Las Voces Del Ángel en La Doctrina de La Verdad Escatológica

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  • 7/25/2019 Las Voces Del ngel en La Doctrina de La Verdad Escatolgica

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    Estudios Filolgicos

    ISSN: 0071-1713

    [email protected]

    Universidad Austral de Chile

    Chile

    Ladrn de Guevara, Alejandra Leal

    Las voces del ngel en la doctrina de la verdad escatolgica

    Estudios Filolgicos, nm. 49, junio, 2012, pp. 97-116

    Universidad Austral de Chile

    Valdivia, Chile

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=173424314006

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    Las voces del ngel en la doctrinade la verdad escatolgica

    The voices of the angel in the doctrine of the eschatological truth

    Alejandra Leal Ladrn de Guevara

    Universidad Austral de Chile, Sede Puerto MonttCorreo electrnico: [email protected]

    A partir de este trabajo se postula que la consumacin escatolgica queda cerrada en el discursoenunciado por el ngel Gabriel en tres intervenciones clave del Nuevo Testamento, en dondeste cumple un mandato que compete a la verdad de Dios para la salvacin del ser humanohistrico. En la metodologa se analizan elementos de cohesin para la coherencia textual:se contextualizan los componentes tanto de la situacin comunicativa y la enunciacin comola utilizacin de los actos de habla usados en la conguracin textual para inferir la postura

    doctrinal.

    Palabras clave: discurso, ngel, cohesin, coherencia textual.

    This work states that the eschatological consummation concludes with the discourse set forthby the angel Gabriel in three key interventions of the New Testament, where it fullls a mandateconcerned with the truth of God for the salvation of the historical man. The methodologyanalyzes elements of cohesion that account for the textual coherence: contextualizing thecomponents of both the communicative situation and the enunciation as well as the use of thespeech acts employed in the textual conguration to infer the doctrinal stance.

    Key words: discourse, angel, cohesion, textual coherence.

    1. INTRODUCCIN

    La tradicin escatolgica de la historia cristiana se centra en la Salvacin y cuentacomo fundamento real antecedente la historia humana de Jess (Noemi 2000: 5);sin embargo, la consumacin escatolgica, considerada pendiente por cuestionesrelativas al tiempo y los lmites epistemolgicos, mantiene hasta hoy un nmero

    considerable de textos y artculos donde se sostiene la preeminencia de Jess enla relacin nita del hombre con la eternidad de Dios (Noemi 2000, Parra 2000,2003). Si bien otro nmero destacado de hechos reere la existencia y periplos de losprimeros profetas en las Escrituras del Antiguo Testamento, la temporalidad de Jessest revelada profticamente tanto por datos recogidos en estos libros como en otros

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    escritos, reriendo informacin antropolgica, geogrca, botnica, topogrca,cartogrca relativa a la historia del tiempo cristiano, pudiendo ser estudiada desdeestos y otros enfoques que ofrece el conocimiento humano (Rogerson 1993).

    La palabra Biblia traducida al hebreo moderno signica rollo, puesto que losescritos del Antiguo Testamento (AT) se lean en rollos de pergamino y, segn lascomunidades a las cuales fueran dirigidas, las versiones estaban en lengua hebrea,samaritana y griega. No obstante, el conjunto del AT y Nuevo Testamento (NT)contiene diferentes tipos de escritos: relatos de la creacin, textos legales y de ordenmoral, manuales para el sacerdote, consejos, historias de la dinasta, cantos, salmos,proverbios, poemas de amor, libros profticos, parbolas, evangelios y diversascartas (Rogerson 1993: 14; Rand 2011: 89, 91). Si bien la adecuacin de estostextosen la historia bblica es extensa y compleja, en este escrito se reduce al NT y,fragmentariamente, a los tres primeros evangelios: Mateo, Marcos y Lucas.

    Los cuatro evangelios del discurso cannico, ya por ser reconocidos como loslibros de la Revelacin entre las organizaciones cristianas, en griego signica bien,mensaje, noticia en hebreo, buena, ya que transmiten el buen mensaje o la BuenaNueva de la Revelacin de la verdad de Dios para los hombres. Estos textos dirigidosal individuo histrico se encuentran como discursos preexistentes en la voz del ngelGabriel en tres momentos: la Anunciacin, la Encarnacin y la Resurreccin del Mesascomo actos de habla realizativos (performativos). En la medida que la ejecucin deuna frase es la ejecucin de una accin (Austin 1971, Maingueneau 1976), tanto lacomprensin como la signicacin del enunciado priorizan el marco de la enunciacinen cuyo aspecto social se actualizan las reglas lingsticas para cumplir el acto de habla.

    En resumen, en esta presentacin se desarrolla la tesis de que la consumacinescatolgica queda cerrada en las palabras-sello enunciadas por el discurso del ngelGabriel quien, a travs de actos de habla realizativos (Austin 1971, Mangueneau 1976,Searle 1979, Ducrot 1982), completa el discurso global de las Sagradas Escrituras.La alocucin de estos discursos clave son recreados por los evangelistas Marcos,Mateo y Lucas, permitiendo conrmar el valor completo de las acciones anglicas.Por una parte, a partir del tiempo de la revelacin del ngel como el portador de losactos proftico-escatolgicos y, por otra parte, a partir de la revelacin de la Verdadde Dios al individuo histrico. Estos acontecimientos se reeren en tres momentos:la Anunciacin, la Encarnacin y la Resurreccin del Mesas para sellar la accinsalvca como una primera experiencia del tiempo de la eternidad de Dios con elsujeto de la historia. De manera que, por un lado, a travs del discurso del ngelGabriel se recupera un antecedente de la preeminencia de la eternidad de Dios en eltiempo histrico y, por otro, mediado por la relacin dialgica entre el ngel y losenunciatarios elegidos, se da el inicio a la coexistencia de la voluntad de Dios en loshombres como una experiencia del tiempo de la eternidad y la eternidad del tiempo.

    A partir de los escritos de Santo Toms de Aquino (1224) la existencia de losngeles es conocida por medio de la revelacin y la fe (Bandera 2001); no obstante,se debe reparar en la fe de los evangelistas y la revelacin de Dios hacia ellos para

    recrear estados de vida que se conrman con los pasajes histricos donde participaun nmero considerable de agentes tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamentodel texto sagrado. En este ltimo se destaca la participacin de personas que tuvieronuna relacin directa con la presencia de estas criaturas sacras, Zacaras, Jos, Mara,Elisabet, Mara Magdalena y Mara madre de Jacobo. Segn resea Bandera (2001),

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    la teologa comparte la misma ciencia al ocuparse de Dios como de las criaturassagradas centradas en ste, en la medida que su certero y verdadero conocimientorearma la fe cristiana y da facilidades al hombre para conocer al mismo Dios; en

    cambio, una falsa creencia basada en el falso conocimiento acarrea el error sobre lacomprensin de lo divino (Bandera 2001: 492). En este sentido, el cuarto evangelista,Juan, revela un dato relevante de la condicin nica de los ngeles como seres dedignidad superior al hombre. Al respecto, Fray Luis de Granada (1947) seala: Ques toda la hermosura de los cuerpos comparada con la de los espritus anglicos, sinouna estrella comparada con el sol?, en esta hermosura no se hartan de mirar losngeles, porque en ella ven ms perfectamente todas estas perfecciones y hermosurasde las criaturas que en las mismas criaturas (Granada 1947: 29); adems, recreandoparte del Apocalipsis (19:10), Fray de Granada sostiene que en el momento de lasrevelaciones celestiales, debido a la hermosura del ngel, Juan se postr a sus pies

    para adorarle y que vio en aquella su grande revelacin con tan grande claridad yhermosura, que lo iba a adorar si el ngel no se lo estorbara (Granada 1947: 29).

