Harry Potter y la piedra filosofal
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HarryPotter se haquedadohuérfanoyvive en casade sus abominables tíos ydelinsoportableprimoDudley.Harrysesientemuytristeysolo,hastaqueunbuendíarecibeunacartaquecambiarásuvidaparasiempre.Enellalecomunicanquehasidoaceptado como alumno en el colegio interno Hogwarts de magia y hechicería. Apartirdeesemomento,lasuertedeHarrydaunvuelcoespectacular.Enesaescuelatanespecialaprenderáencantamientos,trucosfabulososytácticasdedefensacontralasmalasartes.Seconvertiráenelcampeónescolardequidditch,especiedefútbolaéreoquesejuegamontadosobreescobas,yseharáunpuñadodebuenosamigos…aunque tambiénalgunos temiblesenemigos.Pero sobre todo, conocerá los secretosquelepermitiráncumplirconsudestino.Pues,aunquenoloparezcaaprimeravista,Harrynoesunchicocomúnycorriente.¡Esunmago!
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J.K.Rowling
HarryPotterylapiedrafilosofal
HarryPotter1
ePubr1.9Titivillus26.08.2019
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Títulooriginal:HarryPotterandthePhilosopher’sStoneJ.K.Rowling,1997Traducción:AliciaDellepianeRawsonIlustraciones:MaryGrandPréDiseñodeportada:TiagodaSilvaEditordigital:TitivillusePubbaser2.1
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Índicedecontenido
1.Elniñoquesobrevivió2.Elvidrioquesedesvaneció3.Lascartasdenadie4.Elguardiándelasllaves5.ElcallejónDiagon6.Elviajedesdeelandénnueveytrescuartos7.Elsombreroseleccionador8.Elprofesordepociones9.Eldueloamedianoche10.Halloween11.Quidditch12.ElespejodeOesed13.NicolásFlamel14.Norberto,elridgebacknoruego15.Elbosqueprohibido16.Atravésdelatrampilla17.ElhombrecondoscarasSobrelaautora
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ParaJessica,aquienlegustanlashistorias,paraAnne,aquientambiénlegustaban,
yparaDi,queoyóéstaprimero.
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E
CapítuloUno
Elniñoquesobrevivió
LseñorylaseñoraDursley,quevivíanenelnúmero4dePrivetDrive,estabanorgullososdedecirqueeranmuynormales,afortunadamente.Eranlasúltimas
personas que se esperaría encontrar relacionadas con algo extraño o misterioso,porquenoestabanparatalestonterías.
ElseñorDursleyeraeldirectordeunaempresallamadaGrunnings,quefabricabataladros.Eraunhombrecorpulentoy rollizo,casi sincuello,aunqueconunbigoteinmenso.LaseñoraDursleyeradelgada,rubiayteníauncuellocasieldobledelargodelohabitual,loqueleresultabamuyútil,yaquepasabalamayorpartedeltiempoestirándolo por encima de la valla de los jardines para espiar a sus vecinos. LosDursleyteníanunhijopequeñollamadoDudley,yparaellosnohabíaunniñomejorqueél.
Los Dursley tenían todo lo que querían, pero también tenían un secreto, y sumayortemoreraquelodescubriesen:nohabríansoportadoquesesupieralodelosPotter.
LaseñoraPottererahermanadelaseñoraDursley,peronoseveíandesdehacíaaños; tanto era así que la señora Dursley fingía que no tenía hermana, porque suhermanaysumarido,uncompletoinútil,eranlomásopuestoa losDursleyquesepudieraimaginar.LosDursleyseestremecíanalpensarquédiríanlosvecinossilosPotterapareciesenporlaacera.SabíanquelosPottertambiénteníanunhijopequeño,peronuncalohabíanvisto.ElniñoeraotrabuenarazónparamanteneralejadosalosPotter:noqueríanqueDudleysejuntaraconunniñocomoaquél.
NuestrahistoriacomienzacuandoelseñorylaseñoraDursleysedespertaronunmartes,conuncielocubiertodenubesgrisesqueamenazaban tormenta.Peronadahabíaenaquelnubladocieloquesugirieralosacontecimientosextrañosymisteriososque poco después tendrían lugar en toda la región. El señor Dursley canturreabamientras se ponía su corbata más sosa para ir al trabajo, y la señora DursleyparloteabaalegrementemientrasinstalabaalruidosoDudleyenlasillaalta.
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Ningunoviolagranlechuzapardaquepasabavolandoporlaventana.Alasochoymedia,elseñorDursleycogiósumaletín,besóalaseñoraDursley
enlamejillaytratódedespedirsedeDudleyconunbeso,aunquenopudo,yaqueelniñoteníaunberrincheyestabaarrojandoloscerealescontralasparedes.«Tunante»,dijoentredienteselseñorDursleymientrassalíadelacasa.Semetióensucocheysealejódelnúmero4.
Alllegaralaesquinapercibióelprimerindiciodequesucedíaalgoraro:ungatoestabamirandounplanodelaciudad.Duranteunsegundo,elseñorDursleynosediocuentadeloquehabíavisto,peroluegovolviólacabezaparamirarotravez.Síhabíaungatoatigradoen la esquinadePrivetDrive,peronovioningúnplano. ¿Enquéhabía estado pensando? Debía de haber sido una ilusión óptica. El señor Dursleyparpadeóycontemplóalgato.Ésteledevolviólamirada.MientraselseñorDursleydaba la vuelta a la esquina y subía por la calle, observó al gato por el espejoretrovisor: en aquel momento el felino estaba leyendo el rótulo que decía «PrivetDrive» (no podía ser, los gatos no saben leer los rótulos ni los planos). El señorDursley meneó la cabeza y alejó al gato de sus pensamientos. Mientras iba a laciudadencochenopensómásqueenlospedidosdetaladrosqueesperabaconseguiraqueldía.
Pero en las afueras ocurrió algo que apartó los taladros de sumente.Mientrasesperabaenelhabitualembotellamientomatutino,nopudodejardeadvertirunagrancantidaddegentevestidadeformaextraña.Individuosconcapa.ElseñorDursleynosoportaba a la gente que llevaba ropa ridícula. ¡Ah, los conjuntos que llevaban losjóvenes!Supusoquedebíadeserunamodanueva.Tamborileóconlosdedossobreelvolanteysumiradaseposóenunosextrañosqueestabancercadeél.Cuchicheabanentresí,muyexcitados.ElseñorDursleyseenfurecióaldarsecuentadequedosdelosdesconocidosnoeranjóvenes.Vamos,unoerainclusomayorqueél,¡yvestíaunacapa verde esmeralda! ¡Qué valor! Pero entonces se le ocurrió que debía de seralguna tontería publicitaria; era evidente que aquella gente hacía una colecta paraalgo. Sí, tenía que ser eso. El tráfico avanzó y, unos minutos más tarde, el señorDursleyllegóalaparcamientodeGrunnings,pensandonuevamenteenlostaladros.
El señorDursleysiempresesentabadeespaldasa laventana,ensuoficinadelnoveno piso. Si no lo hubiera hecho así, aquella mañana le habría costadoconcentrarseenlostaladros.Noviolaslechuzasquevolabanenplenodía,aunqueenla calle sí que las veían y las señalaban con la boca abierta, mientras las avesdesfilabanunatrasotra.Lamayoríadeaquellaspersonasnohabíavistounalechuzanisiquieradenoche.Sinembargo,elseñorDursleytuvounamañanaperfectamentenormal,sinlechuzas.Gritóacincopersonas.Hizollamadastelefónicasimportantesyvolvióagritar.Estuvodemuybuenhumorhastalahoradelacomida,cuandodecidióestirarlaspiernasydirigirsealapanaderíaqueestabaenlaaceradeenfrente.
Habíaolvidadoalagenteconcapahastaquepasócercadeungrupoqueestabaalladode lapanadería.Alpasar losmiróenfadado.Nosabíaporqué,pero leponían
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nervioso.Aquel grupo también susurraba con agitaciónyno llevabani unahucha.Cuando regresaba con un dónut gigante en una bolsa de papel, alcanzó a oír unaspocaspalabrasdesuconversación.
—LosPotter,esoes,esoesloqueheoído…—Sí,suhijo,Harry…El señorDursley sequedópetrificado.El temor lo invadió.Sevolvióhacia los
quemurmuraban,comosiquisieradecirlesalgo,perosecontuvo.Seapresuróacruzar lacalleyechóacorrerhastasuoficina.Dijoagritosasu
secretaria que no quería que lemolestaran, cogió el teléfono y, cuando casi habíaterminadodemarcar losnúmerosde sucasa, cambióde idea.Dejóel aparatoy seatusólosbigotesmientraspensaba…No,seestabacomportandocomounestúpido.Potter no era un apellido tan especial. Estaba seguro de que había muchísimaspersonasquese llamabanPotteryque teníanunhijo llamadoHarry.Ypensándolomejor, ni siquiera estaba seguro de que su sobrino se llamara Harry. Nunca habíavisto al niño. Podría llamarse Harvey. O Harold. No tenía sentido preocupar a laseñoraDursley,siempresetrastornabamuchoantecualquiermencióndesuhermana.Y no podía reprochárselo. ¡Si él hubiera tenido una hermana así…! Pero de todosmodos,aquellagentedelacapa…
Aquellatardelecostóconcentrarseenlostaladros,ycuandodejóeledificio,alascincoenpunto, estaba todavía tanpreocupadoque, sindarsecuenta, chocóconunhombrequeestabaenlapuerta.
—Perdón—gruñó,mientraseldiminutoviejosetambaleabaycasicaíaalsuelo.Segundosdespués,elseñorDursleysediocuentadequeelhombrellevabaunacapavioleta.Noparecíadisgustadoporelempujón.Alcontrario,surostroseiluminóconunaampliasonrisa,mientrasdecíaconunavoztanchillonaquellamabalaatencióndelosquepasaban:
—¡Nosedisculpe,miqueridoseñor,porquehoynadapuedemolestarme! ¡Hayque alegrarse, porque Quien-usted-sabe finalmente se ha ido! ¡Hasta losmugglescomousteddeberíancelebrarestefelizdía!
YelancianoabrazóalseñorDursleyysealejó.El señor Dursley se quedó completamente helado. Lo había abrazado un
desconocido.Yporsifuerapocolehabíallamadomuggle,noimportabaloqueesofuera. Estaba desconcertado. Se apresuró a subir a su coche y a dirigirse hacia sucasa,deseandoquetodofueranimaginacionessuyas(algoquenuncahabíadeseadoantes,porquenoaprobabalaimaginación).
Cuandoentróenelcaminodelnúmero4,loprimeroquevio(yesonomejorósuhumor) fue el gato atigrado que se había encontrado por la mañana. En aquelmomentoestabasentadoenlapareddesujardín.Estabasegurodequeeraelmismo,puesteníaunaslíneasidénticasalrededordelosojos.
—¡Fuera!—dijoelseñorDursleyenvozalta.
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El gato no se movió. Sólo le dirigió una mirada severa. El señor Dursley sepreguntósiaquéllaeraunaconductanormalenungato.Tratódecalmarseyentróenlacasa.Todavíaseguíadecididoanodecirlenadaasuesposa.
La señora Dursley había tenido un día bueno y normal. Mientras comían, leinformóde losproblemasde la señoraPuertaContiguaconsuhija,y lecontóqueDudleyhabíaaprendidounanuevafrase(«¡noloharé!»).ElseñorDursleytratódecomportarseconnormalidad.UnavezqueacostaronaDudley,fuealsalónatiempoparaverelinformativodelanoche.
—Y,porúltimo,observadoresdepájarosde todasparteshan informadodequehoylaslechuzasdelanaciónhantenidounaconductapocohabitual.Peseaquelaslechuzashabitualmentecazandurantelanocheyesmuydifícilverlasalaluzdeldía,sehanproducidocientosdeavisossobreelvuelodeestasavesentodasdirecciones,desdelasalidadelsol.Losexpertossonincapacesdeexplicarlacausaporlaquelaslechuzas han cambiado sus horarios de sueño.—El locutor se permitió unamuecairónica—.Muymisterioso.Yahora,denuevoconJimMcGuffinyelpronósticodeltiempo.¿Habrámáslluviasdelechuzasestanoche,Jim?
—Bueno,Ted—dijoelmeteorólogo—,esono lo sé,perono sólo las lechuzashan tenidohoyuna actitud extraña.Telespectadoresde lugares tan apartados comoKent,YorkshireyDundeehantelefoneadoparadecirmequeenlugardelalluviaqueprometí ayer ¡tuvieron un chaparrón de estrellas fugaces! Tal vez la gente hacomenzadoacelebrarantesdetiempolaNochedelasHogueras.¡Eslasemanaqueviene,señores!Peropuedoprometerlesunanochelluviosa.
El señor Dursley se quedó congelado en su sillón. ¿Estrellas fugaces por todaGranBretaña?¿Lechuzasvolandoalaluzdeldía?Yaquelrumor,aquelcuchicheosobrelosPotter…
LaseñoraDursleyentróenelcomedorcondostazasdeté.Aquellonoibabien.Teníaquedecirlealgoasuesposa.Seaclarólagargantaconnerviosismo.
—Eh…Petunia,querida,¿hassabidoúltimamentealgosobretuhermana?Comohabíaesperado,laseñoraDursleypareciómolestayenfadada.Despuésde
todo,normalmenteellosfingíanqueellanoteníahermana.—No—respondióentonocortante—.¿Porqué?—Hay cosas muy extrañas en las noticias —masculló el señor Dursley—.
Lechuzas…estrellasfugaces…yhoyhabíaenlaciudadunacantidaddegenteconaspectoraro…
—¿Yqué?—interrumpióbruscamentelaseñoraDursley.—Bueno, pensé…quizá…que podría tener algo que ver con…ya sabes… su
grupo.La señora Dursley bebió su té con los labios fruncidos. El señor Dursley se
preguntó si se atrevería a decirle que había oído el apellido «Potter». No, no seatrevería.Enlugardeeso,dijo,tratandodeparecerdespreocupado:
—Elhijodeellos…debedetenerlaedaddeDudley,¿no?
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—Esocreo—respondiólaseñoraDursleyconrigidez.—¿Ycómosellamaba?Howard,¿no?—Harry.Unnombrevulgaryhorrible,siquieresmiopinión.—Oh,sí—dijoelseñorDursley,conunaespantosasensacióndeabatimiento—.
Sí,estoydeacuerdo.No dijo nada más sobre el tema, y subieron a acostarse. Mientras la señora
Dursleyestabaenelcuartodebaño,elseñorDursleyseacercólentamentehastalaventana del dormitorio y escudriñó el jardín delantero. El gato todavía estaba allí.MirabaconatenciónhaciaPrivetDrive,comosiestuvieraesperandoalgo.
¿Seestabaimaginandocosas?¿OpodríatodoaquelloteneralgoqueverconlosPotter?Sifueraasí…sisedescubríaqueelloseranparientesdeunos…bueno,creíaquenopodríasoportarlo.
Los Dursley se fueron a la cama. La señora Dursley se quedó dormidarápidamente, pero el señor Dursley permaneció despierto, con todo aquello dandovueltasporsumente.Suúltimoyconsoladorpensamientoantesdequedarsedormidofueque,aunquelosPotterestuvieranimplicadosenlossucesos,nohabíarazónparaqueseacercaranaélyalaseñoraDursley.LosPottersabíanmuybienloqueélyPetunia pensaban de ellos y de los de su clase…No veía cómo a él y a Petuniapodríanmezclarlosenalgoquetuvieraquever(bostezóysediolavuelta)…No,nopodríaafectarlosaellos…
¡Quéequivocadoestaba!ElseñorDursleycayóenunsueñointranquilo,peroelgatoqueestabasentadoen
lapareddeljardínnomostrabaseñalesdeadormecerse.Estabataninmóvilcomounaestatua,conlosojosfijos,sinpestañear,enlaesquinadePrivetDrive.Apenastemblócuandosecerrólapuertadeuncocheenlacalledeallado,nicuandodoslechuzasvolaronsobresucabeza.Laverdadesqueelgatonosemovióhastalamedianoche.
Unhombreaparecióenlaesquinaqueelgatohabíaestadoobservando,ylohizotansúbitaysilenciosamentequesepodríapensarquehabíasurgidodela tierra.Lacoladelgatoseagitóysusojosseentornaron.
En Privet Drive nunca se había visto un hombre así. Era alto, delgado ymuyanciano,ajuzgarporsupeloybarbaplateados,tanlargosquepodríasujetarlosconelcinturón.Llevabaunatúnicalarga,unacapacolorpúrpuraquebarríaelsueloybotascontacónaltoyhebillas.Susojosazuleseranclaros,brillantesycentelleabandetrásdeunasgafasdecristalesdemedialuna.Teníaunanarizmuylargaytorcida,comosise la hubiera fracturado alguna vez. El nombre de aquel hombre era AlbusDumbledore.
AlbusDumbledorenoparecíadarsecuentadequehabía llegadoaunacalleendondetodolosuyo,desdesunombrehastasusbotas,eramalrecibido.Estabamuyocupadorevolviendoensucapa,buscandoalgo,peropareciódarsecuentadequeloobservabanporque, depronto,miró al gato, que todavía lo contemplaba con fijeza
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desde laotrapuntade lacalle.Poralgunarazón,veralgatopareciódivertirlo.Rióentredientesymurmuró:
—Deberíahaberlosabido.Encontróensubolsillointeriorloqueestababuscando.Parecíaunencendedorde
plata.Loabrió,losostuvoaltoenelaireyloencendió.Laluzmáscercanadelacalleseapagóconunleveestallido.Loencendióotravezylasiguientelámparaquedóaoscuras. Doce veces hizo funcionar el Apagador, hasta que las únicas luces quequedaron en toda la calle fueron dos alfileres lejanos: los ojos del gato que loobservaba.Sialguienhubieramiradoporlaventanaenaquelmomento,aunquefueralaseñoraDursleyconsusojoscomocuentas,pequeñosybrillantes,nohabríapodidoverloquesucedíaenlacalle.DumbledorevolvióaguardarelApagadordentrodesucapayfuehaciaelnúmero4delacalle,dondesesentóenlapared,cercadelgato.Nolomiró,perodespuésdeunmomentoledirigiólapalabra.
—Mealegrodeverlaaquí,profesoraMcGonagall.Sevolviópara sonreír algato,peroésteyanoestaba.Ensu lugar, ledirigía la
sonrisaaunamujerdeaspecto severoque llevabagafasdemonturacuadrada,querecordaban las líneas que había alrededor de los ojos del gato. La mujer tambiénllevabaunacapa,decoloresmeralda.Sucabellonegroestabarecogidoenunmoño.Parecíaclaramentedisgustada.
—¿Cómohasabidoqueerayo?—preguntó.—Miqueridaprofesora,nuncahevistoaungatotantieso.—Usted también estaría tieso si llevara todo el día sentado sobre unaparedde
ladrillo—respondiólaprofesoraMcGonagall.—¿Todoel día? ¿Cuandopodríahaber estadode fiesta?Debodehaberpasado
porunadocenadecelebracionesyfiestasenmicaminohastaaquí.LaprofesoraMcGonagallresoplóenfadada.—Oh,sí,todosestabandefiesta,deacuerdo—dijoconimpaciencia—.Yocreía
que serían un poquito más prudentes, pero no… ¡Hasta los muggles se han dadocuentadequealgosucede!Salióenlasnoticias.—Torciólacabezaendirecciónalaventana del oscuro salón de los Dursley—. Lo he oído. Bandadas de lechuzas,estrellasfugaces…Bueno,nosontotalmenteestúpidos.Teníanquedarsecuentadealgo. Estrellas fugaces cayendo enKent…Seguro que fueDedalusDiggle.Nuncatuvomuchosentidocomún.
—Nopuedereprochárselo—dijoDumbledorecontonoafable—.Hemostenidotanpocoquecelebrarduranteonceaños…
—Yalosé—respondió irritada laprofesoraMcGonagall—.Peroésanoesunarazónparaperderlacabeza.Lagentesehavueltocompletamentedescuidada,salealascallesaplenaluzdeldía,nisiquieraseponelaropadelosmuggles,intercambiarumores…
LanzóunamiradacortanteydesoslayohaciaDumbledore,comosiesperaraqueéstelecontestaraalgo.Perocomonolohizo,continuóhablando.
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—Sería extraordinario que elmismo día en queQuien-usted-sabe parece haberdesaparecidoalfin,losmuggleslodescubrantodosobrenosotros.Porquerealmentesehaido,¿no,Dumbledore?
—Es lo que parece—dijoDumbledore—.Tenemosmucho que agradecer. ¿Legustaríatomaruncaramelodelimón?
—¿Unqué?—Uncaramelode limón.Esuna clasededulces de losmuggles quemegusta
mucho.—No,muchasgracias—respondióconfrialdadlaprofesoraMcGonagall,como
siconsideraraqueaquélnoeraunmomentoapropiadoparacaramelos—.Como ledecía,aunqueQuien-usted-sabesehayaido…
—Mi querida profesora, estoy seguro de que una persona sensata como ustedpuede llamarlo por su nombre, ¿verdad? Toda esa tontería de Quien-usted-sabe…Duranteonceañosintentépersuadiralagenteparaquelollamaraporsuverdaderonombre,Voldemort.—LaprofesoraMcGonagallseechóhaciaatráscontemor,peroDumbledore, ocupado en desenvolver dos caramelos de limón, pareció no darsecuenta—.Todo se volverámuy confuso si seguimos diciendo «Quien-usted-sabe».NuncaheencontradoningúnmotivoparatemerpronunciarelnombredeVoldemort.
—Séqueustednotieneeseproblema—observólaprofesoraMcGonagall,entrelaexasperaciónylaadmiración—.Peroustedesdiferente.TodossabenqueustedeselúnicoalqueQuien-usted…Oh,bueno,Voldemort,teníamiedo.
—Meestáhalagando—dijoconcalmaDumbledore—.Voldemortteníapoderesqueyonuncatuve.
—Sóloporqueustedesdemasiado…bueno…noble…parautilizarlos.—Menosmal que está oscuro.Nome he ruborizado tanto desde que la señora
Pomfreymedijoquelegustabanmisnuevasorejeras.LaprofesoraMcGonagalllelanzóunamiradadura,antesdehablar.—Las lechuzas no son nada comparadas con los rumores que corren por ahí.
¿Sabe lo que todos dicen sobre la forma en que desapareció? ¿Sobre lo quefinalmentelodetuvo?
Parecía que la profesoraMcGonagall había llegado al punto que más deseosaestabapordiscutir, laverdaderarazónpor laquehabíaesperadotodoeldíaenunafríaparedpues,nicomogatonicomomujer,habíamiradonuncaaDumbledorecontalintensidadcomolohacíaenaquelmomento.Eraevidenteque,fueraloquefuera«aquelloquetodosdecían»,noloibaacreerhastaqueDumbledoreledijeraqueeraverdad.Dumbledore,sinembargo,estabaeligiendootrocarameloynolerespondió.
—Loqueestándiciendo—insistió—esquelapasadanocheVoldemortaparecióenelvalledeGodric.IbaabuscaralosPotter.ElrumoresqueLilyyJamesPotterestán…están…bueno,queestánmuertos.
Dumbledoreinclinólacabeza.LaprofesoraMcGonagallsequedóboquiabierta.—LilyyJames…nopuedocreerlo…Noquierocreerlo…Oh,Albus…
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Dumbledoreseacercóylediounapalmadaenlaespalda.—Losé…losé…—dijocontristeza.LavozdelaprofesoraMcGonagalltemblabacuandocontinuó.—Esonoes todo.DicenquequisomataralhijodelosPotter,aHarry.Perono
pudo.Nopudomataraeseniño.Nadiesabeporqué,nicómo,perodicenquecomonopudomatarlo,elpoderdeVoldemortserompió…yqueésaeslarazónporlaquesehaido.
Dumbledoreasintióconlacabeza,apesadumbrado.—¿Es…esverdad?—tartamudeólaprofesoraMcGonagall—.Despuésde todo
lo que hizo… de toda la gente que mató… ¿no pudo matar a un niño? Esasombroso…entre todas las cosas quepodríandetenerlo…Pero ¿cómo sobrevivióHarry,ennombredelcielo?
—Sólo podemos hacer conjeturas —dijo Dumbledore—. Tal vez nunca losepamos.
LaprofesoraMcGonagallsacóunpañueloconpuntillayselopasóporlosojos,por detrás de las gafas. Dumbledore resopló mientras sacaba un reloj de oro delbolsillo y lo examinaba. Era un reloj muy raro. Tenía doce manecillas y ningúnnúmero; pequeños planetas se movían por el perímetro del círculo. Pero paraDumbledoredebíadetenersentido,porqueloguardóydijo:
—Hagridseretrasa.Imaginoquefueélquienledijoqueyoestaríaaquí,¿no?—Sí—dijolaprofesoraMcGonagall—.Yyomeimaginoqueustednomevaa
decirporqué,entretantoslugares,teníaquevenirprecisamenteaquí.—HevenidoaentregaraHarryasutíaysutío.Sonlaúnicafamiliaquelequeda
ahora.—¿Quiere decir…? ¡No puede referirse a la gente que vive aquí! —gritó la
profesora,poniéndosedepiedeunsaltoyseñalandoalnúmero4—.Dumbledore…nopuede.Los he estado observando todo el día.No podría encontrar a gentemásdistintadenosotros.Yesehijoquetienen…Lovidandopatadasasumadremientrassubíanporlaescalera,pidiendocaramelosagritos.¡HarryPotternopuedevivirahí!
—Eselmejor lugarparaél—dijoDumbledorecon firmeza—.Sus tíospodránexplicárselotodocuandoseamayor.Lesescribíunacarta.
—¿Una carta? —repitió la profesora McGonagall, volviendo a sentarse—.Dumbledore, ¿de verdad cree que puede explicarlo todo en una carta? ¡Esa gentejamáscomprenderáaHarry!¡Seráfamoso…unaleyenda…nomesorprenderíaqueel día de hoy fuera conocido en el futuro como el día deHarry Potter! EscribiránlibrossobreHarry…Todoslosniñosdelmundoconoceránsunombre.
—Exactamente —dijo Dumbledore, con mirada muy seria por encima de susgafas—.Seríasuficienteparamarearacualquierniño.¡Famosoantesdesaberhablary andar! ¡Famosopor algoqueni siquiera recuerda! ¿No seda cuentadeque serámuchomejorquecrezcalejosdetodo,hastaqueestépreparadoparaasimilarlo?
LaprofesoraMcGonagallabriólaboca,cambiódeidea,tragóyluegodijo:
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—Sí…sí, tiene razón,porsupuesto.Pero¿cómovaa llegarelniñohastaaquí,Dumbledore?—Deprontoobservólacapadelprofesor,comosipensaraquepodíatenerescondidoaHarry.
—Hagridlotraerá.—¿Leparece…sensato…confiaraHagridalgotanimportantecomoeso?—AHagrid,leconfiaríamivida—dijoDumbledore.—No estoy diciendo que su corazón no esté donde debe estar —dijo a
regañadientes la profesoraMcGonagall—. Pero nome dirá que no es descuidado.Tienelacostumbrede…¿Quéhasidoeso?
Un ruido sordo rompióel silencioque los rodeaba.Se fuehaciendomás fuertemientras ellos miraban a ambos lados de la calle, buscando alguna luz. Aumentóhasta serun rugidomientras losdosmirabanhaciael cielo,yentoncesunapesadamotocayódelaireyaterrizóenelcamino,frenteaellos.
Lamoto era inmensa, pero si se la comparaba con el hombre que la conducíaparecíaunjuguete.Eradosvecesmásaltoqueunhombrenormalyalmenoscincovecesmásancho.Sepodíadecirqueerademasiadograndeparaqueloaceptarany,además,tandesaliñado…Cabellonegro,largoyrevuelto,yunabarbaquelecubríacasi toda la cara. Susmanos tenían elmismo tamaño que las tapas del cubo de labasura y sus pies, calzados con botas de cuero, parecían crías de delfín. En susenormesbrazosmusculosossosteníaunbultoenvueltoenmantas.
—Hagrid —dijo aliviado Dumbledore—. Por fin. ¿Y dónde conseguiste esamoto?
—Melahanprestado,profesorDumbledore—contestóelgigante,bajandoconcuidado del vehículomientras hablaba—.El jovenSiriusBlackme la dejó.Lo hetraído,señor.
—¿Nohahabidoproblemasporallí?—No,señor.Lacasaestabacasidestruida,perolosaquéantesdequelosmuggles
comenzaranaaparecer.SequedódormidomientrasvolábamossobreBristol.Dumbledore y la profesora McGonagall se inclinaron sobre las mantas. Entre
ellasseveíaunniñopequeño,profundamentedormido.Bajounamatadepelonegroazabache,sobrelafrente,pudieronverunacicatrizconunaformacuriosa,comounrelámpago.
—¿Fueallí…?—susurrólaprofesoraMcGonagall.—Sí—respondióDumbledore—.Tendráesacicatrizparasiempre.—¿Nopuedehacernada,Dumbledore?—Aunquepudiera,noloharía.Lascicatricespuedenserútiles.Yotengounaen
larodillaizquierdaqueesundiagramaperfectodelmetrodeLondres.Bueno,déjaloaquí,Hagrid,esmejorqueterminemosconesto.
DumbledoresevolvióhacialacasadelosDursley.—¿Puedo…puedodespedirmedeél,señor?—preguntóHagrid.
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InclinólagrancabezadesgreñadasobreHarryylediounbeso,raspándoloconlabarba.Entonces,súbitamente,Hagriddejóescaparunaullido,comosifueraunperroherido.
—¡Shhh!—dijolaprofesoraMcGonagall—.¡Vasadespertaralosmuggles!—Lo… siento—lloriqueóHagrid, y se limpió la cara con un gran pañuelo—.
Peronopuedosoportarlo…LilyyJamesmuertos…yelpobrecitoHarrytendráquevivirconmuggles…
—Sí, sí, es todo muy triste, pero domínate, Hagrid, o van a descubrirnos —susurró la profesora McGonagall, dando una palmada en un brazo de Hagrid,mientrasDumbledorepasabasobrelaverjadeljardíneibahastalapuertaquehabíaenfrente.DejósuavementeaHarryenelumbral,sacólacartadesucapa,laescondióentrelasmantasdelniñoyluegovolvióconlosotrosdos.Duranteunlargominutolostrescontemplaronelpequeñobulto.LoshombrosdeHagridseestremecieron.Laprofesora McGonagall parpadeó furiosamente. La luz titilante que los ojos deDumbledoreirradiabanhabitualmenteparecíahaberlosabandonado.
—Bueno—dijofinalmenteDumbledore—,yaestá.Notenemosnadaquehaceraquí.Serámejorquenosvayamosynosunamosalascelebraciones.
—Ajá—respondióHagrid con voz ronca—.Más vale queme deshaga de estamoto.Buenasnoches,profesoraMcGonagall,profesorDumbledore.
Hagridsesecólaslágrimasconlamangadelachaqueta,sesubióalamotoylediounapatadaalapalancaparaponerelmotorenmarcha.Conunestrépitoseelevóenelaireydesaparecióenlanoche.
—Nos veremos pronto, espero, profesora McGonagall —dijo Dumbledore,saludándolaconunainclinacióndecabeza.LaprofesoraMcGonagallsesonólanarizportodarespuesta.
Dumbledoresevolvióysemarchócalleabajo.Sedetuvoenlaesquinaylevantóel Apagador de plata. Lo hizo funcionar una vez y todas las luces de la calle seencendieron,demaneraquePrivetDriveseiluminóconunresplandoranaranjado,ypudoveraungatoatigradoqueseescabullíaporunaesquina,enelotroextremodelacalle.Tambiénpudoverelbultodemantasdelasescalerasdelacasanúmero4.
—Buenasuerte,Harry—murmuró.Diomediavueltay,conunmovimientodesucapa,desapareció.
UnabrisaagitólospulcrossetosdePrivetDrive.Lacallepermanecíasilenciosabajo un cielo de color tinta. Aquél era el último lugar donde uno esperaría queocurrieran cosas asombrosas. Harry Potter se dio la vuelta entre las mantas, sindespertarse.Unamanopequeñasecerrósobrelacartaysiguiódurmiendo,sinsaberqueera famoso, sin saberqueenunaspocashoras leharíadespertar el gritode laseñoraDursley,cuandoabrieralapuertaprincipalparasacarlasbotellasdeleche.NiqueibaapasarlaspróximassemanaspinchadoypellizcadoporsuprimoDudley…Nopodíasabertampocoque,enaquelmismomomento,laspersonasquesereunían
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en secreto por todo el país estaban levantando sus copas y diciendo, con vocesquedas:«¡PorHarryPotter…elniñoquevivió!»
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H
Capítulo2
Elvidrioquesedesvaneció
ABÍANpasadoaproximadamentediezañosdesdeeldíaenquelosDursleysedespertaron y encontraron a su sobrino en la puerta de entrada, pero Privet
Drivenohabía cambiado en absoluto.El sol se elevaba en losmismos jardincitos,iluminabaelnúmero4delatónsobrelapuertadelosDursleyyavanzabaensusalón,queeracasiexactamenteelmismoqueaquéldondeelseñorDursleyhabíaoídolasominosasnoticiassobrelaslechuzas,unanochedehacíadiezaños.Sólolasfotosdela repisa de la chimenea eran testimonio del tiempo que había pasado. Diez añosantes,habíaunagrancantidadde retratosde loqueparecíaunagranpelota rosadacongorrosdediferentescolores,peroDudleyDursleyyanoeraunniñopequeño,yen aquel momento las fotos mostraban a un chico grande y rubio montando suprimera bicicleta, en un tiovivo en la feria, jugando con su padre en el ordenador,besado y abrazado por su madre… La habitación no ofrecía señales de que allívivieraotroniño.
Sin embargo, Harry Potter estaba todavía allí, durmiendo en aquel momento,aunquenopormuchotiempo.SutíaPetuniasehabíadespertadoysuvozchillonaeraelprimerruidodeldía.
—¡Arriba!¡Alevantarse!¡Ahora!Harrysedespertóconunsobresalto.Sutíallamóotravezalapuerta.—¡Arriba!—chilló de nuevo.Harry oyó sus pasos en dirección a la cocina, y
después el roce de la sartén contra el fogón. El niño se dio la vuelta y trató derecordarelsueñoquehabía tenido.Habíasidobonito.Habíaunamotoquevolaba.Teníalacuriosasensacióndequehabíasoñadolomismoanteriormente.
Sutíavolvióalapuerta.—¿Yaestáslevantado?—quisosaber.—Casi—respondióHarry.—Bueno,dateprisa,quieroquevigileselbeicon.Ynoteatrevasadejarquese
queme.QuieroquetodoseaperfectoeldíadelcumpleañosdeDuddy.Harrygimió.
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—¿Quéhasdicho?—gritóconiradesdeelotroladodelapuerta.—Nada,nada…El cumpleaños de Dudley… ¿cómo había podido olvidarlo? Harry se levantó
lentamenteycomenzóabuscarsuscalcetines.Encontróunpardebajodelacamay,después de sacar una araña de uno, se los puso. Harry estaba acostumbrado a lasarañas,porquelaalacenaquehabíadebajodelasescalerasestaballenadeellas,yallíeradondedormía.
Cuandoestuvovestidosalióalrecibidoryentróenlacocina.LamesaestabacasicubiertaporlosregalosdecumpleañosdeDudley.Parecíaqueéstehabíaconseguidoelordenadornuevoquequería,pornomencionarelsegundotelevisorylabicicletade carreras. La razón exacta por la que Dudley podía querer una bicicleta era unmisterio para Harry, ya que Dudley estaba muy gordo y aborrecía el ejercicio,excepto si conllevaba pegar a alguien, por supuesto. El saco de boxeo favorito deDudley era Harry, pero no podía atraparlomuy amenudo. Aunque no lo parecía,Harryeramuyrápido.
Tal vez tenía algo que ver con eso de vivir en una oscura alacena, peroHarryhabíasidosiempreflacoymuybajoparasuedad.Además,parecíamáspequeñoyenjutodeloquerealmenteera,porquetodalaropaquellevabaeranprendasviejasdeDudley,ysuprimoeracuatrovecesmásgrandequeél.Harryteníaunrostrodelgado,rodillashuesudas,pelonegroyojosdecolorverdebrillante.Llevabagafasredondassiemprepegadasconcintaadhesiva,consecuenciadetodaslasvecesqueDudleylehabíapegadoenlanariz.LaúnicacosaqueaHarrylegustabadesuaparienciaeraaquellapequeñacicatrizenlafrente,conlaformadeunrelámpago.Lateníadesdequepodíaacordarse,yloprimeroquerecordabahaberpreguntadoasutíaPetuniaeracómoselahabíahecho.
—En el accidente de coche donde tus padresmurieron—había dicho—.Y nohagaspreguntas.
«Nohagaspreguntas»:ésaeralaprimerareglaquesedebíaobservarsisequeríavivirunavidatranquilaconlosDursley.
TíoVernonentróalacocinacuandoHarryestabadandolavueltaaltocino.—¡Péinate!—bramócomosaludomatinal.Unavezporsemana,tíoVernonmirabaporencimadesuperiódicoygritabaque
Harrynecesitabauncortedepelo.AHarrylehabíancortadomásveceselpeloquealrestode los niñosde su clase todos juntos, perono servía para nada, pues supeloseguíacreciendodeaquellamanera,portodoslados.
HarryestabafriendoloshuevoscuandoDudley llegóa lacocinaconsumadre.DudleyseparecíamuchoatíoVernon.Teníaunacaragrandeyrosada,pococuello,ojospequeñosdeuntonoazulacuoso,yabundantepelorubioquecubríasucabezagorda. Tía Petunia decía amenudo queDudley parecía un angelito.Harry decía amenudoqueDudleyparecíauncerdoconpeluca.
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Harrypusosobrelamesalosplatosconhuevosybeicon,loqueeradifícilporquehabíapocoespacio.Entretanto,Dudleycontabasusregalos.Sucaraseensombreció.
—Treintayseis—dijo,mirandoasumadreya supadre—.Dosmenosqueelañopasado.
—Querido, no has contado el regalo de tía Marge. Mira, está debajo de estegrandedemamáypapá.
—Muybien,treintaysieteentonces—dijoDudley,poniéndoserojo.Harry,quepodíavervenirungranberrinchedeDudley,comenzóacomerseel
beiconlomásrápidoposible,porsivolcabalamesa.TíaPetuniatambiénsintióelpeligro,porquedijorápidamente:—Yvamosacomprartedosregalosmáscuandosalgamoshoy.¿Qué teparece,
pichoncito?Dosregalosmás.¿Estátodobien?Dudleypensóduranteunmomento.Parecíauntrabajodifícilparaél.Porúltimo,
dijolentamente.—Entoncestendrétreintay…treintay…—Treintaynueve,dulzura—dijotíaPetunia.—Oh —Dudley se dejó caer pesadamente en su silla y cogió el regalo más
cercano—.Entoncesestábien.TíoVernonrióentredientes.—Elpequeñotunantequierequeledenloquevale,igualquesupadre.¡Bravo,
Dudley!—dijo,yrevolvióelpelodesuhijo.EnaquelmomentosonóelteléfonoytíaPetuniafueacogerlo,mientrasHarryy
tíoVernonmiraban aDudley, que estaba desembalando la bicicleta de carreras, lavideocámara,elaviónconcontrolremoto,dieciséisjuegosnuevosparaelordenadory un vídeo.Estaba rompiendo el envoltorio de un reloj de oro, cuando tía Petuniavolvió,enfadadaypreocupadaalavez.
—Malasnoticias,Vernon—dijo—.LaseñoraFiggsehafracturadounapierna.Nopuedecuidarlo.—VolviólacabezaendirecciónaHarry.
LabocadeDudley se abrió conhorror, pero el corazóndeHarry dio un salto.Cadaaño,eldíadelcumpleañosdeDudley,suspadres lo llevabanconunamigoapasareldíaaunparquedeatracciones,acomerhamburguesasoalcine.Cadaaño,Harry se quedaba con la señora Figg, una anciana loca que vivía a dosmanzanas.Harrynopodíasoportarirallí.TodalacasaolíaarepolloylaseñoraFigglehacíamirarlasfotosdetodoslosgatosquehabíatenido.
—¿Yahoraquéhacemos?—preguntótíaPetunia,mirandoconiraaHarrycomosiéllohubieraplaneadotodo.HarrysabíaquedeberíasentirpenaporlapiernadelaseñoraFigg,peronoerafácilcuandorecordabaquepasaríaunañoantesdetenerqueverotravezaTibbles,Snowy,elSeñorPawsoTufty.
—PodemosllamaraMarge—sugiriótíoVernon.—Noseastonto,Vernon,ellanoaguantaalchico.
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Los Dursley hablaban a menudo sobre Harry de aquella manera, como si noestuviera allí, o más bien como si pensaran que era tan tonto que no podíaentenderlos,algoasícomoungusano.
—¿Yquémedicesde…tuamiga…cómosellama…Yvonne?—EstádevacacionesenMallorca—respondióenfadadatíaPetunia.—Podéisdejarmeaquí—sugirióesperanzadoHarry.Podríaverloquequisieraen
latelevisión,paravariar,ytalvezinclusohastajugaríaconelordenadordeDudley.TíaPetunialomirócomosisehubieratragadounlimón.—¿Yvolveryencontrarlacasaenruinas?—rezongó.—Novoyaquemarlacasa—dijoHarry,peronoleescucharon.—Supongoquepodemosllevarloalzoológico—dijoenvozbajatíaPetunia—…
ydejarloenelcoche…—Elcocheesnuevo,nosequedaráallísolo…Dudley comenzó a llorar a gritos. En realidad no lloraba, hacía años que no
lloraba de verdad, pero sabía que, si retorcía la cara y gritaba, su madre le daríacualquiercosaquequisiera.
—Mi pequeñito Dudley, no llores, mamá no dejará que él te estropee tu díaespecial—exclamó,abrazándolo.
—¡Yo… no… quiero… que… él venga! —exclamó Dudley entre fingidossollozos—.¡Siempreloestropeatodo!—LehizounamuecaburlonaaHarry,desdelosbrazosdesumadre.
Justoentonces,sonóeltimbredelapuerta.—¡Oh,Dios,yaestánaquí!—dijotíaPetuniaentonodesesperadoy,unmomento
mástarde,elmejoramigodeDudley,PiersPolkiss,entróconsumadre.Pierseraunchicoflacuchoconcaraderata.Eraelque,habitualmente,sujetabalosbrazosdeloschicosdetrásdelaespaldamientrasDudleylespegaba.Dudleysuspendiósufingidollantodeinmediato.
Mediahoramástarde,Harry,quenopodíacreerensusuerte,estabasentadoenlaparte de atrás del coche de los Dursley, junto con Piers y Dudley, camino delzoológicoporprimeravezen suvida.Asus tíosno se leshabíaocurridouna ideamejor,peroantesdesalirtíoVernonsellevóaparteaHarry.
—Teloadvierto—dijo,acercandosurostrograndeyrojoaldeHarry—.Teestoyavisando ahora, chico: cualquier cosa rara, lo que sea, y te quedarás en la alacenahastalaNavidad.
—Novoyahacernada—dijoHarry—.Deverdad…PerotíoVernonnolecreía.Nadielohacía.El problema era que, a menudo, ocurrían cosas extrañas cerca de Harry y no
conseguíanadacondeciralosDursleyqueélnolascausaba.Enunaocasión,tíaPetunia,cansadadequeHarryvolvieradelapeluqueríacomo
si no hubiera ido, cogió unas tijeras de la cocina y le cortó el pelo casi al rape,exceptuandoelflequillo,queledejó«paraocultarlahorriblecicatriz».Dudleyserió
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comountonto,burlándosedeHarry,quepasólanochesindormirimaginandoloquepasaríaenelcolegioaldíasiguiente,dondeyasereíandesuropaholgadaysusgafasremendadas.Sinembargo,alamañanasiguiente,descubrióallevantarsequesupeloestaba exactamente igual que antes de que su tía lo cortara. Como castigo, loencerraronen laalacenaduranteunasemana,aunque intentódecirlesquenopodíaexplicarcómolehabíacrecidotandeprisaelpelo.
Otra vez, tía Petunia había tratado de meterlo dentro de un repugnante jerseyviejodeDudley(marrón,conmanchasanaranjadas).Cuantomásintentabapasárselopor la cabeza, más pequeña se volvía la prenda, hasta que finalmente le habríasentadocomounguanteaunamuñeca,peronoaHarry.TíaPetuniacreyóquedebíadehaberseencogidoallavarloy,parasugranalivio,Harrynofuecastigado.
Por otra parte, había tenido un problema terrible cuando lo encontraron en eltechodelacocinadelcolegio.ElgrupodeDudleyloperseguíacomodecostumbrecuando, tantoparasorpresadeHarrycomodelosdemás,seencontrósentadoenlachimenea.LosDursleyrecibieronunacartaamenazadoradeladirectoradelcolegio,diciéndolesqueHarryandabatrepandoporlostechosdelcolegio.Peroloúnicoquetrataba de hacer (como le gritó a tío Vernon a través de la puerta cerrada de laalacena) fue saltar los grandes cubos que estaban detrás de la puerta de la cocina.Harrysuponíaqueelvientolohabíalevantadoenmediodesusalto.
Peroaqueldíanadaibaasalirmal.InclusoestababienpasareldíaconDudleyyPierssiesosignificabanotenerqueestarenelcolegio,ensualacena,oenelsalóndelaseñoraFigg,consuolorarepollo.
Mientras conducía, tíoVernon se quejaba a tíaPetunia.Legustabaquejarse demuchascosas.Harry,elayuntamiento,Harry,elbancoyHarryeranalgunosdesustemasfavoritos.Aquellamañanaletocóalosmotoristas.
—…haciendo ruidocomo locosesosgamberros—dijo,mientrasunamoto losadelantaba.
—Tuveunsueñosobreunamoto—dijoHarry, recordandodepronto—.Estabavolando.
TíoVernoncasichocóconelcochequeibadelantedelsuyo.SediolavueltaenelasientoygritóaHarry:
—¡LASMOTOSNOVUELAN!Surostroeracomounagigantescaremolachaconbigotes.DudleyyPiersserierondisimuladamente.—Yaséquenolohacen—dijoHarry—.Fuesólounsueño.Perodeseónohaberdichonada.SihabíaalgoquedesagradabaalosDursleyaún
más que las preguntas que Harry hacía, era que hablara de cualquier cosa que secomportaradeformaindebida,noimportaquefueraunsueñooundibujoanimado.Parecíanpensarquepodíallegaratenerideaspeligrosas.
Eraunsábadomuysoleadoyelzoológicoestabarepletodefamilias.LosDursleycompraron aDudley y a Piers unos grandes helados de chocolate en la entrada, y
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luego,comolasonrienteseñoradelpuestopreguntóaHarryquéqueríaantesdequepudieran alejarse, le compraron un polo de limón, que era más barato. Aquellotampocoestabamal,pensóHarry,chupándolomientrasobservabanaungorilaqueserascabalacabezayseparecíanotablementeaDudley,salvoquenoerarubio.
FuelamejormañanaqueHarryhabíapasadoenmuchotiempo.Tuvocuidadodeandarunpocoalejadode losDursley,paraqueDudleyyPiers, quecomenzabanaaburrirse de los animales cuando se acercaba la hora de comer, no empezaran apracticar su deporte favorito, que era pegarle a él. Comieron en el restaurante delzoológico, y cuando Dudley tuvo una rabieta porque su bocadillo no era losuficientemente grande, tío Vernon le compró otro y Harry tuvo permiso paraterminarelprimero.
Mástarde,Harrypensóquedebíahabersabidoqueaquelloerademasiadobuenoparadurar.
Despuésdecomer fueronaver los reptiles.Estabaoscuroyhacía frío,yhabíavidrieras iluminadas a lo largo de las paredes.Detrás de los vidrios, toda clase deserpientes y lagartos se arrastraban y se deslizaban por las piedras y los troncos.DudleyyPiersqueríanverlasgigantescascobrasvenenosasylasgruesaspitonesqueestrujaban a los hombres. Dudley encontró rápidamente la serpiente más grande.Podíahaberenvueltoelcochede tíoVernonyhaberloaplastadocomosi fueraunalata, pero en aquel momento no parecía tener ganas. En realidad, estabaprofundamentedormida.
Dudleypermanecióconlanarizapretadacontraelvidrio,contemplandoelbrillodesupiel.
—Hazquesemueva—leexigióasupadre.TíoVernongolpeóelvidrio,perolaserpientenosemovió.—Hazlodenuevo—ordenóDudley.TíoVernongolpeóconlosnudillos,peroelanimalsiguiódormitando.—Estoesaburrido—sequejóDudley.Sealejóarrastrandolospies.Harrysemoviófrentealvidrioymiróintensamentealaserpiente.Siélhubiera
estadoallídentro,sindudasehabríamuertodeaburrimiento,sinningunacompañía,salvoladegenteestúpidagolpeandoelvidrioymolestandotodoeldía.ErapeorquetenerpordormitoriounaalacenadondelaúnicavisitanteeratíaPetunia,llamandoalapuertaparadespertarlo:almenos,élpodíarecorrerelrestodelacasa.
De pronto, la serpiente abrió sus ojillos, pequeños y brillantes como cuentas.Lenta,muylentamente,levantólacabezahastaquesusojosestuvieronalniveldelosdeHarry.
Guiñóunojo.Harrylamirófijamente.Luegoechórápidamenteunvistazoasualrededor,para
versialguienloobservaba.Nadieleprestabaatención.Miródenuevoalaserpienteytambiénleguiñóunojo.
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LaserpientetorciólacabezahaciatíoVernonyDudley,yluegolevantólosojoshaciaeltecho.DirigióaHarryunamiradaquedecíaclaramente:
—Mepasaestoconstantemente.—Losé—murmuróHarryatravésdelvidrio,aunquenoestabasegurodequela
serpientepudieraoírlo—.Debedeserrealmentemolesto.Laserpienteasintióvigorosamente.—Apropósito,¿dedóndevienes?—preguntóHarry.La serpiente levantó la colahacia el pequeño cartel quehabía cercadel vidrio.
Harrymiróconcuriosidad.«BoaConstrictor,Brasil.»—¿Erabonitoaquello?LaboaconstrictorvolvióaseñalarconlacolayHarryleyó:«Esteespécimenfue
criadoenelzoológico.»—Oh,yaveo.¿EntoncesnuncahasestadoenBrasil?Mientraslaserpientenegabaconlacabeza,ungritoensordecedordetrásdeHarry
loshizosaltar.—¡DUDLEY! ¡SEÑORDURSLEY! ¡VENGANAVERA LA SERPIENTE! ¡NOVANA CREER LO
QUEESTÁHACIENDO!
Dudleyseacercócontoneándose,lomásrápidoquepudo.—Quita de en medio —dijo, golpeando a Harry en las costillas. Cogido por
sorpresa, Harry cayó al suelo de cemento. Lo que sucedió a continuación fue tanrápidoquenadiesupocómohabíapasado:PiersyDudleyestaban inclinadoscercadelvidrio,yalinstantesiguientesaltaronhaciaatrásaullandodeterror.
Harryseincorporóysequedóboquiabierto:elvidrioquecerrabaelcubículodelaboaconstrictorhabíadesaparecido.Ladescomunalserpientesehabíadesenrolladorápidamenteyenaquelmomentosearrastrabaporelsuelo.Laspersonasqueestabanenlacasadelosreptilesgritabanycorríanhacialassalidas.
Mientraslaserpientesedeslizabaanteél,Harryhabríapodidojurarqueunavozbajaysibilantedecía:
—Brasil,allávoy…Gracias,amigo.Elencargadodelosreptilesseencontrabatotalmenteconmocionado.—Pero…¿yelvidrio?—repetía—.¿Adóndehaidoelvidrio?Eldirectordelzoológicoenpersonapreparóunatazadetéfuerteydulceparatía
Petunia, mientras se disculpaba una y otra vez. Piers y Dudley no dejaban dequejarse.PorloqueHarryhabíavisto,laserpientenohabíahechomásquedarlesungolpejuguetónenlospies,perocuandovolvieronalasientotraserodelcochedetíoVernon, Dudley les contó que casi lo había mordido en la pierna, mientras Piersjuraba que había intentado estrangularlo. Pero lo peor, para Harry al menos, fuecuandoPierssecalmóypudodecir:
—Harryleestabahablando.¿Verdad,Harry?
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TíoVernon esperó hasta quePiers se hubomarchado, antes de enfrentarse conHarry.Estabatanenfadadoquecasinopodíahablar.
—Ve…alacena…quédate…nohaycomida—pudodecir,antesdedesplomarseenunasilla.TíaPetuniatuvoqueservirleunacopadebrandy.
Muchomástarde,Harryestabaacostadoensualacenaoscura,deseandotenerunreloj.No sabíaquéhoraeraynopodía estar segurodeque losDursleyestuvierandormidos.Hastaqueloestuvieran,nopodíaarriesgarseairalacocinaabuscaralgodecomer.
HabíavividoconlosDursleycasidiezaños,diezañosdesgraciados,hastadondepodía acordarse,desdequeeraunniñopequeñoy suspadreshabíanmuerto enunaccidentedecoche.Nopodía recordarhaberestadoenel cochecuando suspadresmurieron.Algunasveces,cuandoforzabasumemoriadurantelaslargashorasensualacena,teníaunaextrañavisión,unrelámpagocegadordeluzverdeyundolorcomoeldeunaquemaduraensufrente.Aquellodebíadeserelchoque,suponía,aunquenopodía imaginar de dónde procedía la luz verde. Y no podía recordar nada de suspadres. Sus tíos nunca hablaban de ellos y, por supuesto, tenía prohibido hacerpreguntas.Tampocohabíafotosdeellosenlacasa.
Cuando era más pequeño, Harry soñaba una y otra vez que algún parientedesconocidoibaabuscarloparallevárselo,peroesonuncasucedió:losDursleyeransu única familia. Pero a veces pensaba (tal vez eramás bien que lo deseaba) quehabía personas desconocidas que se comportaban como si lo conocieran. Erandesconocidos muy extraños. Un hombrecito con un sombrero violeta lo habíasaludado, cuando estaba de compras con tía Petunia y Dudley. Después depreguntarleconirasiconocíaalhombre,tíaPetuniaseloshabíallevadodelatienda,sincomprarnada.Unamujerancianaconaspectoestrafalario,todavestidadeverde,también lo había saludado alegremente en un autobús. Un hombre calvo, con unabrigolargo,colorpúrpura,lehabíaestrechadolamanoenlacalleysehabíaalejadosindecirunapalabra.LomásrarodetodaaquellagenteeralaformaenqueparecíandesaparecerenelmomentoenqueHarrytratabadeacercarse.
En el colegio, Harry no tenía amigos. Todos sabían que el grupo de DudleyodiabaaaquelextrañoHarryPotter,consuropaviejayholgadaysusgafasrotas,yanadielegustabaestarencontradelabandadeDudley.
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L
Capítulo3
Lascartasdenadie
AfugadelaboaconstrictorleacarreóaHarryelcastigomáslargodesuvida.Cuando le dieron permiso para salir de su alacena ya habían comenzado las
vacacionesdeveranoyDudleyhabíarotosunuevavideocámara,conseguidoquesuaviónconcontrolremotoseestrellaray,enlaprimerasalidaquehizoconsubicicletadecarreras,habíaatropelladoalaancianaseñoraFiggcuandocruzabaPrivetDriveconsusmuletas.
Harry sealegrabadequeel colegiohubiera terminado,peronohabía formadeescapardelabandadeDudley,quevisitabalacasacadadía.Piers,Dennis,MalcolmyGordonerantodosgrandesyestúpidos,perocomoDudleyeraelmásgrandeyelmásestúpidodetodos,erael jefe.LosdemássesentíanmuyfelicesdepracticareldeportefavoritodeDudley:cazaraHarry.
Por esa razón,Harry pasaba tanto tiempo como le resultara posible fuera de lacasa, dando vueltas por ahí y pensando en el fin de las vacaciones, cuando podríaexistir un pequeño rayo de esperanza: en septiembre estudiaría secundaria y, porprimeravezensuvida,noiríaalamismaclasequesuprimo.DudleyteníaunaplazaenelantiguocolegiodetíoVernon,Smeltings.PiersPolkisstambiéniríaallí.Harry,encambio,iríaalaescuelasecundariaStonewall,delazona.Dudleyencontrabaesomuydivertido.
—Allí,enStonewall,metenlascabezasdelagenteenelinodoroelprimerdía—dijoaHarry—.¿Quieresvenirarribayensayar?
—No,gracias—respondióHarry—.Lospobres inodorosnuncahan tenidoquesoportar nada tan horrible como tu cabeza y pueden marearse. —Luego saliócorriendoantesdequeDudleypudieraentenderloquelehabíadicho.
Undíadelmesdejulio,tíaPetuniallevóaDudleyaLondresparacomprarlesuuniformedeSmeltings,dejandoaHarryencasadelaseñoraFigg.Aquellonoresultótan terrible como de costumbre. La señora Figg se había fracturado la pierna altropezarconungatoyyanoparecíatanencariñadaconelloscomoantes.Dejóque
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Harryvieralatelevisiónylediounpedazodepasteldechocolateque,porelsabor,parecíaquehabíaestadoguardadodesdehacíaaños.
Aquellatarde,Dudleydesfilóporelsalón,antelafamilia,consuuniformenuevo.LosmuchachosdeSmeltingsllevabanfracrojooscuro,pantalonesdecolornaranjaysombrero de paja, rígido y plano. También llevaban bastones con nudos, queutilizaban para pelearse cuando los profesores no los veían.Debían de pensar queaquéleraunbuenentrenamientoparalavidafutura.
Mientrasmiraba aDudley con sus nuevos pantalones, tíoVernon dijo con vozroncaqueaquéleraelmomentodemayororgullodesuvida.TíaPetuniaestallóenlágrimasydijoquenopodíacreerqueaquélfuerasupequeñoDudley,tanapuestoycrecido.Harrynoseatrevíaahablar.Creyóqueseleibanaromperlascostillasdelesfuerzoquehacíapornoreírse.
A lamañana siguiente, cuandoHarry fuea tomareldesayuno,unolorhorribleinundabatodalacocina.Parecíaprocederdeungrancubodemetalqueestabaenelfregadero.Seacercóamirar.Elcuboestaba llenode loqueparecían trapos suciosflotandoenaguagris.
—¿Quéeseso?—preguntóatíaPetunia.Lamujerfruncióloslabios,comohacíasiemprequeHarryseatrevíaapreguntaralgo.
—Tunuevouniformedelcolegio—dijo.Harryvolvióamirarenelrecipiente.—Oh—comentó—.Nosabíaqueteníaqueestarmojado.—No seas estúpido—dijo con ira tíaPetunia—.Estoy tiñendode gris algunas
cosasviejasdeDudley.Cuandotermine,quedaráigualquelosdelosdemás.Harryteníaseriasdudasdequefueraasí,peropensóqueeramejornodiscutir.Se
sentóalamesaytratódenoimaginarseelaspectoquetendríaensuprimerdíadelaescuelasecundariaStonewall.Seguramentepareceríaquellevabapuestospedazosdepieldeunelefanteviejo.
Dudley y tíoVernon entraron, los dos frunciendo la nariz a causa del olor delnuevouniformedeHarry.TíoVernon abrió, como siempre, superiódicoyDudleygolpeólamesaconsubastóndelcolegio,quellevabaatodaspartes.
Todosoyeronelruidoenelbuzónylascartasquecaíansobreelfelpudo.—Traelacorrespondencia,Dudley—dijotíoVernon,detrásdesuperiódico.—QuevayaHarry.—Traelascartas,Harry.—QuelohagaDudley.—Pégalecontubastón,Dudley.Harryesquivóelgolpeyfueabuscarlacorrespondencia.Habíatrescartasenel
felpudo:unapostaldeMarge,lahermanadetíoVernon,queestabadevacacionesenla isla deWight; un sobre colormarrón, que parecía una factura, y una carta paraHarry.
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Harry la recogió y la miró fijamente, con el corazón vibrando como unagigantescabandaelástica.Nadie,nunca,entodasuvida,lehabíaescritoaél.¿Quiénpodíaser?Noteníaamigosniotrosparientes.Nisiquieraerasociodelabiblioteca,así que nunca había recibido notas que le reclamaran la devolución de libros. Sinembargo, allí estaba, una carta dirigida a él de unamanera tan clara que no habíaequivocaciónposible.
SeñorH.PotterAlacenaDebajodelaEscaleraPrivetDrive,4LittleWhingingSurrey
Elsobreeragruesoypesado,hechodepergaminoamarillento,yladirecciónestabaescritacontintaverdeesmeralda.Noteníasello.
Conlasmanostemblorosas,Harrylediolavueltaalsobreyviounsellodelacrepúrpura conunescudode armas:un león,un águila, un tejónyuna serpiente, querodeabanunagranletraH.
—¡Date prisa, chico! —exclamó tío Vernon desde la cocina—. ¿Qué estáshaciendo,comprobandosihaycartas-bomba?—Seriódesupropiochiste.
Harryvolvióalacocina,todavíacontemplandosucarta.EntregóatíoVernonlapostalylafactura,sesentóylentamentecomenzóaabrirelsobreamarillo.
TíoVernonrompióelsobredelafactura,resoplódisgustadoyechóunamiradaalapostal.
—Margeestáenferma—informóatíaPetunia—.Alparecercomióalgoenmalestado.
—¡Papá!—dijodeprontoDudley—.¡Papá,Harryharecibidoalgo!Harry estaba a punto de desdoblar su carta, que estaba escrita en el mismo
pergaminoqueelsobre,cuandotíoVernonselaarrancódelamano.—¡Esmía!—dijoHarry,tratandoderecuperarla.—¿Quiéntevaaescribirati?—dijocontonodespectivotíoVernon,abriendola
cartaconunamanoyechándoleunamirada.Surostropasódelrojoalverdeconlamisma velocidad que las luces del semáforo. Y no se detuvo ahí. En segundosadquirióelblancogrisáceodeunplatodeavenacocidareseca.
—¡Pe…Pe…Petunia!—bufó.Dudleytratódecogerlacartaparaleerla,perotíoVernonlamanteníamuyalta,
fuera de su alcance. Tía Petunia la cogió con curiosidad y leyó la primera línea.Durante un momento pareció que iba a desmayarse. Se apretó la garganta y dejóescaparungemido.
—¡Vernon!¡Oh,Diosmío…Vernon!
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SemiraroncomosihubieranolvidadoqueHarryyDudley todavíaestabanallí.Dudleynoestabaacostumbradoaqueno lehicierancaso.Golpeóasupadreen lacabezaconelbastóndeSmeltings.
—Quieroleeresacarta—dijoagritos.—Yosoyquienquiereleerla—dijoHarryconrabia—.Esmía.—Fueradeaquí,losdos—graznótíoVernon,metiendolacartaenelsobre.Harrynosemovió.—¡QUIEROMICARTA!—gritó.—¡Déjameverla!—exigióDudley.—¡FUERA!—gritó tíoVernony,cogiendoaHarryyaDudleyporelcogote, los
arrojóalrecibidorycerrólapuertadelacocina.HarryyDudleyiniciaronunalucha,furiosaperocallada,paraverquiénespiabaporelojodelacerradura.GanóDudley,asíqueHarry,conlasgafascolgandodeunaoreja,setiróalsueloparaescucharporlarendijaquehabíaentrelapuertayelsuelo.
—Vernon—decía tía Petunia, con voz temblorosa—,mira el sobre. ¿Cómo esposiblequesepandóndeduermeél?Noestaránvigilandolacasa,¿verdad?
—Vigilando, espiando… Hasta pueden estar siguiéndonos —murmuró tíoVernon,agitado.
—Pero ¿qué podemos hacer, Vernon? ¿Les contestamos? Les decimos que noqueremos…
HarrypudoverloszapatosnegrosbrillantesdetíoVernonyendoyviniendoporlacocina.
