Guía BasketMe NCAA March Madness 2010
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GUIA BASKETME
NCAA MARCH MADNESS 2010
G U Í A B A S K E T M E N C A A M A R C H M A D N E S S 2 0 1 0
2
2000-09: Una década de locura …………………………………………………………………………….............................. .... … 3
MIDWEST REGION ......................................................................................................................................... 9
La opinión de… Ivan Radenovic (Arizona Wildcats) ....................................................................................... 20
WEST REGION ................................................................................................................................................ 22
La opinión de… Travis Hansen (BYU Cougars) ............................................................................................... 34
SOUTH REGION .............................................................................................................................................. 35
La opinión de… Chris Lofton (Tennessee Volunteers) ................................................................................... 45
EAST REGION ................................................................................................................................................. 47
La opinión de… Chris Drencker (Santa Clara Broncos) .................................................................................. 59
Las predicciones de nuestros expertos ........................................................................................................... 61
Créditos……………………………………………………………………………………………………………………………………………………... 63
ÍNDICE GENERAL
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3
Jorge Diez/Alejandro González. Antes de que
comience la primera March Madness de la nueva
década, repasamos brevemente lo sucedido en la
anterior. Ocho campeones, con dobletes de North
Carolina y Florida y un sinfín de estrellas y grandes
partidos.
INDIANAPOLIS 2000 Campeón: Michigan State.
MOP: Mateen Cleaves
Los Spartans estrenaban la década consiguiendo el
segundo título de su historia, tras el conquistado
en 1979. Los de Tom Izzo completaron una
temporada perfecta en casa, mostrándose
únicamente débiles lejos de East Lansing. La recta
final del equipo fue excelente, imponiéndose en
sus últimos once partidos hasta alzarse con la
victoria final.
El torneo estuvo protagonizado por las sorpresas,
siendo precisamente MSU la única cabeza de serie
en llegar a la Final Four. Florida, #5, se deshacía de
Duke en el Este. North Carolina, #8, derrotaba a
Stanford y se ganaba un billete a Indianapolis ante
la #7 Tulsa en el Sur. En el Oeste la férrea
Wisconsin, también #8, dejaban en la cuneta a
Arizona y superaba en Elite Eight a la #6 Purdue.
Un buen año para la Big Ten, que metía tres
representantes entre los ocho mejores.
El mastodóntico RCA Dome de Indianapolis acogía
la Final Four. Florida, con Mike Miller y Udonis
Haslem a la cabeza había alcanzado su primera
final nacional al ganar a una combativa UNC
liderada por Joseph Forte y Brendan Haywood. En
la otra semifinal, Michigan State sufria mucho ante
la excepcional defensa de Wisconsin en un partido
made in Big Ten (53-41). Los Badgers eran un
equipo sin estrellas, duro y muy compacto. La
calidad espartana acabó por imponerse.
En la final, Mateen Cleaves daba el susto al caer
lesionado cuando su equipo lo estaba pasando
francamente mal ante el empuje de los Gators.
Pero el base retornaba poco después para liderar
el estirón definitivo en el ecuador de la segunda
mitad acompañando a Morris Peterson (21
puntos) y AJ Granger (19-9). Cleaves se iba hasta
los 18 tantos. Michigan State acababa
imponiéndose 89-76. El quinteto base del
campeón lo completaban el ex ACB Charlie Bell y
Andre Hutson. Jason Richardson, por entonces
freshman, y otro ex ACB, Aloysius Anagonye, eran
los otros nombres destacados de aquella plantilla
de Izzo.
MINNEAPOLIS 2001
Campeón: Duke
MOP: Shane Battier
Duke volvía a saborear las mieles del triunfo tras
tiempos de sequia y pinchazos desde el back to
back de la generación de Christian Laettner. El
HHH Metrodome de Minneapolis vivió una de las
Final Four con más talento reunido de los últimos
años. Además del vencedor final, coincidían el
equipo que cedía el titulo, la Michigan State de
Bell, Richarson, Hutson y el freshman Randolph
con el que lo conseguiría un año después, el grupo
de Maryland liderado por Juan Dixon.
En un torneo que vivió un upset de los que quedan
en el recuerdo, con el triunfo de #15 Hampton
sobre #2 Iowa State, y la inclusión del sexagésimo
quinto equipo y la instauración de la ronda previa,
una de las grandes historias fue la protagonizada
por Arizona. Por el sensacional quinteto de los
Wildcats, con Jason Gardner, Gilbert Arenas,
Richard Jefferson, Michael Wright y Loren Woods
ofreciendo una recta final de temporada
excepcional como homenaje a su ya por entonces
mítico entrenador Lute Olson, que sufría uno de
los primeros grandes golpes de su dura década con
la muerte de su mujer.
En semifinales, Arizona arrasaba a Michigan State
mientras que Duke se tenía que sobreponer al
espectacular inicio de Maryland, con ventajas de
hasta 18 puntos de los Terps, para acabar
llevándose la victoria.
La final fue una reunión de grandes entrenadores y
excelentes jugadores. En ese choque salió
2000-09: Una década de locura
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victoriosa Duke (82-720, que contaba con el
sensacional Jay Williams (cuantas noches de gloria
nos hemos perdido…), Carlos Boozer y los dos
hombres clave de la final, Shane Battier (14 puntos
y 11 rebotes) y Mike Dunleavy Jr. (21 puntos y 5
triples). Nate James y Chris Duhon como sexto
hombres completaban la base de los victoriosos
Devils.
ATLANTA 2002
Campeón: Maryland
MOP: Juan Dixon
Gary Williams y sus chicos ya habían avisado en la
edición anterior, y a pesar de la baja del ahora
barcelonista Terrence Morris, Maryland volvió a la
Final Four y esta vez para llevarse el título. Gary
Williams contaba con un gran quinteto compuesto
por Steve Blake, Juan Dixon, Byron Mouton, Lonny
Baxter y Chris Wilcox, bien completado desde el
banquillo por Drew Nicholas y Tahj Holden.
Aquellos Terps tenían ritmo, anotación, rebote,
carácter y el liderazgo de un Dixon soberbio en los
momentos decisivos.
Kansas, con Roy Williams en el banquillo y el trió
Hinrich-Gooden-Collison ya en funcionamiento
parecía el mayor rival para Maryland, que había
superado a la Oklahoma de Hollis Price y Aaron
McGhee en la otra semifinal. Pero los Jayhwaks
fuero una víctima más de la gran cenicienta del
torneo. Indiana, irregular durante todo el año,
partía desde un #5 sin demasiadas esperanzas, con
un equipo discreto pero bien trabajado
encabezado por Jared Jeffries. Los Hoosiers
superaron por un punto a la defensora del título,
Duke, que con Dunleavy Jr, Jay Williams, Duhon,
Jones y Boozer era uno de los grandes cocos del
torneo. Tras los Blue Devils, la#10 Kent State, la
gran sorpresa del torneo, dejaba vía libre para los
Hoosiers hasta Atlanta.
En la final del Georgia Dome, Indiana presentó
batalla pero Maryland siempre dio sensación de
ser mejor. La cantidad de recursos de los de Gary
Williams y su hambre de triunfo llevó a los
Terrapins a la victoria final por 64-52.
NEW ORLEANS 2003
Campeón: Syracuse
MOP: Carmelo Anthony
El año de la gran generación del draft, muchas
miradas estaban puestas en el torneo por la
cantidad de grandes talentos que se exponían ante
los entrenadores y scouts de la NBA. Entre tanto
destello individual, Carmelo Anthony lideraba a
Syracuse a su primer y hasta el momento único
campeonato nacional. Los Orangemen partieron
como #3 y tras sufrir ante #10 Auburn en Sweet
Sixteen, ganaron con autoridad a la Oklahoma de
Hollis Price para plantarse en el Louisiana
Superdome.
En semifinales, Cuse daba cuenta de la Texas de TJ
Ford, Brandon Mouton y Jamel Thomas, con una
espectacular, otra más, exhibición ofensiva de
Melo. En la otra semifinal, Kansas arrasó a una
impotente Marquette de Dwayne Wade.
La gran final fue un partido de los que se
recuerdan. Un excelente grupo Jayhawks, ya sin
Gooden pero con Collison como referencia interior
y un backcourt rapidísimo, compuesto por Kirk
Hinrich, Keith Langford y Aaron Miles, que
imprimía una velocidad de vértigo. Roy Williams
volvía a quedarse cerca de su primer título, que no
conseguiría hasta su traslado a Chapel Hill. Era
Boeheim (menudo duelo de entrenadores) el que
estrenaba su palmarés. Carmelo Anthony era la
estrella, pero seguramente de aquella final queden
para el recuerdo los seis triples de Gerry
McNamara en la primera parte y el tapón de
Hakim Warrick al triple de Michael Lee que
buscaba mandar el partido a la prorroga (81-78).
SAN ANTONIO 2004
Campeón: UConn
MOP: Emeka Okafor
Connecticut repetía victoria cinco años después
del primer título de Calhoun y sus Huskies en 1999
de la mano de Richard Hamilton. Esta vez, era la
generación de Ben Gordon y Emeka Okafor los
triunfadores. UConn se había beneficiado del
tercer batacazo de Stanford como número uno de
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la década, esta vez ante #8 Alabama en segunda
ronda, disfrutando de un plácido camino hasta San
Antonio culminado con una cómoda victoria ante,
precisamente, los Crimson Tide en Elite Eight.
Los cruces de regiones habían deparado una final
adelantada en el Alamodome, pues los Huskies se
cruzaron en semis con la Duke del famoso quinteto
formado por Chris Duhon, Daniel Ewing, JJ Redick,
Luol Deng y Shelden Williams. Los Devils parecían
los grandes favoritos cuando se inició la Madness,
pero a la hora de la verdad su gran quinteto se
vino abajo, Williams acabó eliminado por faltas y
el colapso de los de coach K en los últimos 4:30 del
partido propició la victoria de UConn. Aun así,
Chris Duhon tuvo el triple de la victoria en sus
manos.
En la otra semifinal, Georgia Tech, que llevaba a la
F4 aprovechando el pinchazo del #1 de su región
Kentucky ante #9 UAB (uno de los upsets de la
década) se impuso a una buena Oklahoma State
que reunía nombres conocidos en el
profesionalismo como Tony Allen, John Lucas y
Joey Graham. Fue John Lucas con un triple el que
igualaba un partido que había dominado casi por
completo GT. Los Yellow Jackets estaban liderados
por el backcourt formado por Jarrett Jack y B.J.
Elder, pero fue Will Bynum, que salía desde el
banquillo, el que anotase en la última posesión de
su equipo la canasta ganadora.
En el partido decisivo UConn se mostró muy
superior a Georgia Tech. Los de Calhoun tenían
más calidad, presencia física, profundidad y
variedad de recursos. A los ya mencionados
Gordon y Okafor se unían Josh Boone, Rashad
Anderson y Talick Brown en un quinteto titular que
complementaban desde el banquillo escuderos de
lujo como Marcus Williams, Charlie Villanueva y
Denham Brown. Segundo titulo para los Huskies,
que demostraban su buen trabajo de planificación
con la segunda de las tres generaciones de F4
reunidas en tan sólo once años (99, 04, 09).
SAINT LOUIS 2005
Campeón: North Carolina
MOP: Sean May
Por fin, Roy Williams era campeón nacional. North
Carolina conseguía en el Edward Jones Arena el
primero de sus dos trofeos de la década. con una
excelente generación que se marchó en
desbandada camino al profesionalismo tras la
victoria, dejando paso a una generación que se
coronaria cuatro temporadas más tarde.
UNC era una de las grandes favoritas, con uno de
los mejores equipos reunidos en los últimos años.
Raymond Felton, Jackie Manuel, Rashad McCants,
Jawad Williams y Sean May formaban un
magnifico quinteto titular. Marvin Williams y David
Noel, una rotación de autentico lujo. Los Tar Heels
casi se quedaron por el camino, ganando con
sufrimiento y polémica a Villanova en Sweet 16,
para luego barrer a Wisconsin y tomar rumbo a
Missouri.
Fue también el torneo del infarto y las prórrogas.
Los otros tres participantes en la fiesta de Saint
Louis llegaron con victorias en el tiempo
suplementario. Con dos sorpresas. La primera #5
Louisville (Francisco Garcia, Taquan Dean, Larry
O’Bannon…), que había tumbado a #1 Washington
en Sweet 16 antes de protagonizar el dramático
partido ante West Virginia en Elite Eight. Tambien
#5, Michigan State (Maurice Ager, Alan Anderson,
Paul Davis, Shannon Brown) ganaba a una #1 Duke
aún con Redick y Williams para luego ser partícipe
de uno de los partidos más intensos,
emocionantes y controvertidos de la década. #2
Kentucky esperaba a los de Izzo en Elite Eight, y
tras un disputado partido Patrick Sparks lanzaba a
la desesperada intentando empatar el partido para
Kentucky sobre la bocina. El balón botaba varias
veces en el aro antes de colarse. Los Wildcats
estallaban de alegría mientras los árbitros decidían
que había que revisar la acción en video. Casi diez
minutos de nervios, protestas y revisiones hasta
que los colegiados daban la canasta por válida. El
partido se iba a la primera de las dos prórrogas
que necesitó Michigan State para conseguir su
billete a la F4.
Quien cumplía era Illinois, en otro partido para el
recuerdo frente a #2 Arizona. Todo un clásico.
Quince abajo a falta de cuatro minutos, y
espectacular remontada de los Illini que culmina
un triple de Deron Williams que manda el partido
a la prórroga. En el tiempo suplementario, Illinois
termina por derrotar a los desmoronados
Wildcats.
Toda la emoción se quedó en Elite Eight. Las
semifinales nacionales se saldaban con claros
triunfos de UNC e Illinois. Estaba servida una de las
mejores finales universitarias de lo que llevamos
de siglo. El gran equipo Tar Heel frente a un
quinteto Illini de excepción, con tres eléctricos
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guards (Deron Wiliams, Dee Brown y Luther Head),
Roger Powell de enganche y James Augustine por
dentro. North Carolina llevó el ritmo del
encuentro, y parecía romper el partido yéndose 15
arriba en la segunda parte. De nuevo Illinois nos
ofreció otra remontada espectacular. Con el 70-70
en el marcador, Williams y los suyos se secaron, y
North Carolina cerraba con oficio la victoria.
INDIANAPOLIS 2006
Campeón: Florida
MOP: Joakim Noah
La temporada 2005-2006 parecía empezar sin un
favorito claro para alzarse con el Torneo, pues
había un ramillete de equipos
(Duke,UConn,Villanova, Michigan State, Texas) que
aspiraban a ello. Con quien nadie contaba era con
Florida, que había perdido a Walsh, Roberson y
David Lee, y no era votada ni para entrar en el
Top25.
Al llegar el torneo, surgió una, si no la mayor, de
las cinderellas de la década. George Mason desde
su seed 11, alcanzó la FF tras derrotar a Michigan
State, North Carolina y Connecticut, tres de los
grandes equipos de la NCAA. La acompañaban
UCLA, dando muestras de su solidez, y una LSU
que con Tasmin Mitchell, Tyrus Thomas y Glen
Davis contaba con un frontcourt de auténtico lujo.
El último invitado era Florida, que había vencido al
seed 1 de su región, la Villanova de los pequeñitos
(Nardi,Foye,Allan Ray y Lowry), gracias a la
monstruosa actuación de Noah y Horford en la
pintura.
Ningún seed 1 había alcanzado la meta y quizá
UCLA era la favorita por su defensa y profundidad,
pues contaba con Farmar, Afflalo, Mbah a Moute,
Darren Collison o Ryan Hollins, todos ellos ahora
en la NBA. Así lo demostraron dejando en 45
puntos a LSU, los mismos en los que se había
quedado Memphis contra ellos en Elite 8.
Florida por su parte resolvió como un trámite el
partido ante George Mason, y muchos señalaban
que la presión defensiva de UCLA sobre los bases
de Florida les destrozaría. Taurean Green (ex Cai
Zaragoza) si sucumbió, pero los Bruins no
contaban con la trabajada defensa de los Gators,
con un Noah colocándoles 6 tapones y dominando
a placer, mientras Lee Humphrey apuntillaba
desde fuera. El 73-57 final fue el fiel reflejo de
unos Gators que habían vivido la explosión de su
camada sophomore (Horford,Noah,Green,Brewer)
y que con un solo senior (Adrian Moss, ex-Los
Barrios y ex-Cáceres de Leb Oro) daban a Florida el
primer título de su historia.
ATLANTA 2007
Campeón: Florida
MOP: Corey Brewer
En lugar de saltar a la NBA como es habitual
cuando se triunfa, los vencedores Gators
decidieron volver en bloque para ganar un
segundo título consecutivo, para el que eran
máximos favoritos, con Kansas (Chalmers, Rush,
Julian Wright, Sasha Kaun, Collins,etc.) y North
Carolina(Tyler Hansbrough, W.Ellington, Rayshawn
Terry, Brandan Wright,Lawson...) como
alternativas. Pero también había llegado a la
competición, “el elegido” en posiciones interiores,
un Greg Oden freshman que acompañado de Mike
Conley y Daequan Cook, habían formado una de
las mejores clases de la nación y aspiraban a
derrocar a los Gators antes de dar el salto a la
NBA.
A pesar de lo conseguido el año pasado, Florida
perdió algunos partidos, que le hicieron ceder el
número 1 de la nación a Ohio State.
Los cuatro favoritos mencionados llegaban hasta
Elite8, pero de ahí solo pasarían Florida y Ohio
State, pues la infravalorada UCLA (ya sin Farmar,
pero con Westbrook, aunque freshman) volvió a
usar su excelente defensa para parar a Kansas y la
Georgetown de Hibbert y Jeff Green hacia lo
propio con North Carolina.
Mientras en una semifinal se revalidaría la final del
año pasado, en la otra esperaba el duelo entre
Hibbert y Oden. Hibbert ganó la partida a Oden,
pero Mike Conley fue muy importante en aquel
torneo y consiguió clasificar a los Buckeyes para la
final. Allí se enfrentaron a una Florida que había
derrotado a UCLA aplastándoles de nuevo en el
rebote y con un Lee Humphrey que conseguía el
récord de triples en el torneo NCAA.
La final fue dominada por Florida, a pesar de que
Oden (25 puntos 12 rebotes y 4 tapones) hizo
mucho daño al juego interior de los Gators,
incapaces de pararle (Horford le hizo frente en la
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segunda mitad del choque), pero los de Donovan
encontraron en el exterior (10/18 en triples)
gracias a Green y Humphrey un respiro para ganar
(84-75)
Segundo título para las huestes de Donovan y
entrada en la leyenda para ese quinteto mágico
(Green-Humphrey-Brewer-Noah-Horford)
SAN ANTONIO 2008
Campeón: Kansas
MOP: Mario Chalmers
Antes de empezar la temporada de nuevo había un
ramillete de favoritos tras la descomposición de
Ohio State y Florida. North Carolina (con
Hansbrough al frente), UCLA (que mantenía el
bloque salvo Afflalo, y con la llegada de Kevin Love
parecía obtener la amenaza interior que les
faltaba), Kansas (a pesar de perder a Julian
Wright), Memphis (con Derrick Rose y un equipo
que había sido candidato las dos pasadas
temporadas) y Georgetown (en la que Hibbert y
Jeff Green habían decidido volver para su
temporada senior)
El final de temporada, aparte del impacto del
freshman Kevin Durant en Texas, dejaba a los
favoritos intactos, salvo quizá Georgetown que no
se mostraba tan sólida como se esperaba.
Memphis por su parte solo había perdido un
partido (ante el número 2 de esa semana, la
Tennessee de Chris Lofton, ahora en Estudiantes) y
eran el rival a batir.
Desde el principio comenzó North Carolina a batir
rivales con amplias diferencias hasta llegar a la FF,
mientras Kansas sin tanto estilismo, generaba
muchas más dudas y estuvieron a un triple de caer
ante la sorpresa de la década junto a la George
Mason de 2006. Stephen Curry al mando de
Davidson habían derrotado a Gonzaga,
Georgetown y Wisconsin con actuaciones por
encima de 40 puntos del escolta incluidas.
Finalmente sucumbieron por 59-57 ante los
Jayhawks.
En el otro lado, Memphis también arrasaba rivales
(92-57 a Michigan State en Sweet Sixteen y 85-66 a
la Texas de Durant en Elite Eight), enfrentándose
en la semifinal a una UCLA que alcanzaba su
tercera FF consecutiva y que había encontrado en
Love (MOP de su región), la pieza que les faltaba.
Por primera vez desde que se instauró el bracket
de 65 equipos (1985) los 4 números 1 de cada
región llegaban a la FF, por lo que se esperaba una
FF de gran calidad con la esperada final entre
North Carolina y Memphis. Pero no fue así, porque
Kansas, quizá el equipo más flojo para los analistas
antes de disputarse, dieron la sorpresa,
derrotando a una UNC que salió dormida y ya iba
28 puntos abajo en la primera parte, una distancia
que resultó insalvable.
En la otra semifinal, UCLA fue incapaz de hacer
frente a Douglas Roberts (28 puntos) y Derrick
Rose (25), y ni Kevin Love planteó los problemas
previstos a los Tigers.
Con estos resultados, y un Derrick Rose
espectacular en todo el torneo, el favorito estaba
claro: Memphis iba a ganar el título. Pero a Kansas
siempre se le ha dado bien ir de tapado, y
Memphis tiraba el campeonato cuando en el
último minuto tanto Douglas Roberts como Rose
fallaban tiros libres que permitían a Chalmers
empatar el partido sobre la bocina y llevarlo a la
prórroga. El parcial 18-2 entre el final del tiempo
regular y el inicio de la prórroga, dejaba bien a las
claras quien acabaría siendo el ganador (Kansas
por 75-68)
DETROIT 2009
Campeón: North Carolina
MOP: Wayne Ellington
Esta vez el favorito era unánime. North Carolina
contaba con unos Hansbrough, Lawson, Ellington y
Thompson ya junior, completados por la juventud
de Ed Davis y la veteranía de Danny Green. Un
equipo completísimo y que ya tenía la experiencia
de no haber logrado su objetivo las dos últimas
temporadas.
UCLA, Connecticut, Duke(Singler, Scheyer),
Louisville(T.Williams, E.Clark) o Pittsburgh (Sam
Young, Blair) se repartían el favoritismo para ser
segundos en esta temporada. Pero una temporada
universitaria da para mucho y UCLA confirmaba
que a pesar de contar con Collison o Jrue Holiday,
no estaban preparados para llegar a tan altas
cotas. Sin embargo Michigan State, Villanova,
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Memphis (con Tyreke Evans sustituyendo a Rose) o
la Oklahoma de Blake Griffin ascendían al final de
temporada en las previsiones.
Louisville y Pittsburgh lograron llegar a Elite 8
como seed 1, en un torneo sin muchas sorpresas,
pero allí tanto Michigan State (la FF se jugaba en
su casa y tenían que estar), como Villanova se
deshicieron de ellos. Por otro lado, North Carolina
se paseó todo el torneo, y solo Oklahoma había
conseguido ponerles en algún aprieto.
El cuarto equipo sería Connecticut (Thabeet, A.J.
Price, Jeff Adrien , ahora en el Breogan de Leb
Oro,) que derrotaba a una eficaz y sorprendente
Missouri, pero al que la baja de Dyson por lesión
restaba favoritismo.
En la primera semifinal, los Spartans de Izzo con
Raymar Morgan (18 puntos 9 rebotes) y Kalin
Lucas (21 puntos) ofreciendo su mejor cara y el
apoyo del público derrotaban a una Connecticut,
que a pesar de contar con mucho poderío interior,
tuvo enfrente a un Goran Suton con oficio para
minimizar los daños. En la segunda, North Carolina
se desharía de una Villanova peleona, pero a la
que le falló el lanzamiento exterior (5/27) lo que
permitía a la mayor calidad de North Carolina
imponerse.
El duelo final era claro: la calidad de North Carolina
contra el sentimiento de todo un Estado, muy
afectado por la crisis económica, que representaba
Michigan State. Pero el cuento no tuvo un final
feliz para los anfitriones, pues North Carolina se
mostró muy superior y acabó llevándose un
campeonato merecido, eran el mejor equipo de la
nación.
MIDWEST REGION EDWARD JONES ARENA – SAINT LOUIS, MISSOURI
VS
VS
VS
VS
VS
VS
VS
VS #15 UC Santa Barbara #2 Ohio State
#10 Georgia Tech #7 Oklahoma State
#14 Ohio #3 Georgetown
#11 San Diego State #6 Tennessee
#13 Houston #4 Maryland
#12 New Mexico State #5 Michigan State
#9 Northern Iowa #8 UNLV
#16 Lehigh #1 Kansas
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Juan Cobos. Los grandes favoritos para el título a
principios de temporada, han confirmado las
expectativas en ellos depositadas hasta el inicio del gran
baile. Tras alzarse con el título de campeones en 2008, y
asumir el papel de líderes y llevar al equipo más lejos de
lo esperado la temporada pasada, Sherron Collins y Cole
Aldrich han respondido a lo que se esperaba de ellos
manteniendo a Kansas durante todo el año
prácticamente como número 1 del país y a los títulos de
temporada regular y torneo de conferencia en la Big 12.
A priori los Jayhawks reúnen todos los ingredientes
necesarios para volver a disfrutar de la gloria: calidad,
físico, experiencia, conjunción, un entrenador de
primera fila liberado de la presión que le perseguía a él,
y al programa tras quedarse en varias ocasiones a las
puertas, y hambre. Hambre empezando por los propios
Collins y Aldrich, jugadores que desean buscar el título
como referencias y no como complementos de
banquillo. Un paso más hacia los dólares NBA. Dólares
que también esperan más cerca que lejos al talentoso
freshman Xavier Henry.
La rotación principal de los Jayhwaks está integrada por
8 jugadores. En el perímetro, Sherron Collins y Tyshawn
Taylor comparten las labores de dirección. Es el
segundo, un escolta con dotes de mando, buen pasador
y buen manejador de balón, aceptable tirador, el que
haces las veces de uno cuando ambos comparten
cancha, aprovechando la capacidad anotadora de Collins
como escolta, corriendo, saliendo de los bloqueos. Aún
así, Taylor se ha visto ensombrecido esta temporada por
la llegada del freshman Xavier Henry y sus problemas
extradeportivos (lesiones producidas en una pelea con
los jugadores de football de la universidad) no han
ayudado a un óptimo rendimiento. Puede que le falte
madurar. El verano de oro en Nueva Zelanda también
puede ser una razón de su bajón. Pérdida de
concentración, subida de ego…Sherron Collins sin
embargo es un base más puro pese a ser un anotador. El
senior es un líder en la pista, rápido, con un gran 1x1,
tirando desde fuera, yéndose hacia canasta. Le encanta
la toma de decisiones cuando la pelota quema. Asume la
responsabilidad, y pese a no ser un jugador
especialmente brillante en el tema físico, es chiquito, no
se come todos los bloqueos en defensa como Taylor.
En las alas, Xavier Henry parte como titular. Jugador con
gran planta para la posición de dos, buen tirador, zurdo,
ayuda en el rebote. Uno de los freshmen que mejor
rendimiento ha dado esta temporada, y sin duda el
mejor escolta-alero de su promoción. Una gran suerte
para los Jayhawks la marcha de Calipari a Kentucky que
propició su llegada.
Saliendo desde el banquillo, dos campeones nacionales
de raza blanca. Tiradores. La pareja Brady Morningstar –
Tyrel Reed me recuerda a los Bulls del 96 y sus chicos de
Arizona, Steve Kerr y Jud Buechler, saliendo desde el
banquillo para bombardear desde el perímetro. Su falta
de potencial atlético les resta un punto de velocidad al
juego de Kansas, pero cumplen sobradamente en sus
minutos de rol en cancha.
En la pintura la rotación la componen el center Cole
Aldrich y los gemelos Morris. Los gemelos Morris en esta
su segunda campaña en Kansas han confirmado lo que
apuntaban desde high school y se presentan como
sólidos jugadores de equipo campeón. De un corte
similar, con buen físico, ágiles, capacidad para rebotear,
para atacar la canasta tras bote, o tirar en suspensión, es
Marcus el que se ha mostrado más efectivo de cara a la
canasta, con más participación ofensiva en los esquemas
del coach Self. Markieff sale desde el banquillo haciendo
pareja tanto con su hermano como con Aldrich. Aldrich
ha dado un bajón en su rendimiento con respecto al año
pasado, perdiendo capacidad de anotar desde la
personal, en suspensión, y también desde el poste bajo,
donde se muestra excesivamente mecánico en sus
movimientos, con problemas en la finalización y algo
corto de cualidades siendo más efectivo para anotar tras
rebote de ataque o asistencia. Sin embargo, en defensa
se ha mantenido como un dominador del rebote y un
intimidador total. Móvil, con capacidad para ejecutar los
flash, su tamaño, sus kilos y su fuerza dotan de solidez a
la pintura de los Jayhwaks. Pese a su bajón numérico, ha
conseguido seguir siendo una referencia en lo que ahora
es el gran favorito para la competición.
La estrella: Cole Aldrich. Un ejemplar que escasea en el
baloncesto colegial. Grande, fuerte, serio, intimidador,
defensivamente fundamental.
No perdáis de vista a: Sherron Collins. Su capacidad de
anotar de todas formas, su liderazgo, y su carácter para
asumir las pelotas calientes serán claves si los partidos
se aprietan.
#1 Kansas Jayhawks (32-2, 15-1 Big12)
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Josemi Diz. Al comienzo del curso, hablábamos de Ohio
State como uno de los posibles ‘outsiders’ en la ‘Big
Ten’. Los chicos de Thad Matta han cumplido con creces,
ganando la conferencia y después el torneo. Todo ello a
pesar de la falta de su estrella Evan Turner, que se
perdió una parte del principio de temporada por lesión.
Sin embargo, dichos títulos, no han sido suficientes para
conseguir ser cabezas de serie y se tendrán que
conformar con ser números dos en la complicada región
Midwest.
Estamos seguramente ante el equipo con menos
efectivos del Torneo. Matta apenas dispone de banquillo
y su quinteto titular va a llegar con bastantes minutos
acumulados. Además vienen de jugar tres partidos
seguidos en el ‘Big Ten’ Tournament, uno de ellos con
dos prórrogas. Kyle Madsen es el único reserva que
dispone de minutos importantes, dando descanso a
Dallas Lauderdale.
Salvo que Turner haga una machada, se antoja difícil ver
a los Buckeyes llegando hasta Indianápolis. No disponen
de un base, tarea que suele llevar a cabo el propio
Turner y a pesar de sus casi seis asistencias de media,
sus más de cuatro pérdidas por partido, dejan a las
claras que tiene problemas a la hora de distribuir el
juego.
