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    Neumo

    Cl

    nica Los casos singulares

    de la Neumologa

    VOLUMEN II

    SUMARIO:

    Editorial 3

    2.1. Absceso pulmonar en pacientecon infeccin por el virus de la

    inmunodeficiencia humana 5

    2.2. Masa pulmonar en varn de 48aos fumador 9

    2.3. Neumona nosocomial en pacienteconEPOC corticodependiente de

    larga evolucin 13

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    NEUMOCLNICA

    Editores:Pedro Martn Escribano

    Jos Luis Viejo Bauelos

    Realizado por:FAESMximo Aguirre, 1448940 Lamiaco-Leoia. Vizcayawww.faes.es

    Editado y coordinado por:LUZN 5, S.A. de EdicionesPasaje de la Virgen de la Alegra, 14.28027 Madrid.e-mail: [email protected]://www.luzan5.es

    Ttulo original: NEUMOCLNICA

    Copyright, 1998. Martn Escribano P, Viejo Bauelos JL.

    S.V.P. N: 872-L-CM

    Depsito legal: M. 17964-1998Composicin e ilustracin: LUZN 5, S.A. de Ediciones

    Imprime: Egraf, S.A. Madrid.

    Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicacin puede ser reproducida ni trans-mitida en ninguna forma o medio alguno, electrnico o mecnico, incluyendo las fotocopias, graba-ciones en cualquier sistema de recuperacin de almacenaje de informacin sin el permiso escritodel titular del copyright.

    Correspondencia:

    Martn Escribano P.Servicio de Neumologa. Hospital 12 de Octubre. 28041 Madrid.Tfno. 91 390 82 87. FAX 91 469 57 75.e-mail: [email protected]

    Viejo Bauelos JL.Seccin de Neumologa. Hospital General Yage. 09005 BurgosTfno. 947 28 16 16 Fax. 947 28 18 29 e.mail: [email protected]

    DIVISION GRUPO

    http://www.faes.es/http://www.luzan5.es/http://www.luzan5.es/http://www.faes.es/
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    a infeccin respiratoria, la ms frecuente en el organismo humano, est en ocasio-

    nes producida por grmenes habituales suficientemente conocidos y para los que existen unas

    pautas de actuacin bien establecidas. En estas infecciones el tratamiento emprico permite

    actuar con garantas para un control efectivo de la enfermedad.

    No ocurre as en otras circunstancias en las que los patgenos son menos habituales, bien porsu escasa incidencia o bien porque aparecen en situaciones desventajosas del husped, como

    ocurre en los enfermos inmunodeprimidos. Estas circunstancias obligan a aplicar todo el esfuer-

    zo en el diagnstico y control de infecciones emergentes y nuevas situaciones que, debido a las

    caractersticas de los pacientes y a los nuevos escenarios originados por la actuacin mdica,

    pueden aparecer y desarrollarse.

    En este contexto presentamos tres infecciones pulmonares poco frecuentes pero de caracters-

    ticas muy definidas. Rhodococus equi, germen que produce frecuentemente infecciones en ani-

    males herbvoros, infecta ocasionalmente al hombre, casi siempre con afectacin pulmonar y

    asociado habitualmente a infeccin por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), siendo

    excepcional la infeccin de sujetos inmunocompetentes. Debe ser siempre considerada su pre-

    sencia en pacientes VIH (+) con imgenes pulmonares densas o cavitadas.

    Otra infeccin poco frecuente y de difcil diagnstico es la actinomicosis torcica, causada por

    aspiracin de los microorganismos presentes en la orofaringe y favorecida por el tabaquismo,

    etilismo crnico y mala higiene bucal. Su diagnstico se hace difcil al sugerir otros procesos

    Editorial

    L

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    como neoformacin o tuberculosis; su baja incidencia dificulta adems este diagnstico, querequiere el aislamiento del germen causal en muestras estriles de lavado broncoalveolar, lqui-do pleural o en tejido pulmonar.

    ltimamente otra infeccin reflejada en los medios informativos es la aspergilosis pulmonarinvasiva, infeccin oportunista que generalmente afecta al husped inmunodeprimido aunquetambin est implicada en epidemias nosocomiales, relacionadas con quirfanos y unidades decuidados especiales sometidas a obras en su proximidad. La alta mortalidad de este proceso,superior al 50%, hace que el diagnstico precoz y la mejora de las condiciones de inmunosu-

    presin, si fuera posible, sean las medidas inmediatas a tomar, junto al tratamiento especfico.