—No —dijo finalmente—. No, no les haremos caso. Si no reciben unarespuesta…Sí,esoeslomejor…Noharemosnada…
—Pero…—¡Nopienso tener a uno de ellos en la casa, Petunia! ¿No lo juramos cuando
recibimosydestruimosaquellapeligrosatontería?Aquella noche, cuando regresó del trabajo, tío Vernon hizo algo que no había
hechonunca:visitóaHarryensualacena.—¿Dóndeestámicarta?—dijoHarry,enelmomentoenquetíoVernonpasaba
condificultadporlapuerta—.¿Quiénmeescribió?—Nadie.Estabadirigidaatiporerror—dijotíoVernoncontonocortante—.La
quemé.—Noeraunerror—dijoHarryenfadado—.Estabamialacenaenelsobre.—¡SILENCIO! —gritó el tío Vernon, y unas arañas cayeron del techo. Respiró
profundamente y luego sonrió, esforzándose tanto por hacerlo que parecía sentirdolor.
—Ah, sí, Harry, en lo que se refiere a la alacena… Tu tía y yo estuvimospensando…Realmente ya eresmuymayor para esto…Pensamos que estaría bienquetemudesalsegundodormitoriodeDudley.
—¿Porqué?—dijoHarry.
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—¡Nohagaspreguntas!—exclamó—.Llevatuscosasarribaahoramismo.LacasadelosDursleyteníacuatrodormitorios:unoparatíoVernonytíaPetunia,
otro para las visitas (habitualmente Marge, la hermana de Vernon), en el tercerodormíaDudleyyenelúltimoguardabatodoslosjuguetesycosasquenocabíanenaquél.EnunsoloviajeHarrytrasladótodoloquelepertenecía,desdelaalacenaasunuevodormitorio.Sesentóenlacamaymiróalrededor.Allícasitodoestabaroto.LavideocámaraestabasobreuncarrodecombatequeunavezDudleyhizoandarsobreelperrodelvecino,yenunrincónestabaelprimer televisordeDudley,alquediounapatadacuandodejarondeemitirsuprogramafavorito.Tambiénhabíaunagranjaulaquealgunaveztuvodentrounloro,peroDudleylocambióenelcolegioporunriflede aire comprimido,que en aquelmomento estaba enun estante con lapuntatorcida,porqueDudley sehabía sentadoencima.El restode lasestanteríasestabanllenasdelibros.Eraloúnicoqueparecíaquenuncahabíasidotocado.
DesdeabajollegabaelsonidodelosgritosdeDudleyasumadre.—Noquieroqueestéallí…Necesitoesahabitación…Échalo…Harrysuspiróyseestiróen lacama.Eldíaanteriorhabríadadocualquiercosa
porestarenaquellahabitación.Peroenaquelmomentopreferíavolverasualacenaconlacartaaestarallísinella.
Alamañanasiguiente,duranteeldesayuno,todosestabanmuycallados.Dudleyse hallaba en estadode conmoción.Había gritado, había pegado a su padre con elbastóndeSmeltings,sehabíapuestomaloapropósito,lehabíadadounapatadaasumadre,arrojadolatortugaporeltechodelinvernadero,yseguíasinconseguirqueledevolvieransuhabitación.Harryestabapensandoeneldíaanterior,yconamargurapensóqueojaláhubieraabiertolacartaenelvestíbulo.TíoVernonytíaPetuniasemirabanmisteriosamente.
Cuando llegóel correo, tíoVernon,queparecíahacer esfuerzospor ser amablecon Harry, hizo que fuera Dudley. Lo oyeron golpear cosas con su bastón en sucaminohastalapuerta.Entoncesgritó.
—¡Hayotramás!SeñorH.Potter,ElDormitorioMásPequeño,PrivetDrive,4…Con un grito ahogado, tío Vernon se levantó de su asiento y corrió hacia el
vestíbulo,conHarrysiguiéndolo.Allítuvoqueforcejearconsuhijoparaquitarlelacarta, lo que le resultaba difícil porque Harry le tiraba del cuello. Después de unminutodeconfusalucha,enlaquetodosrecibierongolpesdelbastón,tíoVernonseenderezó con la carta de Harry arrugada en su mano, jadeando para recuperar larespiración.
—Vete a tu alacena, quiero decir a tu dormitorio—dijo a Harry sin dejar dejadear—.YDudley…Vete…Vetedeaquí.
Harrypaseóencírculosporsunuevahabitación.Alguiensabíaquesehabíaidodesualacenay tambiénparecíasaberquenohabíarecibidosuprimeracarta.¿Esosignificaríaquelointentaríandenuevo?Pueslapróximavezseaseguraríadequenofallaran.Teníaunplan.
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Elrelojdespertadorarregladosonóalasseisdelamañanasiguiente.Harryloapagórápidamenteysevistióensilencio:nodebíadespertaralosDursley.Sedeslizóporlaescalerasinencenderningunaluz.
Esperaría al cartero en la esquinadePrivetDrivey recogería las cartaspara elnúmero4antesdequesutíopudieraencontrarlas.Elcorazónlelatíaaceleradamentemientrasatravesabaelrecibidoroscurohacialapuerta.
—¡AAAUUUGGG!Harrysaltóenelaire.Había tropezadoconalgograndeyfofoqueestabaenel
felpudo…¡Algovivo!Laslucesseencendierony,horrorizado,Harrysediocuentadequeaquellacosa
fofaygrandeera la carade su tío.TíoVernonestabaacostadoen lapuerta, enunsacodedormir,evidentementeparaasegurarsedequeHarrynohicieraexactamenteloqueintentabahacer.GritóaHarrydurantemediahorayluegoledijoqueprepararaunatazadeté.Harrysemarchóarrastrandolospiesy,cuandoregresódelacocina,elcorreohabíallegadodirectamentealregazodetíoVernon.Harrypudovertrescartasescritasentintaverde.
—Quiero…—comenzó,perotíoVernonestabarompiendolascartasenpedacitosantesusojos.
Aqueldía,tíoVernonnofueatrabajar.Sequedóencasaytapióelbuzón.—¿Tedascuenta?—explicóa tíaPetunia,con laboca llenadeclavos—.Sino
puedenentregarlas,tendránquedejardehacerlo.—Noestoyseguradequeestoresulte,Vernon.—Oh, lamentedeesagente funcionademaneraextraña,Petunia, ellosno son
comotúyyo—dijotíoVernon,tratandodedargolpesaunclavoconelpedazodepasteldefrutaquetíaPetunialeacababadellevar.
Elviernes,nomenosdedocecartasllegaronparaHarry.Comonolaspodíanecharenelbuzón,lashabíanpasadopordebajodelapuerta,porentrelasrendijas,yunaspocasporlaventanitadelcuartodebañodeabajo.
TíoVernonsequedóencasaotravez.Despuésdequemartodaslascartas,salióconelmartilloylosclavosparaasegurarlapuertadeatrásyladedelante,paraquenadiepudierasalir.Mientrastrabajaba,tarareabaDepuntillasentrelostulipanesysesobresaltabaconcualquierruido.
El sábado, las cosas comenzaron a descontrolarse. Veinticuatro cartas para Harryentraron en la casa, escondidas entre dos docenas de huevos, que un muydesconcertadolecheroentregóatíaPetunia,atravésdelaventanadelsalón.Mientras
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tíoVernon llamaba a la oficina de correos y a la lechería, tratando de encontrar aalguienparaquejarse,tíaPetuniatriturabalascartasenlapicadora.
—¿Se puede saber quién tiene tanto interés en comunicarse contigo? —preguntabaDudleyaHarry,conasombro.
Lamañanadeldomingo, tíoVernonestabasentadoante lamesadeldesayuno,conaspectodecansadoycasienfermo,perofeliz.
—No hay correo los domingos —les recordó alegremente, mientras poníamermeladaensuperiódico—.Hoynollegaránlasmalditascartas…
Algo llegó zumbando por la chimenea de la cocina mientras él hablaba y legolpeóconfuerzaenlanuca.Almomentosiguiente,treintaocuarentacartascayeronde la chimeneacomobalas.LosDursley seagacharon,peroHarry saltóenel aire,tratandodeatraparuna.
—¡Fuera!¡FUERA!Tío Vernon cogió a Harry por la cintura y lo arrojó al recibidor. Cuando tía
PetuniayDudleysalieroncorriendo,cubriéndoselacaraconlasmanos, tíoVernoncerrólapuertaconfuerza.Podíanoírelruidodelascartas,queseguíancayendoenlahabitación,golpeandocontralasparedesyelsuelo.
—Yaestá—dijotíoVernon,tratandodehablarconcalma,peroarrancándose,almismo tiempo,partedelbigote—.Quieroqueestéis aquídentrodecincominutos,listosparairnos.Nosvamos.Cogedalgunaropa.¡Sindiscutir!
Parecíatanpeligroso,conlamitaddesubigotearrancado,quenadieseatrevióacontradecirlo.Diezminutosdespuéssehabíanabiertocaminoatravésdelaspuertastapiadas y estaban en el coche, avanzando velozmente hacia la autopista. Dudleylloriqueabaenelasientotrasero,puessupadrelehabíapegadoenlacabezacuandolopillótratandodeguardareltelevisor,elvídeoyelordenadorenlabolsa.
Condujeron. Y siguieron avanzando. Ni siquiera tía Petunia se atrevía apreguntarleadóndeiban.Devezencuando,tíoVernondabalavueltayconducíaunratoensentidocontrario.
—Quitárnoslosdeencima…perderlosdevista…—murmurabacadavezquelohacía.
Nosedetuvieronen todoeldíaparacomerobeber.Al llegar lanocheDudleyaullaba. Nunca había pasado un día tan malo en su vida. Tenía hambre, se habíaperdido cinco programas de televisión que quería ver y nunca había pasado tantotiemposinhacerestallarunmonstruoensujuegodeordenador.
TíoVernonsedetuvofinalmenteanteunhoteldeaspectolúgubre,enlasafuerasdeunagranciudad.DudleyyHarrycompartieronunahabitaciónconcamasgemelasy sábanas húmedas y gastadas. Dudley roncaba, peroHarry permaneció despierto,sentadoenelbordedelaventana,contemplandolaslucesdeloscochesquepasabanydeseandosaber…
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Aldíasiguiente,comieronparaeldesayunocoposdetrigo,tostadasytomatesdelata.Estabanapuntodeterminar,cuandoladueñadelhotelseacercóalamesa.
—Perdonen,¿algunodeustedeseselseñorH.Potter?Tengocomociendeéstasenelmostradordeentrada.
Extendióunacartaparaquepudieranleerladirecciónentintaverde:
SeñorH.PotterHabitación17HotelRailviewCokeworth
Harry fue a coger la carta, pero tíoVernon lepegóen lamano.Lamujer losmiróasombrada.
—Yo las recogeré —dijo tío Vernon, poniéndose de pie rápidamente ysiguiéndola.
—¿No seríamejor volver a casa, querido?—sugirió tía Petunia tímidamente, unashoras más tarde, pero tío Vernon no pareció oírla. Qué era lo que buscabaexactamente, nadie lo sabía. Los llevó al centro del bosque, salió,miró alrededor,negóconlacabeza,volvióalcocheyotravezlopusoenmarcha.Lomismosucedióenmediodeuncampoarado,enmitaddeunpuentecolganteyenlapartemásaltadeunaparcamientodecoches.
—Papásehavueltoloco,¿verdad?—preguntóDudleyatíaPetuniaaquellatarde.TíoVernonhabíaaparcadoenlacosta,loshabíaencerradoyhabíadesaparecido.
Comenzó a llover. Gruesas gotas golpeaban el techo del coche. Dudleygimoteaba.
—Eslunes—dijoasumadre—.Miprogramafavoritoesestanoche.Quieroiraalgúnlugardondehayauntelevisor.
Lunes.EsohizoqueHarryseacordaradealgo.Sieralunes(yhabitualmentesepodía confiar en queDudley supiera el día de la semana, por los programas de latelevisión), entonces, al día siguiente, martes, era el cumpleaños número once deHarry.Claroque suscumpleañosnuncahabían sidoexactamentedivertidos: el añoanterior, por ejemplo, los Dursley le regalaron una percha y un par de calcetinesviejosdetíoVernon.Sinembargo,nosecumplíanonceañostodoslosdías.
TíoVernonregresósonriente.LlevabaunpaquetelargoydelgadoynocontestóatíaPetuniacuandolepreguntóquéhabíacomprado.
—¡Heencontradoellugarperfecto!—dijo—.¡Vamos!¡Todosfuera!Hacíamuchofríocuandobajarondelcoche.TíoVernonseñalabaloqueparecía
unagranrocaenelmar.Y,encimadeella,seveíalamásmiserablechozaqueunosepudieraimaginar.Unacosaerasegura,allínohabíatelevisión.
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—¡Hananunciadotormentaparaestanoche!—anuncióalegrementetíoVernon,aplaudiendo—.¡Yestecaballeroaceptógentilmentealquilarnossubote!
Unviejodesdentadoseacercóaellos,señalandounviejobotequesebalanceabaenelaguagrisácea.
—Yaheconseguidoalgodecomida—dijotíoVernon—.¡Asíquetodosabordo!En el bote hacía un frío terrible. El mar congelado los salpicaba, la lluvia les
golpeabalacabezayunvientogélidolesazotabaelrostro.Despuésdeloqueparecióuna eternidad, llegaron al peñasco, donde tío Vernon los condujo hasta ladesvencijadacasa.
El interior erahorrible:habíaun fuerteoloraalgas, elviento secolabapor lasrendijasdelasparedesdemaderaylachimeneaestabavacíayhúmeda.Sólohabíadoshabitaciones.
LacomidadetíoVernonresultósercuatroplátanosyunpaquetedepatatasfritasparacadauno.Tratódeencenderelfuegoconlasbolsasvacías,perosólosalióhumo.
—Ahorapodríamosutilizarunadeesascartas,¿no?—dijoalegremente.Estabademuybuenhumor.Eraevidentequecreíaquenadiese ibaaatrevera
buscarlos allí, con una tormenta a punto de estallar. En privado, Harry estaba deacuerdo,aunqueelpensamientonoloalegraba.
Alcaerlanoche,latormentaprometidaestallósobreellos.Laespumadelasaltasolas chocaba contra las paredes de la cabaña y el feroz viento golpeaba contra losvidriosdelasventanas.TíaPetuniaencontróunaspocasmantasenlaotrahabitaciónypreparóunacamaparaDudleyenel sofá.Ellay tíoVernon se acostaronenunacamacercadelapuerta,yHarrytuvoquecontentarseconuntrozodesueloytaparseconlamantamásdelgada.
La tormentaaumentó su ferocidaddurante lanoche.Harrynopodíadormir.Seestremecíaydabavueltas,tratandodeponersecómodo,conelestómagorugiendodehambre. Los ronquidos de Dudley quedaron amortiguados por los truenos queestallaroncercadelamedianoche.ElrelojluminosodeDudley,colgandodesugordamuñeca, informó a Harry de que tendría once años en diez minutos. Esperabaacostado a que llegara la hora de su cumpleaños, pensando si los Dursley seacordaríanypreguntándosedóndeestaríaenaquelmomentoelescritordecartas.
Cincominutos.Harryoyóalgoquecrujíaafuera.Esperóquenofueraacaerseeltecho,aunquetalvezhicieramáscalorsiesoocurría.Cuatrominutos.TalvezlacasadePrivetDriveestaríatanllenadecartas,cuandoregresaran,quepodríarobaruna.
Tresminutospara lahora.¿Porquéelmarchocaríacon tanta fuerzacontra lasrocas?Y(faltabandosminutos)¿quéeraaquelruidotanraro?¿Lasrocasseestabandesplomandoenelmar?
Unminutoytendríaonceaños.Treintasegundos…veinte…diez…nueve…talvezdespertaraaDudley,sóloparamolestarlo…tres…dos…uno…
BUM.
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TodalacabañaseestremecióyHarryseenderezó,mirandofijamentealapuerta.Alguienestabafuera,llamando.
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B
Capítulo4
Elguardiándelasllaves
UM.Llamaronotravez.Dudleysedespertóbruscamente.—¿Dóndeestáelcañón?—preguntóestúpidamente.
SeoyóuncrujidodetrásdeellosytíoVernonaparecióenlahabitación.Llevabaun rifle en las manos: ya sabían lo que contenía el paquete alargado que habíallevado.
—¿Quiénestáahí?—gritó—.¡Leadvierto…estoyarmado!Hubounapausa.Luego…¡UNGOLPEVIOLENTO!
Lapuertafueempujadacontalfuerzaquesesaliódelosgoznesy,conungolpesordo,cayóalsuelo.
Un hombre gigantesco apareció en el umbral. Su rostro estaba prácticamenteocultoporuna largamarañadepeloyunabarbadesaliñada,peropodíanversesusojos,quebrillabancomoescarabajosnegrosbajoaquellapelambrera.
El gigante se abrió paso doblando la cabeza, que rozaba el techo. Se agachó,cogiólapuertay,sinesfuerzo,lavolvióaponerensulugar.Elruidodelatormentaseapagóunpoco.Sevolvióparamirarlos.
—Podríamosprepararté.Nohasidounviajefácil…SedesparramóenelsofádondeDudleyestabapetrificadodemiedo.—Levántate,boladegrasa—dijoeldesconocido.Dudley se escapó de allí y corrió a esconderse junto a su madre, que estaba
agazapadadetrásdetíoVernon.—¡Ah!¡AquíestáHarry!—dijoelgigante.Harrylevantólavistaanteelrostroferozypeludo,yvioquelosojosnegrosle
sonreían.—Laúltimavezquetevierassólounacriatura—dijoelgigante—.Tepareces
muchoatupadre,perotieneslosojosdetumadre.
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TíoVernondejóescaparuncuriososonido.—¡Le exijo que se vaya enseguida, señor!—dijo—. ¡Esto es allanamiento de
morada!—Bah,cierralaboca,Dursley,grandísimomajadero—dijoelgigante.Seestiró,
arrebató el rifle a tío Vernon, lo retorció como si fuera de goma y lo arrojó a unrincóndelahabitación.
TíoVernonhizootroruidoextraño,comosihubieranaplastadoaunratón.—Detodosmodos,Harry—dijoelgigante,dandolaespaldaalosDursley—,te
deseounmuyfelizcumpleaños.Tengoalgoaquí.Talvez loheaplastadounpoco,perotienebuensabor.
Del bolsillo interior de su abrigo negro sacó una caja algo aplastada. Harry laabrió con dedos temblorosos. En el interior había un gran pastel de chocolatepegajoso,con«FelizCumpleaños,Harry»escritoenverde.
Harrymiróalgigante.Ibaadarlelasgracias,perolaspalabrasseperdieronensugargantay,enlugardeeso,dijo:
—¿Quiénesusted?Elgiganterióentredientes.—Es cierto, no me he presentado. Rubeus Hagrid, Guardián de las Llaves y
TerrenosdeHogwarts.ExtendióunamanogigantescaysacudiótodoelbrazodeHarry.—¿Quétaleseté,entonces?—dijo,frotándoselasmanos—.Peronodiríaqueno
sitienenalgomásfuerte.Sus ojos se clavaron en el hogar apagado, con las bolsas de patatas fritas
arrugadas,ydejóescaparunarisadespectiva.Seinclinóantelachimenea.Losdemásno podían ver qué estaba haciendo, pero cuando un momento después se dio lavuelta,habíaunfuegoencendido,que inundóde luz toda lahúmedacabaña.Harrysintióqueelcalorlocubríacomosiestuvierametidoenunbañocaliente.
Elgigantevolvióasentarseenelsofá,quesehundióbajosupeso,ycomenzóasacar toda clase de cosas de los bolsillos de su abrigo: una cazuela de cobre, unpaquetedesalchichas,unatizador,unatetera,variastazasagrietadasyunabotelladeun líquidocolorámbar,de laque tomóun tragoantesdeempezaraprepararel té.Muypronto,lacabañaestaballenadelaromadelassalchichascalientes.Nadiedijouna palabra mientras el gigante trabajaba, pero cuando sacó las primeras seissalchichasjugosasycalientes,Dudleycomenzóaimpacientarse.TíoVernondijoentonocortante:
—Notoquesnadaqueéltedé,Dudley.Elgigantelanzóunarisasombría.—Ese gordo pastel que es su hijo no necesita engordar más, Dursley, no se
preocupe.Le sirvió las salchichas a Harry, el cual estaba tan hambriento que pensó que
nuncahabíaprobadoalgotanmaravilloso,perotodavíanopodíaquitarlelosojosde
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encimaalgigante.Porúltimo,comonadieparecíadispuestoaexplicarnada,dijo:—Losiento,perotodavíasigosinsaberquiénesusted.Elgigantetomóunsorbodetéysesecólabocaconeldorsodelamano.—Llámame Hagrid —contestó—. Todos lo hacen. Y como te dije, soy el
guardiándelasllavesdeHogwarts.YalosabrástodosobreHogwarts,porsupuesto.—Pues…yono…—dijoHarry.Hagridparecíaimpresionado.—Lolamento—dijorápidamenteHarry.—¿Lo lamento? —preguntó Hagrid, volviéndose a mirar a los Dursley, que
retrocedieronhastaquedarocultospor lassombras—.¡Ellossonlosquetienenquedisculparse! Sabía que no estabas recibiendo las cartas, pero nunca pensé que nosupierasnadadeHogwarts. ¿Nunca te preguntastedónde lohabían aprendido todotuspadres?
—¿Elqué?—preguntóHarry.—¿ELQUÉ?—bramóHagrid—.¡Esperaunsegundo!Se puso de pie de un salto. En su furia parecía llenar toda la habitación. Los
Dursleyestabanagazapadoscontralapared.—¿Mevanadecir—rugióalosDursley—queestemuchacho,¡estemuchacho!,
nosabenada…sobreNADA?Harry pensó que aquello iba demasiado lejos. Después de todo, había ido al
colegioysusnotasnoerantanmalas.—Yoséalgunascosas—dijo—.Puedohacercuentasytodoeso.PeroHagridsimplementeagitólamano.—Merefieroanuestromundo.Tumundo.Mimundo.Elmundodetuspadres.—¿Quémundo?Hagridlomirócomosifueraaestallar.—¡DURSLEY!—bramó.Tío Vernon, que estaba muy pálido, susurró algo que sonaba como
mimblewimble.Hagrid,enfurecido,contemplóaHarry.—Perotútienesquesaberalgosobretumadreytupadre—dijo—.Quierodecir,
ellossonfamosos.Túeresfamoso.—¿Cómo?¿Mimadreymipadre…eranfamosos?¿Enserio?—Nosabías…no sabías…—Hagrid sepasó losdedospor el pelo, clavándole
unamiradadeasombro—.¿Deverdadnosabesloqueelloseran?—dijoporúltimo.Depronto,tíoVernonrecuperólavoz.—¡Deténgase!—ordenó—.¡Deténgaseahoramismo,señor! ¡Leprohíboque le
diganadaalmuchacho!UnhombremásvalientequeVernonDursleysehabríaacobardadoantelamirada
furiosaqueledirigióHagrid.Cuandoéstehabló,temblabaderabia.—¿No se lo ha dicho? ¿No le ha hablado sobre el contenido de la carta que
Dumbledoreledejó?¡Yoestabaallí!¡ViqueDumbledoreladejaba,Dursley!¿Yse
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lahaocultadodurantetodosestosaños?—¿Quéesloquemehanocultado?—dijoHarryentonoanhelante.—¡DETÉNGASE!¡SELOPROHÍBO!—rugiótíoVernonaterrado.TíaPetuniadejóescaparungemidodehorror.—Voy a romperles la cabeza—dijoHagrid—.Harry, debes saber que eres un
mago.Se produjo un silencio en la cabaña. Sólo podía oírse el mar y el silbido del
viento.—¿Quesoyqué?—dijoHarryconvozentrecortada.—Unmago—respondióHagrid,sentándoseotravezenelsofá,quecrujióyse
hundió—.Ymuy bueno, debo añadir, en cuanto te hayas entrenado un poco. Conunospadrescomolostuyos¿quéotracosapodíasser?Ycreoqueyaeshoradequeleaslacarta.
Harryextendiólamanoparacoger,finalmente,elsobreamarillento,dirigido,contintaverdeesmeraldaal«SeñorH.Potter,ElSuelodelaCabañaenlaRoca,ElMar».Sacólacartayleyó:
COLEGIOHOGWARTSDEMAGIA
Director:AlbusDumbledore(OrdendeMerlín,PrimeraClase,GranHechicero,JefedeMagos,Jefe
Supremo,ConfederaciónInternacionaldeMagos).
QueridoseñorPotter:Tenemoselplacerdeinformarledequedisponedeunaplazaenel
ColegioHogwartsdeMagia.Porfavor,observelalistadelequipoyloslibrosnecesarios.
Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuzaantesdel31dejulio.
Muycordialmente,
MinervaMcGonagallDirectoraadjunta
Laspreguntasestallabanen lacabezadeHarrycomofuegosartificiales,ynosabíacuáleralaprimera.Despuésdeunosminutos,tartamudeó:
—¿Quéquieredeciresodequeesperanmilechuza?—Gorgonasgalopantes, ahorameacuerdo—dijoHagrid,golpeándose la frente
con tanta fuerza como para derribar un caballo.De otro bolsillo sacó una lechuza
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(unalechuzadeverdad,vivayconlasplumasalgoerizadas),unagranplumayunrollodepergamino.Conlalenguaentrelosdientes,escribióunanotaqueHarrypudoleeralrevés.
QueridoseñorDumbledore:EntreguéaHarrysucarta.Lollevomañanaacomprarsuscosas.Eltiempoeshorrible.Esperoqueustedestébien.
Hagrid
Hagridenrollólanotayseladioalalechuza,quelacogióconelpico.Despuésfuehastalapuertaylanzóalalechuzaenlatormenta.Entoncesvolvióysesentó,comosiaquellofueratannormalcomohablarporteléfono.
Harrysediocuentadequeteníalabocaabiertaylacerrórápidamente.—¿Pordóndeiba?—dijoHagrid.PeroenaquelmomentotíoVernon,todavíacon
elrostrocolorceniza,peromuyenfadado,seacercóalachimenea.—Élnoirá—dijo.Hagridgruñó.—Megustaríaveraungranmugglecomousteddeteniéndoloaél—dijo.—¿Unqué?—preguntóinteresadoHarry.—Unmuggle—respondióHagrid—.Escomollamamosalagente«no-mágica»
como ellos. Y tuviste la mala suerte de crecer en una familia de losmás grandesmugglesquehayavisto.
—Cuandoloadoptamos,juramosqueíbamosadetenertodaesaporquería—dijotíoVernon—.¡Juramosquelaíbamosasacardeél!¡Unmago,nimásnimenos!
—¿Vosotros losabíais?—preguntóHarry—.¿Vosotrossabíaisqueyoera…unmago?
—¡Saber! —chilló de pronto tía Petunia—. ¡Saber! ¡Por supuesto que losabíamos!¿Cómonoibasaserlo,siendoloqueeramicondenadahermana?Oh,ellarecibióunacartacomoéstadeese…esecolegio,ydesapareció,yvolvíaacasaparalasvacacionesconlosbolsillosllenosderanas,yconvertíalastazasdetéenratas.Yoeralaúnicaquelaveíatalcomoera:¡unamonstruosidad!Peroparamimadreymipadre, oh no, para ellos era «Lily hizo esto» y «Lily hizo esto otro». ¡Estabanorgullososdetenerunabrujaenlafamilia!
Sedetuvopararespirarprofundamenteyluegocontinuó.Parecíaquehacíaañosquedeseabadecirtodoaquello.
—LuegoconocióaesePotterenelcolegioysefueronysecasaronytetuvieronati,yporsupuestoqueyosabíaqueibasaserigual,igualderaro,un…unanormal.¡Y luego, como si no fuera poco, hubo esa explosión y nosotros tuvimos quequedarnoscontigo!
Harrysehabíapuestomuypálido.Tanprontocomorecuperólavoz,preguntó:—¿Explosión?¡Medijisteisquehabíanmuertoenunaccidentedecoche!
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—¿ACCIDENTE DE COCHE?—rugió Hagrid dando un salto, tan enfadado que losDursleyvolvieronalrincón—.¿CómoibanapodermorirLilyyJamesPotterenunaccidentedecoche?¡Esoesunultraje!¡Unescándalo!¡QueHarryPotternoconozcasupropiahistoria,cuandocadachicodenuestromundoconocesunombre!
—Pero¿porqué?¿Quésucedió?—preguntóHarrycontonodeapremio.LafuriasedesvaneciódelrostrodeHagrid.Deprontoparecíanervioso.—Nuncahabría esperadoalgoasí—dijoenvozbajay conairepreocupado—.
Noteníaniidea.CuandoDumbledoremedijoquepodíatenerproblemasparallegarati,nosabíaqueseríahastaestepunto.Ah,Harry,nosésisoylapersonaapropiadaparadecírtelo,peroalguiendebehacerlo.NopuedesiraHogwartssinsaberlo.
LanzóunamiradadespectivaalosDursley.—Bueno, esmejorque sepas todo loqueyopuedodecirte…porquenopuedo
decírtelotodo.Esungranmisterio,almenosunaparte…Sesentó,mirófijamentealfuegoduranteunosinstantes,yluegocontinuó.—Comienza,supongo,con…conunapersonallamada…peroesincreíblequeno
sepassunombre,todosennuestromundolosaben…—¿Quién?—Bueno…nomegustadecirelnombresipuedoevitarlo.Nadielodice.—¿Porquéno?—Gárgolasgalopantes,Harry,lagentetodavíatienemiedo.Vaya,estoesdifícil.
Mira, estaba esemago que se volvió…malo. Tanmalo como te puedas imaginar.Peor.Peorquepeor.Sunombreera…
Hagridtragó,peronolesalíalavoz.—¿Quiereescribirlo?—sugirióHarry.—No…nosécómoseescribe.Estábien…Voldemort.—Hagridseestremeció
—.Nomelohagasrepetir.Detodosmodos,este…estemago,haceunosveinteaños,comenzóabuscarseguidores.Ylosconsiguió.Algunosporqueleteníanmiedo,otrossóloqueríanunpocodesupoder,porqueélibaconsiguiendopoder.Erandíasnegros,Harry.Nosesabíaenquiénconfiar,unonoseanimabaahacerseamigodemagosobrujasdesconocidos…Sucedíancosasterribles.Élseestabaapoderandodetodo.Porsupuesto,algunosseleopusieronyél losmató.Horrible.Unodelospocoslugaresseguros era Hogwarts. Hay que considerar que Dumbledore era el único al queQuien-tú-sabestemía.Noseatrevíaaapoderarsedelcolegio,noentonces,almenos.
»Ahorabien,tumadreytupadreeranlamejorbrujayelmejormagoqueyoheconocido nunca. ¡En su época de Hogwarts eran los primeros! Supongo que elmisterio es por quéQuien-tú-sabes nunca había tratado de ponerlos de su parte…ProbablementesabíaqueestabandemasiadocercadeDumbledoreparaquererteneralgoqueverconelLadoOscuro.
»Talvezpensóquepodíapersuadirlos…Oquizásimplementequeríaquitarlosdeenmedio.Loquetodossabenesqueélaparecióenelpueblodondevosotrosvivíais,eldíadeHalloween,hacediezaños.Túteníasunaño.Élfueavuestracasay…y…
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Depronto,Hagridsacóunpañuelomuysucioysesonó lanarizconunsonidocomoeldeunacorneta.
—Lo siento—dijo—. Pero es tan triste… pensar que tu madre y tu padre, lamejorgentedelmundoquepodríasencontrar…
»Quien-tú-sabes los mató. Y entonces… y ése es el verdadero misterio delasunto…tambiéntratódematarteati.Supongoquequeríahaceruntrabajolimpio,otal vez, para entonces, disfrutaba matando. Pero no pudo hacerlo. ¿Nunca tepreguntastecómotehicisteesamarcaenlafrente?Noesuncortecomún.Sucediócuandounapoderosamaldicióndiabólicatetocó.Fuelaqueterminócontumadre,tupadre y la casa, pero no funcionó contigo, y por eso eres famoso,Harry. Nadie aquien él hubiera decididomatar sobrevivió, nadie excepto tú, y eso que acabó conalgunasde lasmejoresbrujasyde losmejoresmagosdelaépoca(losMcKinnons,losBones,losPrewetts…)ytúerasmuypequeño.Perosobreviviste.
AlgomuydolorosoestabasucediendoenlamentedeHarry.MientrasHagridibaterminandolahistoria,viootravezlacegadoraluzverdeconmásclaridaddeloquelahabíarecordadoantesy,porprimeravezensuvida,seacordódealgomás,deunarisacruel,agudayfría.
Hagridlomirabacontristeza.—Yomismotesaquédelacasaenruinas,porordendeDumbledore.Ytellevé
conestagente…—Tonterías—dijotíoVernon.Harry dio un respingo. Casi había olvidado que los Dursley estaban allí. Tío
Vernon parecía haber recuperado su valor. Miraba con rabia a Hagrid y tenía lospuñoscerrados.
—Ahoraescuchaesto,chico—gruñó—:aceptoquehayaalgoextrañoacercadeti, probablemente nada que unos buenos golpes no curen. Y todo eso sobre tuspadres…Bien, eran raros, no lo niego y, enmi opinión, elmundo estámejor sinellos…Recibieron lo que buscaban, almezclarse con esos brujos…Es lo que yoesperaba:siempresupequeibanaterminarmal…
Pero en aquel momento Hagrid se levantó del sofá y sacó de su abrigo unparaguasrosado.ApuntandoatíoVernon,comoconunaespada,dijo:
—Leprevengo,Dursley,leestoyavisando,unapalabramásy…Anteelpeligrodeseralanceadopor lapuntadeunparaguasempuñadoporun
gigante barbudo, el valor de tío Vernon desapareció otra vez. Se aplastó contra laparedypermanecióensilencio.
—Asíestámejor—dijoHagrid,respirandocondificultadysentándoseotravezenelsofá,queaquellavezseaplastóhastaelsuelo.
Harry,entretanto,todavíateníapreguntasquehacer,cientosdeellas.—Pero¿quésucedióconVol…perdón,quierodecirconQuién-usted-sabe?—Buenapregunta,Harry.Desapareció.Sedesvaneció.Lamismanochequetrató
dematarte.Esotehizoaúnmásfamoso.Éseeselmayormisterio,sabes…Seestaba
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volviendomásymáspoderoso…¿Porquésefue?»Algunosdicenquemurió.Nocreoque lequede lo suficientedehumanopara
morir.Otrosdicenquetodavíaestáporahí,esperandoelmomento,peronolocreo.Lagente que estaba de su ladovolvió connosotros.Algunos salieron comode untrance.Nocreenquepudieranvolverahacerlosiélregresara.
»La mayor parte de nosotros cree que todavía está en alguna parte, pero queperdió sus poderes. Que está demasiado débil para seguir adelante. Porque algorelacionado contigo, Harry, acabó con él. Algo sucedió aquella noche que él nocontaba con que sucedería, no sé qué fue, nadie lo sabe… Pero algo relacionadocontigoloconfundió.
Hagrid miró a Harry con afecto y respeto, pero Harry, en lugar de sentirsecomplacidoyorgulloso, estaba casi segurodequehabíauna terrible equivocación.¿Unmago? ¿Él? ¿Cómo era posible?Había estado toda la vida bajo los golpes deDudley y elmiedoque le inspiraban tía Petunia y tíoVernon.Si realmente era unmago,¿porquénoloshabíaconvertidoensaposllenosdeverrugascadavezqueloencerraban en la alacena? Si alguna vez derrotó al más grande brujo del mundo,¿cómoesqueDudleysiemprepodíapegarlepatadascomosifueraunapelota?
—Hagrid—dijoconcalma—,creoqueestáequivocado.Nocreoqueyopuedaserunmago.
Parasusorpresa,Hagridserióentredientes.—Noeresunmago,¿eh?¿Nuncahacesquesucedancosascuandoestásasustado
oenfadado?Harrycontemplóelfuego.Sipensabaenello…todaslascosasrarasquehabían
hecho que sus tíos se enfadaran con él, habían sucedido cuando él, Harry, estabamolestooenfadado:perseguidoporlabandadeDudley,degolpesehabíaencontradofueradesualcance;temerosodeiralcolegioconaquelridículocortedepelo,éstelehabía crecido de nuevo y, la última vez que Dudley le pegó, ¿no se vengó de él,aunquesindarsecuentadeque loestabahaciendo?¿Nolehabíasoltadoencimalaboaconstrictor?
HarrymiródenuevoaHagrid,sonriendo,yvioqueelgigantelomirabaradiante.—¿Tedas cuenta?—dijoHagrid—.ConqueHarryPotter no es unmago…Ya
verás,serásmuyfamosoenHogwarts.PerotíoVernonnoibaarendirsesinluchar.—¿No le hemos dicho que no irá? —dijo con desagrado—. Irá a la escuela
secundaria Stonewall y nos dará las gracias por ello. Ya he leído esas cartas ynecesitarátodaclasedeporquerías:librosdehechizos,varitasy…
—Siélquiereir,ungranmugglecomoustednolodetendrá—gruñóHagrid—.¡DeteneralhijodeLilyyJamesPotterparaquenovayaaHogwarts!Estáloco.Sunombreestáapuntadocasidesdequenació.Iráalmejorcolegiodemagiadelmundo.Sieteañosallíynoseconoceráasímismo.Estaráconjóvenesdesumismaclase,lo
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queseráuncambio.YestaráconelmásgrandedirectorqueHogwartshayatenido:AlbusDumbled…
—¡NOVOYAPAGARPARAQUEALGÚNCHIFLADOVIEJOTONTOLEENSEÑETRUCOSDE
MAGIA!—gritótíoVernon.Pero aquella vez había ido demasiado lejos. Hagrid empuñó su paraguas y lo
agitósobresucabeza.—¡NUNCA…—bramó—INSULTE-A-ALBUS-DUMBLEDORE-EN-MI-PRESENCIA!
AgitóelparaguasenelaireparaapuntaraDudley.Seprodujounrelámpagodeluzvioleta,unsonidocomodeunpetardo,unagudochillidoy,almomentosiguiente,Dudley saltaba, con las manos sobre su gordo trasero, mientras gemía de dolor.Cuandolesdiolaespalda,Harryviounarizadacoladecerdoquesalíaatravésdeunagujeroenlospantalones.
TíoVernonrugió.EmpujóatíaPetuniayaDudleyalaotrahabitación,lanzóunaúltimamiradaaterrorizadaaHagridycerróconfuerzalapuertadetrásdeellos.
Hagridmirósuparaguasysetiródelabarba.—Nodeberíaenfadarme—dijoconpesar—,peroa lomejornohafuncionado.
Quiseconvertirloenuncerdo,perosupongoqueyaseparecemuchoauncerdoynohabíamuchoporhacer.
MiródereojoaHarry,bajosuscejaspobladas.—TeagradeceríaquenolemencionarasestoanadiedeHogwarts—dijo—.Yo…
bien,nomeestápermitidohacermagia,hablandoestrictamente.Conseguípermisopara hacer un poquito, para que te llegaran las cartas y todo eso…Era una de lasrazonesporlasquequeríaestetrabajo…
—¿Porquénoleestápermitidohacermagia?—preguntóHarry.—Bueno…yofuitambiénaHogwartsy,sihedeserfranco,meexpulsaron.En
elterceraño.Merompieronlavaritaendos.PeroDumbledoredejóquemequedaracomoguardabosques.Esungranhombre.
—¿Porquéloexpulsaron?—Se está haciendo tarde y tenemos muchas cosas que hacer mañana —dijo
Hagridenvozalta—.Tenemosqueira laciudadyconseguirte los librosytodolodemás.
SequitósugruesoabrigonegroyseloentregóaHarry.—Puedes taparteconesto—dijo—.No tepreocupessialgoseagita.Creoque
todavíatengolironesenunbolsillo.
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H
Capítulo5
ElcallejónDiagon
ARRYsedespertótempranoaquellamañana.Aunquesabíaqueyaeradedía,manteníalosojosmuycerrados.
«Hasidounsueño—sedijoconfirmeza—.SoñéqueungigantellamadoHagridvinoadecirmequevoya irauncolegiodemagos.Cuandoabralosojosestaréencasa,enmialacena.»
Seprodujounsúbitogolpeteo.«Y ésa es tía Petunia llamando a la puerta», pensó Harry con el corazón
abrumado.Perotodavíanoabriólosojos.Habíasidounsueñotanbonito…Toc.Toc.Toc.—Estábien—rezongóHarry—.Yamelevanto.Se incorporó y se le cayó el pesado abrigo negro deHagrid. La cabaña estaba
iluminadaporel sol, la tormentahabíapasado,Hagridestabadormidoenel sofáyhabíaunalechuzagolpeandoconsupataenlaventana,conunperiódicoenelpico.
Harrysepusodepie,tanfelizcomosiungrangloboseexpandieraensuinterior.Fue directamente a la ventana y la abrió. La lechuza bajó en picado y dejó elperiódicosobreHagrid,quenosedespertó.EntonceslalechuzaseposóenelsueloycomenzóaatacarelabrigodeHagrid.
—Nohagaseso.Harry tratódeapartara la lechuza,peroéstacerróelpicoamenazadoramentey
continuóatacandoelabrigo.—¡Hagrid!—dijoHarryenvozalta—.Aquíhayunalechuza…—Págala—gruñóHagriddesdeelsofá.—¿Qué?—Quierequelepaguesportraerelperiódico.Buscaenlosbolsillos.El abrigo de Hagrid parecía hecho de bolsillos, con contenidos de todo tipo:
manojos de llaves, proyectiles de metal, bombones de menta, saquitos de té…
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FinalmenteHarrysacóunpuñadodemonedasdeaspectoextraño.—Dalecincoknuts—dijosoñolientoHagrid.—¿Knuts?—Esaspequeñasdebronce.Harry contó las cinco monedas y la lechuza extendió la pata, para que Harry
pudierameterlasmonedasenunabolsitadecueroquellevabaatada.Ysalióvolandoporlaventanaabierta.
Hagridbostezóconfuerza,sesentóysedesperezó.—Esmejorquenosdemosprisa,Harry.Tenemosmuchascosasquehacerhoy.
DebemosiraLondresacomprartodaslascosasdelcolegio.Harryestabadandolavueltaalasmonedasmágicasyobservándolas.Acababade
pensarenalgoquelehizosentirqueelglobodefelicidadensuinterioracababadepincharse.
—Mm…¿Hagrid?—¿Sí?—dijoHagrid,queseestabacalzandosuscolosalesbotas.—YonotengodineroyyaoísteatíoVernonanoche,novaapagarparaquevaya
aaprendermagia.—No te preocupes por eso—dijoHagrid, poniéndose de pie y golpeándose la
cabeza—.¿Nocreerásquetuspadresnotedejaronnada?—Perosisucasafuedestruida…—¡Ellosnoguardabaneloroen lacasa,muchacho!No, laprimeraparadapara
nosotrosesGringotts.Elbancodelosmagos.Comeunasalchicha,fríasnoestánmal,ynomenegaréaunpedacitodetupasteldecumpleaños.
—¿Losmagostienenbancos?—Sólouno.Gringotts.Lodirigenlosduendes.Harrydejócaerelpedazodesalchichaquelequedaba.—¿Duendes?—Ajá…Así uno tendría que estar loco para intentar robarlos, puedo decírtelo.
Nuncatemetasconlosduendes,Harry.Gringottsesellugarmássegurodelmundoparaloquequierasguardar,exceptotalvezHogwarts.Porotraparte,teníaquevisitarGringotts de todos modos. Por Dumbledore. Asuntos de Hogwarts. —Hagrid seirguióconorgullo—.Engeneral,meutilizaparaasuntosimportantes.Buscarteati…sacarcosasdeGringotts…él sabequepuedeconfiarenmí.¿Lo tienes todo?Puesvamos.
HarrysiguióaHagridfueradelacabaña.Elcieloestabayaclaroyelmarbrillabaa la luz del sol. El bote que tíoVernon había alquilado todavía estaba allí, con elfondollenodeaguadespuésdelatormenta.
—¿Cómo llegaste aquí? —preguntó Harry, mirando alrededor, buscando otrobote.
—Volando—dijoHagrid.—¿Volando?
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—Sí…perovamosaregresarenesto.Nodeboutilizarlamagia,ahoraqueyateencontré.
Subieron al bote. Harry todavía miraba a Hagrid, tratando de imaginárselovolando.
—Sinembargo,mepareceunalástimatenerqueremar—dijoHagrid,dirigiendoa Harry una mirada de soslayo—. Si yo… apresuro las cosas un poquito, ¿teimportaríanomencionarloenHogwarts?
—Por supuesto que no—respondió Harry, deseoso de ver másmagia. Hagridsacóotravezelparaguasrosado,diodosgolpesenelbordedelboteysalieronatodavelocidadhacialaorilla.
—¿Por qué tendría que estar uno loco para intentar robar en Gringotts? —preguntóHarry.
—Hechizos…encantamientos—dijoHagrid,desdoblandosuperiódicomientrashablaba—…Dicenquehaydragonescustodiandolascámarasdemáximaseguridad.Yademás,hayquesaberencontrarelcamino.Gringottsestáacientosdekilómetrospor debajo deLondres, ¿sabes?Muypor debajo delmetro.Temorirías de hambretratandodesalir,aunquehubieraspodidorobaralgo.
Harry permaneció sentado pensando en aquello, mientras Hagrid leía superiódico,ElProfeta.HarryhabíaaprendidodesutíoVernonquealaspersonaslesgustaba que las dejaran tranquilas cuando hacían eso, pero eramuy difícil, porquenuncahabíatenidotantaspreguntasquehacerensuvida.
—ElMinisterio deMagia está confundiendo las cosas, como de costumbre—murmuróHagrid,dandolavueltaalahoja.
—¿HayunMinisteriodeMagia?—preguntóHarry,sinpodercontenerse.—Por supuesto —respondió Hagrid—. Querían que Dumbledore fuera el
ministro, claro, pero él nunca dejará Hogwarts, así que el viejo Cornelius Fudgeconsiguióeltrabajo.Nuncahaexistidonadietanchapucero.AsíqueenvíalechuzasaDumbledorecadamañana,pidiendoconsejos.
—Pero¿quéhaceunMinisteriodeMagia?—Bueno,sutrabajoprincipalesimpedirquelosmugglessepanquetodavíahay
brujasymagosportodoelpaís.—¿Porqué?—¿Porqué?Vaya,Harry,todosquerríansolucionesmágicasparasusproblemas.
No,mejorquenosdejentranquilos.Enaquelmomento,elbotediounlevegolpecontralapareddelmuelle.Hagrid
doblósuperiódicoysubieronlosescalonesdepiedrahacialacalle.LostranseúntesmirabanmuchoaHagrid,mientrasrecorríanelpueblecitocamino
delaestación,yHarrynoselopodíareprochar:Hagridnosóloeraeldobledealtoquecualquiera,sinoqueseñalabacosastotalmentecorrientes,comolosparquímetros,diciendoenvozalta:
—¿Veseso,Harry?Lascosasqueesosmugglesinventan,¿verdad?
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—Hagrid—dijo Harry, jadeando un pocomientras correteaba para seguirlo—,¿nodijistequehabíadragonesenGringotts?
—Bueno,esodicen—respondióHagrid—.Megustaríatenerundragón.—¿Tegustaríateneruno?—Quierounodesdequeeraniño…Yaestamos.Habíanllegadoalaestación.SalíauntrenparaLondrescincominutosmástarde.
Hagrid, que no entendía «el dineromuggle», como lo llamaba, dio lasmonedas aHarryparaquecompraralosbilletes.
La gente los miraba más que nunca en el tren. Hagrid ocupó dos asientos ycomenzóatejerloqueparecíaunacarpadecircocoloramarillocanario.
—¿Todavíatieneslacarta,Harry?—preguntó,mientrascontabalospuntos.Harrysacódelbolsilloelsobredepergamino.—Bien—dijoHagrid—.Hayunalistacontodoloquenecesitas.Harrydesdoblóotrahoja,quenohabíavistolanocheanterior,yleyó:
COLEGIOHOGWARTSDEMAGIA
UNIFORME
Losalumnosdeprimerañonecesitarán:Trestúnicassencillasdetrabajo(negras).Unsombreropuntiagudo(negro)parausodiario.Unpardeguantesprotectores(pieldedragónosemejante).Unacapadeinvierno(negra,conbrochesplateados).
(Todas las prendas de los alumnos deben llevar etiquetas con sunombre.)
LIBROS
Todoslosalumnosdebentenerunejemplardelossiguienteslibros:Libroreglamentariodehechizos,primercurso,MirandaGoshawk.Historiadelamagia,BathildaBagshot.Teoríamágica,AdalbertWaffling.Guíadetransformaciónparaprincipiantes,EmericSwitch.Milhierbasyhongosmágicos,PhyllidaSpore.Filtrosypocionesmágicas,ArseniusJigger.Animalesfantásticosydóndeencontrarlos,NewtScamander.LasFuerzasOscuras.Unaguíapara laautoprotección, QuentinTrimble.
RESTODELEQUIPO
1varita.1caldero(peltre,medida2).1juegoderedomasdevidrioocristal.
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1telescopio.1balanzadelatón.Losalumnostambiénpuedentraerunalechuza,ungatoounsapo.SERECUERDAALOSPADRESQUEALOSDEPRIMERAÑONOSELESPERMITE
TENERESCOBASPROPIAS.
—¿PodemoscomprartodoestoenLondres?—sepreguntóHarryenvozalta.—Sí,sisabesdóndeir—respondióHagrid.
HarrynohabíaestadoantesenLondres.AunqueHagridparecíasaberadóndeiban,eraevidentequenoestabaacostumbradoahacerlode laformaordinaria.Sequedóatascado en el torniquete de entrada al metro y se quejó en voz alta porque losasientoseranmuypequeñosylostrenesmuylentos.
—Nosécómolosmugglesselasarreglansinmagia—comentó,mientrassubíanporunaescaleramecánicaestropeadaqueloscondujoaunacallellenadetiendas.
Hagrideratancorpulentoqueseparabafácilmentea lamuchedumbre.LoúnicoqueHarryteníaquehacereramantenersedetrásdeél.Pasaronantelibreríasytiendasdemúsica,antehamburgueseríasycines,peroenningúnladoparecíaquevendieranvaritas mágicas. Era una calle normal, llena de gente normal. ¿De verdad habríacantidadesdeorodemagosenterradasdebajodeellos?¿Habíaallírealmentetiendasquevendíanlibrosdehechizosyescobas?¿Noseríaunabromapesadapreparadaporlos Dursley? Si Harry no hubiera sabido que los Dursley carecían de sentido delhumor, podría haberlo pensado. Sin embargo, aunque todo lo que le había dichoHagrideraincreíble,Harrynopodíadejardeconfiarenél.
—Es aquí —dijo Hagrid deteniéndose—. El Caldero Chorreante. Es un lugarfamoso.
Eraunbardiminutoydeaspectomugriento.SiHagridno lohubiera señalado,Harrynolohabríavisto.Lagente,quepasabaapresurada,nilomiraba.Susojosibandelagranlibrería,aunlado,alatiendademúsica,alotro,comosinopudieranverelCalderoChorreante.En realidad,Harry tuvo la extraña sensación de que sólo él yHagridloveían.Antesdequepudieradecirlo,Hagridlohizoentrar.
Para ser un lugar famoso, estaba muy oscuro y destartalado. Unas ancianasestaban sentadas en un rincón, tomando copitas de jerez.Unade ellas fumabaunalargapipa.Unhombrepequeñoquellevabaunsombrerodecopahablabaconelviejocantinero, que era completamente calvo y parecía una nuez blanda. El suavemurmullode lascharlassedetuvocuandoellosentraron.TodosparecíanconoceraHagrid. Lo saludaban con la mano y le sonreían, y el cantinero buscó un vasodiciendo:
—¿Lodesiempre,Hagrid?
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—No puedo, Tom, estoy aquí por asuntos de Hogwarts —respondió Hagrid,poniendolamanoenelhombrodeHarryyobligándoleadoblarlasrodillas.
—Buen Dios—dijo el cantinero, mirando atentamente a Harry—. ¿Es éste…puedeser…?
ElCalderoChorreantehabíaquedadosúbitamenteinmóvilyensilencio.—VálgameDios—susurróelcantinero—.HarryPotter…todounhonor.Salió rápidamentedelmostrador, corrióhaciaHarryy le estrechó lamano, con
losojosllenosdelágrimas.—Bienvenido,Harry,bienvenido.Harry no sabía qué decir. Todos lo miraban. La anciana de la pipa seguía
chupando,sindarsecuentadequeselehabíaapagado.Hagridestabaradiante.Entoncesseprodujoungranmovimientodesillasy,alminutosiguiente,Harryse
encontróestrechandolamanodetodoslosdelCalderoChorreante.—DorisCrockford,Harry.Nopuedocreerqueporfintehayaconocido.—Estoyorgullosa,Harry,muyorgullosa.—Siemprequiseestrechartumano…estoymuycomplacido.—Encantado, Harry, no puedo decirte cuánto. Mi nombre es Diggle, Dedalus
Diggle.—¡Yo lo he visto antes!—dijoHarry,mientrasDedalusDiggle dejaba caer su
sombreroacausadelaemoción—.Ustedmesaludóunavezenunatienda.—¡Merecuerda!—gritóDedalusDiggle,mirandoatodos—.¿Habéisoídoeso?
¡Seacuerdademí!Harryestrechómanosunayotravez.DorisCrockfordvolvióarepetirelsaludo.Unjovenpálidoseadelantó,muynervioso.Teníaunticenelojo.—¡ProfesorQuirrell!—dijoHagrid—.Harry,elprofesorQuirrell tedaráclases
enHogwarts.—P-P-Potter—tartamudeóel profesorQuirrell, apretando lamanodeHarry—.
N-nopue-e-dodecirtel-locontentoque-eestoydeco-conocerte.—¿Quéclasedemagiaenseñausted,profesorQuirrell?—D-DefensaContralasArtesO-Oscuras—murmuróelprofesorQuirrell,como
si no quisiera pensar en ello—. N-no es al-algo que t-tú n-necesites, ¿verdad, P-Potter? —Soltó una risa nerviosa—. Estás reuniendo el e-equipo, s-supongo. Yotengoqueb-buscarotrol-librodeva-vampiros.—Parecióaterrorizadoantelasimplemención.
Pero los demásnopermitieronque el profesorQuirrell acaparara aHarry.Éstetardómásdediezminutosendespedirsedeellos.Alfin,Hagridsehizooír.
—Tenemosqueirnos.Haymuchoquecomprar.Vamos,Harry.DorisCrockfordestrechólamanodeHarryunaúltimavezyHagridselollevóa
travésdelbarhastaunpequeñopatiocerrado,dondenohabíamásqueuncubodebasurayhierbajos.
HagridmirósonrienteaHarry.
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—Te lo dije, ¿verdad? Te dije que eras famoso. Hasta el profesor Quirrelltemblabaalconocerte,aunquetediréquehabitualmentetiembla.
—¿Estásiempretannervioso?—Oh,sí.Pobrehombre.Unamentebrillante.Estababienmientrasestudiabaesos
libros de vampiros, pero entonces cogió un año de vacaciones, para tenerexperienciasdirectas…Dicenqueencontróvampirosen laSelvaNegrayque tuvoundesagradableproblemaconunahechicera…Ydesdeentoncesnoeselmismo.Seasustadelosalumnos,tienemiedodesupropiaasignatura…Ahora¿adóndevamos,paraguas?
¿Vampiros?¿Hechiceras?LacabezadeHarryerauntorbellino.Hagrid,mientrastanto,contabaladrillosenlapared,encimadelcubodebasura.
—Tres arriba… dos horizontales…—murmuraba—. Correcto. Un paso atrás,Harry.
Diotresgolpesalapared,conlapuntadesuparaguas.Elladrilloquehabíatocadoseestremeció,seretorcióyenelmedioaparecióun
pequeño agujero, que se hizo cada vezmás ancho.Un segundomás tarde estabancontemplandounpasajeabovedadolobastantegrandehastaparaHagrid,unpasoquellevabaaunacalleconadoquines,queserpenteabahastaquedarfueradelavista.
—Bienvenido—dijoHagrid—alcallejónDiagon.SonrióanteelasombrodeHarry.Entraronenelpasaje.Harrymirórápidamente
porencimadesuhombroyvioquelaparedvolvíaacerrarse.El sol brillaba iluminando numerosos calderos, en la puerta de la tienda más
cercana.«Calderos-TodoslosTamaños-Latón,Cobre,Peltre,Plata-Automáticos-Plegables»,decíaunrótuloquecolgabasobreellos.
—Sí, vas a necesitar uno—dijoHagrid— peromejor que vayamos primero aconseguireldinero.
Harrydeseótenerochoojosmás.Movíalacabezaentodasdireccionesmientrasibancallearriba,tratandodemirartodoalmismotiempo:lastiendas,lascosasqueestaban fuera y la gente haciendo compras. Una mujer regordeta negaba con lacabeza en la puerta de una droguería cuando ellos pasaron, diciendo: «Hígado dedragónadieciséissickleslaonza,estánlocos…»
Un suave ulular llegaba de una tienda oscura que tenía un rótulo que decía:«Emporiode laLechuza.Colorpardo, castaño, gris yblanco.»Varios chicosde laedaddeHarrypegabanlanarizcontraunescaparatellenodeescobas.«Mirad—oyóHarry que decía uno—, la nueva Nimbus 2000, la más veloz.» Algunas tiendasvendían ropa; otras, telescopios y extraños instrumentos de plata queHarry nuncahabía visto. Escaparates repletos de bazos de murciélagos y ojos de anguilas,tambaleantesmontonesde librosdeencantamientos,plumasyrollosdepergamino,frascosconpociones,globosconmapasdelaluna…
—Gringotts—dijoHagrid.
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Habían llegado a un edificio, blanco como la nieve, que se alzaba sobre laspequeñastiendas.Delantedelaspuertasdebroncepulido,conununiformecarmesíydorado,había…
—Sí, eso es un duende —dijo Hagrid en voz baja, mientras subían por losescalonesdepiedrablanca.ElduendeeraunacabezamásbajoqueHarry.Teníaunrostromorenoeinteligente,unabarbapuntiaguday,Harrypudonotarlo,dedosypiesmuylargos.Cuandoentraronlossaludó.Entoncesencontraronotraspuertasdobles,estavezdeplata,conunaspalabrasgrabadasencimadeellas.
Entra,desconocido,perotencuidadoConloqueleesperaalpecadodelacodicia,Porqueaquellosquecogen,peronoselohanganado,Deberánpagarencambiomuchomás,AsíquesibuscaspordebajodenuestrosueloUntesoroquenuncafuetuyo,Ladrón,tehemosadvertido,tencuidadoDeencontraraquíalgomásqueuntesoro.
—Comotedije,hayqueestarlocoparaintentarrobaraquí—dijoHagrid.Dosduendesloshicieronpasarporlaspuertasplateadasyseencontraronenun
amplio vestíbulo de mármol. Un centenar de duendes estaban sentados en altostaburetes, detrás de un largo mostrador, escribiendo en grandes libros de cuentas,pesandomonedasenbalanzasdecobreyexaminandopiedraspreciosascon lentes.Laspuertasdesalidadelvestíbuloerandemasiadasparacontarlas,yotrosduendesguiabanalagenteparaentrarysalir.HagridyHarryseacercaronalmostrador.
—Buenosdías—dijoHagridaunduendedesocupado—.HemosvenidoasacaralgúndinerodelacajadeseguridaddelseñorHarryPotter.
—¿Tienesullave,señor?—La tengo por aquí—dijo Hagrid, y comenzó a vaciar sus bolsillos sobre el
mostrador,desparramandounpuñadodegalletasdeperrosobreel librodecuentasdelduende.Éstefrunciólanariz.Harryobservóalduendequeteníaaladerecha,quepesabaunosrubíestangrandescomocarbonesbrillantes.
—Aquíestá—dijofinalmenteHagrid,enseñandounapequeñallavedorada.Elduendelaexaminódecerca.—Pareceestartodoenorden.—Y también tengo una carta del profesorDumbledore—dijoHagrid, dándose
importancia—.Essobrelo-que-usted-sabe,enlacámarasetecientostrece.Elduendeleyólacartacuidadosamente.—Muy bien—dijo, devolviéndosela a Hagrid—. Voy a hacer que alguien los
acompañeabajo,alasdoscámaras.¡Griphook!Griphookeraotroduende.CuandoHagridguardótodas lasgalletasdeperroen
susbolsillos,élyHarrysiguieronaGriphookhaciaunadelaspuertasdesalidadel
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vestíbulo.—¿Quéeslo-que-usted-sabeenlacámarasetecientostrece?—preguntóHarry.—No te lopuedodecir—dijomisteriosamenteHagrid—.Esalgomuysecreto.
UnasuntodeHogwarts.Dumbledoremeloconfió.Griphook les abrió la puerta. Harry, que había esperado más mármoles, se
sorprendió. Estaban en un estrecho pasillo de piedra, iluminado con antorchas. Seinclinabahaciaabajoyhabíaunos raílesenel suelo.Griphooksilbóyunpequeñocarro llegó rápidamente por los raíles. Subieron (Hagrid con cierta dificultad) y sepusieronenmarcha.
Al principio fueron rápidamente a través de un laberinto de retorcidos pasillos.Harry trató de recordar, izquierda, derecha, derecha, izquierda, una bifurcación,derecha, izquierda, pero era imposible. El veloz carro parecía conocer su camino,porqueGriphooknolodirigía.
AHarry le escocían losojosde las ráfagasde aire frío, pero losmantuvomuyabiertos.Enunaocasión,leparecióverunestallidodefuegoalfinaldelpasilloysediolavueltaparaversieraundragón,peroerademasiadotarde.Ibancadavezmásabajo, pasando por un lago subterráneo en el que había gruesas estalactitas yestalagmitassaliendodeltechoydelsuelo.
—Nuncalohesabido—gritóHarryaHagrid,parahacerseoírsobreelestruendodelcarro—.¿Cuálesladiferenciaentreunaestalactitayunaestalagmita?
—Las estalagmitas tienen una eme—dijoHagrid—.Y nome hagas preguntasahora,creoquevoyamarearme.
Sucarasehabíapuestoverdey,cuandoelcarroporfinsedetuvo,antelapequeñapuertade lapareddelpasillo,Hagrid sebajóy tuvoque apoyarse contra lapared,paraquedejarandetemblarlelasrodillas.
Griphookabriólacerraduradelapuerta.Unaoleadadehumoverdelosenvolvió.Cuando se aclaró,Harry estaba jadeando.Dentro habíamontículos demonedas deoro.Montonesdemonedasdeplata.Montañasdepequeñosknutsdebronce.
—Todotuyo—dijoHagridsonriendo.Todo de Harry, era increíble. Los Dursley no debían de saberlo, o se habrían
apoderadodetodoenunabrirycerrardeojos.¿Cuántasvecessehabíanquejadodelo que les costaba mantener a Harry? Y durante todo aquel tiempo, una pequeñafortunaenterradadebajodeLondreslepertenecía.
HagridayudóaHarryaponerunacantidadenunabolsa.—Las de oro son galeones —explicó—. Diecisiete sickles de plata hacen un
galeón y veintinueve knuts equivalen a un sickle, es muy fácil. Bueno, esto serásuficienteparauncursoodos,dejaremoselrestoguardadoparati.—SevolvióhaciaGriphook—.Ahora,por favor, la cámara setecientos trece. ¿Ypodemos irunpocomásdespacio?
—Unasolavelocidad—contestóGriphook.
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Fueron más abajo y a mayor velocidad. El aire se volvió cada vez más frío,mientras doblaban por estrechos recodos. Llegaron entre sacudidas al otro lado deunahondonadasubterránea,yHarryseinclinóhaciaunladoparaverquéhabíaenelfondooscuro,peroHagridgruñóyloenderezó,cogiéndolodelcuello.
Lacámarasetecientostrecenoteníacerradura.—Unpasoatrás—dijoGriphook,dándose importancia.Tocó lapuertaconuno
de sus largos dedos y ésta desapareció—. Si alguien que no sea un duende deGringottslointenta,serásuccionadoporlapuertayquedaráatrapado—añadió.
—¿Cada cuánto tiempo comprueban que no se haya quedado nadie dentro?—quisosaberHarry.
—Másomenoscadadiezaños—dijoGriphook,conunasonrisamaligna.Algo realmente extraordinario tenía que haber en aquella cámara de máxima
seguridad,Harryestabaseguro,yse inclinóanhelante,esperandoverpor lomenosjoyasfabulosas,perolaprimeraimpresióneraqueestabavacía.Entoncesvioelsuciopaquetito, envuelto en papelmarrón, que estaba en el suelo. Hagrid lo cogió y loguardó en las profundidades de su abrigo. AHarry le hubiera gustado conocer sucontenido,perosabíaqueeramejornopreguntar.
