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    DAVID BRADING

    ORBE INDIANOD e la m on arq uia c aio lic a a la Repub lica c rio lla

    1492-1867

    Traducci6n deJ UA N J OS E UnmLA

    V N I V ER S ID A D D E B U E N OS M R E SF~c liL TA( } DE F lLOSOFIA Y lETRAI

    DII'I:ECCION DE e!EllIOTECAi

    La l le g ad a d e l a s e s pa ii o le s a Mex ic o

    FONDO DE CULTURA ECONOMICAMEXICO

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    AGIBAEBAB PHAHRJL S

    ABREVIATURAS LUN MUNlX) NUEVOArchive General de Jnd iasBiblioteca de Autores EspafiolesBiblioteca AyacuchoBiblioteca Porrua

    EN Ln d i oi na comed i a, Dante present6 a Ulises lanzandose a su ultimo viaje,movido por un deseo de "expcriencia de todas las t ierras que scan y de lanaturaleza del hombre, sea buena 0 mala". Acompaiiado por un pequefiogrupo de fieles seguidores, el heroe gricgo pasa navegando ante Sevilla yCeuta, por las Columnas de Hercules has ta las aguas del oceano de Occi-dente, para encontrar alli. despues de varies dfas de navegacion, una granmontana en una isla, despues identificada por Dante como el Monte Purga-tor io, ante el cual un terrible remolino lanza a su navio y BU tripulaci6n auna tumba debajo del mar. Ya en Medea, seneca habra profetizado que"despues de muchos af'ios I legara una eJXlcaen que el oceano soltara lascadenas de las cosas y quedara revelada una inmensa tierra, cuando Tctrisdescubrira nuevos mundos y Thule ya no sera ultima". Asimismo, el profetaIsaias auguro que las naciones de las "islas remotas", hasta entoncesdesconocidas, se reunirian en [erusalen el ultimo dia. Asi, cuando CristobalColon (14511506) se aventuro a traves del oceano Atlantico a navegardurante 32 dias por mares desconocidos antes de ver tierra, guiandose solopor las estrellas de los cielos, los vientos y las corrientes de los oceanos yuna sola brujula y un ast rolabio, de hecho el marino genoves se puso elmanto de Ulises y audazmente trato de realizar las predicciones de seneca yde Isaias. Pero mientras que Dante describio a los griegos impelidos por unalan de "virtud y conocirniento", ni sus contemporaneos ni la posteridad 10-graron descifrar la compleja e idiosincrasica amalgama de conocimientonautico, ambici6n material y presunci6n espiritual que lanzaron a Colon aconceNJ' y a e mp J'e nlJe J' n na e mp .r es a e n a pa ne nc ja J an le me J'a J'ja . H as ta J aactualidad, ese hombre sigue siendo un enigma para nosotros.!Pocos grandes acontecimientos de la histor ia universal mues tran unahuella tan personal como el descubrimiento de America. Los portuguesesnecesitaron cerca de 100afios para efectuar eI pasaje a la India, comenzandopor una cautelosa exploraci6n de las costas de Africa, yhaciendo una pausapara establecer sus colonias en Madeira y las Azores , y mas de una decadatranscurri6 entre 1486, cuando Bartolome Diaz dej6 atras el cabo de BuenaEsperanza, y 1498, ult imo viaje de Vasco de Gama a Calicut . Asimismo,aunque los ingleses, guiados por Juan Caboto, descubrieron Terranova en

    Hispanic American His to rica l ReviewJournal of Latin American Studies

    1Samuel Eliot Morison, T he E ur op ea n D isc ov er y o f A me ric a, T he S ou th ern V oy ag es A. D.1492-1616 (Oxford, Nueva York, 1974),pp. 26..4(l. Existe una exeelente bibliografia de Colon,en pp. 19..25. La dta de L o d i v; n a c 01 rn ' di a es de HIIn{iD'1lJJ,canto 26, versos 76-142; vease lam..bien Isaias lx, 19.23

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    24 CONQUlSTA E IMPERIO UN MUNDO NUEVO 251497, esta nacion necesito mas de un siglo de exploraci6n y proyectos antesde que finalmente ~ .establederan asentarnientos permanentes a 10 largo delas costas de la Amenca del Norte. En ambos casos, toda una serie de viajesf~nanciados por la corte, los mercaderes y la nobleza precedio al resultad~final y venturoso. PO.rcontraste, Col~n parece haber sido posefdo por la idead.e navegar .por ~cldente ha~ta ASIa,en el silencio de su propio corazon,sm que nadie confirmara sus Ideas y sin que casi nadie 10 ayudara. Tan po-derosa era su convicd6n de \0 practicable de su viaje, que soporto siete anosde desdenes en,las cortes de Portugal y de Castilla ~in abandonar su empre-sa. Aun9ue ;asl no ~ay duda de que portugueses emgleses tendria n que !Ie-gar algun dfa a Brasil ya Terranova, el descubrimiento de una ruta directa atraves del Allantico, desde las Azores 0 las Canarias hasta las Antillas fueobra exc1usiva de Colon. EI hecho de que encontrara apoyo en Espana y noen Portugal 0en Inglaterra modified elcurso de la historia. Sin su interven-cion per:sonal,,acasonunca habrta lIegado a existir la America espanola.AI r ru s rn o n empo , no hubo nada fortuito en el descubrimiento de Ameri-ca. Hernando Colon, en su biografia desu padre, llama 13 atencion del lectorhacia la experiencia incomparable que Colon, basado en sus viajes, tenia dell~ho maritimo del Atlantico, desde el golfo de Guinea hasta Islandia, expe-n:ncta que !epermitio a~quirir un conocimiento fntimo de las diversas co-rnentes y vientos del oceano. Durante aquellos viajes oyo histor ias de loscadaveres de Unaextrafia raza de hombres que habian sido arrojados a lasplayas, acerca de tal las enmadera, de origen desconocido, que se habfandescubkrto en las costas de Galway y de las AWTf!S. Como experto nave-ga,nte, Colon habra adquirido todos los elementos de astronornfa, geometriay algebra que e~annecesar:Jospara los calculos nauticos. Era habil cartografo,Y , de no menor rmportancra, Colon complement6 sus aptitudes practices conel estudio de la geograffa: habia leido la recien impress Geografia, dePtolomso, y la I m a go m u n di , de Pierre d'AilIy.Tambien habia ahondado en lahteratura de viajes: la descripcion de Catay y del Gran Kan hecha por MarcoPolo 5010 fortalocio su decision de lIegar al Asia. En pocas palabras, Colon~provech6 plenamente el resurgimiento del conocimiento geogrMko en sue~a y e~~vance de la n~ve&aci?n:union de l a t eor f a y de la practice que yahabia recibido una base institucional de los primeros decenios del siglo xvp : > T ~bra del princi~ pormgues Enrique e l Navegante.2 Sin este prolundotnt~res en I~exp~ora.Cl?ny ~Icomercio ?: ultramar ~isternaticamente prose-guido, habnan sido inimaginables los viajes transatlanticos.EIinteres d~ la epoca en I~expansion maritima estaba estrechamente vin-culado con el mteres com~fCIal.A Iazaga de los marinos portugueses, mer-caderes peno~esesse dedicaron a explotar las posibilidades comerdales delos tropicos, importando escJavos de Africa e introduciendo la plantecionde la C~i'iade azuca~ en Madeira. Tarnbien en esto, Colon aplico en Americalas nociones y practices que ya estaban enoperacion del otro lado del Atlan-

    2 Hernando CoI6n, Vida d e l A l m ir an le D o " C r is tO b al C o ll in ed, Ram6n IglesIa (Mexico 1947)pp. 34-56. " ,

    tieo. Aunque sus prirneras descripdones de las Antillas muestran su deJeitepor la belleza y la feracidad natural de las islas,su rninuciosa apreciadon dela poblacion hurnana tiene el ominoso sonido de un depredador que con-t iene a sus hombres para calcular el mejor modo de obtener una ganancia,pues describio en estos terminos a los aborigenes de La Espanola:Ellos no t ienen armas, y son todos desnudos y de ningun ingenio en las a rmas ymuy cobardes, que mill no aguardartan tres, y asf son buenos para les mandar y 1eshazer trabajary sembrar y hazer todo 10 otro que fuere menester, y que hagan vi-llas y seensefian a andar vestidos y a nuestras costumbres.Sin vacilar, tornOposesion de las Indias en nombre de los Reyes Catolicosde Espana, e instalo una reducida guamid6n para conservarlas.f Mas aun, sicomo gobemador trato despues de evitar los peores excesos de los colones,10 que equivale a decir que trat6 de contener e l rap to de mujeres, el asesina-to de algunos aborigenes qucresistfan y la esclavizacion sin escnipulos depueblos enteros, sin embargo el mismo initio el trMico de esclavos llevan-dose para su exhibition a varies indios del primer viaje , y despues envian-do todo un cargamento de esclavos para venderlos en Sevilla. AI mismoti empo, le obsesiono la necesidad de descubrir oro suficiente para financiernuevas empresas y sostener a la colonia que ya existta en La Espanola. Desdeel principio, los mercaderes genoveses residentes en Sevilla invirtieron en elcomercio de Indias y,ala postre, it ellos se debi61a introducci6nde la plan-tacion de cafia de azucar y de la esclavitud de africanos en el Caribe. Ensuma, Colon puso sus habilidades nauticas al servicio del capitalismo euro-pea, que por entonces aun se encontraba en su fase comercial, pero ya bas-tante bien equipado para desarrollarse y aprovechar el descubrimiento deAmerica.Subrayar el caracter practice y obstinado del gran almirante es perfects-mente natura l. Despues de todo, fue notable que un marino genoves dehumilde extraccion se elevara ~a sf mismo y a su familia- a las filas de lanobleza castellana, y que obtuviera a perpetuidad el titulo de alrnirante y devirrey de las islas y de la t ierra del mar oceano. Como resultaron las cosas.tambisn resulto incapaz de contener a los Jevanliscos hidalgos espanolesque acudieron en tropel a La Espanola, despues de su segundo viaje: estaineptitud tendria consecuencias tfiigicas, cuandoColon fue aprisionado yenviado de vuelta a Espana cargado de cadenas . EIhecho de que Colon senegara a contenlarse con sus descubrimientos y decidiera volver a las Anti-llas, para buscar desde alii, una vez mas, un paso a Asia, demuestra sin dudaque las consideraciones de lucro material y avance social de ninguna ma-

    nera nos ofrecen una explicacion persuasiva 0completa de sus rnotivos, Enuna carta enviada a los Reyes Cat611cos,en que prolesta contra su detencion.escribi6:

    3Crist6bal CoI6n, Texlos y docummlos c"",pktos, ed. Consuelo Varela (Madrid, 1982), p. 84.

