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LAS 24 HORAS EN PUNTO DE PINTO: UN SUEÑO DIFERENTE

(The 24 Hours O'clock of Pinto: a Different Dream)

Joseph Millariega

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© Joseph Millariega © Las 24 Horas en Punto de Pinto: un Sueño Diferente © The 24 Hours O'clock of Pinto: a Different Dream Con agradecimiento a Elena Suárez Editado en Charleston, Condado de Berkeley, South Carolina, USA, 2017 ISBN-13: 978 - 1546724650ISBN-10: 1546724656

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DEDICATORIA A mi esposa Hilda

A los organizadores: Carlos Aguado, Fran Araque y Fulgen de la

Paz A los patrocinadores y colaboradores A Pinto Turismo y a la ciudad de Pinto

Patrocinadores: Ayuntamiento de Pinto

PintoTurismo Inmobiliaria Pincasa

Colaboradores:

MKM Maquinaria para Artes Gráficas, EjeZeta Trabajos Verticales, MyKasa Inmobiliaria, Mudanzas R.Bardera, Herbolario Vida, Fisio's & Wellness, Cuétara, Vichy Catalán, Eléctrica EDP, Hotel Princesa de Éboli, Amestoy Abogados, Vital 2000, Lurbel, Crea Música y Arte, Carnecería Alberto, Panificadora del Pozo, Reformas Quality Hurtado, Kreando Cultura, Power Bar, Relojería Sánchez, Cafetería Triana, Chiptiempo y Soria Natural.

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Índice Pág.

Presentación 10

I Un sueño diferente 12

II Ilusión y sacrificio 30

III Entrega y entusiasmo sin límites 49

IV Mayte Rico. Cuando correr en la Naturaleza es poesía y música de Vivaldi

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V Juan Carlos Sánchez. Me dicen que estoy grillado por haberme metido en esto

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VI Iván Penalba. Mi abuelo me envía energía desde el cielo

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VII Jaime Fernández. Más que la perspectiva épica es la falta de energía lo que me produce sensaciones casi psicotrópicas

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VIII Jesús Gómez. El Filípides moderno, que entrena al amanecer antes del trabajo y por la tarde estudia en la universidad

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IX Mayte Ansó. Nunca es tarde para comenzar algo que te apasiona

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X Sebastián Blesa. Un histórico de nuevo en la ruta

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XI Miguel García. Mi estrategia será hablar con la gente, correr y caminar, parando lo mínimo posible

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XII José Antonio Redondo. Entrenó para la prueba de Pinto con la cabeza del húmero rota

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XIII Ana Isabel Veguillas. Correr me sirve para disfrutar y canalizar el día a día

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XIV José Luis de Santos. Francisco Javier Fernández. Enrique López. Jesús Blázquez. Luis Moya.

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XV Alberto Gutiérrez. Kilómetros de sudor y sangre en favor de los más desfavorecidos 1Km.=1Kg.

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XVI Luis Fernando de Sisternes. Jesús Antonio Dionisio. Beatriz López. Valentín Guerrero. Hugo Gordillo. Anthony Stephen Lee. Luz Aurora Casas.

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XVII Susana Téllez. Trabajar y correr por la noche

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XVIII Jabitxu Martín. Entrené como Rocky Balboa por la apuesta con unos amigos

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XIX Fernando Pacheco. Fue una experiencia insuperable compartir las vivencias y sensaciones de las 24H de Pinto

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XX Eddie Gallen. Un héroe como los de Olympia

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XXI Sergio Ruiz. Mi corazón, mi fuerza espiritual, mi familia y amigos llevaron mis piernas, cuando ya no pude más...

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XXII Carmen Ballesteros. Correr me ayuda a ordenar la cabeza: es mi mejor psicólogo

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XXIII Días de sangre y gloria 304

A Carlos Aguado 315

Sobre el autor 316

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Presentación

'Como Concejala Delegada de la Concejalía de

Deportes y Actividades Físicas del Ayuntamiento de Pinto solo puedo mostrar mi agradecimiento y apoyo a Pinto Turismo, por esta magnífica iniciativa –única y diferencial en nuestro municipio– de las 24 Horas en Punto.

Un evento que es más que una actividad deportiva, ya que va a poner de relieve el valor cultural y la riqueza medioambiental de Pinto, pues no en vano la prueba se va a desarrollar en el parque Juan Carlos I, que constituye una de las mayores riquezas naturales que tenemos. Un recinto que constituye la mayor extensión verde de nuestra ciudad y que cuenta con una abundante variedad de especies arbóreas. Algo muy especial, que debemos disfrutar y potenciar.

Aunque debo reconocer que otro de los objetivos importantes de estas 24 Horas en Punto será el potenciar el comercio local y la hostelería de la zona, con lo que se consigue reactivar la economía del municipio. Contando además con otras novedades – que vendrán a dar más atractivo a la carrera–, como diversos talleres, música en directo y otras actividades complementarias que harán de la prueba una jornada lúdica y festiva completa para todos los públicos.

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Por lo tanto, ante un acontecimiento de esta dimensión y singularidad, desde el Ayuntamiento de Pinto solo podemos mostrar nuestro respaldo a Pinto Turismo, por la eficaz labor llevada a cabo a través de un trabajo totalmente desinteresado, que contribuye a fomentar en nuestro municipio aspectos tan fundamentales como la cultura, el deporte y el ocio'.

Cristina Lorca Concejala Delegada de Deportes y Actividades Físicas del Ayuntamiento de Pinto

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I

Un sueño diferente No voy a negar a nadie que correr 24 horas es

algo realmente duro. Aunque también tiene su parte lúdica, sentimental, diferente... Más que la competición en sí, en estas pruebas hay que valorar otros aspectos. Como el hecho de tener la gran satisfacción personal de superar un reto de los más difíciles que existen, el contacto con las compañeras y compañeros y la visión especial y nueva que se tiene de la noche. Y me refiero a la interacción entre las personas, porque en estas pruebas suelen surgir grandes amistades, ya que no hay nada que hermane más a los hombres que el hecho de afrontar solidariamente situaciones de dificultad o de tragedia. Y no me excedo con este último calificativo, pues si las 24 horas tienen un gran componente de aventura y de exaltación de los valores personales, no hay que descartar del todo su vertiente amarga y dramática...

Las carreras de 24 horas se hacen eternas. En estas pruebas el autocontrol es también un elemento determinante. Así como el dominio de los pensamientos negativos. Atletas con una baja capacidad de control de la ansiedad o de las sensaciones de desastre tienen muy poco que hacer

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en esos circuitos, donde lo principal es no perder nunca la calma y no despilfarrar las fuerzas a las primeras de cambio.

Sin duda en las 24 horas una buena administración de la fatiga es un factor esencial. Corredores extenuados ya desde las primeras horas del día están abocados a un fracaso casi seguro, quizás por no haber tenido suficiente cautela a la hora de distribuir la energía y promediar la destrucción muscular. Un gran deterioro de la miofibrilla ya desde el inicio de la competición producirá mucho dolor en el transcurso de ésta –sobre todo con la llegada de la noche, siempre un escollo–. Resulta, en consecuencia, esencial vigilar tres variables: la física, la energética y la mental.

Logotipo de las primeras 24 Horas en Punto de Pinto

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Al igual que en los 100 km. o en otras pruebas de larga distancia puede ser una mala práctica fijarse objetivos a largo plazo; es decir, el pensar ya desde los momentos preliminares en cuánto tiempo hay que estar en actividad. Porque esa responsabilidad tan grande será para nosotros una auténtica rémora que se debe evitar a toda costa, pues puede conducir al abandono. Es preferible hacer algunos cálculos simples: dentro de tres horas me pararé diez o quince minutos; cuando comience a agotarme daré una vuelta corriendo y otra caminando; cuando llegue la noche me ducharé, me cambiaré de ropa y tomaré una sopa caliente; si me encuentro muy mal en las horas nocturnas, me acostaré un rato... Planteamientos de ese tipo son los que nos interesan. De esa forma, por una parte nos relajamos y por otra podremos seguir trotando con menos tensión. Cuanta más angustia soportemos, más carga negativa sobre el sensible sistema muscular y más fatiga del mismo.

Algo que también hay que evitar son las excesivas pérdidas de tiempo. Tenemos que ser como laboriosas hormigas, acumulando metros sin parar, kilómetros o millas. El control de los descansos es muy importante, al menos si nuestro objetivo es sumar el mayor número de kilómetros en nuestro marcador.

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Vista aérea de Pinto

Paradas muy largas no suelen proporcionar siempre el grado de relajación que se espera de ellas y, por el contrario, el reloj no se detiene nunca. Es muy difícil después recuperar esos lapsos de tiempo quizás superfluos –aunque sirvan para rehabilitarnos temporalmente– por mucho que se intente aumentar el ritmo, el cual, por otra parte, tenderá a ir decreciendo a medida que pase el tiempo, merced al crónico desfallecimiento orgánico.

En estas competiciones –como en otras de ultradistancia– el correr con unas zapatillas lo suficientemente mullidas y a la vez ligeras se vuelve un factor de una importancia capital. En tanto tiempo es esencial arrastrar el menor peso posible, gozando

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de la máxima amortiguación disponible. Una combinación que no siempre se logra...

Entrada al parque Juan Carlos I.

En estas competiciones –como en otras de

ultradistancia– el correr con unas zapatillas lo suficientemente mullidas y a la vez ligeras se vuelve un factor de una importancia capital. En tanto tiempo es esencial arrastrar el menor peso posible, gozando de la máxima amortiguación disponible. Una combinación que no siempre se logra...

Debes de tener en cuenta que en una prueba de tantas horas vas a tener enormes pérdidas a través del sudor, lo que va a interferir mucho en el estricto

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balance hídrico y electrolítico del organismo, limitando tu rendimiento. Las pérdidas de agua van a implicar una mayor viscosidad de la sangre. Y las de electrolitos, sobre todo las de sodio (Na+), cloro (Cl), potasio (K+) y magnesio (Mg), perturbarán las funciones musculares y de la conducción nerviosa. El suministro de líquidos y electrolitos (sobre todo, sodio y cloro) se considera del todo esencial en los esfuerzos muy prolongados.

Según demostró hace ya tiempo el fisiólogo alemán Fritz Zintl sólo una afluencia continua de alimentos y líquidos permite un rendimiento durante muchas horas. La ingesta de hidratos de carbono es necesaria, para evitar los niveles bajos de azúcar sanguíneo y sus consecuencias. El rendimiento óptimo va a depender en gran medida del equilibrio hídrico y electrolítico, dado que si se suministran concentraciones muy bajas de electrolitos –o sobredosis– se producen rápidamente importantes perturbaciones en el rendimiento óptimo. Además, en las largas distancias va a ser esencial también la energía lograda a partir de las proteínas –gluconeogénesis– .

Es fundamental que en los días anteriores a las 24 horas vigiles el correcto funcionamiento de tu aparato digestivo. No hagas ingestas experimentales, ya que cualquier alteración en las comidas –por ejemplo, hincharte de pasta– va a descompensar tu estómago

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Zona del parque Egido: el centro de la ciudad.

Una práctica nada aconsejable, pues debes de

tener en cuenta que el día de la prueba va a estar sometido muchas horas a una gran erosión.

Durante tanto tiempo funcionando es probable que se irrite demasiado y que tengas algún episodio de vómito o colitis. Debes ir también preparado para eso. Lo ideal es que en los días previos aumentes un poco la carga de hidratos, pero solo ligeramente. También necesitarás proteínas, pues vas a degradar más de un 15% de las mismas en glucógeno. Así que lo mejor será que trates de llevar una vida normal hasta el último día y que cuides mucho tu estómago, pues ten en cuenta que las capas que forman las paredes del mismo estarán ya

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degradadas, debido a la intensidad de los entrenamientos. Conviene que llegues a la línea de salida en las mejores condiciones posibles y será durante la carrera cuando vayas haciendo tomas controladas de sólidos y líquidos, al objeto de estar siempre bien hidratado y de que vayas teniendo en todo momento –y de manera preferente– glucógeno como energía esencial.

Vista del parque Juan Carlos I por la noche.

Durante la carrera van a surgir contratiempos: cansancio, dolor, pensamientos negativos... Además hay que contar con que no se cumplan los objetivos parciales. Por lo tanto, conviene tratar de adelantarse a todas esas contingencias. De esa forma podremos tener la mente prevenida y, si

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somos lo suficientemente hábiles, también lograremos diseñar la estrategia correctiva. Llegarán los episodios apocalípticos y hay que estar preparados para combatirlos: estoy cansado, no puedo más, no lo voy a conseguir, qué hago aquí, no merece la pena, esto no es para mí, he equivocado mi vida... La mente puede verse atormentada con preguntas que no tienen fácil respuesta: ¿cómo, por qué, para qué...?. Tendremos que contar con un pensamiento clave que nos refuerce en el momento oportuno. Será muy útil cualquier evocación de pasajes que os han emocionado en su momento...

Recordaréis la película Chariots of Fire (1981), cuando Harold Abrahams y Eric Liddell entrenaban para competir en los Juegos de París 1924. Las imágenes de ese film, sabiamente etiquetadas en la retina, pueden ser muy alentadoras en los momentos difíciles. Otro ejemplo lo tenemos en la elocuente película Gallipoli, de Peter Weir, cuando –en mayo de 1915– Archy Hamilton, un joven y prometedor atleta que destacaba por su velocidad, rechaza un futuro de gloria y se alista en la caballería australiana que lucha contra los turcos en Alejandría. Antes de entrar en el ejército Archy conoce a Frank Dunn. Quién no recuerda aquellas preguntas y respuestas: ¿Qué son tus piernas?. ‘Muelles de acero’. ¿Cómo vas a correr?. ‘Como un leopardo…'. Eran auténticos refuerzos positivos, parecidos al de resistir es vencer. En todo caso, durante las sesiones de

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entrenamiento debemos ir acostumbrando la mente a la lucha contra los estímulos negativos. De esa forma, al llegar a los auténticos momentos cruciales de las 24 horas podremos reaccionar de una manera más adecuada, superando los malos momentos y continuando en la prueba... Al igual que en los 100 km. existen varios momentos fatídicos –como puede ser el paso por los kilómetros 60, 70 y 80–, en las 24 horas también el

cuerpo y la mente van a resentirse en determinados momentos. Las horas van pasando lentamente, a la vez que los rostros de los atletas adquieren tintes dramáticos. Los cuerpos se encorvan, las caras se agrietan, los ojos se extravían en el infinito...Es la hora de la flagelación, producto de la extenuación.

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Es entonces cuando las preguntas de la vida empiezan a martirizar a los individuos. ¿Por qué?. ¿Para qué?. ¿Qué estoy haciendo con mi existencia?. Llegados a ese punto, hay que tener cuidado, porque se está muy cerca del abandono. El prototipo de homínido inteligente ya no es el aguerrido hoplita del Paso de las Termópilas, sino el hombre o la mujer normales, con éxito social, con ideas y pensamientos comunes en cualquier parte de la tierra. El hombre o la mujer que piensan en cosas racionales y productivas: el dinero, el amor o proteger a su familia de la adversidad. El hombre o la mujer familiares... Aquéllos a los que la sociedad otorga su placentera venia. El hombre masa. Y, sin embargo, tú te ves inmerso en unas 24 horas, realizando un simple trabajo mecánico que no va a tener ninguna repercusión social. ¡Qué inutilidad...!.

No podemos negar que existen en las 24 horas unos periodos fatídicos, que todos sabemos que, con el paso de los kilómetros, habrá que afrontar. El primero de ellos aparece cuando llevas entre doce y quince horas de carrera continua. Las piernas flaquean, el cuerpo se tuerce, la mente se nubla, las ideas se tornan perniciosas...Tienes ya en tu poder todos los ingredientes para una retirada formal y la consiguiente vuelta a casa con la frustración de no haber logrado tu anhelado propósito. Entonces pones en marcha los mecanismos cerebrales que ya te tienes aprendidos

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como consecuencia de haber pasado por episodios similares en otras ocasiones o en las sesiones de acondicionamiento. No es lo que parece –te dices–... Sólo se trata de un estado de crisis temporal que en otras ocasiones ya he superado. Voy a cambiar el esquema del pensamiento y evocar cosas agradables, reflexiones que me estimulen y me ayuden a salir del bache... Y, por supuesto –una vez restablecido el equilibrio emocional–, continuas, sin más análisis introspectivos, dejando atrás un kilómetro tras otro, como un autómata, como alguien que está maldito y debe seguir inexorablemente expiando su culpa. Hasta que te enfrentas al siguiente trance: el de las dos o las tres de la madrugada. Vuelta al protocolo: una inmediata refutación mental, seguir y seguir, esperando otro de los momentos fatídicos, los prolegómenos del amanecer, ya casi el último de los escollos que hay

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superar para asegurar un final digno de carrera. Por qué corremos grandes distancias y en qué

pensamos al hacerlo. Buenas preguntas. Intrigantes dilemas. Muchos de los que pertenecemos al mundo ultra quizás sintamos con ello que nuestro cuerpo se depura y nuestra alma se eleva. Es como si paso a paso, zancada a zancada, fuésemos dejando atrás toda la parte de taimada maldad o inmundicia que se pudiera acumular en nosotros, que de este modo parece diluirse con cada gota de sudor. Además no es menos cierto que en general disfrutamos de una vida relativamente cómoda. Por ello no está del todo mal que, de cuando en cuando, intentemos compartir el dolor y la desventura de quienes padecen de verdad, lo que nos podrá conducir, al menos, a entenderlos un poco mejor...

Siempre recordaré la experiencia de las 48 Horas de Köln, Alemania. En la noche del día dos me encontré extenuado y casi al límite de mis fuerzas. Necesitaba descansar un poco y no tenía dónde. Al pasar por el lugar donde los organizadores habían ubicado el puesto médico, vi una camilla vacía y me tumbé un poco encima de ella. Me preguntaron si tenía algún problema y les dije que no, que solo necesitaba cerrar los ojos un poco. Dieron su consentimiento –no de muy buena gana– y, al poco rato, me invitaron a abandonar la estancia con malas maneras...

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No resistía ya más el sueño y el agotamiento. Necesitaba cerrar los ojos unos minutos y no encontraba un lugar idóneo. El frío era intenso. Solo ya al detenerte te quedabas ya congelado, sobre todo con la brisa cortante del río Rhin. Así que tuve que juntar dos contenedores de basura y acurrucarme un rato en el medio, sobre el asfalto de la carretera y quizás haciendo compañía a las ratas. Aquél día aprendí a valorar más algunas de las cosas a las que en la vida diaria no damos la suficiente importancia, como por ejemplo el tener una cama donde dormir.

Lo mismo me había ocurrido en Grecia. Habíamos salido de Atenas para después atravesar el estrecho de Corintio en dirección a la mítica Esparta y ahora ya estábamos en la Península del Peloponeso. Cuando –muy avanzada la noche– tras el kilómetro 160 hube atravesado el legendario Monte Parthenio –que Filípides coronó en el 490 a.C.– camino ya del pueblo de Zevgolatio Arcadia necesité también imperiosamente cerrar los ojos por un espacio de tiempo, después de haberme caído ya en una cuneta. Se daban los mismos supuestos que en Alemania: frío, oscuridad, agotamiento y mucha desolación… Hube de adentrarme en el bosque y recoger unas ramas de pino para tumbarme sobre el suelo mojado y cubrirme con ellas durante breves momentos, intentando recuperar algunas energías y dejando caer los párpados sobre los atrofiados

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globos oculares por unos instantes. –No muchos, porque ya estaba entrando al límite en los check points y el reloj seguía corriendo implacablemente...– Allí también aprendí a valorar en la medida que se merece esos bienes terrenales cuya posesión consideramos trivial y con los que a menudo no estamos a gusto: un techo, la comida diaria, la ausencia de enfermedad, una familia, una cama… La consigna en aquel bosque era resistir hasta el último aliento, hasta el postrer soplo de vida, si fuera necesario, porque, si había sido capaz de sacar mi existencia diaria adelante a base de aguantar un envite tras otro, con mucho mayor motivo debería hacerlo en el Peloponeso. ¿O no es cierto que en nuestras vidas corrientes de hombres masa resistimos hasta en el mismo momento de la muerte?.

Desde luego, siempre nos va a costar menos trabajo eludir un reto que afrontarlo y aceptarlo. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos debemos encarar esa eterna controversia, el gran dilema: hacer lo que hay que hacer o dejarnos llevar por la mera inercia. Con frecuencia aceptamos lo fácil como bueno y rechazamos lo difícil. Somos seres emocionales y a menudo buscamos un resultado gratificante para nuestros actos. Lo queremos todo pronto, al momento. Y más en la era informática. No nos gusta esperar. Por eso si desafiamos el reto de las 24

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horas también estaremos aprendiendo a no buscar desesperadamente las recompensas rápidas y fatuas, sino que a luchar con método y a esperar con paciencia por ellas.

Cualquier modo de vivir puede ser bueno. No hay cánones universales. Lo ha venido demostrando sobradamente la antropología al comparar las diferentes culturas. Todo dependerá de que uno se sienta a gusto consigo mismo y con su entorno. Lo cierto es que a veces nos intriga la aventura, lo desconocido, lejos de esa desidia diaria que nos convierte en antropófagos de nosotros mismos...

Cascada del parque Juan Carlos I.

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Las carreras de 24 horas –salvando su componente estoico– producen también grandes satisfacciones, al lograr que tu mente sea más resistente al infortunio o a la adversidad, consiguiendo que seas un hombre o una mujer que goza de más austeridad y disciplina que el resto de sus congéneres. Hacen de ti un ser distinto e inigualable, aunque a veces injustamente criticado por el hombre de la masa. Intenta aprovechar todo lo bueno que ese mundo puede ofrecerte, que es mucho sin duda. El gran mérito es que consigas extrapolarlo a tu vida diaria...

Entonces, si juegas tus cartas bien, podrás alcanzar un cierto éxito en la vida, ya que acapararás unas peculiaridades inusitadas, que te van a hacer sobresalir por encima de mucha gente. También es cierto que hace falta un poco de suerte: que la pelota, después de dar en la red, caiga en el campo contrario y no en el tuyo. Y que aquello a lo que aspiras no sea una quimera o esté reservado a los poderes fácticos. Por lo demás, esa disciplina que vas a adquirir participando en las 24 horas puede ser una verdadera catapulta en muchos sentidos. Por lo tanto, no deseches las valiosas enseñanzas de superación del esfuerzo, de camaradería y de solidaridad que puede aportarte. Aprovéchala para hacer el bien... El día de hoy no se volverá a repetir. Vive intensamente cada instante, lo que no significa el hacerlo alocadamente;

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sino mimando cada situación, escuchando a cada uno de los compañeros, intentando realizar cada sueño positivo, buscando el éxito del otro también; y examinándote de la asignatura fundamental: el amor. Para que un día no lamentes haber malgastado de manera egoísta tu capacidad de amar y dar vida (John Keating, en Dead Poets Society).

***

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II Ilusión y sacrificio

Pero organizar y sacar adelante una carrera de

24 horas es una tarea que requiere un ingente esfuerzo. Tanto de promotores como de instituciones. Hasta el punto que muchos de nosotros preferimos más correr la prueba que estar al frente de ella. No sé si otros de mis distinguidos colegas los atletas –ya sean hombres o mujeres– compartirán esta idea. Pero a mi, que estuve al frente de una prueba de ese tipo durante trece años, no me cabe ninguna duda. Será que soy un poco raro, porque la verdad es que también me aburre más desplazarme de una punta a otra de España para tomar parte en unos 100 km. que cubrir esa distancia. Cosas de los que hacemos ultrafondo, que también puede que tengamos nuestro sesgo. Sería un error considerarnos seres superiores o mejores que el resto de los mortales, por razones evidentes. Aunque bien es verdad que nuestros hábitos y costumbres de estricto método y abnegación –que, en realidad, vienen a evidenciar una cierta singularidad– nos llevan a pensar y actuar en la vida diaria de manera diferente a muchas personas.

Las 24 Horas en Punto de Pinto, tienen –como no podría ser de otra manera– detrás a un reducido –pero muy eficiente– equipo humano, respaldados por el Ayuntamiento de la localidad y, en concreto,

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por Cristina Lorca, Concejala Delegada de Deportes y Actividades Físicas. Todo ellos son corredores de ultradistancia y de otras pruebas, pero tienen el mérito y la experiencia de haber tomado parte en retos de gran calibre, como la Subida al Pico Veleta –de la que dicen es una de las carreras más duras del mundo–, los 100 Km. Madrid-Segovia, las 24 Horas en Pista TV3 de Barcelona, las ultra trail Desierto de los Monegros y Mont Blanc, ta temida Maraton Des Sables y otros retos de esa envergadura. Se trata de Carlos Aguado, de 59 años, Fulgencio de la Paz, de 44 y Fran Araque, de 50.

–Sois los padres del proyecto, con el respaldo del Ayuntamiento. Pero un evento de este tipo requiere contar con un equipo humano considerable. ¿Disponéis de más ayuda? –le pregunto a Carlos Aguado.

–Sí, por supuesto... Aparte de nosotros hay muchas personas implicadas. Compañeros de entrenamientos, clubes deportivos de la ciudad y otras personas tales como una doctora que nos ayudará con su experiencia y decenas de amigos totalmente dispuestos a echar una mano...

–¿Cómo surgió este interesante proyecto? –Nació durante el trayecto de los 50 kilómetros de

la Subida al Pico Veleta (Granada), que Fulgen, Fran y yo decidimos correr juntos y al mismo ritmo. Tuvimos tiempo para charlar y elaborar un diseño

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inicial. Algunos teníamos ya experiencia en las 24 horas y pensamos que una prueba en circuito era más fácil de controlar que una en ruta...

–¿Por qué a primeros de abril? –Pinto en verano, debido a su temperatura y

aridez, reúne unas características un tanto desérticas. Por eso nos decantamos por hacer la carrera en una estación más suave, los días 1 y 2 de abril.

Carlos Aguado, uno de los impulsores de las 24 H. –¿Cómo respondió el Ayuntamiento de la

localidad ante vuestra iniciativa? –Desde el primer momento se volcaron en la

carrera, poniendo a nuestra disposición todos los servicios municipales necesarios. Desde

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instalaciones hasta personal del área de deportes, contactos y todo aquello en lo que pudieran ser útiles. –¿Cuál es el objetivo fundamental que perseguís?

–Desde luego, dar a conocer el potencial turístico de Pinto. Sobre todo la oferta cultural, monumental y su entorno, que es, sin duda, uno de sus máximos exponentes. Tal es el caso de la Torre de Éboli, que permanece cerrada al público por expreso deseo de sus dueños. Sé que las instituciones con atribuciones para ello están intentando acogerse a las leyes vigentes para que dicho espacio monumental se pueda visitar. También queremos impulsar en buena medida la oferta deportiva y bello entorno que tenemos, pues más del 40% del término municipal pertenece al Parque Regional del Sureste y es Zona de Especial Protección de Aves, pues cuenta con especies de gran valor, como avutarda, cernícalo primilla, aguilucho cenizo, entre otras aves protegidas y escasas.

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Torre de Éboli, en Pinto. El nombre se debe a la noble española de la Casa de Mendoza, Ana de Mendoza y de la Cerda, casada a la edad de 12 años con Ruy Gómez de Silva, Príncipe de Éboli (Nápoles), aunque ella poseía numerosos títulos nobiliarios castellanos. A la muerte de su marido, debido a intrigas palaciegas y amorosas aún no bien determinadas fue mandada detener el 28 de julio de 1579 por Felipe II y encarcelar en la Torre de Pinto, donde pasó seis meses en condiciones difíciles, hasta que fue trasladada al Castillo de Santorcaz (Madrid) y, posteriormente, a Pastrana (Guadalajara), donde falleció en 1592. Se desconoce su fecha exacta de construcción, aunque es probable que comenzara hacia 1359, cuando el Rey de Castilla, Pedro I El Cruel cedió el Señorío de Pinto a D. Íñigo López de Orozco. Sirvió de cárcel a famosos personajes a lo largo de los siglos, no solo a la Princesa de Éboli. Diez años más tarde, en 1589, fue confinado en la misma Antonio Pérez –que se decía era amante de la hermosa y cultivada Princesa, aunque tuerta o estrábica–, Secretario de Felipe II. Pero el 19 de abril de 1590 logró huir a Aragón, ante lo cual el monarca decretó en encierro en la Torre a su esposa, Dª Juana de Coello y a sus hijos, que permanecieron en cautividad hasta la muerte del Rey. En el siglo XVII también el Duque de Nochera conoció la soledad del recinto –por encargo de Felipe IV–, sin que pudiera librarle de la condena su amistad con el mismísimo Conde-Duque

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de Olivares. Y en el año 1808 también fue morada durante un breve periodo de Manuel Godoy, favorito de Carlos IV.

Sigo entrevistando a Carlos Aguado sobre los

aspectos fundamentales de las 24 horas, tratando de incidir solamente en los elementos esenciales de los preparativos, el diseño y la organización, pues debo advertirles que he comenzado a escribir este libro antes de la celebración de la carrera, en un intento de ofrecer a las lectoras y lectores una visión lo más completa posible del antes, durante y después de un acontecimiento de este tipo.

–Tengo entendido que pretendéis llegar más allá de la mera competición...

–Así es... Nos venden el deporte como una actividad para fomentar la competitividad, pero

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nosotros creemos que la ultradistancia aporta valores distintos: autoconocimiento, compañerismo, superación de límites. Además también pensamos que el fondo de una persona –entendido como adaptación al esfuerzo– se puede entrenar con menor impacto y con menor peligro para la salud que el deporte agónico, como podrían ser las carreras de corta distancia.

–¿Algún fin solidario? –En esta primera edición, no... Apenas si seremos

capaces de cubrir los gastos. Contamos con pequeñas aportaciones, sobre todo de material. Aunque es cierto que también existe alguna económica. Pero, en general, somos nosotros los que corremos con los gastos. La colaboración institucional con la que contamos no va más allá de poner a nuestra disposición horas de material, personal, instalaciones, lo cual agradecemos mucho también, porque sabemos que, en definitiva, son costes.

–Deduzco que os encontráis ante alguna dificultad organizativa...

–Tenemos experiencia en organizar otro tipo de actos y ya contábamos con que aparecerían ciertas dificultades. Sabíamos que el Ayuntamiento de Pinto se mostraba receptivo ante el proyecto y, de hecho, nos da toda la colaboración posible. Pero esperábamos encontrar más respaldo en el patrocinio privado. Esperábamos una mayor

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implicación de las empresas y comercios locales, que, a fin de cuentas, son quienes se benefician de la difusión que pretendemos llevar a cabo con las 24 Horas. Aunque lo cierto es que cada vez cuesta más encontrar apoyo. Quizás seamos muchos a pedir. Después está la incertidumbre de programar y diseñar la actividad sin saber cuántas personas formalizarán la inscripción.

–Veo que estáis llevando a cabo entrenamientos

periódicos en el mismo circuito de la prueba... –Buscamos dos objetivos. Por un lado, que

aquellas personas que no están acostumbradas a dar vueltas en circuito vayan preparando la mente para ello. Y, por otro, que tomen parte en el reto una serie de corredores populares que piensan que nunca alcanzarán el objetivo de correr más allá de la

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mítica maratón. Aquí lo pueden intentar y tengo la seguridad de que muchos de ellos lo van a lograr. Aunque en la prueba individual no esperamos que la participación sea superior a 50 personas. De todas maneras, tenemos también las 6 Horas, las 12 Horas y los Relevos, modalidad esta última muy atractiva... A estas alturas tenemos inscritos cinco equipos.

–Hoy es 10 de febrero de 2017. ¿Cuántos participantes tienes en estos momentos en la prueba individual?

–Mira... Tenemos veinte inscritos. Recuerda que faltas tú...

–Bueno –le digo a Carlos Aguado–... Para la fecha en la que todavía estamos me parece una participación individual aceptable. Y no te preocupes, que yo me inscribo en la prueba individual dentro de unas fechas. A pesar de que me ha surgido una sobrecarga en el hueco poplíteo de la pierna izquierda, que irradia hacia los isquiotibiales. No me está permitiendo entrenar adecuadamente. Pero, en fin, estaré ahí con vosotros para contar en este libro cómo se desarrolla una prueba de 24 horas y haré lo que pueda... Además, ya tengo unos años...

–Los años no son un problema para ti. La lesión sí, porque puede recidivar a lo largo de tantos kilómetros...

