Robert Linder - Relatos Psicoanaliticos de La Vida Real

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Relatos Psicoanalíticos de la vida real

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  • 5 ...

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    ~ RELATOS ........

    PSICOANALITICOS DE LA VIDA REAL "LA HORA DE SO MINUTOS " ltOBERT liNDNEit

    HORME / PSICOLOGIA DE HOY

  • J{El.A1'0S PSICOA ' AI. I'IC'O!" IJC LA \ID\ RC\L lf J.u horJI ( )1'1 r~ nliOIIIOI'I H

  • li18110HW l'SlCOLOGih DE HOY

    l. MAXIr..:f. 0.\VI': L# lr~ultJo~J Pn L. Joku:rnd 1. KAat,. R. Br~.;rsu y N. G. J fAtT: GRI" .ft.J"' 1/t,nihl

    Jff r-n/umu mnlt~l. l. MAJ.YST Cl tOtn: PJrntamilws Jr fu PruJitltlcln.

    -1 , j . A. M. Mrra .. r..001 Plkoloca d~l pnico. L Roum1.r l.tNI)Nr~: Rt-ltilt>s JtSNJa!llllflrm ,fr 1~ ,,;,

    u11l. /11 IJo,.t~ Jc 'O mlmtlor. 6. Luu'IG l-'1011 DUI.c.: Put"alngln tle la VIOft~du. 7. R. Srnt: No-~1. ~br-t l.t xhurri$ de la t01tlflmtadtt

    hMtUJI,I.

    l. R.on1 n ~Tkl L1'~ Trr-mrs H'X.N.Jift.-~ moJtr-#111. 9. H . r. TAU(MA": PJrop.ztl~~i JtXJ16l Jtl mlrimmr#l

    VOLUMF:N

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    RELATOS PSICOANALITICOS

    DE LA VIDA REAL

    ,. La bnru rle 50 miuulOs'

    Pudt.ot,u lll)l Un. S~ 'TIAGO Dl UCO\.SKY

    EDICIONES TIOR.Ml! S.1\. E.

    Dit ribucin nclu.1V1t 1 DTTOl\ IAl I'AJI)()S

    bl! l so~ ~'"-' (

  • Tfluf11 J('l oriNim1/ mgli& 'J lfr r 111"' \h ... a:n lloult.

    l.l;tt~Jo fJQr 8\' JA.M 8ooli.S

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    T r..lnJo /10' 1 f1 ttf lalrlll :\"l it AL

    @ C:tJ/IlrlqM 1/r lrJII,fl 1.,, r.JJrinun ru rtHI..-fl.mn /I(Jr

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  • PRLOGO Dr LA I:DICiN CASTELLANA

    Es poco frecuente que un hllmbre de ciencia 3Ca a la Vt!Z un buen C'iCritOl'i son aUn mis eSCil ... so los ejemplos de psicoanalisu; que han podido trn,Iodar sus ex pericncin' te u puticas a la 1 i te-ratura con, m:.escr;t. Frt.!ud, excepcjc:m.-al en l:'rlu-chos stntidos, fue unu de ellos.

    Sus dotes literarios fuci"OI' reconocidas con eJ Premio Goet11c de l.iter.lfuro Alemona. La des-cripcin dt! sus casos clinicos constituye una JC-cclcnte muestr;a de >US condiciones de escritor, ya que logrl superar lo~ mltiples ob1tculos que presenta la integncin de lo ameno con lo cien-tfico eo un tema >oblodo de dificultades que es quiz:ls eL mi dificil en ese "'ntido.

    Quiero con esu introduccin poner de relie-ve lo que con.Udero el merito prwcip,ol de este libro. Roben Lindner, \U a\.ltor, pi1rticipa canto de la Ji ternura como de la teraputico psicoana-Htica: su habidad hace imposibl< di

  • 10 1'1\LOGO .mtre IOJ mritos ctentificos ~, los artsticos. Esre gnero de CienciJArd~>i J. Medicina e~ general y ol Psicoanilisis en puticulu, que s1entpr del doble carcter de esre libro, es nrcesarlo dc~ucar que, por una parte_, )lguno.., de los casos en l pre...,nudos hn sido mencio-nados por CSLudiu;os dl Psic~anlis~ como Fri~da Fromn\ Rcichm2nn en PrtcMerapla 111 /11s fw-rosit *,y otros han servido corno base argumen-tal de pellc,dal cincmatogdficas (La r,rcm/11 {/ odio, R.thr{/r SI// C/11/SII}.

    Posee, puc1, rodos las condiciones para atraer e interesar a los lectores ms exigentes: la bl'-llcu de b forma y la profundidad de contenido.

    Por otr p3rte, si bien es posible discrtpar en :Ugunos aOSLf,eudiann ha sido d sur-gimien to de un nuevo gnero de literatura >mericann: la obra del c;critOI' P>iquiatr. o p.si-coanalista, que plica su< hallusos problemas .actu..les o reina alguna; de ;u; .aventuras con rus pcient..~. b1c libro cntu en l ..:sunda ca-tegora.

    Es en putc documcnul, en p.artc imcrprct.t tivo, dentro clcl molde de una forma arristica.

    lJ~a de las dificultadc; en l hay un

  • IU.! .. A (0~ P~IC..OA.NAL.iTICOS

    e~ tambin 1 los neurticos )~ pslcoticos, cuy. historia rdau ene libro. El secreto yace, ntu-ralmente, en lJ enredada madr> d paciento como pau el mundo. Lt. oculto umbin paro el picto-dc>eubrimiento" ;a b ltima. fra~. y,_ que en un scntiJo muy real, a medida que d analisu ayuda al pa-ciente dcsnud~r c~p tr c:>pa de los que h> oculudo su per1onalidad, tanto el analisu com, el lector cncuentr~n que oigo de su propia p1cl ha sido dosnudoda cambien. La lectura de toda litCril tur.t ~ignific:u:l\'l implic3 un procc:.o de autorrcvcl.lcin, p._ro c~oet> ec: ""P~dalmcntc CJCr co en un ~enudu u1 b nJrrlcin psicnJnJ itic.a.

    N., me propon:~> J.tmdr mudto de lu lncncc ban tomado la 'iJ fS-

    11'-lTROOV

  • do~ hbrminos: Rtbcl-Jc 1111
  • PREFACIO

    !le cscrto esu~ historio~ de p' enr:tas entre todos 16 ocupJCncs. De un depsito litcr3 lmcnte inago-ubl< de motcri:al que >.umenu todos 1~ diu he escogido un puado de historias que me parece que Llusrrn parte de la .Lvcncurn de C>tJ fabu-lo>3 profesin, parte de su carcter novelesco )' mucho de sus detalles prcticos.

    Alrededor del psicoan:llisis se h;~ construido una vollo de misterio y oigo que se parece al espanto. Los que lo procrican, s no son objeto de vcnen.CJn y mtcdo, cst ciett:l cbst; y )o!t-

    inici~dos, o sea, los que hn n. yacido en

  • I M lll L A 'r()S I'SI( ()A N ALTT(:()S

    en un> cspcdc de J isc pulo del diablo q ue tr>-bafl con recur~os :ar~nos y mbLicos jlJra :asc-guriln.e bs trandorm;acionc.s de C3r:cter o pcr~n>lidd q u~ deseo.

    :-ld. podri la>o gr.dunl de los hombres por la< nuq um.l! p.lrJ cccuur l.ts tareas de In ,.Jda e\ una c.&r.u:t~l'iHic:t de nuestros- Liem pos. Por to-d.n parte\ se ~u;t lltye con invencos o. In m~no hu man:1, ol ojo lu1m:.no, :1 codos los sen ri dos (" lnclu,o .11. cerebro. Es probable que no est muy lqol d dl3 en l que lbnu-mo; hombre r.eo crvciones del 1 uncion>mien-to Y la conducu h=nos, hdo en las leyes

    l'f._ (T ACIO 19

    de la comunicocin inw )cT!o\llUl, lu llcv.1do la con)prensin .t un arte un rcfin.tdo que .tctu.tl-mente puede: pucdc3rselo como legtim-a ocu-u.cin, y SU\ ejecuunt:s pu(dcn ~r in'truidM en el desarrollo y cjcrncio del talento que todos

    p~eemos pan. cornprend1.r .1 lo\ otro!t. n psico-analista no es, entonce(i, m.h que un Jrti~ de la comprensin, el producto de un un~n~' u cur-S\) de. e-studio y encrcn.unicnlo que Jo h.t 'udro -.si fue \.'Xitoso--- dc~u ~.adamcntc sensible r1 sus congCneres. Y C') C-St;t ~cn,ibi1id:td ~n poca~ _pa-labras, J., propio persona del 11 Jii>u- el nico instrumento, la sob herramienta, con el que nc-t rt. Slo de i mi>mo. y de nod mh, depende.

    El dcmc nco comu n Lll todo< lo> nl.liO> q ue ~iguen es la pcr~n.t del .lna linn. C.1dJ histori~t. A la vez que relau un uc:uo,. e!tpecfico, trata finalmente dd dc;pliegue de Cl.l pcrsonJ en iJ cmprcs:a tcupurie2. las :l\'CnturJs que le acon-tecen y los efectos que ejercen ..,bre elb los ac-tores y ~iruaciones e~rius. Como l.t persona en cu.csn soy yo m\mO, y ml intencin no es

    conf~armc o d~

  • VUEL\ L, ANDARIEGO ROJO

    ''Oitm que pu.cde obttnen.e uru m lutncu c-almante .obro el sinmu .oer vWHQ medimte: un \'iaic por d Volsa!'

    e uatWJCH, M. o. )' SnlEJSXIII M. h.: Ut:l11 bnik P.s;kbl#h/J, cuado poc J. Woa 1'1\: PdquiJtlrll 1111 IJktl.

    MAC

    Mi primer encuentro con Mac f ue algo dra mtico. Adem:ls, ruvo carcccr pblico. Nos encontramos no a rravs de un escritorio, sino por obre la. abez de l concurrencia un mitin.

    Durante mud,o< os he actuado elo, porque creo que d puesto del pr en la vida de su. comuni-dnd. Siento que tienen una respon1>bildad pblic3 de b que no pueden liberar.., viviendo L:. vid.t de

    N. Ull ~.: Cun eue titulu Lindnrr lu)!n unil cfu.n

  • 22 lt l .l.,\10\ I''JICOANt\LIICO')

    ermilai'lo de l.1 m.t)'Oria c lor. ;to::tlistas, limitando ~u ndio t.k accin a b.1 O!r~Curas cuey.1.-; en h~ que pncticJn su .arte, como recluido~ oC'ulo\ rcx.le-o~do\ por lo) )1111bulo1 C!IOtricos de un otrtc mhl-J c:o. Por .:rnr c'to me he unido de cuando en cu.an ... do a mo,imientol y socicddcs de tcndenci prugrc'i>U ~ he pn:sudo mi nombre --el cual (ut"rc \U \'Jior- " c.;ausots qu~ con~idere dign.a\. A vece\ ~uos movimientos )" li.."J.USH cr;ao con~i derJdo> r.1dinle>, y ~ menudo supe, no dirm~ntt ru d colmo de l C'tupid~z.

    Por ejemplo, tme!ein r, en culquier .;udo y por cual-quier ra7\m. SJ lo, comunist;a, .re opone-n ,\ l:l

    ~~rcs:llcin, Juch;ar crn ellos contra .semejante injusricia. Ntl tolcr.lr~ IJ ~e opon~a.n a ell a. T ;tmpoco me inq>orta fmr qm' lo.s com unistas se: oponen :'1 b

    ~~egrc~:.cicilori>n en hacerlo.

    .En el plano individual \e me pre~nt rcc!en-tcmente un ejemplo notable de este upo de. lu!"'-crc.sJ. ~fientrlS cr .~u~ planes porque el lug2r de vnlneo donde h~bu re niU) moletto y r que r. En dcfensJ propia r-gument que hasto que el Putido consid:r~ b contrario, se sen do libre de hlccr lo que q01S1era. Por mi pute le dije que muchos persons recha-Z:'Itan por completo, natur:almente y si n esfuerzo, lo idcn ele segrcgacic'>n, y que ele ning n mod_o hubieun considerado la posibilidad de concurru , un lugor como el que ,11 hnb.1 elegido "libre mc.nt.e". Obser v, :~.demls. q ut en .su casot como

  • en el Ci1M) de muchos otros corno l, se nccesiu1:b:1 una dirocnva del J>undo poro convertirlo en un ser humono deunte. No tom de buen grado CSU ob!ICTVJCIOil.

    Expuse todo 0\to par2 explic"r mi presencia t!n un miun oUblico donde la concurrencia in-duJ unJ. serir de comuois:a.s, e.nt:re los cu:Jies esuba ~f>c. Y no es extrao que hay ilustudo mi digresin t>eribiendo sobre la segregacin, p que "" fue lo cuestin por la que discurimo1 en nuestro primer encuentro. Por esa poc3 la ur-gnizcin de la cual yo era nominalmente el presidente, csrobn planeando un deba te sobre medicina socia li7.ada. y el tpico que csdbnmos ccnsidcrandOJ 5C relncicmaba con In eleccin de miembros J"Ut3 una mesa redonda que discurid.t los toma< planteodos por los disertantes, cundo bubitnn termin.1do SU"i presentaciones. Recuer-do que, micntrH lea en alu voz la lista de num bres propuestos pau es. mesa redonda, me tn-c.rrumpi un vo enojada desde lu ltima< fil>< de l habitacin. Alguien grit: "Hay lgn negro tn e~ lu.a?''.

    Contesto que no lo sbt>, y pregunt al .ecr. tano, quten neg con l.t cabeu. Cmndo me volv otn ve7 de C".\t.l .1 la audiencia~ la misma \'07. grit: "1Qucro saber por qu los negros han 1ido deUberadamentc excluidos de esa mes redonda!".