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    26 C ON QU IS TA E IMPERIO U N MU NDO N UE VO 27Yodebo de ser juzgado como capit an que fue d 'Espaj ta a conqui srar fas ta l asIndias a gente belicosa y mucha y de costumbres y secta muy contraria, dondepor voluntad divina, e puesto so el settorfo del Rey e de la Reina, NuestrosSef\ores,otro mundo, y par donde IaEspana que era dicha pobre esIa mas rica.

    i~orrnado ~e su ?escubrimiento al genoves. As!, er~ un conocimiento pre-VlOde la existencia y del paradero general de las Indias Occidentales el queexpli~b~ la confianza de Colon para aventurarse al otro lado del Atlantica,conocinuento que le sostuvo en los afios de desprecio en lacorte. Esta teoria,mendonada por Oviedo 5010 como posibilidad, fue presentada como hechorec~noddo por Francisco LOpezde G6mara, e!segundo gran cronista de lasI~dlasi y despues fue aceptada por muchos historiadores espanoles de ]05siglos XV I Y XVU .6 Aunque Hernando Col6n esc ribio una biograffa de supadre, en gran parte para combatir esta opinion, su obra file publicada en eldecenio de 1560en italiano, y no recfbio la atencion que mereda. Sea comofuere, para entonces la mayona de los cronistas espafioles estaban mas pre-ocupados por celebrar las heroicas hazafias de Cortes y de Pizarro que lasproezas maritimas de un marino genoves,1. 0 malo de esta "explicacion" es que va en COntradel testimonio del pro-pio Co~on, quien ernpezo su diario del prin; 'er viaje afirmando que suproposno era !Iegar a Catay y-al Gran Kan. Mas aun: al parecer, se tue a latumba persuadido de que en realidad habfa descubiertc las costas de Asia:seguia identificando La Espanola con el Cipango 0el [apon de Marco Polo.Suobjetivo no era la extension del conocimiento geografico ni la apertura denuevas rutas comerciales. En cambia, era Jaconversion del Gran Kan al cris-tianismo, seguida por una alianza contra el Islam, preludio, esperaba el, deI~ reconquista de }erusalen pOl' los Reyes Ca\61kos. En surna, Colon se con-.slderaba el instrument~ ~~ l~ Divi~a .Prov;idencia elegido para poner enr : n a r c h a los hechos 9ue imctanan la ultima epoca de la historia del mundo,e~a que empeza .... antes de la Segunda Venida de Cristo y el [uicio Final.Teruendo ~mo gmas a;;an Agustin Y,a Pierre d'Aill)'- Colon calculo que delos ~ .000 anos que durana el mundo, solo quedaban 15 5 anos, periodo apenassufioenl:e para Ilevar el Evangelio a todas las naciones convertir la hurna-n~d~dalia fe cristiana, y H~rar los~n~os Lugares. I1uminado,por estas con-VlG::IOnds,para que necesitaba Colon simples hechos 0gananClas materiales?Sihubiese heche una pausa para calcular, nunca sehabria lanzado a la peli-grosa aventura. Co~o el mismo escribi6: "Ya dise que para la hesecucion defainpresa de las Indias no me aprovecM ras6n ni matematica ni mapamun-dos; Uenamente se cunpli6 10 que diso Isaias." Elhecho de que un lego igno-rante, y no un gran te6logo, hubiese sido escogido para este f in era tantomayor prueba del oculto designio de la Providencia?Poco,habra que fuese excepcional 0personal en estas cosmicas esperanzasde,Colon: Des?e el siglo XII, la cristiandad hahia tenido oleadas de expec-~tivas milenarias: los hechos pasajeros de Ia historia polinca a veces parecfanI~vestid~s d~ una significadon profetica. La reronquista de jerusaten fue aso-oada a1mmmente ascenso al poder de un emperador universal un nuevoCarlomagno, elegido para unir Europa y derrocar el Islam. En' Espana. la

    Si Colon busco oro, esclavos, y otros bienes tropicales, fue porque com-prendi6 que el comercio era necesario para sostener la colonizaciOn.4 Sinembargo, en cuanto a sl rnismo, siguio mas preocupado por reunir losrecur-sos con que financiar sus viajes de exploraci6n, capacitandole as! a descubrirla ruta de Catay.Pero si consideraciones practicas eran, por decirlo asi, los medics hacia unfin, ,cual era el gran objetivo que animaba la busqueda de Colon? LCwilfoela fuente de su notable tenacidad de propOsitoen los afios anteriores y poste-r iores a su descubrimiento de la ruta a traves del Atlantico? Hayen esto unmisterio que desconcerto a sus contemporaneos y que continua asombrandoa todos los que han estudiado a aquel hombre, pues Colon seopuso resuelta-mente a laopinion de los expertos de laepoca y ahondo en un cuerpo hetero-geneo de textos, algunos geograncos, otros biblicos,para argiiir que el mundoera mucho mas pequetio de 10 que decfan los calculos de Ptolomeo, con laconsecuencia de que Espana estaba mucho mas ceres de Asia de 1 0 que co-munmente se suponfa. Basandose en Pierre d'Ailly y en el ge6grato florenti-no Paolo ToscaneUi,Colon calculo que la distancia entre las Islas Canarias yCipango (el actual Japan) era de no mas que 2400 rnil las nauticas , cif raenorrnemente lejana de la reaUdad, ya que el calculo moderno es de 10600millas, Sea como fuere, observe, ino habia declarado el profeta Esdras queseis de cada siete par tes de la superficie del planeta estaban cubiertas portierra? Predsamente porque sus aiirmaciones fueron consideradas comoabsurdas, los ge6grafos y expertos maritimos de Portugal recomendaron a sumonarca que negara toda ayuda a Colon, a quien consideraron como un de-mencial visionario y no como un gran marino.s ,De que serviria enviar unaexpedici6n que navegara a traves de miles de millas de mar abierto con 5010la minima oporl:unidad de encontrar una isla que interrumpiera el via~e?Si el peso de los argumentos racionales y de los exper tos era tan grandeen contra de Colon, lpor que persistio en su proyecto y,de heche, como logropersuadir a los Reyes Catolicos de que apoyaran su aventura? Por desgra-cia, las fuentes disponibles no siempre nos dan una explicacion clara. Tan ob-via era la discrepancia entre la debilidad del argumento y la tenacidad delproposito que sus contemporaneos resolvieron el problema sugiriendo unmanifiesto engano. El primer cronista general de las Indias, Gonzalo Fer-nandez de Oviedo y Valdes, plante6 la posibilidad de que Colon hubieseconocido a algtin piloto no nornbrado, de ascendencia por tuguesa 0andaluza que, desviado de su curso por una torrnenta, hubiese l legado aAmerica y Juego retomado a la patria donde, en su lecho de rnuerte, hubiese

    .lbid., p, 249.5Morison, EII~n D i ! i C i Y l I e r y , pp, 3(},.42. 6 Francisco L6pet de G6mara, H i s to r ia g e 1U ' ra l de las Indias, ed. jorge Gunia Lacroix, BA64( C ar ac as . 1 9 79 ), pp. 2lJ.29.7 Cot6n, TaIDs, p. 255.

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    28 CONQU1STA E IMPERIO UN MUNOONUEVO 29emocion generada por la final r econquista de Granada en 1492 , seguida po rla expulsion de los moms y los judfos, encontro expresion en el elogiopatriotico y rel ig ioso de los Reyes Ca toli cos como ins trumentos pre fe ridospor la Providencia, sentimientos expresados tanto en la corte como en loscirculos eclesiast icos . lResulta excesivo sugerir que si los monarcas espafiolesdecid ier on pasar po r alto la opinion de los expertos y dar ayuda fin anciera aCo lon en su p rimer viaje, fue, en gr an medida, po rque compartfan la eu for iarel ig iosa ocasionada por sus vic tori as sobre los moros? Aquf conviene recor -dar que el nexo vital entre Colon y la co rte era el fraile f ranciscano JuanPerez, miembro de la r ama obser vante de la o rden , que en Espana habia sidopoderosamente influ id a por ideas rn ilenarias de Joaqu in de Fio re, abate ca-labres del s iglo XII. Ademas, Colon r indi6 homenaje a d()g f ranc is canos, Juande Marchena y Juan Perez, como los unicos que le habian apoyado durantelos in fructuosos af io s an teriores a 1492 . Sin duda, si hubiese estado simple-mente preocupado por intereses comercial es 0privados, no habri a obtenidoese apoyo: fue precisamente la perspectiva de reanudar la rnision a China-los franciscanos ya habian enviado una mision a Pekin en el siglo XlI1-jun to con la insinuacion de que acaso fuese inminen te la ultima epoca de lahumanidad, la que movi6 a Perez a obtener el apoyo real al viaje de explo-racion.8De manera ironica, fu e p recisamente este sentido de un designio provi-dencial y de e lecdon e lque i rnpidio a Colon reconocer que habfa descubie rtoun nuevo mundo, En cambio, en su tercer viaje, emprendido en 1497, iden-ti ficDe l cauda loso Orinoco como uno de los cua tro r fos que regaban e l J ardindel Eden, observacion que Ie llevo a conduir que habfa descubierto el sitioorigina l del Parafso . Esta ident if icac ion parec io confirTl1ada por e l hecho deque los sabios med ievales hab fan co locado el Par aiso en la extrem idad masremota del Asia. Adernas, cuando, en su cuarto viaje po i las costas de laAmer ica Centr al, Co lon descub rio pruebas de abundante oro en Veragua,afinno que la provincia era la bfblica Ofir, las minas de las que Salomonhabra tornado el oro para construir el templo de }erusalen. lQtJe podia sermas apropiado que esas mismas minas, ahora roocSOlbjer ta s, pt:.rmHieran alos Reyes Catol icos l iberar del I sl am la Ciudad Santa? En este contexte, esc ri -bio Colon : 'lEI oro es excelentfssimo: del o ro se hace tesor o, y con el quien 10tiene, hace cuanto quiere en el mundo, y lIega a que echa las animas al Pa-rai50".9 En su rela to del desast roso cuarto y ult imo via je , de 1504, cuando susnaves f ueron azotadas por tempestades, su s partidas de desembar co fueronemboscadas por indios hosti les y su mal disc ip linada t ripulac ion seamot ino,Colon confes6 que llego a temer por las vidas mismas de su hijo y de su her-mano, que 10 acompaf ta ron. En un momento de agotamiento y de desespe-ranza, cayo en u ri pro fundo suefio, 5610 para ofr una voz que Ie recordabaque era Dios Todopoderoso el que Ute las dio por tuyas [las Indias] ... de los

    atamientos de la mar Occeana, que estavan cer rado s con cadenas tan fuertes,te dio las lIaves" .lNo gozaba ahor a de fama el alm ir ante por toda la cr istian-dad? lQue mas habfa hecho Dios por Moises 0 por David, "que de pastorhizo Reyen Judea? ,, 1o Antes de embarca rse en.est a ult ima exrec ;ii ci6n , Col?nhab ia encargado a un monje car tu jo que compilara una an tolog Ja.y prof~astomadas de las Sagradas Escrituras y de los Padres de la Iglesia, elegidastodas elIas para i1uminar Ia signifi~?6n espiri~:,l d e I~ d~ubrirn ie:'tos.S in duda, e l exi to de sus primeros viajes robusteoo la convicoon de Colon ~eque habia alii una elecciondlvina: peto haremos bien enrecordar que lernaya unos 40 afios cuando se embarc6 para cruzar el Atlantico, de mo~o q?e larealizacion de sus esperanzas y de sus planes pro~ablemente confirmo esaconvicdon, en lugar de inici ar la . lComo se apodero de su mente y de su es-pfr itu esa idea? Las fuentes informativas guardan si lenc io .

    II

    8 Ibid., p. 302; Morison. Eu rop " "" D i sc rmI! r y, p. 34; veaS

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    30 C ON Q U IS TA E I MP ER IO UNMUNDO NUEVO 31gada por los ant iguos naturali st as; los c ie los mismos most raban un diferentes ist ema de est re lla s, Este nuevo mundo, dec la re Vespuc io , ofreda un ter renotan prop icio a la hab itacion humana que "si v a a descubrirse el p ar aiso ter re-nal en alguna parte del rnundo, no estara muy lejos de estos paises". En re-sumen, e ra "un continente habit ado fXJrm a s multi tud de pueblos y animales(que) nuestra Europa 0Asia 0bien Afr ica" . Esta imagen de un parafso ter re -nal fue sostenida por l aobse rvac ion de que los aborigenes de aquel la s ti er rasiban completamen te desnudos, moraban lib remente un idos, sin las limita-clones de I a prop iedad individual, de ley 0rel ig ion, yest aban casi l ibres deenfennedades 0 del azo te de la peste. ''Tampoco tienen su s prop io s bienes,s ino que 10 ti enen todo en corruin. Viven juntos s in rey, s in autor idad , y cadauno es seno r de sf mismo." Este idilio trop ical reeibio un toque picante, por lainsistencia de Vespucio en que las relactones sexuales eran gobemadas po rabsoluta l iber tad, s iendo la promiscuidad la regia, y desconoc ido e l mat rimo-nio . Ademas, la s mujeres e ran bel la s y car if iosas , y avidamente buscaban losabrazos de cualquier europeo que pasara. En suma, los habitantes de esteotro Eden "v iven segUn la Natur aleza y puedan Ilamarse mas justa menteepicureos que estoicos" .12En sus Cartas poster ionnente publi eadas, Vespudo intensi fi co laque era laun ica nota d isonan te en esta imagen del hombre natural, cuando confes6 quelos habitantes del Nuevo Mundo gozaban luchando ent re sf, aunque sin rnu-cha habil idad u orden, y que devoraban Ia came de sus cautivos con cons ide-rable placer. De heche, e J caracter pugnaz y la crueldad de los hombres y lapr omiscu idad misma de las mujeres llevar on ahora a Vespudo a conduir que"su modo de vivir es muy barbaro". Tambien reconocio que los indios Ian-zaban frecuen tes ataques contra los v isitantes europeos. Sin embargo , aiinsostuvo que sus guerras se derivaban mas de un deseo de venganza que deambic ion de poder 0 riqueza, pues et o ro 5 6 10 l es servia como adorno, nointercambiaban bienes en comercio y vivian contentos con 10 que la Natura-leza les daba, En. todo esto, Vespucio ofrecio una imagen notablemente fieldel s alvaje ideal , sembrando semil la s ideol6gicas que ser ian cosechadas conconsiderable energia a 10 largo de siglos.13E l g rado en que las p reocupaciones del Renacimiento italiano determi-naronel modo en que fue visto el Nuevo Mundo aparece inmejorablementeen D e o rb e n ov o (1514), coleccion de car tas esc ri ta s en lat in est il izado a l car -denal Ascan io Sfo rza y al papa Le6n X po r Pedro Martir de Angleria (1457-1526), humanista milanes que residla en la corte espanola. Cansado de sutarea de ensefiar latin Y fetras a los recalcitrantes vastagos de la noblezacastellana, Pedro Martir se ded ic6 a man tener se al corriente de las noticiasmas rec tentesde los descubr imientos nuevos, conversando con Col6n y otrosexploradores, con objeto de enviar el resultado de sus investigaciones aItalia, Como Vespudo, Pedro Martir audazmen te car acteriw a J05 habitantes

