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El CUIDA como instrumento para la valoración de la personalidad en la evaluación de adoptantes, cuidadores, tutores y mediadores The CUIDA questionnaire as an instrument to evaluate personality, and people taking care of others, guardians and mediators María Isabel GARCÍA MEDINA* Isabel ESTÉVEZ HERNÁNDEZ* Paloma LETAMENDÍA BUCETA* RESUMEN El cuestionario CUIDA (Cuestionario para la evaluación de adoptantes, cuidadores, tutores y mediadores) fue proyectado en su momento como un instrumento para la evalua- ción de los solicitantes de adopción, por un grupo de profesionales (IVAI) que iniciaron un proceso de investigación en esta área. A medida que se fue avanzando en la elaboración de la prueba, los resultados obtenidos apuntaban hacia su aplicación en otros campos como el jurídico y el social siendo útil en la valoración de cuidadores, tutores y mediado- res. El cuestionario contiene las siguientes escalas primarias: Altruismo, apertura, asertivi- dad, autoestima, capacidad de resolver problemas, empatía, equilibrio emocional, inde- pendencia, flexibilidad, reflexividad, sociabilidad, tolerancia a la frustración, capacidad de establecer vínculos afectivos o de apego, capacidad resolución del duelo y los siguientes factores de segundo orden: Cuidado responsable, sensibilidad hacia los demás, cuidado afectivo y un factor adicional: La agresividad. El CUIDA es un instrumento fiable y válido que está siendo aplicado en los diferentes campos y su uso está avalado por la Comuni- dad de Madrid. Intervención Psicosocial, 2007, vol. 16 n.º 3 393 Intervención Psicosocial, 2007, Vol. 16 N.° 3 Págs. 393-407. ISSN: 1132-0559 EXPERIENCIAS * Pertenecientes al Grupo IVAI (Investigación y Valoración en Adopción Internacional). Fecha de Recepción: 13-10-2007 Fecha de Aceptación: 20-01-2008

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El CUIDA como instrumento para la valoración de lapersonalidad en la evaluación de adoptantes,cuidadores, tutores y mediadores

The CUIDA questionnaire as an instrument toevaluate personality, and people taking care ofothers, guardians and mediators

María Isabel GARCÍA MEDINA*Isabel ESTÉVEZ HERNÁNDEZ*

Paloma LETAMENDÍA BUCETA*

RESUMENEl cuestionario CUIDA (Cuestionario para la evaluación de adoptantes, cuidadores,

tutores y mediadores) fue proyectado en su momento como un instrumento para la evalua-ción de los solicitantes de adopción, por un grupo de profesionales (IVAI) que iniciaron unproceso de investigación en esta área. A medida que se fue avanzando en la elaboraciónde la prueba, los resultados obtenidos apuntaban hacia su aplicación en otros camposcomo el jurídico y el social siendo útil en la valoración de cuidadores, tutores y mediado-res.

El cuestionario contiene las siguientes escalas primarias: Altruismo, apertura, asertivi-dad, autoestima, capacidad de resolver problemas, empatía, equilibrio emocional, inde-pendencia, flexibilidad, reflexividad, sociabilidad, tolerancia a la frustración, capacidad deestablecer vínculos afectivos o de apego, capacidad resolución del duelo y los siguientesfactores de segundo orden: Cuidado responsable, sensibilidad hacia los demás, cuidadoafectivo y un factor adicional: La agresividad. El CUIDA es un instrumento fiable y válidoque está siendo aplicado en los diferentes campos y su uso está avalado por la Comuni-dad de Madrid.

Intervención Psicosocial, 2007, vol. 16 n.º 3 393

Intervención Psicosocial, 2007, Vol. 16 N.° 3 Págs. 393-407. ISSN: 1132-0559

EXPERIENCIAS

* Pertenecientes al Grupo IVAI (Investigación y Valoración en Adopción Internacional).