    Respond que cstab seguro de que b cxclu.in no hobo sido ddiberadn, lo lista se haba com-puesto con nombres propuestos ~1 comit, In . Entl)nces, cn:yendo que

    vur:..Lvr:, ANOJ\1\lJ.(,O 1\0JO

    eta bbri> ~'li~fccho al que me in-terrumpi, prosegu con lo que e

  • 26 KUA ros I')ICOA ~ALh 'ICOS

    org;niz;ci6n democrtica. como se .supone que es sn.

    -Por qu? -prc:unt ott vez. -Pu reprc;enur 1~ inrerescs de la gente nc

    s de esu comunidad -t. -No confa uned m los otros miembro, de

    l.t lsu p~u rtpresc:nur esos intereses? -:-lo es u la cuestin, si confo m eUo5 o no.

    iL>eberi.l ha~r un negro all arriba, eso e< uclo! -Pero "'I'n;31c que no podamo> enconrrr

    a n~die c:~li ficado p.ln participar ert la mesa rt-donda? No es mejor que los intereses de roda In g-No cscoy di,cudcndo ese punto -dijo--. Lo que pi~n~o es que un negro debera senta r~L' en eJr.l Lcoedo en exhibicin? -prc-~unt.

    Ahou \he elr ; que me sirv-iera.n y llcv.tmos nu~~trl$ bcbid.ls u un rincn tranquilo de la habirocin. L>ur.mte al:unos mi-nutos bebimos en silencio. Poda ~entir sus ojus sobre n\. Arlopr b .lctitud d i 11ica de rdtltivo

    dl!~npego que mis :111oc; el~ l')dctica psicoanaUtic~ me hun enseado, t..s un.l J'll'Otcccin n~C('snril coutt;'l la incmodn \CIHlcin di! ser escodrii1ado en bu~a do panCO> dbilcobre la superficie del cual C>tabl ,!!Ubada un:a leyenda, t>p>d en parte por

  • _;~ ~-~ ' "i\J') J':)J\ v.\I,J\LJ ll \...U;)

    No! rc1110! lO$ dos, y luego pude sentir 1111 1jo t'scrudndome utra vt-z.

    -Umd si que debe ganar bim, eh? -dijo-; >puc:>ro ~que cstc troje le cosr unos l 00 dlarc.

    -Se vive -dije--, y d uaje me co~t 85. -Qu me quiso decir con eso que dijo :antes,

    sobre cue>tion1r mi$ moti,os? -mc pregunt. Yo no encend-. Sobrc la cuestin de los n colificodos para discutir este punto?

    -No .,.;tor .eguro -dije:- . Tengo que creer que el comit~ ha hecho 1> urca que ""' suponh que tena que _hacer: encuntr3r gtntc apta pa_t:a l rnes3 redonda. De culqucr modo, ustedes ce-nin un hombre de loo suyos en el comit.

    l>lac p:ueci sorprendido. -Cmo lo s>bt? -pregunt. -Yo lo eleg -replique'-. 5-lr dcmocnu. Poco despus de esto tcrmoo l reunin. Ol-

    vid a Mac -aunqur nos 11 valo. !ero dijo que era urgente y que slo querla habbr conmigo. Cuan du record al que me llamaba que en una emer-gencia uno usa U .salid:t 1n:s prxima, replic que entenderLa mejor cu:ando 1n vien., porque era yo el nico anali>U de Baltimort con el que qutc-i01. habl.l.~. X11turalmente, esto me intrig como para querer s:>btr b r nn, \' me desv1 de mi costumbre hbituol, rcsrrv~ndole uru hon pn el domingo siguiente en mi ca'l:l. [se dlo, y a la hora conveoidl, apueci Mac.

    Le confes inmedbtamentc qu" h.1bin olviddo su nombre -posiblemente como vengnza por mi dcrror:~ en In vocncin, aquello noche en d mitn- y por eso no lo hab:a reconocido por tC'-I.Hono. Acept ,.,,, excusos con un ge

  • estuviern qutbrindosc en toda$ sus artic ulacione~. Por u n momento. ceJT los ojos con gesto de >gotamientu, lucg() lo~ Jbri )' mir en derredor: los librobado enmorcclo ~e 1 reud, b~ y de N un a Gu neo qu< hJbil en l habitacin. . .

    - L1nd luglr --diJo--- Tranqml(). LeJO~ dd mundo.

    [xtcn.Jiu b m;no p>r> tomar los cigarnllo> del e

  • J\ 1 .Ll\ '1 0~ l'SI
  • 34 1 1 t A 10~ Jl.SlCOJ\ N A 1 f 11< 0~

    ParciJo --contest Mac-. Y tSO u importan, por lo menO< para m.

    -Por qu? -Porque suceda lo que suceda -dijo Mac

    clan y decididamen~. Quiero quedorme en el P~rudo. Tengo que quedarme!

    -l'nr qu? - l'otque el Plrrido es mi 'tUl -contest M;~ c-. l'orq u e el Pn rcido esd t ll lo crrto. Porque el Partido es el mico camino par;~ consrruir un nuevo mtmclo.

    -Esc:l usred seguro de ero? -Lo estoy. Es lo nico de lo que rsiO) s.:guro

    -dijo Mac-. Y ea. He ndado por todo d mun-do, Doc. He visto un tipo de miseria que ndie se imoginoriJ. El Partido tiene la ntco solucin pau ;alir de eso. He sido con1unista dunnte at"\os. Le todo la litertura 3n tes de volvennc comu-nista, nnto el. Sov comuntito por conviccin, verda-dcr> con,iccin, con la cabeza, aunque lo siento e.n m!~ entraas.

    -JJ,n lgo que usud siente -observ. - Todvia puedo calcnurme por lo que veo

    mi alrtdedor y lo que esd pa.sando -di jo Mac- . No C\ el mic.mo 1rdoc que sola ser, porque ante:.'"

    v~ ~nln estar donde era nere..ario partiendo d hombro por lo que crea. A11ora todo lo que ha-go es ...

    lo intcrrumpl en este pwllo. -J.Qu m.! quien: d~:,. con c~to? -pr~~unt. -Quiero d:dr -di:o !>b< que , nliz.tnl>e

    VULLVC, Al'riii)Aflll;CO ROJO Jl

    significa que tengo que dejor el l>artido, no e r~ua m.

    -Usted prdtrir 'guir indifeunte, tmp tente, mtierable ) (presumo) ineficn en todo lo que luga? -1 pr~gunt.

    -Si tengo que dejarlo -dijo ~ac-,

  • 1\.1 ''" 1 V ,) J,':,ILVJ\1~1\ 1 1 1 I LU;)

    No significa obondonar el Parrido. Pero tiene que ser osi? Eso $ lo que quiero saber.

    -No puedo c:ontcsur a eso -dije-. Le mon-rir si le dije u una co o la otra. S de lnolisu~ que le dicen que ser usted mejor c:otlco o tc~tgo de Jehovi 1, o comunista o lo que fuero. luego del anilisis. Puo no s. He anolizodo co-munisus antes, y como usted dijo, algunos l quedan en d Partido, otros se von. Qu le pond a usted es oigo que no puedo predecir.

    Moc pens por un momen to. Luego. como hc no po-ti i.1 pag:tr mi< honorario ... ) ~ .a IJ miud de mis paca.:tucs csu0;1n p.lg:lndo hunotJno~ reducidos.

    111ientra~ yo me ilpLlt:ah.l con J,a rJcionaliz:.tcin de qu~ (o; ~

  • JS 1\LJ,A'I 0\ 1'SROANALJTICOS

    5eran objcci('ncs, probablemente cendrta una ceocia en d Partido por un tiempo. Supongo que insisurbn ert C\0 p:1n que no contara nln gn secroto del PlCCJdo ... O bien podro venir sin consultarle para n>da.

    -Y si de algn modo se enter>ran? ~he me mir direcumente. -Entonces tendra que abo.ndonar -dijo. -El Partido o el nlisis? -pregunt. -El onilijs, por supuesto --contest Moc. Pocas veces he tenido un paciente ms entu sia~ta que lo que fue Mac duran ce el primer me. de su an~I!. Pareca tener capacid."recieron ripidamence. ) prontO e,cuve en posesin de las lneas generale' de la historia de mi paciente.

    Mac n::aei treinta y cu:ttro aos antes de nuc\ .. uo cncut"nlro. El lugJ.r de su nacimiento tn un.l granja en el oeste de Ohio, donde sus padres vi vbn con h f31nilia paterna. El modelo de un vng6n ConCstogn sob re un csrnnte de mi estudio le record I

  • 40 Rl r ;\105 PSICOANAL1'TCO~

    buelos materno>. Er~o recuerdo l, person .. cor-pulcmt:u. con pcs~das m~nos y hug-os pies. Micntros csubon >Cotado> en b cocina y hobl-bn de la mu, llen.ron la habiucin con el olor de b tierra, y sus vocc'i bajJ .. , ronc:t(, se mezclaron con la l ele su vida. l'n rea lidad, slo lo atend a l mitad del ccmpo, y d urante el resto delegaba en b hijn mnyo1 de ~u numCL"tll!n prol" bs tan.ns de cociner-a, nnu d~ cnlJa y manccqu~r:~ pnra el p:.drc de Mc )' el lll'imo leja no q ue trabajab,t ron l. L:~ nicri'l, dr: .H1lJllill\ p~!cho'i, cr.1 como un g:t!nc r.tl que vi tcmpr.'ln.t.) de hiJ:l clc 1.10:1 muj.:r 111dla ~- Jc un ca7.Jdor e rr:~ntt: y 53.nguin.triu. Ln cu nu11.nc con d Afecto del am.1 de leche que llcUJMl>l d lugac eJe su mndre, ul'vb" ern t.m C')tril en s

  • porch rembl>ba la en. Uno aSl "' .hunab.t con t6lo mir.arlo, pero b.ajo ~~~ bru de en unJo en el que la ,usuci.t del abuelo ,,, nturJI, un 'IOCicdad fundad en la equi-dad, que cr la nrma de vida del abuelo. Porque d abuelo vei ._ cosas simple y duectament~, blancas o negra~. y su fe en los pl'ecepros bblicos era rn dificil de conmover como las colinas q u ennurcaban el horizonro de la tierra undiales recl~'"'' la \ida del padre de Mac. Fue dcstrozdo por 1 carga de un can que cay sobre ~1 en un uc mento, su muerte poco signific p>rn Mac, 1ln cuJDdo pasan.o los aos se agrond6 el vaco que h>ba dejado en su vida la partid de ese hombre tranquilo, y empez a imponarle. Entretanw, esuban las rueu de la granj>, lo1 onimale~. lm poco me.ses de csctcda de cada no, el r o CJU~ 1e desli~ba por la ricrrol, los britu. Al guardr cama pare.cia marchiu.rse y sec;trse como c;i su ~:.1\'i.t s-e le estu viera escapando por una sccrern abcrLura de su ,ucrpu. Durantt. sei1 meses permaneci en cam:l, muriendo un poco todo~ los da;. En uu poc.~, \-!>e estuvo con l constlntementc. Por nece~idad Je habbr, quiz; para h"cer de su vida un ejcm rlo, cont a '" JliciO los relatos que fum1aban n1 historia. tn trozos, y con la secuencia propia y l1nicn del andano, dicudas por un\ curi.osa lgic~1 onternn.
  • tU.LJ\10, l 1)1l0'\N,'\IrtC"O~ .

    ru unJ rnezcb de n:t.:uc.:rdo!l~ dulce~ y nl.trgu~ J l.l \ ez. y cw.ndo d .tncu.no c~rr por f m los oJO\, \he h~bta. dc~ul.\du, .. 10 saberlo, .,;n "''lO\ >eis mese, la cscnco.o ele "P", 1' b lubo.o bcbodo C;\n profundanlCJH c qut lba i1 c.rcui;.,.. ll,lr.l toam-prc con su propin ~un1;rc.

    J a 11Hh'ttc dd ;w:lnO COlml>i d mtmdv p.HJ JltJc, br.ll6 la inquietud do l nllmbm, \IJc Jl.lrti.

    fue J Chic>gQ ) >llo cmpa b Qd,. el f.rio de 1 noche en

    mus1.io~ o::u:ntO'i de misln tri1.$ vcnHH13S en ).u que JESUS

    A L V 1\

    brilla en asperos letreros elctricos contra el cielo. Y entonces un da, con la granja ahora mucho>

    :aos :u.rs, M::~c lropcz. con su desti no. Habi ;~ cstndn .sin tubajo du mntc semtln:lS, viviendo en u n.t HooverviJ le 1 con otros parias. Un 3 u comvil r \lU.n c:k cmtrt::tnca:a pan dQxup.~dOI ~" l.a gnn cri~ 1u dt 1929 du.untc 11. prnideru:.U. de Hoovtr.

  • 46 RELAros l'~IC:OANALiTICOS

    Caminaron h3.lta un emb:trcadero por el 1ue ~gune huelguisu~ desfilaban en ralo piquue. Lua~do los hudgwsu, le ,-ieron lleg>r, ,. dc el gnto de uCJrncros!u mH:ntr:a.s cernba.n (ila.) p>ra hacer lugar J otro~ que vcn!cn corriendo dc>dc un muelle. J\ unn orden, el ,;rupn ctm ti talla, la mayori~ ~ abri pa.r hasu .liCJnlJr el final dd embarcadero dr.nt.e esuba anclado un b~rco. de carga junro a grandes cajoll de maquan;~ru r piJ, de hierro ,-icjo. Empelaron a t.:Jr~Jr esco en u bodeg1 dd buco. Mac trabaab> :J.n\lo~mcnre, contencn de l)cnlir la sozngte clrcu lor otra vez por us bra7.o< y piern .s. Esa Jlochc lo1 r01111)Chudga. fueron alimenL>dos en el borcu )' durmieron en mantos bajn cubierta. Der a lo> rompehuelgas por ~n drsucamento de polica, los huelguista< lo m\uluban y maldrcian, pero con poco re un> noche al consultorio de un mdico de Nucvn York, un .:mplco en un cargue ro rumbo ~ Morsello; luego una la rga y fria noche de caminar, correr, yacer ltl\ aliento en lo nieve del Paso de lns l'trineos, y por la m3ana un "i.1je en c:amin, y por la tarck cl repartO de pantalones de fogina y birre-tes; luego marchar y una ~scopcu de madcu y Unk, Zu.tei, Dni, Vur; luego, po[" fin, l;ts trio-checas y las astillutl ... pJ...:des de ladrillo de lJ lJniversidacl en las ofucn de Mdrid, unn piStola de verdad l' l roja sange de u n moo en su b.tyoneu, y el olo dultn de cadvcrc> de fas-cius pudrindose, pegado par siempre a la~ venunas de su n;~ri7.

