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Petrotecnia • febrero, 2006 102 I Terminación de la central nuclear Atucha II Por José Luis Antúnez, vicepresidente de Nucleoeléctrica Argentina SA (NA-SA) “Una central comparable a Atucha II construida en lugar de una de ciclo combinado alimentada a gas natural habrá evitado, por cada año de funcionamiento, la emisión a la atmósfera de 3.500.000 toneladas de CO 2 . Si esta central nuclear hubiese sustituido a una central de vapor equivalente alimentada a carbón, la disminución del aporte al efecto invernadero sería de 6.500.000 toneladas de CO 2 por año de funcionamiento”, explica el autor de este artículo. Energías alternativas

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Terminación de la central nuclearAtucha IIPor José Luis Antúnez, vicepresidente de Nucleoeléctrica Argentina SA (NA-SA)

“Una central comparable a Atucha II construida en lugar de

una de ciclo combinado alimentada a gas natural habrá

evitado, por cada año de funcionamiento, la emisión a la

atmósfera de 3.500.000 toneladas de CO2. Si esta central

nuclear hubiese sustituido a una central de vapor equivalente

alimentada a carbón, la disminución del aporte al efecto

invernadero sería de 6.500.000 toneladas de CO2 por año de

funcionamiento”, explica el autor de este artículo.

Energías alternativas

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A tucha II es una central nucleoeléctrica que va aaportar 700MW eléctricos netos al sistema interco-nectado nacional.

Se encuentra ubicada sobre la margen derecha del ríoParaná, en la localidad de Lima, partido de Zárate, a115km de la ciudad de Buenos Aires. Adyacente seencuentra la central nuclear Atucha I, en operación desde1974. Atucha II será la tercera central nuclear del sistemaeléctrico argentino, en adición a Atucha I (335MW) yEmbalse (600MW).

A nivel mundial, las proporciones de aporte de las dis-tintas fuentes energéticas a la producción eléctrica totalson las siguientes, en porcentaje de la energía eléctricaconsumida: los combustibles fósiles –carbón, petróleo ygas– contribuyen con un 63%; la energía hidroeléctricarepresenta aproximadamente el 19%; la nuclear, 17% y lasenergías alternativas –tales como geotérmica, solar, eólicay biomasa– aportan, en conjunto, cerca del 1%. En nues-tro país las proporciones para el año 2004 fueron: 34%hidráulica, 56% combustibles fósiles, 9% nuclear y 1% deotras fuentes.

Por sus características de funcionamiento plano perma-nente a potencia nominal, las centrales nucleares aportancantidades de energía que superan su proporción respectode la potencia total instalada; es así como en la Argentina,en el año 2004, representando Atucha I y Embalse sólo el

4,5% de la potencia instalada, produjeron el 9% de laenergía consumida en el país.

El reactor de Atucha II es del tipo que ha elegido laArgentina para su línea de reactores de potencia, de uranionatural, con agua pesada como moderador y refrigerante.El reactor utilizará elementos combustibles que se fabrica-rán en el país con ingeniería y supervisión de la ComisiónNacional de Energía Atómica (CNEA), utilizando dióxidode uranio natural, también de producción local, procesossobre los cuales existe amplia experiencia adquirida a tra-vés de la fabricación –desde hace décadas– de los elemen-tos combustibles destinados a las centrales nucleares deAtucha I y Embalse, en operación comercial desde 1974 y1984 respectivamente.

Las seiscientas toneladas de agua pesada necesarias parala carga inicial del reactor y el sistema de extracción decalor también se producirán en el país en una planta depropiedad de la CNEA ubicada en la provincia deNeuquén.

En una central nuclear como Atucha II, el agua pesada–que absorbe calor en el reactor y sale del mismo a 314ºCy 115kg/cm2– sirve como vehículo para transmitir estaenergía térmica hacia los generadores de vapor, en los cua-les el agua pesada intercambia calor con un circuito secun-dario de agua liviana procedente del condensador de laturbina, la que se transforma en 3600ton/hora de vapor a268ºC y 54kg/cm2 destinado al accionamiento del turboge-nerador. El condensador de la turbina, a su vez, es enfria-do por un circuito abierto de agua tomada del río Paranácon un caudal de 40m3/seg que, en su retorno al río des-pués de haber enfriado el condensador, devuelve parte dela energía que fue utilizada para el bombeo mediante unaturbina hidráulica ubicada en la rama descendente quepermite recuperar hasta 8MW.

El turbogenerador se compone de una turbina de con-densación de tres etapas, una de alta y dos de baja, las tresde doble flujo. La turbina, que gira a 1500rpm, está aco-plada directamente a un generador enfriado por hidróge-no de 840MW que genera en una tensión en bornes de21kV, que se eleva en los transformadores de máquina a500kV para su entrega a la red nacional. Cuando entre enfuncionamiento comercial esta unidad pasará a ser lamáquina de mayor potencia unitaria del sistema interco-nectado nacional, posición que ahora ocupa la de la cen-tral nuclear de Embalse.

