Manual Rescate Vertical

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MANUAL DE RESCATE VERTICAL Por: Edison Guevara

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Manual de Rescate Vertical

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MANUAL DE RESCATE VERTICAL

Por: Edison Guevara

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El Centro Nacional de Capacitación de la Cruz Roja Ecuatoriana desea expresar sus sentimientos de gratitud a las personas que

hicieron posible la realización de este manual.

Autor TEM-USER Edison Guevara

Supervisión y Control TEM-USER Edison Guevara

Edición, fotografía, diseño,

producción y realización general TEM-USER Edison Guevara

Cuenca, Ecuador Enero 2012

Sexta Edición

Queda terminantemente prohibida la reproducción Total o parcial de este manual sin consentimiento del

Autor

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INTRODUCCIÓN Durante los últimos años, ha sido preocupación del Programa Nacional de Socorros y Operaciones en Desastres la cantidad tan alta de accidentes y acciones de rescate que se han venido desarrollando, de allí la necesidad de dar entrenamiento, al personal prehospitalario de los servicios de emergencia, en la atención de los pacientes de este tipo de accidentes. En el quehacer cotidiano de todo socorrista o técnico de emergencias médicas se presentan constantemente situaciones que requieren de maniobras y/o procedimientos para lograr una aproximación, extracción o liberación de las víctimas; y es común que día a día a pesar de poseer las destrezas, habilidades y conocimientos necesarios para proporcionar atención medica prehospitalaria de urgencia y de contar con todos los implementos indispensables para ello, el personal se ve frustrado en su intento de salvar o ayudar a mantener una vida por no poder acceder al área donde se hallan los heridos o no poder extraerlos de ella. El presente manual proporciona las bases mínimas necesarias para realizar operaciones de Rescate con sistemas de cuerdas y Extricación Vehicular con equipamiento manual, es una base de conocimientos y técnicas que proveerán al elemento de Cruz Roja Ecuatoriana de lo indispensable para actuar con seguridad, profesionalismo y por sobre todo a no volver a sentirse impotente ante una situación determinada, que en ocasiones llega a penetrar la autoestima. El Rescate es más que una especialidad, es una necesidad que tienen todos y cada uno de aquellos que cubren servicios de emergencia en cualquier punto del Ecuador; es una parte vital en la información del personal operativo de la Institución. El estudio y la práctica constante de las diferentes técnicas y procedimientos expuestos en el presente determinara la diferencia entre un buen elemento profesional y aquel que solo actúa sin pensar. El rescatista debe ser más que un buen elemento para la institución, debe ser un buen servidor público Hacer un rescate implica la intervención de varios componentes, entre los cuales el más importante es el recurso humano.

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INTRODUCCIÓN AL RESCATE El rescate es un a Campo Especializado dentro de una escuadra de emergencia. Las técnicas de rescate siempre están siendo mejoradas, así como nuevo equipo es ideado para el desempeño de estas labores. Objetivos del rescate El rescate tiene tres objetivos principales y deberán ser ejecutados 1. Localizar y Estabilizar a la víctima 2. Extraer a la víctima hasta a una aérea segura, sin causarle daño adicional 3. Regresar a la escena del accidente para dejarla en condiciones seguras Pre requisitos Personal de rescate tendrá o deberá tener entrenamiento en primeros auxilios, ellos deberán ser o bien (ECA) Asistente en Cuidados de Emergencia, Técnico en Emergencias Médicas (EMT), o por lo menos tener conocimientos de Primeros Auxilios Avanzados como una parte vital del rescate. La víctima será estabilizada antes de ejecutar la extracción, y esto puede incluir:

Proporcionar RCP Confeccionar vendajes Entablillado

REGLAS BASICAS DEL RESCATE Es necesario que cada uno de los miembros de la unidad de Rescate se responsabilice de las acciones que realiza, para lograr con ello profesionalismo en la labor; de mayor importancia resulta la responsabilidad de proteger a la víctima, a los demás elementos y a todos aquellos individuos involucrados en la labor por diferentes circunstancias. Se considera de vital importancia que exista una comunicación plena, clara y profesional entre todos y cada uno de los elementos de la unidad antes mencionada, antes, durante y después del evento. Dentro de las responsabilidades generales cabe destacar la recuperación total de los equipos y materiales utilizados durante la labor; de igual manera la inspección del estado físico de cada uno de ellos, de sus niveles, carga, y resguardo respectivo, preparándolos de inmediato para poder responder a cualquier otro evento de rescate que se originase en el momento. La seguridad durante las labores es el objetivo más importante de toda la realización procurando en todo momento mantenerla en su nivel más alto. El profesionalismo y la eficiencia de las labores se traducirán en el logro de todos los objetivos, recuperando en la menor cantidad de tiempo posible a todas las víctimas involucradas en el evento. Por último, es necesario evaluar en conjunto las labores realizadas para superar errores, malas prácticas y todo tipo de situaciones que vayan en contra de la eficiencia y seguridad de la unidad.

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Misión del Rescate Es la implementación de los mecanismos necesarios para recuperar y/o liberar personas de lugares, que por medios normales; son inaccesibles, y que por lo tanto requieren de elementos, equipos y materiales especialmente preparados para responder y actuar de manera coordinada y eficiente en el desarrollo del evento. La misión del rescate es lograr mantener a las víctimas vivas durante las maniobras, realizando estas siempre con un alto índice de seguridad y en todos los aspectos, permitiendo así disminuir la mortalidad y la morbilidad. Establecer procedimientos ordenados, lógicos y responsables en la respuesta a toda emergencia donde se requieran los servicios de la unidad de Rescate. Crear una adecuada coordinación con todas y cada una de las instituciones, corporaciones y asociaciones que asisten al evento para en conjunto realizar una labor profesional. Definiciones La cobertura de los servicios de emergencia involucra múltiples actividades que deben complementarse apropiadamente para lograr salvaguardar la integridad física de los lesionados como de los elementos del servicio de emergencia que acuden a socorrerlos, por lo tanto es indispensable que exista una capacitación apropiada en todas las áreas que componen el auxilio a víctimas accidentadas. Así los elementos que integran la Cruz Roja Ecuatoriana requieren de una constante preparación, en este caso específico se procurara el área de Rescate. La primera necesidad que surge es definir los términos referentes a las labores propias del Rescate Urbano. Rescate o Salvamento: Se denomina Rescate a los diversos procedimientos, técnicas y maniobras a realizar para

recuperar objetos, materiales y particularmente personas en sitios de difícil acceso. Recuperar: Se denomina Recuperar a las maniobras encaminadas a rescatar a una víctima muerta en sitios de

difícil acceso, este término actualmente se engloba dentro del Rescate. Extricación: Se denomina Extricación a la liberación de víctimas prensadas bajo cualquier circunstancia y por

cualquier material, herramienta, maquinaria, vehículo automotor u objeto. Normas de actuación Son el conjunto de procedimientos encaminados a salvaguardar la integridad física del lesionado, del personal de rescate, de los equipos y materiales a utilizar. Hacer una evaluación clara y precisa de la situación Requerir toda la información necesaria para realizar una adecuada planeación del rescate, objetiva y particular

para el evento suscitado Mantener el control de la situación en todo momento Mantener la calma aun en las situaciones más desesperadas Aplicar las medidas de seguridad pertinentes para la labor de Rescate Asistir a la(s) víctima(s) de manera inmediata de acuerdo a las posibilidades que brinde el evento Realizar plena y adecuadamente la labor final del rescate Recuperar en su totalidad los equipos y materiales utilizados durante el evento Y ante todo mantener el más alto índice de seguridad durante las maniobras a realizar

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ORGANIZACIÓN DE LA UNIDAD DE RESCATE Una buena organización de todos los miembros, conociendo plenamente sus responsabilidades, es lo más importante para la seguridad de los rescatistas. Todas las salidas de emergencia deberán ser adoptadas con profesionalismo y con la mentalidad de que esta podría ser la más difícil de todas las operaciones y para lograr que la intervención del rescatista sea eficiente se debe contar con una distribución apropiada de las diversas funciones de la unidad. La unidad de Rescate será el conjunto de elementos especialmente capacitados para ejercer las funciones de intervención necesarias en los eventos que involucren por su desarrollo, víctimas atoradas, atrapadas o prensadas en sitios de difícil acceso, estará compuesta por cinco elementos, quienes tendrán funciones específicas y coordinadas durante el desarrollo de las labores de rescate. Los elementos se encontraran distribuidos en dos núcleos denominados de la siguiente manera: A. Núcleo Interno: Estará integrado por los tres primeros elementos que tendrán y mantendrán contacto directo

con la(s) víctima(s) durante el desarrollo del rescate, y se denominaran:

Evaluador: El elemento que evalúa la situación general deberá ser aquel que posea la mayor experiencia y capacidad para determinar los diferentes factores involucrados, las posibilidades de actuación y será quien determine el sistema de operación a desarrollar durante el rescate.

De atención: Será quien se dedique exclusivamente a proporcionar la atención prehospitalaria de rescate al lesionado durante el desarrollo del evento, deberá ser aquel que posea la mejor capacidad de respuesta paramédica.

Extricador: Será la persona responsable de ejecutar las maniobras propias del rescate en coordinación total con el Evaluador del evento, y tendrá también la autoridad para modificar el desarrollo de las maniobras, según lo requiera la situación. Este elemento y el Evaluador serán los únicos que intervendrán directamente en las maniobras especiales que se realicen, en las maniobras generales intervendrán coordinadamente los demás integrantes de la unidad.

B. Núcleo Externo: Estará integrado por los últimos dos elementos y su función será de apoyo, específicamente, se

denominaran de la siguiente manera:

Abastecedor: Será el responsable de apoyar al núcleo interno abasteciéndole de todos los materiales y equipos que se requieran, siendo el elemento que controle la salida y entrega de todos estos en forma oportuna, procurando evitar las pérdida o deterioro a través de una supervisión constante, de igual manera coordinara las acciones que se desarrollen en el perímetro del evento cuidando siempre y ante todo la seguridad de la zona.

Radio-comunicador: Tendrá como función específica recabar de inmediato los datos concernientes al tipo de evento, los lesionados que se estimen en el lugar y los apoyos que sean requeridos; una vez obtenida esta información notificara de inmediato a la central de comunicaciones el informe respectivo, debiendo ser claro, preciso y lacónico en su transmisión.

Por prioridades deberá manejar la información de la siguiente manera: Tipo de evento suscitado Lugar preciso del mismo Tiempo en evolución

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Lesionados que se calculan Tiempo estimado de labor Solicitud de ambulancias y/o equipos de atención Solicitud de equipo de bomberos Solicitud de helicóptero al lugar, o sitio de aterrizaje Solicitud de radio patrullas Cancelación de apoyos

Es importante que se considere al momento de hacer cualquier solicitud de apoyo o equipo, el tiempo de labor que será invertido en las maniobras de rescate. Una vez que haya cumplido con su cometido, informara al Evaluador de ello y se integrara con el abastecedor para proporcionar el apoyo que se requiera, sin olvidar su función prioritaria que es mantenerse alerta de los llamados radiales que se den, dando respuesta a la información que se le requiera.

MANDO La brigada de rescate deberá tener una persona en cargo de la operación, cada integrante estará entrenado en el uso apropiado del equipo disponible. Quien este al mando deberá realizar un reconocimiento de la situación para luego determinar el plan de operación y material que se utilizará para ejecutar un rápido pero seguro rescate, los siguientes puntos deberán ser tomados en cuenta: 1. Reconocimiento (recoger la información disponible)

a. ¿Cuando ocurrió el accidente? b. ¿Están las operaciones de rescate en progreso? c. ¿Cuánta gente está involucrada d. ¿Es el área segura para el ingreso del personal de rescate? e. ¿Es necesario el uso de ropa de protección especial f. ¿Cuáles son los posibles lugares para la extracción?

2. Despachar equipos de búsqueda

a. Enviar por lo menos dos personas de una búsqueda cabal de área b. Una vez localizada la víctima, se realizará un reconocimiento primario y secundario de esta para evaluar la

extensión de los heridos o lesiones. 3. Desarrollar e implementar el plan de operación para el rescate, el desarrollo del plan puede incluir:

a. La posición del paciente, para ser sujetado a la hora de extraerlo b. Uso de sistemas de ascenso o descenso para completar rescate c. Tener el número adecuado tanto de personal como de material para realizar el rescate, de no ser así, hay

alguna posibilidad de ayuda mutua por parte de las brigadas. 4. Desplegar personal de rescate a tareas específicas para completar las operaciones de rescate 5. Extracción de la víctima del lugar y procurarle asistencia medica 6. Realizar la crítica de la operación con todos los miembros involucrados en el rescate después de que la operación

se haya complementado ETAPAS DEL RESCATE El trabajo del rescate es conducido normalmente bajo condiciones adversas, a menudo complicadas por la oscuridad. No existen reglas rápidas que puedan ser mecanizadas para dar a los jefes de equipo una guía o dirección segura sobre cómo manejar cada situación. Procediendo en etapas de acuerdo a un plan regular, los jefes de equipo tendrán menos probabilidades de subestimar puntos importantes. En cada operación de rescate se deberá proceder tan cerca como fuese posible a las siguientes etapas.

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Primera etapa: reconocimiento La labor del rescatista se halla circunscrita en cualquier lugar de nuestro país, la mayoría de los servicios de emergencia que requieren de maniobras de salvamento con sistemas de cuerdas se presentan en edificios altos, cisternas, montañismo, cubos de luz, etc. Hay varios aspectos del reconocimiento que se deben tomar en cuenta para efectuar un correcto rescate, entre ellos la información recogida deberá ser los primero que se deba obtener y la siguiente deberá ser solicitada: a) Número de personas atrapadas b) Localización probable de las personas atrapadas c) ¿Sí o no las operaciones de rescate están bajo control? d) Qué servicios están disponibles en el área (servicios públicos como energía eléctrica, agua potable etc.) e) Tipo de construcción f) Uso que se le da (habitación, oficinas, etc.) g) Ubicación precisa h) Cantidad de pisos i) Edificaciones colindantes y cantidad de pisos j) Vías de acceso vial k) Entradas y salidas naturales l) Población fija m) Población flotante n) Materiales que en su caso almacena o) Tipo de emergencia que presenta p) Tiempo de evolución q) Cantidad de víctimas involucradas r) Apoyos terrestres o aéreo necesarios para aproximación s) Equipamiento y accesorios requeridos Estos puntos deben ser considerados para evaluar de primer contacto toda emergencia que se presente y lograr una planeación adecuada y particular al evento. Las fuentes de Información como: Bomberos Operarios dentro de la unidad Personal de seguridad Accidentes

Estas serán probablemente las primeras personas en el lugar de la escena y podrían en muchos casos proveer buena información. Una de las mejores fuentes son los accidentes mismos, si ellos están suficientemente estables para dar información confiable. El segundo aspecto del reconocimiento es la observación, esta es la responsabilidad del Jefe de Equipo, el inspeccionar para determinar el tipo de construcción involucrada, los planos de la estructura, el tipo o tipos de colapso y la posibilidad de ordenar la evacuación o desocupación. La hora del día y el día de la semana tienen mucha importancia sobre la localización de los accidentados, particularmente en los casos de las escuelas, fábricas, teatros, hoteles, centros comerciales y otros edificios públicos donde el número de personas involucradas pueden variar con la hora del día.

Es de suma importancia que todos los trabajadores de rescate observen las reglas de seguridad cuando estén llevando a cabo una misión de rescate. Las operaciones de búsqueda deberán llevarse a cabo por equipos de dos o más personas

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Se deberá considerarse además si fue o no dado previo aviso a la gente, Si fue dado, la mayoría de gente habría buscado seguridad, hecho por lo cual puede darnos indicios para los operativos de búsqueda. En la primera etapa, el rescate de todas las víctimas de superficie deberá ser realizado, dando prioridad a aquellos de peligro inmediato. Hay que reconocer que ningún rescate es igual a otro, sus características varían de uno a otro, esto identifica la necesidad de estar alerta, con la mente clara respecto de lo que estamos haciendo y, sobre todo, seguros de aplicar, para cada rescate, los conocimientos y la experiencia adquiridos. Dada la naturaleza de sus labores, el rescatador debe poseer ciertas características que lo capaciten para integrar una unidad de rescate, el correcto manejo de una escena va a depender de ciertos factores que denoten un adecuado estado físico y de salud que permitan trabajar adecuadamente a un rescatador. Muchas veces, la presión para cumplir con una buena evaluación de la escena, nos lleva a errores que pueden causar la muerte, tanto de personal de rescate, como del paciente. Algunos de los más comunes son: La visión de túnel El no asegurar adecuadamente la escena El no estabilizar adecuadamente el vehículo o los vehículos La impericia La negligencia

El trabajar en equipo y tratar de ocupar el menor tiempo posible a la hora de los procedimientos de acceso, estabilización, extracción y traslado de la víctima o víctimas, es imperante en una situación de rescate, el líder es el responsable de las normas de seguridad y la aplicación de tales normas corresponde, en término generales, a todo el personal de rescate. El rescatador debe ser una persona dispuesta a someterse a situaciones grotescas y a superarlas por si solo o, en su defecto, tener la capacidad de buscar apoyo y ayuda profesional. Hay que tener presente que todo profesional de rescate es, ante todo, un ser humano, habrá situaciones que no podrá controlar emocionalmente. Esto no significa necesariamente debilidad, sino más bien solidaridad y empatía con el paciente.

Segunda etapa: exploración de posibles lugares de supervivencia

La exploración deberá ser realizada por todos los lugares, edificios e instalaciones donde personas podrían estar atrapadas con polvo, arena y escombros ligeros pueden efectivamente camuflar o esconder una persona herida, así la búsqueda quedará completa. Recuerde si hubo un aviso previo, la gente probablemente habría buscado seguridades tales como: Refugios o áreas similares Lugares debajo graderíos Sótanos Espacios cerca de paredes o muros Espacios cerca de paredes muros Bajo escritorios o similares

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EL EQUIPO DE PROTECCIÓN (EPI – EPP)

Un EPI (Equipo de Protección Individual) o EPP (Equipo de Protección Personal) son nuestros equipos de seguridad personales; el arnés, descendedores, cuerdas, cintas, gafas, guantes, etc. Todo lo que, a nivel personal, nos proteja de algún riesgo: eso son los EPI, se definen como “cualquier equipo destinado a ser llevado o sujetado por el rescatista, para que le proteja de uno o varios riesgos que puedan amenazar su seguridad o su salud, así como cualquier complemento o accesorio destinado a tal fin”. Los EPI deberán utilizarse debido a la existencia de los riesgos para la seguridad o la salud de los grupos de rescate que no hayan podido evitarse o limitarse suficientemente, por medios técnicos de protección colectiva, o mediante medidas, métodos o procedimientos de organización. Los EPI proporcionarán una protección eficaz frente a los riesgos que motivan su uso, sin suponer por sí mismos, u ocasionar, riesgos

adicionales ni molestias innecesarias, la utilización simultánea de varios equipos EPI, deberán ser compatibles entre sí y mantener su eficacia en relación con el riesgo o riesgos correspondientes, los elementos empleados absorberán una parte proporcional de su función original, cuerdas, etc., por lo que el sistema de seguridad empleado debe absorber la mayor parte de energía posible, estos sistemas tenderán a deformarse o romperse; estiramiento de las cuerdas, apertura del absorbedor de energía, deformación o rotura de mosquetones o anclajes, etc., de lo contrario sería nuestro cuerpo el que se deformaría o rompería. Si el cuerpo del rescatista llega hasta el lugar de impacto la energía se ha transformado en “Fuerza de choque” que, a su vez, se transforma en “fuerza mecánica” rompiendo huesos y órganos internos. De todo ello es fácil entender la importancia de disponer, cuidar y utilizar los EPI correctamente. Existen tres categorías de EPI: Categoría 1: son los equipos para proteger de riesgos menores o mínimos, la ropa o la vestimenta están en esta categoría, pasan a tomar una categoría mayor cuando la situación es especial, como cuando hay gases, fuego o químicos. En el medio vertical o en una tarea de rescate, estos elementos pueden ser opcionales pero deben ser considerados dentro de los EPI y dependerá del tipo de escenario en el que se trabaja. Además dentro de esta categoría se podrían considerar aquellos implementos los cuales pueden ser utilizados ocasionalmente como protectores de oídos, mascarillas, etc. Categoría 2: son los equipos destinados para proteger de riesgos graves, de grado medio o elevado, pero no de consecuencias mortales

o irreversibles. Este tipo de elementos pueden adquirir categoría 2 y 3 cuando pasa de una situación de riesgo inminente a una situación de riesgo potencial, como es el atrapamiento, roce, golpes, caídas de material, contactos eléctricos, etc. Los arneses toman un papel doble en ambas categorías, dado a que nuestra accionar se encuentra en el medio vertical, los riesgos son mayores, este tipo de equipo pueden pasar de un arnés anti caídas (categoría 2) a un arnés de sujeción y anti caídas, lo que claramente pasaría a formar parte de un EPI categoría 3.

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Categoría 3: son los equipos destinados a proteger de los riesgos mayores o mortales con resultados, en algunos casos, irreversibles. Se podría resumir que en esta categoría se clasifica todo el equipo de rescate vertical, exceptuando aquel material que se usa para trabajos auxiliares, tales como cordinos que no cumplen una intervención directa con el rescatista. Los EPI pueden variar conforme a la necesidad del escenario, no hay que omitir los anclajes artificiales ya que estos pasan a ser un EPI de categoría 3 ya que simplemente además de ser un elemento importante en nuestro equipo cumple la función de asegurar la cadena de seguridad de la cual dependemos. Los EPI de categoría 3 son los que se utilizan para prevenir las caídas de altura, ya que protegen a las personas de riesgos mortales o gravemente perjudiciales para su salud. Los EPI deben satisfacer las exigencias técnicas esenciales de seguridad y salud. Están concebidos para asegurar el más alto nivel de protección posible respetando siempre la ergonomía y comodidad del usuario. Sin duda, los EPI, son lo más importante en esta materia, estos deben contar con las certificaciones correspondientes y a la hora de elegir debemos tener claro el objetivo de su utilización para su futura utilización. A más de los EPI, el equipo utilizado en rescate está destinado para cierta función, no es lo mismo ocupar un equipo destinado para escalada que ocupar un equipo para trabajos verticales y o rescate vertical. La clasificación de cada equipo lo regulan los estudios y certificaciones que deben pasar cada uno de los ellos, siendo los controles muy rigurosos los que deben cumplir, con estándares de seguridad que se requieren para cada tarea específica. Es por esto es que cualquier equipo no da lo mismo. Dentro de las entidades que regulan los equipos en cuanto a calidad, especificación, resistencia etc… son la UIAA, CEN, UE, CE y cada una de ellas acredita o verifica individualmente cada detalle de cada equipo para que recién pueda salir al mercado. UE - CE (Unión Europea – Conforme a Exigencia): son las responsables de realizar los estudios de los elementos referentes a operaciones verticales. Certifica en base a pruebas realizada a cada equipo que sale al mercado. CEN (Comité Europeo de Normalización): es la responsable de seleccionar el equipo para cada especialidad ya sea para deporte, trabajos, Rescate. También realiza pruebas de tracción, caídas, peso etc. UIAA (Asociación Internacional de Alpinistas Asociados): entidad fiscalizadora y acreditadora, sin duda la madre de todas las Normativas responsable de la acreditación de cada equipo independiente a las normativas UE, CE, CEN, también es la responsable en supervisar el material dispuesto para la NFPA. Además de lo anterior es la que supervisa los procedimientos referentes a materia de montaña, aprueba, prohíbe, certifica técnicas y procedimientos. Es importante saber que cada vez que se adquiera un equipo debe cumplir con las exigencias mínimas de certificación y lo principal que estos sean para la tarea que se va a desarrollar. Al utilizar equipo no normado para dicha actividad como es este caso (rescate) estamos siendo negligente pero si además de lo anterior utilizamos equipos no certificado por las entidades antes mencionadas somos más negligentes aun y lejos de ser un profesional.. Es de suma importancia reconocer cada equipo y sus características técnicas de cada uno de ellos, para así brindar mayor seguridad a nuestra propia persona y ser cada vez más profesionales en esta materia. A continuación revisaremos los EPI y demás equipos utilizados para efectuar labores de rescate.

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OVEROL: La indumentaria o vestimenta del rescatista en general, deberá ser básicamente cómoda, resistente y de alta visibilidad, también se deberá procurar que sea impermeable y resistente para el trabajo, es así que el overol es la prenda de vestir más adecuada para efectuar rescates, es fácil de poner y quitar por lo que resulta bastante practico para cualquier situación imprevista, además se puede acondicionar con bolsas y cierres que aumente su sentido práctico. FAJILLA O CORREA: este tipo de prenda brinda cierta protección a la cintura y abdomen al efectuar maniobras que involucren esfuerzo, el ancho recomendado de la fajilla deberá ser de aproximadamente 8 centímetros, se debe poder ajustar a diferentes tamaños, debe tener un broche fácil de abrir y cerrar, a esta fajilla se pueden fijar aditamentos necesarios para las labores de rescate que no entorpezcan la labor del rescatador. CALZADO: La bota clásica es el calzado más recomendable porque brinda una amplia protección a los pies, evitando torceduras o lesiones. Se debe cuidar que el calzado tenga suela con dibujo en relieve, lo cual permite mayor agarre, así mismo se recomienda que el calzado tenga punta de acero para proteger los pies frente a caída de objetos de gran peso. Actualmente las botas de rescate son gruesas y de suela dura y se prefieren los botines, con suela antideslizante que permiten un agarre firme en las laderas y suela de goma que permite un margen de adherencia y comodidad. CASCO: El casco constituye otro elemento fundamental en la seguridad del rescatista en toda situación, evita posibles lesiones al riesgo de sufrir caídas, golpearse con muros o con cualquier objeto que cae.

En los años sesenta se introdujo el casco en el deporte de escalada por lo cual gracias a su internación los accidentes disminuyeron enormemente. Lamentablemente después de tener mucho éxito entre las décadas de los sesenta y setenta en la disciplina de Escalada, la taza de accidentabilidad disminuyo considerablemente hoy se ha incrementado considerablemente y lo que es peor con consecuencia de Muerte. Muchos actualmente consideran que un casco es incómodo y que estorba pero jamás han asumido

los beneficios que este puede tener. En el tema vertical estamos expuestos a muchos riesgos asociados a nuestra actividad por lo tanto el uso de los EPI es obligatorio y como el casco pertenece a ello debemos utilizarlo correctamente. El casco nos protege de riesgos importantes muchas veces puede hacer la diferencia entre sobrevivir o morir, este EPI es un equipo de protección individual considerado en categoría 2 Y 3 nos protege de riesgos potenciales de daño en lo que se refiere a la categoría 2 y en caso de muerte a lo referido en EPI de Categoría 3.

Nuestro Cráneo o estructura Ósea lo separa del cerebro apenas 4 a 7mm. Motor de nuestro Organismo y responsable de que nos podamos mover, caminar, respirar, Dormir, llorar, ver, oír, etc… sin embargo nuestra irresponsabilidad a no proteger delicado motor colocamos en riesgo toda nuestra condición normal y la naturaleza o medio no puede prever que podemos recibir impactos que pueden lesionar a tan delicada estructura. Nuestro mejor Prevencioncita somos nosotros mismos y debemos considerar que la no

utilización del Casco Nos puede Dañar temporalmente o permanente en el peor de los casos.

Poseer el casco no es lo mismo a

utilizarlo

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Los cascos en esta especialidad ya sea de Escalada, trabajo vertical, rescate, etc.… son confeccionados para que este elemento no moleste o estorbe de hecho son anatómicos respirables, cómodos, livianos y soportan impactos considerables para mantenernos con vida y cumplir con el objetivo de protegernos. Dentro de la inmensa Variedad de modelos, Marcas, debemos considerar que el casco cumpla con: Norma UIAA EN 397 referente a deformación lateral utilización para bajas temperaturas, aislamiento eléctrico, y proyección de

partículas de fusión Tres puntos de fijación Barboquejo que debe cumplir con EN 12492 capaz de mantenerse en posición con Impactos de 50 dan Arnés textil para garantizar comodidad Contorno de la cabeza grueso Color llamativo Ruedas de regulación para el contorno de la cabeza y profundidad de este

Además el casco no debe presentar molestia alguna para el operador debe ser anatómico y liviano y no debe dificultar la movilidad del Operador. GUANTES: Los guantes son un implemento indispensable para el rescatista, ya que permiten evitar lesiones y efectuar maniobras con mayor rango de seguridad. Normalmente su uso es mas en seguridad y rescate, ya que los rescatistas tienden a no descender muy rápido. Son muy usados en operaciones militares (y paramilitares) en donde la velocidad en el descenso si el crucial y donde tiende a bajarse haciendo el rapel no caminando, sino más bien saltando. Generalmente de cuero suave o badana también pueden ser hechos de tela con un refuerzo de cuero en las partes expuestas al rozamiento de la cuerda. Por cierto que los hay de materiales sintéticos. Siempre debe verse que no sean demasiado gruesos que no permitan manipular la cuerda correctamente, permiten sujetar, levantar y mover objetos ásperos o con filo, además de que sirven como protección contra las fricciones y quemaduras, los que ofrecen mayores ventajas son los de carnaza y/o piel con doble protección en la palma de la mano, pues tienen bastante resistencia para el tipo de trabajo desempeñado en el rescate. Una vez acostumbrado a ellos disminuye su rigidez inicial y resultan muy cómodos. LÁMPARA O LINTERNA: Es uno de los implementos más frecuente utilizados en los rescates, sobre todo si se toma en cuenta que en la mayoría de los casos en que existe una emergencia se desconecta la energía eléctrica como medida de seguridad. Se recomienda una lámpara de fácil manejo, pequeña en dimensiones y poco peso, una de las lámparas que más se utilizan en rescate es la de tipo minero, ya que va sujeta a la cabeza y permite tener las manos desocupadas. En caso de utilizar una lámpara suelta es conveniente tenerla sujeta a la fajilla o al cuerpo para evitar que se caiga y se pierda. En cualquier caso siempre se deberá contar con las baterías necesarias para no interrumpir la operación de rescate (dos repuestos de baterías como mínimo).

