Especial Real Madrid

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Inter Sport Magazine ~ Carlo Ancelotti ~ Defensa ~ Ataque ~ Isco Alarcón ~ Cristiano Ronaldo ~ Benzema ~

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DEMO de lo que será la revista mensual de Inter Sport Magazine a partir de enero de 2014.

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Inter Sport Magazine

~ Carlo Ancelotti ~ Defensa ~ Ataque ~ Isco Alarcón ~ Cristiano Ronaldo ~ Benzema ~

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EspecialReal

MadridCRISTIANO RONALDO

CARLO ANCELOTTI

LATERALES

ATAQUE

DEFENSA

BENZEMA

ISCO

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Cristiano Balón de Oro

Texto: Imanol Echegaray García / Twitter: @ima_etxega / Imagen: Efe

No seamos hipócritas ni nos dejemos llevar por fanatismos u odios que relativizan en una falta

de verdad que a mí, personalmen-te, me produce desinformación. Cristiano Ronaldo se merece el Balón de Oro por una razón muy sencilla, basada en la definición por excelencia del trofeo que le da nombre. Ha sido el mejor juga-dor del año 2013. El que quiera, puede entrar en una discusión plural sobre importancia, jerarquía o números en estos -aún no- 365 días.

Saldrán los escépticos. Los hay de tres bandos claramente dife-renciados. Los primeros, los que creen que Ribéry -un fantástico futbolista-, por el hecho de haber ganado el triplete con el Bayern de Múnich, debe ser el ganador. Los segundos, los que consideran que Leo Messi, por el hecho de ser Leo Messi, debe ganarlo. Y los terceros, los que más gracia me hacen, son los que odian al Real Madrid, a Cristiano Ronaldo o a ambos a partes iguales, y les da igual que se lo lleve el francés o el argentino con tal de no ver al portugués besando oro.

A los escépticos del primer grupo les diré que, partiendo de la base que el futbolista francés es un fue-

ra de serie y uno de los mejores-jugadores del mundo, la UEFA y la FIFA han tratado el tema de ”el que más títulos ha ganado” de for-ma desigual. Cabe recordar que el Balón de Oro 2010 se lo llevó Leo Messi, campeón de Liga, dejan-do en la estacada a hombres del tallaje de Wesley Sneijder -ojo-, campeón de Serie A, Copa italiana y Champions League. O a Xavi Hernandez y Andrés Iniesta, com-pañeros del argentino que además, por cierto, ganaron un Mundial con la selección española.A los segundos, los escépticos al por mayor, decirles que yo, con los dos futbolistas al 100%, soy de Leo Messi. Pero también os tengo que decir que para mi equipo ficharía antes al luso. Y volvemos al principio de todo.

Un título que premia al mejor futbolista del año. Sintiéndolo mucho por el argentino, que ya tiene cuatro, este no ha sido, en absoluto, su año. Sin dejar de deslumbrar con su infinita calidad, evidentemente. Me atrevería a

más determinante a nivel mun-dial pueden entrar en razón. Si promuevo un juego con la imagi-nación en la que vemos a un Real Madrid sin Ronaldo, podamos entender la dimensión que ha alcanzado este bicho que, además de ser un portento físico y un ju-gador impresionante, ha mejorado su comportamiento hasta el límite del dolor para sus detractores.

Es muy probable que este año sí valga ganar el triplete. O incluso venda más de cara al exterior que Messi gane su quinto Balón de Oro consecutivo y establezca un nuevo récord más para su colec-ción. Pero si hay que ceñirse por lo que se supone que debe ceñir-se una votación así, sin lugar a dudas, CRISTIANO RONALDO BALÓN DE ORO. Esa sería la mejor forma de Blatter de pedir disculpas a uno de los jugadores que hacen que su negocio sea fructífero.

decir incluso, aunque suene impopular por según que lugares se lea, que Víctor Valdés, sí, el defenestrado por la directiva culé, se merece, no sólo estar en la lista de veintitrés, si no ser el azulgra-na mejor posicionado a la hora de llevárselo. Llamadme loco.Y a los terceros, los que dejan los fundamentos a la voluntad del odio, tengo más difícil convencer-

les. Quizás si les digo que Cristiano es el jugador que más goles ha marcado este año, el que más tantos ha hecho en Champions y es el futbolista

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Ancelotti: Vici, veni... y ya veremos

Texto: Alberto Gaitán / @alber_gaitan / Imágenes: 20 Minutos y Liga Fútbol

El pasado 20 de mayo, Florentino Pérez aparecía ante las cámaras para anunciar el fin de una etapa. Tres temporadas, tres títulos y más de una bronca atestiguaban el paso de José Mourinho por el Real Madrid. A su marcha, so-nada y pronosticada desde buen tiempo atrás, se le unía en cues-tión de un mes el anuncio oficial de su sustituto: Carlo Ancelotti.

Texto de Octubre de 2013

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MISMO OBJETIVO

Al igual que ocurrió con el técni-co portugués, Ancelotti es en este momento el elegido para acometer el propósito de todo el madridis-mo: conquistar la Décima. Si para Mourinho esa Décima iba a ser su tercera, para el italiano significará lo mismo si acaba lográndolo –al menos como entrenador, pues ves-tido de corto logró otras dos, todas ellas con el Milan-.

No obstante, más allá del pasado de uno y otro entrenador –que im-portante es, porque lo es-, el afi-cionado cambia ahora su pregunta del “qué” por la del “cómo”. El “qué ganará el Madrid de Ancelot-ti” ya no es prioritario.

Si Mourinho dijo adiós, en parte fue por enemistarse con más de media plantilla y algún sector de la clase dirigente, en su empeño por descubrir las vergüenzas de un club cada vez más mercantilista. Ahí, una mitad de verdad. La otra reside en lo visto sobre el césped: desde su llegada, el fútbol del Mou Team pasó de mostrarnos el estilo de un equipo trabajador, ordenado y goleador, a otro com-pletamente inverso. La división reinante en el vestuario provocó los titubeos de un barco en el que, mientras unos tiraban del remo e izaban velas, otros echaban los víveres por la borda para más tar-de juntarse y culpar a un capitán que con el tiempo perdió toda su imagen de líder. Y cuando hablo de capitán, en este caso me refiero al de Setúbal. Su duelo con Iker Casillas, el otro capitán, encontró vencedor en el jugador y sembró la diferencia en la grada.

De ahí que se pensara en Ancelotti para tomar el relevo. El de Re-ggiolo llegaba procedente de un PSG campeón de la Ligue 1

francesa y con un pasado, como decía, importante.