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–Estoy de acuerdo contigo en lo de la recidiva, pero no en lo de la edad –nos reímos–. Correr con 62 años no es como hacerlo con 30. Además llevo encima más de 30 maratones (2h46'52''), 34 100 km en ruta, siete de 24 horas, una de 48, tres veces Oviedo– Covadonga–Lagos, Spartathlon (que salió mal), cientos de carreras de todo tipo y otras aventuras largas. También he sido marchador... Todo eso es experiencia, pero también supuso un gran desgaste... Sigamos con lo nuestro, que me pongo a contar mi vida y resulto pesado... ¿Se cubren los gastos?

–Con ese nivel de inscripción no tenemos ni para el cronometraje ni para el seguro, aparte de otros costes fijos y variables que hay que afrontar. Así que la prueba está en gran parte respaldada por nosotros a nivel personal...

–¿Y cómo van las inscripciones de las pruebas de 6 y 12 Horas?

--Tres para las doce horas y uno para las seis... –Me imagino que la gente se irá animando y estas

cifras se verán muy incrementadas –le digo con sinceridad a Carlos. Háblame un poco de los horarios y del circuito...

–La prueba comienza a las 12.00 horas del día 1 de abril, que es un sábado. Y finaliza a esa misma hora del domingo. Será un circuito de 2 km. por el parque Juan Carlos I, que tiene un 30% de asfalto,

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algo de enlosado y el resto son caminos de tierra compactada en buen estado. No es completamente llano, aunque cuenta con poco desnivel. Hay tramos llanos y otros de ligeras subidas y bajadas, lo que favorece que las piernas no se carguen en exceso por la rutina de la zancada. No hemos considerado conveniente homologarlo, porque no podría compararse con otra prueba. Además, no vamos ni a poder cubrir los costes más elementales...

Otro entrenamiento en el propio lugar de la prueba.

–¿Qué puedes decir sobre la larga distancia a las

personas que van a acudir con ilusión a las 24 horas non stop, ya sean personas inexpertas o más avezadas en estas lides?

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–Cuando corremos –me asegura Carlos– carreras de este tipo, lo hacen tres entidades en una: un cuerpo, una mente y una emoción. Sin las tres se hace difícil cumplir el objetivo. Partimos de un entrenamiento, más o menos planificado, en el transcurso del cual estos tres entes se han ido retroalimentando a través de una convivencia que dará sus frutos haciendo que terminemos el reto.

–Yo, a lo largo de mi vida de corredor de largas distancias, había experimentado esa simbiosis, pero es interesante el sentido humanista que le das...

–El cuerpo –sigue Carlos, mientras una chispa de emoción le brilla en los ojos– es el primero que debe entregar su energía, aunque le cuesta hacerlo. Está programado para ahorrarla y no para darla. Debe pasar un tiempo –distinto en cada persona– para que los sistemas se adapten al esfuerzo. Después ya empieza a funcionar como un reloj y creemos que puede seguir así horas y horas. Pero no es cierto, pues hay un punto de inflexión a partir del cual comienza a aparecer el agotamiento...

–¿Me equivoco si te digo que es entonces cuando van a entrar en juego la emoción y la mente?

–Estás en lo cierto... La emoción se resiente y la mente comienza a elaborar estrategias, dependiendo del nivel de agotamiento, todas encaminadas a satisfacer los deseos del cuerpo, de los cuales el más poderoso será el de detenerse, el de parar... Una mente entrenada tirará del cuerpo.

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En otro caso, ahí estará la justificación para dejarlo, pues los dolores musculares y articulares son cada vez más grandes...

–La motivación –la emoción de la que me hablas– va a ser una de las claves, ¿no Carlos?. –En efecto. Si estamos motivados podremos ser capaces de sobrellevar todo ese cúmulo de experiencias negativas. En otro caso, comienza una batalla entre el cuerpo y la mente. Es el organismo el que intenta llevar a ésta a su terreno y doblegarla. Solo nos permitirá seguir adelante una voluntad inquebrantable de desatender los deseos del cuerpo. Esa obstinación no vendrá dada por ningún músculo titánico ni por ninguna fuerza descomunal, sino por el hecho de no escuchar al cuerpo y centrarse solo en la idea de terminar la prueba. Lo único que deberá ser importante: acabar, cueste lo que cueste... Yo lo llamo concentración y su fuente de energía es la emoción, la motivación. Es un estado mental que solo puede mantener despierto el logro de una hazaña... Parece una explicación fría, pero no es otra cosa que el producto de haber superado pruebas de, incluso, más de 24 horas. Tanto mis amigos como yo nunca paramos a descansar, porque esos recesos nos desconcentran y abren la puerta a que el aspecto negativo de la mente vuelva a recuperar el mando.

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Con buen criterio, la Organización de las I 24 Horas en Punto de Pinto intenta crear entre los atletas que no están adaptados a la larga distancia –ya sean hombres o mujeres– una preliminar adaptación, en un ambiente de cordialidad y solidaridad que es muy favorable a la hora de decidirse a inscribirse.

Somos seres bastante emocionales y tenemos excesiva tendencia a aceptar los estímulos gratificantes, cuanto más pronto mejor, porque no nos gusta esperar. El mundo de hoy en día es rápido, inmediato. Quien no muestra esa diligencia en el trabajo o en la vida diaria es rechazado casi de plano. Por eso una prueba de 24 horas no encaja siempre en todas las mentes, porque es lenta, lleva tiempo conseguirla y entraña un gran sacrificio. Pero algo bueno suele ser aquello que cuesta mucho esfuerzo conseguir...

Siempre nos va a resultar más fácil eludir un reto que afrontarlo, incluido el de las temidas 24 horas. Pero si nos ponemos a reflexionar un rato, nos daremos cuenta que desde que nos levantamos hasta que nos acostamos debemos enfrentarnos a esos dilemas. A hacer lo que hay que hacer, a ser nosotros mismos o a dejar de serlo... En los días previos a la carrera el corredor o corredora suele situarse en un estado de sobreactivación. En general, esta inquietud afecta al descanso de quien va a tomar parte en la prueba y coloca a su

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organismo en un estado de indeseado malestar. Ya se sabe lo que ocurre cuando no se concilia el sueño o solo se logra a ratos: desasosiego generalizado, sensación de cansancio, pérdida de agudeza mental y otros efectos perniciosos. Desde luego que correr 24 horas sin haber dormido bien, incluso desde varios días antes, puede colocar al organismo al borde del estrés. Y cuando los tejidos se angustian, sin duda se resienten y no rinden al máximo. Es más, cualquier tensión, cualquier carga mental, va a transmitirse inmediatamente al tejido muscular, muy sensible a estos episodios –también hay un cierto riesgo de lesión –, habida cuenta, además, de que ha tenido que trabajar en exceso en los últimos meses de preparación de la carrera.

El resultado que logréis el día de la prueba, va a depender, en parte, del grado de control que tengáis sobre la situación, tanto en las fechas que la preceden como antes de que suene el disparo de salida. Es probable que seáis presa de la ansiedad, un estado nada deseable, porque si actúa sobre vuestro organismo, el sistema muscular es posible que se resienta, aunque en apariencia no os deis cuenta de ello.

El atleta de la clase ultra que quiere llegar al final, tiene que ser discreto en todo, hasta en su zancada. A veces son muy importantes detalles como el llevar ropa de abrigo por la noche o en las primeras horas de la mañana. Cierto es que, en ocasiones, en nada

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nos parecemos a esos estilizados atletas de los 1500 metros. Porque lo nuestro es diferente: antes de traspasar la línea de llegada hemos de cruzar el mar de los sargazos. Y, si no controlamos –al detalle– aspectos tácticos como las diferencias térmicas, el ritmo, la concentración, la comida o la bebida, nos veremos abocados, en muchos casos, al fracaso.

Yo escribía en uno de mis libros, a propósito de la prueba de 100 km., que después de tomar la salida los depósitos de glucógeno están repletos y los péptidos enseguida comienzan a producir un cierto nivel de euforia. Es el momento propicio para que los más locuaces comiencen a contar sus batallitas, que no son otra cosa que anécdotas, chistes y toda suerte de habladurías, algunas de ellas, por supuesto, inventadas para la ocasión. No entres en esa dinámica: sigue concentrado y a lo tuyo. Pues es probable que ninguno de tus dicharacheros compañeros termine el viaje contigo. Escucha, corre y calla, si te es posible. Comprobarás cómo, con el paso de los kilómetros, te irás quedando a solas con el asfalto. Te habrán sacado de ritmo, habrás hecho un esfuerzo superior al que te convenía y terminarás quedándote solo tú y la carretera.

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Fulgen de la Paz, es el tercer componente del equipo

de trabajo que, con el respaldo de las Instituciones –en la medida de sus posibilidades– trata de sacar adelante este proyecto de hermanamiento entre seres humanos de origen y condición desigual: el de las 24 Horas en Punto, un sueño diferente.

Gran parte de estas prevenciones son extrapolables a las 24 horas, aunque no de una manera tan tajante. Desde luego, no hay que perder

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la concentración, que es esencial. Aunque sí conviene establecer una relación distendida con los compañeros y compañeras de lucha, muy útil ello a la hora de ir quemando kilómetros y consiguiendo a la vez que pasen las horas. Ahora bien, cuando la interacción reiterada cause malestar anímico hay que volver a la reflexión interior con uno mismo. Debes de tener en cuenta que a través de una charla profusa durante muchas horas se pierde gran cantidad de energía. Está bien establecer un pacto de mutua ayuda, un acuerdo de hermandad y fraternidad, no solo para fomentar las relaciones humanas, sino también para conseguir acabar la carrera.

Fran Araque, uno de los organizadores de estas I 24

Horas en Punto de Pinto, junto con Carlos Aguado y Fulgen de la Paz. Experto en encuadernación y artes gráficas es un gran apasionado de los retos.

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III Entrega y entusiasmo sin límites

Como ya se sabe, la organización de la

prueba corre a cargo de la asociación sin ánimo de lucro Pinto Turismo, que trata de fomentar actividades deportivas, culturales y medioambientales, al objeto de promocionar un turismo sostenible en la ciudad de Pinto. Las personas que formaron la asociación e idearon la prueba –Carlos Aguado, Fran Araque y Fulgen De La Paz– son corredores de largas distancias. Llevan muchos años tomando parte en estos retos y poseen mucha información y experiencia al respecto. La idea surgió un buen día –como ya ha comentado antes Carlos Aguado– y enseguida se vio que podía ser posible. Así que los tres mosqueteros se pusieron manos a la obra, dicen que un tanto obsesionados por el proyecto. Aunque aseguran que, tras el éxito de esta primera edición, su obstinación ha ido en aumento y que están decididos a hacer una prueba de 24 horas que sea un referente, tanto a nivel nacional como internacional. 'De ello solo tienen la culpa –dicen– los corredores que participaron en esta primera edición y los voluntarios que nos arroparon en todo momento, un ejemplo, en ambos casos, de pasión, entrega y humanidad. Estas 24 horas son algo más que una carrera en ruta: consisten en recorrer un circuito que se antoja

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<mágico>. Una vivencia de comunicación entre cuerpo, mente y emoción, que provoca una catarsis al cruzar la línea de meta'.

Desde el primer momento se plantearon la prueba como un evento transversal, entre lo deportivo, lo lúdico y lo cultural.

Fran Araque y Fulgen De la Paz reciben a una

participante.

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No se buscaba solo la competición entre los compañeros de los entrenamientos. No se quería hacer solo una carrera que combinase el sentido común y los anhelos –como asegura Carlos Aguado–, sino que lo que se pretendió –por cierto, con éxito– fue que el aspecto lúdico tomase el protagonismo, no solo respecto a los competidores, sino que al público y a los sufridos acompañantes. Por eso fueron unas 24 horas en las que tuvieron cabida una serie de actividades como música en vivo, arqueología, talleres, entretenimientos para los más pequeños y otras actividades culturales.

De izquierda a derecha: Carlos Aguado, Fran Araque, Iván Penalba –vencedor de las 24 Horas– y Fulgen De la Paz.

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Los organizadores ya se han puesto a trabajar en la segunda edición. Sensibles a las preferencias de corredores y acompañantes, tienen pensado mejorar algunos aspectos como la calefacción en los box de los equipos, cronometraje, avituallamiento, elaboración de café y caldo en el propio puesto de control, instalación de carpas gigantes en la zona de las actividades y del escenario, mejor acondicionamiento de la parte destinada a acampar, ampliación de categorías y premios, retransmisión en directo de algunos momentos de la prueba, modificación de algunos aspectos del reglamento... Pero manteniendo como señas de identidad el trazado del circuito, la fecha y el punto de salida y meta en el Auditorio.

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Un momento de la animada recogida de dorsales.

Los organizadores tenían un gran interés en

que las 24 Horas en Punto no consistieran solo en un prueba atlética, sino que buscaban la instauración de un evento global, con actividades para el público, los corredores –en su caso– y sus acompañantes. El enclave idóneo y privilegiado sería el auditorio del lugar de la prueba: el inmenso parque Juan Carlos I.

Hacia las 10.30 horas del día 1 de abril –antes de la salida– tuvo lugar el concierto a cargo de Ibelife, con Borja Rodríguez al piano y Laura Torrero con la flauta travesera, todo cargado de sentimiento.

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Borja Rodríguez y Laura Torrero en plena actuación.

Simultáneamente se celebró un taller de

pilates, impartido por Fisio's & Wellness y un taller de calentamiento para corredores. A las doce en punto se produjo la salida de la carrera y ciclistas del club Amigos del Mountain Bike fueron abriendo la carrera. Poco después tuvo lugar la visita a los talleres de prehistoria de Arqueopinto, museo municipal ubicado en el propio parque Juan Carlos I, con muestras de la época altoimperial romana y periodos tardorromano y visigodo. Más tarde se impartió una sesión de pilates y otra de manualidades para niños, esta última dirigida por Kreando Cutura. Ya el domingo por la mañana tuvo

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lugar un taller de observación de aves en el parque, dirigido por el ornitólogo Rubén Moreno-Opo Díaz-Meco, en el que los asistentes pudieron aprender a reconocer a las aves por sus cantos.

Por otra parte, la música y la animación fue constante en la línea de salida-meta, donde se congregó además mucho público a determinadas horas.

Las sesiones de gimnasia tuvieron buena acogida

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Gran parte del éxito se debió al equipo colaborador.

Iván Penalba, Alberto Gómez y Fulgen De la Paz.

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Entrega de dorsales en el hotel Princesa de Éboli.

Preparativos en línea de meta a primera hora

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Se anima la salida con la llegada de atletas y familiares

Es el momento de los saludos y de las anécdotas

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Pero también el de la reflexión y la meditación.

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Los ciclistas se preparan y Carlos Aguado explica los

puntos esenciales del reglamento de la carrera.

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Salida de todas las modalidades. 12.00 horas del día 1

de abril de 2017. Una fecha histórica.

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Amigos del Mountain Bike ayudando en la prueba.

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Fernando Huélamo Fernández, ganador de las 6H

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Ana Isabel Veguillas Hervás, primera en las 6H

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Edward Gallen, ganador de las 12 Horas

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Jaime Fernández Gómez, segundo en las 12 Horas

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Iván Penalba López, vencedor en las 24 Horas.

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Alexander Kosyk (Ucrania), segundo en las 24H.

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Fernando Ibarra Carbón, tercero en las 24 Horas.

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Marathon Aranjuez I, que venció en los Relevos con una cantidad importante de km.: 324.

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Ladies Runners, de Pinto. Excepcional grupo humano, que alegró la fiesta de las 24 Horas en Punto.

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Las Supeyc Pinto, cuya simpatía y encanto hicieron de las I 24H algo especial.

Las Supeyc, abrazadas, dándose fuerza al término del gran reto.

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Las Supeyc y las Ladies posando juntas. El carisma

especial de estas mujeres hizo que todo fuera distinto, cobrando la prueba un singular colorido. También supieron transmitir al evento su encanto y espíritu positivo, lo que reforzó en gran medida el aspecto lúdico de estas I 24 Horas en Punto de Pinto. Es, por tanto, esta foto un recuerdo de mujeres excepcionales como atletas y como personas, que transmitieron a todos los participantes los valores más auténticos e innegables de la esencia del deporte y del ser humano...

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IV Mayte Rico Muñoz

Pinto – Relevos 'Ladies Runners'

Cuando correr en la Naturaleza es poesía y música de Vivaldi

Mayte Rico Muñoz es de Madrid y hace 18

años que vive en Pinto. Trabaja en la red de bibliotecas públicas de la Comunidad y tiene dos hijos: 12 y 17 años. Suele pesar entre 55 y 58 kilos. Dice no saberlo ciertamente, 'porque odio las básculas'. Es una de las componentes del equipo de relevos 'Ladies Runners', creado para la ocasión, si bien pertenece al 'Club Running Pinto'. Tiene 46 años y lleva corriendo cuatro. 'Tras el fallecimiento de mi padre, un ser muy querido para mi –me explica–, estaba tan dolida que deseaba ofrecerle un esfuerzo extra, algo que supusiese un sacrificio para mi. A propósito de ello, unas amigas me plantearon si sería capaz de completar la <Carrera de la Mujer de Pinto> y así empezó todo...'.

–¿Fue una llegada a meta muy emocional, no? –Sí, desde luego... Me sentí muy bien conmigo

misma. Y ya no solo por el hecho de haber sido capaz de hacer la distancia, sino porque había logrado ofrecer a mi padre esa pequeña inmolación.

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–¿Entraste en un mundo nuevo de sensaciones y de emociones, no?

–Sí... Y todas ellas agradables. Comprobé que el correr era libertad, sufrimiento, terapia, olores, colores, amistad, compañerismo, fuerza, llantos, risas, sacrificios y muchas recompensas. Y que no sería la última vez...

Mayte Rico en el Cross de la Constitución, en Alcobendas

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–Tanto como corredora te veo como una poetisa, como una trovadora del 'running'. No todo el mundo es capaz de expresar lo que se siente con tanta sutiliza y, a la vez, con acertado lirismo...

–Es que así es este mundo de los entrenamientos y de las carreras populares: libertad, frustración, poder y al final el sudor acompañando a mi sonrisa de satisfacción.

–¿Qué pruebas corres habitualmente? –Sobre todo, las de diez kilómetros... Aunque este

año ya me introduje en algunas más cortas e intensas, como el 'cross'. Ahora mi mente ya piensa en la preparación de mi primera media maratón, el 23 de abril, que es la máxima distancia a la que aspiro por el momento.

No siempre entrevisto a una mujer para la que el camino es un poema y para la que el cielo, los árboles y los pájaros estrofas de un verso endecasílabo. Yo, que rubrico alguna oda, casi puedo percibir esa ilusión que brota en forma de brillo de sus ojos...

–El 'trail' –me sigue diciendo con vehemencia– es otra de las disciplinas que adoro. No tiene nada que ver con el asfalto de la ciudad. Poder correr entre pinos, jaras, saltar rocas y arroyos, cruzarse con animales, oler la Naturaleza caliente por el sol y escuchar solo el crujir de tus pisadas, es un regalo de los sentidos.

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Su voz es tenue y para alguien que ama las montañas, los ríos y los bosques –como es mi caso– suena a música campestre de Vivaldi o Beethoven. Y recuerdo las palabras del cardiólogo norteamericano, George Sheehan, que –como decía en un sortilegio de metáforas–, 'estaba en un tren en marcha con las cortinas echadas y con el curso de la vida trazado, pero me apeé de él... Comencé un episodio creativo con mi propio cuerpo, explorando el dolor y el cansancio del mismo modo que el placer y la satisfacción, ampliando la mente y el alma: pero hay otra alternativa: uno siempre puede volver a subirse a ese tren...'

–Veo que, desde una perspectiva psíquica, para ti el hecho de correr ocupa un lugar preeminente en tu vida...

–Me ayuda mucho, es cierto... No tanto a olvidar los problemas, porque esos siguen estando ahí... Pero sí a hacerlos más llevaderos, más livianos... Consigue que pesen menos en la mochila de la rutina. Me ayuda a creer un poco más en mi, a quererme, a comprender que nada en esta vida es fácil, pero que con esfuerzo llega una gran recompensa en forma de crecimiento personal...

–¿Todo son ventajas o ves algún inconveniente? –A nivel físico, no hay duda de que es muy

beneficioso. Es económico, ya que la inversión principal se produce en buenas zapatillas y calcetines –lo demás ya es más secundario–. Ayuda

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a sociabilizar, con lo cual los tímidos encuentran un apoyo para unirse a un grupo o club. Despeja la mente y reduce el dramatismo que a veces ponemos a los problemas diarios. Te permite disponer de una libertad de horarios, pudiendo adaptar el ejercicio a la familia, ocupaciones o condiciones climatológicas... Lo peor de todo ello son las lesiones, que muchas veces te imposibilitan para hacer lo que te gusta por un tiempo y pasas ganas a veces de 'tirar la toalla'. Pero siempre tienes a los amigos que te levantan el ánimo...

–Pero las lesiones son algo aleatorio... En general, ¿tú aconsejarías correr a los sedentarios, no?

–¡Por supuesto! –no lo duda ni un instante–. Si ponemos en una balanza las ventajas y los inconvenientes resulta abrumador el beneficio que produce a costa de cualquier dolor o inflamación que, en cualquier caso, te puede sobrevenir igual en otra actividad. Recuerdo que hice mi primera carrera con los gemelos duros como piedras y con las piernas 'llenas de agujetas'. Pero todo eso se supera con la práctica. Yo noto que cuando entreno estoy más relajada y de mejor humor..

–¿Se logran encajar bien los entrenamientos y carreras populares con las actividades familiares, laborales y sociales?

–No siempre, pero hay que hacer los ajustes necesarios para acoplarlas de la mejor forma

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posible. Por ejemplo, yo intento ir a carreras en las que también existan categorías de menores, para que mis hijos tomen parte en ellas también. El mayor logró resultados muy aceptables y ahora está en una escuela de atletismo. Y el pequeño se lo está pensando... El 'Running Pinto' colabora mucho, además, con todos nosotros y nos sentimos muy arropados perteneciendo al mismo.

–¿Qué entrenamientos haces? –Primero iba por mi cuenta, con los amigos y

amigas. Después comprobé cómo este deporte me ayudaba tanto en el día a día y decidí apuntarme al 'Running Pinto', para dar calidad a las sesiones y seguir una disciplina de trabajo dirigida y ordenada. Además me ayudan a superar la pereza –¡existe!–, porque sé que cuando voy a entrenar con los compañeros del club los buenos ratos están asegurados, aunque sea haciendo series o cuestas.

–¿Ya tenéis organizados los relevos de las 'Ladies Runners'?

–Más o menos, sí... Nos vamos a repartir el tiempo entre las componentes. Si alguien flaquea siempre habrá otra compañera dispuesta a echarle una mano. Solo en dos ocasiones me han asaltado unas pequeñas dudas, ya que tengo que correr tres horas ¿y si no puedo?. Solo un poco de nerviosismo, pero nada que me quite el sueño o me produzca pesadillas, entre otras razones ¡porque nunca recuerdo mis sueños...!. Tengo muchas ganas de

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que llegue el día, sobre todo por ver el resultado de un evento en el que se han implicado con mucha ilusión y esfuerzo personas a las que admiro. Deseo que sea un éxito, sobre todo para hacer justicia a las personas que lo han creado.

–¿Qué tal las sesiones de toma de contacto con el parque 'Juan Carlos I'?

–Solo pude participar en la primera y recibí buenos consejos de Fran Araque, que es 'un grande', un admirable deportista y mejor persona. Un ejemplo a seguir y un referente para futuros atletas...

–¿Estiras mucho, poco o nada? –Eso es algo que hago mal. Porque tan

importantes son los ejercicios de fuerza y los entrenamientos como el hecho de que los tejidos recobren su forma primigenia y se eliminen las toxinas. Por razones personales he tenido que dejar de ir al gimnasio. Lo hecho de menos...

–¿Cuidas la alimentación? –En eso creo que debería mejorar bastante, pues

estoy convencida de que mis resultados y estado físico mejorarían si mejorase un poco más ese aspecto. Como 'de todo', pero creo que no en las cantidades suficientes, por ese afán que tenemos las mujeres de cuidar la figura.

–¿Gastas mucho dinero en zapatillas y ropa?

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–Cuando empiezas a correr lo haces con calzado sencillo, pero después ya tienes que adquirir material bueno, que, la verdad, cuesta un 'pastizal'. En cuanto a la ropa, me gusta correr con lo mínimo, ya que sudo mucho y las prendas me molestan bastante. También creo que debería acostumbrarme a unas medias de compresión, pero en las ocasiones en las que las he usado no me he sentido cómoda...

–También imagino que habrás pensado en la celebración con el equipo...

–¡Claro!. Seguramente con unas cervezas –¡sin alcohol!–, en medio de un gran ambiente y la admiración hacia quienes han corrido muchas horas.

–¿Se te ha pasado por la cabeza hacer distancias mayores?

–Eso lo dejaremos para los que vienen por detrás pisando fuerte. Nuestro trabajo consistirá en transmitirles todo lo bueno vivido y despertar su curiosidad para que descubran por sí mismos lo que hay de realidad en ello...

Después de la prueba Nunca supuse que el alcance de esta prueba –

dice Mayte Rico– pudiera llegar a tener esta dimensión. Han pasado dos semanas y todos seguimos 'sublevados' por la embriaguez que nos

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causó el habernos lanzado a lo desconocido. Seguimos aferrados a la resaca, como si esta fuera un auténtico parásito que alimenta nuestros recuerdos.

No dudé en explorar los nuevos caminos que me iban a conducir a la experiencia de engullir kilómetros, pero, si soy sincera, nunca me imaginé la gran repercusión que ello iba a tener. Todavía recuerdo el momento en el que se nos informó de ese proyecto de las '24H' por tres soñadores 'adolecidos por el soroche de las alturas', Carlos, Fran y Fulgen. No hubo ningún tipo de vacilación por nuestra parte ante la propuesta de los padres del proyecto. Para mi, Fran Araque se ha convertido en alguien admirable por su trayectoria deportiva, pero también por la humanidad que desprende. Nunca he conocido a nadie con su claridad de ideas, su transparencia, honestidad, nobleza y humildad. Un ejemplo para quienes queremos aprender de la experiencia de un maestro...

El proyecto –sigue comentando Mayte– había sido tejido con ilusión y, por supuesto, había que comprometerse con el mismo. Merecía nuestra entrega de todo corazón. Así fue como enseguida se creó un grupo de ocho mujeres dispuestas a dar las mejores pinceladas al entrañable boceto. En todo momento las buenas vibraciones auguraban el éxito. A ello ayudaba la seriedad con la que se forjaba la logística del evento.

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De izquierda a derecha, Carmen Ballesteros, Patricia y Mayte Rico, al finalizar las 24 Horas.

Los preparativos parecían más propios de una

acampada de amigos que de 24 Horas, con gran ilusión, expectación y nervios por nuestra parte. Deseábamos que llegase pronto ese momento de convivencia para perpetuar su recuerdo en el tiempo. Ya en sí, la pre-carrera desprendía aromas de risas mezcladas con el sudor del esfuerzo, porque el asunto de la posible dureza estaba siempre presente, pero también teníamos una gran ilusión y deseos de entrega sin límites. La hilera de tiendas de campaña en la trastienda de la salida guardan

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muchos secretos de amistad y hermandad, con el objetivo final de vivir aquello y hacerlo inolvidable...

Una climatología benévola nos estaba ayudando y –aunque con alguna pequeña racha de viento– el espléndido sol dio mucho ambiente y fue gratificante. Aunque la noche, en determinados momentos, nos dejó el recuerdo de la lucha contra las bajas temperaturas. Aunque ni así los ánimos decayeron, gracias a las buenas charlas y a los aplausos continuos.

En la curva de entrada a meta, antes del auditorio, siempre había personas aplaudiendo y animando a completar la siguiente vuelta. Eso me quedó grabado a fuego en el alma. Recuerdo unas sillas con gélidos cuerpos arropados hasta las cejas, pero que con la calidez de sus palabras empujaban a los verdaderos héroes y heroínas que batallaban zancada a zancada.

Veía a los que llevaban tres cifras en su cuenta personal de kilómetros y no salía de mi asombro, por la resistencia física y la fuerza mental que poseían, adornada a veces con una sonrisa de agradecimiento. Ahí es donde conoces algunas de las auténticas y valerosas historias de la vida: estremecedoras, arriesgadas... Pero también esperanzadas y valientes. Historias que erizan el vello y elevan al grado máximo el respeto que merecen los protagonistas. Lecciones de vida, de

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justicia, de constancia. Pero también altruistas, sensibles y generosas.

Un crono virgen colgado en el arco de salida y de meta marcaba el nacimiento de algo que ha hecho historia, como privilegiado espectador de las vueltas esperanzadoras. Fue testigo de cómo todos juntos dábamos la primera vuelta. Ese fue uno de los muchos momentos emocionantes que se vivieron, haciendo realidad el sueño de los creadores, organizadores y colaboradores. Y constituyó, además, el presagio de un gran espectáculo, de un ceremonial que, lejos de ser monótono, se convirtió en dos kilómetros de vida, anécdotas y aventuras...

En cuanto a Carlos, Fran y Fulgen ¡qué decir de ellos!. Los dos últimos, catalejo en mano, velando por el buen funcionamiento de todo. Solo han recibido felicitaciones por parte de quienes hemos participado en estas I 24 Horas en Punto. Atentos, comprometidos, preocupados, ilusionados...

Los corredores nos hemos sentido arropados continuamente y por eso podemos decir que la organización fue de 20 sobre 10: insuperable. Un avituallamiento excelente y un equipo de trabajo siempre sonriente y servicial.

Yo fui a los relevos algo lesionada. No quería admitirlo, pero sabía que mi objetivo de kilómetros era algo cai irrealizable.

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Cercana ya mi primera media maratón, lo sensato hubiera sido no participar. Pero no podía dejar de correr en esa primera edición, un momento único. Así que logré 'vencer' la lesión con una buena dosis de pasión...

Así soy yo: pienso con el corazón y cada latido del mismo me decía que tenía que estar

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presente en la prueba de Pinto, porque primeras medias maratones hay muchas, pero primera '24 Horas en Punto' solo una. Así que salté al vacío, convencida de que no me arrepentiría. Me he perdido mi debut en la 'media', pero con 'arrepentimiento cero'. No hubiera dejado de correr en Pinto aunque tuviese la certeza científica de que me iba a lesionar más todavía: mi riqueza son las emociones vividas...

Tenía tres horas por delante, repartidas en otras tantas fracciones. En la vuelta de reconocimiento ya tuve dolores en la rodilla e intuí que la cosa no iba a ser fácil. Comenzaba una lucha contra una batalla perdida...

A las 15.00 horas ya tenía los nervios a flor de piel, esperando recibir el testigo de mi compañera. Para poder resistir la primera hora y media me vi obligada a hacer alguna parada corta. La fuerza del corazón pudo con un dolor que iba en aumento, aunque el público de la curva anterior al auditorio actuaba de analgésico. Me siento afortunada por haber podido compartir el esfuerzo con todos los valientes, hombres y mujeres: Iván, Bea, Jesús –admirado compañero–, Millariega... Convivir con auténticos 'guerreros' fue para mi una gran motivación.

Y otro gesto destacado que me emociona: Fran esperando en lo alto del auditorio con el 'radiosalil' en la mano, porque sabía que estaba al

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límite de mi aguante, consciente de que no iba a retirarme a falta de poco para completar mi primer bloque. Su mirada preocupada y su ánimo me dieron alas para continuar. Qué satisfacción sentí al acabar ese tramo, aún con unas grandes molestias...

Me tocaba completar mi segundo bloque de

media hora en la madrugada. Alimentaba dentro de mi la esperanza de una satisfactoria recuperación, tras haber tratado la zona con los oportunos masajes y echando mano de la 'química analgésica'. Pero la noche ocultó las lágrimas que derramé en las dos vueltas que hice. El dolor del orgullo herido era más insoportable, si cabe, que el físico y la oscuridad fue la cómplice `perfecta para todo ello, porque, además, hasta ocultó algunas de las paradas que tuve que

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hacer. Cuando acabé la posta tuve que –con enorme pesar– comunicar a mi equipo que no podría cubrir la hora que tenía asignada más adelante. Entonces, todo un cúmulo de sentimientos se agolparon en mis entrañas: rabia, frustración, tristeza... Y también volvieron las lágrimas, que parecían contraponerse a la sana envidia, a la admiración que sentía hacia quienes, como héroes, continuaban en la luchando paso a paso, kilómetro a kilómetro… A partir de ahí, todos mis esfuerzos se centraron en intentar ser útil fuera de la pista. No me hubiera podido recuperar anímicamente sin el calor y apoyo de mis compañeras de equipo y de los amigos que me reconfortaron.