—Vamos, regresemos en ese carro infernal y nome hables durante el camino;serámejorquemantengaslabocacerrada—dijoHagrid.
Después de la veloz trayectoria, salieron parpadeando a la luz del sol, fuera deGringotts. Harry no sabía adónde ir primero con su bolsa llena de dinero. Nonecesitabasabercuántosgaleoneshabíaenunalibra,paradarsecuentadequeteníamásdineroquenunca,másdineroinclusoqueelqueDudleytendríajamás.
—Tendríasquecomprarteeluniforme—dijoHagrid,señalandohacia«MadameMalkin,túnicasparatodaslasocasiones»—.Oye,Harry,¿teimportaquemedéunavueltaporelCalderoChorreante?DetestoloscarrosdeGringotts.—Todavíaparecíamareado,asíqueHarryentrósoloenlatiendadeMadameMalkin,sintiéndosealgonervioso.
MadameMalkineraunabrujasonrienteyregordeta,vestidadecolormalva.—¿Hogwarts, guapo?—dijo, cuandoHarry empezó a hablar—.Tengomuchos
aquí…Enrealidad,otromuchachoseestáprobandoahora.Enelfondodelatienda,unniñoderostropálidoypuntiagudoestabadepiesobre
un escabel,mientras otra bruja le ponía alfileres en la larga túnica negra.MadameMalkinpusoaHarryenunescabelalladodelotro,ledeslizóporlacabezaunalargatúnicaycomenzóamarcarleellargoapropiado.
—Hola—dijoelmuchacho—.¿TambiénHogwarts?—Sí—respondióHarry.—Mipadreestáenlatiendadeallado,comprandomislibros,ymimadrehaido
callearribaparamirarlasvaritas—dijoelchico.Teníavozdeaburridoyarrastraba
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laspalabras—.Luegovoyaarrastrarlosamirarescobasdecarreras.Noséporquélosdeprimerañonopueden tenerunapropia.Creoquevoya fastidiaramipadrehastaquemecompreunaylameterédecontrabandodealgunamanera.
HarryrecordabaaDudley.—¿Tútienesescobapropia?—continuóelmuchacho.—No—dijoHarry.—¿Juegasalmenosalquidditch?—No—dijodenuevoHarry,preguntándosequédiablosseríaelquidditch.—Yo sí. Papá dice que sería un crimen que nome eligieran para jugar pormi
casa,ylaverdadesqueestoydeacuerdo.¿Yasabesenquécasavasaestar?—No—dijoHarry,sintiéndosecadavezmástonto.—Bueno,nadielosabrárealmentehastaquelleguemosallí,peroyoséqueseré
deSlytherin,porquetodamifamiliafuedeallí.¿TeimaginasestarenHufflepuff?Yocreoquemeiría,¿noteparece?
—Mmm—contestóHarry,deseandopoderdeciralgomásinteresante.—¡Oye, mira a ese hombre! —dijo súbitamente el chico, señalando hacia la
vidriera de delante.Hagrid estaba allí, sonriendo aHarry y señalando dos grandeshelados,paraquevieraporquénoentraba.
—Ése es Hagrid—dijo Harry, contento de saber algo que el otro no sabía—.TrabajaenHogwarts.
—Oh—dijo elmuchacho—,heoídohablar de él.Esuna especiede sirviente,¿no?
—Eselguardabosques—dijoHarry.Cadavezlegustabamenosaquelchico.—Sí,claro.Heoídodecirqueesunaespeciedesalvaje,queviveenunacabaña
en los terrenos del colegio y que de vez en cuando se emborracha.Trata de hacermagiayterminaprendiendofuegoasucama.
—Yocreoqueesestupendo—dijoHarryconfrialdad.—¿Esocrees?—preguntóelchicoentonoburlón—.¿Porquéestáaquícontigo?
¿Dóndeestántuspadres?—Estánmuertos—respondióenpocaspalabras.Noteníaganasdehablardeese
temaconél.—Oh,losiento—dijoelotro,aunquenoparecióqueleimportara—.Peroerande
nuestraclase,¿no?—Eranunmagoyunabruja,siesesoaloqueterefieres.—Realmentecreoquenodeberíandejarentraralosotros,¿noteparece?Noson
como nosotros, no los educaron para conocer nuestras costumbres.Algunos nuncahabíanoídohablardeHogwartshastaque recibieron lacarta,ya te imaginarás.Yocreoquedeberíaquedartodoenlasfamiliasdeantiguosmagos.Y,apropósito,¿cuálestuapellido?
PeroantesdequeHarrypudieracontestar,MadameMalkindijo:—Yaestálistolotuyo,guapo.
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YHarry,sinlamentartenerquedejardehablarconelchico,bajódelescabel.—Bien,teveréenHogwarts,supongo—dijoelmuchacho.Harry estaba muy silencioso, mientras comía el helado que Hagrid le había
comprado(chocolateyframbuesacontrozosdenueces).—¿Quésucede?—preguntóHagrid.—Nada—mintióHarry.Sedetuvieronacomprarpergaminoyplumas.Harryse
animóunpococuandoencontróunfrascodetintaquecambiabadecoloralescribir.Cuandosalierondelatienda,preguntó:
—Hagrid,¿quéeselquidditch?—Vaya,Harry,sigoolvidandolopocoquesabes…¡Nosaberquéeselquidditch!—Nomehagassentirpeor—dijoHarry.LecontóaHagridlodelchicopálidode
latiendadeMadameMalkin.—…ydijoquelagentedefamiliademugglesnodeberíanpoderir…—Túnoeresdeunafamiliamuggle.Sihubierasabidoquiéneres…Élhacrecido
conociendo tu nombre, si sus padres son magos. Ya lo has visto en el CalderoChorreante.De todosmodos,qué sabeél, algunosde losmejoresquehe conocidoeranlosúnicosconmagiaenunalargalíneademuggles.¡Miratumadre!¡Ymiralahermanaquetuvo!
—Entonces¿quéeselquidditch?—Es nuestro deporte. Deporte de magos. Es… como el fútbol en el mundo
muggle,todoslosiguen.Sejuegaenelaire,conescobas,yhaycuatropelotas…Esdifícilexplicartelasreglas.
—¿YquésonSlytherinyHufflepuff?—Casas del colegio. Hay cuatro. Todos dicen que en Hufflepuff son todos
inútiles,pero…—SeguroqueyoestaréenHufflepuff—dijoHarrydesanimado.—Es mejor Hufflepuff que Slytherin —dijo Hagrid con tono lúgubre—. Las
brujasylosmagosquesevolvieronmaloshabíanestadotodosenSlytherin.Quien-tú-sabesfueuno.
—¿Vol…perdón…Quien-tú-sabesestuvoenHogwarts?—Hacemuchosaños—respondióHagrid.CompraronloslibrosdeHarryenunatiendallamadaFlourishyBlotts,endonde
losestantesestabanllenosdelibroshastaeltecho.Habíaunosgrandiososforradosenpiel,otrosdeltamañodeunsello,contapasdeseda,otrosllenosdesímbolosrarosyunos pocos sin nada impreso en sus páginas. Hasta Dudley, que nunca leía nada,habríadeseadoteneralgunodeaquelloslibros.HagridcasituvoquearrastraraHarryparaquedejaraHechizosycontrahechizos (encanteasusamigosyconfundaasusenemigos con las más recientes venganzas: Pérdida de Cabello, Piernas deMantequilla,LenguaAtadaymás,muchomás),delprofesorVindictusViridian.
—EstabatratandodeaveriguarcómohechizaraDudley.
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—Noestoydiciendoquenoseaunabuenaidea,peronopuedesutilizarlamagiaenelmundomuggle,exceptoencircunstanciasmuyespeciales—dijoHagrid—.Y,de todosmodos, no podrías hacer ningún hechizo todavía, necesitarásmuchomásestudioantesdellegaraesenivel.
Hagrid tampoco dejó queHarry comprara un sólido caldero de oro (en la listadecíadepeltre)peroconsiguieronunabonitabalanzaparapesarlosingredientesdelas pociones y un telescopio plegable de cobre. Luego visitaron la droguería, tanfascinantecomoparahacerolvidarelhorriblehedor,unamezcladehuevospasadosyrepollopodrido.Enelsuelohabíabarrilesllenosdeunasustanciaviscosaybotesconhierbas.Raícessecasypolvosbrillantesllenabanlasparedes,ymanojosdeplumasehileras de colmillos y garras colgaban del techo. Mientras Hagrid preguntaba alhombrequeestabadetrásdelmostradorporunsurtidodeingredientesbásicosparapociones,Harryexaminabacuernosdeunicornioplateados,aveintiúngaleonescadauno,yminúsculosojosnegrosybrillantesdeescarabajos(cincoknutslacucharada).
Fueradeladroguería,HagridmiróotravezlalistadeHarry.—Sólo falta la varita… Ah, sí, y todavía no te he buscado un regalo de
cumpleaños.Harrysintióqueseruborizaba.—Notienesque…—Séquenotengoquehacerlo.Tediréquéserá, tecompraréunanimal.Noun
sapo,lossapospasarondemodahaceaños,seburlarán…ynomegustanlosgatos,mehacenestornudar.Tevoya regalaruna lechuza.Todos los chicosquieren tenerunalechuza.Sonmuyútiles,llevantucorrespondenciaytodolodemás.
Veinteminutosmástarde,salierondelEmporiodelaLechuza,queeraoscuroylleno de ojos brillantes, susurros y aleteos. Harry llevaba una gran jaula con unahermosalechuzablanca,mediodormida,conlacabezadebajodeunala.Ynodejódeagradecerelregalo,tartamudeandocomoelprofesorQuirrell.
—Ni lomenciones—dijoHagrid con aspereza—.No creo que los Dursley tehaganmuchosregalos.AhoranosquedasolamenteOllivander,elúnicolugardondevendenvaritas,ytendráslamejor.
Unavaritamágica…EsoeraloqueHarryrealmentehabíaestadoesperando.Laúltimatiendaeraestrechaydemalaspecto.Sobrelapuerta,enletrasdoradas,
se leía: «Ollivander: fabricantes de excelentes varitas desde el 382 a.C.» En elpolvorientoescaparate,sobreuncojíndedesteñidocolorpúrpura,seveíaunaúnicavarita.
Cuando entraron, una campanilla resonó en el fondode la tienda.Era un lugarpequeño y vacío, salvo por una silla larguirucha dondeHagrid se sentó a esperar.Harrysesentíaalgoextraño,comosihubieranentradoenunabibliotecamuyestricta.Setragóunacantidaddepreguntasqueseleacababandeocurrir,yenlugardeeso,miró lasmilesde estrechas cajas, amontonadas cuidadosamentehasta el techo.Por
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alguna razón, sintióunacomezónen lanuca.Elpolvoyel silencioparecíanhacerquelepicaraporalgunamagiasecreta.
—Buenastardes—dijounavozamable.Harry dio un salto. Hagrid también debió de sobresaltarse porque se oyó un
crujidoyselevantórápidamentedelasilla.Unancianoestabaanteellos;susojos,grandesypálidos,brillabancomolunasen
lapenumbradellocal.—Hola—dijoHarrycontorpeza.—Ah,sí—dijoelhombre—.Sí,sí,pensabaqueibaavertepronto.HarryPotter.
—Noeraunapregunta—.Tieneslosojosdetumadre.Parecequefueayereldíaenque ella vino aquí, a comprar su primera varita. Veintiséis centímetros de largo,elástica,desauce.Unapreciosavaritaparaencantamientos.
El señor Ollivander se acercó a Harry. El muchacho deseó que el hombreparpadeara.Aquellosojosplateadoseranunpocolúgubres.
—Tupadre,porotraparte,prefirióunavaritadecaoba.Veintiochocentímetrosymedio.Flexible.Unpoquitomáspoderosayexcelenteparatransformaciones.Bueno,hedichoquetupadrelaprefirió,peroenrealidadeslavaritalaqueeligealmago.
El señor Ollivander estaba tan cerca que él y Harry casi estaban nariz contranariz.Harrypodíaversureflejoenaquellosojosvelados.
—Yaquíesdonde…ElseñorOllivandertocólaluminosacicatrizdelafrentedeHarry,conunlargo
dedoblanco.—Lamento decir que yo vendí la varita que hizo eso —dijo amablemente—.
Treintaycuatrocentímetrosycuarto.Unavaritapoderosa,muypoderosa,yen lasmanos equivocadas…Bueno, si hubiera sabido lo que esa varita iba a hacer en elmundo…
Negóconlacabezayentonces,paraaliviodeHarry,fijósuatenciónenHagrid.—¡Rubeus! ¡Rubeus Hagrid! Me alegro de verlo otra vez… Roble, cuarenta
centímetrosymedio,flexible…¿Eraasí?—Asíera,sí,señor—dijoHagrid.—Buenavarita.Pero supongoque lapartieronendoscuando lo expulsaron—
dijoelseñorOllivander,súbitamentesevero.—Eh…, sí, eso hicieron, sí —respondió Hagrid, arrastrando los pies—. Sin
embargo,todavíatengolospedazos—añadióconvivacidad.—Peronolosutiliza,¿verdad?—preguntóentonosevero.—Oh,no,señor—dijoHagridrápidamente.Harrysediocuentadequesujetaba
confuerzasuparaguasrosado.—Mmm—dijoelseñorOllivander,lanzandounamiradainquisidoraaHagrid—.
Bueno, ahora, Harry… Déjame ver.—Sacó de su bolsillo una cinta métrica, conmarcasplateadas—.¿Conquébrazocogeslavarita?
—Eh…bien,soydiestro—respondióHarry.
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—Extiende tubrazo.Esoes.—MidióaHarrydelhombroaldedo, luegode lamuñecaalcodo,delhombroalsuelo,delarodillaalaaxilayalrededordesucabeza.Mientras medía, dijo—: Cada varita Ollivander tiene un núcleo central de unapoderosasustanciamágica,Harry.Utilizamospelosdeunicornio,plumasdecoladefénixynerviosdecorazóndedragón.NohaydosvaritasOllivanderiguales,comonohaydosunicornios,dragonesoavesfénixiguales.Y,porsupuesto,nuncaobtendrástanbuenosresultadosconlavaritadeotromago.
Depronto,Harrysediocuentadequelacintamétrica,queenaquelmomentolemedíaentrelasfosasnasales,lohacíasola.ElseñorOllivanderestabarevoloteandoentrelosestantes,sacandocajas.
—Esto ya está—dijo, y la cintamétrica se enrolló en el suelo—.Bien,Harry.Pruebaésta.Maderadehayaynerviosdecorazóndedragón.Veintitréscentímetros.Bonitayflexible.Cógelayagítala.
Harrycogió lavaritay (sintiéndose tonto) laagitóasualrededor,peroelseñorOllivanderselaquitócasideinmediato.
—Arceyplumadefénix.Diecisietecentímetrosycuarto.Muyelástica.Prueba…Harry probó, pero tan pronto como levantó el brazo el señor Ollivander se la
quitó.—No, no… Ésta. Ébano y pelo de unicornio, veintiún centímetros y medio.
Elástica.Vamos,vamos,inténtalo.Harrylointentó.NoteníaniideadeloqueestababuscandoelseñorOllivander.
Lasvaritasyaprobadas,queestabansobrelasilla,aumentabanpormomentos,perocuantasmásvaritassacabaelseñorOllivander,máscontentoparecíaestar.
—Qué cliente tan difícil, ¿no? No te preocupes, encontraremos a tu parejaperfecta por aquí, en algún lado.Me pregunto… sí, por qué no, una combinaciónpocousual,aceboyplumadefénix,veintiochocentímetros,bonitayflexible.
Harrytocólavarita.Sintióunsúbitocalorenlosdedos.Levantólavaritasobresucabeza, la hizo bajar por el aire polvoriento, y una corriente de chispas rojas ydoradasestallaronenlapuntacomofuegosartificiales,arrojandomanchasdeluzquebailabanenlasparedes.HagridlovitoreóyaplaudióyelseñorOllivanderdijo:
—¡Oh,bravo!Oh,sí,oh,muybien.Bien,bien,bien…Quécurioso…Realmentequécurioso…
Puso la varita deHarry en su caja y la envolvió en papel de embalar, todavíamurmurando:«Curioso…muycurioso.»
—Perdón—dijoHarry—.Pero¿quéestancurioso?ElseñorOllivanderfijóenHarrysumiradapálida.—Recuerdocadavaritaquehevendido,HarryPotter.Cadaunadelasvaritas.Y
resulta que la cola de fénix de donde salió la pluma que está en tu varita dio otrapluma, sólo una más. Y realmente es muy curioso que estuvieras destinado a esavarita,cuandofuesuhermanalaquetehizoesacicatriz.
Harrytragó,sinpoderhablar.
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—Sí,veintiochocentímetros.Ajá.Realmentecuriosocómosucedenestascosas.Lavaritaescogealmago,recuérdalo…Creoquedebemosesperargrandescosasdeti, Harry Potter… Después de todo, El-que-no-debe-ser-nombrado hizo grandescosas…Terribles,sí,perograndiosas.
Harry se estremeció. No estaba seguro de que el señor Ollivander le gustaramucho.PagósietegaleonesdeoroporsuvaritayelseñorOllivanderlosacompañóhastalapuertadesutienda.
Alatardecer,conelsolmuybajoenelcielo,HarryyHagridemprendieronsucaminootra vez por el callejón Diagon, a través de la pared, y de nuevo por el CalderoChorreante,yavacío.Harrynohablómientrassalíanalacalleynisiquieranotólacantidaddegentequesequedabaconlabocaabiertaalverlosenelmetro,cargadosconunaseriedepaquetesdeformasrarasyconlalechuzadormidaenelregazodeHarry. Subieron por la escaleramecánica y entraron en la estación de Paddington.HarryacababadedarsecuentadedóndeestabancuandoHagridlegolpeóelhombro.
—Tenemostiempoparaquecomasalgoantesdequesalgaeltren—dijo.Le compró una hamburguesa a Harry y se sentaron a comer en unas sillas de
plástico.Harrymiróasualrededor.Dealgunamanera,todoleparecíamuyextraño.—¿Estásbien,Harry?Teveomuysilencioso—dijoHagrid.Harrynoestabasegurodepoderexplicarlo.Habíatenidoelmejorcumpleañosde
suviday,sinembargo,masticósuhamburguesa,intentandoencontrarlaspalabras.—Todoscreenquesoyespecial—dijofinalmente—.TodaesagentedelCaldero
Chorreante, el profesor Quirrell, el señor Ollivander… Pero yo no sé nada sobremagia. ¿Cómo pueden esperar grandes cosas? Soy famoso y ni siquiera puedorecordarporquésoyfamoso.NoséquésucediócuandoVol…Perdón,quierodecir,lanocheenquemispadresmurieron.
Hagrid se inclinó sobre lamesa. Detrás de la barba enmarañada y las espesascejashabíaunasonrisamuybondadosa.
—No te preocupes, Harry. Aprenderás muy rápido. Todos son principiantescuandoempiezanenHogwarts.Vasaestarmuybien.Sencillamentesétúmismo.Séqueesdifícil.Hasestadolejosyesosiempreesduro.PerovasapasarlomuybienenHogwarts,yolopaséy,enrealidad,todavíalopaso.
HagridayudóaHarryasubiraltrenquelollevaríahastalacasadelosDursleyyluegoleentregóunsobre.
—TubilleteparaHogwarts—dijo—.Elunodeseptiembre,enKingsCross.Estátodoenelbillete.CualquierproblemaconlosDursleyymeenvíasunacartacontulechuza,ellasabráencontrarme…Teverépronto,Harry.
Eltrenarrancódelaestación.HarrydeseabaveraHagridhastaqueseperdieradevista.Selevantódelasientoyapretólanarizcontralaventanilla,peroparpadeóyHagridyanoestaba.
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E
Capítulo6
Elviajedesdeelandénnueveytrescuartos
LúltimomesdeHarryconlosDursleynofuedivertido.EsciertoqueDudleyleteníamiedoynosequedabaconélenlamismahabitación,yquetíaPetunia
y tío Vernon no lo encerraban en la alacena ni lo obligaban a hacer nada ni legritaban. En realidad, ni siquiera le dirigían la palabra.Mitad aterrorizados,mitadfuriosos,secomportabancomosilasillaqueHarryocupabaestuvieravacía.Aunqueaquellosignificabaunamejoraenmuchosaspectos,despuésdeuntiemporesultabaunpocodeprimente.
Harrysequedabaensuhabitación,consunuevalechuzaporcompañía.DecidióllamarlaHedwig,unnombrequeencontróenUnahistoriadelamagia.Loslibrosdelcolegio eran muy interesantes. Por la noche leía en la cama hasta tarde, mientrasHedwig entraba y salía a su antojo por la ventana abierta. Era una suerte que tíaPetuniayanoentraraenlahabitación,porqueHedwigllevabaratonesmuertos.Cadanoche,antesdedormir,Harrymarcabaotrodíaen lahojadepapelque teníaen lapared,hastaelunodeseptiembre.
Elúltimodíadeagostopensóqueeramejorhablarconsustíosparapoderiralaestación de King's Cross, al día siguiente. Así que bajó al salón, donde estabanviendolatelevisión.Seaclarólagarganta,paraquesupieranqueestabaallí,yDudleygritóysaliócorriendo.
—Hum…¿TíoVernon?TíoVernongruñó,parademostrarqueloescuchaba.—Hum…necesitoestarmañanaenKing'sCrosspara…parairaHogwarts.TíoVernongruñóotravez.—¿Podríaserquemelleveshastaallí?Otrogruñido.Harryinterpretóquequeríadecirsí.—Muchasgracias.Estabaapuntodevolverasubirlaescalera,cuandotíoVernonfinalmentehabló.
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—Qué forma curiosa de ir a una escuela de magos, en tren. ¿Las alfombrasmágicasestarántodaspinchadas?
Harrynocontestónada.—¿Ydóndequedaesecolegio,detodosmodos?—Nolosé—dijoHarry,dándosecuentadeesoporprimeravez.Sacódelbolsillo
el billete queHagrid le había dado—.Tengo que coger el tren que sale del andénnueveytrescuartos,alasoncedelamañana—leyó.
Sustíoslomiraronasombrados.—¿Andénqué?—Nueveytrescuartos.—Nodigasestupideces—dijotíoVernon—.Nohayningúnandénnueveytres
cuartos.—Esodicemibillete.—Equivocados—dijo tíoVernon—.Totalmente locos, todosellos.Ya loverás.
Túespera.Muybien,tellevaremosaKing'sCross.Detodosmodos,tenemosqueiraLondresmañana.Sino,nomemolestaría.
—¿Por qué vais a Londres? —preguntó Harry, tratando de mantener el tonoamistoso.
—LlevamosaDudleyalhospital—gruñó tíoVernon—.Paraque lequitenesamalditacolaantesdequevayaaSmeltings.
A lamañana siguiente,Harry sedespertó a las cinco, tan emocionadoe ilusionadoquenopudovolveradormir.Selevantóysepusolostejanos:noqueríaandarporlaestaciónconsutúnicademago,yasecambiaríaeneltren.MiróotravezsulistadeHogwarts para estar seguro de que tenía todo lo necesario, se ocupó de meter aHedwigensujaulayluegosepaseóporlahabitación,esperandoquelosDursleyselevantaran.Doshorasmástarde,elpesadobaúldeHarryestabacargadoenelcochedelosDursleyytíaPetuniahabíahechoqueDudleysesentaraconHarry,parapodermarchar.
LlegaronaKing'sCrossalasdiezymedia.TíoVernoncargóelbaúldeHarryenuncarritoylollevóporlaestación.Harrypensóqueeraunararaamabilidad,hastaquetíoVernonsedetuvo,mirandolosandenesconunasonrisaperversa.
—Bueno, aquí estás,muchacho.Andén nueve, andén diez…Tu andén deberíaestarenelmedio,peroparecequeaúnnolohanconstruido,¿no?
Tenía razón, por supuesto.Había un gran número nueve, de plástico, sobre unandén,unnúmerodiezsobreelotroy,enelmedio,nada.
—Quetengasunbuencurso—dijotíoVernonconunasonrisaaúnmástorva.Semarchósindecirunapalabramás.HarrysevolvióyvioquelosDursleysealejaban.Lostressereían.Harrysintiólabocaseca.¿Quéharía?Estaballamandolaatención,acausadeHedwig.Tendríaquepreguntarleaalguien.
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Detuvoaunguardaquepasaba,peronoseatrevióamencionarelandénnueveytrescuartos.ElguardanuncahabíaoídohablardeHogwarts,ycuandoHarrynopudodecirle enquéparte del país quedaba, comenzó amolestarse, como si pensara queHarrysehacíaeltontoapropósito.Sinsaberquéhacer,Harrylepreguntóporeltrenquesalíaalasonce,peroelguardaledijoquenohabíaninguno.Alfinal,elguardasealejó,murmurandoalgosobrelagentequehacíaperdereltiempo.Segúnelgranrelojquehabíasobrelatabladehorariosdellegada,teníadiezminutosparacogereltrenaHogwartsynoteníaideadequépodíahacer.Estabaenmediodelaestaciónconunbaúlquecasinopodía transportar,unbolsillo llenodemonedasdemagoyunajaulaconunalechuza.
Hagriddebiódeolvidardecirlealgoque teníaquehacer,comodarungolpealtercerladrillodelaizquierdaparaentrarenelcallejónDiagon.Sepreguntósideberíasacarsuvaritaycomenzaragolpearlataquilla,entrelosandenesnueveydiez.
En aquel momento, un grupo de gente pasó por su lado y captó unas pocaspalabras.
—…llenodemuggles,porsupuesto…Harry se volvió para verlos. La que hablaba era una mujer regordeta, que se
dirigía a cuatro muchachos, todos con pelo de llameante color rojo. Cada unoempujabaunbaúl,comoHarry,yllevabanunalechuza.
Conelcorazónpalpitante,Harryempujóelcarritodetrásdeellos.Sedetuvieronylosimitó,parándoselobastantecercaparaescucharloquedecían.
—Yahora,¿cuáleselnúmerodelandén?—dijolamadre.—¡Nueveytrescuartos!—dijolavozagudadeunaniña,tambiénpelirroja,que
ibadelamanodelamadre—.Mamá,¿nopuedoir…?—No tienes edad suficiente, Ginny. Ahora estáte quieta. Muy bien, Percy, tú
primero.Elqueparecíaelmayordeloschicossedirigióhacialosandenesnueveydiez.
Harryobservaba,procurandonoparpadearparanoperdersenada.Perojustocuandoelmuchacho llegó a la división de los dos andenes, una larga caravana de turistaspasófrenteaély,cuandosealejaron,elmuchachohabíadesaparecido.
—Fred,ereselsiguiente—dijolamujerregordeta.—No soy Fred, soy George—dijo el muchacho—. ¿De veras, mujer, puedes
llamartenuestramadre?¿NotedascuentadequeyosoyGeorge?—Losiento,George,cariño.—Estaba bromeando, soy Fred —dijo el muchacho, y se alejó. Debió pasar,
porqueunsegundomástardeyanoestaba.Pero¿cómolohabíahecho?Suhermanogemelo fue tras él: el tercer hermano iba rápidamentehacia la taquilla (estaba casiallí)yluego,súbitamente,noestabaenningunaparte.
Nohabíanadiemás.—Discúlpeme—dijoHarryalamujerregordeta.—Hola,querido—dijo—.PrimerañoenHogwarts,¿no?Rontambiénesnuevo.
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Señalóalúltimoymenordesushijosvarones.Eraalto,flacuchoypecoso,conmanosypiesgrandesyunalarganariz.
—Sí—dijoHarry—.Loquepasaesque…esquenosécómo…—¿Comoentrarenelandén?—preguntóbondadosamente,yHarryasintióconla
cabeza.—Notepreocupes—dijo—.Loúnicoquetienesquehaceresandarrectohaciala
barreraqueestáentrelosdosandenes.Notedetengasynotengasmiedodechocar,esoesmuyimportante.Lomejoresirdeprisa,siestásnervioso.Veahora,veantesqueRon.
—Hum…Deacuerdo—dijoHarry.Empujósucarritoysedirigióhacialabarrera.Parecíamuysólida.Comenzó a andar.Lagente que andaba a su alrededor iba al andénnueveo al
diez.Fuemásrápido.Ibaachocarcontralataquillaytendríaproblemas.Seinclinósobreelcarritoycomenzóacorrer(labarreraseacercabacadavezmás).Yanopodíadetenerse (el carrito estaba fuera de control), ya estaba allí… Cerró los ojos,preparadoparaelchoque…
Peronollegó.Siguiórodando.Abriólosojos.Unalocomotoradevapor,decolorescarlata,esperabaenelandénllenodegente.
Un rótulo decía: «Expreso de Hogwarts, 11 h.» Harry miró hacia atrás y vio unaarcadadehierrodondedebíaestarlataquilla,conlaspalabras«AndénNueveyTresCuartos».
Lohabíalogrado.El humode la locomotora se elevaba sobre las cabezas de la ruidosamultitud,
mientrasquegatosde todos loscolores ibanyveníanentre laspiernasde lagente.Las lechuzasse llamabanunasaotras,conunmalhumoradoulular,porencimadelruidodelascharlasyelmovimientodelospesadosbaúles.
Losprimerosvagonesyaestabanrepletosdeestudiantes,algunosasomadosporlasventanillasparahablarconsusfamiliares,otrosdiscutiendosobrelosasientosqueibanaocupar.Harryempujósucarritoporelandén,buscandounasientovacío.Pasóalladodeunchicodecararedondaquedecía:
—Abuelita,hevueltoaperdermisapo.—Oh,Neville—oyóquesuspirabalaanciana.Unmuchachodepelostiesosestabarodeadoporungrupo.—Déjanosmirar,Lee,vamos.Elmuchacho levantó la tapa de la caja que llevaba en los brazos, y los que lo
rodeabangritaroncuandodelinteriorsalióunalargacolapeluda.Harryseabriópasohastaqueencontróuncompartimientovacío,cercadelfinal
deltren.PrimeropusoaHedwigyluegocomenzóaempujarelbaúlhacialapuertadel vagón. Trató de subirlo por los escalones, pero sólo lo pudo levantar un pocoantesdequesecayeragolpeándoleunpie.
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—¿Quieresqueteecheunamano?—Eraunodelosgemelospelirrojos,alosquehabíaseguidoatravésdelabarreradelosandenes.
—Sí,porfavor—jadeóHarry.—¡Eh,Fred!¡Venaayudar!Conlaayudadelosgemelos,elbaúldeHarryfinalmentequedóenunrincóndel
compartimiento.—Gracias—dijoHarry,quitándosedelosojoselpelohúmedo.—¿Qué es eso? —dijo de pronto uno de los gemelos, señalando la brillante
cicatrizdeHarry.—Vaya—dijoelotrogemelo—.¿Erestú…?—Esél—dijoelprimero—.Erestú,¿no?—sedirigióaHarry.—¿Quién?—preguntóHarry.—HarryPotter—respondieronacoro.—Oh,él—dijoHarry—.Quierodecir,sí,soyyo.Los dosmuchachos lomiraron boquiabiertos yHarry sintió que se ruborizaba.
Entonces, para su alivio, una voz llegó a través de la puerta abierta delcompartimiento.
—¿Fred?¿George?¿Estáisahí?—Yavamos,mamá.ConunaúltimamiradaaHarry,losgemelossaltarondelvagón.Harrysesentóalladodelaventanilla.Desdeallí,mediooculto,podíaobservara
lafamiliadepelirrojosenelandényoírloquedecían.Lamadreacababadesacarunpañuelo.
—Ron,tienesalgoenlanariz.Elmenordelosvaronestratódeesquivarla,perolamadrelosujetóycomenzóa
frotarlelapuntadelanariz.—Mamá,déjame—exclamóapartándose.—¿Ah,elpequeñitoRonnietienealgoensunaricita?—dijounodelosgemelos.—Cállate—dijoRon.—¿DóndeestáPercy?—preguntólamadre.—Ahíviene.Elmayordelosmuchachosseacercabaaellos.Yasehabíapuestolaondulante
túnicanegradeHogwarts, yHarrynotóque teníauna insigniadoraday roja en elpecho,conlaletraP.
—No me puedo quedar mucho, mamá —dijo—. Estoy delante, los prefectostenemosdoscompartimientos…
—Oh,¿túeresunprefecto,Percy?—dijounode losgemelos,conairedegransorpresa—.Tendríasquehabérnoslodicho,noteníamosidea.
—Espera, creo que recuerdo que nos dijo algo—dijo el otro gemelo—. Unavez…
—Odos…
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—Unminuto…—Todoelverano…—Oh,callaos—dijoPercy,elprefecto.—Y, de todos modos, ¿por qué Percy tiene túnica nueva? —dijo uno de los
gemelos.—Porqueélesunprefecto—dijoafectuosamentelamadre—.Muybien,cariño,
quetengasunbuenaño.Envíameunalechuzacuandolleguesallá.Besó a Percy en la mejilla y el muchacho se fue. Luego se volvió hacia los
gemelos.—Ahora,vosotrosdos…Esteañoostenéisqueportarbien.Sirecibounalechuza
másdiciéndomequehabéishecho…estallaruninodoroo…—¿Hacerestallaruninodoro?Nosotrosnuncahemoshechonadadeeso.—Peroesunagranidea,mamá.Gracias.—Notienegracia.YcuidaddeRon.—Notepreocupes,elpequeñoRonnieestaráseguroconnosotros.—Cállate—dijo otra vez Ron. Era casi tan alto como los gemelos y su nariz
todavíaestabarosada,endondesumadrelahabíafrotado.—Eh,mamá,¿adivinasaquiénacabamosdevereneltren?Harryseagachórápidamenteparaquenolodescubrieran.—¿Osacordáisdeesemuchachodepelonegroqueestabacercadenosotros,en
laestación?¿Sabéisquiénes?—¿Quién?—¡HarryPotter!Harryoyólavozdelaniña.—Mamá,¿puedosubiraltrenparaverlo?¡Oh,mamá,porfavor…!—Yalohasvisto,Ginnyy,además,elpobrechiconoesalgoparaquelomires
comoenelzoológico.¿Esélrealmente,Fred?¿Cómolosabes?—Selopregunté.Visucicatriz.Estárealmenteallí…comoiluminada.—Pobrecillo…No es raro que esté solo. Fue tan amable cuandome preguntó
cómollegaralandén…—Esonoimporta.¿CreesqueélrecuerdacómoeraQuien-tú-sabes?Lamadre,súbitamente,sepusomuyseria.—Teprohíboquelepreguntes,Fred.No,noteatrevas.Comosinecesitaraquele
recuerdenalgoasíensuprimerdíadecolegio.—Estábien,quédatetranquila.Seoyóunsilbido.—Daosprisa—dijolamadre,ylostreschicossubieronaltren.Seasomaronpor
laventanillaparaquelosbesaraylahermanitamenorcomenzóallorar.—Nollores,Ginny,vamosaenviartemuchaslechuzas.—YuninodorodeHogwarts.—¡George!
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—Eraunabroma,mamá.Eltrencomenzóamoverse.Harryvioalamadredelosmuchachosagitandola
manoy a lahermanita,mitad llorando,mitad riendo, corriendopara seguir al tren,hastaqueéstecomenzóaaceleraryentoncessequedósaludando.
Harryobservóalamadreylahijahastaquedesaparecieron,cuandoeltrengiró.Las casas pasaban a toda velocidad por la ventanilla. Harry sintió una ola deexcitación.Nosabíaloqueibaapasar…peroseríamejorqueloquedejabaatrás.
Lapuertadelcompartimientoseabrióyentróelmenordelospelirrojos.—¿Hayalguiensentadoahí?—preguntó,señalandoelasientoopuestoaHarry—.
Todoslosdemásvagonesestánllenos.Harrynegócon lacabezayelmuchachosesentó.LanzóunamiradaaHarryy
luegodesvió lavista rápidamentehacia laventanilla, comosino lohubieraestadoobservando.Harrynotóquetodavíateníaunamanchanegraenlanariz.
—Eh,Ron.Losgemeloshabíanvuelto.—Mira, nosotros nos vamos a la mitad del tren, porque Lee Jordan tiene una
tarántulagiganteyvamosaverla.—Deacuerdo—murmuróRon.—Harry—dijoelotrogemelo—,¿tehemosdichoquiénessomos?FredyGeorge
Weasley.YélesRon,nuestrohermano.Nosveremosdespués,entonces.—Hastaluego—dijeronHarryyRon.Losgemelossalieronycerraronlapuerta.—¿EresrealmenteHarryPotter?—dejóescaparRon.Harryasintió.—Oh…bien, pensé que podía ser una de las bromas de Fred yGeorge—dijo
Ron—.¿Yrealmentetehicisteeso…yasabes…?SeñalólafrentedeHarry.Harryselevantóelflequilloparaenseñarlelaluminosacicatriz.Ronlamirócon
atención.—¿AsíqueesoesloqueQuien-tú-sabes…?—Sí—dijoHarry—,peronopuedorecordarlo.—¿Nada?—dijoRonentonoanhelante.—Bueno…recuerdounaluzverdemuyintensa,peronadamás.—Vaya—dijoRon.ContemplóaHarryduranteunosinstantesyluego,comosi
se diera cuenta de lo que estaba haciendo, con rapidez volvió a mirar por laventanilla.
—¿Soisuna familiademagos?—preguntóHarry,yaqueencontrabaaRon taninteresantecomoRonloencontrabaaél.
—Oh, sí, eso creo—respondió Ron—. Me parece que mamá tiene un primosegundoqueescontable,peronuncahablamosdeél.
—Entoncesyadebesdesabermuchosobremagia.
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EraevidentequelosWeasleyeranunadeesasantiguasfamiliasdemagosdelasquehabíahabladoelpálidomuchachodelcallejónDiagon.
—Oíquetehabíasidoavivirconmuggles—dijoRon—.¿Cómoson?—Horribles…Bueno, no todos ellos.Mi tía,mi tío ymi primo sí lo son.Me
hubieragustadotenertreshermanosmagos.—Cinco—corrigióRon.Poralgunarazónparecíadeprimido—.Soyelsextoen
nuestrafamiliaquevaaasistiraHogwarts.Podríasdecirquetengoellistónmuyalto.BillyCharlieyahanterminado.BilleradelegadodeclaseyCharlieeracapitándequidditch.AhoraPercyesprefecto.FredyGeorgesonmuyrevoltosos,peroapesardeesosacanmuybuenasnotasytodoslosconsideranmuydivertidos.Todosesperanque me vaya tan bien como a los otros, pero si lo hago tampoco será gran cosa,porque ellos ya lo hicieron primero. Además, nunca tienes nada nuevo, con cincohermanos.MedieronlatúnicaviejadeBill,lavaritaviejadeCharlesylaviejaratadePercy.
Ronbuscóensuchaquetaysacóunagordaratagris,queestabadormida.—SellamaScabbersynosirveparanada,casinuncasedespierta.APercy,papá
le regaló una lechuza, porque lo hicieron prefecto, pero no podían comp…Quierodecir,poresomedieronaScabbers.
Las orejas de Ron enrojecieron. Parecía pensar que había hablado demasiado,porqueotravezmiróporlaventanilla.
Harrynocreíaquehubieranadamaloennopodercomprarunalechuza.Despuésdetodo,élnuncahabíatenidodineroentodasuvida,hastaunmesatrás,asíquelecontóaRonquehabíatenidoquellevarlaropaviejadeDudleyyquenuncalehacíanregalosdecumpleaños.EsoparecióanimaraRon.
—…yhastaqueHagridmelocontó,yonoteníaideadequeeramago,nisabíanadademispadresoVoldemort…
Ronbufó.—¿Qué?—dijoHarry.—HaspronunciadoelnombredeQuien-tú-sabes—dijoRon,tanconmocionado
comoimpresionado—.Yocreíquetú,entretodaslaspersonas…—No estoy tratando de hacerme el valiente, ni nada por el estilo, al decir el
nombre—dijoHarry—.Esquenosabíaquenodebíadecirlo.¿Vesloquetedecía?Tengomuchísimascosasqueaprender…Seguro—añadió,diciendoporprimeravezenvozaltaalgoqueúltimamentelopreocupabamucho—,seguroqueseréelpeordelaclase.
—Noseráasí.Haymuchagentequevienede familiasmugglesyaprendemuydeprisa.
Mientrasconversaban,eltrenhabíapasadoporcamposllenosdevacasyovejas.Sequedaronmirandounrato,ensilencio,elpaisaje.
Aesode lasdoceymediaseprodujounalborotoenelpasillo,yunamujerdecarasonriente,conhoyuelos,seasomóylesdijo:
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—¿Queréisalgodelcarrito,guapos?Harry,quenohabíadesayunado,selevantódeunsalto,perolasorejasdeRonse
pusieronotravezcoloradasymurmuróquehabía llevadobocadillos.Harrysalióalpasillo.
CuandovivíaconlosDursleynuncahabíatenidodineroparacomprarsegolosinasy,puestoque tenía losbolsillos repletosdemonedasdeoro,plataybronce,estabalistoparacomprarsetodaslasbarrasdechocolatequepudierallevar.PerolamujernoteníaMars.Encambio,teníaGrageasBertieBottdeTodoslosSabores,chicle,ranasdechocolate,empanadadecalabaza,pastelesenformadecaldero,varitasderegalizy otra cantidad de cosas extrañas que Harry no había visto en su vida. Como nodeseabaperdersenada, compróunpocode todoypagóa lamujeronce sickles deplataysieteknutsdebronce.
Ron lo miraba asombrado, mientras Harry depositaba sus compras sobre unasientovacío.
—Teníashambre,¿verdad?—Muchísima—dijoHarry,dandounmordiscoaunaempanadadecalabaza.Ronhabíasacadounarrugadopaquete,concuatrobocadillos.Separóunoydijo:—Mimadresiempreseolvidadequenomegustalacarneenconserva.—Te la cambio por uno de éstos —dijo Harry, alcanzándole un pastel—.
Sírvete…—No te va a gustar, está seca—dijo Ron—. Ella no tiene mucho tiempo—
añadiórápidamente—…Yasabes,connosotroscinco.—Vamos, sírvete un pastel —dijo Harry, que nunca había tenido nada que
compartir o, en realidad, nadie con quien compartir nada. Era una agradablesensación, estar sentado allí con Ron, comiendo pasteles y dulces (los bocadilloshabíanquedadoolvidados).
—¿Qué son éstos?—preguntó Harry a Ron, cogiendo un envase de ranas dechocolate—.No son ranas de verdad, ¿no?—Comenzaba a sentir que nada podíasorprenderlo.
—No—dijoRon—.Peromiraquécromotiene.AmímefaltaAgripa.—¿Qué?—Oh,porsupuesto,nodebessaber…Lasranasdechocolatellevancromos,ya
sabes,paracoleccionar,debrujasymagosfamosos.Yotengocomoquinientos,peronoconsigoniaAgripaniaPtolomeo.
Harrydesenvolviósuranadechocolateysacóelcromo.Enélestabaimpresoelrostrodeunhombre.Llevabagafasdemedialuna,teníaunanarizlargayencorvada,cabelloplateadosuelto,barbaybigotes.Debajode la fotoestabaelnombre:AlbusDumbledore.
—¡AsíqueésteesDumbledore!—dijoHarry.—¡No me digas que nunca has oído hablar de Dumbledore! —dijo Ron—.
¿Puedoservirmeunarana?PodríaencontraraAgripa…Gracias…
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Harrydiolavueltaalatarjetayleyó:
Albus Dumbledore, actualmente director de Hogwarts. Consideradoporcasitodoelmundocomoelmásgrandemagodeltiempopresente,DumbledoreesparticularmentefamosoporderrotaralmagotenebrosoGrindelwalden1945,poreldescubrimientode lasdoceaplicacionesdelasangrededragón,yporsutrabajoenalquimiaconsucompañeroNicolásFlamel.ElprofesorDumbledoreesaficionadoalamúsicadecámarayalosbolos.
Harry dio la vuelta otra vez al cromo y vio, para su asombro, que el rostro deDumbledorehabíadesaparecido.
—¡Yanoestá!—Bueno,no ibaaestarahí todoeldía—dijoRon—.Yavolverá.Vaya,meha
salidootravezMorganayyalatengoseisvecesrepetida…¿Nolaquieres?Puedesempezaracoleccionarlos.
Losojos deRon se perdieron en las ranas de chocolate, que esperabanque lasdesenvolvieran.
—Sírvete—dijo Harry—. Pero oye, en el mundo de los muggles la gente sequedaenlasfotos.
—¿Esohacen?Cómo,¿nosemueven?—Ronestabaatónito—.¡Quéraro!Harrymiró asombrado,mientrasDumbledore regresaba al cromoy lededicaba
una sonrisita. Ron estaba más interesado en comer las ranas de chocolate que enbuscarmagosybrujas famosos,peroHarrynopodíaapartar lavistadeellos.Muypronto tuvono sólo aDumbledoreyMorgana, sino tambiénaRamónLlull, al reySalomón,Circe,ParacelsoyMerlín.HastaquefinalmenteapartólavistadeladruidaCliodna,queserascabalanariz,paraabrirunabolsadegrageasdetodoslossabores.
—Tienesquetenercuidadoconésas—loprevinoRon—.Cuandodice«todoslossabores», es eso lo que quiere decir. Ya sabes, tienes todos los comunes, comochocolate,mentaynaranja,perotambiénpuedesencontrarespinacas,hígadoycallos.Georgedicequeunavezencontróunaconsaboraduende.
Roneligióunaverde,laobservóconcuidadoymordióunpedacito.—Puaj…¿Ves?Coles.Pasaronunbuenratocomiendolasgrageasdetodoslossabores.Harryencontró
tostadas, coco, judías cocidas, fresa, curry, hierbas, café, sardinas y fue lo bastantevaliente para morder la punta de una gris, que Ron no quiso tocar y resultó serpimienta.
Enaquelmomento,elpaisajequeseveíaporlaventanillasehacíamásagreste.Habíandesaparecidoloscamposcultivadosyaparecíanbosques,ríosserpenteantesycolinasdecolorverdeoscuro.
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Seoyóungolpe en lapuertadel compartimiento, y entró elmuchachode cararedondaqueHarryhabíavistoalpasarporelandénnueveytrescuartos.Parecíamuyafligido.
—Perdón—dijo—.¿Porcasualidadnohabréisvistounsapo?Cuandolosdosnegaronconlacabeza,gimió.—¡Loheperdido!¡Semeescapatodoeltiempo!—Yaaparecerá—dijoHarry.—Sí—dijoelmuchachoapesadumbrado—.Bueno,siloveis…Sefue.—Noséporquéestátantriste—comentóRon—.Siyohubieratraídounsapo,lo
habríaperdidolomásrápidamenteposible.AunqueenrealidadhetraídoaScabbers,asíquenopuedohablar.
LarataseguíadurmiendoenlasrodillasdeRon.—Podríaestarmuertaynonotaríasladiferencia—dijoRoncondisgusto—.Ayer
tratédevolverlaamarillaparahacerlamásinteresante,peroelhechizonofuncionó.Telovoyaenseñar,mira…
Revolvió en su baúl y sacó una varita muy gastada. En algunas partes estabaastilladay,enlapunta,brillabaalgoblanco.
—Lospelosdeunicorniocasisesalen.Detodosmodos…Acababadecogerlavaritacuandolapuertadelcompartimientoseabrióotravez.
Habíaregresadoelchicodelsapo,pero llevabaaunaniñaconél.LamuchachayallevabalatúnicadeHogwarts.
—¿Alguienhavistounsapo?Nevilleperdióuno—dijo.Teníavozdemandona,muchopelocolorcastañoylosdientesdedelantebastantelargos.
—Ya le hemos dicho que no—dijoRon, pero la niña no lo escuchaba.Estabamirandolavaritaqueteníaenlamano.
—Oh,¿estáshaciendomagia?Entoncesvamosaverlo.Sesentó.Ronpareciódesconcertado.—Eh…deacuerdo.—Seaclarólagarganta—.«Rayodesol,margaritas,volved
amarillaaestatontaratita.»Agitólavarita,peronosucediónada.Scabberssiguiódurmiendo,tangriscomo
siempre.—¿Estássegurodequeeselhechizoapropiado?—preguntólaniña—.Bueno,no
es muy efectivo, ¿no? Yo probé unos pocos sencillos, sólo para practicar, yfuncionaron.Nadie enmi familia esmago, fue todauna sorpresa cuando recibímicarta, pero también estaba muy contenta, por supuesto, ya que ésta es la mejorescuelademagia, por loque sé.Yamehe aprendido todos los librosdememoria,desdeluego,esperoqueesoseasuficiente…YosoyHermioneGranger.¿Yvosotrosquiénessois?
Dijotodoaquellomuyrápidamente.
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HarrymiróaRonysecalmóalverensurostroaturdidoqueéltampocosehabíaaprendidotodosloslibrosdememoria.
—YosoyRonWeasley—murmuróRon.—HarryPotter—dijoHarry.—¿Eres tú realmente?—dijo Hermione—. Lo sé todo sobre ti, por supuesto,
conseguíunospocoslibrosextraparaprepararmemásytúfigurasenHistoriadelamagiamoderna,Defensacontra lasArtesOscuras yGrandes eventosmágicos delsigloXX.
—¿Estoyyo?—dijoHarry,sintiéndosemareado.—Diosmío,nolosabes.Yoentulugarhabríabuscadotodoloquepudiera—dijo
Hermione—.¿Sabéisaquécasavaisair?Estuvepreguntandoporahíyesperoestaren Gryffindor, parece la mejor de todas. Oí que Dumbledore estuvo allí, perosupongoqueRavenclawnoserátanmala…Detodosmodos,esmejorquesigamosbuscandoelsapodeNeville.Yvosotrosdosdeberíaiscambiarosya,vamosallegarpronto.
Ysemarchó,llevándosealchicosinsapo.—Cualquieraquesealacasaquemetoque,esperoqueellanoesté—dijoRon.
Arrojósuvaritaalbaúl—.Quéhechizomásestúpido,melodijoGeorge.Seguroqueerafalso.
—¿Enquécasaestántushermanos?—preguntóHarry.—Gryffindor—dijoRon.Otravezparecíadeprimido—.Mamáypapá también
estuvieronallí.Noséquévanadecirsiyonoestoy.NocreoqueRavenclawseatanmala,peroimaginasimeponenenSlytherin.
—¿ÉsaeslacasaenlaqueVol…quierodecirQuien-tú-sabes…estaba?—Ajá—dijoRon.Seechóhaciaatrásenelasiento,conaspectoabrumado.—¿Sabes?Me parece que las puntas de los bigotes de Scabbers están un poco
másclaras—dijoHarry,tratandodeapartarlamentedeRondeltemadelascasas—.Y,apropósito,¿quéhacenahoratushermanosmayores?
Harrysepreguntabaquéhacíaunmago,unavezqueterminabaelcolegio.—Charlie está en Rumanía, estudiando dragones, y Bill está en África,
ocupándosedeasuntosparaGringotts—explicóRon—.¿Teenterastedeloquepasóen Gringotts? Salió en El Profeta, pero no creo que las casas de los muggles loreciban:trataronderobarenunacámaradealtaseguridad.
Harrysesorprendió.—¿Deverdad?¿Yquéleshasucedido?—Nada,poresosonnoticiastanimportantes.Noloshanatrapado.Mipadredice
quetienequehaberunpoderosomagotenebrosoparaentrarenGringotts,peroloqueesraroesqueparecequenosellevaronnada.Porsupuesto,todosseasustancuandosucedealgoasí,antelaposibilidaddequeQuien-tú-sabesestédetrásdeello.
Harryrepasólasnoticiasensucabeza.Habíacomenzadoasentirunapunzadademiedo cada vez que mencionaban a Quien-tú-sabes. Suponía que aquello era una
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parte de entrar en el mundo mágico, pero era mucho más agradable poder decir«Voldemort»sinpreocuparse.
—¿Cuálestuequipodequidditch?—preguntóRon.—Eh…noconozconinguno—confesóHarry.—¿Cómo?—Ronparecióatónito—.Oh,yaverás,eselmejorjuegodelmundo…
—Ysededicóaexplicarletodosobrelascuatropelotasylasposicionesdelossietejugadores, describiendo famosas jugadas que había visto con sus hermanos y laescobaquelegustaríacomprarsituvieraeldinero.Leestabaexplicandolosmejorespuntosdeljuego,cuandootravezseabriólapuertadelcompartimiento,peroestaveznoeraNeville,elchicosinsapo,niHermioneGranger.
Entraron tresmuchachos, yHarry reconoció de inmediato al delmedio: era elchicopálidodelatiendadetúnicasdeMadameMalkin.MirabaaHarryconmuchomásinterésqueelquehabíademostradoenelcallejónDiagon.
—¿Es verdad?—preguntó—. Por todo el tren están diciendo queHarry Potterestáenestecompartimento.Asíqueerestú,¿no?
—Sí—respondióHarry.Observóalosotrosmuchachos.Amboserancorpulentosy parecían muy vulgares. Situados a ambos lados del chico pálido, parecíanguardaespaldas.
—Oh, éste es Crabbe y éste Goyle —dijo el muchacho pálido condespreocupación,aldarsecuentadequeHarrylosmiraba—.YminombreesMalfoy,DracoMalfoy.
Ron dejó escapar una débil tos, que podía estar ocultando una risita. Draco(dragón)Malfoylomiró.
—Teparecequeminombreesdivertido,¿no?Nonecesitopreguntartequiéneres.MipadremedijoquetodoslosWeasleysonpelirrojos,conpecasymáshijosquelosquepuedenmantener.
SevolvióhaciaHarry.—Muyprontodescubrirásquealgunasfamiliasdemagossonmuchomejoresque
otras,Potter.Noquerráshacerteamigodelosdelaclaseindebida.Yopuedoayudarteeneso.
Extendiólamano,paraestrecharladeHarry,peroHarrynolaaceptó.—Creoquepuedodarmecuentasolodecuálessonlosindebidos,gracias—dijo
confrialdad.Draco Malfoy no se ruborizó, pero un tono rosado apareció en sus pálidas
mejillas.—Yotendríacuidado,sifueratú,Potter—dijoconcalma—.Amenosqueseas
unpocomás amable, vas a ir por elmismocaminoque tuspadres.Ellos tampocosabían lo que era bueno para ellos. Tú sigue con gentuza como losWeasley y eseHagridyterminaráscomoellos.
Harry y Ron se levantaron almismo tiempo. El rostro de Ron estaba tan rojocomosupelo.
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—Repiteeso—dijo.—Oh,vaisapelearconnosotros,¿eh?—seburlóMalfoy.—Sinoos vais ahoramismo…—dijoHarry, conmásvalor que el que sentía,
porqueCrabbeyGoyleeranmuchomásfuertesqueélyRon.—Pero nosotros no tenemos ganas de irnos, ¿no es cierto, muchachos? Nos
hemoscomidotodoloquellevábamosyvosotrosparecequetodavíatenéisalgo.Goylese inclinóparacogerunaranadechocolatedel ladodeRon.Elpelirrojo
saltóhaciaél,peroantesdequepudieratocaraGoyle,elmuchachodejóescaparunaullidoterrible.
Scabbers, la rata, colgaba del dedo deGoyle, con los agudos dientes clavadosprofundamente en sus nudillos. Crabbe y Malfoy retrocedieron mientras Goyleagitabalamanoparadesprendersedelarata,gritandodedolor,hastaque,finalmente,Scabbers salió volando, chocó contra la ventanilla y los tres muchachosdesaparecieron.Tal vez pensaron que habíamás ratas entre las golosinas, o quizásoyeronlospasosporque,unsegundomástarde,HermioneGrangervolvióaentrar.
—¿Qué ha pasado?—preguntó,mirando las golosinas tiradas por el suelo y aRonquecogíaaScabbersporlacola.
—Creoquesehadesmayado—dijoRonaHarry.Mirómásdecercaalarata—.No,nopuedocreerlo,yasehavueltoadormir.
Yeraasí.—¿ConocíasyaaMalfoy?HarryleexplicóelencuentroenelcallejónDiagon.—Oíhablarsobresufamilia—dijoRonentonolúgubre—.Sonalgunosdelos
primeros que volvieron a nuestro lado después de queQuien-tú-sabes desapareció.Dijeron que los habían hechizado. Mi padre no se lo cree. Dice que el padre deMalfoy no necesita una excusa para pasarse al Lado Oscuro. —Se volvió haciaHermione—.¿Podemosayudarteenalgo?
—Mejorqueosapresuréisyoscambiéisderopa.Acabodeiralalocomotora,lepregunté al conductor y me dijo que ya casi estamos llegando. No os estaríaispeleando,¿verdad?¡Osvaisameterenlíosantesdequelleguemos!
—Scabbers se estuvo peleando, no nosotros—dijo Ron, mirándola con rostrosevero—.¿Teimportaríasalirparaquenoscambiemos?
—Muy bien…Vine aquí porque fuera están haciendo chiquilladas y corriendopor los pasillos—dijoHermione en tono despectivo—.A propósito, ¿te has dadocuentadequetienessucialanariz?
Ronlelanzóunamiradadefuriamientrasellasalía.Harrymiróporlaventanilla.Estaba oscureciendo.Podía vermontañas y bosques, bajo un cielo de un profundocolorpúrpura.Eltrenparecíaaminorarlamarcha.
ÉlyRonsequitaron lascamisasy sepusieron las largas túnicasnegras.LadeRoneraunpococortaparaél,yselepodíanverlospantalonesdegimnasia.
Unavozretumbóeneltren.
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—LlegaremosaHogwartsdentrodecincominutos.Porfavor,dejensuequipajeeneltren,selollevaránporseparadoalcolegio.
El estómago deHarry se retorcía de nervios yRon, podía verlo, estaba pálidodebajodesuspecas.Llenaronsusbolsillosconloquequedabadelasgolosinasysereunieronconelrestodelgrupoquellenabalospasillos.
Eltrenaminorólamarcha,hastaquefinalmentesedetuvo.Todosseempujabanpara salir al pequeño y oscuro andén. Harry se estremeció bajo el frío aire de lanoche.Entoncesaparecióunalámparamoviéndosesobrelascabezasdelosalumnos,yHarryoyóunavozconocida:
—¡Primeraño!¡Losdeprimerañoporaquí!¿Todobienporahí,Harry?LagrancarapeludadeHagridrebosabaalegríasobreelmardecabezas.—Venid,seguidme…¿Haymásdeprimeraño?Miradbiendóndepisáis.¡Losde
primeraño,seguidme!Resbalandoyatientas,siguieronaHagridporloqueparecíaunestrechosendero.
EstabatanoscuroqueHarrypensóquedebíadehaberárbolesmuytupidosaamboslados.Nadiehablabamucho.Neville,elchicoquehabíaperdidosusapo,lloriqueabadevezencuando.
—Enunsegundo,tendréislaprimeravisióndeHogwarts—exclamóHagridporencimadelhombro—,justoaldoblarestacurva.
Seprodujounfuerte¡ooooooh!El senderoestrecho seabría súbitamentealbordedeungran lagonegro.En la
punta de una alta montaña, al otro lado, con sus ventanas brillando bajo el cieloestrellado,habíaunimpresionantecastilloconmuchastorresytorrecillas.
—¡Nomásdecuatroporbote!—gritóHagrid,señalandoaunaflotadebotecitosalineadosenelagua,alladodelaorilla.HarryyRonsubieronauno,seguidosporNevilleyHermione.
—¿Todos habéis subido?—continuóHagrid, que tenía un bote para él solo—.¡Venga!¡ADELANTE!
Ylapequeñaflotadebotessemovióalmismotiempo,deslizándoseporellago,que era tan liso como el cristal. Todos estaban en silencio, contemplando el grancastilloqueseelevabasobresuscabezasmientrasseacercabancadavezmásalriscodondeseerigía.
—¡Bajadlascabezas!—exclamóHagrid,mientraslosprimerosbotesalcanzabanel peñasco.Todos agacharon la cabezay los botecitos los llevaron a través deunacortinadehiedra,queescondíaunaanchaaberturaenlapartedelanteradelpeñasco.Fueron por un túnel oscuro que parecía conducirlos justo por debajo del castillo,hastaquellegaronaunaespeciedemuellesubterráneo,dondetreparonporentrelasrocasylosguijarros.
—¡Eh,tú,eldeallí!¿Eséstetusapo?—dijoHagrid,mientrasvigilabalosbotesylagentequebajabadeellos.
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—¡Trevor! —gritó Neville, muy contento, extendiendo las manos. Luegosubieron por un pasadizo en la roca, detrás de la lámpara de Hagrid, saliendofinalmenteauncéspedsuaveyhúmedo,alasombradelcastillo.
Subieronporunosescalonesdepiedraysereunieronantelagranpuertaderoble.—¿Estáistodosaquí?Tú,¿todavíatienestusapo?Hagridlevantóungigantescopuñoyllamótresvecesalapuertadelcastillo.
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L
Capítulo7
Elsombreroseleccionador
Apuertaseabriódeinmediato.Unabrujaalta,decabellonegroytúnicaverdeesmeralda,esperabaallí.Teníaunrostromuysevero,yelprimerpensamiento
deHarryfuequesetratabadealguienconquieneramejornotenerproblemas.—Losdeprimeraño,profesoraMcGonagall—dijoHagrid.—Muchasgracias,Hagrid.Yolosllevarédesdeaquí.Abrióbienlapuerta.Elvestíbulodeentradaeratangrandequehubieranpodido
metertodalacasadelosDursleyenél.LasparedesdepiedraestabaniluminadasconresplandecientesantorchascomolasdeGringotts,eltechoeratanaltoquenoseveíayunamagníficaescalerademármol,frenteaellos,conducíaalospisossuperiores.
SiguieronalaprofesoraMcGonagallatravésdeuncaminoseñaladoenelsuelodepiedra.Harrypodíaoírelruidodecientosdevoces,quesalíandeunportalsituadoaladerecha(elrestodelcolegiodebíadeestarallí),perolaprofesoraMcGonagallllevó a los de primer año a una pequeña habitación vacía, fuera del vestíbulo. Sereunieronallí,máscercaunosdeotrosdeloqueestabanacostumbrados,mirandoconnerviosismoasualrededor.
—Bienvenidos a Hogwarts—dijo la profesoraMcGonagall—. El banquete decomienzo de año se celebrará dentro de poco, pero antes de que ocupéis vuestroslugares en el Gran Comedor deberéis ser seleccionados para vuestras casas. LaSelección es una ceremoniamuy importante porque,mientras estéis aquí, vuestrascasasseráncomovuestrafamiliaenHogwarts.Tendréisclasesconelrestodelacasaqueostoque,dormiréisenlosdormitoriosdevuestrascasasypasaréiseltiempolibreenlasalacomúndelacasa.
»LascuatrocasassellamanGryffindor,Hufflepuff,RavenclawySlytherin.Cadacasatienesupropianoblehistoriaycadaunahaproducidonotablesbrujasymagos.Mientras estéis en Hogwarts, vuestros triunfos conseguirán que las casas ganen
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puntos, mientras que cualquier infracción de las reglas hará que los pierdan. Alfinalizar el año, la casa queobtengamás puntos será premiada con laCopade lasCasas,ungranhonor.Esperoquetodosvosotrosseréisunorgulloparalacasaqueostoque.
»LaCeremoniadeSeleccióntendrálugardentrodepocosminutos,frentealrestodelcolegio.Ossugieroque,mientrasesperáis,osarregléislomejorposible.
Los ojos de la profesora se detuvieron unmomento en la capa deNeville, queestaba atada bajo su oreja izquierda, y en la nariz manchada de Ron. Connerviosismo,Harrytratódeaplastarsucabello.
—Volveré cuando lo tengamos todo listo para la ceremonia—dijo la profesoraMcGonagall—.Porfavor,esperadtranquilos.
