Pentalogia del Clerigo 3 - Mascaras de l - R.A. Salvatore.pdf

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REINOS OLVIDADOS Máscaras de la noche PENTALOGÍA DEL CLÉRIGO, LIBRO 3 R. A. Salvatore TIMUN MAS

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  • REINOS OLVIDADOS

    Mscaras de la noche

    PENTALOGA DEL CLRIGO, LIBRO 3

    R. A. Salvatore

    TIMUN MAS

  • Diseo de cubierta: Valerio Viano Ilustracin de cubierta: Daren Bader

    Ttulo original: Night Masks. The Cleric Quintet, Book Three Traduccin: Miquel Alonso Huget

    2002 Wizards of the Coast Inc All rights reserved

    Derechos exclusivos de la edicin en lengua castellana: Grupo Editorial Ceac, S.A., 2003

    Paseo Manuel Girona, 71 bajos - 08034 Barcelona (Espaa) Timun Mas es marca registrada por Grupo Editorial Ceac, S.A.

    www.editorialceac.com [email protected]

    ISBN: 84-480-3740-5 (Obra completa) ISBN: 84-480-3743-X (Volumen 3)

    Depsito legal: B. 41.267-2002 Impreso en Espaa por Hurope, S.L.

  • Prlogo

    El guerrero alto se movi incmodo en su asiento mientras miraba a su alrededor en la taberna casi vaca.

    No est muy concurrido esta noche coment el hombre delgado, que pareca sooliento, al otro lado de la mesa. Se inclin hacia atrs perezosamente, cruz las piernas, y pos un brazo delgado sobre ellas.

    El hombre ms corpulento lo estudi con cautela a medida que empezaba a comprender.

    Y t conoces a todos los presentes respondi. Por supuesto. El fornido guerrero mir hacia atrs a tiempo de ver como el ltimo de los clientes

    se escurra por la puerta. Nos han dejado solos porque se lo has pedido. Por supuesto. Mako te ha enviado. En la cara del hombre debilucho se form una sonrisa malvada, que se ensanch

    cuando el guerrero mir sus delgados brazos con desdn. Para matarme finaliz el hombretn tratando de parecer tranquilo. Al retorcer

    las manos, moviendo los dedos como si buscara algo en que mantenerlos ocupados, revel su nerviosismo.

    Se pas la lengua por los labios secos y mir alrededor rpidamente, sin apartar del todo la mirada del asesino. Vio que el hombre llevaba guantes, uno blanco y otro negro, y se reprendi a s mismo por no ser ms observador.

    Sabas que Mako vengara la muerte de su primo respondi finalmente el hombre delgado.

    Fue su culpa! replic el hombretn. Fue l quien dio el primer golpe. No tuve opcin...

    No soy juez ni jurado record el canijo. Slo un asesino respondi el guerrero, que sirve a cualquiera que le d la

    bolsa de oro ms grande. El asesino asinti sin sentirse insultado por la descripcin. El hombre delgado vio que su objetivo deslizaba, como quien no quiere la cosa,

    una mano en el bolsillo oculto en el interior de su tnica, por encima de la cadera derecha.

    Por favor, no lo hagas dijo el asesino. Haba estado vigilando escrupulosamente a este hombre durante muchas semanas y saba que haba un cuchillo escondido dentro de la tnica.

    El guerrero detuvo el movimiento y lo mir con incredulidad. Por supuesto, conozco el truco explic el asesino. No lo comprendes,

    Vaclav, querido muerto? No tienes sorpresas para m. Por qu ahora? protest despus de un momento de silencio; la ira del

    hombretn creca con su notoria frustracin. Ahora es el momento contest el asesino. Todas las cosas tienen su

    momento. Debera ser diferente un asesinato? Adems, hay asuntos que requieren mi

  • atencin en el oeste y el juego no puede continuar. Has tenido bastantes oportunidades de finalizar el asunto antes de ahora

    arguy Vaclav. De hecho, aquel hombre haba rondado cerca de l durante semanas, se haba ganado algo de su confianza, aunque ni siquiera saba el nombre del tipo. Los ojos del guerrero se estrecharon por la creciente frustracin cuando se dio cuenta de que la apariencia frgil del hombre, demasiado frgil para verlo como una amenaza, haba facilitado el acercamiento. Si este hombre, que ahora se revelaba como un enemigo, hubiera parecido ms amenazador, Vaclav nunca lo habra dejado acercarse tanto.

    Ms oportunidades de las que te creeras respondi el asesino con una risa socarrona. El hombretn lo haba visto a menudo, pero no tantas veces como el asesino, camuflado en unos disfraces variados y perfectos, haba visto a Vaclav.

    Me enorgullezco de mi ocupacin continu el asesino, a diferencia de los toscos exterminadores que vagan por los Reinos. Prefieren mantener la distancia hasta que se presenta la oportunidad de asestar el golpe, pero yo... sus ojos bulbosos llamearon con orgullo prefiero personalizar las cosas. Me he movido a tu alrededor. Varios de tus amigos han muerto, y te conozco tan bien que puedo anticipar cada uno de tus movimientos.

    La respiracin de Vaclav se torn entrecortada. Varios amigos muertos? Y este canijo amenazndole abiertamente? Haba vencido a innumerables monstruos de diez veces el peso de ste, haba servido con honor en tres guerras, incluso haba luchado contra un dragn! Sin embargo, ahora, tena miedo. Vaclav tuvo que admitirlo. Haba algo en el conjunto de la trampa, que no encajaba en el asunto.

    Soy un artista divag perezosamente el tipo delgado. Por eso nunca cometer un error, razn por la cual sobrevivir mientras muchos otros asesinos a sueldo se van a la tumba muy pronto.

    T eres un simple asesino y nada ms! grit el hombretn, con desbordada frustracin. Salt de su asiento y sac una espada enorme.

    Un dolor agudo lo detuvo, y se encontr a s mismo sentado otra vez. Parpade, tratando de encontrarle un sentido a todo, ya que se vio a s mismo en el bar vaco. Estaba, de hecho, mirando fijamente su propia cara! Se qued boquiabierto mientras l, su propio cuerpo!, devolva la enorme espada a su funda.

    Demasiado burdo oy Vaclav que deca su cuerpo. Baj la mirada hacia su apariencia actual, el cuerpo dbil del asesino.

    Y demasiado descuidado continu el asesino. Cmo...? Me temo que no tengo tiempo de explicarlo respondi el asesino. Cmo te llamas? grit Vaclav en un esfuerzo por distraerlo. Espectro respondi el asesino. Se lanz hacia adelante, confiado de que la, en

    apariencia, forma andrgina a la que conoca tan bien, no podra reunir la velocidad para escapar o la fuerza para rechazarlo.

    Vaclav sinti cmo lo levantaban del suelo, las manazas deslizndose alrededor de su cuello.

    El espectro de quin? grit el hombre desesperado y fuera de control. Dio una patada tan fuerte como su nuevo cuerpo le permiti, un intento verdaderamente lamentable contra la corpulenta y poderosa forma que ahora posea su enemigo. Luego dej de llegarle aire a los pulmones.

    Vaclav oy el chasquido de los huesos, y fue lo ltimo que oy. No el espectro respondi el victorioso asesino al cuerpo inerte, slo

    Espectro. Entonces se sent a acabar su bebida. Este trabajo haba sido perfecto; con qu facilidad haba llevado a Vaclav hacia una posicin tan vulnerable.

  • Un artista dijo Espectro levantando su copa en un brindis a su salud. Su autntico cuerpo se reparara mgicamente antes del amanecer, y entonces lo podra recuperar abandonando el armazn vaco del cuerpo de Vaclav.

    Espectro no haba mentido cuando mencion asuntos urgentes en el oeste. Un mago haba contactado con el gremio de asesinos, con la promesa de recompensas extraordinarias por una ejecucin menor.

    Desde luego el precio deba ser alto, ya que sus superiores lo haban requerido para emprender el trabajo. El mago aparentemente quera al mejor.

    El mago quera un artista.

  • 1 Prados tranquilos

    Cadderly camin lentamente desde la nica torre de piedra, al otro lado de los prados, hacia la ciudad de Carradoon, junto al lago. El otoo haba llegado a la regin; los pocos rboles que haba en la senda de Cadderly, arces rojos la mayora, brillaban relucientes con sus vestidos otoales. Aquel da el sol era brillante y clido, en contraste con las fras brisas que soplaban de las cercanas Montaas Copo de Nieve con fuerza suficiente para levantar la capa de seda azul mientras andaba, y doblar las alas anchas de su sombrero, de un azul parecido.

    El atormentado joven no advirti nada. Cadderly apart unos mechones castaos de sus ojos grises, y se impacient

    cuando el despeinado cabello, ms largo de lo que nunca lo haba llevado, volvi a caer con rebelda. Lo apart de nuevo, y luego repiti la operacin; al final lo remeti bajo el ala del sombrero.

    Carradoon apareci un momento ms tarde, a la orilla del amplio Lago Impresk y rodeado por los campos cercados de ovejas, ganado y cultivos. La ciudad estaba amurallada, como lo estaban muchas ciudades de los Reinos, con muchos edificios de varios pisos amontonados en su interior, refugio de los siempre acechantes peligros. Un largo puente conectaba Carradoon con una isla cercana, una parte de la ciudad reservada para los ms acomodados mercaderes y funcionarios dirigentes.

    Como siempre que vena por este camino, Cadderly observ la ciudad con sentimientos contradictorios y ambiguos. Haba nacido en Carradoon, pero no recordaba esa parte precoz de su vida. La mirada de Cadderly se apart de la ciudad amurallada y se dirigi al oeste, a las imponentes Copo de Nieve, donde estaba la Biblioteca Edificante, un resguardado y seguro baluarte del conocimiento.

    se haba sido el hogar de Cadderly, aunque se dio cuenta de que ya no lo era, y sinti que no poda volver all. No era un hombre pobre. El mago de la torre que acababa de dejar, una vez le pag una suma enorme por transcribir un libro de conjuros perdido y gracias a ello tena los medios para vivir con relativa comodidad.

    Pero todo el oro del mundo no habra hecho posible un hogar para Cadderly, ni habra liberado su atormentado espritu de su confusin.

    Cadderly se haba hecho adulto, haba aprendido la verdad de su mundo imperfecto y violento, de golpe y porrazo. El joven erudito se haba puesto en situaciones ms all de su experiencia, se haba visto forzado a hacer el papel de hroe guerrero cuando lo que l realmente quera era leer aventuras en libros de leyenda. Haca poco que haba matado a un hombre, y haba luchado en una guerra que haba destrozado, desgarrado y marcado un antiguamente prstino bosque silvano.

    Ahora no tena respuestas, slo preguntas. Cadderly pens en su habitacin de la Bragueta del Dragn, donde el Tomo de la

    Armona Universal, el libro ms preciado del dios llamado Deneir, descansaba abierto en su pequea mesa. Se lo haba dado Pertelope, una sacerdotisa de alto rango de su orden, con la promesa que en su recia encuadernacin podra encontrar sus respuestas.

    Cadderly no estaba seguro de creerlo.

  • El joven erudito estaba sentado en una elevacin cubierta de hierba que dominaba la ciudad, se rasc la barba incipiente y se interrog sobre su propsito y vocacin en su confusa vida. Se sac el sombrero de ala ancha y se qued mirando la insignia de porcelana que estaba prendida en la cinta roja: un ojo y una vela, el smbolo sagrado de Deneir, la deidad dedicada a la literatura y a las artes.