Importante, no tanto por sus conquistas -que también- como sí por su gancho para tratar con proyectos complejos en términos conductuales: llegó con la etiqueta de “El Pacificador”. Aunque lo de “pacificador” algunos lo entenda-mos de otra manera: los fichajes de Isco, Illarramendi, Carvajal, la llamada a Morata y Jesé para entrar a formar de pleno con los mayores, todo ello no representa más que una parte de los inten-tos de Florentino Pérez por tapar todas las hipótesis de inestabilidad que dejó entrever Mou en su día. La españolización de la plantilla o la confianza en la cantera no for-man parte del guión de Ancelotti; el técnico ha asentido en cada una de las decisiones tomadas por el presidente blanco. Decisiones que pretendían borrar cualquier duda sobre si este era o no un proyecto meramente deportivo. Unas dudas que encuentran su confirmación en otras decisiones tomadas a posteriori. Pero primero, la bien-venida al nuevo entrenador.

LA ‘ERA ANCELOTTI’: “Fút-bol espectacular”

Una bienvenida que tendría lugar a las 13:00 horas del 26 de Ju-nio. Toda la camarilla del Real Madrid, acompañada de un gran número de medios, se daba cita en el palco de honor del Santiago Bernabéu para presentar al primer fichaje del nuevo curso. Previo discurso del presidente, Carlo Ancelotti salía al estrado. Apretón de manos con Florentino Pérez y después, las fotos de rigor. Se le recuerda emocionado, satisfecho por haber alcanzado su culmen como entrenador. Y después, sin tiempo para demoras, tocaba pasar la primera prueba de nivel: la

prensa esperaba ansiosa por cono-cer sensaciones, objetivos y, sobre todo, la forma de conseguirlos.

Obtuvimos titulares acerca de los tres puntos citados. En primer lu-gar, llegaban los halagos hacia la parte contratante: “El Real Madrid representa una grandísima historia y tradición. Amo el fútbol y por eso hoy cumplo un sueño fir-mando por este club”, confesaba el técnico. En cuanto a los obje-tivos, “lograr la Décima es una ambición y una responsabilidad, intentaré hacerlo lo mejor posible, trabajando con profesionalidad y esfuerzo”. Hasta ahí, todo en orden. Pero faltaba la pregunta del millón: ¿Qué fútbol pretende ofrecer al espectador? A la altura de esa historia y tradición a las que se refería cuando hablaba del conjunto blanco, Ancelotti mostró claras sus intenciones: “Quiero un equipo que tenga el control del juego, con una buena idea de ataque y equilibrio en el centro del campo. Vamos a hacer un fútbol ofensivo y espectacular”. Fin de la cita.

¿A QUÉ JUEGAN LOS EQUI-POS DE ANCELOTTI?

Bien es cierto que, como dice aquel, del dicho al hecho hay un trecho. Desde su etapa en el Milan, la fórmula de Ancelotti no ha llegado a convencer, ni en Londres ni en París. Y por la presente, tampoco convence en Madrid. Nunca demostró ser un revolucionario en su puesto, sí un buen trabajador; se ha adaptado a lo que tenía.

Quienes conocen a Ancelotti, allegados y entendidos de este de-porte, coinciden en varios aspec-tos que definirían los gustos del técnico: fútbol ofensivo, posesión de balón, juego interior, pocos toques

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para llegar a la portería contraria, contraataque, predilección por los extremos y delanteros puros, unos bien abiertos a banda; el otro, referencia en el área. Este breve

Este breve análisis de preferencias puede llevar a algunos a confu-sión: ¿Ganar desde la posesión del balón y llegar a puerta con pocos toques? Aparentemente resultan lo contrario; sin embargo, tiene su explicación. Ancelotti piensa que, si un equipo debe llevar el peso del partido, ese es el suyo. De ahí la posesión; una posesión que alterna el juego interior con el

juego por las bandas. Un método, el actual, que ha ido forjando en toda su trayectoria como técnico, y viene apoyado, como decíamos, en su adaptación a las plantillas con las que ha trabajado.

En Milán (2001-2009) mantu-vo, maduró e hizo sempiterno al Pirlo que conocemos hoy día: un mediapunta reconvertido a mediocentro, siguiendo la pauta propuesta por Carletto Mazzone durante la cesión de Andrea en

do en sus funciones, que gozó de gran calado en Europa, llegando a disputar tres finales de Cham-pions entre 2003 y 2007, de las que salió como vencedor ante la Juventus, en penaltis (2003), y frente al Liverpool en 2007 (2-1), vengándose así de la dramática remontada de 2005 en Estambul (del 3-0 al 3-4).

En el Chelsea (2009-2011) co-menzó fiel al 4-4-2 con rombo en medio: Essien-Ballack-Lampard-

Brescia. Junto a él formaría un medio del campo con cuatro ju-gadores en rombo: Pirlo-Gattuso-Seedorf-Rui Costa*. [*Más tarde, la posición del luso la ocuparía Ricardo Kaká, a la postre, y aún a las órdenes de Ancelotti, Balón de Oro (2007)]. El fútbol de aquel Milan, un fútbol más elaborado, lo protagonizaban las combinaciones interiores entre esos cuatro hom-bres, que servían de enlace con una delantera que ocupaban She-vchenko-Inzaghi/Crespo. Y atrás, en la retaguardia, historia viva del Calcio: Cafú-Nesta-Stam-Maldini. Un bloque compacto, bien reparti-

Joe Cole. Arriba, Drogba y Anelka harían las veces de Shevchenko-Inzaghi en Milán. Así hasta la aparición de Florent Malouda, un extremo que Carlo utilizaría tanto por dentro como por fuera. Ance-lotti había entendido que el fútbol inglés no daba lugar al recreo con el balón en los pies. Solución: abrir el campo e introducir un 4-3-3 o un 4-3-2-1* en función de las exigencias del guión (*formación en “árbol de navidad” que se le re-conoce al italiano, también de sus últimos años en Milán). He ahí el fútbol directo, de pocos toques, que se revela entre los gustos del

entrenador. Lejos de ser un equipo dominador como lo fue con Mourinho, aquel Chelsea lograría el primer doblete su historia en 2010: Premier y FA Cup.

De grande en grande, en Diciembre de 2011 el des-tino colocaba a Ancelotti en París, donde le recibía el millonario jeque Nas-ser Al-Khelaifi, aún con su proyecto galáctico en desarrollo. A excepción de Javier Pastore, que llegó en el verano de 2011, el elenco de estrellas del PSG quedaría conformado para la 2012-2013. Ibrahimovic, Thiago Silva, Lavezzi o los talentos emergentes, véase Pastore, Verratti o Lucas

(Enero de 2013), eran los elegidos para devolver a alto al conjunto parisino a lo más alto. Ganar no era el único objetivo; deseaban arrasar.

Tras una primera vuelta de tro-piezos, probaturas y dudas varias, Ancelotti ordenó su método y buscó el peligro por las bandas: un 4-4-2 que, en ocasiones, pasaba a ser un 4-2-3-1. pasaba a ser un 4-2-3-1. El costado derecho no

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admitía dudas con Lucas, mientras que en la izquierda interactuarían Pastore y Lavezzi, aprovechando la velocidad del último y libe-rando a Pastore como segundo delantero o enganche. La “innova-ción”, por así decirlo, tuvo como resultado la conquista de la Liga y una eliminación en cuartos de la Champions frente a un Barça venido a menos.

