gue-rra nos sitúan ante un mismo problema: el deldéficit de la política a todos los niveles, inter-nacional, nacional o local; si se prefiere, el denuestra incapacidad para establecer y lograrque funcionen las instancias necesarias para eldiálogo, la negociación o la resolución de losasuntos de este mundo, sean de mayor o menorimportancia.

“La Vanguardia”, 11 de septiembre de 2003

Hemos dejadoatrás la épocadel primado dela economíapararedescubrir eljuego de losestados y de laguerra; juegoque tampocoresuelve losgrandesproblemasdel mundo

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VANGUARDIA | DOSSIER 87

01

86 VANGUARDIA | DOSSIER

A L Q A E D A ¿ U N A I M P O R T A N T E V I C T O R I A E N E U R O P A ?

to que los resultados de su política han traídoconsigo precisamente los problemas que la po-blación había temido desde el principio.

Es más, no debe darse por sentado que el re-chazo a la política de Bush en Iraq, y en OrienteMedio en general, signifique que uno sea “blan-do con el terrorismo”. El deseo de detener el te-rrorismo puede coexistir con el rechazo a losmedios que la Administración Bush ha escogi-do para combatir el terror. Muchos observado-res en Oriente Medio, entre los que me cuento,han defendido que la política de laAdministración Bush no ha sido sensata. Sí, nocabe duda de que la política de Bush ha com-plicado la existencia a Al Qaeda, aunque no losuficiente como para evitar los ataques contraTurquía, Arabia Saudí y, ahora, España. Bien escierto que la guerra de George Bush contra el te-rrorismo ha contribuido a coordinar los es-fuerzos internacionales para identificar, per-seguir y capturar a un número importante deterroristas. Además, ha ayudado a determinaralgunas de sus mayores fuentes de financiación.En muchos sentidos, en la escena internacionalactual es más difícil ser un terrorista en activoque hace tres años.

POR OTRO LADO, LOS MEDIOS de la Adminis-tración Bush –una notable confianza en laguerra y en los instrumentos militares paracombatir el terrorismo– han dado numerososresultados negativos, especialmente en OrienteMedio. Los musulmanes se consideran a símismos y a su religión como el objetivo pri-mordial de la guerra estadounidense contra elterrorismo. El trato torpe que la diplomacia es-tadounidense ha tenido con muchos estados–Pakistán, Turquía, Arabia Saudí y otros, por nomencionar numerosos países de Europa occi-dental– ha suscitado la innecesaria pérdidade su buena disposición y su respaldo a la po-lítica de Estados Unidos. Sin embargo, el errorprimordial y más desastroso de laAdministración Bush es no haber analizado lascausas del terrorismo en Oriente Medio y, enparticular, haber prestado un apoyo casi ilimi-tado al Gobierno israelí más conservador y ex-tremista de la historia.

Washington ha permitido que la cuestiónpalestina se deteriore de una forma peligrosa yorigine una enorme base de apoyo a la hostili-dad contra Estados Unidos entre los musul-manes más jóvenes. Cada día se crean nuevosreclutas para una guerra contra Estados Unidos.Por supuesto, nadie puede afirmar que el pro-

blema palestino sea la única fuente de terror enOriente Medio, ni que dejará de haber proble-mas cuando la cuestión palestina esté resuelta.No obstante, las líneas básicas generales deuna solución son conocidas por todos; tan sólose requiere un liderazgo que les imponga la so-lución necesaria a dos bandos que son incapa-ces de resolver la cuestión por sí mismos y queestán convirtiendo toda la región en un polvo-rín, del cual, Al Qaeda es una de las conse-cuencias. Washington ha perdido por comple-to la credibilidad en Oriente Medio y todos losmusulmanes dan por sentado que la política es-tadounidense depende de forma exclusiva delpetróleo y de Israel.

En estas circunstancias, no es sorprenden-te que el pueblo español haya decidido recha-zar la política del Gobierno de Aznar.