    Cadderly haba servido a Deneir desde sus ms tempranos recuerdos, aunque no estaba seguro de lo que ese servicio entraaba, o el propsito real de dedicar su vida a cualquier dios. Era un erudito y un inventor y crea de todo corazn en los poderes del conocimiento y la creacin, dos dogmas muy importantes para la religin de Deneir.

    Slo recientemente Cadderly haba empezado a creer que el dios era ms que un smbolo, ms que un ideal forjado para que los eruditos lo emularan. En el bosque de los elfos, Cadderly haba sentido el nacimiento de poderes que no entenda. Haba curado mgicamente la herida de un amigo que de otra manera se hubiera demostrado mortal. Haba adquirido una comprensin sobrenatural de la historia de los elfos, no slo sus acontecimientos registrados, si no sus sentimientos, el aura sobrenatural que haba dado a la antigua raza su identidad. Haba observado con asombro cmo el espritu de un noble caballo se elevaba por encima de su cuerpo destrozado y se alejaba con solemnidad. Haba visto como una drada desapareca dentro de un rbol y haba ordenado al rbol que echara fuera a la elusiva criatura; y el rbol haba escuchado su orden!

    No haba duda para el joven Cadderly: haba una magia poderosa en l, concedindole esos terrorficos poderes. Sus amigos llamaban a esa magia Deneir y decan que era una cosa buena, pero a la luz de lo que haba hecho, en qu se haba convertido, y de los horrores de los que haba sido testigo, Cadderly no estaba seguro de querer a Deneir con l.

    Se levant de la elevacin cubierta de hierba y continu su camino hacia la ciudad amurallada, hacia la Bragueta del Dragn y hacia el Tomo de la Armona Universal, donde slo poda rezar para encontrar alguna respuesta y algo de paz.

    Pas la pgina, sus ojos tratando desesperadamente de escudriar el reciente material en el breve instante que le llev pasar la pgina otra vez. Era imposible; Cadderly simplemente no poda contener su deseo, su insaciable apetito, de pasar las pginas.

    Haba terminado con el Tomo de la Armona Universal, una obra de casi dos mil pginas, en pocos minutos. Cadderly cerr el libro con fuerza, frustrado y temeroso. Trat de levantarse de su escritorio pensando que quiz debera ir a dar un paseo, o ir a ver a Brennan, el hijo adolescente del posadero que se haba convertido en un entraable amigo.

    El libro lo retuvo antes de que pudiera levantarse del asiento. Con un impaciente y desesperado gruido, el joven erudito dio la vuelta al libro y empez su bsqueda una vez ms. Las pginas pasaban a un ritmo enloquecido; Cadderly apenas poda leer ms de una palabra o dos en cada una de las pginas, y, a pesar de eso, la cancin del libro, los significados especiales detrs de las simples palabras, sonaban claros en su mente. Pareca como si todos los misterios del universo estuvieran imbuidos en la dulce y nostlgica meloda, una cancin de vida y de muerte, de salvacin y condena, de energa eterna e infinita materia.

    Tambin oy voces, antiguos acentos y tonos reverentes que cantaban en los rincones ms profundos de su mente, pero no poda entender ninguna de las palabras, como ocurra con las palabras escritas en las pginas del libro. Cadderly las poda ver como un todo, poda ver sus connotaciones, pero no as sus letras.

  • El joven erudito sinti que sus fuerzas se acababan rpidamente mientras continuaba su lectura. Los ojos le dolan, pero no los poda cerrar; su mente corra en demasiadas direcciones, desvelando secretos que despus almacenaba de vuelta a su subconsciente de una manera ms organizada. En esas breves transiciones entre una pgina y otra, Cadderly se las arregl para preguntarse si se volvera loco, o si la obra lo consumira emocionalmente.

    Entonces comprendi algo ms, y la idea finalmente le dio la fuerza para cerrar el libro. Varios de los clrigos de Deneir de ms alto rango de la Biblioteca Edificante haban sido hallados muertos, cados sobre este mismo libro. Las muertes siempre fueron vistas como causas naturales, todos esos clrigos eran mucho mayores que Cadderly, pero la intuicin de Cadderly le deca otra cosa.

    Trataron de or la cancin de Deneir, la cancin de los misterios universales, pero no haban sido lo suficientemente fuertes para controlar los efectos de esa extraa y bella msica. Fueron consumidos.

    Cadderly frunci el entrecejo ante la cubierta negra del libro como si fuera una cosa demonaca. No lo era, se record, y, antes de que sus temores lo hicieran cambiar de opinin, abri el libro una vez ms desde el principio, y empez con su bsqueda frentica.

    Lo asalt la melancola; las puertas que bloqueaban las revelaciones se abrieron de par en par y sus contenidos encontraron un lugar en la receptiva mente del joven Cadderly.

    Paulatinamente los ojos del erudito se cerraron por el agotamiento, pero la cancin continuaba, la msica de las esferas celestiales, de la aurora y el ocaso y de todos los detalles que se sucedan eternamente en el conjunto.

    Continu sin parar, una cancin sin final. Cadderly se sinti caer dentro de ella, transformndose en nada ms que una nota pasajera entre un nmero infinito de notas pasajeras.

    Sin parar... Cadderly? La llamada vino de lejos, como si fuera de otro mundo. Cadderly

    not cmo una mano le agarraba el hombro, sustancial y fra, y sinti cmo se volva amablemente. Abri un sooliento ojo y vio la mata de pelo negro y rizado enmarcando la cara resplandeciente del joven Brennan.

    Ests bien? Cadderly asinti con debilidad y se restreg los ojos legaosos. Se enderez en la

    silla notando una docena de punzadas en varias partes de su entumecido cuerpo. Cunto rato haba estado dormido?

    No haba sido sueo, descubri entonces el joven erudito para su cada vez mayor horror. El cansancio que lo haba apartado de la conciencia era demasiado profundo para curarse con un simple sueo. Entonces, qu?

    Era un viaje, sinti. Se sinti como si hubiera estado en un viaje. Pero adnde? Qu estabas leyendo? pregunt Brennan, inclinndose ms all de l para

    observar el libro abierto. Las palabras apartaron a Cadderly de sus reflexiones. Repentinamente aterrorizado, empuj a Brennan a un lado y cerr el libro con fuerza.

    No lo mires! respondi con aspereza. Brennan pareci perdido. Yo... lo siento se excus, a todas luces confundido, con sus ojos verdes

    alicados. No quera hacerlo... No interrumpi Cadderly, mientras forzaba una sonrisa encantadora en la

    cara. No haba pretendido herir al muchacho que haba sido tan amable con l durante las ltimas semanas. No hiciste nada malo. Pero promteme que nunca mirars en

  • este libro, no a menos que yo est aqu para guiarte. Brennan dio un paso alejndose del escritorio, mirando el tomo cerrado con

    sincero miedo. Es mgico confes Cadderly, y puede causar dao a aquel que no lo lee

    apropiadamente. No estoy enfadado contigo; de verdad. Slo me asustaste. Brennan asinti con debilidad, pareca escptico. Te traje la comida explic, sealando hacia una bandeja que estaba encima

    de la mesilla de noche junto a la pequea cama de Cadderly. El joven erudito sonri ante la visin. El cumplidor Brennan. Cuando lleg a la

    Bragueta del Dragn deseaba soledad y lo arregl con Fredegar Harriman, el posadero, para tener la comida junto a la puerta. Aunque el arreglo haba cambiado rpidamente al conocer y simpatizar con Brennan. Ahora el chaval se senta libre de entrar en la habitacin del joven clrigo y entregar las bandejas de comida, siempre ms abundantes de lo que haba estipulado, personalmente. Cadderly, a pesar de toda la terquedad y el comportamiento glido que haba desarrollado despus de los horrores de la guerra de Shilmista, pronto descubri que no poda resistirse a la inofensiva camaradera.

    Cadderly mir la bandeja de la comida durante un largo rato. Descubri algunos restos de migajas en el suelo, unos de un bizcocho y otros ms oscuros de la corteza del pan del medioda. Las cortinas de su pequea ventana haban sido corridas y la lmpara haba sido encendida y apagada.

    No pudiste despertarme las ltimas tres veces que viniste? pregunt. Tres veces? vacil Brennan sorprendido de que Cadderly hubiera deducido

    que haba estado en la habitacin tres veces anteriormente. Para dejar el desayuno y luego el almuerzo razon Cadderly, y entonces se

    call, cayendo en la cuenta de que no debera saber lo que saba. Luego una vez ms para comprobar que estaba bien, cuando encendiste la lmpara y corriste las cortinas.

    Cadderly volvi la mirada hacia Brennan y se sorprendi de nuevo. Casi solt un grito de alerta, pero se dio cuenta rpidamente de que las imgenes que vio bailando en los hombros del joven, formas difusas de chicas escasamente vestidas que danzaban, de pechos intangibles, eran producidas por su imaginacin, una interpretacin de su mente.

    Cadderly apart la mirada y cerr los ojos con fuerza. Una interpretacin de qu? Volvi a or la cancin en la distancia. Esta vez el canto era concreto, las mismas

    frases repetidas una y otra vez, aunque Cadderly todava no poda descifrar las palabras exactas, excepto una: aurora.

    Ests bien? repiti Brennan. Cadderly asinti y volvi a mirarlo, esta vez no estaba tan sorprendido por las

    sombras danzantes. Lo estoy respondi sinceramente. Y te he retenido ms de lo que t

    deseabas. Brennan levant una ceja interesado. Ten cuidado en la Mariposa Nocturna advirti Cadderly, al referirse a la

    srdida taberna al final de la calle Lakeview, en la parte oriental de Carradoon, cerca de donde el Ro Shalane flua hacia el Lago Impresk. Cmo un chico de tu edad logra entrar en ese sitio?

    Cmo...? tartamude Brennan, sonrojndose. Cadderly lo despidi, con una ancha sonrisa en la cara. Los pechos danzantes

    sobre el hombro de Brennan desaparecieron en un estallido de puntos negros. Aparentemente las suposiciones de Cadderly haban puesto fuera de combate las necesidades del adolescente.

    Circunstancialmente, Cadderly se dio cuenta mientras Brennan se diriga a la

  • puerta, que las sombras se haban empezado a formar de nuevo. Las carcajadas de Cadderly hicieron que Brennan se diera media vuelta.

    No se lo dirs a mi padre? implor. Cadderly le hizo un gesto para que se fuera, reprimiendo la necesidad de echarse a

    rer. Brennan vacil, perplejo. Se relaj casi de inmediato, recordndose a s mismo que Cadderly era su amigo. Una sonrisa apareci en su cara al mismo tiempo que una bailarina apareca en su hombro. Chasque los dedos y desapareci con presteza de la habitacin.

    Cadderly se qued mirando la puerta cerrada y las acusadoras migas del suelo junto a su mesilla de noche.

    Las cosas le haban parecido demasiado obvias, lo que haba pasado en su habitacin cuando estaba dormido, y las intenciones de Brennan para una noche de diabluras. Tan obvio, y con todo, Cadderly saba que no debera serlo.

    Aurora? susurr, buscando el significado. El ocaso? tradujo Cadderly, y sacudi la cabeza lentamente; qu tena que ver el ocaso con las siluetas de chicas bailando en el hombro de Brennan?

    El joven clrigo volvi a posar la mirada en el tomo. Encontrara la respuesta all?

    Tuvo que forzarse a comer, recordarse que necesitara toda su fuerza en las horas que le aguardaban. Poco despus, con el hambre saciada y otra preocupacin aadida, Cadderly volvi a sumergirse en el Tomo de la Armona Universal.

    Las pginas empezaron a pasar con la cancin sonando sin descanso.