    Cundo termin la guerra de Espa, M~c re-)lres a Estado1 lJnidos. Se olist en la Morina Mcrc:wte y fue dC>tioado por el Partido a l 11Cti.vidd g reminl. ILn por el mundn los nos 5guicntes, cum pliendo l.ts rareas asir,nadns por el Portido con eficiencio y volu ntad. Este trabajo lo llev a e:ottrans lull:1res e hizo cous extraas parJ uo mu~hacho SJlido de un !!rnia de la

  • ~- ...... "' ... u ... v u; \1 1 l ll 1 " '"'""''

    zona oeste de Ohio. Ln poltica inter11 > del Par-tido nunc:t le in reres6, y a pe...~3r de l05 c.1mbios de oricntocin, sus vuelcos y viujcs, "' adhiri

    enrict:~mente a il lnea. Cu;ando ~e deelar la guern contra Alemania y Japn, quiso alisurse, pero se le dijo que causa de >US antecedente< como lucllador en E.'J)aa estara martado en el Ejercito de Esndos Unidos, y por consiguiente 5ervira de poco ni Partido. D e>ilu

  • lil 1\rJ ATOS I'Sf((l+\'\IA I IllCOS

    muchos de sus r.sgos. TBmbtn se dio cuenta re se sent!o alo >liviado cuando al iinr Ma.

    L.\ recuperacin de t:lnt~s r_ecucrdo:. )' ~u. da-boracin e.n bs sen~:tn:l~ stgtueotes perm1ueron J Mc con mi ayuda, llegar a una rn~;or com -prcniin de s mi

  • 12 IH 1 A 1 OS l'~ICO. Por la noche cminaba )'Or l>s calle> de la ciudad olfnondo sus olores, jo se volvi n1mado, lleno de cner;i.1. En el anlisis, dia tra; diJ, db salida In p>trones y hJSu los cstc-rrotipu; comuoist.os de propagJnda del partido que k lubian proporcionJdo. M1entras unto se

    ob~tr\ilba a s mismo cuid;ttlo~.amentc y con un~ nucv:l \ isin en su \'ido cotidinn.;, Vio b.s pe-qmn, muc>tras de sus >nhclos de dependencia; \'n c6mo forzaba 2 b gentl' n I>Oncrlo en rel:.t-cin de Jcpcndcncia h~cia ollo1; cmo estaba vi do de 1> !>trado y porturtlldo en s1 'ida

  • RELATOS l'.\fCOANALTlcOS

    pacientes no e.st.n qui7. preparados aun par2 mancju. Por c::oruiswenrc, no haba msistido con ~be respe~to de Jo, ~uco~ Puo cuando un p Ct'.nLt, como hizo ~c na vez., dcsvaloriz.:.t un sueo, he encontr.do que por lo comun significa que su sue1io es particul armente importante en el momento, y no "' k debe descuid>r; que ~1 pacien te se da cucnt> de su significacin, pero l teme, )' espera t3 actitud .ignifica invariable. Jl''lcnte que cJ .sueo en cuestin se r~lacionn e.s .. pccia1mcnte con 1~ crlliHfcrcncia, estu es, con 1u relacin entre el paciente y el nnal.is~a, y que las razones prtncipales por I,>V que el paciente bu$ c1 ;uud:rselo son que, o cem< perturbar la tran-quilidad externa de la rclcin, o no d"""a en-tregar un arma poturi\o, ~he lo desde dici~oJo q uo poda algu!en curar><

  • 56 Al: lATOS rSIC.01\"' AL'lJCOS

    lejo; de su met3 como siempre, y c~ns>do tk esto, hrto de todo el o.unro. En esre punto, lo sealo que .hor. csubJ r.almente ufr~JC>ndo una pure del sueo, h p>rte en 13 que emp~nllliricn: tiene la fornu de un fa lo erecto; y qw en B::~ltimorc, quiz~!t ~ cauu de e5tot cl p.1rquc que lo rodc:> se h con,crtituun.t.

    -l!vidCnlCJnl'IHC, CIH\lOCCS -dije- p.tr.l lle-gar JI fn lo erecto, o ~ca h1 potenci.t, ticrll.' (li.IC ltblu.

    -~o ~el un prc,umido -conrestO Mac- . Yo ':.biJ :(('~ ante~ de conurl~ el \Ucno. 1\.rc"' hblr tiene mis si;nific>du de lo que u'led pen t.:..

    -Fn d rueo -dijC'-, u~rcd pcrdo la lcn-gun cuu~do pensnba que lo estaban siguit..'IH in. ;Qui11 lo tcgub?

    -Uncd, por supueto -re>pl Moc . U~red >iguc roda plabr que yo digo.

    -Pero usted no se wrprend cuando "' le ca> 13 len;u2.

    -No, no me sorprend. -suspir Mac-. lle sabido roclo el tiempo que tendra que cerrar l boca Cn algn punto de CICC anlisis: c undo ruc-rn nccc53rio hoblor del P.trtido.

    -De modo que usted prefiere el

  • lS '" I.A 1 -Al monumcnlo ---t. -Ser2 muchu 111~ f:cil llegar lusa ll -di-

    jo- si usted ( ucra comurun. En con ces yo l< habl>ri2.

    -Quu:rc usttd dct.:.ir , me pusien dl" su J:a. do? -progunte .

    Ahon todo d \Ueo qued ubicado y .>i;ui un rorrtoy comin:tndo en l2 O\ curidad. Un proposito no tan inconsciente del anlisis de Mc es conseguir que yo me pong. de su lacio, o sea que n>c una al Partido. Esto no .slo me beneficiara a m: siempre lo :.tyudtH:l a l. Ncccila nyud,L para llegar basta el monu men ro ( b potencia), pero teme q uc pua obte-ner C(.l .arud:a tendni que analizar su rd:acin con d Partido )' rcvchr secretos. Si el onalisu tan vlncul su a.cri-tud actual hacia m con ,:u :tctirutl anterior ha-cia la mujer de su abuelo respecto a 6u<

  • 60 1\ t 1 1\ 1'0). I,SJCOA N A UTICO~

    En \'C:t: de p-~fe estn moviendo el pl~ otn \'CZ -Cil1Jle-z-- Vengo de !;, e CCIHr>l dd P>nido. Por L forma que bbbn es l1n d' tiempo hau.t que me reccn en b i .ibric de con-\en JS. Dicen que cu.n bu !Cando un lugr en d que me adapte mejor, dondt.: caso oqui. Quiere ms pruebas? - levant la mano-. r,pcr.: -dijo-. ' lo que va a Jecir. Pero no pueJo hacerlo: e> "' tullo.

  • J\U o\'1'0' PSI COA ~.,\L.., ICOS t\o puedo ;o..,.:iar libremente, y ..; que es 14 um-c s;~lid:l.

    - '{ por qu< no puede? -lo pre;unt. -Porque tengo miedo de dejor escapar $\:

    crctos, por c~o. Porque si llegnn a dejar slir lo que tengo en In cabez seria ~ntigado, por e>O. Porque a pc,Jr t.le la confinz q ue le ten

    ~;o. no conio en usrcd lo b>Oc:ian con l:lS p labra< .. dejor e\' C LiLV 1 , 1\1\ 0ARIU30 atO) O }

    tr ~ ro hacia lo me J"r que poda pan parecer tranquilo, a pe$;1r de mi alborozo por .. ber que .su sesin llcvMi> d :tnlisis a un punto culm n:tntc.

    -Djeme entenderlo bien -dijo-. De algn modo parece que el semen r los secretos cltn mc7clados en mi cabeza. De modo que cu:tndo tr:ato de acosurme con una ch1ca y t:)~e:u\n ~r tni!n, significa que lnconscientcment.: e-sto~ de .. j>ndo escapar .. crcros del Partido.

    Abr la bocn pM interrum pil'lo, p~ro levan-t un~ mano p.u;a que me contuvicr;~ y s~ cubri los ojos coa la otr

    -Espere! E,perc! --ordeno--. Ehdad qu1.); ,. por el pene. Por qu el pene? Por

  • "t 1 f\ rO~ I'S if'OAN \LTICOS el P~1tidu, y qui7: esto tengo que ver con l~ equiparacin entre el Partido y su abueb.

    Moc volvi l div:n y se arroj ~bre l. -ll.lce Jlunos meses -musit- me habr

    rddo cn su can si wted hubicn dicho eso. Aho-ra no enoy un ~guro.

    y por el re\lo de esa hor> hizo poco m a\ q uc cxprt.ur )U ~sombro ante lo que haba :apare. cido antes. Cuando w despidi cs. tarde ten.l un c.tado de inimu muy diferente.

    En fiU ~sin ~i_vuicore, d~ dias clespu~~. Mae relat h primcrJ e~periencia sex ual exitosa que hobin tcniuo en muchos ao>. HJbia logrado y mnntcnido un:. f uerte ereccin, y la cxpcrien ... cio de eyaculacin hoba sido inbcrlo, por 1upucsto-- co-mo un verdadero ar~

  • (,6 1~ 1 l.A I"Ofi JStCOANALTICOS [om:.b:~ en I:L in'laginacin unl venganza que es dificil que nunc>, hasta que el n~roscopio del >n.ilisis la enfoc, hy> llegado al nivel de b concitntil. Y eno h:abi2. lleo1do a tener un

    1 " curtoso resu udo: ~he lleg tener miedo d_~: su pene, de los po>ibilid.tdes de.strucov2s que .;) y .lo rl le habia ororgdo; y por constguient

  • ti Y .....u..t...~o U -~ .,...,..,.,, ... ~,+~ < 1\...VU

    ,; lleg B, el filwfu del Partido y h cr loe~ l. Luego de saludu M.tc, d {B) b.i>.o un cvmcn-urio intdigentc 'Obre d libro que MJt tcnJ n Hn manos.

    -Sent que tcniJ r,ana. de rirariC\o por la ,.tbeza -dijo Mac-. !'se bn>turdo >icmprc c1t Jlordca ndo con ;u cd uc.tcin.

    -Dice usted qvc lo odi.t? -Si, lo odio. -Por eso lo ruaub en .t sueo. Ahora el enojo de M2c se maniicsc Jbi'tt.l-

    m.:ntt; per-o en mis que enojo, eu nbia pun, prtm1civa.

    -Odio httt el ltimo de ellos -cxclnm ~be-. 'Y, Lo que e! mh, odio a l Partido r:un-hin, y codo lo qu< representa. Lo he odiado muy dentro de.sde el momento en que me :iloarCln

    -~u ,.,~7 .se rJ-v(> h.Ht.l ~r c.tsi un griro--. j Lo udio! Lo odio! Lo odio! Los m>taru a tooos , pudier:1. Les hariJ trJ"lt a! maldito P>rtido tan >dentro que Ir. !dra por d traste. Odio JI Prtido y los odio.\ dios, y m;: odio a mi pOI' !t femej:~.nrc cobarde. hi jo de put:tt qull tengo QUe estar acostado .tqui condndole esto.

    En pocos mornen to Ul d~ todo rn 1 impo.

    ~up n:o que < ., d fondo dd blrril noc. :Qur m;< puede hJb.r?

    VUll.\'1 1 ANlJMlfEGO AOJO (,9 -Creo que: aUn tenemos que ol\'criguar por

    qu "" unio uned JI P>rtido -contcstf-- y por qut odindolo como lo hac~, se nuntuvo en ti todo; estos aos. Sabe usted por qu?

    M~c neg con l cabezo, ogol'.tdo. -No -dijo-, no Lo s. Pasamos bs semanas siguientes concsundt> lo

    pregunta que Le plJnte esa noche. 8rcvcmcntc, fsra es b respucsu:

    A los diecisis os Mac se habi c.:pdo de h c2!~. despus que el Jbuelo cc:rr p>r> siempre sus ojos pr.netronles. Entre el momento en que n1uri el abuelo y In noche que se escap de lo casa el muchacho viv ii> temiendo su popin ogre-.in. Su hostilidad p:tr> con la abuelJ n cr> slo un resentimiento natural: era un odio viviente qu.: ;~.n\enazba en\~oh~cr 2 ambos en un.t tn-

    gcdi~. lncon

  • 70 kl~l A 'rOS r\H Q\NATl('O~

    turJs y observ~cin dd mundo. Pero ct atrac-cin fue reforuda pur el hecho de que d Pu-tdo le presenubo rcspuecante refrenada como pan que l no temiera que llegaro a ser mcontrolnble, como un vc7 c>

  • 1~

    y pen5"amicntu de ~ mi.snto y de los otro~* ) al igual que la poh tic a del Part ido, la discipli-na var2. con las corrientes p:ev.!tciente-s en el momrb, y a medid que prosres:oba el an:lisis Ma.: se asombr de ver cunto haba C!tado bajando contra C$3 dicipfina que, en la super-ficie, dur:tn[C [~ntos .aos haba 2ceptndo nJ~ rura lmente v hJba cumplido.

    Lo reduccin la nulidod, un simple diente en la gran ruedo de lo ambicin deJ .Partido, l nceJ>t a) principio t~mbin sin protenar, y en realidad con alivio. Debe recordarse que tra, subyacen

  • 74 1\l'!.IITOS I'SICOAr-.AUTICOS

    En el cur lo ncceub ...

