Poder y cine documental en venezuela

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Poder y cine documental en Venezuela Desde sus inicios el cine documental ha tenido una relación íntima con el poder, a veces complaciente, propagandística, conservadora, distorsionada y en otras combativa, cuestionadora, subversiva peligrosa. Esta ponencia es una historia panorámica de las relaciones entre poder, política y cine documental en Venezuela. Los Orígenes El primer programa del cine venezolano en 1897, en el teatro Rafael María Baralt de Maracaibo, anunciaba entre otras películas la nortemaericana Alegoría de la Doctrina Monroe. Ya el cine mostraba su rostro de herramienta de adoctrinamiento político. De cierta forma se perfilaba, una tendencia en la representación que iba a signar los primeros sesenta años del documental en Venezuela, caracterizados por películas de propaganda del Estado y de la industria petrolera. Ya a final de la segunda década del siglo XX y en la siguiente se destacan los reportajes y documentales realizados por Enrique Zimmermann, cineasta alemán residenciado en Venezuela y colaborador de Juan Vicente Gómez. Entre ellos resalta El cementerio de Carabobo (1924), sus películas eran muestras de la obra del gobierno, los alcances militares, el gesto y figura del dictador. Un hecho destacable de la relación entre el cineasta y el Benemerito, es que Gómez encarga a Zimmermann instalar los Laboratorios Nacionales del Ministerio de Obras Públicas en la ciudad de Maracay. A Juan Vicente Gómez, como a Theodore Roosevelt presidente de los EEUU, le encantaba que lo filmaran y también ver películas, en su casa en Maracay ofrecía exhibiciones de programas a sus allegados. El poder se representaba en celuloide, pero no pasaba de noticieros, notas y propaganda.

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Poder y cine documental en Venezuela

Desde sus inicios el cine documental ha tenido una relación íntima con

el poder, a veces complaciente, propagandística, conservadora, distorsionada y

en otras combativa, cuestionadora, subversiva … peligrosa. Esta ponencia es

una historia panorámica de las relaciones entre poder, política y cine

documental en Venezuela.

Los Orígenes

El primer programa del cine venezolano en 1897, en el teatro Rafael

María Baralt de Maracaibo, anunciaba entre otras películas la nortemaericana

Alegoría de la Doctrina Monroe. Ya el cine mostraba su rostro de herramienta

de adoctrinamiento político. De cierta forma se perfilaba, una tendencia en la

representación que iba a signar los primeros sesenta años del documental en

Venezuela, caracterizados por películas de propaganda del Estado y de la

industria petrolera.

Ya a final de la segunda década del siglo XX y en la siguiente se

destacan los reportajes y documentales realizados por Enrique Zimmermann,

cineasta alemán residenciado en Venezuela y colaborador de Juan Vicente

Gómez. Entre ellos resalta El cementerio de Carabobo (1924), sus películas

eran muestras de la obra del gobierno, los alcances militares, el gesto y figura

del dictador. Un hecho destacable de la relación entre el cineasta y el

Benemerito, es que Gómez encarga a Zimmermann instalar los Laboratorios

Nacionales del Ministerio de Obras Públicas en la ciudad de Maracay.

A Juan Vicente Gómez, como a Theodore Roosevelt presidente de los

EEUU, le encantaba que lo filmaran y también ver películas, en su casa en

Maracay ofrecía exhibiciones de programas a sus allegados. El poder se

representaba en celuloide, pero no pasaba de noticieros, notas y propaganda.

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Ahora, no es hasta Araya que podemos empezar a hablar de un

lenguaje documental en el país, más allá de los predios informativos y

oficialistas representantes de una clase dominante. El documental de Margot

Benacerraf de 1958 fue premiado en Cannes por su excelsa fotografía. Esta

película, que su autora afirma que es ficción, ha sido leída mundialmente como

documental. Quizás sea una metáfora de Venezuela, sin que esta fuera su

intención, observamos gente que trabaja y vive en condiciones hostiles pero

nunca se nos dice para quién trabaja. La voz en off, de una poética engolada,

mantiene al espectador afuera, observando la “hermosura” del “otro”: exótico,

trabajador, poblador y venezolano.

La Violencia

Esos fueron los inicios… Pasarían más de siete años para que el cine

documental volviera a surgir, eso sí, desde otro lado y de una forma y punto de

vista muy distinto a Araya.

