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ASPECTOS BIOCLIMÁTICOS DE LAARQUITECTURA HISPANOMUSULMANA

BENITO JIMÉNEZ ALCALÁ

BIOCLIMATIC ASPECTS OF HISPANO-MOSLEM ARCHITECTURE

The environmental attention of Hispano-Moslem buildings focuses fundamentally on natural cooling and daylight control.The dwelling is distributed around a patio whose shape, vegetation and water generates a fresher microclimate. Rooms open

to it and close to the outside for privacy and to benefit from its coolness.Palaces are larger but with a similar layout. Their patio became enclosed gardens —the earthly Paradise that Qur'an promises

to the believers. Palaces incorporare the qubba, which performs as a ventilation tower. The airflow that it provokes evacuares theinternal exhausted air. Between the qubba and the patio, a portico is inserted as a thermal buffer. Three ventilation effects are asso-ciated to this courryard-portico-tower sequence: stack, venturi and wind-pressure. Heat also dissipates by evaporative and radiativecooling.

Solar protection is another bioclimatic aspect of the residential architecture. It involves small controlled openings, protectivedevices such as porticoes and the general building orientation with respect to the sun. Main apartments were always located in theNorth wings, pointing to the South. In the summer, the sun is almost overhead and, consequently, does not penetrare finto rooms.However, in winter its lower-ray inclination warms the interiors.

An environmental hypothesis is attributed to mosques, in particular, the Mosque of Cordoba. Its naves used to be opened toa courryard. Window-lattices were distributed regularly in the perimeter of the sanctuary. Hence, the interior was ventilated andthe courryard microclimate expanded to it.

Finally, daylight is manipulated and controlled to have interiors in penumbra. In Islam, darkness has the sense of privacy.Therefore, buildings have latticesthat filter daylight and transitional spaces that divert direct illumination.■ 1

De todos es conocido que los edificios que le-garon los árabes en la Península Ibérica son

lugares placenteros. Se trata de un placer producido,en parte, por el simple goce estético y, a su vez, por elhecho físico de encontrarnos en ellos cómodos y rela-jados, sin resultar fácil delimitar dónde empieza louno y dónde lo otro. La búsqueda de placer estaríaligada a una civilización que promovía el bienestar,así como, al nivel de sofisticación y desarrollo alcan-zado. Esta búsqueda hizo que apareciesen preocupa-ciones hasta entonces desconocidas, que afectaban ala vida corriente y al mundo de los sentidos, y queenriquecieron considerablemente el significado desus construcciones.

La arquitectura hispanomusulmana "dialoga"con el medio para obtener de él los mayores benefi-cios y proporcionar así comodidad y deleite a susmoradores. Para ello, los edificios se abren a interio-

res ajardinados, frescos y en sombra, rechazan el solde verano y aprovechan el de invierno, ventilan losinteriores para refrigerar y evacuar el aire molesto, seaislan con gruesos muros que amortiguan las fluctua-ciones térmicas. Hay, por tanto, un "bioclimatismo"implícito, entendido como un conjunto de sistemaspasivos que reaccionan ante un ambiente exterioractivo. En este sentido, cabe tildar a esta arquitectu-ra de medioambiental o bioclimática.

El objetivo de este artículo es llevar a cabo unaaproximación a los mecanismos de adecuaciónambiental aquí usados. Los aspectos bioclimáticosinciden con más evidencia en los sistemas de refrige-ración natural o pasiva y en el uso y control de la luznatural, como respuesta a las características del climadonde esta arquitectura se asentó. El sur y este ibéri-cos tienen un clima de carácter mediterráneo y se-miárido, con aire seco acompañado de temperaturas

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extremas, en especial, en los meses de estío. Sin em-bargo, no se advierten en estos edificios mecanismosespecíficos de defensa ante el frío, que en algunoslugares resulta también extremo, con excepción delaislamiento de unos cerramientos de gran capacidadtérmica y que es ambivalente, ya que protege tam-bién frente a altas temperaturas. Para los cortos yfríos inviernos se usarían braseros y calentadores.Resultaría, en cambio, más problemático enfrentarsea unos veranos secos, largos y calurosos.

Se contempla, asimismo, un somero análisis deluso de la luz natural, que en la arquitectura árabe semanipula y se controla deliberadamente. La intensi-dad luminosa y el gran número de horas de sol quese registra en esas zonas, contrasta con la baja ilumi-nación de los interiores. En ellos, se busca la penum-bra, que favorece la concentración y el recogimientointerior, más acorde con el modo de ser musulmán.

DEL URBANISMO Y LA TIPOLOGÍADE CASA ÁRABE

Desde sus comienzos, la civilización islámica seorganizó en ciudades. Sus bases económicas, funcio-nales y religiosas eran sobre todo urbanas. Al mismotiempo, el agrupamiento en comunidades constituíaun sistema de defensa ante unas condiciones natura-les, en general hostiles en las áreas de expansión delmundo islámico: Península Arábiga, Oriente Medio,Norte de Africa y por extensión, el sur de la Penín-sula Ibérica. Al-Andalus era, por tanto, una sociedadmuy urbanizada, cuyas ciudades serían las más gran-des y culturalmente desarrolladas de la Europa de sutiempo.

El tipo doméstico con patio y la planimetríadensa y de calles estrechas no son un modelo exclusi-vo del urbanismo musulmán. Más bien aparece comoalgo aprehendido en las áreas culturales donde elIslam se estableció: la zona del Mediterráneo, con laherencia del mundo grecorromano, por un lado, yOriente Medio, con el poso de las culturas persa,babilónica y egipcia, por otro.

Al mismo tiempo, la espiritualidad musulmanaexplica, en gran medida, la morfología de sus prime-ras ciudades, las cuales son el resultado de un delica-do equilibrio entre su aspecto realista y el espiritual.De hecho, la Sunnah o conjunto de reglas de com-portamiento que dejó Mahoma, definen gran partede las actitudes de la sociedad musulmana, desdeactividades elementales hasta reglas de vecindad. Así,este conjunto de situaciones concretas explicadaspor el Profeta se convirtieron en definidoras de rela-ciones humanas y, como consecuencia, en expresiónurbana.

Pero la discusión, desde un punto de vistamedioambiental, estaría en dilucidar si el urbanismomusulmán es la consecuencia de la adopción de unmodelo cultural; o bien, si se trata de la absorciónespontánea de un tipo de ciudad que se adecuaba aun medio y clima rigurosos. Las ciudades musulma-nas han evolucionado de manera desigual, lo quehace difícil discernir influencias o relaciones entreellas. La solución recogería, tal vez, ambos aspectos:uno "cultural", sobre la ciudad que ya conocían y lesera familiar, y otro "funcional", al tratarse de la formaurbana idónea para un clima árido. Esta segundasituación se daría a posteriori, pasando a ser así elmedio ambiente un factor decisivo en la evolución dela ciudad islámica. Esta evolución se entiende locali-zada y dilatada en el tiempo, de tal manera que encuatro siglos tendría poco que ver la ciudad nazarí deGranada con cualquiera de sus homogéneas de OrienteMedio, aunque permaneciesen ciertas constantes queremitirían a un modelo común.

