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29 CAPITULO II CARACTERIZACIÓN DE LAS GRAMÁTICAS LATINAS Y CASTELLANA DE ELIO ANTONIO DE NEBRIJA Todo estudio que intente explicar el aparato conceptual o definiciones y el índice temático utilizados en las gramáticas coloniales escritas por jesuitas, en este caso para lenguas de México, necesariamente tendrá que partir de la exploración de algunas de las obras de Nebrija, tales como: i) Gramática castellana (1492), ii) Introductiones latinae (1481), iii) Introducciones latinas, Contrapuesto el romance al latín (1486), iii) Introductiones in latinam grammaticam (1523). Conocer sus índices temáticos y sus apartados de definiciones, como ya se ha adelantado en la introducción, constituye un paso necesario en este tipo de investigación, ya que representa la plataforma inicial desde la cual se puede explicar porqué las artes coloniales están estructuradas temáticamente de una determinada manera, y sobre todo cómo se “entienden” las categorías gramaticales en este caso el nombre, el adjetivo y el verbo, sus propiedades y sus funciones. El propósito del presente capítulo es proporcionar una caracterización de los índices temáticos y del aparato de definiciones de las gramáticas de Nebrija. Para ese fin, primeramente se describe la distribución temática de la Gramática latina de 1481 (versión original), así como también la distribución temática de otras dos versiones de la misma dadas a conocer en 1486 y 1532. La razón de esto es mostrar un panorama más amplio en cuanto a la visión que el autor tenía en lo relativo a la descripción de una lengua. En segundo lugar se hace una revisión de las definiciones para las tres principales categorías o clases de palabras nombre, adjetivo y verbo. Cabe señalar que estas definiciones se tomaron de la parte en castellano de la versión bilingüe “Latín-castellano” publicada en 1486. Puesto

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CAPITULO II

CARACTERIZACIÓN DE LAS GRAMÁTICAS LATINAS Y CASTELLANA DE ELIO ANTONIO DE NEBRIJA

Todo estudio que intente explicar el aparato conceptual o definiciones y el índice temático

utilizados en las gramáticas coloniales escritas por jesuitas, en este caso para lenguas de

México, necesariamente tendrá que partir de la exploración de algunas de las obras de

Nebrija, tales como: i) Gramática castellana (1492), ii) Introductiones latinae (1481), iii)

Introducciones latinas, Contrapuesto el romance al latín (1486), iii) Introductiones in

latinam grammaticam (1523). Conocer sus índices temáticos y sus apartados de

definiciones, como ya se ha adelantado en la introducción, constituye un paso necesario en

este tipo de investigación, ya que representa la plataforma inicial desde la cual se puede

explicar porqué las artes coloniales están estructuradas temáticamente de una determinada

manera, y sobre todo cómo se “entienden” las categorías gramaticales en este caso el

nombre, el adjetivo y el verbo, sus propiedades y sus funciones.

El propósito del presente capítulo es proporcionar una caracterización de los índices

temáticos y del aparato de definiciones de las gramáticas de Nebrija. Para ese fin,

primeramente se describe la distribución temática de la Gramática latina de 1481 (versión

original), así como también la distribución temática de otras dos versiones de la misma

dadas a conocer en 1486 y 1532. La razón de esto es mostrar un panorama más amplio en

cuanto a la visión que el autor tenía en lo relativo a la descripción de una lengua. En

segundo lugar se hace una revisión de las definiciones para las tres principales categorías o

clases de palabras nombre, adjetivo y verbo. Cabe señalar que estas definiciones se tomaron

de la parte en castellano de la versión bilingüe “Latín-castellano” publicada en 1486. Puesto

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que ambas, la de 1486 y la de 1532 son versiones que no difieren mucho de la publicada en

1481, esto es, su aparato de definiciones es muy similar. El hecho de utilizar la versión en

castellano evita la traducción del latín al español, necesaria en caso de recurrir a las

versiones escritas totalmente en latín. Después de las gramáticas latinas se caracteriza de la

misma forma que éstas la Gramática castellana. Es decir, primero se describe su índice

temático y después se revisan sus definiciones.

2.1. GRAMÁTICA LATINA

La gramática latina de Nebrija desde su publicación en 1481 fue objeto de transformaciones

por parte del mismo autor. Moreno de Alba en su prólogo al Arte de la lengua tegüima

vulgarmente llamada ópata edición realizada por Ignacio Guzmán Betancourt (2002), ha

señalado por lo menos tres versiones de esta gramática latina. La primera corresponde a

Introductiones latinae (1481), transformada después en Introducciones latinas…

contrapuesto el romance al latín (1486), y luego en Introductiones in latinam

grammaticam (1523). (Guzmán Betancourt 2002).

2.1.1. Índice temático

En los índices temáticos de cada una de las gramáticas latinas se advierte una tendencia en

el ordenamiento de sus temas. Por lo general se distribuyen de la siguiente manera: los dos

primeros libros tratan de las declinaciones de los nombres y pronombre así como de las

conjugaciones de los verbos, incluyen también apartados que mencionan brevemente las

partes de la oración. Los siguientes dos libros (tercero y cuarto) abordan más a fondo cada

una de las partes de la oración y explican aspectos de la sintaxis. Finalmente los últimos

libros abordan los temas de la sílaba, los pies, el verso y el acento.

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2.1.1.1. Introductiones latinae (1481)

De acuerdo con Moreno de Alba esta primera versión se compone de seis libros: los dos

primeros tratan de la flexión del nombre, el verbo y los pronombres. Dentro de ellos se

aborda lo relacionado a las declinaciones y conjugaciones. Las clases léxicas nombre,

pronombre, verbo, preposición, adverbio, interjección así como los participios y las

conjunciones, consideradas por Nebrija como las ocho partes de la oración, se estudian en

los libros tercero y cuarto. La sintaxis de estas partes también se explica en estos libros.

Finalmente la cantidad de sílabas, la métrica, las figuras poéticas, las reglas de ortografía

entre otros temáticas son tratadas en los libros quinto y sexto.

2.1.1.2. Introducciones latinas, contrapuesto el romance al latín (1483)

La versión revisada para este trabajo corresponde a una reimpresión hecha en 1773 en la

imprenta de Don Joachin de Ibarra y publicada en Madrid por Bartholome Ulloa. Esta

edición cuenta con un apartado introductorio muy breve titulado: Advertencia al lector que

corresponde a las hojas foliadas con los números I y II. Y a partir de la hoja III inicia la

obra de Nebrija. A juzgar por el índice, ubicado al final del documento (pp. 253-254), la

obra contiene cinco libros señalados simplemente como libro primero, libro segundo, libro

tercero, libro cuarto y libro quinto. Dos de los rasgos distintivos de esta obra son su carácter

didáctico y la disposición de la información en dos columnas, una en latín y otra en

castellano que no se encontraba en la versión anterior.

Libro primero

El libro primero aborda la declinación de los nombres y los pronombres y las

conjugaciones de los verbos regulares e irregulares. Dentro del apartado de los nombres

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incluye la declinación de los adjetivos, señalados como nombres adjetivos. También

contiene la declinación latina de nombres griegos y nombres bárbaros. Los cuadros 2 y 3

muestran ejemplos de la declinación de estos nombres. El ejemplo del cuadro 2

corresponde a la primera declinación de nombres griegos y el del cuadro 3 corresponde a la

tercera declinación de nombres bárbaros.