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Llegó el momento de completar la hora que a mi me faltaba y lo hicieron entre todas. Fue para mi un momento crítico, estremecedor, de diálogo conmigo misma, en silencio. Hacía ya mucho frío y el destemple de la noche se hizo notar en las componentes de mi equipo.

Me impactó el ver cómo entraba Silvia –con una vuelta más– y no pude hacer otra cosa que pedirle

Mayte Rico, siempre con la sonrisa en los labios

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perdón con la mirada. Se la veía exhausta en el silencio de la madrugada gélida, por lo que me embargaba un enorme sentimiento de culpabilidad, pero esa elegancia que la caracteriza fue como un bálsamo para mi flagelación.

Con la llegada del alba el sol fue cargando de energía nuestros cuerpos derrengados y resurgimos, como el 'Ave Fénix', de entre las cenizas nocturnas. El final de la experiencia se acercaba. El logro del reto estaba cada vez más cerca y los rostros lánguidos y taciturnos iban cobrando vida. En los ojos ya renacía el brillo de la 'victoria', pues terminar las 24 horas ya era vencer.

Hacia las diez de la mañana surgió de la nada la posibilidad de regresar al circuito para acompañar a las grandes 'Ladies Runners'. Insistí tanto que, al final –tal vez para librarse de mi pesadez– accedieron a que las acompañara, a pesar de mi lesión. Así que esas dos últimas vueltas ayudaron a templar mi destierro...

El final de fiesta llegó, por fin, de forma parecida a como había empezado: de manera muy emotiva y en consonancia con el éxito cosechado. De nuevo todos juntos, poniendo el punto final a una enriquecedora experiencia. Cerrando un círculo que dará que hablar, clausurando un acontecimiento que ha dejado una huella profunda e indeleble en los corazones de quienes lo vivimos. Jamás vi un final de carrera con tanto derroche de emociones, con

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tanto sentimiento liberado. Según iban entrando los protagonistas bajo el arco de meta eran recibidos con enorme aplausos. Los cuerpos se enzarzaban en abrazos. Las lágrimas brotaban espontáneamente de los ojos. Fue algo tan bonito que aún hoy sigo buscando palabras para lograr plasmar aquellos momentos con exactitud. Ahora es un sentimiento que ni se ve ni se toca, pero que ha anidado dentro y ha crecido en el recuerdo, esperando que llegue la edición del año que viene...

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V Juan Carlos Sánchez Muñoz

24 Horas Individuales

'Me dicen que estoy grillado por haberme metido en esto'

Con 66 kilos –para 1,70 m. de estatura– y 48

años es un peso 'welter', no en vano corre todo tipo de pruebas, desde la milla hasta la maratón, ya sea en asfalto o en campo a través. Ha disputado desde 1995 unas 400 carreras y es de los del maratón por año. Pero ahí no acaba todo: también practica fútbol sala y baloncesto y otros deportes. Trabaja en el hospital de 'La Milagrosa' –Madrid – en el turno de noche desde hace 30 años. 'Muchas veces salgo de trabajar y me voy directamente a entrenar o a correr. En más de una ocasión terminé mi jornada y empalmé con la maratón..'

'No pertenezco a ningún club –aclara–. Hace unos diez años estuve con <Mapoma> y luego con la <Asociación de Víctimas del Terrorismo>. En las inscripciones suelo poner el nombre <Tutis Team>, que, en realidad, es un guiño a mis dos hijos pequeños>.

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Juan Carlos: proponerse objetivos alcanzables...

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Jamás abandona en una competición. Sabe

sufrir, tanto en el campo como en el asfalto, y le gusta terminar lo que ha empezado...

Si por él fuera, le encantaría ver a todo el mundo corriendo. De manera racional y prudente, pero en movimiento. Simplemente empezar para llegar a un punto en el que se disfruta haciéndolo. Al principio mezclando la carrera suave con la marcha. 'El secreto está en combinar el caminar con el correr. Así se empieza...', dice con seguridad. Pero lo que no le gustaría es que lo hiciesen 'a la fuerza', sino como algo natural que fuera saliendo de ellos de manera espontánea, con el fin de mejorar la salud.

Solo ve ventajas en la práctica de la carrera continua –salvando las lesiones, que dice 'son lo peor', porque ha padecido varias importantes–, ya que ratifica que le aporta: 'bienestar, libertad, plenitud, equilibrio, satisfacción del deber cumplido, paz interior, control de la relación espacio-tiempo y realización vital...'.

No hace muchos kilómetros entrenando y tampoco sigue programas. 'Voy a ojo, sin estresarme demasiado', puntualiza. Dedica a ello dos o tres días a la semana –'a ritmos no muy altos'– y otro a fútbol sala. Y compite casi todas las semanas, lo que le hace estar siempre en bastante buena forma, pues no en vano decían los teóricos de antaño que valía

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más una mala competición que un buen entrenamiento, lo cual yo pongo en duda...

También afirma que 'estiro lo mínimo y no voy al gimnasio, porque me cuesta trabajo compaginar esta actividad con el trabajo y la vida familiar. ¿Que cómo me arreglo?. Pues quitando horas al descanso y yendo corriendo a los sitios en vez de tomar el transporte público. Eso ya es una forma de vida para mí, como una actividad más, como una argamasa que no solo une las piezas de mi existencia, sino que les da sentido'

No le preocupa en especial la alimentación. 'Lo que sí hago es eliminar algo de sal de la dieta –dice– y no consumo demasiadas grasas, Y en cuanto a las zapatillas, no me interesan las marcas: las busco intermedias –ni muy ligeras ni muy pesadas–, de pisada neutra, con buena amortiguación y de horma ancha. Suelo usar medias cuando las distancias son superiores a 15 km., que es cuando noto que producen algún efecto'.

Está convencido de que el 'running' solo le aporta ventajas, si bien se ha llevado algún revés, como tantos de nosotros que practicamos este deporte, 'cuando en una prueba optaba por una marca y no la he conseguido o bien cuando me di de lleno con el <hombre del mazo>, por falta de entrenamiento suficiente o de un erróneo control del ritmo'.

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No tiene nada clara la estrategia a seguir en estas 24 horas, 'porque nunca he afrontado nada parecido. Albergo muchas dudas y quizás demasiada falta de kilómetros –le gustaría que alguien le asesorase, aunque vive Dios que puede ser ya un poco tarde, pero intentaremos entre todos echarle una mano ya en la propia carrera–. Lo importante será no <decaer> y tirar todo lo posible de mi fuerza y poder mental, hacer descansos, caminar, conversar...'

No parece encontrar mucho respaldo anímico en quienes le rodean, pues no tiene inconveniente en manifestar que 'me dicen que estoy un poco <grillado> por andar metiéndome en esto, que me va a dar algo...Pero, en el fondo yo creo que tienen envidia de mi buena forma física...'

En estos momentos me asegura –supongo que con cierta desazón– que lo ve todo gris, consciente de sus limitaciones aunque muy motivado por la novedad del desafío, a pesar de la escasez de kilómetros en sus piernas y de unas lesiones recientes. 'En todo caso, soy optimista también ¡por qué no...! –se desdice un poco–. Vamos a ver qué día tenemos y si la climatología nos ayuda un poco. Hay que ser también un poco valientes en esta vida... En cuanto a lo de soñar con la prueba, en mi caso sería lo más normal, aunque no lo he hecho; sí le he dado bastantes vueltas a la cabeza y me genera algo de estrés. No porque me preocupe lo

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que puedan opinar los demás, ya que la mayoría no entiende el sentido de estas cosas –ni de nada del correr, muchas veces–, sino que por las dimensiones de una prueba que impone mucho respeto, pero no miedo. En muchas ocasiones he salido airoso de situaciones mucho más complicadas. Así que no me voy a sentir juzgado ni nada por el estilo. Intentaré completar, al menos, 100 km. Sé que todo es cuestión de resistir, de luchar y de convencerse de que <todo está en la mente>. Correr, caminar, detenerse, comer, hidratarse...Es decir, tener siempre el motor puesto en <ralentí>. Vale más intentarlo que sentirse después mal por haber sido pusilánime. Además, a saber dónde estaremos mañana, la semana que viene o dentro de un año...'.

Sea como fuere, espera que las cosas le salgan bien. A pesar de todas sus dudas, algo en su interior le dice que va a concluir las I 24 Horas en Punto de Pinto. Con más o menos kilómetros, pero que va a estar en la brecha cuando suene el disparo final. 'Y espero abrazarme –se emociona un poco– al resto de corredores, hacerme fotos y, pasados unos días, disfrutar de una comida en buena compañía'. Al final le pregunto si se le llegará a pasar por la cabeza repetir y me dice que 'primero tiene que hacer un análisis de lo que tiene entre manos, aunque los límites los ponemos nosotros'. Y hablando le límites –le pincho un poco– ¿si te sale bien, llegarías a plantearte correr más de 24 horas?.

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La pregunta ya estaba lanzada, pero enseguida comprendí que quizás debí de ser algo más cauto, más recatado: '¿Estás loco o qué...?. ¡Primero déjame a ver si sobrevivo aquí...!'. Tenía toda la razón del mundo: <Id est mea culpa. Misericordiae>.

Después de la prueba Creo que la organización de la prueba –

asegura Juan Carlos– ha sido bastante buena, sobre todo teniendo en cuenta que era la primera vez que se hacía y duraba dos días. Y puedo hablar con conocimiento de causa porque también he sido organizador. Lo único que nos molestó el frío y el aire nocturno, peso eso ya no dependía de la buena voluntad de los esforzados promotores.

El circuito me pareció bueno, pues contenía una mezcla de terreno duro, blando y de tierra. No nos molestábamos unos corredores a otros y además estaban los 'bikers' para poner cierto orden, llegado el caso. Otro acierto fue la pantalla en la que se podían ver los datos individualizados de cada corredor, lo que permitía a quien lo desease llevar un control de las vueltas y ver su posición.

El recibimiento fue muy bueno en Pinto, tanto por parte de la Policía Municipal como por los responsables de la carrera. Todo lo necesario estaba en las inmediaciones de la meta. Perfecto...

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El público dio mucha vida a las '24H', incluso las personas que paseaban por el parque, así como los componentes y acompañantes de los equipos de relevos. Con una locución muy efectiva desde el control. Detecté mucha simbiosis y apoyo mutuo. Además, la vuelta final fue de una emoción inenarrable...

El registro de kilómetros que obtuve se ajustó a lo que pretendía: 140. Al tratarse de la primera prueba de este tipo en la que tomaba parte, no sabía cómo iba a responder mi cuerpo. Venía de una racha de lesiones y de escaso entrenamiento, pero la fuerza mental también me ayudó. Pretendía cubrir, al menos, 100 km. y ese objetivo lo superé con creces.

Los mejores momentos los tuve en el kilómetro 100 –con el objetivo ya cumplido– y al final, cuando todo el mundo estaba aplaudiendo. Y los peores los tuve entre las 3 y las cuatro la mañana, cuando mi cuerpo ya no podía más y creía que iba a 'romper algo'. Intenté descansar unas horas en el vestuario, Tenía una colchoneta y me tumbé sobre ella, pero no pude dormir porque a mi lado había otro corredor roncando... Terminé como pude y no sé si recuerdas que nos encontramos por el recorrido cuando todavía era por la noche y te repetía lo que tú escribes en los libros: '¿Qué hago aquí, por qué estoy haciendo esto...?'. Pero nunca llegué a planteármelo...

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No me encontraba bien físicamente y el elemento mental fue clave, como para todo en la vida. Por la noche sonaba un 'CD' de música latina y se repetía... Lo bueno de estas carreras es que no te ves agobiado por el reloj ni la marca... Pero hay que reconocer que son muy duras, aunque yo salí encantado del buen trato, de la organización casi perfecta y de los organizadores, el público y los voluntarios siempre animando. Para la próxima edición me prepararé mejor...

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VI Iván Penalba López

240 Km Creando Sonrisas 'Mi abuelo me envía energía desde el cielo' Es una prometedora figura del ultrafondo. Un

chico sencillo y afable de 25 años, que trabaja en Decathlon de Aldaia (Valencia) y está consiguiendo grandes registros en las distancias largas. Su última hazaña la llevó a cabo en las 24 Horas en Punto de Pinto, donde no solo completó 240 kilómetros –ganando la prueba–, sino que dejó su estela de buena persona, departiendo amigablemente con todo el mundo, igualándose con los atletas más sencillos, escuchando sus problemas y sus historias particulares del ultrafondo. Pero, sobre todo, poniendo en práctica el proyecto que le surgió de lo más profundo del corazón: Creando Sonrisas...

No corre, vuela. Y además lo hace con buen talante, agradeciendo los aplausos, mostrando al público su cara de niño bueno, lo que embelesa a las multitudes. Porque es entonces cuando comprenden que, además de estar aplaudiendo a un héroe de carne y hueso –no a un ser etéreo– apoyan a alguien que empatiza con ellos y que no es una máquina sin sentimientos, sino que ofrece de forma natural una retroalimentación de ser humano

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extrovertido, de hombre asequible, dentro de su gran aureola de corredor casi sobrenatural.

La primera carrera que se preparó a conciencia fue la media maratón de Valencia, en el año 2013, –'...que terminé sonriendo y disfrutando de cada kilómetro...', dice–, para ya en el 2016 afrontar dos pruebas de gran envergadura: la maratón de esa ciudad –2h41'– y las 12H de Barcelona, donde logró la mejor marca española del año: 133.05 km. En el 2017 corrió sus primeros Cien en Murcia y tampoco defraudó: 7h43'. En realidad pasó por las etapas reglamentarias del ultrarunning antes de entrar en el mundo de las 24H, pues ya había participado en las 6H de Ribarroja (Valencia) en las de Fürth (Alemania).

Tras haber vencido en Pinto recibió un correo del seleccionador nacional de 24H, convocándolo para el Mundial de Belfast (Irlanda del Norte), que tendrá lugar los días 1 y 2 de julio, lo que supuso para él una gran satisfacción.

Lo cierto es que era futbolista y, tras una lesión lumbar que lo apartó de los campos un tiempo, inició la fase de recuperación trotando. Y comprobó que le gustaba mucho correr sin balón, por lo que sus sesiones fueron cada vez más largas, pues '...me di cuenta de que cuanto más tiempo corría más disfrutaba'. Le apasionaba el llevar un ritmo controlado '...y que la mente entrara en acción'. Después de participar en las 12H de Can Dragó

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(Barcelona) comprendió que le entusiasmaba la larga distancia, porque '...me hacía encontrar el equilibrio necesario para ser feliz'. Fue ahí donde organizó un gran evento solidario, junto con Ricardo Abad, Sergio –Pitofollow– y Alexis Missiego, con el objetivo de recaudar fondos para comprar juguetes por Navidad para los niños huérfanos de Ca la Madre (Valencia).

Ivan Penalba, tras tomar la salida en Pinto.

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Su proyecto Creando Sonrisas –como explica– es '...un conjunto de grandes e inimaginables retos

deportivos, a los que siempre acompaña una vertiente solidaria. Se trata de elegir como seña de identidad una sonrisa y, a la vez utilizar el deporte para intentar ayudar a personas que, por cualquier circunstancia, están en una situación difícil. Si conseguimos implantar, día a día, ese gesto agradable en el rostro de muchas personas, se creará un campo de energía positiva. Mi pasión es la sonrisa y creo que, a través de ella, podemos luchar contra todo tipo de situaciones'.

Con respecto a la prueba de Pinto, señala Iván Penalba que '...los responsables de la Organización estuvieron increíbles, por su buen trato, amabilidad y simpatía. La acogida fue magnífica. Desde que llegué al hotel <Princesa de Éboli> me sentí como en casa. También el calor del público fue impresionante. En cada vuelta no faltaron las palabras de ánimo, los aplausos y las sonrisas. Yo observé entre el público caras de pasión por vernos correr, lo hacía que uno se sintiese especial'.

'….Al ser mi primera prueba de 24H puedo decir que superé todas mis expectativas, pues, en principio, me hubiera conformado con 200 kilómetros. Tiene su mérito, pues debo reconocer que el circuito es muy exigente para una carrera de 24H...'

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'...Los mejores momentos se producían cada vez que se pasaba por meta. El gran ambiente, los aplausos y la animación propiciaban la euforia y las ganas de seguir. Sobre todo los de mi querido padre, que no paraba de animarme, siempre con una sonrisa. Los peores momentos, como es lógico, los tuve por la noche –después de las 2 de la madrugada–, cuando el frío, el silencio y la soledad hicieron acto de presencia...'

'...Estoy ansioso por volver a correr esta carrera de Pinto, pues fue una experiencia que jamás olvidaré. Todos juntos: corredores, público y organizadores conseguimos hacer de esta carrera algo mágico e insuperable. Comenzamos como desconocidos a los que les gustaba el deporte y acabamos como amigos que aman el ultrafondo...'

'...Por mi parte fue doblemente emocionante, pues mediante el proyecto <Creando Sonrisas> logramos recaudar más de 1500 kg. de alimentos, que destinaremos a Cruz Roja. De nuevo mediante el deporte hemos conseguido la solidaridad para crear sonrisas...'

No es muy alto y va ligero de peso, lo que, unido a sus condiciones atléticas, le convierte en un espécimen muy a tener en cuenta para los próximos años. Si continua con esta trayectoria, sus logros pueden ser asombrosos. Pero lo que llega a todo el mundo es ese afán suyo de producir sonrisas en los demás; su estrategia para lograrlo, la solidaridad. Sé

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por experiencia que es muy difícil mantener un buen semblante en una prueba de 24H, en la que, se quiera o no, se entra en grandes fases de involución. Iván cuenta que para lograrlo tiene un v <secreto>...

'…Desde el cielo tengo a alguien que me da una energía extra, un empujón cada vez que lo necesito: mi abuelo que falleció hace dos meses. Él fue quien me enseñó a luchar y a exprimir la vida hasta el último momento con una sonrisa...'

'...La idea de crear sonrisas surgió de lo más profundo de mi corazón como una fuerte llamarada y cambió mi vida. En algunos eventos también hemos recogido fondos con destino a comedores sociales que ayudan a personas sin recursos o a niños huérfanos y a diversas asociaciones que luchan contra el <Síndrome de Down> o el <Alzheimer>. Estoy muy contento de mis logros deportivos, pero llena mi corazón el hecho de haber conseguido crear sonrisas mediante el deporte –reuniendo a grandes cantidades de personas–, una pasión, un sueño del que espero no despertarme...'

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Iván muestra a su padre el trofeo de vencedor en las 24 Horas en Punto de Pinto.

Gloria a los héroes

Los héroes mundanos de carne y hueso pasan desapercibidos A veces, aunque solo hay que encontrarlos, porque existen En nuestro mundo, al lado, no solo en la mitología persisten Y realizan increíbles hazañas, no están en lo etéreo perdidos

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En Pinto yo he comprobado que, como odiseos de Ilíada, aún subsisten Al paso del tiempo y a la eternidad jactanciosa de las inacabables horas Sin que sufran metamorfosis alguna en sus formas mágicas surcadoras De caminos infinitos de 240 kilómetros que de gloria los invisten He vivido para verlo y contarlo: tenía alas, volaba raudo, sin demoras Atravesando las veredas, los lagos, las tinieblas, ya no corriendo, flotando También surcó como centauro el día, hasta que la hora veinticuatro fue llegando

Pregunté si era Euclides: 'Iván Penalba –me dijeron– el nuevo dios de gestas evocadoras'

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Los abuelos de Iván, Jerónimo y Consolación, muestran con satisfacción uno de sus trofeos. Este atleta de Alfáfar siente auténtica veneración hacia ellos. Él le envía energía desde el cielo (ha fallecido hace unos meses). Ella guía su vida diaria...

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Querido por la gente; más que eso,

reverenciado, recibió el calor del público en todo momento. Tanto el resto de los atletas como quienes habían acudido a presenciar la prueba supieron captar enseguida el potencial de bondad y solidaridad que albergaba aquella figura menuda y atlética que corría sin parar y que, a la vez, mostraba en todo momento un buen talante. Y todo el mundo se entregó a él sin reservas...

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VII Jaime Fernández Gómez

12 Horas en Punto 'Más que la perspectiva épica es la falta de

energía lo que me produce sensaciones casi psicotrópicas'

–Tengo 39 años y comencé a correr a los 14– me

dice Jaime–. A lo largo de estos 25 años he sufrido cambios sustanciales a la hora de enfocar las competiciones. Me fui introduciendo en el complejo mundo de la ultradistancia alentado por la errónea creencia –o perspectiva épica– de que cuantos más kilómetros se completen mejor corredor eres... Había entrado en el típico chute de autoestima que proporciona el hecho de realizar hazañas inalcanzables para la mayoría de los mortales. Aunque con el tiempo me he dado cuenta de que es igual de buen corredor el que disputa una milla que el que hace 100, al margen de la intensidad o de la capacidad que se tenga para llevar a cabo la carrera. La esencia de correr no creo que tenga que ver ni con la cantidad ni con la calidad...

Interesantes puntos de vista, desde luego. Todas las teorías, por oportunas que sean, han de ser, qué duda cabe, falsadas; pero, a primera vista, estos son unos planteamientos que parecen

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interesantes. También son axiomas que pueden encajar perfectamente en el mundo de la Filosofía. Nada extraño, por otra parte, dado que los corredores de largas distancias suelen ser muchas veces unos auténticos ascetas metafísicos. En cualquier caso, el hecho de estar entrevistando a un pensador de los caminos siempre viene a significar un reto distinto para quien escribe... No en vano no solo está contento con los planteamientos de las 24 Horas en Punto de Pinto, sino que, además, con el hecho de que se quiera escuchar a los participantes, para ejercer, como dice, 'algo tan inusual como la autocrítica...'

De derecha a izquierda, Jaime Fernández, Miguel García Aldea y Juan José Díaz Segundo.

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Empezó a correr porque lo hacía su padre. Un buen día salió a trotar con él y aquello fue para siempre. Es ligero, pues su peso suele oscilar entre los 62 y 64 kg., para una estatura de 1,78 m. Y asegura que –retándome con una especie de sofisma– 'lo mejor de correr puede ser también lo peor, pues me hace estar solo en ocasiones, sentirme solo...', si bien reconoce que paga a gusto el precio de esa soledad, 'pues es el coste de la libertad'. Porque para Jaime correr es 'como una liberación, como una introspección, como el conocimiento de uno mismo en consonancia con el entorno, aportándome la noción, la conciencia de mis fortalezas y fragilidades'.

Cuando entrena parece querer hacerlo sobre una nube del cielo, allá en lo etéreo, porque al correr 'intento no sentir nada, vaciar mi mente; que sea lo más parecido posible a un estado de meditación, en el que lo más importante es sentir el movimiento del cuerpo, los latidos del corazón, el camino, los árboles, las montañas y los sonidos, intentando reflexionar sobre todo aquello distinto a lo cotidiano, a lo habitual. Y, sobre todo, si es en primavera y está lloviznando, que es cuando se puede oler el resurgir de la vida...'

No tiene malos recuerdos de las carreras, porque 'hasta en los peores momentos de las <ultras> he disfrutado'. Y no habla de idealizar el sufrimiento padecido, ni nada por el estilo, porque 'la

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perspectiva épica no me interesa, aunque sí la falta de energía a medida que se corre, pues su carencia genera sensaciones únicas, casi psicotrópicas; es decir, aunque parezca paradójico, disfruto cuando me encuentro en un estado somático de fatiga controlada'. Y, curiosamente, asegura que 'aunque me halle en esa fase de vacío físico, no sufro, porque en caso de hacerlo, te aseguro que no correría; es más, me he retirado de algunas <ultras> en las que tuve el presentimiento de que ese no iba a ser mi día, porque el sufrimiento queda grabado en el cerebro y no quiero que a mi me pase eso, porque puede conducirte a odiar este hermoso deporte; por eso, en Pinto, si empiezo a pasarlo mal seguramente abandonaré, porque entrar en la meta con grandes padecimientos es para héroes, no para mi...'

Como 'ésta de Pinto es otra locura de tantas' dice que ni su familia –a la que roba un poco de tiempo– ni sus amigos se extrañan de nada, aunque están al tanto de sus aventuras, como es lógico, porque muchos son corredores y comparten esa afinidad. 'A los que no corren no me molesto en explicarles cosas que, es muy probable que nos les interesen y, desde luego, no van a llegar a comprender. Tampoco me gusta aconsejarles que corran, ya que si no lo hacen quizás sea porque no les gusta'.

En cuanto a las sesiones de entrenamiento asegura ser 'bastante indisciplinado, pues solo corro

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cuando me apetece, que suele ser a menudo. Nunca lo tomo como una obligación. Además, tengo tiempo, porque en la actualidad no trabajo y el salir a <rodar> me sirve como distracción; desde luego que planteamientos rígidos y programáticos no entran en mis esquemas: de hecho, no entreno todos lo días, porque me he dado cuenta que dejando descansar al cuerpo se obtienen mejores resultados'.

Jaime fue segundo en la prueba de 12H.

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Huye de las marcas en cuanto al calzado y, como es ligero de peso, lo prefiere 'de suela dura, dúctil, de pocos gramos y consistente'. Y en cuanto a la indumentaria ocurre algo parecido: solo se decanta por la imprescindible:

'...llevo la menos posible, solo la necesaria, aunque no estoy en contra de las nuevas tecnologías aplicadas al <running>: cada uno que se ponga lo que quiera...'

Cree que los planes de entrenamiento son buenos y convenientes para cualquier que desee obtener mejores rendimientos, pero, en su caso, los desecha, asegurando que 'mi mejor o peor estado de forma es consecuencia de las ganas –o no– que tenga de correr, sin planificación alguna...'

Le apetece correr las 12 Horas en Punto de Pinto sin estrés ni ansiedad, disfrutando, con la tranquilidad que le da el hecho de conocer ya la distancia. Dice desconocer si ha tenido pesadillas con la prueba por la noche, 'porque no recuerdo lo que sueño...'. En cualquier caso, en el fondo espera terminar la carrera sin problemas, hecha la obligada prevención de '...salvo fuerza mayor...', por lo que cree que incluso repetirá en Pinto, aunque no quiere pasar de la franja de 100-120 km., 'pues a partir de ahí ya me parecen distancias inhumanas, si es que correr ya 100 km. es <humano>...'.

Saldrá sin ninguna estrategia el día 1 de abril: solo con la idea de divertirse y pasarlo bien y, a

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pesar de sus entrenamientos anárquicos y un tanto por impulsos, dice hallarse en buena forma física, 'si bien no estiro nunca –sé que es un error– ni voy al gimnasio, porque no me interesa...'. Espera celebrarlo comiendo de todo, sin planificación ni restricciones y tomando cerveza, 'que me gusta; es más, si me dijeran que abandonando esa práctica ganaría carreras, seguiría bebiéndola igual. Y descansando para atender a mi niño pequeño, que es un bien preciado...'

Después de la prueba '...Millariega –me empieza diciendo Jaime–, he

de felicitarte por la buena carrera que has hecho en las 24H. He leído algunas de las páginas del libro que están <colgadas> en <Pinto Turismo> y me parece prometedor, interesante, generoso y bien escrito. Aunque creo que en la primera parte de la entrevista que me hiciste fui un poco escueto en mis respuestas, limitándome a contestarte sin elaborar un auténtico mosaico o retrato humano. Por eso ahora te comento alguna cosa más...'

'Llevo corriendo unos 25 años. El primer recuerdo que tengo del mundo del atletismo se remonta a 1983 –tenía cinco años– y vi a mi padre volver a casa con los muslos y pezones ensangrentados tras haber disputado la <Maratón de Madrid>. Son cosas que impresionan y marcan...'

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'...Mi debut se produjo con unos 12 años en el <Trofeo José Cano>, en la carrera juvenil de Canillejas. Cuatro kilómetros que se me hicieron muy duros, pero fui controlando el esfuerzo y logré terminarla sin tener que caminar. Pero me gustó la experiencia y, a partir de ese momento, comencé ya a entrenar algo con mi padre por la Casa de Campo de Madrid. Al principio a ritmos lentos, aunque, poco a poco, fui aumentando la velocidad y la distancia, hasta que quedó patente que tenía más gas que el <viejo>. Así que en esa época corría todo tipo de carreras de 10 km a buen ritmo. Pero sin demasiado interés, pues siempre tenía en la cabeza las distancias largas, el esfuerzo agónico, la épica..., aunque este último aspecto siempre me resultara más <residual>...'

'...Nada más cumplir los 18 años tomé parte en la <Maratón de Madrid>, cuando corría el año 1996. La terminé en 3h36'36'', sufriendo en la parte final, pero profundamente embriagado por la experiencia. Aunque en estos momentos no sé si aconsejaría a un chaval de esa edad correr los 42 km, porque me parece una distancia más dura y estresante que la prueba de los 100 km...'

'Después corrí otras dos maratones consecutivas, intentando rebajar los tiempos, hasta que acabé asqueado de intentar rebajar marcas en cada carrera que disputaba. Así que, durante más

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de un lustro, me dediqué a reconciliarme con la idea de correr por correr, sin un objetivo concreto...'

'...Pero allá por el año 2005 me volvió a entrar el gusanillo de las carreras, que ya afronté desde una perspectiva más madura, libre y hedonista; sin presión y disfrutando de la competición... Yendo siempre de menos a más, <recogiendo cadáveres>. De esa forma he conseguido terminar hasta la fecha 14 maratones, con un mejor tiempo de 2h07'27''.

Juan José, Aldea y Jaime, en pleno esfuerzo.

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Aunque poco a poco me fui asqueando de correr en asfalto, por lo que me pasé a las carreras de montaña, que ahora son mi pasión...'

'En esta línea, he acabado 7 veces el <Maratón Alpino Madrileño>, dos el <Trail Peñalara 60 Km>; en otra ocasión la <Sunrise Trail 69km>, la <Canencia 72km>, el <Ecotrail Madrid>...'

'Por otra parte –ya sea en asfalto o en montaña e incluyendo estas 24H de Pinto– he logrado completar por décima vez la distancia de 100 km o más: tres veces los <100 Km Villa de Madrid>, con un mejor tiempo de 10h19'33''. La <Madrid-Segovia> en cinco ocasiones –una de ellas, sin dorsal, en autosuficiencia– el <Gran Trail de Peñalara> y estas <12H de Pinto>, con 108 km...'

'Soy de familia humilde y por eso muchas veces el dinero no me llega para costear todas las carreras que deseo correr. Así que algunas las corro por libre, porque me gusta el ambiente que se disfruta en ellas. No suelo pagar inscripción y corro por libre en aquellas cuyo coste me parece desproporcionado o que están organizadas por bancos, aseguradoras o marcas deportivas de gran nombre. En cambio, en las pruebas pequeñas y humildes llevo dorsal...'

'Desde el año 2014 –que fue cuando mi equipo de fútbol, el Atlético de Madrid, perdió la <Champions> en Lisboa de forma dramática con el Real Madrid– tomo parte en la mayoría de las carreras con la camiseta rojiblanca, porque me

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siento orgulloso del equipo de mi barrio –Puerta del Ángel–, a pesar de las adversidades, zancadillas y derrotas. Porque siempre se levanta del suelo, se sacude el polvo y sigue su camino. Los que somos del <atleti> sabemos que podemos ganar o no, pero siempre estaremos ahí para dar nuestro aliento a quienes son generosos en el esfuerzo...'

'Ya centrándome en la organización de las <24H de Pinto>, puedo decir que estuvo diligente, atenta y hasta cariñosa. Se nota que detrás hay gente que lleva muchos kilómetros en las piernas y conocen las necesidades de los corredores de ultradistancia. Con comida y bebida suficiente, sin escatimar en nada. Yo agradecí especialmente que no solo hubiese alimentos dulces, sino que también salados y de otro tipo; jamón, salchichón, chorizo, pasta y, sobre todo, caldo caliente. Ya que llega un momento en el que el estómago <se cierra> y no tolera más dulce. También fue muy acertado que pudiéramos dejar las cajas con nuestras cosas al lado de la meta, lo que nos evitó desplazamientos inútiles'.