En 1958 se derroca la dictadura de Pérez Jiménez producto de “una

situación revolucionaria abierta”1 que movió la participación de todas las clases

sociales y partidos políticos, principalmente Acción Democrática – AD y el

Partido Comunista de Venezuela. El resultado fue la instauración de un

acuerdo político de reparto del poder que excluyó a la izquierda, conocido

como el Pacto de Punto Fijo. Mas allá de un pacto transitorio, este es fue

concepción político–ideológica de un Estado petrolero integrado a la vasta

geoestratégica del mundo occidental liderizado por EEUU2. Concebido como

defensa de la democracia frente a la dictadura recién derrotada, se presentó

como la democracia misma, el símbolo de la modernidad en América Latina.

La visión que se dio ocultaba una realidad signada por la pobreza, el

despojo de los recursos naturales, principalmente el petróleo, la exclusión

política y social y el uso de la violencia (represión, asesinato, lucha armada,

                                                                                                               1Maneiro  Alfredo.  Notas  Políticas.  El  perro  y  la  rana.  2007  2  Bravo,  Douglas  y  Argelia  Melet.  La  Otra  Crisis,  Otra  Historia,  Otro  camino.Orijinal  Editores.  1991  

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desaparecidos). Los primeros documentales realizados por Carlos Rebolledo,

Pozo Muerto (1967) y Venezuela Tres Tiempos (1969), por Jorge Solé

TVenezuela (1968) y Jesús Enrique Guedez, La ciudad que nos ve(1967),

Pueblo de Lata (1967), Desempleo (1968), nos revelan esa realidad.

Tomemos en consideración el comentario en off de una parte del

documental Venezuela tres tiempos:

“En Venezuela se ha proyectado una versión oficial del progreso nacional con la intención de ocultar los resultados del despojo a que ha sido sometido el país, autopistas, rascacielos, urbanizaciones, supermercados, hoteles suntuosos son una fachada para escamotear la realidad. Caracas es la cara monumental y miserable del pillaje y el atraso. En los cerros de miseria 800.000 personas ocupan 150.000 viviendas inhabitables… de 3.200.000 personas económicamente activas 900.000 están sin empleo… cada año mueren 50.000 niños por desnutrición y pauperismo…”

…y las preguntas y respuestas de los intertítulos acompañadas de imágenes

de las ocupaciones militares norteamericanas en Latinoamérica:

“¿Qué es Venezuela hoy? Venezuela es un país ocupado Venezuela es un país ocupado Venezuela es un país ocupado Ocupado Por el capital US $ extranjero”

También la universidad, refugio de la lucha de revolucionarios y las

ideas progresistas, fue objeto de representación en documentales como

Renovación (1968) de Donald Mayerston, La Universidad vota en contra (1968)

de Jesus E. Guedez, La autonomía ha muerto (1968) de Alfredo Anzola, 22 de

mayo (1969) de Jacobo Borges. Estos documentales se movían en temas

como los cambios académicos y políticos internos y la represión a los

estudiantes, en el contexto general de crítica al gobierno e invitación a salidas

revolucionarias.

Este tipo de documental caracterizado por una actitud militante y

revolucionaria no es un hecho exclusivamente venezolano, se corresponde con

el surgimiento de planteamientos innovadores derivados del manifiesto del

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Tercer Cine, el Nuevo Cine Latinoamericano y el Encuentro de documentalistas

de Mérida. El mayor ejemplo de esta tendencia es el documental argentino La

hora de los hornos.

También fruto de esta época violenta hay que destacar el documental

¡Basta! (1969) de Ugo Ulive, película “contraviolenta”3, “ensayo militante”, cine

de la crueldad, 4compuesto de secuencias en que se alternan la autopsia de un

cadáver, imágenes de la desigual y caótica Caracas, de un manicomio y

acciones de una columna guerrillera en la selva. En sus escasas exhibiciones

tres reacciones eran características, salirse de la sala, vomitar o bien entrar en

un estado de euforia militante.

La exhibición de estos documentales, más allá de la muestra de

documentales de Mérida en 1968 organizada por Carlos Rebolledo y el

Departamento de Cine de la Universidad de Los Andes, solo eran exhibidos en

circuitos alternativos y clandestinos. Pasarían años para que algunos fueran

vistos en la Cinemateca Nacional.

