El Plan Colombia : análisis de una estrategia neoliberal

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University of New Mexico UNM Digital Repository Centro Cultural Abya Yala del Ecuador Research Collections and Data 2008 El Plan Colombia : análisis de una estrategia neoliberal Germán Rodas Chaves Follow this and additional works at: hps://digitalrepository.unm.edu/abya_yala is Book is brought to you for free and open access by the Research Collections and Data at UNM Digital Repository. It has been accepted for inclusion in Centro Cultural Abya Yala del Ecuador by an authorized administrator of UNM Digital Repository. For more information, please contact [email protected]. Recommended Citation Rodas Chaves, Germán. "El Plan Colombia : análisis de una estrategia neoliberal." (2008). hps://digitalrepository.unm.edu/ abya_yala/400

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University of New MexicoUNM Digital Repository

Centro Cultural Abya Yala del Ecuador Research Collections and Data

2008

El Plan Colombia : análisis de una estrategianeoliberalGermán Rodas Chaves

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EL PLAN COLOMBIA Análisis de una estrategia

neoliberal

EL PLAN COLOMBIA Análisis de una estrategia

neoliberal

EL PLAN COLOMBIA Análisis de una estrategia

neoliberal

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Germán Rodas Chaves

EL PLAN COLOMBIA Análisis de una estrategia

neoliberal

3da. Edición

EdicionesAbya-Yala

2008

Germán Rodas Chaves

EL PLAN COLOMBIA Análisis de una estrategia

neoliberal

3da. Edición

EdicionesAbya-Yala

2008

Germán Rodas Chaves

EL PLAN COLOMBIA Análisis de una estrategia

neoliberal

3da. Edición

EdicionesAbya-Yala

2008

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EL PLAN COLOMBIAAnálisis de una estrategia neoliberalGermán Rodas Chaves

1era. edición: 2002

2da. edición: 2004

3da. edición: Ediciones Abya–Yala. 2008 Av. 12 de Octubre 14-30 y Wilson

Casilla: 17-12-719Teléfonos: 2506-247 / 2506-251 Fax: (593-2) 2506-255 / 2 506-267e-mail: [email protected]

Diagramación: Ediciones Abya–Yala

Diseño de Portada: Raúl Yépez

ISBN: 9978-22-226-X

Impresión: Producciones digitales Abya-YalaQuito-Ecuador

Impreso en Quito-Ecuador, Marzo de 2004

EL PLAN COLOMBIAAnálisis de una estrategia neoliberalGermán Rodas Chaves

1era. edición: 2002

2da. edición: 2004

3da. edición: Ediciones Abya–Yala. 2008 Av. 12 de Octubre 14-30 y Wilson

Casilla: 17-12-719Teléfonos: 2506-247 / 2506-251 Fax: (593-2) 2506-255 / 2 506-267e-mail: [email protected]

Diagramación: Ediciones Abya–Yala

Diseño de Portada: Raúl Yépez

ISBN: 9978-22-226-X

Impresión: Producciones digitales Abya-YalaQuito-Ecuador

Impreso en Quito-Ecuador, Marzo de 2004

EL PLAN COLOMBIAAnálisis de una estrategia neoliberalGermán Rodas Chaves

1era. edición: 2002

2da. edición: 2004

3da. edición: Ediciones Abya–Yala. 2008 Av. 12 de Octubre 14-30 y Wilson

Casilla: 17-12-719Teléfonos: 2506-247 / 2506-251 Fax: (593-2) 2506-255 / 2 506-267e-mail: [email protected]

Diagramación: Ediciones Abya–Yala

Diseño de Portada: Raúl Yépez

ISBN: 9978-22-226-X

Impresión: Producciones digitales Abya-YalaQuito-Ecuador

Impreso en Quito-Ecuador, Marzo de 2004

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ÍNDICE

1. Introducción ........................................... 7

2. Hacia una interpretación de los orígenes de la violencia colombiana ...... 10

3. Una generalización llamada “narco-guerrilla” que esconde la guerra entre los “carteles” del narcotráfico ....................................... 22

4. El Plan Colombia: un instrumento, en la región Andina, para borrar las “distorsiones” que han afectado alos paradigmas en que se “sustenta” la globalizacion neoliberal...................... 31

5. El Plan Colombia: una breve historia..... 54

6. Ecuador y Colombia: vasos comunicantes de una política militarista ................................................ 66

7. Otro objetivo central del Plan Colombia .................................. 76

8. ¿Qué hacer? ............................................. 79

ÍNDICE

1. Introducción ........................................... 7

2. Hacia una interpretación de los orígenes de la violencia colombiana ...... 10

3. Una generalización llamada “narco-guerrilla” que esconde la guerra entre los “carteles” del narcotráfico ....................................... 22

4. El Plan Colombia: un instrumento, en la región Andina, para borrar las “distorsiones” que han afectado alos paradigmas en que se “sustenta” la globalizacion neoliberal...................... 31

5. El Plan Colombia: una breve historia..... 54

6. Ecuador y Colombia: vasos comunicantes de una política militarista ................................................ 66

7. Otro objetivo central del Plan Colombia .................................. 76

8. ¿Qué hacer? ............................................. 79

ÍNDICE

1. Introducción ........................................... 7

2. Hacia una interpretación de los orígenes de la violencia colombiana ...... 10

3. Una generalización llamada “narco-guerrilla” que esconde la guerra entre los “carteles” del narcotráfico ....................................... 22

4. El Plan Colombia: un instrumento, en la región Andina, para borrar las “distorsiones” que han afectado alos paradigmas en que se “sustenta” la globalizacion neoliberal...................... 31

5. El Plan Colombia: una breve historia..... 54

6. Ecuador y Colombia: vasos comunicantes de una política militarista ................................................ 66

7. Otro objetivo central del Plan Colombia .................................. 76

8. ¿Qué hacer? ............................................. 79

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1. Introducción

Quizá una de las áreas más críticas enLatinoamérica es la correspondiente a la re-gión Andina, pues sobre ella se ejerce unaserie de acciones y de “presiones” con la fi-nalidad de eliminar cualquier distorsiónque afecte los intereses de la globalizaciónneoliberal. Por ello, frente a la crisis que entodos los órdenes se presenta en la referidaregión, se ha optado, desde el “stablish-ment”, por una perversa conducta que for-mula interpretaciones “reduccionistas” yfalsas de la situación prevaleciente con la fi-nalidad de confundir a la población andinasobre los acontecimientos reales que en ellase viven. Los medios de comunicación y susllamados analistas así como determinadossectores de intelectuales -fabricados comotales por estos mismos medios de comuni-cación-, han tomado el atajo de promoverexplicaciones y conductas que sirvan a losobjetivos de los globalizadores del neolibe-ralismo y de sus aliados.

En efecto, y en el entorno de lo expre-sado, los sucesos que envuelven al Plan Co-lombia, -materia sobre la cual pretendo de-sarrollar una aproximación a su realidad-,han tenido una dislocación ideológica, in-formativa y analítica repudiables. Se ha rei-

1. Introducción

Quizá una de las áreas más críticas enLatinoamérica es la correspondiente a la re-gión Andina, pues sobre ella se ejerce unaserie de acciones y de “presiones” con la fi-nalidad de eliminar cualquier distorsiónque afecte los intereses de la globalizaciónneoliberal. Por ello, frente a la crisis que entodos los órdenes se presenta en la referidaregión, se ha optado, desde el “stablish-ment”, por una perversa conducta que for-mula interpretaciones “reduccionistas” yfalsas de la situación prevaleciente con la fi-nalidad de confundir a la población andinasobre los acontecimientos reales que en ellase viven. Los medios de comunicación y susllamados analistas así como determinadossectores de intelectuales -fabricados comotales por estos mismos medios de comuni-cación-, han tomado el atajo de promoverexplicaciones y conductas que sirvan a losobjetivos de los globalizadores del neolibe-ralismo y de sus aliados.

En efecto, y en el entorno de lo expre-sado, los sucesos que envuelven al Plan Co-lombia, -materia sobre la cual pretendo de-sarrollar una aproximación a su realidad-,han tenido una dislocación ideológica, in-formativa y analítica repudiables. Se ha rei-

1. Introducción

Quizá una de las áreas más críticas enLatinoamérica es la correspondiente a la re-gión Andina, pues sobre ella se ejerce unaserie de acciones y de “presiones” con la fi-nalidad de eliminar cualquier distorsiónque afecte los intereses de la globalizaciónneoliberal. Por ello, frente a la crisis que entodos los órdenes se presenta en la referidaregión, se ha optado, desde el “stablish-ment”, por una perversa conducta que for-mula interpretaciones “reduccionistas” yfalsas de la situación prevaleciente con la fi-nalidad de confundir a la población andinasobre los acontecimientos reales que en ellase viven. Los medios de comunicación y susllamados analistas así como determinadossectores de intelectuales -fabricados comotales por estos mismos medios de comuni-cación-, han tomado el atajo de promoverexplicaciones y conductas que sirvan a losobjetivos de los globalizadores del neolibe-ralismo y de sus aliados.

En efecto, y en el entorno de lo expre-sado, los sucesos que envuelven al Plan Co-lombia, -materia sobre la cual pretendo de-sarrollar una aproximación a su realidad-,han tenido una dislocación ideológica, in-formativa y analítica repudiables. Se ha rei-

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terado que dicha operación, por ejemplo enel caso ecuatoriano, tiene finalidades tansimples como combatir al narcotráfico eimpedir que los guerrilleros incursionen enterritorios ecuatorianos ubicados en lafrontera con Colombia o que su influencia,la de la “narco-guerrilla”, amenace la vidanacional. Se ha tejido, así, una interpreta-ción del fenómeno socio-político colombia-no con el objetivo de restringir su cabalcomprensión. Bien podría afirmar inclusiveque cada país andino tiene una versión con-forme los requerimientos ideológicos, polí-ticos, militares, económicos y sociales de lasélites vinculadas a los propulsores del refe-rido y nefasto Plan.

En Colombia, en este orden de expli-caciones oficiales, se insiste, por ejemplo, enla necesidad de combatir a los “forajidostraficantes levantados en armas y causantesde tanto dolor al pueblo que, so pretexto deluchar por ideales en favor de la población,roban y asesinan para su estricto beneficio”.

En medio de esta vocinglería explica-tiva, que insisto es diversa o que utiliza va-riados matices para su “discurso”, existe unfactor de solución que se esgrime como de-nominador común en la región andina yque habla de la necesidad impostergable de

terado que dicha operación, por ejemplo enel caso ecuatoriano, tiene finalidades tansimples como combatir al narcotráfico eimpedir que los guerrilleros incursionen enterritorios ecuatorianos ubicados en lafrontera con Colombia o que su influencia,la de la “narco-guerrilla”, amenace la vidanacional. Se ha tejido, así, una interpreta-ción del fenómeno socio-político colombia-no con el objetivo de restringir su cabalcomprensión. Bien podría afirmar inclusiveque cada país andino tiene una versión con-forme los requerimientos ideológicos, polí-ticos, militares, económicos y sociales de lasélites vinculadas a los propulsores del refe-rido y nefasto Plan.

En Colombia, en este orden de expli-caciones oficiales, se insiste, por ejemplo, enla necesidad de combatir a los “forajidostraficantes levantados en armas y causantesde tanto dolor al pueblo que, so pretexto deluchar por ideales en favor de la población,roban y asesinan para su estricto beneficio”.

En medio de esta vocinglería explica-tiva, que insisto es diversa o que utiliza va-riados matices para su “discurso”, existe unfactor de solución que se esgrime como de-nominador común en la región andina yque habla de la necesidad impostergable de

terado que dicha operación, por ejemplo enel caso ecuatoriano, tiene finalidades tansimples como combatir al narcotráfico eimpedir que los guerrilleros incursionen enterritorios ecuatorianos ubicados en lafrontera con Colombia o que su influencia,la de la “narco-guerrilla”, amenace la vidanacional. Se ha tejido, así, una interpreta-ción del fenómeno socio-político colombia-no con el objetivo de restringir su cabalcomprensión. Bien podría afirmar inclusiveque cada país andino tiene una versión con-forme los requerimientos ideológicos, polí-ticos, militares, económicos y sociales de lasélites vinculadas a los propulsores del refe-rido y nefasto Plan.

En Colombia, en este orden de expli-caciones oficiales, se insiste, por ejemplo, enla necesidad de combatir a los “forajidostraficantes levantados en armas y causantesde tanto dolor al pueblo que, so pretexto deluchar por ideales en favor de la población,roban y asesinan para su estricto beneficio”.

En medio de esta vocinglería explica-tiva, que insisto es diversa o que utiliza va-riados matices para su “discurso”, existe unfactor de solución que se esgrime como de-nominador común en la región andina yque habla de la necesidad impostergable de

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enfrentar la narco-guerrilla desde una de-terminación militar, sin concesiones, y todoello en el marco de acciones concertadascon el apoyo de fuerzas militares de la re-gión. Más aún, como dicen los parlantesque repiten los señalamientos referentes a lasituación colombiana, que habiendo sido elEstado Colombiano el que diseñó una es-trategia para superar su situación de crisis,es menester respaldarlo, como lo hace el go-bierno norteamericano que, en esta línea deapoyo, ha puesto a disposición de Colom-bia y de la región una importante asistencia“técnica y militar”.

Con el uso de esta vacua argumenta-ción se viene trabajando sobre la concienciade las masas, las mismas que a partir de lostrágicos acontecimientos del 11 de septiem-bre del 2.001, son más vulnerables a la ma-nipulación ideológica más aún cuando losgendarmes del mundo han señalado quetambién es terrorismo el comportamientode aquellos que se oponen al Plan Colom-bia, a la Iniciativa Andina y a la puesta enmarcha del TLC y el ALCA, pues a criteriode ellos, los sucesos de la lucha armada enColombia no son sino el resultado de unaconfrontación generada por terroristas le-vantados en armas a quienes hay que liqui-darlos sin mucha contemplación.

enfrentar la narco-guerrilla desde una de-terminación militar, sin concesiones, y todoello en el marco de acciones concertadascon el apoyo de fuerzas militares de la re-gión. Más aún, como dicen los parlantesque repiten los señalamientos referentes a lasituación colombiana, que habiendo sido elEstado Colombiano el que diseñó una es-trategia para superar su situación de crisis,es menester respaldarlo, como lo hace el go-bierno norteamericano que, en esta línea deapoyo, ha puesto a disposición de Colom-bia y de la región una importante asistencia“técnica y militar”.

Con el uso de esta vacua argumenta-ción se viene trabajando sobre la concienciade las masas, las mismas que a partir de lostrágicos acontecimientos del 11 de septiem-bre del 2.001, son más vulnerables a la ma-nipulación ideológica más aún cuando losgendarmes del mundo han señalado quetambién es terrorismo el comportamientode aquellos que se oponen al Plan Colom-bia, a la Iniciativa Andina y a la puesta enmarcha del TLC y el ALCA, pues a criteriode ellos, los sucesos de la lucha armada enColombia no son sino el resultado de unaconfrontación generada por terroristas le-vantados en armas a quienes hay que liqui-darlos sin mucha contemplación.

enfrentar la narco-guerrilla desde una de-terminación militar, sin concesiones, y todoello en el marco de acciones concertadascon el apoyo de fuerzas militares de la re-gión. Más aún, como dicen los parlantesque repiten los señalamientos referentes a lasituación colombiana, que habiendo sido elEstado Colombiano el que diseñó una es-trategia para superar su situación de crisis,es menester respaldarlo, como lo hace el go-bierno norteamericano que, en esta línea deapoyo, ha puesto a disposición de Colom-bia y de la región una importante asistencia“técnica y militar”.

Con el uso de esta vacua argumenta-ción se viene trabajando sobre la concienciade las masas, las mismas que a partir de lostrágicos acontecimientos del 11 de septiem-bre del 2.001, son más vulnerables a la ma-nipulación ideológica más aún cuando losgendarmes del mundo han señalado quetambién es terrorismo el comportamientode aquellos que se oponen al Plan Colom-bia, a la Iniciativa Andina y a la puesta enmarcha del TLC y el ALCA, pues a criteriode ellos, los sucesos de la lucha armada enColombia no son sino el resultado de unaconfrontación generada por terroristas le-vantados en armas a quienes hay que liqui-darlos sin mucha contemplación.

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Frente a un reduccionismo tan insóli-to de la realidad andina pretendo en las si-guientes líneas desbrozar algunos asuntosque se esconden detrás una estrategia a lacual, genéricamente, se la ha denominadoplan Colombia. Previamente a ello, en todocaso, intentaré algunas explicaciones nece-sarias

2. Hacia una interpretación de los oríge-nes de la violencia Colombiana

Sin adentramos, aunque sea de mane-ra breve, en la realidad de la construcciónde la república colombiana del siglo 20,ninguna explicación de la situación actualpuede ser coherente. Por ello es menesterrecuperar algunos hechos históricos, tantomás cuando se insiste, en una línea de justi-ficación del Plan Colombia, que las raícesde la violencia colombiana se debe a facto-res de última data, a la diabólica conductade grupos radicales y extremistas (terroris-tas) que, supuestamente, han surgido al ca-lor de procesos históricos recientes, -porejemplo después del triunfo de la revolu-ción cubana-, y que al ser eliminados, en-tonces, se abrirá el horizonte pleno de pazpor el cual todos quisiéramos que transiteColombia. Como los orígenes de la violen-cia colombiana son otros, quiero aproxi-marme a ellos en los párrafos siguientes:

Frente a un reduccionismo tan insóli-to de la realidad andina pretendo en las si-guientes líneas desbrozar algunos asuntosque se esconden detrás una estrategia a lacual, genéricamente, se la ha denominadoplan Colombia. Previamente a ello, en todocaso, intentaré algunas explicaciones nece-sarias

2. Hacia una interpretación de los oríge-nes de la violencia Colombiana

Sin adentramos, aunque sea de mane-ra breve, en la realidad de la construcciónde la república colombiana del siglo 20,ninguna explicación de la situación actualpuede ser coherente. Por ello es menesterrecuperar algunos hechos históricos, tantomás cuando se insiste, en una línea de justi-ficación del Plan Colombia, que las raícesde la violencia colombiana se debe a facto-res de última data, a la diabólica conductade grupos radicales y extremistas (terroris-tas) que, supuestamente, han surgido al ca-lor de procesos históricos recientes, -porejemplo después del triunfo de la revolu-ción cubana-, y que al ser eliminados, en-tonces, se abrirá el horizonte pleno de pazpor el cual todos quisiéramos que transiteColombia. Como los orígenes de la violen-cia colombiana son otros, quiero aproxi-marme a ellos en los párrafos siguientes:

Frente a un reduccionismo tan insóli-to de la realidad andina pretendo en las si-guientes líneas desbrozar algunos asuntosque se esconden detrás una estrategia a lacual, genéricamente, se la ha denominadoplan Colombia. Previamente a ello, en todocaso, intentaré algunas explicaciones nece-sarias

2. Hacia una interpretación de los oríge-nes de la violencia Colombiana

Sin adentramos, aunque sea de mane-ra breve, en la realidad de la construcciónde la república colombiana del siglo 20,ninguna explicación de la situación actualpuede ser coherente. Por ello es menesterrecuperar algunos hechos históricos, tantomás cuando se insiste, en una línea de justi-ficación del Plan Colombia, que las raícesde la violencia colombiana se debe a facto-res de última data, a la diabólica conductade grupos radicales y extremistas (terroris-tas) que, supuestamente, han surgido al ca-lor de procesos históricos recientes, -porejemplo después del triunfo de la revolu-ción cubana-, y que al ser eliminados, en-tonces, se abrirá el horizonte pleno de pazpor el cual todos quisiéramos que transiteColombia. Como los orígenes de la violen-cia colombiana son otros, quiero aproxi-marme a ellos en los párrafos siguientes:

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La crisis económica que afectó a losE.U., y por ende a Latinoamérica, en 1929,generó un profundo descontento en la po-blación colombiana asunto que fue canali-zado por el partido liberal lo cual se eviden-ció en su plataforma propagandística endonde aparecieron consignas como el pro-teccionismo aduanero, -tema que buscóatraer a la burguesía nacional-, a más de lapropuesta de cambios sociales a favor desectores medios de la economía y de losobreros. Dichas propuestas lograron que en1930 triunfaran electoralmente, y por pri-mera ocasión, los liberales. El primer presi-dente liberal propició, entonces, una legis-lación de avanzada que significó el que seinstituyeran algunas conquistas, como porejemplo, la jornada de ocho horas labora-bles, el descanso dominical y la existenciade un salario mínimo.

Gracias a los antecedentes referidos,en 1934 la candidatura liberal de la burgue-sía nacional expresada en Pedro AlfonsoLópez Pumarejo tuvo una amplia acepta-ción, más aún cuando a su programa de go-bierno incorporó sentidas aspiraciones dediversos sectores de la sociedad colombia-na, asunto que, además, permitió que el alade izquierda del liberalismo, encabezadapor el carismático dirigente Jorge Eliecer

La crisis económica que afectó a losE.U., y por ende a Latinoamérica, en 1929,generó un profundo descontento en la po-blación colombiana asunto que fue canali-zado por el partido liberal lo cual se eviden-ció en su plataforma propagandística endonde aparecieron consignas como el pro-teccionismo aduanero, -tema que buscóatraer a la burguesía nacional-, a más de lapropuesta de cambios sociales a favor desectores medios de la economía y de losobreros. Dichas propuestas lograron que en1930 triunfaran electoralmente, y por pri-mera ocasión, los liberales. El primer presi-dente liberal propició, entonces, una legis-lación de avanzada que significó el que seinstituyeran algunas conquistas, como porejemplo, la jornada de ocho horas labora-bles, el descanso dominical y la existenciade un salario mínimo.

Gracias a los antecedentes referidos,en 1934 la candidatura liberal de la burgue-sía nacional expresada en Pedro AlfonsoLópez Pumarejo tuvo una amplia acepta-ción, más aún cuando a su programa de go-bierno incorporó sentidas aspiraciones dediversos sectores de la sociedad colombia-na, asunto que, además, permitió que el alade izquierda del liberalismo, encabezadapor el carismático dirigente Jorge Eliecer

La crisis económica que afectó a losE.U., y por ende a Latinoamérica, en 1929,generó un profundo descontento en la po-blación colombiana asunto que fue canali-zado por el partido liberal lo cual se eviden-ció en su plataforma propagandística endonde aparecieron consignas como el pro-teccionismo aduanero, -tema que buscóatraer a la burguesía nacional-, a más de lapropuesta de cambios sociales a favor desectores medios de la economía y de losobreros. Dichas propuestas lograron que en1930 triunfaran electoralmente, y por pri-mera ocasión, los liberales. El primer presi-dente liberal propició, entonces, una legis-lación de avanzada que significó el que seinstituyeran algunas conquistas, como porejemplo, la jornada de ocho horas labora-bles, el descanso dominical y la existenciade un salario mínimo.

Gracias a los antecedentes referidos,en 1934 la candidatura liberal de la burgue-sía nacional expresada en Pedro AlfonsoLópez Pumarejo tuvo una amplia acepta-ción, más aún cuando a su programa de go-bierno incorporó sentidas aspiraciones dediversos sectores de la sociedad colombia-na, asunto que, además, permitió que el alade izquierda del liberalismo, encabezadapor el carismático dirigente Jorge Eliecer

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Gaitán, también le diera su entusiasta res-paldo electoral.

De esta manera triunfó López Puma-rejo quien obtuvo, luego, en el ejercicio desu gobierno el apoyo del partido comunistade Colombia, partido que para esas mismaselecciones terció con candidatura propiapero que una vez realizada la segunda con-ferencia latinoamericana de partidos comu-nistas en octubre de 1934, -y conforme lasdecisiones de dicho cónclave-, optó por res-paldar “a las burguesías nacionales”, situa-ción que se evidenció, como queda dicho,en el caso colombiano con su apoyo al en-tonces Presidente López.

López Pumarejo se planteó para elejercicio de su gobierno una serie de medi-das que él las había llamado en su campañaelectoral “La revolución en marcha” y quecomprendían tres reformas básicas: fiscal,educacional y agraria.

A poco tiempo de su mandato el pre-sidente liberal, en el esquema de su proyec-to de gobierno, estableció gravámenes pro-porcionales a la riqueza de los contribuyen-tes lo que le permitió dotarse de un mejorpresupuesto nacional que, a su vez, le facili-tó la creación de colegios para la formación

Gaitán, también le diera su entusiasta res-paldo electoral.

De esta manera triunfó López Puma-rejo quien obtuvo, luego, en el ejercicio desu gobierno el apoyo del partido comunistade Colombia, partido que para esas mismaselecciones terció con candidatura propiapero que una vez realizada la segunda con-ferencia latinoamericana de partidos comu-nistas en octubre de 1934, -y conforme lasdecisiones de dicho cónclave-, optó por res-paldar “a las burguesías nacionales”, situa-ción que se evidenció, como queda dicho,en el caso colombiano con su apoyo al en-tonces Presidente López.

López Pumarejo se planteó para elejercicio de su gobierno una serie de medi-das que él las había llamado en su campañaelectoral “La revolución en marcha” y quecomprendían tres reformas básicas: fiscal,educacional y agraria.

A poco tiempo de su mandato el pre-sidente liberal, en el esquema de su proyec-to de gobierno, estableció gravámenes pro-porcionales a la riqueza de los contribuyen-tes lo que le permitió dotarse de un mejorpresupuesto nacional que, a su vez, le facili-tó la creación de colegios para la formación

Gaitán, también le diera su entusiasta res-paldo electoral.

De esta manera triunfó López Puma-rejo quien obtuvo, luego, en el ejercicio desu gobierno el apoyo del partido comunistade Colombia, partido que para esas mismaselecciones terció con candidatura propiapero que una vez realizada la segunda con-ferencia latinoamericana de partidos comu-nistas en octubre de 1934, -y conforme lasdecisiones de dicho cónclave-, optó por res-paldar “a las burguesías nacionales”, situa-ción que se evidenció, como queda dicho,en el caso colombiano con su apoyo al en-tonces Presidente López.

López Pumarejo se planteó para elejercicio de su gobierno una serie de medi-das que él las había llamado en su campañaelectoral “La revolución en marcha” y quecomprendían tres reformas básicas: fiscal,educacional y agraria.

A poco tiempo de su mandato el pre-sidente liberal, en el esquema de su proyec-to de gobierno, estableció gravámenes pro-porcionales a la riqueza de los contribuyen-tes lo que le permitió dotarse de un mejorpresupuesto nacional que, a su vez, le facili-tó la creación de colegios para la formación

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de normalistas, la construcción de escuelasy la apertura de los primeros centros de se-gunda enseñanza gratuitos y laicos. A la vezel estado asumió las funciones de único “re-frendador” de títulos de bachiller y creó laUniversidad Nacional como organismo des-centralizado y con autonomía.

El tratamiento del asunto agrario fuefundamental en la Colombia de aquel en-tonces, pues la población en un sesenta porciento vivía en el campo, y, en contraposi-ción, la propiedad de éste se repartía en casiexclusivo beneficio de grandes plantadoresy terratenientes, quienes, a su vez, consti-tuían un grupo minoritario que, por unaparte, lucraban del “arrendamiento” de sustierras entre el noventa por ciento de loscampesinos que no poseían propiedades yque, de otro lado, en más de una oportuni-dad fueron propietarios de “tierras ociosas”.

Frente a esta realidad el gobierno pre-sentó un proyecto que planteaba el princi-pio de sólo aceptar la posesión de la tierra apartir de haber constatado su vinculación alsistema productivo colombiano. En efecto,decía el proyecto de ley, los predios y tierrasno cultivadas en los últimos diez años pasa-rían a propiedad de Estado para ser redis-tribuidos entre aquellos que no poseían tie-rras.

de normalistas, la construcción de escuelasy la apertura de los primeros centros de se-gunda enseñanza gratuitos y laicos. A la vezel estado asumió las funciones de único “re-frendador” de títulos de bachiller y creó laUniversidad Nacional como organismo des-centralizado y con autonomía.

El tratamiento del asunto agrario fuefundamental en la Colombia de aquel en-tonces, pues la población en un sesenta porciento vivía en el campo, y, en contraposi-ción, la propiedad de éste se repartía en casiexclusivo beneficio de grandes plantadoresy terratenientes, quienes, a su vez, consti-tuían un grupo minoritario que, por unaparte, lucraban del “arrendamiento” de sustierras entre el noventa por ciento de loscampesinos que no poseían propiedades yque, de otro lado, en más de una oportuni-dad fueron propietarios de “tierras ociosas”.

Frente a esta realidad el gobierno pre-sentó un proyecto que planteaba el princi-pio de sólo aceptar la posesión de la tierra apartir de haber constatado su vinculación alsistema productivo colombiano. En efecto,decía el proyecto de ley, los predios y tierrasno cultivadas en los últimos diez años pasa-rían a propiedad de Estado para ser redis-tribuidos entre aquellos que no poseían tie-rras.

de normalistas, la construcción de escuelasy la apertura de los primeros centros de se-gunda enseñanza gratuitos y laicos. A la vezel estado asumió las funciones de único “re-frendador” de títulos de bachiller y creó laUniversidad Nacional como organismo des-centralizado y con autonomía.

El tratamiento del asunto agrario fuefundamental en la Colombia de aquel en-tonces, pues la población en un sesenta porciento vivía en el campo, y, en contraposi-ción, la propiedad de éste se repartía en casiexclusivo beneficio de grandes plantadoresy terratenientes, quienes, a su vez, consti-tuían un grupo minoritario que, por unaparte, lucraban del “arrendamiento” de sustierras entre el noventa por ciento de loscampesinos que no poseían propiedades yque, de otro lado, en más de una oportuni-dad fueron propietarios de “tierras ociosas”.

Frente a esta realidad el gobierno pre-sentó un proyecto que planteaba el princi-pio de sólo aceptar la posesión de la tierra apartir de haber constatado su vinculación alsistema productivo colombiano. En efecto,decía el proyecto de ley, los predios y tierrasno cultivadas en los últimos diez años pasa-rían a propiedad de Estado para ser redis-tribuidos entre aquellos que no poseían tie-rras.

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Esta iniciativa de ley tuvo la frontaloposición en el congreso de los conservado-res, -profundamente vinculados con el lati-fundio-, y de grupos de liberales de “dere-cha”, quienes, al final del mandato de LópezPumarejo, optaron por un candidato queno afectara la tenencia de la tierra y que ol-vidara las veleidades reformistas, dando pa-so, a contrapelo, al auge manufactureromediante la sustitución de importaciones,tendencia que fue posible empujarla debidoal estallido de la segunda guerra mundial ya las consecuencias de este fenómeno en elmanejo de la economía de países como Co-lombia.

La relativa prosperidad del periodoque advino fue aprovechada por el sector li-beral gobernante para propiciar una políti-ca divisionista al interior del movimientoobrero y escindir la unitaria ConfederaciónSindical de colombiana.

Las circunstancias señaladas disgusta-ron a la “izquierda liberal” que, dirigida porGaitán, apoyó los anhelos de López Puma-rejo de volver al Gobierno para dar conti-nuidad a su proyecto, lo cual ocurrió en1942 tras una campaña nacionalista llenade promesas sobre inmediatos cambios so-ciales lo cual le permitió triunfar electoral-

Esta iniciativa de ley tuvo la frontaloposición en el congreso de los conservado-res, -profundamente vinculados con el lati-fundio-, y de grupos de liberales de “dere-cha”, quienes, al final del mandato de LópezPumarejo, optaron por un candidato queno afectara la tenencia de la tierra y que ol-vidara las veleidades reformistas, dando pa-so, a contrapelo, al auge manufactureromediante la sustitución de importaciones,tendencia que fue posible empujarla debidoal estallido de la segunda guerra mundial ya las consecuencias de este fenómeno en elmanejo de la economía de países como Co-lombia.

La relativa prosperidad del periodoque advino fue aprovechada por el sector li-beral gobernante para propiciar una políti-ca divisionista al interior del movimientoobrero y escindir la unitaria ConfederaciónSindical de colombiana.

Las circunstancias señaladas disgusta-ron a la “izquierda liberal” que, dirigida porGaitán, apoyó los anhelos de López Puma-rejo de volver al Gobierno para dar conti-nuidad a su proyecto, lo cual ocurrió en1942 tras una campaña nacionalista llenade promesas sobre inmediatos cambios so-ciales lo cual le permitió triunfar electoral-

Esta iniciativa de ley tuvo la frontaloposición en el congreso de los conservado-res, -profundamente vinculados con el lati-fundio-, y de grupos de liberales de “dere-cha”, quienes, al final del mandato de LópezPumarejo, optaron por un candidato queno afectara la tenencia de la tierra y que ol-vidara las veleidades reformistas, dando pa-so, a contrapelo, al auge manufactureromediante la sustitución de importaciones,tendencia que fue posible empujarla debidoal estallido de la segunda guerra mundial ya las consecuencias de este fenómeno en elmanejo de la economía de países como Co-lombia.

La relativa prosperidad del periodoque advino fue aprovechada por el sector li-beral gobernante para propiciar una políti-ca divisionista al interior del movimientoobrero y escindir la unitaria ConfederaciónSindical de colombiana.

Las circunstancias señaladas disgusta-ron a la “izquierda liberal” que, dirigida porGaitán, apoyó los anhelos de López Puma-rejo de volver al Gobierno para dar conti-nuidad a su proyecto, lo cual ocurrió en1942 tras una campaña nacionalista llenade promesas sobre inmediatos cambios so-ciales lo cual le permitió triunfar electoral-

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mente en el proceso eleccionario de aquelaño. Pero la “derecha liberal” aliada a losconservadores propició un golpe militar enjulio de 1944. La movilización popular im-pidió la asonada, pero el régimen quedófracturado y sin condiciones reales de po-ner en marcha su mandato lo que provocóque el Presidente dimitiera en 1945.

En las elecciones celebradas al año si-guiente, en 1946, Gaitán se presentó comocandidato Presidencial esgrimiendo un pro-grama reformista de mucho contenido so-cial en el cual el tema de la reforma agrariafué uno de sus ejes centrales. La derecha li-beral, entonces, impuso otra candidatura yfacilitó, por el mecanismo de la división li-beral, el triunfo de los conservadores quie-nes llevaron al Gobierno al gerente de la Fe-deración Nacional de Cafeteros, quien ensus dos primeros años de gobierno provocóel asesinato de no menos de quince mil per-sonas, en el marco de una política oligár-quica y represiva sin precedentes que habríade provocar, en abril de 1948, el asesinatodel propio Gaitán.

“El Bogotazo”, como se conoce al in-tento de levantamiento popular suscitadoinmediatamente al asesinato de Gaitán y

mente en el proceso eleccionario de aquelaño. Pero la “derecha liberal” aliada a losconservadores propició un golpe militar enjulio de 1944. La movilización popular im-pidió la asonada, pero el régimen quedófracturado y sin condiciones reales de po-ner en marcha su mandato lo que provocóque el Presidente dimitiera en 1945.

En las elecciones celebradas al año si-guiente, en 1946, Gaitán se presentó comocandidato Presidencial esgrimiendo un pro-grama reformista de mucho contenido so-cial en el cual el tema de la reforma agrariafué uno de sus ejes centrales. La derecha li-beral, entonces, impuso otra candidatura yfacilitó, por el mecanismo de la división li-beral, el triunfo de los conservadores quie-nes llevaron al Gobierno al gerente de la Fe-deración Nacional de Cafeteros, quien ensus dos primeros años de gobierno provocóel asesinato de no menos de quince mil per-sonas, en el marco de una política oligár-quica y represiva sin precedentes que habríade provocar, en abril de 1948, el asesinatodel propio Gaitán.

“El Bogotazo”, como se conoce al in-tento de levantamiento popular suscitadoinmediatamente al asesinato de Gaitán y

mente en el proceso eleccionario de aquelaño. Pero la “derecha liberal” aliada a losconservadores propició un golpe militar enjulio de 1944. La movilización popular im-pidió la asonada, pero el régimen quedófracturado y sin condiciones reales de po-ner en marcha su mandato lo que provocóque el Presidente dimitiera en 1945.

En las elecciones celebradas al año si-guiente, en 1946, Gaitán se presentó comocandidato Presidencial esgrimiendo un pro-grama reformista de mucho contenido so-cial en el cual el tema de la reforma agrariafué uno de sus ejes centrales. La derecha li-beral, entonces, impuso otra candidatura yfacilitó, por el mecanismo de la división li-beral, el triunfo de los conservadores quie-nes llevaron al Gobierno al gerente de la Fe-deración Nacional de Cafeteros, quien ensus dos primeros años de gobierno provocóel asesinato de no menos de quince mil per-sonas, en el marco de una política oligár-quica y represiva sin precedentes que habríade provocar, en abril de 1948, el asesinatodel propio Gaitán.

“El Bogotazo”, como se conoce al in-tento de levantamiento popular suscitadoinmediatamente al asesinato de Gaitán y

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que inicialmente puso en peligro la gober-nabilidad de los conservadores, sucumbiópor falta de una vanguardia capaz de dirigirsensatamente dicho proceso y provocó enlas esferas del poder la furia que nació de suconvencimiento que había llegado el mo-mento para sepultar a sus contradictores.Debido a estas circunstancias la represión yla violencia, provenientes desde el Estado,se institucionalizaron en amplios territorioscolombianos.

