El Desarrollo de Tecnología de Trabajo Intensivo (Revisado) (1)

24
1 SUGIHARA, Kaoru, “The East Asian path of economic development. A long-term perspective”, en ARRIGHI, Giovanni, HAMASHITA, Takeshi y SELDEN, Mark, The Resurgence of East Asia. 500, 150 and 50 years perspectives , Cambridge University Press, 2004 (pp. 82-93, trad. de Christopher Irusta) La vía de la revolución industriosa Como ya se ha dicho, el Este Asiático experimentó un sostenido periodo de crecimiento demográfico acompañado por una modesta subida en el estándar de vida desde el Siglo XVI al XVIII. El argumento de este apartado es que resultó así porque se respondió exitosamente a la limitación de los recursos naturales, particularmente, a la escasez de tierras por medio del desarrollo de una serie de aparatos tecnológicos e institucionales para una plena absorción del trabajo familiar. Voy a llamar estos aparatos “instituciones de absorción de mano de obra” y “tecnología de trabajo intensivo”. El término tecnología de trabajo intensivo no implica que la tecnología del Este Asiático haya sido desarrollada en la tradición científica tan influyente en el Oeste. Los grandes manuales de agricultura China, ofreciendo información, por ejemplo, en los métodos de selección de semillas para diferentes tipos de suelo o en el uso de variedad de herramientas de agricultura, han sido transmitidos en diferentes lenguajes y a través de culturas, por ejemplo, de China a Japón. Estos establecen

description

El Desarrollo de Tecnología de Trabajo Intensivo (Revisado) (1)

Transcript of El Desarrollo de Tecnología de Trabajo Intensivo (Revisado) (1)

Page 1: El Desarrollo de Tecnología de Trabajo Intensivo (Revisado) (1)

1

SUGIHARA, Kaoru, “The East Asian path of economic development. A long-term perspective”, en ARRIGHI, Giovanni, HAMASHITA, Takeshi y SELDEN, Mark, The Resurgence of East Asia. 500, 150 and 50 years perspectives, Cambridge University Press, 2004 (pp. 82-93, trad. de Christopher Irusta)

La vía de la revolución industriosa

Como ya se ha dicho, el Este Asiático experimentó un sostenido periodo de crecimiento

demográfico acompañado por una modesta subida en el estándar de vida desde el Siglo

XVI al XVIII. El argumento de este apartado es que resultó así porque se respondió

exitosamente a la limitación de los recursos naturales, particularmente, a la escasez de

tierras por medio del desarrollo de una serie de aparatos tecnológicos e institucionales

para una plena absorción del trabajo familiar. Voy a llamar estos aparatos “instituciones

de absorción de mano de obra” y “tecnología de trabajo intensivo”.

El término tecnología de trabajo intensivo no implica que la tecnología del Este

Asiático haya sido desarrollada en la tradición científica tan influyente en el Oeste. Los

grandes manuales de agricultura China, ofreciendo información, por ejemplo, en los

métodos de selección de semillas para diferentes tipos de suelo o en el uso de variedad

de herramientas de agricultura, han sido transmitidos en diferentes lenguajes y a través

de culturas, por ejemplo, de China a Japón. Estos establecen las principales pautas de

difusión de conocimiento económico en todo el Este Asiático. Durante los siglos XVI y

XVII el contacto internacional en el Este Asiático estuvo dirigido por la afluencia

masiva de plata de Japón a China. Aún durante el siglo XVIII, cuando el flujo

interregional asiático de lingotes fue reducido a la insignificancia, y el volumen del

comercio japonés declinó bajo la política de aislamiento, la transferencia de

conocimiento económico continuó a través de información escrita. Sin embargo, este

conocimiento consistía esencialmente en reglas técnicas generales, una sabiduría

arraigada en la acumulación de experiencia.

