~~EmfE~'BOLETIN

DE LOS

[ole~io~ ~e 'ra[fi[aDte~.~e Me~iüDa y[irn~íaW Órgano oficial d. lo. j Celegio. DDido. ~

; Director: Presidente del Colegio Central: ~

l. O. Eneique Quiíada O. Ang~~ Baeaf)ona

Administrador:

o. luan CaebaUedo

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ORGANO OFICIAL DE LOS COLEGIOS UNIDOS

Se publica la prl"",era decena de cada "",ea

DlREC'tOR, D. Enl1ique Quifada OiUapadiel1na

COLEGIOS SUSCRIPTORES

Málaga, Murcia, Sevilla. Valladolid, Toledo, Santander, Salas de los Infantes,Ciudad Real, Cddiz, Palencia, Alava, Segovia y Gijón.

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A lo. <:olelPo. anido., 15 cto. námero.- Su.crlpelone. Indlvlduale., Madrid y Extranjero, 3 pta•• afio;provlucla., 2,50. Námero .uelto, 25 cént.. Lo. pairo. adelantado., eu libranza. de la Pr 8 n.a, Giro

Mutuo, sobre monedero o letra de fAell cobro.

Dirección y AdminlBtraclón: calle de Manuel Fernández y González,núm. 8, pral.donde se dirigirá toda la correspondencia.

Año XII MADRID, ABRIL 1917

SUMARIO

-Núm. 104

¡Animol, por D. Enrique Quijada.-De Junta Cenlral, por D. Angel Barahona.-Lo que vale una oplDlOn, porD. Leopoldo P. Estalayo. - Figuras contemporáneas, por E. Quij du.-Colegios provinciales.-La , ncuestade 105 pr&cticantes españoles, por el docto. G. Sierra.-Actualidad, por D. Leonardo Sánchez.-¿Es necesa­ria la carrera de pr.acticante? ¿Deberes y derechos que debe te oer el prs eticsnte?- Médicos ilustres.•·Lastristeza1 de la herencia, pbr el doctor César Juarros.-Ecos. -Secretaria.-Ultima hora.-·Vacantes.

¡ANIMO!.Hace falta la prote8ta organizada de los batallones proletarios

.de Femando Lassalle» para despertar los corazones, y si no es su­ficiente esto, entonces que surja la protesta airada del anarquistadinamitero.»

Ernesto Barlt.

Dos años ha que empecé a escribír en elBOLETIN, del que me honro en colaborarcomo director desde febrero del año pasado.Sin interrupcifm he seguido escribiendo des­de aquel entonces, aportando así, aunque mo­desto, mi concurso a la noble y santa causaque persigue nuestra clase. Y en estas bre­ves líneas quiero dirigirme a vosotras paraque también prestéis el vuestro, emitiendoideas que nos tracen el camino seguro parala consecución de nuestros ideales.

Escrihir para orientar, en este caso, amuchus compañeros que componen nuestra

clase; exponiendo y propagando ideas esacrecentar la vida espiritual del individuoy dar más calor y más luz a 10 que el hombretiene de más excelso: el espíritu. Y es fe­cundo en bienes propagar ideas, aun cuandose equivoque uno, porque al fin y al cabo lainteligencia de los hombres gravita hacia laverdad; y la conciencia, cualesquiera quesean las desviaciones a que la vida social lasometa, tiende, inevitablemente, hacia larectitud. El error, pues, por dañoso que sea,no debe ser consicleraclo nunca por los hom·hres que tienen fe: en que las indeclinables

8üLETIN DE PRAClll.:ANTE5 3

el ('jen:icio de nuestra profesión y en armonía tam­bi<:n con las exig~nclas que demandan los progre­sos de la Patología y de la Terapéutica modernas.

***Dentro de muy b~eve espacio de tiempo será un

hecho la constitucióa del Cuerpo de Practicantesmilitares, y para cuan lo este próximo momentoIIl'gue, deb~mos hAlos estar perfectamente aperci­bidos de la cv lutiva transformación que inevita­blemente ha de sufrir nuestra profesional existen­cia, en virtud de la SIgnificación social que implí­citamente adquiera y en razón a las condicionesprofesionales el) que se \' rifica y ver claro desdee"te pun o de vista, que tr das, absolutamente to­das nuestras preten io les giran alrededor de esta(.rbib como]j lea g nerat!i' de consecuciones su­cesivas, siempre y C1 ;1l1do 'losotroS mismos, con·"("1<.:i l'ls de esta a .iomática verdad, emprendamosaplOpi.;da labo. de c !Itura, precisa e indispensa­b:elllente neces ria, conducente a este trascenden­l.11 fin, íntimamcnte uni'los y decididamente de­terminados a sustituir en su ausencia a la funcióntutelar del Estado.

* * *Para que nuestros comp,¡(leros tengan cabal co-

nocimiento de ello, y más princiralmente con elfin de qlle JI 'gue en toda fU integ.idad a su nece­sario d stinn, transcribimos la contestación dirigidaal dl;lli ) polhco l.:.l J)nís, r<:ctificando y aclarandolos c"nce'lto' contenidos en un artículo publicadopor el citado perió lim. Esta rdll tación no pudos l' publica 'a por razones qu(' nos parecieron aten­d lJ!có, tenÍl'ndo t n consideración la extensión denuestro artículo y el tama(¡o relativamente peque­!io del citado peri(jdico, y en su defecto publicaen 7 de marzo uu extracto concretando nuestraspretensiones sobre este particular.

Enfermeras y practicantes.Con este epígrafe publica El País del día 27 de

Íl'h;ero 1111 articulo suscrito por el doctor donJ. Rodríguez Plnilla, catedrático de J\1edicina, enel que con motivo de ocuparse de la inauguraciónde la Esclleta de enfermeras de 1'1 Cruz Roja hacereferencias rel:1tivas a la profesión de practicantesde Medici:lIla y Cirugia, para consecutivamenteexponer su opinión, que manifiesta, diciendo: en­fermeras, sí; prartil'Glltes, 11O.

Con ser de :umo interés para nuestra causa re­futar esta opinión parcial 'y apasionada, t'el muyrcspetaqle para mi doctor Rodríguez Pinilla, se im­pone con pre:erencia a otra cosa alguna afirmarcategóricamente que n0 es justo ni permitido enJazón ni en ju~ticia tratar a una profesión que le­galm.nte vive al amparo de las leyes, con el evi­d 'nfe menosprecio con que el docto catedrático loefectÍla meuosprecio injustificado que redunda congrave daño en pÍlblico desprestigio de nuestra pro­fesió 1, que está legislativ3mentc instituída en vir­tud de la ley de Instrucción pública que la rige ymantenida l gislativamente también en la vigenteley de Sanidad.

Por esto y porque la clase que integra esta pro·fesión de practicantes mantiene rigurosamente paracon las demás las respetuosas consideraciones de­bidas, es acreedora, por. derecho propio, no más nimenos, que a una equivalente y justa reciprocidad.

En cuanto a lo demás, no acertamos a compren·del' qué clase de poderosas circunstancias o qué ín­dole de especiales razones habrán podido influfr enel ánimo del Sr. R. Pinilla para plantear tan eno­joso litigio entre las enfermeras y nosotros, a noser Que con conocimiento de causa pretenda me­noscabar nuestro profesional patrimonio en bene­ficio de esta particular y naciente Asociación.

Si han sido asf sus propósitos, ha de permitir­nos que a esta su particular opinión opongamosnuestro inalienable derecho sustentado en los ar­tículos 62 y 67 de la ley de Sanidad del reino; elprimero reconoce como profesión sanitaria a la depracticantes, y el segundo determina que nadiepuede ejercer actos de una profesión sanitaria sinel título que, conferido por el Estado, le capacita,además de cuanto hace referencia a que nadie, niaun el mismo médico, puede autcrizar a personaalglma el ejercicio de la Ciencia en todo o en par­te, (uando careciere de los rrquisítos señalados porlas leyes, aunque este ejercicio se verifique bajosu dirección inmediata. (Real orden de 28 de agos­to de 1867.)

Fundada en estos primordiales extremos, la cla­se de practicantes de España tiene actualmente en­tablado recurso jurídico en lo contencioso-admi­nistrativo contra una real orden de 1915, dictadapOI el entonces ministro de Instrucción públicaseñor conde de Estaban Collantes, que crea ofi­cialmente la profesión de enfermeras, no cierta­mente por lo que en sí afecta al ejercicio peculiarde esta nueva profesión, sino única y precisamen­te por cuanto vulnera nuestros derechos al confe­rir el programa de sus estudios, materias con prio­ridad contenidas en el nuestro oficial, que regulanuestra carrera por real arde 1 de 1902.