    CAl"CIO;\. J:S QUI. ML Lr./SE ~11 MAORf

    ''Tftt.l

  • cho, unl linda ch1ca -"nn un linda", d1cc ChJr-lc:\. , un deparumento \"".tcio, un pun7rt.

    Cierro di, en ciena dudad (

  • ,,, o" o '-" o 1 " 1\,.Vf\o'illL-W..M ~0,..\.J>

    ra }t ):1, m3no~, e pein, rasp l.u nllnch,h Joj i-ZJS de ru ~~~o v p2 ntaloncs. No poda ~acu l.1 s.tngrc de \U cJmi'.t blan .... .a , pero el saco up:1rl bs mand1acntrn cst.tbJ oscuro, r-rine, fro. Un C el mcnton. -Si dijo--. 1 Y usted cmo lo sabe? -Pot qur 1 u lJ ma t ... CJurlc\ mo,trO el mi\mo dc)b'"3J10 y chalur.t

    cmucion1l dur.1nu: lo' rrimero') diu de su rn orcebmi~nto, ) no pu~do recordar nilda ctpc cial de lc>S infcorn1ri -mc-ra tntrcvittt.l.

    Uno de nti~ colc;.; condujo cst~ examen pl'c-liminJr, de modt> que lo nico que s de l prn-vienc de un inforntc ofici;J preparado paro 13 fichJ.. En l se Ice lo >iguicntc:

    CA NCJONC." QUH M l. rNSt1 MJ MADRE 79

    Duranll' la t'llll,l'is/11 1'! >11!'/o se 11111/'S-fra cooprrnlh

  • RO

    Fu rr.wmru, rs tlll Ulido fria, i11nm ,/urfl, qur Jwr mtJmf'ltlm murslrd djtclo 111 ":ltrtutdo. Purr,. s.-r tur at rcJJrt'senltw tltl rl Jmptl clr UlldiiU, uunque tirnr ri~rltJs CilrJr-lrrltlirtu qur Jugirrru Jrmcucia prr-ro:. No p11eJr boursr .,," 1111 Jiag11sflro Jtfuu/u o. Sr ltJ J.HIIte r11 obs~nacin ctJIIW fitmblr /mu/II J>rcco:, de tipo paralloiJ,.

    Como e1: n.uur:"l, en,. infor-me arrajo mi aten-cin, y ped ~1 mdico que lo hbia hecho que prc:,.enc:trt1 el c.t'IO po.r:a discuciclo e.n nuestn pr-

    ~ima reunin de equipo. Acept, y despus de un deb~'c se decidi transferir a Charles de la sab quirrgica o lo psiqui:tric, donde podzla tenr-selo en cstrcclu y con>tontc vigilancu. All lo vi di:.1 ri:ln"lcn te y J~: i Jo~ informes ~bre ~u con .. duc,, que Jlreparaban l:u cnecmeras )' sien-tes. En realidod Charles les dio poco para co-mentar durante todo el mes en que fue paciente de la sab. Cooperaba bien con los oficiales inter-nos, en prolijo con su per~na y pertenencia\. Emplub su tiempo en leer o trobajr en peque-os proyectOs dr terapia ocupacional, y cu com-porc>miento no difera en nado de lo que hu-bier> podido espcr>r>< de un muchacho de su edad. Dos veces "' quej de mareos a una de In<

    tnft":rmer.t~. Un.t vez tom p:trte en una discu-sin sobre un J>nrtidu de damas. Cuondo termin ti perodo de truinta dlas de obsenacin hubo ac;uerdo genero! en que com(l Chorlcs no nos haba dado motivos paro retenerlo por mis tiem-po en l 12!2 )lSQunltrico, tendri,",os que ubi-c>rlo con los prisioneros comunes. Pero cuando

    "' plnte el asu nto en .J equ ipo, ninguno de nosotros deseaba 3rriesgar uno opinin definitiva. El colega que haba hecho el primer examen expres la indecisin y confusin de todos. Lo dijo de este modo:

    -No s qu demonios hocer con este mucha-cho. Lo nico que rC"ngo es un:a nimpresin". M;entras estaba aqu habl con ~1 todos los das, pero no consegu sac>rle n>da. Tiene olrededor de l como una pared de un metro de grosor. Le da a uno respu~nas corrccus p:.ra todo, pero no nay profundidad en tllal. A lgo hita. Por su-puesto, es esqulzo, c hato, un poco tonto, pe.ro q ujzs sea slo u n much:tcho de un gmbicnce mi-se roble y muy acostumbrado a guardarse sus pensamien tos. A veces le c uenu a uno cosas por lls que otros tip(>S se reiran o Jloraran o mos tnriao :tlgn tipo de emocin; pero lo hce con esa sonris:a tonta en la car:a, y no hay modo de ir ms all. No tiene delirios ni alucinaciones. Todo lo que ten

  • ,_

    de todo5 no~tro~ sera JU'tificacin suGci~Jltt.: -coment el mi,mo q ue habu lublndo. . -Deberio wrlo. pero no lo es -dijo nues~ro 1efc-. L:l annitucin se maneja en base ,s pro--duccin de guern. Necesiu a todo hombre uri liublc que rnbjo de fbric:. n m:antcnimicnto Si ustedes, psiqui;acns, no puedrn du la .tutoriddc> de la c:irccl una rnn .mjor pan prolon;u la obserncio que un:a Himpr..:sin'' clnica. tr-ndrtmo.s que ~-:~cario del ho,pital.

    -No podriamofl invenmr una razn? - pre-gunt otro mdico.

    1:1 jefe movi l. cnbeza negativamente. -No: es impoo,:ibh:, porque ccnd 1liYIOS que

    volver ""':< y Iterar los informes diuios. No podemos empe7or .1 hacer ese tipo de cosas. -Hav oigo que no hemos hecho y que debe-

    nomos hacer -dijo el psiquiori"J q ue haba vi> ro Chute< en l entrevisu inicial.

    Todos no \'olvimos hacia l expectante~. . -Ante< de .dej>orq ue }'O. . 'o . . . la nut. - A qujn mJtond -La chica. -Por qu lo hieim? -L. voz. . . .M~ur. MJtlr. - Alguien r:e dijo que b mJtHO>? -La voz. N odie me dijo ... fue IJ vu. Mlllr. -De dnde 'e ni> !J 'o7? -La oi. No ,.; . . . ct~ dnde. . de tlnd<

    vena. -E'" la voz de alguien que

  • 84 RJ:I.ATOS I'>ICOANALTICOS

    -No. -Cmo lo hici~te? - Mnillo. Pegu con nurtillo. . . tlespu\

    punzn. -Cuinu; vee

  • Ob 1\I'LATOS T'SIC'OANLI'I' II'OS

    -Por qu? -Porque porque yo csuba enojado con

    dla. -E.Ua )'.l c~ub:1 nu1cru, uo es cierto?

    ~ti utn vez. -Si dijo-. tolluzos sacudieron ahor.> l.o camilla; su~

    dedos se prendieron los s:lbann,. -Esub>\ enojado con d!.. aunque rtiamos .dcrn:s la imprc,in de que el mncha cho haba c;tado nS3nO en el momcnrfl en que cometi el ase>innro. Pem lo lecrura de 'u ficlu revel que se h:tbia confc>ado culpable y qw udiencia con un juez, a pud>S, sin jurado. Se mencion lo po-"bilidad de >Oiicirar que se reabrier> el C3SO, pern decidimos q ue lo prueb:~ do esta nica ent rcvist.t no sera suficiente, y que. de culquier modo,

    nuc~tn prerrogativas no b3\taban pn hacerlo. Finllmcntc e)tuvimo~ de :acuerdo en que el ca~) req uera 111ayor esrudio y que el muchacho nccc )ltnbJ dcsc\peudamenlc unc.amicntl'). Como 1.'11

    e~ momento )'O era el nlco que tt.:nlJ. una horl rcraputic~ libre, me .uignlron el caw.

    A 1:1 m.ui~na ~iguicnt1.' 'i n Cbarles l!n ml con ,ullorio. 11c \:tlud alegremente en c u'lnto entr, )

  • 88 R. l. L'\ TOS P.SJCOA N/\Lh J( OS

    1 -Yo te hice las preguntas le dije-; re-cuerdas 10bre qu eran?

    -Eran sobro oru crimen, no? -S -dije-, sobre tu crimen. -Qu le cont? - !'regunt. Me escuch arentan1e.nte mientras le resurn

    la eorrev\U. Cuondo termin, dijo: -SI. E1o e< rodo. -Quieo'tS agregar algo? -prcgLII1t. Se encogi de hombros. -Creo qu~ no hay nada que agrcgor. -Conustc esto en el juicio? -No tu\'t ocJSn de h.ccrlo --contest con

    cierto mpetu-. Mi abogodo dijo que en mejor declourme culpable y acabu con el asunto. Dijo que tendri:a una pena m:h cort.l. Creo que lo

    con,er~ con mi madre y dccidjcron lucerlo as. -Sabin tu madre codo lo que no< contaste

    ayer sobre or la voz y codo eso? Si ~ -dijo---;.lc cont la moyor parte pero

    no la p>rtc de la viobcin. Yo cuaba sorprendido. -Por qu -pregunt- no te dej declararte in~no. ~ 1abi2 c~ro?

    lo habbmos-diio-; qui evitar 1 publi-cidad. El1.1 e~ encu;ad. de compras en un de ls :unde1 tienda. y tena miedo de perder su C1t1pleo. Oueria que l gente Do '"'enterar J. Tena miedo de que relocionoran su nombre Cn re h C( l.'~t.ar .1qul? -pre-

    gunt. Y lue~o agregu rpid:amcnt~: S que

    CAXCIONES QVE Mfi E"Sll6 MI MADRE 89

    suena ronco preguntlr c:stu, porque nadie quern.a e~ur en uD lugar como ste, pero lo que quocro decir es, si sientes que te corresponde esur aqu.

    Charles apag su cigarrillo antes de contestar. Despus CTLL2 los manos y se inclin.

    --Creo que estabo chifbdo cu1ndo comet el crimen -dlj~. No creo que deba n haberme

    n1~ndodo a la c rcel. -Y dnde deban ha berte mondado? -A un hospital, >opongo. -Poro qu? Pens por un momento. - Bueno -dijo-, qui>:: en un bo$ptal po-

    driJ de5Cllbrir por que lo hico )' podran urc-gbrrne. As no lo vuelvo J hacer.

    -Crees que puedes volver a hacerlo? -No s. No .abrio decirlo. Supongo que po-

    dr-a pas:1r otr:'l vez. -Si pudieras dese u bri r por qu lo hiciste

    micnrras esth aqul, Le gu~a:ub? -S -dijo. -Su ponte qu< t y yo Cltudiomos esto jurtos

    -le propuse. -Estara muy bien - hizo un1 p>uso, luego

    me mir con ~us ojos inocentes-: ~1e imp~dtr3 eso volver hacerlo?

    - Podra ser. -Me gustari" . -Llc''" tiempo -dije. - l icmpo tengo de sobra -

  • 90 Rl I.A"IO-. J"'SICOAN AL"OCOS

    w>> ciudad del .\1 oru:? Ba>t= tte> pW>tos pau tr>nr un dc~rino? No, porque l:u raices son muy

    profunda~ y lo> antiguo> lo expresaron mejor al e5eribir que, fllrl gente como Charles, el pnn-cipoo ycc en las e>rrelbs.

    ~fucho antes de que Charles naciua, el m>tti-monio entre sus padre\> esuba fracasando. Xo .se: habin querido el uno .>1 otro ni habion querido lru dos nios que tuvieron. Por aoumiento a l.t religin nuntuvtcron una !acbad :1 de armon.~ durante dos aos, pero e~de d primer mes de su m11rrtn'I0010 t.llnbos .saban q ue no podia du r.tr. De modo que Chnrles y su hermano estab>n mn rcndo desde e~ntes de nacer. Cuondo Chnrles tenb. trc~ .tilot; -y ~u hern1ano dos- una dis-peniJ religitl';' wrmitio u sus padres separar1e, y l figuro del padre . D u-rante alguno~ me~' I.J m.adre tnt de mancencr el hogar, pero como er W>a persona >tormen-uda. confctY3, incnablc, encontr qur: 1:~ un;~ en dem2 ni~ en un orfelinro. Desde entone~, y dur:ant~ quince aos, los dos much.t-cho~ viviri3n en ~ilos.