Para que Evan pueda tener más espacios y margen de
maniobra, Ohio State necesita que su mejor tirador, Jon
Diebler, esté acertado desde la linea de tres. Lo mismo
que Buford, que sin ser una amenaza exterior, ayuda
mucho en el rebote. Aunque sin duda, el mejor
camarada de Turner es David Lighty. Jugador que ha
tirado del carro en ausencia de Evan y que anotó dos
tiros claves para ganar en semis a Illinois, con Turner
eliminado por faltas.
Es un equipo pequeño y van a tener muchos problemas
ante jugadores altos y físicos. Matta suele utilizar una
zona trap, con Turner y Lighty en la cabeza, cubriendo
las lineas de pase y forzando bastantes pérdidas al rival.
La estrella – Evan Turner. Por segunda temporada
consecutiva, Turner ha liderado en puntos, rebotes,
asistencias y robos a su equipo. No sólo eso, sino que ha
sido el jugador del año en la ‘Big Ten’ y debería serlo
también de la NCAA. Salvo sorpresa, será un Top 3 en el
próximo Draft.
No perdais de vista a... David Lighty. Buen anotador en
sus años de instituto, aceptó el reto de Matta de
mejorar en tareas defensivas y es el hombre asignado
para defender al mejor exterior del equipo rival. No tan
conocido como Turner, pero vital para los esquemas de
su equipo.
Alejandro González. Los Hoyas retornan al gran baile
tras la decepcionante pasada temporada, echando
mano de las mismas armas y superando las mismas
limitaciones. John Thompson III tiene un equipo
numéricamente muy limitado, mas aun tras la
graduación de Jessie Sapp, que depende de cinco
titulares básicos que son conscientes de que no pueden
esperar gran cosa (o más bien nada) del refresco que
sale de un banquillo que sólo ofrece dos jugadores de
rotación de garantías.
Esta escasez de recursos imprime una gran exigencia
física y mental al equipo, que responde de manera un
tanto irregular, creciéndose cuando las cosas salen de
cara apelando casi a la heroica pero desmontándose con
demasiada facilidad en algunas ocasiones. Ya se sabe, la
mente modula tanto el impacto del cansancio. Es por
ello que los capitalinos son capaces de perder ante
Rutgers y South Florida de forma clara, para después
completar un excelente torneo de conferencia,
tumbando a Syracuse, para quedarse a segundos (y un
par de decisiones correctas) de alzarse con el título de la
Big East ante West Virginia.
El núcleo básico de Georgetown está liderado por Greg
Monroe, uno de los pívots más inteligentes y de más
clase que han pisado las canchas universitarias en los
últimos años. Un jugador completísimo, con alma de
líder y ramalazos de instinto de base. Monroe pone el
punto de orden y guía del que carece el verdadero base
del equipo, además de anotar y rebotear de manera
solvente. Quizá se echa un poco de menos mayor
hambre anotadora y algo de dureza bajo tableros,
aspectos que parece poseer también pero que aparecen
de forma fugaz e inconstante. De su discurrir en la
cancha, con o sin la bola, dependen las opciones
ofensivas y las esperanzas de victoria de G’town.
Ese base que comentábamos es Chris Wright. Un chico
eléctrico, rapidísimo y con bastante talento y capacidad
#3 Georgetown Hoyas (23-10, 10-8 Big East
#2 Ohio State Buckeyes (27-7, 14-4 Big Ten)
G U Í A B A S K E T M E N C A A M A R C H M A D N E S S 2 0 1 0
12
anotadora. Un jugador irregular, que puede dinamitar
un partido para bien o para mal, superando los 25-30
puntos para liderar un triunfo, perderse en un
maremágnum de fallos o cometer tonterías (como
aquella falta en la final de la Big East) que pueden
condenar a su equipo. Wright es fundamental para
mantener el nivel físico y el ritmo del partido, siendo el
más resistente y explosivo de los Hoyas. Un pulmón y un
termómetro emocional importantísimo.
La otra gran pieza clave para Thompson III es Austin
Freeman, el que mantiene el pulso anotador de forma
más constante, teniendo noches de autentico big-time
scorer. A él se encomienda el equipo cuando hace más
falta hacen los puntos. Freeman responde tanto desde
el perímetro como atacando el aro. En el camino, no
baja el pistón y echa un cable esencial en tareas menos
agradecidas.
Hasta aquí la parte que brilla en las estadísticas y los
highlights. Los otros dos miembros del quinteto son
Jason Clark y Julian Vaughn. Dos hombres que aportan
en muchas facetas, cohesionando el equipo y
aumentando el nivel y el rendimiento defensivo. Clark
ha heredado el papel de Sapp, y ha tenido algunos
momentos de verdadero brillo anotador. Vaughn se
pega con todos, busca todos los balones y ayuda lo
indecible a Monroe. No aparecerán en ningún resumen,
en ningún “star watch” pero para los Hoyas son
fundamentales. Primero por lo mucho que hacen.
Segundo, porque ya no hay más. Hollis Thompson es la
única ayuda relevante desde el banquillo. Un jugador
discreto, correcto y entregado con firmeza a su papel de
secundario. Jerrelle Benimon y el decepcionante Henry
Sims dan para muy poco.
Georgetown vive al límite. Juega intenso, con un ritmo
versátil y muchas opciones en ambos lados de la cancha,
pero siempre al límite. El mal día de uno de sus tres
pilares básicos o los problemas de faltas pueden
condenarles ante, literalmente, cualquier rival. Con todo
ello, se antoja imposible predecir el recorrido del equipo
en el torneo. DE momento parece que el camino podría
estar bastante despejado con la débil Ohio de primer
rival y Tennessee (o San Diego State, pues ese duelo
huele a upset) en segunda ronda. Si cumplen, los Hoyas
deberían poder jugarse una plaza en Elite Eight ante
Ohio State.
La estrella: Greg Monroe. Tomad asiento y disfrutar.
Talento, clase, elegancia e inteligencia. Un jugador
interior que se disfraza de base a veces. Un director que
se transforma en un sinfín de opciones y regalos para el
aficionado.
No perdáis de vista a: Chris Wright. Freeman es la gran
referencia ofensiva, pero Wright pone el listón del
equipo. Con un buen día, multiplica las opciones de
victoria. Con unos malos minutos, puede tirar por la
borda un partido.
Juan Cobos. Tras una temporada convulsa en el que
incluso se llegó a cuestionar la continuidad en el
banquillo de Gary Williams, y que acabó con una serie
de recitales de Vásquez que dieron con los Terps
llegando a la segunda ronda del torneo, el regreso de
sus mejores hombres ilusionaba a los seguidores de
Maryland para este curso.
Al igual que la pasada campaña, un inicio dubitativo, con
derrotas dando una pobre imagen en Maui, presentaba
una contrariedad con respecto a lo que se esperaba del
equipo. Vásquez no carburaba y el equipo no
funcionaba.
Greivis Vásquez es todo el equipo de Maryland y más. El
venezolano, un base senior de 1’98 que ya apuntaba
desde que era el socio en High School de Kevin Durant,
es el líder del equipo. Muy experto, lleva años siendo
también el líder de su selección. Por el pasan todos los
ataques del equipo. Un base muy alto y muy fuerte, con
mucho carácter y con una conexión especial con su
entrenador, que le da libertad para tomar todas las
decisiones.
Vásquez es el líder anotador del equipo, con promedios
en los últimos meses superiores a 20 puntos, pero
también el que surte de balones a sus compañeros, líder
de su conferencia en asistencias, y con capacidad para
ayudar en el rebote. No es extraño verle rondando el
triple doble. No es un jugador muy musculado, pero es
fuerte. Aprovecha esa fuerza para conseguir recibir el
balón saliendo de los bloqueos. Su altura le permite
lanzar también con el defensor encima, y no se arruga,
va al aro, saca faltas. Es muy fiable desde la personal.
Pero también tiene recursos para detenerse y anotar a
media distancia. En defensa no presenta las mismas
credenciales que en la ofensiva, pero es un jugador alto
y fuerte, y listo. Se defiende. Y no duda en cubrir las
líneas de pase si ve la oportunidad de anotar tras robo.
Por fuera le acompaña el escolta Eric Hayes. Hayes está
lejos de lo que uno puede imaginar en un titular de una
major. Físicamente lejos de la élite, es sin embargo un
jugador muy sólido. Experto, veterano, senior. Un muy
buen tirador desde larga y media distancia, con nervios
de acero desde la personal. La clase de socio que se
#4 Maryland Terrapins (23-8, 13-3 ACC)
G U Í A B A S K E T M E N C A A M A R C H M A D N E S S 2 0 1 0
13
favorece de la atención que genera Vásquez y que
espera abierto sus tiros. Buena lectura del juego para
este clásico hijo de entrenador. Si los partidos están
apretados, será normal verle en la línea en los minutos
finales.
Sean Mosley es el tercer jugador del perímetro. El más
atlético de los titulares, es también el mejor defensor de
los tres. Otro seguro desde la línea de personal, es un
jugador con recursos para anotar. No se prodiga en
especial desde la larga distancia. Tiene un juego más
físico, ayudando en el rebote desde sus escasos 1’92.
En el frontcout la pareja Landon Milbourne – Jordan
Williams se complementa a la perfección. El primero es
un tweener senior con capacidad para anotar desde
fuera y desde dentro, falto de kilos, pero con calidad y
movilidad. El segundo ha sido una gran adición al
programa esta temporada, ganándose con su juego su
posición en el quinteto titular. Un jugador muy grande y
fuerte, que ha sido incluido en el quinteto freshmen de
la ACC. Un jugador respetado defensivamente,
intimidador, con kilos, buen reboteador. En ataque es un
jugador de los que dicen raw. Mal tirador de libres, y
aún verde en muchos aspectos del juego, se espera
mucho de él en College Park.
Saliendo desde el banquillo, tres jugadores. Gregory, el
relevo interior. Algo falto de físico para la posición, un
currante que corre el contraataque y ayuda en el rebote.
Y dos exteriores, Tucker y Bowie. El primero es un
swingman con buena mano que aporta solidez a la
rotación mientras el segundo es un excelente defensor,
un jugador de corte más físico.
La estrella: Greivis Vásquez. El senior venezolano se ha
confirmado como una estrella universitaria, sumando a
su enorme arsenal de cualidades un mejorado tiro
exterior. El torneo ayudará en su busca de ser 1ª ronda
del draft.
No perdáis de vista a: Gary Williams. Uno de los
mejores entrenadores del país, respetado por
compañeros y árbitros, seguro que supondrá un punto a
favor de su equipo en la gran mayoría de partidos.
Josemi Diz. La temporada comenzó con los Spartans
como uno de los principales candidatos a ganarlo todo.
Cumplieron con uno de sus objetivos, revalidar el título
de la ‘Big Ten’, aunque esta vez, compartiéndolo con
Ohio State y Purdue. El segundo será mucho más
complicado, volver a la Final Four. Tras salir como número dos, detrás de Kansas, en
muchos rankings, los de Izzo fueron cayendo ante
Florida, North Carolina o Texas. Derrotas en un principio
lógicas y dentro de lo previsible, hasta que la temporada
fue avanzando y los mencionados equipos se quedaron
en nada. En la ‘Big Ten’, victorias sufridas ante equipos de bajo
nivel, para caer en casa ante los dos mejores, Ohio State
y Purdue. La única victoria reseñable sería en West
Lafayette ante los Boilermakers, que ya estaban sin
Robbie Hummel. Estamos ante un equipo con muchas dudas y que ha
sacado de quicio a Tom Izzo durante toda la campaña.
Kalin Lucas no ha dado ese paso al frente que se
esperaba y su equipo lo ha notado, aunque casi igual de
importante ha sido la ya conocida irregularidad de
Raymar Morgan o Durrell Summers. A diferencia de otros años, MSU ha carecido de
consistencia defensiva. Baste decir que su principal
‘stopper’ ha sido el tirador Chris Allen. Eso, unido a la
falta de centímetros en el juego interior y a la falta de un
líder, hacen que se antoje muy difícil ya no sólo verles en
Indianapolis, sino incluso llegar al ‘Sweet Sixteen’. Capacidad y potencial tienen, pero si durante todo la
temporada han sido incapaces de funcionar como
equipo y tener una cierta consistencia, parece difícil que
ahora Tom Izzo vaya a obrar otro de sus milagros en
menos de una semana. La única noticia positiva para ellos, es que Morgan ha
tenido un gran final de temporada. Pero alguien más
tendrá que aparecer si quieren pasar de primera ronda,
ante un equipo físico que les puede dar bastantes
problemas, como New Mexico State. La estrella: Kalin Lucas. Se esperaba mucho de Lucas,
tras ser nombrado la pasada temporada, jugador del
año en la ‘Big Ten’ y guiar a su equipo a la Final Four. No
sólo no ha progresado, sino que ha sido incapaz de ser
ese líder que Izzo esperaba. Problemas físicos y quizás el
pensar antes de tiempo en la NBA, hayan sido las
principales causas de su discreta temporada.
No perdais de vista a... Draymond Green. Apodado “the
dancing bear”, ha sido el jugador más regular de los
Spartans. Nombrado sexto hombre del año en la ‘Big
Ten’, tiene buena mano, va bien al rebote (ocho de
media) y sabe distribuir el balón. Ha pasado de ser un
jugador que para muchos no tenía nivel para una
conferencia como la ‘Big Ten’, a pieza clave para Izzo.
#5 Michigan State Spartans (24-8, 14-4 Big Ten)
G U Í A B A S K E T M E N C A A M A R C H M A D N E S S 2 0 1 0
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Jorge Diez. Se las prometían muy felices Bruce Pearl y
sus chicos a principios de temporada cuando eran uno
de los favoritos en el Top 10 de todos los analistas. Una
historia feliz, hasta que en Enero Tyler Smith y otros 3
componentes del equipo fueron detenidos por llevar un
arma y droga en un coche. Tyler Smith asumió toda la
responsabilidad y fue expulsado del equipo (para acabar
jugando en Turquía), mientras sus 3 compañeros eran
suspendidos y posteriormente readmitidos en la
disciplina del equipo. Tyler Smith era la clave de este
equipo, pues era un alero muy completo, que ponía la
calidad y alma al conjunto.
Con su expulsión, han perdido mucho potencial de cara
al Madness, pero se han sabido mantener unidos y sin
él, han conseguido derrotar a sendos seed 1 como
Kentucky y Kansas (a estos también sin los 3
suspendidos). Su lugar como cohesionador del grupo lo
ha asumido el senior Wayne Chism, mientras que el
puesto de mejor jugador es ahora ocupado por el
irregular Scotty Hopson.
Tennessee es un equipo que jugaba con Tyler Smith
como point forward, ya que su gran versatilidad le
permitía encontrar a sus compañeros y dirigir al
conjunto desde su posición, pero que ahora ha tenido
que reconstruir su esquema ofensivo. Esto ha
conllevado una menor fluidez, pues si bien Bobby Maze
está jugando muy bien, no es un base director
totalmente fiable para llevar el ritmo de su equipo.
En ataque Tennessee intenta ser veloz, aprovechando
rápidas transiciones, donde el larguirucho J.P.Prince es
el primero en llegar a la canasta contraria si hay
opciones de correr. En estático son muy enérgicos con
cortes constantes y movimiento por fuera de la línea de
3 para intentar encontrar un compañero desmarcado.
Especialmente realizando bloqueos y contrabloqueos
para liberar a un Hopson que se mueve bien sin balón,
buscando que este anote cerca del aro o pueda lanzar
desde el exterior. Este juego se ve favorecido por la
carencia de un verdadero anotador al poste. El ala pívot
Wayne Chism es un jugador que gusta de utilizar su tiro
exterior (en ocasiones en exceso) y tanto Brian Williams
como Kenny Hall, son muy limitados para establecerse
constantemente de referencia en la pintura, como en
ocasiones hacen.
En defensa tienen la ventaja de contar con dos alas muy
altos como J.P Prince y Scotty Hopson, que gracias a su
altura y envergadura, permiten a Pearl usar una zona 3-
2, con ellos en las alas y un Maze (o Goins) muy intenso
en mitad para intentar tocar balones y salir rápidamente
al contraataque.
En la defensa individual también cuentan con excelentes
defensores, pues la defensa es algo que Pearl ha
trabajado este año como base para su conjunto (a
diferencia de otras temporadas donde era la calidad
individual lo que mandaba). Así Prince, Maze o el hijo
del entrenador, Steven Pearl, se muestran como
jugadores muy importantes para frenar a los rivales.
En ataque, hasta la expulsión de Smith, este ocupaba el
4 y Chism el 5, pero últimamente Pearl prefiere colocar a
Brian Williams de titular y usar a Chism como 4 abierto.
Esto le permite tener más tiro exterior, sin perder una
referencia en el rebote, pues a diferencia de los tiempos
de Lofton, Tennessee ya no tiene grandes tiradores de 3
puntos, y solo Hopson, Chism y Tatum se muestran
fiables, pero sin ser especialistas. Woolridge puede
asumir más importancia en este aspecto, pero su juego
está siendo muy decepcionante (salvo algunos chispazos
como contra Kansas) y ha conllevado su escasa
utilización más que como 4 ocasional para aportar algo
de altura. Recuperarle a un buen nivel, puede ser clave.
Aparte del tiro de 3, su otra gran lacra está en el juego
interior, pues no tienen hombres altos de suficiente
calidad para hacer frente a las principales pinturas de los
grandes equipos. Esto puede dificultar en demasía su
juego de salir veloces al contraataque, pues sin rebote
no hay oportunidad de correr hacia la canasta rival.
Además esa falta de versatilidad en su juego ofensivo,
sin un jugador resolutivo en la pintura, hace que su
ataque se vuelva más enmarañado. Por suerte cuentan
con un jugador agresivo con la canasta como Melvin
Goins, que puede desatascar estas situaciones.
Por último, desde la personal sólo cuentan con Maze (y
Chism, este con 75%) para darle el balón en los finales
apretados, pues el resto son lanzadores mediocres de
tiros libres y ese 67% de conjunto, puede ser algo a
aprovechar por los rivales.
Tienen calidad y experiencia, pero la marcha de Tyler
Smith ha dejado al descubierto demasiadas carencias
que antes conseguían tapar. De cómo trabajen en cada
partido para ocultarlas de nuevo dependerá su futuro.
La estrella…Wayne Chism. Sí, Hopson es el jugador con
más calidad, pero Chism es el líder del conjunto y parte
importante, por su tiro de 3, su condición de senior y
porque sus centímetros se antojan fundamentales en
estos partidos.
Atención a…J.P.Prince. Es un poco el tapado del equipo,
pero pieza clave, pues es un jugador completo al estilo
Tyler Smith, pero de menor calidad, y es tan buen
defensor como versátil en ataque (aunque sin apenas
tiro exterior).
#6 Tennessee Volunteers (25-8, 11-5 SEC)
G U Í A B A S K E T M E N C A A M A R C H M A D N E S S 2 0 1 0
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Pablo Fernández. Otro año más en el que los Cowboys
se meten sin hacer ruido y apuradamente al Torneo
Final de Marzo, incluso para muchos de manera injusta.
La temporada que han tenido no es ni mucho menos
destacable ya que han sido muy irregulares durante
prácticamente todos los tramos de la temporada,
especialmente durante los enfrentamientos de la BIG
12. Tanto es así que han perdido partidos ante Rhode
Island o Tulsa y han sido capaces de hacer la machada
en la BIG 12 ganando a Kansas y Kansas State
respectivamente, algo que nadie ha sido capaz de hacer
en toda la conferencia.
Pero no solo su irregularidad se refleja en los resultados
si no que tampoco el juego acompaña. No hay fluidez en
el juego, no hay una cabeza pensante a la hora de jugar
y eso se nota. Pueden vivir de la inspiración de Anderson
pero en varias ocasiones cuando el entrenador rival ha
aplicado un marcaje especial para Anderson se han visto
todas las vergüenzas del equipo y la poca escasez de
recursos, tanto individuales como colectivos.
Tienen un equipo muy físico y de mucho músculo por lo
que son eficaces en muchos partidos pero de cara al
espectador puede ser realmente aburrido. Gran parte de
las esperanzas de los Cowboys vienen por partidos
físicos y sin un claro guión. Por lo tanto las expectativas
cara al Torneo Final son escasas, aunque el duelo ante
Georgia Tech, otro equipo con problemas tácticos,
puede ser asequible.
En marzo nada se puede aventurar y todo puede pasar,
pero por desgracia para los fans de Oklahoma State no
parece que vayan a plantarse en la Final Four como
hicieron allá por el 2004. De hecho a nadie le
sorprendería que se volvieran a casa a las primeras de
cambio.
La estrella: James Anderson. Otro escolta anotador que
es el alma de este equipo, el único jugador diferente y
con baloncesto necesario para poder desequilibrar un
partido. Ya ha tenido varios affairs con la NBA, es
probable que veamos sus últimos partidos como
Cowboy.
No pierdan de vista a: Obi Muonelo. Una super estrella
a nivel HS que ha tenido una carrera universitaria
bastante mediocre para las expectativas que levantó en
su día. Lo más destacable que se puede decir de él
esque tiene un físico privilegiado. Es el claro ejemplo de
lo que son a día de hoy los Cowboys.
Javier Rajo. La temporada pasada los Running Rebels
tuvieron una campaña algo desilusionante al no
clasificarse para la locura de Marzo a pesar de un muy
buen comienzo de temporada, y este año a pesar de la
pérdida de varios de sus máximos anotadores las
esperanzas y expectativas de hacerlo se mantuvieron
siempre desde el principio.
En la temporada regular de la Mountain West, el equipo
vivió siempre algo por debajo de BYU y New Mexico,
equipos colocados muy arriba en las polls de la
temporada gracias a su buen récord, pero las dos veces
que se enfrentó a cada uno consiguió ganarles una vez, y
en el torneo por el campeonato fueron finalistas
volviéndole a ganar a BYU en semis de nuevo, dejando
entrever que llegado el Madness puede ser un equipo
tan o más competitivo que ellos a pesar de no estar tan
reconocido o de que su seed no sea tan alto como el de
New Mexico.
En el equipo dirigido por Lon Kruger (un entrenador que
siempre ha tenido reputación de sacar lo mejor de sus
jugadores) el jugador que más ha destacado esta
temporada ha sido sin lugar a dudas el junior Tre’ Von
Willis, que cogió el mando del equipo y realizó un año
soberbio siendo de lo mejor de la Mountain West. Un
jugador que aporta en diversas facetas del juego, y que
ha sido el máximo anotador del equipo, con una buena
penetración y tiro de media distancia, siendo además
un seguro de vida a la hora de lanzar tiros libres. Su
mayor problema puede estar en el lanzamiento exterior
dónde no es muy seguro.
Otros nombres a tener en cuenta en el lado exterior son
los de Oscar Bellfield, Derrick Jasper o Kendall Wallace,
jugadores de distintas cualidades, los dos primeros
centrados en labores de base u organización, y el último
un tirador de tres con porcentajes bastante buenos.
Destaca también gente como Chace Stanback, que
disputó su primer año en el equipo después de pedir el
tránsfer en UCLA. Una opción ofensiva muy importante,
atlética y versátil que puede jugar cerca del aro o
#8 UNLV Rebels (25-8, 11-5 MWC)
#7 Oklahoma State Cowboys
G U Í A B A S K E T M E N C A A M A R C H M A D N E S S 2 0 1 0
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alejarse. Otras opciones interiores son las del sueco Brice Massamba o Matt Shaw (que se había perdido la temporada anterior por lesión). UNLV es un equipo histórico, que volvió en los últimos años a tener participaciones en el Madness (después de tiempos difíciles), lugar donde vivieron en el pasado momentos memorables, siendo campeones en 1990 con gente como Larry Johnson, Greg Anthony o Stacey Augmon. Si pasan su primera eliminatoria ante Nothern
Iowa tendrán que verse las caras con Kansas, el gran favorito del torneo. Mejor Jugador: Tre’ Von Willis: Completo en diversas
facetas y sobre todo con un gran poder anotador.
No perdáis de vista: Chace Stanback: Posiblemente el segundo mejor jugador del equipo, puede realizar alguna jugada espectacular.
Agustín Romero. La temporada de los Panthers empezó de un modo escandaloso ganando partidos a equipos de poderosas conferencias como Boston College, DePaul o Iowa St. Estas victorias le han servido para estar en el top 25 de la NCAA durante varias semanas. Su rotación apenas cuenta con 8 o 9 jugadores, eso si todos ellos duros y aguerridos. Pero tiene una rémora en su roster que puede jugarles muy malas pasadas en el Torneo Final y es la escasa estatura de su plantilla y la poca profundidad que tienen en la pintura donde solo Adam Koch y Jordan Eglseder tiene cierta corpulencia y presencia física además de centímetros. Solo Jake Koch, hermano de Adam une más estatura y musculo en la zona pero su presencia en pista es casi testimonial. En el juego exterior, sus dos martillos pilones son Kwadzo Ahelegbe, el encargado de llevar la manija del equipo, y Ali Farokhmanesh, el “tiratriples” del equipo, que si está acertado puede amargar la tarde a cualquiera.
Su juego se basa como es totalmente lógico en el juego exterior, aunque a veces abusan demasiado de él. Las transiciones rápidas tras duras e intensas defensas son básicas en el planteamiento del equipo. Su éxito en el torneo va a depender de dos cosas: su acierto en el tiro exterior y el poder interior de los equipos contrarios, de ahí que puedan tener una opción ante UNLV en primera ronda. La estrella: Adam Koch. Es el alma de los Panthers además de su máximo anotador y una amenaza tanto en la pintura como desde el exterior. De su aportación dependerá en gran parte el devenir de los Panthers en la Locura de Marzo. No perdáis de vista a: Jordan Eglseder. Éste 7 pies puede ser el factor X de Northern Iowa. Segundo máximo anotador del equipo y una máquina de coger rebotes en el lado defensivo.
.
Bryan García. Ilusionante temporada para los Yellow Jackets la que se avecinaba. A pesar de algunas bajas importantes como las de Lewis Clinch lograban mantener a su principal puntal en la pintura, Gani Lawal, para que volviese al equipo un año más para formar pareja con el mejor jugador interior de High School de la pasada generación: Derrick Favors, conformando así en pretemporada uno de los juegos interiores más potentes de la competición universitaria. No pintaba mal su inicio de temporada después de acumular 8 victorias en los 9 primeros enfrentamientos, pero se empezó a ver como el equipo no respondía ante conjuntos punteros de Mid-Majors o conjuntos dentro de conferencias más importantes. Así, su temporada ha
acabado yendo de más a menos, desapareciendo de los rankings a principios de temporada después de ir acumulando derrota tras derrota a medida que comenzaban los partidos de la ACC. Hasta nueve derrotas acumularon los de Paul Hewitt dentro de la ACC por sólo siete victorias, acabando en mitad de la tabla a final de la temporada regular y sumando un total de 21 victorias por 11 derrotas. Gani Lawal no se encontraba tan suelto en ataque como en temporadas anteriores donde llegaba a ser uno de los jugadores interiores más destacados de las High-Majors, mientras que Derrick Favors no llegaba tampoco a dar ese salto de calidad que a un jugador dominante de High School se le preveía, más aún aprovechando sus
#10 Georgia Tech Yellow Jackets (22-11, 7-9 acc)
#9 Northern Iowa Panthers (25-4, 15-3 MVC)
G U Í A B A S K E T M E N C A A M A R C H M A D N E S S 2 0 1 0
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grandes condiciones atléticas. Además, el juego exterior
de los Jackets ha sido un gran problema para éstos
durante toda la temporada. Sólo los aleros reservas
Zachery Peacock y Brian Oliver lograban surtir con cierta
regularidad al equipo de éstos puntos.
El ACC Tournament de momento está disipando algunas
de estas dudas por fortuna para ellos. Con Derrick
Favors al frente, los Jackets han logrado dejar fuera del
torneo a los Tar Heels de North Carolina, a los Maryland
Terrapins, uno de los claros favoritos para el título de
este torneo y a North Carolina State, disputando contra
pronóstico la final de este ACC Tournament ante los Blue
Devils de Duke.
La estrella: Derrick Favors. No ha sido tan determinante
en su juego como se esperaba, pero sus abrumantes
condiciones físicas lo están sufriendo los equipos en este
final de temporada.
No perdáis de vista a: Iman Shumpert. Es la auténtica
brújula de este conjunto. Ha mejorado su intensidad
defensiva y su lanzamiento exterior.
David Berdaguer. Los Aztecas de San Diego State
ganaron el torneo de la Mountain West Conference para
conseguir así la invitación automática que concede dicha
conferencia. Entrenados por Steve Fisher es la tercera
vez que llegan al torneo final desde la llegada del ex-
entrenador de Michigan.
Los Aztecas son un grupo compacto y joven que tiene en
el freshman Kawhi Leonard a su hombre más
importante. El base DJ Gay es el encargado de gestionar
el juego de los Aztecas, como jugadores interiores Steve
Fisher cuenta con Billy White y Malcom Thomas y el
quinteto lo cierra el freshman Chase Tapley. A pesar de
ser su primer año en San Diego State, Kawhi Leonard es
la principal referencia en el juego de los Aztecs; Leonard
tiene buen tiro de media y larga distancia a lo que añade
una excelente capacidad de penetración ya que suele ser
más rápido que sus defensores, también tiene una
excelente capacidad reboteadora. Como referencia
interior los Aztecas cuentan con Billy White que tiene un
buen tiro de media distancia y se mueve
muy bien dentro de la zona con un par de movimientos
rápidos y algo primarios pero efectivos.
Desde el banquillo pueden salir jugadores interesantes
como Kelvin Davis que aporta saber estar a los Aztecas,
Tyrone Shelley, Brian Carlwell o Tim Shelton.
En el torneo final los Aztecas intentarán sorprender a
Tennessee, la contribución de Leonard, White y Thomas
será fundamental para poder soñar con pasar a la
segunda ronda.
La estrella: Kawhi Leonard. La combinación de juego
exterior-interior que ofrece a los Aztecas es una de las
principales armas con las que cuenta San Diego State.
No perdáis de vista a: Billy White. Su contribución en
posiciones interiores aporta puntos, rebotes y equilibrio
en el juego de los Aztecas. Puede ser un factor decisivo
ante rivales con escasa presencia interior.