Igualmente, al hablar de instituciones de absorción de mano de obra, no se pretende

insinuar el desarrollo de una serie de instituciones características de un modo de

producción en un estadio particular de desarrollo económico. Tampoco nos referimos al

feudalismo o a la emergencia (o ausencia) del Estado-nación cuando hablamos de

Page 2: El Desarrollo de Tecnología de Trabajo Intensivo (Revisado) (1)

2

instituciones económicas clave que apuntalaran el camino del desarrollo económico del

Este Asiático. Lo que tenemos en mente es el desarrollo de unidades mucho más

pequeñas, específicamente domésticas (a menudo, aunque no siempre, la familia), y, en

menor medida, la comunidad aldeana. En muchos casos, estas unidades sobrevivieron a

agitaciones políticas y a cambios en el modo de producción, y se mantuvieron como las

instituciones regionales clave, sustentando el camino tecnológico e institucional. Es

importante reconocer este aspecto de “vía de dependencia” para entender la emergencia

del Este Asiático en una perspectiva de largo plazo.

En su artículo de 1967, Akira Hayami hizo un gráfico, reproducido aquí como Figura

3.1., para describir diferentes caminos que Inglaterra y el Japón Tokugawa siguieron,

llamándolos la revolución industrial y la revolución industriosa respectivamente

(Hayami Akira; 1967). Con sus diferentes combinaciones de dotación de factores, en

este caso de capital y de trabajo, y asumiendo que no hubo transferencia de factores de

producción entre Inglaterra y Japón, Hayami explica que fue natural para sociedades

preocupadas por lo económico como estos dos países seguir diferentes caminos, y para

Japón explotar el beneficio potencial de incrementar la absorción de mano de obra. Sin

embargo, el gráfico de Hayami ha sido, a menudo, interpretado para sugerir que la

revolución industriosa no dirigió a un crecimiento de la productividad laboral de una

magnitud comparable a la revolución industrial. Fue trazado para explicar cómo Japón

estaba relativamente bien preparado para industrializarse a fines del Siglo XIX.

Page 3: El Desarrollo de Tecnología de Trabajo Intensivo (Revisado) (1)

3

1

Es posible aplicar la teoría de la revolución industriosa al caso chino, con el propósito

de compararlo con el camino de la Europa Occidental. Mucho antes del 1500,

probablemente durante los Siglos XII y XIII, China desarrolló una serie de métodos de

trabajo intensivo altamente avanzados, involucrando selección de semillas, irrigación y

control del agua, doble cosecha y el uso extensivo de herramientas de trabajo agrícola.

Para este desarrollo fue central la apertura de tierras cerca del delta del Río Yangtzé

para el cultivo de arroz. Por supuesto, el desarrollo chino tuvo sus altas y bajas, y la

comercialización de la agricultura, la monetización de los impuestos a la tierra, y la

introducción de cultivos del nuevo mundo jugaron una parte importante en el

incremento de la población y la producción agrícola entre los siglos XVI y XVIII. Pero

las características esenciales de la producción a pequeña escala, centrada en el cultivo

de arroz irrigado, establecido en la región del bajo Yangtzé en los siglos XII Y XIII

(Shiba, 1989), fueron extendidas a otras partes de China y transmitidas al Japón a fines

del siglo XVI. Mientras se adaptaba a la diversidad ecológica y se desarrollaba la

especialización geográfica (Buck, 1930: 103), después de fines del Siglo XVI, la

agricultura del Asia oriental, sin embargo, exhibió una clara tendencia hacia la

1 Figura 3.1: La revolución industrial y la revolución industriosa. Fuente: Hayami Akira (1967: p. 13). K = Factor Capital. L = Factor Trabajo (nota al pie de la cátedra).

Page 4: El Desarrollo de Tecnología de Trabajo Intensivo (Revisado) (1)

4

convergencia regional, conducida por la agricultura intensiva del arroz y por varios

cultivos comerciales clave, especialmente algodón, seda y azúcar.

La vía de la revolución industriosa del Este Asiático debe ser distinguida de la europea

y de la norteamericana con respecto a la intensidad laboral. Primero, el tamaño de las

tierras en propiedad eran mucho menores en el Este Asiático que en, por ejemplo, la

sociedad campesina de la Europa Occidental. La granja promedio del Este Asiático en el

Siglo XIX y principios del XX comprendía entre 1 y 3 hectáreas (Bray 1986: 115–16;

Buck 1930: 103). En torno al 70% de las granjas japonesas tenían 0.5 hectáreas o

menos, y cerca del 90% tenían una hectárea al momento de la industrialización de fines

del Siglo XIX. En contraste, la granja promedio en Francia, un país con una fuerte

tradición campesina, era de 14 hectáreas en 1882 (Heywood 1996: 115).