LA HORA DE LA VERDAD: Manos a la obra

Los ríos de tinta que habían corri-do por el papel no llegaron a ver sangre en lo físico: la situación y sus afectados entendieron que lo normal era tomar caminos contra-rios. Se fue Mou y permanecieron los cabecillas de la insurrección: Pepe, Cristiano, Casillas… Eso sí, a Iker todavía le quedaba por delante resolver su suplencia. Y en estas estábamos cuando aterrizó “El Pacificador”. Benditos proble-mas se le presentaban: ‘mi porte-ría se debate entre Diego López e Iker Casillas’; ‘me las veré negras para hacer un once con jugadores como Xabi, Illarra, Modric, Isco, Özil, Di María, Cristiano, Benze-ma o Higuaín’. ¡Ah, y faltaba por llegar Bale! Júntale además a los ilusionantes Jesé y Morata… En fin, problemón.

En el banquillo debería encontrar-se el remiendo a esas “trabas”; sin embargo, entre unos y otros traba-jaron para evitarle quebraderos de cabeza al bueno de Carletto.

El primero en salir fue el Pipita, aunque su marcha sigue sin cerrar el problema del “9”. Más bien lo agranda. Ancelotti perdía una re-ferencia –lo era, guste más o guste menos-, pero tampoco pedía un recambio. Por ahí sonaron Cavani, Agüero, Luis Suárez o incluso Falcao. El italiano no se creía con

el poder, y lo peor de todo, con la necesidad de reclamar un esfuerzo por traer a alguno de esos nom-bres. Pensando en el fútbol, vaya. Porque necesidad había y la sigue habiendo. Tampoco se cerraba ahí el capítulo de bajas.Con el fútbol todavía en un segun-do plano, se hacía oficial la llega-da de Gareth Bale a cambio de 91 millones de euros, al tiempo que crecían los sorprendentes rumores de traspaso de Mesut Özil.

Rumores previos a una confirma-ción: el alemán se marchaba al Arsenal dejando cerca de 50 kilos en Concha Espina y un rastro de fútbol imborrable, incomparable y difícilmente recuperable. ¿Dónde quedaba el toque si se iba el que mejor la tocaba? ¿Qué habría del fútbol ofensivo y espectacular de Ancelotti? ¿Quién iba a dar ese úl-timo pase como en tantas ocasio-nes lo había hecho el alemán (71 asistencias en tres años)? Muchas preguntas y demasiadas respues-tas, aunque la más válida debería ser la del técnico, que hace menos de una semana sentenciaba: “No necesitamos a Özil, el problema

está en la defensa, no en el ataque”. Bueno, cada uno que saque sus conclusiones. Pasemos entonces al análisis de posibilidades de este Madrid.

PRESENTE GRIS, FUTURO INCIERTO

Vista la pretemporada y las prime-ras jornadas de Liga y Champions, cuesta deducir un esquema tanto como un once tipo en la cabeza de Ancelotti. Lo ha probado todo: el 4-2-3-1 de Mou, el 4-3-3, el 4-3-2-1 y hasta el 4-4-2. Tal vez como respuesta al planteamiento del rival, tal vez por las dudas que dejan tanto las victorias como, sobre todo, las derrotas, tal vez por echar en falta una plantilla con todos sus efectivos a punto. Sea por lo que fuere, este Madrid no carbura: en Liga es 3º, a cinco puntos de Atlético de Madrid y Barça, líderes; y en Champions lidera el grupo B tras vapulear con un poco de orden y sin demasiado brillo a Galatasaray (1-6) y Co-penhague (4-0). Hay que ver los partidos, no dejarse llevar por el resultado.

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A día de hoy, su fútbol carece de una idea concreta. Mientras que en pretemporada mostraba las credenciales de un equipo domi-nador, con asociaciones y com-binaciones interiores en ataque estático y rápidas transiciones tras recuperación de balón, ahora, en el momento de la verdad, se ob-serva a un bloque sin un plantea-miento efectivo con la pelota: mo-vimiento lento del cuero de lado a lado, abuso del balón colgado al área (ya no se busca el factor sor-presa, ahora es la primera opción por inercia). Son circunstancias que denotan la desconfianza de un conjunto que teme fallar en el pase corto, ya que se ha demostra-do que el equilibrio que pretendía el técnico brilla por su ausencia. Ni la presión es ordenada ni el repliegue solidario, como sí lo era con Mourinho: Al César lo que es del César. Equipos a priori peque-ños han evidenciado la problemá-tica de la que hablo con una salida limpia y en pocos toques que les

ha plantado en el área madridista: véase Betis, Villarreal, Elche o Levante.

Tampoco ahora encontramos rastro de aquellas asociaciones interiores, de ese jugador que reciba entre líneas, gire y busque el pase a la espalda de la defensa rival. Isco tiende a caer a banda para que Ronaldo acabe formando delantera con Benzema (4-4-2), perdiendo así esa opción interme-dia por dentro que había siempre con Özil. Hasta el momento, esta-mos viendo a un Madrid plano en el que pocos parecen tener claro su papel, empezando por su técni-co: a estas alturas todavía cuesta esgrimir un once titular tipo.A falta de Mesut, y a la espera del regreso de Xabi Alonso y del Ga-reth Bale que todos conocemos, mientras da con la tecla, Ancelotti seguirá agarrándose a los centros, al contraataque y a Cristiano.

Planteamiento pobre, aunque

todavía con la excusa del tiempo. Pero ojo, que Barcelona y Atlético no perdonan. Y si el Madrid siguejugando así, “como contra el El-che” –que diría Carletto- no sólo no ganarán al Atlético; tampoco al Barcelona. Y párate a pensar ya en eliminatorias postreras de Cham-pions. No hay duda de que el téc-nico italiano llegó a Madrid con la etiqueta de vencedor. Está por ver si cumple con el pronóstico. Mientras que Julio César llegó, vio y después venció; Ancelotti venció; después vino… y el resto ya lo veremos.

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Los laterales del Real Madrid

Texto: Antonio Gomáriz / @NoneGl14 / Imágenes: Real Madrid Oficial

El comienzo de la era Ancelotti no está siendo tan bueno como se podía imaginar. Teniendo en cuen-ta la plantilla con la que cuenta el Real Madrid, los resultados y las sensaciones mostradas son un tanto preocupantes.

Aunque ofensivamente el equipo resulta devastador, los problemas en defensa van en aumento. Es una realidad que Ancelotti no tie-ne un XI definido, ni una idea cla-ra de juego. Estas dudas aumentan en la defensa, donde nadie tiene el puesto asegurado, e incluso la po-sición que ocupan en el campo. El sistema defensivo de este Madrid está resultando un tanto caótico, como ya analizaremos posterior-mente (Análisis de la defensa del Real Madrid).

En este artículo nos centramos en analizar cada una de las opciones con las que Ancelotti cuenta para alinear en los laterales. Un aná-lisis concienzudo de los cuatro laterales de la plantilla, con sus aptitudes y sus defectos.