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MOSQUETONES (Carabineers en inglés): Los mosquetones, según la normativa europea "conectores", o "eslabones", constituyen una parte fundamental de nuestro sistema de seguridad, por lo que su elección es tan importante como la de otros materiales. Es de primordial importancia llevar consigo por lo menos tres mosquetones ya que también tienen una gran diversidad de aplicaciones y resultan muy útiles. Se utilizan con mayor frecuencia en sistemas de rapel o tirolesa, pero también se pueden emplear para detener o anclar cuerdas y en casos extremos utilizarse como poleas, se fabrican de diferentes materiales, siendo los más recomendables los de duraluminio y los de tipo pera o tipo “D” con seguro de barril. DESCENSORES: los descensores son una parte muy importante de nuestro EPI e intransferible, (EN 341) son los dispositivos que nos permiten realizar el descenso por la cuerda de forma controlada y segura, la técnica más utilizada en rescates verticales: el descenso. Una vez alojada la cuerda en el interior del descendedor, la velocidad de desplazamiento por su recorrido interno es controlada por la mano libre que sujeta la cuerda que sobresale del aparato y se dirige hacia abajo. Son utilizados en rescate para realizar un descenso o como freno, lo cual disminuye la torsión de la cuerda y la presencia de nudos durante el procedimiento. En el mercado existen algunos tipos de descensores, a continuación revisaremos algunos de ellos: Ocho de rescate: es el descendedor más conocido y utilizado en operaciones de rescate, el ocho es indispensable para la elaboración de sistemas de evacuación tanto personal como

colectivo (Sistema en V). Es recomendable que el ocho a utilizar en cualquier emergencia sea de rescate ya que cuenta con ciertas especificaciones para el trabajo que se desempeña como rescatista. Grigri: es un sistema de seguridad que permite realizar descensos en una línea de manera semiautomática. En caso de accidente del rescatista, esta herramienta acciona una leva que pinza la cuerda frenando la caída. Pese a su supuesto automatismo para frenar una caída, no se debe soltar la cuerda en ningún momento ya que existe la posibilidad de que no

funcione correctamente sin ayuda de un asegurador.

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El Grigri no se usa solo para asegurar a un compañero, sino que también para rápeles, bloqueos de cuerda e incluso escalada en solitario.

El I´D: es un aparato que permite descender por la cuerda de forma fácil y eficaz. Comparado con otros descensores ofrece más sencillez y seguridad. Una vez que se usa y se siente la seguridad que te ofrece es difícil cambiar de descendedor. También nos permite asegurar al compañero, por lo que contando con este aparato en nuestro equipo podemos prescindir del Gri Gri para realizar esta labor. Dispone de una función antipánico y autofrenante que bloquea el aparato automáticamente si se tira demasiado fuerte de la empuñadura o si se suelta ésta. También responde a las exigencias en las operaciones de evacuación de un herido así como el descenso y aseguramiento de cargas, para nosotros, pesadas. Hay que destacar que con grandes verticales, sesenta o más metros, hay que quitarle peso a la cuerda para que deslice bien. Para descender basta con tirar de la empuñadura: la regulación de descenso se realiza apretando más o menos con la mano el extremo libre de la cuerda. Al soltar la empuñadura se bloquea la cuerda. Si se tira demasiado de la empuñadura, en situación de pánico, también se bloquea la cuerda. Una vez llegado al lugar ocasional de trabajo nos interesa bloquear el aparato empujando la empuñadura hacia delante, en el sentido inverso de la posición de descenso. Para desbloquear el sistema coge el cabo libre con una mano y con la otra vuelve a rearmar el aparato. No hay que olvidar, al descender, atraer la cuerda hacia sí mismo con el fin de evitar acelerar el proceso de desgaste de la cuerda. ARNÉS: En la realización de rescate en altura es obligatorio usar, siempre que exista un riesgo mínimo de sufrir una caída, un arnés integral anti caídas, también se puede utilizar un arnés de sujeción y añadir un arnés de pecho, transformando un arnés de cintura en un arnés completo homologado con norma EN 361, EN 358 o EN12277. Existen muchos modelos en el mercado pero, siempre, utilizaremos un arnés con marcado CE y que cumpla con las normas exigibles al tipo de trabajo que efectuemos. Dependerá si necesitamos aplicar técnica de sujeción o anti caídas. El arnés sirve para unir el rescatador a la cuerda, por lo que debe ajustarse adecuadamente, permitir libertad de movimientos y ser seguro para la actividad que vamos a realizar. Debemos tenerlo puesto en todo momento que se prevea que podemos necesitar protección anti caídas, prácticamente en toda la operación de rescate, por lo que debemos considerar que es nuestra primera pieza del equipo personal, el buen estado de éste resulta tan importante como el de la cuerda o el descendedor, por ejemplo, son partes vitales del rescatador y un fallo en cualquiera de ellos puede ser trágico. El arnés tiene que ser cómodo, porque con él se puede permanecer colgado bastante tiempo. El uso del asiento permite estar más tiempo suspendido de las cuerdas y no sufrir por ello, aunque no hay arnés que permita estar suspendido ocho horas de las cuerdas sin sufrir daños dorso lumbares o problemas de circulación de la sangre.

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Un buen arnés para todas las situaciones de trabajos verticales debe reunir una serie de requisitos importantes: Punto de anclaje robusto y fiable Menor número de costuras posible Sistema de regulación cómodo y rápido Cintas o anillas para llevar colgado el material

Durante la progresión debe pasar desapercibido y no impedir la libertad de movimientos. En caso de caída, si está morfológicamente adaptado al operario, el arnés distribuirá la fuerza de choque por el cuerpo. La finalidad del arnés es sujetar al trabajador, no es un absorbedor de energía, para ese fin disponemos de las cuerdas y otros componentes. Los arneses se fabrican con fibras de poliamida o poliéster. Estas fibras envejecen de forma natural en contacto con el aire, incluso cuando el arnés no se utiliza y permanece en un armario. Este envejecimiento afecta principalmente a la elasticidad de las fibras, y no a su resistencia. Esta falta tiene muy poca incidencia en un arnés, ya que su función, como hemos dicho, no es la de absorber energía. El efecto de los rayos ultravioletas puede ser mucho más destructor, y varía según el color de la cinta y la calidad del tratamiento anti-U.V. aplicado. La decoloración del arnés es, a menudo, un indicador del estado de las fibras. Por otra parte, los productos químicos o materias corrosivas pueden alterar las cintas. Atención a los ácidos de las baterías de los coches, disolventes, etc. Con el uso, el arnés va perdiendo resistencia. Los rozamientos repetidos cortan las fibras en superficie y reducen gradualmente la resistencia de las cintas. Los rozamientos ejercidos sobre las costuras son aún más peligrosos y pueden tener, con mayor probabilidad, graves consecuencias. La tierra y la arena ejercen una influencia nefasta, que no puede ser ignorada: los minúsculos granos de arena, que se introducen en las cintas, son cuerpos agresivos que acaban cortando las fibras cuando éstas son sometidas a tensión, y pueden producir la rotura de una cinta a un valor muy inferior al normal. Para limitar este problema, un arnés sucio debe de ser lavado, a mano o a máquina, con jabón para ropa delicada, aclarando con agua limpia (máximo 30º C), y secado en un lugar sombreado, aireado y fresco. Las cintas del arnés mojadas, ya sea durante su utilización o en el lavado, encogen muy ligeramente al secarse. El arnés debe adaptarse a la anatomía del usuario. Si el arnés está mal diseñado, las flexiones repetidas hacen trabajar anormalmente cintas y costuras. Estas flexiones repetidas tienen tendencia a encoger ligeramente las cintas, creando en la superficie unos rizos o bucles característicos. Cuando son sometidas a una tensión brutal, las fibras se estiran y producen un frotamiento, fibra contra fibra, que las daña. Las caídas importantes deforman las cintas, desorganizan su estructura y disminuyen su resistencia. Las caídas menores, pero muy repetidas, provocan también deformaciones que acaban con el mismo resultado. Todos estos fenómenos reducen gradualmente la resistencia del arnés, hasta el momento en que ya no es capaz de garantizar su seguridad.

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Conviene inspeccionar habitualmente el arnés para comprobar el estado de las cintas y costuras, así como el buen funcionamiento de las hebillas de cierre. Se considera que un arnés tiene una vida natural de 5 años a partir de la fecha de fabricación. El desgaste mecánico, ligado a la frecuencia y a las condiciones de utilización, puede reducir esta vida útil, incluso a un solo uso, por ejemplo en una caída importante, rozamiento excesivo, etc. Arnés de Emergencia: Existen ocasiones en que es necesario improvisar para resolver algún escenario de rescate, es por ello que se debe conocer la forma óptima de improvisar elementos y/o equipos sin que estos quiera decir que sustituyan completamente a los aparatos o elementos elaborados especialmente para realizar algún trabajo, el trabajar con elementos improvisados disminuye la seguridad y fluidez de una maniobra. Hay varias formas de realizar un arnés de emergencia, entre ellas tenemos:

Con cuerdas Con cintas

Silla Suiza

Silla Americana

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Síndrome del arnés: también conocido como “Mal del arnés”, “Shock ortostático”, “Trauma por suspensión” o “Síndrome ortostático” es un gran desconocido entre el personal que trabaja en altura y uno de los factores muy a tener en cuenta durante el uso de un arnés. Los rescatistas, alpinistas y espeleólogos experimentados saben que la suspensión durante tiempo prolongado de un arnés no tiene más consecuencias que las molestias ocasionada por la presión de las correas del arnés sobre los puntos de contacto. La movilización de las piernas y los cambios de posición de las mismas, hacen que esta actividad se pueda realizar mucho tiempo sin complicaciones. Cuando se utiliza un arnés se puede quedar suspendido de él a causa de un accidente y quedar inmóvil, esto implica un riesgo para la persona suspendida que debe ser neutralizado lo antes posible, en cuestión de minutos esta persona puede perder la vida, la caída de un rescatista, asegurado a una cuerda mediante un arnés y su detención posterior no es necesariamente la parte más peligrosa del accidente, después de la caída viene la fase de la suspensión y esta fase puede llegar a ser potencialmente peligrosa e incluso mortal, especialmente si la víctima ha quedado inconsciente o sin posibilidad de moverse e incluso se puede dar el caso de sobrevenir la muerte si la víctima es descendida consciente y no se realizan las maniobras de reanimación correctas. Esta situación provoca una acumulación de sangre en las piernas por un fallo en el retorno venoso, ya que las cintas del arnés actúan a modo de torniquete impidiendo total o parcialmente el paso de la sangre, esto puede suponer que llegue menos sangre al corazón y, por lo tanto, una reducción del flujo sanguíneo a otros órganos, la presión de las cintas del arnés actuarán como torniquetes y los brazos y piernas acumularán toxinas provenientes de la muerte celular y la falta de oxígeno, si alguien le coloca de repente en posición horizontal, por ejemplo durante un intento de rescate, esa sangre sin oxígeno puede fluir al resto del cuerpo (síndrome de reflujo) y causar daños en los órganos vitales, cerebro, riñones…, y hasta provocar que el corazón deje de latir.

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El síndrome del arnés es una patología que requiere la combinación de dos factores para su aparición: 1. Inmovilidad 2. Suspensión El factor de inmovilidad puede darse tanto en personas que quedan inconscientes por daños durante un accidente como en personas que lleguen al agotamiento o por consecuencia de una caída con deficiente elección o uso del Equipo de Protección Individual adoptado. La razón de este síndrome hay que buscarla en la mecánica de funcionamiento de nuestro sistema sanguíneo. Cuando se está inconsciente o la posibilidad de moverse no existe es cuando el sistema venoso de las extremidades, especialmente las inferiores, puede almacenar grandes cantidades de sangre y, por tanto, queda poca sangre circulando. En definitiva, supone una falta de riego sanguíneo a los órganos vitales. Es importante que conozcamos que factores como la imposibilidad de mover las piernas, la deshidratación, la hipotermia, el dolor, la fatiga, los antecedentes de enfermedad cardiovascular o respiratoria y el estado de inconsciencia aumentan el riesgo de padecer el síndrome del arnés. Estando en situación de suspensión e inmovilidad se provoca una acumulación de sangre en las piernas por un fallo en el retorno venoso (se calcula que puede llegar incluso a un 60%, por la reducción de los mecanismos compensadores, dependiendo de la anilla pectoral o dorsal utilizada del arnés anti caídas), la cual implica que hay menos sangre para que el corazón pueda mantener correctamente la oxigenación de los órganos vitales. Rápidamente se puede perder la consciencia y si el síndrome avanza produciría una hipotensión arterial con reducción del gasto cardiaco y consecuentemente reducción del flujo sanguíneo a otros órganos. Debemos tener en cuenta que la rapidez con la que una persona puede presentar los síntomas del síndrome del arnés depende de sus condiciones físicas, pero estos síntomas pueden aparecer a partir de los 4 – 6 minutos de estar suspendidos y no suele ser posterior a 30 minutos. La posibilidad de sobrevivir cuando la suspensión se prolonga más de dos horas es pequeña. Y hay que observar también que el fallecimiento puede ocurrir durante la suspensión o tras el rescate. El problema radica cuando por alguna razón alguien queda inconsciente o no puede moverse en esa situación. Es entonces, cuando el sistema venoso, especialmente de las extremidades inferiores, queda por así decirlo “secuestrado”. En esta situación, una parte del volumen sanguíneo no puede retornar al corazón. El “secuestro” sanguíneo en las extremidades produce una disminución de la precarga del ventrículo derecho, caída del gasto cardiaco y disminución de la presión de perfusión cerebral. La pérdida de conciencia se puede producir rápidamente, y si el síndrome progresa puede provocar la muerte al accidentado. Síntomas: Los síntomas que presenta el síndrome del arnés son entumecimiento de pies y piernas, parestesia, náuseas, taquicardia, dolor intenso, sensación de asfixia, contracciones incontrolables, hipotensión, palidez de piel, sudoración fría, dilatación pupilar, acufenos, vértigo y disminución del nivel de conciencia. Un problema que nos encontraremos para evitar la aparición de síntomas en personas conscientes es que no hay signos premonitorios claros, pues se han realizado estudios en los que personas que permanecían suspendidas e inmóviles han pasado repentinamente de estar tranquilos a presentar síntomas. Impresiona la rapidez con la que se presentan éstos una vez que la persona se encuentra suspendida. La conclusión más importante de estos estudios es que no hay síntomas previos evidentes que nos hagan pensar en daños peores. Lo más evidente es que, una vez que han hecho su aparición los primeros síntomas, la víctima no puede reaccionar y en pocos segundos los síntomas se agravan. La muerte del accidentado parece ser inevitable si no es descolgado rápidamente. Prevención: Dentro de la prevención del síndrome del arnés lo primero son las acciones genéricas destinadas a divulgar su gravedad, para concienciar y evitar que alguien pueda padecerlo. Mentalizando a los equipos de rescate, destacando que la posibilidad de muerte puede darse en menos de 10 minutos. Los rescatistas que realicen su labor utilizando arnés deben recibir entrenamiento y formación específica en técnicas de rescate para realizar trabajos de éste tipo. Resulta especialmente importante para evitar el agravamiento de los síntomas la rapidez con que se realicen las maniobras de rescate, especialmente en personas ya inconscientes, en las cuales la muerte puede estar presente si las maniobras se realizan incorrectamente.

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Hay varias premisas a considerar en cuanto a la prevención: Los simulacros periódicos de rescate de víctimas en suspensión, deben ser obligatorios en los planes de formación

de rescatistas que utilizan arneses. Cuando se produzca un accidente, se debe dar prioridad al rescate y no se debe perder tiempo en estabilizar a la víctima. Planificar y garantizar un rápido rescate combinando el conocimiento de las técnicas con la formación y entrenamiento

Evitar rescatar a las víctimas en posición vertical, y si esto no es posible, se debe rescatar a la víctima en el menor tiempo posible

Elegir el arnés integral anti caídas adecuado a nuestra talla y llevarlo correctamente ajustado, evitando utilizar un arnés de un solo punto de anclaje dorsal sin disponer de otros medios de prevención, por ejemplo una cinta anti-trauma

Mover las piernas y en caso de no ser posible, mantener las rodillas dobladas, retrasando con ello la aparición de los síntomas. Si la víctima permanece consciente durante el rescate, tranquilizarla y se le debe persuadir a que mantenga las piernas, si es posible, en posición horizontal

Tratamiento: Además de realizar un rescate lo más rápido posible, lo único que podemos hacer es poner a la persona en una posición que favorezca el poder recuperar un estado más o menos normal, dar soporte vital básico para proceder a trasladar rápidamente a un centro hospitalario. Para ello, debemos tener en cuenta cuánto tiempo ha estado suspendido desde la aparición de los primeros síntomas. Desde las primeras referencias al síndrome del arnés, se han descrito muertes en víctimas rescatadas vivas. En algunos casos el fallecimiento se producía en la primera hora después de haber sido rescatado, en otros casos varias horas más tarde y en algunos casos transcurridos varios días. La muerte inmediata al rescate, “muerte del rescate”, podría deberse a una sobrecarga aguda cardiaca, al colocar a la víctima en posición horizontal una vez rescatada. Al acumular sangre en las piernas provoca una falta de carga en el ventrículo derecho, por lo que si colocamos al herido en posiciones horizontal o antishock crearíamos una sobrecarga aguda en este ventrículo por retorno masivo de sangre que se había acumulado en las piernas durante el tiempo que permaneció en suspensión. La etiopatogenia más probable de la "muerte del rescate" es la sobrecarga aguda del ventrículo derecho, por aflujo masivo de la sangre de las extremidades inferiores, cuando el accidentado es colocado bruscamente en decúbito supino. Para evitar esa sobrecarga aguda del corazón sería aconsejable poner a la víctima en una posición que permita su recuperación. Esta posición puede ser: 1. Agachado 2. En cuclillas 3. Posición semisentada Si el herido está inconsciente, debemos colocarlo sobre el costado derecho en posición fetal. Esta posición se debe mantener entre 30 y 40 minutos antes de pasar a una posición horizontal. El objetivo de estas maniobras es evitar la sobrecarga aguda del ventrículo derecho por aflujo masivo de la sangre acumulada en las extremidades inferiores. MOCHILA: No todas las mochilas son prácticas para rescate, y dependiendo del modelo por varias razones: Hay mochilas que tienden a ser cuadradas lo que separa el centro de gravedad, dispersándolo, hay mochilas que cuentan con un armazón tipo bastidor que si bien da comodidad y permite la ventilación al caminar, produce que la mochila se pueda deslizar sobre la espalda, haciendo perder estabilidad. Las mochilas generalmente tienen una gran capacidad, lo que permite que no se lleven cargas suplementarias y todo vaya dentro de la mochila. Llevan un armazón interno que además de dar comodidad permite que la mochila no se deforme pero que además se adapta a la forma de la espalda por lo que permite un ajuste perfecto de la mochila. Asimismo tienden a ser alargadas y altas, para mantener el centro de gravedad más cerca del cuerpo. Siempre son impermeables.

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Estas características las hacen extraordinarias para otras actividades como camping o exploración en general. Se debe usar de un tamaño mediano y puede ser de diversos materiales siendo los más recomendables la lona gabardina y algodón, se procurara que tenga broches o cintas de fácil manejo y que sea cómoda en el momento de cargar. En esta mochila de ataque se guardara todo el equipo personal antes mencionado para su mejor manejo en la operación de rescate. CUERDAS: La cuerda es una herramienta básica y a la vez muy útil en todo tipo de rescate. Su uso data desde hace más de 5.300 años y como todo en el tiempo ha evolucionado, llegando a encontrar hoy en día múltiples tipos de cuerdas y accesorios, con características y propiedades diferentes. La cuerda es una de las herramientas más valiosas de uso múltiple. Se puede usar como un medio para alzar, bajar, como anclaje, aparejo, incluso para el control de la muchedumbre. Cuando se arregla con poleas o con un aparejo, puede usar la cuerda para incrementar grandemente el poder muscular y habilidad de levantar del rescatista. Una sencilla combinación de poleas, por ejemplo, puede multiplicar la habilidad de levantar hasta un factor de seis veces o más. La cuerda en sí debe ser de alta calidad para soportar las tensiones que tales usos ejercerán sobre ella. Por eso, es importante que el rescatista conozca tanto cómo usar la cuerda de varias maneras y saber las características físicas de la misma. Construida de material 100% sintético, diseñado específicamente para soportar cargas humanas durante entrenamiento y por ningún motivo puede tener nudos. Las dimensiones de las cuerdas a utilizar en rescate deberán de ser de más de 60 m de longitud y de 11 a 12 mm de diámetro. Cordino o Cordin: Los cordinos son cuerdas de diámetro no superior a 8 mm de diámetro destinados a soportar fuerzas, pero no están diseñados para absorber energía. Se fabrican, al igual que las cuerdas, trenzando fibras para dar el grosor y la resistencia deseados. La parte interior se denomina 'alma' y la exterior 'funda' o 'camisa'. Las dos partes son independientes y tienen tendencia a separarse y a deslizar la una con relación a la otra (efecto calcetín). Este efecto es más notable con el Kevlar y aumenta el riesgo con la humedad. La resistencia mínima de los cordinos de poliamida según la norma EN 564 debe ser de: Cordinos de 4mm de diámetro 320 daN Cordinos de 5mm de diámetro 500 daN Cordinos de 6mm de diámetro 720 daN Cordinos de 7mm de diámetro 980 daN Cordinos de 8mm de diámetro 1280 daN Cada fabricante ofrece sus productos con valores paridos a los presentados. Como norma general se puede calcular resistencia de un cordino de poliamida multiplicando por 20 el cuadrado de su diámetro. (Ej. La resistencia de un cordino de 6mm es 20x6^2=720 daN) En el caso del dyneema y del Kevlar este cálculo no es correcto ya que son más resistentes a la tracción que la poliamida. Cordino de 5,5 mm de Kevlar 1800 daN Cordino de 5,5 dyneema 1800 daN Los cordinos siempre se venden por metraje, lo que nos obliga a realizar un nudo de unión para realizar un anillo. Para la unión de cordinos de poliamida o dyneema se utiliza el nudo doble pescador, dejando unos 7cm (unos 4 dedos) por

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cada extremo. Para los cordinos de Kevlar, debido a que la aramida es más rígida y tiene tendencia a desanudarse es más recomendable el nudo triple pescador como nudo de unión. Los cordinos en muchos casos no suelen presentar signos visibles de deterioro (salvo desgarrones de la camisa, pelusa o rotura de fibras) por lo que se deberán revisar concienzudamente en busca de bultos, depresiones, cambios de rigidez, o agujeros en la camisa. En cuanto a cordinos de dyneema y Kevlar revisar los nudos de unión debido a su tendencia natural a aflojarse. El Kevlar es muy resistente al corte, por lo que en caso de tener que cortar un tramo dañado deberemos cortar y después se tiene que extraer un poco la funda de poliamida para quemarla para que el extremo quede bien rematado. CINTAS: son bandas largas, estrechas y de estructuras textil destinada a soportar fuerzas y no destinadas a absorber energía. Las cintas son especialmente utilizadas como anillos de seguridad en la confección de material de seguridad, la resistencia mínima que debe tener una cinta según norma EN 565 debe ser de 500 Kg., los anillos de cinta (no cosidos) han de efectuarse obligatoriamente mediante el llamado nudo de agua o cinta plana, es el medio textil más adecuado para efectuar un anclaje. Existen dos grupos de cintas las tubulares y las planas.

Los anillos de cinta y los cordinos son elementos de escalada auxiliares insustituibles. Se utilizan para aprovechar los seguros naturales (árboles, lajas, puentes de roca, etc.), reducir el rozamiento de la cuerda, unir seguros y anclajes de reunión y en maniobras de autoseguro (autoblocantes). Las cintas están creadas por fibras sintéticas, en un principio se fabricaban en poliamida (nylon) resistente y duradera con un peso aceptable, pero con poca flexibilidad e intolerancia a la radiación UV. Actualmente se han mejorado las prestaciones gracias a fibras como el dyneema y el Kevlar.

Dyneema (y Spectra): Fibra de polietileno de alta densidad muy resistente a la abrasión, lo que confiere una gran resistencia a la tracción y al rozamiento, siendo más estático. El Dyneema es aprox. 8 veces más resistente a la abrasión que la poliamida. Esto permite su fabricación con una sección es más reducida (reducción del peso sin comprometer su resistencia. Una cinta Dyneema de 15 mm de ancho es un 40 % más ligera que una de 25 mm de poliamida). El dyneema presenta una buena durabilidad, resiste bien a la flexión, a la UV, a la abrasión, a las agresiones químicas y tienen una baja absorción de agua, pero tiene poca tolerancia al calor y es resbaladiza (los nudos pueden deshacerse con facilidad y soltarse al soportar una carga). Se comercializan tanto cintas como cordinos de dyneema. Kevlar: Fibra de aramida (poliamida aromática, poliparafenileno tereftalamida) con una estructura poco extensible, muy resistente en tracción (alta tenacidad) y alta resistencia al corte. Es menos resistente a la UV, a la abrasión y la flexión que el poliamida que le sirve de envoltura. Con relación al Dyneema, tiene la ventaja de no presentar deformación, pero es más sensible a la flexión (pérdida de resistencia en los nudos). El Kevlar se utiliza en la fabricación de cordinos. Al elegir el tipo de fibra debemos tener en cuenta la temperatura de fusión de la fibra ya que la de la poliamida es de 230ºC, la de la dyneema es de 145 ºC y la de la aramida está por encima de los 300ºC. Cinta Tubular: Las cintas tubulares son flexibles y de fácil manejo, están fabricadas generalmente en poliamida o poliéster, las más utilizadas (uso convencional) por su polivalencia son las comprendidas entre 15mm y 26mm de ancho. Para las tareas de Rescate Vertical se utilizan estas cintas ya que ofrecen más y mejores cualidades para esta

Los anillos de cinta de 16mm y 18mm (de ancho) son los que mejor optimizan

el trabajo en el mosquetón

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tarea son más suaves y dóciles que las cintas Planas lo que permite una mejor pegadura a las superficies donde las utilizaremos ya que se acomodan fácilmente. Existen diversos diámetros de cintas los cuales oscilan entre los 12 y los 26 milímetros y su resistencia oscila entre los 710 daN y los 1500 daN respectivamente, esto variara conforme al fabricante y a las especificaciones técnicas de cada cinta.

Ancho (mm) Norma Certificación Peso por metro

(g/m) Carga de Rotura

daN(Kg) Material

15 EN 565 CE/UIAA 26 1080 Poliamida 16 EN 565 CE/UIAA 31 1350 Poliamida 19 EN 565 CE/UIAA 38 1600 Poliamida 25 EN 565 CE/UIAA 43 1870 Poliamida

Tabla de prestaciones, comparación de cintas tubulares Cinta Plana: La cintas planas son más resistentes a la abrasión y se utilizan para todas las situaciones en las que se requiera menor espesor. También es muy utilizada en la construcción de los anillos de cinta cosida de uso universal.

Ancho (mm) Norma Certificación Peso por metro

(g/m) Carga de Rotura

daN(Kg) Material

15 EN 565 CE/UIAA 25 1050 Poliamida 18 EN 565 CE/UIAA 39 1600 Poliamida 19 EN 565 CE/UIAA 37 1600 Poliamida 25 EN 565 CE/UIAA 41 1645 Poliamida 45 EN 565 CE/UIAA 55 2200 Poliamida 50 EN 565 CE/UIAA 60 2800 Poliamida

Tabla de prestaciones, comparación de cintas planas

Resistencia de las cintas (planas y tubulares): La resistencia mínima de una cinta según la norma EN 565 debe ser de 500 Kg (puede variar en función de las características de la cinta: plana o tubular, anchura, material, etc.), se puede identificar a simple vista contando el número de hilos de color que recorren el centro de la cinta (Hilos de Color o Hilos Testigo) la cual indica que cada hilo soporta 500 kg ( 5KN), si la cinta tiene tres hilos esta debe soportar 1500 kilogramos o 15 KN. Estos hilos deben estar solo a un lado de la cara y su identificación debe ser fácil de reconocer utilizando normalmente colores que contrastan con la cinta y la separación de los hilos debe ser identificable. Los anillos de cinta cosida ofrecen mayor resistencia a la rotura que los elaborados con “nudo de cinta”. (En condiciones normales)

En las siguientes imágenes se pueden ver las líneas testigo utilizadas en cintas. Para reuniones, seguros, y acciones de rescate se deben utilizar cintas con 3 líneas testigos como parte de la cadena de seguridad.

La temperatura de fusión de la poliamida es de 230 ºC y la del poliéster 260 ºC

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En función del material de construcción, el ancho de la cinta, el tramado, etc., la fuerza de rotura de la cinta es diferente. Ej.:

Cinta Ancho (mm)

Resistencia (daN)

Plana 20 1000 Plana 18 1600 Tubular 16 1350 Tubular 26 1500 Dyneema 15 1500

Las cintas son más sensibles a la humedad que disminuye su resistencia. Nunca se debe atar una cinta a un cable, ya que una caída podría romperla (reducción drástica de la resistencia, 6-9 KN), de igual forma evitar el uso del nudo de alondra ya que disminuye a la mitad la resistencia de la cinta (sólo es recomendable en situaciones en las que queramos alargar al máximo la cinta o para fijar una posición) Es más recomendable utilizar anillos en doble (más resistentes y rápidos de colocar). También es desaconsejable realizar aseguramientos o descuelgues sobre cintas sin utilizar mosquetones, ya que la fricción deteriora cinta pudiendo llegar a romperla.