Latín

Castellano

Prima declination Greca La primera declinac. Griega

Nom Calliope En Nom. Caliope

Gen. Calliopes En Genit. de Caliope

Dat. Calliope En Dat. á Caliope

Accus. Calliopen En Acusat. á Caliope

Vocat. ò Calliope En Vocat. ó Caliope

Ablat. á Calliope En Ablat. De Caliope

Cuadro 2. Primera declinación griega (adaptado de Nebrija (1773 [1486]: 10-11))

Latín

Castellano

Tertia Declinatio barbara La tercera Declinacion barbara

Nom. Moyses En Nom. Moysen

Gen. Moysis En Genit. de Moysen

Dat. Moysi En Dat. á Moysen

Accus. Moysem En Acusat. á Moysen

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Vocat. ò Moyses En Vocat. ó Moysen

Ablat. á Moyse En Ablat. de Moysen

Cuadro 3. Tercera declinación bárbara (adaptada de Nebrija (1773 [1486]: 13))

La parte final del libro menciona ocho partes de la oración: nombre, pronombre,

verbo, participio, preposición, adverbio, interjección y conjunción (Nebrija 1773 [1486]:60)

En esta sección Nebrija explica brevemente las características morfosintácticas, incluso

fonéticas de cada una de ellas y proporciona conceptos en algunos casos.

Libro segundo

Esta parte de la obra inicia con la explicación de los géneros de los nombres incluyendo un

apartado donde indica el género de los nombres dependiendo de su terminación. La

siguiente sección continúa abordando el tema de las reglas de la terminación pero en lo

referente a las declinaciones de los nombres. Finaliza el tema de esta clase léxica con un

apartado sobre los nombres irregulares. Las tres secciones finales están dedicadas

mayormente a las diferentes terminaciones que presentan los pretéritos y supinos de los

verbos6.

Libro tercero

En este libro Nebrija (1773 [1486]: 125) aborda el tema de las partes de la gramática: la

ortografía, la prosodia, la etimología y la sintaxis. En la sección donde se menciona la

etimología y que se titula De etymologia, y dicción, el autor hace alusión a las partes de la

6 Una peculiaridad de este libro es que no presenta encabezado alguno que indique su comienzo, es decir, el autor inicia el libro sin indicar que se trata del libro segundo. Para ubicar la página de su inicio es necesario recurrir al índice.

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oración (p. 131). Por esta razón los siguientes ocho apartados de este libro tercero están

dedicados a cada una ellas. La parte final del libro titulada De construcción o De Syntaxi

(en latín) trata de algunos aspectos de la sintaxis como la construcción, la oración y las

partes en las cuales se divide cada una. Así, la construcción se divide en transitiva e

intransitiva y la oración en perfecta, imperfecta, finita e infinita. La construcción por su

parte también tiene figuras: reducimiento, aposición, anticipación, concepción, conjunción,

composición por caso y sinécdoque (synecdoche).

Libro cuarto

Este libro aborda aspectos morfosintácticos de dos partes de la oración: verbo y nombre. La

primera mitad está dedicada al verbo. En ella se describen los verbos personales e

impersonales, de los verbos de género diverso, del infinitivo, de los gerundios, de los

supinos y de los participios. Con respecto a los verbos personales, el libro presenta los

cinco géneros en los que se pueden dividir dichos verbos y son: activo, pasivo, neutro,

deponente y común, los cuales, exceptuando a los verbos comunes, se dividen a su vez por

especie (primera especie, segunda especie, etc.): seis para los géneros activo, pasivo y

deponente y cinco para el género neutro. Por su parte, los verbos impersonales se dividen

en dos tipos de acuerdo con su semejanza con verbos de la voz activa o los verbos de la voz

pasiva. Al igual que los verbos personales, los impersonales de la voz activa se clasifican

por especies (cinco en este caso). Los impersonales de la voz pasiva no tienen clasificación.

Sobre los verbos de género diverso el autor presenta diferentes ejemplos con los

verbos: dar, encomendar, alabar, saludar, acrecentar, aconsejar, temer, imponer, estar

triste, etc. En la mayoría de los casos se tratan de uno o dos ejemplos por verbo, nunca el

paradigma completo es decir la conjugación completa. Los apartados que mencionan el

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infinitivo, los gerundios, los supinos y los participios son breves. Cada uno de ellos

presenta una caracterización de estas partes (o subpartes) de la oración, atendiendo a

criterios sintácticos y semánticos principalmente.

La segunda mitad trata del nombre. En los primeros folios se estudia el tema de los

nombres adjetivos y brevemente toca el tema de los comparativos. Las siguientes secciones

están dedicadas a la declinación latina de algunos nombres griegos como Penélope, Eneas,

Anchises y Aegina, a los nombres relativos, patronímicos, diminutivos, comparativos y

superlativos. Con respecto a la declinación latina de algunos nombre griegos, cabe aclarar

que en la obra esta sección se titula: De la Declinación Griega (De Græca Declinatione).

El título, como se puede apreciar, presenta ambigüedad ya que alude a la declinación griega

propiamente, y no a la latina. Sin embargo la ambigüedad desaparece en el primer párrafo

del apartado. El párrafo señala que “Todos los nombres griegos […] redúcense á la primera,

segunda, ó tercera declinacion latina del nombre” (Nebrija 1773 [1486]:193), aclarado esto

se entiende entonces que se trata de la declinación latina de nombres griegos. Por otra parte

esta sección no da ejemplos a manera de paradigmas de declinaciones de nombre griegos

como sí los da el libro primero. La parte final del libro toca lo relativo a los adverbios de

lugar.

Libro quinto

Nebrija concluye esta gramática con el libro quinto. En su primer apartado trata

principalmente de la longitud de la sílaba. Por ejemplo la longitud de la sílaba en los

pretéritos y los supinos. También trata del comportamiento de la sílaba dentro de la prosa y

el verso. Los siguientes dos apartados abordan el “cremento” (aumento o disminución de

sílabas) en los nombres y los verbos. A estos apartados le siguen otros tres titulados: de las

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primeras sylabas, de las medias sylabas y de las últimas sylabas, los cuales tratan de la

longitud de las vocales tomando en cuenta, por un lado, la posición de la sílaba y por otro,

la consonante que le sigue a cada vocal. Los tres últimos apartados tocan lo referente a los

pies silábicos, a los géneros de los versos y al acento. Los pies silábicos son divididos en 29

tipos7 y el verso es clasificado por géneros, 15 en total8. Finalmente el acento es dividido en

agudo si la sílaba se alza, grave si la sílaba se baja y circunflejo si la sílaba se alza y se baja.

2.1.1.3. Introductiones in latinam grammaticam (1523)

Esta versión fue editada en el año de 1523 en Sevilla, España por el impresor Juan Varela.

La obra, escrita totalmente en latín, consta principalmente de cinco libros, distribuidos de

la siguiente manera, según la información expuesta en la portada:

1) Liber primus de primis grammaticae rudimentis 2) Liber secundus de gñe /& declinaciones / & pteritis/ & supinis. 3) Liber tertius de erotematis partium orationis 4) Liber quartus de constructione octo partium orationis 5) Liber quintus de quantitate syllabarum metris & accentu

El resto de la obra trata de otras categorías y temas diversos como los números, los

adverbios, el alfabeto y las declinaciones griegas, el acento latino entre otros temas. Los

siguientes apartados se centran solamente en la descripción de la distribución temática de

los cinco libros que conforman la obra, ya que la revisión de éstos provee la información

suficiente y necesaria para la comparación con el Arte de la lengua tegüima.

7 Pyrrichio, spondeo, iambo, trocheo o choreo, tribraco, anapesto, bachio, antibachio, dáctilo, doloso, amphimacro, amphibraco, proceleusmatico, dispondeo, dichoreo, diiambo, coriambo de choreo y iambo, antispasto, peon primero, peon segundo, peon tercero, peon cuarto, epitrio primero, epitrio segundo, epitrio tercero, epitrio cuarto, jonico menor y jonico mayor. 8 Phaléutico, sáphico, adónico, asclepiadeo, glicónico, pherecracio, phalisco, alcaico, archilochio, dimetro iambico, trimetro iambico, exâmetro, pentámetro elegiaco, monocolon e hypérmetro.

