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Volumen 38, Nº 1, 2006. Páginas 129-143 Chungara, Revista de Antropología Chilena REGRESAR PARA CONSTRUIR: PRÁCTICAS FUNERARIAS E IDEOLOGÍA(S) DURANTE LA OCUPACIÓN INKA EN CUTIMBO, PUNO-PERÚ RETURNING TO BUILD: FUNERARY PRACTICES AND IDEOLOGY (IES) DURING THE INKA OCCUPATION OF CUTIMBO, PUNO-PERU Henry Tantaleán 1 Este artículo describe nuestras investigaciones arqueológicas realizadas en el sitio prehispánico de Cutimbo (Puno-Perú), el mismo que fue ocupado durante el período Altiplano (1.100-1.470 d.C.) y reocupado durante la época inka (1.470-1.532 d.C.). Nuestras excavaciones se concentraron en las torres funerarias (chullpas) monumentales y sus áreas asociadas, ofreciendo evidencia de la existencia de prácticas sociales que reprodujeron asimetrías económicas, políticas e ideológicas entre Inkas y lupakas. Dicha asimetría social no sólo se dio entre la sociedad dominada (Lupaka) y la dominante (Inka), sino también en el seno de la misma sociedad Lupaka, un proceso histórico que trascendió a la ocupación inka de la zona. Palabras claves: asimetría social, coerción, ideología, lupakas, chullpas. This paper describes archaeological research carried out in Cutimbo (Puno-Peru), a prehispanic settlement occupied during the Altiplano Period (1,100-1,470 A.D.) and re-occuppied durig the Inka epoch (1,470-1,532 A.D.). Our excavations focus on the monumental funerary towers (chullpas) and related areas which offered evidence consistent with the existence of economic, political and ideological asymmetries between Inkas and lupakas. This social asymmetry not only existed between dominant society (Inka) and dominated society (Lupaka) but also within Lupaka society, a historical process trascending the Inka occupation of the area. Key words: Social asymmetry, coercion, ideology, lupakas, chullpas. 1 Departamento de Prehistoria, Universidad Autónoma de Barcelona, España, y Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú. [email protected] Recibido: septiembre 2004. Aceptado: marzo 2006. Los lupakas fueron una de las sociedades más complejas y poderosas asentadas en torno al lago Titicaca a la llegada de los ejércitos del Estado Inka alrededor de 1.470 d.C. (Stanish 2003:237). Me- diante las fuentes etnohistóricas se ha tratado de recuperar los modos de vida de las sociedades alti- plánicas como la lupaka, pues ésta se ha detallado en muchas crónicas tempranas (Diez de San Mi- guel 1964 [1567]; Gutiérrez Flores 1964 [1574]; Murra 1968). A consecuencia de este conocimien- to mediante fuentes históricas, el trabajo de con- trastación arqueológica en muchos casos ha sido desplazado (Malpass 1993:2). Sin embargo, toda una nueva generación de arqueólogos y arqueólo- gas han comenzado a establecer líneas de investi- gación que están empezando a llenar ese vacío en las representaciones de las sociedades altiplánicas prehispánicas (p. ej. Stanish et al. 2005). Nosotros tuvimos la oportunidad de trabajar en el altiplano andino, específicamente en el De- partamento de Puno, Perú, recorriendo e investi- gando sitios prehispánicos de diferentes épocas. De entre ellos, tuvimos a cargo la ejecución de los tra- bajos arqueológicos en Cutimbo, uno de los sitios arqueológicos más representativos del área lupaka y al que se le hace continua referencia sin que este haya sido investigado sistemáticamente (p. ej. Frye y de la Vega 2005; Hyslop 1977b, 1990, Isbell 1997; Stanish 2003). En este artículo se enfoca el tema de la lucha por la supervivencia real e ideológica de la elite lupaka representada en los restos de su materiali- dad social, en este caso en el sitio de Cutimbo. Para ello partiremos de la premisa que las estrategias inka de dominación imperial estuvieron en corres- pondencia con las prácticas socioparentales, so- cioeconómicas y sociopolíticas de las sociedades a las que se enfrentaron 1 . Así pues, de acuerdo con las características infraestructurales de la sociedad a dominar se ejercía un tipo u otro de control de la

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129Regresar para construir: Prácticas funerarias e ideología(s) durante la ocupación Inka…Volumen 38, Nº 1, 2006. Páginas 129-143

Chungara, Revista de Antropología Chilena

REGRESAR PARA CONSTRUIR: PRÁCTICAS FUNERARIAS EIDEOLOGÍA(S) DURANTE LA OCUPACIÓN INKA EN

CUTIMBO, PUNO-PERÚ

RETURNING TO BUILD: FUNERARY PRACTICES AND IDEOLOGY (IES)DURING THE INKA OCCUPATION OF CUTIMBO, PUNO-PERU

Henry Tantaleán1

Este artículo describe nuestras investigaciones arqueológicas realizadas en el sitio prehispánico de Cutimbo (Puno-Perú), el mismoque fue ocupado durante el período Altiplano (1.100-1.470 d.C.) y reocupado durante la época inka (1.470-1.532 d.C.). Nuestrasexcavaciones se concentraron en las torres funerarias (chullpas) monumentales y sus áreas asociadas, ofreciendo evidencia de laexistencia de prácticas sociales que reprodujeron asimetrías económicas, políticas e ideológicas entre Inkas y lupakas. Dichaasimetría social no sólo se dio entre la sociedad dominada (Lupaka) y la dominante (Inka), sino también en el seno de la mismasociedad Lupaka, un proceso histórico que trascendió a la ocupación inka de la zona.

Palabras claves: asimetría social, coerción, ideología, lupakas, chullpas.