La vida útil de ambos tipos de cinta es similar y deberían desecharse tras unos 3 años de uso continuado. Se debe tener en cuenta que las cintas de Dyneema, las partes de poliamida tintadas pueden despelucharse más fácilmente y da la impresión a simple vista de que la cinta está más deteriorada de lo que está en realidad.

Las cintas son muy propensas a dañarse solo por el uso y el descuido de los operadores, recuerden que en su gran mayoría los accidentes son provocados por las propias acciones de los seres humanos y en este tema no es la excepción. Las exposiciones prolongadas a los rayos ultravioletas, causan daños a todas las cintas sobre todo aquellas que son planas, los rayos queman las fibras lentamente dañan las cinta sin percibir lo que está sucediendo. Este tipo de daño es acumulativo y debemos tener siempre en consideración que una cinta esta propenso a este agente o peligro objetivo del medio. Su identificación es el cambio de

color o la decoloración revela la degradación en las cintas, otro daño que también es acumulativo son las partículas de tierra o de polvo las cuales generan un corte gradual dentro de sus fibras la cual se deterioran lentamente. Sumado a los anteriores hay otro factor de riesgo y es la tensión de las cintas que se produce en maniobras de descenso, ascenso, etc... Las cintas planas son aún mayores candidatas a este riesgo debido principalmente a sus características. Si sumamos que las cintas están ya expuestas a los rayos UV, el polvo o tierra son agravantes donde pueden producirse este riesgo, provocándose un sisaye en la textura de la cinta y poco a poco su deterioro. Lo principal de esto es saber que este material es desechable y cumple un ciclo de vida muy corto de acuerdo a su utilización, más aun si este tipo de material no tiene mantención. La mantención o cuidado es igual que el de las cuerdas y es necesario lavar dicho material para proteger las fibras de los agentes de polvo, tierra o arena que pueden ocasionar más de algún problema.

Bajo los efecto del hielo y la humedad, los anillos de cinta cosida son más sensibles a la abrasión y pierden parte de su resistencia, por ello hay que

multiplicar las precauciones cuando se trabaja en estas condiciones.

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Recomendaciones: Revise toda la longitud de la cinta, localice zonas deshilachadas, blandas o aplastadas, prestar especial atención a

la zona de los nudos y al desgaste de los bordes Lavar con jabón (neutro sin solventes) Secar al aire y a la sombra, No clorar, no utilizarlas en tareas ajenas No guardar anudadas No guardar húmedas No pisarlas Llevar un riguroso control sobre este tipo de material Guardar en un lugar seco y fuera del alcance de cualquier fuente de calor Dar de baja este material cuando se requiera

Cintas Express: Fabricadas exclusivamente en cinta y de longitud variable, siendo lo habitual las cosidas entre 10 y 30 cm. Se suelen fabricar en cinta plana, aunque también hay de dyneema como anillos cosidos. La mayoría están cosidas por la mitad dejando en los extremos huecos para los mosquetones. Algunos modelos disponen de un sistema de bloqueo del mosquetón de leva curva cosido o externo (Ej. Petzl, Black Diamond, etc.) No se recomienda utilizar cintas de más de 25 mm de ancho ya que pueden sobrecargar los mosquetones. Las más estrechas son de Dyneema (de 12 a 15 mm) y hacen trabajar mejor los mosquetones, aparte de resistir mejor una arista cortante. Las cintas express suele ser de 22KN (aprox. misma resistencia que los mosquetones) Por lo general se debería utilizar cintas de 60 cm (120 cm de diámetro) para alargar los puntos de unión y evitar extracciones accidentales, mejorar la dirección de carga para disminuir la fuerza de choque y rozamientos excesivos (anclajes muy separados, salidas de techos, salidas en diagonal, etc.). Por otro lado permiten una mejor regulación de la longitud de la cinta, se utilizan tanto como anillos cosidos como anudados. Costuras en las cintas: Las cintas sufren un cambio total cuando se les agrega una costura, las costuras son mejores que los nudos ya que estos no estrangulan la cinta. Hay diversos tipos de costuras y dependiendo del tipo será la resistencia que esta tenga, por otro lado hay cintas confeccionadas para ciertos requerimientos y se le agregan costuras de fábrica. Son: cintas exprés, anillas, estribos, absorbedores de energía, y los mismos arneses que también son confeccionados con cintas y costuras. Al tipo de cinta más común que se la agregan costuras son a las planas, ya que estas son más rígidas, aunque podemos encontrar costuras a las cintas tubulares pero en menor proporción y o para fines específicos.

No todas las cintas con costuras sirven para depender de ellas en un eventual anclaje, cada cinta está debidamente especificada para la tarea que fue diseñada y debe estar claramente identificada en la propia cinta, identificada por una etiqueta donde especifica número de norma, resistencia en kilo newton y fabricante. Las costuras son más resistentes que los nudos pero no todas las costuras son iguales, cada tipo de costura tiene una resistencia y está confeccionada para una tarea específica. El tipo de costura que se le coloque a una cinta tendrá plena relación con la

resistencia que tenga dicho elemento. Las cintas Express, anillas y material de uso específico como deysi, estribos, absorbedores de energía, etc. Deben cumplir con normativas CE EN y UIAA y las anillas deben además contar con la especificación clara que especifica CE 0120 y EN566 y UIAA para trabajos o suspensión directa del operador. Las anillas

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o eslingas más utilizadas se encuentran en varias medidas y las más recomendadas son las de 1m a 1,20m de 18 mm de espesor. En este tipo de cinta se deben tener resguardos mayores a las cintas tubulares comunes ya que tiene muy poca resistencia al roce en ángulos con demasiado filo y pierde características técnicas con el agua y bajas temperaturas y los cuidados en general son los mismos mencionados anteriormente de las cintas y cuerdas. POLEAS: Las maniobras de rescate son maniobras complejas, si el accidentado se encuentra en una posición difícil de llegar se deberá utilizar más equipos para poder rescatarlo, esto aumenta la fuerza necesaria para extraerlo a él, al rescatista y la recuperación de los implementos utilizados. En rescate existen multitud de soluciones, pero una de las más típicas es la utilización de poleas para rescatar a un compañero caído, victimas u objetos que necesiten de grandes fuerza, esto se lo hace a través de mecanismos específicos como poleas combinadas para un uso más intensivo y eficiente. Otras maniobras en las cuales se utilizan las poleas son en la creación de polipastos que también se utilizan para tensar tirolinas y son ampliamente utilizados por los equipos de rescate para situaciones en las que sea necesario desmultiplicar una carga. Las poleas son de dos tipos: Polea Simple: Usada para reducir la fricción en la cuerda, pasando la cuerda por una rueda, llamada roldana. Además tiene platos laterales giratorios, que permiten instalar la polea en cualquier lugar de la cuerda. Este tipo de poleas se utilizan para modificar la dirección del movimiento y reducir el rozamiento de la cuerda en los cambios de sentido. Con este tipo de poleas no se disminuye la fuerza, sólo se desvía. La ventaja de utilizar poleas fija viene del hecho que podemos ayudarnos de nuestro propio peso corporal para ejercer la fuerza de tiro. Polea Doble: Usadas en cierto sistemas de ventaja mecánica donde se necesita más de una polea en ese lugar de conexión. También puede ser usada como polea simple, estas poleas tienen movimiento de traslación y la carga se reparte por igual sobre los segmentos de la cuerda, por lo que el esfuerzo se reduce (se multiplica la fuerza), pero se incrementará la distancia del recorrido. En función del número de poleas móviles que formen el conjunto se tendrá una mayor desmultiplicación de la fuerza ejercida. ASCENDEDORES: El puño ascensor es un equipo usado sobre todo en espeleología, ya que en rescate su uso es solo complementario e incluso complicado por el uso de cuerdas dinámicas, lo que implica que debido a la elongación de la fuerza se requiere un gran esfuerzo para subir un pequeño tramo. El puño ascensor ha venido a reemplazar el uso de los nudos autoblocantes en la misma función. Trabaja permitiendo subir el puño, pero no retrocederlo, los "ojos" que posee el puño permiten que se pase un mosquetón con el fin de asegurarse al arnés, también es utilizado como freno, cuando es cargado con peso este agarrara y sujetara la cuerda. PLATO DE ANCLAJE O PLACA MULTIPLICADORA (PAW): Aparato que sirve como punto de conexión para múltiples elementos de un equipo de rescate. Se fabrica enteramente en una sola pieza de aluminio maquinado (CNC), Debe cumplir con los requerimientos del estándar NFPA 1983 y estar certificada por los laboratorios UL como ¨Uso General¨ (G) con una resistencia mínima de 50kN.

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PROTECTOR DE CUERDAS: Los protectores permiten evitar el daño de una cuerda al realizar descensos. Tenemos dos tipos: el de Cojín y el de manga. El Protector de Cojín no es más que un cuadrado de tela gruesa o de varias capas de tela gruesa, se colocan sobre el borde agudo y debajo de la cuerda para evitar que esta se maltrate. El protector de Manga es en realidad una especie de "tubo de tela" por el que pasa la cuerda, los mejores diseños permiten colocarla alrededor de la cuerda, abotonándola o cerrándola por otros mecanismos.

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ABSORBEDORES DE ENERGÍA: Los absorbedores de energía (EN 355) son unos elementos de seguridad capaces de absorber la energía producida en una caída y, con ello, evitar que dicha energía sea asumida por el cuerpo de la persona que sufre la caída. Se trata de una cinta cosida y protegida que tiene la cualidad de descoserse al soportar aproximadamente unos 4.5 KN. El cuerpo de una persona comienza a sufrir daños a partir de los 6 KN por lo que necesitamos un absorbedor de energía capaz de asumir la energía, por desgarro de costuras, producida en la caída y, por tanto, no se lleve nuestro cuerpo la energía que produce el daño. En la casi totalidad de las situaciones debemos disponer de un absorbedor de energía para efectuar los trabajos con seguridad, en el ascenso o descenso en casos de riesgo de caída de altura, etc. El absorbedor se puede utilizar con un par de mosquetones él sólo unido al arnés y al dispositivo anti caídas o lo podemos encontrar unido a una cinta de anclaje en cuyo caso habrá que desechar éste en el supuesto de que se descosa el absorbedor tras sufrir una caída, ya que el absorbedor de energía forma parte de él y si se rompe hay que desechar todo el conjunto. Al utilizar un absorbedor de energía hay que considerar que al descoserse aumenta su longitud, llegando en algunos de los casos a los tres metros, por lo que en los lugares de riesgo de caída de altura debemos disponer de esos tres metros más un metro por la distancia que hay entre donde queda sujeto en el arnés y el suelo y otro metro más de seguridad, que debe quedar como mínimo por debajo de los pies de la persona que queda suspendida tras haber sufrido una caída. Significa que son necesarios cinco o seis metros desde el lugar de riesgo de caída hasta el lugar posible de impacto de caída para que el absorbedor de energía sea eficiente.

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CUERDAS La correcta aplicación y manejo del equipo de cuerdas, dadas sus características y múltiples aplicaciones, son imprescindibles dentro de las operaciones de rescate para realizar e implementar sistemas de evacuación como apoyo en múltiples situaciones propias del área, particularmente se utilizan para: Aseguramiento de la víctima Realización de maniobras de ascenso Realización de maniobras de descenso a través de sistemas de Rapel, tirolesa, helicóptero Como apoyo en maniobras de extricación

Terminología El campo que involucra cuerdas, nudos y anclajes es vasto y dentro de rescate existen múltiples aplicaciones, para intervenir adecuadamente en las tareas de rescate se requieren para realizar labores de aproximación, evacuación y rescate de víctimas que se hallen, ya sea en sitios profundos o lugares sumamente altos. Por lo tanto en primer lugar se definirán algunos términos importantes de conocer y reconocer en esta área específica: Cuerda: es un conjunto de hilos de material flexible, que torcidos juntos

(trenzados o tejidos) forman un solo cuerpo, con gran variedad de diámetros y largos.

Línea: se denomina así a una cuerda tendida, anclada y preparada para iniciar maniobras de descenso en la aproximación a la víctima.

Sufridera o rozadera: es una lona resistente que protege a la cuerda de fricción con cualquier material, se coloca en todos aquellos sitios con arista que puedan producir daños e inclusive corte de la cuerda al realizar maniobras.

Las cuerdas tienen forma cilíndrica, longitud indefinida, diámetro uniforme y una resistencia particular a la tensión; así se denomina filástica al hilo elemental y/o ramal a un determinado número de filásticas retorcidas juntas con las que se obtiene una hebra común y continúa, la cuerda se forma por la unión de varios ramales, formando una pieza única. Materiales de las cuerdas Existen diversos materiales para la fabricación de cuerdas, estos se dividen en dos grupos: Naturales y Artificiales o Sintéticas. Cuerdas naturales: las cuerdas naturales son de origen vegetal o animal, así podemos tener:

o Cuerdas vegetales: este tipo de cuerdas son retorcidas dado a sus

filamentos discontinuos, pues solamente así se logra más fricción y cohesión entre ellos, aumentando su resistencia, sus filamentos absorben agua y se hinchan, tardando mucho en secarse por lo cual son atacadas rápidamente por la oxidación y se pudren con mucha facilidad, los materiales utilizados pueden ser: Henequén o pita, ixtle, cáñamo de manila o abacá, algodón, lino, etc.

Se ha utilizado eficientemente en rescates, pero las fibras sintéticas son muy superiores. No es recomendable para las operaciones de seguridad de vida y nunca debe ser usada para el apoyo de vida. Los tipos más comunes de fibras naturales son:

o Cuerdas animales: son similares a las vegetales, los materiales utilizados son: cerda de caballo, piel o cuero,

seda, etc.

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Cuerdas artificiales o sintéticas: Fueron desarrolladas en 1930, cuando se descubrieron los polímeros sintéticos que pueden hacerse filamentos. Las propiedades y características de cada tipo de fibra sintética que se utilizan en las cuerdas, difieren muy poco y también las utilidades para las que se aplican, son más duraderas y las más usadas en el ámbito de rescate.

Los materiales más comunes en la composición de las cuerdas y cordinos que hoy en día se comercializan para realizar actividades en altura son: Poliamida: Es el material más utilizado en la fabricación de todo tipo de cuerdas (para actividades verticales).

Muy buena relación resistencia/durabilidad. Aramida y Para-aramida: Son de la familia del Nylon incluyendo el Kevlar, alta fuerza extensible, resistencia

excepcional a la rotura y de muy baja rigidez estructural. Utilizada para cordinos y cuerdas de diámetros pequeños.

Poliéster: Se utiliza para las cuerdas de izado y retención en trabajos de altura. Este material se usa casi exclusivamente para la fabricación de las cuerdas americanas de escalada en árboles, no estando su uso muy extendido en otros países.

Polipropileno: Este material se utiliza casi exclusivamente para las cuerdas de cañones (tipo C). Tiene la propiedad de flotar pero a cambio tiene una baja resistencia a la abrasión y a los calentamientos producidos por los descendedores.

Dyneema: Fibra muy ligera y extremadamente fuerte construida con polietileno de alta calidad. Utilizada para cordinos y cuerdas de diámetros pequeños

Tipos de Cuerdas Sintéticas Las cuerdas destinadas para las actividades de rescate se dividen, en la actualidad, en tres grandes grupos según su capacidad de elongación: Dinámicas, Semiestáticas y Estáticas. DINÁMICAS: han sido especialmente diseñadas para actividades de rescate y escalada, absorben la energía producida durante una caída. En cualquier actividad que se prevean factores de caída superior a 0,3 será necesario utilizar, obligatoriamente, una cuerda dinámica (EN892). Dependiendo de las características de la actividad se utilizan tres tipos de cuerdas dinámicas: simples, dobles y gemelas. Dinámica Simple (EN892): Fabricadas generalmente en poliamida en diámetros comprendidos de 9.1mm a 13mm estas cuerdas se utilizan específicamente para detener posibles caídas. Están especialmente diseñadas para absorber y disipar la mayor cantidad de energía cuando se produce la caída. Se utilizan en todas las actividades en las que se usa la escalada como medio de progresión. La cuerda dinámica simple es capaz de absorber y detener la caída de una persona por si sola. (Como parte de la cadena de seguridad). Su gran dinamismo no las hace recomendables para realizar trabajos de progresión por ellas, ya que ocasiona un rápido desgaste ante el rozamiento y son muy incomodas en largas verticales. Dinámica Simple EN892 Porcentaje de alma >50% Deslizamiento de la funda UIAA <20mm Alargamiento de 5 Kg a 80 Kg <10% Fuerza de choque. Tres ensayos (Factor 1.77) <12KN Numero de caídas. Tres ensayos (Factor 1.77) >5 Alargamiento Dinámico <40% Tipo Dinámica Doble (EN892): Estas cuerdas son de diámetros inferiores a las utilizadas en simple. Son capaces de detener la caída de una persona cuando se usan en doble, hay que ir pasándolas por los seguros de forma alternativa.

í = á

La fuerza de choque es la fuerza transmitidas al “escalador” y a todos los componentes de la cadena de seguridad cuando se produce una caída. La norma EN892 impone un valor máximo de 12 KN durante la primera caída de factor 1,77 con una masa 80 Kg igual para las cuerdas simples que para las gemelas (en las gemelas se prueba sobre dos cabos). Para una cuerda tipo doble, la fuerza de choque debe ser obligatoriamente inferior a 8 KN cuando se le aplica un factor de 1,77 con una masa de 55 Kg. La fuerza de choque aumenta con el número de caídas y el uso.

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Esta cuerda es especialmente interesante para recorridos sinuosos ya que optimiza la dirección vertical de la cuerda y el rozamiento de esta en los anclajes, para cordadas de tres personas, ya que el primero de cordada puede asegurar simultáneamente a dos personas, rutas de escalada en la que se prevean grandes rápeles, caídas sobre aristas o grietas. Dinámica Doble EN892 Porcentaje de alma >50% Deslizamiento de la funda <20mm Alargamiento de 5 Kg a 80 Kg <12% Fuerza de choque. (Factor II con 55 Kg) <8KN Numero de caídas. (Factor II con 55 Kg) >5 Alargamiento Dinámico. (Factor II con 55 Kg) <40% Tipo Dinámica Gemela (EN892): Son las cuerdas de escalada de menor diámetro su ventaja ante las cuerdas en simple es que permite rapelar la longitud máxima de la cuerda y recuperarla. Es más ligera que la cuerda doble pero no permite separar los cabos. (Mosquetonaje obligatorio de los dos cabos en cada seguro). Se utiliza para escalada en cascadas de hielo, glaciares y alpinismo.

Dinámica Gemela EN892 Porcentaje de alma >50% Deslizamiento de la funda <20mm Alargamiento de 5 Kg a 80 Kg <10% Fuerza de choque. (Factor II con 55 Kg) <12KN Numero de caídas. (Factor II con 55 Kg) >12 Alargamiento Dinámico. (Factor II con 55 Kg) <40%

SEMIESTÁTICAS: Han sido especialmente creadas para realizar trabajos de suspensión y progresión. Aunque cuentan con cierto alargamiento responden muy bien al uso de bloqueadores y descendedores. La elongación no debe superar el 5%. Se dividen en 4 categorías: Tipo A, B, C y L. (EN1891) y (EN564). Tipo A y B (EN1891): Fabricadas generalmente en poliamida, estas cuerdas están diseñadas para realizar trabajos de suspensión y de progresión por ellas, con la mejor relación en el binomio seguridad/comodidad. Aunque su uso habitual no sea el de detener caídas, ofrecen un margen de seguridad hasta caídas de factor I. Se han definido dos tipos: Tipo A: Es la máxima categoría de esta norma, ofrece un amplio margen de seguridad al usuario. Es el tipo de

cuerda a utilizar en espeleología, en grupos de rescate y todo tipo de trabajos verticales. Diámetros de 10 a 16mm.

Tipo B: Cuerdas de diámetros inferiores, ofrecen un menor margen de seguridad y exigen una mayor atención al trabajar con ellas. Es el tipo de cuerda a utilizar por grupos de espeleología experimentados, para descenso cañones y otros deportes de montaña. Diámetros de 8.5 a 9.5 mm.

Tipo A B Diámetro 10 a 16 mm 8.5 a 9.5 mm Resistencia estática (1 minuto) 2200 Kg 1800 Kg Resistencia estática con nudo 8 (3 minutos) 1500 Kg 1200 Kg Numero de caídas de Factor 1 5 caídas con 100 Kg 5 caídas con 80 Kg Fuerza de choque con un factor 0.3 y una masa de 100 Kg para las de tipo A y de 80 Kg para las de tipo B >600 daN >600 daN

Alargamiento de una cuerda cuando la fuerza aplicada aumentan de 50 a 150 Kg >5% >5%

Deslizamiento máximo de la funda 20 a 50 mm 15 mm (0.66%) Encogimiento al agua No hay limitación

Tipo L (EN564): Estas cuerdas semiestáticas ligeras para espeleología están construidas generalmente de poliamida y son de diámetros inferiores a 8.5mm. La norma no define ningún límite de diámetro ni de los posibles riesgos

Su fuerza de choque especialmente baja reduce la carga sobre los anclajes en vías comprometidas, ofreciendo

una seguridad máxima en todo tipo de ascensiones con seguros de dudosa resistencia. Sus prestaciones hacen

que estas cuerdas sean las ideales, para escalar resaltes verticales no equipados, dentro de cavidades. (Evaluar el

factor peso).

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producidos por la abrasión, los márgenes de seguridad son reducidos y es por ello que en la actualidad sea un proyecto de norma y no una categoría oficial. Su uso debería estar restringido para personas con gran conocimiento y dominio de las técnicas.

Tipo L Diámetro Inferior a 8.5 mm Resistencia estática (1 minuto) 1600 Kg Resistencia estática con nudo 8 (3 minutos) 1100 Kg Numero de caídas de Factor 1, sin caídas previas de factor 0.3 2 caídas con 80 Kg Alargamiento de una cuerda cuando la fuerza aplicada aumentan de 50 a 150 Kg >6.5% Encogimiento al agua No hay limitación

Tipo C (Cuerdas Flotantes): Las cuerdas semiestáticas flotantes de tipo C son un proyecto de norma aplicable a todos los países de la Unión Europea. Las más comercializadas están construidas en 9.5 mm de diámetro, con el alma en polipropileno que les permite flotar y con la camisa (funda) en poliéster o poliamida que les confiere resistencia a la abrasión y al aumento de temperatura por rozamiento. Aunque no cumplen la Norma EN1891 cuenta con unos márgenes de seguridad como para permitir su uso en cañones con garantía, teniendo en cuenta las exigencias de los fabricantes como la de usarla exclusivamente en doble y únicamente para rapelar.

Tipo C Diámetro (Nunca debería ser inferior a 9 mm) 9.5 a 10 mm Carga de rotura (9.5 mm) 1950 daN Numero de caídas de Factor 1 (9.5 mm) >10 (55 Kg) Alargamiento de una cuerda cuando la fuerza aplicada aumentan de 50 a 150 Kg (9.5 mm) 2.2% Peso por metro aproximado (9.5 mm) 54g Porcentaje de la funda (9.5 mm) 45% Porcentaje del alma (9.5 mm) 55% Encogimiento al agua No hay limitación

ESTÁTICAS: Estas cuerdas no deben utilizarse habitualmente como cuerdas de progresión en ningún deporte de montaña, su bajo coeficiente de alargamiento las hace peligrosas ante una eventual caída. Cuerdas no consideradas parte del Equipo de Protección Individual (EPI). Actualmente se utilizan para el montaje de tirolinas, puentes de cuerdas y diferentes usos en parques de aventura y eventualmente en rescates (nunca como cuerda principal de aseguramiento). Su construcción y tratamientos de serie hacen que: tenga unos altos valores de resistencia, sea tolerante a la intemperie y no pierda solidez incluso estando mojadas.

Diámetro mm

Carga de rotura daN(Kg)

Peso g/m

Alargamiento (80Kg) Material

9 2400 58 3% Poliamida 10 2800 74 2% Poliamida 11 3200 91 1.5% Poliamida 12 3700 106 1% Poliamida 14 4500 160 1% Poliamida

CORDINOS (EN564): Estas cuerdas de pequeño diámetro son utilizadas para múltiples funciones en las actividades de rescate. (Pedal para el puño, conector para anclar al arnés, como cuerda de recuperación y para enhebrar puentes de hielo y roca,). Nunca como cuerda principal de aseguramiento. Los cordinos de 4 a 8 mm de diámetro generalmente están homologados CE EN564 y cumplen las exigencias de la UIAA. De los diferentes materiales que se usan en las construcción de cordinos, la combinación poliamida/para-aramida es el que actualmente da mejor resultado; por su excelente relación peso/resistencia y por qué trabaja mejor con nudos que el Kevlar, la aramida y el dyneema. El dyneema (polietileno) también es una fibra muy resistente, pero funde mucho antes que la poliamida y la para-aramida frente a un calentamiento.

La temperatura de fusión de la poliamida es de 230 ºC, la de la dyneema 145 ºC y la del

poliéster 260 ºC.

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TABLA DE PRESTACIONES. COMPARACIÓN DE DIFERNTES CORDINOS Diámetro

mm Norma Certificación Peso g/m

Carga de Rotura daN Material

3 EN564 CE/UIAA 8 225 a 250 Poliamida 4 EN564 CE/UIAA 11 a 12 330 a 370 Poliamida 5 EN564 CE/UIAA 18 a 19 580 a 590 Poliamida 6 EN564 CE/UIAA 23 a 27 750 a 770 Poliamida 7 EN564 CE/UIAA 31 a 33 1050 a 1200 Poliamida 8 EN564 CE/UIAA 39 a 40 1400 a 1550 Poliamida

TABLA DE PRESTACIONES. CORDINOS DE RESISTENCIA EXEPCIONAL

Diámetro mm Norma Certificación Peso

g/m Carga de Rotura

daN Material

Funda Alma 5 - CE/UIAA 19 1100 Poliamida Aramida

5.5 - CE/UIAA 20 1800 Poliamida Dyneema 6 - CE/UIAA 27 2000 Poliamida Para-Aramida

6.1 - CE/UIAA 27 1600 Poliamida Dyneema Características y Partes de las Cuerdas Las cuerdas, como todo material de rescate, constan de diversas partes y características, mismas que a continuación se enlistan y explican:

CUERPO: es la extensión longitudinal de la cuerda, es decir el largo de esta y puede variar entre pocos metros hasta decenas e incluso cientos de metros. CABO: se le denomina cabo al inicio o final (extremos) de la cuerda. MENA: es el diámetro o grosor de la cuerda.

ALMA: es la constitución de la cuerda, la cual está formada por pequeños filamentos entrelazados los cuales dan forma a la cuerda, representa aproximadamente de 2 a 3 tercios de la resistencia total y dependiendo del tipo de trenzado que tengan su hilatura conseguimos que la cuerda tenga unas características determinadas: si se colocan los hilos de manera longitudinal y en paralelo se crea una cuerda estática, girando los hilos a izquierda o derecha aumentará su elasticidad (semiestática) y trenzándolos

entre sí de manera adecuada se convertirá en una cuerda dinámica. FORRO: también llamado camisa o funda, es la envoltura externa de la cuerda, cumple la importante función de proteger de los diferentes agentes agresivos, aportando el tercio restante a la resistencia total de la cuerda. Algunos modelos de cuerda que se comercializan en la actualidad, por ejemplo las cuerdas flotantes, pueden tener una proporción diferente entre el alma y la camisa a los explicados anteriormente.

CUERPO

CABO

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La Cuerda como todo equipo técnico, posee sus características y limitaciones, entre estas citamos: Elongación: es la capacidad de la cuerda para cambiar su longitud y de esta forma absorber cualquier esfuerzo

brusco en la cuerda. La prueba UIAA consiste en medir la longitud de una cuerda sin peso y luego medir la longitud de la cuerda con un peso estático (80 Kg). La diferencia porcentual nos dará una idea de la elongación de la cuerda. Los valores típicos para cuerdas de escalada es alrededor de 6%, es decir para una longitud de 100 m de cuerda sin peso, al someterla a 80 Kg. la cuerda medirá 106 m. Para cuerdas de rescate este valor debe ser menor a 2%.

Peso por unidad de Longitud: importante para conocer el peso del material que vamos a trasladar. El peso típico

para una cuerda dinámica de 11 mm de diámetro es de 0.77 gramos por centímetro (77 g/m), así una cuerda de 55 metros pesara 4,2 Kg (9,33 lbs)

Diámetro: es una medida del corte transversal de la cuerda, a mayor diámetro mayor resistencia de la cuerda. No

se recomienda escalar en cuerda simple con diámetros menores que 9.8 mm. El diámetro de la cuerda de rescate debe ser mayor o igual que 11 mm. Por definición los cordinos son cuerdas de diámetros menores a 8.5 mm.

Diámetro (mm) USO RECOMENDADO

8 Líneas fijas para trepar en una ruta 8.8 Escalada en cuerda doble 9 Travesías en glaciar, en doble para escaladas.

10 Escalada en hielo, y travesías en glaciares. 10.5 Escalada en Roca, Hielo y travesías en glaciares. 11 Escalada en Roca

11 (estática) Rescate 12 (estática) Rescate y exploración en cavernas.

Longitud: es la medida longitudinal de la cuerda. La cuerda de escalada varía entre 50 y 60 m. Las drizas se

pueden considerar pedazos de cuerdas con longitud menor a 45 m. En rescate la longitud de la cuerda puede ser muy grande (200 m), pero este valor dependerá del tiempo de transporte, y de las dimensiones del lugar del rescate. Se recomienda cuerdas de rescate entre 60 y 150 m de longitud.

