LA CONSOLIDACIÓN DE LOS RESTOS

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LA CONSOLIDACIÓN DE LOS RESTOSDEL ANTIGUO ZÓCALO DE LA RAUDA DE LA ALHAMBRA

BEATRIZ MARTÍN PEINADO

REFASTENING OF THE REMAINS OF OLD STRIPS OF TILING IN THE RAUDA OF THE ALHAMBRA

Inside the Rauda, in the gardens of the Alhambra, where Muhammad II, Isamail and Y usufI are buried, there are remains of oldstrips of tiling, which today are reduced to fragments ofplaster lining the ceramic ti/es.

Considering the current stste of these remains, we propase to conserve and refasten the pieces, for which it will be necessary to under-take a series of repairs, including the removal and later repositioning of one of the fragments as a means to ensure its survival.

En la Rauda de los jardines de la Alhambra, en la que recibieron sepultura Muhammad II, Ismail I y Yúsuf I, se mantienenunos restos de antiguos zócalos de azulejos que, en la actualidad se limitan únicamente a algunos fragmentos del soporte de yeso delas piezas cerámicas.

Entendiendo la intervención sobre dichos restos dentro del contexto en que se hayan, se plantea su conservación y consoli-dación para lo que es necesario acometer una serie de tareas que llevan incluso a realizar el arranque y posterior reubicación de unode los fragmentos como medida necesaria para su mantenimiento.

1. INTRODUCCIÓN - — -- —

La Rauda de los jardines de la Alhambra en laque recibieron sepultura Muhammad I

(1273-1301), Ismail 1(1314-1325) y Yusuf I (1333-1354), se sitúa al oriente de la mezquita, y como talse orienta de sureste a noroeste, en el sentido de sumayor dimensión.

Dentro de este recinto, ocultos por la vegetacióny erosionados por el paso del tiempo, permanecen losescasos restos de zócalos de azulejos, conservados enlos cuatro machones centrales y en el muro suroeste,y alcanzando desde su arranque al nivel del suelo,una altura máxima de unos sesenta centímetros.

2. DESCRIPCIÓN

En la actualidad no se conserva ninguna piezacerámica de azulejo de las que compondrían el zóca-lo, ya fueran originales o repuestas, de las que Torres

Balbás constata su existencia en el año 1926. Única-mente han llegado hasta nuestros días algunos frag-mentos del soporte de base de los azulejos, en el quese marcan las formas de los elementos cerámicosdesaparecidos, quedando rehundidos los huecos queocupaban.

La técnica de ejecución de estas decoracionescerámicas se observa en el soporte de yeso existen-te, donde las piezas se colocaban con su cara vidria-da hacia el suelo, configurando su posición defini-tiva, para verter sobre ellas el yeso líquido que alfraguar actuaba como aglomerante de las diferentespiezas.

Se han detectado al menos dos capas distintasque conformarían el bloque de azulejo: una primeracapa, que actuaba como aglomerante, uniéndolas porsu parte trasera, y una segunda capa, también de yesoque actuaría como mortero de unión con el para-mento.

Si bien la forma de las piezas es aún deduciblede los restos existentes, los colores de las mismas, hoy

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desaparecidas, los identifica Torres Balbás, siendoéstos: verde, azul, melado y negro (Fig. 1).

3. REFERENCIAS HISTÓRICASE INTERVENCIONES ANTERIORES

Leopoldo Torres Balbás hace referencia a losfragmentos de azulejos en varias ocasiones en suObra Dispersa.

Concretamente cita (1) que "fue algo antes de1892, cuando al derribar D. Mariano Contreras,entonces Arquitecto Conservador, la modesta viviendaunida al patio del Harem, a espaldas y mediodía del delos Leones, encontró los menguados restos de la Rauda yen ellos cuatro fosas sepulcrales, a más de algunos trozosde zócalos de azulejos, abundantes fragmentos de deco-ración de escayola y una celosía en lo alto de un muro.

Rehízose en aquella ocasión el muro que cierra larauda a S. O., elevándose hasta unos dos metros y prote-giendo con tablas voladas los restos de zócalos que se con-servaban en su cara interior y en los pilares centrales, loque no evitó que se desprendiesen casi todas sus piezas.Los numerosos fragmentos de decoración que se encon-traron, y que parece ocupaban varias cajas, han desapa-recido".