This paper describes archaeological research carried out in Cutimbo (Puno-Peru), a prehispanic settlement occupied during theAltiplano Period (1,100-1,470 A.D.) and re-occuppied durig the Inka epoch (1,470-1,532 A.D.). Our excavations focus on themonumental funerary towers (chullpas) and related areas which offered evidence consistent with the existence of economic,political and ideological asymmetries between Inkas and lupakas. This social asymmetry not only existed between dominantsociety (Inka) and dominated society (Lupaka) but also within Lupaka society, a historical process trascending the Inkaoccupation of the area.

Key words: Social asymmetry, coercion, ideology, lupakas, chullpas.

1 Departamento de Prehistoria, Universidad Autónoma de Barcelona, España, y Universidad Nacional Mayor de San Marcos,Lima, Perú. [email protected]

Recibido: septiembre 2004. Aceptado: marzo 2006.

Los lupakas fueron una de las sociedades máscomplejas y poderosas asentadas en torno al lagoTiticaca a la llegada de los ejércitos del Estado Inkaalrededor de 1.470 d.C. (Stanish 2003:237). Me-diante las fuentes etnohistóricas se ha tratado derecuperar los modos de vida de las sociedades alti-plánicas como la lupaka, pues ésta se ha detalladoen muchas crónicas tempranas (Diez de San Mi-guel 1964 [1567]; Gutiérrez Flores 1964 [1574];Murra 1968). A consecuencia de este conocimien-to mediante fuentes históricas, el trabajo de con-trastación arqueológica en muchos casos ha sidodesplazado (Malpass 1993:2). Sin embargo, todauna nueva generación de arqueólogos y arqueólo-gas han comenzado a establecer líneas de investi-gación que están empezando a llenar ese vacío enlas representaciones de las sociedades altiplánicasprehispánicas (p. ej. Stanish et al. 2005).

Nosotros tuvimos la oportunidad de trabajaren el altiplano andino, específicamente en el De-

partamento de Puno, Perú, recorriendo e investi-gando sitios prehispánicos de diferentes épocas. Deentre ellos, tuvimos a cargo la ejecución de los tra-bajos arqueológicos en Cutimbo, uno de los sitiosarqueológicos más representativos del área lupakay al que se le hace continua referencia sin que estehaya sido investigado sistemáticamente (p. ej. Fryey de la Vega 2005; Hyslop 1977b, 1990, Isbell 1997;Stanish 2003).

En este artículo se enfoca el tema de la luchapor la supervivencia real e ideológica de la elitelupaka representada en los restos de su materiali-dad social, en este caso en el sitio de Cutimbo. Paraello partiremos de la premisa que las estrategiasinka de dominación imperial estuvieron en corres-pondencia con las prácticas socioparentales, so-cioeconómicas y sociopolíticas de las sociedadesa las que se enfrentaron1. Así pues, de acuerdo conlas características infraestructurales de la sociedada dominar se ejercía un tipo u otro de control de la

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producción de la vida social de la población domi-nada, lo que consecuentemente también supondríauna confrontación entre la ideología dominante yla ideología dominada. Para comprobar dicho su-puesto en primera instancia utilizaremos la infor-mación disponible para el área que nos ocupa y lacontrastaremos con los hallazgos realizados ennuestra investigación.

Dominación del Estado Inka y Reestructura-ción de la Sociedad Lupaka

El registro arqueológico regional puede ayu-darnos a entender de mejor manera los cambiosproducidos posteriores a la ocupación de un terri-torio por un grupo social dominante y que en elcaso de la llegada de los inkas al área lupaka pare-ce ser dramático. Originalmente, el patrón de asen-tamiento lupaka (1.100-1.470 d.C.) se realizó endos niveles principalmente: (a) pueblos fortifica-dos en cumbres de cerros (pukaras) o mesetas,donde las viviendas presentan una nucleación deestructuras de planta circular con techos de falsabóveda y (b) aldeas dispersas reconocidas comoconcentraciones de estructuras domésticas y/o dis-persión de cerámica en las áreas llanas (Frye y dela Vega 2005; Hyslop 1976, 1977a, 1977b, 1978;Stanish 2003; Stanish et al. 1997). Sin embargo,una vez dominadas dichas sociedades por los inkas,un nuevo patrón de asentamiento fue impulsadopor sus dirigentes, desplazando y concentrando ala población local en asentamientos ubicados en elárea cercana a las orillas del lago Titicaca y articu-lados mediante el camino inka principal (Arkush2005; Hyslop 1977b, 1984; Stanish 1997) con elobjetivo principal de conseguir un mayor controlde la población y su producción2. En el caso de laproducción material, por ejemplo, la tradición ce-rámica local se mezcló con la de los dominantesen los talleres, para dar paso a dos de los estilosInka-asociados más importantes del lago Titicaca:el Sillustani Policromo y el Inka-Chucuito (Tscho-pik 1946).

Como Stanish (2000) ha argumentado, previa-mente a la ocupación inka, la sociedad lupaka es-taba cercana a una organización de tipo estatal,posición que permitiría a la elite conservar granparte de sus privilegios socioeconómicos e inclusomantener su jerarquía política local adentro de lajerarquía política inka. Estudios de patrones deasentamiento (Frye 1997; Frye y de la Vega 2005;

Stanish et al. 1997) también evidencian una com-plejidad socioeconómica que incluía la localiza-ción de asentamientos relacionados con la explo-tación de los recursos ganaderos durante el períodopreinka Altiplano y un ambiente de precariedadpolítica (materializado en los pukaras o fortalezasnaturales como la de Cutimbo) como producto delos enfrentamientos entre grupos de interés dentrode la sociedad o fuera de ella (ver también Hyslop1977b). Finalmente, según la evidencia etnohistó-rica existiría un ejército lupaka (Cieza de León 1929[1553]; Julien 1983) que permitiría el control de lapoblación y el resguardo de los intereses materia-les de la elite lupaka.