Color: es la característica resaltante de las cuerdas, tanto en rescate como en escalada se recomienda colores

fácilmente distinguibles, con el fin de tener una mejor visualización de la cuerda en el terreno. Algunas cuerdas son bicolor, es decir las mitades están pintadas con diferentes colores, esto nos permite ubicar con facilidad la mitad de la cuerda y así tener una mejor idea de las dimensiones de esta con respecto al escenario donde se usa.

Resistencia estática o punto de quiebre: es el peso estático máximo que puede resistir una cuerda sin romperse.

En labores de rescate este valor no debe ser menor que 2500 Kg. y para escalada en cuerda simple no debe soportar menos de 1800 Kg. Esta es la principal propiedad de una cuerda de rescate. Todas las cuerdas presentan diferente resistencia a la tensión y poseen un límite de peso por centímetro cuadrado que determinara su ruptura, debe ser considerado con sumo cuidado el uso que se esté realizando de una cuerda para no exponerla a su máximo punto de tensión.

MATERIAL MENA

(mm) RESISTENCIA

Kg PESO

(g/cm) NYLON 9 2016,0 359,63 PERLON 9 5760,0 581,10 NYLON 11 3916,8 664,11 PERLON 11 6336,0 650,28 PERLON 13 6940,0 720,14 PERLON 19 7588,0 930,72 DACRON 13 3.640 376.80 DACRON 19 5.849 536.21

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Resistencia a la abrasión: es la propiedad de la cuerda para soportar la influencia del medio en su superficie. La funda es la principal responsable de contrarrestar cualquier efecto externo sobre la cuerda, en especial los efectos de fricción.

Coeficiente de Choque: es la capacidad de la cuerda para absorber choques provocados por caídas. Esta es la

principal propiedad de una cuerda de escalada. Maniobrabilidad (ensayo del nudo): la facilidad para realizar aparejos sobre las cuerdas viene dado por la

maniobrabilidad de la cuerda. Impermeabilización: las cuerdas mojadas pierden hasta un 20% de su resistencia. Este inconveniente algunas

fábricas tratan de resolverlo realizando cuerdas repelentes al agua. Este tratamiento a base de una fina capa de silicona y teflón no solo mejora la impermeabilidad de la cuerda sino que además mejora la resistencia a la abrasión y reduce la fricción de la cuerda sobre los equipos duros (Descededores, Mosquetones). Estas cuerdas son 15% más costosas que las cuerdas comunes.

Fuerza de choque: La cuerda es el elemento más importante durante las acciones de rescate, une toda la cadena

de seguridad y es responsable de la transmisión de la energía de una caída a todos los eslabones. Una de las características más importantes es la Fuerza de choque (FCH) que es la fuerza máxima que transmitirá al cuerpo del escalador y al resto de los eslabones de la cadena tras una caída. Este valor debe estar indicado en la cuerda y siempre será inferior a 1200 daN.

Nomenclaturas y Significados

Simbología Significado CE Conformidad con la directiva europea

0120 Es el número del organismo certificador

A 10.5 Cuerda Tipo A de diámetro de 10.5 mm

B 9.0 Cuerda Tipo B de diámetro de 9 mm

No de lote Las dos últimas cifras indican el año de fabricación

Cuerda Dinámica Simple

Cuerda Dinámica Doble

Cuerda Dinámica Gemela

EN1891 Referencia técnica (normativa cuerdas semiestáticas)

EN892 Referencia técnica (normativa cuerdas dinámicas)

EN564 Referencia técnica (normativa cordinos)

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Cuidados de la cuerda La vida útil de las cuerdas es igual al tiempo de almacenamiento, antes de la primera utilización, más el tiempo de utilización, dependiendo de la forma y frecuencia que se la utiliza. Los rayos ultravioletas, la humedad, los rozamientos y los esfuerzos mecánicos disminuyen poco a poco las propiedades de la cuerda. (Máximo de 15 años para las cuerdas, cordinos y arneses). Tiempo de almacenamiento: en condiciones óptimas de almacenamiento, las cuerdas pueden guardarse 5 años antes de su primer uso sin afectar a su futuro tiempo de utilización, no es recomendable almacenar cuerdas durante más de tres o cuatro años antes de hacerlas servir por primera vez. Hay un método muy sencillo para comprobar la antigüedad de una cuerda si no se dispone del historial de la misma: Se corta un trocito de unos cuantos centímetros y se mira si tiene cinta de marcaje interior. Si no tienen cinta de marcaje hay que retirarla inmediatamente, porque quiere decir que la cuerda es anterior a la aparición de la normativa, y por lo tanto tienen más de 10 años. Si tiene cinta de marcaje en ella pondrá escrito el año de fabricación. Se suele repetir cada 20 centímetros aunque la norma obliga a por lo menos una repetición del año de fabricación por metro. También hay algunos fabricantes que colocan un código de colores para la cinta que se repite cada 10 años, así simplemente con mirar el color de la cinta en la punta de la cuerda se puede llegar a saber el año sin necesidad de cortarla.

Varios sistemas sencillos para valorar la degradación de las cuerdas son: Si la cuerda está muy rígida e hinchada: mala señal. Sobre la cuerda limpia y seca raspar con la uña la funda. Si se desprende un polvillo blanco es mala señal. Cortar un trocito de la punta de la cuerda (10cm), separar la funda del alma. Coger la funda, estirar de los cabos

que componen la funda deslizándolos entre una uña y un dedo. Si se desprenden capilares cortitos de 3 o 4 mm de longitud es mala señal.

Del mismo trozo anterior de las fibras que componen el alma, si podemos estirando con los dedos, romper con facilidad los capilares es mala señal.

El almacenamiento entre utilizaciones es también muy importante, deben estar en un lugar limpio, protegidas de la luz solar, la humedad y sobre todo de cualquier agente corrosivo. (Carburo, baterías, disolventes, etc.). Las cuerdas son costosas, pero con un cuidado apropiado duraran por largo tiempo, es muy importante que sean tratadas con precaución, almacenadas en lugares secos y nunca dejadas a la intemperie, a menos de que estén realmente en uso, las cuerdas que hayan sido mojadas deben secarse antes de guardarse y deben ser inspeccionadas a intervalos regulares y las partes desgastadas deben protegerse antes de que la magulladura resulte demasiado seria para ser reparada, los cabos, por supuesto, deben estar siempre reforzados o empalmados, de manera que sea imposible que se descolchen. Las cuerdas deben tener su propio lugar de almacenaje, a cada cuerda debe dejársele una etiqueta que

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indique su longitud, mena, aplicación y antigüedad, las cuerdas gruesas deben tener una protección adicional que consiste en envolverlas en sacos o costales. Nunca se debe almacenar o guardar la cuerda donde se encuentren solventes tales como gasolina, aceite, aguarrás, ácidos o cualquier otra sustancia que por sus componentes químicos pudiese generar daños irreversibles a la cuerda. Tiempo de utilización medio aproximado Utilización intensiva: de 3 a 6 meses Utilización cotidiana y de intensidad media: 1 año Utilización semanal e intensiva: 1año Utilización semanal de intensidad media: 2 años Utilización de fin de semana: de 1 a 3 años. (Uso

normal). Utilización ocasional: de 4 a 5 años. Utilización muy ocasional: de 8 a 10 años. (Máximo 10 años).

Estos tiempos son solo indicativos, una cuerda puede destruirse en su primera utilización por un mal uso, evite rapeles a más de 2 metros por segundo. (Recomendación de los fabricantes). Rescatistas de más de 80 Kg no deberían utilizar cuerdas de diámetros inferiores a 9mm y antes y después de cada utilización han de ser revisadas minuciosamente de manera visual y táctil, cualquier signo de desgaste, aplastamiento o zona deshilachada ha de ser inmediatamente saneadas (si ha sido localmente), para ello siga los siguientes pasos: Verificar visualmente el estado del forro en toda su longitud, localizar

zonas deshilachadas o con signos de desgaste, revisar posibles deslizamientos de la camisa con el alma. El descoloramiento excesivo de la camisa es un signo claro de desgaste, generalmente producidos por la exposición a los rayos ultravioletas. Las cuerdas de nylon o perlón no deben guardarse a la acción directa de la luz solar, ya que el material sintético de la cuerda sufre un recalentamiento que genera a lo largo del tiempo deterioros, cuando una cuerda se utiliza no se daña, debido a que se encuentra en constante movimiento

Control táctil del alma: realizar un bucle de curvatura regular revisando toda la longitud de la cuerda, analizar: zonas blandas, aplastadas, ángulos marcados y bultos tipo “hernia”. Si como aparece en la imagen, el bucle es lo suficientemente blando que permite que se junten los dos cabos, quiere decir que el alma puede estar seriamente deteriorada. Aunque la camisa no presente daños el alma puede haber sufrido algún desperfecto.

Revisar la zona de los nudos en ambos extremos, localizar zonas de desgaste o cualquier daño producido por el uso continuado de los nudos en esta misma zona.

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Control de la longitud de la cuerda: revisar la longitud periódicamente ya que han podido ser saneados algunos tramos y como consecuencia haber disminuido la longitud de la cuerda.

Las cuerdas semiestáticas “tradicionales” han de estar en remojo 24 horas ante de su primera utilización para

evitar el deslizamiento excesivo de la camisa con el alma y el deslizamiento incontrolado de los descendedores, se deberá dejarla secar a la sombra en un lugar aireado.

Antes de su primera utilización se debe proceder al marcado de las cuerdas. En ambos extremos se debe colocar una cinta adhesiva (tipo esparadrapo) sobre la que se pueda escribir (utilizar tinta indeleble), y posteriormente revestirlo con cinta termoretráctil, a la que se le aplica calor, por ejemplo con un secador. (< 80 ºC). La información mínima que debe aparecer en el marcado es la longitud de la cuerda y el año de puesta en utilización. El marcado de las cuerdas debe ser posterior al secado ya que esta será su longitud final.

Para un mayor rendimiento de nuestras cuerdas, es esencial limpiarlas después de cada utilización con jabón neutro y abundante agua.

Nunca se debe pisar la cuerda porque esto genera presión en una superficie angosta de la misma y crea daños internos.

La cuerda no debe ser arrastrada por sobre ninguna superficie ya que esto produce que se le incrusten partículas de tierra, vidrio, piedras o cualquier otro objeto que causara cortes a las fibras de la cuerda.

No se debe permitir que la cuerda roce o corra por sobre una arista o cualquier superficie que posea filo, se debe tener especial cuidado cuando un cuerpo se halla suspendido de la cuerda puesto que esta situación obviamente aumenta su grado de tensión y sumado a la fricción de la arista causaría el corte de la cuerda y por tanto caída del peso suspendido.

Del cuidado que se le dé a una cuerda dependerá la vida del

lesionado, compañeros e incluso la propia

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Las cuerdas nunca se guardaran cerca de radiadores u otros aparatos que generen calor o en sitio alguno que lo

pueda confinar. Nunca deben colgarse de clavos debido al propio peso que poseen, el clavo actúa como un filo y las daña. Deberán de mantenerse secas y en caso de que durante las maniobras se mojen, deberán secarse antes de

guardarlas y/o usarlas. Nunca deben dejarse con peso alguno sostenido por un tiempo prolongado o indefinido puesto que esto causara

daño en las fibras. Nunca deben dejarse nudos de ningún tipo sobre el cuerpo de la cuerda y se procurara evitar que posean puntos

torcidos a lo largo de la superficie, antes de proceder a guardarla. Todos los nudos deben ser desatados de la cuerda antes de guardarla. Las razones son las siguientes:

o La cuerda debe ser revisada por posibles daños o La cuerda debe ser lavada sin dificultad o Cuerdas que han sido guardadas con nudos por largo tiempo perderán resistencia o Cuerdas que han sido guardadas con nudos va causar que la cuerda quede con marcas.

Nunca deben ser usadas para remolcar vehículos y en caso de hacerlo ya no existe seguridad alguna en su uso

para maniobras de Rescate de ninguna especie. Si durante las maniobras sufre alguna tensión superior o inesperada, como pudiera ser una caída de elemento, al

terminar el operativo deberá anotarse en bitácora y revisarse totalmente la cuerda palmo a palmo. Las cuerdas deberán ser revisadas a intervalos regulares de tiempo sin omitir parte alguna de su cuerpo,

buscando huellas de daño o marcas. Cuando a lo largo de las maniobras la cuerda sufriera algún daño, fuese golpeada por objeto alguno deberá ser

inmediatamente revisada. Las cuerdas preferentemente deberán tener marca central que permita abreviar los trabajos durante la

operación. Deben ser revisadas antes y después de cada actividad. Las cuerdas deberán llevar una bitácora individual perfectamente estructurada y por actividad en que participan

para incrementar el índice de seguridad de los trabajos de rescate. Las cuerdas deberán lavarse periódicamente y después de una actividad donde se mojaron o tuvieron contacto

con cualquier tipo de solvente, grasa, aceite, etc. Si el deterioro afecta a varios tramos es mejor sustituirla, una cuerda tiene que darse de baja lo antes posible: Si ha detenido una caída Si al inspeccionarla, el alma está dañada Si la funda está muy gastada Si ha estado en contacto con productos químicos peligrosos Si hay cualquier duda sobre su seguridad

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Corte de una cuerda Hay muchos métodos formales e informales, sin embargo, lo más importante es garantizar la protección, estabilización y unión del alma (núcleo) con las fibras en los extremos. Un método que garantiza lo expuesto anteriormente es el siguiente: 1. Envuelva la parte de la cuerda con adhesivo, el espesor recomendado del adhesivo es entre de 3 y 5 cm 2. Corte perpendicularmente con un objeto filoso en el punto medio del adhesivo colocado en la cuerda. 3. Queme las puntas recién creadas hasta que el núcleo se una con la funda de la cuerda 4. Rotule la cuerda escribiendo sobre el adhesivo el diámetro, la longitud y el código de almacenado. Proteja el

rotulo con cinta transparente

Lavado de la cuerda Primero se debe recordar que al lavar las cuerdas, estas pueden perder ciertos elementos que le permiten ser impermeables y protegerse contra agentes externos. Sin embargo algunas veces es absolutamente necesario lavarlas, por ejemplo al exponer las cuerdas a elementos orgánicos (sangre, excrementos, comida, etc.) ya que existe la posibilidad de que la cuerda se deteriorase por la presencia de hongos y bacterias provenientes desde sustancias orgánicas. Otro ejemplo claro, es cuando la cuerda está llena de arena, las partículas convierten a la cuerda en una liga alargada que deteriorara los equipos metálicos que se usen sobre esta. Para realizar el lavado siga las siguientes recomendaciones.

Elimine el falso giro en la cuerda y extienda la cuerda. Prepare solución jabonosa utilizando jabón neutro, jamás use detergente en polvo o Champú. La solución no

debe ser concentrada, es decir una solución espumosa no sirve. Vierta agua a lo largo de la cuerda

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Con un paño o esponja aplique la solución jabonosa sobre la cuerda. Enjuague la cuerda hasta estar seguro que elimino la solución jabonosa. Seque a la sombra, colocando la cuerda lo más extendida posible El lavado de la cuerda deberá realizarse con agua tibia. Se utilizara para el lavado una solución suavizante de telas. Es recomendable frotar la cuerda con una toalla tanto para limpiarla como para disminuir el agua y agilizar su

secado Enredado de la cuerda El almacenado se debe hacer en un lugar fresco, no húmedo, aislado de componentes químicos fuertes (Ácidos o Alcalinos), con luz tenue y temperatura entre 14 y 30o. Se debe realizar el plegado de acuerdo al uso. Madeja francesa: es recomendable al realizar un transporte de emergencia, cuando no se posee el bolso

respectivo. Es ideal para el trabajo en cuerda doble. En la Figura se explica cómo realizar este plegado

Plegado de bolso: es el más recomendado cuando se usa cuerda simple, es ideal para transporte de largo periodo, almacenaje, y al trabajar en labores Helitácticas.

Page 42: Manual Rescate Vertical

Plegado Montañero: Es un plegado útil en situaciones de emergencia.

"RECUERDA EL TRATO QUE LE DES A LA CUERDA SE VERA REFLEJADO EN SITUACIONES EXTREMAS".

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NUDOS La necesidad de hacer nudos fue probablemente una de las primeras cosas con las que se enfrentó el hombre en los tiempos prehistóricos. Es realmente cierto que todo está en la práctica, como lo prueba la leyenda del famoso nudo gordiano, tan lejana como los tiempos de Homero, muy brevemente, la leyenda dice que Gordio, que había sido conducido al reinado por el Oráculo de Apolo suspendió su arado en el templo de Júpiter, en señal de ello hizo un nudo tan artificioso que quienquiera que lo desatara llegaría a ser rey de toda el Asia. El nudo era tan desconcertante que ninguno podía deshacerlo, y, Alejandro el Grande, indignado por su falta de éxito, lo corto con su espada. Los nudos han sido siempre una cosa esencial para el hombre, y contrariamente a lo que podría pensarse que en la edad de las maquinas los haría menos indispensables, se han puesto más y más en uso. Desde que los primeros hombres se aventuraron al mar, los marinos han encontrado muchos usos variados de las cuerdas y de los nudos; en épocas de guerra, los nudos han desempeñado un importante papel. El adiestramiento en cabuyería es una parte importante del trabajo que han de llevar a cabo los elementos de rescate, en realidad no hay exageración al decir que se han salvado muchas vidas al realizar un nudo correcto. La palabra "nudo" viene del latín modus, que significa "unir juntos”. El término según diversos diccionarios, significa: unión, lazo, vínculo. El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española lo define de la siguiente manera: "Lazo que se estrecha y cierra de modo que con dificultad se pueda soltar por sí solo y que mientras más se tira de cualquiera de los cabos, más se aprieta". En rescate se define como: “la aplicación de una cuerda sobre sí misma, o sobre otra, para sujetar, atar y asegurar personas, objetos y materiales”. Para la confección del nudo hay que tomar en cuenta lo siguiente: Distribución de Trabajo o Paralelidad: el nudo debe trabajar uniformemente

Especificidad: como todas las herramientas cada nudo tiene un uso específico

Dirección de Trabajo: el Nudo posee una dirección en la cual él trabaja óptimamente.

Simplicidad: esta característica se puede abarcar en cuatro tópicos:

Facilidad de realizar el nudo Facilidad para deshacer el nudo Facilidad para inspeccionar el nudo Facilidad para enseñar el nudo.

Resistencia: todo nudo realizado sobre la cuerda disminuye la resistencia de esta, ya que un nudo implica presión

y dobleces de cuerda sobre cuerda que hacen que alcance un mayor esfuerzo en relación a una cuerda limpia (Cuerda sin Nudos).

Un nudo bien hecho es aquel capaz de resistir cualquier esfuerzo y que sin embargo, pueda

deshacerse con facilidad

Todo el personal de los equipos de rescate deberá

conocer las técnicas básicas de nudos y amarres.

La vida puede depender de un nudo bien hecho.

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Efecto de curvatura en una cuerda Curvar una cuerda causa pérdida de eficiencia de esta, porque cualquiera curvatura que tenga la cuerda de menos cuatro veces el diámetro de esta, va causar perdida de eficiencia debido a que las hebras externas reciben el máximo de carga, mientras que las internas reciben el mínimo y a veces nada. Esto se puede observar cuando se realiza un nudo sobre una cuerda, algunos nudos tienen curvaturas más agudas lo que causa una mayor pérdida de resistencia.

Resistencia de algunos Nudos Importantes Nudo Aplicado Perdida de Resistencia en la cuerda Sin Nudo 100 % Pescador Doble 25% Pico de pato 41% As de guía 30 % Nudo de Agua 36% Prusik 35% Dinámico 35% Figura Ocho 20 – 30% Ocho de dos orejas 18% Nueve 30% Ballestrinque 40% Mariposa 31% Pescador Simple 40%

Características del nudo Un nudo deberá reunir las siguientes características: Deberá ser sencillo en su manufactura Deberá ser estético y limpio Nunca deberá quedar cruzado o encimado Nunca deberá poder deshacerse por sí solo No deberá ser corredizo Y tendrá que ser fácil de deshacer por el rescatador

En rescate y montañismo se puede decir que los nudos son la técnica base de todo sistema, ya que sin estos no se podría realizar ningún sistema de seguridad o de ayuda.

Un nudo que ha sido mal atado o incorrectamente aplicado puede causar SERIAS LESIONES o la MUERTE de alguno de los miembros del equipo de rescate o de alguna de las víctimas que el equipo

está tratando de salvar

La mejor manera de aprender a hacer nudos es que se los enseñe

alguien que sepa hacerlos. Es indispensable practicar mucho

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Partes del nudo Asa o Seno (Bight): es la parte cerrada del nudo destinada a anclar la cuerda. Giro, Bobina o Vuelta (Loop): es una vuelta dada a la cuerda

Cuerpo: es la parte densa del nudo en el cual las cuerdas se entrelazan

Nudo simple o de Seguridad: es un nudo adicional que se realiza para bloquear el nudo, si la parte del cuerpo se

desliza.

Cabo o Cuerda de Trabajo: es la parte sobrante más corta de la cuerda, en general no se somete a cargas, sin

embargo se pueden realizar otras técnicas complementarias si la longitud así lo permite. Cuerda Principal o Cuerda Cargada: comúnmente llamada largo de cuerda, es la parte de la cuerda que soporta

cargas

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Clasificación de los Nudos Nudos de Empalme: Como su nombre lo indica sirven para unir extremos de cuerdas, en general estos nudos son muy difíciles de soltar y son muy voluminosos. Entre los Nudos más comunes tenemos: Nudo Rizoplano: también llamado cuadrado o llano, es uno de los nudos mayormente conocido e indispensable

en Rescate, es recomendable rematarlo con un nudo de control. Este nudo se utiliza solo en la improvisación de algunos arneses y la unión de cuerdas del mismo diámetro. Se recomienda no usarlo para unir cuerdas ya que se vuelve corredizo a altas tensiones.

Fíjese en la forma en que quedan los cabos del nudo, si quedan en lados opuestos, este nudo se llamaría Nudo de Ladrón, y es extremadamente inseguro ya que se puede zafar al sufrir una tensión.

Nudo de Pescador: sirve para unir dos cuerdas de igual sección y pequeño diámetro, tanto mojadas como secas,

debido a que es un nudo muy fácil de hacer y deshacer, se lo puede hacer simple o doble, este nudo se puede apretar pero se deshace con facilidad.

El pescador doble es una variante del anterior, se confecciona de la misma forma pero con el adicional que se realiza dos vueltas en la línea principal, en vez de una.

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Nudo de Agua: en determinadas circunstancias será necesario emplear una cinta en lugar de una cuerda. Los nudos anteriores realizados sobre las cintas pueden deslizarse y por tanto no resulta segura cualquier elección. De hecho el único nudo recomendado que ofrece seguridad sobre cintas planas es este nudo.

Vuelta de Escota: es la unió adecuada para dos cuerdas de distinto diámetro o bien cuando una de las cuerdas es

más rígida que la otra. En estas condiciones ofrece mucha seguridad que otro tipo de nudos, aunque no es seguro al 100% y debemos evitar someterlo a una tensión excesiva. Es un nudo fácil y rápido de hacer, bajo fuertes tensiones puede azocarse.

Si a la hora de realizarlo obtenemos el mismo nudo pero con los cabos en lados opuestos, tendríamos una vuelta de escota a izquierdas, debemos evitar esta variante, que resulta poco segura. Si vamos a someter el empalme a tensión, podemos hacer una vuelta de escota deslizante, que se deshace tirando del cabo. Para obtener un nudo más seguro que la vuelta de escota simple podemos hacerlo doble o triple, como se muestra en las imágenes, además, al realizarlo de esta manera evitaremos que se azoque tanto y es igualmente sencillo y rápido de ejecutarse. Debemos tener en cuenta que este nudo disminuye la fuerza de rotura de una cuerda en proporción directa a la diferencia de grosores de las líneas empleadas.

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Nudos de Anclaje. Generalmente poseen una o varias asas que permite la unión de diferentes técnicas mediante mosquetones. No es recomendable que queden dos asas unidas, por ejemplo, unir cuerdas a través de asas. Los nudos de anclajes necesitan nudos de seguridad ya que estos tienden a volverse corredizos a altas tensiones. Nudo de Ballestrinque: se utiliza generalmente para iniciar un encamillado asegurando los pies o en su caso las

manos del lesionado, fijar una cuerda a un poste, una barra o incluso a otra cuerda. Es muy rápido y sencillo en su manufactura y no se deshace fácilmente una vez hecho. Disminuye significativamente la resistencia de la cuerda, posee gran simplicidad, y se adhiere perfectamente al punto de anclaje.

Nudo Ocho: debe su nombre a que su forma asemeja al número ocho. Es sencillo, su característica es por su

doble recorrido de la cuerda, en su manufactura brinda gran ventaja y seguridad ya que el esfuerzo es equilibrado a lo largo del recorrido. Se lo puede confeccionar simple o doble.

Este nudo se puede utilizar en doble uniendo dos cuerdas del mismo diámetro, el cabo de la una cuerda sigue el camino de la primera, tal como se muestra, obteniendo así una unión muy fuerte y fácil de realizarse.

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Ocho de dos orejas: es una variante del ocho doble, muy útil para anclajes de dos puntos de fijaciones, se puede utilizar las dos orejas simultáneas lo cual aumenta la superficie de contacto de la cuerda en el mosquetón con la precaución de usar mosquetones grandes.

Nueve: Es el nudo de carga de rotura más alta. Se emplea en cuerdas sometidas a elevadas tensiones. Este nudo es como el 8, pero con una vuelta mas, la ventaja del 9 es que se azoca menos que el 8, aun con tracciones fuertes.

Nudo de Mariposa: sirve principalmente como puntos de anclaje para cuerda o con una cinta, por su simetría, se

mantiene en perfecto estado ante cualquier situación, ofreciendo por tanto gran seguridad.

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Ocho En Línea: Con las mismas propiedades que el Nudo Mariposa, pero también muy útil para crear punto de anclaje ecualizado en el final de la cuerda. Este nudo también es muy utilizado en rescate durante el descenso de una camilla, para asegurar a ésta a una línea principal a través de este nudo y luego con la cola del mismo al operador que desciende con ella.

Ojo de Pájaro: también llamado nudo de guías, gaza simple o pico de pato ya que es empleado para unir o

asegurar rápidamente a alguien en una línea en cualquier parte de la misma, es un nudo rápido y sencillo. Habitualmente se emplea para colgar objetos y realizar amarres rápidos, la principal desventaja de este nudo es que hace perder alrededor de un 50% de resistencia a la cuerda.

Nudo de Leñador: este nudo se ejecuta con rapidez y permite realizar maniobras con troncos o tablones. Gracias

a él se puede subir o bajar un tronco o arrastrarlo, se trata, sin embargo, de un nudo provisional adecuado a un uso concreto, a pesar de ello es seguro y tiene la ventaja de que no se azoca. El cabo no debe girar sobre la línea de tensión y el número de vueltas depende del grosor del objeto alrededor del que se efectué el nudo, cuanto más grueso sea este mayor número de vueltas requiere.

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Nudo media llave y dos cotes, contramaestre: Nudo para anclajes en tareas poco comprometedoras, soporta fuertes tensiones y no se apreta.

Cabeza de Alondra: nudo para anclajes en estacas o elementos fijos, también sirve para arrastrar o suspender

una carga, con cuerda simple puede deslizarse, por lo que se recomienda hacerlo con una cuerda doble.

Amarre Circular: El amarre circular debe contar con un mínimo de 3 vueltas y sobre una superficie adecuada,

mantiene la resistencia nominal de la cuerda sin la reducción en la resistencia típicamente infligida por un nudo. Ideal para montaje de cuerdas en Tirolesas directamente sobre un árbol o estructura circular, o bien directamente sobre una polea de tipo ¨Kootenay¨

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Nudos de Bloqueo: Se caracterizan por presionar la cuerda al estar cargados de tal forma que ellos se bloquean sobre esta. El uso de estos nudos es muy frecuente, pero hay que tener ciertas normas presentes: Quitarle el peso y aflojar el nudo antes de desplazarlo en la cuerda, estar atento de quemaduras sobre la cuerda y en el anillo del nudo (elemento adicional con que se realizan los nudos de bloqueo), usar al menos dos nudos cuando se trabaja en rescate, la diferencia de diámetro entre el anillo de nudo y la cuerda debe ser mayor o igual a 2 milímetros. Nudo Prusik: es un nudo auto bloqueante que se desliza libremente por la cuerda hasta que se carga peso lateral

sobre él, es bidireccional, es decir trabajan igual en ambos sentidos sobre la cuerda, puede generar bastante roce estático, así se recomienda desplazarlo lentamente sobre la cuerda. Este nudo debe hacerse con un cordino de un diámetro inferior a la cuerda en la que se quiere hacer, cuanto menor sea la diferencia de diámetro mayor número de vueltas deberá darse al cordino, no es efectivo sobre cuerdas mojadas o heladas.

Bachmann: es bloqueador bidireccional, es decir trabajan igual en ambos sentidos sobre la cuerda, puede generar

bastante roce estático, así se recomienda desplazarlo lentamente sobre la cuerda.

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Machard: es bloqueador unidireccional, es decir trabaja en un solo sentido sobre la cuerda, se lo usa como seguro de rapel. Es una alternativa al prusik y tiene menor tendencia a atascarse.

Nudos Dinámicos: como su nombre lo indica son nudos corredizos, es decir tienen la propiedad de desplazar la cuerda a través de este. Este tipo de nudo trabaja con fricción de manera que hay que tener en cuenta los puntos de fricción que se utilizan para frenar la carga. Se recomienda siempre tener control sobre estos nudos y estar alerta a cualquier daño por fricción en la cuerda. Nudo de Fuga: Es un nudo usado normalmente en el inicio de cualquier maniobra de autorescate. Una vez

confeccionado, se realiza un sobrenudo de seguridad.

