Pinto Soria - Estructura Agraria y Asentamineto en La Capitania

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    IC. Pinto Soria

    ESTRUCTUIMAGRARIAyifSENTAMIENTOen la GfPITANIkGENERdLdeGUI^TEMifLA

    Coleccin Luis Lujan MuozUniversidad Francisco Marroqunwvy^.ufm.edu

    - Guatemala

  • Julio C. Pinto Soria *

    Julio Csar Pinto Soria es doctor n historia econmica, graduado en Europa.Conno investigador de esta materia colabora con el Instituto deInvestigaciones Polfticas y Sociales, y el Centro de Estudios Urbanos yRegionales (CEUR) de la Universidad de San Carlos de Guatemala. LaEditorial Universitaria public en 1980, como volumen nueve de su"Coleccin textos", su obra RAICES HISTRICAS DEL ESTADO ENCENTROAMERICA, con los auspicios de la Escuela de Ciencia Poli'tica de lamisma.

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    ^-r.*^ ' r EDITORIALUNIVERSITARIAColeccin Monografas

    Vol. 13

    r^ Universidad de San Carlosde Guatemala

    1981

    12541 m10-81 Impreso No. 1266Impreso en Guatemala. Centroamrica Editorial Universitaria

  • ndice

    1. introduccin 9

    2. sobre la problemtica. 10

    3. la dispersin rural 12

    3.1 en la poblacin indgena 12

    3.2 en la poblacin mestiza 16

    4. un caso concreto 21

    5. ANEXO 46

    5.1 ABREVIATURAS UTILIZADAS 46

    6. bibliografa 46

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  • P r e f e n t a c i n

    Con el trabajo que presentamos, realizado por el Dr. Julio CesarPinto Soria, historiador, investigador del Centro de Estudios Urbanosy Regionales, continuamos con las investigaciones del rea deestudios de la historia territorial de Guatemala, que tiene nuestroCentro.

    El estudio del Dr. Pinto Soria es un trabajo serio de informacinhistrica, tan necesaria para desvanecer las concepciones malfundadas sobre nuestra historia colonial. Es un trabajo deinvestigacin histrica, que por sus cualidades interpretativas, superala simpleza del trato de la informacin en los trabajos histbriogrficosque han abundado en el pai's.

    Para el CEUR, la historia debe ser interpretada y nosimplemente contada. Y por sostener esta posicin cientfica lanica posible en esta disciplina nos brindamos generosamente a lapolmica.

    En este ltimo sentido, el valioso trabajo del Dr. Pinto nosaporta dos elementos que es necesario destacar.

    Por un lado, representa para las disciplinas que se preocupan dela cuestin territorial, una propuesta metodolgica que se sustenta enla utilizacin de la dimensin del confliao social (en trminosgenerales) como mecanismo de anlisis del desarrollo territorial. Enparticular se usa la dimensin del conflicto social como medio deanlisis histrico de la relacin entre la distribucin de la tierra y lasformas que toma el asentamiento poblacional.

    Por otro lado, este trabajo abre un importante sealamientosobre el papel y la imporuncia de la existencia de la pequeaproduccin campesina en la produccin colonial. En cierta forma, esaimportancia haba sido desconocida y a veces hasta negada.

    Dada la intencin del estudio que se presenta, se seala en lsolamente lo importante que fue este "campesinado parcelario " en elasentamiento poblacional. Sin embargo, queda abierta unainteresante discusin sobre su papel global como clase en laestruaura social de la colonia.

    Dr. Luis Alvarado C.Coordinador del CEUR

  • ..

    .

    ESTRUCTURA AGRARIA Y ASENTAMIENTO EN LAcapitana GENERAL DE GUATEMALA

    (Algunos apuntes histricos).

    ;. INTRODUCCIN - ' :. *

    Para poder analizar las formas que tom el asentamientohumano en el periodo colonial, es necesario contar, entre otras cosas,con informacin conaeta sobre la manera como se encontrabadistribuida la tierra entre los distintos seaores de la poblacin.

    En este sentido, contamos ya con material valioso que permiteubicar aspectos esenciales de la estruaura deF agro colonial; porejemplo, aquella documentacin que recoge la conflictiva relacinque se daba entre el gran terrateniente y el pequeo campesino encuanto a la posesin o propiedad sobre la tierra. Se trata de materialsumamente importante; ya que al defenderse el segundo (el pequeocampesino se mantiene constantemente a la defensiva en esta clase delitigios) relata las vicisitudes y arduo trabajo que le ha costado elmantenimiento y cultivo de las tierras, que constituye siempre suprincipal argumento en defensa de lo que sabe suyo, as como alponerse en evidencia los medios que utiliza el gran terrateniente parademostrar o asegurar su propiedad sobre las tierras en litigio: elengao, el contubernio abierto con las distintas autoridades, todoello en un clima de violencia y extrema zozobra, se obtiene uncuadro bastante claro sobre el mundo rural que no deja la menorduda sobre el carcter fundamental de las contradicciones entreambas clases sociales.

    En tiempos de crisis, cuando la regularidad del sistemadominante vena a ser cuestionada, como fue el caso en las ltimasdcadas de la dominacin espaola, el problema agrario cobraba suverdadera dimensin y su peso se haca sentir, en una u otra forma,sobre el conjunto de la sociedad colonial.

    En la Gaceta de Guatemala, por ejemplo, se hicieron variasalusiones directas al problema, sealndose tanto los efectosnegativos de la gran propiedad desde el punto de vista puramenteeconmico,^ como el grado de radicalizacin que alcanzaba, ya porese tiempo, el conflicto entre el pequeo campesino y el gran

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    terrateniente: "(. . .) nuestros benemritos labradores, se escribaen una Gaceta de 1799 refirindose a la suerte cotidiana de lospequeos arrendatarios sos que nos dan de comer, esos infelicesmtlpantes, que andan de teca en meca, arrobados de aqu, repelidosde all, y siempre buscando, quien les arriende un pedazo de tierrabajo la dura condicin de una servidumbre personal, adems decontribuir con una dcima al propietario. Raro fenmeno dondesobran tierras para ocupar los brazos todos de la Espaa! *'^

    Pocos aos despus, cuando el movimiento anticolonial seradicaliz en el virreinato mexicano a travs de la participacin de lasmasas campesinas, cundi el pavor en los crculos dominantes deCentro Amrica, llegndose a temer el desencadenamiento de unmovimiento similar en sus propios dominios. Un documentoredactado por ese tiempo no deja la menor duda sobre esto-.*Y. . J siendo evidente que el hombre sin propiedad nada posee, queel que nada posee, nada tiene que perder, y que el que no tiene queperder, no tiene patria; de donde proviene que esta casta de gente esla ms temible en cualquier conmocin popular (. . J"^

    Lo anterior, lo destacamos slo como va de introduccin; ycon el deseo de llamar la atencin sobre las dimensioi^es quealcanzaba ya el problema agrario a principios del siglo XIX.Utilizando el material que hemos logrado reunir, trataremos deaclarar, en las siguientes lneas, algunos aspectos que consideramosimportantes en relacin con la vinculacin dialctica que se dio entrelas formas que tom el asentamiento rural y la estructura agrariacolonial.

    2. SOBRE LA PR0BLEA4ATICA

    Para fnes de la poca colonial contamos con los siguientes datossobre la distribucin de la tierra entre la poblacin mestiza: de75,000 familias en que se calculaba la totalidad de dicha poblacinpara todo el territorio de la Capitana General de Guatemala,^ ms omenos 9,500 estn clasificadas en un documento como arrendatarias,es decir, el 13o/o del total; 4,500 estn registradas como pequeospropietarios, que hacen el 6o/o de dicha poblacin.^ Se trata, desdeluego, de datos aproximados, pero se pueden tomar con algunaseguridad, ante todo si se toma en cuenta que la tercera parte del ailexportado era producido precisamente por pequeos productores,

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    conocidos en la terminologa colonial como ''poquiteros*'^ Otros

    rubros de la economa colonial, como tabaco, medios dealimentacin, etc., eran tambin producidos por estos pequeoscampesinos para el mercado local,^ sin olvidar que un fuertecontingente de la mano de obra de las grandes haciendas provena

    directamente de este sector de la poblacin,Corts y Larraz, en su descripcin, hace tambin

    constantemente alusin a estos pequeos productores,^ ya sea en

    calidad de propietarios de tierras o de pequeos campesinos que atravs de su arduo trabajo haban hecho cultivables las tierras queocupaban, aunque, por lo regular, no posean ninguna clase de ttulosde propiedad sobre las mismas, hecho que generaba un clima deextrema inestabilidad en la vida del campesinado; pero esto lotrataremos ms adelante detenidamente.

    Lo anterior demuestra, que la pequea economa campesinamestiza tena a principios del siglo XIX ms importancia que la quehasta el momento se le ha reconocido.^ Es decir, la relacinlatifundio-minifundio haba alcanzado un fuerte grado de desarrollo,su futura importancia, en cuanto a eje central de la economa de laregin, se empezaba ya a sentir por esos aos. En el caso de lapoblacin indgena, el mismo trmino "tierras comunales*' (que porsu origen especfico colonial y forma de desarrollo slo con grandesreservas se le puede comparar con su homnimo de la historiaeuropea), no deja de ser ambiguo,^ ^ ya que no expresa a cabalidad elcontenido socio-econmico que supuestamente pretende reflejar.

    Cmo se sabe, la violencia tuvo, como factor conformanvo, impapel extraordinario en la estructuracin de la sociedad colonial. La

    conquista fue fundamentalmente un acto de violencia y esto sereflej, ante todo, en la forma arbitraria en que se hizo ladistribucin de tierras a las comunidades indgenas. Este hechodetermin que desde los inicios no pudiera existir la menorconcordancia entre el nmero de indgenas de un pueblo dado y lastierras que les fueron asignadas. As, las tierras obtenidas por cada

    familia indgena tenan que resultar, en general, insuficientes;situacin que slo vendra a agudizarse, en la medida en que lapoblacin indgena empez a recuperarse numricamente^^ yentraron en ju^o las leyes socioeconmicas de la sociedad colonialcuya dinmica apuntaba, precisamente, hacia el acaparamientosistemtico de las tierras en manos de la minora dominante

  • 2 p;j^3,j,x; JULIO PINTO SORIA ,^5^^

    parasitaria.^ ^ * El resultado fue una fragmentacin constante de lastierras comunales. La relacin entre el nmero de la poblacinaborigen y las tierras disponibles fue cada vez ms desesperante,hecho que por la misma dialctica interna del sistema imperanteno poda ser contrarrestado a travs de la ocupacin de nuevastierras. Es decir, econmicamente, al final del perodo colonial bajoel trmino "tierras comunales" se esconda en la realidad un agudosistema de parcelas, de minifundio; en el sentido ms injusto para lapoblacin indgena, como se destac con toda claridad en undocumento de principios del siglo XIX,* ^

    Partiendo del origen histrico de la pequea economacampesina, se puede llegar a conocer algunos rasgos esenciales de laestructura del agro colonial centroamericano, que es lo queintentaremos hacer en este pequeo trabajo.

