Cinco Pepitas de Naranja Modificado

55
5 CINCO PEPITAS DE NARANJA Al revisar mis notas y memorias sobre los casos de Sherlock Holmes entre los años 1882 y 1890, me encuentro con tantos de ellos que presentan fisonomías extrañas e interesantes, que la tarea de seleccionar los mejores no resulta nada fácil. Hay algunos, no obstante, que ya han salido a la luz pública por medio de la prensa, y otros en que mi amigo no tuvo oportunidad de desplegar aquellas cualidades especiales que él poseía en tan alto grado, y que me propongo dar a conocer por medio de estas publicaciones. También existen otros casos en que su habilidad analítica se vio frustrada, y que constituirían relatos inconclusos; mientras que otros han sido solucionados sólo en parte, fundándose más bien en conjetu- ras e hipótesis que en esas pruebas de pura lógica que tanto lo apasionaban. Entre estos últimos, sin embargo, hay uno tan notable en sus detalles y sorprendente por sus resulta- dos, que estoy tentado de darlo a conocer, a pesar de que hay ciertos puntos relacionados con él que hasta la fecha no han sido esclarecidos totalmente, y que, probablemente, nunca lo serán. El año 1887 nos proporcionó una larga serie de casos interesantes en mayor o menor grado. De todos ellos conser- vo anotaciones. Entre éstas se encuentra una relación de la aventura de Paradol Chamber, de la Sociedad de Mendican- tes, que mantenía un lujoso club en el sótano de una bodega de muebles; de los hechos relativos a la pérdida del barco británico “Sophy Andersond”; de las extrañas aventuras de Grice Paterson en la isla de Uffa; y, finalmente, del caso de 6 envenenamiento de Camberwell. Como se recordará, en este último, Sherlock Holmes, moviendo la cuerda del reloj del muerto, pudo probar que le había dado cuerda dos horas antes, y que, por ende, el individuo se había acostado duran- te ese intervalo: deducción de capital importancia para el esclarecimiento del problema. Algún día podré narrar todos estos casos; pero ninguno de ellos presenta rasgos tan sin- gulares como el que ahora entro a relatar. Fue en los últimos días de septiembre, y las tormentas de otoño se habían dejado caer con excepcional violencia. El viento aullaba y la lluvia había azotado las ventanas durante todo el día; de modo que, aun en el corazón de Londres – esa gran obra humana – nos veíamos obligados a olvidarnos momentáneamente de la rutina diaria y reconocer la existen- cia de esas formidables fuerzas naturales que desafían a la humanidad a través de las rejas de su civilización, como bes- tias salvajes en una jaula. A medida que la noche se acerca- ba, la tempestad crecía en intensidad, y el viento chillaba y sollozaba en la chimenea, como un niño. Sherlock Holmes, con aire meditabundo, sentado a un lado del fuego, se ocu- paba en concordar su índice de casos criminales, mientras en el lado opuesto yo leía absorto las estupendas historietas marinas de Clark Russell, hasta que los aullidos del vendaval, afuera, parecían confundirse con los del relato, y el chapoteo de la lluvia, con el bramido de las olas del mar. Mi mujer había ido a visitar a su madre, y yo, por pocos días, había vuelto a mis antiguos aposentos, en Baker Street. – Vaya – dije –. Han tocado la campanilla. ¿Quién puede venir esta noche? Tal vez algún amigo suyo. – Con excepción de usted, no tengo ninguno – replicó –. No estimulo las visitas. – ¿Algún cliente, entonces? – De ser así, el caso sería serio. De otro modo, nadie saldría de su casa con este tiempo y a tales horas. Creo más probable que sea alguna amistad del ama de llaves.

description

novela misterio

Transcript of Cinco Pepitas de Naranja Modificado

Page 1: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

5

CIN

CO

PE

PIT

AS

DE

NA

RA

NJA

Al re

vis

ar

mis

no

tas y

me

mo

rias s

ob

re lo

s c

asos d

e S

he

rlock

Ho

lmes e

ntr

e lo

s a

ños 1

882

y 1

890

, m

e e

ncu

en

tro

con

ta

nto

s

de e

llos q

ue p

resen

tan f

isono

mía

s e

xtr

añas e

inte

resante

s,

qu

e l

a t

are

a d

e s

ele

ccio

na

r lo

s m

ejo

res n

o r

esu

lta

na

da

fácil.

H

ay a

lgu

no

s,

no

ob

sta

nte

, q

ue

ya

ha

n s

alid

o a

la

lu

z p

úb

lica

por

medio

de

la

pre

nsa,

y otr

os en que m

i am

igo no tu

vo

op

ort

un

idad

de

de

sp

leg

ar

aq

ue

llas c

ua

lida

des e

sp

ecia

les q

ue

él poseía

en t

an a

lto g

rado,

y q

ue m

e p

rop

ongo

dar

a c

on

ocer

po

r m

ed

io

de

e

sta

s

pu

blic

acio

ne

s.

Ta

mb

ién

e

xis

ten

o

tros

casos e

n q

ue

su h

abili

dad

analítica s

e v

io f

rustr

ada,

y q

ue

co

nstitu

iría

n r

ela

tos i

nco

nclu

sos;

mie

ntr

as q

ue o

tros h

an

sid

o

so

lucio

na

dos s

ólo

en p

art

e,

fun

dán

dose

más b

ien

en

co

nje

tu-

ras e

hip

óte

sis

qu

e e

n e

sas p

rueb

as d

e p

ura

lóg

ica q

ue

ta

nto

lo

ap

asio

na

ba

n.

En

tre

esto

s ú

ltim

os,

sin

em

barg

o,

ha

y u

no

tan

no

tab

le e

n s

us d

eta

lles y

so

rpre

nde

nte

por

sus r

esu

lta

-dos,

que e

sto

y t

en

tado d

e d

arlo a

conoce

r, a

pesa

r d

e q

ue

ha

y c

iert

os p

un

tos r

ela

cio

na

dos c

on

él

qu

e h

asta

la f

ech

a n

o

han

sid

o

escla

recid

os

tota

lmente

, y

que,

pro

bable

me

nte

, nunca lo s

erá

n.

E

l a

ño 1

88

7 n

os pro

po

rcio

u

na la

rga

serie

d

e casos

inte

resa

nte

s e

n m

ayo

r o

me

nor

gra

do

. D

e t

od

os e

llos c

onser-

vo

an

ota

cio

ne

s.

En

tre

ésta

s s

e e

ncu

en

tra

un

a r

ela

ció

n d

e l

a

ave

ntu

ra d

e P

ara

do

l C

ham

be

r, d

e l

a S

ocie

da

d d

e M

en

dic

an-

tes,

que

man

ten

ía u

n lujo

so

clu

b e

n e

l só

tan

o d

e u

na b

ode

ga

de m

ueble

s;

de l

os h

echos r

ela

tivos a

la p

érd

ida d

el

barc

o

britá

nic

o “S

op

hy A

nd

ers

on

d”;

d

e la

s extr

as a

ventu

ras de

Grice P

ate

rson e

n l

a i

sla

de U

ffa;

y,

finalm

ente

, d

el

caso d

e

6en

ve

nen

am

ien

to d

e C

am

be

rwe

ll. C

om

o s

e r

ecord

ará

, e

n e

ste

últim

o,

Sherlo

ck H

olm

es,

movie

ndo la

cuerd

a de

l re

loj

del

mu

ert

o,

pu

do p

roba

r qu

e le

h

ab

ía da

do

cue

rda

d

os h

ora

s

ante

s,

y q

ue,

por

ende,

el in

div

iduo s

e h

abía

acosta

do

du

ran

-te

e

se

in

terv

alo

: d

ed

ucció

n

de

cap

ital

imp

ort

ancia

p

ara

e

l escla

recim

iento

del

pro

ble

ma.

Alg

ún d

ía p

odré

na

rrar

todos

esto

s c

asos;

pe

ro n

ing

uno d

e e

llos p

rese

nta

ra

sg

os t

an

sin

-gula

res c

om

o e

l que a

hora

entr

o a

rela

tar.

Fu

e e

n los ú

ltim

os d

ías d

e s

ep

tie

mb

re,

y la

s t

orm

en

tas d

e

oto

ño

se

hab

ían

d

eja

do

ca

er

co

n e

xce

pcio

na

l vio

len

cia

. E

l vie

nto

aulla

ba

y l

a l

luvia

había

azota

do l

as v

enta

nas d

ura

nte

to

do

el

día

; d

e m

od

o q

ue,

au

n e

n e

l co

razó

n d

e L

on

dre

s –

e

sa

gra

n o

bra

hu

man

a –

no

s v

eía

mo

s o

blig

ad

os a

olv

ida

rnos

mom

entá

neam

ente

de

la r

utina d

iari

a y

recono

cer

la e

xis

ten-

cia

de

esa

s f

orm

ida

ble

s f

ue

rza

s n

atu

rale

s q

ue d

esa

fía

n a

la

hum

anid

ad a

tra

vés d

e las r

eja

s d

e s

u c

ivili

zació

n,

com

o b

es-

tia

s s

alv

aje

s e

n u

na

jau

la.

A m

ed

ida

que

la

no

ch

e s

e a

ce

rca-

ba,

la t

em

pesta

d c

recía

en

inte

nsid

ad,

y e

l vie

nto

chill

aba y

so

llozab

a e

n l

a c

him

en

ea,

co

mo

un

niñ

o.

Sh

erl

ock H

olm

es,

co

n a

ire

me

dita

bu

ndo

, se

nta

do

a u

n l

ado

de

l fu

eg

o,

se

ocu

-p

ab

a e

n c

onco

rdar

su

índic

e d

e c

asos c

rim

inale

s,

mie

ntr

as e

n

el

lado opuesto

yo le

ía absort

o la

s estu

pendas his

torie

tas

ma

rina

s d

e C

lark

Russe

ll, h

asta

qu

e los a

ulli

dos d

el ve

nd

ava

l,

afu

era

, pa

recía

n c

onfu

ndirse c

on los d

el re

lato

, y e

l chapote

o

de

la

llu

via

, co

n e

l bra

mid

o d

e la

s o

las d

el

mar.

M

i m

uje

r había

ido a

vis

itar

a s

u m

adre

, y y

o,

por

po

cos d

ías,

había

vuelto a

mis

antiguos a

posento

s, en B

aker

Str

eet.

– V

aya

– d

ije –

. H

an

to

cad

o l

a c

am

pan

illa

. ¿

Qu

ién

pu

ede

ve

nir e

sta

noch

e?

Ta

l ve

z a

lgú

n a

mig

o s

uyo

.

Con

exce

pció

n d

e u

ste

d,

no

te

ngo

nin

gun

o –

rep

licó

–.

No e

stim

ulo

las v

isitas.

¿A

lgún c

liente

, ento

nces?

D

e ser

así,

el

caso serí

a serio.

De otr

o m

odo,

nadie

sa

ldrí

a d

e s

u c

asa

con

este

tie

mpo

y a

ta

les h

ora

s.

Cre

o m

ás

pro

ba

ble

qu

e s

ea

alg

una

am

ista

d d

el am

a d

e lla

ve

s.

Page 2: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

7

S

in em

ba

rgo,

Sherlock H

olm

es se había

equiv

ocado a

l hacer

esta

conje

tura

, porq

ue,

de

ntr

o d

e p

oco

, se

oye

ron

pa-

sos en el

vestí

bulo

y go

lpecitos en

la

puert

a.

Exte

ndió

su

larg

o b

razo

pa

ra a

pa

rtar

de

su l

ad

o l

a l

ám

pa

ra y

co

locarla

ce

rca

de

la

sill

a d

estina

da

a n

uestr

o v

isita

nte

.

– ¡

Adela

nte

!

E

l in

div

idu

o q

ue

en

tró

era

jo

ve

n,

de

ve

intid

ós a

ños,

a j

uz-

ga

r p

or

su

físic

o,

cu

ida

do

sa

me

nte

p

ein

ad

o

y

ve

stid

o,

con

cie

rto a

ire d

e r

efinam

iento

y d

elic

adeza e

n s

u p

ort

e.

Por

el

pa

rag

uas c

ho

rre

an

te y

el

larg

o i

mp

erm

ea

ble

em

pa

pa

do

, se

ve

ía q

ue

h

ab

ía a

nd

ad

o e

n m

ed

io d

e la

fu

riosa

te

mp

esta

d

pa

ra lle

gar

ha

sta

noso

tro

s.

Miró

asu

alre

ded

or,

an

he

lan

te,

y,

a l

os r

eflejo

s d

e l

a l

ám

para

, p

ud

e v

er

qu

e c

ara

esta

ba

lida

y s

us o

jos t

riste

s,

com

o s

i le

ato

rme

nta

ra e

l p

eso

de

un

a g

ran

angustia.

– D

ebo d

arles m

is e

xcusas...

– d

ijo,

ponié

ndose lo

s lente

s

de o

ro –

. E

spero

que m

i venid

a n

o s

ea i

mpert

inente

...

Tem

o

deja

r e

n s

us h

ab

itacio

nes a

lgu

na

s s

ale

s d

e la llu

via

y d

e la

tem

pesta

d r

ein

ante

.

me

su a

brig

o y

para

gu

as –

dijo

Holm

es –

. L

os c

olg

a-

rem

os e

n la p

erc

ha,

y d

entr

o d

e p

oco

esta

rán s

ecos.

Veo q

ue

vie

ne d

el S

uro

este

.

– S

í; d

e H

ors

ham

.

Ese

ba

rro

me

zcla

do

de

ca

l qu

e v

eo

en

la

s p

un

tas d

e s

us

za

pa

to

s e

s m

uy c

ara

cte

rístico

.

-

He v

enid

o e

n b

usca d

e c

onsejo

.

Eso

pu

ed

e c

onseg

uirse

cilm

en

te.

– Y

de a

yuda.

Eso

no

sie

mp

re e

s ta

n fá

cil.

– H

e s

ab

ido

de

uste

d,

señ

or

Ho

lmes,

po

r e

l m

ayo

r P

ren

-d

erg

ast,

a q

uie

n u

ste

d s

alv

ó e

n e

l escá

nd

alo

de

l C

lub

Ta

n-

kerv

ille.

¡A

h!

Es c

iert

o.

Lo a

cusaban,

inju

sta

mente

, de t

ram

poso

en

la

s c

art

as.

Me d

ijo q

ue u

ste

d p

odía

resolv

erl

o todo

.

Le d

ijo d

em

asia

do

.

8 –

Qu

e a

uste

d n

o lo

ve

ncía

n n

unca

.

H

e s

ido

ve

ncid

o c

ua

tro

ve

ces:

tres p

or

ho

mbre

s,

y la

cu

art

a p

or

una

muje

r.

¿

Pero

qué es e

so

, com

para

do c

on el

mero

de

sus

triu

nfo

s?

Es c

iert

o q

ue, genera

lmente

, he tenid

o b

uen é

xito

.

– E

nto

nces lo v

a a

tener

en m

i caso.

Ru

ég

ole

ace

rcar

su

sill

a a

l fu

eg

o y

pro

po

rcio

na

rme

al-

gu

nos p

orm

en

ore

s d

e s

u c

aso

.

No

es u

n c

aso

co

mún.

Nin

gu

no d

e l

os q

ue m

e l

lega

n l

o e

s.

So

y e

l ú

ltim

o t

ribu

-n

al de

ape

lacio

nes.

Y,

sin

em

ba

rgo

, se

ño

r, d

ud

o d

e q

ue

, co

n t

od

a s

u e

xp

e-

rie

ncia

, h

aya

te

nid

o c

on

ocim

ien

to a

nte

rio

rmen

te d

e u

na

seri

e

de

aco

nte

cim

ien

tos m

ás m

iste

rio

so

s e

in

exp

licab

les q

ue

los

que h

an o

curr

ido e

n m

i pro

pia

fam

ilia.

Su

s p

ala

bra

s m

e l

len

an d

e i

nte

rés –

dijo

Ho

lme

s –

. S

ír-

vase r

ela

tarn

os l

os h

echos e

se

ncia

les,

desde e

l com

ienzo

, y

de

sp

ués l

o i

nte

rro

garé

ace

rca

de

aq

ue

llos p

orm

eno

res q

ue

co

nsid

ere

más im

port

an

tes.

A

lleg

ó e

l jo

ve

n s

u s

illa

a l

a c

him

en

ea y

co

locó

sus p

ies

moja

dos c

erc

a d

el fu

ego.

Me

lla

mo

Ju

an

Op

en

shaw

; pero

mis

asunto

s p

ers

ona

les,

se

n e

ntie

nd

o,

tie

ne

n p

oco

qu

e h

ace

r co

n e

ste

terr

ible

asu

n-

to.

Es u

na c

uestión

here

ditaria,

de m

odo q

ue,

a f

in d

e d

arle

u

na

id

ea

cla

ra d

e lo

s h

echo

s,

de

bo

re

lata

rle

la

his

toria

de

sd

e

un

princip

io.

“H

a d

e s

aber

uste

d q

ue m

i abuelo

tuvo d

os h

ijos:

mi

tío

Elías y

mi padre

, José.

Este

era

dueño d

e u

na p

equeña f

ábri

-ca

en

Co

ven

try,

qu

e é

l ag

ran

cu

an

do

in

ve

nta

ron

las b

icic

le-

tas.

La

s lla

nta

s O

pe

nsh

aw

fu

ero

n p

ate

nta

das p

or

él, y su

negocio

tuvo t

an b

uen é

xito,

que p

udo v

enderlo

y r

etira

rse a

descansar

con u

na r

egula

r fo

rtuna.

“M

i tí

o E

lías e

mig

ró a

Am

érica c

uando e

ra j

oven y

se d

e-

dic

ó a

tra

baja

r co

mo

co

lon

o e

n F

lorida c

on

pró

spe

ra s

uert

e,

se

n las in

form

acio

nes q

ue

se

recib

ían

. A

l e

sta

llar

la g

uerr

a,

Page 3: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

9

pe

leó

en

el ejé

rcito

de

Jackso

n,

y d

espu

és b

ajo

la

s b

an

de

ras

de

H

oo

d,

lleg

an

do

h

asta

e

l g

rad

o d

e coro

ne

l. C

ua

nd

o L

ee

de

puso

la

s a

rmas,

mi

tío

re

gre

a s

u h

acie

nda

, en

la

que

pe

rma

neció

po

r tr

es o

cu

atr

o a

ño

s.

En

tre

18

69

y 1

870

vo

lvió

a E

uro

pa y

adquirió

una p

equeña f

inca e

n S

ussex,

cerc

a d

e

Ho

rsha

m.

Hab

ía a

cu

mu

lado

una

gra

n f

ort

un

a e

n l

os E

sta

dos

Un

ido

s d

e N

ort

ea

rica

, d

e d

on

de

se h

ab

ía a

leja

do

por

su

ave

rsió

n a

los n

egro

s y

po

r e

l d

esag

rad

o q

ue

le

cau

sab

a l

a

po

lítica

re

pu

blic

ana

de

conce

de

rles d

ere

ch

os p

olíticos.

Mi

tío

era

ho

mbre

m

uy sin

gula

r, d

e cará

cte

r vio

len

to e irascib

le,

mu

y g

rosero

en

su

le

ngu

aje

cua

nd

o s

e e

noja

ba

y s

um

am

en

te

retr

aíd

o.

Dudo

de

qu

e d

ura

nte

to

dos los a

ño

s e

n q

ue

viv

ió e

n

Ho

rsha

m v

isita

ra u

na

so

la v

ez l

a c

iud

ad

. T

en

ía u

n j

ard

ín y

d

os o

tre

s p

otr

ero

s a

lrede

do

r d

e s

u c

asa

, a

lo

s q

ue

sa

lía

a

tom

ar

air

e,

si b

ien

a m

en

ud

o p

asa

ba

sem

an

as e

nte

ras e

nce-

rrad

o e

n su

h

ab

itació

n.

Be

bía

m

uch

o b

rand

y y fu

ma

ba

en

exceso

; pe

ro n

o l

e g

usta

ba

n l

as a

mis

tad

es y

no

acep

tab

a l

a

co

mpa

ñía

de n

ad

ie,

ni

siq

uie

ra l

a d

e s

u p

rop

io h

erm

an

o.

Mi

pre

se

ncia

, e

n c

am

bio

, no

le

mo

lesta

ba

; e

n r

ea

lida

d,

me

to

cie

rto c

ariñ

o,

pu

es c

ua

ndo

me v

io p

or

prim

era

ve

z y

o e

ra u

n

mu

cha

ch

o d

e d

oce

o m

ás a

ño

s.

Esto

era

por

el

o 1

87

8,

de

sp

ués d

e h

ab

er

viv

ido

él

och

o o

nue

ve

os e

n I

ng

late

rra

. R

ogó

a m

i pad

re q

ue m

e d

eja

ra ir

a v

ivir c

on é

l, y

, a

su m

ane-

ra,

fue

m

uy ca

riñ

oso

conm

igo

. C

ua

ndo

esta

ba

sobri

o so

lía

ju

ga

r a las c

art

as o

da

mas.

Me

con

stitu

en s

u r

epre

se

nta

n-

te a

nte

la s

erv

idum

bre

y l

os c

om

erc

iante

s;

de m

anera

que,

a

la e

dad

de d

iecis

éis

año

s,

yo

era

el

ve

rda

dero

am

o d

e l

a c

a-

sa

. T

oda

s la

s lla

ve

s e

sta

ba

n e

n m

i po

de

r, y te

nía

lib

ert

ad

pa

ra ir

don

de s

e m

e a

nto

jara

, sie

mpre

qu

e n

o lo m

ole

sta

ra e

n

su r

etiro

. S

in em

barg

o,

había

una e

xcepció

n:

un c

ua

rto

de

trasto

s v

iejo

s e

n e

l desván,

que p

erm

anecía

invariab

lem

ente

con l

lave y

al

que n

o p

erm

itía

entr

ar

ni

a m

í ni

a n

adie

. C

on

infa

ntil curiosid

ad

, solía a

tisb

ar

por

el aguje

ro d

e la

lla

ve,

pero

n

unca

pu

de

ve

r m

ás q

ue u

na c

ole

cció

n d

e b

les v

iejo

s y

tr

asto

s, co

mo e

ra d

e e

sp

era

r e

n u

na

pie

za

co

mo

ésa

.

10

“C

iert

o d

ía,

en

el

mes d

e m

arz

o d

e 1

88

3,

se

re

cib

ió e

n

casa

de

mi

tío

un

a c

art

a c

on

esta

mp

illas e

xtr

anje

ras.

No

era

co

rrie

nte

pa

ra é

l re

cib

ir c

art

as,

pue

s p

ag

aba

to

das s

us c

ue

n-

tas a

l con

tado

y n

o te

nía

am

igo

s d

e n

ing

un

a e

spe

cie

.

“–

¡D

e la

In

dia

! –

dijo

al cog

erl

a –

. D

el co

rre

o d

e P

ond

iche

-rr

y. ¿

Qu

é p

ued

e s

er

esto

?

“A

l abrirla co

n gra

n prisa

, saltaro

n de

su in

terior

cin

co

pe

pitas s

ecas d

e n

ara

nja

, q

ue

re

bo

taro

n s

obre

la

ban

deja

. A

la

vis

ta d

e e

sto

, com

encé a

reír

, pero

la r

isa s

e m

e e

str

anguló

a

l ve

r su

ca

ra.

Co

n l

os l

ab

ios c

aíd

os,

los o

jos s

obre

sa

lien

tes

y e

l ro

str

o c

olo

r m

asill

a,

con

tem

pló

el sob

re q

ue a

ún

te

nía

en

sus m

an

os tem

blo

rosa

s.

“–

¡K

. K

. K

.! –

le

, y l

ue

go

se

la

me

ntó

, d

icie

nd

o –

:¡D

ios

mío

, D

ios m

ío!

¡El ca

stig

o d

e to

dos m

is p

eca

dos!

“–

¿Q

sig

nific

a e

sto

, tí

o? –

grité

.

“– L

a m

uert

e –

dijo

, le

vantá

ndose d

e la m

esa y

retirá

ndose

a s

u p

ieza

, dejá

ndo

me

a m

í h

orr

oriza

do

. T

om

é e

l so

bre

, e

n

cuyo in

terior,

junto

a la f

ranja

engom

ada,

vi la

le

tra K

., r

epeti-

da

tre

s v

eces,

ga

rab

ate

ad

a c

on

tin

ta r

oja

. N

o c

on

ten

ía n

ad

a

s,

fue

ra d

e las c

inco

pe

pas d

e n

ara

nja

. ¿

Cu

ál p

od

ría

ser

el

motivo

de

l te

rror

que

abru

ma

ba

a m

i tí

o? S

alí d

el co

medor,

y

mie

ntr

as y

o s

ub

ía a

l pis

o s

upe

rior,

él

baja

ba

, co

n u

na

lla

ve

vie

ja y

mo

hosa

, q

ue

de

be d

e h

ab

er

co

rre

sp

ond

ido

al d

esvá

n,

en u

na

man

o,

y e

n l

a o

tra

, u

na c

aju

ela

de b

ronce,

com

o a

l-ca

ncía

.

“– P

odrá

n h

ace

r lo

qu

e s

e le

s a

nto

je,

pero

yo

los d

err

ota

– d

ijo,

pro

firiendo u

n j

ura

mento

–.

Di

a M

arí

a q

ue h

oy v

oy a

n

ece

sitar

lum

bre

en l

a c

him

en

ea d

e m

i p

ieza

, y m

an

da e

n

busca d

e F

ord

ham

, el abogado d

e H

ors

ham

.

Cum

plí l

as ó

rdenes i

mpart

idas,

y a

l lle

gar

el

abogado s

e

me m

andó ir

a la p

ieza d

e m

i tí

o.

La lum

bre

ard

ía a

leg

rem

en-

te.

En l

a p

arr

illa s

e v

eía

un

mo

ntó

n d

e c

en

izas n

eg

ras y

es-

ponja

das,

com

o d

e p

apele

s q

uem

ad

os,

y,

a u

n lado,

la c

aju

e-

la d

e b

ron

ce,

abie

rta y

vacía

. A

l fija

r la

vis

ta e

n é

sta

, noté

, con sorp

resa,

que la

ta

pa

te

nía

gra

badas la

s m

ism

as tr

es

inic

iale

s q

ue

esa

mañ

ana

ha

bía

vis

to e

n e

l so

bre

.

Page 4: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

11

“–

Deseo

, Jua

n,

qu

e s

irva

s d

e t

estigo e

n m

i te

sta

mento

díjo

me

mi tí

o –

. D

ejo

to

da

mi fin

ca

, co

n t

od

os s

us d

ere

cho

s y

carg

as,

a m

i herm

ano,

tu p

ad

re,

de q

uie

n,

sin

du

da,

la h

ere

-dará

s t

ú.

Si

puede

s d

isfr

uta

r de e

lla e

n p

az,

santo

y b

ueno;

pero

, si

no

puedes,

sig

ue m

i consejo

, hijo

mío

, y l

égala

a t

u

s o

dia

do

en

em

igo

. L

am

en

to d

eja

rte

un

a c

osa

qu

e p

ue

de

vo

lve

rse

co

ntr

a

ti,

pe

ro

ign

oro

q

giro

p

odrá

n

tom

ar

los

aconte

cim

iento

s.

Ten l

a a

mabili

dad d

e f

irm

ar

donde e

l señor

Ford

ham

te indiq

ue.

“F

irm

é e

l d

ocu

men

to,

y e

l a

bo

gad

o se

lo

lle

co

nsig

o.

Co

mo

uste

d s

e im

ag

inará

, e

ste

extr

o in

cid

en

te m

e c

ausó

la

s

pro

fun

da

im

pre

sió

n,

y

refle

xio

na

ba

en

e

llo

incan

sa

-b

lem

en

te,

sin

po

der

sacar

na

da

en

lim

pio

. C

on t

odo,

no p

odía

d

esp

ren

derm

e d

e la

va

ga

se

nsació

n d

e p

avo

r qu

e a

qu

ello

me

había

deja

do

, si

bie

n t

al

sensació

n f

ue d

ebili

tán

dose a

me

di-

da

qu

e t

ranscu

rría

n l

as s

em

an

as s

in q

ue

na

da

pe

rtu

rbara

la

rutin

a

de

nue

str

as

vid

as.

Pu

de

, sin

e

mb

arg

o,

adve

rtir

un

cam

bio

en m

i tí

o.

Bebía

más q

ue n

unca,

y c

ada d

ía s

e t

orn

a-

ba

más h

ura

ño

. P

asab

a e

n s

u p

ieza

la m

ayo

r pa

rte

de

l tie

m-

po

, a

pu

ert

as c

err

ada

s;

pero

de

cu

and

o e

n c

uan

do

sa

lía

en

un

a esp

ecie

d

e b

orr

ache

ra d

elir

an

te y re

co

rría

fr

en

ético

el

jard

ín,

con

un

re

lve

r e

n l

a m

an

o,

grita

nd

o q

ue

no t

em

ía a

n

ad

ie y

que

no

se

deja

ría a

corr

ala

r n

i p

or

el

mis

mo d

iab

lo.

Pasado

s e

sto

s a

rranques d

e v

iole

ncia

, sin

em

ba

rgo,

volv

ía a

la

carr

era

a s

u h

ab

itació

n,

atr

anca

nd

o y

cerr

an

do

la

pu

ert

a

co

n l

lave

, com

o q

uie

n n

o p

ue

de

hace

r fr

en

te p

or

más t

iem

po

al

mie

do q

ue l

o c

orr

oe,

allá

en e

l fo

ndo d

e s

u a

lma

. E

n t

ale

s

ocasio

nes,

au

n e

n d

ías f

río

s,

he

vis

to s

u f

ren

te e

mpa

pa

da

de

tra

nsp

ira

ció

n, co

mo

si a

cab

ara

de

sa

lir d

e u

n b

o.

Pues b

ien,

señor

Holm

es,

para

term

inar

de u

na v

ez y

no

abusar

de s

u p

acie

ncia

, lle

gó u

na n

oche e

n q

ue,

bo

rracho,

hiz

o

una

d

e

esas

fre

ticas

sa

lida

s,

pa

ra

no

vo

lve

r m

ás.

Cu

an

do

sa

limo

s e

n s

u b

úsqu

eda

lo

en

con

tra

mo

s d

e b

ruces

en

un

a c

ha

rca

de a

gu

as d

esco

mpu

esta

s q

ue

ha

bía

a lo

s p

ies

del ja

rdín

. N

o h

abía

nin

guna s

eñal de q

ue lo h

ubie

ran v

iole

n-

tado,

y la c

harc

a t

enía

sólo

dos p

ies d

e a

gua;

de

modo

que e

l

12

jura

do

, e

n a

ten

ció

n a

sus p

rop

ias e

xtr

ava

ga

ncia

s,

decid

ió q

ue

se t

rata

ba d

e u

n s

uic

idio

. P

ero

yo,

que s

abía

el

terr

or

que l

e

insp

ira

ba

la

so

la i

de

a d

e l

a m

ue

rte

, n

o p

od

ía p

ers

ua

dirm

e d

e

que h

ub

iera

sa

lido a

buscarla v

olu

nta

ria

men

te.

Sin

em

barg

o,

la c

osa q

uedó a

llí,

y m

i padre

entr

ó e

n p

osesió

n d

e la

fin

ca y

d

e u

nas c

ato

rce

mil

libra

s e

ste

rlin

as,

qu

e m

i tí

o t

en

ía a

su

h

aber

en e

l ba

nco

.

Perm

ítam

e q

ue l

o i

nte

rrum

pa –

dijo

Holm

es –

. S

u c

aso

es u

no

de

los m

ás e

xtr

aord

ina

rio

s q

ue

he

con

ocid

o.

me

la

fech

a d

e r

ece

pció

n d

e l

a c

art

a p

or

su

tío

, y l

a d

el

su

pu

esto

suic

idio

.

La

ca

rta lle

gó e

l 10

de

marz

o d

e 1

883,

y s

u m

uert

e o

cu-

rrió

sie

te s

em

anas m

ás tard

e, en la n

oche d

el 2 d

e m

ayo.

Gra

cia

s. S

írvase c

ontinua

r.

Cuando

mi

pad

re e

ntr

ó e

n p

osesió

n d

e l

a f

inca H

ors

-h

am

, a p

etició

n m

ía h

izo

un m

inu

cio

so e

xam

en d

el

desvá

n,

qu

e s

iem

pre

ha

bía

esta

do

ce

rrad

o c

on

lla

ve.

Allí

en

con

tram

os

la c

aju

ela

de

bro

nce

, si

bie

n s

u c

on

ten

ido

ha

bía

sid

o d

estr

ui-

do.

Sobre

la c

ara

inte

rior

de l

a t

apa

había

un r

ótu

lo c

on l

as

tres i

nic

iale

s “

K.K

.K.”

, y a

bajo

una l

eyenda q

ue d

ecía

: “C

on

-tie

ne

cart

as,

me

mo

rán

dum

, re

cib

os y

un

re

gis

tro

”. P

or

esta

in

dic

ació

n p

resu

mim

os l

a n

atu

rale

za

de l

os d

ocum

ento

s d

es-

tru

idos p

or

el

co

ron

el

Ope

nsh

aw

. F

uera

d

e e

sto

, n

o h

ab

ía

nada m

uy i

mport

ante

en e

l desván,

com

o n

o f

uera

papele

s

su

eltos y

lib

reta

s d

e a

punte

s r

efe

ren

tes a

la

ép

oca e

n q

ue

mi

tío h

abía

viv

ido e

n A

mérica.

Alg

unos e

ran d

el

tiem

po d

e l

a

guerr

a,

e indic

aba

n q

ue m

i tí

o h

ab

ía c

um

plid

o c

on

su

deber

y

ganado

re

puta

ció

n de

valie

nte

. O

tros e

ran

de

l perí

odo

de

reco

nstr

ucció

n d

e l

os E

sta

dos d

el

Su

r, y

se

re

ferí

an

princi-

pa

lme

nte

a a

ctivid

ad

es p

olítica

s,

pu

es e

ra e

vid

en

te q

ue

ha

bía

a

ctu

ad

o r

esue

lta

me

nte

en la

ca

mp

a c

on

tra

los p

olit

ica

str

os

exp

lota

dore

s e

nvia

dos d

esde e

l N

ort

e.

“M

i p

adre

tr

asla

su

re

sid

encia

a

H

ors

ha

m,

en

lo

s co

-m

ienzos d

e 1

884,

y t

odo m

arc

hó a

dm

irable

mente

ha

sta

ene-

ro d

e 1

885

. A

l cua

rto

día

desp

s d

el

o N

ue

vo

, cua

ndo

no

s s

en

táb

am

os a

la

mesa

para

alm

orz

ar,

a m

i p

ad

re d

ar

Page 5: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

13

un

grito

de

so

rpre

sa

, m

ien

tra

s e

n u

na m

an

o t

en

ía u

n s

ob

re

recié

n a

bie

rto

, y e

n l

a p

alm

a d

e l

as o

tra

s c

inco

pe

pa

s s

ecas

de

na

ranja

. S

iem

pre

se

h

ab

ía m

ofa

do

d

e m

í p

or

lo q

ue é

l lla

ma

ba

cuen

to in

ve

rosím

il a

cerc

a de

l coro

ne

l; pe

ro ah

ora

, cuando lo m

ism

o o

curr

ía c

on

él, e

sta

ba

espanta

do

y p

erp

lejo

.

“–

¿P

ero

qué d

em

onio

s s

ignific

a e

sto

, Ju

an? –

tart

am

u-

deó.

“S

entí

que e

l cora

zón m

e d

eja

ba d

e p

alp

itar.

“– D

ebe

d

e se

r e

l m

ism

o a

sun

to de

la

s tr

es in

icia

les –

alc

an

a d

ecir.

“M

iró e

n e

l in

terior

del sobre

.

“– A

es –

dijo

–.

Aquí

está

n l

as t

res l

etr

as K

. ¿

Pero

qué

hay e

scrito

en

cim

a d

e e

llas?

“M

iran

do p

or

so

bre

su h

om

bro

, le

í: “

Pon

ga

los p

ape

les e

n

el re

loj de s

ol”.

“–

¿Q

papele

s y

qué r

elo

j de s

ol?

– p

reguntó

.

“– E

l re

loj

de s

ol

está

en

el

jard

ín;

no

ha

y o

tro

– d

ije –

. P

ero

los p

ape

les d

eb

en

de

se

r lo

s d

estr

uid

os p

or

mi tí

o.

“–

¡B

ah!

– d

ijo,

saca

ndo

fuerz

as d

e f

laqueza –

. V

ivim

os e

n

un

pa

ís c

ivili

za

do

y n

o p

od

em

os c

reer

en

pa

tra

ñas d

e e

sta

cla

se

. ¿

De

nd

e v

iene

esto

?

“–

De D

und

ee

– r

epliq

, m

irando e

l tim

bre

de

corr

eo

s.

“–

Alg

una b

rom

a a

bsurd

a –

dijo

–.

¿Q

tenem

os q

ue

ver

no

so

tros c

on

re

loje

s d

e s

ol y e

so

s p

ap

ele

s?

No

pie

nso

ha

cer

caso

de

se

meja

nte

to

nte

ría

.

“–

Yo info

rmarí

a a

la p

olic

ía –

dije

.

“–

¿P

ara

qu

e s

e r

ían a

mis

exp

ensas?

Po

r cie

rto

que

no

lo

ha

ré.

“–

¿M

e p

erm

ite, ento

nces, que lo h

aga y

o?

“–

No

; te

lo

pro

híb

o.

No

qu

iero

hacer

cu

estión

de

una

to

n-

terí

a c

om

o é

sta

.

M

e f

ue inútil tr

ata

r de p

ers

uadirlo

, pues e

ra m

uy t

esta

rudo,

y q

uedé c

on e

l cora

zón lle

no d

e p

resentim

iento

s.

“A

l te

rcer

día

de

lle

gar

la c

art

a,

mi

padre

se

ause

ntó

de

casa,

para

vis

itar

a u

n a

ntig

uo a

mig

o s

uyo,

el

mayo

r F

reebo-

dy,

a c

arg

o d

e u

no d

e l

os f

uert

es d

e P

ort

sdow

n H

ill.

Me a

le-

14

gré

de

su

id

a,

po

rqu

e m

e p

are

cía

qu

e a

esta

ría m

ás d

ista

n-

te d

e c

ua

lqu

ier

pe

ligro

que

pe

rma

necie

nd

o e

n c

asa

. E

n e

sto

, sin

em

ba

rgo

, m

e e

qu

ivocab

a.

Al se

gund

o d

ía d

e a

use

ncia

, e

l m

ayo

r m

e t

ele

gra

fió

, pa

ra r

og

arm

e q

ue f

ue

ra i

nm

ed

iata

me

n-

te.

Mi

pa

dre

ha

bía

ca

ído e

n u

n p

rofu

nd

o p

ozo

para

extr

aer

ye

so

, de

los q

ue

ab

und

an e

n l

a r

eg

ión

, y e

sta

ba

sin

con

oci-

mie

nto

, co

n e

l crá

ne

o d

estr

oza

do

. P

art

í co

n g

ran

pri

sa

, p

ero

fa

lleció

sin

ha

be

r vu

elto

a r

eco

bra

r sus s

entid

os.

Segú

n m

e

pare

ce,

mi

padre

volv

ía d

e F

are

ham

, en l

a p

enum

bra

de

la

tard

e,

y c

om

o n

o c

ono

cía

e

l te

rre

no y e

l p

ozo d

e y

eso n

o

esta

ba

cerc

ad

o,

el

jura

do,

sin

titu

bear,

se p

ron

unció

e

n e

l sentido

de

que la

mu

ert

e s

e d

ebía

a u

n c

aso f

ort

uito.

Por

más

que

exam

iné

tod

os

los

an

teced

en

tes

rela

cio

nados

con

su

mu

ert

e,

na

da p

ud

e d

escub

rir

qu

e m

e h

icie

ra pe

nsa

r en

u

n

asesin

ato

. N

o h

abía

indic

ios d

e l

uch

a,

ni

de

pis

ada

s,

ni

de

inte

nto

de

ro

bo

, n

i n

oticia

s d

e h

ab

ers

e v

isto

desco

no

cid

os p

or

los c

am

inos.

Sin

em

ba

rgo

, n

o n

ecesito

de

cirle

que

mi

me

nte

dis

taba m

ucho d

e e

sta

r tr

anquila

, y t

enía

casi

la c

ert

eza d

e

que m

i padre

había

caíd

o v

íctim

a d

e u

na m

ala

jugada.

“E

n e

sta

s s

inie

str

as c

on

dic

ione

s e

ntr

é e

n p

ose

sió

n d

e l

a

he

ren

cia

. T

al ve

z u

ste

d m

e p

reg

un

tará

po

r qu

é n

o la e

naje

. P

ue

s p

orq

ue e

sta

ba

co

nve

ncid

o d

e q

ue

to

da

s n

uestr

as d

es-

gra

cia

s p

roven

ían

de

alg

ún

in

cid

en

te e

n l

a v

ida

de

mi

tío

, y

que e

l pe

ligro

serí

a t

an inm

inente

para

una f

am

ilia c

om

o p

ara

cualq

uie

r o

tra.

“D

esde

que m

i pobre

padre

tuvo s

u f

ata

l caíd

a,

en

enero

d

e 1

885,

han t

ranscu

rrid

o d

os a

ños y

ocho m

eses.

Dura

nte

e

ste

pe

ríodo h

e v

ivid

o f

eliz

en H

ors

ham

, y e

mpezaba a

ilu

-sio

na

rme

conq

ue

la

ma

ldic

ión

ya

no

pesa

ba

so

bre

mi fa

mili

a,

y q

ue

se

ha

bía

extin

gu

ido

co

n la

pasa

da

ge

nera

ció

n.

Desg

ra-

cia

dam

en

te,

mis

espe

ranzas

era

n

pre

matu

ras:

ayer

en

la

m

ana

re

cib

í e

l g

olp

e,

en

la

mis

ma

form

a e

n q

ue

lo

re

cib

iera

m

i padre

.

Sacó e

l jo

ven,

de s

u c

hale

co,

un

sobre

arr

ugado,

y v

a-

cia

ndo s

u c

onte

nid

o s

obre

la m

esa,

de

jó c

aer

cin

co p

epitas

secas d

e n

ara

nja

.

Page 6: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

15

He

aqu

í e

l so

bre

– d

ijo –

. E

l tim

bre

de

corr

eo

s e

s d

e

Lo

ndre

s,

div

isió

n o

rie

nta

l. E

n s

u i

nte

rio

r lé

ense

las m

ism

as

pala

bra

s q

ue e

n e

l últim

o m

ensaje

a m

i padre

: “K

.K.K

. P

onga

los p

apele

s e

n e

l re

loj de s

ol”.

¿Q

ha

hech

o u

ste

d?

– p

regu

ntó

Ho

lme

s.

Nada

.

¿A

bso

luta

me

nte

na

da

?

La

ve

rda

d –

hu

nd

ió s

u c

ara

en

tre

sus m

an

os d

elg

ad

as y

p

álid

as –

es q

ue

me

he

se

ntid

o i

mp

ote

nte

, co

mo

un m

isera

-ble

anim

alil

lo cuando la

serp

iente

se a

rra

str

a h

acia

él. M

e

pa

rece

e

sta

r b

ajo

la

som

bra

d

e un

a m

ald

ició

n in

exo

rab

le,

contr

a la c

ual no h

ay p

recau

ció

n n

i m

edid

a q

ue m

e v

alg

an.

¡V

am

os,

hom

bre

! –

excla

Holm

es

–.

Uste

d

debe

ha

ce

r a

lgo o

está

perd

ido.

lo o

bra

nd

o c

on e

ne

rgía

po

drá

uste

d s

alv

ars

e. N

o h

ay q

ue d

esespera

r.

Me h

e v

isto

con la p

olic

ía.

– ¡

Ah!

Pero

allí

escucharo

n m

i his

tori

a c

on

una s

onri

sa d

e i

n-

cre

dulid

ad.

Esto

y c

onvencid

o d

e q

ue e

l in

specto

r ha

opin

ado

qu

e las c

art

as c

on

stitu

ye

n s

imp

les b

rom

as y

qu

e las m

uert

es

de

mis

parie

nte

s s

e h

an

deb

ido

a a

ccid

en

tes,

co

mo

de

cla

ró e

l ju

rado

, sin

qu

e h

aya

n t

enid

o n

ing

un

a r

ela

ció

n c

on

la

s a

dver-

tencia

s.

H

olm

es b

lan

dió

sus p

uño

s e

n e

l a

ire

y e

xcla

:

¡In

cre

íble

im

becili

dad!

Sin

em

barg

o,

me h

an p

roporc

ionado u

n g

uard

ia,

para

que s

e q

uede e

n m

i casa

.

¿H

a v

en

ido c

on

uste

d e

sta

no

che

?

No

. T

ien

e ó

rde

ne

s d

e p

erm

ane

ce

r e

n la

casa

.

Nuevam

ente

Holm

es p

erd

ió la p

acie

ncia

.

¿P

or

qué n

o v

ino a

mí?

– e

xcla

mó –

; y

sobre

todo,

¿por

qué n

o v

ino in

media

tam

ente

?

No

te

nía

no

ticia

s d

e u

ste

d.

Fu

e s

ólo

aye

r cua

ndo

ha

blé

co

n e

l m

ayor

Pre

nde

rga

st

acerc

a d

e m

is d

esgra

cia

s,

y m

e

acon

sejó

que v

inie

ra a

verlo.

16

– H

ace do

s día

s que re

cib

ió la

cart

a,

y ya deberí

am

os

ha

ber

hech

o

alg

o.

Su

pon

go

q

ue

u

ste

d

no

tie

ne

ma

yo

res

pru

eb

as q

ue

la

qu

e n

os h

a p

rese

nta

do,

ni

nin

n d

eta

lle s

u-

gestivo q

ue p

ueda s

ern

os ú

til.

Ha

y u

no –

dijo

Ju

an O

pe

nsh

aw

. R

evo

lvió

en

el

bo

lsill

o

de s

u a

brigo

, y s

acando

un

pa

pel de

scolo

rido

, de t

inte

azula

-d

o,

lo p

uso

so

bre

la

mesa –

. R

ecu

erd

o q

ue

el

día

en

qu

e m

i tí

o q

ue

los p

ap

ele

s,

obse

rvé

que

lo

s m

árg

en

es s

in q

ue

mar

qu

e q

ue

da

ban

en

tre

las c

en

izas e

ran d

e e

ste

co

lor

esp

ecia

l, y

m

e i

nclin

o a

pe

nsa

r qu

e p

ue

da

se

r un

o d

e l

os p

ape

les q

ue

, ta

l ve

z c

on

la a

gita

ció

n,

se s

ep

aró

de

los d

em

ás y

así

se

lib

de

la d

estr

ucció

n.

No c

reo q

ue p

ue

da a

yu

da

rnos g

ran

cosa

. T

en

go

pa

ra m

í q

ue

es u

na

gin

a d

e a

lgú

n d

iari

o p

riva

do

. N

o

hay d

uda d

e q

ue la e

scritu

ra e

s la d

e m

i tío.

H

olm

es a

llegó la lám

para

y a

mb

os n

os in

clin

am

os s

ob

re e

l p

lieg

o de

p

ap

el, q

ue

, p

or

su

b

ord

e ra

sg

ad

o,

reve

lab

a,

en

rea

lida

d,

ha

be

r sid

o s

acad

o d

e u

n l

ibro

. E

l e

nca

beza

mie

nto

decía

: “M

arz

o,

1869”,

y a

bajo

se leía

n las s

iguie

nte

s e

nig

má-

tica

s a

no

tacio

ne

s:

Día

4. V

ino H

udson. S

ituació

n n

o c

am

bia

.

D

ía 7

. M

an

da

r la

s p

ep

as a

Mc C

au

ley,

Pa

ram

ore

y J

uan

Suain

, de S

an A

gustín.

Día

9. M

c c

aule

y a

leja

do

Día

10

. Jua

n S

wa

in a

leja

do

, D

ía 1

2. V

isité P

ara

more

. T

odo b

ien

.

-¡G

racia

s!

-dijo

Holm

es,

dobla

ndo e

l plie

go y

devolv

iéndolo

a

nuestr

o v

isitan

te-

Y a

hora

no d

ebe p

erd

er

un

in

sta

nte

s.

No

dis

pon

em

os d

e t

iem

po n

i siq

uie

ra p

ara

dis

cu

tir

lo q

ue

me

ha

con

tad

o.

Uste

d d

ebe

re

gre

sar

a s

u c

asa

insta

ntá

ne

am

en

te

y a

ctu

ar.

-¿Q

te

ng

o q

ue

hacer?

-Sólo

cabe

hacer

una

cosa,

y

debe

hacers

e

inm

edia

-ta

me

nte

. P

ong

a e

l tr

ozo

de

pa

pe

l q

ue

no

s h

a m

ostr

ad

o e

n la

caju

ela

de b

ronce,

junto

con u

na

no

ta q

ue

dig

a q

ue t

od

os los

de

más p

ap

ele

s f

uero

n q

ue

ma

dos p

or

su

tío

, y q

ue

éste

es e

l

Page 7: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

17

ún

ico

que

que

da

. D

eb

e e

xp

licar

esto

en t

érm

inos c

on

vin

cen

-te

s.

Hecho

esto

, co

loq

ue in

me

dia

tam

en

te la

caja

so

bre

e

l re

loj de s

ol, c

onfo

rme

a las instr

uccio

nes. ¿

Ente

nd

ido?

-P

erf

ecta

mente

.

-Po

r e

l m

om

en

to n

o p

iense e

n v

en

ga

nza,

ni e

n n

ad

a p

or

el

estilo

. C

reo

po

de

r co

nsegu

ir e

so

po

r m

ed

ios l

eg

ale

s.

Lo

qu

e

tenem

os q

ue h

acer

es p

repara

r nuestr

o p

lan,

pues e

llos y

a

tie

ne

n

el

suyo

lis

to.

Com

o

pri

mera

p

rovid

en

cia

, d

eb

em

os

elim

inar

el

inm

ine

nte

pelig

ro q

ue l

o a

me

naza;

y e

n s

egu

ndo

lug

ar,

dilu

cid

ar

el m

iste

rio

y s

an

cio

nar

a lo

s c

ulp

ab

les.