Álvaro Arbeloa (30 años)

El lateral más experimentado con el que cuenta el Real Madrid. Tras su paso por las categorías inferio-res del conjunto blanco, salió en busca de una oportunidad, pasan-do por el Deportivo de La Coruña

y por el Liverpool. Procedente del club inglés, Arbeloa regresó al Madrid en la temporada 2009/10.Arbeloa es el lateral defensivo más puro de la plantilla, capaz de desempeñarse tanto en el lateral izquierdo, como en el derecho, su banda por naturaleza. Ya en sus últimas temporadas en el Liver-pool ejerció con asiduidad en la banda izquierda, así como en su primera temporada en el conjunto blanco. A las ordenes de Manuel Pellegrini, Sergio Ramos ocu-paba el lateral derecho y, con un Marcelo (que luego analizaremos detenidamente) ocupando una posición más adelantada como interior, Arbeloa ejerció la mayo-ría de su primera temporada en el lateral zurdo.

Con la llegada de José Mourinho, el salamantino contó con la total confianza del entrenador, y recu-peró su posición en el lateral dies-tro, al ocupar Ramos el puesto de central. Aunque esporádicamente ha tenido que ocupar la banda izquierda (lesiones o rotaciones), siempre ha demostrado que en la derecha, su rendimiento es ma-yor, al no tener que jugar a pierna cambiada.

Un defensor puro, caracterizado por su gran oficio en las tareas defensivas. Muy correcto en la mayoría de sus acciones, futbo-lista correoso y especialista en marcajes individualidades que ha realizado sobre jugadores desta-cados como Leo Messi o Frank Ribery.

En su contra, apuntar sus claras dificultades con el balón en los pies y sus problemas en la salida de balón. Cumplidor en las tareas defensivas, pero deficiente en las incorporaciones en ataque. Los centros al área no son su espe-cialidad. Al no ser la velocidad su punto fuerte, tiene problemas en el repliegue y es usual verle cometiendo faltas para cortar los contragolpes rivales.

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Dani Carvajal (21 años)

Tras lograr el ascenso a Segun-da División con el Real Madrid Castilla, Carvajal fue fichado por el Bayern Leverkusen dando un enorme salto en su carrera. Tras una gran adaptación a la Bundes-liga y al fútbol competitivo de primer nivel, el Real Madrid ejer-ció la oferta de compra que tenía sobre el lateral para incorporarlo de nuevo a sus filas.

Conceptualmente, podríamos decir que es el estilo de lateral opuesto a su competidor directo por la posición, Arbeloa. Carvajal es un lateral con una proyección ofensiva tremenda y, en ocasiones, muestra más características de atacante que de defensor.

En las labores defensivas presenta diversas carencias, provocadas en gran parte por su elevada tendencia a subir al ataque. Esto causa que en muchas ocasiones su banda queda desprotegida ante sus subidas, por lo que obliga a las continuas coberturas por parte de los centrales. Tiene los conceptos tácticos propios de un defensor nato poco arraigados y sufre en el uno contra uno. En contraposi-ción, ofensivamente es un futbo-lista muy efectivo. Su velocidad y su gran capacidad de asociación lo convierten en un peligro constante cuando se encuentra cerca del área rival.

Marcelo Vieira (25 años)

Marcelo fue una de las grandes apuestas del Real Madrid en los últimos años. Llegó procedente del Fluminense en 2006 con 18 años, llamado a ser el sustituto de Roberto Carlos en el lateral izquierdo madridista.

Una enorme presión para un joven

con una enorme progresión, que se ha visto frenada en ocasiones por importantes lesiones y los ba-jos momentos de forma que estas acarrean.

Durante su carrera en el conjunto blanco, se ha desempeñado en nu-merosas ocasiones como interior e incluso como extremo, pero por la abundancia de futbolistas en ese puesto y por escasez en el lateral, ha acabado asentándose definiti-vamente en la defensa blanca.

Es el lateral de mayor calidad (con diferencia) de la plantilla. Cuando se suma al ataque marca la dife-rencia. Genera una superioridad, unos espacios y una cantidad de opciones que hacen que sus incorporaciones sean clave en la parcela ofensiva del Real Madrid. Técnicamente está tan, o incluso más dotado que cualquiera de los atacantes del equipo. Además, su potencia física, capacidad de desborde, gran disparo y visión de juego lo convierten en un futbolis-ta único en la plantilla.En contraposición, al igual que lo comentado con Carvajal, presenta importantes carencias defensivas

que lo alejan de ser ese jugador indiscutible, que en teoría debe llegar a ser. Tiene serias dificulta-des para defender a los futbolistas de gran profundidad (recordamos el caso de los enfrentamientos con el Sevilla y como se saldaron sus emparejamientos con Jesús Navas), aunque hay que destacar que ha mejorado en este aspecto. Defensivamente tiende a ser muy desordenado, a llegar al corte a destiempo y con problemas en las jugadas a balón parado.

Fabio Coentrão (25 años)

Su llegada al Real Madrid se pro-dujo en la temporada 2011/2012, procedente del Benfica. La llegada del portugués siempre ha estado rodeada de una cierta polémica (el valor de su traspaso se cifró en 30 millones) y desde ciertos sectores, se ha observado con lupa y con cierto recelo cualquier acción del portugués, que nunca ha alcanzado el nivel mostrado en el Benfica.

Polémicas aparte (aquí se habla de fútbol), el caso de Coentrão no deja de ser curioso en el aspecto

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deportivo. Llegó a Madrid con la etiqueta de jugador polivalente, con la idea de que era capaz de ocupar desde el lateral izquierdo hasta las posiciones de interior, extremo e incluso la de centro-campista. Salvo en ocasiones pun-tuales, y de manera poco exitosa, ha abandonado la posición de lateral, por lo que esta etiqueta ha supuesto un lastre para el portu-gués.

Otro detalle digno de mención es que, en la distinción que se hace entre lateral ofensivo y defensivo, actualmente está claro que Coen-trão es el lateral defensivo de la plantilla y Marcelo el ofensivo. Seguramente las comparacionescon el brasileño no le favorezcan en absoluto en este aspecto, pero es sorprendente como el portugués ha perdido (o no ha sido capaz de mostrar) su gran capacidad ofensi-va e incluso goleadora que mostró en el Benfica. En este sentido, el jugador se ha desempeñado con poca efectividad en ataque,

mostrando incluso cierta torpeza jugando en campo rival.En labores defensivas, se ha mostrado más eficaz, pero con una trayectoria muy irregular y dejan-do importantes errores (vs Ribery en la semifinal de Champions). Con todo esto, su menor presencia en ataque aporta una mayor segu-ridad en defensa y el jugador se ha mostrado cumplidor con gran parte de las acciones.Estas son las cuatro alternativas que tiene el Real Madrid para sus laterales. Ancelotti los ha alterna-do y realizado múltiples combina-ciones, muestra del desconcierto general instaurado en la zaga blanca.

