Prologo a Notas Sobre Maquiavelo, Jose Arico
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8/14/2019 Prologo a Notas Sobre Maquiavelo, Jose Arico
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PROLOGO A NOTAS SOBRE MAQUIAVELO, SOBRE POLITICA Y SOBRE
EL ESTADO MODERNO, 1962.
Jos M. Aric.
Un nuevo tomo de los "Cuadernos de la Crcel" de Antonio Gramsci pasa hoy a integrarel acervo ideolgico de nuestro pueblo. Es quizs el ms importante y el ms concluido
del genial pensador italiano y junto a los ya publicados por Lautaro nos permitir lograr
una visin ms cabal de la riqueza de pensamiento, la rigurosidad cientfica, la amplitud
de miras y la pasin revolucionaria que animan las pginas encendidas de estos escritos
de la crcel, verdadero monumento del marxismo contemporneo. Y decimos el ms
importante porque ninguno como ste tiende a mostrarnos el Gramsci combatiente que,
alejado del cotidiano batallar por la accin coercitiva de los jueces fascistas, sigue en la
crcel trabajando en forma "desinteresada",fs swig, vale decir para el maana y no
slo para el presente, para legar a sus compaeros de convicciones la suma de la
experiencia de aos de luchas por el triunfo de la causa del socialismo en Italia. Gramsci
fue por sobre todo un hombre de partido, profundamente interesado en los problemas dela construccin del Nuevo Orden, del Estado Socialista, del logro de la hegemona del
proletariado en la sociedad moderna y del papel que deben jugar los intelectuales en este
nuevo Estado y en esta nueva sociedad.
Ante todo y por sobre todo fue un poltico prctico. Y por ello mal podramos
comprender en toda su magnitud las reflexionas gramscianas si las apartramos de su
condicin de militante y dirigente de la clase obrera italiana. Si para el marxismo se
trata no slo de interpretar al mundo sino fundamentalmente de transformarlo, en la
poltica, en el diario accionar por la modificacin de la realidad existente, se expresa la
concepcin del mundo, el sentido que cada uno de nosotros, hombres concretos en
circunstancias determinadas, otorga a las cosas de este mundo. Por ello acierta Togliattial sealar que "en la poltica est la sustancia de la historia y para aqul que ha llegado a
la conciencia crtica de la realidad y de la tarea que le espera en la lucha por
transformarla, est tambin la sustancia de su vida moral" [1]. Y all estn las profundas
observaciones personales enPassato e Presente(el ltimo volumen de los Cuadernos)
para atestiguar que en Gramsci es inescindible la unidad de teora y prctica, de lucha
poltica y vida moral. Por sobre la aparente disgregacin de los cientos de notas y
apuntes que constituyen los escritos de la crcel, existe algo que los unifica en forma
vital. Es la propia vida de Gramsci, sus experiencias de dirigente de la clase obrera
italiana la que se vuelca en esas pginas escritas con letra diminuta y prolija. Su deseo
de estar vivo, de no ser escindido del mundo, pudo ms que la accin de quienes
deseaban impedir que su cerebro siguiese funcionando y que los tormentos de su cuerpoenfermo y maltrecho, porque toda su vida estaba sujeta a una voluntad frrea que le
permita centralizarla alrededor del estudio y la meditacin. Si haba algo que odiaba y
despreciaba era la irresponsabilidad, la vanidad, el diletantismo. "la veleidad que
suplanta la voluntad concreta". Desde sus primeros escritos hasta
los Cuadernosaparecer siempre el motivo socratiano del "concete a ti mismo" como
gua moral. Para Gramsci la cultura no consiste en el afn enciclopdico de acumular
datos y nociones particulares Es por sobre todo "organizacin, disciplina del propio yo
interior, es toma de posesin de la propia personalidad, es conquista de una conciencia
superior, por la cual se llega a comprender el propio valor histrico, la propia funcin en
la vida, los propios deberes y derechos... Conocerse a s mismo quiere decir ser s
mismo, ser dueo de s mismo, distinguirse, salir fuera del caos, ser un elemento deorden, pero del propio orden y de la propia disciplina en torno a un ideal" [2] Y por ello
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lucha cultural y construido la doctrina de la hegemona como complemento del Estado-
fuerza, (es decir, la dictadura del proletariado en el lenguaje carcelario que deba
utilizar) [Gramsci, J. A.), y como forma actual de la doctrina de la "revolucin
permanente de 1948" [4].