Segundo, hubo sustanciales diferencias en el grado de absorción de mano de obra

dentro de la agricultura arrocera. La figura 3.2 destaca la importancia de la absorción de

mano de obra en la etapa inicial del desarrollo de la tecnología de trabajo intensivo en la

agricultura del arroz (Ishikawa 1978: pp. 34; ver también Ishikawa 1967: Capítulo 1;

1981: Capítulo 1). Antes de la mecanización, fue crítica una inversión mayor en mano

de obra para aumentar la productividad de la tierra. Con la introducción de tractores y

otros insumos de capital, el tamaño de las tenencias creció, y los insumos de trabajo

bajaron. Así, la tecnología de uso de la tierra tuvo dos fases en términos de absorción de

mano de obra; primero, la productividad de la tierra aumentó con un proporcionalmente

mayor insumo de trabajo, y después de un cierto punto fue mejorada con un

proporcionalmente menor insumo de trabajo. Booth y Sundrum (1984: Capítulo 1)

llamaron a esto la “curva de Ishikawa”. En esta vía, era poco probable el rápido

crecimiento de la productividad laboral, en todo caso, en la etapa inicial del desarrollo

agrícola (En la figura 3.2, esta parte de la vía japonesa, principalmente en el periodo

Tokugawa, está representado en líneas quebradas, indicando que es conjetural). Pero

también significa que la sociedad pudo mantener una mayor población por unidad de

área de tierra arable. Ésta, esencialmente, fue la respuesta del Este Asiático a las leyes

malthusianas, que se aplica a muchas partes de Japón y a áreas húmedas agrícolas de

China.

Page 5: El Desarrollo de Tecnología de Trabajo Intensivo (Revisado) (1)

5

2

Tercero, la productividad de la tierra pudo ser aumentada antes de la mecanización, y

fue este cambio en la oferta lo que fue crucial para la revolución industriosa. La Tabla

3.4 sugiere cuán avanzada en Japón fue la productividad de la tierra para finales del

Siglo XIX (para una comparación histórica entre India y Japón, ver Sugihara,

Yanagisawa, 1996). Mucho del desarrollo de la tecnología de trabajo intensivo en la

agricultura del arroz asiática ha sido asociado con la adaptación de tecnología arrocera

japonesa a diferentes suelos y climas, primero en Corea y Taiwán y luego en otras

partes del Este Asiático. Después de la Segunda Guerra Mundial, la curva de Ishikawa

se convirtió en la base de una recomendación política que enfatiza la absorción de mano

de obra en la etapa inicial del desarrollo, y se volvió uno de los principios guía detrás

del programa para la agricultura asiática de la OIT (Organización Internacional del

Trabajo).

2 Figura 3.2: La curva de Ishikawa. Fuente: Ishikawa (1968: p. 34). Land Productivity = Productividad de la tierra. Labor input per ha = Insumo de trabajo por ha (nota al pie de la cátedra).

Page 6: El Desarrollo de Tecnología de Trabajo Intensivo (Revisado) (1)

6

3

Haciendo una importante conclusión sobre la discusión de más arriba, particularmente

de la Figura 3.1, la vía de la revolución industriosa fue mucho más exitosa en mantener

la gran proporción de la región en el PBI mundial de lo que fue para Inglaterra la vía de

la revolución industrial hacia 1820. Si el mundo hubiese dejado de existir en 1820, un

“historiador global” hipotético seguramente hubiese escrito una historia económica

centrada en la vía de la revolución industriosa, con un importante capítulo adicional

sobre el importante crecimiento de Europa Occidental. Deberíamos evitar aceptar el

punto de vista del Siglo XIX, que estaba inclinado a proyectar la superioridad europea;

tampoco debemos ser indebidamente influenciados por las observaciones sobre China

de escritores contemporáneos tan bien conocidos como Adam Smith y Thomas Robert

Malthus. Ellos estaban claramente incapacitados por la falta de información, y creyeron

que la población china estaba o estancada o declinando (Smith, A., 1776; Malthus,

1798). Al momento en que J. R. M’Culloch editaba A Dictionary of the Various

Countries, Places, and Principal National Objects in the World en 1868, la gente estaba

mejor informada. Ciertamente, el diccionario de M’Culloch incluía la mayor parte de la

información relevante sobre la población china que formó la base de estudios

posteriores (por ejemplo, Perkins, 1969). Desafortunadamente, el autor, como

3 Tabla 3.4: Cálculos de rendimientos de arroz en Japón y otros países de Asia (en toneladas por hectárea). Fuentes: Hayami y Yamada (1969: p. 108). Para China, Buck (1930: p. 204). Notas: La cifra japonesa de arriba es el cálculo oficial revisado. Otros cálculos oscilan de 2.36 a 3.22 (ton/ha). a = cifras de la FAO (nota al pie de la cátedra).