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    i. LA DISPERSIN RURAL

    ,iM 3'^ EN LA POBLACIN indgena -^

    Una caracterstica general de las colonias espaolas fue elpredominio de la poblacin rural dispersa sobre ncleos propiamenteurbanos. Este aspecto, que tena su origen en el carctermarcadamente agrcola de la economa, estaba an ms acentuado enla Capitana General de Guatemala. Al final de la dominacinespaola, cerca de la tercera parte de la poblacin mestiza vivadispersa en valles, laderas de montaas, comunidades indgenas, etc.En la poblacin indgena, aunque en proporciones mucho menores,se observaba el mismo fenmeno. Esta forma de asentamiento ruralde la poblacin explotada tiene diferentes causas; por el momentonos interesa destacar solamente dos de ellas:

    1. El asentamiento disperso como alternativa y forma de lucha delos sectores pobres contra la explotacin colonial, y

    2. Como fenmeno colateral del latifundio en crecimiento.

    En la poblacin indgena la dispersin rural era menor, enprimer lugar, porque viva en sus comunidades bajo el estrictocontrol de los distintos sectores de la clase dominante:encomenderos, autoridades coloniales, eclesisticas, etc.

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    Las comunidades indgenas, como es sabido, debanpermanecer, en la medida de lo posible, como una fuente segura detributos y dems prestaciones a los grupos dominantes y por ello elsistema colonial aplic sus instrumentos de control sobre este sector

    de la poblacin con un rigor especial. Sin embargo, la miseriaeconmica y la imposibilidad de poder pagar los tributos obligaban alos indgenas a fugarse de sus comunidades, como registran a menudolos documentos de la poca: 'Y. . ) desertan sus pueblos con otrosgravsimos e irreparables daos, que se siguen (.. J"'^^ o bien:

    'Y. . .) los indios es constante que se huyen de sus pueblos por nohallar con que pagar los tributos'* ^ ^

    El sistema de terror y pillaje general que predominaba sobre lascomunidades indgenas empujaba a sus miembros a buscar la huidaen forma desesperada.^^ Corts y Larraz da al respecto informacinabundante.^ Fugarse de las comunidades y asentarse en los parajesfuera del control colonial, valles aislados, laderas de montaas, etc.,

    significaba librarse de pagar el tributo real, pero ante todo delreclutamiento forzoso de mano de obra para las grandes haciendas.Factor decisivo que empujaba tambin a la huida era la bsqueda denuevas y mejores tierras que las que se tenan asignadas por las leyescoloniales.

    Las comunidades indgenas se encontraban por lo regular maldotadas de tierras, ya porque as fue desde su fundacin, ^ ^ porquelas tierras que tenan sealadas por ejidos no se encontraban enconcordancia con el nmero de indgenas de la comunidad,^ oporque con el correr del tiempo haban ido perdiendo sus tierras amanos de espaoles, criollos y mestizos. Lo anterior constituy,desde luego, un proceso que se dio en forma diferenciada, motivadopor el grado de intensidad que toma el desarrollo econmico en lasdistintas regiones. En las postrimeras del perodo colonial, estefenmeno era ms violento e intenso en la regin salvadorea, comoconsecuencia indudable del mayor dinamismo de la economa delterritorio que expropiaba al aborigen ms rpidamente de sus tierrascomunales.2 1 No fue casual que Corts y Larraz subrayara el esprituespecialmente hostil de los indgenas de esta provincia contraespaoles y mestizos por igual.22 En la regin guatemalteca laintensidad de este proceso fue contrarrestado parcialmente por elpeso enorme de la poblacin indgena sobre el resto de la poblacin,pero especialmente por el carcter estacionario y autosuficiente de la

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    economa que, aunque penosa y miserable, le permiti al indgenasobrevivir y hasta aumentar su influencia numrica a fines del sigloXVIII.^^

    Esta evolucin entre la tierra y las masas trabajadoras estcompletamente acorde con las leyes que rigen el surgimiento ydesarrollo de un sistema socioeconmico de carcter feudal, como elque imperara en Centro Amrica en la poca colonial. Inherente a unsistema de esta naturaleza, es reducir la tierra que posee el pequeocampesino, a la estrictamente indispensable para la subsistencia-, enprimer lugar, porque sobre esta base se estructuran las relaciones dedependencia y dominacin entre la mayora con poca o ningunatierra y la minora dominante que controla el acceso a ella.^^ A lavez, y tambin acorde con un sistema de carcter feudal, bajo ladominacin colonial predomina el consumo parasitario de los gruposdominantes que acaparan cualquier crecimiento de la produccin porlos canales conocidos del intercambio desigual de mercancas,tributos, prestaciones al clero, etc.^^ Esta circunstancia hace que el

    pequeo campesino carezca de estmulo para incrementar la parcelade produccin, dado que cualquier crecimiento econmico noredunda en una mejora de su propio nivel de vida, sino del de losgrupos parasitarios. De all que el pequeo campesino tendi autilizar slo aquella tierra que le era absolutamente indispensablepara la reproduccin de su fuerza de trabajo,^ ^ hasta el extremo queuna mala cosecha significaba que la parcela de tierra ya no pudieracumphr su funcin de parcela de '^subsistencia y reproduccin'* ^^

    sucedindosc las grandes hambrunas y mortandades indgenas.^Lo cierto es que un gran nmero de pueblos indgenas se

    encontraban psimamente dotados de tierras. En casosextraordinarios (pestes, malas cosechas, etc.) no producan estastierras el mnimo para la subsistencia y, compelidos por el hambre,los indgenas se vean obligados a abandonar los pueblos en busca demejores condiciones, como informaba el Alcalde Mayor de laVerapaz a fines del siglo XVIII: % . .) en que afligidos los pueblos deSalam, Rabinal y Cubulco de una terrible epidemia de tercianas, acausa de que habindoseles secado las milpas por faltas de aguas,habanse mantenido por algn tiempo con frutas, y races silvestresno usadas, contndose a un slo tiempo en slo los dos primeroscerca de trescientos enfermos, sobre ms de cuatrocientos que yahaban fallecido (. . J 29 ^ continuacin informa el Alcalde Mayor

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    que con las medidas tomadas para combatir la epidemia logr evitarque los indgenas abandonaran por completo los pueblos: 'Y. . .) ypor este medio se evit la desersin de las familias, que acosadas delhambre haban empezado a abandonar dichos pueblos (. . J^

    A lo largo de todo el perodo colonial informan las autoridadessobre indgenas fugados de sus pueblos, as' como el tipo de medidasadoptadas para retornarlos a su lugar de origen. El mismo alcaldemayor anterior destacaba entre sus mritos la reduccin que habahecho en el pueblo de El Chol: *Y. . J de los muchos indios queandaban dispersos por los Valles de Uran, Saltan y Chibac (. . .) y nohabiendo antes en dicho pueblo ms que cinco tributarios por losnuevos rateos ascendieron a cien (. . .Y*^^ Ms adelante informabasobre los resultados de una accin de rastreo llevada a cabo en losalrededores del Polochic: 'Y. . .) Hizo un reconocimiento prolijo delRo Polochic, sus riberas, y montaas, que le circundan, y habiendoencontrado hasta doscientas familias de Indios que prfugos de otrospueblos, y convidados de la fertilidad de aquellos terrenos vivan sinsugesin a ley ninguna (. . .) los empadron, quemndoles lasrancheras para obligarlos a reducirse a poblado, si bien no pudoconseguirlo, pues apenas se ausent de all, volvieron los Indios adisfrutar de la amenidad del sitio, y de su antigua criminaltbcrtadf. . J32

    La forma tpica de obligar a los indgenas a volver a su lugar deorigen era la quema de sus viviendas. ^^ No obstante, como se puedever en el caso anterior, no todos los indgenas dispersados retornabana sus antiguos pueblos. As fueron conformndose centros especialesde poblamiento indgena similares, como veremos ms adelante, a losfundados por la poblacin mestiza pero con la diferencia de que elindgena se vea obligado a ocupar las peores tierras, como informabaCorts y Larraz en su descripcin: 'Y. . .) bien que estos infelices noreparan establecerse en cualquier territorio bueno, o malo, sea valle,sea monte, sea quebradura, sea como fuere, (. . .)**^^ Es claro quepara las autoridades dominantes no era conveniente que grandessectores de la poblacin explotada lograran evitar, por medio de la'*criminal libertad*', el control colonial,-^ ^ y en casos de extremamiseria se concedan esperas en el pago de los tributos paracontrarrestar las fugas indgenas.^

    ^

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    3.2 EN LA POBLACIN MESTIZA

    En la poblacin mestiza era donde se observaba el mayor gradode dispersin rural.^^ No se puede entrar a estudiar el agro colonialcentroamericano eludiendo el anlisis de esta forma de asentamiento.Como ya dijimos, aqu se encontraba la tercera parte de la poblacinmestiza, que al final del perodo colonial desempeaba una funcineconmica importante, ya en calidad de pequeos productoresproveedores del mercado local o como mano de obra para las grandeshaciendas vecinas."'

    La dispersin rural de la poblacin mestiza tiene su origen envarios factores de carcter socioeconmico, nosotros slo noslimitaremos a mencionar aqullos que consideramos msimportantes.^^ No cabe duda, por ejemplo, que el simplecrecimiento demogrfico de la poblacin mestiza y el estancamientoeconmico de la sociedad colonial vinieron a provocar grandesmovimientos de poblacin mestiza hacia las reas rurales, ya queprobablemente constituia una forma de evitar parcialmente la miseriacolonial. Adems, como en el caso de la poblacin indgena, era unamanera de esquivar las prestaciones a los grupos dominantes, comovaremos ms adelante. Las races del fenmeno se deben buscar en elcircter mismo de la economa. La influencia decisiva que tuvo elfactor extemo en el origen y desarrollo de las economas coloniales leimprimji al funcionamiento de las mismas un carcterextremadamente cclico.^ Despus de cada uno de estos ciclossegua una depresin extrema de la economa en que llegaba adesaparecer, prcticamente, la poca circulacin monetaria existente yse retomaba al sistema de trueque, como se observa en CentroAmrica desde la segunda mitad del siglo XVII hasta las primerasdcadas del siglo XVIII.'*^ Todos los sectores de la sociedad colonialeran golpeados por estas crisis unos ms otros menos, segn el gradoy forma cmo se encontraran vinculados al sistema econmicodominante.

    De los sectores dominantes, unos permanecan en los centrosurbanos, otros se retiraban a sus haciendas o ingresaban en el rango

    eclesistico.'*^ Para la poblacin indgena y mestiza estas crisissignificaban, fundamentalmente, un empeoramiento de su situacineconmica, ya que el sector dominante lejos de dejar de exigir lasprestaciones econmicas vigentes las intensifica, tratanto de

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    compensar as la disminucin de entradas que trae consigo la prdidadel contacto con el mercado exterior.^ ^ Los sectores explotadostrataban de evitar los efectos de las crisis a travs de la dispersinrural, es decir, por medio de la fuga hacia aquellos territorios anfuera de la rbita de la economa dominante.**^

    Existe abundante informacin que describe esta clase deasentamientos. Un documento de principios del siglo XVIII(precisamente cuando la economa del Istmo era golpeada por una delas crisis mencionadas arriba) es especialmente importante porquepermite comparar el fenmeno con pocas posteriores. Dichodocumento describe los asentamientos mestizos as: *Y. . .) y de estalibertad con que viven, vagamundos en montuosos y ocultos parajes,como barbaros cuasi sin Dios, Rey, a el modo selvtico de susmoradas, y porque aunque estos y otros muchos, de su especie,tienen diferentes tierras, y pueblecitos, en todo el Reyno, son slopara el refugio de sus personas, cuando el celoso Juez quiere, aplicarel remedio, acorrindose a los montes, o pasando a otra habitacinqueda libre del castigo, de sus culpas, y de este desmn y tolerancia(a ms no poder) se alientan ms al vicio, ya todo gnero de pecado,sin forma poltica entre ellos (. . .) "^ ^

    Lo que ms irritaba al autor del anterior informe, era que dichapoblacin mestiza no pagara ninguna clase de impuestos, lo queprovena, segn l, de la forma dispersa ("sin forma poltica**) en queviva en estos parajes, ya que as se lograba evadir todo tipo decontrol administrativo-estatal y, por consiguiente, la prestacin decualquier clase de servicios a los sectores dominantes.