El Nudo Dinámico. Es uno de los nudos más usados en rescate, es muy seguro aunque hay que tener cierta

experiencia para manejarlo óptimamente.

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Nudo de Margarita: Es un nudo con innumerables ventajas, como su seguridad, la facilidad con la que se deshace

y la facultad de no azocarse en ninguna ocasión. Su función es de acortamiento, por lo que uno de sus usos más útiles es mantener una parte dañada de una cuerda fuera de tensión, sin la necesidad de cortar esa parte. En ese caso la parte dañada debe quedar entre los lazos. Si una vez terminado en nudo, queda sometido a tensión, el nudo se mantiene a pesar del tiempo trascurrido sin dañar la cuerda.

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Boca de lobo: Es el mejor nudo de enganche para cuerda de diámetro mediano, porque el esfuerzo se reparte por igual en ambos lados. Tiene una larga historia de uso para izar cargas pesadas, conociéndose por este nombre desde el siglo dieciocho. El manejo de una simple parte de la cuerda sometida a tensión sobre un gancho reduce el esfuerzo que puede soportar a una tercera parte. La "boca de lobo", tirando hacia arriba con firmeza, iguala el esfuerzo y proporciona la seguridad necesaria de tal forma que, aunque uno de los dos brazos se rompa, el otro soportará la carga el tiempo suficiente para hacerla llegar al suelo sin contratiempos.

Vuelta de gancho: El "vuelta de gancho" es un nudo muy sencillo, que, como su nombre indica, se utiliza cuando se

desea amarrar un cabo a un gancho, como pueden ser los de las grúas. Para efectuarlo se rodea el gancho con el cabo y se mete luego el chicote por debajo del firme para que lo muerda y quede así inmovilizado el cabo. Se puede tomar una o dos vueltas sobre el gancho antes de morder el chicote, y también rodear todo el gancho o solamente uno de los brazos.

TODO NUDO SE COMPLEMENTARA CON UNA MEDIA VUELA Y UN EXCEDENTE DE 15 VECES MAYOR DEL

DIÁMETRO DE LA CUERDA

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ANCLAJES

Los puntos de anclaje y soporte son la base de cualquier sistema de cuerdas, ya que sobre ellos es que nuestros sistemas van a depender para poder soportar las cargas y pesos manejados durante las operaciones. Existen diferentes tipos de anclajes dependiendo de las características físicas del medio ambiente (interior o exterior, urbano o rural), pero en general los anclajes SIEMPRE deberán estar sujetos a elementos FIJOS Y ESTABLES que ofrezcan la capacidad de soportar el peso máximo del sistema completo más un porcentaje de seguridad. A los anclajes se les pueden agrupar en varios grupos o se le pueden dar varios tipos de reclasificación, como pueden ser fijos, móviles, naturales, artificiales y auto anclajes, todos nombres válidos, pero independiente de cómo los clasifiquemos es más importante saber para qué sirven y como efectuarlos. Parámetros a seguir para confeccionar los anclajes Un anclaje es la primera etapa de seguridad de nuestra cadena de trabajo si este se efectúa de mala manera toda la cadena corre un serio peligro o nos exponemos a un riesgo innecesario. Por lo tanto su confección se debe hacer de la mejor manera. Base de anclaje: la base debe soportar no menos de 10 veces la carga aplicada, debe ser inamovible y su forma debe permitir la fácil colocación del elemento del anclaje. El número de puntos para cada anclaje es un criterio importante en rescate. Esto quiere decir que siempre se debe tener al menos dos puntos de anclajes, siendo lo recomendable un mínimo de tres para situaciones de rescate.

Norma general de una aseguración de anclaje Son diferentes los elementos que intervienen en el anclaje; se compone de: El anclaje El autoseguro Seguro al compañero Seguros intermedios

El anclaje debe contar con un único punto de aseguración, resultado de la unión de los anclajes que se utilicen en la misma. En este punto se colocará un mosquetón de seguridad, o dos mosquetones básicos con los cierres opuestos, para los autoseguros. A este punto se le denomina Punto Central. Este punto puede tener diferentes tipos de montaje:

"Anclajes de un punto son Psicológicos, anclajes de dos puntos son Buenos,

anclajes de tres puntos son excelentes, anclajes de más de tres puntos son a

prueba de Bomba"

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a) De punto único: Cuando un anclaje es por sí solo suficientemente fiable, generalmente natural (árbol, puente de roca, bloque, etc.), se rodea con un anillo auxiliar o excepcionalmente con la propia cuerda de cordada. Sobre este único punto de seguro se monta la reunión.

b) Triángulo de fuerza: Cuando los anclajes están próximos y por sí solos, no garantizan la seguridad de la reunión,

se colocarán anclajes suficientes o se aprovecharán los ya existentes, para, sumados todos, conseguir un único Punto Central seguro. Se unirán con un anillo auxiliar o con la propia cuerda de cordada.

El ángulo que forman las cuerdas de unión debe ser inferior a 60º, para evitar sobrecargas en los anclajes. En caso de fallo de uno de los anclajes, el Punto Central no se debe soltar del sistema.

Triángulo de fuerza móvil: Se realizará cuando los anclajes son de resistencias similares, repartiendo el

esfuerzo por igual. Se ajusta automáticamente a un cambio de dirección en la tracción.

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Triángulo de fuerza bloqueado: Cuando exista diferencia entre la resistencia de cada uno de los anclajes, es necesario bloquear el triángulo para evitar un desplazamiento brusco del Punto Central, por sobrecarga del anclaje más débil.

c) En línea: Cuando los seguros están muy separados o uno de ellos es mucho más resistente que los demás, se

unirán con la propia cuerda, mediante nudos ballestrinques, tensando entre nudos y rematando con un nudo en ocho sobre el anclaje superior.

En el caso excepcional de tener que montar una reunión con puntos de anclaje débiles, se colocarán todos los anclajes posibles, uniéndolos de la manera más conveniente mediante triángulo de fuerza, en línea o combinación de ambas.

Según las características de los anclajes, o más bien, donde confeccionaremos los anclajes los definiremos así:

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Anclajes Naturales: Este tipo de anclaje es el que confeccionaremos en el medio propio natural o más bien aprovecharemos el medio que nos rodea como árboles, rocas etc., Angulo de pendiente o de verticalidad cual quiera sea jamás anclar en la misma orilla. Antes de confeccionar un anclaje en este medio debemos tener ciertas aprensiones tales como, estado de los árboles, si se encuentra muy cerca de un vertical, (ya que sus raíces pueden no estar demasiado enterradas) sobre las rocas, que estas no estén fracturadas, ni que tengan filos pronunciados, supervisar el terreno en que se encuentran etc. En fin revisar cualquier evento que nos produzca duda o un eventual riesgo. Es aconsejable un segundo anclaje alternativo de seguridad por si el primero tiene algún problema. Este segundo anclaje se hará para dar mayor seguridad y eficiencia a la cuerda de trabajo y con las mismas aprensiones y pueden ser independientes entre sí, como en conjunto o combinado. Anclajes artificiales: estos son sin duda los más encontrados en la parte de rescate. En los lugares urbanizados y a veces en lugares naturales cuando se carece de elementos naturales como es el caso de una geografía desértica, carencia de árboles, rocas en mal estado. etc., este tipo de anclajes son prácticamente todos aquellos creados por el hombre y puestos en el lugar de una operación vertical. Algunos ejemplos de anclajes Artificiales: barandas, vigas, pilares, vehículos, paredes, construcciones en general, fieros, y por qué no las fijaciones (que son anclajes permanentes). Todos estos tipos de infraestructuras y elementos nos sirven para ejecutar un anclaje pero debemos tener ciertas aprensiones tales como oxidación (caso de elementos metálicos) estado de paredes, (deterioradas), falta de elementos de fijación (como tornillos en estructuras) etc. Y prestar mucha atención a las construcciones débiles de un edificio como caídas de agua, barandas de maderas, etc. Ante la duda mejor abstenerse. Para este tipo de anclaje tener las mismas aprensiones o resguardos que en los anclajes naturales, tales como tener siempre más de un punto de anclaje por cuerda y en lo posible que sean distribuidos.

Si los sistemas van a ser instalados en el campo (paredes, cornisas, barrancos, etc.), buscar árboles fijamente empotrados, rocas de gran volumen y/o que estén integradas a la estructura del piso o pared, o fijando empotradores o clavijas especiales para escalada. Protección al Roce: si los sistemas van a ser instalados en zonas urbanas, buscar tuberías gruesas, cornisas de concreto estructural, alerones de edificios, torres o postes, etc. con la condición de estabilidad necesaria para poder soportar el peso total del sistema y que no presenten aristas agudas que pudieran dañar las cuerdas. Si por alguna razón no se encuentran elementos libres sin aristas, se deberán instalar "correderas" o "rozaderas" para cubrir los posibles puntos de fricción entre las cuerdas y el medio ambiente.

Dirección de Trabajo: antes de confeccionar el anclaje se debe tener en cuenta la dirección de la maniobra y se debe prever los posibles cambios direccionales de la misma. Un buen sistema de anclaje deberá ofrecer seguridad y flexibilidad para el manejo de las tensiones a las que se someterá, además de proporcionar flexibilidad en el

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posicionamiento relativo de las cuerdas, y estar preparado para poder operar en un rango de ángulos de tensión que pudieran presentarse durante la operación del sistema.

Distribución de la energía: los anclajes más eficientes en la distribución de energía y dirección de trabajo son los anclajes ecualizables, los cuales se autorregulan a cualquier cambio de dirección y garantizan que los puntos de anclajes trabajen soportando un peso similar.

Ley de Angulación: Un tema importante que muchas veces no es valorado es el ángulo de trabajo. Un anclaje debe tener necesariamente un ángulo de trabajo menor de 60 grados. Al superarse este ángulo, las fuerzas ejercidas pueden llegar a ser peligrosas por efectos vectoriales de las fuerzas aplicadas, para una carga fija, un mayor ángulo entre los dos puntos de anclaje implica un mayor esfuerzo realizado en cada punto. Por ejemplo, si tenemos una carga de 100 Kg y un ángulo de 0 grados, cada punto de anclaje soportará 50 Kg. En cambio sí tenemos un ángulo de 150 grados, el esfuerzo en cada punto de anclaje aumentaría a 200 Kg. En resumen es mejor trabajar con anclajes de ángulos pequeños.

Ley de Angulación: a mayor ángulo menor resistencia del anclaje

Angulo entre dos puntos Esfuerzo porcentual en cada punto Esfuerzo realizado por el punto (100Kg)

150 grados 200% 200 Kg. 120 grados 100% 100 Kg. 90 grados 70% 70 Kg. 0 grados 50% 50 Kg.

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Además de todo lo anterior debemos considerar un riesgo latente en la confección de un anclaje y se trata cuando este se corre o se desliza de su punto inicial. Para evitar esto siempre un observador permanecerá fiscalizando los anclajes y asegurarlos en su posición con otro mini anclaje o reenvío. Al empezar a ceder uno de los anclajes se deberá avisar inmediatamente al operador que ocupa el sistema para que este desaloje la cuerda y asegurar el sistema hasta que este fuera de peligro para eso es necesario tener contemplado un anclaje de emergencia. Tipos de anclajes Existen diversos tipos de anclajes dentro del manejo de cuerdas, dentro de rescate se deben manejar ciertos tipos de anclajes que deberán proporcionar seguridad y rapidez en su colocación debido al trabajo que se desempeña. En Rescate se manejan cuatro tipos de anclajes los cuales reúnen las características antes mencionadas (seguridad y rapidez en su colocación) para un mejor desempeño en el trabajo del rescatista en lugares altos. Estos a su vez son divididos en dos grupos: Anclajes Directos Son aquellos que son colocados con la misma cuerda en la que se va a trabajar y no requieren de colocación previa de anillas y/o mosquetones Anclaje tipo "A": Se inicia con un nudo de ocho (calculando la distancia de cuerda a utilizar para el anclado)

continuando con un nudo de Ballestrinque el cual ira sobre la superficie destinada para el anclaje, posteriormente se terminara entretejiendo el cabo más corto sobre el nudo de ocho con el que se inició el anclaje, además de rematarlo con un nudo de seguridad.

Anclaje tipo "B": Este anclaje se comienza con un nudo de ocho (calculando las distancias suficientes de cuerda a

utilizar en el anclado) y se continua dando tres vueltas a la cuerda sobre la base de anclado destinada, terminando con entretejer el cabo más corto sobre el nudo de ocho con el que se inició. (También se coloca su nudo de seguridad).

Nunca deberán montarse anclajes sobre vehículos o

elementos móviles

Page 62: Manual Rescate Vertical

Anclajes Indirectos Se les denomina anclajes indirectos a aquellos que por el tipo de trabajo o circunstancia es necesario la utilización previa de anillas y mosquetones para su colocación. Anclaje tipo "C": Este tipo de anclaje sirve cuando el punto de apoyo del rescatista (base del anclado) se

encuentre demasiado lejos de la orilla por donde se pretende bajar y resta cuerda. Para efectuar el rescate se coloca una anilla sobre la superficie de anclado destinada y se entrelaza la anilla por medio de dos mosquetones encontrados de los cuales se sujetara la cuerda.

Anclaje tipo "D": Se manufactura un nudo de fuga sobre la base de anclaje ya destinada, de este anclaje se selecciona la línea sobre la cual se manufacturo el nudo fugitivo y se inicia el descenso normal (se deberá extremar cuidado en la selección de línea de descenso ya que un descuido en la selección de la misma provocara una caída precipitada del elemento sin control alguno). Una vez encontrándose el elemento en la parte inferior de la edificación sobre la cual se elaboró el rescate solamente se tirara de la línea contraria a su descenso para liberar la misma y recuperarla.

Instalación Antes de utilizar los anclajes es fundamental comprobar su solidez, debiendo contar con un buen anclaje natural o, al menos, dos artificiales fiables. Normas de instalación: La instalación debe realizarse auto asegurado. La cuerda, como norma general, no debe apoyar directamente

en los anclajes sin anilla, para evitarle daños innecesarios y facilitar su recuperación, para lo cual se utilizarán anillos o cintas

Cuando se utilicen varios anclajes, se unirán mediante un triángulo de fuerzas bloqueado, o un sistema en línea

Si el anclaje queda en el interior de una repisa, es conveniente alargarlo mediante un anillo, evitando los ángulos que produzcan rozamientos.

Una vez anclada la cuerda se lanzarán dando la voz “CUERDA” y, posteriormente, se comprobará que no están enredadas y que quedan extendidas. Si es posible, se comprobará que llegan hasta el suelo

No se debe escatimar material a la hora de montar el anclaje Es conveniente que todos los miembros de la patrulla que monta el anclaje, comprueben los nudos de unión de

cuerdas y cintas o cordinos.

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SISTEMAS DE POLEAS Los sistema de poleas permiten la manipulación de cargas tensiónales mucho mayores que los que podrían obtenerse por medio de sistemas de cuerdas "directos". Esto significa que podemos manejar mayores pesos y controlar su ascenso y descenso con mayor facilidad, sin embargo el uso de estos sistemas requiere de una mayor complejidad técnica, la instalación de más dispositivos y materiales, un mayor tiempo de instalación y sobre todo requiere del conocimiento de los límites de carga tensional que nuestros equipos son capaces de soportar (cuerdas, mosquetones, frenos, etc.), ya que al instalar un sistema de poleas sin considerar las características del equipo fácilmente podemos exceder sus límites y ocasionar accidentes. Un sistema de poleas puede ser tan sencillo como para hacer cambiar la dirección de la tensión de una cuerda, o tan complejo como para multiplicar por varias veces la capacidad de carga de un sistema (estático o dinámico), permitiéndonos por ejemplo, colocar una línea tensa para sistemas de tirolesa, o recuperar grandes pesos desde una cavidad o barranco. Los elementos básicos de cualquier sistema de poleas son: cuerdas, poleas, mosquetones y frenos.

Poleas Una polea es una máquina simple que sirve para transmitir una fuerza, se trata de una rueda, generalmente maciza y acanalada en su borde, que, con el curso de una cuerda o cable que se hace pasar por el canal, se usa como elemento de transmisión para cambiar la dirección del movimiento en máquinas y mecanismos. Además, formando conjuntos, aparejos o polipastos, sirve para reducir la magnitud de la fuerza necesaria para mover un peso. Según definición de Hatón de la Goupillière, “la polea es el punto de apoyo de una cuerda que moviéndose se arrolla sobre ella sin dar una vuelta completa” actuando en uno de sus extremos la resistencia y en otro la potencia.

"Una polea es un aparato que se comporta de la misma manera que una balanza de

brazos iguales, pero que además puede transformar un movimiento rectilíneo en circular cuando una de las fuerzas es superior a la otra"

Tipos de poleas Según su desplazamiento las poleas se clasifican en "fijas", aquellas que se suspenden de un punto fijo (la estructura del edificio) y, por lo tanto, no sufren movimiento de traslación alguno cuando se emplean, y "móviles", que son aquellas en las que un extremo de la cuerda se suspende de un punto fijo y que durante su funcionamiento se desplazan, en general, verticalmente.

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Cuando la polea obra independientemente se denomina "simple", mientras que cuando se encuentra reunida con otras formando un sistema recibe la denominación de "combinada" o "compuesta". Polea Fija: la manera más sencilla de utilizar una polea es colgar un peso en un extremo de la cuerda, y tirar del otro extremo para levantar el peso. Una polea simple fija no produce una ventaja mecánica: la fuerza que debe aplicarse es la misma que se habría requerido para levantar el objeto sin la polea. La polea, sin embargo, permite aplicar la fuerza en una dirección más conveniente. Una polea fija es aquella que tiene su apoyo en el eje de rotación y, por lo tanto, no cambia de sitio.

Potencia o Fuerza = Carga o Peso, P = Q Poleas Móviles: Una forma alternativa de utilizar la polea es fijarla a la carga, fijar un extremo de la cuerda al soporte, y tirar del otro extremo para levantar a la polea y la carga. La polea móvil produce una ventaja mecánica: la fuerza necesaria para levantar la carga es justamente la mitad de la fuerza que habría sido requerida para levantar la carga sin la polea. Por el contrario, la longitud de la cuerda de la que debe tirarse es el doble de la distancia que se desea hacer subir a la carga. Las poleas móviles son las que cambian de sitio bajando y subiendo, pues descansan sobre la cuerda. Con este sistema de poleas móviles es posible obtener una ganancia mecánica dado que se reduce la potencia necesaria. De acuerdo con la posición de la cuerda se dividen en:

Con Cuerdas Paralelas Con cuerdas en Angulo

Formula

=

Formula

=

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Poleas Compuestas (Aparejos o Polipastos): Es un sistema de poleas que permite elevar pesadas cargas con un esfuerzo moderado. Está formado de la combinación de poleas fijas y móviles, en la que se cuelga la carga; ambas están unidas entre sí por una cuerda, cadena o cable. Al tirar de su extremo, la carga asciende la mitad, un tercio, un cuarto, etc. de la longitud del cable que se ha estirado, en función de que la polea sea simple, doble o triple. El esfuerzo realizado equivale a la mitad, la tercera o la cuarta parte de la carga. Se dividen en:

Aparejos Factorial

También llamado Aparejo en serie, está formado por "n" (numero) de poleas fijas sobre una misma montura y otras tantas poleas móviles también colocadas sobre una misma montura, de la cual pende la carga a levantar. La resistencia Q está formada por dicha carga y el peso de la parte móvil del aparejo. Está compuesto por dos grupos de poleas (fijas y móviles), en la misma cantidad por grupo. Para averiguar la potencia necesaria para igualar el peso se utiliza la siguiente fórmula:

=

n = número de poleas

Aparejos Potencial

El aparejo potencial, es una máquina utilizada para mover en forma ascendente o descendente, elementos cuyo elevado peso, impide que sea movido por la fuerza de un humano sin ayuda mecánica. Básicamente consta de una polea anclada a una superficie que se encuentre a mayor altura que el elemento que se desea mover. Esta polea es enhebrada por una cuerda, cadena o un cable de acero, que en un extremo está anclado a la misma superficie que la polea, pero que en su recorrido abraza a una segunda polea, y cuyo otro extremo es en el que se realiza la fuerza de tracción (acción). Esta segunda polea es del tipo flotante, y de su centro, pende una segunda cuerda, cadena o cable de acero, que posee su otro extremo anclado a la superficie antes mencionada. De esta forma, pueden colocarse tantas poleas como sean necesarias, teniendo en cuenta que por cada polea que se agrega, el peso se reduce a la mitad del peso que actúa sobre la polea anterior. El elemento a mover, está aplicado, sobre el eje de la última polea del tren de poleas. Como dijimos, es una máquina que genera una ventaja mecánica y la fórmula para su cálculo es:

=

Donde P representa la fuerza a realizar, Q es el peso del elemento a mover y n es la cantidad de poleas móviles que poseemos. El uso de estos aparejos se ha extendido en las labores de rescate denominándolos como Polipastos ya que conservan el trabajo mecánico debido a la disminución del esfuerzo aplicado en la cuerda, para izar una carga. Es así como se habla de métodos 2:1, que dice que el usuario aplica la mitad del esfuerzo para izar una carga, en relación a si se aplicase directamente. Los 3:1 aplican un tercio, los 4:1 aplican un cuarto y así sucesivamente. Hay que tomar en cuenta además que la cantidad de cuerda efectiva que se recupera, en el caso 2:1 es el doble en relación al método de izado directo (1:1), es decir para izar la carga 1 m, se debe recuperar 2 m de cuerda. En 3:1 la cuerda recuperada es tres veces mayor y en 4:1 es cuatro veces mayor.

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Sistemas de recuperación La combinación de cuerdas y poleas, unidos para formar una ventaja mecánica para poder mover una carga desde un punto a otro realizando un esfuerzo menor que si tuviéramos que mover a pulso, es uno de los usos de los polipastos (o aparejos) que nos permiten la elevación o movimiento de cargas, estos forman la base de los sistemas de recuperación. Los sistemas de recuperación son usados para izar material, rescatar un herido o un compañero que ha caído en una grieta que requiere de un trabajo mecánico, ya que desplazamos un peso (entiéndase peso como una masa bajo la influencia de la gravedad, ) una cierta distancia. Hay dos razones por las cuales se utilizan los sistemas de recuperación. Seguridad y Conveniencia: El correcto conocimiento de los sistemas de recuperación y la habilidad para saber usar el equipo puede significar que los rescatistas pueden establecer en un lugar seguro y conveniente sus sistemas.

Comodidad: Los sistemas de recuperación hacen que el trabajo de levantar una carga sea más fácil ya que disipan el peso de la carga a través de la cuerda Funcionamiento del sistema de recuperación

Estos sistemas llevan ese nombre debido a la ventaja mecánica obtenida por el sistema, en otras palabras, la relación que existe entre el peso y la carga y la fuerza utilizada al moverla. En realidad, los rescatistas nunca obtienen el 100% de ventaja mecánica de un sistema de recuperación, ya que se pierde fuerza en la fricción de poleas, fricción de la cuerda, resistencia del viento, etc. Para construir un sistema de recuperación (polipasto) no es necesario disponer de mucho material, pero los componentes que lo conformen determinaran la eficiencia del conjunto. El mayor rendimiento se obtiene con cuerdas estáticas. Para los espeleólogos y big walleros no resulta difícil, ya que forma parte de su equipo habitual, pero los escaladores y rescatistas utilizan cuerda dinámica habitualmente. Los mosquetones que mejor trabajan en la conexión con las poleas son los de tipo simétrico con sección redonda ya que permiten un mejor reparto de la tensión en la zona de contacto. Las poleas utilizadas para el montaje de sistemas de recuperación deben tener una resistencia mínima que sea el doble de la carga que se desea izar. Normalmente esto no es una limitación ya que izar cargas de más de 150Kg es complicado. En algunas situaciones se sustituyen las poleas por mosquetones, pero la fuerza ejercida no se desmultiplica de la misma forma ya que la fricción es muy superior, pero puede ser útil como método alternativo.

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En los sistemas de recuperación por seguridad se utilizan sistemas anti retorno, que pueden ser del tipo mecánico incluido en la polea (minitraxion) o no y como alternativa nudos prusik. En el caso de utilizar cordinos es recomendable que sean de Kevlar debido a que el autoseguro puede sufrir mucho rozamiento. Se describirán los sistemas de recuperación más utilizados. Cabe decir que existes multitud de soluciones, pero las más sencillas son las siguientes: Polipasto 2:1 (también llamado C) Polipasto 3:1 (también llamado Z o N) Polipasto 6:1 (también llamado Z+C, o 1a desmultiplicación) Polipasto 4:1 y 8:1

Polipasto 2:1 o C Bien dicho no es un polipasto, sino que es una polea móvil. Incluimos este sistema porque es la base de las desmultiplicaciones de los polipastos. Recordemos que el funcionamiento óptimo se produce cuando las cuerdas corren paralelas (ángulo de 0º) ya que no se suele tener en cuenta.

Polipasto 3:1 o en Z Este tipo de polipasto es padre de todos, la base. Consiste en la combinación de una polea fija y una móvil (con los beneficios que aporta). Se produce una ganancia mecánica de 3:1, es decir debemos ejercer una fuerza 3 veces menor de lo que nos correspondería, pero en contra por cada metro que supere la carga deberemos recoger 3 veces.

Construcción clásica: Lo primero que se necesita para el montaje de un polipasto es un punto de anclaje. Lo recomendable es que sea un sistema con reparto de cargas (o sea, una reunión). Se realizan sobre roca (típicas reuniones de escalada), nieve y hielo (tornillos de hielo). En la medida de lo posible montaremos otra reunión distinta para montar el polipasto. Una vez disponemos de un sólido anclaje seguiremos la siguiente secuencia: 1- Montaremos un sistema de auto bloqueo para que funcione como anti retorno y

fijar la cuerda que viene de la carga al sistema. Aquí es donde entra en juego nuestra creatividad en función del material que tengamos disponible. Existen multitud de soluciones, por nombrar algunas tenemos:

Poleas con anti retorno, son una solución 2x1. Ej Minitraxión Nudo prusik con un dispositivo de aseguramiento para evitar que el nudo se meta en la polea

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Puño de ascensión 2- Unir una polea (esta actúa como fija) al anclaje, pasando el extremo libre por su interior. 3- Dirigir la cuerda que sale de la polea paralela a la cuerda bajo carga y pasarla por otra polea (polea móvil). Es

interesante colocar la polea lo más alejado posible ya que esta polea se moverá hasta la 1a polea, momento en el que deberemos parar de izar para desplazar la polea móvil y poder proseguir.

4- Colocar un sistema de auto bloqueo en la cuerda bajo carga 5- Unir la 2a polea (móvil) al sistema de auto bloqueo y dirigir la cuerda de tiro hacía en anclaje (recordad el ángulo

de trabajo). 6- Iniciar el izado tirando de la cuerda. Polipasto 6:1 o Z+C Este polipasto es una desmultiplicación sobre el polipasto en Z añadiendo una polea móvil adicional (polipasto C). Este montaje se puede realizar con la misma cuerda o con otra auxiliar. Este método permite el izado de material de una forma más sencilla ya que la desmultiplicación es de 6, por lo que una sola persona podrá izar cargas con mayor facilidad. Este montaje requeriría una polea más y más cuerda por supuesto.

Construcción: 1- Montar un polipasto en Z. 2- Para montar la desmultiplicación (polipasto en C) tenemos 2

posibilidades:

Si utilizamos la misma cuerda, deberemos pasar la cuerda por un mosquetón en la reunión llevar paralelamente el cabo a la cuerda

Si utilizamos una cuerda o cordino largo auxiliar, anclaremos un extremo a la reunión y dirigiremos el cabo paralelo a la cuerda original.

3- Colocar una polea sobre el cabo y unirla con un sistema de bloqueo a la cuerda que viene de la 1a polea móvil (en

el Z era la cuerda de tiro). Polipasto 4:1 y 8:1 Consiste básicamente en el montaje de polipastos en C consecutivos. Este sistema es rápido de montar y quizás la única alternativa si no disponemos de suficiente cuerda, pero tiene el inconveniente que el sistema antirretorno funciona manualmente. La desmultiplicación de 8:1 simplemente requiere añadir un polipasto en C extra sobre la cuerda de izado (sólo se podrá realizar si se dispone de 2 cuerdas).

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USO DE LOS SISTEMAS DE POLEAS (POLIPASTOS)

RESCATE UTILIZANDO VENTAJAS MECANICAS (POLIPASTOS)

Cuando ocupe apropiadamente y con seguridad los sistemas de recuperación, estos podrán ser un elemento

importante dentro de su arsenal de rescate.