Es probable que los trágicos sucesos del11-M no hayan sido en ningún caso decisivos enel voto, sino tan sólo la gota que ha colmado elvaso. Naturalmente, siempre hay otras razonesnacionales y locales. Sin embargo, en Europahay muchos que ahora pueden decir: “Sí, nosoponemos con fuerza al terror, pero creemosque el apoyo a la política de Bush no mejora lasituación, sino que la empeora. Rechazamos laidea de que para combatir el terrorismo deba-mos respaldar la política de Bush”. Sería la-mentable que Al Qaeda pudiera llegar a la con-clusión de que en España ha cosechado una vic-toria como resultado de los atentados. Noobstante, también sería lamentable continuaravanzando por un camino equivocado en la lu-cha contra el terrorismo, uno que sólo empeo-ra el problema. La lucha contra el terrorismoserá larga. No se trata de una “guerra” y no esfundamentalmente militar. No se ganará me-diante el acoso y la presión a los pueblos mu-sulmanes que ya sienten una honda frustraciónpor su propia debilidad y su incapacidad decambiar nada en sus vidas y en sus propios re-gímenes. Tan sólo podemos esperar dos cosas:1) que los europeos reconozcan que el mundodebe trabajar unido e idear una solución crea-tiva para abordar la gravísima situación deOriente Medio en lugar de confiar en la guerra,y 2) que el modelo de Bush no funciona, no hafuncionado en Afganistán ni en Iraq, y que talvez esté agravando el problema para todos nos-otros. Si fuera posible materializar estas no-ciones, al final Al Qaeda no habrá cosechadouna victoria en España.

“La Vanguardia”, 18 de marzo de 2004

Seríalamentableque Al Qaedacreyera que enEspaña haconsechadouna victoria;pero tambiénlo sería seguirpor el caminoequivocado deBush en lalucha contrael terrorismo

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01 Estación de Santa Eugenia de Madrid. Susana Vera / REUTERS. 02 Estación Atocha de Madrid.

Andrea Comas / REUTERS. 03 Algunos cuerpos de las víctimas de Atocha. Denis Doyle / EFE. 04

Llegada al hospital Gregorio Marañón. Manuel H. de León / EFE. 05 A la espera de ser atendido en

Atocha. José Huesca / EFE. 06 Uno de los heridos saliendo del hospital Gregorio Marañón. Pedro

Madueño / LA VANGUARDIA. 07 Estación de Atocha. Peter Dejong / AP. 08 Manifestación el 13 de

Marzo en Barcelona por los atentados del 11–M. Roser Vilallonga / LA VANGUARDIA. 09 En Madrid.

Dani Duch / LA VANGUARDIA. 10 En Zaragoza. Luis Correas / REUTERS. 11 Homenaje a las víctimas

en Atocha. Ballesteros / EFE. 12 Más de 50 jefes de Estado y Gobierno y diversas casas reales en el

funeral en la catedral el 24 de marzo. Ángel Díaz / EFE. 13 El funeral. Dani Duch / LA VANGUARDIA.

14 Los Reyes presiden el funeral de Estado . Manuel H. de León / REUTERS. 08

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VANGUARDIA | DOSSIER 97

ON CADA VEZ MÁS LAS PRUEBAS DE

que Al Qaeda u otro gruporelacionado con la red fue elresponsable de los devasta-dores atentados del pasado11 de marzo en Madrid quemataron a más de 200 perso-nas. Si –como resulta proba-

ble– detrás de los atentados de la pasada se-mana se hallaran terroristas islámicos, ha sidosu primer logro en Europa (aunque el derribodel avión de la Pan Am 103 sobre Lockerbie enEscocia en 1989 arrojó un número superior demuertos, quien perpetró la matanza –Libia– noforma parte de la actual “yihad” global). Vino asubrayar, asimismo, que la red terrorista habíallegado a la conclusión de que la importanciapolítica de Europa como objetivo terrorista di-recto sobrepasa ahora el factor de su utilidadoperativa como mera base de reclutamiento,planificación y escenificación de atentados,que tan de maravilla había funcionado antesdel 11 de septiembre de 2001.