    de las Indias en terminos tomados de la literatura clasica, ob servando que,"van desnudos, no conocen ni pesos ni rnedidas, ni esa fuente de todas lasdesgracias, el d inero; viven en una edad de o ro, sin leyes, sin jueces mend a-ces , s in l ibros . .. "14 Los indios no 5610 desconocfan la escr itura, s ino que tam-bien pr acticaban un comun ismo primitive, ya que "entre elIo s la tierra per-tenece a todo el mundo , 10 mismo que el sol y el agua. No conocen ningunadiferencia entre meum y tuum, esa fuente del maL." Estaba aquf pues, laimagen de una sociedad que atin v iv ia en alguna etapa de existencia huma-na an ter io r a I aC aida, elapa familiar para eualquier lector de las Metamorfo-sis de Ovidio, habilmente mostrada para ofrecer una irnplfcita critica a laEuropa de la epoca . AI mismo t iempo, Pedro Mar ti r reconoc ia e l predominiode la guerra entre los pueblos y expresaba su tepugnancia ante los informesde can ibalismo p racticado por los caribes en sus ataques a otras islas. Comobuen sacerdote que escribia para benef icio de dignatar io s edesiasticos, nohizo ningun comenta rio sobre lasupuesta prorniscuidad de las mujeres .Apreciando prontamente el valor de las narradones de viajeros, PedroMar tir declar6 que los informes sobre las relaciones aborigenes Ie parecfanmucho mas in ter esantes que todas las histo rias de Luciano, pues en lugar deficciones poeticas, trataban de las realidades de las creencias humanas.Asimismo, al enterarse de que entre algunas tribus era cormm insertarseuna pieza de oro en los labios para embeUecerse, se maravil l6 ante 10 relati-vo de los gu stos humanos y las normas de belleza, "Lo que a enos les pareceelegante, nos parece horrible. Este ejemplo muestra la ceguera y la insen-satez de la especie humana; asimisrno , muestra cuan to nos engatiamos. Losetiopes creen que el negro es color mas bello que el blanco, mientras que elhombre blanco piensa 10 contrar io . Cada pai s s igue su propia fantasi a, ". Fueesta disposicion a ap reciar la novedad y a acep tar la divergencia de las no r-mas europeas la que hizo que Pedro Martir admirara los discos de oro y elelabo rado p lumaje azteca que Cortes envio desde Mexico, exclamando:"Nunes he visto nada que con su belleza deleitara mas al ojo humano."lSEn su s p rimeras cartas, Pedro Martir celeb r6 los descubrimientos, en ter-

    minos t or na d os d e l as f ab u la s c la si ca s, IU~Of h iz o l a c r6 nic a d e l as h az an asde los espaftoles con ereden te desaprobacion. Ya habia notado que los hom-b res que acompariaron a Colon en su segundo viaje eran "en 5Umayor partevagabundos indl sc ip linados e inesc rupulosos, que secues traban rnuje res" .Despues, al enterarse de las disputas y asesinatos que empailaron la eon-quista del Darien en la America Cen tral, se lamento: "Esos descub ridores denuevos paises se arruinaron 0se agotaron por su p ropia locura y sus luchasciviles, sin poder alzarse en absolute a la grandeza de los hombres que rea-lizan tan maravillosas hazafias". Cier to , nunea dej6 de asombrarse an te elvalor ind6mito de lo s espanoles, espec ia l mente cuando l Iegaron not idas de laconquista de Mex ico por pequeiio s g rupos de aventur er os, pem empezaron a12A.meriro Vespudo, 1NwtJo Mundo, ed. Roberto Levillier (Buenos Aires, 1951), pp. 187,173,181-183.13 lbld., p. 211 .

    I.Peter Martyr D'Anghera, De Orbe Nooo: T/U! Eigh t [hardes, trad. F. A . MacNutt , 2 vols,(Nueva York, 19U), 1 . 80,104,15 Ibid., 11,39, 46,

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    32 CONQUISTA E IMPERIO UN MUNDO NUEVO 33

    cansarle los persistentes Informes de confli?!os civil~s entre los conquista-dores y el mal trato que daban a la poblaaon abongen; una vez mas, co-mento loshechos del Darien diciendo que noera "mas que malar y ser muer-to, rnasacrar y ser masacrado" Y' , ,En las ult imas car tas de D e o rb e n ov o, pubhcadas en 15 30 despues de sumuerte, Pedro Martir inform6 a Europa de la esclavizaclon y ulterior des-trucdon de la poblacion aborige~ de lasAntilles, La conquis~, el hambre y laenfermedad, especialmente la viruela, eran culpables de miles d~ muertes,pero a la postre, juzgaba Pedro Martir; eran l~s,demandas ~el traba]o forzadopara los indios, junto con e~mal trato que ~bla~ sus trabaJ3~,orcs,lasca~sasprincipales de aquella catastrofe demografica sin paral:lo. E~tos senclll~snaturales desnudos estaban poco acostumbrados al tr~baJO'Y la mmensa fa~-ga que hoy sufren trabajando en las minas, esta matandolos en grandes nu-meres." Condeno Ia esclavizadon de los islenos de las Lucayas que fueronaprisionados y enviados a La Espanola, 5010 para morir all i "agotados pa r laenfermedad y el hambre, as! com? por el exccS?de trabajo", Aunque tuvocuidado de observar que el Consejo del Re y habia promulgado severas leyesdestinadas a proteger a los infortunados aborigenes del Nuevo Mundo, .con-cluyo que los espanoles, "llevados por el amor al oro: se vuel,:en 1?~s,msa-ciables" ,17 Y sin embargo, las conquis~as y el .Impeno se hab!an ~Stiflcadopor la promesa de predicar el Evangeho a los indios: lno habia peligro, pre-gunto Pedro Martir, de que la Providencia castigara a Espana por esta bias-femia?EIefecto combinado de Vespucio y de Pedro Martir conslst io e? I~r un~imagen del Nuevo Mundo y de sus habitan,tes que no abandon?rJa la t~gt-naci6n de Europa durante los s iglos ven~d.eros. Era como SI i?s clasicoshubiesen cobrado vida: los relates de los viajeros modernos confirmaban elcuadro de los primeros hombres, ya trazado po~10~a!,tiguos poetas y sa~ri-cos, En los bosques tropicales, la h_umanidad aun vrvia tom~ en los cormen-ZOS de la especie, s iguiendo los dictados de la naturaleza, bbre d~ las con-vendones y leyes de la civil izacicn, He aquf una linea de pensatruento quefascinaria a humamstas del Renadrniento y a filosofos de fa UustradOn. Fueel humanista frances Michel de Montaigne (1533-1592) , quien en su infl~yen-te ensayo "De los canfbales" desarrollo las imphcactores de las reflexionesde Pedro Martir haciendo con ello una critica esceptica de todos los canonesabsolutos de g~sto, moral y modales. lEn que, pr~gunt6: era sup~~ior lacristiana Europa al pagano Nuevo Mundo? Los salvajes indiOSque Vlsl~banFrancia se escandalizaban ante la servidumbre y pobreza del campesinadofrances acostumbrados como estaban a la Jibertad de sus selvas brasilefias.lPor q~e debian prefer i rse ~aextravagarn?a y Jo s c~t~ T ? p a J l : > ~e Euro-pa, sabre los simples plumajes de los abongenes_?Masaun, silos Indios eranculpables de crueldad en sus t ierras , lno habian mostrado los espa~olesmayor barbarie aun, al esclavizar y masacrar pueblos enteros? lQue era

    peor, comerse a un hombre una vez muerto, 0dar lo a devorar vivo a los pe -rros? De este modo, Monta igne a la vez defendi6 a los aborigenes de lNuevo Mundo contra la acusacion de simples salvajes, mas cercanos de lasbestias que de los hombres, y pinto sus rnodales y su sociedad como unanorma de conducta natural por la cual rnedir y condenar a JaEuropa con-temporanea, y en particular, fustigar a Espana, opresora de ltalia y enemigade Prancia.t" En todo este ddo de discusiones siempre se citaron comoejemplos los habitantes de las Antillas y de Brasil;relativamente poca refe-rencia se hacfa a los pueblos de Mexico y del Peru: el salvajismo natural , yno la civil izacion ajena, era la imagen del Nuevo Mundo preferida por loshurnanistas,

    III

    16lbid., 1,106,217; II,49.17 Ibid., 1,376;It 52,245-250,271272.

    Elano de 1492 fue clave para Espana, afio de guerra y exploracion, Ileno deeufol'ia patri6lica. Si el descubr imiento de una ruta a traves del Atlanticoabria el camino a los asentamientos de ultramar, la caida de Granada marcola culminacion de una lucha, vieja ya de siglos, POl'reconquistar la peninsulaa 1a dominacion rnusulmana. Ambos trascendentales acontecirnientos bro-taron de la union de las coronas de Castilla y de Aragon en 1474 , pues fueronlos recursos sumados y la fuerza polftica de los Reyes Cat61icos,Isabel y Fer-nando, los que pennitieron a los espafioles sostener una campana de 10a riescontra el reino mora, y luego financiar la expedicion de Colon a1Caribe.Huelga deck que, en la estimation de la epoca, fue Ja victoria sobre e! Islamla que causo mayor jubilo, especialmente porque la partida del rey moro consu nobleza fue acompafiada por la expulsion de todos los judios profesos deEspana. Mientras que en un tiempo los fielesde las tres creencias habfan vi-vida en relat iva armonla, en adelante 5610Sf' tolerarfa el cristiantsmo masortodoxo. Yaen el Concillo de Basilea de 1434-1436, los delegados de Castillahabian exigido precedencia sabre los ingleses, citando losservicios de su rno-narca en defensa de la cristiandad contra los musulmanes. A mediados delsiglo xv, cronistas patriotas celebraban a los belicosos entepasados goticos delos castellanos, y a la vez declaraban que sus reyes habian sido elegidos porla Providencia para encabezar la perenne guerra contra el Islarn.l' ' Asi pues,no es de sorprender que la caida de Granada intensificara el ambiente deexpectativas mesianicas que recorrio Espana ast como otros muchos pafsesde la Europa occidental a finales de la Edad Media. Fueron tales considera-c}ones las que motivaron el envio de una expedicicn, en 1509, al nor te delAfrica, que lagro tomar elpuerto de Oran, Mas importante, enel marco de lapolit ica europea, fue la campafia de Gonzalo Fernandez de Cordoba, "elGran Capitan", quien en 1503derrot6 unas fuerzas francesas en eIsur de Ita-l iar reivindicando as! la pretension dinas tica del rey Fernando al reino de

    1 5 T h e E ss ay s o f M on la ig ne , Irad . E . J T rec hm an n, 2 v ols, ( O xf or d, 1 92 7) , I , 4 76 -4 77 ; I I, 2 02 -215,372-377.19 Rober t B.Ta te , En5 ll Yo s s a br e l a h i st oT io g r af r a p en in s ul a r d e l s i gl o xv (Madr id , ] 970) , pp. 75-99,289294.