  • 2 Limpiando

    Danica apart de un soplido un mechn pelirrojo de delante de sus exticos ojos almendrados y mir con atencin el sendero del bosque, buscando algn signo del enemigo que se acercaba. Cambi sus cuarenta y cinco kilos de peso de un pie a otro, siempre en perfecto equilibrio, sus msculos trabajados con precisin, tensos, anticipando lo que tena que pasar.

    Los enanos estn en posicin? pregunt Elbereth, el nuevo rey de los elfos de Shilmista, sus extraos, casi sobrenaturales, ojos plateados posados ms en los rboles que en el sendero que delimitaban.

    Otros dos elfos, una doncella de pelo dorado y otro con el pelo negro tan llamativo como el de Elbereth, llegaron para unirse a sus amigos.

    Asegurara que los enanos estarn preparados a tiempo afirm Danica al rey elfo. Ivn y Pikel nunca nos han decepcionado.

    Los tres elfos asintieron; Elbereth no poda hacer otra cosa que sonrer. Record la primera vez que se encontr con los enanos gruones, cuando Ivn, el ms hosco de los dos, lo descubri atado e indefenso. El elfo nunca hubiera credo que pronto llegara a confiar tan implcitamente en los hermanos barbudos.

    La drada ha vuelto dijo Tintagel, el mago elfo de cabellos negros a Elbereth. Dirigi la mirada del rey elfo hacia un rbol cercano, donde Elbereth se las arregl para distinguir a Hammadeen, la elusiva drada, cuando su forma bronceada y de pelo verde se asom por un lado del tronco.

    Trae noticias de que el enemigo pronto llegar coment Shayleigh, la doncella elfa. El tono ansioso de su voz y el repentino destello que apreci en sus ojos le recordaron a Danica las ansias de luchar de la fogosa doncella. Danica haba visto a Shayleigh en accin con la espada y el arco, y tena que coincidir con la declaracin de Ivn Rebolludo de que estaba contento de que Shayleigh estuviera de su lado.

    Tintagel hizo seas con la mano para que los otros lo siguieran hasta el resto de los elfos reunidos, apenas unos cuarenta de la gente de Elbereth, casi la mitad de los elfos que quedaban en Shilmista. El mago observ el paisaje por un momento, luego empez a ubicar a los elfos a lo largo de los lados del sendero, tratando de distribuir correctamente aquellos que eran mejores en el combate cuerpo a cuerpo y aquellos que eran mejores con los grandes arcos. Llam a Danica a su lado y empez la entonacin de un conjuro mientras andaba a lo largo de las lneas de los elfos y espolvoreaba trozos de corteza de abedul.

    Cuando estaba a punto de acabar el conjuro, Tintagel ocup su posicin. Danica se dirigi a su acostumbrado lugar junto a l, que entonces espolvore los trozos sobre s mismo y su escolta humano.

    El conjuro se complet, y donde antes estaban Danica y cuarenta guerreros elfos, ahora haba abedules bastante comunes.

    Danica prest atencin, desde su nuevo disfraz, al bosque que la rodeaba, que ahora le pareca borroso y nebuloso, ms un sentimiento que una visin definida. Se centr en el camino, sabiendo que ella y Tintagel deban permanecer atentos a lo que les

  • rodeaba, deban estar preparados para salir de su conjuro de cambio de forma tan pronto como Ivn y Pikel empezaran el asalto.

    Se pregunt qu apariencia tendra como rbol, y pens, como siempre pensaba cuando Tintagel lanzaba el conjuro, que le gustara pasar un tiempo en esta forma, viendo el bosque a su alrededor, sintiendo su fuerza en sus pies convertidos en races.

    Pero ahora era el momento de matar. Oo lament Pikel Rebolludo, un enano de hombros abultados, con la barba

    teida de verde, una trenza que le llegaba a media espalda y con sandalias en sus pies nudosos, mientras miraba el distante espectculo del conjuro de Tintagel. La mirada anhelante era digna de verse, y Pikel casi se cay del rbol en el que se sentaba.

    No, t no! susurr su hermano con aspereza desde el otro lado del camino, desdeando las tendencias drudicas de Pikel. Ivn se remeti la barba amarilla en el ancho cinturn y movi incmodo sus duras posaderas enanas en la rama del rbol y su casco con astas de ciervo en la cabeza, mientras trataba de encontrar una posicin confortable en su poco habitual situacin elevada. En una mano aguantaba un garrote hecho con el grueso tronco de un rbol muerto. Una gruesa cuerda estaba atada alrededor de su cintura y anudada a una rama ms alta que sobresala hasta la mitad del sendero.

    Ivn haba aceptado el asiento alto al saber la diversin que le reportara, pero se neg a ser transformado en un rbol, por encima de los gimoteos de su hermano que quera ser druida. Ivn propuso una cosa, y le pregunt a Tintagel sobre una variacin de su poderoso conjuro, pero el mago elfo declin, explicando que no tena el poder para transformar a la gente en rocas.

    Al otro lado del camino, en una posicin opuesta a la de Ivn, Pikel pareca mucho ms confortable en el rbol sujetando su propio garrote tronco de rbol. l tambin llevaba una cuerda alrededor de la cintura, el otro extremo de la de Ivn. Sin embargo la comodidad de Pikel en su posicin no poda vencer su enfurruamiento, provocado por su anhelo de estar con los elfos, de ser un rbol sobre la tierra de Shilmista.

    Los gruidos roncos de los goblins en el camino alertaron a los enanos de la aproximacin del enemigo.

    Comadrejas susurr Ivn con una sonrisa de oreja a oreja, tratando de levantar el arisco humor de su hermano. Ivn no quera que su hermano hiciera pucheros en ese momento crtico.

    Los dos enanos cogieron con fuerza sus armas. Pronto la banda de enemigos pas bajo ellos, goblins feos, de brazos largos,

    mezclados con los orcos de cara de cerdo y los orogs ms grandes. Ivn tuvo que obligarse a s mismo a no escupir al miserable tropel, tuvo que recordarse que tendra ms diversin si l y su hermano podan mantener sus posiciones slo un poco ms.

    Entonces, como les haba dicho que pasara, surgi un gigante, andando con dificultad por el camino, al parecer sin atender a lo que le rodeaba. Por lo que deca la drada ste era el ltimo gigante que quedaba en Shilmista, Ivn no estaba dispuesto a dejar que el monstruo se arrastrara hasta su hogar en las montaas.

    Comadrejas repiti Ivn en un susurro, el mote que haban escogido l y su hermano, un ttulo que saba que el gigante, por encima de los dems, apreciara en otro momento.

    La enorme cabeza oscil de arriba abajo cada vez ms cerca. Un goblin se detuvo de pronto y olfate el aire.

    Demasiado tarde. Ivn y Pikel levantaron sus garrotes y, con un gesto de la cabeza, saltaron de sus

  • posiciones, cayendo hacia el camino. Su coordinacin fue perfecta y el absorto gigante dio un paso entre ellos, con la mirada hacia el frente y la cabeza balancendose a la altura exacta.

    Pikel impact justo un instante antes que Ivn; los fuertes enanos emparedaron la cabeza del monstruo con un tremendo garrotazo. Ivn solt de inmediato su arma para sacar su preferida hacha de doble hoja.

    Abajo, en el sendero, los monstruos ms pequeos entraron en pnico, empujando, cayendo al fango y corriendo en todas direcciones. Haban perdido demasiados compaeros en las ltimas semanas, y saban lo que se les vena encima.

    El mago Tintagel grit la slaba de disipacin; Danica y cuarenta elfos con ella volvieron a su forma original, tensaron los arcos y cargaron agitando las brillantes espadas por encima de sus cabezas.

    El gigante, atontado, se bambole, pero obcecado, con torpeza, aguant el equilibrio, e Ivn y Pikel, que estaban colgados seis metros por encima del sendero, empezaron a trabajar.

    El hacha de Ivn cort una oreja; el garrote de Pikel aplast la nariz encima de la mejilla. Una y otra vez golpearon a la bestia. Saban que all arriba eran vulnerables, saban que si el gigante se las arreglaba para darles un nico golpe, enviara probablemente a uno de ellos a medio camino de la Biblioteca Edificante. Pero por el momento los hermanos no pensaban en ese hecho sombro; tenan demasiada diversin.

    Bajo los enanos colgantes lleg el sonido de los arcos lficos soltando andanada tras andanada de flechas que se clavaron en carne de goblin, orco y orog.

    Murieron una veintena de criaturas; otras dieron gritos de agona y terror cuando los despiadados elfos avanzaron, espada en ristre, cortando los cuerpos de esos viles invasores, los monstruos que tanto haban mancillado su precioso hogar lfico.

    Danica divis a un grupo de goblinoides que se escabullan entre los rboles de un lado. Llam a Tintagel y fue a toda prisa en su persecucin con las dagas de cristal en la mano, una con la empuadura de oro labrada en imitacin a un tigre, la otra, con la empuadura de plata labrada en forma de dragn.

    El garrote de Pikel lanz la cabeza del gigante hacia atrs con tanta brutalidad que los enanos oyeron el crujido seco del hueso del cuello. De alguna manera el gigante aguant el equilibrio slo un momento ms, pareca atontado y confundido, y luego se qued muy quieto. Se tambale sobre los talones de sus enormes pies y se desplom como un rbol talado.

    Rpidamente, Ivn observ la zona de impacto delante de la bestia que caa. Dos! aull el enano cuando el cuerpo del gigante enterr a dos

    desafortunados goblins al tocar el suelo. Me debes una moneda de oro! rugi Ivn. Pikel asinti contento, ms que

    deseoso de pagar la apuesta. Preparado para ms? grit Ivn. Oo oi! respondi Pikel entusiasmado. Sin advertir a su hermano, Pikel

    agarr una rama cercana y tir a toda prisa del lazo que rodeaba su cintura, liberando su extremo de la cuerda.

    Ivn se las arregl para abrir los ojos de par en par, pero las inevitables maldiciones dirigidas contra su hermano tendran que esperar al tomar un descenso directo hasta el suelo. Para mrito de Pikel, Ivn, que caa como un plomo, aplast a un goblin.

    El enano de barba amarilla se levant de un brinco escupiendo tierra y maldiciones. Como quien no quiere la cosa dej caer el hacha sobre la nuca del goblin

  • herido, acabando con sus quejas, y levant la mirada hacia su hermano, que estaba haciendo un descenso ms convencional por el rbol.

    Pikel se encogi de hombros y mostr una sonrisa angelical. Oops dijo a modo de disculpa, e Ivn, en silencio, pronunci la palabra al

    mismo tiempo que la dijo Pikel, anticipando por completo la muy habitual disculpa. Cuando llegues aqu abajo... empez a amenazar Ivn, pero los goblins se

    cernieron de pronto sobre el vulnerable enano. Ivn aull de felicidad y olvid cualquier enfado contra su hermano. Despus de todo, cmo era posible estar enfadado con alguien que lo haba tirado justo en medio de tanta diversin?

    El goblin que encabezaba al grupo huido gate entre la espesa maleza, desesperado por dejar atrs la carnicera. El monstruo se enganch un tobillo en una de las muchas races entrecruzadas que sobresalan por doquier en esta regin, y obstinadamente se liber. Luego volvi a engancharse, y esta vez no se libr del agarre con tanta facilidad.

    El goblin chill y tir, luego mir a su espalda para ver, no una raz, sino una mujer con una sonrisa lobuna que aguantaba con fuerza su tobillo.

