Historia Social 29 - El Culto a La República en Los Tiempos Del Rey

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El culto a la República en los tiempos del rey. Lugares de la memoria y símbolos republicanos en la Italia liberal Author(s): Maurizio Ridolfi and Josep Monter Source: Historia Social, No. 29 (1997), pp. 111-128 Published by: Fundacion Instituto de Historia Social Stable URL: http://www.jstor.org/stable/40340626 . Accessed: 24/02/2015 15:00 Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at . http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp . JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected]. . Fundacion Instituto de Historia Social is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Historia Social. http://www.jstor.org This content downloaded from 200.68.120.225 on Tue, 24 Feb 2015 15:00:09 PM All use subject to JSTOR Terms and Conditions

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Agulhon

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El culto a la República en los tiempos del rey. Lugares de la memoria y símbolos republicanosen la Italia liberalAuthor(s): Maurizio Ridolfi and Josep MonterSource: Historia Social, No. 29 (1997), pp. 111-128Published by: Fundacion Instituto de Historia SocialStable URL: http://www.jstor.org/stable/40340626 .

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EL CULTO A LA REPUBLICA EN LOS TIEMPOS DEL REY

Lugares de la memoria y simbolos republicanos en la Italia liberal

Maurizio Ridolfi

La "Italia republicana"

Enlazando de manera critica con los principios de la Ilustracion y la Revolution france- sa, fue a lo largo de los aiios 30 del siglo xix y con Giuseppe Mazzini cuando en Italia, reavivando la idea de republica resurgida en los afios jacobinos, el pensamiento democrati- co definio una capacidad propia de proyecto respecto al modelo de gobierno liberal. l La cultura democratica asumio una dimension nueva, con originales aportaciones teoricas sobre temas de la organizacion politica, de la nacionalidad y de la participation de los ciu- dadanos en la vida de las instituciones. A pesar de verse obligado al exilio, Mazzini pro- yecto de hecho un ideal republicano animado por el encuentro con los valores historico- culturales de la nation italiana y una imagen de la patria como asociacion democratica de individuos libres, de ciudadanos llamados a un responsable espiritu de servicio hacia las instituciones. Sin embargo, el papel hegemonico asumido en el Risorgimento por el "parti- do" moderado y filosaboyano es el que habria impedido que los proyectos de Mazzini en- contraran una continuation en la construction del nuevo estado nacional. En efecto, tras la unification, en el reino de Italia, el decidido privilegio acordado por Mazzini y sus segui- dores a la organizacion del asociacionismo obrero se unira a una linea intransigente (con reiterados, pero fracasados, intentos insurreccionales), abstencionista en el piano electoral y, en principio, antimonarquica respecto a la forma institucional. Mazzini volvio del exilio poco antes de morir, pero en la Italia unificada no reconocio la patria a la que habia dedi- cado tantas energias; "para recibirlo solo habia lugares y memorias, no la republica ". 2 Hubo un sentimiento de distanciamiento moral y politico respecto a las instituciones mo- narquicas que sera tenazmente alimentado por sus mas encendidos herederos, empefiados en construir un universo de valores alternativo y un "sistema" autonomo de signos, simbo- los y lugares de la memoria. 3

1 Ver A. de Francesco, "Ideologic e movimenti politici" en G. Sabbatucci, V. Vidotto (eds.), Storia d' Italia, I. Le premesse dell'Unita dallaflne del settecento al 1861, Roma-Bari 1994, pags. 284 ss. Anadir S. Mastellone, Ilprogetto politico di Mazzini (Italia-Europa), Firenze 1994.

2 M. Viroli, Per amore della patria. Patriotismo e nazionalismo nella storia, Roma-Bari 1995, pag. 153. I 3 Sobre la "Repubblica degli Italiani" no hay nada comparable a "La Repubblique", vol. I de P. Nora (ed.), I

Les lieux de memoire, Paris 1984. I

Historia Social, n.° 29, 1997, pp. 1 1 1-128. I 111

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Respecto a estos problemas historiograficos, si en Italia el eco de los estudios de Maurice Agulhon sobre la imagerie republicana llego oportunamente, 4 a diferencia de cuanto ha sucedido con los estudios sobre las formas de sociabilidad, 5 las reflexiones sobre la contradictoria construction de una "religion de la patria" han favorecido un inte- res hacia la dimension ritual y simbolica de la politica, 6 solo recientemente y en el marco de las investigaciones sobre la "debil" identidad nacional. Como sabemos, aun confiando en el racionalismo ilustrado y en la capacidad explicativa de la palabra para resolver la contradiction inherente a las fiestas revolucionarias entre "necesidad de mostrar y rechazo de la exhibition", 7 los aparatos rituales y liturgicos habian demostrado, ya con los cultos politicos jacobinos, ser mas eficaces que los contenidos difundidos con mensajes verbales. 8 La herencia de la Revolution francesa, sin embargo, sera "aplazada", aparecien- do solo momentaneamente en el 48 y, sobre todo, en la segunda mitad del siglo xix, cuan- do se fueron afirmando formas de movilizacion de masas originadas en el malestar social pero entretejidas con fiiertes impulsos emocionales; en definitiva, cuando emergio un esti- lo politico nuevo, que confiaba en la imagerie, en los simbolos y en la representation dra- matica de los mitos. 9

En los estudios recientes sobre el imaginario politico de los italianos, aun es insufi- ciente el espacio reservado a los simbolos y a las imagenes, a traves de los cuales la tradi- tion democratico-republicana fue asumiendo una forma estetica propia 10 en los tiempos del rey y de la monarquia. Desde esta perspectiva, puede resultar fecunda la reconsidera- tion de la lection metodologica de Agulhon en el estudio de la imagerie republicana y, mas en general, de los "aspects visuels", el terreno sobre el que se explicita quizas mejor la conjuncion entre historia socio-cultural de las mentalidades e historia de la politica. "Un pouvoir politique -como ha escrito Agulhon- n [...] n'est pas seulement compose

4 En el marco de la discusion historiografica que protagonizaron Maurice Agulhon y Eric Hobsbawn, cfr. N. Gallerano, "Arte e socialismo: cultura deirimmagine e analisi storica" en Movimento operaio e socialista, n°2, 1982.

5 Cfr. M. Malatesta, "II concetto di sociabilita nella storia politica italiana deirOttocento" en Dimensio- ni eproblemi delta ricerca storica, n° 1, 1992, pags. 59-72 y M. Fincardi, "Sociabilita e secolarizzazione negli studi francesi e italiani" en Italia contemporanea, n° 192, 1993, pags. 51 1-527.

6 Ver, sobre todo, B. Tobia, Una patria per gli Italiani. Spazi, itinerari, monumenti nelV Italia unita (1 870-1 900), Roma-Bari 1991. Sobre creation y transformaciones de la alegoria femenina de Italia, bastante menos presente de Marianne en la Francia de la III Repiiblica y Germania en el Imperio aleman, cfr. I. Porcia- ni, "Stato e nazione: rimmagine debole dell'Italia" en S. Soldani y G. Turi (eds.), Fare gli Italiani. Scuola e cultura nelVItalia contemporanea, vol. I: La nascita dello stato nazionale, Bologna 1993, pags. 385-428. Ver ademas M. Ridolfi, "Feste civili e religioni politiche nel 'laboratorio' della nazione italiana (1860-1895)" en M. Fincardi, M. Ridolfi (eds.), Le trasformazioni della festa. Secolarizzazione, politicizzazione e sociabilita nelxixsecolo (Francia, Italia, Spagna), fasc. de Memoria e Ricerca, n° 5, 1995, pags. 83-108.

7 M. Ozouf, La festa rivoluzionaria (1789-1799), Bologna 1982, pag. 331. 8 Sobre la "poetica delpoder" y las "formas simbolicas de la prdctica politica ", cfr. L. Hunt, La rivolu-

zione francese. Politica, cultura, classi sociali, Bologna 1989, pags. 57 ss. 9 Sobre el poder del mito politico -con el que podriamos entender la narration de eventos y la reelabora- cion de ideas capaces de suscitar emotion y reforzar el sentido de identidad colectiva, mas alia de la esfera de la racionalidad y, generalmente, a partir de una condicion de deficit de legitimidad-, ver R. Girardet, Mythes et mythologies politiques, Paris 1986.