Vea, pues, en principio, el respetable catedráti­de Medicina, cómo su parti<.:lIlarisima opinión estáabiertamente en pugna con la ley, y vea también,desde luego, cómo al encomiar comparativamentea las enfermeras frente a los practicantes, originainnecesariamente un enojoso pleito por demás ab­surdo, que repugna a la razón por cuanto no esadmisible ni en derecho ni en justicia la coexistel;­cia de dos profesiones con iguales deberes y losmismos derechos.

y como quiera que todo 'sto, mejor que nos·otros lo sabe el Sr. Rodríguez Pinilla, es lógico ynatural deducir, después de leído con detenimíentosu artículo, que cuantas manifestaciones contienevan- encaminadas única y fundamentalmente aotorgar público testimonio de cariñosa simpatfa aesta para nosotros muy respetable nueva institu­ción; ahora bien: ¿no está claro que para conse­guir esto no tenia necesidad absolutamen~e algunael doctor Rodríguez Pinilla de establecer entre am­bas profesiones términos de comparación, siendo

; 4 BüLETIN DE PRACTICANTES

como lo son esencialmente distinta la esfera deacción de cada una de ellas?

Por esto resaltan con mayor evidencia sus de­presivas c01~sidelaciones hacia nosotros y el irri­tante menosprecio que implícitamente envuelven.

Es muy indeterminada 13 opinión de este respe­table catedrático en lo que hace referencia a lo decultura media y arbitrario y caprichoso el depre­dativo valor científico que asigna a la enfermeral'Ua ndo asciende al título de practicante, opinión(,ue nos parece tanto más arbitraria y caprichosa(uanto está esencialmente disconforme con las opi­11 iones y consejos que en repetidas circunstanciasen el terreno oficial y particular, en la esfera pri­'i ada y en público, hemos recibido de elevadas au­hHidades sanitarias, médicas y polfticas, aparte yademás de la infalible enseñanza que nos ofrece laexperiencia prolongada de nuestra vida profe­sional.

Por todo esto, la clase de practicantes, congre­g ¡da en magnas asambleas, tiene solicitado insis­tentemente de los Podere~ públicos más intensivacultura, y por esto también el Colegía de Practi­cantes de Madrid y su provincia tiene aprobadosu proyecto, que muy en breve pondrá en acción,relativo al planteamiento de una sección de culturaq:le abar~a en su esencia a cuantas manifestacio­nC's son exclusivamente inherenks a nuestro pro­fe,ional ejercicio.

(:on ostensible acritud exteiorizar su protestaro ¡tra la ley que rige nuestras actuaciones en el1eneno de la Obstetricia, ya pesar de nuestra to­tal disconformidad con su opinión, la leeríamosen silencio si en su exposición no existieran noto­rias inexactitudes y trascendentales exageraciones,por'1ue demasiado sabe quien es catedrático deMedicina, que en esta Facultad se da enseñanzaoficial de esta asignatura a los practicantes conarre.~lo a programa dictado por el ministro, a pro­pUl' ita del Consejo de Instrucción pública, y queen Lonor a la verdad también, puede y debe afir­mar,e, que las lecciones que integran este progra­ma abarcan cuantos conocimientos científicos yprácticos son· necesarios para el desempeño p:ofe­sional que le está conferido por la ley al practi­canÍl'. La forma de su enseflanza podrá o no sermás o menos defectuosa, pero ello no sería cul!Januestra ni mucho menos motivo justificado para~nvo:ver su protesta en ambiguas reticencias queal ejercicio de nuestra profesión trascienden.

La perfectividad, es decir, el buen cumplimientode 10:; deberes profesionales obliga a todos y cadauno imperativamente con similares requerimiento,>,si alguien, sea médico, practicante o enfermera,olvida esta suprema obligación, no será licito exe­crar por ello a los demás individuos de su comu­nidad, ni m.enos aun a la profesión a que perte­neciera.

En esta especialidad, como en todas las demásque dl' la Medicina se derivan, el practicante esoficialmente un auxiliar técnico que ejercit~ susfunciones bajo la dirección del médico en las di­versas condiciones de lugar y de tiempo en que

pueden ser requeridas sus actuaciones, y en lal

grandes capitales, como en las míseras aldeas, estemodesto auxiliar, que sabe mantener incólume laespecial misión que le está encomendada, eviden­cia hasta la saciedad la innegable utilidad de susservicios y la indeclinable necesidad de sus profe­sionales actuaciones. Ahí están evidentes testimo­nios irrecusables en los hospitales, en las Casasde Socorro, en la Sanidad Militar, en la SanidadMarítima y en la población rural; pregúntese unopor uno a los médicos de los hospitales en queestos nuestros peculiares servicios están usufruc­tuados por estudiantes de Medicina, y la mayoríaconfirmará que la UTILIDAD del practicante se im­pone por complejas razones de NECESIDAD. Pre­gúntese al médico de partido y pregúntescle conespecial referencia en 10 que de Obstetricia criticael Sr. Rodríguez Pinilla, a ver si la NECESIDAD delos servicios profesionales del practicante son esti­mables y hasta qué extremo están sancionados poruna trascendental UTluDAD; pregúntese a los ho­norables médicos y jefes del Cnerpo de Sanidadmilit:r el fnndamento que ent~afía el proyecto decreación del Cuerpo de Pr3cticantes militares, queellos, como testigos de mayor excepción, podránevidenciar motivos a granel que justifican la NECE­SIDAD del practicante profesional impuesto por laÚTIL trascendencia de sus servícios en beneficiodel ENFERMO y en bien de la ENFERMEDAD.

Claramente se vislumbra del contenido del ar­tículo que nos ocupa el sistemático recelo, la in­fundada desconfianza que abriga su autor contranuestra profesión, posible o scgLlramente mante­nidos por carencia de elementos de contrastacitín,y posible o seguramente precipitados a la opiniónpública por desconocimiento de las nobles finali­dades a que aspira esta clase tan injt'stamente des­deflada por el doctor Pini\la. Hace muy pocos me­ses que una Comisión de individuos dd Colegio dePracticantes de Madrid, en representación de laclase, entregó en propia mano al seflor subsecre­tario de la Presidencia del Consejo de ministros,Sr. Argente, una instancia por pI requerida en vir­tud de las verbales manifestaciones que hub;mosde hacerle, en la que pusimos de nuestra parle lamayor posible pulcritu[¡ a fin de eximirla de todoprejuicio y de la más leve sombra de apasiona­miento, porque así convenía al noble fin que conella perseguimos, concretando su contenido sus­tancialmente a estos dos fundamentales extremos:primero, que por el minillterio de Instrucción pú­blica se nombre una Comisión de entre la clasemédica, que, en unión de otra de la clase de prac­ticantes, dictaminen tax ltivamente acerca de las li­mitaciones prácticas conferida~ a nues1ra profesilÍn,deberes y derechos, atribllciones y responsabilida­des a los efeclos de la ley que al t:jercicio de lasprofesiones hace referencia; segundo, como con­secuencia deductiva del anterior, y según lo que aello hubiere lugar, la reorganización de esta pro­fesión, supeditando todas sus manifestaciones alsupremo fin que las rige en beneficio de la enfer­medad y del enfenro, o bien en otro C11S0 la su-

BOLETIN DE PRACTICANTES 5

presión de la carrera de practicante, 1.0 solamentedel cuadro de las profesiones sanitarias, sino comoInstitución oficialmente mantenida por el Estado.

Vea el respetable catedrático de Medicina cómola clase que integra la profesión de practicantes,que él desdeña con injustificado menosprecio, esacreedora por sus procederes y por los nobles finesen que los inspira a otras muy distintas y opues­tas considelaciones que las que él nos otorga.

De intento omitimos respuesta a otras pereg i­nas ideas contenidas en el artículo que nos ocupa,no en verdad por falta de ~azonamientos que esti­mulen nuestra voluntad. sino es porque se sobre­pone a todo otro deseo en nosotros: el de mante­ner inmanentes nuestros procederes en rigurosaarmonía con los respetos debidos a la elevada dig­nidad profesional del cargo que ostenta justamenteel doctor Rodríguez Pinilla y a los honorables me­recimientos a que en particular es acreedor, aunqueesto no implica para que en justa correlación yeq lIitativa correspondencia públicamente eviden­ciemos ante el doctor Rodríguez Pinilla, que no esjllsto ni licito en razón ni en derecho maltratar in­justificadamente con desdeIiosos ml1lOsprcci03 auna profesión que legalmente vive y se de:envuelve al amparo de las leyes.

