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.'. 148 José Bleger B) Variables intennedias Capacidades: producidas por las dos variables:independientes H y T. Determinantes inmanentes: intenciones y cogniciones. "Ajuste": ideación. C) Conducta Causada indirectamente por S, P, T Y H a través de las variables inter- medias. . En 1951, Tolman modificó en buena medida el esquema anterior y, entre otras modificaciones, no incluye T entre las variables independientes, y entre las variables intermedias incluye capacidades y rasgos tempera- mentales, sistema de necesidades, matriz devaJoresy creencias, espacio de conducta y espacio de conducta reestmcturado. Bibliografía AUport, G.W. (a, b, d)¡ Ancona, L., y otro~;Bern\lrd,L.L.; Bunge,M.;Boss,M., Diel, P.; Dumas, G. (b); Engels, F. (a, b); Fenichel,O. (a); Fletcheri R.; Fondation Singer-Polignac;Forest, J.H.; Freud, S. (c, d, c); Hull,CL.; Kardinex,A.; Klineber.e:, O.; Lagache, D. (i); Larguier des Bancels, J. (b); 1,ewin, K. (a, b, c); Lindzey, G.; Lorenz, K.; Mac Iver, R.; Madsen,K.B.; Marcus-Steiff,J.; Maslow,A.H.; Monakow,- K., Y Mourgue, R.; Muenzinger, K.F.; Nadel, S.E.; Nebraska Symposium, t'eters, R.. S.; Piddington,R.; Rapaport, D. (b), Rubinslein, S.L. (a, b, c); Schnei.rla,T. C.; Stagner, R.. Y,Karwoski,R.F.; Hopkins, C.O.; Stoetzl, J. (a); Taylor, W:S:; Tinber. gen, N.; Tolman, E.C. (a, e, d, e); Uexküll, l. von; YOllng,P.T. (a); Grinberg,L., Bleger, l., Liberman, D., Rascovsky, A., Rascovsky, L; Gil!, M.M., Rapaport, D. (capítulo 1);MoItz,H. . BLEGE/~ J I (QoOó)/ ~~t'é ~ ~C¿))?~/ i:d. ?o,'dó.s J~. k 'Hm. " /.(/ Capítulo XII Conflictos y conducta l. Conflictos La coexistencia de conductas (motivaciones) contradictorias, incom- tibles entre sí, configura un conflicto. Aunque originariamente estudia- .en elc:ampo de la psicopatología, el concepto se ha ampliado hasta con- rtirse en un capítulo fundamental de la psicología general, debido, en an medida, a las investigacionesde S. Freud y la escuela psicoanalítica. El conflicto es consustancial con la vida misma y tanto significa un :lemento propulsor en el desarrollo del individuo, como puede llegar a bnstituir una situación patt>lógica; .hay en esto también un pasaje gradual indiviso entre normalidad y patología, dado por un incremento cuanti- tivo y un cambio cualitativo de los conflictos. Lo ideal no es la ausencia conflictos, porque ellos constituyen la contradicción en la unidad de la nducta y, por 10 tanti:>, su fermento dialéctico de cambio y transforma- ón; lo que importa no es adherirse a ideas que son incompatibles con la ealidad de los fenómenos, sino estudiados tal como son: única manera de lirigirlos. Lo que importa es el destino de los conflictos y la posibilidad de esolvedos o sobrellevados. Los primeros estudios de Freud adjudicaban un poder patógeno a situaciones extraordinarias o inhabituales, llamadas situaciones traumáti- cas, pero ulteriormente se fue restando valor explicativo a la intervención de estos traumas, en la medida en que se reconoció queJo que podía enfer- mar eran los ~~onflictoshabituales de la vida diaria,incluso sin la intenY'en- ión de factores brutales desencadenantes. Freud sostuvo la hipótesis de un conflicto fundamental entre el indi- ¡duo y la sociedad, en el sentido de que cada ser humano tiene que repri- mir pulsiones, instintos o aspiraciones que son prohibidos por la cultura y cuya satisfacción -.por lo t'lnto-- le acarrearía serias consecuencias. Este .conflicto transcurre, psicológicamente,entre fuerzas instintivas y la forma- ción o estructura psicológica que representa la coerción social internaliza- da, funcionando ya como parte del sujeto rnismo. Sabemos en la actuali- dad que tal esquema del cont1kto entre tendencias biológicas y normas

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148José Bleger

B) Variables intennedias

Capacidades: producidas por las dos variables:independientesH y T.Determinantes inmanentes: intenciones y cogniciones."Ajuste": ideación.