Las combinaciones han ido desde juntar a los dos laterales defensi-vos (Arbeloa- Coentrão), los dos ofensivos (Carvajal-Marcelo) e incluso alternar a estos, configu-rando alineaciones de las más va-riadas, en función del rival o de la disponibilidad de los futbolistas.Lo que está claro es que Carletto

es un mar de dudas. Para cada uno de los partidos contra rivales de mayor entidad ha tomado decisio-nes distintas. Desde salir contrael Atlético con la pareja de latera-les más defensivos, hasta salir en el Camp Nou con el planteamien-to opuesto: Carvajal y Marcelo. Ambos con resultados negativos.Las opciones son diversas, ju-gadores con perfiles claramente diferentes, que puede combinar en función del rival o las circunstan-cias.

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El ataque del Real MadridTexto de Ismael Sánchez-Rojas / @isma_sanrojas / Imágenes: Cadena Ser

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Hace unos días, analizábamos en Inter Sport Magazine, los gran-des problemas que sufría el Real Madrid en defensa. La tendencia ofensiva de los laterales, el bajo estado de forma que presentan alguno de sus centrales, o las múltiples e inestables combinacio-nes que hasta ahora esta probando Ancelotti en esa línea, son algu-nos de los motivos de esta falta de solidez en la zaga blanca.

De modo antagónico, la delantera merengue está en gracia. Benze-ma, Bale y Cristiano parece que, a medida que pasan los partidos, están consiguiendo fundir sus virtudes, originando así ataques veloces y precisos que terminan ocasionando quebraderos de cabe-za para las defensas rivales.Morata y Jesé se dejan ver en pequeñas ráfagas, pero no desen-tonan cuando el entrenador les re-quiere en el campo. Y además de esto, Xabi y su pie derecho están de vuelta. Este Madrid forjado a base de contras vertiginosas, vuel-ve a reencontrarse con una de sus piezas clave en el juego directo del equipo.

Bale comienza a entender el juego madridista

Los primeros partidos del galés disminuyeron el fervor madridis-ta. Bale quiso justificar esos 91 millones demasiado rápido. Las ganas de demostrar impidieron a este poder desplegar su juego habitual. Pegado en banda dere-cha, Bale recibía el balón e inme-diatamente se la daba larga para batirse en velocidad con el lateral izquierdo del equipo contrario. Esta jugada no trajo los resultados esperados en aquellos partidos iniciales, y conforme han transcu-rrido los encuentros, Bale ha tran-quilizado su juego, ha comenzado a reflexionar más sobre sus

decisiones en el campo, y está ofreciendo así opciones variadas que enriquecen el poderío ofensi-vo del Madrid.

Desborda por banda generando centros de gol, como pudimos ver en Vallecas frente al Rayo, encara y sale hacia el interior, buscando el tiro con su pierna buena (recor-demos que juega en banda dere-cha), fue el Sevilla quien sufrió esta variante con aquel gol que se coló por la escuadra, o bien, y como vimos este sábado, asiste al primer toque jugando cerca del área.

Este juego veloz de movimientos, pero pausado de pensamientos, ha permitido a Bale dar señas de lo que puede llegar a influir en el juego ofensivo del Madrid.

Benzema y su talento con balón

Entre los ataques en forma de estampida que suele ofrecer el equipo de Carletto, existe una futbolista que amansa a las fieras, poniendo la pizca de pausa nece-saria, cuando Bale o Cristiano se aventuran a finalizar la jugada an-tes de tiempo. La consecución de goles no es su fuerte, aunque bien es cierto que también los mete. Pero es evidente que no nos en-contramos ante un killer del área. Este rol ya lo ha adoptado Cristia-no. Controles orientados precisos, asistencias bien leídas, juego de espaldas efectivo, en definitiva, mimos constantes al balón. Cuan-do tiene la pelota cerca de sus pies Benzema es feliz.

Pero quizá lo más reseñable, lo que más caracteriza a Karim, es su claridad de ideas. La manera que

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tiene de leer el fútbol. El hecho de saber que volviendo a comen-zar jugada desahoga a su equipo, retener la pelota cuando el partido está loco, encontrar los espacios que generan los interiores, latera-les o los centrocampistas que lle-gan desde la segunda línea Es un caso a la inversa en referencia a lo que hablábamos de Bale. Benze-ma es rápido de pensamiento, pero algo tardío en sus ejecuciones.

Cristiano y su consolidación

Llegamos al punto cumbre de este excelente tridente. Que Crsitiano era muy bueno ya se sabía, ahora bien, este inicio de temporada está suponiendo la confirmación de que Cristiano ha pasado de ser un Superhombre a un extraordinario jugador de fútbol. Me explico. Desde su llegada a Madrid, en cada partido dejaba destellos de sus enormes capacidades. Corría más que el resto de jugadores, saltaba también unos centímetros más que sus contrincantes, pegaba al balón con una fuerza y un efec-to que pocas veces se había visto, o incluso remataba de cabeza con una contundencia digna de estu-dio. Reunía unas condiciones en-vidiables, que hacía que Cristiano estuviera un escalón por encima respecto al resto de jugadores en el ámbito físico.

A día de hoy, estas capacidades se han cohesionado con la mentali-dad del jugador, y se ha diseñado la mejor versión del portugués. Sobretodo es importante recalcar que Cristiano cada vez entien-de mejor el fútbol. Ya no busca solventar los partidos de manera particular, se apoya, asiste, y com-prende que no teniendo tanto la pelota, maximiza sus opciones de hacer gol, evitando así la previsi-bilidad que hace 2 o 3 temporadas sufría el Madrid. Cristiano

abusaba de las individualidades, y el equipo contrario sacaba del partido al portugués reforzando la defensa sobre él. Ahora Cristiano, ha ampliado el abanico de sus variantes, y ha hecho que sus mar-cajes sean menos monótonos de lo que lo eran hace unas campañas. No hay que olvidarse de mencio-nar su mejora en sus movimientos como delantero. Ofrece mejores desmarques, y esa rapidez que le caracteriza, le permite llegar a la jugada unos segundos antes que sus rivales. Lee bien el pase y lo

combinación entre los creadores de juego del Madrid, y por último, consigue poner el balón a la espal-da de la defensa rival, dejando a su compañero en buena posición a la hora de encarar portería. Todo esto con un solo pase. Tener a un jugador así, implica tener a mu-chos jugadores rivales pendientes de él y sus posibles pases medi-dos.

Además de esto, Xabi es un hom-bre que se posiciona muy bien, suele estar bien ubicado en el

lee rápido. La mejor ejecución de estos movimientos como delan-tero, supone una garantía para jugadores que tienen buen último pase, ya sea Xabi, Modric, Marce-lo, o el propio Benzema.