Desde una perspectiva más amplia, la ac-ción terrorista de Madrid tiende a invalidar to-da idea susceptible de sugerir que la cuestión deIraq ha circunscrito de hecho –geográfica-mente– la orientación mundial de la red te-rrorista sólo a Iraq y el Golfo y, por tanto, ha re-ducido la “zona de letalidad” y de riesgo paralas fuerzas integrantes de la Coalición inter-nacional a un ámbito más manejable y abor-dable desde el punto de vista militar.

Puede presumirse que Al Qaeda, tras rea-

gruparse después de la guerra de Afganistán yverse sometida al acoso de la intervención enIraq liderada por Estados Unidos, ha lanzadouna ofensiva que vuelve a dirigir sus ataquescontra objetivos occidentales, lo que podríaimplicar la previsión de una importante ope-ración contra Estados Unidos. Sin embargo, yhasta que se den las condiciones propicias pa-ra otro ataque en suelo norteamericano,Europa seguirá siendo probablemente el obje-tivo preferente de los planes de Al Qaeda si setiene en cuenta su proximidad histórica, polí-tica y cultural a Estados Unidos. Al recorrer unoa uno, como así parece, los eslabones de la ca-dena de aliados de EE.UU. –con creciente con-tundencia– Al Qaeda podría golpear a conti-nuación a Gran Bretaña. Francia y Alemania po-drían tal vez beneficiarse por su oposición a laintervención en Iraq, pero sin duda tampocopueden verse descartadas; ambas alojan unaenorme población musulmana. Además, des-pués de la guerra de Afganistán, Al Qaeda ha to-mado cuerpo de forma tan descentralizada y hade basarse en tanta medida de sus partidariosy agentes en cada lugar que no siempre se ha-lla en disposición de controlar y planear su se-lección de objetivos de forma que ha de apro-vechar la ocasión cuando ésta se presenta.

Los atentados de Madrid, siendo horriblescomo son, no determinarán probablementeun cambio en la perspectiva europea frente alterrorismo. Es indudable que después del 11-Stanto Europa como Estados Unidos gozaban deun mayor nivel de seguridad debido a la natu-

Las consecuencias del 11-MJonathan StevensonMIEMBRO DE LA JUNTA DIRECTIVA DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS

ESTRATÉGICOS DE LONDRES. EXPERTO EN CONTRATERRORISMO

S

96 VANGUARDIA | DOSSIER

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98 VANGUARDIA | DOSSIER

L A S C O N S E C U E N C I A S D E L 1 1 - M

raleza de sus instituciones y sistemasde alarma con relación a las amenazasislamistas. Dado el elevado valor y sig-nificación política de los objetivos enEuropa, el hecho de que Europa nofuera atacada hasta 30 meses despuésdel 11-S parece indicar –hablando entérminos relativos– que Europa noconstituía un “objetivo sensible”. Sinembargo, Gran Bretaña y otras instan-cias europeas han sostenido desde el11-S que un ataque importante enEuropa era cuestión de “cuándo” más

que “si...”. Y, tras los atentados deMadrid, es muy posible que sea me-nester realizar aún determinados ajus-tes de estrategia.

Es muy posible asimismo que lasorganizaciones de seguridad europea–coordinadas para actuar contra nue-vas amenazas de acuerdo con las in-formaciones de los servicios de inteli-gencia disponibles en cada momen-to– deban aproximarse a la concepciónestadounidense de la seguridad na-cional basada en buena parte en elproblema de la vulnerabilidad, segúnla cual los cuerpos y fuerzas de seguri-dad tratan –mediante medidas pre-ventivas– de minimizar las amenazasno especificadas impidiendo que los te-rroristas lleguen a pisar el territorio enespera de la ocasión para atacar.

Es difícil de alcanzar el éxito en es-ta empresa, en cualesquiera circuns-tancias, y más todavía desde que AlQaeda ha optado por reclutar y operarapoyándose en elementos autóctonosque, tratándose de Europa, son hoydía más proclives al extremismo. Losmusulmanes europeos se sienten ofen-didos y humillados debido a su mar-ginación social y política en los paísesreceptores al igual que en el caso de laclásica “diáspora” que ya carga consus propios problemas en el golfoPérsico, el norte de África y el SudesteAsiático. Esta generalización de lasofensas sufridas otorga un mayor re-

lieve a los planes panislámicos de BinLaden. Estas circunstancias esbozanun panorama amenazante y realmen-te intimidatorio de células terroristasnacientes, dispuestas a operar y capa-ces de saltar todas las barreras de se-guridad mundiales.