Fecha de Recepción: 13-10-2007 Fecha de Aceptación: 20-01-2008

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PALABRAS CLAVECuestionario CUIDA, IVAI, Cuidadores, Mediadores, Tutores, Altruismo, Apertura, Aserti-

vidad, Autoestima, Capacidad de resolver problemas, Empatía, Equilibrio emocional, Inde-pendencia, Flexibilidad, Reflexividad, Sociabilidad, Tolerancia a la frustración, Apego,Duelo.

ABSTRACTThe CUIDA questionnaire was projected as an instrument to evaluate the adoption

applicants, by the IVAI, a group of psychologists working in this area. During the develop-ment of the questionnaire, the results have offered great possibilities in other fields asjuridical, clinical and social, allowing the evaluation of people taking care of others,guardians and mediators.

The questionnaire contents the following primary scales:, Altruism, opening, asertion,self-esteem, capacity to solve problems, empathy, emotional balance, independence, flexi-bility, reflection, sociability, tolerance to frustration, attachment and bereavement and thefollowing factors of second order: Responsible care, sensibility toward the other ones andaffective care and an additional factor: The aggressiveness. It is a reliable and validinstrument that is being applied in the different fields and their use is endorsed by theCommunity of Madrid.

KEY WORDSCUIDA questionnaire, IVAI; Caregivers, Mediators, Guardians, Altruism, Opening,

Assertion, Self-esteem, Solve Problems Ability, Empathy, Emotional Balance, Indepen-dence, Flexibility, Reflection, Sociability, Tolerance of Frustration, Attachment, Mourning.

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La psicología nació como una necesi-dad de conocer las diferencias individua-les, cómo es cada persona, su funciona-miento y su personalidad. Muchos test einstrumentos de medida de la personali-dad han aparecido desde entonces parafacilitar ese conocimiento.

El IVAI (Asociación para la Investiga-ción y Valoración en Adopción Interna-cional) surgió con el fin de profundizar ymejorar la evaluación de los futurospadres adoptantes y garantizar aún másla adecuación o idoneidad de los solici-tantes de una adopción a la realidad deésta. Los que trabajamos en la adopciónestábamos de acuerdo en que la entre-vista era un buen método para evaluar.Sin embargo, necesitábamos un instru-mento que objetivara y midiera variablesimplicadas en la valoración. Esta herra-mienta complementaria y objetiva sematerializó en un cuestionario para laevaluación de adoptantes, cuidadores,tutores y mediadores, llamado CUIDA.

El gran boom hacia la Adopción Inter-nacional se produce cuando no sólo losadoptantes, sino la sociedad en su con-junto, asumen la cultura de la adopcióncomo otro medio normal de constituiruna familia. Por otra parte, la considera-ción de la adopción orientada a la pro-tección del menor, en función de su prin-cipal interés, ha aumentado las exigen-cias relativas a la idoneidad de los adop-tantes que además de cumplir los requi-sitos de capacidad exigidos por las leyes,deberán pasar por pruebas psicológicasy sociológicas, encaminadas a conseguirel éxito en la adopción, entendiendo portal, la integración del menor en el círculofamiliar y social, donde deberá conviviren un entorno cultural distinto, posible-mente con diferente idioma, religión, cos-tumbres, etc..

Aunque se inició como valoración defuturos padres adoptantes, el exhaustivo

análisis estadístico de los datos que ofre-ció el CUIDA, hicieron replantearse lasaplicaciones de éste ya que se pudoobservar el gran potencial que tenía nosólo como prueba para la valoración dela personalidad en solicitantes de adop-ción, sino como medidor de las variablesadecuadas para ofrecer cuidado a otros,midiendo variables afectivas y cognitivasespecíficas de este área. En la actualidadpuede observarse que es muy efectivo enlos campos no sólo social y clínico, sinotambién en la psicología jurídica, en laevaluación de los padres para la conce-sión de la guardia/custodia, en la selec-ción de educadores de centros de acogi-da y pisos tutelados, selección de media-dores y personal sanitario, y sobre todo,en selección y valoración de cuidadoresprofesionales de personas dependientes.