Ante tan brutal conducta surgieronlos grupos de autodefensa campesina queno fueron sino grupos que se articularoncon campesinos y que estuvieron dirigidospor algún caudillo local de orientación libe-ral. De esta manera la confrontación se fueexpandiendo en el país y en más de unaoportunidad sectores campesinos se alzaroncon los liberales debido a que aquella fue laúnica forma de sobrevivir frente a la violen-cia gubernamental y al terrorismo de estadoque se constituyeron en los mecanismos pa-ra acallar la voz de los sectores popularescolombianos.

A partir de 1950 el gobierno conser-vador acentuó la política de “sangre y fuegoen la tierra arrasada” para cuyo efecto losgrandes propietarios de hatos ganaderos fi-

que inicialmente puso en peligro la gober-nabilidad de los conservadores, sucumbiópor falta de una vanguardia capaz de dirigirsensatamente dicho proceso y provocó enlas esferas del poder la furia que nació de suconvencimiento que había llegado el mo-mento para sepultar a sus contradictores.Debido a estas circunstancias la represión yla violencia, provenientes desde el Estado,se institucionalizaron en amplios territorioscolombianos.

Ante tan brutal conducta surgieronlos grupos de autodefensa campesina queno fueron sino grupos que se articularoncon campesinos y que estuvieron dirigidospor algún caudillo local de orientación libe-ral. De esta manera la confrontación se fueexpandiendo en el país y en más de unaoportunidad sectores campesinos se alzaroncon los liberales debido a que aquella fue laúnica forma de sobrevivir frente a la violen-cia gubernamental y al terrorismo de estadoque se constituyeron en los mecanismos pa-ra acallar la voz de los sectores popularescolombianos.

A partir de 1950 el gobierno conser-vador acentuó la política de “sangre y fuegoen la tierra arrasada” para cuyo efecto losgrandes propietarios de hatos ganaderos fi-

que inicialmente puso en peligro la gober-nabilidad de los conservadores, sucumbiópor falta de una vanguardia capaz de dirigirsensatamente dicho proceso y provocó enlas esferas del poder la furia que nació de suconvencimiento que había llegado el mo-mento para sepultar a sus contradictores.Debido a estas circunstancias la represión yla violencia, provenientes desde el Estado,se institucionalizaron en amplios territorioscolombianos.

Ante tan brutal conducta surgieronlos grupos de autodefensa campesina queno fueron sino grupos que se articularoncon campesinos y que estuvieron dirigidospor algún caudillo local de orientación libe-ral. De esta manera la confrontación se fueexpandiendo en el país y en más de unaoportunidad sectores campesinos se alzaroncon los liberales debido a que aquella fue laúnica forma de sobrevivir frente a la violen-cia gubernamental y al terrorismo de estadoque se constituyeron en los mecanismos pa-ra acallar la voz de los sectores popularescolombianos.

A partir de 1950 el gobierno conser-vador acentuó la política de “sangre y fuegoen la tierra arrasada” para cuyo efecto losgrandes propietarios de hatos ganaderos fi-

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nanciaron la creación de “fuerzas contra-guerrilleras”. De esta manera las confronta-ciones se generalizaron en medio de unaauténtica barbarie que devastó zonas com-prendidas en la parte andina, pues junto alas autodefensas, en más de una ocasión,aparecieron las llamadas “cuadrillas” inte-gradas por víctimas de la violencia que sededicaban al robo y al saqueo.

En el entorno de esta realidad, y co-mo caso único en Latinoamérica, el partidocomunista colombiano se vio en la necesi-dad de optar por la lucha armada en mediode una política a la que denominó “autode-fensa de las masas” en cuyo contexto se es-forzó por lograr que “las guerrillas” aban-donasen la visión localista y sectaria de lalucha. En esta perspectiva, además, organi-zó un amplio frente de masas contra la re-presión y el bandolerismo y coadyuvó en larealización de la “Conferencia Nacional deGuerrilleros” que se efectuó en Boyacá enseptiembre de 1952, a la que asistieron re-presentantes de los trece principales co-mandos, quienes emitieron una plataformadestinada a vincular la lucha armada con lareforma agraria y con la formación de go-biernos populares en las zonas controladaspor las guerrillas. Los núcleos alzados más

nanciaron la creación de “fuerzas contra-guerrilleras”. De esta manera las confronta-ciones se generalizaron en medio de unaauténtica barbarie que devastó zonas com-prendidas en la parte andina, pues junto alas autodefensas, en más de una ocasión,aparecieron las llamadas “cuadrillas” inte-gradas por víctimas de la violencia que sededicaban al robo y al saqueo.

En el entorno de esta realidad, y co-mo caso único en Latinoamérica, el partidocomunista colombiano se vio en la necesi-dad de optar por la lucha armada en mediode una política a la que denominó “autode-fensa de las masas” en cuyo contexto se es-forzó por lograr que “las guerrillas” aban-donasen la visión localista y sectaria de lalucha. En esta perspectiva, además, organi-zó un amplio frente de masas contra la re-presión y el bandolerismo y coadyuvó en larealización de la “Conferencia Nacional deGuerrilleros” que se efectuó en Boyacá enseptiembre de 1952, a la que asistieron re-presentantes de los trece principales co-mandos, quienes emitieron una plataformadestinada a vincular la lucha armada con lareforma agraria y con la formación de go-biernos populares en las zonas controladaspor las guerrillas. Los núcleos alzados más

nanciaron la creación de “fuerzas contra-guerrilleras”. De esta manera las confronta-ciones se generalizaron en medio de unaauténtica barbarie que devastó zonas com-prendidas en la parte andina, pues junto alas autodefensas, en más de una ocasión,aparecieron las llamadas “cuadrillas” inte-gradas por víctimas de la violencia que sededicaban al robo y al saqueo.

En el entorno de esta realidad, y co-mo caso único en Latinoamérica, el partidocomunista colombiano se vio en la necesi-dad de optar por la lucha armada en mediode una política a la que denominó “autode-fensa de las masas” en cuyo contexto se es-forzó por lograr que “las guerrillas” aban-donasen la visión localista y sectaria de lalucha. En esta perspectiva, además, organi-zó un amplio frente de masas contra la re-presión y el bandolerismo y coadyuvó en larealización de la “Conferencia Nacional deGuerrilleros” que se efectuó en Boyacá enseptiembre de 1952, a la que asistieron re-presentantes de los trece principales co-mandos, quienes emitieron una plataformadestinada a vincular la lucha armada con lareforma agraria y con la formación de go-biernos populares en las zonas controladaspor las guerrillas. Los núcleos alzados más

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progresistas cumplieron los acuerdos. Losdemás mantuvieron su visión local de laconfrontación.

Posteriormente los grupos progresis-tas de la guerrilla se reunieron en un segun-do congreso en junio de 1953 y nombrarona José Guadalupe Salcedo como Coman-dante Supremo de las Fuerzas Guerrillerasdel Llano; emitieron una reglamentaciónjurídica que abarcaba aspectos militares,administrativos y organizativos frente a laferoz represión con la cual había continua-do el gobierno conservador, asunto que in-tentó ser frenado, desde la institucionali-dad, mediante un “golpe” de Estado con elcarácter de militar que, el 13 de junio de1953, llevó al gobierno al General GustavoRojas Pinilla y quien intentó apaciguar elconflicto de contradicciones mediante slo-gans como “paz, justicia y libertad para to-dos”.

Rojas Pinilla procuró demostrar quesu tarea estaba al margen de cualquier par-tidismo, -sea liberal o conservador-, y gra-cias a esta imagen convocó a la desmoviliza-ción de los “alzados” asunto que ocurriócon alrededor de cuatro mil hombres quehabían peleado, hasta entonces, en las gue-rrillas de la autodefensa en los Llanos. El

progresistas cumplieron los acuerdos. Losdemás mantuvieron su visión local de laconfrontación.

Posteriormente los grupos progresis-tas de la guerrilla se reunieron en un segun-do congreso en junio de 1953 y nombrarona José Guadalupe Salcedo como Coman-dante Supremo de las Fuerzas Guerrillerasdel Llano; emitieron una reglamentaciónjurídica que abarcaba aspectos militares,administrativos y organizativos frente a laferoz represión con la cual había continua-do el gobierno conservador, asunto que in-tentó ser frenado, desde la institucionali-dad, mediante un “golpe” de Estado con elcarácter de militar que, el 13 de junio de1953, llevó al gobierno al General GustavoRojas Pinilla y quien intentó apaciguar elconflicto de contradicciones mediante slo-gans como “paz, justicia y libertad para to-dos”.

Rojas Pinilla procuró demostrar quesu tarea estaba al margen de cualquier par-tidismo, -sea liberal o conservador-, y gra-cias a esta imagen convocó a la desmoviliza-ción de los “alzados” asunto que ocurriócon alrededor de cuatro mil hombres quehabían peleado, hasta entonces, en las gue-rrillas de la autodefensa en los Llanos. El

progresistas cumplieron los acuerdos. Losdemás mantuvieron su visión local de laconfrontación.

Posteriormente los grupos progresis-tas de la guerrilla se reunieron en un segun-do congreso en junio de 1953 y nombrarona José Guadalupe Salcedo como Coman-dante Supremo de las Fuerzas Guerrillerasdel Llano; emitieron una reglamentaciónjurídica que abarcaba aspectos militares,administrativos y organizativos frente a laferoz represión con la cual había continua-do el gobierno conservador, asunto que in-tentó ser frenado, desde la institucionali-dad, mediante un “golpe” de Estado con elcarácter de militar que, el 13 de junio de1953, llevó al gobierno al General GustavoRojas Pinilla y quien intentó apaciguar elconflicto de contradicciones mediante slo-gans como “paz, justicia y libertad para to-dos”.

Rojas Pinilla procuró demostrar quesu tarea estaba al margen de cualquier par-tidismo, -sea liberal o conservador-, y gra-cias a esta imagen convocó a la desmoviliza-ción de los “alzados” asunto que ocurriócon alrededor de cuatro mil hombres quehabían peleado, hasta entonces, en las gue-rrillas de la autodefensa en los Llanos. El

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propio Guadalupe Salcedo depuso las ar-mas, pero poco tiempo después, él, comocientos de combatientes que habían creídoel discurso pacifista del General Rojas, fue-ron cobardemente asesinados.

Exclusivamente el grupo guerrilleroanimado por los comunistas en el Tolima semantuvo en armas. En esta zona la lucha sevolvió intensa cuando algunos de los gru-pos liberales, -que antes habían peleadojunto a las autodefensas-, se aliaron a lasfuerzas militares para enfrentar a los guerri-lleros. La lucha fue, entonces, asumiendootros matices.

En este contexto, también, se fue pro-duciendo el deterioro del poder de Rojas,como producto de la situación internacio-nal y, además, debido a su expreso intento,- impertinente intento en contra del “or-den”-, de constituir una agrupación políticaque rompiera con el modelo bipartidistaque las cúpulas liberales y conservadoresvenían configurado para saquear la econo-mía colombiana en su beneficio.

Esta realidad política, además, se pro-dujo la caída de los precios del café, lo cualparalizó la economía nacional y provocó lalucha reivindicativa de los trabajadores dela ciudad, quienes comenzaron a tender

propio Guadalupe Salcedo depuso las ar-mas, pero poco tiempo después, él, comocientos de combatientes que habían creídoel discurso pacifista del General Rojas, fue-ron cobardemente asesinados.

Exclusivamente el grupo guerrilleroanimado por los comunistas en el Tolima semantuvo en armas. En esta zona la lucha sevolvió intensa cuando algunos de los gru-pos liberales, -que antes habían peleadojunto a las autodefensas-, se aliaron a lasfuerzas militares para enfrentar a los guerri-lleros. La lucha fue, entonces, asumiendootros matices.

En este contexto, también, se fue pro-duciendo el deterioro del poder de Rojas,como producto de la situación internacio-nal y, además, debido a su expreso intento,- impertinente intento en contra del “or-den”-, de constituir una agrupación políticaque rompiera con el modelo bipartidistaque las cúpulas liberales y conservadoresvenían configurado para saquear la econo-mía colombiana en su beneficio.

Esta realidad política, además, se pro-dujo la caída de los precios del café, lo cualparalizó la economía nacional y provocó lalucha reivindicativa de los trabajadores dela ciudad, quienes comenzaron a tender

propio Guadalupe Salcedo depuso las ar-mas, pero poco tiempo después, él, comocientos de combatientes que habían creídoel discurso pacifista del General Rojas, fue-ron cobardemente asesinados.

Exclusivamente el grupo guerrilleroanimado por los comunistas en el Tolima semantuvo en armas. En esta zona la lucha sevolvió intensa cuando algunos de los gru-pos liberales, -que antes habían peleadojunto a las autodefensas-, se aliaron a lasfuerzas militares para enfrentar a los guerri-lleros. La lucha fue, entonces, asumiendootros matices.

En este contexto, también, se fue pro-duciendo el deterioro del poder de Rojas,como producto de la situación internacio-nal y, además, debido a su expreso intento,- impertinente intento en contra del “or-den”-, de constituir una agrupación políticaque rompiera con el modelo bipartidistaque las cúpulas liberales y conservadoresvenían configurado para saquear la econo-mía colombiana en su beneficio.

Esta realidad política, además, se pro-dujo la caída de los precios del café, lo cualparalizó la economía nacional y provocó lalucha reivindicativa de los trabajadores dela ciudad, quienes comenzaron a tender

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“puentes” con los grupos rurales que semantenían en lucha.

Ante la posibilidad de un acuerdo en-tre los obreros organizados y los sectorescampesinos en armas, liberales y conserva-dores concertaron en 1956 la salida de Ro-jas Pinilla, asunto que ocurrió en 1957 enmedio de una huelga que dio al traste con elGobierno del General, quien fue sustituidopor una Junta Militar en tanto se preparabala estructuración del Frente Nacional, quehabría de gobernar, mediante un acuerdode gobernabilidad pactado mucho tiempoatrás, -a espaldas de sus bases (especialmen-te de las liberales) y desde luego sin benefi-cio de inventario para el auténtico pueblo,esto es de los que no tenían ni pan, ni techo,ni tierras-, entre liberales y conservadores,quienes, conforme dicho acuerdo, fueronalternándose en el Gobierno en medio deuna política de Estado que acudió a la re-presión de los campesinos y de los trabaja-dores y, sobre todo, que mantuvo la situa-ción estructural de Colombia, esto es depobreza, marginalidad e injusticia crecien-tes para la inmensa mayoría de su pobla-ción, en tanto los del “pacto de trastienda”se beneficiaron extrayendo la riqueza co-lombiana en su beneficio.

“puentes” con los grupos rurales que semantenían en lucha.

Ante la posibilidad de un acuerdo en-tre los obreros organizados y los sectorescampesinos en armas, liberales y conserva-dores concertaron en 1956 la salida de Ro-jas Pinilla, asunto que ocurrió en 1957 enmedio de una huelga que dio al traste con elGobierno del General, quien fue sustituidopor una Junta Militar en tanto se preparabala estructuración del Frente Nacional, quehabría de gobernar, mediante un acuerdode gobernabilidad pactado mucho tiempoatrás, -a espaldas de sus bases (especialmen-te de las liberales) y desde luego sin benefi-cio de inventario para el auténtico pueblo,esto es de los que no tenían ni pan, ni techo,ni tierras-, entre liberales y conservadores,quienes, conforme dicho acuerdo, fueronalternándose en el Gobierno en medio deuna política de Estado que acudió a la re-presión de los campesinos y de los trabaja-dores y, sobre todo, que mantuvo la situa-ción estructural de Colombia, esto es depobreza, marginalidad e injusticia crecien-tes para la inmensa mayoría de su pobla-ción, en tanto los del “pacto de trastienda”se beneficiaron extrayendo la riqueza co-lombiana en su beneficio.

“puentes” con los grupos rurales que semantenían en lucha.

Ante la posibilidad de un acuerdo en-tre los obreros organizados y los sectorescampesinos en armas, liberales y conserva-dores concertaron en 1956 la salida de Ro-jas Pinilla, asunto que ocurrió en 1957 enmedio de una huelga que dio al traste con elGobierno del General, quien fue sustituidopor una Junta Militar en tanto se preparabala estructuración del Frente Nacional, quehabría de gobernar, mediante un acuerdode gobernabilidad pactado mucho tiempoatrás, -a espaldas de sus bases (especialmen-te de las liberales) y desde luego sin benefi-cio de inventario para el auténtico pueblo,esto es de los que no tenían ni pan, ni techo,ni tierras-, entre liberales y conservadores,quienes, conforme dicho acuerdo, fueronalternándose en el Gobierno en medio deuna política de Estado que acudió a la re-presión de los campesinos y de los trabaja-dores y, sobre todo, que mantuvo la situa-ción estructural de Colombia, esto es depobreza, marginalidad e injusticia crecien-tes para la inmensa mayoría de su pobla-ción, en tanto los del “pacto de trastienda”se beneficiaron extrayendo la riqueza co-lombiana en su beneficio.

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Dicha situación estructural, acentua-da mediante un proceso de “distancias” conlos verdaderos problemas de las masas, de-be ser comprendida como la única respon-sable de la violencia que se desató desde ha-ce algunos años atrás en Colombia y que,posteriormente, se ha mantenido como tal,debido a una compleja yuxtaposición defactores, entre los cuales es menester insistiren lo que se conoce como el bipartidismoque excluye a la inmensa población colom-biana de cualquier esquema de concerta-ción, -aún en el plano de lo electoral-, yque, por el contrario, exacerba las contra-dicciones sociales y económicas a nivelesinsospechados, asuntos que, debido a la in-tervención represiva de una casta militarasociada a los intereses oligárquicos, han si-do “controlados” con la misma rigidez yviolencia que se usó en décadas anteriores,sin que por ello se hayan solucionado losconflictos de fondo de la sociedad colom-biana, en cuyo interior, hoy en día, veintede los cuarenta millones de habitantes vivenen pobreza extrema.

Más allá de otros factores históricosque, también, en el último período hancontribuido al clima de violencia colombia-na, he querido destacar sus orígenes con-frontacionales, cuyas variantes, -muy próxi-

Dicha situación estructural, acentua-da mediante un proceso de “distancias” conlos verdaderos problemas de las masas, de-be ser comprendida como la única respon-sable de la violencia que se desató desde ha-ce algunos años atrás en Colombia y que,posteriormente, se ha mantenido como tal,debido a una compleja yuxtaposición defactores, entre los cuales es menester insistiren lo que se conoce como el bipartidismoque excluye a la inmensa población colom-biana de cualquier esquema de concerta-ción, -aún en el plano de lo electoral-, yque, por el contrario, exacerba las contra-dicciones sociales y económicas a nivelesinsospechados, asuntos que, debido a la in-tervención represiva de una casta militarasociada a los intereses oligárquicos, han si-do “controlados” con la misma rigidez yviolencia que se usó en décadas anteriores,sin que por ello se hayan solucionado losconflictos de fondo de la sociedad colom-biana, en cuyo interior, hoy en día, veintede los cuarenta millones de habitantes vivenen pobreza extrema.

Más allá de otros factores históricosque, también, en el último período hancontribuido al clima de violencia colombia-na, he querido destacar sus orígenes con-frontacionales, cuyas variantes, -muy próxi-

Dicha situación estructural, acentua-da mediante un proceso de “distancias” conlos verdaderos problemas de las masas, de-be ser comprendida como la única respon-sable de la violencia que se desató desde ha-ce algunos años atrás en Colombia y que,posteriormente, se ha mantenido como tal,debido a una compleja yuxtaposición defactores, entre los cuales es menester insistiren lo que se conoce como el bipartidismoque excluye a la inmensa población colom-biana de cualquier esquema de concerta-ción, -aún en el plano de lo electoral-, yque, por el contrario, exacerba las contra-dicciones sociales y económicas a nivelesinsospechados, asuntos que, debido a la in-tervención represiva de una casta militarasociada a los intereses oligárquicos, han si-do “controlados” con la misma rigidez yviolencia que se usó en décadas anteriores,sin que por ello se hayan solucionado losconflictos de fondo de la sociedad colom-biana, en cuyo interior, hoy en día, veintede los cuarenta millones de habitantes vivenen pobreza extrema.

Más allá de otros factores históricosque, también, en el último período hancontribuido al clima de violencia colombia-na, he querido destacar sus orígenes con-frontacionales, cuyas variantes, -muy próxi-

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mos a nuestros días-, están cargados del an-helo de superar el estado de postración ymiseria a la que han sido conducidos, desdehace décadas, la inmensa mayoría de co-lombianos.

3. Una generalización llamada “narco-guerrilla” que esconde la guerra entre los“carteles” del narcotráfico

Con la finalidad de facilitar las accio-nes de los ejércitos nacionales, -que en laactualidad poseen el más diverso apoyonorteamericano-, y sobretodo para justifi-car la presencia de las bases militares yan-kees en territorios de la región andina y lasoperaciones aéreas de fumigación, con gli-fosato, sobre los sembríos de marihuana,amapola y coca existentes en Colombia,(fumigaciones que afectan a su paso a labiodiversidad amazónica), se ha elaboradouna categoría mediante la cual se encasillacomo un mismo “todo” la lucha insurgentey contestataria de determinados gruposguerrilleros junto con la acción de aquellossectores económicos y sociales vinculados ala producción de plantas de las cuales se ex-traen los principios activos que permiten laelaboración de determinados estupefa-cientes.

mos a nuestros días-, están cargados del an-helo de superar el estado de postración ymiseria a la que han sido conducidos, desdehace décadas, la inmensa mayoría de co-lombianos.

3. Una generalización llamada “narco-guerrilla” que esconde la guerra entre los“carteles” del narcotráfico

Con la finalidad de facilitar las accio-nes de los ejércitos nacionales, -que en laactualidad poseen el más diverso apoyonorteamericano-, y sobretodo para justifi-car la presencia de las bases militares yan-kees en territorios de la región andina y lasoperaciones aéreas de fumigación, con gli-fosato, sobre los sembríos de marihuana,amapola y coca existentes en Colombia,(fumigaciones que afectan a su paso a labiodiversidad amazónica), se ha elaboradouna categoría mediante la cual se encasillacomo un mismo “todo” la lucha insurgentey contestataria de determinados gruposguerrilleros junto con la acción de aquellossectores económicos y sociales vinculados ala producción de plantas de las cuales se ex-traen los principios activos que permiten laelaboración de determinados estupefa-cientes.

mos a nuestros días-, están cargados del an-helo de superar el estado de postración ymiseria a la que han sido conducidos, desdehace décadas, la inmensa mayoría de co-lombianos.

3. Una generalización llamada “narco-guerrilla” que esconde la guerra entre los“carteles” del narcotráfico

Con la finalidad de facilitar las accio-nes de los ejércitos nacionales, -que en laactualidad poseen el más diverso apoyonorteamericano-, y sobretodo para justifi-car la presencia de las bases militares yan-kees en territorios de la región andina y lasoperaciones aéreas de fumigación, con gli-fosato, sobre los sembríos de marihuana,amapola y coca existentes en Colombia,(fumigaciones que afectan a su paso a labiodiversidad amazónica), se ha elaboradouna categoría mediante la cual se encasillacomo un mismo “todo” la lucha insurgentey contestataria de determinados gruposguerrilleros junto con la acción de aquellossectores económicos y sociales vinculados ala producción de plantas de las cuales se ex-traen los principios activos que permiten laelaboración de determinados estupefa-cientes.

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Sobre este asunto es menester efec-tuar varias consideraciones:

De una parte es imperativo recordarque la cultura de la coca es consustancial ala existencia misma del hombre en las re-giones alto-andinas, pues desde tiempos in-memoriales, hasta hoy, los grupos indíge-nas, especialmente, han dedicado esfuerzosal cultivo de dicha planta, cuyo uso medici-nal y alimentario ha sido ponderado aúnpor la medicina occidental, no se diga porlos grupos indígenas en cuya cosmovisiónse integra el uso de determinadas plantascomo parte sustantiva de su cultura y de susprácticas y rituales médicos.

De otro lado, la elaboración de losproductos nocivos provenientes de la coca,como la cocaína, requiere de precursoresquímicos los mismos que se producen enEuropa y E.U. (consumidor del 70% dedrogas heoicas), de tal suerte que detrás dela fabricación de la droga existe todo uncomplejo industrial y económico multina-cional que se beneficia en millones de dóla-res y que, en el contexto de la competenciaglobal de capitales, puede desplazar, -o almenos provocar inadecuada pugna-, a otrosnegocios e inversiones como los provenien-tes de la industria bélica a cuyos intereses

Sobre este asunto es menester efec-tuar varias consideraciones:

De una parte es imperativo recordarque la cultura de la coca es consustancial ala existencia misma del hombre en las re-giones alto-andinas, pues desde tiempos in-memoriales, hasta hoy, los grupos indíge-nas, especialmente, han dedicado esfuerzosal cultivo de dicha planta, cuyo uso medici-nal y alimentario ha sido ponderado aúnpor la medicina occidental, no se diga porlos grupos indígenas en cuya cosmovisiónse integra el uso de determinadas plantascomo parte sustantiva de su cultura y de susprácticas y rituales médicos.

De otro lado, la elaboración de losproductos nocivos provenientes de la coca,como la cocaína, requiere de precursoresquímicos los mismos que se producen enEuropa y E.U. (consumidor del 70% dedrogas heoicas), de tal suerte que detrás dela fabricación de la droga existe todo uncomplejo industrial y económico multina-cional que se beneficia en millones de dóla-res y que, en el contexto de la competenciaglobal de capitales, puede desplazar, -o almenos provocar inadecuada pugna-, a otrosnegocios e inversiones como los provenien-tes de la industria bélica a cuyos intereses

Sobre este asunto es menester efec-tuar varias consideraciones:

De una parte es imperativo recordarque la cultura de la coca es consustancial ala existencia misma del hombre en las re-giones alto-andinas, pues desde tiempos in-memoriales, hasta hoy, los grupos indíge-nas, especialmente, han dedicado esfuerzosal cultivo de dicha planta, cuyo uso medici-nal y alimentario ha sido ponderado aúnpor la medicina occidental, no se diga porlos grupos indígenas en cuya cosmovisiónse integra el uso de determinadas plantascomo parte sustantiva de su cultura y de susprácticas y rituales médicos.

De otro lado, la elaboración de losproductos nocivos provenientes de la coca,como la cocaína, requiere de precursoresquímicos los mismos que se producen enEuropa y E.U. (consumidor del 70% dedrogas heoicas), de tal suerte que detrás dela fabricación de la droga existe todo uncomplejo industrial y económico multina-cional que se beneficia en millones de dóla-res y que, en el contexto de la competenciaglobal de capitales, puede desplazar, -o almenos provocar inadecuada pugna-, a otrosnegocios e inversiones como los provenien-tes de la industria bélica a cuyos intereses

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económicos responde el actual Presidentenorteamericano, asunto que de otra partepuede explicar la conducta de “en pie deguerra” que caracteriza hoy a la administra-ción Bush.

Lo anterior me permite afirmar quelo que en primer lugar se halla en juego, noes una lucha antidrogas de profunda baseética y moral, sino, también, un ajuste decuentas entre grupos económicos del mun-do desarrollado, pues de la comercializa-ción de la cocaína hay sectores que han le-vantado un verdadero imperio y que, enmedio de las reglas del sistema capitalista,han resuelto que la materia prima sea ad-quirida en el mundo subdesarrollado alto-andino, donde por razones culturales seproduce sin mayor problema, más aúncuando no existen políticas oficiales de cul-tivos alternativos que pudieran beneficiar alos conglomerados campesinos dedicados,hoy por hoy y como una forma de supervi-vencia, a la producción de la coca.

Algunos de estos grupos económicos,no siempre los más poderosos, y que hanemergido en medio del negocio de la droga,operan al interior de Colombia formandoparte del “poder real” colombiano e influ-yen en los países vecinos en donde “lavan”

económicos responde el actual Presidentenorteamericano, asunto que de otra partepuede explicar la conducta de “en pie deguerra” que caracteriza hoy a la administra-ción Bush.

Lo anterior me permite afirmar quelo que en primer lugar se halla en juego, noes una lucha antidrogas de profunda baseética y moral, sino, también, un ajuste decuentas entre grupos económicos del mun-do desarrollado, pues de la comercializa-ción de la cocaína hay sectores que han le-vantado un verdadero imperio y que, enmedio de las reglas del sistema capitalista,han resuelto que la materia prima sea ad-quirida en el mundo subdesarrollado alto-andino, donde por razones culturales seproduce sin mayor problema, más aúncuando no existen políticas oficiales de cul-tivos alternativos que pudieran beneficiar alos conglomerados campesinos dedicados,hoy por hoy y como una forma de supervi-vencia, a la producción de la coca.

Algunos de estos grupos económicos,no siempre los más poderosos, y que hanemergido en medio del negocio de la droga,operan al interior de Colombia formandoparte del “poder real” colombiano e influ-yen en los países vecinos en donde “lavan”

económicos responde el actual Presidentenorteamericano, asunto que de otra partepuede explicar la conducta de “en pie deguerra” que caracteriza hoy a la administra-ción Bush.

Lo anterior me permite afirmar quelo que en primer lugar se halla en juego, noes una lucha antidrogas de profunda baseética y moral, sino, también, un ajuste decuentas entre grupos económicos del mun-do desarrollado, pues de la comercializa-ción de la cocaína hay sectores que han le-vantado un verdadero imperio y que, enmedio de las reglas del sistema capitalista,han resuelto que la materia prima sea ad-quirida en el mundo subdesarrollado alto-andino, donde por razones culturales seproduce sin mayor problema, más aúncuando no existen políticas oficiales de cul-tivos alternativos que pudieran beneficiar alos conglomerados campesinos dedicados,hoy por hoy y como una forma de supervi-vencia, a la producción de la coca.

Algunos de estos grupos económicos,no siempre los más poderosos, y que hanemergido en medio del negocio de la droga,operan al interior de Colombia formandoparte del “poder real” colombiano e influ-yen en los países vecinos en donde “lavan”

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el dinero, -con mayor facilidad si la econo-mía está dolarizada-, promoviendo nego-cios que, en más de una oportunidad, nohan coincidido con las reglas y objetivos dela “nueva economía mundial” de tal suerteque someterlos es, además, una de las estra-tegias implícitas del Plan Colombia.

Lo señalado nos lleva a una verdadadicional: los grandes empresarios del nar-cotráfico no son los productores criollos dela materia prima. Son grupos económicosimportantes vinculados al capital financieromundial, a los entornos de su estructuraideológica y de poder, (con cuya “racionali-dad” suelen tener discrepancias) debido atodo lo cual el criterio que lo que se halla enjuego, vía el Plan Colombia, es, también,una guerra entre “carteles capitalistas” tienecada vez más asidero, asunto que de otraparte da cobertura para la confrontación alos grupos como las FARC y el ELN que,paulatinamente, han ganado espacios mili-tares y zonas de influencia, frente a cuyarealidad se intenta destruir dos factores quedislocan los intereses de los países podero-sos y su proyecto neoliberal, para cuyo pro-pósito generalizaron aquello de la narco-guerrilla como si fuese un todo y una mis-ma realidad indisoluble.

el dinero, -con mayor facilidad si la econo-mía está dolarizada-, promoviendo nego-cios que, en más de una oportunidad, nohan coincidido con las reglas y objetivos dela “nueva economía mundial” de tal suerteque someterlos es, además, una de las estra-tegias implícitas del Plan Colombia.

Lo señalado nos lleva a una verdadadicional: los grandes empresarios del nar-cotráfico no son los productores criollos dela materia prima. Son grupos económicosimportantes vinculados al capital financieromundial, a los entornos de su estructuraideológica y de poder, (con cuya “racionali-dad” suelen tener discrepancias) debido atodo lo cual el criterio que lo que se halla enjuego, vía el Plan Colombia, es, también,una guerra entre “carteles capitalistas” tienecada vez más asidero, asunto que de otraparte da cobertura para la confrontación alos grupos como las FARC y el ELN que,paulatinamente, han ganado espacios mili-tares y zonas de influencia, frente a cuyarealidad se intenta destruir dos factores quedislocan los intereses de los países podero-sos y su proyecto neoliberal, para cuyo pro-pósito generalizaron aquello de la narco-guerrilla como si fuese un todo y una mis-ma realidad indisoluble.

el dinero, -con mayor facilidad si la econo-mía está dolarizada-, promoviendo nego-cios que, en más de una oportunidad, nohan coincidido con las reglas y objetivos dela “nueva economía mundial” de tal suerteque someterlos es, además, una de las estra-tegias implícitas del Plan Colombia.

Lo señalado nos lleva a una verdadadicional: los grandes empresarios del nar-cotráfico no son los productores criollos dela materia prima. Son grupos económicosimportantes vinculados al capital financieromundial, a los entornos de su estructuraideológica y de poder, (con cuya “racionali-dad” suelen tener discrepancias) debido atodo lo cual el criterio que lo que se halla enjuego, vía el Plan Colombia, es, también,una guerra entre “carteles capitalistas” tienecada vez más asidero, asunto que de otraparte da cobertura para la confrontación alos grupos como las FARC y el ELN que,paulatinamente, han ganado espacios mili-tares y zonas de influencia, frente a cuyarealidad se intenta destruir dos factores quedislocan los intereses de los países podero-sos y su proyecto neoliberal, para cuyo pro-pósito generalizaron aquello de la narco-guerrilla como si fuese un todo y una mis-ma realidad indisoluble.

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Por ello, cuando ciertos grupos insur-gentes colombianos interfieren e intervie-nen, en uno u otro sentido, -y debido a lasmás variadas argumentaciones-, en la pro-ducción y venta de la coca, lo que ocurrehacia el final es una afectación a los gruposeconómicos financieros vinculados a estaactividad económica, variable que necesa-riamente debe ser incorporada para la realcomprensión del problema existente ya nosolo en Colombia, sino en la región.

En Colombia, -para hablar sobre unasunto puntual-, los más de cincuenta mi-llones de dólares que han ingresado en lasdos últimas décadas alrededor del negociodel narcotráfico, permitió la conformaciónde un grupo económico, con fuertes tentá-culos políticos, capaz de asimilar, sin mayorproblema, las políticas de ajuste neoliberalocurridos en su territorio y provocadas enel entorno de los requerimientos que la glo-balización neoliberal demanda. ¿Ha llegadoentonces la hora de desnacionalizar el po-der en Colombia para dar paso a las pers-pectivas estratégicas de los que se conside-ran dueños del planeta?

Por último ¿desde cuando las drogasse han vuelto enemigas de los E.U.?

Por ello, cuando ciertos grupos insur-gentes colombianos interfieren e intervie-nen, en uno u otro sentido, -y debido a lasmás variadas argumentaciones-, en la pro-ducción y venta de la coca, lo que ocurrehacia el final es una afectación a los gruposeconómicos financieros vinculados a estaactividad económica, variable que necesa-riamente debe ser incorporada para la realcomprensión del problema existente ya nosolo en Colombia, sino en la región.

En Colombia, -para hablar sobre unasunto puntual-, los más de cincuenta mi-llones de dólares que han ingresado en lasdos últimas décadas alrededor del negociodel narcotráfico, permitió la conformaciónde un grupo económico, con fuertes tentá-culos políticos, capaz de asimilar, sin mayorproblema, las políticas de ajuste neoliberalocurridos en su territorio y provocadas enel entorno de los requerimientos que la glo-balización neoliberal demanda. ¿Ha llegadoentonces la hora de desnacionalizar el po-der en Colombia para dar paso a las pers-pectivas estratégicas de los que se conside-ran dueños del planeta?

Por último ¿desde cuando las drogasse han vuelto enemigas de los E.U.?

Por ello, cuando ciertos grupos insur-gentes colombianos interfieren e intervie-nen, en uno u otro sentido, -y debido a lasmás variadas argumentaciones-, en la pro-ducción y venta de la coca, lo que ocurrehacia el final es una afectación a los gruposeconómicos financieros vinculados a estaactividad económica, variable que necesa-riamente debe ser incorporada para la realcomprensión del problema existente ya nosolo en Colombia, sino en la región.

En Colombia, -para hablar sobre unasunto puntual-, los más de cincuenta mi-llones de dólares que han ingresado en lasdos últimas décadas alrededor del negociodel narcotráfico, permitió la conformaciónde un grupo económico, con fuertes tentá-culos políticos, capaz de asimilar, sin mayorproblema, las políticas de ajuste neoliberalocurridos en su territorio y provocadas enel entorno de los requerimientos que la glo-balización neoliberal demanda. ¿Ha llegadoentonces la hora de desnacionalizar el po-der en Colombia para dar paso a las pers-pectivas estratégicas de los que se conside-ran dueños del planeta?

Por último ¿desde cuando las drogasse han vuelto enemigas de los E.U.?

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Esta pregunta me ha rondado la cabe-za, -habida cuenta que considero menesterdesplegar todas las acciones que impidan eldesarrollo de este deleznable negocio encualquier parte del mundo-, después de re-visar la historia inmediata norteamericanafrente a los problemas mundiales de consu-mo de drogas y a sus intereses geopolíticos.