Asumiendo que las asimetrías sociales tambiénse pueden materializar en las prácticas funerariasy que en ellas se reflejaría la ideología del grupode interés que las realizó (Lull 2000) y que promo-vería la reproducción de la jerarquía social (dis-tancia social) del “mundo de los vivos” o de la pro-ducción de la vida social (Castro et al. 1998), lasprácticas funerarias constatadas en diferentes in-vestigaciones en el área lupaka harían patente unacceso diferencial a lugares de entierro, consumopasivo de la producción o amortización de bienes,lo que plantea que la sociedad lupaka antes y du-rante la ocupación inka estaba dividida en diferen-tes grupos socioeconómicos3.

Prácticas Funerarias de la Sociedad Lupaka

En el área ocupada por los lupaka son repre-sentativas las formas de enterramiento utilizadas.Se han hallado hasta cuatro tipos de ellas: torresfunerarias o chullpas, cistas de paredes de piedra,las “slab-cist tombs” y cuevas funerarias (Tscho-pik 1946; Stanish 2003:93-95, 229-331). En el casode los tres primeros tipos de estructuras funera-rias, estas pueden ser construidas y concentradaspreferentemente en lugares que sobresalen en elespacio geográfico como mesetas, colinas, mon-tículos pero también se encuentran dispersas en-tre las zonas llanas o en los campos de cultivo(Stanish 1994, 2003).

De todas las estructuras funerarias, las chull-pas son las más conocidas y serían una forma dearquitectura funeraria local y que subsiste conmejoras técnicas durante la ocupación inka. Laschullpas del altiplano, en especial las monumen-tales, han sido objeto de numerosas descripcio-nes desde épocas muy tempranas de contacto con

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Europa (siglo XVI) hasta la actualidad (p. ej. Ayca1995; Bandelier 1905; Cieza 1929 [1553]; Cobo1964 [1653]; Guamán Poma 1987 [1615]; Gil Gar-cía 2000, 2001; Hyslop 1977a; Isbell 1997; Lum-breras 1974; Nordenskiöld 1953; Squier 1974[1877]; Tschopik 1946; Vásquez 1937, 1939).

Las chullpas están construidas con piedra aun-que hay algunas realizadas en barro (Gisbert et al.1996; Isbell 1997:172-173; Kesseli 2001; Kesseliet al. 1999; Stanish 2003:231). Por lo general, laschullpas tienen un pequeño acceso hacia la cáma-ra funeraria orientado casi siempre hacia al este.Estas tumbas monumentales serían utilizadas comoreferentes o hitos en el espacio geográfico cons-truyendo un paisaje social en el que se desarrollala vida de la población local y, en este caso, perse-guirían perennizar el poder de la clase dominanteaun después de la muerte. En este caso concreto,dichos accidentes geográficos han sido modifica-dos por los dirigentes de la sociedad, inscribiendosus estructuras arquitectónicas en el paisaje natu-ral como muestra de un dominio de la realidad so-cial y de un manejo racional de su espacio sagra-do. Por ello, no es gratuito que se escojan lasmesetas para su construcción pues muchas de ellasson reconocidas como deidades protectoras (Apus).De hecho, el concepto de un lugar de origen mito-lógico ancestral para cada pueblo (Paqarina) estábastante arraigado en los Andes, y se reconocen enlos mitos que señalan lugares (casi siempre acci-dentes geográficos) de donde proceden los prime-ros seres humanos (Arkush 2005:240) y lugar a losque deben regresar al morir. De esta ideología pro-vendría la primaria sacralización de los accidentesgeográficos, como sería el caso de Cutimbo.

La segunda forma de enterramiento más ex-tendida en el área lupaka es la cista subterránea yaunque pueden estar aisladas suelen conformarconcentraciones y en algunos casos pueden estarasociadas a torres funerarias. Dichas cistas, de pa-redes de piedras con base y cobertura realizadascon lajas del mismo material, contienen por lo ge-neral a un solo individuo e incluye un ajuar fune-rario de los cuales han sobrevivido, por las condi-ciones climáticas del altiplano, solamente losobjetos más resistentes como las vasijas cerámicasy los objetos metálicos como los tupus.

La tercera forma de enterramiento es la “slab-cist tomb”, la cual no ha sido hallada en nuestrasinvestigaciones en Cutimbo y hasta la fecha apartede algunas referencias de su existencia durante

prospecciones arqueológicas (Stanish et al. 1997;Stanish 2003:229-230) sólo ha sido descrita deta-lladamente por Tschopik (1946) y se caracteriza-rían principalmente por ser tumbas colectivas.

Finalmente están las cuevas funerarias, en lascuales se realizaron varios eventos de internamientode cadáveres y fueron selladas al completarse sucapacidad. El mejor caso estudiado es el de la cue-va Molino-Chilacachi (de la Vega et al. 2005), gra-cias al cual ahora sabemos que en dichas cuevaslos difuntos se depositaban en posición fetal en-vueltos individualmente en tejidos de fibra de to-tora y acompañados de vasijas cerámica y otrosartefactos. Cuevas similares aunque no tan profun-das y muy disturbadas han sido halladas en Cutim-bo. Dichas cuevas se encuentran en los farallonescercanos a la cima de la meseta y, aunque muchasde ellas se hallaban disturbadas, se reconoció un grannúmero huesos humanos asociados a fragmentos decerámica Inka-Chucuito. Las paredes de algunascuevas incluyeron paneles con arte rupestre condiseños inka hallados en la cerámica recuperadaen nuestras excavaciones (Tantaleán y Pérez 2000).