10 Cfr. G. Spadolini, L' Italia repubblicana attraverso i simboli, i dipinti, lefoto d'epoca e i documenti, Roma 1988. Ver ademas R. Balzani, "Simbologia democratica, tradizione iconografica rivoluzionaria e mondo del lavoro" en Memoria e Ricerca, n° 2, 1993, pags. 165-182. Mas en general, cfr. Un 'altra Italia nelle bandie- re dei lavoratori. Simboli e cultura dalV unita d' Italia all'awento delfascismo, Torino 1980. Sobre los diversos

I aspectos de la cultura politica democratico-republicana -ritual y simbolica-, cfr. M. Ridolfi, Ilpartito della Re- I pubblica. La Consociazione repubblicana romagnola e la nascita del Pri neW Italia liberate (1872-1895), Mila-

no 1989, pags. 247-317. I n M. Agulhon, Politique, images, symboles dans la France contemporaine, Paris 1987, pags. 283-284. I Tal vez sea util recordar que se trata del texto presentado en un seminario, en Princeton, en 1982 (anticipado en 112

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d'hommes qui instaurent et qui manoeuvrent certaines institutions, qui se reclament de certaines idees etprocedent a certaines actions. II vise a sefaire reconnaitre, identifier et, si possible, favorablement apprecier grace a tout un systeme de signes et d'amblemes, dont les principeaux sont ceux quifrappent la vue". ["[/« poder politico -como ha escrito Agulhon- [...] no estd compuesto solo por hombres que instauran y manipulan determi- nadas instituciones, que se refieren a determinadas ideas y realizan determinadas accio- nes. Trata de que se le reconozca, se le identifique y, si es posible, que se le aprecie gra- cias a todo un sistema de signos y emblemas, los principales de los cuales son los que entran por la vista "].

Parece, pues, litil seguir el proceso historico a traves del cual, en la Italia monarquica, los "signos" de la identidad republicana se convirtieron en verdaderos simbolos, entrando a formar parte de la imagerie politica nacional y de la mentalidad colectiva -aunque siem- pre de una minoria de ciudadanos, sobre todo de extraction artesana y pequeno-burgue- sa-, en virtud de su "charge de significations multiples, situees a des degres divers de conscience, voire d'inconscience" \"carga de significaciones multiples, situadas en gra- dos diversos de conciencia, o de inconscienciafr\. n Esto resulta ser verdad tambien para los movimientos de oposicion como el representado por los seguidores de Mazzini, mante- nidos al margen del sistema constitutional y solo gradualmente admitidos al pleno ejerci- cio del derecho de opinion, aunque sin poder exponer en lugares piiblicos los simbolos de la tradition republicana revolucionaria (ante todo, el gorro frigio, principal atributo de la imagerie revolucionaria). Sin olvidar la rivalidad activa con la tradition catolica para afir- mar una ideologia laica de progreso en una condition social, en muchos aspectos traditio- nal y todavia no interesada en las grandes transformaciones capitalistas e industrials ya producidas en otros ambitos europeos.

A diferencia de Francia, tambien por su diferente orden institutional, en Italia fue bastante mas conflictiva y, en todo caso, mas tardia la relevancia de la simbologia y de la estetica republicanas en la rivalidad por afirmar una cultura laica. Aqui se reservara una atencion particular a dos principales factores de este proceso: por una parte, la memoria de Mazzini -el profeta, jamas arrepentido, de la repiiblica- a traves de la combatida represen- tation en ritos y monumentos piiblicos; 13 por otra, la transformation de la Repiiblica Ro- mana de 1849 de evento revolutionary en principal simbolo de la tradition republicana. En efecto, habia sido en la onda de la Revolution francesa del 89 como, tambien en Italia, se habia desarrollado la original simbologia democratica -a traves de la adaptation de mo- delos esteticos neoclasicos-, aunque en la vertiente de la herencia revolucionaria jacobina; pero fue, sobre todo, con la Repiiblica Romana de 1849 como la tradition republicana ita- liana Uego a tener un mito propio de fundacion y pudo aspirar a una legitimation propia tambien en el piano simbolico ritual.

Giuseppe Mazzini y la tradici6n republicana: los lugares de la memoria

La rivalidad entre democratas y fautores de las instituciones monarquicas por el con- trol de las memorias del Risorgimento y de su representation piiblica ya era un hecho en

S. Wilentz (ed.), Rites of Power. Symbolism, Ritual and Politics since Middle Age, Princeton 1985), es decir, tres afios despues de la publication de Marianne au combat. L 'imagerie et la symbolique republicaines de 1789 a 1880, Paris 1979, y mientras estaba preparandose Marianne au pouvoir. L 'imagerie et la symbolique republi- caines del880 a 1914, Paris 1989.

12 /ta/.,pag.317. 13 Mas extensamente, cfr. M. Ridolfi, "Mazzini" en M. Isnenghi (ed.), / luoghi della memoria. Personag-

gi e date, Roma-Bari 1997, pags. 12-31. I 113

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los primeros afios post-unitarios. Habiendo sido impedida la exposition de los simbolos revolutionaries que habian encontrado espacio nuevamente en el bienio revolucionario 48-49, fiie en el nombre de Mazzini como los fautores de la republica delinearon las pri- meras formas simbolico-rituales de su "religion politica". Sin embargo, los monarquicos, ya empeiiados en disgregar el frente democratico y prefigurar un espiritu nacional para el que solo la memoria de Garibaldi podia unirse a la de Vittorio Emmanuele II, lo intentaron todo para infundir en el imaginario politico de los italianos una representation de los "pa- dres de la patria", de la que quedara excluido el apostol de la Repiiblica. En el marco de una creciente personalization de la iconografia popular, el culto de Mazzini se explicito primero a traves de la promotion de ritos civiles fuertemente marcados por la exigencia de reafirmar la actualidad de aquella herencia. Las jornadas del 10 de marzo, aniversario de la muerte, y, con menor frecuencia, la del 22 de junio (aniversario del nacimiento) se con- virtieron en las principales ocasiones tanto para la circulation de la publicidad encomiasti- ca como para la inauguration de lapidas, inscripciones murales, estatuas y monumentos (mas raramente), gracias a los cuales, rindiendo homenaje a la memoria de Mazzini, acu- fiar simbolos que hicieran resonar los ideales republicanos en el escenario del mobiliario urbano. 14

El origen de la practica anual de las conmemoraciones funebres en honor de Mazzini provenia del momento de su muerte (10 de marzo de 1872), cuando se puso de manifiesto sin disimulos la barrera existente entre la "Italia republicana" y la "Italia oficial". En la muerte de Mazzini, aunque hubo grandes manifestaciones funebres tanto en Roma como en Genova (su ciudad natal), la "Italia regia" brillo por su total ausencia. "El cuerpofue llevado apresuradamente a Genova para inhumarlo en el esplendido cementerio de Sta- glieno. Se cerraron las tiendas, las naves de la bahia bajaron las banderas a media asta, miles depersonas acompanaron el cortejo funebre. En Roma, otra gran manifestacion po- pular, de una milla de larga, bloqueo el trdflco durante una hora, mientras un cortejo re- corria las principales calles de la ciudad llevando un busto de Mazzini para erigirlo en el Campidoglio, entre los de Miguel Angel y Colon; pew ni en Roma ni en Genova estaba re- presentada la Italia oficial. Sepropuso y aprobo en el Parlamento un voto de condolencia; sin embargo, el presidente de la Cdmara prohibio cualquier discurso de homenaje y el presidente del Consejo, ostentosamente, no dijo ni unapalabra". 15

La fecha del 10 de marzo no pudo asumir mas que un significado de abierta "oposi- cion" tambien por el desconocimiento del papel desempenado por Mazzini en el proceso de formation de la unidad nacional. Ante la noticia del luto, en numerosas localidades ita- lianas se compusieron textos funebres para pasquines murales y se improvisaron conme- moraciones tanto dentro de las asociaciones como en lugares piiblicos. En Roma del Popo- lo -el ultimo diario de Mazzini- 16 aparecieron ecos de iniciativas que parecian solo asti- llas de un rito colectivo nacional, por lo demas, muy extendido, mientras en los centros mas vitales de la "Italia republicana" se configuraba una inedita forma de "fiesta civil" a traves de conmemoraciones que, a partir de entonces, se repetirian cada afio. Con la muer- te de Mazzini, en cambio, perdia impulso y motivation la fiesta laica del 19 de marzo, ins- tituida inmediatamente despues de la unification en honor de los dos Giuseppe de la de-

14 Eso sucedia tambien en el caso de los numeros unicos de imprenta, frecuentes con motivo de los aniver- sarios mazzinianos y republicanos. Para un ejemplo ilustrativo -con la alegoria femenina de la repiiblica rodea-

I da de los simbolos clasicos (el gorro frigio y el fascio romano) sobre un frontispicio donde campea tambien el I perfil austero y pensativo de Mazzini-, cfr. XXII giugno, Publication del dia natalicio de Giuseppe Mazzini, Fi-

renze 1883 (presso la Biblioteca della Fondazione "G. G. Feltrinelli" di Milano, P.i. 131.327). 15 D. Mack Smith, Mazzini, Milano 1993, pag. 317.