Se trata entonces de reconstruir el largo proceso de desarrollo que va desde su juventud
en la Cerdea oprimida por un Estado que en el mismo momento de su nacimiento bassu estabilidad estructural en la explotacin inhumana de regiones enteras de su pas,
para favorecer as la acumulacin capitalista en las otras, hasta su muerte tres das
despus de salir de la crcel en 1937. Fueron pocos aos de vida pero muy intensos,
puesto que los sacudimientos surgidos en el mundo con motivo de la guerra y el
desarrollo del movimiento revolucionario plantearon tales exigencias, destrozaron tantas
cristalizaciones, rompieron tantos prejuicios tericos que fue necesario afrontarlos y
resolverlos abandonando todo esquema dogmtico, luchando desde el interior del
movimiento obrero por un marxismo depurado de toda clase de incrustaciones extraas,
de toda clase de determinismo fatalista que mellara la voluntad del hombre, pera
sabiendo tambin que todo retorno a un marxismo genuino y renovado colocaba a ste
en condiciones de enfrentar y superar todas las manifestaciones de la cultura burguesa.
Era una tarea gigantesca, pero impostergable pues slo cumpliendo con ella el
proletariado estara en condiciones, de ejercer su influencia sobre los diferentes grupos
sociales y convertirse en clase hegemnica., portadora por lo tanto del germen de una
nueva cultura, de una reforma intelectual y moral. Esta fue la tarea emprendida por
Lenin y resuelta con la Revolucin de Octubre. Hacia este logro se orient tambin
Gramsci en su esfuerzo por individualizar las tendencias y particularidades planteadas
por la. revolucin socialista en Italia. El entronque de Gramsci con el leninismo deriva
del hecho de que las exigencias planteadas a los revolucionarios marxistas por esa poca
de la primera posguerra eran en esencia las mismas. Se trataba del triunfo de la
revolucin socialista en ambos pases, se trataba de criticar las viejas concepcionesenvejecidas de los socialdemcratas que castraban el aspecto revolucionario del
marxismo, se trataba de comprender que el proletariado deba conducir esta batalla
abandonando todo espritu de cuerpo, toda limitacin sectaria, para convertirse en el
caudillo de todas las masas explotadas y que esto requera el fortalecimiento y
desarrollo de su partido de clase.
Aqu est el leninismo de Gramsci que es innegable adems de original porque no surge
de la simple aceptacin de las teorizaciones de Lenin sino de la comprensin profunda
de la nueva posicin que asume la clase obrera internacionalmente cuando la madurez
objetiva del sistema imperialista plantea la necesidad de la revolucin socialista. De
estas consideraciones parte la concepcin leninista del Partido del proletariado y es esta
concepcin la que fructifica en Gramsci de una manera profundamente original. Conjusteza seala Togliatti que dicha originalidad "reside en haber dado a esta doctrina una
forma que la inserta en la realidad italiana, la convierte en un momento del desarrollo de
las doctrinas polticas en nuestro pas, la vincula a los puntos cruciales de nuestra
historia y de aqu deriva una demostracin de su verdad que es de impresionante
eficacia"[5].
De las experiencias de los acontecimientos de Octubre y de los sucesos posteriores
Gramsci extrajo mltiples elementos que tuvieron una vital importancia para el objetivo
que se habla trazado de esclarecer a su clase y asimismo sobre las orientaciones e
indicaciones necesarias para guiar al proletariado y a sus aliados hacia la conquista del
poder, a travs de los caminos trazados por las particularidades del desarrollo histrico-social italiano.
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Ya Agosti ha indicado en el prlogo a la edicin castellana de "El materialismo
histrico y la filosofa de Benedetto Croce" cmo el sentido creador del marxismo es
reivindicado por Gramsci desde sus primeros escritos en "Il Grido del Popolo" de Turn.
Su concepcin de la historia como desarrollo dialctico, que le viene de su formacin
idealista crociana, le impidi caer en el chato positivismo que constitua la sustancia de
la cultura socialista de la poca. Pero an cuando por ese entonces fuera"tendencialmente crociano", la experiencia poltica en un medio donde la fuerza del
proletariado tena (y tiene) tanto peso como en Turn, el feudo de la Fiat, y el acabado
conocimiento de las mejores tradiciones de la investigacin econmica e histrica de los
maestros de la historiografa racionalista y positivista, lo llev a superar las limitaciones
especulativas del mismo Croce y a concebir el marxismo como historicidad absoluta o
humanismo integral, en el cual hombre y realidad, instrumento de trabajo y voluntad, no
estn disociados, sino identificados en el acto histrico"[6].