En nuestras investigaciones en Cutimbo halla-mos tres de las formas de enterramiento descritasarriba, que conformando una unidad espacial y tem-poral nos ofrecen una idea del conjunto de prácti-cas funerarias que se realizaron en un período detiempo corto (ocupación inka del altiplano).

Los Trabajos Arqueológicos en Cutimbo

Cutimbo se encuentra localizado al sureste dela ciudad de Puno (Figura 1). Se trata de una granmeseta que se levanta sobre el relieve regularmen-te llano de la zona. Ha sido señalado por Hyslop(1976, 1977b, 1990:278) como la capital políticade la sociedad lupaka, básicamente por la existen-cia de un gran número de “bases de casas” y torresfunerarias (Figura 2). De hecho, Frye y de la Vega(2005) señalan a Cutimbo como uno de los sitiosmás grandes dentro de su área de prospección. Sinembargo, habría que anotar que una “capital” de-bería encontrarse en la zona nuclear de un territo-rio y no en un extremo tan cercano a la “frontera”con los Colla4. Más plausible sería lo que planteaFrye (1997), que Cutimbo sería el asentamientoprincipal de uno de los grupos sociales que con-formarían el área de una confederación políticaprevia a la ocupación definitiva del territorio porlos inka.

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Figura 1. Ubicación de Cutimbo (realizado a partir de Isbell 1997: Mapa 6.1).Location of Cutimbo (after Isbell 1997: Map. 6.1).

Lago

TiticacaSillustani

CutimboChucuito

250 km

Cutimbo es un sitio arqueológico conocidopor la mayoría de los investigadores que han tra-bajado extensivamente en esta área (Hyslop 1977,1979; Tschopik 1946; Vázquez 1939) y aunqueparece tener un valor muy importante para diver-sas representaciones acerca de la naturaleza de lasociedad lupaka (p. ej. Frye 1997, 2005; Frye yde la Vega 2005; Gil García 2000; Hyslop 1976,1990; Isbell 1997; Stanish 2003) nunca se habíaexcavado sistemáticamente en él y las asociacio-nes cronológicas y sociales habían sido realiza-das simplemente por características formales ar-quitectónicas y por las referencias etnohistóricas.Se ha dicho que las estructuras funerarias chullpa-rias se construyen desde el período Altiplano (1.100-1.450 años d.C.) hasta el fin de la época inka a lallegada de los españoles alrededor de 1.532 d.C.(Hyslop 1977b; Stanish 2003:212). Sin embargo,nadie había excavado en el sitio, por lo que todoquedaba bastante inconsistente en relación con laépoca de construcción de las estructuras funerarias,principalmente de las chullpas monumentales queforman el núcleo de nuestra investigación.

Asimismo, Cutimbo es uno de muchos com-plejos funerarios en la cuenca oeste del Lago Titi-caca como Sillustani (Ayca 1995), Tanka Tanka(Hyslop 1977b) o Acora (Hyslop 1990:249) que

conformarían un patrón que consistiría en la con-centración de estructuras funerarias monumenta-les sobre mesetas o accidentes geográficos que seelevan sobre la superficie terrestre. En el caso con-creto de Cutimbo, aparte de las cuestiones relacio-nadas con la ideología, estuvo principalmenteorientado a la explotación extensiva de rebaños decamélidos y, de hecho, su localización altitudinalfavorece dicha actividad económica (Frye y de laVega 2005; Stanish 1994). Adicionalmente, el arterupestre de las cuevas funerarias representa conmucha recurrencia esta actividad (Tantaleán y Pé-rez 2000). También se puede apreciar que la ma-yor parte de la cima de la meseta (unas 25 hectá-reas según Hyslop (1977b:225)) estuvo ocupadapor estructuras circulares que podrían ser vivien-das (ver plano de la meseta en Frye y de la Vega2005: Figura 11.5), aunque excavaciones de algu-nas de ellas realizadas por Edmundo de la Vega(Frye y de la Vega 2005) y las de Eduardo Arizacadurante nuestra estadía no revelaron ocupaciónhumana, lo que plantearía que algunas serían utili-zadas como depósitos. Lo que sí parece seguro esque el sitio comenzó a utilizarse en el período Al-tiplano, pues, según un fechado por AMS, este fueocupado tan temprano como 1.320 d.C. (Frye y dela Vega 2005:178).

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Los resultados de nuestras investigaciones sepresentan de manera sintetizada y los hemos divi-dido de acuerdo a las estructuras funerarias inter-venidas5. Nuestro objetivo particular fue definir silas chullpas monumentales incluían en sus alrede-dores áreas de actividad social prehispánica y, asi-mismo, si las mismas concentraban estructurasfunerarias no obvias en superficie (como cistas fu-nerarias) como las que habíamos observado en Si-llustani y que revelarían, además, que las cistas seseguían construyendo como forma de enterramien-to durante la ocupación inka del área lupaka. Asi-mismo, mediante nuestras investigaciones pudimoscomprobar que todas las torres funerarias habíansido disturbadas con anterioridad, una situación quese observa en tumbas de este tipo dada su monu-mentalidad y los ajuares funerarios que seguramen-te contenían y que ya describían los primeros cro-nistas castellanos.

Las Torres Funerarias o Chullpas

Excavamos tres chullpas funerarias en área,tanto interior como exteriormente. La primera de

ellas, de medianas dimensiones (chullpa 20), estáubicada en la ladera norte de la meseta (Figuras 3y 4). Tiene planta cuadrangular y la pendiente so-bre la que ésta se construyó fue nivelada mediantetres terrazas consecutivas y una plataforma cua-drangular alrededor de la base de la chullpa. Poseecuatro hornacinas trapezoidales en las paredes in-teriores de la cámara funeraria donde estarían co-locados los cadáveres. Un segundo piso cumpliríael mismo fin y que se infiere por bloques líticosque sobresalen de la pared y que habrían soporta-do una estructura de material perecedero, proba-blemente madera. Exteriormente algunos bloqueslíticos están decorados con representaciones en altorelieve de serpientes y su acceso está orientadohacia el este.