-G

racia

s

-dijo

e

l jo

ve

n,

leva

ntá

ndo

se

y

po

nié

ndose

su

abrigo-.

Me h

a i

nfu

ndid

o u

ste

d v

ida y

espera

nzas.

Haré

todo

lo q

ue m

e a

conseja

.

-No

pie

rda

un

se

gu

nd

o y

, so

bre

to

do

, re

sg

uard

e m

ien

tras

tan

to su

pe

rso

na

, p

ues n

o m

e ca

be n

ing

una

d

ud

a d

e qu

e

está

bajo

la

am

en

aza

de

un

pe

ligro

rea

l e

in

min

en

te.

¿C

óm

o

va a

volv

ers

e?

-P

or

tren

, desde W

ate

rloo.

-N

o s

on

las 9

n.

La

s c

alle

s e

stá

n t

od

avía

lle

na

s d

e g

en

-te

, así

es q

ue c

onfí

o e

n q

ue p

odrá

ir

segu

ro;

sin

em

ba

rgo,

tom

e e

l m

áxim

o d

e p

recaucio

nes.

-Esto

y a

rma

do

. -M

uy b

ien

hech

o.

Ma

ña

na

me

po

ndré

a t

rab

aja

r e

n s

u c

a-

so

. -¿

Lo v

eré

en H

ors

ha

m, ento

nces?

-N

o;

el se

cre

to e

stá

en

Lon

dre

s y

es a

qu

í d

on

de

lo

bu

sca

-ré

.

-Bie

n;

de

ntr

o d

e u

no

o d

os d

ías v

en

dré

a d

arle

no

ticia

s

so

bre

la

caju

ela

y los p

ape

les,

y a

acon

seja

rme

co

n u

ste

d e

n

todos s

entidos.

Se

de

sp

idió

de

ca

da

un

o d

e n

oso

tros c

on

un

apre

tón

de

manos y

salió

. A

fuera

, el

vie

nto

aún b

ram

aba y

la l

luvia

cha-

pote

aba y

azota

ba c

ontr

a l

as v

enta

nas.

Esta

extr

aña y

espe-

luzna

nte

his

tori

a p

are

cía

ha

ber

bro

tado

de e

n m

edio

de l

os

ele

me

nto

s e

nfu

recid

os,

lanza

da

hacia

no

so

tro

s c

om

o jiró

n d

e

18

alg

a m

arin

a e

n u

n h

ura

cán

, y a

ho

ra,

ha

be

r sid

o r

eab

sorb

ida

nuevam

en

te p

or

ello

s.

S

he

rlock H

olm

es pe

rma

ne

ció

po

r a

lgún

tie

mp

o s

enta

do,

en

sile

ncio

, co

n l

a c

ab

eza i

nclin

ad

a h

acia

ade

lan

te y

la

mira

-d

a f

ija e

n l

os r

ojiz

os r

esp

lan

dore

s d

el

fue

go

. E

nce

nd

ió l

ue

go

la p

ipa

, y,

ech

án

do

se

hacia

atr

ás e

n s

u s

illó

n,

co

nte

mp

ló l

as

vo

luta

s d

e h

um

o a

zu

lado e

n s

u l

en

ta a

sce

nsió

n h

asta

el

te-

ch

o.

-C

reo,

Wats

on

-observ

ó p

or

fin

-, q

ue

de

tod

os l

os c

asos

qu

e h

em

os co

no

cid

o,

nin

gu

no h

a sid

o m

ás fa

ntá

stico q

ue

éste

.

-Excepció

n h

echa, ta

l vez, de la M

arc

a d

e los C

uatr

o.

-T

al

ve

z t

enga

mo

s q

ue

hace

r esa

excep

ció

n.

Sin

em

ba

r-g

o,

pa

récem

e

qu

e

este

Ju

an

O

pen

sh

aw

está

ro

de

ado

d

e

ma

yo

res p

elig

ros a

un

qu

e lo

s S

ho

ltorr

is.

-¿

Pe

ro s

e h

a f

orm

ad

o u

ste

d c

oncep

to d

efin

itiv

o a

cerc

a d

e

la n

atu

rale

za

de

ta

les p

elig

ros?

-Po

r lo

to

can

te a

su

n

atu

rale

za

, no

h

ay lu

gar

a d

ud

as

-respo

nd

ió.

-¿

De

qu

é s

e t

rata

? ¿

Qu

ién

es e

l qu

e s

e f

irm

a c

on

esas

tre

s in

icia

les y p

or

qu

é m

otivo

p

ers

igu

e a

esa

de

sgra

cia

da

fam

ilia?

S

he

rlock H

olm

es c

err

ó l

os o

jos,

afirm

ó s

us c

od

os e

n l

os

bra

zos d

el

sill

ón

, y,

co

n l

as p

un

tas d

e s

us d

ed

os j

un

tas,

me

dijo

:

-Al ra

zo

nad

or

ide

al d

eb

iera

basta

rle

co

n u

n s

olo

hecho

, de

tod

o e

l p

rob

lem

a,

pa

ra d

ed

ucir

no

lo l

a s

eri

e d

e a

co

nte

-cim

ien

tos q

ue

lo

ha

n p

rodu

cid

o,

sin

o t

am

bié

n t

od

os lo

s r

esu

l-ta

dos q

ue s

e v

an a

derivar

de é

l. D

e l

a m

ism

a m

anera

que

Cuvie

r p

odía

describ

ir c

orr

ecta

men

te u

n a

nim

al, e

n t

odas s

us

pa

rtes,

por

el

exa

me

n d

e u

no

so

lo d

e s

us h

ue

so

s,

así

tam

-b

ién

el ob

serv

ad

or

qu

e s

e h

a p

ene

tra

do

de

bid

am

en

te d

e u

no

de

lo

s e

sla

bon

es d

e l

a c

ad

en

a d

e I

ncid

en

tes,

de

bie

ra p

ode

r cole

gir c

on e

xactitu

d t

odos l

os d

em

ás,

ante

riore

s y

poste

rio-

res.

To

da

vía

n

o n

os he

mo

s da

do

cuen

ta d

e lo

s r

esu

lta

do

s

que p

uede

n a

lcanza

rse

co

n la a

yuda d

e la p

ura

razón.

Po

r la

Page 8: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

19

me

dita

ció

n p

ue

den

reso

lve

rse

pro

ble

ma

s e

n q

ue

ha

n f

raca

-sa

do

to

dos l

os q

ue

ha

n p

rocura

do

hacerl

o c

on

ayuda

de

sus

sentidos.

Sin

e

mbarg

o,

pa

ra

que

ta

l sis

tem

a

alc

ance

su

xim

a p

erf

ecció

n,

es m

en

este

r q

ue e

l in

vestig

ado

r pu

eda

u

tiliz

ar

tod

os lo

s h

ech

os q

ue

ha

n lle

gad

o a

su

con

ocim

ien

to;

y

esto

so

lo,

com

o u

ste

d c

om

pre

nd

erá

, im

plic

a l

a p

ose

sió

n d

e

am

plísim

os c

on

ocim

ien

tos g

en

era

les,

pre

nda

rara

de

en

con

-tr

ar

en u

n indiv

iduo,

aun e

n e

sto

s t

iem

po

s e

n q

ue h

ay lib

ert

ad

de

ed

ucació

n y

ab

un

da

ncia

de

encic

lop

ed

ias.

Sin

em

ba

rgo

, n

o e

s d

el

tod

o i

mp

osib

le q

ue

un

in

div

idu

o p

ose

a t

od

os l

os

co

no

cim

ien

tos q

ue p

ued

an s

erv

irle

en s

u t

rab

ajo

, y e

sto

es lo

qu

e,

en m

i caso

, he

pro

cu

rad

o h

ace

r. S

I m

is r

ecu

erd

os n

o m

e

falla

n,

en

cie

rta

oca

sió

n,

en

lo

s p

rim

ero

s t

iem

pos d

e n

ue

str

a

am

ista

d,

uste

d d

efin

ió c

on m

uch

a p

recis

ión l

os l

ímite

s d

e m

i cultura

genera

l.

-S

í -c

on

testé

riendo-

Era

un

docum

ento

m

uy

sin

gula

r.

Recu

erd

o q

ue

, seg

ún e

se c

ua

dro

de

su

cu

ltu

ra,

sus c

ono

ci-

mie

nto

s e

n f

ilosofía,

astr

onom

ía y

política e

ran n

ulo

s;

en b

o-

tánic

a,

he

tero

géneos;

en geolo

gía

, lo

s suficie

nte

s para

de-

term

inar

manch

as d

e b

arr

o h

asta

de 5

0 k

ilóm

etr

os a

lre

de

dor

de L

ondre

s;

en q

uím

ica,

vastí

sim

os;

en a

nato

mía

, m

edia

nos

y d

esord

enado

s,

y e

n litera

tura

sensacio

nalis

ta,

incre

íble

men-

te v

asto

s;

adem

ás,

figu

raba u

ste

d c

om

o v

iolin

ista

, boxeador,

e

spa

dach

ín,

ab

oga

do

, coca

inó

ma

no

y

fum

ad

or.

C

reo

q

ue

ésto

s e

ran

los p

rincip

ale

s p

un

tos d

e m

i a

lisis

.

Holm

es h

izo u

na m

ueca a

l oír

el final del anális

is, y d

ijo:

-P

ues b

ien

, en

tonces,

com

o a

hora

, cre

o q

ue t

odo

hom

bre

d

eb

iera

ma

nte

ne

r e

l d

esvá

n d

e s

u c

ere

bro

bie

n p

rovis

to d

e

todos lo

s u

ten

sili

os q

ue

tenga p

robabili

da

d d

e u

sar,

po

nie

ndo

los d

em

ás e

n e

l cu

art

o d

e t

rasto

s v

iejo

s d

e s

u b

iblio

teca

, de

do

nde

pu

ede s

acarl

os e

n c

aso d

e n

ecesid

ad

. R

esp

ecto

de

l a

sun

to q

ue

no

s h

an

encom

en

dad

o e

sta

noch

e,

por

cie

rto

qu

e

ne

ce

sitare

mos

jun

tar

todo

s

nue

str

os

recurs

os.

Po

r fa

vo

r,

se

me

el to

mo

corr

espon

die

nte

a la

le

tra

K d

e la

En

cic

lop

e-

dia

A

me

rica

na

, q

ue

e

stá

e

n la

re

pis

a,

a su

la

do

. ¡G

racia

s!

Consid

ere

mos

ahora

la

situació

n

y

veam

os

qué

podem

os

20

de

ducir

. E

n p

rim

er

luga

r, d

eb

em

os p

art

ir de

u

na

ba

se

ca

si

po

sitiv

a:

qu

e e

l co

ron

el

Op

ensha

w tu

vo

a

lgu

na

ra

n m

uy

po

dero

sa

para

ab

and

on

ar

Am

érica

. L

os h

om

bre

s d

e s

u e

da

d

no

ca

mb

ian

vo

lun

taria

me

nte

to

dos s

us h

áb

itos n

i e

l d

elic

ioso

clim

a d

e F

lorid

a p

or

la v

ida s

olit

ari

a e

n u

na

pro

vin

cia

de

In

gla

-te

rra.

Su

extr

em

ad

a a

fició

n a

la

sole

dad,

dura

nte

su v

ida e

n

Ingla

terr

a,

sugie

re l

a i

dea d

e q

ue t

em

ía a

lgo;

de

modo q

ue

po

de

mo

s a

dm

itir,

co

mo

hip

óte

sis

in

icia

l, q

ue

el

coro

ne

l te

nía

m

ied

o d

e a

lgu

ien

o d

e a

lgo

qu

e l

o h

ab

ía h

echo

ale

jars

e d

e

Am

érica

. E

n c

uan

to a

l o

bje

to d

e s

us t

em

ore

s,

lo p

od

em

os

de

ducirlo

d

e la

s fo

rmid

ab

les ca

rtas re

cib

idas p

or

él

y su

s

suceso

res.

¿S

e fijó

u

ste

d e

n lo

s tim

bre

s po

sta

les d

e esas

ca

rtas?

-La p

rim

era

era

de P

ondic

herr

y;

la s

egunda,

de

Dunde

e,

y

la te

rcera

, d

e L

on

dre

s.

-D

el E

ste

de

Lo

ndre

s. ¿

Qué

co

lige

uste

d d

e e

so

?

-T

odo

s s

on

pu

ert

os;

por

lo t

anto

, el

rem

itente

ha e

sta

do a

bord

o.

-E

xcele

nte

. Y

a te

nem

os una pis

ta.

En re

alid

ad es m

uy

pro

ba

ble

que e

l re

mite

nte

estu

vie

ra a

bord

o.

Y a

hora

, consi-

dere

mos o

tro p

unto

. E

n e

l caso d

e P

ondic

herr

y,

tran

scurr

ie-

ron s

iete

se

man

as e

ntr

e l

a a

men

aza y

su c

um

plim

iento

; y e

n

el

caso

de

D

und

ee

, só

lo tr

es o

cu

atr

o d

ías.

¿Q

su

gie

re

esto

?

-Una

ma

yo

r dis

tancia

que

via

jar.

-Pe

ro la

cart

a v

en

ía ta

mb

ién

de

sd

e m

ás lejo

s.

-E

nto

nces, no s

e m

e o

curr

e n

ada.

-P

or

lo m

enos,

hay u

na p

resunció

n d

e q

ue e

l navío

en q

ue

via

jan

e

l o

lo

s in

div

idu

os e

s m

erc

an

te.

Pa

rece

que

d

esp

a-

ch

ara

n s

u e

xtr

o a

vis

o a

nte

s d

e p

art

ir e

llos a

su

mis

ión

. V

ea

uste

d c

on

qué

ra

pid

ez s

igu

ió la

tra

ged

ia a

l a

vis

o c

ua

nd

o é

ste

fu

e e

nvia

do

de

sde

Dun

dee.

Si

ello

s h

ubie

ran

ve

nid

o d

e P

on

-d

iche

rry e

n u

n v

ap

or,

habrí

an

lle

ga

do

casi

al

mis

mo

tie

mp

o

qu

e s

u c

art

a,

pe

ro,

en

el

he

ch

o,

tran

scu

rrie

ron s

iete

sem

a-

na

s.

Cre

o q

ue

esa

s s

iete

se

ma

nas c

orr

espo

nde

n a

la

dife

-

Page 9: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

21

rencia

en

tre

el

bu

que

-corr

eo

qu

e t

rajo

la

cart

a,

y e

l b

uq

ue

de

vela

que c

ondujo

al auto

r de e

lla.

-E

s p

osib

le.

-M

ás a

ún

; e

s p

roba

ble

. A

ho

ra c

om

pre

nd

erá

uste

d l

a a

n-

gu

stiosa

u

rge

ncia

d

e e

ste

n

ue

vo

caso

y e

l p

orq

d

e m

is

reco

men

dacio

nes a

Op

ensh

aw

pa

ra q

ue

tu

vie

ra c

uid

ad

o.

El

go

lpe

ha

so

bre

ve

nid

o s

iem

pre

al

térm

ino

de

l tie

mpo

qu

e d

e-

mora

n l

os r

em

itente

s e

n h

acer

el

traye

cto

. P

ero

este

avis

o

vie

ne

d

e Lon

dre

s m

ism

o,

y,

po

r co

nsig

uie

nte

, n

o h

ay q

ue

co

nta

r con

dem

ora

s.

Bie

n,

bie

n!

-excla

-, ¿

qu

é p

ue

de

sig

nific

ar

esta

pe

rse-

cució

n e

nca

rniz

ad

a?

-Los p

ape

les q

ue

Op

en

sha

w t

rajo

co

nsig

o s

on

, e

vid

en

te-

me

nte

, d

e im

po

rtan

cia

ca

pita

l p

ara

la

o

la

s p

ers

on

as q

ue

via

jan

en

el bu

qu

e d

e v

ela

. M

e p

are

ce

ca

si se

guro

que

de

ben

se

r vari

as p

ers

ona

s.

U

n s

olo

hom

bre

no

po

drí

a h

ab

er

lleva

do

a c

abo

dos m

ue

r-te

s y

en

am

ba

s e

ng

aña

r a

l fisca

l de

l ju

rad

o.

Debe

n d

e s

er

va

rio

s l

os m

ezcla

dos e

n e

l a

su

nto

; y g

en

te r

esue

lta

y d

e r

e-

curs

os.

Se p

roponen r

ecobra

r esos p

apele

s,

quie

nqu

iera

que

se

a s

u p

osee

do

r. E

n e

sta

s c

ond

icio

ne

s,

las t

res i

nic

iale

s K

d

eja

n d

e c

orr

espo

nde

r a

un

in

div

iduo

y s

e t

ransfo

rma

n e

n l

a

insig

nia

de

un

a s

ocie

da

d.

-P

ero

, ¿

de

qué

socie

da

d?

-¿N

unca

ha

oíd

o u

ste

d -

dijo

Sh

erlock H

olm

es,

inclin

án

do

-se y

baja

ndo la v

oz-

habla

r del K

u K

lux K

lan?

-J

am

ás.

H

olm

es h

oje

ó e

l lib

ro q

ue t

en

ía s

ob

re s

us r

od

illas y

de

ntr

o

de

poco

dijo

:

-Aquí está

.

-Ku K

lux K

Ian.-

Nom

bre

derivado d

e u

na c

apri

chosa s

e-

meja

nza con el

ruid

o que se pro

duce al

am

art

illar

un rifle.

Esta

te

rrib

le s

ocie

da

d s

ecre

ta f

ue

co

nstitu

ida

po

r a

lgu

nos e

x

sold

ados e

n l

os E

sta

do

s d

el

Sur

a r

aíz

de

la g

uerr

a c

ivil,

y

ráp

ida

men

te s

e f

orm

aro

n s

ucu

rsa

les d

e e

lla e

n d

ivers

as p

ar-

tes d

el

pa

ís,

princip

alm

en

te e

n T

en

nesse

e,

Lu

isia

na,

las C

a-

22

rolin

as,

Geo

rgia

y F

lorid

a.

Su

s p

od

ere

s fu

ero

n em

ple

ados

co

n f

ines p

olítico

s,

esp

ecia

lme

nte

para

ate

mo

riza

r a l

os v

o-

tante

s d

e r

aza n

egra

, y a

sesin

ar

y e

char

del

pa

ís a

aquello

s

qu

e s

e o

pusie

ran a

sus i

de

as.

Por

lo g

en

era

l, s

us a

tro

pe

llos

era

n p

rece

did

os d

e u

n a

vis

o a

la

víc

tim

a,

en f

orm

a f

antá

stica,

pe

ro c

asi sie

mp

re r

eco

no

cib

le:

un

man

ojo

de

ho

jas d

e e

ncin

a,

en

alg

una

s p

art

es,

se

mill

a d

e m

eló

n o

pe

pas d

e n

ara

nja

s,

en

otr

as.

Al

recib

o d

e e

ste

avis

o,

la v

íctim

a p

od

ía a

bju

rar

abie

r-ta

me

nte

de

su

s a

nte

rio

res id

eas o

hu

ir d

el p

aís

. S

i con

tin

ua

ba

de

sa

fia

ndo

a

su

s

ene

mig

os,

mo

ría

in

falib

lem

en

te,

y

ca

si

sie

mpre

en f

orm

a e

xtr

aña e

im

pre

vis

ta.

Tan p

erf

ecta

era

la

org

an

iza

ció

n d

e l

a s

ocie

dad

y t

an

efica

ce

s s

us m

éto

do

s,

qu

e

casi

no

se

reg

istr

a n

ingú

n c

aso

de

in

div

idu

os q

ue

la d

esa

fia

-ra

n im

pu

ne

me

nte

, o

de

que

su

s a

trop

ello

s p

erm

itie

ran

descu

-b

rir

a s

us p

erp

etr

ado

res.

La

institu

ció

n p

rosp

eró

po

r a

lgu

no

s

os,

a p

esar

de

lo

s e

sfu

erz

os d

el

gob

iern

o d

e l

os E

sta

do

s

Un

ido

s y de la

s cla

ses su

pe

rio

res e

n la

s co

mun

ida

des d

el

Sur.

F

inalm

ente

, en 1869,

el

movim

ien

to te

rmin

ó en fo

rma

más o

meno

s s

úbita, si bie

n,

desde e

nto

nces,

ha h

abid

o e

sta

-lli

dos a

isla

dos d

e la m

ism

a índole

.”

-V

erá

uste

d -

dijo

Holm

es,

cerr

ando e

l to

mo-

que e

l re

pen-

tin

o fr

aca

so

d

e la

so

cie

da

d co

incid

ió co

n la

é

poca e

n q

ue

Op

ensha

w d

esap

are

ció

de

Am

érica

, lle

nd

ose

sus p

ape

les,

lo q

ue

bie

n p

ue

de

se

r ca

usa

y e

fecto

. N

o e

s d

e m

ara

vill

ars

e

qu

e é

l y s

u f

am

ilia

sea

n v

ictim

as d

e la

s im

pla

ca

ble

pe

rse-

cució

n,

pue

s, co

mo

uste

d c

om

pre

nd

erá

, e

se

reg

istr

o y

me

mo

-rias p

ueden e

nvolv

er

a h

om

bre

s e

min

ente

s d

el

Sur,

y h

abrá

m

ucho

s q

ue

no

do

rmirá

n t

ran

qu

ilos m

ien

tra

s e

sos d

ocu

me

n-

tos n

o s

e r

ecupere

n.

-L

uego, la

págin

a q

ue h

em

os v

isto

...

-C

on

tie

ne

lo q

ue p

od

íam

os e

spera

r. S

i n

o m

e e

quiv

oco

, decía

: E

nvia

da

s l

as p

epas a

A,

B,

C;

esto

es,

se l

es h

a e

n-

via

do e

l avis

o d

e l

a s

ocie

dad.

En s

egu

ida,

ha

y a

nota

cio

nes

sucesiv

as d

e q

ue

A y

B h

an

sid

o a

leja

do

s,

esto

es,

ha

n s

alid

o

del

país

; y,

finalm

ente

, que C

ha

sid

o v

isita

do

, segú

n m

e t

e-

mo

, con

resulta

do

s s

inie

str

os.

Bie

n,

docto

r; c

reo

que

po

de

-

Page 10: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

23

mos h

acer

luz s

obre

este

oscuro

asu

nto

, y q

ue,

por

el

mo-

me

nto

, la

ú

nic

a espe

ran

za

d

el

jove

n O

pe

nsha

w estr

iba

en

ha

ce

r lo

qu

e h

e d

ich

o.

No

ha

y m

ás q

ue

de

cir o

hacer

po

r esta

noche;

así

es q

ue p

ásem

e m

i vio

lín y

tra

tem

os d

e o

lvid

ar

este

m

alh

ada

do

tie

mp

o y

a n

uestr

os m

alv

ado

s c

on

nere

s.

A

la

ma

ña

na

sig

uie

nte

, e

l d

ía e

sta

ba

de

speja

do

y c

on

sol

brilla

nte

, cu

yo

s r

ayo

s lle

ga

ba

n h

asta

no

so

tro

s a

mort

igu

ado

s a

tr

avé

s d

e l

a b

rum

a d

e l

a g

ran m

etr

óp

oli.

Cu

and

o b

ajé

, S

he

r-lo

ck H

olm

es e

sta

ba

ya tom

ando d

esayuno.

-M

e p

erd

on

ará

uste

d q

ue

no

lo

ha

ya

esp

era

do

-m

e d

ijo-;

ta

l com

o h

abía

pre

vis

to,

tengo p

or

dela

nte

un

día

de m

ucha

activid

ad, in

ve

stigando e

ste

caso d

el jo

ven O

pen

shaw

.

-¿Q

ué m

edid

as v

a a

tom

ar?

-pre

gunté

.

-Eso

de

pe

nde

rá d

el

resu

lta

do

de

mis

pri

mera

s a

veri

gu

a-

cio

nes. E

s p

osib

le q

ue te

nga q

ue ir

a H

ors

ham

.

-¿N

o irá

allá

prim

ero

?

-N

o;

co

me

nza

ré p

or

la c

iud

ad

de

Lon

dre

s.

Toq

ue

la

ca

m-

panill

a p

ara

que la c

ria

da le

tra

iga s

u c

afé

.

Mie

ntr

as a

gua

rdab

a,

tom

é d

e l

a m

esa

el

dia

rio

no

ab

iert

o

aún y

le d

i una m

irada.

Mi

vis

ta r

ecayó e

n u

n t

ítulo

que m

e

dio

escalo

frío

s.

Holm

es -

excla

mé-,

es d

em

asia

do tard

e!

Ah!

-dijo

, d

eja

ndo la

ta

za en el

pla

tillo

-, m

e lo

te

mía

. ¿

mo

suced

ió?

Su v

oz e

ra t

ranquila

, pero

pude v

er

que e

sta

ba b

asta

nte

e

mo

cio

nad

o.

V

i im

pre

so e

l nom

bre

de O

pen

shaw

y e

l títu

lo d

e:

”Tra

ge-

dia

cerc

a de W

ate

rloo B

ridge",

en que

se

in

form

aba lo

si-

guie

nte

:

"Anoche

, entr

e 9

y l

o P

.M.,

el

alg

uacil

de

polic

ía C

ook,

en

se

rvic

io c

erc

a d

e W

ate

rloo

Brid

ge

, o

yó u

n g

rito

de

soco

rro y

e

l ru

ido

de

un

cue

rpo

que c

aía

al

ag

ua.

La

noch

e e

ra e

xtr

e-

madam

ente

ob

scura

y t

orm

ento

sa,

de m

odo q

ue,

no o

bsta

nte

la

ayuda d

e v

arios t

ran

seú

nte

s,

fue a

bso

luta

men

te i

mpo

sib

le

efe

ctu

ar

el

salv

am

ento

. S

in e

mbarg

o,

dio

se l

a a

larm

a y

, con

la a

yuda d

el serv

icio

de

po

licía

flu

via

l, e

l ca

ver

pudo p

or

fin

24

ser

recobra

do,

y r

esultó s

er

el

de u

n j

oven c

uyo n

om

bre

, se-

n u

n s

ob

re d

escu

bie

rto

en

el

bo

lsill

o,

es J

uan

Ope

nsh

aw

, d

om

icili

ad

o c

erc

a d

e H

ors

ha

m.

Se

supone

que

iba d

e p

risa a

to

rnar

el

últim

o t

ren

que

sa

le d

e l

a e

sta

ció

n d

e W

ate

rlo

o,

y

qu

e,

a c

au

sa d

el

ap

uro

y d

e l

a g

ran

oscu

rid

ad

, e

xtr

avió

sus

pa

so

s y

an

duvo

po

r la

orilla

de

un

o d

e l

os d

ese

mb

arc

ade

ros

para

¡anchas a

vapor.

El

cadá

ver

no p

resenta

ba s

eñale

s d

e

vio

lencia

y n

o h

ay d

uda

de

qu

e l

a m

uert

e s

e d

ebió

a u

n d

es-

gra

cia

do

accid

ente

, que debie

ra lla

ma

r la

ate

nció

n de la

s

au

tori

da

des h

acia

la

s con

dic

ion

es d

e lo

s d

ese

mba

rca

dero

s

del rí

o”.

Pe

rma

ne

cim

os s

en

tado

s y

en

sile

ncio

po

r a

lgun

os m

inu

-to

s.

Holm

es e

sta

ba

más d

esa

nim

ado y

co

nm

ovid

o q

ue

nun-

ca

. P

or

fin, dijo

:

-Esto

me h

iere

en m

i org

ullo

, W

ats

on.

El

sentim

iento

es

sin

duda m

ezquin

o;

pe

ro a

es.

El asunto

se t

ransfo

rma a

ho-

ra e

n c

uestión

pers

on

al m

ía,

y, si D

ios m

e d

a s

alu

d, h

aré

ca

er

esta

pa

nd

illa

en

mis

man

os.

¡Pe

nsa

r q

ue

este

jo

ve

n v

ino

has-

ta m

í en b

usca d

e a

yuda y

que y

o lo e

nvié

al encuentr

o d

e s

u

muert

e!

S

altó

de

su a

sie

nto

y s

e p

ase

ó p

or

la p

ieza

, lle

no d

e l

a

ma

yo

r a

gitació

n,

co

n l

as m

ejil

las e

ncen

did

as,

ab

rien

do

y c

e-

rran

do

ne

rvio

sa

men

te s

us m

an

os la

rgas y

fin

as.

-D

eb

en

de

se

r de

mo

nio

s m

uy a

stu

tos -

excla

, p

or

fin

-.

¿C

óm

o p

ud

iero

n a

tra

erl

o h

asta

allá

? E

se

ma

lecó

n n

o e

stá

en

el

cam

ino

re

cto

a

la

esta

ció

n.

Sin

d

ud

a,

el

pu

en

te e

sta

ba

de

masia

do

co

ncu

rrid

o,

aun

en

un

a n

och

e c

om

o é

sa,

pa

ra l

a

co

nsecució

n d

e s

us p

ropósito

s.

Bie

n,

Wa

tso

n,

ve

rem

os q

uié

n

ganará

, a

la larg

a. ¡S

alg

o a

hora

mis

mo!

-¿

Va a

la p

olic

ía?

-N

o;

yo

seré

m

i p

olic

ía.

Cuando

ya h

aya te

jido la

te

la,

pu

ede

n e

llos c

oge

r la

s m

osca

s; p

ero

ante

s, n

o.

T

od

o e

l d

ía e

stu

ve

ocu

pad

o e

n m

is a

ctivid

ad

es p

rofe

sio

-n

ale

s,

y e

ra y

a t

ard

e c

ua

ndo

reg

resé

a B

aker

Str

ee

t. S

he

rlock

Ho

lmes n

o h

ab

ía v

ue

lto

n.

Lle

ce

rca

de

las l

o d

e l

a n

o-

che,

pálid

o y

fatigado.

Acerc

óse a

l apa

rado

r y,

part

iendo u

n

Page 11: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

25

tro

zo

de

pan

, se

lo

de

voró

an

sio

sa

me

nte

, d

espu

és d

e lo

cu

al

be

bió

un

la

rgo

tra

go

de

agu

a.

-E

stá

con h

am

bre

-observ

é.

-M

uert

o de

ha

mbre

. N

o m

e he acord

ado

de com

er,

de

mo

do

que

no

he

to

ma

do

nin

n a

lime

nto

de

sd

e e

l d

esa

yu

no

.

-¿N

ing

un

o?

-Absolu

tam

en

te n

inguno

. N

o h

e t

enid

o t

iem

po n

i siq

uie

ra

para

pe

nsar

en e

llo.

-¿

Y c

óm

o h

an a

ndado s

us c

osas?

-B

ien.

-¿

Tie

ne

alg

un

a p

ista

?

-Y

a l

os t

engo a

trapados e

n e

l hueco d

e l

a m

ano

. E

l jo

ven

Op

ensha

w n

o q

ue

dará

sin

ve

ng

anza

po

r m

uch

o t

iem

po

. ¡V

a-

ya

, W

ats

on

! M

arq

moslo

s c

on

su

pro

pia

ma

rca

de f

áb

rica

. ¡E

s b

uena ide

a!

-

¿Q

qu

iere

uste

d d

ecir?

Tom

ó u

na

na

ranja

de

l apa

rador

y,

pa

rtié

ndo

la,

la e

str

ujó

p

ara

extr

ae

rle

las p

ep

as,

qu

e c

ayero

n s

obre

la

mesa

. E

ch

ó

cin

co d

e e

llas e

n u

n s

obre

, en c

uyo inte

rior

escribió

: “D

e S

.H.

a J

.C.”

Y,

después d

e c

err

arlo

, lo

dirig

ió a

: “C

apitá

n J

am

es

Calh

oum

, navío

Lone S

tar,

Savannah, G

eorg

ia”.

-Esta

ca

rta

esp

era

rá a

l cap

itá

n a

su

en

tra

da

al p

ue

rto

-d

ijo,

rié

ndo

se

en

tre

die

nte

s-.

Va

a c

ausarl

e n

oche

s d

e i

nso

mn

io,

ha

sta

q

ue

de

scu

bra

qu

e e

s un

p

resa

gio

ta

n se

gu

ro de

su

destino

, com

o lo fue a

nte

rio

rmen

te p

ara

Openshaw

.

-¿Y

quié

n e

s e

ste

ca

pitán C

alh

ou

m?

-E

l je

fe d

e la

pa

nd

illa

. T

am

bié

n a

trap

aré

a lo

s o

tros;

pe

ro a

él prim

ero

.

-¿C

óm

o lo r

astr

eó?

Sacó d

e s

u b

ols

illo u

n larg

o p

liego,

lleno d

e f

ech

as y

nom

-bre

s.

-H

e p

asa

do

to

do

el

día

con

su

ltan

do

los r

eg

istr

os y

arc

hi-

vo

s v

iejo

s d

e L

loyd

's,

sig

uie

nd

o la

ru

ta p

oste

rior

de

ca

da

una

de

las n

ave

s q

ue h

icie

ron e

sca

la e

n P

on

dic

herr

y e

n e

ne

ro y

fe

bre

ro de

18

83

. H

ab

ía 3

6 n

aves d

e re

gu

lar

tonela

je q

ue

, se

n i

nfo

rme

s,

ha

bía

n e

sta

do

allí

dura

nte

esos m

ese

s.

Una

26

de e

llas,

el

Lone S

tar,

atr

ajo

insta

ntá

neam

ente

mi

ate

nció

n,

pu

es,

si

bie

n f

igu

rab

a c

om

o h

ab

iend

o s

alid

o d

e L

on

dre

s,

su

no

mbre

es e

l q

ue

se

da

a u

no

de

los E

sta

dos d

e la

Un

ión

.

-Teja

s, seg

ún c

reo

.

-No e

sta

ba s

eg

uro

en

tonce

s n

i lo

esto

y a

hora

, pe

ro s

ab

ía

qu

e la

na

ve

de

bía

ser

de

ori

ge

n a

me

rican

o.

-¿

Y lue

go?

-Bu

sq

en

lo

s r

eg

istr

os d

e D

und

ee

, y c

ua

nd

o d

escu

brí

q

ue

la

na

ve

Lo

ne S

tar

hab

ía e

sta

do a

llí e

l 2

5 d

e e

ne

ro d

e

18

85

, m

is sosp

echa

s se

co

nfirm

aro

n.

En

se

gu

ida

a

ve

rig

üé

qu

é b

uq

ues h

ab

ía a

ctu

alm

en

te e

n e

l p

ue

rto

de

Lon

dre

s.

-¿

Sí?

-El

Lo

ne

Sta

r h

ab

ía a

rrib

ad

o a

qu

í e

n l

a s

em

an

a p

asa

da

. M

e f

ui

al

muelle

Alb

ert

y s

upe

que h

abía

salid

o d

el rí

o e

n l

as

prim

era

s h

ora

s d

e la

m

ad

ruga

da

d

e h

oy,

ap

rovech

an

do

la

alta m

are

a,

en

via

je d

e r

egre

so a

Savannah.

En v

ista

de

esto

, te

legra

fié a

Gra

vesend,

y s

upe q

ue la n

ave h

abía

pasado

por

allí

hacía

alg

ún t

iem

po;

y c

om

o s

opla

vie

nto

de

l E

ste

, no m

e

ca

be

du

da d

e q

ue

de

be e

sta

r m

ás a

llá d

e G

oo

dw

íns,

y n

o

muy lejo

s d

e la Isla

Wig

ht.

-¿

Qué

pie

nsa h

acer?

-¡O

h!

Ya

lo

te

ng

o e

n m

is m

an

os.

El y s

us d

os c

om

pañ

ero

s

so

n,

se

n

mis

in

form

acio

nes,

los

ún

icos

am

erica

nos

de

l b

uq

ue

. L

os d

em

ás s

on

fin

lan

deses y

ale

ma

nes.

He s

ab

ido,

tam

bié

n,

qu

e n

ingu

no d

e l

os t

res p

asó

la

no

che

a b

ord

o,

se

-g

ún

me

en

teré

po

r e

l estiba

do

r q

ue

ha

esta

do

em

ba

rcá

nd

ole

s

su

ca

rga

me

nto

. P

or

la f

echa

en

que

el

bu

qu

e d

e v

ela

en

qu

e

via

jan l

legue a

Savannah,

el

buquecorr

eo y

a h

abrá

lle

gado

co

n e

sta

cart

a,

y e

l cab

le h

ab

rá in

form

ad

o a

la p

olic

ía d

e a

llá

qu

e a

esto

s t

res c

aba

llero

s s

e le

s n

ecesita

aq

co

n u

rge

ncia

, p

or

acusárs

ele

s d

e a

sesin

ato

.

En

lo

s p

lan

es d

el

ho

mbre

, sin

e

mb

arg

o,

nu

nca

deja

d

e

haber

alg

una f

alla

, por

muy b

ien f

raguados q

ue e

sté

n;

y l

os

asesin

os d

e J

uan

Ope

nsha

w n

unca

recib

iero

n l

as p

ep

as d

e

na

ranja

qu

e l

es ha

brí

an

de

mostr

ad

o q

ue

o

tro

, ta

n a

stu

to y

resu

elto

com

o e

llos,

les s

eg

uía

la p

ista

. M

uy p

rolo

ng

ada

s y

Page 12: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

27

vio

lenta

s f

uero

n l

as t

em

pesta

des o

toñale

s e

se a

ño.

Por

mu-

ch

o

tiem

po

e

spe

ram

os

no

ticia

s

de

Sa

va

nn

ah

, a

ce

rca

del

Lone S

tar,

pe

ro n

unca n

os l

lega

ron.

Al

fin,

supim

os q

ue e

n

me

dio

de

l A

tlá

ntico

, e

ntr

e g

rand

es o

las,

se

ha

bía

n d

ivis

ado

re

sto

s d

estr

oza

do

s d

el

po

rta

de

p

op

a d

e la

n

ave

, co

n la

s

inic

iale

s L

. S

. g

rab

ada

s e

n s

u s

upe

rfic

ie; y e

so

fue

to

do

lo

qu

e

su

pim

os s

obre

la

su

ert

e q

ue

co

rrió

el Lon

e S

tar.

28

EL M

EN

DIG

O D

E L

A C

ICA

TR

IZ

Is

a W

hitn

ey,

herm

ano

de

l difun

to E

lía

s W

hitn

ey,

docto

r en

teolo

gía

, directo

r de

l C

ole

gio

de T

eolo

gía

de S

an J

org

e,

tenía

e

l vic

io d

el

op

io.

Se

gún

e

ntie

ndo

, lo

a

dq

uirió

po

r e

stú

pid

o

ca

pri

ch

o,

cu

an

do

esta

ba

en

el

co

leg

io,

pu

es h

ab

iend

o l

eíd

o

las d

escri

pcio

ne

s d

e D

e Q

uin

ce

y s

obre

sus p

rop

ios s

ue

ños y

se

nsacio

nes,

em

pa

su

tab

aco

e

n

láu

dan

o,

tra

tan

do

de

ob

ten

er

los m

ism

os e

fecto

s.

Co

mo

ha

ocurr

ido

a m

uch

os,

de

scub

rió q

ue

el

vic

io e

ra m

ás f

ácil

de a

dq

uirir q

ue d

e a

ba

n-

do

nar,

y p

or

lue

ngo

s a

ño

s c

on

tinu

ó s

iend

o e

scla

vo

de

la

dro

-g

a,

y o

bje

to d

e h

orr

or

y d

e co

mp

asió

n p

ara

su

s am

igo

s y

pariente

s.

M

e p

are

ce

qu

e t

od

avía

lo v

eo

, to

do

enco

gid

o e

n s

u s

illó

n,

co

n la

cara

lida

y m

acile

nta

y los p

árp

ad

os c

ald

os,

jug

and

o

co

n m

uñe

co

s q

ue

rep

resen

tab

an a

sus a

lum

no

s,

con

ve

rtid

o

en

un

ve

rda

de

ro d

espojo

de

l q

ue

fu

era

un

gra

n h

om

bre

.

Cie

rta n

oche

, e

n ju

nio

de

18

89

, to

caro

n l

a c

am

pa

nill

a a

la

ho

ra e

n q

ue

to

dos c

om

en

za

mo

s a

boste

za

r y a

mirar

la h

ora

. M

e l

eva

nté

de

mi

asie

nto

y m

i m

uje

r dejó

su

s c

ostu

ras e

n l

a

fald

a, dic

ien

do

con c

iert

o d

esalie

nto

:

-Alg

ún

en

ferm

o. V

as a

te

ne

r q

ue

sa

lir.

D

i u

n r

ezon

go

, p

ue

s a

ca

ba

ba

de

vo

lve

r a

ca

sa

de

spu

és d

e

un d

ía m

uy fatigoso.

O

ímo

s a

brir

la p

uert

a,

una

s c

uan

tas p

ala

bra

s d

ich

as d

e

prisa

, y lu

ego

, rá

pid

os pa

sos so

bre

e

l lin

óle

o.

Se

a

brió

la

p

ue

rta d

e n

ue

str

a h

ab

ita

ció

n y

en

tró

un

a s

eño

ra v

estid

a d

e

co

lor

oscuro

, co

n v

elo

ne

gro

.

-Me

excusará

n u

ste

des q

ue

ve

ng

a t

an

ta

rde -

co

me

nzó

por

decir,

y l

uego

, perd

iendo t

odo d

om

inio

de s

í m

ism

a,

corr

ió a

a

bra

zars

e d

e m

i m

uje

r y p

úsose a

so

lloza

r so

bre

su h

om

bro

-.

Page 13: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

29

¡Oh

! ¡M

e

en

cu

en

tro

e

n

un

a

dific

ulta

d

tan

gra

nd

e!

-gim

ió-.

¡N

ece

sito

ta

nto

qu

e m

e a

yu

de

n!

-P

ero

si es K

ate

Whitne

y -

dijo

mi m

uje

r, a

lzándole

el velo

- ¡Q

so

bre

sa

lto

me

ha

s d

ad

o K

ate

! ¡N

o t

e h

ab

ía r

econ

ocid

o

cuando e

ntr

aste

!

-No

sa

bía

qué

ha

ce

r; p

or

eso

vin

e d

irecta

me

nte

ha

cia

ti.

E

ra lo

de

sie

mp

re:

los q

ue t

en

ían

alg

una

aflic

ció

n v

en

ían

a

mi m

uje

r e

n b

usca

de

co

nsu

elo

.

-Te a

gra

de

zco q

ue t

e h

ayas a

cord

ado d

e m

í. A

hora

, sír

ve-

te u

n s

orb

o d

e v

ino m

ezcla

do c

on

agua

, y s

enta

da a

quí,

có-

modam

ente

, cuén

tanos l

o q

ue

te p

asa.

¿P

refie

res q

ue S

an-

tiago s

e r

etire

a d

escansar?

-¡O

h,

no,

no!

Tam

bié

n n

ecesito l

os c

onsejo

s y

la a

yu

da M

docto

r. S

e t

rata

de I

sa.

Ha e

sta

do f

uera

de c

asa d

esde h

ace

dos d

ías, y e

sto

y tan p

reocupada p

or

él.

N

o e

ra la

prim

era

ve

z q

ue e

lla n

os h

ab

ía h

ab

lado

de

l vic

io

de

su

marid

o,

a m

í, c

om

o m

éd

ico

, y a

mi m

uje

r, c

om

o a

ntig

ua

am

iga

y c

om

pa

ñera

de

cole

gio

. N

oso

tro

s l

a c

onso

láb

am

os y

apacig

uábam

os l

o m

ejo

r que

podía

mos.

¿S

abía

ella

dón

de

esta

ba

su

ma

rid

o?

¿S

erí

a p

osib

le q

ue

se

lo h

icié

ram

os v

ol-

ver?

Pare

ce que lo

era

. E

lla sabía

positiv

am

ente

que en

lo

s

últim

os t

iem

po

s,

cu

an

do a

su m

arid

o l

e v

en

ían

lo

s a

taq

ues,

so

lía

re

curr

ir a

un

fu

ma

de

ro e

n e

l e

xtr

em

o o

rien

tal

de

la

ciu

-d

ad

. H

asta

en

ton

ce

s s

us o

rgía

s s

e h

ab

ían

lim

ita

do

a u

n s

olo

día

, y v

olv

ía p

or

la t

ard

e,

crispado y

maltre

cho;

pero

en e

sta

ocasió

n e

l hech

izo l

e h

abía

dura

do c

uare

nta

y o

cho

hora

s,

y

se

gu

ram

en

te a

ún

esta

ba

allí

, e

n m

ed

io d

e la

he

z d

e lo

s m

ue

-lle

s,

inhala

ndo

el

veneno o du

rmie

ndo su bo

rrache

ra.

Ella

e

sta

ba

seg

ura

de

que

allí

po

drí

an

enco

ntr

arlo

, e

n e

l B

ar

de

Oro

, en

Upp

er

Sw

an

da

m. ¿

Pe

ro q

iba

a h

acer

ella

? ¿

Cóm

o

po

día

ella

-m

uje

r jo

ve

n y

tím

ida

- lle

gar

ha

sta

un

luga

r com

o

ése

y s

aca

r a

su

marid

o d

e e

n m

ed

io d

e l

os r

ufia

ne

s q

ue

lo

rod

ea

ban

?

H

e a

llí e

l caso

, y,

po

r sup

uesto

, n

o te

nía

m

ás q

ue

u

na

solu

ció

n.

¿N

o podrí

a yo escoltarla

hasta

ese punto

? P

ero

30

pe

nsá

nd

olo

mejo

r, ¿

qu

é o

bje

to t

end

ría

lle

va

rla

a e

lla?

Co

mo

médic

o d

e I

sa W

hitne

y,

yo t

enía

influencia

sobre

él, y

podrí

a

co

nseg

uir m

ejo

r m

i p

rop

ósito

ye

nd

o s

olo

. P

rom

etí

a s

u s

eño

-ra

, p

or

mi p

ala

bra

, q

ue

, si lo

ha

llab

a e

n la

direcció

n in

dic

ad

a,

lo d

esp

ach

arí

a a

su

casa

, e

n u

n c

och

e,

de

ntr

o d

e d

os h

ora

s.

Así,

pu

es,

die

z m

inuto

s m

ás t

ard

e h

ab

ía d

eja

do m

i sill

ón y

mi

ale

gre

sa

lon

cito

y m

e d

irig

ía a

tod

a p

risa e

n u

n c

oche

ha

cia

el

este

de

L

ond

res,

en

cum

plim

ien

to de

u

na

e

xtr

aña

m

isió

n,

co

mo

e

n ese

m

om

en

to m

e p

are

ció

, si

po

drí

a decir

cu

án

to

s e

xtr

a ib

a a

resu

ltar.

No

en

co

ntr

é g

rand

es d

ific

ulta

des e

n l

a p

rim

era

eta

pa

de

mi a

ve

ntu

ra.

Up

pe

r S

wa

nda

m e

s u

na

calle

ja r

uin

qu

e s

erp

en-

tea

de

trás d

e lo

s a

lto

s m

ue

lles a

l b

ord

e d

e la

rib

era

no

rte

del

río

hacia

el este

de

l P

ue

nte

de

Lo

nd

res.

En

tre

un

neg

ocio

de

rop

a v

ieja

y u

na

ta

bern

a,

de

sp

ués d

e b

aja

r un

os e

mp

ina

dos

pe

ldañ

os,

que

co

nd

ucía

n a

un

a e

ntr

ada

ne

gra

co

mo

bo

ca

de

lob

o,

enco

ntr

é e

l fu

ma

dero

q

ue

b

uscab

a.

Da

nd

o ord

en

a

l coch

ero

de

qu

e m

e a

gu

ard

ara

, bajé

los p

eld

os,

ga

sta

dos

po

r e

l in

ce

san

te t

rajín

de

lo

s b

orr

ach

os, y,

gra

cia

s a

la

in

cie

rta

lu

z q

ue

de

spe

día

una

mp

ara

de

ace

ite

sob

re l

a p

ue

rta

, p

u-

de

desco

rrer

el

cerr

ojo

e i

ntr

od

ucirm

e e

n u

na

pie

za

la

rga

y

baja

, d

e a

tmó

sfe

ra d

ensa y

pe

sa

da

con

el

hu

mo

del

op

io,

y

gu

arn

ecid

a a

am

bos l

ad

os d

e c

am

aro

tes d

e m

ad

era

, co

mo

los q

ue

se

ven

en

lo

s b

uq

ue

s d

e e

mig

ran

tes.

A

tra

vés d

e l

a p

enum

bra

po

día

n v

ers

e v

ag

am

ente

fig

ura

s

hum

ana

s,

en

extr

añas

y

fantá

stica

s

actitu

des,

agachad

as,

arr

odill

ada

s,

co

n l

a c

ab

eza

ha

cia

atr

ás y

la b

arb

a a

punta

nd

o

ha

cia

arr

iba

, m

ien

tras p

or

aq

y a

llá o

jos o

bscuro

s y

mo

rte

-cin

os f

ijab

an s

us m

ira

da

s s

obre

el

recié

n l

leg

ad

o.

En

me

dio

d

e la

d

ensa

so

mbra

, ch

isp

ea

ba

n pe

que

ños cír

cu

los d

e lu

z

rojiz

a,

que

ta

n

pro

nto

re

spla

nd

ecía

n

com

o

se

deb

ilita

ba

n,

se

n q

ue

el ve

ne

noso

con

ten

ido

que

ard

ía e

n las p

ipas m

e-

tálic

as se

a

viv

ara

o

m

eng

ua

ra.

La

m

ayo

ría

pe

rman

ecía

e

n

sile

ncio

, p

ero

alg

un

os m

urm

ura

ba

n c

onsig

o m

ism

os,

y o

tro

s

habla

ba

n e

ntr

e s

í en

voz e

xtr

a,

baja

y m

onó

tona

, con

fra

-ses esp

asm

ód

ica

s,

se

gu

ida

s d

e re

pen

tin

os sile

ncio

s;

ca

da

Page 14: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

31

cu

al

ma

scu

llab

a

su

s

pro

pio

s

pe

nsa

mie

nto

s,

import

án

do

le

poco l

as p

ala

bra

s d

e s

u v

ecin

o.