I 16 "Giuseppe Mazzini non e piu" en La Roma del Popolo, 14 de marzo de 1872. 114

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Giuseppe Garibaldi

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mocracia italiana -Garibaldi y, precisamente, Mazzini- 17 mientras las conmemoraciones funebres en su honor, una vez desaparecida la participation emotiva de los primeros afios, no consiguieron evitar una ritualidad cada vez mas repetitiva y sin ningiin impacto fuera de las filas de sus seguidores. Finalmente acabaran por convertirse mas en un cansino "rito de duelo" -politicamente esteril, incluso en su carga antagonista- que en un efectivo rito de regeneration moral y politica.

En la tardodecimononica proliferation de conmemoraciones y "fiestas civiles", el re- cuerdo de Mazzini tuvo, de todas maneras, revificaciones mas visibles en los ritos civiles promovidos por los seguidores que en la materialization simbolica de sus ideales. Una cosa eran las ocasionales conmemoraciones, a veces realizadas en teatros o salas con tarje- ta de invitation, y otra, en cambio, era el significado diferente y el impacto emotivo que podia asumir la eventual ornamentation de estatuas y monumentos (con la imagen de Mazzini y con los simbolos de la tradicion republicana) en plazas y lugares habituales de la vida cotidiana, expuestos a la vista de los ciudadanos. De todas formas, en la rivalidad respecto a los simbolos y a las efigies escultoricas que mantenian vivas las diversas me- morias, los seguidores de Mazzini se movieron con prontitud. Sus mas directos herederos enarbolaron inmediatamente "una suscripcion para erigir un monumento, que de testimo- nio a la posteridad de como los italianos saben, al menos, venerar la santa memoria del venerado apostol, ahora que la muerte se lo ha llevado, si, estando vivo, no supieron coro- nar su genio, sus virtudes, su martirio de cuarenta largos afios [...]". 18 Acordandose, sin embargo, del espiritu iconoclasta de Mazzini, incluso los "triunviri" de las fuerzas mazzi- nianas (Aurelio Saffi, Federico Campanella y Maurizio Quadrio) pusieron freno a la "ca- rrera hacia el monumento"; 19 no solo aconsejando limitar los ambiciosos proyectos a la capital y a la ciudad natal sino tambien desechando estatuas y lapidas, simbolos y repre- sentaciones artisticas, en favor de una difusion capilar de sus escritos. Espacios piiblicos negados por las instituciones y privilegio concedido a otros medios de transmision del re- cuerdo concurrieron, por tanto, para impedir una amplia "monumentalizacion" de la me- moria de Mazzini y para afirmar, en cambio, el primado del binomio Vittorio Emmanuele II-Garibaldi. "En un cuarto de sigh -ha observado Bruno Tobia-, 20 a partir del 78, toda Italia quedo cubierta defiguras de bronce o depiedra del padre de la patria o del heroe de los dos mundos, mientras el ostracismo en la memoria de Giuseppe Mazzini constituye, por contra, la prueba mas evidente del significado profundo de aquellos tributos de reco- nocimiento ".

17 "Inventada" en los primerisimos aiios postunitarios, cuando Garibaldi se encontraba ocupado en conti- nuas acciones al frente de grupos de voluntarios para acelerar la unification nacional, la fiesta civil tenia lugar sobre todo en nombre del "heroe de los dos mundos". Cfr. M. Ridolfi, Feste civilL., pags. 88-89.

18 "Giuseppe Mazzini" en La Roma del Popolo, 14 de marzo de 1872. En Mazzini, al fuerte distancia- miento del caracter esoterico y oscuro de la iconografia carbonara, se aiiadia la predilection por los simbolos simples y naturales: un ramillete de cipres y, sobre todo, una hoja de hiedra, escogida en 1834 como simbolo de la Joven Europa y despues transmitida por la tradicion republicana hasta convertirse en el simbolo del Partido Republicano Italiano en el momento de su constitution (1895). Para referencias textuales, cfr. G. Mazzini, Note autobiografiche, edition e introduction de M. Menghini, Imola 1939. Para ulteriores informaciones, ademas de G, Spadolini, L 'Italia repubblicana..., pags. 26-28 y Un'altra Italia nelle bandiere dei lavoratori..., pags. 187- 195, cfr. tambien Tessere repubblicane. Un percorso per immagini, Rimini 1981.

19 "Alia democrazia italiana" en L'Emancipazione, 20 de abril de 1872. En cualquier caso, fue inmediata la disponibilidad de retratos de Mazzini; cfr. ademas L'Emancipazione, 27 de abril de 1872. Tampoco habia fal- tado anteriormente el cuidado de la imagen piiblica; ver P. Zama, "Mazzini e i suoi ritratti. I fratelli Caldesi e Domenico Lama fotografi" en Studi Romagnoli, XVIII (1967), pags. 417-460.

20 B. Tobia, Una patria per gli Italiani..., pag. 178. Sobre el "pueblo de las estatuas " y sobre la lucha por "el control de la memoria y de la vision piiblica

" entre los dos siglos, cfr. M. Isnenghi, L 'Italia in piazza. I

luoghi della vitapubblica dal 1848 ai nostri giorni, Milano 1994, pags. 90-99. 116

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Eso no siempre fue verdad por cuanto concierne a epigrafes y lapidas murales, sobre todo donde la tradition democratica y mazziniana estaba mas arraigada. 21 En Ravenna, decaida capital del Imperio bizantino y plaza fuerte del mazzinianismo de Romagna, mientras en enero de 1878 la muerte de Vittorio Emmanuele se habia conmemorado con la inauguracion de una lapida bajo el palacio del Intendente de finanzas, los seguidores de Mazzini no dejaron pasar mucho tiempo para organizar una gran manifestation en la que descubrieron una lapida en su recuerdo. La iniciativa fue coordinada por la asociacion "Pensiero e Azione" [Pensamiento y Action] y programada para el 2 de mayo de 1880; se anunciaba una verdadera "fiesta", ejemplo evidente de un modo peculiar de hacer politica -"la politica como fiesta"- en condiciones de fuerza mayor. Para esa ocasion, la mise en scene fue de efecto seguro. Se organizo una resefia completa de las fuerzas y de aquellas formas de sociabilidad politica, cuyos verdaderos precursores en la historia de Italia fue- ron los mazzinianos: el cortejo de las asociaciones, el banquete con discursos politicos, la exhibition de los simbolos de identidad. 22 La fiesta civil de Ravenna tuvo un caracter nacional; al llamamiento enviado a las asociaciones democraticas y republicanas de toda Italia correspondio la representation de cerca de 260 centros, con "mas de seis mil pa- triotas ". 23

En el exiguo niimero de constructions de piedra o bronce edificadas en honor de Mazzini, la mas significativa se hizo en Genova. El 22 de junio de 1882 fue inaugurado un suntuoso monumento, en el que se emplearon las donaciones de la suscripcion lanzada poco despues de la muerte de Mazzini. La ceremonia se incluyo en el marco de lo que el comite organizador anuncio como una "fiesta nacional' '; las celebraciones se desarrolla- ron a lo largo de cinco dias (21-25 de junio), incluyendo la ceremonia del descubrimiento de la estatua, el desarrollo del XV congreso del Patto di Fratellanza [Pacto de Hermandad] -organismo federal de las asociaciones mazzinianas-, una competition de tiro al bianco, una conferencia de Aurelio Saffi sobre Mazzini "triunviro" de la Repiiblica Romana de 1849 y un peregrinaje a la tumba del Apostol en el cementerio de Staglieno. La ceremonia de inauguracion del monumento se desarrollo a traves de una liturgia y un aparato coreo- grafico de masas, que no dejaba nada a la improvisation, con una mise en scene de gran efecto emotivo. Echemos una ojeada al cortejo que desfilo por las calles de Genova: "Las calles estdn adornadas con banderas, trofeos, estandartes, colgados en el centro de las mismas, en los que se leen muchas mdximas sacadas de los escritos del Gran Italiano [...] A lo largo de las calles se amontona la gente esperando el cortejo que se dirige a la inau- guracion [...], un cortejo de una millay media de largo, compuestopor mas de veinticinco mil personas, cuatrocientas cincuenta banderas, veinte bandas de musica ". Y la plaza Corvetto, en cuyo escenario, enplein air, se hizo la representation piiblica. "El espectacu-

21 Un censo de estos lugares de la memoria ya se tiene para el area de mayor enraizamiento de la tradition

republicana; cfr. A. Raffaelli, L'unitd d' Italia nelle epigrafl di Romagna. Trattazione storica e testi, Forli 1986. En una ciudad con una significativa tradition democratica como Pesaro -en las Marche, cerca de la Ro-

magna-, mientras ya en 1891 se habia erigido un monumento en memoria de Garibaldi, solo en 1905 se inaugu- rara en memoria de Mazzini una lapida con medallon, por iniciativa de circulos republicanos y en un lugar no centrico del espacio urbano (en la pared de una escuela primaria); cfr. S. Cuppini, G. de Marzi, P. Desideri

(eds.), La memoria storica tra parola e immagine. I monumenti celebrativi nella pronvincia di Pesaro e Urbino dal Risorgimento alia Liberazione, M. Tenti e., Urbino 1995, pag. 153 para la imagen y los textos inscritos sobre el epigrafe y el monumento.