Las consecuencias de todo ello in-dican que, a corto plazo, las medidaspreventivas en materia de seguridadnacional e inteligencia habrán de sermás enérgicas y eficaces. Y ello podríaimplicar, por ejemplo, una aplicación

más amplia –de ámbito europeo– delos niveles de seguridad, similares a loscontenidos en la Patriot Act que con-cede a las fuerzas policiales mayores fa-cultades de detención y, en el caso delos datos relativos a la inmigración,un mayor acceso a los mismos así co-mo una mayor coordinación de la se-guridad fronteriza. Iniciativas que re-percutirán sobre el ejercicio de los de-rechos civiles y que –en caso deexcederse– representarán una victo-ria táctica de los terroristas en su in-tento de erosionar las garantías de-mocráticas. Para evitar esta conse-cuencia no deseada, los gobiernoseuropeos deberían empezar a aplicarsoluciones a largo plazo, más ágiles ysólidas al mismo tiempo, encarandoabiertamente los problemas socialesdel paro, la insuficiente representa-ción política y la intolerancia religiosaque acosan y radicalizan a sus respec-tivas poblaciones musulmanas.

EN EL PLANO DIPLOMÁTICO, apunta laesperanza de que las sociedades euro-peas no descarguen todo el peso de laresponsabilidad por la mayor atenciónoperativa de los terroristas haciaEuropa sobre la intervención en Iraq.Prescindiendo de Iraq, lo cierto es quelos mayores niveles de seguridad apli-cados en Estados Unidos después del11-S convirtieron a Europa en un ob-jetivo más atractivo. Ante este panora-

ma, la reacción del pueblo españolfrente a los atentados de Madrid ofrecefacetas alentadoras y decepcionantes aun tiempo.

Cabe señalar, en primer lugar, queen la medida en que demostró ser unrechazo a toda intimidación, se opusoigualmente a ser un objetivo táctico deAl Qaeda, enviando por tanto al mun-do el mensaje adecuado. La condenadel Gobierno de Aznar por su alinea-miento con Estados Unidos por partedel electorado mermó, sin embargo, elefecto de la valiente resistencia de la po-blación. El criterio de la ciudadaníaen el sentido de que la intervención fueprecipitada dando auge al ímpetu te-rrorista puede ser defendible –e inclu-so ser justa y acertada– pero desatien-de lo principal. Lo hecho, hecho está, yel deber de Estados Unidos y sus aliadosestriba en estos momentos en finalizarla tarea de la reconstrucción política deIraq; tarea que ellos asumieron convistas un cambio de régimen en Iraq. Siasí se hace, podría aún rendir sus fru-tos en términos de las necesarias re-formas políticas y económicas en la re-gión para contrarrestar el logro deadeptos por parte de Al Qaeda y que-brar sus argumentos.

Mucho antes de los atentados deMadrid, la Administración Bush ha-bía comenzado, de manera implícita,a tratar de aumentar el número desus aliados sobre el terreno –valiéndo-se asimismo a este fin del concurso dela pericia diplomática de las NacionesUnidas y de la luz verde en el escenariopolítico– para aminorar toda notoriaactitud unilateral estadounidense en lacuestión de Iraq.

España y otros gobiernos europeosdeberían cobrar conciencia cabal de es-te cambio, considerándolo como un es-tímulo tendente a reforzar la coali-ción global contra el terrorismo que lacuestión de Iraq debilitó en el plano po-lítico. De hecho, la trágica jornada dela semana pasada en Madrid otorgamayor importancia si cabe a la necesi-dad de contar con una coalición másfuerte y más sólida.

“La Vanguardia”, 21 de marzo de 2004

Las medidas preventivas en Europa habrán de ser másenérgicas y eficaces; similares a las contenidas en la PatriotAct que concede a las fuerzas policiales mayores facultades