    La presencia de infecciones de grmenes no frecuentes debe ser siempre investigada ante laausencia de una evolucin favorable del proceso al que asistimos o ante la presencia de condi-ciones desventajosas del husped. El diagnstico precoz va a facilitar una mejor evolucin del

    proceso, en el intento de controlar eficazmente esta otra patologa infecciosa poco frecuente.

    Los Editores

    Editorial

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    arn de 53 aos, trabajador como empleado

    de banca, fumador de 30 cigarrillos al da y bebedor

    importante. No presenta adiccin a drogas intravenosas.

    Reconoca relaciones sexuales promiscuas. Acudi a

    urgencias por presentar sintomatologa de diez das de

    duracin, consistente en dolor en hemitrax derecho, tos

    con escasa expectoracin blanquecina y fiebre.

    A la exploracin fsica estaba febril (38,5C), y destaca-

    ba una boca sptica, con muguet oral. La auscultacin car-

    diopulmonar y la exploracin de abdomen y extremidades

    era normal. En la radiografa de trax se objetivaba una

    masa cavitada de 7,5 x 8 cm, con un nivel hidroareo, en

    el segmento 6 del lbulo inferior derecho.

    El paciente fue ingresado, comenzndose tratamiento con

    gentamicina y clindamicina, con lo que se obtuvo desapa-

    ricin completa de la sintomatologa en una semana. El

    cultivo de esputo para bacterias y micobacterias, as como

    los hemocultivos fueron negativos. Se realiz una bronco-

    fibroscopia, donde no se encontraron datos patolgicos

    significativos. Radiolgicamente la cavidad disminuy sutamao a 5 cm, y el paciente fue dado de alta en trata-

    miento oral con clindamicina.

    Veinte das despus del alta, el paciente acudi de nuevo

    por fiebre y dolor torcico derecho. La exploracin fsica

    no presentaba modificaciones con respecto a la previa.

    En la radiografa de trax, la cavidad haba aumentado su

    tamao a 8 cm y tena un nivel hidroareo (fig. 1).

    En las pruebas complementarias presentaba hemates

    2.970 x 103/l, hemoglobina 8,7 g/dl, leucocitos totales

    4.620 x 103/l, con linfopenia y un nmero de linfocitos

    CD4 de 50/mm3, plaquetas 153 x 103, glucosa 90 mg/dl,

    creatinina 0,92 mg/dl, LDH 193 UI/l, GOT 20 UI/l, GPT

    14 UI/l, GGT 36 UI/l, fosfatasa alcalina 74 UI/l, bilirrubi-

    na 0,35 mg/dl, calcio 7,8 mg/dl, fsforo 2,34 mg/dl, cido

    rico 2,5 mg/dl, protenas totales 6,11 g/dl, albmina

    41,3%, globulinas: alfa-1 4,9%, alfa-2 13,7%, beta 13,8%,gamma 26,3%. Estudio de coagulacin: actividad de pro-

    trombina 83%, tiempo de cefalina activada 27 s (control

    29 s). Sistemtico de orina: normal. Electrocardiograma:

    signos de infarto de miocardio inferior antiguo. Serologa

    de hidatidosis negativa.

    Se comenz tratamiento con clindamicina y gentamici-

    na y el paciente permaneca con febrcula despus del

    quinto da. La serologa para virus de la inmunode-

    ficiencia humana (VIH) fue positiva, y la antigenemia

    negativa. La serologa para hidatidosis, Mycoplasma

    pneumoniae,Legionella pneumophila, Coxiella burnet-ti y Chlamydia psittaci, y virus respiratorios fue negati-

    va. El cultivo de esputo y esputo inducido para bacterias

    y micobacterias fue negativo, as como los hemoculti-

    vos. La intradermorreaccin de Mantoux fue negativa.

    Se practic una puncin transparietal con aguja fina

    guiada mediante tomografa axial computarizada

    (TAC), obtenindose 80 cc de un material purulento, y

    se coloc un drenaje fino en la cavidad (fig. 2). El

    paciente, tras la instauracin del drenaje, qued afebril.

    2.1. Absceso pulmonar en pacientecon infeccin por el virus de lainmunodeficiencia humana

    V. VILLENA

    Servicio de Neumologa.