EL CUIDA es un cuestionario de apli-cación y evaluación muy sencilla quepermite obtener un perfil de personali-dad no patológica muy útil en todosestos ámbitos. Por ello, dentro de losdiferentes campos que abarcan los servi-cios sociales, es un instrumento adecua-do para valorar la personalidad del cui-dador y adecuar las necesidades que hande cubrir estos servicios, con las posibili-dades reales que tienen las personas quese ofertan para ello.

Puede utilizarse también para evaluara padres con parentalidad disfuncional yservir para observar dónde se estándando los fallos y ayudar a resolver oprevenir los diferentes problemas quepuedan ir apareciendo.

En muchas ocasiones, las dificultadesque los menores presentan, son altera-ciones subyacentes a dificultades en eldesarrollo de la parentalidad, debidotanto a problemas clínicos de alguno delos padres, como a desajustes maritaleso a déficit en las estrategias educativas.Así pues, es importante conocer cuáles

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son estas dificultades a la hora de enca-rar el tratamiento del menor con el fin derealizarlo de la manera más ajustadaposible.

El CUIDA incorpora dos variables queno habían aparecido hasta ahora en nin-gún cuestionario: la capacidad paraestablecer vínculos afectivos o apego y lacapacidad de resolución del duelo. Estanovedad, junto a las otras variables quemide el CUIDA es uno de los puntos quehace de este instrumento una herra-mienta necesaria en la evaluación de lapersonalidad no patológica.

El cuestionario permite valorar la per-sonalidad de los solicitantes de adopcióncon respecto a las características concre-tas del menor a adoptar. Así como dedu-cir, tras un análisis de los resultadosobtenidos en las variables primarias, elestilo educativo que parecen tener lossolicitantes. Obviamente, en adopción esun cuestionario que está funcionandomuy bien y sirve como garantía para elmejor ajuste entre adoptado y adoptante,evaluando las características especialesde los padres, necesarias para cubrir lasparticularidades de los niños adoptados.

El CUIDA aporta también tres factoresde segundo orden, y un factor adicional.Los factores de segundo orden son elCuidado Responsable, Cuidado Afectivoy Sensibilidad hacia los Demás. Todosestán compuestos por diferentes varia-bles que interactúan y correlacionanentre sí, aportando una visión amplia ygeneral del tipo de cuidado necesariohacia otras personas que puede aportarun sujeto evaluado. La agresividad comofactor adicional, nos habla de la maneraen que el cuidador maneja la ira y cómose relaciona con los demás. La asertivi-dad, el control de impulsos y la toleran-cia a la frustración, aportan las correla-ciones necesarias para valorar dichaagresividad. A pesar de la importancia de

esta evaluación, hasta ahora, no existíanen el mercado instrumentos específicospara ello.

El CUIDA ofrece pues un perfil de lapersona valorada que conlleva lassiguientes variables que constituyen lasescalas primarias del CUIDA:

El altruismo hace referencia al funcio-namiento por el cual las personas actú-an a favor de sus semejantes de formadesinteresada, es decir, sin la expectati-va de una acción recíproca de gratifica-ción.

La apertura se manifiesta en el interéstanto por el mundo exterior como por elinterior, en la tolerancia hacia valores,estilos, modos de vida y culturas distin-tos.

La asertividad consiste en la capaci-dad de expresar de forma adecuada emo-ciones tanto positivas como negativas,hacer y tolerar críticas, dar y recibircumplidos, aceptar y rechazar peticio-nes, y mostrar desacuerdo. Todo ello,según las necesidades, actitudes, deseosy derechos de uno mismo y al mismotiempo respetando los de las otras perso-nas.

La autoestima. Son los sentimientosfavorables o desfavorables que las perso-nas tienen hacía sí mismas como resul-tado de la valoración que hacen de supropio autoconcepto.

La capacidad de resolver problemas esla habilidad para identificar un proble-ma, estudiar las distintas alternativas,actuar de acuerdo a un plan y ser flexi-ble y creativo en la búsqueda de solucio-nes eficaces.

La empatía consiste en la capacidadde reconocer y comprender los senti-mientos y actitudes de los otros, y las

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Figura 1. Factores de segundo orden

Figura 2. Factor adicional de Agresividad

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circunstancias concretas que les afectan,sin emitir juicios de valor.