La Venezuela Saudita

Llegamos así a los años setenta en los cuales se termina de instaurar la

democracia puntofijista. Producto del éxito del gobierno y la clase dominante

frente a la violencia revolucionaria y de la hipertrofia de los precios petroleros

en el mundo. Estos hechos constituyeron un escenario que hizo posible un

desborde de dinero capaz de soportar un gigantesco deseo de consumo.

Expresado en la frase “Ta`barato dame dos” que esgrimían los venezolanos en

el extranjero, en especial en Miami.

Quizás, la representación más ejemplar de esta época la podemos ver

en el largometraje documental En Venezuela es la cosa de Giancarlo Carrer

                                                                                                               3  “Contraviolencia”.  Combatir  la  violencia  con  la  violencia  simbólica.  Término  usado  por  Julio  Miranda.  4  Miranda,  Julio.  Imagen  documental  de  Caracas.  FUNDARTE.  1992  

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(1978), documental “discutible y discutido y en ocasiones odioso”5, pero que

nos muestra de forma a veces ridícula la rochela trágica que era la Venezuela

Saudita, caracterizada por el consumismo, el enriquecimiento fácil y la

corrupción. Es de destacar que en forma inusual para el género documental

este fue estrenado en salas comerciales.

Denuncia, censura y prisión

La decadencia del espejismo que represento la Venezuela democrática

se mostro en los años ochenta, caracterizados por la existencia de un país

hipotecado, donde se instauró un proceder del poder corrupto y violento

(censuras, masacres, represión, torturas y experimentos en humanos),

separado de la realidad cruda de un país cada vez mas empobrecido.

Aunado a este ejercicio criminal del poder se anexa la instauración de

una forma de ser “dime qué tienes y te diré quien eres” producto de un voraz

consumismo. El enriquecimiento rápido y fácil parecía accesible a todos los

estamentos. La penetración extranjera (principalmente estadounidense) tomó

dimensiones colosales en los ámbitos tecnológico, científico, militar, cultural,

religioso y económico, modelando una identidad que se orientaba por el culto a

lo nuevo , a lo caro y a lo extranjero.

Reflejo de esta sociedad y del deseo de denunciar las prácticas del

poder surgen documentales como:

Ledesma el caso Mamera (1984) de Luis Correa en el que denuncia la

actuación de la Policía Metropolitana en un caso de asesinato. Este fue

censurado y su autor detenido. También tenemos la denuncia de la censura a

medios de comunicación en Detrás de la Noticia o de prácticas industriales

ecocidas en La pesca de arrastre (1983) o Caño Manano de Carlos Azpurua

(1986), estos también fueron víctimas de la censura del Estado.

                                                                                                               5Idem  

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Una mención aparte merece el caso del Amazonas en el documental

venezolano y extranjero.

Desde los años sesenta hasta los noventa un antropólogo feroz,

Napoleon Chagnon se adentro en el pueblo Yanomami, su propósito era

demostrar una teoría que se podría simplificar como que “el hombre es violento

por naturaleza”; para demostrarlo provoco guerras internas, experimentó con

vacunas y otras crueldades. Con él vino Thimohy Ash, documentalista de cine

etnográfico, quien filmo películas como The Feast, Magical Death y The Axe

Fight que son consideradas clásicos del cine etnográfico. Los yanomamis

llegaron a ser la etnia mas filmada del mundo y solo por causa de estas se

provocaron 163 muertes6.

En respuesta a esta situación caracterizada por la explotación minera

ilegal causante de ecocidios y genocidios y la penetración y adoctrinamiento de

las denominadas “Nuevas Tribus”, evangélicos fundamentalistas

principalmente, surgen documentales de Carlos Azpurua como:

Yo hablo a Caracas. (1978)

Amazonas el negocio de este mundo. (1986)

El bosque silencioso. (1996)

También Diamantes (1981) de Ugo Ulive y Minas de diamantes de Joaquín

Cortes (1983)

Estos buscan, desde diversas estrategias como las entrevistas y la

observación, alertarnos o adentrarnos en una grave e injusta situación.

Algunos de estos documentales fueron invisibilizados o censurados más allá de

su proyección en circuitos alternativos y clandestinos.

                                                                                                               6  Tierney,  Peter.  “El  Saqueo  del  Dorado”.  Grijalbo.  2002.  

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Tradición, Familia y Documental

Un tratamiento propio merece la producción documental de Bolívar Films.