Saliódelahabitación.Harrytragócondificultad.—¿Cómoselasarreglanexactamenteparaseleccionarnos?—preguntóaRon.—Creoqueesunaespeciedeprueba.Freddicequeduelemucho,perocreoque
eraunabroma.El corazón de Harry dio un terrible salto. ¿Una prueba? ¿Delante de todo el
colegio?Peroélnosabíanadademagiatodavía…¿Quéharía?Noesperabaalgoasí,justoenelmomentoenqueacababandellegar.Mirótemblandoasualrededoryvioquelosdemástambiénparecíanaterrorizados.Nadiehablabamucho,salvoHermioneGranger, que susurraba muy deprisa todos los hechizos que había aprendido y sepreguntaba cuál necesitaría. Harry intentó no escucharla. Nunca había estado tannervioso, nunca, ni siquiera cuando tuvo que llevar a los Dursley un informe delcolegioquedecíaqueél,dealgunamanera,habíavueltoazullapelucadesumaestro.Mantuvolosojosfijosenlapuerta.Encualquiermomento,laprofesoraMcGonagallregresaríaylollevaríaasujuiciofinal.
Entonces sucedióalgoque lehizodarun saltoenel aire…Muchosde losqueestabanatrásgritaron.
—¿Quées…?Resopló. Lomismo hicieron los que estaban alrededor. Unos veinte fantasmas
acababan de pasar a través de la pared de atrás. De un color blanco perla yligeramentetransparentes,sedeslizabanporlahabitación,hablandounosconotros,casisinmiraralosdeprimeraño.Porlovisto,estabandiscutiendo.Elqueparecíaunmonjegordoypequeño,decía:
—Perdonaryolvidar.Yodigoquedeberíamosdarleunasegundaoportunidad…—Mi querido Fraile, ¿no le hemos dado a Peeves todas las oportunidades que
merece?Noshadadomalafamaatodosy,ustedlosabe,nisiquieraesunfantasmadeverdad…¿Yquéestáishaciendotodosvosotrosaquí?
El fantasma, con gorguera y medias, se había dado cuenta de pronto de lapresenciadelosdeprimeraño.
Nadierespondió.
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—¡Alumnos nuevos! —dijo el Fraile Gordo, sonriendo a todos—. Estáisesperandolaselección,¿no?
Algunosasintieron.—¡EsperoverosenHufflepuff—continuóelFraile—.Miantiguacasa,yasabéis.—Enmarcha—dijounavozaguda—.LaCeremoniadeSelecciónvaacomenzar.LaprofesoraMcGonagallhabíavuelto.Unoauno,losfantasmasflotaronatravés
delaparedopuesta.—Ahoraformadunahilera—dijolaprofesoraalosdeprimeraño—yseguidme.Conlaextrañasensacióndequesuspiernaserandeplomo,Harrysepusodetrás
de un chico de pelo claro, con Ron tras él. Salieron de la habitación, volvieron acruzarelvestíbulo,pasaronporunaspuertasdoblesyentraronenelGranComedor.
Harry nunca habría imaginado un lugar tan extraño y espléndido. Estabailuminadopormiles ymiles develas, que flotaban en el aire sobre cuatrograndesmesas,dondelosdemásestudiantesyaestabansentados.Enlasmesashabíaplatos,cubiertosycopasdeoro.Enunatarima,enlacabeceradelcomedor,habíaotragranmesa,dondesesentabanlosprofesores.LaprofesoraMcGonagallcondujoallíalosalumnos de primer año y los hizo detener y formar una fila delante de los otrosalumnos,con losprofesoresa susespaldas.Loscientosde rostrosque losmirabanparecían pálidas linternas bajo la luz brillante de las velas. Situados entre losestudiantes, los fantasmas teníanunneblinosobrilloplateado.Para evitar todas lasmiradas, Harry levantó la vista y vio un techo de terciopelo negro, salpicado deestrellas.OyósusurraraHermione:«Esunhechizoparaqueparezcacomoelcielodefuera,loleíenHistoriadeHogwarts».
Era difícil creer que allí hubiera techo y que el Gran Comedor no se abrieradirectamentealoscielos.
Harry bajó la vista rápidamente, mientras la profesora McGonagall ponía ensilenciountaburetedecuatropatasfrentea losdeprimeraño.Encimadel taburetepusounsombreropuntiagudodemago.Elsombreroestabaremendado,raídoymuysucio.TíaPetunianolohabríaadmitidoensucasa.
Tal vez tenían que intentar sacar un conejo del sombrero, pensó Harry algoirreflexivamente,esoeralotípicode…Aldarsecuentadequetodoslosdelcomedorcontemplabanelsombrero,Harrytambiénlohizo.Duranteunospocossegundos,sehizounsilenciocompleto.Entonceselsombrerosemovió.Unarasgaduracercadelbordeseabrió,anchacomounaboca,yelsombrerocomenzóacantar:
Oh,podráspensarquenosoybonito,peronojuzguesporloqueves.Mecomeréamímismosipuedesencontrarunsombreromásinteligentequeyo.Puedestenerbombinesnegros,sombrerosaltosyelegantes.PeroyosoyelSombreroSeleccionadordeHogwarts
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ypuedosuperaratodos.NohaynadaescondidoentucabezaqueelSombreroSeleccionadornopuedaver.Asíquepruébameytedirédóndedebesestar.PuedesperteneceraGryffindor,dondehabitanlosvalientes.Suosadía,templeycaballerosidadponenapartealosdeGryffindor.PuedesperteneceraHufflepuff,dondesonjustosyleales.EsosperseverantesHufflepuffdeverdadnotemeneltrabajopesado.OtalvezalaantiguasabiduríadeRavenclaw,sitienesunamentedispuesta,porquelosdeinteligenciayerudiciónsiempreencontraránallíasussemejantes.OtalvezenSlytherinharástusverdaderosamigos.Esagenteastutautilizacualquiermedioparalograrsusfines.¡Asíquepruébame!¡Notengasmiedo!¡Ynorecibirásunabofetada!Estásenbuenasmanos(aunqueyonolastenga).PorquesoyelSombreroPensante.
Todoelcomedorestallóenaplausoscuandoelsombreroterminósucanción.Ésteseinclinóhacialascuatromesasyluegosequedórígidootravez.
—¡Entoncessólohayqueprobarseelsombrero!—susurróRonaHarry—.VoyamataraFred.
Harrysonriódébilmente.Sí,probarseelsombreroeramuchomejorquetenerquehacer un encantamiento, pero habría deseado no tener que hacerlo en presencia detodos.Elsombreroparecíaexigirmucho,yHarrynosesentíavalienteniingeniosoninadadeeso,porelmomento.Siel sombrerohubieramencionadounacasapara lagentequesesentíaunpocoindispuesta,ésahabríasidolasuya.
LaprofesoraMcGonagallseadelantabaconungranrollodepergamino.—Cuando yo os llame, deberéis poneros el sombrero y sentaros en el taburete
paraqueosseleccionen—dijo—.¡Abbott,Hannah!Unaniñaderostrorosadoy trenzasrubiassalióde lafila,sepusoelsombrero,
quelatapóhastalosojos,ysesentó.Unmomentodepausa.—¡HUFFLEPUFF!—gritóelsombrero.
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La mesa de la derecha aplaudió mientras Hannah iba a sentarse con los deHufflepuff.HarryvioalfantasmadelFraileGordosaludandoconalegríaalaniña.
—¡Bones,Susan!—¡HUFFLEPUFF!—gritó otra vez el sombrero, y Susan se apresuró a sentarse al
ladodeHannah.—¡Boot,Terry!—¡RAVENCLAW!
La segunda mesa a la izquierda aplaudió esta vez. Varios Ravenclaws selevantaronparaestrecharlamanodeTerry,mientrassereuníaconellos.
Brocklehurst,MandytambiénfueaRavenclaw,peroBrown,Lavenderresultólaprimera nueva Gryffindor, en la mesa más alejada de la izquierda, que estalló envivas.HarrypudoveraloshermanosgemelosdeRon,silbando.
Bulstrode,MillicentfueaSlytherin.TalvezeralaimaginacióndeHarry,despuésde todo lo que había oído sobre Slytherin, pero le pareció que era un grupodesagradable.
Comenzabaasentirsedecididamentemal.Recordóloquepasabaenlasclasesdegimnasiadesuantiguocolegio,cuandoseescogíanalosjugadoresparalosequipos.Siemprehabíasidoelúltimoenserelegido,noporquefueramalo,sinoporquenadiedeseabaqueDudleypensaraqueloquerían.
—¡Finch-Fletchley,Justin!—¡HUFFLEPUFF!
Harry notó que, algunas veces, el sombrero gritaba el nombre de la casa deinmediato,perootrastardabaunpocoendecidirse.
—Finnigan, Seamus.—Elmuchacho de cabello arenoso, que estaba al lado deHarry en la fila, estuvo sentado un minuto entero, antes de que el sombrero lodeclararaunGryffindor.
—Granger,Hermione.Hermionecasicorrióhastaeltabureteysepusoelsombrero,muynerviosa.—¡GRYFFINDOR!—gritóelsombrero.Rongruñó.UnhorriblepensamientoatacóaHarry,unodeaquelloshorriblespensamientos
queaparecencuandounoestámuyintranquilo.¿Ysiaélnoloelegíanparaningunacasa?¿Ysisequedabasentadoconelsombrerosobrelosojos,durantehoras,hastaquelaprofesoraMcGonagallseloquitaradelacabezaparadecirlequeeraevidentequesehabíanequivocadoyqueeramejorquevolvieraeneltren?
CuandoNevilleLongbottom,elchicoqueperdíasusapo,fuellamado,setropezócon el taburete. El sombrero tardó un largo rato en decidirse. Cuando finalmentegritó:¡GRYFFINDOR!,Nevillesaliócorriendo, todavíaconelsombreropuesto,y tuvoquedevolverlo,entrelasrisasdetodos,aMacDougal,Morag.
Malfoyseadelantóaloírsunombreydeinmediatoobtuvosudeseo:elsombreroapenastocósucabezaygritó:¡SLYTHERIN!
MalfoyfueareunirseconsusamigosCrabbeyGoyle,conairedesatisfacción.
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Yanoquedabamuchagente.Moon…Nott… Parkinson…Después unas gemelas, Patil y Patil…Más tarde
Perks,Sally-Anne…y,finalmente:—¡Potter,Harry!MientrasHarry se adelantaba, losmurmullos se extendieron súbitamente como
fuegosartificiales.—¿HadichoPotter?—¿EseHarryPotter?Lo último que Harry vio, antes de que el sombrero le tapara los ojos, fue el
comedor llenodegenteque tratabadeverlobien.Almomentosiguiente,mirabaeloscurointeriordelsombrero.Esperó.
—Mm—dijounavocecitaensuoreja—.Difícil.Muydifícil.Llenodevalor,loveo.Tampoco lamente esmala.Hay talento, ohvaya, sí, yunabuenadisposiciónparaprobarseasímismo,estoesmuyinteresante…Entonces,¿dóndetepondré?
Harryseaferróalosbordesdeltabureteypensó:«EnSlytherinno,enSlytherinno.»
—En Slytherin no, ¿eh?—dijo la vocecita—. ¿Estás seguro? Podrías ser muygrande,¿sabes?,lotienestodoentucabezaySlytherinteayudaríaenelcaminohaciala grandeza. No hay dudas, ¿verdad? Bueno, si estás seguro, mejor que seas¡GRYFFINDOR!
Harry oyó al sombrero gritar la última palabra a todo el comedor. Se quitó elsombreroyanduvo,algomareado,hacialamesadeGryffindor.Estabatanaliviadode que lo hubiera elegido y no lo hubiera puesto en Slytherin, que casi no se diocuentadequerecibíalossaludosmáscalurososhastaelmomento.Percyelprefectosepusodepiey leestrechó lamanovigorosamente,mientras losgemelosWeasleygritaban:«¡TenemosaPotter!¡TenemosaPotter!»Harrysesentóenelladoopuestoal fantasmaquehabíavisto antes.Éste le diounapalmada en el brazo, dándole lahorriblesensacióndehaberlometidoenuncubodeaguahelada.
Podíaverbienlamesadelosprofesores.Enlapunta,cercadeél,estabaHagrid,quelomiróylevantólospulgares.Harrylesonrió.Yallí,enelcentrodelamesa,enuna gran silla de oro, estaba sentado Albus Dumbledore. Harry lo reconoció deinmediato,porelcromodelasranasdechocolate.ElcabelloplateadodeDumbledoreera lo único que brillaba tanto como los fantasmas.Harry también vio al profesorQuirrell,elnerviosojovendelCalderoChorreante.Estabamuyextravagante,conungranturbantepúrpura.
Yyaquedabansolamente tresalumnospara seleccionar.ATurpin,Lisa le tocóRavenclaw, y después le llegó el turno a Ron. Tenía una palidez verdosa yHarrycruzó los dedos debajo de la mesa. Un segundo más tarde, el sombrero gritó:¡GRYFFINDOR!
Harryaplaudióconfuerza,juntoconlosdemás,mientrasqueRonsedesplomabaenlasillamáspróxima.
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—Bienhecho,Ron,excelente—dijopomposamentePercyWeasley,porencimadeHarry,mientrasqueZabini,BlaiseeraseleccionadoparaSlytherin.LaprofesoraMcGonagallenrollóelpergaminoysellevóelSombreroSeleccionador.
Harrymirósuplatodeorovacío.Acababadedarsecuentadelohambrientoqueestaba.Lospastelesleparecíanalgodelpasado.
AlbusDumbledore sehabíapuestodepie.Mirabaconexpresión radiante a losalumnos,conlosbrazosmuyabiertos,comosinadapudieragustarlemásqueverlosallí.
—¡Bienvenidos!—dijo—.¡BienvenidosaunañonuevoenHogwarts!Antesdecomenzar nuestro banquete, quiero deciros unas pocas palabras. Y aquí están,¡Papanatas!¡Llorones!¡Baratijas!¡Pellizco!…¡Muchasgracias!
Sevolvióasentar.Todosaplaudieronyvitorearon.Harrynosabíasireírono.—Está…unpoquitoloco,¿no?—preguntóconaireinseguroaPercy.—¿Loco? —dijo Percy con frivolidad—. ¡Es un genio! ¡El mejor mago del
mundo!Peroestáunpocoloco,sí.¿Patatas,Harry?Harry se quedó con la boca abierta.Los platos que había frente a él de pronto
estuvieron llenos de comida. Nunca había visto tantas cosas que le gustara comersobreunamesa:carneasada,polloasado,chuletasdecerdoydeternera,salchichas,tocinoyfiletes,patatascocidas,asadasyfritas,pudín,guisantes,zanahorias,salsadecarne,salsadetomatey,poralgunaextrañarazón,bombonesdementa.
LosDursley nunca habíanmatado de hambre aHarry, pero tampoco le habíanpermitidocomertodoloquequería.DudleysiempreseservíaloqueHarrydeseaba,aunquenolegustara.Harryllenósuplatoconunpocodetodo,salvolosbombonesdementa,ycomenzóacomer.Todoestabadelicioso.
—Eso tiene muy buen aspecto —dijo con tristeza el fantasma de la gola,observandoaHarrymientraséstecortabasufilete.
—¿Nopuede…?—Nohe comido desde hace unos quinientos años—dijo el fantasma—.No lo
necesito,porsupuesto,perouno loechademenos.Creoquenomehepresentado,¿verdad?SirNicholasdeMimsy-Porpingtonasuservicio.FantasmaResidentedelaTorredeGryffindor.
—¡Yo sé quién es usted!—dijo súbitamenteRon—.Mi hermanome lo contó.¡UstedesNickCasiDecapitado!
—YopreferiríaquemellamaranSirNicholasdeMimsy…—comenzóadecirelfantasma con severidad, pero lo interrumpió Seamus Finnigan, el del pelo colorarena.
—¿CasiDecapitado?¿Cómosepuedeestarcasidecapitado?SirNicholaspareciómuymolesto,comosisuconversaciónnoresultaracomola
habíaplaneado.—Así—dijo enfadado. Se agarró la oreja izquierda y tiró. Toda su cabeza se
separó de su cuello y cayó sobre su hombro, como si tuviera una bisagra. Era
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evidentequealguienhabía tratadodedecapitarlo,peroqueno lohabíahechobien.Pareció complacido ante las caras de asombro y volvió a ponerse la cabeza en susitio,tosióydijo—:¡AsíquenuevosGryffindors!Esperoqueesteañonosayudéisaganarelcampeonatoparalacasa.Gryffindornuncahaestadotantotiemposinganar.¡Slytherinhaganadolacopaseisvecesseguidas!ElBarónSanguinariosehavueltoinsoportable…ÉleselfantasmadeSlytherin.
HarrymiróhacialamesadeSlytherinyviounfantasmahorriblesentadoallí,conojos fijos y sin expresión, un rostro demacrado y las ropas manchadas de sangreplateada.Estabajustoal ladodeMalfoyque,comoHarryvioconmuchogusto,noparecíamuycontentoconsupresencia.
—¿Cómoesqueestátodollenodesangre?—preguntóSeamuscongraninterés.—Nuncaselohepreguntado—dijocondelicadezaNickCasiDecapitado.Cuando hubieron comido todo lo que quisieron, los restos de comida
desaparecieronde losplatos,dejándolos tan limpioscomoantes.Unmomentomástarde aparecieron los postres. Trozos de helados de todos los gustos que uno sepudiera imaginar, pasteles demanzana, tartas demelaza, relámpagos de chocolate,rosquillasdemermelada,bizcochosborrachos,fresas,jalea,arrozconleche…
MientrasHarryseservíaunatarta,laconversaciónsecentróenlasfamilias.—Yosoymitadymitad—dijoSeamus—.Mipadreesmuggle.Mamánoledijo
queeraunabrujahastaquesecasaron.Fueunasorpresaalgodesagradableparaél.Losdemásrieron.—¿Ytú,Neville?—dijoRon.—Bueno,miabuelamecrióyellaesunabruja—dijoNeville—,perolafamilia
creyó que yo era todo un muggle, durante años. Mi tío abuelo Algie trataba desorprendermedescuidadoyforzarmeaquesalieraalgodemagiademí.Unavezcasimeahoga,cuandoquisotirarmealaguaenelpuertodeBlackpool,peronopasónadahastaquecumplíochoaños.El tíoabueloAlgiehabía idoa tomarel téyme teníacogidode los tobillosy colgandodeunaventanadelpisode arriba, cuandomi tíaabuelaEnidleofrecióunmerengueyél,accidentalmente,mesoltó.Peroyoreboté,todoelcamino,eneljardínylacalle.Todossepusieronmuycontentos.Miabuelaestabatanfelizquelloraba.Ytendríaisquehabervistosuscarascuandovineaquí.Creían que no sería tan mágico como para venir. El tío abuelo Algie estaba tancontentoquemecomprómisapo.
AlotroladodeHarry,PercyWeasleyyHermioneestabanhablandodelasclases.(«Espero que empiecen en seguida, hay mucho que aprender, yo estoyparticularmente interesada en Transformaciones, ya sabes, convertir algo en otracosa, por supuesto parece ser que es muy difícil. Hay que empezar con cosaspequeñas,comocerillasenagujasytodoeso…»)
Harry,quecomenzabaasentirsereconfortadoysoñoliento,miróotravezhacialamesadelosprofesores.Hagridbebíacopiosamentedesucopa.McGonagallhablaba
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con el profesor Dumbledore. El profesor Quirrell, con su absurdo turbante,conversabaconunprofesordegrasientopelonegro,narizganchudaypielcetrina.
Todosucediómuyrápidamente.ElprofesordenarizganchudamiróporencimadelturbantedeQuirrell,directamentealosojosdeHarry…yundoloragudogolpeóaHarryenlacicatrizdelafrente.
—¡Ay!—Harrysellevóunamanoalacabeza.—¿Quéhapasado?—preguntóPercy.—N-nada.Eldolordesapareciótansúbitamentecomohabíaaparecido.Eradifícilolvidarla
sensaciónquetuvoHarrycuandoelprofesorlomiró,unasensaciónquenolegustóenabsoluto.
—¿QuiéneselqueestáhablandoconelprofesorQuirrell?—preguntóaPercy.—Oh,¿yaconocíasaQuirrell,entonces?Noesraroqueparezcatannervioso,ése
eselprofesorSnape.SumateriaesPociones,peronolegusta…TodoelmundosabequequiereelpuestodeQuirrell.SnapesabemuchísimosobrelasArtesOscuras.
HarryvigilóaSnapeduranteunrato,peroelprofesornovolvióamirarlo.Porúltimo,tambiéndesaparecieronlospostres,yelprofesorDumbledoresepuso
nuevamentedepie.Todoelsalónpermanecióensilencio.—Ejem… sólo unas pocas palabras más, ahora que todos hemos comido y
bebido.Tengounospocosanunciosquehacerosparaelcomienzodelaño.»Losdeprimerañodebéis tenerencuentaque losbosquesdeláreadelcastillo
estánprohibidosparatodoslosalumnos.Yunospocosdenuestrosantiguosalumnostambiéndeberánrecordarlo.
Los ojos relucientes de Dumbledore apuntaron en dirección a los gemelosWeasley.
—ElseñorFilch,elcelador,mehapedidoqueosrecuerdequenodebéishacermagiaenlosrecreosnienlospasillos.
»Laspruebasdequidditchtendránlugarenlasegundasemanadelcurso.Losqueesténinteresadosenjugarparalosequiposdesuscasas,debenponerseencontactoconlaseñoraHooch.
»Y por último, quiero deciros que este año el pasillo del tercer piso, del ladoderecho,estáfueradeloslímitespermitidosparatodoslosquenodeseenunamuertemuydolorosa.
Harryrió,perofueunodelospocosquelohizo.—¿Lodecíaenserio?—murmuróaPercy.—Eso creo —dijo Percy, mirando ceñudo a Dumbledore—. Es raro, porque
habitualmente nos dice el motivo por el que no podemos ir a algún lugar. Porejemplo, el bosque está lleno de animales peligrosos, todos lo saben.Creo que, almenos,debióavisarnosanosotros,losprefectos.
—¡Yahora,antesdequevayamosaacostarnos,cantemoslacancióndelcolegio!—exclamóDumbledore.Harrynotóquelassonrisasdelosotrosprofesoressehabían
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vueltoalgoforzadas.Dumbledoreagitósuvarita,comositrataradeatraparunamosca,yunalargatira
dorada apareció, se elevó sobre las mesas, se agitó como una serpiente y setransformóenpalabras.
—¡Quecadaunoelijasumelodíafavorita!—dijoDumbledore—.¡Yallávamos!Ytodoelcolegiovociferó:
Hogwarts,Hogwarts,Hogwarts,enséñanosalgo,porfavor.Aunqueseamosviejosycalvosojóvenesconrodillassucias,nuestrasmentespuedenserllenadasconalgunasmateriasinteresantes.Porqueahoraestánvacíasyllenasdeaire,pulgasmuertasyunpocodepelusa.Asíqueenséñanoscosasquevalgalapenasaber,hazquerecordemosloqueolvidamos,hazlolomejorquepuedas,nosotrosharemoselresto,yaprenderemoshastaquenuestroscerebrosseconsuman.
Cada uno terminó la canción en tiempos diferentes. Al final, sólo los gemelosWeasleyseguíancantando,conlamelodíadeunalentamarchafúnebre.Dumbledorelosdirigióhastalasúltimaspalabras,consuvaritay,cuandoterminaron,fueunodelosqueaplaudióconmásentusiasmo.
—¡Ah,lamúsica!—dijo,enjugándoselosojos—.¡Unamagiamásalládetodoloquehacemosaquí!Yahora,eshoradeiralacama.¡Salidaltrote!
LosdeprimerañodeGryffindorsiguieronaPercyatravésdegruposbulliciosos,salieron del Gran Comedor y subieron por la escalera de mármol. Las piernas deHarryotravezparecíandeplomo,pero sólopor el excesodecansancioy comida.Estabatandormidoquenisesorprendióalverquelagentedelosretratos,alolargode los pasillos, susurraba y los señalaba al pasar, o cuando Percy en dosoportunidades los hizo pasar por puertas ocultas detrás de paneles corredizos ytapices que colgaban de las paredes. Subieron más escaleras, bostezando yarrastrando los pies y, cuando Harry comenzaba a preguntarse cuánto tiempomásdeberíanseguir,sedetuvieronsúbitamente.
Unosbastonesflotabanenelaire,porencimadeellos,ycuandoPercyseacercócomenzaronacaercontraél.
—Peeves—susurróPercyalosdeprimeraño—.Esunpoltergeist.—Levantólavoz—:Peeves,aparece.
Larespuestafueunruidofuerteygrosero,comosisedesinflaraunglobo.—¿QuieresquevayaabuscaralBarónSanguinario?
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Seprodujo un chasquido y un hombrecito, con ojos oscuros y perversos y unabocaancha,apareció, flotandoenelairecon laspiernascruzadasyempuñandolosbastones.
—¡Oooooh! —dijo, con un maligno cacareo—. ¡Los horribles novatos! ¡Quédivertido!
Deprontoseabalanzósobreellos.Todosseagacharon.—Vete, Peeves, o el Barón se enterará de esto. ¡Lo digo en serio! —gritó
enfadadoPercy.Peeves hizo sonar su lengua y desapareció, dejando caer los bastones sobre la
cabeza de Neville. Lo oyeron alejarse con un zumbido, haciendo resonar lasarmadurasalpasar.
—TenéisquetenercuidadoconPeeves—dijoPercy,mientrasseguíanavanzando—.ElBarónSanguinarioeselúnicoquepuedecontrolarlo,nisiquieranosescuchaalosprefectos.Yallegamos.
Alfinaldelpasillocolgabaunretratodeunamujermuygorda,conunvestidodesedarosa.
—¿Santoyseña?—preguntó.—Caputdraconis—dijoPercy,yelretratosebalanceóhaciadelanteydejóver
unagujeroredondoenlapared.Todosseamontonaronparapasar(Nevillenecesitóayuda)y se encontraronen la sala comúndeGryffindor, unahabitación redondayacogedora,llenadecómodossillones.
Percycondujoa lasniñasa travésdeunapuerta,haciasusdormitorios,ya losniñosporotrapuerta.Alfinaldeunaescaleradecaracol(eraevidentequeestabanenunadelastorres)encontraron,porfin,suscamas,cincocamasconcuatropostescadauna y cortinas de terciopelo rojo oscuro. Sus baúles ya estaban allí. Demasiadocansadosparaconversar,sepusieronsuspijamasysemetieronenlacama.
—Unacomidaincreíble,¿no?—murmuróRonaHarry,atravésdelascortinas—.¡Fuera,Scabbers!Teestáscomiendomissábanas.
Harry estaba a puntodepreguntar aRon si le quedaba alguna tarta demelaza,perosequedódormidodeinmediato.
TalvezHarryhabíacomidodemasiado,porquetuvounsueñomuyextraño.TeníapuestoelturbantedelprofesorQuirrell,quelehablabayledecíaquedebíapasarseaSlytherindeinmediato,porqueéseerasudestino.HarrycontestóalturbantequenoqueríaestarenSlytherinyelturbantesevolviócadavezmáspesado.Harryintentóquitárselo,peroleapretabadolorosamente,yentoncesaparecióMalfoy,queseburlóde él mientras luchaba para quitarse el turbante. LuegoMalfoy se convirtió en elprofesordenarizganchuda,Snape,cuyarisasevolvíacadavezmásfuerteyfría…SeprodujounestallidodeluzverdeyHarrysedespertó,temblandoyempapadoensudor.
Se dio la vuelta y se volvió a dormir.Al día siguiente, cuando se despertó, norecordabanadadeaquelsueño.
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—A
Capítulo8
Elprofesordepociones
LLÍ,mira.—¿Dónde?
—Alladodelchicoaltoypelirrojo.—¿Eldegafas?—¿Hasvistosucara?—¿Hasvistosucicatriz?LosmurmullossiguieronaHarrydesdeelmomentoenque,aldíasiguiente,salió
deldormitorio.Losalumnosqueesperabanfueradelasaulasseponíandepuntillasparamirarlo,osedabanlavueltaenlospasillos,observándoloconatención.Harrydeseabaqueno lohicieran,porque intentabaconcentrarseparaencontrarelcaminodesuclase.
EnHogwartshabía142escaleras,algunasampliasydespejadas,otrasestrechasydestartaladas. Algunas llevaban a un lugar diferente los viernes. Otras tenían unescalón que desaparecía a mitad de camino y había que recordarlo para saltar.Después,habíapuertasquenoseabrían,amenosqueunolopidieraconamabilidadoles hiciera cosquillas en el lugar exacto, y puertas que, en realidad, no eran sinosólidas paredes que fingían ser puertas. También era muy difícil recordar dóndeestaba todo, ya que parecía que las cosas cambiaban de lugar continuamente. Laspersonasde los retratos seguíanvisitándoseunosaotros,yHarryestaba segurodequelasarmaduraspodíanandar.
Los fantasmas tampoco ayudaban. Siempre era una desagradable sorpresa quealgunosedeslizarasúbitamenteatravésdelapuertaqueseintentabaabrir.NickCasiDecapitado siempre se sentía contento de señalar el camino indicado a los nuevosGryffindors, pero Peeves el poltergeist se encargaba de poner puertas cerradas yescaleras con trampas en el camino de los que llegaban tarde a clase.También lestirabapapelerasalacabeza,corría lasalfombrasdebajodelospiesdelquepasaba,
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lestirabatizaso,invisible,sedeslizabapordetrás,cogíalanarizdealgunoygritaba:¡TENGOTUNARIZ!
PeroaúnpeorquePeeves,siesoeraposible,eraelcelador,ArgusFilch.HarryyRonse lasarreglaronparachocarconél,en laprimeramañana.Filch losencontrótratando de pasar por una puerta que, desgraciadamente, resultó ser la entrada alpasilloprohibidodeltercerpiso.Nolescreyócuandodijeronqueestabanperdidos,estabaconvencidodequequeríanentrarapropósitoylosamenazóconencerrarlosenloscalabozos,hastaqueelprofesorQuirrell,quepasabaporallí,losrescató.
Filch tenía una gata llamada Señora Norris, una criatura flacucha y de colorpolvoriento,conojossaltonescomolinternas,igualesalosdeFilch.Patrullabasolaporlospasillos.Siunoinfringíaunaregladelantedeella,oponíaunpiefueradelalíneapermitida,seescabullíaparabuscaraFilch,elcualaparecíadossegundosmástarde.Filchconocíatodoslospasadizossecretosdelcolegiomejorquenadie(exceptotalvezlosgemelosWeasley),ypodíaaparecertansúbitamentecomocualquieradelos fantasmas. Todos los estudiantes lo detestaban, y la más soñada ambición demuchoseradarleunabuenapatadaalaSeñoraNorris.
Ydespués,cuandoporfinhabíanencontradolasaulas,estabanlasclases.Habíamuchomásquemagia,comoHarrydescubriómuypronto,muchomásqueagitarlavaritaydecirunaspalabrasgraciosas.
Tenían que estudiar los cielos nocturnos con sus telescopios, cadamiércoles amedianoche,yaprenderlosnombresdelasdiferentesestrellasylosmovimientosdelosplanetas.Tresvecespor semana ibana los invernaderosdedetrásdelcastilloaestudiarHerbología,conunabrujapequeñayregordetallamadaprofesoraSprout,yaprendían a cuidar de todas las plantas extrañas y hongos y a descubrir para quédebíanutilizarlas.
Pero laasignaturamásaburridaeraHistoriade laMagia, laúnicaclasedictadaporunfantasma.ElprofesorBinnsyaeramuyviejocuandosequedódormidofrentea lachimeneadelcuartodeprofesoresy se levantóa lamañanasiguienteparadarclase, dejando atrás su cuerpo. Binns hablaba monótonamente, mientras escribíanombres y fechas, y hacía que Elmerico el Malvado y Ulrico el Chiflado seconfundieran.
ElprofesorFlitwick,eldelaclasedeEncantamientos,eraunbrujodiminutoquetenía que subirse a unos cuantos libros para ver por encima de su escritorio. Alcomenzar laprimeraclase,sacóla listay,cuandollegóalnombredeHarry,diounchillidodeexcitaciónydesapareciódelavista.
La profesora McGonagall era siempre diferente. Harry había tenido razón alpensar que no era una profesora con quien se pudiera tener problemas. Estricta einteligente,leshablóenelprimermomentoenquesesentaron,eldíadesuprimeraclase.
—Transformaciones es una de las magias más complejas y peligrosas queaprenderéis en Hogwarts —dijo—. Cualquiera que pierda el tiempo en mi clase
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tendráqueirseynopodrávolver.Yaestáisprevenidos.Entonces transformó un escritorio en un cerdo y luego le devolvió su forma
original.Todosestabanmuy impresionadosynoaguantaban lasganasdeempezar,peromuyprontosedieroncuentadequepasaríamuchotiempoantesdequepudierantransformar muebles en animales. Después de hacer una cantidad de complicadasanotaciones, les dio a cada uno una cerilla para que intentaran convertirla en unaaguja.Al finalde laclase,sóloHermioneGrangerhabíahechoalgúncambioen lacerilla. La profesoraMcGonagallmostró a todos cómo se había vuelto plateada ypuntiaguda,ydedicóalaniñaunaexcepcionalsonrisa.
La clase que todos esperaban era Defensa Contra las Artes Oscuras, pero lasleccionesdeQuirrellresultaronsercasiunabroma.Suaulateníaunfuerteoloraajo,y todos decían que era para protegerse de un vampiro que había conocido enRumaniaydelqueteníamiedodequevolvieraabuscarlo.Suturbante,lesdijo,eraun regalodeunpríncipe africanocomoagradecimientoporhaberlo liberadodeunmolesto zombi, pero ninguno creía demasiado en su historia. Por un lado, porquecuandoSeamusFinnigansemostródeseosodesabercómohabíaderrotadoalzombi,elprofesorQuirrellseruborizóycomenzóahablardeltiempo,yporelotro,porquehabíannotadoqueelcuriosoolorsalíadelturbante,ylosgemelosWeasleyinsistíanenqueestaballenodeajo,paraprotegeraQuirrellcuandoelvampiroapareciera.
Harrysesintiómuyaliviadoaldescubrirquenoestabamuchomásatrasadoquelosdemás.Muchosprocedíande familiasmugglesy,comoél,no teníanni ideadequeeranbrujasymagos.Había tantas cosaspor aprenderqueni siquieraunchicocomoRonteníamuchaventaja.
ElviernesfueundíaimportanteparaHarryyRon.PorfinencontraronelcaminohaciaelGranComedoralahoradeldesayuno,sinperderseniunavez.
—¿Qué tenemos hoy?—preguntóHarry aRon,mientras echaba azúcar en suscereales.
—PocionesDoblesconlosdeSlytherin—respondióRon—.Snapeeseljefedela casa Slytherin. Dicen que siempre los favorece a ellos… Ahora veremos si esverdad.
—Ojalá McGonagall nos favoreciera a nosotros —dijo Harry. La profesoraMcGonagallera la jefade lacasaGryffindor,peroesono lehabía impedidodarlesunagrancantidaddedebereseldíaanterior.
Justoenaquelmomentollegóelcorreo.Harryyasehabíaacostumbrado,perolaprimera mañana se impresionó un poco cuando unas cien lechuzas entraronsúbitamenteenelGranComedorduranteeldesayuno,volandosobrelasmesashastaencontrarasusdueños,paradejarlescaerencimacartasypaquetes.
Hedwig no le había llevado nada hasta aquel día. Algunas veces volaba paramordisquearle una oreja y conseguir una tostada, antes de volver a dormir en lalechucería, con las otras lechuzas del colegio. Sin embargo, aquella mañana pasó
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volandoentrelamermeladaylaazucareraydejócaerunsobreenelplatodeHarry.Ésteloabriódeinmediato.
QueridoHarry(decíaconletradesigual),séquetieneslastardesdelvierneslibres,asíque¿tegustaríaveniratomarunatazadetéconmigo,aesodelastres?Quieroquemecuentestodolodetuprimerasemana.EnvíamelarespuestaconHedwig.
Hagrid
Harry cogió prestada la pluma de Ron y contestó: «Sí, gracias, nos veremos mástarde»,enlapartedeatrásdelanota,ylaenvióconHedwig.
FueunasuertequeHagridhubierainvitadoaHarryatomarelté,porquelaclasedePocionesresultóserlapeorcosaquelehabíaocurridoallí,hastaentonces.
Alcomenzarelbanquetedelaprimeranoche,HarryhabíapensadoquenolecaíabienalprofesorSnape.PeroalfinaldelaprimeraclasedePocionessupoquenosehabíaequivocado.NoerasóloqueaSnapenolegustaraHarry:lodetestaba.
LasclasesdePocionessedabanabajo,enuncalabozo.Hacíamuchomásfríoallíquearriba,enlaparteprincipaldelcastillo,yhabríasidoigualmentetétricosintodosaquellosanimalesconservados,flotandoenfrascosdevidrio,portodaslasparedes.
Snape,comoFlitwick,comenzólaclasepasandolistay,comoFlitwick,sedetuvoanteelnombredeHarry.
—Ah,sí—murmuró—.HarryPotter.Nuestranueva…celebridad.Draco Malfoy y sus amigos Crabbe y Goyle rieron tapándose la boca. Snape
terminódepasarlistaymiróalaclase.SusojoserantannegroscomolosdeHagrid,pero no tenían nada de su calidez. Eran fríos y vacíos y hacían pensar en túnelesoscuros.
—Vosotros estáis aquí para aprender la sutil ciencia y el arte exacto de hacerpociones—comenzó.Hablabacasienunsusurro,peroseleentendíatodo.ComolaprofesoraMcGonagall, Snape tenía el don de mantener a la clase en silencio, sinningún esfuerzo—. Aquí habrá muy poco de estúpidos movimientos de varita ymuchosdevosotrosdudaréisqueestoseamagia.Noesperoquelleguéisaentenderlabellezadeuncalderohirviendosuavemente,consusvaporesrelucientes,eldelicadopoderde los líquidosquesedeslizana travésde lasvenashumanas,hechizando lamente,engañandolossentidos…Puedoenseñaroscómoembotellarlafama,prepararlagloria, hastadetener lamuerte…si sois algomásque los alcornoques a losquehabitualmentetengoqueenseñar.
Más silencio siguió a aquel pequeño discurso. Harry y Ron intercambiaronmiradasconlascejaslevantadas.HermioneGrangerestabasentadaenelbordedelasilla,yparecíadesesperadaporempezarademostrarqueellanoeraunalcornoque.
—¡Potter!—dijodeprontoSnape—.¿Quéobtendrésiañadopolvoderaícesdeasfódeloaunainfusióndeajenjo?
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¿Raíz enpolvodequé a una infusióndequé?Harrymiróde reojo aRon, queparecíatandesconcertadocomoél.LamanodeHermioneseagitabaenelaire.
—Nolosé,señor—contestóHarry.LoslabiosdeSnapesecurvaronenungestoburlón.—Bah,bah…esevidentequelafamanoloestodo.NohizocasodelamanodeHermione.—Vamos a intentarlo de nuevo, Potter. ¿Dónde buscarías si te digo que me
encuentresunbezoar?Hermione agitaba lamano tan alta en el aire que no necesitaba levantarse del
asientoparaquelavieran,peroHarrynoteníalamenorideadeloqueeraunbezoar.TratódenomiraraMalfoyyasusamigos,quesedesternillabanderisa.
—Nolosé,señor.—Parecequenohasabiertoniunlibroantesdevenir.¿Noesasí,Potter?Harry se obligó a seguir mirando directamente aquellos ojos fríos. Sí había
miradosuslibrosencasadelosDursley,pero¿cómoesperabaSnapequeseacordaradetodoloquehabíaenMilhierbasmágicasyhongos?
SnapeseguíahaciendocasoomisodelamanotemblorosadeHermione.—¿Cuálesladiferencia,Potter,entreacónitoyluparia?Anteeso,Hermionesepusodepie,conelbrazoextendidohaciael techode la
mazmorra.—Nolosé—dijoHarryconcalma—.PerocreoqueHermionelosabe.¿Porqué
noselopreguntaaella?Unospocosrieron.HarrycaptólamiradadeSeamus,queleguiñóunojo.Snape,
sinembargo,noestabacomplacido.—Siéntate—gritóaHermione—.Para tu información,Potter,asfódeloyajenjo
producen una poción para dormir tan poderosa que es conocida como Filtro deMuertosenVida.Unbezoaresunapiedrasacadadelestómagodeunacabraysirvepara salvarte de la mayor parte de los venenos. En lo que se refiere a acónito yluparia,eslamismaplanta.Bueno,¿porquénoloestáisapuntandotodo?
Seprodujounsúbitomovimientodeplumasypergaminos.Porencimadelruido,Snapedijo:
—YselerestaráunpuntoalacasaGryffindorportudescaro,Potter.LascosasnomejoraronparalosGryffindorsamedidaquecontinuabalaclasede
Pociones. Snape los puso en parejas, para quemezclaran una poción sencilla paracurarforúnculos.Sepaseóconsulargacapanegra,observandocómopesabanortigasecayaplastabancolmillosdeserpiente,criticandoatodoelmundosalvoaMalfoy,queparecíagustarle.Enelprecisomomentoenquelesestabadiciendoatodosquemiraran laperfecciónconqueMalfoyhabíacocinadoa fuego lento lospedazosdecuernos,multituddenubesdeun ácidohumoverdeyun fuerte silbido llenaron lamazmorra.Dealgunaforma,Nevilleselashabíaingeniadoparaconvertirelcalderode Seamus en un engrudo hirviente que se derramaba sobre el suelo, quemando y
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haciendoagujerosen loszapatosde losalumnos.Ensegundos, toda laclaseestabasubidaasustaburetes,mientrasqueNeville,quesehabíaempapadoenlapociónalvolcarse sobre él el caldero, gemía de dolor; por sus brazos y piernas aparecíanpústulasrojas.
—¡Chicoidiota!—dijoSnapeconenfado,haciendodesaparecerlapociónconunmovimientodesuvarita—.Supongoqueañadistelaspúasdeerizoantesdesacarelcalderodelfuego,¿no?
Nevillelloriqueaba,mientraslaspústulascomenzabanaaparecerensunariz.—Lléveloalaenfermería—ordenóSnapeaSeamus.LuegoseacercóaHarryy
Ron,quehabíanestadotrabajandocercadeNeville.—Tú,HarryPotter.¿Porquénoledijistequenopusieralaspúas?Pensastequesi
se equivocaba quedarías bien, ¿no es cierto? Éste es otro punto que pierdes paraGryffindor.
AquelloerataninjustoqueHarryabriólabocaparadiscutir,peroRonlediounapatadapordebajodelcaldero.
—No lo provoques —murmuró—. He oído decir que Snape puede ser muydesagradable.
Unahoramástarde,cuandosubíanporlaescaleraparasalirdelasmazmorras,lamentedeHarryerauntorbellinoysuánimoestabaporlossuelos.HabíaperdidodospuntosparaGryffindorensuprimerasemana…¿PorquéSnapeloodiabatanto?
—Anímate—dijoRon—.Snape siempre le quitaba puntos a Fred y aGeorge.¿PuedoiraveraHagridcontigo?
Salierondelcastillocincominutosantesdelastresycruzaronlosterrenosquelorodeaban. Hagrid vivía en una pequeña casa de madera, en el borde del bosqueprohibido. Una ballesta y un par de botas de goma estaban al lado de la puertadelantera.
Cuando Harry llamó a la puerta, oyeron unos frenéticos rasguños y variosladridos.LuegoseoyólavozdeHagrid,diciendo:
—Atrás,Fang,atrás.LagrancarapeludadeHagridaparecióalabrirselapuerta.—Entrad—dijo—.Atrás,Fang.Losdejóentrar,tirandodelcollardeunimponenteperronegro.Habíaunasolaestancia.Deltechocolgabanjamonesyfaisanes,unacazuelade
cobrehervíaenelfuegoyenunrincónhabíaunacamaenormeconunamantahechaderemiendos.
—Estáisenvuestracasa—dijoHagrid,soltandoaFang,queselanzócontraRonycomenzóalamerlelasorejas.ComoHagrid,Fangeraevidentementemuchomenosferozdeloqueparecía.
—ÉsteesRon—dijoHarryaHagrid,queestabavolcandoelaguahirviendoenunagranteteraysirviendopedazosdepastel.
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—OtroWeasley,¿verdad?—dijoHagrid,mirandodereojo laspecasdeRon—.Mehepasadolamitaddemividaahuyentandoatushermanosgemelosdelbosque.
Elpastelcasilesrompiólosdientes,peroHarryyRonfingieronquelesgustaba,mientraslecontabanaHagridtodoloreferenteasusprimerasclases.FangteníalacabezaapoyadasobrelarodilladeHarryybabeabasobresutúnica.
HarryyRonsequedaronfascinadosaloírqueHagridllamabaaFilch«eseviejobobo».
—Yenloqueserefiereaesagata,laSeñoraNorris,megustaríapresentárselaundíaaFang.¿Sabéisquecadavezquevoyalcolegiomesiguetodoeltiempo?Nomepuedolibrardeella.Filchlaenvíaahacerlo.
Harry le contó aHagrid lo de la clase de Snape.Hagrid, comoRon, le dijo aHarryquenosepreocupara,queaSnapenolegustabaningunodesusalumnos.
—Perorealmenteparecequemeodie.—¡Tonterías!—dijoHagrid—.¿Porquéibaahacerlo?Sinembargo,HarrynopodíadejardepensarenqueHagridhabíamiradohacia
otroladocuandodijoaquello.—¿Y cómo está tu hermanoCharlie?—preguntóHagrid aRon—.Me gustaba
mucho,eramuybuenoconlosanimales.HarrysepreguntósiHagridnoestabacambiandodetemaapropósito.Mientras
Ron le hablaba a Hagrid del trabajo de Charles con los dragones, Harry miró elrecortedelperiódicoqueestabasobrelamesa.EradeElProfeta.
RECIENTEASALTOENGRINGOTTS
ContinúanlasinvestigacionesdelasaltoquetuvolugarenGringottsel31dejulio.Secreequesedebealtrabajodeoscurosmagosybrujasdesconocidos.
LosduendesdeGringotts insistenenquenosehan llevadonada.Lacámaraqueseregistróhabíasidovaciadaaquelmismodía.
«Pero no vamos a decirles qué había allí, así quemantengan lasnaricesfueradeesto,sisabenloquelesconviene»,declaróestatardeunduendeportavozdeGringotts.
HarryrecordóqueRonlehabíacontadoeneltrenquealguienhabíatratadoderobarenGringotts,perosuamigonohabíamencionadolafecha.
—¡Hagrid! —dijo Harry—. ¡Ese robo en Gringotts sucedió el día de micumpleaños!¡Pudohabersucedidomientrasestábamosallí!
Aquella vez no tuvo dudas:Hagrid decididamente evitó sumirada.Gruñó y leofreciómáspastel.Harryvolvióaleerlanota.«Lacámaraqueseregistróhabíasidovaciadaaquelmismodía.»Hagridhabíavaciadolacámarasetecientostrece,sipuedellamarsevaciarlaasacarunpaquetitoarrugado.¿Seríaesoloqueestabanbuscandolosladrones?
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MientrasHarryyRon regresabanal castillopara cenar, con losbolsillos llenosdel pétreo pastel que fueron demasiado amables para rechazar,Harry pensaba queninguna de las clases le había hecho reflexionar tanto como aquellamerienda conHagrid. ¿Hagrid habría sacado el paquete justo a tiempo? ¿Dónde podía estar?¿SabríaalgosobreSnapequenoqueríadecirle?
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H
Capítulo9
Eldueloamedianoche
ARRYnuncahabíacreídoquepudieraexistirunchicoalquedetestaramásqueaDudley,peroesoeraantesdehaberconocidoaDracoMalfoy.Sinembargo,
los de primer año de Gryffindor sólo compartían con los de Slytherin la clase dePociones,asíquenoteníaqueencontrarsemuchoconél.O,almenos,asíerahastaque apareció una noticia en la sala común deGryffindor, que los hizo protestar atodos. Las lecciones de vuelo comenzarían el jueves… y Gryffindor y Slytherinaprenderíanjuntos.
—Perfecto—dijo en tono sombrío Harry—. Justo lo que siempre he deseado.HacerelridículosobreunaescobadelantedeMalfoy.
Deseabaaprenderavolarmásqueningunaotracosa.—No sabes aún si vas a hacer un papelón—dijo razonablemente Ron—. De
todosmodos, sé queMalfoy siempre habla de lo bueno que es en quidditch, peroseguroqueespurapalabrería.
La verdad es que Malfoy hablaba mucho sobre volar. Se quejaba en voz altaporquelosdeprimerañonuncaestabanenlosequiposdequidditchycontabalargasy jactanciosas historias, que siempre acababan con él escapando de helicópterospilotados por muggles. Pero no era el único: por la forma de hablar de SeamusFinnigan, parecía que había pasado toda la infancia volando por el campo con suescoba.HastaRonpodíacontaraquienquisieraoírloqueunavezcasihabíachocadocontra un planeador con la vieja escoba de Charles. Todos los que procedían defamilias demagoshablaban constantementedequidditch.Ronyahabía tenidounagrandiscusiónconDeanThomas,quecompartíaeldormitorioconellos,sobrefútbol.Ronnopodíaverqué teníadeexcitanteun juegoconunasolapelota,dondenadiepodíavolar.HarryhabíadescubiertoaRontratandodeanimaruncarteldeDeanenque aparecía el equipo de fútbol de West Ham, para hacer que los jugadores semovieran.
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Neville no había tenido una escoba en toda su vida, porque su abuela no se lopermitía.Harrypensóqueellahabíaactuadocorrectamente,dadoqueNevilleselasingeniabaparatenerunnúmeroextraordinariodeaccidentes,inclusoconlosdospiesentierra.
HermioneGrangerestabacasitannerviosacomoNevilleconeltemadelvuelo.Eso era algo que no se podía aprender dememoria en los libros, aunque lo habíaintentado. En el desayuno del jueves, aburrió a todos con estúpidas notas sobre elvueloquehabíaencontradoenunlibrodelabiblioteca,llamadoQuidditchatravésdelostiempos.Nevilleestabapendientedecadapalabra,desesperadoporencontraralgo que lo ayudara más tarde con su escoba, pero todos los demás se alegraronmuchocuandolalecturadeHermionefueinterrumpidaporlallegadadelcorreo.
HarrynohabíarecibidounasolacartadesdelanotadeHagrid,algoqueMalfoyyahabíanotado,porsupuesto.La lechuzadeMalfoysiempre le llevabadesucasapaquetescongolosinas,queelmuchachoabríaconperversasatisfacciónenlamesadeSlytherin.
Un lechuzón entregó a Neville un paquetito de parte de su abuela. Lo abrióexcitadoylesenseñóunaboladecristal,deltamañodeunagrancanica,queparecíallenadehumoblanco.
—¡Esuna recordadora!—explicó—.Laabuela sabequeolvidocosasyesto tedicesihayalgoquetehasolvidadodehacer.Mirad,unolasujetaasí,confuerza,ysisevuelveroja…oh…—sepusopálido,porquelarecordadorasúbitamentesetiñódeunbrilloescarlata—…esquehasolvidadoalgo…
Nevilleestabatratandoderecordarquéeraloquehabíaolvidado,cuandoDracoMalfoy,quepasabaal ladodelamesadeGryffindor, lequitó larecordadorade lasmanos.
HarryyRonsaltarondesusasientos.Enrealidad,deseabantenerunmotivoparapelearse conMalfoy, pero la profesoraMcGonagall, que detectaba problemasmásrápidoqueningúnotroprofesordelcolegio,yaestabaallí.
—¿Quésucede?—Malfoymehaquitadomirecordadora,profesora.Conaireceñudo,Malfoydejórápidamentelarecordadorasobrelamesa.—Sólolamiraba—dijo,ysealejó,seguidoporCrabbeyGoyle.
Aquella tarde, a las tres y media, Harry, Ron y los otros Gryffindors bajaroncorriendolosescalonesdelanteros,haciaelparque,paraasistirasuprimeraclasedevuelo. Era un día claro y ventoso. La hierba se agitaba bajo sus pies mientrasmarchabanporelterrenoinclinadoendirecciónaunpradoqueestabaalotroladodelbosqueprohibido,cuyosárbolesseagitabantenebrosamenteenladistancia.
Los Slytherins ya estaban allí, y también las veinte escobas, cuidadosamentealineadasenel suelo.HarryhabíaoídoaFredyaGeorgeWeasleyquejarsede las
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escobasdel colegio, diciendoque algunas comenzaban a vibrar si unovolabamuyalto,oquesiemprevolabanligeramentetorcidashacialaizquierda.
Entonces llegó la profesora, la señoraHooch. Era baja, de pelo canoso y ojosamarilloscomolosdeunhalcón.
—Bueno ¿qué estáis esperando?—bramó—. Cada uno al lado de una escoba.Vamos,rápido.
Harry miró su escoba. Era vieja y algunas de las ramitas de paja sobresalíanformandoángulosextraños.
—Extended lamanoderecha sobre laescoba—les indicó la señoraHooch—ydecid«arriba».
—¡ARRIBA!—gritarontodos.LaescobadeHarrysaltódeinmediatoensusmanos,perofueunodelospocos
queloconsiguió.LadeHermioneGrangernohizomásquerodarporelsueloyladeNevillenosemovióenabsoluto.«Alomejorlasescobassaben,comoloscaballos,cuándo tienes miedo», pensó Harry, y había un temblor en la voz de Neville queindicaba,demasiadoclaramente,quedeseabamantenersuspiesenlatierra.
Luego, la señoraHooch les enseñó cómomontarse en la escoba, sin deslizarsehastalapunta,yrecorriólafila,corrigiéndoleslaformadesujetarla.HarryyRonsealegraronmuchísimocuandolaprofesoradijoaMalfoyquelohabíaestadohaciendomaldurantetodosesosaños.
—Ahora, cuandohaga sonarmi silbato,daisuna fuertepatada—dijo la señoraHooch—. Mantened las escobas firmes, elevaos un metro o dos y luego bajadinclinándoossuavemente.Preparados…tres…dos…
PeroNeville, nerviosoy temerosodequedarse en tierra, dio la patada antesdequesonaraelsilbato.
—¡Vuelve,muchacho!—gritó,peroNevillesubíaenlínearecta,comoelcorchode una botella… Cuatro metros… seis metros… Harry le vio la cara pálida yasustada,mirandohaciael terrenoquesealejaba, lovio jadear,deslizarsehaciaunladodelaescobay…
BUM…UnruidohorribleyNevillequedó tiradoen lahierba.Suescobaseguíasubiendo,cadavezmásalto,hastaquecomenzóatorcerhaciaelbosqueprohibidoydesapareciódelavista.
LaseñoraHoochse inclinósobreNeville, conel rostro tanblancocomoeldelchico.
—Lamuñecafracturada—laoyómurmurarHarry—.Vamos,muchacho…Estábien…Alevantarse.
Sevolvióhaciaelrestodelaclase.—No debéis moveros mientras llevo a este chico a la enfermería. Dejad las
escobas donde están o estaréis fuera deHogwartsmás rápido de lo que tardéis endecirquidditch.Vamos,hijo.
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Neville,conlacarasurcadadelágrimasyagarrándoselamuñeca,cojeabaalladodelaseñoraHooch,quelosostenía.
Casiantesdequepudieranmarcharse,Malfoyyaseestabariendoacarcajadas.—¿Habéisvistolacaradeesegranzoquete?LosotrosSlytherinslehicieroncoro.—¡Cierralaboca,Malfoy!—dijoParvatiPatilentonocortante.—Oh,¿estásenamoradadeLongbottom?—dijoPansyParkinson,unachicade
Slytherinderostroduro—.Nuncapenséque tepodíangustar losgorditos llorones,Parvati.
—¡Mirad!—dijoMalfoy,agachándoseyrecogiendoalgodelahierba—.EsesacosaestúpidaquelemandólaabuelaaLongbottom.
Larecordadorabrillabaalsolcuandolacogió.—Traeesoaquí,Malfoy—dijoHarryconcalma.Todosdejarondehablarpara
observarlos.Malfoysonrióconmalignidad.—CreoquevoyadejarlaenalgúnsitioparaqueLongbottomlabusque…¿Qué
osparece…enlacopadeunárbol?—¡Tráelaaquí!—rugióHarry,peroMalfoyhabíasubidoasuescobaysealejaba.
Nohabíamentido,sabíavolar.Desdelasramasmásaltasdeunroblelollamó:—¡Venabuscarla,Potter!Harrycogiósuescoba.—¡No! —gritó Hermione Granger—. La señora Hooch dijo que no nos
moviéramos.Nosvasameterenunlío.Harry no le hizo caso. Le ardían las orejas. Semontó en su escoba, pegó una
fuerte pataday subió.El aire agitaba su peloy su túnica, silbando tras él y, en unrelámpagode feroz alegría, se dio cuenta de que había descubierto algo que podíahacer sin que se lo enseñaran. Era fácil, era maravilloso. Empujó su escoba unpoquitomás, para volarmás alto, y oyó los gritos y gemidos de las chicas que lomirabandesdeabajo,yunaexclamaciónadmiradadeRon.
DirigiósuescobaparaenfrentarseaMalfoyenelaire.Éstelomiróasombrado.—¡Déjala—gritóHarry—otebajarédeesaescoba!—Ah,¿sí?—dijoMalfoy,tratandodeburlarse,perocontonopreocupado.Harrysabía,dealgunamanera, loqueteníaquehacer.Seinclinóhaciadelante,
cogió la escoba con las dos manos y se lanzó sobre Malfoy como una jabalina.Malfoypudoapartarsejustoatiempo,Harrydiolavueltaymantuvofirmelaescoba.Abajo,algunosaplaudían.
—AquínoestánCrabbeyGoyleparasalvarte,Malfoy—exclamóHarry.ParecíaqueMalfoytambiénlohabíapensado.—¡Atrápalasipuedes,entonces!—gritó.Tirólaboladecristalhaciaarribaybajó
atierraconsuescoba.
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Harryvio,comosifueraacámaralenta,quelabolaseelevabaenelaireyluegocomenzaba a caer. Se inclinó hacia delante y apuntó elmango de la escoba haciaabajo.Almomentosiguiente,estabaganandovelocidadenlacaída,persiguiendoalabola, con el viento silbando en sus orejas mezclándose con los gritos de los quemiraban.Extendiólamanoy,aunosmetrosdelsuelo,laatrapó,justoatiempoparaenderezar su escoba y descender suavemente sobre la hierba, con la recordadora asalvo.
—¡HARRYPOTTER!
Su corazón latiómás rápido que nunca. La profesoraMcGonagall corría haciaellos.Sepusodepie,temblando.
—Nunca…entodosmisañosenHogwarts…La profesora McGonagall estaba casi muda de la impresión, y sus gafas
centelleabandefuria.—¿Cómotehasatrevido…?Podríashaberterotoelcuello…—Nofueculpadeél,profesora…—Silencio,Parvati.—PeroMalfoy…—Yaessuficiente,Weasley.HarryPotter,venconmigo.Enaquelmomento,Harrypudoverelaire triunfaldeMalfoy,CrabbeyGoyle,
mientrasandabainsegurotraslaprofesoraMcGonagall,devueltaalcastillo.Loibana expulsar, lo sabía.Quería decir algo para defenderse, pero no podía controlar suvoz.La profesoraMcGonagall andabamuy rápido, sin siquieramirarlo. Tenía quecorrer para alcanzarla. Esta vez sí que lo había hecho. No había durado ni dossemanas.Endiezminutosestaríahaciendosumaleta.¿QuédiríanlosDursleycuandolovieranllegaralapuertadesucasa?
Subieron por los peldaños delanteros y después por la escalera demármol. LaprofesoraMcGonagallseguíasinhablar.Abríapuertasyandabaporlospasillos,conHarrycorriendotristementetrasella.Talvezlo llevabaanteDumbledore.PensóenHagrid, expulsado, pero con permiso para quedarse como guardabosque. Quizápodría ser el ayudante de Hagrid. Se le revolvió el estómago al imaginarseobservandoaRony losotrosconvirtiéndoseenmagos,mientrasélandabaporahí,llevandolabolsadeHagrid.
La profesoraMcGonagall se detuvo ante un aula. Abrió la puerta y asomó lacabeza.
—Discúlpeme,profesorFlitwick.¿PuedollevarmeaWoodunmomento?«¿Wood? —pensó Harry aterrado—. ¿Wood sería el encargado de aplicar los
castigosfísicos?»PeroWooderasólounmuchachocorpulentodequintoaño,quesaliódelaclase
deFlitwickconaireconfundido.—Seguidme los dos—dijo la profesoraMcGonagall.Avanzaronpor el pasillo,
WoodmirandoaHarryconcuriosidad.
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—Aquí.LaprofesoraMcGonagallseñalóunaulaen laquesóloestabaPeeves,ocupado
enescribirgroseríasenlapizarra.—¡Fuera,Peeves!—dijoconiralaprofesora.Peevestirólatizaenuncuboysemarchómaldiciendo.LaprofesoraMcGonagall
cerrólapuertaysevolvióparaencararseconlosmuchachos.—Potter,ésteesOliverWood.Wood,teheencontradounbuscador.LaexpresióndeintrigadeWoodseconvirtióendeleite.—¿Estásegura,profesora?—Totalmente—dijolaprofesoraconvigor—.Estechicotieneuntalentonatural.
Nuncavinadaparecido.¿Éstahasidotuprimeravezconlaescoba,Potter?Harry asintió con la cabeza en silencio. No tenía una explicación para lo que
estabasucediendo,peroleparecíaquenoloibanaexpulsarycomenzabaasentirsemásseguro.
—Atrapóesacosaconlamano,despuésdeunvuelodequincemetros—explicólaprofesoraaWood—.Niunrasguño.CharlieWeasleynolohabríahechomejor.
Woodparecíapensarquetodossussueñossehabíanhechorealidad.—¿Algunavezhasvistounpartidodequidditch,Potter?—preguntóexcitado.—Wood es el capitán del equipo de Gryffindor —aclaró la profesora
McGonagall.—Ytieneelcuerpoindicadoparaserbuscador—dijoWood,paseandoalrededor
deHarryyobservándolo con atención—.Ligero, veloz…Vamosa tenerquedarleunaescobadecente,profesora,unaNimbus2000ounaBarredora7.
—HablaréconelprofesorDumbledoreparaversipodemossuspenderlaregladelprimeraño.Loscielossabenquenecesitamosunequipomejorqueeldelañopasado.Fuimos aplastados por Slytherin en ese último partido. No pudemirar a la cara aSeverusSnapeenvariassemanas…
La profesora McGonagall observó con severidad a Harry, por encima de susgafas.
—Quierooírqueteentrenasmucho,Potter,ocambiarédeideasobretucastigo.Luego,súbitamente,sonrió.—Tu padre habría estado orgulloso —dijo—. Era un excelente jugador de
quidditch.
—Esunabroma.Eralahoradelacena.HarryhabíaterminadodecontarleaRontodolosucedido
cuandodejóelparqueconlaprofesoraMcGonagall.Ronteníauntrozodepasteldecarneyriñoneseneltenedor,peroseolvidódellevárseloalaboca.
—¿Buscador?—dijo—.Pero los de primer añonunca…Serías el jugadormásjovenen…
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—Un siglo—terminó Harry, metiéndose un trozo de pastel en la boca. Teníamuchísimahambredespuésdetodalaexcitacióndelatarde—.Woodmelodijo.
Ronestabatansorprendidoeimpresionadoquesequedómirándoloboquiabierto.—Tengoqueempezaraentrenarmelasemanaqueviene—dijoHarry—.Perono
selodigasanadie,Woodquieremantenerloensecreto.FredyGeorgeWeasleyaparecieronenelcomedor,vieronaHarryyseacercaron
rápidamente.—Bienhecho—dijoGeorgeenvozbaja—.Woodnoslocontó.Nosotrostambién
estamosenelequipo.Somosgolpeadores.—Teloaseguro,vamosaganarlacopadequidditchestecurso—dijoFred—.No
la ganamos desde queCharlie se fue, pero el equipo de este año serámuy bueno.Tienesquehacerlobien,Harry.Woodcasisaltabacuandonoslocontó.
—Bueno, tenemos que irnos. Lee Jordan cree que ha descubierto un nuevopasadizosecreto,fueradelcolegio.
—Seguro que es el que hay detrás de la estatua de Gregory el Pelota, quenosotrosencontramosennuestraprimerasemana.
Fred yGeorge acababan de desaparecer, cuando se presentaron unos visitantesmuchomenosagradables.Malfoy,flanqueadoporCrabbeyGoyle.
—¿Comiendolaúltimacena,Potter?¿Cuándocogesel trenparavolverconlosmuggles?