Page 7: El Desarrollo de Tecnología de Trabajo Intensivo (Revisado) (1)

7

contemporáneos como Karl Marx y Charles Darwin, no alcanzó a interpretar estas

enormes cifras poblacionales y falló en ver su significado global.

Las fuentes del dinamismo

Tanto la historiografía marxista como la más reciente literatura de economía

institucional han asumido la importancia del establecimiento de derechos de la

propiedad como una condición del cambio económico (Marx 1867; North y Thomas

1973). Una vez que los derechos de propiedad fueran clarificados, y la tierra libre

comprada y vendida, la agricultura se volvería más eficiente, mientras las fuerzas del

mercado asignarían recursos, difundiendo tecnología y eligiendo el tamaño óptimo de la

propiedad. Sin la aplicación de derechos de la propiedad, los costes de transacción no

serían bajados suficientemente como para activar estos desarrollos. Además, en la base

de la aplicación del derecho al ingreso derivado de la propiedad, los economistas

políticos clásicos vieron en Inglaterra la emergencia de una clase social y distinguieron

las categorías principales de ingresos en salarios dados a trabajadores, ganancias para

los capitalistas y rentas para los propietarios. Esto permitiría a la clase dominante

acumular capital y desarrollar una agricultura a gran escala, más productiva. Usando

este criterio, al Este Asiático no le iría bien mientras la mayor parte de la tierra fértil

continuara siendo cultivada por trabajo familiar, y la agricultura permaneciera en

pequeña escala. Y la tradicional caracterización de la producción a pequeña escala

quitaría fuerzas internas al cambio, porque no enfrentaría la constante presión por el

desarrollo tecnológico, ni sería guiada por el principio capitalista de la maximización

incesante de la ganancia.

Los argumentos en contra de este punto de vista han sido expresados en varias formas,

siempre que el dinamismo de la economía campesina fuese reconocido. A. V.

Chayanov, por ejemplo, trató de entender el comportamiento del campesino como si

estuviera maximizando sus ganancias y su calidad de vida (Thorner, 1966). Semejante

intento puede explicar la capacidad de respuesta de la sociedad campesina hasta cierto

punto, pero no llega a apuntar algunos de los problemas inherentes en el modelo

occidental (en este caso, más específicamente, Inglaterra) de clase social. La familia

campesina del Este Asiático trabajó una pequeña porción de tierra, e intentó cosechar la

Page 8: El Desarrollo de Tecnología de Trabajo Intensivo (Revisado) (1)

8

máxima cantidad de arroz con un mayor grado de aportación de trabajo. Necesitaban

llevar a cabo un número diferente de tareas en concordancia al calendario agrícola,

desde trasplantar a desherbar y cosechar. Destinaron trabajo familiar, y cultivaron

diferentes variedades de arroz para igualar requerimientos laborales estacionales, y

evitar la contratación de mano de obra. También explotaron sus tiempos de superávit

laboral en actividades proto-industriales. Así, una habilidad de desarrollar múltiples

actividades fue preferida a especializarse en una tarea particular, además de preferir una

voluntad de cooperar con otros miembros de la familia a alentar el talento individual.

Sobre todo, fue importante para cada miembro de la familia tratar de encajar en el

patrón de trabajo de la tierra, responder flexiblemente a necesidades extra o de

emergencia, simpatizar con problemas relacionados con el manejo de la producción, y

anticipar y prevenir problemas potenciales. La habilidad administrativa, con un

trasfondo general de habilidades técnicas, fue una habilidad que era activamente

buscada sobre la base familiar.