Esta productora del empresario Luis Villegas Blanco que data del año 1940

atesora la mayor colección de archivo del siglo XX venezolano, provenientes

principalmente de la elaboración de noticieros cinematográficos. Actualmente

poseen una colección de documentales caracterizados por un tratamiento

clásico y conservador, uso de imagen de archivo y el comentario en off

omnisciente. De calidad varia, los títulos muestran claramente su perfil político

en adecuación a la política puntofijista del régimen “democrático”, una

Venezuela sin muchos conflictos sociales, próspera, libre, que se afirma en un

discurso desarrollista y en la satanización de “movimientos insurgentes o

terroristas”.

1. El General López Contreras: La Transición. Carlos Oteyza. 1997

2. Isaías Medina Angarita: Soldado de la libertad. Carlos Oteyza.1992

3. Rómulo Betancourt, génesis y vigencia de la democracia. Rodolfo

Restifo. 1999

4. Rómulo Gallegos, horizonte y caminos. Carlos Oteyza. 2002

5. Raúl Leoni, constructor de democracia. Juan Andrés Bello. 2007

6. Caracas, crónica del siglo XX. Carlos Oteyza. 1999

7. El Reventón, los inicios de la producción petrolera. Carlos

Oteyza.2008

8. El Reventón II. Hacia la nacionalización petrolera. Carlos Oteyza.

2009

9. Los Venezolanos judíos, diversos orígenes , un mismo destino.

Cañas Azuaje. 2002

10. Los venezolanos, que vinieron más allá de nuestras fronteras.

Italianos, españoles y portugueses. Lissette Vidal. 2001

Estos documentales sumamente complacientes con cierto poder político,

empresarial, petrolero y eclesiástico han sido exhibidos en salas, televisoras

privadas y actualmente se venden en grandes farmacias corporativas.

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El desencanto y la respuesta: COTRAIN

A finales de los años ochenta, a partir de la aplicación de medidas

políticas neoliberales, ocurrió la primera rebelión espontánea ante el

neoliberalismo, llamada “El Caracazo” que fue contestada por el Estado

mediante la colosal masacre de más de 3000 venezolanos en tres días, 1000

en cifras oficiales. Se ha vuelto casi imposible referirse a este evento sin

mencionar el documental 27 de Febrero: de la concertación al des – concierto

(1990) dirigido por Liliane Blaser y correalizado con Lucia Lamanna. Crónica

que se desliza entre la ironía a un sistema decadente y frívolo y el registro

crudo y violento de los sucesos. Otra vez el poder criminal y un sector alto de la

sociedad eran denunciados y puestos en cuestión.

Los años noventa presentaron un malestar social producto de un

sistema político corrupto y represor, en donde había una sensación de “no

futuro” y desencanto. En 1992 sucede lo que se considera la continuidad

histórica del 27 de Febrero, el golpe de Estado fallido del 4 de Febrero por

una fracción de las FFAA, nacionalista y revolucionaria y grupos estudiantiles,

que conmovió y cambio al país, su consecuencia la veríamos 6 años después

con el triunfo electoral de Hugo Chávez. El único documental realizado en la

época en que ocurre la insurrección, fue, otra vez dirigido por Liliane Blaser y

correalizado con Lucia Lamanna: El des – cubrimiento (jugar o ser jugad@s)

(1993), premiado con el Coral del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano en

La Habana. En él se muestra, entre otros asuntos, cómo el pueblo venezolano,

en especial los sectores populares celebran la intentona y los planteamientos

del movimiento cívico- militar.

También el desencanto y la rabia ante lo que se suponía era “el fin de

la historia” y el hartazgo de la política puntofijista fue representado en El Ultimo

Panfleto (1997), también dirigido por Liliane y Lucía, y en cortometrajes

documentales como VIP de Gabriela Fuentes y Mariana Quiroga (1997) y

AEIOU Rómulo sabe más que tú de Ignacio Crespo (1996). Caracterizados por

una representación irónica y desilusionada de la política de la época.

Elecciones fraudulentas, discurso neoliberal, privatizaciones y represión.

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A estas prácticas se une la labor formativa descolonizadora y alternativa

que desde su Instituto de Formación Cinematográfica COTRAIN han hecho

Liliane y Lucia, el cual ya ha capacitado a dos generaciones de

documentalistas. Su importancia radica en que en los años noventa era la

única opción accesible para la formación en cine que tenían los sectores

medios y bajos de la sociedad venezolana.