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    N' '-LINQUIST.apoles y S . /. A EIMPERIOICIra. El cipor Ia adquisi " 1'Culode ensalvo Portu aoon deNavarra co grandecimiento terri .neracion, / 0 : ~ qUeda";ln al f f u u~ 10 cual,tados losEs::na1 fue Completadorildo de Estado ~es Cat?licos habiand~5 b a l Dun rey COm~os #e la Peninsulatro mismo de t ontenzos, en una ansfonnado Es _un. n Unasola e : .::U;~:~~~a!s~~~~~f~~~;;a~arae~!:~~~~i~~~~~~~~::n la propia Es . . nOde Aragon COm rprender quegrandes acont . ~fia, crorustas h 0 encarnacioncaste/lana (]49 ec1lluentos de a u l umanisfas rival':~1~;suca~~ ~n~~~~l:~C~;~rij: 11~: t~~2~)~ ~ r : : ' d t ; ; :; : Z b ; : : g ~ Slengua siemegos, JUdios y roman en B%nia, deciar6 resallente humanist aredan en unfo~ ~e Compafierad~~I:mo~traba, fuera J:~;}jernplo de 1 0 :gramatica Con~I0; ' consiguiente info~?O"; la literatura y 1 a duda, que '1apara la com '. )eto de hacer de lo a la re ina lsabe a ~Onquisfaflo-hdestinadas a=gulCionde narraciones ah~enta castellana e ll ' ~ : ~~ formado suech rar qu " ISonca "''''''10 ap .0,Conperceptibl e no pereZCael 5, q ue pronto se' mp1adoque l1amamo . e emOCi6nNb '. recuerdo de v fian escritasahora su reliJ6~JnO'y republic~ d: B J i l J ? roclam6 que ~::t~as hazafias". rkhechos jUStificam;l111!doSUPueblo ,ast~lla" estaba en gran companiaKes.CatOlicos,Neb~~mbduda, esta :e~~t~an~sas po r doqUj:;;~~ha, PUrificadaaClaOccidente, de Pe~s/':::~ que e/ cursc;d~ ~na ul.terior hist~riaan:;:~~ losYah orna, Y anadio'. peno habia cO"";do .os Re-ora 'q " . ... slemdad de ~/esUlen no ve que, aun u _ preYde las i S l a s ~ : ;pod~r de los n'!~e~~ titulo del Imperio est,do eJ . CUrsode 10:'a~ltetr

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    36 CONQUISTA EIMPERIO UN MUNOO NUEVO 37sus act iv idades se rfa l a persecuci6n de los c ris ti anos nuevos. Tan intenso erael prejuido contra los converses que en 1541 el capitulo d~ la catedral deToledo emitio un edicto segUn e lcual todos los futuros can6mgos ?ebfan ~~sentar testimonios de limp ieza de sang re, prueba de que proveman de Vle)

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    38 C O NQ U IS TA E IM PE RIO UN MUNOO NUEVO 39

    IV

    Mundo que se ten ia en Europa, y la r ealidad de America experimentada po rlos primeros colones, fisura que, si se derive del Renacimiento, estaba asi-mismo des tinada a manifest arse con toda c la ridad en la I lust racion .Sin embargo, en ultima in stancia, mas vale ev itar todo agudo contrasteentre la Edad Media yel Renacimiento, Seglin muchos his tori adores , la grandivision que separa la edad modema de epocas an teriores debe localizarseen el sig lo XVII, cuando la revoluc ion denti fi ca logro reduc ir los fenomenosf fs icos de la Natura leza a regular idades materna ti cas y asi socavo dec is iva-mente la autor idad de la dencia y la f ilosof ia ant iguas: revoluc ion intel ectua lque hizo caducar todo e ledif icio de la f ilosof ia escolast ica l evantado sobre launion de Aristoteles y la teologia crist iana. Los mismos comentaristas insis tenen Ia impresionante continuidad del esfuerzo cien tf flco , en la larga epocapreparatoria que se extendio desde el siglo XII I hasta e l s ig lo XVIl , en que elRenacimien to no fue mas que un capitulo de tan compleja h istoria. Tal es unainter pretacion que nos penn ite dar cierto sen tido a Colon y que, en realidad,fue plan teada inicialrnente po r Alejand ro de Humboldt, a su vez notable na-turalista y viajero, qu ien cap to la paradoja de que un marino tan habil y apa-rentemente hiddo como Colon hub iese side impelido a la accion por especula-crones religiosas y esotericas, Pero luego, Humbo ld t obser ve que muchos delos grandes c ient if icos de los siglos XVI y XVI! habian posefdo una similar ycomple ja amaIgama de mot ivac ion mfst ica y ana li si s mater ia l. EIdescubri-miento de las Jeyes de g ravedad, po r I saac Newton, fu e mov ido, en parte, porsu fascinaci6n por l a sabidur fa a lquimica, y sus especulac iones materna ticasse fundie ron con una obsesion por l ac ronologia bib li ca . Viniendo mas a lcaso,Humboldt compare a Colon con James Watt, el inventor de la rnaquina devapor, y saludo a ambos como responsables del "ensanchamiento del impe-rio del hombr e sob re el mundo material, sobr e las f uerzas de Ia naturaleza",AI mismo tiempo, sefialo la con tinuidad del desarrollo del conocimientodentifico en los siglos que separan a Roger Bacon y a Alberto Magno de Ke-ple r y Gali leo. Fueron los anter iores avances logrados en astronomfa , mate-rnaticas y cartografia 105 que aporta ron e l necesar io fundamento teori co paralas habilidades nau ticas de Col6n . En surna, la combinad6n de maestrf a tee-nica y convicc i6n mis tica, somet idas ambas para servi r a la expansion corner-cial y al poder po litico, fu e la caracterfstica que unio a Colon con algunas delas mas grandes figuras de la dencia y la tecnica de Occidente.F No hubonada accidental 0 for tu ito en la invencion del Nuevo Mundo.

    y espera en todo vuestra Monarqu ia ,conquis tado POI'vas en jus ta guerra.Cuando bandas de aventur er os espafioles penetraron luchando en el mon-taf ioso inter ior del Nuevo Mundo, subyugando provincias enteras y grandesEstados, anexaron sus conquist as en nombre de su ~esa rea Ma~ta? , Car los' !,Saero Emperador Romano, Rey de Cast iHa y?e Leon, dando ~sr rn,as sustancraa las expec tat ivas de que e lemperador creana una monarquia unive rsal.

    En La c u lt ur a d e l Renacimiento en ltalia (1860), Jacob Burckhardt incluy6 el des-cubrimiento de Amer ica como expresion de la renovac ion cul tura l de las c iu-dades -Estados de I ta li a en los s ig los XlV Yxv. T al es una idea que aun goza deconside rable aceptac i6n ent re los histor tadores . SegUn este e~oque, el Rena-cimiento debe definirse como cl gran acto inaugural de la epoca modema,periodo en que el espiritu humane se libro de los g rilletes de ~aEdad Med i?,explorando a la Naturaleza y a1 h ombre desde una perspecnva nueva, masrea li st a, en que unos hor izontes cada vez mas vas to~, revelados por l aexpan-sion mar it ima, desempefl aron un papel notable .26 Sin em?a~go, no todos 105tes timonios apoyan esta sencilla asirnilacion de! descubnmlento .de l NuevoMundo con el advenimiento de una nueva epoca. Como hemos visto, el p ro-pio Colon fue impulsado por convicciones religiosas que se de.r iv aban de unc iclo de profeclas , in ici ado en e l s ig lo XlI. El hecho de que la pnmera catedr aldel Nuevo Mundo fuese construida en estilo g6tico sirve para subrayar lamenta lidad esenc ia lmente medieval de los aventureros y lo s frailes que, ent rope l, c ruza ron el Atlanti co en los primeros a fios de la conquis ta. De no serpo r la condicion f ronteriza de Espana, bien podriamos tomar E I o to no d e 1 aE d ad M e di a (1924) de [ ohan Huizinga como mejor gula que Bu rckhardt paramost ramos su espf ri tu y sus aspirac iones. Tal como .fue , los co~qu~s tadoresde America trataron de emular fa verba audaz y realism de 1 Od, mtentan-do conquistar para 51misrnos honores y noblez~ e~ las ~err~s qu~ a n : : bata-r on con incomparab le ener~a. ~nde el Rena~II~I~nt? 1 tah.ano eJer~1Ounainf lu encia decisiva fue en el ambIto de la descrip cion bterana, en la imagencreada por Amer ico Vespucio YPOI' Ped ro Martir de los descubrimien to scomo un Nuevo Mundo, cuyos habitantes aun moraban en una dieha natu-r al, no contaminados por los v icios de la civilizad6n. Por ello , d ebe trazarseuna dis tincion entre ]05 conquis tadores y exploradores de las Indias, hombresm a s conocedores de los romances medieva les que de los c lasi cos, y 105 huma-nistas que redactaron aquellos relatos que captaron la irnaginacion de l~sclases cultas de Europa. En poco mas de una decada de habet avistado las IS-las del Caribe, se hab ia abierto, pues, una fisura entre la imagen del Nuevo26 J acob Burckhardt, Th e Cjviliutiotl of tM Ret1aissal1ce j" Italy (Phaidon Press, Londres,

    1955), pp. 171-173.27Alexander von Humboldt, Exam en c r it i qu e de I'histarje de u . .C it J gr ap h ie d u N o uv e u" Catlli-

    tlent tId e s p r og r es de f'lISlronomie """liljue ala ~ujtl%ihne e t s e i zi tme sildes, 5 vols, (Paris 1836-1839) , I II , 912, 234-249.

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    CONQUISTADORES Y CRONISTAS 41

    II CONQUISTAOORES Y CRONISTASreden adquiridos. Por fin aparecfa un espaool que narraba una hlst??a rouyespanola: su prosa, sin adornos, se elevaba II la grandeza de la ocasion, ofre-ciendo eI espectaculo (Ie un capit~n que se apartaba del c~~r de la ~t~~apara redactar informes a su real senor. No contento con una anda descnpciondel combate, Cortes se tome trabajos para subrayar la misteriosa grandezade ta sociedad que habia encontrado en el Anahuac. Pues sus habitantes nosolo llevaban ropajes, ocupaban casas frecuentemente cubiertas de estuco ypracticaban la agricultura intensive: tambien moraban en grandes ciudadesdominadas (XIraltos templos y grandee palacios; la densa poblaci6n rendfatributo a una nobleza guerrera y a una numerosa dase sacerdotal. Los tem-plos, en 10 alto de altfe;imasy empinadas piramides, albergaban horrendosfdolos y daban abundantes pruebas de los sacrificios h~ma~os. Co~tesse ~a-revillo ante el palacio de Moctezuma con sus extensos jardlnes y bien provis-tas pajareras y zoologicos. ?I cuidado de .50~,servidores. La imag,en deesplendor asiatico fue (ortaleClda~or la descripcion de los templos a~ongenescomo mezquitas. Cortes compare Cholula con Granada, y calculo que Te-nochtitlan tenia las mismas dirnensiones que Sevilla; a su gran mercadoacudian a veces, cerca de 5000 personas. En realidad, era tal la escala de losterritori~s conquistados que Cortes pidi6 autorizacion para Hamar NuevaEspana a aquella tierra, y audazmente informaba a Carlos ' ; 1 : "Vuestra alte-za ... se puede intitular de nuevo emperador de ella, y con titulo y no menosrnerito que el de Alemania, que por la gracia de Dios vuestra sacra rnajestadposee.'?Desde la perspective de Europa y de la corte imperial, la habiHdad deCortes para presenter relatos persuasivos de sus hazafias fue casi tan impor-tante como la realizacion de los propios hechos. Pues debemos recorder quesu expedid6n habia sido en gran par te f inanciada y enviada por Diego deVelazquez, real gobernador de Cuba, y envia?a ~on.instruccion:s estrictas delirnitarse a reconocer IllS costas , sm hacer mngun mtento por mternarse entierra. E l establectmiento de un cabildo en Veracruz, para dar una base legalal nombramiento de Cortes como justicia mayor y capitan general foe un r , : -tente acto de desaffo al gobem_ador.~demas, dado q~e coincidi~ con lare ~lion de los comuneros en Espana, tema un sabot a gobierno e\ectivo, popular.Para justificar sus acciones, Cortes I~o una audaz.ofensiva litera~a,. tildan-do de "tiranico" al proyecto de Velazquez, pues afirmaba que 10 umco queplaneaba el gobemadof era devastar las costas,en busca de oro, en~na masde las criminales razzias del tipo de las que habian devastado las Antilles. Encambio, Cortes trataba de conquistar, de pacificar y establecer, ganando asfnuevos reinos, a la vez para el emperador y para la Iecristiana. A 10largo desu relato le escandalizan los horrores de la idolatria y los sacrificios humanos,A veces, arriesga la segu:Idad de,su exrec!ici6n entrando en el.ter:'plo de s~saliados indios para de(flbar los Idolos e mstalar en su lugar Imagenes ens-

    2 Hernan Cortes, Cartes 'I documentas, ed, Marlo Hernandez sanchez-Barba, SP2 (Mexico,1963), pp.33, 72-80, 114.3 J. H. Ell lo tt , "Cortes , Velasquez and Charles V", lntroducc ion a Hernan Cortes, uttersf r om Mer i ca , had. Anthony Pagden, (New Haven y Londres, t 97]).