El equilibrio emocional. Permite mane-jar los estados de tensión asociados a lasexperiencias emotivas y mantener el con-trol sobre el propio comportamiento enaquellas situaciones de conflicto o queprovocan un alto grado de incomodidad.

La independencia permite tomar deci-siones propias y asumir responsabilida-des sin la necesidad de buscar ayuda oprotección en otros.

La flexibilidad Se relaciona con lacapacidad para adaptarse a situacionescambiantes, a con la creencia de que haydiferentes maneras de entender y actuarsobre la realidad y por tanto con la capa-cidad de rectificar si fuera necesario acti-tudes y puntos de vista.

La reflexividad es la tendencia ahablar y actuar de forma meditada.

La sociabilidad está relacionada con laorientación hacia las personas, la facili-dad con que se establecen relaciones conlos otros, la preferencia por la compañíade los demás, el gusto por las activida-des sociales y la competencia social.

La tolerancia a la frustración es lacapacidad de aceptar y asimilar unasituación en la que una expectativa, undeseo, un proyecto o una ilusión no secumplen.

La capacidad de establecer vínculosafectivos o de apego es la capacidadhumana universal de formar vínculosafectivos y constituye, por su importan-cia, un requisito para el desarrollo evolu-tivo adecuado y el establecimiento derelaciones interpersonales adaptativas.Por tanto, permite valorar si las perso-nas disponen de los recursos y la capaci-dad para permitir que el proceso de vin-

culación afectiva tenga como resultadoun apego seguro.

La capacidad de resolución del duelose refiere al proceso natural que se pro-duce en las personas que sufren y seenfrentan a una pérdida permitiendo suelaboración y resolución.

Todas estas variables son importantespara conocer cuál es el perfil de un cui-dador, pero para ello, será importantetener en cuenta qué tareas específicashabrá de realizar y dónde se desarrolla-rán para establecer, en cada uno de loscasos, la personalidad funcional másadecuada al puesto de trabajo o a lastareas concretas que dicho cuidadorhabrá de llevar a cabo.

Es sabido que son tareas propias delcuidador organizar el ambiente, de lapersona dependiente, así como estable-cer rutinas, atender necesidades básicas(higiene, afecto, comunicación, juegos,alimentación…); promover la autonomíay la confianza mediante la responsabili-dad, fomentar la socialización, la autoes-tima, la comunicación asertiva, potenciarnuevos intereses, etc.

La personalidad funcional del cui-dador hace referencia a las característi-cas concretas que debería tener un cui-dador, y que pueden ser medidas muyefectivamente por el CUIDA. Así, paradesempeñar adecuadamente su profe-sión, ha de tener capacidad de tomardecisiones, equilibrio emocional, seguri-dad en sí mismo, firmeza, autoestima,paciencia, sensibilidad, capacidad decomunicar verbal y no verbalmente,empatía, capacidad de escucha y deobservación. El CUIDA, aporta ademásotra información complementaria quepuede ayudar a definir el candidato másadecuado como puede ser el tipo de cui-dado afectivo y responsable que aportaráun cuidador, el nivel de sensibilidad

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hacia los demás que posee y su nivel deagresividad. Es importante destacar queno existe un único perfil de cuidador, yaque éste deberá adaptarse a las caracte-rísticas concretas de la persona cuidaday del lugar y del momento en que desem-peñará su tarea

Tendremos que tener en cuenta, portanto, que los cuidadores profesionalesnecesitan preparación y práctica, perosobre todo, verdadero deseo de realizarbien su trabajo, es decir una adecuadamotivación. El trato con las personasmayores y/o dependientes, exige unaespecial atención, sensibilidad y pacien-cia.