La construcción de Atucha II está a cargo deNucleoeléctrica Argentina SA (NA-SA), empresa del Estadonacional responsable de la operación y construcción de lascentrales nucleares argentinas. Muchas veces se nos con-sulta acerca de si la tecnología de esta central se encuentraactualizada, teniendo en cuenta que su diseño data dehace algunos años (los contratos originales de provisiónde equipos para su construcción fueron suscritos en 1980entre la CNEA y Siemens).

Atucha II es una central nuclear moderna, similar a lasúltimas construidas en Alemania, así como a las de Trilloen España y Angra II en Brasil. Desde el punto de vista deldiseño y la construcción, cuenta con sistemas de seguridadactualizados, que incluyen el concepto de defensa en pro-fundidad con barreras sucesivas, esfera de contención,

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separación física entre sis-temas de seguridad y pro-grama de vigilancia enservicio, entre otros con-ceptos.

Cabe destacar tambiénque Atucha II se estáconstruyendo de acuerdocon la licencia de cons-trucción, las normas y elprograma de inspecciónoportunamente dispuestopor la AutoridadRegulatoria NuclearArgentina (ARN). Los sis-temas de seguridad hansido diseñados y construi-dos con normas similaresa las de las más de cuatro-

cientas centrales nucleares de segunda generación actual-mente en operación en el mundo. Los componentes alma-cenados, así como aquellos que ya se han instalado en sulugar definitivo, han sido preservados según instruccionesde los fabricantes, habiendo recibido regularmente contro-les y auditorías nacionales e internacionales.

Respecto de la seguridad operativa y nuclear, otro temade frecuente consulta, las dos centrales nucleares en fun-cionamiento en la Argentina –que ya acumulan más decincuenta años reactor de experiencia– tienen un historialimpecable, por lo que se puede asegurar que Atucha IIseguirá este mismo camino de excelencia en cuanto a nor-mas de seguridad.

La central cumplirá con la normativa internacional delOrganismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), enti-dad de la cual la República Argentina es parte, y con quienNA-SA ha acordado un programa de asistencia técnicapara la Central Atucha II. Nucleoeléctrica Argentina SAmantiene, por otra parte, una relación permanente y esparte activa de otros organismos internacionales específi-cos de la generación nucleoeléctrica, tales como laAsociación Mundial de Operadores de Centrales Nucleares(WANO) y el Grupo de Propietarios de Centrales Nuclearestipo CANDU de uranio natural y agua pesada (COG). Losmiembros de estas asociaciones de operadores de centralesnucleares someten sus prácticas operativas y de manteni-miento a frecuentes revisiones por parte de sus pares, enun exigente programa de mejora continua de alcancemundial.

Nucleoeléctrica Argentina SA espera completar e incor-porar al sistema eléctrico argentino la central Atucha II enel año 2010, época en la que su aporte de 700MW planosy más de 5000GWh/año resultará muy necesario para elsistema interconectado nacional. El proyecto se ejecutaráutilizando al máximo los recursos científicos y técnicos dela CNEA, revitalizando así, en esta asociación estratégicacon NA-SA, el rol fundamental que le cabe en el programanucleoeléctrico nacional. La obra se encuentra actualmen-te con un estado de avance cercano al 80%, como prome-dio de las distintas actividades, con las tareas civiles y lossuministros locales y del exterior prácticamente termina-dos, siendo las obras de mayor importancia restantes paraterminar el proyecto los montajes electromecánicos y lasobras hidráulicas. Respecto de los suministros, resta la pro-visión de agua pesada y el primer núcleo de combustible,ambos de provisión local, a lo cual hay que añadir las tare-as de prueba y puesta en marcha, estas últimas de especialrelevancia y duración en el caso de una central nuclear.

En todas las actividades se dará la máxima intervenciónposible a los proveedores y contratistas locales, siguiendoasí la práctica oportunamente impuesta por la CNEA, enoportunidad de construir sus centrales nucleares, respectode la formación y capacitación de los recursos nacionales.La obra tendrá un importante impacto ocupacional, espe-cialmente en el área de influencia de la central, ya que seestima que en el período de máxima actividad de montajela obra ocupará a unas cuatro mil personas.

Por último, algunas reflexiones acerca de las centralesnucleares en el contexto de preocupación energética yambiental mundial, y por qué las vemos cada vez con másfrecuencia en las noticias relacionadas a estos dos temas

procedentes del exterior.Desde el punto de vista energético, un estudio reciente

de la Agencia Internacional de Energía (IEA) indica que elconsumo de energía en el mundo se incrementará un 60%respecto del actual para el año 2030; de ese porcentaje, un70% corresponderá a demandas de los países en desarro-llo. El dilema que se plantea en todo el mundo es cómosatisfacer esa creciente demanda energética.