    Debido a la naturaleza, la categora y la misin superior del ngel, al ser steun espritu puro y certero, conoce de un modo radicalmente opuesto al humano, yaque no dependen para nada de lo sensible, no abstraen especies cognoscitivas, norazonan o discurren, sino que intuyen, es decir, de un solo golpe o en un solo actoalcanzan la plenitud de conocimiento que pueden tener de una cosa (Bandera 2001:497); Fray Luis de Granada los llamar substancias espirituales, sin cuerpos, yporque los ngeles son de tal cualidad que nunca se mudan, como los hombres, enlo que una vez se determinan (Granada 1947:205). De forma que, siendo la gura

    vinculada a la inmaterialidad, la naturaleza del ngel es puramente espiritual eimplica ante todo su no materialidad y su inmortalidad y es el mensajero en cuyaprincipal funcin se encuentra el de manifestar a los hombres los misterios de laverdad de Dios (Juan Pablo II 1986: 12-16).

    Segn la jerarqua de las criaturas celestiales, ngeles, arcngeles y seranes,los ltimos comparten la mayor perfeccin y cercana con Dios (Granada 1947: 29).Relativo a los ngeles mencionados en las Sagradas Escrituras, Miguel, Rafael, Gabriel;el ltimo ser el enviado a cumplir el mandato del mismo Creador, ya que tanto engriego: Gavril, rabe Yibr l, en latn Gabrielus y en hebreo Gavriel, signicala Fuerza de Dios, por lo tanto, es Gabriel la fuerza enviada por Dios. Este malak, delcaldeo ngel enviado, representa la idea de delegado o embajador (Strong 2002). Astambin esta criatura espiritual tiene la funcin de mediar y de asumir el ministerioen las relaciones entre Dios y los seres humanos (Juan Pablo II 1986: 12). No en vano,Bajo este aspecto la Carta a los Hebreos dir que a Cristo se le ha dado un nombre y,por tanto, un ministerio de mediacin, muy superior al de los ngeles (Hebreos 1:4;Juan Pablo II 1986: 12). De acuerdo a esto, Gabriel es un ser libre que eligi a favordel bien; poseedor de un conocimiento de Dios incomparablemente ms perfecto queel hombre, porque con el poder de su inteligencia, no condicionada ni limitada porla mediacin del conocimiento sensible percibe hasta el fondo la grandeza del Ser

    innito, de la primera Verdad, del sumo bien (Juan Pablo II 1986: 9).Rerindose a la tica y moral de los ngeles, Santo Toms de Aquino mencionaque, como otros, estos fueron sometidos a pruebas de carcter moral y, a diferencia detoda criatura circunscrita a sus lmites, alcanzaron un grado insuperable, contrastandocon la naturaleza propiamente humana. Tomando como referencia al Salmista, se

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    retribuye la accin de la creacin de los ngeles al Supremo Hacedor: l que hacea sus ngeles espritus (Salmo 103: 4), o bien, para recrear la existencia y la accincomn de todos ellos se reere en el Salmo 48,2: Alabad al Seor todos sus ngeles /

    porque l lo dijo y fueron hechos /l lo mand y fueron creados (Santa Biblia 1960,Salmo 48:2). En suma preliminar, materializado o en esencia inmaterial, el ngelGabriel cuenta con la atribucin divina de revelar los misterios de la verdad csmica alos seres humanos y en un momento preciso de la historia: los misterios de la salvacin.

    2. MARCO TERICO

    Al abordar el anlisis se sostiene la preeminencia de la situacin comunicativacontenida en el texto de los tres evangelios; por cuanto el evangelio es un tipo de

    gnero denido por su condicin social e histrico-geogrca (Calsamiglia & Tusn1999) y, particularmente, por compartir los puntos relevantes de la situacin deldiscurso asociada al texto y su estructura: situacin de comunicacin, la situacinde enunciacin y el contexto (Maingueneau 2004, Martnez 2005). En este estudio,el primer plano est localizado en la situacin de la comunicacin de los textosevanglicos, hecho compartido por las modalidades de la enunciacin y del enunciadoimplicadas fundamentalmente en la deixis tmporo-espacial; en el segundo planodeldiscurso, conformado por la enunciacin y las estrategias de los actos de habla, sedestacan reglas constitutivas del mismo acto elocutivo para soportar el acto de laverdad del discurso (Austin 1971, Maingueneau 1976, Searle 1979, Ducrot 1982);

    pues, en la medida que se respeta la regla constitutiva de la verdad de Dios, tanto la fecomo la creencia en l, conrman a Jess como el mediador para recibir la revelacinde los misterios de la salvacin. En un tercer plano contextual y antropolgico, lahistoria real de los evangelistas alude a un espacio ya existente (Jerusaln, Aim Karimo Nazareth). No obstante, en el texto bblico se reconstruyen nuevos escenariosabordables dentro del acto de la enunciacin, una construccin semntica dialgica y devoces del discurso para aclarar la situacin enunciada en la historia. De manera similarlo present Benveniste (1971), pues esta ltima y el discurso comparten un correlato deescenarios entre el enunciado y la enunciacin, privilegiando la situacin comunicativade cada discurso (Benveniste 1970, Ducrot 1982, Martnez 1997a, 1997b, 2005).

    En suma, a partir del plano de la enunciacin del texto, la relacin enunciador-enunciatario recrea los discursos de los evangelistas y actualiza el referente enunciado.Esto implica un nuevo acto realizativo constitutivo slo en la medida que el textosoporta un sistema de dependencias y de relaciones; por tal motivo, los textos delngel Gabriel se contienen en un segundo discurso realizativo y constitutivo de unsistema de dependencias y de relaciones a partir del primer discurso (Austin 1971,Searle 1979, Ducrot 1982). Sin embargo, la realidad presentada en la enunciacinde los discursos de los evangelistas, se organiza por medio de diversos niveleslingsticos y otros no lingsticos contenidos en la intencinde los actos de habla.

    De manera que el sistema de la enunciacin se encuentra supeditado a la base textualen donde se actualiza el primer y el segundo discurso. Por ello es que:

    La enunciacin, corresponde a la presencia de los sujetos representados en las huellaso marcas de un texto (Benveniste 1970). El textoes el soporte sensorial del discurso, es

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    decir, un fenmeno emprico (Bernrdez 1987), semitico y sistmico, acompaado deun signicado (Courts 1997; Ferrer & Snchez 1996) lingstico y/o extralingstico,multimedial y/o multimodal (Parodi 2007), que integra en la enunciacin a los sujetossensoriales (yo-t) que presuponen la intencin de inuenciarse de alguna manera en unarelacin intersubjetiva (Bajtin 1985; Martnez 2005). De esta forma, el discurso constatala presencia de los agentes de la enunciacin a travs de las huellas del texto (Leal 2009).

    A partir de la categora de la enunciacin, la escritura de los evangelistas secomplementa en una relacin intersubjetiva con el sujeto histrico y, a partir deesto, lo enunciado en el mundo comunicado recrea la relacin intersubjetiva entreel ngel Gabriel y las voces testimoniales del discurso proftico. En este marcogeneral, el primer discurso sita al evangelista, el segundo, facilita la independenciaen la evaluacin de la situacin comunicativa (Ducrot 1982: 368), donde la relacin

    intersubjetiva se reproduce entre el ngel Gabriel y las voces de Zacaras, Jos, MaraMagdalena, Mara madre de Jacobo y Salom como los agentes enunciatarios de lapolifona de voces que construyen el sentido de la Verdad escatolgica.