    Danica le torci el brazo con un tirn repentino y sali de su escondite cargando, haciendo caer a la desafortunada criatura. Estuvo sobre el goblin en un instante, la mano libre apartaba los ftiles manotazos de la frentica criatura mientras la otra mano, que sujetaba la daga de empuadura de oro, se proyect hacia adelante con una nica y cruel cuchillada.

    Danica pocas veces necesitaba ms de una. La joven se levant sobre la criatura sin vida, encarando abiertamente a sus

    sorprendidos camaradas, que serpenteaban entre los rboles a su espalda y a los lados. El grupo la observ con curiosidad y mir a su alrededor, sin realmente saber qu hacer con la mujer. De dnde haba salido, y por qu estaba sola? No se movi ni una hoja ni arbusto en esta rea, aunque la lucha continuaba en el camino.

    Con esa idea en la mente, un orog conmin a sus camaradas a atacar, ansioso por obtener como mnimo una vctima en medio del desastre. El grupo de monstruos se acerc hasta Danica desde tres lados a travs de los arbustos y las zarzas, ganando confianza y resolucin a cada paso.

    Elbereth se dej caer de la rama de un rbol que estaba encima de Danica, su espada brillante y su armadura reluciente mostraban su destacada categora entre el clan elfo. Algunos de los monstruos se detuvieron del todo, los otros avanzaron ms lentamente, mirando con curiosidad al elfo, a la mujer y a sus camaradas menos valientes.

    A unos metros de ellos, Shayleigh apareci detrs de un rbol y de inmediato puso el arco a trabajar, abatiendo a la criatura ms cercana a sus compaeros.

    Los orogs dieron gritos de retirada, una orden que los goblins siempre estaban dispuestos a seguir. Sin embargo Elbereth y Danica se movieron antes que ellos y alcanzaron a los primeros goblins en un ataque fulminante, mientras Shayleigh concentr su fuego en los orogs.

    Los monstruos que no estaban combatiendo corrieron a lo loco, escogiendo sus rutas de escape entre los rboles y los tupidos arbustos.

    Un muro de niebla apareci frente a ellos. Los aterrorizados goblins resbalaron hasta detenerse. Los orogs, justo detrs, los empujaron, sabiendo que detenerse era morir.

    Una flecha se hundi en la espalda de un orog; otro disparo sigui al primero un instante despus y los dos orogs que quedaban empujaron al goblin que iba en cabeza

  • hacia la niebla. Observando desde las ramas superiores, Tintagel lanz rpidamente otro conjuro,

    amplificando su voz, mediante un cono de pergamino enrollado, en el rea neblinosa. El muro de niebla era una cosa inofensiva, pero los gritos de agona que emanaron de repente desde su interior hicieron que las criaturas, indecisas, pensaran de otra manera.

    Tres flechas derribaron al segundo orog. La bestia que quedaba gate alrededor, mientras buscaba cobertura detrs de la carnaza goblin. Emergi al lado del grupo, pensando en rodear el muro de niebla... pero se encontr a Elbereth, ms bien la espada de Elbereth.

    Ya era hora de que llegaras! gru Ivn cuando al fin Pikel descendi del imponente rbol para llegar a su lado. A muchos metros de la hueste de elfos, y con muchos monstruos entre l y ellos, Ivn haba estado en serios aprietos. A pesar de eso, el duro enano se las haba arreglado para eludir cualquier herida grave, ya que el grueso de los monstruos estaba ms interesado en escapar que en luchar.

    Y pronto fue obvio para los goblins que cualquiera que se aventurara cerca de los furiosos hachazos de Ivn no sobrevivira mucho tiempo.

    Ahora, hombro con hombro, los hermanos Rebolludo elevaron el combate a nuevas cotas de carnicera. Aplastaron a los monstruos cercanos en unos momentos, luego se apresuraron por el camino para aplastar a otro grupo.

    Los elfos irrumpieron con la misma fiereza, espadachines empujando a la multitud de monstruos en todas direcciones, y arqueros, justo a una corta distancia detrs, acabando con aquellas criaturas que no tenan donde esconderse. Ya haba ms goblinoides muertos que continuando el combate, y esa proporcin lleg a favorecer a los elfos todava ms a cada instante que pasaba.

    Tintagel observ cmo el primer goblin que haba sido empujado contra el muro emerga del otro lado ileso. El mago elfo resisti el afn de destruir al bicho, ya que su papel en la lucha era contener a los monstruos de manera que Elbereth, Shayleigh y Danica pudieran acabar con ellos. Sac ms guisantes secos de su bolsa y los arroj al suelo, perpendiculares al muro de niebla. Pronunci el canto adecuado y apareci un segundo muro de bruma que encajon a los monstruos.

    Danica sigui a las siguientes tres flechas de Shayleigh hacia el confundido montn. Acuchill con sus dagas a los blancos ms cercanos, matando a un goblin y dejando a otro aullando de dolor; atac con una furia que sus enemigos no pudieron igualar.

    Ni el orog que quedaba pudo igualar la habilidad de Elbereth. La criatura detuvo el tajo inicial, de tanteo, del elfo, luego lanz un golpe tremendo de un lado a otro. Elbereth esquiv el golpe con facilidad y se acerc al orog, hincando su excelente espada repetidas veces en el pecho de la criatura que era ms lenta.

    El monstruo parpade varias veces como si tratara de centrar la mirada a travs de unos ojos que ya no vean con claridad. Elbereth no esper a que decidiera su siguiente movimiento. Lanz el brazo del escudo, que, hasta hace poco haba pertenecido a su padre, contra la cabeza del orog. El ser se derrumb pesadamente; haban quedado grabados en un lado de su cara de cerdo cardenales en forma de estrella de los smbolos de Shilmista.

    Shayleigh, ahora con una espada en la mano, apareci al lado del rey elfo y juntos avanzaron confiados hacia los goblins.

    Sin unas opciones claras ante ellos, los atrapados goblins empezaron a contraatacar. Tres rodearon a Danica, lanzando tajos con sus espadas cortas. Aunque sus

  • movimientos no eran rpidos, se agachaba y los esquivaba; en realidad no estaban muy cerca de acertar.

    Danica esper el momento. Una criatura enfurecida lanz un golpe lateral con la espada en un arco inofensivamente amplio. Antes de que el goblin pudiera recuperarse del golpe que le hizo perder el equilibrio, el pie de Danica sali disparado hacia arriba e impact bajo su barbilla, desencajando la mandbula hasta ponerla bajo la nariz. El goblin desapareci entre los arbustos.

    Una segunda criatura se abalanz hacia la espalda desprotegida de la joven. Unos destellos de energa mgica descendieron desde el rbol y quemaron la

    cabeza y el cuello de la criatura. El goblin aull y se agarr la herida, Danica, equilibrada por completo, dio media vuelta con una pierna elevada lanzndole una patada circular a la cara. Con la cabeza girada hasta donde le permita uno de los hombros, el goblin se uni a su compaero muerto en el suelo.

    Danica se las arregl para darle las gracias a Tintagel mientras se lanzaba contra el solitario goblin con el que se enfrentaba, con las manos y los pies movindose en todas las direcciones, encontrando resquicio tras resquicio en las lamentables defensas de la criatura. Una patada le hizo soltar la espada y, antes de que pudiera rendirse, los rgidos dedos de Danica alcanzaron su garganta arrancndole la traquea.

    De pronto, se acab, no haba ms monstruos contra los que luchar. Los tres compaeros, cubiertos de la sangre de los enemigos, en una postura solemne y seria examinaban su obra.

    Lo sabes, elfo dijo Ivn cuando Elbereth y los dems volvieron hasta el grupo en el sendero, esto se est volviendo demasiado fcil. El enano escupi en ambas manos y agarr el mango del hacha, la hoja del arma estaba hundida profundamente en la recia cabeza de un orog. Con un crujido repugnante, Ivn la liber.

    El primer combate en una semana prosigui Ivn, y este grupo pareca ms preocupado en correr que en luchar!

    Elbereth no pudo negar los comentarios del enano, pero no estaba ni mucho menos enfadado por lo que significaba la retirada de los goblins.

    Si somos afortunados, pasar otra semana antes de que debamos volver al combate respondi.

    Ivn dio un respingo y hundi su hacha, manchada de sangre seca, en el suelo para limpiarla.

    Ha hablado como un verdadero elfo murmur a su hermano mientras Elbereth se alejaba.

  • 3 Sincero

    Te sientas aqu mientras todos nuestros sueos, todos los sueos que la propia Talona te dio, se hacen aicos! Dorigen Kel Lamond, la segunda maga ms poderosa de todo el Castillo de la Trada, se sent cruzando los brazos, de algn modo sorprendida por su desacostumbrado arrebato. Sus ojos ambarinos apartaron la mirada de Aballister, su maestro y superior.

    El mago, ms viejo y de rasgos hundidos, pareci no ofenderse. Se meci en su confortable silla, sus dedos como varillas golpeaban la mesa frente a l mientras la huesuda cara mostraba una expresin divertida.

    Aicos? pregunt despus de un silencio a propsito para hacer que Dorigen se sintiera incmoda. Shilmista ha sido, o pronto ser, reclamado por los elfos, eso es verdad admiti. Pero su insignificante nmero ha sido reducido a la mitad segn todos los informes; quedan menos de un centenar de ellos para defender el bosque.

    Y nosotros perdimos ms de un millar de soldados espet Dorigen con aspereza. Unos miles ms han dejado nuestros dominios, han vuelto a sus madrigueras en las montaas.

    Donde los reclamaremos le asegur Aballister, cuando sea el momento. Dorigen echaba humo pero se qued callada. Se apart una gota de sudor de la

    nariz torcida y volvi a apartar la mirada. Con las dos manos rotas, se senta vulnerable con el impredecible Aballister y el advenedizo Bogo Rath en la habitacin privada, y ni qu decir tiene, Druzil, el imp mascota de Aballister. se era uno de los problemas de trabajar junto a esos malvados, se record Dorigen. Nunca podra estar segura de cundo Aballister podra pensar que estara mejor sin ella.

    Todava tenemos tres mil soldados, la mayora humanos, a nuestra inmediata disposicin continu Aballister. Los goblinoides regresarn cuando los necesitemos; despus del invierno, quiz, cuando la estacin sea favorable para una invasin.

    Cuntos necesitaremos? pregunt, ms a Bogo que a Dorigen. Shilmista es meramente un reflejo de s mismo, y la Biblioteca Edificante ha sido gravemente daada. Eso deja slo Carradoon. El tono de voz de Aballister mostr claramente cmo se senta con respecto a los granjeros y pescadores de la pequea comunidad a orillas del Lago Impresk.

    No negar que la biblioteca ha sido daada replic Dorigen, pero realmente no sabemos el alcance de esos daos. Tambin pareces haber subestimado Shilmista. Debo recordarte nuestra ms reciente derrota?

    Y yo debo recordarte que fuiste t, no yo, quien presidi la derrota gru el mago, con sus ojos oscuros taladrando a Dorigen. Quin fue, Dorigen, la que abandon el bosque en los momentos ms crticos de la batalla? Al verla deprimida, Aballister volvi a mecerse en la silla y se calm.

    Te acompao en el sentimiento dijo en voz baja. Has perdido a Tiennek. Eso debe haber sido un golpe terrible.

    Dorigen se sobresalt. Haba esperado el comentario, pero no obstante la hiri.

  • Tiennek, un guerrero brbaro al que haba arrancado de las tierras del norte y entrenado como consorte, haba reemplazado a Aballister como amante. Dorigen no dud ni un instante de la satisfaccin del mago al or que el gran guerrero estaba muerto. Una mujer casi tres palmos ms pequea que Tiennek y apenas un tercio de su peso haba conseguido la hazaa. Al informar del incidente, Dorigen supo que el imp Druzil haba minimizado a propsito las gestas de la joven, slo para avivar las llamas que haba entre los dos magos.