    Hospital Universitario 12 de octubre. Madrid.

    V

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    La tincin de Gram de la muestra extrada en dicha pun-

    cin mostr abundantes clulas inflamatorias y un coco-

    bacilo grampositivo, que era cido-alcohol resistente

    con la tincin de Ziehl-Neelsen. Despus de 24 horas, se

    obtuvo un cultivo puro de colonias que adquirieron un

    color asalmonado en 48 horas. En la tincin de Grameran colonias de cocobacilos no esporulados, no ramifi-

    cados, que haban perdido las propiedades de cido-

    alcohol resistencia y exhiban una morfologa bacilar en

    medio lquido. Este germen fue identificado como

    Rhodococcus equi.

    Se comenz tratamiento con rifampicina y cotrimoxa-

    zol y el paciente continu afebril siendo dado de alta

    hospitalaria.

    Durante los siguientes tres meses el paciente continu con

    el tratamiento, manteniendo una condicin general acep-table, sin fiebre, con disminucin del tamao de la masa

    abscesificada (fig. 3). Se realiz una gammagrafa con67Ga, que mostraba una captacin intensa en el rea del

    absceso, sin otras anormalidades (fig. 4).

    El paciente abandon el tratamiento un mes despus y

    falleci. La radiografa de trax mostraba infiltrados bila-

    terales (fig. 5). No fue posible realizar autopsia ni identi-

    ficar el microorganismo responsable del fallecimiento.

    Discusin:

    Rhodococcus equi es un germen que produce frecuente-

    mente infecciones en animales herbvoros, y ms rara-

    mente en humanos. La va de entrada puede ser por

    inhalacin o ingestin de material contaminado, por

    inoculacin traumtica o por infeccin de heridas. La

    enfermedad en humanos se ha asociado principalmente

    con absceso pulmonar y neumona, si bien el 18% de los

    pacientes pueden tener afectacin extrapulmonar, prin-

    cipalmente cerebral y abscesos subcutneos1,8. La

    enfermedad se ha descrito sobre todo en casos en los

    que se hallaba asociada a infeccin por VIH, y menos

    frecuentemente en pacientes con malignidad linforreti-

    cular, o en tratamiento inmunosupresor7,8. Excepcio-nalmente puede afectar a sujetos inmunocompetentes5,8.

    Existe una historia de contacto con animales en menos

    de la mitad de los pacientes4,7,8.

    Clnicamente la afectacin pulmonar se manifiesta como

    una enfermedad subaguda, con fiebre, disnea y tos seca o

    escasamente productiva de varias semanas de evolu-

    cin2,6. Tambin son frecuentes el dolor torcico y la pr-

    dida de peso, y ocasionalmente puede haber hemoptisis7,8.

    Radiogrficamente suele comenzar como infiltradosnodulares, que se cavitan con frecuencia y presentan un

    nivel hidroareo2,10. Es ms frecuente en los lbulos supe-

    riores o en el segmento apical del lbulo inferior6. Se ha

    descrito derrame pleural en el 18% de los casos8,9. La

    afectacin mediastnica puesta de manifiesto en la TAC es

    frecuente, pudiendo simular las manifestaciones de los

    linfomas10.

    El microorganismo es un bacilo aerbico pleomrfico

    grampositivo, que cambia de formas cocoides, cuando se

    encuentra en medio slido, a alargadas cuando est en

    medio lquido. Puede ser dbilmente cido-alcoholresistente. Tras la incubacin se desarrollan colonias asal-

    monadas, no pigmentadas o ligeramente amarillas8.

    El diagnstico se puede realizar mediante cultivo de espu-

    to o lavado broncoalveolar, y los hemocultivos son positi-

    vos en el 80% de los pacientes con infeccin VIH3.

    Tambin se ha encontrado el germen en lquido pleural y

    otros fluidos o tejidos corporales como adenopatas, teji-

    do cerebral, lquido asctico o humor vtreo, y en catteres

    intravenosos8.