Las centrales nucleares pueden efectuar una contribu-ción sustancial al cubrimiento del incremento de lademanda eléctrica, aliviando al mismo tiempo la demandade hidrocarburos. Al utilizar en ellas un kilo de uranio seproduce la misma cantidad de energía eléctrica que concatorce toneladas de fueloil o su equivalente en gas natu-ral, liberando esas cantidades de valiosos hidrocarburospara abastecer otros tipos de demanda sin necesidad de

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“Las centrales nucleares pueden efectuar una contribución sustancial al

cubrimiento del incremento de la demanda eléctrica, aliviando al mismo tiempo

la demanda de hidrocarburos. Al utilizar en ellas un kilo de uranio se produce

la misma cantidad de energía eléctrica que con catorce toneladas de fueloil

o su equivalente en gas natural.”

José Luis Antúnez

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quemarlos para generar energía eléctrica. Una centralnuclear como Atucha II, que sustituye un ciclo combinadode potencia equivalente, libera para otros usos más de tresmillones de metros cúbicos de gas natural por día.

En cuanto al aspecto ambiental, la pregunta que se for-mula siempre en primer término respecto de la generaciónnucleoeléctrica es la relativa al manejo de los residuosradiactivos. No existe otra industria en donde el problemade los residuos sea considerado con más responsabilidadque en el caso de los desechos nucleares de origen civil.

El volumen de los residuos nucleares que produce unacentral nucleoeléctrica es extremadamente limitado, por lotanto pueden ser completamente aislados de la atmósferay el entorno. Por otra parte, una planta nuclear de700MW como Atucha II produce aproximadamente trein-ta toneladas por año de elementos combustibles irradiadosque aún contienen energía aprovechable. Estos elementoscombustibles usados se conservan, con vistas a su eventualreprocesamiento, en almacenamientos húmedos o secosadyacentes a las centrales, completa y seguramente aisla-dos del medio ambiente. Es decir que ninguno de los sub-productos de la combustión nuclear es liberado al ambien-te antes ni después del proceso de producción de energíaeléctrica.

Si este combustible usado se reprocesara para compac-tarlo y aprovechar la energía residual, el volumen resul-tante equivalente sería de aproximadamente 2,5m3 poraño. Esta cantidad puede ser gestionada y almacenada demanera segura en depósitos geológicos profundos, protegi-dos por múltiples barreras que los aíslen completamentedel medio ambiente hasta que desaparezca su actividad.

Hemos mencionado, en primer término, el manejo delos subproductos del proceso de combustión nuclear quese generan como consecuencia de la producción de ener-gía eléctrica, pero es igualmente importante hacer referen-cia a aquellos que no se producen como consecuencia dela generación nucleoeléctrica.

Los devastadores efectos climáticos consecuencia de laemisión de dióxido de carbono (CO2), considerada comouna de las fuentes que contribuyen mayoritariamente alrecalentamiento global del planeta (efecto invernadero)eran, hasta no hace mucho, objeto de preocupación única-mente para los científicos especializados en el tema, mien-tras que el resto de la población mundial los considerabafenómenos teóricos de dudosa verificación y nula influen-cia en su vida cotidiana. En los últimos años, en cambio,una abrumadora acumulación de evidencias respecto desus efectos los ha transformado en una preocupación con-creta, objeto de tratados y sistemas de compensacióninternacionales.

Las centrales nucleares virtualmente no producen emi-sión alguna de dióxido de carbono, por lo cual una centralcomparable a Atucha II construida en lugar de una deciclo combinado alimentada a gas natural habrá evitado,por cada año de funcionamiento, la emisión a la atmósfe-ra de 3.500.000 toneladas de CO2. Si esta central nuclearhubiese sustituido a una central de vapor equivalente ali-mentada a carbón, la disminución del aporte al efectoinvernadero sería de 6.500.000 toneladas de CO2 por añode funcionamiento.

Por las razones expuestas, el mundo asiste a un renova-do interés en incrementar la participación de la energíanuclear en la matriz energética como fuente generadoraeléctrica de base, confiable, con abastecimiento aseguradode combustible y ambientalmente sustentable al no emitirgases que contribuyan al efecto invernadero.

José Luis Antúnez es ingeniero electromecánico de Universidadde Buenos Aires.En los últimos veinticinco años se desempeñó como gerentegeneral de NUCLAR SA, fue director comercial y de desarrollode proyectos del grupo Perez Companc-Sade Ingeniería yConstrucciones SA, gerente general de Transener, socio deBA&A Consultores y actualmente es vicepresidente deNucleoeléctrica Argentina SA. Entre otros cargos, fue director y miembro del Comité Ejecutivode Cammesa, vicepresidente de la Asociación de Empresas deTransmisión de Energía Eléctrica de la Argentina (ATEERA),vicepresidente del CACIER, Comité Argentino de la Comisión deIntegración Eléctrica Regional Latinoamericana (CIER). Además,fue delegado argentino en la mesa central del organismo,vicepresidente de la Comisión Electromecánica y miembro delConsejo Directivo de la Cámara Argentina de la Construcción ydel Consejo Directivo de la Unión Argentina de la Construcción.

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