En efecto, y por el contrario a la ima-gen que pretenden vender con el Plan Co-lombia, los capos de la droga han sido, porejemplo, aliados fundamentales de la dere-cha política y económica latinoamericana afin de financiar actividades contrarevolu-cionarias para “enfrentar al comunismo”,como así ocurrió cuando se armó a “la con-tra” en Nicaragua para desestabilizar al ré-gimen Sandinista. En aquel entonces esa va-riedad de “narco-guerrilleros” fueron con-sideradas “almas buenas y altruistas” y, porello, merecieron el entusiasta apoyo de losE.U. en sus tareas. Más aún, la propia DEAparticipó activamente, -conforme en sumomento lo denunció el periódico francés“Le Monde Diplomatique”-, en la elabora-ción de drogas en Huancacha (Bolivia), cu-yo negocio fue directamente a las arcas delos contras nicaragüenses. (A propósito detodas estas circunstancias un detalle adicio-nal sobre este asunto: el congresista bolivia-

Esta pregunta me ha rondado la cabe-za, -habida cuenta que considero menesterdesplegar todas las acciones que impidan eldesarrollo de este deleznable negocio encualquier parte del mundo-, después de re-visar la historia inmediata norteamericanafrente a los problemas mundiales de consu-mo de drogas y a sus intereses geopolíticos.

En efecto, y por el contrario a la ima-gen que pretenden vender con el Plan Co-lombia, los capos de la droga han sido, porejemplo, aliados fundamentales de la dere-cha política y económica latinoamericana afin de financiar actividades contrarevolu-cionarias para “enfrentar al comunismo”,como así ocurrió cuando se armó a “la con-tra” en Nicaragua para desestabilizar al ré-gimen Sandinista. En aquel entonces esa va-riedad de “narco-guerrilleros” fueron con-sideradas “almas buenas y altruistas” y, porello, merecieron el entusiasta apoyo de losE.U. en sus tareas. Más aún, la propia DEAparticipó activamente, -conforme en sumomento lo denunció el periódico francés“Le Monde Diplomatique”-, en la elabora-ción de drogas en Huancacha (Bolivia), cu-yo negocio fue directamente a las arcas delos contras nicaragüenses. (A propósito detodas estas circunstancias un detalle adicio-nal sobre este asunto: el congresista bolivia-

Esta pregunta me ha rondado la cabe-za, -habida cuenta que considero menesterdesplegar todas las acciones que impidan eldesarrollo de este deleznable negocio encualquier parte del mundo-, después de re-visar la historia inmediata norteamericanafrente a los problemas mundiales de consu-mo de drogas y a sus intereses geopolíticos.

En efecto, y por el contrario a la ima-gen que pretenden vender con el Plan Co-lombia, los capos de la droga han sido, porejemplo, aliados fundamentales de la dere-cha política y económica latinoamericana afin de financiar actividades contrarevolu-cionarias para “enfrentar al comunismo”,como así ocurrió cuando se armó a “la con-tra” en Nicaragua para desestabilizar al ré-gimen Sandinista. En aquel entonces esa va-riedad de “narco-guerrilleros” fueron con-sideradas “almas buenas y altruistas” y, porello, merecieron el entusiasta apoyo de losE.U. en sus tareas. Más aún, la propia DEAparticipó activamente, -conforme en sumomento lo denunció el periódico francés“Le Monde Diplomatique”-, en la elabora-ción de drogas en Huancacha (Bolivia), cu-yo negocio fue directamente a las arcas delos contras nicaragüenses. (A propósito detodas estas circunstancias un detalle adicio-nal sobre este asunto: el congresista bolivia-

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no que en su oportunidad denunció y pidióinvestigación sobre este tema y los nivelesde participación de la CIA en esta opera-ción fue asesinado…)

En Afganistán ocurrió lo propio, puesel ejército Mujahedín, apoyado por los E.U.en su lucha contra la ex URSS, estuvo fi-nanciado significativamente por el tráficode opiáceos, tráfico que reportó fabulososingresos, -y que curiosamente fue “ignora-do” por aquellos que hoy dicen combatirtan aborrecible ocupación-, y de cuya acti-vidad, -en la cual se insertaron hombres deUsama Ben Laden-, se obtuvieron grandessumas de dinero para mantener la guerra ylas actividades que se propiciaban en contrade las tropas soviéticas, conforme los reque-rimientos norteamericanos y en cuyo en-torno el referido Ben Laden fue un privile-giado amigo estratégico de los aparatos deinteligencia de los Estados Unidos de Nor-teamérica. No olvidemos, además, que to-dos los reportes de los organismos especia-lizados determinaron que en la década delos años ochenta el mayor productor deopio fue Afganistán.

En el sureste asiático también se pro-dujeron casos parecidos a los referidos enlíneas precedentes. Cuando la CIA llegó a

no que en su oportunidad denunció y pidióinvestigación sobre este tema y los nivelesde participación de la CIA en esta opera-ción fue asesinado…)

En Afganistán ocurrió lo propio, puesel ejército Mujahedín, apoyado por los E.U.en su lucha contra la ex URSS, estuvo fi-nanciado significativamente por el tráficode opiáceos, tráfico que reportó fabulososingresos, -y que curiosamente fue “ignora-do” por aquellos que hoy dicen combatirtan aborrecible ocupación-, y de cuya acti-vidad, -en la cual se insertaron hombres deUsama Ben Laden-, se obtuvieron grandessumas de dinero para mantener la guerra ylas actividades que se propiciaban en contrade las tropas soviéticas, conforme los reque-rimientos norteamericanos y en cuyo en-torno el referido Ben Laden fue un privile-giado amigo estratégico de los aparatos deinteligencia de los Estados Unidos de Nor-teamérica. No olvidemos, además, que to-dos los reportes de los organismos especia-lizados determinaron que en la década delos años ochenta el mayor productor deopio fue Afganistán.

En el sureste asiático también se pro-dujeron casos parecidos a los referidos enlíneas precedentes. Cuando la CIA llegó a

no que en su oportunidad denunció y pidióinvestigación sobre este tema y los nivelesde participación de la CIA en esta opera-ción fue asesinado…)

En Afganistán ocurrió lo propio, puesel ejército Mujahedín, apoyado por los E.U.en su lucha contra la ex URSS, estuvo fi-nanciado significativamente por el tráficode opiáceos, tráfico que reportó fabulososingresos, -y que curiosamente fue “ignora-do” por aquellos que hoy dicen combatirtan aborrecible ocupación-, y de cuya acti-vidad, -en la cual se insertaron hombres deUsama Ben Laden-, se obtuvieron grandessumas de dinero para mantener la guerra ylas actividades que se propiciaban en contrade las tropas soviéticas, conforme los reque-rimientos norteamericanos y en cuyo en-torno el referido Ben Laden fue un privile-giado amigo estratégico de los aparatos deinteligencia de los Estados Unidos de Nor-teamérica. No olvidemos, además, que to-dos los reportes de los organismos especia-lizados determinaron que en la década delos años ochenta el mayor productor deopio fue Afganistán.

En el sureste asiático también se pro-dujeron casos parecidos a los referidos enlíneas precedentes. Cuando la CIA llegó a

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Tailandia buscando aliados a la causa deWashington en Vietnam, Tailandia multi-plicó por diez su producción de opio. Másaún, “el ejército secreto” de la CIA en Laosestuvo liderado por el barón de la drogaGeneral Vang Pao, quien fue financiado, ensus acciones de guerra, gracias a las ganan-cias provenientes de la venta de opiáceos,cuyas distribuciones hacia los países occi-dentales fue facilitada por “la inteligencianorteamericana” a traves de sus conexionescon la mafia corcegana y siciliana en Paler-mo y Marsella.

En el caso colombiano han sido losgrupos paramilitares de extrema derechaquienes han tenido el vinculo histórico máscercano al negocio de la droga. Estos gru-pos, creados en la década de los años sesen-ta con la complicidad del ejército y de po-derosos sectores económicos del país paraenfrentar a los grupos insurgentes, incre-mentaron su actividad paralelamente al cre-cimiento del negocio del narcotráfico.

Uno de esos grupos paramilitares, elMas (muerte a secuestradores) fue creadoen 1981 por la cúpula de lo que pronto seríael “cartel de Medellín”. 200 narcotraficantesde Medellín fundaron el Mas. Luego fueronapareciendo otros grupos similares con los

Tailandia buscando aliados a la causa deWashington en Vietnam, Tailandia multi-plicó por diez su producción de opio. Másaún, “el ejército secreto” de la CIA en Laosestuvo liderado por el barón de la drogaGeneral Vang Pao, quien fue financiado, ensus acciones de guerra, gracias a las ganan-cias provenientes de la venta de opiáceos,cuyas distribuciones hacia los países occi-dentales fue facilitada por “la inteligencianorteamericana” a traves de sus conexionescon la mafia corcegana y siciliana en Paler-mo y Marsella.

En el caso colombiano han sido losgrupos paramilitares de extrema derechaquienes han tenido el vinculo histórico máscercano al negocio de la droga. Estos gru-pos, creados en la década de los años sesen-ta con la complicidad del ejército y de po-derosos sectores económicos del país paraenfrentar a los grupos insurgentes, incre-mentaron su actividad paralelamente al cre-cimiento del negocio del narcotráfico.

Uno de esos grupos paramilitares, elMas (muerte a secuestradores) fue creadoen 1981 por la cúpula de lo que pronto seríael “cartel de Medellín”. 200 narcotraficantesde Medellín fundaron el Mas. Luego fueronapareciendo otros grupos similares con los

Tailandia buscando aliados a la causa deWashington en Vietnam, Tailandia multi-plicó por diez su producción de opio. Másaún, “el ejército secreto” de la CIA en Laosestuvo liderado por el barón de la drogaGeneral Vang Pao, quien fue financiado, ensus acciones de guerra, gracias a las ganan-cias provenientes de la venta de opiáceos,cuyas distribuciones hacia los países occi-dentales fue facilitada por “la inteligencianorteamericana” a traves de sus conexionescon la mafia corcegana y siciliana en Paler-mo y Marsella.

En el caso colombiano han sido losgrupos paramilitares de extrema derechaquienes han tenido el vinculo histórico máscercano al negocio de la droga. Estos gru-pos, creados en la década de los años sesen-ta con la complicidad del ejército y de po-derosos sectores económicos del país paraenfrentar a los grupos insurgentes, incre-mentaron su actividad paralelamente al cre-cimiento del negocio del narcotráfico.

Uno de esos grupos paramilitares, elMas (muerte a secuestradores) fue creadoen 1981 por la cúpula de lo que pronto seríael “cartel de Medellín”. 200 narcotraficantesde Medellín fundaron el Mas. Luego fueronapareciendo otros grupos similares con los

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siguientes propósitos: dar protección y se-guridad a los laboratorios clandestinos deproducción de drogas y a los capos de loscarteles; amedrentar y asesinar a los secto-res involucrados en la lucha antidrogas ydepurar las bases de apoyo de la guerrilla.

Con los antecedentes señalados es in-dudable que la lucha antinarcótica, en Co-lombia y otros países de la región andina,emprendida por los últimos regímenes nor-teamericanos, no es sino la expresión deuna voluntad política para en base de dichopretexto enfrentar a quienes se oponen almodelo económico y social que se anhelaimplantar en la referida región y, a partir deello, abrir el camino que deje sin obstáculosa los intereses económicos y estratégicosque tienen E.U. y las transnacionales del ca-pital financiero mundial, respecto del áreaandina y de su amazonía.

En medio de esta tónica, también, sejuega la prevalencia, en la zona, de los ne-gocios de los distintos grupos económicosen disputa entre sí, a partir de las nuevashegemonías del capital multinacional.Cualquier retórica de estos sectores a favorde la humanidad con su supuesta lucha encontra de la narco-guerrilla no pasa de seruna estratagema y un discurso que encubre

siguientes propósitos: dar protección y se-guridad a los laboratorios clandestinos deproducción de drogas y a los capos de loscarteles; amedrentar y asesinar a los secto-res involucrados en la lucha antidrogas ydepurar las bases de apoyo de la guerrilla.

Con los antecedentes señalados es in-dudable que la lucha antinarcótica, en Co-lombia y otros países de la región andina,emprendida por los últimos regímenes nor-teamericanos, no es sino la expresión deuna voluntad política para en base de dichopretexto enfrentar a quienes se oponen almodelo económico y social que se anhelaimplantar en la referida región y, a partir deello, abrir el camino que deje sin obstáculosa los intereses económicos y estratégicosque tienen E.U. y las transnacionales del ca-pital financiero mundial, respecto del áreaandina y de su amazonía.

En medio de esta tónica, también, sejuega la prevalencia, en la zona, de los ne-gocios de los distintos grupos económicosen disputa entre sí, a partir de las nuevashegemonías del capital multinacional.Cualquier retórica de estos sectores a favorde la humanidad con su supuesta lucha encontra de la narco-guerrilla no pasa de seruna estratagema y un discurso que encubre

siguientes propósitos: dar protección y se-guridad a los laboratorios clandestinos deproducción de drogas y a los capos de loscarteles; amedrentar y asesinar a los secto-res involucrados en la lucha antidrogas ydepurar las bases de apoyo de la guerrilla.

Con los antecedentes señalados es in-dudable que la lucha antinarcótica, en Co-lombia y otros países de la región andina,emprendida por los últimos regímenes nor-teamericanos, no es sino la expresión deuna voluntad política para en base de dichopretexto enfrentar a quienes se oponen almodelo económico y social que se anhelaimplantar en la referida región y, a partir deello, abrir el camino que deje sin obstáculosa los intereses económicos y estratégicosque tienen E.U. y las transnacionales del ca-pital financiero mundial, respecto del áreaandina y de su amazonía.

En medio de esta tónica, también, sejuega la prevalencia, en la zona, de los ne-gocios de los distintos grupos económicosen disputa entre sí, a partir de las nuevashegemonías del capital multinacional.Cualquier retórica de estos sectores a favorde la humanidad con su supuesta lucha encontra de la narco-guerrilla no pasa de seruna estratagema y un discurso que encubre

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sus reales propósitos como lo veremos en elnumeral siguiente.

4. El Plan Colombia: un instrumento, en laregión Andina, para borrar las “distorsio-nes” que han afectado a los paradigmas enque se “sustenta” la globalizacion neolibe-ral

He querido a lo largo de la exposiciónanterior demostrar algunas falacias con lascuales se ha fabricado el andamiaje del de-nominado Plan Colombia. Dichas falacias,no obstante, me retrotraen a una digresiónhistórica: el 15 de febrero de 1898 una ex-plosión, -cuya causa siempre dejó dudas-,hundió al acorazado norteamericano “Mai-ne” fondeado en la bahía de La Habana. Elhundimiento del Maine sirvió a los EstadosUnidos como pretexto para dar inicio a laque se conoció como la guerra hispano-cu-bana-norteamericana, guerra que se produ-jo en momentos del ocaso del imperio es-pañol y cuando Cuba estaba al borde deproclamar su independencia. La referidaguerra permitió a los norteamericanos apo-derarse de las últimas colonias españolas,esto es de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y lasIslas Guam. La explosión del “Maine”, quesupuestamente se hallaba realizando “unavisita amistosa en Cuba”, condujo a lo que

sus reales propósitos como lo veremos en elnumeral siguiente.

4. El Plan Colombia: un instrumento, en laregión Andina, para borrar las “distorsio-nes” que han afectado a los paradigmas enque se “sustenta” la globalizacion neolibe-ral

He querido a lo largo de la exposiciónanterior demostrar algunas falacias con lascuales se ha fabricado el andamiaje del de-nominado Plan Colombia. Dichas falacias,no obstante, me retrotraen a una digresiónhistórica: el 15 de febrero de 1898 una ex-plosión, -cuya causa siempre dejó dudas-,hundió al acorazado norteamericano “Mai-ne” fondeado en la bahía de La Habana. Elhundimiento del Maine sirvió a los EstadosUnidos como pretexto para dar inicio a laque se conoció como la guerra hispano-cu-bana-norteamericana, guerra que se produ-jo en momentos del ocaso del imperio es-pañol y cuando Cuba estaba al borde deproclamar su independencia. La referidaguerra permitió a los norteamericanos apo-derarse de las últimas colonias españolas,esto es de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y lasIslas Guam. La explosión del “Maine”, quesupuestamente se hallaba realizando “unavisita amistosa en Cuba”, condujo a lo que

sus reales propósitos como lo veremos en elnumeral siguiente.

4. El Plan Colombia: un instrumento, en laregión Andina, para borrar las “distorsio-nes” que han afectado a los paradigmas enque se “sustenta” la globalizacion neolibe-ral

He querido a lo largo de la exposiciónanterior demostrar algunas falacias con lascuales se ha fabricado el andamiaje del de-nominado Plan Colombia. Dichas falacias,no obstante, me retrotraen a una digresiónhistórica: el 15 de febrero de 1898 una ex-plosión, -cuya causa siempre dejó dudas-,hundió al acorazado norteamericano “Mai-ne” fondeado en la bahía de La Habana. Elhundimiento del Maine sirvió a los EstadosUnidos como pretexto para dar inicio a laque se conoció como la guerra hispano-cu-bana-norteamericana, guerra que se produ-jo en momentos del ocaso del imperio es-pañol y cuando Cuba estaba al borde deproclamar su independencia. La referidaguerra permitió a los norteamericanos apo-derarse de las últimas colonias españolas,esto es de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y lasIslas Guam. La explosión del “Maine”, quesupuestamente se hallaba realizando “unavisita amistosa en Cuba”, condujo a lo que

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Lenín llamó “la primera guerra imperialis-ta”, pero ante todo provocó que EstadosUnidos se adueñara, en su geopolítica eco-nómica y militar de expansión, de territo-rios que le eran de interés desde hace mu-chas décadas atrás a los acontecimientos delhundimiento del “Maine”.

En las siguientes páginas es de mi in-terés demostrar como el Plan Colombia nohace sino responder, como en su momentorespondió el pretexto del hundimiento del“Maine”, a una estrategia de los países ricosen el marco de su proyecto económico neo-liberal que ha sido mundializado medianteuna serie de estrategias económicas, políti-cas, culturales, ideológicas y militares, lasmismas que al encontrar distorsiones, -co-mo de alguna manera ocurren especial-mente en Venezuela y Colombia-, asumenrasgos de violenta intimidación, en unoscasos, y de manipulación, en otros, en elafán de consolidar, a cualquier costo, la pre-sencia de su proyecto en la región andina.Es decir, pretendo, además, incursionar enun nuevo pasaje de “el fin justifica los me-dios”

Con estos antecedentes creo que esmenester recordar las “distorsiones”, -encontra de la globalización neoliberal-, que

Lenín llamó “la primera guerra imperialis-ta”, pero ante todo provocó que EstadosUnidos se adueñara, en su geopolítica eco-nómica y militar de expansión, de territo-rios que le eran de interés desde hace mu-chas décadas atrás a los acontecimientos delhundimiento del “Maine”.

En las siguientes páginas es de mi in-terés demostrar como el Plan Colombia nohace sino responder, como en su momentorespondió el pretexto del hundimiento del“Maine”, a una estrategia de los países ricosen el marco de su proyecto económico neo-liberal que ha sido mundializado medianteuna serie de estrategias económicas, políti-cas, culturales, ideológicas y militares, lasmismas que al encontrar distorsiones, -co-mo de alguna manera ocurren especial-mente en Venezuela y Colombia-, asumenrasgos de violenta intimidación, en unoscasos, y de manipulación, en otros, en elafán de consolidar, a cualquier costo, la pre-sencia de su proyecto en la región andina.Es decir, pretendo, además, incursionar enun nuevo pasaje de “el fin justifica los me-dios”

Con estos antecedentes creo que esmenester recordar las “distorsiones”, -encontra de la globalización neoliberal-, que

Lenín llamó “la primera guerra imperialis-ta”, pero ante todo provocó que EstadosUnidos se adueñara, en su geopolítica eco-nómica y militar de expansión, de territo-rios que le eran de interés desde hace mu-chas décadas atrás a los acontecimientos delhundimiento del “Maine”.

En las siguientes páginas es de mi in-terés demostrar como el Plan Colombia nohace sino responder, como en su momentorespondió el pretexto del hundimiento del“Maine”, a una estrategia de los países ricosen el marco de su proyecto económico neo-liberal que ha sido mundializado medianteuna serie de estrategias económicas, políti-cas, culturales, ideológicas y militares, lasmismas que al encontrar distorsiones, -co-mo de alguna manera ocurren especial-mente en Venezuela y Colombia-, asumenrasgos de violenta intimidación, en unoscasos, y de manipulación, en otros, en elafán de consolidar, a cualquier costo, la pre-sencia de su proyecto en la región andina.Es decir, pretendo, además, incursionar enun nuevo pasaje de “el fin justifica los me-dios”

Con estos antecedentes creo que esmenester recordar las “distorsiones”, -encontra de la globalización neoliberal-, que

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se han provocado en la región andina y quehan conducido a que se precipite, con lasmodificaciones del caso, la puesta en mar-cha del Plan Colombia que estuvo siendofabricado y perfeccionado desde hace mu-cho tiempo, una vez que desapareció elmundo bipolar.

Dichas distorsiones se han expresado,hasta ahora, en el triunfo del General Chá-vez en Venezuela y la ejecución de un pro-yecto de reformas nacionalistas y anticolo-niales; en la presencia ascendente de la gue-rrilla Colombiana y la consolidación, en di-cho país, de una burguesía criolla vinculadaal poder, y con importantes nexos con elnarcotráfico, lo que la ha hecho disfuncio-nal al neoliberalismo debido a sus propósi-tos particulares; en el aparecimiento de unmovimiento social, popular y político queen el Ecuador ha impedido que a “rajata-bla” se le impusiera, no obstante la dolari-zación de su economía, el modelo neolibe-ral; en los niveles de corrupción en todas lasesferas del poder peruano que han contri-buido a que se limiten, allí, las expansionesdel capital financiero mundial y se restrin-jan los negocios de las privatizaciones y enlas dificultades que ha acarreado el llamadomodelo descentralizador boliviano que noobstante haberse constituido en un proceso

se han provocado en la región andina y quehan conducido a que se precipite, con lasmodificaciones del caso, la puesta en mar-cha del Plan Colombia que estuvo siendofabricado y perfeccionado desde hace mu-cho tiempo, una vez que desapareció elmundo bipolar.

Dichas distorsiones se han expresado,hasta ahora, en el triunfo del General Chá-vez en Venezuela y la ejecución de un pro-yecto de reformas nacionalistas y anticolo-niales; en la presencia ascendente de la gue-rrilla Colombiana y la consolidación, en di-cho país, de una burguesía criolla vinculadaal poder, y con importantes nexos con elnarcotráfico, lo que la ha hecho disfuncio-nal al neoliberalismo debido a sus propósi-tos particulares; en el aparecimiento de unmovimiento social, popular y político queen el Ecuador ha impedido que a “rajata-bla” se le impusiera, no obstante la dolari-zación de su economía, el modelo neolibe-ral; en los niveles de corrupción en todas lasesferas del poder peruano que han contri-buido a que se limiten, allí, las expansionesdel capital financiero mundial y se restrin-jan los negocios de las privatizaciones y enlas dificultades que ha acarreado el llamadomodelo descentralizador boliviano que noobstante haberse constituido en un proceso

se han provocado en la región andina y quehan conducido a que se precipite, con lasmodificaciones del caso, la puesta en mar-cha del Plan Colombia que estuvo siendofabricado y perfeccionado desde hace mu-cho tiempo, una vez que desapareció elmundo bipolar.

Dichas distorsiones se han expresado,hasta ahora, en el triunfo del General Chá-vez en Venezuela y la ejecución de un pro-yecto de reformas nacionalistas y anticolo-niales; en la presencia ascendente de la gue-rrilla Colombiana y la consolidación, en di-cho país, de una burguesía criolla vinculadaal poder, y con importantes nexos con elnarcotráfico, lo que la ha hecho disfuncio-nal al neoliberalismo debido a sus propósi-tos particulares; en el aparecimiento de unmovimiento social, popular y político queen el Ecuador ha impedido que a “rajata-bla” se le impusiera, no obstante la dolari-zación de su economía, el modelo neolibe-ral; en los niveles de corrupción en todas lasesferas del poder peruano que han contri-buido a que se limiten, allí, las expansionesdel capital financiero mundial y se restrin-jan los negocios de las privatizaciones y enlas dificultades que ha acarreado el llamadomodelo descentralizador boliviano que noobstante haberse constituido en un proceso

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de desarticulación política del Estado Na-cional, conforme interesa ideológicamentea los estrategas de la globalización del neoli-beralismo, ha promovido, concomitante-mente, la centralización de las esferas eco-nómicas, lo cual ha desubicado, por decir lomenos, a los intereses económicos criollos einternacionales. Además de lo dicho, en Bo-livia la movilización social y popular ha si-do creciente en contra de los regimenes an-tidemocráticos de los últimos años, propi-ciando así un espacio inadecuado para laspolíticas neoliberales.

Junto con los factores políticos referi-dos debe agregarse la circunstancia de lapérdida de la base militar norteamericanaen Panamá, asunto que tiene una enormeimportancia en el contexto de lo que yo lla-mo “distorsiones” al modelo prevaleciente.

Frente a esta compleja realidad, los“paradigmas de la globalización” neoliberal,-entendidos los paradigmas como conjuntovirtual de elementos que aparecen en unmismo contexto-, en la región andina co-rren el riesgo de ser fracturados o modifica-dos, asunto que los sustentadores del siste-ma no pueden permitir que ocurra; cuandomás pueden tolerar que se les presenten al-gunas dificultades, pero mediante una lógi-

de desarticulación política del Estado Na-cional, conforme interesa ideológicamentea los estrategas de la globalización del neoli-beralismo, ha promovido, concomitante-mente, la centralización de las esferas eco-nómicas, lo cual ha desubicado, por decir lomenos, a los intereses económicos criollos einternacionales. Además de lo dicho, en Bo-livia la movilización social y popular ha si-do creciente en contra de los regimenes an-tidemocráticos de los últimos años, propi-ciando así un espacio inadecuado para laspolíticas neoliberales.

Junto con los factores políticos referi-dos debe agregarse la circunstancia de lapérdida de la base militar norteamericanaen Panamá, asunto que tiene una enormeimportancia en el contexto de lo que yo lla-mo “distorsiones” al modelo prevaleciente.

Frente a esta compleja realidad, los“paradigmas de la globalización” neoliberal,-entendidos los paradigmas como conjuntovirtual de elementos que aparecen en unmismo contexto-, en la región andina co-rren el riesgo de ser fracturados o modifica-dos, asunto que los sustentadores del siste-ma no pueden permitir que ocurra; cuandomás pueden tolerar que se les presenten al-gunas dificultades, pero mediante una lógi-

de desarticulación política del Estado Na-cional, conforme interesa ideológicamentea los estrategas de la globalización del neoli-beralismo, ha promovido, concomitante-mente, la centralización de las esferas eco-nómicas, lo cual ha desubicado, por decir lomenos, a los intereses económicos criollos einternacionales. Además de lo dicho, en Bo-livia la movilización social y popular ha si-do creciente en contra de los regimenes an-tidemocráticos de los últimos años, propi-ciando así un espacio inadecuado para laspolíticas neoliberales.

Junto con los factores políticos referi-dos debe agregarse la circunstancia de lapérdida de la base militar norteamericanaen Panamá, asunto que tiene una enormeimportancia en el contexto de lo que yo lla-mo “distorsiones” al modelo prevaleciente.

Frente a esta compleja realidad, los“paradigmas de la globalización” neoliberal,-entendidos los paradigmas como conjuntovirtual de elementos que aparecen en unmismo contexto-, en la región andina co-rren el riesgo de ser fracturados o modifica-dos, asunto que los sustentadores del siste-ma no pueden permitir que ocurra; cuandomás pueden tolerar que se les presenten al-gunas dificultades, pero mediante una lógi-

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ca de supervivencia se han obligado a ac-tuar con energía. Para comprender el asun-to, revisemos dichos “paradigmas”, -en elentorno de las dificultades que enfrentan-,y, a partir de ello, precisemos los objetivosreales del “Plan Colombia”, cuyo fin es, in-sisto, el impedir que “los paradigmas o ins-trumentos de la globalización neoliberal”,que subyacen, también, en la región andina,puedan ser alterados y, FUNDAMENTAL-MENTE, por ende, sean modificadas las es-trategias financieras y comerciales de losgrandes sectores industriales, especialmentenorteamericanos:

Paradigma uno: la polaridad y la asi-metría “custodiadas”.

El capitalismo, a lo largo de su histo-ria, ha mantenido un rasgo inseparable a sudesarrollo, esto es la existencia de una pola-ridad generada por la existencia de un cen-tro de países que han concentrado la rique-za y el poder mundial, y una periferie depaíses subdesarrollados, -entre los cualesestán los de la región andina-, que, pose-yendo la mayor población mundial, han te-nido por característica común la pobreza.De esta manera la polaridad y la asimetríade las relaciones entre el centro y la perife-ria de países ha sido consustancial a la exis-

ca de supervivencia se han obligado a ac-tuar con energía. Para comprender el asun-to, revisemos dichos “paradigmas”, -en elentorno de las dificultades que enfrentan-,y, a partir de ello, precisemos los objetivosreales del “Plan Colombia”, cuyo fin es, in-sisto, el impedir que “los paradigmas o ins-trumentos de la globalización neoliberal”,que subyacen, también, en la región andina,puedan ser alterados y, FUNDAMENTAL-MENTE, por ende, sean modificadas las es-trategias financieras y comerciales de losgrandes sectores industriales, especialmentenorteamericanos:

Paradigma uno: la polaridad y la asi-metría “custodiadas”.

El capitalismo, a lo largo de su histo-ria, ha mantenido un rasgo inseparable a sudesarrollo, esto es la existencia de una pola-ridad generada por la existencia de un cen-tro de países que han concentrado la rique-za y el poder mundial, y una periferie depaíses subdesarrollados, -entre los cualesestán los de la región andina-, que, pose-yendo la mayor población mundial, han te-nido por característica común la pobreza.De esta manera la polaridad y la asimetríade las relaciones entre el centro y la perife-ria de países ha sido consustancial a la exis-

ca de supervivencia se han obligado a ac-tuar con energía. Para comprender el asun-to, revisemos dichos “paradigmas”, -en elentorno de las dificultades que enfrentan-,y, a partir de ello, precisemos los objetivosreales del “Plan Colombia”, cuyo fin es, in-sisto, el impedir que “los paradigmas o ins-trumentos de la globalización neoliberal”,que subyacen, también, en la región andina,puedan ser alterados y, FUNDAMENTAL-MENTE, por ende, sean modificadas las es-trategias financieras y comerciales de losgrandes sectores industriales, especialmentenorteamericanos:

Paradigma uno: la polaridad y la asi-metría “custodiadas”.

El capitalismo, a lo largo de su histo-ria, ha mantenido un rasgo inseparable a sudesarrollo, esto es la existencia de una pola-ridad generada por la existencia de un cen-tro de países que han concentrado la rique-za y el poder mundial, y una periferie depaíses subdesarrollados, -entre los cualesestán los de la región andina-, que, pose-yendo la mayor población mundial, han te-nido por característica común la pobreza.De esta manera la polaridad y la asimetríade las relaciones entre el centro y la perife-ria de países ha sido consustancial a la exis-

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tencia misma del sistema capitalista, siste-ma que se ha acostumbrado a edificar su“armazón” a partir de esta realidad, y sobretodo, mediante el control adecuado, -y portodos los medios-, de los conflictos que lascircunstancias reseñadas pudieran provo-car.

Ahora bien, en el entorno de la pola-rización del sistema mundial ocurrida enmedio de lo que se conoce como la globali-zación, -y que no es más que la mundializa-ción del capital en el contexto de un fenó-meno que supone la transición del capita-lismo monopolista de Estado en capitalis-mo monopolista transnacional-, lo que seha visto es un incremento de la asimetríaentre el centro y la periferia de países locual ha ocurrido debido a que la mentadaglobalización ha significado, también, in-versión del centro en la periferia y extrac-ción, -con abundante explotación-, desdeella hacia el centro. Cuando esta extracciónse dificulta, como ocurre en la región andi-na por diversas realidades, el entorno de lospaíses globalizadores, y aquellos que buscanla hegemonía, están obligados a actuar conrapidez para impedir cualquier desequili-brio a su proyecto.

Por todo lo señalado bien se puedeconcluir que hay, al momento, dos formas

tencia misma del sistema capitalista, siste-ma que se ha acostumbrado a edificar su“armazón” a partir de esta realidad, y sobretodo, mediante el control adecuado, -y portodos los medios-, de los conflictos que lascircunstancias reseñadas pudieran provo-car.

Ahora bien, en el entorno de la pola-rización del sistema mundial ocurrida enmedio de lo que se conoce como la globali-zación, -y que no es más que la mundializa-ción del capital en el contexto de un fenó-meno que supone la transición del capita-lismo monopolista de Estado en capitalis-mo monopolista transnacional-, lo que seha visto es un incremento de la asimetríaentre el centro y la periferia de países locual ha ocurrido debido a que la mentadaglobalización ha significado, también, in-versión del centro en la periferia y extrac-ción, -con abundante explotación-, desdeella hacia el centro. Cuando esta extracciónse dificulta, como ocurre en la región andi-na por diversas realidades, el entorno de lospaíses globalizadores, y aquellos que buscanla hegemonía, están obligados a actuar conrapidez para impedir cualquier desequili-brio a su proyecto.

Por todo lo señalado bien se puedeconcluir que hay, al momento, dos formas

tencia misma del sistema capitalista, siste-ma que se ha acostumbrado a edificar su“armazón” a partir de esta realidad, y sobretodo, mediante el control adecuado, -y portodos los medios-, de los conflictos que lascircunstancias reseñadas pudieran provo-car.

Ahora bien, en el entorno de la pola-rización del sistema mundial ocurrida enmedio de lo que se conoce como la globali-zación, -y que no es más que la mundializa-ción del capital en el contexto de un fenó-meno que supone la transición del capita-lismo monopolista de Estado en capitalis-mo monopolista transnacional-, lo que seha visto es un incremento de la asimetríaentre el centro y la periferia de países locual ha ocurrido debido a que la mentadaglobalización ha significado, también, in-versión del centro en la periferia y extrac-ción, -con abundante explotación-, desdeella hacia el centro. Cuando esta extracciónse dificulta, como ocurre en la región andi-na por diversas realidades, el entorno de lospaíses globalizadores, y aquellos que buscanla hegemonía, están obligados a actuar conrapidez para impedir cualquier desequili-brio a su proyecto.

Por todo lo señalado bien se puedeconcluir que hay, al momento, dos formas

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de globalización: una para los países delcentro y otra para los de la periferia. Lospaíses del centro han globalizado el desa-rrollo, la interdependencia, la integracióneconómica, la acumulación de riqueza, ellucro, en tanto los países de la periferia hanglobalizado el subdesarrollo, la dependen-cia, la poca integración económica. Dichode otra manera, la mayoría de los paíseshan globalizado la pobreza, la injusticia, lamiseria, el hambre y la desesperanza, a con-trapelo del bienestar de unos pocos, quie-nes en la perspectiva de “vivir bien” se hanacostumbrado a lograr sus objetivos sin im-portarles la desesperanza de los demás, sininteresarles sus protestas y, por el contrario,frenando cualquier conducta de respuestadisociadora con el modelo prevaleciente.

Todas estas circunstancias han sidoposibles debido a que la globalización ha si-do conducida por estrategias neoliberalesque se han expresado en un modelo de acu-mulación basado en el mercado mundial,en la apertura irrestricta al capital transna-cional, en la desregulación del capital y deltrabajo, en las privatizaciones (incluso de lainformación), en la limitación de la sobera-nía estatal y de los derechos humanos, eco-nómicos y políticos; en el individualismo,en el desconocimiento o intento de anula-

de globalización: una para los países delcentro y otra para los de la periferia. Lospaíses del centro han globalizado el desa-rrollo, la interdependencia, la integracióneconómica, la acumulación de riqueza, ellucro, en tanto los países de la periferia hanglobalizado el subdesarrollo, la dependen-cia, la poca integración económica. Dichode otra manera, la mayoría de los paíseshan globalizado la pobreza, la injusticia, lamiseria, el hambre y la desesperanza, a con-trapelo del bienestar de unos pocos, quie-nes en la perspectiva de “vivir bien” se hanacostumbrado a lograr sus objetivos sin im-portarles la desesperanza de los demás, sininteresarles sus protestas y, por el contrario,frenando cualquier conducta de respuestadisociadora con el modelo prevaleciente.