Agustín Romero. New Mexico St. se siente como pez en el agua en partidos denominados como correcalles y en partidos
en los que se juega a unas revoluciones muy altas. Además no les importa llegar apurados a los finales de partidos porque
tienen un jugador capaz de anotar esos grandes tiros como es Jahmar Young. En ataque estático, sus penetraciones hacen
estragos en los contrarios, ya sea para lanzar alley oops, doblar balones a los pivots o sacar el balón fuera para los triples.
La estrella: Jahmar Young. Ver anotar a Young es toda una delicia pero no es solo el típico anotador sino que sabe leer el
juego y además tiene una capacidad de pase bastante buena.
No perdáis de vista a: Jonathan Gibson. El escudero fiel de Young en los Aggies. Abusa del triple en ocasiones aunque es
un buen tirador desde la línea de tres puntos.
#12 New Mexico State Aggies (22-11, 11-5WAC)
#11 San Diego State Aztecs (25-8, 11-5 MWC)
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David Berdaguer. Nadie les había invitado al Gran Baile
pero los Cougars de la universidad de Houston
decidieron autoinvitarse realizando un sensacional
torneo de la Conference USA para conseguir la invitación
automática de dicha conferencia.
Entrenados por el veterano Tom Penders, los Cougars de
Houston habían realizado una campaña bastante floja
finalizando en el sexto lugar de la clasificación de la
Conference USA. Todo cambió en el torneo de
conferencia, los Cougars eliminaron a Memphis con una
canasta de Aubrey Coleman para pasar a semifinales
donde vencieron a Southern Miss; en la final les
esperaban los Miners de UTEP a los que se impusieron
con un final de partido impresionante.
La referencia absoluta de Houston es el máximo
anotador del país, Aubrey Coleman, que tiene libertad
total para hacer y deshacer en el ataque de los Cougars.
El escudero de Coleman es Kelvin Lewis que asume la
responsabilidad ofensiva cuando Coleman se colapsa o
necesita descansar. El director de juego de los Cougars
es Desmond Wade, el quinteto inicial habitual lo
completan Maurice McNeil y Adam Brown. Dentro de la
rotación habitual de Tom Penders también se
encuentran Sean Coleman, Zamal Nixon y el freshman
Kendrick Washington.
El juego que despliega Houston es bastante anárquico y
tiende a bloquearse cuando Aubrey Coleman o Kelvin
Lewis no anotan con continuidad. Sufren también ante
equipos con jugadores interiores poderosos; la
presencia interior que pueden aportar Maurice McNeil y
Kendrick Washington es fundamental en este aspecto.
Defensivamente Houston no es un mal equipo aunque
en algunas ocasiones tiene lagunas de concentración
preocupantes.
En el torneo final intentarán dar la campanada ante
Maryland, intentar frenar a Greivis Vasquez es el primer
paso para poder optar a la victoria ante los Terrapins.
La estrella: Aubrey Coleman. Tiene carta blanca para
jugarse todos los tiros que quiera en el ataque de los
Cougars, es muy fuerte físicamente y rápido, aprovecha
estas cualidades para anotar constantemente con
penetraciones o tiros de media distancia. También
puede anotar desde más allá del triple pero no es tan
fiable como en posiciones más cercanas.
No perdáis de vista a: Kelvin Lewis. Es el segundo
terminal ofensivo de los Cougars, es mejor tirador que
Aubrey Coleman por lo que genera espacios en las
defensas rivales que son vitales para que Coleman
pueda sacar rédito de sus penetraciones.
Agustin Romero. Justo premio para un equipo bastante joven donde varios freshmen son muy importantes en el juego de
los Bobcats. Además la temporada no ha sido fácil con lesiones, sanciones y duras derrotas por pocos puntos, que hacen
que esta victoria les sepa de una manera especial.
Equipo muy trabajador en la pista que no baja los brazos en ningún momento de los partidos aunque estén 20 puntos
abajo en el marcador. Todo su juego ofensivo gira en torno a Armon Bassett, por él que pasan el 90% de los balones y del
que depende en gran medida el éxito de este equipo.
La estrella: Armon Bassett. El jugador que un día jugara en la universidad de Indiana, se ha convertido en un ídolo en Ohio.
Jugador que en hace de todo. Es un anotador nato, ayuda en el rebote y sabe leer el juego a las mil maravillas, aunque a
veces se empeña en tirar demasiado de tres puntos.
No perdáis de vista a: DJ Cooper. El comandante de la nave de los Bobcats. Anota, lee los ataques bastante bien y es un
excelente reboteador a pesar de no llegar al 1’80. Sus numerosas pérdidas de balón en muchos casos empañan su buena
labor en este equipo.
#14 Ohio Bobcats (21-14, 7-9 MAC)
#13 Houston Cougars (19-15, 7-9 C-USA)
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Agustín Romero. Hacía ocho años que los Gauchos no llegaban al Gran Baile y este año ya tocaba. Las defensas rivales
centran su atención en parar a Orlando Johnson pero lo que no saben es que otros jugadores de los Gauchos les pueden
hacer tanto daño como el propio Johnson, Nunnally, Serna,…. Sus ataques en estático son muy elaborados, en muchas de
las ocasiones llegan a jugar al límite de la posesión de 35 segundos.
Si un equipo les presiona pasan muchos apuros para salir de la presión como se vio en la final de la Big West frente a Long
Beach St. donde tras presionarles, les recortaron más de 12 puntos. Ohio State debería imponerse sin problemas.
La estrella: Orlando Johnson. Alterna las posiciones de escolta y alero en el juego de los Gauchos. Esta temporada ha
anotado al menos 10 puntos en todos y cada uno de los partidos que ha disputado. Jugador completo, anota, rebotea y
defiend. Buen tirador de tres puntos y solo es un sophomore. Jugador a tener muy en cuenta.
No perdáis de vista a: James Nunnally. Si Johnson es “Zipi”, Nunnally es “Zape”. Otro sensacional tirador de tres puntos y
también anota y rebotea con solvencia.
Agustín Romero. Todo depende de lo que Carrington tarde en cargarse de faltas, si no lo hace o lo hace tarde, todo irá
sobre ruedas, si se carga pronto adiós Lehigh. Esa es la historia de esta pequeña universidad. El gran baile puede ser un
buen escaparate para ellos, atléticamente son buenos pero de su nivel, hay muchas universidades en la NCAA.
Técnicamente, su rival Kansas está a años luz.
La estrella: CJ McCollum. Típico escolta anotador y buen tirador de larga distancia que ayuda en el rebote y que a veces
abusa del tiro exterior.
No perdáis de vista a: Zahir Carrington. Referencia interior de los Hawks. Buen anotador en la pintura y reboteador. Sus
tiros libres son del estilo Shaq.
#16 Lehigh Mountain Hawks (22-10, 10-4 Patriot)
#15 UC Santa Barbara Gauchos (20-9, 12-4 Big West)
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El serbio Ivan Radenovic, actual jugador del
Cajasol, accedió ha compartir unos minutos con
Alberto Valle, nuestro redactor en Sevilla, para
contarnos sus experiencias en la NCAA y la Locura
de Marzo. Radenovic jugó cuatro temporadas en la
prestigiosa Arizona, una de las grandes
universidades del College Basketball. Ser un
Wildcat es algo especial: “Es una gran sensación. Jugar para un hall of fame com Lute Olson, ser parte de un programa que juega final Four y gana campeonatos y, hasta esta temporada, ostentaba el record de participaciones consecutivas en el gran baile. Es un College que genera una gran cantidad de superestrella NBA”. Cuatro años en
Tucson te hacen entender la importancia del
equipo de baloncesto universitario en la
comunidad. “En la ciudad y el campus todo el mundo vive para el baloncesto. Es el deporte más popular y casi todo el mundo lo sigue de cerca. El tremendo apoyo de los fans te hace trabajar duro y darlo todo para el equipo, porque eres consciente de que tienes toda una ciudad detrás de ti”.
Para muchos europeos, la aclimatación al nuevo
país y sus costumbres es complicada. En el caso de
Ivan, no hubo tantos problemas. “No fue muy difícil adaptarme. Quizá el primer año, porque yo era muy joven, estaba muy lejos de casa y se hizo
algo complicado, al menos hasta que comencé a dominar el idioma. Lo peor es sin duda estar lejos de tu gente y estudiar e ir a clase en otro idioma”. Cuando le preguntamos por sus mejores
recuerdos, no consigue decidirse. “Demasiados buenos momentos, tanta diversión, como para elegir sólo unos pocos”. En Arizona Radenovic tuvo la fortuna de ser
entrenado por uno de los grandes de los
banquillos universitarios, Lute Olson. Obviamente,
todo son buenas palabras recordando a su técnico.
“Es una gran persona, eso lo primero. Un entrenador, un maestro. Mejora a sus chicos como jugadores y como personas. Me enseñó y ayudó mucho. Es todo un caballero. Da gusto ver cómo trata a todos y lo que dicen de él en el mundillo de entrenadores y prensa. Es una persona que te ayuda a tener éxito en la vida”. La lista de compañeros en aquellos Wildcats
impresiona. Andre Iguodala, Chase Budinger,
Marcus Williams, Salim Stoudamire, Channing Frye
o Mustapha Shakur entre otros. Sobre el ambiente
dentro del equipo, Ivan nos contaba que “era muy
bueno, la verdad. Éramos un equipo y una familia, y me ayudó mucho tenerlos ahí para lo que necesitase. Sabias que cuando las cosas iban mal podías contar con ellos. Sigo en contacto con casi todos, aunque con quien mejor relación tuve y tengo es con Mustapha, pues compartimos los cuatro cursos. Con Iguodala sólo uno, con el resto al menos dos”. Pero a pesar de las buenas
plantillas, la Arizona de Radenovic nunca consiguió
llegar a la ansiada final Four. “Creo que por muchas razones, aunque a la vez todo se reúne en una. Para empezar, el hecho de alcanzar la final Four ya es de por si algo muy complicado pues tienes que ganas seis partidos seguidos. Con fallar en un sólo partido todo se va al traste. Teníamos buenos jugadores, pero siempre en cada torneo fallábamos uno de los días de partido”. Aunque quizá hay un detalle importante
que nos comenta poco después. “La importancia de un líder en el equipo es tremenda. Lo aprendí al venir a Europa. Se necesita a alguien que tome las riendas, ayude a todos y guíe a sus compañeros. Un líder significa muchísimo para un equipo, y quizá no tuvimos eso en los momentos más difíciles”.
Nunca llegó a una final Four pero se quedaron muy
cerca en 2005. En uno de los partidos de la década,
Ivan Radenovic (Arizona Wildcats)
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Arizona caía ante la Illinois de Deron Williams tras
estar quince arriba a falta de cuatro minutos para
el final del partido. Ivan lo recordaba como “el partido más duro que he jugado. Ahora tengo más experiencia y sabría lo que hacer, pero en aquel momento era joven y todo fue muy complicado. El partido es ya considerado un clásico en la historia del College. Ellos tenían un gran equipo pero además la suerte estuvo de su lado, metiendo tiros muy difíciles. En los últimos minutos nosotros éramos una especie de coche cuesta abajo y sin frenos”. En una grande como
Arizona, quizá la presión de vencer podía jugar un
papel importante. Ivan no lo ve así. “La presión es un placer. Jugar en ese equipo, con esos jugadores, es un lujo. Ganar tantos partidos cada temporada, formar parte de ese grupo…es un orgullo, no una presión”. La presión si que se
podía sentir por el hecho de jugar en la Madness.
“Grandes partidos, mucha atención de la prensa, tantos aficionados fijándose en ti…todo ello cuando eres tan joven. Tú quieres dar lo mejor de ti, ganar tanto por ti y tu futuro como por la universidad y sus fans. El nombre de Locura de Marzo es merecido”.
Radenovic eligió la costa oeste porque “el baloncesto allí es más parecido al europeo, más de correr y tirar, más técnico. En el centro y este del país todo es más físico”. La Pac10, la
conferencia de Arizona, ha vivido años magnificos
con grandes equipos como los Wildcats de Ivan, la
UCLA de las tres final Four consecutivas (Love,
Collison, Westbrook, Mbah-a-Moute…), la
Washington de Brandon Roy, la Oregon de
Ridnour, las dos buenas generaciones de Stanford
(en torno a los gemelos Colllins y Lopez) o los
ascensos de Arizona State con James Harden y
Washington State. Pero desde la temporada
pasada, la conferencia ha ido bajando su nivel
hasta la decepcionante temporada recién
terminada. Sobre los motivos, Ivan lo tiene claro.
“Han llegado muchos jóvenes con talento que se han ido a la NBA muy pronto, desestabilizando los proyectos de los equipos, que necesitaran algunos años para recuperar las perdidas, reconstruir planes y volver a la élite”. Arizona no
se ha salvado de esta involución. “En nuestro caso, Lute Olson se retiró por sus problemas personales, perdimos muchos recruits por ello, Brandon Jennings se fue a Europa a última hora…supongo que se veía venir. Han sido muchas pérdidas importantes sin tiempo para reaccionar”.
Para finalizar nuestra charla, le pedimos a Ivan que
mande un mensaje a los jóvenes jugadores
europeos que ven desde la distancia la NCAA como
una opción para ellos. “Es algo que comento aquí con mis compañeros americanos. Para mí, como europeo, ir allí fue una de las mejores experiencias de mi vida. Ir a un mundo distinto, a un lugar como Arizona, te hace crecer como hombre. Experiencias, una educación universitaria, baloncesto de nivel. Esa experiencia te prepara la vida”.
WEST REGION ENERGY SOLUTIONS ARENA – SALT LAKE CITY, UTAH
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VS #15 North Texas #2 Kansas State
#10 Florida #7 Brigham Young
#14 Oakland #3 Pittsburgh
#11 Minnesota # 6 Xavier
#13 Murray State #4 Vanderbilt
#12 UTEP #5 Butler
#9 Florida State #8 Gonzaga
#16 Vermont #1 Syracuse
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Juan Cobos. Jonny Flynn, Paul Harris y Eric Devendorf
abandonaron prematuramente el programa. El belga
Kystoff Onganaet se graduó. Y Syracuse pasó de ser un
candidato a todo con la vuelta de los tres primeros a un
outsider con el que muy poca gente contaba a principios
de temporada.
En agosto, de cara al inicio de la temporada de football,
en Syracuse lanzaron camisetas de ánimo con el slogan
“The Devil wears Orange” haciendo alusión al pasado en
Duke de Greg Paulus. Creo que la analogía con el
baloncesto sería…”Syracuse es un ciclón” haciendo
alusión al transfer de Iowa St. Wesley Johnson,
inesperado jugador del año en la Big East.
Syracuse ha cuajado una gran temporada, que le ha
llevado a ser uno de los seed 1 del torneo, tras perder
únicamente 3 partidos esta temporada y ganar la Big
East. La famosa y clásica defensa en zona de Boeheim ha
funcionado a la perfección y el equipo ha brillado como
colectivo tanto en defensa como en ataque, con una
confianza espectacular que iba aumentando según
llegaban las victorias (clave la victoria en el Madison
ante UNC para empezar la temporada casi). Un equipo
con 7 jugadores en la rotación, prácticamente todos
titulares y que llega con dudas al torneo, por las últimas
derrotas y por el estado físico del center Arinze Onuaku.
Por fuera, el 5th year senior canadiense Andy Rautins es
la referencia. El escolta internacional por su país ha
completado una temporada formidable llegando al
segundo quinteto de conferencia. Es un jugador lento y
poco explosivo, pero que cubre esa carencia en defensa
gracias a la 2-3 de Boeheim, en la que su inteligencia y
longitud de brazos son fundamentales. Inmensa
facilidad para robar balones. En ataque, ha evolucionado
de un simple tirador, a un jugador completo, que lidera
la ofensiva como point-forward. Su compañero en el
backcourt titular es el freshman Brandon Triche. Un
combo-guard físicamente muy fuerte, muy intenso,
irregular en el tiro exterior, pero muy directo en la
penetración. Una versión americana del brasileño Alex
García (exNBA, ex Maccabi).
Saliendo desde el banquillo, y combinándose con
ambos, Scoop Jardine. Lo más parecido a un base puro,
ha vuelto al equipo tras perderse la campaña pasada por
lesión. Buen rendimiento. Otro que se acopla sin
problemas a la zona, y que en ataque se incorpora con
facilidad a la dinámica colectiva. Equipo que decía
Norman Dale en Hoosiers. En cualquier caso, mejor
pasador que director, más penetrador que tirador.
Como alero titular aparece Wesley Johnson. Un RS junior
con edad de 5th year senior que viene de Iowa St. donde
tampoco era un jugador especialmente destacado y de
donde se fue para evitar la competencia de Craig
Brackings. Antes ya había empleado un año de prep
evitando acabar en La-Lafayette. Considerado ya el año
pasado el mejor jugador entrenando de Syracuse, nadie
esperaba un rendimiento tan alto. Brazos largos, buena
suspensión, generoso en su juego, un timing fantástico
para taponar, rebotear y acercar la pelota al aro. Rango
de tiro que incluye la línea de tres, su única laguna clara
es cierta falta de habilidad en el bote, que le hace un
jugador más discreto en el 1x1 desde el perímetro.
Ayuda también como 4 en la rotación. En defensa, otra
suma más que se ajusta a la 2-3. Brazos largos,
movilidad, timing, entendimiento del juego…
Como relevo en el puesto de 3-4 está el espigado y móvil
canadiense Kris Joseph. Un jugador con una planta
fantástiica, centímetros, brazos largos, coordinado,
progresando en su tiro y que entra con decisión a
canasta. Como punto negativo, siempre se tira hacia la
derecha y puede mejorar en la toma de decisiones.
Los dos interiores puros son la pareja titular formada
por el junior Rick Jackson y el 5th year senior Arinze
Onuaku. Jackson es un trabajador de la pintura, un
jugador sólido en defensa, que ayuda en el rebote,
intimida taponando en las ayudas y que se nutre de los
balones doblados y de las ventajas generadas por los
compañeros para anotar en ataque. Onuake es un
jugador fortísimo, con cierta movilidad, que se
aprovecha de su fuerza física para meter para abajo
todo lo que pasa por sus manos cerca de la canasta, y
para hacerse grande en el centro de la zona. Se ha
lesionado y es posible que se pierda los dos primeros
partidos. Según cómo vuelva aspirarán o no los Orange
al campeonato nacional. Ambos son malos lanzadores
de tiros libres (Onuake especialmente malo; que conste
que es un tema psicológico porque pese a que en
estático no tenga rango de tiro, los libres los ha
trabajado una barbaridad).
La estrella: Wesley Johnson. Anota, rebotea, defiende,
intimida, y siempre está de buen humor. Transmite
confianza al resto de sus compañeros.
No perdáis de vista a: Andy Rautins. Auténtico líder del
equipo. Un martillo pilón desde la línea de tres, siempre
atento a los balones sueltos y surtiendo de balones a sus
compañeros. Brilla por su madurez
.
#1 Syracuse Orangemen (28-4, 15-3 Big East)
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Pablo Fernández. Sin duda Kansas State ha supuesto
una de las mayores sorpresas en todo el país. Han sido
tras sus enemigos de Kansas los mejores en la BIG 12 y
probablemente levantando bastante menos expectación
que hace un par de años con los Michael Beasley o Bill
Walker han logrado una campaña mucho más meritoria.
Han logrado batir a prácticamente todos sus oponentes
y la única espina que les queda clavada son sus tres
derrotas ante los Jayhawks, la primera con prórroga
incluida y la última jugándose el título de la BIG 12. Aún
así estas derrotas no empañan ni mucho menos la gran
temporada de los Wildcats ya que Kansas es el mejor
equipo del país.
El bloque del equipo es cuanto menos curioso y se
puede comparar salvando las distancias al estilo de
juego que utilizaba Villanova hace unos años por el que
era más conocido como "The Guard U". Carecen de un
base puro que organice el juego pero lo suplen con su
capacidad anotadora.Probablemente Pullen y Clemente
formen una de las parejas más mortíferas del país
cuando están en racha.
Tampoco cuentan con la presencia de un jugador
dominante dentro de la pintura y juegan con varios
forwards en pista que en su mayoría son pequeños
híbridos entre un 3 y un 4.
Cara a su papel en el Torneo Final caben muchas
posibilidades, pese a su gran año tampoco sería una
sorpresa mayúscula que cayeran pronto y tampoco sería
una sorpresa que se plantaran lejos. Hagan lo que hagan
la temporada que han tenido ha sido bastante positiva y
no creo que lo empañen en la locura de Marzo.
La estrella: Jacob Pullen. Uno de los pocos
supervivientes del roster de hoy en día de la generación
Beasley y Walker. Gran parte de las pancartas de los
aficionados de los Wildcats son para él y se ha
convertido en el gran referente de Kansas State.
No perdáis de vista a: Denis Clemente. El Boricua en su
segundo año en Kansas State tras venir de Miami es el
gran compañero de backcourt de Pullen, los dos son
jugadores de semejantes características y se
complementan muy bien. Otro grandísimo anotador.
Juan Cobos. A las puertas de la Final Four la temporada
pasada, las marchas de Dejuan Blair, Sam Young y
Levance Fields parecían dejar al equipo en cuadro.
Además, Jamie Dixon se iba a nueva Zelanda el mes de
julio con la u19 americana (campeones del mundo), lo
que le restaría tiempo en la preparación de la
temporada.
Pero Dixon lo ha vuelto a hacer y el equipo ha vuelto a
funcionar partiendo de la escasa base restante de la
temporada. Con la pérdida de potencial ofensivo, de
calidad individual, el equipo ha tenido que dar un paso
adelante en el trabajo táctico. Y Dixon se ha confirmado
como un maestro a la hora de ampliar su playbook y
conseguir su eficiente ejecución.
Pittsburgh se ha mostrado como una de las mejores
defensas del país, por rigor táctico, capacidad física de
sus jugadores y voluntad de defender. No es uno de esos
equipos que reducen el ritmo de juego y por eso llevan
al rival a pocas posesiones, a pocos puntos anotados,
sino que también consiguen frenar los puntos recibidos
por posesión. En especial, han estado brillantes
frenando los triples rivales. Otra labor a destacar es la
importante ayuda en el rebote por parte de sus
jugadores de perímetro, principalmente Wanamaker,
Brown y Dixon.
En ataque, juego colectivo, buscando el extra-pass al
contar sólo con Ahston Gibbs como único jugador con
un tiro de tres fiable y también con un 1x1 de alta
productividad. Muy importante la labor de catalizadores
de juego del base Travon Woodall y el ala Brad
Wanamaker.
Dixon ha contado, digamos, con una rotación de 8
jugadores, con 5 exteriores y 3 interiores. Por fuera,
Jermaine Dixon, Travon Woodall y Ashton Gibbs han
llegado a ocupar en determinados momentos el 1. El
primero, titular, es un base zurdo con buena talla, con
un primer paso rápido que le permite conseguir espacio
para tirar o si se junta el defensor, superarle mostrando
también habilidad en el lanzamiento tras bote. El
segundo, es un jugador más limitado de cara al aro. Un
base pequeñito, más cerebral, que era la pareja de Mike
Rosario en St. Anthony’s. Ashton Gibbs, aunque ha
subido la pelota puntualmente, en realidad es el escolta
titular del equipo. Ligeramente undersized, es un escolta
habilidoso, con buen manejo de balón, rápido, con un
buen tiro de media y larga distancia, y eléctrico en las
penetraciones.
#3 Pittsburgh Panthers (24-8, 13-5 Big East)
#2 Kansas State Wildcats (26-7, 11-5 Big12)
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Las alas las comparten Brad Wanamaker, quizá el
jugador más importante del equipo, y Gilbert Brown.
Wanamaker, algo bajó para ser un 3 pro, es un completo
jugador intenso en defensa, muy duro, y completo en
ataque. Un jugador fundamental en el control del rebote
para su equipo, y la distribución en ataque. Sin ser su
especialidad, no tiene un mal tiro exterior, aunque es un
jugador con más facilidad para ir hacia canasta,
apoyándose en su buen físico y cierta habilidad para la
finalización. Gilbert Brown es un alero muy físico. No tira
pero sí que tiene capacidad para pasar. Utiliza las fintas
en busca de ventajas para ir hacia el aro. Atrás es duro,
muy activo.
En la pintura la rotación la forman un tweener
undersized en toda regla como Nassir Robinson, y los
posters Gary McGhee y Dante Taylor. Nassir Robinson es
un 4 al que le quedan lejos los dos metros. Un jugador
de corazón, muy duro, falto de kilos pero sacrificado. Un
atleta al que llaman “the warrior”. Muy ágil para
penetrar, correr la pista, tiene buen toque en las
cercanías al aro y es otro que no tiene problemas en la
búsqueda del pase extra dentro de los esquemas de
Dixon. Como tampoco tiene ese problema el techo de la
rotación, el junior Gary McGhee, un jugador con
centímetros y kilos, un físico para batallar con los
grandes postes de su conferencia, que sin embargo
muestra una actitud aparentemente pasota, de ser
blando, aunque no lo sea. McGhee es otro jugador que
presenta cualidades importantes como una destreza
interesante para salir muy lejos del aro a la hora de
realizar los flash defensivos, o su facilidad para estar
atento a los cortes una vez recibe en las inmediaciones
del poste bajo. Completa la rotación interior el freshman
Dante Taylor. El primer McDonald’s All American del
programa en más de 20 años, un jugador con físico para
rendir desde ya que no ha dado todo lo que puede. Aún
así, es un jugador muy trabajador, móvil (muy
importante para los flash defensivos, que realiza mejor
que McGhee) y contundente en la finalización.
No se espera que Pitt aún así avance más de un par de
rondas debido a su falta de calidad ofensiva a nivel
individual.
La estrella: Jamie Dixon. El entrenador que más partidos
ha ganado en la D1 en sus 6 primeras campañas como
entrenador jefe. Un talento que ha sacado petróleo de
una plantilla justa de nivel individual. Veremos cómo se
desenvuelve en partidos a cara de perro.
No perdáis de vista a: Brad Wanamaker. De 6º hombre
a motor del equipo. De su capacidad para brillar y hacer
brillar a sus compañeros dependerá el recorrido de Pitt
en el torneo.
Jorge Diez. Solo una vez ha pasado Vanderbilt de Sweet
Sixteen, y de eso hace ya 45 años. Con esa intención ha
construido Kevin Stallings un equipo que está capacitado
para llegar hasta Sweet Sixteen como sus predecesores
(6 de las 10 veces que han participado), pero parece
difícil que más allá.
De hecho, si antes de empezar la temporada alguien
hubiera sugerido que Vanderbilt iba a acabar con un
seed tan alto con un Ogilvy algo decepcionante, seguro
que pocos le creerían.
Y es que el gigante australiano ha sido y es la referencia
de este equipo, pero parece algo estancado, sin asumir
del todo el liderazgo que el equipo necesita y siendo
adelantado por otros compañeros en importancia en el
vestuario.
Por el estilo de jugadores que posee Vanderbilt, el
entrenador no tiene inconveniente en que se corra
buscando la canasta rival, algo muy arraigado en la SEC,
pero esto les lleva tanto a cometer demasiadas pérdidas
como a no aprovechar suficiente a su pívot Ogilvy.
Cuando juegan en estático, usan una variante del ataque
Princeton, en la que aprovechan la capacidad atlética de
sus forward (Taylor y Walker) para cortar y el tiro
exterior de su backcourt, estando en constante
movimiento y haciendo circular el balón para encontrar
tiros cómodos desde fuera o canastas desde un corte del
alero. Incluso Ogilvy, a pesar de no ser muy rápido,
aprovecha estas situaciones para entrar desde el
exterior a canasta.
Sin embargo tienen otras variantes ofensivas, pues el
poder contar con Ogilvy, les proporciona una verdadera
amenaza al poste bajo, ya que el australiano es uno de
los jugadores más dotados para esta labor y una
constante fuente de puntos y faltas, que sostienen al
equipo.
En el exterior está el otro gran líder del conjunto,
Jermaine Beal, un base que comete pocos errores,
decisivo en los instantes finales y que es un desahogo
ofensivo, ya que puede tirar y penetrar, convirtiéndose
en una de las mayores amenazas del equipo. Le
acompaña en las alas, John Jenkins, que ha acabado
estos últimos partidos como titular, y que a pesar de ser
un freshman ha demostrado ser uno de los mejores
tiradores de la competición, desplazando de este papel
al sopho Tinsley. El otro ala es para el “sueco” Jeffery
Taylor, que a su capacidad atlética, une su lucha en el
rebote y su determinación para ser fundamental tanto
en ataque como en defensa.
#4 Vanderbilt Commodores (24-8, 12-4 SEC)
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Completa el quinteto titular Andre Walker, un ala pívot
pequeño y versátil, que puede intercambiar su posición
con Taylor, y que juega un papel cubriendo las espaldas
en defensa a Ogilvy y siendo agresivo en el rebote.
Uno de los problemas de Stallings se encuentra en el
banco, pues solo Tinsley es un recambio fiable para el
backcourt (si finalmente sale desde el banco). Un tirador
que sorprendió el año pasado, pero que este anda con el
punto de mira desviado y que con la irrupción de
Jenkins, está siendo más valioso en labores defensivas y
como recambio de Beal en el puesto de base.
Por dentro Festus Ezeli es digamos una presencia física
importante, mientras Tchiengang y Goulbourne
completan el frontcourt.
Destacamos a Ezeli, porque cuando sale en sustitución
de Ogilvy, Vanderbilt es más proclive a plantear una
zona, ya que el nigeriano es un buen intimidador y se
hace fuerte en la pintura, mientras Ogilvy a pesar de
intimidar por su altura es más lento y menos atlético
para llegar a las ayudas y a taponar. Esto convierte a
Vanderbilt en vulnerable a las penetraciones de
jugadores veloces, pues el australiano se puede ver
desbordado.
Esta zona tiene otro elemento clave, y es Jeffery Taylor.
Tanto en la 1-2-2, como en la 3-2, las más usadas, Taylor
es la punta de lanza que con su capacidad atlética y
movilidad dificulta el ataque rival y facilita la labor de
sus compañeros.
Sus principales debilidades estarán en la inexperiencia
(excepto Beal, senior, y Ogilvy, junior, el resto son
underclassmen), la capacidad reboteadora, sobre todo si
se enfrentan a una verdadera pareja de interiores, la
falta de banquillo y los ataques alocados que terminan
sin seleccionar bien los tiros o perdiendo el balón.
Por el contrario, cuentan con una columna vertebral de
gran calidad y jugadores complementarios en ataque y
defensa para fabricar el armazón. Si además Jenkins y
Tinsley encuentran el ritmo lanzando desde el exterior,
su peligrosidad crece exponencialmente por los espacios
que genera Ogilvy.