Si se mira a la separación de campesinos de la propiedad agrícola después de la

desaparición de la sociedad campesina en Inglaterra desde esta perspectiva, parece

obvio que la división de clases basada en la especialización tuvo sus propios costos. Los

campesinos en Inglaterra fueron privados de oportunidades para compartir asuntos de

gestión, mientras los artesanos especializados llegaron a despreciar las habilidades

múltiples. La división del trabajo, guiada por la “mano invisible”, previno el desarrollo

de habilidades inter-personales necesitadas para la especialización flexible. La ventaja

de la “mano visible” de la cabeza de la explotación familiar fue que pudo asignar

trabajo para la producción y distribuir ingresos entre los miembros de la familia para

consumo y reserva, todo al mismo tiempo. Así, los campesinos independientes, aún

mientras no contaban con tierra propia tenían mayor razón que los agricultores de tierras

a gran escala para incrementar la producción o los ingresos vinculando esfuerzo con

salario, no a través del mercado, sino directamente.

El refuerzo institucional central para este dinamismo vino de la familia y de la aldea

comunitaria, más que de fuerzas externas como el intento de las Estados-nación de

dictar derechos de propiedad. Las sanciones efectivas fueron sociales más que legales.

Aunque el esfuerzo de la cohesión paternalista y social pudo ser tan sólido como el

rechazo directo o la coerción física, esto no necesariamente implicaba la existencia de

Page 9: El Desarrollo de Tecnología de Trabajo Intensivo (Revisado) (1)

9

nepotismo o de favores personales. Al contrario, consideraciones racionales,

meritocráticas y de mercado, todas debieron ser tan importantes para el Este Asiático

rural como para su contraparte europea. Libres de restricciones feudales, los campesinos

chinos no estaban rígidamente atados a la tierra, y pudieron volverse comerciantes. No

era de poca importancia que, al menos en teoría, cualquiera podía tomar el examen

oficial para convertirse en un funcionario. Los campesinos japoneses fueron menos

libres, pero durante el curso del periodo Tokugawa (1603-1868) disfrutaron de un largo

periodo de paz sin precedentes y de estabilidad e independencia política y económica

respecto a fuerzas extranjeras, tal vez mayor que cualquiera haya tenido. Comparado

con China, el sistema familiar en Japón estuvo menos basado en el linaje (la adopción

fue común) y más individualísticamente inclinado (las cuestiones meritocráticas fueron

tomadas en serio), y esto ayudó a convertir a la familia campesina en una unidad

efectiva de producción, distribución y consumo (Macfarnale, 1997). Sus estándares de

vida crecieron, si bien ligeramente, y muchos de ellos enviaron a sus hijos a escuelas

locales a aprender el ábaco y a leer entrado el siglo XIX (Dores, 1965; Hanley, 1997;

pero para críticas ver Saito Osamu, 1998). Bajo estas circunstancias, fue natural ver al

Este Asiático campesino volverse motivado para aumentar la producción agrícola o los

ingresos familiares. Mientras observaran las leyes consuetudinarias, el costo de las

transacciones comerciales era pequeño, y el riesgo en la innovación técnica fue

relativamente bajo. Mientras hubo un pequeño espacio para grandes innovaciones o para

la inversión en capital fijo o comercio de larga distancia, estas instituciones del Este

Asiático generaron la mejor oportunidad para el desarrollo de tecnología de trabajo

intensivo.

Crecimiento de la eficiencia

En economía moderna se ha establecido una distinción entre crecimiento extensivo y

crecimiento intensivo para investigar si el crecimiento se generó como resultado de una

mayor aportación de factores de producción, o gracias a avances tecnológicos e

institucionales (Hayami Yujiro, 1997: Cap. 5 y 6). La cuestión acerca de la revolución

industrial fue el avance tecnológico, con o sin la acumulación correspondiente de

capital. Pero la idea de distinguir entre crecimiento extensivo (basado en insumos) y

Page 10: El Desarrollo de Tecnología de Trabajo Intensivo (Revisado) (1)

10

crecimiento intensivo (eficiencia) puede ser aplicada a la economía de la revolución pre-

industrial. ¿Hubo crecimiento por eficiencia en el camino de la revolución industriosa?

¿Podemos encontrar un crecimiento de la producción a pesar del desgaste de factores

como la tierra y el trabajo?