Es indudable que en el cuadro de dicha formacin la etapa del Ordine Nuovofue vital
para Gramsci. El hecho de que esa modesta "revista de cultura socialista" se convirtiera
en portavoz de un movimiento de masas tan potente como el de los Consejos de Fbrica
condujo a Gramsci a elaborar los fundamentos de una nueva concepcin de la
revolucin socialista en Italia. As como en Rusia fueron los Soviets los nuevos rganos
de poder de la revolucin bolchevique, en Italia dicha funcin podr ser cumplida por
los Consejos de Fbrica en quienes, segn Gramsci, "se encarna la forma actual de la
lucha de clases tendiente al poder". Los Consejos son un nuevo tipo de organizacin
proletaria, que se basa en la fbrica y no en los oficios, en la unidad de produccin y no
en los sindicatos profesionales. Este nuevo tipo de organizacin, desarrollndose,
articulndose, enriquecindose con funciones ordenadas jerrquicamente constituye la
estructura del Estado socialista, el instrumento de la dictadura proletaria en el campo de
la produccin industrial. As define el Ordine Nuovoa estos organismos cuya
caracterstica fundamental reside en ser instituciones de carcter "pblico" en las cualesel conjunto de la clase obrera entra a formar parte como "productora", y no como en los
sindicatos como asalariados esclavos del capital, adquiriendo con ello la conciencia del
puesto que ocupa en la produccin y en la sociedad. Son por ello los rganos que
posibilitan el control obrero de la produccin en el perodo previo a la revolucin y la
direccin total de la economa luego de ella. Fue tal el entusiasmo creado en el
proletariado turins por el llamamiento del Ordine Nuovoa constituir los Consejos que
al cabo de pocos meses ms de ciento cincuenta mil obreros de Turn estaban
organizados en ellos.
Estaramos equivocados si creyramos que todo esto no fue ms que un genial
descubrimiento de Gramsci y de los redactores del Ordine Nuovo. Aqu jug un papel
fundamental la profunda asimilacin del proceso revolucionario ruso, la identificacinde lo esencial de dicho proceso al margen de lo anecdtico. Pero la
experiencia ordinovista a pesar de haber creado las premisas para el nacimiento y el
desarrollo de un nuevo partido de la clase obrera (concretadas en 1921 cuando en
Livorno se cre el Partido Comunista), contena en su seno un lmite que era necesario
superar. Un lmite que la propia derrota del movimiento de los Consejos plante en toda
su magnitud y cuya superacin se logra cuando recogiendo la esencia de la concepcin
leninista de la hegemona, Gramsci aproxima los dos trminos de la cuestin obrera y de
la cuestin campesina y mediante una magistral interpretacin histrica de la formacin
y el desarrollo del moderno Estado burgus en Italia, da paso a una concepcin
totalmente renovadora del problema de la direccin poltica del proletariado en el curso
de la lucha por el triunfo de la revolucin socialista en su pas.
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Gramsci aporta, por consiguiente, una concepcin que es profundamente leninista en la
medida en que ha bebido de las races nacionales del proceso revolucionario. Es
evidente entonces que el leninismo de Gramsci no puede ser reducido a una simple
cuestin de adhesin o de conquista sino que implica tambin elementos de
convergencias que son verdaderos aportes originales y que deben ser considerados ellos
tambincomo leninismo, si por tal concebimos el desarrollo del marxismo, rescatado dela revisin socialdemcrata, en una nueva fase histrica: la poca de la descomposicin
imperialista, el triunfo de las revoluciones proletarias y el paso a un nuevo
ordenamiento social basado en la liquidacin de la explotacin del hombre por el
hombre.