La estructura urbana en las ciudades hispano-musulmanas estaba formada por una abigarrada tramade calles serpenteantes y laberínticas. Las viviendas seconstruían sin aberturas o con alguna pequeña celo-sía a la calle, mientras que se abrían al patio privadoque constituía un verdadero "oasis interior". Por otrolado, el viario se disponía con una fisonomía irregu-lar, adaptado a la orografía del terreno, y con unplano más o menos radioconcéntrico desde la mez-quita central. El entramado urbano estaba jerarqui-zado en forma de barrios, asociados a las diferentesetnias u oficios que allí convivían, y en donde apenassi había espacio público. Los únicos sitios de relaciónson: la mezquita, con su patio de abluciones, los bañosy el zoco o mercado. Todo este tortuoso conjuntoaparecía amurallado y con un número limitado deentradas. Fuera del recinto cerrado, y dependiendodel contexto geográfico, solía haber un cerco de huer-tos y quintas de recreo que circundaba la ciudad.Estos caracteres básicos variaban según el tipo denúcleo urbano y la función que este desempeñase.

El elemento alrededor del cual se desarrolla lavivienda es el patio, que es privado y con un caráctersimbólico dentro del mundo islámico (1). Casas ypalacios no presentaban grandes diferencias desde unpunto de vista tipológico. Desde la entrada de lacalle, en codo para proteger la intimidad interior, seaccedía al patio, que hacía las veces de distribuidor.Según la categoría social del dueño, el patio contabacon dos, uno o ningún pórtico en sus lados menores.Enfrente, y centrada en cada uno de los pórticos,aparecía una sala importante, heredera del tricliniumromano y caracterizada por su plurifuncionalidad. Laflexibilidad espacial permitía que las estancias de lacasa se usasen con alternancia, dependiendo de la

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hora del día y de la época del año. La planta primerarepetía el mismo esquema que la baja y era de usocasi exclusivo de la mujer. En un principio, la vivien-da era de una planta pero, en cuanto las necesidadesde espacio se hicieron más perentorias, pasó a ser dedos. Asimismo, y segun la zona, se hacía uso de laazotea como lugar de expansión (2).

La forma urbana y la disposición de la casa entorno al patio son dos aspectos muy unidos y depen-dientes uno del otro. Una estructura urbana densa yconcentrada no sería posible sin un tipo de casa quedialogue con su propio espacio exterior. Así, lavivienda necesita incorporar el patio como elementohigiénico y de desahogo espacial y formal. La casapasa a ser una célula autónoma dentro de la comple-ja masa de construcciones ensambladas, donde lacarencia y limitación de espacio público se vería com-pensada con la riqueza y variedad del privado o semi-privado.

Aunque siempre existen rasgos formales comu-nes, en el urbanismo musulmán hay mucho de orgá-nico y espontáneo a la hora de entender el lugar,sobre todo, en lo que respecta al clima. Las primerasaglomeraciones se formaron en medios desérticos osemi-desérticos, donde el medio condicionaba. Lasciudades tenían que ser compactas y sus espaciospúblicos angostos para impedir la entrada de los fuer-tes y secos vientos del desierto. Los callejones estre-chos evitaban el impacto directo del sol en los edifi-cios, que se protegían así unos a otros. Además, lasconstrucciones masivas a base de grandes muros detierra, adobe o mampostería ayudaban a mantener elfrescor y la humedad necesarios en los momentosmás calurosos del día. Las ventajas ambientales pro-porcionadas por estas simples medidas fueron impor-tadas a al-Andalus donde, en algunos lugares, seguíanexistiendo unas condiciones naturales extremas.

LA ORIENTACIÓN SUR Y LASRECOMENDACIONES DE IBN LUYÚN

La refrigeración natural en arquitectura se con-seguiría de dos maneras diferentes en el contexto cli-mático en el que nos encontramos. Por un lado,impidiendo la entrada de calor al interior y por otro,una vez dentro, eliminándolo por una serie de meca-nismos físicos combinados: radiación, evaporación yventilación. En este apartado, nos centraremos en elprimer caso, en cómo el edificio se protege del sol, omodo directo.

La fuerte radiación solar es la principal fuentede calor en este área geográfica, lo que la convierte enun fenómeno determinante en el calentamientointerno. Los edificios hispanomusulmanes se defien-

den del sol, en primera instancia, evitando la entradadirecta de éste. La iluminación interior es siempreescasa, por lo que los huecos son, en general, reduci-dos y con una localización muy precisa. Como con-secuencia, se reduce al mínimo el soleamiento y laentrada de aire caliente, con el nivel requerido de ilu-minación y de ventilación. Cuando aparecen aber-turas mayores, como arcos de entrada o salida, seprotegen con profundos pórticos, siempre presentesen las alas más soleadas de los patios.

Por otra parte, reflejar los rayos solares que inci-den en las superficies envolventes sería otra maneradirecta de evitar el calentamiento excesivo de los edi-ficios. Para ello se utilizaban superficies blancas o cla-ras, que reflejan más los rayos solares y que, portanto, absorben menos energía solar (3).

Pero el modo directo de control solar más efec-tivo es la orientación general que se dé al edificio, encómo mira al sol, abriéndose o cerrándose a él. En lasmezquitas y oratorios, la orientación está condicio-nada por la posición respecto de La Meca. Por tanto,no hay en ellos una deliberada respuesta acerca de laposición relativa ante el sol. Sí se observa, en cambio,en casas y palacios con patio, la preferencia por laorientación a lo largo del eje norte-sur, donde losapartamentos o salas principales se encaran al sur.Hay muchos casos que ejemplifican la preferencia delos hispanomusulmanes por esta orientación, a saber:la Aljafería en Zaragoza, Madinat al-Zahra enCórdoba, Cuartos de Granada de la Alcazaba deMálaga, el Castillejo de Monteagudo en Murcia, elGeneralife y los palacios árabes de la Alhambra enGranada, con la excepción del Patio de los Leones, yen algunas casas nazaríes del Albayzín granadino:Horno de Oro, Palacio Dar al-Horra, casas delChapiz, Cobertizo de Santa Inés, Zafra y otras. Lasexcepciones las constituyen aquellas construccionesque se adaptaban a una particular topografía delterreno o cuya ubicación urbana determinaba suorientación. Ejemplo de esto lo constituye el CuartoReal de Santo Domingo, cuya torre se asienta en unade las murallas de la ciudad de Granada, mirando alexterior en dirección sudeste y en un lugar con des-nivel del terreno, lo que permite tener extensas vistasdesde él. Aquí se primaba el control visual comoforma hipotética de poder, más que una apropiadaorientación solar.

En la composición de los palacios nazaríes de laAlhambra, los patios se yuxtaponen y se adosan allado septentrional de la muralla. Los orientados anorte son: el Patio de Machuca, el Patio de Comares,con el patio asociado del Cuarto Dorado, el Palaciodel Partal y los restos del Palacio de Yusuf III; no loestá, sin embargo, el Palacio de los Leones. El cam-bio de orientación a este-oeste se ha justificado por la

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preexistencia de los Baños, que obligó a cambiar la direc-ción del eje mayor con respecto a los patios anteriores.

La ciudad palatina de Madinat al-Zahra estáubicada en una suave ladera que se extiende hasta elrío Guadalquivir. Sus jardines y palacios se asentabansobre tres grandes terrazas escalonadas. En esta espe-cífica localización, el asoleo, junto con la amplitud devistas, parecen haber sido los criterios decisivos parasu planificación. Vuelve a aparecer una estricta dis-posición longitudinal norte-sur y las más importan-tes estancias están, de nuevo, encaradas a mediodía,como, por ejemplo, el Salón Rico, la casa Dar al-Mulk o el salón de la Casa del Ejército.