El mejor caso para probar respuestas a esta pregunta es el Japón Tokugawa de 1700 a

1850. Al final del Siglo XVII, las posibilidades de abrir nuevas áreas eran limitadas, y

crecía una fuerte presión demográfica en la tierra. El uso de caballos para cultivo y

transporte declinó visiblemente, mientras la presión dejaba cada vez menos tierra

disponible para la cría de animales. Ya en la encuesta oficial de 1734, el hogar típico

ilustrado en el “modelo de aldea” es asumido para cultivar menos de una hectárea de

tierra. Había ahora una menor posibilidad de subdividir la tierra entre hijos. Se volvió

aún más difícil obtener una tenencia “aprobada” en la aldea, y, aunque fuera aprobada,

fue probable que su estatus fuera inferior a tenencias ya existentes. El estatus importaba

no sólo en aldeas políticas o en las leyes consuetudinarias, sino, también, en la

adjudicación de agua y el intercambio de trabajo. Así, había razones de peso para el

infanticidio y el aborto. Esto consistía en la selección de sexo (a favor de varones) tanto

como en el control del número de niños (Smith, T., 1977). Algunos historiadores

económicos sugieren que fue el resultado de intentos conscientes por parte de los

campesinos para incrementar el estándar de vida (Hanley and Yamamura, 1997). Pero el

infanticidio y el aborto por sí solos no explican suficientemente la baja “tasa de

natalidad”. En algunos casos la fecundidad marital por sí misma era más baja que el

nivel natural, a pesar del hecho de que el promedio de ingesta calórica era

probablemente adecuado. Es posible que el desarrollo de la tecnología de trabajo

intensivo significara que las mujeres trabajaran más durante su embrazo durante el Siglo

XVIII, contribuyendo a la baja fertilidad (Saito Osamu, 1992). En cualquier caso, la

historia demográfica Tokugawa careció fuertemente de una comprobación Malthusiana

a escala nacional. Aunque hubo algunas hambrunas, catástrofes como epidemias y

guerras jugaron un pequeño papel en determinar la tendencia general, y la mortalidad se

mantuvo relativamente baja. La población japonesa se mantuvo estable entre 1721 y

1846 en poco más de 30 millones de personas. En otras palabras, no hubo un

incremento en la disponibilidad de tierra o trabajo.

Page 11: El Desarrollo de Tecnología de Trabajo Intensivo (Revisado) (1)

11

Sin embargo, en el Japón Tokugawa, la producción agrícola per cápita detuvo su

declinación alrededor del 1730, y comenzó a incrementarse continuamente después.

Para 1850 era un 25% más alta que en 1730. La tasa anual de incremento es estimada en

0.83% para 1730-50, 0.25% para 1750-1800, y 0.08% para 1800-50 (Hayami y

Miyamoto, 1988: p.44) Claramente, fue absorbida más fuerza de trabajo para el cultivo

de la misma cantidad de tierra La clave estaba en la “absorción de mano de obra” sin

incremento de la población. El número de días que un campesino trabajaba por año a

finales del periodo Tokugawa fue mayor que en muchas otros países asiáticos a finales

del Siglo XIX (Hayami y Yamada, 1991: pp. 251-252). Sin embargo, si la productividad

laboral marginal declinó considerablemente, podría haber sido fácilmente compensada

por jornadas de trabajo más largas, y los productores habrían alcanzado pronto un punto

donde nuevas aportaciones de trabajo no fueran necesarias. Fue el desarrollo de la

tecnología de trabajo intensivo y las instituciones de absorción de mano de obra que

llevaron a este camino Ricardiano. Para tomar un ejemplo conocido del periodo Meiji

(1868-1912), el desarrollo de la cría de capullos de seda de verano/otoño permitió a los

campesinos combinar la producción de arroz con la sericultura, cuando, a diferencia de

la crianza de primavera/verano, evitaba las estaciones pico de trabajo en las tierras

arroceras (ibid.: pp. 175-197). El progreso en el periodo Tokugawa, si bien más

modesto en comparación al Meiji, fue claramente desarrollando el proceso tecnológico

del Este Asiático. Mientras sea difícil comprobar la presencia de crecimiento intensivo

en términos de producción por día o por hora, la contribución de la tecnología de trabajo

intensivo en incrementar la producción per cápita anual es inconfundible. En otras

palabras, la vía del Este Asiático también creció en eficiencia sin aportaciones

adicionales de tierra y trabajo. La diferencia respecto al camino occidental fue que

movilizaba más recursos humanos que no-humanos.