Testimonios de la madurez alcanzada por Gramsci en la profundizacin de los
elementos fundamentales del camino italiano al socialismo, son dos escritos
inmediatamente anteriores a su detencin que contienen en esencia los temas
desarrollados luego en los Cuadernos. Tanto en las Tesis para el III Congreso del
P.C.I.(Lyon, 21 de enero de 1926) como en su inconcluso Alcuni temi della questione
meridionale (Algunos problemas de la cuestin meridional) las tareas presentes del
proletariado estn planteadas en funcin del conjunto de los problemas no resueltos
histricamente por la burguesa. Para Gramsci era imposible analizar cientficamente el
fenmeno del fascismo como tendencia inevitable del Estado liberal italiano y adoptar
una lnea de trabajo que condujera a su derrota sin un estudio profundo de la estructura
econmica-social italiana y el proceso histrico que la conform. Si en las Tesisel
anlisis de las fuerzas motrices de la revolucin italiana es resuelto con una justeza y
una brillantez admirable, esto es producto de un conocimiento cabal del complicado
movimiento histrico que condujo a la burguesa a la direccin del Estado unitario.
Trombetti cuenta de la preocupacin que tena Gramsci por el desarrollo de los cuadros
del Partido y de cmo consideraba que el elemento esencial para la formacin de un
buen dirigente revolucionario era la comprensin profunda de la historia de Italia, sobretodo de los ltimos cien aos. Es esta necesidad de esclarecer a su partido y a la clase
obrera lo que lo impulsa a escribir su folleto sobre la cuestin meridional que contiene
una visin nueva de este problema fundamental de la historia italiana, ya qu por
primera vez es analizado exhaustivamente: en funcin de la estructura de clases que
estaba en la base del Estado liberal-burgus surgido del Risorgimento y que era
necesaria transformar en un sentido socialista mediante la slida alianza de las dos
grandes clases "que han comprendido ser esencialmente nacionales y portadoras del
porvenir: el proletariado y los campesinos" (Gramsci).
Respondiendo a quienes acusaban al grupo ordinovista de tratar de solucionar el
problema de los campesinos del sur de Italia y de las Islas mediante la "frmula mgica"
de la divisin de los latifundios entre los proletarios rurales, Gramsci responde --yperdneseme lo extenso de la cita-- que "los comunistas turineses se haban planteado
concretamente la cuestin de la "hegemona del proletariado", es decir, de la base social
de la dictadura del proletariado y del Estado obrero. El proletariado puede convertirse
en clase dirigente y dominante en la medida en que logra crear un sistema de alianzas de
clases que le permita movilizar contra el capitalismo y el Estado burgus a la mayora
de la poblacin trabajadora, lo que significa, en Italia, en las reales relaciones de clase
existente en Italia, en la medida en que logra obtener el consenso de las amplias masas
campesinas. Pero la cuestin campesina en Italia est histricamente determinada, no es
la "cuestin campesina y agraria en general"; la cuestin campesina, debido a la
determinada tradicin italiana, al determinado desarrollo de la historia italiana, ha
asumido dos formas tpicas y peculiares: la cuestin meridional y la cuestin vaticana.
Conquistar a la mayora de las masas campesinas significa, por consiguiente, para el
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proletariado italiano, hacer suya estas dos cuestiones desde el punto de vista social,
comprender las exigencias de clase que ellas representan, incorporar estas exigencias
entre sus reivindicaciones de lucha" [7]
Este concepto de la alianza de la, clase obrera y el campesinado planteado aqu no como
algo circunstancial sino como un nexo fundamental, orgnico, base de un nuevo bloque
de fuerzas enfrentado a aquel dirigido por la burguesa, que constituye el ncleofundamental de la contribucin leninista al marxismo, es luego desarrollado en forma
creadora en el volumen sobreMaquiaveloy en los dems escritos de la crcel a travs
de la categora de hegemonay de la distincin entre el momento del dominioy el
momento del consenso.
Pero para el logro de tal alianza el proletariado debe saber despojarse de toda clase de
prejuicios y residuos corporativos, debe llegar a pensar no como albail, carpintero o
metalrgico, sino como hombre perteneciente a una clase cuyo objetivo es la
construccin de una nueva sociedad que no conozca las laceraciones de clase y cuya
victoria depende de su capacidad de convertirse en el dirigente de los campesinos y de
los intelectuales. Y aqu se plantea la necesidad de la existencia de un fuerte partido delproletariado, que lo ayude en el complicado proceso de resolver exitosamente estas
ecuaciones de fuerzas. "El proletariado --dice Gramsci--, destruir al bloque agrario
meridional en la medida en que logre, a travs de u partido, organizar en formaciones
autnomas e independientes una masa cada vez mayor de campesinos pobres; pero
lograr en mayor o menor medida esta tarea obligatoria tambin subordinadamente a su
capacidad de disgregar el bloque intelectual que es la armadura flexible pero muy
resistente del bloque agrario".