Más adelante escribe: "De sus muros de ladrillotan solo queda la parte baja, conservando algunos por elinterior restos de los enchapados de azulejos, iguales aotros de una de las habitaciones pequeñas de los bañosde la Casa Real.

En el extremo NO. del rectángulo, dos gruesosmuros lo dividen en tres pequeñas cámaras, a modo decapillas, y delante, hacia el centro, consérvase la parteinferior de cuatro machos angulares que determinan uncuadrado central,- tienen también enchapaduras de azu-lejos sobre gruesa capa de yeso.

A finales del pasado año (1925) comenzamos lareparación y consolidación de estas ruinas. Reconstruyóseel muro de NO.; levantáronse algo los muros y pilares,para proteger su fábrica antigua, y se aseguraron losescasos trozos de zócalo de azulejos que quedaban, repo-niendo las piezas sueltas encontradas allí mismo y otrasconservadas en los almacenes, de igual procedencia".

4. ESTADO DE CONSERVACIÓN

Desde esta última intervención de la que hablaescuetamente el arquitecto hasta el momento antesde la presente actuación, los restos de zócalo han su-frido sin duda un empeoramiento de su estado, lo quees lógico si se tiene en cuenta la situación de los mis-mos, ubicados en un espacio abierto al exterior,expuestos a las inclemencias metereológicas y humanas.

El yeso es un material higroscópico que sehidrata y disuelve en presencia de agua, lo que lohace bastante débil para mantenerse en espaciosabiertos a la intemperie.

En el caso de los machones centrales, la erosiónproducida fundamentalmente por la lluvia habíaocasionado desgastes y pérdidas de materia hasta elpunto de deformar el soporte de yeso, lo que juntocon la suciedad y restos biológicos de líquenes acu-mulados sobre la superficie dificultaba incluso sureconocimiento.

Respecto al fragmento que se mantenía en elmuro suroeste, se encontraba prácticamente ocultopor una yedra que cubría todo el paramento y queintroducía sus ramas en el interior del zócalo, desli-zándose entre sus oquedades y fisuras, haciendo queaumentaran de tamaño y disgregando poco a poco elbloque en varios trozos. Así mismo, el otro agenteque propiciaba su degradación eran las raíces de unchopo que empujaban desde el suelo, elevando yseparando el zócalo del muro.

5. INTERVENCION ACTUAL

Si bien todos los restos de zócalo se han consi-derado hasta ahora de igual modo, al hablar de lapresente intervención hay que diferenciar dos actua-ciones, una llevada a cabo sobre los restos presentesen los machones, y otra sobre los fragmentos adosa-dos al muro suroeste.

Esta distinción atiende a la necesidad de solu-cionar dos problemáticas diferentes. Así pues, en elprimer caso, los escasos restos del soporte de los azu-lejos se mantenían, aunque con algunas descohesio-nes puntuales, bien adheridos a la fábrica de ladrillosin que se interpusiera entre ellos ningún elementoajeno, por lo que las tareas de consolidación podíanrealizarse in situ. En el caso del zócalo de yeso delmuro suroeste, la vegetación, tanto la yedra como lasraíces del chopo cercano, se habían introducido en elinterior del bloque, por lo que para eliminarlas total-mente y no perjudicar el zócalo era conveniente ypreciso proceder a su arranque.

Volviendo a los machones, en primer lugar sesellaron con mortero de cal los bordes y oquedadespor los que era posible que el material consolidantese fugase. A continuación, aprovechando pequeñasgrietas y huecos no cegados, se inyectó resina acrílica(Primal AC33) en emulsión acuosa al 25%, habien-do humectado previamente con alcohol etílico yagua desionizada las superficies a consolidar conobjeto de abrir los poros de los distintos materiales yfacilitar la penetración del consolidante. Donde laoquedad lo admitía se introdujo también mortero

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líquido a base de cal grasa y polvo de sílice conPrimal, hasta colmatar la separación existente.Posteriormente se sellaron todos los huecos y grietascon yeso y resina, evitando así la entrada de agua, yse limpió toda la superficie de forma mecánica, eli-minando los líquenes y suciedad presentes con laayuda de cepillos de cerdas blandas. En la parte supe-rior de los fragmentos se suprimieron las interven-ciones anteriores en mal estado, fijando los bordes delos mismos y manteniendo en la parte superior unacapa más gruesa del mortero empleado anteriormen-te para sellado, a modo de protección para afianzar suconservación. Por último se entonaron con pigmen-tos naturales los morteros de reposición añadidos.