    Se trataba de centros rurales sin la menor organizacin formaladministrativa, producto de la forma espontnea en que surgen y dela semi-ilegalidad en que los obligaba vivir una minora parasitariaque no perda oportunidad de imponerle cargas econmicas acualquier tipo de actividad econmica regularizada, ya fuera a travsde la autoridad eclesistica del cura "mercenario*',^ ^ del recaudadorde impuestos para un imperio extrao y lejano, o lo peor, para eltrabajo semiesclavo en las grandes haciendas. AI final del perodocolonial estos asentamientos son denominados oficialmente "valles**y una fuente los define como poblaciones 'Y. . .) que no tienenIglesia ni otras formalidades de Pueblo**. ^^ Corts y Larraz da unadefinicin similar cuando constata: "En dichos valles no hay templo

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    ni capilla, ni ayuntamiento, ni alcalde, ni quien gobierne y cada cualvive a su arbitrio y dueo desptico de sus acciones(, . J"^*

    La dialctica del crecimiento de los valles estuvo determinada,como ya dijimos anteriormente, por la forma que tom elmovimiento demogrfico, por el funcionamiento cclico de laeconoma colonial; todo esto, dentro del contexto de una dispersino atomizacin de la economa, ya que las principales actividades deesta naturaleza, tanto las vinculadas con el mercado exterior como lasde carcter puramente local, no libaron a producir aquellaconcentracin y vinculacin territorial necesaria de economa ypoblacin que pueda servir de base al surgimiento y desarrollo decentros poblados con una relativa densidad y extensin. Es decir, eltipo de asentamiento colonial estaba determinado, como en cualquierformacin socioeconmica, por las leyes y forma econmica de vivirde la poblacin.

    Lo que despus se vino a denominar "valles", eranoriginalmente, por lo regular, territorios compuestos por tierrasincultas que la poblacin mestiza haba logrado hacer cultivablesdespus de varias generaciones de arduo trabajo. Aunque en muchomenor grado, se presentaba el mismo caso entre los indgenas que,compelidos por la necesidad, hacan cultivables las tierras adyacentesa sus pueblos para incorporarlas a sus respectivas economas. Enambos casos se trataba, segin la legislacin colonial, de unaocupacin ''ilegal" de tierras realengas que podan llegarse a poseerlegalmente a travs del sistema de composicin con el Rey.^^ Perocomponer una determinada cantidad de tierras implicaba una serie degastos administrativos que la mayora de las veces no podan llevar acabo los seaores pobres del campo.^ El caso es que por lo regularlos campesinos pobres continuaron ocupando dichas tierras sin llegara poseer ninguna clase de ttulos de propiedad.

    La venta de tierras lleg a convertirse, con el correr del tiempo,en un negocio lucrativo para la Corona espaola y esto fueespecialmente funesto para las tierras indgenas desde distintospuntos de vista. A la codicia del gran terrateniente sobre los bienes delos indgenas, y la miseria econmica que imposibilitaba a stos deantemano la utilizacin del sistema de composicin para la comprade tierras, vino a sumarse el crnico inters real por obtener fondos atravs de la venta de las mismas. As fue como lleg a convertirse enuna poltica usual la remedicin peridica de todas las tierras de lascomunidades indgenas, precisamente, con el fin de declarar por

  • ESTRUCTURA AGRARIA Y ASENTAMIENTO ^

    realengas aqullas que estas hubieran hecho cultivables en los ltimostiempos, 7fLr,u' '.- *r, i'r-

    A mediados de siglo XVII I, por ejemplo, se llev a cabo una deestas remediciones en las comunidades indgenas de San PedroSacatepquez, San Raymundo y Santo Domingo Sinacao,^ ' las tresdentro de los lmites de la jurisdiccin del antiguo Valle deGuatemala.*^ En este trabajo nos limitaremos a destacar lodirectamente vinculado con la problemtica de la compra y venta detierras, ya que la documentacin recopilada, en relacin con el caso,ofrece informacin valiosa sobre otros aspectos de la historia del agrocolonial. Al declarar por concluidas las diligencias, el funcionariocomisionado para realizar las remediciones encontr por realengas, enlos tres pueblos referidos, ms de quinientas caballeras que losindgenas deban componer con el Rey en el plazo perentorio dequince das.

    Se trataba de tierras que los indgenas venan poseyendo desdemucho tiempo atrs y eran, por consiguiente, imprescindibles para la;vida econmica de la comunidad, no obstante esto, un mes despusde haber concluido el trmino en que fueron declaradas porrealengas, los indgenas an no se haban presentado a CiudadGuatemala a realizar la composicin de las tierras. En el mismoinforme del funcionario comisionado para llevar a cabo las diligencias^se reconoce^ que era la miseria econmica la que imposibilitaba a losindgenas^ realizar la mencionada composicin: **E5ta determinacinde fecha de 11 de agosto (1 749) se hizo saher en 21 de dicho mes alos Naturales de San Raymundo (...); y en 23 de el dicho a los deSan Pedro, y a los de Sinacao, y por no haber comparecido a los 14de septiembre prove auto, para que los Justicias y Principales dedichos pueblos compareciesen en esta ciudad a cumplir con lo que seles haba mandado, pero hasta la fecha de esta no lo han ejecutado,no habiendo procedido conforme a mi provedo, as por la epidemiade viruelas, que estn padeciendo, como por las continuas lluvias, yrigurosa exaccin de tributos, que creo no deben los que hoyviven C . J " No obstante las razones mencionadas, el funcionarioconclua en forma terminante: ''Dando cuenta por esta de todo loque he practicado (, . J quedando con el cuidado, d que losnaturales ocurran a la composicin, que les he sealado, y caso de no,vender las tierras realengas en mayor benefio de su Magestad** ^ ^

  • 20 JULIO PINTO SORIA

    As, siendo la tierra el medio de produccin ms importante,fue lgico que los grupos dominantes trataran de acapararla ya que atravs de su posesin o control se decida tambin el dominio sobreel sistema econmico de produccin de la colonia. Teniendo por baseesta dinmica, se entabl alrededor de la tierra, como principal mediode produccin y como fuente de poder, a todo lo largo de ladominacin espaola, una lucha por su posesin entre las masascampesinas pobres y las minoras dominantes. Favorecidas por suposicin privilegiada en la sociedad, que se reflejaba, entre otrascosas, en La complicidad de las autoridades locales a la hora de decidirsobre litigios de tierras, esta lucha tena que decidirse finalmente afavor de las minoras parasitarias.^^ Como tratamos de destacar eneste trabajo, las principales estructuras agrarias de la sociedadcolonial centroamericana se conforman alrededor de esta lucha por latierra. Es evidente, por ejemplo, la estrecha correlacin existente entreel latifundio en crecimiento y las formas que toma el asentamientodel campesinado pobre. La gran concentraicin colonial de la tierratuvo fundamentalmente un origen parasitario, ya que ella por loregular no crece a expensas de la incorporacin de tierras vrgenes,como suele suceder en la colonizacin de tipo capitalista,^^ sino acosta de la.ocupacin y robo de las tierras del pequeo productor. Ensu proceso de monopolizacin de las mejores tierras, el latifundiocolonial fue despojando a los campesinos pobres de aquellas tierrasque ellos haban hecho cultivables en el transcurso de largas dcadas.La constante amenaza de expansin de la gran hacienda lleg aconstituir, en esta forma, el principal factor de inestabilidad en lavida del campesino pobre-, situacin que se agravaba en la medida enque creca la poblacin rural en su totalidad. Ante la presin delorden de cosas dominante, al campesinado pobre le quedabanfundamentalmente tres alternativas:

    ~ Buscar nuevas tierras, lo que vena a aumentar la dispersinrural;

    su transformacin en pequeos arrendatarios en las grandeshaciendas y,

    asentarse en las tierras de los pueblos indgenas.* *

    Con el siguiente ejemplo concreto trataremos de mostrar laforma como creca el latifundio ; es decir, trataremos de destacar los

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    mecanismos que ste utilizaba para extenderse, pero ante todo lasecuela de efectos conformativos que vinieron a estructurar en formadefinitiva el agro colonial centroamericano.

    4. UN CASO CONCRETO

    A finales del siglo XVII lograron asentarse varias familiasmestizas en las tierras ejidales de un pueblo indgena en vas deextinguirse.^^ Todo esto sucede en el sudeste de la regin deGuatemala y el pueblo en vas de extincin se denomina Tejutla.Dichas tierras, adecuadas para sembrar cacao, eran tambin utilizadaspor los indgenas de Taxisco, un pueblo vecino. Se trata, a la vez, deuna zona apropiada para el cultivo del ail y en sus inmediaciones sefueron asentando tambin algunos espaoles, como es el caso deNicols de Crcamo, propietario de una hacienda ailera enCTecimient y hermano del cura de Taxisco. Crcamo se vali de laascendencia y autoridad del cura sobre los indgenas y logr tambinradicarse en las tierras ejidales de Tejutla que compartancomunmente los mestizos e indgenas de Taxisco, como declararonestos despus: *Y. . .) en el cual sitio se nos introdujo el Capitn DonNicols de Crcamo con la mano poderosa de ser su hermano Cura dedicho nuestro Pueblo y nos fue preciso tolerarlo (. . .)" ^

    Ms o menos a principios del siglo XVIII muere el Cura deTaxisco y Crcamo dispone legalizar su posesin sobre lasmencionadas tierras. Con este objeto, el terrateniente se dirige a lasautoridades correspondientes y pide una . remedicin de todas suspropiedades: *'C . .) cuyos mojones se haban confundido con eltiempo (. . .) porque de lo contrario se ocasionaran reyertas con losdueos de las haciendas circunvecinas, y que por esta razn suplicabase librase despacho para que se renovasen los mojones de dichas sushaciendas (. . ./'^^ La remedicin de tierras era, por lo general, untruco bastante utilizado por los grandes terratenientes paraincorporar a sus propiedades aquellas tierras, realengas o no, que lesinteresaban. Este tambin era el caso de Crcamo. Todo su intersconsista en registrar como propias, a travs de las nuevasremidiciones, las tierras ejidales que ocupaban los mestizos eindgenas de Taxisco, como se desprende claramente de ladocumentacin: *Y. . .) por radicarse en la posesin el dicho DonNicols procur medir el dicho sitio y agregarlo a una hacienda que

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    tenia nombrada la Isla, cuya diligencia se cometi por el JuzgadoPrivativo a Don Francisco Montfar, su primo (...)" ^^ Pero en otrodocumento los mestizos e indgenas de Taxisco informan que lasdiligencias llevadas a cabo por Montfar, el primo de Crcamo,fueron tan descaradamente ilegales que no le fue posible a ste incluirlas mencionadas tierras en sus ttulos: "(. .

    .) y nunca pudo sacarttulo ni comporteras con S.M, y como quedamos nosotros en uso yposesin de las referidas tierras sin perjuicio ms que tolerar alreferido Don Nicols (,..)** ^^ s^^ ;

    El caso que estamos tratando es bastante complicado. Elconflicto arrancaba desde finales del siglo XVII, pero ladocumentacin que tenemos a mano slo fue redactada, aunquesobre la base de informes y dems material que provoc el conflictoen sus inicios, en la dcada de 1730 a 1740.