Cuando hablamos de sensibilidadhacia los demás nos referimos a la capa-cidad para reconocer y comprender lossentimientos y comportamientos de lapersona mayor y respetarlos teniendo encuenta sus condiciones físicas y psicoló-gicas (empatía), que tengan una buenacapacidad de establecer vínculos afectivoso de apego con la persona cuidada, quese sentirá querida y valorada. Con fre-cuencia se tiende a tratar a la personadependiente como a alguien que ha per-dido su subjetividad, es decir, su catego-ría de sujeto, de persona, pasando a ser“algo” a quien atender en sus necesida-des básicas, alimentación, medicación,higiene... quedando relegadas a unsegundo plano necesidades humanas tanimportantes como la comunicación afecti-va, intelectual.... Un cuidador además deformación debe poseer la capacidad deestablecer unos vínculos afectivos adecua-dos con la persona a su cargo, ya quefavorecerá el sentimiento de seguridad enla persona dependiente, a la que elmundo exterior por su situación sueleconvertirse en un lugar inseguro pormuchas razones, desde sus dificultadesfísicas reales como por su fragilidad psi-cológica muchas veces relacionada conescasas relaciones afectivas significativas.

La sociabilidad o apertura a los otros,hará que el cuidador favorezca las rela-ciones de la persona dependiente, quesin duda suponen un estímulo importan-te para él/ella, ya que la comunicacióncon otros y la compañía es indispensablepara una mínima calidad de vida, y hoyen día se ven suplidos por la TV o laradio. Esta comunicación debe realizarsede una manera asertiva, que permita ala persona dependiente entender qué eslo que el cuidador desea trasmitirle, sinsentirse presionado, ni agredido ni pocovalorado, sino que sienta que se estáintentando su beneficio personal peroteniendo en cuenta también su propiopunto de vista.

Los seres humanos necesitamoscomunicarnos con otros, ya que suponeun intercambio no sólo de informaciónsino que lleva implícita el establecimien-to de un contacto que sirve de estímulono sólo mental sino también psicológicoy emocional. De sobra es sabido que elaislamiento social produce, a la larga,vivencias de soledad, depresión, dismi-nución de la autoestima, y empeora-miento de la situación física...

Por otra parte, la sensibilidad quedebe poseer el cuidador no está reñidacon el objetivo de potenciar la indepen-dencia de la persona que está a su cargoy fomentarla en la medida de las posibili-dades, con metas ajustadas a su reali-dad y basados en una evaluación de susituación, incluso si ésta es de fragilidad.La sobreprotección será pues tan inade-cuada como la excesiva expectativa sobrelas capacidades de la persona cuidada.El análisis de la situación concreta de lapersona dependiente, de sus posibilida-des reales y de su potencial, le permitiráir avanzando poco a poco en la consecu-ción de objetivos.

Cuando hablamos de independenciade las personas mayores, solemos refe-rirnos en general a su movilidad física y

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capacidad para valerse por sí mismos.Pero la independencia también se rela-ciona con la capacidad de tomar decisio-nes u organizar la propia vida. Una acti-tud demasiado protectora o paternalistano sólo fomenta la dependencia sino queademás tiene efectos negativos sobre laautoestima de la persona cuidada, quese ve más incapaz aún de lo que real-mente es.

Hay que tener en cuenta además queel verdadero deseo de realizar bien sutrabajo es un factor clave ya que, conlle-va una implicación personal muy inten-sa, que traspasará muchas veces lasfunciones laborales para ir al terrenopersonal, por lo que el altruismo será unfactor necesario y deseable en este tipode cuidadores.

Cuando hablamos de autoestima nosreferimos a la propia valoración de símisma que realiza una persona, el con-cepto u opinión que, por así decirlo tienede sí. Sus fuentes son variadas, peropodemos decir que las personas valoranla apariencia física, las cualidades inte-lectuales, las relaciones afectivas conpersonas significativas, los logros acadé-micos, laborales y sociales... Una perso-na dependiente y mayor por tanto tienemenos fuentes de autoestima, pero siem-pre habrá logros, grandes o pequeñosque pueda realizar, nuevos aprendizajes.Por ejemplo, serían formas adecuadas deaumentar la autoestima en el anciano: Elcuidado y arreglo físico de la ropa y elpeinado, reforzar positivamente nuevosaprendizajes, reforzar su utilidad socialcon nietos, familiares y otras redessociales, así como incrementar y reforzarsu memoria, su actividad física, etc.