Todas estas circunstancias han sidoposibles debido a que la globalización ha si-do conducida por estrategias neoliberalesque se han expresado en un modelo de acu-mulación basado en el mercado mundial,en la apertura irrestricta al capital transna-cional, en la desregulación del capital y deltrabajo, en las privatizaciones (incluso de lainformación), en la limitación de la sobera-nía estatal y de los derechos humanos, eco-nómicos y políticos; en el individualismo,en el desconocimiento o intento de anula-

de globalización: una para los países delcentro y otra para los de la periferia. Lospaíses del centro han globalizado el desa-rrollo, la interdependencia, la integracióneconómica, la acumulación de riqueza, ellucro, en tanto los países de la periferia hanglobalizado el subdesarrollo, la dependen-cia, la poca integración económica. Dichode otra manera, la mayoría de los paíseshan globalizado la pobreza, la injusticia, lamiseria, el hambre y la desesperanza, a con-trapelo del bienestar de unos pocos, quie-nes en la perspectiva de “vivir bien” se hanacostumbrado a lograr sus objetivos sin im-portarles la desesperanza de los demás, sininteresarles sus protestas y, por el contrario,frenando cualquier conducta de respuestadisociadora con el modelo prevaleciente.

Todas estas circunstancias han sidoposibles debido a que la globalización ha si-do conducida por estrategias neoliberalesque se han expresado en un modelo de acu-mulación basado en el mercado mundial,en la apertura irrestricta al capital transna-cional, en la desregulación del capital y deltrabajo, en las privatizaciones (incluso de lainformación), en la limitación de la sobera-nía estatal y de los derechos humanos, eco-nómicos y políticos; en el individualismo,en el desconocimiento o intento de anula-

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ción del mundo inter-religioso y pluricultu-ral, entre otras cosas.

La versión neoliberal de la globaliza-ción, entonces, ha propiciado el incrementode la dominación y la explotación, a escalaplanetaria. En los países del centro se haconfigurado, -con mayor nitidez a partir delos acontecimientos del 11 de septiembredel 2.001-, la unipolaridad estratégico-mili-tar que ha dado lugar a una geopolítica enla que los nuevos sistemas de concertaciónregionales, la reconstitución de bloques ypactos expresan, por un lado, la búsquedade hegemonía, en el centro, especialmentede los EU, -eje del proceso de transnaciona-lización y desnacionalización-, y, de otraparte denotan la existencia de contradiccio-nes al interior del bloque de poder, –másaún cuando existen indicios ciertos de queel modelo no funciona adecuadamenteconforme todas las expectativas de los glo-balizadores del neoliberalismo y debido alaparecimiento de acuerdos paralelos a losque ha impulsado los E.U., precisamentecomo efecto de las contradicciones y comorespuesta a los desajustes del prototipo eco-nómico en ciernes-, frente a cuya específicarealidad están en marcha una serie de “co-rrectivos” expresados, por ejemplo, en lallamada “lucha antiterrorista”, -en cuyo

ción del mundo inter-religioso y pluricultu-ral, entre otras cosas.

La versión neoliberal de la globaliza-ción, entonces, ha propiciado el incrementode la dominación y la explotación, a escalaplanetaria. En los países del centro se haconfigurado, -con mayor nitidez a partir delos acontecimientos del 11 de septiembredel 2.001-, la unipolaridad estratégico-mili-tar que ha dado lugar a una geopolítica enla que los nuevos sistemas de concertaciónregionales, la reconstitución de bloques ypactos expresan, por un lado, la búsquedade hegemonía, en el centro, especialmentede los EU, -eje del proceso de transnaciona-lización y desnacionalización-, y, de otraparte denotan la existencia de contradiccio-nes al interior del bloque de poder, –másaún cuando existen indicios ciertos de queel modelo no funciona adecuadamenteconforme todas las expectativas de los glo-balizadores del neoliberalismo y debido alaparecimiento de acuerdos paralelos a losque ha impulsado los E.U., precisamentecomo efecto de las contradicciones y comorespuesta a los desajustes del prototipo eco-nómico en ciernes-, frente a cuya específicarealidad están en marcha una serie de “co-rrectivos” expresados, por ejemplo, en lallamada “lucha antiterrorista”, -en cuyo

ción del mundo inter-religioso y pluricultu-ral, entre otras cosas.

La versión neoliberal de la globaliza-ción, entonces, ha propiciado el incrementode la dominación y la explotación, a escalaplanetaria. En los países del centro se haconfigurado, -con mayor nitidez a partir delos acontecimientos del 11 de septiembredel 2.001-, la unipolaridad estratégico-mili-tar que ha dado lugar a una geopolítica enla que los nuevos sistemas de concertaciónregionales, la reconstitución de bloques ypactos expresan, por un lado, la búsquedade hegemonía, en el centro, especialmentede los EU, -eje del proceso de transnaciona-lización y desnacionalización-, y, de otraparte denotan la existencia de contradiccio-nes al interior del bloque de poder, –másaún cuando existen indicios ciertos de queel modelo no funciona adecuadamenteconforme todas las expectativas de los glo-balizadores del neoliberalismo y debido alaparecimiento de acuerdos paralelos a losque ha impulsado los E.U., precisamentecomo efecto de las contradicciones y comorespuesta a los desajustes del prototipo eco-nómico en ciernes-, frente a cuya específicarealidad están en marcha una serie de “co-rrectivos” expresados, por ejemplo, en lallamada “lucha antiterrorista”, -en cuyo

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trasfondo se ha insertado el Plan Colom-bia-, mecanismo ante todo ideológico conel cual se pretende arrastrar a la humanidaddetrás de los requerimientos económicos nor-teamericanos en momentos que dicha po-tencia afronta la competitividad de la co-munidad económica europea, situación quele puede desplazar, en lo referente a su pre-minencia económica, de la hegemonía conrespecto de los demás países centrales.

Paradigma dos: la supranacionali-dad y la destrucción de la soberanía y delEstado.

Más allá de las dificultades que el pro-ceso de la globalización neoliberal pudierapropiciar entre los países del centro, estos,en la línea de consolidar su proyecto econó-mico, han desarrollado el “principio de lasupranacionalidad” que debe ser entendidocomo un conjunto de acciones con la finali-dad de obtener una alta concentración delpoder económico, comercial, financiero,científico-técnico y militar en reducido nú-mero de potencias centrales.

Esta perspectiva lleva implícitamentede la mano la exclusión de muchísimos paí-ses respecto de decisiones fundamentalessobre problemas globales, lo cual no hacesino favorecer el debilitamiento de los esta-

trasfondo se ha insertado el Plan Colom-bia-, mecanismo ante todo ideológico conel cual se pretende arrastrar a la humanidaddetrás de los requerimientos económicos nor-teamericanos en momentos que dicha po-tencia afronta la competitividad de la co-munidad económica europea, situación quele puede desplazar, en lo referente a su pre-minencia económica, de la hegemonía conrespecto de los demás países centrales.

Paradigma dos: la supranacionali-dad y la destrucción de la soberanía y delEstado.

Más allá de las dificultades que el pro-ceso de la globalización neoliberal pudierapropiciar entre los países del centro, estos,en la línea de consolidar su proyecto econó-mico, han desarrollado el “principio de lasupranacionalidad” que debe ser entendidocomo un conjunto de acciones con la finali-dad de obtener una alta concentración delpoder económico, comercial, financiero,científico-técnico y militar en reducido nú-mero de potencias centrales.

Esta perspectiva lleva implícitamentede la mano la exclusión de muchísimos paí-ses respecto de decisiones fundamentalessobre problemas globales, lo cual no hacesino favorecer el debilitamiento de los esta-

trasfondo se ha insertado el Plan Colom-bia-, mecanismo ante todo ideológico conel cual se pretende arrastrar a la humanidaddetrás de los requerimientos económicos nor-teamericanos en momentos que dicha po-tencia afronta la competitividad de la co-munidad económica europea, situación quele puede desplazar, en lo referente a su pre-minencia económica, de la hegemonía conrespecto de los demás países centrales.

Paradigma dos: la supranacionali-dad y la destrucción de la soberanía y delEstado.

Más allá de las dificultades que el pro-ceso de la globalización neoliberal pudierapropiciar entre los países del centro, estos,en la línea de consolidar su proyecto econó-mico, han desarrollado el “principio de lasupranacionalidad” que debe ser entendidocomo un conjunto de acciones con la finali-dad de obtener una alta concentración delpoder económico, comercial, financiero,científico-técnico y militar en reducido nú-mero de potencias centrales.

Esta perspectiva lleva implícitamentede la mano la exclusión de muchísimos paí-ses respecto de decisiones fundamentalessobre problemas globales, lo cual no hacesino favorecer el debilitamiento de los esta-

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dos nacionales, -en medio de cuya realidadse favorecen los intereses de expropiacionesque alienta el neoliberalismo-, y la promo-ción de mecanismos supranacionales parala regulación de las relaciones internaciona-les, con lo cual los países afectados por laconcepción de la supranacionalidad en lapráctica ceden parte de su soberanía nacio-nal y se abocan a vivir con una soberanía enconstante castración que legitima, cada vezmás, los niveles de injerencia del “centro”, alextremo de intentar convertir a los paísessubordinados en “corresponsables” frente alos problemas mundiales, como viene suce-diendo en la guerra “fantasmagórica” con-tra el terrorismo, para cuyo objeto los ejér-citos nacionales pretenden ser utilizados enlos objetivos militares que interesan a esa“visión antiterrorista” o “antiguerrillera”que para el cometido de sus planes deman-da, entre otras cosas, el montaje de basesmilitares extranjeras para el cumplimientode sus fines, como en efecto ocurre con elPlan Colombia en la región.

Este complejo proceso no es más, ydicho en otras palabras, que la imposicióndel modelo económico neoliberal al interiorde los países de la periferia. Pero este objeti-vo no es posible lograrse debido tan solo alos imperativos económicos que demanda

dos nacionales, -en medio de cuya realidadse favorecen los intereses de expropiacionesque alienta el neoliberalismo-, y la promo-ción de mecanismos supranacionales parala regulación de las relaciones internaciona-les, con lo cual los países afectados por laconcepción de la supranacionalidad en lapráctica ceden parte de su soberanía nacio-nal y se abocan a vivir con una soberanía enconstante castración que legitima, cada vezmás, los niveles de injerencia del “centro”, alextremo de intentar convertir a los paísessubordinados en “corresponsables” frente alos problemas mundiales, como viene suce-diendo en la guerra “fantasmagórica” con-tra el terrorismo, para cuyo objeto los ejér-citos nacionales pretenden ser utilizados enlos objetivos militares que interesan a esa“visión antiterrorista” o “antiguerrillera”que para el cometido de sus planes deman-da, entre otras cosas, el montaje de basesmilitares extranjeras para el cumplimientode sus fines, como en efecto ocurre con elPlan Colombia en la región.

Este complejo proceso no es más, ydicho en otras palabras, que la imposicióndel modelo económico neoliberal al interiorde los países de la periferia. Pero este objeti-vo no es posible lograrse debido tan solo alos imperativos económicos que demanda

dos nacionales, -en medio de cuya realidadse favorecen los intereses de expropiacionesque alienta el neoliberalismo-, y la promo-ción de mecanismos supranacionales parala regulación de las relaciones internaciona-les, con lo cual los países afectados por laconcepción de la supranacionalidad en lapráctica ceden parte de su soberanía nacio-nal y se abocan a vivir con una soberanía enconstante castración que legitima, cada vezmás, los niveles de injerencia del “centro”, alextremo de intentar convertir a los paísessubordinados en “corresponsables” frente alos problemas mundiales, como viene suce-diendo en la guerra “fantasmagórica” con-tra el terrorismo, para cuyo objeto los ejér-citos nacionales pretenden ser utilizados enlos objetivos militares que interesan a esa“visión antiterrorista” o “antiguerrillera”que para el cometido de sus planes deman-da, entre otras cosas, el montaje de basesmilitares extranjeras para el cumplimientode sus fines, como en efecto ocurre con elPlan Colombia en la región.

Este complejo proceso no es más, ydicho en otras palabras, que la imposicióndel modelo económico neoliberal al interiorde los países de la periferia. Pero este objeti-vo no es posible lograrse debido tan solo alos imperativos económicos que demanda

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la globalización. Su “legitimación” exige, enun primer momento, de la mediación polí-tica para aplastar cualquier resistencia, conlo cual vale destacar el hecho de que en es-tas circunstancias el capital financiero inter-nacional necesita implantar en los países dela periferia un modelo que garantice la go-bernabilidad indispensable para hacer via-ble sus objetivos en dichos países.

Todo lo argumentado ¿se cumple a laperfección en el área andina? Si miramos enblanco y negro los acontecimientos pode-mos afirmar que, al menos, en Venezuela elproceso de desnacionalización del Estadono ha sido totalmente viable por la actitudnacionalista de los gobernantes de dichaRepública Bolivariana, como tampoco hasido posible la mediación política en Co-lombia debido a la multiplicidad de contra-dicciones que las cúpulas del poder tieneny, desde luego, debido a la presencia defuerzas contestatarias al sistema que semantienen en armas, con lo cual se corro-bora la tesis de que este segundo paradigmaque da vida al neoliberalismo tiene seriosinconvenientes de aplicación en el mundoandino.

la globalización. Su “legitimación” exige, enun primer momento, de la mediación polí-tica para aplastar cualquier resistencia, conlo cual vale destacar el hecho de que en es-tas circunstancias el capital financiero inter-nacional necesita implantar en los países dela periferia un modelo que garantice la go-bernabilidad indispensable para hacer via-ble sus objetivos en dichos países.

Todo lo argumentado ¿se cumple a laperfección en el área andina? Si miramos enblanco y negro los acontecimientos pode-mos afirmar que, al menos, en Venezuela elproceso de desnacionalización del Estadono ha sido totalmente viable por la actitudnacionalista de los gobernantes de dichaRepública Bolivariana, como tampoco hasido posible la mediación política en Co-lombia debido a la multiplicidad de contra-dicciones que las cúpulas del poder tieneny, desde luego, debido a la presencia defuerzas contestatarias al sistema que semantienen en armas, con lo cual se corro-bora la tesis de que este segundo paradigmaque da vida al neoliberalismo tiene seriosinconvenientes de aplicación en el mundoandino.

la globalización. Su “legitimación” exige, enun primer momento, de la mediación polí-tica para aplastar cualquier resistencia, conlo cual vale destacar el hecho de que en es-tas circunstancias el capital financiero inter-nacional necesita implantar en los países dela periferia un modelo que garantice la go-bernabilidad indispensable para hacer via-ble sus objetivos en dichos países.

Todo lo argumentado ¿se cumple a laperfección en el área andina? Si miramos enblanco y negro los acontecimientos pode-mos afirmar que, al menos, en Venezuela elproceso de desnacionalización del Estadono ha sido totalmente viable por la actitudnacionalista de los gobernantes de dichaRepública Bolivariana, como tampoco hasido posible la mediación política en Co-lombia debido a la multiplicidad de contra-dicciones que las cúpulas del poder tieneny, desde luego, debido a la presencia defuerzas contestatarias al sistema que semantienen en armas, con lo cual se corro-bora la tesis de que este segundo paradigmaque da vida al neoliberalismo tiene seriosinconvenientes de aplicación en el mundoandino.

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Paradigma tres: la gobernabilidad oel mantenimiento del “stablishment”.

La concepción de gobernabilidad haestado equiparada a una concepción de “or-den” o a un manejo de acontecimientos so-ciales “regulados” que deben ser acatados yque pueden ser, además, predecibles. Inclu-so, en más de una ocasión, se ha previstoque para que la “gobernabilidad” sea unarealidad no debe descartarse la existencia deregímenes autoritarios, con lo cual la esen-cia misma de la democracia ha sido susti-tuida, cuando más, al ejercicio de ritos elec-torales cada cierto tiempo, o bien simplifi-cada en aquello que se denomina, para lospaíses occidentales, “gobernabilidad ejecu-tiva, legislativa y social”.

En la esfera de la gobernabilidad eje-cutiva se ha determinado que sus actoressean el Presidente, su gabinete (con todo elaparato ministerial correspondiente) y lasfuerzas armadas. Las relaciones entre estosactores son las que determinan la capacidaddel Estado para la formulación de políticascoherentes y oportunas para enfrentar losproblemas, especialmente los económicos ypara responder, cuando sea del caso, a losrequerimientos regionales que en materiade contrainsurgencia son indispensables

Paradigma tres: la gobernabilidad oel mantenimiento del “stablishment”.

La concepción de gobernabilidad haestado equiparada a una concepción de “or-den” o a un manejo de acontecimientos so-ciales “regulados” que deben ser acatados yque pueden ser, además, predecibles. Inclu-so, en más de una ocasión, se ha previstoque para que la “gobernabilidad” sea unarealidad no debe descartarse la existencia deregímenes autoritarios, con lo cual la esen-cia misma de la democracia ha sido susti-tuida, cuando más, al ejercicio de ritos elec-torales cada cierto tiempo, o bien simplifi-cada en aquello que se denomina, para lospaíses occidentales, “gobernabilidad ejecu-tiva, legislativa y social”.

En la esfera de la gobernabilidad eje-cutiva se ha determinado que sus actoressean el Presidente, su gabinete (con todo elaparato ministerial correspondiente) y lasfuerzas armadas. Las relaciones entre estosactores son las que determinan la capacidaddel Estado para la formulación de políticascoherentes y oportunas para enfrentar losproblemas, especialmente los económicos ypara responder, cuando sea del caso, a losrequerimientos regionales que en materiade contrainsurgencia son indispensables

Paradigma tres: la gobernabilidad oel mantenimiento del “stablishment”.

La concepción de gobernabilidad haestado equiparada a una concepción de “or-den” o a un manejo de acontecimientos so-ciales “regulados” que deben ser acatados yque pueden ser, además, predecibles. Inclu-so, en más de una ocasión, se ha previstoque para que la “gobernabilidad” sea unarealidad no debe descartarse la existencia deregímenes autoritarios, con lo cual la esen-cia misma de la democracia ha sido susti-tuida, cuando más, al ejercicio de ritos elec-torales cada cierto tiempo, o bien simplifi-cada en aquello que se denomina, para lospaíses occidentales, “gobernabilidad ejecu-tiva, legislativa y social”.

En la esfera de la gobernabilidad eje-cutiva se ha determinado que sus actoressean el Presidente, su gabinete (con todo elaparato ministerial correspondiente) y lasfuerzas armadas. Las relaciones entre estosactores son las que determinan la capacidaddel Estado para la formulación de políticascoherentes y oportunas para enfrentar losproblemas, especialmente los económicos ypara responder, cuando sea del caso, a losrequerimientos regionales que en materiade contrainsurgencia son indispensables

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para sustentar el modelo económico, lejosde cualquier perturbación que afecte a lospaíses que tienen interés en nuestros lares.

Debido a este “razonamiento” en laregión andina se ha “institucionalizado” elesquema de las “democracias”, más allá deque los ejércitos inciden directamente en elcomportamiento de dichas “democraciasrestringidas” al extremo que son ellos, -se-guramente previa las consultas a los centroshegemónicos del poder-, los que, en últimainstancia, definen los niveles de la “consti-tucionalidad” y los beneficiarios del poderen los momentos en que se producen deter-minados “recambios” de gobierno, -comoefecto de la presión popular o debido a lascontradicciones que han emergido en laspropias fuerzas armadas-, así como encumplimiento de las determinaciones “delpoder real” transnacional.

La gobernabilidad legislativa, en cam-bio, es considerada como la relación ade-cuada entre “el Gobierno” y los partidospolíticos representados en los congresos oparlamentos nacionales. Cuando esta rela-ción tiende a conflictuarse, el deterioro or-questado en contra de los congresos es evi-dente, pues “el orden” lo que busca es unarelación horizontal en la forma, no obstanteque en la práctica las relaciones más bien

para sustentar el modelo económico, lejosde cualquier perturbación que afecte a lospaíses que tienen interés en nuestros lares.

Debido a este “razonamiento” en laregión andina se ha “institucionalizado” elesquema de las “democracias”, más allá deque los ejércitos inciden directamente en elcomportamiento de dichas “democraciasrestringidas” al extremo que son ellos, -se-guramente previa las consultas a los centroshegemónicos del poder-, los que, en últimainstancia, definen los niveles de la “consti-tucionalidad” y los beneficiarios del poderen los momentos en que se producen deter-minados “recambios” de gobierno, -comoefecto de la presión popular o debido a lascontradicciones que han emergido en laspropias fuerzas armadas-, así como encumplimiento de las determinaciones “delpoder real” transnacional.

La gobernabilidad legislativa, en cam-bio, es considerada como la relación ade-cuada entre “el Gobierno” y los partidospolíticos representados en los congresos oparlamentos nacionales. Cuando esta rela-ción tiende a conflictuarse, el deterioro or-questado en contra de los congresos es evi-dente, pues “el orden” lo que busca es unarelación horizontal en la forma, no obstanteque en la práctica las relaciones más bien

para sustentar el modelo económico, lejosde cualquier perturbación que afecte a lospaíses que tienen interés en nuestros lares.

Debido a este “razonamiento” en laregión andina se ha “institucionalizado” elesquema de las “democracias”, más allá deque los ejércitos inciden directamente en elcomportamiento de dichas “democraciasrestringidas” al extremo que son ellos, -se-guramente previa las consultas a los centroshegemónicos del poder-, los que, en últimainstancia, definen los niveles de la “consti-tucionalidad” y los beneficiarios del poderen los momentos en que se producen deter-minados “recambios” de gobierno, -comoefecto de la presión popular o debido a lascontradicciones que han emergido en laspropias fuerzas armadas-, así como encumplimiento de las determinaciones “delpoder real” transnacional.

La gobernabilidad legislativa, en cam-bio, es considerada como la relación ade-cuada entre “el Gobierno” y los partidospolíticos representados en los congresos oparlamentos nacionales. Cuando esta rela-ción tiende a conflictuarse, el deterioro or-questado en contra de los congresos es evi-dente, pues “el orden” lo que busca es unarelación horizontal en la forma, no obstanteque en la práctica las relaciones más bien

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son verticales, toda vez que se ha optadopor las formas “presidencialistas” para ace-lerar el ejercicio del poder en beneficio dequienes controlan, en la realidad, el poderpolítico del Estado, es decir los centros delpoder económico mundial.

Por último la gobernabilidad socialconsiste en que los numerosos actores de lasociedad, -a quienes previamente se los ca-lifica o certifica como tales-, (sindicatos,empresarios, medios de comunicación, or-ganizaciones y movimientos sociales, laiglesia, grupos “contestatarios” al sistema,etc.) deben buscar un vinculo de relaciónentre sí para, en el fondo, no dislocar las es-tructuras del Estado, pues uno de los ele-mentos sustanciales de estas relaciones pasapor el respeto de la ley o del “stablishment”.De allí que lo que se busca es la obligadaconcertación, las propuestas y los consen-sos, para superar “unidos” otros conflictos(como la guerrilla) que demandan previa-mente la unidad interna de los países.

En suma, las esferas de la gobernabili-dad deben sujetarse a un “vademecum” decomportamientos y compromisos que su-peran los intereses de los conglomeradosnacionales involucrados en estas perspecti-vas y que, por el contrario, aprehenden, co-

son verticales, toda vez que se ha optadopor las formas “presidencialistas” para ace-lerar el ejercicio del poder en beneficio dequienes controlan, en la realidad, el poderpolítico del Estado, es decir los centros delpoder económico mundial.

Por último la gobernabilidad socialconsiste en que los numerosos actores de lasociedad, -a quienes previamente se los ca-lifica o certifica como tales-, (sindicatos,empresarios, medios de comunicación, or-ganizaciones y movimientos sociales, laiglesia, grupos “contestatarios” al sistema,etc.) deben buscar un vinculo de relaciónentre sí para, en el fondo, no dislocar las es-tructuras del Estado, pues uno de los ele-mentos sustanciales de estas relaciones pasapor el respeto de la ley o del “stablishment”.De allí que lo que se busca es la obligadaconcertación, las propuestas y los consen-sos, para superar “unidos” otros conflictos(como la guerrilla) que demandan previa-mente la unidad interna de los países.

En suma, las esferas de la gobernabili-dad deben sujetarse a un “vademecum” decomportamientos y compromisos que su-peran los intereses de los conglomeradosnacionales involucrados en estas perspecti-vas y que, por el contrario, aprehenden, co-

son verticales, toda vez que se ha optadopor las formas “presidencialistas” para ace-lerar el ejercicio del poder en beneficio dequienes controlan, en la realidad, el poderpolítico del Estado, es decir los centros delpoder económico mundial.

Por último la gobernabilidad socialconsiste en que los numerosos actores de lasociedad, -a quienes previamente se los ca-lifica o certifica como tales-, (sindicatos,empresarios, medios de comunicación, or-ganizaciones y movimientos sociales, laiglesia, grupos “contestatarios” al sistema,etc.) deben buscar un vinculo de relaciónentre sí para, en el fondo, no dislocar las es-tructuras del Estado, pues uno de los ele-mentos sustanciales de estas relaciones pasapor el respeto de la ley o del “stablishment”.De allí que lo que se busca es la obligadaconcertación, las propuestas y los consen-sos, para superar “unidos” otros conflictos(como la guerrilla) que demandan previa-mente la unidad interna de los países.

En suma, las esferas de la gobernabili-dad deben sujetarse a un “vademecum” decomportamientos y compromisos que su-peran los intereses de los conglomeradosnacionales involucrados en estas perspecti-vas y que, por el contrario, aprehenden, co-

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mo suyos, los requerimientos de los “suje-tos” internacionales que, de una u otra ma-nera, están presentes en las conductas inter-nas de un país gracias a sus inversiones, de-bido a lo cual ciertas normas de gobernabi-lidad, -en lo político y económico-, termi-nan subordinando las relaciones del podernacional a las esferas de poder internacio-nal, en una clara distinción entre lo queconstituye el “poder formal” y el “poderreal”.

De esta forma la gobernabilidad con-cluye siendo el ejercicio del poder para im-pedir los disturbios que afecten a los gruposque ejercen dicho poder, casi siempre estosal servicio, -¿al sometimiento?-, de interesessupranacionales.

Ahora bien, para que funcionen estosconceptos de gobernabilidad, -así comootros factores ideológicos en los que se sus-tenta la globalización neoliberal-, y paraque el aparecimiento del consenso se pro-duzca, se utiliza el papel determinante de lallamada “sociedad global de la informa-ción”, que no es más que el control mono-pólico de la comunicación puesto al servi-cio del discurso del poder, con la finalidadde moldear determinadas formas de con-ciencia social o “representaciones” del

mo suyos, los requerimientos de los “suje-tos” internacionales que, de una u otra ma-nera, están presentes en las conductas inter-nas de un país gracias a sus inversiones, de-bido a lo cual ciertas normas de gobernabi-lidad, -en lo político y económico-, termi-nan subordinando las relaciones del podernacional a las esferas de poder internacio-nal, en una clara distinción entre lo queconstituye el “poder formal” y el “poderreal”.

De esta forma la gobernabilidad con-cluye siendo el ejercicio del poder para im-pedir los disturbios que afecten a los gruposque ejercen dicho poder, casi siempre estosal servicio, -¿al sometimiento?-, de interesessupranacionales.

Ahora bien, para que funcionen estosconceptos de gobernabilidad, -así comootros factores ideológicos en los que se sus-tenta la globalización neoliberal-, y paraque el aparecimiento del consenso se pro-duzca, se utiliza el papel determinante de lallamada “sociedad global de la informa-ción”, que no es más que el control mono-pólico de la comunicación puesto al servi-cio del discurso del poder, con la finalidadde moldear determinadas formas de con-ciencia social o “representaciones” del

mo suyos, los requerimientos de los “suje-tos” internacionales que, de una u otra ma-nera, están presentes en las conductas inter-nas de un país gracias a sus inversiones, de-bido a lo cual ciertas normas de gobernabi-lidad, -en lo político y económico-, termi-nan subordinando las relaciones del podernacional a las esferas de poder internacio-nal, en una clara distinción entre lo queconstituye el “poder formal” y el “poderreal”.

De esta forma la gobernabilidad con-cluye siendo el ejercicio del poder para im-pedir los disturbios que afecten a los gruposque ejercen dicho poder, casi siempre estosal servicio, -¿al sometimiento?-, de interesessupranacionales.

Ahora bien, para que funcionen estosconceptos de gobernabilidad, -así comootros factores ideológicos en los que se sus-tenta la globalización neoliberal-, y paraque el aparecimiento del consenso se pro-duzca, se utiliza el papel determinante de lallamada “sociedad global de la informa-ción”, que no es más que el control mono-pólico de la comunicación puesto al servi-cio del discurso del poder, con la finalidadde moldear determinadas formas de con-ciencia social o “representaciones” del

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mundo. De esta manera se silencian u ocul-tan las realidades y los conflictos estructu-rales que persisten o se agravan. No se dicenada sobre el problema de la deuda externa,el balance comercial no favorable, el inter-cambio desigual, las causas reales que hangenerado la lucha popular y social, los fac-tores estructurales de la violencia en el áreaandina, los negocios e inversiones del nar-cotráfico, etc. etc.

A pesar de todo lo señalado, en todo ca-so, afirmo que los mencionados conjun-tos virtuales de elementos que operan enuna mismo entorno, y a los que he deno-minado “paradigmas”, todavía están re-presados en la región andina, debido a locual los objetivos de los globalizadoresdel neoliberalismo no son viables, en es-te momento, en toda su potencialidad amenos que, conforme ellos lo han seña-lado implícitamente, el Plan Colombiaponga “orden” frente a los acontecimien-tos que se viven en la región.

Para confirmar lo enfatizado quieroreiterar en algunos asuntos ya referidos eneste trabajo, (a los que he denominado dis-torsiones que afectan a los globalizadoresdel neoliberalismo en la región) pero quedebido a su importancia es indispensableque vuelva a insistir en ellos:

mundo. De esta manera se silencian u ocul-tan las realidades y los conflictos estructu-rales que persisten o se agravan. No se dicenada sobre el problema de la deuda externa,el balance comercial no favorable, el inter-cambio desigual, las causas reales que hangenerado la lucha popular y social, los fac-tores estructurales de la violencia en el áreaandina, los negocios e inversiones del nar-cotráfico, etc. etc.

A pesar de todo lo señalado, en todo ca-so, afirmo que los mencionados conjun-tos virtuales de elementos que operan enuna mismo entorno, y a los que he deno-minado “paradigmas”, todavía están re-presados en la región andina, debido a locual los objetivos de los globalizadoresdel neoliberalismo no son viables, en es-te momento, en toda su potencialidad amenos que, conforme ellos lo han seña-lado implícitamente, el Plan Colombiaponga “orden” frente a los acontecimien-tos que se viven en la región.

Para confirmar lo enfatizado quieroreiterar en algunos asuntos ya referidos eneste trabajo, (a los que he denominado dis-torsiones que afectan a los globalizadoresdel neoliberalismo en la región) pero quedebido a su importancia es indispensableque vuelva a insistir en ellos:

mundo. De esta manera se silencian u ocul-tan las realidades y los conflictos estructu-rales que persisten o se agravan. No se dicenada sobre el problema de la deuda externa,el balance comercial no favorable, el inter-cambio desigual, las causas reales que hangenerado la lucha popular y social, los fac-tores estructurales de la violencia en el áreaandina, los negocios e inversiones del nar-cotráfico, etc. etc.

A pesar de todo lo señalado, en todo ca-so, afirmo que los mencionados conjun-tos virtuales de elementos que operan enuna mismo entorno, y a los que he deno-minado “paradigmas”, todavía están re-presados en la región andina, debido a locual los objetivos de los globalizadoresdel neoliberalismo no son viables, en es-te momento, en toda su potencialidad amenos que, conforme ellos lo han seña-lado implícitamente, el Plan Colombiaponga “orden” frente a los acontecimien-tos que se viven en la región.

Para confirmar lo enfatizado quieroreiterar en algunos asuntos ya referidos eneste trabajo, (a los que he denominado dis-torsiones que afectan a los globalizadoresdel neoliberalismo en la región) pero quedebido a su importancia es indispensableque vuelva a insistir en ellos:

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a) El triunfo del Coronel Hugo Chá-vez en Venezuela, en 1998, significó quemediante políticas nacionalistas se impidie-ra la desarticulación del Estado Nacional,–una de las apetencias de la globalizaciónneoliberal-, y que se continuara en la líneade saqueo, desde los países centrales, deuno de los recursos naturales más impor-tantes para aquellos, como es el petróleo.Más aún, el régimen venezolano impidió elque se continuara con aquella práctica gu-bernamental de privatizaciones, sistemamediante el cual no sólo se desnacionalizaal Estado, sino que se permite, mediantenegocios de alta corruptela, la transferenciade patrimonios en beneficio del capitaltransnacional.

Es debido a esta realidad el que seprodujera el intento del “golpe de estado”en contra del Presidente venezolano HugoChávez, despropósito perpetrado por pode-rosos sectores empresariales y por los pro-pietarios de algunos medios de comunica-ción, así como por parte de seudo-dirigen-tes sindicales patronales, quienes junto a unsector retrógado de las fuerzas armadas in-tentaron, el 12 de abril del 2.002, interrum-pir el cauce institucional venezolano comorecurso único para poner fin a un régimenque ha contribuido a fijar reglas justas en

a) El triunfo del Coronel Hugo Chá-vez en Venezuela, en 1998, significó quemediante políticas nacionalistas se impidie-ra la desarticulación del Estado Nacional,–una de las apetencias de la globalizaciónneoliberal-, y que se continuara en la líneade saqueo, desde los países centrales, deuno de los recursos naturales más impor-tantes para aquellos, como es el petróleo.Más aún, el régimen venezolano impidió elque se continuara con aquella práctica gu-bernamental de privatizaciones, sistemamediante el cual no sólo se desnacionalizaal Estado, sino que se permite, mediantenegocios de alta corruptela, la transferenciade patrimonios en beneficio del capitaltransnacional.

Es debido a esta realidad el que seprodujera el intento del “golpe de estado”en contra del Presidente venezolano HugoChávez, despropósito perpetrado por pode-rosos sectores empresariales y por los pro-pietarios de algunos medios de comunica-ción, así como por parte de seudo-dirigen-tes sindicales patronales, quienes junto a unsector retrógado de las fuerzas armadas in-tentaron, el 12 de abril del 2.002, interrum-pir el cauce institucional venezolano comorecurso único para poner fin a un régimenque ha contribuido a fijar reglas justas en

a) El triunfo del Coronel Hugo Chá-vez en Venezuela, en 1998, significó quemediante políticas nacionalistas se impidie-ra la desarticulación del Estado Nacional,–una de las apetencias de la globalizaciónneoliberal-, y que se continuara en la líneade saqueo, desde los países centrales, deuno de los recursos naturales más impor-tantes para aquellos, como es el petróleo.Más aún, el régimen venezolano impidió elque se continuara con aquella práctica gu-bernamental de privatizaciones, sistemamediante el cual no sólo se desnacionalizaal Estado, sino que se permite, mediantenegocios de alta corruptela, la transferenciade patrimonios en beneficio del capitaltransnacional.

Es debido a esta realidad el que seprodujera el intento del “golpe de estado”en contra del Presidente venezolano HugoChávez, despropósito perpetrado por pode-rosos sectores empresariales y por los pro-pietarios de algunos medios de comunica-ción, así como por parte de seudo-dirigen-tes sindicales patronales, quienes junto a unsector retrógado de las fuerzas armadas in-tentaron, el 12 de abril del 2.002, interrum-pir el cauce institucional venezolano comorecurso único para poner fin a un régimenque ha contribuido a fijar reglas justas en

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beneficio de los países productores de pe-tróleo; que no se ha amilanado frente a laspresiones de los grupos oligárquicos crio-llos; que ha cuestionado el modelo de laglobalización neoliberal, –así como ha de-senmascarado los intereses de cierta cúpulaindustrial norteamericana en este contex-to–, y sus efectos devastadores frente a lahumanidad; que ha señalado con justeza lapolítica guerrerista, -contraria a cualquierderecho humano-, del gobierno norteame-ricano respecto, por ejemplo, del pueblopalestino; que ha sido solidario con el pue-blo cubano y que, entre otras cosas, tam-bién ha desenmascarado los objetivos realesdel Plan Colombia y del TLC y del ALCA.

Por ello, el pueblo venezolano, -consectores importantes del ejército-, no per-mitió el burdo proceso de derrocamientode Chávez y lo restituyó, 24 horas despuésde la sedición, en el Gobierno, asunto quedebe ser comprendido como un triunfo delos sectores democráticos de Venezuelafrente a los vasallos del colonialismo, locual, empero, demanda la más amplia uni-dad de los pueblos de la región andina,pues, a corto plazo se verán acciones de ma-yor magnitud para poner en marcha, contodo el peso posible, los objetivos encubier-tos del Plan Colombia y, a diferencia de esta

beneficio de los países productores de pe-tróleo; que no se ha amilanado frente a laspresiones de los grupos oligárquicos crio-llos; que ha cuestionado el modelo de laglobalización neoliberal, –así como ha de-senmascarado los intereses de cierta cúpulaindustrial norteamericana en este contex-to–, y sus efectos devastadores frente a lahumanidad; que ha señalado con justeza lapolítica guerrerista, -contraria a cualquierderecho humano-, del gobierno norteame-ricano respecto, por ejemplo, del pueblopalestino; que ha sido solidario con el pue-blo cubano y que, entre otras cosas, tam-bién ha desenmascarado los objetivos realesdel Plan Colombia y del TLC y del ALCA.