    Las declaraciones de las distintas partes son a menudocontradictorias y poco claras, producto, como es lgico, de un casoen que participan tan diferentes como encontrados intereses; a la vez,como veremos luego, embrollar y alargar esta clase de conflictos erauna tctica utilizada por los grandes terratenientes para poderimponer al final sus intereses.*if ^ Para estos aos, alrededor de 1710-1715 el conflicto queestamos tratando* no encuentra una solucin definitiva. Si bien escierto los indgenas y mestizos logran frustrar los planes de Crcamoen cuanto a titular como propias las tierras en litigio; pero, por otrolado, el caso no era tan sencillo como lo exponan los indgenas deTaxisco, ya que ellos tampoco sacaron ninguna clase de ttulos sobrelas tierras referidas, pues, '*se omiti hacer ms diligencias'*, comoellos mismos reconocieron.^^ Lo que suceda era que el litigio haballegado a un;|i etapa un poco peligrosa para los mestizos e indgenas,en que se llega a algo ms que poner en duda su derecho sobre lasmencionadas tierras. Esta es la impresin que deja una declaracinhecha por el nuevo cura de Taxisco que, en esta ocasin, abraza lacausa de los indgenas y mestizos: "C. . .) Don Manuel de DvalosCura de Taxisco, respondi, que respecto, de que ningn pedimentojusto de parte de las cofradas haba tenido lugar ante dicho seorJuez Privativo, reconociendo ser superfluas todas las diligencias, quepor parte de dichas cofradas se hiciesen, tena por ms conveniente,para su quietud diferirlas sin perjuicio de su derecho (...)" ^^

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    La inestabilidad, el creciente deterioro del derecho de uso, nodigamos ya de propiedad, es a todas luces evidente cuando losindgenas y mestizos declaran que continuaron en uso y posesin delas tierras en litigio pero que tuvieron que seguir soportando lapresencia de Crcamo en las mismas.^ ^ De la documentacin sedesprende, con toda claridad, que ellos se haban visto obligados aalgo ms que '^tolerar** la presencia de Crcamo. ' ' -

    ;

    Es difcil la reconstruccin del caso en todos sus aspectos, rioslo porque no contamos con toda la informacin necesaria sobre elmismo, sino porque hasta hoy la historia del agro colonialcentroamericano sigue siendo prcticamente desconocida, lo queviene a dificultar el estudio de casos como el que nos ocupa. Noexisten, por ejemplo, trabajos sobre los mecanismos y situaciones deque se vale el latifundio en crecimiento para imponer su dominiocomo unidad socio-econmica fundamental de la sociedad colonial.

    No cabe duda que existieron, previo a la generalizacin yconsolidacin de las principales formas de propiedad y explotacin,distintas modalidades de carcter preliminar de transicin en cuantoal uso y tenencia de la tierra; existi asimismo toda una gama deformas de presin por parte de los grupos dominantes hacia elpequeo campesino que provocaron a su vez distintas formas derespuesta y resistencia de parte de las masas trabajadoras.^ ^ Es decir,la intensidad y violencia que tomaron los distintos procesos que sedieron en el agro colonial, nos siguen siendo hasta el momentocompletamente desconocidos.

    El **tolerar* a Crcamo vino a significar en la prctica, comoveremos luego, el reconocimiento por parte de los indgenas del''Seorto'\ probablemente una de las modalidades de carcter detransicin a que nos referamos antes, de Crcamo sobre las tierras enlitigio; es decir, un paso ms en detrimento de los campesinos encuanto al derecho de uso de las mismas. Crcamo, el granterrateniente, vinculado estrechamente a las autoridades coloniales,no cabe la menor duda que utiliz la ascendencia econmica quetena en la regin para obligar a los indgenas a que reconocieran su*'Seorw" sobre las tierras en disputa. Es evidente que los indgenasactuaron as obligados por las circunstancias.

    Como dijimos anteriormente, era cosa comn y corriente queesta clase de litigios sobre tierras se prolongaran intencionalmentepor largas dcadas por los grupos dominantes, lo que acarreaba

  • 24 xyrmr julio pinto soria

    grandes gastos que los pequeos campesinos no podan sostener, yque vena a constituir, precisamente, el fin perseguido por los grandesterratenientes. El caso que nos ocupa, por ejemplo, se inicia a finalesdel siglo XVII y, segn el material que tenemos, no se resuelve hastala dcada del cuarenta del siglo XVIII. Para entonces, los campesinoshaban invertido ya hasta el ltimo centavo en un proceso que alfinal perderan, como veremos ms adelante.^ ^ Esto por un lado. Porotro lado, y esto es lo ms importante, los campesinos pobrescontaban con escasas posibilidades de ganar un juicio de estos, dadoel poco margen que dejaba la sociedad colonial a las masas explotadaspara que pudieran defender sus derechos por medios legales. Es decir,los campesinos pobres se encontraban siempre a la defensiva frente algran terrateniente y se vean obligados a aceptar compromisosdesventajosos. En estas circunstancias surgi indudablemente el**Seorio*' de Crcamo sobre las tierras en disputa. Segn lascondiciones que estipulaba el **Seorto'\ los indgenas podan seguirutilizando las tierras pero le entregaran anualmente a Crcamo unadeterminada cantidad de cacao en calidad de reconocimiento del'^Seoro" de ste sobre las tierras, como se desprende de unadeclaracin de los indgenas donde renuncian prcticamente a susderechos sobre las tierras: "f. . J por que ellos no tienen que pedir, nidemandar cosa alguna contra dicho Crcamo, ni sus tierras, (. . .) yque en dichas medidas no se les ha hecho dao, que el Monte de laGiganta, que est junto al Potrero del Coginicuil toca, y pertenece alObraje de San Jacinto, que es de dicho Crcamo, y que en l tenanalgunos cacaguatales dichos Indios y le suplicaban en dicho escrito alreferido Crcamo, que por conocer suyo dicho Monte los dejase enposesin de dichos cacaguatales (. . .) de cuyo escrito se dio trasladoa dicho Crcamo, y consentid el mantener dichos cacaguatales, conque en reconocimiento del Seoro le diesen los Indios unas masorcasde cacao cada ao, los que se allanaron a dicha paga (, . .)'*^^

    El surgimiento y desarrollo de las relaciones socioeconmicasque tienen por .base la concentracin de la tierra en una minoraparasitaria, es un proceso que slo va teniendo efecto por etapas, enforma cclica y que es determinado, tanto por el grado de intensidadcomo se van consolidando las relaciones de clase fundamentales de lasociedad colonial, como por la mayor o menor incorporacin de latierra en la esfera propiamente econmica, hecho que se veespecialmente acelerado en aquellos perodos histricos en que la

  • ESTRUCTURA AGRARIA Y ASENTAMIENTO 2S

    economa colonial se vincula ms fuertemente al mercado exterior.Es slo en este contexto que podemos comprender a cabalidad elinters o no del terrateniente por la acaparacin de nuevas tierras. Esdecir, el hecho de que un terrateniente dado se decida a asegurar enforma directa y definitiva su dominio sobre determinadas tierras noestaba condicionado slo por la coyuntura favorable que sepresentaba con la existencia de una cadena de empleados msfcilmente sobomables que otros; el terrateniente cont siempre, enmayor o menor medida, con un aparato burocrtico favorable a susintereses.^

    Lo que vena a condicionar, en ltima instancia, la accindirecta de incorporacin de determinadas tierras era el grado denecesidad inmediata que tena el terrateniente de ellas, ya fueraporque as lo dictaba el ritmo de desarrollo de la sociedad de clases opor la simple necesidad de incorporar nuevas tierras a la actividadeconmica; dos aspectos difcilmente separables en el desarrollo deuna formacin socioeconmica cuyas relaciones de clasefundamentales descansaban en la concentracin de la tierra en manosde una minora parasitaria. Lo anterior determina el grado de rigidezcon que el terrateniente procura vincular nuevas tierras a su persona;es decir, si momentneamente le es suficiente el simple"reconocimiento " de su dominio territorial a travs del pago de uncanon cualquiera por parte de los campesinos pobres, como el casoque venimos tratando, o si se ve obligado a utilizar otras formas quele aseguren en un momento dado la ocupacin directa de las tierras,hasta llegar as a la incuestionable posesin jurdica amparada por latenencia de ttulos de propiedad.

    Despus de haber aclarado lo anterior, podemos continuar connuestro caso. La documentacin slo se refiere al reconocimientoindgena del ''Seoro** de Crcamo y no menciona si los mestizosentraron en un compromiso similar. Parece que no fue as, ya que losmestizos no slo se distancian despus del paso dado por losindgenas, sino que llegan a asegurar que Crcamo haba obligado alos indgenas a ceder utilizando la violencia y el engao, adems deotras artimaas: 'Y. . J por este medio solito el que hiesen elcompromiso, que [se halla en la hoja siguiente para lograr que eldicho Comn confesase contra la realidad (. .

    .)], que lo era el quedichas tierras se comprendiesen en las de sus haciendas*' ^^

    Lo logrado por Crcamo parece que no lleg a tenerconsecuencias inmediatas para los mestizos, ya que ellos continuaron

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    tambin en posesin de las tierras, aunque sin haber sacado tampoconinguna clase de ttulos sobre las mismas. No obstante, el "Seoro"de Crcamo ser desde entonces para ellos un factor constante deextrema inseguridad que traer despus consecuencias desastrosas, yaque los ind/genas de Taxisco contaban todava con sus ejidos, aunquestos fueran escasos y **pedregosos*\ como declararon.^ Lasituacin de los mestizos, por el contrario, se ha deterioradovisiblemente, ya que dichas tierras constituyen su nica y principalbase econmica.

    Sern los herederos de Crcamo, veinticinco aos despus, losque iniciarn de nuevo el litigio sobre las tierras. Basndose en sussupuestos derechos, pidieron la expulsin del lugar de los indgenas ymestizos, as como una nueva remedicin de sus propiedades. ^ i Nocabe duda de que para entonces, tanto la poblacin mestiza como laindgena haba aumentado en nmero, y que esto haba motivado laincorporacin de nuevas tierras que les eran indispensables.

    No cabe tampoco duda, que para ese tiempo las tierras habanganado nuevo valor econmico, como sostena el defensor de losindgenas y mestizos: *Y. . J a causa de que por entonces corra elRio de Michatoya por l, con que se formaban lagunas, y se hadaninundables dichos parajes, hasta que, habr tiempo de cuarenta aos,que habiendo mudado su curso dicho ro, se enjut, y hizo tratabledicho paraje. Desde cuyo tiempo mis partes lo han poseido, comoquienes se hallaban necesitados de tierras (. . .)" ^^ Para ellos eraimportante destacar el origen reciente de las tierras en litigio ydemostrar as, que stas por consiguiente no podan estar nuncacomprendidas en unos ttulos de propiedad que se remontaban hastalas primeras dcadas del siglo XVII, como pretendan los herederosde Crcamo: 'Y. . J siendo as, que cuando libraron los ttulos de lastierras, que posee, an no exista el nombre de este paraje (. . .)"^^

    En realidad, los herederos de Crcamo lio estaban haciendo otracosa que repetir lo que Crcamo haba intentado en los aos de1710-1715. Segn ellos, Gutirrez de la Campa, el Juez comisionadoencargado de llevar a cabo las remediciones, deba guiarse por lasdiligencias efectuadas por Montfar en 1711,^^ a lo que no accediGutirrez de la Campa alegando el carcter fraudulento de lasmismas: "(.