    De igual modo, los rasgos que dan cohesin e insertan el discurso en los ejesbsicos de la situacin comunicativa y de la enunciacin se formulan en la globalidaddel texto y en el contextohistrico y socio-cultural, lo que requiere considerar elcontexto en ambos planos (texto y discurso) como en la actividad dinmica dela interaccin tanto en la enunciacin como en el enunciado que, por razones delegitimidad de las voces del discurso escatolgico, dieren desde el primero alsegundo discurso, otorgando sentido e independencia a las voces y situaciones. As,

    la fuerza elocutiva del acto de habla depender de aspectos contextuales presentes enel gnero textual proftico, el que deriva en rasgos explcitos propios del contextosituacional del discurso (Martnez 2005: 19). Vase el Esquema 1.

    Esquema 1. Se visualiza la interaccin de los tres planos: la situacin comunicativa con laenunciacin y el enunciado, el discurso con la enunciacin y los actos de habla y, el contextualcon la historia, los lugares y los discursos. Del mismo modo, la interdependencia de losdiscursos 1 y 2: evanglico y proftico en interaccin con los agentes discursivos.

    1 discurso de la Buena NuevaEnunciador Referente Enunciatario

    yo Ello tEvangelistas

    Discurso Proftico+

    Contexto situacionalHombre histrico

    2 discurso proftico

    Enunciador Referente Enunciatarioyo Dilogo t

    ngel Gabriel

    Verdad escatolgica

    +

    Contexto situacional

    Jos, Zacaras, Mara Virgen,Mara Magdalena, Maramadre de Jacob y Salom

    Contexto histrico y cultural

    Esquema 1. Soporte textual y discursivo

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    El discurso de laBuena Nuevaest apoyado en la visibilidad de los interlocutoresy de los elementos extralingsticos del texto; tanto a travs de la cohesin, dondese establecen relaciones semnticas que dependen de formalidades gramaticales

    que permiten entender el signicado y el uso de las palabras que aparecen en eltexto (Beaugrande & Dressler 1981), como en la coherencia, la unidad pragmticaen la que se instauran relaciones con el contexto para explotar su potencialcomunicativo como sistema constitutivo de la lengua y del habla (Martnez 1985,Menndez 1993, Ferrer & Snchez 1996, Urrutia 1999). En la cohesin se signicanunidades y relaciones lxico-gramaticales como lospronombres, los artculos, lostiempos verbales, las conjunciones y los proadverbios; estos ltimos recuperan elsignicado conceptual sin reemplazar ni hacer referencias a personas o lugarespermitiendo modalizar el contexto semntico del discurso (Roa 1989, Martnez1997b-2005).

    Entre las relaciones lingsticas de los actos de hablase distinguen tres niveles:la accin de decir del enunciador (acto locucionario), la accin de hacer propiodel acto de habla (ilocucionario) y el efecto en el enunciatario (perlocucionario)(Austin 1971, Searle 1979, Ducrot 1982); sin embargo, la perfeccin y fuerza delacto ilocutivo contempla la adecuacin en el uso de reglas constitutivas para elacto de habla, puesto que ha de emitirse solamente en el contexto de una oracin,texto-discurso, cuya emisin predique algn acto futuro del enunciador-hablante;adems, ha de emitirse solamente si el oyente-enunciatario preriera que elhablante-enunciador hiciese algo denido; tambin, ha de emitirse el acto si noes obvio tanto para el hablante-enunciador como para el oyente-enunciatario que

    el primero no har algo en el curso de los acontecimientos; si bien la sinceridaddel hablante-enunciador es una regla implicada en la intencin de hacer algo;por ltimo, lo esencial de la emisin del acto de habla demanda la obligacin dehacer algo (Austin 1971, Searle 1979, Ducrot 1982). Al respecto, en los episodiosde este anlisis, primero, se reconocen expresiones lingsticas enunciativas(representativas), por cuanto el hablante-enunciador expresa la creencia que elcontenido proposicional es verdadero; segundo, actos directivos (exhortativos)para expresar la actitud en la creencia hacia la accin prximamente futura desu interlocutor; tercero, los actos de habla compromisorios (comisivos), endonde el hablante expresa sus intenciones en referencia a una accin futura desu interlocutor; cuarto, actos evaluativos (expresivos)para precisar la actitud anteuna accin previa (Austin 1971, Searle 1979, Haverkate 1994). As adems, paraeste trabajo se consideran las inferencias pragmticascomo recursos semnticos(Lyon 1980) para relacionar las presunciones contextuales e histricas vinculadascon la cooperacin de los participantes en el acto de hablar; de igual modo, lasimplicaturaspara que el oyente cumpla con las operaciones de desambiguacin,enriquecimiento y la asignacin de referencia de la proposicin completa (Reyes1990: 61). De manera que las presuposiciones, aqullas que otorgan valor deverdad al enunciado, atribuyen sentido global a las competencias comunicativas

    y a la ideologa del hablante (ngel Gabriel). Esto en la medida que stas no sonsemnticas sino sensibles a factores contextuales histricos y socio-culturales,puesto que los signicados estn implcitos en las expresiones y sus eventualesconsecuencias en los contextos y dems participantes (Austin 1971, Searle 1979,Caron 1983, Haverkate 1994, Pilleux 2001).

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    3. METODOLOGA

    El presente estudio desarrolla la tesis de que la consumacin escatolgica queda

    cerrada en las palabras enunciadas por el ngel Gabriel quien, a travs de actos dehabla realizativos sella el discurso global de las Sagradas Escrituras y promueve eltiempo de la salvacin universal. A partir de esto se considera la enunciacin en laestructura del primer discurso: entre los enunciadores evanglicos (Marcos, Mateo yLucas), los enunciatarios histricos y el enunciado-referente del discurso proftico,adems del contexto situacional para corroborar los antecedentes histrico, socio-culturales del mensaje de las buenas nuevas; luego, en el segundo discurso se denela estructura del primer enunciado de las buenas nuevas en cuyos actos de habladirectos se reconocen las voces de la enunciacin del ngel Gabriel en la cohesininterna donde se enuncian los elementos lingsticos y lxicos ms signicativos de

    los tres momentos (la Anunciacin, la Encarnacin y la Resurreccin del Mesas);posteriormente, la categora de las estrategias verbales usadas por el hablante-enunciador: primero, justicando el acto de habla y, segundo, en la actualizacin de laimagen del interlocutor para valorar las inferencias pragmticascomo las implicaturasy las presuposiciones que, fundamentalmente, se reeren al trasfondo ideolgicodoctrinal, considerado relevante para denir la particular funcin del contexto enambos discursos, pues, la presencia del ngel Gabriel se adiciona como un agentecreble para el cristianismo y, por extensin, para religiones como la juda e islmica.

    4. ANLISIS ESTRUCTURAL

    4.1. Esquema del primer discurso de los evangelistas

    La estructura de los escritos de los evangelistas citados (Mateo, Marcos y Lucas) serespalda en la situacin real e histrica del NT en donde prevalece la primera enunciacin.En este contexto el enunciador evanglico Mateo, nacido en Cafarnaum, al momento deconocer al enviado de Dios y acoger su llamado se desempeaba como recaudador deimpuestos, ms tarde recibe la inspiracin y escribe el evangelio en lengua aramea (Jod2002:222); el segundo, Juan Marcos, primo de Bernab (Colosenses 4,10), habiendoacompaado a Pablo en su primer viaje a Grecia y luego a Roma, posiblemente porla comunicacin directa con Pedro y Pablo, desarrolla una fuerte vocacin cristianay se dispone a escribir su evangelio (Jod 2002: 107); el tercero, Lucas, sin ser judo,traza su discurso evanglico a los cristianos unos 50 aos despus de la muerte deJess y, procurando darle un sentido universal a la Salvacin, escribe los Hechos delos Apstoles (Jod 2002: 244). En el otro extremo de la estructura general de estediscurso de la Buena Nueva de Dios se encuentra el enunciatario, conformado por cadauno de los hombres y mujeres que se nutrieron de este mensaje y lecturas salvcasen una situacin cultural de costumbres y ritos judaicos, culturalmente distante a la

    occidental, y prolongada hasta hoy con 5.774 aos de historia. En suma, el contextohistrico de la Buena Nueva, por una parte, se enmarca en un ambiente social complejopara los cristianos y ms tras la muerte del Mesas y, por otra, conforma un movimientodoctrinal, econmico, moral y espiritual divergente con el judo de la antigua Israelque, si bien no se tematizar, hasta hoy presentan puntos incompatibles.