Los tiempos están cambiando: la revolución bolivariana

Durante los últimos 15 años Venezuela ha atravesado un proceso

evidente de democratización del audiovisual dentro del marco del proceso

revolucionario bolivariano. Fundamentalmente puede constatarse esto en

cuatro aspectos: incremento en el número de pantallas, incremento y

diversificación de los sujetos productores de material audiovisual, incremento

en los espacios y centros de formación y la creación o reforzamiento de fondos

de financiamiento estatales para la producción audiovisual. En todos estos

aspectos Venezuela ha significado un ejemplo en la región en cuanto a la

inclusión y la democratización del discurso audiovisual, respondiendo con ello a

una demanda fundamental de la sociedad venezolana: la necesidad de romper

el cerco mediático que, durante años, mantuvo invisibilizado y apartado del

espectro radioeléctrico a una porción mayoritaria de la población y con ello a su

discurso, su cultura, sus tradiciones y su interpretación particular del mundo y

de la historia.

Desde la perspectiva del poder y documental que hemos manejado,

diferenciaremos dos períodos en estos 15 años de revolución: el primero,

caracterizado por una lucha frontal de parte de sectores del gobierno

norteamericano, la oligarquía venezolana, la burguesía y un amplio sector de la

población contra el proceso de cambios impulsado por la revolución

bolivariana, que ocasionaron un golpe de Estado, una masacre y un paro

petrolero de inmensas pérdidas materiales y humanas. Una visión fiscal, de los

sucesos e imagen mediática del 11 de Abril de 2002, masacre y golpe de

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Estado, es el documental Puente Llaguno: Claves de una masacre de Angel

Palacios.

Del lado de la oposición se realizó un documental militante denominado

Radiografía de una mentira (2003) de W Shalk y Thaelman Urguelles en el que

se intenta otorgar una versión alterada de los hechos planteados en La

Revolución No será trasmitida (2003) de la irlandesa Kim Bartley, de mano de

los grandes intereses del poder económico nacional y extranjero y los medios

de comunicación privados. En 2004 Oscar Lucien realiza ¿Qué revolución?

Una visión del proceso desde la oposición de cara al referéndum revocatorio.

Entre diciembre de 2002 y enero de 2003 se intenta otro golpe de

Estado basado en la paralización de PDVSA, el cual ocasionó inmensas

pérdidas económicas y daños a la salud física y mental, entre otras, por la

exhibición de más de 17.000 propagandas en dos meses con contenidos que

llamaban a la insurrección y con fuertes y muy poco éticos elementos

distorsionadores de la realidad y generadores de odio y violencia, la exposición

prolongada a estos llegó afectar gravemente la psique de muchos

venezolanos.

Registro de este momento es el corto documental de la Cooperativa

Primeras Voces ¿Y dónde hay Gasolina? (2003). Crónica de los sucesos

acaecidos en la ciudad de Mérida en enero de 2003, caracterizados por colas

de días en búsqueda de gasolina, violencia callejera y manipulación mediática.

Luego, también de la Cooperativa Primeras Voces se realiza el

documental testimonial El Rescate del Cerebro de Pdvsa (2004), el cual por

medio de entrevistas a protagonistas se muestra la cadena de sabotaje

electrónico de la cual fue víctima PDVSA por parte de la empresa

norteamericana SAIC, ligada al Departamento de Estado, la CIA y la nómina

ejecutiva y mayor de PDVSA, y cómo se gesto su recuperación por parte de

solo un 10% de los trabajadores, la fuerza armada y el pueblo organizado.

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Sobre este tema también se realizaron los documentales Conspiración

Petrolera de Carlos Azpurua (2004). Versión de los hechos de la oficialidad

petrolera de la revolución y Memorias del paro (2007) de Belimar Rondón,

testimonios en torno a la memoria de diversos venezolanos sobre el paro

petrolero.