22 En este caso, sin embargo, a exception de la asociacion promotora, todas las demas sedes se abstuvie- ron de exponer banderas republicanas, con el fin de no dar a las autoridades ocasion de intervenir y, asi, favore- cer el desarrollo de una fiesta lo mas comunitaria y menos "partidista" posible. Cfr. Breve relazione della inau-

gurazione della lapide awenuta il due maggio 1880 in Ravenna in onore di Giuseppe Mazzini, Ravenna 1880, pag. 7.

23 Ibid., pag. 4. 117

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lo de la plaza es esplendido, imponente. Banderas por todas partes, oriflamas, coronas; alrededor del monumento dieciseis trofeos, en medio de cada uno de los cuales sobresale el retrato de un apostol o de un heroe, de un mdrtir de la santa causa de la redencion de la patria ". Y, finalmente, el clou del rito, con la inauguration del monumento y su entrega al alcalde de Genova por parte de Saffi, a quien tambien le correspondio hacer el discurso oficial. "Un toque de trompeta anuncia que da comienzo el descubrimiento. jSilencio so- lemne, religioso! Una sola voz, argentina, vibrante, se escucha dando ordenes a cinco o seis trabajadores que sostienen las cuerdas de la tela que cubre el monumento; es la voz del intrepido escultor Pietro Costa. A una serial suya el trompetero hace un segundo toque, un tercero [...], cae la telay la figura pensativa de Mazzini sepresenta ante la ad- miration de todo un pueblo. jEspectdculo grandioso, nunca vis to! jBajan las banderas, se descubren las cabezas, las bandas de musica entonan himnos, cincuenta mil voces acla- man a Mazzini, a Italia, a la Libertad! ". 24

La "fiesta national" suscito una amplia atencion en los periodicos y en la opinion piiblica, tambien porque a la glorification de la memoria de Mazzini -en primer lugar como "triunviro" de la Repiiblica Romana- se adhirieron estudiosos y hombres de letras, mediante testimonios y composiciones poeticas, rapidamente recogidos e impresos. Un particular eco tendra la oda al monumento en memoria de Mazzini escrita por el poeta in- gles Algeron Charles Swinburne, 25 que lo asocio a Dante Alighieri y a Miguel Angel en nombre de aquel "amor patrio", del que el apostol fue designado como uno de los mas convencidos interpretes.

Bastante mas tortuoso fue, en cambio, el camino a traves del cual, en la capital, se llego a la construction de un monumento nacional en memoria de Mazzini. Autorizado por una ley de 1890, a causa de retrasos tecnicos y, sobre todo, obstaculos de naturaleza politica, el monumento se inaugurara en el Aventino -una de las historicas colinas de Roma- solo en 1949. 26 Este asunto resulto singular y paradqjico, pero ejemplifico clara- mente la persistente condition de marginacion de la figura de Mazzini respecto a la peda- gogia patriotica y las edificaciones monumentales piiblicas. 27 Por lo demas, desde la pri- mera exposition nacional, abierta en Turin en abril de 1884, en las salas del pabellon dedi- cado a la historia italiana, la representation moderada y monarquica que se hizo de esta habia comportado la marginacion de Mazzini, 28 no en sintonia con la imagen oficial de las instituciones que se queria transmitir y con la transformation del Risorgimento en un mito unificador y homologador, ascetico y desprovisto de pasiones politicas. Fue una batalla de simbolos y signos de identidad que, a menudo, se repitio incluso en los consejos munici- pales cuando, en torno a la cuestion de dar nombre a una calle o plaza -como ocurrio en Treviso (Veneto)-, 29 en el terreno de la toponimia urbana se enfrentaron encarnizadamente

24 Comitato per I'inaugurazione del monumento a Giuseppe Mazini. Ricordo del XXII giugno 1882, Geno- va 1882, pags. 18-21.

25 A. C. Swinburne, "On the Monument Erected to Giuseppe Mazzini in his Native City" en A Giuseppe Mazzini inaugurandosi in Genova il monumento decretatogli dalpopolo riconoscente il XXII giugno 1882, Ge- nova 1882, pags. 18-23 (pag. 20 para la cita).

26 Sobre el caso, cfr. J.-C. Lescure, "Les enjeux du souvenir: le monument national a Giuseppe Mazzini" en Revue d'histoire moderne et contemporaine, t. 40-42, abril-iunio 1993, pags. 177-201.

27 De las primeras investigaciones llevadas a cabo se tiene noticia de estatuas y monumentos piiblicos de- dicados a la memoria de Mazzini (diferente es la cuestion de las lapidas y epigrafes murales) en las ciudades de Genova (1882), Pisa (1882), Chiavari (1888), Forli (1892), Carrara (1892), Viareggio (1894), Padova (1905), Turin (1917) y Napoles (1920).

28 M. Baioni, La religione della patria. Musei e istituti del culto risorgimentale (1884-1918), Treviso 1994, pags. 26-27.

29 En G. P. Brunetta - L. Vanzetto (eds.), Storia di Treviso, Padova 1988, pag. 32, se repasa el suceso de Porta San Tommaso, dedicada a Mazzini en 1883 tras fuertes enfrentamientos en el consejo municipal y que, en 1932, recobro su denomination original. 118 |

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las genealogias opuestas de los monarquico-liberales y de los democrata-republicanos. Al mismo tiempo, tambien donde se decidia tributar un homenaje en piedra en memoria de Mazzini, se repetian los intentos, por parte de la elite local fiel a la monarquia, de obstacu- lizar lo mas posible -como sucedio en el pequeno centro de Chiavari (Liguria)- 30 que el monumento se colocara en medio de la plaza principal de la ciudad. La Italia monarquica soportaba mal un embellecimiento del mobiliario urbano con simbolos entendidos por la opinion piiblica como "signos" de memorias y aspiraciones republicanas.

Un cierto "retorno" de Mazzini en la representation publica de las memorias patrias tuvo lugar solo a principios de siglo, en el clima "conciliador" del centenario del naci- miento. Mientras mitos e ideas-ftierza de la ideologia positivista del progreso eran fuerte- mente discutidas por la ola idealista y nacionalista, la clase dirigente monarquica tendia a asimilar con sagacidad cualquier forma de "contra-memoria". Fue entonces cuando Maz- zini empezo a encontrar su particular colocacion en las sedes oficiales de la educacion y del culto patriotico, ya privados de todo valor de oposicion. Fue un "renacimiento" que, sin embargo, tuvo un significativo indicio sobre todo en el piano editorial. 31 Se preparo una edicion mutilada de los Doveri dell'uomo [Deberes del hombre] para la educacion ci- vica en las escuelas del Reino -en la que habia desaparecido cualquier serial de la fe repu- blicana de Mazzini y todos los apuntes criticos hacia la monarquia-, 32 mientras en marzo de 1904 un decreto regio promovio la formation de una comision nacional destinada a preparar una edicion completa de sus obras. 33 Un sitio entre los "padres de la patria" quedo, ademas, predispuesto tambien en las instituciones museisticas. Ese fue el caso del Museo del Risorgimento de Genova, inaugurado en mayo de 1915; en la ciudad natal de Mazzini se recogio un cuerpo formado por manuscritos, impresos, retratos, antiguallas y objetos diversos. 34 Por el contrario, la esencial y didactica imagerie mazziniana, en la que el estilo neoclasico dejaba espacio a la moda ascendente del liberty y el simbolo por exce- lencia de la tradicion republicana italiana -la planta de la hiedra-35 sustituia a los simbolos prohibidos de la revolution jacobina, conseguira conquistar solo poco eco fuera de las sedes asociativas y del circulo de los militantes.

Al dia siguiente de la Gran Guerra, con ocasion del quincuagesimo aniversario de la muerte de Mazzini (10 de marzo de 1922), las celebraciones adquirieron incluso un carac- ter de masa, con una capilaridad de iniciativas publicas sin parangon. Alessandro Levi -es- tudioso del pensamiento politico- fue uno de los que indagaron con mayor espiritu critico el transformado clima en que vino a caer el aniversario en comparacion con el centenario del nacimiento de inicios de siglo. "Casi no hay ninguna ciudad italiana que no tenga una calle o una plaza dedicada a Giuseppe Mazzini. En su honor se levantaron monumentos e innumerables recuerdos de bronce o marmol"\ hasta el punto, observaba Levi incluso con excesivo enfasis, "que se puede qfirmar, sin temor a ser desmentido, que entre los nom-

30 Cfr. Monumento a Chiavari a Giuseppe Mazzini, Genova 1888 (presso la Biblioteca di Storia Moderna e Contemporanea di Roma, Miscellanea risorgimentale, B. 590. 22).