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MOSQUETONES Los mosquetones desde su creación hasta la fecha han cambiado considerablemente referente a su utilización. Desde la aparición en 1860 por el cuerpo de bomberos de Munich, los cuales lo utilizaban en sus cinturones de ejercicios y lo denominaban Carabiners, utilizaban elementos metálicos de conexión similares o muy parecidos a los mosquetones, actualmente se utilizan para distinto orden de cosas e instituciones, como escaladores, montañistas, rescatistas, paracaidismo, milicia, equitación, náutica, embarcaciones, etc., actualmente están en casi todas las actividades cotidianas y para uso personal que actualmente se utilizan para decoración, llaveros, o simplemente de adornos. Lejos del propósito para el cual fueron creados y desarrollados los mosquetones han pasado por un proceso de cambios en cuanto a la confección y de su material, los inicios de los mosquetones fueron entre los años 1910 y 1914 donde los escaladores los utilizaron para realizar ascensiones, pero no era considerado un elemento seguro. En el año 1935 se creó el primer mosquetón con seguro de rosca de acero, luego de investigaciones y por la falta del acero debido a la segunda guerra mundial, en 1958 se creó el actualmente mosquetón de Zicral (También llamada aleación de aluminio 7075 T6), el cual remplaza al pesado mosquetón de acero y más por sus características técnicas el cual tiene mayor resistencia a la tracción. Actualmente predominan tres tipos de mosquetones: asimétricos, simétricos, y los tipos pera. Estos mosquetones son los que predominan el mercado pero sin embargo muchas veces no se saben utilizar, dado a

las características de construcción cada mosquetón está fabricado para un fin específico y lo determina su figura, es por eso que la utilización de los mosquetones no da lo mismo el utilizarlo. Dado a su figura el mosquetón tiene por naturaleza un eje natural mientras que el eje de trabajo o eje de carga lo determina su diseño. Los mosquetones simétricos u ovalados principalmente deben ser utilizados para trabajos con elementos o herramientas que necesiten estar despegados de las paredes del mosquetón como por ejemplo las poleas.

En el mosquetón asimétrico o tipo D su eje real de trabajo es la orilla apegado a la espaldilla de este, por lo tanto, este mosquetón es ideal para realizar

maniobras como por ejemplo anclajes. El mosquetón HMS o de pera tiene su eje de trabajo diagonalmente, lo que significa que su resistencia máxima se encuentra en esta posición, y su utilización seria para conectar aparatos o sistemas que necesiten este tipo de inclinación como por ejemplo descendedores.

Es importante conocer estas condiciones para así adquirir correctamente este tipo de elemento ya que una mala elección obliga a efectuar un trabajo con este elemento que limita su resistencia lo que se traduce en un riesgo innecesario, otro factor muy importante es considerar la apertura de estos, el tamaño y la capacidad de cada mosquetón, sin embargo, si consideramos que para tareas de rescate debemos solo utilizar mosquetones con seguro, es muy común ver mosquetones sin ellos para este tipo de tareas. Recordemos que un mosquetón variara en su utilización conforme al diseño que tenga ya que puede facilitar o dificultar la conexión de elementos o sistemas. Hay algún tipo de mosquetones que dado a sus características de confección tiene diferentes modelos pero de similares características.

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Por ejemplo el este mosquetón tiene una figura distinta, con una resistencia de 25 KN y una apertura de 25mm, lo que nos da unas características de excelente apertura y buen tamaño. Este mosquetón cuenta con nervios la cual logra una buena presencia, su resistencia es de 24 KN, pero su apertura es de tan solo 20mm.

Mientras que este último tiene una resistencia de 26 KN, gran resistencia, pero tiene tan solo una apertura de solo 19mm.

Estos factores deben ser considerados ya que en el mercado existen variedades inimaginables de mosquetones certificados para tareas de rescate, sin embargo, cada uno tendrá que considerar cual mosquetón le cumplirá los requerimientos que desee. Además los mosquetones deben cumplir rigurosamente la características básicas referente a los EPI los cuales regulariza la Norma EN 362 que entre otros requisitos pide que los mosquetones estén debidamente señalizados en su espaldilla la carga que resisten que deben estar en Kilo Newton (KN), 1 KN = 101.97 kg 100 kg de carga.

Todos los mosquetones llevan marcado su resistencia y la homologación en su cuerpo para su correcta observación, así los rescatistas pueden estar seguros del material que llevan en acciones de rescate, los símbolos utilizados en los mosquetones son:

Homologación HMS (Halbmastwurfsicherun, significa seguro de medio atar, Nudo Dinamico )

Homologación Normal UIAA

Homologación Light UIAA

Resistencia Longitudinal Abierto

Resistencia Longitudinal Cerrado

Resistencia Transversal Cerrado

Partes de un mosquetón Todos los mosquetones de se componen de las siguientes partes: Un gatillo articulado que posibilita la entrada de la cuerda Un sistema de seguridad que imposibilita su apertura involuntaria

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Unas zonas diseñadas para el paso de la cuerda o el anclaje Dos zonas de información:

o Una donde se informa de las características del mosquetón o Y otra donde marca la normativa que cumple

Conociendo las diferencias entre cada mosquetón, y sabiendo que se pueden clasificar en tres grupos, podemos además clasificarlos de una forma más sencilla, contemplando que hay dos modelos generales y son utilizables para aparatos, mientras que uno es mejor para trabajos de anclajes, los podemos definir así: Mosquetones de trabajo: serán principalmente aquellos que dado a su confección facilita la creación de anclajes como los asimétricos o tipo D. Mosquetones personales: serán aquellos que faciliten, dado a sus características, la conexión de elementos, como son los mosquetones simétricos y los tipo pera, ya que ambos modelos permiten conectar aparatos sin mayor dificultad. Conforme a los modelos antes mencionados, existen en el mercado

mosquetones que dificultan la conexión de los aparatos, lo que puede provocar más de algún problema, estos modelos principalmente se dan en los que posee nervios en su confección, sobre todo en la parte de la pestaña o enganche, y dificulta por ejemplo la conexión de ciertos tipos de descendedores. Por eso es tremendamente necesaria la correcta adquisición de un mosquetón. Un mosquetón de cuerpo regular bien formado como los mosquetones de cuerpo redondo puede ser la mejor opción ya que no presentara problemas de conexión en aparatos como poleas o descendedores.

Tipos de mosquetones Los mosquetones tienen la importante misión de conectar la cuerda con el resto de los elementos en una acción de rescate, dependiendo del lugar que ocupen, los esfuerzos que pueden llegar a soportar son muy diferentes. Existen básicamente tres tipos de mosquetones: 1. Normales 2. Ligeros 3. De seguridad NORMALES O POLIVALENTES.- son mosquetones convencionales, con un peso sobre los 50gr y una resistencia de unos 2.500 daN (1daN = 10N). Estos mosquetones en general son los que se utilizan por lo regular para anclarse a un

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punto o a la cuerda en prácticas de rescate y técnicas de auto rescate y salvamento. Si están homologados llevan la marca N grabado junto a la marca UIAA.

LIGEROS.- pesan alrededor de 30gr y son mosquetones adecuados para equipar cintas exprés, su resistencia no ha de ser inferior a 2.200 daN, mínimo que exige la UIAA para homologar un mosquetón, pero esta resistencia puede verse seriamente disminuida por un uso inadecuado, al verse afectado por palancas, tensiones, cintas demasiado anchas, el paso de dos cuerdas o la apertura accidentada del cierre. Se usaran con cuerda simple ya que con estas condiciones de trabajo son óptimas, si están homologados por la UIAA llevan el símbolo L.

SEGURIDAD.- Los mosquetones de seguridad son aquellos mosquetones a los que se han colocado un cierre para evitar que se abran involuntariamente. Su uso viene indicado para las prácticas de responsabilidad, como reuniones, auto aseguramientos, cuerdas fijas, anclajes etc., es decir, ponemos mosquetones de seguridad cuando no nos fiamos de nada, por esta razón, deberán ser unos elementos a los que tendremos que cuidar y elegir con acierto. En concordancia con la Directiva PPE 89/686/EEC que clasifica todo el material PPE (Personal Protective Equipment, que en castellano es EPI, Equipo de Protección Individual) en los EU (European Free Trade Area), todos los productos EPI (y los mosquetones de seguridad lo son, por supuesto) tienen que llevar la marca CE y un manual de uso y cuidados en varios idiomas. Características comunes La gran mayoría de los mosquetones actualmente están construidos con aluminio 7075 de alta ductilidad y resistencia. La resistencia oscila entre un amplio abanico: Longitudinalmente y cerrado entre 20 y 35 KN Transversalmente y cerrado entre 6 y 10 KN Longitudinalmente y abierto entre 6 y 10 KN

Depende principalmente de la forma y del grosor del mosquetón. Aparte, claro está, de los mosquetones de acero especialmente diseñado para su exigencia de grandes cargas. Estos mosquetones no solo han de tener cierre, además de estar sobredimensionados para aguantar esfuerzos muy superiores a los mosquetones normales (2.500 a 3.000 daN) los más recomendables son aquellos que han sido testados previamente por el fabricante, en los que aparece la etiqueta “individually tested”. El cierre de seguridad puede ser de diferentes sistemas de accionamiento, los que tienen más inconvenientes son los de rosca por el peligro de aflojarse o abrirse al rozar con las cuerdas o la roca o de atascarse.

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Dentro de los mosquetones de seguridad, los mosquetones con forma de pera están especialmente indicados para su utilización con un nudo dinámico y con dispositivos de frenado como placas y tubos de freno, a este tipo de mosquetones se les llama "HMS" iníciales de la palabra alemana que los define (Halbmastwurfsicherung, significa seguro de medio atar).

Tipos de cierre: existen, principalmente, tres tipos de cierre: De rosca: el más barato, tiene los inconvenientes de necesitar el uso de la mano una vez abierto para su cierre, además se suelen bloquear y es muy difícil aflojarlos cuando han estado sometidos a fuerza durante bastante tiempo, a veces es necesario colgarse sobre ellos para poder aflojarlos, sin embargo, este tipo de cierre es el menos voluminoso, con el uso y sin darnos cuenta se puedan aflojar. Existe en el mercado algún modelo con tapa de plástico, con lo que se consigue que la rosca no se afloje y, de paso, algo tan importante como que el mosquetón no se pueda mover y ponerse cruzado, sobre todo cuando estamos asegurando.

Automáticos: es el cierre más rápido y cómodo, con solo girarlo un cuarto de vuelta se abre y vuelve a cerrar automáticamente, sin necesidad de manipularlo. Un poco más voluminoso y pesado que el sistema de rosca, pero mucho más versátil. Hay que tener cuidado de no abrirlo sin querer con cualquier movimiento de nuestro cuerpo.

De bayoneta: son como los automáticos pero con un cierre más. Antes de girarlos hay que subir o bajar el cierre, lo que asegura que no se pude abrir involuntariamente. Es verdad, que dificultan su apertura pero son los más seguros. También los más caros. Según el fabricante, el sistema de bayoneta es de una forma u otra. Los hay que primero hay que girar y luego bajar, y viceversa. Hay muchos modelos de mosquetones de seguridad que ofrecen las tres alternativas, quedando al tino del comprador la elección del modelo de cierre. Además, existen otros modelos de cierres, como de funda plastificada o con botón de seguridad, el cual ofrece mucha seguridad pero mucha complejidad en su apertura.

Por último, un recordatorio. Ya que utilizamos mosquetones de seguridad, en el caso de utilizar el sistema de cierre de rosca, repasar siempre si se ha cerrado. Cuidados de un mosquetón Los fabricantes indican una serie de recomendaciones genéricas para todos los mosquetones: Periódicamente realizar una inspección visual de los mosquetones y ante la más mínima duda deshacerse del material. Los fabricantes entiende, y con razón, que el rescatista debe conocer perfectamente el historial del material con el que se juega la vida. Por esta razón recomiendan encarecidamente escribir en una hoja de control todo lo acontecido con el material, al menos una vez al mes. Es responsabilidad del usuario asegurarse de entender el uso de todos los materiales de rescate. Los mosquetones de seguridad homologados se puedan usar en conjunción con cualquier artículo apropiado de los EPI incluidos en la norma 89/686/CEE y también con los equipos de Rescate/Mosquetones según la norma EN 12275.

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Limpieza: si está sucio, limpiarlo con agua limpia y templada y con una disolución apropiada de detergente suave (ph entre 5,5 y 8,5). Limpiar luego con un paño húmedo y dejarlo secar al aire fuera del contacto directo con cualquier fuente de calor. Lubricación: en la articulación del gatillo, con lubricante a base de silicona. Siempre después de haberlo limpiado previamente. El cierre de los mosquetones debe de funcionar correctamente y perfectamente, para ello se engrasara cuando sea preciso con aceites WD40 o similar (3 en 1), NUNCA CON ACEITES VEGETALES que acumulan suciedad. La función de cierre no debe de ser entorpecida por la pared, cintas para anclaje, u otros elementos, cuando el cierre del mosquetón no funcione bien, NO DUDE, DESÉCHELO. La máxima resistencia de un mosquetón se obtiene cuando su cierre está completamente cerrado. Considere los siguientes factores: Un golpe contra el piso o pared en el área de trabajo, puede provocar que la inercia del gatillo abra

completamente el mosquetón. El relieve de la zona de anclajes es importante ya que si se pasa por alto este factor el mosquetón puede quedar

en una posición que sobrecargue al dispositivo o deje entreabierto el dispositivo de seguro. La apertura de los mosquetones en general puede ser provocada por tres factores:

El choque violento del mosquetón contra la roca. Que la propia roca empuje el cierre. Que la cuerda al deslizarse rápidamente provoque vibraciones que lo abran.

Duración: punto muy difícil de estimar, debido al uso local geográfico y a las condiciones de almacenamiento. Una duración prudente es de 10 años a partir de la fecha de su primer uso. Sin embargo, existen factores que obligan a su retiro o destrucción inmediata: Parada de caída Desgaste general Contaminación química Deformación Caídas desde mucha altura

Como todo el material de rescate, los mosquetones deben tener un cuidado especial, en general hay que evitar que los mosquetones sufran choques violentos contra la pared y que la tracción sobre ellos sea lo más cercana a los puntos de máxima resistencia localizados en los ángulos junto a los brazos sólidos del mosquetón. Son circunstancias difíciles de prever, pero el uso de cintas de longitud adecuada y mosquetones con gran resistencia con el gatillo abierto (9kN o mas) nos ofrecen mayor seguridad. Ante la duda, también podemos utilizar mosquetones para cargas especiales de 3.500 a 5000 kg. De marca SMC, SMI, PETZL. O duplicar el mosquetón por el que pasa la cuerda en aquellos seguros críticos donde nuestra seguridad depende tan solo por un anclaje por estar el resto muy alejados.

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Aunque la mayoría de los rescatistas usan el mejor equipo del mercado y le tienen una confianza absoluta, su utilización requiere de una gran atención y elección del tipo adecuado, incluso para las técnicas más sencillas para el auto rescate y el auto salvamento. Para el rescatista principiante o recién egresado colocar la cuerda en el mosquetón es una operación de importancia, más si se está trabajando con más de una cuerda ya sea del mismo diámetro o menor, sean estáticas o dinámicas. Es necesario dominar la técnica, especialmente cuando la altura de caída potencial es máxima. Si las técnicas en el manejo de mosquetones y cuerdas que se aplicaran en el rescate o técnicas de auto rescate y salvamento, se desarrollan en vertical, el gatillo del mosquetón debe de estar opuesto al otro mosquetón, cuando no se cuenta con mosquetones para carga y se desea trabajar con el equipo que se tiene en el momento se tratara de repartir cargas usando mosquetones convencionales. La resistencia máxima del mosquetón está influida por dos parámetros en donde todo obstáculo o apoyo exterior reduce su resistencia: Siempre debe de trabajar en sentido LONGITUDINAL, cualquier otra posición disminuye su resistencia. Es el gatillo el que una vez cerrado da su máxima resistencia al mosquetón. (con o sin seguro).

NUNCA USE UN MOSQUETON COMO SE MUESTRA

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Un mosquetón, dado su utilización, transporte, tiempo, puede sufrir daños que pasan a ser graves o de cuidado, sin embargo ante cualquier duda es preferible darlo de baja o desecharlo, otros factores que pueden dañar un

mosquetón es la mala postura en una superficie de trabajo ya que su resistencia puede bajar considerablemente llegando incluso a tener una resistencia de 3 KN. Otro riesgo no menor es cuando por querer alargar un sistema se encadenan mosquetones con carga suspendida vertical, muy común verlo en izamiento de camillas con víctimas. Esta maniobra es riesgosa ya que se puede provocar una torsión entre elementos y quebrarse en el mosquetón más débil o de menor resistencia, sin embargo, más común aun es tranzar o encadenar mosquetones de distinto material como son mosquetones de acero con mosquetones de zicral, esto aumenta la posibilidad de fractura entre el elemento más débil, riesgo completamente innecesario que además provoca daños al mosquetón sin contemplar las consecuencias del rescatista.

Un mosquetón usado de forma transversal pierde considerablemente su resistencia más aún si este no posee seguro.

Otra condición insegura se da al utilizar un mosquetón con o sin seguro y a este se le aplica un nudo dinámico sin prestarle la atención respectiva al momento de hacerlo.

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Recordemos que si a un mosquetón tratamos de abrirlo mientras está cargado o lo sobrecargamos podemos tener quiebres o elongaciones que pondrían en riesgo la vida de los rescatistas, es por eso que debemos considerar muy ben el trabajo a realizar y colocar cuidado a la hora de utilizar este simple pero importante elemento respetando sus capacidades, características y cuidados respectivos.

RECUERDE: la falta del conocimiento y manejo del equipo, así como la falta de seguridad y el exceso de confianza equivalen a

RIESGO DE MUERTE

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TÉCNICAS DE EVACUACIÓN – DESCENDEDORES O DESCENSORES Los descendedores son aparatos que trabajan bajo la fuerza de fricción que realiza la cuerda al pasar sobre estos. En general esta fuerza de fricción se usa para contrarrestar la fuerza gravitatoria o peso del usuario, como todo EPI, este tipo de equipo debe contar con ciertas características como son: su resistencia, tamaño, peso, color, puntos de fricción y campo útil. Los descensores están diseñados para regular el frenado y controlar el descenso a lo largo de una cuerda fija, son utilizados por la mayoría de servicios de rescate y la función que realiza tiene una importancia relevante dentro de la “cadena de seguridad”, estos instrumentos son solo un eslabón de la cadena, la cual hay que conocer y tener presente en todo momento, sin olvidar aspectos tan importantes de la misma, como son los conceptos de factor de caída, fuerza de choque, efecto polea, certificación y resistencia de cuerdas, mosquetones y arneses, utilización de cuerda dinámica o estática, perdida de resistencia de la cuerda por efecto de los nudos, puntos de anclaje, etc. DESCENSOR OCHO: Es un dispositivo en forma de ocho y engloba a los descensores en los que el paso de la cuerda se realiza de forma similar. Consta básicamente de una pieza metálica (acero o duraluminio) que dispone de dos orificios; uno grande para el paso de la cuerda y otro más pequeño para introducir el mosquetón de anclaje. Se puede catalogar dentro del grupo de Descensores de Deslizamiento Continuo, ya que no disponen de un sistema de autobloqueo, es decir, si el usuario pierde el control sobre el aparato (inexperiencia, desprendimiento de objetos, desvanecimiento) éste se desliza de forma violenta hasta el final de la cuerda.

Existen muchos modelos de distintos fabricantes y todos con prestaciones similares. Diseñado en principio solo para rapelar (descender), siendo el dispositivo de freno con menor capacidad de frenado (de 1,5 a 2 KN) por lo que no se recomienda como sistema para asegurar, salvo en situaciones que se necesite un sistema muy dinámico, el mayor o menor frenado se obtiene abriendo el ángulo que sale y entra en el aparato (0º mínimo frenado – 180º frenado máximo). Como descensor riza las cuerdas (1 rizo por cada 3mts). Su utilización normal es simple, existiendo numerosas variantes que requieren todas ellas de experiencia y precaución. Se utiliza pasando una cuerda por el agujero más grande del aparato (ocho) y por encima del extremo del agujero más pequeño, el agujero más pequeño se coloca al mosquetón del arnés, es necesario que se

domine la técnica del ocho mediante la práctica continua. El riesgo de este sistema es la formación del temido nudo de alondra, que una vez formado bajo tensión no se puede deshacer (es especialmente peligroso en descenso de cañones en cascadas, por el riego de ahogo). Para evitar la formación de este nudo existen modelos con orejas y otras formas (cuadrado, con el orificio superior sobredimensionado e inclinado, etc.), aunque el sistema clásico de pasar la cuerda por el mosquetón de seguridad que une el ocho al arnés evita el problema. El ocho suele ofrecer poca fricción, por lo que al rapelar en cuerdas simples de menor diámetro son preferibles los más pequeños y un poco angulados (mayor contacto pero la rizan más la cuerda). Con cuerdas heladas, los ochos grandes suelen ofrecer una buena solución al ser difícil manejar la cuerda.

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En si se puede utilizar de la misma forma que rapelamos, o como una placa de freno como en la imagen (el cordino es para evitar la pérdida del dispositivo). Al colocar la cuerda en simple, la velocidad de descenso es superior a los establecido (2m/s) y para contrarrestar esto se necesita mayor esfuerzo por parte del rescatista, lo que se traduce en una mayor preocupación del seguro en el sistema de desplazamiento, resumiendo es torna altamente PELIGROSO. TUBOS DE FRENO: estos dispositivos evitan el rizado de la cuerda. Se utilizan en cuerdas en doble de 8,5 a 10 mm y en simple de 10 a 11 mm. Al usar más metal en su construcción que otros sistemas, mejoran la reducción del calor. Su diseño 3D proporciona una retención cómoda y progresiva.

MOSQUETÓN: es un sistema de descenso opcional para el rescatista que se utiliza en el caso de no contar con el equipo completo debido a la complejidad del rescate. Este sistema proporciona la seguridad suficiente para el rescatista dentro de su operativo, consistiendo en pasar tres veces por el cuerpo del propio mosquetón la cuerda con la que se va a efectuar el descenso. También llamado cola de puerco, se puede utilizar el nudo dinámico en este sistema de descenso.

Un problema aún más grave en estos sistemas de fricción es el atrapamiento de cabello, barbas, ropa, o cualquier equipo holgado en el descendedor, lo que podría producir un accidente en una operación de rescate.

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ID - GRIGRI: este instrumento es un descendedor autoblocante, pues entre otras ventajas, evita un descenso incontrolado del usuario debido a caída de objetos o un desvanecimiento, garantiza maniobras de aseguramiento, ofrece los niveles de seguridad necesarios para realizar ciertas maniobras de evacuación y rescate, permitiendo permanecer parados en mitad de la cuerda sin necesidad de realizar llaves de bloqueo complicadas, facilita las maniobras de autosocorro para el usuario, puede utilizarse como elemento bloqueador para remontar por la cuerda, e incluso hay modelos que facilitan maniobras de movimientos de cargas, dispone de un gatillo de cierre en la placa lateral móvil para que el aparato no se pierda. Tiene una empuñadura multifunción que permite, según la situación: Liberar la cuerda y controlar el descenso con la mano que sujeta el cabo libre Desplazarse más fácilmente por un plano inclinado u horizontal gracias al botón de la

empuñadura Bloquear la cuerda para posicionarse sin necesidad de llave de bloqueo Función antipánico que se activa si el usuario tira demasiado fuerte de la

empuñadura, la leva pivotante se liberará para frenar y parar automáticamente el descenso

Leva indicadora de error para limitar el riesgo de accidente debido a una colocación incorrecta de la cuerda. La forma de la leva está diseñada para mejorar el deslizamiento de la cuerda en el ascenso

Leva pivotante que permite recuperar cuerda más fácilmente. También permite convertir un sistema de izado en reversible o realizar cortos ascensos por cuerda

Características: Sistema autofrenante: en caso de tensión brusca y repentina (caída), la polea pivota para pinzar la cuerda y así

ayuda al asegurador a detener la caída Para una sola cuerda Tipo de aseguramiento: semi-estático Bloqueo automático Fuerza de frenado: 380 daN. Resistencia: 2200 daN. Materiales: placas en aluminio, levas de freno en acero inoxidable, refuerzo en nylon Peso según fabricante: 225 g.

Hay que señalar que de poco o nada sirve incorporar al servicio un elemento que cuente con estas características, si el resto de los “eslabones” de la cadena, no cumplen con las exigencias mínimas de seguridad, resistencia y calidad, pues estaríamos expuestos a que la cadena se rompiese por el punto más débil. En el mercado existen gran variedad de aparatos descededores (rack, stop, Id, Grigri), los cuales son ocupados por el personal de rescate de acuerdo a las necesidades, en la mayoría de los casos consiste en un aparato que tiene costillaje o rodamientos en el cual se desliza la cuerda trabajando por fricción la cual es controlada por el rescatador que realiza el descenso.

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Hay descensores específicos usados en rescate en los que para descender se presiona una palanca (Id, Grigri), en el caso de que soltemos la palanca, se bloquea, por lo que si usamos un aparato de este tipo no sería necesario el autoseguro. Se puede descender prácticamente con cualquier dispositivo diseñado para asegurar, e incluso se puede hacer un freno sólo con mosquetones. Hay que conocer bien el uso de cada aparato, y familiarizarse con él antes de usarlo. Cada aparato descensor está diseñado para trabajar con unos diámetros determinados de cuerdas. Con una cuerda demasiado fina, frenará poco (o nada) y más gruesa frenará demasiado o incluso se puede bloquear.

Recomendaciones y Mantenimiento Lea cuidadosamente las instrucciones que vienen al comprar el aparato. Los aparatos que no son auto bloqueantes (placas de freno, ochos, etc.) se recomienda usarlo en conjunto con un

aparato de bloqueo, ascendedor o prusik cuando se realiza un descenso, de esta manera el usuario quedará asegurado en caso de perder el control del descensor. Un excelente aparato diseñado para tal fin es el Shunt, el cual trabaja eficientemente en cuerda doble de 8.5 a 10 mm.

Se debe conocer a la perfección como asegurar el descendedor, es decir, como bloquear el aparato cuando está cargado y así inhibir el desplazamiento de la cuerda.

Se deben evitar caídas o choques con materiales rígidos, ya que pueden sufrir fisuras difíciles de ver a simple vista.

Los aparatos de rodillos móviles como el Grigri y el Stop, necesitan un mantenimiento adicional, ya que arena o partículas pueden impedir el buen funcionamiento de estos.

Tome en cuenta la resistencia del aparato, no use aparatos de uso individual, para el soporte de más de una persona.

Procedimientos de descenso Destrepe: Consiste en descender por una pared de poca dificultad manteniendo tres puntos de apoyo. Se puede efectuar de cara al vacío, cuando la dificultad es moderada, o de cara a la pared, cuando la dificultad aumenta; en este caso se procede de forma inversa a la escalada, manteniendo el cuerpo más separado de la pared, para poder ver las presas y apoyos inferiores con facilidad.

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Cuerda a la espalda: Sirve para descender por una pendiente moderada, para lo cual se ancla la cuerda en la parte superior y, pasándose el escalador la cuerda por la espalda y sujetándola con los brazos abiertos a la altura de las axilas, desciende de costado a velocidad controlada, produciendo el frenado por rozamiento.

Rapel: El rápel o ráppel (del francés rappel) es un sistema de descenso por cuerda utilizado en superficies verticales, se utiliza en lugares donde el descenso de otra forma es complicado, o inseguro. El rápel es el sistema de descenso autónomo más ampliamente utilizado, ya que para realizar un descenso sólo se requiere, -además de conocer la técnica adecuada-, llevar consigo (puesto) un mínimo equipo y una cuerda. El rápel es utilizado en excursionismo, montañismo, escalada en roca, espeleología, barranquismo y otras actividades que requieren ejecutar descensos verticales. El rápel también es utilizado en rescate, tanto en los medios naturales como en los urbanos, así como en operaciones militares. Sistemas de Rapel Rápel en “ese”: Es un procedimiento de circunstancias que permite rapelear sin disponer de material. Para frenar se llevará, con la mano más baja, la cuerda hacia delante, con el fin de hacerla rozar contra el costado y la espalda. Es indispensable proteger la piel en los puntos donde roza la cuerda.

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Rápel a la espalda: Una vez colocado el arnés o la atadura de asiento, se hace pasar la cuerda por el mosquetón y por el hombro, para tomar el sobrante con la mano contraria. El frenado se realiza como en el procedimiento anterior y también deberá protegerse la piel.

Rápel mediante descensores: Han desplazado a cualquier otro procedimiento de realizar el rápel, debido a: Mayor seguridad, comodidad y mejor control de la velocidad Posibilidad de bloquearlo fácilmente durante el descenso Algunos modelos permiten otras utilidades (asegurar, etc.) No se precisa de otras prendas que protejan del rozamiento La técnica de rapelar la podemos aprender en poco tiempo La maniobra de cuerda es sencilla y no requiere demasiado material Es una técnica que no requiere un gran esfuerzo físico El individuo que rapela controla perfectamente y en todo momento la velocidad de descenso

Debido a sus facilidades podemos llegar a la conclusión de que en el rapel el exceso de confianza, unido al "relativo control" de la cuerda durante este descenso, pueden provocar accidentes. Algo que siempre debemos tener presente es que una vez que soltamos las manos de la cuerda durante el rappel, es prácticamente imposible volver a agarrarla, y son muchas las causas que pueden llevarnos a ello, independiente de la experiencia que tengamos. Veamos algunos ejemplos de situaciones en las cuales nos podemos ver forzados a soltar la cuerda, y producir un accidente: Descendemos demasiado rápido y por consiguiente la cuerda nos quema las manos o terminamos perdiendo el

control. (la velocidad máxima de descenso en rappel aconsejada es de 2 metros por segundo. Superior a esta, se calientan en demasía las piezas metálicas y pueden llegar a fundir la funda de la cuerda, algunos modelos, rizan las cuerdas)

El diámetro de la cuerda es demasiado pequeño para el modelo de descensor utilizado, por lo que el rozamiento es mínimo y la fuerza que hemos de aplicar es demasiada.

Apoyamos los pies en rocas sueltas y perdemos el equilibrio. El movimiento de la cuerda provoca la caída de piedras por encima nuestro y, por instinto natural, nos llevamos

las manos a cubrir la cabeza. Las cuerdas están totalmente empapadas de agua o cubiertas de hielo. El rápel es pendular: nos caemos, pendulamos y perdemos el control de la maniobra. Una mochila demasiado pesada en la espalda, nos obliga a inclinarnos hacia atrás durante un rápel demasiado

largo y perdemos el control. El cansancio nos produce un desvanecimiento. El viento, el granizo, la lluvia o la nieve nos hacen difícil el descenso.