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    A partir de la correspondencia entre los agentes de la enunciacin: enunciador,enunciatario y referente enunciado, se aprecia la relacin sintctica de las tresprimeras marcas pronominales: yo, ello y T, y las nuevas formas aludidas en

    la historia: evangelistas, discurso proftico y sujeto histrico. Por consiguiente, en elmodelo del anlisis centrado en el discurso de los evangelistas (ver Esquema 2) sedespliega el efecto de la dimensin enunciativa en las marcas sintcticas pronominales(denotativa) que sirven de base para delimitar la importancia de la historiaenunciada.

    Esquema 2. Dimensin enunciativa enmarcante

    Enunciador Referente Enunciatario

    yo Ello t

    Evangelistas

    Discurso proftico

    +

    Contexto situacional

    Hombre histrico

    Esquema 2.En este discurso se enmarcan el texto de los evangelios en relacindialgica entre los tres evangelistas y el hombre histrico en general.

    4.2. Esquema del segundo discurso y escatologa

    No obstante, los discursos que nos ocupan no son propiamente los dichos de

    cada evangelista, sino la voz enmarcada por la enunciacin de la buena nueva deDios en cada evangelio, esto es, lo enunciado directamente por el ngel Gabrielquien, creado como creatura a imagen y semejanza de Dios, cumple la misin ennombre de Dios para descubrir la realidad y la accin salvadora a la humanidad,en n, de revelar los misterios de la Encarnacin del Hijo de Dios en nombre deDios (Lucas 1:19; Juan Pablo II 1986: 21). En este marco se produce la asuncinde las voces del ngel dirigidas a los destinatarios en las guras histricas de Jos,

    Zacaras, Mara Virgen, Mara Magdalena, Mara madre de Jacobo y Salom; losagentes del tiempo mesinico y los enunciadores reales desde el primer cristianohasta el siglo XXI. En resumen, el enunciador de los discursos enmarcados en laverdad escatolgica corresponde al ngel Gabrielque se revela a s mismo como elportador del signo proftico de la Anunciacin del Nacimiento, la Encarnacin y laResurreccin del Mesas para la salvacin del hombre histrico. Si bien este estudiono contempla ahondar en la semitica ni en la onomstica del signo (Eco 1995), tantoel ngel Gabriel como Miguel y Rafael proeren a sus nombres una funcin unvocaen relacin al mandato divino. Las acciones delimitadas por el discurso del ngelGabriel facilitan la comprensin del valor completo de las acciones humanas en el

    discurso global de las Sagradas Escrituras; ste abre y a la vez cierra con su accindesde, hacia y hasta el cumplimiento de la misin, preparando al hombre a vivir laplenitud en la experiencia de la salvacin.

    De lo anterior se desglosa la correspondencia entre los agentes de la enunciacin:enunciador, enunciatario y referente enunciado, donde se aprecia la relacin sintctica

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    de las tres primeras marcas pronominales: yo, ello y T. Las formas aludidasen los actos de habla de este 2 discurso escatolgico que compromete a estos agentescomo los enunciatarios directos del dilogo intersubjetivo en quienes se verica la

    promesa y, por extensin, es transferida al sujeto histrico. Por consiguiente, en elpresente modelo del anlisis (Esquema 3), centrado en el discurso del ngel Gabriel,se despliega la dimensin enunciativa con las marcas sintcticas pronominalessumadas a la historia enunciada.

    Esquema 3. Dimensin enunciativa y dilogo enmarcado

    Enunciador Referente Enunciatario

    Enunciador hablante Dilogo intersubjetivo Enunciatario-oyente

    ngel Gabriel

    Verdad Escatolgica

    +

    Contexto situacional

    Jos, Zacaras,Mara Virgen, Mara

    Magdalena, Mara madrede Jacobo y Salom

    Esquema 3. Comprende la dimensin enunciativa con los agentes del 2 discurso: el discursodel ngel, los enunciatarios quienes comparten y son testigos directos de la verdad escatolgica.

    En el otro extremo de la estructura general de este discurso de la Buena Nuevade Dios se encuentra el enunciatario, conformado por cada uno de los hombres ymujeres que se nutrieron de este mensaje y lecturas salvcas en un marco cultural decostumbres y ritos judaicos actualmente en ejercicio.

    4.3. Plano del contexto histrico y discurso escatolgico

    El discurso escatolgico se enmarca en un ambiente social decisivo para los primeroscristianos, pues, con el prembulo del tiempo, la verdad de Dios se cumple, provocando elsentido esperado, completo y cerrado de la nueva alianza de Dios con el hombre y mediadapor los tres momentos (Anunciacin, Encarnacin y Resurreccin). stos promueven elcambio de la realidad propia del tiempo en una nueva relacin de la historia del hombrecon Dios y la transforma en verdad revelada. Sin embargo, este discurso se circunscribe enun momento de espera para la sociedad del pueblo judo; situacin que lleva a armar queslo para el cristianismo se cierra el ciclo de la revelacin de la promesa absoluta de Dios.

    4.4. Discurso escatolgico y actos de habla

    A partir de esta triple posicin, la signicacin se reduce a los tres estados o

    momentos de la historia cristiana en estrecha relacin con la enunciacin. Ahora bien,para ahondar en los factores internos de estos discursos, el enunciador real de cadaevangelio citado recrea el mundo comunicado en el enunciado donde el ngel Gabrieles tanto el mensajero de la profeca mesinica y de la resurreccin como tambin elresponsable de los actos de habla que lo autentican como el portador de la fuerza de

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    Dios. De igual modo, Jos, Zacaras, Mara Virgen, Mara Magdalena, Mara madrede Jacobo y Salom son los destinatarios-enunciatarios del contenido en el mundocomunicado, quienes reciben y, a su vez, se reejan en los lectores reales del discurso

    enmarcante. En suma, el enunciador del discurso escatolgico se concreta en lavoz del ngel al interior del texto donde ste mismo, hecho persona, se expresa sinintermediarios. En el otro extremo, el enunciatario-oyente se representa en las gurasde estos agentes receptores de la verdad, quienes acogen el signicado de los actos dehabla y ejecutan la accin; en la medida que cada palabra es un mandato, una ordeny la entera e irrefutable verdad histrica y a la vez sacra.

    Por ltimo, se debe formular que los agentes de la enunciacin, enunciador,enunciatario y referente enunciado del discurso enmarcante no son equivalentes a losactores del referente enunciado, pues stos (enunciador hablante y enunciatario oyente)son los interlocutores dialgicos e intersubjetivos que prueban la ecacia del acto de

    habla. El ngel Gabriel -enunciado de la verdad escatolgica-, Jos, Zacaras, MaraVirgen, Mara Magdalena, Mara madre de Jacobo y Salom, coexisten como receptoresdialgicos reales e histricos de las Escrituras, formando un discurso independiente yen un contexto de situaciones a-temporal y a-histrico (ver Esquema 4).

    Esquema 4. Contexto y acto de habla

    enunciador hablanteEnunciado

    Acto de hablaenunciatario-oyente

    ngel Gabriel

    Verdad Escatolgica +

    Contexto situacional

    [a-temporal y a-histrico]

    Jos, Zacaras,Mara Virgen, Mara

    Magdalena, Mara madre deJacobo y Salom

    Esquema 4. Se recrea el contexto en donde se sita la historia y el tiempo para el acto de habladel 2 discurso escatolgico.