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Liber primus

Este primer libro inicia con una serie de paradigmas que incluyen tanto declinaciones

nominales y pronominales como conjugaciones de verbos. El resto del libro habla sobre la

formación de los verbos tanto regulares como irregulares en sus diferentes modos:

indicativo, imperativo, optativo, subjuntivo e infinitivo, incluyendo la formación de sus

supinos y gerundios. Trata también de las ocho partes de la oración (nombre, pronombre,

verbo, participio, preposición, adverbio, interjección y conjunción) y de los casos entre

otros temas. Todos estos temas, tal como aparece señalado en la portada de esta obra, son

catalogados como temas básicos o rudimentarios de una gramática.

Liber secundus

En este libro se aborda el género y las declinaciones del nombre así como los supinos y el

pretérito de los verbos. Los primeros tres capítulos tratan del nombre y están distribuidos de

la siguiente manera: capítulo i genere nominum; capítulo ii de nominum declinatione y

capítulo iii de nominibus anomalis. El resto de los capítulos (iiii – viii) tratan del verbo. La

temática está ordenada de la siguiente forma: capítulo iiii de preteritis verborum; capítulo v

de supinis verbox; capítulo vi de supinis verborum deponetiu & comuniu; capítulo vii verba

activa supinis carentia y capítulo viii de varietate quada verbox.

Liber tertius

Este libro menciona de las partes de la gramática tales como la ortografía, la prosodia y la

etimología. Además aborda de las ocho partes de la oración y de la sintaxis. El capitulado

está distribuido de la siguiente manera: capítulo i de erotematis grammaticae; capítulo ii de

erotematis orthographiae; capítulo iii de erotematis prosodiae; capítulo iiii de erotematis

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etymolgiae; capítulo v de erotematis nominum; capítulo vi de erotematis pronominum;

capítulo vii de erotematis verborum; capítulo viii (vii) de erotematis participiorum;

capítulo ix de erotematis praepositionum; capítulo x de erotematis adverbiorum; capítulo

xi de erotematis interjectionum; capítulo xii de erotematis coniuctionum; capítulo xiii de

partibus orationis quae aliae pro aliis & pro inuicem ponuntur y capítulo xiiii de syntaxi &

orationis constructione.

Liber quartus

Este libro está constituido por los siguientes capítulos: capítulo primum de constructione

verborum activorum; capítulo ii de verbis passivis; capítulo iii de verbis neutris; capítulo

iiii de verbis deponentibus; capítulo v de verbis communibus; capítulo vi de verbis

diversorum generum; capítulo vii de verbis impersonalibus; capítulo viii de infinitivo;

capítulo ix de gerundios; capítulo x de verbis supinis; capítulo xi de constructione

participii; capítulo xii de nominii constructione cum alio casuali; capítulo xiii de

constructione quarundam partium orationis; capítulo xiiii de comparativo & superlativo;

capítulo xv de diminutivis; capítulo xvi de relativis; capítulo xvii de nominibus

patronymicis y capítulo xviii de adverbios localibus. Como se puede advertir gran parte de

este libro estudia dos de las principales partes de la oración: el nombre y el verbo.

Liber quintus

El libro quinto está dividido en nueve capítulos que describe entre otras cosas de la sílaba

sílabas largas y sílabas cortas, la métrica y el acento. Estos capítulos son los siguientes:

capítulo i in quo permittit regulas generales; capítulo ii de crementis singularis; capítulo iii

de crementis verborum; capítulo iiii de primiis syllabis: capítulo v de mediis syllabis;

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capítulo vi de ultimis syllabis; capítulo vii de pedibus qui syllabis constant; capítulo viii de

metris qui ex pedibus componuntur y capítulo ix de accentu.

2.1.2. Aparato conceptual de la gramática latina: Introducciones latinas, contrapuesto

el romance al latín

Las primeras definiciones que se proporcionan en esta gramática para las categorías léxicas

nombre, adjetivo y verbo, aparecen en el último apartado del libro primero. Sin embargo

éstas son definidas nuevamente, y en algunos casos con más detalle, en el apartado de

Etymologia, y diccion del libro tercero, el cual Nebrija (1773[1486]:125), parte de

preguntas o “erotemas” para explicar las partes de la gramática ortografía, prosodia,

etimología y sintaxis. El libro cuarto, aunque está dedicado mayormente a la

caracterización sintáctica del nombre y del verbo, da definiciones más completas para

algunos de los cinco géneros de los verbos personales que el libro primero no menciona y el

libro tercero trata brevemente. En cuanto al nombre, el libro cuarto no proporciona

definición alguna, pero la caracterización sintáctica que proporciona complementa las

definiciones presentadas en los libros primero y tercero. Los libros segundo y quinto no son

relevantes en cuanto a definiciones para nombre, adjetivo y verbo. El libro segundo no

presenta definiciones para estas categorías y el libro quinto sólo da definiciones

relacionadas con la ortografía y la prosodia a saber: sílaba, acento, pies y verso. A

continuación se revisa por categoría léxica la definición presentada en los libros primero,

tercero y cuarto. El nombre adjetivo se describe en el apartado de nombre, por ser

considerado en esta gramática como parte de esta categoría.

Nombre y nombre adjetivo

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El libro primero define al nombre como una de las partes de la oración que puede

declinarse por casos y no puede recibir marcas de tiempo. Tiene cinco géneros: masculino,

femenino, neutro, común de dos y común de tres 9; dos números: singular y plural; puede

representarse por medio de siete casos: nominativo, genitivo, dativo, acusativo, vocativo,

ablativo y efectivo o instrumental, los cuales pueden declinarse por medio de cinco formas.

Este libro, por presentar definiciones para nombre sustantivo y nombre adjetivo, adelanta

en cierta forma, es decir de manera implícita, que el nombre se puede dividir en dos tipos.

La definición para cada uno de estos tipos se da desde un punto de vista morfosintáctico ya

que menciona que el nombre sustantivo puede declinarse “[…] por un artículo o dos

solamente y el adjetivo se declina por tres artículos, ó por tres diversas terminaciones”

(Nebrija 1773[1486]:62). Las declinaciones para cada uno de estos dos tipos de nombres

aparecen también en este libro. El cuadro 4 presenta un ejemplo de la declinación latina, en

este caso para el sustantivo tierra.

Prima declination nominis Primera declinación del nombre

Singulare Singular Nominativus Terra Nominativo la tierra Genitivus Terrae Genitivo de la tierra Dativus terrae Dativo á la tierra Accusativus terram Acusativo la tierra Vocativus ò terra Vocativo ó tierra Ablativus à terra Ablativo de la tierra

Plurale Plural Nominativus terrae Nominativo las tierras Genitivus terrarum Genitivo de las tierras Dativus terris Dativo á las tierras Accusativus terras Acusativo las tierras Vocativus ò terrae Vocativo ó tierras

9 Los géneros común de dos y común de tres se refieren a nombres que aceptan en una misma forma o tema

tanto masculino y femenino como masculino, femenino y neutro respectivamente.

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Ablativus à terris Ablativo de las tierras

Cuadro 4. Primera declinación del nombre (adaptado de Nebrija (1773[1483]: 1))

El siguiente cuadro presenta ahora un ejemplo de declinación latina para nombre

adjetivo.