El cronista almeriense del siglo XIV Ibn Luyúnconfirma la existencia de una orientación idónea yrecomendable para la disposición de una casa delabor. El escritor define en su "Tratado de Agricul-tura" las condiciones que ha de reunir ésta, no sólo detipo práctico, sino también sobre cómo hacerla másplacentera. La definición viene a ser una traducciónliteral de lo que es la residencia privada o almunia delGeneralife. A pesar de su forma similar a cualquierade las fincas agrícolas que circundaban la Granadaárabe, la casa estaba destinada para el disfrute y rela-jo personal del sultán. Ibn Luyún aconseja, entreotras cosas:

"Para emplazamiento de una casa entre jardines se debe elegir unaltozano que facilite su guarda y vigilancia. Se orienta el edificioal mediodía, a la entrada de la finca, y se instala en lo más alto elpozo y la alberca, o mejor que pozo se abre una acequia que corraentre la umbría (..) Todos los grandes frutales deben plantarse enla parte norte, con el fin de que protejan del viento al resto de laheredad. En el centro de la finca debe haber un pabellón dotado deasientos y que dé vista a todos lados, pero de tal suerte que el queentre en el pabellón no pueda oír lo que hablan los que están den-tro de aquél rocurando que el que se dirija al pabellón no paseinadvertido" (4).

Bajo la forma de unos sencillos consejos, subya-ce toda una preocupación sobre cómo obtener elmejor provecho del medio natural donde se piensalocalizar la villa y procurar de este modo bienestar asus moradores.

Como Ibn Luyún nos recomienda, un edificioorientado a mediodía en las latitudes mediterráneasse protege con facilidad del sol. La razón se debe a lainclinación de los rayos solares, que en verano tienenun ángulo de incidencia tan alto que no penetran olo hacen muy poco en los interiores. En invierno, sinembargo, la inclinación es mucho menor, por lo quelos rayos solares penetran con más profundidad, ayu-dando a calentar las estancias. Las, fachadas este yoeste son, por el contrario, las más desfavorables porla baja inclinación del sol en las mañanas y tardes deestío, lo que supone un soleamiento altísimo, difícilde evitar con medios sencillos. Los estudios de Olgyayhan demostrado cómo para una latitud de 40

0 norte

—Córdoba se encuentra a una latitud 370 88" N—,

las fachadas orientadas a levante y poniente reciben unasdos veces y media más de radiación solar en veranoque en invierno, mientras que la cara meridionalrecibe en verano dos veces menos radiación que eninvierno (5). Una fachada encarada al sur, en unclima continental y con algún porche de protección,reúne, por tanto, las condiciones óptimas para sacar-le el mayor rendimiento a la energía solar: protecciónnatural en verano y máxima penetración en invierno.

Las simulaciones de sombras llevadas a cabo enel Patio de Comares confirman esta hipótesis (Fig. 1).Para un típico día de verano, la inclinación de losrayos solares es tan alta y la orientación general tal,que no aparece entrada solar en las salas más impor-tantes. A mediodía, el sol ilumina la mayor parte delpatio pero sin incidir en los interiores. Por la maña-na y la tarde, en cambio, el sol penetra a través de loshuecos de las alas oeste y este respectivamente.

En los ejemplos citados de edificios dispuestos alo largo del eje norte-sur, se aprecia también cómo lassalas más importantes se ubicaban en el ala norte delpatio, con la fachada principal mirando a mediodía.En cambio, las fachadas este y oeste no tienen aber-turas al patio, o sólo las estrictas para ventilar e ilu-minar, debido a su inadecuada orientación. Un casosingular de defensa ante el sol lo constituye el corre-dor porticado del Patio de los Leones. En sus ladosnorte y sur, donde la incidencia de los rayos solares escasi vertical en estío, los pórticos tienen una profun-didadaproximada de unos dos metros, suficientespara que el sol no penetre. Sin embargo, las fachadaseste y oeste, además de ser más cortas, tienen unospórticos más anchos, de algo más de tres metros.Asimismo, cuentan con la protección adicional de lospabellones que se adelantan hacia el centro del patio.

VENTILACIÓN, EVAPORACIÓN YRADIACIÓN. TRES SISTEMAS COMPATIBLESDE REFRIGERACIÓN NATURAL.

Si se analizan los principios físicos que permitenla mejora ambiental, encontraremos tres métodoscomunes de refrigeración pasiva. El aire interno esenfriado por: ventilación, evaporación y radiación.En la arquitectura hispanomusulmana, estos meca-nismos naturales, eficaces cada uno por separado, secombinan y complementan entre sí para obtenertodavía mejores resultados.

A) VENTILACIÓN

La ventilación proporciona enfriamiento por-que el movimiento de aire evacua y arrastra el calor

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que se genera en los espacios interiores, así como elde la superficie del cuerpo humano. Los beneficiosproducidos por la ventilación se perciben de dosmaneras:

• Una, debida a que la velocidad del aire provo-ca la pérdida de calor por convección —latemperatura del aire es siempre más baja quela de la piel, por lo que el movimiento del airealivia del calor—.

• La otra tiene que ver con que el aire pegado ala piel se encuentra saturado. El contacto conel flujo de aire hace que este absorba parte dela humedad superficial de la piel, con lo queproduce un efecto refrescante.

Para que la ventilación de un habitáculo sea efi-caz, es determinante la distribución y forma que ten-gan sus ventanas. No sólo en lo que respecta al tama-ño, sino también a su localización estratégica, con elfin de obtener una idónea ventilación cruzada. Laevacuación del aire caliente mejora si hay más ymayores aberturas en la parte alta, debido a que elaire caliente es más ligero y tiende a acumularse enesta zona.

En climas con veranos secos y calurosos, desdemedia mañana hasta la caída del sol, la temperaturadel aire exterior tiende a ser demasiado alta y superiora la de dentro. Los edificios, por tanto, suelen per-manecer cerrados puesto que no es posible hacer usodel potencial refrigerador del aire. En cambio, si exis-ten brisas marinas próximas, cuya temperatura esagradable y constante, pueden ser usadas para refres-car durante todo el día. Cuando el interior se cierraal aire externo, los anchos muros pasan a ser losencargados de refrigerar. Éstos aislan del ambienteexterior y almacenan el calor durante las horas cen-trales del día, lo que mantiene frescos los interiores.Durante la noche, los muros y cubierta empiezan airradiar el calor acumulado. Como consecuencia, laestructura del edificio mediante la ventilación noc-turna, disipará con facilidad el aire calentado. -

En los edificios hispanoárabes se han observadotres formas diferentes de ventilar las estancias de ma-nera natural. Por: efecto "chimenea', efecto "Venturi"y la presión directa del viento. Los tres se abordaránmás adelante y en detalle al tratar del esquema espa-cial patio-pórtico-torre y el tipo medioambiental demezquita.

B) ENFRIAMIENTO EVAPORATIVO

El principio físico de este enfriamiento se basaen la evaporación de agua, es decir, cuando ésta pasaa convertirse en vapor de agua del aire circundante.Se produce evaporación cuando la presión de vaporsobre el agua es mayor que la del aire adyacente, en-

tonces el agua en estado líquido se transforma envapor. Para que esto se produzca se requiere energía,término que se conoce como calor latente. El calorlatente necesario para la evaporación se toma del aire,el cual, entonces, es enfriado, al mismo tiempo quesu contenido de humedad aumenta. De esto se dedu-ce que el potencial evaporativo del aire será mayor enclimas secos y calurosos, como es el caso que nosocupa. En general, y bajo unas condiciones específi-cas, la capacidad de enfriamiento por evaporaciónpuede ser tan alta que es posible hacer descender latemperatura en unos 14° C (6).