31 La tradicion, generalmente propagandista y retorica, de las publicaciones mazzinianas quedo interrum- pida con B. King, Mazzini, Firenze 1903. Con anterioridad, el unico "medallon" biografico de cierto credito se debia a J. White Mario, Delia vita di Giuseppe Mazzini, Milano 1886, con una atencion, casi exclusiva, al fau- tor de la unidad nacional y no tanto al apostol republicano.

32 Cfr. N. Colajanni, Preti e socialisti contro Mazzini, Roma 1903, pags. 12-14. Sobre la presencia de Mazzini en textos escolares, cfr. S. Soldani, "II Risorgimento a scuola: incertezze dello stato e lenta formazio- ne di un pubblico di lettori" en E. Dirani (ed.), Alfredo Oriani e la cultura del suo tempo, Ravenna 1985, pags. 136-141 y 161.

33 Cfr. Scritti editi e inediti di Giuseppe Mazzini, vol. I, Letteratura, vol. I, Imola 1906, pag. V. 34 Cfr. Museo del Risorgimento. Catalogo. Compilado por A. Neri, Milano 1915, especialmente pags. 9-

46. 35 Cfr. G. Spadolini, L 'Italia repubblicana..., pags. 149-153. | 119

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bres de los italianos modernos, solo hay uno mas popular que el suyo: el de Garibaldi ". Y ello a pesar de que Mazzini era "un hombre de pensamiento, no un condottiero glorioso'\ "obligado a vivir casi siempre desterrado de la patria "; "un republicano inflexible

" mien- tras "Italia se constituyo y ha seguido siendo mondrquica ". 36 Sin embargo, ademas del comite nacional de honores promovido por la direction del Partido Republicano Italiano (nacido en 1895), la escena de las celebraciones fue animada por interpretes antiguos y nuevos. En Roma tuvo lugar una conmemoracion oficial, 37 en presencia del rey Vittorio Emmanuele III. En el curso de la manifestation, el orador designado -el senador Luigi Rava, presidente de la comision para la edition de las obras-, provocando un levantamien- to general de escudos entre sus seguidores, trato de acreditar tanto la imagen del Mazzini educador, en detrimento del profeta de la repiiblica, como la tesis de que el mismo se habia convencido de ello inmediatamente despues del 20 de septiembre de 1870. Mientras los seguidores historicos de Mazzini denunciaron a los numerosos "profanadores

" de su magisterio, 38 el acreditado filosofo Giovanni Gentile llevaba a cabo ya plenamente una operation cultural tendente a inscribir al apostol genoves entre los precursores no solo del nacionalismo italiano sino tambien de la ideologia fascista.

De evento a sImbolo: la Republica Romana de 1849

De forma analoga a cuanto sucedio en el constitucionalismo liberal europeo, tambien en Italia la concesion del Estatuto albertino por parte de la Casa de Saboya (en marzo de 1848) reflejaba el principio de que la legitimation de la action de gobierno derivaba de la raiz representativa garantizada por una ley constitutional. Sin embargo, como ocurrio en otras partes, evocando el fantasma de la revolution radical y jacobina, la hipotesis de un poder constituyente quedo excluida pronto en el proceso de formation del estado nacio- nal; 39 con la diferencia de que en Italia, la excepcional presencia de la Asamblea Consti- tuyente en la Republica Romana (febrero-julio de 1849) ofrecera a los democratas un po- deroso pretexto para consolidar la antagonista identidad politica respecto a instituciones monarquicas consideradas faltas de un evento que tuviese un mismo significado de legiti- mation.

Mientras en Europa la republica se afirmaba desde Francia hasta Hungria, tambien en Italia la sucesion de instituciones republicanas (en Venecia, Florencia y Roma) puso de manifiesto una singular rivalidad y una frecuente sustitucion de simbolos y ritos. Por los protagonistas que incluyo -Mazzini y Garibaldi- y el escenario en que se desarrollo -al mismo tiempo cimas historicas de la tradition clasica y epicentro universal del catolicis- mo- el caso de la Republica Romana fue el que ofrecio el apunte de una narration que podia asumir los caracteres del mito politico. La herencia de la experiencia revolucionaria

36 A. Levi, Giuseppe Mazzini, Milano 1921, pags. 3-4. En el estudio se privilegiaba una lectura democrati- ca, nacional y humanitaria del pensamiento y de la action de Mazzini (ver tambien del mismo autor Lafllosofla politica di Giuseppe Mazzini, Bologna 1917, reeditado por S. Mastellone, Napoli 1967). En cuanto a la confron- tation con la "fortuna" de Garibaldi en la construction de una memoria patria y la compleja relation del "gari- baldismo" tanto con la idea republicana como con el radicalismo, cfr. G. Spadolini, Tradizione garibaldina e storia d 'Italia, Firenze 1982 y A. Galante Garrone, L 'albero della liberta. Dai giacobini a Garibaldi, Firen- ze 1987, pags. 279-310.

37 "II cinquantesimo anniversario della morte di G. Mazzini" en Almanacco repubblicano 1923, Roma 1923, pags. 109-116.

38 "Contro i profanatori del pensiero e delFopera di Mazzini" en Ibid., pag. 1 17. 39 En R. Romanelli (ed.), Storia dello stato italiano dalVUnita a oggi, Roma 1995, ver P. Pombeni, La

rappresentanza politica, pags. 72-80 y M. Fioravanti, Le dottrine dello Stato e della costituzione, pags. 408- 411. 120

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jacobina, con toda su riqueza de simbolos y ritualismos, reverdecio difusamente, con la particularidad de un gobierno que hacia oficial e institutional la "traduccion" de represen- taciones iconograficas (la alegoria femenina) y simbologias -tanto de la tradition clasica romana (el aguila, el fascio) como de la jacobina (el arbol de la libertad, el gorro frigio)- ya introducidas en el patrimonio de la cultura republicana europea. 40

En el transcurso de pocos meses, se sucedieron fiestas oficiales y fiestas esponta- neas41 que, por primera vez, se irradiaban desde las ciudades a los centros del campo. 42 Se reanudaron los hilos de la memoria revolucionaria, 43 transfigurando en la exposition pii- blica de simbolos de forma neoclasica la afirmacion de los modernos valores de la demo- cracia y de la ciudadania. El nuevo poder republicano necesitaba una "visibilidad" propia y la fiesta se convirtio en uno de sus "signos" irrenunciables, el escenario en el que des- plegar el "descenso de la politica" a los lugares de la vida cotidiana -las calles, las taber- nas, el teatro, los circulos-, con el "pueblo" llamado a desempefiar un papel que no fuese solo el de cantar salmos y enriquecer la coreografia del rito en la plaza de la Catedral, como sucedia en los anos mas oscuros de la Restauracion con las tradicionales ceremonias religiosas. Las fiestas civiles adquirieron una renovada funcion pedagogica, prioritaria en toda, aunque breve, action del poder republicano. Cuando llego la sancion electoral y po- pular de la Repiiblica Romana con la instalacion de la Asamblea Constituyente, las nuevas instituciones fiieron ayudadas por un repetido movimiento de festejos piiblicos, entremez- clados con las diversiones contemporaneas del carnaval.

Fue entonces cuando el proceso de "intercambio" y de adaptation entre fiesta de "larga duration" (traditional, folklorica y religiosa) y fiesta del "tiempo breve" (revolucio- naria y civil) registro una aceleracion inedita y extraordinaria. Volvia, sobre todo, el arbol de la libertad al centro de las plazas y de la liturgia festiva. Diferente era, sin embargo, el espiritu con que los patriotas italianos, conquistados por el ideal de la independencia y de la unidad nacional, aguardaban la reedicion del simbolo revolucionario respecto a las re- piiblicas jacobinas de finales del siglo xviii. En Bolonia, aun aplaudiendo a la Repiiblica Romana y el valor simbolico del arbol de la libertad, se subrayo agudamente "la diferen- cia que hay entre la presente y la pasada Repiiblica ". "El arbol plantado por losfrance- ses en nuestras tierras -se leia en un manifiesto piiblico- era contrasena, oh hermanos, de la disolucion social; el arbol de los franceses, asi llamado de la libertad, era laplanta de nuestra servidumbre, ya que ninguna raiz que provenga de ultramar o de mas alia de las montanas puede dor como fruto la libertad para nosotros ". En cambio, "la Repiiblica proclamada por el Campidoglio no es una repiiblica roja, es decir sanguinaria; es pacifi-

40 Sobre la historia de las "pequenas" republicas, cfr. Y. Durand, Les Republiques au temps des Monar- chies, Paris 1973. Anadase J. G. A. Pocok, // momento machiavelliano. II pensiero politico florentino e la tra- dizione repubblicana anglosassone, Bologna 1980. Respecto a Italia no hay nada comparable con el volumen de C. Nicolet, L'idee republicaine en France (1789-1921). Essai d'histoire critique, Paris 1982.