La estabilidad emocional es un factora tener en cuenta cuando hablamos dela capacidad de cuidar afectivamente auna persona. Así, si una situación dealto riesgo o alto estrés apareciese, elcuidador ha de poder mantener la sere-

nidad para conseguir que la persona cui-dada no incremente su malestar. Poreso, trasmitir tranquilidad es fundamen-tal en todas estas situaciones indepen-dientemente de que puedan ser resueltaspor el cuidador mismo o hayan de espe-rar a que un especialista solucione lasituación problema. Esto requiere puesuna buena dosis de paciencia, es decir,un buen equilibrio emocional que no lehaga perder el control de sí mismo, yfavorezca una buena capacidad de reac-ción, tanto en situaciones agradablescomo en aquellas más estresantes o ten-sas. Así, este equilibrio emocional le per-mitirá controlar los estados de tensiónque acompañan a su trabajo sin serinvadido por la irritabilidad o el estrésemocional, tan frecuentes sobre todocuando no existe una adecuada prepara-ción y que tienen un efecto negativo enla persona dependiente.

A pesar de todo lo anterior, no debeolvidarse que debe existir también unabuena capacidad de resolución del duelo,que no le permita hundirse o dejar eltrabajo cuando la persona fallece o deja,por la razón que sea, de poder ser aten-dida por este cuidador.

La relación con personas mayoreslleva irremisiblemente a entrar en con-tacto con la vivencia de la pérdida de lasfacultades que conlleva el paso del tiem-po en los seres humanos. La preparaciónpara acompañar en este proceso y suaceptación permitirá al cuidador realizarsu trabajo de una manera más adecuaday le ayudará a mantener su equilibrioemocional.

Es además adecuado que el cuidadorno actúe con impulsividad, sino conreflexividad, valorando adecuadamentela situación, razonando y reflexionandosobre ella, sobre lo que será más ade-cuado hacer ya que a veces la primeraopción no tiene por qué ser la más ade-

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cuada en ese momento concreto. Llaindependencia le permitirá valorar porsí mismo lo que es adecuado hacer y loque no, de acuerdo a sus conocimientosy a la valoración de la situación quehabrá hecho. Esto mejorará la calidaddel cuidado al dependiente, pero notiene por qué ser lo que los familiares ola misma persona que está siendo aten-dida considere que es lo más adecuado.Así, la autoestima, el equilibrio emocio-nal, la asertividad y la independenciapermitirán al cuidador explicar a laspersonas que deban conocerlo, el porqué de la decisión que ha tomado y rela-jar la situación ofreciendo un buen cui-dado responsable y afectivo. Seráimportante también lo que denomina-mos tolerancia a la frustración, ya quepor una parte el cuidador debe tenerinterés y deseo de que la persona a sucargo esté lo mejor posible, pero a suvez tener la capacidad de aceptar y tole-rar las limitaciones sin reaccionar conimpulsividad y sin sentirse excesiva-mente estresado/a.

La flexibilidad ayuda a ello ya que per-mite al cuidador ajustarse y adaptarse acada situación respondiendo de unamanera creativa y no estereotipada yrígida buscando nuevas alternativas ymodos de funcionar o responder, cuali-dad importante en el cuidado de las per-sonas mayores que por su edad tiendenjustamente en muchas ocasiones a mos-trarse rígidas en su forma de pensar yactuar.

Obviamente, la capacidad de resolu-ción de problemas es vital para un cui-dado responsable, ya que es lo que per-mitirá que el cuidador tome las decisio-nes adecuadas a cada situación basán-dose en sus conocimientos, la formaciónrecibida y la experiencia adquirida.

Los cuidadores sufren frecuentementeun gran desgaste emocional, debido a la

sobrecarga generalizada que este tipo detrabajo conlleva. Las consecuencias deesta sobrecarga es el llamado Burnout“queme profesional” que se manifiestamediante un complejo síndrome afectivoy motivacional, caracterizado por la pre-sencia de síntomas de agotamiento emo-cional, despersonalización en el trato einadecuación con la tarea que se realiza.El cuidado y atención que debe mante-ner constantemente, asistiendo al dete-rioro progresivo e irreversible de la per-sona dependiente, justifica frecuente-mente la aparición de este síndrome. Sedescriben variables que influyen en suaparición, desde el ámbito social y perso-nal, modulando la relación entre cuida-dor y enfermo.