En e

l extr

em

o o

pue

sto

de

la

pie

za,

había

un b

raseri

llo e

ncendid

o,

junto

al

cual, e

n u

n t

a-

bure

te d

e m

adera

con t

res p

ata

s,

sentá

base

un v

iejo

larg

o y

flaco,

con l

a b

arb

a a

poyada e

n l

os p

uños y

los c

odos s

obre

la

s r

odill

as, m

iran

do fija

mente

el fu

ego.

A

l e

ntr

ar,

un

cri

ad

o m

ala

yo

, d

e c

olo

r cetr

ino

, se

apre

su

ró a

p

asa

rme

un

a p

ipa

co

n s

u p

rovis

ión

de d

rog

a,

se

ña

lán

do

me

un c

am

aro

te d

esocupado.

-G

racia

s.

No

ve

ng

o a

qu

ed

arm

e -

le d

ije-

Un

am

igo

mío

, e

l seño

r Is

a W

hitne

y, está

aquí y d

eseo h

abla

rle.

S

entí m

ovim

iento

y u

na e

xcla

mació

n a

mi

dere

cha

, y e

s-

cu

dri

ñan

do

en

la

lo

bre

gu

ez,

pu

de

ve

r a

Wh

itn

ey,

lido

, m

aci-

lento

y d

esgre

ñado, que m

e fija

ba la v

ista

.

-¡C

ara

mba

! E

s W

ats

on

-d

ijo.

Su

esta

do i

nsp

ira

ba

stim

a,

co

n t

od

os s

us n

erv

ios e

n a

gita

ció

n-.

Díg

am

e,

Wa

tson

, ¿

qu

é

ho

ra e

s?

-Cerc

a d

e las o

nce

.

-¿D

e q

ué d

ía?

-Vie

rne

s, 1

9 d

e ju

nio

.

-¡S

an

to c

iclo

! C

reí

qu

e e

ra jueves;

y e

s jueves.

¿P

ara

qué

quie

re a

tem

ori

zarm

e?

C

on

esto

, ocu

ltó

su

cara

en

tre

lo

s b

razos y com

enzó a

la

nza

r a

gu

dos s

ollo

zo

s.

-L

e a

seg

uro

a u

ste

d q

ue

es v

iern

es.

Su

muje

r lo

ha

esta

do

ag

uard

an

do

de

sd

e h

ace

do

s d

ías. ¡D

eb

iera

darle

ve

rgü

enza

!

-La t

engo.

Pero

uste

d e

stá

equiv

ocado,

Wats

on,

pu

es s

ólo

he e

sta

do

aqu

í unas c

uanta

s h

ora

s,

y h

e f

um

ado

, tr

es,

cuatr

o

pip

as;

no

re

cu

erd

o c

nta

s.

Ah

ora

me

iré

con

uste

d.

No

qu

e-

rría

asusta

r a K

ate

, la

pobre

cita.

¡Dé

me l

a m

ano!

¿T

iene

co-

ch

e?

-Sí;

tengo u

no q

ue m

e e

spe

ra.

-E

nto

nces m

e i

ré e

n é

l. P

ero

esto

y d

ebie

ndo a

lgo.

Ave

rí-

güem

e c

uán

to e

s,

Wats

on.

Esto

y a

lgo d

ébil.

No p

uedo h

acer

nada.

32

A

va

ncé

po

r e

l estr

ech

o p

asad

izo e

ntr

e l

a d

oble

hile

ra d

e

fum

ad

ore

s,

co

nte

nie

nd

o e

l a

lien

to p

ara

no

resp

ira

r lo

s d

ete

s-

table

s y

enerv

ante

s v

apore

s d

e la

dro

ga

, en b

usca d

el re

gen-

te.

Al p

asar

al la

do d

el vie

jo q

ue

esta

ba ju

nto

al bra

sero

, sentí

un b

rusco t

irón d

e m

i abrigo

y o

í qu

e a

lgu

ien m

e d

ecía

en

voz

baja

:

-Sig

a d

e larg

o y

de

sp

s m

íre

me

desde

lejo

s.

T

ale

s p

ala

bra

s l

leg

aro

n h

asta

mis

oíd

os c

on p

erf

ecta

cla

-rid

ad

. M

iré

ha

cía

abajo

, p

ue

s n

o p

od

ían

ha

ber

ve

nid

o d

e o

tro

que d

el

vie

jo q

ue t

en

ía a

mi

lado

; pero

éste

co

ntinuab

a t

an

abso

rto c

om

o s

iem

pre

, m

uy f

laco,

arr

uga

do,

agach

ado

po

r el

pe

so

de

lo

s a

ños,

y c

on

un

a p

ipa

de

op

io s

obre

su

s r

od

illas,

co

mo

si d

e p

ura

la

ng

uid

ez s

us d

ed

os la h

ub

iera

n d

eja

do

res-

bala

r. D

i dos p

asos a

dela

nte

y m

e d

i vuelta.

Tuve q

ue d

om

i-n

arm

e

co

n

tod

as

mis

ene

rgía

s

pa

ra

repri

mir

u

n

gri

to

de

aso

mb

ro.

Se

ha

bía

pu

esto

de

espa

ldas d

e m

od

o q

ue

na

die

, sin

o y

o p

od

ía v

erlo

. S

us f

orm

as p

are

cía

n h

ab

ers

e r

elle

na

do

, sus a

rru

gas d

esa

pare

cid

o,

sus a

pa

gado

s o

jos r

ecob

rado

su

brí

o,

y a

llí,

sen

tad

o ju

nto

al fu

eg

o y

co

n s

u s

on

risa b

urlo

na a

l co

nte

mp

lar

mi

so

rpre

sa

, e

sta

ba

na

da

m

en

os q

ue

S

he

rlock

Holm

es.

Híz

om

e u

n le

ve

ad

em

án p

ara

qu

e m

e le

apro

xim

ara

, e

in

sta

ntá

nea

mente

, a

l vo

lver

de nu

evo su ro

str

o h

acia

la

co

ncurr

encia

, re

co

bró

su

a

spe

cto

d

e d

ecré

pita

y b

ab

ea

nte

se

ne

ctu

d.

Ho

lme

s!

-excla

mé-

¿Q

ué d

em

on

ios h

ace

en

este

cuch

i-tr

il?

-Baje

la

voz l

o m

ás p

osib

le -

co

nte

stó

- T

en

go

exce

len

tes

oíd

os.

Si

uste

d t

uvie

ra l

a g

ran

am

ab

ilid

ad

de

despre

nde

rse

de

ese

bo

rrach

ín d

e s

u a

mig

o,

me

ag

rad

arí

a m

ucho

co

nver-

sa

r do

s p

ala

bra

s c

on

uste

d.

-T

engo e

l coche e

n la p

uert

a.

-E

nto

nces,

po

r fa

vo

r, m

án

de

lo a

su

ca

sa

. P

ued

e u

ste

d

esta

r tr

anquilo

re

specto

de

él, p

ue

s e

stá

dem

asia

do

ma

ltre

-cho p

ara

que le h

aga n

inguna d

iab

lura

. T

am

bié

n m

e p

erm

itir-

la r

eco

me

nda

rle

qu

e e

nvia

ra u

na

no

ta a

su

muje

r, e

n q

ue

le

Page 15: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

33

diría

que v

a a

com

part

ir m

i su

ert

e e

n u

na a

ve

ntu

ra.

Si

me

espe

ra a

fue

ra, m

e junta

ré c

on u

ste

d d

en

tro d

e c

inco m

inuto

s.

L

as p

eticio

nes d

e H

olm

es e

ran

sie

mp

re t

an

te

rmin

ante

s y

fo

rmu

lad

as c

on

ta

l a

ire

de p

red

om

inio

, q

ue

era

difíc

il re

sis

tír-

se

le.

Con

sid

eré

, n

o o

bsta

nte

, q

ue

, d

esp

ués d

e d

eja

r a

Wh

it-

ne

y in

sta

lado e

n e

l coch

e,

mi

mis

ión e

sta

ba

prá

ctica

men

te

term

inada;

y e

n c

uanto

a l

o d

em

ás,

no

po

día

dese

ar

nada

m

ejo

r q

ue a

so

cia

rme

con

mi a

mig

o e

n u

na

de

aq

ue

llas s

ingu

-la

res aven

tura

s que constitu

ían la

no

rmal

condic

ión

de su

exis

tencia

. E

n e

l espacio

de p

ocos m

inuto

s e

scribí

la n

ota

a

mi

muje

r, p

agué l

a c

uenta

de W

hitney,

lo c

onduje

al

coche y

lo

vi ale

jars

e e

n m

edio

de

la

obscuridad.

Muy p

ronto

salió

de

l fu

ma

dero

la

de

cré

pita

fig

ura

de

l vie

jo,

y m

e h

allé

ca

min

ando

po

r la

ca

lle c

on

Sh

erl

ock H

olm

es.

Por

do

s c

ua

dra

s a

rra

str

ó

los p

ies,

con

pa

so

in

cie

rto

y e

sp

ald

as g

acha

s.

De

spu

és,

dan

-d

o u

na

pid

a m

irad

a a

su

alre

de

do

r, s

e e

nd

ere

y s

oltó

la

ca

rca

jad

a c

on

to

da

s g

an

as.

-S

up

on

go

, W

ats

on -

me

dijo

-, q

ue

uste

d s

e i

ma

gin

a q

ue

al

vic

io d

e l

a c

oca

ína y

to

das l

as d

em

ás d

eb

ilid

ade

s q

ue

uste

d

me c

ensura

, he a

gre

gado e

l del opio

.

-Por

cie

rto q

ue

me s

orp

rend

í de e

ncontr

arlo a

llí.

-P

ero

no

ta

nto

com

o m

e sorp

rend

í yo

d

e e

ncon

tra

rlo a

uste

d.

-V

ine a

buscar

a u

n a

mig

o.

-Y

a e

nco

ntr

ar

a u

n e

nem

igo

.

-¿U

n e

nem

igo?

-S

í; u

no

de

mis

ene

mig

os n

atu

rale

s,

o,

mejo

r d

icho

, u

na

de m

is p

resas.

En d

os p

ala

bra

s,

Wats

on

, e

sto

y e

mbarc

ado

en u

na n

ota

ble

pesquis

a,

y h

e t

enid

o e

spera

nzas d

e d

escu-

brir

un

a p

ista

va

ga

nd

o s

in r

um

bo

fijo

po

r lo

s a

ntr

os d

e e

sto

s

bo

rrach

ine

s,

co

mo o

tra

s v

eces l

o h

e h

echo

. S

i m

e h

ub

iera

n

reconocid

o e

n a

quella

cueva,

no h

abrí

a s

alid

o c

on v

ida;

por

cu

an

to la

he

em

ple

ad

o a

nte

riorm

en

te p

ara

la

con

se

cu

ció

n d

e

mis

pro

pio

s f

ines,

y e

l bribón M

indosta

no q

ue l

o a

dm

inis

tra

ha jura

do

vengars

e e

n m

í. E

n la p

art

e t

rasera

de e

se e

dific

io,

cerc

a d

e la e

squin

a d

e P

aul's

Wharf

, hay u

na

tra

mpa

que,

de

34

po

der

ha

bla

r, c

on

tarla

curio

sas h

isto

rias d

e lo

qu

e p

or

ella

ha

pasado e

n n

oches tenebro

sas.

Qu

é! N

o q

ue

rrá

uste

d d

ecir p

ers

ona

s...

Ay!

Ca

vere

s,

Wa

tso

n.

Se

ría

mos r

ico

s s

i n

os d

iera

n m

il lib

ras p

or

cad

a p

ob

re d

iab

lo q

ue

ha

en

con

tra

do

la

mu

ert

e e

n

esa

cue

va

. E

s la

s r

uin

de

to

das las t

ram

pa

s q

ue

ha

y e

n la

ribera

del

río,

y t

em

o q

ue N

evill

e S

t. C

lair h

aya e

ntr

ado e

n

ella

para

no

sa

lir n

unca

s.

Pe

ro n

uestr

o c

oche

ya d

eb

iera

esta

r aquí.

Lle

vóse l

os d

edos í

ndic

es a

la

bo

ca y

dio

un

penetr

ante

silb

ido,

que

fu

e c

onte

sta

do

desde

lejo

s p

or

otr

a s

eña

l sim

ilar,

se

gu

ida d

en

tro

de p

oco p

or

el ru

ido

de

ru

ed

as y

de

ca

scos d

e

ca

ba

llos.

-A

hora

, W

ats

on -

me d

ijo H

olm

es a

l ap

are

cer

en

medio

de

la o

bscu

rid

ad u

n c

oche

lig

ero

cu

yas l

inte

rnas l

ate

rale

s d

es-

pe

día

n d

ora

do

s d

este

llos-,

uste

d s

e v

en

drá

co

nm

igo,

¿n

o e

s

así?

-S

i puedo s

erle ú

til...

Oh

! U

n com

pa

ñero

d

e co

nfian

za es sie

mp

re ú

til, y un

cro

nis

ta,

más a

ún.

Mi

habitació

n e

n “

Lo

s C

edro

s”

tien

e d

os

ca

mas.

-¿

Los C

ed

ros?

-Sí; la c

asa d

el seño

r S

t. C

lair.

Esto

y v

ivie

ndo a

llí m

ien

tras

realiz

o e

sta

pe

squis

a.

-¿

Y d

ónde e

s?

-Cerc

a d

e L

ee

, e

n K

en

t. T

en

em

os u

na

jo

rna

da

de

sie

te

mill

as p

or

de

lan

te.

-P

ero

no

sé n

ada d

el asun

to.

-C

laro

que n

o.

Dentr

o d

e p

oco l

o s

abrá

todo.

Salte a

mi

lado.

Está

bie

n,

Juan,

no t

e n

ecesitam

os.

Aquí

tienes m

edia

coro

na.

Búscam

e

mañana,

alrededor

de

las

on

ce.

¡Hasta

lu

ego, ento

nces!

D

io u

n l

igero

fu

sta

zo

al

ca

ba

llo y

no

s l

an

za

mos p

or

una

sucesió

n i

nte

rmin

ab

le d

e c

alle

s s

om

brí

as y

so

lita

rias,

qu

e s

e

ensa

nch

aba

n g

radua

lmente

, h

asta

en

contr

arn

os c

ruza

ndo

un

an

ch

o p

ue

nte

de

ba

laustr

ad

as,

mie

ntr

as p

or

de

bajo

de

no

so

-

Page 16: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

35

tros

el

río se

desliz

aba

bre

go

y

pere

zoso.

Más

allá

del

puente

había

otr

o t

riste

de

sie

rto d

e l

adrillo

s y

te

chos,

cuyo

sile

ncio

era

in

terr

um

pid

o s

ólo

por

los p

esad

os y

metó

dic

os

trancos d

e a

lgún g

uard

ián,

o p

or

los g

rito

s y

canto

s d

e a

lgún

gru

po d

e t

rasnochadore

s.

Nube

s o

pacas c

ruzaban I

enta

men-

te e

l cie

lo,

y u

na q

ue o

tra e

str

ella

titila

ba d

ébilm

en

te p

or

entr

e

los c

laro

s.

Ho

lme

s m

an

eja

ba

en

sile

ncio

, co

n l

a c

abe

za

incli-

na

da

so

bre

e

l p

ech

o,

com

o a

bso

rto

e

n sus pe

nsa

mie

nto

s,

mie

ntr

as y

o,

senta

do a

su l

ado,

esta

ba l

leno d

e c

uriosid

ad

po

r sa

be

r cuá

l p

odrí

a s

er

el

obje

to d

e e

sta

nu

eva

pe

sq

uis

a

qu

e

tan

pro

fun

da

me

nte

p

are

cía

p

reocu

pa

rlo

; p

ero

n

o

me

atr

evía

a i

nte

rrum

pir e

l curs

o d

e s

us p

ensa

mie

nto

s.

Ha

bía

-m

os y

a r

ecorr

ido v

arias m

illas y

com

enzado a

lle

gar

a la z

ona

d

e l

as q

uin

tas r

ura

les,

cua

nd

o m

i co

mp

ero

, e

ncog

ién

do

se

de h

om

bro

s,

encendió

su p

ipa,

con a

ire

de e

sta

r sa

tisfe

cho

de

sus p

rop

ios a

cto

s.

-T

iene

uste

d e

l gra

n d

on d

el

sile

ncio

, W

ats

on –

díjom

e-E

n

este

sen

tid

o,

es uste

d un

co

mp

ero

in

apre

cia

ble

. P

or

mi

pa

labra

, q

ue e

s g

ran

co

sa

para

ten

er

alg

uie

n c

on

qu

ien

co

nvers

ar,

pu

es m

is p

ropio

s p

ensa

mie

nto

s n

o s

on

de

l to

do

agra

dable

s.

Pensaba e

n q

ué d

iré a

esta

encanta

dora

muje

rci-

ta e

sta

noche, cuando m

e e

ncuentr

e e

n la p

uert

a.

-O

lvid

a u

ste

d q

ue y

o n

o s

é n

ad

a.

-A

lcan

za

ré a

im

po

nerl

o a

uste

d d

e l

os h

ech

os a

nte

s d

e

qu

e l

leg

ue

mos a

Le

e.

Pare

ce

ser

alg

o e

xtr

em

ada

men

te s

en

-cill

o,

y,

sin

em

ba

rgo

, n

o le

e

ncu

en

tro

a

sid

ero

a

lgun

o.

Ha

y

muchos h

ilos,

sin

duda;

pe

ro n

o p

uedo l

lega

r al

fin d

e l

a m

a-

deja

. V

oy a

explic

arle

el

caso c

lara

y c

oncis

am

ente

, W

ats

on

, y p

ud

iera

ser

qu

e u

ste

d v

iera

alg

un

a c

his

pa

don

de y

o s

ólo

ve

o o

scu

rid

ad

.

-Adela

nte

, ento

nces.

-H

ace

alg

un

os a

ño

s,

para

se

r p

recis

o e

n m

ayo

de

18

84,

vin

o a

Le

e u

n c

aba

llero

lla

ma

do

Ne

vill

e S

t. C

lair,

qu

ien

pare

-cía

te

ner

basta

nte

fo

rtuna

. E

sta

ble

ció

se

e

n un

a esp

acio

sa

qu

inta

, tr

azó h

erm

osos ja

rdin

es y,

en

g

en

era

l, viv

ía co

mo

gra

n s

or.

Gra

du

alm

en

te,

fue

ha

cié

nd

ose

de

am

ista

des e

n

36

el ve

cin

dari

o;

en

18

87

se

ca

co

n la

hija

de

un

cerv

ecero

de

la l

ocalid

ad,

y e

n l

a h

ora

pre

sente

es p

adre

de d

os h

ijos.

No

tenía

nin

gún

em

ple

o,

pero

esta

ba

inte

resado

en v

arias c

om

-p

ías;

y,

po

r re

gla

gen

era

l, i

ba

a l

a c

iud

ad

po

r la

s m

anas

y r

eg

resab

a t

od

as l

as n

och

es d

e C

an

no

n S

tre

et,

por

el

tre

n

de 5

.14.

El

señor

St.

Cla

ir c

uen

ta a

hora

tre

inta

y s

iete

años;

es h

om

bre

de

bito

s m

od

era

dos,

bu

en

ma

rid

o,

pad

re m

uy

ca

riñ

oso

, y

qu

erid

o

por

tod

os

los

que

lo

co

no

cen

. P

ue

do

a

gre

garl

e q

ue

el

tota

l d

e s

us d

eu

das,

se

n h

em

os p

od

ido

co

mpro

ba

r, a

scie

nd

e

en

este

m

om

en

to

a

och

en

ta

y

och

o

libra

s y

die

z c

he

lines;

mie

ntr

as q

ue

en e

l B

an

co

tie

ne

a s

u

favo

r la

su

ma

de

doscie

nta

s v

ein

te l

ibra

s.

Por

consig

uie

nte

, n

o h

ay r

azó

n p

ara

su

pon

er

qu

e h

aya

ten

ido

dific

ultad

es e

co-

nóm

icas.

“E

l lu

ne

s p

asado,

el

señor

St. C

lair f

ue a

la c

iud

ad m

ás

tem

pra

no

que

d

e costu

mb

re,

hacie

ndo

, a

nte

s d

e p

art

ir,

la

ob

se

rvació

n d

e q

ue

ten

ia q

ue

cu

mp

lir d

os im

po

rta

nte

s e

ncar-

gos y

que t

raerí

a a

su h

ijito

una c

aja

de c

ubo

s p

ara

juga

r.

Ah

ora

bie

n,

po

r p

ura

casua

lida

d,

ese

mis

mo

lun

es,

po

co

de

s-

pu

és d

e s

u p

art

ida

, su

muje

r re

cib

ió u

n t

ele

gra

ma

en

que

le

avis

aba

n q

ue

u

na

pe

queñ

a en

co

mie

nd

a de

ba

sta

nte

va

lor,

e

spe

rad

a p

or

ella

de

sd

e h

acía

tie

mp

o,

esta

ba

a s

u d

ispo

si-

ció

n e

n la

s o

ficin

as de

la

C

om

pa

ñía

N

avie

ra A

be

rdee

n.

Si

uste

d c

on

oce b

ien

las c

alle

s d

e L

on

dre

s,

sab

rá q

ue

la

s o

fici-

na

s d

e la

Com

pa

ñía

está

n e

n la

ca

lle F

resno

, q

ue

es r

am

a d

e

Up

pe

r S

wan

da

m,

do

nd

e u

ste

d m

e e

nco

ntr

ó a

noch

e.

La

se

ño

-ra

de

St.

Cla

ir s

e d

esa

yunó

, p

art

ió p

ara

la

ciu

da

d,

hiz

o a

lgu

-n

as co

mp

ras,

fue a la

s oficin

as d

e la

C

om

pañía

, re

tiró

su

en

co

mie

nd

a,

y p

recis

am

ente

a l

as 4

.35

se

encon

traba

ca

mi-

nando p

or

la c

alle

Sw

anda

m,

de r

egre

so a

la e

sta

ció

n.

¿M

e

ha

co

mp

ren

did

o U

d.?

-La c

uestión e

s m

uy c

lara

.

-Com

o u

ste

d re

cord

ará

, el

lun

es fu

e un

d

ía e

xtr

em

ad

a-

mente

calu

roso,

y l

a s

eñora

St.

Cla

ir c

am

inaba c

on l

entitu

d,

mira

nd

o a

su

a

lred

edo

r, c

on

la

esp

era

nza

d

e e

nco

ntr

ar

un

coch

e,

pu

es e

l ve

cin

dari

o e

n q

ue

se h

alla

ba

n

o era

de

su

Page 17: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

37

agra

do.

Mie

ntr

as a

cam

inaba p

or

la c

alle

Sw

andam

, la

se-

ño

ra o

un

a e

xcla

mació

n o

s b

ien

un

grito

, y q

ued

ó p

ara

-liz

ada

de

horr

or

al co

nte

mpla

r a

su

ma

rido

qu

e,

desd

e la

ve

n-

tan

a d

e u

n s

eg

und

o p

iso

, la

mirab

a y

le h

acía

señ

as.

La

ve

n-

tana e

sta

ba

abie

rta,

y p

udo v

erle l

a c

ara

perf

ecta

mente

, por

la cua

l re

ve

lab

a ha

llars

e e

n esta

do

d

e in

me

nsa

a

gita

ció

n.

Mo

vía

sus m

an

os f

ren

ética

me

nte

, ha

cié

ndole

señas,

y d

es-

pués d

esapare

ció

de la v

enta

na s

úbitam

ente

, com

o a

rrebata

-d

o p

or

un

a f

ue

rza

irr

esis

tible

. U

n d

eta

lle c

uri

oso

qu

e n

o e

sca

-p

ó a

sus p

ers

pic

aces o

jos d

e m

uje

r es q

ue

, si

bie

n l

leva

ba

chaqueta

obscura

, com

o a

l salir

de

su c

asa,

esta

ba s

in c

uello

ni corb

ata

.

“Con

vencid

a d

e q

ue a

lgo a

norm

al

ocurr

ía,

bajó

los p

eld

a-

ño

s a

to

da

prisa

, p

ue

s la

ca

sa

no

era

otr

a q

ue

el fu

ma

de

ro d

e

op

io e

n q

ue m

e e

ncon

tró u

ste

d a

no

ch

e,

y,

cru

zan

do la

pue

rta

d

e c

alle

, in

ten

tó s

ub

ir l

a e

sca

lera

qu

e c

on

ducía

al

seg

un

do

pis

o.

Al p

ie d

e e

lla,

sin

em

ba

rgo

, se

enco

ntr

ó c

on

el m

alv

ad

o

ind

osta

no

de q

uie

n l

e h

e h

ab

lad

o,

qu

ien

la

co

ntu

vo

y,

co

n e

l auxili

o d

e u

n d

anés q

ue a

ctú

a a

llí c

om

o s

u a

yuda

nte

, la

echó

a e

mp

ello

nes a

la

ca

lle.

Lo

ca

de

incert

idu

mbre

y d

e t

em

or,

e

chó

a c

orr

er

y t

uvo

la

rara

fort

un

a d

e t

rop

ezar,

en l

a c

alle

F

resn

o,

co

n u

n g

rupo

de

alg

uacile

s a

ca

rgo

de

un

in

spe

cto

r,

qu

e ib

an

a

ha

cer

su

ro

nda

. E

l in

sp

ecto

r y do

s h

om

bre

s la

acom

pañaro

n h

asta

la c

asa e

n c

uestión

, y,

vencie

ndo

la r

e-

sis

ten

cia

opue

sta

po

r e

l du

o,

lleg

aro

n a

la

ha

bitació

n e

n

que e

l seño

r S

t. C

lair h

abía

sid

o v

isto

recie

nte

men

te;

pero

no

había

ni

seña

les d

e é

l. E

n r

ea

lida

d,

en

todo

ese p

iso

no

en

-contr

aro

n a

lma

viv

iente

, salv

o u

n m

isera

ble

tulli

do

de a

specto

re

pugnante

, quie

n,

al

pa

recer,

se cobija

ba

a

llí.

Tanto

éste

com

o

el

indo

sta

no

jura

ron

resueltam

ente

que

nadie

m

ás

había

esta

do en la

pie

za de la

calle

dura

nte

la

ta

rde.

Ta

n

po

rfia

da

s e

ran

sus n

ega

tiva

s,

que

el

insp

ecto

r qu

edó p

erp

le-

jo,

y c

asi com

enzaba a

cre

er

que la s

eñora

St.

Cla

ir s

e h

abía

e

ng

ad

o,

cu

an

do

de

rep

en

te,

da

ndo é

sta

un

gri

to,

se a

ba

-la

nzó s

obre

una c

ajit

a d

e e

nvase q

ue e

sta

ba s

obre

la m

esa y

le

arr

ancó la t

apa:

de s

u inte

rio

r sa

lió u

na

ve

rda

de

ra c

asca

da

38

de

cu

bo

s p

ara

niñ

os,

que

era

el ju

gue

te q

ue

su

mari

do

ha

bía

pro

metido lle

var.

“Este

descubrim

iento

y la

manifie

sta

confu

sió

n d

el in

válid

o

reve

laro

n a

l in

spe

cto

r qu

e l

a c

uestió

n e

ra s

eri

a.

Las h

ab

ita

-cio

ne

s f

uero

n o

bje

to d

e u

n p

rolij

o e

xam

en

, y t

od

o h

acía

pe

n-

sa

r e

n un

crim

en

a

bo

min

ab

le.

La

p

ieza

d

e la

ca

lle e

sta

ba

am

ob

lad

a m

od

esta

me

nte

co

mo

sa

lón

, y c

on

ducía

a u

n p

e-

qu

eño

dorm

ito

rio

qu

e d

aba a

l re

spa

ldo

de

un

o d

e lo

s m

ue

lles.

Entr

e é

ste

y la

venta

na d

el dorm

itorio h

ay u

na a

ngo

sta

fra

nja

, seca

du

ran

te l

a b

aja

mare

a,

pero

cu

bie

rta

de

cu

atr

o p

ies y

m

ed

io d

e a

gu

a,

po

r lo

m

en

os,

cu

ando

la

m

are

a su

be

. A

l e

xa

min

ar

se

de

scub

riero

n i

nd

icio

s d

e s

angre

sobre

la

sole

ra,

y v

arias g

ota

s a

isla

das e

n e

l su

elo

. A

mo

nto

nad

as d

etr

ás d

e

un

a c

ort

ina

, e

n l

a p

ieza d

e l

a c

alle

, esta

ba

n t

od

as l

as r

op

as

de

l se

ñor

St.

Cla

ir,

con

exce

pció

n d

e s

u c

haq

ue

ta.

Sus b

ota

s,

sus c

alc

etines,

su s

om

bre

ro,

su r

elo

j, t

odo e

sta

ba a

llí.

Esta

s

pre

nd

as n

o p

rese

nta

ba

n n

ing

una

se

ña

l d

e v

iole

ncia

; y f

ue

ra

de

ella

s,

no

ha

bía

más s

ale

s d

e s

u d

ue

ño

. P

or

la v

en

tan

a

ten

ía q

ue

hab

er

sa

lido

, seg

ún

to

das l

as a

pa

rien

cia

s,

pu

es n

o

se

descu

brió

nin

gun

a o

tra

sa

lida

, y la

s s

inie

str

as m

anch

as d

e

sa

ng

re s

obre

la

so

lera

dab

an

pocas e

sp

era

nzas d

e q

ue p

u-

die

ra h

ab

ers

e s

alv

ad

o n

ad

an

do

, p

ue

s l

a m

arc

a h

abía

alc

an-

zado

su m

áxim

a a

ltura

en

el m

om

ento

de

la tra

gedia

.

“Ahora

dos p

ala

bra

s a

cerc

a d

e los b

ella

cos q

ue

ap

are

cía

n

directa

men

te im

plic

ad

os e

n e

l a

sun

to.

El in

do

sta

no

era

co

no-

cid

o c

orn

o ind

ivid

uo

de

pésim

os a

nte

ced

en

tes;

pe

ro c

om

o,

de

acue

rdo

co

n l

a v

ers

ión

de l

a s

ora

St. C

lair s

e s

ab

ía q

ue

ha

bía

esta

do a

l p

ie d

e l

a e

sca

lera

a l

os p

oco

s i

nsta

nte

s d

e

apare

cer

el

señor

St. C

lair e

n l

a v

enta

na,

no p

odía

se

r m

ás

qu

e s

imp

le c

óm

plic

e e

n e

l crim

en

. S

u d

efe

nsa

se

basó

en

su

ab

so

luta

ign

ora

ncia

de

todo

lo

ocurr

ido

; a

legó

que

no

te

nía

co

no

cim

ien

to a

lgu

no

de

los a

cto

s d

e H

ug

o B

oorí

e,

su

in

qu

ili-

no

, y q

ue

no

p

od

ía da

r e

xp

licacio

ne

s d

e n

ingu

na e

sp

ecie

re

sp

ecto

de

la

pre

se

ncia

, e

n a

qu

el

sitio

, d

e l

as r

op

as d

el

ca-

ba

llero

desap

are

cid

o.

Esto

po

r lo

qu

e h

ace

al

ad

min

istr

ad

or

ind

osta

no

.

Page 18: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

39

“E

n cua

nto

al

sin

iestr

o tu

llid

o q

ue

h

ab

ita

e

n e

l se

gu

nd

o

pis

o d

el

fum

adero

, y q

ue c

on t

oda c

ert

eza f

ue e

l últim

o q

ue

vio

al

señor

St.

Cla

ir,

su n

om

bre

es H

ug

o B

oon

e y

su c

ara

re

pugnante

es f

am

iliar

a t

odos l

os q

ue v

an c

on m

uch

a f

re-

cu

en

cia

a

la

ciu

da

d.

Es u

n m

end

igo

p

rofe

sio

na

l, b

ien

qu

e,

pa

ra b

urla

r lo

s r

eg

lam

en

tos d

e p

olic

ía,

pre

tend

e d

edic

ars

e a

la

ve

nta

de

ce

rilla

s.

Al

com

ien

zo

de

la c

alle

Thre

adn

ee

dle

, a

l la

do iz

quie

rdo

, com

o uste

d habrá

vis

to,

la pare

d hace un

rinconcito.

Allí

se s

ienta

dia

riam

ente

este

indiv

iduo,

con l

as

pie

rna

s c

ruzad

as,

y u

n p

eq

ue

ño

su

rtid

o d

e c

erilla

s e

n s

u r

e-

gazo;

y,

corn

o s

u a

spe

cto

inspira c

om

pasió

n,

la c

aridad p

ú-

blic

a lo

fa

vo

rece

co

n p

eq

ue

ñas lim

osn

as q

ue

él re

cog

e e

n u

n

gra

sie

nto

go

rro

de

cue

ro,

qu

e t

ien

de

en

el

sue

lo,

a s

u l

ado

. M

ás d

e u

na

ve

z h

e o

bserv

ad

o a

este

pája

ro,

an

tes d

e p

ensar

siq

uie

ra q

ue

lle

ga

ría

a c

ono

cerlo

en

mis

activid

ad

es p

rofe

sio

-nale

s,

y m

e h

e s

orp

rendid

o d

el

éxito q

ue h

a t

enid

o e

n c

ort

o

tiem

po.

Su a

pariencia

es t

an e

xtr

aord

inaria,

que,

co

rno

uste

d

co

mpre

nd

erá

, n

ad

ie d

eja

de

mirarlo

: u

n p

elo

tu

pid

o c

olo

r an

a-

ranja

do

, u

na

ca

ra p

álid

a,

de

sfig

ura

da

por

una

horr

ible

cic

atr

iz

que,

al

contr

aers

e,

levanta

el

extr

em

o d

el

labio

supe

rior,

una

barb

a d

e p

err

o d

e p

resa,

y u

n p

ar

de

pen

etr

an

tes o

jos o

bscu

-ro

s q

ue

con

tra

sta

n v

iva

men

te c

on

el co

lor

de

su

pe

lo;

tod

o lo

cu

al

lo h

ace d

esta

cars

e e

n m

ed

io d

e la

m

uch

ed

um

bre

de

me

nd

igo

s corr

ien

tes,

de

lo

s q

ue

ta

mbié

n sob

resa

le p

or

su

ing

en

io,

pu

es s

iem

pre

está

lis

to p

ara

con

testa

r cu

alq

uie

r ch

is-

te q

ue l

e l

ancen l

os t

ranse

únte

s.

Tal

es e

l in

div

iduo q

ue,

se-

gún a

hora

sabem

os,

es inquili

no e

n e

l fu

madero

de o

pio

y f

ue

el últim

o q

ue v

io a

l caballe

ro q

ue b

uscam

os.

-

¡Pe

ro u

n t

ulli

do

! -d

ije-.

¿Q

po

drí

a h

ab

er

he

ch

o é

l so

lo

contr

a u

n h

om

bre

en

la lozanía

de

la v

ida?

-E

s tu

llid

o e

n e

l se

ntid

o d

e q

ue

coje

a a

l a

nd

ar;

pe

ro, d

esd

e

otr

os a

specto

s,

pare

ce s

er

fuert

e y

robusto

. S

egura

mente

su

experiencia

médic

a l

e d

irá,

Wats

on,

que l

a d

ebili

da

d e

n u

n

mie

mb

ro a

me

nu

do

está

co

mp

ensad

a p

or

excep

cio

na

l vig

or

en

lo

s o

tro

s.

-P

or

favor,

continúe s

u r

ela

to.

40

-L

a s

eño

ra S

t. C

laire

se

de

sm

ayó a

la

vis

ta d

e s

angre

en

la

ve

nta

na

y f

ue

pu

esta

en

un

coche

y e

sco

lta

da

po

r la

po

licía

h

asta

su

casa

, co

mo

qu

iera

qu

e s

u p

rese

ncia

no

le

s s

erv

ía d

e

nada.

El

inspecto

r B

art

on,

a c

uyo c

arg

o e

sta

ba l

a p

esquis

a,

hiz

o una re

vis

ión m

uy pro

lija del

local, pero

sin

enco

ntr

ar

na

da

qu

e a

rroja

ra luz e

n e

l a

sun

to.

Se

co

me

tió u

n e

rror

al n

o

arr

esta

r al tu

llido inm

edia

tam

ente

, pu

es s

e le

de

jaro

n a

lgunos

min

uto

s d

ura

nte

lo

s c

ua

les p

ud

o h

ab

ers

e c

om

un

icad

o c

on

su

am

igo

el

indo

sta

no

; p

ero

pro

nto

se re

paró

esta

fa

lta,

y se

d

etu

vo

y r

eg

istr

ó a

l tu

llid

o,

sin

pod

er

enco

ntr

arle

na

da

qu

e l

o

acrim

inara

. E

s v

erd

ad q

ue

ha

bía

alg

un

as m

anch

as d

e s

an

gre

e

n s

u m

an

ga d

ere

ch

a,

pero

él

mo

str

ó s

u d

ed

o a

nu

lar,

en

el

qu

e te

nía

u

na

co

rtad

ura

ce

rca

de

la

u

ña

, y e

xp

licó

q

ue

la

sang

re p

roven

ía d

e a

llí,

ag

regando q

ue

había

esta

do e

n l

a

venta

na p

oco a

nte

s,

y q

ue l

as m

ancha

s q

ue s

e h

abía

n v

isto

te

nía

n sin

duda la

m

ism

a explic

ació

n.

Negó ro

tundam

ente

h

aber

vis

to j

am

ás a

l seño

r N

evill

e S

t. C

lair y

juró

que

la p

re-

se

ncia

de

la

s r

opa

s e

n s

u p

ieza

co

nstitu

ía p

ara

él un

mis

terio

tan

in

exp

licab

le c

om

o p

ara

la

po

licía

. T

ocan

te a

la

afirm

ació

n

de la s

eño

ra S

t. C

lair,

de h

aber

vis

to a

su m

arido

en la v

enta

-n

a,

decla

ró q

ue

ella

de

bía

de

esta

r lo

ca o

so

ñan

do

. F

ue

tra

s-

lad

ado

a l

a c

om

isarí

a,

con g

ran

de

s p

rote

sta

s d

e s

u p

art

e,

y

mie

ntr

as ta

nto

, e

l in

spe

cto

r se q

ued

ó e

n la

s h

ab

ita

cio

nes,

espe

ran

do

qu

e l

a m

arc

a m

en

gua

nte

pu

die

ra p

rop

orc

iona

rle

alg

ún

nu

evo

in

dic

io.

“Y

se

lo

pro

po

rcio

, si b

ien

el fo

nd

o fan

goso

no

descu

brió

lo q

ue t

em

ían

; pues,

al re

tira

rse la m

are

a,

dejó

en d

escubie

r-to

la

ch

aqu

eta

de

l señ

or

St.

Cla

ir,

pe

ro n

o a

su d

ueño

. ¿

Y q

cre

e u

ste

d q

ue h

alla

ron

en los b

ols

illo

s?

-N

o m

e im

ag

ino

.

-No lo

adiv

inarí

a uste

d fá

cilm

ente

. C

ada bols

illo esta

ba

ate

sta

do

de

pe

niq

ues y

me

dio

s p

en

iqu

es:

42

1 d

e l

os p

rim

e-

ros y

270

de

lo

s s

eg

un

dos.

No

era

de

ad

mir

ars

e q

ue l

a c

ha-

qu

eta

no

hu

bie

ra s

ido

arr

astr

ada

po

r la

ma

rea

. P

ero

un

ca

-ver

es d

ifere

nte

. E

ntr

e e

l m

uelle

y la c

asa f

órm

ase

un f

urioso

rem

olin

o,

y e

ra m

uy p

robable

que la c

haqueta

, a c

ausa d

e s

u

Page 19: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

41

pe

so

, h

ub

iese

q

ue

da

do

a

trá

s,

al

ser

arr

astr

ado

el

cu

erp

o

ha

cia

el rí

o p

or

la fu

erz

a d

e la

s a

gu

as.

-P

ero

, se

gún e

ntie

nd

o t

oda

s l

as d

em

ás r

op

as e

sta

ba

n e

n

la p

ieza

. ¿

Ha

brí

a qu

e p

en

sar

que

e

l ca

ve

r te

nía

lo la

ch

aq

ue

ta p

uesta

?

-N

o,

se

ño

r; p

ero

po

drí

a e

ncon

trars

e u

na

exp

lica

ció

n b

as-

tante

satisfa

cto

ria a

prim

era

vis

ta.

Su

pon

iendo q

ue h

aya

sid

o

este

in

div

iduo

Bo

on

e e

l q

ue

arr

ojó

al

señ

or

St.

Cla

ir p

or

la

venta

na,

nadie

, absolu

tam

ente

nadie

, po

día

ve

r lo

qu

e h

acía

. ¿

Qu

é p

ensó

, in

sta

ntá

ne

am

en

te?

Qu

e te

nía

q

ue

za

fars

e de

las p

ren

da

s q

ue

pu

die

ran d

ela

tarl

o.

Coge l

a c

haqueta

y,

en-

ton

ces,

en

el a

cto

mis

mo

de

arr

oja

rla

, se d

a c

ue

nta

de q

ue

va

a

flo

tar

sin

h

un

dirse

. D

isp

on

ía

de

po

co

tie

mp

o,

pu

es

ya

ha

brí

a o

ído

el ru

ido d

e p

aso

s e

n la

escale

ra,

cu

and

o la

señ

o-

ra luch

ab

a p

or

abrirs

e c

am

ino

, y t

al ve

z h

ab

ría

sab

ido y

a,

po

r m

ed

io d

e s

u c

óm

plic

e,

el

ind

osta

no

, q

ue

en

la

ca

lle la

po

licía

se

acerc

ab

a.

Co

rre

hacia

un

esco

ndrijo

, d

on

de

gu

ard

ab

a l

as

limo

sna

s r

ecib

idas,

y r

elle

na

lo

s b

ols

illo

s d

e l

a c

haq

ue

ta c

on

tod

as la

s m

on

ed

as d

e'

que

p

ue

de echa

r m

an

o,

para

esta

r segu

ro d

e q

ue s

e irá

al fo

ndo.

Tír

ala

po

r la

ve

nta

na,

y h

abrí

a

he

ch

o lo

mis

mo

co

n las d

em

ás p

ren

das s

i n

o h

ub

iera

oíd

o e

l ru

ido d

e g

ente

que s

ubía

en t

ropel, y

apenas t

uvo t

iem

po

de

cerr

ar

la v

enta

na a

nte

s q

ue a

pare

cie

ra la p

olic

ía.

-P

or

cie

rto q

ue

todo e

so p

are

ce m

uy v

ero

sím

il.

-B

ien

; a

do

pta

rem

os e

sta

exp

licació

n c

om

o p

rim

era

hip

óte

-sis

, a f

alta d

e o

tra m

ejo

r. C

om

o y

a l

e h

e c

onta

do,

Boone

fue

arr

esta

do y

conducid

o a

la c

om

isarí

a,

pe

ro e

ntr

e s

us a

nte

ce-

de

nte

s a

nte

rio

res n

o p

udo

e

nco

ntr

ars

e n

ada

e

n su

con

tra

. E

ra c

on

ocid

o,

de

sd

e m

uch

os a

ños,

com

o m

en

dig

o p

rofe

sio

-n

al, p

ero

su

vid

a p

are

cía

ha

ber

sid

o m

uy p

acíf

ica

e in

oce

nte

. T

al es e

l esta

do d

el asunto

, hasta

el m

om

ento

pre

sente

, y los

punto

s p

or

resolv

er,

a s

abe

r: q

ué h

acía

Nevill

e S

t. C

lair e

n e

l fu

ma

dero

de

op

io,

qu

é l

e o

curr

ió m

ien

tra

s s

e e

ncon

tra

ba

allí

, dónde

está

actu

alm

ente

y

qué

inte

rvenció

n

cupo

a

Hu

go

Bo

on

e e

n s

u d

esa

pare

cim

ien

to,

está

n t

od

os t

an

dis

tan

tes d

e

se

r re

su

eltos c

om

o e

n u

n p

rin

cip

io.

Co

nfie

so

qu

e n

o r

ecue

rdo

42

en

mi carr

era

nin

gún

caso

qu

e p

are

cie

ra t

an

sim

ple

a p

rim

era

vis

ta y

que, no o

bsta

nte

, pre

sen

tara

tale

s d

ific

ultad

es.

M

ien

tras S

herl

ock H

olm

es p

rop

orc

ion

ab

a d

eta

lles so

bre

e

sta

serie d

e s

ing

ula

res a

co

nte

cim

iento

s,

hab

íam

os c

ruza

do

los arr

ab

ale

s d

e la

g

ran

ciu

da

d,

deja

nd

o a

trá

s la

s ú

ltim

as

casas a

isla

das,

y a

ho

ra v

iajá

ba

mos e

n m

ed

io d

el cam

po

. S

in

em

barg

o,

al te

rmin

ar

su

re

lato

, lle

bam

os a

do

s c

ase

río

s,

en

cuyas v

enta

nas s

e v

eía

n r

eflejo

s d

e luces.

-E

sta

mo

s e

n la

s ce

rca

nía

s de Le

e -d

ijo m

i com

pañero

d

ura

nte

este

cort

o p

aseo e

n c

och

e h

em

os p

asado

por

tres

co

nd

ado

s,

pu

es

co

me

nza

mo

s

en

M

idd

lese

x,

atr

ave

sa

mos

Surr

ey y

hem

os t

erm

inado e

n K

ent.

¿V

e a

quella

luz e

ntr

e los

árb

ole

s?

Es d

e “

Lo

s C

edro

s”,

y j

un

to a

esa

mp

ara

sié

nta

se

un

a m

uje

r lle

na

de

an

sie

da

d q

ue

, sin

du

da

, ya

ha

brá

pe

rcib

i-d

o e

l ru

ido

de la

s p

isa

das d

e n

uestr

o c

aba

llo.

-P

ero

por

qué

no

ha

ate

nd

ido

el

caso

en

Ba

ke

r S

tre

et?

-p

regu

nté

.

-Po

rqu

e h

ay m

ucha

s i

nvestig

acio

ne

s q

ue

de

ben

efe

ctu

ar-

se

a

qu

í. L

a se

ño

ra de

S

t. C

lair,

co

n g

ran

a

ma

bili

da

d,

ha

pu

esto

a m

i d

ispo

sic

ión d

os p

iezas,

y t

en

ga

uste

d l

a s

eg

uri-

da

d d

e q

ue

, co

mo a

mig

o y

co

leg

a m

ío,

será

bie

n r

ecib

ido

. D

ete

sto

e

nco

ntr

arm

e

con

e

lla,

Wa

tso

n,

sin

te

ner

nin

gu

na

nueva d

e s

u m

arido

. H

em

os lle

gado. i E

h, aquí!

D

etu

vo

el co

ch

e f

ren

te a

un

a g

ran

ca

sa

de

cam

po

, situ

ada

en

me

dio

de p

arq

ues y

ja

rdin

es.

Sa

lió c

orr

ien

do

un

mo

zo

a

hacers

e c

arg

o d

el

caballo

, y y

o m

e b

ajé

de u

n s

alto d

el

ca-

rrua

je y

se

guí

a H

olm

es p

or

un

ca

min

ito

de

are

na

qu

e s

er-

pe

nte

ab

a h

asta

la

ca

sa

. A

l a

ce

rcarn

os,

la p

uert

a se

a

brió

bru

scam

ente

y a

pare

ció

, de p

ie e

n e

l hueco,

una m

uje

rcita

rub

ia,

ve

stida d

e u

na

especie

de

muse

lina

de

sed

a d

e c

olo

r cla

ro,

co

n ad

orn

os de

ga

sa

ro

sa

e

n e

l cu

ello

y pu

ños.

Su

silu

eta

se

desta

ca

ba

co

ntr

a e

l fo

nd

o ilu

min

ad

o, co

n u

na

ma

no

apoyada e

n la

puert

a y

la o

tra m

edio

en

el aire,

revela

ndo s

u

an

sie

dad

; con

e

l b

usto

lig

era

me

nte

in

clin

ad

o,

la

ca

be

za

echa

da

para

ad

ela

nte

, lo

s o

jos a

nhe

loso

s y

lo

s l

ab

ios e

ntr

e-

Page 20: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

43

ab

iert

os,

form

ula

ndo

co

n su so

la pre

se

ncia

u

na m

ud

a p

re-

gunta

.

-¿Y

bie

n? -

excla

mó.

L

ue

go

, vie

ndo

qu

e é

ram

os d

os l

os q

ue

ve

nía

mos,

lan

un

gri

to d

e e

sp

era

nza

, q

ue

te

rmin

ó e

n g

em

ido

, a

l ver

que

mi

co

mpa

ñero

sa

cud

ía la

cabe

za

y s

e e

nco

gía

de

ho

mbro

s.

-¿

Nin

gun

a b

ue

na

no

ticia

?

-N

ing

una

.

-¿N

i m

ala

tam

poco?

-N

o.

-G

racia

s a D

ios po

r esto

últim

o.

Pero

, adela

nte

. U

ste

d

debe d

e e

sta

r cansado, pues h

a tra

baja

do d

esde tem

pra

no

.

-Este

es m

i a

mig

o,

el

docto

r W

ats

on

, q

uie

n m

e h

a s

ido

u

tilísim

o e

n v

ari

os d

e m

is c

asos,

y,

gra

cia

s a

una

afo

rtu

nad

a

casu

alid

ad

, m

e h

a s

ido

po

sib

le t

raerl

o y

aso

cia

rlo

co

nm

igo

en

esta

pesquis

a.

-E

sto

y e

nca

nta

da

de

co

noce

rlo

-d

ijo,

estr

echá

ndo

me c

alu

-ro

sa

men

te l

a m

an

o-.

Esto

y s

egu

ra d

e q

ue

uste

d p

erd

ona

cu

alq

uie

ra d

eficie

ncia

que

pu

eda

no

tar

en

nu

estr

a c

asa

, co

n-

sid

era

ndo la

desgra

cia

que ta

n de

re

pente

ha

caíd

o sobre

n

oso

tros.

-M

i estim

ada

seño

ra -

le d

ije-,

soy s

old

ado v

iejo

, y a

unque

no

lo

fu

era

, co

mpre

nd

o m

uy b

ien

q

ue

n

o e

s m

ene

ste

r da

r n

ing

un

a e

xcusa

. S

i e

n a

lgo

pu

ed

o a

yuda

r, s

ea

a u

ste

d o

a m

i am

igo, esta

ré m

uy feliz

.