41 Se trata de temas puestos de manifiesto, respecto a Francia, por M. Agulhon, "Fete spontanee et fetes organisees a Paris en 1848" en J. Ehrard, P. Villaneix (eds.), Fetes de la Revolution, Paris 1977, pags. 270- 271.

42 Para las aldeas del Lazio y el diverso impacto de los procesos de politizacion vehiculados por la Repu- blica, cfr. F. Rizzi, La coccarda e le campane. Comunitd rurali e Repubblica Romana nel Lazio (1848-1849), Milano 1988 y A. de Clementi, Vivere nel latifondo. Le comunitd nella campagna laziale tra 700 e '800, Mi- lano 1989. Sobre la genesis y los primeros "signos" de la religion politica mazziniana, entre Risorgimento y los

primeros anos post-unitarios, cfr. M. Ridolfi, // circolo virtuoso. Sociabilitd democratica, associazionismo e rappresentanza politica nell'Ottocento, Firenze 1990, pags. 103-145.

43 Cfr. P. Sobrero, "Romagna in festa nell'Ottocento: i riti religiosi, civili e politici" en Memoria e Ricer- ca, n° 5, julio 1995, especialmente pags. 127-133. Para interesantes analogias con areas regionales italianas -como por ejemplo la Romagna-, cfr. R. Huard, "Souvenir et tradition revolutionnaires: le Gard 1848-1851" enAnnales historiques de la Revolution Francaise, 1984, pags. 565-587. 121

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ca, es el resultado del humano derecho vestido de la humana civilization ". ** Respecto a cincuenta afios antes, el horizonte unitario y nacional asignaba, por tanto, un significado diferente al arbol de la libertad; un simbolo de regeneration moral y civil capaz de expre- sar tambien el patrimonio de antiguas fiestas folklorico-religiosas y de "magos" campesi- nos que eran parte viva de la tradition comunitaria rural. El arbol de la libertad, como se ha observado a proposito de las manifestaciones simbolico-rituales en Romagna, tal vez incluso antes de su significado revolucionario, fue asumido como epicentro de los escena- rios festivos, pues estaba "rodeado del afecto y del undnime consenso que, de siempre, le habia atribuido la tradition popular como simbolo propio, alegrey tranquilizador".45 Co- munidad y nation, en fin, representaban los dos polos dialecticos necesarios de la nueva tension revolucionaria que la Republica alimentaba y difiindia. Su derrota -por las parado- jas de la historia decretada precisa y principalmente por la Repiiblica transalpina- y el retorno -con el poder pontificio- de los aparatos simbolico-rituales de naturaleza tanto dinastica como religiosa impidieron una vez mas la transformation en marcha del imagi- nario politico. 46 La singularidad del evento, sin embargo, fue tal que el nacimiento del mito de la Repiiblica Romana tuvo un preludio antes aiin de que se consumase el evento re- volucionario.

Pocos dias despues de la proclamation de la Repiiblica Romana, el 28 de febrero de 1849, en el curso de una sesion de los trabajos del Parlamento subalpino, Angelo Brofferio delineo, de hecho, algunos motivos fundamentals de la identidad republicana, cuando en la Italia post-unitaria y ya monarquica se ira en busca de una conexion con las tradiciones civicas y politicas de la historia italiana. A quien, como el marques Costa di Beuregard, movido por preponderantes preocupaciones de orden international -la temida interven- tion, como sucederia, de ejercitos extranjeros para reintegrar al Papa Pio IX en la jefatura del Estado Pontificio- queria negar legitimidad y reconocimiento a las instituciones repu- blicanas, Brofferio ofrecio un primer ejemplo de como el evento se prestaba bien para la confection de una narration modulada a traves de las cuerdas del sentimiento, de la retori- ca y de la novela epica. He aqui la insistencia sobre la continuidad con las repiiblicas ita- lianas del pasado y sobre el nuevo "amor a la patria", iluminados por la "sacra memoricT de una "tierra cldsica " como "la Repiiblica de Roma "; un retorno al clasicismo que reen- contraba en la ciudad gloriosa de las siete colinas "la patria, la libertad". 47 La intuition

44 "L'albero della liberta", Bologna 1849, manifiesto reproducido en G. Spadolini, L 'Italia repubblica- na..., pag. 69. Fue entonces cuando, entre los republicanos, se abrio una larga querelle entre los fautores de la bandera roja y los partidarios de la tricolor, elegida como emblema oficial de la Repiiblica Romana.

45 Ibid., pag. 133. En Romagna, el arbol de la libertad fue erigido por ultima vez el 9 de febrero de 1946, con la reanudacion post-belica de la fiesta en recuerdo de la Repiiblica Romana, Cfr. M. Ridolfi, "25 aprile e 2

giugno: tradizioni politiche e feste nazionali in Romagna" en P. P. d'ATTORRE, M. Ridolfi (eds.), Ravenna e la Padania dalla Resistenza alia Repubblica, Ravenna 1996, especialmente pags. 287-293. Para una comparacion, de periodo amplio, sobre las transformaciones de los rituales del arbol de la libertad y la correlation con las tra- diciones comunitarias, cfr. M. Pigenet, "Grand heures et epuisement d'une marque republicaine: les arbres de la liberte. L'exemple du Cher (1831-1945)" en M. Agulhon (ed.), Cultures et folklores republicans, Paris 1995, pags. 111-124.

46 Sobre la reedicion de los simbolos jacobinos en los meses de la Repiiblica Romana, cfr. M. Ridolfi, "Circoli, associazioni e riti nel consenso" en L. Lotti (ed.), Storia di Ravenna, vol. V, L 'eta risorgimentale e

contemporanea, Venezia 1996, pags. 171-175. Mas en general, sobre la presencia de los simbolos revoluciona- rios y sobre la aparicion de las primeras banderas rojas en las revueltas populares del bienio '48-49, ver S. Sol- dani, "Contadini, operai e 'popolo' nella rivoluzione del 1848-49 in Italia" en Studi storici, n° 3, 1973, pags. 557-613.

47 A. Brofferio, "Per la Repubbhca Romana", sesion del 28 de tebrero de 1849, en A. JNota, Sessant'anni di eloquenza parlamentare (1848-1908), vol. I, // Parlamento Subalpino, Genova 1912, pags. 143-148 (144-145 para las citas en el texto). Sobre la "vuelta" a la antiguedad clasica, cfr. siempre P. Treves, L 'idea di Roma e la cultura italiana del secolo xix, Milano-Napoli 1962. I 123

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de Mazzini de la Asamblea Constituyente elegida por sufragio universal resultara decisiva en la construction del imaginario republicano y de una tradition politica finalmente co- nectada con sus propios antecedentes en la historia nacional. 48 Mientras se reunian "los Comicios con sufragio universal" -continuaba Brofferio-, "de las urnas de la Asamblea nacional resucita, gloriosa y triunfante, la republica del Campidoglio "; "es una nacion que se regenera ". 49

Con la caida de las instituciones republicanas, al menos durante un ventenio, la ima- gerie y la simbologia democraticas se eclipsaron, con esporadicas y furtivas reapariciones. Entonces, si entre los fautores de la republica faltaba un proyecto completo de reforma constitutional, 50 la enfatizacion del valor de ejemplo y de simbolo de la Republica Roma- na se dio precisamente por razon de la legitimidad conquistada gracias al sufragio univer- sal y a la Asamblea Constituyente. En nombre de ese evento foe como -tambien como efecto de la fiierte desconfianza que Mazzini tenia hacia la revolution de 1789 en su ver- sion jacobina-51 la "Italia republicana" fue refractaria respecto a la reception de los mode- los de las repiiblicas transalpinas. 52 En su "hacerse" y corresponder al "alma" popular del Risorgimento, la tradition republicana de ascendencia mazziniana ponia de manifiesto, en definitiva, el fuerte nexo entre la idea de un pueblo que aspiraba a actuar por si mismo y un insistente enraizamiento en la historia nacional.