Nomina adjectiva primae e secundae Nombre adjetivos de la primera y segunda declinación

Singulare Singular Nominativus bonus, bona, bonum Nominativo cosa buena Genitivus boni, bonae, boni Genitivo de cosa buena Dativus bono, bonaee, bono Dativo á cosa buena Accusativus bonum, bonam,

bonum Acusativo cosa buena

Vocativus ò bone, bona, bonum Vocativo ó cosa buena Ablativus à bono, bona, bono Ablativo de cosa buena

Plurale Plural Nominativus boni, bonae, bona Nominativo cosas buenas Genitivus bonorum, bonarum,

bonorum Genitivo de cosas buenas

Dativus bonis Dativo á cosas buenas Accusativus bonos, bonas, bona Acusativo cosas buenas Vocativus ò boni, bonae, bona Vocativo ó cosas buenas Ablativus à bonis Ablativo de cosas buenas

Cuadro 5. Primera y segunda declinación latina del nombre adjetivo (adaptado de Nebrija (1773[1485]: 4))

La división en nombre adjetivo y nombre sustantivo queda anunciada

explícitamente en el libro tercero. El libro primero también señala la relación de

concordancia que se presenta el nombre con el adjetivo y con el verbo. Así, con el adjetivo

concuerda 10 en género, número y caso y con el verbo concuerda en número y persona. Por

su parte el libro tercero también define al nombre como una de las partes de la oración que

puede declinarse, sin embargo alude al aspecto semántico mencionando que nombre

10 Nebrija utiliza “conviene” en lugar de concuerda.

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“significa cuerpo, ó cosa propia comúnmente” (Nebrija 1773[1486]: 132). Por otra parte,

este libro hace explícita la división del nombre en nombre sustantivo y nombre adjetivo tal

como se señaló anteriormente. La definición que da para cada uno de estos tipos es la

misma que presenta el libro primero. El libro tercero contiene el apartado más importante

en cuanto a definiciones de nombre. Este apartado después de presentar las definiciones

mencionadas en el párrafo anterior, continúa hablando de los accidentes del nombre que

son: cualidad, especie, género, número, figura y caso con declinación. Da sus definiciones y

sus clasificaciones en caso de que las posean.

De los accidentes del nombre caben destacar dos: cualidad y especie. El primero se

define como el accidente por medio del cual el nombre propio se distingue del común

(Nebrija 1773[1486]: 132). Es importante aclarar esto para evitar cualquier asociación que

pueda darse entre este accidente del nombre y el nombre adjetivo o adjetivo, ya que este

último, en su concepto tradicional, alude a términos como cualidad y atributo. Schachter

(1986: 13) menciona que desde la noción tradicional el adjetivo es definido como la clase

de palabra que denota cualidades y atributos.

Con respecto al accidente denominado especie cabe señalar que se divide en dos

tipos de nombres: nombres primitivos y nombres derivativos. Estos últimos a su vez se

dividen en nueve tipos: patronímicos, posesivos, denominativos, diminutivos,

comparativos, superlativos, verbales, participiales y adverbiales, cuatro de los cuales los

comparativos, los superlativos, los verbales y los participiales presentan estrecha relación

con las categorías léxicas adjetivo y verbo. De lo anterior se desprende que es importante

atender las definiciones de estos cuatro tipos de nombres. De igual forma, cabe señalar que

resulta interesante conocer las definiciones para nombre comparativo y nombre superlativo

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porque, y de acuerdo con Bhat (1994), los grados de significación comparativo igualdad,

inferioridad y superioridad y superlativo son distintivos de los adjetivos y en cierta medida

de los adverbios. En otras palabras, una de las características que distingue a los adjetivos

de los nombres es su ocurrencia en construcciones comparativas y superlativas11. De hecho

Nebrija (1773[1486]:134) ejemplifica con adjetivos cuando da las definiciones de estos dos

tipos de nombres. El nombre comparativo lo define a partir del significado positivo del

nombre y el comparativo de superioridad, expresado por medio del adverbio más no

menciona los comparativos de igualdad y de inferioridad. Incluye el siguiente ejemplo:

justo, mas justo: inferior, mas abajo. La definición puede parafrasearse de la siguiente

manera: el nombre comparativo es aquel que a partir de su significado positivo puede, con

ayuda del adverbio más, expresar superioridad (Nebrija 1773[1486]:134).

Por su parte, el nombre superlativo es definido como el nombre que al compararse

con otros nombres resulta ser superior, se sobrepone a ellos o como el nombre cuyo

significado positivo por medio del adverbio muy logra el superlativo. El ejemplo que

incluye es el siguiente: Platon de todos los Griegos mas docto, ó Platon doctísimo, que es

muy docto (Nebrija 1773[1486]:134). Por otra parte, los nombres verbales y participiales

presentan definiciones más breves. El primero se define como el [nombre] derivado del

verbo, como de trabajar, trabajo y el segundo como el [nombre] derivado de participio,

como de leído, lector, y lección (Nebrija 1773[1486]:134).

El libro cuarto no proporciona definiciones para la categoría léxica nombre, pero sí

complementa las definiciones dadas para el nombre comparativo. De éste menciona que

puede formarse a partir de los nombres adjetivos los cuales “pueden recibir

11 Para una explicación más detallada véase el capítulo IV.

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acrecentamiento, y diminucion [disminución]; y de los verbos, como de gastar, mas

gastado; y de los adverbios, como de allende, mas allende” (Nebrija 1773[1486]:200). Aquí

cabe recalcar que i) Nebrija hace una clara alusión a los comparativos de inferioridad y

superioridad acrecentamiento y diminución que no explicita en la definición del libro

tercero, y ii) que lo que él considera un comparativo derivado de un verbo: mas gastado, se

corresponde con lo que actualmente se conoce como adjetivo deverbal o adjetivo derivado

de un verbo (véase Dixon 2004). El libro cuarto también complementa la definición del

nombre adjetivo proporcionando una caracterización sintáctica de éste. Es decir, muestra

los casos que pueden entrar en contacto o juntarse con esta categoría léxica. Por ejemplo

menciona que los nombres adjetivos pueden juntarse con el caso genitivo y muestra los

siguientes ejemplos: entero de vida (integer vitea), limpio de pecado (purus celeris),

desatinado de ánimo (praeceps animi), gastado de la vida (prodigus vitae), etc. Esta

caracterización también incluye a los comparativos y los superlativos.

Verbo

Este libro define al verbo como una de las partes de la oración que puede declinarse por

modo y tiempos pero no por caso. Tiene, al igual que el nombre, dos números: singular y

plural. Posee además tres voces: activa, impersonal y pasiva; cuatro conjugaciones, cinco

modos: indicativo, imperativo, optativo, subjuntivo e infinitivo y cinco tiempos: presente,

pretérito imperfecto, pretérito perfecto, pretérito pluscuamperfecto y futuro. Las

conjugaciones se identifican gracias a las terminaciones del infinitivo, denominadas

primera, segunda, tercera y cuarta [conjugación]. La explicación que se da sobre estas

terminaciones se puede resumir de la siguiente manera: el infinitivo de la primera

conjugación termina en -āre, el de la segunda en -ēre, el de la tercera en -ěre y el de la

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cuarta en -īre12. Para las voces, modos y tiempos verbales no da explicación, simplemente

los anuncia. Este libro presenta, en cuatro líneas, una breve descripción de los gerundios,

supinos y participios todos relacionados con el verbo; presenta también las primeras

definiciones para verbo activo y verbo pasivo. Todo esto se explica con más detalle en los

libros cuarto y tercero. De estos dos libros, el cuarto define y caracteriza más ampliamente

al verbo incluyendo al infinitivo, a los gerundios y a los supinos. Sin embargo no

proporciona una definición para el participio, aunque lo caracteriza morfosintácticamente.

El libro tercero, por su parte, proporciona una definición para el participio y presenta

también una definición amplia para infinitivo. Además, contiene definiciones para términos

como sintaxis, transitividad e intransitividad que conviene revisar primero, dada la relación

de estos conceptos con la definición de verbo.

El apartado que contiene las definiciones sintaxis, transitividad e intransitividad se

denomina De construcción. Define primeramente a la construccion (sintaxis) 13 como “la

ciencia por la qual se distingue la buena construc [cion] de la mala” (Nebrija 1773

[1486]:161). Después, a la transitividad como la parte (de la construcción)14 “en la qual el

hacer, y padecer del verbo se muestra pasar, o ser pasado de una persona a otra” (Nebrija

1773 [1486]: 161) y a la intransitividad como la parte “en la que ni el hacer, ni padecer del

verbo se muestra pasar, ó ser pasado de una parte en otra” (Nebrija 1773 [1486]: 161).