    . .) adems, de que por el irregular modo, complicacinde rumbos, con que estn practicadas dichas diligencias, abrazando, ycomprehendiendo sitios, y parajes, que no se contienen en los ttulos.

  • ESTRUCTURA AGRARIA Y ASENTAMIENTO 27

    de cuyas frivolas expresiones pretenda dicho Suncin valerse para quese le adjudicasen por propios dichos parajes."'^ ^ Gutirrez de laGimpa, un hombre honesto, ci sus diligencias a 'los ttulos deCrcamo y declar las tierras en litigio por realengas: 'Y. . J por noser de la posesin de dichos herederos de Crcamo, sino de la delComn del Pueblo de Taxisco, en que est amparado, segn constade recaudos, que en su nombre present su defensa (, . .P^

    Como es natural, los herederos de Crcamo se mostrarondescontentos con el resultado de las mediciones hechas por Gutirrezde la Campa y continuaron haciendo gestiones en pro de susintereses. Ellos, como miembros de una clase dominante en procesode consolidacin y ya fuertemente vinculada al aparato burocrticoestatal,^ ^ contaban con el apoyo seguro de autoridades importantescomo el Alcalde Mayor de la regin^ y el Juez Privativo deTierras,^' y pidieron una nueva remedicin de sus haciendas que selleva a cabo en 1837, esta vez, en plena concordancia con sus deseos.Suncin, el heredero de Crcamo, gan finalmente el juicio contra losindgenas y mestizos, que en ltimo momento se vieron abandonadoshasta por sus propios defensores. En esta forma, las tierras delhacendado aumentaron de diez y siete caballeras que abarcaban losantiguos ttulos, a 267 que result poseyendo despus de las ltimasremediciones. ^

    Los indgenas de Taxisco trataron todava de aferrarse a lossupuestos privilegios que les concedan las leyes coloniales a la horade repartirse tierras realengas: **Lo segundo, que por nuestroPrivilegio y Real Voluntad se nos permite usar de las tierras contiguasque necesitamos y aprovechamos de ellas cuando estn baldas ycomo tales nuestros antepasados tuvieron uso de estas que se litigiany en ello no hacemos perjuicio a otro ni usurpamos cosa alguna a suMagestad a quien pretendemos pagar lo que se regulare por decomposicin para cuyo efecto pedimos se nos midieren y amojonarencomo lo hizo el Sargento Mayor Antonio de la Campa (. . .) en virtudde su comisin (. . .) Lo cuarto, que conforme a la misma Real

    ,

    voluntad es inconcuso que an de las tierras legtimamente posedaspor Vecinos particulares se nos hace aplicacin a los Indios siempreque representemos necesidad. Pues, por qu se nos ha de despojar deestas tenindolas por nuestras propias ya cultivadas por nuestrotrabaj personal y sin perjuicio de tercero poseidas de inmemorialtiempo y con la pretencin de componerlas y pagarlas a SuMagestad. " ^

  • 28 JULIO PINTO SORIA

    %* La argumentacin indgena no encontr el menor eco en lasautoridades coloniales. Para este tiempo se haba formado en torno ala compra y venta de tierras una verdadera camarilla que, encabezadapor el propip Oidor Thoms de Arana, como Juez Subdelegado detierras, decid^ a su antojo sobre todas las cuestiones de tierras.*^Thoms de Arai^a dio por fmalizado el caso con el trivial argumento deque los indgenas tenan suficientes tierras y que, por consiguiente, ellitigio deba, ser resuelto en favor de Suncin: 'Y. . .) y se hall tenerdichos Naturales ms tierras, de las que conforme a Ordenanzacorresponden a sus ejidos, y en los ttulos de Suncin ms dedoscientas cahallertas sujetas a moderada composicin, conforme a laley que hoy se trata en este Juzgado, en l que movi artculo laparte de dicho flomn, pretendiendo nulidad de las diligencias, el quesubstanciado en debida forma, declar no haber lugar dicha nulidad,y mand librar despacho de amparo a Suncin, y a lanzara los mulatosintrusos con pena de doscientos pesos, y por haber contravenido, losmande prender, y embargar los bienes (. . S'^^ A esta resolucin lesigui el orden usual que se daba en estos casos; es decir, la quema delos ranchos de los indgenas y mestizos y su expulsin de lastierras.*^

    En esta forma se fue expandiendo la gran propiedad a costa delos sectores pobres del campo. Una de las principales consecuenciasde este proceso, que hemos querido subrayar precisamente en estetrabajo, era el asentamiento disperso de la poblacin campesina,como lo destac el cura de Taxisco cuando expuso el caso anterior alRey:

    'Y. . J por las experiencias que me asisten en ms de treintaaos de Cura; y porque careciendo los Indios de tierras para susculturas y ganados se retiran a los montes y haciendas de particulares,siguindose de esto las malas consecuencias que se deben sentir conlgrimas de sangre: y los que se mantienen en sus pueblos con tannotable falta [de tierras] se ven obligados a cargarse de censos puestossobre las tierras inmediatas, o a contribuir a los mulatos y espaoles

    ,circunvecinos mucha parte de los frutos que adquieren a costa desudores, y lgrimas, porque les permitan sembrar en las tierras que lespertenecen y sobran; cuando a los pobres indios no se les aplican, nian las limitadas (.. J"^^ El cura de Taxisco se dirigi en dosocasiones al Rey exponiendo el caso. Por el momento no contamoscon informacin sobre lo resuelto por la corte espaola; lo que ssabemos con exactitud, es que a finales del siglo XVIII los

  • ESTRUCTURA AGRARIA Y ASENTAMIENTO 29

    descendientes de Crcamo constituan una ms de las tantas familiasde grandes terratenientes en la regin. ^

    o

    CITAS DE PIE DE PAGINAI . '.

    "*

    La critica en este sentido fue motivada directamente por los grandesdesequilibrios que introdiigo el monocultivo intensivo del ail en laproduccin de medios de consumo. Los efectos negativos del monocultivodel ail fueron tambin demasiado evidentes para que pudieran pasarinadvertidos. En una Gaceta de 1803 se hacan, por ejemplo, las siguientesobservaciones sobre el incremento y consecuencias del cultivo intensivo delmencionado producto: **En 1740 se regulaba la cosecha anual de la tintapor cuatro mil quintales. Subi poderosamente en las expresadascircunstancias del comercio Ubre, y en el dta se computa por tres milquinientos zurrones de doscientas catorce libras un ao con otro. Si poruna parte ha sido visible este aumento, por otra ha acarreado crecidsimosdaos. Exhaustos de todo, los campos que dan el ail apenas sirven paraotra cosa. An los alimentos de primera necesidad es preciso muchas vecessuministrrselos de otra parte. Debiera servir para enlazar mutuamenteunas Provincias con otras por medio de los cambios recprocos; pero nosucede as: cada pueblo est como aislado dentro de s mismo; apenastiene relacin con los que le rodean". Gaceta de Guatemala del 25 de juliode 1803. En otra Gaceta, de 1797 se haba escrito ya algo similar: "scierto que se aument sensiblemente la cantidad; pero este aumento delail aniquil la cra de ganado vacuno; minor las cosechas de maz, arroz,frijol, etc, y apenas se conoce el cultivo del trigo en uno u otro Partido delReyno. *' Gaceta de Guatemala del 25 de septiembre de 1 797.

    GaceU del 11 de noviembre de 1799.

    Apuntamientos sobre la agricultura y el comercio del Reyno deGuatemala, pg. 34.

    Sobre la poblacin total a principios del siglo XIX hay distintasapreciaciones; sin embargo, todas giran alrededor del milln de habitantespara todo el Reyno de Guatemala, vase por ejemplo los datos que se danin ibid., pg. 24. Ms difcil es la ubicacin de la poblacin segn sucomposicin tnica, el censo de 1778 no da datos seguros en este sentido.La informacin que maneja Garca Pelez (Tomo III, pg. 181) se basa endatos espordicos y los resultados los obtiene a partir de clculos un poco

    arbitrarios. Con el inters de llenar esta laguna, se orden en 1803 ellevantamiento de un censo que abarcara exclusivamente a la poblacinmestiza y espaola: "(...) no por individuos, sino por familias, expresando

  • 30. JUUO PINTO SORIA

    cuntas hay en cada Pueblo, Villa, 6 Ciudad, sus profesiones, y ejercicios,los que poseen tierras en propiedad, o en arriendo, tiempo de domicilio, yotras noticias anlogas", Relacin de las Providencias econmicas, ygubernativas dada por el actual Presidente de Guatemala en el tiempo de suGobierno (. . .), Guatemala 3 de enero de 1804, AGI/AG, Leg. 484. [Estecenso es el documento que citaremos en la nota siguiente]. Segn estecenso, y haciendo las aproximaciones consiguientes, en el Reyno deGuatemala haba por ese tiempo 375,000 mestizos y una poblacincrioUa-espsmola de 45,000 individuos. 1 control constante que se debamantener sobre la poblacin indgena en su calidad de tributara permitique se conservaran datos ms seguros sobre la misma. Una Gaceta de 1803da ia cantidad aproximada de 116,000 tributarios que hacen 580,000indgenas, tomando por base cinco personas por cada familia tributaria.Gaceta de Guatemala del 1 de junio de 1803.

    5 Se trata del documento **Resumen general de las Familias de Espaoles yLadinos domiciliados en el Reyno de Guatemala, con distincin de los queviven en pueblos de Indios, Villas o reducciones separadas, haciendas yvalles, los que son propietarios y arrendatarios de tierras, jornaleros ygentes de oficio," Secretara de Cmara del Superior Gobierno y CapitanaGeneral de Guatemala, Guatemala 7 de mayo de 1804, AGI/AG, Leg. 486.

    6 Todas las fuentes concuerdan en que los **poquiteros" aportaban de lamitad a la tercera parte de la cosecha de ail que alcanzaba, por trminomedio, la cantidad de 900,000 libras anuales. En un documento de 1792 seinformaba sobre los daos que haba sufrido la cosecha de ail debido a laescasez de agua, la que haba afectado, segn el informe, principalmente alos '*poquiteros": **(* . .) a causa de la escasez general de agua se haexperimentado, por cuya falta ha cado principalmente la desgracia sobrelos infelices poquiteros, sujetos siempre ms que otros a estas y otrascontingencias, y dignos de consideracin por consistir slo en ellosanualmente casi una tercia parte del total de la cosecha(. . .)", Testimoniodel expediente sobre sealamiento de precios de ailes cosechados en elao prximo pasado de 1 791, Guatemala ao de 1 792, AGI/AG, Leg. 669.As como en el aiil, existan tambin pequeos campesinos dedicados a laganadera y que las fuentes registran con el nombre de "pegujaleros",sobre esto vase el informe presentado el 23 de diciembre por la Villa deRivas, en la Provincia de Nicaragua, AGI/AG, Leg. 669.

    7,v En realidad, el **poquitero" productor de ail es el mismo campesinoocupado tradicionalmente en el cultivo de productos para el consumopropio y local. Al iniciarse el ciclo expansivo del ail, que abarca demediados del siglo XVIII a principios del XIX, el pequeo productor, estambin absorbido por el mismo y abandona, mientras dura el ''boom" delcolorante, el cultivo de los productos tradicionales. Este era uno de los

  • ESTRUCTURA AGRARIA Y ASENTAMIENTO 31

    factores de la extrema escasez de alimentos a que se hace referencia en lanota 1.