    4.5. Episodios y discursos

    4.5.1. El primer episodio. El caso 1 contempla el discurso del primer evangelistaquien seala: he aqu unngel del Seor le apareci en sueos y le dijo(Mateo1:20). Hecho ocurrido cuando el ngel Gabriel visita en sueos a Jos luego queste pensara en abandonar secretamente a Mara; situacin que el ngel replica conel siguiente acto de habla directivo: Jos, hijo de David, no temas recibir a Maratu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espritu Santo es. / Y dar a luzun hijo, y llamars su nombre JESS, porque l salvar a su pueblo de sus pecados(Mateo 1:20-21).

    4.5.2. Segundo episodio. El caso 2 trata de la visita a Zacaras en el templo, luegoque ste maniesta su incredulidad ante la fertilidad tarda de su mujer Elisabet. Elevangelista Lucas introduce: Pero el ngel le dijo(Lucas 1:13). A lo que el ngelexpresa: Zacaras no temas; porque tu oracin ha sido oda, y tu mujer Elisabet tedar a luz un hijo, y llamars su nombre Juan. / Y tendrs gozo y alegra, y muchos se

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    regocijarn de su nacimiento; / porque ser grande delante de Dios. No beber vinoni sidra, y ser lleno del Espritu Santo, aun desde el vientre de su madre. / Y har quemuchos de los hijos de Israel se conviertan al Seor Dios de ellos. / E ir delante de l

    con el espritu y el poder de Elas, para hacer volver los corazones de los padres a loshijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Seor un pueblobien dispuesto(Lucas 1:13-17).

    4.5.3. Tercer episodio. En el caso 3, el mismo Lucas resea la visita a Mara virginaly desposada con Jos, despus de la visitacin a su prima Elisabet; este primermomento de dilogo directo acontece segn reere el evangelista: Y entrando elngelen donde ella estaba, dijo:, acto seguido, la criatura anglica seala: Salve,muy favorecida! El Seor es contigo; bendita t entre las mujeres(Lucas 1:28).

    4.5.4. Cuarto episodio. El caso 4 corresponde al mismo evangelista quien recrea elsegundo acto dialgico y momento en que Mara conmueve ante lo desconocido:Entonces el ngel le dijo:, y el Mensajero reere: Mara, no temas, porque hashallado gracia delante de Dios. / Y ahora, concebirs en tu vientre, y dars a luzun hijo, y llamars su nombre JESS. / Este ser grande, y ser llamado Hijo delAltsimo; y el Seor Dios le dar el trono de David su padre; / y reinar sobre la casade Jacob para siempre, y su reino no tendr n (Lucas 1:30).

    4.5.5. Quinto episodio. Caso 5, este largo episodio concluye con la tercera intervencincuando Mara repara que no conoce varn: Respondiendo el ngel, le dijo; por

    esto, el ngel Gabriel completa informando: El Espritu Santo vendr sobre ti, y elpoder del Altsimo te cubrir con su sombra; por lo cual tambin el Santo Ser quenacer, ser llamado Hijo de Dios. / Y he aqu tu parienta Elisabet, ella tambin haconcebido hijo en su vejez, y ste es el sexto mes para ella, la que llamaban estril; /porque nada hay imposible para Dios(Lucas 1:35).

    4.5.6. El sexto episodio. El caso 6 contempla al evangelista Mateo recreando elmomento posterior a la muerte de Jess, cuando Mara Magdalena y Mara (Madre)visitan el sepulcro, teniendo de testigos a los guardias: Mas el ngel,respondiendo,dijo a las mujeres; no obstante, ste solo interpela a las mujeres atnitas quecontemplan su resplandor y dice: No temis vosotras; porque yo s que buscis aJess, el que fue crucicado. / No est aqu, pues ha resucitado, como dijo. Venid,ved el lugar donde fue puesto el Seor. / E id pronto y decid a sus discpulos que haresucitado de los muertos, y he aqu va delante de vosotros a Galilea; all le veris.He aqu, os lo he dicho (Mateo 28:5-7).

    4.5.7. Episodio sptimo. El evangelista Marcos se reere a la visita de las mujeresal sepulcro para ungir con aromas el cuerpo de Jess, nombrando solo a MaraMagdalena, Mara madre de Jacobo y Salom. Reparando en ellas un estado de

    asombro inusual el evangelista recrea el acontecimiento introduciendo la voz delngel: Mas l les dijo, e interpreta a las mujeres que lo contemplan: No os asustis;buscis a Jess Nazareno, el que fue crucicado; ha resucitado, no est aqu; miradel lugar en donde le pusieron. / Pero id, decid a sus discpulos, y a Pedro que l vadelante de vosotros a Galilea; all le veris, como os dijo (Marcos 16:6-7).

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    4.6. Eldiscurso enunciado en el contexto situacional

    Cada episodio con su particular situacin espacio-temporal corresponde

    concretamente a varios escenarios. La Ciudad de Jerusaln en el primer caso delrechazo de Jos, ciudad que se halla en el borde oriental de la regin de Gabany a poca distancia del desierto de Judea y de su entorno semirido (Rogerson1993:163); el segundo, al episodio del incrdulo Zacaras ocurre en Aim Karim, unapequea villa a 4,8 km al O. de Jerusaln (Rogerson 1993:181); el tercero, cuartoy quinto, en una ciudad de Galilea llamada Nazaret, En un entorno montaosoenla poca del Nuevo Testamento, Nazaret era un pueblecito sin importancia alguna(Rogerson 1993:136); el sexto y sptimo, conveniente a las temerosas mujeres, a lascercanas del sepulcro en la nombrada Jerusaln. Por esto, se extraen las locacionesque, de manera implcita, sitan la historia original del cristianismo. De manera que

    aqu-ahora estn los evangelistas en el proceso de escritura a no ms de 50 aosde los hechos de un all-entonces (Jerusaln, Aim Karim, Nazaret y, nuevamente,Jerusaln), cada evento que conrma la fe de la futura cristiandad y su rplica en elaqu-ahora en la recreacin de los evangelios.

    Ahora bien, la cohesin del discurso anglico se concreta en la situacincomunicativa donde el enunciador-hablante explicita locuciones decticaspara inferirla presencia de un ngel y, posteriormente, referirse a elngel. Losproadverbiosaquy ally la variante he aqu son relevantes para dilucidar la distancia entre lahistoria y lo enunciado en el acto de la enunciacin.

    4.6.1. En relacin al discurso enunciado, la voz del ngel queda emplazada alinterior del texto por medio de la voz del agente enunciador, el evangelista Mateo,quien hace alusin a unngel que visit a Jos: he aqu unngel del Seor leapareci en sueos y le dijo(Mateo 1:20). En este sentido, el artculo indenidoun es la palabra que se antepone a los sustantivos, presentndolos en una esferade determinacin o indeterminacin (Roa 1989; Di Tullio 2005). El presente casoes indeterminado, ya que pudo ser cualquier ngel, no obstante, el evangelista Lucasreere una segunda versin de la visitacin a Zacaras incrdulo, indicando la voz delmensajero como el ngel: Pero el ngelle dijo(Lucas 1:13), para indicar con elartculo denido que el sustantivo ngel es reconocido por quien lee y escucha lavoz del enviado por Dios, Gabriel.