Ahora bien, en cuanto a las definiciones para verbo, cabe señalar que el libro cuarto

retoma y enriquece las definiciones que presentan los libros primero y tercero. La parte

inicial del libro cuarto describe los verbos personales, los verbos de diverso género y los 12 Nebrija no utiliza diacríticos para indicar la cantidad vocálica. Cuando se refiere a las vocales ā, ē, ī o ě, las enuncia como a luenga, e luenga, i luenga o e breve respectivamente. 13 La traducción al castellano contiene el término construccion como equivalente de sintaxis. 14Aquí el término construccion no es el equivalente a sintaxis sino que se refiere a la “conveniente ordinacion de palabras, la cual muestra conveniente, y perfecta sentencia” (Nebrija 1773 [1486]: 161).

46

verbos impersonales. Señala primeramente que los personales tienen número y persona y

los divide en cinco géneros: activo, pasivo, neutro, deponente y común. Cada uno de estos

géneros los define atendiendo a los criterios morfológico, sintáctico y aludiendo al aspecto

semántico. Así, de acuerdo con el criterio morfológico, menciona estos verbos o géneros15

tomando en cuenta su terminación: -o u –or. De acuerdo con el criterio sintáctico y sólo

para los verbos activo y pasivo señala los casos que les anteceden y les suceden. Por

ejemplo, menciona que el verbo activo es aquel al que le antecede el caso nominativo y le

sigue el caso acusativo (Nebrija 1773 [1486]: 165), y el verbo pasivo es aquel al que le

antecede, también, el caso nominativo, pero le suceden el caso dativo o el caso ablativo con

la preposición de (Nebrija 1773 [1486]: 169). Este criterio sintáctico sirve de base para

clasificar por especie cuatro de estos cinco géneros, los verbos comunes no presentan

clasificación. La clasificación por especie toma en cuenta el caso que aparece

inmediatamente después de los verbos de cada género. Los verbos o géneros activo, pasivo

y deponente se dividen en seis especies mientras que los verbos neutros se dividen en cinco.

El nombre de cada especie es simplemente primera especie, segunda especie, etc. Cabe

aclarar que para el verbo pasivo no explicita cada una de sus especies, como sí lo hace con

el resto de géneros. Simplemente el autor enuncia que este género de verbos los pasivos se

divide en el mismo número de especies que el verbo activo (Nebrija 1773 [1486]: 169). En

el siguiente cuadro se presenta un condensado de las seis especies del verbo activo.

Especie

Caracterización sintáctica

Ejemplos

15 En la obra, Nebrija utiliza indistintamente los términos “verbo” o “género” para referirse a cada uno de los cinco géneros del verbo. Por mencionar un ejemplo, cuando habla del género activo, algunas veces lo nombra “verbo activo” y otras “género activo”.

47

Primera especie

Verbos a los que les sigue un acusativo Amo, as, amavi (amar)

Segunda especie

Verbos a los que además de un acusativo les sigue un genitivo o un ablativo

Impleo, es, impleavi (llenar) Impleo granarium frumenti (yo lleno el granero de trigo)16 o yo lleno la panera de pan17

Tercer especie

Verbos a los que además de un acusativo les sigue un dativo

Do, das, dedi (dar) Do tibis pecunias (yo te doy los dineros)

Cuarta especie

Verbos a los que además de un acusativo les sigue otro acusativo

Doceo, es, docui (enseñar) Ego doceo te grammaticam (yo te enseño la gramática)

Quinta especie

Verbos a los que además de un acusativo les sigue un ablativo sin preposición o con efectivo

Dono, as, donavi (dar, otorgar) Dono te corona (yo te doy la corona)

Sexta especie

Verbos a los que además de un acusativo les sigue un ablativo y preposición

Audio, is, audivi (oir) Ego audio grammaticam à te (yo oigo la gramática de ti)

Cuadro 6. Condensado de las seis especies de los verbos activos

(Nebrija 1773 [1486]: 165-168) En lo referente al aspecto semántico las definiciones de Nebrija para el verbo activo

y pasivo aluden a los argumentos que cada uno de ellos requiere, es decir, el verbo activo

requiere ante sí nominativo en la persona que hace, [clara alusión al agente del verbo] y

acusativo en la persona que padece [clara alusión al paciente] (Nebrija 1773 [1486]: 165).

La definición para el verbo pasivo, que es aquel que requiere caso nominativo por persona

que padece y caso ablativo con preposición de o caso dativo, por la persona que hace

(Nebrija 1773 [1486]: 169), alude de igual forma a sus argumentos: agente y paciente. El

resto de los géneros (neutro, deponente y común) se definen con base en su significación

activa o pasiva, es decir, si presentan significado activo y/o pasivo. De igual forma, el libro

16 La traducción es mía. 17 Este es el ejemplo que Nebrija utiliza en la parte castellana que corresponde a la explicación de esta especie de los verbos. Como se puede observar no es la traducción del ejemplo en latín.

48

cuarto muestra ejemplos de verbos de diversos géneros, sin embargo, no proporciona

ninguna definición. Tal como se advierte en la sección para el libro cuarto del apartado

2.1.1.2, estos ejemplos no constituyen paradigmas completos de su conjugación. Se trata

solamente de una o dos oraciones ejemplificando el uso de verbos como dar, encomendar,

alabar, saludar, acrecentar, aconsejar, temer, imponer, estar triste, entre otros. Los

siguientes son ejemplos de estas oraciones: Mitto tibi epistolam o Mitto ad te epistolam que

se traduce como ‘yo te envío la carta’.

Después de este apartado (verbos de diversos géneros), el libro proporciona las

definiciones y caracterizaciones de los verbos impersonales. Éstos no presentan números ni

personas y pueden clasificarse como verbos impersonales de la voz activa y verbos

impersonales de la voz pasiva. Los primeros, según la definición, se asemejan en su

conjugación a las terceras personas de los verbos de la voz activa. Se dividen en cinco

especies que son caracterizadas sintácticamente y, al igual que las de los verbos personales,

simplemente se las denomina primera especie, segunda especie, etc. La tabla 2 resume estas

cinco clasificaciones. Los impersonales de la voz pasiva “siempre significan acción con una

generalidad […] como todos corren, todos están, todos pelean, todos se encuentran, todos

contienden, todos van” […] (Nebrija 1773[1486]: 182). No se dividen en especie y no

pueden aparecer (juntarse) con acusativo, ablativo ni con las preposiciones a o ab. Estos

verbos presentan una semejanza (en su conjugación) con las terceras voces de los verbos de

la voz pasiva (véase cuadro 7).

Especie Caracterización sintáctica Ejemplos

Primera especie

Verbos a los que les antecede un genitivo y les sigue un infinitivo

Praeceptoris interest docere, senatoris refert administrare rempublicam (al maestro pertenece enseñar, al regidor regir la república)

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Segunda especie

Verbos a los que les antecede un dativo y les sigue un infinitivo

Accidit mibi febrire (acontéceme tener fiebre)

Tercera especie

Verbos a los que les antecede un acusativo y les sigue un infinitivo

Delectat me audire (pláceme oír)

Cuarta especie

Verbos a los que les antecede un acusativo y les sigue un genitivo

Piget me patris (tengo vergüenza de mi padre)

Quinta especie

Aquellos verbos (impersonales) que si se les coloca junto a infinitivos de verbos personales se convierten en personales

Incipit me taedere (yo comienzo a tener enojo)

Cuadro 7. Especies de los verbos impersonales de la voz activa

(adaptado de Nebrija 1773[1486]: 179-182)

El libro cuarto finaliza la parte dedicada al verbo con secciones que tratan sobre el

infinitivo, los gerundios, los supinos y los participios. Estas secciones contienen

caracterizaciones y, en la mayoría de los casos, presentan definiciones.