La hegemona del proletariado implica entonces la alianza eon el campesinado y la
necesaria incorporacin a este bloque de los intelectuales. Poro cal protagonista de esta
tarea debe ser el moderno Prncipe: el partido del proletariado.
El moderno Prncipey la funcin que debe desempear, su estructura interna, los
problemas tcticos y estratgicos que se presentan a su actuar en el seno de la sociedad
italiana: he aqu el problema fundamental que Gramsci aborda en los apuntes recogidos
por Einaudi en "Notas sobre Maquiavelo, la poltica y el estado moderno". Hemos
tratado de mostrar rpidamente cmo estas notas presuponen un arduo proceso de
maduracin del pensamiento gramsciano que culmina en el ensayo dedicado a la
cuestin meridional que qued inconcluso sobre su mesa de trabajo cuando en la tarde
del 8 de noviembre de 1926 fuera detenido por la polica fascista. Muchos de los
problemas abordados en los Cuadernosestn all apenas esbozados mientras que nuevos
temas se agregan respondiendo a nuevas exigencias polticas, y culturales.
Recordemos cun rico en acontecimientos polticos fue el perodo transcurrido en la
crcel (1926-1937). El descenso de la ola revolucionaria que sigui en Europa y otros
lugares a la Revolucin Rusa, el desarrollo del fascismo en Italia, Hungra, Polonia la
derrota del movimiento obrero en Alemania y el ascenso de Hitler al poder, el duro
perodo de construccin del socialismo en la URSS, agravado por el cerco imperialista
establecido contra ella., la revolucin china, los prolegmenos de la tragedia espaola,
fueron algunos de los acontecimientos que mostraron que a la etapa de la ofensiva
revolucionaria del proletariado le suceda una etapa de "estabilizacin relativa" del
capitalismo donde lo fundamental era resistir e impedir que la clase obrera fuese
aplastada. Fue la etapa que Gramsci caracteriz, utilizando una imagen del arte militar,
como de pasaje de la "guerra de maniobra" a la "guerra de posicin". Pero si este ltimotipo de lucha exige "una concentracin inaudita de la hegemona" comprendemos por
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qu el ncleo que estructura y centraliza al conjunto fragmentario de los Cuadernosgira
alrededor de los problemas del Estado y del concepto de hegemona con todas las
implicancias que de ellos derivan.
Y el mismo Gramsci se encarga de confirmarlo cuando en una carta a su cuada Tatiana
del 7 de setiembre de 1931, luego de informarle del estado de sus investigaciones sobre
los intelectuales agrega que "...Este estudio conduce tambin a ciertas determinacionesdel concepto del Estado, que de costumbre es comprendido como sociedad poltica o
dictadura, o aparato coercitivo (para conformar la masa del pueblo, de acuerdo al tipo de
produccin y la economa. de un momento dado) y no un equilibrio entre la sociedad
poltica y la sociedad civil (hegemona de un grupo social sobre toda la sociedad
nacional ejercida a travs de las llamadas organizaciones privadas, como la Iglesia, los
sindicatos, las escuelas, etc.) y precisamente es en la sociedad civil en la que sobre todo
actan los intelectuales" [8].
El tema del Estado y de sus relaciones con la sociedad fue siempre y es evidente la
razn, motivo de profundas reflexiones de parte de los creadores del marxismo. Tanto
Marx como Engels y Lenin escribieron innumerables trabajos (algunos de ellos defundamental importancia comoEl Estado y la Revolucin) desnudando la esencia de
clase de este organismo al que los juristas y polticos burgueses consideran como
"representante de los intereses generales de la sociedad" (sic). Sin embargo, por
exigencias polticas o por otros motivos no todos los aspectos que presenta un fenmeno
social tan complejo como ste, fueron analizados con la misma profundidad que el
aspecto de "rgano de dominacin de clase, de opresin de una clase por otra" (Lenin)
en el que se detuvieron con preferencia los creadores del marxismo. Para Gramsci
"Estado es todo el complejo de actividades prcticas y tericas con las cuales la clase
dirigente no slo justifica y mantiene su dominio sino tambin logra obtener el consenso
activo de los gobernados"[9]. Y es fundamentalmente a este ltimo aspecto al que se
refiere Gramsci en los Cuadernos, vale decir al Estado cromo hegemona, comodireccin poltica, como ordenamiento moral e intelectual. Es tambin a este aspecto al
que retorna Lenin (y digo retorna porque en el Qu hacer? estaba magistralmente
analizado) hacia el final de su vida en los trabajos sobre el nuevo Estado creado por la.