Las otras dos chullpas intervenidas (chullpas1 y 2) son las más importantes del sitio, tanto porsu monumentalidad como por su emplazamientoen la parte superior de la meseta (Figura 5). Lachullpa 2 posee planta circular y una mamposte-ría externa “almohadillada” del tipo poligonal ci-clópeo, realizada con bloques de andesita, extraí-da de una cantera localizada en la misma meseta

Figura 2. La meseta de Cutimbo. En la parte superior se encuentra la mayor acumulación de estructuras domésticas y funerarias.The Cutimbo plateau. The largest accumulation of domestic and funerary structurs is on the top.

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Figura 4. Vista desde el estede la chullpa 20 durante lasexcavaciones. Se observa laplataforma que rodea la base dela torre funeraria y frente alacceso la pequeña estructuracuadrangular utilizada para lacremación de ofrendas.View from East side Chullpa 20during excavations. The platformthat surrounds the base of thefunerary lower and, in front ofthe access point, the small squarestructure used to cremateofferings, are visible.

Figura 3. Vista desde el norte de lachullpa 20 durante las excavaciones.View from the North side of Chullpa 20during excavations.

Figura 5. Vista noreste de lasexcavaciones en el sector principal.Se aprecian las chullpas 1 y 2.View towards the northeast from theprincipal sector of excavations.Chullpas 1 and 2 are visible.

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(Figura 6). El exterior de algunos bloques de estachullpa está decorado con diseños zoomorfos enalto relieve y representan a un roedor abundanteen la zona conocido como vizcacha (Lagidium pe-ruanum inca), a un felino probablemente un puma,un par de felinos vistos de frente y serpientes (verilustraciones en Hyslop 1977a). Todas estas repre-sentaciones zoomorfas son típicas en la decoraciónde bloques pétreos de edificios de factura inka, sal-vo la vizcacha, un animal que todavía habita en lameseta de Cutimbo.

La chullpa 1 es la de mayor relevancia en elsitio de Cutimbo y posiblemente una de las másimportantes del altiplano circun-Titicaca (Figu-ra 7). En la realización de la mampostería exter-na de esta chullpa se utilizaron dos tipos de pie-dra. La mayor parte está construida con bloquesde andesita y las últimas hiladas superiores fue-ron resueltas en toba volcánica. Esta configura-ción de la mampostería es bastante funcional, yaque la toba volcánica absorbe el agua de lluviaimpidiendo que esta fluya directamente a la base,mientras que en épocas secas su menor densidadevita la presión que se ejerce hacia la parte bajade la estructura arquitectónica, manteniendo elequilibrio total del edificio.

El interior de la cámara funeraria había sidodisturbado, aunque hallamos materiales, como ce-rámica fina policroma con diseños Inka Imperia-les e Inka asociados y una valva de Spondylus. Tam-bién se rescataron entre los huesos humanos cuatrocráneos de individuos adultos con modificaciónartificial del tipo anular oblicuo (Blom 2005). Unashornacinas trapezoidales, inscritas en las paredesinternas norte y sur de la cámara funeraria, servi-rían para la colocación de las momias o mallquis.Sobre cada una de dichas hornacinas se proyectanun par de grandes ménsulas que servirían para lacolocación de otros difuntos. En la pared interioroeste se inscribieron tres pequeños nichos trape-zoidales, posiblemente para la colocación de ofren-das. Asimismo, la excavación del interior de lascámaras funerarias de las tres chullpas reveló queningún cuerpo fue enterrado en el subsuelo de lacámara funeraria, por lo que éstos debieron estarexpuestos en las hornacinas y ménsulas de la cá-mara interna de la estructura funeraria. De estamanera cumplirían su función de “sepulcros abier-tos” como plantea Isbell (1997).

Figura 7. Chullpa 1.Chullpa 1.

Figura 6. Chullpa 2.Chullpa 2.

Entierros en cistas asociados a laschullpas 1 y 2

Mediante nuestra excavación en un área de 300m cuadrados, pudimos encontrar sectores de acti-vidad social originales en los que se localizarontumbas de cista en torno a las chullpas, lo que su-

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ponía la contemporaneidad de ambos tipo de ente-rramiento y que existía un uso racional del espaciofunerario, cuestión que abordaremos luego. Dos delas cistas habían sido saqueadas; sin embargo, pudi-mos encontrar un área original sin disturbio, quenos permitió comprender parcialmente la actividadhumana prehispánica realizada en esta área del si-tio donde hallamos dos cistas funerarias intactas yuna estructura de piedra que contenía una urna fu-neraria. Dichas tumbas fueron realizadas dentro deuna acumulación de material revuelto constituidopor piedras y tierra (Figuras 8 y 9).

Las dos cistas halladas intactas se construye-ron a cada lado de la chullpa 1, lo que planteaba quese trataba de entierros relacionados con un ordena-miento espacial del área asociada a esta chullpaprincipal. También se podría barajar la posibili-dad de que hayan sido sacrificios humanos, plan-teamiento que soporta la no-inclusión de un ajuarfunerario junto al difunto, pues lo máximo que sehalló en una de las cistas (cista 3) fueron dos pren-dedores o tupus de bronce, uno de ellos roto y reuti-lizado. Ambas cistas tenían paredes de piedra, for-ma cilíndrica y planta circular y se hallaban selladascon lajas de piedra. En cada una hallamos un esque-leto completo y articulado dispuesto en posición fetalcon la parte frontal del cráneo orientada hacia al estey ambos individuos mostraban una modificaciónartificial de tipo anular oblicua (Blom 2005).