    El microorganismo suele ser susceptible in vitro a vanco-

    micina, eritromicina, cloranfenicol, teicoplanina, imipe-

    nem y rifampicina, pero se ha descrito el desarrollo de

    resistencias a betalactmicos con su utilizacin. No existe

    acuerdo sobre el tratamiento ms idneo, y algunos auto-

    res han propuesto comenzar con dosis intravenosas de una

    combinacin antibitica que incluya la vancomicina, tei-

    coplanina o imipenem, pasando posteriormente a una

    combinacin de antibiticos orales1. Otros han recomen-

    dado la utilizacin de eritromicina, junto con rifampicina

    en los casos ms graves6, sustituyndose la eritromicina

    por vancomicina en los pacientes con intolerancia. La

    duracin ptima del tratamiento no se conoce, y mientras

    algunos autores recomiendan de 14 a 21 das6, la mayoradefiende su mantenimiento durante dos a seis meses, debi-

    do al peligro de recidiva si se suspenden los antibiticos

    precozmente4,9.

    Absceso pulmonar en paciente con infeccin por el virus de la inmunodeficiencia humana

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    BIBLIOGRAFA

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    Absceso pulmonar en paciente con infeccin por el virus de la inmunodeficiencia humana

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    Fig. 1: Radiografa posteroanterior de trax con un abs-

    ceso en el lbulo inferior derecho.

    Fig. 3: Radiografa posteroanterior de trax con dismi-

    nucin de tamao del absceso en lbulo inferior derecho.

    Fig. 5: Radiografa anteroposterior de trax que

    demuestra infiltrados pulmonares bilaterales, de pre-

    dominio en dos tercios inferiores del pulmn derecho.

    Fig. 4: Gammagrafa pulmonar con galio, don-de se observa una captacin redondeada en

    lbulo inferior derecho.

    Fig. 2: Radiografa posteroanterior de trax

    donde se observa un drenaje en el interior de la

    cavidad abscesificada.

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    arn de 48 aos de edad, carnicero de profe-

    sin, con antecedentes de tabaquismo (40 paquetes/ao) y

    etilismo moderado, que ingres en el hospital por hemop-

    tisis. Presentaba episodios repetidos de afeccin del esta-

    do general, sntomas constitucionales, fiebre y tos con

    expectoracin hemoptoica, de siete meses de evolucin.

    Dichos cuadros mejoraban con tratamiento antibitico

    (amoxicilina-clavulnico, eritromicina, claritromicina),

    para recurrir al poco tiempo de suspender la medicacin.

    La exploracin fsica en el momento de su ingreso evi-

    denciaba palidez mucocutnea, y en la auscultacin pul-

    monar se oan crepitantes en la base pulmonar izquierda.

    El hemograma mostraba: leucocitos 10.300/mm3 (neutr-

    filos 74,8%, linfocitos 16,2%, monocitos 5,7%, eosinfilos

    2%, basfilos 1,3%), hemates 3.960.000/mm3, hemoglo-

    bina 11g/dl, hematocrito 34,1%, VCM 86,2 fl, CHCM 32,4

    g/dl y plaquetas 262.000/mm3. La coagulacin era normal.

    Tambin los parmetros bioqumicos se encontraban den-

    tro de los lmites de la normalidad. En la gasometra arte-rial basal (GAB) se objetivaba: pH 7,44, PaCO2 33,9

    mmHg, PaO2 72,2 mmHg y bicarbonato 23 mmol/l.

    La radiografa de trax (fig. 1) demostraba un aumen-

    to de densidad localizado en el lbulo inferior del pul-

    mn izquierdo (LII).

    Ante estos hallazgos, el paciente fue sometido a una

    fibrobroncoscopia, que se realiz al da siguiente de su

    admisin en el hospital. En dicha exploracin no se

    apreciaron lesiones endobronquiales, puntos sangrantes

    ni restos hemticos. Se encontraron secreciones puru-

    lentas en los bronquios del LII, y se obtuvieron mues-

    tras en esa zona mediante catter telescopado y aspira-

    do bronquial. Las tinciones y los cultivos de las mismas

    fueron negativas. En la citologa del aspirado bronquial

    se observaron histiocitos cargados de pigmento antrac-

    tico, clulas bronquiales y abundantes polimorfonuclea-res, signos sugestivos de inflamacin aguda, y no se evi-

    denciaron clulas atpicas. Por otra parte, se le practica-

    ron al enfermo pruebas de funcin respiratoria, que

    mostraron: FVC 3,97 l (89%), FEV1 3,25 l (86%),

    FEV1/FVC 100% y MEF25-75 2,65 l (68%).