Cualquier sujeto sometido a determi-nadas circunstancias puede sufrir undesarrollo de la hostilidad y consecuen-temente exhibirá respuestas de diferenteíndole y gravedad.

A este tipo de funcionamiento corres-ponden los episodios de pérdida de con-trol de impulsos, las conductas de des-carga emocional o la hostilidad dirigida apersonas cercanas que se convierten en“chivo expiatorio” por un mero mecanis-mo de desplazamiento de la tensión acu-mulada.

Conviene no olvidar que hay un por-centaje muy alto de violencia “no inten-cional” y que parte de ese maltratodepende de la incapacidad del cuidadorpara cuidar o para percibir el daño querealiza.

Es importante la valoración de lospara conocer cuál es su perfil psicológicoque nos dará la clave para saber si porsus aptitudes, (saberse colocar en ellugar de los demás, cierto nivel dealtruismo, estabilidad emocional, tole-rancia a la frustración, capacidad deautocontrol, etc.) puede acceder o no a

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este tipo de trabajo sin un gran deterioroo si es necesaria una formación comple-mentaria.

Si hasta ahora hemos hablado de lascaracterísticas, valoración y ajuste con elCUIDA de los cuidadores, es necesarioque se complementen con las de unTutor y un Mediador, dos áreas socialesimportantes para las que el Cuestionarioamplia su área de aplicación:

Están sujetos a tutela los menores noemancipados que no están bajo la patriapotestad, los incapacitados cuando unasentencia lo ha establecido, los sujetos ala patria potestad prorrogada al cesarésta, salvo que proceda la curatela y losmenores en situación de desamparo.

El tutor tiene hacia el niño las mis-mas obligaciones que un padre, comoeducarle y procurarle una formaciónintegral, el vestido, casa, alimentos, asis-tencia médica, apoyo moral y promoverla adquisición o recuperación de la capa-cidad del tutelado y su mejor inserciónen la sociedad. Si el tutor no se ocupa desu cargo tiene la misma responsabilidadpenal que el abandono.

La tutela se extingue cuando el menorde edad cumple los 18 años, a menosque con antelación hubiese sido judicial-mente incapacitado, por la adopción deltutelado menor de edad, por fallecimien-to de la persona sometida a tutela, por laconcesión al menor de la mayoría deedad. También cuando el titular de lapatria potestad la recupere después dehaberle sido privada o por resoluciónjudicial que ponga fin a la incapacita-ción.

El mediador es aquella persona queinterviene en un conflicto surgido en unsistema familiar, social, empresarial oescolar que se caracteriza por ser impar-cial, neutro y aceptado por las partes.

La función del mediador consiste enayudar a las partes a decidir cómo afron-tar la solución del conflicto, favoreciendoque ellas mismas establezcan acuerdosviables, satisfactorios y capaces de res-ponder a sus necesidades.

El mediador en general, se caracterizapor su neutralidad, imparcialidad, crea-tividad, habilidades de comunicación,flexibilidad, empatía, capacidad de escu-cha, capacidad para generar confianza,autocontrol, actitud conciliadora, manejoadecuados de conflictos, capacidad denegociar, motivar hacia el acuerdo ysobre todo dejar que las partes decidan.

En el tutor y mediador, por sus carac-terísticas y labor social desarrollada,parecen converger en una serie de varia-bles que conformarían un perfil muyparecido en los dos es decir:

Sería necesario encontrar en ellospuntuaciones altas de autoestima, parapoder beneficiar a la persona dependien-te o al menor, potenciando la aceptacióny el desarrollo de sus capacidadeshaciéndole sentir seguro siendo quien es.

La tendencia a ayudar a los demáscuando lo necesitan, ocupándose delbien ajeno es otra de las variables deno-minada altruismo que se contemplaríanen la valoración de su personalidad.