—Eres mucho más valiente ahora que has vuelto a tierra firme y tienes a tus«amiguitos»—dijo fríamenteHarry.PorsupuestoqueenCrabbeyGoylenohabíanadaquejustificaraeldiminutivo,perocomolamesadelosprofesoresestaballena,nopodíanhacermásquecrujirlosnudillosymirarloconelceñofruncido.
—Nosveremoscuandoquieras—dijoMalfoy—.Estanoche,siquieres.Unduelode magos. Sólo varitas, nada de contacto. ¿Qué pasa? Nunca has oído hablar deduelosdemagos,¿verdad?
—Porsupuestoquesí—dijoRon,interviniendo—.Yosoysupadrino.¿Cuáleseltuyo?
MalfoymiróaCrabbeyGoyle,valorándolos.—Crabbe—respondió—.Amedianoche,¿deacuerdo?Nosencontraremosenel
salóndelostrofeos,nuncasecierraconllave.CuandoMalfoysefue,RonyHarrysemiraron.—¿Quéesunduelodemagos?—preguntóHarry—.¿Yquéquieredecirqueseas
mipadrino?—Bueno, unpadrino es el que se hace cargo, si tematan—dijoRon sin darle
importancia.AlverlaexpresióndeHarry,añadiórápidamente—:Perolagentesólomuereenlosduelosreales,yasabes,conmagosdeverdad.LomáximoquepodéishacerMalfoyy túesmandaroschispasunoalotro.Ningunosabesuficientemagiaparahacerverdaderodaño.Detodosmodos,seguroqueélesperabaquetenegaras.
—¿Ysilevantomivaritaynosucedenada?
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—Latirasyledasunpuñetazoenlanariz—lesugirióRon.—Disculpad.Losdosmiraron.EraHermioneGranger.—¿Nosepuedecomerenpazenestelugar?—dijoRon.HermionenolehizocasoysedirigióaHarry.—NopudedejardeoírloquetúyMalfoyestabaisdiciendo…—Noesperabaotracosa—murmuróRon.—…ynodebesandarporelcolegiodenoche.Piensaenlospuntosqueperderás
paraGryffindorsiteatrapan,yloharán.Laverdadesqueesmuyegoístadetuparte.—Ylaverdadesquenoesasuntotuyo—respondióHarry.—Adiós—añadióRon.
Detodosmodos,pensóHarry,aquellonoeraloquellamaríaunperfectofinalparaeldía.Estabaacostado,despierto,oyendodormiraSeamusyaDean(Nevillenohabíaregresadode la enfermería).Ronhabíapasado toda laveladadándole consejosdeltipode:«Sitratademaldecirte,serámejorqueteescapes,porquenorecuerdocómosehaceparapararlo.»TeníangrandesprobabilidadesdequelosatraparanFilcholaSeñoraNorris, yHarry sintió que estaba abusando de su suerte al transgredir otraregladel colegioenunmismodía.Porotraparte, el rostroburlóndeMalfoy se leaparecíaenlaoscuridad,yaquéllaeralagranoportunidaddevencerlofrenteafrente.Nopodíaperderla.
—Onceymedia—murmurófinalmenteRon—.Mejornosvamosya.Sepusieronlasbatas,cogieronsusvaritasyselanzaronatravésdeldormitoriode
la torre.Bajaron la escalera de caracol y entraron en la sala comúndeGryffindor.Todavía brillaban algunas brasas en la chimenea, haciendo que todos los sillonesparecieransombrasnegras.Yacasihabían llegadoal retrato,cuandounavozhablódesdeunsillóncercano.
—Nopuedocreerquevayasahaceresto,Harry.Unaluzbrilló.EraHermioneGranger,conelrostroceñudoyunabatarosada.—¡Tú!—dijoRonfurioso—.¡Vuelvealacama!—Estuve a punto de decírselo a tu hermano—contestó enfadadaHermione—.
Percyeselprefectoypuededeteneros.Harrynopodíacreerquealguienfueratanentrometido.—Vamos—dijo aRon.Empujó el retratode laDamaGorday semetiópor el
agujero.Hermione no iba a rendirse tan fácilmente. Siguió a Ron a través del agujero,
gruñendocomounagansaenfadada.—NoosimportaGryffindor,¿verdad?Sóloosimportalovuestro.Yonoquiero
queSlytheringanelacopadelascasasyvosotrosvaisaperdertodoslospuntosque
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yo conseguí de la profesora McGonagall por conocer los encantamientos paracambios.
—Vete.—Muybien,peroosheavisado.Recordadtodoloqueoshedichocuandoestéis
eneltrenvolviendoacasamañana.Soistan…Peroloqueerannolosupieron.Hermionehabíaretrocedidohastaelretratodela
DamaGorda,paravolver, ydescubrióque la tela estabavacía.LaDamaGorda sehabía ido a una visita nocturna yHermione estaba encerrada, fuera de la torre deGryffindor.
—¿Yahoraquévoyahacer?—preguntócontonoagudo.—Ése es tu problema—dijoRon—.Nosotros tenemos que irnos o llegaremos
tarde.NohabíanllegadoalfinaldelpasillocuandoHermionelosalcanzó.—Voyconvosotros—dijo.—Noloharás.—¿Nocreeréisquemevoyaquedaraquí,esperandoaqueFilchmeatrape?Si
nos encuentra a los tres, yo le diré la verdad, que estaba tratando de deteneros, yvosotrosmeapoyaréis.
—Eresunacaradura—dijoRonenvozalta.—Callaoslosdos—dijoHarryentonocortante—.Heoídoalgo.Eraunaespeciederespiración.—¿LaSeñoraNorris?—resoplóRon,tratandodeverenlaoscuridad.No era la Señora Norris. Era Neville. Estaba enroscado en el suelo, medio
dormido,perosedespertósúbitamentealoírlos.—¡Gracias a Dios que me habéis encontrado! Hace horas que estoy aquí. No
podíarecordarelnuevosantoyseñaparairmealacama.—Nohablestanalto,Neville.Elsantoyseñaes«hocicodecerdo»,peroahorano
teservirá,porquelaDamaGordasehaidonosédónde.—¿Cómoestátumuñeca?—preguntóHarry.—Bien—contestó, enseñándosela—. La señora Pomfrey me la arregló en un
minuto.—Bueno,mira,Neville,tenemosqueiraotrositio.Nosveremosmástarde…—¡No me dejéis! —dijo Neville, tambaleándose—. No quiero quedarme aquí
solo.ElBarónSanguinarioyahapasadodosveces.RonmirósurelojyluegoechóunamiradafuriosaaHermioneyNeville.—Sinosatrapanporvuestraculpa,nodescansaréhastaaprenderesaMaldición
delosDemonios,delaquenoshablóQuirrell,ylautilizarécontravosotros.Hermioneabriólaboca,talvezparadeciraRoncómoutilizarlaMaldicióndelos
Demonios,peroHarrysusurróquesecallarayleshizoseñasparaqueavanzaran.Se deslizaron por pasillos iluminados por el claro de luna, que entraba por los
altos ventanales. En cada esquina, Harry esperaba chocar con Filch o la Señora
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Norris, pero tuvieron suerte. Subieron rápidamente por una escalera hasta el tercerpisoyentrarondepuntillasenelsalóndelostrofeos.
Malfoy y Crabbe todavía no habían llegado. Las vitrinas con trofeos brillabancuando las iluminaba la luz de la luna.Copas, escudos, bandejas y estatuas, oro yplatareluciendoenlaoscuridad.Fueronbordeandolasparedes,vigilandolaspuertasencadaextremodelsalón.Harryempuñósuvarita,porsiMalfoyaparecíadegolpe.Losminutospasaban.
—Seestáretrasando,talvezsehaacobardado—susurróRon.Entonces un ruido en la habitación de al lado los hizo saltar. Harry ya había
levantadosuvaritacuandooyeronunasvoces.NoeraMalfoy.—Olfateaporahí,mitesoro.Puedenestarescondidosenunrincón.Era Filch, hablando con la Señora Norris. Aterrorizado, Harry gesticuló
salvajementeparaque losdemás losiguieran lomás rápidoposible.Seescurrieronsilenciosamentehacia lapuertamásalejadade lavozdeFilch.Neville acababadepasar,cuandooyeronqueFilchentrabaenelsalóndelostrofeos.
—Tienenqueestarenalgúnlado—looyeronmurmurar—.Probablementesehanescondido.
—¡Poraquí!—señalóHarryalosotrosy,aterrados,comenzaronaatravesarunalargagalería,llenadearmaduras.PodíanoírlospasosdeFilch,acercándoseaellos.Súbitamente,Nevilledejóescaparunchillidodemiedoyempezóacorrer,tropezó,seaferróalamuñecadeRonysegolpearoncontraunaarmadura.
Losruidoseransuficientesparadespertaratodoelcastillo.—¡CORRED!—exclamóHarry,yloscuatroselanzaronporlagalería,sindarsela
vueltaparaversiFilchlosseguía.Pasaronporelquiciodelapuertaycorrierondeunpasillo a otro,Harrydelante, sin tener ni ideadedónde estabano adónde iban.Semetieronatravésdeuntapizyseencontraronenunpasadizooculto,losiguieronyllegaron cerca del aula deEncantamientos, que sabían que estaba a kilómetros delsalóndetrofeos.
—Creoquelohemosdespistado—dijoHarry,apoyándosecontralaparedfríaysecándoselafrente.Nevilleestabadobladoendos,respirandocondificultad.
—Te…lo…dije—añadióHermione,apretándoseelpecho—.Te…lo…dije.—Tenemos que regresar a la torre Gryffindor —dijo Ron— lo más rápido
posible.—Malfoy te engañó—dijoHermione aHarry—.Tehas dado cuenta, ¿no?No
pensabaveniraencontrarsecontigo.Filchsabíaqueibaahabergenteenelsalóndelostrofeos.Malfoydebiódeavisarle.
Harrypensóqueprobablementeteníarazón,peronoibaadecírselo.—Vamos.No sería tan sencillo.No habían dadomás de una docena de pasos, cuando se
movióunpestilloyalguiensaliódeunaulaqueestabafrenteaellos.EraPeeves.Losvioydejóescaparungritodealegría.
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—Cállate,Peeves,porfavor…Nosvasadelatar.Peevescacareó.—¿Vagabundeando a medianoche, novatos? No, no, no. Malitos, malitos, os
agarrarándelcuellecito.—No,sinonosdelatas,Peeves,porfavor.—DebodecírseloaFilch,debohacerlo—dijoPeeves,convozdesanturrón,pero
susojosbrillabanmalévolamente—.Esporvuestrobien,yalosabéis.—Quítatedeenmedio—ordenóRon,yledioungolpeaPeeves.Aquellofueun
granerror.—¡ALUMNOSFUERADELACAMA!—gritóPeeves—. ¡ALUMNOSFUERADELACAMA,
ENELPASILLODELOSENCANTAMIENTOS!
PasarondebajodePeevesycorrieroncomoparasalvarsusvidas,rectohastaelfinaldelpasillo,dondechocaroncontraunapuerta…queestabacerrada.
—¡Estamos listos! —gimió Ron, mientras empujaban inútilmente la puerta—.¡Estoeselfinal!
Podían oír las pisadas: Filch corría lo más rápido que podía hacia el lugar dedondeprocedíanlosgritosdePeeves.
—Oh,muévete—ordenóHermione.CogiólavaritadeHarry,golpeólacerraduraysusurró—:¡Alohomora!
El pestillo hizo un clic y la puerta se abrió. Pasaron todos, la cerraronrápidamenteysequedaronescuchando.
—¿Adóndehanido,Peeves?—decíaFilch—.Rápido,dímelo.—Di«porfavor».—Nomefastidies,Peeves.Dimeadóndefueron.—Tediréalgosimelopidesporfavor—dijoPeeves,consumolestavocecita.—Muybien…,porfavor.—¡ALGO! Ja, ja.Tedijeque tediríaalgosime lopedíaspor favor. ¡Ja, ja!—Y
oyeronaPeevesalejándoseyaFilchmaldiciendoenfurecido.—Élcreequeestapuertaestácerrada—susurróHarry—.Creoquenosvamosa
escapar.¡Suéltame,Neville!—PorqueNeville le tirabadelamangadesdehaciaunminuto—.¿Quépasa?
Harry se dio la vuelta y vio, claramente, lo que pasaba.Durante unmomento,pensó que estaba en una pesadilla: aquello era demasiado, después de todo lo quehabíasucedido.
Noestabanenunahabitación,comoélhabíapensado.Eraunpasillo.Elpasilloprohibidodeltercerpiso.Yyasabíanporquéestabaprohibido.
Estabanmirandodirectamente a losojosdeunperromonstruoso,unperroquellenaba todo el espacio entre el suelo y el techo. Tenía tres cabezas, seis ojosenloquecidos,tresnaricesqueolfateabanendirecciónaellosytresbocaschorreandosalivaentrelosamarillentoscolmillos.
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Estaba casi inmóvil, con los seis ojos fijos en ellos, yHarry supoque la únicarazón por la que no los había matado ya era porque la súbita aparición lo habíacogido por sorpresa. Pero se recuperaba rápidamente: sus profundos gruñidos eraninconfundibles.
Harryabriólapuerta.EntreFilchylamuerte,preferíaaFilch.Retrocedieron yHarry cerró la puerta tras ellos. Corrieron, casi volaron por el
pasillo.Filchdebíadehaberidoabuscarlosaotrolado,porquenolovieron.Peronoles importaba: loúnicoquequeríaneraalejarsedelmonstruo.NodejarondecorrerhastaquealcanzaronelretratodelaSeñoraGordaenelséptimopiso.
—¿Dónde os habíaismetido?—les preguntó,mirando sus rostros sudorosos yrojosysusbatasdesabrochadas,colgandodesushombros.
—Noimporta…«Hocicodecerdo,hocicodecerdo»—jadeóHarry,yelretratose movió para dejarlos pasar. Se atropellaron para entrar en la sala común y sedesplomaronenlossillones.
Pasóunratoantesdequenadiehablara.Neville,porotraparte,parecíaquenuncamáspodríadecirunapalabra.
—¿Qué pretenden, teniendo una cosa así encerrada en el colegio? —dijofinalmenteRon—.Sialgúnperronecesitaejercicio,esése.
Hermionehabíarecuperadoelalientoyelmalcarácter.—¿Esquenotenéisojosenlacara?—dijoenfadada—.¿Novisteisloquehabía
debajodeél?—¿El suelo?—sugirióHarry—.Nomiré sus patas, estaba demasiado ocupado
observandosuscabezas.—No,elsuelono.Estabaencimadeunatrampilla.Esevidentequeestávigilando
algo.Sepusodepie,mirándolosindignada.—Espero que estéis satisfechos. Nos podía haber matado. O peor, expulsado.
Ahora,sinoosimporta,mevoyalacama.Ronlacontemplóboquiabierto.—No,nonosimporta—dijo—.Nosotrosnolahemosarrastrado,¿no?PeroHermionelehabíadadoaHarryalgomásparapensar,mientrassemetíaen
la cama.El perrovigilaba algo…¿QuéhabíadichoHagrid?Gringotts era el lugarmássegurodelmundoparacualquiercosaqueunoquisieraocultar…exceptotalvezHogwarts.
Parecía que Harry había descubierto dónde estaba el paquetito arrugado de lacámarasetecientostrece.
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M
Capítulo10
Halloween
ALFOY no podía creer lo que veían sus ojos, cuando vio queHarry yRontodavíaestabanenHogwartsaldíasiguiente,conaspectocansadoperomuy
alegres.En realidad, por lamañanaHarryyRonpensaronque el encuentro con elperrodetrescabezashabíasidounaexcelenteaventura,yyaestabanpreparadosparatenerotra.Mientrastanto,HarrylehablóaRondelpaquetequehabíasidollevadodeGringottsaHogwarts,ypasaronlargoratopreguntándosequépodíaseraquelloparanecesitarunaprotecciónasí.
—Esalgomuyvalioso,omuypeligroso—dijoRon.—Olasdoscosas—opinóHarry.Perocomoloúnicoquesabíanconseguridaddelmisteriosoobjetoeraquetenía
unos cinco centímetros de largo, no teníanmuchas posibilidades de adivinarlo sinotraspistas.
NiNevilleniHermionedemostraronelmenorinterésenloquehabíadebajodelperroy la trampilla.Loúnicoque le importabaaNevilleeranovolveraacercarsenuncamásalanimal.
Hermione se negaba a hablar conHarry y Ron, pero como era una sabihondamandona,loschicosloconsideraroncomounpremio.Loquerealmentedeseabanenaquel momento era poder vengarse de Malfoy y, para su gran satisfacción, laposibilidadllegóunasemanamástarde,porcorreo.
Mientras las lechuzas volaban por el Gran Comedor, como de costumbre, laatenciónde todosse fijóde inmediatoenunpaquete largoydelgado,que llevabanseis lechuzas blancas. Harry estaba tan interesado como los demás en ver quécontenía, y se sorprendiómucho cuando las lechuzas bajaron y dejaron el paquetefrenteaél,tirandoalsuelosutocino.Seestabanalejando,cuandootralechuzadejócaerunacartasobreelpaquete.
Harryabrióelsobreparaleerprimerolacartayfueunasuerte,porquedecía:
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NOABRASELPAQUETEENLAMESA.ContienetunuevaNimbus2000,perono quiero que todos sepan que te han comprado una escoba, porquetambiénquerránuna.OliverWoodteesperaráestanocheenelcampodequidditchalassiete,paratuprimerasesióndeentrenamiento.
Harrytuvodificultadesparaocultarsualegría,mientraslealcanzabalanotaaRon.—¡UnaNimbus2000!—gimióRonconenvidia—.Yonuncahetocadoninguna.Salieron rápidamentedel comedorpara abrir el paquete enprivado, antes de la
primeraclase,peroamitaddecaminoseencontraronconCrabbeyGoyle,que lescerrabanelcamino.MalfoylequitóelpaqueteaHarryyloexaminó.
—Esunaescoba—dijo,devolviéndoselobruscamente,conunamezcladecelosyrencor en su cara—. Esta vez lo has hecho, Potter. Los de primer año no tienenpermisoparateneruna.
Ronnopudoresistirse.—Noesningunaescobavieja—dijo—.EsunaNimbus2000.¿Cuáldijisteque
teníasencasa,Malfoy,unaCometa260?—Ronrióconaireburlón—.LasCometaparecenveloces,peronotienennadaquehacerconlasNimbus.
—¿Quésabestú,Weasley,sinopuedescomprarnilamitaddelpalo?—replicóMalfoy—.Supongoquetúytushermanostenéisqueirreuniendolaescobaramitaaramita.
Antes de que Ron pudiera contestarle, el profesor Flitwick apareció detrás deMalfoy.
—Noosestaréispeleando,¿verdad,chicos?—preguntóconvozchillona.—APotterlehanenviadounaescoba,profesor—dijorápidamenteMalfoy.—Sí,sí,estámuybien—dijoelprofesorFlitwick,mirandoradianteaHarry—.
LaprofesoraMcGonagallmehablóde lascircunstanciasespeciales,Potter. ¿Yquémodeloes?
—Una Nimbus 2000, señor —dijo Harry, tratando de no reír ante la cara dehorrordeMalfoy—.YrealmenteesgraciasaMalfoyquelatengo.
HarryyRonsubieronporlaescalera,conteniendolarisaantelaevidentefuriayconfusióndeMalfoy.
—Bueno,esverdad—continuóHarrycuandollegaronalfinaldelaescalerademármol—. Si él no hubiera robado la recordadora de Neville, yo no estaría en elequipo…
—¿Asíquecreesqueesunpremioporquebrantarlasreglas?—Seoyóunavozirritada a sus espaldas. Hermione subía la escalera, mirando con aire dedesaprobaciónelpaquetedeHarry.
—Pensabaquenonoshablabas—dijoHarry.
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—Sí,continúaasí—dijoRon—.Esmuchomejorparanosotros.Hermionesealejóconlanarizhaciaarriba.Duranteaqueldía,Harrytuvoqueesforzarseporatendera lasclases.Sumente
volvía al dormitorio, donde su escoba nueva estaba debajo de la cama, o se iba alcampodequidditch,dondeaquellamismanocheaprenderíaajugar.Durantelacenacomiósindarsecuentadeloquetragaba,yluegoseapresuróasubirconRon,parasacar,porfin,alaNimbus2000desupaquete.
—Oh—suspiróRon,cuandolaescobarodósobrelacolchadelacamadeHarry.HastaHarry, queno sabíanada sobre las diferencias en las escobas, pensóque
parecíamaravillosa.Pulidaybrillante,conelmangodecaoba,teníaunalargacoladeramitasrectasy,escritoenletrasdoradas:«Nimbus2000.»
Cerca de las siete, Harry salió del castillo y se encaminó hacia el campo dequidditch.Nuncahabíaestadoenaquelestadiodeportivo.Habíacientosdeasientoselevados en tribunas alrededor del terreno de juego, para que los espectadoresestuvieran a suficiente altura para ver lo que ocurría. En cada extremo del campohabíatrespostesdoradosconarosenlapunta.Lerecordaronlospalitosdeplásticoconlosquelosniñosmuggleshacíanburbujas,sóloqueéstoserandequincemetrosdealto.
DemasiadodeseosodevolveravolarantesdequellegaraWood,Harrymontóensuescobaydiounapatadaenelsuelo.Quésensación.Subióhastalospostesdoradosyluegobajóconrapidezalterrenodejuego.LaNimbus2000ibadondeélqueríaconsólotocarla.
—¡Eh,Potter,baja!HabíallegadoOliverWood.Llevabaunacajagrandedemaderadebajodelbrazo.
Harryaterrizócercadeél.—Muybonito—dijoWood,conlosojosbrillantes—.Yaveoloquequeríadecir
McGonagall, realmente tienes un talento natural. Voy a enseñarte las reglas estanocheyluegoteunirásalequipo,paraelentrenamiento,tresvecesporsemana.
Abriólacaja.Dentrohabíacuatropelotasdedistintotamaño.—Bueno—dijoWood—.Elquidditchesfácildeentender,aunquenotanfácilde
jugar.Haysietejugadoresencadaequipo.Tressellamancazadores.—Trescazadores—repitióHarry,mientrasWoodsacabaunapelotarojobrillante,
deltamañodeunbalóndefútbol.—Estapelotasellamaquaffle—dijoWood—.Loscazadoressetiranlaquaffley
tratandepasarlaporunode los arosdegol.Obtienendiezpuntoscadavezque laquafflepasaporunaro.¿Mesigues?
—Loscazadorestiranlaquaffleylapasanporlosarosdegol—recitóHarry—.Entoncesesunaespeciedebaloncesto,peroconescobasyseiscanastas.
—¿Quéeselbaloncesto?—preguntóWood.—Olvídalo—respondiórápidamenteHarry.
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—Hay otro jugador en cada lado, que se llama guardián. Yo soy guardián deGryffindor.Tengoquevolaralrededordenuestrosarosydetenerloslanzamientosdelotroequipo.
—Tres cazadores y un guardián—dijoHarry, decidido a recordarlo todo—.Yjueganconlaquaffle.Perfecto,yalotengo.¿Yparaquésonésas?—Señalólastrespelotasrestantes.
—Ahorateloenseñaré—dijoWood—.Tomaesto.DioaHarryunpequeñopalo,parecidoaunbatedebéisbol.—Voyaenseñarteparaquéson—dijoWood—.Esasdossonlasbludgers.EnseñóaHarrydospelotasidénticas,peronegrasyunpocomáspequeñasquela
rojaquaffle. Harry notó que parecían querer escapar de las tiras que las sujetabandentrodelacaja.
—Quédateatrás—previnoWoodaHarry.Seinclinóysoltóunadelasbludgers.De inmediato, la pelota negra se elevó en el aire y se lanzó contra la cara de
Harry.Harrylarechazóconelbate,paraimpedirquelerompieralanariz,ylamandóvolandoporelaire.PasózumbandoalrededordeellosyluegosetirócontraWood,queselasarreglóparasujetarlacontraelsuelo.
—¿Ves? —dijo Wood jadeando, metiendo la pelota en la caja a la fuerza yasegurándolaconlas tiras—.Lasbludgersandanporahí, tratandodederribara losjugadoresdelasescobas.Poresohaydosgolpeadoresencadaequipo(losgemelosWeasley son los nuestros). Su trabajo es proteger a su equipo de las bludgers ydesviarlashaciaelequipocontrario.¿Lohasentendido?
—Trescazadorestratandehacerpuntosconlaquaffle,elguardiánvigilalosarosylosgolpeadoresmantienenalejadaslasbludgersdesuequipo—resumióHarry.
—Muybien—dijoWood.—Hum… ¿han matado las bludgers alguna vez a alguien?—preguntó Harry,
deseandoquenoselenotaralapreocupación.—NuncaenHogwarts.Hemos tenidoalgunasmandíbulas rotas,peronadapeor
hastaahora.Bueno,elúltimomiembrodelequipoeselbuscador.Éseerestú.Ynotienesquepreocuparteporlaquaffleolasbludgers…
—Amenosquemerompanlacabeza.—Tranquilo, losWeasleyson losoponentesperfectospara lasbludgers.Quiero
decirqueellossoncomounaparejadebludgershumanos.Wood buscó en la caja y sacó la última pelota. Comparada con las otras, era
pequeña,deltamañodeunanuezgrande.Eradeundoradobrillanteyconpequeñasalasplateadas.
—Estadorada—continuóWood—es lasnitch.Es lapelotamás importantedetodas.Cuestamuchodeatraparpor lo rápidaydifícildeverquees.El trabajodelbuscadoresatraparla.Tendrásqueiryvenirentrecazadores,golpeadores,laquaffleylasbludgers,antesdequelacojaelotrobuscador,porquecadavezqueunbuscadorlaatrapa,suequipoganacientocincuentapuntosextra,asíqueprácticamenteacaba
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siendoelganador.Poresomolestantantoalosbuscadores.Unpartidodequidditchsóloterminacuandoseatrapalasnitch,asíquepuededurarmuchísimo.Creoqueelrécord fue tresmeses. Tenían que traer sustitutos para que los jugadores pudierandormir…Bueno,esoestodo.¿Algunapregunta?
Harrynegóconlacabeza.Entendíamuybienloqueteníaquehacer,elproblemaeraconseguirlo.
—Todavía no vamos a practicar con la snitch —dijo Wood, guardándola concuidadoenlacaja—.Estádemasiadooscuroypodríamosperderla.Vamosaprobarconunaspocasdeéstas.
Sacóunabolsaconpelotasdegolfdesubolsilloy,unospocosminutosmástarde,WoodyHarryestabanenelaire.Woodtirabalaspelotasdegolflomásfuertementequepodíaentodaslasdirecciones,paraqueHarrylasatrapara.Éstenoperdióniunay Wood estaba muy satisfecho. Después de media hora se hizo de noche y nopudieroncontinuar.
—La copa de quidditch llevará nuestro nombre este año—dijoWood lleno dealegríamientrasregresabanalcastillo—.Nomesorprenderíaqueresultarassermejorjugador que CharlesWeasley. Él podría jugar en el equipo de Inglaterra si no sehubieraidoacazardragones.
Tal vez fue porque estaba ocupado tres noches a la semana con las prácticas dequidditch, además de todo el trabajo del colegio, la razón por la que Harry sesorprendió al comprobar que ya llevaba dos meses en Hogwarts. El castillo eramuchomássucasadeloquenuncahabíasidoPrivetDrive.Susclases,también,erancadavezmásinteresantes,unavezaprendidoslosprincipiosbásicos.
En lamañanadeHalloween se despertaron con el delicioso aromade calabazaasada flotando por todos los pasillos. Pero lo mejor fue que el profesor Flitwickanunció en su clase de Encantamientos que pensaba que ya estaban listos paraempezarahacervolarobjetos,algoquetodossemoríanporhacer,desdequevieroncómohacíavolarelsapodeNeville.ElprofesorFlitwickpusoalaclaseporparejasparaquepracticaran.LaparejadeHarryeraSeamusFinnigan(loquefueunalivio,porque Neville había tratado de llamar su atención). Ron, sin embargo, tuvo quetrabajar conHermioneGranger.Era difícil decir quién estabamás enfadadode losdos.LamuchachanoleshablabadesdeeldíaenqueHarryrecibiósuescoba.
—Yahoranoosolvidéisdeesebonitomovimientodemuñecaquehemosestadopracticando—dijoconvozagudaelprofesor,subidoasuslibros,comodecostumbre—.Agitarygolpear, recordad, agitarygolpear.Ypronunciar laspalabrasmágicascorrectamenteesmuyimportante también,noosolvidéisnuncadelmagoBaruffio,quedijo«ese»enlugarde«efe»yseencontrótiradoenelsueloconunbúfaloenelpecho.
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Eramuydifícil.HarryySeamusagitaronygolpearon,pero laplumaquedebíavolarhastael techonosemovíadelpupitre.Seamussepusotan impacientequelapinchóconsuvaritayleprendiófuego,yHarrytuvoqueapagarloconsusombrero.
Ron,enlamesapróxima,noestabateniendomuchamássuerte.—¡Wingardiumleviosa!—gritó,agitandosuslargosbrazoscomounmolino.—Loestásdiciendomal.—HarryoyóqueHermioneloreñía—.EsWin-gar-dium
levi-o-sa,pronunciagarmásclaroymáslargo.—Dilotú,entonces,sierestaninteligente—dijoRonconrabia.Hermionesearremangólasmangasdesutúnica,agitólavaritaydijolaspalabras
mágicas.Laplumaseelevódelpupitreyllegóhastamásdeunmetroporencimadesuscabezas.
—¡Oh, bien hecho! —gritó el profesor Flitwick, aplaudiendo—. ¡Mirad,HermioneGrangerlohaconseguido!
Alfinalizarlaclase,Ronestabademuymalhumor.—Noes raroquenadie la aguante—dijo aHarry, cuando se abríanpaso en el
pasillo—.Esunapesadilla,telodigoenserio.Alguien chocó contra Harry. Era Hermione. Harry pudo ver su cara y le
sorprendióverqueestaballorando.—Creoquetehaoído.—¿Yqué?—dijoRon,aunqueparecíaunpocoincómodo—.Yadebedehaberse
dadocuentadequenotieneamigos.Hermioneno apareció en la clase siguiente y no la vieron en toda la tarde.De
camino al Gran Comedor, para la fiesta de Halloween, Harry y Ron oyeron queParvatiPatilledecíaasuamigaLavenderqueHermioneestaballorandoenelcuartodebañodelasniñasyquedeseabaqueladejaransola.Ronpareciómásmolestoaún,pero un momento más tarde habían entrado en el Gran Comedor, donde lasdecoracionesdeHalloweenleshicieronolvidaraHermione.
Milmurciélagosaleteabandesdelasparedesyeltecho,mientrasqueotromillarmás pasaba entre lasmesas, comonubes negras, haciendo temblar las velas de lascalabazas.Elfestínapareciódeprontoenlosplatosdorados,comohabíaocurridoenelbanquetedeprincipiodeaño.
Harryseestabasirviendounapatataconsupiel,cuandoelprofesorQuirrellllegórápidamente al comedor, con el turbante torcido y cara de terror. Todos locontemplaron mientras se acercaba al profesor Dumbledore, se apoyaba sobre lamesayjadeaba:
—Untrol…enlasmazmorras…Penséquedebíasaberlo.Ysedesplomóenelsuelo.Seprodujoun tumulto.Para que se hiciera el silencio, el profesorDumbledore
tuvoquehacersalirvariosfuegosartificialesdesuvarita.—Prefectos —exclamó—, conducid a vuestros grupos a los dormitorios, de
inmediato.
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Percyestabaensuelemento.—¡Seguidme!¡Losdeprimeraño,manteneosjuntos!¡Nonecesitáistemeraltrol
si seguísmis órdenes!Ahora, venid conmigo.Haced sitio, tienen que pasar los deprimeraño.¡Perdón,soyunprefecto!
—¿Cómohapodidoentraraquíuntrol?—preguntóHarry,mientrassubíanporlaescalera.
—Notengoniidea,pareceserquesonrealmenteestúpidos—dijoRon—.TalvezPeeveslodejóentrar,comobromadeHalloween.
Pasaron entre varios grupos de alumnos que corrían en distintas direcciones.Mientras se abrían camino entre un tumulto de confundidos Hufflepuffs, HarrysúbitamenteseaferróalbrazodeRon.
—¡Acabodeacordarme…Hermione!—¿Quépasaconella?—Nosabenadadeltrol.Ronsemordióellabio.—Oh,bueno—dijoenfadado—.PeroquePercynonosvea.SeagacharonysemezclaronconlosHufflepuffsqueibanhaciaelotrolado,se
deslizaronpor un pasillo desierto y corrieron hacia el cuarto de bañode las niñas.Acababandedoblarunaesquinacuandooyeronpasosrápidosasusespaldas.
—¡Percy!—susurróRon,empujandoaHarrydetrásdeungranbuitredepiedra.Sin embargo, al mirar, no vieron a Percy, sino a Snape. Cruzó el pasillo y
desapareciódelavista.—¿Qué es lo que está haciendo?—murmuróHarry—. ¿Por quéno está en las
mazmorras,conelrestodelosprofesores?—Notengolamenoridea.Lomás silenciosamenteposible, se arrastraronpor elotropasillo,detrásde los
pasosapagadosdelprofesor.—Sedirigealtercerpiso—dijoHarry,peroRonlevantólamano.—¿Nosientesunolorraro?Harry olfateó y un aroma especial llegó a su nariz, una mezcla de calcetines
suciosybañopúblicoquenadielimpia.Y lo oyeron, ungruñidoy las pisadas inseguras de unos pies gigantescos.Ron
señaló al fondo del pasillo, a la izquierda. Algo enorme se movía hacia ellos. Seocultaronenlassombrasylovieronsurgiralaluzdelaluna.
Eraunavisiónhorrible.Másdetresmetrosymediodealtoyteníalapieldecolorgris piedra, un descomunal cuerpo deforme y una pequeña cabeza pelada. Teníapiernascortas,gruesascomotroncosdeárbol,ypiesachatadosydeformes.Elolorquedespedíaera increíble.Llevabaungranbastóndemaderaquearrastrabaporelsuelo,porquesusbrazoseranmuylargos.
Elmonstruo se detuvo en una puerta ymiró hacia el interior.Agitó sus largasorejas,tomandodecisionesconsuminúsculocerebro,yluegoentrólentamenteenla
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habitación.—Lallaveestáenlacerradura—susurróHarry—.Podemosencerrarloallí.—Buenaidea—respondióRonconvozagitada.Seacercaronhacialapuertaabiertaconlabocaseca,rezandoparaqueeltrolno
decidierasalir.Deungransalto,Harrypudoempujarlapuertayecharlelallave.—¡Sí!Animadosconlavictoria,comenzaronacorrerporelpasilloparavolver,peroal
llegar a la esquina oyeron algo que hizo que sus corazones se detuvieran: un gritoagudoyaterrorizado,queprocedíadellugarqueacababandecerrarconllave.
—Oh,no—dijoRon,tanpálidocomoelBarónSanguinario.—¡Eselcuartodebañodelaschicas!—bufóHarry.—¡Hermione!—dijeronalunísono.Eraloúltimoquequeríanhacer,pero¿quéopciónlesquedaba?Volvieronatoda
velocidadhasta la puerta y dieron la vuelta a la llave, resoplandodemiedo.Harryempujólapuertayentraroncorriendo.
HermioneGrangerestabaagazapadacontralaparedopuesta,conaspectodeestarapuntodedesmayarse.Elpersonajedeformeavanzabahaciaella,chocandocontraloslavamanos.
—¡Distráelo!—gritóHarrydesesperadoy,tirandodeungrifo,loarrojócontodasufuerzacontralapared.
EltrolsedetuvoapocospasosdeHermione.Sebalanceó,parpadeandoconaireestúpido, para ver quiénhabía hecho aquel ruido.Susojitosmalignosdetectaron aHarry.Vacilóyluegoseabalanzósobreél,levantandosubastón.
—¡Eh, cerebro de guisante!—gritó Ron desde el otro extremo, tirándole unacañeríademetal.El ser deformenopareciónotar que la cañería logolpeaba en laespalda, pero sí oyó el aullido y se detuvo otra vez, volviendo su horrible hocicohaciaRonydandotiempoaHarryparacorrer.
—¡Vamos,corre,corre!—HarrygritóaHermione,tratandodeempujarlahacialapuerta,perolaniñanosepodíamover.Seguíaagazapadacontralapared,conlabocaabiertademiedo.
Losgritosylosgolpesparecíanhaberenloquecidoaltrol.SevolvióyseenfrentóconRon,queestabamáscercaynoteníamaneradeescapar.
EntoncesHarry hizo algomuy valiente ymuy estúpido: corrió, dando un gransaltoysecolgó,pordetrás,delcuellodeaquelmonstruo.LaatrozcriaturanosedabacuentadequeHarrycolgabadesuespalda,perohastaunserasípodíasentirlosiunoleclavabaunpalitodemaderaenlanariz,pueslavaritadeHarrytodavíaestabaensumano cuando saltó y se había introducido directamente en uno de los orificiosnasalesdeltrol.
Chillandodedolor,eltrolseagitóysacudiósubastón,conHarrycolgadodesucuelloyluchandoporsuvida.Encualquiermomentoelmonstruolodestrozaría,oledaríaungolpeterribleconelbastón.
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Hermioneestabatiradaenelsuelo,aterrorizada.Ronempuñósupropiavarita,sinsaberquéibaahacer,yseoyógritarelprimerhechizoqueseleocurrió:
—¡Wingardiumleviosa!Elbastónsalióvolandodelasmanosdeltrol,seelevó,muyarriba,yluegodiola
vueltaysedejócaerconfuerzasobre lacabezadesudueño.El trol sebalanceóycayóbocaabajoconunruidoquehizotemblarlahabitación.
Harry se puso de pie. Le faltaba el aire. Ron estaba allí, con la varita todavíalevantada,contemplandosuobra.
Hermionefuelaquehablóprimero.—¿Está…muerto?—Nolocreo—dijoHarry—.Supongoqueestádesmayado.Seinclinóyretirósuvaritadelanarizdeltrol.Estabacubiertaporunagelatina
gris.—Puaj…quéasco.Lalimpióenlapieldeltrol.Unsúbitoportazoyfuertespisadashicieronquelostressesobresaltaran.Nose
habían dado cuenta de todo el ruido que habían hecho, pero, por supuesto, abajodebían haber oído los golpes y los gruñidos del trol. Un momento después, laprofesoraMcGonagallentrabaapresuradamenteenlahabitación,seguidaporSnapeyQuirrell, que cerraban la marcha. Quirrell dirigió una mirada al monstruo, se leescapóungemidoysedejócaerenuninodoro,apretándoseelpecho.
Snapese inclinósobreel trol.LaprofesoraMcGonagallmirabaaRonyHarry.Nuncalahabíanvistotanenfadada.Teníaloslabiosblancos.LasesperanzasdeganarcincuentapuntosparaGryffindorsedesvanecieronrápidamentedelamentedeHarry.
—¿En qué estabais pensando, por todos los cielos? —dijo la profesoraMcGonagall,conunafuriahelada.HarrymiróaRon,todavíaconlavaritalevantada—.Tenéissuertedequenooshayamatado.¿Porquénoestabaisenlosdormitorios?
SnapedirigióaHarryunamiradaagudaeinquisidora.Harryclavólavistaenelsuelo.DeseóqueRonpudieraesconderlavarita.
Entonces,unavocecitasurgiódelassombras.—Porfavor,profesoraMcGonagall…Meestabanbuscandoamí.—¡HermioneGranger!Hermionefinalmentesehabíapuestodepie.—Yovineabuscaraltrolporqueyo…yopenséquepodíavencerlo,porque,ya
sabe,habíaleídomuchosobreeltema.Rondejócaersuvarita.¿HermioneGrangerdiciendounamentiraasuprofesora?—Siellosnomehubieranencontrado,yoahoraestaríamuerta.Harryleclavósu
varitaenlanarizyRonlohizogolpearseconsupropiobastón.Notuvierontiempodeirabuscarayuda.Estabaapuntodematarmecuandoellosllegaron.
HarryyRontratarondenoponercaradeasombro.
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—Bueno…enesecaso—dijolaprofesoraMcGonagall,contemplandoalostresniños—…HermioneGranger,eresunatonta.¿Cómocreíasqueibasaderrotarauntrolgigantetúsola?
Hermionebajólacabeza.Harryestabamudo.Hermioneeralaúltimapersonaqueharía algo contra las reglas, y allí estaba, fingiendo una infracción para librarlos aellosdelproblema.EracomosiSnapeempezaraarepartirgolosinas.
—Hermione Granger, por esto Gryffindor perderá cinco puntos —dijo laprofesoraMcGonagall—.Estoymuydesilusionadaportuconducta.Sinotehahechodaño,mejorquevuelvasalatorreGryffindor.Losalumnosestánterminandolafiestaensuscasas.
Hermionesemarchó.LaprofesoraMcGonagallsevolvióhaciaHarryyRon.—Bueno, sigo pensando que tuvisteis suerte, pero no muchos de primer año
podrían derrumbar a esta montaña. Habéis ganado cinco puntos cada uno paraGryffindor.ElprofesorDumbledoreseráinformadodeesto.Podéisiros.
Salieronrápidamenteynohablaronhastasubirdospisos.Eraunalivioestarfueradelalcancedelolordeltrol,ademásdelresto.
—Tendríamosquehaberobtenidomásdediezpuntos—sequejóRon.—Cinco,querrásdecir,unavezquesedescuentenlosdeHermione.—Seportómuybienalsacarnosdeestelío—admitióRon—.Claroquenosotros
lasalvamos.—Nohabríanecesitadoque la salváramossinohubiéramosencerradoesacosa
conella—lerecordóHarry.HabíanllegadoalretratodelaSeñoraGorda.—«Hocicodecerdo»—dijeron,yentraron.La sala común estaba llena de gente y ruidos. Todos comían lo que les habían
subido. Hermione, sin embargo, estaba sola, cerca de la puerta, esperándolos. Seprodujo una pausamuy incómoda. Luego, sinmirarse, todos dijeron: «Gracias» ycorrieronabuscarplatosparacomer.
Pero desde aquel momento Hermione Granger se convirtió en su amiga. Hayalgunascosasquenosepuedencompartirsinterminarunidos,yderrumbaruntroldetresmetrosymedioesunadeesascosas.
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C
Capítulo11
Quidditch
UANDO empezó el mes de noviembre, el tiempo se volvió muy frío. Lasmontañas cercanas al colegio adquirieron un tono gris de hielo y el lago
parecíadeacerocongelado.Cadamañana,elparqueaparecíacubiertodeescarcha.PorlasventanasdearribaveíanaHagriddescongelandolasescobasenelcampodequidditch,enfundadoenunenormeabrigodepieldetopo,guantesdepelodeconejoyenormesbotasdepieldecastor.
Ibaacomenzarlatemporadadequidditch.Aquelsábado,Harryjugaríasuprimerpartido, después de semanas de entrenamiento: Gryffindor contra Slytherin. SiGryffindorganaba,pasaríanasersegundosenelcampeonatodelascasas.
Casi nadiehabíavisto jugar aHarry, porqueWoodhabíadecididoque sería suarmasecreta.Harrytambiéndebíamantenerloensecreto.Perolanoticiadequeibaajugarcomobuscadorsehabíafiltrado,yHarrynosabíaquéerapeor:queledijeranqueloharíamuybienoqueseríaundesastre.
Era realmente una suerte queHarry tuviera aHermione como amiga.No sabíacómo habría terminado todos sus deberes sin la ayuda de ella, con todo elentrenamientodequidditchqueWood le exigía.Laniña también lehabíaprestadoQuidditchatravésdelostiempos,queresultóserunlibromuyinteresante.
Harry se enteró de que había setecientas formas de cometer una falta y de quetodassehabíanconsignadodurantelosMundialesde1473;quelosbuscadoreseranhabitualmentelosjugadoresmáspequeñosyveloces,yquelosaccidentesmásgraveslessucedíanaellos;que,aunquelagentenomoríajugandoalquidditch,sesabíadeárbitros que habían desaparecido, para reaparecermeses después en el desierto delSahara.
Hermionesehabíavueltounpocomásflexibleenloquesereferíaaquebrantarlas reglas, desde que Harry y Ron la salvaron del monstruo, y era mucho másagradable.EldíaanterioralprimerpartidodeHarrylostresestabanfuera,enelpatiohelado, durante un recreo, y lamuchacha había hecho aparecer un brillante fuegoazul,quepodíanllevarconellos,enunfrascodemermelada.Estabandeespaldasal
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fuegoparacalentarsecuandoSnapecruzóelpatio.Deinmediato,Harrysediocuentade que Snape cojeaba. Los tres chicos se apiñaron para tapar el fuego, ya que noestabansegurosdequeaquelloestuvierapermitido.Pordesgracia,algoensusrostrosculpableshizodeteneraSnape.Sediolavuelta,arrastrandolapierna.Nohabíavistoelfuego,peroparecíabuscarunarazónpararegañarlos.
—¿Quétienesahí,Potter?Eraellibrosobrequidditch.Harryseloenseñó.—Loslibrosdelabibliotecanopuedensacarsefueradelcolegio—dijoSnape—.
Dámelo.CincopuntosmenosparaGryffindor.—Seguro que se ha inventado esa regla—murmuró Harry con furia, mientras
Snapesealejabacojeando—.Mepreguntoquélepasaenlapierna.—Nosé,peroesperoqueleduelamucho—dijoRonconamargura.
En la sala común de Gryffindor había mucho ruido aquella noche. Harry, Ron yHermioneestabansentados juntos,cercade laventana.Hermioneestaba repasandolosdeberesdeHarryyRonsobreEncantamientos.Nuncalosdejabacopiar(«¿cómovais a aprender?»), pero si le pedían que revisara los trabajos les explicaba lasrespuestascorrectas.
Harrysesentíainquieto.Queríarecuperarsulibrosobrequidditch,paramantenerlamenteocupadaynoestarnerviosoporelpartidodeldíasiguiente.¿PorquéibaatemeraSnape?SepusodepieydijoaRonyHermionequelepreguntaríaaSnapesipodíadevolverleellibro.
—Yonoloharía—dijeronalmismotiempo,peroHarrypensabaqueSnapenoseibaanegar,sihabíaotrosprofesorespresentes.
Bajóalasaladeprofesoresyllamó.Nohuborespuesta.Llamóotravez.Nada.¿Tal vez Snape había dejado el libro allí? Valía la pena intentarlo. Empujó un
pocolapuerta,miróantesdeentrar…ysusojoscaptaronunaescenahorrible.SnapeyFilchestabanallí,solos.Snape tenía la túnica levantadaporencimade
las rodillas.Unade suspiernasestabamagulladay llenade sangre.Filch leestabaalcanzandounasvendas.
—Esacosamaldita…—decíaSnape—.¿Cómopuedeunovigilaratrescabezasalmismotiempo?
Harryintentócerrarlapuertasinhacerruido,pero…—¡POTTER!
El rostro de Snape estaba crispado de furia y dejó caer su túnica rápidamente,paraocultarlapiernaherida.Harrytragósaliva.
—Mepreguntabasimepodíadevolvermilibro—dijo.—¡FUERA!¡FUERADEAQUÍ!
Harrysefue,antesdequeSnapepudieraquitarlepuntosparaGryffindor.Subiócorriendolaescalera.
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—¿Lohasconseguido?—preguntóRon,cuandosereunióconellos—.¿Quéhapasado?
Entresusurros,Harrylescontóloquehabíavisto.—¿Sabéis loquequieredecir?—terminósinaliento—.¡Que tratódepasarpor
donde estaba el perro de tres cabezas, en Halloween! Allí se dirigía cuando lovimos…¡Ibaabuscarloqueseaquetenganguardadoallí!¡Yapuestomiescobaaquefueélquiendejóentraralmonstruo,paradistraerlaatención!
Hermioneteníalosojosmuyabiertos.—No,nopuede ser—dijo—.Séquenoesmuybueno,perono ibaa tratarde
robaralgoqueDumbledoreestácustodiando.—De verdad, Hermione, tú crees que todos los profesores son santos o algo
parecido—dijoenfadadoRon—.YoestoyconHarry.CreoqueSnapees capazdecualquiercosa.Pero¿québusca?¿Quéesloqueguardaelperro?
Harrysefuealacamaconaquellaspreguntasdandovueltasensucabeza.Nevilleroncaba con fuerza, pero Harry no podía dormir. Trató de no pensar en nada(necesitaba dormir, debía hacerlo, tenía su primer partido de quidditch en pocashoras)perolaexpresióndelacaradeSnapecuandoHarryviosupiernaeradifícildeolvidar.
La mañana siguiente amaneció muy brillante y fría. El Gran Comedor estabainundadoporeldeliciosoaromadelassalchichasfritasylasalegrescharlasdetodos,queesperabanunbuenpartidodequidditch.
—Tienesquecomeralgoparaeldesayuno.—Noquieronada.—Aunqueseaunpedazodetostada—suplicóHermione.—Notengohambre.Harrysesentíamuymal.Encualquiermomentoecharíaaandarhaciaelterreno
dejuego.—Harry, necesitas fuerza —dijo Seamus Finnigan—. Los únicos que el otro
equipomarcasonlosbuscadores.—Gracias, Seamus —respondió Harry, observando cómo llenaba de salsa de
tomatesussalchichas.A las once de la mañana, todo el colegio parecía estar reunido alrededor del
campo de quidditch. Muchos alumnos tenían prismáticos. Los asientos podíanelevarsepero,inclusoasí,aveceseradifícilverloqueestabasucediendo.
RonyHermionesereunieronconSeamusyDeanenlagradamásalta.Paradarleuna sorpresa a Harry, habían transformado en pancarta una de las sábanas queScabbers había estropeado.Decía: «Potter, presidente», yDean,quedibujababien,había trazado un gran león de Gryffindor. Luego Hermione había realizado unpequeñohechizoylapinturabrillaba,cambiandodecolor.
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Mientras tanto, en los vestuarios, Harry y el resto del equipo se estabancambiandoparaponerselastúnicascolorescarlatadequidditch(Slytherinjugabadeverde).
Woodseaclarólagargantaparapedirsilencio.—Bueno,chicos—dijo.—Ychicas—añadiólacazadoraAngelinaJohnson.—Ychicas—dijoWood—.Éstees…—Elgrande—dijoFredWeasley.—Elqueestábamosesperando—dijoGeorge.—Nos sabemos de memoria el discurso de Oliver —dijo Fred a Harry—.
Estábamosenelequipoelañopasado.—Callaoslosdos—ordenóWood—.ÉsteeselmejorequipoqueGryffindorha
tenidoenmuchosaños.Yvamosaganar.Leslanzóunamiradaqueparecíadecir:«Sino…»—Bien.Yaeslahora.Buenasuerteatodos.HarrysiguióaFredyGeorgefueradelvestuarioy,esperandoquelasrodillasno
letemblaran,pisóelterrenodejuegoentrevítoresyaplausos.LaseñoraHoochhacíadeárbitro.Estabaenelcentrodelcampo,esperandoalos
dosequipos,consuescobaenlamano.—Bien, quiero un partido limpio y sin problemas, por parte de todos —dijo
cuandoestuvieronreunidosasualrededor.Harry notó que parecía dirigirse especialmente al capitán de Slytherin,Marcus
Flint,unmuchachodequintoaño.Leparecióque teníaunciertoparentescoconeltrolgigante.Conelrabillodelojo,vioelestandartebrillandosobrelamuchedumbre:«Potter,presidente.»Seleaceleróelcorazón.Sesintiómásvaliente.
—Montadenvuestrasescobas,porfavor.HarrysubióasuNimbus2000.LaseñoraHoochdiounlargopitidoconsusilbatodeplata.Quinceescobasseelevaron,alto,muyaltoenelaire.Yestabanmuylejos.—Ylaquaffle es atrapadade inmediatoporAngelina JohnsondeGryffindor…
Quéexcelentecazadoraesestajoveny,apropósito,tambiénesmuyguapa…—¡JORDAN!
—Losiento,profesora.El amigo de los gemelosWeasley, Lee Jordan, era el comentarista del partido,
vigiladomuydecercaporlaprofesoraMcGonagall.—Yrealmentegolpeabien,unbuenpaseaAliciaSpinnet,elgrandescubrimiento
deOliverWood,yaqueelañopasadoestabaenreserva…OtravezJohnsony…No,Slytherinhacogidolaquaffle,elcapitándeSlytherin,MarcusFlintseapoderadelaquaffleyalláva…Flintvuelacomounáguila…estáapuntode…no,lodetieneunaexcelente jugada del guardiánWood deGryffindor yGryffindor tiene laquaffle…AquíestálacazadoraKatieBelldeGryffindor,buenvuelorodeandoaFlint,vuelvea
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elevarsedelterrenodejuegoy…¡Aaayyyy!,esohatenidoquedolerle,ungolpedebludger en la nuca… La quaffle en poder de Slytherin…Adrian Pucey cogiendovelocidadhacia lospostesdegol,pero lobloqueaotrabludger,enviadaporFredoGeorgeWeasley,nosécuáldelosdos…bonitajugadadelgolpeadordeGryffindor,yJohnsonotravezenposesióndelaquaffle,elcampolibreyalláva,realmentevuela,evitaunabludger,lospostesdegolestánahí…vamos,ahoraAngelina…elguardiánBletchleyselanza…nollega…¡GOLDEGRYFFINDOR!
Los gritos de los de Gryffindor llenaron el aire frío, junto con los silbidos yquejidosdeSlytherin.
—Venga,dejadmesitio.—¡Hagrid!RonyHermionesejuntaronparadejarleespacioaHagrid.—Estaba mirando desde mi cabaña —dijo Hagrid, enseñando el largo par de
binocularesquelecolgabandelcuello—.Peronoeslomismoqueestarcontodalagente.Todavíanohayseñalesdelasnitch,¿no?
—No—dijoRon—.Harrytodavíanotienemuchoquehacer.—Mantenerse fuera de los problemas ya es algo—dijo Hagrid, cogiendo sus
binocularesyfijándolosenlamanchitaqueeraHarry.Porencimadeellos,Harryvolaba sobreel juego, esperandoalguna señalde la
snitch.EsoerapartedelplanqueteníanconWood.—Mantente apartado hasta que veas la snitch —le había dicho Wood—. No
queremosqueataquesantesdequetengasquehacerlo.Cuando Angelina anotó un punto, Harry dio unas volteretas para aflojar la
tensión,yvolvióavigilarlallegadadelasnitch.Enunmomentoviounresplandordorado, pero era el reflejo del reloj de uno de los gemelosWeasley; en otro, unabludgerdecidióperseguirlo,comosifueraunabaladecañón,peroHarrylaesquivóyFredWeasleysalióaatraparla.
—¿Estátodobien,Harry?—tuvotiempodegritarle,mientraslanzabalabludgerconfuriahaciaMarcusFlint.
—Slytherintomaposesión—decíaLeeJordan—.ElcazadorPuceyesquivadosbludgers,alosdosWeasleyyalacazadoraBell,yacelera…esperenunmomento…¿Noeslasnitch?
Unmurmullorecorriólamultitud,mientrasAdrianPuceydejabacaerlaquaffle,demasiadoocupadoenmirarporencimadelhombroelrelámpagodorado,quehabíapasadoalladodesuorejaizquierda.
Harrylavio.Enunarrebatodeexcitaciónselanzóhaciaabajo,detrásdeldestellodorado.ElbuscadordeSlytherin,TerenceHiggs, también lahabíavisto.Narizconnariz,se lanzaronhacia lasnitch…Todos loscazadoresparecíanhaberolvidado loquedebíanhaceryestabansuspendidosenelaireparamirar.
HarryeramásvelozqueHiggs.Podíaver lapequeñapelota,agitandosusalas,volandohaciadelante.Aumentósuvelocidady…
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¡PUM!UnrugidodefuriaresonódesdelosGryffindorsdelastribunas…MarcusFlinthabíacerradoelpasodeHarry,paradesviarleladireccióndelaescoba,yésteseaferrabaparanocaer.
—¡Falta!—gritaronlosGryffindors.La señora Hooch le gritó enfadada a Flint, y luego ordenó tiro libre para
Gryffindor,enelpostedegol.Perocontodalaconfusión,lasnitchdorada,comoeradeesperar,habíavueltoadesaparecer.
Abajoenlastribunas,DeanThomasgritaba.—¡Eh,árbitro!¡Tarjetaroja!—Esto no es el fútbol, Dean —le recordó Ron—. No se puede echar a los
jugadoresenquidditch…¿Yquéesunatarjetaroja?PeroHagridestabadepartedeDean.—Deberíancambiarlasreglas.FlinthapodidoderribaraHarryenelaire.ALeeJordanlecostabaserimparcial.—Entonces…despuésdeestaobviaydesagradabletrampa…—¡Jordan!—loregañólaprofesoraMcGonagall.—Quierodecir,despuésdeestaevidenteyasquerosafalta…—¡Jordan,nodigasquenoteaviso…!—Muy bien,muy bien. Flint casimata al buscador deGryffindor, cosa que le
podría suceder a cualquiera, estoy seguro, así que penalti paraGryffindor, la cogeSpinnet,quetira,nosucedenada,ycontinúaeljuego,Gryffindortodavíaenposesióndelapelota.
CuandoHarryesquivóotrabludger,quepasópeligrosamentecercadesucabeza,ocurrió.Suescobadiounasúbitayaterradorasacudida.Duranteunsegundopensóqueibaacaer.Seaferróconfuerzaalaescobaconambasmanosyconlasrodillas.Nuncahabíaexperimentadonadasemejante.
Sucediódenuevo.Era como si la escoba intentara derribarlo.Pero lasNimbus2000 no decidían súbitamente tirar a sus jinetes.Harry trató de dirigirse hacia lospostesdeGryffindorparadecirleaWoodquepidieraunasuspensióndelpartido,yentoncessediocuentadequesuescobaestabacompletamentefueradecontrol.Nopodíadarlavuelta.Nopodíadirigirladeningunamanera.Ibaenzigzagporelairey,devezencuando,dabaviolentassacudidasquecasilohacíancaer.
Leeseguíacomentandoelpartido.—Slytherinenposesión…Flintconlaquaffle…lapasaaSpinnet,quelapasaa
Bell…unabludgerledaconfuerzaenlacara,esperoquelerompalanariz(eraunabroma,profesora),Slytherinanotauntanto,oh,no…
LosdeSlytherin vitoreaban.Nadie parecía haberse dado cuenta de la conductaextraña de la escoba de Harry. Lo llevaba cada vez más alto, lejos del juego,sacudiéndoseyretorciéndose.
—NoséquéestáhaciendoHarry—murmuróHagrid.Mirócon losbinoculares—.Sinoloconocierabien,diríaquehaperdidoelcontroldesuescoba…perono
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puedeser…Depronto,lagentecomenzóaseñalarhaciaHarryporencimadelasgradas.Su
escoba había comenzado a dar vueltas y él apenas podía sujetarse. Entonces lamultitudjadeó.LaescobadeHarrydiounsaltoferozyHarryquedócolgando,sujetosóloconunamano.
—¿LesucedióalgocuandoFlintlecerróelpaso?—susurróSeamus.—Nopuedeser—dijoHagrid,convoz temblorosa—.Nadapuede interferiren
unaescoba,exceptolapoderosamagiatenebrosa…NingúnchicolepuedehaceresoaunaNimbus2000.
Anteesaspalabras,HermionecogiólosbinocularesdeHagrid,peroenlugardeenfocaraHarrycomenzóabuscarfrenéticamenteentrelamultitud.
—¿Quéhaces?—gimióRon,conelrostrogrisáceo.—Losabía—resoplóHermione—.Snape…Mira.Roncogiólosbinoculares.Snapeestabaenelcentrodelastribunasfrenteaellos.
TeníalosojosclavadosenHarryymurmurabaalgosindetenerse.—Estáhaciendoalgo…Maldeojoalaescoba—dijoHermione.—¿Quépodemoshacer?—Déjameloamí.Antes de que Ron pudiera decir nadamás, Hermione había desaparecido. Ron
volvióaenfocaraHarry.Laescobavibrabatantoqueeracasiimposiblequepudieraseguircolgadodurantemuchomástiempo.Todosmirabanaterrorizados,mientraslosWeasleyvolabanhaciaél, tratandodeponerasalvoaHarryenunadelasescobas.Peroaquello fuepeor:cadavezquese leacercaban, laescobasaltabamásalto.Sedejaroncaerycomenzaronavolarencírculos,conelevidentepropósitodeatraparlosicaía.MarcusFlintcogiólaquaffleymarcócincotantossinquenadieloadvirtiera.
—Vamos,Hermione—murmurabadesesperadoRon.HermionehabíacruzadolasgradashaciadondeseencontrabaSnapeyenaquel
momentocorríaporlafiladeabajo.Nisedetuvoparadisculparsecuandoatropellóalprofesor Quirrell y, cuando llegó donde estaba Snape, se agachó, sacó su varita ysusurróunaspocasybienelegidaspalabras.
Unas llamas azules salieron de su varita y saltaron a la túnica de Snape. Elprofesortardóunostreintasegundosendarsecuentadequeseincendiaba.Unsúbitoaullidoleindicóalachicaquehabíahechosutrabajo.Atrajoelfuego,loguardóenunfrascodentrodesubolsilloysealejógateandoporlatribuna.Snapenuncasabríaloquelehabíasucedido.
Fuesuficiente.Allíarriba,súbitamente,Harrypudosubirdenuevoasuescoba.—¡Neville,yapuedesmirar!—dijoRon.Nevillehabíaestadollorandodentrode
lachaquetadeHagridaquellosúltimoscincominutos.Harryibaatodavelocidadhaciaelterrenodejuegocuandovieronquesellevaba
lamanoalaboca,comosifueraamarearse.Tosióyalgodoradocayóensumano.
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—¡Tengolasnitch!—gritó,agitándolasobresucabeza;elpartidoterminóenunaconfusióntotal.
—No es que la haya atrapado, es que casi se la traga—todavía gritaba Flintveinteminutosmás tarde. Pero aquello no cambió nada. Harry no había faltado aningunareglayLeeJordanseguíaproclamandoalegrementeelresultado.Gryffindorhabíaganadopor ciento setentapuntos a sesenta.PeroHarrynooíanada.Tomabaunatazadetéfuerte,enlacabañadeHagrid,conRonyHermione.
—EraSnape—explicabaRon—.Hermioneyyolovimos.Estabamaldiciendotuescoba.Murmurabaynotequitabalosojosdeencima.
—Tonterías —dijo Hagrid, que no había oído una palabra de lo que habíasucedido—.¿PorquéibaahaceralgoasíSnape?
Harry, Ron y Hermione se miraron, preguntándose qué le iban a decir. Harrydecidiócontarlelaverdad.
—Descubrimosalgosobreél—dijoaHagrid—.Tratódepasaranteeseperrodetrescabezas,enHalloween.Yelperrolomordió.Nosotrospensamosquetratabaderobarloqueeseperroestáguardando.
Hagriddejócaerlatetera.—¿QuésabéisdeFluffy?—dijo.—¿Fluffy?—Ajá…Esmío…Selocompréaungriegoqueconocíenelbarelañopasado…
yseloprestéaDumbledoreparaguardar…—¿Sí?—dijoHarryconnerviosismo.—Bueno,nomepreguntéismás—dijoconrudezaHagrid—.Esunsecreto.—PeroSnapetratóderobarlo.—Tonterías—repitióHagrid—.SnapeesunprofesordeHogwarts,nuncaharía
algoasí.—Entonces¿porquétratódemataraHarry?—gritóHermione.LosacontecimientosdeaqueldíaparecíanhabercambiadosuideasobreSnape.—Yoconozcounmaleficiocuandoloveo,Hagrid.Loheleídotodosobreellos.
¡HayquemantenerlavistafijaySnapenipestañeaba,yolovi!—Osdigo que estáis equivocados—dijo ofuscadoHagrid—.No sé por qué la
escobadeHarryreaccionódeesamanera…¡PeroSnapenoibaatratardemataraunalumno! Ahora, escuchadme los tres, os estáis metiendo en cosas que no osconciernenyesoespeligroso.Olvidaosdeeseperroyolvidadloqueestávigilando.EnesosólotienenunpapelelprofesorDumbledoreyNicolásFlamel…
—¡Ah!—dijoHarry—.Entonceshay alguien llamadoNicolásFlamel que estáinvolucradoenesto,¿no?