    8 Vase la nota 38.

    9 Por ejemplo cuando se va aproximando a Cojutepeque, en la reginsalvadorea: '*Como a seis leguas se cruza un ro algo caudaloso llamadoGiboga, que corre de norte a sur, y luego se comienza a subir para elpueblo de Cojutepeque a todo el trmino antes de llegar al ro y despusde pasarlo es una multitud de valles y trapiches, cuyo nmero asciende alde cincuenta y seis hatos, veinte y dos caseros y setecientos y trestrapiches." Corts y Larraz, P.: 1958, T.I. pg. 195.

    10 Segn Severo Martnez, la pequea economa campesina slo llega aadquirir importancia despus de la reforma liberal de 1871. Se trata, enrealidad, de simples afirmaciones, ya que el mencionado autor no aportamaterial suciente que fundamente en alguna forma tal tesis. VaseMartnez Pelez, S.: 1973, pg. 168-169.

    11 Sobre la historia de las comunidades campesinas en la Europa central en:Skazkin,S.D.: 1796, pg. 59 y siguientes. ^

    12 La disminucin de la poblacin indgena fue radical y general para toda lacolonia principalmente en el siglo XVI y continu, con alguna moderacin,en el siglo siguiente. Alrededor de 1 700 se empieza a dar una recuperacinde la misma para algunas regiones del Reyno de Guatemala. Por elmomento slo contamos con datos aislados, pero todos concuerdan en esteaumento. n la provincia de Quezaltenango, por ejemplo, se registr elsiguiente aumento en la segunda mitad del siglo XVIII:

    1779 - 4222 tributarios1790 - 4642 tributarios1795 - 5522 tributarios.

    Hidalgo, J.D.: 1797; Macleod, M.J.: 1793, pg. 343-344, se refiere tambina este aumento de la poblacin indgena a partir de los ltimos aos delsiglo XVII.

    13 Este aspecto de la historia agraria colonial'lo tratamos ms adelante. Vasetambin Pinto J.C.: 1980 (a), pg. 31 y siguientes.

    14 Apuntamientos sobre la agricultura y el comercio. . .: 1974, pg. 36.

    15 Testimonio de los autos hechos sobre y en razn de que por esta RealAudiencia les fue concedida a varios Pueblos de la Provincia de Chiquimula

    V de la Sierra facultad para poder pagar en dinero sus tributos por esterilidad> de la cosecha de cacao; y de las diligencias de su comprobacin. Guatemala

    13? 1732,AGI/AG, Leg. 331.

  • 32 O'Vmn JULIO PINTO SORIA

    16 Informe del Seor Obispo de esta Ciudad Don Fray Juan Bautista Alvarezde Toledo. Guatemala 8 de noviembre de 1714, AGI/AG, Leg. 289.Refrindose a las fugas indgenas deca Corts y Larraz: **(. .

    .) para vivircon Ubertad y eximirse de los reales tributos, escogiendo para vivir parajes,en donde no hs encuentren como luego dir (, . J" Corts y Lanaz, P.:1958, T.L,pg. 177.

    17 1 indgena abandona el pueblo huyendo no slo de la presin parasitariade los miembros de la clase dominante sino ante todo del sistema de terrorque imperaba en las comunidades. Lo anterior ya lo trat Severo Martnezdetenidamente; sin embaigo, no est dems transcribir las observaciones deCorts y Lairaz al respecto: "Yo no puedo acomodarme, ni sentir bien delmtodo que se observa en el castigo de los indios, ni que haya tantos que

    : puedan influir en que sean castigados; puede hacerlos castigar el cura y susft.> coadjutores; pueden hacerlos castigar los Alcaldes mayores y todos sus

    interesados y dependientes; pueden hacerlos castigar los alcaldes de indiosy an principales; pueden castigarlos otros y an no sera exageracindecir, que todos pueden castigarlos. Estos castigos suelen ser demasiadoconsiderables, mayormente los que sufren por sus alcaldes, pues suelen sercruelsimos. Estos castigos se ejecutan pblicamente en la plaza, amarradoslos infelices indios a una picota, sin distincicm de gentes, sexos, y estados,

    . suelen ser azotados sus mismos alcaldes; se azota sin recato an a lasmujeres casadas y libres (. . .j." Corts y Larraz, P.: 1958, T.I., pg. 134.d

    18 Sobre el pueblo de Santa Ana dice: '*Los miserables indios pretendenciertos bienes de la cofrada y segn parece tienen razn; el cura quiereque sean de a Iglesia; el teniente los trata como abados, los aprisiona, losazota, molesta y con esto los obliga a que desamparen el pueblo, con loque les forma auto de rebeldes y abados." Corts y Larraz, P.: 1958, T.I.,pg. 227.

    19 En 1555 los dominicos de Ciudad Real de Chiapas se dirigieron al Cabildode la misma pidiendo se aumentaran las tierras de las recin fundadasreducciones indgenas, el argumento central de la peticin consista en quelos: "(.

    ..) dichos indios que en el estn poblados tienen mucha estrechura

    y reciben vejacin los unos de los otros, a causa de ser el dicho sitio muypequeo, y no habrseles sido sealado y provedo tan cumplido como por

    ^v ' su Magestad, por la dicha su real provisicm fue y es mandado". La peticinfue negada por el Cabildo; de la respuesta se desprende adems, que elresto de los indgenas de la regin se encontraban en una situacin similar:"n cuanto al sitio que piden se les alargue a los dichos indios poblados,que no ha lugar de se les dar ni alargar ms de lo que tienen, que porque esen mucho perjuicio de esta ciudad, y que en el sitio que tienen, les sobra alos naturales que solan ser esclai>os de los espaoles, y que no se proveypara otros naturales ningunas ms de para eos (, , .)." Remesal, Fray A.

    .^ de: 1932 T. II., pg. 264. Sobre la forma arbitrara como les fueronasignadas las tierras a las comunidades indgenas vase tambin la nota 28.

  • ESTRUCTURA AGRARIA Y ASE^4TAMIENTO 3;^

    ?0 GarcaPelez,F. de P.:T. I., pg. 181-182. -^

    21 Desde los inicios de la dominacin espaola, la regin salvadorea secaracteriz por el monocultivo intensivo; el negocio del cacao primero ydel ail despus, provocaron grandes movimientos de poblacin espaola ymestiza hacia las zonas indgenas, los efectos socioeconmicos tuvieroncarcter definitivo y diferenciaran, al fnal, en forma radical a la regin delas otras provincias del Reyno de Guatemala. Corts y Larraz fue testigodel fenmeno y dej informacin al respecto: "En las tierras buenas ypueblos frtiles^ que entran los ladinos, se acaban hs indios, de que estestimonio toda la provincia de San Salvador, en que como llevo dichopuede ser que no haya indios por la dcima parte." Corts y Larraz, P.:1958, T. I., pg. 150. Pocos aos despus, el Intendente Ortiz de la Pea sereferira a lo mismo: "La franca libertad con que hasta aqu se hapermitido avecindar gente ladina en Pueblos de Indios contra lo dispuestopor la Ley ha producido innumerables daos y desordenes, que en el daya son muy difciles de remediar por ser crecido el nmero de individuosde las castas domiciliadas en algunos, donde componen una parte muyconsiderable de cada poblacicm. " Informe del Intendente D. Jos Ortiz deU Pea. San Salvador 18 de diciembre de 1787, AGI/AG, Ug. 576.

    22 Corts y Larraz, P.: 1958, T. I., pg. 139 y siguientes.

    23 Vase la noU 12; tambin: Solano, F. de: 1969, pg. 149 y siguientes.

    24 La relacin que se dio entre poder colonial, clases sociales y el proceso deconcentracin de la tierra ya lo tratamos en Pinto^ J. C, 1980 (a), pg. 30y siguientes.

    25 En la conquista y colonizacin espaola jug el capital comercial unaimportancia decisiva que se reflej, entre otras cosas, en la formacin deuna mentalidad de pillaje y enriquecimiento rpido y fcil en los gruposdominantes. n la medida en que el desarrollo econmico slo llega aalcanzar escasas proporciones, el dominio del capital comercial tiende amantenerse y a mantener el status de la produccin en su situacin desubdesarrollo con el objeto de asegurar su predominio sobre la misma. EnCentro Amrica el dominio parasitario del capital comercial es evidentehasta fines del perodo colonial y lleg a alcanzar, desde el pequeoproductor hasta los grandes hacendados dedicados exclusivamente a laactividad agrcola. Esto lo trataremos detenidamente en otro trabajo.MacLeod, M J.: 1973, pgs. 226 y 314, da bastante informacin sobre laforma como se realizaba el pillaje en las comunidades indgenas. Sobre losmiembros de la iglesia y el pillaje colonial vase la nota 46.

    '26 Todos estos aspectos de la historia colonial centroamericana estn an porinvestigarse. MacLeod, M. J.: 1973, pg. 87 y siguientes, da algunainformacin que apunta en el sentido sealado.

  • 34 JULIO PINTO SORIA

    27 Vase Kub, W.: 1974, pg. 70 y siguientes. ^

    28 Las grandes mortandades indgenas slo se pueden explicar teniendopresente el contexto colonial en que se producen; stas se dan,fundamentalmente sobre la base de tres elementos: a) escasez de tierras, b)extrema explotacin y, c) subalimentacin aguda. n una relacin de losdominicos de la Verapaz, redactada en 1574, se hace especialmenteevidente la forma cmo actuaban y los resultados que produca la accinconjunta de los tres factores mencionados. En la relacin se conjeturabasobre las posibles causas de la repentina mortandad indgena; ya que sloen loi ltimos trece aos haban muerto cerca de cuatro mil tributarios, esdepir, aproximadamente veinte mil indgenas, tomando cada familiatributaria en cinco miembros: "/ nmero de gente que contienen estospueblos, segn consta de la cuenta y tasacin que se hizo tres aos ha, es detres mil y ciento y treinta y cinco tributarios, y han disminuido en estostres aos ms de quinientos tributarios, como consta por la cuenta queacaba de hacer el Doctor Sedeo. Va la provincia en notable disminucin yacabndose muy de golpe, porque el ao 1561 empezaron a tributar, en elcual ao se tas por siete mil tributarios y ayunos ms y en trece que hancorrido despus ac falta el resto al sobredicho nmero. Qu sea la causade esta disminucin slo Dios lo sabe, aadiendo sernos tambin ocultaslas innumerables causas de los cielos y sus influencias (. . .j."Sin embargo,las causas eran lo suficientemente terrenales como para que pudieran pasarinadvertidas, como se reconoca ms adelante en el escrito: ''Estas y otrascausas, entre las cuales una es el haberse juntado en los pueblos porqueaunque esto es nfural y necesario para la polica y doctrinaaccidentalmente por la esterilidad de los campos que tienen alrededorpadecen grandemente cuanto a la ordinaria y suficiente sustentacin, assuya como de sus hijos y mujeres, no pudiendo acudir a los montes ybarrancos distantes. (, . .) de lo cual se sigue flaqueza y disminucin en lasalud natural y fuerzas (. - .) y por esta causa y por falta de mdicos ymedicina y refrigerio en sus enfermedades vemos que el enfermar y morirde los indios es todo uno, careciendo no slo regalos en sus enfermedades,*mas muchas veces y lo ms de continua comida que es sal, aj, frijoles yhierbas cocidas", A lo anterior se vena a siunar la extrema explotacincolonial a travs de la paga de tributos, trabajos forzados, etc. En la mismarelacin se menciona la construccin de im camino importante paratrasladar las mercancas provenientes de Europa a ciudad Guatemala:**Hicironse puentes, rompironse peas, abrironse montes, montaasasprisimas en l. Dur dies meses el abrirlo, andaban en este caminoseiscientos y setecientos indios cada semana, que iban de veinte y treintaleguas a l, murieron y enfermaron muchos en l. Prometise es paga ydisles la primera semana.** En 1561 se haba llevado a cabo laconstruccin del camino, trece aos despus los indgenas sobrevivientestodava estaban esperando la paga de los jornales de los restantes 9 meses ytres semanas. Reiadn de la Pkrovincia de la Verapaz ( ): 1955, pg.18-31.