Por ello, el pueblo venezolano, -consectores importantes del ejército-, no per-mitió el burdo proceso de derrocamientode Chávez y lo restituyó, 24 horas despuésde la sedición, en el Gobierno, asunto quedebe ser comprendido como un triunfo delos sectores democráticos de Venezuelafrente a los vasallos del colonialismo, locual, empero, demanda la más amplia uni-dad de los pueblos de la región andina,pues, a corto plazo se verán acciones de ma-yor magnitud para poner en marcha, contodo el peso posible, los objetivos encubier-tos del Plan Colombia y, a diferencia de esta

beneficio de los países productores de pe-tróleo; que no se ha amilanado frente a laspresiones de los grupos oligárquicos crio-llos; que ha cuestionado el modelo de laglobalización neoliberal, –así como ha de-senmascarado los intereses de cierta cúpulaindustrial norteamericana en este contex-to–, y sus efectos devastadores frente a lahumanidad; que ha señalado con justeza lapolítica guerrerista, -contraria a cualquierderecho humano-, del gobierno norteame-ricano respecto, por ejemplo, del pueblopalestino; que ha sido solidario con el pue-blo cubano y que, entre otras cosas, tam-bién ha desenmascarado los objetivos realesdel Plan Colombia y del TLC y del ALCA.

Por ello, el pueblo venezolano, -consectores importantes del ejército-, no per-mitió el burdo proceso de derrocamientode Chávez y lo restituyó, 24 horas despuésde la sedición, en el Gobierno, asunto quedebe ser comprendido como un triunfo delos sectores democráticos de Venezuelafrente a los vasallos del colonialismo, locual, empero, demanda la más amplia uni-dad de los pueblos de la región andina,pues, a corto plazo se verán acciones de ma-yor magnitud para poner en marcha, contodo el peso posible, los objetivos encubier-tos del Plan Colombia y, a diferencia de esta

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ocasión, los gestores de estas acciones pre-tenderán no ser derrotados en sus propó-sitos.

b) Circunstancia semejante, hastahoy, para que no se imponga en todas susfacetas el modelo neoliberal ha ocurrido enColombia, gracias a una economía más omenos estable de los grupos vinculados alpoder colombiano que, además, tienen ne-xos con las actividades del narcotráfico yque, de otra parte, en lo referente a los inte-reses económicos, son contradictorios conlos actuales que tienen el poder real en E.U.y que se hallan identificados con los secto-res guerreristas debido a su vinculación fi-nanciera con la industria armamentista.

c) En el Ecuador, de otra parte, la im-portante lucha del movimiento indígena,(que representa aproximadamente el 17%de la población), -a pesar de algunas des-viaciones etnocéntricas y racistas-, ha signi-ficado que se ejemplifique que el mundopluricultural no puede ser ignorado de unplumazo y que la biodiversidad que defien-den no puede ser tomada con la facilidadque se habían imaginado. Además, en el ca-so ecuatoriano, los negocios de las privati-zaciones no fueron tan fáciles debido a quelas Fuerzas Armadas no estuvieron dispues-

ocasión, los gestores de estas acciones pre-tenderán no ser derrotados en sus propó-sitos.

b) Circunstancia semejante, hastahoy, para que no se imponga en todas susfacetas el modelo neoliberal ha ocurrido enColombia, gracias a una economía más omenos estable de los grupos vinculados alpoder colombiano que, además, tienen ne-xos con las actividades del narcotráfico yque, de otra parte, en lo referente a los inte-reses económicos, son contradictorios conlos actuales que tienen el poder real en E.U.y que se hallan identificados con los secto-res guerreristas debido a su vinculación fi-nanciera con la industria armamentista.

c) En el Ecuador, de otra parte, la im-portante lucha del movimiento indígena,(que representa aproximadamente el 17%de la población), -a pesar de algunas des-viaciones etnocéntricas y racistas-, ha signi-ficado que se ejemplifique que el mundopluricultural no puede ser ignorado de unplumazo y que la biodiversidad que defien-den no puede ser tomada con la facilidadque se habían imaginado. Además, en el ca-so ecuatoriano, los negocios de las privati-zaciones no fueron tan fáciles debido a quelas Fuerzas Armadas no estuvieron dispues-

ocasión, los gestores de estas acciones pre-tenderán no ser derrotados en sus propó-sitos.

b) Circunstancia semejante, hastahoy, para que no se imponga en todas susfacetas el modelo neoliberal ha ocurrido enColombia, gracias a una economía más omenos estable de los grupos vinculados alpoder colombiano que, además, tienen ne-xos con las actividades del narcotráfico yque, de otra parte, en lo referente a los inte-reses económicos, son contradictorios conlos actuales que tienen el poder real en E.U.y que se hallan identificados con los secto-res guerreristas debido a su vinculación fi-nanciera con la industria armamentista.

c) En el Ecuador, de otra parte, la im-portante lucha del movimiento indígena,(que representa aproximadamente el 17%de la población), -a pesar de algunas des-viaciones etnocéntricas y racistas-, ha signi-ficado que se ejemplifique que el mundopluricultural no puede ser ignorado de unplumazo y que la biodiversidad que defien-den no puede ser tomada con la facilidadque se habían imaginado. Además, en el ca-so ecuatoriano, los negocios de las privati-zaciones no fueron tan fáciles debido a quelas Fuerzas Armadas no estuvieron dispues-

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tas a que muchas de sus actividades comer-ciales o empresariales, -rentables todasellas-, fuesen vendidas sin mayor razón, opulverizadas en su totalidad dentro de lamisma ola de corrupción que provocaronlos banqueros nacionales en contra de la in-mensa mayoría de ecuatorianos, incluidoslos miembros de las susodichas Fuerzas Ar-madas y los sectores productivos del país,todo esto a pesar de la dolarización, meca-nismo con el cual se ha pretendido desarti-cular la economía ecuatoriana de su mundonatural e hipotecarla a los intereses, espe-cialmente, norteamericanos.

d) Por otro lado, la llamada descen-tralización boliviana, vía los municipios,dejó entrever los afanes de aniquilamientodel Estado, pero ante todo demostró las de-ficiencias de la llamada descentralizacióncuando la economía, ligada a los interesesdel capital mundial, centralizó, contradic-toriamente, sus operaciones en aquello quele era de su estricto interés, todo esto enmedio de la cada vez más angustiosa situa-ción del pueblo que descubrió que los “can-tos de sirena” de las llamadas descentraliza-ciones no le beneficiaban, sino eran tan so-lo un pretexto para liquidar la intervencióny control del Estado sobre la economía na-cional, Asuntos todos estos que provocaron

tas a que muchas de sus actividades comer-ciales o empresariales, -rentables todasellas-, fuesen vendidas sin mayor razón, opulverizadas en su totalidad dentro de lamisma ola de corrupción que provocaronlos banqueros nacionales en contra de la in-mensa mayoría de ecuatorianos, incluidoslos miembros de las susodichas Fuerzas Ar-madas y los sectores productivos del país,todo esto a pesar de la dolarización, meca-nismo con el cual se ha pretendido desarti-cular la economía ecuatoriana de su mundonatural e hipotecarla a los intereses, espe-cialmente, norteamericanos.

d) Por otro lado, la llamada descen-tralización boliviana, vía los municipios,dejó entrever los afanes de aniquilamientodel Estado, pero ante todo demostró las de-ficiencias de la llamada descentralizacióncuando la economía, ligada a los interesesdel capital mundial, centralizó, contradic-toriamente, sus operaciones en aquello quele era de su estricto interés, todo esto enmedio de la cada vez más angustiosa situa-ción del pueblo que descubrió que los “can-tos de sirena” de las llamadas descentraliza-ciones no le beneficiaban, sino eran tan so-lo un pretexto para liquidar la intervencióny control del Estado sobre la economía na-cional, Asuntos todos estos que provocaron

tas a que muchas de sus actividades comer-ciales o empresariales, -rentables todasellas-, fuesen vendidas sin mayor razón, opulverizadas en su totalidad dentro de lamisma ola de corrupción que provocaronlos banqueros nacionales en contra de la in-mensa mayoría de ecuatorianos, incluidoslos miembros de las susodichas Fuerzas Ar-madas y los sectores productivos del país,todo esto a pesar de la dolarización, meca-nismo con el cual se ha pretendido desarti-cular la economía ecuatoriana de su mundonatural e hipotecarla a los intereses, espe-cialmente, norteamericanos.

d) Por otro lado, la llamada descen-tralización boliviana, vía los municipios,dejó entrever los afanes de aniquilamientodel Estado, pero ante todo demostró las de-ficiencias de la llamada descentralizacióncuando la economía, ligada a los interesesdel capital mundial, centralizó, contradic-toriamente, sus operaciones en aquello quele era de su estricto interés, todo esto enmedio de la cada vez más angustiosa situa-ción del pueblo que descubrió que los “can-tos de sirena” de las llamadas descentraliza-ciones no le beneficiaban, sino eran tan so-lo un pretexto para liquidar la intervencióny control del Estado sobre la economía na-cional, Asuntos todos estos que provocaron

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la mas amplia respuesta del pueblo en con-tra del régimen de Sánchez de Lozada quienintentó hipotecar los intereses populares enmedio de toda clase de negocios y sumisio-nes impedidas con la Constitución Presi-dencial provocada por la lucha del puebloboliviano en los últimos meses.

e) Asimismo, el marco de medidaseconómicas de ajuste, propiciado en la re-gión, agotó la paciencia de inmensos secto-res sociales que comprendieron que el mo-delo económico y político impuesto me-diante el recetario de los organismos es-tructurales del proyecto globalizador-neoli-beral son los causantes de su miseria, debi-do a lo cual ha surgido una creciente acti-tud de rechazo frente a dichas propuestas,con lo cual en la región Andina la confron-tación ideológica, también, ha encontradoun espacio adecuado para el debate, a partirde cuya circunstancia han surgido reflexio-nes de enorme trascendencia y la búsquedade alternativas, así como la formulación depropuestas conceptuales que denotan losimportantes niveles de renovación del pen-samiento social y popular.

Todas estas circunstancias han des-mantelado cualquier indicio de gobernabi-lidad conforme los requerimientos de los

la mas amplia respuesta del pueblo en con-tra del régimen de Sánchez de Lozada quienintentó hipotecar los intereses populares enmedio de toda clase de negocios y sumisio-nes impedidas con la Constitución Presi-dencial provocada por la lucha del puebloboliviano en los últimos meses.

e) Asimismo, el marco de medidaseconómicas de ajuste, propiciado en la re-gión, agotó la paciencia de inmensos secto-res sociales que comprendieron que el mo-delo económico y político impuesto me-diante el recetario de los organismos es-tructurales del proyecto globalizador-neoli-beral son los causantes de su miseria, debi-do a lo cual ha surgido una creciente acti-tud de rechazo frente a dichas propuestas,con lo cual en la región Andina la confron-tación ideológica, también, ha encontradoun espacio adecuado para el debate, a partirde cuya circunstancia han surgido reflexio-nes de enorme trascendencia y la búsquedade alternativas, así como la formulación depropuestas conceptuales que denotan losimportantes niveles de renovación del pen-samiento social y popular.

Todas estas circunstancias han des-mantelado cualquier indicio de gobernabi-lidad conforme los requerimientos de los

la mas amplia respuesta del pueblo en con-tra del régimen de Sánchez de Lozada quienintentó hipotecar los intereses populares enmedio de toda clase de negocios y sumisio-nes impedidas con la Constitución Presi-dencial provocada por la lucha del puebloboliviano en los últimos meses.

e) Asimismo, el marco de medidaseconómicas de ajuste, propiciado en la re-gión, agotó la paciencia de inmensos secto-res sociales que comprendieron que el mo-delo económico y político impuesto me-diante el recetario de los organismos es-tructurales del proyecto globalizador-neoli-beral son los causantes de su miseria, debi-do a lo cual ha surgido una creciente acti-tud de rechazo frente a dichas propuestas,con lo cual en la región Andina la confron-tación ideológica, también, ha encontradoun espacio adecuado para el debate, a partirde cuya circunstancia han surgido reflexio-nes de enorme trascendencia y la búsquedade alternativas, así como la formulación depropuestas conceptuales que denotan losimportantes niveles de renovación del pen-samiento social y popular.

Todas estas circunstancias han des-mantelado cualquier indicio de gobernabi-lidad conforme los requerimientos de los

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“dueños del mundo”, especialmente porquela referida gobernabilidad, al margen deque ha conculcado los valores intrínsecosde la auténtica democracia, ha ignorado alos más amplios sectores económicos, so-ciales y culturales de la región. Ha sido unagobernabilidad que ha pretendido anular laexistencia de conflictos, que ha buscado ad-ministrar políticamente las relaciones depoder y propiciar un mercado de equilibrioentre la oferta del sistema y las demandasde la sociedad, asuntos todos estos que nohan sido tolerados por los inmensos secto-res de la población, provocando el desfasedel modelo globalizador del neoliberalismoen la región, frente a cuya realidad el PlanColombia no es más que el instrumento pa-ra arreglar los desajustes a los paradigmasneoliberales.

Empero, los referidos desajustes hanafectado de manera directa a los EstadosUnidos de Norteamérica, potencia que parahegemonizar en el conjunto del orbe nece-sita poseer su “patio trasero” perfectamentealineado respecto de sus intereses. Mal pue-den los E.U. trasladar, con plena tranquili-dad y confianza, su disputa con el resto delos países centrales, si en las regiones en lascuales históricamente han subordinado,existen dificultades de control o le generan

“dueños del mundo”, especialmente porquela referida gobernabilidad, al margen deque ha conculcado los valores intrínsecosde la auténtica democracia, ha ignorado alos más amplios sectores económicos, so-ciales y culturales de la región. Ha sido unagobernabilidad que ha pretendido anular laexistencia de conflictos, que ha buscado ad-ministrar políticamente las relaciones depoder y propiciar un mercado de equilibrioentre la oferta del sistema y las demandasde la sociedad, asuntos todos estos que nohan sido tolerados por los inmensos secto-res de la población, provocando el desfasedel modelo globalizador del neoliberalismoen la región, frente a cuya realidad el PlanColombia no es más que el instrumento pa-ra arreglar los desajustes a los paradigmasneoliberales.

Empero, los referidos desajustes hanafectado de manera directa a los EstadosUnidos de Norteamérica, potencia que parahegemonizar en el conjunto del orbe nece-sita poseer su “patio trasero” perfectamentealineado respecto de sus intereses. Mal pue-den los E.U. trasladar, con plena tranquili-dad y confianza, su disputa con el resto delos países centrales, si en las regiones en lascuales históricamente han subordinado,existen dificultades de control o le generan

“dueños del mundo”, especialmente porquela referida gobernabilidad, al margen deque ha conculcado los valores intrínsecosde la auténtica democracia, ha ignorado alos más amplios sectores económicos, so-ciales y culturales de la región. Ha sido unagobernabilidad que ha pretendido anular laexistencia de conflictos, que ha buscado ad-ministrar políticamente las relaciones depoder y propiciar un mercado de equilibrioentre la oferta del sistema y las demandasde la sociedad, asuntos todos estos que nohan sido tolerados por los inmensos secto-res de la población, provocando el desfasedel modelo globalizador del neoliberalismoen la región, frente a cuya realidad el PlanColombia no es más que el instrumento pa-ra arreglar los desajustes a los paradigmasneoliberales.

Empero, los referidos desajustes hanafectado de manera directa a los EstadosUnidos de Norteamérica, potencia que parahegemonizar en el conjunto del orbe nece-sita poseer su “patio trasero” perfectamentealineado respecto de sus intereses. Mal pue-den los E.U. trasladar, con plena tranquili-dad y confianza, su disputa con el resto delos países centrales, si en las regiones en lascuales históricamente han subordinado,existen dificultades de control o le generan

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algún problema. Por ello la potencia nor-teamericana ha puesto todo el énfasis posi-ble para superar la situación en la regiónAndina a la brevedad posible. En todo casootros fenómenos, -como el argentino-, nohacen sino demostrarnos las profundas di-ficultades que se van acumulando comoefecto de la perversidad del modelo, a pesarde los esfuerzos para encubrir esta realidad.

Los propios Estados Unidos, en me-dio de la constante crisis de acumulaciónque vive, nos evidencia que su economía es-tá en dificultades, no de otra manera debeinterpretarse, por ejemplo, que su creci-miento económico se haya reducido, -com-parado con el año 2.000-, en un 1.7%; quela tasa de desempleo bordee el 4.9%; que sucapacidad industrial haya descendido en al-rededor del 4%. Todo lo anterior, ademásde la vorágine de competitividad, -lo queimpone a su vez cualquier regla de supervi-vencia-, entre los países centrales lo que lesobliga a los norteamericanos a poner ordenen los lugares “naturales” de influencia. Porello desmantelar cualquier resistencia a susobjetivos es un imperativo que pretendenque ocurra en la región andina, en este ca-so, por la vía del Plan Colombia.

algún problema. Por ello la potencia nor-teamericana ha puesto todo el énfasis posi-ble para superar la situación en la regiónAndina a la brevedad posible. En todo casootros fenómenos, -como el argentino-, nohacen sino demostrarnos las profundas di-ficultades que se van acumulando comoefecto de la perversidad del modelo, a pesarde los esfuerzos para encubrir esta realidad.

Los propios Estados Unidos, en me-dio de la constante crisis de acumulaciónque vive, nos evidencia que su economía es-tá en dificultades, no de otra manera debeinterpretarse, por ejemplo, que su creci-miento económico se haya reducido, -com-parado con el año 2.000-, en un 1.7%; quela tasa de desempleo bordee el 4.9%; que sucapacidad industrial haya descendido en al-rededor del 4%. Todo lo anterior, ademásde la vorágine de competitividad, -lo queimpone a su vez cualquier regla de supervi-vencia-, entre los países centrales lo que lesobliga a los norteamericanos a poner ordenen los lugares “naturales” de influencia. Porello desmantelar cualquier resistencia a susobjetivos es un imperativo que pretendenque ocurra en la región andina, en este ca-so, por la vía del Plan Colombia.

algún problema. Por ello la potencia nor-teamericana ha puesto todo el énfasis posi-ble para superar la situación en la regiónAndina a la brevedad posible. En todo casootros fenómenos, -como el argentino-, nohacen sino demostrarnos las profundas di-ficultades que se van acumulando comoefecto de la perversidad del modelo, a pesarde los esfuerzos para encubrir esta realidad.

Los propios Estados Unidos, en me-dio de la constante crisis de acumulaciónque vive, nos evidencia que su economía es-tá en dificultades, no de otra manera debeinterpretarse, por ejemplo, que su creci-miento económico se haya reducido, -com-parado con el año 2.000-, en un 1.7%; quela tasa de desempleo bordee el 4.9%; que sucapacidad industrial haya descendido en al-rededor del 4%. Todo lo anterior, ademásde la vorágine de competitividad, -lo queimpone a su vez cualquier regla de supervi-vencia-, entre los países centrales lo que lesobliga a los norteamericanos a poner ordenen los lugares “naturales” de influencia. Porello desmantelar cualquier resistencia a susobjetivos es un imperativo que pretendenque ocurra en la región andina, en este ca-so, por la vía del Plan Colombia.

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5. El Plan Colombia: una breve historia

El Plan Colombia recibió dicha deno-minación con la finalidad de hacerlo apare-cer no tan solo como la designación de lasoperaciones se ejecutarían al interior del te-rritorio colombiano, sino debido a que “su-puestamente” fue un producto concebidopor iniciativa propia de los colombianos yarticulado, como tal, mediante la acción delgobierno del Presidente Pastrana.

La primera versión de este Plan Co-lombia “surgió” en el último trimestre de1998 y tuvo una continuidad de formula-ciones hasta agosto de 1999, cuando cum-plió el primer año de gestiones el Presidentecolombiano. No obstante, en septiembre dedicho año se produjeron cambios sustan-ciales de contenido del Plan Colombia, apartir de cuya circunstancia se clarificó laestrategia de quienes, en la realidad, habíantrabajado la iniciativa geo-política militar yeconómica, motivo de estas páginas.

En diciembre de 1998 el PresidentePastrana presentó el Plan como “un con-junto de proyectos de desarrollo alternativoque canalizarían los esfuerzos compartidosde los gobiernos y de los organismos multi-laterales con la sociedad colombiana”. ElPlan, entonces, aparecía como un eje arti-

5. El Plan Colombia: una breve historia

El Plan Colombia recibió dicha deno-minación con la finalidad de hacerlo apare-cer no tan solo como la designación de lasoperaciones se ejecutarían al interior del te-rritorio colombiano, sino debido a que “su-puestamente” fue un producto concebidopor iniciativa propia de los colombianos yarticulado, como tal, mediante la acción delgobierno del Presidente Pastrana.

La primera versión de este Plan Co-lombia “surgió” en el último trimestre de1998 y tuvo una continuidad de formula-ciones hasta agosto de 1999, cuando cum-plió el primer año de gestiones el Presidentecolombiano. No obstante, en septiembre dedicho año se produjeron cambios sustan-ciales de contenido del Plan Colombia, apartir de cuya circunstancia se clarificó laestrategia de quienes, en la realidad, habíantrabajado la iniciativa geo-política militar yeconómica, motivo de estas páginas.

En diciembre de 1998 el PresidentePastrana presentó el Plan como “un con-junto de proyectos de desarrollo alternativoque canalizarían los esfuerzos compartidosde los gobiernos y de los organismos multi-laterales con la sociedad colombiana”. ElPlan, entonces, aparecía como un eje arti-

5. El Plan Colombia: una breve historia

El Plan Colombia recibió dicha deno-minación con la finalidad de hacerlo apare-cer no tan solo como la designación de lasoperaciones se ejecutarían al interior del te-rritorio colombiano, sino debido a que “su-puestamente” fue un producto concebidopor iniciativa propia de los colombianos yarticulado, como tal, mediante la acción delgobierno del Presidente Pastrana.

La primera versión de este Plan Co-lombia “surgió” en el último trimestre de1998 y tuvo una continuidad de formula-ciones hasta agosto de 1999, cuando cum-plió el primer año de gestiones el Presidentecolombiano. No obstante, en septiembre dedicho año se produjeron cambios sustan-ciales de contenido del Plan Colombia, apartir de cuya circunstancia se clarificó laestrategia de quienes, en la realidad, habíantrabajado la iniciativa geo-política militar yeconómica, motivo de estas páginas.

En diciembre de 1998 el PresidentePastrana presentó el Plan como “un con-junto de proyectos de desarrollo alternativoque canalizarían los esfuerzos compartidosde los gobiernos y de los organismos multi-laterales con la sociedad colombiana”. ElPlan, entonces, aparecía como un eje arti-

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culador de la política de paz, pues hablabade crear condiciones económicas, socialesque propiciarían la concertación social.Aún más, en referencia a la presencia decultivos ilícitos, el Plan presentaba una ini-ciativa no militar y hacía incapié en accio-nes preventivas, sin dejar de fortalecer todainiciativa de control.

Una segunda versión del Plan fue pre-sentado en junio de 1999, con oportunidaddel encuentro de Mandatarios de Europa,América Latina y el Caribe, realizado en Ríode Janeiro. En esta nueva versión, -no tandistante de la anterior-, se reforzó la idea dela “promoción de la sostenibilidad ambien-tal”. Los autores del Plan intentaron que lospaíses europeos financiaran todo lo perti-nente con la sustitución de cultivos ilícitos.Aquello, empero, no lo consiguieron.

En todo caso las dos versiones delPlan, -mediante el cual se pretendía involu-crar a todos los países centrales-, mantuvolas estrategias políticas, sociales, económi-cas vinculadas a la negociación y a las refor-mas. Como el Plan no interesó del todo, enla forma inicialmente concebida, a los paí-ses centrales, o debido a que ellos al darsepor informados de lo que se estaba “coci-nando” dejaron entrever, en las medias tin-

culador de la política de paz, pues hablabade crear condiciones económicas, socialesque propiciarían la concertación social.Aún más, en referencia a la presencia decultivos ilícitos, el Plan presentaba una ini-ciativa no militar y hacía incapié en accio-nes preventivas, sin dejar de fortalecer todainiciativa de control.

Una segunda versión del Plan fue pre-sentado en junio de 1999, con oportunidaddel encuentro de Mandatarios de Europa,América Latina y el Caribe, realizado en Ríode Janeiro. En esta nueva versión, -no tandistante de la anterior-, se reforzó la idea dela “promoción de la sostenibilidad ambien-tal”. Los autores del Plan intentaron que lospaíses europeos financiaran todo lo perti-nente con la sustitución de cultivos ilícitos.Aquello, empero, no lo consiguieron.

En todo caso las dos versiones delPlan, -mediante el cual se pretendía involu-crar a todos los países centrales-, mantuvolas estrategias políticas, sociales, económi-cas vinculadas a la negociación y a las refor-mas. Como el Plan no interesó del todo, enla forma inicialmente concebida, a los paí-ses centrales, o debido a que ellos al darsepor informados de lo que se estaba “coci-nando” dejaron entrever, en las medias tin-

culador de la política de paz, pues hablabade crear condiciones económicas, socialesque propiciarían la concertación social.Aún más, en referencia a la presencia decultivos ilícitos, el Plan presentaba una ini-ciativa no militar y hacía incapié en accio-nes preventivas, sin dejar de fortalecer todainiciativa de control.

Una segunda versión del Plan fue pre-sentado en junio de 1999, con oportunidaddel encuentro de Mandatarios de Europa,América Latina y el Caribe, realizado en Ríode Janeiro. En esta nueva versión, -no tandistante de la anterior-, se reforzó la idea dela “promoción de la sostenibilidad ambien-tal”. Los autores del Plan intentaron que lospaíses europeos financiaran todo lo perti-nente con la sustitución de cultivos ilícitos.Aquello, empero, no lo consiguieron.

En todo caso las dos versiones delPlan, -mediante el cual se pretendía involu-crar a todos los países centrales-, mantuvolas estrategias políticas, sociales, económi-cas vinculadas a la negociación y a las refor-mas. Como el Plan no interesó del todo, enla forma inicialmente concebida, a los paí-ses centrales, o debido a que ellos al darsepor informados de lo que se estaba “coci-nando” dejaron entrever, en las medias tin-

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tas que se producen frente a estos temas, suaceptación para que los colombianos, conal apoyo de aquellos países amigos más pró-ximos al área en conflicto, resolvieran susproblemas, se optó, luego, por la formula-ción de una tercera versión, trabajada, demanera abierta, entre funcionarios nortea-mericanos y colombianos.

La tercera versión, que apareció enseptiembre de 1999, tuvo ya modificacionessustanciales. La más importante fue aquellapor la cual el Plan centraba su acción en lalucha antinarcóticos. El interés ya no recaíaen la erradicación de los cultivos ilícitos conparticipación de la guerrilla, sino en des-montar todo vinculo de los traficantes conlos grupos armados, asuntos que no seríanposibles, -aunque no se lo decía abierta-mente-, sino mediante una confrontaciónmilitar. De esta manera al Plan asumió ple-namente la política antidrogas norteameri-cana y, además, configuró las perspectivasen la región que los capitales financierostransnacionales requerían para su desarro-llo y expansión

La tercera versión del Plan sirvió paraque Pastrana negocie todos los apoyos posi-bles con la administración Clinton y susaliados. En el entorno de dichas conversa-

tas que se producen frente a estos temas, suaceptación para que los colombianos, conal apoyo de aquellos países amigos más pró-ximos al área en conflicto, resolvieran susproblemas, se optó, luego, por la formula-ción de una tercera versión, trabajada, demanera abierta, entre funcionarios nortea-mericanos y colombianos.

La tercera versión, que apareció enseptiembre de 1999, tuvo ya modificacionessustanciales. La más importante fue aquellapor la cual el Plan centraba su acción en lalucha antinarcóticos. El interés ya no recaíaen la erradicación de los cultivos ilícitos conparticipación de la guerrilla, sino en des-montar todo vinculo de los traficantes conlos grupos armados, asuntos que no seríanposibles, -aunque no se lo decía abierta-mente-, sino mediante una confrontaciónmilitar. De esta manera al Plan asumió ple-namente la política antidrogas norteameri-cana y, además, configuró las perspectivasen la región que los capitales financierostransnacionales requerían para su desarro-llo y expansión

La tercera versión del Plan sirvió paraque Pastrana negocie todos los apoyos posi-bles con la administración Clinton y susaliados. En el entorno de dichas conversa-

tas que se producen frente a estos temas, suaceptación para que los colombianos, conal apoyo de aquellos países amigos más pró-ximos al área en conflicto, resolvieran susproblemas, se optó, luego, por la formula-ción de una tercera versión, trabajada, demanera abierta, entre funcionarios nortea-mericanos y colombianos.

La tercera versión, que apareció enseptiembre de 1999, tuvo ya modificacionessustanciales. La más importante fue aquellapor la cual el Plan centraba su acción en lalucha antinarcóticos. El interés ya no recaíaen la erradicación de los cultivos ilícitos conparticipación de la guerrilla, sino en des-montar todo vinculo de los traficantes conlos grupos armados, asuntos que no seríanposibles, -aunque no se lo decía abierta-mente-, sino mediante una confrontaciónmilitar. De esta manera al Plan asumió ple-namente la política antidrogas norteameri-cana y, además, configuró las perspectivasen la región que los capitales financierostransnacionales requerían para su desarro-llo y expansión

La tercera versión del Plan sirvió paraque Pastrana negocie todos los apoyos posi-bles con la administración Clinton y susaliados. En el entorno de dichas conversa-

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ciones bilaterales el Presidente colombianopidió 1.500 millones de dólares para la eje-cución de un “proyecto” concertado, de ca-ra a la opinión pública mundial, entre E.U.y Colombia.

Una cuarta versión del Plan Colom-bia entró en circulación a comienzos del2.000, esta vez con expreso destino a los oí-dos europeos y japoneses. Dicha versiónhábilmente puso énfasis en el tema de labiodiversidad, del cuidado del medio am-biente y de la protección ecológica que serequieren en las zonas donde la producciónde drogas, “en complicidad con la guerrilla”,provocan una situación contraria a los inte-reses de los europeos y de los japoneses, es-to es impiden el cuidado de una zona que,más temprano que tarde, pudiera ser áreaecológica de soporte estratégico para dichaszonas centrales de la economía globalizada.En suma, la versión cuatro fue elaboradapara que Europa y Japón asimilaran elmensaje en el sentido de que el Plan busca-ba defender, también, los intereses natura-les estratégicos que interesan a dichos paí-ses centrales..

La existencia de cuatro versiones so-bre el Plan Colombia tuvo la finalidad deprovocar “las lecturas” pertinentes en los

ciones bilaterales el Presidente colombianopidió 1.500 millones de dólares para la eje-cución de un “proyecto” concertado, de ca-ra a la opinión pública mundial, entre E.U.y Colombia.

Una cuarta versión del Plan Colom-bia entró en circulación a comienzos del2.000, esta vez con expreso destino a los oí-dos europeos y japoneses. Dicha versiónhábilmente puso énfasis en el tema de labiodiversidad, del cuidado del medio am-biente y de la protección ecológica que serequieren en las zonas donde la producciónde drogas, “en complicidad con la guerrilla”,provocan una situación contraria a los inte-reses de los europeos y de los japoneses, es-to es impiden el cuidado de una zona que,más temprano que tarde, pudiera ser áreaecológica de soporte estratégico para dichaszonas centrales de la economía globalizada.En suma, la versión cuatro fue elaboradapara que Europa y Japón asimilaran elmensaje en el sentido de que el Plan busca-ba defender, también, los intereses natura-les estratégicos que interesan a dichos paí-ses centrales..

La existencia de cuatro versiones so-bre el Plan Colombia tuvo la finalidad deprovocar “las lecturas” pertinentes en los

ciones bilaterales el Presidente colombianopidió 1.500 millones de dólares para la eje-cución de un “proyecto” concertado, de ca-ra a la opinión pública mundial, entre E.U.y Colombia.

Una cuarta versión del Plan Colom-bia entró en circulación a comienzos del2.000, esta vez con expreso destino a los oí-dos europeos y japoneses. Dicha versiónhábilmente puso énfasis en el tema de labiodiversidad, del cuidado del medio am-biente y de la protección ecológica que serequieren en las zonas donde la producciónde drogas, “en complicidad con la guerrilla”,provocan una situación contraria a los inte-reses de los europeos y de los japoneses, es-to es impiden el cuidado de una zona que,más temprano que tarde, pudiera ser áreaecológica de soporte estratégico para dichaszonas centrales de la economía globalizada.En suma, la versión cuatro fue elaboradapara que Europa y Japón asimilaran elmensaje en el sentido de que el Plan busca-ba defender, también, los intereses natura-les estratégicos que interesan a dichos paí-ses centrales..

La existencia de cuatro versiones so-bre el Plan Colombia tuvo la finalidad deprovocar “las lecturas” pertinentes en los

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auditorios distintos en cada uno de los cua-les se abordó sobre el conflicto de Colombiay su región más próxima. Fue una manerade involucrar a los más disímiles sectoresdel mundo central en el contexto de la polí-tica norteamericana frente a la región andi-na. Se constituyó, de otro lado, en un per-verso mecanismo de información, -o de de-sinformación-, respecto de una política dehechos consumados que venía ya ocurrien-do en la región, en cuya iniciativa se estimaque habrá un desembolso de algo más de7.000 millones de dólares obtenidos graciasal presupuesto colombiano, al enorme apo-yo de los E.U., a los acuerdos bilaterales conEuropa y otros países y a los recursos prove-nientes de los organismos multilaterales einternacionales.

En todo caso, a manera de explica-ción, valga decir que la versión tres delPlan, más el detalle de gastos o de distribu-ción de los más de 7.000 millones de dóla-res, que fuera aprobado por el congreso es-tadounidense a inicios del 2.000, es el PlanColombia que formalmente se halla en eje-cución.

Ahora bien, mientras se discutía el ca-rácter del Plan Colombia, los posibles alia-dos, los niveles de aporte de los norteameri-

auditorios distintos en cada uno de los cua-les se abordó sobre el conflicto de Colombiay su región más próxima. Fue una manerade involucrar a los más disímiles sectoresdel mundo central en el contexto de la polí-tica norteamericana frente a la región andi-na. Se constituyó, de otro lado, en un per-verso mecanismo de información, -o de de-sinformación-, respecto de una política dehechos consumados que venía ya ocurrien-do en la región, en cuya iniciativa se estimaque habrá un desembolso de algo más de7.000 millones de dólares obtenidos graciasal presupuesto colombiano, al enorme apo-yo de los E.U., a los acuerdos bilaterales conEuropa y otros países y a los recursos prove-nientes de los organismos multilaterales einternacionales.

En todo caso, a manera de explica-ción, valga decir que la versión tres delPlan, más el detalle de gastos o de distribu-ción de los más de 7.000 millones de dóla-res, que fuera aprobado por el congreso es-tadounidense a inicios del 2.000, es el PlanColombia que formalmente se halla en eje-cución.

Ahora bien, mientras se discutía el ca-rácter del Plan Colombia, los posibles alia-dos, los niveles de aporte de los norteameri-

auditorios distintos en cada uno de los cua-les se abordó sobre el conflicto de Colombiay su región más próxima. Fue una manerade involucrar a los más disímiles sectoresdel mundo central en el contexto de la polí-tica norteamericana frente a la región andi-na. Se constituyó, de otro lado, en un per-verso mecanismo de información, -o de de-sinformación-, respecto de una política dehechos consumados que venía ya ocurrien-do en la región, en cuya iniciativa se estimaque habrá un desembolso de algo más de7.000 millones de dólares obtenidos graciasal presupuesto colombiano, al enorme apo-yo de los E.U., a los acuerdos bilaterales conEuropa y otros países y a los recursos prove-nientes de los organismos multilaterales einternacionales.

En todo caso, a manera de explica-ción, valga decir que la versión tres delPlan, más el detalle de gastos o de distribu-ción de los más de 7.000 millones de dóla-res, que fuera aprobado por el congreso es-tadounidense a inicios del 2.000, es el PlanColombia que formalmente se halla en eje-cución.

Ahora bien, mientras se discutía el ca-rácter del Plan Colombia, los posibles alia-dos, los niveles de aporte de los norteameri-

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canos, etc. fue evidente que por “cuerdasseparadas” se desarrollaban otras accionestácticas y estratégicas que, a no dudarlo,formaban parte del Plan Colombia y quehoy le son complementarios formando par-te de una misma articulación geopolítica.

No de otra manera debe comprender-se, por ejemplo, las presiones norteamerica-nas para que el viejo conflicto fronterizoentre Ecuador y Perú, -del cual han medra-do indistintamente los regímenes de turno,las burguesías criollas y los empresarios dela guerra-, fuera superado aceleradamente,mediante la suscripción del acuerdo de pazque firmaron los Presidentes Mahuad y Fu-jimori en el año de 1999, en medio de loscompromisos y ofertas de los E.U., -hastahoy incumplidas en su totalidad-, en el sen-tido de que los regímenes de Ecuador y Pe-rú recibirían tres millones de dólares paraobras de diversa naturaleza que les permi-tiera a los dos países consolidar múltiplesobras de desarrollo en la nueva zona limí-trofe.