-Ah

ora

, se

ño

r H

olm

es -

dijo

la

da

ma

, m

ien

tras n

os l

leva

ba

a u

n c

om

edor

muy b

ien

ilu

min

ado,

sobre

cuya m

esa

se v

eía

u

na

cen

a-,

me

gusta

ría

mu

cho

ha

ce

rle u

na o

dos p

reg

un

tas

concre

tas, que le a

gra

decerí

a c

onte

sta

rme e

n igual fo

rma.

-P

or

cie

rto, señora

.

-No s

e p

reocu

pe

po

r m

is s

en

tim

ien

tos,

pu

es n

o s

oy h

isté

-rica n

i su

fro

de

sm

ayo

s.

lo q

uie

ro s

ab

er

su

ve

rdad

era

op

i-nió

n.

-¿

So

bre

qué

pu

nto

?

-E

n lo

m

ás ín

tim

o de su alm

a,

¿cre

e uste

d que N

evill

e

esté

viv

o?

44

P

are

ce

qu

e l

a p

reg

un

ta p

uso

en

ap

rie

tos a

Sh

erlo

ck H

ol-

me

s.

-D

ígam

elo

fra

ncam

ente

-re

pitió

ella

, ponié

ndose e

n p

ie y

m

iránd

olo

fija

men

te,

mie

ntr

as é

l se

echa

ba

hacia

atr

ás e

n l

a

sill

a d

e m

imbre

.

-Pues, bie

n; fr

ancam

ente

, seño

ra, cre

o q

ue n

o.

-¿

Cre

e u

ste

d q

ue e

stá

muert

o?

-L

o c

reo

.

-¿A

se

sin

ad

o?

-No

dig

o e

so

. T

al ve

z.

-¿

Y e

n q

día

en

con

tró

la

mu

ert

e?

-E

l lu

nes.

-E

nto

nces,

se

ño

r H

olm

es,

teng

a l

a b

ond

ad

de

explic

arm

e

mo

es q

ue

he

recib

ido

un

a c

art

a s

uya h

oy.

S

he

rlock

Ho

lme

s

sa

ltó

de

su

a

sie

nto

, co

mo

si

hu

bie

ra

recib

ido

un

a d

escarg

a e

léctr

ica

.

-¿Q

? -

rug

ió.

-S

í; h

oy.

E

lla,

de

pie

, so

nre

ía,

ag

ita

nd

o e

n e

l aire

una h

oja

de

pa-

pel.

-¿

Pu

edo

ve

rla

?

-N

atu

ralm

en

te.

E

n s

u i

mpacie

ncia

, le

arr

eb

ató

la c

art

a y

, exte

ndié

nd

ola

so

bre

la

me

sa

, a

cerc

ó l

a l

ám

para

para

so

me

terla

a u

n m

inu-

cio

so e

xam

en

. Y

o h

abía

deja

do m

i asie

nto

y l

a m

iraba p

or

so

bre

su

ho

mb

ro.

El so

bre

era

mu

y b

urd

o y

te

nía

el tim

bre

de

l corr

eo

de G

ravesend,

con la f

echa d

e e

se m

ism

o d

ía,

o,

más

bie

n, del ante

rior,

pues e

ra m

uy p

asada la m

edia

noche

,

-Escritu

ra burd

a -m

urm

uró

H

olm

es-.

D

e seguro

, señora

, que é

sta

no e

s la d

e s

u m

arido.

-N

o; pero

la d

el conte

nid

o e

s s

uya.

-N

oto

ta

mb

ién

que

el q

ue

dirig

ió e

l sob

re,

qu

ien

qu

iera

que

ha

ya

sid

o, tu

vo

qu

e ir

a a

ve

rig

ua

r la

direcció

n.

-¿

mo

pue

de

uste

d d

ecirlo

?

-C

om

o u

ste

d v

e,

el

nom

bre

está

escrito

con t

inta

com

ple

-ta

me

nte

ne

gra

, q

ue s

e h

a s

ecad

o s

ola

. L

o d

em

ás e

s c

olo

r

Page 21: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

45

grisáceo,

lo q

ue r

evela

el

uso d

e p

ape

l secante

. S

i to

do e

l sobre

hubie

ra s

ido

escrito

al

mis

mo t

iem

po,

y s

ecad

o d

es-

pués,

en n

ingun

a p

art

e la

tin

ta s

erí

a c

olo

r n

eg

ro inte

nso.

Este

in

div

idu

o h

a e

scrito

el

nom

bre

, y h

a h

ab

ido

un

a p

au

sa

an

tes

de

q

ue

escrib

iera

la

d

irecció

n,

lo q

ue

lo p

ued

e sig

nific

ar

que n

o la s

abía

. N

atu

ralm

en

te,

ésta

es u

na m

enudencia

, pe

ro

no

ha

y n

ad

a m

ás i

mp

ort

an

te q

ue

la

s m

en

ude

ncia

s.

Ve

am

os

ahora

la c

art

a. A

h, aquí ha v

enid

o a

lgo.

-S

í; h

abía

un a

nill

o s

uyo c

on s

u s

ello

.

-¿Y

está

uste

d s

eg

ura

de

qu

e é

sta

es l

a l

etr

a d

e s

u m

ari-

do

? -

Un

a d

e s

us le

tras.

-¿

Cóm

o u

na?

-E

s s

u l

etr

a c

uan

do

escrib

e a

pura

do

. E

s m

uy d

ive

rsa

de

su letr

a c

orr

ien

te; p

ero

, con tod

o, la

cono

zco b

ien

.

Decía

: Q

uerid

ísim

a,

no t

e a

suste

s.

Todo s

ald

rá b

ien.

Hay u

n g

ran

err

or,

q

ue

pu

ed

e se

r a

lgo

d

em

oro

so

re

ctifica

r. E

sp

era

con

pacie

ncia

.

NE

VIL

LE

-E

scrita

co

n l

ápiz

en u

na h

oja

suelta d

e l

ibre

ta,

tam

o

octa

vo,

sin

ma

rca d

e a

gua,

¡Hem

! D

epositada h

oy e

n G

rave-

se

nd

por

un

in

div

idu

o c

on

el

pu

lgar

su

cio

. Y

si

no

yerr

o m

u-

ch

o,

el q

ue

hu

me

deció

la

go

ma

ha

esta

do

masca

ndo

ta

ba

co

. ¿

Y u

ste

d n

o d

ud

a, se

ñora

, d

e q

ue

ésta

es le

tra

de

su m

arid

o?

-No. N

evill

e h

a e

scrito

esta

s lín

eas.

-Y

las h

an p

ue

sto

ho

y e

n e

l corr

eo d

e G

ravesend.

Bie

n,

se

ño

ra d

e S

t. C

lair,

el

hori

zon

te s

e d

esp

eja

, si

bie

n n

o m

e

arr

iesgarí

a a

decir q

ue e

l pe

ligro

ha

pasado.

-P

ero

él debe e

sta

r viv

o, se

ñor

Holm

es,

-A

m

en

os q

ue

é

sta

se

a un

a fa

lsific

ació

n m

uy in

gen

iosa

para

de

svia

rnos d

e l

a v

erd

adera

pis

ta.

El

anill

o,

despué

s d

e

todo, no p

rueba n

ada. P

ueden h

abérs

elo

quitado.

No, no; es s

u p

rop

ia letr

a!

-M

uy b

ien.

Sin

em

ba

rgo,

la c

art

a p

uede

hab

er

sid

o e

scrita

el lu

nes y

depositada e

n e

l corr

eo s

ólo

ho

y.

46

-E

so

es p

osib

le.

-D

e s

er

así,

mu

cha

s c

osas p

ued

en

hab

er

ocurr

ido

en

el

inte

rvalo

.

- ¡O

h,

señor

Holm

es!

No debe uste

d desespera

nzarm

e.

qu

e n

o le

ha

pasad

o n

ad

a.

Exis

ten

en

tre

no

so

tros d

os t

an

íntim

os l

azos d

e s

impatí

a,

que s

i alg

ún m

al

le h

ubie

ra s

obre

-venid

o,

yo 1

0 h

abrí

a s

abid

o.

El día

en q

ue lo v

i por

últim

a v

ez

se h

izo u

na c

ort

adura

esta

ndo e

n e

l dorm

itorio,

y,

a p

esar

de

qu

e y

o m

e h

alla

ba

en

el

co

med

or,

corr

í in

me

dia

tam

en

te a

l se

gu

ndo

pis

o,

casi

co

n l

a s

egu

rida

d a

bso

luta

de q

ue

alg

o l

e

había

ocurr

ido

. S

i el

cora

zón m

e a

nuncia

una p

equeñez c

o-

mo é

sa

, ¿

cre

e u

ste

d q

ue

po

drí

a igno

rar

el he

cho d

e s

u m

uer-

te?

-H

e v

isto

dem

asia

do

para

no

sab

er

qu

e l

a i

mp

resió

n d

e

un

a m

uje

r pue

de

ser

de

mu

cho

s v

alo

r qu

e l

a c

onclu

sió

n

de un in

vestigador

cie

ntí

fico.

Adem

ás,

en esta

cart

a tiene

uste

d u

na

pru

eb

a m

uy c

on

vin

cen

te p

ara

co

rro

bora

r su

op

i-nió

n.

Sin

em

barg

o,

si

su m

arido

viv

e y

puede e

scrib

ir c

art

as,

¿p

or

qu

é e

stá

ale

jado

de

uste

d?

-No

pu

edo

im

ag

inárm

elo

. E

s a

lgo incre

íble

. -A

nte

s d

e d

eja

rla

, e

l lu

ne

s,

¿n

o h

izo

nin

gu

na o

bserv

ació

n?

-No

.

-¿Y

se s

orp

rendió

uste

d d

e v

erlo e

n la c

alle

Sw

and

am

?

-M

uchís

imo

.

-¿E

sta

ba

la

venta

na

ab

iert

a?

-S

í.

-E

nto

nces p

od

ía h

ab

erla

lla

ma

do

,

-Podía

haberlo

hecho.

-¿

Sólo

dio

, según e

ntiendo, un g

rito

inart

icula

do?

-Sí.

-U

ste

d p

en

só q

ue

era

un

lla

ma

do

de

soco

rro

.

-Efe

ctivam

ente

. H

acía

se

ña

s c

on

su

s m

an

os.

-P

ero

pu

do

ha

be

r sid

o u

n g

rito

de

sorp

resa

. ¿

Cre

e u

ste

d

qu

e e

l aso

mbro

de

ve

rla

ine

spe

rad

am

ente

pu

do

se

r la

ca

usa

de

qu

e le

van

tara

las m

anos?

-Es p

osib

le.

Page 22: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

47

-¿

Uste

d p

ensó q

ue lo h

abía

n tom

ado p

or

la e

spa

lda?

-D

esapare

ció

tan r

epentinam

ente

que a

sí lo

pensé..

.

-Pu

do

ha

ber

da

do

un

sa

lto

ha

cia

atr

ás.

¿N

o v

io u

ste

d a

n

ad

ie m

ás e

n la

pie

za?

-No

; pe

ro a

qu

el h

om

bre

ho

rrib

le c

on

fesó

ha

be

r esta

do

allí

, y e

l in

dosta

no

esta

ba

a los p

ies d

e la e

scale

ra.

-P

recis

am

ente

. ¿

Su m

arido

, por

lo que

uste

d alc

anzó a

ve

r, te

nía

pu

esta

s s

us r

op

as d

e c

ostu

mbre

?

-P

ero

sin

cue

llo n

i corb

ata

. P

ude v

er

cla

ram

en

te s

u g

ar-

ganta

al descubie

rto.

-¿

Habló

él alg

una v

ez d

e la

calle

Sw

andam

?

-N

un

ca

.

-Gra

cia

s,

señ

ora

, é

so

s

so

n

los

pri

ncip

ale

s

pun

tos

que

deseaba deja

r com

ple

tam

ente

en cla

ro.

Ahora

, to

mare

mos

alg

ún

alim

en

to y

de

sp

ués n

os r

etira

rem

os,

po

rqu

e e

s p

osib

le

que m

añana tengam

os u

n d

ía d

e m

ucha a

ctivid

ad.

H

ab

ían

pue

sto

a n

uestr

a d

isp

osic

ión

un

a c

óm

od

a y

am

plia

habitació

n c

on d

os c

am

as,

y d

em

oré

muy p

oco e

n m

ete

rme

en

tre

la

s sáb

an

as,

porq

ue

e

sta

ba

can

sad

o d

espué

s d

e m

i noche d

e a

ventu

ras.

Sherlock H

olm

es,

en c

am

bio

, era

ho

m-

bre

que,

cuan

do t

enía

en

su m

ente

un p

rob

lem

a p

or

resolv

er,

p

od

ía p

asar

día

s,

y a

un

se

ma

nas,

sin

de

scan

sa

r, m

ed

itá

ndo

-lo

, ca

mb

ian

do

me

nta

lmen

te e

l o

rde

n d

e lo

s h

echo

s,

mirá

nd

o-

lo d

esde

to

do

s l

os p

un

tos d

e v

ista

, ha

sta

reso

lverlo

o c

on

-ve

ncers

e d

e q

ue

sus d

ato

s e

ran

insuficie

nte

s.

Pro

nto

fue p

ara

m

í u

n h

echo q

ue

en

esta

ocasió

n s

e a

pro

nta

ba p

ara

pa

sa

r senta

do t

oda l

a n

oche.

Qu

itóse c

haqueta

y c

ha

leco,

sose

un

a a

mp

lia b

ata

azu

l, y

de

spu

és a

nd

uvo

po

r la

pie

za

co

lec-

cio

na

ndo

las a

lmo

had

as d

e s

u c

am

a y

lo

s a

lmo

ha

don

es d

el

so

fá y

sill

on

es.

Co

n e

llos c

onstr

uyóse u

na

esp

ecie

de

div

án

orie

nta

l, so

bre

e

l cu

al

se in

sta

ló co

n la

s p

iern

as cru

za

das,

co

n un

a o

nza

d

e ta

baco g

rueso

y un

a caja

d

e fó

sfo

ros a

l fr

en

te.

A l

a t

en

ue

lu

z d

e l

a l

ám

pa

ra p

ud

e v

erlo

allí

, se

nta

do

, co

n s

u v

ieja

pip

a e

ntr

e l

os l

ab

ios,

de l

a q

ue

se e

leva

ba

un

a

len

ta y

sile

ncio

sa c

olu

mna d

e h

um

o;

los o

jos,

inm

óvile

s,

mi-

ran

do

va

ga

me

nte

hacia

un

án

gu

lo d

el

tech

o,

y l

a l

uz d

and

o

48

de

lle

no

so

bre

sus

pro

nu

ncia

das

faccio

ne

s

ag

uile

ña

s.

Así

esta

ba

cu

an

do

me

que

do

rmid

o,

y a

lo h

allé

cua

nd

o u

na

bru

sca e

xcla

mació

n s

uya m

e h

izo d

espert

ar,

para

en

co

ntr

ar

qu

e e

l so

l d

el e

stí

o ilu

min

ab

a n

uestr

a h

ab

ita

ció

n.

La

pip

a a

ún

pe

rma

necía

e

ntr

e sus la

bio

s,

la co

lum

na

d

e hu

mo

a

ún

se

en

rosca

ba

ha

cia

el

tech

o,

y u

na

de

nsa h

um

are

da l

len

aba

la

pie

za

; p

ero

na

da

qu

ed

aba d

el

mo

ntó

n d

e t

aba

co

que

hab

ía

div

isado

la n

oche a

nte

rior.

-¿D

espie

rto, W

ats

on? -

pre

guntó

.

-Sí.

-¿

Dis

pu

esto

a d

ar

un

pa

seo

en

coche

?

-N

atu

ralm

en

te.

-E

nto

nces,

vís

tase.

Aún n

o s

e v

e m

ovim

ien

to e

n l

a c

asa

, p

ero

yo

nd

e d

uerm

e e

l ca

ba

llerizo

y p

ron

to p

od

rem

os

saca

r e

l coche

.

Re

íase

en

tre

die

nte

s m

ien

tra

s h

ab

lab

a,

sus o

jos c

en

telle

a-

ban y

pare

cía

no s

er

la m

ism

a p

ers

ona q

ue e

l té

tric

o p

ensa-

dor

de la

no

che

ante

rio

r.

M

ientr

as m

e v

estí

a,

miré m

i re

loj. N

o e

ra d

e a

dm

irars

e q

ue

no

hu

bie

ra m

ovim

ien

to e

n la

casa

: e

ran l

as 4

.25

de

la

ma

ña-

na

. A

pe

na

s

ha

bía

co

nclu

ido

d

e

ve

stirm

e,

cua

ndo

H

olm

es

vo

lvió

co

n l

a n

oticia

de

qu

e e

l m

ozo

esta

ba

enja

eza

nd

o e

l caballo

.

-Quie

ro e

nsayar

una p

equeña t

eorí

a m

ía -

dijo

, ponié

ndose

las b

ota

s-.

Cre

o,

Wa

tso

n,

qu

e s

u a

mig

o a

qu

í pre

sen

te e

s e

l m

ás s

ole

mn

e d

e l

os t

on

tos y

qu

e m

ere

ce

le

de

n d

e p

un

ta-

pié

s. P

ero

cre

o h

aber

dado

ya c

on la lla

ve d

el m

iste

rio

.

-¿D

ónde e

sta

? -

pre

gunté

sonriente

.

-En la p

ieza d

el baño -

conte

stó

-. S

í, s

í, n

o e

sto

y b

rom

ean-

do -

con

tinuó a

nte

mi

aire i

ncré

dulo

-. A

cabo d

e e

sta

r allí

y l

a

he s

acado y

gu

ard

ado e

n e

ste

male

tín.

Vam

os,

much

acho,

y

vere

mos s

i le

ha

ce o

no

a la

cerr

ad

ura

.

Baja

mos a

l prim

er

pis

o,

hacie

nd

o e

l m

en

or

ruid

o p

osib

le,

y

salim

os.

Afu

era

, el

sol

matinal

brilla

ba ale

gre

mente

. E

n el

ca

min

o e

sta

ba

e

l coch

e co

n su

cab

allo

lis

to,

y e

l m

ozo

, a

me

dio

ve

stir,

nos a

gua

rdab

a.

De

un

salto

nos i

nsta

lam

os e

n

Page 23: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

49

el

ve

híc

ulo

y n

os l

anza

mo

s a

to

do

esca

pe

po

r e

l ca

min

o d

e

Londre

s.

Veía

nse u

nos c

uan

tos c

arr

eto

nes q

ue l

levab

an

ver-

du

ras a

la

me

tró

po

li, p

ero

la

s q

uin

tas,

a c

ad

a l

ado

de

l ca

mi-

no

, p

erm

an

ecía

n

tan

sile

ncio

sas

e

ina

nim

ada

s

com

o

una

ciu

da

d d

e e

nsu

o.

-E

n c

iert

os a

sp

ecto

s,

el

ca

so

ha

sid

o r

aro

-d

ijo H

olm

es,

ha

cie

ndo

ga

lop

ar

el ca

ba

llo-.

Con

fie

so

qu

e h

e s

ido

s c

iego

q

ue

un

to

po

; p

ero

s v

ale

sa

be

r la

s c

osas ta

rde

que

nu

nca

.

En

la

ciu

dad

, lo

s p

rim

ero

s m

ad

rug

ad

ore

s c

om

enzaba

n a

m

irar

soñolie

nto

s a

tra

vés d

e l

as v

en

tan

as,

mie

ntr

as c

ruzá

-bam

os e

l dis

trito d

e S

urr

ey.

Pasado e

l puente

de W

ate

rloo,

atr

avesam

os el

río,

y la

nzándonos por

la calle

W

elli

ngto

n,

torc

imo

s e

n á

ng

ulo

recto

ha

cia

la

de

rech

a y

no

s e

nco

ntr

am

os

en la

calle

B

ow

. S

he

rlo

ck H

olm

es era

m

uy co

nocid

o en la

p

olic

ía,

y lo

s d

os a

lgu

acile

s q

ue

esta

ban

en

la

pu

ert

a lo

sa

lu-

da

ron

. U

no

de

ello

s t

uvo l

as r

iend

as d

el

ca

ba

llo,

mie

ntr

as e

l o

tro

nos c

on

du

cía

al in

terior.

-¿Q

uié

n e

stá

de

guard

ia? -

pre

guntó

Ho

lmes.

El in

specto

r B

radstr

eet!

¡B

uenos d

ías!

U

n o

ficia

l a

lto y

corp

ule

nto

ha

bía

sa

lido

al p

asad

izo

em

pe

-d

rado

, co

n c

ap

uch

ón

en

la

ca

be

za

y c

haq

ue

ta d

e c

uero

.

-Deseo

hab

lar

co

n c

alm

a d

os p

ala

bra

s c

on u

ste

d,

Bra

ds-

treet.

-P

or

cie

rto, seño

r H

olm

es. P

ase a

mi oficin

a.

L

a p

ieza

era

estr

echa

, co

n u

n v

olu

min

oso

lib

ro d

e c

ue

nta

s

so

bre

la

me

sa

, y u

n t

elé

fon

o q

ue

sob

resa

lía

de

la

pa

red

. E

l in

spe

cto

r se

se

ntó

fre

nte

a s

u e

scrito

rio

.

-¿E

n q

pu

ed

o s

erv

irlo

, se

ño

r H

olm

es?

-He

ve

nid

o pa

ra tr

ata

r d

el

me

nd

igo

B

oo

ne

, a

cu

sa

do

d

e

esta

r im

plic

ado e

n e

l de

sa

pare

cim

iento

de

l se

ño

r N

evill

e S

t.

Cla

ir, d

e L

ee

.

-Sí.

Fu

e t

raíd

o y

re

en

carc

ela

do

, pa

ra h

acer

nue

va

s i

nve

s-

tig

acio

nes.

-A

sí h

e s

ab

ido

. ¿

Lo

tie

ne

n u

ste

de

s a

qu

í?

-E

n la

s c

eld

as.

-¿

Está

tra

nquilo

?

50

Oh

, sí!

No

ca

usa

nin

gu

na

mo

lestia

. P

ero

es u

n b

rib

ón

mu

y s

ucio

.

-¿S

ucio

?

-S

í; lo

m

ás q

ue

po

dem

os co

nseg

uir e

s q

ue

se la

ve

la

s

ma

nos;

pero

la

ca

ra l

a t

ien

e n

eg

ra c

om

o u

n c

arb

on

ero

. U

na

ve

z q

ue

su s

itu

ació

n s

e a

cla

re,

le d

are

mo

s u

n b

uen b

año

en

la p

risió

n;

y s

i u

ste

d lo

ve

, cre

o q

ue

esta

rá d

e a

cu

erd

o c

on

mi-

go e

n q

ue lo

necesita

.

-Me

gusta

rla

mu

cho

ve

rlo

.

-¿Le g

usta

ría? E

s m

uy f

ácil.

Venga p

or

aquí. P

uede

deja

r su

male

tín.

-N

o. Lo lle

varé

conm

igo.

-M

uy b

ien. P

or

aquí, s

i m

e h

ace e

l fa

vor.

Híz

on

os b

aja

r a

un

pasadiz

o,

abri

ó u

na

pu

ert

a d

e r

eja

s,

lue

go b

aja

mos p

or

una

esca

lera

de c

ara

co

l y l

lega

mo

s a

un

corr

ed

or

de

pa

rede

s b

lan

qu

ea

da

s,

co

n u

na h

ilera

de p

uert

as

a c

ada

la

do

.

-La te

rcera

de

la

d

ere

ch

a e

s la

su

ya

-d

ijo e

l in

sp

ecto

r-¡E

sta

es!

A

brió

sin

ruid

o u

na

ven

tanill

a e

n l

a p

art

e s

up

erior

de l

a

puert

a y

miró a

tra

vés d

e ¡

la.

-E

stá

durm

iendo -

dijo

- P

ueden u

ste

de

s v

erlo.

A

mbos a

cerc

am

os los o

jos a

la r

eja

. E

l pre

so y

acía

vuelto

ha

cia

n

oso

tro

s,

durm

iendo

p

rofu

nd

am

en

te,

con

re

sp

ira

ció

n

lenta

y p

esada.

Era

un

hom

bre

de

media

na

esta

tura

, vestid

o

burd

am

en

te,

co

mo c

orr

espo

nd

ía a

su o

ficio

, con u

na c

am

isa

de

co

lor,

qu

e s

obre

sa

lía

po

r e

l cu

ello

de

su

an

dra

josa

ch

a-

qu

eta

. T

al

com

o n

os h

ab

ía d

ich

o e

l in

sp

ecto

r, e

sta

ba

extr

e-

ma

da

me

nte

sucio

, p

ero

e

l tizn

e qu

e le

cub

ría

e

l ro

str

o no

alc

an

za

ba

a o

cu

ltar

su

rep

ug

na

nte

fe

ald

ad

. U

na

gru

esa

cic

a-

triz

le a

tra

vesa

ba

to

da

la c

ara

, d

esd

e e

l ojo

ha

sta

la

ba

rba

, le

vantá

ndole

un e

xtr

em

o d

el la

bio

superior

y d

eja

nd

o v

er

tres

die

nte

s,

com

o e

n p

erp

etu

o g

ruñid

o.

Una g

reña d

e p

elo

rojo

m

uy e

ncendid

o le c

aía

sobre

la fre

nte

y o

jos.

-E

s u

na

be

lleza

, ¿

no

es c

iert

o -

dijo

el in

sp

ecto

r.

Page 24: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

51

-P

or

cie

rto

qu

e n

ecesita

la

va

rse

-o

bserv

ó H

olm

es P

en

-sando q

ue p

udie

ra n

ecesitarlo,

me p

erm

ití

traer

conm

igo l

os

ele

me

nto

s n

ecesa

rio

s.

M

ien

tras h

abla

ba

, a

brió

un

ma

letí

n y

, co

n g

ran

sorp

resa

mía

, sa

una

vo

lum

inosa e

sp

onja

para

ba

ño

.

-Jo,

jo!

Es g

racio

so u

ste

d -

dijo

el in

specto

r, r

iéndose e

ntr

e

die

nte

s.

-A

ho

ra,

si

uste

d t

ien

e l

a g

ran

bo

nd

ad

de

ab

rir

esa

pu

ert

a

mu

y d

espa

cio

, lo

ha

rem

os v

ers

e m

ucho m

ás d

ece

nte

.

-Puede s

er

-dijo

el

inspecto

r- A

hora

no h

ace m

ucho f

avor

a n

uestr

as c

eld

as, ¿

no

es v

erd

ad?

Intr

odujo

la l

lave e

n l

a c

err

adura

, y t

odo

s,

muy s

ilencio

sa-

me

nte

, e

ntr

am

os e

n la

ce

lda

. E

l du

rmie

nte

me

dio

se d

io v

ue

l-ta

y c

ayó

de

nu

evo

en

un

pro

fund

o s

ueñ

o.

Ho

lme

s s

e a

gachó

so

bre

el

jarr

o d

e a

gu

a,

hum

ed

eció

la

esp

onja

y l

a f

rotó

dos

ve

ces c

on

fu

era

por

tod

a la

ca

ra d

el pre

so

.

-Perm

ítanm

e q

ue l

es p

resente

-gritó

- al

señor

Nevill

e S

t.

Cla

ir, de L

ee, en e

l co

ndado d

e K

ent.

Nu

nca e

n m

i vid

a h

e v

isto

alg

o s

em

eja

nte

. A

l con

tacto

de

la e

sp

onja

, la

cara

de

l in

div

idu

o s

e p

eló

co

mo

un

a c

ort

eza d

e

árb

ol. ¡D

esapare

ció

la

gru

esa capa de

tintu

ra ca

fé!

Desa-

pa

reció

ta

mbié

n e

l h

orr

ible

costu

rón

de

la

cic

atr

iz,

qu

e la

atr

avesaba d

e u

n lado

a o

tro,

y e

l la

bio

torc

ido c

on s

u r

epug-

nante

mueca.

De u

n t

irón s

alió

la m

ara

ña

de p

elo

rojo

, y a

nte

n

oso

tros,

se

nta

do

en

su

lech

o,

surg

ió u

n h

om

bre

, p

álid

o,

de

cara

triste

y a

ire r

efinado,

de p

elo

negro

y c

utis d

elic

ado,

que

se f

rota

ba l

os o

jos y

no

s c

onte

mpla

ba

ató

nito y

soñ

olie

nto

. E

nto

nces,

dán

dose

súb

ita c

ue

nta

de

l d

escub

rim

iento

, la

nzó

un g

rito

y o

cultó la c

ara

en

la a

lmohada.

Sa

nto

cie

lo!

-excla

mó e

l in

sp

ecto

r- E

ste

es e

l hom

bre

desapare

cid

o. Lo c

onozco p

or

la foto

gra

fía

E

l p

reso

se

dio

vu

elta

, co

n a

ire

resu

elto d

e q

uie

n s

e e

ntr

e-

ga

a s

u p

rop

io d

estino

.

-Que s

ea a

sí -d

ijo-

Y a

hora

, ¿

de q

ué s

e m

e a

cusa?

-De

ha

ce

r d

esa

pa

recer

al

señor

Nevill

e S

t...

i O

h!

Pe

ro a

uste

d n

o lo p

ued

en a

cusar

de

eso

, a

me

nos q

ue

lo

cu

lpe

n d

e

52

inte

nto

d

e su

icid

io -d

ijo e

l in

sp

ecto

r h

acie

ndo

u

na

m

ueca-

Bueno,

bueno

; lle

vo v

ein

tisie

te a

ños e

n e

l serv

icio

; pero

este

caso

es e

l m

ejo

r d

e to

do

s.

-S

i yo s

oy e

l seño

r N

evill

e S

t. C

lair,

es e

vid

ente

que n

o s

e

ha c

om

etido

nin

gún c

rim

en

y q

ue,

en c

onsecue

ncia

, m

i de-

tenció

n e

s ile

gal.

-N

o s

e h

a c

om

etid

o n

ingún

cri

me

n,

sin

o u

n g

ran

err

or

-dijo

H

olm

es-.

Uste

d h

abrí

a h

ech

o m

ejo

r e

n c

on

fia

r e

n s

u m

uje

r.

-L

o h

ice

, n

o p

or

mi m

uje

r, s

ino

por

los n

iños -

gim

ió e

l p

re-

so

- Y

o n

o qu

erí

a qu

e e

llos se

a

verg

on

za

ran

d

e su

pa

dre

. ¡D

ios m

ío!

¡Qu

é r

eve

lació

n! ¿

Qu

é p

ued

o h

acer?

Sh

erlock H

olm

es s

e s

en

tó a

su

la

do

, dá

nd

ole

bo

nd

ad

osas

palm

aditas e

n e

l hom

bro

.

- S

i uste

d d

eja

la c

uestión e

ntr

egada a

los t

ribun

ale

s d

e

justicia

, natu

ralm

ente

que n

o p

odrá

evitar

la p

ublic

ida

d.

En

ca

mb

io,

si uste

d c

on

ve

nce

a la

s a

uto

rid

ad

es p

olic

iale

s d

e q

ue

no

h

ay d

elit

o a

lgu

no

q

ue

p

ue

da

n im

pu

tarle

, no

ve

o ra

zón

para

que e

l asunto

salg

a a

la p

rensa.

Esto

y s

eguro

de

que e

l in

spe

cto

r B

rad

str

ee

t te

ndrá

la

b

on

dad

d

e to

mar

no

ta d

e lo

q

ue

uste

d p

ue

da

decla

rarn

os,

y r

em

itirá

el

asun

to a

la

s a

uto

-rid

ade

s c

orr

esp

on

die

nte

s.

En

esta

fo

rma

, e

l in

cid

en

te n

unca

lle

gará

a c

ono

cim

ien

to d

e los tribuna

les.

Dio

s

lo

ben

dig

a!

-excla

e

l pre

so,

en

tern

ecid

o-

Yo

ha

brí

a sob

relle

va

do

la

prisió

n,

y a

un

la

m

uert

e,

ante

s q

ue

legar

mi

mis

era

ble

secre

to,

com

o m

ancha

de f

am

ilia,

a m

is

hijo

s.

“U

ste

des s

on l

os p

rim

ero

s q

ue

sa

brá

n m

i h

isto

ria

. M

i p

a-

dre

e

ra

ma

estr

o

de

escue

la

en

C

he

ste

rfie

ld,

do

nde

re

cib

í e

xcele

nte

educació

n.

Via

jé e

n m

i ju

ven

tud,

trab

ajé

com

o a

c-

tor

tea

tra

l y,

po

r ú

ltim

o,

me

co

loq

co

mo

re

port

ero

d

e u

n

dia

rio

vesp

ert

ino

d

e L

on

dre

s.

Cie

rto

día

m

i je

fe m

an

ife

stó

d

ese

os d

e p

ub

licar

una

se

rie

de

art

ícu

los s

ob

re la

men

dic

idad

en

la

me

tró

po

li, y

me

ofr

ecí

vo

lun

tari

am

en

te a

pro

po

rcio

nár-

selo

s.

Ese f

ue e

l punto

inic

ial

de t

odas m

is a

ventu

ras,

pues

lo

actu

ando

yo

m

ism

o

co

mo

m

endig

o

po

día

a

lleg

ar

los

da

tos ne

cesa

rios p

ara

escrib

ir m

is a

rtíc

ulo

s.

Cu

and

o a

cto

r,

Page 25: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

53

había

ap

rendid

o,

com

o e

s n

atu

ral, t

odo

s l

os s

ecre

tos d

e l

a

cara

cte

rizació

n,

y m

e h

abía

hecho f

am

oso e

ntr

e m

is c

ole

ga

s

por

mi

habili

da

d en ese sentido.

En esta

oport

unid

ad

, m

e

ap

roveché

de

mis

co

nocim

ien

tos.

Me

pin

té e

l ro

str

o,

y,

pa

ra

po

nerm

e e

n e

l esta

do m

ás la

stim

oso p

osib

le,

fabriq

u

na

gra

n cic

atr

iz y co

n la

a

yud

a de

un

parc

he

m

e arr

eg

lé un

a

torc

ed

ura

en e

l la

bio

. E

nto

nce

s,

pro

vis

to d

e u

na

pelu

ca

de

p

elo

rojo

y d

e u

na

ve

stim

en

ta a

decua

da

, to

co

loca

ció

n e

n

la p

art

e c

om

erc

ial

de

la

ciu

da

d,

en

ap

ari

encia

s,

co

mo

ve

nd

e-

dor

de

cerilla

s,

pero

, en el

hecho,

com

o m

endig

o.

Tra

bajé

sie

te h

ora

s e

n m

i n

ue

vo

oficio

, y a

l re

gre

sar

a c

asa

, e

n l

a

tard

e,

enco

ntr

é con

so

rpre

sa q

ue

ha

bía

re

cib

ido

ve

intisé

is

chelin

es y

cuatr

o p

eniq

ues.

“E

scrib

í m

is a

rtíc

ulo

s y

no p

ensé m

ás e

n e

l asu

nto

, h

asta

q

ue

, a

lgú

n t

iem

po d

espué

s,

co

n m

otivo

de h

ab

er

se

rvid

o d

e

fia

do

r a

un

am

igo

, m

e d

em

an

daro

n,

co

brá

nd

om

e v

ein

ticin

co

libra

s e

ste

rlin

as.

Esta

ba

d

ese

sp

era

do

, sin

sab

er

de

d

ón

de

saca

r e

se

d

ine

ro,

cu

and

o,

de

re

pen

te,

se

m

e o

curr

ió un

a

idea.

Solic

ité d

e m

i acre

edor

una p

rórr

oga d

e q

uin

ce d

ías,

y

de

mis

em

ple

ad

ore

s u

na

bre

ve

lic

en

cia

, y m

e d

ed

iqu

é e

sos

día

s a

pe

dir l

imo

sna

en

la

ciu

da

d,

con

el

dis

fra

z q

ue

ha

bía

descubie

rto.

A los d

iez d

ías h

abía

reun

ido

la s

um

a n

ecesa

ria

y p

agado l

a d

euda.

Bueno;

uste

de

s s

e i

magin

ará

n l

o d

ifíc

il q

ue

se

me

ha

ría

vo

lve

r a

mis

esfo

rza

da

s l

abo

res p

ara

recib

ir

dos lib

ras este

rlin

as sem

anale

s,

sabie

ndo que po

día

ganar

esa sum

a con

lo p

inta

rme

la

cara

, p

on

er

mi

go

rro

en

el

su

elo

y s

en

tarm

e q

uie

to.

Fu

e u

na

la

rga

lu

cha

en

tre m

i o

rgu

llo

y e

l a

fán

de

lu

cro

; pe

ro a

l fin

ga

el d

ine

ro,

y,

ab

and

on

an

do

mis

activid

ades p

eriodís

tica

s,

me s

enta

ba

día

tra

s d

ía e

n e

l rin

n q

ue

ha

bía

esco

gid

o l

a p

rim

era

ve

z i

nsp

ira

ndo

co

mp

a-

sió

n c

on

mi ho

rrib

le c

ara

y lle

nan

do m

is b

ols

illos d

e m

on

edas

de

co

bre

. S

ólo

un

a p

ers

ona

co

nocía

mi secre

to,

y é

sta

era

el

du

eño

de

l cuch

itril

de

Sw

an

da

m L

an

e,

do

nde

te

nía

mis

ha

bi-

tacio

ne

s,

de

la

s q

ue s

alía c

ad

a m

ana

co

mo u

n m

isera

ble

m

endig

o,

para

tr

ansfo

rmarm

e en la

ta

rde en un

caballe

ro

inta

chable

. E

se i

ndiv

iduo -

un i

nd

osta

no-

recib

ía b

uen

a r

en

ta

54

por

mis

habita

cio

nes,

de m

odo

qu

e y

o s

abía

qu

e m

i secre

to

esta

ba

seg

uro

en

su

po

der.

“Pu

es b

ien

; m

uy p

ron

to d

escu

brí

qu

e h

ab

ía a

ho

rrad

o u

na

su

ma

co

nsid

era

ble

de

din

ero

. E

sto

no

qu

iere

decir

qu

e c

ua

l-q

uie

r m

en

dig

o d

e L

ond

res p

ue

da

ga

nar

70

0 l

ibra

s e

ste

rlin

as

anuale

s -

que e

s m

eno

s q

ue e

l pro

medio

de m

is g

anancia

s-

pues yo te

nía

la

ve

nta

ja d

e m

i exce

pcio

na

l ha

bili

dad

para

d

isfr

azarm

e,

co

mo

ta

mb

ién

mi ra

pid

ez p

ara

co

nte

sta

r ch

iste

s,

que s

e a

um

en

tó c

on l

a c

on

sta

nte

prá

ctica,

tod

o l

o c

ua

l m

e

co

nvir

tió e

n u

no

de

los m

en

dig

os m

ás c

ara

cte

riza

dos d

e l

a

ciu

dad

. T

odo e

l d

ía l

leg

aba

hasta

una l

luvia

de m

on

edas

de

co

bre

, m

atiza

das p

or

alg

un

a d

e p

lata

, y c

onsid

era

ba

ma

l d

ía c

uan

do

no

lo

gra

ba

re

un

ir d

os lib

ras e

ste

rlin

as.

“A

me

did

a q

ue

mi fo

rtuna c

recía

; au

men

tab

a m

i a

mbic

ión

. A

fue

co

mo

ad

qu

irí

una

casa

en

el

ca

mpo

, y,

po

r fin

, m

e

casé

, sin

qu

e j

am

ás n

ad

ie s

osp

echa

ra c

l e

ra m

i verd

ade

ra

ocup

ació

n.

Mi q

ue

rid

a e

spo

sa

sab

ía q

ue

yo

te

nía

neg

ocio

s e

n

la c

iudad, pero

nada s

abía

acerc

a d

e s

u n

atu

rale

za.

“E

l lu

nes p

asado h

abía

term

inado m

i jo

rnada d

iari

a y

me

ha

llaba

vis

tién

do

me

en

mi p

ieza

, a

rrib

a d

el fu

ma

de

ro d

e o

pio

, cu

an

do

, a

l m

ira

r po

r la

ve

nta

na,

veo

co

n h

orr

or

y a

som

bro

a

mi

muje

r, d

ete

nid

a e

n l

a c

alle

y c

on l

a v

ista

fija

en m

í. D

i un

grito

de

so

rpre

sa

, le

va

nté

lo

s b

razo

s p

ara

cu

brirm

e la

cara

, y

corr

iendo h

acia

mi confiden

te,

el in

dosta

no,

le im

plo

ré q

ue

no

deja

ra s

ubir a

na

die

. O

í la

vo

z d

e e

lla e

n e

l p

iso

in

ferior,

pero

sa

bía

que

no p

odrí

a s

ub

ir.

Ráp

idam

en

te m

e d

espo

jé d

e m

is

ropas y

púsem

e las d

e m

endig

o,

con p

elu

ca y

pin

tura

s.

Ni lo

s

ojo

s d

e m

i esp

osa p

od

rían

recon

ocerm

e b

ajo

un

dis

fraz t

an

perf

ecto

. P

ero

, en e

se m

om

ento

, se m

e o

curr

ió q

ue p

odía

n

revis

ar

la p

ieza y

que l

as r

opas m

e d

ela

tarí

an.

Abrí

la v

enta

-na,

lastim

ando,

con e

l esfu

erz

o,

una p

equeña c

ort

ad

ura

que

me

ha

bía

hech

o e

n e

l d

orm

ito

rio

esa

mañ

an

a. C

og

í, e

n s

eg

ui-

da

, m

i ch

aq

ue

ta,

qu

e e

sta

ba

pesad

a c

on

las m

on

ed

as q

ue

acaba

ba

de

va

cia

r e

n s

us b

ols

illos,

pro

venie

nte

s d

el

saco

de

cu

ero

en

qu

e r

eco

gía

la

s l

imo

sna

s.

Arr

ojé

la p

or

la v

en

tan

a y

d

esa

pare

ció

e

ntr

e la

s agu

as d

el

me

sis

. L

o m

ism

o ib

a a

Page 26: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

55

ha

ce

r co

n la

s d

em

ás p

rend

as,

pero

en

ese

insta

nte

se

ntí

qu

e

los a

lguacile

s s

ubía

n e

n t

ropel, y

, a los p

ocos m

inuto

s,

en v

ez

de s

er

reconocid

o c

om

o N

evill

e S

t. C

lair,

me d

ete

nía

n c

om

o

su p

resunto

asesin

o,

lo c

ual, d

ebo c

onfe

sar,

me c

au

só g

ran

aliv

io.

"N

o s

é s

i te

ng

a a

lgo

más q

ue

exp

licar.

Esta

ba r

esue

lto

a

conserv

ar

mi

dis

fraz e

l m

ayor

tiem

po

posib

le,

y d

e a

que

pre

firie

ra n

o la

va

rme

la

cara

. S

ab

ien

do

qu

e m

i esp

osa

esta

ría

terr

ible

me

nte

an

gustia

da

, m

e s

aq

el a

nill

o y

se

lo

en

tre

gu

é

al in

do

sta

no

, e

n u

n insta

nte

en q

ue n

ingú

n a

lgu

acil

me

obser-

va

ba

, ju

nto

a u

nas l

íne

as e

scrita

s a

toda

prisa

, en

qu

e l

e d

e-

cía

qu

e n

o h

ab

ía n

ad

a q

ue

te

me

r.

-L

a n

ota

sólo

le lle

gó a

yer

-dijo

Holm

es.

Sa

nto

Cie

lo!

¡Qu

é s

em

ana

la

qu

e d

eb

e d

e h

ab

er

pasa

do

!

-La

po

licía

ha t

en

ido

al in

do

sta

no

bajo

su

vig

ilan

cia

-d

ijo e

l in

spe

cto

r B

rad

str

ee

t-,

y es m

uy com

pre

nsib

le q

ue le

h

aya

sid

o d

ifíc

il ech

ar

la c

art

a a

l corr

eo

sin

ser

vis

to.

Pro

bab

lem

en-

te l

a e

ntr

eg

ó a

alg

ún

ma

rin

ero

, clie

nte

su

yo

, q

uie

n s

e h

ab

olv

ida

do

de

l e

nca

rgo

por

alg

uno

s d

ías.

-E

so es -d

ijo H

olm

es con un m

ovim

ien

to afirm

ativo d

e

ca

be

za

-; n

o m

e cab

e la

m

en

or

du

da

. ¿

Pe

ro nu

nca

lo

h

an

pe

rse

gu

ido

a u

ste

d p

or

pedir lim

osn

a e

n la

vía

blic

a?

-Muchas v

eces. P

ero

, ¿

qué

era

para

mí una m

ulta?

-S

in em

ba

rgo,

el

engaño debe te

rmin

ar

aquí

-dijo

B

rad-

str

ee

t-.

Pa

ra q

ue

la

po

licía

sile

ncie

el

asun

to,

Hugo

B

oo

ne

de

be

de

sa

pare

cer.

-Lo

he

jura

do e

n la

fo

rma

s s

ole

mn

e.

-E

n t

al ca

so

, e

s p

rob

ab

le q

ue

no

se a

dop

te n

ingu

na

me

di-

da.

Pero

si nuevam

ente

lo e

ncuen

tran

a u

ste

d e

n e

sas a

ctivi-

da

des,

tod

o s

ald

rá a

luz.

Esto

y s

eg

uro

, se

ño

r H

olm

es,

qu

e

tod

os l

e d

ebe

mo

s m

uch

o p

or

ha

be

r acla

rad

o l

a c

ue

stió

n,

y

me

gu

sta

ría

sa

be

r có

mo

dio

co

n s

u s

olu

ció

n.

-D

i con e

lla -

dijo

mi a

mig

o-

sen

tándom

e s

ob

re c

inco a

lmo-

ha

don

es y fu

ndo

me

un

a o

nza

d

e ta

ba

co

g

rue

so

. C

reo,

Wa

tso

n,

qu

e s

i pa

rtim

os l

ue

go

a B

aker

Str

ee

t lle

gare

mos a

tiem

po p

ara

tom

ar

de

sayuno.

56

EL C

AR

BU

NC

LO

AZ

UL

Cie

rta m

ana

, d

os d

ías d

espu

és d

e P

ascu

a,

pasé

a v

er

a m

i a

mig

o S

herl

ock H

olm

es,

co

n e

l pro

pósito d

e d

esea

rle f

elic

i-d

ad

es.

Lo

ha

llé r

eco

sta

do

en

el so

fá,

con

un

a b

ata

co

lor

púr-

pu

ra,

un

a p

ipa

al

alc

an

ce

de

su

bra

zo d

ere

cho

y u

n m

on

tón

de

pe

rió

dic

os m

atin

ale

s,

arr

ug

ado

s y

re

cié

n r

evis

ado

s,

a s

u

lad

o j

un

to a

l so

fá h

ab

ía u

na

sill

a d

e m

ad

era

, y d

e u

no

de l

os

án

gu

los d

e s

u r

esp

ald

o c

olg

aba

un

som

bre

ro d

e f

ieltro

du

ro,

muy a

ndra

joso e

indecente

, estr

opeado c

on e

l uso y

roto

en

varias part

es.

La pre

sencia

de un le

nte

y pin

zas so

bre

el

asie

nto

de

la s

illa

re

ve

laba

n q

ue

esta

ba

pu

esto

allí

pa

ra s

er

exam

inado.

-U

ste

d e

stá

ocupado -

le d

ije-;

tal vez lo inte

rrum

po.

-D

e n

ing

un

a m

an

era

. M

e a

leg

ro d

e t

en

er

un

am

igo

co

n

qu

ien

pod

er

dis

cu

tir

mis

co

nclu

sio

nes.

Se

tra

ta d

e u

n a

sun

to

en

tera

me

nte

tri

via

l -y

apu

ntó

con

su

pu

lga

r e

n la

direcció

n d

el

so

mbre

ro v

iejo

-, p

ero

ha

y a

lgu

no

s p

un

tos r

ela

cio

na

do

s c

on

él

que n

o c

are

cen d

e inte

rés y

que, aun, son Instr

uctivos.

T

om

é a

sie

nto

en

su

sill

ón

y m

e c

ale

nté

la

s m

ano

s f

ren

te a

l fu

eg

o

qu

e ch

ispo

rro

teab

a

en

la

ch

ime

ne

a,

pu

es se

h

ab

ía

deja

do

cae

r u

na

fu

ert

e h

ela

da

y la

s v

en

tan

as e

sta

ba

n c

ub

ier-

tas d

e e

scarc

ha.

-S

up

on

go

-o

bse

rvé-

qu

e,

au

nq

ue

de

ap

ari

encia

ino

fensiv

a,

este

so

mbre

ro s

e r

ela

cio

na

co

n a

lgu

na f

ata

l h

isto

ria

y s

erá

la

cla

ve p

ara

lle

gar

a l

a s

olu

ció

n d

e a

lgún

mis

teri

o y

al

ca

stigo

de

alg

ún

crim

en

.

-No

; n

ingú

n c

rim

en

-d

ijo H

olm

es,

rié

nd

ose

-. S

ólo

un

o d

e

aq

ue

llos c

ap

rich

osos i

ncid

en

tes q

ue

sue

len

pro

ducir

se

cua

n-

Page 27: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

57

do

cu

atr

o m

illo

nes d

e s

ere

s h

um

an

os s

e a

pre

tuja

n u

nos c

o-

ntr

a o

tros en

e

l e

spa

cio

d

e u

nos cua

nto

s kiló

metr

os cu

a-

dra

dos.

En

m

edio

del

flujo

y re

flujo

de ta

n densa m

uche-

dum

bre

, pu

ede e

spe

rars

e q

ue l

os a

conte

cim

iento

s s

e c

om

bi-

nen e

n t

odas l

as f

orm

as i

magin

able

s,

a m

enudo r

ara

s y

sor-

pre

nd

en

tes,

pe

ro n

o c

rim

ina

les.

Ya

he

mo

s c

on

ocid

o c

asos d

e

esa

espe

cie

.

-Ta

nto

e

s así

-obse

rvé-

qu

e d

e lo

s seis

ú

ltim

os que

h

e

ag

reg

ado

a m

is n

ota

s, tr

es n

o h

an

sid

o p

un

ible

s.

-E

xacta

men

te.