    4.6.2. En el caso 1, la voz del evangelista actualiza la historia con el proadverbiocompuesto: he aqu donde la primera palabra he es la forma verbal impersonalconsiderada como una expresin adverbial de origen rabe h, usada indistintamentecomo aqu (Seco 1998). De manera que el proadverbio compuesto facilita elsignicado conceptual sin hacer referencia a lugares ni personas (Roa 1989: 151).Este dectico actualiza el acontecimiento en la conceptual Jerusaln, aceptando lasignicacin posterior del complemento directo un ngel del Seor le apareci en

    sueos y le dijo (Mateo 1:20). De este modo, la relacin entre elproadverbiomsel complementoadmiten la expresin dectica he aqu, Jerusaln, el antecedentesealado como el lugar real en donde el ngel Gabriel interpela a Jos, revelando elmisterio del origen del nacimiento de Jess: Jos, hijo de Davidlo que en ella esengendrado, del Espritu Santo es (Mateo 1:20-21). Tambin, en el caso 5, el ngel

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    Gabriel recurre alproadverbio compuestohe aqu como acontece en la misma AimKarim, situacin del contexto geogrco elegido por Dios para cumplir su palabra:Y he aqu tu parienta Elisabet,porque nada hay imposible para Dios (Lucas

    1:35). Adems, en el caso 6 el ngel seala y conrma (sin nombrarla) a Jerusalncomo el lugar donde aparecer Jess a sus discpulos y he aqu va delante devosotros a Galilea; all le veris. He aqu, os lo he dicho (Mateo 28:5-7).

    4.6.3. Otro par de proadverbios recurrentes entre los actos de habla del ngel es aqu-all. En el caso 6 hace referencia al lugar del sepulcro: no est aqu, sino all,camino de Galilea en el contexto situacional y geogrco de Jerusaln donde servisto el Nazareno all le veris (Mateo 28:5-7). En el caso 7 el ngel refuerza noest aqu, rerindose al lugar del sepulcro e indica que va a la regin de Galilea yser visto en Jerusaln: allle veris, como os dijo (Marcos 16:6-7).

    4.6.4. El contexto situacional se relaciona con la comunicacin entre los enunciadores:Jos, Zacaras, Mara Virgen, Mara Magdalena, Mara madre de Jacobo y Salom,quienes se encuentran o aproximan a los contextos fsicos e histricos en dondeacontecer la revelacin: Jerusaln, Aim Karim y Nazaret. De manera que situadosse cumple el mandato y la voz del ngel Gabriel se escenica para sellar el acto dehabla verdadero. Pues, dotado de su condicin intuitiva, el ngel identica y ordenaa estos destinatarios reales a travs del vocativo singular y grupal para que se cumplala profeca: en el primer caso dir: Jos, hijo de David (Mateo 1:20-21); en el2: Zacaras no temas (Lucas 1:13-17); en los casos 3 rerindose a Mara:

    Salve, muy favorecida! (Lucas 1:28); en el caso 4, continuo al 5 Mara, no temas(Lucas 1:30); en el 6, rerindose a Mara Magdalena y Mara Madre: No temisvosotras (Mateo 28:5-7) y; en el caso 7 a Mara Magdalena, Mara madre de Jacoboy Salom, No os asustis(Marcos 16:6-7).

    En un breve parntesis, cuando se arma que el ngel Gabriel hace uso de sucondicin intuitiva para identicar y ordenar a los interlocutores, stos no pierden suvoluntad; pues dotados de su intuicin humana reconocen la voluntad de Dios pormedio de la condicin de la fe, otorgada solo a quienes creen en la voluntad sacracontenida en la Verdad de Dios.

    4.7. Actos de habla y discurso enmarcado

    Para ahondar en los actos de habladel discurso enmarcado del ngel Gabriel,se utilizan distintos actos realizativos, considerados verdaderos en la medida queproporcionan todos los antecedentes para que el contenido del acto proposicionalse ejecute tanto en la situacin contextual histrico-social y geogrca como enconcordancia con las reglas constitutivas del acto de decir con el n de probar esaverdad.

    4.7.1. En el primer caso

    el ngel enuncia el acto de invocar, luego conrma y justicapara, nalmente, profetizar y justicar en el siguiente orden: [Jos, hijo de David],[no temas recibir a Mara tu mujer], [porque lo que en ella es engendrado, del EsprituSanto es]. / [Y dar a luz un hijo, y llamars su nombre JESS], [porque l salvara su pueblo de sus pecados] (Mateo 1:20-21). De manera que se reconocen aqu

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    dos tipos de actos de habla, el primero, directivo (exhortativo), ya que el mensajerotiene la conviccin que su interlocutor atender a su llamado; los ltimos son actosenunciativos, pues el enviado conrma dos hechos que sern vericables, el primero,

    en un procedimiento garante en la fe [no temas recibir a Mara tu mujer], [porque loque en ella es engendrado, del Espritu Santo es]; el segundo predice con restriccinen el tiempo futuro: [Y dar a luz un hijo, y llamars su nombre JESS], [porque lsalvar a su pueblo de sus pecados].

    4.7.2. En el caso 2 el ngel interviene en actos como invocar, luego conrma yjustica para, nalmente, profetizar en el siguiente orden: [Zacaras] [no temas];[porque tu oracin ha sido oda], [y tu mujer Elisabet te dar a luz un hijo],[y llamars su nombre Juan. / Y tendrs gozo y alegra, y muchos se regocijarn desu nacimiento]; / [porque ser grande delante de Dios. No beber vino ni sidra], [y

    ser lleno del Espritu Santo, aun desde el vientre de su madre.] / [Y har que muchosde los hijos de Israel se conviertan al Seor Dios de ellos]. / [E ir delante de lcon el espritu y el poder de Elas], [para hacer volver los corazones de los padresa los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Seorun pueblo bien dispuesto](Lucas 1:13-17). De modo que se registran dos tipos deactos de habla, el primero, directivo (exhortativo), ya que el ngel enviado expresa laconviccin de la actitud de su interlocutor quien atender a su llamado: [Zacaras];los ltimos son actos realizativos-enunciativos, pues el enviado informa, primero,que la creencia est implcita en el enunciado con la restriccin de un tiempo pasado[no temas]; [porque tu oracin ha sido oda]; luego profetiza con la restriccin de

    un tiempo futuro, tanto inmediato: [y tu mujer Elisabet te dar a luz un hijo], [yllamars su nombre Juan. / Y tendrs gozo y alegra, y muchos se regocijarn de sunacimiento]; / [porque ser grande delante de Dios]. Adems, en un futuro posteriorse verica y revelan condiciones espirituales y actitudinales de Juan el Bautista comoun elegido de Dios: [No beber vino ni sidra], [y ser lleno del Espritu Santo, aundesde el vientre de su madre.]; como tambin el ngel, en pleno uso de su intuicin yejerciendo voluntad de Dios, declara sin restriccin de tiempo futuro an ms lejanopara el pueblo elegido y convertido: [Y har que muchos de los hijos de Israel seconviertan al Seor Dios de ellos]./ [E ir delante de l con el espritu y el poder deElas], [para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes ala prudencia de los justos, para preparar al Seor un pueblo bien dispuesto].

    4.7.3. En el caso 3, el ngel se expresa a travs del acto de habla evaluativo parasaludar, en la medida que se alegra al encontrar a su interlocutora, la mujer elegidaque concebir al Salvador: [Salve, muy favorecida!].

    La alegra expresada por el ngel en la modalidad exclamativa de la enunciacin,se verica por la relacin y la distancia establecida entre los enunciadores (ngel Mara); en este sentido, el acto de decir del ngel Gabriel ensamblado a laexclamacin disminuye la distancia y la tensin del acto de comunicacin. Pues dada

    su condicin intuitiva reconoce que en Mara existe la condicionante para reconocerla Voluntad de Dios en la voluntad natural del hombre. Esta precondicin de Marafacilita el desarrollo y ejercicio de la profeca con un aditivo que no tiene precedenteen la relacin del enviado y su interlocutora: compartir el propsito de la Voluntadde Dios. Posteriormente, emplea un acto de habla exhortativo al bendecirla, ya que

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    ste se encuentra investido de la autoridad, es y est ordenado para ello: [El Seor escontigo; bendita t entre las mujeres](Lucas 1:28).