Infinitivo

Anteriormente ya se ha señalado que tanto el libro tercero como el cuarto proveen

definiciones amplias para infinitivo. El libro tercero lo señala como uno de los modos de

los verbos que no presenta marcación de números ni personas y que para completar su

significación, requiere estar acompañado de un verbo conjugado. El libro cuarto

complementa esta definición mencionando que, al infinitivo le puede anteceder un agente o

un paciente, en las voces activa y pasiva respectivamente. Ambos, agente y paciente, en

caso acusativo. Por el contrario, los casos que pueden aparecer después son aquellos que

rige el verbo del cual desciende el infinitivo o en palabras de Nebrija (1773[1486]: 182-

183): […] “después de sí [los infinitivos] se juntan con el caso del verbo de donde

descienden […]”.

50

Gerundio

Con respecto a los gerundios, la información más detallada y explicativa se presenta en el

libro cuarto. En éste, Nebrija expone que algunos han catalogado al gerundio como parte

del verbo porque al igual que éste rige casos. Señala que otros han dicho que el gerundio

tiene casos y por lo tanto lo catalogan como parte del nombre. Finalmente otros lo

catalogan como nombres participiales porque en algunas cosas es parecido al nombre y en

otras al participio. Sin embargo Nebrija (1773[1486]: 184) lo señala como otra de las partes

de la oración que presenta mucha semejanza con el nombre, aunque en el apartado sobre el

supino lo coloca como parte del participio. Cabe aclarar que esta parte de la gramática, es la

única en la que el autor incluye al gerundio dentro de las ocho partes de la oración. Al

gerundio, como al infinitivo, no le anteceden casos y los que pueden colocarse después,

son aquellos casos que rige el verbo del cual se originan los gerundios. Los gerundios se

clasifican en gerundios adjetivos y gerundios sustantivos. Los gerundios adjetivos son

aquellos que presentan un significado pasivo, tal como lo muestran los siguientes ejemplos:

‘el día volvible, que es porque se vuelve’ (volvenda dies, id est, volubilis) o ‘el juramento

que es que se jura’ (jus jurandum i, e, quod juratur) (Nebrija 1773[1486]: 184). Asimismo,

presentan también marcación para género, número y caso, y pueden acompañar al

sustantivo.

Por otra parte, los gerundios sustantivos, dependiendo de cual sea el verbo que lo

origina, tendrán una significación activa o pasiva (acción o pasión). Así, si se derivan de

verbos activos tendrán un significado activo y pasivo; si se derivan de verbos neutros

activos o pasivo tomarán una significación activa o pasiva respectivamente y finalmente si

se derivan de verbos comunes y deponentes, tendrán un significado activo y pasivo. Otra

51

idea que señala Nebrija (1773 [1486]: 185) en relación con el gerundio, es la diferencia

entre éste y el participio. Mientras que el gerundio en su significado alude a la

“administración, ó hábito de la cosa” y a una atemporalidad, el significado del segundo,

remite a una temporalidad futura “en acto sin administración” Nebrija (1773 [1486]: 185).

Supino

El supino es considerado como otra de las ocho partes de la oración, sin embargo, debe

incluirse como parte de los verbos. El apartado sobre supinos marca claramente dos tipos

de supinos: el que puede acompañar a un verbo (primer supino) y el que puede acompañar a

un nombre adjetivo (último supino). Si existe otra clase de supinos dígase segundo o tercer

supino, no lo indica el apartado. El primer supino acompaña a verbos cuyo significado

indica movimiento hacia un lugar (ad locum) como: ‘voy á pasear’ (eo deambulatum) o

‘voy á cazar’ (vado venatum). Las palabras que le siguen a los verbos latinos eo y vado

son los supinos, y sus correspondientes castellanos son los infinitivos pasear y cazar. Estos

supinos, por lo tanto, presentan un significado activo o de acción, lo anterior se mantiene

solo si dichos supinos no se derivan de verbos con significado pasivo o de pasión. El último

supino es aquel que, como verbo y no como sustantivo, siempre acompaña al nombre

adjetivo. Se establece entre ellos una relación de rección en donde el adjetivo rige al

supino. Este último además presenta un significado pasivo tal como los demuestran los

siguientes ejemplos: ‘cosa terrible de decir’ (est horrendum dictu) o ‘cosa increíble de

hacer’ (incredibile factu). En estos ejemplos, el supino latino corresponde a las palabras

dictu y factu y el castellano a las frases de decir y de hacer.

Ninguna de estas definiciones menciona, de manera explícita, que el supino se

considera un sustantivo verbal que se usa sólo con algunos casos y en algunas

52

construcciones. Tampoco menciona que el latín presente los supinos en –um o supinos

activos y los supinos en –u o pasivos (Mariotti 1967:340). Sin embargo, hay algunos

elementos en esas definiciones que pueden advertirlo. Por ejemplo la desinencia –um de

deambulatum y de venatum remiten al supino activo y la desinencia –u en dictu o factu al

supino pasivo.

Participio

El libro tercero señala al participio como una de las ocho partes de la oración. Es declinable

y se forma a partir de un verbo. Tiene similitudes con el verbo y el nombre, ya que a

semejanza del primero presenta accidentes, sin distinción de modo ni de persona; y al igual

que el nombre, presenta marcas de género y caso. Los accidentes del verbo que presenta el

participio son tiempo y significación. Un participio puede estar en presente como amante

(amans); pretérito como amado (amatus) y futuro como que ha de amar o ser amado

(amaturus/amandus). La significación se refiere a la cualidad del participio de ser activo o

pasivo. En relación con las similitudes que presenta el nombre con el participio, cabe

señalar que éste posee género y caso. Con respecto al género el participio puede ser

masculino (amatus), femenino (amata), neutro (amatum) o común a los tres géneros

(amans). Puede declinarse por medio de siete casos que son los mismos del nombre:

nominativo, genitivo, dativo, acusativo, vocativo, ablativo y efectivo o instrumental. Otros

accidentes del participio que son comunes tanto al verbo como al nombre, son la figura:

simple o compuesto y el número: singular (amans) y plural (amantes).

53

2.2. GRAMÁTICA CASTELLANA (1492)

Esta gramática, según la información presentada al final del libro quinto, fue publicada en

Salamanca, España en el año de 1492. Según Niederehe (2004) a este documento se le ha

considerado, aunque de manera poco acertada, como la “primera gramática de un idioma

europeo moderno” (p. 41).

2.2.1. Índice temático

Esta obra está constituida por cinco libros y un prólogo. La lista que se presenta a

continuación muestra los títulos de cada libro así como el número de capítulo que contiene

cada uno.

1) Libro primero en que trata de la orthographia (10 capítulos)

2) Libro segundo en que trata de la prosodia e sílaba (10 capítulos)

3) Libro tercero que es de la etimologia e dicion (17 capítulos)

4) Libro cuarto que es de sintaxis e orden de las doze parte de la oracion (7 capítulos)

5) Libro quinto de las introduciones de la lengua castellana para los que de extraña

lengua querran deprender (11 capítulos)

Niederehe (2004: 43) comenta lo siguiente acerca de la estructuración de esta gramática: 18

Comprende 68 folios o, aproximadamente, 160 páginas impresas. Los cuatro primeros libros tratan en orden ascendente de la lengua, es decir, empiezan por los elementos más pequeños, los sonidos y la manera de escribirlos, “la orthographia” […] sigue “el libro segundo” “que trata de la prosodia silaba” y el libro tercero […] “que es de la etimologia e dicion” […] y termina con “el libro cuarto que es de sintaxis e orden de las partes de la oración” […] A este

18

Con respecto al libro quinto Niederehe (2004: 43) igualmente afirma: “A estos cuatros libros sigue otro cuyo título – redactado poco antes de la vuelta de Cristóbal Colón de su viaje al Nuevo Mundo – […] reza así “delas introduciones de la lengua castellana para los que de estraña lengua querrán deprender” [...]”