Hagridparecióenfurecerseconsigomismo.
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S
Capítulo12
ElespejodeOesed
E acercaba laNavidad. Unamañana demediados de diciembreHogwarts sedescubrió cubierto por dos metros de nieve. El lago estaba sólidamente
congelado y los gemelos Weasley fueron castigados por hechizar varias bolas denieveparaquesiguieranaQuirrellylogolpearanenlapartedeatrásdesuturbante.LaspocaslechuzasquehabíanpodidollegaratravésdelcielotormentosoparadejarelcorreotuvieronquequedaralcuidadodeHagridhastarecuperarse,antesdevolarotravez.
Todosestabanimpacientesdequeempezaranlasvacaciones.Mientrasquelasalacomún de Gryffindor y el Gran Comedor tenían las chimeneas encendidas, lospasillos, llenos de corrientes de aire, se habían vuelto helados, y un viento cruelgolpeabalasventanasdelasaulas.LopeordetodoeranlasclasesdelprofesorSnape,abajo en las mazmorras, en donde la respiración subía como niebla y los hacíamantenerselomáscercaposibledesuscalderoscalientes.
—Medamuchalástima—dijoDracoMalfoy,enunadelasclasesdePociones—todaesagentequetendráquequedarseapasar laNavidadenHogwarts,porquenolosquierenensuscasas.
Mientrashablaba,mirabaendirecciónaHarry.CrabbeyGoyle lanzaron risitasburlonas.Harry,queestabapesandopolvodeespinasdepezleón,noleshizocaso.Después del partido de quidditch, Malfoy se había vuelto más desagradable quenunca.Disgustado por la derrota de Slytherin, había tratado de hacer que todos serieran diciendo que un sapo con una gran boca podía reemplazar a Harry comobuscador.Peroentonces sediocuentadequenadie lo encontrabagracioso,porqueestaban muy impresionados por la forma en que Harry se había mantenido en suescoba.AsíqueMalfoy,celosoyenfadado,habíavueltoa fastidiaraHarrypornotenerunafamiliaapropiada.
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Era verdad que Harry no iría a Privet Drive para las fiestas. La profesoraMcGonagall había pasado la semana antes, haciendo una lista de los alumnos queiban a quedarse allí paraNavidad, yHarry puso su nombrede inmediato.Yno sesentíatriste,yaqueprobablementeésaseríalamejorNavidaddesuvida.Ronysushermanostambiénsequedaban,porqueelseñorylaseñoraWeasleysemarchabanaRumania,avisitaraCharles.
Cuando abandonaron las mazmorras, al finalizar la clase de Pociones,encontraron un gran abeto que ocupaba el extremo del pasillo. Dos enormes piesaparecíanpordebajodelárbolyungranresoplidolesindicóqueHagridestabadetrásdeél.
—Hola,Hagrid.¿Necesitasayuda?—preguntóRon,metiendolacabezaentrelasramas.
—No,vatodobien.Gracias,Ron.—¿Teimportaríaquitartedeenmedio?—LavozfríaygangosadeMalfoyllegó
desde atrás—. ¿Estás tratandode ganar algúndinero extra,Weasley?SupongoquequieresserguardabosquescuandosalgasdeHogwarts…EsachozadeHagriddebedeparecerteunpalacio,comparadaconlacasadetufamilia.
Ron se lanzó contra Malfoy, justo cuando aparecía Snape en lo alto de lasescaleras.
—¡WEASLEY!
RonsoltóelcuellodelatúnicadeMalfoy.—Lo han provocado, profesor Snape —dijo Hagrid, sacando su gran cabeza
peludaporencimadelárbol—.Malfoyestabainsultandoasufamilia.—Lo que sea, pero pelear está contra las reglas de Hogwarts, Hagrid —dijo
Snapeconvozamable—.CincopuntosmenosparaGryffindor,Weasley,yagradecequenoseanmás.Yahoramarchaostodos.
Malfoy,CrabbeyGoylepasaronbruscamente,sonriendoconpresunción.—Voyaatraparlo—dijoRon,sacandolosdientesante laespaldadeMalfoy—.
Unodeestosdíasloatraparé…—Losdetestoalosdos—añadióHarry—.AMalfoyyaSnape.—Vamos, arribael ánimo,yaes casiNavidad—dijoHagrid—.Osvoyadecir
quéharemos:venidconmigoalGranComedor,estáprecioso.AsíquelostressiguieronaHagridysuabetohastaelGranComedor,dondela
profesoraMcGonagallyelprofesorFlitwickestabanocupadosenladecoración.El salón estaba espectacular. Guirnaldas demuérdago y acebo colgaban de las
paredes, y nomenosde doce árboles deNavidad estabandistribuidos por el lugar,algunosbrillandoconpequeñoscarámbanos,otrosconcientosdevelas.
—¿Cuántosdíasosquedanparalasvacaciones?—preguntóHagrid.—Sólo uno —respondió Hermione—. Y eso me recuerda… Harry, Ron, nos
quedamediahoraparaelalmuerzo,deberíamosiralabiblioteca.
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—Sí,claro, tienes razón—dijoRon,obligándoseaapartar lavistadelprofesorFlitwick, que sacaba burbujas doradas de su varita, para ponerlas en las ramas delárbolnuevo.
—¿Labiblioteca?—preguntóHagrid,acompañándoloshastalapuerta—.¿Justoantesdelasfiestas?Unpocotriste,¿nocreéis?
—Oh,noesuntrabajo—explicóalegrementeHarry—.DesdequemencionasteaNicolásFlamel,estamostratandodeaveriguarquiénes.
—¿Qué?—Hagridparecíaimpresionado—.Escuchadme…Yaoslodije…Noosmetáis.Notienenadaqueverconvosotrosloquecustodiaeseperro.
—Nosotros queremos saber quién es Nicolás Flamel, eso es todo —dijoHermione.
—Salvoquequierasahorrarnoseltrabajo—añadióHarry—.Yahemosbuscadoenmilesdelibrosynohemospodidoencontrarnada…Sinosdasunapista…Yoséqueleísunombreenalgúnlado.
—Novoyadecirosnada—dijoHagridconfirmeza.—Entonces tendremos que descubrirlo nosotros—dijo Ron. Dejaron a Hagrid
malhumoradoyfueronrápidamentealabiblioteca.HabíanestadobuscandoelnombredeFlameldesdequeaHagrid se leescapó,
porque¿dequéotramanerapodíanaveriguarloquequeríarobarSnape?Elproblemaeraladificultaddebuscar,sinsaberquépodíahaberhechoFlamelparafigurarenunlibro.NoestabaenGrandesmagosdelsigloXX,nienNotablesnombresdelamagiade nuestro tiempo; tampoco figuraba en Importantes descubrimientos en la magiamoderna ni enUn estudio del reciente desarrollo de la hechicería.Y además, porsupuesto,estabaeltamañodelabiblioteca,milesymilesdelibros,milesdeestantes,cientosdeestrechasfilas…
Hermionesacóunalistadetítulosytemasquehabíadecididoinvestigar,mientrasRon se paseaba entre una fila de libros y los sacaba al azar. Harry se acercó a laSecciónProhibida.SehabíapreguntadosiFlamelnoestaríaallí.Peropordesgracia,hacía falta un permiso especial, firmado por un profesor, paramirar alguno de loslibrosdeaquellasección,ysabíaquenoibaaconseguirlo.AllíestabanloslibrosconlapoderosaMagiadelLadoOscuro,quenuncaseenseñabaenHogwartsyquesóloleíanlosalumnosmayores,queestudiabancursosavanzadosdeDefensaContralasArtesOscuras.
—¿Quéestásbuscando,muchacho?—Nada—respondióHarry.LaseñoraPince,labibliotecaria,empuñóunplumeroantesucara.—Entonces,mejorquetevayas.¡Vamos,fuera!Harrysaliódelabiblioteca,deseandohabersidomásrápidoeninventarsealgo.
Él,RonyHermionesehabíanpuestodeacuerdoenqueeramejornoconsultaralaseñora Pince sobre Flamel. Estaban seguros de que ella podría decírselo, pero nopodíanarriesgarseaqueSnapeseenteraradeloqueestabanbuscando.
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Harrylosesperóenelpasillo,paraversilosotroshabíanencontradoalgo,peronoteníamuchasesperanzas.Despuésdetodo,buscabansólodesdehacíaquincedíasyenlospocosmomentoslibres,asíquenoerararoquenoencontrarannada.Loquerealmentenecesitabaneraunabuenainvestigación,sinlaseñoraPincepegadaasusnucas.
Cincominutosmástarde,RonyHermioneaparecieronnegandoconlacabeza.Semarcharonaalmorzar.
—Vais a seguir buscando cuando yo no esté, ¿verdad?—dijo Hermione—. Siencontráisalgo,enviadmeunalechuza.
—Y tú podrás preguntar a tus padres si saben quién es Flamel—dijo Ron—.Preguntarlesaellosnotendráriesgos.
—Ningúnriesgo,yaqueambossondentistas—respondióHermione.
Cuandocomenzaronlasvacaciones,RonyHarrytuvieronmuchotiempoparapensarenFlamel.Teníaneldormitorioparaellosylasalacomúnestabamuchomásvacíaque de costumbre, así que podían elegir los mejores sillones frente al fuego. Sequedaban comiendo todo lo que podían pinchar en un tenedor de tostar (pan,buñuelos,melcochas) y planeaban formas de hacer que expulsaran aMalfoy,muydivertidas,peroimposiblesdellevaracabo.
RontambiéncomenzóaenseñaraHarryajugaralajedrezmágico.Eraigualqueeldelosmuggles,salvoquelaspiezasestabanvivas,loquelohacíamuyparecidoadirigirunejércitoenunabatalla.EljuegodeRoneramuyantiguoyestabagastado.Comotodoloquetenía,habíapertenecidoaalguiendesufamilia,enestecasoasuabuelo. Sin embargo, las piezas de ajedrez viejas no eran una desventaja. Ron lasconocíatanbienquenuncateníaproblemasenhacerleshacerloquequería.
HarryjugóconelajedrezqueSeamusFinniganlehabíaprestado,ylaspiezasnoconfiaronenél.Éltodavíanoeramuybuenjugador,ylaspiezasledabandistintosconsejos y lo confundían, diciendo, por ejemplo: «Nome envíes amí. ¿No ves elcaballo?Muéveloaél,podemospermitirnosperderlo.»
EnlavísperadeNavidad,Harrysefuealacama,deseosodequellegaraeldíasiguiente,pensandoentodaladiversiónycomidaqueloaguardaban,perosinesperarningúnregalo.Cuandoaldíasiguientesedespertótemprano,loprimeroqueviofueunoscuantospaquetesalospiesdesucama.
—¡FelizNavidad!—losaludómediodormidoRon,mientrasHarrysaltabadelacamayseponíalabata.
—Paratitambién—contestóHarry—.¡Miraesto!¡Mehanenviadoregalos!—¿Qué esperabas, nabos?—dijoRon, volviéndose hacia sus propios paquetes,
queeranmásnumerososquelosdeHarry.Harry cogió el paquete que estaba más arriba. Estaba envuelto en papel de
embalar y tenía escrito: «Para Harry, de Hagrid.» Contenía una flauta de madera,
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toscamentetrabajada.EraevidentequeHagridlahabíahecho.Harrysoplóylaflautaemitióunsonidoparecidoalcantodelalechuza.
Elsegundo,muypequeño,conteníaunanota.«RecibimostumensajeytemandamosturegalodeNavidad.DetíoVernonytía
Petunia.»Pegadaalanotaestabaunamonedadecincuentapeniques.—Quédetalle—comentóHarry.Ronestabafascinadoconloscincuentapeniques.—¡Quéraro!—dijo—.¡Quéforma!¿Estoesdinero?—Puedesquedarteconella—dijoHarry,riendoanteelplacerdeRon—.Hagrid,
mistíos…¿Quiénmehaenviadoéste?—Creo que sé de quién es ése—dijo Ron, algo rojo y señalando un paquete
deforme—.Mimadre.Ledijequecreíasquenadieteregalaríanaday…oh,no—gruñó—,tehahechounjerseyWeasley.
Harryabrióelpaqueteyencontróunjerseytejidoamano,gruesoycolorverdeesmeralda,yunagrancajadepasteldechocolatecasero.
—Cadaañonostejeunjersey—dijoRon,desenvolviendosupaquete—yelmíosiempreesrojooscuro.
—Esmuyamabledepartedetumadre—dijoHarry,probandoelpastel,queeradelicioso.
Elsiguienteregalotambiénteníagolosinas,unagrancajaderanasdechocolate,departedeHermione.
Lequedabaelúltimo.Harrylocogióynotóqueeramuyligero.Lodesenvolvió.Algofluidoydecolorgrisplateadosedeslizóhaciaelsueloysequedóbrillando.
Ronbufó.—Habíaoídohablardeesto—dijoconvozronca,dejandocaerlacajadegrageas
de todos los sabores, regalo de Hermione—. Si es lo que pienso, es algoverdaderamenteraroyvalioso.
—¿Quées?Harry cogió el género brillante y plateado. El tocarlo producía una sensación
extraña,comosifueraaguaconvertidaentejido.—Esunacapa invisible—dijoRon,conunaexpresiónde temor reverencial—.
Estoyseguro…Pruébatela.HarrysepusolacapasobreloshombrosyRonlanzóungrito.—¡Loes!¡Miraabajo!Harrysemirólospies,peroyanoestaban.Sedirigióalespejo.Efectivamente:su
reflejo lomiraba, pero sólo su cabeza suspendida en el aire, porque su cuerpo eratotalmente invisible. Se puso la capa sobre la cabeza y su imagen desapareció porcompleto.
—¡Hayunanota!—dijodeprontoRon—.¡Hacaídounanota!Harrysequitó lacapaycogió lanota.Lacaligrafía, finay llenadecurvas,era
desconocidaparaél.Decía:
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Tupadredejóestoenmipoderantesdemorir.Yaestiempodequeteseadevuelto.Utilízalobien.UnamuyFelizNavidadparati.
Noteníafirma.Harrycontemplólanota.Ronadmirabalacapa.—Yodaríacualquiercosaporteneruna—dijo—.Loquesea.¿Quétesucede?—Nada—dijoHarry.Se sentíamuyextraño. ¿Quién lehabía enviado la capa?
¿Realmentehabíapertenecidoasupadre?Antes de que pudiera decir o pensar algo, la puerta del dormitorio se abrió de
golpeyFredyGeorgeWeasleyentraron.Harryescondiórápidamentelacapa.Nosesentíaconganasdecompartirlaconnadiemás.
—¡FelizNavidad!—¡Eh,mira!¡AHarrytambiénlehanregaladounjerseyWeasley!FredyGeorgellevabanjerséisazules,unoconunagranletraFyelotroconlaG.—EldeHarryesmejorqueelnuestro—dijoFredcogiendoeljerseydeHarry—.
Esevidentequeseesmeramáscuandonoesparalafamilia.—¿Por qué no te has puesto el tuyo, Ron? —quiso saber George—. Vamos,
pruébatelo,sonbonitosyabrigan.—Detestoelrojooscuro—sequejóRon,mientrasselopasabaporlacabeza.—No tenéis la inicial en los vuestros—observó George—. Supongo que ella
piensa que no os vais a olvidar de vuestros nombres. Pero nosotros no somosestúpidos…SabemosmuybienquenosllamamosGredyFeorge.
—¿Quéestodoeseruido?PercyWeasleyasomólacabezaatravésdelapuerta,conairededesaprobación.
Eraevidentequehabíaidodesenvolviendosusregalosporelcamino,porquetambiénteníaunjerseybajoelbrazo,queFredvio.
—¡P de prefecto! Pruébatelo, Percy, vamos, todos nos lo hemos puesto, hastaHarrytieneuno.
—Yo…no…quiero—dijoPercy,confirmeza,mientraslosgemeloslemetíaneljerseyporlacabeza,tirándolelasgafasalsuelo.
—Yhoyno te sentarás con losprefectos—dijoGeorge—.LaNavidadesparapasarlaenfamilia.
CogieronaPercyyselollevarondelahabitación,conlosbrazossujetosporeljersey.
Harry no había celebrado en su vida una comida de Navidad como aquélla. Uncentenar de pavos asados,montañas de patatas cocidas y asadas, soperas llenas deguisantes conmantequilla, recipientes de plata con una grasa riquísima y salsa demoras,ymuchoshuevos sorpresaesparcidospor todas lasmesas.Estos fantásticoshuevosno teníannadaquevercon los flojosartículosde losmuggles,queDudley
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habitualmentecompraba,niconjuguetitosdeplásticonigorritosdepapel.Harrytiróunoalsueloynosólohizo¡pum!,sinoqueestallócomouncañonazoylosenvolvióenunanubeazul,mientrasdel interiorsalíanunagorradecontraalmiranteyvariosratonesblancos,vivos.Enlamesadelosprofesores,Dumbledorehabíareemplazadosu sombrero cónico de mago por un bonete floreado, y se reía de un chiste delprofesorFlitwick.
A los pavos les siguieron los pudines de Navidad, flameantes. Percy casi serompió un diente almorder un sickle de plata que estaba en el trozo que le tocó.HarryobservabaaHagrid,quecadavezseponíamásrojoybebíamásvino,hastaque finalmente besó a la profesora McGonagall en la mejilla y, para sorpresa deHarry,ellaseruborizóyrió,conelsombreromediotorcido.
CuandoHarry finalmentese levantóde lamesa,estabacargadodecosasde lassorpresasnavideñas,yqueincluíanglobosluminososquenoestallaban,unjuegodeHagaCrecerSusPropiasVerrugasypiezasnuevasdeajedrez.Los ratonesblancoshabíandesaparecido,yHarrytuvoelhorriblepresentimientodequeibanaterminarsiendolacenadeNavidaddelaSeñoraNorris.
HarryylosWeasleypasaronunaveladamuydivertida,conunabatalladebolasdenieveenelparque.Mástarde,helados,húmedosyjadeantes,regresaronalasalacomún deGryffindor para sentarse al lado del fuego.AllíHarry estrenó su nuevoajedrezyperdióespectacularmenteconRon.PerosospechabaquenohabríaperdidodeaquellamanerasiPercynohubieratratadodeayudarlotanto.
Despuésdeuntéconbocadillosdepavo,buñuelos,bizcochoborrachoypasteldeNavidad, todos se sintieron tanhartosy soñolientosquenopodíanhacer otra cosaque irsea lacama;noobstante,permanecieronsentadosyobservaronaPercy,queperseguíaaFredyGeorgepor toda la torreGryffindorporque lehabían robadosuinsigniadeprefecto.
Fue el mejor día de Navidad de Harry. Sin embargo, algo daba vueltas en unrincóndesumente.Encuantosemetióenlacama,pudopensarlibrementeenello:lacapainvisibleyquiénselahabíaenviado.
Ron, ahíto de pavo y pastel y sin ningúnmisterio que lo preocupara, se quedódormidoencuantocorrió lascortinasde sucama.Harryse inclinóaun ladode lacamaysacólacapa.
Desupadre…Aquellohabíasidodesupadre.Dejóqueelgénerocorrieraporsusmanos,mássuavequelaseda,ligerocomoelaire.«Utilízalobien»,decíalanota.
Teníaqueprobarla.Sedeslizó fuerade lacamayseenvolvióen lacapa.Miróhaciaabajoyviosólolaluzdelalunaylassombras.Eraunasensaciónmuycuriosa.
«Utilízalobien.»Depronto,Harrysesintiómuydespierto.Conaquellacapa,todoHogwartsestaba
abierto para él.Mientras estaba allí, en la oscuridad y el silencio, la excitación seapoderódeél.Podía iracualquier ladoconella,acualquier lado,yFilchnuncalosabría.
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Ron gruñó entre sueños. ¿Debía despertarlo? Algo lo detuvo. La capa de supadre…Sintióqueaquellavez(laprimeravez)queríautilizarlasolo.
Saliócautelosamentedeldormitorio,bajólaescalera,cruzólasalacomúnypasóporelagujerodelretrato.
—¿Quién está ahí? —chilló la Dama Gorda. Harry no dijo nada. Anduvorápidamenteporelpasillo.
¿Adónde iría? De pronto se detuvo, con el corazón palpitante, y pensó. Yentonceslosupo.LaSecciónProhibidadelabiblioteca.Ibaapoderleertodoloquequisiera,paradescubrirquiéneraFlamel.Seajustólacapaysedirigióhaciaallí.
Labibliotecaestabaoscurayfantasmal.Harryencendióunalámparaparaverlafilade libros.LalámparaparecíaflotarsolaenelaireyhastaelmismoHarry,quesentíasubrazollevándola,teníamiedo.
La Sección Prohibida estaba justo en el fondo de la biblioteca. Pasando concuidado sobre la soga que separaba aquellos libros de los demás,Harry levantó lalámparaparaleerlostítulos.
Noledecíanmucho.LasletrasdoradasformabanpalabrasenlenguajesqueHarrynoconocía.Algunosnoteníantítulos.Unlibroteníaunamanchanegraqueparecíasangre.AHarryseleerizaronlospelosdelanuca.Talvezseloestabaimaginando,talvezno,peroleparecióqueunmurmullosalíadeloslibros,comosisupieranquehabíaalguienquenodebíaestarallí.
Tenía que empezar por algún lado.Dejó la lámpara con cuidado en el suelo ymiróenunaestanteríabuscandounlibrodeaspectointeresante.Lellamólaatenciónunvolumengrande,negroyplateado.Losacócondificultad,porqueeramuypesadoy,balanceándolosobresusrodillas,loabrió.
Un grito desgarrador, espantoso, cortó el silencio… ¡El libro gritaba!Harry locerró de golpe, pero el aullido continuaba, en una nota aguda, ininterrumpida.Retrocedióychocóconlalámpara,queseapagódeinmediato.Aterrado,oyópasosqueseacercabanporelpasillo,metióelvolumenenelestanteysaliócorriendo.Pasóal lado de Filch casi en la puerta, y los ojos del celador,muy abiertos,miraron atravésdeHarry.Elchicoseagachó,pasópordebajodelbrazodeFilchysiguióporelpasillo,conlosaullidosdellibroresonandoensusoídos.
Se detuvo de pronto frente a unas armaduras. Había estado tan ocupado enescapardelabibliotecaquenohabíaprestadoatenciónalcamino.Talvezeraporqueestabaoscuro,peronoreconocióellugardondeestaba.Habíaarmadurascercadelacocina,esolosabía,perodebíadeestarcincopisosmásarriba.
—Ustedmepidióqueleavisaradirectamente,profesor,sialguienandabadandovueltasdurantelanoche,yalguienestuvoenlabiblioteca,enlaSecciónProhibida.
Harry sintióque se le iba la sangrede la cara.Filchdebíade conocerun atajoparallegaradondeélestaba,porqueelmurmullodesuvozseacercabacadavezmásy,parasuhorror,elquelecontestabaeraSnape.
—¿LaSecciónProhibida?Bueno,nopuedenestarlejos,yalosatraparemos.
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Harry se quedó petrificado, mientras Filch y Snape se acercaban. No podíanverlo, por supuesto, pero el pasillo era estrecho y, si se acercaban mucho, iban achocarcontraél.Lacapanoocultabasumaterialidad.
Retrocedió lo más silenciosamente que pudo. A la izquierda había una puertaentreabierta.Erasuúnicaesperanza.Sedeslizó,conteniendolarespiraciónytratandodenohacerruido.Parasualivio,entróenlahabitaciónsinquelonotaran.Pasaronpor delante de él y Harry se apoyó contra la pared, respirando profundamente,mientras escuchaba los pasos que se alejaban. Habían estado cerca, muy cerca.Transcurrieron unos pocos segundos antes de que se fijara en la habitación que lohabíaocultado.
Parecíaunaulaendesuso.Lassombrasdesillasypupitresamontonadoscontralas paredes, una papelera invertida y apoyada contra la pared de enfrente…Habíaalgoqueparecíanopertenecerallí, comosi lohubierandejadoparaquitarlodeenmedio.
Eraunespejomagnífico,altohastaeltecho,conunmarcodoradomuytrabajado,apoyadoenunossoportesqueerancomogarras.Teníaunainscripcióngrabadaenlapartesuperior:Oesedlenozarocutedonisaracutseonotse.
YanooíaniaFilchniaSnape,yHarrynoteníatantomiedo.Seacercóalespejo,deseandomirarparanoencontrarsuimagenreflejada.Sedetuvofrenteaél.
Tuvoquellevarselasmanosalabocaparanogritar.Giróenredondo.Elcorazónlelatíamásfuriosamentequecuandoellibrohabíagritado…Porquenosólosehabíavistoenelespejo,sinoquehabíamuchagentedetrásdeél.
Pero la habitación estaba vacía. Respirando agitadamente, volvió a mirar elespejo.
Allíestabaél,reflejado,blancoyconmiradademiedoyallí,reflejadosdetrásdeél,habíaalmenosotrosdiez.Harrymiróporencimadelhombro,peronohabíanadieallí. ¿O también eran todos invisibles? ¿Estaba en una habitación llena de genteinvisibleylatrampadelespejoeraquelosreflejaba,invisiblesono?
Miróotravezalespejo.Unamujer,justodetrásdesureflejo,lesonreíayagitabalamano.Harrylevantóunamanoysintióelairequepasaba.Siellaestabarealmenteallí,debíadepodertocarla,susreflejosestabantancerca…Perosólosintióaire:ellaylosotrosexistíansóloenelespejo.
Eraunamujermuyguapa.Teníaelcabellorojooscuroysusojos…«Susojossoncomo losmíos», pensóHarry, acercándose un pocomás al espejo.Verde brillante,exactamentelamismaforma,peroentoncesnotóqueellaestaballorando,sonriendoyllorandoalmismotiempo.Elhombrealto,delgadoydepelonegroqueestabaallado de ella le pasó el brazo por los hombros. Llevaba gafas y el pelo muydesordenado.Yseleponíatiesoenlanuca,igualqueaHarry.
Harryestabatancercadelespejoquesunarizcasitocabasureflejo.—¿Mamá?—susurró—.¿Papá?
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Entonceslomiraron,sonriendo.Y,lentamente,Harryfueobservandolosrostrosde las otras personas, y vio otro par de ojos verdes como los suyos, otras naricescomo la suya, incluso un hombre pequeño que parecía tener las mismas rodillasnudosasdeHarry.Estabamirandoasufamiliaporprimeravezensuvida.
Los Potter sonrieron y agitaron las manos, y Harry permaneció mirándolosanhelante,conlasmanosapretadascontraelespejo,comosiesperarapoderpasaralotroladoyalcanzarlos.Ensuinteriorsentíaunpoderosodolor,mitadalegríaymitadtristezaterrible.
Nosupocuántotiempoestuvoallí.LosreflejosnosedesvanecíanyHarrymirabaymiraba,hastaqueunruidolejanolohizovolvera larealidad.Nopodíaquedarseallí, teníaqueencontrarelcaminohaciaeldormitorio.Apartólosojosdelosdesumadreysusurró:«Volveré.»Salióapresuradamentedelahabitación.
—Podíashabermedespertado—dijomalhumoradoRon.—Puedesvenirestanoche.Yovoyavolver,quieroenseñarteelespejo.—Megustaríaveratumadreyatupadre—dijoRonconinterés.—Yyoquierovera toda tufamilia, todos losWeasley.Podrásenseñarmea tus
otroshermanosyatodos.—Puedes verlos cuando quieras—dijo Ron—.Ven ami casa este verano. De
todos modos, a lo mejor sólo muestra gente muerta. Pero qué lástima que noencontraste a Flamel. ¿No quieres tocino o alguna otra cosa? ¿Por qué no comesnada?
Harrynopodíacomer.Habíavistoasuspadresylosveríaotravezaquellanoche.Casi se había olvidado de Flamel. Ya no le parecía tan importante. ¿A quién leimportabaloquecustodiabaelperrodetrescabezas?¿YquémásdabasiSnapelorobaba?
—¿Estásbien?—preguntóRon—.Teveoraro.
Lo queHarrymás temía era no poder encontrar la habitación del espejo. Aquellanoche,conRon tambiéncubiertopor lacapa, tuvieronqueandarconmás lentitud.Trataron de repetir el camino de Harry desde la biblioteca, vagando por oscurospasillosdurantecasiunahora.
—Estoycongelado—sequejóRon—.Olvidemosestoyvolvamos.—¡No!—susurróHarry—.Séqueestáporaquí.Pasaron al lado del fantasma de una bruja alta, que se deslizaba en dirección
opuesta,peronovieronanadiemás.JustocuandoRonsequejabadeque tenía lospieshelados,Harrydivisólaparejadearmaduras.
—Esallí…justoallí…¡sí!Abrieronlapuerta.Harrydejócaerlacapadesushombrosycorrióalespejo.
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Allíestaban.Sumadreysupadresonrieronfelicesalverlo.—¿Ves?—murmuróHarry.—Nopuedovernada.—¡Mira!Míralosatodos…Sonmuchos…—Sólopuedoverteati.—Peromirabien,vamos,pontedondeestoyyo.Harrydiounpasoaunlado,peroconRonfrentealespejoyanopodíaverasu
familia,sóloaRonconsupijamadecolores.Sinembargo,Ronparecíafascinadoconsuimagen.—¡Mírame!—dijo.—¿Puedesveratodatufamiliacontigo?—No…estoysolo…perosoydiferente…mayor…¡ysoydelegado!—¿Cómo?—Tengo…tengoundistintivocomoeldeBillyestoylevantandolaCopadelas
Casasylacopadequidditch…¡Ytambiénsoycapitándequidditch!RonapartólosojosdeaquellaespléndidavisiónymiróexcitadoaHarry.—¿Creesqueesteespejomuestraelfuturo?—¿Cómopuedeser?Sitodamifamiliaestámuerta…déjamemirardenuevo…—Lohastenidotodalanoche,déjameunratitomás.—Perosiestássosteniendo lacopadequidditch,¿qué tieneesode interesante?
Quieroveramispadres.—Nomeempujes.Unsúbitoruidoenelpasillopusofinaladiscusión.Nosehabíandadocuentade
quehablabanenvozalta.—¡Rápido!RontirólacapasobreellosjustocuandolosluminososojosdelaSeñoraNorris
aparecieronenlapuerta.RonyHarrypermanecieroninmóviles,losdospensandolomismo:¿lacapafuncionabaconlosgatos?Despuésdeloqueparecióunaeternidad,lagatadiolavueltaysemarchó.
—No estamos seguros…Puede haber ido a buscar a Filch, seguro que nos haoído.Vamos.
YRonempujóaHarryparaquesalierandelahabitación.
Lanievetodavíanosehabíaderretidoalamañanasiguiente.—¿Quieresjugaralajedrez,Harry?—preguntóRon.—No.—¿PorquénovamosavisitaraHagrid?—No…vetú…—Séenquéestáspensando,Harry,eneseespejo.Novuelvasestanoche.—¿Porquéno?
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—Nolosé.Perotengounmalpresentimientoy,de todosmodos,yahas tenidomuchosencuentros.Filch,Snapey laSeñoraNorris andan vigilando por ahí ¿Quéimportasinoteven?¿Ysitropiezancontigo?¿Ysichocasconalgo?
—ParecesHermione.—Telodigoenserio,Harry,novayas.PeroHarrysóloteníaunpensamientoensumente,volveramirarenelespejo.Y
Ronnolodetendría.
La tercera noche encontró el camino más rápidamente que las veces anteriores.Andabamásrápidodeloquehabríasidoprudente,porquesabíaqueestabahaciendoruido,peronoseencontróconnadie.
Yallíestabansumadreysupadre,sonriéndoleotravez,yunodesusabueloslosaludabamuy contento. Harry se dejó caer al suelo para sentarse frente al espejo.Nadieibaaimpedirquepasaralanocheconsufamilia.Nadie.
Excepto…—Entoncesdevueltaotravez,¿no,Harry?Harry sintió como si se le helaran las entrañas.Mirópara atrás.Sentado enun
pupitre,contralapared,estabanadamenosqueAlbusDumbledore.Harrydebiódehaberpasadojustoporsulado,yestabatandesesperadoporllegarhastaelespejoquenohabíanotadosupresencia.
—No…nolohabíavisto,señor.—Es curioso lo miope que se puede volver uno al ser invisible —dijo
Dumbledore,yHarrysesintióaliviadoalverquelesonreía—.Entonces—continuóDumbledore, bajando del pupitre para sentarse en el suelo conHarry—, tú, comocientosantesquetú,hasdescubiertolasdeliciasdelespejodeOesed.
—Nosabíaquesellamabaasí,señor.—Peroesperoquetehabrásdadocuentadeloquehace,¿no?—Bueno…memostróamifamiliay…—YatuamigoRonloreflejócomocapitán.—¿Cómolosabe…?—Nonecesitounacapaparaserinvisible—dijoamablementeDumbledore—.Y
ahora¿puedespensarquéesloquenosmuestraelespejodeOesedatodosnosotros?Harrynegóconlacabeza.—Déjameexplicarte.Elhombremásfelizdelatierrapuedeutilizarelespejode
Oesed comoun espejonormal, esdecir, semiraráy severá exactamente comoes.¿Esoteayuda?
Harrypensó.Luegodijolentamente:—Nosmuestraloquequeremos…loqueseaquequeramos…—Síyno—dijoconcalmaDumbledore—.Nosmuestranimásnimenosqueel
másprofundoydesesperadodeseodenuestrocorazón.Parati,quenuncaconocistea
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tufamilia,verlosrodeándote.RonaldWeasley,quesiemprehasidosobrepasadoporsushermanos,sevesoloyelmejordetodosellos.Sinembargo,esteespejononosdará conocimiento o verdad. Hay hombres que se han consumido ante esto,fascinadosporloquehanvisto.Ohanenloquecido,alnosabersiloquemuestraesrealosiquieraposible.
Continuó:—El espejo será llevado a una nueva casamañana,Harry, y te pido que no lo
busques otra vez.Y si algunavez te cruzas con él, deberás estar preparado.No esbueno dejarse arrastrar por los sueños y olvidarse de vivir, recuérdalo.Ahora ¿porquénoteponesdenuevoesamagníficacapaytevasalacama?
Harrysepusodepie.—Señor…profesorDumbledore…¿Puedopreguntarlealgo?—Esevidentequeyalohashecho—sonrióDumbledore—.Sinembargo,puedes
hacermeunapreguntamás.—¿Quéesloqueve,cuandosemiraenelespejo?—¿Yo?Meveososteniendounpardegruesoscalcetinesdelana.Harrylomiróasombrado.—Uno nunca tiene suficientes calcetines—explicó Dumbledore—. Ha pasado
otra Navidad y no me han regalado ni un solo par. La gente sigue insistiendo enregalarmelibros.
En cuantoHarry estuvode nuevo en su cama, se le ocurrió pensar que tal vezDumbledorenohabíasidosincero.Peroesque,pensómientrassacabaaScabbersdesualmohada,habíasidounapreguntamuypersonal.
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Capítulo13
NicolásFlamel
UMBLEDOREhabíaconvencidoaHarrydequenobuscaraotravezelespejodeOesed, y durante el resto de las vacaciones de Navidad la capa invisible
permaneciódobladaenelfondodesubaúl.Harrydeseabapoderolvidarloquehabíavistoenelespejo,peronopudo.Comenzóatenerpesadillas.Unayotravez,soñabaquesuspadresdesaparecíanenunrayodeluzverde,mientrasunavozagudasereía.
—¿Tedascuenta?Dumbledore tenía razón.Eseespejo tepuedevolver loco—dijoRon,cuandoHarrylecontósussueños.
Hermione, que volvió el día anterior al comienzo de las clases, consideró lascosasdeotramanera.EstabadivididaentreelhorrordelaideadeHarryvagandoporel colegio tres noches seguidas («¡Si Filch te hubiera atrapado!») y desilusionadaporquefinalmentenohubierandescubiertoquiéneraNicolásFlamel.
YacasihabíanabandonadolaesperanzadedescubriraFlamelenunlibrodelabiblioteca, aunque Harry estaba seguro de haber leído el nombre en algún lado.Cuandoempezaronlasclases,volvieronabuscarenloslibrosdurantediezminutosdurante losrecreos.Harry teníamenos tiempoqueellos,porque losentrenamientosdequidditchhabíancomenzadotambién.
Woodloshacíatrabajarmásduramentequenunca.Nisiquieralalluviaconstantequehabíareemplazadoalanievepodíadoblegarsuánimo.LosWeasleysequejabandequeWoodsehabíaconvertidoenunfanático,peroHarryestabadeacuerdoconWood.SiganabanelpróximopartidocontraHufflepuff,podríanalcanzaraSlytherinenelcampeonatodelascasas,porprimeravezensieteaños.Ademásdequedeseabaganar, Harry descubrió que tenía menos pesadillas cuando estaba cansado por elejercicio.
Entonces,duranteunentrenamientoenundíaespecialmentehúmedoyllenodebarro,Woodlesdiounamalanoticia.SehabíaenfadadomuchoconlosWeasley,quesetirabanenpicadoyfingíancaersedelasescobas.
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—¡Dejaddehacertonterías!—gritó—.¡Ésassonexactamentelascosasquenosharánperderelpartido! ¡EstavezelárbitroseráSnape,ybuscarácualquierexcusaparaquitarpuntosaGryffindor!
GeorgeWeasley,aloíresaspalabras,casisecayódeverdaddesuescoba.—¿Snapevaaserelárbitro?—Escupióunpuñadodebarro—.¿Cuándohasido
árbitroenunpartidodequidditch?Noseráimparcial,sinosotrospodemossobrepasaraSlytherin.
ElrestodelequiposeacercóaGeorgeparaquejarse.—Noesculpamía—dijoWood—.Loquetenemosquehaceresestarsegurosde
jugarlimpio,asínoledaremosexcusaaSnapeparamarcarnosfaltas.Todo aquello estaba muy bien, pensó Harry, pero él tenía otra razón para no
quererestarcercadeSnapemientrasjugabaaquidditch.Los demás jugadores se quedaron, como siempre, para charlar entre ellos al
finalizar el entrenamiento, pero Harry se dirigió directamente a la sala común deGryffindor,dondeencontróaRonyHermione jugandoalajedrez.Elajedrezera laúnicacosaalaqueHermionehabíaperdido,algoqueHarryyRonconsiderabanmuybeneficiosoparaella.
—Nomehablesduranteunmomento—dijoRon,cuandoHarrysesentóallado—.Necesitoconcen…—vioelrostrodeHarry—.¿Quétesucede?Tienesunacaraterrible.
Entonobajo,paraquenadiemáslosoyera,HarrylesexplicóelsúbitoysiniestrodeseodeSnapedeserárbitrodequidditch.
—Nojuegues—dijodeinmediatoHermione.—Dilesqueestásenfermo—añadióRon.—Fingequeseteharotounapierna—sugirióHermione.—Rómpeteunapiernadeverdad—dijoRon.—No puedo —dijo Harry—. No hay un buscador suplente. Si no juego,
Gryffindortampocopuedejugar.EnaquelmomentoNevillecayóenlasalacomún.Nadieseexplicócómoselas
había arreglado para pasar por el agujero del retrato, porque sus piernas estabanpegadas juntas, con lo que reconocieron de inmediato elMaleficio de las PiernasUnidas.HabíatenidoqueirsaltandotodoelcaminohastalatorreGryffindor.
Todos empezaron a reírse, salvo Hermione, que se puso de pie e hizo elcontramaleficio. Las piernas de Neville se separaron y pudo ponerse de pie,temblando.
—¿Quéhasucedido?—preguntóHermione,ayudándoloasentarsejuntoaHarryyRon.
—Malfoy—respondióNeville temblando—.Loencontréfuerade labiblioteca.Dijoqueestababuscandoaalguienparapracticarlo.
—¡VeahablarconlaprofesoraMcGonagall!—loinstóHermione—.¡Acúsalo!Nevillenegóconlacabeza.
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—Noquierotenermásproblemas—murmuró.—¡Tienes que hacerle frente, Neville! —dijo Ron—. Está acostumbrado a
llevarseatodoelmundopordelante,peroésanoesunarazónparaecharsealsueloasupasoyhacerlelascosasmásfáciles.
—NoesnecesarioquemedigasquenosoylobastantevalienteparaperteneceraGryffindor,esoyamelodiceMalfoy—dijoNeville,atragantándose.
Harrybuscóenlosbolsillosdesutúnicaysacóunaranadechocolate,laúltimade la caja queHermione le había regalado paraNavidad. Se la dio aNeville, queparecíaestarapuntodellorar.
—TúvalespordoceMalfoys—dijoHarry—.¿AcasonoteeligióparaGryffindorelSombreroSeleccionador?¿YdóndeestáMalfoy?EnlaapestosaSlytherin.
Nevilledejóescaparunadébilsonrisa,mientrasdesenvolvíaelchocolate.—Gracias, Harry…Creo queme voy a la cama… ¿Quieres el cromo? Tú los
coleccionas,¿no?MientrasNevillesealejaba,HarrymiróelcromodelosMagosFamosos.—Dumbledoreotravez—dijo—.Élfueelprimeroque…Bufó.Mirófijamentelapartedeatrásdelatarjeta.Luegolevantólavistahacia
RonyHermione.—¡Lo encontré!—susurró—. ¡Encontré a Flamel! Os dije que había leído ese
nombre antes. Lo leí en el tren, viniendo hacia aquí. Escuchad lo que dice: «Elprofesor Dumbledore es particularmente famoso por derrotar al mago tenebrosoGrindelwald,en1945,poreldescubrimientodelasdoceaplicacionesdelasangrededragón¡yporsutrabajoenalquimiaconsucompañeroNicolásFlamel!»
Hermionediounsalto.Noestabatanexcitadadesdequeledieronlanotadesuprimertrabajo.
—¡Esperad aquí!—dijo, y se lanzó por la escalera hacia el dormitorio de laschicas.HarryyRoncasinotuvierontiempodeintercambiarunamiradadeasombroyyaestabaallídenuevo,conunenormelibroentrelosbrazos.
—¡Nuncapenséenbuscaraquí!—susurróexcitada—.Losaquédelabibliotecahacesemanas,parateneralgoligeroparaleer.
—¿Ligero?—dijoRon,peroHermioneledijoqueesperara,queteníaquebuscaralgo y comenzó a dar la vuelta a las páginas, enloquecida, murmurando para símisma.
Alfinencontróloquebuscaba.—¡Losabía!¡Losabía!—¿Podemoshablarahora?—dijoRonconmalhumor.Hermionehizocasoomiso
deél.—NicolásFlamel—susurrócontonoteatral—eselúnicodescubridorconocido
delaPiedraFilosofal.Aquellonotuvoelefectoqueellaesperaba.—¿Laqué?—dijeronHarryyRon.
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—¡Oh,noloentiendo!¿Nosabéisleer?Mirad,leedaquí.Empujóellibrohaciaellos,yHarryyRonleyeron:
El antiguo estudio de la alquimia está relacionado con eldescubrimiento de la Piedra Filosofal, una sustancia legendaria quetiene poderes asombrosos. La piedra puede transformar cualquiermetal en oro puro. También produce el Elixir de la Vida, que haceinmortalalquelobebe.
SehahabladomuchodelaPiedraFilosofalatravésdelossiglos,perolaúnicaPiedraqueexisteactualmentepertenecealseñorNicolásFlamel,elnotablealquimistayamantede laópera.El señorFlamel,quecumplióseiscientossesentaycincoañoselañopasado,llevaunavida tranquila en Devon con su esposa Perenela (de seiscientoscincuentayochoaños).
—¿Veis?—dijoHermione,cuandoHarryyRonterminaron—.ElperrodebedeestarcustodiandolaPiedraFilosofaldeFlamel.SeguroquelepidióaDumbledorequeselaguardase,porquesonamigosyporquedebedesaberquealguienlabusca.¡PoresoquisoquesacaranlaPiedradeGringotts!
—¡Unapiedraqueconvierteenoroyhacequeunonuncamuera!—dijoHarry—.¡NoesraroqueSnapelabusque!Cualquieralaquerría.
—YnoesraroquenopudiéramosencontraraFlameleneseEstudiodelrecientedesarrollo de la hechicería —dijo Ron—. Él no es exactamente reciente si tieneseiscientossesentaycincoaños,¿verdad?
Alamañanasiguiente,enlaclasedeDefensaContralasArtesOscuras,mientrascopiabanlasdiferentesformasdetratarlasmordedurasdehombrelobo,HarryyRonseguíandiscutiendoquéharíanconlaPiedraFilosofalsituvieranuna.HastaqueRondijoqueélsecompraríasupropioequipodequidditchyHarryrecordóelpartidoenquetendríaaSnapedeárbitro.
—Jugaré—informó a Ron y Hermione—. Si no lo hago, todos los SlytherinspensaránquetengomiedodeenfrentarmeconSnape.Lesvoyademostrar…lesvoyaborrarlasonrisadelacarasiganamos.
—Siempreycuandonoteborrenatidelterrenodejuego—dijoHermione.
Sin embargo, a medida que se acercaba el día del partido, Harry se ponía másnervioso, pese a todo lo que les había dicho a sus amigos. El resto del equipotampocoestabademasiadotranquilo.LaideadealcanzaraSlytherineneltorneodela casa era maravillosa, nadie lo había conseguido en siete años, pero ¿podríanhacerloconaquelárbitrotanparcial?
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Harrynosabíasise lo imaginabaono,peroveíaaSnapepor todaspartes.Pormomentos,hasta sepreguntabasiSnapeno loestaría siguiendoparaatraparlo.LasclasesdePocionesseconvirtieronentorturassemanalesparaHarry,porlaformaenquelotratabaSnape.¿EraposiblequeSnapesupieraqueelloshabíanaveriguadolodelaPiedraFilosofal?Harrynoseimaginabacómopodíasaberlo…aunquealgunasvecesteníalahorriblesensacióndequeSnapepodíaleerlospensamientos.
Harry supo, cuando le desearon suerte en la puerta de los vestuarios, la tardesiguiente,queRonyHermionesepreguntabansivolveríanaverloconvida.Aquellonoera loqueuno llamaría reconfortante.Harry casi nooyó laspalabrasdeWood,mientrasseponíalatúnicadequidditchycogíasuNimbus2000.
RonyHermione,entretanto,encontraronunsitioenlasgradas,cercadeNeville,que no podía entender por qué estaban tan preocupados, ni por qué llevaban susvaritas al partido. Lo que Harry no sabía era que Ron y Hermione habían estadopracticando en secreto el Maleficio de las Piernas Unidas. Se les ocurrió la ideacuandoMalfoy loutilizó conNeville, y estaban listosparautilizarlo conSnape, sidabaalgunaseñaldequererhacerdañoaHarry.
—No te olvides, es locomotor mortis —murmuró Hermione, mientras Rondeslizabasuvaritaenlamangadelatúnica.
—Yalosé—respondióenfadado—.Nomedeslalata.Mientrastanto,enelvestuario,WoodhabíallevadoaparteaHarry.—Noquieropresionarte,Potter,perosialgunaveznecesitamosquesecaptureen
seguidalasnitch,esahora.NecesitamosterminarelpartidoantesdequeSnapepuedafavorecerdemasiadoaHufflepuff.
—¡Todoelcolegioestáallí fuera!—dijoFredWeasley,espiandoa travésde lapuerta—.Hasta…¡Vaya,Dumbledorehavenidoalpartido!
ElcorazóndeHarrydiounbrinco.—¿Dumbledore? —dijo, corriendo hasta la puerta para asegurarse. Fred tenía
razón.Aquellabarbaplateadaerainconfundible.Harryteníaganasdereírseacarcajadas,delalivioquesentía.Estabaasalvo.No
habíaformadequeSnapeseanimaraahacerlealgosiDumbledoreestabamirando.TalvezporesoSnapeparecíatanenfadadomientraslosequiposdesfilabanporel
terrenodejuego,algoqueRontambiénnotó.—NuncaviaSnapeconesacarademalo—dijoaHermione—.Mira,yasalen.
¡Eh!AlguienhabíagolpeadoaRonenlapartedeatrásdelacabeza.EraMalfoy.—Oh,perdón,Weasley,notehabíavisto.MalfoysonrióburlonamenteaCrabbeyGoyle.—Me pregunto cuánto tiempo durará Potter en su escoba esta vez. ¿Alguien
quiereapostar?¿Quémedices,Weasley?
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Ron no le respondió: Snape acababa de pitar un penalti a favor deHufflepuff,porqueGeorgeWeasleylehabía tiradounabludger.Hermione,que tenía losdedoscruzados sobre la falda, observaba sin cesar aHarry, que circulaba sobre el juegocomounhalcón,buscandolasnitch.
—¿SabéisporquécreoqueeligenalagenteparalacasadeGryffindor?—dijoMalfoy en voz alta unos minutos más tarde, mientras Snape daba otro penalti aHufflepuff, sin ningúnmotivo—.Es gente a la que le tienen lástima. Por ejemplo,está Potter, que no tiene padres, luego losWeasley, que no tienen dinero…Y tú,Longbottom,quenotienescerebro.
NevillesepusorojoysevolvióensuasientoparaencararseconMalfoy.—Yovalgopordocecomotú,Malfoy—tartamudeó.Malfoy,CrabbeyGoyleestallaronencarcajadas,peroRon,sinquitarlosojosdel
partido,intervino.—Asísehabla,Neville.—Longbottom,situcerebrofueradeoroseríasmáspobrequeWeasley,yconeso
tedigotodo.LapreocupaciónporHarryestabaapuntodeacabarconlosnerviosdeRon.—Teprevengo,Malfoy…Unapalabramás…—¡Ron!—dijodeprontoHermione—.¡Harry…!—¿Qué?¿Dónde?Harry había salido en un espectacular vuelo, que arrancó gritos de asombro y
vivasentrelosespectadores.Hermionesepusodepie,conlosdedoscruzadosenlaboca,mientrasHarryselanzabavelozmentehaciaelcampo,comounabala.
—Tenéis suerte,Weasley, es evidente que Potter ha visto algunamoneda en elcampo—dijoMalfoy.
Ron estalló. Antes de que Malfoy supiera lo que estaba pasando, Ron estabaencimadeél,tirándoloalsuelo.Nevillevaciló,peroluegoseencaramóalrespaldodesusillaparaayudar.
—¡Vamos, Harry! —gritaba Hermione, subiéndose al asiento para ver bien aHarry, sindarsecuentadequeMalfoyyRon rodabanbajo suasientoy sinoír losgritosygolpesdeNeville,CrabbeyGoyle.
Enelaire,Snapepusoenmarchasuescobajustoatiempoparaveralgoescarlataquepasabaasulado,yquenochocóconélporsólounoscentímetros.AlmomentosiguienteHarrysubíaconelbrazolevantadoengestodetriunfoylamanoapretandolasnitch.
Las tribunas bullían. Aquello era un récord, nadie recordaba que se hubieraatrapadotanrápidolasnitch.
—¡Ron! ¡Ron! ¿Dónde estás? ¡El partido ha terminado! ¡Hemos ganado!¡Gryffindor es el primero! —Hermione bailaba en su asiento y se abrazaba conParvatiPatil,delafiladedelante.
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Harry saltó de su escoba, a centímetros del suelo. No podía creerlo. Lo habíaconseguido… El partido había terminado y apenas había durado cinco minutos.MientraslosdeGryffindorseacercabanalterrenodejuego,vioqueSnapeaterrizabacerca,conelrostroblancoyloslabiostirantes.EntoncesHarrysintióunamanoensuhombroy,aldarselavuelta,seencontróconelrostrosonrientedeDumbledore.
—Bienhecho—dijoDumbledoreenvozbaja,paraque sóloHarry looyera—.Muybuenoquenobuscaraseseespejo…quetemantuvierasocupado…excelente…
Snapeescupióconamarguraenelsuelo.
Unratodespués,HarrysaliódelvestuarioparadejarsuNimbus2000enlaescobera.Norecordabahabersesentidotancontento.Habíahechoalgodeloquepodíasentirseorgulloso. Ya nadie podría decir que era sólo un nombre célebre. El aire delanochecernuncahabía sido tandulce.Anduvopor lahierbahúmeda, reviviendo laúltima hora en su mente, en una feliz nebulosa: los Gryffindors corriendo parallevarlo en andas, Ron y Hermione en la distancia, saltando como locos, Ronvitoreandoenmediodeunagranhemorragianasal…
Harry llegó a la cabaña. Se apoyó contra la puerta de madera y miró haciaHogwarts,cuyasventanasdespedíanunbrillorojizoenlapuestadelsol.Gryffindoralacabeza.Éllohabíahecho,lehabíademostradoaSnape…
YhablandodeSnape…Unafiguraencapuchadabajósigilosamentelosescalonesdelanterosdelcastillo.
Era evidente que no quería ser visto dirigiéndose a toda prisa hacia el bosqueprohibido.LavictoriaseapagóenlamentedeHarrymientrasobservaba.Reconocióa la figura que se alejaba.Era Snape, escabulléndose en el bosque,mientras todosestabanenlacena…¿Quésucedía?
HarrysaltósobresuNimbus2000yseelevó.Deslizándosesilenciosamentesobreelcastillo,vioaSnapeentrandoenelbosque.Losiguió.
LosárboleserantanespesosquenopodíaveradóndehabíaidoSnape.Volóencírculos,cadavezmásbajos,rozandolascopasdelosárboles,hastaqueoyóvoces.Sedeslizóhaciaallíysedetuvosinruido,sobreunhaya.
Con cuidado se detuvo en una rama, sujetando su escoba y tratando de ver atravésdelashojas.
Abajo, en un espacio despejado y sombrío, vio a Snape. Pero no estaba solo.Quirrell tambiénestabaallí.Harrynopodíaverle la cara,pero tartamudeabacomonunca.Harryseesforzóporoírloquedecían.
—…n-no sép-porquéquerías ver-verme j-justo a-aquí, de entre t-todos los l-lugares,Severus…
—Oh,penséqueíbamosamantenerestoenprivado—dijoSnapeconvozgélida—.Despuésdetodo,losalumnosnodebensabernadasobrelaPiedraFilosofal.
Harryseinclinóhaciadelante.QuirrelltartamudeabaalgoySnapelointerrumpió.
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—¿YahasaveriguadocómoburlaraesabestiadeHagrid?—P-p-peroSeverus,y-yo…—Túno querrás que yo sea tu enemigo,Quirrell—dijoSnape, dandoun paso
haciaél.—Y-yonos-séqué…—Túsabesperfectamentebienloquequierodecir.Una lechuzadejóescaparungritoyHarrycasi secaedel árbol.Seenderezóa
tiempoparaoíraSnapedecir:—…tupequeñapartedelabracadabra.Estoyesperando.—P-peroy-yono…—Muybien—lointerrumpióSnape—.Vamosa tenerotrapequeñacharlamuy
pronto,cuandohayastenidotiempodepensarydecidirdóndeestántuslealtades.Seechólacapasobrelacabezaysealejódelclaro.Yaestabacasioscuro,pero
HarrypudoveraQuirrellinmóvil,comosiestuvierapetrificado.
—¿Harry,dóndeestabas?—preguntóHermioneconvozaguda.—¡Ganamos!¡Ganamos!¡Ganamos!—gritabaRonaltiempoquedabapalmadas
aHarry en la espalda—. ¡Y yo le puse un ojo negro aMalfoy yNeville trató devenceraCrabbeyGoyleélsolo!Todavíaestáinconsciente,perolaseñoraPomfreydicequesepondrábien.Todosteestánesperandoenlasalacomún,vamosacelebrarunafiesta,FredyGeorgerobaronunospastelesyotrascosasdelacocina…
—Ahora eso no importa —dijo Harry sin aliento—. Vamos a buscar unahabitaciónvacía,yaveréiscuandooigáisesto…
SeaseguródequePeevesnoestuvieradentroantesdecerrarlapuerta,yentonceslescontóloquehabíavistoyoído.
—Así que teníamos razón, es la Piedra Filosofal y Snape trata de obligar aQuirrellaqueloayudeaconseguirla.LepreguntósisabíacómopasaranteFluffyydijo algo sobre el «abracadabra» de Quirrell… Eso significa que hay otras cosascustodiando la Piedra, además deFluffy, probablemente cantidades de hechizos, yQuirrell puede haber hecho algunos encantamientos anti-Artes Oscuras que Snapenecesitaromper…
—¿Quieres decir que la Piedra estará segura mientras Quirrell se oponga aSnape?—preguntóalarmadaHermione.
—Enesecasonodurarámucho—dijoRon.
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S
Capítulo14
Norberto,elridgebacknoruego
INembargo,Quirrelldebíadesermásvalientedeloquehabíanpensado.Enlassemanasquesiguieronsefueponiendocadavezmásdelgadoypálido,perono
parecíaquesuvoluntadhubieracedido.Cada vez que pasaban por el pasillo del tercer piso, Harry, Ron y Hermione
apoyabanlasorejascontralapuerta,paraversiFluffyestabagruñendo,allídentro.Snape seguía con su habitual mal carácter, lo que seguramente significaba que laPiedra estaba a salvo. Cada vez queHarry se cruzaba conQuirrell, le dirigía unasonrisaparadarleánimo,yRonlesdecíaatodosquenoserierandeltartamudeodelprofesor.
Hermione, sin embargo, tenía en su mente otras cosas, además de la PiedraFilosofal.Habíacomenzadoahacerhorariospararepasaryasubrayarcondiferentescoloressusapuntes.AHarryyRonesonoleshabríaimportado,perolosfastidiabatodoeltiempoparaquehicieranlomismo.
—Hermione,faltansiglosparalosexámenes.—Diez semanas—replicóHermione—.Eso no son siglos, es un segundo para
NicolásFlamel.—Pero nosotros no tenemos seiscientos años —le recordó Ron—. De todos
modos,¿paraquérepasassiyatelosabestodo?—¿Que para qué estoy repasando? ¿Estás loco? ¿Te has dado cuenta de que
tenemosquepasarestosexámenesparaentrarensegundoaño?Sonmuyimportantes,tendríaquehaberempezadoaestudiarhaceunmes,noséloquemepasó…
Perodesgraciadamente, losprofesoresparecíanpensar lomismoqueHermione.LesdierontantosdeberesquelasvacacionesdePascuanoresultarontandivertidascomolasdeNavidad.EradifícilrelajarseconHermioneal lado,recitandolosdoceusosdelasangrededragónopracticandomovimientosconlavarita.Quejándoseybostezando,HarryyRonpasabanlamayorpartedesutiempolibreenlabibliotecaconella,tratandodehacertodoeltrabajosuplementario.
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—Nuncapodréacordarmedeesto—estallóRonunatarde,arrojandolaplumaymirando por la ventana de la biblioteca con nostalgia. Era realmente el primer díabueno desde hacía meses. El cielo era claro, y las nomeolvides azules y el aireanunciabanelverano.
Harry, que estaba buscando «díctamo» enMil hierbas mágicas y hongos nolevantólacabezahastaqueoyóqueRondecía:
—¡Hagrid!¿Quéestáshaciendoenlabiblioteca?Hagrid apareció con aire desmañado, escondiendo algo detrás de la espalda.
Parecíamuyfueradelugar,consuabrigodepieldetopo.—Estabamirando—dijo con una voz evasiva que les llamó la atención—. ¿Y
vosotros qué hacéis?—De pronto pareció sospechar algo—.No estaréis buscandotodavíaaNicolásFlamel,¿no?
—Oh, lo encontramos hace siglos —dijo Ron con aire grandilocuente—. Ytambiénsabemosloquecustodiaelperro,eslaPiedraFi…
—¡¡Shhh!! —Hagrid miró alrededor para ver si alguien los escuchaba—. Nopodéisirporahídiciéndoloagritos.¿Quéospasa?
—En realidad, hay unas pocas cosas que queremos preguntarte—dijoHarry—sobrequécosasmáscustodianlaPiedra,ademásdeFluffy…
—¡SHHHH! —dijo Hagrid otra vez—. Mirad, venid a verme más tarde, no osprometoqueosvayaadeciralgo,peronoandéisporahíhablando,losalumnosnodebensabernada.Vanapensarqueyooslohecontado…
—Tevemosmástarde,entonces—dijoHarry.Hagridseescabulló.—¿Quéescondíadetrásdelaespalda?—dijoHermioneconairepensativo.—¿CreéisquetienequeverconlaPiedra?—Voyaverenquésecciónestaba—dijoRon,cansadodesustrabajos.Regresó
unminutomástarde,conmuchoslibrosenlosbrazos.Losdesparramósobrelamesa.—¡Dragones!—susurró—.¡Hagridestababuscandocosassobredragones!Mirad
estosdos:EspeciesdedragonesenGranBretañaeIrlandayDelhuevoalinfierno,guíaparaguardianesdedragones…
—Hagridsiemprequisotenerundragón,melodijoeldíaqueloconocí—dijoHarry.
—Perovacontranuestrasleyes—dijoRon—.CriardragonesfueprohibidoporlaConvencióndeMagosde1709,todoslosaben.Eradifícilquelosmugglesnonosdetectaransi teníamosdragonesennuestros jardines.De todosmodos,nosepuededomesticarundragón,espeligroso.TendríaisqueverlasquemadurasqueCharliesehizoconesosdragonessalvajesdeRumanía.
—PeronohaydragonessalvajesenInglaterra,¿verdad?—preguntóHarry.—Por supuesto que hay —respondió Ron—. Verdes en Gales y negros en
Escocia. Al ministro de Magia le ha costado trabajo silenciar ese asunto, te lo
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aseguro.Losnuestrostienenquehacerlesencantamientosalosmugglesqueloshanvistoparaquelosolviden.
—Entonces¿enquéestámetidoHagrid?—dijoHermione.
Cuandollamaronalapuertadelacabañadelguardabosques,unahoramástarde,lessorprendió ver todas las cortinas cerradas. Hagrid preguntó «¿quién es?» antes dedejarlosentrar,yluegocerrórápidamentelapuertatrasellos.
Enelinterior,elcalorerasofocante.Peseaqueeraundíacálido,enlachimeneaardíaunbuenfuego.Hagridlespreparóeltéylesofrecióbocadillosdecomadreja,queellosnoaceptaron.
—Entonces¿queríaispreguntarmealgo?—Sí—dijo Harry. No tenía sentido darmás vueltas—. Nos preguntábamos si
podíasdecirnossihayalgomásquecustodiealaPiedraFilosofal,ademásdeFluffy.Hagridlomiróconaireadusto.—Por supuesto que no puedo—dijo—.Enprimer lugar, no lo sé.En segundo
lugar, vosotros ya sabéis demasiado, así que tampocoos lo diría si lo supiera.EsaPiedraestáaquíporunbuenmotivo.CasilarobandeGringotts…Aunqueesoyalosabíais,¿no?MegustaríasabercómoaveriguasteislodeFluffy.
—Oh,vamos,Hagrid,puedesnoquerercontarnos,perodebessaberlo, túsabestodoloquesucedeporaquí—dijoHermione,convozafectuosaylisonjera.LabarbadeHagridseagitóyvieronquesonreía.Hermionecontinuó—:NospreguntábamosenquiénmáspodíaconfiarDumbledorelosuficienteparapedirleayuda,ademásdeti.
Conesasúltimaspalabras,elpechodeHagridseensanchó.HarryyRonmiraronaHermioneconorgullo.
—Bueno,supongoquenotienenadademalodecirosesto…Dejadmever…Yole presté aFluffy… luego algunos de los profesores hicieron encantamientos… laprofesora Sprout, el profesor Flitwick, la profesora McGonagall —contó con losdedos—,elprofesorQuirrellyelmismoDumbledore,porsupuesto.Esperad,meheolvidadodealguien.Oh,claro,elprofesorSnape.
—¿Snape?—Ajá…No seguiréis con eso todavía, ¿no?Mirad, Snape ayudó a proteger la
Piedra,noquiererobarla.Harry sabía queRonyHermione estabanpensando lomismoque él. SiSnape
habíaformadopartedelaproteccióndelaPiedra,leresultaríafácildescubrircómolaprotegían los otros profesores. Es probable que supiera todos los encantamientos,salvoeldeQuirrell,ycómopasaranteFluffy.
—Tú eres el único que sabe cómo pasar anteFluffy, ¿no, Hagrid?—preguntóHarry con ansiedad—. Y no se lo dirás a nadie, ¿no es cierto? ¿Ni siquiera a unprofesor?