Figura 8. Area entre las chullpas 1 y 2 desde la parte superiorde la chullpa 2. En primer plano las cistas 1 y 2, arriba y a laizquierda de ellas el hoyo que albergó a la urna funeraria y másarriba la cista 3.Area between chullpas 1 and 2 from the top portion of chullpa 2.Cists 1 and 2 can be seen in the fore front, above and the left ofthem is the cavity which housed the funerary urn.

Figura 9. Planta de las excavaciones en las chullpas 1 y 2 y las principales estructuras asociadas halladas. El área de excavaciónexcede el marco de la figura.Plant of the excavations in chullpas 1 and 2 and of the principal associated structures. The excavation area excess the figure’sframe.

La urna funeraria. En este caso, la cober-tura de la estructura funeraria estaba sellada poruna capa de material arcilloso de color verdoso,que actuaba como impermeabilizante. Debajo deésta se encontró una gran laja de piedras y doscuñas más pequeñas a los lados, que cubrían la

Cista 1

Cista 2 Chullpa 2Chullpa 1

Cista 3

Urna Funeraria

“Altar”

0 100 cmN

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boca circular de la tumba. La relevancia de estatumba fue su inusualidad dentro del registro arqueo-lógico de enterramientos de época inka en el alti-plano, puesto que el cuerpo se hallaba dentro deuna gran vasija aribaloide o raqui (Fernández Baca1971), utilizada generalmente para almacenar lí-quidos, como la chicha de maíz (Figura 10), aun-que para la función que se le dio finalmente se rea-lizaron agujeros en la base de la vasija para permitirel drenaje. La abertura de la vasija tenía un diáme-tro de 55 cm, una altura de 1 m aproximadamente yestaba decorada con diseños geométricos en colo-res negro, rojo y crema. La vasija tenía las asas late-rales orientadas en el eje norte-sur y el diseño prin-cipal hacia el este.

El cuerpo inhumado en la vasija correspon-dería al de una persona adulta (20-30 años) y aun-que el cráneo se encontraba en muy mal estadode conservación, se pudo observar que presenta-ba modificación del tipo anular oblicuo (Blom2005). La determinación exacta del sexo fue im-posible, por la ausencia de varios huesos del es-queleto. Esto también deja abierta la posibilidadde que fuese un entierro de un cuerpo incompleto(entierro secundario) o que simplemente la ma-yoría de los huesos no soportasen las condicionesclimáticas a lo largo del tiempo. El ajuar funera-rio hallado dentro de la vasija contenía: (a) undisco de bronce decorado con dos seres antropo-morfos (Figura 11a), el cual pudo cumplir la fun-ción de distintivo o insignia militar, pues un obje-to similar colgado del cuello de individuosplenamente reconocidos como guerreros de lasmilicias incaicas se observa en ilustraciones deGuamán Poma de Ayala (1987 [1615]:151, 153,157 y 245); (b) cuatro “caleros” de bronce, loscuales representaban un instrumento de labranzaconocido como chaquitaclla, sobre los que se di-señaron figuras de monos (Figura 11 b); (c) dostupus o prendedores de bronce y (d) un anillo deplata laminada decorado con incisiones que des-cribían rombos. Asociadas a todas estas piezas sehallaron 436 cuentas de collar confeccionadas endiversos minerales exóticos en esta área geográfi-ca como crisocola, turquesa, lapislázuli, cristalesde roca, esquisto y conchas marinas (Spondylus yStrombus). También se encontraron siete piezas deplata, tres de ellas representando ollas, otras dosvasijas aribaloides, una a un cuchillo ceremonial otumi y otra a un animal no identificado.

Figura 10. Vasija inka utilizada como urna funeraria, restaura-da después de ser retirada de su matriz (escala 30 cm).Inka vessel used as a funerary urn, restored after being removedfrom matrix (30 cm scale).

Adicionalmente, a unos 20 cm en direcciónoeste de la boca de la tumba se halló un conjuntode artefactos de metal atados con hilos de lanamarrón consistente en cuatro tupus o prendedores:dos de plata, con terminación en forma de cabezade camélido, uno con la lámina circular de oro yaguja de bronce y por último uno de plata de pe-queñas dimensiones (Figura 12). A unos centíme-tros del anterior conjunto de artefactos se hallarondos cuchillos ceremoniales o tumis, hechos de unaaleación de cobre y estaño. El mango de uno deellos representa de forma naturalista a un reptil quesostiene entre sus fauces a un pez (Figura 13 a),mientras que en el otro ejemplar se puede observara un felino (Figura 13 b).

Las Áreas de Cremación de Ofrendas

Durante las excavaciones realizadas para defi-nir las áreas de actividad originales exteriores a laschullpas 20, 1 y 2, se encontraron dos estructuras

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cuadrangulares realizadas con piedras trabajadas.Alrededor de estas se halló gran cantidad de frag-mentos de cerámica de alta calidad, miniaturas devasijas cerámicas, artefactos metálicos y áreas decombustión que incluyeron huesos de camélidos ycarbones vegetales.

La chullpa 20 ofreció el primer hallazgo enCutimbo de estas áreas de actividad social exter-nas asociadas íntimamente a la utilización originalde las chullpas. El rasgo principal, en este caso, locompuso una estructura cuadrangular (50 x 50 cm)formada por piedras trabajadas que configurabanuna pequeña elevación en relación con el piso que

funcionó contemporáneo con la chullpa y orienta-da al acceso de la misma (Figura 4). Por encima yalrededor de dicha estructura se evidenció esa áreade combustión antes mencionada que incluía hue-sos animales y carbones asociados a fragmentosde aríbalos y platos de morfología y decoraciónInka imperial e Inka-Chucuito. En el caso del áreaexterior a la chullpa 1, a unos dos metros de laesquina noreste, también se halló una estructurade piedras similar a la anterior (Figura 9). En elcaso de la estructura de la chullpa 1, además de loselementos asociados antes mencionados para laestructura de la chullpa 20, se hallaron algunas

Figura 12. Artefactos encontrados cerca a la abertura de la urna funeraria.Artifacts found near the opening of the funerary urn.