La vuelta de Xabi

No es delantero pero influye en la delantera. Con la ausencia de Xabi, el Madrid perdió dinamis-mo en el centro del campo, y la conexión entre medio y delanteros era costosa. El tolosarra tiene una precisión en sus pases, que agi-liza la ruptura de la presión de la delantera rival, llegando incluso a zafarse de hasta 3 líneas con un solo toque. Evita las trabas que el delantero pueda ponerle a la hora de ejecutar el pase, sobrepasa la línea de medios que dificultan la

campo. Se hace cargo de la zona del medio, y esta permanencia en esa zona casi constante, permite que Khedira tenga más libertad para ofrecer apoyos arriba, o que Modric pueda frecuentar más la zona cercana al área para desco locar al adversario con uno de sus pases entre líneas.

Un banquillo de garantías

No siempre el partido sale como quieres con el equipo titular. Es muy recomendable y necesario, y más cuando luchas por conseguir muchos títulos, tener jugadores en el banquillo, que no bajen el nivel cuando se necesita imprimir aire nuevo al colectivo. Si el partido está cerrado, Isco tiene la calidad suficiente como para inventarse un último pase cuando menos se

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lo espere la defensa rival. Si Bale no consigue desbordar, Di María puede intentarlo, ofreciendo ma-yor descaro y agilidad. O también puede darse el caso de que exista un duelo físico, donde el juego sin balón pase a ser el protagonista, y Benzema no se encuentre en su salsa. En este caso el Madrid cuenta con dos canteranos con ganas de comerse el mundo, los cuales pueden ayudar con mayor facilidad a recuperar el balón con rapidez, ejerciendo la presión per-tinente en la zona de arriba. Jesé y Morata han demostrado estar a la altura de este equipo.

El ataque del Real Madrid siem-pre ha sido valorado, su pegada estaba en boca de todos los entre-nadores a los que se enfrentaba. Pero ahora su contraataque fulmi-nante no es el mayor peligro. Hay que tener en cuenta que Cristiano está en su punto álgido como futbolista, que Bale comienza a asentarse en la entidad blanca, y que Benzema se encuentra cómo-do con el galés y el portugués en su mejor versión. Además de esto

XL SEMANAL

existen revulsivos competentes en ataque. Una delantera que no hay que perder de vista. Una delantera que está sacando a flote los

partidos merengues. Fallones en defensa, decisivos en ataque.

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Los problemas en defensa del Real Madrid Texto de Imanol Echegaray

García / @ima_etxega / Imagen: El Confidencial

Diecisiete. Ese es el número de goles encajados del conjunto ma-dridista en tan sólo trece jornadas de Liga.

Las voces más ásperas, quisquillo-sas y alarmistas de esta profesión, señalan sin pudor con su dedo índice hacia la portería. Diego López. Le culpan de esa sangría de tantos en contra sin pudor ni piedad mientras claman, ya de paso, por la titularidad de Iker Casillas.

No nos dejemos engañar. La reali-

dad es otra. Desde el banquillo, con Carlo Ancelotti y Zinedine Zidane a la cabeza, hasta los que se visten de corto cada domingo. Ahí reside el principal problema del Real Madrid. Un equipo roto tácticamente, salvado estos tres meses por una pegada arriba de otro planeta, Cristiano Ronaldo a la cabeza, acompañado por Gareth Bale y Karim Benzema.

En Sevilla aún se explican cómo pudieron irse de vacío del San-tiago Bernabéu tras marcar tres goles, fallar un penalti y un

mano a mano salvado por, qué co-sas, Diego López. Pero es el pro-blema de defender aún peor que los blancos. De cara al espectador, un gustazo. De cara al entrenador, una urgencia.

Vamos a tomar los dos últimos partidos de Liga del Real Madrid como modelo. Sevilla en casa y Rayo fuera. 180 minutos de ata-que electrizante y demoledor a la par que descuidos y desbarajustes en defensa.

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Autopista en los laterales

Carlo Ancelotti no da con la tecla. Ni Arbeloa y Carvajal por la dere-cha, ni Marcelo y Coentrão por la izquierda, se han asegurado en el primer cuarto de la temporada un puesto en el once titular. Álvaro, siete partidos saliendo de inicio -uno por la izquierda-; Daniel, uno menos, seis. Por su parte, Marcelo ocho y Fabio cuatro.

En el gol de Bacca en el Bernabéu en la jornada once de Liga, que-dan claras dos facetas a mejorar en el Real Madrid. Las ayudas al lateral, en este caso el derecho, brillan por su ausencia. Bastó una carrera de Vitolo para romper la fragil defensa madridista y apurar línea de fondo para dejar un pase de la muerte a Jairo, que lejos de tirar controló para servir en ban-deja a Bacca -y aquí la segunda faceta a mejorar- completamente sólo. Las segundas jugadas, por el momento, no despiertan el interés de los jugadores blancos. Cinco hombres bajo palos y el sevillista, a placer, pone el 3-2.

Otro ejemplo de esto, en el mismo partido. El gol(azo) de Ivan Raki-tic volvió a evidenciar una falta de atención impropia de un equipo de la categoría del Real Madrid que, si quiere hacer un papel decente en Champions League, tendrá que mejorar esto. Porque el Bayern Múnich, como el Sevilla, podrá hacerle daño. Pero en cambio, no facilitará las ocasiones que sevi-llanos o rayistas.

Descontrol

Cambiamos de tercio. No cambia-mos de ciudad, pero nos vamos a Vallecas. Imágenes clarividentes de cómo, lejos de mejorar con el tiempo, los de Carlo Ancelotti van a peor.

En la imagen que veremos a continuación, que es intrascen-dente tanto en el partido como en ocasión, se vislumbra claramente la dificultad en defensa de los madriditas. En ella, vemos a un Álvaro Arbeloa fuera de sitio, superado por su par. Pepe, central diestro del equipo, muy separado de Sergio Ramos y saliendo al corte provocando un vacío a su espalda. Sergio Ramos, quizás el mejor colocado en esta jugada, sigue de cerca el movimiento del balón y de su marcador. En cambio, Marcelo en la otra banda, tremendamente lejos de la jugada y con un espacio considerable entre él y Sergio que bien pudo aprovechar algún jugador suelto, que los había, del Rayo Vallecano.

Descolocación

Un nuevo caso de ese caos que se produce atrás es en la jugada en la que Adrián Embarba está a punto de poner las tablas en el marcador. Centro desde la banda izquierda. Sergio Ramos, en tierra de nadie, no cubre a nadie y ve pasar el balón por arriba.

En la teórica posición de Sergio, cubriendo a Larrivey, está Pepe, que se ve obligado a descuidar su espalda, por lo que es Arbeloa el que acude en ayuda del portugués.Lejos de acabar aquí, la teórica ayuda que debe tener Álvaro en el lateral derecho, Gareth Bale, está demasiado lejos de la jugada.

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En la jugada del primer penalti a favor del Rayo se volvió a poner de manifiesto la descolocación a la que estaba sometida la defensa blanca. Sergio Ramos y Marcelo -fuera de plano- fueron superados en banda. Primero por una pared y posteriormente por una salida a la desesperada del andaluz a tapar el hueco del brasileño, en el que Lass fue el mas listo.