Alu

de u

ste

d a

mi te

nta

tiva d

e r

ecupera

r lo

s

do

cu

me

nto

s d

e I

rene

Ad

ler,

al e

xtr

o c

aso

de

Ma

ría

Su

the

r-la

nd y

a l

a a

ventu

ra d

el

boquituert

o.

Pues b

ien

; no h

ay d

uda

de

qu

e e

n e

l p

rese

nte

asun

tillo

es i

gua

lme

nte

in

oce

nte

. ¿

Co

-noce u

ste

d a

Pete

rson, el port

ero

?

-S

í.

-A

él pert

enece e

ste

tro

feo.

-¿

Es s

u p

rop

io s

om

bre

ro?

-N

o;

él lo

en

co

ntr

ó.

Su

du

o e

s d

esco

no

cid

o.

No lo

to

me

uste

d p

or

lo q

ue a

pare

nta

, sin

o c

om

o u

n p

roble

ma c

ientí

fico.

Y,

ante

todo,

le -

conta

ré c

óm

o l

legó h

asta

mí.

Me l

o t

raje

ron

en

la

ma

ñan

a d

e N

avid

ad

, ju

nto

co

n u

n s

ucu

len

to g

anso

, q

ue

, sin

d

ud

a:

alg

un

a,

está

e

n e

sto

s m

om

en

tos e

n la

a

sad

era

, fr

ente

al

fuego.

Pete

rson,

que,

co

mo

uste

d s

ab

e,

es h

om

bre

m

uy h

onra

do

, volv

ía d

e u

na f

ieste

cita,

cam

ino d

e s

u c

asa,

por

la c

alle

de

To

ttenham

Court

. A

l fr

ente

de é

l vio

, a l

a l

uz d

el

gas,

a un

in

div

iduo alto que se ta

mbale

aba lig

era

mente

y

llevaba u

n g

anso b

lanco a

la e

spald

a.

Al

llega

r a l

a e

squin

a

de

la

ca

lle G

oo

dge

esta

lló u

na

riñ

a e

ntr

e e

ste

descon

ocid

o y

u

n g

rup

o d

e r

ufia

nes.

Un

o d

e é

sto

s le

de

rrib

ó e

l so

mb

rero

, e

n

vis

ta d

e l

o c

ua

l e

l in

div

idu

o a

lzó s

u b

astó

n p

ara

de

fen

ders

e,

pe

ro a

l b

land

irlo

so

bre

su

cab

eza

que

bró

u

na

vid

rie

ra q

ue

q

ue

da

ba a

su

s e

sp

ald

as.

Pe

ters

on

corr

ió e

n a

uxili

o d

el

de

s-

cono

cid

o,

pe

ro é

ste

, asusta

do p

or

lo d

e l

a v

idri

era

, y v

iendo

que u

na p

ers

on

a u

niform

ada y

con

apariencia

s d

e p

olic

ía s

e

ab

ala

nza

ba

ha

cia

él, d

ejó

cae

r e

l gan

so

, em

pre

nd

ió l

as d

e

Vill

adie

go

y

desapare

ció

entr

e

el

labe

rinto

de

calle

juela

s,

58

detr

ás d

e l

a c

alle

To

tte

nha

m C

ourt

, L

os r

ufiane

s t

am

bié

n s

e

ha

bía

n e

sfu

ma

do

an

te la

p

resen

cia

d

e P

ete

rson

, d

e m

odo

que é

ste

quedó d

ueño d

el

cam

po d

e b

ata

lla y

tam

bié

n d

el

botí

n d

e la v

icto

ria,

consis

tente

en e

ste

som

bre

ro r

oto

so y

un

esplé

ndid

o g

anso d

e N

avid

ad.

-¿

El cual, s

egu

ram

ente

, devolv

ió a

su d

ueño?

-M

i q

uerid

o a

mig

o:

ah

í e

stá

el

pro

ble

ma

. S

i b

ien

es c

iert

o

que la

tarjetita

ata

da a

la p

ata

izquie

rda d

el ave t

enía

im

pre

sa

la in

dic

ació

n:

“Pa

ra e

l señ

or

En

riq

ue B

ake

rs”,

y q

ue

las in

icia

-le

s E

. B

. ta

mbié

n s

e lee

n e

n e

l fo

rro d

el som

bre

ro,

no

es m

e-

nos c

iert

o q

ue e

n n

uestr

a c

apital hay m

illare

s d

e p

ers

onas d

e

esos m

ism

os n

om

bre

s y

qu

e n

o e

s f

ácil

restitu

ir l

as e

spe

cie

s

pe

rdid

as a

su v

erd

ad

ero

du

o.

-¿

Qué h

izo, ento

nces, P

ete

rson?

-E

n l

a m

añana d

e N

avid

ad m

e t

rajo

el

som

bre

ro y

el gan-

so

, sa

bie

nd

o q

ue

h

asta

lo

s m

ás pe

qu

os pro

ble

ma

s m

e

inte

resa

n.

Gua

rdam

os e

l ave

sin

toca

rla,

pe

ro e

n l

a m

ana

de h

oy,

a p

esar

de h

aber

hela

do,

se e

stim

o c

onvenie

nte

co-

merla s

in m

ayo

r de

mo

ra.

En c

onsecuencia

, e

l m

ism

o q

ue l

o

ha

lló s

e l

o l

levó

, p

ara

darle

el

de

stino

fin

al

de t

od

o g

anso

; y

yo,

por

mi

part

e,

he c

on

serv

ado

el

som

bre

ro d

el

po

bre

señ

or

qu

e p

erd

ió s

u c

en

a d

e N

avid

ad

.

-¿N

o lo

ha

recla

mad

o p

or

los d

iari

os?

-No

.

-En

tonces, ¿

qu

é in

dic

ios tie

ne

para

descu

brir

qu

ién

es?

-Só

lo los q

ue

pu

eda

de

du

cir.

-¿

De

ese

som

bre

ro?

-Pre

cis

am

en

te.

-P

ero

uste

d b

rom

ea

. ¿

Qué

in

dic

ios p

ue

de

pro

po

rcio

na

rle

este

som

bre

ro v

iejo

y e

str

opeado?

-A

quí

tengo m

i le

nte

, y m

is m

éto

dos uste

d lo

s conoce.

¿Q

pu

ede

de

ducir u

ste

d m

ism

o r

esp

ecto

de

la

pe

rso

na

del

du

eño

de

esta

pre

nd

a?

Tom

é e

l m

altre

cho s

om

bre

ro e

n m

is m

anos y

lo d

i vuelta

de

ma

la g

ana

. E

ra u

n s

om

bre

ro n

egro

mu

y o

rdin

ario

, d

e f

or-

ma r

edonda c

orr

iente

, duro

y m

uy e

str

opeado p

or

el

uso.

El

Page 28: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

59

forr

o,

de

seda

roja

, esta

ba

sum

am

ente

deste

ñid

o.

No t

enía

m

arc

a d

e f

ábri

ca,

pero

, en c

am

bio

, com

o H

olm

es h

abía

ob-

serv

ado,

veía

nse l

as i

nic

iale

s "

E.B

." g

ara

bate

adas a

un l

ado

. T

en

ía e

n e

l a

la u

na

perf

ora

ció

n p

ara

el co

rdón

, p

ero

fa

lta

ba

el

elá

stico.

Por

lo d

em

ás,

esta

ba r

oto

, lle

no

de p

olv

o y

mancha-

do

en

va

ria

s p

art

es,

tan

to q

ue

pare

cía

qu

e h

ab

ían

tra

tad

o d

e

dis

imu

lar

las m

an

ch

as c

on tin

ta.

-N

o v

eo n

ada -

dije

, devolv

iéndolo

a m

i am

igo.

-P

or

el contr

ario,

Wats

on

, uste

d l

o p

uede v

er

todo,

si bie

n

no

sab

e s

acar

con

clu

sio

nes d

e l

o q

ue

ve

. E

s u

ste

d d

em

asia

-d

o tím

ido

en

sus d

edu

ccio

ne

s.

-P

ues,

en

tonces,

díg

am

e q

de

du

ce

uste

d d

e e

ste

so

m-

bre

ro.

L

o c

og

ió y

co

nte

mp

ló e

n a

qu

ella

fo

rma

in

tro

sp

ectiva

qu

e le

era

cara

cte

rística

.

-Ta

l ve

z s

ea

me

nos s

ug

estivo

de

lo

qu

e p

ud

o h

ab

er

sid

o -

observ

ó-;

pero

, con t

odo

, hay v

arias c

osas q

ue s

e d

espre

n-

den c

lara

mente

, y o

tras q

ue

se p

resen

tan c

on f

uert

e d

osis

de

pro

ba

bili

da

d.

Qu

e

el

ind

ivid

uo

era

ba

sta

nte

in

tele

ctu

al

se

de

duce a

la s

imp

le v

ista

, co

mo

ta

mb

ién q

ue

su s

itu

ació

n e

co-

mic

a h

a s

ido

re

alm

en

te b

ue

na

en

los ú

ltim

os t

res a

ños,

si

bie

n a

hora

atr

avie

sa

po

r un

pe

río

do

de e

str

ech

ez.

Era

pre

vi-

sor,

pe

ro a

hora

lo e

s m

eno

s q

ue

ante

s,

lo q

ue r

evela

un r

e-

tro

ceso

mo

ral

qu

e,

co

nsid

era

do

en

con

jun

to c

on

su

re

s d

e

fort

una,

pa

rece in

dic

ar

que es víc

tim

a de alg

una in

fluencia

m

alig

na,

pro

bable

mente

la

del

alc

oho

l. E

sto

explic

arí

a,

asi-

mis

mo, el hecho e

vid

ente

de q

ue s

u m

uje

r ya n

o lo q

uie

re.

Dio

s m

ío, H

olm

es!

-S

in e

mbarg

o ,

ha c

onserv

ado c

iert

a d

ignid

ad

-con

tin

, sin

p

ara

r m

ien

tes en

m

i e

xcla

mació

n-

Es h

om

bre

d

e vid

a

se

de

nta

ria

, qu

e s

ale

poco y

ha

perd

ido

la

destr

eza c

orp

ora

l p

or

co

mp

leto

; su

eda

d e

s m

ed

iana

; tie

ne

ca

be

llos g

rises,

qu

e

se

ha

he

ch

o cort

ar

en

lo

s ú

ltim

os d

ías y q

ue

se

u

nta

con

cre

ma

de

lim

ón

. E

sto

s s

on

lo

s d

ato

s m

ás n

ota

ble

s q

ue

se

pueden d

educir d

el exam

en

de s

u s

om

bre

ro.

Adem

ás,

lo m

ás

pro

ba

ble

es q

ue

no

te

nga

in

sta

lació

n d

e g

as e

n s

u c

asa

.

60

-N

o h

ay d

uda d

e q

ue b

rom

ea, H

olm

es.

-D

e m

an

era

alg

una

. ¿

Es p

osib

le q

ue

au

n a

hora

, d

esp

ués

de

d

arle

to

do

s esto

s re

su

lta

dos,

sea

u

ste

d in

ca

paz d

e ver

cóm

o s

e lle

ga a

ello

s?

-S

é q

ue

so

y m

uy e

stú

pid

o,

y t

engo

que c

on

fesar

que

soy

incap

az d

e s

eg

uir e

l h

ilo d

e s

us d

ed

uccio

nes.

Po

r e

jem

plo

, ¿

de d

ónde

sacó

uste

d q

ue e

l in

div

idu

o e

ra in

tele

ctu

al?

Po

r to

da r

esp

uesta

, H

olm

es s

e p

uso

en

su p

rop

ia c

ab

eza

el som

bre

ro, qu

e s

e le

caló

hasta

el caba

llete

de la n

ariz.

-E

s c

ue

stió

n d

e c

ap

acid

ad c

ran

ea

na

-d

ijo-;

un in

div

idu

o d

e

ce

rebro

ta

n g

rand

e d

eb

e t

en

er

inte

lige

ncia

en

igua

l p

rop

or-

ció

n.

-¿

Y s

u r

evés d

e fort

un

a?

-E

ste

so

mb

rero

fu

e c

om

pra

do

ha

ce

tre

s a

ño

s.

Esta

s a

las

pla

nas y

le

va

nta

das e

n e

l b

ord

e s

on

el re

su

lta

do

de

tre

s a

ños

de

uso

. S

u c

alid

ad

es in

mejo

rab

le.

Mire la

cin

ta d

e s

ed

a r

efo

r-za

da

y e

l e

xce

len

te f

orr

o. S

i n

ue

str

o h

om

bre

pu

do

com

pra

r u

n

so

mbre

ro t

an c

osto

so

hace

tre

s a

ños,

y d

esd

e e

nto

nces n

o

ha t

enid

o o

tro,

quie

re d

ecir,

con t

oda s

eguridad,

que

ha d

es-

ce

nd

ido

en

el m

un

do

de

los n

ego

cio

s.

-E

n r

ea

lida

d,

eso

es b

asta

nte

cla

ro.

Pe

ro,

¿q

me

dic

e

de la p

revis

ión

y d

el re

troceso

mora

l?

S

he

rlock H

olm

es s

e r

ió.

-A

qu

í está

la p

revis

ión

-d

ijo,

po

nie

nd

o s

u d

ed

o e

n e

l oja

l d

el

co

rdó

n-

Lo

s s

om

bre

ros n

unca

se v

en

de

n c

on e

sta

s c

o-

sas.

Si

el

indiv

iduo l

o h

a p

edid

o e

spe

cia

lmente

, es s

eña

l de

qu

e p

ose

ía c

iert

o g

rad

o d

e p

revis

ión

, p

ue

sto

que

se

mo

lestó

en t

om

ar

esta

pre

cau

ció

n c

ontr

a e

l vie

nto

. P

ero

, co

mo

vem

os

qu

e e

l e

lástico

se

ha

ro

to,

y é

l n

o s

e h

a p

reocup

ado

de

re

em

-p

laza

rlo

, es e

vid

en

te q

ue

ah

ora

es m

eno

s p

revis

or

qu

e a

nte

s,

señal m

anifie

sta

de q

ue s

u c

ará

cte

r se h

a d

ebili

tad

o.

Por

otr

a

pa

rte

, h

a tr

ata

do

de

d

isim

ula

r a

lgu

na

s d

e la

s m

anch

as d

el

so

mbre

ro,

cub

rié

nd

ola

s c

on

tin

ta,

lo q

ue

de

mu

estr

a q

ue

no

ha p

erd

ido d

el to

do s

u d

ignid

ad.

-S

us r

acio

cin

ios s

on

rea

lme

nte

ad

mira

ble

s.

Page 29: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

61

-L

os p

unto

s r

ela

tivos a

su e

dad,

a s

u p

elo

gris,

cort

ado

recie

nte

me

nte

, y a

la

cre

ma

de

lim

ón

, se

de

du

ce

n t

od

os d

e

un

exa

me

n p

rolij

o d

e la

part

e in

ferior

del fo

rro

. C

on

ayu

da

de

la le

nte

se

de

scu

bre

n p

un

tita

s de

cab

ello

re

cié

n co

rtad

as,

todas e

llas p

egajo

sas y

con f

uert

e o

lor

a c

rem

a d

e l

imón.

El

po

lvo

qu

e c

ub

re e

l som

bre

ro,

uste

d m

ism

o p

ue

de

co

mp

rob

ar-

lo,

no e

s a

reno

so y

gri

s,

com

o e

l de la c

alle

, sin

o s

uave y

pa

r-d

usco

, co

mo

el d

e las c

asas,

lo q

ue

de

mu

estr

a q

ue

ha e

sta

do

co

lga

do

en

la p

erc

ha

la

ma

yo

r p

art

e d

el tie

mp

o;

en

ta

nto

qu

e

las m

arc

as de

h

um

ed

ad

en

e

l in

terior

so

n p

rue

bas co

nclu

-ye

nte

s d

e q

ue

su

du

eño

tra

nspiraba

copio

sa

me

nte

, y q

ue

, en

co

nsecue

ncia

, h

ab

ía p

erd

ido

la

costu

mbre

de

hace

r e

jerc

icio

.

- ¿

Pero

qu

é d

ijo u

ste

d d

e q

ue

su e

sp

osa

hab

ía d

eja

do

de

q

ue

rerlo

?

-E

ste

som

bre

ro n

o h

a s

ido c

epill

ado d

esde h

ace m

uchas

se

man

as.

Cua

nd

o l

o v

ea

a u

ste

d,

mi

qu

erido

Wa

tson

, co

n e

l p

olv

o d

e u

na s

em

an

a a

cum

ula

do

en

el

so

mbre

ro,

y q

ue

su

espo

sa

lo

deja

sa

lir a

la

ca

lle e

n e

se

esta

do

, m

e t

em

eré

que

ta

mb

ién

uste

d h

aya

te

nid

o la

de

sgra

cia

de

pe

rder

su

ca

riñ

o.

-P

ero

puede q

ue s

ea s

oltero

.

-No

, p

ue

s l

leva

ba

a s

u c

asa

un

ga

nso

co

mo

ofr

enda

pro

-p

icia

tori

a p

ara

su

muje

r. A

cu

érd

ese

de

la

ta

rje

ta e

n l

a p

ata

del ave.

-U

ste

d t

iene r

espuesta

para

todo

. P

ero

, ¿

com

o d

em

on

ios

infie

re u

ste

d q

ue

en

la

casa

de

este

ind

ivid

uo

no

ha

y g

as?

-Una

o d

os m

an

ch

as d

e s

ebo

pu

ed

en a

trib

uirse

a c

asu

ali-

dad,

pe

ro c

uando u

no n

o v

e m

eno

s d

e c

inco,

no c

abe d

uda

de

qu

e e

l in

div

idu

o e

stá

fre

cue

nte

men

te e

n c

on

tacto

co

n v

e-

las d

e s

ebo

; p

roba

ble

me

nte

, p

or

las n

och

es s

ub

e l

as e

sca

le-

ras d

e s

u c

asa

co

n e

l som

bre

ro e

n u

na

ma

no

y l

a v

ela

, g

o-

tea

nd

o,

en

la o

tra

. E

n t

od

o c

aso

, n

ad

ie s

e m

an

ch

a d

e s

ebo

co

n e

l ga

s. ¿

Qu

eda

sa

tisfe

cho

?

-B

ien

. S

us d

ed

uccio

nes s

on

mu

y in

ge

nio

sas -

dije

, ri

en

do

-;

pe

ro c

om

o u

ste

d a

ca

ba d

e d

ecir q

ue

no

se

ha

com

etid

o n

in-

n c

rim

en

, ni h

a h

ab

ido

nin

n p

erju

icio

, a

no s

er

la p

érd

ida

de u

n g

anso, to

do

esto

me p

are

ce inú

til p

érd

ida d

e e

ne

rgía

s.

62

S

herlock H

olm

es e

sta

ba a

punto

de r

eplic

arm

e,

cuando la

puert

a s

e a

brió d

e p

ar

en p

ar,

y P

ete

rson,

el port

ero

, irru

mpió

e

n l

a h

ab

itació

n,

co

n l

as m

ejil

las c

onge

stio

na

das y

atu

rdid

o

de a

som

bro

.

-¡E

l g

an

so

, se

ño

r H

olm

es!

¡El

ga

nso

se

ño

r! -

dijo

con

vo

z

en

trecort

ad

a.

-¿

Eh

? ¿

Que h

ay co

n é

l? ¿

Acaso h

a re

su

citad

o y sa

lió

vola

nd

o p

or

la v

enta

na?

H

olm

es s

e d

ió v

ue

lta

en

el

so

fá p

ara

ve

r m

ejo

r la

ag

ita

da

ca

ra d

el m

ozo.

Ve

a e

sto

, se

ño

r! ¡

Ve

a l

o q

ue

mi

muje

r le

ha

enco

ntr

ado

en

el b

uch

e!

E

xte

ndió

la m

ano y

no

s m

ostr

ó e

n s

u p

alm

a u

na f

ulg

ura

n-

te p

iedra

azu

l, a

lgo m

en

or

qu

e u

n f

réjo

l, p

ero

de

tal

pu

reza y

e

sp

len

do

r, q

ue

ce

nte

llea

ba c

om

o c

his

pa e

léctr

ica

en

el h

ue

co

de la m

ano.

S

he

rlock H

olm

es s

e inco

rporó

dan

do u

n s

ilbid

o.

Cara

cole

s,

Pete

rson

! -d

ijo-.

T

e has ha

llado un te

so

ro.

¿S

up

ong

o q

ue

sa

be

s lo

que

es?

-¿U

n d

iam

ante

, se

ño

r? U

na

pie

dra

pre

cio

sa q

ue

co

rta

el

vid

rio c

om

o s

i fu

era

mante

quill

a.

-E

s m

ás q

ue “

un

a”

pie

dra

pre

cio

sa

: es ”

la”

pie

dra

pre

cio

-sa

.

-¡N

o será

e

l ca

rbu

nclo

azu

l d

e la

cond

esa

d

e M

orc

ar!

-excla

mé.

-P

recis

am

ente

, el

mis

mo.

Yo d

ebie

ra s

aber

su t

am

o y

fo

rma,

com

o q

uie

ra q

ue e

n e

l últim

o t

iem

po h

e le

ído t

odos los

día

s e

l a

nu

ncio

p

ert

ine

nte

e

n “T

he

T

ime

s”.

E

s u

na

p

ied

ra

ún

ica

en

su

esp

ecie

, y s

u v

alo

r só

lo p

ue

de

conje

tura

rse

; p

ero

la

reco

mpe

nsa

ofr

ecid

a,

de m

il lib

ras e

ste

rlin

as,

no

alc

anza

ni

a la v

igésim

a p

art

e d

e s

u v

alo

r co

merc

ial.

Mil

libra

s!

¡Dio

s m

isericord

ioso

!

El p

ort

ero

se

dejó

ca

er

en

un

a s

illa

, m

irá

nd

on

os d

e h

ito

en

hito.

-E

sa e

s la r

eco

mpe

nsa

, y c

reo

sa

be

r co

n f

und

am

ento

que

de

trás d

e t

od

o e

sto

ha

y c

onsid

era

cio

ne

s s

en

tim

enta

les q

ue

Page 30: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

63

ind

ucir

ían

a la

con

desa

a d

ar

la m

ita

d d

e s

u f

ort

una p

or

reco

-bra

r la

valio

sa p

iedra

.

- S

i m

al n

o r

ecu

erd

o, fu

e p

erd

ida

en

el H

ote

l C

osm

op

olit

a -

observ

é.

-P

recis

am

en

te,

el

22

d

e d

icie

mb

re,

ha

ce

cin

co

d

ías.

Se

acusa

a u

n p

lom

ero

, lla

mad

o J

uan

Horn

er,

de

ha

berl

o s

ub

s-

tra

ído

de

l jo

ye

ro d

e la

co

nd

esa

. L

as p

rue

bas e

n s

u c

on

tra

son

tan

co

nvin

cen

tes,

qu

e e

l ca

so

ha

sid

o r

em

itid

o a

los T

rib

un

a-

les d

e justicia

. C

reo

que

aqu

í te

ng

o la

ve

rsió

n d

e lo

ocu

rrid

o.

B

uscó

en

tre

sus d

iari

os,

mir

and

o l

as f

echa

s,

ha

sta

qu

e a

l fin s

aco u

no, dobló

la p

ágin

a y

dio

lectu

ra a

lo s

igu

iente

:

R

obo

de

joyas e

n e

l H

ote

l C

osm

op

olit

a. -J

ua

n H

orn

er,

plo

- m

ero

, d

e 2

6 a

ños,

ha

sid

o a

cusad

o d

e h

ab

er

su

bstr

aíd

o,

el

22

de

dic

iem

bre

, de

l jo

yero

de la

con

desa

de

Mo

rcar

la v

alio

-sa

p

ied

ra con

ocid

a p

or

el

ca

rbu

nclo

azu

l. S

an

tia

go R

yde

r,

mo

zo

de

l ho

tel, d

ep

uso

en

el

se

ntid

o d

e q

ue

ha

bía

in

tro

duci-

do a

Horn

er

al

cam

arí

n d

e l

a c

ondesa,

el

día

del

robo,

pa

ra

que sold

ara

la

se

gunda barr

a de la

parr

illa del

hog

ar,

que

esta

ba

suelta

. H

abía

p

erm

anecid

o

con

H

orn

er

po

r bre

ve

tie

mp

o;

pe

ro a

l fin

tu

vo

qu

e a

cu

dir a

un

lla

ma

do

. A

l vo

lve

r,

en

co

ntr

ó q

ue H

orn

er

ha

bía

d

esap

are

cid

o,

que

e

l escri

torio

ha

bía

sid

o a

bie

rto

a la

fu

erz

a y

que

la

caju

ela

de

ta

file

te,

qu

e,

se

n d

esp

s s

e s

up

o,

co

nte

nía

las j

oyas d

e l

a c

on

desa

, yacía

ab

iert

a s

ob

re l

a m

esa

de

toca

dor.

Ryd

er

dio

in

me

dia

-ta

mente

la a

larm

a,

y H

orn

er

fue d

ete

nid

o e

sa m

ism

a t

ard

e

pe

ro la

pie

dra

no

pu

do

ser

en

co

ntr

ad

a n

i e

n s

u p

ers

ona

ni e

n

sus

ha

bitacio

nes,

Ca

talin

a

Cusack,

cri

ad

a

de

la

con

desa

, d

ep

uso

ha

ber

oíd

o e

l gri

to d

e e

spa

nto

de

Ryde

r a

l d

escub

rir

el ro

bo

, y h

ab

er

en

trad

o a

la

pie

za

, d

ond

e e

ncon

tró

la

s c

osas

en

el

esta

do

descrito

por

el

ante

rio

r te

stigo,

El

inspecto

r B

radstr

ee

t decla

ró h

ab

er

arr

esta

do

a H

orn

er,

qu

ien

se

de

fen

-d

ió f

rené

ticam

en

te,

pro

testa

ndo

de

su i

no

cen

cia

en

lo

s m

ás

en

érg

ico

s t

érm

ino

s.

Ha

bié

nd

ose

ha

llado

co

nsta

ncia

de

qu

e e

l p

reso

ha

bía

sid

o c

ond

enad

o a

nte

rio

rme

nte

por

rob

o,

el co

mi-

64

sa

rio

se

ne

gó a

pro

ce

der

su

ma

ria

me

nte

co

ntr

a e

l d

elin

cue

nte

y r

em

itió

el

pro

ce

so

a l

os t

rib

un

ale

s.

Ho

rner,

qu

e h

ab

ía d

ad

o

se

ña

les d

e i

nte

nsa e

mo

ció

n d

ura

nte

la

au

die

ncia

, se d

esm

a-

yó a

l fina

l d

e e

lla y

fu

e r

etira

do d

e la s

ala

.-¡

He

m!

Esto

es l

o o

curr

ido

en

la

com

isa

ría

-d

ijo H

olm

es,

me

dita

bun

do

, d

eja

nd

o e

l dia

rio

a u

n l

ado

- Lo

que

a n

oso

tros

no

s i

ncu

mbe a

ve

rigu

ar

aho

ra e

s l

a c

ad

en

a d

e s

uce

sos q

ue

va

n d

esde

el jo

ye

ro s

aq

uea

do

, po

r u

n la

do

, ha

sta

el b

uch

e d

e

un ganso,

en la

calle

T

ottenham

C

ourt

, por

el

otr

o.

Com

o

uste

d ve

, W

ats

on

, n

ue

str

as d

ed

uccio

ne

s ha

n a

dqu

irid

o de

re

pen

te m

ucho

ma

yo

r im

port

an

cia

y c

ará

cte

r m

en

os ino

cen

te.

He a

quí

la p

iedra

; la

pie

dra

vin

o d

el

ganso,

y,

el

ganso v

ino

del

señ

or

Enriq

ue B

aker,

e

l cab

alle

ro de

l som

bre

ro vie

jo y

de

más c

ara

cte

rísticas q

ue

le

he

descrito

. D

e m

odo

, pu

es,

qu

e

ah

ora

de

be

mo

s p

on

ern

os s

eria

men

te a

bu

scar

a e

ste

cab

a-

llero

y a

veri

gu

ar

la p

art

icip

ació

n qu

e le

h

a ca

bid

o e

n este

p

eq

ue

ño

mis

terio

. P

ara

ello

ensa

ya

rem

os p

rim

ero

los m

ed

ios

más

sim

ple

s,

que

consis

ten,

indudable

mente

, en

public

ar

avis

os e

n t

odo

s los d

iario

s d

e la t

ard

e.

Si esto

fra

casaré

, te

n-

dre

mo

s q

ue

ech

ar

ma

no

de o

tro

s m

éto

dos.

-¿

Qué

pie

nsa u

ste

d d

ecir?

-D

ém

e u

n lápiz

y u

na

hoja

de

pa

pe

l. D

ire

mo

s lo

sig

uie

nte

:

Se

h

an e

ncon

tra

do u

n g

an

so y u

n som

bre

ro n

egro

de

fie

ltro

. E

l se

ño

r E

nriq

ue

Ba

ker

pue

de

re

cup

era

rlo

s p

asa

ndo

esta

tard

e, a las 6

P. M

., p

or

Baker

Str

eet N

.° 2

21 B

.

E

sto

es c

laro

y c

oncis

o.

-B

asta

nte

. P

ero

, ¿

lo v

erá

él?

-Se

gura

me

nte

esta

rá a

lert

a d

e lo

qu

e p

ub

lica

n l

os d

iari

os,

com

o q

uie

ra q

ue,

pa

ra u

n h

om

bre

pobre

, la

pérd

ida e

s c

onsi-

de

rab

le.

Es e

vid

en

te q

ue

se

asu

stó

tan

to c

on

el

casu

al

des-

trozo d

e la

vid

riera

y,

la p

roxim

idad d

e P

ete

rson,

que n

o p

en-

más q

ue

en

hu

ir;

pe

ro d

espu

és d

eb

e d

e h

ab

ers

e la

me

nta

-d

o a

marg

am

en

te d

el

impuls

o q

ue

lo

hiz

o p

erd

er

lo q

ue

lle

va

-b

a.

La in

dic

ació

n d

e s

u n

om

bre

en e

l a

vis

o h

ará

s f

ácil

qu

e

Page 31: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

65

lo v

ea

, p

ue

s c

ua

lqu

iera

qu

e l

o c

on

ozca

le

lla

ma

rá s

u a

ten

-ció

n.

Ve t

ú,

Pete

rson,

a l

a o

ficin

a d

e a

vis

os y

haz q

ue p

ubli-

qu

en

éste

en

lo

s d

iari

os d

e la

ta

rde

.

-¿E

n c

les, se

ño

r?

Oh!

En E

l G

lobo,

La

Estr

ella

, P

all-

Ma

ll, S

t. J

am

es,

Eve-

nin

g N

ew

s S

tan

da

rd,

El

Eco

y c

ua

lesqu

iera

otr

os q

ue

se

te

ocurr

an.

-M

uy b

ien, señor.

¿Y

esta

pie

dra

?

Ah,

sí!

Y

o

la

guard

aré

. G

racia

s.

Adem

ás,

Pete

rson

, cuando

vengas

de

regre

so,

com

pra

un

ga

nso

y

déja

melo

a

qu

í, p

orq

ue

de

be

mo

s d

ar

un

o a

l ca

ba

llero

, e

n r

eem

pla

zo

de

l que tu fam

ilia s

e v

a a

com

er.

Cu

an

do

e

l po

rte

ro se

hub

o m

arc

ha

do,

Ho

lmes cog

ió la

pie

dra

y la p

uso c

ontr

a la lu

z.

-E

s p

recio

sa -

dijo

- F

íjese c

óm

o r

elu

mbra

y d

a c

his

pazos.

Natu

ralm

en

te q

ue e

s u

n n

úcle

o y

un f

oco d

e c

rím

enes.

Toda

buena p

ied

ra l

o e

s.

So

n l

os c

ebos f

avorito

s d

el

dem

on

io.

En

las j

oyas m

ayore

s y

más a

ntiguas,

cada

una d

e l

as f

aceta

s

su

ele

co

rresp

on

de

r a

u

n a

cto

sa

ng

uin

ario

. E

sta

pie

dra

n

o

tie

ne

aún

ve

inte

os.

Fue

descu

bie

rta e

n l

as r

ibera

s d

el

río

Am

oy,

en l

a C

hin

a m

eridio

nal, y

es n

ota

ble

por

tene

r to

das

las c

ara

cte

rística

s d

e los c

arb

un

clo

s,

exce

pto

su

co

lor,

qu

e e

s

azu

lad

o,

en

ve

z d

e r

ojo

, co

mo

los r

ub

íes c

orr

ien

tes.

No

ob

s-

tan

te s

er

tan m

od

ern

a,

esta

pie

dra

ya t

ien

e u

na

his

toria s

i-nie

str

a.

Ha h

abid

o d

os a

sesin

ato

s,

una lan

zad

ura

de v

itriolo

y

va

rio

s r

obo

s,

co

n m

otivo

de

este

tro

zo

de

carb

ón

crista

liza

do

, d

e d

oscie

nto

s c

uare

nta

cen

tig

ram

os d

e p

eso.

¿Q

uié

n c

reyera

q

ue

una

jo

yita

ta

n h

erm

osa

se

a u

na

cela

da

que

cond

uce

al

patí

bulo

y a

la

cárc

el?

Voy a

gu

ard

arla c

on l

lave e

n m

i caja

d

e c

aud

ale

s,

y e

scrib

ir u

nas lín

ea

s a

la

co

nd

esa

, p

ara

de

cirle

q

ue

está

en

nu

estr

o p

ode

r.

-¿

Cre

e u

ste

d q

ue e

se in

div

iduo H

orn

er

es inocente

?

-N

o p

ue

do

decir

lo.

-E

nto

nces,

¿o

pin

a u

ste

d q

ue

este

otr

o i

nd

ivid

uo

, E

nriq

ue

Ba

ker,

ha

te

nid

o a

lgo

qu

e v

er

co

n e

l ro

bo

?

66

-E

n m

i con

cep

to,

lo m

ás p

roba

ble

es q

ue

En

riq

ue

Ba

ker

sea c

om

ple

tam

ente

inocen

te y

no h

aya t

enid

o e

l m

enor

co-

no

cim

ien

to d

e q

ue

el a

ve

qu

e lle

va

ba

va

lía

mu

cho

s q

ue

si

fue

ra d

e o

ro p

uro

. S

in e

mb

arg

o,

esto

lo

co

mp

rob

aré

po

r un

me

dio

mu

y s

en

cill

o,

si

con

seg

uim

os q

ue

co

ncurr

a a

nu

estr

o

llam

ado.

-¿

Y n

o p

ued

e h

acer

na

da

mie

ntr

as ta

nto

?

-N

ad

a.

-E

n este

caso,

seguiré vis

itando a m

is pa

cie

nte

s;

pero

vo

lve

ré e

n l

a t

ard

e,

a l

a h

ora

ind

ica

da

po

r uste

d,

pu

es m

e

gusta

ría v

er

el d

esen

lace

de

este

asunto

tan e

mbro

llad

o.

-M

e h

e a

legra

do

mucho

de

ve

rlo

. L

a c

om

ida

es a

las s

iete

. C

reo

qu

e h

ay p

erd

ice

s.

Ta

l ve

z,

en

vis

ta d

e l

o q

ue

acab

a d

e

ocurr

ir,

de

bie

ra y

o d

ecirle

a la

se

ñora

Hu

dso

n q

ue

les e

xa

mi-

ne

el b

uch

e.

M

e a

trasé

con

un

en

ferm

o,

y e

ra p

oco

s d

e l

as s

eis

y

media

cuando d

e n

uevo m

e h

allé

en B

aker

Str

eet.

Al acerc

ar-

me a

la

casa v

i a u

n h

om

bre

alto,

con g

orr

o e

scocés y

cha-

queta

abo

tonad

a h

asta

la

ba

rba

, que e

spera

ba

afu

era

, ilu

mi-

nado d

e lle

no p

or

la luz q

ue

salía d

e la v

enta

nill

a d

e la

puert

a.

Ju

nto

co

n lle

ga

r yo

acu

die

ron

a a

brir

y a

am

bos n

os h

icie

-ro

n p

asar

a la h

ab

ita

ció

n d

e H

olm

es.

-E

l se

ño

r E

nriq

ue

Baker,

si

no

me

equ

ivo

co

-d

ijo a

qu

él,

leva

ntá

ndo

se

de

su

sill

ón

y

sa

lud

and

o

a

su

vis

ita

nte

con

aq

ue

l a

ire

afa

ble

qu

e a

do

pta

ba

con t

anta

natu

ralid

ad-

Sír

vase

senta

rse

aq

uí, ju

nto

al fu

ego

, seño

r B

ake

r. L

a n

oche e

stá

frí

a,

y v

eo

qu

e u

ste

d s

e a

da

pta

s a

l ve

rano

qu

e a

l in

vie

rno

. ¡A

h,

Wats

on!

Ha l

legado u

ste

d m

uy a

tie

mpo.

¿E

s é

ste

su s

om

-b

rero

, señ

or

Ba

ker?

-Sí, s

eñor;

sin

duda; éste

es e

l m

ío.

E

ra u

n h

om

bre

gra

nd

e,

de h

om

bro

s r

edo

nd

ea

dos,

cab

eza

volu

min

osa,

cara

an

cha e

inte

ligente

, que t

erm

inaba

en u

na

ba

rba

pun

tiag

ud

a,

de

pe

lo c

olo

r p

ard

o g

risáceo.

El tinte

rojiz

o

de s

u n

ariz y

mejil

las y

el lig

ero

tem

blo

r de s

u m

ano a

l exte

n-

derla m

e h

icie

ron r

ecord

ar

las c

onje

tura

s d

e H

olm

es r

especto

de s

us h

ábitos.

Su d

esco

lorida levita n

egra

esta

ba a

boto

nada

Page 32: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

67

ha

sta

arr

iba

, con

el

cu

ello

alz

ado

, y d

e s

us m

an

ga

s s

alían

un

as m

ecas larg

as y

fla

cas,

sin

se

ña

les d

e p

os d

e c

am

i-sa.

Habla

ba d

espacio

y c

on a

cento

nerv

ioso,

se

leccio

nando

sus p

ala

bra

s cu

ida

dosa

me

nte

, y d

ab

a la

im

pre

sió

n g

en

era

l de h

om

bre

de

cultura

hum

anís

tica l

itera

ria

, pe

ro m

altra

tado

por

la fort

una.

-H

em

os g

ua

rda

do e

sta

s c

osas d

ura

nte

alg

uno

s d

ías -

dijo

H

olm

es-

porq

ue e

spe

rába

mos v

er

alg

ún a

vis

o s

uyo

en

qu

e

se

in

dic

ara

su

dir

ecció

n.

Me

extr

a q

ue

no

ha

ya

pu

esto

avi-

sos e

n los d

iari

os.

N

uestr

o v

isitante

sonri

ó c

on c

iert

a tim

ide

z.

-M

i situ

ació

n e

con

óm

ica

no

es a

hora

la d

e a

nte

s –

obse

rvó

-no

me

ca

bía

du

da

de

qu

e l

a p

an

dill

a d

e m

ato

nes q

ue

me

asaltaro

n se habrí

an lle

vado el

som

bre

ro y el

ganso;

y no

qu

ise

ga

sta

r m

ás d

ine

ro e

n u

na

inútil

tenta

tiva d

e r

ecupera

r-lo

s.

-M

uy n

atu

ral. E

ntr

e p

aré

nte

sis

, por

lo q

ue r

especta

al ave,

no

s v

imos o

blig

ad

os a

co

me

rla

.

-¡C

om

erl

a!

N

uestr

o v

isitan

te m

ed

io s

e in

corp

oró

de

l a

sie

nto

, sob

resa

l-ta

do.

-S

í, p

ues s

i no

lo

hu

bié

ram

os h

ech

o a

sí, n

o h

ab

ría s

ido

de

utilid

ad

pa

ra n

ad

ie.

Pero

su

po

ngo

que e

ste

otr

o g

an

so q

ue

está

so

bre

el a

pa

rad

or,

más o

me

no

s d

el m

ism

o p

eso y

en

te-

ram

en

te f

resco

, serv

irá

igu

al

qu

e e

l o

tro

pa

ra s

us p

rop

ósito

s.

¿N

o e

s a

sí?

-¡O

h!

Po

r cie

rto

, p

or

cie

rto

-co

nte

stó

el

se

ñor

Baker,

co

n

un

susp

iro

de a

livio

.

-Natu

ralm

ente

que

todavía

te

nem

os

las

plu

mas,

pata

s,

bu

ch

e y

otr

os r

esto

s d

e s

u p

rop

ia a

ve

; d

e m

odo

qu

e s

i u

ste

d

desea...

E

l h

om

bre

so

ltó

un

a r

obu

sta

ca

rca

jad

a.

-P

odrí

an s

erv

irm

e c

om

o r

eliq

uia

s d

e m

i ave

ntu

ra;

porq

ue,

ap

art

e d

e eso

, n

o ve

o qu

é u

tilid

ad

pu

ed

an

re

po

rta

rme

la

s

dís

ecta

m

em

bra

de

m

i an

tiguo conocid

o.

No,

seño

r. C

reo

68

qu

e,

co

n s

u l

ice

ncia

, co

ncre

taré

mi

ate

nció

n a

la

exce

len

te

pie

za q

ue

veo

so

bre

el apara

do

r.

S

herlock H

olm

es m

e d

io u

na m

irada

inte

ligente

y s

e e

nco-

gió

levem

ente

de h

om

bro

s.

-A

llí e

stá

n,

en

tonces,

su s

om

bre

ro y

su g

anso -

dijo

-. D

e

paso

, ¿

le m

ole

sta

ría qu

e le

p

reg

un

tara

d

ónde consig

uió

el

otr

o? S

oy a

lgo

aficio

na

do a

las a

ves y

poca

s v

eces h

e v

isto

u

n g

anso

más d

esa

rro

llado

.

-Se

lo

diré c

on

mucho a

gra

do,

se

ñor

-dijo

Bake

r, y

a d

e p

ie

y c

on

su

nueva

ad

qu

isic

ión

ba

jo e

l b

razo

- V

ari

os a

mig

os f

re-

cu

en

tam

os el

Ba

r A

lph

a,

ce

rca

de

l m

useo

, q

ue

e

s d

on

de

pa

sa

mos d

ura

nte

el

día

. E

ste

o,

nue

str

o b

ue

n h

ospe

dero

, lla

ma

do

Win

dig

ate

, in

stitu

un

clu

b c

uyo

s s

ocio

s,

po

r un

os

cu

an

tos

pen

iqu

es

se

ma

na

les,

tien

en

de

recho

a

re

cib

ir

un

g

anso

co

mo

re

ga

lo d

e P

ascu

a.

Yo

pag

tod

as m

is c

uo

tas

pu

ntu

alm

en

te,

y lo

de

s u

ste

d m

ism

o lo

sa

be

. Q

uéd

ole

muy

ag

rad

ecid

o,

se

ño

r, d

e la

s re

stitu

cio

ne

s qu

e m

e h

a h

echo

, p

ues e

l g

orr

o e

scocés n

o s

e a

vie

ne c

on

mis

año

s n

i con

mi

se

rie

dad

.

Híz

onos u

na g

rave y

pom

po

sa r

evere

ncia

y s

e r

etiró

.

-Ya

he

mos c

on

ocid

o a

l señ

or

Bake

r -d

ijo H

olm

es,

cua

nd

o,

hu

bo

sa

lido

y c

err

ado

la

pu

ert

a-.

Es d

e t

od

a e

vid

encia

qu

e n

o

sabe

ab

solu

tam

ente

nada d

el

asunto

. ¿

Tie

ne u

ste

d a

petito

, W

ats

on?

-N

o m

uch

o.

-E

nto

nces,

insin

úo

tra

nsfo

rma

r n

ue

str

a c

om

ida

en

cen

a,

y

ah

ora

, se

gu

ir e

sta

pis

ta,

ap

rovech

an

do n

uestr

as b

ue

nas d

is-

po

sic

ion

es.

-E

ncanta

do.

La n

oche e

sta

ba s

um

am

ente

frí

a,

así

es q

ue n

os p

usim

os

nu

estr

os g

rue

sos le

vito

nes y ch

alin

as a

lre

ded

or

de

l cu

ello

. A

fue

ra la

s e

str

ella

s b

rilla

ba

n e

n e

l cie

lo d

esp

eja

do

, y e

l a

lien

-to

de

lo

s t

ranse

ún

tes s

alía d

e s

us b

ocas c

om

o f

og

ona

zos d

e

hu

mo

. A

tra

vesa

mos c

on

pa

sos e

nérg

ico

s y

so

noro

s e

l se

cto

r e

n q

ue

se

con

cen

tra

n l

as a

ctivid

ade

s m

éd

ica

s,

por

las c

alle

s

Wim

pole

, H

arley y

Win

gm

ore

, hasta

lle

gar

a l

a d

e O

xfo

rd.

Al

Page 33: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

69

ca

bo

de

un

cu

art

o d

e h

ora

está

bam

os e

n B

lom

sbu

ry,

en

el

Ba

r A

lph

a,

pe

qu

a c

an

tin

a s

itua

da

en

la

esq

uin

a d

e u

na

de

las c

alle

s q

ue

baja

n a

Ho

lbo

rn.

Ho

lme

s e

mp

ujó

la

pu

ert

a d

el

ba

r y p

idió

do

s v

aso

s d

e c

erv

eza

al

can

tin

ero

, d

e c

ara

ru

bi-

cunda y

dela

nta

l bla

nco,

-S

u c

erv

eza

de

be

se

r e

xce

len

te,

si es t

an

bu

en

a c

om

o s

us

ga

nsos -

dijo

.

-¡M

is g

an

sos!

E

l h

om

bre

pare

ció

sorp

rend

ers

e.

-S

í. A

cabo d

e e

sta

r convers

ando

, ha

ce m

edia

hora

, co

n e

l se

ño

r E

nrique

Ba

ke

r, s

ocio

de

l clu

b q

ue

uste

d h

a t

en

ido

la

idea d

e form

ar.

-¡A

h, sí;

ya r

ecuerd

o! P

ero

los g

ansos n

o s

on n

uestr

os.

Vaya! ¿

De q

uié

n s

on e

nto

nces?

-C

om

pré

dos d

oce

nas a

un c

om

erc

ian

te, e

n e

l m

erc

ado

de

Covent G

ard

en.

-¿

Sí?

Conozco a

alg

unos. ¿

Cuál fu

e?

-Se

lla

ma

Bre

ckin

ridg

e.

Ah!

No l

o c

onozco.

Bueno.

Beba

mos a

su s

alu

d y

por

la

pro

sp

erida

d d

e s

u n

eg

ocio

. B

ue

na

s n

oche

s.

-Y

a

hora

, a

b

uscar

a B

reckin

rid

ge

-p

rosig

uió

m

i a

mig

o,

ce

rrán

dose

el

ab

rig

o a

l sa

lir a

l a

ire

esca

rch

ad

o-

Re

cue

rde

, W

ats

on

, q

ue

au

nqu

e n

uestr

a h

isto

ria

com

ien

za

con

un

sim

ple

g

anso

, pu

ed

e t

erm

ina

r con la

co

nd

en

a d

e u

n in

div

iduo

a s

iete

a

ños d

e tr

aba

jo fo

rza

do

, a

m

en

os q

ue

lo

gre

mos p

roba

r su

ino

ce

ncia

. E

s p

osib

le q

ue

nu

estr

as p

esq

uis

as s

ólo

co

nfirm

en

su c

ulp

abili

dad;

pero

, en t

odo c

aso,

poseem

os u

na c

lave q

ue

la p

olic

ía n

o tie

ne

y q

ue p

or

rara

casu

alid

ad

ha

lle

ga

do

a

nu

estr

as m

an

os.

Sig

ám

osla

sin

tr

eg

ua

. ¡D

e fr

en

te h

acia

e

l sur,

y p

aso r

ápid

o!

C

ruzam

os l

a c

alle

Ho

lborn

, se

gu

imo

s p

or

la d

e E

nd

ell

y

lue

go p

or

un d

éda

lo d

e b

arr

ios i

nfa

mes,

hasta

lle

gar

al

me

r-ca

do

de

Co

ve

nt

Ga

rde

n.

So

bre

uno

de

lo

s p

uesto

s m

ayo

res

vim

os e

l no

mb

re d

e B

reckin

ridge

, y a

l pro

pie

tari

o m

ism

o -

de

fach

a d

e c

halá

n,

cara

pe

rsp

icaz y

pa

tilla

s r

eco

rtad

as-,

qu

e,

70

en

esos i

nsta

nte

s,

ayu

dab

a a

uno

de

lo

s m

ozo

s a

su

bir l

as

pers

ianas.

-B

uenas n

oche

s.

¡Ca

ram

ba

co

n e

l fr

ío q

ue e

stá

hacie

nd

o!

-dijo

Holm

es.

E

l com

erc

iante

hiz

o u

n s

igno a

firm

ativo d

e c

abe

za v

lanzó

un

a m

ira

da

inq

uis

ido

ra a

mi co

mp

ero

.

-Ve

o q

ue h

a v

en

did

o t

od

os los g

ansos -

dijo

Ho

lmes,

señ

a-

lan

do

las v

acía

s m

esas d

e m

árm

ol.

-M

aña

na

po

r la

ma

ña

na

le

te

nd

ré q

uin

ien

tos.

-M

aña

na

, n

o.

-Q

ued

an

alg

un

os e

n a

que

l p

uesto

don

de

está

el

faro

l de

gas.

-P

ero

me

ha

n r

ecom

end

ado

lo

s s

uyo

s.

-¿

Qu

ién

?

-E

l du

eño d

el B

ar

Alp

ha

.

-¡A

h, sí!

Le

ma

nd

é u

n p

ar

de

doce

na

s.

-P

recio

sas e

ran

la

s a

ves. ¿

nd

e las c

on

sig

uió

?

C

on

sorp

resa

, vi

qu

e l

a p

regu

nta

pro

vo

ca

ba

un

arr

eb

ato

de ira

en e

l com

erc

iante

.

-Bu

eno

, p

ues,

señ

or

-dijo

, co

n la

cab

eza

ech

ad

a h

acia

a

trá

s y

lo

s b

razos e

n j

arr

as-,

¿qu

é e

s l

o q

ue

qu

iere

? C

an

te-

mo

s c

laro

de

un

a v

ez.