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Los diversos procedimientos de rápel aprovechan el rozamiento de la cuerda con el cuerpo o sobre algún dispositivo para conseguir un descenso controlado y sin fatiga. El rapel más común es el que se hace con un descendedor ocho y algunos modelos de placa, siendo el de uso más generalizado el descensor en ocho. El frenado en el descensor en ocho se consigue al aumentar el ángulo que se forma con la mano más baja.

Rápel con freno de mosquetones: Cuando no se disponga de descensor, y las condiciones del descenso aconsejen no emplear los procedimientos explicados anteriormente, se puede emplear el freno de mosquetones como descensor de circunstancias. Se tendrá la precaución de usar mosquetones de seguridad, o básicos con los cierres opuestos. Freno de Mosquetones: Sistema de freno realizado con mosquetones, que permite descender por una cuerda o bajar una carga. El mosquetón de soporte deberá ser de seguridad o, en su defecto, dos mosquetones básicos con los cierres opuestos. Dependiendo de la necesidad de frenado, el sistema se podrá confeccionar simple o doble, e incluso se podrán doblar los mosquetones de frenado.

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Normas generales para realizar Rapel Todas las maniobras de preparación para el rápel se deben realizar autoasegurado. Se ha de descender con las piernas separadas, con la mayor superficie de los pies en contacto con la pared, para

conservar la estabilidad, y con el cuerpo ligeramente girado hacia abajo, para ver tanto la cuerda como el itinerario de descenso.

La mano que queda más baja, mano de frenado, controla la velocidad, mientras que la que queda alta conserva la estabilidad y, en su caso, maneja el autoseguro.

El mosquetón a utilizar en la atadura de asiento o en el arnés ha de ser de seguridad y se debe comprobar que está bien cerrado, antes de iniciar el descenso.

Se debe bajar asegurado o autoasegurado, siempre que las circunstancias (poca destreza, malas condiciones meteorológicas, desconocimiento del punto de llegada, cansancio, poca visibilidad, etc.) lo exijan. Es muy recomendable hacerlo siempre.

En rápeles encadenados, es aconsejable hacer un nudo en los extremos de las cuerdas para el descenso del primero. Habiendo alcanzado éste, la reunión anclará las cuerdas.

El descenso se debe realizar a una velocidad uniforme (2m/s) y sin saltos, para evitar sobrecargas en los anclajes. Técnicas de Rapel Un rescatista debe conocer las técnicas de Rapel ya que ellas le permitirán poder descender por todo tipo de terrenos incluso los vacíos o caídas verticales.

Pared Lisa: Siempre se descenderá formando un ángulo de 90 grados (escuadra) con la espalda recta, el arco de las piernas separado un poco más allá de los hombros manteniendo siempre la pelvis a la misma altura de las piernas, se deberá desplazar el elemento con agilidad caminando sin llegar a brincar a menos que exista un obstáculo que obligue a hacerlo. Trave a Trave: Al realizar un descenso que implique rapelear en una construcción aun no terminada u obligue al rescatista a brincar a Trave deberá realizar su escuadra y descendería a la primera Trave para entonces inclinarse sin retirar sus pies del punto de apoyo, una vez que su cabeza libre la parte inferior de la Trave podrá

liberar sus pies del punto de apoyo y continuar con el descenso a la siguiente Trave. Para llegar de una Trave a otra el elemento deberá resortear con sus piernas procurando no separase en demasía de la estructura en construcción. Es importante

mantener el compás de piernas, tocar la Trave a la que se desciende con los pies y sobre todo nunca separar la mano de frenado del cuerpo del elemento. Balcones: Al descender por balcones se utilizara la misma técnica que en través, cuidando el roce de la cuerda en el filo del primer balcón. Se debe tener especial cuidado con la estructura del balcón puesto que de ello dependerá la resistencia de este, debido a que el rescatista se encontrara con diferentes estructuras para balcón (aluminio, acero, madera, concreto, etc.). Cristales: Cuando es necesario descender sobre estructuras de cristal se requiere que el elemento descienda en sentido paralelo con el cuerpo totalmente recto manteniendo el compás de las piernas abierto (con lo que se tiene estabilidad al deslizarse).

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Es importante no apoyar totalmente la planta de los pies sobre el cristal, se apoyaran solo las puntas de los pies o en su caso la cara interna de estos para de esta manera difuminar el peso del elemento en el cristal, evitando así producir la rotura del mismo y ocasionar complicaciones en la operación de rescate . Abanico o Péndulo: En ocasiones el rescatista tendrá que hacer acercamientos a puertas, ventanas y/o balcones desde otra pared debido a las circunstancias de las operaciones de rescate, en dichas ocasiones el rescatista comenzara por descender hasta un punto en donde se encuentre en paralelo con la ventana, balcón o puerta a penetrar, una vez allí, el rescatista se auto asegurara y comenzara a balancearse de un costado a otro hasta alcanzar su objetivo procurando nunca soltar su línea de descenso ya que la misma le permitirá evacuar caso de alguna contingencia. La aseguración La experiencia adquirida en el estudio de los accidentes desarrollados en la práctica del Rapel demostró a la unión internacional de asociaciones de alpinismo (UIAA) máximo rector del alpinismo mundial, que el 80% de los accidentes se han desarrollado en el descenso, por lo cual dicha asociación recomienda el mantener una vigilancia constante al efectuar cualquier descenso y el observar el desarrollo positivo de las técnicas así como el enmarcar sus riesgos. Entendemos por aseguración el conjunto ordenado de normas, procedimientos y recursos de que se sirve la técnica para permitir al rescatador progresar en terreno difícil, con el mínimo riesgo. Sistemas de seguro En rescate se presentan diversas contingencias al efectuar alguna operación en la cual se ve en la necesidad de asegurar al rescatista, ya sea para iniciar alguna penetración por una ventana, puerta, balcón, grieta, o también para el apoyo de un compañero que pudiera tener complicaciones con su sistema de descenso, es por eso que se implementaron sistemas de aseguramiento adecuados a las necesidades en el rescate Se denomina sistema de seguro al conjunto de elementos y procedimientos que, con la ayuda del material necesario, garantizan la seguridad del equipo de rescate. Existen dos sistemas de seguro: SISTEMAS DE SEGURO DINÁMICO: este sistema cede cuerda progresivamente para frenar el descenso del rescatador de manera controlada. Generalmente es el sistema más utilizado en operaciones de rescate, para evitar una caída, dependiendo de la capacidad de frenado del sistema de seguro, absorberá más o menos la energía, transformándola en calor, disminuyendo así la fuerza de choque.

Utilizando dispositivos de freno dinámicos (ocho, nudo dinámico, etc.) para asegurar, la fricción que se produce transforma parte de la energía de la caída en calor, reduciendo el choque que soporta la cuerda y el resto de los elementos de CDS. Los sistemas de seguro dinámico son muy importantes durante el rapel, los medios o la instrucción de los rescatistas realizaran un rapel asegurado siempre, se podrá realizar éste de las siguientes formas:

Efecto polea: en caso de caída la FCH es trasmitida al rescatador y al

asegurador, estas dos fuerzas se suman, en lo que se llama el efecto

polea

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a) Con cuerda de seguro: El rescatador que deba ser asegurado se atará a la cuerda de seguro directamente al arnés

y posteriormente se colocará el rápel, utilizará para asegurar, si es posible, otros anclajes diferentes a los del rápel. La aseguración se realizará con descensor o con el nudo medio ballestrinque, sin llevar tenso al escalador que desciende.

b) En el descenso: La mayoría de los descensores permiten asegurar desde abajo al escalador que rapela con este

medio. Al tensar las cuerdas se consigue que el escalador que desciende quede detenido.

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SISTEMAS DE SEGURO ESTÁTICO: este sistema funciona bloqueado la cuerda instantáneamente por el sistema de seguro para evitar una caída que pueda hacer que el rescatador se golpee con alguna repisa o bloque y no convenga ceder deliberadamente cuerda, también se utiliza como un seguro para detenerse en un determinado punto para realizar maniobras de rescate. Este sistema de seguro depende de los medios o la instrucción de los rescatistas, se podrá realizar de las siguientes formas: a) Nudo autobloqueante: El nudo más adecuado es el machard con

mosquetón, aunque se puede usar el prusik. Se coloca directamente al arnés con un mosquetón de seguridad. El descensor se alarga mediante una cinta o anillo, de manera que quede en una posición superior. La distancia del nudo autobloqueante al descensor debe ser tal que impida que pueda introducirse en éste. Durante el descenso, irá siempre arrastrado por la mano de arriba.

b) Autobloqueantes mecánicos: Su colocación y la del descensor es

como en el caso anterior. Durante el descenso es importante que la mano que maneja el auto bloqueante lo arrastre sin tocar la palanca. Para bloquearlo, sólo es preciso soltar la mano que lo acompaña, y para desbloquearlo, basta con volver a presionar la palanca. En todo caso se deberán atender las instrucciones de uso del fabricante.

c) Autoaseguramientos: es un sistema de seguro estatico que se utiliza

de manera individual según el entrenamiento del rescatador, se lo puede hacer de las siguientes formas:

Autoseguro de Cintura: Una vez que se encuentre el rescatista a la altura requerida cambiara su mano de frenaje a la contraria con aquella a la que originalmente frenaba atrapando la cuerda de forma tal que evite el deslizamiento de la cuerda, enrollara la cuerda alrededor de su cintura, ajustándola en un total de tres vueltas y media sobre su cuerpo, hecho lo anterior podrá retirar ambas manos del sistema para utilizarlas al ingresar al área que se desee desplazándose lateralmente. Autoseguro a Pierna: El rescatista tomara, a la altura requerida hacia la infiltración deseada, su cuerda por detrás de la cintura tomándola con la mano contraria a la de frenaje,

continuando sobre su abdomen y terminando el enredado de la cuerda sobre su pierna con un mínimo de tres vueltas y media.

Para el des-aseguramiento se sujetara el freno y se girara la pierna sobre la cual este el autoseguro permitiendo la liberación del mismo. Autoseguro en el descensor de Ocho de Rescate: Este Autoseguro se realizara cruzando entre el ocho y la longitud de la cuerda que tenga la tensión, esto creara aprisionamiento de una parte de la cuerda que sirve de freno evitando que la misma siga corriendo por el sistema, deberá introducirse por el mosquetón la gasa resultante como medida de seguridad. Este aseguramiento es el más seguro de los tres que se menciona para el rescate ya que si el rescatista llegara a quedar inconsciente por alguna contingencia solo quedaría suspendido y no correría el riesgo de caer precipitadamente.

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La caída Si un rescatador cae, la energía cinética producida, debe ser absorbida de forma gradual y completa por todos los elementos de la Cadena Dinámica de Seguridad (CDS), logrando así su detención.

CDS = anclaje + mosquetón y cinta + cuerda + sistema de freno + nudo de acordamiento + arnés Todos estos elementos deben tener una resistencia proporcional a la fuerza en la que se transforma la energía cinética en cada punto, esto depende del factor de caída (FC) y el sistema de freno empleado. ¿Qué es el Factor de Caída (FC)? El Factor de caída es un concepto importantísimo en rescate, lo encontramos continuamente: figura en la información de las cuerdas, en los anclaje, etc. El Factor de caída (f) indica la "dureza" de una caída para el rescatista, va de 0 a 2, y se calcula dividiendo la altura de la caída en metros (H) y la longitud útil de la cuerda (L), es decir:

=

Clasificación de las caídas según el Factor de caída: Según el Factor de caída podemos distinguir cuatro tipos de caídas: Factor de caída entre 0 y 1: Caída razonablemente suave, seguro cercano y bastante cuerda desplegada. Por suerte, la mayoría de las caídas son así

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Factor de caída = 1: Caída dura, el último seguro está justo a mitad del largo.

Factor de caída entre 1 y 2: Caída muy dura, seguro lejano y poca cuerda desplegada

Factor de caída = 2: Caída durísima, la peor caída posible, ningún seguro entre el escalador y la reunión. Peligra la integridad de la reunión. La UIAA exige que las cuerdas soporten al menos 5 caídas de Factor 2 para homologarlas.

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¿Qué impacto recibe el rescatador en una caída? Si la CDS absorbe correctamente la energía, reducirá el impacto sobre el escalador. Este impacto que recibirá el escalador al final de su caída es lo que se denomina fuerza de choque. La Fuerza de choque (F) es la fuerza que la cuerda ejerce sobre el escalador al parar la caída. Esta fuerza es importante controlarla ya que podría lesionarnos o incluso romper el material provocando en una caída libre.

1 +

Dónde: m = masa del rescatador g = gravedad (9,8 m/s2) E = Modulo de Young (Modulo de elasticidad) S = sección de la cuerda a utilizar ( r2) f = Factor Caída Por lo tanto, la fuerza del choque (F) que recibe el rescatador varía en función de la sección (S) y elasticidad de la cuerda (E), la masa del usuario (m) y el factor de caída (f). Será fundamental la elección de todo el equipo de seguridad que formara la CDS según el uso que vayamos a darle. Se calcula que en una caída el choque máximo tolerable por una persona sin causarle daño es de 1200 daN (Aproximadamente 1200 Kp, 15 veces el peso de la persona). Las cuerdas tienen la característica de ser elásticas y esto permite detener una caída de forma segura gracias a su capacidad de estiramiento, sin que el rescatista sufra un tirón muy brusco. La capacidad de absorción de energía es mayor cuanta más longitud de cuerda intervenga en la detención de la caída.

Un ejemplo simple: hombre de 1,60 m de altura, realizando trabajo en el tejado de una casa de un piso, pesa 160 lb (60 Kg), más 8 Kg de equipo adicional, peso total = 68 Kg. Factor caída desde el tejado (H = 2,8m, L = 1,4m):

= =2,81,4 = 2

Fuerza de choque (Despreciando E y S):

1 +

= (68 9,81) + (68 9,81) 1 +2

(68 9,81) = 13,36

La energía que se libera en una caída se transforma en: Deformación del material, la cuerda se estira elásticamente, el material se alarga y se deforma (Clavijas,

mosquetones, cintas, anillos, etc.) A esto se denomina capacidad de absorción de energía (CAE) Calor por rozamiento en el sistema de seguro y punto de reenvío Choque al escalador al punto de reenvío y a la reunión. Se denomina fuerza de choque (F)

La caja torácica puede soportar una presión 15 veces superior al peso del cuerpo por un corto periodo.

(15*80kg = 1200kg)

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El rozamiento en mosquetones o contra la roca limitan la propagación de la fuerza a lo largo de la cuerda, así, solo la longitud de cuerda entre el penúltimo y último punto será plenamente solicitada, y cada sección entre los mosquetones precedentes lo será cada vez menos. El resultado es que la capacidad de la cuerda no es completamente utilizada en toda su longitud y por ello el factor caída real es mucho más elevado que el factor caída teórico. La energía cinética que acumula el escalador durante una caída es mayor cuanto más alto cae (aceleración) y esta energía se transforma en fuerza de choque (F) al ser detenida por la CDS. Cuando el factor caída es alto ( 2) la relación entre los metros de caída y la cuerda activa es desfavorable. Una pequeña parte de la cuerda ha de sufrir un choque importante y como su capacidad de estirarse es limitada el resto de la fuerza es trasmitida a la reunión y al cuerpo del rescatador. Hay que tener presente que caída tras caída, las capacidades dinámicas de la cuerda disminuyen y con ello la fuerza de choque aumenta. Por ello una cuerda con una fuerza de choque baja se mantendrá mucho más tiempo por debajo del umbral aceptable que otras con una fuerza de choque alta. Para permitir a toda la longitud de la cuerda desarrollar su papel de absorción de energía es necesario disminuir los rozamientos evitando los ángulos en los mosquetones. Actitud ante una caída La actitud ante una caída variará en función de la posición con respecto a la dirección de la cuerda, así como de la verticalidad de la pared, ya que en placas de adherencia podremos intentar deslizarnos con los pies por la misma y en salientes bastará con dejarnos colgar de la cuerda y el seguro. No obstante, hay una serie de actitudes que, de forma general, deben tenerse en cuenta en una caída: Avisar al compañero, si es posible, de la caída inminente Saltar hacia atrás sólo lo imprescindible para evitar rozar con la pared. Si el salto fuera excesivo, se produciría un

fuerte impacto contra la pared, en el momento de la entrada Mantener las piernas abiertas y encogidas, con la musculatura en tensión Sujetar con las manos la unión de la cuerda con el arnés. No intentar agarrarse a la pared o al seguro

El que asegura, por su parte, deberá: Estar pendiente de los movimientos del rescatador y de las dificultades que tiene. La caída puede producirse en cualquier momento. Al producirse, la responsabilidad de la detención le corresponde por completo. Normalmente será quien resuelva la situación posterior a la caída.

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TÉCNICAS DE RAPEL DE RESCATE En algunas ocasiones se tendrá que evacuar a personas lesionadas dentro de las prioridades de atención que se manejan tanto para socorristas o paramédicos, es por eso que se han implementado las siguientes técnicas de Rapel de Rescate que proporcionan una mayor efectividad en la labor como rescatistas. Rapel Posterior o de Tortuga: Sirve para evacuar a un lesionado de prioridad tres de cualquier sitio alto. Es posible bajarlo colgado a la espalda del rescatista, el descensor será colocado de manera que distribuya el peso del lesionado y se pueda controlar el freno sin problema, se unen lesionado y rescatista por medio de dos cordinos que les abrasen en sentido diagonal (hombro-pierna) cerrando los cabos con nudos doble llano y nudos de control. El desplazamiento al descender es manteniendo un ángulo perfecto de 90 grados. Es importante colocarle hombreras al rescatista para evitar sentir el roce de los cordinos a los hombros. Preferentemente el peso del lesionado no deberá pasar de 33 lb al peso del rescatista.

Rapel Anterior o de Canguro: Sirve para evacuar a un lesionado de prioridad tres de cualquier sitio alto del cual es factible bajarlo sentado entre las piernas del rescatista. Es necesario colocarle al lesionado un arnés y un mosquetón tipo pera para poder bajarlo, insertado y asegurado al sistema de descenso del rescatista. Además se requiere colocar una anilla de Cordeleta al pecho del lesionado sujetarla al mosquetón del rescatista el cual impide que su cuerpo se separe de la posición adecuada. Es importante descender con el compás de piernas abierto y mantenerlas erguidas para evitar el roce del lesionado sobre la superficie de la pared. Al igual que el anterior sistema el peso del lesionado no deberá sobrepasar en 33 lb más que el rescatista.

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Rapel de Puente o Tulense: En este caso es factible evacuar a un lesionado de prioridad dos, el lesionado se une al rescatista por debajo de él por medio de mosquetones tipo pera colocándole previamente un arnés. El lesionado cuelga del rescatista transversalmente con la cabeza hacia atrás. El arnés que se le coloca es completo o un sistema de araña.

Rapel con Camilla: Este sistema se usa para pacientes prioridad 1 y es una variación del sistema de puente, utilizando descendedores sobre una cuerda de 13 mm. Existen a su vez dos variaciones de descenso con camilla: Descenso horizontal Descenso Vertical

Operaciones Verticales Ampliamente utilizado en rescates de difícil acceso o confinados, cuando se requiere que el paciente transite a través de pequeños espacios verticales como túneles, pozos, cubos de elevadores, etc. Este sistema generalmente es apoyado por otro rescatista colocado en una línea diferente para mantener una mayor atención al paciente durante la evacuación. Para poder trabajar con camilla en forma vertical debemos entretejer la cuerda al marco de la camilla, para que así se distribuya el peso a la carga. No pase la cuerda por los puntos que se encuentren soldados, ya que estos por el peso y la presión podrían fallar Pasos a seguir: 1. Tome una cuerda de 10 m, busque el centro y ate un nudo ocho con doble presilla. 2. Comience a pasar la cuerda por el marco de la canastilla y dos transversales, continué hasta que llegue al nivel de

las rodillas de la víctima 3. Tire la cuerda sobrante hasta que el nudo toque el marco 4. Ate con los extremos de la cuerda un nudo cuadrado 5. Con los extremos sobrantes, después de haber atado el Nudo, páselos por los transversales más cercanos y ate un

nuevo nudo cuadrado, con sus respectivos nudos de seguridad

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Para conectar la camilla al sistema, solo debe conectarse un mosquetón al nudo ocho con doble presilla.

Operaciones horizontales

(Ampliamente utilizado por muchas unidades de Rescate alrededor del mundo) en donde la camilla va colocada al mismo sistema de descenso del rescatista y este proporciona la regulación de velocidad de descenso y separación de pared. Para poder trabajar en operaciones horizontales, debemos determinar qué tipo de sistema usaremos. Sistema de línea simple o Sistema de doble línea Sistema de línea simple

Este sistema es utilizado para mantener en nivel la cabeza y pies de la víctima. Este sistema se conecta al marco de la camilla, en por lo menos cuatro puntos diferentes, utilizando mosquetones para esto.

Para conectar el sistema, al sistema mayor se debe hacer mosquetones en cada uno de los extremos de las cuerdas. Los cordinos prusik servirán para ajustar el sistema.

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Sistemas de doble línea

En este sistema la conexión a la camilla se realiza a través de cuatro correas de anclaje. Cada correa se dobla, colocando las argollas D juntas y conectado un mosquetón en cada uno de los extremos de estas. Las correas deben ir conectadas en cuatro puntos equitativos y separados de la camilla, para así mantener la estabilidad de esta. Luego los mosquetones se conectan al sistema.

CONTROL DE CAMILLA EN LINEA DOBLE

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Aseguramiento de víctima a la camilla Es un procedimiento por el cual aseguramos a la víctima a la camilla, y luego la camilla al sistema de rescate, la cual tiene los siguientes componentes: Está construida de metal La estructura mayor se llama marco Los patines de la canastilla recorren la canastilla de extremo a extremo Los transversales de la camilla van de lado a lado El marco mantiene en su lugar a la rejilla o malla

Se debe revisar la camilla en busca de soldaduras rotas o fisura en el metal. Abolladuras mayores indican que la camilla ha sido expuesta a altas exigencias. Si la rejilla se encuentra rota, esta debe ser reparada inmediatamente ya que puede producir lesiones ya sea a la víctima o al rescatista. El procedimiento de amarre le entrega a la víctima seguridad al encontrarse dentro de la camilla. Este procedimiento puede ser dividido en dos partes: Empaque interno y Empaque externo. Empaque interno Este empaque asegura al paciente a la camilla de columna para que este no se desplace cuando lo estén bajando en forma vertical o cuando la canastilla se dé la vuelta. Se lo hace de la siguiente manera: Ponga a la víctima en la camilla de tabla, tome una cinta tubular o un cordino de 6 m, la cinta o cordino por debajo de la tabla espinal, introduzca por los orificios laterales de la tabla espinal, dejando así dos anillas para la cadera de la víctima, tome el sobrante de la cinta o cordino y páselo por debajo de las piernas, formando una silla, por último, pase el sobrante por las manecillas que dejo para las caderas del paciente, luego, con los extremos ate un nudo cuadrado para asegurar las puntas, si le sobra cinta, envuelva con este sobrante la cinta que se encuentra en la cintura.

Marco

Transversales

Patines

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Empaque externo

Este empaque asegura al paciente en la canastilla, para que este no se caiga cuando lo estén bajando en forma vertical o cuando la canastilla se dé la vuelta. Se lo hace de la siguiente manera: Ponga al paciente junto con la tabla espinal en la camilla, una dos trozos de cinta o cordinos de 6 m cada uno, para así tener 12 m, tome el centro y átelo en el marco de la camilla en la parte de los pies con un nudo de alondra, después de atado el nudo deberá tener dos extremos iguales de cinta. Tome los extremos y comience a pasarla por los pies de la víctima en forma de 8, siempre manteniendo el centro del pie a través de los tobillos, comience a pasar la cinta o cordino por los transversales de la camilla, en forma de diamante, hasta la altura de los hombros. Debe tener cuidado con no apretar demasiado para así no obstruir la respiración de la víctima. Asegure la cinta o cordino en el marco, en la parte superior de este, utilizando nudo ballestrinque con su nudo de seguridad

RESCATE DOS OPERADORES UNA CAMILLA

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Tirolesa o Tirolinas

Las tirolesas o tirolinas, algunas veces llamadas teleféricos o líneas de altura, son sistemas suspendidos entre dos puntos realizados con cuerdas o cables de acero, los cuales son utilizados para mover personas o equipamiento entre estos dos puntos distantes. Se utilizan para cruzar un cañón, un valle, depresión en el terreno o bien un río desbordado, profundo o caudaloso o también un valle entre dos puntos elevados el cual posea mucha vegetación y el tiempo en cruzarlo consuman mucho esfuerzo o sea peligroso para mover una camilla por ese terreno. La utilidad real de una tirolesa es discutida por muchos equipos de rescate, debido a la técnica en sí y el tiempo de armado de la misma; esta deben ser no solo conocida

por el personal, sino también practicadas a menudo como una técnica útil en algunos casos puntuales (especialmente en rescate urbano o en cañones o sierras abruptas) donde las tirolesas han demostrado ser muy útiles en muchos rescates. Hay que tener en cuenta que las tirolesas tendrán una potencial sobrecarga que puede sufrir el equipamiento y sobre todo los puntos de anclaje causando que esta falle con consecuencias fatales para los operadores o materiales que sean transportados por ella. Esta es una preocupación verdaderamente legítima y real al igual que el tiempo que demanda montar este sistema; sin embargo este tiempo puede ser reducido con entrenamiento adecuado. En resumen, en situaciones MUY específicas, las tirolesas pueden brindar muy buenos beneficios que pueden ser mayores que los puntos negativos mencionados. Las tirolinas se han convertido en un recurso útil en las técnicas verticales y de socorro según la necesidad de dicha técnica como tal. El origen de las tirolinas, están en parte unido al origen de las poleas y las técnicas de elevación, como los polipastos, por ello, podemos nombrar a tres inventores griegos, como Ctesibio, padre de la hidráulica; Arquímedes de Siracusa y Herón de Alejandría como máximos creadores, y a éste último, como el inventor de las Poleas Compuestas, basadas en el principio de palanca. Sobre el año 700 a.C, los mecánicos griegos desarrollaron la técnica de la descomposición de fuerzas con los polipastos, lo que ha servido hoy en día para tensar las cuerdas de esta técnica en el medio natural. Otros de los posibles orígenes se sitúan dentro del mundo laboral, fueron los obreros de la tala de árboles, de la construcción, y los marineros entre otros, quienes usaron aparejos para tensar los cabos de un lugar a otro

permitiendo pasar materiales y personas deslizándose por ese enlace, entre ellos, podemos hablar del mecánico E.F. Farrington, quien en 1876, en la construcción del puente de Brooklyn, se deslizó por una cuerda para cruzar el río, durando la travesía 22 minutos. Existen dos tipos básicos de Tirolesas. El Sistema Kootenay, utiliza cualquier polea del tipo ¨Kootenay¨ o ¨Knot-passing¨ (Pasadoras de nudos), esta polea se puede bloquear con pernos (generalmente provistos por los fabricantes de éstas), se procederá a realizar un amarre circular y luego rematarla con un nudo ¨ocho¨ o ¨nueve¨ al punto de anclaje, esta maniobra, expande la superficie de contacto de la cuerda sobre la polea, evitando que se generen puntos de presión reducidos dentro del nudo de remate y esparciendo la presión en forma pareja a lo largo de los 3 giros de la cuerda por la polea. En este caso, podremos mantener la resistencia máxima de rotura que la cuerda nos pueda dar y tener un punto de anclaje altamente resistente y más confiable.

La Tirolesa Clásica en cambio, mantiene la tensión constantemente (línea fija) y luego puede descender la carga durante su recorrido mediante el uso de poleas y cuerdas secundarias.

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Las Tirolesas pueden ser horizontales, cuando los dos puntos distantes se encuentran a la misma altura; o bien pueden ser anguladas cuando alguno de los puntos se encuentra a diferente elevación del otro. Material a utilizar Para realizar el montaje de una tirolina hacen falta los siguientes elementos: Cuerda Estática: dependiendo de la longitud de la tirolina lo recomendable es de entre 40 a 60 m de longitud y de

un grosor mínimo de 10 mm, a ser posible de 12 mm (cuanto más ancha, más seguridad). Se pueden distinguir tres tipos de cuerdas: o Cuerda de soporte: Ésta es la cuerda principal, por

ella se deslizará el rescatador hasta el punto previsto de acogida o salvamento, salvando el obstáculo que impide el progreso y requiere su montaje.

o Cuerda de seguro: La cuerda de seguro irá pasada por los mismos mosquetones que la/s polea/s de la/s que cuelga el rescatador en la cuerda soporte. Preferentemente, utilizaremos el tensado de esta cuerda también con nudos o polipastos, pudiéndolo hacer una vez tensada la cuerda soporte, con el fin de no amontonar el trabajo y las instalaciones, conviene efectuar el tensado desde el lado contrario a aquel desde el que se tense la cuerda soporte, teniendo siempre previsto que la maniobra de retirar al rescatador de la tirolina se pueda realizar sin problemas.

o Cuerda tractora: La utilizaremos para la tracción del rescatador y/o equipo, a mano, con un bloqueador o por medio de un ocho, dependiendo de la inclinación que adopte la tirolina. Para evitar pérdidas de esfuerzo por la existencia de ángulos, llevará una dirección paralela y cercana a la cuerda soporte.