La estrella…A.J. Ogilvy. Decíamos que otros jugadores le
van superando dentro del vestuario, pero en la cancha,
la labor del pívot es fundamental pues aunque no anote,
facilita las cosas a una línea exterior que se alimenta de
su presencia. Si quieren avanzar en el Torneo, deberían
aprovecharle más.
Atención a… Jermaine Beal. Su experiencia las dos
últimas temporadas ha sido básica. Además su juego ha
crecido y le necesitan para generar una amenaza
dinámica en el exterior y controlar los errores de sus
compañeros.
Javier Rajo. Un año más Butler ha cumplido con lo que
se esperaba de ellos a principio de temporada y han
vuelto a colocarse como uno de los mejores equipos de
las no Major Conferences.
En los Bulldogs regresaban la mayoría de jugadores del
año anterior y no han tenido el más mínimo problema
para dominar la Horizon League sin perder ningún
partido, siendo cuatro las derrotas totales de la
temporada ante equipos de fuera de la conferencia pero
con un calendario de enfrentamientos que era bastante
fuerte. A modo anecdótico, la última derrota del equipo
antes del comienzo del Madness data del 22 de
Diciembre.
La estrella del equipo es el sophomore Gordon Hayward,
un jugador que ya había realizado una excelente
campaña de debut y que en su segundo año ha
cumplido las expectativas y superado en importancia al
otro gran jugador del conjunto, Matt Howard. Hayward
es un jugador muy versátil, que pude ocupar distintas
posiciones sobre la pista, poseyendo un arsenal de juego
muy variado. Su punto más fuerte es sin lugar a dudas su
excelente tiro, siendo uno de los mejores de todo el
panorama universitario en ello. Por su parte Howard ha
bajado sus prestaciones en comparación con años
anteriores, en gran medida por el crecimiento de
Hayward y también del exterior Shelvin Mack, pero
sigue siendo una de las fuentes de anotación más fiables
del equipo y un jugador muy peligroso si los equipos
que tengan en frente durante la competición no lo
tienen tan en cuenta como a Hayward.
El backcourt del equipo está compuesto por el
nombrado Mack y Ronald Nored, ambos sophomores
que ya habían sido el año anterior una sorpresa
agradable por su rendimiento y que han vuelto a
cumplir en sus papeles de la mejor de las maneras. Mack
es un combo guard algo irregular en su lanzamiento
exterior pero poseedor de una gran capacidad
anotadorea, además de ser productivo en el rebote o a
la hora de asistir. Por su parte Nored es muy limitado en
ataque, pero es un buen defensor y el encargado de
subir el balón y comenzar los ataques. El otro puesto
exterior lo ocupa Willie Veasley, un senior cumplidor
con buena capacidad defensiva y que este año superó
los 10 puntos por partido en ataque.
Butler es un programa pequeño que en los últimos años
no se cansa de estar en el Madness e incluso en la élite
del país, dirigido por un Stevens que tras tres años en el
cargo ha conseguido meterlos en todas en el torneo, y
que posee un impresionante balance de victorias-
#5 Butler Bulldogs (28-4, 18-0 Horizon)
G U Í A B A S K E T M E N C A A M A R C H M A D N E S S 2 0 1 0
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derrotas en estos años en el equipo. Sus Bulldogs son un
equipo muy trabajado y poseedores de una muy buena
defensa y que después de la caída del año pasado en
primera ronda ante LSU están hambrientos por dar más
de una sorpresa. El enfrentamiento ante UTEP en
primera ronda, es muy peligroso para ellos.
Mejor Jugador: Gordon Hayward: Jugador con talento a
raudales y con tiro un imparable, llamado a ser sino lo
es ya uno de los jugadores con más nombre del
panorama universitario.
No perdáis de vista: Mack: Talento anotador que dará
más que hablar en las próximas temporadas.
Javier Rajo. La primera campaña de Mack en el
banquillo de los Musketeers se ha completado de una
muy buena manera, y es que a pesar de las numerosas
bajas con respecto al año pasado Xavier todavía poseía
jugadores talentosos a los que el nuevo entrenador supo
sacar un buen rendimiento. Y es que a pesar de la
pérdida de su ex entrenador Sean Miller y los jugadores
más fundamentales del año pasado, Xavier estaba en las
previsiones como un equipo a tener en cuenta este año
y el gran favorito junto sus archirivales de Dayton para
ganar la A10, algo que hicieron junto Temple en la
temporada regular. Los Musketeers han tenido durante
la temporada en frente a buenos equipos de torneo y
los resultados fueron en un principio malos, con
derrotas contra su inmensa mayoría, pero se fueron
rehaciendo conforme fue pasando la temporada
llegando al Torneo en el mejor momento de su
temporada.
La gran novedad del año fue el debut del transfer Jordan
Crawford, que se convirtió en el jugador más destacado
del equipo y se quedó cerca de ganar el premio a mejor
jugador de su conferencia. Por él pasan todas las
opciones de Xavier en el torneo. Completo, y sobre todo
con un excelente poder anotador a pesar de su
ortopédico tiro. Su mayor problema reside en que a
veces se pasa de tiros y revoluciones pudiendo
perjudicar a su equipo. A Crawford en el juego exterior
le acompañan Dante Jackson y Terrel Holloway, el
primero un jugador con una gran capacidad defensiva
capaz de defender a jugadores de distintas estaturas,
poseedor de un buen tiro exterior, y con una buena
capacidad reboteadora a pesar de jugar bastante
alejado del aro. Holloway es el base del equipo, un
correcto defensor, rápido y con un tiro cumplidor, que
ha desarrollado una campaña satisfactoria este año.
Los puestos interiores del equipo los ocupan Jason Love
y Jamel McLean. Jason se convirtió este año en una de
las claves de este equipo, un interior con una buena
capacidad tanto ofensiva como defensiva, siendo en
ambas una pieza importantísima para el buen
funcionamiento y que las estadísticas no reflejan como
se corresponde. Cuando el jugador está reboteando y
jugando bien el pick&roll, le quita presión a Crawford,
libera a McLean y ayuda a Holloway, lo que convierte a
la ofensiva de Xavier en una máquina peligrosísima para
cualquier equipo al que se enfrente. Este año, su último
en College, ha sido el de su verdadera explosión,
dejando de ser un jugador más que de rotación y
asumiendo de la mejor de las maneras su nuevo rol en el
equipo. Por su parte McLean es un jugador seguro y
muy cumplidor por dentro, que no puede alejarse
mucho del aro para ser lo más productivo.
Desde el banquillo el jugador más destacado es el
freshman Mark Lyons, que contó con bastantes minutos
como sexto hombre, un jugador rápido y atlético, muy
bueno en defensa y con buen tiro. Le acompañan gente
como Kenny Frease, un pívot de siete pies que jugó de
titular una parte de la temporada, y que aunque sigue
estando verde puede ayudar intimidando debido a su
altura, o Brad Redford, un jugador que tiene asignado un
rol claro de tirador exterior, prácticamente su única
característica en el equipo de Mack, faceta además en
la que Xavier ha tirado con buenos porcentajes durante
la temporada siendo el propio Redford una pieza
peligrosísima y de muy buenos porcentajes.
Los Musketeers han sido el mejor equipo ofensivo de la
A-10, característica en la que más destaca, y también
posee una buena defensa. Es un equipo que va muy
bien al rebote, con jugadores tanto exteriores como
interiores que rinden muy bien en esa faceta.
Su primer enfrentamiento será ante Minnesota (finalista
en la Big Ten) un equipo que ha estado por debajo de
las expectativas de principios de temporada pero que
puede ponerles en muchos apuros.
Mejor jugador: Jordan Crawford: Máquina de anotar,
además de completo en otras facetas, buena
oportunidad para darse mucho más a conocer que por
su famoso mate sobre Lebron.
No perdáis de vista: Jason Love: Jugador que muy
posiblemente se busque la vida en Europa el próximo
año y que puede ser un gran jugador por allí.
# 6 Xavier Musketeers (24-8,14-2 A10)
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Bryan García. El espíritu competitivo de los Cougars ha
vuelto a colocar al equipo entre los veinticinco mejores
de la nación en la mayor parte de la temporada,
llevando el peso de la Mountain West junto a los Lobos
de New Mexico.
Este año han perdido a una gran referencia ofensiva
como era Lee Cummard, pero si este año ha estado en el
punto de vista de más aficionados es por la magnífica
temporada que ha realizado su imberbe base Jimmer
Fredette, ocupando el puesto de líder absoluto del
equipo que quizás este año le debería de haber
correspondido al alero brasileño Jonathan Tavernari, y
consolidándose como uno de los máximos anotadores
de toda la nación.
Su temporada regular ha sido bastante prolífica. Tras
sufrir un pequeña traspiés en las primeras semanas de
rodamiento ante Utah State encadenaron quince
victorias de manera consecutiva, destacando las
victorias ante conjuntos de la talla de Arizona, Arizona
State, Nevada o UTEP, haciendo que fuesen unos fijos
dentro de la zona media-baja del ranking nacional. No
pudieron hacerse con el título de Regular de la MWC
debido a la gran temporada que también están haciendo
los Lobos de New Mexico, que salieron victoriosos por la
mínima en el doble enfrentamiento ante los Cougars
esta temporada.
En el MWC Tournament las cosas no le fueron del todo
bien, ya que cayeron derrotados en su debut ante los
Runnin’ Rebels de UNLV por un ínfimo 70-66 a pesar de
los 30 puntos que les endosó Jimmer Fredette.
La estrella: Jimmer Fredette. Ha mostrado este año su
facilidad anotadora convirtiéndose en uno de los
máximos anotadores del país. Atlético, buen circulador
de balón y gran lanzador de tiros libres.
No perdáis de vista a: Jonathan Tavernari. Jugador
brasileño con mucho carácter que mira el aro con cierta
soltura. Buen reboteador para su altura.
Alejandro González. El periodo de transición y
reconstrucción del equipo de Spokane (tras la marcha de
cuatro de sus cinco titulares: Pargo, Daye, Heytvelt y
Downs) ha traído caras nuevas y alguna variación en su
estilo, pero los mismos resultados y vaivenes (para bien
y para mal) de temporadas pasadas. Para bien, Mark
Few ha vuelto a engarzar un equipo que gusta del buen
baloncesto. Trabajo táctico, desarrollo coral con
funciones repartidas, circulación de balón, orden e
inteligencia. Para mal, los Bulldogs vuelven a ser un
conjunto mentalmente frágil e inestable. Un rival
endeble cuando llegan los momentos decisivos (con
trofeos y/o eliminaciones de por medio) y que pierde la
concentración en partidos que podrían considerarse
bastante fáciles. El pinchazo en la final de WCC le ha
costado muy caro, bajando muchas seeds (quizá se le ha
ido la mano demasiado a los jueces) y los Bulldogs ha ido
a parar a una parte muy dura del bracket final, con un
gran hueso como Florida State y Syracuse esperando en
segunda ronda jugando en casa. Un panorama poco
halagüeño.
Gonzaga volvió a construir un calendario duro fuera de
su conferencia, donde mostró su mejor cara ganando el
Maui Invitational, saliendo airoso de difíciles pistas
como la de Illinois y poniendo contra las cuerdas a
Michigan State en East Lansing. Fue de nuevo muy
superior en la WCC, ganando ambos partidos contra
Saint Mary’s, su principal y único rival, en temporada
regular. Las lagunas mentales aparecieron con las
mismas formas de siempre, disfrazadas esta vez de
pinchazos inexplicables ante Loyola Marimount y San
Franciso, la derrota en la final de conferencia ante Saint
Mary’s y la tremenda paliza propinada por Duke.
Tirando de tópico, se podría decir que los Zags son un
equipo impredecible, pero quienes le siguen de cerca
año tras año ya se esperan estos desarrollos de
temporada.
Una de las constantes con respecto a la temporada
pasada, en la que alcanzaron Sweet Sixteen (cayendo
ante la campeona North Carolina) es el liderazgo de
Matt Bouldin. En su año senior ha vuelto a demostrar
que es, posiblemente, el jugador más inteligente de la
competición y un líder perfecto para su equipo. Bouldin
es un base, un excelente organizador, escondido en un
cuerpo de escolta. Ni mucho menos un prodigio atlético,
#8 Gonzaga Bulldogs (26-6, 12-2 WCC)
#7 Brigham Young Cougars (29-5, 13-3 MWC)
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pero si un cerebro privilegiado que regala clase y talento
y aporta infinidad de opciones en la cancha.
Junto a Bouldin, una hornada más que interesante entre
la que sobresale el alero alemán Elias Harris. Con
experiencia internacional, jugando ya un rol importante
en la selección alemana senior, Harris ha aportado un
plus atlético del que carecía Gonzaga, mostrándose
poderoso y dominante ante sus defensores, atacando
muy bien el rebote (sobre todo ofensivo) y además
mejorando poco a poco su tiro exterior. Harris juega casi
todo el tiempo de 4, compartiendo pintura con Robert
Sacre, un center puro que ha aprovechado la marcha de
Heytvelt para dibujar un hilo de esperanza a aquellos
que creen que aun es posible ver un pívot puro de
buenos pies capaz de jugar de espaldas al aro.
Steven Gray es el encargado de anotar desde el exterior.
Un muy buen tirador, aunque demasiado “de rachas”,
que también puede penetrar pero que tiende a perder
demasiado el control, sobre todo para un equipo tan
organizado y pausado como Gonzaga. Demetri Goodson
aparece como base por ser el más pequeño del quinteto
básico, porque realmente se encarga de poner velocidad
e intensidad al perímetro. Se esperaba algo más de este
jugador que saltase a la palestra con aquel
impresionante buzzer beater para tumbar a Western
Kentucky en uno de los mejores partidos de la pasada
Madness.
La escasez de refresco desde el banco es un gran
problema para Mark Few pues hace más exigente cada
partido apretado y complicado, un peso demasiado
grande a veces para la resistencia de un coco que no
está para muchos trotes. En la rotación de los Bulldogs
encontramos al prometedor freshman Kelly Olynyk, que
va para 3-4 alto y de clase y Mangisto Arop y Bol Kong,
ambos poniendo algo de tiro exterior e intensidad
defensiva. Los 225 centímetros de Will Foster sirven
para intimidar un poco en los seis/siete minutos que
está en cancha hasta que se carga de faltas o su falta de
sangre saca de quicio a su entrenador.
La estrella: Matt Bouldin. Un cerebro privilegiado. Un
talento natural que lidera a su equipo, anota, asiste y
rebotea con elegancia y clase. Una delicia para los
puristas del baloncesto.
No perdáis de vista a: Robert Sacre. Si, Harris es un
portento físico y una pieza vital y Gray es la amenaza
exterior. Pero Sacre es una prueba viviente de que hubo
una época donde los centers bailaban en la pintura y
jugaban de espaldas al aro. Si Sacre se encuentra
cómodo, las opciones de Gonzaga se multiplican.
Enrique Castellano. Sin lugar a dudas, Hamilton y los
suyos echan bastante de menos al actual base de los
Knicks Toney Douglas. Florida State sigue siendo un
equipo bastante eficiente y efectista para lo que tienen,
pero la ausencia de un referente anotador es sin dudas
su principal defecto. Ningún jugador del actual roster
supera los 12 puntos por partido demostrando que no
hay ninguna estrella en especial en el equipo y que el
bloque destaca sobre cualquier jugador.
Los Seminoles son un equipo eminentemente físico en el
que destaca especialmente la dureza física que poseen
en posiciones interiores con Alabi como referencia.
Junto a él destacan el forward sophomore Chris
Singleton, capaz de alternar las posiciones de tres y
cuatro. El ala pivot senior Ryan Reid es el encargado de
cerrar la rotación interior. Es un jugador eminentemente
físico y poco aseado. Comparte muchos minutos en
cancha con Singleton y es donde generan su
superioridad física frente a los rivales.
Por fuera su principal referencia es el lituano sophomore
Deividas Dulkys, un escolta tirador, con buen físico, pero
al que le falta algo más de instinto asesino. El guard
junior Derwin Kitchen ha sido el encargado de sustituir a
Douglas. La comparación no es justa y simplemente se
ha encargado de dirigir lo mejor posible al equipo y ser
una pieza más en el puzzle que tiene montado Leonard
Hamiltón en Florida. Por último debemos destacar al
guard freshman Michael Snaer, que viene como
principal recruit de este año y ha cuajado una
temporada aceptable en su año de adaptación al
baloncesto universitario.
Su temporada no ha tenido especiales sobresaltos. Han
conseguido empatar en el 3º puesto de la ACC con los
grandes ausentes en el torneo por mérito, Virginia Tech,
y cabe destacar su éxito en los enfrentamientos con
rivales directos como Georgia Tech, ganando ambos
partidos contra éstos cuando los Yellow Jackets estaban
en el top 25. Su punto negro de la temporada es la
eliminación por North Carolina State en el torneo de
conferencia.
En el torneo podemos esperar cualquier cosa de ellos. El
objetivo está cumplido y todo lo que venga a partir de
ahora puede considerarse como un éxito, ya que están
en un año de transición tras perder a su principal
estrella de la pasada campaña. Además, en caso de
pasar la primera ronda, presumiblemente jugaría contra
el seed 1 de su región en la siguiente.
#9 Florida State Seminoles (22-9, 10-6 ACC)
G U Í A B A S K E T M E N C A A M A R C H M A D N E S S 2 0 1 0
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La estrella: Solomon Alabi. El espigado poste nigeriano
es el jugador más destacable del bloque de los
Seminoles. Con más de 7 pies de altura es el encargado
de cerrar su zona. Es capaz de desviar cualquier
lanzamiento con sus interminables brazos. En ataque su
principal recurso es la canasta tras balón doblado, el
rebote ofensivo y algún que otro movimiento de pies
interesante aunque está muy verde. Tiene excelentes
porcentajes desde la línea de tiro libre, algo
determinante en un jugador interior como él.
No perdáis de vista: Al bloque. Ningún jugador destaca
especialmente por encima de otro. Casi toda la rotación
posee un físico envidiable y son realmente correosos de
superar en defensa.
Jorge Diez. Los Gators se habían repuesto a la marcha
de Calathes a Grecia, con un buen inicio de temporada,
derrotando a Florida State y Michigan State, pero
después de eso habían fallado en varios partidos y
parecían fuera del Baile. Finalmente el comité los
seleccionó y son un equipo que puede dar sorpresas.
Donovan ha levantado este programa consiguiendo su
duodécima temporada consecutiva por encima de 20
victorias, pero aún queda reverdecer viejos laureles en
Marzo.
Cuentan con un backcourt muy dinámico ya que tanto
Walker como Boynton son muy pequeños, buenos
anotadores y veloces. Con Walker llevando el timón del
equipo y amasando la bola, Boynton es el encargado de
anotar e incluso de sustituir a este en la manija, pues el
otro base, el israelí Tishman, aún no está preparado.
Gracias a estas condiciones, Florida gusta de salir veloz
hacia la canasta contraria si tiene oportunidad y si
alguno de los dos tiene el mínimo espacio, no dudan en
lanzar, en ocasiones tomando demasiadas malas
decisiones para el potencial que tiene el equipo. Ray
Shipman, un swingman físico, es el único recambio que
tiene Donovan para el backcourt.
Para completar esa carencia de centímetros cuentan con
dos jugadores que pueden desempeñar las posiciones
de alero y ala pívot indistintamente (Parsons y Werner),
fundamentales en el juego del equipo. Y es que ambos
tienen una gran capacidad de pase, que permite jugar
con Boynton y Walker aprovechando los cortes
(especialmente por línea de fondo para Boynton) para
lanzar mientras ellos ejercen de point forward. Werner
era el titular por su experiencia (senior), tiro de 3 y
defensa, pero su temporada ha sido decepcionante, y el
junior Chandler Parsons, el jugador con más clase del
equipo, ha tomado su lugar.
Por dentro cuentan con un atlético Alex Tyus y un
transfer como Vernon Macklin, que se ha convertido en
pieza decisiva del equipo, pues permite enfrentarse a
pívots rocosos, algo que el año pasado no podían hacer.
Erik Murphy sale desde el banco, ante la decepción que
ha supuesto Kenny Kadji.
Su juego si no consiguen correr, se centra en la
capacidad de pase que ostenta este equipo. Con hasta 4
buenos pasadores en cancha, Florida comete pocos
errores, y permite un juego de movimiento de balón,
efectivo ante las zonas, completado por la posibilidad de
colocar a Werner o Parsons en la cabecera de la zona
para hacer daño, pero que sin embargo no se ve
acompañado por un buen tiro exterior, aspecto donde
flojean, y tienen que recurrir a encontrar el espacio libre
ceca de canasta o tiros de media distancia. Esta falta de
tiro exterior es un hecho importante, porque si bien
Walker, Boynton o Werner son buenos tiradores, esta
temporada están tirando mucho sin encontrar el aro y
forzando tiros exteriores de manera innecesaria. La
mejoría de Parsons en este aspecto, le puede venir bien
al equipo para desatascar partidos. Esta capacidad de
pase y visión de juego es la que permite en muchas
ocasiones que los interiores anoten canastas a placer,
pues se mueven muy bien en el juego sin balón.
Si esto no funciona, tanto Walker como Boynton son
suficientemente rápidos y habilidosos para penetrar la
defensa, aunque sus centímetros les pasan factura al
finalizar; mientras Parsons también divide muy bien las
defensas, sobre todo con el rival en zona.
En defensa, Donovan utiliza distintas variantes
defensivas, pero usa poco la presión porque a pesar de
contar con Walker y Boynton como jugadores ideales
para ello, la falta de recambios la imposibilita. La zona
característica de Florida es la 2-3 con Macklin en medio
de la pintura como intimidador, mientras dispone de
jugadores altos o atléticos como Werner/Parsons y Tyus
respectivamente, para poner en los laterales de esa
zona y llegar a los cambios de orientación. Gracias a ella
recuperan muchos balones para poder correr, pues no
son un equipo dominante en el rebote para hacerlo
frecuentemente.
Al problema en el triple (y los tiros libres), unen las
malas decisiones de su backcourt y la falta de banquillo.
A pesar de ello hay que tener en cuenta que su
frontcourt si tiene experiencia, y que la juventud y ansia
de anotar del backcourt, se contrarresta con tanto
talento que pueden dinamitar un partido a base de
puntos.
#10 Florida Gators (21-12, 9-7 SEC)
G U Í A B A S K E T M E N C A A M A R C H M A D N E S S 2 0 1 0
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La estrella...Chandler Parsons. Boynton es el jugador de
más talento, pero el junior Parsons ha dado un salto
adelante esta temporada y se ha ganado un hueco
importante en el liderazgo del equipo con un juego muy
completo.
Atención a…Vernon Macklin. La elegibilidad del pívot ha
llevado a que Tyus al fin pueda jugar de ala pívot y ha
dotado a Florida de una presencia en la zona y un poder
reboteador e intimidador del que carecían.
Alejandro González. Lagom. La forma sueca de entender
la vida trasladada a un equipo de baloncesto. Orden y
equilibrio. Nadie esperaba a los Gophers en el gran baile
hace tan sólo unos días, pero Tubby Smith y sus chicos
se han ganado un puesto en el torneo. Un gran premio
para uno de los conjuntos mejor entrenados y
trabajados de la competición.
Equilibrio. En Minny las tareas están milimétricamente
repartidas. Todos tienen su rol, designado y puesto en
práctica según el plan establecido, en su justa medida.
Smith maneja un grupo de diez jugadores que se
repartían los minutos en cancha casi de forma
equitativa. Sólo la lesión de Al Nolen rompió esta
simetría y acabó por variar las cargas de
responsabilidad. Aun así, con el máximo asistente fuera
de combate, ningún jugador pasa de los 30 minutos por
partido. El carrusel de cambios parece responder a una
cuidada estrategia que nace del estudio del rival y la
lectura de las situaciones de los partidos.
Orden. Y paciencia. Todo es muy elaborado. El ataque se
toma su tiempo para buscar la mejor posición de tiro,
para encontrar la opción más clara. Por un lado por la
filosofía ofensiva que inculca el entrenador desde el
banco. Por otro, por la dificultad de los propios
jugadores de generar lanzamientos francos. Los Gophers
son conscientes de sus limitaciones y trabajan con
paciencia y dedicación para salir adelante. Estilo sueco,
de nuevo. En defensa todos saben dónde colocarse,
cuando presionar, cuando recular y, sobre todo, la
coordinación entre los cinco defensores suele ser
magnifica. De ahí que los partidos se trabajen desde
atrás, equilibrando las carencias al otro lado de la
cancha. Correr si se puede, pero sin precipitarse. No se
pueden permitir perder balones.
Smith juega a buscar las debilidades del equipo rival. A
desgastarlo. A marearlo con rotaciones continuas y
planteando una gran variedad de situaciones tácticas
durante los encuentros. A controlar el ritmo y
desesperar al contrario. Todo suena a plan perfecto.
Pero Minnesota tiene algunas deficiencias que lastran su
superioridad estratégica. La más evidente, la ya
comentada. Les cuesta un mundo anotar a los Gophers,
a pesar de lo bien que suelen circular el balón y moverse
sin la bola. La más pesada y decisiva, los problemas para
cerrar el rebote defensivo. No hay referencias ofensivas
claras en poste bajo, y el movimiento de balón y las
penetraciones en busca de un hueco, un punto débil,
son la única opción. Cuando lo encuentran, cortes a
canastas, buenos finalizadores y, sobre todo, excelentes
tiradores. Cinco jugadores superando o rondando el 40%
en triples, con Hoffarber, un excelso y plástico lanzador,
cercano al 50%.
Hablar de referencias ofensivas, anotadores y demás
resulta casi abstracto. Se podría hacer, y comentar que
Westbrook es el mejor penetrador y el arma clave para
salir al contraataque, o que el canadiense Joseph lleva
dentro un gran anotador que sólo saca en contadas
ocasiones. Pero sólo hay que ver el reparto de puntos
para entender que tampoco tiene mucho sentido. Lo
poco que anota Minny lo hace de muy diversa manera,
desde muy diversas fuentes.
La versatilidad de Damian Johnson si debe ser
destacada. Un jugador que hace de todo a buen nivel,
sin brillar ni llamar la atención. Oscuro, pero muy
importante. Jugando de 3 o 4, según decida Smith tener
a los dos centers (Iverson y Sampson) juntos o por
separados. El prometedor Rodney Williams es su
recambio casi natural. Pero ya decíamos, no hay
tendencias, ni posiciones, ni referencias fijas. El juego de
piezas de Smith da para mucho a lo largo de los cuarenta
minutos.
Había buenas expectativas a principio de temporada,
pero tres derrotas consecutivas de forma inesperada
(sobre todo la de Portland) desmontaron un poco a un
equipo que a veces resulta demasiado frio y ordenado.
Hay ocasiones en que el cuerpo, y los partidos, te piden
fiesta, y ahí los Gophers fallan. El gran torneo de
conferencia, eliminando a Michigan State y Purdue, les
ha dado el billete para el baile. Xavier y Pittsburgh en el
horizonte conceden la opción a soñar.
La estrella: Tubby Smith. Una dirección táctica
magnifica.
No perdáis de vista a: Blake Hoffarber. Elegante y letal
desde la línea de tres.
#11 Minnesota Golden Gophers (21-13, 9-9 Big Ten)
G U Í A B A S K E T M E N C A A M A R C H M A D N E S S 2 0 1 0
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David Berdaguer. Los inicios de Tony Barbee como
entrenador de UTEP fueron duros pero en los tres años
que lleva como entrenador ha ido formando lentamente
un bloque que este año ha conseguido alzarse con el
trofeo de la liga regular de la Conference USA.
Tony Barbee deja bastante libertad de acción a sus
jugadores tanto en defensa como en ataque. Los Miners
tienen predilección por el juego rápido en ataque pero
sin descuidar la parcela defensiva. En el apartado
defensivo juega un papel muy importante la
intimidación que provocan sus hombres altos,
especialmente Derrick Caracter. UTEP cuenta con una
plantilla amplia, con mucho talento y con una
impresionante capacidad atlética.
El peso ofensivo del equipo lo lleva Randy Culpepper,
base con una capacidad anotadora impresionante, pero
con evidentes lagunas en la lectura del juego; el
encargado de dirigir el juego de los Miners es Julyan
Stone, el quinteto lo suelen completar Jeremy Williams,
jugador con una interesantísima combinación de juego
exterior-interior, el transfer de Louisville Derrick
Caracter y Arnett Moultrie.
Caracter y Moultrie son dos piezas muy importantes en
el esquema de UTEP. Derrick Caracter parece haber
superado los problemas que le llevaron a dejar Louisville
y pedir el transfer a UTEP, ha perdido unos cuantos kilos
y parece haber adquirido la ética de trabajo que tanto se
le d emandaba en Louisville. En la conference USA ha
dominado en ambos lados de la cancha gracias a las
excelentes condiciones que posee y que le permiten
anotar con facilidad en posiciones cercanas al aro, en
defensa aporta intimidación aunque en ocasiones su
ansia de ir al tapón le ocasione problemas de faltas.
Moultrie tras haber disputado durante el verano el
mundial sub-19 con la selección estadounidense se ha
adaptado perfectamente a la llegada de Caracter y se
compenetra con él a la perfección.
En el banquillo, UTEP cuenta con otros jugadores
interesantes como Christian Polk que da minutos de
descanso tanto a Julyan Stone como a Randy Culpepper
o Claude Britten que puede suplir a Derrick Caracter en
el juego interior. Dentro de la rotación habitual de
Barbee también entran Isaac Gordon, Myron Strong,
Gabriel McCulley o Wayne Portalatin.
En el torneo final, UTEP es uno de los principales
candidatos a sorprender a equipos con un seed más
alto. Ante Butler pueden imponer la mayor presencia de
sus jugadores interiores. Pueden pasar a segunda ronda
e intentar sorprender a Vanderbilt.
La estrella: Randy Culpepper. Anotador descomunal,
excelente triplista y muy buen penetrador. Hace del
descontrol su principal virtud, cuando
está enrachado es imparable, pero si no tiene su día
puede ser perjudicial para su propio equipo.
No perdáis de vista a: Derrick Caracter. Está
comenzando a rendir al nivel que se le presuponía, es un
verdadero monstruo en el juego interior,
el torneo final es el escaparate perfecto para confirmar
su mejoría y dejar atrás la mala imagen que dio con los
Cardinals.