    Desde afucr.1, lo> lug:m:s en los que Ch3rlcs p>s 1> myor porte de su vida par.ciun placen-ceros. Sl' nccesiu realmen[e vivj r en ellos par:a conocer l verdad, porq ue esos pisos limpios, CS2S camas pulcrn~, los ollns q ue b rillan en los estantes de la cocina, hnsto los sonrisas de bs m2tronos y de los p1cutfo-padres, on una fachad>. En todo 3Specto, )u~ nios puesLo~ al amparo de eo;cas ins-tituciones son vlctioms de la pobreza emocion>l de sus cuiddore. Crecen ~omo nuleza en el

    91

    dt.sjerto, c.sfor7.ndose como ~;t pnr3 subsio;cir, desvindose de su crccimkn to owrm,ol, burUndose del plan de la natu.,lez. F~dn expuestoblc vida d< Charles en un asllo tU\ otro rc,ulUbJ conmove ... dor. Viv:t en mCedo y terror con.tdnte~. ';ufrid bruralidaes indescriptible~. ln el primer "ho-g.lr", que era religioso, inclu~ :t los cuntro aos recib golpes implacoble< poo las ms insignifi-cantc'i infrac.cionl.!s, y se In ct bli(:tba n cx.trnvagan-c.cs penircncias por ~er t:H'I ju t;tuct6n como es comn en un nio pcqucio. Loe: ~upervisorc-s~ q ue >unquc 1lo fuero roo W fe dcbcr.lll haber cst;odo oblir.~dos ' dulc afecto sino mor. u-ata-ban. a todos Jos que C"(j:tJbln J ru c.1rgo, ('omo si no fucrm nios sino un. pecic de nim;ole

  • IU 1..,1\ lOS PSKOI\~;\1 lllt:(.lloi

    dadcs, bl.nco de asalto-; sexuales y fsico>, destino de 1.1dilm0\ que hacen de la vid> de un nio p(-quco un infic:rno. se or.soci en e.)prltu con sus tOrtuudorcs. El proceso d esu identificacin comenz con un c.mbio en las fanusbs quri-mcra!l rn 1uasia-; tenan el cankter hcl'oico de la-poesa pica, v aunque pobres y laot mosas a tanta disu1ncia, llcn:u de b glorio que l vida nos hace coooc::er ~lo una vez . .Pero no lo ayudaron contra 1., duros realiddes de su .ombientc. Lo; hroes de 5U mcntt no podan m3nteuer~ ;ante lo~ in-quisidores de ru vid real, o tampoco su< brillan-tes espad;;s podiln ayudJrlo contrJ los palos y golpes d~ mac.1:ros y compaeros. Enrcnccs pa:t de expres.r d odio veng:uivo que habla en l. Se conduca con los pequeos y dbik> como no poda hacerlo con lo gnnde. y fuerte\. Tnupas.aba sus sufrimicnco!l: ~e convirti en a;rrror, drlcidndose en hacer doler. Adems nprendi o ser astuto y malicioso. Pronto fue :>Crln en el arte de desvi.tr el dlor d.: si hca 4'UO'I. Fn tt~ actividades !CXuales, donde un:t vez fue blanco se convirti en flech.l, \'ante l:t! vanas protc>t>~ de lo< otros dc.c>rg el \'tneno de su

    frustracin. A los diez aos se haba converudo en un perverso en todas formas, hasta lo mos profundo dr su ser: )'l rn su ahna se haba for-jado d :tima de un aseino.

    Dnrante rsro-; aos, micnuas Charle.s sufr esos cambios, slo uro 1ez \'ca a su madre. Sus oca..sion2les visiu~~ p~n 5U cumplca.os o un fe .. riado, eran simprc r:lpidas. Lo dejaban c0\1 la sensacin de algo incom pleto, no realizado y no dicho. Siempre cargadn de rega los. era como unn r.lfagn lovc y excitante en su descolorida vido. Me cont que: ''Cuando venb parec un> her mos;t princesa. Olla t~n bien!" Pero al misnlO tiempo que csperab su~ vintas y soaba con elh cuando se hobia :do, una p>rtc de l tambin b odih por haberlo pue

  • 94 h 1 .A ros Jl.SlCOA 'l 1\ 1 h lt.O'J

    un .tp:nco '-lUC en t!S.a~ c-ircun,t.lnC.l\ nunC>~ po-dri.l (;Hl~f:~cr(c,

    A la edJd de once ao< ChJrl< y sudor, pern 11 .1d> de lo< golpes q ue lo magullaron ni de lo que drsj!nrrpcraba que el muchchu considerara como '"' >Odres, eran torpes y noda

    cotnunicativ~s.. Ocspu~ de h primer scm.ma, cua ndo f ue nccclario hblar para indicarle qu esperaban de l y cuilcs era n sus obg,

  • RELATOS PSICOANALTJCOS

    con lo! sc.cnu acres rodeados por un> cerca de piedra. Aparte de los acres, y de las ureas de Chulcs, en como si l no nisrien. Lo desperuba una mano pes;tda que tirontaba ck las sibanas, y >S cumenzaba el arduo d antes del ama-nctcr. T crrninoba cuando anocheca, con el lava-do. Chorles pona a ..,car los hmcd~ rcpas;~dorcs en la vcrj~ del patio, musitoba las buenO> noches y subin por la cscalero de ntr:! su habitacin, en el tercer piso de la vieja caso de la g anja. All, en 1 ~ oscuridad, yacia en la cama, c1perando que le vini(ra d sueo para poder responder otn ''ez por la maana al tironeo de 13. sibanas.

    Aos despus, cuando uaba jamos junto>, pre-gunt a Charles >Obre los meses silenciosos qu~ babia pasado en 13 granja. Me maravillaba su pasividad durante esa poca, su iJuccin y su curiosa aceptacin de una disciplina de trabajo paro la que su vida anterior ciertan1enlc no lo habio preparado. Le pregunt si su personalidad babia cambido en algo durante esa poca, si se

  • 98 ~1 LA 10~ ~S ICOANAL'l'fCOS cho cliscu;in, Charles consigui que lo dejaro quedJtse por unos dias. Le osegur que no trae-r problem2;, que conseguiri rrobajo. Ten2 diecisis oos )' era grande par> su edad. T nb-jorla y b audara en los gastos; luego de que Se! mJntuvitra por su propia cuenu, se jrJ .t Y . .. Por hvor!

    Pero trJn(curri6 un;~ semana ante'\ de que Charln empenro a buscar un empleo. Por a 1-gun:t razn no pod:1 u i'UO\'Crse". Se li~vanub:a por In rnJ.~.tn;a Heno de buenas intenciones, pr~parob el dc~~yuno d: su m2drc, urcgl.1ba d depart>mcnto luego que ella se iba y entonces se quednl>a ah! scntndo todo d dh; hojcabJ his-torietas, l''icuchJb:1 In radio, a veces iba a cl.u un p;asco. Un di:s. entabl conversacin con uno prostitma y pas lo taroe con ella.

    En lo segunda semana luego de su llegada 12 caso, Chules encontr empleo como mnda dero de b Cruz Ro2. Su empleo dur meno, de tres lo una t:~ucin de paso para adole~entts que se conver-tiran en criminale5, si no lo cun cocbviJ..

    Charles no nec..-sit cuer1o1 pun adoptarse J 1.1 rutina d< b institucin que fuo m hog.lr dur.>nte la< dos aos do mucho di2s se impuso como "lobo" marn. como tipo duro y .nforrn l que no se poda "pas2r por cncirn~". Se ubic de inmediuo, mediante un >ero c>lculado, en el circulo interno de much.rchos que, lo lmente dirgin b c.cucla. Sucedi del modo siguiente:

    La instimcin con

  • JOO ltl LA lO~ l'SICOANALiTtcOS

    cicd>d i nv~rtitl IJ iite no esuba concucb, sino por el peor, el ma1 dicil de regenerar. Consiscia, coono generalmente s cuundo lleg -de oh i que el circulo interno C$taba cerrado--, saba qu SLI \mica es>euown r>dcaba en desplaza r a alguien. Durante ;Llgunus di~s~ entonces, no hizo otra C0~3 que ob lo pnndill:> diarinmenu des-pus de lo cena paro fumar cigarrillos prohibi-do>, cambia .. .,.. lo; productos de sus robos, hoccr pay.a.;adas, int('rC3n'lbi:tr historias obscenas e in-cub;:r l:as nuquan:aciones que los rnanteni:m en

    CANCIONES QU I M I I:NU \ U MA!Utl 101

    el poder. E l usodizo, un corrcd(>r est recho, mal iluminado, con piso de CC11lcnto, paredes blan-queadas y caerhs 30lOntOI12d en el techo, de modo que Jos much~cho; m:s :~lto~ teni::m que inclinarse pan eviurl.u. rsub reservo~do por b. trJdicin de la e.cudo 3 1~ de la habitacin peci2l. A ninguno que no (u era del Crculo in-terno le estaba permitido detcncr.c alli, ) !25 auto-ridades, que por supuesto conociao d uiD que '" le daba, cernban In< ojO! 511 ~i"enaa y d-b.tn cica aprol,,.:;,'l l lo tuc suced;~, evitando c uidldosamente pasar pur nll dur.wtc la hora despus dt In cer ' ptn>on do quiz.h qtoo ste er> un pequcn prcC> '~ "" dcbb n pa~M por d vc rd:1dero servicio qu~ el g~"npo p rc~t:tb:t :~ 1 man-tener tan en H.t"' ni rc$1' de lu poblactn del jnscituro.

    Cua"ldo Charle~, ~o.1c .1curdo con 'u plan, apa-reci durante l.a s:mu horJ en C\tc territono s-a-

    ~udo, ces toda actovidd, y los once o doce ocupan res del hume>nte corredor lo miraron sor-prendidos con sileneio"-1 hostilidad. N los mi> antiguos recordabn co2 tlo nunca acercarse ,qui~n 1l corredor. a1 que llmb>n, dijo Charle n to Cha rle!> caminnbo l~ncnmcntc hacia el m u-chacho quo haba elegido como vctima. Enfren-tndolo. Cha tles

  • 102 fU 1 1\ z 0) 1"~ I ou propio cj;orrillo y acerc el ,uyo. Sobreuludo, el muchocho ' apur con un mo-,,imienlo bru~o.

    - Fjate en lo qu est< haciendo -dijo. Y lue. go: -;-;o te corrc,ponde estar qu. - i\c.l

  • !04 R ELA ro~~ PSI COA N 1\ I.TICO~

    tOjos; poda gratificar casi cualquier impulso; h

  • ovu no 1 no...,J _...., , ....,..,.,. , ,....,., , ...... ..,. .,.

    lo que "'" pareca una barrera }~franqueable. P.areci:~ como si c.rte ;~dolescen te vsvtcn en Ja !l-u-pcrfide, que ;u ))t'r bidimenrofundidd y func10 nle \IS-S o narcQ.lnlisis? Se;ur.11n cotc cual-q uiero de esos mtodos habra roen lo represa y d.1do acceso al ab undante nlmncn de recuerdos, al inconsciente de Charles, a wdo lo que u;ced t:~tab:a buscando!'

  • 108 (t.f 1 t\ fO~ I1STCOANAJ. 'I feOS

    La mejor respuesto que puedo d.tr a e;u pre-,:;unu, tun~currido t.llltO cicmpo desde el pru-bl(.mJ, C\ qu~ )'U tcnlJ. ~omo probaron los: acontecimiento~, ju)tificadJmeotc- emplear ntn gunl ttcnicJ con d p:~cienre que no uen muy ensapda y confible. Xo hubiera podrdo for-mubr entoncc') un cloanmente mis nzones, pt:'fO creo que '\:abloa" mtultivlmenre que forzlr b ct"rndur3 tn ne momento hubiera. sido desanro m. Recurdcnu el periodo que m l'\:-ficro Charle> se alojh en b gu.rd pscquitrica. Se le haba asigndo ser "acompan

  • 1 1 () RELKTOS 1'\IC.OA N ALhtcOS

    rpida y c>sual de !3 guarilin, para asegurarme que todo andab2 bien. Por algwu razn esub~ apundo esa urde, de n>rmano de uguet~s abierto cua ndo en tre en la unid>d de "';uridJd del ~rvicio psiquLi tr1co. sta era una serie de habitaciones separadas del rto de h1 guordia

    'd . 1' por una pesad> p ucru de acero y vo roo. ero ;1l regreSlr mr distrajeron momentne.lmentt los

    ~mid< que proveni.on de ChJrles, Jn en d ~udo Jote el armano. Curioso, me detuve, ob~r v l escuch. Sobre el hombro del much>c~o lodb ver que babi colocado tres o c.utro poc zas de ajed rez : recuerdo el rey, la rco nn y un.> ll dos piezas ms. Tn~ ellas hab a pucsw fich>< de damas en tres lados de un c>sillero, V .s\ en cerudos por l>s piezas de ajedrez hbi. pueno otras diversas piczs de odo. "f,d como lo recuerdo, t:Hd6 un momento en 1c conocerme. C uJndo lo hizo, se ruboriz; luego sonri.

    -Qu ni. Doc? -dijo-. Se u > co? Asent.

    -Cu:lndo me va llevr con usted ? Esu c:r3 una convencin entre nosotrndo las

    pie?>s y empec jugar con todo esto; nad mis. -A jugar cmo? Toc al rey con 1:1 punta del pie, que cay

    boca abajo. - Oh! -dijo--. Me estaba im aginando q ue

    ta era gente q ue conozco. Y esto -indicando con el pie lo disposicin en tres ladru de la< da-rn;as- es la casa en que ,ivcn . . . (Tiene un ci-:nrillo?

    Le extend u n cigHrillo y nos dimos ,. bue-nas: noches.

    Fue slo c uando cstoba camin o de c~s.1 que m di cucn t> del significado de cscc inciden te. C lo -ro! 't.s.t era la forma de establecer conucto con csce m uchacho. La tcnica de juego: p1icoan: Ii

  • 112 ~
  • 11 1 tU 1 A 1'0~ P~ICOANALTICOS

    indilciplm. l.n modio de ;u relato arranc el pope! del 1~blero de dibujo ) lo tir al suelo.

    -Al dioblo con esa poca~t - rujo. u1on1e el dibujo y lo inspeccion. -Acobonc con esto? -pregunte. -Si -Oi1o Charles-; no quiero nt penS>r otr~ \('7 tn c...: lu,g.tr. Fra apestoso!

    Continuc tc afuera? - pregunt. Enumer un.< li;to de detalles que hab a omi-

    ridn. - Y el purtn? -pregunt-. No teni:~

    ptrtdl) gi;antciCO, y por sobre la pored 3

  • 116 llfl A 1'05 ~si COA N WTiCOS sarlo entro ],5 monos. Cuando h:.bl otra vez su I'O:t. tenl una suavidad que yo no le conoca.

    -Me .cuerdo que 50lli sofuu cmo sera --. -Not :Uwu que sus nu-n05 esuban quicus ) sus ojos empaado. mien-tns un.1 pequc:t y amarga semisonrisa jugue-tc>ba en ~us labios-. Como los otrm chicos -continu en un mur-muUo--; chicos que viven en casas. -So detuvo otn vez-. Despus, hasra solin pens:1r que me llcvarn a un negocio y fi'IC' comprnria cos:u; cosas que yo n'lc prob:tr:t ...