Después de la segunda mitad del Siglo XVIII, los grandes centros urbanos y ciudades-

castillo en Japón declinaron, mientras las industrias rurales empezaron a crecer. Los

comerciantes rurales se dedicaron al comercio regional, mientras los dominios feudales

buscaron activamente políticas de promoción agrícola, comercio e industria para

obtener intercambio “extranjero”. Ambas actividades dieron a los campesinos una

posibilidad de explotar oportunidades económicas tanto no-agrícolas como agrícolas. La

tenencia rural movilizó mano de obra barata, para producir más en respuesta a una

Page 12: El Desarrollo de Tecnología de Trabajo Intensivo (Revisado) (1)

12

demanda surgida de un crecimiento gradual de la renta rural. Para el final del Siglo

XVIII la hija de un campesino rico fue capaz de incluir un kimono de seda en su ropero,

pero éste no tenía que ser producido en Tokio donde eran hechos los kimonos más

elaborados. Algunos comerciantes inter-regionales podían esquivar los gremios

comerciantes4 en Osaka y Edo para reducir sus márgenes, lo que ayudó a la expansión

del mercado de bienes de consumo masivo.

Desde el punto de vista de la tenencia rural, este trabajo proto-industrial fue

simplemente una extensión de su estrategia de absorción de mano de obra. Por ejemplo,

el comerciante rural traería un telar e hilo al campesino propietario y reuniría los tejidos

un mes más tarde, proveyendo así un pequeño ingreso para la ama de casa. O las

industrias artesanales reunirían trabajadores en un lugar para producir sake, usando

herramientas simples y fuerza hidráulica. Para el hogar rural, la actividad agrícola

central descansaba en el cultivo de arroz. Los cultivos comerciales no-arroceros y el

trabajo proto-industrial de todas las clases fueron llamados trabajo “adicional”, fuese

hecho por miembros propietarios o mano de obra contratada (Sugihara, 1997ª).

El crecimiento de la proto-industria en Oriente difirió del patrón europeo, donde hubo

especialización geográfica, y donde la combinación de agricultura e industria se

desintegró. Mientras la especialización geográfica ocurrió, la proto-industria oriental

creció como un desarrollo ulterior de la economía campesina familiar. La división de

trabajo entre agricultura e industria ocurrió a través de la asignación de trabajo familiar,

particularmente en la forma de división de trabajo basada en el sexo. El trabajo agrícola

“principal” fue considerado primariamente como un trabajo de hombre, mientras la

mujer se dedicaba al trabajo agrícola “subsidiario” como un empleo proto-industrial;

particularmente, devanado de seda y tejido de algodón (Saito Osamu, 1983: pp. 30-54).

La familia campesina trabajadora, cuidadosamente planificada y organizada alrededor

del calendario agrícola, constituyó el grueso de la proto-industria asiática. Fue

relativamente poco necesaria para el crecimiento urbano y la migración rural-urbana. De

hecho la proto-industrialización llevó a una declinación relativa de la industria urbana

4 Los gremios de comerciantes fijaban precios a los productos del mercado para regular la competencia, y estaban licenciados por las autoridades shogunales para realizar esta tarea (nota al pie de la cátedra).

Page 13: El Desarrollo de Tecnología de Trabajo Intensivo (Revisado) (1)

13

en el Japón Tokugawa tardío. Así, en la industria también, el crecimiento de la

eficiencia surgió sin un sustancial aporte de tierra, trabajo y capital.

La persistencia de trabajo industrial es bien señalada en historia económica china,

especialmente para el periodo posterior a la mitad del Siglo XIX (Oyama, 1960;

Feuerwerker, 1970; Chao, 1977). La figura 3.3 explica cómo el sector tradicional, en

este caso la industria del tejido de algodón, sobrevivió frente a la competencia del sector

de la industria del telar mecánico. Cuando el sector moderno fue capaz de proveer

tejidos de algodón más baratos, el sector tradicional fue capaz de responder bajando los

precios debido a la naturaleza del trabajo familiar campesino. En la medida que uno

podía encontrar superávit laboral, a la noche o durante los periodos de menor demanda,

sin obstaculizar el trabajo “principal” de la familia, los salarios pudieron bajar a un nivel

muy bajo, ciertamente, puesto que no había virtualmente costo extra involucrado en el

empleo. Esto era algo que ninguna fábrica moderna podía igualar.