Figura 11. (a) Objeto circular de bronce asociado al individuo de la urna funeraria, (b) Calero de broncerecuperado en la urna funeraria.(a) Circular bronze object associated with the individuals of the funerary urn, (b) bronze dispenser(Calero) recovered from the funerary urn.

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Figura 13. (a y b) Cuchillos ceremoniales hallados cerca de la abertura de la tumba de la urna funeraria.Ceremonial knives found near the opening of the tomb of the funerary urn.

piezas de metal. En ambos casos las estructuraspodrían haber funcionado como “altares” o “me-sas” para ofrecer simbólicamente alimentos a losocupantes de las chullpas, como se grafica en Gua-mán Poma de Ayala (1987 [1615]:285, 293 y 291;ver también Isbell 1997: Figura 2.4).

También asociados directamente al área de laschullpas 1 y 2 y en su posición original debemosanotar la gran cantidad de molinos o batanes depiedra (10 solamente alrededor de las dos princi-pales estructuras) recuperados por nuestras exca-vaciones, que evidenciarían la preparación de ali-mentos paralela a las actividades llevadas a caboen este sector del sitio. Esta misma actividad rela-cionada con las chullpas monumentales ya habíasido registrada con anterioridad por nosotros en elsitio de Sillustani.

Discusión y Conclusiones

La ubicación del sitio de Cutimbo en plenoaltiplano, su uso anterior a la llegada de los inkas ylo inusual de las tumbas de chullpa para enterra-mientos de élite inka, plantearían que éstas fueronconstruidas para albergar los cuerpos de los seño-res o jefes locales lupakas (Hyslop 1977a, 1990).Además, se ha demostrado por la visita de Chu-cuito (Diez de San Miguel 1964 [1567]) que los

curacas locales lupakas conducían la provincia anombre del Inka (Julien 1982), condición que lesproporcionaba múltiples beneficios como la con-centración de riqueza, específicamente la acumu-lación de grandes cantidades de camélidos o elmantenimiento de su anterior jerarquía socioeco-nómica (Stanish 2000), lo que significaría el man-tenimiento de la explotación del trabajo de miem-bros de la misma comunidad y que mantendríacategorías socioeconómicas como urus o “indiospobres” y que compondrían la fuerza de trabajonecesaria para la construcción de obras como laschullpas funerarias monumentales.

De hecho, las estructuras funerarias monu-mentales no serían la única muestra de arquitec-tura con rasgos inka construidas por los lupakaen Cutimbo, pues existe todo un sector al norestede las chullpas 1 y 2 compuesto por edificios deplanta rectangular con características inka pero in-dudablemente construidas por arquitectos y manode obra locales. Adicionalmente, el mismo Inka,Uyu de la ciudad de Chucuito, fundada durante laocupación inka, habría sido construida por arqui-tectos locales (Arkush 2005:236). Si bien la utili-zación de una arquitectura funeraria similar fueutilizada durante la ocupación inka en los territo-rios colla y pakaje, la elite lupaka, que es la mejorcandidata para la construcción y utilización de las

a b

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chullpas monumentales de Cutimbo, conservaríaun poder socioeconómico tal que le posibilitaríarealizar dichas construcciones funerarias, ademásen un lugar de (re)encuentro social relacionado consu autonomía local, bastante apartado de las rutasoficiales de la religión inka (Arkush 2005) e inclu-so alejado y aislado de los asentamientos humanosfundados durante la ocupación inka6.

Por otro lado, las cuevas funerarias, las cistasy sobre todo la tumba de la urna funeraria comoforma de enterramiento diferentes a las chullpasen Cutimbo representaría que los lupakas, aunqueinkaizados, seguían manteniendo sus propias asi-metrías socioeconómicas. Esto trascendería en elmomento de la muerte de un miembro de la elitelupaka de menor rango, enterrándolo en un áreaperiférica a una estructura mayor de elite, no pu-diendo ingresar su cuerpo en dicho edificio, por nopertenecer al grupo social privilegiado. Asimismo,la urna funeraria pertenecería a un individuo rela-cionado con las actividades militares, como de-muestra el objeto hallado en la tumba semejante alde las representaciones de Guamán Poma de Aya-la. Adicionalmente, el depósito o amortización deartefactos relacionados a la tumba expresarían supertenencia a un grupo socioeconómico de mayorjerarquía dentro de la sociedad lupaka-inka7.

Con relación a los hallazgos al exterior y fren-te a las principales estructuras funerarias del sitio,sabemos por referencias etnohistóricas que alre-dedor de las chullpas se congregaban grupos depersonas periódicamente para realizar fiestas y ri-tuales (materializados en las trazas del consumo yamortización de alimentos y artefactos) dirigidosa los ocupantes de las estructuras funerarias, como,por ejemplo, señala Guamán Poma de Ayala (1987[1614]). Asimismo, dicha representación de lasactividades sociales, en este caso rituales relacio-nados con los muertos depositados en las estructu-ras funerarias, encaja bien con la propuesta de los“sepulcros abiertos” de Isbell (1997). Aunque elplanteamiento de este autor trata de relacionar di-rectamente a dichas estructuras funerarias con eltema de la reproducción de los ayllus, nosotrosplanteamos que complementariamente a esa cons-trucción de los ayllus (al fin y al cabo, una ideolo-gía cohesionadora de producción de identidad co-lectiva), aquí el objetivo real sería la reproducciónsociopolítica de las elites locales lupaka duranteun período de dominación externa, en este casoinka.