Agustín Romero. El aspecto más importante de los Racers es que no tienen una única referencia ofensiva sino que tienen
cinco jugadores capaces de irse a más de la decena de puntos con facilidad. Su estilo de juego rápido y con muchos tiros de
tres puntos, les hacen ser una verdadera incógnita en la Locura de Marzo, ya que si están acertados pueden dar guerra a
cualquiera pero si no lo están pueden acabar su andadura muy pronto. Vanderbilt es un buen equipo, pero algo frágil en
ocasiones, por lo que los Racers pueden al menos pensar con apretar el partido lo máximo posible. Equipo muy físico que
agota a los rivales a base de correr y de jugar a mucho ritmo durante todo el partido. Su amplia rotación de jugadores les
permite jugar a ese ritmo durante todo el partido. Ese desgaste puede ser su arma ante los Commodores.
La estrella: BJ Jenkins. Tiene instinto anotador pero a la vez es un buen pasador doblando balones tras penetración. Capaz
de lo mejor y de lo peor.
No perdáis de vista a: Tony Easley. Su capacidad para taponar balones y coger rebotes, le hace ser una pieza clave en los
esquemas de los Racers. En ataque es muy correcto, no suele forzar tiros y cuando tira lo hace con acierto.
#13 Murray State Racers (30-4, 17-1 OVC)
#12 UTEP Miners (26-6, 15-1 C-USA)
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Agustín Romero. Tener una referencia interior de la calidad de Keith Benson hace que el juego de los Golden Grizzlies se
base en muchas fases de los partidos en el tiro exterior ya que los equipos cierran sus defensas en torno al pívot de
Oakland y de ello se aprovechan los exteriores del equipo. Normalmente los ataques de los Golden Grizzlies suelen ser
bastante elaborados y organizados. Tener a uno de los mejores reboteadores, les da un plus en el rebote ofensivo que
otros equipos no tienen y sacan partido de ello. Pocos equipos tan competitivos como Oakland he podido ver sobre una
pista de baloncesto y Pittsburgh tendrá que estar atento sino quiere recibir un buen susto.
La estrella: Keith Benson. Si evaluamos los 20+10 que ha conseguido Benson esta temporada, lo sitúan en la élite de la
NCAA. Una bestia interior que es uno de los mejores reboteadores de toda la NCAA. Intimida muchísimo. Apunten su
nombre porque seguro que oyen hablar de él.
No perdáis de vista a: Derick Nelson. Anotador compulsivo capaz de anotar hasta 36 puntos en un partido. Si está
acertado desde el exterior, aprovechando los espacios que deja Benson, que tiemble el rival.
Agustín Romero. Sus defensas zonales en muchas ocasiones se les atragantan a los rivales como pasó en la final de la Sun
Belt frente a Troy. Tras el descanso se pusieron en zona y fue el aspecto que condicionó el devenir del partido ya que Troy
falló 12 de sus primeros 13 tiros de la segunda parte. Su defensa en individual es más frágil ya que no ponen toda la
intensidad que deberían y cualquier equipo con gente de calidad en el uno contra uno y con buena capacidad de pase
puede hacerles un roto. Kansas State debería ganar muy fácil en el choque de primera ronda. Su única esperanza en ataque
son las penetraciones y los tiros de White, más el acierto de Tristan Thompson y que Odufuwa imponga su ley en la
pintura. Siempre que no ocurra esto, el futuro de North Texas en la Locura será oscuro.
La estrella: Josh White. Del acierto del pequeñín White depende el juego de North Texas. Anotador compulsivo que a
veces abusa del tiro exterior. Explosivo, rápido, difícil de defender.
No perdáis de vista a: George Odufuwa. No está entre los mejores anotadores del equipo pero si es el mejor reboteador.
Su imponente físico le hace ser una roca en la pintura. Ha promediado un doble-doble esta temporada.
Agustín Romero. No aparecían en el Torneo Final desde 2005, donde en primera ronda y en la prórroga derrotaron al seed
número 4 Syracuse. Los Orangemen buscaran tomarse una buena revancha en esta edición. Todo su juego gira en torno a
Marqus Blakely, capaz de hacer de todo en la pista. Muchas de sus posibilidades en los partidos vienen desde la línea de
tres puntos, donde suelen tirar con bastante eficacia, sin ser un equipo que abuse del triple. Además, la buena capacidad
atlética de la inmensa mayoría de su plantilla le hacen ser un equipo”camaleón” que se adapta a cualquier situación en los
partidos.
La estrella: Marqus Blakely. Atléticamente y físicamente imponente. Los dobles-dobles son para él sencillos y cada partido
es capaz de acercarse al triple doble, a pesar de ser solo un 6’5. Uno de los jugadores más infravalorados de la NCAA.
Pedazo de jugador. Excelente ladrón de balones.
No perdáis de vista a: Maurice Joseph. Compañero inseparable de Blakely. Buen tirador de larga distancia. En su mente
solo existe una palabra: anotar.
#16 Vermont Catamounts (25-9, 12-4 Am. East)
#15 North Texas Mean Green (24-8, 13-5 Sun Belt)
#14 Oakland Golden Grizzlies (26-8, 17-1 Summit)
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Alejandro González. Tras acabar su entrenamiento
con el Real Madrid, Travis Hansen me concedía
unos minutos para compartir sus recuerdos y
visiones del pasado (vivido por él) y el presente del
torneo universitario.
Travis tiene una carrera universitaria algo peculiar,
diferente de la de la gran mayoría de los jugadores
de College. Empezó en Utah Valley State, una
pequeña universidad de la localidad de Orem
(Utah), muy cercana a su Provo natal. Con los
Wolverines jugó una temporada, antes de
marcharse a ejercer los dos años de misión que su
religión mormona establece. Un año duro debido
al fallecimiento de su madre tras una larga
enfermedad, algo que según él mismo es el hecho
que ha marcado su vida. Tras retornar de su
misión, las habilidades mostradas sobre la cancha
por Travis en Utah Valley State no habían pasado
desapercibidas. Varias opciones disponibles, pero
el jugador lo tenía claro: BYU, justo en Provo, la
ciudad que le vio nacer. Pero ese no era el motivo.
“El entrenador. Tenía claro que quería jugar para él, y no me equivocaba. Me enseñó muchísimo y fue muy importante para mí en ese periodo de mi vida. De hecho, seguimos siendo muy buenos amigos”. Hablamos de Steve Cleveland, técnico de
los Cougars durante 8 temporadas y actualmente
en Fresno State.
En sus tres temporadas con los Cougars promedió
13 puntos por partido, demostrando su capacidad
para defender y lanzar, convirtiéndose en el líder
del equipo en las dos temporadas finales. “BYU fue una gran opción. Disfrute, trabajé y mejoré mucho allí”. Brigham Young es una universidad
especial. “Hay largas colas de espera. La iglesia mormona es dueña de la universidad y toda la comunidad quiere ir allí. No sólo por la cuestión religiosa, sino por su nivel académico y deportivo. Es un College único en el país y el mejor sitio para mí”.
Le comento que le viene a la cabeza cuando llega
Marzo y el torneo está en todos los medios. “Que he perdido tres veces”. Sin duda, sigue teniendo
clavada la espina de no haber podido pasar
ronda.”Es el mejor torneo del mundo. Una gran experiencia para los deportistas. Todo el mundo está atento al torneo, la expectación es enorme y
los jugadores quieren dar lo mejor de sí”. No
haber podido saborear una victoria en la Madness
parece que es algo que no se le olvidará nunca.
“Cuando estaba en Utah Valley State, el torneo se ve como algo lejano, como aficionado. Nosotros nos centrábamos en nuestro propio torneo, en el día a día de la escuela y el equipo. Con BYU el torneo era el objetivo. Pero es una competición muy difícil, tanto para llegar a ella como para ganar un partido ya allí”.
Travis ha vivido la NCAA desde el punto de vista de
las pequeñas y medianas conferencias. Era
inevitable hablar sobre la labor de los jueces en el
Selection Sunday. Uno podría pensar que un
jugador de la MWC pediría mas plazas para su
conferencia, pero las palabras de Hansen
sorprenden. “Yo creo que es justo que las conferencias grandes tengan la mayor parte de las invitaciones. Las conferencias medianas deberían tener dos o tres invitaciones a lo sumo, y las menores sólo el campeón. Un equipo que compite en una gran conferencia se merece estar en el torneo por delante de equipos de conferencias como la MWC”. El caso de Utah State
sale en la conversación. “Yo creo que Utah State debería ir si vence su torneo. Si no, hay equipos de conferencias grandes más fuertes y que merecen su plaza”. Del pasado habíamos pasado
al presente casi por inercia. Y Travis demuestra
que está al día. “Nosotros tenemos un seed 7, que creo que es justo en esta ocasión, y un partido duro por delante frente a Florida. Espero que ganemos”. Para acabar, le pido que se dirija a los jóvenes
europeos que puedan estar contemplando la
NCAA como una opción. “Bueno, a veces ellos tienen la oportunidad de jugar en Europa y comenzar a ganar buenos sueldos y tener minutos. Si es así, es normal que se queden. Deberían, de hecho. Pero si no es así, yo recomiendo sin duda la opción NCAA. Es una experiencia magnifica, muy importante para el crecimiento como persona. Consigues una gran educación y mejorar mucho. En las universidades se trabaja muy duro tanto en clase como en la cancha, y esas experiencias son importantísima en tu vida”. Cercano y simpático, como siempre,
se despide. Un placer, Travis.
Travis Hansen (BYU Cougars)Travis Hansen (BYU Cougars)Travis Hansen (BYU Cougars)Travis Hansen (BYU Cougars)
SOUTH REGION RELIANT STADIUM – HOUSTON, TEXAS
VS
VS
VS
VS
VS
VS
VS
VS #15 Robert Morris #2 Villanova
#10 Saint Mary’s #7 Richmond
#14 Sam Houston State #3 Baylor
#11 Old Dominion #6 Notre Dame
#13 Siena #4 Purdue
#12 Utah State #5 Texas a&m
#9 Louisville #8 California
#16 Lehigh #1 Duke
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Bryan García. El bajo nivel que ha experimentado la
Atlantic Coast esta temporada –como en la mayoría de
las High-Majors, propiciado por la marcha de muchos
jugadores importantes- ha hecho resurgir al equipo de
Mike Krzyzewski permitiéndoles dominar la conferencia
con autoridad dado el bajísimo rendimiento de
conjuntos que podían haberles hecho frente como
North Carolina, Georgia Tech, e incluso, Wake Forest.
Coach-K sigue fiel a su estilo de juego a pesar del paso
de las temporadas, con transiciones de juego rápidas,
una intensa defensa y especialmente, vivir
continuamente del lanzamiento exterior en ataque. Este
año, además del buen rendimiento dado una temporada
más por parte de Kyle Singler, hay que añadir la
reconversión definitiva de Jon Scheyer a la posición de
base, donde ha cuajado partidos muy buenos y ha sido
una de las mayores alegrías de los aficionados Devils
esta temporada dado su gran rendimiento en este
último año en el equipo (se llegó incluso a hablar
durante la temporada regular de que podría ser uno de
los favoritos a Player of the Year esta temporada) y el
gran nivel mostrando por el combo-guard Nolan Smith,
pasando de ser un tercer o cuarto espada a uno de las
referencias ofensivas de los de Durham este año, donde
está promediando más de 17 puntos por choque.
Los recruits llegados a Durham esta temporada no han
tenido mucha repercusión dado que no han tenido las
suficientes oportunidades de demostrar el potencial que
se les atribuía antes de comenzar la temporada, aunque
también es verdad que cuando han tenido opciones de
mostrar su potencial al mundo no han sabido
aprovecharlo en exceso. Aún así, Andre Dawkins ha sido
durante prácticamente toda la temporada la primera
opción de Krzyzewski para dar descanso a Smith y
Scheyer, y durante los pocos minutos que disputaba si
que ha demostrado la buena mano exterior que se gasta
a pesar de su juventud. Otro que también ha jugado sus
minutos ha sido Mason Plumlee, que a pesar de
perderse los primeros partidos de Regular Season este
año por una fractura de muñeca se ha mostrado muy
intenso y con mucho desparpajo en la pintura, pudiendo
ser la temporada que viene un recambio de garantías
para Brian Zoubek y Lance Thomas. Se espera mucho
más aún de Ryan Kelly, que ha sido el que menos ha
participado en las rotaciones de Coach-K.
Hasta el día de hoy, la temporada de los Blue Devils ha
sido bastante correcta. Se proclamaron campeones de
Regular Season de la ACC a pesar de que los Terrapins le
pisaron los talones en las últimas semanas de
competición con un récord de 13 victorias en 16
encuentros en la conferencia y un total de 27 victorias
por sólo cinco derrotas destacando las dos grandes
victorias ante North Carolina, especialmente la ganada
en el Cameron Indoor por 32 puntos de diferencia
estableciendo la mayor paliza de los de Durham en la
historia ante los Tar Heels. Recientemente se han
llevado también el ACC Tournament tras batir en la final
a una peleona Georgia Tech.
Tienen el torneo al alcance de la mano, y son serios
candidatos a formar parte de la Final Four de este año.
Veremos si continúan con su particular tradición en
post-temporada o realmente consiguen ilusionar
realmente al aficionado Dukie.
La estrella: Kyle Singler. Sigue mejorando su tiro
exterior y su defensa a pasos agigantados. Si permanece
en su año senior puede ser un claro lottery pick.
No perdáis de vista a: Jon Scheyer. Amoldado
perfectamente a su nuevo rol como base ha hecho una
temporada para quitarse el sombrero: distribuyendo el
balón y anotando por doquier.
Pablo Fernández. En verano era para muchos una de las
grandes candidatas a coronarse en la BIG EAST y una de
las grandes favoritas repetir presencia en la Final Four.
Tal y como ha ido transcurriendo la temporada, este
curso se puede calificar de discreto. El primer
contratiempo llegó pocos días antes de comenzar la
temporada cuando Reggie Redding fue arrestado y
suspendido sin poder jugar hasta el 19 de diciembre. El
segundo y grave problema sucedió en Puerto Rico
cuando al Freshman Mouph Yarou se le detectaron
varios virus y estuvo más de un mes inactivo. Pese a
estos sucesos el equipo comenzó la temporada con muy
bien pie cosechando un balance de nueve victorias por
ninguna derrota, entre las victorias destacaban la
victoria ante Maryland y la victoria en el Tip Off de
Puerto Rico.
Pero en el décimo partido llegó la primera y dolorosa
derrota ante un rival del clásico BIG FIVE de
Philadelphia, Temple. No obstante el equipo se vino
arriba, ganó once partidos seguidos y estuvo
coqueteando con el preciado número uno en los
rankings a nivel nacional. A partir de ahí vino el gran
bajón de este equipo, además de perder se perdió con
#2 Villanova Wildcats (24-7, 13-5 Big East)
#1 Duke Blue Devils (28-5, 13-3 ACC)
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las dos grandes rivales de la institución en la BIG EAST,
Georgetown y Villanova, se perdió también ante WVU y
para colmo en el primer partido del torneo de la BIG
EAST ante Marquette en el Madison Square Garden. La
temporada quedó totalmente empañada y con varias
dudas con respecto al papel que pudiera desempeñar el
equipo en el baile final.
No obstante la temporada pasada el equipo mostró su
mejor imagen de la temporada en el torneo final por lo
que se aspira a repetir participación en la FINAL FOUR y
a llegar lo más lejos posible. Caer en el Sweet Sixteen
esta temporada sería un absoluto fracaso desde todos
los puntos de vista posible.
El equipo tiene las tablas, el nombre, los jugadores y la
experiencia para poder ser un equipo en el que se pueda
confiar. La temporada pasada nadie se esperaba que
ganaran a UCLA en segunda ronda y aún menos a DUKE
en Sweet Sixteen con tanta solvencia. Muchos no
esperaban que ganaran a Pittsburgh que llegaba con el
Seed N.1. Este año todo el mundo los esperan, no valen
las excusas. Duke espera impaciente en la South Region
a vengarse de lo que ocurrió la temporada pasada.
La Estrella: Scottie Reynolds, un héroe en el campus de
la universidad, que está a 49 puntos de convertirse en el
máximo anotador de la historia de un college del
prestigio baloncestístisco de Villanova. Creo que sobran
las palabras. Es Senior, es el líder del equipo y como tal
debe guiar al equipo a lo más lejos posible.
No os perdáis de vista a: Corey Fisher, probablemente
uno de los jugadores más divertidos de ver a nivel NCAA.
Tiene magia con el balón en las manos y tenga un buen
día o un mal día siempre te va a dejar con la boca
abierta en alguna de sus acciones. El gran escudero de
Scottie Reynolds que tendrá que recoger sus galones
cuando este termine su ciclo como universitario.
Pablo Fernández. Si tuviera que definir con tan solo una
palabra la temporada de los Bears utilizaría el término
brillante. Pocos a estas alturas esperaban un
rendimiento como el que ha logrado sacar Scott Drew a
sus jugadores. De hecho es la mejor temporada de
Baylor desde que su entrenador se hiciera cargo del
equipo hace ya más de seis años.
Dos victorias consecutivas ante la poderosa Texas han
culminado una gran temporada que en Waco esperan
que se culmine con un buen papel en Marzo. También
ha derrotado a otros rivales de entidad como Oklahoma,
Oklahoma State, Xavier, Arkansas, Arizona State y un
largo etcétera. El bracket puede parecer propicio para
un hipotético duelo ante Villanova en Sweet 16.
A nadie se le escapa que al hablar de Baylor
rápidamente se nos viene a la cabeza Lacedarius Dunn,
absoluto líder en este equipo prácticamente desde que
aterrizara en Waco y que a día de hoy tomó la decisión
correcta al seguir formándose en Baylor y no dar el salto
prematuro a la NBA. Su capacidad anotadora es
probablemente uno de los mejores armas en ataque
para su equipo.
La mayor sorpresa esta temporada en Baylor la haya
dado Tweety Carter, el director de orquesta, que ha
pasado de ser un base más en la competición a ser uno
de los mejores bases de su conferencia e incluso del país
y ser así junto a Dunn los dos grandes estandartes del
equipo. No sólo en la anotación sino que está asistiendo,
está robando balones y está siendo un auténtico líder
sobre la pista. Tanto es así qué está empezando a
encontrarse en los primeros puestos a nivel estadístico
en la historia de Baylor en muchos de sus apartados.
Y no podemos olvidarnos de la gran referencia en la
pintura de los Bears, Ekpe Udoh, que por muchos
analistas de toda la NCAA está empezando a ser
señalado con el dedo como una de las grandes
revelaciones de la temporada tras dos años en los que
jugó para Michigan sin pena ni gloria.
Estos tres jugadores forman la columna vertebral de
Baylor, tres jugadores con la experiencia necesaria para
haber llegado tan lejos con respecto a lo que se
esperaba de este equipo en el tiempo de verano. No
obstante no han llegado solos aquí y se han rodeado de
jóvenes como Quincy Acy, Anthony Jones, AJ Walton o
Nolan Dennis que empiezan a forjarse como los futuros
líderes de este ambicioso proyecto y están aportando
desde ya, colaborando en la brillante temporada que
Baylor ha cosechado. Con vistas al Torneo Final las
expectativas son buenas. Obviamente no entran en las
quinielas como favoritos pero pueden dar muchas
sorpresas. Tampoco se les va a exigir que hagan un gran
papel porque ya han hecho una gran temporada
metiéndose en la locura de Marzo. Hagan lo que hagan
ya han salvado la temporada de manera brillante.
La Estrella: LaceDarius Dunn. Lo decíamos
anteriormente, un grandísimo anotador desde sus
tiempos de instituto que tomó una gran decisión cuando
se quedó en Baylor y no dar el salto al profesionalismo.
Todo ataque pasa por sus manos y cuando tiene un día
inspirado puede acabar con cualquier equipo que se le
ponga enfrente.
#3 Baylor Golden Bears (25-7, 11-5 Big12)
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No perdáis de vista a: Tweety Carter. La gran sorpresa
de los Bears y uno de los grandes factores por los que
Baylor ha dado un gran salto de calidad. Presente en
todas las facetas del juego es sin duda el gran
complemento que necesitaba Dunn.
Enrique Castellano. Los Boilermakers se presentaban al
inicio de temporada como uno de los máximos
candidatos a alcanzar la Final Four, pero la lesión de su
estrella Robbie Hummel contra Minnesota a final de
Regular Season ha hecho reducir enteros las
posibilidades del equipo de Matt Painter (entrenador del
año de la Big 10 este año). Aún así, el equipo intentará
superar la Sweet Sixteen del año pasado en la que
cayeron eliminados contra el que a la postre llegaría a la
Final Four, Connecticut.
Su temporada ha sido bastante buena en general,
quitando un pequeño bache al comienzo de la Big 10 en
la que perdieron tres partidos consecutivos. Desde
entonces engancharon una racha de victorias de diez
encuentros hasta que llegó el fatídico día en el que su
tridente junior perdió uno de sus pilares.
Aún así, estamos hablando de un equipo bastante serio,
con experiencia y mucha calidad. Tratan de jugar rápido
y con una defensa bastante dura, pese a su falta de
centimetros. Su rotación se reduce a darle 30 minutos a
Hummel, Moore y Johnson como principales referencias
y el resto son obreros que salen a partirse la cara por el
equipo. La pareja de juniors formada por Moore en el
frontcourt y Johnson en el backourt será la encargada de
llevar al equipo a lo más alto. E'Twaun Moore es un
comboguard capaz de aportar en casi todas las facetas
del juego, aunque flaquea en el lanzamiento de tres
puntos. Es el mejor anotador del equipo con casi 17
puntos por noche. Mientras tanto, JaJuan Johnson es un
un 4-5 que será el encargado de dominar ambas zonas
gracias a sus buenas facultades atléticas y té gracias a
sus buenas facultades atléticas y técnicas.
De sus obreros cabe destacar la labor del guard senior
Chris Kramer, jugador defensivo del año de la
conferencia. Es capaz de emparejarse con cualquier
jugador exterior y hacerlo sufrir. Keaton Grant en la
dirección y Lewis Jackson como sustituto de Hummel
serán los encargados de cerrar el quinteto. Painter no es
muy partidario de las rotaciones así que no deberíamos
esperar sorpresas desde el banquillo.
Un seed 4 en el bracket quizás sepa a poco tras la
temporada que han hecho. Para colmo el
enfrentamiento con la universidad cinderella por
excelencia de las últimas campañas, Siena, hace que los
primeros pasos que deben dar los Boilermakers en el
Gran Baile sean realmente complicados.
La estrella: Jajuan Johnson. Tras superar los registros de
la campaña anterior, Johnson afronta este torneo como
la gran esperanza de Purdue. Este pívot es un tremendo
intimidador en la zona y con recursos para anotar
fluidamente desde el poste bajo y media distancia
debería darles un plus en la posición más complicada de
cubrir en el baloncesto universitario.
No perdáis de vista a: La ausencia de Robbie Hummel. Este jugador era el alfa y la omega del equipo. Carecer
de de una amenaza exterior por parte de un hombre
interior (8/13 en triples contra Ohio St.) ha creado
serios problemas en el ataque de los Boilermakers.
También echaran de menos su capacidad de pase y las
contras que lanzaba tras rebote defensivo.
Bryan García. Los Aggies son un claro ejemplo de
competitividad, de fuerza conjunta, nunca dando un
partido por perdido independientemente de los
jugadores que estén sobre el parquet. Hace unas
temporadas perdieron a uno de sus máximos referentes
en su historia, el base Acie Law, perdieron a su
entrenador Billy Gillespie, que hizo las maletas a
Kentucky, y esta temporada han perdido a dos de sus
piezas clave la temporada pasada rumbo a Europa como
son Chinemelu Elonu y Josh Carter, pero estos Aggies
vuelven a tirar de plantilla y de casta y siguen estando
peleando por estar entre los mejores equipos de la
nación y entre los tres mejores equipos de la siempre
difícil Big 12 Conference.
Esta temporada es el base Donald Sloan el que se ha
encargado de compactar y liderar este equipo, jugador
ya de cuarto año que quiere despedirse de este equipo
dejándolo más allá de la primera ronda del March
Madness, torneo donde ya los Aggies participarán por
quinta temporada consecutiva.
#5 Texas a&m Aggies (23-9, 11-5 Big12)
#4 Purdue Boilermakers (27-5, 14-4 Big Ten)
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La temporada del conjunto de Mark Turgeon ha sido
nuevamente un éxito, más teniendo en cuenta las bajas
con las que apuntábamos inicialmente así como la
importante -e inesperada- lesión de Derrick Roland a
principios de este 2010, que lo ha dejado fuera de
combate durante lo que resta de temporada, y que
venía siendo una de las principales referencias ofensivas
y sobretodo defensivas no sólo de los Aggies, sino
incluso de la conferencia. Los Aggies se alzaban a final
de esta temporada regular de la Big 12 con la tercera
plaza de la conferencia con el mismo récord que el
segundo, Kansas State Wildcats, con un total de 11
victorias en 16 partidos, totalizando en toda la campaña
un récord de 23 victorias y 9 derrotas que lo colocaban
habitualmente entre los primeros 25 puestos del
ranking.
Sólo los Jayhawks de Bill Self se veían claramente
superiores a ellos, y lo demostraron por dos veces en
temporada regular -venciendo no sin problemas- y
posteriormente en esta pasada Champ Week, apeando a
los Aggies de buscar la gran final del Big 12 Tournament
por 66-79.
La estrella: Donald Sloan. Base que cumple este año su
ciclo universitario que ha demostrado este año su
capacidad anotadora y que gracias a sus buenas
condiciones físicas y a su buena mano exterior es capaz
de actuar como escolta.
No perdáis de vista a: Bryan Davis. Principal referencia
en la pintura de los Aggies. Aporta intimidación, rebote y
defensa, donde destaca especialmente en el tapón.
Alejandro González. Los chicos de South Bend vuelven
al torneo tras una decepcionante temporada pasada.
Parecía que la marcha de McAlarney, Ayers y Zeller
debilitaría más a un conjunto que se descompuso de
forma espectacular, pero Mike Brey ha sabido
recomponer al bloque, mantenerse fiel a su estilo y
sacar adelante, no sin ciertos tambaleos, a los Irish.
ND no podía faltar al baile. Uno de los baloncestos más
ofensivos y vistosos del país tenía que estar presente en
la fiesta. Cerca hemos estado de quedarnos sin ella
cuando una temporada correcta pero sin alardes se
complicaba muchísimo con la lesión de Harangody,
coincidente con tres derrotas encadenadas, incluyendo
una ante un rival directo como Seton Hall y uno de esos
pinchazos, frente a Saint John’s, que penalizan bastante.
Cuando más negro se tornaba el panorama, apareció el
brillo de Notre Dame. Sin la estrella y principal
referente, el resto del equipo reaccionó a tiempo,
engarzando seis victorias consecutivas, tres de ellas sin
Harangody, superando a enemigos íntimos como
Pittsburgh (por partida doble), Marquette, UConn y
Georgetown. Ya en la Madness, la benevolencia de los
jueces ha abierto un camino no despejado pero si
asequible. Una seed 6 se antoja demasiado alta, pero es
que además Old Dominion en primera ronda y un
hipotético choque ante Baylor en segunda suenan
bastante bien. Los de Indiana no deberán olvidar lo que
han sufrido por desconcentraciones y pérdidas de
competitividad en el pasado, para así aprovechar la
oportunidad presente.
No hace falta presentar a Luke Harangody, uno de los
grandes nombres de la NCAA en los últimos cuatro años.
Su evolución individual, cada vez separándose más del
aro y ampliando su radio de acción, parece que ha
podido separarse un poco de aquella cerrada conexión
que tenía con el rendimiento y los biorritmos del equipo.
Uno de los factores, graduaciones incluidas, que han
podido ido arrastrando escalera abajo el status que
Notre Dame había alcanzado hace dos temporadas. Aun
así, es obvio que estamos ante uno de los mejores
jugadores del país, diciéndonos adiós en su último baile
de Marzo.
Con un Tory Jackson algo atascado en su progresión
como director de juego (aunque controlando su
tendencia a perder balones, eso sí), han sido Tim
Abromaitis y Ben Hansbrough los artífices de la
recuperación de los Irish. Abromaitis ha eclosionado
hacia un jugador de anotación fluida y versátil. Un chico
inteligente (algo débil mentalmente, quizá) que ha
supuesto un gran impulso a la generación de opciones y
tiros del equipo. El alero llama más la atención, pero
seguramente sea más importante el papel de Ben
Hansbrough. El hermano menor de Tyler ha supuesto un
segundo punto caliente, de carácter, para acompañar a
Harangody. Menos asistencias que Jackson, pero mayor
influencia en la circulación de balón y el control de los
ritmos. Su gran muñeca refuerza el lanzamiento exterior
de un equipo ya de por si brillante en ese apartado.
La mayor rémora para Notre Dame es su falta de
secundarios verdaderamente influyentes. Tyrone Nash,
el otro miembro del quinteto básico, es un jugador
limitado técnicamente pero que se entrega a labores
poco agradecidas dentro de la zona, importante si
tenemos en cuenta que Harangody en esa faceta no se
implica ni rinde bien. La rotación de Brey es corta por
falta de opciones, con un hombre de refresco por
dentro, Carleton Scott, y uno por fuera, Jonathan
Peoples. Scott ha tenido un par de partidos brillantes en
el mejor momento posible, coincidiendo con la lesión de
Harangody. Pero nada más.
#6 Notre Dame Fighting Irish (23-11, 10-8 Big East)
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Siete jugadores que ante una exigencia física grande o
una situación que se tuerce se quedan sin apenas
capacidad de respuesta. Notre Dame necesita que las
cosas le vayan de cara, que nadie se complique con
faltas (en una defensa no especialmente buena) y que
los partidos no se les vayan de madre. Es por esto que
los Irish pueden plantarse en Sweet Sixteen y
sorprendernos exactamente lo mismo que si se fuesen a
casa a las primeras de cambio ante Old Dominion.
Mientras duren, disfrutaremos de su atractivo juego.
La estrella: Luke Harangody. Nivel All-American desde
su temporada sophomore, haciendo del doble-doble
una sana costumbre y mejorando y evolucionando hacia
un jugador más completo. Algo, por cierto, de lo que
depende muchísimo el rumbo que tome su futuro
profesional.
No perdáis de vista a: Ben Hansbrough. El corazón del
equipo, el que se pone a asistir cuando Jackson se
atasca, a rebotear cuando los demás se relajan, a anotar
desde lejos cuando su equipo lo necesita. Esos genes
llevan algo especial.
.