    Tambin se realiz una tomografa axial computariza-

    da (TAC) torcica (fig. 2), que demostr la existencia

    de una masa en el LII, de aproximadamente 7 x 5 cm,

    con reas de menor densidad en su interior y con bordes

    mal definidos. Adicionalmente, se objetivaron pequeas

    adenopatas axilares bilaterales (< 1 cm), as como en laventana aortopulmonar y en el espacio pretraqueal

    retrocava.

    Ante la sospecha de un posible secuestro pulmonar, el

    enfermo fue sometido a una arteriografa pulmonar.

    Tras la puncin de la arteria femoral y la introduccin de

    un catter en la aorta torcica, se obtuvieron imgenes de

    la misma y de la aorta toracoabdominal, sin demostrarse

    alteraciones. No se evidenci ninguna arteria que fuera a

    Masa pulmonar en varnde 48 aos fumador

    J. DE MIGUEL DEZ*, A. M. MARTN HITA**, E. PRATS GRACI*

    Servicios de *Neumologa y **Anatoma Patolgica.Hospital Universitario de Getafe. Getafe. Madrid.

    V

    2.2.

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    nutrir la masa del LII, por lo que se descart el diagnsti-

    co de secuestro pulmonar.

    Posteriormente, se realiz una puncin-aspiracin con

    aguja fina (PAAF) pulmonar percutnea, y se obtuvo

    material que fue enviado para estudio anatomopatolgico.Microscpicamente se apreciaron abundantes histiocitos,

    algunos con pigmento antractico, entremezclados con

    clulas bronquiales y, en zonas con vasos, detritus celula-

    res y clulas inflamatorias, hallazgos todos ellos compati-

    bles con un proceso inflamatorio crnico.

    Finalmente, el paciente fue intervenido, sufriendo una

    lobectoma inferior izquierda. El examen de la pieza de

    reseccin mostr, a nivel macroscpico, un LII de 290 g de

    peso, 13 cm de longitud y 13 x 8,5 cm de dimetros basa-

    les. La superficie pleural, violcea, apareca engrosada,

    presentando abundante antracosis. El parnquima pulmo-nar apareca condensado y al corte presentaba una lesin

    mal delimitada, cavitada, de aspecto necrtico, con engro-

    samiento fibroso de su margen, que afectaba a los seg-

    mentos basales. Microscpicamente, el examen histolgi-

    co mostr la presencia de un proceso inflamatorio pulmo-

    nar, que implicaba al intersticio y a los espacios areos,

    con un abundante infiltrado inflamatorio linfoplasmocita-

    rio, mezclado con un infiltrado inflamatorio agudo de leu-

    cocitos polimorfonucleares, formando necrosis y abscesos

    en algunas zonas. En las reas de necrosis, se apreciaban

    grnulos compuestos por bacilos filamentosos, que mos-

    traban tincin positiva con las tcnicas de Gram y plata de

    Grocot. Estos grnulos, localizados en el centro de las

    cavidades necrticas, contenan estructuras cristalinas

    birrefringentes, consistentes en grnulos de Actinomyces

    (figs. 3 y 4). Tambin se observaba una marcada fibrosis

    con depsito de colgeno en las zonas adyacentes a la

    inflamacin, particularmente en relacin con septos vascu-

    lares y en la zona subpleural. Asimismo se identificaba una

    proliferacin vascular marcada relacionada con las zonas

    inflamatorias. No se observaron formaciones granulomato-

    sas ni datos de tumor.

    De este modo, el paciente fue diagnosticado de actino-

    micosis torcica. Tres aos despus de la intervencin,se encuentra asintomtico desde el punto de vista respi-

    ratorio. La radiografa de trax actual muestra cambios

    postquirrgicos en el hemitrax izquierdo, sin otros

    hallazgos de inters.

    Discusin:

    La actinomicosis torcica es una enfermedad infecciosa

    crnica supurativa, cuyo diagnstico es difcil de realizar.

    Ello se debe fundamentalmente a su baja frecuencia, a la

    variedad de patrones clnicos con los que puede presen-

    tarse y a la dificultad que implica el aislamiento de su

    agente etiolgico1. Representa un 15-25% de todos los

    casos de actinomicosis1-3. La especie ms frecuentemen-

    te encontrada esActinomyces israelii. La ruta habitual deinfeccin consiste en la aspiracin de los microorganis-

    mos causales de la orofaringe, lugar donde se encuentran

    habitualmente estos grmenes4,5. Se considera que la

    mala higiene bucodental, el etilismo crnico, el tabaquis-

    mo y el antecedente de un proceso pulmonar previo, son

    factores que pueden predisponer a su desarrollo1,3,6. La

    enfermedad puede darse a cualquier edad, pero a menudo

    ocurre en individuos de entre 30 y 60 aos de edad. Los

    varones se afectan con una mayor frecuencia que las

    mujeres.