54

procedimiento ascendente lo llama Nebrija el “orden natural de la grammatica” […]

2.2.2. Aparato conceptual

El aparato conceptual concerniente a las clases léxicas nombre, adjetivo y verbo así como

de otras clases léxicas como gerundio, participio, adverbios etc. se concentra en el libro tres

aunque el cuatro provee información complementaria. Con respecto al total de clases

léxicas, cabe decir que el libro tercero señala, en repetidas ocasiones, que en la lengua

castellana hay diez partes de la oración. El libro cuarto, sin embargo, da a entender que las

partes de la oración son doce, pero no las menciona. En este trabajo de tesis se toma como

base la información del libro tercero, pues explica con más detalle cuáles y como son las

diez partes de la oración, comprobando con ello que efectivamente son diez y no doce19.

Nombre y adjetivo

El libro tres se refiere al nombre como una de las diez partes de la oración, la cual puede

declinarse por casos más no por tiempos. Según este libro nombre significa cuerpo como

hombre, piedra, árbol o cosa como dios, ánima, gramática. Esta categoría se llama así:

nombre, porque por medio de él se nombran las cosas (Nebrija 1492 Libro 3 Cap. ii). El

nombre también tiene seis accidentes: calidad, especie, figura, género, número y

declinación por casos. El primer accidente: la calidad, resulta de gran importancia porque

19 Parte de la explicación que da Nebrija (1492 Libro tres, Cap. i) sobre el número de partes de la oración que tiene el castellano, es la siguiente: “Los griegos comúnmente distingue ocho partes de la oración. Nombre. pronombre. articulo. verbo. participio. preposición. adverbio. conjunción. Los latinos no tiene articulo: mas distinguen interjección del adverbio: e así hacen otras ocho partes de la oración. Nombre. pronombre. verbo. participio. preposición. adverbio. conjunción. interjección. Nosotros con los griegos no distinguiremos la interjección del adverbio: e añadiremos con el articulo el gerundio: el cual no tiene los griegos: e el nombre participial infinito: el cual no tienen ni los griegos ni los latinos. Así que serán por todas diez partes de la oración en el castellano. Nombre. pronombre. articulo. verbo. participio. gerundio. nombre participial infinito. preposición. adverbio. conjunción […]”.

55

es por medio de éste que se puede distinguir al nombre (sustantivo) del adjetivo. La

explicación que da Nebrija al respecto no es clara, ya que no menciona qué se debe

entender por calidad sólo enuncia lo siguiente: calidad esso mesmo en el nombre se puede

llamar aquello por lo cual el adjetivo se distingue del substantivo (Nebrija 1492 libro tres).

Sin embargo, por la explicación que da en el ejemplo: hombre bueno, se interpreta que

calidad se refiere probablemente a un atributo o a un calificativo, ya que la palabra bueno

la considera el adjetivo y a hombre el sustantivo.

Otras definiciones de carácter sintáctico que proporciona Nebrija en el libro tres,

para las categorías de nombre y adjetivo, tienen que ver con la capacidad de cada uno de

aparecer solos o acompañados por un sustantivo y con la cantidad de artículos que pueden

acompañarlos. El nombre, por ejemplo, no puede aparecer solo sin que lo acompañe otro

sustantivo, a diferencia del adjetivo que debe aparecer acompañado de un sustantivo. En

cuanto a los artículos, el adjetivo puede ir acompañado de tres artículos: el fuerte, la fuerte,

lo fuerte, por su parte el sustantivo sólo puede aceptar un artículo: el hombre, la mujer, lo

bueno o quizás dos: el infante o la infanta.

El segundo accidente, la especie (capítulo iii), distingue a los nombres primogénitos

de los nombres derivados. Los primeros se denominan así porque no se derivan de otros

nombres por ejemplo monte. Los segundos como su nombre lo indica se derivan de otros

nombres tal como: montañés, formado a partir del sustantivo montaña. Asimismo, Nebrija

clasifica los nombres derivados en nueve formas: patronímicos, posesivos, diminutivos,

aumentativos, comparativos, denominativos, verbales, participiales y adverbiales. De esta

clasificación cabe resaltar la definición de nombres verbales y participiales por su relación

con las clases léxicas tratadas en este trabajo de tesis. La definición tanto para los nombre

56

verbales como para los participiales es sencilla, es decir, este gramático se limita a decir

que los primeros son aquellos nombres que se derivan de un verbo, como de amar se deriva

amor, y los segundos son aquellos que se originan de un participio como de docto se

origina doctor. No obstante esta breve alusión a los nombres verbales, este autor dedica el

capítulo a los nombres verbales.

En el capítulo cinco retoma para los nombres verbales la misma definición que da

en el capítulo tres, y presenta básicamente las terminaciones que pueden tomar los nombres

derivados de verbos. Por ejemplos algunos terminan en –anza como esperanza (de esperar),

enseñanza (de enseñar), perdonanza (de perdonar). Otros terminan en –encia como

dolencia (de doler), tenencia (de tener) y así sucesivamente otras serie de terminaciones.

El capítulo seis trata sobre el resto de los accidentes: la figura, el género, el número

y la declinación por caso. La figura alude a la distinción entre los nombres compuestos y

los sencillos. Aquí el autor presenta definiciones de tipo morfológico para cada uno de

estos nombres. El nombre sencillo es aquel que no puede descomponerse en partes o

morfemas con significado propio como pa- y -dre para padre. En cambio el nombre

compuesto sí puede seccionarse y las partes que resultan poseen significado propio como

con- y padre para la palabra compadre. Estas dos unidades que conforman esta palabra,

según Nebrija, poseen significado propio y a la vez ayudan a configurar el significado de la

palabra resultante: compadre (padre con otro).

El género es aquel accidente que distingue gramaticalmente al macho de la hembra,

y al neutro de estos dos. Este gramático señala que la lengua castellana posee siete géneros:

masculino, femenino, neutro, común de dos, común de tres, dudoso y mezclado. La

definición que proporciona para cada uno es de orden sintáctico ya que alude a la capacidad

57

que tiene el sustantivo y el adjetivo para recibir los artículos el, la, lo. Así el masculino

recibe el artículo el (el hombre, el libro); el femenino recibe la (la mujer, la carta); el

neutro recibe lo (lo justo, lo bueno); el género común de dos recibe el o la (el infante o la

infanta); el género común de tres recibe el, la o lo (el fuerte, la fuerte, lo fuerte); el género

dudoso recibe el o la (el color o la color) y el género mezclado recibe el o la (el ratón, la

comadreja, el milano, la paloma). En cuanto al accidente número menciona que puede ser

singular o plural.

El último accidente del nombre que es el de declinación y caso, el autor puntualiza

que la lengua castellana no tiene declinaciones salvo la que se presenta en el número, esto

es, la terminación –s o –es del plural. Con respecto a los casos Nebrija afirma que en la

lengua castellana la significación de caso se da por medio de preposiciones y no por

desinencias. Los casos castellanos son cinco: nominativo o primer caso, genitivo o segundo

caso, dativo o tercer caso, acusativo o cuarto caso y vocativo o quinto caso.

El libro cuarto, aunque concentra sus explicaciones en la sintaxis, complementa las

definiciones de nombre sustantivo y de nombre adjetivo que provee el libro tercero. Al

sustantivo lo señala como el nombre que significa sustancia y al adjetivo lo considera como

el nombre que significa algún accidente, más no aclara a qué accidente se refiere. Éste, el

adjetivo, se junta al sustantivo y concuerda con él en número, género y caso. El ejemplo

que proporciona es hombre bueno y explica Nebrija que bueno es del género masculino, es

singular y pertenece al primer caso en concordancia con hombre que también es masculino,

singular y pertenece al primer caso. Respecto del adjetivo hay dos ideas del libro cuarto que

son importantes resaltar. La primera, se refiere a que esta categoría está catalogada como

algún tipo de accidente y la segunda, el adjetivo es denominado nombre adjetivo. Esto

58

indica que el adjetivo en esta gramática es colocado dentro de la clase léxica nombre o

considerado como parte de él.