-L

a c

ue

stió

n e

s ba

sta

nte

cla

ra.

De

searí

a sa

ber

qu

ién

le

ve

nd

ió los g

an

sos q

ue

uste

d m

an

al A

lph

a

-B

ueno; no s

e lo d

iré. ¿

Y q

ué?

Oh

! N

o t

ien

e n

ing

un

a i

mp

ort

ancia

; p

ero

no

por

qu

é

uste

d s

e a

calo

ra ta

nto

por

una m

enudencia

com

o e

sta

.

-¡A

ca

lora

rme

! L

e a

se

gu

ro q

ue

uste

d s

e a

ca

lora

ría

s s

i lo

mole

sta

ran c

om

o a

mí.

Cu

an

do

pa

go b

ien y

la m

erc

ad

erí

a

es

bu

ena

, e

l n

ego

cio

está

te

rmin

ad

o

y

no

ha

y

s

que

ha

bla

r. P

ero

me

vie

ne

n c

on

: ¿

de

dón

de s

on

los g

anso

s?

, ¿

a

quié

n l

e v

end

ió l

os g

ansos?,

¿cuánto

pagó p

or

los g

ansos?

Al o

ír t

an

ta a

lha

raca

, u

no

cre

erí

a q

ue

era

n los ú

nic

os g

ansos

en e

l m

undo.

-P

or

mi

part

e,

no te

ngo nin

guna re

lació

n con otr

os que

ha

ya

n e

sta

do h

acie

ndo

ave

rig

ua

cio

nes -

dijo

Ho

lme

s d

esp

reo

-

Page 34: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

71

cu

pa

da

me

nte

. S

i u

ste

d n

o q

uie

re d

ecirlo

, la

ap

uesta

se

an

ula

. E

so

es to

do

. P

ero

sie

mpre

m

e h

a g

usta

do

co

nfr

on

tar

mis

o

pin

ion

es e

n m

ate

ria

de

ave

s,

y h

e a

po

sta

do

cin

co

lib

ras q

ue

el ganso q

ue c

om

í es d

el cam

po.

-P

ues,

en ese

ca

so

, uste

d h

a p

erd

ido sus cin

co lib

ras,

porq

ue e

s d

e la c

iudad

-in

terr

um

pió

el co

merc

ian

te.

N

o e

s d

e la c

iudad

, ni p

or

pie

nso.

-L

e d

igo

que lo

es.

-N

o lo

cre

o.

-¿

Cre

e u

ste

d s

abe

r m

ás q

ue

yo

en

ma

teri

a d

e a

ves,

sie

n-

do

q

ue

h

e ne

gocia

do

con

e

llas d

esde

n

iño

? L

e re

pito

q

ue

tod

os e

sos g

an

so

s q

ue

se m

an

daro

n a

l A

lph

a f

ue

ron c

ria

do

s

en

la

ciu

da

d.

-N

o m

e c

on

ve

nce

rá n

unca d

e e

so

.

-¿Q

uie

re a

posta

r, e

nto

nces?

-Se

ría

lo q

uita

rle

su

din

ero

, p

ue

s y

o s

é q

ue

esto

y e

n l

o

cie

rto.

Sin

em

barg

o,

voy,

a a

posta

rle u

na l

ibra

riada

más q

ue

pa

ra e

nse

ñarle

a n

o s

er

testa

rud

o.

E

l com

erc

iante

se r

ió e

ntr

e d

iente

s,

con a

ire t

orv

o.

Trá

em

e

los lib

ros, G

uill

erm

ito -

dijo

.

El m

uchachito

tra

jo d

os lib

ros, uno d

elg

ado y

otr

o g

rande y

g

rasie

nto

y los p

uso

deb

ajo

de

l fa

rol.

-V

am

os a

ver,

don J

uan S

egura

-dijo

el com

erc

iante

-. C

reí

qu

e n

o m

e q

ue

dab

a n

ing

ún

ga

nso

, p

ero

an

tes q

ue

term

ine

de

co

nsu

lta

mis

lib

ros,

ve

rá u

ste

d q

ue

aun m

e q

ued

a u

no

en

la

tienda. ¿

Ve e

ste

lib

rito

?

-¿

Y b

ien?

-C

on

tie

ne

la

lis

ta d

e m

is p

rove

ed

ore

s. V

éa

la. P

ue

s b

ien

en

esta

pagin

a e

stá

n l

os d

el

cam

po y

los n

úm

ero

s f

ren

te a

sus

no

mbre

s i

nd

ica

n l

as c

ue

nta

s r

esp

ectiva

s e

n e

l lib

ro m

ayo

r.

¿V

e a

hora

esta

otr

a p

ágin

a c

on t

inta

roja

? E

s l

a l

ista

de

mis

p

rove

ed

ore

s d

e l

a c

iud

ad

. L

éam

e a

hora

en v

oz a

lta e

l n

om

-bre

de la terc

era

lín

ea.

-S

ora

Oaksh

ot,

cam

ino

Brixto

n N

.° 1

17

-42

9.

-B

usque a

hora

ese n

úm

ero

en e

l otr

o lib

ro.

B

uscó

Ho

lmes la

gin

a ind

icad

a.

72

-A

quí

esta

Señora

Oaksho

t, c

am

ino B

rixto

n 1

17,

pro

vee-

dora

de

huevos y

aves.

-L

ea c

uál es la

últim

a p

art

ida.

-D

icie

mb

re 2

2:

Ve

inticu

atr

o g

anso

s a

sie

te c

he

line

s,

se

is

peniq

ues.

-P

recis

am

ente

. A

hí tiene u

ste

d. ¿

Qué

se lee m

ás a

ba

jo?

-V

en

did

os a

l se

ño

r W

ind

iga

te, d

el A

lph

a, a

do

ce

ch

elin

es.

-¿

Qué m

e d

ice a

hora

?

S

he

rlock H

olm

es p

are

cía

p

rofu

nda

men

te m

ole

sto

. S

acó

una l

ibra

de s

u b

ols

illo Y

la

arr

ojó

sobre

la c

ubie

rta d

e m

ár-

mo

l, a

lejá

nd

ose

con

aire

de

ind

escrip

tib

le f

astid

io.

Cu

an

-do

hu

bo a

nd

ad

o u

nos c

ua

nto

s m

etr

os,

se d

etu

vo

al

pie

de u

n

faro

l y s

e r

ió e

n la

fo

rma

en

tusia

sta

a la v

ez q

ue

dis

cre

ta q

ue

le e

ra p

ecu

liar.

-Cuando v

ea u

n i

ndiv

iduo c

on p

atilla

s r

ecort

adas e

n e

sa

form

a y

- p

añu

elo

co

lor

rosa

en

el b

ols

illo

, te

ng

a la

cert

eza

de

p

od

er

atr

aerlo

por

me

dio

de

un

a a

puesta

-d

ijo-.

Me i

ma

gin

o

qu

e n

i -a

un

po

nié

nd

ole

cie

n lib

ras p

or

de

lan

te m

e h

ab

ría

pro

-p

orc

iona

do

in

form

acio

nes

tan

co

mp

leta

s

corn

o

las

qu

e

le

sa

qu

é h

acié

nd

ole

cre

er

qu

e m

e g

an

ab

a u

na a

puesta

. B

ien,

Wa

tso

n c

reo q

ue e

sta

mos p

róxim

os a

l fin

al

de

nuestr

a p

es-

qu

isa

, Y

qu

e lo

ún

ico

qu

e n

os q

ue

da

por

reso

lve

r e

s s

i d

eb

er-

no

s s

eg

uir

ha

sta

la

casa

de

la

se

ño

ra O

aksho

t e

sta

mis

ma

no

ch

e,

o d

eja

r e

sto

para

ma

ña

na

. A

ju

zga

r p

or

lo q

ue

no

s d

ijo

ese

ta

ima

do

no

ha

y d

ud

a d

e q

ue

noso

tro

s n

o s

om

os l

os ú

ni-

cos q

ue

an

dam

os e

n p

os d

e e

ste

asu

nto

y y

o..

.

Su

s o

bserv

acio

nes f

ue

ron

inte

rrum

pid

as p

or

un

gra

n a

lbo-

roto

qu

e e

sta

lló e

n e

l p

ue

sto

qu

e a

ca

bába

mo

s d

e d

eja

r. D

án

-d

on

os v

ue

lta

vim

os u

n h

om

bre

cill

o c

on c

ara

de

ra

tón

, d

e p

ie

bajo

la

am

arille

nta

luz d

el

faro

l m

ien

tras B

reckin

rid

ge

, e

l co-

merc

ian

te,

en l

a p

uert

a d

e s

u n

egocio

, ag

ita

ba f

uriosa-m

ente

sus p

uño

s a

me

naza

nd

o a

l in

feliz

qu

e ten

ía p

or

de

lan

te

-

Ya

esto

y h

art

o d

e u

ste

d y

de

sus g

an

sos -

grita

ba-

oja

cin

e el

dia

blo

sé lle

ve a to

dos uste

de

s ju

nto

s.

Si

vuelv

e a

fastid

iarm

e co

n sus m

ald

itas h

isto

ria

s le

solta

ré lo

s pe

rros.

Trá

iga

me

a l

a s

ora

Oaksh

ot

y y

o l

e d

aré

respu

esta

a e

lla

Page 35: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

73

pe

ro,

¿q

tie

ne

qu

e v

er

uste

d c

on

esto

? ¿

Acaso

le c

om

pró

a

uste

d los g

ansos?

- N

o; p

ero

uno

de

ello

s e

ra m

ío -

gim

ió e

l h

om

bre

cill

o.

-E

nto

nces r

eclá

me

lo a

la

se

ño

ra O

aksho

t.

-E

lla m

e d

ijo q

ue s

e lo r

ecla

mara

a u

ste

d.

-Y

yo

le

dig

o q

ue

se

lo

vaya

a r

ecla

mar

al

rey.

de

Pru

sia

. Y

a e

sto

y h

asta

el to

pe c

on u

ste

d. ¡L

árg

uese d

e a

quí!

Dio

un

a f

uriosa

arr

em

etida

y e

l a

veri

gu

ad

or

se e

sca

bu

lló

en

me

dio

de

la

oscu

rid

ad

.

Esto

puede a

horr

arn

os e

l via

je a

Brixto

n –

cuchic

heó H

ol-

me

s V

en

ga

co

nm

igo

, y v

ere

mo

s q

pod

em

os h

acer

co

n e

ste

in

div

iduo.

A

tra

ve

san

do p

or

en

me

dio

de

lo

s a

isla

do

s g

rup

os d

e g

en-

te e

sta

cio

nad

a fr

en

te a

lo

s p

uesto

s,

co

mp

añe

ro p

ron

to

alc

anzó a

l hom

bre

cill

o y

lo tocó e

n e

l hom

bro

. D

iose v

uelta d

e

un b

rinco,

y,

a l

a l

uz d

el

ga

s,

pude v

er

que s

e p

onía

pálid

o

co

mo

cera

.

-¿Q

uié

n e

s u

ste

d?

¿Q

qu

iere

? -

Inquirió

con

vo

z t

rém

u-

la.

-

Pe

rdó

ne

me -

dijo

Ho

lmes c

on

sua

vid

ad

-, p

ero

no p

ude

deja

r d

e o

ír l

as p

reg

un

tas q

ue

uste

d h

acía

al

com

erc

ian

te,

hace u

n m

om

ento

, y tal ve

z p

ueda a

yudarlo.

-¿

Uste

d?

¿Q

uié

n e

s?

¿C

óm

o p

ue

de

sab

er

de

qu

é s

e t

ra-

ta?

-M

e l

lam

o S

herlock H

olm

es,

y m

i oficio

consis

te e

n s

aber

lo q

ue

otr

os ig

no

ran

.

-¿P

ero

cóm

o p

ue

de

sab

er

na

da

de

esto

?

-P

erd

ón

em

e;

lo s

é t

od

o.

Uste

d t

rata

de

se

gu

ir l

a p

ista

de

un

os g

ansos v

en

did

os p

or

la s

ora

Oa

ksho

t, d

e B

rixto

n,

a

un

co

me

rcia

nte

lla

ma

do

Bre

ckin

rid

ge

, y,

a s

u v

ez,

por

éste

al

seño

r W

ind

igate

, del

Alp

ha,

quie

n,

por

últim

o,

los v

endió

al

clu

b a

qu

e p

ert

en

ece

el señ

or

En

riq

ue

Ba

ker.

-¡O

h s

or!

Uste

d e

s l

a p

ers

ona

qu

e t

an

to h

e a

nh

ela

do

encontr

ar

-excla

mó e

l pobre

hom

bre

, con l

as m

an

os e

xte

ndi-

da

s y

los d

edo

s t

em

blo

roso

s-

Uste

d n

o s

e i

mag

ina

el

inte

rés

qu

e te

ngo

por

este

asu

nto

.

74

S

he

rlock H

olm

es h

izo

se

ña

s a

un

coche

qu

e p

asab

a.

-E

n t

al

caso

, se

rá m

ejo

r qu

e c

on

vers

em

os e

n u

na

ha

bita

-ció

n a

brig

ada

, q

ue n

o e

n e

ste

merc

ado

ab

iert

o a

to

dos l

os

vie

nto

s -d

ijo-

Ante

s de ir m

ás adela

nte

, sír

vase de

cirm

e a

qu

ién

te

ng

o e

l a

gra

do

de

ayu

da

r.

E

l hom

bre

titubeó u

n insta

nte

.

-Me

lla

mo

Jua

n R

ob

inso

n -

rep

licó

, m

iran

do

de

sosla

yo

.

-No

, n

o;

el

ve

rdad

ero

nom

bre

-d

ijo H

olm

es c

on

sua

vid

ad-

Sie

mp

re e

s d

esag

rad

ab

le t

rata

r esto

s a

su

nto

s b

ajo

no

mbre

s

su

pu

esto

s.

Las m

ejil

las d

el desconocid

o s

e s

onro

jaro

n.

-B

ien; m

i verd

adero

nom

bre

es S

antiago

Ryder

-E

xacta

men

te.

Mozo d

el

Hote

l C

osm

opolit

a.

Sír

vase s

ubir

al coch

e y

pro

nto

po

dré

de

cirle

to

do

lo

qu

e d

esea

sab

er.

El hom

bre

cill

o s

e q

uedó m

irándonos a

l uno y

al otr

o a

lter-

nativam

ente

, con ojo

s sem

iasusta

do

s y sem

iespe

ranza

dos,

co

mo q

uie

n n

o s

abe

a c

ien

cia

cie

rta s

i está

en

vís

pera

s d

e

recib

ir u

na

ben

dic

ión

o u

na c

atá

str

ofe

. P

or

fin

, en

tró a

l coche

, y m

edia

hora

despué

s e

stá

ba

mos d

e r

egre

so e

n l

as h

ab

ita

-cio

ne

s d

e B

ake

r S

tree

t. N

ad

a s

e h

ab

ía d

ich

o d

ura

nte

el

tra

-yecto

, pero

la

agitada

respiració

n d

e n

uestr

o a

com

pañante

y

su

co

ntin

uo

ab

rir

y c

err

ar

de

ma

nos r

eve

lab

an

el

esta

do

de

tensió

n n

erv

iosa e

n q

ue s

e d

ebatí

a.

He

mo

s l

lega

do

! -d

ijo H

olm

es a

leg

rem

en

te,

mie

ntr

as e

n-

trábam

os a

la p

ieza-

La

chim

enea e

s m

uy a

cogedora

en e

ste

tie

mp

o.

Pa

rece

qu

e u

ste

d t

ien

e f

río

, seño

r R

yde

r. S

ién

tese

en

el

sill

ón d

e m

imbre

. V

oy a

ponerm

e m

is z

apatilla

s,

ante

s d

e

com

enzar

a t

rata

r su a

sunto

. ¡E

sta

mos l

isto

s!

¿U

ste

d q

uie

re

sa

be

r q

pasó

co

n e

sos g

ansos?

-Sí,

señor.

-0,

mejo

r d

ich

o,

con

ese

ga

nso

. M

e i

ma

gin

o q

ue

era

un

o

so

lo e

l q

ue

a u

ste

d in

tere

sa

ba

; u

no

bla

nco

co

n r

aya

ne

gra

en

la c

ola

.

Ryde

r se

estr

em

eció

de

em

oció

n.

Oh

se

ño

r! -

excla

mó-

¿P

ue

de

de

cirm

e q

fu

e d

e é

l?

-V

ino

a d

ar

aq

uí.

Page 36: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

75

-¿

Aquí?

-Sí,

y r

esu

ltó s

er

un

ave d

e l

o m

ás e

xtr

ao

rdin

aria

. N

o m

e

ad

mira

qu

e u

ste

d s

e i

nte

resa

rá p

or

ella

. D

esp

ués d

e m

ue

rta,

pu

so

un

hu

evito

azu

l, e

l m

ás p

recio

so

y e

sp

lend

oro

so

qu

e h

e

vis

to jam

ás. A

quí lo

tengo, entr

e m

is r

eliq

uia

s.

N

uestr

o

vis

itan

te,

estu

pefa

cto

, re

sb

aló

de

su

asie

nto

y

su

jetó

se

con

un

a m

an

o d

e l

a r

ep

isa

de

la

ch

ime

nea

, p

ara

no

ca

er

de

l to

do.

Ho

lmes a

brió

la

caja

de

ca

ud

ale

s y

exh

ibió

el

carb

unclo

azul, que brilla

ba com

o estr

ella

, y despedía

sus

fulg

ore

s e

n t

od

as d

ireccio

ne

s.

Ryde

r lo

miró

fija

men

te,

co

n

air

e in

de

cis

o, sin

sab

er

si re

cla

ma

rlo

o d

esco

no

ce

rlo

.

-La

p

art

ida

ha

te

rmin

ado

, R

yd

er

-dijo

H

olm

es,

tra

nq

uila

-m

ente

-. ¡

Levánte

se,

hom

bre

, o v

a a

cae

rse

al

fue

go!

le s

u

bra

zo,

Wats

on

, y a

yúd

elo

a s

enta

rse.

No

ha t

enid

o v

alo

r para

co

me

ter

impu

ne

men

te u

na

fe

lon

ía.

le u

n t

rago

de

bra

nd

y.

¡Eso

es! ¡A

ho

ra p

are

ce

esta

r m

ás n

orm

al! ¡

Po

bre

in

feliz

!

Dura

nte

bre

ve t

iem

po s

e h

abía

ta

mb

ale

ad

o y

casi caíd

o a

l su

elo

, p

ero

el

bra

nd

y l

e v

olv

ió l

os c

olo

res a

la

cara

, y a

ho

ra,

se

nta

do

, m

irab

a a

su

acusa

do

r co

n o

jos d

espa

vo

ridos.

-T

eng

o e

n m

is m

an

os c

asi

tod

os l

os e

sla

bo

ne

s y

pru

eb

as

qu

e p

od

ía n

ecesita

r; d

e m

od

o q

ue

so

n p

oca

s l

as n

ove

da

des

qu

e u

ste

d p

od

rá d

ecirm

e.

Sin

em

barg

o,

co

nven

drí

a a

cla

rar

lo

poco q

ue q

ueda,

pa

ra c

om

ple

tar

la h

isto

ria.

¿C

onoce

uste

d,

Ryder,

esta

pie

dra

azul de

la c

ond

esa d

e M

orc

ar?

-Fu

e C

ata

lina C

usack q

uie

n m

e h

ab

ló d

e e

lla -

dijo

el in

ter-

rogado, con v

oz c

hill

ona.

-Y

a v

eo;

la c

riada d

e l

a c

ondesa.

Bie

n.

La t

enta

ció

n d

e

adquirir s

úbita

fort

una c

on t

anta

facili

dad p

udo m

ás q

ue u

s-

ted

, co

mo

les h

a o

curr

ido a

nte

s a

otr

os m

ejo

res q

ue

uste

d;

pero

los m

edio

s d

e q

ue s

e v

alió

no f

uero

n m

uy e

scru

pu

losos.

Me p

are

ce,

Ryder,

qu

e h

ay e

n u

ste

d h

echura

s d

e g

ran

bella

-co.

Sabía

uste

d q

ue H

orn

er,

el

plo

mero

, había

esta

do a

nte

-rio

rme

nte

envu

elto

en

un

asun

to d

e e

sta

na

tura

leza

y q

ue

la

s

sosp

echa

s r

eca

erí

an

fácilm

en

te s

obre

él. ¿

Qu

é h

izo

, e

nto

n-

ces?

Con

ayu

da

de

su

cóm

plic

e,

la C

usack,

fab

ricó

un

de

s-

pe

rfecto

en

la p

ieza

de

la

se

ño

ra y

se

ing

en

ió p

ara

que

lla

ma

-

76

ran

a a

qu

el

ind

ivid

uo

pa

ra q

ue

lo

re

pa

rara

. C

ua

ndo

este

se

hubo r

etira

do,

robó u

ste

d e

l conte

nid

o d

el

joyero

, dio

la a

lar-

ma e

hiz

o a

rresta

r al pobre

hom

bre

. Luego...

D

e re

pente

, R

yder

se arr

ojó

al

suelo

y se colg

ó de

la

s

rodill

as d

e m

i com

pañero

.

-¡P

or

el

am

or

de

D

ios,

ten

ga

com

pasió

n d

e m

í! –

gim

ió-

Pie

nse e

n m

is p

ad

res,

a q

uie

ne

s a

go

bia

ría

de

do

lor.

Nu

nca

an

tes h

ice

nad

a m

alo

, n

i lo

vo

lve

ré a

hace

r ja

más.

Se

lo

pro

-m

eto

, y s

e l

o j

ura

ré p

or

los S

anto

s E

vangelio

s.

No l

leve e

l asun

to a

la justicia

. ¡P

or

Dio

s, no lo h

aga

!

- ¡V

uelv

a a

su a

sie

nto

! -d

ijo H

olm

es c

on s

everidad

- A

hora

se

h

um

illa

y a

rrastr

a,

pero

n

o tu

vo

nin

n escrú

pu

lo p

ara

e

nvo

lve

r a

H

orn

er

en

un

d

elit

o d

el

que

n

o sab

ía n

i m

ed

ia

pala

bra

.

-Huiré,

señor

Holm

es;

me i

ré a

l extr

anje

ro,

y d

espués l

o

soltará

n

-¡H

em

! H

ab

lare

mo

s sob

re e

so

. P

or

ah

ora

, o

iga

mos u

na

rela

ció

n v

erí

dic

a d

e l

os a

co

nte

cim

ien

tos q

ue

sig

uie

ron

. ¿

Có-

mo

fu

e a

da

r la

pie

dra

en e

l b

uche

de u

n g

anso

y c

óm

o s

alió

é

ste

al m

erc

ad

o?

Cu

én

teno

s la

verd

ad

, p

orq

ue

en

ello

estr

iba

su

ún

ica

espe

ranza

de

sa

lva

ció

n.

R

yd

er

se

pasó

la

le

ng

ua

po

r lo

s lab

ios r

esecos.

-V

oy a

de

cirle

exa

cta

men

te c

óm

o s

uced

ió a

qu

ello

, se

ño

r.

Cu

an

do

Horn

er

fue a

rresta

do

, m

e p

are

ció

me

jor

hu

ir c

on l

a

pie

dra

in

me

dia

tam

ente

, p

ue

s d

e u

n m

om

en

to a

otr

o a

la

po

li-cía

po

día

ocurr

írse

le r

eg

istr

ar

mi p

ers

ona

y m

i h

ab

ita

ció

n.

En

el

ho

tel

y sus p

roxim

ida

de

s n

o h

ab

ía n

ing

ún

lu

gar

seg

uro

p

ara

esco

nde

rla

. H

ice

com

o q

ue

me m

an

dab

an c

on

un e

n-

ca

rgo

y m

e e

nca

min

é a

casa

de

mi h

erm

an

a,

que

es c

asa

-da

con u

n s

eño

r C

akshot

y v

ive e

n B

rixto

n,

donde s

e d

edic

a a

e

ngord

ar

aves para

e

l m

erc

ado

. E

n m

i tr

aye

cto

ha

sta

a

llá,

cre

ía v

er

un

polic

ía o

un

dete

ctive e

n c

ada

pe

rsona

que

en-

contr

aba,

y,

a p

esar

de q

ue la n

oche e

ra f

ría,

al lle

gar

a B

rix-

ton,

la t

ran

spiració

n m

e c

orr

ía p

or

la c

ara

. M

i he

rmana m

e

pre

gunto

qué m

e p

asaba y

por

qué e

sta

ba t

an p

álid

o;

pero

le

expliq

ué q

ue m

e s

entí

a i

ndis

puesto

con m

otivo d

el

robo

de

Page 37: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

77

Joyas e

n e

l hote

l. E

n s

egu

ida,

me f

ui

al

patio,

me f

um

é u

na

pip

a y

pe

nsé

lo

qu

e m

ás c

on

ve

nía

hacer.

“Tu

ve

, ha

ce a

ños,

un

am

igo

lla

ma

do

Ma

ud

ley,

que

se

fu

e

po

r m

alo

s c

am

ino

s y

acaba

de

sa

lir d

e l

a c

árc

el, d

esp

ués d

e

cu

mp

lir u

na c

ond

ena

. C

iert

a v

ez s

e e

nco

ntr

ó c

on

mig

o y

, m

e

ha

bló

de

las a

rgucia

s d

e lo

s la

dro

ne

s y

de

mo

se

de

sp

ren

-d

en

de

las c

osas q

ue

ro

ban

. Y

o s

ab

ía q

ue

me s

erí

a f

iel, p

ues

era

co

no

ce

do

r d

e d

os o

tre

s s

ecre

tos s

uyos;

así

es q

ue

re

-solv

í ir d

irecta

mente

a K

ilburn

, donde e

ste

indiv

iduo v

ivía

, y

exponerle m

is d

ific

ulta

des.

El

podrí

a i

ndic

arm

e l

a m

ane

ra d

e

co

nvert

ir l

a p

ied

ra e

n d

inero

. P

ero

se

me

pre

sen

tó e

l p

rob

le-

ma

d

e cóm

o lle

ga

r h

asta

é

l sin

d

espe

rta

r sosp

ech

as.

Me

acord

é d

e la

s a

ng

ustia

s p

or

qu

e h

ab

ía p

asa

do

p

ara

po

der

salir

de

l hote

l. E

n cualq

uie

r m

om

en

to podía

n de

tene

rme

y

regis

trarm

e,

y m

e p

illarí

an c

on la p

iedra

en e

l bols

illo d

el cha-

leco

. M

ien

tras p

ensab

a e

n t

od

o e

sto

, ap

oya

do

en

un

a p

are

d,

mir

aba

lo

s g

an

sos q

ue

chap

ale

ab

an

alred

ed

or

de

mis

pie

s,

y

de

re

pen

te t

uve

un

a i

de

a b

rilla

nte

, con

qu

e c

reí

pode

r bu

rlar

al m

ás h

áb

il d

e lo

s d

ete

ctive

s.

“H

acía

po

ca

s s

em

an

as,

mi

he

rman

a m

e h

ab

ía d

icho

que

esco

gie

ra e

l m

ás h

erm

oso,

de

to

do

s s

us g

ansos,

com

o r

ega

-lo

de P

ascua,

y y

o s

abía

que n

unca d

eja

ba d

e c

um

plir

sus

pro

mesas.

Era

el m

om

ento

de e

scoge

r m

i ganso y

lle

várm

elo

a K

ilburn

con l

a p

iedra

adentr

o.

Había

en e

l pa

tio u

na c

asu-

ch

a,

y d

etr

ás d

e e

lla a

rrin

co

un

pre

cio

so

y e

norm

e g

an

so

bla

nco,

con r

aya n

egra

en

la c

ola

. Lo p

illé y

, abrié

nd

ole

el

pic

o,

le e

mpujé

la

p

iedra

p

or

el

gazna

te,

co

n a

yud

a d

e m

i dedo,

hasta

donde m

ás p

ude.

El

ave t

orc

ió e

l cuello

com

o

pa

ra t

rag

ar

y s

en

tí p

asar

la p

ied

ra p

or

el

esó

fag

o a

l b

uche

. P

ero

el anim

al lu

chó y

pa

tale

ó,

hasta

que m

i he

rmana s

alió

a

ver

qué s

ucedía

. M

ientr

as m

e d

aba v

uelta p

ara

hab

lar

con

ella

, m

i cautivo s

e s

oltó d

e m

is b

razos y

se

esca

bu

lló e

nte

los

dem

ás.

“-

¿Q

es lo

qu

e h

aces c

on

ese

ga

nso

, C

hag

o?

-m

e d

ijo.

“-

Me d

ijiste

que m

e d

arí

as u

no p

ara

Pascua, y v

eía

cuál es

el m

ás g

ord

o.

78

“-

Ya t

enem

os e

l tu

yo e

scogid

o y

lo l

lam

am

os e

l gan

so d

e

Chago -

me d

ijo-.

En t

ota

l, s

on v

ein

tiséis

: uno p

ara

ti, o

tro p

ara

n

oso

tros y

do

s d

oce

na

s p

ara

el m

erc

ad

o.

“-

Gra

cia

s,

Marg

ari

ta -

le r

epliq

-; p

ero

, si

para

ti

es i

gu

al,

pre

feri

ría

que m

e d

iera

s e

l qu

e a

cabo d

e p

illar.

“-E

l otr

o p

esa t

res l

ibra

s m

ás q

ue é

ste

, y l

o h

em

os e

ngor-

da

do

espe

cia

lme

nte

para

ti.

“-

No i

mport

a,

pre

fiero

éste

, y m

e l

o l

leva

ré a

hora

mis

mo -

le d

ije.

''-

Corn

o t

ú q

uie

ras -

me r

eplic

ó,

alg

o m

ole

sta

- ¿

Cuál te

vas

a lle

va

r?

“-

Aq

ue

l b

lanco

co

n u

na

raya

ne

gra

en

la

co

la,

que

está

en

el centr

o d

e la

bandada.

“-

Muy b

ien. M

áta

lo y

llé

vate

lo.

“-

Hic

e l

o q

ue m

e d

ecía

n,

seño

r H

olm

es y

carg

ué c

on e

l g

anso

h

asta

K

ilbu

rn.

Con

té a

m

i com

pin

ch

e lo

q

ue

h

ab

ía

he

ch

o,

pue

s e

s h

om

bre

a q

uie

n p

ue

de

n c

on

tars

e s

in r

ese

rvas

cosas d

e e

sta

e

sp

ecie

. D

espu

és d

e re

írse

h

asta

n

o p

od

er

más,

sacó u

n c

uchill

o y

vacia

mos e

l buche d

el

ave.

Se

me

ca

el

alm

a a

lo

s p

ies:

no h

ab

ía s

ale

s d

e l

a p

iedra

. C

om

-p

rend

í, e

nto

nces,

que

ha

bía

su

frid

o u

na

te

rrib

le e

qu

ivo

cació

n.

Dejé

el ganso,

volv

í a e

scape a

casa d

e m

i herm

ana y

me f

ui

de

recho

al p

atio

; p

ero

lo

s g

an

so

s s

e h

abía

n h

ech

o h

um

o.

“-

¿D

ónd

e e

stá

n to

dos, M

arg

arita

? -

grité

.

“-S

e los lle

vó e

l co

merc

ian

te, C

hago.

“-

¿Q

co

merc

ian

te?

“-B

reckin

ridge, d

e C

oven

t G

ard

en.

“-

¿H

ab

ía a

caso

otr

o g

an

so c

on

la

co

la lis

tad

a,

igu

al al q

ue

yo e

scogí?

“-S

í, C

hag

o.

Ha

bía

dos igu

ale

s,

que

yo n

unca p

ude

dis

tin-

guir.

“E

nto

nces,

na

tura

lmente

, caí

en l

a c

uen

ta d

e t

odo,

y c

orr

í com

o u

n d

em

on

io a

l ne

go

cio

de B

reckin

ridge

; pero

éste

los

ha

bía

ve

nd

ido

en

lle

gan

do,

y n

o p

ud

e s

acarle

pa

labra

acerc

a

del com

pra

dor.

Uste

des m

ism

os lo o

yero

n e

sta

no

che.

Sie

m-

pre

me

ha

co

nte

sta

do

en i

gu

al

form

a.

Mi

he

rma

na c

ree

qu

e

Page 38: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

79

me e

sto

y v

olv

iendo lo

co,

y a

veces y

o p

ienso lo

mis

mo.

Aho-

ra a

qu

í m

e t

ien

e u

ste

d,

ma

rca

do c

om

o l

ad

rón

, sin

ha

ber

ni

toca

do

la

fo

rtu

na

p

or

la cu

al

sa

crifiq

m

i h

on

or.

¡M

ise

ri-

co

rdia

, D

ios m

ío!

E

sta

lló e

n c

onvuls

ivos s

ollo

zos,

y o

cultó

la c

ara

entr

e s

us

ma

nos.

S

iguió

un

pro

longado sile

ncio

, in

terr

um

pid

o sólo

por

su

pe

sa

da r

esp

ira

ció

n y

el

isó

cro

no g

olp

ete

ar

de

los d

ed

os d

e

Holm

es en

el

bord

e de la

m

esa.

Fin

alm

ente

, m

i am

igo se

levantó

, abrió la p

uert

a y

dijo

:

-¡S

alg

a!

Oh

se

ño

r! ¡

Dio

s lo

be

nd

iga

!

-Ni una p

ala

bra

más. ¡S

alg

a!

N

o h

ab

ía m

ás q

ue

d

ecir.

Oyó

se

u

na ca

rre

ra e

sca

lera

s

ab

ajo

, u

n g

olp

azo

en

la p

ue

rta

y r

uid

os d

e p

isad

as q

ue s

e

ale

jaba

n a

tod

o c

orr

er

por

la c

alle

.

-Despu

és d

e t

od

o -

dijo

Ho

lme

s,

alc

anza

nd

o s

u p

ipa

-, y

o

no

te

ngo

la

ob

ligació

n d

e s

up

lir l

as d

eficie

ncia

s d

e l

a p

olic

ía.

Si

Ho

rne

r corr

iera

pe

ligro

, la

cosa

se

ría

d

istin

ta;

pero

este

otr

o indiv

iduo n

o s

e v

a a

pre

senta

r en s

u c

ontr

a,

y e

l pro

ceso

tiene q

ue s

obre

seers

e.

Tal vez d

eje

un

de

lito

sin

castig

o,

pe

ro

es p

osib

le q

ue

, con

ello

, evite

la

perd

ició

n d

e u

n a

lma

. E

ste

in

div

iduo n

o r

ein

cid

irá;

ha q

uedado c

ura

do d

e e

sp

anto

. M

an-

da

rlo a

la c

árc

el, a

ho

ra,

serí

a h

acerlo

ma

lhech

or

pa

ra t

od

a s

u

vid

a.

Ad

em

ás,

esta

mos e

n l

a é

po

ca

pro

pic

ia p

ara

el

pe

rdón

. L

a c

asu

alid

ad

ha

pue

sto

en

nu

estr

o s

end

ero

un

pro

ble

ma

por

de

s e

xtr

o y

ca

prichoso

, y s

u s

olu

ció

n n

os h

a t

raíd

o s

u

pro

pia

recom

pensa.

Si

uste

d t

iene l

a a

mabili

dad d

e t

ocar

la

cam

panill

a,

docto

r, dare

mos com

ienzo a otr

a in

vestigació

n,

en q

ue tam

bié

n h

abrá

aves c

om

o fig

ura

s c

entr

ale

s.

80

LA

BA

ND

A M

OT

EA

DA

Al

revis

ar

mis

an

ota

cio

nes s

obre

lo

s s

ete

nta

y t

an

tos c

asos

en q

ue,

du

rante

los ú

ltim

os o

cho

os,

he p

odid

o e

stu

dia

r lo

s

pro

ce

dim

ien

tos

de

m

i am

igo

S

herl

ock

Ho

lme

s,

en

cu

en

tro

m

ucho

s t

rág

icos,

alg

un

os c

óm

icos,

y o

tro

s m

era

mente

ra

ros,

pe

ro n

ingu

no v

ulg

ar;

pu

es,

co

mo

qu

iera

qu

e é

l tr

ab

aja

ba

más

po

r a

mor

al art

e q

ue

por

afá

n d

e lu

cro

, n

o t

om

ab

a a

su

carg

o

nin

gun

a i

nvestig

ació

n q

ue n

o p

resen

tara

cara

cte

res e

xtr

os

o f

an

tásticos.

Pe

ro e

ntr

e t

od

os e

sto

s c

asos h

ete

rogé

ne

os,

no

recu

erd

o n

ing

un

o ta

n sin

gu

lar

com

o e

l re

lacio

na

do

con

la

conocid

a f

am

ilia S

urr

ey R

oylo

tt,

de S

toke M

ora

n.

Lo

s s

uce-

sos e

n c

ue

stió

n o

curr

iero

n d

ura

nte

los p

rim

ero

s t

iem

po

s d

e

mi

am

ista

d con H

olm

es,

cuando ju

nto

s te

nía

mos nuestr

as

ha

bitacio

nes d

e s

olte

ros e

n B

aker

Str

ee

t. H

ab

ría

pod

ido

re

la-

tarlo

s a

nte

s,

a n

o h

aber

me

dia

do e

n e

se t

iem

po u

na

pro

mesa

de

gu

ard

ar

el secre

to,

pro

me

sa d

e la c

ua

l só

lo e

l m

es p

asa

do

me h

e v

isto

rele

vado,

con m

otivo d

e l

a m

uert

e d

e l

a d

am

a a

q

uie

n ha

bía

sid

o he

ch

a.

Ta

l ve

z se

a co

nve

nie

nte

q

ue

lo

s

he

ch

os s

alg

an

ya

a lu

z,

po

rque

ha

n lle

ga

do

a m

is o

ído

s c

ier-

tos r

um

ore

s m

uy,

insis

tente

s r

efe

ren

tes a

la m

uert

e d

el

Dr.

G

rim

esby R

oylo

tt q

ue t

ienden a

ha

cer

la c

uestión m

ás t

err

ible

a

ún

que

lo

que

fu

e e

n r

ea

lida

d.

E

n l

os p

rim

ero

s d

ías d

e a

bril

de

18

83

, a

l d

esp

ert

ar

en

la

mañana,

vi

a H

olm

es,

com

ple

tam

ente

vestido,

de p

ie j

unto

a

mi

cam

a.

Por

regla

genera

l, s

e l

evanta

ba t

ard

e,

y c

om

o e

l

Page 39: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

81

relo

j so

bre

la

ch

imen

ea

in

dic

aba

lo las s

iete

y c

uart

o,

miré

-le

co

n s

orp

resa

, y a

un

con

cie

rto

rep

roch

e,

pu

es y

o m

e p

re-

cia

ba

de

pun

tua

l e

n m

is h

áb

ito

s.

-S

ien

to m

ucho

desp

ert

arlo

, W

ats

on

-m

e d

ijo-;

pe

ro a

to

dos

nos ha

ocurr

ido lo

m

ism

o esta

m

aña

na

. D

espert

aro

n a

la

seño

ra H

udson, ella

me d

espert

ó a

mí,

y y

o a

uste

d.

-P

ues, ¿

qu

é p

asa

? ¿

Un

ince

nd

io?

-No

; un

clie

nte

. P

are

ce

que

ha

lle

ga

do

un

a jo

ve

n,

en e

sta

-do d

e g

ran a

gitació

n,

que insis

te e

n v

erm

e d

e in

med

iato

. E

stá

e

spe

ran

do

en

e

l sa

lón

. Y

cu

and

o u

na

d

am

a a

travie

sa

la

s

ca

lles d

e l

a m

etr

ópo

li a

esta

s h

ora

s d

e l

a m

an

a y

sa

ca

a

las g

ente

s d

e s

us lechos e

n m

ita

d d

el sueñ

o,

me im

ag

ino

que

ten

drá

alg

o m

uy u

rge

nte

qu

e c

om

un

ica

r. S

i e

l ca

so r

esu

ltara

in

tere

sa

nte

, a b

ien

se

guro

qu

e u

ste

d q

ue

rría

se

gu

ir-le

la

pis

ta

desde e

l com

ienzo.

Por

esto

, pensé q

ue,

en t

odo c

aso,

deb

ía

avis

arle

, p

or

si q

uerí

a a

pro

ve

ch

ar

la o

port

un

idad

.

-Am

igo

mío

; n

o p

erd

erí

a e

sta

op

ort

un

ida

d p

or

na

da e

n e

l m

undo.

N

o h

abía

para

ma

yor

pla

cer

que s

eguir a

Holm

es e

n

sus in

ve

stigacio

ne

s p

rofe

sio

na

les y

adm

ira

r la

s á

gile

s d

ed

uc-

cio

ne

s,

ráp

ida

s c

om

o i

ntu

icio

ne

s,

pero

sie

mpre

fu

nda

das e

n

la ló

gic

a,

con

qu

e d

esen

mara

ñab

a los p

rob

lem

as s

om

etid

os a

su ta

lento

. M

e vestí apre

sura

dam

en

te y en pocos m

inuto

s

estu

ve

lis

to p

ara

baja

r a

l sa

lón

, e

n c

om

pa

ñía

de

mi

am

igo.

Un

a s

ora

ve

stid

a d

e n

eg

ro y

cu

bie

rta

de

espe

so

ve

lo,

qu

e

había

esta

do s

enta

da c

erc

a d

e la

venta

na,

se

levantó

cuando

en

tra

mo

s.

-B

uenos d

ías,

señora

-dijo

Holm

es,

ale

gre

mente

- M

e l

la-

mo S

herlo

ck H

olm

es.

Este

es m

i ín

tim

o a

mig

o y

socio

, el

Dr.

W

ats

on

, e

n cu

ya

pre

se

ncia

p

ue

de

uste

d h

ab

lar

co

n ta

nta

lib

ert

ad

co

mo d

ela

nte

de

mí.

¡A

h!

Me

ale

gro

de

que

la

se

ño

ra

Hu

dson

ha

ya t

en

ido

la

bue

na

ocurr

en

cia

de

ence

nde

r la

lu

m-

bre

. T

en

ga u

ste

d l

a b

on

da

d d

e a

ce

rcars

e a

la c

him

en

ea

, y

haré

que l

e s

irvan u

na t

aza d

e c

afé

calie

nte

, pu

es v

eo q

ue

tirita

.

82

-N

o e

s e

l fr

ío e

l q

ue

me

ha

ce

tiritar

-mu

rmuró

la

señ

ora

, ca

mb

ian

do

de

asie

nto

com

o s

e le

hab

ía r

og

ad

o.

-¿

Qué

es, e

nto

nce

s?

-El m

iedo, señor

Holm

es. E

l te

rror.

Al decir e

sto

, se levantó

el velo

y p

udim

os v

er

qu

e,

en

ver-

da

d,

se

ha

llab

a e

n u

n l

am

en

tab

le e

sta

do

de

ag

itació

n,

co

n la

cara

pálid

a y

dem

acra

da

, lo

s o

jos i

nquie

tos y

asusta

dos,

co-

mo d

e f

iera

acosada.

Por

su f

igura

y f

accio

ne

s,

pare

cía

ser

una m

uje

r de t

rein

ta a

ños,

pero

de c

abe

llos p

rem

atu

ram

en

te

en

ca

necid

os y

exp

resió

n c

an

sa

da

y t

riste

. S

he

rlock H

olm

es le

dir

igió

un

a d

e s

us r

áp

idas m

ira

das,

que

ab

arc

ab

an

ha

sta

los

me

nore

s d

eta

lles.

-N

o t

eng

a m

ied

o -

díjo

le c

on

du

lzu

ra,

inclin

án

do

se

y t

ocán

-dole

el bra

zo-.

Pro

nto

arr

egla

rem

os t

odo

. S

e lo a

se

guro

. V

eo

que h

a v

enid

o e

n e

l tr

en d

e la m

añana.

-¿

Me

co

noce

uste

d, e

nto

nce

s?

-No;

pero

veo u

n b

ole

to d

e r

egre

so m

etido e

n s

u g

uante

iz

qu

ierd

o.

Uste

d d

eb

e d

e h

ab

er

sa

lido

te

mp

ran

o y

he

cho

un

a

larg

a j

orn

ad

a e

n d

ogca

rt,

po

r m

alo

s c

am

inos,

an

tes d

e l

legar

a la

esta

ció

n.

L

a s

ora

se

so

bre

sa

ltó

y m

iró

ab

ism

ada

a m

i co

mpañ

ero

.

-No h

ay n

ingú

n m

iste

rio

, m

i e

stim

ad

a se

ño

ra -d

ijo so

n-

rie

ndo

- L

a m

an

ga i

zq

uie

rda

de s

u c

ha

qu

eta

tie

ne

no m

eno

s

de

sie

te s

alp

ica

du

ras d

e b

arr

o,

recié

n h

echa

s.

No

hay n

ing

ún

vehíc

ulo

, salv

o e

l d

og

cart

, que s

alp

ique

en e

sa f

orm

a,

y a

un

ése

, só

lo c

uan

do

uno

se

sie

nta

a la

izquie

rda

de

l coch

ero

.

-Se

a c

ua

l fu

ere

su

pro

ced

imie

nto

, tie

ne

uste

d t

od

a l

a r

a-

n.

Part

í d

e c

asa a

nte

s d

e l

as s

eis

; lle

gu

é a

Le

ath

erh

ead

vein

te m

inuto

s m

ás t

ard

e y

tom

é e

l prim

er

tren

a W

ate

rloo.

Señ

or:

no p

ue

do s

oport

ar

esta

te

nsió

n p

or

más t

iem

po,

y s

i co

ntinú

o a

sí,

me

vo

lve

ré loca

. N

o t

eng

o a

na

die

a q

uie

n r

ecu-

rrir,

excep

to s

ólo

una p

ers

ona q

ue

me q

uie

re,

pero

que,

por

desgra

cia

, p

ue

de

pro

po

rcio

na

rme m

uy p

oca

ayuda.

He

sab

i-d

o d

e u

ste

d,

se

ño

r H

olm

es,

por

la s

eño

ra F

arin

tosh,

a q

uie

n

uste

d

socorr

en

su

s

an

gustio

sa

s

ne

cesid

ad

es.

Ella

fu

e

qu

ien

me

dio

su

direcció

n.

¿N

o c

ree

uste

d,

se

ñor,

qu

e t

am

-

Page 40: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

83

bié

n a

po

drá

ayu

da

rme

, o

po

r lo

me

nos,

ha

cer

un

po

co

de

luz e

n m

ed

io d

e l

as d

ensa

s t

inie

bla

s q

ue

me

ro

de

an

? P

or

el

mom

ento

, no m

e será

posib

le re

com

pe

nsar

sus serv

icio

s,

pe

ro d

e a

qu

í a

un

mes o

do

s,

me

ha

bré

casa

do

y a

dm

inis

tra

-ré

mis

pro

pio

s b

ien

es,

y e

nto

nce

s p

odré

de

mostr

ar-

les q

ue

no

so

y d

esa

gra

de

cid

a.

H

olm

es s

e d

io v

uelta h

acia

su e

scrito

rio

, lo

abrió

, sacó u

na

libre

ta d

e a

pun

tes y

se p

uso a

consultarla.

-F

ari

nto

sh.

¡Ah,

sí!

Ahora

recuerd

o e

l caso:

se r

efe

ría a

u

na

d

iade

ma d

e ó

pa

los.

n no

no

s co

no

cía

mo

s,

Wa

tso

n.

lo p

ue

do

de

cirle

, se

ño

ra,

qu

e c

on

el m

ayo

r g

usto

de

dic

aré

a

su

caso l

a m

ism

a d

ilig

en

cia

qu

e a

l de

su

am

iga

. T

ocan

te a

re

com

pensa,

mi

pro

fesió

n e

s e

n s

í m

ism

a u

na r

ecom

pe

nsa

pa

ra m

í; p

ero

, si

lo d

esea

, p

ue

de

re

em

bo

lsa

rme

lo

s g

asto

s

qu

e t

en

ga

que

ha

ce

r, e

n l

a é

poca

que a

uste

d m

ás l

e c

on-

venga.

Y a

hora

, le

ruego e

xponern

os t

odo l

o q

ue p

ueda s

er-

virnos p

ara

form

arn

os c

oncepto

del asunto

.

- ¡A

y!

-replic

ó n

uestr

a v

isitante

- Lo v

erd

adera

mente

terr

i-ble

de m

i caso

es q

ue m

is t

em

ore

s s

on t

an

va

gos y

mis

sos-

pe

ch

as s

e f

un

da

n e

n c

osa

s t

an

in

sig

nific

an

tes,

triv

iale

s s

i se

q

uie

re,

qu

e h

asta

pers

ona

s c

om

o n

i n

ovio

, d

e qu

ien

te

ngo

d

ere

cho

a e

sp

era

r a

yud

a y

co

nsejo

, con

sid

era

lo

que

le

cu

en

-to

co

mo

fa

nta

sía

s d

e m

uje

r n

erv

iosa

. E

sto

no

lo

dic

e,

pero

lo

ad

vie

rto

en

su

s c

on

testa

cio

nes c

onso

lad

ora

s y

en

su

s m

ira-

da

s e

squ

iva

s.

Pe

ro h

e s

ab

ido

se

ñor

Ho

lme

s q

ue

uste

d p

ue

de

pe

ne

tra

r h

asta

lo

s m

ás p

rofu

nd

os r

esqu

icio

s d

el

alm

a h

um

a-

na y,

descub

rir

sus m

uchas m

ald

ades.

Aconséje

me,

pues,

mo

de

bo

co

nd

ucirm

e e

n m

ed

io de lo

s p

elig

ros q

ue

m

e

rod

ea

n.

-L

a e

scucho a

tenta

mente

, seño

ra,

-M

e lla

mo

Ele

na S

toner,

y v

ivo c

on m

i padra

str

o,

que e

s e

l últim

o v

ásta

go d

e u

na d

e l

as m

ás a

ntiguas f

am

ilias s

ajo

nas

de In

gla

terr

a,

los R

oylo

tts de

S

toke M

ora

n,

en la

fr

onte

ra

occid

enta

l de S

urr

ey.

H

olm

es m

ovió

afirm

ativam

ente

la c

abeza y

dijo

:

-Con

ozco e

se n

om

bre

.