ANGEL BARAHüNAPrr. ... illento de 11\ Jnnta C"ntra 1

(16 Practicantns do Medicin' i Cilugíade España.

Lo que vale una opiaión

• Cuando en cualquier orden de la vida se pre­tende modificar, crear o suprimir, y estas reformasllevan el sello personal de un responsable, quedaeste dispuesto siempre a la critica de un soberanoque, en términos generales, se llama público. y

así el autor somete a la pública sancic' n el méJitode una farsa teatral, y así el orador espera la répli­ca o el aplauso que repruebe o premie la intenc·ónde su palabra, y así el gobernante espera el h¡ 11('­

plácito o el descontento del pueblo que ha de cum­prr su legislación y sus mandatos.

Esta mutua corriente de orden y obediencia, derespuesta y pregunta, de alegato y reclamación,ha de girar necesariamente en torno de cosas,hombres y sucesos compenetrados y bien conoci­dGs; qlle hablar, discutir y criticar aquello que sedesconoce, téngolo por la mayor de las pedante­rías.

y más que pedantería, maldad refinada es elplocu'rar empujar al caído, apretar al ahogado, re­ducir al débil, aprovechando para ello el valimelltode una posición y esperando con ello elev r m5s11 posición valida.

Que ante la ambición desenfrenada se olvida lacaridad, se moteja la religión y se ridiculi all lo;más sagrados pensamientos.

Supuneos un hombre de ciencia que alU, en lam,,1 acompañada soledad de la provincia, fer;a, me·dita y planea un medio de redención. Las e casasluces de su pretendido talento no son bastante ailuminar el camino de la recta b ,talla; Sil cerebroSp cs:rella contra el imposible de su prop:a inepti.tud; pero ese mismo cerebro, que no supo fijar lasideas de los libros maestros, aprendió cen largue­za lo que vale la intriga, la marrullería y la P1­traña.

Ya se ve nuestro seudo-sabio en la cumbre desu aspiración, pero ambic:ona más. QLisiela palasi solo la luz del astro rey, quisiera ser el únicoposeedor del aire vital; la tierra, el cielo, la exis­tencia toda, por él regalada a los otro:; humanoscon la misma soberbia y el mismo en paque queun orgulloso concediera el mendruga al pordio­sero.

Su inteligencia no puede conseg ¡jrJe cuan toambiciona, y otra vez la patraña, la ma rullería yla intriga entran en juego sin temor al ridícu~o nia la desesperación de sus perjudicaros.

Nuestro hombre, si tal nombre me·ece, acecha laocasión como un sabueso la liebré'. Y la ocasión sep:esenta: Un'! linajilda dam1, decado de virtudesy espejo de bon,lades, pone en práctica continualos illlpulsos de su corazón, siempre noble y siem­pre bueno; y un día es la oraci-jn por el ánima deIIn muerto que Dios recoge y perdona, y otro díaes el consejo que la paz lleva a un espIritu contri­to; y más tarde una lágrima que revive la flor deuna tumba ...

En la suntuosidad de un aposento donde lobello y le rico luchan por destacar más, se encuen­tra la ilustre dama forjando una idea ...

El cuerpo de un siervo que se dobla pleno derespeto anuncia la salida de la sellora. Un ar:e­facto ruido o, que deja tras de sí una estela dehumo maloliente avanza veloz por calles r pla­zas; a su paso se descubren las gentes místicas yrespetuosas; una mu;er del pueblo, sonriente yentusiasta, lanza un viva al aire y un rllmo de f1c-

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res al vehículo corredor; la dama que le ocupa es,sin duda, seflora muy principal...

El ruidoso artefacto ha cesado en sus ruidos; porla presión potente de sus frenos guarda inverosí­mil equilibrío sin despeñarse en la empinada cues­ta de una calle sucia y trajinera.

Un vetusto caserón, noble por su antigüedad,espera con sus -pisos rmpios en fuerza de brazos,a que los diminutos p'es de la encopetada damareposen en su recinto. El aspecto y las maneras deaquel ruinoso edificio indican que en él se rindeculto a la caridad.

Amplios salones, confortados de luz y de man­sedumbre, recogen en lechos limpios, iguales, sj­métricos y alineados h' cuerpos que a!cantaron elpatrimonio del dolor, de la enfermedad y de lapodredumbre. La dama linajuda, que rebosa bon­dad y sentimiento. deja aquí una moneda, al1f unconsuelo, más allá una esperanza y en todas par­tes una alegría... Rodéanla sefiores graves, empa­q uetados, importantes, con la satisfacción encerra­da en el pecho y la sabiduría reflejada en la frente.y sfguenla, entusiaiOtas, un enjambre, una multi­tud de jóvenes, contentos, que gritan, que vito­rean, que aplauden, que enronquecen; en su des­bordado entusiasmo aclaman lanzando al aire elsombrero junto con escritos papeles, hojas salva­das de la lucha económica a que fueron sometidoslos textos que les abrieran las puertas del por­venir...

Al retirarse aquella seflora, noble y altiva porderecho propio, lleva un dolor en el alma y unailusión en el pensamiento: el dolor es producidopor la visión de tanto daño, de tanta tristeza y detanto desconsuelo; la ilusión es mitigar, aniquilar,destruir los males de los humanos. Y al recordarlas figuras de aquellos cuerpos flacos, demacrados,imágenes de la muerte, eleva sus bellos ojos alcielo y llora. Llora por todos, pero más por aque­llos diminutos que en su inocencia la sonreían, ol­vidando un momento la tragedia de su situación;por éstos llora más, porque ella también es madre...

Vuélvese a detener el artefacto ruidoso frente auna casa de hospitalario aspecto, en cuya puertase cruzan dos lineas como dos chorros de sangreca idos sobre las beatíficas tocas de una monja; es,según dicen, una cruz que representa el emblemade la caridad. .

Ya no son señores, graves y sabios, y jóvenesentusiastas los que la acompañan; ahora son da­mas, que qui7á abandonaron las cómodas esplen­dideces de sus mor, das, para dedicarse a dar debeber al sediento, de comer al hambriento, vestiral desnudo y consolar al triste. ¡Divina tetralogíade las almas grandes!

Y la seriara, linajuda y noble, tiene el alma másgrande que su noble7a y que su linaje con serlomucho. ¡Ella también practicará esas obras de lahumana misericordia~ Y al frente de aquellas da­mas, a las que llama hermanas en el dolor, repartea manos llenas las bondades de su corazón, nobley santo, que late siempre a impulsos de los mejo­res sentimientos...

Para dar a entender a la dJma linajuda las be­llezas de su obra meritoria, será bastante decirlo,y tampoco, porque ella sabe cuánto bueno y cuán­to grande se encierra en sus acciones.

Pero aquel seudo-sabio, que en la mal acom­pañada soledad de la provincia meditó el modo dellegar "a fuerza de arrastrarse", ve la ocasión pro­picia que tanto tiempo buscó, y dice: "Señora:vuestra obra es grande, es noble, es magnánimacomo ninguna aIra. Las damas por vos dirigidasy vos con ellas, realizáis el bien de un modo queno son capaces de hacer los hombres profesionales,siquiera estos machaquen 10<; libros sin salir de suignorancia ... "

Y así la ami)iciún rinde vasallaje sin exponersea la pública sanción, y asi el hombre que con ma­rrullerías, ya que no con talento, consiguió dejar laprovincia, feliz hoy sin su presencia, pretende es­calar las cimas de la n"lmbradía empleando la adu­lación, ya que no puede hacerlo poniendo a prue­ba su suficiencia, que es lo que hacen e hicieronsiempre los hombres de valer reconocido.

Pero yo, en verdad, os digo que nada vale unaopinión cuando va marcada con el sello de la pe­dantería y encierra segundas intenciones rastrerasy ambiciosas ...