C) Conducta

Causada indirectamente por S, P, T Y H a través de las variablesinter-medias. .

En 1951, Tolman modificó en buena medida el esquema anterior y,entre otras modificaciones,no incluye T entre las variablesindependientes,y entre las variables intermedias incluye capacidades y rasgos tempera-mentales, sistema de necesidades, matriz devaJoresy creencias,espacio deconducta y espacio de conducta reestmcturado.

Bibliografía

AUport,G.W. (a, b, d)¡Ancona, L., y otro~;Bern\lrd,L.L.; Bunge,M.;Boss,M.,Diel, P.; Dumas, G. (b); Engels, F. (a, b); Fenichel,O. (a); Fletcheri R.; FondationSinger-Polignac;Forest, J. H.; Freud, S. (c, d, c); Hull,CL.; Kardinex,A.; Klineber.e:,O.; Lagache, D. (i); Larguier des Bancels, J. (b); 1,ewin, K. (a, b, c); Lindzey, G.;Lorenz, K.; Mac Iver, R.; Madsen,K.B.; Marcus-Steiff,J.; Maslow,A.H.; Monakow,-K., Y Mourgue, R.; Muenzinger, K.F.; Nadel, S.E.; Nebraska Symposium, t'eters,R.. S.; Piddington, R.; Rapaport, D. (b), Rubinslein, S.L. (a, b, c); Schnei.rla,T. C.;Stagner, R.. Y,Karwoski,R.F.; Hopkins, C.O.; Stoetzl, J. (a); Taylor, W:S:;Tinber.gen, N.; Tolman, E.C. (a, e, d, e); Uexküll, l. von; YOllng,P.T. (a); Grinberg, L.,Bleger, l., Liberman, D., Rascovsky, A., Rascovsky, L; Gil!, M.M., Rapaport, D.(capítulo 1);MoItz,H. .

BLEGE/~ JI (QoOó)/ ~~t'é ~ ~C¿))?~/

i:d. ?o,'dó.s J~. k 'Hm." /.(/

Capítulo XII

Conflictos y conducta

l. Conflictos

La coexistencia de conductas (motivaciones) contradictorias, incom-tibles entre sí, configura un conflicto. Aunque originariamente estudia-.en elc:ampo de la psicopatología, el concepto se ha ampliado hasta con-rtirse en un capítulo fundamental de la psicología general, debido, enan medida, a las investigacionesde S. Freud y la escuela psicoanalítica.

El conflicto es consustancial con la vida misma y tanto significaun:lemento propulsor en el desarrollo del individuo, como puede llegar abnstituir una situación patt>lógica;.hay en esto también un pasaje gradualindiviso entre normalidad y patología, dado por un incremento cuanti-tivo y un cambio cualitativo de los conflictos. Lo ideal no es la ausenciaconflictos, porque ellos constituyen la contradicción en la unidad de la

nducta y, por 10 tanti:>,su fermento dialéctico de cambio y transforma-ón; lo que importa no es adherirse a ideas que son incompatibles con la

ealidad de los fenómenos, sino estudiados tal como son: única manera delirigirlos. Lo que importa es el destino de los conflictos y la posibilidad deesolvedos o sobrellevados.

Los primeros estudios de Freud adjudicaban un poder patógeno asituaciones extraordinarias o inhabituales, llamadas situaciones traumáti-cas, pero ulteriormente se fue restando valor explicativo a la intervenciónde estos traumas, en la medida en que se reconoció queJo que podía enfer-mar eran los ~~onflictoshabituales de la vida diaria, incluso sin la intenY'en-ión de factores brutales desencadenantes.

Freud sostuvo la hipótesis de un conflicto fundamental entre el indi-¡duo y la sociedad, en el sentido de que cada ser humano tiene que repri-

mir pulsiones, instintos o aspiraciones que son prohibidos por la cultura ycuya satisfacción -.por lo t'lnto-- le acarrearía serias consecuencias. Este

.conflicto transcurre, psicológicamente,entre fuerzas instintivas y la forma-ción o estructura psicológica que representa la coerción social internaliza-da, funcionando ya como parte del sujeto rnismo. Sabemos en la actuali-dad que tal esquema del cont1kto entre tendencias biológicas y normas

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culturales es demasiado simplista, porque no hay pulsiones biológij;as,libres o independientes de la organización cultural, y esta última no es unelemento ajeno, que en fomm aislada y pura se contrapone a la organiza-ción biológica. Los c:onflictospsicológicos son el reflejo o la asimilación,por parte del sujeto, de conflictos que se dan en la estructura cultural, peroestos últimos tampoco son independientes de los seres humanos ni de laacción colectiva e individua]!de los:mismos. La organización social no eshomogénea, en el sentido de que sea unívoca y disponga al individuo a unsolo tipo de conducta, sino que su propia estru(.~turaes contradictoria yconflictiva. Pelt'Otampoco se debe derivar de esto otro esquema simplista~: ingenuo: que los conflictos psicológicos son simplemente el "doble"reflejo de los conflictos sociales.