Mosquetones: a ser posible, la mayoría con cierre de seguridad, y tipo HMS. Cinta de Seguridad: para realizar el anclaje superior de la cuerda de seguridad, para realizar el anclaje del tensor y

para utilizar como sistema de freno. Tándem: Que son poleas específicas que nos servirán para desplazarnos bien por cuerda, o bien por cable de

acero. Existen poleas específicas para cuerdas y específicas para cables. Arnés: como mínimo para el rescatador, aunque puede hacer falta otro para la víctima. Guantes: no son necesarios pero hay que tener en cuenta que la cuerda, al hacer fuerza sobre ella, puede

producir quemaduras. Sistemas para la tirolina: hablamos de poleas, tensores y sistemas auto bloqueantes o poli frenos.

POLEA TANDEM DESCENDEDORES En el montaje de una tirolina suele ser común el uso de un poli freno. Un poli freno es el conjunto formado por una polea y un bloqueador. Se montan a partir de una polea, un bloqueador y dos mosquetones, uno simétrico para unir ambos elementos y otro para el anclaje. También existe la posibilidad de adquirir elementos diseñados expresamente para este fin, como la Mini-traxion, con una carga de rotura como polea bloqueador de 4 KN y un peso de 164 gr. También disponemos de la Pro-traxion, con una carga de rotura como polea simple de 22 KN y un peso de 265 gr. Con

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la polea se consigue reducir el rozamiento y un cambio de sentido de la fuerza mientras que el bloqueador evita que la carga retroceda.

MINI-TRAXION PRO-TRAXION

Instalación de una tirolina Lo primero que hay que prever, es que para instalar una tirolina, son necesarios anclajes sólidos, tanto en la salida como en la recepción, por ello, optaremos por utilizar grandes rocas, árboles, anclajes químicos, etc. para unirlos con la línea (cuerda o cable). En la instalación de una tirolina se pueden establecer 4 zonas: 1. Zona Superior: la cual deberá ser cómoda, puesto que es de donde parten los rescatistas. Hay que intentar que

puedan estar de pie o sentados de forma cómoda anclados a la tirolina. 2. Zona Inferior: Es el punto donde se procederá a realizar el tensado de la tirolina; para ello utilizaremos el método

del polipasto o pasabloc, explicados más adelante. La altura a la que se situará la zona de tensado es aproximadamente a la altura de la cintura.

3. Zona Aseguramiento: en este lugar se colocaran los rescatistas para la recuperación del rescatador o el material

utilizando la cuerda tractora. 4. Zona de frenado: Que es el lugar donde el rescatador toma el primer contacto con el suelo desde que partió de la

zona superior, se debe prever de antemano, para que sea una zona segura y que se pueda disminuir la velocidad de desplazamiento bien por él mismo o con ayuda externa.

Montaje de las Tirolinas En relación al montaje, un aspecto a tener en cuenta, es que nunca se dejará reposar una tirolina en carga con bloqueadores, porque es muy fácil que por los ángulos que forman los esfuerzos provocados, excedan la resistencia de los bloqueadores. Para que el ángulo definitivo sea el adecuado, es necesario probar la tirolina en carga. Es interesante probar la tirolina con 100 Kg y comprobar que la flecha conseguida en la cuerda no supere el ángulo necesario. Esto conlleva que hay que tener en cuenta que los grados de las tirolinas, tanto cortos como excesivos, o los objetos agresivos en el recorrido de las cuerdas no impidan o hagan peligrar la operación.

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Tras cálculos trigonométricos y descomponiendo los vectores de fuerzas que componen las tensiones de una tirolina, se obtienen las siguientes tensiones en la cuerda, cargando un peso de 90 kg en la tirolina:

Ángulo Tensión de la cuerda (Kg)

30º 46,5 60º 51,9 90º 63,6

150º 174,6 190º 103,5

Las tirolinas son instalaciones peligrosas en las que hay que evitar las sobrecargas. En caso de que fuese un anclaje estructural y con estos grados, habría que imaginarse el esfuerzo tan grande que soportarían los anclajes. Tensionando una Tirolesa Limitar la tensión de una Tirolesa es absolutamente necesario para estar dentro del Factor de Seguridad del Sistema Estático (o en sus siglas en inglés SSSF). Cuanto más alto es el ángulo en el tope de la Tirolesa, mayor se multiplicará la carga en los puntos de anclaje. A 170° grados, la carga en los puntos de anclaje es 11 veces mayor al peso que cuelga en el centro de la Tirolesa. Cuanto más se aproxime el ángulo de incidencia a los 180° grados, la carga en los anclajes se multiplicará hasta el infinito.

La teoría es matemáticamente correcta pero llevada al terreno de lo empírico podemos observar desviaciones importantes debidas fundamentalmente al hecho de que es imposible obtener el ángulo de 170 grados trabajando con cuerdas cuya característica fundamental es la capacidad de estirarse. Difícilmente podremos superar los 120 grados al tensar una tirolina y colgar la camilla en ella. Las cuerdas se estiran dentro de los límites de sus propiedades elásticas. Cuando el límite de elasticidad de las fibras se supera, estas ceden: es el punto de ruptura.

120º

450 Kg

150º

170º

876 Kg

2600 Kg

CARGA: 450 KG

Cerca de la horizontalidad, observamos la brutal sobrecarga en la cuerda con sólo un peso de 90 kg.

¿A cuánto llegaría la tensión si la carga es de dos personas, herido y socorrista?

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La resistencia de una cuerda depende por lo tanto de su reserva de elasticidad que el rescatador debe preservar. Esta reserva de elasticidad está asegurada por la “dinamicidad” del sistema, caracterizado por el alargamiento normal de las cuerdas durante su utilización. Para las cuerdas tensas la reserva de elasticidad se garantiza por: El empleo de un polipasto simple y un máximo de dos socorristas durante el tensado Una carga limitada a un máximo de dos personas y una camilla La prohibición formal del retensado después del estiramiento inicial

Una cuerda no debe ser retensada después de su estiramiento inicial

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Una cuerda usada rompe a la salida del nudo (ocho doble) a un valor superior a 1300 daN: Una cinta anudada de mala calidad rompe a 1700 daN, 1300 cuando está medio seccionada. En condiciones particulares se obtienen valores durante el tensado próximos a los 320 daN. Por ello, la maniobra de tensado debe ser realizada sistemáticamente por un máximo de 2 especialistas y mediante un polipasto simple con el fin de no dañar la cuerda con el bloquedor. Una vez tensada la cuerda el bloqueador se retira para realizar la llave de bloqueo. Una unica cuerda de soporte puede ser utilizada manteniendo unos márgenes de seguridad aceptables. Condiciones ambientales como el riesgo de caída de materiales, un rozamiento de la cuerda de soporte o cualquier otra cuestión que ponga en peligro la integridad del sistema justifican el uso de una segunda cuerda que también puede ser útil para evitar una flecha excesiva del sistema.

La incorporación de dinamómetros u otros mecanismos de medición de fuerza en el sistema, son la única manera de poder determinar exactamente las fuerzas que está soportando el sistema. Aun cuando todo el sistema esté correctamente montado, el solo movimiento de la carga a través de la tirolesa resulta en variaciones de varios cientos de kilogramos, los cuales son soportados por el punto de anclaje. La incorporación de nudos Prusik en el sistema provee un backup en caso de que el sistema sea sobrecargado. También existen limitadores de fuerza, tales como el Yates Screamers, los cuales pueden ser utilizados para advertir cuando una carga específica fue excedida. La carga máxima depende del rango operacional de estos limitadores y la cantidad que usted haya utilizado conjuntamente en el sistema. Se requiere particular atención cuando se utilizan cuerdas de pequeño diámetro en la línea principal. La reducción en el diámetro de la cuerda produce (según el tipo de cuerda) un menor estiramiento de la misma que en cuerdas de mayor milimetraje, además de reducir también el milimetraje del cordín utilizado para los nudos Prusik, lo cual también pone en riesgo la integridad de la retención del sistema ya que para carga humana, no deberíamos jamás utilizar

cordines menores a los 6mm a tal efecto. También, la utilización de una cuerda de menor milimetraje, requiere un especial cuidado en los casos de multiplicación de fuerzas, ya que estas al ser de menor diámetro también tienen un rango menor de resistencia y carga de rotura. Debido a que hay grandes tensiones en un Tirolesa, se recomienda utilizar cuerdas de entre los 10.5mm a 13mm para mayor seguridad. Esto no es taxativo y teniendo el entrenamiento y la debida precaución, pueden llegar a utilizarse cuerdas de 8.8mm en adelante en casos de emergencia o rescate alpino, donde muchos grupos suelen llevar algunos juegos de cuerdas para usar en forma doble o gemela. Repetimos, no es un caso ideal pero pueden ser utilizadas con el debido entrenamiento. Lo mismo sucede con las cuerdas dinámicas de escalada. Estas poseen un nivel muy alto de elongación y no son las ideales para montar tirolesas, pero

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en algunos casos estas pueden ser utilizadas perfectamente, más que nada en casos de búsqueda y rescate de montaña, donde se suelen llevar este tipo de cuerdas para poder acceder equipando hasta la posición de una víctima. Reglas para determinar los límites de tensión Ante todo, jamás deben ser utilizados elementos mecánicos tales como malacates eléctricos, hidráulicos, a cadena, etc.; como así también vehículos motorizados para tensionar una Tirolesa. Esto es un habito particular entre los rescatistas urbanos, los cuales para acelerar el proceso de montaje utilizan estos elementos los cuales carecen de sensibilidad para expresar cuanta tensión aplicamos al sistema, debido a que con cero esfuerzo humano se tensiona el sistema y perdemos noción de la fuerza que fue requerida para el montaje del mismo. Las siguientes reglas universales lo ayudaran a estimar la tensión de una Tirolesa y saber si ésta es o no está dentro de los límites aceptables.

La regla de un solo hombre: Una de las primeras reglas era la de tensionar la Tirolesa por no más de una persona tirando al máximo de su fuerza sin ningún tipo de ventaja mecánica. El peso de la cuerda desplegada y la fuerza del operador eran elementos muy variables en esta regla, sin embargo es una de las más conservadoras en algunos casos y también demasiado inútil a la vez al dejar la cuerda demasiado laxa y con demasiada poca tensión para su utilización.

La regla del 10% porciento: Esta regla es otra manera de limitar la fuerza en el sistema. Por cada 91kg de

carga en la línea principal, la comba que se forma por la misma debería ser igual a un 10% del arco en el sistema, antes de que este se encuentre cargado. Las variables son la longitud del arco y el peso de la carga. Los 91kg de peso en 30metros de cuerda, deberían tener una comba de 3metros en la línea principal. Conociendo la longitud total de la cuerda desplegada, se podría estimar con bastante exactitud esta regla, el problema es que visualmente es bastante difícil estimar la comba con exactitud. La experiencia ayuda bastante para estimar la comba en tirolesas horizontales, pero en tirolesas de ángulo negativo es siempre más dificultoso.

La regla de los 15° grados: En una tirolesa horizontal, deje un ángulo de 15° grados de declinación en la

comba de la línea principal cuando esta no esta cargada. Un inclinómetro siempre es útil para medir el arco. Aplicando esta regla, el sistema debería soportar unos 200kg en una cuerda de 11mm. Esta técnica se realiza tensionando la línea principal muy bien para obtener la cuerda totalmente perpendicular al suelo y de ahí se comienza a distensionar la misma para obtener el ángulo de 15° de declinación, dejando que la gravedad haga su trabajo. Para esto, es importante siempre tomar los ángulos desde el punto medio del arco, hacia los puntos de anclaje.

La regla de la cantidad de personas: Si la fuerza aplicada al sistema por cada persona es conocida entre el

número de personas que tensiona la misma, entonces la fuerza ejercida en la Tirolesa puede ser calculada. Este es uno de los métodos más consistentes para limitar la tensión en un sistema de Tirolesas. La experiencia en el uso de dinamómetros en el terreno la ha confirmado, aunque muchas veces las fuerzas aplicadas son variables. Esta es una regla “a ojo” bastante certera para calcular si el SSSF es aceptable. El número de personas disponibles para tensionar la Tirolesa determinara que sistema de ventaja mecánica no aplicara demasiada tensión a la Tirolesa. Por ejemplo, utilizando una cuerda de 11mm (y siempre nos referimos a cuerdas estáticas cuando hablamos de rescate), un factor de 12 es el siempre utilizado. Otro ejemplo, con 6 personas tirando: un sistema mecánico 2.1 debe ser utilizado. Esto da multiplicando la cantidad de personas por el tipo de sistema mecánico empleado. Ejemplo:

100 %

10%

15º

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6 personas x 2:1 (Ventaja mecánica)= Factor 12. 4 personas x 3:1 (Ventaja mecánica)= Factor 12

Para tensionar dos cuerdas a la vez con un sistema 2:1 por ejemplo, de puede utilizar un sistema de ventaja mecánica en serie sobre ambas cuerdas para mantener la misma tensión en las mismas en forma unísona y ecualizada durante la operación. Como un dato, para este sistema se utiliza un sistema de poleas utilizando una cuerda anexa, comenzando el mismo desde un anclaje con el final de la cuerda.

Las puntas de las cuerdas de la Tirolesa (las cuales no están en tensión), pueden tener una polea separada en otro punto de anclaje con nudos Prusik para mantener la carga como backup del sistema de tensión principal. Si las cuerdas de la tirolesa debieran ser distensionadas, a estos otros puntos de anclaje le podemos colocar un descensor, rack u ocho para lentamente ir distensionando todo el sistema en forma más simple.

Normas para la seguridad Algunas de las normas de seguridad que podríamos tener en cuenta, serían las siguientes: 1. La persona que esté asegurando en la parte superior deberá ir obligatoriamente con Arnés y sujetado a un punto

de seguridad. 2. Comprobación de la correcta colocación del arnés en la víctima, ajustándolo lo mejor posible a la cintura de este. 3. La cinta que se va a utilizar para deslizarse por la tirolina y que va desde el arnés a la tirolina, deberá tener una

longitud aproximada a la que va desde la cintura de la víctima a su cabeza. 4. La cuerda de seguridad deberá ir sujeta al mosquetón de seguridad que cierra el arnés de la persona. Antes de

soltar la cuerda de seguridad, el asegurador deberá sujetar la cinta deslizadora a la tirolina. La victima deberá estar siempre sujeta.

5. En el caso de utilizar una cuerda de freno, deberá realizarse de manera progresiva evitando los tirones, y con algún sistema de frenado tipo ocho.

6. Y por último, no montar ninguna tirolina sin ser una persona experta en el tema o estar supervisado por ella. Evacuación de victimas La víctima puede ser evacuada mediante la técnica de tirolesa por medio de los siguientes sistemas: Suspensión Camilla

Suspensión: Se utiliza para lesionados de prioridad tres o dos, que no presenten mayores lesiones y solo requieren ser evacuados del lugar.

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Se coloca a la tirolesa un mosquetón tipo pera con una anilla manufacturada con Cordeleta de 11 mm la cual se inserta a la víctima y se añade una cuerda de seguridad de 9 mm para controlar su velocidad de descenso.

Tirolesa individual con 1 lesionado a carga

Camilla: Se utiliza para lesionados prioridad uno, se fija al lesionado a la camilla como se vio anteriormente, se añade a la camilla dos cordeletas de 11 mm a cada extremo y se une a la tirolesa con mosquetones tipo pera (uno por cada extremo) además de añadir una cuerda de seguridad para controlar el descenso de la misma desde arriba.

Tirolesa individual con 1 camilla horizontal a carga

NOTA: Para la eficacia de estas técnicas es indispensable que el rescatista practique constantemente para su mejor aprovechamiento en el momento de la operación de rescate y se utilice en todos los casos freno de impacto para aumentar el índice de seguridad durante las maniobras.

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Tirolesa individual con 1 camilla horizontal a carga

Técnica para transporte de lesionados entre 2 puntos separados por espacios abiertos. Esta técnica es utilizada cuando el paciente tiene lesiones mayores, y requiere de atención constante por parte del personal paramédico (Shock agudo, paro cardiorespiratorio, etc.). En este tipo de rescate uno de los 2 rescatistas se transporta fijo al sistema de camilla y dedica toda su atención al paciente con sus dos manos libres mientras el otro elemento se dedica a controlar las maniobras de extracción.

Tirolesa 2 elementos con 1 camilla a carga

Rieles con camilla (para espacios confinados). Sistemas de guía mecánica para la evacuación de lesionados en espacios reducidos. Pueden ser utilizados sistemas de guía sencilla o cuando son varios lesionados, incorporar guías de poleas para la reutilización del sistema en varias ocasiones.

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OTRAS TECNICAS USADAS EN RESCATE

INGRESO PARA ESPACIOS CONFINADOS

RESCATE EN PERIFERICOS

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RESCATE EN LUGARES DE DIFICIL ACCESO

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SISTEMAS DE ASCENSO – ASCENSORES O ASCENDEDORES Hay algunas situaciones en que es necesario o conveniente para el rescatador ascender por la cuerda, esta técnica, conocida como prusiking, se utiliza generalmente en las escaladas de grandes paredes para acelerar el ascenso de escaladores o en las expediciones importantes cuando el que asciende fija cuerdas entre campamentos. También se usa en emergencias para salir por sí mismo del interior de una grieta profunda en un glaciar o si un rescatador cae desde un saliente y se encuentra colgado en el vacío sin cuerda suficiente para poderlo descolgar al suelo, el prusiking puede muy bien ser la única forma de recuperar el contacto con el suelo. El ascender por la cuerda requiere el uso de dos cordínes, preferiblemente atados en una cuerda de 7 mm, uno corto (60cm) y otro largo (120cm), estos están enrollados alrededor de la cuerda de escalada empleando nudos prusik o alguno de los nudos de fricción que se agarra cuando está bajo carga pero que avanza por encima de la cuerda cuando la carga se afloja, el cordín corto se engancha con un mosquetón de seguridad al arnés del escalador o a una cinta de asiento, el cordín largo actúa como un lazo de pie, y es importante atarlo a la cuerda de escalada por debajo del cordín corto. El progreso se realiza avanzando cada cordín alternativamente. El sostenerse en el lazo de pie permite al cordín unido al arnés moverse hacia arriba por la cuerda tensa. Un par de ascendedores mecánicos, aunque caros y engorrosos de llevar, hacen la tarea del prusiking infinitamente más fácil. Generalmente se usan con un lazo de pie o estribo acoplado a cada uno; debido a la posibilidad de que el ascendedor se deslice o se desprenda de la cuerda de escalada, es una prudente precaución atar ambos estribos independientemente al arnés. El modo genérico a seguir para las diferentes técnicas de escalada son: 1. El escalador dispone dos nudos prusik, uno corto desde la cintura a la cuerda y otro más largo para un pie 2. Con su peso descansando sobre el prusik superior, llevar el nudo del pie tan alto como sea cómodo 3. Ahora, tomando la cuerda solamente para mantener el equilibrio, poner todo su peso en el prusik inferior 4. Levantarse sobre el prusik inferior. Esto descarga el peso del prusik superior y le permite a usted deslizar este

nudo tan alto como pueda. Y así sucesivamente. Equipo Al igual que en todas las técnicas utilizadas en rescate, el equipo con el cual se cuenta condiciona en forma importante la técnica apropiada a realizar, por ello, es importante conocer el equipo, saber utilizarlo y mantenerlo en buenas condiciones. Como debe ser sabido, en imprescindible contar con cuerda, arnés de silla, casco, guantes de cuero (para disminuir el efecto del roce sobre las manos cuando se trabaja con cuerdas), mosquetones con y sin seguro, al menos un mecanismo de descenso (tipo 8; de tubo: como los ATC; de placa: como los Magic, Gigi, Joly, etc.), al menos 2 ó 3 cordínes o cintas (idealmente de 5 a 7 mm de diámetro y de unos 3 m de longitud). Sin embargo, para realizar las técnicas de ascensión por cuerdas normalmente se utilizan algunos de los siguientes dispositivos: Ascendedores(Derecho e izquierdo) Croll (o basic) Shunt

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Los aparatos ascensores son aquellos que son capaces de contrarrestar completamente la acción de la gravedad o cualquier otra fuerza aplicada en contra del funcionamiento normal del aparato. En general estos aparatos poseen una dirección de trabajo, es decir pueden bloquearse en una dirección y desplazarse hacia otra dirección (Jumar, Clog, microcender, etc.). Existen algunos aparatos que pueden trabajar como aparatos ascensores y descensores tal es el caso del Stop y el Grigri. Recomendaciones y Mantenimiento Lea cuidadosamente las instrucciones anexas al comprar el aparato. Se deben evitar caídas o choques con materiales rígidos, ya que pueden sufrir fisuras difíciles de ver a simple

vista. Necesitan mantenimiento en sus partes móviles, ya que arena o partículas pueden impedir el buen

funcionamiento de estos. Tome en cuenta la resistencia del aparato, no use aparatos individuales, para el soporte de más de una persona. Vigile cuidadosamente el desgaste de los dientes en el rodamiento. Trate de colocar la carga al menos en dos puntos de seguridad cuando se trabaje en ascensión. Trabaje siempre en el rango indicado, ya que las cuerdas de un menor diámetro tiende a deslizarse y las de un

mayor diámetro tienden a bloquearse aun si el aparato no está cargado. Recuerda siempre que estás trabajando en contra de la gravedad, esto quiere decir que existen dos fuerzas sobre

el aparato, el peso de la carga y la tensión que realizas al alzarla.

Comparación entre ascensores y descensores Ascendedores Descendedores

Detiene la Carga Frena la Carga Trabajan en contra de la gravedad Trabajan en contra de la gravedad La presión sobre la cuerda (PSC) es suficiente para contrarrestar la fuerza de la gravedad, es decir, PSC > Carga.

La fricción (Fr) del aparato es graduable y al desplazarse sobre la cuerda esta fricción es menor que la carga. Fr < Carga

La presión se aplica en un punto de la cuerda, lo que implica mayor daño en dicho punto.

La fricción se aplica a lo largo de la cuerda, de esta forma la cuerda recibe menor daño.

No se genera Calor Se genera Calor el cual puede dañar la cuerda. En general la carga sube. Se necesita mayor esfuerzo de los aparatos y del usuario.

En general la carga desciende. Se necesita menor esfuerzo de los aparatos y del usuario.

Un ascensor cargado no se puede desbloquear. Un descensor cargado se puede bloquear y detener completamente la maniobra.

Nudos de bloqueo: Estos nudos pueden improvisar cualquier aparato ascensor aunque se debe tomar en cuenta las características favorables y desfavorables de esta técnica. Una tabla comparativa de los nudos y los ascendedores nos ayudaran a tener una mejor visión a la hora de usar nudos de bloqueo.

Comparación entre los prusik y los ascendedores

NUDOS DE BLOQUEO APARATOS ASCENSORES Son más económicos y fáciles de adquirir. Son más costosos. Un nudo realizado con una eslinga de 6 mm se considera una maniobra de uso individual, para situaciones de rescate (dos o más personas), se debe usar dos o más nudos en serie.

Existen en el mercado ascendedores de uso individual y ascendedores para situaciones de rescate. Estos últimos en general poseen el rodamiento de tipo acanalado.

Se deterioran con facilidad Si se posee el debido cuidado y mantenimiento la vida útil del ascensor puede ser bastante prolongada.

Reparte la presión sobre la cuerda en mayor superficie de esta, por lo tanto el daño en la cuerda es menor.

Reparte la presión solo a un lado de la cuerda y así esta puede sufrir daño dependiendo de la carga y el tipo de rodamiento usado.

A altas tensiones se puede volver corredizo o puede desprender la funda del núcleo de la cuerda.

En general no se transforma corredizo, siendo el punto más débil el pin que sostiene el rodamiento.

Son menos maniobrables Son más maniobrables.

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El nudo prusik convencional, tal vez el más corriente de todos los nudos de bloqueo, tiene la desventaja que tiende a apretarse cuando se le carga, lo que dificulta su deslizamiento al ser descargado. El Machard es menos susceptible a apretarse y, en todo caso, tiene la ventaja de ser más fácil de hacer. También trabaja bien con cintas planas si usted no tiene cordines. Un nudo muy parecido y muy versátil es el prusik francés o Bachman, que se ata simplemente enrollando una cinta corta alrededor de una cuerda tres o cuatro veces, y uniendo los extremos con un mosquetón. Técnicas de ascenso Existen básicamente tres técnicas de ascenso, ellas son: Clásica, Texas y Big Wall. A continuación se describe la forma de ascenso con cada una de ellas. Clásica: para esta técnica se necesita el siguiente equipo: dos ascendedores (derecho e izquierdo), dos cordínes, ajustados un ascendedor al arnés y el otro ascendedor al pie que más acomode haciendo un estribo con un nudo ballestrinque. Procedimiento: Se disponen los ascendedores en la cuerda y los cordínes de la forma anteriormente descrita, luego, en forma alternada se apoya el peso corporal sobre el arnés (sentarse) para subir el ascendedor ligado al pie para luego apoyar el peso corporal sobre el pie (pararse) y subir el ascendedor correspondiente, repitiendo esta operación todas las veces que sea necesario.

Pararse Sentarse

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Texas: para esta técnica se necesita el siguiente equipo: arnés de pecho, ya sea de fábrica o construido con cinta o un cordín, un ascendedor, un croll (o Basic), dos cordínes, ajustados, cada uno, desde el ascendedor a los pies haciendo un estribo con un nudo ballestrinque, dos mosquetones con seguro, el primero dispuesto para hacer trabajar en forma solidaria la cuerda, el croll y el arnés de pecho, y el segundo, para unir el croll con el arnés de silla. Procedimiento: Se dispone, el croll en la cuerda ligándolo mediante los mosquetones con seguro al arnés de pecho y al arnés de silla, luego se coloca el ascendedor en la cuerda por sobre el croll y los cordínes de la forma anteriormente descrita. A continuación, en forma alternada se apoya el peso corporal sobre ambos pies, levantándose, lo que hace que el croll, al moverse junto al torso del escalador, suba. Después, se deposita el peso sobre el arnés de silla (sentarse), para subir el ascendedor y repetir esta operación cuantas veces sea necesario.

Sentarse Pararse

Progresión por la cuerda en la técnica Texas

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Big Wall: para esta técnica se necesita el siguiente equipo: dos ascendedores (derecho e izquierdo), cuatro cordínes, cada ascendedor debe tener un cordín hacia al arnés, y otro, al pie correspondiente haciendo un estribo con un nudo ballestrinque. Procedimiento: Se disponen los ascendedores en la cuerda y los cordínes de la forma anteriormente descrita, luego, en forma alternada se apoya el peso corporal sobre un pie para subir el ascendedor ligado al pie contrario, repitiendo esta operación todas las veces que sea necesario.

Progresión por la cuerda en la técnica Big Wall

Transición y descenso La transición que se realiza en determinadas circunstancias, una vez que se ha completado el ascenso y se desea descender, independiente de la técnica utilizada para el ascenso sigue el siguiente procedimiento: 1. Liberar y recuperar el ascendedor superior, salvo en los casos, de haber utilizado la técnica Texas, ya que en este

caso se debe liberar el ascendedor o croll que va ligado al arnés de pecho; o en la técnica clásica si el ascendedor ligado al arnés es el inferior, en cuyo caso se retira éste. Naturalmente para lograr realizar esta maniobra con facilidad se debe apoyar el 100% del peso en los cordínes que trabajan como estribos para uno o los dos pies y que están ligados al ascendedor inferior.

2. Pasar la cuerda por el dispositivo de descenso respectivo, estando éste, previamente correctamente ligado al arnés. Se debe intentar que el descendedor quede lo más arriba posible. En este punto es altamente recomendable, si no se cuenta con alguien que asegure desde abajo, hacer un nudo autobloqueante con un cordín que ligue el arnés y la cuerda (nudos como prusik, machard o kleimheist, bachman).

3. Si no se ha trabajado con los guantes puestos, estos deben ser utilizados desde ahora, para tomar firmemente la cuerda de forma de controlar el inicio del descenso, si no se cuenta con la confianza suficiente en la habilidad de una sola mano, se puede bloquear el descendedor. Luego apoyar el 100% del peso en el dispositivo de descenso (sentarse y tomar la posición de rappel).

4. Con la mano libre, se debe liberar el o los pies del o los estribos, para luego liberar y recuperar el ascendedor restante.

5. Realizar el descenso en rappel.

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GLOSARIO HMS = Medio Ballestrinque en Aleman (Halbmastwurfsicherung). Mosquetón diseñado para un nudo dinámico. KN = KiloNewton daN = DecaNewton g = gravedad

1 = 1000 = 1000

1 = 10 1 = 102 ~100 1Kg = 1daN

= =

1kg = 1daN 100Kg = 1KN 1kp (Kilopondio o Kilogramo fuerza) = 9,80665 N

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BIBLIOGRAFÍA o Cruz Roja Mexicana http://telennia.net/crm/rescate_pesado.html#operaciones o Manual de Rescate Vehicular y Vertical, Programa nacional de emergencias Médicas, 1994 o Luís Eduardo Vargas Téllez, MD Médico de Atención Prehospitalaria, Centro Regulador de

Urgencias o American Academy of Orthopaedic Surgeons (AAOS), Browner B. Emergency Medicine. Care

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edition. Jones and Bartlett Publishers, Sudbury,2001. o Campbell B. Basic Trauma Life Support. Prentice Hall Health. New York, 2000. o Cruz Roja Colombiana y Alcaldía Mayor de Bogotá, Curso Básico Rescate Vehicular. Bogotá DC,

2000. o Fundación de Valdecilla. Manual del Curso. Técnico en transporte sanitario. España.

Universidad Nacional CEMU. Bogotá, Colombia, 2000. o NAEMT, American College of Surgeons. Prehospital Trauma Life Support (PHTLS), 5th edition.

Mosby. St Louis, 2002. o National Safety Council, American Academy of Orthopaedic Surgeons. First Responder. Jones

and Bartlet Publisehers. Baltimore, 2000 o PETZL Catalogo 2005 o Blog del Grupo de Operaciones Especiales de Rescate (GOER),

http://rescategoer.blogspot.com/