El fragmento de zócalo del muro, tras confirmarla necesidad de proceder a su arranque, se protegióadecuadamente pegando con cola animal diluida enagua a la que se añadió pentaclorofenato sódico co-mo funguicida, varias capas de gasas y telas hastaconformar un soporte rígido que nos permitiera lamanipulación del fragmento. Este se extrajo en tresbloques que se colocaron sobre tableros de aglomera-do a la espera de que se eliminaran las raíces y se ade-cuara el muro y el entorno para volver a colocarlos ensu ubicación original. Antes de ello se limpiaron yconsolidaron las piezas por el reverso, aplicando yesocon resina acrílica en una consistencia líquida tal queal penetrar por las fisuras y grietas, compactara todoel fragmento. Para reforzarlos se colocó también porsu reverso una rejilla de fibra de vidrio en la que seinsertaron unos anclajes de acero inoxidable queluego servirían para fijar las piezas al muro, con laayuda del mortero de cal.

Una vez colocado de nuevo en su posición, seeliminó la protección, procediendo a la limpiezamecánica en detalle con cepillos blandos, que no ara-ñasen ni erosionasen la superficie. Se rellenaron conyeso y resina las grietas y huecos, haciéndolo en unnivel ligeramente rehundido respecto al soporte exis-tente, y se entonaron finalmente los morteros añadi-dos para integrarlos en el conjunto.

6. CONCLUSIONES

A los escasos restos que perduran del zócalo ori-ginal hay que unir la difícil lectura que podía hacer-se de ellos debido a las alteraciones tanto naturalescomo humanas. No obstante, se llegó a la convicciónde la necesidad de conservarlos y consolidarlos comolo que actualmente son: vestigios del pasado, dentrode un contexto que ha sido a su vez tratado con ab-soluto rigor y respecto. Se entendió pues, como ob-jetivo prioritario, la consolidación de los restosexistentes, incluyendo las intervenciones no origina-les realizadas con posterioridad, siempre que estuvie-ran en buen estado, ya que éstas aportan referenciasdel proceso histórico del zócalo en su relación con elentorno inmediato.

NOTAS k1. TORRES BALBÁS, L.: "Paseos por la Alhambra: la Rauda".

En Obra Dispersa II. Archivo Español de Arte y Arqueología,(1985), 13-42.

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JU^TA DE AIDALU(1ACONSEJERÍA DE CULTURA

Patronato de la Alhambra y Generalife

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Fig. 1. Alicatado en las ruinas de la Rauda. (Redibujado sobre ilustración del artículo de Leopoldo Torres Balbás,Paseos por la Alhambra' Archivo Español de Arte y Arqueología n° 6 1926).

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Lám. 1. Vista general de la Rauda.

Lám. 2. Fragmento adosado al muro suroeste cubierto por la yedra.

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Ldm. 3. Fragmento en el muro suroeste una vez eliminada la yedra.

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Lám. 4. Detalle del soporte de yeso con la huella de las piezas cerámicas.

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Lám. 5. Lugar que ocupaba el fragmento en el muro tras realizar su arranque.

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Lám. 6 Uno de los fragmentos después del arranque.

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Lám. 7. Consolidación y refuerzo por el reverso.

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Lám. 8. Muro suroeste acondicionado para recibir de nuevo los fragmentos de zócalo.

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Lám. 9. Proceso de montaje de los fragmentos.

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Lám. 10. Proceso de montaje de los fragmentos.

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Lám. 12. Finalizada la intervención.

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Lám. 13. Machones centrales donde se mantienen escasos restos de zócalo.

Lám. 14. Detalle de un trozo adosado a uno de los machones antes de la actuación.

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JU^TA DE AIDALU(1ACONSEJERÍA DE CULTURA

Patronato de la Alhambra y Generalife