Los conflictos están imJ}licadosen todos los ámbitos de la conducta(psicosocjal, s<:KJiodinámicoelinstitucional) y en estrechas interrelacionesentre sí. De esta manera, el conflicto puede ser e:itud.iadoen cada indivi-duo tomado aisladamente, como un conflicto interno o personal; puedeserestud.iado en cuanto conflicto grupal e institucional, sin que estos estu-dios sean incompatibles entre sí, sino que -inversamente- integran unasola totalidad única. Un estudio completo debe abarcar todos estos ámbi-tos. El psicoanálisis ha estudiado los conflictos fundamentalmente en elámbito psicosocial, pero con gran participadón del ámbito socio(linámico,tomando la familia como grupo básico o matriz en el que se forma o plas-ma la personalidad del niño. Estos estudios parcjales, en lugar de ubicarseen el contexto correcto que les corresponde, con frecuencia se han inCli-nado hada una posición idealista: suponer los conflictos individualescomobase o causa de los conflictos sociales, económicos y políticos. Pero, poroltro lado, existe el error frecuente de consJlderar,por ese mero hecho, alsolo estudio de los conflictos pSicológicoscomo una posición y un erroridealista.

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~..Inclusive, s()bre obstáculos reales externos, pueden canalizarse o:.tarseobstáculos de carácter psicológico.)n gran frecuencia las frustraciones son consecuencia de situaciones:p.vas,pero el ciclo puede comenza.rrealmente con una frustración,su vez puede generar.conflictos. En el primer caso, el conflicto es

cJado al mundo externo y resulta más fácil, o menos difícil, sufriraciones y no conflictos. En el segundo caso, no toda frustraciónaconflic;tos; hay frustraciones crónicas a las cuales el sujeto se some-a.daptasin que aparezcan conflictos, y en otras oportunidades las frus-nes reales no son manejadas como tales, sino con una agudizaciónlalizaciónde conflictos psicológicos.

) grado de tolerancia a la frustración es muy variabley constituye en12lresultante del desarrollo y estructura de la personalidad total;te)más madura e integrada la personalidad, menos promoverá psicoló-:lente frustraciones y podrá enfrentar las frustraciones como tales, sindesorganización de la personalidad y sin una regresión conflictiva.

3. Tipología de los conflictos

K. Lewin ha estudiado tres tipos de conflictos que llama, respectiva-te: atracción-atracción, atracción-rechazo y rechazo-rechazo.En el conflicto atracción-atracción, el sujeto está enfrentado con dos

'etos que son atrayentes, o que él desea, pero son incompatibles entre sí.el caso de quien tiene que decidir entre dos carreras que son ambasactivas o interesantes para él. A este tipo de conflicto corresponde la~rnatíva del asno de Burídán, quien teniendo dos parvas de heno, seere de hambre por no poder elegir.

2. Frnstracióny conflicto

Llamamos frusíraciión a todas aquellas situaciones en las cll:11esno seobtiene el objeto necesario para satisfacer necesidades, o no se logra unobjetivo al cual se aspiraba.

En la frustración, I~lobst2iculoa la cons:ecucióndel objeto puede sertotalment.e externo o puede ser interno. En ambos casos (:onvien~¡hablarde un pmdon:úniorelativo, ya qUt~en condidones habituaies los obstácu-los:externos y los internos se condicionan recípro(:ament~~en un círculo

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Atrfflcción . lltracción Rechazo, rechazo

Fig. 22. Tipo!ogía de los conflictos

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0)Atracción. rechazo

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4. Ambivalenciay divalencia

El conflicto que K. Lewin denomina atracción-rechazo, es el tipo deconflicto que Bleuler llamó ambivalencia y que consiste enla coincidenciasobre el mismo objeto, al mismo tiempo, de actitudes, impulsos o afectoscontradictorios. En el caso, por ejemplo, del amar y odiar a una misma per-sona, al mismo tiempo.