    LA CONQuISTA de Mexico transfonn6 sdbita y dramaticarnente la imagen delNuevo Mundo. La triste histor ta narrada por Pedro Martir, de un paraisotropical invadido por bandas de merodeadores sin escnipulos y decididos aesclavizar a sus indefensos habitantes, fue remplazada por la epica narracionde guerreros cristianos que lnchaban contra enormes fuerzas, por derrocar undeslumbrante Imperio pagano. E l drama intrfnseco de esta penetracion enun interior desconoddo distingui6 Jaexpedicion de todas las otras guerrasentabladas en las lndias: el primer encuentro de Hernan Cortes con los em-bajadores de Moctezuma en las costas de Tabasco fue seguido por el estable-cimiento de una ciudad en Veracruz, el rechazo de la autoridad del gober-nador de Cuba y Ia decision de marchar tierra adentro. Con poco mas de 500hombres, Cortes primero combatio contra los tIaxcalteeas y luego forma unaalianza con ellos, los enemigos hereditarios de los az te cas , a l ianz a que en par-te le nev6 a masacrar a los intortunados habitantes de Cholula. La primeravista de la ciudad islefia de Tenochtitlan, con sus templos-piTilmides elevan-dose por encima de las aguas cireundantes, quedaria impresa para siempreen la memoria de los espafioles. Como en un suefio, descendieron por lasmontafias para ser salvados (XIrMoctezuma. Ellos correspondieron a su hos-pitalidad apoderandose del monarca en su propio palacio. La paz fue rotacuando Cortes parti6 a enfrentarse a una recien llegada eXpedicion de espa-noles y, atin mas, por la rnatanza organizada por Pedro de Alvarado de lanobleza mexicana durante la fiesta de Huitzilopochtli, su deidad tutelar.Luego vinieron la ignominiosa fuga de los espai'ioles y por ultimo el a~ioge Tenochtitlan por Cortesy sus allados indios, asedio que duro tres meses,Estos eran, sin duda, hechos de armas de nivel homerico, No es de sorpren-der que P e dr o Ma rt ir e x da rn ar a: "D e todos nuestros contemporaneos, 0010 losespafioles son capaees de soportar tales pruebas," Del mismo modo que ElCid, el hCroe medieval espafiol, habra arrancado Valencia a los moros, asiahora Cortes y su heroica banda tomaban Tenochtirlan: la desesperadaresistencia de sus defensores 5010 intensificaba la calidad epica de un asedioque, segun Cortes, recordaba la caida de Jerusalen.lHasta que ocurrieron los hechos electrizantes de 1519-1521, los espafioleshabfan guardado notable silencio sobre su invasion del Nuevo Mundo, de-jando la tarea de la descripdcn a aventureros y hurnanistas italianos. Pero aEuropa lIegaron notidas de laconquista de Mexicopor la pubJicaci6n de lascartas enviadas por Cortes al emperador, mformandole de los territorios

    1Martyr, De O r be N o vo , 11,144,40

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    42 CONQUISTA E IMPERIO CONQUISTADORES Y CRONISTAS 43t ianas. Donde mejor se nota el tone boyante con que Cortes informaba alemperador de su lealtad y su devoci6n catolica es en el elocuente discursoque pronuncio en visperas de la batal la con 105 t1axcaltecas,en que "yo losanimaba diciendoles que mirasen que eran vasalias de vuestra alteza y quejamas en 105 espafioles en ninguna parte hubo falta, y que estabamos en dis-posicion de pagar para vuestra majestad los mayores reinos y senorios quehabia en el rnundo" , y que habian de hacer "10 que a cristianos eramos obli-gados, en pugnar contra losenemigos de nuestra fe, y por ella en elotro mun-doganabamos la gloria y en este conseguiamos el mayor prez y honra quehasta nuestros tiempos ninguna generacion gano".4 La elocuencia con queCortes encuentra laspalabras con que escribir y justificar sus acciones resultamas impresionante s i recordarnos que habia lIegado al Nuevo Mundo en1504,a la edad de 19anos, habiendo pasado solo dos afios en la Universidadde Salamanca. Sin embargo, su conocimiento del derecho y de las letras bas-to para lograrle un nombramiento de secretario del gobemador de Cuba yun lugar de importancia entre 105 gobemantes de tal isla. En este caso, su elo-cuencia Iiteraria, combinada con elenvio de piezas de oro, Ievalio el recono-cimiento real y e l nombramiento de gobernador y capitan genera l de laNueva Espana. EIdominio de las "armas y las letras" elevo asf a Cortes dela condicion de humilde hidalgo al estado de la alta nobleza: en adelante, sucasa y su familia figurarian entre la aristocracia de Castilla.Siempre fertil en recursos juridicos,Cortes tratode justificar sus hechos porrazones muy a lejadas de la simple fuerza de las armas y Ja conquista .Menciono el discurso de bienvenida de Moctezuma como prueba de que elmonarca indio habia aceptado libremente la soberania de Carlos V. Pues en taldiscurso, como 10 presenta Cortes, el amo del Anahuac declaraba que los me-xicas eran recien Ilegados a esas tierras, Los habia llevado un senor que des-pues los dejo. A su regreso, encontro que se habian casado con los habitantesdel lugar, y que ya no reconocian su autoridad. Vo lvin a i rse, pew no sinadvertir que un dia volverian sus herederos a reclamar su patrimonio. Asi, 105senores de Tenochhtlan no eran mas que regentes que ocupaban el tronahasta el regreso de su primer jefe0de sus hijos.Aderruis,Cortes tenia pruebasde que Moctezuma 10 identificaba como heredero 0 agente de aquel senor,pues en Tabasco 105 embajadores aztecas Ie habian lIevado elaborados pre-sentes y regalos , ofreciendole sangre humana para beber , como recono-dmiento de su condicion divina. Aprovechando esta confusion, Cortes invitoa Moctezuma a rendir homenaje a Carlos V como descendiente de aque!"gran senor orey". Logro que el complaciente monarca convocara a la noble-za azteca para obligarla a aceptar al emperador del otro lado del oceano comosu autentico senor y soberanof Como resultado de esto,Cortes declaraba queel Anahuac habia s ido ganado para el emperador , no PO T la fuerza de lasarrnas sino, antes bien, mediante una cesion pacificade la soberania. Cuandolos mexicas, fur iosos, se levantaron en arrnas para matar a Moctezuma y

    expulsar de Tenochtitlan a los esparioles, en realidad se hicieron .c~lpab~~sderebelion, pues yase habia celebrado el solemne actode la translatio Imperii.Mas persuas ive que este dudoso argumento fue el hincapie heche porCortes en la predica del Evangclio cristiano a los naturales deMe~ico. Desdeel principio, trato de instruir a sus aliados tlaxcaltecas en los rudlment~s.?esu religion, y de destruir los idolos indios. A su regreso de la vana expcdictona Honduras, aprovechc la oportunidad para recibir a laprimera misi6n fran-ciscana lIegada a laNueva Espana, arrodillandose en elpolvo ante la noblezareunida, para besar la mana de Martin de Valencia, que encabezaba a 105 12agotados frailes que habian lIegado caminando, descalzos, desde Veracruzhasta la dudad de Mexico. En su ultima carta al emperador, Cortes daba tes-timonio del notable exito que habian tenido los esfuerzos de esta mision: losnaturales acudian en bandadas a recibir su mensaje. Exc1ama:''En muy brevetiempo sepuede tener en estas partes por muy derto selevantara una,nuev~Iglesia, donde m a s que en todas las del mundo DiosNuestro Senor sera servi-do y honrado", Silos frutos espirituales de la conquista eran tan manifiestos,lcomo podia condenarse aquel paso de annas?La habil idad con que Cortes trato de apartar la aventura mexicana de suorigen en el Caribe no debe oscurecer la identidad de prop6sito y de institu-ciones. Aparte de las expediciones iniciales -financiadas por la Corona- aLa Espanola y EIDarien, todas la demas conquistas y viajes fueron organiza-dos en privado, frutos de una dinamica socledad fronter iza, apoyados porcapital de mercaderes de Europa, que aprovechaban las ganancias de unaempresa para financiar 1asiguiente excursion. De este modo, la conquista yla colonizacion adquirieron un impulso que fue sostenido por niimeros ere-cientes de aventureros que acudfan al Nuevo Mundo: los sobrevivientes fo~-maron una vigorosa raza de hombres de la frontera, capaces de soportar n-gores y peligros inimaginables en Europa. Al alistarse en una aventura -una"entrada" - estos hombres constitufan una "compafia", compania unida enbusca de botin , aunque somctida a su capitan 0"caudillo", quien manteniauna laxa pero sumaria disciplina militar. De este modo, los conquistadoresno solfan llamarse soldados sino, antes bien, "compafieros". En suma, el mis-mo tiempo de organizacion que habia caracterizado las conquistas inglesasen Francia durante laGuerra de los Cien Afios- la compafifa l ibre-- volvioa proliferar en las Indias? No obstante, el objetivo ultimo de estas aventurasno era el simple botin, sino laconquista y "pacificacion" de los naturales, demodo que la rnano de obra india fuera empleada en procurarse oro, maderay otros articulos de exportad6n. EIgran premio en esta lucha por las rique-zas era una "encomienda", lacesion de derto mirnero de indios que en adelan-te serian obligados a ofrecer gratuitamente sus servicios y su tributo a suamo espanol. Esta institucion habia sido introducida por Nicolas de Ovando,gobemador de La Espanola, entre 1504 y 1509,Y en adelante forme la base

    4 Cortes, Car/as, pp. 43-44.5 Ibid., pp, 59,68"69.

    6 Ibid.,p. 3181Mario G6ngora, S tu di es i n t he C ol on ia l Hi5lnry of S p an is h Amer ica , trad. Richard Southern(Cambridge, 1975),pp. 1-32.