Más allá de la importancia de superarel conflicto territorial, -lo cual no está enentredicho en estas líneas-, fueron eviden-tes las presiones con el objeto de superar laconfrontación entre las Fuerzas Armadas de

canos, etc. fue evidente que por “cuerdasseparadas” se desarrollaban otras accionestácticas y estratégicas que, a no dudarlo,formaban parte del Plan Colombia y quehoy le son complementarios formando par-te de una misma articulación geopolítica.

No de otra manera debe comprender-se, por ejemplo, las presiones norteamerica-nas para que el viejo conflicto fronterizoentre Ecuador y Perú, -del cual han medra-do indistintamente los regímenes de turno,las burguesías criollas y los empresarios dela guerra-, fuera superado aceleradamente,mediante la suscripción del acuerdo de pazque firmaron los Presidentes Mahuad y Fu-jimori en el año de 1999, en medio de loscompromisos y ofertas de los E.U., -hastahoy incumplidas en su totalidad-, en el sen-tido de que los regímenes de Ecuador y Pe-rú recibirían tres millones de dólares paraobras de diversa naturaleza que les permi-tiera a los dos países consolidar múltiplesobras de desarrollo en la nueva zona limí-trofe.

Más allá de la importancia de superarel conflicto territorial, -lo cual no está enentredicho en estas líneas-, fueron eviden-tes las presiones con el objeto de superar laconfrontación entre las Fuerzas Armadas de

canos, etc. fue evidente que por “cuerdasseparadas” se desarrollaban otras accionestácticas y estratégicas que, a no dudarlo,formaban parte del Plan Colombia y quehoy le son complementarios formando par-te de una misma articulación geopolítica.

No de otra manera debe comprender-se, por ejemplo, las presiones norteamerica-nas para que el viejo conflicto fronterizoentre Ecuador y Perú, -del cual han medra-do indistintamente los regímenes de turno,las burguesías criollas y los empresarios dela guerra-, fuera superado aceleradamente,mediante la suscripción del acuerdo de pazque firmaron los Presidentes Mahuad y Fu-jimori en el año de 1999, en medio de loscompromisos y ofertas de los E.U., -hastahoy incumplidas en su totalidad-, en el sen-tido de que los regímenes de Ecuador y Pe-rú recibirían tres millones de dólares paraobras de diversa naturaleza que les permi-tiera a los dos países consolidar múltiplesobras de desarrollo en la nueva zona limí-trofe.

Más allá de la importancia de superarel conflicto territorial, -lo cual no está enentredicho en estas líneas-, fueron eviden-tes las presiones con el objeto de superar laconfrontación entre las Fuerzas Armadas de

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Ecuador y Perú y trasladar su actividad mi-litar y de guerra a la nueva ocupación bélicaque preveía el Plan Colombia, esto es entrelas fuerzas armadas de la región y las fuer-zas de la “narco-guerrilla”.

Empero, mientras se “negociaba” elcarácter del Plan Colombia, -conforme lohe demostrado en párrafos precedentes-, enabril de 1999, -y como corolario a los con-tactos que se habían iniciado en enero delmismo año-, la Embajada Norteamericanay el Gobierno Ecuatoriano, presidido porYamil Mahuad, suscribieron un “acuerdoprovisional” para la entrega del puerto y delaeropuerto de la ciudad de Manta a favorde las Fuerzas Armadas norteamericanas afin de que dicha fuerza de ocupación “con-trole y combata” las supuestas actividadesde narcotráfico, especialmente provenientesde Colombia.

De esta manera los norteamericanosiniciaron las acciones para suplir su basemilitar en Panamá toda vez que, por losefectos de la devolución del Canal a su legí-timo dueño, se quedaron sin ella, realidadque a estas alturas, la de no poseer la basemilitar en Panamá, la consideran, -confor-me se desprende de la lectura del documen-to Santa Fé 4-, un error histórico muygrave.

Ecuador y Perú y trasladar su actividad mi-litar y de guerra a la nueva ocupación bélicaque preveía el Plan Colombia, esto es entrelas fuerzas armadas de la región y las fuer-zas de la “narco-guerrilla”.

Empero, mientras se “negociaba” elcarácter del Plan Colombia, -conforme lohe demostrado en párrafos precedentes-, enabril de 1999, -y como corolario a los con-tactos que se habían iniciado en enero delmismo año-, la Embajada Norteamericanay el Gobierno Ecuatoriano, presidido porYamil Mahuad, suscribieron un “acuerdoprovisional” para la entrega del puerto y delaeropuerto de la ciudad de Manta a favorde las Fuerzas Armadas norteamericanas afin de que dicha fuerza de ocupación “con-trole y combata” las supuestas actividadesde narcotráfico, especialmente provenientesde Colombia.

De esta manera los norteamericanosiniciaron las acciones para suplir su basemilitar en Panamá toda vez que, por losefectos de la devolución del Canal a su legí-timo dueño, se quedaron sin ella, realidadque a estas alturas, la de no poseer la basemilitar en Panamá, la consideran, -confor-me se desprende de la lectura del documen-to Santa Fé 4-, un error histórico muygrave.

Ecuador y Perú y trasladar su actividad mi-litar y de guerra a la nueva ocupación bélicaque preveía el Plan Colombia, esto es entrelas fuerzas armadas de la región y las fuer-zas de la “narco-guerrilla”.

Empero, mientras se “negociaba” elcarácter del Plan Colombia, -conforme lohe demostrado en párrafos precedentes-, enabril de 1999, -y como corolario a los con-tactos que se habían iniciado en enero delmismo año-, la Embajada Norteamericanay el Gobierno Ecuatoriano, presidido porYamil Mahuad, suscribieron un “acuerdoprovisional” para la entrega del puerto y delaeropuerto de la ciudad de Manta a favorde las Fuerzas Armadas norteamericanas afin de que dicha fuerza de ocupación “con-trole y combata” las supuestas actividadesde narcotráfico, especialmente provenientesde Colombia.

De esta manera los norteamericanosiniciaron las acciones para suplir su basemilitar en Panamá toda vez que, por losefectos de la devolución del Canal a su legí-timo dueño, se quedaron sin ella, realidadque a estas alturas, la de no poseer la basemilitar en Panamá, la consideran, -confor-me se desprende de la lectura del documen-to Santa Fé 4-, un error histórico muygrave.

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Por todo lo anterior el Ecuador pasó ala mira estadounidense, en referencia a lode la base militar, -más aún cuando Vene-zuela les negó la pretensión de instalar endicho país tal base militar-, y frente al re-querimiento estratégico y geopolítico deposeer un espacio desde el cual, también,pudieran amedrentar precisamente a la po-lítica nacionalista que se implantó desdeCaracas.

Posteriormente, en el mes de noviem-bre de 1999 el Gobierno Nacional del Ecua-dor autorizó a su canciller, Benjamín Ortiz,para que firmara el “Acuerdo de coopera-ción entre el Gobierno de la República delEcuador y el Gobierno de los Estados Uni-dos de Norteamérica, concerniente al dere-cho de acceso y uso por parte del Gobiernode los Estados Unidos de Norteamérica delas instalaciones de la base de la Fuerza Aé-rea Ecuatoriana en la ciudad de Manta, pa-ra actividades aéreas antinarcóticas”.

El mencionado acuerdo no fue cono-cido y aprobado por el Plenario del Con-greso Nacional, como estipula la Constitu-ción del Ecuador, y, por el contrario, demanera improcedente, e inconstitucional,fue “ratificado” por la Comisión de AsuntosInternacionales del Congreso, -entonces

Por todo lo anterior el Ecuador pasó ala mira estadounidense, en referencia a lode la base militar, -más aún cuando Vene-zuela les negó la pretensión de instalar endicho país tal base militar-, y frente al re-querimiento estratégico y geopolítico deposeer un espacio desde el cual, también,pudieran amedrentar precisamente a la po-lítica nacionalista que se implantó desdeCaracas.

Posteriormente, en el mes de noviem-bre de 1999 el Gobierno Nacional del Ecua-dor autorizó a su canciller, Benjamín Ortiz,para que firmara el “Acuerdo de coopera-ción entre el Gobierno de la República delEcuador y el Gobierno de los Estados Uni-dos de Norteamérica, concerniente al dere-cho de acceso y uso por parte del Gobiernode los Estados Unidos de Norteamérica delas instalaciones de la base de la Fuerza Aé-rea Ecuatoriana en la ciudad de Manta, pa-ra actividades aéreas antinarcóticas”.

El mencionado acuerdo no fue cono-cido y aprobado por el Plenario del Con-greso Nacional, como estipula la Constitu-ción del Ecuador, y, por el contrario, demanera improcedente, e inconstitucional,fue “ratificado” por la Comisión de AsuntosInternacionales del Congreso, -entonces

Por todo lo anterior el Ecuador pasó ala mira estadounidense, en referencia a lode la base militar, -más aún cuando Vene-zuela les negó la pretensión de instalar endicho país tal base militar-, y frente al re-querimiento estratégico y geopolítico deposeer un espacio desde el cual, también,pudieran amedrentar precisamente a la po-lítica nacionalista que se implantó desdeCaracas.

Posteriormente, en el mes de noviem-bre de 1999 el Gobierno Nacional del Ecua-dor autorizó a su canciller, Benjamín Ortiz,para que firmara el “Acuerdo de coopera-ción entre el Gobierno de la República delEcuador y el Gobierno de los Estados Uni-dos de Norteamérica, concerniente al dere-cho de acceso y uso por parte del Gobiernode los Estados Unidos de Norteamérica delas instalaciones de la base de la Fuerza Aé-rea Ecuatoriana en la ciudad de Manta, pa-ra actividades aéreas antinarcóticas”.

El mencionado acuerdo no fue cono-cido y aprobado por el Plenario del Con-greso Nacional, como estipula la Constitu-ción del Ecuador, y, por el contrario, demanera improcedente, e inconstitucional,fue “ratificado” por la Comisión de AsuntosInternacionales del Congreso, -entonces

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presidida por el que fuera Canciller ecuato-riano Heiz Moeller-, con lo cual se demues-tra el nivel de contubernio con el que se ac-tuó para dar paso a la violación de la sobe-ranía y de la dignidad ecuatorianas, todocon el objeto de poner en funcionamientouna base militar norteamericana de acuer-do con la visión geopolítico-económica deaquellos que, hace mucho tiempo ya, ha-bían definido el rol estratégico del Plan Co-lombia, los países que debían estar involu-crados en la ejecución de esta operación asícomo los objetivos que esperaban que secumplieran en el mediano y largo plazo,conforme sus requerimientos, -y no comofalsamente decían ser los objetivos puntua-les de Colombia-, todo ello más allá de quepara cuidar las formas, se ejecutó una falsapolítica de consultas a otros países o se pre-sentaron versiones distintas del Plan Co-lombia para confundir y engañar a los di-versos interlocutores, a los posibles aliadosy, especialmente, a la opinión pública.

Todo un sainete, en suma, con rela-ción a la “crónica de un Plan” diseñado des-de los primeros años de la década de los no-venta del siglo veinte, -a finales de la llama-da guerra fría”-, cuando la cruzada antidro-gas empezó a tomar forma como herra-mienta política y mecanismo de presión pa-

presidida por el que fuera Canciller ecuato-riano Heiz Moeller-, con lo cual se demues-tra el nivel de contubernio con el que se ac-tuó para dar paso a la violación de la sobe-ranía y de la dignidad ecuatorianas, todocon el objeto de poner en funcionamientouna base militar norteamericana de acuer-do con la visión geopolítico-económica deaquellos que, hace mucho tiempo ya, ha-bían definido el rol estratégico del Plan Co-lombia, los países que debían estar involu-crados en la ejecución de esta operación asícomo los objetivos que esperaban que secumplieran en el mediano y largo plazo,conforme sus requerimientos, -y no comofalsamente decían ser los objetivos puntua-les de Colombia-, todo ello más allá de quepara cuidar las formas, se ejecutó una falsapolítica de consultas a otros países o se pre-sentaron versiones distintas del Plan Co-lombia para confundir y engañar a los di-versos interlocutores, a los posibles aliadosy, especialmente, a la opinión pública.

Todo un sainete, en suma, con rela-ción a la “crónica de un Plan” diseñado des-de los primeros años de la década de los no-venta del siglo veinte, -a finales de la llama-da guerra fría”-, cuando la cruzada antidro-gas empezó a tomar forma como herra-mienta política y mecanismo de presión pa-

presidida por el que fuera Canciller ecuato-riano Heiz Moeller-, con lo cual se demues-tra el nivel de contubernio con el que se ac-tuó para dar paso a la violación de la sobe-ranía y de la dignidad ecuatorianas, todocon el objeto de poner en funcionamientouna base militar norteamericana de acuer-do con la visión geopolítico-económica deaquellos que, hace mucho tiempo ya, ha-bían definido el rol estratégico del Plan Co-lombia, los países que debían estar involu-crados en la ejecución de esta operación asícomo los objetivos que esperaban que secumplieran en el mediano y largo plazo,conforme sus requerimientos, -y no comofalsamente decían ser los objetivos puntua-les de Colombia-, todo ello más allá de quepara cuidar las formas, se ejecutó una falsapolítica de consultas a otros países o se pre-sentaron versiones distintas del Plan Co-lombia para confundir y engañar a los di-versos interlocutores, a los posibles aliadosy, especialmente, a la opinión pública.

Todo un sainete, en suma, con rela-ción a la “crónica de un Plan” diseñado des-de los primeros años de la década de los no-venta del siglo veinte, -a finales de la llama-da guerra fría”-, cuando la cruzada antidro-gas empezó a tomar forma como herra-mienta política y mecanismo de presión pa-

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ra otros temas de interés de E.U. en la re-gión y como una nueva forma de involucra-miento de Washington en los asuntos inter-nos de cada uno de los países andinos, entrelos cuales debe atenderse su constante boi-cot a cualquier forma de unidad andina osudamericana que habrían dificultado laconformación del ALCA, política coloniza-dora con la cual hoy expanden los E.U susintereses hegemónicos para los fines políti-cos y económicos de los que he hablado a lolargo de estas páginas.

Por ello, y para dar continuidad a losobjetivos estratégicos de E.U., el 16 de mayodel 2.001 se puso en marcha lo que se cono-ce como “La iniciativa regional Andina”,IRA, la misma que debe considerarse comouna segunda etapa del Plan Colombia, puesel compromiso de los países de la regiónandina es evidente en este marco estratégi-co, negociado discretamente desde la admi-nistración Clinton, según ellos, para con-trarrestar los efectos del Plan Colombia enla región.

En la actualidad dicha estrategia, ladel IRA, ha sido perfeccionada por Bush enel marco del proyecto globalizador del neo-liberalismo, lo cual ha significado la puestaen marcha de una serie de acciones ten-

ra otros temas de interés de E.U. en la re-gión y como una nueva forma de involucra-miento de Washington en los asuntos inter-nos de cada uno de los países andinos, entrelos cuales debe atenderse su constante boi-cot a cualquier forma de unidad andina osudamericana que habrían dificultado laconformación del ALCA, política coloniza-dora con la cual hoy expanden los E.U susintereses hegemónicos para los fines políti-cos y económicos de los que he hablado a lolargo de estas páginas.

Por ello, y para dar continuidad a losobjetivos estratégicos de E.U., el 16 de mayodel 2.001 se puso en marcha lo que se cono-ce como “La iniciativa regional Andina”,IRA, la misma que debe considerarse comouna segunda etapa del Plan Colombia, puesel compromiso de los países de la regiónandina es evidente en este marco estratégi-co, negociado discretamente desde la admi-nistración Clinton, según ellos, para con-trarrestar los efectos del Plan Colombia enla región.

En la actualidad dicha estrategia, ladel IRA, ha sido perfeccionada por Bush enel marco del proyecto globalizador del neo-liberalismo, lo cual ha significado la puestaen marcha de una serie de acciones ten-

ra otros temas de interés de E.U. en la re-gión y como una nueva forma de involucra-miento de Washington en los asuntos inter-nos de cada uno de los países andinos, entrelos cuales debe atenderse su constante boi-cot a cualquier forma de unidad andina osudamericana que habrían dificultado laconformación del ALCA, política coloniza-dora con la cual hoy expanden los E.U susintereses hegemónicos para los fines políti-cos y económicos de los que he hablado a lolargo de estas páginas.

Por ello, y para dar continuidad a losobjetivos estratégicos de E.U., el 16 de mayodel 2.001 se puso en marcha lo que se cono-ce como “La iniciativa regional Andina”,IRA, la misma que debe considerarse comouna segunda etapa del Plan Colombia, puesel compromiso de los países de la regiónandina es evidente en este marco estratégi-co, negociado discretamente desde la admi-nistración Clinton, según ellos, para con-trarrestar los efectos del Plan Colombia enla región.

En la actualidad dicha estrategia, ladel IRA, ha sido perfeccionada por Bush enel marco del proyecto globalizador del neo-liberalismo, lo cual ha significado la puestaen marcha de una serie de acciones ten-

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dientes ha detener en la región andina elmalestar social ocasionado por el Plan Co-lombia y, en contraposición, propiciar laconfiguración de un ambiente menos cal-deado que permita el alumbramiento delALCA, no obstante que para llegar a esteobjetivo se pretende transitar previamentepor el TLC.

Si bien la referida iniciativa andinaimplica, por todo lo afirmado, un manteni-miento de la asistencia militar hacia Co-lombia así como a los países de la región, enla actual administración Bush la estrategiaestá formulada, además, para superar ante-riores limitaciones provenientes de esa cir-cunstancia exclusivamente militarista.

Por ello la IRA se preocupa de daruna nueva imagen y plantea asuntos comolos de la sustitución de cultivos y la asisten-cia económica, lo que a su vez implicatransferencia de capitales, -inicialmente en-cubiertos en dádivas para la paz-, a la re-gión y el desarrollo constante de inversionesen ella, con lo cual los intereses de algunosde los países centrales, sobre esta parte delos países periféricos, tienen otros matices,como lo tienen las insinuaciones perma-nentes de que dichos países favorezcan, eneste contexto, la “modernización de los es-

dientes ha detener en la región andina elmalestar social ocasionado por el Plan Co-lombia y, en contraposición, propiciar laconfiguración de un ambiente menos cal-deado que permita el alumbramiento delALCA, no obstante que para llegar a esteobjetivo se pretende transitar previamentepor el TLC.

Si bien la referida iniciativa andinaimplica, por todo lo afirmado, un manteni-miento de la asistencia militar hacia Co-lombia así como a los países de la región, enla actual administración Bush la estrategiaestá formulada, además, para superar ante-riores limitaciones provenientes de esa cir-cunstancia exclusivamente militarista.

Por ello la IRA se preocupa de daruna nueva imagen y plantea asuntos comolos de la sustitución de cultivos y la asisten-cia económica, lo que a su vez implicatransferencia de capitales, -inicialmente en-cubiertos en dádivas para la paz-, a la re-gión y el desarrollo constante de inversionesen ella, con lo cual los intereses de algunosde los países centrales, sobre esta parte delos países periféricos, tienen otros matices,como lo tienen las insinuaciones perma-nentes de que dichos países favorezcan, eneste contexto, la “modernización de los es-

dientes ha detener en la región andina elmalestar social ocasionado por el Plan Co-lombia y, en contraposición, propiciar laconfiguración de un ambiente menos cal-deado que permita el alumbramiento delALCA, no obstante que para llegar a esteobjetivo se pretende transitar previamentepor el TLC.

Si bien la referida iniciativa andinaimplica, por todo lo afirmado, un manteni-miento de la asistencia militar hacia Co-lombia así como a los países de la región, enla actual administración Bush la estrategiaestá formulada, además, para superar ante-riores limitaciones provenientes de esa cir-cunstancia exclusivamente militarista.

Por ello la IRA se preocupa de daruna nueva imagen y plantea asuntos comolos de la sustitución de cultivos y la asisten-cia económica, lo que a su vez implicatransferencia de capitales, -inicialmente en-cubiertos en dádivas para la paz-, a la re-gión y el desarrollo constante de inversionesen ella, con lo cual los intereses de algunosde los países centrales, sobre esta parte delos países periféricos, tienen otros matices,como lo tienen las insinuaciones perma-nentes de que dichos países favorezcan, eneste contexto, la “modernización de los es-

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tados” y la “gobernabilidad” para que di-chas ayudas e inversiones puedan llegaroportunamente y, en lo posterior, acrecen-tarse mediante otros mecanismos, todoello, por supuesto, en el entorno de unmarco ideológico que pregona la falsa ideade que mientras mayores inversiones exis-tan en un país, el desarrollo del mismo segarantiza plena y constantemente.

De esta manera se pretende fabricaruna sociedad “en paz”, -no obstante la gue-rra construida por el plan Colombia-, parabeneficiar las inversiones, para que la po-blación pueda sumarse, de alguna manera,al ejército de consumidores y, sobre todo,para que “funcione” articulada y sin pro-blemas a los intereses del ALCA, cuyo obje-tivo, entre otros, respecto de las masas de-socupadas es la de utlizarlas como maquila-doras en el contexto de su proyecto de de-sintegración de las economías nacionales yde utilización de una fuerza de trabajo la-boral barata.

Con todo lo señalado, bien puedoafirmar que la segunda etapa del Plan Co-lombia, la IRA, a su vez es una antesala paraasegurar en la región, -en el contexto de lapolítica globalizadora del coloniaje paraAmérica Latina-, la implantación “armóni-

tados” y la “gobernabilidad” para que di-chas ayudas e inversiones puedan llegaroportunamente y, en lo posterior, acrecen-tarse mediante otros mecanismos, todoello, por supuesto, en el entorno de unmarco ideológico que pregona la falsa ideade que mientras mayores inversiones exis-tan en un país, el desarrollo del mismo segarantiza plena y constantemente.

De esta manera se pretende fabricaruna sociedad “en paz”, -no obstante la gue-rra construida por el plan Colombia-, parabeneficiar las inversiones, para que la po-blación pueda sumarse, de alguna manera,al ejército de consumidores y, sobre todo,para que “funcione” articulada y sin pro-blemas a los intereses del ALCA, cuyo obje-tivo, entre otros, respecto de las masas de-socupadas es la de utlizarlas como maquila-doras en el contexto de su proyecto de de-sintegración de las economías nacionales yde utilización de una fuerza de trabajo la-boral barata.

Con todo lo señalado, bien puedoafirmar que la segunda etapa del Plan Co-lombia, la IRA, a su vez es una antesala paraasegurar en la región, -en el contexto de lapolítica globalizadora del coloniaje paraAmérica Latina-, la implantación “armóni-

tados” y la “gobernabilidad” para que di-chas ayudas e inversiones puedan llegaroportunamente y, en lo posterior, acrecen-tarse mediante otros mecanismos, todoello, por supuesto, en el entorno de unmarco ideológico que pregona la falsa ideade que mientras mayores inversiones exis-tan en un país, el desarrollo del mismo segarantiza plena y constantemente.

De esta manera se pretende fabricaruna sociedad “en paz”, -no obstante la gue-rra construida por el plan Colombia-, parabeneficiar las inversiones, para que la po-blación pueda sumarse, de alguna manera,al ejército de consumidores y, sobre todo,para que “funcione” articulada y sin pro-blemas a los intereses del ALCA, cuyo obje-tivo, entre otros, respecto de las masas de-socupadas es la de utlizarlas como maquila-doras en el contexto de su proyecto de de-sintegración de las economías nacionales yde utilización de una fuerza de trabajo la-boral barata.

Con todo lo señalado, bien puedoafirmar que la segunda etapa del Plan Co-lombia, la IRA, a su vez es una antesala paraasegurar en la región, -en el contexto de lapolítica globalizadora del coloniaje paraAmérica Latina-, la implantación “armóni-

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ca” que requieren los E.U respecto del AL-CA y es, también, un nuevo falso maquillajehacia la región Andina de lo que en realidadsignifica el Plan Colombia, -cuyo conteni-do, en sus perfiles fundamentales lo hepuntualizado a lo largo de este trabajo-; porello los E.U, a manera de inversión, con-templa, en el entorno de las propuestas delIRA, una ayuda a la región de alrededor de882 millones de dólares, de cuyo montoColombia recibiría algo próximo al cuaren-ta por ciento de esta ayuda, recursos con loscuales se pretende continuar subordinando,en todas las formas, a la región andina y suspueblos.

6. Ecuador y Colombia: vasos comunican-tes de una política militarista

En junio del 2.002 Alvaro Uribe Vé-lez, ganó la Presidencia de Colombia. Enoctubre del mismo año el Coronel LucioGutiérrez Borbúa obtuvo el triunfo electo-ral que le permitió proclamarse como Presi-dente del Ecuador. Uribe logró la victoriacon una clara propuesta política, que acen-tuaba el carácter militarista y confrontacio-nal respecto de los grupos alzados en ar-mas. Gutiérrez alcanzó su victoria luego deun proceso de crisis institucional que afectóal Ecuador y en cuyo entorno cumplió un

ca” que requieren los E.U respecto del AL-CA y es, también, un nuevo falso maquillajehacia la región Andina de lo que en realidadsignifica el Plan Colombia, -cuyo conteni-do, en sus perfiles fundamentales lo hepuntualizado a lo largo de este trabajo-; porello los E.U, a manera de inversión, con-templa, en el entorno de las propuestas delIRA, una ayuda a la región de alrededor de882 millones de dólares, de cuyo montoColombia recibiría algo próximo al cuaren-ta por ciento de esta ayuda, recursos con loscuales se pretende continuar subordinando,en todas las formas, a la región andina y suspueblos.

6. Ecuador y Colombia: vasos comunican-tes de una política militarista

En junio del 2.002 Alvaro Uribe Vé-lez, ganó la Presidencia de Colombia. Enoctubre del mismo año el Coronel LucioGutiérrez Borbúa obtuvo el triunfo electo-ral que le permitió proclamarse como Presi-dente del Ecuador. Uribe logró la victoriacon una clara propuesta política, que acen-tuaba el carácter militarista y confrontacio-nal respecto de los grupos alzados en ar-mas. Gutiérrez alcanzó su victoria luego deun proceso de crisis institucional que afectóal Ecuador y en cuyo entorno cumplió un

ca” que requieren los E.U respecto del AL-CA y es, también, un nuevo falso maquillajehacia la región Andina de lo que en realidadsignifica el Plan Colombia, -cuyo conteni-do, en sus perfiles fundamentales lo hepuntualizado a lo largo de este trabajo-; porello los E.U, a manera de inversión, con-templa, en el entorno de las propuestas delIRA, una ayuda a la región de alrededor de882 millones de dólares, de cuyo montoColombia recibiría algo próximo al cuaren-ta por ciento de esta ayuda, recursos con loscuales se pretende continuar subordinando,en todas las formas, a la región andina y suspueblos.

6. Ecuador y Colombia: vasos comunican-tes de una política militarista

En junio del 2.002 Alvaro Uribe Vé-lez, ganó la Presidencia de Colombia. Enoctubre del mismo año el Coronel LucioGutiérrez Borbúa obtuvo el triunfo electo-ral que le permitió proclamarse como Presi-dente del Ecuador. Uribe logró la victoriacon una clara propuesta política, que acen-tuaba el carácter militarista y confrontacio-nal respecto de los grupos alzados en ar-mas. Gutiérrez alcanzó su victoria luego deun proceso de crisis institucional que afectóal Ecuador y en cuyo entorno cumplió un

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importante rol, pues el 21 de enero del 2.00se convirtió en uno de los actores que de-puso, junto a importantes sectores socialesy políticos, al ex-presidente Mahuad, jefe deun gobierno que dolarizó la economíaecuatoriana y que permitió el más grandeatraco del sistema bancario en contra de losecuatorianos.

Lucio Gutiérrez en su campaña elec-toral logró articular un discurso que generóexpectativas, -internas y externas-, y porello pudo concretar acuerdos políticos y so-ciales que traslucían una aparente voluntadde responder a los intereses de los más des-poseídos, todo lo cual, además, hizo supo-ner a sus aliados y electores que tenían fren-te así a un personaje con una conductaideológica cercana a las transformacionesestructurales, más allá de haber proyectadouna imagen anticolonial, gracias a sus afir-maciones, que hacían suponer el que actua-ría en defensa de la soberanía nacional.

Respecto del Plan Colombia, Gutié-rrez fue un crítico que intentó demostrar suningún interés por vincularse con un pro-blema que no corresponde al pueblo ecua-toriano, asunto que lo remarcó en más deuna oportunidad, especialmente en la pri-mera vuelta electoral y, en este entorno, lle-

importante rol, pues el 21 de enero del 2.00se convirtió en uno de los actores que de-puso, junto a importantes sectores socialesy políticos, al ex-presidente Mahuad, jefe deun gobierno que dolarizó la economíaecuatoriana y que permitió el más grandeatraco del sistema bancario en contra de losecuatorianos.

Lucio Gutiérrez en su campaña elec-toral logró articular un discurso que generóexpectativas, -internas y externas-, y porello pudo concretar acuerdos políticos y so-ciales que traslucían una aparente voluntadde responder a los intereses de los más des-poseídos, todo lo cual, además, hizo supo-ner a sus aliados y electores que tenían fren-te así a un personaje con una conductaideológica cercana a las transformacionesestructurales, más allá de haber proyectadouna imagen anticolonial, gracias a sus afir-maciones, que hacían suponer el que actua-ría en defensa de la soberanía nacional.

Respecto del Plan Colombia, Gutié-rrez fue un crítico que intentó demostrar suningún interés por vincularse con un pro-blema que no corresponde al pueblo ecua-toriano, asunto que lo remarcó en más deuna oportunidad, especialmente en la pri-mera vuelta electoral y, en este entorno, lle-

importante rol, pues el 21 de enero del 2.00se convirtió en uno de los actores que de-puso, junto a importantes sectores socialesy políticos, al ex-presidente Mahuad, jefe deun gobierno que dolarizó la economíaecuatoriana y que permitió el más grandeatraco del sistema bancario en contra de losecuatorianos.

Lucio Gutiérrez en su campaña elec-toral logró articular un discurso que generóexpectativas, -internas y externas-, y porello pudo concretar acuerdos políticos y so-ciales que traslucían una aparente voluntadde responder a los intereses de los más des-poseídos, todo lo cual, además, hizo supo-ner a sus aliados y electores que tenían fren-te así a un personaje con una conductaideológica cercana a las transformacionesestructurales, más allá de haber proyectadouna imagen anticolonial, gracias a sus afir-maciones, que hacían suponer el que actua-ría en defensa de la soberanía nacional.

Respecto del Plan Colombia, Gutié-rrez fue un crítico que intentó demostrar suningún interés por vincularse con un pro-blema que no corresponde al pueblo ecua-toriano, asunto que lo remarcó en más deuna oportunidad, especialmente en la pri-mera vuelta electoral y, en este entorno, lle-

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gó incluso a cuestionar, aunque con debili-dad, la instalación y funcionamiento de labase militar de Manta. (Recuerdo que sien-do pre-candidato presidencial recibió demis manos este ensayo, en su primera edi-ción, y me dijo, más o menos lo siguiente:“me va a servir porque estoy dedicado a es-tudiar este problema y evitar que nos utili-cen en un asunto que no nos corresponde ydel cual los únicos que sacarán ventaja se-rán los norteamericanos”).

Así pues, -no obstante el cambio deconducta y de propuestas de Gutiérrez en-tre la primera y segunda vuelta electorales-,parecía que Colombia y Ecuador, una vezdesignados sus gobernantes, contaban conPresidentes cuyos enfoques sobre el PlanColombia aprecian supuestamente como sifueran distintas, asimetría de pensamientoque, al final de cuentas parecía favorecer ala política internacional del Ecuador.

La apreciación antes referida, rápida-mente fue cambiando a partir de hechosconcretos. Uno de ellos ocurrió cuando a fi-nales de noviembre del 2.002 en Quito seinauguró la “Capilla del Hombre” (obraconcebida por el pintor Guayasamín) y adicha inauguración concurrieron los presi-dentes Hugo Chávez y Fidel Castro. Gutié-

gó incluso a cuestionar, aunque con debili-dad, la instalación y funcionamiento de labase militar de Manta. (Recuerdo que sien-do pre-candidato presidencial recibió demis manos este ensayo, en su primera edi-ción, y me dijo, más o menos lo siguiente:“me va a servir porque estoy dedicado a es-tudiar este problema y evitar que nos utili-cen en un asunto que no nos corresponde ydel cual los únicos que sacarán ventaja se-rán los norteamericanos”).

Así pues, -no obstante el cambio deconducta y de propuestas de Gutiérrez en-tre la primera y segunda vuelta electorales-,parecía que Colombia y Ecuador, una vezdesignados sus gobernantes, contaban conPresidentes cuyos enfoques sobre el PlanColombia aprecian supuestamente como sifueran distintas, asimetría de pensamientoque, al final de cuentas parecía favorecer ala política internacional del Ecuador.

La apreciación antes referida, rápida-mente fue cambiando a partir de hechosconcretos. Uno de ellos ocurrió cuando a fi-nales de noviembre del 2.002 en Quito seinauguró la “Capilla del Hombre” (obraconcebida por el pintor Guayasamín) y adicha inauguración concurrieron los presi-dentes Hugo Chávez y Fidel Castro. Gutié-

gó incluso a cuestionar, aunque con debili-dad, la instalación y funcionamiento de labase militar de Manta. (Recuerdo que sien-do pre-candidato presidencial recibió demis manos este ensayo, en su primera edi-ción, y me dijo, más o menos lo siguiente:“me va a servir porque estoy dedicado a es-tudiar este problema y evitar que nos utili-cen en un asunto que no nos corresponde ydel cual los únicos que sacarán ventaja se-rán los norteamericanos”).

Así pues, -no obstante el cambio deconducta y de propuestas de Gutiérrez en-tre la primera y segunda vuelta electorales-,parecía que Colombia y Ecuador, una vezdesignados sus gobernantes, contaban conPresidentes cuyos enfoques sobre el PlanColombia aprecian supuestamente como sifueran distintas, asimetría de pensamientoque, al final de cuentas parecía favorecer ala política internacional del Ecuador.

La apreciación antes referida, rápida-mente fue cambiando a partir de hechosconcretos. Uno de ellos ocurrió cuando a fi-nales de noviembre del 2.002 en Quito seinauguró la “Capilla del Hombre” (obraconcebida por el pintor Guayasamín) y adicha inauguración concurrieron los presi-dentes Hugo Chávez y Fidel Castro. Gutié-

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rrez, entonces, literalmente se fugó del paíspara no encontrarse con dichos personajese hizo gestiones para conversar con Uribequien se había posesionado en sus funcio-nes en agosto de aquel año.

Si bien lo comentado constituye unaanécdota, otras consideraciones me permi-ten señalar que progresivamente Ecuador yColombia comenzaron a fraguar, -segura-mente bajo la mirada escrutadora del De-partamento de Estado Norteamericano-,una actitud concertada respecto del PlanColombia. Esta realidad asumió su concre-ción desde el momento en que Gutiérreztriunfó en la primera vuelta electoral y seesforzó por demostrar su servilismo a losE.U., conducta que se acrecentó luego de sutriunfo electoral y de su primera visita ofi-cial, ya en condición de Presidente, al go-bierno de dicho país. La política que co-mento, se fue fabricando debido a las clau-dicaciones de Gutiérrez frente a los EstadosUnidos de Norteamérica, asunto que, hábil-mente, se le encargó, entre otros funciona-rios de gobierno, el que le diera contenido ala entonces Ministra de Relaciones Exterio-res del Ecuador, la dirigente indígena NinaPacari Vega.

rrez, entonces, literalmente se fugó del paíspara no encontrarse con dichos personajese hizo gestiones para conversar con Uribequien se había posesionado en sus funcio-nes en agosto de aquel año.

Si bien lo comentado constituye unaanécdota, otras consideraciones me permi-ten señalar que progresivamente Ecuador yColombia comenzaron a fraguar, -segura-mente bajo la mirada escrutadora del De-partamento de Estado Norteamericano-,una actitud concertada respecto del PlanColombia. Esta realidad asumió su concre-ción desde el momento en que Gutiérreztriunfó en la primera vuelta electoral y seesforzó por demostrar su servilismo a losE.U., conducta que se acrecentó luego de sutriunfo electoral y de su primera visita ofi-cial, ya en condición de Presidente, al go-bierno de dicho país. La política que co-mento, se fue fabricando debido a las clau-dicaciones de Gutiérrez frente a los EstadosUnidos de Norteamérica, asunto que, hábil-mente, se le encargó, entre otros funciona-rios de gobierno, el que le diera contenido ala entonces Ministra de Relaciones Exterio-res del Ecuador, la dirigente indígena NinaPacari Vega.

rrez, entonces, literalmente se fugó del paíspara no encontrarse con dichos personajese hizo gestiones para conversar con Uribequien se había posesionado en sus funcio-nes en agosto de aquel año.