'En cuanto al circuito, tengo que decir que es muy exigente. Durante las primeras vueltas no fui consciente de lo dura que se iba a hacer la cuesta de la parte final. La verdad es que es tendida, con poca inclinación, pero vuelta tras vuelta se va notando. No obstante, prefiero un trazado de tierra con algo de <sube y baja> que uno llano, ya que la

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biomecánica de la pisada se resiente menos. La única pega que podría existir es que durante la noche quizás se necesitase más iluminación en la parte de la subida final, pues íbamos casi a oscuras, con el riesgo de pisar mal y lesionarnos...'

'Como el parque está a las afueras de la ciudad, da la sensación de que el pueblo, en su mayoría, ha vivido la carrera de espaldas a ella, ya sea por desconocimiento o por indiferencia. Es difícil movilizar a la población para eventos de este tipo, pues no es mucha la gente que está vinculada en cualquier sitio al ultrafondo. Pero el ambiente generado por los organizadores, los propios corredores y sus familiares ha sido entrañable; incluso, conmovedor. Quizás yo juegue con ventaja, pues, al llevar la camiseta del <atleti> he recibido constantes muestras de ánimo y cariño. Pero, en general todos hemos estimulado el <feedback> del aliento mutuo. Si por algo me gustan las carreras ultras es porque son aventuras introspectivas compartidas, en las que acabas conociendo a personas que lleven tu mismo camino. Y de donde surge una empatía que no se suele dar en el día a día...'

'Con 108 kilómetros acabé segundo, detrás del inalcanzable Eddie Gallen, al que conozco de otras carreras largas. No es una supermarca, pero estoy muy contento, porque disfruté mucho y me ha hecho mucha ilusión subir por primera vez al podio.

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En otras tres ocasiones había sido cuarto y me había

En el Ecotrail Madrid 2016, por la ciudad.

dado algo de rabia. En las <24 Horas en Punto> no tenía ningún objetivo en la cabeza que no fuera el de divertirme. Por eso lo pasé tan bien... Además, la recompensa de subir al cajón fue otro aliciente'.

'Aunque, sin duda, el mejor momento fue el de la llegada a la meta. Tenía pensado dejarlo en 106 km, pero faltaban cuatro minutos y la gente me alentó

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para que diera otra vuelta más, ya que estaba permitido si llegabas a meta antes del cierre de las <12 H>. Cuando entré bajo la pancarta recibí una gran ovación y el abrazo de mis compañeros de fatigas, lo que constituyó, sin duda, uno de los momentos más emocionantes de mi vida deportiva. En otra ocasión había sentido algo parecido, cuando en el año 2012 acabé por primera vez los <100 Km Villa de Madrid> y vi a mi padre llorar al cruzar la linea de meta. Él me enseñó a correr y me llevó cuando era pequeño a ver esta mítica prueba, que es organizada contra viento y marea por Rafael García Navas y en la que unos pocos locos se enfrentan al reto de dar diez vueltas en un circuito durísimo de 10 km en el tiempo límite de once horas...'

'También tuve momentos malos en esta prueba de Pinto, no lo puedo negar. Llegué cansado a la meta, pero no intoxicado de kilómetros. No obstante, creo que acerté al tomar parte en la prueba de las <12H>, pues las <6> se me quedan cortas y las <24> muy largas...'

'Espero que este proyecto tenga continuidad en el tiempo, pues a mi me tiene <ganado>, ya que cada vez rehuyo más las multitudes en busca de pruebas más cercanas y humanas. La fecha, en primavera es óptima para correr. Los equipos de relevos fueron un acierto, porque dan mucha vida. Mi enhorabuena a todos y cada uno de los miembros

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de la organización por su generosidad desinteresada y buen hacer, así como a todos los participantes, hayan alcanzado o no sus sanas locuras...'

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VIII Jesús Gómez Velilla

24 Horas Individuales

El Filípides moderno, que entrena al amanecer antes del trabajo y por la tarde estudia en la

Universidad Su nombre de guerra es 'Correvelilla', una

perfecta sintonía entre la esencia de la práctica atlética y la sonoridad de un apellido pegadizo. Y reafirma aún más sus señas de identidad el hecho de que esté encuadrado en el 'Club Inferno'... Ahora tiene 61 años y lleva 18 desangrados por las carreteras, caminos, montañas y todo lo que le echen, porque es un tipo duro que puede con eso y con más. De hecho, lo miras y se parece a un guerrero hoplita. Al mismísimo Filípides –que significa 'El que ahorra en caballos'– , al heraldo-corredor a quien se refiere en su 'Libro de Historia VI' Heródoto de Halicarnaso, al relatar el encargo que recibió el mítico héroe ateniense de dirigirse presto a Esparta –atravesando el estrecho de Coryntio y sorteando el monte Parthenio, donde se le apareció el dios 'Pan'–, para pedir ayuda a los espartanos, ante el desembarco de los persas –la mayoría 'medos', aunque eran tropas de más de 37 etnias, hoy países en muchos casos-- en las playas de

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Maratón, donde fueron derrotados por las falanges atenienses y unos pocos platenses,

contra todo pronóstico. Para conmemorar la

victoria sobre los orientales en el 490 a.C. se celebra todos los años la 'Spartathlon' –Atenas-Esparta, 246 km.– y la 'Maratón', desde esa localidad a Atenas.

Los orientales que no fallecieron en la playa en el 490 a.C., en el mar o en las ciénagas, se retiraron hacia las naves en los 'trirremes' que les quedaban útiles, con la intención de atacar la Acrópolis, que presumían desprotegida. Así que cundió la alarma entre los generales cuando se observó como el comandante persa Datis viraba sus barcos peligrosamente hacia la bahía de Falero, el actual Pireo. De ahí que se enviase a otro heraldo-corredor por una ruta interior, de unos 38.5 km.,

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para anunciar la victoria, impedir que las mujeres se quitaran la vida –los persas habían amenazado con violentarlas– y ordenar la defensa de la ciudad.

Por las marismas el trayecto era más largo. Y esa ruta costera fue la elegida por el Comité Olímpico para diseñar el trazado de la primera maratón de la Era Moderna, un 10 de abril de 1896, entre el puente de Maratón y Atenas, unos 40 km. –En los Juegos de la Era Antigua no existía esa prueba, sino que el dólico: hasta 24 veces el estadio como máximo, unos, 4.8 km–. Unas fuentes aseguran que fue el propio Filípides el que hizo ese segundo recorrido por una ruta interior más escarpada –habiendo regresado ya de Esparta–, para dar la noticia de victoria e instrucciones a la población: mujeres, varones no aptos para luchar y niños, principalmente. Aunque otros autores atribuyen esta misión a Diomedón, Euclides o Tersipo –del que habla en tal sentido Plutarco–, si bien cien años después Luciano vuelve a referirse a Filípides. Una de tantas incógnitas que gravitan sobre los hechos de aquellas jornadas críticas. Sí parece probado que el enviado falleció después de llegar a la Acrópolis, posiblemente de un fallo cardíaco.

A Jesús Velilla yo lo veo como un Filípides moderno, sin que pueda desechar de mi mente esa percepción, buena por otra parte, porque me permite escribir sobre él quizás con más acierto.

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–¿Cómo empezaste a correr y por qué, Jesús? –De forma muy curiosa. Como tuve que enseñar a

mi hija pequeña a andar en bicicleta, yo tenía que correr junto a ella, velando porque no se desequilibrase y se cayese. Así fue como empecé a notar que las endorfinas que segregaba mi cuerpo me proporcionaban un grato estado de felicidad. Entonces empecé a entrenar asiduamente, hasta hoy y lo que queda...

–¿Entraste pronto en el circuito de las pruebas populares?

–Como todos los enganchados a este vicio comencé a correr pronto medias y maratones. Después quise saber cuáles eran las sensaciones

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en el mundo ultra... Así que hago unas tres maratones como entrenamiento para correr distancias más largas seis o siete veces al año.

–¿Te arreglas bien para entrenar? –Me gusta, pero me supone un gran sacrificio

todos los días. Llevo muchos años entrenando entre las 5h45' de la madrugada y las 7h15', tiempo límite para poder ducharme y encaminarme al trabajo en el banco. Por la tarde estudio en la Universidad y leo a los clásicos. También tengo tres libros de un tal Millariega... –le digo que me suena de algo y nos reímos a gusto, no sin darle las gracias, algo sagrado para un escritor.

–¿Cómo encaja en ese mundo estoico tu familia, Jesús?

–A mi esposa le gusta que yo disfrute con mis aficiones. Tenemos tres hijas que ya no viven con nosotros y mi mujer tolera mi vicio siempre que no deje la ropa sudada a la vista, porque huele a amoniaco y no lo soporta. Sale conmigo a muchas competiciones y gracias a ello hemos conocido los dos juntos España y gran parte de Europa. Pero queríamos dedicar más tiempo a viajar. Así que hace unos años solicité una excedencia en el trabajo, para recorrer todo el mundo y tomar parte en carreras emblemáticas. Pero todo se derrumbó de repente cuando mi hija se presentó un día en casa diciendo que padecía un cáncer linfático...

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–Lo siento, es muy duro. ¿Cómo habéis reaccionado ante la dolencia y qué tal se encuentra ella ahora?

–Pues fue el momento de echar mano de ese valor, ese sacrificio, esa abnegación que en parte la familia había adquirido con el cumplimiento diario del deber y las obligaciones y disciplina que nos habíamos marcado siempre. Y tirar para adelante... Por fortuna, ahora está bien. Pero eso me sirvió para tener muy claras las ideas sobre lo que es la vida y sobre lo que un ser humano realmente necesita, que no es otra cosa que disfrutar de los momentos buenos de cada día. Aprendimos que la felicidad no es una meta a conquistar, un logro a alcanzar, sino que un camino dentro de un tránsito por el que debemos desplazarnos día a día...

Uno que escribe ya desde hace tiempo, sobre lo bueno, lo malo, lo humano y lo divino, se queda casi sin palabras –sin sílabas, sin letras– nunca

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mejor dicho. Sin saber cómo continuar con la entrevista, ante un hombre sereno y curtido, que te cuenta lo bueno y lo malo –la esencia– de la vida, con una sencillez aplastante y que tiene las cosas tan claras que hace que tengas que desviar la vista hacia el suelo al estar frente a él...

–Me habías hablado de correr y reflexionar– le digo, recobrando a duras penas, el tono vital–. Yo pienso mucho al entrenar y soluciono problemas mientras corro. He escrito mucho sobre ello en mis libros...

–Coincido contigo. Correr a diario tan temprano y antes del trabajo me permite organizar el día, pensar en lo que hice y en lo que voy a hacer, enfocar entrevistas, meditar los problemas y resolver cuestiones de la vida en general...

–Deduzco que desearías disponer de más tiempo en tus sesiones, aunque veo que lo aprovechas bien...

–Correr y pensar es un ejercicio de los mejores que hay, tanto en el plano físico como en el psíquico. Me pasa el tiempo volando, salvo que tenga alguna molestia muscular, que es cuando alterno la carrera y la marcha, para no cargar los tejidos. Y lo cierto es que el hecho de correr a diario, de salir a horas intempestivas –haga frío o llueva–, me da una fortaleza de ánimo tremenda. No me siento fuerte por estar bien entrenado, sino que por tener la

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fuerza de voluntad de lograr salir a hacerlo a esas horas y con cualquier climatología, porque a veces los mensajes que envía doña pereza son terroríficos y vencerlos resulta grandioso...

–¿Cuáles han sido tus mejores sensaciones corriendo?

–Qué duda cabe que he atravesado por periodos penosos, por malos y difíciles momentos. Entonces es cuando el éxito te sabe a gloria. Lo cual no quiere decir que para mí esa gloria es ganar, sino que el simple hecho de finalizar, superando obstáculos cada amanecer, tras enormes dificultades, después de una lucha continua contra la adversidad. Entonces, cuando lo logras, no hay palabras para explicarlo: hay que vivirlo...

–¿Cuál va a ser tu estrategia en las 24H de Pinto? –Correr sin más, eliminando el aspecto

competitivo. Centrándome más en el plano espiritual, que será el que ayude a mi cuerpo a regular su funcionamiento y el que me permita generar endorfinas de felicidad.

–Pero ya sabes que esos generosos péptidos proporcionan bienestar solo durante un tiempo. Después se va entrando poco a poco en la fatiga crónica y en el estado de crisis, incluso total...

–Sí, sé que van a llegar momentos muy difíciles, en los que, con seguridad, me voy a decir a mi mismo '¿qué hago aquí sufriendo?'. Entonces me

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acuerdo de mi mujer y de mis hijas, de que tengo que ser para ellas un ejemplo de lucha, de que lo más importante para triunfar en la vida es el tesón, la fuerza de voluntad, la perseverancia... En algunas ocasiones, para motivarme, me he imaginado a mi mismo entrando en un estadio olímpico abarrotado de gente y que todos me animaban para que diese la última vuelta triunfal y alcanzase la meta...Todo eso hace que la comida sepa mucho mejor, que te olvides de la última vez que fuiste al médico, que recuerdes que tienes muchos amigos y gente que te quiere...

–A propósito de la comida: ¿qué tipo de alimentación llevas?

–Como de todo, aunque poca carne. En general solo la consumo si voy de invitado o como fuera de casa, aunque sí tomo algo de manera controlada, claro, porque las proteínas son necesarias también. En algunas ocasiones he ingerido un complejo alimenticio para compensar el desgaste del organismo. Y sucedió algo curioso: que las vitaminas indujeron una mejor y mayor absorción del hierro contenido en los alimentos y, tras un análisis rutinario de sangre, el médico comprobó que se había disparado la ferritina. Dejé de tomarlo y se equilibraron los niveles...

–¿Te sientes cansado de correr? –le pregunto insidiosamente–. Porque ya tenemos unos años...

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–Hay gente muy ignorante, que te dice de todo. Algunos piensas que entrenar todos los días equivale a ganar en las carreras. Y te plantean que, si no ganas nada –o poco–, para qué lo haces... A veces es deprimente, hay que tomarlo a broma... En una ocasión, cuando me preguntaron en qué puesto había quedado en la Maratón de Berlín, les contesté que '...fui 4º, porque me salieron tres negritos flacos a los que no pude superar...'. Y lo más curioso es que se lo creyeron, lo que nos puede dar una idea del desconocimiento que tienen. Y si además llegan a saber que tienes que pagar el dorsal y afrontar otros gastos al correr, el resultado puede ser algo antológico...

–Tengo entendido que llevas bastantes kilómetros en las piernas...

–En estos momentos más de 60 maratones, unas 30 ultras, algunas de 50 km y de 100 millas, bastantes de 100 km., así como varias de 24 horas. Cuando me jubile tengo pensado comenzar a participar en las 48 horas...

–¡Es impresionante!, Con ese bagaje no creo que te hayan quitado mucho el sueño las 24 Horas en Punto de Pinto...

–En pruebas tan largas y extremas nunca se sabe lo que puede pasar. Ahora mismo podría correr 100 km. Me cansa más el viaje que el hecho de correr en sí. Pero en las 24 horas sufro mucho por la noche, a partir de las 12.00 h., que es cuando el cansancio y

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el sueño empiezan a pasar su penosa factura. Después están los desarreglos alimenticios: a veces comes y bebes lo necesario, pero no lo asimilas bien, preparándose una piscina en el estómago... El conjunto de todos esos problemas me termina superando y, aunque trato de seguir en activo, me

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consumo viendo que no aumentan los kilómetros, que el esfuerzo no cunde... Entonces me veo obligado a descansar unas horas.

Luego, como es lógico, me recupero y en las últimas 6 horas de carrera me como a las piedras, de tanta fuerza y energía que derrocho... (Jesús Gómez Velilla terminó en la 20 posición absoluta, consiguiendo los nada despreciables 122 km.)

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IX Mayte Ansó Jiménez Equipos de Relevos

Supeyc Pinto 'Nunca es tarde para comenzar algo que te

apasiona' 'Suelo participar en pruebas de 10 km y llevo

cuatro años corriendo. Antes iba al gimnasio –dice esta madrileña afincada en Pinto– y un día comenté con unas amigas que tenía problemas de tiempo, que hay muchas cosas que hacer y que el día se escapa enseguida. Me aconsejaron que probara a correr, porque eso me iba a permitir adaptar mejor el ejercicio a mis momentos libres. Salió bien y hasta hoy....'

Se trata de Mayte Ansó Jiménez, que compone otro de los equipos de relevos que cubrirán las 24 horas en Pinto. Algo que, por otra parte, requiere un fuerte compromiso con el reto y asumirlo también en su plenitud, porque no solo tiene que estar pendiente de que se haga bien y lo más rápido posible la posta que a ella le corresponde, sino que vigilar que durante tanto tiempo se cumplan ordenadamente los relevos. Pueden existir imprevistos, incidencias, desfallecimientos, ante lo

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cual hay que estar ojo avizor, sobre todo por la noche...

Tiene 42 años, es administrativa, está casada y es madre de dos niños de 8 y 5 años, a los que también les apasiona correr. 'Me hace gracia cuando

me dicen: <¡Mamá, una carrera hasta el coche!>. Y salimos los tres disparados ante propios y extraños, que se quedan con la boca abierta. La velocidad no es lo mío y tengo que dejar en la calle hasta mi último aliento durante cien metros para llegar cuando ellos. Entonces es cuando se convierten todavía en un mayor encanto de lo que son, al decirme con enorme satisfacción: <¡Mamá, pero qué rápido corres!>'.

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Asegura Mayte, con evidente y sano orgullo, que 'somos un equipo de 8 mujeres las que formamos el <Supeyc Pinto> y tenemos pensado hacer rodajes de una hora cada una, de manera sucesiva... Asumiendo que en cualquier momento alguna de nosotras podemos tener necesidad de hacer el cambio antes de tiempo por cualquier circunstancia...'

Le pregunto cómo ve, en general, el nuevo acontecimiento de las 24 Horas en Punto, con todas sus variantes: 'Multicolor –me sorprende–; creo que va a ser una gran experiencia a nivel personal y como grupo, en cuanto a las <Supeyc Pinto>. En mi caso, si en algún momento me fuera imposible continuar, solicitaría el relevo hasta que pudiera volver a salir al circuito... Ahora bien: eso que me preguntas de si se me pasa por la cabeza el no presentarme en la línea de salida, debido a que pueda embargarme un <terror escénico>, ya te digo desde ahora que no, porque hay compañeras que dependen de mí... Si en un momento determinado no me viera capacitada para afrontar la prueba buscaría alguien que ocupara mi lugar...'

Es una mujer sacrificada que, como la mayoría, lucha contra el tiempo y las ocupaciones en busca de un pequeño espacio vital para sí misma: '...no voy al gimnasio, pero he empezado a hacer natación y cuando puedo salgo con la bicicleta. Correr es una práctica que me gratifica en muchos

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sentidos. Me proporciona mucha satisfacción y me hace sentir bien. Tiene el pequeño inconveniente de las lesiones, pero todo lo suple el sentido de compañerismo que se experimenta en el seno del grupo, que vale más que cualquier primer puesto en una carrera. Los tienes ahí, a tu lado, a la hora de

los momentos bajos, que a veces los hay... Además

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me ha permitido conocer a personas <increíbles>, que se han convertido en mi segunda familia, pues, como te digo, también los tengo ahí en todas las ocasiones...'.

Pesa unos 56 kilos y prefiere las zapatillas 'ligeras' y sencillas, que tengan un buen contacto con el terreno. 'Sin grandes estructuras ni amortiguaciones extremas: dúctiles y que realicen su función a tenor de mi peso', asegura. Comenzó a utilizar medias de compresión, para paliar ciertas molestias en uno de los músculos gemelos y 'parece que me van bien...'

Mayte está atrapada por el atletismo popular. Su esencia le ha llenado el alma. Es apasionante encontrar a personas así, que viven con esa emoción lo que hacen y comparten con los demás: 'Corriendo me siento liberada de cualquier sensación de preocupación o de estrés y me ayuda a pensar. Porque experimento una sensación de libertad mental que me hace sentirme cómoda; más que eso, en sintonía con mi propio <Yo>. Me gustaría que mucha gente que no hace <footing> lo probara. Así podrán corroborar por sí mismos esto de lo que les hablo, que parece un tanto etéreo, difuminado allá no sé dónde, pero que es muy real...Hay que vivirlo para llegar a entenderlo, porque a mí, al principio, había personas que me decían que <para qué corría si ya estaba delgada>. Claro, a veces ya te cansas de explicarlo y solo te ríes...'

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Intenta llevar una dieta equilibrada y entrena con el 'Running Pinto' dos o tres días a la semana, alternando los 'rodajes' largos con otro tipo de trabajo más intenso. Aunque reconoce que en ocasiones no puede asistir a todas las sesiones 'porque no es fácil combinar trabajo, vida familiar y atletismo, a pesar de lo bonitas que se pinten las cosas...'. Ahora espera con ilusión que llegue el día de la prueba y que todo salga lo bien que se espera, para poder celebrarlo después con sus amigas

tomando unas cervezas y brindando por la nueva edición del año próximo –en la que estará también presente–, a la vez que sueña -¿por qué no?- con la posibilidad de tomar parte en pruebas más largas. Y, mientras nos despedimos deja caer, como si nada, una frase de su cosecha, pero que, mirándolo bien, parece extraída de un manual de Filosofía: 'Nunca es tarde para comenzar algo que te apasiona'.

Después de la prueba

Me dice Mayte que '...la organización fue de lujo, con el público, los equipos y los voluntarios animando continuamente y dándonos todo lo que necesitábamos. Y las actividades para los niños fueron todo un acierto...'

'...Me pareció un circuito muy bonito y hermoso, donde el calor del público se pudo sentir con toda intensidad. El ambiente que tuvimos la

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suerte de vivir antes de tomar la salida fue algo único en la vida de una persona. Por eso yo decidí estar allí las 24 horas, a pie de prueba, sin irme a la tienda a dormir, porque no quería perderme ninguno de

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aquellos momentos irrepetibles, aunque al final ya fui notando el cansancio...'

'Corrí un total de 32 km y quedé muy satisfecha. Sí debo reconocer que al estar en línea de meta con los pies helados toda la noche me costó un poco hacer el primer turno del domingo por la mañana, en parte debido, como es lógico, a la fatiga que iba padeciendo. Entre que estaba medio dormida y que el circuito coincidía, en parte, con el trazado que hacemos entrenando el equipo de Pinto, en una curva me metí, instintivamente, por donde solemos entrenar. Hasta que otro corredor me avisó y me señaló el camino correcto. Cosas del agotamiento y del poderoso subconsciente...'

'Lo que nunca olvidaré es el detalle inmenso de que mis hijos y mi marido estuvieran allí animándome en cada una de las vueltas que tuve que dar por la noche. Además, cuando pensé que ya se habían ido, me encontré con ellos en la mitad del recorrido para acompañarme unos metros y darme todo su apoyo...'

'Fueron unas jornadas indescriptibles en todos los sentidos, con emociones a raudales. Es una prueba capaz de despertar los sentimientos más nobles del ser humano. Ya estoy esperando impaciente –y creo que todas las personas que lo han vivido– a que llegué la edición de 2018...'.

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X Sebastián Blesa Manzanero

24 Horas Individuales

Un histórico de nuevo en la ruta

Hace muchos años que conozco a Sebastián Blesa. De haber corrido con él varias veces los 100 Km Villa de Madrid por el antiguo trazado de Vallecas a Moratalaz. También de praticipar en las 24 Horas de Coslada y en las del Canal de Isabel II –qué circuito más bueno– que él organizaba con mucho esfuerzo y de nuestras escapadas a Francia –junto con Bordes y Gallen– para tomar parte siempre en pruebas de 24 horas. Persona muy educada y entrañable, nunca le faltó la atención o el detalle para el compañero o el participante. Nuestro trato ha sido siempre muy cordial, si bien nos hemos visto poco en los últimos años por la disparidad geográfica de nuestros lugares de residencia. En cualquier caso, es un placer poder escribir sobre un histórico como Sebastián Blesa y haber podido acompañarlo en las 24 Horas en Punto de Pinto. 'Empecé a correr –me dice Sebas– en 1984, tras dejar el fútbol sala. Me inicié en la Media Maratón de Coslada y, a continuación, ya participé en la Maratón de Madrid, que hice en un tiempo de 4h09'. Fue algo maravilloso poder correr los 42 km. Me parecía

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imposible que el cuerpo humano pudiera aguantar corriendo esa distancia. Y aquellas sensaciones me envolvieron de tal manera, que fue como si hubiera caído en una tela de araña. Después ya tomé parte en pruebas de todo tipo. Hasta llegar a las de ultrafondo, como los 100 km, las 24h –que corrí cinco veces–, la Madrid-Barcelona en 8 tramos, la Marathon des Sables o de las Arenas (Marruecos), 250 kilómetros en 6 etapas por el desierto del Sahara. Donde había alguna carrera interesante, allí nos íbamos toda la familia. Corríamos y hacíamos turismo. Hasta que en el 2006 me vi obligado a dejarlo por motivos de trabajo.

Sebastián Blesa, con Eddie Gallen en Francia.

El año pasado pude retomar con entusiasmo

esa actividad deportiva. Porque siempre me ha

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gustado correr y en el plano psíquico produce un gran beneficio. Además, de cara a la vida diaria, es muy gratificante estar en buena forma física. También tienes una sensación de deber cumplido, al terminar los entrenamientos...' –Correr es una terapia estupenda –le apunto. –Tú lo has dicho: es una especie de bienestar mental natural. Es como si tu cerebro y tu mente pasaran por una cadena de lavado de coches que te deja completamente limpia la cabeza. –¿Cuál fue tu mejor momento corriendo? –Las sensaciones más especiales las tuve cuando logré hacer mi mejor marca en maratón: 2h59'55'', en Calvíá (Palma de Mallorca) y cuando finalicé la Marathon des Sables. Fueron momentos tan emocionantes que me impidieron hablar durante un rato. No era capaz de articular las palabras. Fue como si el corazón se me saliese de sitio o algo así. Unos momentos maravillosos... –Ahora cuéntame alguno de los peores. Porque corriendo largas distancias uno atraviesa por muchas crisis... –Tengo un mal recuerdo de la Madrid-Barcelona, que organizó en 1992 el Club Deportivo del Canal de Isabel II. Fue una carrera internacional en la que tomamos parte 26 corredores. Hacíamos una media de 80 km. diarios y me vi obligado a abandonar en la penúltima etapa –cuando ocupaba el puesto 13–,

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debido a una inflamación del periostio. Me sentí muy mal y tardé en superarlo... –¿Cuidas la alimentación? –Hago vida normal. Igual como un cocido, unas alubias, un chuletón, una lubina o embutido. Cualquier plato de nuestra rica gastronomía... –¿Vas al gimnasio?

De izquierda a derecha, Gallen, Blesa y Millariega en las 24 Heures St Maixent L'Ecole (Fr.)

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–No he ido nunca. Además tengo que reconocer que realizo pocos estiramientos y que son muy importantes en nuestra actividad. Tampoco soy partidario de los programas rígidos de entrenamiento... –¿Te refieres a los planes diseñados de antemano? –En ocasiones hay que hacerlos, pero en mi opinión hay que dejar al atleta cierta libertad de movimiento, dependiendo de cómo se encuentre físicamente y de las características de la prueba. Para las 24h hay que utilizar el sentido común, tanto para entrenar como para competir. Tomarlo con tranquilidad y ver cómo va respondiendo el cuerpo. En la carrera, malgastar mucha energía al principio se puede pagar caro al final... –¿Cómo compras las zapatillas? ¿En relación a tu peso, quizás? –Ahora estoy entre los 85-87 kg. Para mi corpulencia entiendo que no ando mal, aunque si pesas menos, claro, vas más ligero... Así que el calzado trato de que sea el idóneo para soportar esa carga... Y no suelo usar ropa especial. Las medias me las he puesto solo una vez. Tal vez sean buenas para combatir el frío en los músculos gemelos. –Veo que para ti correr tiene muchas ventajas... –Sí, es un mundo diferente. Para mi lo ha sido desde que aquel amigo y compañero del fútbol sala me engañó al decirme que estaba preparado para correr

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los 21 y los 42 km. La verdad es que lo hice, pero sufrí infinitamente, al no estar entrenado específicamente para eso. De todas formas, el embuste me vino bien, aparte de que no había mala intención. Hay que aconsejar a la gente que se lance a correr, que es un deporte prodigioso. Que empiecen poco a poco, de forma progresiva. Con el tiempo pueden llegar a lograr objetivos sorprendentes, a la vez que sanean el cuerpo y la mente. Después está la cantidad de amigos que haces, aunque muchos de ellos no se lleguen a creer que un cuerpo humano puede aguantar corriendo durante 24 horas. –¿Te sientes preocupado por competir el día anterior o ya has superado esa fase? –Tú lo sabes bien: en 24 horas el cuerpo padece muchos altibajos. Sabes que vas a tener momentos de flaqueza y de dolor. Hay que ir preparando la mente para esas contingencias y, quieras o no, echas tus cuentas... Siempre se duerme un poco mal, ya que, por muy tranquilo que seas, sabes que hay a la vista factores de incertidumbre... –Pero las preocupaciones eran infundadas. Has quedado bien, en el puesto 26 absoluto, con 104 kilómetros. No está mal, después de ya un tiempo sin afrontar pruebas de esta duración... –Estoy muy contento. Intercalé la carrera y la marcha, escuchando las sensaciones del cuerpo e intentando resistir en el circuito el máximo tiempo

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posible. Después lo celebré con mi esposa –que me apoya continuamente– y con otros amigos con una comida todos juntos, recordando los buenos –y otros que no lo fueron tanto– momentos de las primeras 24 Horas en Punto de Pinto. –¿Y para el futuro? –Mientras Dios me dé fuerzas y me sienta capaz de continuar no dejaré de correr bajo ningún concepto, ni de participar en pruebas que estén a mi alcance. Ahí están pendientes, de momento, las 48 Horas y la Spartathlon griega. No me da miedo ninguna, aunque ya, debido a mi edad, debo de seleccionar las pruebas en las que tome parte. En mayo tengo pensado hacer la Transvulcania, una carrera algo dura de 73 km. en la isla de La Palma.

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Sebastián Blesa, feliz por correr de nuevo las 24H

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XI Miguel García Aldea

24 Horas Individuales

'Mi estrategia será hablar con la gente, correr y caminar, parando lo mínimo posible'

Dentro de la dinámica de lo que es correr durante 24 horas –mucho, infinito tiempo–, una cosa que llama bastante la atención es conocer lo que piensa el corredor –hombre o mujer– en el lapso de meses o semanas que precede a la carrera y durante el cual tiene ocasión de replantearse un montón de veces el enorme reto que se le viene encima. Como interesante también es saber, cuál es su modelo de entrenamiento preferido –o el que le ha prescrito algún técnico–, su trayectoria deportiva o alimentación... En definitiva, algunos elementos sustanciales que nos puedan ir permitiendo tener un esbozo físico y psíquico –aunque sea un tanto somero– de una persona que se atreve a afrontar un desafío de características inusuales, como pueden ser las 6 horas, las 12 o las 24. Uno de los atletas que se ha prestado generosamente a participar en esta cuasi investigación ha sido Miguel García Aldea, de Alfaro –La Rioja– y que va a tomar parte en la prueba individual de 24 horas. Corre con el Club Deportivo

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Inferno y es un deportista que se adapta a todo tipo de competiciones: 'Corro un poco de todo –dice–: 10 km., media maratón, maratón, carreras de montaña y, de vez en cuando, 24 horas'.