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    CONQUISTA E IMPERIO CONQUISTADORES Y CRCNISTAS 45economica de la sociedad de los conquis tadores por toda la America espano-la. Confo rme cada nuevo territorio caia en manos de los conqu istadores, sushabit antes e ran dist ribuidos entre los capit anes y jefes de laexpedid6n t riun-fante, d e modo que los "encomenderos" pronto surgieron como una nob lezacolo~a l: los servicios labora le : de sus in~ios e ran empleados para t rabajar enlas rrunas de oro y plata 0 abrir nuevas herras para la agricultura, SLos enco-menderos, una ve z establecidos, generalmente fundaban una c iudad espano-l a como capit al de sus dis tr itos, donde construian sus res idencias principales ,Dominaban los cabildos y controlaban e lnombramiento anual de los a lcaldesordinar io~, magis tra~os. ur?a llOs cuya autor idad en aquel los primeros a fiosse extendia a la proVlnCla cireundante. De est e modo, aunque la encomiendano entrafiara derechos de jurisdicci6n sobr e los ind io s, el domin io de los en"comenderos sobre las magis treturas urbanas les confe rfa extensos poderessobre la poblacion aborigen.L a conquista y la colonizacion de Mexico atrajer on jefes, mana de ob ra yapoyo f inancier a de las Ant il la s, y procedieron en forma muy similar a suspredecesores del Caribe . Tras la caida de Tenocht it lan, Cortes reuni6 e l t esoroarrancado a los aztecas, aparto una qu in ta par te par a la Corona, otra qu in taparte pa~a ~fmismo , y dividi6 el r esto e.ntre sus hombres, por categorias: unpnete recl~la 80 pesos, y un so ldado de mfan teria 50 060 pesos: recompensaque resulto un grave desencanto para la mayona de los conquistadores. Acon tinuad6n, Co rtes p rocedio pron tamen te a distribuir encomiendas a susprincipaJes lugartenientes y seguidores, dividiendo el centro de Mex ico entoda una serie de ~tas concesiones, 1 .0 que debe subrayarse es que la mayorpar te de las encorniendas coincidfan con los Hmi tes de los se iior ios indios, esd~r, compr endian comunidades enteras, en Iugar de simples grupos de tra-bajadores . Ademas, Cortes emi tio una ser ie de reguladones des tinadas a sa l"vaguardar a los natu rales contra loda exp lotaci6n indeb ida asf como tr at6 deimpedir que sus seguidores saquearan los poblados indios.9 Aunque los indi-genas de la Nueva Espana estaban destmados a sufr ir muchos malos trato s ya padecer en fermedades epidernicas, en general no se vieron sometido s a losvio lentos abusos que padecieron los infor tunados habit antes de las Antmas.La ~ensi~ad m~s~ de la ~?Iadon, 10 ayanzado de.su sociedad y de su Of"gamzacion politics, y la VISIon de Cortes, se combmaron para mitigar lospeores excesos de los conquistadores.. ~s triunfos mi~~os de Cortes en batalla y en el gobierno despertaron en-vid ias, tanto en MeXICOcomo en la cort e, donde se rumore6 que e l conquis ta -do~ ?eseaba coronarse .rey del gran Jm~rio que habia ganado. La publi-cacron ~; sus cart a s al emperador .en vanas lenguas europeas Ie valio unareputac ion de guerrero que desperto temores y envidias, E l resul tado fue queaunque a su retorno a Espana Co rtes fue r ecib ido por Carlos V, se I e c on firio

    8. T U I d . , pp. 98-114; J. H. Elliott, "The Spanish Conqu est a nd Settlement of America", enLeshe Bethell (comp.), Th e C am b ri dg e H i st or y o f L A t m America, 5vols. (Cambridge 198+1986) I176-180, 188~196. ' , ,~ Bernal Dfaz del Castillo, Hislorkt N rd lJ tU r a d e Ia c o n~u i$ 1 J I tU l a NIIeVlIEspa"" , ed. JoaqufnRamirez Cabanas. 2 vols. (Mexico, 1968),It7174.

    el titulo de marques del Valle de Oaxaca y una serie impresionante deencomiendas, que comprendian nada menos que 23000 tributaries, se Ienego t odo nuevo nombramiento como gobemador. En adelante, la NuevaEspana serta gobemada, p rimero po r un alto tr ibunal de justitia -la Audien-cia- y luego, a partir de 15 35 , por un virrey, invariablemente scleccionadoentre las filas de la nob leza castellana. Po r su parte, Co rtes hubo de con t en"tarse con emplear e l t rabajo y los presentes de su s tribu tario s ind ios par a iN"dar una serle de empresas economicas, plantando cafia de azricar en las costas,cultiv ando el trigo en la mesa cen tr al, buscando plata en Taxco y oro en Oaxa-ca, construyendo navios en Tehuantepec y explorando las costas de Baja Cal i-fomia en busca de per las.10 En 15 39 , amargado por el trato que Ie dlo el virreyAn tonio de Mendoza, Cor tes volvio a Espana, donde frecuen t6 los cf rculosco rtesanos y acompano a Carlos V en su malhadada expedici6n a Argel.S i durante el decenio de 1540, en Espana la op in ion publica se vo lvi6 de"c isivamente en contra de los conquis tadores , e llo fue en par te por la indigna-don despertada por las noticias de Peru, donde los aventureros que se apo-deraron del Imperio inca no s610 ejecutal'On a Atahualpa, basandose en cargosficticio s, sino que en adelante se enfren taron unos a otros, en todo un cicio decon flictos fratriddas. Los peor es excesos de las guerr as civiles que hab fanazotado casi todos los paises europeos durante el siglo xv vo lvieron a surgirentre las ruinas del Imperio in ca. Tal fu e una historia que cared6 del dr ama-tismo y de la nobleza de los acontec imientos de Mexico . F ranc is co P izar ro yDiego Almagro eran encaHec idos e ignorantes veteranos del Dari en , notables5610 po r la tenaddad de sus p rop6sitos y su resis tencia a las penaHdades.Ambos cayeron victimas de las guer ras causadas por su incapacidad de l i e - -gar a un acuerdo amistoso sobre una d iv ision justa de los vastos territor iesque hab ian conqu istado. Pizarro fue asesinado , y Almagro ejccutado. Masa iin , cuando la Corona t ra t6 de pac if icar a los l evanti scos colones inst al andoun vir rey, Blasco Nunez de Vela, sus at rabil ia ri as medidas pronto provocaronuna r ebeli6n abierta, encabezada por Gonzalo Pizarro contra la autorid ad dela Corona. En to tal, la secuencia de conqu ista, guerra civil y r ebelion du ro uncuarto de siglo, 1530-1555, t iempo en el cual lapoblacion aborigen inevitable--mente sufri6 a manos de aquella terrible raza de conqu istador es. EI esp frituque animaba a muchos de estes hombres fue expresado con pasmosa fran-queza por un licenciado en derecho, quien observ6 que, en Peni, e l habfaperdido todo escnipulo de conciencia y no buscaba otra gloria que la dematar a sus enemigos, habiendo reprochado a un compafiero su lenidad enestos t erminos blasfemos: "No era ti empo aquel de set crist iano, s ino de meterel anima y aun el cuerpo si fue re menes te r, en e l infie rno . .. "l1La tarea de escrib ir "una verdadera cr 6nica" de la conqu ista del Peru fueemprendida por Francisco de Jerez, secretario de la primera expedicion a

    10 Wocw.:irow Borah , Ear ly Colonial I l -ad . . a n d Na tl ig a ti D n b e /W< ' et 1M:rico a nd P e ru (B er ke le y yLos Angel es , 1954) , pp. 8 -16.IIGuillermo Lohmann Villena, LASideas jurfdico-polfticas til la rthelia" de GmmdD ,izarro(Valladolld, 1977) , pp. 101-102. .

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    46 CONQUISTA E IMPERIO CONQUISTADORES Y CRONISTAS 47Cajamarca, cuyo informe se publico en 15}4, En el prologo, diri~i.doa Carlos V,Jerez hacia sonar una nota triunfa\: ""Cuando se vieron en los antiguos nimodemos tan grandes empresas de Ian poca gente contra tanta, y por lantosdimas de cielo y golfos de mar y distancia de tierra ir a conqui~tar 10 no vistoni sabido? Y L qu ien se igualata con los de Espana?" Pero su sucinto relatocarecepor entero de la habilidad 0el interes de lascartas de O)rtes, Ademas,aunque Ilamara la arencion hacia los carninos de los incas, sus poderosas for-talezas y depositos, noto la riqueza de Cuzco y el templo de i'achacamac, yreconoci6 que " el p at io e s r ne jo r del que s e h a v is to en las Indi;lS",Jerez mos-tro poco interes 0 simpatia hacia la sociedad aborigen. Dcfendio la capturade Atahualpa en Cajamarca y la ulterior matanza de su seqJlito, alegandoque el emperador inca no habia atendido a las exhortacidnes del frailed~~inico Vicente de Valverde, de que habria debido aceptar al punto,la fecristiana y reconocer a Carlos V como su soberano. Ademas, aunque noto quelos espafioles Us e quedaron asombrados al ver tanta pruden,cia en un bar-baro", justifico la ejecucion de Atahualpa por Pizarro, pese a h;lber pagado elrescate, con la observacion de que "rue e l mayor camicero y cruel que loshombres vieron".nAparte del calculado asesinato de Atahualpa, 10que mas irrlpresiono a loscontempo.raneos, en este fE;Jato,fue el extraordinario saqueo que pra~ticaronlos conquis tadores del Peru, Los 169 espafioles que mareharon a traves de losaItiplanos hasta Cajamarca obtuvieron mas de un mill6n de flCSOS por divi-sion: cada jinete rec ib io unos 8880 pesos oro y 362 marcos de ria ta, y los sol"dados de infanteria, la mitad, Los hennanos Pizarro enviaron at emperador153000 pesos de oro y otros 5058 marcos de plata, De este modo, mientrasque Tenochtitlan habfa dado relativamente poco a sus conquistadores, porcontraste Peru satisfizo los mas desorbitados suefios de cada "cornpafiero'9ue se hubiese unido a Pizarro en su temeraria aventura po~ el Imperiomea,~3~;tadela~te: la palabra_Peru serfs sinonlmo de grandee nquezas y ~conviruo en u n n na n que a tr at a a todo desarraigado aventurert ' 0ernpobreci-do hidalgo de las Indias, No esde sorprender que durante una generacion, elpais ruese 'Igurumen"ted~)ebre por sus guerras civiles y aesbwenl.'SpUdilCo!>.La notable diferencia entre la serie de los acontecimientos de Mexico y delPe~ :n los afios in~diatos a su conquista signific6 que cuafldo I1eg~ronaescribirse sus respectivas historias, el enfoque y el interes re&ultaron igual-mente distintos: la heroica calidad de Cortes contrastaba con el caracter cri-~nal ? !" los Pizarro y los Almagro, contraste igualmente Jer ,ivado de Iarmpresion creada por las cartas del propio Cortes, Pero, ,que les importaba aaquellos hombres endurecidos la opinion de la poster idad, zuando las re-compensas eran tan altas y tan grandes las tentaciones?

    nEl iinico cronista que capto el caracter y el espfritu de toda la tumultuosa~encia de exploracion y conquista que se extiende desde los primeros via-jes de Colon hasta las guerras civiles de Peru fue Gonzalo Fernandez deOviedo y Valdes (1478-1557), ex cortesano y funcionario del tesoro. Mientrasque Cortes y otros capitanes enviaban relates de sus hechos a Espana, paraobtener recompensas reales, Oviedo seecho a cuestas la tarea de describir laflora y 13fauna del hemisferio y luego, 1 0 que es mas importante, de narrartoda la histo~a d~su ocupad6n por los espanoles. EIresultado de esta largatarea fu e Ia H i st or ia g en er al y n a tu ra l d e l as I nd ~, vasta y densa cronica dividi-da en 50 "libros", que en una edicion modema de letra apretada llena cincov,?lumenes d~ te~to. Residente durante muchos anos en Santo Domingo, queaur: era e1.principal puerto de entrada y salida para todos los viajeros deIndias, Oviedo .mantuvo u~ expediente abierto de cada provincia del lmpe-no, a me~udo msertando sm muchos retoques los relates que el copiaba de~osco~qU1stadores de regreso a Espafia.t- A veces, su cronica posee toda lal~medl~tez de ~na obra en progreso; sus imerjecciones, frecuentemente caus-ticas, anade_nclCrta.calidad de diario ~ su texto. Con la indomable seguridadque requena sernejante empresa, Oviedo declar6 que las generaciones fu-~ras ~ maravtllarian de que "un solo hombre haya eserito tanta multitud dehistorias e secretes del universo", y audazmente defini6 su cronica diciendo"qu~ no esde las menores, s ino de las mas altas y mas copiosas que se hanesc?to por un hombre desde que Adan peregrine porel mundo".15 Enefecto,OVIedO fue un conquistador intelectual, que traro de alcanzar verdaderafama como el Plinio y a lavez COmoel HerOdoto del Nuevo Mundo.EIdicho de que ningu.n hombre de calidad ha ido jamas a America salvoporque via frustradas sus esperanzas en Europa, quedo abundantementeprob~do.en el caS? ~e Oviedo, Criado en la corte como "mozo", paje inferiordel sequito del pnn?pe Juan, heredero de los Reyes Cat6licos, la subita muer-tede su arru:,ocumda en 14~7, movie a Oviedo a "peregrinar por el mundo",Q!~~'lDdQ,"~R.1>war.~ 1.1.. '~d.'ti,~a. ~~ud'h 'lu anta,'1?.m,~ad.1.'t.'l'anos po~tenor~:> cuando se caso con una mujer joven y bella. En su juven-tud, OVIedOVIaJOpor Italia, adquiriendo un extenso conocimiento de su li-teratura y de sus hombres principaJes. Hasta elfin de sus dias no dejaria decitar con a~ado las satiras de Aretino:este gusto en parte sed~riv6 de 10 queIt;escandal~a~n ~~sexcesos del papa Alejandro VI y de su hijo, Cesar Bor-gia. J?espues, sirvio brevernente como secretario al Gran Capitan, ConzaloFe~ndez de