El enfriamiento evaporativo es un recurso utili-zado desde tiempos remotos. El agua puede estar alo-jada de distintos modos, pero, en general, cuantomás expuesta esté al aire, mayores serán las ventajasobtenidas. La podemos encontrar en forma de fuen-tes, surtidores, albercas —con una gran superficie decontacto con el aire—, o también obtenida de lavegetación cuyas hojas siempre contienen humedadsuperficial; en este caso, el fenómeno es conocidocomo evapotranspiración. El enfriamiento produci-do gracias a la vegetación tiene una importanciaextraordinaria: "La evapotranspiración de un árbolpuede ahorrar entre 1 y 2,4 MJ de electricidad anualconsumida mediante aire acondicionado. Las tempera-turas obtenidas en un parque de San Francisco con unagran densidad de plantas y árboles daban 8 grados cen-tígrados por debajo de las áreas de alrededor" (7). Perola vegetación no sólo mejora las condiciones térmicasy de humedad del aire que la atraviesa, posee otrasprestaciones ambientales, como la de filtrar el flujode aire, limpiándolo de polvo y contaminación; la deamortiguar el ruido y, sobre todo, la de proporcionarsombra.

C) ENFRIAMIENTO POR RADIACIÓN

La radiación térmica es la energía que una su-perficie emite en forma de ondas electromagnéticasen función de su temperatura. Si dos elementos condiferentes temperaturas están enfrentados, se estable-ce un flujo radiante desde el más caliente al más fríocon el fin de equilibrar ambas temperaturas. Para quese produzca no es necesario ningún medio físicoentre los dos elementos. La eficacia de un radiadordepende de su "emisividad", es decir, del tipo deonda que emita.

Las superficies expuestas a la radiación solar,tales como tejados, suelos y muros, almacenan laenergía solar que reciben durante el día. Cuandollega la noche, y debido al fenómeno de la radiacióntérmica, inician su enfriamiento, irradiando el caloralmacenado hacia la bóveda celeste por medio deondas de gran longitud. La radiación nocturna es

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capaz de compensar la cantidad de energía que serecibe del sol y de mantener, así, el balance energéti-co entre la tierra y la atmósfera. Pero esta radiación seproduce también desde los muros hacia las habita-ciones, calentando el aire. Por tanto, se precisará deuna adecuada ventilación nocturna para evacuarlo.

Para que el enfriamiento radiactivo funcionecon eficacia, se ha de ayudar de materiales de unagran resistencia y capacidad térmica, que retrasen elcalentamiento hasta la disipación nocturna. A estapropiedad de alterar el flujo de calor entre el ambien-te exterior e interior se la conoce como inercia térmi-ca. Así pues, el enfriamiento radiactivo depende de laconductividad térmica del material y del grosor delcerramiento. Cuando aumenta la temperatura delaire exterior y el muro se expone a la radiación solar,se eleva la temperatura superficial de su cara externa,la cual si es superior a la de la cara interna, provocaun flujo de calor hacia dentro. La velocidad del flujoserá más o menos rápida en función de la anchura yde la inercia térmica del material. w

EL PATIO COMO GENERADORDE MICROCLIMA

El patio dentro de una vivienda sirve para ilu-minar y ventilar las piezas de la casa, recolectar elagua de lluvia y, al mismo tiempo, regular el clima demanera natural. Es el lugar alrededor del cual girabael mundo doméstico musulmán, de ahí su impor-tancia ambiental. Al mismo tiempo, era el reflejo delretiro espiritual e individual que la Sunnah plantea.Pero además de hacer de "sala de estar" al aire libre,funcionaba como un termorregulador del resto de lavivienda. El patio acumulaba bolsas de aire fresconocturno, semejante a un pozo, que aislaba del calordel día. Asimismo, proporcionaba sombra, una suaveiluminación y más humedad.

En las casas y palacios árabes, una forma yorientación adecuadas de sus patios impedían lapenetración solar, al menos en las horas centrales deldía y durante la estación más calurosa. El volumendel patio resultaba determinante en cuanto a su res-puesta térmica. Un espacio más alto que ancho esrecomendable si se quiere mantener más tiempo ensombra. Sin embargo, en climas compuestos, coninviernos fríos, los patios solían ser alargados y conuna orientación específica: por lo general, la norte-sur para maximizar la entrada de sol en invierno ymantenerlo sombreado en verano (Fig. 1). Por otraparte, los pórticos, pérgolas, toldos, plantas y arbus-tos tamizaban la molesta e intensa luz, que era filtra-da o reflejada, lo que reducía el salto lumínico entreel exterior y las frescas estancias del interior.

La temperatura y humedad estaban amorti-guadas por la presencia de agua y vegetación en lospatios. Ambas son las fuentes principales en las quese basa el enfriamiento evaporativo. A su vez, elenfriamiento por radiación era decisivo, por ser laforma corriente de refrigeración natural en climascontinentales. La alta inercia o capacidad térmicade los muros de los patios, permitía aislar y retar-dar el calentamiento interno. De noche, el patio seenfriaba con facilidad por ventilación y por laremisión de energía calórica de onda larga. Conestos procedimientos, el patio hacía de colchónclimático y ambiental de toda la vivienda: aisladodel calor y la sequedad de afuera durante el día y,

tras la puesta de sol, capaz de eliminar el caloralmacenado.

EL JARDÍN HISPANOÁRABEO EL "PARAÍSO" EN LA TIERRA

Todas las interpretaciones que subyacen detrásdel jardín hispanomusulmán coinciden en entender-lo como una representación del Paraíso. Este criteriocomún confirma que en él se buscaba reposo y pla-cer. Además, el hecho de que el jardín se aloje en lospatios de casas y palacios beneficia ambientalmente alas estancias que lo circundan y que a él se abren.

La palabra griega paradeisos es una adaptacióndel persa y significa jardín de placer. En Persia existíala tradición ancestral del jardín real de placer y, comotal, pasó a convertirse en el principal antecedente delislámico. Pero es, sobre todo, el tema coránico delParaíso el que inspiró a los musulmanes a modificarel paisaje. La idea de Paraíso, en la que el jardín árabese recrea e inventa a sí mismo, proviene del Corán, elcual lo refiere como la recompensa a la fe mahome-tana. Así, el jardín no pretende ser más que su repre-sentación formal como el lugar intermedio entre latierra y el Edén prometido, un espacio de sublima-ción espiritual. Por otra parte, la dureza de las condi-ciones naturales del mundo islámico alentaba amodificar la naturaleza. El alejarse del mundo real—natural— permitía imaginar y recrear un lugarnuevo —artificial—: el jardín.

Las citas del Corán sobre la recompensa a lavida religiosa son frecuentes e intensas. El Librosagrado musulmán promete "jardines debajo de loscuales fluyen ríos", lugares ricos de agua y vegetación.En esta cita, por ejemplo se contrasta el frescor y lavitalidad del Paraíso con las llamas del Infierno:

`Este es el Paraíso con el que los justos han sido premiados: estáregado por arroyos que corren: eternos son sus frutos y eternas sonsus sombras. Así es la recompensa de los justos. Sin embargo, el pre-mio para los que no creen es el fuego del Infierno "(8).

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En otro momento y en tono dual se revelan loscomponentes del jardín:

Tal lado de éstos tendrá que haber dos jardines, verdes prados, allídos fuentes de agua a borbotones, allí frutas, y palmeras, y grana-dos, allí doncellas buenas y bonitas (..) huríes, enclaustradas enfrescos pabellones" (9) .