El segundo período a tratar, podemos denominarlo la consolidación de la

democracia bolivariana. En el ámbito del cine e impulsado por el sector oficial

se da pie a un renacer al cine y en especial al cine documental, que conlleva

un mejor financiamiento y exhibición. Tengamos en cuenta los siguientes

datos:

• Creación de las Unidades Móviles de Producción Audiovisual – UMPA

del Ministerio de Cultura , que dieron como resultado casi 400 reportajes

y documentales de calidad variopinta que registraron la historia y el

devenir de la política y la realidad sociocultural del país. Con temática

política destacan los documentales La Vega Resiste (2004) historia del

barrio La Vega, símbolo de luchas populares, Veroes Cimarrón sobre

los cumbes afrodescedientes en el municipio Veroes en Yaracuy (2004)

Chimiro …el Camino es duro (2006) biografía de Argimiro Gabaldón,

comandante guerrillero, el mártir más popular de la izquierda

venezolana, Maneiro (2006) inteligentísimo político venezolano,

comandante guerrillero y fundador de La Causa R, Kosako (2006) sobre

la lucha campesina de todo el siglo XX en la “Zona Roja” de El Tocuyo

desde la biografía de Bernabé Quintero, yerbatero, sanador, sindicalista

agrario y guerrillero de Marc Villá, La Alameda de los sueños(2004)

sobre la toma del teatro Alameda por la comunidad del barrio San

Agustin en Caracas de Laura Vásquez, Pégale Candela de Alejandra

Szeplasky (2004) sobre la lucha estudiantil en los años ochenta y

noventa ,Comandante Jacinta de Hugo Gerdel (2006) sobre Argelia

Laya, militante feminista, guerrillera y fundadora del MAS.

• Aprobación de la nueva Ley de Cinematografía publicada en gaceta

oficial el 26 de octubre de 2005 , que sustituye a la ley de 1993, y que

tuvo un fuerte impacto en el extranjero, plasmado en el rechazo del

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Motion Picture Association of America (MPAA) , asociación

estadounidense que controla el 86% de los ingresos recaudados en

pantallas venezolanas. Su aversión a la nueva Ley se debe al

establecimiento de los porcentajes mínimos de exhibición de cine

venezolano de dos semanas obligatorias en cartelera para toda película

producida en el país y a la fijación de una tasa de distribución de “un

mínimo de veinte por ciento (20 %) de obras cinematográficas

venezolanas del total de las obras a ser distribuidas en cada año fiscal”

(Villazana: 2008). El tema es que estas regulaciones inciden en el

superavit que la Motion Picture lograba sacar de la taquilla del cine,

siendo un pequeño freno a la voracidad del sistema hegemónico que en

el caso venezolano tiene la complicidad de un monopolio de exhibidoras

privadas (cinex y cines unidos) que maneja el 95 % de la exhibición y

que priorizan la cinematografía hollywoodense caracterizada por la

acción violenta y los efectos especiales sobre cualquier otro genero y

cinematografía. Esto ha permitido la exhibición de 25 documentales en

salas de cine comercial, con temáticas y puntos de vista diversos.

• La creación de La Villa del cine, productora estatal de películas, tanto de

ficción como documental: En el género documental destacan con una

perspectiva política los siguientes largometrajes: Venezuela Petroleum

Company (2007) una crítica cultural a la explotación petrolera

venezolana, Yo soy el Otro (2009) que busca relacionar diferentes

individuos y movimientos sociales del mundo insertos en la lucha política

frente al orden corporativo global; ambos de Marc Villá. Víctimas de la

democracia (2007) de Stella Jacobs, con el tema de los desaparecidos y

torturados de la guerrilla venezolana de los años sesenta en la sierra de

Falcón por parte de la democracia puntofijista, Cuando la brújula marcó

el Sur de Laura Vázquez (2008) un rastreo histórico de la lucha de

clases y la revolución bolivariana. Estos largometrajes han sido

ampliamente distribuidos en salas de cine, nacionales, regionales y

comunitarias, televisoras internacionales, nacionales y comunitarias y

discutidas en muchos video-foros en comunidades, centros sociales y

universidades.

Page 13: Poder y cine documental en venezuela

• El surgimiento de canales de televisión como ViveTV, Avila TV, Telesur

y TVES han registrado en su producción interna, en forma y estilo bien

variopinto, nuestra realidad. Financian y trasmiten la producción

independiente con títulos como las series de televisión: Injerencia de

Angel Palacios sobre el accionar de la CIA en Venezuela y

Latinoamérica, Caciques de Wanadi Siso sobre la conquista de Caracas

por los españoles y la correspondiente resistencia indígena liderada por

Guaicaipuro, El sueño de Fuser de Humana Cooperativa sobre

relaciones y prácticas revolucionarias de obreros, campesinos y cultores

y Crónicas Extraordinarias de La Célula Cooperativa con episodios

políticos de la historia, oculta o invisibilizada de Venezuela (espías,

nazis, fenómenos, visionarios, etc).