El conflicto de ambivalenciaes un tipo de conflicto que va acompaña-do de gran tensión y/o ansiedad, de una situación de gran inseguridad, por-que peligra el objetb que uno quiere, por el odio o el rechazo que se le tieneal mismo tiempo. Va acompañado de depresión y culpa. Es el tipo de con-flicto y de relación objetal que M. Klein llamó posición depresiva, y a laansiedad que la acompaña, ansiedad depresiva. Esta última corresponde alo que habitualmente reconocemos como tristeza. El objeto de la ambiva-lencia es, además, un objeto total.

Por otra parte, como siempre en toda conducta interviene una estruc-tura total, participa también de laambivalencia no sólo el objeto sino, fun-damentalmente, el yo del sujeto.

Él conflicto ambivalente puede resolverse sobre el plano de una inte-!"ración que permita aceptar aspectos positivos y negativos al mismotiempo, tanto en el objeto c,omoen uno mismo. Esto signit1cauna mayor.integración del yo; que coincide siempre con un mayor o mejor sentido derealidad.

Pero el conflicto ambivalente (la poskión depresiva), cuando noresuelto, es el punto de partida de toclaslas situaciones conflictivas y de lasconductas defensivas que tienden a reducir o resolverla tensión o la ansie-dad que acompaña al conflicto. Estas últimas actúan, todas, disociando elconflicto ambivalente en las dos tendencias o actitudc~scontrapuestas que10 componen; se (;umple así el pasaje (la regresión)a lo que Pichon Rivieu;ha llamado la divalencia: divisiÓnen dos conductas disociadas con dos

'etos distintos. Un ejemplo de ello es la situación de conflicto ambiva-te en que se quiere Y odia al mismo tiempo, por ejemplo, a la madre;paso a la divalenciase cumple cuando, por ejem:plo,se retiene el amor amadre Y el odio es totalmente transferido a una hermana. Se cumple así\3 disociación esquizoide en la que la relación objetal es ahora con obje-,8parciales, porque cada uno de los objetos está ligado a una parte del9. del sujeto y a uno solo de los términos pardales del conflicto total

.bivalente. La división esquizoide es la conducta defensiva básica, Yas las otras conductas defensivasse basan en el manejo o distribuciónlos términos de esta divisiónesquizoide.

Los conflictos que requieren nuestra ayuda, en el campo de la psico-,ía clínica son, en muy eScasaproporción, de carácter ambivalenteYen11bio,son,con mucha mayor frecuencia, de carácterdivalente, es .decir,requiere asistencia cuando ya nOes operante la disociación divalente o

en cuando ella, por sí misma, crea nuevas dificultades o desadaptacionesinh1piciones.Cuando operamos terapéuticamente, sólo entonces, Ycomopa necesaria, reducimos la divalenciaal conflicto ambivalente origina\.*

En el c.onflicto rechazo-rechazo, el sujeto se ve obligado a escogerentre dos objetos o' situaciones que son ambas desagradables,peligrosas orechazantes. Es el dilema de Caribdis.y Escila, nombres de un torbellinoy un escollo del estrecho de Mesina, terror de los navegantes que desean-do evitar el uno, caían en el otro.

En el conflicto atracción-rechazo, el sujeto se enfrenta con tendenciaso actitudes contradictorias dirigidas hacia el mismo objeto. Se diferenciade los dos anteriores en que las tendencias son opuestasy recaen, no sobreobjetos distintos, sino sobre un mismo objeto.

5. Conflictos de áreas y cqmpos

Los' conflictos son siempre conductas contradictorias, incompatiblesntre sí, pero que pueden ser vividos tanto en forma .consciente como

,mconsciente; en este último caso, el sujeto percibe la tensión o la ansiedad,pero no conoce ni discrimina los términos del conflicto que la producen.gor otra parte, aun en el caso de un conflicto consciente, no se excluye,que otra parte del mismo pueda ser inconsciente. Otra alternativa es que la!iituación conflictiva sea inconsciente, mientras que conscientemente sólo~e tenga una "falsa conciencia" de la situación real, es decir, que los verda.deros términos del conflicto son desconocidos Y conscientemente sólo selene de él una racionalización o una captación distorsionada.

La disociación del conflicto ambivalente implica uoa separación, umormalización o e1ementalizaciónde los términos del conflicto y esta divaenela es, en realidad, no una soluciÓndel conflicto, sino solamente un:resolución de la tensión que acompafíabaal conflicto ambivalente.