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    41 1 CONQUISTA E IMPERIO CONQUISTADORES Y CRCNI5TAS 49clasica se baso en traducciones italianas y espanolas, Ademas, aunque sus ex-periencias en Italia dejaron huella indeleble en su espiritu, cuando, hacia elfin de sus dias en Santo Domingo Uego a escribir sus Qu in c ua g en a s d e [ a t lO b le ~za de Espafifl, galimatias poeticos de reminiscencias y reflexiones, se explay6mas en los heroicos hechos de armas de los espanoles en Italia que en losesplendores del arte y la literatura renacenristas. Seg6n Oviedo, el propositode la poesia y de la historia era celebrar a losgrandes guerreros y su va lor.En 1514, a la edad de 37 anos, Oviedo puso pie par vez primera en elNuevo Mundo, y sirvi6 comonotario y tesorero en la expedici6n de PedrariasDavila al Darien, nombramiento que le exigia supervisar la marca con fuegode todos los esdavos indios. Dos afios despues retorno a Espana y despuesaltem6 entre America y Europa, buscando vanarnente ganarse el favor de lacorte, planteando ma l concebidos ptoyectos de colonizaci6n; en 1525obtuvopor fin cierta fama, con la publkacion de su Sumario de la his toria natural de lasIndias, primera descrtpdon de la flora y la fauna del Nuevo Mundo. En esteproyecto fue alentado poT Heman Nunez, sobresaliente humanis ta espanolque onsenaba las obras de Plinio en la Universidad de Salamanca. Frustradoen sus esperanzas de enriquecimiento material y gracia oficial, en 1532Oviedo acept6 un nombramiento vitalido de guardian de la fortaleza real deSanto Domingo y. 10 que es mas irnportante, fue reconocido como cronistareal de Indias. Su ambicion de lograr la fama como el Plinio del Nuevo Mun-do se realize pardalmente en 1535,con la publicad6n de los primeros 15 1J -bros de su His!om genera! y n al ur al d e Iu s lndias, que trataba de los acontect-mientos ocurridos hasta 1520.Sin embargo, cuando en 1548 retorno a Espana,en dernanda de autorizacion para publicar elresto de su cronica (que cubrfa laconquista de Mexico y las guerras civiles del Peru), se Ie negOdicha iicencia.S610 en el siglo XIX fue publicado el texto completo de su gran obra, por laReal Academia de Historia en Madrid.Impresionado como todos sus contemporaneos por la simple magnl tud delos hechos que habia presenctado, Oviedo siguio a Nebrija, adoptando unavision triunfalista y providencial del papel de Espana en elmundo, diciendode Carlos Vque "Ie hizo Dios escogido para lasuprema dignidad del mundoe republica cristiana y e! segundo gladio (y el vicario de Dios el prirnero) ...As! se debe esperar que 10 que esta por adquirir y venir alcolmo de la mo-narqufa universal de nuestro Cesar... para que se conquiste el resto del rnun-do en 10 ponga Dios todo y toda la infidelidad debajo de Ia vandera de jhcsuChristo y obediencia y servicio de tan Christianfsimo monarca". Todavtadurante el decenio de ]550, cuando el emperador estaba a punto de abd.icar,Oviedo expres6 la esperanza de que encabezara una cruzada para derrotar alos turcos y reconquistar Jerusaten.16 En eseegrandioso y providencial esque-rna, las Indias desempeiiarian un papel central, pues sus riquezas danan alemperador recursos para la guerra, enviando suficiente oro y plata parafinarciar las guerras contra protestantes y tuTCOS. Escribi6 Oviedo: NEs t a Tie-

    16 Gon7;aio Fernandez de Oviedo, Q u in qu ag en as d e l a n ob le za de Espafll l , ed. Juan BautistaAvaU,,-Arce,2 vols, (Chapel Hill, N. c., 1974), l,89; 11,415,596-597; Oviedo, Hisloria, 1, 157. porladilfa de fa Historia general y natural de las Indias, d e GtmzaJo FefnJndade Oviedo y Valdes

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    50 CONQUISTA E IMPERIO CONQUISTAOORFS Y CRONISTAS 51r ra Pirme des tas Indias ~ una otra mitad del mundo, tan grande 0por ven-tura mayor, que Asia, Africa 0 Europa: que toda la t ierra del universo estadividida en dos partes." Su descubrimlento fue providcncial: Colon fue elo-giado no 5010como "D. Cristobal Colon, primer inventor e descubridor e al-mirante destas Indias", tambien filesaludado como el "ministro e adalid" delEspiritu Santo, que gui6 su camino a traves del oceano. Oviedo expreso in-mejorablemente su celebraci6n de laepoca en que Ietoc6 vivir, didendo delviaje de Magallanes alrededor del mundo: "Pue el camino que esta nao hizo,el mayor y mas nueva cosa que desde Dioscri6 el primer hombre y compusoel mundo".t7Huelga decir que Oviedo reserva sus mas calidos elogios a los espanoles,cuyas eptcas hazafias y conquistas en el Nuevo Mundo podrian equipararse,sino superaban, a las hazanas de Alejandro y de Ciro, Entre lasnaciones de laEuropa conternporanea, los espatioles se distinguian por su singular capa-ddad en la guerra, cualidad que der ivaban a la vez de sus antepasados losgodos y de su larga experiencia de combatir contra ellslam. Mientras que enFrancia y en I talia 5010los caballeros se preparaban en la pract ice de lasarmas, por contraste "En nuestra nacion espanola comunrnente todos loshombres nascieran principal y especialmente dedicados a las arrnas y a suejercicio." Oviedo se rnaravillaba de que hombres cornunes, en las Indias,combatieran tan valerosamente como los hidalgos, y en ocasiones ascendierana los puestos de mando, Comentando las inevitables penaUdades y la disci-plina a rnenudo brutal que caracterizaba las expediciones al Nuevo Mundo,Oviedo saludo a los conquistadores como "hombres de bien, que nascieronpobres e obligados a seguir el Mbito mili tar, que es una regia har to mas es-trecha que la de Cartuja e de mayor peligro". En un revelador trastocamientode los valores sodales, Oviedo transfirio aquf a los aventureros que se alista-ban en aqueUas compafiias libres que invadieron las Indias, el prestigio y ladedicaci6n que en un tiempo estuviesen reservados at caballerocristiano.l' ' Lafigura que mas atrajo sus elogios, tatvez inevitablemente, rue Heman Cortes,quien posey6, nos dice Oviedo, todas las cualidades de un gran capitan comoaparecen en los tratados militares de Jenofonte y Vegedo, y audazmente 10compare con "aquel espejo de caballerfa, Julio Cesar". De hecho, 5010ea elAnahuac encontr6 Oviedo batallas y asedios en escala suficiente para dig-nif icar su relato, de modo que en laHis ioria generall a conquista de Mexico sedestaca por raz6n del intrfnseco drama de lagrandeza de suaodon, AImismotiempo, allnque describiera a Moctezuma como "gran rey", 10 critico por"muy fal to de animo 0 pusilanirne 0 muy prudente". Adernas , duda de laveracidad del discurso de bienveruda de Moctezuma a los espanoles, tal como10rnenciona Cortes, caracterizandolo como "mas de novelar e traer a suproposito confabulaciones de mafioso e sagaz e diestro capitan".19Oviedo no se limito a proclamar la superioridad de las conquistas moder-

    nas sobre las hazanas de la antigiiedad: tambien declar6 que los viajesy des-cubrimientos contemporaneos habian hecho caducar la geograf[a y la culturaclasicas. "Losantiguos escritores ignoraron la mayor parte del mundo y fuemucho m a s 10 que no supieron que 10 que escribieron." A este alegre desdende los antiguos seunio una insistencia en la ventaja de la experiencia practicesobre elmero conocimiento libresco como mejorguia de accion. En la guerra,por ejemplo, todo dependfa de la exper icncia de un capitan y de sus segui-dores: los hombres inexpertos ("chapetones") Uegados de Europa prontomorian en elNuevo Mundo por no poder adaptarse a su "constelacion par-ticular". Fue precisamente eIdominio practice que Colon ~~o del arte.de ~anavegaci6n, dominio derivado de una prolongada observacion y expenenciade lascorrientes, los vientos y lasestrellas de cada region particular, cl que Iedio el triunfo en su aventura a cravesdel oceano. En suma, habra aqui unaindole de conocimiento empfrico, muy alejado del estudio teorico basado e~los libros y en los ant iguos, "que no se puede aprender en Salamanca, men Bolonia, ni en Paris, sino en la catedra de la gisela". Enestas expresiones.Oviedo atestigua la repercusi6n de los nuevos descubrimientos, con lozaniay percepci6n sin paralelo, ensanchando la discusion, de una simple compara-cion con losclasicos a una insistencia en la experiencia y la observaci6n comobase de todo conocimiento autentico.20Para describir a Fernandez de Oviedo, hemos de extraer de sus volumino-sos escritos las notas de exaltacion patriotica, seiialar su aguda observaci6nde la naturaJeza y subrayar su experiencia italiana: con todo esto se puedepresentar a Oviedo como hombre del Renacimiento, similar a sus mentores,los humanistas Nebrija y Heman Nunez. Ysin embargo, semejante retrato esmanifiestamente tendencioso 0, cuando menos, unilateral." Para empezar,cuando en 1515retorno Oviedo por primera vez del Darien, sededic6 en Es-pana a componer una novela de caballerias, Claribalte, que describia como suheroe arturiano derrotaba a Francia, conquistaba Constantinopla y [erusalen,uma la Iglesias griega y latina y entonces era aclamado papa y emperador.Hay que reconocer que este sumario se parece mas a un prospecto de propa-ganda politica para Carlos V que a una historia de hechos caballerescos, peros irve para recordarnos la fascinacion de Oviedo =-tfpica de f inales de laEdad Media- por tales hazaiias.22 En realidad, en su ultimo libro, las Quin-quagenas , describio las hazafias del Gran Capitan en ltalia como un combatemedieval, citando losactos individuales de valor realizados por "esforzadoscaballeros". Contentandose con comparar su heroe con el Cid, Oviedo descui-do la dimension polfticade lalucha por el dominio de Italia, entablada entreFrancia y Espana, en favor de unas detaJladas descripciones de caballerescoshechos de armas, empleando un vocabulario que a vecesestaba extrafiamen-

    17Oviedo, HisWria , I,25iII,29,86,238.18lbid" I I, 9 6; V , 1 4.19lbid" I V, 3 6, 4 2, '!7.