Javier Rajo. Los Spiders han completado una grandísima
temporada compitiendo de tú a tú hasta el final por la
A10 y haciendo uno de los mejores años que se les
recuerdan en bastante tiempo. A pesar de que a
principio de temporada ya partía como un equipo a
tener en cuenta y con verdaderas aspiraciones de llegar
al Madness, los Spiders se han encargado incluso de
superar las expectativas y además de su gran año A10
han ganado a equipos competitivos de fuera de la
conferencia como Florida, Missouri o Mississippi State,
además de perder en la prórroga contra Wake Forest.
En los Spiders como pieza de verdadera importancia y a
destacar desde el principio es el nombrado mejor
jugador de la conferencia A10 de esta temporada, el
guard Kevin Anderson, un jugador que si jugara en un
programa de mucho más nombre no sería tan
infravalorado. Es una persona corta de estatura, que
destaca por ser un tremendo anotador, rápido, con
una gran penetración, y con un buen tiro que le hace un
jugador peligrosísimo y prácticamente imposible de
parar cuando está caliente. Además, otra de sus mejores
virtudes es la de conseguir sacar numerosas faltas a los
que le defienden.
El otro gran jugador de Richmond es David Gonzalvez,
un senior que es pieza fundamental tanto en ataque
como sobretodo en defensa, dónde es uno de los
mejores jugadores de su conferencia. El resto del equipo
lo componen jugadores sólidos como Justin Harper,
Ryan Butler o Dan Geriot, que tienen muy bien asumido
su papel y que cumplen con lo que les pide el
entrenador Money ajustándose a sus sistemas.
Richmond es un equipo bastante trabajado en el que sin
lugar a dudas la defensa ha sido uno de los motivos de
éxito de este conjunto, siendo en algunos momentos
tremendamente efectiva y difícil de superar. En el lado
ofensivo mientras tanto ejecutan la Princeton offense.
Precisamente en ese puede radicar uno de sus
problemas, y es que cuando no están demasiados
acertados a la hora de encestar los lanzamientos
perimetrales son un equipo más vulnerable.
Cuentan con jugadores de mucha experiencia y sin
miedo a nada como Anderson o Gonzalvez, y que se
conocen perfectamente y ejecutan de la mejor de las
maneras el sistema que los puede llevar a sacar los
mayores beneficios en los partidos.
Estrella: Kevin Anderson: Jugador que desprende
talento por los cuatro costados, con terribles rachas
anotadoras que pueden hacer de él un jugador
destacado en el torneo.
No perdáis de vista: David Gonzalvez: Completo jugador
a ambos lados de la pista que posiblemente veamos en
Europa haciendo un gran papel el año que viene.
David Berdaguer. Los Golden Bears de la universidad de
California han confirmado este año las buenas
sensaciones que dieron a lo largo de la temporada
pasada. El equipo entrenado por Mike Montgomery ha
conseguido alzarse con el título de la liga regular de la
Pac-10. El juego de los Golden Bears se basa en las
genialidades del pequeño base Jerome Randle, anotador
compulsivo con una velocidad endiablada. Randle tiene
un rango de tiro casi ilimitado que le permite abrir las
#8 California golden bears (23-10, 13-5 Pac10)
#7 Richmond Spiders (26-8, 13-3 A10)
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defensas rivales, además es un gran penetrador gracias
a la gran velocidad con la que ejecuta su dribbling.
Patrick Christopher y Theo Robertson acompañan a
Randle en el juego exterior de California. Christopher es
un excelente anotador, capaz de construirse sus propios
tiros, siempre es una amenaza ya sea con tiros desde
más allá de la línea de tres puntos o con tiros de media
distancia. Robertson es otro gran tirador desde
distancias lejanas que se complementa a la perfección
con la dupla Randle-Christopher.
En el juego interior es donde más carencias tienen los
Golden Bears, sólo Jamal Boykin, transfer de Duke, les
garantiza un rendimiento constante en el interior de la
zona. Jamal Boykin es otra de las piezas fundamentales
en el equipo de Mike Montgomery, un verdadero
fajador que sabe buscarse sus canastas en posiciones
cercanas al aro, también tiene buen tiro desde media
distancia.
Además, Boykin juega un papel importante como líder
emotivo del equipo, animando y corrigiendo a sus
compañeros. Dentro de la rotación de Mike
Montgomery también se encuentran los pívots Sanders-
Frison y Max Zhang, el especialista defensivo Jorge
Gutiérrez y el sophomore Omondi Amoke.
A los Golden Bears les gusta jugar sus partidos con un
ritmo alto aunque saben adaptarse a ritmos más
pausados, su principal problema es la escasa aportación
del banquillo y la excesiva dependencia del juego
exterior al no tener un referente dentro de la zona. Por
este motivo, pueden sufrir en el torneo ante equipos
con rotaciones más largas, una mayor contribución de
jugadores como Sanders-Frison o Zhang aumentaría las
opciones de California en el torneo final.
De cara al torneo final no han tenido suerte al verse
emparejados con los Cardinals de Pitino, en caso de
superar la dura prueba que suponen los Cardinals les
esperaría Duke en segunda ronda.
La estrella: Jerome Randle. Es la principal amenaza
ofensiva de los Golden Bears, puede anotar con tiros
lejanos o con penetraciones, es una amenaza constante.
No perdáis de vista a: Jamal Boykin. El transfer de Duke
es el único jugador interior que aporta en todos los
aspectos del juego con regularidad. Es fundamental que
su rendimiento no baje en el torneo final si California
quiere dar algún susto.
Enrique Castellano. Otro año más tenemos a Pitino y los
suyos en el Madness. A pesar de las bajas importantes
de Terrence Williams y Earl Clark, sus dos mejores
jugadores la pasada caompaña, los Cardinals han
conseguido meterse en el Gran Baile dando guerra a los
equipos favoritos destacando su victoria por partida
doble contra Syracuse cuando estaba situado en los
primeros puestos del ranking de universidades hecho
por la prensa. Sin embargo, su temporada ha sido
bastante irregular, sin conseguir una racha de victorias
duradera y con alguna que otra derrota inesperada.
¿Qué podemos esperar de Louisville en el torneo?
Defensas de todos los colores, zonas 2-3, presión en
toda la cancha, individuales al límite de la legalidad...
todo impregnado con la intensidad que es santo y seña
del único entrenador que ha conseguido meter a tres
universidades distintas en la Final Four. En ataque las
cosas las tienen algo menos claras y su falta de acierto
su punto más débil. Ya no tienen el plus del pase extra
del año pasado y eso se nota mucho en los porcentajes.
La estrella del equipo es el poste Samardo Samuels, un
pívot undersized con gran capacidad anotadora (15
puntos por partido y con 36 puntos de record esta
campaña). Acompañándolo estarán Terrence Jennings o
bien Jared Swopshire. El primero es un 4-5 con un físico
tremendo y que prometía mucho para esta temporada,
pero se ha visto superado por el segundo, que es un 3-4
bastante móvil, buen defensor y reboteador.
La batería exterior estará formada por el reencontrado
Edgar Sosa, un base tan anotador como irregular; Jerry
Smith, Preston Knowles Reginald Delk (sobrino de Tony
Delk, que ya jugó para Pitino en Kentucky). Estos tres
guards comparten similitudes en juego siendo bastante
aseados técnicamente, buenos defensores y con
capacidad para anotar de tres puntos. En el caso de Delk
se puede destacar que es super físicamente a sus
compañeros. La rotación la completan dos jugadores
con poca importancia, pero que pueden tener cierto
protagonismo según el partido como son el base
freshman Peyton Siva (freak atlético y demasiado
alocado) y Kyle Kurcic (clave en una de las victorias
contra Syracuse con 22 puntos).
Louisville es capaz de lo mejor y de lo peor. El año
pasado siendo favoritos para Final Four se quedaron
fuera, entrando en su lugar dos equipos de la Big East
como Uconn y Villanova, pero seguramente serán un
hueso duro de roer si consiguen pasar alguna ronda.
La estrella: Samardo Samuels. El pívot jamaicano es el
máximo anotador y reboteador del equipo. Tiene un
repertorio brutal a la hora de encontrar el aro a 3-4
#9 Louisville Cardinals (20-12, 11-7 Big East)
G U Í A B A S K E T M E N C A A M A R C H M A D N E S S 2 0 1 0
42
metros. Es demoledor jugando de espaldas, siendo uno
de los mejores en esta faceta en el baloncesto college.
Al medir 2.06 m, suele sufrir a la hora de encontrar
canasta contra jugadores más altos. Es el termómetro
del equipo sin dudarlo.
No perdáis de vista a: Edgar Sosa. El base senior se ha
reencontrado con su juego en esta última temporada
tras unos años bastante irregulares. Capaz de hacer lo
mejor y lo peor. Es eléctrico y le gusta lanzar mucho
desde la línea de tres (esta temporada tiene el mejor
registro de toda su carrera). Si Louisville quiere llegar
lejos necesitará que Sosa esté a un muy buen nivel.
Alejandro González. El campeón de la WCC nos
presenta una interesante propuesta de baloncesto
vistoso y ofensivo. Un equipo muy equilibrado y
agradecido para el espectador que salió de golpe de la
inestabilidad de estar “on the bubble” asegurándose
una plaza en el baile al derrotar a Gonzaga en la final de
conferencia. Ahora los caprichos del Selection Sunday le
abren la posibilidad de avanzar en el bracket con un
duelo de primera ronda ante Richmond en cierto modo
asequible (que no fácil) y un seed como Baylor al que
bien podría poner en apuros. El horizonte es, cuanto
menos, ilusionante.
El conjunto de Randy Bennett disputará su tercera
Madness en los últimos diez años liderado por el center
Oman Samham, un interior puro de muchos kilos y
centímetros que ha completado una excelente
temporada, promediando 20’9 puntos y 11 rebotes por
partido. Su presencia en la pintura es fundamental para
los Gaels, siendo su principal referencia en ataque y
pieza básica de una trabajada y cuidadosa circulación de
balón. Balones dentro-fuera para que Samham finalice o
genere espacios para los hombres exteriores.
El perímetro de Saint Mary’s aprovecha esos huecos a la
perfección promediando un 41% en triples. El base
Mickey McConnell y el escolta australiano Matthew
Dellavedova se reparten tareas de forma inteligente y
efectiva, promediando casi 10 asistencias y más de 26
puntos entre los dos. Ambos freshmen y excelentes
triplistas, si bien Dellavedova se prodiga algo más en
ataque.
El quinteto básico lo completan los también australianos
Ben Allen y Clint Steindl. Allen, senior y transfer de
Indiana, es una gran ayuda para Samham tanto por
dentro como saliendo fuera a lanzar desde media-larga
distancia. Steindl, sophomore, está aún algo verde pero
promete ser un completo y talentoso alero. Uno de los
grandes problemas de los Gaels será su escasa rotación,
agravada por la temprana lesión de un hombre
importante como el exterior Wayne Hunter, y en la que
sólo aparecen desde el banco los otros dos australianos
del equipo, el base/escolta Jordan Page y el 3-4 Mitchell
Young. La falta de refresco es más sensible bajo
tableros, y los problemas de personales de Allen o,
sobre todo, Samham, pueden condenar a los de
Bennett.
La estrella: Omar Samham. Un pívot puro de los que ya
no quedan. Algo lento de pies pero coordinado y
efectivo. Impone su físico para firmar dobles dobles casi
cada noche. Activo e intenso, ha sido uno de los mejores
interiores de la temporada.
No perdáis de vista a: el dúo Dellavedova-McConnell. Uno mejor tirador, otro mejor pasador. Ambos forman
un backcourt muy inteligente, que genera mucho juego
y aporta muchos puntos desde el exterior.
Agustín Romero. La defensa de Old Dominion puede amargar la vida a cualquiera. Dura intensa, pegajosa, hasta el punto
de sacar de sus casillas a los rivales. Pero el factor determinante por el que los Monarchs siembran el pánico con su juego
es la figura de Gerald Lee, la referencia interior del equipo. Lee tiene calidad en la pintura, atrayendo a los defensores
contrarios y además tiene un excelente capacidad de pase, encontrando con facilidad a sus compañeros, que se benefician
de la situación sacando mucho partido de ella. Un equipo capaz de tumbar a Notre Dame y dar guerra a Baylor.
#11 Old Dominion Monarchs (26-8, 15-3 CAA)
#10 Saint Mary’s Gaels (26-6, 12-2 WCC)
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La estrella: Gerald Lee. El pívot nacido en Finlandia es un jugadorazo como la copa de un pino. Condiciona el juego de los
equipos que juegan contra él, por todo el repertorio que tiene. Anota, rebotea, tira poco de tres puntos pero cuando se
levanta las mete, y además lee el juego de escándalo. Underrated en toda regla.
No perdáis de vista a: Frank Hassell. Sin ser un excelso anotador si que es un extraordinario reboteador. Puede irse a un
doble-doble con facilidad. Factor X de los Monarchs.
Alejandro González. Los Aggies han sido uno de los
grandes protagonistas del polémico Selection Sunday.
Tras haber dominado de forma clara la temporada
regular de la débil WAC, perdieron en la final del torneo
de conferencia ante New Mexico State. El upset generó
una animada polémica horas antes del torneo. El técnico
Steve Morrill clamaba un puesto en el baile para su
equipo, a medias entre la defensa personal y la
reivindicación de las conferencias menores.
Utah State sólo contaba con una victoria de verdadero
nivel ante BYU. El otro partido importante acabó en
derrota frente a Saint Mary’s. Por un lado de la balanza,
una racha de 18 victorias seguidas (con New Mexico
State como “enemigo más complicado”), por el otro,
derrotas ante Northeatern y Long Beach State.
Finalmente el comité decidía darle una plaza para el
torneo a los de Logan, dejando fuera a equipos como
Virginia Tech o Mississippi State.
Mientras aun resuenan los ecos de la polémica, los
Aggies ya preparan el torneo con el recuerdo cercano de
la buena imagen ofrecida ante Marquette en la pasada
edición, rozando la sorpresa ante los Eagles. De aquel
equipo se cae el máximo anotador y reboteador, Gary
Williams, una ausencia que ha bajado el nivel del
conjunto. Dicho descenso no ha sido tan pronunciado
por el buen reparto de tareas y toma de
responsabilidades de sus compañeros.
El nuevo líder es el base Jared Quayle, un jugador muy
completo, que no es un anotador demasiado productivo
pero si que es capaz de dirigir a sus compañeros con
solvencia y es una ayuda tremenda en tareas
reboteadoras a pesar de su estatura y posición. Además,
como parte de ese paso adelante general, ha mejorado
su tiro de larga distancia.
El tiro exterior es una de las principales armas de los
Aggies. Tyler Newbold es un excelso lanzador, al igual
que Brian Green, que desde el banquillo se mueve en
porcentajes cercanos al 50%. Pooh Williams, el escolta
titular, completa el cuadrado exterior básico.
Por dentro, Tai Wesley ha dado un interesante salto
cualitativo, mayor de lo que reflejan sus números. No
sólo ha mejorado su juego al poste bajo desde la
posición de cuatro, sino que su ya buena lectura del
juego va tornándose en brillante, siendo fundamental
para la fluidez y versatilidad ofensivas de su equipo. El
hueco de Williams lo ocupa Nate Bendall, que ha vuelto
a Logan tras su paso por Junior College para ayudar con
su defensa, trabajo bajo tableros y su buen tiro de 4-5
metros.
Texas A&M espera en primera ronda. Un rival
complicado, pero al menos no tan duro como los
también seed 5 Michigan State o Temple. Veremos si
Utah State vuelve a rondar el upset en el duelo de
Aggies. Si la pareja Quayle-Wesley funciona, y los
tiradores enganchan alguna buena racha, todo podría
pasar.
La estrella: Jared Quayle. Un base muy completo que ha
sabido tomar las riendas esta temporada. Será el go-to-
guy para coach Morrill.
No perdáis de vista a: Tai Wesley. Jugador de poste
bajo, con talento y gran visión de juego.
Agustín Romero. Su juego ofensivo se basa en tres jugadores Ubiles, Franklin y Rossiter. De ellos depende que Siena
aguante en el lado de ataque los envites del rival, si esto no es así, Siena se hunde. Los Saints nunca se rinden, luchan,
pelean, lo intentan todo hasta que ya no ven más posibilidades. Se antoja fundamental que la gente que sale del banquillo
aporte como en la final de la MAAC frente a Fairfield. Ante una Purdue sin Hummel podría tener opciones de dar la
sorpresa.
#13 Siena Saints (27-6, 17-1 MAAC)
#12 Utah State Aggies (27-7, 14-2 WAC)
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La estrella: Edwin Ubiles. Aunque no ha sido su mejor temporada, su calidad siempre sale a flote. Fundamental en el
esquema de los Saints tanto en anotación como en rebote.
No perdáis de vista a: La dupla Alex Franklin – Ryan Rossiter. Junto a Ubiles forman el trío anotador de los Saints. Si
alguno de los tres no funciona problemas para Siena.
Agustín Romero. Equipo extremadamente duro en defensa y que a veces peca de no tener paciencia en sus acciones, pero
la buena capacidad atlética del mayor parte de la plantilla les hace ser un equipo cuánto menos complicado a la hora de
jugar contra ellos. Ofensivamente es un equipo que basa mucho su juego en la penetración para doblar balones a los
exteriores abiertos en las esquinas para lanzar triples desde esas posiciones.
La estrella: Gilberto Clavell. El boricua es a pesar de ser un undersized, la principal referencia interior además de
anotadora y reboteadora del equipo. Su potencia física es tremenda.
No perdáis de vista a: Corey Allmond. Tiene licencia para todo en este equipo, incluso para tirarse 16 triples en un partido,
que hasta para un buen tirador son demasiados. Anotador nato.
Agustín Romero. Por segundo año consecutivo los Colonials llegan a la March Madness. Su defensa es dura e intensa como
la mayoría de los equipos “pequeños” que se han clasificado para la Locura de Marzo. Robert Morris no se centra en atacar
bien sino en defender a muerte todas y cada una de las bolas. Es una de las mejores defensas de toda la NCAA. Parar el
gran ataque de Villanova es todo un reto para ellos. Ofensivamente Robert Morris es un equipo más limitado y tienen
problemas para conseguir tiros abiertos. Eso si, cuando lo hacen, suelen anotar de forma solvente. Un problema de Robert
Morris son los bajos porcentajes que tienen en los partidos, por esa dificultad de generar opciones claras.
La estrella: Karon Abraham. El chiquitín anotador de los Colonials, es un clásico en llegar a las dobles figuras en anotación
pero su tiro es irregular y a la vez inconsistente. Jugador de rachas.
No perdáis de vista a: Rob Robinson. Su principal anotador en la pintura. Excelente reboteador defensivo. Es propenso a
cargarse de faltas. Si lo hace pronto, el juego de Robert Morris se resiente.
Agustín Romero. Aparecen por primera vez en su historia en el Torneo Final de la NCAA, para la universidad este aspecto
ya es un éxito. Su suerte en la Locura de Marzo vendrá de la aportación que pueda tener su juego interior en el devenir del
partido Si hay un aspecto que ha definido los partidos de Pine-Bluff esta temporada es el equilibrio del juego interior-
exterior, cuando esto no ha ocurrido Arkansas ha hecho agua en los partidos. Pelean todos los balones y eso es lo que les
caracteriza porque de calidad andan muy justitos. Vencer a Winthrop en la ronda previa es el objetivo ya cumplido. El
resto, será disfrutar de la experiencia.
La estrella: Terrance Calvin. El chico para todo de los Golden Lions, lo hace todo dentro de la pista a favor del equipo.
No perdáis de vista a: Savalance Townsend. Anotador puro y duro del equipo sin más.
#16 Arkansas PB Golden lions (15-15, 14-4 SWAC)
#15 Robert Morris Colonials (23-11, 15-3 NEC)
#14 Sam Houston State Bearkats (25-7, 14-2 Southland)
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Chris Lofton ha sido uno de los grandes nombres
de la NCAA en los últimos años. Un grandísimo
anotador, líder de la mejor Tennessee, que a su
juego ha unido una historia personal maravillosa y
admirable. Lofton se reunió con nuestro redactor
en Madrid Alejandro Diago para sumarse a esta
primera guía de la March Madness en Español.
Chris jugó durante cuatro temporadas en la
Universidad de Tennessee, en un estado repleto
de grandes universidades y con una cultura
baloncestística en ascenso. Sobre Knoxville y el
campus, nos comenta que “Knoxville es una gran ciudad. Hice muchos amigos allí y aun estoy muy unido tanto a la gente como al lugar. Es mi segunda ciudad favorita tras mi ciudad natal (Maysville, Kentucky). Tennessee es una gran universidad, con un muy buen nivel académico y un programa de baloncesto cada vez mejor”.
En los Vols estuvo bajo las órdenes de Bruce Pearl,
uno de los entrenadores más intensos y pasionales
de la NCAA. “Es una persona intensa, que trabaja muy duro. Te hace mejorar cada día porque transmite esa intensidad a sus jugadores tanto en los entrenamientos como en los partidos”. Pearl construye equipos atléticos, que juegan a
altas revoluciones y son siempre muy intensos en
ambos lados de la cancha. Para Chris no era difícil
jugar así porque “nos preparamos muy bien físicamente durante el verano, y trabajábamos mucho en pretemporada. No era duro, porque al saltar a cancha estábamos listos para ello”.
Más intensidad y pasión, esta vez desde la grada.
El Thompson-Boling Arena es una olla a presión,
uno de los lugares más duros cuando eres el
equipo visitante. “Jugar allí era una sensación increíble. Lleno noche tras noche, y los aficionados lo daban todo animándonos. Eran de verdad nuestro sexto hombre”. Saltaban chispas
cuando llegaban las grandes rivalidades.
“Kentucky, Vaderbilt y Memphis eran nuestros máximos rivales. Todos de nuestro mismo estado”.
Durante sus cuatro temporadas en Knoxville
Lofton tuvo compañeros como C.J. Watson, JaJuan
Smith, Wayne Chism o su compañero de
habitación Jordan Howell. Cuando preguntamos
sobre los recuerdos que guarda sobre ellos nos
dice que “no es necesario guardar recuerdos. Estamos en contacto a pesar de haber tomado caminos muy diferentes. Hablamos a menudo sobre nosotros y nuestros partidos”. Esta temporada el seno de los Vols ha vivido la
que seguramente es la historia más
“desagradable” desde el punto de vista
extradeportivo. Cuatro jugadores (Tyler Smith,
Brian Williams, Cameron Tatum y Melvin Goins)
fueron suspendidos por meterse en líos bastante
serios. Especialmente ha sido el caso de Smith,
líder del equipo, que fue expulsado del equipo y de
la universidad. Lofton prefiere pasar página. “He escrito sobre ello en internet y lo he comentado con gente de mi alrededor. Creo que lo mejor es seguir adelante, dar el tema por zanjado y que todos continúen con sus carreras. De hecho, Tyler ya está jugando en Europa, y eso es lo mejor, seguir adelante”.
Estamos en tiempo de Madness, y eso se nota.
Chris nos comenta que “nosotros jugamos
Chris Lofton (Tennessee Volunteers)Chris Lofton (Tennessee Volunteers)Chris Lofton (Tennessee Volunteers)Chris Lofton (Tennessee Volunteers)
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mañana, contra San Diego State, y veré el partido. Va a ser complicado, porque estamos en una parte del cuadro muy complicada, pero confío en mis chicos y creo que lo harán bien”. Uno de sus grandes rivales territoriales, Kentucky,
es uno de los favoritos a la victoria final. “Kentucky tiene un gran equipo. Cuenta con cuatro draft picks, quizá mas. TIenen mucho talento y Calipari está haciendo un gran trabajo con el equipo”. Su conferencia, la SEC, está experimentando un
gran bajón desde hace varias temporadas, con un
juego invadido por el físico y con cada vez más
carencias técnicas y tácticas. “Es cierto que la SEC esta bajado su nivel, que ya no es tan buena como antes. Es un problema a tener en cuenta. Pero aun así todavía es un lugar difícil para jugar, porque cada equipo sale al 100% cada noche. Hay que trabajar duro para seguir ganando en la SEC”. Recordando su propia experiencia, nos
trasladamos al anio 2007. Tennessee había ganado
a Long Beach State y Virginia, y le tocaba
enfrentarse al seed #1 de su región, la Ohio State
de Oden. Los Vols llegaron a ganar hasta por
dieciséis puntos en la primera parte, pero
acabaron perdiendo ese partido en un final de
infarto. “Aun lo tengo fresco en mi cabeza. Fue
una derrota muy dura, aunque creo que lo mejor es no pensar en ello. No se puede evitar, pero no tiene sentido estar dándole vueltas a qué podíamos haber hecho, qué podía haber hecho yo, es mejor dejarlo atrás”.
La temporada siguiente será sin duda inolvidable
para Chris. Como senior y líder de un equipo que
llegó a ser número uno del país. Pero sobre todo
luchando en silencio contra un cáncer, hecho que
confío únicamente, y meses después del
diagnostico, a sus compañeros más cercanos
(Howell, sobre todo) y su entrenador. “Para mí fue un año muy duro. Lo es para todos cuando eres senior. Con mi situación, creo que ha sido uno de los años más duros de mi vida. De ese tiempo me quedo con el apoyo de mis compañeros y amigos. Me ayudaron mucho a atravesar todo aquello”.
Para despedirnos, pedimos a Chris que rememore
su mejor y peor momento en la Madness. Ambas
coinciden. “Sweet 16. Lo mejor, haber llegado. Lo peor, haber caído dos veces en esa ronda. Tanto aquel partido de Ohio State en mi temporada junior como, y sobre todo, el de Louisville como senior, y que fue mi despedida. Es duro digerir algo así”.
EAST REGION CARRIER DOME – SYRACUSE, NEW YORK
VS
VS
VS
VS
VS
VS
VS
VS #15 Morgan State #2 West Virginia
#10 Missouri #7 Clemson
#14 Montana #3 New Mexico
#11 Washington #6 Marquette
#13 Wofford #4 Wisconsin
#12 Cornell #5 Temple
#9 Wake Forest #8 Texas
#16 East Tenn St. #1 Kentucky
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Jorge Diez. Hacía mucho tiempo que en Lexington no se
vivía una temporada como esta y no se era favorito para
alcanzar el cetro nacional.
Después de no alcanzar el Torneo del año pasado, la
llegada de Calipari y la camada de freshman han
cambiado la cara al equipo, logrando un seed 1, que no
conseguían desde la temporada 03-04.
Con un equipo construido a base de underclassmen ,
solo Patterson (junior), el infrautilizado Perry Stevenson
(junior) y Ramon Harris (senior) superan los dos años de
experiencia, Calipari ha vuelto a instalar su sello en una
universidad exitosa.
Son un equipo muy físico y atlético, que prefiere hacer
transiciones rápidas si tienen oportunidad, pues tanto
Wall como Bledsoe, los dos bases novatos que en
muchas ocasiones comparten pista, están especialmente
dotados para ello y les gusta tanto anotar como dar el
pase para que sus compañeros se cuelguen del aro.
En estático tienen más problemas, en parte por la
inexperiencia y en parte por imprimir demasiada
velocidad a sus acciones. Muchos equipos les plantean
zonas 2-3 que les pueden dejar sin ideas, pero tienen
suficiente calidad para romperla, tanto a base de
penetraciones de Wall y Bledsoe para anotar o sacar el
balón fuera a los tiradores (Darius Miller o Darnell
Dodson); como a través de la colocación de Patterson en
el poste alto para romper el esquema rival repartiendo
juego.
Si les defienden en individual, el pick and roll está a la
orden del día en el equipo, e incluso una variante con un
pick&pop para el tiro exterior de Patterson. Este
pick&roll es muy difícil de defender, pues los
bloqueadores son muy atléticos y buenos finalizadores
aprovechando la capacidad de pase de los bases de
Kentucky, y los exteriores tienen una velocidad
endiablada para ganar metros a su par.
El juego interior también tiene su importancia, Cousins,
Patterson y Orton forman una batería de hombres altos
que pueden machacar el aro rival sin compasión y
hacerse fuertes en la pintura.
En el debe ofensivo de este equipo está esa dificultad
para atacar las defensas cerradas y bien trabajadas,
cometiendo un excesivo número de pérdidas. Ante estos
problemas, en ocasiones fían parte de la responsabilidad
al tiro exterior, donde los tiradores no son todo lo
efectivos que requiere un equipo de élite.
En defensa son muy difíciles de superar, pues cuentan
con una gran capacidad atlética y algunos buenos
defensores. Si un equipo logra penetrar la defensa, la
capacidad intimidadora de Kentucky es bastante
elevada.
A pesar de ello, les cuesta en ocasiones hacer un balance
defensivo correcto dejando muchos huecos, que por
ejemplo Tennessee aprovechó para derrotarles.
Uno de los aspectos más críticos de cara al Madness es
la juventud del equipo y la nula fiabilidad de los Wildcats
desde el tiro libre (68%). Solo Wall (y los tiradores) se
muestran por encima del 70%, pero ya hemos visto al
base fallar varios tiros libres decisivos esta temporada. Y
eso en torneos a cara o cruz, puede acabar siendo
mortal.
Por otra parte, durante la temporada Calipari ha
reducido a una participación marginal a los veteranos
del año pasado (Harris, Liggins, Stevenson), pero llegado
el momento puede echar mano de ellos para obtener
mayor profundidad de banquillo e imponer una batalla
física. Especialmente importante puede ser Ramon
Harris, pues en las alas están un poco cojos y Harris
puede ayudar mucho en la defensa de los aleros rivales.
Son un rival temible, pero a la vez asequible para un
equipo serio que sepa atacar sus debilidades, que son
manifiestas. Un choque a pocos puntos, donde el
partido esté muy controlado y no se les deje correr
puede ser un buen antídoto. No será fácil de todas
formas, pues su físico les puede mantener en el partido
en muchas rachas de desacierto, gracias a canastas
rápidas y rebotes en ataque.
La estrella…John Wall. El más que probable número 1
del próximo draft tiene que demostrar que no le puede
la presión. Su velocidad, dribbling y pase suelen ser un
seguro de vida, pero tiene que corroborarlo con buenas
decisiones.
Atención a…Patrick Patterson. Quizá Cousins tenga más
potencial NBA, pero el liderazgo y cabeza que puede
aportar el junior al juego del equipo serán claves.
Versátil, con calidad y físico, debe ser el líder espiritual.
#1 Kentucky wildcats (32-2, 14-2 SEC)
G U Í A B A S K E T M E N C A A M A R C H M A D N E S S 2 0 1 0
49
Pablo Fernández. Desde la Preseason West Virginia fue
considerada junto a Villanova como gran favorita por
hacerse con el mandato de la BIG EAST y por estar en las
posiciones de arriba a nivel nacional. Dicho y hecho,
todo empezó con un tenebroso comienzo de torneo en
el que tuvieron dos derrotas dolorosas ante Notre Dame
y Syracuse por la mínima pero también con dos victorias
por la mínima ante Seton Hall en la prórroga y ante
Marquette con un Buzzer Beater del extraordinario
Dasean Butler.