Si bien lo comentado constituye unaanécdota, otras consideraciones me permi-ten señalar que progresivamente Ecuador yColombia comenzaron a fraguar, -segura-mente bajo la mirada escrutadora del De-partamento de Estado Norteamericano-,una actitud concertada respecto del PlanColombia. Esta realidad asumió su concre-ción desde el momento en que Gutiérreztriunfó en la primera vuelta electoral y seesforzó por demostrar su servilismo a losE.U., conducta que se acrecentó luego de sutriunfo electoral y de su primera visita ofi-cial, ya en condición de Presidente, al go-bierno de dicho país. La política que co-mento, se fue fabricando debido a las clau-dicaciones de Gutiérrez frente a los EstadosUnidos de Norteamérica, asunto que, hábil-mente, se le encargó, entre otros funciona-rios de gobierno, el que le diera contenido ala entonces Ministra de Relaciones Exterio-res del Ecuador, la dirigente indígena NinaPacari Vega.

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El cambio de comportamiento enGutiérrez, -en esta materia y en otros asun-tos-, dejará siempre abierta una pregunta:¿transigió con sus ideas para lograr supues-tos apoyos de E.U a favor de su gobierno, oacaso la conducta del régimen en este yotros asuntos, develo las convicciones que,estratégicamente, permanecieron encubier-tas en un plan contrainsurgente fabricadopara provocar el 21 de enero del año 2.000 ysus posteriores consecuencias?

Con un régimen, -el de Lucio Gutié-rrez-, entregado a los intereses estratégicosde Busch, -a quién el Presidente ecuatoria-no le considera su mejor amigo y aliado-,las acciones militaristas de Uribe cobraroninusitado vigor. Los vasos comunicantes delmilitarismo en la región andina se habíanconstruido a la perfección. La táctica de queel ejército ecuatoriano, una vez superado suconflicto en la frontera con el Perú, debíaencargarse de la frontera norte, constituíaen la mentalidad de Uribe un aserto que nopodía ser pospuesto.

En este clima de acontecimientos lasFuerzas Armadas Colombianas diseñaronuna estratagema que consistía en “barrer”los focos insurgentes desde Colombia haciasu frontera con el Ecuador y esperar que,

El cambio de comportamiento enGutiérrez, -en esta materia y en otros asun-tos-, dejará siempre abierta una pregunta:¿transigió con sus ideas para lograr supues-tos apoyos de E.U a favor de su gobierno, oacaso la conducta del régimen en este yotros asuntos, develo las convicciones que,estratégicamente, permanecieron encubier-tas en un plan contrainsurgente fabricadopara provocar el 21 de enero del año 2.000 ysus posteriores consecuencias?

Con un régimen, -el de Lucio Gutié-rrez-, entregado a los intereses estratégicosde Busch, -a quién el Presidente ecuatoria-no le considera su mejor amigo y aliado-,las acciones militaristas de Uribe cobraroninusitado vigor. Los vasos comunicantes delmilitarismo en la región andina se habíanconstruido a la perfección. La táctica de queel ejército ecuatoriano, una vez superado suconflicto en la frontera con el Perú, debíaencargarse de la frontera norte, constituíaen la mentalidad de Uribe un aserto que nopodía ser pospuesto.

En este clima de acontecimientos lasFuerzas Armadas Colombianas diseñaronuna estratagema que consistía en “barrer”los focos insurgentes desde Colombia haciasu frontera con el Ecuador y esperar que,

El cambio de comportamiento enGutiérrez, -en esta materia y en otros asun-tos-, dejará siempre abierta una pregunta:¿transigió con sus ideas para lograr supues-tos apoyos de E.U a favor de su gobierno, oacaso la conducta del régimen en este yotros asuntos, develo las convicciones que,estratégicamente, permanecieron encubier-tas en un plan contrainsurgente fabricadopara provocar el 21 de enero del año 2.000 ysus posteriores consecuencias?

Con un régimen, -el de Lucio Gutié-rrez-, entregado a los intereses estratégicosde Busch, -a quién el Presidente ecuatoria-no le considera su mejor amigo y aliado-,las acciones militaristas de Uribe cobraroninusitado vigor. Los vasos comunicantes delmilitarismo en la región andina se habíanconstruido a la perfección. La táctica de queel ejército ecuatoriano, una vez superado suconflicto en la frontera con el Perú, debíaencargarse de la frontera norte, constituíaen la mentalidad de Uribe un aserto que nopodía ser pospuesto.

En este clima de acontecimientos lasFuerzas Armadas Colombianas diseñaronuna estratagema que consistía en “barrer”los focos insurgentes desde Colombia haciasu frontera con el Ecuador y esperar que,

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entonces, los militares ecuatorianos lesasestaran el golpe final. El trabajo “sucio”,pues, quedaría en manos de los militaresecuatorianos, quienes, para el efecto, movi-lizaron hacia la frontera norte un enormecontingente de hombres y arsenal bélico,todo ello en medio de serias preocupacio-nes de importantes mandos militares de lasfuerzas armadas ecuatorianas.

Más aún, para favorecer la gestiónmilitar ecuatoriana, -supervigilada desde labase militar de Manta-, Gutiérrez pretendióconstruir tres puestos denominados “deabastecimiento” en favor de las tropas nor-teamericanas y cuyo rol debía ser la decomplementar las actividades de la susodi-cha base militar. Esta iniciativa no se con-cretó debido a la oposición generalizada delpaís en esta materia y toda vez que dichainiciativa fue presentada en el CongresoNacional con justificaciones ridículas comola afirmada por el Canciller Patricio Zuqui-landa quien dijo que los puestos de abaste-cimiento, ubicados en la selva ecuatoriana,ayudarían al control del “fenómeno del ni-ño”, el mismo que no es más que un factorde riesgo climático en contra del continenteproveniente por causas específicas que seoriginan en el océano Pacífico que bordealas costas ecuatorianas.

entonces, los militares ecuatorianos lesasestaran el golpe final. El trabajo “sucio”,pues, quedaría en manos de los militaresecuatorianos, quienes, para el efecto, movi-lizaron hacia la frontera norte un enormecontingente de hombres y arsenal bélico,todo ello en medio de serias preocupacio-nes de importantes mandos militares de lasfuerzas armadas ecuatorianas.

Más aún, para favorecer la gestiónmilitar ecuatoriana, -supervigilada desde labase militar de Manta-, Gutiérrez pretendióconstruir tres puestos denominados “deabastecimiento” en favor de las tropas nor-teamericanas y cuyo rol debía ser la decomplementar las actividades de la susodi-cha base militar. Esta iniciativa no se con-cretó debido a la oposición generalizada delpaís en esta materia y toda vez que dichainiciativa fue presentada en el CongresoNacional con justificaciones ridículas comola afirmada por el Canciller Patricio Zuqui-landa quien dijo que los puestos de abaste-cimiento, ubicados en la selva ecuatoriana,ayudarían al control del “fenómeno del ni-ño”, el mismo que no es más que un factorde riesgo climático en contra del continenteproveniente por causas específicas que seoriginan en el océano Pacífico que bordealas costas ecuatorianas.

entonces, los militares ecuatorianos lesasestaran el golpe final. El trabajo “sucio”,pues, quedaría en manos de los militaresecuatorianos, quienes, para el efecto, movi-lizaron hacia la frontera norte un enormecontingente de hombres y arsenal bélico,todo ello en medio de serias preocupacio-nes de importantes mandos militares de lasfuerzas armadas ecuatorianas.

Más aún, para favorecer la gestiónmilitar ecuatoriana, -supervigilada desde labase militar de Manta-, Gutiérrez pretendióconstruir tres puestos denominados “deabastecimiento” en favor de las tropas nor-teamericanas y cuyo rol debía ser la decomplementar las actividades de la susodi-cha base militar. Esta iniciativa no se con-cretó debido a la oposición generalizada delpaís en esta materia y toda vez que dichainiciativa fue presentada en el CongresoNacional con justificaciones ridículas comola afirmada por el Canciller Patricio Zuqui-landa quien dijo que los puestos de abaste-cimiento, ubicados en la selva ecuatoriana,ayudarían al control del “fenómeno del ni-ño”, el mismo que no es más que un factorde riesgo climático en contra del continenteproveniente por causas específicas que seoriginan en el océano Pacífico que bordealas costas ecuatorianas.

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La crisis política y los descabelladosargumentos del Ministro de Relaciones In-ternacionales obligaron al gobierno a retirarsu inicial propuesta respecto de estos llama-dos puestos de abastecimiento, no sin dejara la luz la praxis obsecuente del régimen alos intereses tácticos del Plan Colombia y desus mentores.

La estrategia con la cual, lenta peroprogresivamente fueron coincidiendo(¿concertando?) los Presidentes de Colom-bia y Ecuador, -especialmente luego deldesplazamiento de Uribe al Ecuador enAgosto del 2.003-, no tuvo, a contrapelo, elapoyo de los altos mandos de los militaresecuatorianos, los mismos que, como quedadicho, miraron como inadecuada la movili-zación de contingentes armados a la fronte-ra con Colombia y expresaron al PresidenteGutiérrez sus preocupaciones por el posibleinvolucramiento del país en un conflictoajeno.

Frente a esta realidad, el guerrerismocolombiano, -¿y la CIA?,- ha buscado meca-nismos de deslegitimación de las FuerzasAramadas ecuatorianas, -por ejemplo mag-nificando el fenómeno del tráfico de armas-, como una fórmula de presión sobre ellaspara que cambiaran de conducta y opinión

La crisis política y los descabelladosargumentos del Ministro de Relaciones In-ternacionales obligaron al gobierno a retirarsu inicial propuesta respecto de estos llama-dos puestos de abastecimiento, no sin dejara la luz la praxis obsecuente del régimen alos intereses tácticos del Plan Colombia y desus mentores.

La estrategia con la cual, lenta peroprogresivamente fueron coincidiendo(¿concertando?) los Presidentes de Colom-bia y Ecuador, -especialmente luego deldesplazamiento de Uribe al Ecuador enAgosto del 2.003-, no tuvo, a contrapelo, elapoyo de los altos mandos de los militaresecuatorianos, los mismos que, como quedadicho, miraron como inadecuada la movili-zación de contingentes armados a la fronte-ra con Colombia y expresaron al PresidenteGutiérrez sus preocupaciones por el posibleinvolucramiento del país en un conflictoajeno.

Frente a esta realidad, el guerrerismocolombiano, -¿y la CIA?,- ha buscado meca-nismos de deslegitimación de las FuerzasAramadas ecuatorianas, -por ejemplo mag-nificando el fenómeno del tráfico de armas-, como una fórmula de presión sobre ellaspara que cambiaran de conducta y opinión

La crisis política y los descabelladosargumentos del Ministro de Relaciones In-ternacionales obligaron al gobierno a retirarsu inicial propuesta respecto de estos llama-dos puestos de abastecimiento, no sin dejara la luz la praxis obsecuente del régimen alos intereses tácticos del Plan Colombia y desus mentores.

La estrategia con la cual, lenta peroprogresivamente fueron coincidiendo(¿concertando?) los Presidentes de Colom-bia y Ecuador, -especialmente luego deldesplazamiento de Uribe al Ecuador enAgosto del 2.003-, no tuvo, a contrapelo, elapoyo de los altos mandos de los militaresecuatorianos, los mismos que, como quedadicho, miraron como inadecuada la movili-zación de contingentes armados a la fronte-ra con Colombia y expresaron al PresidenteGutiérrez sus preocupaciones por el posibleinvolucramiento del país en un conflictoajeno.

Frente a esta realidad, el guerrerismocolombiano, -¿y la CIA?,- ha buscado meca-nismos de deslegitimación de las FuerzasAramadas ecuatorianas, -por ejemplo mag-nificando el fenómeno del tráfico de armas-, como una fórmula de presión sobre ellaspara que cambiaran de conducta y opinión

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respecto a su participación en el conflictode Colombia.

De otro lado, en esta misma perspec-tiva, hemos sido testigos de un concertado ypermanente chantaje, en contra del régi-men del Presidente Gutierrez, quien ha de-bido soportar las constantes denuncias so-bre supuestas aportaciones en su campañaelectoral de recursos económicos prove-nientes de personajes vinculados al narco-tráfico y de grupos políticos de otros países,todo ello, no precisamente en el entorno demoralizar la conducta del gobierno y delpaís, sino a fin de presionarle a Gutierrez elque fomentara, con la celeridad debida, lospropósitos de la guerra que el Plan Colom-bia tiene previsto en este periodo.

No obstante, en medio de estas cir-cunstancias, los estrategas del Plan Colom-bia no contaron con dos circunstancias:

a) el alejamiento del régimen de Gu-tierrez de los sectores indígenas y de algúnpartido radical que, como efecto de lasalianzas electorales y de gobierno, hasta en-tonces compartieron las responsabilidadesdel poder, -del poder formal-, y que alabandonar ciertos espacios burocráticos de-jaron sin piso la falsa imagen de que el go-

respecto a su participación en el conflictode Colombia.

De otro lado, en esta misma perspec-tiva, hemos sido testigos de un concertado ypermanente chantaje, en contra del régi-men del Presidente Gutierrez, quien ha de-bido soportar las constantes denuncias so-bre supuestas aportaciones en su campañaelectoral de recursos económicos prove-nientes de personajes vinculados al narco-tráfico y de grupos políticos de otros países,todo ello, no precisamente en el entorno demoralizar la conducta del gobierno y delpaís, sino a fin de presionarle a Gutierrez elque fomentara, con la celeridad debida, lospropósitos de la guerra que el Plan Colom-bia tiene previsto en este periodo.

No obstante, en medio de estas cir-cunstancias, los estrategas del Plan Colom-bia no contaron con dos circunstancias:

a) el alejamiento del régimen de Gu-tierrez de los sectores indígenas y de algúnpartido radical que, como efecto de lasalianzas electorales y de gobierno, hasta en-tonces compartieron las responsabilidadesdel poder, -del poder formal-, y que alabandonar ciertos espacios burocráticos de-jaron sin piso la falsa imagen de que el go-

respecto a su participación en el conflictode Colombia.

De otro lado, en esta misma perspec-tiva, hemos sido testigos de un concertado ypermanente chantaje, en contra del régi-men del Presidente Gutierrez, quien ha de-bido soportar las constantes denuncias so-bre supuestas aportaciones en su campañaelectoral de recursos económicos prove-nientes de personajes vinculados al narco-tráfico y de grupos políticos de otros países,todo ello, no precisamente en el entorno demoralizar la conducta del gobierno y delpaís, sino a fin de presionarle a Gutierrez elque fomentara, con la celeridad debida, lospropósitos de la guerra que el Plan Colom-bia tiene previsto en este periodo.

No obstante, en medio de estas cir-cunstancias, los estrategas del Plan Colom-bia no contaron con dos circunstancias:

a) el alejamiento del régimen de Gu-tierrez de los sectores indígenas y de algúnpartido radical que, como efecto de lasalianzas electorales y de gobierno, hasta en-tonces compartieron las responsabilidadesdel poder, -del poder formal-, y que alabandonar ciertos espacios burocráticos de-jaron sin piso la falsa imagen de que el go-

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bierno del coronel ecuatoriano tenía visosde ser un régimen con un perfil de izquier-da, ficticia imagen esta que le permitió almandatario ecuatoriano por un tiempo, -enlos espacios del poder real-, encubrir ges-tiones de alto nivel a favor del Plan Colom-bia y de la geopolítica norteamericana, y

b) el que en las elecciones colombia-nas del mes de octubre del año 2.003 losgrandes triunfadores de dicho proceso elec-toral fuesen los sectores democráticos y deizquierda, -expresados en el Polo Democrá-tico Independiente-, que han cuestionado yse oponen al militarismo de Uribe y quecon su discurso lograron que paulatina-mente creciera una enorme audiencia en lasociedad colombiana, la misma que no estáde acuerdo, en estos momentos, que la sali-da de su conflicto interno atraviese por unholocausto sin brújula alguna. Dicha san-ción a la política de Uribe fue de tal magni-tud en las urnas, al extremo que fue electocomo alcalde de Bogotá una de las más im-portantes figuras opositoras de la políticaoficial de Uribe y que meses atrás había sidocandidato Presidencial de la izquierda co-lombiana.

Así, la impredecible derrota electoralde Uribe, y el desenmascaramiento político

bierno del coronel ecuatoriano tenía visosde ser un régimen con un perfil de izquier-da, ficticia imagen esta que le permitió almandatario ecuatoriano por un tiempo, -enlos espacios del poder real-, encubrir ges-tiones de alto nivel a favor del Plan Colom-bia y de la geopolítica norteamericana, y

b) el que en las elecciones colombia-nas del mes de octubre del año 2.003 losgrandes triunfadores de dicho proceso elec-toral fuesen los sectores democráticos y deizquierda, -expresados en el Polo Democrá-tico Independiente-, que han cuestionado yse oponen al militarismo de Uribe y quecon su discurso lograron que paulatina-mente creciera una enorme audiencia en lasociedad colombiana, la misma que no estáde acuerdo, en estos momentos, que la sali-da de su conflicto interno atraviese por unholocausto sin brújula alguna. Dicha san-ción a la política de Uribe fue de tal magni-tud en las urnas, al extremo que fue electocomo alcalde de Bogotá una de las más im-portantes figuras opositoras de la políticaoficial de Uribe y que meses atrás había sidocandidato Presidencial de la izquierda co-lombiana.

Así, la impredecible derrota electoralde Uribe, y el desenmascaramiento político

bierno del coronel ecuatoriano tenía visosde ser un régimen con un perfil de izquier-da, ficticia imagen esta que le permitió almandatario ecuatoriano por un tiempo, -enlos espacios del poder real-, encubrir ges-tiones de alto nivel a favor del Plan Colom-bia y de la geopolítica norteamericana, y

b) el que en las elecciones colombia-nas del mes de octubre del año 2.003 losgrandes triunfadores de dicho proceso elec-toral fuesen los sectores democráticos y deizquierda, -expresados en el Polo Democrá-tico Independiente-, que han cuestionado yse oponen al militarismo de Uribe y quecon su discurso lograron que paulatina-mente creciera una enorme audiencia en lasociedad colombiana, la misma que no estáde acuerdo, en estos momentos, que la sali-da de su conflicto interno atraviese por unholocausto sin brújula alguna. Dicha san-ción a la política de Uribe fue de tal magni-tud en las urnas, al extremo que fue electocomo alcalde de Bogotá una de las más im-portantes figuras opositoras de la políticaoficial de Uribe y que meses atrás había sidocandidato Presidencial de la izquierda co-lombiana.

Así, la impredecible derrota electoralde Uribe, y el desenmascaramiento político

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e ideológico expreso y público de Gutie-rrez,– quien supervive políticamente enmedio de pactos con las fuerzas políticas dela derecha ecuatoriana-, contrariaron el di-seño guerrerista del Plan Colombia, de talsuerte que los vasos comunicantes de laguerra parecen haberse restringido en me-dio de la incertidumbre de aquellos que losfabricaron e instalaron con técnicas de relo-jería y precisión insospechadas que, luegode estas vicisitudes, no cejarán en perfeccio-nar esta y otras alternativas para sus fines,tanto o más perversas, tanto o más sutiles.

Lo dicho en línea precedentes tieneasidero toda vez que existen serias sospe-chas respecto a que en el Ecuador ha co-menzado a funcionar una política de “he-chos consumados” que favorecerá los inte-reses guerreristas colombianos y que bajo laprotección del gobierno ecuatoriano, de al-gunos mandos policiales y militares -y delCanciller–, ejecutaran acciones como aque-lla mediante la cual fue hecho prisionero el2 de enero del 2.004, en la ciudad de Quito,uno de los más importantes cuadros políti-co-militares de las FARC, el guerrillero “Si-món Trinidad”, (detención perpetrada poragentes colombianos) quien inmediata-mente a su prisión fue deportado a Colom-bia, en medio de explicaciones “oficiales”

e ideológico expreso y público de Gutie-rrez,– quien supervive políticamente enmedio de pactos con las fuerzas políticas dela derecha ecuatoriana-, contrariaron el di-seño guerrerista del Plan Colombia, de talsuerte que los vasos comunicantes de laguerra parecen haberse restringido en me-dio de la incertidumbre de aquellos que losfabricaron e instalaron con técnicas de relo-jería y precisión insospechadas que, luegode estas vicisitudes, no cejarán en perfeccio-nar esta y otras alternativas para sus fines,tanto o más perversas, tanto o más sutiles.

Lo dicho en línea precedentes tieneasidero toda vez que existen serias sospe-chas respecto a que en el Ecuador ha co-menzado a funcionar una política de “he-chos consumados” que favorecerá los inte-reses guerreristas colombianos y que bajo laprotección del gobierno ecuatoriano, de al-gunos mandos policiales y militares -y delCanciller–, ejecutaran acciones como aque-lla mediante la cual fue hecho prisionero el2 de enero del 2.004, en la ciudad de Quito,uno de los más importantes cuadros políti-co-militares de las FARC, el guerrillero “Si-món Trinidad”, (detención perpetrada poragentes colombianos) quien inmediata-mente a su prisión fue deportado a Colom-bia, en medio de explicaciones “oficiales”

e ideológico expreso y público de Gutie-rrez,– quien supervive políticamente enmedio de pactos con las fuerzas políticas dela derecha ecuatoriana-, contrariaron el di-seño guerrerista del Plan Colombia, de talsuerte que los vasos comunicantes de laguerra parecen haberse restringido en me-dio de la incertidumbre de aquellos que losfabricaron e instalaron con técnicas de relo-jería y precisión insospechadas que, luegode estas vicisitudes, no cejarán en perfeccio-nar esta y otras alternativas para sus fines,tanto o más perversas, tanto o más sutiles.

Lo dicho en línea precedentes tieneasidero toda vez que existen serias sospe-chas respecto a que en el Ecuador ha co-menzado a funcionar una política de “he-chos consumados” que favorecerá los inte-reses guerreristas colombianos y que bajo laprotección del gobierno ecuatoriano, de al-gunos mandos policiales y militares -y delCanciller–, ejecutaran acciones como aque-lla mediante la cual fue hecho prisionero el2 de enero del 2.004, en la ciudad de Quito,uno de los más importantes cuadros políti-co-militares de las FARC, el guerrillero “Si-món Trinidad”, (detención perpetrada poragentes colombianos) quien inmediata-mente a su prisión fue deportado a Colom-bia, en medio de explicaciones “oficiales”

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inadecuadas e irrelevantes, que se contra-pusieron a las declaraciones efectuadas porla Embajadora norteamericana en Ecuador,Kristie Kenney, en las cuales afirmó que “elEcuador debe protegerse y ayudar a Colom-bia”, cuyas palabras parecen definir el realperfil de la política oficial del régimen delcoronel Gutierrez, sometido en esta mate-ria, así como en las del manejo de la econo-mía, a los recetarios de aquellos que desdela “doctrina Monroe” controlan la regiónpara sus exclusivos intereses a tal punto quelas visitas del jefe del comando sur de losE.U., James T. Hill, para reunirse con jefesmilitares y de la policía a fin de “recibir in-formaciones sobre los planes de defensaque ejecuta el Ecuador en la frontera norte”,conforme lo advirtiera el propio Hill, sonhechos públicos y parte de la cotidianidaddel Ecuador cuyo futuro cada vez se vuelvemás tormentoso e impredescible.

7. Otro objetivo central del Plan Colombia

Hasta este momento he intentado darexplicaciones del Plan Colombia a partir deuna visión que interpreta la estrategia geo-política de los países centrales, especial-mente de los E.U., en relación con la regiónandina. En las siguientes líneas consideromenester insistir, también, en los intereses

inadecuadas e irrelevantes, que se contra-pusieron a las declaraciones efectuadas porla Embajadora norteamericana en Ecuador,Kristie Kenney, en las cuales afirmó que “elEcuador debe protegerse y ayudar a Colom-bia”, cuyas palabras parecen definir el realperfil de la política oficial del régimen delcoronel Gutierrez, sometido en esta mate-ria, así como en las del manejo de la econo-mía, a los recetarios de aquellos que desdela “doctrina Monroe” controlan la regiónpara sus exclusivos intereses a tal punto quelas visitas del jefe del comando sur de losE.U., James T. Hill, para reunirse con jefesmilitares y de la policía a fin de “recibir in-formaciones sobre los planes de defensaque ejecuta el Ecuador en la frontera norte”,conforme lo advirtiera el propio Hill, sonhechos públicos y parte de la cotidianidaddel Ecuador cuyo futuro cada vez se vuelvemás tormentoso e impredescible.

7. Otro objetivo central del Plan Colombia

Hasta este momento he intentado darexplicaciones del Plan Colombia a partir deuna visión que interpreta la estrategia geo-política de los países centrales, especial-mente de los E.U., en relación con la regiónandina. En las siguientes líneas consideromenester insistir, también, en los intereses

inadecuadas e irrelevantes, que se contra-pusieron a las declaraciones efectuadas porla Embajadora norteamericana en Ecuador,Kristie Kenney, en las cuales afirmó que “elEcuador debe protegerse y ayudar a Colom-bia”, cuyas palabras parecen definir el realperfil de la política oficial del régimen delcoronel Gutierrez, sometido en esta mate-ria, así como en las del manejo de la econo-mía, a los recetarios de aquellos que desdela “doctrina Monroe” controlan la regiónpara sus exclusivos intereses a tal punto quelas visitas del jefe del comando sur de losE.U., James T. Hill, para reunirse con jefesmilitares y de la policía a fin de “recibir in-formaciones sobre los planes de defensaque ejecuta el Ecuador en la frontera norte”,conforme lo advirtiera el propio Hill, sonhechos públicos y parte de la cotidianidaddel Ecuador cuyo futuro cada vez se vuelvemás tormentoso e impredescible.

7. Otro objetivo central del Plan Colombia

Hasta este momento he intentado darexplicaciones del Plan Colombia a partir deuna visión que interpreta la estrategia geo-política de los países centrales, especial-mente de los E.U., en relación con la regiónandina. En las siguientes líneas consideromenester insistir, también, en los intereses

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geo-económicos que se hallan detrás de laaplicación del Plan Colombia, -en la pers-pectiva de configurar de manera más ade-cuada la realidad del conflicto-, a partir dela consideración siguiente:

En el contexto de la globalizaciónneoliberal Estados Unidos de Norteaméri-ca, entre otros países centrales, tiene vivointerés en potenciar su actividad industrialy comercial al máximo a fin de no repetirlas “crisis de acumulación” a las que se vioabocado en el pasado reciente. De otro la-do, es de su expectativa fundamental cuidarlas reservas estratégicas que en la biodiver-sidad andina existen y que en su oportuni-dad aspiran a que éstas le sirvan como insu-mo o materia prima a ser utilizada por losmismos sectores que controlan dicha activi-dad industrial norteamericana. Es, pues, uninterés de doble vía en el cual la visión es-tratégica de aprovechamiento de los recur-sos naturales andinos es más importanteque la propia apertura de “áreas de merca-do”, lo cual, obviamente, en ningún caso esdeleznable para los globalizadores del neoli-beralismo.

Por lo afirmado, entonces, hay un in-terés geoeconómico que demanda la cons-trucción de “corredores comerciales y de

geo-económicos que se hallan detrás de laaplicación del Plan Colombia, -en la pers-pectiva de configurar de manera más ade-cuada la realidad del conflicto-, a partir dela consideración siguiente:

En el contexto de la globalizaciónneoliberal Estados Unidos de Norteaméri-ca, entre otros países centrales, tiene vivointerés en potenciar su actividad industrialy comercial al máximo a fin de no repetirlas “crisis de acumulación” a las que se vioabocado en el pasado reciente. De otro la-do, es de su expectativa fundamental cuidarlas reservas estratégicas que en la biodiver-sidad andina existen y que en su oportuni-dad aspiran a que éstas le sirvan como insu-mo o materia prima a ser utilizada por losmismos sectores que controlan dicha activi-dad industrial norteamericana. Es, pues, uninterés de doble vía en el cual la visión es-tratégica de aprovechamiento de los recur-sos naturales andinos es más importanteque la propia apertura de “áreas de merca-do”, lo cual, obviamente, en ningún caso esdeleznable para los globalizadores del neoli-beralismo.

Por lo afirmado, entonces, hay un in-terés geoeconómico que demanda la cons-trucción de “corredores comerciales y de

geo-económicos que se hallan detrás de laaplicación del Plan Colombia, -en la pers-pectiva de configurar de manera más ade-cuada la realidad del conflicto-, a partir dela consideración siguiente:

En el contexto de la globalizaciónneoliberal Estados Unidos de Norteaméri-ca, entre otros países centrales, tiene vivointerés en potenciar su actividad industrialy comercial al máximo a fin de no repetirlas “crisis de acumulación” a las que se vioabocado en el pasado reciente. De otro la-do, es de su expectativa fundamental cuidarlas reservas estratégicas que en la biodiver-sidad andina existen y que en su oportuni-dad aspiran a que éstas le sirvan como insu-mo o materia prima a ser utilizada por losmismos sectores que controlan dicha activi-dad industrial norteamericana. Es, pues, uninterés de doble vía en el cual la visión es-tratégica de aprovechamiento de los recur-sos naturales andinos es más importanteque la propia apertura de “áreas de merca-do”, lo cual, obviamente, en ningún caso esdeleznable para los globalizadores del neoli-beralismo.

Por lo afirmado, entonces, hay un in-terés geoeconómico que demanda la cons-trucción de “corredores comerciales y de

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flujo de materias primas” en la región andi-na que permitan, inisisto, el paso, -y en loposible la venta-, de la producción indus-trial norteamericana; que, además, trans-porten sus desechos industriales hacia elPacífico y que, sobretodo, lleven de retorno,por dichos “corredores”, la producción de lamaquila, -que mediante el TLC y luego porefecto del ALCA se intenta instituir en la re-gión-, así como las materias que la biodi-versidad andina puede proveerles para suactividad industrial.

Estos “corredores”, ubicados en la re-gión andina constituirían, de otra parte,una prolongación de los “corredores” quecon en esta misma óptica general, y conparticularidades específicas, se pretendeconstruir en la región norte del continentemediante lo que se conoce como el “PlanPuebla-Panamá”, el mismo que involucra aMéxico y a la América Central.

De esta manera, vía el Plan Puebla-Panamá y el Plan Colombia, -consideradospara este análisis también como una estra-tegia económica de la globalización neoli-beral-, los Estados Unidos de Norteaméricaintentan garantizar el funcionamiento in-dustrial de su país, lo cual les significa for-talecer el 80% de su economía nacional.

flujo de materias primas” en la región andi-na que permitan, inisisto, el paso, -y en loposible la venta-, de la producción indus-trial norteamericana; que, además, trans-porten sus desechos industriales hacia elPacífico y que, sobretodo, lleven de retorno,por dichos “corredores”, la producción de lamaquila, -que mediante el TLC y luego porefecto del ALCA se intenta instituir en la re-gión-, así como las materias que la biodi-versidad andina puede proveerles para suactividad industrial.

Estos “corredores”, ubicados en la re-gión andina constituirían, de otra parte,una prolongación de los “corredores” quecon en esta misma óptica general, y conparticularidades específicas, se pretendeconstruir en la región norte del continentemediante lo que se conoce como el “PlanPuebla-Panamá”, el mismo que involucra aMéxico y a la América Central.

De esta manera, vía el Plan Puebla-Panamá y el Plan Colombia, -consideradospara este análisis también como una estra-tegia económica de la globalización neoli-beral-, los Estados Unidos de Norteaméricaintentan garantizar el funcionamiento in-dustrial de su país, lo cual les significa for-talecer el 80% de su economía nacional.

flujo de materias primas” en la región andi-na que permitan, inisisto, el paso, -y en loposible la venta-, de la producción indus-trial norteamericana; que, además, trans-porten sus desechos industriales hacia elPacífico y que, sobretodo, lleven de retorno,por dichos “corredores”, la producción de lamaquila, -que mediante el TLC y luego porefecto del ALCA se intenta instituir en la re-gión-, así como las materias que la biodi-versidad andina puede proveerles para suactividad industrial.

Estos “corredores”, ubicados en la re-gión andina constituirían, de otra parte,una prolongación de los “corredores” quecon en esta misma óptica general, y conparticularidades específicas, se pretendeconstruir en la región norte del continentemediante lo que se conoce como el “PlanPuebla-Panamá”, el mismo que involucra aMéxico y a la América Central.

De esta manera, vía el Plan Puebla-Panamá y el Plan Colombia, -consideradospara este análisis también como una estra-tegia económica de la globalización neoli-beral-, los Estados Unidos de Norteaméricaintentan garantizar el funcionamiento in-dustrial de su país, lo cual les significa for-talecer el 80% de su economía nacional.

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Es, además, elemental insistir que losPlanes Puebla-Panamá y Colombia contri-buirán, como ya lo vienen haciendo de al-guna manera, a reorganizar económica-mente las regiones en las cuales inciden losmismos a fin de permitir la explotación dela fuerza de trabajo barata y de los recursosestratégicos de cada uno de los países invo-lucrados en los referidos “planes”.

Por ello, toda distorsión a los objeti-vos de los globalizadores del neoliberalismoestán siendo combatidos con energía. Ese esel caso de la región andina conforme lo heseñalado en párrafos precedentes.

8. ¿Qué hacer?

Pretendo finalizar este ensayo con al-gunas reflexiones que pudieran permitirque en la región andina los más ampliossectores sociales y políticos asuman el rolhistórico que les corresponde en este perio-do frente a la vigencia del Plan Colombia ysus secuelas y, sobre todo, como una res-puesta a la globalización del neoliberalismo,a partir de la comprensión que dicho mo-delo económico, político y social es el sus-tento real del referido Plan Colombia. Se-guramente muchas de las recomendacioneshan sido ya dichas o están ya en marcha, asícomo es posible que otras iniciativas que-

Es, además, elemental insistir que losPlanes Puebla-Panamá y Colombia contri-buirán, como ya lo vienen haciendo de al-guna manera, a reorganizar económica-mente las regiones en las cuales inciden losmismos a fin de permitir la explotación dela fuerza de trabajo barata y de los recursosestratégicos de cada uno de los países invo-lucrados en los referidos “planes”.

Por ello, toda distorsión a los objeti-vos de los globalizadores del neoliberalismoestán siendo combatidos con energía. Ese esel caso de la región andina conforme lo heseñalado en párrafos precedentes.

8. ¿Qué hacer?

Pretendo finalizar este ensayo con al-gunas reflexiones que pudieran permitirque en la región andina los más ampliossectores sociales y políticos asuman el rolhistórico que les corresponde en este perio-do frente a la vigencia del Plan Colombia ysus secuelas y, sobre todo, como una res-puesta a la globalización del neoliberalismo,a partir de la comprensión que dicho mo-delo económico, político y social es el sus-tento real del referido Plan Colombia. Se-guramente muchas de las recomendacioneshan sido ya dichas o están ya en marcha, asícomo es posible que otras iniciativas que-

Es, además, elemental insistir que losPlanes Puebla-Panamá y Colombia contri-buirán, como ya lo vienen haciendo de al-guna manera, a reorganizar económica-mente las regiones en las cuales inciden losmismos a fin de permitir la explotación dela fuerza de trabajo barata y de los recursosestratégicos de cada uno de los países invo-lucrados en los referidos “planes”.

Por ello, toda distorsión a los objeti-vos de los globalizadores del neoliberalismoestán siendo combatidos con energía. Ese esel caso de la región andina conforme lo heseñalado en párrafos precedentes.

8. ¿Qué hacer?

Pretendo finalizar este ensayo con al-gunas reflexiones que pudieran permitirque en la región andina los más ampliossectores sociales y políticos asuman el rolhistórico que les corresponde en este perio-do frente a la vigencia del Plan Colombia ysus secuelas y, sobre todo, como una res-puesta a la globalización del neoliberalismo,a partir de la comprensión que dicho mo-delo económico, político y social es el sus-tento real del referido Plan Colombia. Se-guramente muchas de las recomendacioneshan sido ya dichas o están ya en marcha, asícomo es posible que otras iniciativas que-

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den al margen de este trabajo. En todo casono puedo dejar de considerar algunas ac-ciones para superar la situación actual:

a) La Unión de los explotados

Es imperativo iniciar un verdaderoproceso de unidad de los explotados, hechoque debe ser entendido como la unidad delpueblo y de los más amplios sectores que alconvertirse en agentes de la transformaciónsocial, asumen, en estas circunstancias, elrol de auténticos revolucionarios. Para lo-grar este objetivo es menester, también, en-contrar los mecanismos adecuados para su-perar la falsa contradicción entre lo que sellama “la sociedad civil politizada” y lospartidos políticos con una tradición de lu-cha por un nuevo orden económico, políti-co y social. La más amplia unidad de los ex-plotados, debe superar todo reduccionismoy cualquier sectarismo.

En momentos en que la crisis agobiaa la región andina, no es posible excluir aninguna de los sectores que han sido vícti-mas del modelo globalizador -neoliberal yde la violencia, expresada en todas sus for-mas. Aquello supone articular, al mismotiempo, una convocatoria unitaria con pro-fundo contenido antimperialista.

den al margen de este trabajo. En todo casono puedo dejar de considerar algunas ac-ciones para superar la situación actual:

a) La Unión de los explotados

Es imperativo iniciar un verdaderoproceso de unidad de los explotados, hechoque debe ser entendido como la unidad delpueblo y de los más amplios sectores que alconvertirse en agentes de la transformaciónsocial, asumen, en estas circunstancias, elrol de auténticos revolucionarios. Para lo-grar este objetivo es menester, también, en-contrar los mecanismos adecuados para su-perar la falsa contradicción entre lo que sellama “la sociedad civil politizada” y lospartidos políticos con una tradición de lu-cha por un nuevo orden económico, políti-co y social. La más amplia unidad de los ex-plotados, debe superar todo reduccionismoy cualquier sectarismo.