    Dorigen quiso contraatacar, quiso gritarle a la cara que no poda comprender el poder de esa chica, Danica, la luchadora protectora de Cadderly, y de todos los enemigos que haba encontrado en Shilmista. Mir a Druzil, que haba estado a su lado, pero el imp se cubri la cara, parecida a la de un perro, con sus alas coriceas y no hizo ningn gesto para apoyarla.

    Miserable criatura cobarde mascull Dorigen. Desde su vuelta al Castillo de la Trada, Druzil haba evitado el contacto con Dorigen. En realidad, no era leal a Aballister, excepto porque el mago, aqu, controlaba la situacin, y el prudente imp siempre estaba en el bando de los ganadores.

    Basta de bromas dijo Aballister repentinamente. Nuestros planes han sido atrasados por algunos problemas inesperados.

    Como tu propio hijo tuvo que decir Dorigen. La sonrisa de Aballister sugiri que Dorigen haba sobrepasado el lmite. Mi hijo repiti el mago, el querido y joven Cadderly. S, Dorigen, ha

    demostrado ser uno de nuestros problemas ms inesperados y graves. Ests de acuerdo, Boygo?

    Dorigen mir al ms joven de los magos del castillo de la Trada, Bogo Rath, al cual ella y su mentor llamaban Boygo.

    El joven entrecerr los ojos ante la pregunta, nada que no hubiera esperado. Era muy diferente de sus dos compaeros, y demasiado a menudo el blanco de todas sus bromas. Sacudi la cabeza de un lado a otro, apartndose el pelo castao para ponrselo sobre la oreja, lejos de la parte que mantena afeitada.

    Dorigen, cansada del proceder escandaloso, casi refunfu ante el ridculo corte de pelo.

    Tu hijo Cadderly desde luego ha demostrado ser un problema considerable respondi Bogo Rath. Qu otra cosa podramos esperar de la descendencia del poderoso mago Aballister? Si el joven Cadderly debe luchar en el otro bando, entonces sera de sabios prestarle atencin.

    Joven Cadderly mascull Dorigen, mientras su cara mostraba una expresin de disgusto. El joven Cadderly tena que ser como mnimo dos o tres aos mayor que este advenedizo.

    Aballister levant una bolsita abultada y la agit una vez para demostrar a los dems que su grosor se deba a la gran cantidad de monedas, de oro probablemente. Dorigen entendi el significado de la bolsa, comprendi lo que le comprara a Aballister, y tambin a Bogo. Bogo haba venido de Westgate, una ciudad a unos seiscientos cincuenta kilmetros hacia el nordeste, en la desembocadura del Lago de los Dragones. Westgate era conocida como una animada ciudad comercial. Tambin era conocida por una banda de asesinos llamada las Mscaras de la Noche, que se contaba entre las ms crueles de los Reinos.

    Incluso tus Mscaras de la Noche pasarn tiempos difciles si intentan atacar a nuestro joven erudito, tanto si est en Shilmista como si ha vuelto a la Biblioteca Edificante asegur Dorigen, sin ms razn que sacar algo del mordiente y fro comportamiento de Aballister en lo que concerna a su hijo. A pesar de todo lo que

  • odiaba a Cadderly, que le haba roto las manos y robado varios objetos mgicos, Dorigen sencillamente no poda creer en la crueldad de Aballister hacia su propio hijo.

    No est en Shilmista respondi Bogo con una sonrisa en los labios. Sus ojos castaos brillaban de excitacin, ni en la biblioteca. Dorigen clav los ojos en Bogo, y su repentino inters complaci a todas luces al joven mago. Est en Carradoon.

    Alzando a la guarnicin, sin duda aadi Aballister. Cmo puedes estar seguro? pregunt Dorigen a Bogo. Bogo mir a Aballister que agit la bolsa de las monedas una vez ms. El tintineo

    de las monedas le produjo un escalofro a Dorigen. Las conexiones con los asesinos de Westgate, su pretendida influencia en el Castillo de la Trada, ya estaban tras las huellas.

    Aun cuando las manos continuaban dolindole, Dorigen sinti lstima por el joven erudito.

    Cada problema a su tiempo, querida Dorigen dijo Aballister, un pensamiento que ya haba repetido antes, cuando por primera vez le explic a Dorigen los planes que tena pensados para su hijo. De nuevo el mago agit la bolsa de oro y otra vez un escalofro recorri la columna de la maga.

    Elbereth y Danica estaban sentados en la cima del Cerro Inexpugnable, una posicin defendible que los elfos haban tomado como base. Pocos entre el pueblo lfico estaban por all esa noche estrellada, ya que no haba problemas que demandaran una guarnicin atenta. Por supuesto, de acuerdo con Hammadeen, la informacin obtenida de los rboles haba sido precisa desde que Cadderly la haba urgido a colaborar unas semanas antes; no haba monstruos a diecisis kilmetros del cerro.

    Estaba apacible y tranquilo, no se oa el sonido de las espadas ni los gritos de los moribundos.

    El viento se hace ms fro coment Elbereth ofrecindole a Danica su capa de viaje. La acept y se ech sobre la espesa hierba junto al elfo, mirando las innumerables estrellas y las pocas formas oscuras de las nubes que vagaban.

    La suave risa de Elbereth la hizo sentarse una vez ms. Sigui la mirada del elfo hasta la base del cerro empinado. Entorn los ojos, apenas poda distinguir tres formas, una lfica y las otras dos obviamente enanas, saliendo a toda velocidad de entre las sombras de los rboles.

    Shayleigh? pregunt Danica. Elbereth asinti. Ella y los enanos se han hecho buenos amigos en las ltimas semanas

    advirti. Shayleigh admira su coraje y les agradece que se hayan quedado para ayudarnos con las escaramuzas.

    El rey elfo es desagradecido? pregunt Danica con intencin. Elbereth mostr una sonrisa ante el afable sarcasmo. Record su primer encuentro

    con los enanos, y cmo haba estado a punto de intercambiar una serie de golpes con Ivn. Le pareca que haba pasado mucho tiempo! Elbereth slo era un prncipe entonces, disgustado con su padre, el rey, en un tiempo en que el bosque estaba en peligro.

    No soy desagradecido respondi en voz baja. Nunca olvidar la deuda que tengo con los enanos... y contigo. Entonces clav los ojos en los de Danica, sus ojos plateados atraparon los de ella.

    Sus caras se acercaron apenas a un dedo. Danica se aclar la garganta y volvi la mirada.

  • La lucha se acerca a su fin coment, quitndole romanticismo al momento. Elbereth supo al instante hacia donde derivara su comentario, ya que haba sugerido sus planes durante varios das.

    Nos libraremos de las sabandijas goblins en Shilmista para el resto de la estacin dijo el rey elfo con voz firme. Y me temo que el prximo ataque empezar en primavera, despus de que los pasos de las montaas estn despejados.

    Por entonces en el mejor de los casos Carradoon y la biblioteca se habrn alzado.

    Los ayudars a hacerlo? Danica mir hacia la pendiente cubierta de hierba por donde las tres formas se

    acercaban a buen paso. Nunca me preocup demasiado por los rboles oyeron que deca Ivn

    quejndose mientras se frotaba la nariz. Haba pensado que alguien tan bajo como un enano sera capaz de evitar las

    ramas bajas replic Shayleigh con una carcajada melodiosa. Jee jee jee aadi Pikel, apartndose prudentemente del alcance del revs de

    Ivn. Ha llegado el momento de que Ivn, Pikel y yo nos marchemos solt Danica.

    La joven odiaba estas palabras pero tena que decirlas. La sonrisa de Elbereth desapareci en un instante. Se qued mirando a la mujer sin ser capaz de reaccionar.

    Quiz deberamos habernos ido con Avery y Rufo a la biblioteca continu Danica.

    O quiz deberas confiar en ellos para manejar las cuestiones de la biblioteca y de Carradoon agreg. Podis quedaros, los tres. La invitacin est en el aire, y te puedo asegurar que Shilmista adquiere una belleza del todo nueva bajo el cobertor blanco del invierno.

    No dudo de tus palabras respondi Danica, pero me temo que debo irme. All hay...

    Cadderly interrumpi Elbereth, sonriendo a pesar de la desilusin porque pronto se iran sus tres amigos.

    Danica no respondi, no estaba segura de cmo se senta. Volvi la mirada hacia la pendiente, donde Ivn y Pikel todava trataban de llegar hasta el lugar en el que los esperaba Shayleigh. Casi lo haban conseguido esta vez, pero aparentemente Ivn respondi algo que ofendi a su hermano, ya que Pikel salt sobre l y los dos rodaron pendiente abajo una vez ms. La doncella elfa levant las manos dndose por vencida y subi a toda velocidad el resto del camino hasta Elbereth y Danica.

    Tan pronto se uni a los dos, su sonrisa fue reemplazada por una expresin de curiosidad.

    Te vas dijo con flema despus de estudiar la cara de Danica durante un momento.

    Danica no respondi, apenas poda mirar a la doncella elfa a la cara. Cundo? pregunt Shayleigh en un tono todava sereno. Pronto... quiz maana contest Danica. Shayleigh se qued un largo rato reflexionando sobre las noticias agridulces.

    Danica se iba despus de la victoria, con el bosque asegurado. Poda volver, o los elfos podan ir hasta ella, con poca amenaza por parte de orcos y goblins.

    Aplaudo tu eleccin dijo Shayleigh sin alterarse. Danica se volvi para observarla, el apoyo de la elfa la haba cogido por sorpresa.

    Hemos ganado, al menos por ahora prosigui la doncella elfa, mientras daba una alegre vuelta en el aire limpio y vivificante del anochecer. Tienes muchos

  • deberes que atender, y, desde luego, tienes tus estudios en la Biblioteca Edificante. Espero que Ivn y Pikel me acompaarn contest Danica. Tambin tienen

    deberes en la biblioteca. Shayleigh asinti y mir hacia la pendiente, donde los hermanos trataban por

    tercera vez de conseguir subir toda la cuesta. Con ese ngulo, bajo la clara luz de las estrellas, Danica poda ver la sincera admiracin en los ojos violeta de la doncella elfa. Danica entendi que Shayleigh haba adoptado su despreocupada actitud porque crea que la decisin era la correcta, no porque estuviera contenta de que Danica y los enanos se marcharan pronto.

    Si la lucha empieza de nuevo en primavera... empez a decir Shayleigh. Volveremos le asegur Danica. Volveremos adnde? Ivn finalmente apareci, se sacudi las ramitas y las

    hojas que se haban prendido en la barba amarilla durante las dos cadas colina abajo y se la remeti en el cinturn.

    A Shilmista explic Shayleigh. Si la lucha empieza de nuevo. Vamos a alguna parte? Ivn pregunt a Danica. Uh-oh gimi Pikel, que empezaba a entender. Los primeros soplos del invierno llegarn pronto sobre nosotros respondi

    Danica. Los caminos a travs de las Montaas Copo de Nieve se volvern infranqueables.

    Uh-oh repiti Pikel. Tienes razn dijo Ivn despus de considerar las cosas por un instante.

    Aqu las cosas se afianzan... no queda mucho a lo que golpear. Yo y mo hermano nos aburriremos pronto, y adems, los clrigos de la biblioteca probablemente no han tenido una buena comida desde que nosotros nos fuimos!