Verbo

El capítulo décimo del libro tercero está dedicado al verbo. Aquí Nebrija añade que verbo

en “castellano quiere dezir palabra […] porque las otras [palabras o partes de la oración]

sin esta no hazen sentencia alguna: esta por ezcelencia llamose palabra.”(Nebrija 1492

libro tres]. El verbo está considerado como una de las diez partes de la oración que puede

declinarse por modo y tiempo aunque no por casos. Sus accidentes son ocho: especie,

figura, género, modo, tiempo, número, persona y conjugación. La especie, figura y número

son definidos de una manera similar a sus correspondientes en el nombre, de esta manera

especie se refiere a verbos primogénitos como amar y verbos derivados como armar que se

deriva de armas. La figura alude a los verbos sencillos amar y a los verbos compuestos

desamar y finalmente el número evoca al singular como en yo amo y al plural como en nos

amamos. La explicación que da para género es de especial importancia, ya que en ella alude

a conceptos como transitivo e intransitivo. El género es el accidente verbal por medio del

cual se puede distinguir al verbo activo del verbo absoluto. El primero se define como aquel

cuya acción recae en una persona o cosa, o en palabras de Nebrija (1492: libro tercero):

“Activo verbo es aquel que passa en otra cossa. como diziendo io amo a dios. esta obra de

amar passa en dios”. Esta definición alude claramente al concepto de verbo transitivo. Por

su parte los verbos absolutos son aquellos cuya acción no recae en ninguna persona o cosa,

tal como lo expresa el autor: “Absoluto verbo es aquel que no passa en otra cosa como

diziendo io vivo, io muero. Esta obra de bivir e morir no passa en otra cosa despues de si”

(Nebrija 1492 libro tercero). Aquí se hace alusión al concepto de verbo intransitivo. Los

59

otros accidentes verbales son el modo, el tiempo, la persona y la conjugación. Según

Nebrija la lengua castellana tiene cinco modos: indicativo, imperativo, optativo, subjuntivo

e infinitivo. El modo permite distinguir ciertas formas o matices de significado en el verbo.

Los tiempos castellanos son cinco: presente, pasado no acabado, pasado acabado, pasado

más que acabado y venidero. Las personas son tres: primera como yo amo, segunda como

tu amas y tercera como alguno ama. El último accidente, la conjugación, puede dividirse

en tres: la primera cuyo infinitivo termina en ar como amar y enseñar; la segunda con

infinitivo en –er como leer y correr y la tercera con infinitivo en –ir como oir y vivir.

Finalmente, cabe señalar que los capítulos doce, trece y catorce abordan el tema del

gerundio, del participio y del nombre participial respectivamente, relacionados los tres con

el nombre y el verbo.

Gerundio

El gerundio, según lo expuesto en el capítulo doce, es la forma presente del verbo del cual

se origina. Aunque Nebrija no lo aclara, esta forma se corresponde con la flexión verbal –

iendo o –ando. El gramático da el siguiente ejemplo: leiendo el virgilio aprovecho.

También señala que el gerundio puede formarse con la preposición en más el infinitivo del

verbo como en leer el virigilio aprovecho. Con respecto al significado menciona que el

gerundio presenta el mismo significado del verbo del cual se origina.

En el mismo capítulo dedica unas líneas al supino y dice que la lengua castellana no

lo tiene. Sin embargo relaciona el primer supino latino (-um) con la construcción castellana

formada por la preposición a y un infinitivo tal como aparece en la oración voy a cazar

para el supino latino eo venatum. El segundo supino latino (-u) lo relaciona con la

construcción castellana formada por la preposición de y un infinitivo que el llama infinitivo

60

de la pasiva, tal y como se aprecia en el siguiente ejemplo castellano: cosa maravillosa de

ser dicha que se corresponde con el supino de la frase mirabile dictu.

Participio

El participio es considerado como una de las diez partes de la oración y se asemeja tanto al

verbo como al nombre. Al igual que el verbo el participio tiene tiempos y a semejanza del

nombre presenta casos. El participio también tiene accidentes tales como: tiempo,

significación, género, número, figura y caso con declinación. Los tiempos del participio son

tres: presente, pasado y venidero. Nebrija advierte que en la lengua castellana los

participios en presente y venidero apenas si se advierten en el uso. Algunos de los ejemplos

que da para estos participios son paciente, doliente, bastante, sirviente para el presente y

cosa matadera que ha de matar, cosa hacedera que ha de ser hecha, queso asadero que ha

de ser asado para el tiempo venidero. Asimismo señala también que el tiempo del participio

que más se utiliza es el pasado: casi todos los verbos tiene un participio pasado. La

significación alude a las formas activas y pasivas de los participios. Los participios

presentes siempre son activos pues todos en su significado remiten a una acción, mientras

que los participios pasados son por lo general pasivos, aunque algunos pueden ser activos

como callado (el que calla), hablado (el que habla), porfiado (el que porfía), etc.

Los géneros del participio son cuatro: masculino (el amado), femenino (la amada),

neutro (lo amado) y común de tres (el corriente, la corriente, lo corriente). Las figuras son

dos, como el nombre y el verbo, sencilla como amado y compuesta como desamado. Los

números del participio son dos singular y plural. El caso y la declinaciones del participios

son las mismas que presenta el nombre (Véase apartado para nombre y adjetivo).

61

Nombre participial infinito

Esta parte de la oración se corresponde con los participios pasados que acompañan al verbo

haber en las perífrasis verbales como yo he amado, tú has amado, etc. Se utiliza para suplir

aquellos tiempos verbales del latín que el castellano no tiene. Nebrija explica que lo

denomina nombre porque significa sustancia y no presenta tiempos, y lo llama participial

porque se asemeja al participio pasado Es infinito porque no posee ni géneros, ni número,

ni casos ni persona. Ahora bien, el libro cuarto retoma en parte lo que menciona el libro

tercero de los verbos activo y absoluto. Sin embargo cabe resaltar que a los verbos activos

cuya acción recaen en otra persona o cosa, los denomina verbos transitivos; los gerundios y

participios no se mencionan.

Las cuatro gramáticas descritas en este capítulo: Introductiones latinae (1481),

Introducciones latinas, contrapuesto el romance al latín (1486), Gramática castellana

(1492) e Introductiones in latinam grammaticam (1523), abordan las mismas temáticas, es

decir, abarcan las clases léxicas nombre, nombre adjetivo, verbo (incluyendo participio,

gerundio, supino e infinitivo), adverbio, pronombre, preposición, conjunción e interjección.

Incluyen también declinaciones nominales, conjugaciones verbales, orden de las palabras

dentro de la oración (sintaxis), métrica, acento, etc. En relación con los índices temáticos,

tal como se ha señalado al inicio del apartado sobre estos elementos, las gramáticas latinas

presentan una manera muy similar de ordenar los temas, de esta manera los dos primeros

libros tratan de las declinaciones de los nombres y pronombre así como de las

conjugaciones de los verbos, incorporan también apartados que estudian brevemente las

partes de la oración. Los siguientes dos libros (tercero y cuarto) abordan más a fondo cada

una de las partes de la oración y explican aspectos de la sintaxis. Finalmente los últimos

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libros (quinto y/o sexto) tratan de la sílaba, los pies, el verso y el acento. En cuanto a las

definiciones para las clases léxicas nombre, nombre adjetivo y verbo, el criterio que

prevalece es el sintáctico. Las clases de palabras nombre y verbo son descritas o definidas,

la mayoría de las veces, en función de las palabras que les anteceden o les sucede, no

obstante se presentan para cada una de ellas definiciones desde el punto de vista semántico.

Por su parte el nombre adjetivo es descrito principalmente desde el punto de vista

sintáctico, sin embargo cabe resaltar que en la Gramática castellana es considerado como

uno de los accidentes del nombre; dicho accidente denota calidad.