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—Niunalmalosabe,salvoDumbledoreyyo—dijoHagridconorgullo.—Bueno,esoesalgo—murmuróHarryalosdemás—.Hagrid,¿podríamosabrir
unaventana?Meestoyasando.—Nopuedo,Harry,losiento—respondióHagrid.Harrynotóquemirabadereojo
haciaelfuego.Harrytambiénmiró.—Hagrid…¿Quéeseso?Peroyasabíaloqueera.Enelcentrodelachimenea,debajodelacazuela,había
unenormehuevonegro.—Ah—dijoHagrid,tirándoseconnerviosismodelabarba—.Eso…eh…—¿Dónde lo has conseguido, Hagrid? —preguntó Ron, agachándose ante la
chimeneaparaverdecercaelhuevo—.Debedehabertecostadounafortuna.—Logané—explicóHagrid—.Laotranoche.Estabaenlaaldea,tomandounas
copasymepuseajugaralascartasconundesconocido.Creoquesealegrómuchodelibrarsedeél,sihedesersincero.
—Pero¿quévasahacercuandosalgadelcascarón?—preguntóHermione.—Bueno,estuveleyendounpoco—dijoHagrid,sacandoungranlibrodedebajo
desualmohada—.Loconseguíenlabiblioteca:Crianzadedragonesparaplaceryprovecho.Estáunpocoanticuado,porsupuesto,perosaletodo.Mantenerelhuevoenelfuego,porquelasmadresrespiranfuegosobreellosy,cuandosalendelcascarón,alimentarlos conbrandymezclado con sangredepollo, cadamediahora.Ymirad,dicecómoreconocerlosdiferenteshuevos.Elquetengoesunridgebacknoruego.Ysonmuyraros.
Parecíamuysatisfechodesímismo,peroHermioneno.—Hagrid,túvivesenunacasademadera—dijo.Pero Hagrid no la escuchaba. Canturreaba alegremente mientras alimentaba el
fuego.
Asíqueya teníanalgomásdequépreocuparse: loquepodíasucederleaHagridsialguiendescubríaqueocultabaundragónilegalensucabaña.
—Mepreguntocómoserátenerunavidatranquila—suspiróRon,mientrasnochetrasnocheluchabancontodoeltrabajoextraquelesdabanlosprofesores.Hermionehabía comenzado ya a hacer horarios de repaso para Harry y Ron. Los estabavolviendolocos.
Entonces,duranteundesayuno,HedwigentregóaHarryotranotadeHagrid.Sólodecía:«Estáapuntodesalir.»
RonqueríafaltaralaclasedeHerbologíaeirdirectamentealacabaña.Hermionenoqueríanioírhablardeeso.
—Hermione,¿cuántasvecesennuestravidaveremosaundragónsaliendodesuhuevo?
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—Tenemos clases, nos vamos ameter en líos y no vamos a poder hacer nadacuandoalguiendescubraloqueHagridestáhaciendo…
—¡Cállate!—susurróHarry.Malfoy estaba cerca de ellos y se había quedado inmóvil para escucharlos.
¿Cuántohabíaoído?AHarrynolegustólaexpresióndesucara.RonyHermionediscutierondurantetodoelcaminohacialaclasedeHerbología
y,alfinal,HermioneaceptóiralacabañadeHagridconellosduranteelrecreodelamañana.Cuandoalfinalde lasclasessonólacampanadelcastillo, los tresdejaronsus trasplantadoresy corrieronpor el parquehasta el bordedelbosque.Hagrid losrecibió,excitadoyradiante.
—Yacasiestáfuera—dijocuandoentraron.Elhuevoestabasobre lamesa.Teníagrietasen lacáscara.Algosemovíaenel
interioryuncuriosoruidosalíadeallí.Todosacercaronlassillasalamesayesperaron,respirandoconagitación.De pronto se oyó un ruido y el huevo se abrió.La cría de dragón aleteó en la
mesa. No era exactamente bonito. Harry pensó que parecía un paraguas negroarrugado. Sus alas puntiagudas eran enormes, comparadas con su cuerpo flacucho.Teníaunhocicolargoconanchasfosasnasales,laspuntasdeloscuernosyalesalíanyteníalosojosanaranjadosysaltones.
Estornudó.Volaronunaschispas.—¿Noesprecioso?—murmuróHagrid.Alargóunamanoparaacariciarlacabeza
del dragón. Éste le dio un mordisco en los dedos, enseñando unos colmillospuntiagudos.
—¡Benditosea!Mirad,conoceasumamá—dijoHagrid.—Hagrid—dijoHermione—.¿Cuántotardanencrecerlosridgebacksnoruegos?Hagridibaacontestarle,cuandodegolpesurostropalideció.Sepusodepiede
unsaltoycorrióhacialaventana.—¿Quésucede?—Alguien estaba mirando por una rendija de la cortina… Era un chico… Va
corriendohaciaelcolegio.Harryfuehastalapuertaymiró.Inclusoadistancia,erainconfundible:Malfoyhabíavistoeldragón.
AlgoenlasonrisaburlonadeMalfoydurantelasemanasiguienteponíanerviososaHarry, Ron y Hermione. Pasaban la mayor parte de su tiempo libre en la oscuracabañadeHagrid,tratandodehacerloentrarenrazón.
—Déjaloir—loinstabaHarry—.Déjaloenlibertad.—Nopuedo—decíaHagrid—.Esdemasiadopequeño.Semorirá.Miraron el dragón.Había triplicado su tamaño en sólo una semana.Ya le salía
humodelasnarices.Hagridnocumplíaconsusdeberesdeguardabosquesporqueel
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dragónocupaba todosu tiempo.Habíabotellasvacíasdebrandyyplumasdepolloportodoelsuelo.
—He decidido llamarlo Norberto —dijo Hagrid, mirando al dragón con ojoshúmedos—.Yamereconoce,mirad.¡Norberto!¡Norberto!¿Dóndeestámamá?
—Haperdidoeljuicio—murmuróRonaHarry.—Hagrid—dijoHarryenvozmuyalta—,esperadossemanasyNorberto será
tangrandecomotucasa.MalfoyselocontaráaDumbledoreencualquiermomento.Hagridsemordióellabio.—Yo… yo sé que no puedo quedarme con él para siempre, pero no puedo
echarlo,nopuedo.HarrysevolvióhaciaRonsúbitamente.—Charlie—dijo.—Tútambiénestásmaldelacabeza—dijoRon—.YosoyRon,¿recuerdas?—No… Charlie, tu hermano. En Rumania. Estudiando dragones. Podemos
enviarleaNorberto.¡Charlielocuidaráyluegolodejarávivirenlibertad!—¡Genial!—dijoRon—.¿Quépiensasdeeso,Hagrid?Yalfinal,HagridaceptóqueenviaranunalechuzaparapedirleayudaaCharlie.
La semana siguiente pareció alargarse.La noche delmiércoles encontró aHarry yHermionesentadossolosenlasalacomún,muchodespuésdequetodossefueranaacostar.Elrelojdelaparedacababadedardocecampanadascuandoelagujerodelaparedseabriódegolpe.Ronsurgiódelanada,alquitarselacapainvisibledeHarry.Había estado en la cabaña de Hagrid, ayudándolo a alimentar aNorberto, que yacomíaratasmuertas.
—¡Me ha mordido! —dijo, enseñándoles la mano envuelta en un pañueloensangrentado—.Nopodréescribirenunasemana.Osaseguroquelosdragonessonlosanimalesmáshorriblesqueconozco,peroparaHagridescomosifueraunositodepeluche.Cuandomemordió,mehizosalirporque,segúnél,yolohabíaasustado.Ycuandomefuileestabacantandounacancióndecuna.
Seoyóungolpeenlaventanaoscura.—¡EsHedwig!—dijoHarry, corriendo para dejarla entrar—. ¡Debe de traer la
respuestadeCharlie!Lostresjuntaronlascabezasparaleerlacarta.
QueridoRon:¿Cómoestás?Graciasportucarta.Estaréencantadodequedarme
conelridgebacknoruego,peronoseráfáciltraerloaquí.Creoquelomejorseráhacerloconunosamigosquevienenavisitarmelasemanaque viene. El problema es que no deben verlos llevando un dragónilegal. ¿Podríais llevar al ridgebacknoruego a la torre más alta, la
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medianoche del sábado? Ellos se encontrarán contigo allí y se lollevaránmientrasdurelaoscuridad.
Envíamelarespuestaloantesposible.Besos,Charlie
Semiraron.—Tenemos la capa invisible—dijoHarry—.No será tan difícil… creo que la
capaessuficientementegrandeparacubriraNorbertoyadosdenosotros.Lapruebadelomalaquehabíasidoaquellasemanaparaellosfuequeaceptaron
deinmediato.CualquiercosaparaliberarsedeNorberto…ydeMalfoy.Seencontraronconunobstáculo.Alamañanasiguiente,lamanomordidadeRon
sehabíainflamadoyteníadosvecessutamañonormal.Nosabíasiconveníairavera la señoraPomfrey. ¿Reconocería unamordeduradedragón?Sin embargo, por latarde no tuvo elección. La herida se había convertido en una horrible cosa verde.ParecíaqueloscolmillosdeNorbertoteníanveneno.
Al finalizar el día, Harry y Hermione fueron corriendo hasta el ala de laenfermeríaparavisitaraRonyloencontraronenunestadoterrible.
—Noessólomimano—susurró—aunqueparecequesemevayaacaeratrozos.MalfoyledijoalaseñoraPomfreyquequeríapedirmeprestadounlibro,yvinoyseestuvoriendodemí.Meamenazócondecirleaellaquiénmehabíamordido(yolehabía dicho que era un perro, pero creo que nome creyó). No debí pegarle en elpartidodequidditch.Poresoseestáportandoasí.
HarryyHermionetratarondecalmarlo.—Todohabráterminadoelsábadoamedianoche—dijoHermione,peroesonolo
tranquilizó.Alcontrario,sesentóenlacamaycomenzóatemblar.—¡Lamedianochedelsábado!—dijoconvozronca—.Oh,no,oh,no…acabo
deacordarme…lacartadeCharlieestabaenellibroquesellevóMalfoy,seenterarádelaformaenquenoslibraremosdeNorberto.
HarryyHermionenotuvierontiempodecontestarle.ApareciólaseñoraPomfreyyloshizosalir,diciendoqueRonnecesitabadormir.
—Esmuy tarde para cambiar los planes—dijoHarry aHermione—.No tenemostiempodeenviaraCharlieotralechuzayéstapuedesernuestraúnicaoportunidaddelibrarnos deNorberto. Tendremos que arriesgarnos. Y tenemos la capa invisible yMalfoynolosabe.
Encontraron aFang, el perro jabalinero, sentado afuera, con la cola vendada,cuandofueronaavisaraHagrid.Ésteleshablóatravésdelaventana.
—No os hago entrar—jadeó— porqueNorberto está un pocomolesto. No esnadaimportante,yameocuparédeél.
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Cuando le contaron lo que decía Charlie, se le llenaron los ojos de lágrimas,aunquetalvezfueraporqueNorbertoacababademorderlelapierna.
—¡Aaay!Estábien,sólomehacogidolabota…estájugando…despuésdetodoessólouncachorro.
Elcachorrogolpeólaparedconsucola,haciendotemblarlasventanas.HarryyHermione regresaron al castillo con la sensación de que el sábado no llegaría lobastanterápido.
Tendrían que haber sentido pena por Hagrid, cuando llegó el momento de ladespedida,sinohubieranestadotanpreocupadosporloqueteníanquehacer.Eraunanoche oscura y llena de nubes y llegaron un poquito tarde a la cabaña deHagrid,porquetuvieronqueesperaraquePeevessalieradelvestíbulo,dondejugabaateniscontralasparedes.
HagridteníaaNorbertolistoyencerradoenunagranjaula.—Tiene muchas ratas y algo de brandy para el viaje —dijo Hagrid con voz
amable—.Ylepusesuositodepelucheporsisesientesolo.Delinteriordelajaulalesllegaronunossonidos,quehicieronpensaraHarryque
Norbertoleestabaarrancandolacabezaalosito.—¡Adiós,Norberto! —sollozó Hagrid, mientras Harry y Hermione cubrían la
jaula con la capa invisible y se metían dentro ellos también—. ¡Mamá nunca teolvidará!
Cómoselasarreglaronparallevarlajaulahastalatorredelcastillofuealgoquenuncasupieron.EracasimedianochecuandotrasladaronlajauladeNorbertoporlasescaleras de mármol del castillo y siguieron por pasillos oscuros. Subieron unaescalera,luegootra…NisiquieraunodelosatajosdeHarryhizoeltrabajomásfácil.
—¡Yacasi llegamos!—resoplóHarry,mientrasalcanzabanelpasilloquehabíabajolatorremásalta.
Entonces,unsúbitomovimientoporencimadeelloscasileshizosoltarlajaula.Olvidando que eran invisibles, se encogieron en las sombras, contemplando lassiluetas oscuras de dos personas que discutían a unos tres metros de ellos. Unalámparabrilló.
La profesoraMcGonagall, con una bata de tejido escocés y una redecilla en elpelo,teníasujetoaMalfoyporlaoreja.
—¡Castigo! —gritaba—. ¡Y veinte puntos menos para Slytherin! Vagando enmediodelanoche…¿Cómoteatreves…?
—Ustednoloentiende,profesora,HarryPottervendrá.¡Yconundragón!—¡Quéabsurdatontería!¿Cómoteatrevesadeciresasmentiras?Vamos,hablaré
deticonelprofesorSnape…¡Vamos,Malfoy!Despuésdeaquello, laescaleradecaracolhacia la torremásalta lespareció lo
másfácildelmundo.Cuandosalieronalfríoairede lanoche,dondesequitaronla
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capa,felicesdepoderrespirarbien,Hermionediounaespeciedesalto.—¡Malfoyestácastigado!¡Podríaponermeacantar!—Nolohagas—laprevinoHarry.Riéndose de Malfoy, esperaron, con Norberto moviéndose en su jaula. Diez
minutosmástarde,cuatroescobasaterrizaronenlaoscuridad.LosamigosdeCharlieeranmuysimpáticos.EnseñaronaHarryyHermionelos
arneses que habían preparado para poder suspender aNorberto entre ellos. Todosayudaron a colocar a Norberto para que estuviera muy seguro, y luego Harry yHermioneestrecharonlasmanosdelosamigosylesdieronlasgracias.
Porfin.Norbertoseiba…seiba…sehabíaido.Bajaronrápidamenteporlaescaleradecaracol,conloscorazonestanlibrescomo
susmanos,queyano llevaban la jaulaconNorberto.Sineldragón,y conMalfoycastigado,¿quépodíaestropearsufelicidad?
La respuesta los esperaba al pie de la escalera. Cuando llegaron al pasillo, elrostrodeFilchapareciósúbitamenteenlaoscuridad.
—Bien,bien,bien—susurróHarry—.Tenemosproblemas.Habíandejadolacapainvisibleenlatorre.
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L
Capítulo15
Elbosqueprohibido
AScosasnopodíanhabersalidopeor.Filch los llevó al despacho de la profesora McGonagall, en el primer piso,
donde se sentaron a esperar, sin decir una palabra. Hermione temblaba. Excusas,disculpas y locas historias cruzaban lamente deHarry, cada unamás débil que laotra. No podía imaginar cómo se iban a librar del problema aquella vez. Estabanatrapados. ¿Cómo podían haber sido tan estúpidos para olvidar la capa?No habíarazón en el mundo para que la profesoraMcGonagall aceptara que habían estadovagandodurante lanoche,paranomencionar la torremásaltadeAstronomía,queestaba prohibida, salvo para las clases. Si añadía a todo eso Norberto y la capainvisible,yapodíanempezarahacerlasmaletas.
¿Harrypensabaquelascosasnopodíanestarpeor?Estabaequivocado.CuandolaprofesoraMcGonagallapareció,llevabaaNeville.
—¡Harry!—estallóNeville encuanto losvio—.Estaba tratandodeencontrarteparaprevenirte,oíqueMalfoydecíaqueibaaatraparte,dijoqueteníasundrag…
Harrynegóviolentamenteconlacabeza,paraqueNevillenohablaramás,perolaprofesoraMcGonagalllovio.LomirócomosiecharafuegoigualqueNorbertoyseirguió,amenazadora,sobrelostres.
—Nuncalohabríacreídodeningunodevosotros.ElseñorFilchdicequeestabaisenlatorredeAstronomía.Eslaunadelamañana.Quierounaexplicación.
Ésa fue la primera vez queHermione no pudo contestar a una pregunta de unprofesor.Mirabafijamentesuszapatillas,tanrígidacomounaestatua.
—Creoquetengoideadeloquesucedió—dijolaprofesoraMcGonagall—.Nohacefaltaserungenioparadescubrirlo.Te inventasteunahistoriasobreundragónpara que Draco Malfoy saliera de la cama y se metiera en líos. Te he atrapado.SupongoquetehabráparecidodivertidoqueLongbottomoyeralahistoriaytambiénlacreyera,¿no?
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HarrycaptólamiradadeNevilleytratódedecirle,sinpalabras,queaquellonoera verdad, porqueNeville parecía asombrado y herido. Pobremete-patasNeville,Harry sabía lo que debía de haberle costado buscarlos en la oscuridad, paraprevenirlos.
—Estoydisgustada—dijolaprofesoraMcGonagall—.Cuatroalumnosfueradelacamaenunanoche. ¡Nuncaheoídounacosaasí!Tú,HermioneGranger,penséqueteníasmássentidocomún.Ytú,HarryPotter…CreíaqueGryffindorsignificabamás para ti. Los tres sufriréis castigos… Sí, tú también, Longbottom, nada te daderechoadarvueltaspor el colegiodurante lanoche, enespecial enestosdías: esmuypeligrosoyseosdescontaráncincuentapuntosdeGryffindor.
—¿Cincuenta? —resopló Harry. Iban a perder el primer puesto, lo que habíaganadoenelúltimopartidodequidditch.
—Cincuenta puntos cada uno —dijo la profesora McGonagall, resoplando atravésdesunarizpuntiaguda.
—Profesora…porfavor…—Usted,ustedno…—Nomedigasloquepuedoonopuedohacer,HarryPotter.Ahora,volvedala
cama,todos.NuncamehesentidotanavergonzadadealumnosdeGryffindor.Cientocincuentapuntosperdidos.EsosituabaaGryffindorenelúltimolugar.En
una noche, habían acabado con cualquier posibilidad de que Gryffindor ganara lacopa de la casa. Harry sentía como si le retorcieran el estómago. ¿Cómo podríanarreglarlo?
Harrynodurmióaquellanoche.PodíaoírelllantodeNeville,queduróhoras.Noseleocurríanadaquedecirparaconsolarlo.SabíaqueNeville,comoélmismo,teníamiedo de que amaneciera. ¿Qué sucedería cuando el resto de los de Gryffindordescubrieranloqueelloshabíanhecho?
Alprincipio, losGryffindors quepasabanpor el gigantesco reloj de arena, queinformabade lapuntuaciónde la casa,pensaronquehabíaunerror. ¿Cómo ibanatener, súbitamente, ciento cincuenta puntosmenos que el día anterior?Y luego, sepropagólahistoria.HarryPotter,elfamosoHarryPotter,elhéroededospartidosdequidditch, les había hecho perder todos esos puntos, él y otros dos estúpidos deprimeraño.
De ser una de las personas más populares y admiradas del colegio, Harrysúbitamenteeraelmásdetestado.HastalosdeRavenclawyHufflepufflegirabanlacara,porquetodoshabíandeseadoveraSlytherinperdiendolacopa.PordondequieraqueHarrypasara,loseñalabanconeldedoynosemolestabanenbajarlavozparainsultarlo. Los de Slytherin, por su parte, lo aplaudían y lo vitoreaban, diciendo:«¡Gracias,Potter,tedebemosuna!»
SóloRonloapoyaba.—Seolvidaránenunassemanas.FredyGeorgehanperdidopuntosmuchasveces
desdequeestánaquíylagentelossigueapreciando.
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—Pero nunca perdieron ciento cincuenta puntos de una vez, ¿verdad? —dijoHarrytristemente.
—Bueno…no—admitióRon.Era un poco tarde para reparar los daños, pero Harry se juró que, de ahí en
adelante,nosemeteríaencosasquenoeranasuntosuyo.Todohabíasidoporandaraveriguandoyespiando.SesentíatanavergonzadoquefueaveraWoodyleofreciósurenuncia.
—¿Renunciar?—exclamóWood—.¿Quéganaríamosconeso?¿Cómovamosarecuperarpuntossinopodemosjugaralquidditch?
Pero hasta el quidditch había perdido su atractivo. El resto del equipo no lehablaba durante el entrenamiento, y si tenían que hablar de él lo llamaban «elbuscador».
HermioneyNevilletambiénsufrían.NopasabantantosmalosratoscomoHarryporque no eran tan conocidos, pero nadie les hablaba. Hermione había dejado dellamarlaatenciónenclase,ysequedabaconlacabezabaja,trabajandoensilencio.
Harry casi estaba contento de que se aproximaran los exámenes. Las leccionesque tenía que repasar alejaban sus desgracias de sumente.Él,RonyHermione sequedaban juntos, trabajandohasta altas horas de la noche, tratandode recordar losingredientes de complicadas pociones, aprendiendo de memoria hechizos yencantamientosy repitiendo las fechasdedescubrimientosmágicosy rebelionesdelosgnomos.
Y entonces, una semana antes de que empezaran los exámenes, las nuevasresoluciones deHarry de no interferir en nadaqueno le concerniera sufrieronunapruebainesperada.Unatardequesalíasolodelabibliotecaoyóquealguiengemíaenunaulaqueestabadelantedeél.Mientrasseacercaba,oyólavozdeQuirrell.
—No…no…otravezno,porfavor…Parecíaquealguienloestabaamenazando.Harryseacercó.—Muybien…muybien.—OyóqueQuirrellsollozaba.Alsegundosiguiente,Quirrellsalióapresuradamentedelaula,enderezándoseel
turbante.Estabapálidoyparecíaapuntodellorar.DesapareciódesuvistayHarrypensóquenisiquieralohabíavisto.EsperóhastaquedejarondeoírselospasosdeQuirrellyentoncesinspeccionóelaula.Parecíavacía,perolapuertadelotroextremoestaba entreabierta. Harry estaba amitad de camino, cuando recordó que se habíaprometidonometerseenloquenolecorrespondía.
Almismotiempo,habríaapostadodocePiedrasFilosofalesaqueSnapeacababadesalirdelaulay,por loqueHarryhabíaescuchado,Snapedeberíaestardemejorhumor…Quirrellparecíahaberserendidofinalmente.
Harryregresóalabiblioteca,endondeHermioneestabarepasándoleAstronomíaaRon.Harrylescontóloquehabíaoído.
—¡Entonces Snape lo hizo!—dijo Ron—. SiQuirrell le dijo cómo romper suencantamientoanti-FuerzasOscuras…
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—PerotodavíaquedaFluffy—dijoHermione.—Tal vez Snape descubrió cómo pasar ante él sin preguntarle aHagrid—dijo
Ron,mirandoalosmilesdelibrosquelosrodeaban—.Seguroqueporaquíhayunlibroquedicecómoburlaraunperrogigantedetrescabezas.¿Quévamosahacer,Harry?
La luz de la aventura brillaba otra vez en los ojos de Ron, pero HermionerespondióantesdequeHarrylohiciera.
—Ir a ver aDumbledore. Eso es lo que debimos hacer hace tiempo. Si se nosocurrealgoanosotrossolos,conseguridadvamosaperder.
—¡Pero no tenemos pruebas! —exclamó Harry—. Quirrell está demasiadoatemorizadopararespaldarnos.SnapesólotienequedecirquenosabíacómoentróeltrolenHalloweenyqueélnoestabacercadeltercerpisoenesemomento.¿Aquiénpensáis que van a creer, a él o a nosotros? No es exactamente un secreto que lodetestamos.Dumbledorecreeráquenoslohemosinventadoparahacerqueloechen.Filch no nos ayudaría aunque su vida dependiera de ello, es demasiado amigo deSnape y, mientras más alumnos pueda echar, mejor para él. Y no olvidéis que sesuponequenosabemosnadasobrelaPiedraoFluffy.Seríanmuchasexplicaciones.
Hermioneparecióconvencida,peroRonno.—Siinvestigamossólounpoco…—No—dijoHarryentonoterminante—:yahemosinvestigadodemasiado.AcercóunmapadeJúpiterasumesaycomenzóaaprenderlosnombresdesus
lunas.
Alamañanasiguiente,llegaronnotasparaHarry,HermioneyNeville,enlamesadeldesayuno.Erantodasiguales.
Vuestrocastigotendrálugaralasoncedelanoche.ElseñorFilchosesperaenelvestíbulodeentrada.
Enmedio del furor que sentía por los puntos perdidos, Harry había olvidado quetodavía les quedaban los castigos. De alguna manera esperaba que Hermione sequejara por tener que perder una noche de estudio, pero lamuchacha no dijo unapalabra.ComoHarry,sentíaquesemerecíanloquelestocara.
Alasoncedeaquellanoche,sedespidierondeRonenlasalacomúnybajaronalvestíbulo de entrada con Neville. Filch ya estaba allí y también Malfoy. HarrytambiénhabíaolvidadoqueaMalfoylohabíancondenadoauncastigo.
—Seguidme—dijoFilch,encendiendounfarolyconduciéndoloshaciafuera—.Seguro que os lo pensaréis dos veces antes de faltar a otra regla de la escuela,
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¿verdad?—dijo,mirándolosconaireburlón—.Oh,sí…trabajoduroydolorsonlosmejoresmaestros,siqueréismiopinión…esunalástimaquehayanabandonadolosviejos castigos… colgaros de lasmuñecas, del techo, unos pocos días.Yo todavíatengo las cadenas en mi oficina, las mantengo engrasadas por si alguna vez senecesitan…Bien,allávamos,ynopenséisenescapar,porqueserápeorparavosotrossilohacéis.
Marcharoncruzandoeloscuroparque.Nevillecomenzóarespirarcondificultad.Harry se preguntó cuál sería el castigo que les esperaba. Debía de ser algoverdaderamentehorrible,oFilchnoestaríatancontento.
Lalunabrillaba,perolasnubeslatapaban,dejándolosenlaoscuridad.Delante,HarrypudoverlasventanasiluminadasdelacabañadeHagrid.Entoncesoyeronungritolejano.
—¿Erestú,Filch?Dateprisa,quieroempezardeunavez.ElcorazóndeHarryseanimó:siibanaestarconHagrid,nopodíasertanmalo.
Sualiviodebióaparecerensucara,porqueFilchdijo:—Supongo que crees que vas a divertirte con ese papanatas, ¿no? Bueno,
piénsalomejor,muchacho…esalbosqueadondeiréisymuchomehabréequivocadosivolvéistodosenteros.
Aloíraquello,NevilledejóescaparungemidoyMalfoysedetuvodegolpe.—¿Elbosque?—repitió,ynoparecíatanindiferentecomodecostumbre—.Hay
todaclasedecosasallí…dicenquehayhombreslobo.Neville se aferró de la manga de la túnica de Harry y dejó escapar un ruido
ahogado.—Esoesproblemavuestro,¿no?—dijoFilch,convozradiante—.Tendríaisque
haberpensadoenloshombresloboantesdemeterosenlíos.Hagrid se acercóhacia ellos, conFang pegado a los talones.Llevaba una gran
ballestayuncarcajconflechasenlaespalda.—Menos mal—dijo—. Estoy esperando hace media hora. ¿Todo bien, Harry,
Hermione?—Yo no sería tan amistoso con ellos, Hagrid —dijo con frialdad Filch—.
Despuésdetodo,estánaquíporuncastigo.—Poresollegáistarde,¿no?—dijoHagrid,mirandoconrostroceñudoaFilch—.
¿Hasestadodándolessermones?Esonoesloquetienesquehacer.Apartirdeahora,mehagocargoyo.
—Volveré al amanecer —dijo Filch— para recoger lo que quede de ellos —añadióconmalignidad.Sediolavueltayseencaminóhaciaelcastillo,agitandoelfarolenlaoscuridad.
EntoncesMalfoysevolvióhaciaHagrid.—Noiréaesebosque—dijo,yHarrytuvoelgustodenotarmiedoensuvoz.—Lo harás, si quieres quedarte en Hogwarts —dijo Hagrid con severidad—.
Hicisteisalgomalyahoralovaisapagar.
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—Peroesoesparalosempleados,noparalosalumnos.Yopenséquenosharíanescribirunaslíneas,oalgoasí.Simipadresupieraquehagoesto,él…
—TediráqueesasícomosehaceenHogwarts—gruñóHagrid—.¡Escribirunaslíneas!¿Yaquiénleserviríaeso?Haréisalgoqueseaútil,osinoosiréis.Sicreesque tupadreprefiereque te expulsen, entoncesvuelveal castilloycoge tuscosas.¡Vete!
Malfoynosemovió.MiróconiraaHagrid,peroluegobajólamirada.—Bien,entonces—dijoHagrid—.Escuchadconcuidado,porqueloquevamosa
hacer esta noche es peligrosoynoquieroqueninguno se arriesgue.Seguidmeporaquí,unmomento.
Los condujo hasta el límite del bosque. Levantando su farol, señaló hacia unestrecho sendero de tierra, que desaparecía entre los espesos árboles negros. Unasuavebrisaleslevantóelcabello,mientrasmirabanendirecciónalbosque.
—Miradallí—dijoHagrid—.¿Veisesoquebrillaenlatierra?¿Esoplateado?Essangredeunicornio.Hayporaquíununicornioquehasidomalheridoporalguien.Esla segundavez enuna semana.Encontréunomuerto el últimomiércoles.Vamosatratar de encontrar a ese pobrecito herido. Tal vez tengamos que evitar que sigasufriendo.
—¿Yquésucedesielquehirióalunicornionosencuentraanosotrosprimero?—dijoMalfoy,incapazdeocultarelmiedodesuvoz.
—No hay ningún ser en el bosque que os pueda herir si estáis conmigo o conFang—dijoHagrid—.Yseguidelsendero.Ahoravamosadividirnosendosequiposy seguiremos la huella en distintas direcciones. Hay sangre por todo el lugar,debieronherirloayerporlanoche,porlomenos.
—YoquieroirconFang—dijorápidamenteMalfoy,mirandoloslargoscolmillosdelperro.
—Muybien,peroteinformodequeesuncobarde—dijoHagrid—.Entoncesyo,HarryyHermioneiremosporunladoyDraco,NevilleyFang,porelotro.Sialgunoencuentra al unicornio, debe enviar chispas verdes, ¿de acuerdo? Sacad vuestrasvaritasypracticadahora…estábien…Ysialgunotieneproblemas,laschispasseránrojasynosreuniremostodos…asíquetenedcuidado…enmarcha.
Elbosqueestabaoscuroy silencioso.Despuésde andarunpoco,vieronque elsenderosebifurcaba.Harry,HermioneyHagridfueronhacialaizquierdayMalfoy,NevilleyFangsedirigieronaladerecha.
Anduvieronen silencio, con lavistaclavadaenel suelo.Devezencuando,unrayo de luna a través de las ramas iluminaba unamancha de sangre azul plateadaentrelashojascaídas.
HarryvioqueHagridparecíamuypreocupado.—¿Podríaserunhombreloboelquematalosunicornios?—preguntóHarry.—Nosonbastante rápidos—dijoHagrid—.Noes tan fácilcazarununicornio,
soncriaturaspoderosamentemágicas.Nuncahabíaoídoquehubieranhechodañoa
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ninguno.Pasaron por un tocón conmusgo.Harry podía oír el agua que corría: debía de
haber un arroyo cerca. Todavía había manchas de sangre de unicornio en elserpenteantesendero.
—¿Estásbien,Hermione?—susurróHagrid—.Notepreocupes,nopuedeestarmuy lejos si está tan malherido, y entonces podremos… ¡PONEOS DETRÁS DE ESEÁRBOL!
HagridcogióaHarryyHermioney losarrastró fueradelsendero,detrásdeungruesoroble.Sacóunaflecha,lapusoensuballestaylalevantó,listaparadisparar.Los tres escucharon.Alguien se deslizaba sobre las hojas secas. Parecía comounacapa que se arrastrara por el suelo. Hagrid miraba hacia el sendero oscuro pero,despuésdeunospocossegundos,elsonidosealejó.
—Losabía—murmuró—.Aquíhayalguienquenodeberíaestar.—¿Unhombrelobo?—sugirióHarry.—Esonoeraunhombrelobo,nitampocoununicornio—dijoHagridcongesto
sombrío—.Bien,seguidme,perotenedcuidado.Anduvieronmáslentamente,atentosacualquierruido.Depronto,enunclaroun
pocomásadelante,algosemovióvisiblemente.—¿Quiénestáahí?—gritóHagrid—.¡Déjesever…estoyarmado!Yaparecióenelclaro…¿eraunhombreouncaballo?Delacinturaparaarriba,
unhombre,conpeloybarbarojizos,peropordebajo,elcuerpodepelajezainodeuncaballo,conunacolalargayrojiza.HarryyHermionesequedaronboquiabiertos.
—Oh,erestú,Ronan—dijoaliviadoHagrid—.¿Cómoestás?Seacercóyestrechólamanodelcentauro.—Que tengas buenas noches, Hagrid—dijo Ronan. Tenía una voz profunda y
acongojada—.¿Ibasadispararme?—Nunca seesdemasiadocuidadoso—dijoHagrid, tocando suballesta—.Hay
alguien muy malvado, perdido en este bosque. Ah, éste es Harry Potter y ella esHermioneGranger.Ambossonalumnosdelcolegio.YélesRonan.Esuncentauro.
—Noshemosdadocuenta—dijodébilmenteHermione.—Buenasnoches—lossaludóRonan—.¿Estudiantes,no?¿Yaprendéismucho
enelcolegio?—Eh…—Unpoquito—dijocontimidezHermione.—Un poquito. Bueno, eso es algo.—Ronan suspiró. Torció la cabeza y miró
haciaelcielo—.Estanoche,Marteestábrillante.—Ajá—dijoHagrid, lanzándole unamirada—.Escucha,me alegro de haberte
encontrado,Ronan,porquehayununicornioherido.¿Hasvistoalgo?Ronannorespondiódeinmediato.Sequedóconlamiradaclavadaenelcielo,sin
pestañear,ysuspiróotravez.
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—Siemprelosinocentessonlasprimerasvíctimas—dijo—.Hasidoasídurantelossiglospasadosyloesahora.
—Sí—dijoHagrid—.Pero¿hasvistoalgo,Ronan?¿Algodesacostumbrado?—Martebrillamuchoestanoche—repitióRonan,mientrasHagridlomirabacon
impaciencia—.Estáinusualmentebrillante.—Sí, claro, pero yo me refería a algo inusual que esté un pocomás cerca de
nosotros—dijoHagrid—.Entonces¿nohasvistonadaextraño?Otravez,Ronansetomósutiempoparacontestar.Hastaque,finalmente,dijo:—Elbosqueescondemuchossecretos.Un movimiento en los árboles detrás de Ronan hizo que Hagrid levantara de
nuevosuballesta,peroerasólounsegundocentauro,decabelloycuerponegroyconaspectomássalvajequeRonan.
—Hola,Bane—saludóHagrid—.¿Quétal?—Buenasnoches,Hagrid,esperoqueestésbien.—Sí, gracias.Mira, le estaba preguntando aRonan si había visto algo extraño
últimamente.Hanheridoaununicornio.¿Sabesalgosobreeso?BaneseacercóaRonan.Miróhaciaelcielo.—EstanocheMartebrillamucho—dijosimplemente.—Esodicen—dijoHagriddemalhumor—.Bueno,sialgunovealgo,meavisáis,
¿deacuerdo?Bueno,nosotrosnosvamos.Harry y Hermione lo siguieron, saliendo del claro y mirando por encima del
hombroaRonanyBane,hastaquelosárboleslostaparon.—Nunca—dijo irritadoHagrid—tratéisdeobtenerunarespuestadirectadeun
centauro.Sonunosmalditosastrólogos.Noseinteresanpornadamáscercanoquelaluna.
—¿Yhaymuchosdeellosaquí?—preguntóHermione.—Oh,unospocosmás…Semantienenapartadoslamayorpartedeltiempo,pero
siempre aparecen si quiero hablar con ellos. Los centauros tienen una menteprofunda…sabencosas…peronodicenmucho.
—¿Creesqueerauncentauroelqueoímosantes?—dijoHarry.—¿Tepareció que era ruidode cascos?No, enmi opinión, eso era lo que está
matandoalosunicornios…Nuncaheoídoalgoasí.Pasaron a través de los árboles oscuros y tupidos. Harry seguía mirando por
encimadesuhombro,connerviosismo.Tenía ladesagradablesensacióndeque losvigilaban. Estaba muy contento de que Hagrid y su ballesta fueran con ellos.AcababandepasarunacurvaenelsenderocuandoHermioneseaferróalbrazodeHagrid.
—¡Hagrid!¡Mira!¡Chispasrojas,losotrostienenproblemas!—¡Vosotros esperad aquí!—gritóHagrid—. ¡Quedaos en el sendero, volveré a
buscaros!
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Lo oyeron alejarse y se miraron uno al otro, muy asustados, hasta que ya nooyeronmásquelashojasquesemovíanalrededor.
—¿Creesqueleshabrápasadoalgo?—susurróHermione.—No me importará si le ha pasado algo a Malfoy, pero si le sucede algo a
Neville…estáaquípornuestraculpa.Losminutospasabanlentamente.Lesparecíaquesusoídoseranmásagudosque
nunca.Harrydetectabacadaráfagadeviento,cadaramitaqueserompía.¿Quéestabasucediendo?¿Dóndeestabanlosotros?
Porfin,unruidodepisadascrujienteslesanuncióelregresodeHagrid.Malfoy,Neville yFang estaban con él. Hagrid estaba furioso.Malfoy se había escondidodetrásdeNevilley,enbroma,lohabíacogido.Nevilleseaterróyenviólaschispas.
—Vamosanecesitarmuchasuerteparaencontraralgo,despuésdelalborotoquehabéis hecho. Bueno, ahora voy a cambiar los grupos… Neville, tú te quedasconmigoyHermione.Harry,túvasconFangyesteidiota.Losiento—añadióenunsusurrodirigiéndoseaHarry—peroaéllevaacostarmuchoasustarteytenemosqueterminarconesto.
Así que Harry se internó en el corazón del bosque, con Malfoy y Fang.Anduvieron cerca demedia hora, internándose cada vezmás profundamente, hastaque el sendero se volvió casi imposible de seguir, porque los árboles eran muygruesos.Harrypensóque lasangre tambiénparecíamásespesa.Habíamanchasenlasraícesdelosárboles,comosilapobrecriaturasehubieraarrastradoensudolor.Harrypudoverunclaro,másadelante,atravésdelasenmarañadasramasdeunviejoroble.
—Mira…—murmuró,levantandounbrazoparadeteneraMalfoy.Algodeunblancobrillanterelucíaenlatierra.Seacercaronmás.Sí,eraelunicornioyestabamuerto.Harrynuncahabíavistonadatanhermosoy
tan triste. Sus largas patas delgadas estaban dobladas en ángulos extraños por sucaídaysumelenacolorblancoperlasedesparramabasobrelashojasoscuras.
Harryhabíadadounpasohacia el unicornio, cuandoun sonidode algoque sedeslizabalohizocongelarseendondeestaba.Unarbustoqueestabaenelbordedelclaro se agitó…Entonces, de entre las sombras, una figura encapuchada se acercógateando, como una bestia al acecho. Harry, Malfoy y Fang permanecieronparalizados.Lafiguraencapuchadallegóhastaelunicornio,bajólacabezasobrelaheridadelanimalycomenzóabebersusangre.
—¡AAAAAAAAAAAAAH!
Malfoy dejó escapar un terrible grito y huyó… lomismo queFang. La figuraencapuchadalevantólacabezaymiródirectamenteaHarry.Lasangredelunicorniolechorreabaporelpecho.Sepusodepieyseacercórápidamentehaciaél…Harryestabaparalizadodemiedo.
Entonces,undolorleperforólacabeza,algoquenuncahabíasentido,comosilacicatriz estuviera incendiándose. Casi sin poder ver, retrocedió. Oyó cascos
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galopandoasusespaldas,yalgosaltólimpiamenteyatacóalafigura.El dolor de cabeza era tan fuerte que Harry cayó de rodillas. Pasaron unos
minutosantesdequesecalmara.Cuandolevantólavista,lafigurasehabíaido.Uncentauro estaba ante él. No era ni Ronan ni Bane: éste parecía más joven, teníacabellorubiomuyclaro,cuerpopardoycolablanca.
—¿Estásbien?—dijoelcentauro,ayudándoloaponersedepie.—Sí…gracias…¿quéhasidoeso?Elcentauronocontestó.Teníaojosasombrosamenteazules,comopálidoszafiros.
ObservóaHarryconcuidado,fijandolamiradaenlacicatriz,queseveíaamoratadaenlafrentedeHarry.
—TúereselchicoPotter—dijo—.EsmejorqueregresesconHagrid.Elbosqueno es seguro en esta época… en especial para ti. ¿Puedes cabalgar?Así serámásrápido…MinombreesFirenze—añadió,mientrasbajabasuspatasdelanteras,paraqueHarrypudieramontarensulomo.
Delotroladodelclarollegóunsúbitoruidodecascosalgalope.RonanyBaneaparecieronvelozmenteentrelosárboles,resoplandoyconlosflancossudados.
—¡Firenze!—rugióBane—.¿Quéestáshaciendo? ¡Tienesunhumanosobreellomo!¿Notedavergüenza?¿Esqueeresunavulgarmula?
—¿Tedascuentadequiénes?—dijoFirenze—.EselchicoPotter.Mientrasmásrápidosevayadelbosque,mejor.
—¿Quélehasestadodiciendo?—gruñóBane—.Recuerda,Firenze,juramosnooponernos a los cielos. ¿No has leído en el movimiento de los planetas lo quesucederá?
Ronandiounapatadaenelsueloconnerviosismo.—EstoysegurodequeFirenzepensóqueestabaobrandolomejorposible—dijo,
convozsombría.TambiénBanediounapatada,enfadado.—¡Lo mejor posible! ¿Qué tiene eso que ver con nosotros? ¡Los centauros
debemosocuparnosdeloqueestávaticinado!¡Noesasuntonuestroelandarcomoburrosbuscandohumanosextraviadosennuestrobosque!
Depronto,FirenzelevantólaspatasconfuriayHarrytuvoqueaferrarseparanocaer.
—¿Nohasvistoeseunicornio?—preguntóFirenzeaBane—.¿Nocomprendespor qué lo mataron? ¿O los planetas no te han dejado saber ese secreto? Yo melanzarécontraelqueestáalacechoenestebosque,conhumanossobremi lomositengoquehacerlo.
YFirenzepartiórápidamente,conHarrysujetándoselomejorquepodía,ydejóatrásaRonanyBane,queseinternaronentrelosárboles.
Harrynoentendíalosucedido.—¿PorquéBaneestá tanenfadado?—preguntó—.Yapropósito,¿quéeraesa
cosadelaquemesalvaste?
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FirenzeredujoelpasoyprevinoaHarryquetuvieralacabezaagachada,acausade las ramas, pero no contestó. Siguieron andando entre los árboles y en silencio,durante tanto tiempo que Harry creyó que Firenze no volvería a hablarle. Sinembargo,cuandollegaronaunlugarparticularmentetupido,Firenzesedetuvo.
—HarryPotter,¿sabesparaquéseutilizalasangredeunicornio?—No—dijoHarry,asombradoporlaextrañapregunta—.EnlaclasedePociones
solamenteutilizamosloscuernosyelpelodelacoladeunicornio.—Esoesporquematarununicornioesalgomonstruoso—dijoFirenze—.Sólo
alguien que no tenga nada que perder y todo para ganar puede cometer semejantecrimen.Lasangredeunicorniotemantieneconvida,inclusosiestásalbordedelamuerte,peroaunprecioterrible.Siunomataalgopuroeindefensoparasalvarseasímismo,conseguirámediavida,unavidamaldita,desdeelmomentoenquelasangretoquesuslabios.
Harryclavólamiradaen lanucadeFirenze,queparecíadeplataa la luzde laluna.
—Pero¿quiénestaríatandesesperado?—sepreguntóenvozalta—.Sitevanamaldecirparasiempre,lamuerteesmejor,¿no?
—Es así—dijo Firenze— amenos que lo único que necesites seamantenertevivoeltiemposuficienteparabeberalgomás,algoquetedevuelvatodatufuerzaypoder,algoquehagaquenuncamueras.¿HarryPotter,sabesquéestáescondidoenelcolegioenesteprecisomomento?
—¡La Piedra Filosofal! ¡Por supuesto… el Elixir de Vida! Pero no entiendoquién…
—¿Nopuedespensarennadiequehayaesperadomuchosañospara regresaralpoder,queestéaferradoalavida,esperandosuoportunidad?
FuecomosiunpuñodehierrocayerasúbitamentesobrelacabezadeHarry.Porencimadelruidodelfollaje,leparecióoírunavezmásloqueHagridlehabíadichola noche en que se conocieron: «Algunos dicen que murió. En mi opinión, sontonterías.Nocreoquelequedelosuficientedehumanocomoparamorir.»
—¿Quieresdecir—dijoconvozroncaHarry—queeraVol…?—¡Harry!Harry,¿estásbien?Hermionecorríahaciaellosporelsendero,conHagridresoplandodetrás.—Estoybien—dijoHarry,casisinsaberloquecontestaba—.Elunicornioestá
muerto,Hagrid,estáeneseclarodeatrás.—Aquíesdondetedejo—murmuróFirenze,mientrasHagridcorríaaexaminar
alunicornio—.Yaestásasalvo.Harrysedeslizódesulomo.—Buenasuerte,HarryPotter—dijoFirenze—.Losplanetasyasehanleídoantes
equivocadamente,hastaporcentauros.Esperoqueéstaseaunadeesasveces.Se volvió y se internó en lo más profundo del bosque, dejando a Harry
temblando.
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Ron sehabía quedadodormido en la oscuridadde la sala común, esperando a quevolvieran. CuandoHarry lo sacudió para despertarlo, gritó algo sobre una falta enquidditch.Sinembargo,enunossegundosestabaconlosojosmuyabiertos,mientrasHarrylescontaba,aélyaHermione,loquehabíasucedidoenelbosque.
Harrynopodíasentarse.Sepaseabadeunladoalotro,antelachimenea.Todavíatemblaba.
—Snape quiere la piedra para Voldemort… y Voldemort está esperando en elbosque…¡YtodoeltiempopensábamosqueSnapesóloqueríaserrico!
—¡Deja de decir el nombre!—dijo Ron, en un aterrorizado susurro, como sipensaraqueVoldemortpudieraoírlos.
Harrynoloescuchó.—Firenze me salvó, pero no debía haberlo hecho… Bane estaba furioso…
Hablabade interferir en loque losplanetasdicenque sucederá…DebendecirqueVoldemort ha vuelto… Bane piensa que Firenze debió dejar que Voldemort mematara.Supongoqueesotambiénestáescritoenlasestrellas.
—¿Quieresdejarderepetirelnombre?—dijoRon.—AsíqueloúnicoquetengoquehaceresesperarqueSnaperobelaPiedra—
continuó febrilmente Harry—. Entonces Voldemort podrá venir y terminarconmigo…Bueno,supongoqueBaneestarácontento.
Hermioneparecíamuyasustada,perotuvounapalabradeconsuelo.—Harry,todosdicenqueDumbledoreeselúnicoalqueQuien-tú-sabessiempre
hatemido.ConDumbledoreporaquí,Quien-tú-sabesnotetocará.Detodosmodos,¿quiénpuededecirque loscentauros tienen razón?Amímeparecenadivinosy laprofesoraMcGonagalldicequeésaesunaramadelamagiamuyinexacta.
El cielo ya estaba claro cuando terminaron de hablar. Se fueron a la camaagotados, con las gargantas secas. Pero las sorpresas de aquella noche no habíanterminado.
CuandoHarryabriólacamaencontrósucapainvisible,cuidadosamentedoblada.Teníasujetaunanota:
Porlasdudas.
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E
Capítulo16
Atravésdelatrampilla
Nañosvenideros,Harrynuncapudorecordarcómoselashabíaarregladoparahacer sus exámenes, cuando una parte de él esperaba queVoldemort entrara
porlapuertaencualquiermomento.Sinembargo,losdíaspasabanynohabíadudasdequeFluffyseguíabienyconvida,detrásdelapuertacerrada.
Hacía mucho calor, en especial en el aula grande donde se examinaban porescrito.Leshabíanentregadoplumasnuevas,especiales,quehabíansidohechizadasconunencantamientoantitrampa.
Tambiénteníanexámenesprácticos.ElprofesorFlitwicklosllamóunoaunoalaula,paraversipodíanhacerqueunapiñabailaraclaquéencimadelescritorio.LaprofesoraMcGonagalllosobservómientrasconvertíanunratónenunacajaderapé.Ganabanpuntos lascajasmásbonitas,pero losperdíansi teníanbigotes.Snape lospuso nerviosos a todos, respirando sobre sus nucas mientras trataban de recordarcómohacerunapociónparaolvidar.
Harry lo hizo todo lo mejor que pudo, tratando de hacer caso omiso de laspunzadasquesentíaenlafrente,undolorquelemolestabadesdelanochequehabíaestado en el bosque.Neville pensabaqueHarry eraun casogravedenerviosismo,porquenopodíadormirpor lasnoches.PerolaverdaderaqueHarrysedespertabapor culpa de su vieja pesadilla, que se había vuelto peor, porque la figuraencapuchadaaparecíachorreandosangre.
TalvezporqueellosnohabíanvistoloqueHarryvioenelbosque,oporquenoteníancicatricesardientesenlafrente,RonyHermionenoparecíantanpreocupadosporlaPiedracomoHarry.LaideadeVoldemortlosatemorizaba,desdeluego,perono los visitaba en sueños y estaban tan ocupados repasando que no les quedabatiempoparainquietarseporloqueSnapeoalgúnotroestuvierantramando.
El último examen era Historia de laMagia. Una hora respondiendo preguntassobre viejos magos chiflados que habían inventado calderos que revolvían su
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contenido, y estarían libres, libres durante toda unamaravillosa semana, hasta querecibieranlosresultadosdelosexámenes.CuandoelfantasmadelprofesorBinnslesdijo que dejaran sus plumas y enrollaran sus pergaminos, Harry no pudo dejar dealegrarseconelresto.
—Esto ha sidomuchomás fácil de lo que pensé—dijo Hermione, cuando sereunieron con los demás en el parque soleado—.Nonecesitaba haber estudiado elCódigodeConductadelosHombresLobode1637oellevantamientodeElfricoelVehemente.
AHermionesiemprelegustabavolverarepetirlosexámenes,peroRondijoqueibaaponersemalo,asíquesefueronhaciael lagoysedejaroncaerbajounárbol.Los gemelos Weasley y Lee Jordan se dedicaban a pinchar los tentáculos de uncalamargigantequetomabaelsolenlaorilla.
—Basta de repasos—suspiró aliviadoRon, estirándose en la hierba—. Puedesalegrarteunpoco,Harry,aúnfaltaunasemanaparaquesepamoslomalquenosfue,nohacefaltapreocuparseahora.
Harrysefrotabalafrente.—¡Megustaríasaberquésignificaesto!—estallóenfadado—.Micicatrizsigue
doliéndome.Mehasucedidoantes,peronuncatantotiemposeguidocomoahora.—VeaveralaseñoraPomfrey—sugirióHermione.—No estoy enfermo—dijo Harry—. Creo que es un aviso… significa que se
acercaelpeligro…Ronnopodíaagitarse,hacíademasiadocalor.—Harry, relájate, Hermione tiene razón, la Piedra está segura mientras
Dumbledoreestéaquí.Detodosmodos,nuncahemos tenidopruebasdequeSnapeencontrara la forma de burlar aFluffy. Casi le arrancó la pierna una vez, no va aintentarlodenuevo.YNevillejugaráalquidditchenelequipodeInglaterraantesdequeHagridtraicioneaDumbledore.
Harryasintió,peronopudoevitarlafurtivasensacióndequesehabíaolvidadodehaceralgo,algoimportante.Cuandotratódeexplicarlo,Hermionedijo:
—Esosonlosexámenes.Yomedespertéanocheyestuveapuntodemirarmisapuntes de Transformación, cuando me acordé de que ya habíamos hecho eseexamen.
PeroHarryestabasegurodequeaquellasensacióninquietantenadateníaqueverconlosexámenes.Viounalechuzaquevolabahaciaelcolegio,porelbrillantecieloazul,conunanotaenelpico.Hagrideraelúnicoquelehabíaenviadocartas.Hagridnunca traicionaría a Dumbledore. Hagrid nunca le diría a nadie cómo pasar anteFluffy…nunca…Pero…
Harry,súbitamente,sepusodepiedeunsalto.—¿Adóndevas?—preguntóRonconairesoñoliento.—Acabodepensarenalgo—dijoHarry.Sehabíapuestopálido—.Tenemosque
iraveraHagridahora.
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—¿Porqué?—suspiróHermione,levantándose.—¿Noospareceunpoco raro—dijoHarry, subiendopor la colina cubiertade
hierba—queloquemásdesearaHagridfueraundragón,yquedeprontoaparezcaundesconocidoquecasualmentetieneunhuevoenelbolsillo?¿Cuántagenteandaporahí con huevos de dragón, que están prohibidos por las leyes de losmagos? QuésuertetuvoalencontraraHagrid,¿verdad?¿Porquénosemeocurrióantes?
—¿En qué estás pensando?—preguntó Ron, peroHarry echó a correr por losterrenosqueibanhaciaelbosque,sincontestarle.
Hagrid estaba sentado en un sillón, fuera de la casa, con los pantalones y lasmangasdelacamisaarremangados,ydesgranabaguisantesenungranrecipiente.
—Hola —dijo sonriente—. ¿Habéis terminado los exámenes? ¿Tenéis tiempoparabeberalgo?
—Sí,porfavor—dijoRon,peroHarrylointerrumpió.—No,tenemosprisa,Hagrid,perotengoquepreguntartealgo¿Teacuerdasdela
nocheenqueganasteaNorberto?¿Cómoeraeldesconocidoconelquejugastealascartas?
—Nolosé—dijoHagridsindarleimportancia—.Nosequitólacapa.Vioquelostreschicoslomirabanasombradosylevantólascejas.—Noes tan inusual,haymuchagente raraenelCabezadePuerco,unode los
baresdelaaldea.Podríaseruntraficantededragones,¿no?Nolleguéaverlelacaraporquenosequitólacapucha.
Harrysedejócaercercadelrecipientedelosguisantes.—¿Dequéhablasteconél,Hagrid?¿MencionasteHogwarts?—Puedeser—dijoHagrid,conrostroceñudo, tratandoderecordar—.Sí…Me
preguntóquéhacíayledijequeeraguardabosquesaquí…Mepreguntódequétipode animalesme ocupaba… se lo expliqué…y le conté que siempre había queridotenerundragón…y luego…nopuedorecordarlobien,porqueme invitóamuchascopas.Déjamever…ahsí,medijoqueteníaelhuevodedragónyquepodíajugarloalascartassiyoquería…peroqueteníaqueestarsegurodequeibaapoderconél,no quería dejarlo en cualquier lado… Así que le dije que, después de Fluffy, undragóneraalgofácil.
—¿Yél…parecióinteresadoenFluffy?—preguntóHarry,tratandodeconservarlacalma.
—Bueno…sí…esnormal.¿Cuántosperroscontrescabezashasvisto?EntoncesledijequeFluffyerabuenísimosiunosabíacalmarlo:tocandomúsicasedormíaenseguida…
DeprontoHagridparecióhorrorizado.—¡Nodebídecireso!—estalló—.¡Olvidadquelodije!Eh…¿adóndevais?Harry,RonyHermionenosehablaronhasta llegaralvestíbulodeentrada,que
parecíafríoysombrío,despuésdehaberestadoenelparque.
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—Tenemos que ir a ver a Dumbledore —dijo Harry—. Hagrid le dijo aldesconocidocómopasaranteFluffy,ysólopodíaserSnapeoVoldemort,debajodela capa… No fue difícil, después de emborrachar a Hagrid. Sólo espero queDumbledorenoscrea.Firenzenosrespaldará,siBanenolodetiene.¿DóndeestáeldespachodeDumbledore?
Miraronalrededor,comosiesperaranquealgunaseñalseloindicara.NuncaleshabíandichodóndevivíaDumbledore,niconocíananadieaquienhubieranenviadoaverlo.
—Tendremosque…—empezóadecirHarry,perosúbitamenteunavozcruzóelvestíbulo.
—¿Quéestáishaciendolostresaquídentro?EralaprofesoraMcGonagall,quellevabamuchoslibros.—QueremosveralprofesorDumbledore—dijoHermioneconvalentía,segúnles
parecióaRonyHarry.—¿VeralprofesorDumbledore?—repitiólaprofesora,comosipensaraqueera
algoinverosímil—.¿Porqué?Harrytragó:«¿Yahoraqué?»—Esalgo secreto—dijo,perode inmediatodeseónohaberlohecho,porque la
profesoraMcGonagallseenfadó.—El profesor Dumbledore se fue hace diez minutos —dijo con frialdad—.
RecibióunalechuzaurgentedelministrodeMagiaysalióvolandoparaLondresdeinmediato.
—¿Sefue?—preguntóHarryconairedesesperado—.¿Ahora?—El profesor Dumbledore es un gran mago, Potter, y tiene muchos
compromisos…—Peroestoesimportante.—¿Algo que tú tienes que decir es más importante que el ministro deMagia,
Potter?—Mire—dijoHarry,dejandodeladotodaprecaución—,profesora,setratadela
PiedraFilosofal…Fue evidente que la profesoraMcGonagall no esperaba aquello.Los libros que
llevabasedeslizaronalsueloynosemolestóenrecogerlos.—¿Cómoesquesabes…?—farfulló.—Profesora, creo…sé…queSna…que alguienva a tratar de robar laPiedra.
TengoquehablarconelprofesorDumbledore.Laprofesoralomiróentreimpresionadaysuspicaz.—El profesorDumbledore regresarámañana—dijo finalmente—.No sé cómo
habéisdescubiertolodelaPiedra,peroquedaostranquilos.Nadiepuederobarla,estádemasiadobienprotegida.
—Peroprofesora…
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—Harry,sédeloqueestoyhablando—dijoentonocortante.Seinclinóyrecogiósuslibros—.Ossugieroquesalgáisydisfrutéisdelsol.
Peronolohicieron.—Seráestanoche—dijoHarry,unavezque seasegurarondeque laprofesora
McGonagall no podía oírlos—. Snape pasará por la trampilla esta noche. Ya hadescubiertotodoloquenecesitabasaberyahorahaconseguidoquitardeenmedioaDumbledore.Élenvióesanota,seguroqueelministrodeMagiatendráunaverdaderasorpresacuandoaparezcaDumbledore.
—Pero¿quépodemos…?Hermionetosió.HarryyRonsevolvieron.Snapeestabaallí.—Buenastardes—dijoamablemente.Lomiraronsindecirnada.—Nodeberíaisestardentroenundíaasí—dijoconunararasonrisatorcida.—Nosotros…—comenzóHarry,sinideadeloquediría.—Debéis ser más cuidadosos —dijo Snape—. Si os ven andando por aquí,
puedenpensarquevaisahaceralgunacosamala.YGryffindornopuedeperdermáspuntos,¿noescierto?
Harryseruborizó.Sedieronmediavueltaparairse,peroSnapelosllamó.—Ten cuidado, Potter, otra noche de vagabundeos y yo personalmente me
encargarédequeteexpulsen.Quepasesunbuendía.Sealejóendirecciónalasaladeprofesores.Unavezfuera,enlaescaleradepiedra,Harrysevolvióhaciasusamigos.—Bueno, esto es lo que tenemos que hacer —susurró con prisa—. Uno de
nosotrostienequevigilaraSnape,esperarfueradelasaladeprofesoresyseguirlosisale.Hermione,mejorqueesolohagastú.
—¿Porquéyo?—Es obvio —intervino Ron—. Puedes fingir que estás esperando al profesor
Flitwick,yasabescómo—laimitóconvozaguda—:«Oh,profesorFlitwick,estoytanpreocupada,creoquetengomallapreguntacatorceb…»
—Oh,cállate—dijoHermione,peroestuvodeacuerdoeniravigilaraSnape.—Y nosotros iremos a vigilar el pasillo del tercer piso—dijoHarry a Ron—.
Vamos.Peroaquellapartedelplannofuncionó.Tanprontocomollegaronalapuertaque
separabaaFluffy del restodel colegio, laprofesoraMcGonagall aparecióotravez,salvoqueyahabíaperdidolapaciencia.
—Supongo que creeréis que sois los mejores para vencer todos losencantamientos—dijoconrabia—.¡Yasonsuficientestonterías!Simeenterodequehabéis vuelto por aquí, os quitaré otros cincuenta puntos para Gryffindor. ¡Sí,Weasley,demipropiacasa!
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HarryyRon regresarona la sala común. JustocuandoHarryacababadedecir:«AlmenosHermioneestádetrásdeSnape»,elretratodelaDamaGordaseabrióyapareciólamuchacha.
—¡Lo siento, Harry!—se quejó—. Snape apareció y me preguntó qué estabahaciendo,asíqueledijequeesperabaalprofesorFlitwick.Snapefueabuscarlo,yotuvequeirmeynoséadóndehabráidoSnape.
—Bueno,noquedaotroremedio,¿verdad?Losotrosdoslomiraronasombrados.Estabapálidoylosojoslebrillaban.—IréestanocheytratarédellegarantesyconseguirlaPiedra.—¡Estásloco!—dijoRon.—¡Nopuedes!—dijoHermione—.¿DespuésdetodoloquehandichoSnapey
McGonagall?¡Tevanaexpulsar!—¿Yqué?—gritóHarry—.¿Nocomprendéis?¡SiSnapeconsiguelaPiedra,es
la vuelta deVoldemort! ¿Nohabéis oído cómoeran las cosas cuando él tratabadeapoderarse de todo? ¡Ya no habrá ningún colegio para que nos expulsen! ¡LodestruiráoloconvertiráenuncolegioparalasArtesOscuras!¿Noosdaiscuentadeque perder puntos ya no importa? ¿Creéis que él dejará que vosotros y vuestrasfamilias estéis tranquilos, siGryffindor gana laCopa de lasCasas? Sime atrapanantesdequeconsigalaPiedra,bueno,tendréquevolverconlosDursleyyesperaraqueVoldemortme encuentre allí. Será sólomorir un poquitomás tarde de lo quedeberíahabermuerto,porquenuncamepasaréalladotenebroso.Voyaentrarporesatrampilla, esta noche, y nada de lo que digáisme detendrá.Voldemortmató amispadres,¿lorecordáis?
Losmiróconfuria.—Tienesrazón,Harry—dijoHermione,casisinvoz.—Voy a llevar la capa invisible —dijo Harry—. Es una suerte haberla
recuperado.—Pero¿noscubriráalostres?—preguntóRon.—¿A…nosotrostres?—Oh,vamos,¿nopensarásquetevamosadejarirsolo?—Por supuestoqueno—dijoHermione convoz enérgica—. ¿Cómocreesque
vasaconseguirlaPiedrasinnosotros?Serámejorquevayaabuscarenmislibros,tienequehaberalgoquenossirva…
—Perosinosatrapan,tambiénosexpulsaránavosotros.—No,siyopuedoevitarlo—dijoHermioneconseveridad—.Flitwickmedijoen
secreto que en su examen tengo ciento doce sobre cien. No me van a expulsardespuésdeeso.
Traslacena,lostressesentaronenlasalacomún,lejosdetodos.Nadielosmolestó:después de todo, ninguno de los deGryffindor hablaba conHarry, pero ésa fue la
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primera noche que no le importó. Hermione revisaba sus apuntes, confiando enencontrar algunos de los encantamientos que deberían conjurar. Harry y Ron nohablabanmucho.Ambospensabanenloqueharían.