Con la conquista de Roma por parte del ejercito saboyano fue como se reabrio el pro- blema de la legitimidad politica, tanto de las instituciones monarquicas como de la oposi- cion democratico-republicana. El evento tendra tambien un ilustrativo apendice ritual algu- nos meses despues. Al cabo de dos semanas Roma file teatro, primero, de melancolicas celebraciones jubilares por el vigesimoquinto aniversario del acceso de Pio IX a la sede pontificia (16 de junio de 1871) y, luego, de la gran fiesta popular promovida por la admi- nistration capitolina para la entrada en Roma de Vittorio Emmanuele II (2 de julio de

48 Ver ahora la reedicion de un texto importante (de principios del siglo xix) sobre la tradition de autogo- biemo municipal: J. C. L. Simonde de Sismondi, Storia delle repubbliche italiane nel Medioevo, Torino 1996. Sobre el combatido intento de recuperar la tradition del municipalismo republicano, en el contexto de un resur- gente mito del Medioevo, cfr. R. Balzani, Aurelio Saffi e la crisi della sinistra romantica (1882-1887), Roma 1988, pags. 73-82.

49 A. Brofferio, "Per la Repubblica Romana", pag. 146. 50 Cfr. P. Pombeni, La Costituente. Unproblema storico-politico, Bologna 1995, pags. 19-22. 51 Para algunas referencias esenciales, cfr. L. Girard, "Mazzini et la France" en Mazzini e il mazzinianesi-

mo, Roma 1974, pags. 131-145. En realidad, subsiste cierto hilo de continuidad entre Mazzini y la revolution francesa de finales del siglo xvm; siguiendo una linea de interpretation avanzada por Alessandro Galante Gar- rone, ver G. Spadolini, L 'Italia repubblicana..., pags. 10-11 y las notas de las pags. 44-46. Para un examen de como, al dia siguiente de la muerte de Mazzini, sus seguidores, observando la derivation "moderada" de la III Republica, consideraron cada vez menos a Francia como "modelo", cfr. M. Ridolfi, II partito della Repubbli- ca..., pags. 278-286. Para ulteriores cotejos, cfr. O. Rudelle, "De Jules Ferry a Raymond Poincare: ou l'echec du constitutionalisme republicain" en S. Berstein, O. Rudelle (eds.), Le modele republicain, Paris 1992, pags. 91-116.

52 En el mundo democratico, uno de los mas atentos observadores de los sistemas politicos y constitucio- nales fue Aurelio Saffi (1819-1890), el guardian mas agudo e ilustrado de la tradition mazziniana. En el curso de principios de la decada de los 60, en sus "Lezione d'oltre l'Atlantico" en Ricordi e scritti di Aurelio Saffi, vol. V, Firenze 1901, pags. 261-266, se reflexiona sobre las diflcultades de la forma republicana de gobierno "para echar raices en Europa

" (pag. 261), donde no se tiene la preocupacion de educar a los ciudadanos en el

ejercicio de la responsabilidad civica ni de suscitar "la prdctica y la virtud publica" , "desde el municipio a la nacion " (pag. 264). Respecto a la republica federal americana, con la que se habia afirmado un espacio republi-

I cano ya no limitado a la pequefia ciudad y a limitadas configuraciones territoriales, en la Europa de los poderes I centralizados pesaba tambien la herencia del modelos de la republica revolucionaria francesa. fista, proseguia I Saffi, "exagero el sistema, en vez de abatirlo: agito con sus teorias de libertad el mundo de las ideas; pero, no I saliendo en sus actos del terreno de las tradiciones monarquicas en los ordenes administrates del Estado, I preparo la via hacia el Imperio

" (pag. 265). 124

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1871), con la instalacion en la direction de una nation italiana unida a los lugares sagra- dos de sus origenes historico-culturales. Los ritos y las fiestas sancionaban, en el piano simbolico, el final de una epoca y anunciaban los nuevos desafios. En particular, el cum- plimiento de la revolution nacional bajo las insignias saboyanas y todavia sin la legitima- tion de una constituyente popular empujaron a la parte mas radical del mundo democrati- co a reivindicar de manera abierta instituciones republicanas alternativas. Solo entonces se fue perfilando un minoritario, oprimido pero visible, "culto a la repiiblica", con sus corres- pondientes motivos rituales y simbolicos. Mas alia de las divergencias sobre la forma de gobierno -si bien una real alternativa institutional en sentido republicano nunca tendra un relieve concreto-, objeto efectivo de la contienda entre democratas y liberates fueron los simbolos y las formas a traves de las cuales proyectar una deseable idea de ciudadania po- litica y edificar un sentimiento nacional entretejido con valores civiles y laicos.

En la Italia post-unitaria la "invention" de una praxis simbolico-ritual expresamente republicana tuvo lugar incluso antes de la entrada del ejercito regio en Roma. En febrero de 1870, con ocasion del vigesimoprimer aniversario de la Repiiblica Romana, Aurelio Saffi preanuncio un primer significado de la emergente "fiesta civil": "el culto a los no- bles hechos ", "los ejemplos del 49 " como "espolon para la virtud y reproche contra los vicios actuates ", individuados en la "incompatibilidad de las tradiciones teocrdticas res- pecto a las tendencias nacionales ". 53 Las aspiraciones civiles y politicas se transformaron en la organization de ocasiones de reencuentro dentro de los circulos, alii donde empezo la longeva tradition -conjugando arraigadas costumbres comunitarias y practicas de socia- bilidad democratica- de las luminarias vespertinas y de los banquetes republicanos. 54 La habil direction saboyana en la compra de Roma para el Reino de Italia y la impugnada formula del plebiscito, 55 con el sello de una operation mas diplomatica que militar, cava- ron una fosa aiin mas profunda entre instituciones regias y expectativas del mundo demo- cratico-republicano. La memoria de la Repiiblica Romana fue asumiendo, entonces, un valor politico "de oposicion", cada vez mas marcado. Una vez mas fue Saffi quien formu- 16 el significado de las fiestas del 9 de febrero para los aiios siguientes: "Estos solemnes recuerdos de virtudes patrias ya vistas realizadas, y la comunion de dnimos en el culto a los principios que las generaron, nos dan seguridad ante el desconsuelo de las cosas pre- sentes, y animan la expectativa delfuturo con buena esperanza y generosos propositos "; 56 en fin, como se anadiria en otra ocasion, la fiesta republicana se convertia en la expresion, al mismo tiempo, de la memoria "de parte" y del culto politico de "un simbolo de libres instituciones y de avances civiles " que se suponia podia tener algiin dia "to da Italia como campo ". 57 En la solemnidad de la Repiiblica Romana resultaba vivo, por tanto, el caracter

53 Ricordi e scritti di Aurelio Saffi, vol. IX, Firenze 1902, pag. 168. 54 Sobre los inicios del culto a la Repiiblica Romana, para dos posibles ejemplos, cfr. "Cronaca romagno-

la. La festa della Repubblica" y "Cronaca romagnola. Castel Bolognese", ambos, en // Romagnolo (Ravenna), 19 de febrero de 1870. Sobre el origen en Italia de la tradition de los banquetes republicanos -cuyos mas direc- tos antecedentes se remontaban a las comLdas igualitarias en los meses de la Repiiblica Romana y que en Ro- magna perduraron hasta la segunda postguerra-, las analogias resultan diferentes a partir de lo que ha puesto de manifiesto O. Ihl, "Convivialite et citoyennete. Les banquets commemoratifs dans les campagnes republicaines a la fin du xix siecle" en A. Corbin, Gerome - D. Tartakowsky (eds.), Les usages politiques des fetes awe xix- xxsiecles, Paris 1994, pags. 137-141.

55 "Un plebiscito en Roma -reivindicaria el periodismo democratico, no reconociendo su legitimidad poli- tica- significaria una Constituyente libre, significaria la expresion de la voluntad del pueblo para constituirse como mejor le gustara, segun aquellos principios de gobierno que reconoce a los mejores. En cambio, ique se pide al pueblo soberano? O beber o ahogarse: iquereis al Papa o al honrado rey? Y si el pueblo romano no quisiera ni a uno ni a otro, icon que derecho quereis imponerle a uno de los dos?": "Roma della Monarchia" en // Romaznolo* 1 de octubre de 1 870.

56 Carta de Aurelio Saffi a la "Democrazia ravegnana" en // Romagnolo, 18 de febrero de 1871. 57 Ricordi e scritti di Aurelio Safl, vol. X, Firenze 1 902, pag. 118. 125

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tanto de fiesta educativa como de rito de regeneration moral para los militantes y para la evocada nation democratica; un explicito "acto de fe" en instituciones "diferentes" de las monarquicas y a la espera de mejores tiempos. La memoria de la Repiiblica Romana sera persistente fuente de la identidad mazziniana y de la tradicion democratica, por mas que la vigilancia de las autoridades monarquicas no permitia a la imagerie y a los ritualismos ex- presamente republicanos "materializarse" y convertirse en objeto de representaciones libres. Conmemoraciones y conferencias piiblicas no seran posibles mas que en clave cul- tural e historica, 58 los simbolos mas transgresores seran mimetizados en los distintivos (tarjetas, emblemas, escarapelas) y en las astas de las banderas, mientras los ritos mas abier- tamente politizados se veran recluidos en el interior de los circulos. Sin embargo, no por eso la "Italia republicana" se privara de la referencia a las propias memorias y de la recupe- ration de los simbolos de la tradicion revolucionaria.