A pesar del aire poético y ambiguo de estas des-cripciones, llenas de metáforas y simbología religiosa,aquí se explica con más detalle lo placentero de eseEdén prometido:

.. y recompensados por su paciencia con un jardín, y seda; allí ten-drán que reclinarse sobre lechos, allí no tendrán que sentir ni el solni el amargo frío, cerca tendrán su sombra, y sus racimos dócil-mente caídos, y alrededor se les tendrá que parar vasijas de plata, ycopas de cristal, cristal de plata que ellos han medido muy exacta-mente. Y allí se les tendrá que dar de beber una copa cuya mezclaes jengibre, allí una fuente cuyo nombre es Salsabil" (10).

La referencia al Salsabil revela cómo el agua,ofrecida en "vasijas de plata" y "copas de cristal", esparte fundamental del entorno del jardín.

Pero el Paraíso terrenal que el jardín islámicopretende emular va más allá de la mera representa-ción coránica. Se trata, a su vez, de un sitio de recreopara sus moradores y un deleite para los sentidos: flo-res, arbustos, aromas, vistas, inscripciones poéticas,fuentes, acequias, albercas, pórticos, pabellones,miradores, etc. En los palacios, el jardín adquiere,además, el carácter iconográfico de lugar de dominioy control, ya que alberga las principales fuentes deriqueza del gobierno real: árboles y especies agrícolas;y ofrece perspectivas del paisaje y la ciudad que desdeallí se dominan. Madinat al-Zahra es un ejemplo evi-dente de la simbiosis que en él se da entre jardín depoder y jardín de placer.

El agua, como se indicaba, está siempre presen-te en los jardines, donde asume un significado tras-cendental, heredado de la filosofía árabe. Es el centrosimbólico y físico de los patios y jardines. El agua delos patios de abluciones, es símbolo de higiene ypureza, mientras que, fluyendo por canales y enmovimiento sugería el paso del tiempo. Por otraparte, la forma y disposición de los jardines veníandeterminadas por los sistemas de captación, irriga-ción y distribución del agua. La ubicación de palaciosy jardines, e incluso ciudades, dependía sobre tododel agua disponible. El "milagro" del agua hizo posi-ble la elección de la colina de la Alhambra comocorte real, y ha sido el agua, por extensión, la que hapermitido el desarrollo agrícola de la ciudad deGranada.

La profusión de huertos y jardines en al-Andalusfue tal que su descripción y alabanza pasó a conver-tirse en género poético de la literatura andalusí. Sirvacomo ejemplo esta descripción que el poeta IbnKhágán hace de un jardín cordobés del siglo XI:

"En el jardín se perfilan líneas de árboles dispuestas de manerasimétrica y las flores sonríen entre las yemas apenas abiertas.Aquella fronda protege el suelo del alcance del sol y la brisa, de díay de noche, toda cargada de perfumes, cruza el huerto... Abü Amirtuvo mucha suerte de haber sido enterrado allí" (11).

DISPOSICIONES ESPACIALES EN TORNOAL PATIO. LA HIPÓTESIS DEL ESQUEMAPATIO-PÓRTICO-TORRE.

Además del carácter medioambiental que en sítienen el patio y el jardín, la forma en que se dispo-nen las piezas habitables a su alrededor influye en lacorrecta distribución del microclima generado enaquéllos.

En los patios de los palacios, lo más interesante,desde el punto de vista bioclimático, es la adición deuna torre o qubba al eje principal, por lo general loca-lizada en el ala norte. La qubba es la cámara principaldel palacio y su imagen está asociada al poder monár-quico. Siempre tiene ventanas perimetrales en suparte alta por las que ilumina y ventila, sin embargo,en la parte inferior suelen estar cerradas al exterior,aunque no al jardín. Si tienen alguna abertura a lacalle es de pequeño tamaño, y su excusa es la de favo-recer una vista estratégica y puntual (12).

Entre la qubba y el patio se inserta un espaciointermedio o de transición. La antesala a la qubbasuele ser un pórtico, que hace de amortiguador tér-mico del patio. Así se establece una serie espacialpatio-pórtico-torre, muy habitual en la arquitecturahispanomusulmana. La encontramos, por ejemplo,en el Cuarto Real de Santo Domingo en Granada, laAljafería de Zaragoza —aunque aquí la torre no estáalineada al eje del patio—, el Salón de los Emba-jadores del Alcazar de Sevilla y es también una com-posición corriente en los palacios nazaríes de laAlhambra. En el Palacio de Comares, y debido a susupuesto doble uso como residencia real y salón deltrono, la secuencia se hace aún más compleja allevantarse entre la torre y el pórtico la Sala de laBarca, apartamento privado del sultán. Pero el casomás singular lo constituye, sin duda, el Patio de losLeones, cuya composición y complejidad lo convier-ten en el más original de la arquitectura nazarí. Elpatio es biaxial o de crucero. En su eje menor, y acada extremo, se dispone una qubba.' Sala de las DosHermanas y Sala de los Abencerrajes, mientras queen el eje mayor se localizan la Sala de los Mocárabesy la Sala de los Reyes —ésta última podría ser inter-pretada como la adición de tres qubbas—. Las cuatrosalas, situadas en los extremos de cada eje compitenen importancia formal, lo que enfatiza el carácter decrucero del que carecen los restantes patios.

La hipótesis bioclimática atribuible a esta se-

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cuencia espacial consiste, en esencia, en la interacciónentre patio, pórtico y torre. La complementariedadentre los tres espacios hace de éste un sistema eficaz,desde un punto de vista ambiental. La torre, por suubicación, forma y fenestración, actúa como unatorre de ventilación, encargada de eliminar el calorinterno, gracias a la corriente de aire constante que secrea desde el patio. El pórtico, por su parte, protegedel sol y es el amortiguador térmico entre patio ytorre. En particular, tres son los efectos termo-físicosque se favorecen con esta composición: el "chime-nea", el "Venturi" y el producido por la incidenciadirecta del viento. Analizados en detalle consistirían:

a) El efecto "chimenea" se origina por la dife-rencia de densidad entre el aire frío, máspesado, y el aire caliente, más ligero. En unespacio vertical como una torre, la diferen-cia de densidades hace que el aire se distri-buya de forma natural en capas, arriba elcaliente y abajo el más fresco. La partesuperior de la torre, al estar muy ventilada,elimina con rapidez las bolsas de aire allíacumuladas. La evacuación del aire calien-te provoca que el inferior ascienda. Se esta-blece así un movimiento natural del aire.Por otro lado, la parte de abajo, al estarabierta al patio, absorbe hacia dentro el airefresco del pórtico y del jardín, y hace quefluya de modo natural hacia la torre. Portanto, la circulación de aire que se crea noes sólo vertical sino también horizontal.

b) El efecto "Venturi" se produce al atravesarel viento las ventanas altas de las torres.Colocadas en todo el perímetro y enfrenta-das unas a otras, posibilitan que el vientolas atraviese con facilidad. Debido a lavelocidad de la corriente de aire, se produ-ce una bajada de la presión atmosférica quearrastra el aire de abajo hacia arriba, esdecir, de más a menos presión. A mayorvelocidad del viento, mayor movimientode aire. Este efecto, combinado con el"chimenea", produce un significativo flujovertical que expulsa con facilidad el aireviciado al exterior.

c) El tercer efecto es el de la presión directaque el viento ejerce sobre los edificios. Paraoptimizar la capacidad de evacuación delviento, este ha de canalizarse medianteaberturas estratégicas que arrastren a supaso la mayor cantidad de aire exhausto.En las qubbas, en concreto, los huecosestán encarados para facilitar la ventilacióncruzada. Así pues, habrá dos niveles de

ventilación, uno en las ventanas superioresy otro en los huecos inferiores, entre elpatio y el exterior. Si en la parte de abajo delas torres no aparecen aberturas al exterioro éstas se cierran, entonces la única circula-ción de aire posible es entre las ventanasaltas y el patio. En el caso particular de losedificios granadinos encarados a norte, suorientación es idónea no sólo respecto a suasoleo, sino también a su ventilación natu-ral. De hecho, en Granada, los vientos decomponente sur y un poco sudoeste sonlos más fuertes y constantes del año. Setrata, además, de vientos frescos que pro-vienen del macizo de Sierra Nevada, connieves casi perpetuas. Al soplar desde el sur,atraviesan los patios donde se humedeceny refrescan gracias al agua y a la vegetaciónque contienen, y desde aquí, barren lasprincipales estancias hacia el exterior.