LEOPOLDO P. ESTALAYO

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BOLETIN DE PRACTICANTES 7

Figuras contemporáneas

No pretendemos descubrirle. Vasto es el círcu­lo de sus relaciones y de ba"stante significaciónS:l perronalidad, para que noso:ros pensemos entomar ia pluma con tal prPlensión. Mas D. Ang"¡13étrahona e~ de aquellos que honran a una lJl,l.,l;.

cación de la índole de ésta, afecta a todo progre.so y atenta al estudio de los componentes de laclase de practicantes, dando a conocer a losmiembros más prestigio:os que en ella sobresé' I~(J

Nosotros queremos en este núrr ero rendir alSr. Barahona el testimonio de respetuosa consi·deración, estimánd'Jle como hombre de reconocido valer, que en nLe~ilO tien p::> rinde a la clasepositivas utilidades. El Sr. Barahona es de 101compañeros más compe' entes en asuntos profesio.nales, al estudio de les cuabs se ha dedicado converdadera fruición, con inleré, pasionado, Ile·gando a conquistar legíti¡ramente la autoridad entales materias.

Nuestro distinguido biografiado es natural derv1.adrid y hombre de vastísima cultura. Ti~,'c

aprobados varios años de la carrera de 1\1edi::ina, con brillantes notas. y, por le, tanto, eStá (J¡

posesión del título de bachiller. F ué practicance.por oposiciSn, de la Beneficencia pro~ incia!,prestando relevantes servicios e,1 el hospital Pro­vincial de Madrid, en d(.lde obiuvo un pren-jo t.

su provechosa labor. CGn matrícula de hon.o!.Perteneció al Ateneo de alumnos de los hospita.les provinciales, en cuya Junta directiva d~sem­

peiló el cargo de vocal. Ha sieb practicante enel hospital de San Franeis,:o ; pr3uican,e d.- prtido rural, redactor de 1:..[ l',adlCúnl:> ~'sp[d¡ol.

secretario del Colegio provincial de Guadalaja.ra, secretario de la asan b1ea general de prac·ticantes provinciales, cuya a~amblea se celebré>en el Círculo de la Unión Mercantil de esta corote en 1900, y formó también parte de una comi·sión de representantes, emanada de esta asam·blea, para visitar en el Senado y en el Congresoal entonces ministro de Instrucción pública condede Romanones, en cuya visita quedó conceriadala forma de concesión de los partos nomales.F ué también autor de un mensaje publicado yentregado a S. M. el Rey D. Alfonso XIlI coomotivo de su coronación. Y actudruente es practicante, por oposición, de la Beneficencia munici­pal de Madrid, en cuyos exámenes de oposiciSrobtuvo el número l. y también de la SociedadriLa Mutualidad Obrera)), concediéndosele elnúmero 2 de su concurso. 'Y. pOI último, el señOIBarahona nos honra con ser presid~n:e del Cole·gio Central.

D. Angel BarahonaPro.idente tlel Colell'io C"btrd

De bien fundamentados conocimientos. de ha~o afable, que !e hace ser querido p::>r todos cuantos le conc::.en, resulta, pues, d Sr. 3:l.faholl,'.:1 verdadero hombre ideal: siempre culto, siem¡:>re caballero y sic Tlpre am;?,o del pro re<o.

Con mucho gusto, pues. e .criimnos e.ias lineas, en las que deseam,;~ dejar e,tc mpada léIprueba de las grandes con.idcraciones que no'merece D. Angel Barahona, y en la< gu. quer,mas dejar rdlejadus los sentlml~ntos que sus no·bIes cU:llidades n05 inspiran y n 's in'pirurán si Ji.

pIe.E. QUIJADA

8 BOLETIN DE PRACTICANTES

~COLEGIO DE SEVILLA

La actual Junta directiva en este 'C~leg¡; es lasiguiente:

Presidente, D. Antonio Pérez Vázquez.Vicepresidente, D. Santos Bonilla Blanco.Secretario, D. Juan Manuel Mateas.Contador, D. Miguel Ponie Llaca.Tesorero, D. José León Blanco.Bibliotecario, D. Cristóbal Lara GÓmez.Vocales: D. José León Ríos y D. José Manuel

Rodríguez.Este Colegio provincial de practicantes de Sevi­

lla celebró junta ¡{eneral extraordinaria el día 12 demarzo p:ua tratar de los asuntos siguientes:

Se declaró abierta la sesión a las ocho de lanoche, asistiendo buen número de colegiados, y,leída por el secretario una comunicación del direc­tor de la mina San Platón (Huelva), en la quepide a esta Colegbción un practicante para cubrirlos servicios dc aquel Centro, exigiendo sea casadoy con p~áctica de f ¡rUlacia, con el haber de 150 pe­setas m 'nsuales y casa, se procedió a dar lecturaa la lista de colegiaclos por orden de antigüedaden el escalafón, correspondiendo ocupar la plazaa D. Antonio Hernández.

Hizo uso de la palabra el Sr. Rodrlguez, quieninteresó de la Directiva se oficiara en aquella mis­ma hora al director de la mina haciéndole saber elcompañero que había designado el Colegio quereunía todas las condiciones que exigía para eldesem pefio dc su p:ofesil)n.

El Sr. Ortiz Rlllesteros, después de congratu­larse en ver que el Colegio p"otege a sus socios,dijo que se- sentÍ] orgulloso en ver que por me­diación del Colegio se le facilitaba a un compañerocolocación y que esto serviría de estímulo para launión de colegiarse toda la clase de la provincia.Pues dJdos los reconocidos méritos del Sr. Her·nández en su vida profesional, como su compor­tamiento de caballerosidad, respondería siempre

su conducta a enaltecer al Colegio de Sevilla y ala clase de practicantes en general...EI Sr. Hernández dió las gracias a la Colegia­

clOn ~or haberlo elegido para dicho cargo, y muyespecl<llmente tuvo frases de cariño para el Sr. Or­tiz Ballesteros y para el Colegio en general por lasalabanzas de que había sido objeto sin ser mere­cedor de ellas.

Tras breves palabras del Sr. León Ríos y el pre­sidente Sr. Pérez Vázquez se levantó la sesión den­tro del mayor entusiasmo.

COLEGIO DE CADIZ

El Colegio provincial de Cádiz es uno de losque con mayor fe y más provechoso entusiasmotrabaja en pro de los intereses de la clase. Recien­temente ha dirigido una razonada instancia al mi­nistro de la Guerra denunciando comprobadas in­trusiones, habiendo conseguido una contestaciónrelativamente satisfactoria.

Nuestra enhorabuena a los activos e ilustres comopañeros gaditanos.

COLEGIO DE LEON

Este Colegio nos dirige la siguiente carta confecha 21 de marzo:·Señor director del BOLETlN de los Colegios de

Practicantes.Muy señor mío y distinguido compaflero: El

día 9 del actual, al regresar de haber visitado a uneníermo, nuestro querido y malogrado compañeroD. Bernardino Lozano fué despedido por el caba·110 que montaba, ocasionándose varias heridas a,consecuencia de las cuales falleció en el acto, puesrecibió un tremendo golpe en la cabeza al darsecontra una roca. Deja mujer y diez hijos en la ma·yor miseria, por cuyo motivo, aunque no era co­legiado por no haber tenido tiempo de cumplirciertas disposiciones reglamentarias, la Junta di­rectiva de este Colegio ha acordado abrir una sus­cripción entre todos los colegiados, haciéndola ex­tensiva al periódico de su digna dirección y a ElMédico, el Practicante y la Matrona, caso de po­der disponer de las columnas de ese periódico paratan altruísta y laudatorio fin.

Le rogamos nos lo comunique, por lo que leanticipamos las más expresivas gracias.

Esperando que sabrá dispensarnos tengamos quemolestarle con tal objeto, se reitera de usted suafectísimo amigo y compafiero s. s., q. b. s. m.,

IONACIO MARTINEZ·

BOLETIN DE PRACTICANTES 9

Hondamente impresionados por la desgracia ocu­rrida a nuestro infortunado compafiero en el ejer­cicio de sus funciones ofrecemos con mucho gustolas columnas de este BOLETfN al ilustre Colegio deLeón para cuanto sea menester en pro de tan loa­ble propósito.

y al ver que nuevamente la sombra siniestra dela desgracia se ha cernido sobre una familia y lla­mado a las puertas de su morada, conturbando losespíritus y hundiéndola en la adversidad, no po­demos por menos de elevar un ruego a todos loscompafieros de Espafia, que siempre se han mos-

. trado propicios a contribuír, en la medida de sus~ '~erzas, a humanitarias iniciativas para que miti­

guen en parte la perspectiva siniestra que lie ofrecea una mujer y a diez hijos de sus entrafias que gi­men su infortunio y piden pan...

Fervientemente lo deseamos: que si el valor seforja en el yunque de la lucha, los sentimientoscompasivos y el compafierismo se modelan con elburil de la Caridad.