• La aparición de toda una red de mas de 20 televisoras comunitarias y

alternativas, donde destacamos la constante labor de más de 20 años

de Catia TV y la aparición de ALBATV.

• La formación constante en cine documental en instituciones como El

Laboratorio del Cine – CNAC, EMNA-ULA, La Escuela de Cine

Documental de Caracas, COTRAIN, La Escuela Metropolitana Popular

del Audiovisual –EMPA, la Universidad Nacional de las Artes

(UNEARTE).

• El caso del golpe de Estado y la resistencia en Honduras. Este proceso

se ha visto reflejado en Venezuela desde donde se han producido

varios documentales financiados por el Estado y otros de forma

independiente: Éramos invisibles de Ana Laura Pereira (2009), La

Batalla de la dignidad de Ángel Palacios (2010), Semilla de libertad de

Pablo Kunich (2010), Honduras después del 28 de junio de 2009 de

Liliane Blaser y Lucía Lamanna (2010) y los documentales de José

Gayá, Morazanistas (2009), Honduras Resiste (2010), Movimiento

campesino de Aguan (2010), MUCA, La tierra para quien la trabaja

(2011) y de Karen Mendez, Al golpe, Revolución (2011).

En definitiva, el proceso bolivariano ha significado un proceso amplio de

democratización del audiovisual en el país y ha contribuido con la

diversificación de nuestra imagen cultural y con la lectura y rescate de nuestra

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historia, ha promovido la formación de nuevos y nuevas productoras de

contenido audiovisual, ha financiado gran parte de las producciones tanto en la

televisión como en cine y ha legislado en torno al tema audiovisual generando

más garantías y estímulos a la producción. Chávez fue, directamente, motor

fundamental de muchos de esos cambios a los que apenas comenzamos a

verle los resultados.

Ante este panorama podemos avizorar un buen futuro para el documental, y su

diversidad de puntos de vista, se siguen abriendo ventanas y se esta otorgando

mayor financiamiento, destacando que este llega a distintos sectores de la

sociedad, seguidores o no del gobierno. Con esto no queremos decir que la

relación siempre tensa con el poder (oficial o privado) ha cesado, los ojos, las

cámaras y los proyectores estarán ahí para enseñar, denunciar, cuestionar,

inquirir, recordar y descifrar el poder.

Caracas 2012. Marc Villá Síntesis Curricular Nació en Caracas en 1973. Sociólogo de la Universidad Central de Venezuela (1998) su tesis de grado “Caracas se vigila a si misma” fue Mención Publicación. Desde el año 2001 ha realizado los siguientes documentales: Largometrajes:

• Venezuela Petroleum Company. 84 min. 2007. (Seleccionado en 12 festivales)

• Yo soy el otro. 81 min. 2008 (Mención especial del jurado, Festival latinoamericano y caribeño de Margarita 2009 y seleccionado en 11 festivales).

Mediometrajes

• Alegría de la Tierra I, 39 min. 2002. (co-dirección) • Alegría de la Tierra II, 37 min. 2002. (co –dirección) • El rescate del cerebro de PDVSA, 43 min, 2004

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• La seducción tiene cara de vidrio, 52 min. 2005 (Proyecto ganador del Concurso Nacional de Documentales Yulimar Reyes, 2005)

• Benito 39 min. 2012 Cortometrajes

• Somos Caracas. 5 min. 2013 • Sábana yo soy tu hijo. 17 min. 2014

Series de TV

• Resistencia. 3 cap. 2004. (seleccionada en 9 festivales) • Luchadores. 3 cap. 2006. • Caciques. 7 cap. 2006. Productor ejecutivo y director de 3 capítulos. • Crónicas Extraordinarias 13 cap. 2011 -2012. Director General.

Del largometraje documental Venezuela Petroleum Company se hicieron 150.000 copias distribuidas por Amazonia Films a nivel nacional e Internacional y en Instituciones Educativas de nivel medio y superior en el país. Fue miembro del Jurado del III Concurso Latinoamericano de Documentales – DOCTV 2011. Dicta talleres sobre el documental en lugares como la escuela de cine COTRAIN y el Laboratorio del Cine – CNAC. 2008-2014.Es miembro activo de él “Encuentro de documentalistas latinoamericanos y del Caribe del Siglo XXI ENDOC”.En el año 2012 le fue otorgada una Mención Especial del Premio Municipal de Largometraje Román Chalbaud por su trayectoria como documentalista y docente.