84

-

Hu

bo

un

a é

po

ca

en

qu

e e

sta

fa

mili

a s

e c

on

tab

a e

ntr

e las

s a

cau

da

lad

as d

e I

ng

late

rra

, y s

us p

rop

ied

ad

es s

e e

xte

n-

día

n h

asta

Be

rkshire,

po

r el nort

e,

y,

Ham

pshire,

por

el oeste

. P

ero

en

el

sig

lo p

asa

do

, la

suce

sió

n r

ecayó s

ucesiv

am

ente

e

n c

ua

tro

here

dero

s l

ice

ncio

sos d

isip

ad

ore

s,

hasta

qu

e,

por

fin,

otr

o h

ere

dero

jugador

consum

ó l

a r

uin

a d

e l

a f

am

ilia,

allá

p

or

los a

ños d

e l

a R

ege

ncia

. N

o q

ue

dó n

ad

a,

exce

pto

un

as

cu

an

tas

hectá

reas

de

tierr

a

y

el

case

rón

co

nstr

uid

o

hace

do

scie

nto

s a

ño

s,

qu

e q

ued

ó g

rava

do

co

n p

esad

as h

ipo

teca

s.

El

ultim

o d

ueño v

ivió

allí

toda s

u v

ida,

arr

astr

ando l

a p

enosa

exis

tencia

de

l n

ob

le a

rru

ina

do

; p

ero

su

hijo

ún

ico

, m

i p

ad

ras-

tro

, co

mpre

nd

ien

do

qu

e d

eb

ía a

da

pta

rse

a l

as n

ue

va

s c

on

di-

cio

ne

s,

co

nsig

uió

de

un

pa

rie

nte

un

pré

sta

mo

qu

e le

pe

rmitió

gra

du

ars

e d

e m

éd

ico y

em

ba

rcars

e a

Calc

uta

, do

nd

e,

gra

cia

s

a s

u h

ab

ilid

ad

pro

fesio

na

l Y

fu

erz

a d

e c

ará

cte

r, r

eu

nió

gra

n

clie

nte

la.

Desg

racia

da

me

nte

, e

n u

n a

rran

qu

e d

e ira

, m

otiva

do

po

r a

lgun

os r

ob

os c

om

etido

s e

n s

u c

asa

, d

io m

ue

rte a

go

lpes

a s

u c

ria

do

in

dio

, se

estu

vo

a p

un

to d

e s

er

co

nd

ena

do

a l

a

pe

na

ca

pita

l. D

e to

dos m

od

os tu

vo

qu

e cum

plir

un

a la

rga

co

nd

ena

, d

esp

ués d

e l

o c

ua

l vo

lvió

a I

ngla

terr

a,

desilu

sio

na-

do v

lle

no d

e a

marg

ura

.

“Mie

ntr

as e

l d

octo

r R

oylo

tt e

sta

ba

en

la

Ind

ia s

e c

asó c

on

mi m

adre

, la

seño

ra S

ton

er,

joven v

iuda d

el M

arisca

l de C

am

-po S

toner,

de

la A

rtill

erí

a B

engale

sa.

Mi

herm

ana J

ulia

y y

o

so

mos g

em

ela

s,

y a

l tie

mp

o d

e c

on

tra

er

mi

ma

dre

seg

un

da

s

nu

pcia

s,

ten

íam

os s

ólo

dos a

ño

s d

e e

da

d.

Ella

era

du

a d

e

un

a g

ran

fo

rtu

na

-no

me

no

s d

e 1

.000

lib

ras e

ste

rlin

as a

nua

-le

s-,

la q

ue l

egó í

nte

gra

mente

al

Dr.

Roylo

tt,

mie

ntr

as n

oso-

tra

s v

ivié

ram

os c

on

él, c

on

la

clá

usu

la d

e q

ue

a c

ada

un

a s

e

no

s d

icta

anu

alm

en

te c

iert

a s

um

a,

en c

aso d

e q

ue

no n

os

casá

ram

os.

Po

co

despu

és e

reg

resar

a o

cho

os,

mi m

ad

re

murió e

n u

n a

ccid

ente

ferr

ovia

rio c

erc

a d

e C

rew

e E

l D

r. R

oy-

lott

abandonó,

ento

nces,

toda t

enta

tiva d

e e

sta

ble

cer

consul-

torio

en

Lon

dre

s y

, n

os lle

a v

ivir a

su

la

do

en

la

vie

ja c

asa

so

lari

ega

de

Sto

ke

Mora

n.

La

fo

rtu

na

qu

e n

uestr

a m

ad

re n

os

ha

bía

d

eja

do e

ra su

ficie

nte

p

ara

sa

tisfa

ce

r to

da

s n

uestr

as

Page 41: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

85

ne

ce

sid

ad

es,

y,

al

pare

cer,

na

da

se

op

on

ía a

nue

str

a f

elic

i-dad.

“P

ero

po

r a

qu

el

tie

mp

o m

i p

adre

exp

erim

en

tó u

n c

am

bio

te

rrib

le.

En

lu

ga

r d

e cu

ltiv

ar

am

ista

des y vis

ita

r a

n

uestr

os

ve

cin

os,

qu

ien

es,

en

un

prin

cip

io,

se

hab

ían

ale

gra

do

de

ve

r nuevam

en

te a

un R

oylo

tt d

e S

toke M

ora

n e

n l

a m

ansió

n d

e

sus a

nte

pasad

os,

se e

ncerr

ó e

n s

u c

asa,

sin

sa

lir c

asi n

unca

, salv

o pa

ra tr

abars

e en

fe

roces alterc

ado

s con quie

nqu

iera

q

ue

se c

ruzara

por

su c

am

ino

. L

a v

iole

ncia

de

cará

cte

r, r

aya

-n

a e

n la

lo

cu

ra,

ha

sid

o e

ntr

e lo

s v

aro

nes d

e la

fa

mili

a u

n m

al

que,

en e

l caso d

e m

i pa

dra

str

o,

cre

o s

e h

a i

nte

nsific

ado a

ca

usa d

e s

u p

rolo

ng

ad

a r

esid

encia

en e

l tr

óp

ico

. H

ub

o u

na

se

rie

de

ve

rgo

nzosas p

en

de

ncia

s,

dos d

e l

as c

ua

les t

erm

i-n

aro

n e

n l

a c

om

isarí

a h

asta

que

, a

l fin

, m

i pa

dra

str

o l

leg

o a

ser

el

terr

or

de l

a a

ldea y

la g

ente

le h

uía

al

ap

roxim

ars

e,

pu

es e

s h

om

bre

de

fue

rza

s c

olo

sa

les y

un

a v

erd

ade

ra f

iera

cu

an

do

se

eno

ja

“E

n la

se

man

a pa

sa

da arr

ojó

a

l h

err

ero

d

el

pu

eb

lo p

or

encim

a d

e u

n p

ara

peto

al

este

ro,

y s

olo

me

rced

al

pago

de

tod

as la

s sum

as d

e qu

e p

ud

e ech

ar

ma

no

, lo

gré

e

vita

r u

n

nuevo escándalo

. N

o tie

ne a

mig

os de nin

gun

a espe

cie

, a

excepció

n de lo

s err

ante

s gita

nos,

a qu

ien

es a

uto

riza

p

ata

q

ue

aca

mp

en e

n la

s c

uan

tas h

ectá

reas d

e z

arz

a q

ue c

om

po

-n

en

el

pa

trim

on

io h

ere

ditario

a c

am

bio

de

lo

cua

l ace

pta

la

ho

sp

ita

lida

d q

ue

ello

s l

e o

fre

cen

en

sus t

ien

da

s.

y a

un

su

ele

va

ga

r e

n :s

u co

mp

ía po

r sem

ana

s e

nte

ras.

Ta

mb

ién

es

mu

y a

ficio

nad

o a

los a

nim

ale

s d

e l

a I

nd

ia,

qu

e l

e s

on

en

via

-dos p

or

un c

orr

esponsa

l su

yo,

y e

n l

a a

ctu

alid

ad t

iene u

na

pante

ra y

, un m

and

ril, q

ue a

ndan s

ue

lto

s p

or

sus p

otr

ero

s y

que los a

ldeano

s tem

en tan

to c

om

o a

su d

ueño.

“C

on

to

do

lo

q

ue le

h

e d

icho

, uste

d com

pre

nde

rá q

ue

, para

y,

mi

pobre

herm

ana J

ulia

, la

vid

a n

o e

ra m

uy a

gra

-dable

. N

ingún

sirvie

nte

querí

a q

uedars

e e

n n

uestr

a c

asa.

y

po

r la

rgo t

iem

po

tu

vim

os q

ue

hacer

noso

tras l

as l

abo

res d

o-

mésticas.

Cuando

ella

murió,

tenía

sólo

tre

inta

año

s,

pe

ro s

us

86

ca

be

llos y

a h

ab

ían

com

en

zad

o a

bla

nq

ue

ars

e,

tal

co

mo h

a

ocurr

ido

co

n lo

s m

íos.

-¿

De

mo

do

qu

e s

u h

erm

ana

no

viv

e?

-Murió

hace

dos a

ños,

y e

s d

e s

u m

uert

e p

recis

am

en

te d

e

lo q

ue

qu

iero

h

ab

larl

e.

Uste

d p

odrá

d

ars

e cu

en

ta d

e q

ue

, lle

vand

o e

sa v

ida,

era

poco p

rob

ab

le q

ue v

iéra

mos a

nadie

d

e n

uestr

a e

da

d y

ca

teg

orí

a s

ocia

l. T

en

íam

os,

sin

em

barg

o,

un

a

tía

so

lte

ra,

herm

ana

d

e

mi

ma

dre

, lla

ma

da

Ho

norí

a

Westh

ail

que v

ive c

erc

a d

e H

arr

ow

, y,

de v

ez e

n c

uando,

se

no

s p

erm

itía

ha

ce

r cort

as v

isita

s a

la

ca

sa

de

esta

se

ño

ra.

Hace

do

s a

ño

s,

Ju

lia f

ue a

llá p

ara

Pa

scu

a y

co

no

ció

a u

n

co

man

dan

te d

e l

a m

arin

a,

con

qu

ien

se

co

mpro

me

tió

. A

su

regre

so,

mi

herm

ana

com

unic

ó

su

com

pro

mis

o

a

nuestr

o

pa

dra

str

o,

quie

n no

op

uso

n

ing

una

obje

ció

n a

l m

atr

imo

nio

; p

ero

, cu

and

o f

alta

ba

n q

uin

ce

día

s p

ara

qu

e é

ste

se

ce

lebra

-ra

, ocu

rrió

la

te

rrib

le d

esg

racia

qu

e m

e h

a p

riva

do

de m

i ú

nic

a

co

mpa

ñera

.

Sh

erlock H

olm

es h

ab

ía e

sta

do

echa

do h

acia

atr

ás e

n s

u

sill

ón,

co

n los o

jos c

err

ados y

la c

abeza h

undid

a e

n u

n c

ojín;

pe

ro a

l lle

ga

r a

esta

pa

rte

de

l re

lato

, e

ntr

ea

brió

sus p

árp

ad

os

y lanzó u

na m

irada

a s

u v

isitante

.

-Le

ru

ego

ser

exa

cta

en

los d

eta

lles -

dijo

.

-Me

será

fácil

sa

tisfa

ce

rlo

, p

ues t

od

os los s

uceso

s d

e e

sa

espa

nto

sa

épo

ca

está

n g

rab

ad

os e

n m

i m

em

oria

. C

om

o y

a le

he m

anifesta

do,

la casa so

larie

ga

es m

uy antigua

, y en la

a

ctu

alid

ad

sólo

un

ala

de

l e

dific

io e

stá

ha

bita

da

. E

n l

a p

lan

ta

baja

de e

lla e

stá

n lo

s d

orm

ito

rios y

lo

s s

alo

nes,

esto

s ú

ltim

os

situado

s a

l ce

ntr

o d

e l

a c

onstr

ucció

n.

De l

os d

orm

itorio

s,

el

prim

ero

es e

l del D

r. R

oylo

tt,

el segundo e

l de m

i herm

ana,

y

el te

rcero

el m

ío.

No h

ay c

om

unic

ació

n e

ntr

e e

llos,

pe

ro t

odos

da

n a

un

mis

mo

corr

ed

or.

¿M

e e

xp

lico

bie

n?

-Perf

ecta

mente

.

-Las ve

nta

nas de

la

s tr

es pie

za

s m

ira

n a

l cam

po.

Esa

noche f

ata

l, e

l D

r. R

oylo

tt s

e r

etiró

a s

u p

ieza t

em

pra

no

, si

bie

n n

oso

tra

s s

ab

íam

os q

ue

n n

o d

orm

ía,

pu

es m

i h

erm

a-

na h

abía

sentido e

l fu

ert

e o

lor

de

lo

s c

iga

rrill

os i

nd

ian

os q

ue

Page 42: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

87

acostu

mbra

ba

fu

mar

y que a ella

le

desa

gra

daban m

ucho

. S

altó,

pues,

de

su d

orm

itorio

y s

e v

ino a

l m

ío,

don

de s

e s

entó

a

cha

rlar

alg

ún

tie

mp

o s

ob

re s

u p

róxim

o m

atr

imo

nio

. A

la

s

on

ce

se

incorp

oró

pa

ra r

etira

rse

, p

ero

en

la

puert

a s

e d

etu

vo

y m

iró h

acia

atr

ás.

“-

Dim

e,

Ele

na

-d

ijo-,

¿h

as o

ído

a a

lgu

ien

silb

ar

en

el

pro

-fu

ndo s

ilencio

de la n

oche?

“-

Nu

nca

-le

resp

on

dí.

“¡S

up

on

go

que

no

será

s tú

mis

ma

la

qu

e s

ilbas e

n s

ueñ

os!

“-

Natu

ralm

en

te q

ue n

o. P

ero

, ¿

por

qué p

regunta

s e

so?

“-P

orq

ue

to

da

s e

sta

s ú

ltim

as n

och

es,

ce

rca d

e l

as t

res d

e

la m

ana

, h

e o

ído

co

n t

od

a c

lari

da

d u

n l

eve

silb

ido

. C

om

o

so

y d

e s

ueño

liv

ian

o,

me h

e d

esp

ert

ad

o.

No

sa

brí

a d

ecir d

e

nde

ve

nía

; p

od

ría s

er

de la

pie

za d

e]

lad

o c

om

o d

el ca

mp

o.

Por

eso, te

pre

gunta

ba s

i ta

mbié

n tú lo h

abrí

as o

ído.

“-

No

. D

eb

en

de

ser

eso

s m

ald

ito

s g

itan

os e

n lo

s p

otr

ero

s.

“-

Es m

uy p

robable

. S

in e

mbarg

o,

si

así

fuera

, m

e e

xtr

aña

que tú tam

bié

n n

o lo h

ayas o

ído.

“¡

Ah! M

i su

eño e

s m

ás p

esado q

ue e

l tu

yo.

“-

Bie

n. E

n todo

caso, n

o e

s n

ada d

e m

ucha im

port

ancia

.

“Se

d

esp

idió

d

e m

í co

n u

na

so

nrisa

, ce

rró m

i pu

ert

a y,

dentr

o d

e p

oco, oí que c

err

aba c

on lla

ve la s

uya,

-¿

Ten

ían

uste

des c

ostu

mb

re d

e e

nce

rra

rse c

on

lla

ve

por

la n

oche?

-S

iem

pre

.

-¿P

or

qu

é?

-Cre

o h

abe

rle m

encio

na

do

qu

e e

l d

octo

r tie

ne

una

pa

nte

ra

y u

n m

an

dril, y

no

no

s s

en

tía

mo

s s

eg

ura

s s

i n

o p

on

íam

os

llave a

nuestr

as p

uert

as.

-E

stá

bie

n. C

ontinúe s

u r

ela

to.

-A

qu

ella

noch

e n

o p

ud

e d

orm

ir.

Me

op

rim

ía e

l va

go

pre

-se

ntim

ien

to d

e u

na

pró

xim

a d

esg

racia

. C

om

o uste

d re

cor-

dará

, m

i herm

ana y

yo é

ram

os g

em

ela

s,

y u

ste

d s

abe c

uán

su

tile

s

son

lo

s

vín

cu

los

qu

e

une

n

a

do

s

alm

as

tan

ín

ti-

mam

ente

asocia

da

s.

La n

oche e

sta

ba

bo

rrascosa

. A

fuera

, el

vie

nto

aulla

ba

y la

llu

via

azota

ba y chapote

aba con

tra la

s

88

venta

nas.

De r

epente

, en m

edio

M e

str

uendo d

e l

a t

em

pes-

tad,

se o

yó e

l grito

ensord

ecedor

de

una

muje

r ate

rrorizada.

Reco

no

la v

oz d

e m

i herm

ana

. S

alté

de

mi

ca

ma

, m

e a

rre-

bocé e

n u

n c

hal

y s

alí a

l corr

edor.

Al

abrir

mi

puert

a,

pare

-cio

me

oír

un

le

ve

silb

ido

, co

mo

el d

escrito

po

r m

i h

erm

an

a,

y

mom

en

tos m

ás ta

rde

, un so

nid

o m

etá

lico,

com

o el

de una

pla

nch

a d

e f

ierr

o a

l ca

er.

Mie

ntr

as c

orr

ía p

or

el

co

rred

or,

se

ab

rió l

a p

uert

a d

e l

a h

ab

ita

ció

n d

e m

i h

erm

an

a,

gir

an

do l

en-

tam

ente

sobre

sus g

oznes.

Me d

etu

ve a

mirar,

mu

da

de e

s-

pa

nto

, sin

sab

er

qu

é ib

a a

sa

lir d

e a

de

ntr

o.

A la

lu

z d

e la

m-

para

del corr

edor,

vi apare

cer

a m

i herm

ana,

lida d

e p

avor,

a

gita

ndo

sus m

an

os,

co

mo e

n b

usca d

e a

poyo,

y b

ala

nceán-

dose c

om

o b

orr

acha.

Corr

í a s

u e

ncue

ntr

o y

la

estr

ech

é e

ntr

e

mis

bra

zos;

pe

ro e

n e

se i

nsta

nte

, sus r

od

illas f

laqu

ea

ron

y

cayó a

l suelo

. S

e r

eto

rcía

com

o v

íctim

a d

e a

troces d

olo

res,

co

n s

us m

iem

bro

s e

n e

sta

do

de

to

tal

crisp

ació

n.

Al

pri

ncip

io,

pe

nsé

que

no

me

ha

bía

re

con

ocid

o;

pe

ro a

l in

clin

arm

e s

obre

ella

, gritó

súbitam

ente

, con v

oz q

ue n

o o

lvid

aré

jam

ás:

-¡O

h

Dio

s m

ío!

¡Ele

na

! ¡E

ra l

a b

an

da

! ¡L

a b

an

da

mo

tea

da

!- Q

uis

o

de

cir a

lgo

s,

pu

es a

pun

tó c

on

su

de

do

en

direcció

n a

la

pie

za d

el docto

r; p

ero

le s

obre

vin

o u

na n

ueva c

onvu

lsió

n q

ue

le a

hog

ó las p

ala

bra

s.

Corr

í co

mo

loca

, lla

ma

ndo

a g

rito

s a

mi

pa

dra

str

o,

a q

uie

n e

ncon

tré

sa

liend

o a

pre

su

rad

am

ente

de

su

dorm

itorio,

con l

a b

ata

puesta

. A

l lle

gar

junto

a m

i herm

an

a,

ésta

se

h

alla

ba

in

co

nscie

nte

, y p

or

s q

ue

la

h

izo

b

eb

er

un

os s

orb

os d

e b

ran

dy y

ma

nd

ó a

la

ald

ea

en

bu

sca d

e a

uxi-

lios m

éd

icos,

tod

o f

ue

in

útil, p

ues s

e c

onsu

mió

pau

latin

am

en-

te y m

urió

sin

h

ab

er

recob

rado

e

l cono

cim

ien

to.

Ta

l fu

e la

a

tro

z m

ue

rte

de

mi a

dora

da

he

rma

na

.

-Ve

am

os -

dijo

Ho

lme

s-

¿E

stá

uste

d s

egu

ra d

e h

abe

r o

ído

ese

silb

ido

y e

se

so

nid

o m

etá

lico?

¿

Po

drí

a a

firm

arl

o bajo

ju

ram

en

to?

-Eso

fu

e l

o q

ue e

l fiscal

me

pre

guntó

, du

rante

la i

nfo

rma-

ció

n j

ud

icia

l. T

en

go l

a f

irm

e c

reen

cia

de

hab

erlo

oíd

o;

pe

ro,

co

n t

od

o,

el

estr

ue

ndo

de l

a t

em

pesta

d y

los c

rujid

os d

el

ca-

se

rón

era

n ta

les, q

ue

bie

n p

ue

de

qu

e m

e h

aya

en

ga

ña

do

.

Page 43: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

89

-

¿E

sta

ba v

estida s

u h

erm

ana?

-No;

esta

ba e

n c

am

isa d

e d

orm

ir.

En s

u m

an

o d

ere

cha

se

en

co

ntr

ó u

n f

ósfo

ro q

ue

ma

do

, y e

n s

u izq

uie

rda

, u

na

caja

de

fósfo

ros.

-E

so i

nd

ica q

ue

ha

bía

ence

nd

ido

luz y

bu

scad

o a

su a

lre

-d

ed

or,

cu

an

do

su

frió

la

con

mo

ció

n.

Ese d

eta

lle e

s im

po

rta

nte

. ¿

A q

con

clu

sio

nes lle

el fisca

l?

-I

nve

stig

ó e

l caso

con

gra

n c

uid

ad

o,

por

cu

an

to la c

on

duc-

ta d

el D

r. R

oylo

tt h

abía

lla

mado la a

tenció

n d

esde larg

o t

iem

-p

o e

n l

a l

ocalid

ad

; pe

ro n

o p

ud

o e

ncon

tra

r n

ing

una e

xp

lica

-ció

n s

atisfa

cto

ria

sob

re l

a c

ausa d

e l

a m

ue

rte

. M

is d

ecla

ra-

cio

ne

s e

vid

en

cia

ba

n qu

e la

p

ue

rta

ha

bía

sid

o cerr

ad

a co

n

llave por

dentr

o,

y la

s venta

nas tienen

pe

rsia

nas a

l e

stilo

a

ntig

uo

, co

n g

ruesas b

arr

as d

e h

ierr

o,

qu

e s

e p

one

n t

od

as

las n

oches.

Las p

are

des f

uero

n p

rolij

am

ente

tante

adas y

se

com

pro

bó s

u a

bsolu

ta s

olid

ez;

el p

iso t

am

bié

n f

ue

som

etid

o a

m

inucio

so exam

en,

con re

sultad

os negativos.

La chim

enea

es a

nch

a,

pero

se

cie

rra

co

n c

ua

tro

gra

nd

es c

err

ojo

s.

Es u

n

hecho,

po

r co

nsig

uie

nte

, que m

i herm

an

a e

sta

ba

com

ple

ta-

me

nte

so

la e

n s

u p

ieza

. A

de

más,

no

pre

sen

tab

a s

eña

l a

lgu

na

de v

iole

ncia

.

-¿Q

ué m

e d

ice d

e v

eneno?

-L

os m

édic

os l

a e

xam

inaro

n,

pero

sin

descub

rir

nada e

n

ese

se

ntido

.

- ¿

De

qué

cre

e u

ste

d, e

nto

nces, q

ue

muri

ó s

u d

esgra

cia

da

he

rma

na?

-Mi

cre

encia

es q

ue m

urió d

e p

uro

mie

do

y d

e c

onm

oció

n

ne

rvio

sa

, si

bie

n n

o p

ued

o im

ag

ina

rme

q

fu

e lo

q

ue

la

asustó

.

-¿E

sta

ba

n los g

ita

nos e

n la

pro

pie

dad

po

r a

que

lla é

po

ca?

-Sí;

ca

si sie

mp

re h

ay a

lgu

no

s.

-B

ien

. ¿

Y q

ded

uce

uste

d d

e e

sta

alu

sió

n a

una

ba

nda

, a

un

a b

an

da

mo

tea

da?

-A v

eces p

ien

so

qu

e f

uero

n m

era

s i

nco

he

rencia

s,

pro

duc-

tos d

el de

lirio

; o

tras v

eces,

alu

sio

ne

s a

alg

una

ba

nda d

e g

en-

90

te,

tal

ve

z d

e e

sto

s m

ism

os g

ita

nos a

cam

pa

dos e

n l

a p

rop

ie-

da

d.

No

si

los pa

ñue

los m

ote

ado

s q

ue

ta

nto

s d

e e

llos

usan

en

la

cab

eza

pu

ed

en h

ab

er

sug

erid

o e

se

cu

rioso

adje

ti-

vo e

mple

ado p

or

ella

.

Ho

lmes s

acud

ió la c

ab

eza,

co

n c

lara

s s

ale

s d

e n

o e

sta

r sa

tisfe

cho

.

-Esta

s s

on

agu

as m

uy p

rofu

nd

as -

dijo

-; c

ontin

úe

uste

d s

u

rela

to.

-D

esde

ento

nces,

han

tra

nscu

rrid

o d

os a

ños,

y h

asta

ha

ce

poco

mi

vid

a h

a s

ido

más s

olit

aria

que n

unca.

Pe

ro h

ace u

n

me

s,

un

qu

erid

o a

mig

o m

ío,

con

ocid

o d

e m

ucho

s a

ño

s,

me

ha h

echo e

l honor

de p

roponerm

e m

atr

imonio

. Llá

mase A

rmi-

tage,

Perc

y A

rmitage,

segundo hijo

de

l señor

Arm

ita

ge,

de

Cra

ne

Wa

ter,

ce

rca

de

Rea

din

g.

Mi

pad

rastr

o n

o h

a o

pu

esto

n

ing

un

a r

esis

ten

cia

al en

lace

, y v

am

os a

casarn

os d

ura

nte

la

prim

avera

. H

ace d

os d

ías c

om

enzaro

n a

ha

ce

r cie

rta

s r

ep

a-

racio

nes en

e

l a

la occid

en

tal

de

l e

dific

io y h

an

te

nid

o q

ue

pe

rfora

r la

pa

red

de

mi

do

rmito

rio

, p

or

lo q

ue

he

ten

ido

que

tra

sla

darm

e a

la

m

ism

a p

ieza

y ocupa

r la

m

ism

a c

am

a en

q

ue

mi h

erm

an

a m

urió

.

-Im

ag

ínese

, p

ues,

mi

terr

or

cu

an

do

a

noch

e

-mie

ntr

as,

desvela

da,

pensaba e

n s

u t

rág

ica s

uert

e-

oí,

de r

epente

, en

el

sile

ncio

de

la

n

och

e,

el

su

ave

silb

ido

q

ue

ha

bía

sid

o el

pre

sagio

de

su p

rop

ia m

uert

e.

Salté d

el

lech

o y

encend

í la

mpara

, pero

en la

pie

za no se veía

nada.

Esta

ba

dem

a-

sia

do a

gitada p

ara

volv

er

a a

costa

rme,

de

modo

que m

e v

estí

y,

tan p

ron

to c

om

o a

cla

ró,

me

escabullí

de l

a c

asa,

tom

é u

n

do

gca

rt e

n la p

osada

de

La

Coro

na

, que e

stá

al fr

ente

, lle

gué

a L

eath

erh

ead

y d

e a

llí h

e v

enid

o d

irecta

me

nte

hasta

uste

d,

resuelta a

verlo y

pedirle

consejo

.

-Ha

hech

o b

ien

-d

ijo H

olm

es ¿

Es e

so

to

do

lo

que

tie

ne

q

ue

decirm

e?

-S

í; todo.

-S

eñorita

Roylo

tt:

eso n

o e

s t

odo.

Uste

d e

stá

escudando a

su p

adra

str

o.

-¿

Po

r qu

é?

¿Q

es lo

que

qu

iere

uste

d d

ecir?

Page 44: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

91

P

or

toda

re

sp

uesta

, H

olm

es e

mp

ujó

ha

cia

atr

ás l

a f

ranja

d

e cin

tas n

eg

ras d

e la

m

an

ga

qu

e n

uestr

a vis

ita

nte

te

nía

sobre

sus r

odill

as,

y d

ejó

ve

r, s

obre

la b

lancura

de la m

uñeca,

cin

co

ma

ncha

s a

mora

tad

as, se

ña

les d

e o

tro

s ta

nto

s d

ed

os.

-L

a h

an

ma

ltra

tad

o c

rue

lme

nte

-d

ijo H

olm

es.

L

a

da

ma

se

so

nro

inte

nsa

me

nte

y

ocu

ltó

la

m

eca

lastim

ada.

-E

s h

om

bre

muy d

uro

-dijo

-, y

tal

vez n

o c

onoce s

us p

ro-

pia

s fu

erz

as.

H

ubo

un

larg

o s

ilencio

, d

ura

nte

el

cu

al

Ho

lmes a

poyó

la

ba

rba

sob

re s

us m

ano

s y

se

que

mira

nd

o f

ijam

en

te e

l fu

e-

go

qu

e c

his

po

rro

tea

ba

.

-El

pro

ble

ma e

s h

art

o d

ifíc

il -d

ijo p

or

fin-

Hay m

il deta

lles

qu

e

dese

arí

a

sa

ber,

a

nte

s

de

d

ete

rmin

ar

nue

str

o

pla

n

de

ca

mpa

ña

. P

ero

no

te

nem

os u

n i

nsta

nte

que

pe

rder.

Si

fué

ra-

mo

s a

Sto

ke M

ora

n h

oy m

ism

o,

¿n

os s

erí

a p

osib

le v

er

las

pie

za

s e

n c

ue

stió

n, sin

que

su

pad

rastr

o s

e e

nte

rara

?

-E

l habló

de

ven

ir h

oy a

la

ciu

dad p

or

cie

rto n

egocio

de

gra

n i

mpo

rtan

cia

. E

s p

roba

ble

qu

e e

sté

au

sen

te t

od

o e

l día

; d

e m

od

o q

ue

no h

abrá

nin

n e

sto

rbo

para

sus p

esqu

isa

s.

Te

ne

mo

s a

ho

ra u

n a

ma

de

lla

ve

s,

pero

es v

ieja

y m

ed

io b

o-

ba

, a

es q

ue

na

da

me

co

sta

rá c

onseg

uir q

ue

no

no

s m

ole

s-

te.

-E

xcele

nte

. ¿

No s

e o

pone u

ste

d a

este

via

je, W

ats

on?

-De

nin

gun

a m

an

era

.

-En

tonces, ire

mo

s los d

os. ¿

Y u

ste

d q

va

a h

acer?

-Apro

vecha

ndo

mi

venid

a

a

la

ciu

dad

, d

ese

arí

a

ha

cer

alg

una

s c

om

pra

s y

otr

as d

ilig

encia

s;

pe

ro v

olv

eré

po

r e

l tr

en

de d

oce, a fin

de lle

gar

a tie

mpo p

ara

recib

irlo

s a

uste

des.

-E

sta

rem

os p

or

allá

e

n la

s p

rim

era

s h

ora

s d

e la

ta

rde,

pu

es t

en

go

qu

e h

ace

r a

lgu

nas g

estio

ne

s.

¿N

o q

uerr

ía e

sp

e-

rar

un

os m

inuto

s y

se

rvirse d

esa

yun

o?

-Much

as g

racia

s.

Ten

go q

ue

irm

e.

Sie

nto

el

cora

zón

más

aliv

iado d

esde q

ue le h

e c

onta

do m

is c

ultas.

Esta

ré m

uy c

on-

tenta

de v

erlo n

uevam

ente

esta

tard

e.

92

D

ejó

ca

er

el

ve

lo n

eg

ro s

ob

re s

u r

ostr

o y

sa

lió d

e l

a h

ab

i-ta

ció

n.

-¿

Qué

le

pa

rece

to

do

esto

, W

ats

on

? -

me

pre

gu

ntó

Sh

er-

lock H

olm

es, echándose p

ara

atr

ás e

n s

u s

illón.

-M

e p

are

ce a

sunto

muy o

scuro

y s

inie

str

o.

-H

art

o o

scuro

y s

inie

str

o.

-S

in e

mbarg

o,

si, c

om

o d

ice l

a s

eño

ra,

es e

fectivo q

ue e

l p

iso

y l

as p

are

des n

o t

iene

n f

alla

s y

qu

e p

uert

a,

ve

nta

na

y

ch

imen

ea

son

in

fra

nq

ueab

les,

es i

ndud

ab

le q

ue

su h

erm

an

a

esta

ba

so

la c

ua

ndo

encon

tró

su m

iste

riosa m

uert

e.

-¿

En

qué q

ued

arí

an,

ento

nces,

los s

ilbid

os n

octu

rno

s y

las

extr

as p

ala

bra

s q

ue

dijo

al m

orir?

-No

qué

pe

nsa

r.

-S

í re

lacio

nam

os e

ntr

e sí

los silb

ido

s n

octu

rnos;

la p

re-

se

ncia

de

una

ba

nd

a d

e g

ita

nos q

ue

te

nía

n í

ntim

a a

mis

tad

con e

l docto

r; l

as f

uert

es p

resu

ncio

nes d

e q

ue é

ste

tu

vie

ra

inte

rés e

n i

mp

ed

ir e

l m

atr

imo

nio

de

su

hija

str

a;

la a

lusió

n d

e

la m

oribunda a una banda

; y,

finalm

ente

, el

ruid

o m

etá

lico

oíd

o p

or

la s

eño

rita

Ele

na S

ton

er

y p

osib

lem

ente

pro

ducid

o

po

r la

ca

ída

de

un

a d

e l

as b

arr

as d

e f

ierr

o d

e l

as p

ers

ian

as,

cre

o q

ue

ha

y f

un

da

me

nto

s p

ara

espe

rar

qu

e p

odre

mo

s a

cla

-ra

r e

l m

iste

rio s

igu

ien

do

esto

s h

ilos.

-P

ero

, ¿

qu

é h

icie

ron

los g

ita

nos?

-No

pu

edo

im

ag

inárm

elo

.

-Cre

o q

ue e

sa teorí

a m

ere

ce m

uchos r

eparo

s.

-S

oy d

e la

mis

ma o

pin

ión,

y,

pre

cis

am

en

te p

or

eso,

irem

os

ho

y a

Sto

ke M

ora

n.

De

seo

co

mpro

ba

r si

los r

epa

ros s

on i

n-

salv

able

s o

ad

miten e

xplic

ació

n. P

ero

, ¡q

ué d

em

onio

s!

L

a e

xcla

mació

n d

e m

i com

pa

ñero

pro

ve

nía

de

la

bru

sca

apert

ura

de la

pue

rta y

la

apa

rició

n d

e u

n h

om

bro

nazo q

ue s

e

detu

vo e

n e

l um

bra

l. S

u t

raje

era

una c

uriosa m

ezcla

de p

ro-

fesio

na

l y d

e a

gricu

ltor:

som

bre

ro d

e c

op

a n

egro

, le

vita

la

rga

, pola

ina

s a

ltas y

látigo e

n m

ano.

Tan c

olo

sal

era

su e

sta

tura

, que e

l so

mbre

ro t

opó

en e

l tr

avesañ

o d

e l

a p

uert

a,

la q

ue

pa

recía

aba

rca

r to

talm

en

te c

on

su

corp

ule

ncia

. S

u c

ara

an

-ch

a,

surc

ad

a d

e i

nfin

itas a

rrug

as,

tosta

da

por

el

so

l, y

re

flejo

Page 45: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

93

de

to

das las m

ala

s p

asio

ne

s,

se

vo

lvía

alte

rna

tiva

men

te h

acia

m

i co

mp

añe

ro y

ha

cia

mí,

co

n o

jos h

un

did

os e

in

yecta

dos,

y

un

a n

ariz p

rom

ine

nte

y h

ue

sud

a q

ue l

e d

aba

n l

a a

pa

rie

ncia

fe

roz d

e u

n a

ve

de

ra

piñ

a.

-¿

Quié

n e

s H

olm

es? -

pre

guntó

este

extr

o p

ers

onaje

-Yo

, cab

alle

ro;

pe

ro d

esea

ría

sa

ber

co

n q

uié

n te

ng

o e

l h

on

or

de

tra

tar

-dijo

tra

nqu

ilam

en

te m

i co

mpa

ñero

.

-S

oy e

l D

r. G

rim

esby R

oylo

tt, de S

toke M

ora

n.

-M

uy b

ien,

do

cto

r -d

ijo H

olm

es s

uavem

ente

Tenga la b

on-

da

d d

e s

en

tars

e.

-N

o lo

necesito

. M

i h

ijastr

a h

a e

sta

do

aq

uí.

La

he

seg

uid

o.

¿Q

le

ha

dic

ho?

-La e

sta

ció

n s

e p

resenta

frí

a -

dijo

Holm

es.

-¿

Qué le h

a d

icho?

-gritó

el vie

jo, fu

rioso.

-P

ero

h

e o

ído

q

ue

la

cosech

a d

e a

za

frá

n p

rom

ete

ser

buena e

ste

año -

continuo

mi com

pañero

im

pert

érr

ito

Ah

! ¿

Re

hu

ye

con

testa

rme

? -

dijo

el

recié

n l

leg

ado

, a

de

-la

nta

ndo u

n p

aso y

agitando e

l lá

tigo-

¡Te c

onozco,

bribón

! ¡Y

a h

e o

ído h

abla

r de

ti! E

res H

olm

es, el in

truso.

M

i am

igo s

onri

ó.

Holm

es, el ch

ism

oso

!

Mi a

mig

o a

um

en

tó s

u s

onri

sa

.

-¡H

olm

es, el m

an

dadero

de

Scotlan

d Y

ard

!

Holm

es s

e r

ió d

e b

uena

gan

a.

-S

u convers

ació

n es m

uy in

tere

sante

-d

ijo-.

C

uando

se

retire

, cie

rre l

a p

uert

a,

porq

ue e

ntr

a u

na

fu

ert

e c

orr

ien

te d

e

aire.

-M

e iré

cu

and

o le

h

aya

dic

ho

lo

qu

e te

ng

o q

ue d

ecir

le.

¡Mu

ch

o c

uid

ad

o c

on

me

ters

e e

n m

is a

su

nto

s!

que

la

se

ño-

rita

Sto

ner

ha

esta

do a

quí.

¡La h

e s

egu

ido!

¡Soy u

n e

nem

igo

pelig

roso! V

ea e

sto

.

Da

nd

o r

áp

idos p

aso

s,

co

gió

las t

en

azas d

e l

a c

him

ene

a y

la

s d

ob

ló c

on la

so

la fu

erz

a d

e s

us m

ano

s m

ore

na

s.

94

-C

uíd

ese

de

ca

er

en

mis

ma

nos -

gru

ñó

, y,

arr

oja

ndo

las

torc

ida

s t

en

azas d

en

tro

de

la

ch

ime

nea

, sa

lió a

gra

nd

es t

ran-

cos d

e la

pie

za

.

-Pa

rece s

er

pe

rso

na

mu

y a

ma

ble

-d

ijo H

olm

es r

iend

o-.

Yo

no

so

y t

an

corp

ule

nto

, p

ero

si

se

hu

bie

ra q

ue

da

do

s t

iem

-p

o,

le h

abrí

a d

em

ostr

ad

o q

ue

mis

pu

ño

s s

on

ta

n f

ue

rte

s c

o-

mo

lo

s s

uyo

s.

M

ientr

as h

abla

ba,

recogió

las t

ena

zas d

e a

cero

, y c

on u

n

bru

sco

esfu

erz

o las e

nde

rezó

de

nu

evo

.

Qu

é in

so

len

cia

la

de

este

se

ño

r! ¡C

on

fun

dirm

e con

la

p

olic

ía o

ficia

l! E

ste

in

cid

en

te,

a p

esa

r d

e to

do

, d

a sa

bor

a

nu

estr

a p

esqu

isa

; y s

ólo

es d

e e

sp

era

r q

ue

nu

estr

a a

mig

uita

no

te

ng

a q

ue s

ufr

ir p

or

su

im

pru

de

ncia

de

deja

rse

esp

iar

por

este

bru

to.

Ahora

, W

ats

on

, pedirem

os nuestr

o de

sayu

no,

y

en s

eguid

a iré

a la S

ocie

dad M

édic

a,

donde e

spero

conseguir

alg

uno

s d

ato

s q

ue

no

s s

erv

irá

n d

e a

yu

da

.

Era

casi la

una

cu

an

do

She

rlock H

olm

es v

olv

ió a

casa

. E

n

la m

ano tra

ía u

n p

apel azul lle

no d

e n

ota

s y

cifra

s.

-H

e v

isto

el

testa

men

to d

e l

a d

ifun

ta e

sp

osa d

el

docto

r -

dijo

- P

ara

d

ete

rmin

ar

su

ve

rda

de

ro a

lca

nce

, he

te

nid

o qu

e

ca

lcu

lar

el va

lor

actu

al d

e la

s in

vers

iones a

qu

e s

e r

efie

re.

La

renta

to

tal, q

ue a

l tiem

po d

e la m

uert

e d

e la t

esta

dora

asce

n-

día

a p

oco

me

nos d

e 1

.100

lib

ras e

ste

rlin

as,

está

aho

ra r

ed

u-

cid

a a

no

más d

e 7

50

lib

ras e

ste

rlin

as,

a c

ausa d

e la

ba

ja d

e

los p

recio

s e

n l

a a

gricu

ltura

. C

ad

a h

ija t

ien

e d

ere

cho

a u

na

ren

ta d

e 2

50 lib

ras e

ste

rlin

as e

n c

aso

de

ma

trim

on

io.

En

co

n-

secu

en

cia

, si

am

ba

s s

e h

ub

iera

n c

asad

o,

este

sim

tico

se

or

hab

ría

qu

ed

ad

o c

on

un

a m

ise

rab

le r

ació

n;

y a

un

el

ma

-tr

imo

nio

de

un

a s

ola

po

drí

a a

fecta

rlo

se

ria

me

nte

. M

i tr

ab

ajo

d

e e

sta

ma

ña

na

no

ha

sid

o i

nfr

uctu

oso

, p

ues m

e h

a h

echo

ve

r q

ue

este

señ

or

tie

ne p

od

ero

sís

imas r

azo

nes p

ara

tra

tar

de

im

ped

ir cu

alq

uie

ra te

nta

tiva

en ese sentido.

El

asun

to,

Wats

on,

es d

em

asia

do

serio p

ara

que

perd

am

os e

l tie

mpo,

so

bre

to

do d

esde

qu

e e

l vie

jo s

ab

e q

ue

nos i

nte

resa

mo

s e

n

sus m

an

ejo

s;

de

mo

do

que

si

uste

d e

stá

pro

nto

, lla

ma

rem

os

Page 46: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

95

un c

oche p

ara

ir

a l

a e

sta

ció

n d

e W

ate

rloo.

Le a

gra

decerí

a

mucho q

ue l

levara

su r

evólv

er.

Un

Ely

2 e

s u

n e

xcele

nte

a

rgum

en

to c

on

tra

esto

s c

ab

alle

ros q

ue p

ued

en

do

bla

r en

dos

unas t

enazas d

e a

cero

. C

on e

so y

nuestr

os c

epill

os d

e d

ien-

tes, cre

o q

ue

no

necesita

rem

os n

ad

a m

ás.

E

n W

ate

rloo tu

vim

os la

su

ert

e d

e a

lca

nzar

el

tren

p

ara

L

ea

therh

ea

d,

esta

ció

n e

n la

cu

al

alq

uila

mo

s u

n coch

e q

ue

no

s c

on

du

jo p

or

espa

cio

de

cua

tro

o c

inco

mill

as a

tra

s d

e

los e

nca

nta

do

res c

am

inos d

e S

urr

ey.

El

día

esta

ba

pre

cio

so

. E

l so

l b

rilla

ba

ale

gre

me

nte

y e

n e

l cie

lo v

eía

nse

lo u

nas

cu

an

tas n

ub

es b

lancas y

espu

mosas.

La

s a

rbo

led

as y

se

tos

a lo

s la

dos d

el

cam

ino

co

me

nza

ba

n a

e

ch

ar

sus p

rim

ero

s

bro

tes,

y e

l aire e

sta

ba e

mbals

am

ado c

on e

l gra

to o

lor

a t

ie-

rra m

oja

da.

Por

lo m

eno

s,

para

resu

ltaba

extr

año

el

con-

traste

que o

frecía

este

dulc

e d

esp

ert

ar

de la p

rim

avera

con la

so

mbrí

a p

esqu

isa q

ue

te

nía

mo

s e

ntr

e m

an

os.

Mi com

pa

ñero

, senta

do e

n l

a d

ela

nte

ra d

el

carr

uaje

, con l

os b

razo

s c

ruza-

do

s,

el

so

mbre

ro sob

re lo

s ojo

s y la

b

arb

a a

po

yad

a e

n el

pe

ch

o,

pare

cía

abso

rto e

n p

rofu

nd

as r

efle

xio

ne

s.

De p

ron

to,

sin

e

mb

arg

o,

tuvo

u

n sobre

sa

lto

, m

e to

e

n e

l hom

bro

y

se

ña

land

o h

acia

las p

rad

era

s, m

e d

ijo:

-

Mire h

acia

allá

.

Ve

ían

se l

as e

spe

sa

s a

rbole

das d

e u

n p

arq

ue

qu

e a

sce

n-

día

en

sua

ve

pe

nd

ien

te,

ha

sta

co

nvert

irse e

n u

n v

erd

adero

b

osq

ue

en

la p

art

e m

ás a

lta

, P

or

en

tre

el

ram

aje

se

alz

ab

an

los g

rises m

uro

s y

em

pin

ad

as t

ech

um

bre

s d

e u

na

vie

jísim

a

casa

so

larie

ga

.

-¿S

toke M

ora

n? -

pre

guntó

.

-Sí, s

eñor.

Es l

a c

asa d

el

Dr.

Grim

esby R

oylo

tt -

con

testó

e

l coch

ero

.

-Está

n h

acié

nd

ole

alg

un

as r

ep

ara

cio

ne

s -

dijo

Ho

lmes-

Allá

es d

ond

e v

am

os n

oso

tro

s.

-A

llí e

stá

la

ald

ea

-d

ijo e

l co

che

ro,

señ

ala

nd

o u

na a

gru

pa

-ció

n d

e te

chu

mb

res a

cie

rta

d

ista

ncia

, h

acia

la

iz

qu

ierd

a-;

p

ero

si

uste

de

s d

ese

an

ir

a l

a c

asa

, le

s s

erá

más c

ort

o a

tra-

96

ve

sa

r esta

ce

rca

seg

uir

el

se

nd

ero

a t

ravé

s d

e l

os p

otr

ero

s.

Po

r allí

, po

r don

de v

a c

am

ina

ndo e

sa

seño

ra.

-C

reo q

ue

la

d

am

a es la

señ

orita

S

ton

er

-dijo

H

olm

es,

da

ndo

so

mbra

a s

u v

ista

- L

o m

ejo

r se

rá q

ue

sig

am

os s

u c

on

-se

jo.

N

os baja

mos,

pa

ga

mo

s al

coche

ro y e

l ca

rru

aje

dio

la

vuelta

a L

eath

erh

ead.

-M

e p

are

ció

co

nven

ien

te -

dijo

Ho

lmes,

mie

ntr

as t

rep

ab

a-

mo

s la

cerc

a-

hacer

cre

er

a e

se

m

ucha

cho

q

ue

h

ab

íam

os

venid

o en

calid

ad de

arq

uitecto

s o con

alg

ún obje

to d

ete

r-m

ina

do

. A

no

h

ará

co

me

nta

rios.

Bu

en

as ta

rdes,

se

ño

rita

S

toner.

Ya v

e u

ste

d q

ue

hem

os c

um

plid

o n

uestr

a p

ala

bra

.

Nu

estr

a c

liente

de

la

ma

ña

na

se

ha

bía

ap

resura

do

para

salir

nos m

uro

del

extr

em

o,

al

encuen

tro,

con u

na c

ara

qu

e

refleja

ba

su a

legrí

a inte

rio

r.

-H

e e

sta

do

esp

erá

nd

olo

s c

on

ta

nta

im

pa

cie

ncia

-e

xcla

, e

str

echá

ndo

no

s c

alu

rosam

en

te la m

an

o T

od

o h

a s

alid

o a

dm

i-ra

ble

me

nte

. E

l d

octo

r R

oylo

tt s

e f

ue

a l

a c

iud

ad

y e

s l

o m

ás

pro

ba

ble

qu

e n

o r

egre

se

ha

sta

la

noche.

-H

em

os t

en

ido

el

ag

rad

o d

e c

on

oce

r al

do

cto

r -d

ijo H

ol-

me

s,

y e

n p

ocas p

ala

bra

s l

e c

on

tó l

o o

cu

rrid

o.

La s

orita

S

toner

se d

em

udó a

l escucharl

o.

Dio

s m

ío!

-excla

mó-

¿D

e m

odo

que

me

ha

seg

uid

o?

Así

pa

rece

.

-Es t

an

astu

to,

qu

e n

un

ca p

ue

do

esta

r se

gu

ra d

e é

l. ¿

Qu

é

dirá c

uando v

uelv

a?

-T

end

rá q

ue e

sta

r p

reve

nid

o,

porq

ue pu

ed

e e

nco

ntr

ars

e

co

n q

ue

otr

o m

ás a

stu

to q

ue

él le

sig

a lo

s p

aso

s.

En

cu

an

to a

u

ste

d,

esta

no

che

de

be e

nce

rrars

e c

on

lla

ve

. S

i é

l q

uie

re v

io-

lenta

rla,

no

sotr

os l

a l

levare

mo

s a

casa d

e s

u t

ía,

en H

arr

ow

. A

ho

ra n

o t

ene

mo

s t

iem

po q

ue

pe

rde

r, a

es q

ue

te

ng

a l

a

am

abili

dad de lle

varn

os in

media

tam

ente

a la

s habita

cio

nes

que v

am

os a

exam

inar.

El

ed

ific

io e

ra d

e p

ied

ra g

ris,

cu

bie

rta d

e l

iqu

en

, co

n u

n

pa

be

llón

cen

tra

l y d

os a

las l

ate

rale

s q

ue

ha

cía

n l

igera

curv

a,

com

o garr

as de ja

iba.

En una de esta

s ala

s la

s venta

nas

Page 47: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

97

esta

ba

n q

ueb

rada

s y

ta

pia

das c

on

tabla

s,

y e

l te

cho

me

dio

h

un

did

o,

da

nd

o l

a i

mp

resió

n d

e r

uin

a c

om

ple

ta.