  • ESTRUCTURA AGRARIA Y ASENTAMIENTO 35

    29 Relacin de los mritos y servicios de Don Francisco Xavier de Aguirre,coronel de Milicias regladas del Partido de San Miguel, y Alcalde Mayor dela Provincia de Verapaz en el Reyno de Guatemala, Madrid 2 de enero de1795, AGI/AG,Leg. 588.

    30 Ibid.

    31 Ibid. ^/:

    32 Ibid. /

    33 Esta era la forma tradicional y Corts y Larraz mismo la recomienda varasveces: *'El remedio serta quemar los pajuides y que se redujeran apueblos (, . .)," Corts y Larraz, P.: 1958. T. I., pg. 166. Con el nombrede pajuides*" recogera la historia esta forma de asentamiento indgena.Corts y Larraz los menciona constantemente.

    * De otros estudios puede inferirse que pajuides sera deformacin de '*parahuidos". (N. del Ed.).

    34 CortsyLaiTaz,P.: 1958, T.L pg. 215.

    35 1 asentamiento indgena y mestizo que surge al margen del controlcolonial es calificado [por Corts y Larraz] como: "(> . .j un meropretexto, para sacudir todo gnero de sujecin en lo espiritual ytemporal (. . ./' Corts y Larraz, P.: 1958, T. L pg. 203.

    36 Don Josef Alonso Corts Contador de las Cajas de Guathemala da cuenta asu Magestad. Guatemala 23 de febrero de 1 734, AGI/AG, Leg. 335.

    37 As lo destac tambin Corts y Larraz cuando se refiri a la dispersinrural en Chalatenango: "(.

    ..) en que advierte que de tres partes viven

    todos en despoblados, y de cuatro, las tres son de ladinos. Pues as sontodas estas provincias, desde Goathemala a la Verapaz. '* Corts y Larraz,P.: 1958, T. I., pg. 205.

    38 La importancia del mestizo en los dos sentidos sealados se dabatcrritorialmente en forma diferenciada. Como fuerza de trabajo tena queser ms importante en aquellas regiones econmicamente msdesarrolladas, por ejemplo en el territorio salvadoreo, donde la relacinjornalero-asalariado se encontraba ya bastante extendida a fines delperodo colonial, absorbiendo la temporada anual de ail cerca de 20,000jornaleros: **(,

    .

    .) pero en lo que se llama temporada y dura cada aocuatro y seis meses hay gente innumerable, pues se cuentan a ciento, y adoscientas personas las que trabajan la tinta en cada hacienda,

    * concurriendo a este efecto de varias partes gente de toda especie y

  • 36 JULIO PINTO SORIA vy

    desconocidos. El trabajo que se lleva en la temporada es de los mssensibles y rudos que pueden darse, porque sobre ser de todo el da y ande toda la noche, es en tierra sumamente calurosa entre una inundacin demoscas, que no se sabia explicar y con tal fatiga, que an corrindoles elsudor por todo el cuerpo, se arrojan a los ros con tan poca libertad, que sillevan alguna ropa a cuestas, as se arrojan sin sufrir el corto espacio quecostara despojarse de ella/* Corts y Larraz, P.: 1958, T. I. pgs. 157 y158. n el contexto de una sociedad colonial, como la centroamericana, sedificulta sobremanera la definicin del trmino "jornalero-asalariado.*' Enun documento de principios del siglo XIX se dice al respecto: "En variosterritorios, segn informe de los Jueces, no hay distincin de profesiones.Un da trabaja en su oficio el que lo tiene, y otro da va al campo aocuparse en siembras propias o ajenas. Tanto hacen los Ladinos a vaqueroscomo a pescadores, y tanto a peones de albail como a sastres.". VaseAGI/AG. Guatemala, 7 de mayo de 1804, Leg. 486. Resumen General delas Familias de Espaoles (. . .) Se trata, en realidad, de situaciones tpicasque se presentan en las sociedades precapitalistas, donde an no existe unaclara divisin entre las distintas clases y grupos sociales y donde losproductores directos an disponen, en una u otra forma, de medios deproduccin. En estas circimstancias, un jornalero-asalariado puede ser unpequeo productor, un arrendatario o bien un artesano, etc; sin embargo,en una etapa de transicin as todos tienen una cosa en comn: los mediosde produccin de que an disponen ya no son garanta suficiente paraasegurar la existencia diaria y por ello, se ven obligados a trabajar comojornaleros una parte de su tiempo.

    39 Es necesario que nos refiramos, a esta altura del trabajo, a la tesis quemantiene S. Martnez sobre el origen y desarrollo de las relacionescoloniales de produccin, principalmente a la que se relaciona con lacuestin de la dispersin rural mestiza, es decir, lo que dicho autordenomina "bloqueo agrario de los mestizos". Segn l, y a nuestroentender sta es su mayor falla interpretativa, los principales procesos quese dan en el agro colonial centroamericano fueron provocados de maneraconsciente por los grupos dominantes. As, el surgimiento de relaciones dedependencia entre el campesinado pobre mestizo y la minora dominantees expuesto no como el resultado de la propia dialctica interna del sistemasocioecoiSmico colonial local, sino como el producto de una especie deconfabulacin entre la Corona espaola y los grupos dominantes locales,que al no permitirle al mestizo el acceso a la tierra con la fundacin devillas, logran determinar a priori y conscientemente la forma y direccin enque se deben desarrollar las relaciones coloniales de produccin. Con estono podemos estar de acuerdo. Parece que el asunto de las villas fue unhecho circunscrito slo a la jurisdiccin del valle de Guatemala y no a latotalidad del territorio centroamericano, pero independientemente de esto,.es indudable que el factor consciente no juega el papel determinante que leasigna S. Martnez en la estructuracin de una sociedad clasista como la

  • ESTRUCTURA AGRACIA Y ASENTAMIENTO 37

    guatemalteca del perodo colonial. La dinmica de los procesos histricoscoloniales, entre otras cosas precisamente por llevarse a cabo en formaespontnea, slo pudo ser el resultado final de la interrelacin dialcticaexistente entre los distintos sectores sociales que hacan la totalidadsocioeconmica de la Colonia y, por consiguiente, no susceptible de serdirigida a voluntad en pro de los intereses de tal o cual grupo social. Con elobjeto de fundamentar su tesis, S. Martnez maneja las cifras sobre elasentamiento mestizo en forma un poco arbitraria, sin hacer mayoresdiferenciaciones de un territorio a otro, por ejemplo entre la reginguatemalteca y la salvadorea que, en este sentido, se pueden considerarpolos opuestos. Su mencionada concepcin lo lleva principalmente aasegurar que la mayor parte de la poblacin mestiza se encontrabaasentada en las grandes haciendas en calidad de colonos. Mientras noexistan estudios histricos concretos sobre las haciendas colonialescentroamericanas, es aventurado hacer tales afirmaciones. S. Martnez sebasa ante todo en la informacin que proporciona Corts y Larraz que, sinquitarle su carcter valioso, es bastante general, y precisa de ser manejadacon cuidado, ya que probablemente lo que Corts y Larraz denominacomo haciendas no era en su mayora necesariamente lo que hoyentendemos por tales; es decir, empresas de algunas dimensiones y concierto tipo y grado de organizacin econmica, sino pequeas o medianasexplotaciones campesinas, o simples asentamientos rurales dispersos.Corts y Larraz da noticia sobre una infinidad de haciendas; deinterpretarlas como lo hace S. Martnez, tenemos que llegar a la conclusinde que la economa de la regin se encontraba fuertemente desarrollada afines de la colonia, lo que a todas luces no era as, como lo testifica ladocumentacin de la poca, que se refiere constantemente a una economadispersa y slo escasamente desarrollada. Sobre la problemtica de ladispersin rural mestiza y el asunto de la fundacin de villas vase:Martnez Pclcz, S.: 1973, pg. 366-417. La situacin de la economacolonial centroamericana a fines ide la colonia la tratamos en un trabajo apublicarse prximamente por el Centro de Estudios Urbanos y Regionales(CEUR), Universidad de San Carlos, Guatemala.

    40 Pinto, J.C: 1980 (a).

    41 A principios del siglo XVIII se orden desde Espaa el levantamiento deun donativo real para todo el Reyno de Guatemala, los hacendados deChiquimula pidieron ima rebaja del mismo, as como la posibilidad depoder pagarlo con productos por no poder hacerlo en dinero: "(

    -) ^^^

    muy servido de moderarlos a una cantidad muy corta el referido donativoy que este puede pagar a dicho Alcalde Mayor en frutos de sus haciendaspor no haber en dicho Partido dinero con que hacer dicha paga, todo loreferido debe tener lugar por la miseria con que viven y hs pobresretirados en sus estanzuelas por no poder vivir en poblado por su sumamiseria(. . .j" AGG, Al, Exp. 52314, Lcg. 5963. Dos dcadas despus, en

  • 38 JULIO PINTO SORIA

    1732 todava se aseguraba que todo el comercio de la regin se hacia "acambalache**, es decir, a trueque. AGI/AG, Guatemala, 1732 Leg. 331.Testimonio de los autos(. .

    .).

    42 En 1730 informaba al respecto el cabildo eclesistico de ciudadGuatemala: **( ') y ^g^^^^ noble por no incurrir en cosas que desdigan asus obligaciones, y no poder mantenerlas con el lustre y decencia que a ellacorresponde; se ve precisada a acogerse al Sagrado de el Estado Eclesisticoy Religiones motivo porque la Nobleza se va extinguiendo (., ,)**Guatemala 16 de marzo de 1730. AGI/AG, Leg. 289.

    43 Ruiz de la Garza se refere largamente, a principios del siglo XVIII, a lasconsecuenciasMe la falta de comercio extemo, destacando, entre otras, lasiguiente: **(,

    ..j los republicanos, caballeros, espaoles, y hombres

    buenos, que tienen hijos, en llegando a competente edad los varones losprocuran meter en religin, con la mira muchos y an los ms de lasconveniencias que ofrecen las Doctrinas de indios que tienen, (de que nopocos males se advierten en el fin que los mueve) con que adquiriendoalguna, alivian en lo que consiguen el remedio a la miseria y cortedad desus padres y parientes; porque en el siglo no hay como mantenerse, con elporte que requiere la nenecesidad de sus personas, o la calidad de ellas; ylas seoras que pueden conseguir Dote, se recogen en los'Monasterios, porel mismo motivo y no haber quien las apetezca pobres. ** Don Joseph Ruizde la Garza hace una dilatada exposicin de el Estado en que se hallanaquellas provincias (. . .) Goathemala 17 de Junio de 1720, AGI/AG, Leg.259. Sobre esta problemtica vase tambin: MacLeod, M. J. 1973, pg.219 y siguientes.

    44 El sistema econmico de la colonia slo se fue imponiendo por etapas, enforma extremadamente irregular, hecho que estuvo determinado, en ltimainstancia, por el poco dinamismo de la economa de la regin. Lasfronteras administrativas del antiguo Reyno de Guatemala abarcaban unextenso territorio, pero en su interior, principalmente en la regin delAtlntico, existieron extensas zonas fuera del dominio espaol que seconvertiran en refugio de las masas explotadas. Esta situacin se mantuvoas an largos aos despus de pfoclamada la Independencia de Espaa en1821. Garca Pelez, F. de ?.: 1852, T. III., pg. 26. Vase tambin Pinto,J. C: 1980 (a) pg. 19 y guientes.