Revolucin de Octubre.
Pero ms que un afn de precisin filolgica-poltica del concepto de Estado
engeneralque entrara en contradiccin con el espritu y la letra del mtodo marxista de
anlisis el cual parte siempre de una situacin concreta en un momento determinado, a
Gramsci le interesa analizar el Estado burgus italiano como forma especficade
ordenamiento de las relaciones entre las clases de la sociedad italiana. Le interesa
analizar el proceso de creacin y conservacin de dicho ordenamiento, porque a travsde este anlisis podr ser resuelto el problema de su destruccin mediante la labor
ideolgico-prctica de la clase hasta ayer subalterna y destinada hoy a superarlo: el
proletariado. Partiendo de este concepto de Estado como totalidad orgnica de dos
momentos a veces contradictorios: dictadura y hegemona, dominacin y direccin, para
Gramsci no es suficiente apelar al argumento de la violencia de las clases dominantes, al
poder represivo del aparato burocrtico militar, para explicar las razones de por qu una
determinada clase social ejerce el predominio. "Cuando se habla de sociedad burguesa o
feudal --dice Giuseppe Tamburrano en un interesante trabajo sobre este tema--
mantenida coactivamente por las leyes, por los jueces o la fuerza militar, se entiende
tambin un cierto modo de vivir y de pensar, una Weltanschauunq, una concepcin del
mundo defendida en la sociedad y sobre la cual se fundan las preferencias, los gustos, lamoral, las costumbres, el buen sentido, el folklore y los principios filosficos y
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religiosos de la mayora de los hombres vivientes en aquella sociedad. Este modo de ser
y de actuar de los hombres, de los gobernados, es el puntal ms importante del orden
constituido; la fuerza material es una fuerza de reserva para los momentos
excepcionales de crisis. Por norma, el dominio de la clase dominante se funda sobre
aquellas fuerzas que se pueden llamar "espirituales", vale decir sobre una adhesin de
los gobernados al tipo de sociedad en la cual viven, al modo de vida de aquel orden devida social, es decir, sobre el consenso. Es este concepto el que interesa a Gramsci, y es
lo que trata de definir, analizar y explicar" [10].
Sin embargo, esta distincin gramsciana (que ya se encuentra en Marx y antes en Hegel)
no puede conducirnos a creer en la existencia de dos fenmenos separados. El Estado
como dictadura de clase y el Estado como sociedad no son ms que dos momentos
reales y activos de un nico fenmeno general y expresan en ltima instancia el hecho
de que la supremaca de una clase social se manifiesta en dos planos diferentes, como
"dominio" y como "direccin intelectual y moral". "Un grupo social --dice Gramsci-- es
dominante de los grupos adversarios que tienden a "liquidar" o a someter an mediante
la fuerza armada, y es dirigente de los grupos afines y aliados". De all entonces que no
tenga sentido y constituyan una burda deformacin los intentos de algunos revisionistas
contemporneos como Antonio Giolitti de hacer aparecer como contradictorios o
excluyentes los conceptos de hegemona y dictadura del proletariado, presentando al
primero corno inherente a una forma particular de conquista del poder, que corresponde
a las sociedades ms desarrolladas, a Occidente, y al segundo como ms adecuado para
aquellas sociedades ms retrasadas, por ejemplo. Oriente.
Mediante un truco conceptual se confunden dos categoras que no
son contradictoriassino distintas puesto que se refieren a diferentes aspectos de una
misma situacin. El concepto de hegemona define las relaciones entre la clase dirigente
y el conjunto de las clases aliadas, mientras que el de dictadura hace referencia a las
relaciones de enfrentamiento entre estas clases y las reaccionarias que es necesariodestruir.