    4.7.4. En el caso 4, el ngel reere actos como invocar, luego conrma, justica y,nalmente, profetiza en el siguiente orden: [Mara], [no temas], [porque has halladogracia delante de Dios]. / [Y ahora, concebirs en tu vientre, y dars a luz un hijo, yllamars su nombre JESS]. / [Este ser grande, y ser llamado Hijo del Altsimo;y el Seor Dios le dar el trono de David su padre]; / [y reinar sobre la casa deJacob para siempre, y su reino no tendr n] (Lucas 1:30). De manera puntual esteepisodio es crucial para reconocer el mandato del enviado quien emplea un primeracto de habla exhortativo, expresando la conviccin de la actitud asumida por suinterlocutora quien atender a su llamado: [Mara]; luego emplea un acto realizativoenunciativo para informar con la restriccin de un tiempo pasado: [no temas],

    [porque has hallado gracia delante de Dios]; posteriormente, en otro acto realizativoenunciativo profetiza con la restriccin de un tiempo futuro, tanto inmediato:[Y ahora, concebirs en tu vientre, y dars a luz un hijo, y llamars su nombreJESS]. Tambin, para un futuro posterior donde se revelarn las condicionesespirituales y actitudinales del Elegido de Dios quien reinar sobre su pueblo, agregaa la profeca: [Este ser grande, y ser llamado Hijo del Altsimo; y el Seor Dios ledar el trono de David su padre]. Adems, el ngel declara, a aquellos que acogen laVoluntad de Dios en la experiencia de la voluntad humana, que a travs del Elegidosern testigos: [y reinar sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrn]. Esto es, en un tiempo para siempre(ahora) y en un lugar (aqu)sin fn; en lo ms

    cercano que se pueda imaginar el hombre como sea vivir en la eternidad.

    4.7.5. En el caso 5, el ngel emplea actos de habla enunciativos (representativos)por cuanto cree que el contenido de su proposicin es verdadero. Por ello profetiza,conrma y sostiene: [El Espritu Santo vendr sobre ti, y el poder del Altsimo tecubrir con su sombra; por lo cual tambin el Santo Ser que nacer, ser llamado Hijode Dios]. /[Y he aqu tu parienta Elisabet, ella tambin ha concebido hijo en su vejez,y ste es el sexto mes para ella, la que llamaban estril]; / [porque nada hay imposiblepara Dios] (Lucas 1:35). En el presente caso, el acto realizativo de profetizar, sibien tiene la restriccin de un tiempo futuro, se llena de la verdad inconmensurabley csmica que solo se puede conrmar a travs de la fe. Por esto, el ngel Gabrielcompleta el acto de profetizar: [El Espritu Santo vendr sobre ti, y el poder delAltsimo te cubrir con su sombra; por lo cual tambin el Santo Ser que nacer, serllamado Hijo de Dios]. No obstante, este procedimiento se conrma en un hechoanterior similar en donde puede ser vericable, ya que heaqu, rerindose a untiempo pasado y situado en un lugar cercano en la tierra de Aim Karim sucedi algosimilar a una mujer envejecida: /[Y he aqu tu parienta Elisabet, ella tambin haconcebido hijo en su vejez, y ste es el sexto mes para ella, la que llamaban estril].Para concluir este episodio, se cuenta como ncleo de la accin la profeca hecha a

    Mara sobre el nacimiento del Hijo de Dios. Este procedimiento es preexistentey es sostenido por el ngel antes de decir las palabras sello de la accin Divina,corroborado por las palabras de cierre del tiempo continuo de su preexistencia ypoder csmico, de Quien domina el todo y la nada, lo posible y lo imposible: [porquenada hay imposible para Dios](Lucas 1:35).

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    4.7.6. En el caso 6 el ngel asume el rol de insuar esperanza a las mujeresdesalentadas tras la muerte humana de Jess. Por ello, emplea actos de habladirectivos (exhortativos) al demandarles bajo su autoridad de enviado de Dios el no

    caer en el desnimo: [No temis vosotras]. Luego representa actos enunciativos(representativos) en la total asuncin intuitiva sobre su conocimiento de las pasiones ydebilidades del hombre, entonces declara: [porque yo s que buscis a Jess]; pues,rerindose a un episodio acaecido en un tiempo inmediatamente anterior, conrma:[el que fue crucicado]. Sin embargo, la creencia del hablante anglico descansa enel conocimiento absoluto de la verdad de la resurreccin, el que puede ser vericablepor el ojo humano: [No est aqu, pues ha resucitado]. Finalmente, a travs de suinvestidura de mensajero de la profeca del nacimiento y resurreccin del Elegido, vecumplido el mandato, no obstante falta el sello. Entonces, en otro acto enunciativoconrma las palabras del Hijo de Dios y sella: [como dijo] (Mateo 28:5-6).

    No obstante, el ngel conoce la debilidad del hombre, quien a menudo quedaatrapado en su incredulidad. Por esto emplea un nuevo acto de habla directivo(exhortativo) y conmina a sus interlocutores a vericar por sus propios ojos lainexistencia del cuerpo: [Venid, ved el lugar donde fue puesto el Seor]. Posteriormenteen otro acto exhortativo autoriza la divulgacin de la noticia: [E id pronto y decida sus discpulos que ha resucitado de los muertos]. Pues, volviendo a un nuevo actorealizativo enunciativo, corrobora y da fe de la existencia de Jess he aqu, porcuanto ha resucitado y se ha encaminado a Galilea, aunque la situacin en que seencuentra fsicamente visible para los hombres es en la ciudad de Jerusaln: [y heaqu va delante de vosotros a Galilea]; posteriormente conrma: [all le veris].

    El ltimo acto enunciativo y representativo de la voz del ngel cierra la profeca de laResurreccin cumplida sobre el contexto situacional y en la tierra prometida para esarevelacin con las palabras sello: [He aqu, os lo he dicho] (Mateo 28:5-7).

    4.7.7. En el caso 7, el acto de habla de profetizar la resurreccin del Hijo de Diosse declara como el eje de las acciones realizadas por el ngel; no obstante, elevangelista Marcos emplea el recurso de depositar la fe en la condicin de Jesscomo el Salvador del Mundo y el sello en la verdad mesinica. Primero, similar alcaso anterior, el ngel emplea un acto de habla exhortativo al mandar con autoridadel no caer en el desnimo: [No os asustis]; luego en la total creencia intuitiva desu conocimiento sobre las debilidades del hombre, declara a las mujeres una seriede actos enunciativos representativos, en el primero, con conviccin absoluta en lascosas vericables para el hombre, sostiene con la restriccin de un tiempo anterior:[buscis a Jess Nazareno, el que fue crucicado], posteriormente, con el respaldode su palabra certica: [ha resucitado] y, adicionando vehemencia a la verdad de laresurreccin complementa: [no est aqu]. Por lo anterior, el ngel Gabriel conminaa sus interlocutoras a vericar por sus propios ojos la inexistencia del cuerpo y en unnuevo acto de habla directivo exhorta: [mirad el lugar en donde le pusieron].

    A diferencia del episodio antecedente, en el evangelio de Marcos se antepone el

    conector adversativo pero de restriccin (Roa 1989:161), en la medida que no estotalmente incompatible para el Mensajero de Dios el conocimiento natural de moriry el sobrenatural de resucitar. Por esto mismo emplea un nuevo acto exhortativo yconmina tanto a seguirlo como a comunicar a Pedro que ste se encuentra en la rutaa Galilea: [Pero id, decid a sus discpulos, y a Pedro que l va delante de vosotros

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    a Galilea]. En seguida, conrma con el acto enunciativo: [all le veris]; lugar endonde se sella el contexto situacional histrico-geogrco de la resurreccin para elmundo cristiano.