En la figura 2 se muestran los gráficos obtenidosen unas mediciones puntuales llevadas a cabo a lolargo de un día de verano en el Patio de los Leones.Las curvas reflejan cómo la temperatura, humedad yviento se relacionan entre sí. A la vista de estos resul-tados, se puede concluir que las condiciones climáti-cas suelen estar atemperadas en el patio respecto alexterior. En las qubbas, éstas son mejores, si cabe, yaque permanecen muy estables a lo largo del día ydentro de los márgenes considerados como deconfort. También se puede deducir que las líneas detemperatura y humedad tienden a ser inversamenteproporcionales, es decir, a mayor temperatura,menor humedad y viceversa. Por otro lado, las curvasde velocidad del aire, excepto a las nueve de la maña-na y por la noche, son casi paralelas a las de tempe-ratura e inversas a las de humedad. Esto significa queen las horas centrales del día la ventilación es contra-producente, mientras que para el resto del tiempo suefecto es beneficioso.

En paralelo, la colocación de unos medidoresencargados de registrar datos e información sobretemperatura y humedad a lo largo de varios días,permite comparar simultáneamente los resultados yel comportamiento ambiental de las diferentes áreasmedidas. En la figura 3 se reflejan las curvas de tem-peratura y humedad resultantes de una de estas seriesde mediciones realizada en la Sala de los Abencerrajes,pórtico y un lugar exterior al patio. El resultado essorprendente en ambos cuadros. Temperaturas yhumedades están muy atenuadas en el interior y másen el patio que en el exterior. Ambas líneas son másestables y con menos picos de sierra que las que estánmás en contacto con el exterior. En las horas de calor

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más tórrido, la diferencia con el interior llega a ser decasi 12° C y con un incremento proporcional dehumedad relativa de más del 15%. Otra interesanteconclusión obtenida es el retraso producido en lashoras de máximo calor entre dentro y fuera, de unasdos horas aproximadamente —diferencia considera-ble si se tiene en cuenta que el edificio estaba abier-to, por completo, al aire externo—. Este retardo estáproducido por el efecto radiactivo de los anchosmuros que envuelven la Sala.

El resultado de estos experimentos confirma, engran medida, las hipótesis planteadas sobre la mejoraen las condiciones ambientales del conjunto. Patio einteriores son sustancialmente más frescos y húme-dos. Y existe, en la secuencia espacial, interacciónentre los factores climáticos que en ella intervienen.

INTERPRETACIÓN MEDIOAMBIENTALDEL TIPO MEZQUITA

Dos son los tipos de edificios religiosos que exis-tieron en al-Andalus. En el período califal, por unlado, se introdujo el modelo de la gran Mezquita deDamasco como referencia arquitectónica para laconstrucción de la Mezquita de Córdoba. De esteprimer modelo, además de la de Córdoba, quedanparte del patio y del minarete de la mezquita almo-hade de Sevilla, los restos arqueológicos de las deMadinat al-Zahra y fragmentos de otras mezquitasmenos reconocibles. El otro grupo englobaría variastipologías que irían desde la pequeña mezquita,como la de Bab al-Mardum en Toledo, al oratorioprivado, como el de la Aljafería de Zaragoza, el de lamezquita del Alcázar de Jerez de la Frontera y el de laMadraza de Granada (13).

Para reconstruir el comportamiento climáticodel primer tipo, es necesario imaginar cómo seríadesde un punto de vista funcional y espacial. Si setoma como ejemplo a la mezquita cordobesa, y se laimagina sin las intervenciones cristianas, en sus orí-genes sería un espacio más uniforme. De un golpe devista se reconocería la forma elemental de la sala deoración: una serie de naves longitudinales perpendi-culares a la gibbla, separadas por filas de columnas,cuya vista sesgada produciría el conocido efecto debosque de columnas. La uniformidad se vería altera-da por la capilla del mihrab, las estancias que la ante-cedían y la capilla de Villaviciosa. El gran rectángulode la sala de oración estaría abierto al patio en uno delos lados mediante diecinueve grandes arcadas, que secorresponderían con el final de las naves —en épocacristiana, estas arcadas se cegaron para construir capi-llas—. Por tanto, la relación entre el interior y elPatio de los Naranjos sería más estrecha e íntima de

lo que es hoy. El gran patio hacía de antesala de lamezquita. En él tenían lugar las abluciones del ritomusulmán y la "aclimatación" y preparación al culto.Era además, un sitio abierto y de encuentro paraantes y después del rezo. Todavía hoy, el Patio de losNaranjos sigue siendo el mayor espacio público de laciudad antigua de Córdoba.

El carácter de lugar de transición del Patio de losNaranjos tiene, a su vez, un paralelismo medioam-biental. En el patio se producía un microclima quemitigaba el caluroso exterior. Las suavizadas tempe-raturas se expandían por ventilación o conduccióndel aire hacia la sala de oración a través de las arcadasde las naves, que permanecían abiertas o con algúntipo de puerta, cortina o estera que regulaba la entra-da de luz y de calor. Las condiciones térmicas delpatio eran modificadas, como en otros casos, por lasombra, la vegetación y el agua. Desde un manantialde la sierra se conducía el agua hasta un gran aljibelocalizado en el centro del patio. Del aljibe se ali-mentaban dos fuentes y se irrigaba la vegetacióndispuesta en filas, alineadas con las columnas delinterior. Palmeras, naranjos, olivos, cipreses y arraya-nes eran las especies encargadas de proporcionarsombra al jardín (14).

El espacio columnado estaba en penumbra y sinaberturas a la calle que interrumpiesen los oficios reli-giosos, sin posibilidad, por tanto, de soleamiento. Síhabía, en cambio, unas pequeñas ventanas con celo-sías que hacían de la sala un espacio no del todoestanco al aire (Lám. 1). Estas celosías se encuentrandistribuidas de modo regular en tres de los lados delperímetro que separan el interior de la calle (15). Deeste modo, se producía una ventilación cruzada entreel patio y las ventanas, capaz de evacuar y renovar elaire viciado, muy conveniente en los momentos deplegaria y celebraciones multitudinarias. Los vientosdominantes en Córdoba se localizan en la direccióndel valle del Guadalquivir, sin dejar de tener impor-tancia los de este y noreste, que soplarían desde elpatio hacia dentro. Así, en la sala de oración, se ha desuponer la existencia de una fina corriente de airepermanente que, además de transportar el enfria-miento del patio, distribuía el frescor que irradiabanel suelo, la cubierta y los gruesos muros exteriores.De hecho, la gran inercia térmica de cubiertas, murosy suelo, sería lo que más atenuase las altas tempera-turas exteriores (Fig. 4).