De este modo, Cutimbo incluyó lugares socia-les donde se realizaron prácticas sociopolíticas deforma periódica relacionadas con los muertos a losque se trataba como en vida. Los diferentes tiposde prácticas funerarias de una misma época halla-dos aquí reflejan la importancia del yacimiento enel ámbito religioso y político, poniendo en eviden-cia sobre todo las diferencias sociales que existíanen ese momento.

Asimismo, el proceso de enriquecimiento yretención de poder económico y político de la elitelupaka al que se habían arriesgado los dirigentesinka, originó en algún momento la debilitación delorden impuesto y llevado a disputas entre la elitelocal y la elite inka (como hacen referencia las fuen-tes etnohistóricas). Aun cuando se evidencia unfuerte control ideológico materializado en diferen-tes espacios rituales (Arkush 2005), lugares comoCutimbo sirvieron para evadir el espacio de coer-ción ideológica impuesto por los inkas, sirviendopara que la elite lupaka recreara las distancias so-ciales y la ideología que las justificaba. Para elloperiódicamente los lupaka regresaron a Cutimbopara construir, además de sus chullpas y otras es-tructuras funerarias, su ideología y así conservarsus jerarquías socioeconómicas propias y su con-ciencia de grupo social con relación a los inkas.

Todo esto nos conduce a plantearnos que lasestrategias de dominación inka no siempre fuerontan efectivas (aunque sirviesen para sus objetivosprimordiales) y como mediante ciertas prácticassociales las poblaciones locales resistieron duran-te mucho tiempo las ocupaciones externas, un pro-ceso dialéctico que se evidencia hasta bien entradoel siglo XVI.

Agradecimientos: Este artículo nunca podríahaber sido escrito sin la confianza que depositó enmí Rolando Paredes Eyzaguirre, director del Insti-tuto Nacional de Cultura-Puno. También deseoagradecer a Carmen Pérez Maestro, incomparablecompañera en la fría puna durante las campañasde excavación; a Eduardo Arizaca, arqueólogo aya-vireño, de quien aprendimos los conocimientosempíricos de la zona y al equipo de trabajo queconformamos con los pobladores de la zona: RoyMarón, Sixto Quispe y Abdón Chambilla. A Char-les Stanish por su constante apoyo y sus acertadoscomentarios a este manuscrito. También agradez-co a los dos consultores externos por sus críticasque me ayudaron a enfocar y organizar mi texto.

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Muchas de mis ideas acerca del “mundo de losmuertos” cambiaron sustancialmente en la Univer-sidad Autónoma de Barcelona, por eso, muchas delas ideas aquí vertidas son consecuencia de las dis-cusiones en el Departamento de Prehistoria de di-cha Universidad aunque quisiera agradecer espe-

cialmente a Vicente Lull quien ha sido una graninspiración para mí. Marillyn Holmes ocupa unimportante espacio en mi vida y gracias a ella pue-do sentirme realizado en muchos aspectos. Las ilus-traciones que acompañan al texto fueron mejora-das por Juan Roel.

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Notas

1 Nuestra perspectiva teórica materialista dialéctica está ins-pirada en la teoría de las prácticas sociales (Castro et al.1996) y la teoría de la producción de la vida social (Castroet al. 1998). Para el caso de los inka, aproximaciones simi-lares que inspiran este planteamiento son sintetizadas enStanish 2001:220-221.

2 Otro motivo para la expansión de los inka hacia el altiplanodel Titicaca sería el ideológico patentizado en la ocupación

de Tiwanaku (Kolata 1993:1-10; Yaeger y Bejarano 2004) ode las islas del Sol y la Luna (Bauer y Stanish 2001).

3 En relación a esto, el tema de los urus o pobres en el árealupaka (Stanish 2000) es relevante para la aceptación degrupos sociales locales explotados antes, durante e inclusodespués de la ocupación Inka.

4 Habría que determinar si realmente las provincias inkacorresponden a los territorios originales que ocupaban

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las sociedades en el período Altiplano (1.100 d.C.-1.470 d.C.).

5 Hay que precisar que las excavaciones en Cutimbo se rea-lizaron como parte de un proyecto realizado por un conve-nio entre el Gobierno Regional de Puno y el Instituto Na-cional de Cultura durante los meses de febrero y marzo de1998 con el objetivo principal de realizar una “puesta envalor” del sitio. A pesar que el objetivo principal era res-taurar las chullpas monumentales y acondicionar una víade acceso a las mismas, pudimos sacarle provecho a dichoproyecto creando una estrategia de investigación que opti-mice la información generada a raíz de esta oportunidadúnica para explorar e investigar las chullpas monumenta-les y sus áreas asociadas. Bajo esta misma premisa tam-bién encargamos a la arqueóloga Carmen Pérez Maestro la

prospección de los abrigos rocosos y cuevas de Cutimbo yque incluyó el relevamiento del arte rupestre allí plasma-do. Eduardo Arizaca, además de excavar junto a nosotrosel área de las chullpas monumentales, excavó algunas es-tructuras circulares para deslindar su función.

6 Aun con todo, cabría la posibilidad que las tumbas perte-neciesen a la elite cuzqueña, a la espera de un estudio quecontraste el estudio del “mundo de los muertos” (espaciosfunerarios) con el “mundo de los vivos” (espacios de pro-ducción de la vida social) (Lull 2000) en Cutimbo y alre-dedores.

7 Sin embargo, la inhumación en la urna podría ser resultadode un sacrificio, entrando así en otro tipo de práctica socio-política también relacionada con la reproducción de las asi-metrías sociales.

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