COLEGIO DE SEGOVIA

Su digno presidente, Sr. Onrubia, nos comu­nica en grata carta. dirigida a la Dirección de esteperiódico, la adhesión cordial del Colegio segovia­no .1 de Madrid, reiterando sus deseos de unirsecon el Central para responder a cuantas acometi­das se dirijan a la clase.

El Sr. Onrubia, que tiene vivos deseos, comosiempre 10 ha demostrado de trabajar en defensade nuestros intereses, nos manda importantes da­tos de aquel Colegio, datos que no podemos pu­blicar, a pesar de nuestros deseos, por haberse re­cibido cuando la tirada del BOLETfN estaba ajus-tada. .

Es ocioso que hagamos presente que en el pró­ximo número insertaremos la información que nosdirige y que agradecemos mucho.

• • •NOTA. Por exceso de original nos 'Vemos obli­

gados, sintiéndolo mucho, a dejar de publicar da­tos concernientes a 'Varios Colegios prO'Vinciales.E6to nos contraria en extremo, dado el ardientedeseo que sentimos de estar en relación constantecon los practicantes de España.

Para el mes próximo dedicaremos mds espaGioa esta sección, que tan bien acogida ha sido portodos los Colegios pro'Vinciales de Practicantes.

La eomat. _, liS JrodDlta _les

¿Hasta dónde llegarán las amarguras de los pro­fesionales en Espafia, que los hombres que poseenel título de una carrera oficialmente reconocida porel Estado nos hacen a los que creen que connuestra firma podemos valorar la respuesta laspreguntas siguientes?:

1.8 ¿Es necesaria la carrera de practicante?2.8 En caso afirmativo, ¿cuáles deben sus de­

beres y sus derechos?

IAmbas preguntas, aun con todali las desdichas

que llevan en su fondo, honran sobremanera a laclase que las formula.

Se hallan tan injustamente olvidados, tan gro-.seramente preteridos, tan frecuentemente entre­mezclados con enfermeros de ambos sexos, asis­tentes, religiosos y religiosas dedicados a cuidardolientes, etc., etc., que el vejamen diario, el des­engafio continuo y la reivindicación que no llega,les hace dudar de sí mismos y pensar: pero, ¡Se·fiar!; este titulo oficial~ para cuyo logro me exigie­ron tales y cuales deberes, ¿para qué me sirve?,¿qué derechos me da?, ¿qué delito eometl por lo­grarle para que la sociedad en que vivo me con­funda con los que por oficio, y no por catrera,creen hacer lo que yo?

y por eso su pregunta: ¿Es necesaria la carrerade practicante?

No, señores; no es necesaria, es imprescindible,e imprescindible científica y profesionalmente.

Científicamente, la necesidad de organizarla, am­pliarla y consolidarla en bases puramente médicases mayor cada día.

Los incesantes progresos de la ciencia médicatienen una elemental razón en la división del tra­bajo. Es imposible que un clínico eminente, médicoo cirujano, pueda realizar cuanto exige la Cienciade hoy, sin un personal auxiliar inteligentísimo queprepare los enfermos, sepa hacer precisas observa·ciones de los datos biológicos, para que aquél ob·tenga la resultante que busca en provecho de laCiencia y de la Humanidad.

Cuando se visitan esas clínicas extranjeras quemaravillan por su organización, como las quirúr­gicas d Kocher y Kümer, en Suiza, o las asisten­cias médicas de algunos hospitales alemanes, causaverdadero asombro el número de intervenciones decada profesor cumbre, explicabk sólo por aquelinacabable número de inteligentes ayudantes, cadauno encargado de una misión sencilla, pero coope­rando todos a idéntico fin: al perfeccionamientodel resultado.

¿Y cree alguien que nuestros grandes médicos ycirujanos no son susceptibles de hacer lo que aqué­llos hacen? Pues con ser tan eminentes, y en algu­nas modalidades de la Ciencia mucho más, no, se­ftor, no lo pueden hacer porque carecen del indis-

10 BOLETIN DE PRACTICANTES

pensable elemento auxiliar, y ese elemento auxiliardebe ser el practicante.

Una cllnica médica, para ser perfecta, requierepersonal idóneo, encargado de hacer observacionesde pulso y temperatura, medidas antropométricas,espirometría, hemato-diagnóstico, análisis de ori­na, laboratorio, etc., etc., porque la lista sería in:terminable. .

Y todo esto, y mucho más, requiere una clínicaquirúrgica.

¿Cómo no vamos a dudar de si hará falta la ca­rrera del practicante si no concebimos, si a muchosles parecerá un sueilo, de que en esas cllnicas men­cionadas un hombre técnico no haga durante ailosy ailos en ellas mas que observaciones d~ pulso,por ejemplo, por todos los medios conocidos?Pues así es, y por eso hacen y logran 10 que nohacemos y logramos, aunque pudiéramos hacer ylograr aquí con una organización semejante.

Y si del terreno de la Ciencia pura pasamos alterreno del ejercicio profesional, la consecuenciaes idéntica.

Es imposible que un enfermo de alguna impor­tancia patológica pueda estar bien asistido si elprofesor no cuenta a la hora de la visita con todasaquellas observaciones que requiere hoy la cienciadel diagnóstico, y, sobre todo. las corrientes mo­dalidades homeopáticas.

Es preciso hacerse cargo que, dadas las actualescorrientes médicas, es muy raro el enfermo que noexige recoger productos para el análisis, utilizarsueros y vacunas, practicar pequenas intervencio­nes de momento y realizar, en fin, una serie deactos que jamás podrán realizarlos, so pena de po­ner a los enfermos en trance de muerte, esos en­fermeros, más o menos ilustrados, que de pocotiempo a esta parte han hecho irrupción en lasasistencias de enfermos, con notorio perjuicio dela Ciencia y a costa del atropello de una tan mo­desta como honradísima profesión.

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¿Cuáles deben ser sus deberes y sus derechos?A esta pregunta yo contestaría muy brevemente:

engrandecer su personalidad profesional con unamayor base científica y organizarse con una uniónverdad para no dejarse usurpar puestos que ellossólo deben ocupar por ciencia y por derecho.

Y una vez más (pues todos los practicantes es­pailo\ls me conocen lo bastante par1 no dudar delafecto con que correspondo a sus a:enciones paraconmigo) voy a permitirme hacer:e.; un plan queva derechG a su reivindicación científica y social.

Es inútil pensar por ahora que en las pofesionesliberales la ley se amolde a la Ciencia en nuestranación. Pensar o soilar con que el legislador, porexigirlo así la ciencia de hoy, debía tener afectos acada clínica quirúrgica 10 practicantes. a cada cll­nica médica 5 o en cada hospital 50, es una vel­dad cllnlca; pero no será una verdad real en tantoEspana no se ponga a nivel de otros puebhs quecuentan con organizaciones sanitarias, que hoy

por hoy son irrealizables sólo con los medios delEstado en nuestra patria.

Pero a ese final puede llegarse paulatinamentepidiendo al Estado todo lo que el Estado puededar sin gravar para nada al Erario público.

Yo estimo que lo primero q'1e habia que haceren este sentido es trabajar por que la carre a depracticante se organizase de un modo parecido ala de los odontólogos.

En esta organización debe darse mayor amplituda los conocimientos de Medicina general y a losespeciales de la carrera. Así, por ejemplo, la ma.­trlcula para la carrera de practicante debiera llevarcomo ineludible requisito la presentación del ceití­ficado de tener aprobadas en un Instituto generaly técnico las asignaturas siguientes: G.amátlca cas­tellana, con análisis gramatical y ortogrfía; Geo­grafía, Historia de Espaila, Francés, Aritmética,Algebra, Geometría, Física e Historia n ¡tural.

Las asignaturas de la carrera debieran compren­der tres cursos, distribuídos del modo siguiente:l. o Anatomía Fisiológica e Higiene, con prácticasde autopsias. 2. o Nociones de patología general(semiótica y exploración clínica), Terapéutica(farmacología) y Medios auxiliares de diagnó,ticoclínico (RayosX, Laboratorio y medios biológicos).3.o Nociones de Patología y clínica médica, conpráctica de internado; ídem íd. de Patología y clí­nica quirúrgica y O bstetricia y Ginecología, conprácticas de clínica.

Total: aunque se cursa,e oficialmente, en seisanos se tendría una carrera con base científica sufi­ciente para una orientación completamente distin­ta a la que tiene en la actualidad.

Y dirán los practicantes, bien; y suponiendo quelogremos todo eso, ¿qué hemos conseguido?