    Finalmente, el discurso de la verdad de la resurreccin del Hijo de Dios seconrma con las palabras profticas de la preeminencia del mismo Salvador delMundo. Para terminar, el ngel Gabriel cierra la sentencia de su acto de habla conuna reveladora comparacin. En este sentido el conector de comparacin comoaclara la idea de contener al menos dos conceptos que, mirados desde el punto devista o signicado contenidos en el modo, la cualidad y la cantidad, son semejantes;pues como l recientemente seala es lo mismo que el Enviado de Dios comparti: elmodo de vida, la fuerza de la verdad y la trascendencia relativa al tiempo de vida enla eternidad: [como os dijo] (Marcos 16:6-7).

    5. CONCLUSIONES

    De esta manera, la consumacin escatolgica queda cerrada en el discursoenunciado por el ngel Gabriel en las tres intervenciones claves de su discurso dela verdad de Dios, en donde cumplir un mandato es una condicin natural para elmensajero, quien solo replica la intencin de la voluntad Divina en un contextosituacional coherente para el propsito. En la medida que se contextualizan loscomponentes tanto de la situacin comunicativa y la enunciacin en el evento preciso,se inere que la fuerza del acto ilocutivo contempla la adecuacin en el uso de las

    reglas constitutivas para el acto de habla en que la verdad de Dios no requiere de msantecedentes para ser asumida como la verdad de la historia del hombre doctrinal.Este hombre es el que reconoce los signos de los tiempos mesinicos y hace de suvida una experiencia de la voluntad de Dios.

    A travs de este estudio se corrobora que a travs de la enunciacin se ponenen funcionamiento categoras lingsticas que permiten identicar con ms claridadel discurso escatolgico, con ello, reconocer un antecedente clave en las voces delngel Gabriel en preeminencia de la voluntad de Dios. Como una forma de replicar laaccin de los sujetos de la enunciacin,tanto el ngel Gabriel como sus interlocutoresse actualizan en marcas que permiten conrmar la existencia de la intersubjetividad,por un lado, se conrma la misin del ngel y el uso de los mecanismos de cohesinlingstica y sensorial que lo integran en esa dinmica temporal en donde le ha tocadomisionar. Por otro, en la medida que la enunciacin sostiene a los sujetos sensoriales(yo-t), que presuponen la intencin de inuenciarse en una relacin intersubjetiva, eldiscurso del ngel sella dos estigmas que inhabilitan al hombre histrico de cumplirla promesa.

    No es gratuito que ste intuya y relacione los estados de nimo de Jos ola inconsistencia en la fe de Zacaras; la reaccin a ello est en la emisin de losenunciados ilocutivos correctos; en uno, para inducirlo en la conviccin de hacer

    algo por la promesa hecha al pueblo elegido y que se debe cumplir y, en los otros, laaccin perlocutiva que rearma la esperanza personal de la promesa que es previay sustancial para que se cumpla la misma. Los siguientes enunciados refuerzan lodicho: Zacaras es el mensajero del cuerpo y la sustancia, en cambio, Jos es elportador del mensaje para el espritu del pueblo elegido; ambos son necesarios y

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    se contienen tanto como los debi contener el mismo ngel Gabriel para cumplir laprofeca del discurso escatolgico.

    Ampliando la asercin anterior, la condicin de hacer de los actos humanos la

    voluntad de Dios, reduce o tensa la relacin entre el ngel y en quienes a los que sedebe dar la precondicin de esta voluntad; son casos los del incrdulo Zacaras o deltemeroso Jos. Sin embargo, la diferencia con el discurso de la Anunciacin a Maraes que la modalidad asertiva acompaa la exclamacin, inrindose que la distancia yla tensin en la relacin entre estos interlocutores no requiere de precondicin alguna.En denitiva, la condicin natural de intuir del ngel Gabriel le permite presuponerque Mara comparte sus esquemas y la doctrina, por esto la relacin intersubjetiva serecupera de una manera ms vivaz y completa, esto es, porque ambos conllevan elsentido de la voluntad de Dios. En suma, se puede plantear que tanto la distancia como latensin del acto de la comunicacin se reducen a un punto cero pues, con una diferencia

    sustancial, si ambos comparten la condicin intuitiva de reconocer la voluntad de Dios ladiferencia est en que el ngel Gabriel posee una condicin natural de hacer de sus actosla voluntad natural de Dios y, en Mara, es la experiencia para hacer de su condicinhumana la condicin natural para los actos de la voluntad natural de Dios.

    En este sentido, le es permitido al ngel Gabriel revelarse a s mismo como elportador del signo proftico de la Anunciacin, la Encarnacin y la Resurreccin delMesas para la salvacin del hombre histrico (Parra 2000) y, por lo tanto, abrir y ala vez cerrar la accin desde, hacia y hasta el cumplimiento de su misin. Adems, elngel es un facilitador del valor completo de las Sagradas Escrituras; hasta cumplircon el sello de sus ltimas palabras, [He aqu, os lo he dicho] (Mateo 28:5-7). El

    ngel es quien cierra el discurso escatolgico de la historia hacia el futuro, de laesperanza en lo que se espera, y permite contemplar la presencia de Dios en el hombre.

    Retomando el discurso nal de este estudio, la descripcin del nivel lxicosemntico de los elementos internos entre texto-discurso asignan referencia a losenunciados del ngel misionero del mismo Dios; no obstante, llegar a comprender eldiscurso sello de las profecas mesinicas, si bien debe acercar al hombre a la Verdadde Dios, sta permanece sellada slo por la condicin del hombre en la historia.De manera que al traspasar esta condicin del hombre, se descubren las relacionesdel signicado de la verdad de Dios a travs del discurso enunciado por el enviadosupremo, un ngel, el ngel, Gabriel en pleno conocimiento de las virtudes y lasdebilidades del hombre. De forma que, tanto las competencias comunicativas como laideologa del hablante (ngel Gabriel) se unen a las oraciones contextualizadas en lahistoria y la cultura, evalundose en ello la verdad de la oracin y sus consecuenciasen la sociedad de aquel momento. El ngel, an as, permanece el y verdadero alo que Dios ordena, el y verdadero al discurso de Jess-Dios Encarnado; el yverdadero en l y en l, en quien prevalece la palabra sello.

    As bien el ngel Gabriel abre y a la vez cierra la accin hasta el cumplimentode la misin. No obstante la historia comparte un sistema abierto y prolongado en eltiempo abierto hacia el futuro dir Parra (2000). El sistema escatolgico implica

    la fundacin de la profeca del ngel Gabriel desde la Anunciacin a la Resurreccindel Mesas, cerrado en las palabras sello de Jess [como os dijo] (Marcos 16:7) asemejanza del discurso del ngel Gabriel: [He aqu, os lo he dicho] (Mateo 28:5-7).

    A modo de reexin nal, si hasta hoy no se ha vivido la masicacin delcristianismo, pues, una razn revela la falta de conocimiento de las instancias que

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    suministran las acciones profticas consumadas en el discurso del ngel Gabriel.Esto demanda considerar, desde la promesa judaica de la esperanza, la profeca delnacimiento de Juan el Bautista en majestad del concepto de la Verdad, la profeca del

    nacimiento de Jess en la completa alianza entre esperanza y certeza de Dios con elhombre, hasta la promesa de la Resurreccin; el cumplimiento de la promesa universalde Dios con el hombre (la naturaleza, la verdad y la sobrenaturaleza del hombre conDios). Todas, acciones de la voluntad expresadas por el ngel Gabriel para vivir enplenitud la entera presencia del Espritu de Dios. Sin embargo, cabe preguntarse, qutan creble puede ser la voz del ngel Gabriel, tanto como la de Juan, Jess, Mara oJos?; si procediramos como hizo Zacaras, de seguro enmudeceramos en un ahora,sin n.

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