"Aim sin la esperanza de una victoria material" -como habia advertido realistamente Saffi-, al combatir la preponderante imagen de una Italia completamente monarquica deli- neada por la historiografia saboyana, 59 la revindication de una identidad republicana ponia su confianza en los ritos y simbolos de una cultura politica ciertamente minoritaria y derrotada, pero tendente a conjugar las virtudes civicas de las tradiciones municipales, el renovado "amor a la patria" y la perspectiva de una nation democratica. De ahi el recuerdo continuo de la Repiiblica Romana y su election como fecha central del "calendario repu- blicano". "Hace ya treinta anos que nuestra patria -proclamaba en 1878 un manifiesto piiblico de la Asociacion Republicana de la Romagna- por impulso del pueblo, se levanto contra sus tiranos y los opresores extranjeros y los derroto. Pero de aquel primer intento de nuestra regeneracion se adueno la diplomacia que, por servir a intereses mondrquicos, falsed el concepto de la revolucion italiana [...]. Que cortesanos abyectos sigan falseando la historia: nosotros, conmemorando hoy el XXIX aniversario de la proclamacion de la Repiiblica Romana, afirmamos en voz alta que todas nuestras glorias van unidas unica- mente a la tradicion republicana ". 60

La cortejada perspectiva de una "Repiiblica de los italianos", dada la falta de una es- peranza concreta en plazo breve de tal posibilidad, era tan indefinida como fuertemente re- pleta de referencias morales y educativas, expresadas mediante un amplio recurso a gene- ros literarios y formulas neoclasicas. 61 En las referencias periodisticas, el recuerdo del 9 de febrero se disimulo, ademas, con una retorica tan recargada que simplificaba las relec- turas historicas sobre la naturaleza republicana de la tradicion historica y civil de los italia- nos. En el verano de 1888, cuando el ex mazziniano Francesco Crispi -convertido en Pre- sidente del Consejo de un gobierno investido con la autoridad regia-, haciendo propio el lema "La Monarquia nos une, la Repiiblica nos divide ", organizo la primera visita oficial

58 Tras los textos aparecidos inmediatamente al amparo de 1849, solo a mediados de los anos setenta habra intervenciones editoriales significativas: G. Beghelli, La Repubblica Romana del 1849, Lodi 1874 y C. Rusconi, La Repubblica Romana del 1849, Roma 1877. Mientras tanto, una comision especial para la publica- tion de las obras de Mazzini (presidida por Saffi) contribuye a la elaboration del mito politico: La Repubblica Romana del 1849. Memorie di Mazzini, Roma 1876 (aunque, unos anos antes, ya se habia publicado una prime- ra edition).

59 Sobre la construction de un mito homologador y monarquico del Risorgimento, ademas de los textos ci- tados, U. Levra, Fare gli Italiani. Memoria e celebrazione del Risorgimento, Torino 1992.

60 Consociazione repubblicana delle societa popolari delle romagne, CittadinU, 9 de febrero de 1878, ma- nifiesto en Archivio di Stato di Forli, Gabinetto Riservato di Prefettura, b. 77, fasc. 353. Sobre la "extraneza"

I de la Casa de Saboya respecto a la historia de Italia o sobre la larga secuela de "traiciones" perpetradas contra la I patria, insistia habitualmente la publicidad mazziniana. Resulta ejemplar F. Campanella, Monarchia e Repub- I blica, Firenze 1 882, pags. 16-18 particularmente. I 61 Sobre el "republicanismo literario" en la segunda mitad del siglo xix, influenciado por la production I poetica de Giosue Carducci, cfr. G. Spadolini, L 'Italia repubblicana..., pags. 13 ss. 126 I

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de los Saboya a la "subversiva Romagna", los seguidores de Mazzini repitieron con pasion polemica y exuberancia retorica las virtudes de las tradiciones republicanas: "Tal senti- miento es innato en los italianos. La bravura republicana presidio nuestra cuna y el drbol de la libertad sobresalio en Roma [...]. Somos republicanos porque toda gloria, toda tumba, todo mdrtir, todo intelecto de Italia lleva grabado ese ideal. [...] todo es unpoema que habla maniflestamente de la idea republicana ". 62

Urgidos, por una parte, por las reivindicaciones economicas del movimiento socialis- ta, atenuadas las filas por el ralliement a la monarquia de los republicanos desligados de prejuicios institucionales, entre los dos siglos las diversas y conjuntas almas del republica- nismo trataron de llevar a un piano politico-organizativo y tendencialmente nacional las posibilidades de una presencia autonoma. 63 Si la vivificacion continua de las "tradiciones republicanas "64 fue intrinseca a la preservation de una visible identidad cultural, la ruptu- ra de la originaria "familia politica" democratica en componentes diferenciados de signo radical y socialista, haciendo explicita la disolucion del mito unificador del Risorgimento en nombre del "amor a la patria", ponia de manifiesto tambien el disefio de una diversa je- rarquia de valores. Influencia de las tradiciones historicas e imperativos de las modernas formas politicas de organizacion proyectaron un campo de action complejo, en cuanto irrenunciable. Sin desgarrar demasiado el amplio "agnosticismo" institucional tanto del mundo democratico-radical como del socialista, fue cuanto, a principios del nuevo siglo, repitio sobre todo Giovanni Mirabelli -el mas atento de la leadership republicana respecto a los problemas constitucionales- al motivar la exigencia de una reforma del sistema elec- toral y representative en sentido democratico y proporcional; por falta de esta, con mayor razon, los republicanos intransigentes se sintieron motivados para renovar su prevention institucional respecto a una constitution octroye como el Estatuto Albertino. "Esto no se rejiere -repitio Mirabelli- a aquella parte de la democracia que se proclama radical -a la que se le escapa el concepto cientifico e historico de la soberania popular- y a la otra parte del socialismo italiano que, contraponiendose a las corrientes mas ilustradas del so- cialismo internacional moderno, desconoce las razones politicas de la vida propia y uno de los postulados mas importantes de su mismo programa minimo ". 65

Con la vuelta a la intransigencia de los principios institucionales que distinguio a la organizacion partidista de los republicanos italianos en los anos prebelicos y de la post- guerra, la "politica de la memoria" relanzo con nuevo fervor el mito de la Repiiblica Ro- mana. Mientras la posibilidad de seguir la contrasena de la Asamblea Constituyente -que retumbaba al final de la guerra entre los partidos de la izquierda- se habia desvanecido pronto, en el aniversario de 1921, fiindiendo en el ritual piiblico las razones de la protesta de los veteranos de la "cuarta" guerra del Risorgimento, los republicanos promovieron una

62 Risposta delle associazioni repubblicane faentine alia commissione per il ricevimento dei reali, Faenza, 30 de agosto de 1888, en el Archivo Central del Estado, Ministerio de Gracia y Justicia, b. 80, fasc. 182; se trata de un texto tornado casi literalmente de C. Renzetti, 9febbraio 1886. La Repubblica, Rimini, s/d. [1886], pags. 9-10 (de donde se cita).

63 Cfr. M. Tesoro, "II partito repubblicano da galassia regionale a partito nazionale" en G. Quagliariello (ed.), // partito politico nella Belle Epoque. II dibattito sulla forma-partito in Italia tra '800 e '900, Milano 1990, pags. 469-514.

64 Fue un piano de reflexion y de actividad editorial que, quizas mejor que otros, implico a Gabriele Rosa, figura en cierto modo ejemplar de "sincretismo" entre herencia cientifico-empirica que procedia de Carlo Catta- neo e intransigencia moral de derivacion mazziniana. Era un rasgo subrayado tambien en Un italiano vivente [Arcangelo Ghisleri], // libro deiprofeti dell'idea repubblicana in Italia, Milano 1898, pags. 146-147. Ademas de Rosa, los otros "profetas" evocados eran Mazzini, Garibaldi, Cattaneo, Giuseppe Ferrari y Alberto Mario.

65 Partito Repubblicano Italiano, Resoconto sommario del 5° congreso nazionale repubblicano. Anco- na 1-3 novembre 1901, Milano 1902, pag. 33. I 127

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gran manifestation popular en Roma. 66 Asociaciones y representaciones municipales de las "ciudadelas" republicanas dispersas a lo largo de la peninsula desfilaron en un impo- nente cortejo por las calles de la capital. La proclamada "apoteosis de la Republica Roma- nc?\ al reavivar memorias ya lejanas, parecia disimular, si no exorcizar, la derivation de la crisis institutional hacia formas iliberales y antidemocraticas.

Traduccion de Josep Monter

128 | I « "La celebrazione della Repubblica del '49 a Roma" en Almanacco repubblicano 1922, Roma 1922, pag. I 96.

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