Lleva haciéndolo 34 años. Empezó a practicar en clase de gimnasia, porque no le gustaba que los que jugaban al fútbol llegasen delante de él. Así que comenzó a correr en solitario para revertir esa situación. Dice que tanto la cantidad como la calidad de sus entrenamientos dependen de las peculiaridades de su trabajo y de las obligaciones

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familiares, como ocurre en la mayoría de los casos. En los momentos en que hacemos la entrevista –en el mes ya anterior a las 24 Horas en Punto de Pinto– asegura que entrena entre 3 y 5 días a la semana. Uno lo dedica a hacer series de entre 500 m. y 2 km.; otro a caminar o correr por la montaña y los restantes a realizar rodajes que pueden oscilar entre los 45' y las 2h30'. Recuerda cómo durante muchos años tuvo que entrenar a las seis de la mañana –antes de irse al trabajo– aunque después aprovechara un poco más los fines de semana, pero siempre a costa de quitar un poco de tiempo a la familia y amigos. Aunque reconoce que la sensación de correr por las calles al amanecer –o en cualquier momento por la montaña –da una sensación de gran libertad. 'No voy mucho al gimnasio –matiza–. Caliento antes de salir a correr y luego estiro 4 ó 5 minutos. Aunque sí es verdad que hago un par de días pesas en casa y unas rutinas de ejercicios'. Miguel es un tipo simpático. Cuando le pregunto por qué le ha dado por entrar en este mundo del ultrarunning, de correr pruebas de distancias diversas o, simplemente, de acondicionarse físicamente con el atletismo, me refiere en tono divertido que '...como no fumo, no bebo, no me drogo y, además, soy vegetariano, ¡algo tenía que hacer para poder divertirme...! Soy 'ovo-lacto-vegetariano' y como muchas legumbres, arroz,

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cereales y fruta. Además, psíquicamente me motiva especialmente la noción de pertenencia a un grupo...'. Trato de adentrarme un poco en su vida interior y le pregunto cuáles han sido las sensaciones más hermosas que ha tenido corriendo. Sin dudarlo, me explica que '...estar en la cima de una montaña o llegar a la meta después de una carrera larga; o mucha gente de ciudad, que tiene ocasión de ver las calles desde una perspectiva diferente...'. Aunque reconoce también que el compañerismo que se vive en algunas maratones es conmovedor e inigualable, '...pues tuve ocasiones en que he llegado un poco lesionado o cojo –lo cual es corriente en estas pruebas– y encontré solidaridad y ayuda –sigue sin perder su sentido del humor– entre los lesionados, los cojos y hasta en quienes habían perdido el sentido de la orientación...'. Aunque reconoce que no hay que caer en obsesiones: como, por ejemplo, en el hecho de tener que salir a correr todos los días por mandato divino. 'Correr, desde luego, mejora la forma física, pero si hay que estar un mes sin hacerlo, se está y punto...' Pero, claro está, como la felicidad completa no existe, en esto de las carreras también hay momentos malos. Yo diría que lo siguiente, por emplear un vocablo de moda ahora y que, de seguir repitiéndose con tal furor, seguro que engrosará las páginas de nuestro acervo literario oficial sin tardar

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mucho: 'Mi peor recuerdo es el de una edición de la 'Maratón Nocturna de Bilbao'. Desde el kilómetro 38 al 41 fuimos acompañando a un participante que corría muy lento y del que esperábamos cualquier desenlace negativo, habida cuenta de 'lo mal que iba...'. Era un tipo grande, de más de dos metros y casi cien kilos de peso. Se trataba de su primera maratón y estaba completamente 'cegado' en terminarla, ya que toda su familia estaba esperándole en la meta. Le hacíamos las típicas preguntas de control: '..cómo te llamas, de dónde eres, cuántos dedos ves en esta mano...'. A falta de un kilómetro, todas las respuestas eran erróneas. Tuvimos que tumbarlo en el suelo –a pesar de la lluvia que estaba cayendo– y esperar a que lo recogiese una ambulancia. Nos dio mucha pena que no pudiese terminar la prueba, habida cuenta de que estaba ya tan cerca y de que tenía a sus seres queridos esperando para abrazarlo. Pero peor hubiera sido que su familia no llegara a verlo vivo..'. Su consejo para los sedentarios es que caminen o hagan bicicleta estática y al preguntarle qué piensan sus amigos de él por el hecho de correr –y, en ocasiones tanto–, afirma sin perder su sentido del humor que 'ahora ya no me dicen nada, pues me consideran como un sujeto perdido para la sociedad'. Suele pesar unos 70 kilos, aunque en el verano se acerca a los 73, debido a que es un gran

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aficionado a la natación, lo que hace que se eleve un poco la aguja de la balanza. Y tiene sus preferencias en cuanto a la equipación: prefiere el calzado consistente –pero no demasiado pesado– y asegura que '...las medias me hacen polvo los gemelos; en las carreras largas lo que mejor va son los típicos calcetines de baloncesto...'. Al preguntarle por su táctica en las 24 Horas en Punto de Pinto, dice que '...lo que quizás haga es partir el día en 4 periodos. Pienso terminar la prueba. Si flaqueo intentaré traer a la memoria recuerdos de otras ocasiones del ultrafondo, para que me refuercen, quizás de aquellas 24 horas –se ríe– 'que dije que nunca volvería a repetir y aquí estoy...'. Mi estrategia será hablar con la gente, caminar y correr, parando lo mínimo posible'. Le pregunto de qué color ve el tema de las 24 horas, ahora que se va acercando la fecha: ¿negro, blanco, gris...?. Me dice que '...verde; es decir, con una gran esperanza'. Sigo pinchando en su subconsciente y le hago una pregunta capciosa: si sueña por la noche con las 24 Horas en Punto de Pinto... 'No, no tengo pesadillas con la prueba, pero lo que sí te puedo decir es que antes de dormirme sí suelo pensar en cómo voy a afrontar el reto. Aunque ello no me genera ningún estrés, como tampoco se me ha pasado por la cabeza nunca el no presentarme en la línea de salida...'

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Estamos ya casi al final y me quedan unas pequeñas cosas por aclarar –dentro de este enfoque preliminar, que después completaremos tras la carrera–. Es un hombre sencillo, amable, pero sereno. Así que no me inquieta en absoluto incidir –quizás de forma malévola– en la relación de sus sentimientos personales y el lance en el que se va a

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ver inmerso dentro de poco: ¿Te importa lo que opinen tus amigas y amigos del resultado de las 24 Horas?, lanzándole una pregunta un tanto instigadora. 'En absoluto –afirma rotundamente–, porque se trata de mis amigos y sé que van a estar contentos ya con el hecho de terminar, sin tener en cuenta un mayor o menor número de kilómetros. En cualquier caso, ¿lo celebrarás de algún modo? –me embarga cierto suspense. 'Siempre llego sonriendo a la meta –dice– en todas las pruebas en que tomo parte. Esa será mi mejor celebración, aunque supongo que nos iremos a comer algo a algún restaurante o bar de Pinto'. Ya para finalizar y satisfacer mi curiosidad y la de las lectoras y lectores, quiero que me diga si tiene claro en estos momentos que volverá a correr 24 horas, si acaso no experimenta un rechazo mental al pensar en otra nueva prueba, aparte de la que tiene entre manos. 'No lo sé –me dice–. En general, cuando corro 24 horas lo hago por cuestiones solidarias, como fueron, por ejemplo las dos últimas ediciones de la 'Centinela Runners', en Tarazona –Aragón–, en favor de los enfermos de cáncer y sus familiares. ¿Pruebas de más de 24 horas?. No lo creo... Igual algún día lo intento hacer nadando, aunque en esa disciplina solo he conseguido estar en el agua durante tres horas seguidas. Faltan muchas hasta las 24, pero casi todo es posible en esta vida con sacrificio y esfuerzo...'

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Después de la prueba 'Como estoy siempre justo de peso –apunta Miguel– y con no demasiadas reservas, lo que hice antes de las <24 Horas en Punto de Pinto> fue intentar engordar 1.5 kg. La verdad, no fue algo fácil, pues me costó un mes conseguirlo. Y parece que no fue suficiente, porque en la carrera perdí tres kilos y ocho días después sólo había conseguido recuperar 200 grs....' 'La noche antes de la prueba había cenado bien. Además tomé un desayuno abundante. Y durante las 24 horas bebí 12 litros de líquidos, además de comer barritas y frutas desecadas. Así que es increíble el desgaste que se produce en una prueba de este tipo'. 'No sufrí mucho a nivel mental, pues pasé la noche hablando con los compañeros y caminando. Por el día había estado corriendo hasta las cinco de la tarde. A partir de ese momento y hasta las diez de la noche, ya intercalé la carrera con la marcha. Creo que en las 24 horas solo descansé una, a lo que hay que añadir el tiempo durante el cual me dieron un efectivo masaje’. 'No me hice ampollas ni rozaduras, pero, al final, terminan saliendo todas las <pupas> de los ultras; es decir, las heridas de guerra, donde las rodillas y tobillos se llevan la victoria. Yo creo que es por falta

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de descanso y necesidad de más gimnasio. Así que me tomaré un año sabático para hacer ejercicios, nadar y caminar. Tengo que durar otros 35 años como corredor...' 'De todas formas, intentaré estar en Pinto el año que viene, con el objetivo de hacer entre 150 y 160 km, para lo cual estimo que no podré dejar de correr hasta las 12 de la noche, cubriendo unos 100 km. en 14 horas...'. 'Tengo que decir que la organización en estas <24H de Pinto> fue muy buena. Y tiene un gran mérito que se hayan diseñado tantas actividades para los acompañantes de los corredores. En cuanto al circuito, la distancia de 2 km. está bien, aunque las subidas de una parte del mismo lo hicieron un poco duro. Pero, por otra parte, eso también hace que sea menos monótono'.

'Me impresionó mucho el calor del público, tanto por el día como por la noche. En cada vuelta que dabas te hacían algún comentario estimulante y te daban ánimos. Los peores momentos los pasé en la zona del lago por la noche, pues hacía un poco de frío. Pero todo quedó compensado con sensación indescriptible de la llegada a la meta y el buen ambiente que se originó en los momentos anteriores y durante el final de las 24H. Algo parecido sucedió en la salida. Saber generar esa atmósfera tan favorable es un mérito muy loable de los organizadores.

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Personalmente estoy muy contento por haber logrado los 132 km. y deseo dedicar esta pequeña hazaña al entrenador que tenemos en nuestro club, Ignacio García Ramón, un atleta que ahora tiene 27 años y procede de pruebas tan especiales como los

1500 y los 3000 metros. Tiene a su cargo un amplio abanico de personas: desde niños de 12 años hasta

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<jovencitos> de 63. Y es de agradecer que se dedique a ello en un pequeño pueblo como es el de Alfaro, donde es casi imposible vivir del atletismo'.

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XII José Antonio Redondo Álvarez

24 Horas Individuales

Entrenó para la prueba de Pinto con la cabeza del húmero rota

–De niño ya me gustaba correr –me dice José Antonio– y entrenaba con frecuencia acompañando a algún amigo, aunque sin tomar parte en carreras. Tras años de inactividad me preparé para la San Silvestre Vallecana del año 2010, una prueba que tenía ganas de hacer desde hacía algún tiempo. El caso es que disfruté tanto la Vallecana que en estos dos últimos años ya la he vuelto a correr con mi hijo, lo que se ha convertido en una tradición muy especial. Pero, tras aquella primera edición, me encontré tan bien de forma física que comencé a apuntarme a pruebas de mayores distancias... José Antonio tiene ahora 47 años –dorsal 8 en estas 24 Horas en Punto de Pinto– un hijo de 15 y trabaja en el Colegio de Abogados de Madrid. Correr en la edad adulta ha cambiado su vida: –Soy un corredor popular, pero el hecho de entrenar y participar en pruebas ha hecho que me sienta vivo, feliz y que recuerde con frecuencia aquello que 'no hay nada que no podamos conseguir si lo hemos soñado... Como prueba de ello llevo en la cabeza una bandana con una alusión –es un bordado– a las

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<100 millas>, como símbolo de un sueño que conseguí hacer realidad y que renuevo siempre con la misma ilusión que el primer día. Y unas alas, que también tienen su simbolismo: no porque sea muy rápido, sino que porque hay que dar alas a los sueños para hacerlos realidad. Mi satisfacción es disfrutar del camino y llegar a la meta. Hay sueños que parecen imposibles, pero hay que ponerse en la

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ruta y perseguirlos, volando por encima de las dificultades, como sucede en las carreras de larga distancia'. –Desde aquella primera y carismática prueba Vallecana –yo corrí la internacional hace muchos años, cuando vivía en la capital de España–, veo que te has empleado a fondo. He descubierto un dosier de tus notables aventuras y has sido finisher en todas:

• Madrid-Segovia 2011 - 100 km. • Madrid-Segovia 2012 - 100km. • Ehunmilak 2013 – Fue neutralizada en el km.

100 debido al mal tiempo. • Guadarrama Trail Race 2013 - 105km. • Ruta Vetona 2014 -100km. • Ultra Trail El Rincón 2014 -170km. • 100 km. Colmenar Viejo 2015 - 100km. • Madrid Ultratrail 2015 - 176 km. • Ultra trail El Rincón 2016 -170 km.

–¿Y has pasado directamente de la carrera Vallecana a estas largas distancias? –No, no.... Primero corrí medias maratones y la Maratón de Madrid. –¿Qué sientes cuando corres? –Quizás el momento más épico es cuando el cuerpo

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te pide parar y tú das, con toda serenidad, la bienvenida a la pájara y eres capaz de aguantarla, porque sabes que después revivirás. Las mejores sensaciones las he tenido en las 100 millas, cuando cubres los 170 kilómetros sin descanso. Es indescriptible la felicidad que se siente al conseguir algo que parece imposible... Correr forma parte ya de mi actividad cotidiana. Se ha convertido en un estilo de vida... –¿Te refuerza la mente ese sacrificio? –Es un auténtico refugio mental, porque ese tiempo de carrera es enteramente tuyo. Se trata de un espacio vital en el que nadie te molesta y en el que puedes pensar, planificar, meditar…

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–Yo he escrito mucho en mis libros sobre correr y pensar. Y hasta tengo una teoría de la pirámide invertida... –Suena interesante, ya me contarás... En efecto, corriendo se resuelven muchos problemas, se desentrañan muchos asuntos del día a día... El aspecto físico y mental van de la mano... Por eso muchas veces me llevo una alegría cuando alguien me dice que ha empezado a correr, porque solo quien corre puede llegar a comprender las sensaciones que se sienten. Pasar por línea de meta, la emoción de conseguir un reto... Se empieza poco a poco –sin prisa– y el bienestar físico y mental va llegando, poco a poco, solo... –¿Te arreglas bien con los entrenamientos? –Pues, como ando muy mal de tiempo, debo quitar horas al sueño e intentar combinarlos con las obligaciones familiares, para no perjudicar a los que tengo a mi lado. Ni hago rutinas, ni programas. Salgo a correr todos los días lo que puedo, en función del horario, obligaciones, etc...En general tengo que hacer grandes esfuerzos y levantarme a entrenar antes de ir a trabajar. Los fines de semana ya dedico un poco más de tiempo... –Aparte del martirio que veo que te supone entrenar, ¿guardas algún mal recuerdo del running? –Pues precisamente en fechas recientes he tenido uno de los peores percances. Para entrenar mejor

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estas 24 Horas en Punto de Pinto me había inscrito a principios de febrero en la Genaro Trail –El Berrueco, Madrid– . A los pocos minutos de salir, resbalé, tuve una caída y me golpeé en un hombro. Me di cuenta de que era una lesión fea, pero decidí seguir adelante, por si lograba contener el dolor. Pero, pasados unos kilómetros, comencé a ser consciente de que debía haberse producido una rotura ósea. Así que regresé andado a la línea de salida y me fui al hospital. Resultado; cabeza del húmero fracturada y seis semanas de inmovilización. Pero yo solo tenía en la cabeza la carrera de Pinto y no acababa de creerme que no iba a poder correrla... –Pero todo ha ido mejor de lo que esperabas, porque vas a participar... –En efecto, voy a correr, pero no sé todavía cómo lo conseguí. Bueno, sí lo sé... Con una fuerza de voluntad titánica y soportando dolores impensables... –¿Obviaste las prescripciones médicas? –No exactamente... Pero lo que sí hice fue empezar a entrenar lo antes que me fue posible, aún padeciendo mucho dolor. Así que estaré en la salida de las 24 Horas en Punto de Pinto, como había planeado. No voy a llegar en el estado de forma que tenía pensado, pero haré lo que pueda. Me tomo este contratiempo como una nueva dificultad a superar...

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En cuanto a la alimentación, dice José Antonio que 'intento comer sano, pero de todo. Cuando tengo una gran carrera en perspectiva llevo más cuidado con las grasas e intento bajar al peso en el que yo me encuentro mejor, que es sobre 60 kg. No voy al gimnasio y no estiro nada: salgo de casa, echo a correr y regreso. Si acaso, al llegar...'. En cuanto al calzado, lo que busca principalmente es que sea duradero, –'ya que es muy caro'–, estable, ligero y que proteja el pie. 'En fin, lo que buscamos todos en las zapatillas...', matiza. En cuanto a la ropa no es muy exigente. Sí usa medias de compresión y suele ponerse la camiseta que le dan el mismo día de la carrera. 'Pienso que es el mejor momento –afirma– para usarla. Después suelo regalarla...'. –Al hacer carreras tan largas, ¿qué te dicen de ello tus amigos y conocidos? –La gente se sorprende cuando se entera de las distancias. Les parece algo asombroso... Yo siempre les digo que soy una persona normal y que el secreto está en entrenar. Si te preparas adecuadamente, el cuerpo claro que responde... Además no hago las tiradas para conseguir marca, sino que para disfrutar... –¿Qué estrategia seguirás en la carrera?

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–No tengo ninguna planificada. Nunca lo hago. Intento salvar las dificultades según se vayan presentando en cada momento. Si pierdo fuerza, voy más despacio; si sale un ampolla, la curo; una rozadura, vaselina...

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–¿Qué sentimientos te inspira el reto en esta última semana? –Afronto las 24 horas con incertidumbre, debido a que estoy recuperando la lesión del húmero todavía. Pero tengo una gran ilusión puesta en la misma. Y me atrae la novedad de que sea un tiempo fijado y un circuito pequeño. Algo que es distinto para mi... Por eso tengo ganas de disfrutarla, de vivir cada momento y el firme ánimo de completar las 24 horas. Además, en cierta medida, el haberme lesionado fue como una liberación, pues ya vas con el único objetivo de conseguir los máximos kilómetros que puedas y de disfrutar de las jornadas... –¿Y si te empiezas a sentir mal y flaqueas? –Pues tiraré de los recuerdos positivos que tengo en la mente. Sé que lo momentos malos será inevitable que lleguen. Pero también sé, por experiencia, que pasan... –¿Te ha quitado el sueño esta prueba? –No sé si habré soñado con ella, pero lo que sí te puedo decir es que para mi representa un sueño, un anhelo, como una especie de obsesión. Para mi es la Gran Carrera, como yo la llamo, que tiene como base el tiempo, no los kilómetros. Por eso me hace tanta ilusión... Después del estoicismo que le ha supuesto la preparación de esta prueba, lógico es que piense en celebrar su culminación con una buena comida –'sin

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pensar en las calorías', dice– y descansando, pero con la mente ya puesta en la edición del año próximo.

Después de la prueba Asegura José Antonio que '...la organización

de la prueba ha sido perfecta, tanto en los aspectos logísticos como del cuidado de los corredores. Han puesto todo su empeño en hacer las cosas bien, cuidando hasta el más mínimo detalle. Incluso con entrenamientos previos, para quienes lo deseasen. Además han ido informando puntualmente de todas las novedades, hasta contagiar de entusiasmo a toda la ciudad de Pinto y a los participantes. –José Antonio me atribuye a mí un papel <decisivo> en esto de arengar, lo cual le agradezco, aunque creo que no es del todo cierto–. Los organizadores han convertido la carrera en una fiesta integral para todos los participantes, acompañantes y familiares. Es que no ha fallado nada: trato exquisito, atención perfecta, puntualidad, buen marcaje del recorrido, información permanente de vueltas, avituallamiento sólido y líquido. Además, los voluntarios y organizadores siempre estaban preocupándose de nuestro bienestar con una sonrisa. Nos han regalado fotografías, vídeos, el libro que estás escribiendo de la prueba, todo excepcional. Nos hemos sentido, de verdad, cuidados, queridos y mimados como en ninguna otra parte del mundo…’

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'Nunca había participado en una prueba de tiempo y en circuito –sigue narrando José Antonio–, pues mi especialidad eran los <ultratrails>. Al celebrarse las <24H de Pinto> en un recinto cerrado, me sentí muy atraído por el evento y con ganas de participar. Aunque, al mismo tiempo, era un factor que me producía inquietud, ya que pensaba que, desde el punto de vista psicológico, podía ser muy duro. Pero el parque Juan Carlos I resultó agradable y variado en su trazado. Aunque me sorprendió que tuviese una cuesta tan larga y el perfil se me hizo difícil con el paso de las horas. Después de la rotura de la cabeza del húmero, de no haber podido entrenar casi –y lo poco que lo hice, con grandes dolores–, en mi subconsciente veía la imagen de un parque llano. Pero en eso radica una parte de nuestra vida: en que las dificultades no nos produzcan miedo, sino que su superación venga a ser un aliciente...'

'Llegué a Pinto con tiempo, como siempre. La sensación que percibí fue muy acogedora. Todo muy ordenado, con la Policía haciendo que el tráfico fuera fluido. Al bajarte del coche ya se oía la música y se veía a muchas personas trabajando. Eso creaba una sensación muy favorable. Un ejemplo de la perfecta estructura que había sido diseñada, es que yo no tuve que hacer preguntas: fueron los organizadores y voluntarios quienes vinieron hacia mi para recibirme y dirigirme...Un detalle que me

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hizo sentir como en casa, fue el hecho de que me crucé contigo y, sin haberme visto nunca –solo a través de nuestra relación por el libro–, me saludaste y animaste...'.

'El público de Pinto no solo fue tolerante con nosotros por invadir su parque, sino que nos animó sin cesar en cada vuelta. Aunque te hubiesen jaleado en el paso anterior, volvían a hacerlo y repetían tantas veces como cruzabas el control de meta. Como ejemplo de atención suprema, puedo mencionar que, en un momento de la noche, el hombro se me cargó mucho y me dolía por la región

de la rotura. Así que me introduje discretamente en el vestuario y enseguida una persona de la organización vino a interesarse por mi y a preguntarme si me encontraba bien. Otro gran

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detalle partió de los integrantes de los equipos de relevos, que nos animaron continuamente...'

'Para mi, después del percance de la rotura ósea, estar en la línea de salida de Pinto ya era todoun triunfo. Así que no me marqué un objetivo de kilómetros, como es lógico... No sabía si el dolor en el hombro me iba a permitir mantenerme en la prueba cinco o seis horas. Por lo tanto, me sentía feliz a medida que pasaba el tiempo y continuaba en la lucha. Al final hice el puesto 13, con 140 kilómetros. Yo creo que habrían podido ser más, si no hubiera tenido la rotura, pero estoy contento, porque estas <24 Horas en Punto de Pinto> sí que han sido para mi <un sueño diferente>, un reto, un aliciente para recuperarme antes de lo que tenía previsto'.

'...Quizás el mejor momento fue el de la llegada con el brazo izquierdo en alto –soy diestro, pero no podía a causa del dolor–, el puño cerrado, eufórico, con la felicidad reflejada en el rostro.

Emotiva llegada a meta de José Antonio

También hubo otros buenos, como la mañana del día 1 de abril, después de meses pensando en ese día, la salida, el encuentro con otros corredores, las dos vueltas que mi hijo dio conmigo, charlando, animándome y haciéndome fotografías... Ya tengo apuntadas en el calendario las 24H del año próximo. Para mí está en la lista de las grandes carreras, como la de las <Cien Millas>. Ha sido un privilegio

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no solo correr con grandes atletas, sino que con personas de gran calidad humana y solidarias. Desde un principio se creó entre todos una comunidad de solidaridad y de empatía. Estas <24H de Pinto> no son una carrera, sino que un <viaje>, en el que tan importante es correr como disfrutar de cada momento, como si de una <road movie> se tratase. Somos unos locos con dorsal, pero unos locos que nos sentimos vivos, que amamos la vida y que necesitamos sentir a flor de piel que podemos ir más allá...'

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XIII Ana Isabel Veguillas Hervás

6 Horas

'Correr me sirve para disfrutar y canalizar el día a día'

La mujer que hoy traigo a estas páginas nació en Pinto, aunque ahora trabaja en un colegio público de Aranjuez como 'técnica en educación'. A sus 48 años mantiene un cuerpo de atleta envidiable. Todo fibra y ni una sola gota de grasa, quizás porque siempre ha hecho deporte, sobre todo baloncesto y natación. Empezó a correr hace cinco años, movida por el buen ambiente que rodea al mundo del atletismo y por las buenas personas que encontró en su círculo de entrenamientos 'que me motivaron y ayudaron'. Tiene una hija de 15 años que juega al baloncesto –federada– con el equipo de Leganés. A Claudia dedica una parte de su tiempo libre, a acompañarla en sus entrenamientos, pues ella todavía lleva el 'basket' en la sangre y no puede olvidar que, con sus 1,78 m., se defendía bien bajo la canasta. Y dice que siempre tiene algún libro en las manos, algo infinitamente loable en los tiempos que corren... Ve la vida con optimismo y, como es una mujer muy activa, no le cuesta trabajo mantener su peso en unos 58 kg. Tras cinco años de adaptación a su nueva pasión de correr, no tiene dificultades ante los

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diez kilómetros, la media maratón o el campo a través. Correr le sirve, como dice, para 'disfrutar y canalizar el día a día', lo que le hace encontrarse mejor consigo misma, 'sobre todo en los momentos

en que tengo buenas sensaciones, aunque hay que tener cuidado de que el impacto que sufre el organismo y el acondicionamiento no acabe en una

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lesión muchas veces'. Pero también enfatiza en el hecho de que cualquier pequeño inconveniente que tenga en el atletismo queda minimizado por 'la concentración, relajación y libertad que produce a nivel psíquico, siendo además de gran ayuda a la hora de desarrollar capacidades como la fuerza de voluntad y la superación personal'. Siempre aconseja a todo el mundo que pruebe a correr, 'si es que les gusta, claro, porque si no encuentran satisfacción en ello hay en esta vida muchas cosas maravillosas que hacer...' Se decanta por los planes de entrenamiento, 'que no necesariamente tienen que ser rígidos –asegura–, pues hay que adaptarlos a la persona y a su entorno, algo que es fundamental. Por ejemplo, en ciertos casos se pueden sustituir ciertos <rodajes> por unos kilómetros en bicicleta... Los lunes suelo

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dedicarlos a fortalecimiento y técnica de carrera; los martes y jueves a <pilates>, que es esencial para prevenir lesiones; los miércoles a <series> y las sesiones más largas las dejo para el fin de semana. En estos momentos estoy orientando todo el trabajo a las 6 Horas de Pinto y a la Maratón de Madrid'.

En cuanto a la alimentación, afirma que 'no hago nada especial; solo aumentar un poco los hidratos –en mi caso los azúcares son fundamentales en las largas distancias– y las proteínas; en estos momentos tomo colágeno marino para cartílagos y huesos, así como <quinton isotonic> para, entre otras cosas, disminuir el cansancio y la fatiga'.

Saboreando la merecida medalla.

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Admite además que 'casi todos nos hacemos adictos a una marca de zapatillas, con las que nos sentimos ligeros y cómodos; yo utilizo las <under armour>, que es un calzado que además me vino muy bien para una fascitis que padecí...'. Y no tiene grandes preferencias por la ropa. 'Últimamente –aclara– estoy utilizando medias en las <tiradas> largas y me parecen positivas, pues creo que mantienen el músculo siempre activo, evitando tirones y calambres'. Si para un hombre es difícil incardinar una vida atlética muy activa con la familia y el trabajo, para una mujer lo es tanto o más, aunque quizás no debiera de ser así. Pero este mundo, tal como lo conocemos, tardará muchos años todavía en desprenderse de los roles...'Intento organizarme –dice– y sacar tiempo de donde no lo hay, sobre todo con el apoyo incondicional de mi familia, que son los grandes sufridores'.

Hay pocas cosas que igualen la gloria del podio.

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En este tiempo de corredora no todo ha sido un camino de rosas. También ha pasado por malos momentos. 'Debo reconocer que, en varias ocasiones, he pasado por trances en los que mi resistencia física y mental se ha visto al límite de sus posibilidades, como en algunos <trails>... El <Cross Alpino Cebrereño> –21 km. de subidas y bajadas muy técnicas– fue una de esas pruebas críticas, pero me he visto muy arropada por todos mis amigos. Por eso, a veces, la gente más próxima a mí me dice cariñosamente: <Cuqui, se te está yendo la cabeza con las carreras...>. Pero, ya sabes, son las típicas bromas... Lo cierto es que tanto mi familia como mis allegados ven con agrado estas actividades que practico, porque me aportan felicidad y satisfacción y eso es lo más importante, tanto para mí como para ellos'. En las 6 Horas de Pinto tiene pensado 'mantener un ritmo uniforme y apoyarme en los compañeros, para que resulte más fácil y divertida la prueba... En los momentos en que me encuentre sola, intentaré evadir la mente sin perder la concentración. Carlos, Fran y Fulgen ya me han dicho que tengo que bajar el ritmo de carrera que llevo normalmente, hidratarme bien y comer lo necesario para recuperarme. Con sus buenos consejos parece un reto divertido, diferente y hasta asequible, pero ya veremos...'.

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En ningún momento se le ha pasado por la cabeza un abandono: '...solo lo dejaría por una lesión que me impidiera continuar... No entra en mis planes cualquier otro tipo de flaqueza o renuncia. Sé que voy a tener momentos de debilidad, pero improvisaré, pues esa es una de las capacidades que he desarrollado como corredora'. No ha llegado a padecer 'pesadillas' por el hecho de tener que afrontar las 6H –'todo lo contrario: es entretenido y supongo que al final sentiré una satisfacción...', enfatiza– y ello no le ha supuesto, como se ve, ningún tipo de malestar o estrés –'en ese caso, no lo haría', dice convencida– y nunca se le ha pasado por la cabeza no presentarse en la línea de salida –'jamás, en ninguna prueba...', enfatiza. Como se siente eufórica y tiene una fundada sensación de que todo va a salir bien, ya piensa en la celebración final, disfrutando de la compañía de los participantes –'que son quienes, en parte, han hecho posible este gran evento'–, con la mente puesta en la idea de correr distancias mayores, 'pero a largo plazo...'. ‘Todos tenemos sueños, pero para convertirlos en realidad se necesita una gran cantidad de determinación, dedicación, autodisciplina y esfuerzo'. (Jesse Owens)

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Después de la prueba 'Eufórica todavía por haber terminado tan bien y con unas excelentes sensaciones la <Maratón de

Madrid>, –relata Ana Isabel– te comento un poco las conclusiones de mi participación en las <6H>, dentro de ese otro magnífico evento que resultó ser las <24 Horas en Punto de Pinto>. La organización fue impecable, con un circuito muy bien señalizado y el avituallamiento ubicado en un lugar muy adecuado.

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Además fue muy completo: abundante isotónico, fruta, embutido, frutos secos... Además, según iban pasando las horas lo adaptaban a las necesidades de los participantes, introduciendo paella, pasta, caldo, lo que en la noche venía muy bien para reponer fuerzas y entonar el cuerpo. Y fue un privilegio el poder contar con los camerinos para cualquier cambio o necesidad que surgiera durante la carrera...'. 'El circuito, al ser de una distancia corta –2 km– creí que se me iba a hacer muy repetitivo y pesado, pero después resultó divertido y no se me hizo nada monótono en las <6H> –Ana Isabel fue la vencedora femenina en esta prueba–. En apariencia no presentaba ninguna dificultad técnica, pero al pasar una y otra vez por los mismos lugares, las pocas cuestas y bajadas –unidas al asfalto y el cambio a la arena– sí que me fueron limando poco a poco el ritmo de carrera. Entiendo que hay que limitar el trazado, ya que se trata de un parque público muy visitado, pero sí me hubiera gustado que las vueltas fueran más amplias. En cualquier caso, hay que destacar la gran labor de los organizadores...' 'Para ser una prueba de ultrafondo, la acogida en Pinto fue magnífica, con bastantes participantes, muchos familiares y público. Hay que destacar el buen diseño de las actividades transversales, que dieron un enfoque diferente a la carrera. También fue un acierto la participación de los equipos de

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relevos, que aportaron mucha emotividad y convirtieron una competición de <ultrarunning> en una fiesta absoluta'. 'Conseguí 58 km. en 6 horas, resultado con el que estoy muy contenta. La verdad es que tomé la salida relajada, con el objetivo de aguantar ese tiempo corriendo a ritmo. Las primeras 4 se pasaron <volando>, pero, a partir de ese momento, se hizo notar el cansancio y, claro, la cadencia de carrera ya no fue la misma. No obstante, no tuve nunca malas sensaciones –por ejemplo, rechazo mental– ni padecí el típico agotamiento físico. El haber afrontado esta distancia en Pinto me viene muy bien de cara a los 100 km. de la Madrid-Segovia, para la que ya me estoy preparando...' 'Tengo que destacar, por último, la calidad humana de los participantes, sobre todo del uruguayo Hugo Gordillo, cuya historia personal me parece conmovedora. Y también compartir muchas vueltas con mi rival femenina, Lidia. Fue estupendo charlar con ella, conocernos. Es una lástima que tuviera que abandonar. Y debo agradecer, sin duda, los ánimos, gritos y aplausos de mis compañeros y compañeras <runners>. Lo bueno de estas <24H> es que convocaron a personas cuya vida ha tomado caminos diferentes, pero que se ha reunido para apoyar esta gran iniciativa de Fran, Fulgen y Carlos'.