En cuanto a las otras tipologías de edificios reli-giosos menores, las estrategias bioclimáticas que seaprecian poseen rasgos comunes con otros tipos yacomentados. En general, los oratorios, como las qub-bas, son torres iluminadas y ventiladas cenitalmentemediante celosías perimetrales (16). Se matiza así laentrada de luz y el espacio general queda oscurecido.

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Como en los otros casos, la ventilación superior eli-mina con facilidad el aire exhausto, por la combina-ción del efecto "chimenea" y el "Venturi". Y por últi-mo, el grosor de los muros perimetrales se encarga deaislar y emitir el frío almacenado durante la noche.

LUZ NATURAL. CONTROL Y SIMBOLOGÍA.

Otro aspecto muy tenido en cuenta en la arqui-tectura árabe era la luz. Su manipulación ayudaba apercibir y entender los espacios de una manera pre-establecida, servidora de la cosmogonía islámica ymás allá del carácter físico de los edificios. El modoen que la iluminación natural es introducida y modi-ficada no es del todo valorable o cuantificable, peromerece una especial atención por tratarse de unaspecto "bioclimático" y de relación con el medio.De nuevo, una fuente natural se pone al servicio deun objetivo práctico y, al mismo tiempo, formal.

Las zonas donde esta arquitectura se localiza secaracterizan por la intensa radiación solar y días des-pejados la mayor parte del año. Además, el Islam y laraza árabe tienen sus orígenes en lugares desérticos osemi-desérticos donde la luz es deslumbrante y mo-lesta. Desde el primer momento, se tiene concienciade que confort visual significa tamizar y difuminar laluz solar. Por ello los hispanomusulmanes huyen dela intensa iluminación en los interiores. Gustan dehabitaciones semi-oscuras o en penumbra y de luga-res sombreados porque son más frescos y porque enellos la luz está amortiguada y suavizada. Para la lec-tura o el trabajo manual se aproximarían a las peque-ñas ventanas o celosías, o bien, las realizarían al airelibre o en los pórticos. El interior se reserva para lacalma, el reposo, la meditación o para observar haciafuera sin ser visto y, en el caso de las mezquitas, paraorar. La oscuridad en la mentalidad islámica tiene elsentido de privacidad.

La iluminación interior suele ser indirecta, raravez procede de la penetración solar. Las ventanas tie-nen siempre celosías que filtran y moderan la entra-da de luz. Las situadas a nivel del suelo se localizan enpequeños miradores o alcobas que desvían la ilumi-nación directa. Es el caso de las alcobas del Salón deEmbajadores, el Mirador de Lindaraja o el miradorde la Sala de los Reyes del Generalife. En cambio, enlos grandes huecos abiertos a los patios, la presenciade pórticos gradúa la entrada de luz, que se refleja ensucesivas superficies hasta alcanzar el interior. Dehecho, rara vez se penetra desde fuera a una estanciaoscura directamente, sin esa gradación lumínica.

Lo habitual, sin embargo, era confinar la ilumi-nación indirecta a la parte alta de las salas y habita-ciones, lo que difuminaba la luz de arriba a abajo,

dando un aire sugerente y misterioso a los interiores.La luz cenital bañaba la superficie de los muros ymaterializaba su abundante decoración, realizada apartir de inscripciones, mosaicos, elaborados trabajosde madera, zócalos vidriados o mocárabes policro-mos. De este modo se lograba una sensación deriqueza y esplendor en unas construcciones realiza-das, por lo general, con materiales pobres.

En el interior de las mezquitas, la luz adquiere,además, un significado simbólico y religioso. La ora-ción, realizada cinco veces al día, está marcada y guia-da por la luz; en cada momento del día el rezoadquiere un sentido diferente. Y como en elCristianismo, para los musulmanes la divinidad, Alá,es la Luz, y hacia la Luz se dirigen las miradas. Así, lailuminación de las salas de oración asumía un carác-ter místico, que "orientaba" o conducía la miradahacia el lugar sagrado del Corán. En Córdoba, porejemplo, los tres habitáculos previos a la Capilla delmihrab y la Capilla de Villaviciosa se elevaban paracaptar iluminación cenital. Su decoración se enrique-cía, a su vez, con dorados mosaicos que resplandecíanen la penumbra. Desde cualquier punto de la inmen-sa sala hipóstila, la vista era dirigida hacia el lugarsagrado, mientras que el resto se perdía en la oscuri-dad general.

Al tiempo, la arquitectura hispanomusulmana"juega" con la luz y los efectos visuales que ésta pro-duce. Este tratamiento lúdico tiene que ver con laincidencia lumínica en determinados materiales. Losparamentos tienen acabados y texturas que con la luzse multiplican en destellos y pequeños reflejos; es elcaso de los zócalos vidriados, de los mosaicos y de lasyeserías. Sugerentes efectos se dejan ver tambiéncuando la luz atraviesa las tupidas celosías y las vidrie-ras de colores, cuando incide en la marquetería depuertas y techos, en los mármoles blancos; cuandopenetra entre los árboles de los jardines y cuando"juega" con el agua: reflejando la arquitectura en lasalbercas o brillando en el agua de las fuentes y regueras.

Prueba de cómo la manipulación de la luz eraun objetivo normal y estético, son las citas que, comodescripciones que la arquitectura hace de sí misma,aparecen por doquier en los muros de la Alhambra yel Generalife granadinos. Sirva ésta como ejemplo:

"¡ Cuántos arcos se elevan en su cima,sobre columnas por la luz ornadas,como esferas celestes que volteansobre el pilar luciente de la aurora!Las columnas en todo son tan bellas,que en lenguas corredora anda su fama:Lanza el mármol su clara luz, que invadela negra esquina que tiznó la sombra;irisan sus reflejos, y diríasson, a pesar de su tamaño, perlas.jamás vimos alcázar más excelso,de contornos más claros y espaciosos (...)"(17).

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La Sala de las Dos Hermanas contiene estepoema de Ibn Zamrak que se repite en parte en laSala de los Abencerrajes. En otra parte de la Sala delas Dos Hermanas y enlazando con el Mirador deLindaraja, entre otras cosas, puede leerse:

"(... J se asemejan a otros tantos planetas que giran bajo estas bóve-das como en su órbita, para esclarecer las tinieblas con sus raudalesde luz matutina. —He aquí mármoles labrados con todas las per-fecciones, y cuya hermosura ha pasado en proverbio. —Y columnas,que al ser iluminadas por los rayos de la aurora, parecen a pesar desus dimensiones madejas de perlas. (..) —Cuando los alientos delcéfiro son reprimidos por los rayos del mediodía, estos salones pare-cen inundados de una luz que repele hacia la sombra a todas lasotras luces" (18).

En las inscripciones existentes en el Salón deEmbajadores y Sala de la Barca, se ensalzan las carac-terísticas del lugar como espacio áulico. El edificiohabla de sí de este modo:

"Y aunque sean mis adornos los signos del cielo, se echa en mí demenos el resplandor del sol. Cubrióme mi glorioso señor Y usuf convestido de alegría y de primor, con necesitar de otro vestido; y mehizo trono regio, cuya altura iguala con la verdad, a la luz, al tála-mo y al trono celestial" (19) .

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A MODO DE COROLARIO

Como se ha visto, no existe una única maneraclara y evidente de responder al clima en arquitectu-ra. Los edificios hispanomusulmanes eran el resulta-do de un proceso de experimentación intuitivo, en elque se contemplaba el lugar dentro del diseño gene-ral

^. y se aprendía la lección aportada por construccio-

nes anteriores. De este modo, se iban afinando un as"destrezas" bioclimáticas muy precisas y, al tiempo,eficaces.