Deben escuchar los sentimientos delos demás y aceptar y rechazar al mismotiempo peticiones, por lo que ser aserti-vos se valoraría como una buena cuali-dad.

Las situaciones inesperadas, que leshan de surgir, han de desarrollarse conpaciencia, flexibilidad, adaptación ytomando la decisión más ajustada. Aquíhablamos de la capacidad de resolverproblemas que deberá aparecer en elloscon una puntuación alta.

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Una buena capacidad empática favo-recerá las relaciones, proporcionando unadecuado nivel de escucha y compren-sión de las dificultades.

Los momentos de tensión en los quese pueden ver envueltos, requieren decierta capacidad para controlar la ansie-dad, es decir, un buen equilibrio emocio-nal para poder enfrentarse cómodamentea situaciones emotivas.

Observar y dirigir diferentes caminos,creando vías paralelas, sólo podrá darseen personas flexibles, que adopten solu-ciones variadas y adecuadas al momen-to.

Crear la independencia en el menor oen personas que estén intentando solu-cionar un conflicto, es otra de las varia-bles de interés, para ello, se necesitanpersonas que tengan un nivel medio deindependencia para que puedan así sercapaces de transmitir adecuadamenteesta capacidad.

La reflexividad, como la habilidad deplanificar, ya que muchas veces estánexpuestos a situaciones límite, se con-templará igualmente como una variablede importancia en estos perfiles.

Si son personas sociables, tendránmás facilidad para relacionarse, e incre-mentar el acercamiento.

La tolerancia a la frustración, propor-ciona la capacidad de enfrentarse asituaciones adversas. Tanto el tutor quedeberá enfrentarse a conductas de oposi-ción y situaciones de conflicto, como elmediador que deberá controlar y aceptarque su opinión no es la elegida por laspartes, en su valoración tendría que apa-recer esta variable al menos en su puntomedio para favorecer la flexibilidad y elcontrol.

La capacidad de establecer vínculosafectivos de apego seguro nos habla de laimparcialidad en la que debe discurrir elejercicio de estas dos situaciones porrazones distintas. Para el tutor estacapacidad sería muy adecuada porquefacilitaría enormemente la relación conla persona tutelada, mejorando y favore-ciendo la integración y el ajuste mutuo.En el mediador, sin embargo, su objetivi-dad mejoraría la ejecución adecuada desu tarea, siendo importante pues que elmediador no dependa del “otro”, basandosu trabajo en la seguridad y confianza yno en la sobreprotección.

Finalmente hablamos de la capacidadpara resolver el duelo, como variable queva a favorecer la integración de situacio-nes dolorosas, ya que el tutor, va a sercapaz de ayudar al menor a resolver suspropias pérdidas debidas a su situaciónfamiliar y a poder separarse afectivamen-te cuando termine la tutela, y el media-dor será capaz de transmitir a las partesla idea de resolución del conflicto.

Es importante destacar que el CUIDApuede ser muy útil también en la valora-ción de la personalidad no patológica enel ámbito clínico ya que las variables quemide están incluidas en una gran canti-dad de alteraciones que el pacientepuede presentar, sobre todo porque valo-ra el tipo de apego y la capacidad deresolver los duelos, y ambas variablestienen un gran peso en la base demuchos problemas que aparecen en esteámbito. Además, puede servir comoprueba de screening para plantear hipó-tesis clínicas tras el análisis de las corre-laciones, viendo cómo influyen estas enlas alteraciones que presenta el pacienteen la consulta.

En la actualidad y, a pesar de sucorta vida en el mercado, el CUIDA estásiendo aplicado con éxito en valoraciónde los solicitantes de adopción tanto por

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los psicólogos del Turno de IntervenciónProfesional en Adopciones Internaciona-les (TIP-AI), y es de destacar que laComunidad de Madrid avala dicho cues-tionario como el instrumento objetivomás adecuado a la hora de realizardicha valoración; así como por psicólo-

gos jurídicos privados y juzgados defamilia en evaluación de maltrato, guar-dias y custodias, etc. , en educadorespara la realización de un perfil y preve-nir y solventar posibles deficiencias enInstituciones de Menores de la Comuni-dad de Madrid.

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