Transcurrieron los partidos y se impuso la normalidad y,
salvo contadas derrotas ante rivales de entidad, se
impusieron en la mayoría de partidos y afrontaron el
Torneo Final de la Big East en la zona noble de la
conferencia tan solo por detrás de Syracuse y Pittsburgh.
No obstante, a lo largo de la temporada los
Mountaineers han sido en muchas ocasiones el blanco
de las críticas por su paupérrimo juego y sus escasos
recursos como equipo a la hora de elaborar un ataque.
Tanto es así que Bob Huggins llegó a alinear a cinco
forwards por encima de los dos metros en algún que
otro quinteto inicial a comienzos de campaña, por lo que
la fluidez en el juego y la toma correcta de decisiones a
la hora de jugar al baloncesto era inexistente. A medida
que avanzó la temporada se perfiló como base titular
Darryl "Truck" Bryant, el guard sophomore de New York
que aterrizó en Morgantown como un grandísimo
anotador y que pese a seguir siendo el base titular del
equipo ha demostrado con creces su incapacidad para
hacer jugar al equipo en cualquier circunstancia. Pese a
todas estas críticas y dudas que despertaron por su
juego lograron imponerse en el Torneo Final de la BIG
EAST en el Madison Square Garden con un Buzz Beater
(uno más) de Dasean Butler. Irónicamente comenzó la
andadura en la BIG EAST al igual que la terminaron, con
dos canastas de Butler para ganar sendos partidos. Un
fiel reflejo de lo que es West Virginia, un equipo que
depende en demasía de su estrella y su estado de forma.
Las expectativas de los Mountaineers en el Torneo Final
son altas por su recorrido durante esta temporada, de
mejor o peor manera han logrado estar en lo alto de la
conferencia más poderosa del país y han ocupado los
puestos altos de los rankings a nivel nacional por lo que
tienen el beneficio de la duda por parte de los
aficionados. En un torneo como el de este año a priori
tan abierto todo puede pasar y a nadie le sorprendería
que se metieran en la Final Four o que cayeran en
segunda ronda pese a que hablemos de uno de los gallos
del Torneo.
La Estrella: El que estáis pensando todos ahora mismo,
el genial Da'sean Butler. El Forward de New Jersey ha
llegado a su último año como universitario como
absoluto líder y alma de este equipo. En su mano están
gran parte de las aspiraciones de West Virginia en el
Torneo Final. Serio candidato a ser el Player of The Year.
No perdáis de vista a: Devin Ebanks. Llegó a
Morgantown con la etiqueta de jugador 5 estrellas
según las páginas especializadas en scouting y aunque
ha tenido un buen papel en estos dos años que lleva en
West Virginia no termina de explotar como debería. Que
mejor escenario que la locura de marzo para colocar tu
nombre en todas las portadas.
David Berdaguer. Desde que Steve Alford, ex-jugador
NBA, cogiese las riendas del equipo de New Mexico, los
Lobos han ido creciendo como programa y han estado
todas las temporadas cerca de conseguir un billete para
el torneo final; este año se han alzado con el título de la
liga regular de la Mountain West Conference y quieren
poner la guinda a la excelente temporada realizando un
buen torneo final.
Uno de los principales culpables del éxito de los Lobos es
Darington Hobson que tras superar todo tipo de
problemas con las normativas NCAA y verse obligado a
jugar dos años en el junior college de Eastern Utah
finalmente pudo vestir la camiseta de los Lobos esta
temporada. El ataque de los Lobos gira sobre Darington
Hobson, un alero tremendamente versátil que es
peligroso tanto con su tiro de media y larga distancia
como con sus penetraciones. A esto añade una
excelente capacidad reboteadora y una buena lectura de
juego que le permite asistir a sus compañeros
aprovechándose de los desequilibrios que genera en las
defensas rivales con sus penetraciones.
A Hobson se unen Dairese Gray encargado de dirigir el
ataque de los Lobos, Philip McDonald que sabe
aprovecharse de las ventajas que genera el juego de
Hobson; el quinteto titular habitual de los Lobos lo
completan Roman Martinez, líder emotivo del equipo y
hombre importantísimo dentro del esquema de los
#3 New Mexico Lobos (29-4, 14-2 MWC)
#2 West Virginia Mountaineers (27-6, 13-5 Big East)
G U Í A B A S K E T M E N C A A M A R C H M A D N E S S 2 0 1 0
50
Lobos ya que su tiro de larga distancia permite abrir las
defensas rivales, y AJ Hardeman, jugador interior que
ocupa un rol más secundario. La rotación de los Lobos la
completan Will Brown que da descanso a AJ Hardeman,
Nate Garth, Jamal Fenton y Curtis Dennis que componen
la segunda unidad exterior de New Mexico.
El juego de New Mexico se basa en Darington Hobson, el
ex-jugador de Eastern Utah es el referente ofensivo de
los Lobos y los desequilibrios que genera en las defensas
rivales son aprovechados muy bien por sus compañeros.
Los principales problemas de New Mexico son la
excesiva dependencia de Hobson y la falta de un jugador
interior sólido que pueda aportar con cierta regularidad.
El comité les ha concedido un seed número 3 que los
Lobos deberán aprovechar para avanzar por lo menos
hasta el Sweet 16. Montana será su primer obstáculo, en
segunda ronda les esperará Marquette o Washington.
La estrella: Darington Hobson. Es un alero alto
tremendamente versátil que supone una amenaza tanto
por su tiro como por sus penetraciones, a su repertorio
ofensivo añade una excelente capacidad reboteadora.
De él depende el éxito o el fracaso de New Mexico.
No perdáis de vista a: Roman Martinez, muy buen
tirador de larga distancia, es básico en el esquema de los
Lobos ya que es el encargado de abrir las defensas
rivales. Además, aporta veteranía a los Lobos.
Josemi Diz. Un año más, nos volviamos a plantear si
Wisconsin sería capaz de luchar en la ‘Big Ten’ con tan
poco y volver al Tournament. Ryan y sus chicos volvieron
a superar las mejores expectativas. Se quedaron a un
partido del tridente campeón, además de ganar a
equipos como Duke o Maryland fuera de su conferencia.
La defensa es la seña de identidad de este equipo, todos
van al máximo. Además, tienen mucha paciencia en
ataque, mueven mucho el balón hasta encontrar la
mejor opción, apenas cometen pérdidas y tienen un
buen porcentaje desde el tiro libre. Todo ello hace que
sean un conjunto difícil de batir.
Con la temporada bastante avanzada y viendo los
progresos de Jordan Taylor, Ryan liberó a su mejor
jugador, Trevon Hughes, para dar las riendas del equipo
al mencionado Taylor, mandando a Tim Jarmusz al
banco. De momento, los resultados han sido buenos,
pero también hay que tener en cuenta, que el final de
temporada de los Badgers fue sencillo, jugando contra
los peores equipos de su conferencia.
Sus cinco jugadores del quintento titular son capaces de
anotar de tres, siendo Jason Bohannon su mayor
amenaza. Jon Leuer es su única opción viable por
dentro. Volveran a dar guerra, pero se antoja difícil que
puedan llegar muy lejos con su falta de centímetros y la
escasa aportación del banquillo.
La estrella: Trevon Hughes. Jugador rápido y de
carácter, sin miedo a jugarse los balones importantes,
como ya ha demostrado estos dos últimos años. Incluido
en el segundo quinteto del año de la ‘Big Ten’.
No perdais de vista a... Bo Ryan. Todas las temporadas
se habla de los Calipari, Self, Williams, Izzo o Krzyzewski,
mientras que este señor sin hacer mucho ruido, saca el
máximo rendimiento de sus jugadores y logra estar en
los primeros puestos de la ‘Big Ten’ y entrar en la locura
de marzo con pocos mimbres.
Javier Rajo. Los Temple Owls han sido una de las
grandes sorpresas de la temporada. Tras perder a tres
titulares respecto al año pasado poca gente daba el
mínimo duro por ellos, ni siquiera en su propia
conferencia dónde no estaban considerados siquiera un
top-5. Pero a base de una de las mejorees defensas de la
competición, los Owls han vivido una de sus mejores
campañas en muchísimos años.
El base del quinteto titular es Luis Guzman, un jugador
muy limitado en la parcela ofensiva dónde su función
principal es la de alargar en muchos casos la posesión lo
más posible y que se juega pocos tiros por partido. Su
principal labor, es en la parcela defensiva, dónde es uno
de los principales stoppers del equipo, y uno de los
grandes culpables de que Temple tenga una de las
defensas top-5 del país.
#5 Temple Owls (29-5, 14-2 A10)
#4 Wisconsin Badgers (23-8, 13-5 Big Ten)
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A su lado tiene de acompañante al argentino Juan
Fernández, principal en el ataque de los Owls y el
verdadero cerebro pensante del equipo. Es un jugador
todavía algo irregular, sobre todo cuando se trata de
tirar a canasta, pero es fundamental si los de
Philadelphia quieren dar más de una sorpresa en el
torneo debido a su talento ofensivo.
El otro jugador titular de los exteriores es Ryan Brooks,
el líder del equipo y vestuario, y máximo anotador esta
temporada. Al igual que Fernández, es un jugador
bastante irregular en su tiro, pero posee una buena
capacidad para penetrar y es el jugador más seguro del
equipo con diferencia a la hora de tirar tiros libres.
Además, en el campo en el que nunca falla es en el
defensivo, un lugar en el que ya lleva varios años siendo
el jugador más importante de Temple y en el que
siempre da la talla.
El puesto de cuatro lo ocupa el doble-doble Lavoy Allen.
Es el jugador con más talento, aunque quizás le falta
algo de ambición de personal a la hora de coger papeles
más importantes en el ataque del equipo. Es
completísimo, capaz de anotar, rebotear, taponar e
incluso asistir. Su tiro de media distancia todavía no pasa
de correcto, pero no se le puede dejar solo lo más
mínimo. Al igual que alguno de los compañeros de los
que ya hemos hablado, si además es un excelente
complemento ofensivo, lo más destacado es su
tremenda capacidad defensiva, una faceta en la que es
de lo mejor que se puede encontrar en los interiores
universitarios.
El quinteto lo completa el nigeriano Micheal Eric, un
jugador que destaca mucho más en la faceta ofensiva
(cerca del aro) que en la defensiva. Todavía está algo
verde, por lo que no suele jugar demasiados minutos,
pasando a ocupar su posición cuando él esta en el banco
Lavoy.
En el banquillo el jugador principal es el escolta Ramone
Moore, nombrado mejor sexto hombre de la A10.
Cuando ha tenido más minutos este año debido a
problemas físicos de Fernández, dejó una gratísima
impresión siendo casi siempre el más destacado del
equipo con grandes actuaciones ofensivas. Todavía tiene
que trabajar su tiro, que no es su mayor fuerte, llegando
una gran mayoría de sus canastas en penetraciones o
anotaciones cerca del aro. Otro jugador del banquillo
que cuenta con bastantes minutos es el freshman Rahlir
Jefferson gracias a sus excelentes aptitudes defensivas,
estando todavía muy verde en ataque. Su puesto
también lo puede ocupar Craig Williams, un jugador lo
contrario a él, y que su principal virtud y más destacable
con diferencia es su tiro de tres, faceta en la que si no
está acertado cuenta con escasos minutos. Al igual que
Williams, otro jugador que destaca por su lanzamiento
exterior es el sophomore Scottie Randall.
Frank Dunphy está haciendo un gran trabajo desde que
llegó a Temple, habiendo metido a la universidad en el
Madness tres veces en los cuatro años que lleva en el
cargo, con tres torneos A10 ganados en ese tiempo. Es
un entrenador capaz de amoldarse a los jugadores que
tiene, de sacar los mejor de ellos y conseguir los
mejores resultados posibles con lo que tiene en su
mano.
Los ataques de Temple son muy largos y elaborados, con
múltiples opciones, buscando siempre las mejores
posiciones de lanzamiento. Es un equipo al que le gusta
jugar mucho a media pista y con las ideas claras.
Los Owls no han tenido buena suerte en su primer
enfrentamiento del Madness, ya que fueron
injustamente valorados por el comité que les concedió
un seed demasiado bajo para lo que consiguieron, por
lo que les toca jugar contra un equipo peligrosísimo
como Cornell.
La estrella: Lavoy Allen: Completísimo jugador, capaz de
hacer de todo y que destaca a ambos lados de la pista.
No perdáis de vista a: Juan Fernández: Podría ser una
de las mayores revelaciones del Madness, ya ha
demostrado este año de lo que es capaz ante grandes
equipos, y es un jugador muy agradable a la vista.
Pablo Fernández. Marquette es uno de los equipos que,
como aficionado al baloncesto universitario, que más
me ha fascinado durante las últimas temporadas. Un
equipo que pasa inadvertido, no tiene una gran prensa,
no tiene un gran mercado, no es una universidad
poderosa en todos los niveles, no tiene grandes
nombres, ni reclutan grandes estrellas pero, de una
manera u otra, es una institución que a la chita callando
siempre está presente.
Tras la marcha la temporada pasada al profesionalismo
de Dominic James, Wesley Matthews y Jerel Mcneal el
equipo quedó en cuadro y absolutamente nadie
apostaba por ellos para nada que no fuera ocupar los
puestos de cola en la BIG EAST. Pues bien, Buzz Williams
y sus chicos lo han vuelto a hacer. Marquette será uno
de los sesenta y cuatro equipos que luchen por un sueño
en la locura de Marzo. Sin hacer ruido y ganándoselo a
pulso, comenzaron perdiendo de forma "trágica" sus
primeros partidos en la BIG EAST con dolorosas derrotas
#6 Marquette Golden Eagles (22-11, 11-7 Big East)
G U Í A B A S K E T M E N C A A M A R C H M A D N E S S 2 0 1 0
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ante WVU y Villanova en los últimos segundos pero
supieron reponerse y consiguieron lo que nadie
esperaba de ellos, acabar liderando la lucha de la "clase
media" de la BIG EAST y consiguiendo así el pasaporte
para Marzo.
Marquette es un equipo de corazón, de coraje, de garra,
de darlo todo sobre la pista. Por eso normalmente
suelen tener partidos a cara de perro que para lo bueno
y para lo malo, que no se suelen decidir hasta los
últimos segundos. Para lo malo perdieron el primer
partido de conferencia ante WVU en el último segundo
como para lo bueno ganaron en el último segundo en el
XL Center ante UConn con un buzzer beater de Jimmy
Butler.
Esto es Marquette. No se puede hablar de un brillante
juego en sus partidos o de brillantes actuaciones
individuales que resuelvan los partidos pero puedo
hablar de uno de los mejores juegos colectivos del país y
de uno de los equipos con más mentalidad ganadora.
Como nadie esperaba que estuvieran en el Torneo Final
las expectativas con Marquette son las que al principio
de temporada, nadie cuenta con ellos. Pero no duden de
que darán todo para callarnos la boca. Pueden llegar
lejos o caer en primera ronda, quién sabe, pero está
temporada se han ganado una vez más la admiración y
el respeto de muchos aficionados al baloncesto
universitario.
La estrella: Lazar Haywood. Algo indiscutible, el jugador
de largo en este equipo que más talento tiene y el que
hace cambiar el rumbo de las cosas en un partido. Uno
de los supervivientes de la generación mágica de
Marquette que este año nos deja puesto que completa
ciclo.
No perdáis de vista a: Jimmy Butler. Impresionante el
rendimiento del de Texas está temporada, el gran
escudero de Lazar Haywood que está decidiendo
partidos en los momentos calientes. Una de las grandes
sorpresas positivas de la temporada.
Enrique Castellano. Purnell y sus chicos vuelven al Gran
Baile por la puerta de atrás, tras una temporada algo
titubeante, sobre todo si la comparamos con la del año
anterior que llegaron a encadenar 16 victorias
consecutivas desde principios de curso.
La baja de tres titulares de la pasada campaña se ha
notado, pero la constancia les ha mantenido otro año
más en el torneo.
Este año los Tigers presentan una plantilla joven y
modesta, con un hombre referencia claro como es
Trevor Booker y unos acompañantes que se limitan a
hacerle la vida más fácil al poste y viceversa, ya que el
35 de Clemson es el encargado de catalizar el ataque del
equipo. Su pareja interior es Jerai Grant, un 4-5 atlético,
con buena predisposición para ir al rebote ofensivo y
anotar en circunstancias muy dadas.
Por fuera, Demontez Sitt es el encargado de dirigir las
operaciones del equipo. Se trata de un base destaca
especialmente por su acierto en la penetración y en
querer lanzar ataques rápidos, aunque carece de un
buen lanzamiento desde la línea de tres puntos. Su
compañero en el puesto de guard es el peleón Tanner
Smith, que se encarga de aumentar la intensidad
defensiva y cubrir los minutos de tres cuando el otro
titular, Potter, está en pista.
De sexto hombre tienen a Andre Young, un base
menudo, explosivo capaz de romper partidos a base de
su ritmo alocado y su lanzamiento de tres puntos. La
rotación del equipo la completa el trío de freshman Noel
Johnson, Devon Booker (hermano de Trevor) y Milton
Jennings. Tres jugadores interesantes, pero algo verdes
para aportar algo realmente serio este año.
No les veo un papel muy destacado en el Madness.
Llegarán lo lejo que Booker pueda llevarlos, ya que es un
jugador de nivel altísimo de los que escasean en la
competición.
La estrella: Trevor Booker. Este ala-pívot zurdo de
escasos 2 metros es uno de los mejores interiores de
toda la nación. Sus recursos en ataque son infinitos:
juega igual de bien de espaldas como de cara. Su tiro es
fiable de media distancia e incluso se atreve a lanzar de
tres puntos con cierta fiabilidad. Atrás es un hombre
duro, va bien al tapón y cubre bien las líneas de pase.
No perdáis de vista a: Las defensas presionantes en toda la cancha. En un torneo como éste será
fundamental que una de las armas más usadas por los
de Purnell esté bien ejecutada.
#7 Clemson Tigers (21-10, 9-7 ACC)
G U Í A B A S K E T M E N C A A M A R C H M A D N E S S 2 0 1 0
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Juan Cobos. Una pequeña decepción la temporada
pasada (irregular rendimiento en la Big12, derrota en 2ª
ronda del torneo ante Duke), una gran decepción esta
campaña. La baja de AJ Abrams se antojaba poco
traumática con el recruit del mejor escolta de HS la
temporada pasada, Avery Bradley. La pérdida de Connor
Achtley tampoco era tan grave con el regreso para su
año senior de Damion James y el crecimiento a final de
temporada de Dexter Pittman. J’Covan Brown jugaría
tras solucionar sus problemas de elegibilidad, a Jai
Lucas se le acabaría su inactividad por transfer, y Jordan
Hamilton venía como uno de los 10 mejores de la última
clase de HS.
De primeras todo salió bien. Estas clases que ha ido
reuniendo ese gran reclutador que es Rick Barnes (fue
aprendiendo en Providence y en Clemson) se conjutaron
a la perfección y llegaron lanzados al número uno del
país con 17 victorias consecutivas. Sin embargo, el
equipo dejaba entrever ciertos problemas que no
tardaron en aparecer. Un equipo muy pobre en los tiros
libres, con falta de centímetros en casi todas las
posiciones, corto de tiro exterior y en el que el criterio a
la hora de jugar no sobra. 7-9 para acabar y fuera del
top25.
En el timón han llegado los primeros problemas del
equipo. Cuando mejor han ido las cosas es cuando
Balbay ha llevado los mandos pero el turco, el auténtico
motor del equipo, y un gran defensor para college, se ha
roto la rodilla. Varez Ward había caído antes. Jai Lucas
apenas ha gozado de protagonismo. Se mantiene como
un buen tirador pero no ha encajado. Esto deja al senior
Justin Mason con toda la responsabilidad al timón.
Mason es un gran defensor, un jugador que tapa huecos
a todos sus compañeros, pero que se queda corto para
dirigir a un equipo aspirante al campeonato nacional.
Mason es un mal tirador, y le falta creatividad.
El escolta titular es Avery Bradley. Un jugador atlético
pero falto de centímetros, con un tiro exterior mejorable
y muy errático desde la línea de personal. Bradley sin
embargo es el sustento anotador del equipo desde el
backcourt, más a base de penetraciones y contraataque
que de otra cosa. Se esperaba mucho más de este
jugador y es una de las razones del bajón de Texas.
Habrá que seguir su evolución pero de momento la NBA
está lejos. Por lo menos se ha mostrado implicado en
defensa. Alterna minutos con J’Covan Brown. Brown es
otro escolta corto de centímetros que no terminó de
cuajar de base, tirador de rachas, necesita mejorar
también en esa faceta. Su aceptable rendimiento
anotador le permite disponer de un alto número de
minutos, lo cual lleva al equipo a descomponerse con 3
jugadores por debajo del 1’90 en muchas ocasiones.
Como base no terminó de funcionar, convirtiéndose en
una TO-machine.
En cualquier caso, las alas son propiedad del junior Gary
Johnson y del freshman Jordan Hamilton. Johnson es un
jugador sólido, que sin florituras se gana sus minutos
como jugador de equipo. Un jugador físico, que ayuda
en el rebote pero que no soluciona los problemas de
anotación exterior del equipo. Jordan Hamilton, un 2’05
con una planta fantástica, quizá necesitado de coger
kilos, sí que presenta en el tiro de tres un arma
importante. Un jugador muy móvil, con calidad ofensiva,
y sin embargo con una nula visión del baloncesto como
juego colectivo. Sus porcentajes han sido en general
malos, lo cual no ha impedido que presentara
explosiones anotadores espectaculares. Tiros forzados,
con mala selección, pero que van dentro. No es lo mejor
que le podía pasar a este equipo pero en ocasiones
necesitan que alguien abra la lata desde afuera. Su
altura le permite aparece de falso interior en ocasiones.
Damion James lidera al equipo desde el 4. El jugador
más efectivo del equipo. Un 4 algo corto de centímetros
pero con movilidad y buena mano que le permite anotar
desde lejos y de fuera adentro. Un jugador muy fuerte,
con energía, gran reboteador y que anota en la pintura.
Es quizá el único jugador que se salva de la quema, de la
debacle de la segunda mitad de temporada. Le
acompaña en la pintura el center Dexter Pittman, muy
mejorado físicamente, con centímetros y kilos, con
buenas manos y facilidad para anotar y rebotear que sin
embargo no ha cuajado la temporada que apuntaba, en
parte debido a sus irritantes lagunas de concentración,
que le llevan a cometer faltas innecesarias y a irse con
facilidad de los partidos.
Desde el banquillo, la aportación de Hill, Chapman y
Wangmene es poco más que testimonial. Si no fuera
por cómo llega Wake Forest, diría que pudieran ser un
one and done.
La estrella: Damion James. Anota, rebotea, defiende,
juega con carácter. Las opciones de los Longhorns pasan
porque contagie su pasión a sus compañeros.
No perdáis de vista a: Dexter Pittman. Tiene que
centrarse. Una de sus últimas oportunidades para llegar
a la NBA. Jugador con calidad para firmar un 20-10 cada
noche. Es todo un tema de cabeza.
#8 Texas Longhorns (24-9, 9-7 Big 12)
G U Í A B A S K E T M E N C A A M A R C H M A D N E S S 2 0 1 0
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Alejandro González. El salto de Jeff Teague y James
Johnson a la NBA hacía bajar varios peldaños al equipo
de Winston-Salem, que se alejaba del top 10 que
frecuentaron la pasada temporada. El liderazgo de Al
Farouq Aminu, ahora con más protagonismo individual,
una buena camada de freshman y la continuidad de los
secundarios importantes reservaban una plaza en el
gran baile para una Wake Forest que, si bien ha
cumplido estando presente en el torneo, ha estado algo
por debajo de lo que podía esperarse de ella.
Dino Gaudio ha conseguido añadir cierta intensidad y
aplicación defensiva a un conjunto demasiado flojo
anteriormente, si bien esa intensidad atrás se ve en
ocasiones taimada por algo de desorden. Un problema,
el desorden, que parece instaurado en el seno de los
Deacons. En ocasiones parece falta de disciplina de los
jugadores, en ocasiones incapacidad del entrenador.
Seguramente se trate de una mezcla de ambas cosas.
En ataque, a pesar de haber bajado una marcha, siguen
creando mucho peligro en transición a la vez que
cayendo en demasiadas precipitaciones y atascándose
demasiado en estático. Mas similitudes con respecto al
pasado curso; un conjunto capaz de derrotar a buenos
equipos (victorias ante Gonzaga y Maryland lo
acreditan) pero demasiado frágil mentalmente,
desmoronándose en ambientes hostiles y momentos
complicados, bajando muchísimo el rendimiento fuera
de casa y cayendo en primera ronda del torneo de
conferencia ante Miami.
Wake Forest llega a la locura en dinámica negativa,
habiendo partido cinco de sus seis últimos encuentros
(cuatro de ellos fuera de casa). Las sensaciones pueden
no ser buenas, pero debe ser un equipo a tener en
cuenta como seed media ya que tiene armas suficientes
para poner en apuros a cualquiera. Al Farouq Aminu ha
asumido sin problemas mayor responsabilidad, y ha
completado una gran temporada, brillando en lo
estadístico (15’3 puntos y 10’7 rebotes) aunque aun algo
lastrado por sus carencias tácticas y sus malas
decisiones.
Una de las claves de la temporada de WF era el paso
delante que debía dar Ishmael Smith, teniendo que
asumir más minutos y funciones con la marcha de
Teague. Smith ha respondido aumentando su
rendimiento ofensivo, tanto en puntos como en
asistencias, pero no ha parecido evolucionar hacia ese
director de juego que sepa sacar a su equipo de los
atascos en los que a veces se ve metido. Para Smith la
irrupción del freshman C.J. Harris ha sido
importantísima. Acompañándole en el backcourt, Harris
ha sido una de las caras nuevas más agradables y
prometedoras de la temporada. Un excelente combo-
guard que a buen seguro nos dará grandes noches en un
futuro, que se sumarán a los destellos y algún muy buen
partido que ya ha protagonizado.
Hablábamos de la continuidad de los secundarios, y aquí
es donde aparece la figura de L.D. Williams. Un 2-3 de
excelente físico, que actuando este curso como alero ha
ayudado al equipo aportando puntos, rebotes, velocidad
y defensa. El papel de escuderos recae también en la
batería de siete pies que componen Chas McFarland,
David Weaver y Tony Woods, que en una rotación con
uno o dos en cancha (dependiendo de si Gaudio coloca a
Aminu de 3 o 4) aseguran centímetros, rebote y
presencia interior bajo tableros. Una pena, eso sí, que
ninguno de ellos haya dado un salto definitivo (Woods
es aun sophomore) para convertirse en una verdadera
referencia jugando de espaldas al aro, algo que habría
abierto un nuevo abanico de opciones a un ya de por sí
muy buen equipo ofensivo. El otro freshman, Ari
Stewart, no ha acabado de encontrar continuidad pero
se ha mostrado como un talentoso alero que de
momento puede dar minutos de refresco y calidad al
perímetro de Gaudio.
El bracket no le ha sido favorable, y Texas espera a los
de Winston Salem en primera ronda. Los Longhorns han
protagonizado un derrumbamiento espectacular, pero a
un partido siguen siendo muy peligrosos. Y si WF gana,
Kentucky sí que parece un muro insuperable.
La estrella: Al Farouq Aminu. Una fuente de mismatches
a caballo entre las posiciones de 3 y 4, con gran instinto
anotador, buenas condiciones físicas y muy activo al
rebote. Debe ser el líder del equipo. Su toma de
decisiones puede marcar el devenir de WF en los
partidos.
No perdáis de vista a: C.J. Harris. Un combo-guard
freshman de mucho talento y clase. Versátil anotador,
elegante, de buen manejo de balón y el cerebro mejor
amueblado del equipo. El próximo líder en Winston-
Salem.
#9 Wake Forest Demon Deacons (19-10, 9-7 acc)
G U Í A B A S K E T M E N C A A M A R C H M A D N E S S 2 0 1 0
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David Berdaguer. Tras la marcha este verano de jugadores importantes como DeMarre Carroll, Leo Lyons o Matt Lawrence, los Tigers de Missouri afrontaban la nueva temporada con bastantes incertidumbres. Mike Anderson, entrenador de los Tigers, optó por combinar la veteranía de parte de su roster con el talento de los jugadores más jóvenes. El juego exterior de los Tigers cuenta con Kim English como principal referencia ofensiva, English está acompañado por Zaire Taylor, encargado de dirigir el juego, y por JT Tiller, especialista defensivo del equipo. En el banquillo, Mike Anderson cuenta con Marcus Denmon, jugador con clara vocación ofensiva, con el freshman Michael Dixon que suele dar descanso a Zaire Taylor en la dirección de juego o jugar junto a él pero desplazándolo a otras posiciones con menos responsabilidades en la creación del juego, y con Miguel Paul. En el juego interior, Anderson suele contar de inicio con la versatilidad de Keith Ramsey y de Laurence Bowers aunque también concede bastantes minutos a Justin Safford. La rotación interior también está formada por el pívot Steve Moore que suele ser utilizado por Mike Anderson para frenar a pívots especialmente pesados o para dar descanso a sus otros hombres interiores.
El juego de los Tigers se basa en una defensa presionante que les permite recuperar un gran número de balones y conseguir puntos fáciles, en ataques estáticos los Tigers sufren bastante. En defensa son un equipo muy serio pero si sus rivales superan la presión con facilidad pueden recibir grandes parciales en contra. En el torneo final los Tigers han sido emparejados con Clemson, pueden sorprenderlos si son capaces de desplegar su mejor juego y recuperarse de los últimos malos resultados que han cosechado. Estar en el torneo final ya supone un éxito para los Tigers después de las importantes bajas que sufrieron en verano. La estrella: Kim English. Es de los pocos jugadores de los Tigers capaz de construirse sus propios tiros y de ser una amenaza constante para el rival. Su rendimiento será clave para medir las opciones de Mizzou en el torneo final. No perdáis de vista a: La defensa presionante de Missouri. Es la principal arma de los Tigers, les permite robar muchos balones y conseguir canastas fáciles, pero se trata de un arma de doble filo, si los rivales consiguen superar la presión pueden anotar con facilidad.