Pues se habrá conseguido:1.0 Que el practicante (que hasta debe cambiar

de nombre. celebrando haya hecho fortuna el queen una de mis obras di yo hace años, de auxiliarde Medicina y Cirugía) sea ya una personalidadcientífica Inconfundible con enfermeros y asisten­tes, como por desgracia ocurre hoy con el públicono culto.

Y es menester vivir con la realidad, pues el des­conocimiento de estas cosas engendra una infini­dad de males que a todos nos llegan.

La vida médica está llena de ejemplos de estaíndole. Sea el caso más sencillo: el de un tifoideoa quien hay que bailar, poner suero y someter arégimen especial variabl , según la temperatura yel estado de tensión del pulso. El médico aconsejaa la familia la necesidad de poner en su ausenciaun practicante que h~.ga todo esto, y la familiaasiente. Pues bien: de 100 casos, en 90 al llegar ala nueva visita se encuentra con un enfermero ocon ot a pe'sona encargada de hacer todo aquello,pero no con un practicante. Las personas de la fa­milia ven a una persana, hombre o mujer. conblusa blanca, con una cruz roja marcada en sitioostensible, o una visit ¡ de la casa recomienda a talo cual personalidad perteneciente a la Congrega­ción tal o cual, y el enfermo se confía a personas

BOLETIN DE PRACTICANTES 11

Ahora más que nunca haría falta si, como espe­ro, es una próxima realidad, un proyecto en el queyo he puesto mis mayores afectos en pro de laclase y que por sí solo abre un porvenir seguro amás de 500 practicantes.

Por hoy no puedo decir más. Pero si mis lecto­res encuentran factible cuanto les indico, envíensu adhesión al BOLETfN, yo les daré en una cenfe­rencia detalles que no caben en los limites de unartículo, y a trabajar.

Por lo que a mí respecta, ahora como siempre,soy todo de ellos.

Los practicantes espafloles tienen la palabra.

DR. G. SIERRA

ActualidadEl viejo ideal de unos cuantos ilusos pretende

ser una realidad. Quijada se propone dar un granimpulso al BOLETíN, haciendo de él algo comple­tamente nuevo que rompa sus tradiciones antiguasy arcaicas, y haciendo una revista moderna en laque se reunan la amenidad y el buen gusto.

Esto, aun contando con un individuo de talentoy de poderosa voluntad, es dificilísimo ele realizar,mucho más si no cuenta con la cooperación de unoscuantos compañeros que se impongan la obligaciónconstante de ayudarle haciendo de redactores.

No obstante, no es un imposible. Es todo cues­tión de tiempo y de dinero. No me he podido ex­plicar nunca el por qué cuesta dinero el BOLETfNal Colegio.

Si existen en Espafla unas 100 revistas médicas,habéi<; podido observar en todas ellas la prodigali­dad de anuncios que insertan. Con anuncios sola­mente puede hacerse periódico profesional comple­tamente de balde. Esto lo sabemos todos de me­moria. Nuestra negligencia y nuestro especial modode interpretar las cosas, nos ha originado un graveperjuicio económico por no dar importancia a estasmaterias, que son consideradas por muchos comomenudencias... Este es el mal de origen, culpablede que no contemos hoy con una gran revista, unpoco más leída que la actnal, y, por lo tanto, másútil el esfuerzo constante que realizaclOs defen­diendo nuestros intereses y exponiendo nuestrasaspiraciones. ¿Quiere decir esto que no haya habi­do al frente del BOLETfN personas de cultura capa­ces de rcalizar esta transformación?

Sería un disparate afirmar tal cosa. Tarrera, Ra­miro de la Llana, Juan José Fernández, son com­pañeros que los sobran los méritos para ser unosmagníficos directores; pero, oidlo bien: ser directoro administrador del periódico, si quieren cumplircon su cargo, cuesta perder mucho tiempo y dardinero encima ...

Todo esto sin contar con el esfuerzo mentalcon que forzosamente tienen que contribuir. En

djgna~ de todo respeto, lo reconozco, pero incapa­ces en este particular de precisar cuándo debe sus­tituirse el baño por la sábana mojada; qué hace enun ca o de hemorragia intestinal, en tanto llega elmédico. }' qué elementos ha de utilizar en cadacaso para evitar un colap,o que mata a un enfer­mo rodeado de blusas blancas, de emblemas y deotras cosas; pero... ¡ay!, falta de lo único que pre­cisaba pare no morirse.

y claro, cuando la familia se entera de la dife­rencia, dicen a veces frases que son la realidad queyo quiero poner ante los practicantes. ¡ Pues yo erelque cra lo mismo! ¡COII/O dicen que tienen título!

Claro es que quien tiene que hacer esta recla­mación es el mt>dico, y s~ hace en la mayoría deos casos; pero es desa:endida, cuando en ello no

pone la energia que debe ponerse. Bueno esonsignar en disculpa del facultativo, que en mu­

as ocasiones no se pUL'e1e insistir, pues nuncaIta quien interprete esta insistencia como intere­da.Pues esta confusión vulgar desaparecerá reorga­

nizando la carrera del modo dicho, y así como na­ie confunde ya al que en una tienda pone un ró­ulo de "se sacan muelas sin dolor", con el odon­ólogo, del mismo modo diferenciarán al enferme­

ro, de cualquier sexo que sea y de cualquier blusaque vista, del auxiliar de Medicina y Cirugía.

2. o La ventaja más grande que traería la reor­ganización de la earrera sería adueñarles por com­pleto del ejercicio profesional en todos los haspi­aales, incluso en los hospitales clínicos.

A mí me causa verdadero asombro que ni porun momento se haya podido entablar competenciaprofesional entre el alumno interno y el practican­te, pues ambos tienen misiones científicas y pro­

sionales totalmedte diferentes.El alumno interno debe tener todo género de

mcilidades, y por derecho propio, para aprender;practicante tiene derecho, meJiante oposición,

ra ejercer: la primera personalidad de una c1íni­de enseñanza es el catedrático, ¿y habrá nadie

que por dio dude de la necesidad de que haya en11a un profesor c1inico que asista a los enfermos yeve al día su tratamiento?

COII la reforma dicha s ría todo fácil: un pro­¡rama único para todos los hospitales de España,y los verdaderamente estudiosos tendríaa un sóli­do sostén profesional.

3.0 Otra de las ventajas que traería la reformaría la colocación de infinidad de practicantes enboratorios, gabinetes de radiografía clínicas ope­

l'atorias y sanatorios, a más de ensanchar conside­rablemente su particular esfera de acción.

Pero todo ello a costa de que no cayeran en ellIIal que todos tratamos de remediar, cooperandocon los médicos a cortar en su raiz toda fuente deintrusismo.

Esta reorganización, como tantas otras reformasde urgentfsimo remedio, puede plantearlas y resol­verlas una Comisión, a quien den amplios poderestodos los Colegios de Practicantes de Espafla yque radique en Madrid.

12 BOLETIN DE PRACTICANTES

estas condiciones no ha podido haber, ni habrámientras no se cambie de sistema, quien haga tan­to sacrificio. Dad una gratificación al director y aladministrador del fondo sobrante del periódico,después de cubrir todos sus gastos, y ya veréiscómo es más fácil conseguir que la revista nos sal­ga gratuita.

¿Que algunos quijotes la rechazarían? Senal evi­dente de que no pondrán de su parte todo lo pre­ciso.

¿Que también algunos individuos de la Directivala merecen? Conformes. A mi juicio, el secretario.Todo es .cuestión de e&tudiarlo también. Y si nocuesta emolumento alguno al Colegio y consegui­mosal mismo tiempo mejorarnuestroBoLETíN, ¿porqué esos mal entendidos prejuicios y susceptibili­dades? ¡Sefiores: menos sentimentalismo y un pocomás de sentido práctico, que en la vida todo tienesu precio, y en la hora de lahora no nos hubieranvenido mal un pufiado de .pesetas!... Nos parece­mos a la fábula de "La cigarra y la hormiga". Cia­ra es que imitando a la primera...

Si la proposición que tuve el honor de presentaren Junta general, y que se aprobó, concediendouna gratificación al director y al administrador, delsobrante de gastos, cuando los haya, quieren resu­citarla, nunca mejor ocasión para estimular losplausibles esfuerzos de los actuales encargados delBOLETiN.

Tengo entendido que se inaugura en este núme­ro una sección para crónicas o cuentos médicos;otra, para tratar asuntos de los Colegios de Practi·cantes de toda Espafia, y variacién de la portada.Considero indispensable, y me permito indicarloal director, que en todos los números aparezca,

lfs netesaría lo tlrrero de ,rottirontel¿Deberes yderethos que debe tener el protUtoote?