El

pa

be

llón

centr

al

esta

ba

en m

ejo

r esta

do d

e c

onserv

ació

n,

pero

el

ala

dere

cha

era

rela

tivam

ente

modern

a,

y l

as p

ers

ianas d

e l

as

ve

nta

nas y

el h

um

o a

zu

lado

qu

e s

alía

de

la

s c

him

ene

as ind

i-ca

ba

n q

ue

allí

re

sid

ía la

fa

mili

a.

Ha

bía

a

lgu

nos an

da

mio

s

arr

ima

dos c

on

tra

el

muro

de

l e

xtr

em

o y

la

pie

dra

de

l m

ism

o

esta

ba

ag

uje

rea

da

, p

ero

en

ese

mom

en

to n

o s

e v

eía

nin

gún

obre

ro.

Holm

es c

am

inó l

enta

mente

, de u

n e

xtr

em

o a

otr

o d

el

pra

do

e

nm

ale

zad

o,

exa

min

an

do

co

n p

rofu

nd

a a

ten

ció

n lo

s

exte

riore

s d

e las v

enta

nas.

-E

sta

, d

e s

eg

uro

, co

rrespo

nd

e a

la

pie

za

en

que

do

rmía

uste

d;

la d

el centr

o,

a la d

e s

u h

erm

ana

, y la m

ás p

róxim

a d

el

edific

io p

rincip

al, a

la d

el docto

r R

oylo

tt. ¿

No e

s a

sí?

-Exacta

men

te. P

ero

ahora

duerm

o e

n la d

el m

edio

.

-Mie

ntr

as

dura

n

las

rep

ara

cio

nes,

seg

ún

e

ntien

do

. D

e

pa

so

, n

o p

are

ce

h

ab

er

nin

gu

na necesid

ad m

uy urg

ente

de

repara

r aquel m

uro

de

l extr

em

o.

-N

ing

una

. C

reo

qu

e h

a s

ido

un

sim

ple

pre

texto

pa

ra s

a-

carm

e d

e m

i pie

za.

-

¡Ah

! E

so

es s

ospe

ch

oso

. E

ntie

nd

o q

ue

, p

or

el

otr

o l

ad

o,

esta

s tr

es pie

zas dan a un corr

edor,

el

cual

supong

o que

tendrá

venta

nas.

-Sí;

pero

muy p

equeñas;

de

masia

do

peque-

ña

s p

ara

deja

r p

asa

r a

na

die

.

-Uste

des c

err

ab

an

su

s p

uert

as c

on

lla

ve p

or

las n

oche

s d

e

mo

do q

ue s

us h

ab

itacio

nes e

ran

ina

cce

sib

les p

or

ese

la

do

. A

ho

ra,

¿qu

err

ía u

ste

d t

ene

r la

bon

dad

de

ir

a s

u d

orm

ito

rio

y

ce

rrar

las p

ers

iana

s?

La s

eño

rita

Sto

nes o

bedeció

, y H

olm

es,

despué

s d

e e

xa-

min

ar

cuid

adosam

ente

la

venta

na a

bie

rta,

trató

por

todos l

os

me

dio

s p

osib

les d

e fo

rza

r la

s p

ers

ian

as,

pe

ro in

fru

ctu

osa

-m

en

te.

No

hab

ía la

me

no

r re

nd

ija p

or

do

nd

e in

tro

ducir n

i a

un

la h

ola

de u

n c

uchill

o q

ue p

erm

itie

ra l

evanta

r la

barr

a d

e h

ie-

rro.

En s

eguid

a e

xam

inó c

on s

u lente

las b

isagra

s;

pe

ro é

sta

s

era

n d

e fie

rro y

esta

ban firm

em

ente

em

butidas e

n la

pare

d.

98

Hum

! -e

xcla

, ra

scándo

se l

a b

arb

a c

on c

iert

a p

erp

le-

jida

d-;

po

r cie

rto

que

mi

teo

ría

pre

sen

ta a

lgu

na

s d

ific

ulta

de

s.

Na

die

p

odrí

a fr

an

que

ar

esta

s pe

rsia

na

s esta

ndo

ce

rrad

as.

Bie

n;

ve

rem

os s

i e

l e

xa

me

n d

el

inte

rior

nos d

a m

ayo

res l

u-

ces.

U

na

pu

ert

ecita

la

tera

l co

nd

ucía

al

bla

nq

ue

ad

o c

orr

ed

or

a

qu

e s

alía

n los t

res d

orm

itori

os.

Ho

lme

s s

e n

eg

ó a

exa

min

ar

la

terc

era

hab

ita

ció

n,

de

mo

do

qu

e p

asam

os d

ire

cta

me

nte

a l

a

segunda

, la

q

ue h

ab

itaba actu

alm

ente

la

se

ño

rita

S

toner

y

do

nde

ha

bía

mu

ert

o s

u h

erm

an

a.

La

pie

ce

cita

era

se

ncill

a,

con te

cho bajo

y espacio

sa chim

enea,

a la

m

anera

de la

s

an

tig

uas c

asa

s d

e c

am

po.

En

un

rin

cón

se

ve

ía u

na

mo

da

de

co

lor

oscu

ro;

en

o

tro

, u

na

ca

ma

a

ng

osta

, con co

bert

or

bla

nco;

y u

na m

esa d

e t

ocador

al

lado i

zquie

rdo

de l

a v

enta

-n

a.

Esto

s t

res m

ue

ble

s,

co

n d

os s

illita

s d

e m

imb

re y

un

tro

zo

de a

lfom

bra

Wilt

on e

n e

l centr

o,

com

pon

ían t

odo e

l m

obili

ario

de l

a p

ieza.

El

enta

bla

do y

el

fris

o d

e l

as p

are

de

s e

ran d

e

madera

de e

ncin

a,

colo

r oscuro

, pe

ro t

an v

ieja

, carc

om

ida y

deste

ñid

a,

que p

are

cía

ser

de l

a é

poca e

n q

ue e

dific

aro

n e

l case

rón

. H

olm

es a

rrastr

ó u

na

de l

as s

illa

s h

asta

un r

incó

n y

se

se

ntó

sile

ncio

so

, m

ien

tra

s s

u v

ista

re

co

rría

la

ha

bita

ció

n

en

to

dos s

en

tid

os, o

bserv

an

do

hasta

sus m

en

ore

s d

eta

lles.

-¿

Co

n q

ué s

e c

om

un

ica e

sa

cam

pa

nill

a?

-p

reg

un

tó a

l fin,

se

ña

land

o u

n g

rueso

cord

ón

que

co

lgab

a a

l la

do

de l

a c

am

a

y

cu

ya

b

orla

esta

ba

e

n

ese

m

om

en

to

so

bre

la

alm

oh

ada

mis

ma.

-C

on

la p

ieza d

el am

a d

e lla

ves.

-P

are

ce

ser

de

insta

lació

n m

ás m

ode

rna

que

el

resto

de

l m

obili

ario.

-S

í; p

usié

ron

la h

ace

lo d

os a

ño

s.

-S

up

on

go

que

su

herm

an

a p

idió

qu

e s

e la

in

sta

lara

n.

-N

o;

nun

ca

su

pe

q

ue

la

u

sa

ra.

Cu

an

do

n

ecesitáb

am

os

alg

o, nosotr

as m

ism

as íb

am

os a

buscarlo:

-E

n r

ea

lida

d,

no

era

necesa

rio

pon

er

un c

ord

ón

ta

n b

ue

no

. P

erm

ítam

e e

xam

inar

po

r m

í m

ism

o e

l pis

o.

Page 48: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

99

T

en

dió

se

bo

ca

ab

ajo

en

el su

elo

y,

co

n s

u le

nte

en

la m

a-

no

, se

a

rrastr

ó á

gilm

en

te e

n d

ive

rsas dire

ccio

nes,

escudri-

ña

ndo

pro

lijam

en

te la

s r

en

dija

s d

e las t

ab

las.

Lo

mis

mo

hiz

o,

en

se

gu

ida

, co

n l

as m

ade

ras d

el

fris

o d

e l

as p

are

de

s.

Fin

al-

me

nte

cam

inó

ha

sta

la

cam

a y

miró

la

pa

red

de

arr

iba

ab

ajo

. P

ara

term

inar,

tom

ó e

l cord

ón y

le d

io u

n b

rusco tirón.

Vaya!

Es u

na im

itació

n -

dijo

.

-¿A

caso n

o s

uena?

-N

o,

el

co

rdó

n

ni

siq

uie

ra

está

co

necta

do

co

n

nin

gún

ala

mbre

. E

sto

es in

tere

sante

. U

ste

d m

ism

a puede

ver

qu

e

está

ata

do

a u

n g

an

ch

o p

oco

s a

rrib

a d

el

ag

uje

ro p

ara

el

ventila

dor.

Qu

é c

osa

s a

bsurd

a! N

unca

me

hab

ía fija

do

en

ello

.

-¡M

uy r

aro

! -m

urm

uró

Ho

lme

s,

tira

nd

o l

a c

uerd

a-

En

esta

p

ieza

ha

y a

lgu

nos d

eta

lles m

uy c

urioso

s.

Po

r eje

mp

lo,

qu

é

estú

pid

o d

ebe

de

hab

er

sid

o e

l a

rqu

itecto

qu

e a

brió

un

ve

nti-

lad

or

en

tre

un

a p

ieza

y o

tra

, sie

nd

o q

ue

, co

n e

l m

ism

o t

rab

a-

jo, p

ud

o h

ab

erlo

com

un

icad

o c

on

el a

ire lib

re.

-E

sa innovació

n tam

bié

n e

s m

uy r

ecie

nte

-dijo

la d

am

a.

-¿

De

la

mis

ma

ép

oca

de

l co

rdón

? -

pre

gu

ntó

Ho

lme

s.

-S

í; p

or

ese tie

mp

o s

e h

icie

ron v

arios p

eq

ueños c

am

bio

s.

-T

ale

s

ca

mbio

s

me

p

are

ce

n

sum

am

en

te

inte

resa

nte

s:

¡cam

panill

as d

e im

itació

n y

ven

tila

dore

s q

ue n

o v

entila

n!

Con

su

pe

rmis

o,

se

ño

rita

Sto

ner,

co

ntinu

are

mo

s a

hora

inve

stig

an-

do e

n la p

ieza d

el la

do.

E

l dorm

itorio d

el

docto

r R

oylo

tt e

ra m

ayor

qu

e e

l d

e s

u

hija

str

a,

pero

am

obla

do c

on igua

l sencill

ez.

Un

ca

tre

de

ca

m-

pa

ña

, un

esta

ntito

de

mad

era

lle

no

de l

ibro

s,

en

su m

ayo

-ría

d

e c

ará

cte

r té

cn

ico

, u

n s

illó

n a

l la

do

de

la

cam

a,

un

a v

ulg

ar

sill

a d

e m

ade

ra co

ntr

a la

p

are

d,

un

a m

esa

re

do

nda

y u

na

gra

n c

aja

fu

ert

e d

e f

ierr

o,

era

n l

as p

rincip

ale

s c

osa

s q

ue

se

veía

n.

Holm

es a

nduvo l

enta

mente

por

tod

o e

l con

torn

o d

e l

a

pie

za, exam

inándolo

todo c

on e

l m

ayor

inte

rés.

-¿

Qué h

ay a

quí

adentr

o? -

pre

guntó

, to

cando l

a c

aja

fue

r-te

.

-Papele

s d

e n

egocio

s d

e m

i padra

str

o.

100

Oh! Luego, ¿

uste

d h

a v

isto

lo q

ue h

ay d

entr

o?

-S

ólo

un

a v

ez,

hace

alg

un

os a

ños.

Recu

erd

o q

ue

esta

ba

llen

a d

e p

ap

ele

s.

-¿

No h

abrá

, por

casualid

ad

, un g

ato

adentr

o?

-N

o. ¡V

aya u

na ide

a!

-P

ues b

ien, ¡m

ire e

sto

!

Tom

ó d

e e

ncim

a d

e la c

ala

un p

latillo

con leche.

-N

o;

no t

en

em

os g

ato

. P

ero

ha

y e

n l

a c

asa

un

a p

ante

ra y

u

n m

an

dril.

Ah

, sí;

ya

re

cu

erd

o!

Un

a p

an

tera

no

es m

ás q

ue

un

ga

to

gra

nd

e;

pe

ro, co

n t

od

o,

no

cre

o q

ue

un

pla

tillo

de

leche

alc

an-

ce

a s

atisfa

ce

r su

ap

etito

. H

ay u

n p

unto

qu

e d

esearí

a p

re-

cis

ar.

Sentó

se e

n c

uclil

las f

rente

a l

a s

illa d

e m

adera

y e

xam

ino

su

asie

nto

con

gra

n a

ten

ció

n.

-G

racia

s.

La

cu

estió

n e

stá

re

sue

lta

-d

ijo,

leva

ntá

ndo

se

y

gu

ard

ánd

ose l

a l

en

te e

n e

l b

ols

illo-

¡Ho

la!

¡He

aq

alg

o i

nte

-re

sante

!

El

obje

to q

ue h

abía

lla

mad

o s

u a

tenció

n e

ra u

n l

atigu

illo

de c

aza c

olg

ado e

n u

na e

squin

a d

el

catr

e,

pero

con l

a e

spe-

cia

lida

d d

e q

ue

en

la

pun

ta t

en

ía u

n d

ob

lez c

om

o p

ara

fo

rmar

un

nu

do

corr

ed

izo

.

-¿Q

le

pa

rece

esto

, W

ats

on?

-Es u

n látigo

ba

sta

nte

corr

iente

; eso s

í qu

e n

o v

eo e

l o

bje

-to

del doble

z e

n la p

unta

.

-Eso n

o e

s m

uy c

orr

ien

te,

¿n

o e

s c

iert

o?

¡A

h!,

el

mu

ndo

es

ma

lo,

pero

cu

and

o

un

ho

mb

re

inte

lige

nte

con

sa

gra

su

ingenio

al crim

en,

se v

uelv

e m

ucho p

eor.

Cre

o h

abe

r vis

to y

a

basta

nte

, seño

rita

Sto

ner,

y s

i uste

d n

os p

erm

ite,

sald

rem

os a

ca

min

ar

po

r el p

rad

o.

N

unca h

abía

vis

to a m

i am

igo

con una

e

xpre

sió

n m

ás

torv

a y so

mbrí

a q

ue

cua

nd

o te

rmin

am

os e

l e

xa

men

d

e la

s

ha

bitacio

nes.

Ha

bía

mo

s he

cho

ya

va

rio

s p

aseo

s de

u

no

a

otr

o e

xtr

em

o d

el pra

do,

y n

i la

señorita

Sto

ner

ni yo n

os a

tre-

vía

mo

s t

od

avía

a i

nte

rru

mp

ir e

l cu

rso

de

sus p

ensam

ien

tos,

cu

an

do

, p

or

fin

, H

olm

es s

alió

de

su

en

sim

ism

am

ien

to.

Page 49: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

101

-E

s e

sen

cia

l, s

eño

rita

Sto

ne

r -d

ijo-,

que

se

ciñ

a r

igu

rosa-

me

nte

a m

is c

onsejo

s, e

n to

do

sen

tid

o.

-T

enga u

ste

d la c

ert

eza d

e q

ue lo h

aré

.

-La

cu

estió

n e

s t

an

gra

ve

, q

ue

no

ad

mite

titu

be

os.

Su

vid

a

mis

ma

pu

ed

e d

ep

en

der

de c

óm

o c

um

pla

uste

d m

is a

dve

rte

n-

cia

s.

-M

e p

on

go

en

tera

me

nte

en

sus m

an

os.

-E

n p

rim

er

lug

ar,

mi

am

igo

y y

o d

eb

em

os p

asar

la n

oche

en s

u p

ieza.

T

anto

la s

eñorita

Sto

ner

com

o y

o n

os q

uedam

os m

irándo-

lo, ató

nitos.

-S

í; t

iene q

ue s

er

así. P

erm

ítam

e e

xplic

arle

. C

reo

que a

llí

al fr

ente

está

la p

osada d

e la a

ldea. ¿

No e

s a

sí?

-Sí;

es L

a C

oro

na

.

-Mu

y b

ien

. ¿

Se

ve

rán

su

s v

en

tan

as d

esd

e a

llá?

-Na

tura

lme

nte

qu

e s

í.

-C

ua

ndo

su

pa

dra

str

o r

eg

rese

, u

ste

d d

eb

e r

eclu

irse

en

su

habitació

n,

so p

rete

xto

de d

olo

r de c

abe

za.

Después,

cuando

lo s

ien

ta a

costa

rse

, a

bra

la

s p

ers

iana

s d

e s

u v

en

tana

, d

esco-

rra l

a a

lda

ba d

e é

sta

, co

loq

ue a

llí s

u l

ám

para

, pa

ra q

ue

nos

sirva de

seña

l, y en segu

ida re

tíre

se sin

ru

ido y con to

do

cu

an

to p

ue

da

n

ecesita

r a la

p

ieza

que

a

nte

s ocu

pa

ba

. S

in

du

da

qu

e,

a p

esa

r d

e l

as r

ep

ara

cio

ne

s,

uste

d p

od

rá a

rre

glá

r-se

las p

ara

pasa

r a

llí la

noch

e.

-O

h, sí; fácilm

ente

.

-Deje

lo

de

s e

n n

uestr

as m

an

os.

-P

ero

, ¿

qué

ha

rán u

ste

de

s?

-Pa

sa

rem

os la

noche

en

su

pie

za

, e

in

da

ga

rem

os la

ca

usa

de

l ru

ido

qu

e la

ha

pre

ocu

pa

do

.

-Cre

o,

seño

r H

olm

es,

qu

e u

ste

d y

a h

a d

ado c

on l

a s

olu

-ció

n

-dijo

la

se

ñorita

S

ton

er,

p

on

iend

o

su

m

ano

so

bre

la

m

anga d

e m

i com

pañero

.

-Tal ve

z.

-E

nto

nces,

po

r co

mp

asió

n,

díg

am

e l

a c

au

sa

de

la m

ue

rte

de m

i herm

ana

.

102

-A

nte

s d

e h

ab

lar,

pre

ferirí

a p

ose

er

pru

eb

as m

ás c

on

cre

-ta

s.

-P

or

lo m

eno

s,

po

drá

decirm

e si

mi

he

rma

na m

urió

de

terr

or

súb

ito o

no

, pues y

o te

ng

o m

i o

pin

ión a

l re

specto

.

-No

; cre

o q

ue

n

o.

En m

i o

pin

ión

, es m

ás p

rob

ab

le q

ue

haya e

xis

tido u

na c

ausa m

ás c

oncre

ta.

Ahora

, seño

rita

Sto

-n

er,

de

be

mos d

eja

rla

, p

ue

s s

i e

l d

octo

r R

oylo

tt r

eg

resara

y

nos.

vie

ra,

nuestr

o v

iaje

resultarí

a i

nútil. A

dió

s,

y t

enga c

ora

-je

, p

orq

ue s

i cu

mp

le c

on l

o q

ue

le

he

dic

ho

, p

ue

de

esta

r se

-g

ura

de

escap

ar

de

los p

elig

ros q

ue

la

am

en

aza

n.

S

herlock H

olm

es y yo no tu

vim

os nin

gún tr

opie

zo para

a

rre

nda

r u

n d

orm

itorio

, co

n s

u c

orr

esp

on

die

nte

sa

lon

cito

, e

n

La C

oro

na.

Nuestr

as p

iezas e

sta

ban e

n e

l segundo

pis

o,

y

desde la

venta

na veía

mo

s la

verja de

entr

ada y el

secto

r h

ab

ita

do

de

la

casa

so

larie

ga

de

Sto

ke M

ora

n.

Al

an

och

ecer

vim

os p

asa

r e

n c

och

e a

l d

octo

r R

oylo

tt,

cu

ya

gra

n c

orp

ule

n-

cia

contr

asta

ba c

on l

a f

igurilla

del

cochero

que s

e s

enta

ba a

su

la

do

. E

ste

tu

vo

cie

rta

dific

ulta

d p

ara

ab

rir

la p

esad

a v

erja

d

e h

ierr

o y

oím

os e

l vozarr

ón

de

l do

cto

r q

ue l

o a

me

naza

ba

, m

ostr

án

do

le lo

s p

uño

s.

El

ca

rru

aje

se

ale

jó y,

a lo

s p

ocos

min

uto

s,

vim

os,

por

en

tre

lo

s á

rbo

les,

qu

e p

ren

día

n l

a l

uz d

e

un

o d

e los s

alo

nes.

-D

eb

o d

ecirle

, W

ats

on

-d

ijo H

olm

es,

mie

ntr

as a

mbos n

os

se

ntá

ba

mos e

n m

ed

io d

e l

a c

recie

nte

oscu

rid

ad-,

qu

e,

rea

l-m

en

te,

me

da

n c

iert

os e

scrú

pu

los l

leva

rlo

co

nm

igo e

sta

no-

che. E

l pelig

ro q

ue c

orr

em

os e

s m

anifie

sto

.

-¿P

ue

do

ayud

ar

en

alg

o?

-Su

pre

sen

cia

pu

ede

ser

de

un

va

lor

inm

en

so

.

-En

tonces,

po

r cie

rto

qu

e iré

. C

ua

nd

o u

ste

d h

ab

la d

e p

eli-

gro

, es s

eg

uro

qu

e h

a v

isto

en

esa

s p

iezas m

ás d

e l

o q

ue

vi

yo.

-N

o;

cre

o h

ab

er

vis

to l

o m

ism

o q

ue

uste

d,

si

bie

n e

n m

is

de

duccio

nes lo

he

ave

nta

jad

o.

-N

o v

i n

ad

a e

xtr

ao

rdin

ario,

a e

xce

pció

n d

el

co

rdó

n d

e l

a

cam

panill

a,

y c

onfieso q

ue n

o s

abrí

a d

ecir c

on q

ué o

bje

to l

o

habrá

n c

olo

cado a

llí.

Page 50: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

103

-T

am

bié

n v

io u

ste

d e

l ventila

dor?

-Sí;

pe

ro n

o c

onsid

ero

tan

an

orm

al

que

ha

ya

un

ag

uje

ro

entr

e do

s pie

zas.

Es ta

n peq

ueño

, que

ni

una

ra

ta pod

ría

pasar.

-Y

o s

abía

que e

ncontr

arí

am

os u

n v

entila

dor

mucho

an

tes

que v

inié

ram

os a

Sto

ke M

ora

n.

Po

r D

ios, H

olm

es!

-O

h,

sí;

cré

am

elo

. U

ste

d r

ecord

ará

que e

n s

u r

ela

to e

lla

nos d

ijo q

ue e

l olo

r d

e l

os c

igarr

os d

el

docto

r R

oylo

tt l

leg

aba

ha

sta

su h

erm

an

a;

lo c

ua

l, p

or

cie

rto

, m

e s

ug

irió

de in

me

dia

to

qu

e d

eb

ía e

xis

tir

alg

un

a c

om

un

ica

ció

n e

ntr

e a

mba

s p

iezas,

y

qu

e t

en

ía q

ue

ser

pe

qu

eña

, p

ue

s d

e o

tro

mo

do

ha

brí

a lla

ma

-do l

a a

tenció

n d

el

fiscal

du

rante

la i

nve

stigació

n j

ud

icia

l. A

sí,

pues, yo d

eduje

la e

xis

tencia

de u

n v

entila

dor.

-Pe

ro, ¿

qu

é m

al p

ue

de

hab

er

en

eso?

-Bu

eno

; p

or

lo m

en

os h

ay u

na

curi

osa

co

incid

encia

d

e

fechas.

Abre

n u

n v

entila

do

r, c

uelg

an u

n c

ord

ón

, y luego m

ue-

re la

se

ñora

qu

e d

orm

ía e

n la

ca

ma

. ¿

No

le

lla

ma

la

ate

nció

n

eso?

-No

ve

o n

ingu

na

re

lació

n.

-¿

Notó

alg

o m

uy e

specia

l re

specto

de e

sa c

am

a?

-N

o.

-E

sta

ba a

torn

illada a

l suelo

. ¿

Ha v

isto

uste

d o

tra igual?

-Cre

o q

ue

no

.

-La

señ

ora

no

p

od

ía m

ove

r su

cam

a,

la cu

al

ten

ía q

ue

esta

r sie

mp

re e

n la

mis

ma

po

sic

ión

con

re

sp

ecto

al ve

ntila

dor

y a

l co

rdó

n,

o l

o q

ue

se

a,

pu

es e

s e

vid

en

te q

ue

éste

últim

o

nunca h

a s

ido

cord

ón d

e c

am

panill

a.

-H

olm

es -

excla

mé-,

paré

cem

e e

ntr

ever

vagam

ente

lo

que

uste

d insin

úa.

Hem

os lle

gad

o e

n lo

s m

om

ento

s p

recis

os p

ara

im

pe

dir la

pe

rpe

tració

n d

e u

n h

orr

ible

y r

efin

ad

o c

rim

en

.

-Hart

o horr

ible

y hart

o re

finado.

Cuando un

m

édic

o se

tra

sto

rna

, se co

nvie

rte

en

crim

ina

l de

p

rim

era

cla

se

, pu

es

tiene sangre

fr

ía y conocim

iento

s.

Es el

caso de P

alm

er

y

Pri

tch

ard

, q

ue

ocu

pa

ban

lu

ga

res d

esta

ca

do

s e

n s

u p

rofe

sió

n.

Lo

s p

lan

es d

e e

ste

ho

mbre

so

n m

ás p

rofu

nd

os t

od

avía

; p

ero

,

104

con

todo,

cre

o

que

logra

rem

os

contr

arr

está

rselo

s,

si

bie

n

ten

dre

mos q

ue

ve

r m

ucho

s h

orr

ore

s e

n e

l cu

rso

de la

no

ch

e.

Pero

, m

ientr

as ta

nto

, fu

mem

os una pip

a con tr

anquili

dad y

ch

arl

em

os d

ura

nte

esta

s h

ora

s s

ob

re c

osas m

ás a

legre

s.

C

erc

a d

e l

as n

ueve d

e l

a n

oche,

la l

uz q

ue s

e v

eía

entr

e

los á

rbo

les s

e a

pa

gó y

la c

asa s

ola

rieg

a q

ue

sum

ida

en

p

rofu

nd

as t

inie

bla

s.

Le

nta

me

nte

tra

nscu

rrie

ron

dos h

ora

s,

y,

de r

epente

, al to

que d

e la

s o

nce,

bri

lló la

luz s

olit

aria a

l fr

en

te

mis

mo

de

nue

str

as h

abitacio

ne

s.

-E

sa

es n

uestr

a s

eña

l -d

ijo H

olm

es,

po

nié

nd

ose

de

pie

-,

vie

ne d

e la v

enta

na c

entr

al.

A

l sa

lir,

Ho

lme

s h

ab

ló d

os p

ala

bra

s c

on e

l p

osa

de

ro,

pa

ra

exp

licarl

e q

ue

íb

am

os a

ve

r a

un

am

igo

, y q

ue

posib

lem

en

te

pasára

mos la

noche en su casa.

Mom

ento

s de

spués no

s

hallá

ba

mos e

n e

l cam

ino,

en

ple

na o

scuridad,

con e

l vie

nto

h

ela

do

ndon

os e

n e

l ro

str

o,

mie

ntr

as e

n m

ed

io d

e la

s t

inie

-b

las p

arp

ad

ea

ba

una

lucecita

am

ari

llenta

, q

ue

nos s

erv

ía d

e

no

rte

en

nu

estr

a té

tric

a e

xpe

dic

ión

.

Po

co

no

s c

ostó

en

tra

r a

l re

cin

to d

e l

a p

rop

ied

ad

, pu

es e

l vie

jo m

uro

de

l parq

ue

esta

ba d

err

um

bado e

n v

arias p

art

es.

Ab

rié

nd

on

os c

am

ino

po

r en

tre

los á

rbo

les,

llega

mos a

l p

rad

o,

lo c

ruzam

os y

está

bam

os a

pu

nto

de

en

trar

por

la v

en

tan

a,

cu

an

do

de

en

m

ed

io de

u

n m

ato

rra

l d

e la

ure

les su

rgió

u

n

bulto que pare

cía

un niñ

o defo

rme

y espanto

sam

ente

fe

o,

qu

e,

despu

és d

e a

rrastr

ars

e p

or

el

césp

ed

, cru

e

l p

rad

o

corr

iendo v

elo

zm

en

te, y d

esapare

ció

en

las s

om

bra

s.

Gra

n D

ios! -m

urm

uré

-. ¿

Lo

vio

?

E

n e

se

mo

me

nto

, H

olm

es e

sta

ba

ta

n s

obre

co

gid

o c

om

o

yo,

y c

on s

u m

ano t

om

ada d

e m

i m

uñeca,

me l

a a

pre

tab

a

com

o u

n torn

illo. Luego s

e r

ió e

n s

ilencio

y m

e d

ijo a

l oíd

o:

-E

sta

casa e

s m

uy s

impática. E

se q

ue v

imos e

s e

l m

andril.

H

ab

íam

e o

lvid

ad

o d

e lo

s e

xtr

os f

avorito

s d

el d

octo

r. M

e

acord

é e

nto

nces d

e l

a p

an

tera

, cuyo z

arp

azo

podía

mo

s,

en

cu

alq

uie

r m

om

en

to,

recib

ir s

ob

re n

uestr

as e

sp

ald

as.

Co

nfieso

qu

e m

e s

en

tí m

ás a

livia

do c

ua

ndo

, de

sp

ués d

e s

aca

rme l

os

za

pa

tos, sig

uie

nd

o e

l eje

mp

lo d

e H

olm

es,

me

encon

tré

de

ntr

o

Page 51: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

105

de

l d

orm

ito

rio

. M

i co

mp

ero

cerr

ó l

as p

ers

ian

as s

in h

acer

ruid

o,

trasla

la lám

para

sobre

la m

esa y

dio

una m

irada

en

torn

o d

e l

a h

ab

ita

ció

n.

Tod

o e

sta

ba

com

o l

o h

ab

íam

os v

isto

en e

l día

. Luego,

acerc

ánd

osem

e s

igilo

sa

mente

y h

acie

ndo

co

rne

ta c

on

sus m

an

os,

me

cuch

ich

al

oíd

o t

an d

esp

acio

, q

ue

ape

nas p

ud

e p

erc

ibir

esta

s p

ala

bra

s:

-E

l m

en

or

ruid

o s

erí

a fa

tal p

ara

nu

estr

os p

lan

es.

M

oví la

cabeza, para

dem

ostr

arl

e q

ue h

abía

oíd

o.

-D

eb

em

os s

en

tarn

os s

in l

uz,

pu

es p

odrí

an

ve

rla

a t

ravés

del ventila

dor.

Nuevam

ente

moví la

cabeza.

-N

o se duerm

a,

pues puede costa

rle la

vid

a.

Alis

te su

pis

tola

, p

ara

el caso

de

que

la

ne

cesitem

os.

Yo

me

se

nta

ré a

l la

do d

e la c

am

a y

uste

d e

n a

quella

sill

a.

S

aqué m

i pis

tola

y p

úsela

en la e

squin

a d

e la m

esa.

H

olm

es h

ab

ía tr

aíd

o c

onsig

o u

na

caña

la

rga

y d

elg

ad

a,

qu

e c

olo

a s

u la

do

, so

bre

la

ca

ma

, ju

nto

a u

na

caja

de

s-

foro

s y

un c

abo d

e v

ela

. A

pagó e

n s

egu

ida la lám

para

y q

ue-

dam

os a

obscura

s.

¡J

am

ás o

lvid

aré

aquella

terr

orí

fica v

igili

a!

No s

e o

ía r

uid

o

alg

uno,

ni

el

murm

ullo

de

una i

nsp

iració

n;

sin

em

barg

o,

yo

sa

bía

que

mi co

mpa

ñero

esta

ba s

en

tado

allí

, a

pocos p

ies d

e

dis

tancia

, con

ojo

s a

viz

ore

s y

en

el

mis

mo e

sta

do

de

ten

sió

n

ne

rvio

sa

en

qu

e y

o m

e h

alla

ba

. La

s p

ers

ian

as i

mpe

día

n e

l paso d

el m

eno r

rayo d

e lu

z.

Espera

mo

s e

n la m

ás c

om

ple

ta

oscu

rid

ad

. A

fue

ra s

e o

ía,

de

cu

an

do e

n c

ua

nd

o,

el

gra

zn

ido

de a

lgún a

ve n

octu

rna,

y h

ubo u

n m

om

en

to e

n q

ue s

e o

un

larg

o m

aulli

do,

co

mo

de

ga

to,

que n

os i

nd

icó

que l

a p

an

tera

a

nd

ab

a e

n lib

ert

ad

. E

n la

leja

nía

oía

nse lo

s r

on

co

s t

oq

ues d

el

relo

j d

e l

a p

arr

oq

uia

que

da

ba

los c

uart

os d

e h

ora

. ¡Q

la

r-gos s

e h

acía

n e

sos c

ua

rto

s!

Die

ron l

as d

oce,

y l

a u

na,

y l

as

dos,

y l

as t

res,

y n

osotr

os s

eguía

mos s

enta

dos e

n s

ilencio

, e

n e

sp

era

de

lo

qu

e p

ud

iera

ocurr

ir.

D

e r

epente

, en d

irecció

n a

l ventila

dor,

se v

io u

n m

om

en-

tán

eo

resp

land

or,

qu

e d

esa

pa

reció

in

me

dia

tam

en

te,

pe

ro q

ue

fue seguid

o de un

fu

ert

e olo

r a aceite quem

ado y a m

eta

l

106

reca

len

tad

o.

Alg

uie

n h

ab

ía e

nce

nd

ido

un

a ¡

inte

rna

so

rda

en

la p

ieza d

el la

do

. O

í un

leve

rum

or

de m

ovim

ien

to,

y d

espu

és,

de n

uevo e

l sile

ncio

. E

l olo

r, e

mpe

ro,

se h

izo m

ás i

nte

nso.

Po

r m

ed

ia ho

ra m

ás contin

se

nta

do

, a

guza

nd

o e

l o

ído

. E

nto

nces,

se oyó un nuevo ru

mor,

m

uy suave y apacib

le,

co

mo

cho

rro

de

va

por

sa

lien

do

de

una

te

tera

. E

n e

se

mis

mo

insta

nte

, H

olm

es s

altó d

e la c

am

a,

en

cendió

un f

ósfo

ro,

y c

on

su

cañ

a l

as e

mp

ren

dió

a f

urio

so

s l

atiga

zos c

on

tra e

l co

rdó

n

de la c

am

panill

a.

-¿

Lo v

e u

ste

d, W

ats

on? -

grí

tó-

¿L

o o

ye?

P

ero

yo

no

ve

ía n

ada

. C

ua

nd

o H

olm

es e

nce

nd

ió la

lu

z,

cla

ram

en

te u

n s

ilbid

o s

ord

o,

pero

el

súbito r

espla

ndor

de l

a

luz e

n m

is c

an

sad

as r

etin

as m

e h

izo

com

ple

tam

en

te i

mp

osi-

ble

de

term

ina

r qu

é e

ra a

qu

ello

qu

e m

i a

mig

o f

ustig

ab

a c

on

tanta

furia.

Pude v

er,

sin

em

barg

o,

que

su

rostr

o t

en

ía u

na

palid

ez m

ort

ecin

a, y r

efleja

ba h

orr

or

y r

epugnancia

.

Ha

bía

cesa

do

de

dar

latig

azo

s y

mirab

a h

acia

el

ve

ntila

-d

or,

en

la

altu

ra,

cua

nd

o,

de

re

pen

te,

rasgó

el

sile

ncio

de

la

no

ch

e e

l gri

to m

ás e

sp

an

toso

d

e q

ue

te

ng

o re

cue

rdo

. P

or

mo

me

nto

s h

ízose

m

ás y m

ás fu

ert

e,

ha

sta

con

ve

rtirse

en

in

fern

al

aulli

do,

mezcla

de d

olo

r, d

e p

avor

y d

e f

uria.

Dic

en

qu

e h

asta

en l

a a

ldea

, y a

un

en

la

leja

na

pa

rro

qu

ia,

el

grito

h

izo

sa

lir a

la

s g

en

tes de

sus ca

ma

s.

Am

bo

s,

de

p

ie,

no

s

mirába

mos

mutu

am

en

te,

sin

tiendo

que

la

sangre

se

no

s

hela

ba e

n l

as v

enas,

hasta

qu

e,

por

fin

, se

extin

guie

ron

los

últim

os e

cos y

volv

ió a

rein

ar

un p

rofu

ndo

sile

ncio

.

-¿Q

pu

ed

e s

er?

-d

ije, con

vo

z e

ntr

ecort

ad

a.

-S

ignific

a q

ue t

odo h

a c

onclu

ido -

replic

ó H

olm

es Y

ta

l vez

sea p

ara

bie

n de to

dos.

Tom

e su

p

isto

la,

y entr

em

os a la

pie

za d

el docto

r R

oylo

tt.

C

on

cara

pre

ocup

ada

, e

nce

nd

ió l

a l

ám

pa

ra y

sa

lió a

l co-

rred

or.

D

os ve

ces g

olp

eó e

n la

p

ue

rta

d

el

dorm

ito

rio

, p

ero

a

de

ntr

o n

ad

ie r

esp

on

dió

. D

io v

ue

lta

ento

nces a

la

ma

necill

a,

y e

ntr

ó.

Yo

lo

seg

uía

p

isá

nd

ole

lo

s ta

lon

es,

con

la

p

isto

la

am

art

illada e

n la m

ano.

Page 52: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

107

U

n e

xtr

año c

uadro

se p

resentó

a n

uestr

a v

ista

. S

obre

la

mesa d

e m

ade

ra h

abía

una

lin

tern

a s

ord

a,

co

n e

l o

btu

rador

a

me

dio

abrir,

qu

e a

rroja

ba

un

bri

llan

te r

ayo

de luz h

acia

la

caja

d

e c

au

da

les,

cu

ya

pue

rta

esta

ba

en

torn

ad

a

jun

to a

la

me

sa

, so

bre

una

sill

a,

tam

bié

n d

e m

ad

era

, sen

táb

ase

el

do

cto

r G

ri-

mesb

y R

oylo

tt,

con l

arg

a b

ata

co

lor

gris,

con l

os t

obill

os d

es-

nu

dos a

so

mán

do

le p

or

abajo

y b

ab

ucha

s t

urc

as d

e c

olo

r ro

jo.

So

bre

su

fald

a

ten

ía

el

larg

o

látig

o

de

m

ang

o

cort

o

que

h

ab

íam

os o

bse

rvad

o d

ura

nte

el d

ía.

Tenía

la b

arb

a le

vanta

da

y l

os o

jos,

de

una r

igid

ez c

ada

vérica,

fijo

s e

n u

n á

ngulo

de

l te

ch

o.

Alre

ded

or

de

su

s s

ien

es t

en

ía u

na

extr

a b

and

a a

ma-

rilla

, co

n m

ota

s p

ard

uscas,

qu

e p

are

cía

e

sta

r fu

ert

em

en

te

en

rolla

da

en

la

ca

be

za

. A

l e

ntr

ar

noso

tro

s,

sig

uió

im

pe

rturb

a-

ble

, sin

decir n

ad

a, n

i h

acer

el m

en

or

mo

vim

ien

to.

La b

anda

! ¡L

a b

anda m

ote

ada! -m

urm

uró

Ho

lmes.

A

dela

nté

un

paso.

Insta

ntá

neam

ente

, el

extr

año

gorr

o

com

enzó a

movers

e,

y,

de e

ntr

e e

l pelo

, se

leva

ntó

la

acha

ta-

da c

abeza y

el erg

uid

o c

uello

de

una r

epug

nante

serp

iente

.

- ¡E

s u

na

víb

ora

de

lo

s p

an

tan

os!

-gritó

Ho

lmes E

s la

más

mort

ífera

de t

odas las s

erp

iente

s d

e la I

ndia

. H

a m

uert

o a

los

die

z m

inu

tos d

e h

abe

r sid

o m

ord

ido

por

ella

. ¡L

a v

iole

ncia

se

vuelv

e c

ontr

a e

l que la e

mple

a,

y e

l m

alv

ado s

uele

caer

en la

mis

ma

ce

lada

qu

e t

en

dió

pa

ra o

tro

! E

nce

rre

mo

s e

ste

an

ima

l e

n s

u a

ntr

o,

he

ch

o l

o c

ual

po

dre

mos t

rasla

da

r a

la

se

ño

rita

S

toner

a u

n l

ugar

seguro

, y p

oner

a l

a p

olic

ía l

ocal

en c

ono-

cim

ien

to d

e lo

ocurr

ido

.

Mie

ntr

as h

ab

lab

a,

retiró

bru

sca

men

te e

l lá

tig

o d

e l

a f

ald

a

del

muert

o,

y a

rroja

ndo e

l nudo c

orr

ediz

o a

l cuello

de

l re

ptil,

lo s

acó

de

su m

aca

bro

sitia

l; lu

eg

o,

llevá

nd

olo

lo

s a

part

a-

do d

e s

í que p

od

ía,

lo e

chó

en

la c

aja

de

cauda

les y

le

cerr

ó

la p

uert

a.

T

al

es l

a v

erd

ad

era

his

toria

de

la

mu

ert

e d

el

docto

r G

ri-

mesby R

oylo

tt,

de S

toke M

ora

n.

No t

iene o

bje

to q

ue p

rolo

n-

gue e

ste

rela

to,

ya d

e p

or

basta

nte

exte

nso,

co

nta

ndo

có-

mo

dim

os l

a t

riste

no

ticia

a l

a p

ob

re n

iña

; có

mo

la

lle

va

mos

en

el tr

en d

e la

ma

ña

na a

casa

de

su

bu

en

a t

ía,

en

Ha

rrow

; y

108

mo

la

in

vestig

ació

n o

ficia

l lle

a l

a c

onclu

sió

n d

e q

ue

el

do

cto

r h

ab

ía e

nco

ntr

ad

o la m

ue

rte

jug

an

do

im

pru

den

tem

en

te

co

n un

o de

sus p

elig

rosos fa

vo

rito

s.

Lo

p

oco

q

ue

a

ún

m

e

qu

eda

ba

por

sa

be

r m

e lo

dijo

Ho

lme

s a

l d

ía s

igu

iente

, d

ura

n-

te n

ue

str

o v

iaje

de

re

gre

so

.

-Deb

o d

ecla

rarle

-m

e d

ijo-

qu

e e

n u

n p

rin

cip

io h

ab

ía lle

ga

-d

o a co

nclu

sio

nes en

tera

me

nte

err

ada

s;

lo q

ue

pru

eb

a,

mi

qu

erid

o W

ats

on

, cu

án

pe

ligro

so e

s fo

rmar

juic

ios so

bre

la

base d

e d

ato

s i

ncom

ple

tos.

La p

resencia

de g

itanos y

el

em

-p

leo

de

la

pa

lab

ra “

ba

nda

” co

n q

ue

la

desg

racia

da

much

acha

, sin

du

da

, q

uis

o e

xp

lica

r la

fu

gaz v

isió

n q

ue

ha

bía

ten

ido

a l

a

luz d

el fó

sfo

ro,

ba

sta

ron

pa

ra q

ue

yo

err

ara

com

ple

tam

en

te la

p

ista

. E

l ú

nic

o c

on

su

elo

qu

e m

e q

ue

da

es q

ue

, a

pe

sa

r de

todo,

reco

nsid

eré

insta

ntá

ne

am

en

te m

i hip

óte

sis

, cu

ando v

i cla

ram

en

te q

ue

nin

gún

ate

nta

do d

irig

ido

co

ntr

a e

l o

cup

an

te

de

la p

ieza p

od

ía p

rove

nir d

e la v

en

tana o

de

la p

ue

rta

. C

om

o

ya

le

he

hech

o n

ota

r, e

l ve

ntila

dor

y e

l cord

ón

de

ca

mp

an

illa

q

ue

co

lga

ba

so

bre

la

ca

ma

atr

aje

ron

, de

sde

lue

go

, m

i a

ten-

ció

n.

El d

escu

brim

ien

to d

e q

ue

el co

rdón

era

sim

ple

im

ita

ció

n

y q

ue

la

ca

ma

esta

ba

fija

en

el su

elo

me

de

spe

rtó

inm

ed

iata

-m

en

te la

sosp

ech

a d

e q

ue la

cu

erd

a e

sta

ba

allí

para

se

rvir d

e

pu

en

te a

alg

o q

ue

, p

asa

ndo

por

el a

guje

ro,

deb

ía lle

ga

r ha

sta

la

cam

a.

En e

l acto

pe

nsé e

n u

na c

ule

bra

, y c

uan

do

record

é

el dato

de q

ue e

l do

cto

r re

cib

ía a

nim

ale

s d

e la I

ndia

, p

resentí

q

ue

iba

por

bu

en

ca

min

o.

La

id

ea

de u

sa

r a

lgú

n v

en

en

o i

m-

po

sib

le d

e d

escu

bri

r p

or

reactivo

s q

uím

icos e

ra m

uy p

rop

ia

de u

n i

ndiv

iduo i

nte

ligente

y c

rue

l, v

ers

ado e

n l

os s

ecre

tos

del

Ori

ente

. A

dem

ás,

desde e

l punto

de v

ista

de

ta

l suje

to,

que e

l tó

sig

o o

bra

ra r

ápid

a-m

en

te e

ra u

na v

enta

ja.

Muy s

a-

ga

z te

nd

ría

qu

e se

r e

l fisca

l q

ue

p

udie

ra d

istin

gu

ir lo

s d

os

puntito

s o

bscuro

s de la

venenosa m

ord

edura

. P

ensé lu

ego

en e

l silb

ido.

Por

supu

esto

que e

l in

div

iduo t

endrí

a q

ue d

es-

pe

rtar

la s

erp

ien

te a

nte

s d

e q

ue

la

lu

z d

el d

ía la

hic

iera

vis

ible

a l

a v

íctim

a.

Pro

bable

-mente

, por

medio

de l

a l

eche q

ue v

i-m

os e

n e

l p

latillo

, la

ha

bía

ad

iestr

ado

a v

olv

er

a s

u l

lam

ad

o.

Ech

arí

ala

por

el

ve

ntila

do

r a

la

ho

ra m

ás o

po

rtu

na

, e

n l

a s

e-

Page 53: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

109

gu

rida

d d

e q

ue

el re

ptil se

de

sco

lga

ría p

or

el co

rdó

n y

lle

garí

a

a la

ca

ma

. B

ien

pod

ía m

ord

er

a la

du

rmie

nte

, com

o p

od

ía q

ue

no

; ta

l ve

z lo

gra

ra esca

pa

r p

or

un

a se

ma

na

; p

ero

, ta

rde

o

tem

pra

no, te

ndrí

a q

ue s

er

víc

tim

a d

e la fata

l m

ord

edura

.

-Lle

gu

é a

esta

s c

onclu

sio

ne

s m

uch

o a

nte

s d

e e

ntr

ar

a l

a

pie

za d

el

docto

r. E

l exam

en d

e s

u s

illa m

e r

eveló

que a

cos-

tum

bra

ba

a e

sta

r d

e p

ie s

obre

ella

, lo

qu

e,

na

tura

lme

nte

, le

era

ne

cesario h

acer

pa

ra a

lcanzar

el ventila

dor.

La

pre

sencia

d

e l

a c

aja

de c

au

da

les,

de

l p

latillo

de

le

che

y d

el

látig

o c

on

nudo corr

ediz

o,

ba

stó

, fina

lmente

, pa

ra dis

pers

ar

todas la

s

du

das q

ue

aún

pu

die

ran

que

da

rme

. E

l ru

ido

me

tálic

o o

ído

por

la s

eño

rita

Sto

ne

r, s

in d

uda

alg

una

, p

rove

nía

de

la

pu

ert

a d

e

la c

ala

de

cau

da

les,

al

ser

ce

rrad

a a

pre

sura

da

men

te p

or

su

padra

str

o,

después d

e e

ncerr

ar

al te

mib

le o

cu

pante

. R

esuelto

ya e

n f

avor

de

esta

tesis

, to

mé l

as m

edid

as q

ue u

ste

d c

ono-

ce,

a f

in d

e p

robar

su e

fectivid

ad.

el

sis

eo d

el anim

al, q

ue

de

se

gu

ro u

ste

d ta

mb

ién o

, e

in

me

dia

tam

en

te p

rend

í e

l fó

sfo

ro y

lo a

taqué.

-C

on

el re

sultado d

e h

acerla v

olv

ers

e p

or

el ventila

dor.

-Y t

am

bié

n d

e e

mb

estir

a s

u a

mo

, a

l o

tro

la

do

. A

lgun

o d

e

mis

go

lpes d

eb

e d

e h

abe

r d

ad

o e

n e

l bla

nco

, p

rovoca

nd

o s

u

ira,

que desató

sobre

la

prim

era

pers

on

a que vio

. E

n este

sentido,

no h

ay d

uda d

e q

ue s

oy,

indirecta

mente

, el causan

te

de l

a m

uert

e d

el

docto

r G

rim

esby R

oylo

tt;

pero

, a d

ecir v

er-

da

d,

no

teng

o

por

ello

e

l m

eno

r re

mo

rdim

ien

to

de

co

n-

cie

ncia

.

110

Page 54: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

111

IND

ICE

Cin

co P

epitas d

e N

ara

nja

s

...

....

....

....

......

....

..

5

El M

endig

o d

e la C

icatr

iz .

......

....

....

....

.............2

8

El C

arb

unclo

Azul ..

....

....

......

....

....

....

........

....

...

56

La B

anda M

ote

ada

...............

....

....

....

....

....

...

80

112

SIR

AR

TH

UR

CO

NA

N D

OY

LE

CIN

CO

PE

PIT

AS

DE

NA

RA

NJA

ED

ITO

RIA

L C

EN

TR

O G

RA

FIC

O L

IMIT

AD

A

Page 55: Cinco Pepitas de Naranja Modificado

113

CIN

CO

PE

PIT

AS

DE

NA

RA

NJA

In

scripció

n e

n e

l

Re

gis

tro

de

Pro

pie

da

d In

tele

ctu

al