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XIV José Luis De Santos Hernández

24 Horas Individuales

'La acogida en Pinto fue excepcional' José Luis De Santos Hernández es un histórico de todo tipo de pruebas, desde hace ya mucho tiempo: maratones, otras largas distancias, 24 Horas, 6 Días o lo que surja. Es un auténtico gladiador de la ultradistancia, hecho a todo y que no teme a nada. Entre sus logros, el récord de España de los 6 Días de más de 70 años. Corrió 20 veces el Maratón Alpino Madrileño –gesta que fue reconocida por los organizadores– y 29 la Maratón de Madrid, entre otras muchas hazañas. Ya con un año más, en las 24 Horas en Punto de Pinto tuvo una actuación sobresaliente: noveno en la general y primero, sin duda, en categoría, con 166 km. Admirable su fortaleza física y capacidad mental, peleando en noble lid con atletas mucho más jóvenes... 'Quedé gratamente sorprendido –me asegura– de la Organización de las <24 Horas en Punto de Pinto>, no porque dudara de su capacidad, sino que fueran capaces de hacerlo tan bien la primera vez. Ellos mismos se han puesto el listón muy alto...'

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'...El circuito me pareció entretenido. Si acaso algo duro, aunque no tanto como el que nos metiste tú y el otro organizador en Candás, aunque era realmente bello, entre bosques y al lado del mar... Yo prefiero este tipo de recorridos, ya que te obligan a hacer cambios de ritmo. En las bajadas sueltas las piernas y en las subidas, caminas si hay que hacerlo...'

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'La acogida por parte de la gente de Pinto fue excepcional. Los organizadores y voluntarios se volcaron en atenciones hacia nosotros. También tuvieron el gran acierto de poner en marcha actividades para los familiares y acompañantes. Impresionante el calor del público, sobre todo al paso por meta, donde casi te <empujaban> a correr...'.

Con Blázquez y Bordes, mostrando su mejor marca de España en los 6 Días para más de 70 años.

'El número de kilómetros que conseguí se ajusta a lo esperado. Me presenté a correr un poco preocupado por la infección de una muela, pues tuve

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que tomar antibiótico. El día anterior a la prueba había terminado un tratamiento de diez días. Pero no se me dio mal e, incluso, a última hora pude apretar para llegar a las 100 millas. Me sobraron 10''...' 'El mejor momento fue cuando amaneció. La luz me sacó del aletargamiento de la noche. Aunque pasé un momento malo a los 30 km, pues me entró una <flojera> de piernas, que achaqué a los antibióticos. En esos momentos, hasta dudé de si podría conseguir 100 km. Pero entonces puse la mente a funcionar, caminé dos horas y recordé lo vivido en los momentos críticos de otras carreras. Así pude hacerme con la situación...'

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'El año que viene estaré de nuevo en Pinto. Es estupendo poder correr en casa. Mucho más cómodo que ir a Francia, a Portugal, a Barcelona... Tuvimos 24H en Coslada durante 4 ediciones, dos en Torrejón de Ardoz y se acabó la comodidad. ¡Larga vida a las 24H en Punto de Pinto!'. 'Cuando la gente ajena al ultrafondo te pregunta <de cuántos kilómetros es la carrera...>, no dan crédito a lo que cuentas, cambian la mirada y dudan de tu cordura, sobre todo si se hacen una idea de la edad que tienes. Somos pocos, pero no estamos locos. Yo creo que es al revés. A veces algún joven se interesa por ese tema de los años. Cuando le digo 71, asegura que de mayor quiere ser como yo'. 'Al final no son los años en tu vida lo que cuentan, sino que es la vida en esos años' (A. Lincoln). 'Cree en ti mismo y en todo lo que eres. Reconoce que hay algo dentro de ti que es más grande que cualquier obstáculo' (Crhiatian D. Larson)

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Francisco Javier Fernández Olmeda Amicis Team – Griñón

El músico de las pruebas 'ultras'

'Preparamos el equipo –me comenta Francisco Javier– entre cuatro matrimonios. Dos compañeros habían corrido maratones, mi mujer carreras de 10 km. y los demás no tenían experiencia en carreras populares. Se prepararon específicamente para los relevos de Pinto. Cada uno de nosotros hizo tres horas...' 'Yo soy de Griñón –cerca de Pinto– y me crié en Parla, la ciudad de al lado. El año pasado hice varias carreras: <10 Km We Run Parla, Maratón de las Vías Verdes de Arganda del Rey, Maratón de Madrid, GTP 115 km (tercera vez), Canal de Castilla 80 km y Madrid-Segovia (segundo año), Arula Trail 12 km, Aranjuez 10 km, San Silvestre Vallecana> y otras pruebas'. 'Me gusta mucho correr por la montaña y es normal que haga dos <ultratrails> al año. También me encantan las <quedadas> con más gente para hacer rutas. Últimamente me he decantado por la vertiente solidaria de las pruebas y he hecho de <escoba> en varias: <Desafío Robledillo, Genaro Trail, Andrómeda Trail...>, Colaboro también balizando, con avituallamientos, dorsales, echando

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una mano. Intercalo estas actividades con la música. En la tarde del 1 de abril tuve que abandonar Pinto porque tenía un concierto en la sala <Dog And Roll> de Madrid. Me cuesta un poco compatibilizar los entrenamientos y la música pero se hace lo que se puede'.

Las buenas zapatillas son fundamentales en las largas distancias. 'La organización de las <24H Pinto> me ha parecido impecable. Hecha por corredores y para corredores. Fue un acierto el permitir acompañantes ajenos a la prueba. La acogida en la ciudad –muy cercana a la nuestra– fue muy cálida, con más

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público del esperado. La verdad es que nos impresionó el gran ambiente general que existía, la agradable convivencia, los aplausos, los ánimos... También la posibilidad de charlar con compañeros de otras pruebas y de convivir con gente nueva....'

'La actuación del equipo de relevos fue buena y todo el mundo se esforzó mucho, incluso hasta niveles de proeza, teniendo en cuenta que muchos componentes no tenían experiencia. Sí notamos algo de soledad por la noche, aunque pudimos charlar con amigos. Lo mejor, la vuelta con todo el

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equipo. Y la anécdota, el hecho de que, a pesar de ser un <club> de matrimonios, no discutimos nada en las 24 horas. Fue una magnífica jornada familiar y con numerosos amigos'.

Enrique López Guzmán Maratón Aranjuez

'La Organización estuvo <de 9>, porque perfecta

era Nadia Comaneci’

Tiene 42 años y se considera un corredor de maratón, en el sentido estricto de la palabra, pues sus entrenamientos van meticulosamente dirigidos a esta prueba. Como él bien matiza: '...como, sueño y soy maratón'. Aunque tiene que hacer cargas más bien intensivas a mitad de jornada –unos 80 kilómetros semanales–, pues es la única alternativa que tiene para conseguir entrenar. Esa es su vida desde el año 2008.. Pertenece al equipo que venció en esta modalidad en las 24 Horas en Punto, con 324 km recorridos.

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Enrique López Guzmán, capitán del M. Aranjuez

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Acaba de correr su Maratón de Madrid número 14, todas seguidas, sin solución de continuidad. Con tiempos 'populares, pero muy dignos...', como él bien señala: 3h29' y 1h35' en la media... 'La carrera de Pinto –me enfatiza– es y será una de las principales de mi vida, ya que es la primera que gano como capitán del equipo de Aranjuez. Te tengo que comentar también que el recorrido tenía su <aquél> pues había dos curvas en el lago que tenían su <gracia> al paso que íbamos. Pero no me quejo, como tampoco de las cuestas. Los organizadores –que estuvieron de <nueve>– no pueden hacer milagros. Y no les doy el <diez>, porque perfecta era Nadia Comaneci...' 'Las anécdotas fueron muy variadas: desde tener que ceder el testigo a otro por tener que ir urgentemente al baño, hasta las fotos de todos tapados con mantas. Todo muy bien, aunque solo pongo una pega. El mayor ambiente lo dimos los equipos y resultó algo triste subir solos al podio. En mi opinión eso se debería mejorar para próximas ediciones y dar una medalla a los tres primeros equipos...'

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Jesús Blázquez Álvarez 24 Horas Individuales

Me lesioné y estoy deseando volver

Tiene 51 años y vive en Madrid. Desde que era muy joven yo lo conozco ya de correr las 24 Horas. Desde entonces no ha parado: cerca de 30 años afrontando todo tipo de pruebas en asfalto y montaña, casi todo ultramaratones. Aunque ha perdido la cuenta de las pruebas de 24H que lleva hechas en pista, cree que son más de 15. Y se siente orgulloso de haber corrido los 6 Días de Francia. 'En Pinto, debido a una lesión –me aclara– solo he podido correr 20 km. Por lo tanto, poco puedo decirte... En cuanto a la organización, me pareció muy buena. Durante las horas que estuve por el recinto comprobé que todos los atletas salieron muy contentos, en especial con la atención recibida y los avituallamientos' 'El circuito es bastante entretenido y llevadero, aunque algo duro para una prueba de 24H. Quizás para otro año venga bien un vestuario un poco más amplio, para ducharse con más comodidad. La asistencia médica, perfecta. En general, todo estuvo perfecto y ya estoy deseando que llegue la edición de 2018'.

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Jesús Blázquez espera ilusionado las 24H 2018

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Luis Moya Mangas 12 Horas

'Me gusta fomentar las 24H en mi ciudad'

Luis tiene 47 años y lleva desde los 28 corriendo maratones, siendo un asiduo de los 42 km de Madrid. Asegura que '...entreno como el primer día, con la misma ilusión y pasándolo bien. He tomado parte en 30 maratones en asfalto, dos alpinos y en cuatro carreras de 100 km'. Toda una proeza... En las pruebas siempre corre a 8' el km. Su mejor registro en la maratón es de 4h20', en los 100 km de 11h10' y en los cien en 24h de 16h30'. No está nada mal para un corredor popular que vive el atletismo intensamente, pero de forma residual... 'Vivo en Pinto –me dice– y el hecho de sentirme arropado por los míos me llevó a inscribirme en las <12H>. Como no estaba muy preparado en esos momentos, me lo tomé como un entrenamiento fuerte de cara a la <Maratón de Madrid>, al mismo tiempo que, de esa forma, podría intentar animar a otros participantes. He de decirte que he percibido de muchas personas tantos valores humanos que aún estoy conmovido por ello. Espero que perduren en mi durante todo un año, para poder transmitirlos en la próxima edición, para la que ya tenemos a

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varios corredores comprometidos para formar un equipo' 'Me gusta mucho disfrutar del aire libre en buena compañía, ya sea corriendo, haciendo <trekking> o contemplando una puesta de sol. Eso me hace ser más objetivo y tolerante, pues me ayuda a pensar'.

Luis Moya con Francisco García Lozano.

Le gusta el teatro y ama las cosas sencillas de la vida: los amigos, los entornos naturales, una charla

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animada, un día de sol, la lluvia, el viento... Por eso vio en las 24 Horas en Punto de Pinto un escenario idóneo para impregnarse de muchos sentimientos y transmitir a la vez los suyos. 'Corrí durante 5h50' –continúa– y después me retiré, habiendo cubierto 42 km., que está bien de cara a la maratón que se avecinaba. Mi objetivo era correr 90, pero he de reconocer que llevo unos años en los que no consigo hacer buenos entrenamientos y mi cuerpo físicamente no responde como antes'.

'Aunque estoy contento –continúa– , porque desde diciembre me encuentro mejor. Antes me daban mareos y se me dormían los pies y las manos, pero desde que me sacaron una muela esas

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dolencias han desaparecido, aunque los médicos dicen que no tiene por qué tener relación. Aunque yo creo que sí, ya que fui operado tres veces de un quiste en la mandíbula'. 'En cuanto a la organización de las <24H de Pinto>, todo ha estado perfecto, ya que los organizadores tienen mucha experiencia en estos eventos. Y el trazado es idóneo, porque hay muchas pruebas de este tipo que se hacen en pista y eso sí que es demoledor psicológicamente. A todo el mundo le ha encantado esta carrera y ya hay personas que están deseando que llegue la cita de 2018 para participar'. 'También hay gente que dice que estamos locos y que esto no puede ser bueno, pero yo siempre lo veo como algo positivo, pues me sienta bien para el cuerpo y la mente...' 'En definitiva, que me gustó mucho el ambiente y el recorrido –casi todo tierra–. Me quedé con buen sabor de boca y con toda seguridad que el año que viene lo volveré a intentar, ya se de forma individual o en un equipo de relevos. Además, como fondista que soy de Pinto, me gusta fomentar esta actividad en mi pueblo'.

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XV Alberto Gutiérrez Otero 24 Horas Individuales

Kilómetros de sudor y sangre en favor de los

más desfavorecidos 1Km.=1Kg. Dice Alberto Gutiérrez Otero, el madrileño solidario y preocupado por el bienestar de las clases más desfavorecidas que 'correr es para mi una forma de vida; es más, siento la vida a mi alrededor al hacerlo. Y nada se puede comparar al bienestar, al descanso espiritual y la paz que me proporciona el running...' Nunca con tan pocas palabras se pudo decir tanto. A su 31 años lleva 14 corriendo y una parte de ellos ayudando a los que menos tienen a través de su asociación '1Km.=1Kg.', que le sirve para canalizar alimentos y otros bienes de primera necesidad a mucha gente que ve en él la luz de una esperanza. Mide 1,77 m. y pesa 78,8 Kg. Solía ir exclusivamente al gimnasio con unos amigos. Pero un día decidieron salir a trotar por la calle y '...descubrí el mundo tan maravilloso que había detrás de aquellas paredes...'. Claro está: fue un punto sin retorno. Continuó con el gimnasio, pero ya

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no pudo dejar de entrenar por la ciudad, carreteras, campos y montañas. Ya con las zapatillas que a él le gustaban: de suela algo dura, pero dúctiles y ligeras, de esas con las que no te sientes desarraigado del terreno que pisas. Porque todo en él son sensaciones y no extrañe a nadie que buscase unas zapatillas voladoras que le transmitiesen las sensaciones del suelo sobre el que disfrutaba... No suele usar para correr una ropa especial. A veces, en algunas carreras, las medias que ahora están tan de moda. 'Ayudan algo, pero no en lo primordial', dice. Trabaja en una tienda de running y es entrenador personal. 'Por lo tanto mi implicación con la solidaridad y con las <24 Horas en Punto de Pinto> es total’. Le gusta darle mucha caña al cuerpo y algunos amigos, que no lo entienden muy bien, se lo reprochan, pero él no lo tiene en cuenta porque es un profesional de la actividad física, sabe que lo está haciendo bien y, además, ello le hace feliz. Pero estamos hablando de esa pequeña minoría que no hace deporte y, por eso, encuentra rara su práctica. Él siempre les aconseja con buen talante 'que lo prueben...'. Es, en definitiva, un hombre muy querido y admirado por buena persona y excelente deportista.

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El tatuaje en la pierna y el cariño de la familia

No le gustan mucho los planes rígidos, aunque los respeta. 'Hay que adaptarse a ellos y a las circunstancias; son bastante efectivos, siempre que se sepan <usar>...', asegura con buen criterio. Sus preferidos son los entrenamientos cruzados, que diseña a su medida. Muchas de sus interesantes actividades y enseñanzas pueden encontrarse en las redes buscando por coachalberto. 'Al día de hoy –asegura– no me encasillo en una sola prueba, ya

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que hago desde 5 km. hasta <ultras>, pasando por el <trail> y el triathlon, sin dejar de lado el gimnasio. En mi afán de innovar he puesto en práctica pruebas que solían llevar a cabo los pioneros de los primeros años del siglo XX: corren una maratón en pista –105 vueltas– o contra un autobús en Madrid, entre Cibeles y Neptuno'. Esta segunda práctica fue algo corriente en los siglos XIX y XX, en los que se registran numerosos casos de corredores que retaron a animales o máquinas. Uno de los más curiosos fue el del italiano Carlo Airoldi, contra Buffalo Bill, duelo que al final se frustró porque el sheriff exigió un caballo de repuesto... Incluso Jesse Owens, después de regresar de los Juegos de Berlín 1936, corrió contra máquinas –coches, locomotoras – y animales... Lleva una alimentación normal, intentando que la misma sea 'lo más <limpia> posible, aunque sin excluir los dulces...'. Y dice que es muy duro compaginar a veces el trabajo, los entrenamientos y la familia, Que lo intenta llevar lo mejor posible, pero 'en ocasiones se hace difícil tener que entrenar a las siete de la mañana –antes de entrar a trabajar– o en la franja del mediodía, antes de recoger los niños en el colegio y la guardería. En este sentido, cuento con el apoyo incondicional de mi mujer los días en que coincidimos los dos en casa. Es duro sobrellevarlo, pero, al final, con el cariño de mi

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esposa, buena voluntad y su comprensión, se puede con todo...' En su recuerdo hay siempre sensaciones buenas: 'ayudar a un amigo a cruzar la meta, romper mis propias marcas, sobreponerme a veces a las adversidades para seguir adelante, ver que los límites de los retos se pueden desvanecer y, sobre todo, divertirme corriendo...'. Intenta ver el lado positivo de todo lo que hace, hasta el de las lesiones, pues 'siempre se aprenden muchas cosas de ellas'.

No piensa en otra cosa que en terminar estas 24 Horas en Punto de Pinto. Y si flaquea asegura que 'resistiré como pueda'. Para ello su estrategia será

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intentar detenerse lo menos posible, comiendo lo necesario e intercalando la carrera y la marcha por algunos espacios de tiempo, si no consigue estar continuamente corriendo. Reconoce que esta prueba –nueva para él– no le ha producido estrés, pero sí algo de preocupación en ocasiones, incluso por la noche. Cree que repetirá esta colaboración solidaria en Pinto, porque, según dice, para él lo más importante es aprovechar esta oportunidad que le brindan las 24H en su Comunidad para ayudar a las personas en cierta exclusión social 'donando tantos kilos de comida como kilómetros recorra'. Seguirá entrenando para afrontar nuevos retos y 'no pienso abandonar esta forma de vida de deporte, que me permite aprender y crecer, sobre todo con el primordial respaldo de mi familia'. Después de la prueba 'La organización –concluye Alberto– ha sido de <once sobre diez>. Nunca he estado en un evento en el que me hayan tratado con más mimo y donde me haya sentido tan arropado por el público y por las personas que hicieron posible la carrera, que ya no son solo organizadores y compañeros de kilómetros, sino que algunos amigos y <familia>...'

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'El circuito es algo duro, pero sabíamos a lo que nos enfrentábamos. Fue difícil a nivel físico, por sus curvas y cuestas y también mentalmente por tener que dar tantas vueltas, pero para mi se trató de algo positivo, ya que me establecí <miniretos> de, al menos, llegar a la meta. Una vez allí, a por otra vuelta y así de continuo... La animación del anfiteatro y todo el público ayudaba mucho...'.

'Di 74 vueltas y cubrí 148 km. Considero que es un buen resultado, aunque pasé dos momentos malos, uno de madrugada y otro al salir el sol.

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Aunque lo mejor fue la llegada a meta con mis hijos y ver la cantidad de comida y productos de primera necesidad que se recaudaron con el proyecto solidario conocido como <1 km=1 kg>. Toda la gente buena que ha pasado por allí ha dejado unos 1400 kilogramos de comida para familias necesitadas. Eso te hace reflexionar sobre las cosas y sobre el mundo. Hay gente buena. Contento por la carrera, amigos y familia'.

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XVI Luis Fernando de Sisternes Acebedo

24 Horas Individuales

Terminó 14 veces los 100 km en 24 horas Nació en Palencia, el 25 de febrero de 1939. Así que es un niño de los tiempos duros de la postguerra. Quizás haya sido eso lo que forjó su carácter recio. El sobrevivir en un país hecho añicos por unos y otros. Y en el medio hombres que solo querían, como dice la canción, su pan y su hembra. Pan, poco, porque escaseaba y había que ajustarse a las penurias del racionamiento. En ese contexto pasó sus primera infancia Luis Fernando en La Rioja, que fue donde se crió. En el año 1963 se vino a vivir a Madrid. 'Siempre me ha gustado el campo y la aventura – me asegura–, aunque mi trabajo ha sido siempre administrativo. Por eso, sobre todo, siempre que he podido, he practicado algún deporte....'. Con 18 años fue tercero en el campeonato provincial juvenil de campo a través de La Rioja. 'Entonces había pocas carreras –se lamenta– y tampoco estaba socialmente bien visto correr. Salvo casos muy excepcionales, no se solía entrenar con rigor como ahora...'

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'Pero mi gran afición fue siempre la caza, sobre todo la de la perdiz, que practiqué hasta 1989. Realizaba grandes caminatas. Aunque también anduve en bicicleta de carrera, pero la dejé por el gran peligro que suponían los coches. En el año 2001 participé por primera vez en los <100 Km. de Corricolari>, prueba en la que tomé parte 14 veces. Recuerdo la edición del 2002 con cierto malestar, porque tuvimos que afrontar temperaturas de más de 45º. Se produjeron una serie de desvanecimientos entre los participantes y hubo un importante trasiego de ambulancias. También corrí con mi hija las seis primeras ediciones de la Madrid-Segovia. Pero el año en que más disfruté de esa ruta fue en el 2012, porque la hice en la modalidad de marcha (20h15'34''). En pruebas de 24 horas inauguré en España las categorías de 65, 70 y 75 años. Ahora creo que solo quedo yo en la de 75 años y espero llegar a los 89, si Dios quiere... Me hicieron una operación hace tres años y sufro muchas molestias, lo que me hace perder mucho tiempo en la carrera...' 'Tengo bastante tiempo libre, porque estoy jubilado y vivo cerca del parque de El Retiro. Aunque ahora mis entrenamientos consisten más en paseos largos que trotar, pues cada vez me cuesta más correr. Así que me considero sobre todo un andarín. Me han gustado mucho las largas distancias y nunca me he retirado de ninguna prueba, pero ahora los años y la operación me limitan. Nunca he tenido

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entrenador, siempre fui autodidacta. En la página de <Estadisticas de Ultramaraton> o poniendo mi nombre en Google salen muchas de las carreras en las que estuve presente..'

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'La atención en Pinto fue muy buena, aunque el circuito me pareció algo exigente. He conseguido 114 km., una cifra menor de la esperada. En realidad , ha sido mi peor registro. No me adapté bien al trazado y me lo tomé con calma, desperdiciando muchos minutos. Cuando se pierde la motivación el mejor momento es el de la llegada a la meta...’

Jesús Antonio Dionisio Ortiz 24 Horas Individuales

'Comenté a la mujer de alguno que lo suyo tenía más mérito que lo nuestro’

En general suele participar en maratones y en medias. En septiembre del año pasado terminó su primera Madrid-Segovia. Lleva corriendo once años debido a que Fran Araque le anima a ello y entrena dos días semanales con el Running Pinto. También dedica un día a estiramientos y fortalecimientos, otro a natación y un tercero a rodajes largos. Para él es una forma de interaccionar con otras personas y de disfrutar con las sesiones de acondicionamiento. Dice no estirar mucho, ya que una vez a la semana hace flexibilidad con el grupo. Cuando tiene alguna prueba ya sigue las indicaciones de la entrenadora de su club, Mayte Íñiguez. Pesa unos 75 kilos y parecer ser de buen diente, pues asegura que '...como variado, sobre todo de

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cuchara; no sigo una alimentación específica...'. No usa ninguna prenda especial y prefiere las zapatillas con buena amortiguación y que le duren un tiempo. Le gusta correr y charlar con los amigos y hacerlo en contacto con la Naturaleza. También comprende que muchas personas puedan ver raro que se corran tantos kilómetros de forma continuada... Para las 24 Horas en Punto de Pinto se preparó siguiendo los consejos de Mayte y aprovechándose de las enseñanzas recibidas a lo largo del tiempo de Fran Araque, pero quince días antes tuvo una caída y se lastimó en la rodilla derecha, por eso afrontó la carrera con ciertas reticencias. Aunque dispuesto a caminar –si es que no lograba correr–, para poder celebrarlo al final con un beso de su mujer y una cerveza bien fría...

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Después de la prueba 'Por mi parte todo estuvo de diez –enfatiza– aunque la Organización siempre van a intentar mejorar la prueba. Lo que veo es el circuito un poco duro para este tipo de carreras. Pero se consiguieron, no obstante, buenos registros y el nivel deportivo fue alto...'

'Personalmente no había vivido nada parecido, ya que el público apoyó mucho. También lo hicieron otros corredores. En concreto, al participar en casa, sentí muy dentro de mi los ánimos del <Running Pinto>. Percibí muy de cerca el calor de los amigos, de los organizadores, de los voluntarios –que,

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además, me conocen–. Pero también tenía aquí a la familia: a mi mujer, a mi hijo, a los sobrinos, a los cuñados... La curva que está antes de la entrada a meta se recordará siempre, la extraordinaria atmósfera creada allí por los compañeros de los equipos'. 'Al final terminé muy contento con los 106 kilómetros conseguidos, pues mi objetivo era superar los 102 de la <Madrid-Segovia>. Aunque tuve dos momentos muy malos durante la prueba. Me resentí de la rodilla y se me hincharon los pies, lo que me obligó a parar dos horas a lo largo de las 24 y a dejar de caminar una hora antes, pues ya no podía apoyar el pie izquierdo. Me llamó la atención la paciencia de algunos familiares de corredores de fuera de Pinto. Llegué a comentarle a la mujer de alguno que lo suyo tenía más mérito que lo nuestro. El final de carrera fue muy emotivo.’

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Beatriz López Novo 24 Horas Individuales

'Que el cáncer no pare tus sueños' 'Escribo esto una semana después de cumplir un sueño llamado <24 Horas en Punto de Pinto>. Aún recuerdo cómo hace meses entraba en la sección de running de <Fútbol Factory> de Leganés y me encontraba con quien ahora es un buen amigo, Alberto Gutiérrez Otero, comenzando a conversar con él sobre retos deportivos, carreras y locuras. Y de repente nos encontramos hablando de las 24 horas en las que los dos queríamos participar' 'El viernes –día de recogida de los dorsales– fui a hacerle una visita de mañana. Los dos estábamos llenos de nervios y temores. Fue el día en el que yo confirmaba mi asistencia, pues solo un día antes los médicos me daban permiso para tomar parte en la carrera, con muchos temores, por cierto.... Pero accedieron porque sabían que para mi era algo mágico...' 'Antes, durante y después de la carrera, Alberto, sus amigos y sus padres estuvieron pendientes de mi, animándome cada vez que me veían. Quiero darles las gracias a todos. Porque, la verdad, no fue fácil: sufrimos, reímos, disfrutamos y, sobre todo, cumplimos un sueño y demostramos que la palabra <rendirse> no existe en nuestro vocabulario'.

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'Tras 24 horas intensas –llenas de sacrificio, pero también de satisfacción– e inolvidables, en un circuito duro, lo más gratificante es que un

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compañero te esté esperando tras la línea de meta para abrazarte, felicitarte y conseguir que seas más consciente de que todo había sido real. Me emociono recordando esos instantes, por los que tengo que darte las gracias, de corazón, Alberto. Eres una gran persona y un superhéroe...' 'Al redactar esto –que me rotocará Millariega– tengo delante una foto de las <24 Horas en Punto de Pinto> que me encanta, pues muestra mi esencia en estado puro, mi sonrisa, mis dedos en forma de <V>, de vida..., un símbolo que me encanta y que dejo plasmado en muchas imágenes. 24 horas llenas de realidades, ilusiones, metas, sueños, ganas de seguir viviendo y de motivación para luchar contra el cáncer, de fuerza para no rendirme en instantes en los que los pensamientos de algo así como suicidio invaden mi mente... Han sido un renacer, una renovación para mis latidos, una conexión espiritual para mi cuerpo y mi alma. Esos 76 kilómetros, conseguidos estando siempre en la ruta, con mucha dificultad, una veces animando a unos y otras recibiendo el estímulo de los demás, me han hecho sentirme, por primera vez en mi vida un poco orgullosa de mi misma...'

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Valentín Guerrero Santos 12 Horas

'Había preparado la prueba a conciencia, pero me lesioné'.

'Me gustan las carreras de larga distancia (me dice Valentín) y he terminado unas cuantas: Madri-Segovia, las 24H de Corricolari, las 67 Millas Romanas, los 101 Km de Ronda, los 101 Km Peregrinos... Me llaman esos retos...' 'Había preparado la prueba de Pinto a conciencia, pero esa semana hice un gran esfuerzo en el trabajo, que me pasó factura. El objetivo era completar 100 km o más. En la vuelta 13 comencé a sentir un incipiente dolor en el tobillo, al que no presté demasiada atención. Llevaba un ritmo de 10km a la hora. Las sensaciones eran muy buenas. Además llegaron mis hermanas para correr un poco conmigo, lo que fue un acierto de los organizadores. Pero a la mitad de la vuelta 21 el dolor se hizo insoportable y tuve que abandonar. Fueron 42 km en 4 horas, aunque quería completar más distancia. Pero este mundo de las carreras es así: a veces las cosas se tuercen y no salen como uno desea. De todas formas me marché a casa con una maratón, que no es poca cosa. El próximo año volveré a Pinto con toda la ilusión, como buen <guerrero>'.

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Hugo Gordillo Tiscornia Uruguay

24 Horas Individuales El profeta de los niños con cáncer

Nació en la ciudad uruguaya de Treinta y Tres. Es un hombre afable, cordial, que parece desear que todas las personas sean felices, que el mundo entero se convierta en una balsa de dicha y ventura. Por desgracia, eso no puede ser y él (que lo ha comprendido) se ha dedicado a luchar sin denuedo en una parcela de la vida que considera sustancial, la de los niños enfermos de cáncer, a los que llama campeones de la vida. Sus proezas son incontables, llevando siempre por bandera la solidaridad y la suya propia de Uruguay, a la que ama y de la que difícilmente se desprende. Empatiza rápidamente con todo el mundo, con el orbe entero si hace falta, porque tiene un carisma especial. Allí donde va se hace querer y deja amigos, porque es uno de esos ciudadanos del mundo que entrega su cuerpo y su alma por los demás. Corriendo grandes distancias, porque lleva dentro una espina clavada que ni así se saca. Ni martirizando el cuerpo en odiseas como la Spartathon griega o en los 380 kilómetros que hay entre las ciudades de Montevideo y Paysandú consigue encontrar serenar el espíritu, desde que la

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enfermedad más perniciosa le arrancó a un ser querido de corta edad. Por eso en su país corre a favor del hospital Pereyra Rosell y, en concreto, por la Asociación de Niños con Cáncer. Así ha cubierto distancias desde 100 km hasta 400, recaudando fondos. No corre por medallas de trofeos, sino que trata de difundir por toda la Tierra la causa de los niños con cáncer en Uruguay y por intentar mejorar su calidad de vida. De las 24 Horas en Punto de Pinto habla maravillas. Tanto de los organizadores, como de los compañeros, del público o de la ciudad. Ahora todos son sus amigos. Día y noche, a lo largo de 114 kilómetros, sus elocuentes disertaciones erizaron el vello de muchos hombres y mujeres, pues calaron en el corazón de quienes convivieron con él en esas jornadas.