    Shayleigh le dio una bofetada a Ivn en un lado de la cabeza. Ivn volvi a mirar incrdulamente su melanclica sonrisa, e incluso el ceudo enano pudo reconocer el dolor escondido bajo los delicados rasgos de la bella doncella elfa.

    Todava me debes un combate aclar Shayleigh. Ivn resopl y se aclar la garganta, moviendo furtivamente la manga de su

    camisa a la suficiente altura para apartar la humedad de sus ojos al tiempo que se pasaba la manga por la nariz.

    Danica estaba asombrada por la ostensible grieta en el comportamiento endurecido del enano.

    Bah! gru Ivn. Qu combate? Eres igual que el otro. Agit un dedo acusador hacia Elbereth, con quien haba luchado hasta empatar en un combate similar justo haca unas semanas. Bailars a mi alrededor y corrers en crculos hasta que los dos caigamos al suelo cansados!

    Crees que te perdonar por el insulto que lanzaste a mi gente? dijo Shayleigh con un gruido, las manos en las caderas. Se acerc para alzarse imponente ante el enano.

    Crees que te dejar? replic Ivn, mientras hincaba un dedo en el estmago de Shayleigh. Bah! resopl; se dio media vuelta y se fue a toda prisa.

    Bah! imit Shayleigh, con una voz demasiado melodiosa para copiar el rasposo tono del enano.

    Ivn se dio media vuelta y le lanz una mirada furiosa, luego le hizo seas a Pikel para que lo siguiera lejos de all.

    Bueno, te devolvemos el bosque, elfo dijo Ivn a Elbereth. A tu disposicin!

    Adis a ti tambin, Ivn Rebolludo replic Elbereth. Nuestro

  • agradecimiento a ti y a tu esplndido hermano. Que sepas que Shilmista estar abierto para cualquiera de los dos si decids pasar por este camino otra vez.

    Ivn sonri en direccin a Pikel. Como si ste nos pudiera detener! rugi; le dio un manotazo en el culo a

    Shayleigh y se fue rpidamente antes de que se recuperara lo suficiente para responder. Yo tambin debo irme le dijo Danica a Elbereth. Tengo que hacer muchos

    preparativos antes del amanecer. Elbereth asinti pero no pudo responder por el nudo que tena en la garganta. Tan

    pronto Danica se fue, saltando colina abajo para alcanzar a los enanos, Shayleigh tom asiento junto al rey elfo de ojos plateados.

    La amas dijo la doncella elfa despus de unos momentos de silencio. Elbereth continu callado durante un rato. Con todo mi corazn admiti. Y ella ama a Cadderly dijo Shayleigh. Con todo su corazn replic Elbereth en tono triste. Shayleigh mostr una dbil sonrisa, tratando de dar aliento a su amigo. Nunca hubiera credo que un rey elfo de Shilmista se enamorara de una

    humana! solt Shayleigh, dando un codazo en el hombro de Elbereth. El elfo volvi sus ojos plateados y una sonrisa irnica se abri paso en su cara. Ni yo que una doncella elfa estara prendada de un enano de barba amarilla

    replic. La reaccin inicial de Shayleigh emergi en forma de carcajada repentina. Sin

    duda Shayleigh haba llegado a considerar a Ivn y Pikel amigos y aliados fieles, pero insinuar algo ms que eso era simplemente ridculo. A pesar de todo, la doncella elfa se seren bastante cuando mir la ahora vaca pendiente.

    Desde luego pareca vaca sin los hermanos Rebolludo a la vista.

  • 4 Mucho tiempo hasta el amanecer

    Bogo Rath golpe con indecisin la puerta de la pequea sala de reuniones. Nunca se senta seguro en sus tratos con los temibles Mscaras de la Noche. Una veintena de asesinos haban acompaado esa misma maana a los dos lderes de los Mscaras de la Noche hasta el Castillo de la Trada, muchos ms de los que Bogo haba previsto para, al parecer, tan simple ejecucin.

    Centinelas vestidos de negro cachearon al joven mago antes de permitirle la entrada. Esos dos eran bastante vulgares, advirti Bogo, probablemente principiantes en el oscuro grupo. Vestan la ropa acostumbrada del gremio de asesinos de Westgate, atuendo indefinible de hacendado y mscaras negras con los bordes plateados en los ojos. La sonrisa canina de uno de los centinelas hizo que Bogo pensara que su herencia poda ser ms orca que humana, algo comn en la banda clandestina; ese pensamiento provoc un escalofro en la columna del joven mago.

    De todos modos, tanto si esos dos eran humanos como si no, Bogo no se hubiera sentido cmodo. Saba que, a pesar de que los asesinos no mostraban armas abiertamente, cada uno de ellos llevaba muchas y estaban entrenados para matar con las manos desnudas.

    Cuando el cacheo finaliz, los dos guardias dejaron entrar al mago en la habitacin, luego volvieron a situarse, impvidos, a cada lado de la puerta.

    Bogo se olvid de ellos tan pronto estuvieron a su espalda, ya que el joven mago encontr a las dos personas que haba dentro de la confortable habitacin mucho ms interesantes. Cerca de l se sentaba un hombre, si es que era un hombre, insignificante, afeminado y a todas luces dbil, que soltaba un continuo torrente de toses llenas de flema. El hombre no mostraba barba alguna ni siquiera incipiente; su cara era demasiado limpia y blanda para ser la de un adulto. Sus pesados prpados cayeron perezosamente, y sus labios, demasiado gruesos y grandes, parecan casi la caricatura de los de un nio.

    Al otro lado se sentaba su anttesis, un espcimen de msculos recios, con una barba nutrida y una gran mata de pelo, ambas de un rojo llameante, y unos brazos que podran partir en dos a Bogo sin esfuerzo. No obstante, ese hombre imponente pareca incluso ms fuera de lugar, por lo que Bogo saba de los Mscaras de la Noche, que el esculido. Llevaba una espada enorme en el cinturn y mostraba las cicatrices de muchos combates. Su vestimenta tambin distaba de la que preferan los asesinos. Muequeras anchas y tachonadas, brillando con docenas de pequeas gemas, le adornaban las muecas, y su nvea capa de viaje era parte de la espalda de un oso polar, aunque pequeo.

    T eres Bogo Rath? pregunt el grandulln con un suave tono de bartono y con una pronunciacin ms sofisticada y definida de lo que Bogo haba esperado.

    El mago asinti. Bien hallado, camarada Mscara de la Noche respondi el joven mago con

    una inclinacin profunda. No me dijeron que mantenas la conexin con el gremio dijo el pelirrojo

  • mientras le echaba una mirada curiosa. Fui informado de que dejaste el grupo de mutuo acuerdo.

    Bogo, nervioso, cambi el peso de un pie a otro. Tres aos antes pag una suma enorme para que le permitieran salir de los Mscaras de la Noche, y a pesar del soborno, si no hubiera sido por el hecho de que su padre era un comerciante influyente de Westgate con intereses polticos y lazos en el oscuro gremio, a Bogo le habran dado el acostumbrado tratamiento para aquellos que no pueden satisfacer las leyes de los Mscaras de la Noche: la muerte.

    Es raro ver a una persona que puede proclamar que una vez perteneci a nuestra querida hermandad brome el hombretn, con su voz educada llena de sarcasmo.

    De nuevo Bogo se movi incmodo, y tuvo que recordarse que esto era el Castillo de la Trada, su hogar, y que Aballister y Dorigen, a pesar de los insultos, velaran por l.

    Es una circunstancia inusual respondi el joven mago, demostrando su nerviosismo con un inquieto movimiento de su pelo castao. Tena otra vocacin, una que me llev lejos de Westgate. Como puedes ver, mi partida nos ha hecho algn bien. He adquirido un nivel de poder que t no puedes comprender, y sers bien recompensado por hacerme este pequeo trabajo.

    El pelirrojo sonri abiertamente; pareca rerse de las pretensiones de autoridad de Bogo, y mir a su insignificante compaero, que no pareca demasiado complacido por toda esta tarea.

    Sintate con nosotros ofreci el hombretn a Bogo. Soy Vander, el capataz de este insignificante negocio del que hablas. Mi socio es Espectro, un hombre atpico y con talento.

    Bogo tom asiento entre los dos, alternando la mirada para tratar de encontrar pistas acerca de sus poco fiables asociados.

    Hay algn problema? le pregunt Vander despus de estudiar la manera de comportarse de Bogo durante un momento.

    No barbot Bogo de inmediato. Se oblig a calmarse. Slo estoy sorprendido de que hayan enviado a tantos para una simple ejecucin admiti.

    Vander solt una carcajada, pero entonces se detuvo abruptamente, una expresin curiosa cruz su cara. Su mirada encolerizada se pos en Espectro mientras su cuerpo empezaba a convulsionarse. De pronto, para sorpresa de Bogo, Vander y lo que llevaba encima empezaron a crecer.

    La espada, enorme al principio, tom proporciones gigantescas, y el oso polar de que estaba hecha la excelente capa ya no era un cachorro. Debido a que Vander estaba sentado, Bogo no poda decir con exactitud lo grande que se haba vuelto el hombre; como mnimo tres metros de alto, especul.

    Firbolg? pregunt y constat al mismo tiempo, al reconocer al gigante por lo que era. Ahora Bogo estaba desconcertado. Tener un hombre enorme y pelirrojo, distinguible con tanta facilidad, en los Mscaras de la Noche, era bastante sorprendente, pero un firbolg?

    La mirada colrica de Vander no disminuy. Sus ojos oscuros miraron fijamente a Espectro desde debajo de sus cejas espesas, aunque recobr la compostura rpidamente, y se recost en la silla.

    Perdname dijo de improviso a Bogo. Por supuesto soy de la raza de gigantes, aunque no revelo en pblico ms que mi estatura humana.

    Entonces por qu...? comenz preguntar Bogo. Una indiscrecin interrumpi Vander rpidamente; el tono de su voz

    profunda indic que no quera continuar.

  • Bogo no estaba dispuesto a discutir con un gigante de trescientos sesenta kilos. Cruz las manos a la defensiva sobre su regazo y trat de parecer relajado.

    Cuestionas nuestro nmero? pregunt Vander, volviendo a la cuestin inicial del mago.

    No esperaba tantos reiter Bogo. Los Mscaras de la Noche no se arriesgan respondi Vander sin alterarse.

    A menudo las ejecuciones que parecen tan simples demuestran ser las ms difciles. No cometemos errores. Es por nuestros esfuerzos por lo que estamos tan bien pagados. Lade su cabeza de gigante hacia un lado, un gesto curiosamente poco de gigante, pens Bogo, y mir hacia la bolsa que haba en el cinturn hecho de cuerda de Bogo.

    Entendiendo la indirecta, el joven mago tir de la bolsa de monedas de su cinturn y se la entreg al gigante.

    Media paga explic, como fue acordado por tus superiores. Y por los tuyos remarc Vander con rapidez, sin querer darle ventaja a

    Bogo, un mago llamado Aballister, creo. Bogo no respondi, no confirm ni neg la afirmacin. Y tu nos acompaars como representante del Castillo de la Trada en este

    asunto? constat Vander tanto como pregunt. Otra circunstancia inusual. Eso tambin fue acordado replic Bogo con firmeza, aunque la manera en

    que mova los dedos traicion la conviccin de su tono por ambas partes aadi con cautela. Es muy probable que sea porque una vez fui miembro de vuestro gremio y entiendo vuestros procedimientos.

    Vander reprimi su afn de deshinchar el abultado ego del presuntuoso joven. El gigante saba que Aballister haba pagado una considerable suma adicional para conseguir incluir a Bogo, y que la tarea del joven mago no tena nada que ver con el empleo anterior en la banda de asesinos.