Pocoapoco,lasalasefuevaciandoytodossefueronaacostar.—Serámejorquevayasabuscar lacapa—murmuróRon,mientrasLeeJordan
finalmenteseiba,bostezandoydesperezándose.Harrycorrióporlasescalerashastasu dormitorio oscuro. Sacó la capa y entonces su mirada se fijó en la flauta queHagridlehabíaregaladoparaNavidad.LaguardóparautilizarlaconFluffy:noteníamuchasganasdecantar…
Regresóalasalacomún.—Esmejorquenospongamoslacapaaquíynosaseguremosdequenoscubraa
lostres…siFilchdescubreaunodenuestrospiesandandosoloporahí…—¿Quévaisahacer?—dijounavozdesdeunrincón.Nevilleapareciódetrásde
unsillón,aferradoalsapoTrevor,queparecíahaberintentadootroviajealalibertad.—Nada,Neville,nada—dijoHarry,escondiendolacapadetrásdelaespalda.Nevilleobservósuscarasdeculpabilidad.—Vaisasalirdenuevo—dijo.—No,no,no—aseguróHermione—.No,noharemosnada.¿Porquénotevasa
lacama,Neville?Harrymiróalrelojdepiequehabíaalladodelapuerta.Nopodíanperdermás
tiempo,SnapeyadebíadeestarhaciendodormiraFluffy.—Nopodéis iros—insistióNeville—.Osvolveránaatrapar.Gryffindor tendrá
másproblemas.—Túnoloentiendes—dijoHarry—.Estoesimportante.PeroeraevidentequeNevilleharíaalgodesesperado.—Nodejaréquelohagáis—dijo,corriendoaponersefrentealagujerodelretrato
—.¡Voy…voyapelearconvosotros!—¡Neville!—estallóRon—.¡Apártatedeeseagujeroynoseasidiota!—¡Nomellamesidiota!—dijoNeville—.¡Nomeparecebienquesigáisfaltando
alasreglas!¡Ytúfuisteelquemedijoquehicierafrentealagente!—Sí, pero no a nosotros—dijo irritado Ron—.Neville, no sabes lo que estás
haciendo.DiounpasohaciaNevilleyelchicodejócaeralsapoTrevor,quedesaparecióde
lavista.—¡Ven entonces, intenta pegarme! —dijo Neville, levantando los puños—.
¡Estoylisto!HarrysevolvióhaciaHermione.—Hazalgo—dijodesesperado.Hermionediounpasoadelante.—Neville—dijo—,deverdad,sientomucho,mucho,esto.Levantólavarita.
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—¡Petrificustotalus!—gritó,señalandoaNeville.LosbrazosdeNeville sepegarona sucuerpo.Suspiernasse juntaron.Todoel
cuerposelepusorígido,sebalanceóyluegocayóbocabajo,rígidocomountronco.Hermionecorrióadarle lavuelta.Neville tenía lamandíbula rígidaynopodía
hablar.Sólosusojossemovían,mirándoloshorrorizado.—¿Quélehashecho?—susurróHarry.—Es la Inmovilización Total —dijo Hermione angustiada—. Oh, Neville, lo
sientotanto…—Lo comprenderás después, Neville —dijo Ron, mientras se alejaban para
cubrirseconlacapainvisible.Pero dejar aNeville inmóvil en el suelo no parecía un buen augurio.En aquel
estadodenervios,cadasombradeunaestatualesparecíaqueeraFilch,ycadasilbidolejanodelvientolesparecíaPeevesquelosperseguía.
Alpiedelaprimeraescalera,divisaronalaSeñoraNorris.—Oh, vamos a darle una patada, sólo una vez—murmuró Ron en el oído de
Harry,quenegóconlacabeza.Mientraspasabanconcuidadoalladodelagata,éstavolviólacabezaconsusojoscomolinternas,peronolosvio.
Noseencontraronconnadiemás,hastaquellegaronalaescaleraqueibaaltercerpiso. Peeves estaba flotando amitad de camino, aflojando la alfombra para que lagentetropezara.
—¿Quiénandaporahí?—dijosúbitamente,mientrassubíanhaciaél.Entornósusmalignos ojos negros—. Sé que estáis aquí, aunque no pueda veros. ¿Aparecidos,fantasmasoestudiantillosdetestables?
Seelevóenelaireyflotó,mirándolosdesoslayo.—LlamaréaFilch,debohacerlo,sialgoandaporahíyesinvisible.Harrytuvosúbitamenteunaidea.—Peeves—dijoenun roncosusurro—,elBarónSanguinario tienesuspropias
razonesparaserinvisible.Peevescasisecayódelairedelaimpresión.Sesostuvoatiempoyquedóaunos
centímetrosdelaescalera.—Lo siento mucho, sanguinaria señoría—dijo en tonomeloso—. Fue por mi
culpa,hasidounaequivocación…nolovi…porsupuestoqueno,ustedesinvisible,perdonealviejoPeevesporsubroma,señor.
—Tengoasuntosaquí,Peeves—gruñóHarry—.Mantentelejosdeestelugarestanoche.
—Loharé,señoría,desdeluegoqueloharé—dijoPeeves,elevándoseotravezenel aire—.Esperoque los asuntosdel señorbarón salgan apedir deboca, yono lomolestaré.
Ydesapareció.—¡Genial,Harry!—susurróRon.
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Unos pocos segundos más tarde estaban allí, en el pasillo del tercer piso. Lapuertayaestabaentreabierta.
—Bueno,yaloveis—dijoHarryconcalma—.SnapeyahapasadoanteFluffy.Ver lapuertaabierta leshizo tomarplenaconcienciadeaquelloa loque tenían
queenfrentarse.Pordebajodelacapa,Harrysevolvióhacialosotrosdos.—Siqueréisregresar,noosloreprocharé—dijo—.Podéisllevaroslacapa,nola
voyanecesitar.—Noseasestúpido—dijoRon.—Vamoscontigo—dijoHermione.Harryempujólapuerta.Cuando la puerta crujió, oyeron unos gruñidos. Los tres hocicos del perro
olfateabanendirecciónaellos,aunquenopodíaverlos.—¿Quétieneenlospies?—susurróHermione.—Pareceunarpa—dijoRon—.Snapedebedehaberladejadoahí.—Debe despertarse en el momento en que se deja de tocar —dijo Harry—.
Bueno,empecemos…SellevóaloslabioslaflautadeHagridysopló.Noeraexactamenteunamelodía,
perodesdelaprimeranotalosojosdelabestiacomenzaronacerrarse.Harrycasinirespiraba. Poco a poco, los gruñidos se fueron apagando, se balanceó, cayó derodillasyluegosederrumbóenelsuelo,profundamentedormido.
—Siguetocando—advirtióRonaHarry,mientrassalíadelacapaysearrastrabahastalatrampilla.Podíasentirlarespiracióncalienteyolorosadelperro,mientrasseaproximabaalasgigantescascabezas.
—Creoquepodemosabrirlatrampilla—dijoRon,espiandoporencimadellomodelperro—.¿Quieresirdelante,Hermione?
—¡No,noquiero!—Muybien.—Ronapretólosdientesyanduvoconcuidadosobrelaspatasdel
perro.Seinclinóytiródelaargolladelatrampilla,queselevantóyabrió.—¿Quépuedesver?—preguntóHermioneconansiedad.—Nada…sólooscuridad…nohayformadebajar,hayquedejarsecaer.Harry,queseguíatocandolaflauta,hizoungestoparallamarlaatencióndeRon
yseseñalóasímismo.—¿Quieresirprimero?¿Estásseguro?—dijoRon—.Nosécómoesdeprofundo
eselugar.DalelaflautaaHermione,paraquepuedaseguirhaciéndolodormir.Harry le entregó la flauta y, en esos segundos de silencio, el perro gruñó y se
estiró,peroencuantoHermionecomenzóatocarvolvióasusueñoprofundo.Harryseacercóymiróhaciaabajo.Noseveíaelfondo.Sedescolgóporlaaberturayquedósuspendidodelosdedos.MiróaRonydijo:—Sialgomesucede,nosigáis.IddirectamentealalechuceríayenviadaHedwig
aDumbledore.¿Deacuerdo?—Deacuerdo—respondióRon.
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—Nosveremosenunminuto,espero…YHarrysedejócaer.Frío,airehúmedomientrascaía,caía,caíay…¡PAF!Aterrizóenalgomullido,conunruidosuaveyextraño.Seincorporóymiró
alrededor, con ojos desacostumbrados a la penumbra. Parecía que estaba sentadosobreunaespeciedeplanta.
—¡Todo bien!—gritó al cuadradito de luz del tamaño de un sello, que era laaberturadelatrampilla—.¡Fueunaterrizajesuave,puedessaltar!
Ronlosiguiódeinmediato.AterrizóalladodeHarry.—¿Quéesestacosa?—fueronsusprimeraspalabras.—No sé, alguna clase de planta. Supongo que está aquí para detener la caída.
¡Vamos,Hermione!Lamúsica lejana se detuvo. Se oyó un fuerte ladrido, peroHermione ya había
saltado.CayóalotroladodeHarry.—Debemosdeestarakilómetrosdebajodelcolegio—dijolaniña.—Mealegrodequeestaplantaestéaquí—dijoRon.—¿Tealegras?—gritóHermione—.¡Miraos!Hermionesaltóychocócontraunaparedhúmeda.Tuvoquelucharporque,enel
momento en que cayó, la planta comenzó a extenderse como una serpiente parasujetarle los tobillos.Harry yRon,mientras tanto, ya tenían las piernas totalmentecubiertas,sinquesehubierandadocuenta.
Hermione pudo liberarse antes de que la planta la atrapara.En aquelmomentomirabahorrorizada,mientras loschicos luchabanparaquitarse laplantadeencima,peromientrasmásluchaban,laplantalosenvolvíaconmásrapidez.
—¡Dejaddemoveros!—ordenóHermione—.Séloqueesesto.¡Esunlazodeldiablo!
—Oh,mealegromuchodesabercómosellama,esdegranayuda—gruñóRon,tratandodeevitarquelaplantatreparaporsucuello.
—¡Calla,estoytratandoderecordarcómomatarla!—dijoHermione.—¡Bueno, date prisa, no puedo respirar! —jadeó Harry, mientras la planta le
oprimíaelpecho.—Lazodeldiablo,lazodeldiablo…¿QuédijolaprofesoraSprout?…Legustala
oscuridadylahumedad…—¡Entoncesenciendeunfuego!—dijoHarry.—Sí…porsupuesto…¡peronotengomadera!—gimióHermione,retorciéndose
lasmanos.—¿TEHASVUELTOLOCA?—preguntóRon—.¿ERESUNABRUJAONO?—¡Oh,deacuerdo!—dijoHermione.Agitósuvarita,murmuróalgoyenvióala
plantaunasllamasazulescomolasquehabíautilizadoconSnape.Ensegundos,losdosmuchachossintieronqueseaflojabanlasligaduras,mientraslaplantaseretirabaacausadelaluzyelcalor.Retorciéndoseyalejándose,sedesprendiódesuscuerposypudieronmoverse.
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—Mealegro de que hayas aprendido bienHerbología,Hermione—dijoHarry,mientrasseacercabaalapared,secándoseelsudordelacara.
—Sí—dijoRon—,yyomealegrodequeHarrynopierdalacabezaenlascrisis.Porqueesode«notengomadera»…francamente…
—Por aquí —dijo Harry, señalando un pasadizo de piedra que era el únicocamino.
Lo único que podían oír, además de sus pasos, era el goteo del agua en lasparedes. El pasadizo bajaba oblicuamente yHarry se acordó deGringotts.Con undesagradable sobresalto, recordó a los dragones que decían que custodiaban lascámaras, en el banco de los magos. Si encontraban un dragón, un dragón másgrande…ConNorbertoyahabíantenidosuficiente…
—¿Oyesalgo?—susurróRon.Harryescuchó.Unlevetintineoyuncrujido,queparecíanprocederdedelante.—¿Creesqueseráunfantasma?—Nolosé…amímeparecenalas.Llegaron hasta el final del pasillo y vieron ante ellos una habitación
brillantemente iluminada, con el techo curvándose sobre ellos. Estaba llena depajaritosbrillantesquevolabanportodalahabitación.Enelladoopuesto,habíaunapesadapuertademadera.
—¿Creesquenosatacaránsicruzamoslahabitación?—preguntóRon.—Esprobable—contestóHarry—.Noparecenmuymalos,perosupongoquesi
setirantodosjuntos…Bueno,nohaynadaquehacer…voyacorrer.Respiró profundamente, se cubrió la cara con los brazos y cruzó corriendo la
habitación. Esperaba sentir picos agudos y garras desgarrando su cuerpo, pero nosucedió nada. Alcanzó la puerta sin que lo tocaran.Movió la manija, pero estabacerradaconllave.
Losotros dos lo imitaron.Tirarony empujaron, pero la puerta no semovía, nisiquieracuandoHermioneprobóconsuhechizodeAlohomora.
—¿Yahoraquéhacemos?—preguntóRon.—Esospájaros…nopuedenestarsólopordecoración—dijoHermione.Observaronlospájaros,quevolabansobresuscabezas,brillando…¿Brillando?—¡Nosonpájaros!—dijodeprontoHarry—.¡Sonllaves!Llavesaladas,mirad
bien.Entoncesesodebesignificar…—Miróalrededordelahabitación,mientraslosotros observaban la bandada de llaves—. Sí…mirad ahí. ¡Escobas! ¡Tenemos queconseguirlallavedelapuerta!
—¡Perohaycientosdellaves!Ronexaminólacerraduradelapuerta.—Tenemosquebuscarunallavegrande,antigua,deplata,probablemente,como
lamanija.Cadaunocogióunaescobaydeunapatadaestuvieronenelaire,remontándose
entrelanubedellaves.Tratabandeatraparlas,perolasllaveshechizadassemovían
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tanrápidamentequeeracasiimposiblesujetarlas.PeronopornadaHarryeraelmásjovenbuscadordelsiglo.Teníaundonespecial
paradetectarcosasquelaotragentenoveía.Despuésdeunosminutosmoviéndoseentreelremolinodeplumasdetodosloscolores,detectóunagranllavedeplata,conun ala torcida, como si ya la hubieran atrapado y la hubieran introducido conbrusquedadenlacerradura.
—¡Es ésa!—gritó a los otros—. Esa grande… allí… no, ahí…Con alas azulbrillante…lasplumasestánaplastadasporunlado.
Ronselanzóatodavelocidadenaquelladirección,chocócontraeltechoycasisecaedelaescoba.
—¡Tenemosqueencerrarla!—gritóHarry,sinquitarlosojosdelallaveconelalaestropeada—. Ron, ven desde arriba, Hermione, quédate abajo y no la dejesdescender.Yotratarédeatraparla.Bien:¡AHORA!
Ronselanzóenpicado,Hermionesubióenvertical,lallavelosesquivóaambos,yHarryselanzótrasella.Ibanatodavelocidadhacialapared,Harryseinclinóhaciadelantey,conunruidodesagradable,laaplastócontralapiedraconunasolamano.LosvivasdeRonyHermioneretumbaronporlahabitación.
AterrizaronrápidamenteyHarrycorrióalapuerta,conlallaveretorciéndoseensumano.Lametióenlacerraduraylediolavuelta…Funcionaba.Enelmomentoenqueseabrió lacerradura, la llavesalióvolandootravez,conaspectodederrotada,puesyalahabíanatrapadodosveces.
—¿Listos?—preguntó Harry a los otros dos, con la mano en la manija de lapuerta.Asintieron.Abriólapuerta.
Lahabitaciónsiguienteestabatanoscuraquenopudieronvernada.Perocuandoestuvieron dentro la luz súbitamente inundó el lugar, para revelar un espectáculoasombroso.
Estabanenelbordedeunenormetablerodeajedrez,detrásdelaspiezasnegras,queerantodastanaltascomoellosyconstruidasenloqueparecíapiedra.Frenteaellos,alotroladodelahabitación,estabanlaspiezasblancas.Harry,RonyHermioneseestremecieron:laspiezasblancasnoteníanrostros.
—¿Ahoraquéhacemos?—susurróHarry.—Estáclaro,¿no?—dijoRon—.Tenemosquejugarparacruzarlahabitación.Detrásdelaspiezasblancaspudieronverotrapuerta.—¿Cómo?—dijoHermioneconnerviosismo.—Creo—contestóRon—quevamosatenerqueserpiezas.Se acercó a un caballero negro y levantó la mano para tocar el caballo. De
inmediato,lapiedracobróvida.Elcaballodiounapatadaenelsueloyelcaballeroselevantólaviseradelcasco,paramiraraRon.
—¿Tenemosque…unirnosaustedesparapodercruzar?Elcaballeronegroasintióconlacabeza.Ronsevolvióalosotrosdos.
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—Estohayquepensarlo…—dijo—.Supongoquetenemosqueocuparel lugardetrespiezasnegras.
HarryyHermioneesperaronensilencio,mientrasRonpensaba.Porfindijo:—Bueno,noosofendáis,peroningunodevosotrosesmuybuenoenajedrez…—No nos ofendemos —dijo rápidamente Harry—. Simplemente dinos qué
tenemosquehacer.—Bueno,Harry,túocupaellugardeesealfilytú,Hermione,ponteahí,enlugar
deesatorre.—¿Yquépasacontigo?—Yoseréuncaballo.Laspiezasparecieronhaberescuchadoporque,anteesaspalabras,uncaballo,un
alfilyunatorredieronlaespaldaalaspiezasblancasysalierondeltablero,dejandolibrestrescuadradosqueHarry,RonyHermioneocuparon.
—Lasblancassiemprejueganprimeroenelajedrez—dijoRon,mirandoalotroladodeltablero—.Sí…mirad.
Unpeónblancosemovióhaciadelante.Roncomenzóadirigiralaspiezasnegras.Semovíansilenciosamentecuandolos
mandaba.AHarryletemblabanlasrodillas.¿Ysiperdían?—Harry…muéveteendiagonal,cuatrocasillasaladerecha.Laprimera verdadera impresión llegó cuando el otro caballo fue capturado.La
reina blanca lo golpeó contra el tablero y lo arrastró hacia fuera, donde se quedóinmóvil,bocabajo.
—Tuve que dejar que sucediera—dijo Ron, conmovido—. Te deja libre paracogeresealfil.Vamos,Hermione.
Cada vez que uno de sus hombres perdía, las piezas blancas no mostrabancompasión.Muypronto,huboungrupodepiezasnegrasdesplomadasalolargodelapared.Dosveces,RonsediocuentajustoatiempoparasalvaraHarryyHermionedelpeligro.Élmismojugópor todoel tablero,atrapandocasi tantaspiezasblancascomolasnegrasquehabíanperdido.
—Yacasiestamos—murmuródepronto—.Dejadmepensar…dejadmepensar.LareinablancavolviósucarasinrostrohaciaRon.—Sí…—murmuróRon—.Eslaúnicaforma…tengoquedejarquemecojan.—¡NO!—gritaronHarryyHermione.—¡Estoesajedrez!—dijoenfadadoRon—.¡Hayquehaceralgunossacrificios!
Yoharémimovimientoyellamecogerá…Esotedejarálibreparahacerjaquematealrey,Harry.
—Pero…—¿QuieresdeteneraSnapeono?—Ron…—¡SinoosdaisprisavaaconseguirlaPiedra!Nohabíanadaquehacer.
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—¿Listo?—preguntóRon,conelrostropálidoperodecidido—.Allávoy,ynoosquedéisunavezquehayáisganado.
Semovió hacia delante y la reina blanca saltó.Golpeó aRon con fuerza en lacabezaconsubrazodepiedrayelchicosederrumbóenel suelo.Hermionegritó,pero se quedó en su casillero. La reina blanca arrastró a Ron a un lado. Parecíadesmayado.
Muyconmovido,Harrysemovió trescasillerosa la izquierda.ElreyblancosequitólacoronaylaarrojóalospiesdeHarry.Habíanganado.Laspiezassaludaronyse fueron, dejando libre la puerta. Con una última mirada de desesperación haciaRon,HarryyHermionecorrieronhacialasalidaysubieronporelsiguientepasadizo.
—¿Ysiélestá…?—Élestarábien—dijoHarry,tratandodeconvencerseasímismo—.¿Quécrees
quenosqueda?—TuvimosaSproutenel lazodeldiablo,Flitwickdebedehaberhechizadolas
llaves,yMcGonagalltransformóalaspiezasdeajedrez.EsonosdejaelhechizodeQuirrellyeldeSnape…
Habíanllegadoaotrapuerta.—¿Todobien?—susurróHarry.—Adelante.Harryempujóyabrió.Untufodesagradablelosinvadió,haciendoquesetaparanlanarizconlatúnica.
Conojosquelagrimeabandebidoalolor,vieron,aplastadoenelsuelofrenteaellos,untrolmásgrandequeelquehabíanderribado,inconscienteyconunbultosangranteenlacabeza.
—Mealegrodequenotengamosquepelearconéste—susurróHarry,mientraspasabanconcuidadosobreunadelasenormespiernas—.Vamos,nopuedorespirar.
Abriólapróximapuerta,losdoscasisinatreverseaverloqueseguía…Peronohabía nada terrorífico allí, sólo una mesa con siete botellas de diferente tamañopuestasenfila.
—Snape—dijoHarry—.¿Quétenemosquehacer?Pasaronelumbralydeinmediatounfuegoseencendiódetrásdeellos.Noeraun
fuegocomún,erapúrpura.Almismotiempo, llamasnegrasseencendierondelante.Estabanatrapados.
—¡Mira!—Hermionecogióun rollodepapel,queestabacercade lasbotellas.Harrymiróporencimadesuhombroparaleerlo:
Elpeligroyaceanteti,mientraslaseguridadestádetrás,dosqueremosayudarte,cualquieraqueencuentres,unaentrenosotrassietetedejaráadelantarte,otrallevaráalquelobebaparaatrás,doscontienensólovinodeortiga,
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tressonmortales,esperandoescondidosenlafila.Elige,amenosquequierasquedarteparasiempre,paraayudarteentuelección,tedamoscuatroclaves:Primera,pormásastuciaquetengaelvenenoparaocultarsesiempre
encontrarásalgunoalladoizquierdodelvinodeortiga;Segunda,sondiferenteslasqueestánenlosextremos,perosiquieres
movertehaciadelante,ningunaestuamiga;Tercera,comoclaramenteves,todastenemostamañosdiferentes:Niel
enanonielgiganteguardanlamuerteensuinterior;Cuarta,lasegundaalaizquierdaylasegundaaladerechasongemelas
unavezquelaspruebes,aunqueaprimeravistaseandiferentes.
Hermione dejó escapar un gran suspiro y Harry, sorprendido, vio que sonreía, loúltimoquehabíaesperadoquehiciera.
—Muybueno—dijoHermione—.Estonoesmagia…eslógica…esunacertijo.Muchosdelosmásgrandesmagosnohantenidounagotadelógicaysequedaríanaquíparasiempre.
—Peronosotrostambién,¿no?—Porsupuestoqueno—dijoHermione—.Loúnicoquenecesitamosestáeneste
papel.Sietebotellas:tresconveneno,dosconvino,unanosllevaráasalvoatravésdelfuegonegroylaotrahaciaatrás,porelfuegopúrpura.
—Pero¿cómosabremoscuálbeber?—Dameunminuto.Hermioneleyóelpapelvariasveces.Luegopaseódeunladoalotrodelafilade
botellas,murmurandoyseñalándolas.Alfin,segolpeólasmanos.—Lo tengo—dijo—.Lamás pequeña nos llevará por el fuego negro, hacia la
Piedra.Harrymiróaladiminutabotella.—Aquíhaysóloparaunodenosotros—dijo—.Nohaymásqueuntrago.Semiraron.—¿Cuálnosharávolverporentrelasllamaspúrpura?Hermioneseñalóunabotellaredondadelextremoderechodelafila.—Túbebedeésa—dijoHarry—.No:vuelve,buscaaRonycogelasescobasdel
cuartodelasllavesvoladoras.ConellaspodréissalirporlatrampillasinqueosveaFluffy. Id directamente a la lechucería y enviad a Hedwig a Dumbledore, lonecesitamos.Puede serqueyodetengaunpocoaSnape,pero laverdadesquenopuedoigualarlo.
—PeroHarry…¿ysiQuien-tú-sabesestáconél?—Bueno, ya tuve suerte una vez, ¿no?—dijo Harry, señalando su cicatriz—.
Puedeserquelatengadenuevo.LoslabiosdeHermionetemblaron,ydeprontoselanzósobreHarryyloabrazó.—¡Hermione!
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—Harry…Eresungranmago,yalosabes.—Nosoytanbuenocomotú—contestómuyincómodo,mientrasellalosoltaba.—¡Yo! —exclamó Hermione—. ¡Libros! ¡Inteligencia! Hay cosas mucho más
importantes,amistadyvalentíay…¡Oh,Harry,tencuidado!—Bebeprimero—dijoHarry—.Estásseguradecuálescuál,¿no?—Totalmente—dijoHermione.Setomódeuntragoelcontenidodelabotellita
redondeadayseestremeció.—Noesveneno,¿verdad?—dijoHarryconvozanhelante.—No…peroparecehielo.—Rápido,vete,antesdequesetermineelefecto.—Buenasuerte…tencuidado…—¡VETE!
Hermionegiróenredondoypasódirectamenteatravésdelfuegopúrpura.Harryrespiróprofundamenteycogiólamáspequeñadelasbotellas.Seenfrentó
alasllamasnegras.—Allávoy—dijo,ysebebióelcontenidodeuntrago.Era realmentecomosi tragarahielo.Dejó labotellay fuehaciadelante.Sedio
ánimoalverquelasllamasnegraslamíansucuerpoperonoloquemaban.Duranteunmomentonopudovermásquefuegooscuro.Luegoseencontróalotrolado,enlaúltimahabitación.
Yahabíaalguienallí.PeronoeraSnape.YtampocoeraVoldemort.
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E
Capítulo17
Elhombrecondoscaras
RAQuirrell.—¡Usted!—exclamóHarry.
Quirrellsonrió.Surostronoteníanisombradeltic.—Yo—dijo con calma— me preguntaba si me iba a encontrar contigo aquí,
Potter.—Peroyopensé…Snape…—¿Severus? —Quirrell rió, y no fue con su habitual sonido tembloroso y
entrecortado, sino conuna risa fría y aguda—.Sí, Severus parecía ser el indicado,¿no?Fuemuyútiltenerlodandovueltascomounmurciélagoenorme.Alladodeél¿quiénibaasospechardelpo-pobretar-tamudop-profesorQuirrell?
Harrynopodíaaceptarlo.Aquellonopodíaserverdad,nopodíaser.—¡PeroSnapetratódematarme!—No,no,no.Yotratédematarte.Tuamiga,laseñoritaGranger,accidentalmente
meatropellócuandocorríaaprenderlefuegoaSnape,enesepartidodequidditch.Yrompióelcontactovisualqueyoteníacontigo.Unossegundosmásytehabríahechocaer de esa escoba. Y ya lo habría conseguido, si Snape no hubiera estadomurmurandouncontramaleficio,tratandodesalvarte.
—¿Snapetratabadesalvarmeamí?—Porsupuesto—dijofríamenteQuirrell—.¿Porquécreesquequisoserárbitro
enelsiguientepartido?Estabatratandodeasegurarsedequeyonopudierahacerlootravez.Gracioso,enrealidad…nonecesitabamolestarse.NopodíahacernadaconDumbledore mirando. Todos los otros profesores creyeron que Snape trataba deimpedir que Gryffindor ganase, se ha hecho muy impopular… Y qué pérdida detiempocuando,despuésdetodoeso,voyamatarteestanoche.
Quirrell chasqueó losdedos.Unas sogascayerondelairey seenroscaronenelcuerpodeHarry,sujetándoloconfuerza.
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—Eresdemasiadomolestoparavivir,Potter.Deslizándoteporel colegio,comoenHalloween, porqueme descubriste cuando iba a ver qué era lo que vigilaba laPiedra.
—¿Ustedfueelquedejóentraraltrol?—Claro.Yotengoundonespecialconesosmonstruos.¿Novisteloquelehiceal
queestabaenlaotrahabitación?Desgraciadamente,cuandotodosandabancorriendoporahíparabuscarte,Snape,queyasospechabademí,fuedirectamentealtercerpisoparaganarmedemano,ynosólohizoquemimonstruonopudieramatarte,sinoqueeseperrodetrescabezasnomordiólapiernadeSnapedelamaneraenquedeberíahaberlohecho…
Hizounapausa:—Ahora,esperatranquilo,Potter.Necesitoexaminaresteinteresanteespejo.Depronto,HarryvioloqueestabadetrásdeQuirrell.EraelespejodeOesed.—Este espejo es la llave para poder encontrar la Piedra—murmuró Quirrell,
dandogolpecitosalrededordelmarco—.EradeesperarqueDumbledorehicieraalgoasí…peroélestáenLondres…Cuandopuedavolver,yoyaestarémuylejos.
LoúnicoqueseleocurrióaHarryfuetratardequeQuirrellsiguierahablandoydejaradeconcentrarseenelespejo.
—LosviaustedyaSnapeenelbosque…—dijodegolpe.—Sí—dijoQuirrell, sin darle importancia, paseando alrededor del espejo para
ver la parte posterior—. Me estaba siguiendo, tratando de averiguar hasta dóndehabía llegado. Siempre había sospechado de mí. Trató de asustarme… Como sipudiera,cuandoyotengoalordVoldemortdemilado…
Quirrellsaliódedetrásdelespejoysemiróenélconenfado.—VeolaPiedra…selapresentoamimaestro…pero¿dóndeestá?Harry luchócon las sogasque loataban,perono seaflojaron.Teníaqueevitar
queQuirrellcentraratodasuatenciónenelespejo.—PeroSnapesiempreparecióodiarmemucho.—Oh,sí—dijoQuirrell,conairecasual—,claroquesí.EstabaenHogwartscon
tupadre,¿nolosabías?Sedetestaban.Peronuncaquisoqueestuvierasmuerto.—Pero hace unos días yo lo oí a usted, llorando…Pensé que Snape lo estaba
amenazando…Porprimeravez,unespasmodemiedocruzóelrostrodeQuirrell.—Algunas veces —dijo— me resulta difícil seguir las instrucciones de mi
maestro…Élesungranmagoyyosoydébil…—¿Quieredecirqueélestabaenelaulaconusted?—preguntóHarry.—Élestáconmigodondequieraquevaya—dijoconcalmaQuirrell—.Loconocí
cuandoviajabaporelmundo.Yoeraunjoventonto,llenoderidículasideassobreelmalyelbien.LordVoldemortmedemostróloequivocadoqueestaba.Nohaynimalnibien,sólohaypoderypersonasdemasiadodébilesparabuscarlo…Desdeentoncesleheservidofielmente,aunquemuchasveceslehefallado.Tuvoquesermuysevero
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conmigo.—Quirrellseestremeciósúbitamente—.Noperdonafácilmenteloserrores.Cuando fracaséen robaresaPiedradeGringotts, sedisgustómucho.Mecastigó…decidióqueteníaquevigilarmemuydecerca…
LavozdeQuirrellseapagó.HarryrecordósuviajealcallejónDiagon…¿Cómohabíapodido ser tan estúpido?Habíavisto aQuirrell aquelmismodíay sehabíanestrechadolasmanosenelCalderoChorreante.
Quirrellmaldijoentredientes.—Nocomprendo…¿LaPiedraestádentrodelespejo?¿Tengoqueromperlo?LamentedeHarryfuncionabaatodamáquina.«Lo que más deseo en el mundo en este momento—pensó— es encontrar la
Piedra antes de que lo hagaQuirrell.Entonces, simiro en el espejo, podría vermeencontrándola… ¡Lo que quiere decir que veré dónde está escondida! Pero ¿cómopuedomirarsinqueQuirrellsedécuentadeloquequierohacer?
Tratódetorcersehacialaizquierda,paraponersefrentealespejosinqueQuirrelllonotara,perolassogasqueteníaalrededordelostobillosestabantantensasquelohicieroncaer.Quirrellnoleprestóatención.Seguíahablandoparasímismo.
—¿Quéhaceesteespejo?¿Cómofunciona?¡Ayúdame,Maestro!Y, para el horror deHarry, unavoz le respondió, unavozqueparecía salir del
mismoQuirrell.—Utilizaalmuchacho…Utilizaalmuchacho…QuirrellsevolvióhaciaHarry.—Sí…Potter…venaquí.Hizosonarlasmanosunavezylassogascayeron.Harrysepusolentamentede
pie.—Venaquí—repitióQuirrell—.Miraenelespejoydimeloqueves.Harryseaproximó.«Tengo quementir—pensó, desesperado—, tengo quemirar ymentir sobre lo
queveo,esoestodo.»Quirrellseleacercópordetrás.Harryrespiróelextrañoolorqueparecíasalirdel
turbantedeQuirrell.Cerrólosojos,sedetuvofrentealespejoylosvolvióaabrir.Sevioreflejado,muypálidoyconcaradeasustado.Perounmomentomástarde,
sureflejolesonrió.Pusolamanoenelbolsilloysacóunapiedradecolorsangre.Leguiñó un ojo y volvió a guardar la Piedra en el bolsillo y, cuando lo hacía,Harrysintióquealgopesadocaíaensubolsilloreal.Dealgunamanera(eraalgoincreíble)habíaconseguidolaPiedra.
—¿Bien?—dijoQuirrellconimpaciencia—.¿Quéesloqueves?Harry,haciendodetripascorazón,contestó:—Me veo con Dumbledore, estrechándonos las manos —inventó—. Yo… he
ganadolaCopadelasCasasparaGryffindor.Quirrellmaldijootravez.
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—Quítatedeahí—dijo.CuandoHarrysehizoaunlado,sintiólaPiedraFilosofalcontrasupierna.¿Seatreveríaaescapar?
Peronohabíadadocincopasoscuandounavozagudahabló,aunqueQuirrellnomovíaloslabios.
—Élmiente…élmiente…—¡Potter,vuelveaquí!—gritóQuirrell—.¡Dimelaverdad!¿Quées loquehas
visto?Lavozagudaseoyóotravez.—Déjamehablarconél…caraacara…—¡Maestro,noestálobastantefuertetodavía!—Tengofuerzasuficiente…paraesto.Harrysintiócomosiellazodeldiablolohubieraclavadoenelsuelo.Nopodía
moverniunmúsculo.Petrificado,observóaQuirrell,queempezabaadesenvolversuturbante. ¿Qué iba a suceder? El turbante cayó. La cabeza de Quirrell parecíaextrañamentepequeñasinél.Entonces,Quirrellsediolavueltalentamente.
Harry hubiera querido gritar, pero no podía dejar salir ningún sonido. DondetendríaquehaberestadolanucadeQuirrell,habíaunrostro,lacaramásterriblequeHarryhubieravistoensuvida.Eradecolorblanco tiza,conbrillantesojos rojosyranurasenvezdefosasnasales,comolasserpientes.
—HarryPotter…—susurró.Harrytratóderetroceder,perosuspiernasnolerespondían.—¿Vesenloquemeheconvertido?—dijolacara—.Nomásqueensombray
quimera… Tengo forma sólo cuando puedo compartir el cuerpo de otro… Perosiempre ha habido seres deseosos de dejarme entrar en sus corazones y en susmentes…Lasangredeunicorniomehadadofuerzaenestassemanaspasadas…túvisteallealQuirrellbebiéndolaparamíenelbosque…yunavezquetengaelElixirdelaVidaserécapazdecrearuncuerpoparamí…Ahora…¿porquénomeentregaslaPiedraquetienesenelbolsillo?
Entonces él lo sabía. La idea hizo que de pronto las piernas de Harry setambalearan.
—Noseastonto—seburlóelrostro—.Mejorquesalvestupropiavidayteunasa mí… o tendrás el mismo final que tus padres… Murieron pidiéndomemisericordia…
—¡MENTIRA!—gritódeprontoHarry.Quirrellandabahaciaatrás,paraqueVoldemortpudieramirarlo.Lacaramaligna
sonreía.—Quéconmovedor—dijo—.Siempreconsiderélavalentía…Sí,muchacho,tus
padreseranvalientes…Matéprimeroatupadreyluchóconvalor…Perotumadreno teníaquemorir…ella tratabadeprotegerte…Ahora,dameesaPiedra,amenosquequierasquetumadrehayamuertoenvano.
—¡NUNCA!
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Harrysemovióhacialapuertaenllamas,peroVoldemortgritó:¡ATRÁPALO!y,almomento siguiente, Harry sintió la mano de Quirrell sujetando su muñeca. Deinmediato, un dolor agudo atravesó su cicatriz y sintió como si la cabeza fuera apartírseleendos.Gritó,luchandocontodassusfuerzasy,parasusorpresa,Quirrelllosoltó.Eldolorenlacabezaamainó…
Miró alrededor para ver dónde estaba Quirrell y lo vio doblado de dolor,mirándoselosdedos,queseampollabanantesusojos.
—¡ATRÁPALO!¡Atrápalo!—rugíaotravezVoldemort,yQuirrellarremetiócontraHarry, haciéndolo caer al suelo y apretándole el cuello con las dos manos… Lacicatriz de Harry casi lo enceguecía de dolor y, sin embargo, pudo ver a Quirrellchillandodesesperado.
—Maestro,nopuedosujetarlo…¡Mismanos…mismanos!YQuirrell,aunquemanteníasujetoaHarryaplastándoloconlasrodillas,lesoltó
elcuelloycontempló,aterrorizado,susmanos.Harryvioqueestabanquemadas,encarneviva,conampollasrojasybrillantes.
—¡Entoncesmátalo,idiota,yterminadeunavez!—exclamóVoldemort.Quirrell levantó la mano para lanzar un maleficio mortal, pero Harry,
instintivamente,seincorporóyseaferróalacaradeQuirrell.—¡AAAAAAH!
Quirrell se apartó, con el rostro también quemado, y entonces Harry se diocuenta: Quirrell no podía tocar su piel sin sufrir un dolor terrible. Su únicaoportunidad era sujetar aQuirrell, que sintiera tanto dolor como para impedir quehicieraelmaleficio…
Harry sepusodepiedeun salto, cogió aQuirrell deunbrazoy lo apretó confuerza. Quirrell gritó y trató de empujar a Harry. El dolor de cabeza de ésteaumentabayelmuchachonopodíaver,solamentepodíaoírlosterriblesgemidosdeQuirrellylosaullidosdeVoldemort:¡MÁTALO!¡MÁTALO!,yotrasvoces,talvezsóloensucabeza,gritando:«¡Harry!¡Harry!».
SintióqueelbrazodeQuirrellseibasoltando,supoqueestabaperdido,sintióquetodoseoscurecíayquecaía…caía…caía…
Algo dorado brillaba justo encima de él. ¡La snitch! Trató de atraparla, pero susbrazoseranmuypesados.
Pestañeó.Noeralasnitch.Eranunpardegafas.Quéraro.Pestañeóotravez.ElrostrosonrientedeAlbusDumbledoreseagitabaanteél.—Buenastardes,Harry—dijoDumbledore.Harrylomiróasombrado.Entoncesrecordó.—¡Señor!¡LaPiedra!¡EraQuirrell!¡ÉltienelaPiedra!Señor,rápido…—Cálmate, querido muchacho, estás un poco atrasado —dijo Dumbledore—.
QuirrellnotienelaPiedra.
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—¿Entoncesquiénlatiene?Señor,yo…—Harry,porfavor,cálmate,olaseñoraPomfreymeecharádeaquí.Harry tragó y miró alrededor. Se dio cuenta de que debía de estar en la
enfermería.Estabaacostadoenunacama,consábanasblancasdehilo,ycercahabíaunamesa,conunaenormecantidaddepaquetes,queparecíanlamitaddelatiendadegolosinas
—Regalosdetusamigosyadmiradores—dijoDumbledore,radiante—.Loquesucedióen lasmazmorrasentre túyelprofesorQuirrell escompletamentesecreto,asíque,naturalmente,todoelcolegiolosabe.Creoquetusamigos,losseñoresFredyGeorgeWeasley, son responsablesde tratardeenviarteun inodoro.Nodudoquepensaronqueesotedivertiría.Sinembargo,laseñoraPomfreyconsideróquenoeramuyhigiénicoyloconfiscó.
—¿Cuántotiempohacequeestoyaquí?—Tresdías.ElseñorRonaldWeasleyylaseñoritaGrangerestaránmuyaliviados
alsaberquehasrecuperadoelconocimiento.Hanestadosumamentepreocupados.—Peroseñor,laPiedra…—Veoquenoquieresquetedistraiga.Muybien,laPiedra.ElprofesorQuirrell
no te la pudo quitar. Yo llegué a tiempo para evitarlo, aunque debo decir que loestabashaciendomuybien.
—¿Ustedllegó?¿RecibiólalechuzaqueenvióHermione?—Nosdebimoscruzarenelaire.EncuantolleguéaLondres,medicuentadeque
el lugar en donde debía estar era el que había dejado. Llegué justo a tiempo paraquitarteaQuirrelldeencima…
—Fueusted.—Tuvemiedodehaberllegadodemasiadotarde.—Casi fue así, no habría podido aguantar mucho más sin que me quitara la
Piedra…—No por la Piedra, muchacho, por ti… El esfuerzo casi te mata. Durante un
terriblemomento tuvemiedodeque fueraasí.En loquese refierea laPiedra, fuedestruida.
—¿Destruida?—dijoHarrysinentender—.Perosuamigo…NicolásFlamel…—¡Oh, sabes lo de Nicolás! —dijo contento Dumbledore—. Hiciste bien los
deberes,¿noescierto?Bien,Nicolásyyotuvimosunapequeñacharlayestuvimosdeacuerdoenqueeralomejor.
—Peroesosignificaqueélysumujervanamorir,¿no?—TienensuficienteElixirguardadoparaponersusasuntosenordenyluego,sí,
vanamorir.Dumbledoresonrióantelaexpresióndedesconciertoqueseveíaenelrostrode
Harry.—Paraalguien tan jovencomo tú, estoy segurodequeparecerá increíble,pero
paraNicolásyPerenelaserárealmentecomoirsealacama,despuésdeundíamuy,
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muy largo.Despuésde todo,paraunamentebienorganizada, lamuertenoesmásque la siguiente gran aventura. Sabes, la Piedra no era realmente algo tanmaravilloso. ¡Todoeldineroy lavidaqueunopuedadesear!Lasdoscosasque lamayorpartedelossereshumanoselegirían…Elproblemaesqueloshumanostieneneldondeelegirprecisamentelascosasquesonpeoresparaellos.
Harryyacíaallí,sinsaberquédecir.Dumbledorecanturreóduranteunminutoydespuéssonrióhaciaeltecho.
—¿Señor?—dijo Harry—. Estuve pensando… Señor, aunque la Piedra ya noesté,Vol…quierodecirQuién-usted-sabe…
—LlámaloVoldemort,Harry.Utilizasiempreelnombrecorrectodelascosas.Elmiedoaunnombreaumentaelmiedoalacosaquesenombra.
—Sí,señor.Bien,Voldemortintentarávolverdenuevo,¿no?Quierodecir…Nosehaido,¿verdad?
—No,Harry, no se ha ido. Está por ahí, en algún lugar, tal vez buscando otrocuerpoparacompartir…Comonoestárealmentevivo,noselepuedematar.Éldejómorir a Quirrell, muestra tan poca misericordia con sus seguidores como con susenemigos.De todosmodos,Harry, tú tal vez has retrasado su regreso al poder.Lapróximavezharáfaltaalgúnotropreparadopara luchary,si lodetienenotravezyotravez,bueno,puedeserquenuncavuelvaalpoder.
Harryasintió,perosedetuvorápidamente,porqueesohacíaqueledolieramáslacabeza.Luegodijo:
—Señor,hayalgunascosasmásquemegustaríasaber,sime laspuededecir…cosassobrelasquequierosaberlaverdad…
—Laverdad—Dumbledoresuspiró—.Esunacosaterribleyhermosa,ypor lotanto debe ser tratada con gran cuidado. Sin embargo, contestaré tus preguntas amenosquetengaunamuybuenarazónparanohacerlo.Yenesecasotepidoquemeperdones.Porsupuesto,novoyamentirte.
—Bien…Voldemort dijoque sólomató amimadreporque ella tratóde evitarquemematara.Pero¿porquéibaaquerermatarmeamíenprimerlugar?
Aquellavez,Dumbledoresuspiróprofundamente.—Vaya, laprimera cosaquemepreguntasynopuedocontestarte.Nohoy.No
ahora. Lo sabrás, un día… Quitátelo de la cabeza por ahora, Harry. Cuando seasmayor…yaséqueesoesodioso…bueno,cuandoestéslisto,losabrás.
YHarrysupoquenoseríabuenodiscutir.—¿YporquéQuirrellnopodíatocarme?—Tumadremurióparasalvarte.SihayalgoqueVoldemortnopuedeentenderes
elamor.Nosediocuentadequeunamortanpoderosocomoeldetumadrehaciatidejamarcaspoderosas.Nounacicatriz,nounsignovisible…Habersidoamadotanprofundamente,aunqueesapersonaquenosamónoesté,nosdejaparasiempreunaprotección. Eso está en tu piel. Quirrell, lleno de odio, codicia y ambición,
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compartiendosualmaconVoldemort,nopodíatocarteporesarazón.Eraunaagoníaeltocaraunapersonamarcadaporalgotanbueno.
EntoncesDumbledoresemostrómuyinteresadoenunpájaroqueestabacercadelacortina,loquelediotiempoaHarryparasecarselosojosconlasábana.Cuandopudohablardenuevo,Harrydijo:
—¿Ylacapainvisible…sabequiénmelamandó?—Ah…Resultaquetupadremelahabíadejadoypenséquetegustaríatenerla.
—Los ojos deDumbledore brillaron—.Cosas útiles…Tu padre la utilizaba sobretodopararobarcomidaenlacocina,cuandoestabaaquí.
—Yhayalgomás…—Dispara.—QuirrelldijoqueSnape…—ElprofesorSnape,Harry.—Sí,él…Quirrelldijoquemeodia,porqueodiabaamipadre.¿Esverdad?—Bueno,ellossedetestabanunoalotro.ComotúyelseñorMalfoy.Yentonces,
tupadrehizoalgoqueSnapenuncapudoperdonarle.—¿Qué?—Lesalvólavida.—¿Qué?—Sí… —dijo Dumbledore, con aire soñador—. Es curiosa la forma en que
funciona lamente de la gente, ¿no es cierto? El profesor Snape no podía soportarestar en deuda con tu padre…Creo que se esforzó tanto para protegerte este añoporquesentíaqueasíestaríaenpazconél.Asípodríaseguirodiandolamemoriadetupadre,enpaz…
Harrytratódeentenderlo,perolehacíadolerlacabeza,asíquelodejó.—Y,señor,hayunacosamás…—¿Sólouna?—¿CómopudehacerquelaPiedrasalieradelespejo?—Ah,bueno,mealegrodequemepregunteseso.Fueunademismásbrillantes
ideasy,entretúyyo,esoesdecirmucho.Sabes,sóloalguienquequisieraencontrarlaPiedra,encontrarla,peronoutilizarla,seríacapazdeconseguirla.Deotraforma,severíanhaciendooroobebiendoelElixirdelaVida.Mimentemesorprendehastaamímismo…Bueno, suficientes preguntas.Te sugiero que comiences a comer esasgolosinas.Ah,lasgrageasdetodoslossabores.Enmijuventudtuvelamalasuertedeencontrar una con gusto a vómito y, desde entonces, me temo que dejaron degustarme.Perocreoquenotendréproblemaconestabonitagragea,¿noteparece?
Sonrióysemetióen labocaunagrageadecolordorado.Luegoseatragantóydijo:
—¡Aydemí!¡Ceradeloído!
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LaseñoraPomfreyeraunamujerbuena,peromuyestricta.—Sólocincominutos—suplicóHarry.—Nihablar.—UsteddejóentraralprofesorDumbledore…—Bueno,porsupuesto,eseldirector,esmuydiferente.Necesitasdescansar.—Estoy descansando, mire, acostado y todo lo demás. Oh, vamos, señora
Pomfrey…—Oh,estábien—dijo—.Perosólocincominutos.YdejóentraraRonyHermione.—¡Harry!Hermioneparecíalistaparalanzarseensusbrazos,peroHarrysealegródequese
contuviera,porqueledolíalacabeza.—Oh, Harry, estábamos seguros de que te… Dumbledore estaba tan
preocupado…—Todoelcolegiohabladeello—dijoRon—.¿Quéesloquerealmentepasó?Fueunadeesasrarasocasionesenquelaverdaderahistoriaeraaúnmásextrañay
apasionantequelosmásextrañosrumores.Harrylescontótodo:Quirrell,elespejo,la Piedra y Voldemort. Ron y Hermione eran muy buen público, jadeaban en losmomentosapropiadosy, cuandoHarry lesdijo loquehabíadebajodel turbantedeQuirrell,Hermionegritómuyfuerte.
—¿EntonceslaPiedranoexiste?—dijoporúltimoRon—.¿Flamelmorirá?—Esoesloqueyodije,peroDumbledorepiensaque…¿cómoera?Ah,sí:«Para
lasmentesbienorganizadas,lamuerteeslasiguientegranaventura.»—Siempre dije que era un chiflado—dijoRon,muy impresionado por lo loco
queestabasuhéroe.—¿Yquéospasóavosotrosdos?—preguntóHarry.—Bueno, yo volví—dijoHermione—, desperté a Ron (tardé un rato largo) y,
cuandoíbamosa la lechuceríaparacomunicarnosconDumbledore, loencontramosenelvestíbulodeentrada,yélyalosabía,porquenosdijo:«Harrysefueabuscarlo,¿no?»,ysubióaltercerpiso.
—¿Creesqueélqueríaquelohicieras?—dijoRon—.¿Enviándotelacapadetupadreytodoeso?
—Bueno—estallóHermione—. Si lo hizo… eso es terrible… te podían habermatado.
—No,nofueasí—dijoHarryconairepensativo—.Dumbledoreesunhombremuyespecial.Yocreoquequeríadarmeunaoportunidad.Creoqueél sabe,másomenos,todoloquesucedeaquí.Aceptoquedebíadesaberloqueíbamosaintentary,en lugardedetenernos,nosenseñólosuficienteparaayudarnos.Nocreoquefueraporaccidentequemedejóencontrarelespejoyvercómofuncionaba.EscasicomosiélpensaraqueyoteníaderechoaenfrentarmeaVoldemort,sipodía…
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—Bueno, sí, está bien —dijo Ron—. Escucha, debes estar levantado paramañana,eslafiestadefindecurso.YaestántodoslospuntosySlytheringanó,porsupuesto.Teperdisteelúltimopartidodequidditch.Sinti,nosganóRavenclaw,perolacomidaserábuena.
Enaquelmomento,entrólaseñoraPomfrey.—Yahabéisestadoquinceminutos,ahoraFUERA—dijoconseveridad.
Despuésdeunabuenanochedesueño,Harrysesintiócasibien.—Quieroiralafiesta—dijoalaseñoraPomfrey,mientrasellaleordenabatodas
lascajasdegolosinas—.Podréir,¿verdad?—El profesor Dumbledore dice que tienes permiso para ir—dijo con desdén,
comosiconsideraraqueelprofesorDumbledorenosedabacuentadelopeligrosasqueeranlasfiestas—.Ytienesotravisita.
—Oh,bien—dijoHarry—.¿Quiénes?Mientras hablaba, entró Hagrid. Como siempre que estaba dentro de un lugar,
Hagridparecíademasiadogrande.SesentócercadeHarry,lomiróysepusoallorar.—¡Todo…fue…pormimalditaculpa!—gimió,conlacaraentrelasmanos—.
Yo le dije al malvado cómo pasar anteFluffy. ¡Se lo dije! ¡Podías haber muerto!¡Todo por un huevo de dragón! ¡Nunca volveré a beber! ¡Deberían echarme yobligarmeavivircomounmuggle!
—¡Hagrid! —dijo Harry, impresionado al ver la pena y el remordimiento deHagrid,ylaslágrimasquemojabansubarba—.Hagrid,lohabríadescubiertoigual,estamoshablandodeVoldemort,lohabríasabidoigualaunquenoledijerasnada.
—¡Podríashabermuerto!—sollozóHagrid—.¡Ynodigasesenombre!—¡VOLDEMORT!—gritóHarry,yHagridseimpresionótantoquedejódellorar—.
Meencontréconélylollamoporsunombre.Porfavor,alégrate,Hagrid,salvamoslaPiedra,yanoestá,nolapodráusar.Tomaunaranadechocolate,tengomuchísimas…
Hagridsesecólanarizconeldorsodelamanoydijo:—Esomehacerecordar…Tehetraídounregalo.—No será un bocadillo de comadreja, ¿verdad? —dijo preocupado Harry, y
finalmenteHagridserió.—No.Dumbledoremediolibreeldíadeayerparahacerlo.Porsupuestotendría
quehabermeechado…Bueno,aquítienes…Parecía un libro con una hermosa cubierta de cuero. Harry lo abrió con
curiosidad…Estaba lleno de fotosmágicas. Sonriéndole y saludándolo desde cadapágina,estabansumadreysupadre…
—Envié lechuzas a todos los compañerosde colegiode tuspadres, pidiéndolesfotos…Sabíaquetúnotenías…¿Tegusta?
Harrynopodíahablar,peroHagridentendió.
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Harry bajó solo a la fiesta de fin de curso de aquella noche. Lo había ayudado alevantarselaseñoraPomfrey,insistiendoenexaminarlounavezmás,asíque,cuandollegó,elGranComedoryaestaballeno.EstabadecoradoconloscoloresdeSlytherin,verdeyplata,paracelebrarel triunfodeaquellacasaalganar lacopadurantesieteaños seguidos. Un gran estandarte, que cubría la pared detrás de la mesa de losprofesores,mostrabalaserpientedeSlytherin.
CuandoHarryentróseprodujounsúbitomurmulloytodoscomenzaronahablaral mismo tiempo. Se deslizó en una silla, entre Ron y Hermione, en la mesa deGryffindor,ytratódehacercasoomisodelhechodequetodosseponíandepieparamirarlo.
Por suerte, Dumbledore llegó unos momentos después. Las conversacionescesaron.
—¡Otroañoseva!—dijoalegrementeDumbledore—.Yvoyafastidiarosconlacharladeunviejo, antesdequepodáis empezar con losdeliciososmanjares. ¡Quéañohemostenido!Esperamosquevuestrascabezasesténunpoquitomásllenasquecuandollegasteis…Ahoratenéistodoelveranoparadejarlasbonitasyvacíasantesde que comience el próximo año…Bien, tengo entendido que hay que entregar laCopa de las Casas y los puntos ganados son: en cuarto lugar, Gryffindor, contrescientosdocepuntos;entercerlugar,Hufflepuff,contrescientoscincuentaydos;Ravenclawtienecuatrocientosveintiséis,ySlytherin,cuatrocientossetentaydos.
UnatormentadevivasyaplausosestallóenlamesadeSlytherin.HarrypudoveraDracoMalfoygolpeandolamesaconsucopa.Eraunavisiónrepugnante.
—Sí, sí, bien hecho, Slytherin —dijo Dumbledore—. Sin embargo, losacontecimientosrecientesdebensertenidosencuenta.
Todossequedaroninmóviles.LassonrisasdelosSlytherinseapagaronunpoco.—Así que —dijo Dumbledore— tengo algunos puntos de última hora para
agregar.Dejadmever.Sí…Primero,paraelseñorRonaldWeasley…Ronsepusotancoloradoqueparecíaunrábanoconinsolación.—…por ser elmejor jugador de ajedrez queHogwarts haya visto enmuchos
años,premioalacasaGryffindorconcincuentapuntos.Las hurras de Gryffindor llegaron hasta el techo encantado, y las estrellas
parecieron estremecerse. Se oyó que Percy les decía a los otros prefectos: «Esmihermano, ¿sabéis? ¡Mi hermano menor! ¡Consiguió pasar en el juego de ajedrezgigantedeMcGonagall!»
Porfinsehizoelsilenciootravez.—Segundo… a la señoritaHermioneGranger…por el uso de la fría lógica al
enfrentarseconelfuego,premioalacasaGryffindorconcincuentapuntos.Hermione enterró la cara entre los brazos.Harry tuvo la casi seguridad de que
estaba llorando. Los cambios en la tabla de puntuaciones pasaban ante ellos:
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Gryffindorestabacienpuntosmásarriba.—Tercero… al señor Harry Potter… —continuó Dumbledore. La sala estaba
mortalmente silenciosa—… por todo su temple y sobresaliente valor, premio a lacasaGryffindorconsesentapuntos.
El estrépito fue total. Los que pudieron sumar, además de gritar y aplaudir, sedieroncuentadequeGryffindorteníalosmismospuntosqueSlytherin,cuatrocientossetentaydos.SiDumbledore lehubieradadounpuntomásaHarry…Peroasínollegabanaganar.
Dumbledorelevantóelbrazo.Lasalafuerecuperandolacalma.—Haymuchostiposdevalentía—dijosonriendoDumbledore—.Hayquetener
un gran coraje para oponerse a nuestros enemigos, pero hace falta elmismo valorparahacerlocon losamigos.Por lo tanto,premiocondiezpuntosal señorNevilleLongbottom.
AlguienquehubieraestadoenlapuertadelGranComedorhabríacreídoquesehabíaproducidounaexplosión,tanfuerteseranlosgritosquesalierondelamesadeGryffindor.Harry,RonyHermione sepusierondepieyvitorearonaNeville, que,blanco de la impresión, desapareció bajo la gente que lo abrazaba. Nunca habíaganadomásdeunpuntoparaGryffindor.Harry,sindejardevitorear,diouncodazoaRony señaló aMalfoy, que no podía haber estadomás atónito y horrorizado si lehubieranechadolamaldicióndelainmovilidadtotal.
—Lo que significa —gritó Dumbledore sobre la salva de aplausos, porqueRavenclawyHufflepuff estabancelebrando laderrotadeSlytherin—,quehayquehaceruncambioenladecoración.
Diounapalmada.Enuninstante,losadornosverdessevolvieronescarlata;losdeplata,dorados,ylagranserpientesedesvanecióparadarpasoalleóndeGryffindor.Snape estrechaba la mano de la profesora McGonagall, con una horrible sonrisaforzadaensucara.CaptólamiradadeHarryyelmuchachosupodeinmediatoquelos sentimientosdeSnapehacia él nohabíancambiadoen absoluto.Aquellono lopreocupaba.Parecíaquelavidaibaavolveralanormalidadenelañopróximo,oalanormalidadtípicadeHogwarts.
Aquélla fue lamejornochede lavidadeHarry,mejorqueganarunpartidodequidditch, o que laNavidad, o que hacer que se desmayara elmonstruo gigante…Nunca,jamás,olvidaríaaquellanoche.
Harry casi no recordaba ya que tenían que recibir los resultados de los exámenes,pero éstos llegaron. Para su gran sorpresa, tanto él comoRon pasaron con buenasnotas. Hermione, por supuesto, fue la mejor del año. Hasta Neville pasó a duraspenas,puessusbuenasnotasenHerbologíacompensaronlosdesastresenPociones.EllosconfiabanenquesuspendieranaGoyle,queeracasitanestúpidocomomalo,
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peroéltambiénaprobó.Eraunalástima,perocomodijoRon,nosepuedetenertodoenlavida.
Ydepronto,susarmariossevaciaron,susequipajesestuvieronlistos,elsapodeNeville apareció en un rincón del cuarto de baño…Todos los alumnos recibieronnotasenlasquelospreveníanparaquenoutilizaranlamagiadurantelasvacaciones(«Siempre espero que se olviden de darnos esas notas», dijo con tristeza FredWeasley). Hagrid estaba allí para llevarlos en los botes que cruzaban el lago.SubieronalexpresodeHogwarts,charlandoyriendo,mientraselpaisajecampestrese volvíamás verde ymenos agreste. Comieron las grageas de todos los sabores,pasaron a toda velocidad por las ciudades de los muggles, se quitaron la ropa demagosysepusieroncamisasyabrigos…YbajaronenelandénnueveytrescuartosdelaestaciónKing'sCross.
Tardaronunpocoensalirdelandén.Unviejoyenjutoguardaestabaalotroladodelataquilla,dejándolospasardedosendosodetresentres,paraquenollamaranlaatenciónsaliendodegolpedeunaparedsólida,puesalarmaríanalosmuggles.
—Tenéisquevenirypasarelveranoconmigo—dijoRon—,losdos.Osenviaréunalechuza.
—Gracias—dijoHarry—.Voyanecesitaralgunaperspectivaagradable.Lagentelosempujabamientrassemovíanhacialaestación,volviendoalmundo
muggle.Algunosledecían.—¡Adiós,Harry!—¡Nosvemos,Potter!—Siguessiendofamoso—dijoRon,consonrisaburlona.—Noallíadondevoy,esoteloaseguro—respondióHarry.Él,RonyHermionepasaronjuntosalaestación.—¡Allíestáél,mamá,allíestá,míralo!EraGinnyWeasley,lahermanitadeRon,peronoseñalabaasuhermano.—¡HarryPotter!—chilló—.¡Mira,mamá!Puedover…—Tranquila,Ginny.Esdemalaeducaciónseñalarconeldedo.LaseñoraWeasleylessonrió.—¿Unañomovido?—lespreguntó.—Mucho —dijo Harry—. Muchas gracias por el jersey y el pastel, señora
Weasley.—Oh,nofuenada.—¿Yaestáslisto?EratíoVernon,todavíaconelrostropúrpura,todavíaconbigotesytodavíacon
aire furioso ante la audacia de Harry, llevando una lechuza en una jaula, en unaestación llena de gente común. Detrás, estaban tía Petunia y Dudley, con aireaterrorizadoantelasolapresenciadeHarry.
—¡UsteddebedeserdelafamiliadeHarry!—dijolaseñoraWeasley.
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—Pordecirloasí—dijotíoVernon—.Dateprisa,muchacho,notenemostodoeldía.—Diolavueltaparairhacialapuerta.
HarryesperóparadespedirsedeRonyHermione.—Nosveremosduranteelverano,entonces.—Espero que…que tengas unas buenas vacaciones—dijoHermione,mirando
inseguraatíoVernon,impresionadadequealguienpudierasertandesagradable.—Oh,loserán—dijoHarry,ysusamigosvieron,consorpresa,lasonrisaburlona
queseextendíaporsucara—.Ellosnosabenquenonospermitenutilizarmagiaencasa.VoyadivertirmemuchoesteveranoconDudley…
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JOANNEKATHLEENROWLING.Escritoraescocesa,conocidaprincipalmenteporsu serie de libros juveniles protagonizados por Harry Potter, verdadero fenómenoliterario a nivel mundial que ha conseguido vender más de 400 millones deejemplares,siendotraducidaamásde20idiomas.
Rowling estudió filología clásica y francés, trabajando como investigadora ysecretariaparaAmnistía Internacionalantesde trabajarenPortugalcomoprofesorade inglés en 1992. Tras un cortomatrimonio volvió a Edimburgo con su hija, sinempleoyenunasituaciónciertamentepreocupante.
Duranteesteperiodo,Rowlingterminósuprimerlibrodelaserie,HarryPotterylapiedra filosofal, manuscrito que fue presentado sin éxito a numerosas editorialeshastaqueBloomsburydecidiópublicarlo.Traseléxito,basadoenelbocaaboca,dellibro,Rowling recibió una beca y un año después el libro comenzó a venderse enEE.UU.
Apartirdelsegundolibro,HarryPotterylacámarasecreta,eléxitodesushistoriascreciódemaneraexponencial,alcanzandoconsusobraslospuestosmásaltosdelaslistasdeventasenprácticamentetodoelmundo.
Pocosañosdespués,lasnovelasdeHarryPottercomenzaronaseradaptadasalcinecongran éxito gracias a directores comoChrisColumbus,MikeNewell oAlfonsoCuarón.Mientras tanto,Rowling recibió numerosos galardones como elAndersen,variosHonorisCausa,elPríncipedeAsturiasdelaConcordiaeinclusolaLegióndeHonorfrancesa.
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Tras la publicación del último libro de la serie,Harry Potter y las reliquias de lamuerte,Rowlinghapublicadovarios libros en elmismouniverso, siempre a títulobenéfico,comoelcasodeLoscuentosdeBeedleelBardo.
En la actualidad Rowling no ha aclarado sus intenciones literarias en el futuro ydisfruta de su éxito realizando numerosos actos benéficos, conferencias eintervencionesafavordelalectura.
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DeJ.K.Rowling
UnaexperienciaenInternetúnicainspiradaenloslibrosdeHarryPotter.Compartelashistoriasyparticipaenellas,demuestratucreatividadenelmundoPotterydescubremásinformaciónsobreelmundodeHarryPotterproporcionadaporla
propiaautora.
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