    45 AGI/AG Goathemala 17 de junio de 1720, Leg. 259. Don Joseph Ruiz dela Garza hace una dilatada (...)* V^ase la nota 43.

    46 Corts y Larraz llama constantemente la atencin sobre el esprituparasitario y merodeador que predominaba en la mayora de los curas del

    vvu,.,^ Reyno de Guatemala. En una parte los denomina abiertamente como

  • ESTRUCTURA AGRARIA Y ASENTAMIENTO 39

    "puros mercenarios'*. Corts y Uurraz, P,: 1958, T. L, pgi. 193-245.Refirindose a los eclesisticos de San Vicente constat: "En estaparroquia aparecen diez eclesisticos y an en todas estas parroquias haylos suficientes, pero tal vez fiera menor inconveniente, que no hubieraalguno; parte de ellos viven en las haciendas, pero Qu vida! Parteentregados al comercio de tintas y deshonestidades, sin tener el menorindicio de sacerdotes, ni se sabe que lo sean para otro que agravar losescndalos. " Ibid. pg. 193.

    47 Mndez, J. M.: 1971, pg. 41.

    48 Ms adelante Corts y Larraz precisa as su definicin: **(, . .) laexplicacin y definicin de los valles que los declara perfectamente, es a mientender en estos trminos: pueblos derramados, sin la menor sujecin aDios, a la Iglesia, ni al Rey, sin otra ley que gobierne que elgusto, antojo ycapricho de cada uno/* Corts y Larraz, P.: 1958, T. I., pg. 216.

    49 En 1591 se emiti la real cdula que puso en vigor el sistema decomposicin. Desde entonces las minoras parasitarias contaron con uninstrumento que vendra a regularizar y a darle base legal a la usurpacinde tierras en gran escala.Vase Pinto, J. C: 1980 (b).

    50 Segn el arancel vigente en el Reyno de Guatemala desde principios delsiglo XVni, la compra de tierras conllevaba, entre otros, los siguientesgastos: **Al medidor que hade ser Perito en la Agrimensura, y calidad de latierra, porque ha de jurar sobre uno y otro, en la informacin que se hagade su verdadero valor, a dos pesos por cada dta (. . .), a los dos tiradores dela cuerda un peso. Al defensor que se ha de nombrar a los indios siendointeresados, dos pesos por cada dta de ocupacin. A I interprete Espaol unpeso y si es mestizo o mulato cuatro reales (. . .). Por cada ttulo de tierrasque compre un Espaol, o Ladino, incluyendo las medidas, posturas, pujasy los dems recaudos esenciales evara lo mismo el Escribano, y OficialMayor sin que haya Ustincin en las caballeras y si el comprador es indio,

    < la mitad; si fuese comunidad de indios, o muchas comunidades, las dosterceras partes en conformidad de lo que est sealado (. . .) " Informe delos Ofciales Reales de Ciudad Guatemala, Guatemala 7 de octubre de1744, AGI/AG, Leg. 264. Adems, se debe tener presente, que los litigiossobre tierras se prolongaban a veces por generaciones, como veremos msadelante al tratar un caso concreto de litigio de tierras.

    51 Don Jacobo de Huerta da cuenta de haber partido a los Pueblos de SanRaymundo de las Casilbis, Santo Domingo Sinacao, y San PedroSacatepquez, al deslinde de las tierras respectivas (...), y averiguar las

    realengas. Guatemab, 28 de septiembre de 1 749, AGI/AG, Leg. 264.

  • 40 JULIO PINTO SORIA

    52 Sobre la jurisdiccin del antiguo valle de ciudad Guatemala vase:Chinchilla Aguilar, E.: 1961, pg. 159 y siguientes. Vase tambin Pinto, J.C: 1980 (b).

    53 Don Jacobo de Huerta da cuenta (...). Vase la nota 51.

    54 La documentacin consultada no deja la menor duda sobre esto, como lodemostraremos ms adelante, cuando tratemos im caso concreto sobrelitigio de tierras.

    ,

    .

    55 Markow, W.: 1956, pg. 312 y siguientes.

    56 A principios del siglo XIX se hacia constar en un docimiento: "Casi todoslos Ladinos domiciliados en pueblos de Indios lo son de antiguo, ya decincuenta, ya de ms, y muy pocos de menos de diez aos a esta parte'*.Resumen General (. . .), vase nota 5. Sobre las dimensiones delasentamiento mestizo en tierras indgenas vase el texto a la altura de lanota 21.

    AGI/AG Guatemala 7 de mayo de 1804, Leg 486. Resumen General de lasFamilias de Espaoles (...). Vase nota 21.

    57 Segundo Escrito de los Comunes Indios y Ladinos de Taxisco, sin fecha,pero escrito con toda seguridad entre 1730 y 1738, AGI/AG, Leg. 264.

    58 Escrito de los Indios de Taxisco del ocurso a la Real Audiencia,Guatemala^ (1730-1738), AGI/AG, Leg. 264.

    59 Tachas puestas a la relacin antecedente por dicho Seor Fiscal,Guatemala 2 de junio de 1738, AGI/AG, L^. 264.

    60 Escrito de los Indios de Taxisco del ocurso a la Real Audiencia, Guatemala(173.0-1738), AGI/AG, Leg. 264.

    - ::h-

    61 Segundo Escrito de los Comunes Indios y Ladinos de Taxisco, Guatemala(1730-1738), AGI/AG, Leg. 264.

    62 Tachas puestas a la relacin antecedente por dicho Seor Fiscal,Guatemala 2 de junio de 1738, AGI/AG, Leg. 264.

    63 Ibid.

    64 Vase el texto a la altura de la nota 61. ^

    65 La poca documentacin que hemos trabajado al respecto muestra que laquema de haciendas, la matanza de ganado etc., fueron medios utilizados amenudo por las masas campesinas para hacerle frente al expansionismo de

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    las grandes haciendas. Asi en 1644 acus un terrateniente salvadoreo alos indgenas de un pueblo vecino de haberle quemado la hacienda. De ladocumentacin se desprende que los indgenas actuaron asi para evitar queel hacendado sembrara jiquilite en unas tierras que les pertenecan. Elterrateniente present la queja frente a las autoridades locales y losindgenas fueron, desde luego, severamente castigados. Lo que ms temadicho terrateniente era que tal accin se convirtiera en un ejemplo ymoviera a los dems indgenas a actuar en igual forma: "A vuestra mercedpido y suplico mande recibir la informacin que ofresco (. . .) haciendovuestra merced justicia y castigue ejemplarmente a hs dichos indios y quepaguen los daos y prdidas que por su causa he tenido, porque dequedarse estos indios sin castigo se pueden temer mayores desdichas ascon este pu)lo como con los dems de esta provincia, por estar comoestn tan sobre s y sin ningn temor a la Real Justicia (. . .)" AGG, A1.53,Exp. 5487, Leg. 607.

    66 Vase la nota 79. ,,. / jJ

    67 Relacin de los Autos, su puesta y diminuta, Guatemala 27 de marzo de1738, AGI/AG, Leg. 264.

    68 Esto lo tratamos ya detenidamente en Pinto, J. C: 1980 (a).

    69 No obstante estar prohibido a espaoles, criollos y mestizos asentarse enpueblos indgenas, parece que Crcamo inici su carrera como latifundistaradicndose en el pueblo de Taxisco. Vase el documento citado en la nota67. Los mestizos declararon tambin que Crcamo haba logrado elreconocimiento del Seoro gracias a la estrecha vinculacin que tenia conuno de los aborgenes de Taxisco, probablemente se trataba de unaautoridad indgena./ Segundo Escrito de los Comunes Indios y Ladinos deTaxisco, Guatemala (1730-1738), AGI/AG, Leg. 264.

    70 Escrito de los Indios de Taxisco del ocurso a la Real Audiencia, Guatemala(1730-1738), AGI/AG, Leg. 264.

    71 **Por otro ltimo, porque habiendo entrado Don Thomas Sundn en kposesin de las haciendas de Don Nicols de Crcamo como marido, yconjunta persona de Dona Teresa de Crcamo, heredera del precitado DonNicols, consta de la primera, y siguiente hoja del cuaderno primerohaberse presentado dicho Don Thomas Suncin por el ao de 1 735 antevuestro Juez Privativo de las ventas, y composiciones de tierraspretendiendo primeramente se lanzacen os indios, y Cofrades de laDoctrina de Taxisco del Sitio nombrado el Monte de las Pabnas, o Potrerodel Coginicuil, que se dice Rincn del Toro, suponiendo haberseintroducido en l los referidos Indios a instancias de su Cura (. . .)** Tachaspuestas a la relacin antecedente por dicho Seor Fiscal, Guatemala 2 de

    de 1738, AGI/AG, Leg. 264.

  • 42 JULIO PINTO SORIA

    72 Segundo scrto de los (omunes Indios y Ladinos de Taxisco, Guatemala(1730-1738), AGI/AG, Leg. 264.

    73 Ibid.

    74 **(,. .) Y aunque para comprender sus remedidas, y agregar a sus tierras

    Don Thomas Suncin, uno de los herederos de dicho Crcamo, merepresento el que no se obrase la medida por sus ttulos presentados, sinoobservando las ejecutadas por Don Francisco de Montfar. Cuyapretensin, no pudo, ni debi tener lugar; respecto a ser expresamentecontra lo que se me ordena por el despacho de su Seora, y en graveperjuicio, y detrimento del Fisco, y Real patrimonio (. . .j"Informe del Juez Comisario Don Antonio Gutirrez de la Campa sobre lasmedidas del Sitio que poseen los Indios de Taxisco, Guatennala 3 de marzode 1836, AGI/AG, Leg. 264.

    75 Ibid.

    76 Ibid. 1 juicio de Gutirrez de la Campa fue totalmente contrario a losintereses de los Suncin: "(, . ,) con razones de menor peso, repugna lapretencin, que asimismo tena el dicho Suncin al Monte de la Giganta, sinotro fundamento, que suponer en sus diligencias Don Francisco deMontfar, tener, y pertenecer a dicho Obraje de San Jacinto; cuando de losmismos ttulos se infiere (. .

    .) lo contrario, respecto a que consta de ellashaberse hecho dichas medidas con citacin de los Naturales de San JuanTeiutla, que por entonces existan, haber estos prestado sucomenttmiento, por no ser en su perjuicio, lo que sin l no pudiera habersidp, respecto ser aquel rrumte ejidos suyos, como lo manifiestan losmuchos cacaguatales, que hasta hoy subsisten, y en que sucedieron los delPueblo de Taxisco por as razones, y motivos, que en su nombre aleg sudefensa^ y consta de los recaudos presentados en el segundocuaderno,' (.,.),"

    77 Vase Pinto. J. C : 1980 (a).

    78 La docuinentacin consultada no deja la menor duda sobre la parcialidaddel Alcaide Mayor en favor de Suncin: "habiendo venido los autos al

    'i. Jtagado del Seor A rana, el procurador Moscoso en nombre del comn, y^^ mayordomos de dicha Cofrada, movi artculo pretendiendo nulidad de-^ dichas medidas, que se substanci con audiencia de ambas partes por la de

    Suncin una certificacin jurada delA Icalde Mayor del Partido, de 'el ao de1735 que est a hojas 104 y que dice tener cierta ciencia de la ninguna

    a J