Es bien sabido que estos edificios han tenidouna gran in fluencia y trascendencia en la arquitectu-ra vernácula española y, en especial, en aquellas zonasdonde la presencia islámica dejó una improntamayor. Así por ejemplo, el urbanismo árabe es aúnvisible en los centros de ciudades y pueblos del cen-tro y sur. El patio, por otro lado, es todavía la piezaclave en muchas tipologías de vivienda tradicional.Pero no sólo ha pervivido un compendio de formasy estilos, sino también aquellas aptitudes que tienenque ver con el bienestar y el lugar. Como consecuen-cia, el bioclimatismo pasó a ser una constante en granparte de la arquitectura popular, la cual, suele incor-porar aspectos que la arquitectura de autor ignora.

En la actualidad, los avances tecnológicos hanpermitido suplir nuestras necesidades de confortmediante el empleo de fuentes de energía no renova-bles y de gran coste medioambiental. Lo cual ha faci-litado que, en parte, los edificios modernos no seconciban mirando lo que pasa a su alrededor, y atien-

dan más a otros planteamientos e intereses. A su vez,la falta de compromiso con el entorno desliga a laarquitectura de los objetivos sociales para los que seconcibe. Nunca está de más, por tanto, volver la vistahacia nuestros antepasados hispanoárabes, para apre-ciar su legado arquitectónico y su actitud para hacerdel medio natural algo con lo que convivir y no a loque enfrentarse.

NOTAS

Este artículo forma parte de una investigación que con el mismonombre se está llevando a cabo en la Architectural AssociationGraduate School de Londres bajo la dirección del profesor SimosYannas y con el patrocinio de la Comisión Interministerial deCiencia y Tecnología (CICYT) del Ministerio de Educación yCultura.

El tipo de vivienda con patio se ha venido usando en muchascivilizaciones antiguas desde el Neolítico, donde en algunoslevantamientos arqueológicos de ciudades de Oriente Medioha aparecido esta disposición. Casas organizadas en torno a unpatio eran de uso corriente en los valles mesopotámicos delTigris y el Eúfrates, el valle del Indo en el Indostán, el valle delNilo, los valles del Hwang Ho and Yangze en China, y todo elárea de influencia del mundo clásico griego y romano.Además, este modelo de vivienda ha pervivido en el tiempo yse ha hecho tradicional en muchas más zonas, siendo unaforma común en ciudades africanas, asiáticas y de América delSur. Por tanto, esto llevaría a pensar que, aparte de la lógicainfluencia cultural, la casa con patio podría ser una forma deasentamiento espontáneo en zonas cálidas que se ha manteni-do constante como una forma natural de respuesta al medio.Según cronistas de la época, la densidad de las ciudades orien-tales como Damasco era todavía mayor y en ellas las casasalcanzaban las tres plantas. Por tanto, el aprovechamiento delsuelo estaría vinculado a la presión humana más que a unadensidad de ciudad establecida.Se hace difícil precisar los colores que la arquitectura hispano-árabe tendría en su momento, puesto que el envejecimiento ylas sucesivas restauraciones han alterado su colorido original.Los criterios modernos de restauración, y un gusto más actual,han venido valorando el que las superficies de los edificiosreflejen su calidad material como principio de "sinceridadarquitectónica", descarnando superficies estucadas y dejandovistos mármoles, ladrillos, enfoscados de color tierra y utili-zando el blanco como color base. La realidad tendría más quever con una arquitectura muy colorista, de columnas y capite-les de mármol pintados, tejas y pavimentos de barro vidriadoen diversos colores, zócalos de brillantes alicatados, junto conlas decoraciones murales de mocárabes y yeserías recubiertas deuna viva policromía. A esto habría que añadir una vegetación,en patios y jardines, más variada y exuberante que la actual,que incrementaría esa idea de riqueza colorista.EGUARAS IBÁÑEZ, J., Ibn Luyún: Tratado de Agricultura.OLGYAY, V., Solar Control and Shading Devices.Véase el experimento de la torre de enfriamiento en Sede-Boqer, Israel. PEARLMUTTER, D. y otros, The developmentofan Evaporative Cooling Towerfor Semi-Enclosed Spaces.ARGIRION, A. y SANTAMOURIS, M., Heat Gains Controland Passive Cooling.Del artículo de: WESCOAT, J., The Islamic Garden: IssuesforLandscape Research.El Corán, Sura 55.El Corán, Sura 76.

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11. Del artículo de: DICKIE, J., The Islamic Garlen in Spain.12. Véanse los trabajos publicados al respecto por PAVÓN

MALDONADO, B., como por ejemplo: "La qubba en elIslam occidental", Estudios sobre la Alhambra II.

13. Las Madrazas solían estar destinadas a escuelas coránicas másque a la oración. Aunque, según parece en el caso concreto dela de Granada, se trataba de una biblioteca universitaria. Véase:CABANELAS, D., "La Madraza árabe de Granada y su suer-te en época cristiana", Cuadernos de la Alhambra, n° 24.

14. De acuerdo con crónicas cordobesas, los naranjos, que dannombre al patio, no se conocían en la época califal, y segúnparece, en tiempos de Abderraman 111, el patio estaba plantadocon olivos, palmeras y laureles. Sin embargo, ya en tiempos deCarlos 11 (1690-1691), un embajador marroquí enviado aEspaña hace la siguiente descripción: `Esta mezquita tiene ungran patio con una alberca en el centro. Alrededor de este patiohay plantados ciento diecisiete naranjos".

15. Aparte de filtrar la luz y el polvo del exterior, las celosías erancapaces por sí solas de enfriar el aire que las atravesaba. Reali-zadas en mármol, este material siempre está más frío que el airecaliente que las atraviesa.

16. Este simple modelo se hace más complejo en la mezquita tole-dana de Bab al-Mardum. El espacio único se subdivide ennueve cúpulas sostenidas por columnas, que convierten a lasala en hipóstila. Las cúpulas tienen perforaciones perimetralesen su base, abiertas a la fachada cuando toca y, en el caso de lacentral, esta se eleva para iluminar y ventilar directamente alexterior.

17. Traducción de: GARCÍAG ÓMEZ , E., Ibn Zamrak. El poetade la Alhambra.

18. Traducción de: LAFUENTE ALCÁNTA RA, M., Historia deGranada...

19. Traducción de: GARCÍA GÓMEZ, E., Poemas árabes en losmuros y fuentes de la Alhambra.

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Lám. 1. Imagen de una de las ventanas-celosía que circundan el perímetrodel oratorio de la Mezquita de Córdoba.

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Fig. 2. Evolución de las temperaturas, humedades y velocidad del aire en las Salas de las Dos Hermanas,Abencerrajes y Patio de los Leones, en cuatro momentos diferentes de un típico día de verano.

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TEMPERATURAS. SALA DE LOS ABENCERRAJES.

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Fecha / Hora • T. exterior

T. pórtico

T. Sala

HUMEDADES. SALA DE LOS ABENCERRAJES.

90

80

70

60

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Fecha / Hora H. exterior

— — H. pórtico

H. Sala

Fig. 3. Gráficos comparativos de temperaturas y humedades de un punto exterior,

del pórtico y de/interior de la Sala de los Abencerrajes de la Alhambra.

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Patronato Alhambra

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Patronato de la Alhambra y Generalife