    Yo estaba perplejo. -Poborte? - repet. -5 -dij~. Probarme. -Ri y desc1pareci

    el tono mcdtauv~. Sabe? -dijo, mirndome ahora-; nunca me prob ni un2 mlldita c~;a en toda mi vida. N un ca ruve ocasin de [()m:ar algo y 1er si me quedaba bien. No es cmico?

    -No creo que ~ cmico --coment. -No, no pongo que no ~jo, y luego, filos

    ficamente--: los chicos deberan tener ocaicntc uno

    mismo por su relacin con loi otro-,.. Cu.J.ndo es chico e indefenso lo culdln. Primero ~lente que es parte de 105 otros, despus ...

    -Ya lo s -int~rrumpi Chnrles-. Escuche IJs chJrlo.s que U>"tees les don n los .JSistontes. (Se

    refer~ a las confercnch de hig,i~ttc mental Cbn que el equipo psiqui:hrico adocuinnba ni per-sono] residenre.) Pero en mi cao es diferente. No pude descubrirme dcsd~ odcntru porque cUa o;e deshizo de mi demasiado dpidu. Asi que t~ que tener cosas que ... qm m~ dijcr.1n qujn

  • 118

    cu yo, y concluy am.,.gamenre- ni siquier.l tuve eso

    Yo csub a10mbudo, lo coni=, de la a;u-dto, trnia r>Zn! Sin n-bcrlo, h1ba dado con un psicodinamismo im-portante, no ~lo en \U C2SO ~i_no tlmbio en

  • 120 flLLJ\TOS PSICOI\NAt.TIpo con un3 exclamacin de disgusto:

    -Diablos! -exclam-; uted me enferma, igul que mi madre!

    Ahora bier., no puedo decir al lcctr por qu tom eS>{ palabras, "me enferma", en su sentido literal, por qu no opt por comprenderlos como un:t expresin idiomtica corrienLc de irritacin. El nico instrumen to con q ue trabaja el analista es u propio incon~ciente. /1. travs de ste com prende el inconsciente de su paciente. Llmese intuicin, .j se lo prefiere, o telepat:t, o lo que se quiera, persi.rc el hecho de que el onalista, c\undo C)ti funcionando bien, csti como ::armo-nizado, tinroniz.ado con e) inconsciente de su pa-ciente, y con el suyo propio. "Comprende" lo que est.l sucediendo en el otro. F:n este caso su-pongo que podr> rastr~ar las razcmcs por las que supe inmediatamente que las pabbr.1S "me en fcrm:t." hi'!b:t que tomarlas litcn1111cntr y no en sentido figu rado, pero estas razone~ las pens des-pus v no me dab2 cuenca de ellas en ese momento. Charle, haba esc~do hablando de J. excur

  • 122 Kl l A'I OS J>SJCOANAI TJCOS

    criptib)e pero J'ca l, estuviera revolvindose len .. tamencc. So1ot tener esta sensacin por otra!! mujeres, umbi~n, cuando pen>'aba en ellas. En como si en vez de pensar tan solo, o nli.rarlas, o incluso esur cerca de ellas, hubiera tragado un cosa viva que st retorca y r~volva tn sus r-gJnos. P;ar;a. entonces en una sensacin famili::tr, algo que poda esperar en presencia de mujeres, pero cada vez que parcela la consideraba con una mezcla de disgusro y perplejidad . En el li-mite mismo de su menee -l dice "en la punta de la lengua"- podio identificarla como una sensacin familior, pero no pod a darle un nom-bre.

    La primera VC'I. que Charles la haba experi-mentado fue en su noveno cumpleaos. (Aqu el lector recordad que cuando empeza mos a es-t udiar su relocin con la nudre, Charles retro-cedi 2 su noveno ao cuando dibuj la casa del Hog>r en que viva por esa poca.) Los nios jugaban en

  • l24

    la habitacin. Sorprendindose cada vez de cn -conrurJa v~c:a, y nunca del todo seguro de que sus acro1 no fu eran observados, buscaba bajo lo~ mueblc1, >lz.b el cobertor y miraba bajo la cama, abra 1: pucru del bao l' alzaba las cortina< de la ducha. Hbiendo confirmado que e rulmrnte wlo,

  • 126 Rri.ATOS P~ ICOANALTICOS

    dos; un lcna en c.1d2 dedo justo bajo los nudirtos. A medida que pasabn los das, sondeamos in-

    efuso m profundamente en la retorcida tsrruc-tura de lo rebcin de Charles consigo mismo y con. el m~ndo. deuundo los cabos de su preocu-paetones mcrstuOS."'S ~ identifjcando rus ~ignificados dinmicos tn tcn.l muclus obliga-

  • R l!l.ATO~ l'SICOA N /\LTICOS

    ciones. Luego de complctax la r utina de la torde, generalmente se retiraba a sus habitaciones en el ltimo piso del hospiul paro leer 0 escribir cortas hasta la hon de acostarse. Como estaba ocupado durante lo noche, casi su ltimo acto antes de retinrse en carla caja de remedios de la farmo-cia, repartir los neCC$arios hipnticos, sedantes y medicamentos en la correspondiente sala de en-fermeros de coda piso mientras haca sus recorri-das finales, y controlar los registros de remedios con los contenidos de hl caja cuando volvia a su sola. Entonces, y hasta que se lo relev>ba ol db siguiente, lo caja -un formidable recipiente mc-t:ilic(r- nunco qucdoba fuera de su vista, su precioso conten ido era muy solicitado, por su-puesto, y el cuidodo de b caja era una responsa-bilidad que pesaba fuertemente sobre todos nosotros.

    Alrededor de las diez de una noche en que me tocaba ser Oficial del Da, saqu la coja de reme-dios del refrger:ador de J. foroucia y emprend n recorrida. En canno 2 la sala A, pas junto a un grupo de presos parados ante l sal. de ad-nsi6n del hospital. btaban ocupados en esa charla desganada, incesante, con que los hombres confinados reemplazJn la vida social vedada: par-loteo y chismes wbre sexo. En el grupo estaba C~arles, que me mir con amistosa curiosidad,

    r!llentra~ yo les dabo la, buenas noches y segua caminando. Y a e11 la puerta de la sala o pasos detrs de m. Me volv y esper a Chutes.

    -Algo ando mal? -pregunt. Sonri lentamente. -No --contest6.

    CANCIONES QUE ME ENS I 6 M I MADRE 129 -Q uieres hacer la recorrida COJ>migo? -pre-

    gunt. Asinti con la cabeza y me sigui. Luego de

    un momento extendi )as m:anos. -Le llevar la caja -dijo. La regla de que nunc deba confiarse la caja

    a un preso 2tra,.:s rnl mente como un reltnpa-go, y estaba por negarme, pero c2>i al mismo tiempo pens que era muy probJble que Charles estuviera tratando de reparar algunJS de las cosas q ue haba dic ho en nuestra sesin de ese do, y que si yo r

  • 130 RCLA'rOS PSICOANALTICO$

    zaba el acto de rutina. Nunca despegaba los ojos de la coja, y cuando la cerr con Uave se prendi a eHa convulsiva, po.sesivamenrc.

    los pacientes de la saJa C eran de un tipo CS p

  • \)2 1< l'lA 1 OS P>JCOAN A T.fTICOS

    los costados y la mano entera haba desaparecido dentro de b caja, que registr mentalmente el movimiento.

    -Charles! Pareci no or m brusco llamado. Su mano

    'J:ui en la caj1 que concentraba toda su aten cin. Tena el rostro y el cuerpo rgidos.

    lo tom por la mueca. la pid esuba pega-josa de un sudor fro y aceitoso. l.a mano le tembbb;t espasmdicamente cuando la arranqu de la caja, y entonces 'ient su cuerpo relajarse como ~ mi contacto hubiera roto algn hechi7.o.

    -1.Qu diablos ests h;tciendo? - pregunt. -Nada - dijo-. Slo tra taba de ver qu hay

    en la caja. Yo estaba soq>rendido y enojado. -Ya sabes lo que hay en la caja - dije-. Sa-

    be< que no tienes que jugar con ella. --lo siento -dijo--. Supongo que ... que me

    olvid. Todava enojado, cerr de golpe la tapa de la

    caja, lt ech llave, reun mis pertenencias (inclu-Yendo la caja) y camin haci:t la esnlera que lleYaba de la do miedo, pero Charle. etJ. despu< de to-do, un peligroso psictico en potenciJ, ~u con1por-tamiento era desusado y n'is rcbciones con l, por lo menos en los ltimos tiempo~, m uy equvocas. Ms :tltn. su aspecto hubiera b:tnado parJ pco vocar aprensin en la m~s corn\an de las circuns-tancias. Su rstro estab~t. hmedo de tra1,$piracin, Sll respiracin era rpida y ligera, los lobios setos, lo piel tirante por duras l neas que indicaban ex-trema tensin. A! verlo, se me contnjeron lu en-tr-aas, pero lo enfrent con 1o que cre de~ar mante esponr>neidad. Ahora lguien menos excitado de lo que Chulos C>taha en c!c momet"to, tni susto hubien sido cvidcnt::.

    -Qu quieres? -prcgunt~. Su lengua emergi entre los labio. re=o

  • 134 RELATOS PSlCOANALTICOS

    -No puedes tenerla -dije-. Sabes que no me est permit ido drtela.

    - Pero tengo que tenerla -dijo. Absurdamente, le pregum otra vez: -Pot qu? - Para ver qu hay aden tro. -Y a lo has visto. -No codo . . . no hasta el fondo. Por favor! Como la ltima palabra fue proferida en un

    tono que escoba entre un pedido lastimero y una orden> me sent reascgurado de que estaba :l salvo pot' un momento. Ml propia rnente, aliviada del miedo que la haba sobrecogido al ' 'er y escuchar a este rnuchacho trastornado, pudo busc.nr un calmarse bajo mi mano.

    -Charles -dije suavemente-, por qu no vas a descansar? No te sientes bie-n y es carde. Maana hablaremos de la caja.

    Por primera vez alz la vista y me mir6 a lo~ ojos.

    -Usted no entiende, Doc - dijo- . Tengo que ver qu hay en esa caja.

    -Qu crees que h~v? - pregunt. - F.s por eso -dijo con tono de ruego--. No

    s. Algo . . . no s qu. -Si te muestro !o que hay en b caja volvers

    a tu sala? Jrnpacient(' me respondi: - Me dejar ver todo? -Claro -dije-. Ven. Iremos donde hay luz. Al decir esto em prend el camino escaleras aba

    CANCIONES QUE ME ENSE M I M A ORE 1 )5

    jo, hacia la sala D , caminando rpidamente, agu-damente consciente de Charles detrs de m. Eu el escritorio de la sala de enfermeros, dentro del crculo de luz de la lmpara protegida, abr la caja y saqu todo lo que contena: tubos, fras-cos, jeringas, agujas, cpsui:ls, pinzas, pldoras~ hotelbs. Luego, consciente del silencioso asombro de los enfermero;, extend a Charles la caj;. La torn, mir rpidamente la caja vaca, luego Jos objetos sobre el escritorio, finalmente a mi. Des-pacio, aliviado, dej la caja sobre el escritorio.

    -Gracias - respir, y sali ripidarnence. Esa noche dorm inquieto. La conducta de

    Charles me haba perturbado y asombrado. Las preguntas que yo rnlsmo rne haca no obcenan respuesta, y cada una me llevaba a una docena de orras pregu nt~s. A qu vena todo esto? Qu esperaba Charles encontrar en la caja? Qu pro-voc su excitacin? Haba hecho bie!'1 a] per-mitirle mirar dentro de la caj;l? Al dej arlo irse? Deb haber ntificado a la guardia de la sala de Charles que estaba comportndose eJl forma extraa? Tenia que haberlo dejado en el hos-pital otra vez? Estaba realmen te psictico de nuevo? Qu significaba todo esto? Qu? ... Q ' ' Q ,, e b uc . . . . ue . . . . uanto mas pensa a, mas

    se multiplicaban las preguntas. Cans::.do, me re-sign a espera r

  • 136 H,l LATOS J'ISJCOANALTJCOS

    usando pua su tratamiento y sacando de las pa redes donde haban estado pegados con cinta en-gomada 1us dibujos de las ltimas semanas. Tam-bin obtuvt pcrmrso p.tra vacia r la caja de reme. dios de su contenido habitual, y ahora la caj y su llave desc>nsab>n sobre mi escritorio, direc-tamente bjo la limpara.

    Cuando Chorles aporcci tena la miuda tran-quila y ospecto de calma. Me sonri a modo de "'ludo y fue directamente a su silln junto ni es-critorio. Una vez sentado, tom la llave y jugue-te con ella durante un largo n1inuco. Luego me nl ir6 in tcrrog:ttiv:Hnente. 11ov1 la c:tbeza en seil:'l l de asentimiento. Sin una palabro, abri la cja. Una por un l, sonriendo, sac las cosas que yo haba colocdo ndcntro en lugac de los remedio1: Uo3 pi~toi.L en minla tur~, un cuchillo, una l't'IU-equiu, algun.l) monedas, cualquier cosa que

    pen~ que pudiera moviliur alguna cadena aso-ciativl.

    l.r> patente lo divertido qu.: estaba cuondo dijo:

    -No, no es nad.t de esto. -Entonces qu es? -prgunt.

    P~rmJneci ~ilcncioso, tanto tiempo est:l vez que empoc a dudar de mi capacidad para con-tener l.t curiosidad que se haba estado acumu-lnndo en mi dc; y

  • J}S Rll h'l'OS l'SICOANALTJCOS

    sinti otra vez ese curioso retorcijn en sus Ct'\ rraas.