Esta distincin entre sociedad poltica (Estado propiamente dicho) y sociedad civil tiene
no slo una importancia terica sino tambin una gran significacin prctica, puesto que
para Gramsci "Un grupo social puede y an ms debe ser dirigente ya antes de
conquistar el poder gubernamental (es sta una de las condiciones principales para la
misma conquista del poder); despus, cuando ejerce el poder, aunque lo tenga
fuertemente en un puo se convierte en dominante, pero debe continuar siendo tambin
"dirigente". Para el proletariado la conquista del poder no puede consistir simplemente
en la conquista de los rganos de coercin (aparato burocrtico-militar) sino tambin
ypreviamenteen la conquista de las masas.Si la hegemona es expresin de una relacin orgnica, de una direccin intelectual y
moral, mediante la cual las masas se sienten permanentemente ligadas a sus
organizaciones de clases, es decir, si la hegemona significa la formacin de una
voluntad colectiva nacional popular, para Gramsci es de fundamental importancia
rastrear en la historia italiana las razones de los sucesivos fracasos de las tentativas para
lograr dicha formacin. La conexin con Maquiavelo no es por lo tanto producto de un
capricho sino del intento de indagar qu fuerzas sociales impidieron en un momento
dado la constitucin de un gran Estado unitario y cmo siguen actuando en el presente
para impedir la lucha de la clase obrera por el nuevo Estado socialista. Pero as como
Maquiavelo en cuanto terico de los Estados nacionales trat de lograr la formacin de
una voluntad nacional popular a travs de la figura mtica de un prncipe, en lascondiciones actuales, "el moderno prncipe, el mito-prncipe, no puede ser una persona
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real, un individuo concreto --dice Gramsci--: slo puede ser un organismo, un elemento
de sociedad complejo en el cual comience a concretarse una voluntad colectiva
reconocida y afirmada parcialmente en la accin. Este organismo ya ha sido dado por el
desarrollo histrico y es el partido poltico: la primera clula en la que se resumen los
grmenes de voluntad colectiva que tienden a devenir universales y totales" [11]. El
instrumento a utilizar puede ser diferente pera el objetivo es el misma. Maquiavelo seesfuerza par convencer al pueblo de la necesidad de la existencia de un "jefe" que tenga
plena conciencia de lo que quiere y de la forma de lograrlo, y de la utilidad de seguirlo
con plena fe y entusiasmo aunque su actividad parezca estar, a est en abierta
contradiccin con la ideologa de la poca que era la religin. Esta posicin debe ser
aproximada segn Gramsci a la de Marx, Engels y Lenin que lucharon tambin por
"destruir la unidad basada en la ideologa tradicional sin cuya ruptura la fuerza nueva no
podra adquirir conciencia de la propia personalidad independiente" [12]. Pero una masa
humana no puede adquirir por s misma una personalidad independiente sin organizarse
en el ms amplio sentido de la palabra; y si tenemos en cuenta que la organizacin no
puede darse sin la existencia de los intelectuales, vale decir de los dirigentes
("especialistas" ms "polticos" segn la distincin gramsciana) es evidente que lapresencia de un cuerpo poltica homogneo y consciente como es el partido del
proletariado no surge por el capricho de tal a cual personalidad en cualquier momento
de la historia sino como expresin de una necesidad histrica. Surge y puede
desarrollarse slo "cuando las condiciones para su "triunfo", para su indefectible
transformarse en Estado estn al menos en vas de formacin y dejan prever
normalmente su desarrollo ulterior" [13].
Todo el volumen delMaquiavelo est dedicado fundamentalmente al estudio de este
"intelectual colectivo" que es el partido del proletariado, analizado en el cuadro de la
realidad italiana. No le interesa construir un esquema abstracto de cmo debe ser y
cmo debe funcionar un partido obrero en cualquier pas y en cualquier circunstanciahistrica. Si el presente debe ser una critica permanente del pasado adems de su
superacin, si debemos estar cada vez ms adheridos a un presente que nosotros mismos
hemos contribuido a crear teniendo conciencia del pasado para mostrar las
diferenciaciones y las precisiones y para justificarlas crticamente, la historia del partido
del proletariado tiene para Gramsci una vital importancia, puesto que ayuda a esclarecer
el proceso de distanciamiento de una determinada masa de hambres de la ideologa
predominante, las races de sus caractersticas, las influencias de las grupos afines,
amigos a enemigos, la accin sobre ellos de las superestructuras, los elementos
estructurales, que determinan el surgimiento de dicho grupo social. La historia del
partido es en suma la historia general del pas escrita desde un punto de vista
monogrfico. Es lo que hace Gramsci en este libro que presenta para nosotros,argentinos, tantos puntos de vista vlidos, para nuestras reflexiones polticas en la
medida en que trascienden la concreta experiencia de lucha para convertirse en
principios vlidos tambin para nuestro actuar. Los problemas del partido comunista
italiano, de su formacin y de su estructura, son analizados exhaustiva y profundamente.