    20 Thid., l, 3 9; I I , 3 2 5 .21Para esta interpretad6n, vease Cerbi, fA n

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    52 CONQUISTA E IMPERIO CONQUISTADORES Y CRONISTAS 53te fuera de l.~garcon las realidades de la guerra contemponlnea, rcfiriendoseen una ocasion a "tres caballeros, coroneles de infanteria".23Pe~ a sus ~I?ros a Colon, Oviedo tambien fue el primer croni st a queplanteo la posibilidad de que el Nuevo Mundo hubiese sido descubierto porun desconocid~ piloto vasco 0 ?~daluz que, desviado de su curso por una!onnenta, habna l1~ado a Amenca y retornado, para morir pronto, no sinl~formar al!tes a Colo,n.d.elsecreta ~e su trav~fa. 5i Oviedo presento la histo-T1~ como simple posibilidad, ulteriores crontstas espafioles aceptarfan esternito como articulo de fe, Adernas, Oviedo tambien trat6 de menoscabar laimportanda del donativo papal de 1493, arguyendo que el descubrimiento yla con~uista cn;aban derechos de dominio suficientes para que tal donaci6nfuese mneresana.24 No contento con esta simple afirmad6n tarnbien recurrioa la historia del falso Berosio, texto recien "descubierto" ~ decir inventadopor fray Jacobo Anniu~en 1497,.enque decfase que el d~imo~ndo rey de~spaiia, Hespero; h~bJa ~escu~l.erto las Islas de l~sHesperides, archtpielagosltuad~ en el Atlantico e identificable con las Antillas. De manera similar, enun penodo posterior los cartagineses habian navegado a traves del Atlanticohasta lIegar a las rnismas islas.15En surna, la ocupaci6n del Nuevo Mundop?r I?S,~panoles debra considerarse como la reconquista de anliguos domi-!,10~henc,os~ :'0 como una empresa enteramente nueva encabezada por unltah?no Yjustiflcada por u,ndonativo papal. Sea como fuere, dado que Cristoh~bla ordena~o a sus ~postoles q~e predicaran el Evangelio a todas las na-Clones, de alh se seguia que, en cierto momento, unos misioneros habfanlIeg~~o a las 1n?ia~para c~nvertit a los naturales: misi6n que, con toda pro-bablh?~d, h~bla ~ldo enviada desde Espana. En pocas palabras, Oviedorecumo aqu~al.mito y a la leyenda para reducir el significado providencialdel descubr lmtento del Nuevo Mundo y afirmar los anter iores derechosespaf\oles a la soberania.Encontra de toda vision triunfante del Nuevo Mundo como un nuevo co-mienzo en los asuntos humanos, Oviedo francamente reconodo que SU con-quis~ habia ido acompanada p o T escenas de horror y crueldad sin paralelo.!1ablendo par ticipado en la expedicion al Darien, calculo que tan total eImplacable habfa sido l a campana lanzada contra los naturales de la regionque al cabo de poco$ afios su poblaci6n de dos millones virtual mente habradesaparecido. Si Niifiez de Balboa, primer capitan que entro en la provinciabusc61a alianza de los jefes aborigenes, por contraste los encallecidos vetera-n~s de las guerras italianas, lanzados por Pedrarias Davila, instalaron unrelI~ad?del te~~ Ac~ca ~;lrato dado por un~ ~nda de conquis tadores alos indios, escribio Oviedo: Atormentabanlos, pldiendoles oro e unos asabane otros hacfan comer vivos de perros, e otros colgaban, e en ohm se hideronnuevas, formas de tortures," Del Darien surgi6 toda una raza de capitanesfronterizos, que extendieron sus depredaciones hacia el norte hasta Nicara-gua, y hacia el sur hasta Peru, llevandose miles de esclavos y destruyendo

    23Oviedo, Qujn~u"genas, I , 1 4 2- 14 4, 2 45 ,UOviedo, Histuria, I, 16,33.2SIbid., I, 17-18.

    pueblos entems. Y no 5010fueron esparioles los culpables de tales crfrnenes,ya que las cmeldades perpetradas por el aleman Welser enVenezuela fuerontan terribles que Oviedo los describe como 1000shumanos, anadiendo: "Yono puede creer s ino que entre cstos pecadores andaba e1diablo 0algunodestos hombres era otro mismo SatanaS."26Nada escandaliz6 a Oviedo mas que la ilimitada codicia de los autodecla-rados capitanes 0caudillos que encabezaban a los hompres en Ia destruccion,emyr~ndiendo teme~arias :,xpedidones sin ni~guna persre

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    54 CONQUISTA E IMPERIO CONQUISTAOORES Y CRONISTAS 55pies capitanes que buscaban oro en el Darien. Ninguno de los dos sabia leerni escribir. Veteranos guerreros para cuando lIegaron a Peru, ninguno de losdos tenia capacidad para gobemar un gran Imperio. En realidad, Oviedo seexpresa despectivamente de Pizarro como "hijo bas tardo de un escuderohidalgo ... Es hombre de ninguna letra ni industria para gobernar". Conde-nando la ejecucion de Atahualpa como simple asesinato, atribuy61as injusti-cias cometidas por los espanoles en Peni a su iniciaci6n en la infernal escuelade Pedrarias en Darien, donde se habfan acostumbrado a matar y tor turarindios sin remordimiento ni piedad. Luego, Oviedo confiesa su asombro anteel terrible cicio de guerras civiles que diezrno a los conquistadores de Peru:primero Pizarro y luego Almagro perdieron la vida. Pero fue la rebelionencabezada por Gonzalo Pizarro en el decenio de 1540 , la que provoc6 sumas energica condena. especialmente cuando se enter6 de la muerte del vi-r rey Nunez de Vela,pues aquella era una arnenaza ala unidad misma de lanacion espanola, una vuelta a la anarqufa del siglo anterior. Significativa-mente, tild6 de "tirano" a Pizarro, aplicando ese terrnino en el sentido que seledaba en La s S i ete Par t idas , el codigo medieval castellano, como hombre queseaduet\a del poder desafiando lajusta autoridad del rey.EImismo terminoemple6 para describir a Cesar Borgiay a los comuneros rebeldes de 1519.29Pasmado por los excesos de los conquistadores en elNuevo Mundo, porsus fortunas y carreras tan frecuentemente destruidas por simple locura 0malevolencia mutua, Oviedo no pudo encontrar mejor explicacion de estasextraordinarias vicisitudes que la imagen de la Fortuna que, con una ruedaque gira ciegamente, eleva a hombres oscuros para que gobiernen grandeeImperios y lanza hacia abajo a heroes bien nacidos , a prematuras tumbas,Cierto, tuvo buen cuidado de negar que las estrellas ejercieran alguna in-fluencia sobre los asuntos humanos y afirrno que la Fortuna no era sino otronornbre de la Providencia de Dios. Pero en general Oviedo invoco elconcep-to en forma secular,como fuerza ciega e inexplicable, que opera en el mundocon resultados arbitrarios e impredecibles.v EIunico otro principle que aven-turo para explicar el turbulento curso de los hechos en el Nuevo Mundo fuela codic ia , la virulenta pasion que impelia a los conquistadores siempre haciaadelante en nuevas aventuras frecuentemente ternerarias. En realidad, tantasveces acudio a este concepto para explicar lacrueldad y 105 irracionales exce-sos de los espanoles, que a veces parece operar como fuerza independiente,COmo posesi6n demonfaca que destruia a los hombres. Mientras que histo-riadores italianos como Guicciardini mostraban a los hombres atrapadosentre la influencia de la Fortuna y el ejercicio de su propia virtu, mostrandosu poder moral individual en la guerra y en la politica, por contraste Oviedodesorlbto a los conquis tadores como hombres gobernados por las degasfuerzas de la avaricia y la Fortuna, impotentes para oponerse a su propia 31ruma.

    Durante el decenio de 1540 Oviedo, ya veterano colono, lament6 Jainca-pacidad de los primeros conquistadores para establece rse en el NuevoMundo, afirmando que sus vidas y haciendas se habian despilfarrado vana-mente. De los 2000 aventureros que habian entrado en el Darien, solo unos40 hombres quedaban en 1535. Todas aquellas tierras, se quejo Oviedo,fueron ganadas "a costa de nuestras vidas y en utilidad de los rnercaderes epolladores que, con sus manos havado, ahora gozen de nuestras sudores aje-nos". Tan constantes eran loscambios de residencia que pocos hombres echa-ban rakes en algiin lugar en par ticular, Ciertamente, ello ocurrfa en SantoDomingo, cuyos primeros colones habian emigrado a Mexico y a Peru enbusca de riquezas, }Xlr1 0 que la ciudad era tratada como una "madrastra" yno como una "patria", a cuyo servicio un hombre estuviese dispuesto a mo-rir.32No solo eran los mercaderes, genoveses muchos de ellos, los que pu-lulaban por las Indias, asolando la tierra en busca de IUCTO. Ademas, observeOviedo, juristas, notarios y jueces acudfan igualmente en tropel al NuevoMundo, cayendo sobre losconquistadores como animales carrofieros, tratan-do de provocar litigios para enriquecerse, Enesplendida frase se refiri6 a losnotarios como "estes alquimistas de tinta, muy presto, ricos". Y tampoco losjueces de la Corona estaban Iibresde dichos cargos, ya que uno de tales indi-viduos, en Nicaragua, coment6 que habia Ilegado alii "para gozar de sudoresajenos, como por aca 10 han acostumbrado algunos jueces letrados, y en esohan sabido emplear sus estudios e letras e robos mas que en hacer justicia".En una frase definitive, Oviedoresurrno sus quejas contra los universitariosque habfan llegado a las Indias, "juristas nos quitan la hacienda e medicos lavida."33A la luz de estos sentimientos, no debe sorprendemos saber que Oviedotarnbien mostraba una clara aversion al clero,y en particular a los frailes quehabian dedicado sus vidas a convert ir a los indios a la fe crist iana, Yaen eldecenio de 1540, Oviedo citaba las satires de Aretino y de Erasmo, acerca dela hipocresia y de los vicios del clero catol ico: su propia exper iencia de laRoma de Alejandro VI segufa siendo una poderosa influencia sobre su acti-tud. AIpr incipio, escribio, habia imaginado que los frailes lIegaban a las

    Indias en busca de almas, pero la exper iencia Ie habla mostrado que "es tospadres a la sombra de su habito, suelen darse buena mafia en otras muchasnegociaciones". Despues de su visitaa Nicaragua, comento sarcasricamente elmirnero de indios que eran bautizados alii, simplemente despues de aprenderde memoria una 0dos plegarias; los frailes lIevaban una cuidadosa cuenta desus conversos, para impresionar al rcy y obtener nornbramientos de obispos.En sus tratos con los colones espafioles, los frailes a menudo abusaban de supapel , obteniendo buenos legados para sus comunidades, por gente que searrepentia en su lechode muerte. EnSanto Domingo, los canonigos de lacate-dral especulaban en bienes rafces, para detrimento de la ciudad. En todo caso,los religiosos eran una peligrosa raza, de cuyas filas habian salida hombresu, V,3~33 , 194 ,243 -244 ; Oviedo, Quinquagenas , I ,255, 269,

    30 Oviedo, Qumquagenas , I, 44-45, 163; J [, 247248; Oviedo, His tor ia , V ; 23(}..231.31 Oviedo, Hjs to r~ , I I, 165 , 400 .

    32 Ib id ., I , 1 0 , 8 0,331bid" III, 199; N, 391; Oviedo, Quinquagenas , I, 149.

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    56 CO N QU IS TA E [MPE RIO CO N QU IS TA DO RE S Y CRO N IS TA S 57como Lutero que habra Uevado a Alemania a la herejla, quebrantando launidad de lac r ist iandad. Asimismo en las Indias, e l c l ero a rnenazaba eI domi-nio de Espana con sus int rigas y envid\as a los conquist adores : l acausa de suenvidia a menudo se debia a su origen social de extran jero s 0 de hombres debaja cuna. "El habito y haldas l enguas y los t ftulos y grades con e llos , encubrenIa ruin estirpe y bajeza de aqueUos a quien no acompaf ia buena sangre."34En cierta medida, la aversion de Oviedo a los curas, j ur is ta s, medicos ycomerciantes se derivaba del convendonal desprecio de los caballeros e hidal-gos hac ia l as profesiones cul ta s y lucrat ivas . Pero tambien sedebia a lasospe-cha , muy difundida en Espana, de que en estas ocupaciones se hubiesen inf il -trado judfos y herejes . Recordando que en su juventud frecuentemente habraDido en I ta li a y Franc ia bur larse de los espaf io les, t il dandolos de mOrDS0dejud io s, elog io a los Reyes Catolicos por haber "limpiado" a Espana en 1492,expulsando a todos los judfos declarados. Pero aun quedaba la amenaza de105 j udios que se habian convert ido a l c ri sti an ismo, ya que inevitablementee ra sospechoso su cato li ci smo. A este respecto , t an grandes e ran los temoresde Oviedo que p ide el establecimiento de la Inquisicion en el Nuevo Mundopara proteger a la Ig lesi a de Ia insidio