El único que llega desde atrás a ayudar en defensa es el recién ingresado en el terreno de juego Illarramendi. Llama la atención como tanto Pepe como Carvajal están únicamente pendientes del esférico y olvidan por completo su marca, que entran por su espalda con gran facilidad. Dos jugado-res más del Rayo, bajo la atenta y tardía mirada de Luka Modric, entran al área. Uno de ellos es Jonathan Viera, que controlará el balón y tendrá tiempo de tirar-se un sombrero por encima del central luso antes de ser objeto de penalti.

De nuevo las espaldas

Y una vez más, casi hecho a posta, los defensores del Real Madrid olvidan su marcador y presencian en primer plano el centro precios de Lass al corazón del área. Justo donde se desmarca Larrivey libre

Jugada del penalti a Lass

de marca a la espalda de Pepe.

Y entre el portugués y el argen-tino, Carvajal, fuera de sitio en la jugada y en el campo, que también descuida su posición. En esta jugada, de nuevo es Illarra el único centrocampista que llega con posibilidad de poder defender.

El rechace del larguero, lejos de caer a posesión blanca -azul-, cae en pies de los rayistas, más vivos, más despiertos y con más gente dentro del área. Y Marce-lo, que pasaba por ahí, llega dos segundos tarde llevándose por delante al atacante vallecano y propiciando el 2-3.

Caos

La jugada más caótica del parti-do y donde se ejemplifican todos los errores es en la que el critica-

o y defenestrado por muchos, Diego López, salva una vez más a unos compañeros más perdidos que una oveja en un garaje.

Cuatro futbolistas, los señalados en rojo (siguiente página), para un sólo poseedor del balón que, como es lógico, ve a Alberto Bueno

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completamente sólo y en ventaja para recibir el balón e incluso in-ternarse en el área. Los atacantes blancos, a la derecha de la ima-gen, lejos de la jugada, es imposi-ble que lleguen a la cobertura o a evitar un lanzamiento que, mano-pla del portero mediante, acaba golpeando en el poste. Era el 3-3.

Estas son algunas de las decenas de imágenes que evidencian ex-haustivamente la falta de capa-cidad y concentración que ahora mismo reina en la defensa madri-

dista. Algo que, por el momen-to, queda en un segundo plano gracias a la pegada descomuncal de los atacantes pero que, ante equipos de mayor entidad y mejor planteamiento táctico -como At-lético de Madrid o Barcelona- no ha sido suficiente para sacar un partido adelante.

Mucho trabajo tiene Carlo Ance-lotti si quiere dejar de ver con-versaciones casi instantáneas tras cada jugada rival y así evitar una sangría de goles en contra que

desmaquillan la labor inmaculada de un portero como Diego López. Sólo con Varane, además, no vale.

Una cosa está clara. Lo que dan al Real Madrid los de arriba, se lo quitan los de abajo. Y eso para una Liga tan desequilibrada como la Liga BBVA, puede valer. Pero la Champions League son pala-bras mayores. Y por Europa, nadie se niega a un regalo como este.

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Benzema les hace mejoresTexto: Imanol Echegaray García / @ima_etxega / Imagen: DIEZ HN

‘‘Siempre en el disparadero. En ocasiones de forma justificada pero muchas otras irracional’’

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Siempre en el disparadero. En ocasiones de forma justificada pero muchas otras irracional, Karim Benzema no ha terminado de calar en el madridismo en par-ticular y en el fútbol en general. Capaz de ser amado y odiado de una semana para otra, el francés vive de nuevo la cara de la mone-da favorable.

La cruz, sus fallos ante la porte-ría, su falta de implicación en la presión y sus movimientos por el campo, en ocasiones brillantes por su ausencia, ha generado en su afición una insatisfacción perma-nente y muy difícil de borrar.

Pero, lanzando un grito a favor del francés, hay que decir que en este Real Madrid, ser delantero implica todo menos meter goles, porque para eso ya está Cristia-no Ronaldo y empieza a asomar Gareth Bale. Además, el nueve blanco no es un killer del área, algo por lo que se han caracteri-zado en Chamartín los últimos años. Desde Hugo Sánchez a Van Nistelrooy, pasando por Ronal-do Nazario. Él se siente cómodo jugando. No meterá treinta goles, pero facilita -y mucho- que Cris-tiano meta setenta.

Cómodo entre líneas

El poder del francés reside en su toque. Tiene una categoría al alcance de muy pocos a la hora de asociarse con sus compañeros y una calidad infinita en cuanto al trato de balón.

Se encuentra cómodo descolgado del área de castigo y eso genera, en primer lugar, el desconcierto en la zaga contraria, que nunca sabe realmente ni cómo ni quién debe cubrirle. Posteriormente, de forma casi instantánea, libera espacios para que entren en ven-taja sus compañeros. El que más se aprovecha de esta situación es Cristiano Ronaldo, como se pudo ver en el primer gol en el Juventus Stadium. Si bien, la jugada viene precedida de una pérdida de los italianos, es Karim el que, fuera del hábitat natural de un delantero, genera dudas en los centrales.

Apertura de espacios

Sus desmarques en jugada son, además, un arma terriblemente eficaz que el conjunto blanco explota a las mil maravillas. Con el juego vertiginoso del Real Madrid y con dos jugadores como Cristiano y Bale que se manejan de fábula a la hora de atacar en velocidad, es primordial el papel de Benzema.

Y ese no es otro que el despejar el camino a sus dos compañeros para que enfilen la portería con la ma-yor facilidad posible. Su constante movimiento permite generar es-pacios entre los centrales del rival y los centrocampistas que suelen ser el preludio a la sentencia de muerte. Al menos uno de los de-fensores debe seguir el desmarque del francés si no quiere permitir que éste reciba una asistencia clara de gol y, mientras el resto de la jugada queda en manos de las individualidades del portugués y el galés. Casi nada.

En el gol de Gareth Bale en el Ju-ventus Stadium se ve a la perfec-ción cómo Benzema es clave para que sus dos compañeros en ataque generen tantas ocasiones y goles.

El desmarque en ruptura de Ka-rim, abre un espacio vital para que un jugador como Cristiano Ronal-do aproveche a las mil maravillas llevándose con él hasta dos defen-

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sas y ceder el balón al galés para que se juegue todas sus cartas en un uno contra uno. Y cuando está Bale al mando de esa operación, las cosas no quedan al cincuenta por ciento.

Asistente

Le gusta salirse de la posición habitual de delantero centro. Ben-zema es un jugador técnicamente dotado que se divierte más en el juego de asociación y asistencia. Apartado del área, dejando su lugar a una bestia de marcar como es Cristiano, es donde el Real Madrid genera. Más si cabe si futbolistas como Isco o Di María están en el baquillo, la figura de Karim como apoyo constante en la jugada hace que todo lo que pase por sus botas mejore y nunca empeore.