Para que esta divalencia se mantenga como tal Y no reaparezcan 1ansiedad o la tensión, tiene que establecerseun control que mantenga uncierta distancia entre ambos términos del conflicto Y con ello evite]

111El lector interesado encontrará Iln estudio más detallado de la ambivalcnchdivalcl1da en el capítulo VII de Simbiosis Y ambigÜ.edad. Bllc,nos Aires, Paidós, 196

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reaparición de la ambivalencia. Todas las conductas que tienden amante.ner la divalencia se estructuran entonces sobre esta división esquizoide yson las que estudiaremos como conductas defensivas.

El resultado de esta disociación de la conducta es la aparición de mani-festaciones contradictOlias en las distintas áreas de la conducta o -inclu-sive- en la misma área y una consecuente distancia o disociaciónentre lasmismas. Esto es 10 que ya hemos estudiado en el capítulo II como "Coin-cidencia y contradicción de las áreas de la conducta". A su vez, esta diso-ciación y contradicción de las áreas implica, necesariamente, una disocia-ción y contradicción de los campos de la conducta.

Si los términos de la contradicción (del conflicto) dejan o pierden laposibilidad de ser discriminados, aparece la confúsión. Si aun estandodis-criminados, coexisten disociados pero no sutlcientementedistanciados unode otro, tenemos la duda o la vacilación, términos que se aplican respecti-vamente para los casos en que la duda se da en las áreas uno o tres. Si noestán suficientemente disociados y la aparición de una de las conductastrae necesariamente la aparición del.otro indeseable, se está en el caso delas inhibiciones. Una transacción de ambos términos del conflicto se da enel caso de los fenómenos que pertenecen a 10 que Freud llamó la "psico-patología de la vida cotidiana", o en los sín tomas.

Una estabilización de la disociación del conflicto implica una disocia-ción estabilizada de las áreas de la conducta, o lUla disociación de unamisma área, 10 cual constituye una verdadera alienación, una pérdida °limitación de las posibilidades expresivas de la conducta integrada y de lapersonalidad total.

6. Objeto bueno y objeto malo

Con ningÚn objeto se pueden tener exclusivamenteexperiencias nega.tivas o, por el contrario, solamente experiendas posW,vas,y esto implicauna fuente de conflictos, en el sentido, por ejemplo, de que una personaque nos gratifica, en otIOSmomentos nos frustra. El conflicto reside enque con un mismo objeto recogemos experiencias que están en contradic-ción entre sí y se promueven sentimientos o actitudes que también estánen contradicción.

La disociaciÓndel objeto total (ambivalente) en dos objetos parcialeshace que con uno de ellos se viva solamente la parte gratificantc y con elotro Únicamente las experiencias frustrantes. Al primero se denomina"'objeto bueno" y al sc!,"Undo"objeto malo", Estas denominaciones gené-

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Icas fueron in troducidas por M. Klein, y el fenómeno fue estudiado inten.amente por su t~sí.mela.

La división esquizoide (divalencia) permite mantener separados yistanciados el objeto bueno del objeto malo, y todas las conductas defen-.vas tienden a mantener en forma estable esta disociación.

Toda experiencia implica, necesariamente, esta contradicción en la'#nidad de la conducta, y en ello reside el conflicto, Freud estudió muy,oncreta y correctamente las situaciones de conflictos, tal como se dan en, realidad en los seres humanos, pero por no mantener su teoría en el

,mbde la dialéctica de la conducta, presentó teóricamente estos conflic-,s'corno una lucha de fuerzas o instintos o un conflicto entre instancias

, icológicas (conflicto entre el yo y el ello), o conflicto entre fuerzas ins-intivas, biológicasy exigenciasculturales.

La división del objeto total (ambivalente) en objeto bueno y malodivalencia) implica no solamente la divL'Sióndel objeto, sino también unaivisión del yo del sujeto y una disociación de la estructura del vínculo,ue se establece entre cada objeto parcial y -respectivamente- la parte del,° Conél relacionada.

Objeto bueno y malo califica, en síntesis, el objeto respectivo de laxperiencia buena y mala, gratificante y frustrante.

7. Ansiedad y conflicto

Freud postuló el origen de la angustia en una transformación de laenergía sexual (libido) impedida en su descarga (estancada), situación quee da cuando fracasan las conductas defensivas. Posteriormente, mante..tiendo la misma hipótesis sobre la génesis de la angustia, postuló que su

'aparición en pequeña cantidad opera corno una señal de alarma que movi-liza las conductas defensivas.