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Anthony Stephen Lee Irlanda

12 Horas en Punto

'No sigo programas de entrenamiento porque para mi el bien más sagrado es la libertad'

Anthony Stephen Lee es un atleta irlandés de 45 años, que reside en Kildare y corre con el club 'Donadea RC'. Es amigo de Eddie Gallen y ha venido a compartir con él y con el resto de los participantes las magníficas sensaciones que nos van a proporcionar a todos estas inigualables 24 Horas en Punto de Pinto. Tomará parte, al igual que Eddie, en la prueba de 12 horas. Participa habitualmente en todo tipo de distancias y el máximo tiempo que ha estado corriendo han sido 72 horas. Comenzó a hacerlo en el año 2006 'para perder peso' y ha evolucionado de una manera sorprendente, pues lo mismo corre 5 km. en pista que se atreve con la 'Spartathlon', prueba que ha logrado concluir con éxito. Pero si uno mira su currículo –puede verse en Deustche Ultramaraton– se encuentra con que tiene una trayectoria sorprendente: ha participado –y con muy buenos resultados– en numerosas pruebas de 100 km. También muchas otras de 12, 24 y 48 horas

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–y en otras ultras–, obteniendo excelentes puestos y registros en casi todas ellas. Entrena en pista, carretera y montaña. No es muy amigo de programas de acondicionamiento porque dice que 'en mi caso me privan de experimentar ciertas sensaciones buenas que tienen las personas a veces y que hay que aprovechar y disfrutar cuando llegan'. No quiere estar sujeto a ningún plan rígido que limite algo sagrado para él, la libertad. Ni quiere someterse a ningún tipo de estrés, 'porque la vida es muy corta', sentencia. No lleva una alimentación distinta a la normal, no va nunca al gimnasio, usa zapatillas corrientes de running y no tiene preferencia por ningún tipo de ropa sofisticada. De hecho dice que 'tomo lo primero que encuentro encima de mi cajón'. No tiene problemas para desplazarse a correr fuera de su ciudad, ya que, como asegura, 'tengo una esposa muy comprensiva'. Reconoce que su peor experiencia en la ruta fue la 'Spartathlon', ultramaratón donde se recorren 246 kilómetros entre las ciudades griegas de Atenas y Esparta, que se celebra desde 1983, donde los tiempos de paso por los controles son muy exigentes; en pocas palabras, hay que correr. Disputará las 12 Horas de Pinto, como hombre de bien que es, 'sin deslealtad', para celebrarlo al final tomando una o varias cervezas con el gran Edward Gallen.

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Después de la prueba 'La organización fue muy buena, eficiente y <amigable>. Del circuito puedo decir que tuvo una elevación <interesante>. Todo el mundo hizo que me sintiera muy bien en Pinto, muy a gusto y disfrutando del gran ambiente general. Estoy contento con los 92 kilómetros recorridos en la prueba de <12 Horas>. Pasé por momentos mejores y por otros peores, en cuanto a sentimientos personales y de motivación. Los mejores momentos fueron cuando corrí con Eddie Gallen y lo vi ganar la carrera. Los peores, cuando llegó la oscuridad...'

A la izquierda Anthony S. Lee en la 'Spartathon'.

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Luz Aurora Casas Salinas Relevos - 'Ladies Runners'

'Se creó una complicidad entre nosotras y

prevaleció el espíritu de equipo' Ahora tiene 41 años y es una mujer jovial y atlética. Lleva corriendo cuatro años, desde que su amiga Patricia Serrano la animó para apuntarse a uno de los equipos de atletismo locales, el Running Pinto. Siempre ha sido una entusiasta deportista, aunque antes de correr hacía marchas en bicicleta, algunas tan renombradas como el Camino de Santiago, que recuerda como '...una experiencia memorable...'. En realidad le atraen todas las disciplinas deportivas (pádel, baloncesto...), pero reconoce que el atletismo es lo que mejor encaja en sus rutinas diarias. Recuerda con una sonrisa las sensaciones de la primera vez que se puso a correr: '...llevaba un kilómetro y las piernas no me iban, me <decían> que no podían seguir; pero con el paso del tiempo y la constancia se logran progresos increíbles...'.

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En efecto, su perseverancia, tesón y amor propio la condujeron, en el 2014, a cruzar con éxito y gloria la meta de la Maratón de Valencia. Pero no se conformó con ser finisher en la prueba reina, sino que deseaba obtener, además, una buena marca. Y la consiguió en Sevilla en el 2016: 2h52'. (Señora, hay que descubrirse ante usted...). Recientemente ha vuelto a participar en los 42km, en concreto en la Maratón de Madrid, donde terminó muy contenta en compañía de su buena amiga Patricia Serrano. Deduzco que lo mejor está por venir... Asegura Aurora que '...qué duda cabe que cuando corres sufres, pero después tienes la gran satisfacción del deber cumplido. Correr me hace feliz y de eso trata la vida...' Me cuenta como anécdota que '...en Pinto, pasada la media noche, estaba haciendo mis dos horas y media sin parar cuando, de repente, en el medio del circuito y en dirección contraria, me topé con una mujer ya de cierta edad, caminando con una bolsa en la mano, como si fueran las cinco de la tarde. Me quedé intrigada pensando qué haría una señora sola, paseando por el parque a esas horas de la noche. La sorpresa me la llevé por la mañana, cuando vi que era tu esposa, Millariega, la mujer de un valiente corredor como tú... Comprendí que, sin duda, es la familia la que muchas veces nos hace alcanzar la mayoría de las metas...'. Y, después, me sugería Aurora, con entrañable afecto que: '...nunca

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dejes de sonreir mientras corres, pues es el mejor regalo para todos los que, en algún momento, nos cruzamos en la ruta: dejar aparcado por unos momentos el agotamiento y mostrar un gesto reconfortante o pronunciar una palabra de ánimo...' .

Auroa Casas, Juani y Mayte.

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Dos maratonianas: Aurora Casas y Patricia Serrano

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'Los organizadores de estas 24H (me sigue diciendo Aurora), merecen un sobresaliente. Se notó su esfuerzo en cada detalle. Gustó mucho a todo el mundo el hecho de que se preocuparan de enviar información de la agenda cultural de ese fin de semana: otras alternativas para acompañantes y familiares'. 'El circuito no me resultó duro ni monótono, al contrario de lo que puede pensar alguna gente. Me ilusionó el hecho de dar vueltas rápidas en el mismo sitio, con los compañeros esperando... Y también me gustaron unos cuantos giros que tenía, ya que eso permitía que el cuerpo no se cargase siempre sobre el mismo sitio'. 'Quiero destacar como muy importante el apoyo del público, incluso de madrugada. Nunca me sentí sola por la noche. Aunque faltando quince minutos para terminar los dos horas y media me fallaron un poco las fuerzas, pues quizás debí reponer energías y no lo había hecho'. 'Esta ha sido una de las mejores carreras en las que he tomado parte, por la compañía del equipo, por la complicidad que se creó entre todas y por los lazos de amistad que, a través de la convivencia y el deporte, establecimos con los componentes de otros equipos'. 'Fue todo muy emocionante y hasta tuvo sus dosis de incertidumbre. Porque antes de las 24H estás preparada para correr un tiempo o un número

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de kilómetros. Pero, de repente, una compañera se pone enferma y otra se lesiona... Todo cambia en un instante y debes de sacar fuerzas de donde no las tienes, despreciando el sueño, el frío y la noche, para cumplir el compromiso y que prevalezca al final el espíritu de equipo'.

***

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XVII

Susana Téllez Brenes Relevos – 'Supeyc Pinto'

Trabajar y correr por la noche

–Peso unos 53 kilos y empecé a hacer footing porque necesitaba coger fondo para el muay thai –boxeo tailandés con guantes, así como protecciones tibiales y mandibulares–, aunque, la verdad, nunca me gustó correr y, al empezar, me sentía muy mal –sobre todo cuando hacía mucho calor–. No podía respirar, me cansaba y el tiempo no pasaba. Llegué a dejarlo durante una temporada, pero lo necesitaba para las artes marciales. Aunque todo cambió cuando una amiga me aconsejó que me apuntase al Running Pinto, al objeto de estar sometida a una disciplina y así poder obligarme más. Al principio me lo pensé, pero más tarde tomé la decisión de hacerme del Club. Me acogieron muy bien y ahora estoy encantada. He conocido a gente estupenda y paso en su compañía momentos muy agradables. Más que eso: le he cogido el gustillo y ahora me encanta, hasta el punto de que me inscribo en todas las carreras que puedo. Incluso he hecho alguna de montaña...

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Se trata de Susana Téllez Brenes, que, a sus 43 años, respira optimismo por todas partes. Cabría esperar un carácter un poco más agrio por parte de una persona que se zurra a conciencia en un ring. Aún así, es una mujer con carácter, pero que tiene una sensibilidad excepcional con los demás y para saber apreciar en su justa medida ñas cosas esenciales de la vida.

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Es de Madrid, pero hace tiempo que vive y trabaja en Pinto. Correrá los relevos con el Supeyc de la

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localidad, un equipo enteramente femenino formado en las filas del equipo de atletismo de la localidad, Running Pinto. –Lo mejor de correr es el durante, porque te evades de todo y te sirve para descargar el cuerpo y la mente. No solo las sensaciones y emociones son buenas al correr, sino que al terminar también, cuando te quedas relajada y el cuerpo se sosiega y se rodea de una halo de paz, como si se hubiera liberado de un peso... –¿Tan mal llevas el calor? –Sí, eso es el único problema que veo a este bello deporte, de ahí que, por el verano, en ciertos periodos, dejo de correr... –¿Y no lo echas de menos? –Sí, mucho... Pero el sofoco que me produce el calor es mayor que mi fuerza de voluntad. Por el verano aprovecho a salir cuando refresca, si es que aún tengo tiempo... Pero, en general, soy dichosa corriendo. Si hace un tiempo alguien me dice que iba a hablar así del running no me lo hubiera creído ni en broma... Ahora estoy muy enganchada y experimento una gran sensación de libertad a nivel físico y mental. A quienes no lo hacen les digo que prueben, porque merece la pena... –¿Cuál fue tu primera carrera?

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–Llevaba solo unos meses entrenando y me fui a Murcia con el Running Pinto a correr 10 km., una experiencia que nunca olvidaré, por las buenas sensaciones que tuve y el cariño del resto del equipo, aunque debo reconocer que lo pasé algo mal corriendo. Pero fui feliz al terminar... En general, hago hasta 15 kilómetros, incluso de montaña, como te dije antes. Aunque una vez fui tercera y subí al podio, no busco medallas, solo acondicionar mi cuerpo y mi mente, terminar y sentirme bien. De todas formas, desde que estoy con el Running Pinto he mejorado mis tiempos...

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–¿Qué te aporta el correr de cara a un deporte de contacto como el que practicas? –Muchas cosas que son necesarias en el muay thai y para el boxeo. Sí, en efecto, es una práctica marcial en la que puedes utilizar golpes combinados de puños, piernas, codos, brazos, rodillas, hacer barridos... Pero, al contrario de lo que cualquiera pudiera pensar, para ello se necesita una gran capacidad de concentración. Y el running me aporta ese nivel de bienestar y relajación mental que necesito. Es ese momento en el que todo se olvida, en el que no hay nada en tu mente... Solo estás tú y la carrera... –¿Te gustan más las artes marciales o la carrera? –Ahora ya no sabría qué decirte... –¿Cómo compaginas el deporte con el trabajo y la familia, ya que haces dos disciplinas? –Intento llevarlo bien... De momento, lo voy combinando todo como puedo. Claro, hay que tener en cuenta que entreno tres especialidades. Desde luego que me tengo que organizar bastante... Hago carrera dos o tres veces a la semana y lo intercalo con el muai thai y días de boxeo específico. Madrugo y todo para ir a correr... ¡Con lo dormilona que soy, quién me lo iba a decir! Es una mujer simpática y goza de una gran admiración en la ciudad donde vive. Y qué decir de su empatía con la gente que la rodea y, sobre todo,

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con sus compañeras del equipo de atletismo. Nadie podría pensar que, aparte de ser una de las integrantes más carismáticas del Running Pinto, pertenece al Gimnasio Metropolitano de Madrid (donde practica muay thai) y al Miracles Fight de Pinto, en donde boxea... El mundo está lleno de agradables sorpresas y de personas polifacéticas y con una capacidad de adaptación asombrosa a diversos entornos y situaciones. Es el caso de Susana... –Ya me has comentado que las dos disciplinas que haces te llenan casi por igual, pero ¿guardas un mal recuerdo de alguna de ellas? –Sí... De una carrera de 8 km. en pleno mes de agosto. Lo pasé muy mal debido al calor y llegué sollozando a la meta. Pensé que no era capaz de terminar: agobio, ansiedad, me ardía la cabeza, me ahogaba... Tuve que decirme frases motivadoras a mí misma, para lograr terminar. Por eso al final lloré como nunca lo había hecho.... Lleva una dieta variada. 'Pero antes de los entrenamientos –asegura– tomo siempre mi batido de proteína naturales y biológicas, que no me hace daño al estómago. Pero también me doy algún <caprichito>, pues me gusta mucho lo dulce y lo salado me encanta...'

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Prefiere utilizar zapatillas que sean 'ligeras y, a la vez, consistentes' y no tiene preferencia por ningún tipo de ropa, 'aunque me decanto más por la liviana, porque es más cómoda...', matiza.

Para las 24 Horas en Punto tiene una estrategia muy simple: 'Divertirme con mi equipo y hacer el relevo que me toque lo mejor posible, porque pienso

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que, una vez pasado el periodo de adaptación que es inherente a cualquier disciplina, qué duda cabe que el deporte debe ser para disfrutarlo. Yo pensaré en positivo: si tengo algún momento de debilidad, me acordaré de la de 8 km. –cuando lo pasé tan mal– y haré lo mismo: bajar el ritmo, concentrarme y seguir adelante, aunque tenga que hacerlo andando...' Después de la prueba Susana se muestra eufórica y solo tiene palabras de agradecimiento para Carlos, Fran, Fulgen, todas las instituciones y personal voluntario que se ha prestado a colaborar con la mejor intención y la máxima dedicación. 'Todos, hombres y mujeres, han estado fantásticos..', dice. Sobre el bello recorrido por el parque Juan Carlos I, asegura que '...después de unas cuantas horas se me hizo monótono y duro, pero quizás en ello influyó también el cansancio'. Pero todo lo compensaba el público, las compañeras, todos los corredores, voluntarios y organizadores con su total atención y con el cariño que nos demostraron. No tuve problema en hacer 26 km., más de lo esperado, aunque sí me resentí un poco con el frío de la noche, pues tuve que compaginar con el trabajo mi relevo nocturno. ¡Correr y trabajar, qué locura...!'.

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XVIII Jabitxu Martín Esperanza

24 Horas Individuales

'Entrené como Rocky Balboa por la apuesta con unos amigos'

'Si te soy sincero, lo veo muy <jodido>. Pero es una prueba que no voy a olvidar, porque me voy a dejar el alma en ella y casi la vida para acabarla. Sobre todo porque tengo una apuesta con dos amigos y, en caso de no terminar, me toca pagar una cena bastante cara...' Esta es la filosofía y el sentido del humor de otro de los heroicos competidores de las 24 horas, todo él espíritu positivo. Se trata de Jabitxu Martín Esperanza, un cántabro con el que ni los romanos hubieran podido cuando invadieron el Norte, ya cerca del Anno Domini. Un tipo aguerrido, un luchador a la antigua usanza, para el que no existen blancos, negros ni grises, pues lo ve casi todo con optimismo y color de rosa. 'Voy a dejar la vida, los cuernos y lo que haga falta –asegura– para concluir esta gran prueba de las <24 Horas en Punto de Pinto>, porque también debo hacer justicia a los duros entrenamientos que realicé –y a los que todavía me quedan...–. Así que me voy a dejar el alma...'

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De vez en cuando uno se sorprende ante ciertas actitudes intrépidas, pero que en el fondo son provechosas, pues ya lo postularon muchas investigaciones sociológicas y psicológicas: solo se logra mejorar y avanzar si pensamos desde un nivel o estrato superior. 'No voy a flaquear –es rotundo–, porque lo tengo muy claro, ya que mi mejor cualidad en el terreno del atletismo es mi gran resistencia mental, sobre todo a la hora de sufrir. Me puede <caer un muro encima>, pero yo seguiré adelante. El año pasado realicé el <trail> conocido como <Caleyando Rivadeba>, de 30 km. y sufrí como nunca en mi vida lo hice en una prueba deportiva. Las últimas tres horas y media de carrera no quiero ni pensar lo difíciles que se volvieron. Pero lo tuve claro: le eché <huevos>. Y en Pinto voy a hacer lo mismo...' Pesa 66 kg. y mide 1,67 m. Usa siempre zapatillas 'Asics', porque tiene claro que 'son las mejores para correr'. Es una persona estoica hasta en la ropa, ya que huye de las marcas y se decanta por las prendas más tradicionales. 'Llevo siempre un pantalón de chandal del mercado del pueblo, que me ha costado 5 euros, ya que suelo sentir mucho frío en las piernas debido a una mala circulación sanguínea'. Tiene claro que correr le proporciona un mejor estado de salud, pero también reconoce que, cuando hace frío o llueve, le cuesta trabajo salir a entrenar. 'Pero me digo a mi mismo que hay que

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hacerlo sí o sí...' –su fuerza de voluntad parece admirable. Corre toda clase de carreras en asfalto: 5 km., 10, 21, maratones...Y lo hace desde los ocho años –ahora tiene 50–, aunque también fue ciclista durante dos temporadas, práctica que dice que abandonó porque, 'aparte de tener molestias en una rodilla, me aburría como una ostra y por eso volví a zapatear las carreteras', asegura. Entrena sobre asfalto entre una y cinco veces por semana, aumentando un poco las distancias los domingos hasta unos 15 km. Lo pasa bien corriendo y es algo que 'me alegra el día a día, pues no trabajo y no tengo familia, aunque eso yo lo tomo como una ventaja en cuanto a la libertad que me da para entrenar e ir a las carreras, ya que soy feliz corriendo'. Asegura que se llevó su mayor alegría en este deporte cuando logró finalizar la Maratón de San Sebastián en el año 1991 en 3h30', después de haber estado trabajando toda la noche –terminó a las 6 de la mañana su turno– y no encontrarse en demasiadas buenas condiciones. Pero está también muy orgulloso de su excelente tiempo en la misma prueba en el año 1995, donde logró una marca de 2h45', siguiendo un plan de entrenamiento de Rodrigo Gavela. Por eso es un firme defensor de los acondicionamientos programados y estudiados. En la actualidad está siguiendo uno de seis meses que

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ha visto en la red y que le ha gustado. Si las cosas le salen bien, dice que 'lo tengo grabado y puedo mandar a quien los desee el <pdf>...'.

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Lleva habitualmente una alimentación 'bastante sana', alternando carne, pescado y bastante fruta. No le gusta el agua y asegura que 'lo llevo fatal, por eso tomo muchos de zumo y de néctar de cualquier clase'. Se aplica poco o nada en el gimnasio: 'He ido para preparar esta carrera –dice–, pero he tenido que dejarlo porque me aburría mucho...'. Los colegas le llaman cariñosamente <Rocky>, ya que '...llevo una sudadera como la de <Balboa> en esa película'. Y no entiende a la gente que no le gusta el deporte, porque es 'algo muy útil y termina siendo tu más excelente amigo, pues te da mejor aspecto físico y te proporciona un mejor estado de ánimo'. En cuanto a la estrategia que seguirá en las 24 Horas en Punto de Pinto, todavía no la ha decidido, pero adelanta que '...quizás empiece poco a poco, para ir viendo qué pasa, a tenor de las impresiones que vaya percibiendo, como el gran Miguel Induráin, que siempre corría por sensaciones'. Nunca ha llegado a tener pesadillas por la noche con las 24 Horas en Punto de Pinto y no ha notado ninguna presión o sensación de estrés debido a su participación, 'porque no deja de ser otra carrera más; eso sí, muy dura, pero también un reto emocionante. Desde luego, me voy a <dejar la vida> en Pinto, en parte para que mis amigos no se salgan con la suya y tenga que pagar yo las cenas...

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No creo que les importe que corra más o menos, pues yo creo que lo único que no quieren es pagar en el restaurante y <punto pelota>, aunque tendrán ocasión de renovar el reto el año que viene si lo desean, pues pienso repetir...' –se ríe abiertamente cuando nos despedimos, quedando claro una vez más su talante y espíritu jovial. Después de la prueba 'Me pareció una organización sensacional (me asegura Jabitxu), con un trato maravilloso. Solo por eso ya mereció. No me parece tan bien que personan que no han terminado sus respectivas pruebas (que se han ido a casa antes del tiempo reglamentario) estén en la clasificación general'. 'El público, los voluntarios y los organizadores mantuvieron el tipo toda la noche, con el frío que hacía. Tengo que darles un <doce sobre diez> y todo mi cariño. Pero nosotros corrimos en un circuito bastante duro (eso me decían también otros con los que hablé). Aún así, conseguí completar 106 km, más de lo que esperaba, a la vista del recorrido'. 'Tuve un momento muy malo a las cinco de la madrugada, aunque fue solo momentáneo. Lo mejor fue entre las dos y las cinco y al terminar, entre las nueve y las doce. Me encontraba muy bien <de piernas>, dentro de lo que cabe, pero de mente estaba como un toro. Al final estuve corriendo y

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hablando con unas chicas para llegar todos juntos y fue indescriptible'. 'Decir, por último, que me acordé mucho de mi fisioterapeuta, Andrea, de Santiago de Cartes (Cantabria), que me <arregló las piernas>, ya que las tenía <hechas polvo> de los duros y continuos entrenamientos...'

***

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XIX

Fernando Pacheco Alcolea

'Fue una experiencia insuperable compartir las vivencias y sensaciones de las 24H de Pinto'

Hablo de manera coloquial con este madrileño de los 100 km. en ruta y de los ultratrail de montaña. Es Fernando Pacheco Alcolea, de 46 años, que está federado con el Club Gallego de montaña, cuyos miembros suelen ser sus compañeros de entrenamiento. Tomará parte en la prueba individual de 24 horas. Mide 1,65 metros y pesa unos 60 kilos. Un auténtico Gebrselassie, de esos que temes encontrarte por las carreteras, porque no corren, vuelan, haciéndote desear flotar de esa manera... Empezó hace once años con el running y la montaña, porque se lo propuso un amigo y, como él dice, 'no hace falta insistir mucho, pues suelo apuntarme a todo'. Porque Fernando asegura que esta actividad viene a satisfacer su 'necesidad de movimiento <interno> y externo' y que le aporta una importante 'desconexión con las tareas más habituales, equilibrio y un conocimiento de sí mismo mucho mayor', aunque ve como un inconveniente las 'continuas expectativas de mejorar el rendimiento'.

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En cuanto a su entrenamiento habitual, asegura que éste suele consistir en 'rodajes, más o menos largos, a ritmos medios, salvo para alguna prueba

concreta en la que necesite introducir cambios de ritmo controlados'. El trabajo le suele dejar las mañanas libres, por lo que no tiene grandes

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dificultades para entrenar y, además, cuenta con 'una familia muy comprensiva con mis rarezas...'. Correr significa para él 'desde lo placentero que puede ser trotar por el campo hasta la sensación de <muerte inminente> cuando suelo apretar mucho el acelerador...'. Pero está muy orgulloso de haber tenido la ocasión de compartir alegrías y penas en las carreras de larga distancia, disfrutando de momentos en los que se va a ritmo y con la sensación de que se puede correr indefinidamente, aunque después, en realidad, no sea así, pues, tarde o temprano, llega la fatiga crónica. De todas formas, para Fernando es muy gratificante el aprovechar la tranquilidad y los periodos de convivencia que suelen regalar a los ultrafondistas esos lapsos de tiempo en los que el cuerpo parece que se desplaza sutil y mansamente hacia el punto de destino. Siempre estira los músculos después de entrenar, pero me advierte que 'el gimnasio es mi asignatura pendiente'. No sigue ninguna dieta especial, aunque intenta que su alimentación sea sana, si bien deduzco que es de buen diente, pues me aclara que 'quizás mi mayor error sea abusar de las cantidades'. Tiene una máxima: no recordar los malos momentos pasados en las carreras. Intenta traer a la memoria solo lo positivo de las mismas. 'Quizás por eso sigo corriendo todavía...', puntualiza. Se siente reconfortado por sus amigos, que comprenden y

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admiran su esfuerzo y recomienda a los sedentarios que 'si no les gusta correr que no corran; para mi es fundamental, pero no creo que sea mejor, a nivel físico, que otro deporte o hobby'. En cuanto al calzado y a su indumentaria preferida, afirma que 'como no soy muy alto y peso poco, busco que la zapatilla sea ligera, de tipo mixto, aunque en su compra siempre miro el factor precio, pues ahora todas tienen bastante buena calidad. Y, en cuanto a las camisetas, suelo usar las que me dan en las carreras –que ahora ya son de buen tejido– y algún pantalón o malla que no me produzca rozaduras. He probado ropa <compresiva>, pero no me ha ido bien con ella...' Ya entrando en su estrategia para las 24 Horas en Punto de Pinto, dice con sensatez que 'al ser la primera vez que afronto un <duelo> de este tipo mi idea es ir un poco a probar. Pienso dividir la carrera en bloques de 2 horas e intentaré tener en cuenta las estrategias de Carlos, Fran y Fulgen en el sentido de no detenerme mucho tiempo. Aunque, como te digo, voy con la intención de pasarlo lo mejor posible, pero tratando de no rendirme cuando la cosa se ponga fea, que se pondrá...'. Es un hombre humilde y mesurado, pero no un novato, en el sentido estricto de la palabra, pues, a fuerza de intentar sacarle información, he conseguido saber que ya en una ocasión estuvo 44 horas <en movimiento>, un record que quiere

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superar, 'pero no a corto plazo'. Lo cierto es que en su día corrió 174 km. de montaña con 8.600+, prueba en la que 'salí más rápido de lo debido y terminé arrastrándome'. Su intención ahora es completar las 24 Horas en Punto de Pinto y, para

ello, es consciente de que quizás tenga que caminar

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e ir alimentándose al mismo tiempo, sobre todo llegado a un punto en el que las fuerzas flaqueen. Reconoce haber soñado con estas 24 horas 'por la noche y por el día', aunque nunca ha padecido estrés por ello. En este sentido de que la presión del evento no ha influido en su estado de ánimo habitual, puntualiza con cara de niño travieso y tono distendido que 'estoy bastante loco, pero no tanto todavía'. En ningún momento se le ha pasado por la cabeza la posibilidad de no presentarse en la línea de salida. 'Estoy en esto porque me gusta –afirma–, pero no niego que a veces hubiera preferido que me hubiese dado por practicar la petanca...'. No le importa lo que opinen sus amigos o conocidos del resultado, 'pues la gente a la que quiero y respeto –y al revés– estarán satisfechos con cualquier resultado'. Y al acabar de correr y después de adecentarse un poco no piensa celebrar nada de manera especial, porque para él, como asevera con cierta rotundidad, 'el hecho de terminar las 24 horas ya es una buena fiesta en sí misma'. Me despido de Fernando con cierta resignación, pues siempre se aprende de personas tan emprendedoras, activas y sinceras. Es más, a uno le da pena que se termine el cuestionario, pues –adoleciendo, claro, de un rigor más científico– estas entrevistas son como pequeñas etnografías de

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campo, como una especie de liviano trabajo antropológico muy gratificante. Pero antes, para medir su nivel de implicación y tensión antes de la batalla, le formulo una pregunta clave, que no es otra que la de si en estos momentos –a días vista de las 24 Horas en Punto de Pinto– estaría dispuesto a repetir el reto...'Ahora mismo, sí... –es tajante–; ya veremos el 2 de abril si opino lo mismo...'. Después de la prueba 'Destacaría (me dice Fernando) el cariño de los organizadores hacia la prueba y hacia todos y cada uno de los participantes. Me hicieron sentir como en familia... La verdad es que esperaba un circuito un poco más llano, a pesar de que ya me habían dicho que no era muy apropiado para hacer marca. Pero tenía la ventaja de que se trataba de un trazado bastante entretenido'. 'Al final hice 174 kilómetros (cerca del aprobado, que eran 180), pero lejos de los 200 soñados. Cuando me di cuenta de que para optar a esa cifra iba a tener que sufrir demasiado, <desconecté> mucho de la carrera, un fallo que tengo que pulir para la siguiente de 2018'. 'Disfruté mucho durante las doce primeras horas. Y tampoco llegué a pasar malos momentos, ya que

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<me desactivé> a tiempo, como te dije antes. Como anécdota puede contarte que fundí la batería del <MP3> y perdí esa <ayuda> para la noche. Fue una experiencia insuperable el hecho compartir una serie de vivencias y sensaciones con todos los que nos atrevimos a probar y repetir. Ahora a esperar por la de Barcelona en diciembre y a repetir, por supuesto, de nuevo en Pinto'.

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XX Eddie Gallen

Irlanda 12 Horas

Un héroe como los de Olympia

Me cuesta trabajo escribir sobre Eddie Gallen, una persona –un gran atleta– a la que respeto, quiero y admiro desde hace mucho tiempo. Grandes y numerosas son las aventuras que hemos afrontado juntos a lo largo de muchos años. Está presente en varios de mis libros, como en el que lleva por título 'Historias de la Maratón, los 100 km y otras largas distancias', que puede verse libremente en 'Google'. Durante muchos años vino a participar y a ayudarme –junto con el gran José Luis González Bordes y otros amigos– en las 24 Horas de La Fresneda Running Race, que yo coordiné a lo largo de 13 años. Tengo que decir que era querido y reverenciado por todo el mundo, sobre todo por los niños: todos querían correr algunas millas a su lado. No es de extrañar, porque su carisma especial hacía que todo el mundo lo venerase... Por ser un hombre bueno y por sus extraordinarios méritos deportivos, recibió en su día en esta localidad asturiana un merecido homenaje.

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Es una persona que lleva una vida muy normal: entrena unos cinco días semanales y un mes antes de una carrera importante puede llegar a cubrir 800 kilómetros, con algún repunte de 65. Intercala en ocasiones el trabajo de cuestas, pero hace pocas veces series.

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'Suelo entrenarme a media mañana –dice–, que es cuando no trabajo. Tengo la ventaja de estar soltero, lo que me permite ir y venir cuando quiero...'. Nació en Belfast (Irlanda), un once de diciembre de 1962. Vive en Madrid desde 1985, donde ejerce como profesor de inglés. Comenzó corriendo maratones –'porque estaban muy de moda', –dice– e inspirado por un documental que tuvo ocasión de ver de Terry Fox, un joven canadiense –ya fallecido– a quien le habían amputado una pierna debido al cáncer y que le fue sustituida por una prótesis metálica. Después decidió atravesar todo Canadá corriendo, para demostrar que se podía vencer a la enfermedad. Pero cuando ya llevaba atravesado medio país, se lo diagnosticaron en un pulmón y tuvo que abandonar su cruzada. Cuando falleció –un mes antes de cumplir los 23 años– fue enterrado en el cementerio de Port Coquitlam y sus honras fúnebres se retransmitieron por televisión a todo el país. Su obra fue completada por Stive Fonyo, otro superviviente de la misma enfermedad. Todos los años tienen lugar diversos actos en su honor y se celebra una carrera memorial. El país está lleno de efigies suyas... Pues, bien, ese fue uno de los principales detonantes que llevó a Eddie Gallen a tomar parte en su primera maratón, en Dublín –1982– , que completó en un tiempo de 6h10'. Nada hacía presagiar en aquellos momentos que estábamos

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ante uno de los mayores héroes mundiales del 'ultrafondo'. Y hablo así, porque sé de qué hablo... Porque lo he visto en las maratones, en los 100 km., en las 24 horas, en las 48, en la Spartatlón, en el Mont Blanc... Él es muy humilde y no cuenta ni la mitad de las hazañas que ha hecho. Además, en algunos casos, con marcas impresionantes, como últimamente en las 24 horas. Podrá sentirse en ocasiones más o menos motivado, podrá correr más

o menos kilómetros, según le apetezca. Pero yo puedo decir –que lo conozco– que cuando se propone algo lo consigue –o bien se queda muy cerca– porque tiene una fortaleza mental y física difícil de igualar. Es un ser –pueden creerme– estratosférico... Otra cosa es que en algunas ocasiones haga peores marcas, porque decide

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tomárselo a veces con calma, como cuando venía a las 24 Running Race y corría amigablemente con todos los niños y niñas de media Asturias, con el cuerpo molido de trabajar por ayudarme intensamente poniendo vallas, plantando estacas, porteando agua o productos, etc... Para Eddie '...los entrenamientos son mejor que cualquier medicina. Te dejan muy satisfecho cuando terminas. Es lo mejor para la cabeza y para el cuerpo. Será por el <subidón> de las endorfinas...' Eddie Gallen es un enamorado de las largas distancias. Le encanta el ambiente del atletismo y pocas veces se le ve tan feliz como cuando está departiendo con sus amigos al calor de unas cervezas o una comida fraternal. Ahí es donde sale su auténtico espíritu irlandés de hombre afable, tranquilo y entrañable. Yo conozco la mayoría de sus proezas, porque siempre me envía fotos para que las muestre a la gran cantidad de amigos y seguidores que tiene por Asturias. Varias veces la 'Spartathlon', campeón de Irlanda de 24 horas, subcampeón... Se podría hacer un enorme currículo con sus gestas. Y yo quiero matizarlo precisamente aquí, porque lo conozco y también una parte de su vida. Él no lo contaría, porque es un hombre tan humilde y sencillo que se deja en el tintero la mitad de sus proezas: 'Principalmente –dice– hago pruebas de 24 horas, de las que llevo completadas

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33, siendo mi mejor marca en esta especialidad 230 km. en el <Campeonato de Irlanda> del pasado año En pruebas de 12 horas tengo el record de Irlanda,

con 135 km.'