    Chorlcs se orrodill ante ei bal y martill y forceje con el cerrojo hasta que ca)' el gozne. Con ambs m2no; levant lo crujiente Up3. Una mezcla de olores compuesta de perfumes esfu-mados, alcanfor y viejas cosas guardodos se ele v hosto su nariz, y un segundo mareo lo oblig a cernr los ojos. Cuando los abri vio que el in-taba dividido en dos capas. La de :trrib:t estaba hecha de cajas, cada una con m propia ccnad ur. y todas cubiertas por una tela zul con pequeos racimos de flores rojas y blan-cas cstampadt>s. Una tras otra, abri las cerra-duras de las caj.1s. Dtntro de una haba pa peles y sobres, un f);lquete de cartas atadas por una grucs. cint.l de goma amarillenta y algunas foro-grafas borrosas de gente que Charles nunca co-noci. Otn caja, ms grande que el resro, con-tena ropa blanca doblada y varios metros de gasa. En un3 tercero haba una caja de meul. Lo intrig un tintineo al levntarla, y lo puso en el U padre no estaba muerto, como hablo di-cho la madre a Charles y su hermano. En cam-bio, ese hombre no recordado se h;lb3 ido, se h.1bi.1 vudto a casar y ahon viv2 en otn ciu-dad con la familia de su segundo matrimooio. l.enumen

  • 140 1\El..J\ TOS 'PSI COA N~\ L.1"1COS

    vicnte de esa habitacin. Nunca poda tocarla

  • 142 RELATOS l'SICOANAt. fTICOS

    Cuando hubo reunido alrededor de cinco dla-res dej una tarde la casa, poco despus de me-dioda, y se dirigi hacit1 una seccin de ]a. ciu-dad conocida como "L> Cuadra.". Aqui, a ambos lados de lo calle, por un trec ho de un cuarro de milla, las tabernas y bares de mala muerte mclu-so en. esca hora temprana bullan literahnence de actividad. Lo~ letreros de nen competan para atraer atencin, y en los oscuros y fros recove-cos de sucios bares e1 desecho humano de un:t gran clud~d se reuna para fraguar sus ilusiones contra 1~ noche inevitable.

    Charles entr en uno de esos bates, cuyo nom-bre y ubicacin recordaba por el jaCt;l ncioso re-lato que le h"ba hecho un muchacho m:~yor. Simulando una seguridad gue no senta a pesar do haber seleccionado cuidadosamente sus ropas para parecer mayor de los quince aos que tena, se sent :tnte el rnostrador y pjdi6 una cerveza. El cantinero le mir slo de pasada -o bien el hombre no registr en su mente la juventud de Charles, o en ese lugu no se preocupaban espe cialmentc por la ley- y atendi al pedido. Que no le dijtnn que se fuera por ser demasiado jo-ven lo anim, y luego de tomarse de un trago 13 bebida gir en su taburete P'ra ecJ1ar un vis-tazo al lugar. En una mesa del fondo vo ur.a l'!)ujer ~ola. No te-na sombrero, y sobre sus hom-bros colgaba un saco de piel. Sus dedos jugue-teaban con un vaso vado er' el que sus ojos parecan fijarse como hipnotizados. Charles la observ hasta que ella levant la cabeza y le devo!vi6 la mirada. Pronto le sonri y le hzo serllS con un dedo. Tembla ndo por dentro, pero

    CANCIONES QUE ?-H' F..NSE MT MAOR.Ji 143

    controlndose cuidadosamente, Charles llev su vaso hasta donde ella estaba sen tada.

    - Sintate, ljo -dijo ella. Charles se sent. -Pgame un trago -orden. C harles hi.zo seas a un mozo, trag su cer-

    veza y empuj los dos vasos al borde de la mea. Mientras esperaban las bebidas, Charles y la

    mujer se observaron mutuamente con atencin. Luego de un momento dijo ella: -Tranquilzate. No hay por q u ponerse

    nervioso. -No estoy nervioso -djo Charles secndose

    subrepticiamente sus palmas sudorosas en los pantalones.

    -Cunta plata tienes? - pregunt la mujer. - Unos cinco dlares -contest. -Cuntalos -orden ella. C harles puso su dinero sobre la mesa. Haba

    cinco billetes arrugados y alg unas monedas. La mujer tom los billetes y se los guard en el bolso, mientras el mozo pona ante ellos las be-bidas v se cobraba de las monedas.

    -Salud! -dijo la mujer, y trag el whisky de un sorbo-. Ven -dijo.

    Cha rles la s(gui a la calle. Sin volverse ni una vez pra ver si l la segua, camin velozmente dos c uadras, hasta una casa en una callejuela paralela a "La Cuadra". Subi dos pisos de es-calera, se volvi hacia un oscuro corredor y ahrl una puerta. Slo entonces se detuvo y lo esper.

    Dentro de la habtacn la mujer arroj su abrigo sobre un a slb, se sac los zapatos, en-cendi un cigarrillo y se sent eo el borde de

  • 144 I~ELA 'I'OS l'SICO;\ N AL"I'lCOS

    una cama de>hecha. Sus ojos recorrieron la del-gada figuro del muchacho mientro.s l ~ paraba tmidamente junto a la nica silla de la habita-cin. Cuando, Juego de unos minutos de silencio, dla comprendi que ero muy probable que l permaneciera mudo y rgido a menos que ella tomar3 la inicial\'t sonri.

    -E~ lo primera vez, no, bijiw? -pregunt. Chulc a!inri. -Bien -dijo-. Es una suerte que sea con-

    migo y no con cualquier trasto viejo. Ven aqu. Charle~ ( ue hast.l la cama, lenta y nerviosa-

    mente, v 1e puso a su lado con las manos col-gando flojamente a Jos costados. Entonces ella se levanc, y con un rpido movimiento se S:'IC el vestido po1 la cabeza. Debajo estaba complc-ramente desnuda.

    Era b prim

  • 146 1\1 LA.I'Ol> :PSICOAN'ALTJCOS

    d:storsin de h i'~rsonalidad que sobreviene cuan-d> se le niega a un nio todo lo que 11eceStt> para su crecinuento p>icolgico. La total frus-tracin de sus necesidades afecti\as ms proUil das produjo un individuo emocionalmcnt~ ham-briento. Esos espantosos sucesos de su nda en asilos y orfelinatos, actuando sobre 11 dinorsi6n original inferida su pcrsona]jdad, engendraron la deformacin bisica de su carcter, y sobre este fundamento podr~do se agregoron capa tras capa de distorsin subsiguiente, hosta que se vol-vi, Cl"' la adolescencia, un verdadero mo~$truo que podb satisfacer sus i11stintos y neceSidades mediante la violencia, la penersin y la des truccin.

    En lo que respecta :'ll crirnen rnismo, cr:1 evi .. dente que ],, vctima (psicolgicamenre _verda-dera) objeto del asesinato no era la mfct.z mu-choclu que Charles mat. Ella fue ~lo .el susd-ruto }3 desafortunada e inocente Vtcnma cr-cun;toncial d" un drama de incestO y matricidio cuyos orgenes yacan casi dO$ dcadas atr:s de la poc> en que se represent la ltima escena.

    Si necesitamos ms pruebas de que al mator y violar a la m.:chacha Charles estaba destru-vendo y po!~aJes prueb>S las proporcionan los sucesos que precedieron in mediatamente al cru:nen. Esa ma ana Charles se habia levantado tarde. Se o mdico, en el Comedor de Oficia les, cuondo un llamado urge nte del hospiu l in terrum pi mi comida. El empleado del escritorio rne dijo que Chorlcs aca-baba de entrar, preguntando donde escoba yo y pidiendo verme inmediatamente. El muchacho dba la impresin, dijo el empleado, de que "algo

  • 148 RELA1'0S PSlCOAi"A L i-J I{'OS

    andaba terriblemente mal, a~ que lo mand a su oficinJ y le dije que lo esperara".

    De camino al hora fortjficar los vnculos tranS responsabilidades de su carea, le pcrn"''itb libre acceso al armario donde .., guardaban los materiales de su tratamiento, y generalmtnte relajab toda la atmsfer en que

    CANCIONES QUE MI\ CNSI' MI MADRE 149

    vivb y rrabajaba. No poda imaginar qu habJ surgido para pcrturbu tlt.l calma.

    Mientras pasaba junto l moundor a la entra-d;~ del hospiul, not que el ;~sistente haba de1ado ;u puesto. El ofi~ial ac custodio. el nico hombre de guardia en el edificio entero a esa hora, cstabJ confortab]ernente ado(ll'lecido en un rinco, con lns pier11as descnsando sobre una mesa y la boca muy abierta. Mlcntras sub i3 las escalcr.\S hastJ mi oficina en el segun do piso, recue rdo haber pensado fugazmente en la quietud del hospital, sumido como estaba en un lenrgo post-alimentl ... cio que durario por lo menos o. No haba ruidos excepto el remoto repiqueteo de una mquin:1 de escribir y un murmullo dis-tonte de voces de la horda de hombres en su co-mida de mediodia , en el gigantesco comedor del ~dificio principal.

    En la puerca tle mi COI'LSulrorio me de tu ve y mir hcia adentro. AIH, sentado en el borde de 13 camilla, estaba Charles. Nunca olvidar e[ cs-pect:lculo que presenuba. Sus manos se afcrra-bnn al colchn de cuero negro como si quisieu aferrarse all para toda lo vida. Sus ojos estaban

    ~strechamcnte cerrados y entre sus prpados bro-uban lgrimas. Ten los dientes apretodos, de entre los que se escap>bJn ruidos y quejidos in-comprensibles. El rostro torcido de dolor y en-rojecido. La camisa del uni(orme ~staba mancha. da de traspiracin en gra lldes parches osc uros. Sus piernas y pies estaban contrados, y codo su cuerpo pareco temblor .

    Fui hado l r me detuve en el pequeo espacio entre la camilla y mi escritorio. Suavemente, lo

  • !JO RI I .ATOS PSICOANALTIC.OS

    ll~m por su nom brc. No hubo respuesta. Pare-ca estlr lu~hando consigo mismo, ocupado en una b3talla.'nter~or. Me inclin ms hacia l paro escu.:hu, " podaa, los ruidos que haca; emre qucadcx de tapo 211inul y grandes sollozos reco-noca 12s palabra;: "Nc! No!" r "No lo h-gas! l'o lo hags!'".

    Escuch por un momento; luego puse mi m.t-no sobre su hombro.

    -Chules - lo ll2m- . Charles, qu sucede? . No hubo rcspura algo malo y despert al guardia somnoliento. Juntos corrieron escaleras arrib~. Los chillidos de Char-les podan orse desde el vestibulo. Ambos dije-ron que les result muy dificil aparur sus manos de mi garganta.

    En cuanto a Charles, acruoba como si nada hubiera sucedido. Cuando fui ~ ,erlo en b des-nuda celda en que ahora lo alojaban. hobl6 franca y libremente sobre el incidente. Con slo una vaga lnslnu:.tcin de remordimiento o disculpa en SU voz, relat CI1l0 le habb ~obrcvcnido el nata-q ue" (como l lo Jl amnb.a). Con indifNencia, me cont que escaba sen todo en el comedor entre

    su~ compaeros, cuando una ;nmcns~ :~gitacin interna se apoder de su cuerpo. Tcdo ruido y movimiento pareci apa~ar~e, y ~inti como si \1!13 fuerza lo estuvieu aish11do del mllndo cir-

  • l\l,l.A1 OS PSICOANALITICOS

    cundante. Con esta sensacin lleg una oleada de horror. una especie de estremecirniento interior de sus rganos, y como en un relmpago recono ci que este complejo de sensaciones era similar al que haba sentido antes de cometer el crimen. Casi enceguecido por las emociones que ahora lo dominaban, sali corriendo del comedor, algn residuo del instinto de autoconservacin urgin-do\e a buscarme en la C>pernza de contener la> fuerzas que se volvan m$ tumultuosas me-dida que transcurr>n los segundos. Se volvi ms desconectado al caminar a t.ropezQnes hacia el hospital, sintiendo teralmente que los lnos que lo vinculabnn con la realidad estaban por estallar. Para cuando lleg al consultorio y se sen t en la camilla estaba completamente separado del mundo, disociado de sus alrededores y no se daba cuenta de noda excepto de la voz e 11 su cabeza que ins;sti:t c.a.da vez. ms fuerte en su espantou orden.

    Charles no se dio cuenta de mi presencia hsu quo son el telfono. Moment:neamente, e no rompi el hechizo, pero entonces ...

    "Creo que mi mano toc su hombro. Sent i como el pecho de un mujer. Me excit. Luego la voz me domin. Lo nico que yo quera er2 poner las manos alrededor de una gargnta. No poda detenerme ... Eso es todo lo q ue me :1Cucr-do,..

    Perd a Chal'lcs como paciente pocas sema nas despus del episodio en mi consultorio. Las auto ridadcs insinicron en que fuera trlnS('rido :1. un hospital dt enfcrm()s mentales como persona tx-trem;adan1entc peligros~ que necesir..1ba continua

    CAN

  • SOLITARIA

    F_, prcfcribl~ m.atar ~ ~.n ~b en su cuna que fomcnur deseos. .

    Wm. BLAU.: El matrimonio ,/ti CKIO > e-l iHfi.,,o,

    LAURA

    L te ,a dos ostros. El que vi aquella ma aura 1 b 1,

    ana era cspnntoso. Hinchado corno un :l on a pun to de reventar, era la caricatura de ~n.a cara. Los ojos perdidos en bolsas de carne hv-do y brillando febrilmente con un resplandor enfermizo; la nariz hundida entre redondas me-jillas cubiertas de granos, Y en lguna parte de esu masa de gordura la boc3 era un aguero de carmn dcspHr>mado. .

    Su spccco me asombr Y me :epugn~. ~o pu-de ocultar l repulsin que sentta. Advrt~e?dol, ella me grit su atormentado autodes~recJo. .

    -Mireme, hijo de puta -exclamo--. M reme y vornite! S, soy yo, Laura. No me re ... conoce? Ahora lo ve, no es cierro? Ah?ra ve de qu le estuve hablando tod~ est~ u_cmpo, mientras usted estaba sentado ah1 atras sn h:~ . ecr nada, sin decir nada. Ni siquiera escuchndo-me, cuando yo le rogaba y le rogaba que me ayu dan. Mreme!