Absolutamente necesaria. Y es necesaria paraservir de ayudante al médico en el ejercicio de lasfunciones que éste le designe. El concurso del au­xiliar de Medicina es imprescindible por circuns-tancias muy especiales. .

Con respecto a la segunda pregunta, poco he dedecir contestada la primera. El deber del practican­te es el exacto cumplimiento de las disposicionesque el médico le senale, y en su esfera de acciónparticular todo cuanto a él compete y autorice sucarrera, sin entrometerse en lo que es exclusivodel médico.

y por último, el practicante debe ser equitativa­mente retribuído en sus importantes trabajos y res­petado y considerado socialmente.

y si esta pregunta se me formula por la constan·te intromisión de que es víctima el auxiliar médicopor parte de las enfermeras, díré que así como el

por lo menos, un artlcu:ü científico, a ser posiblede personalidades médicas a quienes antes se leshaya solicitado su colaboración.

y ya que tanto incremento va tomando la nuevaInstitución de enfermeras, ¿por qué no abrir tlnplebiscito pidiendo la opinión de varias eminenciasmédicas, comenzando por el ilustre Claustro deProfesores de la Facultad de Medicina, y terminan­do por la Real Academia, acerca de nuestra carrera?

Podían hacérseles, por ejemplo, estas dos pre­guntas:

¿Es necesaria en la actualidad la carrera de prac­ticante?

En caso afirmativo, ¿cuáles deben ser sus est~­

dios para diferenciarlos de los de las enfermerils?He aquí un affaire periodístico de primer orden.

Si el amigo Quijada siente ¡;randes entusiasmos,ya tiene un motivo donde hacer resaltar sus mé i­tas, prestando un valioso servicio a la clase... ydonde trabaj~r un rato. Solicitar entrevistas y peJircontestación a nuestras preguntas hasta que sepa­mos de una vez qué piensan de nosotros los IIlL­dicos...

Quizás este último desencanto. esta última de­cepción, salve a otros muchos de los negros p'c­sagios que se vislumbran en nuestra carrera ...

Considero utilísimo el llevar a la realidad estaindicación. La Junta Central doy por segllro quela hará suya y que dará cuantas facilidades seanprecisas al director.

LEONARDO SÁNCHEZ

20-3·917.

practicante es el auxiliar científico del médico, laenfermera es el auxiliar moral del enfermo, y portanto, entre el practicante y la enfermera exist~

gran diferencia.DR. JOVER

Médicc de la Beneficencia municipal.

***Dado los adelantos de la Medicina y Cirugía en

estos últimos tiempos, se hace muy necesaria lacarrera del practicante para que ayude al médico enel arte de curar. Y nadie más competente para estemenester que el practicante.

En el orden social, al practicantese le debenguardar todos los respetos y consideraciones quela buena educación ordena y a la que es acreedor.

Debe tener un exquisito cuidado en cumplir lodispu.sto por el médico. Y debe ser retribuidocomo le cOIresponde en su sagrada misión.

DR. G. PUEBLA

De la Beneficencia municipal.

BOLETIN DE PRACTICANTES

Doctor SierraMédico Mayor de Saaldad Militar

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daremos a lIuesLos lectores algunos dJtos biográ­ficos elel doctor García Sierr " tan conocido por lospraclicantes espafioies .

El doctor Garela Sierra, que nos honra en estenúmero con su retr:Jto, tiene todos los títulos yhonores correspondientes a un estudiante ejemplar:sobresaliente en casi todas las asignaturas de lacarrera médica; matrícula de honor en muchas. yla misma honrosa calificación en la Licenciatura yDoctorado.

Fué por oposición alumno interno de la Benefi­ceneia provincial primero, y de San Carlos des­

pués, hasta la termina­ción de su brillantecarrera.

Tan encumbrada fuésu labor escolar, queS. M. la Reina, poraquel entO:1ces, Regen­te del Reino, le costeóel título, concediéndo­le además una honora­ble condecoración,

Su vida médic~, deunos diociocho añosde ejercicio. e~tá llenade t'"iun :os cÍl ntificr.sy piofesicnales. Médi­co agregado por opo­sición de la Beneficen­cia gene-al y médicode Sanidad militar encuyo Cuerpo siempreh'l ocupado preferentelugar, ha publicado

gran número de trabajos originales, que le handado el justísimo renombre que hoy disfruta. Mé­dico además de numerosa clientela, sobre todo ensu especialidad, pediatria, es autC'f de libros ymonografías médicas de gran mérito.

Sería prolijo enumerar aqul el gran número deobras que tiene publicadas, pero citare:r.os algunode sus trabajos más sobresalientes. Estos son:Nuevas orientaciones en la terapéutica de la me­ningitis, La coqueluche, La dispepsia infantil, Latuberculosis y La tuhermlosis en España, Mediosde disminuír la f11orlal'dad en Madrid, La ali­men 'ación del so/dado español, Sororros médicosde urgencia y otras muchas más, repartidas en to­do género de publicaciones y revistas médicas,donde se estima su firma como uaa de las máspreciadas. En muchas de estas puL'licaciones. queestán todas agotadas, tiene recompensas militares.

Nada hemos de decir de su obra MANUAL DELPRACTICANTE Y de PARTOS, verdad{'ramenteIl13gistral, que está deLla rada de utilidad por el

MédicOS ilustrescabe dudar que es la noble profesión de laina la que más se presta a conquistar el cari­

la veneración de la gente, y sin embargo;.alcanza este triunfo la unión sublime de cari­y de sacerdocio que debe informar su ejercicio.

r en contacto de una ma,1era continua cons los dolores del organismo físico y con todasiserias sociales; ser el llamado a mitigar aque­

dolores y a lamentar estas miserias, es, en ver-una misión tan grande y benéfica como do-

I vez hay muchos que hacen de su ejercicioional un modus

di, sin compene­con los dolores, yno pocos for­

el "prolet1riadociencia" como

ha el ilustre doc-ulido.sible es que esto. Ni éstos ni

los pueden haceror a la noble mi­científica y social

llena el médico.ro hay otros pro­es, muchos por

a, que consa­no sólo su intc­ia y s u activi­Ino su alma ell­la noble misiónrar, aliviar or. Y entre estos

les de la ciencia perpetuos, que viven paraás, tal vez con olvido de sí mismos, figura

re doctor Sierra, que ha sabido conquistarmo tiempo lugar eminente y puesto respe'a­

el mundo científico y verdadera populari­ntre todis las clases sociales.

estro insigne biografiado es de los profesoreshan sabido seguir ese movimiento de progre­

la ciencia moderna poniéndose a la altura deo.

sido y es uno de los doctores que honran aneia espafiola. Dotado de una inteligenciara, de un amor a la ciencia y al estudio queI apasionamiento, de un carácter simpáticoe quc ejerce verdadera atracción sohre todole trata, ha llegado a crearse en el ejercicioonal con todas estas condiciones y con lade su palabra un verdadero ambiente de

en el mundo cientlfico y de popularidad enntas esferas sociales.

léndonos a los anteceelentes que poseemos,

14 BOLETIN DE PRACTICANTES

Consejo de Instrucción pública, y que sirve detexto en todas las Facultades de Espatia. Llevapublicadas de esta obra tres ediciones y en brevetendrá que hacer otra nueva, en vista de la buenaacogida que ha tenido por parte de todos los prac­ticantes deseosos de aprender.

En la actualidad, toda .su actividad está dedicadaa la redacción de una obra que será de gran impor­tancia para el practicante, por si, como esperamos,se realiza el magno problema de los practicantesde Sanidad militar.

Nuestros lectores podrán en este número sabo­rear con deleite el precioso trabajo con que noshonra el dignísimo doctor Garcia Sierra, trabajoque, por su riqueza en ideas y profundo en con­ceptos, revestido por las galas de la dicción, merecenuestros plácemes más sincero'.

Tal es la personalidad del doctor D. E. A, Gar·cía Sierra, a quien nosotros rendimos el tributo de'nuestra admiración por su inteligencia. Y termina­mos estas lineas con las frases finales de Sil artícu­lo: "Los practicantes espalioles tienen la palabra."

lA! III~IIll~ II II ~(lfn[IAPOR EL DOCTOR CESAR JUARROS

Dice el padre Nieremberg: "Tres cruces hay queen que padecen los homhres. Una cruz es del malladrón, cuando padecen trabajos por sus peca­dos y no se reconocen ni enmiendan. Otra delbuen ladrón, cuando padecen por pecados cometi­dos y se arrepienten dellos, aprovechándose de sutrabajo temporal para alcanzar el descanso eterno.La otra es de Cristo, cuando inocentemente se pa­dece, y mucho más cuando, no sólo se padece sinculpa propia, sino por evitar las ajenas."