    Las manifestaciones clnicas suelen desarrollarse de unamanera insidiosa, pudiendo los sntomas constituciona-

    les preceder en semanas o meses al diagnstico, como

    sucedi en el caso del paciente que se discute7. Los

    hallazgos radiolgicos suelen ser inespecficos y sugie-

    ren la probabilidad de otros procesos como primera posi-

    bilidad, como el cncer de pulmn o la tuberculosis4. En

    infecciones agudas, el patrn tpico es una condensacin

    no segmentaria del espacio areo, con frecuencia en la

    periferia del pulmn, y con predileccin por los lbulos

    inferiores. Esta localizacin posiblemente refleja la

    importancia de la aspiracin en la patogenia de la enfer-

    medad6.

    Las alteraciones radiolgicas descritas suelen resolverse

    sin complicaciones si el paciente recibe un tratamiento

    antibitico apropiado. Por el contrario, si no recibe trata-

    miento, o ste es inadecuado, pueden desarrollarse absce-

    sos pulmonares. Adicionalmente, la infeccin puede

    extenderse a la pleura, y desde all a la pared torcica, pro-

    duciendo osteomielitis de las costillas y formacin de abs-

    cesos en esas zonas. La TAC torcica permite una mejor

    aproximacin, tanto al patrn de la enfermedad como a su

    extensin. Puede demostrar la existencia de cavitacin o

    de reas centrales de baja atenuacin, no visibles en lasradiografas convencionales6.

    El diagnstico definitivo de este proceso requiere el aisla-

    miento del germen causal en muestras estriles (como el

    lavado broncoalveolar o el lquido pleural), o en tejido

    pulmonar obtenido mediante biopsia transbronquial o

    biopsia abierta7,8. Sin embargo, el tratamiento previo con

    antibiticos con actividad frente a Actinomyces puede

    modificar las caractersticas evolutivas de esta enferme-

    Masa pulmonar en varn de 48 aos fumador

    10

  • 7/29/2019 2 NEUMO2 (v2)

    11/16

    dad y dificultar el diagnstico4. As, en el caso del pacien-

    te que se discute, pudimos apreciar un patrn clnico de

    remisiones y exacerbaciones de sus sntomas, en relacin

    con el inicio y trmino de diversos ciclos de antimicrobia-

    nos. As, ante la presencia de un proceso pleuropulmonar

    de evolucin trpida, con anomalas radiolgicas acompa-

    antes, deberamos considerar el diagnstico de actinomi-

    cosis torcica y cultivar las muestras en medios anaero-

    bios para descartar esta enfermedad. Adems, deberamos

    tener presente que en algunas ocasiones es preciso recurrir

    a la ciruga, como ocurri en nuestro caso, para llegar al

    diagnstico.

    11

    BIBLIOGRAFA

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  • 7/29/2019 2 NEUMO2 (v2)

    12/16

    12

    Masa pulmonar en varn de 48 aos fumador

    Fig. 3: Actinomicosis pulmonar aislada. Grnulos en el

    seno de un absceso central, asociado a inflamacin

    aguda y crnica (HE x 10).

    Fig. 4: Granos de azufre. Agregados de bacilos

    filamentosos, dispuestos radialmente e inmersos

    en material hialino (plata-metenamina x 40).

    Fig. 1: Radiografa de trax posteroanterior y lateral. Aumento de densidad localizado en el lbulo inferior del pulmn

    izquierdo.

    Fig. 2: TAC torcica. Masa en el lbulo inferior del pul-

    mn izquierdo, de 7 x 5 cm de dimetros transversales, debordes mal definidos, con reas de menor densidad en su

    interior.