Es el principal socio de Modric, de Khedira, de Cristiano, de Bale y, como se vio contra la Real So-ciedad, también de Xabi Alonso y su guante de la pierna derecha. Un envío en largo al desmarque del francés y un control exquisito fue-ron suficientes para tener franco el

ataque. Balón medido al espacio para que el portugués no fallase. Fácil. Benzema de protagonista.

Gol

Es innegable que Benzema es un delantero, y al fin y al cabo lo que se le van a pedir son goles. Si en este principio de temporada no ha estado a la altura, no es menos cierto que ha marcado 94 tantos oficiales con el Real Madrid. Una cifra buena para un killer que comparte frente de ataque con el abarcador de todo, Cristiano.

Suele atacar muy bien los espa-cios del rival para poder disparar con superioridad, pero se le acha-caba su falta de puntería que, sin lugar a dudas, ha vuelto a recupe-rar. Como se pudo ver contra la Real Sociedad, donde se descolgó del área para recibir y abrir jue-go a banda, para posteriormente entrar libre de marcas y rematar a Claudio Bravo sin oposición.

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26, 32 y 20 han sido los números de las tres últimas temporadas del galo a las órdenes de José Mourin-ho. Unas cifras bastante efectivas teniendo en cuenta la disparidad de las alineaciones en las que sólo cabían él o Higuaín y en las que ninguno era titular indiscutible.

No ha empezado este curso con la puntería bien afinada, pero poco a poco recupera ese olfato que le ca-racterizó en Lyon y del que, salvo en ocasiones, no se ha despegado del Real Madrid. Eso, sumado a las cualidades a las que hemos he-cho antes referencia -asociación, desmarques y asistencias-, hacen

de Karim Benzema un jugador al-tamente aprovechable para Carlo Ancelotti.

Hay algo que queda claro. Sin Karim, Cristiano Ronaldo seguiría marcando goles, pero menos. Bas-tantes menos. Benzema les hace mejores. A todos.

Inter Sport Magazine

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Algo pasa con Isco Texto: Alberto Gaitán / @alber_gaitan

| Imagen: Agencia

Parece que, por momentos, la calma se hace notar en Chamartín. Parece que, a ratos, el fútbol de este Madrid desvela una identidad propia. Lo cierto es que Ancelotti lleva dos-tres semanas (contando compromisos de Liga y Cham-pions) descubriendo un esquema (4-3-3) en el que tienen cabida once nombres casi fijos.

Parece que el italiano ya tiene su once tipo; su pretensión está cerca de ser real: el fútbol espectacular y el equilibrio en campo propio, dos de las promesas hechas a su llegada, se entienden mejor con Xabi Alonso sobre el césped. El Bernabéu esperaba al tolosarra tanto o más que el técnico. A Isco, por su parte, la afición no ha deja-

do de esperarle y desearle a partes iguales. Sin embargo, el míster, habiendo deducido ese esquema y once tipo que comentamos líneas arriba, ha escondido al de Benal-mádena en la segunda fila del ban-quillo y ya no se sabe si le espera. Hablo a corto plazo, pues Carletto sí que se refiere a Isco como “un jugador importante para el futuro del Real Madrid”.

Muestra de ello ya no es sólo el jugar de una forma o de otra. Las rotaciones y la elección de ese estilo tan perseguido por el cuerpo técnico no han hecho más que calar hondo en la figura del centrocampista. Su rostro y sus movimientos dentro del campo ya no describen la alegría que lució en su presentación y en sus prime-ros partidos como nuevo jugador

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blanco. Ni siquiera el descaro que le caracteriza vive en época de mayor relumbre.

Ante la Real Sociedad tuvo quince minutos para agradecerle al Bernabéu la ovación y el coreo con el que le recibieron durante el calentamiento. Un pase de tacón a Benzema fue lo más destaca-do a su favor. En su contra, tres balones perdidos, dos de ellos en posiciones más comprometidas, y, sobre todo, un gesto alicaído que deja entrever que algo no va bien. Porque el fútbol vive de momen-tos; las rachas mandan. E Isco no pasa por la mejor, precisamente. Una mala racha que se alarga ya durante más de un mes: tras perder la etiqueta de la titularidad hoy se sabe suplente. El 4-3-3 exige trabajo, arriba y abajo, a los dos interiores. Y ahí, a día de hoy, Khedira y Modric se imponen al resto. Uno es el más trabajador, ahora mostrando su mejor versión; el otro trabaja y goza, a su vez, del talento garante de minutos.

No obstante, Isco sabía a lo que venía: no fue fichado para jugar quince minutos ni tampoco segun-das partes, si bien la marcha de Özil no hacía más que asegurarle tales condiciones: sin el alemán en la plantilla, no se vislumbra-ba competencia natural ante el malagueño. Pero, ¿sabía a dónde venía? Tal vez, por ello, una de nuestras dudas resida en otra pre-gunta: ¿Relajación? Puede ser.

Unas primeras jornadas en las que el equipo no carburaba. Las victo-rias, si llegaban, lo hacían con la ventaja mínima y el brillo justo. Un brillo, en gran medida, cedido por parte del propio Isco: más por goles y por regates que por par-ticipación continuada y pases de gol. Pero valía con eso.

Su debut en partido oficial en el Bernabéu coincidía con el de An-celotti. El Betis visitaba la capital para dar inicio a un nuevo cam-peonato liguero y la respuesta se hizo de rogar. Al menos del lado madridista, pues el espectador tuvo que aguardar al minuto 87 para ver cómo Isco se alzaba entre los centrales rivales para cabecear un centro de Marcelo que sellaba el 2-1 definitivo. El debut soñado, vaya. Mientras, Carletto reso-plaba; el ‘23’ le había aflojado el nudo de la corbata.

Todo iba sobre rodado. Las porta-das captaban el rostro de un joven que, con tan sólo 21 años, ya se había ganado las comparaciones con el mismísimo Zidane, hoy su segundo entrenador. Se hablaba de él como del futuro, ya no sólo del Madrid, sino de la selección española. Hasta tuvo ocasión,

entre goles varios que rompían sus registros, de ver cómo un libro contaba su historia. Breve, de mo-mento: recuerdo, sólo 21 años.

Parece excesivo. En cuestión de meses, Isco ha pasado de ser el mejor jugador de un Málaga histó-rico a encontrarse como parte del pronóstico en el que se incluyen a los madridistas más lustrosos. Es muy joven. No negaremos que tiene cara de bueno, que las mata callando, que su fútbol engatusa. Cae bien, no lo negaremos. Pero no a todo jugador le sienta igual de bien una bronca que un halago –y viceversa-, y en su caso, parece haber recibido demasiados hala-gos y, en vez de haberse llevado una de esas broncas, seguramente esté recibiendo la callada por res-puesta. Porque esto es el Madrid: aquí no hacen falta explicaciones; se habla en los entrenamientos –y en los partidos-.

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ISMagazi

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Edición: Imanol EchegarayWeb: www.intersportmagazine.comEmail: [email protected]

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