Sustituir el verbo evitar por el de purgar y ten­dréis la cruz en que agoniza y es martirizada lainfancia.

Una enorme cantidad de enfermedades tienenpor base la herencia; en las afecciones mentalesésta com¡;tituye la causa de):¡ causas, según fraseafortunada de un psiquiatra francés.

Legiones de padres enfermos transmiten, más omenos conscientemente, enfermedades, taras or~á-

nicas, productos tóxicos o propicda des hun Olallsque labran la desgracia de los hijos, la decadenciade la nación y el dege,¡eramitnto de la raza.

Son numerosas v bien conf)ridas las enfr:rrneda­des familiares de la pid, del hígado, de los hUe'sos,del sistema nervioso.

¿Verdad que apesadumhra pensar en la infelici­dad de tanto ser condenado, desde su nacimiento,a sufrir y llevar una vida convertida en' calvario,por obra y gmcia de la ignorancia?; seamos piado­sos, de los padres.

¡Oh J¡ opresora crueldad del cspectacl110 de lasexistencias estériles de los idiotas!

Conocedor de estas vidAS atormentadas, 11ll pai­dópata a la par que senador, el doctor GonziÍlez AI­varez, presentó e'l las pasadas Cortes un proyectode ley pidiendo la intervención de los médicos enla autorización de los matrimonios.

Según tan loable proyccto un enlace no podriacelebrarse sin que un t'¿cnico imparcial testimonia­ra la sanidad de los futuros.

La idea no tuvo la resonancia a que su tras­cendencia la hacía acreedora. Ilor ya no se habladel generoso intento.

¿Por qué?

BOLETIN DE PRACTICANTES 15

Porque nadic ha creído cn su viabilidad. Se hareputado como una aspiración romántica, llena desimpatfa y buena fé, pero impracticable.

Aun en el caso más favorable de ser aprobadala ley, su eficacia sería escasa. Un ministro acabade pregonar que en España existe enorme cantidadde leyes incumplidas.

¿A quién dar la razón, a estos escépticos dechanclos de goma y bufanda, o al clínico ilusiona­do que soñó con una raza más fuerte y más di­chosa?

¿QUé hacer?No es este problema que pueda resolver la Ga­

ceta. Es obra de educación, de propaganda cientí­fica, de persuación, de piedad hacia los niflos.

La gente ignora toda la gravedad lancinante ydesgarradora de esta cuestión. Hay que divulgarla,hay que hacer llegar a las almas toda la dolorosaverdad, toda la dantesca cabalgata de Jacras, mise­rias, deformidades e incapacidades que tienen pororigen una he~el1ria morbosa.

y aunque en los casos de verdadero frenesí pa­sional dicha p opaganda resultara inútil, en otrosmuchos cabría esperar bueno efectos, porque con·vengamos en que la pasión no es el único móvilque impele al matrimonio en los tiempos qu~corren.

De aquí la indiscutible ventaja que repo~taríaconvertir en ley el proyecto del doctor GonzálezAlvarez; pero haciendo preceder esta conversión deuna intensa propa&anda. En estas condiciones elcertificado médico tendría el valor de un recorda­torio, de un inquietador de las conciencias ador­mecidas, de un flagelador de egoísmos, antipáticosy crueles. .

Interin no se haga esta labor de divulgación, entanto no deje d~ recibir la gente con vayas y cha­cotas las palabras de los médicos, todo será inútil,y los sifilíticos y los alcohólicos y los epilépticosseguirán casándose y creando nuevos seres conde­nados al sufrimiento y la desgracia, desde el mo­mento de su concepción.

¡Con leyes y sin leyes!Sólo el espectáculo de un idiota o de un imbé-

cil, inferior en inteligencia a todos los mamíferos,puede sembrar el espíritu de remordimientos ypropósitos de nobles abnegaciones. Las palabrasmías no pueden dar buena cuenta de estas vidassombrías que vegetan en los rincones de los asilos,ni del calvario de los deformes objeto de la burlade las gentes, ni de la tortura de esos seres de es­casa capacidad mental condenados a cadena perpe­tua de mediocridad y menosprecio. Pero abundanplumas hoy que podrían llevar a cabo esta labor.

Ahora, como el vulgo no sabe de razones bioló­gicas ni de motivos orgánicos, no nos atiende nipresta calor a la idea generosa y noble de un mé­dico culto, navegante por estos mares infernalesde la degeneración y buceador voluntario en ellos.

y por ser asi, los niflos siguen y seguirán pade­ciendo inocentemente, sin culpa propia, sino pur­gando las ajenas._...._----_--.._--,---

Como de seguro advertirán nuestros lect')re~,el BOLETIN OFICIAL aparece desde este mismonúmero bastante reformado. respondiendo las me·joras introducidas al creciente favor que vienendispensándonos, en forma que nos obliga a eter·na gratitud. los compañeros todos, tanto los deMadrid como los de provincias. A unos y otros,aprovechando la oportunidad que para ello ahorase nos brinda, nos complacemos de todas verasen reiterarles nuestro más vivo deseo de que apor·ten a nuestra obra su valiosísima ayuda.

y como toda revista que aspira a florecer neocesita mucho anuncio, para conseguirlo se han

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16 BOLETIN DE PRACTICANTES

puesto en inteligencia el director y administrador.con la mejor voluntad de obtener un resultadosatisfactorio.

y no necesitamos encarece!' la necesidad. o. laconveniencia cuando menos. de que se interesentodos para la consecución de anuncios a nuestroBOLETIN.

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El excelentísimo señor ministro de Instrucciónpáblica ha sometido a la firma de S. M. el Reyun decreto suprimiendo las reválidas de todas la!carreras que pertenezcan a aquel ministerio.

Desde estas columnas nos complacemos enaplaudir la laudable iniciativa del Sr. BureO.

"""".Se ha ofrecido espontáneamente a prestar a

nuestro periódico su colaboración artística dooAgustín Ruiz Alados. ilustre dibujante. cuyosservicios nos serán utilísimos. dado el aspecto queha tornado el BoLETIN OFICIAL DE PRAcnCAN­TES.

Oesde sus columnas le envi~ aaestras mA!expresivas gracias. y deseamos muy vivamente sepresente la ocasión oportuna para que el señorRuiz Alados muestre sus relevantes aptitudes arol:sticas.

"" '*' '*'Como verán nuestros lectores. hemos creadcIIna sección especial. relativa a dos preguntas. afin de que distinguidas personalidades médicaf.nos den su opinión acerca de ellas. Ha sido causede esta iniciativa la frecuente intrusión de quesomos víctimas. en nuestra esfera de acci6n. porparte de las enfermems.

""""'*'Nos ha ofrecido su domicilio. en la caDe dela Princesa. número 8. entruuelo derecha. nuestrcdistinguido e ilustre presidente del Colegio Cenotral, D. Angel Barahona, a quien le enviamospor su atención muy expresivas gracias, deseán·dole al mismo tiempo todo género de venturuen su nueva casa.

SecretaríaPor acuerdo de la Directiva, y en cumplimiento

del arto 41 de nuestro reglamento, se convoca ajunta ~eneral ordinaria, que se celebrará en eldomicilio social el día 19 del actual, a las diez dela noche, con el orden del día que determina el ar­ticulo 43 del mismo.-EI secretario, FernandoMateos. .

De última horaAl cerrar este número llega a nuestro conoci­

miento que se ha recibido un atento oficio del mi­nisterio de Estado, en el cual el sefior subsecretarionos comunica que ha sido remitida nuestra instan­cia solicitando un socorro en favor de la viuda ehijos de nuestro compafiero D. José Sánchez, fa­llecido en Fernando Poo, a informe del goberna­dor general de la colonia, y que a su devoluciónacompafie el certificado del fallecimiento y circuns­tancias concurrentes.

VacantesSe necesita un practicante para part do médico,

con el haber anual de 1.000 pesetas y caballo.Dirigirse para solicitarlo al apartado de Co­

rreos 303.•••

Se desea un practicante para ejercer en un'parti­do médico con anejos de la provincia de Cuenca.

Para detalles y condiciones dirigirse a D. Ber­nardo González, calle de Blasco de Garay, 24, 2.°De una a cuatro.

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