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    13

    2.3.Neumona nosocomial en paciente

    con EPOC corticodependiente

    de larga evolucin

    S. DE LA FUENTE LUMBRERAS, J. ANCOCHEA BERMDEZ

    Servicio de Neumologa.Hospital Universitario de la Princesa. Madrid.

    arn de 80 aos. Ex fumador importante;

    diagnosticado de enfermedad pulmonar obstructiva crni-

    ca (EPOC) hace ocho aos, con obstruccin severa y ml-

    tiples ingresos hospitalarios por reagudizacin, con neu-

    monas de repeticin en lbulo inferior derecho (LID)

    (cuatro episodios en los dos ltimos aos). Afectado de

    bronquiectasias basales de predominio derecho, descritasen tomografas axiales computarizadas (TAC) torcicas

    previas. Acude a urgencias por cuadro de aumento de su

    disnea habitual acompaado de tos con expectoracin

    purulenta y fiebre de predominio vespertino.

    Exploracin fsica:

    A su llegada el paciente se encontraba consciente y orien-

    tado, bien hidratado y perfundido. Discretamente taquip-

    neico; presentaba cianosis labial. La presin venosa yugu-

    lar era normal. La exploracin neurolgica era anodina,

    con una discreta disminucin de ambos reflejos rotulianos.La auscultacin cardiaca era arrtmica, sin soplos. La pul-

    monar presentaba abundantes roncus en ambos hemitrax.

    En miembros inferiores no tena edemas ni signos de

    trombosis venosa profunda (TVP).

    Exploraciones complementarias:

    El hemograma al ingreso presentaba: 7.100

    leucocitos/mm3, con 86% de segmentados, el resto de

    la frmula era normal. Plaquetas 216.000/mm3. Coagu-

    lacin: tiempo de protrombina 72%, fibringeno

    693 mg/100 ml. Bioqumica sangunea sin alteraciones. El

    sedimento urinario presentaba discreta microhematuria.

    Proteinograma normal.

    Gasometra basal: pH 7,42, PaO2 53 mmHg, PaCO2 45,7mmHg, HCO3 29,5 mmol/l y SaO2 87,6%.

    Electrocardiograma: fibrilacin auricular con buena res-

    puesta ventricular.

    Radiografa de trax: infiltrado parcheado con tendencia a

    la confluencia en lbulo inferior derecho. Signos de EPOC

    (fig. 1).

    TAC de trax: mnimo derrame pleural izquierdo.

    Infiltrado a nivel de lbulo inferior derecho. En TAC pos-

    terior dicho infiltrado se haba extendido tambin a lbu-

    lo medio. Imgenes compatibles con bronquiectasias

    basales.

    Pruebas funcionales: FEV1 910 ml (39%), Tiffeneau

    39%, VC 2.330 ml (73%) y FVC 2.330 ml (75%).

    Serologas (Mycoplasma, Legionella, Chlamydia, etc.):

    negativas.

    V

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    Evolucin:

    El paciente a su ingreso recibi tratamiento emprico con

    oxigenoterapia, betalactmicos, broncodilatadores y cortico-

    terapia intravenosa. Tras una mejora inicial, comenz con

    picos febriles y cambio en la expectoracin que se tornpurulenta-hemoptoica. Fue experimentando un deterioro cl-

    nico progresivo y mostrando un importante trabajo respira-

    torio y edemas generalizados. Este deterioro se vio reflejado

    en la analtica por aumento de la leucocitosis, trombopenia,

    hipoproteinemia, insuficiencia renal con proteinuria y empe-

    oramiento gasomtrico con mayor hipoxemia e hipercapnia.

    Radiolgicamente el infiltrado inicial de aspecto alveolar se

    extendi de forma llamativa afectando tambin al lbulo

    medio derecho y al lbulo superior izquierdo. Ante la sos-

    pecha de neumona nosocomial, se le cubri con una cefa-

    losporina de tercera generacin ms aminoglucsido, sin

    experimentar mejora. En una de las muestras de esputorecogidas y procesadas para microbiologa, creci

    Aspergillus sp. en el cultivo con tincin KOH (+) (fig. 2),

    repitindose en muestras sucesivas (figs. 3 y 4). Dada la tor-

    pidez del cuadro y ante la alta sospecha de aspergilosis pul-

    monar, se instaur tratamiento con anfotericina B lipdica e

    itraconazol. Al mismo tiempo se suspendieron los corticoi-

    des intravenosos pautndose en inhalacin. A pesar de ello

    el paciente evolucion desfavorablemente y falleci.

    Diagnstico final: la necropsia practicada al cadver confir-

    m el diagnstico de aspergilosis pulmonar invasiva (fig. 5).