5

5 Figura 3.3: La supervivencia de la industria tradicional. Fuente: Chao (1975: p. 200). Supply (handicraft) = Oferta (artesanal). Supply (handicraft + modern) = Oferta (artesanal + moderna). Demand = Demanda. P = Precios. Output = Producción (nota la pie de la cátedra).

Page 14: El Desarrollo de Tecnología de Trabajo Intensivo (Revisado) (1)

14

La trampa

El crecimiento de la eficiencia contribuyó a un escape relativamente exitoso en el Este

Asiático de las leyes Malthusianas en forma de hambruna, epidemias y guerra, pero

falló en aumentar significativamente la productividad de trabajo. Si una sociedad

mantuvo una vasta población sin ser capaz de mejorar el nivel de vida por un largo

tiempo, podemos decir que cayó en una “trampa”, aunque los desastres fueran evitados.

Para el estándar occidental del Siglo XIX, la presión demográfica en la tierra ahogó el

crecimiento oriental, y el camino del Este Asiático cayó en una trampa Malthusiana, a

menudo resultando en un significante grado de agotamiento de recursos. Pero fue una

clase particular de trampa Malthusiana, porque la sociedad llegó al punto muerto solo

después de agotar todo el potencial para el crecimiento de la eficiencia. Mientras mayor

fuera el nivel de sofisticación tecnológica e institucional obtenido, mayor sería el grado

de dependencia y menor la flexibilidad. Así vemos que la dependencia resultó del

dinamismo más que del estancamiento.

Mark Elvin, refiriéndose a China desde el Siglo XIV hasta principios del XIX, llamó a

este tipo de situación una “trampa de equilibrio de alto nivel” (Elvin, 1996: Capítulo 2).

Su argumento era que la agricultura china hizo varias mejoras tecnológicas y

organizacionales apuntando a una alta productividad de la tierra, pero al final del

periodo tenía más o menos agotada la posibilidad de mejoras ulteriores sin la

introducción de una nueva tecnología radical, como seguir por la vía camino occidental,

que requería una muy diferente combinación de factores de insumo. Dada la vía de

dependencia, las posibilidades de un semejante cambio radical hecho desde dentro

declinaron progresivamente. Teniendo esto en cuenta, el Japón Tokugawa cayó mucho

más profundamente dentro de la trampa Elvin que China durante el mismo periodo. Para

el final del periodo Tokugawa, la mayoría de los empresarios japoneses consideraron a

Japón como el universo, y les faltó imaginación para iniciar grandes cambios.

El gobierno fue incapaz de enfrentar el asunto también. El gobierno central y los

gobiernos locales jugaron un rol importante, tanto en China como en Japón, reduciendo

el riesgo de invasiones desde el exterior (el control de piratas japoneses es un buen

ejemplo), y manteniendo la paz interna. También crearon una burocracia, y con ello

servicios urbanos y demanda por alimento y vestimenta, a cambio de la recaudación de

Page 15: El Desarrollo de Tecnología de Trabajo Intensivo (Revisado) (1)

15

impuestos a la tierra. Mundialmente, algún balance de poder fue establecido en el Este

Asiático con el sistema tributario de comercio en el centro, que ayudó a mantener la

paz. Pero, como en el Capítulo 7 por Arrighi et al. de este volumen discute, no había un

orden internacional en el Este Asiático, comparado al creado en Europa por los tratados

de Westfalia después de 1648, que fuera capaz de respaldar el crecimiento de un

imperio comercial como el construido por la familia Zheng con base en Taiwán en el

Siglo XVII. Lo que faltó crucialmente en la región fue el “Gran” gobierno fuerte del

Estado-nación en búsqueda de la expansión territorial y el comercio de larga distancia,

dispuesto a endeudarse fuertemente para ese propósito, y preparado para promover

grandes negocios e inversiones en capital fijo. Sin tales iniciativas, no había posibilidad

de desarrollar la tecnología militar y de navegación, que en Europa preparó una

revolución científica y una revolución industrial.