Bryan García. Los Huskies volvían esta temporada con ganas de repetir la buena campaña pasada donde fueron el mejor equipo de la conferencia a pesar del cada vez más decadente nivel de la Pacific Ten. Este año tenían un problema añadido con las bajas de dos grandes referentes como Justin Dentmon y Jon Brockman, especialmente éste último dado la inoperancia del jugador interior de Lorenzo Romar este año. Isaiah Thomas ha confirmado esta temporada las buenas sensaciones que dio en su temporada freshman, y se ha consolidado junto al senior Quincy Pondexter como los nuevos buques insignia del equipo. Sin embargo, éstos se han quedado muy solos en las labores ofensivas. Únicamente las intermitentes aportaciones ofensivas en la pintura del británico Bryan-Amaning y del reserva Elston Turner. En el lado contrario está el caso del base Abdul-Gaddy, llamado a ser una de las grandes esperanzas de los Huskies este año y que ha pasado prácticamente inadvertido en toda la temporada. Catalogado en muchos sitios especializados como el mejor base de la camada tras John Wall, ha formado parte del quinteto titular de Lorenzo Romar durante casi toda la temporada
donde ha promediado unos irrisorios 4 puntos y 2 asistencias por partido en casi 20 minutos de media con un estremecedor porcentaje del 15% en lanzamientos de tres. Defensivamente su trabajo si que ha sido más recompensado, ya que su gran porte y actitud defensiva le ha permitido cubrir las espaldas a su compañero Isaiah Thomas. Aún así, es un jugador con un margen de mejora muy grande, y aún está en condiciones de formar junto a Thomas uno de los backcourts más importantes de la PAC-10 y de la competición, ya que Thomas aún es un jugador de segundo año y probablemente continúe otro año más en los Huskies. Su temporada no ha sido del todo mala teniendo en cuenta los importantes jugadores que han perdido y el récord del equipo. La temporada pasada acabaron liderando la Pacific Ten con 26 victorias por 8 derrotas, por las 24 y 9 que lleva en total este año, donde también se han llevado el PAC-10 Tournament. El récord en la conferencia de los Huskies fue de 11 victorias por 7 derrotas, lo que ha hecho que cayesen hasta la tercera posición de la misma como consecuencia de derrotas como las de UCLA, Oregon, USC por dos veces o Texas Tech.
#11 Washington Huskies (24-9, 11-7 Pac10)
#10 Missouri Tigers (22-10, 10-6 Big12)
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Su marcha en el Madness dependerá de lo enchufados que estén Isaiah Thomas y Quincy Pondexter en ataque y de si la defensa de Lorenzo Romar es capaz de producir desde el primer al último minuto del choque. La estrella: Isaiah Thomas. Velocísimo de piernas y con una capacidad anotadora encomiable. Compensa su falta de centímetros con su intensidad.
No perdáis de vista a: Quincy Pondexter. Lo más potable de los Huskies en la pintura a pesar de tener altura de escolta. Anota muy fácil y rebotea de lujo para su altura.
Jorge Diez. Los reyes del triple. Si hay un equipo que merezca ese apodo en toda la NCAA, son estos chicos, y es que a veces los empollones también la saben meter. Cornell ha encontrado el maná perdido con este grupo de jugadores y el entrenador Steve Donahue, pues de las 5 veces (con esta) que la universidad se ha clasificado para el Madness, 3 han sido en los años 2008,2009 y 2010. Un sueño cumplido, pero aún les queda otro: superar la primera ronda. Capacitados están. Cuentan con algunas armas a tener muy en cuenta si un rival les quiere subestimar. La primera, y anterior a su calidad en el lanzamiento exterior, es que son un equipo paciente y trabajado por Coach Donahue. Con unos mimbres limitados (aunque excelentes para una conferencia como la Ivy), ha hecho una cesta repleta de baloncesto y paciencia. Cornell gusta de mover mucho la bola, como muchos equipos pequeños de la NCAA, pero ellos cuentan con la ventaja de disponer de una atalaya como Jeff Foote, que desde sus 7 pies, es capaz de servir buenos pases a sus compañeros para el tiro exterior. Debido a lo limitado de los centímetros del resto, Cornell suele jugar con 4 jugadores abiertos, usando al alero Ryan Wittman como falso ala pívot, pues está constantemente abierto para lanzar, como el resto del backcourt. Pero solo con tiradores y un pívot hábil en el pase, no se construye un equipo, y ahí entra el pequeñito Louis Dale, en forma de base efectivo, que sabe liderar al conjunto y diversificar la amenaza de Cornell si el equipo está atascado en el lanzamiento exterior. Él es muy veloz y atlético, siendo muy necesario en ambos lados de la cancha, es tanto un defensor muy pegajoso, como un excelente penetrador, que llega y acaba bien cerca de canasta, o sabe ver a sus compañeros abiertos. No obstante, también cuenta con un buen tiro de 3, que le permite ser una amenaza constante. Con él ejerciendo las funciones de base, el puesto de escolta es ocupado por el combo guard sophomore Chris
Wroblewski, un gran tirador, del que Syracuse ya tiene referencias, y que ha demostrado cosas ante los grandes equipos. También basa su juego en el tiro exterior pero sin descuidar una defensa intensa. Contar con él permite a Donahue tener en todo momento en cancha a dos (y complementarios) bases, que permite desarrollar su juego pausado buscando la mejor opción. El frontcourt está formado por los dos jugadores ya mencionados. Ryan Wittman es la estrella del equipo, un lanzador mortífero que arma el brazo muy rápido, pero que gracias a este tiro, sabe aprovechar los huecos que le deja la defensa para penetrar o doblar el balón a un compañero. Juega de 4 abierto, por su altura (uno de los problemas de Cornell) y los desequilibrios que crea en sus defensores para abrir espacios en la pintura. Estos espacios son bien aprovechados por el nombrado Jeff Foote, un pívot no muy fuerte, pero con clase que puede anotar o repartir juego, pero que también se muestra fundamental para los Big Red en el rebote y la intimidación en defensa. Los 4 jugadores, forman la columna vertebral del equipo, jugando cerca de 30 minutos. Luego cuentan con una serie de complementos de menor calidad, que se limitan a echar una mano. Entre Geoff Reeves y Jon Jaques sale un titular y un suplente para el backcourt, pero básicamente aportan lo mismo: tiro exterior. El problema es que por dentro apenas tienen recambios, ni centímetros ni kilos para aguantar a los interiores de los grandes equipos. Sus bazas estarán en que llevan mucho tiempo jugando juntos, tienen la experiencia de los dos años pasados (además de contar con 7 jugadores senior 1 junior y un sopho en la rotación habitual), y por supuesto en su tiro de 3 y porcentaje desde la línea de personal, que puede complicar las cosas a cualquiera. Si tienen un mal día en el tiro ante un buen equipo, carecen de armas suficientes para hacerles frente, así como si tienen que jugar contra equipos con interiores altos y fuertes, pero a un partido son muy peligrosos para cualquier equipo, ¿la Cinderella de este Baile?
#12 Cornell big red (27-4, 13-1 IVY)
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La estrella. Ryan Wittman. Quizá hace un par de años
Dale ocupaba este lugar, pero ahora el alero es uno de
los jugadores más completos (y mejores tiradores) que
hay en las conferencias pequeñas. Un buen día suyo, es
gran parte de las posibilidades de Cornell.
Atención a…Jeff Foote. Es la lucha interior del pívot la
que marca la posible igualdad con otros conjuntos. Se
tendrá que multiplicar en ambos lados de la cancha.
Agustin Romero. Equipo limitadísimo en estatura que las pasan canutas defendiendo en la pintura a jugadores grades y
fuertes ya que sus pívots son muy fuertes pero bajitos y eso es un hadicap importante. Su defensa individual es agobiante,
pegajosa, intensa, dura hasta en ciertos momentos de los partidos la podríamos calificar como “sucia”. Con Wisconsin
como rival, podríamos ver un partido de alta tensión.
En ataque, sus tiradores suelen “coger pájaras” en los partidos tirando triples a diestro y siniestro fallando hasta 13 tiros
consecutivos como ocurrió en la final de conferencia ante Appalachian St.
La estrella: Noah Dahlman. Referencia ofensiva del equipo que no ha bajado de los 10 puntos en ningún partido de la
temporada. Potencia física que le ayuda a ser un buen reboteador. A pesar de ser un 6’6 es el alma en la pintura de los
Terriers.
No perdáis de vista a: Jamar Diggs. Referencia exterior del equipo. Buen tirador de larga distancia, abusa del tiro en ciertas
fases de los partidos.
Agustin Romero. Ha llegado a la final tras remontar 20 puntos y con una actuación extraordinaria de Anthony Johnson, que
ganó él solito a Weber St. La defensa dura e intensa trabajando las líneas de pase y las continuas ayudas desde el lado
débil, son la seña de identidad de Montana. En ataque a los Grizzlies les gusta jugar muchos aclarados y mucho uno contra
uno. No abusan del triple y tiran con buenos porcentajes.
La estrella: Anthony Johnson. Los 42 puntos que anotó en la final frente a Weber St hablan por sí solos. Excelente tirador
de tres puntos y un anotador compulsivo.
No perdáis de vista a: Brian Quayle. Capaz de hacer dobles-dobles con facilidad y de intimidar a los rivales. Referencia
interior de los Grizzlies.
#14 Montana Grizzlies (22-9, 10-6 Big Sky)
#13 Wofford Terriers (26-8, 15-3 Southern)
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Agustín Romero. A pesar de perder varios jugadores en relación a la pasada temporada, los Bears siguen siendo los
mejores en la MEAC. Su estilo de juego rápido y a muchas revoluciones les hace ser un equipo impredecible, capaz de los
mejor y de lo peor. Su defensa es intensa y correosa sobre todo en el trabajo de las líneas de pase lo que les vale para salir
al contraataque con una facilidad pasmosa. Que los Bears derroten a West Virginia es poco menos que un milagro.
La estrella: Reggie Holmes. Se dedica solo y exclusivamente a anotar, no tiene otra cosa en su cabeza y realmente lo hace.
Máximo anotador de los Bears.
No perdáis de vista a: Kevin Thompson. Uno de los mejores reboteadores de toda la NCAA. Promedia un doble-doble esta
temporada. Referencia interior de Morgan St.
Agustín Romero. Las características de ETSU son claras. Mucho tiro exterior y poca estatura y kilos en la pintura, aspecto
que le hace ser una verdadera incógnita ya que si están acertados pueden hundir a cualquiera pero si no lo están, ellos
mismos cavarán su propia tumba. Evidentemente, frente a Kentucky nada tienen que hacer ante el poderío físico de los de
Calipari.
Las transiciones rápidas y contraataque son otra de las especialidades de la casa, en el momento que pueden lanzan
ataques rápidos a diestro y siniestro para intentar liquidar al rival. Esta temporada han notado mucho la baja de Mike
Smith su mejor hombre, el cual solo ha podido jugar 4 partidos esta temporada.
La estrella: Tommy Hubbard. El principal anotador de los Bucaneers, a pesar de su escasa estatura (6’4”). No es un jugador
que le guste tirar demasiado de tres puntos y si jugar cerca del aro o penetrar a canasta. Excelente reboteador.
No perdáis de vista a: Micah Williams. El escudero perfecto para Hubbard. Ha sido la causa principal por la que los
Buccaneers han llegado a la Locura de Marzo. Sus grandes actuaciones en el Torneo de la Atlantic Sun han dado a ETSU su
billete para la March Madness por segundo año consecutivo.
#16 East Tennessee St. Buccaneers (20-14, 13-4 A-sun)
#15 Morgan State Bears (27-9, 16-1 MEAC)
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Chris Drenker tiene más de 20 años de experiencia en
los banquillos universitarios a sus espaldas. Ayundate
en Santa Clara (trabajando con jugadores como Steve
Nashx, Marlon Garnett o Doron Perkins) y entrenador
principal de NCAA femenina en Colorado State y
Santa Clara. Ahora co-dirige NetScouts Basketball,
donde desempenia además las labores de consultor y
scout. Pdeis seguire en su twitter @chrisdrenker.
Chris se une al equipo de la guía para contarnos sus
experiencias en el gran torneo del baloncesto
estadounidense.
“La Locura de Marzo, el mejor momento del año” Por Chris Drenker.
Cada año el torneo final de la NCAA es uno de los
mayores eventos deportivos en Estados Unidos, y su
interés continúa creciendo por todo el mundo con
cada vez más jugadores internacionales llegando y
triunfando en el baloncesto universitario. El torneo es
una especie de locura colectiva de tres semanas de
duración que mantiene revolucionados a jugadores,
entrenadores y fans. Un evento que se ha ganado de
sobra el apelativo de locura de Marzo.
En 14 años de entrenador universitario, todo lo que
hacíamos cada temporada iba encaminado a recibir
buenas noticias cuando el comité anunciase los
equipos participantes y el cuadro del torneo en el
Selection Sunday. Jugadores y entrenadores se
esfuerzan cada día con el mismo objetivo en mente,
estar presente en “el gran baile” y ser considerado
uno de los mejores equipos del país.
Alrededor del torneo todo es genial. Estresante,
alocado, agitado, pero genial. Si eres uno de los 65
elegidos, eres tratado como una celebridad. Viajas
bien, te alojas en buenos hoteles, tienes la atención
de la prensa, tus partidos son televisados, la NCAA
regala un reloj a todos los jugadores y
entrenadores…todo es como viajar en primera clase.
Muchas de las escuelas que optan a ser escogidas
para el torneo organizan fiestas donde miles de
personas se reúnen en el pabellón para ver por
pantalla gigante el Selection Show, atentos a cada
palabra, esperando que su nombre sea el siguiente en
aparecer.
En mi etapa como entrenador del equipo femenino
de Santa Clara, intentábamos incluir en nuestro
calendario de non-conference partidos contra
equipos de grandes conferencias para demostrar a los
jueces que podíamos no sólo competir contra equipos
de gran nivel, sino también ganarles. Fuimos capaces
de derrotar a equipos como Texas, Stanford,
California, Texas Tech y Washington. Además, al final
conseguimos ganar nuestra conferencia en cinco de
los nueve años, lo que nos aseguraba un puesto en la
Madness. Si no estábamos en el gran baile,
jugábamos el NIT, pero siempre estábamos presentes
en post-temporada.
Cuando se acercaba el Selection Sunday, los
entrenadores pasábamos horas y horas todos los días
escudriñando internet y los medios para averiguar
que equipos están on the bubble, como estaban los
RPI, quienes eran nuestra competencia para entrar y
quienes podrían ser nuestros potenciales rivales en
primera ronda. Sigues cada resultado, cada torneo y
esperas que no haya grandes sorpresas en los torneos
de conferencia, para que ningún equipo ocupe otra
plaza más. Puedes volverte loco evaluando cada
situación pero, como decía, trabajas todo el año para
eso, para ti lo es todo.
Nunca olvidaré los equipos en los que estuve, y las
sensaciones de alegría o tristeza en el Selection
SUnday. Un año, a pesar de haber ganado la liga
regular de la WCC, nos vimos sorprendidos por
Portland en el torneo de conferencia y aunque
teníamos un buen RPI, el comité nos dejó fuera y nos
mandó al NIT. La decepción era patente en los rostros
de mis jugadoras. Lagrimas, frustración. Fue muy
difícil encontrar una manera de motivarles para
competir bien en el NIT, otro reto importante.
El mejor Selection Show que recuerdo tuvo lugar hace
ocho años. Mi mujer y yo estábamos esperando
nuestro primer hijo y tras hacer una gran temporada
en la liga regular, donde acabamos compartiendo
titulo, perdimos en una final de conferencia
dramática ante Pepperdine. Ellos nos quitaron esa
plaza segura para el torneo, por lo que nos quedaba
esperar y rezar para que los jueces se acordasen de
Chris Drenker (Santa Clara Broncos)
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nosotros en el reparto de las 34 invitaciones. Éramos un grupo muy unido, e invitamos a jugadores y cuerpo técnico a casa para cenar y ver el show juntos. De nuevo, creíamos que éramos lo suficientemente buenos para ser elegidos, pero al final nunca se sabe. De existir un “stressometro”, lo hubiésemos reventado. Todos reunidos en el salón de casa, 22 personas frente al televisor. Y tras la espera, vimos como LSU era enviada a Boulder, Colorado, para enfrentarse en primera ronda con…los Santa Clara Broncos! Creo que la casa tembló cuando todos estallamos de alegría, gritando, chillando, abrazándonos… lágrimas de alegría y multitud de sentimientos atropellados. En cuestión de minutos el teléfono comenzó a sonar y todos nos pusimos en marcha, había mucho que preparar! Nos calmamos como pudimos y nos reunimos rápidamente para preparar la semana, programar entrenamientos, ver como las chicas iban a cuadrar sus propios calendarios académicos y cuantas clases iban a perderse, cuantas entradas podríamos conseguir para que familiares y amigos viajasen con nosotros y estuviesen en los partidos… El siguiente paso era preparar mentalmente a nuestras jugadoras para el partido. Ir mezclando la excitación y la ilusión con el estudio de nuestro rival, estudiándole y aprendiendo como competir contra él. Comentamos a nuestras chicas que los entrenadores nos habíamos adelantado y ya teníamos informes y videos sobre LSU preparados. “Podemos ganarles”, les decía. “Hemos trabajado duro todo este año, corriendo, en el gimnasio, entrenando y ganando partidos para estar en el torneo. Vamos a centrarnos y ponernos a trabajar”. Por cierto, nuestro primer hijo nació justo el día antes del partido. March Madness!! Sabiendo que la llegada del bebé y el inicio del torneo podían coincidir, mi mujer y yo teníamos previsto el parto para el 14 de Marzo a las 7 de la mañana. Nuestro partido había sido fijado para el 15 a las nueve de la noche. Tengo que decir que, gracias a dios, tuve un equipo técnico increíble que se ocupo de todo mientras estuve ausente. Teníamos que planificar todo en torno al viaje del equipo. Vuelos (con sólo tres días de margen), hotel, autobús, hora y lugar para los entrenamientos, entradas, entrevistas con los medios, recopilación de estadísticas, información y videos sobre LSU y
posibles rivales en segunda ronda, contacto con los profesores de nuestras chicas sobre sus clases y trabajos…un millón de cosas. Y yo decidí que era momento de tener un bebé. Qué gran idea! El San Jose Mercury, el periódico local, quiso cubrir el acontecimiento y decidió que era buena idea que yo tuviese a un fotógrafo y a un redactor detrás mas durante dos días en casa, en el trabajo, en el gimnasio, en la sala de parto…estaban en todos lados! Estresante, de locos, pero genial a la vez. Mi cuerpo técnico acompañó al equipo a Colorado la misma mañana que dimos la bienvenida al mundo a Quinn, y yo volé esa misma tarde para unirme al equipo, que estaba esperándome en el gimnasio…para comenzar a entrenar. Después del entreno, cena tardía, fotos del bebé, sesión de video y reunión para estudiar los informes de scouting sobre LSU y, finalmente, dormir un poco. En los días de partido eran como autómatas, metido en nuestra rutina. Después de más de 30 partidos, teníamos el timing ya establecido. Desayuno con sesión de video e informes de scouting, sesión de tiro tras compartir el camino hacia el pabellón con los entrevistadores de la ESPN, un pequeño paseo o hacer algunas compras para matar el tiempo, almuerzo pre-partido, los entrenadores solíamos pasar por el gimnasio para soltar stress y, por último, la siesta. A partir de entonces, tiempo de partido. Jugamos un gran encuentro frente a LSU, televisado para toda la nación, casi todo el choque por delante. Pero perdimos en los últimos segundos. Jugamos con energía, pasión y orgullo y lo hicimos bien, pero nos faltó rematar la faena. De nuevo, emociones desbordadas. En esta ocasión las que brotan cuando te das cuenta de que la aventura se ha acabado y llegó el final. Pero vaya aventura ha sido… Aquella noche, mi cuerpo técnico, mi padre (que también era entrenador), mi cuñado y un par de buenos amigos nos reunimos en la habitación para ver de nuevo el partido, recordar la temporada, rememorar los buenos momentos, hablar sobre como mejor al equipo e incluso tratar de imaginar cómo iba a ser la siguiente temporada. De repente, había empezado todo de nuevo. Cada segundo de aquella locura había valido la pena, y ya estamos deseando volver a ponernos frente al televisor para que el Selection Sunday nos dijese si estábamos invitados al gran baile.
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- Agustin Romero:
Kansas has sido el mejor equipo del año en la NCAA.
Tiene un cuadro bastante complicado pero confío en
que lleguen a la Final Four. De la calidad de Syracuse no
hay duda pero si tengo que ponerle un pero es su
limitado banquillo. Aún así confío en que lleguen a la
Final Four. Si Kentucky juega al ritmo alto al que están
acostumbrados, pocos equipos pueden pararles. Por
último, Duke es la opción que más me hace dudar pero
parece que este año son más consistentes que otros
años.
Campeón: Kansas Jayhawks
- David Berdaguer:
A pesar de tener el tremendo obstáculo que supone la
Ohio State liderada por Evan Turner, creo que los
Jayhawks son el equipo más sólido de todo el
campeonato y tienen el roster más equilibrado. Si saben
manejar bien la presión que supone ser el principal
favorito, no faltarán a su cita en la Final Four. En la West
Region, Syracuse tiene unos emparejamientos
asequibles, la principal amenaza será Kansas State. Si
siguen apoyándose en la fuerza del colectivo como han
hecho a lo largo de la temporada, los Orangemen
deberían ser capaces de llegar a Indianápolis.
Temple en la East. Los Owls pueden ser los tapados de la
East Region. Han recuperado al argentino Juan
Fernández y son un equipo muy difícil de batir. Han
demostrado saber sacar adelante partidos importantes
jugando mal. Su excelente defensa será clave si quieren
llegar lejos en el torneo final. A pesar de las últimas
derrotas, Villanova ha conseguido un buen seed y unos
emparejamientos bastante benévolos, Scottie Reynolds
y Corey Fisher tendrán que estar bien secundados por
sus compañeros para poder repetir el excelente torneo
que realizaron el año pasado.
Campeón: Kansas Jayhawks
- Javier Rajo:
Kansas es el mejor equipo del país, y además de que
confío en ellos son la predicción más facilona de todas y
que no puede faltar si quiero casi asegurar acertar
alguna. No creo en Syracuse, y de los restantes Kansas State me parece el equipo con mayores posibilidades
(por el talento de alguno de sus jugadores) de llegar
hasta aquí.
Son muchísimos los que desconfían de Kentucky y a
pesar de que su parte del cuadro puede llegar a ser muy
complicada, yo le doy el voto a favor y espero además
ver al mejor Patterson de la temporada llegado este
momento. Lo de Baylor no es una broma. No me gusta
Duke, no veo a Villanova por segundo año consecutivo
en la Final Tour, y Purdue perdió a su jugador más
importante para el torneo. Así que me tiro a la piscina
con ellos aunque sea un suelo muy resbaladizo. In Dunn
we trust.
Campeón: Kansas Jayhwaks
- Pablo Fernandez:
Kansas y Syracuse son los dos mejores equipos del pais,
y por lo tanto de sus regiones. No veo a ningún otro
equipo capaz de ganarles en este tipo de torneo.
Villanova creo que tiene un muy buen equipo y el
número uno de su región, Duke, me parece poco fiable.
Texas ha hecho muy mala temporada, pero hay muy
buen material, a un partido pueden ganar a cualquiera y
si baten a Kentucky tendrán un camino bastante
asequible.
Campeón: Kansas Jayhwaks
- Bryan García:
Kansas para mi es el indiscutible favorito al título. Su
cuadro es bastante favorable teniendo en cuenta que
salvo sorpresa Ohio State y Georgetown -principales
rivales de los Jayhawks- jugarán entre sí, ya que ni
Michigan State ni Maryland son rivales para ellos. West Virginia, no es mi equipo favorito ni tampoco uno de los
más vistosos de cara al espectador, pero apuesto por el
batacazo de Kentucky en 2ª ronda o Sweet Sixteen. Con
Da'Sean Butler entonadísimo, los Mountaineers deberán
de aprovechar su 'fácil' parte del cuadro.
Tirando un poco más de corazón que de cabeza,apuesto
por Duke. Singler y Scheyer no tendrán mejor
oportunidad para llegar a una FF que ésta. Tienen a
Nova como el rival más duro, pero los equipos estilo
L'Ville, Cal, Siena o Texas A&M sabemos cómo se le
atragantan a los Devils en los March Madness. Gonzaga es mi apuesta arriesgada-personal. Su duelo con
Syracuse puede determinará quién de los dos disputará
la FF desde la West Region. In Matt Bouldin we trust.
Campeón: Kansas Jayhakws
LAS PREDICCIONES DE NUESTROS EXPERTOS
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- Jorge Diez:
Los Jayhwaks son los grandes favoritos, el equipo con
más talento y solidez. Tradicionalmente no se les da
bien ir de favoritos, pero este año su superioridad ante
otros equipos es evidente. Además cuentan con la
experiencia de ser ya campeones y los equipos de su
región no parecen sólidos, excepto, quizá, Ohio State. El
favorito de esta región Este es Kentucky y el equipo
denostado es una decepcionante Texas, pero creo
firmemente en el espíritu del Madness, y en la
eliminación de los Wildcats por Texas. Con esta
eliminación, West Virginia tendría una gran
oportunidad, pues su camino hasta el Elite 8, está
sembrado de equipos como New Mexico, Missouri o
Washington, muy discutidos por unas causas o por
otras.
Vanderbilt y Gonzaga son equipos limitados en su
camino, mientras Cuse ha demostrado tener un equipo
compenetrado y trabajado, en el que la experiencia es
un punto clave. La principal alternativa es el seed 2,
Kansas State, pero tanto BYU como Florida están
capacitados para darles una sorpresa en segunda ronda,
mientras es probable que Pittsburgh no merezca un
seed tan alto, el 3. En la región Sur, el seed 1 es Duke, y
eso en los últimos años invita a pensar en la sorpresa. El
camino de Duke hasta Elite 8 se compone de equipos
decepcionantes a lo largo de toda la temporada y de una
Purdue muy debilitada sin Hummel. Por su parte
Villanova era favorita a la FF esta temporada y con los
equipos que les han tocado hasta ella, es muy factible
que lo consigan. Yarou se ha mostrado más eficaz en los
últimos partidos, y esa puede ser la clave, aunque
vengan de una mala dinámica.
Campeon: Kansas Jayhwaks.
- Juan Cobos:
Kansas es el equipo más sólido del campeonato. Armas
en todas las posiciones de alta valía, buen entrenador,
experiencia, físico y hambre. La pareja Collins-Aldrich no
tiene a nivel college nada que envidiar en el país. West
Virginia es un club con problemas a la hora de crear
juego fluído, creo sin embargo que tienen una plantilla
suficientemente larga para ir encontrando soluciones a
la hora de jugar partidos a cara de perro. Kentucky va
por su lado del cuadro, pero su dependencia de
jugadores de primer año les jugará una mala pasada.
Para Duke it's about time. Por fin los Blue Devils han
formado un perímetro físicamente competitivo, aun
ausente de banquillo. Además, al fin parece que
combinan físico y baloncesto en la pintura. ¿Un miedo?
Esos días en que a Scheyer y Singler no le entran y Smith
no esté. Equipo muy infravalorado en su faceta
defensiva. Kansas State es la sorpresa de la temporada.
Frank Martin se ha confirmado como un buen coach y
un excelente reclutador que ha sabido acoplar a su
esquema a transfers rebotados de otras universidades.
Pullen y Clemente pueden hacer daño a cualquiera. Me
huele mal lo de Onuake (en caso contrario subirían las
opciones de los Orange).
- Josemi Diz:
Con Michigan State quizá me puedan un poco los
colores, pero creo que los Spartans son un equipo muy
bien entrenado por Izzo, muy duro y de los pocos que
puede competir con Kansas. Dependen mucho de la
inspiración ofensiva de Lucas, pero yo confio en ello.
Syracuse creo que es superior en su región, es también
un equipo muy sólido y debería llegar a Indianapolis.
Como muchos, no confio en Kentucky, y West Virginia es
el equipo que puede equilibrar el poderío fisico de los
Wildcats. Los Mountaineers pueden ganar a los de
Calipari. Con Villanova es algo parecido, ya que el cabeza
de serie de su región, Duke, no me parece fiable. Wright
tiene un gran perímetro que le puede llevar a la final
Four
- Enrique Castellano: Los de Thad Matta llegan como un cohete al torneo final
con un Evan Turner a un nivel espectacular. Su plantilla
es algo corta y tienen unos hipotéticos cruces bastante
duros, pero están a un nivel en el que pueden ganar a
cualquiera. Syracuse ha sido junto a Kansas los más
regulares de toda la campaña. Con ideas muy claras, su
rotación derrocha BALONCESTO por los costados. Será
decisivo el nivel de su estrella Wes Johnson con la más
que posible baja de Onuaku en los primeros partidos. Wisconsin es mi apuesta sorpresa para este año. Han
cuajado una temporada excelente con victorias
importantes contra equipos de alto nivel como
Maryland, Marquette y Duke fuera de conferencia y
contra Purdue y Ohio State en la Big 10. La pareja
exterior Bohannon y Hugues ametrallando desde la línea
de tres y Leuer dando equilibrio en el poste tienen nivel
para llegar a Indianapolis. Duke, este año toca ya. El
bracket se presenta relativamente sencillo aunque con
un par de duelos contra lobos con piel de cordero por el
camino. Tienen plantilla de sobra, jugadores con
experiencia y un juego interior amplio y capaces de
aportar cada jugador una cosa distinta. Si la sangre no se
les convierte en horchata como en más de un partido
deberían llegar a Final Four.
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BasketMe.COM quiere agradecer a todo su equipo de redactores su labor desinteresada y el enorme
trabajo de cada uno de ellos en su aportación personal a esta Guía BasketMe de la NCAA March
Madness 2010. Asimismo, damos las gracias a los Departamentos de prensa de Real Madrid, Cajasol
y Asefa Estudiates. por todas las facilidades concedidas para la realización de las entrevistas que
acompañan a esta Guía. También queremos tener un recuerdo especial para nuestros redactores
Alberto Valle y Alejandro Diago, y a nuestros compañeros de NetScouts Basketball por su
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Asimismo, damos las gracias a cada una de los jugadores y entrenadores que han participado en esta
guía: Ivan Radenovic, Travis Hansen, Chris Lofton y Chris Drenker.
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DISEÑO Y GRAFISMO: Alejandro González
MAQUETACIÓN: Ignacio Doña y Alejandro González
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EQUIPO DE REDACCIÓN: Jorge Diez, Javier Rajo, Enrique Castellano, Josemi Diz, Agustín Romero,
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