Con una agudeza notable polemiza con las ideologas vinculadas al revisionismo, en
especial contra la concepcin crociana de la poltica-pasin y contra la concepcin
soreliana del mito que en el plano poltico se traducen eu una tentativa de negar la
importancia del partido obrero y en exaltar la espontaneidad. Particularmente notable es
la nota sobre algunos aspectos tericos y prcticos del "economismo"y muy oportuna
para la polmica con algunos "izquierdistas" criollos que pretenden enchalecar al
proletariado impidindole servirse de aquellos sectores vacilantes que mantienen punto,
de fricciones con el imperialismo. Especialmente el fragmento dedicado a quienes
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mantienen una rgida, aversin de principio a los "compromisos". Gramsci demuestra
sagazmente que esta concepcin est ligada al economismo y dice: "La concepcin
sobre la cual se funda esta aversin no puede ser otra que la certeza inquebrantable de
que en el desarrollo histrico existan leyes objetivas del mismo carcter de las leyes
naturales, a lo cual se agrega la creencia en un finalismo fatalista similar al religioso. Si
las condiciones favorables deben verificarse fatalmente derivndose de ellas, en formabastante misteriosa, acontecimientos palingensicos, es evidente no slo la inutilidad
sino el dao de toda iniciativa voluntaria tendiente a predisponer estas situaciones segn
un plan. Junto a estas convicciones fatalistas, est sin embargo la tendencia a confiar
"siempre" ciegamente y sin criterio en la virtud reguladora de las armas...". Ms claro es
absolutamente imposible.
Muchos y diversos son los problemas analizados en este libro. Todos ellos tratados con
la profundidad y capacidad que caracterizan la totalidad de los escritos gramscianos.
Sera por ello una tarea que escapara al marco de esta nota analizarlos con la seriedad
que se requiere, que slo puede ser producto de una mayor frecuentacin de sus
meditaciones. Slo hemos querido ayudar al pblico lector --y l dir si lo hemos
logrado o no-- a ubicar este volumen en el conjunto de los escritos incluidos en
los Cuadernos de la Crcely tomndolo tambin como el resultado terico ms
completo y profundo de toda la vida y de todo el pensamiento del que fuera el ms
genial e insigne dirigente de la clase obrera italiana. Hemos tratado de demostrar que
por encima de la aparente fragmentariedad de estas notas, existe una profunda unidad de
contenido que deriva del hecho de ser la expresin de una conciencia que ha logrado
asimilar la esencia de la inmortal doctrina de Marx y de Lenin y aplicarla sin
esquematismo ni estrecheces a la viva y cambiante realidad italiana. Las obras de
Antonio Gramsci a pesar de derivar de una realidad concreta que no es la nuestra --o
precisamente en virtud de esta circunstancia-- tienen un gran valor que debe ser
aprovechado por todos aquellos que en nuestra patria luchan por el advenimiento de unasociedad ms racional y justa. Son en ltima instancia un magnfico ejemplo de las
alturas interpretativas que puede lograr el marxismo-leninismo cuando est en manos de
un pensador genial que lo utiliza como un instrumento y como una gua y no como un
dogma al cual se deba adaptar la realidad. Ojal que su ejemplo de lucha, perseverancia,
tenacidad y pasin revolucionaria se convierta en incentivo para las jvenes
generaciones argentinas que comienzan a ver en el marxismo el instrumento ideolgico
de su liberacin.
En este volumen el traductor ha optado por incluir algunas notas con el nimo de aclarar
algunas circunstancias, acontecimientos o personajes, para facilitar as la plena
comprensin del texto. Nos hemos servido para ello de las ltimas ediciones italianas de
las obras de Gramsci, encaradas por Editori Riuniti y anotadas mediante el concurso delInstituto Gramsci.
Crdoba, 1962
1 PALMIRO TOGLIATTI, Gramsci e il Leninismo, Studi Gramsciani, Edit. Riuniti,
1958, p. 15.
2 ANTONIO GRAMSCI, Scritti Giovanili, Edit. Einaudi, 1958, pp. 24/25.
3 ANTONIO GRAMSCI, Cartas desde la crcel, Edit. Lautaro, 1950; p. 336.
4 ANTONIO GRAMSCI,El Materialismo Histrico y la filosofa de Benedetto Croce,Edit. Lautaro; 1958, p. 199.
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8/14/2019 Prologo a Notas Sobre Maquiavelo, Jose Arico
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