M. KIein, ulteriormente, emitió la hipótesis de que la angustia era laactuación del instinto de muerte.

En ambas teorías se superpone la psicología con la biología e ,.-incJu..sive- con hipótesis biológicas de carácter especulativo que distan de tenerverificacióncientít1ca.

La ansiedad o angustia es un estado de desorganizacióndel organismo,'según lo ha estudiado Goldstein, y su intensidad puede variar desde un mí-nimoque sirve de seflal de alarma hasta un máximo en el pánico. Estadesorganización apareí:e frente a situaciones dl~frustración o de conflicto.La angustia no es la causa de la conducta ni de los síntomas/sino uno de

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los fenómenos que se producen en distintos momentos de la dinámica de larelaciÓnobjetal.

En base a los estudios de M. KIein, se ha sistematizado el conocimien-to de dos tipos de ansiedad. Uno de ellos ligado al conflicto ambivalente(la situación depresiva) y que se denomina ansiedad depresiva (tristeza);el otro, la ansiedad que se produce siempre que la disociación divalentecorre riesgo de perderse o cuando el objeto malo amenaza al yo y al objetobueno a él ligado, es la ansiedad de la posición esquizoparanoide y se deno-mina ansiedad paranoide(miedo). Ambos no son excluyentes, sino coexis-tentes, y lo qué se califica es el predominio de uno sobre el otro. Además,hay una relación dinámica entre uno y otro, tanto como la hay entre laambivalencia,Yla divalencia.

8. Unidad genética de los conflictos

El conflicto ambivalente (denominado atracción-rechazo por K.Lewin) es el conflicto primordial, en el sentido de que todos los demásderivan de él y significancon respecto a él una cierta defensa,ya que todoslos demás conflictos aparecen como consecuencia de una divisiónesquizoi-de del conflicto ambivalente.

Todos los conflictos divalentes, entre los cuales hay que contar tam-bién los que K. Lewin califica como atracción-atracción y rechazo-rechazo,son defensas frente al conflicto ambivalente, de tal manera que esto tieneno sólo importancia desde el punto de vista del conocimiento genétíco,sino también desde el interés puesto en la resolución terapéutica. Muchosconflictos resultan estar encubriendo un conflicto más básico y por ciertomás inquietante. Un ejemplo de ello puede ser el caso del estudiante quese mantiene sin estudiar porque tiene que resolver o deddir entre doscarreras múversitarias que le atraen de igual manera (conflicto aú:acción.,atracción); esto resulta ser un conflicto de (~arácterdefensivoporque tiene--.por ejemplo-.- atra(:ción y miedo de fracasar e11cada una de las doscarreras, con lo cual su conflicto es verdaderamente una ambivalencíaqueelude con la divalencia que le permite racionalizar su miedo al fracaso.El dilema deuna cosa u otra se reduce al problema con cada una de las doscosas. Lo mismo puede decirse de todos los demás contllctos de tipo diva-lente, que ti~menque ser reducidos al conflkto ambivalente para que real.r:K:nte pl,u~dan. ser resueltos.

-~->,,-,., ,

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9. Síntesis

Si de la copiosisima literatura sobre el tema, con las perspectivas másriadas, se tratara de sintetizar un cierto consenso de los distintos autores,podría concluir en las siguientes afumaciones:

a) Que el conflicto es una lucha u oposición entre sistemas de ener-as o de impulsos, o de estructuras mentales, o de conductas, que ocurrel el individuo.

b) Que constituye una de las fuentes más importantes de motiva-.ones. '

c) Que el resultado de dichos conflictos es una modificación de landucta, que aparece como un intento de tnlnsacción o de compromiso.

En ello subrayaríamos las siguientes observaciones, según la exposi-iiónhecha:

a) Que el conflicto es siempre conflicto de conductas, camposYámbi..)¡¡,y que no hay un "dentro", sino solamente como vivencia y nuncaomo espacioen el que operan fuerzas e impulsos.

b) La conducta es, a su vez, la resultante de conflictos, 10cual permite1 estudio del proceso de la conducta en sí mismo, sin la intervención dentidades mitológicas ajenas a ella misma, con lo cual no se aclaran, sino

.ese complican los problemas. , .c) La conducta, tanto como toda la vida del ser humano, es siempre

espuesta y siempre compromiso.

Bibliografía

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