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Lleva desde los 18 años corriendo y ahora, con 54, está en plena forma, con independencia de que se tome algunas pruebas, cuando le parece, con más o menos calma. Sus participaciones en los 100 km. –donde hemos coincidido muchas veces– son incontables. Siempre recordaré su pundonor y entrega cuando en el año 2006 se lesionó gravemente a falta de unos 20 km. para entrar en la meta de Santa Cruz de Bezana (Cantabria). No era capaz de correr hacia adelante, pero sí, curiosamente, de espaldas. Así que no lo dudó, reanudó su ruta marcha atrás, consiguiendo entrar de esa forma en la meta a falta de dos minutos para el cierre del tiempo oficial, por supuesto entre el clamor general. Como ya mencioné antes, lleva una vida muy normal, con una alimentación variada, si bien en carrera asegura que '...tomo isotónico, <tarros de pasta> –me imagino que se referirá a espaguetis o algo así– y sandwiches...' No va al gimnasio y en cuanto a los estiramientos '...los hago unos diez segundos antes de salir, pero al terminar nada... Uso zapatilla de pisada neutra –pesa unos 60 kilos– y me gusta la ropa convencional. Para estas 12 horas no tengo ninguna estrategia ni me he preparado especialmente: todo dependerá del tiempo, de la organización y de las

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ganas que tenga ese día, aunque siempre voy a las carreras ilusionado, ya que en otro caso lo dejaría...' Nunca ha tenido pesadillas por la noche con ninguna carrera, por dura y difícil que fuera la misma. Es un tipo duro y debí suponer antes de hacerle la pregunta que algo así no iba a entrar en sus planes.

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En las 12H de Pinto piensa estar corriendo de continuo –más o menos, según esté de motivado– y si tiene algún momento bajo –¿los tiene?– , dice que no será problema, pues le bastará con pensar que 'en pocas horas todo estará terminado'. Le pido que me cuente algo que haya significado para él una visión negativa en este mundo que tan bien conoce de las 24 horas y no lo duda: 'En más de una ocasión he tenido que decir a muchos participantes que no deben estar caminando o corriendo muy despacio en las competiciones en pista por la <calle 1>, porque entorpecen mucho a los demás. Y, normalmente, contestan de mala manera, alegando que han pagado la inscripción como cualquiera y que tienen derecho a ir por ese lugar. En efecto, digo yo, pero también hay obligaciones: tienen el deber de respetar las normas...También me molesta mucho que la gente tire la basura por cualquier parte'. Y ahora que me diga lo mejor que le ha pasado: 'Representar a mi país, Irlanda, en los campeonatos internacionales y la buena gente que he conocido en esas competiciones'. Por último, dice que celebrará la conclusión de estas 12H de Pinto 'con unas cervezas y unos vasos de <whiskey> irlandés', que volverá a Pinto 'si la prueba está bien organizada' y que 'cuando deje de ser competitivo en carreras de 24 y 12 horas, se

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cambiará a las 48 horas, a los 6 días y a pruebas similares...' Después de la prueba 'La organización estuvo perfecta (dice Eddie, que venció en esta modalidad, con 126 km.): antes, durante y después. Pero el circuito me pareció un <rompepiernas> no muy apto para buenas marcas, aunque Iván Penalba demostrara lo contrario. Yo esperaba hacer 130 km., pero creo que no lo conseguí porque el trazado tenía unas acusadas subidas y cambios de terreno'. 'La acogida y los voluntarios fueron de las mejores cosas, pero el público que estaba por el parque se mostró muy frío y no demostró mucho interés. Muy pocos de los que paseaban nos animaron... Otra cosa fueron los equipos, los amigos, los familiares, los organizadores, los colaboradores que sí nos alentaron mucho'. 'Una cosa que no me gustó fue que siempre te encuentras con los tontos de turno, que extienden la mano para que la choques y, en el último momento, la retiran. (En fin, hace falta poco para entretener a un tonto...). No me pareció bien tampoco que no se computaran los metros de la última vuelta. Es algo que convendría corregir...'

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'Lo mejor de todo fue volver a ver a los viejos amigos, sobre todo a ti y a Hilda. Y ganar la carrera, por supuesto, ya que tengo buenos resultados y posiciones, pero en cuanto a pruebas en las que vencí, es la tercera en los 35 años que llevo corriendo. También fue estupendo compartir estos días con mi amigo <Anto>, que vino de Irlanda con mucha ilusión para acompañarme en estas <12H de Pinto>. Vivió todo intensamente, lo pasó muy bien y logró un meritorio cuarto puesto, con 92 km'. 'Desde luego que pienso repetir: es mi vida... Pero una de las cosas más buenas fue ver a los viejos amigos: las charlas contigo, los ánimos de Hilda y verte correr tan bien...'

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XXI Sergio Ruiz Rodríguez 24 Horas Individuales

'Mi corazón, mi fuerza espiritual, mi familia y

amigos llevaron mis piernas, cuando ya no pude más...'

'Lo mejor de correr –me dice Sergio– es la libertad que me produce, al estilo <William Wallace>. Me proporciona esos momentos de soledad que a veces necesitamos todos. Su vertiente negativa son los madrugones que me tengo que pegar para entrenar –a las 4:00 horas– y la frustración que me produce en ocasiones no poder correr alguna carrera para la que me había preparado, debido a alguna lesión'. Es una especie de Leónidas I de Esparta, barbudo y que encajaría perfectamente por su complexión en el arquetipo del espartano de la batalla del Paso de Las Termópilas. Es alto y suele pesar sobre 70 kg. habitualmente. Dice que comenzó a correr cuando tuvo que enfrentarse a esa disciplina para superar una oposición. Ahora lleva haciéndolo 'en serio' 4 años, aunque ya desde hace unos trece lo venía practicando de forma esporádica. Su especialidad es el ultrafondo y los trails de larga distancia. Hace entrenamientos aeróbicos 'tranquilos', con alguna escapada a la sierra cuando tiene tiempo.

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Como trabaja a turnos, sus horarios de entrenamiento son dispares. Lo mismo puede correr a las 5 de la mañana –antes de entrar a trabajar–,

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que por la tarde o media mañana. Los fines de semana madruga bastante para poder estar pronto en casa con la familia: con la mujer y los hijos, que para él son 'lo más importante del mundo; me gusta despertarlos y pasar con ellos el mayor tiempo que puedo, en esos días en que me quedo en casa---'. Para Sergio, correr es sinónimo de libertad y de Naturaleza. 'También me motiva para emprender los retos de la vida', dice. Siempre que puede intenta evitar el asfalto --'yo y el camino'–, aunque también disfruta trotando en compañía de los amigos. 'Cada momento tiene su encanto: alegría, tristeza, esfuerzo – asegura–, pero hay algo siempre inigualable: la sensación indescriptible de estar en contacto con la vida, con los montes, los árboles, los ríos y las montañas. Cuando subo noto como mis piernas sufren, como <vuelan> cuesta abajo y una buena canción me hace darlo todo, como se suele decir <a boca sangre>...'. Aunque tampoco es un angelito desamparado de los caminos: tiene 'abogado', quiero decir entrenador. Se trata de Juan, un amigo. Él es quien le asesora y entre los dos existe un excelente 'feedback'. Además, 'tengo una pulsera de ultra puesta siempre, que es la que en ocasiones, con solo mirarla, me hace resurgir de las cenizas...' Sigue una dieta equilibrada. 'Desayuno como un príncipe, como como un rey y ceno como un mendigo', apunta con ingenio Y su punto débil son, como en casi muchos de nosotros, los estiramientos:

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'Les dedico unos cinco minutos después de correr y no voy nunca al gimnasio, porque lo odio...'. Cuando sus amigos se enteran de las largas distancias que cubre corriendo le dicen que 'está loco', pero él les replica con ironía –agudeza que no le falta– y el talento propio de un hombre curtido por los bosques, riscos y ríos: '¿qué sería la vida sin un poco de locura?'. No le gusta el calzado de marca, aunque yo deduzco que no le atraen las marcas de calzado, lo cual parece lo mismo, pero no lo es. Eso ya nos puede dar una idea de su sensibilidad por las cosas sencillas de la vida... Las que utiliza suelen ser 'de suela dura, dúctiles, ligeras y consistentes'. Aunque en ocasiones no tiene más remedio que dejarse llevar por el marchamo de las casas tradicionales, ya que, por desgracia, no siempre encuentra lo que busca en un mercado de pueblo o en una tienda de su preferencia. 'Como no tengo elección, pues ahora tengo unas <Adidas>, con la particularidad de que en estos momentos soporto una fascitis <del copón de la baraja>. Me acabo de comprar unas <New Balance>, que fueron las primeras zapatillas con las que comencé a correr, de las que estaba enamorado –hasta el punto que cuando se rompieron las uní con pegamento- aunque no sé si correré con esas o con unas <Hoka>…’

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No se decanta especialmente adicto a las nuevas equipaciones futuristas: ‘Algunas camisetas <térmicas> y cortavientos, nada importante…’ Para Sergio la parte más positiva de las carreras viene dada por la paz que dan a su espíritu. 'Mente en blanco, pensando solo en avanzar y en el <camina o revienta>, como <El Lute>...'. Y también quiere dejar claro que uno de los momentos más felices de su vida fue aquel en el que logró cruzar la meta de la 'Maratón Alpina de Madrid'. Lo recuerda así: '...No paré de llorar hasta que llegué a Pinto; habían sido muchas horas de dedicación, muchos momentos soñando con el anhelo de cruzar la meta; tres semanas antes, una lesión y la incertidumbre de si iba a ser capaz o no; fue un cúmulo de sentimientos indescriptibles...' Aunque también tuvo momentos malos, como, por ejemplo, cuando se vio obligado a abandonar en la ultra de Sierra Nevada este verano, en el km. 70 y después de 14 horas. 'Creía tener todas la ecuaciones controladas –afirma –, pero pienso que gestioné mal el asunto de los <geles>, tal vez por una ingesta escasa. –Lo tengo todo en mi blog–. Mi cabeza iba a tope de motivación. Ningún pensamiento negativo en 14 horas, pero debes siempre saber a qué dificultades te enfrentas y tener el acierto de lograr <entretener a la mente>...' Su estrategia en las 24 Horas en Punto de Pinto va a ser correr sin parar, si la fascitis se lo permite.

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'Camina o revienta', como me vuelve a decir. Porque está seguro de que '...es difícil vencer a quien nunca se rinde; mi corazón y mi mente llevarán mis piernas cuando no pueda más, siempre hacia adelante, sin

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prisa, pero sin pausa. La carrera me la voy a tomar como un entrenamiento mental para Sierra Nevada. Llevaré una mochila de hidratación, para ir parando cada 4 horas a rellenar los botes, como si fuera una <ultra>: detenerse cinco minutos y seguir. El ritmo será tranquilo. Cuando haya que andar, se andará... Y, cuando haya que correr, se dará todo, hasta el último gramo de fuerza...' Desde luego que en su cabeza se ha instalado con fuerza y vigor un único pensamiento: terminar. Pero está intranquilo, porque piensa que, llegado el caso, 'la fascia me lo puede impedir...'. Por la noche nunca ha soñado con la prueba de Pinto, aunque reconoce que '...cuando salgo a correr me imagino dándolo todo y llegando hasta el final...'. En un momento determinado me dice que está muy preocupado por su lesión y que a veces por su cabeza se pasa el no tomar la salida, '...pero mi corazón puede más; me apunté el primero a la carrera, cuando todavía no estaba ni entrenando, debido a esta dolencia; he empezado a caminar algo en el mes de diciembre, después de haber estado parado desde el dos de agosto; soy consciente de que no pude cumplir el programa de acondicionamiento que tenía previsto, pero la ilusión no me la va a quitar nadie...' No le importa lo que opinen los demás de sus 'andanzas' y tiene las cosas muy claras: 'El que vivo mi vida soy yo y el que corre también soy yo...'.

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Aunque está un poco 'resentido' –en el buen significado de la palabra– con su jefe, porque no le deja el segundo día de carrera libre, con lo cual '...nada más que termine de correr tengo que irme a trabajar, con lo cual no tendré mucho tiempo para

celebrar nada; quizás, nada más cruzar la meta, rompa a llorar como un niño..' Su carrera en Pinto será además un reto solidario. Por cada kilómetro de carrera que complete va a donar un kilo de comida a las familias más necesitadas de la zona. Y lo va a hacer en combinación con Alberto Gutiérrez Otero –también participante en las 24H–, el cual tiene una asociación que se denomina '1Km.=1Kg.'. Alberto tiene pensado hacer lo mismo...

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Cree que volverá a correr las 24 Horas en Punto de Pinto en la próxima edición, ya que '...me resulta incómodo ausentarme muchas veces de casa y solo salgo a dos o tres carreras de montaña fuera de la Comunidad de Madrid, porque, al final, la cabra siempre tira para el monte. Y además mi reto es conseguir los 15 puntos para poder participar en la <Ultra Trail del Mont Blanc>...' Después de la prueba 'Respecto al apartado de la organización (me asegura Sergio) solo puedo decir que fue absoluta. Todo estuvo fenomenal y el trato fue exquisito. Hay que poner a las personas implicadas en la preparación y desarrollo de la prueba un <10x10>. Quizás se echó de menos un poco al día siguiente un <fisio>, pero eso ya se escapaba a su control. En cada paso por meta me preguntaban qué tal estaba, si me alimentaba, si me molestaba la mochila (me ayudaron, incluso a reponerla), que diese alguna vuelta sin ella para dejar descansar los hombros... Si les pedía <réflex>, lo tenía al momento... Cualquier cosa... Incluso dieron una vuelta conmigo por la noche para comentar aspectos de la carrera. ¿Dónde te hacen eso los organizadores?. Después llegó la hora de la cena (¡qué buena estaba!) y la tenían preparada. Me

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sentaron como a un marqués y a reponer energías... ¡Increíble...!)' 'Al estar acostumbrado a la montaña, no me pareció duro el trazado de las <24H>. Quizás ayudó el hecho de jugar en casa y conocérmelo. Sí; es verdad que los giros al mismo lado tal vez hicieron a mi rodilla resentirse, pero eso pasa en cualquier parte, pues siempre se va en un sentido. La cuesta grande del final, cuando entreno por ella la suelo <odiar>, pero en esta ocasión fue mi gran aliada, ya que por esa parte caminé una serie de horas'. 'Los pinteños estuvieron geniales. Además, eso de correr en tu casa es algo que siempre se nota y se agradece. Mucha gente preguntaba <quién era el chalado de la mochila...>, ya que nadie iba con ella. Al enterarse de que era yo (muchos me conocen) empezaban a animarme con fuerza. Sentía su calor... Incluso muchos de los que estaban entrenando me acompañaban un rato para que se me hiciese más ameno'. 'En cuanto a los kilómetros, según el control automático, 128... Pero según mis cuentas, 134. Fue algo que comenté al encargado del reloj. Me dijo que <aparecería registrado más tarde>, pero no fue así... Tampoco pasa nada... Contaba con hacer unos 170 kilómetros, pero, a partir de las 12 horas, comencé a tener unas molestias que me limitaron mucho. Una periostitis en un pie y dos horas más tarde en el otro. Ya a partir de las cuatro de la mañana era incapaz

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de doblar la rodilla. Tuve que poner <ritmo de supervivencia> y logré terminar gracias a los bastones. Aunque pasé un momento muy crítico a las siete de la mañana del día <dos>. El dolor era insoportable y no podía ya caminar. Pero cinco minutos más tarde allí estaba mi hermano para ayudarme a seguir dándolo todo...' 'Por supuesto que las mejores sensaciones las tienes después de las 12.00, tras haber tomado la

salida. Con el paso de las horas te vas aletargando físicamente. Pero la cabeza siempre fue muy bien, ya que, en ningún momento tuve la sensación de estar dando vueltas como si fuera un ratón…Me parecía estar entrenando con mis amigos. Cierto es que estuve muy arropado siempre. Hasta Fulgen hizo una vez la vuelta conmigo... Recordé lo de <Mi corazón y me mente cargarán con mi cuerpo cuando

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mis piernas no puedan más...>. El organismo decía <hasta aquí>, pero mi cabeza <hasta allí...>. Me repetía una y otra vez frases motivadoras: <¡El dolor es efímero, la gloria eterna...!>. Había que terminar las 24 horas, aunque las últimas 12 fueran ya de pura <supervivencia>. Ahora, desde mi casa, recuerdo cómo me decía a mí mismo: <¡Vamos, que ya no queda nada: solo 7 horas!>. Y trato de pensarlo con frialdad: ¡siete horas...!. Si casi no podía ni andar... Por eso digo que la cabeza me funcionó <al cien por cien>...' 'He salido bastante reforzado de esta prueba, pues es la primera vez que corro y camino 24 horas sin parar. Ya tengo <reservada plaza> para la edición de 2018. También tengo programadas para este año otras citas de cierta envergadura: el quince de julio, la <Ultra de Sierra Nevada> (103 km y 6100+) y el siete de octubre la <Ultra Guara-Somontano> (102 km. y 6000+) y alguna otra más...'. 'Cuando llegué a la meta me puse a llorar como si fuera un niño. Me llegaron un montón de sensaciones juntas: un torrente de abrazos, saludos, felicitaciones y toda serie de agasajos. Muchos por parte de personas que me habían visto sufrir de verdad, como los de la compañera que me pidió que me retirase en la prueba, porque me veía tan tullido que no podía comprender que pudiera seguir avanzando. Lo cierto es que, al cruzar la línea de meta, no podía ni andar, casi ni moverme... Pero me

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valió mucho el apoyo de los amigos y la resistencia mental. No en vano el parte del médico después fue un tanto desalentador: periostitis de las piernas izquierda y derecha, rotura de la pata de ganso de la rodilla izquierda, esguince del tobillo izquierdo, inflamación de la rodilla de esa pierna y zona poplítea... Aunque al terminar todavía fui capaz de acercarme a la carpa de <1km = 1kg> para ayudar a gestionar la entrega a Cáritas y Cruz Roja. Al día siguiente, en el trabajo, me dieron el premio al mejor imitador de <Chiquito de la Calzada>, por mi forma de caminar.' 'Tengo que dar las gracias a quienes corrieron conmigo y me ayudaron: David, Dubi, Javi, Roberto, mi hermano Javi, mi sobrino Mario, Martos, Carlitos, Fulgen, José Luis, Alberto, César, Arán, Pacheco (mi profesor de gimnasia del colegio) y a muchos más... Pero en especial a <José el Gallego>, que estuvo conmigo 7 horas, muchas por la noche. También a mis hijos Elisa y Alejandro y a mi mujer Inma, que me dieron su aliento muchas horas en los dos días, animándome sin parar. Hasta tuvieron el detalle de recoger flores para mí y ponerlas en la mochila. Sin ellos no lo hubiera conseguido'. 'Decirte, por último que he recibido una especie de nombramiento un tanto <honorífico>, pero no menos real: <el hombre de la eterna sonrisa>, pues, según me dicen, no paré de sonreir en toda la carrera.

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Hasta Fran Araque me señaló esta faceta: <Con lo duras que son estas carreras (dijo Fran), en las que todos pasamos momentos muy malos (en los que no apetece ni ver a nadie) y siempre nos ponías buena cara y nos decías que estabas bien, a pesar de que todos intuíamos que te hallabas al borde de la retirada; pero tú nos sonreías e, incluso tenías alguna frase agradable para las personas del control y para el público. Llegabas y te marchabas con la sonrisa en los labios>. No quiero olvidarme de los componentes de los equipos <Los Requiebros> y <Trochas>, que estaban en la curva de entrada y no pararon de animar toda la noche a cada participante. Metidos en sus sacos y dando calor a la prueba: gente buena y solidaria...'

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XXII Carmen Ballesteros Ocaña

Pinto – Relevos 'Ladies Runners'

'Correr me ayuda a ordenar la cabeza: es mi mejor psicólogo'

Es una mujer extrovertida, sencilla y sincera. Te cuenta las cosas tal como las recuerda, como si estuvieses viendo una película romántica con algún ribete de drama. Yo creo que tiene dones hasta de escritora, así que, poniendo Carmen tanto de su parte, no me resulta difícil 'delegar' en ella, gustoso, la sugestiva descripción de sus vivencias... Por otra parte, estamos ante historias de gran interés humano. No solo la suya, sino que las de todas las corredoras –y hombres, claro– entrevistadas en estas páginas –que serán una parte del futuro libro–, muchas de las cuales me han atrapado en su trama, en su tejido atlético y vital, lo cual es bueno, porque permite entrar más en el personaje y, al conocerlo un poco mejor, narrar –aunque sea de forma muy resumida– sus atractivas vivencias, unas más líricas o épicas que otras, pero todas bajo el denominador común del sacrificio de incardinar trabajo, familia, deporte y lucha pertinaz contra el tiempo...

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En el caso de Carmen Ballesteros Ocaña, cordobesa de 45 años y 54 kilos –curioso el palíndromo–, una enamorada del atletismo ya desde hace mucho tiempo, huelga decir que hay que 'ofrecerle la alternativa', darle rienda suelta, para

que sea ella misma, dadas sus dotes expresivas, la que urda el tejido fundamental de un sutil

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argumento, dentro del cual se desenvuelve con maestría:

'Llevo cinco años viviendo en Pinto. Al principio me sentí un poco desubicada durante dos años, pero después pasé a formar parte del <Running Pinto> y me encontré con gente maravillosa... Toda mi vida he corrido. Cuando era pequeña, los niños siempre me escogían para sus equipos, porque decían que era la más rápida. Con 18 años me apunté al <Club de Atletismo Cordobés>, donde entré en contacto, por primera vez, con la competición de verdad, dándome cuenta, por desgracia, de que no era tan rápida como yo creía. Pero lo bueno fue que allí conocí a gente estupenda que aún sigue siendo muy especial para mi... Enseguida empecé a tener obligaciones, por lo que dejé el equipo, pero no de

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correr. Siempre he necesitado el seguir practicando ese maravilloso deporte, porque ha sido, es y será mi mejor psicólogo: me ayuda a ordenar la cabeza...' 'Vine a Pinto por amor y buscando trabajo –continúa Carmen, asombrándome por la profunda carga emocional de su historia–, pues, después de veinte años trabajando en la misma empresa, la crisis me hizo quedarme en la calle. Así que, de pronto, me vi con 39 años y en el paro. Aunque a los cinco meses de llegar a Pinto ya encontré una ocupación. Pero, aún así, los dos primeros años fueron duros y me sentí bastante sola. Mi único escape, como siempre, era correr... Hasta que un buen día tuve una contractura y en la consulta de fisioterapia me hablaron del <Running Pinto>. Así que me dirigí al club muy ilusionada, pero con una cierta desconfianza, pensando que iba a encontrarme con gente muy joven (megacorredores) y que no iba a encajar en el grupo. Pero, para mi sorpresa, tuve la suerte de descubrir a un numeroso grupo de <megamujeres>, que sacaban adelante su trabajo, su familia, sus hijos y además tenían tiempo para asistir a los entrenamientos. Ahoya ya llevo tres años con ellas y soy feliz aquí. Con su ayuda, buen ánimo y su talante excepcional, fui superando metas: 5,10,15 km. Entonces ya me sentí una <superwoman> y me atreví con una media maratón. Cuando terminé me duró el <subidón> un mes. Ahora haré los relevos de las 24 Horas en Punto de

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Pinto con mis siete compañeras del <Ladies Runners> y espero que todo nos salga muy bien...'.

Ahora le pido que me cuente algo de sus comidas, entrenamientos, ropa y calzado qué prefiere... 'Hacemos técnica, fuerza y fondo. De mañana o de tarde, según me permitan los horarios del trabajo. Me gusta el calzado, ligero, que sujete el pie y de suela blanda. En cuanto a las comidas, son variadas, dependiendo de la ocasión, pero no es una alimentación específica para el alto rendimiento: son similares a las de cualquier persona que no corra,

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aunque cuidando las cantidades y cuidando que contengan la menor cantidad de grasa posible...' Le recuerdo que esto del 'running' no es el 'jardín del edén'. Que hay momentos malos, buenos y regulares, como ella ya bien sabe… 'Tienes mucha razón. En una ocasión lo pasé muy mal. Mi mente se vino abajo y no pude sobreponerme, aunque finalicé la carrera... Pero también pasé momentos muy felices, por lo que mi consejo para quienes no lo practican es que lo prueben, que vayan empezando poco a poco y

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verán cómo su vida va cambiando...' Veo que espera con una gran ilusión el día 1 de abril de 2017, fecha del comienzo de las I 24 Horas en Punto de Pinto. Enseguida me lo confirma: 'La última semana me va a quitar horas de sueño. Cuanto más se acerca, más nerviosa me pongo. Pero confío en mi y también en mi equipo. Sé que cada una vamos a dar lo mejor de nosotras mismas y que lo haremos con la máxima entrega, cariño y pundonor...'

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Foto cedida por Carmen Ballesteros Ocaña.

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XXIII

Días de sangre y gloria

Poco le queda por decir, a la vista de lo expuesto, a este humilde escritor y corredor. No puedo negar que tengo cierta predilección por Madrid y su entorno, pues viví en la capital, trabajé como funcionario postal en Chamartín y después estuve destinado un tiempo en Madrid CTM (Villaverde-Vallecas). Además corrí por casi toda la ciudad y los pueblos que los rodean. Por ejemplo, tomé parte en las primeras <7 Leguas Chinchón-Pinto>. A veces pienso que toda esa querencia puede conducirme a ser menos objetivo a la hora de evaluar las 24 Horas en Punto de Pinto. Pero pienso que no, porque los hechos son los hechos. Y lo cierto es que fui partícipe de un evento tan deslumbrante que viene a definirse por sí solo: sencillamente extraordinario... Fueron muchas las carreras de larga duración que corrí por España y el extranjero, pero en ningún sitio me sentí tan querido como en Cantabria y en Pinto. Lo de la ciudad castellana era algo que notabas sin pretenderlo, que penetraba en ti y te llegaba a las entrañas. El afecto del público, de los voluntarios, de los colaboradores, de los atletas, de sus familias ... Y de las chicas de los dos equipos de Pinto, que (sin

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quitar ningún mérito a nadie) son, sencillamente, encantadoras, viviendo el deporte con una alegría contagiosa, que fue muy importante en el desarrollo de la prueba. Y qué decir de Carlos, Fran y Fulgen, que se desvivieron continuamente por todos nosotros. Mi gratitud también para la esposa y la hermana del tercer clasificado de las 24H, Fernando Ibarra, por su aliento por la noche. Y, cómo no, a mi esposa Hilda, que fué ángel, preocupándose por mi durante todo el desarrollo de la prueba. También a los componentes de los equipos <Trochas> y <Requiebros>, cuyo ánimo en la noche fue algo difícil de describir y de encontrar en cualquier prueba de este tipo. No me fue posible hacer más de 162 km. porque venía con la rémora de una lesión que me había impedido entrenar adecuadamente y, además, llegado un punto, padecí mucho dolor en la región plantar de ambos pies, unas molestias que, por desgracia, suelo padecer a veces en las pruebas largas, debido a la cantidad de carreras que corrí en tantos años y, por supuesto, a la edad, que, digan lo que digan, no perdona... El año que viene espero poder volver a estar en Pinto y sentir de nuevo tantas gratas sensaciones y emociones y hacer algún kilómetro más que esta vez, en el precioso trazado (aunque algo exigente) del parque Juan Carlos I.

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El legendario José Luis González Bordes

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El ultrafondista asturiano Demetrio Álvarez Cómez

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El internacional José Luis Posado Pérez.

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La super ultra María José Tomaz De Aquino.

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Recibe este verso, amada compañera Del alma, de este intrépido rapsoda Es mi gratitud en forma de oda Ante la larga noche de lucha que espera

Pero tu presencia siempre omnímoda Será como el brillo de un lucero Si una lúgubre sombra de acero Me envuelve y mi pupila enloda

Porque vendrá lo negro al callar el pájaro terrero En el humedal del lago cristalino Pero andaré con tu amor el camino Hasta que ya cante el escribano triguero

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Días de sangre y gloria He aquí mi loa y elegía a esos ascetas A los que sublima el sufrimiento agotador Fondistas de la soledad que giran alrededor Del infinito de un mundo de siluetas Son poco comunes pero simples sus recetas Austeridad, fe, dolor, placer, estoicidad, sudor Escritas con sangre sobre un asfalto deudor Mientras esperan del reloj el giro último de sus saetas Son como encorvados y extravagantes poetas Navegando por la negra noche hasta el albor A veces ya sin rumbo, norte, babor ni estribor Escribiendo leyendas como marinos en perdidas goletas Son como luminosos cometas Hijos del asfalto torturador Que viven al límite el bien, del mal y el amor Sin miedo a que su luz se apague en las cunetas

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A Carlos Aguado Ahora que esto va tocando a su fin, quiero agradecerte tu inestimable ayuda, compañero. Muchas han sido las horas que ambos hemos dedicado con toda la ilusión del mundo a este trabajo. E incontables los correos electrónicos que nos hemos enviado a lo largo de meses con correcciones, retoques, preguntas, respuestas y toda la amalgama de prolijas e inciertas cuestiones que conlleva el atracar en puerto seguro una nave de esta envergadura. Hemos afrontado un proyecto que nos entusiasma, pero a la vez farragoso, como suele ser el asunto de la elaboración de todos los libros. Pero, al fin y a la postre, aquí está el producto de nuestro esfuerzo y de todas aquellas y aquellos que han colaborado con nosotros, a quienes desde aquí y con el corazón quiero dar las gracias. Lo mismo que a ti, amigo. Por eso esta obra nos pertenece un poco a todos. Y espero de corazón que haya sido para gloria fortuna de las <24 Horas en Punto de Pinto>.

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Sobre el autor

Joseph Millariega nació en el pequeño pueblo de La Millariega (Tineo), aunque muy pronto su familia se desplazó a La Espina (a pocos kilómetros, pero ya dentro del concejo de Salas), donde pasó su juventud.

De pequeño estuvo muy enfermo y no pudo estudiar. De mayor debió realizar penosos trabajos en los ferrocarriles, los túneles y en las minas. Después aprobó una oposición al Estado español y se licenció en Ciencias del Trabajo, concluyendo también, con mucho esfuerzo, otras dos carreras en la Universidad. También se diplomó en Periodismo por American Cultural Interchange y tiene cuatro masters en Derecho por la Universidad Politécnica de Madrid.

Ha recibido premios y galardones de los más variados organismos e instituciones. Pero si hay que destacar alguno, merece ser citado el reconocimiento que le hizo el Club de Campo de La Fresneda, dedicándole la Milla del Ultrafondista, circuito que adquirió renombre por haberse

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celebrado en el mismo las 24 Horas de La Fresneda Running Race durante 13 años, prueba que él impulsaba y que contó con la presencia de miles de personas y destacados deportistas internacionales. Aparte de que en ella muchas personas se iniciaron en el running.

Posee la mención de vecino ejemplar de La Fresneda, recibió el premio a los valores humanos en la ciudad de Santander y el galardón a la modélica trayectoria deportiva de Liberbank. En su municipio de residencia, Siero, fue premiado con la insignia de plata del Ayuntamiento y como deportista destacado por el Patronato Deportivo. Como corredor popular participó en más de treinta maratones (con un mejor tiempo de 2h46’52”) y completó 34 pruebas oficiales de cien kilómetros en ruta (8h37’40”), además de otras carreras de 24 y 48 horas. Participó en un Mundial de 100 km y en dos campeonatos de Europa de la misma distancia. Integró la selección de 100 km de regiones celtas, que competía anualmente en Bretaña (Francia). Realizó tres veces el trayecto Oviedo-Covadonga-Lagos para llevar ofrendas a La Santina. También fue marchador y campeón de Asturias sobre 10 kilómetros en ruta en esta especialidad. Formó parte del equipo postal español que compitió en París con los países CEE.

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Siempre le resultó muy difícil armonizar la vida familiar, el trabajo, los estudios y los duros entrenamientos. Este es su libro número 20.