    Discusin:

    La aspergilosis pulmonar invasiva es una infeccin oportu-

    nista que generalmente afecta al husped inmunodeprimido,

    aunque tambin est implicada en epidemias nosocomiales

    por la presencia constante de esporas del hongo en el aire

    que superan la defensa alveolar macrofgica y la de los poli-

    morfonucleares. Estas epidemias suelen aparecer en quir-

    fanos y unidades de cuidados especiales1. En nuestro caso se

    dio en relacin con el desarrollo de obras urbansticas3 en

    los alrededores del hospital, afectando a varios de nuestros

    pacientes, en su mayora enfermos de EPOC de larga evolu-

    cin con tratamiento esteroideo habitual2.

    Clnicamente puede tener un comienzo insidioso o sbito

    con fiebre, tos, dolor torcico y disnea. Radiolgicamente

    surgen extensas lesiones exudativas con tendencia necro-

    tizante.

    El diagnstico de certeza se obtiene por:

    La demostracin de hifas deAspergillus en el tejido pul-

    monar obtenido por biopsia, con crecimiento del hongo

    en un medio de gelosa de Sabouraud en unos cuatro das.

    Muestra positiva por cultivos de exudados normalmen-

    te estriles1.

    El diagnstico de sospecha se basa en:

    Cuadro clnico y radiologa compatible.

    Muestras respiratorias positivas.

    Exclusin razonable de otros agentes causales o diagns-

    ticos alternativos (valoracin individual en caso de aisla-

    miento de otros microorganismos que en ese momento

    estn correctamente tratados).

    Diagnstico indeterminado:

    Cuadro clnico y radiologa compatible.

    Muestras respiratorias positivas.

    No se puede excluir otro agente causal o diagnsticoalternativo.

    Contaminacin:

    Muestras positivas (excepto exudados normalmente

    estriles).

    Ausencia de criterios clnicos y radiolgicos5.

    El tratamiento que se realiza en nuestro centro es el

    siguiente:

    Ante un diagnstico seguro o probable:

    Si el paciente tiene una funcin renal aceptable

    (creatinina inferior a 1,8): anfotericina B 1-1,5

    mg/kg/da i.v.

    Si la creatinina es superior a 1,8 mg/dl o es preciso

    restringir lquidos: anfotericina B complejo lipdico

    (Abelcet) 5 mg/kg/da i.v.

    Si no tolera la anfotericina B complejo lipdico:

    anfotericina B liposmica (Ambisome) 3-5

    mg/kg/da i.v.

    Si a partir de los 15 das existe mejora evidente:

    itraconazol 200 mg/8 h v.o. durante 3 das, seguido

    de 200 mg/12 h v.o., tomado con las comidas, hasta

    la recuperacin completa.

    Pacientes con diagnstico indeterminado o contami-

    nacin:

    Itraconazol todo el ingreso y diez das ms en su

    domicilio.

    Si no puede recibir medicacin oral: anfotericina

    B 1 mg/kg/da i.v. o bien anfotericina B complejo

    lipdico si tiene insuficiencia renal4-6.

    Neumona nosocomial en paciente con EPOC corticodependiente de larga evolucin

    14

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    Se recomienda no administrar corticoterapia por su posi-

    ble contribucin a la inmunosupresin6.

    El pronstico de la aspergilosis pulmonar invasiva es

    infausto con una mortalidad del 50% al 100%. Los facto-

    res que influyen en la supervivencia son:

    Un diagnstico precoz, con instauracin rpida de tra-

    tamiento especfico.

    La resolucin de los factores que contribuyen a la

    inmunodepresin del paciente (corticoides).

    La extensin de la enfermedad teniendo mejor prons-

    tico los casos de enfermedad localizada.

    15

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    Neumona nosocomial en paciente con EPOC corticodependiente de larga evolucin

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    Fig. 1: Radiografa de trax donde se obser-

    va infiltrado parcheado confluyente en lbulo

    medio/inferior derecho.

    Fig. 2: Visin microscpica con tincin KOH: hifas

    ramificadas de Aspergillus.

    Fig. 3: Visin microscpica con azul de lactofenol. Se

    observan las tpicas cabezas de Aspergillus.

    Fig. 4: Visin microscpica: hifas ramificadas de

    Aspergillus con tincin de Gram.

    Fig. 5: Necropsia, visin microscpica (250 HE):

    neumona necrotizante con presencia de Aspergillus;

    hifas de Aspergillus en relacin con necrosis del

    septo alveolar.