    SOT.lTARJA 15 5

    -Acustese, por favor -dije-, y hblcmc de eso.

    Una risa estridente, breve y :sper., brot de su bOC> escondida. Los ojos, que puccian los de un C('rdo, se elevaron haci1 algn invisiblt audi-tor de tas alturas, mientras sus puos apretados se alzaban en un gesto de cler>.

    -Que le hable de eso! Que le hable de eso! De qu diablos cree usted que le he estado ha-blando todo este tiempo!

    -Laura -dije con mayor firmeza-, djese de gritar y acustese, y me ap"rt de ella en di reccin al silln tras el divll.

    Pero a11res de que pudiera moverme, ella me agarr de los brazos y me hizo en f.-en torio. Sent sus uas apretar a travs de mi saco y hundrsc-me en la piel. Me apretaba como uno fres>.

    Lanz su rostro contra el n'IO. Visto de cerca, era como una inn1ensa verrug.1 que se estab.a pu-driendo. Sent su aliento pestilente, mientras lo eotpulsaba en un murmullo ronco, apasionado.

    -No! -exclam-. No me voy a acostar. Me \'OY a quedar parad aqu, delante de usred, y le voy a obligar a que me mire; lo voy a obligar a que me vea como yo rengo que verme. Usted quiere que me acueste p:1ra no cener que verme. Bueno, no lo har. Me voy a quedar parada aqu para siempre. -Me sacudi-. Bueno - di-jo-; diga algo. Adelan te, dgame qu en:\ pen-sando. Soy asquerosa, no? Repugnante. Dg lo! D galo! -De repente su apretn S

  • 156 RrL a n2die como Laura, ni tampoco haba encontrodo los extraos sntomas que presentaba. En l bibliografa de la morbidez se h:.da r(l'fcrel'\ciu ocasional a un trastorno llamado bulimia, o Jnhelo patolgico de comida; y yo, naturalme.ntc, me haba eocon tr.tdo con oumrro~s casos de: percurbaciones orJ ..

    Ir~ relacionadas, tales como penermente recorudas, oblongas.

    -Qu diablos es esto? -pregunt. -Qu le parece a usted? -rtspondi6. Yo snjr otr3 vez.

    p,tlda encorvada, gimiendo de dolor. Cuando me vio, se 1ament:

    - H ice lo que usted dijo. Slo comi hojas nue-vas, como usted me dijo ... Vea lu que pas!

    -Debeo haber sido los tomate~, entonces -fue d seco comentario del tcnico.

    Cuando los cin.1janos pusieron mano'\ a la obra en este hombre, dc

  • .,. JU .I A'JO~ P!>ICOANAL I'TJCOS

    su control, cu~ndo la sobrecoga este extrao impuho era vorat, insaciable. Hasta que llegaba a un momento de total agotamiento ha

  • 1 bU tU l. A 'rOS JISICOANAl.lTJCOS

    Tr~.t~ de desc~brir, en los primeros dias de su anahs1(, )1 hab1~1 3)gn esquema en su form: de comer, algn plan, alguna particularidad.

    -;'\~~ -me diju Laura-. Es slo algo dispa-ratado, mforme. No hay nada que quiera comer n")da en el mundo me sacisfara; porque, ve usted: es el nco lo que hr que llenar. De modo que no imporu qu es lo que yo trague. Lo princi-pa!, lo nico import.tnte, es meterlo dentro de mt. De modo que tr.tgo cualquier cosa que en-

    cuentre~ :tb~rr~ciodome mientns: lo hago, y tra-g:ando s1n ~uqu1crJ sentir qu gusto tiene. Como. Como hasu que l.o ma ndlbula se me endurece de tanto nuutic:ar. Como, has(il que se me hincha el c.uerpo. Trago como un animal: un chancho. Me

    s~en ro enferma de c:anto cornee y, sin embargo, Stgo comte.,do, tragando liva pa ra luch>r con-

    t~J la n:lu~a, con arcadas, con vmitos, pero s1empre comendo ms y ms. Y si se me acaba 13 comida, mndo buscar ms. Antes de que llegue me enloque7co porque ~ agranda eL "aco, tiem-blo de miedo. Y cuando llega, caigo sobre ell como uno que ha esrado muerto de h>mbre du-nnte (emanJs.

    Yo le pregunuba cmo terminaba el frenes. . -L. mnyorb de l.Js veces como hasta quedar tnCOniCtCntc. Creo que llego a un punto de borra-chero, o lgo muy parecido. De cualquier mod salgo. r.

  • los sentm11entos que provoc en m, ya q ue 1~ disciplin3 de estos lorgos aos de prctica y lo experiencia logr:tda a travs de mucho$ errores, me han lvaguHdado contra un craso error de dctica; pero en pequehs formas de las que en su mayor p)rtr no me dah cuenu, le comuniqu mi compasin. J:n d caso de L.ura, esto result una grave ~uivoc:\cin. lnt~rpretando trrnu mente mi JCtitud. la tomaba por piedad, y ape-na\ habi3 comen~o~do el anlisis cuando empe7 a exploror esta cualidad y pedir m:ls y ms de ella. Paradjicamente, slo porque de algn modo dej entrever mi slmpath~ por eJI3, me acusaba cada vez .,.;~ de indiferencia y me reprochaba casi di:ui:uncnte mi "fria)d:ld', rn i uimpasibilidad de picdr:~'\ mi t'fJita de corazn .. para con su

    ~ufrimicn1o. Por consiguicntC' nuestros encucn .. tros segu:'In un curloso esquema, Juego de 1a~ primeus \CnnnJ~. Solan empezar con un:~ de s, que relataba con notable talento histrinico; despus ella esperaba de m alguna re5pucndo sta nna en la for-ma que ello des.:b. me atacaba llena de rencor.

    Recuerdo mu\- ciJr.amcPre una de r$.'1~ sesio-nedl>>, un nariz del-g.tdJ, n'loderldamenre pequel, con J.nchas alc-t.s, y '"'" boca ovoide. El da a q uc Jc.co co;~eI'rme difcilmente poda uno imagio.1r~c la ruma

    > ' t.Jue incluso entonces estaba corroycndol.,, . Empez la sesin quejndose co1110 crn habi-

    t ual, de fan tsticas pesadillns poblad.s por fonno> grotescas cuya descripcin y activid.dcs ex.c;s >iempl'e se le escapaban. Estos sueros aparccan todas las noches y le impedan descansar. Se le-vanub aterrorizada, dcsperuda J menudo por ms propios gritos de terror, slo pJCa tener otro sueo del mismo tipo en cu:anto voi\'2 .a dor-mirse. Eran sueos extnos, deci2 ella, )' l2 de-jaban por la maana con vagos recuerdos ~e e\Cenas surrealistas, figuras ~in rostro ) obsccm-dadcs sin nombre, m< all de los lmites de la memoria. Agua, extensionc'i int\:rminablcs1 mo-vindose le ntamente, o cnsc:'ld,\$ torrcnclalcs qut! la golpeaban con la furia de lncig;~zo'; pasos, el golpe persecutorio, incxotnblc de un par de za-patos sin cuerpo siguindola implacblcmente a travs de corredores vacos; o el loco slt~cralo de una furiosa t ucba de perseguidores; y risas, el eco del histrico alarido de burlo de una loca

  • 164 RELATO$ l'SICOANALTICO>

    galrria de horrorcro no puede usted recordar n.oda "'' ! -le pregunt.

    -Nad preciso. Slo gua otra vc1., y qu: n1e persiguen, y el sonido de risas.

    -J>cro sin emb.rgo usccd habla de form.11 cx-tni\2s, cu:a.rtos, paisajes, :~,ccin de algn tipo escenas ... Descrbalas.

    -No puedo -

  • 166 Rri.A lOS L'MCOANAL'I'ICOS

    seguido por el ruido seco de sus grandes zapatos cayendo al piso, desde donde los apart con un puntapi. Lo~ dsticos volvieron a crujir cuando l se incorpor.

    ._campesino -oyeron decir 3 su n'ladre por los zapatos. Hace fro aqu.

    -Dame tranquilo -replic l-. >lo ~engo fro.

    -No tengo fro -lo imit la madre-. Por de tenerlo? Despus de un p.tnzada de whisky yo tampoco tendra fro.

    -No empieces otr.1 vez, An:l -dijo l-. Edo - se mof ella-. Y de qu ests cansado? No de trabajar, seguramen te.

    -Oh, dilate, Ana -dijo l con fastidio por sobre ru hombro, mieolt>S atrav~ba el umbral. Se oy el click del dil cuando la madre apag la radio, luego el sonido .lspero de su silla de rue-das siguindolo l comedor.

    Laura mir a

  • 168 Rf 1 A CO~ l'SICOANALTICOS Empez a caminar hacia la cocina. Anticipn-

    doscle, Ana hizo rodar su silla hasta la puerta. -Dnde va1? -pregunt. - Si no me traen algo de comer me lo buscar

    yo mi~mo. -

    1o lo hor, -exclam ella-. Aqu no hay nJda pora t1.

    - Apirt;att, .Ana - dijo l con tono amena dro vivo de mutuo odio. Detr< del padre emban Laura y el pequeo ;',ike, sen udos tieso, , con los ojos muy abiertos y rgido el cuerpo. En d silencio que sigui al desafio de Ano O)'Cron la lluvia golpear contra bs ventana

  • 170 1\1 Li\ TOS l'~ICOA N A LTICOS

    tas un paiuclo. La~ lgrimas corran desde el borde de sus ojos. A lgunas se detenan en los l-bulos de ~u orejas y colgaban aU como pen-dientes brillontes. lntilmence, me pregunt 1i le haran cosquiUas.

    Se restreg los ojos, luego se son ruidos.1-mence la nui7. Su pecho w elevaba y descenda, inquieto. Lo habiuci6n estaba tranquib. Mir mi reloj.

    - Bueno? - dijo cll~. -Bueno qu? - prcgunt usted? -pregunt-.

    Qu hay de freda, o del pequeo Mike, o M u madre? O inclu.o su padre?

    -Pero yo fui la ms daada -dijo con pe-tulancia-. U~red lo ube. Debera sentir pena por m.

    -Es por C\0 que me cont est.l histori~ ... para que sinrier.l pena por usted?

    Se volvi en el divn y me mir con un:t mue-ca de absoluta ma liciJ en su rost ro.

    -Usted no cede"' un centmetro, no? -dijo. -Usted no q uicc un centmet ro, Laura - le

    respond tranquilo mente--. Usrcd quiere todo ... de m, de cua lquiera.

    - Qu quiere usted decir? -pregunt. -Bueno, por ejemplo, la histori2 que acaba de

    SOI ,f 'rA ftiA 171

    contar. Por supuesto que e terrible, y tv> lquiera se conn1overa al e~uchlrb. pero. .

    -Pero usted no --.:.-1 escupi ell-- Usted no. Porque usted no ~~ humano. Uncd es una piedra, una fra piedra. j u,ted "'sienta all como un maldito b1oque de nuder:a. mientns yo me desgarro las entraas! - Su vo7. corgada de odio, "

  • 172 1{ 1 1 ,'\ 1'0~ JISJCOA .'\J A I ."riCO~

    riodo de "luna de miel" del psicoanlisis. en el que como e~ hobitual, hubo una remisin total de todos lo~ ~dntom2s, y Laura~ como tantos otros pacientes durante este placentero perodo, sfondo mental, invisible p>ra el obJer-vador e inaccesible :a l;~ ms cuidadoS2 investi-gacin, la subestructura de la personalidad est siendo afectada. Insensible pero deliberadamente, l01 fundamentO\ de la neurosi<

  • 174 Rf l i\lO'i PSJCOAl\AT TlCOS

    habitual.,. Este ltimo propsito, por ~upue~to, pu~ H111itc~ precisos par:. nti reaccin J su conducta: tenia que tener buen cuidado de medir, en d mcmunto oportuno v en d monto correcto. 1.1< recompens;.s que l~Crec.t cuando

  • 176 Rl t A'IOS PSICOANAti TlCOS

    to. Espero que hobr;l notado que lo puse primerc. - Lo not. -Y eso no le dice oigo? No demuesrrJ cu.n

    lejos he lleg>do? -Lo demuenu --dije- si es sincero. -M2!dicin! -exclam irritada- . Usced me

    11-aml 11 mi in~lci.tble; usted es el que nunc;a ,.,~.: .,,;,(echo. Pero le mostrar.

    Encendi otro cigarrillo y en los minutO> li-guientes fum en silencio. Bastante naturalmenr~.. mi escepticismo habia conmovido de algn modo su confianza, como yo me lo haba propucuo) ya que sabia por experiencia cun propensa c1a :t !ltas formuhtciones cmodas, semianal i tica~, que e en an el propsito consciente de imprtsio. nume tonto como de despistarme. Jusro estb yo considerondo si convena proseguir el tema que ell2 hbi2 obierto y procurar que de alg~ modo exploura sus verdaderos propsitos en e1r1 nueva relacin, cuando empez 3 b3blar otu vez.

    -De cualquier modo -dijo--, no es de eso de lo que quera hablar hoy. Tuw un sueo ... Se lo cu~nto?

    He encontndo que cuando un paciente utili. za c.su form3 de presentar un sueo, anuncilr. dolo primero, luego retenindolo hasta que el analista lo piuc, mostdndolo realmente ante lo~ ojos del onnlista como una fruta inalc"nz:oblc, pero insisrindolc para q ue l trate de tomarla, el analista debe escuchar atentamente. Ya que esu forma particular de presentar el sueiio sciia la su especial importancia y puede presumirse que con-titne alguna cbve extraordinariamente signifi cativa pan la neurosis del paciente. Incon

  • 178 ~ELATOS PSICOANATTCOS

    hombre vino hasta m y me d ijo que me desvis-tiera, que me scra toda la ropa. Me ibJ a hacer un examen ginecolgico. Hice lo que me deca, pero estaba muy asusuda. Mientras me desvesta, not que estaba hacindole algo a una