    Viajar hasta Carradoon a tu lado continu Bogo, para presentar un informe a mis sup... socios.

    Vander mostr una sonrisa de oreja a oreja, captando el desliz. Cualquiera que sea el papel que juegues en la muerte de Cadderly no cambia el

    importe de lo que se debe a los Mscaras de la Noche dijo inflexible. Bogo asinti. Mi papel ser de observador, nada ms, a menos que, desde luego, t, como

    capataz, decidas lo contrario acord. Puedo preguntar sobre tu papel? Bogo hizo una pausa. Saba que poda estar sobrepasando los lmites, pero no poda dejar que Vander tuviera una ventaja tan obvia en sus negocios. Parece improbable que un firbolg pueda pasear por las calles de Carradoon. Y que hay de El Espectro?

    Se llama Espectro, no El Espectro solt Vander. Hars bien en recordar eso. Mi papel continu, en un tono un poco ms suave, no es de tu incumbencia.

    Eso impresion bastante a Bogo ya que no dejaba de ser curioso que Vander se ofendiera ms por sus comentarios de Espectro que por s mismo, y en particular desde que Bogo haba cuestionado directamente el valor del firbolg.

    Espectro dar las rdenes, reunir informacin y preparar el blanco continu Vander. Tengo veinte asesinos experimentados a mi disposicin, por lo que tendremos que adecuar una base segura cerca, pero no dentro de las murallas de Carradoon.

    Bogo asinti ante la simple lgica. Nos iremos por la maana prosigui Vander. Ests preparado? Por supuesto. Entonces nuestra reunin ha terminado declar Vander de improviso, con

  • rotundidad, y seal hacia la puerta. Inmediatamente los dos centinelas vestidos de negro se pusieron a los lados de Bogo para escoltarlo hasta la salida.

    Bogo volvi muchas veces la mirada hacia la puerta mientras continuaba su lento camino por el corredor. Un firbolg y un enclenque? Pareca muy raro, pero as y todo, Bogo haba estado en los Mscaras de la Noche slo un mes y un da antes de irse, y tena que admitir, al menos a s mismo, que saba muy poco de los mtodos de la banda.

    Bogo pronto apart todos los pensamientos sobre Vander y Espectro, y se concentr en otro encuentro que tena planeado. A peticin de Aballister, Bogo se reunira con Druzil para aprender todo lo que pudiera de Cadderly y sus cmplices. El imp se las haba visto con Cadderly en dos ocasiones, ambas desastrosas para el Castillo de la Trada, y saba tanto de l como nadie.

    Bogo quera ese conocimiento con desesperacin. Estaba un poco desanimado de que tantos Mscaras de la Noche estuvieran asignados a esta tarea, no porque quisiera que Cadderly tuviera una oportunidad de escapar, sino porque quera estar en la accin. Ms que cualquier otra cosa, Bogo Rath quera jugar un papel en el asesinato, quera ganarse el respeto de Aballister y, en particular, de Dorigen.

    Estaba cansado de los insultos, de que le llamaran Boygo. Cmo se sentira la poderosa Dorigen, que volvi de Shilmista despojada de sus valiosas posesiones y con las manos rotas e hinchadas, cuando Bogo entregara la cabeza del molesto hijo de Aballister? Despus de todo, Cadderly haba sido la fuente de la humillacin de Dorigen.

    Bogo se atrevi a soar que podra ascender en la jerarqua del Castillo de la Trada para convertirse en el segundo de Aballister. Las manos de Dorigen tardaban en curarse; los clrigos de la fortaleza dudaban de que muchos de los dedos llegaran a curarse. Dado que los movimientos precisos jugaban un papel vital en el lanzamiento de conjuros, quin poda aventurar las implicaciones en las capacidades de Dorigen?

    Bogo se frot las manos ansioso y se fue a toda prisa hacia la sala de reuniones, donde Druzil, su gua hacia una vida mejor, esperaba.

    Cmo te atreves a hacerme esto? gru el firbolg a su compaero tan pronto se fue Bogo. Un gesto de cabeza hizo que los guardias desaparecieran de la habitacin. El gigante salt de su asiento y dio un paso amenazador hacia adelante.

    No saba que el tamao de mi... de tu... cuerpo volvera a la normalidad protest el hombrecito, mientras trataba de hundirse en los cojines de su silla blanda. Cre que el encantamiento durara ms, como mnimo durante la visita. El firbolg agarr al hombrecito por el cuello y lo levant en el aire.

    Ah, Vander ronrone el gigante, con una expresin muy calmada, querido Vander. La cara del firbolg se retorci repentinamente por la rabia y le dio un puetazo al enclenque en la cara que le rompi la nariz. Un bofetn con el dorso de la mano le hizo un verdugn en una de las mejillas; una segunda bofetada hizo lo mismo con la otra. Entonces, con una sonrisa maligna, el firbolg agarr al canijo por un antebrazo y le quebr el hueso con tanta fuerza que los dedos le rozaron el codo.

    La paliza dur varios minutos, y al final el firbolg dej caer al hombre, apenas consciente, de vuelta a la silla.

    Si vuelves a engaarme de esta manera... advirti el gigante pelirrojo. Si alguna vez me humillas ante alguien como Bogo Rath, te torturar hasta que me pidas que te mate!

    El hombrecito, el verdadero Vander, se ovill en posicin fetal, meciendo su brazo destrozado, sintindose terriblemente vulnerable y asustado en el miserable cuerpo del enclenque Espectro.

  • Quiero que me devuelvas mi cuerpo dijo Espectro de pronto, mientras tiraba incmodo de sus atavos de firbolg. Eres demasiado peludo y me pica todo!

    Vander se sent y asinti, ansioso de volver a su propia forma. Ahora no le dijo Espectro con un gruido. No hasta que las heridas se

    curen. No aceptar que devuelvas mi cuerpo hasta que est en perfectas condiciones dijo con irona. Como estaba cuando yo te lo di.

    Vander se recost. Este juego haba madurado bastante durante los ltimos aos, pero qu opciones tena ante l? No poda evitar las garras malficas de Espectro, no poda resistir las exigencias de la magia de Espectro. Vander no quera nada ms que volver a su forma de firbolg y golpear al hombrecito, pero saba que Espectro simplemente iniciara un cambio, y entonces Vander sentira el dolor de sus propios golpes. Saba que Espectro continuara la paliza, a veces durante horas, hasta que el pobre Vander se desmoronara y llorara abiertamente, y le implorara a su amo que se detuviera.

    El atrapado firbolg se puso la mano en la nariz rota. Ya estaba arreglndose; ya no senta dolor y el fluir de la sangre se haba detenido. El antebrazo roto se haba enderezado y Vander pudo sentir la comezn mientras los huesos se soldaban. Slo unos minutos ms, pens para consolarse, y tendr mi cuerpo de vuelta, mi fuerte cuerpo.

    Me ir ahora le dijo Espectro. Seal con un dedo amenazador en su direccin. Recuerda que eres mi espritu compaero advirti. Puedo volver a por ti, slo por ti, Vander, desde cualquier distancia, en cualquier momento.

    Vander apart los ojos, incapaz de rebatir la amenaza. Una vez, trat de escapar de esta pesadilla; se fue todo el camino de vuelta a su hogar en las Montaas de la Columna del Mundo, pero Espectro, a miles de kilmetros de distancia, lo encontr y lo oblig a un cambio de cuerpo. Slo para mostrarle la insensatez de sus acciones, Espectro asesin sin piedad a varios de sus compaeros firbolgs, incluido su hermano, en un camino poco usado al este de Mirabar. Vander recordaba intensamente el momento terrible en que Espectro le devolvi su cuerpo, que sostena el brazo izquierdo de su propio hijo en su gigantesca mano.

    Vander mat a Espectro cuando volvi a Westgate, casi le haba arrancado la cabeza de los hombros, pero, una semana ms tarde, Espectro entr en el campamento de Vander, sonriendo.

    Vander sali de sus pensamientos y mir a su odiado compaero. Se alzaba sobre l, con un guante negro en una mano y uno blanco en la otra, y con el familiar espejo de borde dorado que colgaba de una cadena de oro alrededor de su cuello.

    Ante la palmada de las manos del firbolg Vander sinti cmo flotaba. Su espritu incorpreo volvi la mirada hacia la forma dbil y soolienta del suelo con desprecio, luego mir al receptculo gigante que estaba delante. Le lleg un destello de dolor cuando Vander entr en su cuerpo de firbolg. Su espritu se retorci y cambi para reconfigurarse a su forma apropiada, para reubicar a Vander en su nuevo recipiente.

    Espectro haba salido de su andadura espiritual ms rpido que Vander, como siempre, y estaba sentado confortablemente en una silla, observando a propsito al firbolg, mientras Vander volva a la conciencia. El cuerpo dbil llevaba los guantes y el espejo; el objeto mgico que siempre se transfera con su amo. Tan pronto fue obvio que Vander no lo atacara, Espectro cerr las manos y los ojos. Los guantes y el espejo desaparecieron, pero Vander saba por experiencias amargas y dolorosas que apareceran cuando se los necesitara.

    T partirs, como estaba planeado, con la banda y el joven mago instruy Espectro.

  • Qu hay de ese Bogo Rath? pregunt Vander. No confo en l. Eso no es importante respondi Espectro. Despus de todo, tampoco

    confas en m, pero s que ests enamorado de mi clida personalidad. Vander quiso aplastar la sonrisa satisfecha de la cara de ojos adormecidos de

    Espectro. El mago est para acompaarnos instruy Espectro. Aballister nos pag

    generosamente para llevar a Rath con nosotros, un excelente alijo de oro para un inconveniente tan nimio.

    Con qu propsito? tuvo que preguntar Vander siempre sorprendido por las redes de, al parecer, intrigas sin sentido creadas por gente con escaso sentido del honor.

    Aballister cree que enviar un emisario lo mantendr informado respondi Espectro. El mago tiene debilidad por el conocimiento. No puede tolerar que ocurra cualquier cosa que lo afecte, directa o incluso indirectamente, sin su conocimiento.

    Vander no discrep. Slo se haba encontrado con Aballister una vez, y Espectro haba hablado con el mago de facciones hundidas no ms de tres veces, pero el firbolg no dudaba de las percepciones de Espectro. El hombrecito posea una extraordinaria comprensin de la personalidad, en particular de los defectos, y siempre encontraba la manera de usarla en su beneficio.

    El joven erudito parpade ante la fuerte luz de la maana, que brillaba a lo largo del Lago Impresk y a travs de las ventanas del balcn de su habitacin. El desayuno estaba sobre la mesa, a su lado; descubri raciones adicionales y sonri. Eran un soborno, la manera de Brennan de darle las gracias por su continuada discrecin. Fredegar no estara contento con su hijo si supiera donde haba pasado la noche Brennan.

    Por supuesto Cadderly estaba hambriento y la comida pareca buena, pero cuando el joven erudito descubri el Tomo de la Armona Universal abierto sobre su escritorio cerca de la ventana, not un hambre ms profunda y exigente. Se llev una galleta con l mientras se diriga al escritorio.

    Igual que muchas veces antes, Cadderly devor las pginas, las palabras, ms rpido de lo que sus ojos podran seguir. Haba acabado el libro en unos minutos, luego le dio la vuelta y volvi a empezar, a toda prisa, casi desesperado por mantener sin interrupcin el fluir de la misteriosa msica. No podra decir cuantas veces ley ese da la obra. Cuando Brennan vino con su almuerzo y ms tarde la cena, no apart la mirada de su lectura, ni dej de or la cancin.

    La luz del da disminuy y Cadderly todava estaba absorto en el libro. Su primer pensamiento cuando la habitacin se volvi demasiado oscura para leer, fue encender la lmpara de su habitacin, pero no quera perder el tiempo que le llevara ese acto. Apenas sin pensar en lo que haca, Cadderly record una pgina en el tomo, una meloda particular, y pronunci unas simples palabras; de pronto la habitacin se llen de luz.

    El flujo de la cancin estaba roto. Cadderly se qued asombrado ante lo que haba hecho. Repas el proceso, record la misma pgina con una imagen clara en su mente. Pronunci el canto otra vez cambiando las inflexiones y alternando dos de las palabras.

    La luz desapareci. Agitado, Cadderly se dirigi de la silla hacia la cama. Puso un brazo sobre los

    ojos, como si ese acto pudiera apartar el desconcertante recuerdo de lo que acababa de ocurrir.

    Ver al mago por la maana susurr en voz alta. l lo entender. Cadderly no crey una palabra de ello, pero se neg a escuchar la verdad.

  • Por la maana murmur de nuevo, mientras se diriga hacia la serenidad del sueo.

    La maana estaba a muchas horas y a muchos sueos del inquieto joven.

    Percival salt a la ventana de la habitacin; no, a la ventana no, sino a las puertas de la terraza. Cadderly reflexion sobre la extraa visin, ya que el simple tamao de la ardilla hizo que las puertas se vieran como unas ventanas diminutas. Era Percival, supo Cadderly instintivamente, pero por qu la ardilla era de un metro ochenta de alto?

    La ardilla blanca entr en la habitacin y fue a su lado. Cadderly extendi el brazo para acariciar a la criatura, pero Percival retrocedi, y entonces se abalanz, desgarrando con sus zarpas ya no tan pequeas las bolsas del cinturn de Cadderly. El joven empez a quejarse, pero una de las bolsas se abri y derram un chorro continuo de frutos de cacasa al suelo.

    Cientos de frutos de cacasa! Miles! La ardilla gigante, ansiosa, se atiborr la boca a puados y el suelo pronto estuvo limpio de nuevo.

    Qu est haciendo? se oy preguntar mientras la ardilla saltaba alejndose. De alguna manera las puertas volvan a estar cerradas, pero la ardilla las atraves, arrancndolas de las bisagras. Entonces Percival salt por encima de la barandilla de la terraza y desapareci.

    Cadderly se sent en la cama; pero sta no era su cama, ya que no estaba en su habitacin. Mejor dicho, estaba acostado en la habitacin comn. Saba que era muy tarde, y haba mucho silencio.

    Cadderly no estaba solo. Not una presencia fantasmagrica a su espalda. Reuniendo coraje, se dio media vuelta.

    Entonces solt un grito, un chillido arrancado de sus pulmones por la desesperacin ms absoluta. All estaba el Maestre Avery, el mentor de Cadderly, su padre sustituto, estirado a lo largo de una de las pequeas mesas circulares de la habitacin con el pecho totalmente abierto.

    Cadderly no tuvo que examinar al hombre para saber que estaba muerto y que le haban arrancado el corazn.

    Cadderly se sent en la cama, que ahora, en efecto, era su cama. Su habitacin estaba tranquila, excepto por el ocasional crujido de las puertas de la terraza que temblaban con el viento nocturno. La luna llena estaba en su apogeo, su luz plateada bailaba a travs de la ventana extendiendo las sombras sobre el suelo.

    La calma no pareca suficiente para apartar los sueos. Cadderly trat de recordar la pgina del libro, trat de recordar el canto, el conjuro para baar la habitacin de luz. Estaba cansado e inquieto y no haba comido en todo el da, y apenas el da anterior. La imagen de la pgina no apareca, por lo que se qued inmvil, aterrorizado, en la luz mortecina.

    Slo haba la tranquila luz de la luna. An faltaba mucho para el amanecer.

  • 5 Otra vez en casa

    Una avalancha de gritos acompaaba la marcha de Danica y los hermanos Rebolludo mientras andaban por los corredores de la seccin meridional del segundo piso de la Biblioteca Edificante. Los tres compaeros saban que la fuente del alboroto era el Maestre Avery incluso antes de que se acercaran a su oficina, y tambin saban, por los murmullos que les haban saludado a su llegada, que Kierkan Rufo soportaba el embate del asalto verbal.

    Es bueno que hayis vuelto dijo una voz desde uno de los lados. La Maestre Pertelope avanz hacia los tres. Sonrea con cordialidad y llevaba, como haba llegado a ser su norma, una tnica de mangas largas hasta los pies y guantes negros. Ni un dedo de piel asomaba por debajo de su cuello, y, entre las ropas oscuras y el pelo cortado casi al cero, la cara pareca casi despegada, como si no tuviera cuerpo, flotando en un paisaje vaco. Me tem que te hubieras quedado prendada de Shilmista; algo perfectamente razonable dijo la maestre con sinceridad, sin un indicio de estar juzgndola, en su habitual tono calmado.

    Estn como cabras! resopl Ivn, mientras sacuda la cabeza con fuerza. Un lugar lfico, y no est hecho para mo gusto.

    Pikel lo pate en la espinilla, y los dos hermanos se miraron fijamente. Shilmista era bonito admiti Danica. Y en especial cuando hicimos que los

    monstruos huyeran a toda prisa. Ya parece como si las sombras se hubieran iluminado en el bosque de los elfos.

    Pertelope asinti y mostr su clida sonrisa una vez ms. Vais a ver a Avery? constat ms que pregunt. Es nuestro deber respondi Danica, pero hoy no parece estar de buen

    humor. Desde mi punto de vista, Rufo le amarga el da a cualquiera agreg Ivn. De nuevo Pertelope asinti, y mostr una sonrisa algo tensa. Lo que hizo Kierkan Rufo en el bosque no ser fcilmente olvidado

    explic. El joven clrigo tiene mucho que demostrar si desea recuperar el favor de los maestres, y en particular el de Avery.

    Es lo que se merece! dijo Ivn con un bufido. Oo oi! aadi Pikel. He odo que Kierkan Rufo ya ha recibido algn castigo prosigui Pertelope

    con irona, mirando intencionadamente el puo de Danica. Danica, de forma inconsciente, desliz sus manos culpables a la espalda. No poda

    negar que le haba dado un puetazo a Rufo en el bosque cuando se quej de las carencias de sus compaeros. Adems no poda negar lo mucho que haba disfrutado derribando a aquel mentecato. Aunque sus actos fueron precipitados y a lo mejor tendran consecuencias.

    Pertelope not la incomodidad de la joven y cambi de tema rpidamente. Cuando hayas acabado de hablar con el Maestre Avery dijo a Danica, ven

    a verme. Tenemos mucho que explicarnos.

  • Danica saba que Pertelope hablaba de Cadderly, y quiso hacerle cientos de preguntas a la maestre all, en aquel momento. Sin embargo, slo asinti y se qued callada; consciente de su deber, saba que sus deseos tendran que esperar.

    Ms tarde dijo la perceptiva maestre sonriendo, luego le gui un ojo a la joven y continu su camino.

    Danica observ cmo se iba, un millar de pensamientos sobre Cadderly seguan cada uno de los pasos de Pertelope. Los golpecitos de la bota de Ivn le recordaron que tena otras cosas que hacer, y de mala gana se volvi hacia los enanos.

    Estis los dos preparados para enfrentaros con el Maestre Avery? No hay que preocuparse le asegur el enano con una sonrisa maliciosa en la

    cara; la agarr del brazo y la acompa hasta la oficina del corpulento maestre. Si el gordo se pasa de la raya contigo, lo amenazar con raciones ms pequeas a la hora de comer. Ser el cocinero de un lugar te da algo de poder!

    Excusas! rugi el maestre. Siempre excusas! Por qu te niegas a aceptar la responsabilidad de tus actos?

    Yo no... oyeron que Rufo, dcil, intentaba hablar, pero Avery pronto lo cort. Lo hiciste! grit el maestre. Los traicionaste con ese miserable imp; y

    ms de una vez! Entonces hubo un silencio, y luego, la voz de Avery son de nuevo, ms compuesta. Tus actos despus de eso fueron algo valerosos, lo admito dijo, pero no te disculpan. No presumas ni por un momento que ests perdonado. Ahora, vuelve a tus tareas, con el conocimiento de que cualquier trasgresin, por pequea que sea, la pagars cara!

    La puerta se abri de golpe y un demacrado Rufo se precipit fuera, al parecer disgustado al ver a Danica y a los enanos.

    Sorprendido? le pregunt Ivn con una sonrisa de oreja a oreja. El joven anguloso, levemente ladeado, se pas los dedos por el desordenado pelo

    negro. Sus ojos oscuros se movieron con rapidez, como si buscara una va de escape. Sin ningn lugar a donde huir, se abri paso a empujones entre Danica y Pikel y se escurri, a todas luces avergonzado.

    Se te acaba de alegrar el da, eh? grit Ivn tras l, mientras disfrutaba del tormento del larguirucho.

    Te cost un rato llegar hasta m oyeron que deca una voz malhumorada desde la habitacin que hizo que los compaeros se volvieran hacia Avery.

    Uh-oh murmur Pikel, pero Ivn simplemente resopl y camin a grandes pasos hacia la habitacin, directo hacia el escritorio de roble de Avery. Danica y Pikel entraron un poco ms indecisos.

    El enfado de Avery pareca haber tocado a su fin. El gordinfln sac un pauelo del bolsillo y se lo pas por la cara sudada y enrojecida.

    No cre que volvierais dijo, resoplando con una trabajosa respiracin. Altern la mirada de Ivn a Pikel. Incluso suger al Decano Thobicus que empezramos a buscar nuevos cocineros.

    No hay que preocuparse asegur Ivn con una reverencia que arrastr la barba amarilla del enano por el suelo. Los dueos de tu barriga han vuelto.

    Pikel empez a decir algo demostrando total acuerdo, pero la renovada mirada furiosa de Avery dej claro que no disfrutaba de la actitud alborotadora del orgulloso enano.

    Nosotros, desde luego, necesitamos un informe completo de vuestra estancia en Shilmista; un informe por escrito dijo, mientras mova algunos papeles de su gran escritorio.

    Yo no escribo brome Ivn, pero puedo cocinarte un estofado de oreja de

  • goblin. Eso resume bastante ma estancia en el bosque. Ni siquiera Danica pudo evitar soltar una risita.

    Entonces te ayudar lady Maupoissant dijo Avery, articulando cada una de las palabras con lentitud para demostrar que no se diverta.

    Cundo lo necesitaris? pregunt Danica, esperando que le dara todo el invierno. Su mente estaba en Carradoon, en Cadderly, y empezaba a sospechar que quiz debera haber continuado a travs de las montaas e ir directamente hacia l.

    Est programado que te renas con el Decano Thobicus en tres das le inform Avery. Eso te dar abundante tiempo...

    Imposible le dijo Danica. Hoy me reunir con el decano, o por la maana, quiz, pero...

    Tres das repiti Avery. La agenda del decano no es una cosa que puedas manipular, lady Maupoissant. De nuevo us su apellido, y Danica supo que era para enfatizar su enfado.

    Danica se sinti atrapada. No soy de vuestra orden le record al clrigo corpulento. No estoy bajo

    ninguna obligacin... De nuevo Avery la cort. Hars lo que se te diga dijo inflexible. No pienses que tus acciones en

    Shilmista han sido olvidadas o perdonadas. Danica dio un paso atrs; Ivn, tan enfadado com