En momentos en que la crisis agobiaa la región andina, no es posible excluir aninguna de los sectores que han sido vícti-mas del modelo globalizador -neoliberal yde la violencia, expresada en todas sus for-mas. Aquello supone articular, al mismotiempo, una convocatoria unitaria con pro-fundo contenido antimperialista.

den al margen de este trabajo. En todo casono puedo dejar de considerar algunas ac-ciones para superar la situación actual:

a) La Unión de los explotados

Es imperativo iniciar un verdaderoproceso de unidad de los explotados, hechoque debe ser entendido como la unidad delpueblo y de los más amplios sectores que alconvertirse en agentes de la transformaciónsocial, asumen, en estas circunstancias, elrol de auténticos revolucionarios. Para lo-grar este objetivo es menester, también, en-contrar los mecanismos adecuados para su-perar la falsa contradicción entre lo que sellama “la sociedad civil politizada” y lospartidos políticos con una tradición de lu-cha por un nuevo orden económico, políti-co y social. La más amplia unidad de los ex-plotados, debe superar todo reduccionismoy cualquier sectarismo.

En momentos en que la crisis agobiaa la región andina, no es posible excluir aninguna de los sectores que han sido vícti-mas del modelo globalizador -neoliberal yde la violencia, expresada en todas sus for-mas. Aquello supone articular, al mismotiempo, una convocatoria unitaria con pro-fundo contenido antimperialista.

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En este orden de cosas uno de los sec-tores que deben ser incorporados comoaliados de la lucha antineoliberal es el sec-tor productivo, al cual lo han conducido ala crisis total los sectores financieros y ban-queros. Más aún, en la región andina dichosector, debido a la violencia estatal y a losobjetivos militares del Plan Colombia, hasido profundamente golpeado en su desen-volvimiento, de tal suerte que se han consti-tuido en una amplia gama de hombres ymujeres dispuestos a enfrentar la violenciadel Plan y la crueldad del sistema económi-co que los ha quebrado.

De otra parte, en el mundo andino,dada su variedad pluricultural y plurinacio-nal, es indispensable establecer, en esta am-plia unidad social, acuerdos que incorporenlas expectativas del mundo mestizo y las delos pueblos indios en una misma unidad deacción y en una misma línea de trabajo, ba-jo una visión integradora de unidad nacio-nal y de respeto a la más amplia diversidad.

Lo afirmado se vuelve fundamentalporque las desviaciones racistas o la exacer-bación de posturas etnocéntricas contribu-yen a la disgregación de la lucha social y a laconfiguración de “mundos superpuestos”en donde los pueblos indios parecería que

En este orden de cosas uno de los sec-tores que deben ser incorporados comoaliados de la lucha antineoliberal es el sec-tor productivo, al cual lo han conducido ala crisis total los sectores financieros y ban-queros. Más aún, en la región andina dichosector, debido a la violencia estatal y a losobjetivos militares del Plan Colombia, hasido profundamente golpeado en su desen-volvimiento, de tal suerte que se han consti-tuido en una amplia gama de hombres ymujeres dispuestos a enfrentar la violenciadel Plan y la crueldad del sistema económi-co que los ha quebrado.

De otra parte, en el mundo andino,dada su variedad pluricultural y plurinacio-nal, es indispensable establecer, en esta am-plia unidad social, acuerdos que incorporenlas expectativas del mundo mestizo y las delos pueblos indios en una misma unidad deacción y en una misma línea de trabajo, ba-jo una visión integradora de unidad nacio-nal y de respeto a la más amplia diversidad.

Lo afirmado se vuelve fundamentalporque las desviaciones racistas o la exacer-bación de posturas etnocéntricas contribu-yen a la disgregación de la lucha social y a laconfiguración de “mundos superpuestos”en donde los pueblos indios parecería que

En este orden de cosas uno de los sec-tores que deben ser incorporados comoaliados de la lucha antineoliberal es el sec-tor productivo, al cual lo han conducido ala crisis total los sectores financieros y ban-queros. Más aún, en la región andina dichosector, debido a la violencia estatal y a losobjetivos militares del Plan Colombia, hasido profundamente golpeado en su desen-volvimiento, de tal suerte que se han consti-tuido en una amplia gama de hombres ymujeres dispuestos a enfrentar la violenciadel Plan y la crueldad del sistema económi-co que los ha quebrado.

De otra parte, en el mundo andino,dada su variedad pluricultural y plurinacio-nal, es indispensable establecer, en esta am-plia unidad social, acuerdos que incorporenlas expectativas del mundo mestizo y las delos pueblos indios en una misma unidad deacción y en una misma línea de trabajo, ba-jo una visión integradora de unidad nacio-nal y de respeto a la más amplia diversidad.

Lo afirmado se vuelve fundamentalporque las desviaciones racistas o la exacer-bación de posturas etnocéntricas contribu-yen a la disgregación de la lucha social y a laconfiguración de “mundos superpuestos”en donde los pueblos indios parecería que

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tuviesen objetivos diametralmente distintosal del resto de la colectividad regional. Enesta esfera se debe impedir, por lo tanto, elfraccionamiento de la unidad nacional, sopretexto de luchas reivindicativas de gruposétnicos determinados, porque aquello con-tribuye al juego de los intereses neoliberalesen su perspectiva de aniquilar la construc-ción del Estado Nacional, una de las cosasque debe ser impedida a partir de la tareaestratégica fundamental que en nuestra re-gión debe ser aprehendida con fervor porlos sectores contestatarios al modelo predo-minante.

b) La defensa del Estado

Bajo la argumentación del párrafoanterior es por lo tanto menester avanzarno solamente en lo concerniente a la cons-trucción del Estado Nacional, sino poten-ciar todos los esfuerzos para impedir que seproduzca la ruptura cualitativa de las actua-les formas de Estado existentes en la regiónandina, pues bajo el pretexto de moderni-zarlos, -o mejor dicho de venderlos en me-dio de la privatización-, por un lado, y me-diante la vía de la “desnacionalización” em-prendida por la globalización neoliberal, deotra parte, se atenta contra la existencia deellos, (de los Estados), en la perspectiva de

tuviesen objetivos diametralmente distintosal del resto de la colectividad regional. Enesta esfera se debe impedir, por lo tanto, elfraccionamiento de la unidad nacional, sopretexto de luchas reivindicativas de gruposétnicos determinados, porque aquello con-tribuye al juego de los intereses neoliberalesen su perspectiva de aniquilar la construc-ción del Estado Nacional, una de las cosasque debe ser impedida a partir de la tareaestratégica fundamental que en nuestra re-gión debe ser aprehendida con fervor porlos sectores contestatarios al modelo predo-minante.

b) La defensa del Estado

Bajo la argumentación del párrafoanterior es por lo tanto menester avanzarno solamente en lo concerniente a la cons-trucción del Estado Nacional, sino poten-ciar todos los esfuerzos para impedir que seproduzca la ruptura cualitativa de las actua-les formas de Estado existentes en la regiónandina, pues bajo el pretexto de moderni-zarlos, -o mejor dicho de venderlos en me-dio de la privatización-, por un lado, y me-diante la vía de la “desnacionalización” em-prendida por la globalización neoliberal, deotra parte, se atenta contra la existencia deellos, (de los Estados), en la perspectiva de

tuviesen objetivos diametralmente distintosal del resto de la colectividad regional. Enesta esfera se debe impedir, por lo tanto, elfraccionamiento de la unidad nacional, sopretexto de luchas reivindicativas de gruposétnicos determinados, porque aquello con-tribuye al juego de los intereses neoliberalesen su perspectiva de aniquilar la construc-ción del Estado Nacional, una de las cosasque debe ser impedida a partir de la tareaestratégica fundamental que en nuestra re-gión debe ser aprehendida con fervor porlos sectores contestatarios al modelo predo-minante.

b) La defensa del Estado

Bajo la argumentación del párrafoanterior es por lo tanto menester avanzarno solamente en lo concerniente a la cons-trucción del Estado Nacional, sino poten-ciar todos los esfuerzos para impedir que seproduzca la ruptura cualitativa de las actua-les formas de Estado existentes en la regiónandina, pues bajo el pretexto de moderni-zarlos, -o mejor dicho de venderlos en me-dio de la privatización-, por un lado, y me-diante la vía de la “desnacionalización” em-prendida por la globalización neoliberal, deotra parte, se atenta contra la existencia deellos, (de los Estados), en la perspectiva de

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apoderarse de sus bienes y de sus activos apartir de la perversa premisa de que las so-ciedades reguladas por Estados débiles sonfáciles presas del neoliberalismo.

En este orden de cosas es menester te-ner plena claridad que se intenta provocaruna situación de “vaciamiento” del Estadoque favorezca la invasión de cualquier su-praestructura financiera, que impida la re-gulación elemental de las sociedades y que,por ende, responda a las decisiones del grancapital fianciero transnacional, -interven-ción expresada, también, en las esferas delcampo geopolítico y militar como ocurrecon el Plan Colombia-, a más de que no ac-túe frente a la destrucción del medio am-biente o ante el saqueo de los recursos na-turales, todo lo afirmado puesto en marchaen beneficio de los grupos hegemónicoscentrales de la economía mundial y me-diante los más impresionantes escándalosde corrupción, -que involucra el narcotráfi-co y el narco-lavado-, de tal suerte que ladefensa del Estado, pasa también por unapersistente conducta que sea capaz de evi-denciar y denunciar la ninguna ética en suscomportamientos por parte de los neolibe-rales. En este sentido la lucha anticorrup-ción es un imperativo de enorme trascen-dencia en la región andina, a partir de todas

apoderarse de sus bienes y de sus activos apartir de la perversa premisa de que las so-ciedades reguladas por Estados débiles sonfáciles presas del neoliberalismo.

En este orden de cosas es menester te-ner plena claridad que se intenta provocaruna situación de “vaciamiento” del Estadoque favorezca la invasión de cualquier su-praestructura financiera, que impida la re-gulación elemental de las sociedades y que,por ende, responda a las decisiones del grancapital fianciero transnacional, -interven-ción expresada, también, en las esferas delcampo geopolítico y militar como ocurrecon el Plan Colombia-, a más de que no ac-túe frente a la destrucción del medio am-biente o ante el saqueo de los recursos na-turales, todo lo afirmado puesto en marchaen beneficio de los grupos hegemónicoscentrales de la economía mundial y me-diante los más impresionantes escándalosde corrupción, -que involucra el narcotráfi-co y el narco-lavado-, de tal suerte que ladefensa del Estado, pasa también por unapersistente conducta que sea capaz de evi-denciar y denunciar la ninguna ética en suscomportamientos por parte de los neolibe-rales. En este sentido la lucha anticorrup-ción es un imperativo de enorme trascen-dencia en la región andina, a partir de todas

apoderarse de sus bienes y de sus activos apartir de la perversa premisa de que las so-ciedades reguladas por Estados débiles sonfáciles presas del neoliberalismo.

En este orden de cosas es menester te-ner plena claridad que se intenta provocaruna situación de “vaciamiento” del Estadoque favorezca la invasión de cualquier su-praestructura financiera, que impida la re-gulación elemental de las sociedades y que,por ende, responda a las decisiones del grancapital fianciero transnacional, -interven-ción expresada, también, en las esferas delcampo geopolítico y militar como ocurrecon el Plan Colombia-, a más de que no ac-túe frente a la destrucción del medio am-biente o ante el saqueo de los recursos na-turales, todo lo afirmado puesto en marchaen beneficio de los grupos hegemónicoscentrales de la economía mundial y me-diante los más impresionantes escándalosde corrupción, -que involucra el narcotráfi-co y el narco-lavado-, de tal suerte que ladefensa del Estado, pasa también por unapersistente conducta que sea capaz de evi-denciar y denunciar la ninguna ética en suscomportamientos por parte de los neolibe-rales. En este sentido la lucha anticorrup-ción es un imperativo de enorme trascen-dencia en la región andina, a partir de todas

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las experiencias que los últimos regímeneshan propiciado frente a sus pueblos.

c) La defensa de la soberanía nacional

El sometimiento del Estado, de susinstituciones y de la sociedad en su conjun-to a los fines predominantes de los paíseshegemónicos y de la globalización neolibe-ral conlleva a un proceso creciente de des-nacionalización y de pérdida de la identi-dad nacional. En este entorno la manipula-ción ideológica sobre determinadas institu-ciones, como las Fuerzas Armadas, es unelemento adicional con el cual se ha venidotrabajando para fracturar cualquier con-ducta patriótica. Más aún, bajo el pretextode la existencia de “enemigos comunes a laregión andina” se han articulado accionescorporativas de los militares para enfrentara dichos “enemigos”, lo cual ha traído con-sigo la perspectiva de la confrontación mili-tar y, por lo tanto, el diseño de escenariosde guerra regionales.

En este orden de cosas, también, se haalimentado la idea del indispensable apoyoa las acciones contrainsurgentes de los ejér-citos locales por parte de las fuerzas milita-res del país hegemónico próximo a la re-gión, -y supuestamente aliado natural en la

las experiencias que los últimos regímeneshan propiciado frente a sus pueblos.

c) La defensa de la soberanía nacional

El sometimiento del Estado, de susinstituciones y de la sociedad en su conjun-to a los fines predominantes de los paíseshegemónicos y de la globalización neolibe-ral conlleva a un proceso creciente de des-nacionalización y de pérdida de la identi-dad nacional. En este entorno la manipula-ción ideológica sobre determinadas institu-ciones, como las Fuerzas Armadas, es unelemento adicional con el cual se ha venidotrabajando para fracturar cualquier con-ducta patriótica. Más aún, bajo el pretextode la existencia de “enemigos comunes a laregión andina” se han articulado accionescorporativas de los militares para enfrentara dichos “enemigos”, lo cual ha traído con-sigo la perspectiva de la confrontación mili-tar y, por lo tanto, el diseño de escenariosde guerra regionales.

En este orden de cosas, también, se haalimentado la idea del indispensable apoyoa las acciones contrainsurgentes de los ejér-citos locales por parte de las fuerzas milita-res del país hegemónico próximo a la re-gión, -y supuestamente aliado natural en la

las experiencias que los últimos regímeneshan propiciado frente a sus pueblos.

c) La defensa de la soberanía nacional

El sometimiento del Estado, de susinstituciones y de la sociedad en su conjun-to a los fines predominantes de los paíseshegemónicos y de la globalización neolibe-ral conlleva a un proceso creciente de des-nacionalización y de pérdida de la identi-dad nacional. En este entorno la manipula-ción ideológica sobre determinadas institu-ciones, como las Fuerzas Armadas, es unelemento adicional con el cual se ha venidotrabajando para fracturar cualquier con-ducta patriótica. Más aún, bajo el pretextode la existencia de “enemigos comunes a laregión andina” se han articulado accionescorporativas de los militares para enfrentara dichos “enemigos”, lo cual ha traído con-sigo la perspectiva de la confrontación mili-tar y, por lo tanto, el diseño de escenariosde guerra regionales.

En este orden de cosas, también, se haalimentado la idea del indispensable apoyoa las acciones contrainsurgentes de los ejér-citos locales por parte de las fuerzas milita-res del país hegemónico próximo a la re-gión, -y supuestamente aliado natural en la

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lucha contra las “fuerzas del mal”-, comoson los Estados Unidos de Norteamérica.Vistas así las cosas, como ocurrió en elEcuador, el riesgo de infestar la región conbases militares es una realidad crecientefrente a cuya circunstancia la tarea de la de-fensa de la soberanía se vuelve imprescindi-ble, más aún cuando dicha soberanía nacio-nal no solo es afectada desde la ocupaciónmilitar concertada, sino, además, mediantela presencia de supraestructuras ideológicasque corroen la conciencia social y defor-man, en el caso particular andino, las cultu-ras de sus pueblos.

De otro lado, debido a la absorción delas economías nacionales por la manifiestainjerencia del capital financiero transnacio-nal que impone todo tipo de sumisión a susintereses, el fenómeno de pérdida crecientede la soberanía nacional es una circunstan-cia que lacera ya nuestra dignidad. Es portodo ello que la defensa de la soberanía na-cional tiene diversos matices y algunos fren-tes de lucha, bajo el denominador comúnde que su tarea es la búsqueda del respeto alos valores nacionales, al territorio, a la cul-tura de los pueblos, a la historia de los paí-ses, a la existencia de su propia moneda, en-tre otras cosas.

lucha contra las “fuerzas del mal”-, comoson los Estados Unidos de Norteamérica.Vistas así las cosas, como ocurrió en elEcuador, el riesgo de infestar la región conbases militares es una realidad crecientefrente a cuya circunstancia la tarea de la de-fensa de la soberanía se vuelve imprescindi-ble, más aún cuando dicha soberanía nacio-nal no solo es afectada desde la ocupaciónmilitar concertada, sino, además, mediantela presencia de supraestructuras ideológicasque corroen la conciencia social y defor-man, en el caso particular andino, las cultu-ras de sus pueblos.

De otro lado, debido a la absorción delas economías nacionales por la manifiestainjerencia del capital financiero transnacio-nal que impone todo tipo de sumisión a susintereses, el fenómeno de pérdida crecientede la soberanía nacional es una circunstan-cia que lacera ya nuestra dignidad. Es portodo ello que la defensa de la soberanía na-cional tiene diversos matices y algunos fren-tes de lucha, bajo el denominador comúnde que su tarea es la búsqueda del respeto alos valores nacionales, al territorio, a la cul-tura de los pueblos, a la historia de los paí-ses, a la existencia de su propia moneda, en-tre otras cosas.

lucha contra las “fuerzas del mal”-, comoson los Estados Unidos de Norteamérica.Vistas así las cosas, como ocurrió en elEcuador, el riesgo de infestar la región conbases militares es una realidad crecientefrente a cuya circunstancia la tarea de la de-fensa de la soberanía se vuelve imprescindi-ble, más aún cuando dicha soberanía nacio-nal no solo es afectada desde la ocupaciónmilitar concertada, sino, además, mediantela presencia de supraestructuras ideológicasque corroen la conciencia social y defor-man, en el caso particular andino, las cultu-ras de sus pueblos.

De otro lado, debido a la absorción delas economías nacionales por la manifiestainjerencia del capital financiero transnacio-nal que impone todo tipo de sumisión a susintereses, el fenómeno de pérdida crecientede la soberanía nacional es una circunstan-cia que lacera ya nuestra dignidad. Es portodo ello que la defensa de la soberanía na-cional tiene diversos matices y algunos fren-tes de lucha, bajo el denominador comúnde que su tarea es la búsqueda del respeto alos valores nacionales, al territorio, a la cul-tura de los pueblos, a la historia de los paí-ses, a la existencia de su propia moneda, en-tre otras cosas.

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d) La lucha por el poder y la democracia

El control de las clases dominantes ydel sistema prevaleciente sobre la institucio-nalidad de nuestros países, -para asegurar lagobernabilidad que les beneficie-, ha des-plazado, -en mucho-, del horizonte de algu-nos sectores progresistas y de izquierda, asícomo de determinados grupos sociales, laposibilidad de articular un real proyecto dePoder.

Si bien somos testigos ya de crecientessignos de crisis y decadencia del neolibera-lismo, no es menos verdad que todavía nohemos sido capaces de propiciar respuestasadecuadas frente a esta circunstancia. Toda-vía pesa sobre nuestro “quehacer” la pers-pectiva errónea de tan solo alcanzar el equi-librio económico, dejando de lado el con-texto de lo político y social, quizá debido ala influencia de aquellos conceptos que pos-tulaban que solo “en la dictadura del prole-tariado” sería posible construir la auténticademocracia, bajo cuya receta, en medio dela acumulación de fuerzas y del desarrollode la lucha, no se ha trabajado por consoli-dar, ideológica y políticamente, formas depoder ni se ha aprehendido adecuadamentelos valores sustanciales de la democracia,asuntos estos que, en el caso de los sectorescolombianos movilizados en contra del “or-

d) La lucha por el poder y la democracia

El control de las clases dominantes ydel sistema prevaleciente sobre la institucio-nalidad de nuestros países, -para asegurar lagobernabilidad que les beneficie-, ha des-plazado, -en mucho-, del horizonte de algu-nos sectores progresistas y de izquierda, asícomo de determinados grupos sociales, laposibilidad de articular un real proyecto dePoder.

Si bien somos testigos ya de crecientessignos de crisis y decadencia del neolibera-lismo, no es menos verdad que todavía nohemos sido capaces de propiciar respuestasadecuadas frente a esta circunstancia. Toda-vía pesa sobre nuestro “quehacer” la pers-pectiva errónea de tan solo alcanzar el equi-librio económico, dejando de lado el con-texto de lo político y social, quizá debido ala influencia de aquellos conceptos que pos-tulaban que solo “en la dictadura del prole-tariado” sería posible construir la auténticademocracia, bajo cuya receta, en medio dela acumulación de fuerzas y del desarrollode la lucha, no se ha trabajado por consoli-dar, ideológica y políticamente, formas depoder ni se ha aprehendido adecuadamentelos valores sustanciales de la democracia,asuntos estos que, en el caso de los sectorescolombianos movilizados en contra del “or-

d) La lucha por el poder y la democracia

El control de las clases dominantes ydel sistema prevaleciente sobre la institucio-nalidad de nuestros países, -para asegurar lagobernabilidad que les beneficie-, ha des-plazado, -en mucho-, del horizonte de algu-nos sectores progresistas y de izquierda, asícomo de determinados grupos sociales, laposibilidad de articular un real proyecto dePoder.

Si bien somos testigos ya de crecientessignos de crisis y decadencia del neolibera-lismo, no es menos verdad que todavía nohemos sido capaces de propiciar respuestasadecuadas frente a esta circunstancia. Toda-vía pesa sobre nuestro “quehacer” la pers-pectiva errónea de tan solo alcanzar el equi-librio económico, dejando de lado el con-texto de lo político y social, quizá debido ala influencia de aquellos conceptos que pos-tulaban que solo “en la dictadura del prole-tariado” sería posible construir la auténticademocracia, bajo cuya receta, en medio dela acumulación de fuerzas y del desarrollode la lucha, no se ha trabajado por consoli-dar, ideológica y políticamente, formas depoder ni se ha aprehendido adecuadamentelos valores sustanciales de la democracia,asuntos estos que, en el caso de los sectorescolombianos movilizados en contra del “or-

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den” tienen una importante excepción queexplica, además, el temor de aquellos quecombaten sus aciones, como igualmente lessucede ante el régimen que hoy gobiernaVenezuela.

Todavía, entonces, en algunos lugaresde la región andina se discute frente a unafalsa dicotomía entre lo democrático y lorevolucionario, cuando es evidente que lorevolucionario pasa por la defensa de su de-mocracia participativa y, en otras circuns-tancias regionales, por el apoyo a la luchacontestataria y de resistencia que en Co-lombia, Perú, Bolivia ejercen diversos secto-res políticos del área contra los regímenesde turno, lucha de respuesta que cada vezdebe concentrarse en el ejercicio de la pro-puesta.

En esta perspectiva, ampliando elanálisis al conjunto regional andino, es im-perativo articular respuestas que den cuentade un elemento fundamental, como es lalucha por el poder local. La región andinase caracteriza por su inmensa diversidad re-gional, lo cual exige que se comprenda eldesigual desarrollo del área y la existenciade múltiples particularidades, aún en lasdemandas sociales, que bien pueden seratendidas, ante todo, desde el poder local

den” tienen una importante excepción queexplica, además, el temor de aquellos quecombaten sus aciones, como igualmente lessucede ante el régimen que hoy gobiernaVenezuela.

Todavía, entonces, en algunos lugaresde la región andina se discute frente a unafalsa dicotomía entre lo democrático y lorevolucionario, cuando es evidente que lorevolucionario pasa por la defensa de su de-mocracia participativa y, en otras circuns-tancias regionales, por el apoyo a la luchacontestataria y de resistencia que en Co-lombia, Perú, Bolivia ejercen diversos secto-res políticos del área contra los regímenesde turno, lucha de respuesta que cada vezdebe concentrarse en el ejercicio de la pro-puesta.

En esta perspectiva, ampliando elanálisis al conjunto regional andino, es im-perativo articular respuestas que den cuentade un elemento fundamental, como es lalucha por el poder local. La región andinase caracteriza por su inmensa diversidad re-gional, lo cual exige que se comprenda eldesigual desarrollo del área y la existenciade múltiples particularidades, aún en lasdemandas sociales, que bien pueden seratendidas, ante todo, desde el poder local

den” tienen una importante excepción queexplica, además, el temor de aquellos quecombaten sus aciones, como igualmente lessucede ante el régimen que hoy gobiernaVenezuela.

Todavía, entonces, en algunos lugaresde la región andina se discute frente a unafalsa dicotomía entre lo democrático y lorevolucionario, cuando es evidente que lorevolucionario pasa por la defensa de su de-mocracia participativa y, en otras circuns-tancias regionales, por el apoyo a la luchacontestataria y de resistencia que en Co-lombia, Perú, Bolivia ejercen diversos secto-res políticos del área contra los regímenesde turno, lucha de respuesta que cada vezdebe concentrarse en el ejercicio de la pro-puesta.

En esta perspectiva, ampliando elanálisis al conjunto regional andino, es im-perativo articular respuestas que den cuentade un elemento fundamental, como es lalucha por el poder local. La región andinase caracteriza por su inmensa diversidad re-gional, lo cual exige que se comprenda eldesigual desarrollo del área y la existenciade múltiples particularidades, aún en lasdemandas sociales, que bien pueden seratendidas, ante todo, desde el poder local

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que debe contribuir a la acumulación defuerzas para enfrentar, oportunamente, enel entorno de un proceso sumatorio defuerzas, y en su momento, al todo.

e) Apoyo a la búsqueda de la paz en Colom-bia

Los que han puesto en marcha el PlanColombia insisten en la afirmación de queaquellos que nos oponemos, en cualquierparte de la región andina, a la estrategia delmencionado Plan somos parte del “narco-terrorismo” colombiano. Por aquella mis-ma perversa afirmación, y después de lossucesos ocurridos en el mundo a partir del11 de septiembre del 2.001, hemos sido“embolsicados” en el mismo saco que pu-sieron a todo lo que resolvieron denominarterrorismo universal, es decir a aquello que,en suma, replica a sus intereses ideológicos,políticos y económicos y que contradicecon quienes no pensamos como el poderdominante y que creemos que es posibleconstruir un mundo justo y solidario.

Nada más falso, porque, a contrapelode cualquier afirmación en este sentido, loque anhelamos es la construcción duraderade la paz, como elemento consustancial a lajusticia y equidad que demandan nuestrassociedades.

que debe contribuir a la acumulación defuerzas para enfrentar, oportunamente, enel entorno de un proceso sumatorio defuerzas, y en su momento, al todo.

e) Apoyo a la búsqueda de la paz en Colom-bia

Los que han puesto en marcha el PlanColombia insisten en la afirmación de queaquellos que nos oponemos, en cualquierparte de la región andina, a la estrategia delmencionado Plan somos parte del “narco-terrorismo” colombiano. Por aquella mis-ma perversa afirmación, y después de lossucesos ocurridos en el mundo a partir del11 de septiembre del 2.001, hemos sido“embolsicados” en el mismo saco que pu-sieron a todo lo que resolvieron denominarterrorismo universal, es decir a aquello que,en suma, replica a sus intereses ideológicos,políticos y económicos y que contradicecon quienes no pensamos como el poderdominante y que creemos que es posibleconstruir un mundo justo y solidario.

Nada más falso, porque, a contrapelode cualquier afirmación en este sentido, loque anhelamos es la construcción duraderade la paz, como elemento consustancial a lajusticia y equidad que demandan nuestrassociedades.

que debe contribuir a la acumulación defuerzas para enfrentar, oportunamente, enel entorno de un proceso sumatorio defuerzas, y en su momento, al todo.

e) Apoyo a la búsqueda de la paz en Colom-bia

Los que han puesto en marcha el PlanColombia insisten en la afirmación de queaquellos que nos oponemos, en cualquierparte de la región andina, a la estrategia delmencionado Plan somos parte del “narco-terrorismo” colombiano. Por aquella mis-ma perversa afirmación, y después de lossucesos ocurridos en el mundo a partir del11 de septiembre del 2.001, hemos sido“embolsicados” en el mismo saco que pu-sieron a todo lo que resolvieron denominarterrorismo universal, es decir a aquello que,en suma, replica a sus intereses ideológicos,políticos y económicos y que contradicecon quienes no pensamos como el poderdominante y que creemos que es posibleconstruir un mundo justo y solidario.

Nada más falso, porque, a contrapelode cualquier afirmación en este sentido, loque anhelamos es la construcción duraderade la paz, como elemento consustancial a lajusticia y equidad que demandan nuestrassociedades.

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Luego del triunfo de Bush, -en mediode un proceso electoral de dudosos resulta-dos-, resurgieron las preocupaciones res-pecto de la voluntad política de dicho go-bierno frente a los temas vinculados al for-talecimiento de la paz en el mundo, puestoda la estructura económica que apoyó laentonces candidatura de Bush, -y que hoygobierna en los E.U.-. estuvo, y está, vincu-lada a la construcción y venta de armamen-tos, negocio que, por el contrario, ha sidofavorecido en esta administración a partirde cualquier pretexto y, desde luego, en ba-se de las connotaciones políticas e ideológi-cas de extrema derecha que definen el ca-rácter del régimen norteamericano en el úl-timo periodo y que han provocado mani-fiestas situaciones militaristas y de guerraen diversos rincones del planeta.

Parecería, por el contrario, que los in-teresados en que se mantengan situacionesde confrontación y guerra en los países dela periferia son precisamente algunos paísescentrales y de modo particular los E.U.

Frente a dicha realidad, que ademásha contribuido en la región andina al desa-rrollo de acciones de intimidación y fuerzapara combatir y perseguir a los sectores de-mocráticos del área que abogan por la paz,

Luego del triunfo de Bush, -en mediode un proceso electoral de dudosos resulta-dos-, resurgieron las preocupaciones res-pecto de la voluntad política de dicho go-bierno frente a los temas vinculados al for-talecimiento de la paz en el mundo, puestoda la estructura económica que apoyó laentonces candidatura de Bush, -y que hoygobierna en los E.U.-. estuvo, y está, vincu-lada a la construcción y venta de armamen-tos, negocio que, por el contrario, ha sidofavorecido en esta administración a partirde cualquier pretexto y, desde luego, en ba-se de las connotaciones políticas e ideológi-cas de extrema derecha que definen el ca-rácter del régimen norteamericano en el úl-timo periodo y que han provocado mani-fiestas situaciones militaristas y de guerraen diversos rincones del planeta.

Parecería, por el contrario, que los in-teresados en que se mantengan situacionesde confrontación y guerra en los países dela periferia son precisamente algunos paísescentrales y de modo particular los E.U.

Frente a dicha realidad, que ademásha contribuido en la región andina al desa-rrollo de acciones de intimidación y fuerzapara combatir y perseguir a los sectores de-mocráticos del área que abogan por la paz,

Luego del triunfo de Bush, -en mediode un proceso electoral de dudosos resulta-dos-, resurgieron las preocupaciones res-pecto de la voluntad política de dicho go-bierno frente a los temas vinculados al for-talecimiento de la paz en el mundo, puestoda la estructura económica que apoyó laentonces candidatura de Bush, -y que hoygobierna en los E.U.-. estuvo, y está, vincu-lada a la construcción y venta de armamen-tos, negocio que, por el contrario, ha sidofavorecido en esta administración a partirde cualquier pretexto y, desde luego, en ba-se de las connotaciones políticas e ideológi-cas de extrema derecha que definen el ca-rácter del régimen norteamericano en el úl-timo periodo y que han provocado mani-fiestas situaciones militaristas y de guerraen diversos rincones del planeta.

Parecería, por el contrario, que los in-teresados en que se mantengan situacionesde confrontación y guerra en los países dela periferia son precisamente algunos paísescentrales y de modo particular los E.U.

Frente a dicha realidad, que ademásha contribuido en la región andina al desa-rrollo de acciones de intimidación y fuerzapara combatir y perseguir a los sectores de-mocráticos del área que abogan por la paz,

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-no de otra manera se entiende el apareci-miento de grupos paramilitares como la“legión blanca” en el Ecuador, a más de losgrupos de igual naturaleza que existen enColombia y de los que se fueron fabricandoen Venezuela-, es menester contribuir, entodos los ámbitos, para que las crecientesdificultades colombianas tengan una salidanegociada exclusivamente entre las partesdel conflicto, sin la intervención de otrosactores y lejos de las presiones y manipula-ciones de los países económica y política-mente hegemónicos.

Aquella es la vigorosa tarea que se de-be apoyar a fin de desmantelar el pretextode la guerra y la intervención, especialmen-te norteamericana, en Colombia y en el res-to la región andina, a partir de una inequí-voca voluntad de combatir la violencia quese ha venido institucionalizando desde losEstados en contra de nuestros pueblos, me-canismo con el cual se pretende ignorar losconflictos estructurales por los que atravie-san las sociedades, como efecto de las con-ductas del “ poder” de los países centrales yde determinados “aliados” con los quecuentan en la periferia.

-no de otra manera se entiende el apareci-miento de grupos paramilitares como la“legión blanca” en el Ecuador, a más de losgrupos de igual naturaleza que existen enColombia y de los que se fueron fabricandoen Venezuela-, es menester contribuir, entodos los ámbitos, para que las crecientesdificultades colombianas tengan una salidanegociada exclusivamente entre las partesdel conflicto, sin la intervención de otrosactores y lejos de las presiones y manipula-ciones de los países económica y política-mente hegemónicos.

Aquella es la vigorosa tarea que se de-be apoyar a fin de desmantelar el pretextode la guerra y la intervención, especialmen-te norteamericana, en Colombia y en el res-to la región andina, a partir de una inequí-voca voluntad de combatir la violencia quese ha venido institucionalizando desde losEstados en contra de nuestros pueblos, me-canismo con el cual se pretende ignorar losconflictos estructurales por los que atravie-san las sociedades, como efecto de las con-ductas del “ poder” de los países centrales yde determinados “aliados” con los quecuentan en la periferia.

-no de otra manera se entiende el apareci-miento de grupos paramilitares como la“legión blanca” en el Ecuador, a más de losgrupos de igual naturaleza que existen enColombia y de los que se fueron fabricandoen Venezuela-, es menester contribuir, entodos los ámbitos, para que las crecientesdificultades colombianas tengan una salidanegociada exclusivamente entre las partesdel conflicto, sin la intervención de otrosactores y lejos de las presiones y manipula-ciones de los países económica y política-mente hegemónicos.

Aquella es la vigorosa tarea que se de-be apoyar a fin de desmantelar el pretextode la guerra y la intervención, especialmen-te norteamericana, en Colombia y en el res-to la región andina, a partir de una inequí-voca voluntad de combatir la violencia quese ha venido institucionalizando desde losEstados en contra de nuestros pueblos, me-canismo con el cual se pretende ignorar losconflictos estructurales por los que atravie-san las sociedades, como efecto de las con-ductas del “ poder” de los países centrales yde determinados “aliados” con los quecuentan en la periferia.

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f) Por la Globalizacion Internacionalista

Cuando intentaba una definición dela globalización neoliberal, afirmé que con-comitantemente a dicha situación, que ata-ñe especialmente a los países centrales, seha producido una globalización específicapara los países de la periferia, cuyos deno-minadores comunes son las profundas desi-gualdades sociales y económicas a su inte-rior, la explotación de la que son víctimas,la extracción y pérdida de sus riquezas na-turales, la destrucción de su biodiversidad,el aniquilamiento de sus culturas e identi-dades, la pérdida de todo tipo de soberanía,la desconfiguración paulatina de sus Esta-dos Nacionales, el asecho constante paraimpedir todo tipo de integración regional,el sometimiento gradual a nuevas formasde coloniaje previsto desde los capitales ypaíses hegemónicos, todo ello, entre otrastantas deleznables circunstancias.

A partir de lo expresado, y tambiéncomo conclusión de este trabajo, quieroafirmar que es indispensable provocar, en-tonces, un legítimo y soberano proceso quesignifique la unidad de la periferia, -a cuyointerior también se hallan gobiernos y regí-menes democráticos, de carácter naciona-lista, que imprimen líneas de liberación na-

f) Por la Globalizacion Internacionalista

Cuando intentaba una definición dela globalización neoliberal, afirmé que con-comitantemente a dicha situación, que ata-ñe especialmente a los países centrales, seha producido una globalización específicapara los países de la periferia, cuyos deno-minadores comunes son las profundas desi-gualdades sociales y económicas a su inte-rior, la explotación de la que son víctimas,la extracción y pérdida de sus riquezas na-turales, la destrucción de su biodiversidad,el aniquilamiento de sus culturas e identi-dades, la pérdida de todo tipo de soberanía,la desconfiguración paulatina de sus Esta-dos Nacionales, el asecho constante paraimpedir todo tipo de integración regional,el sometimiento gradual a nuevas formasde coloniaje previsto desde los capitales ypaíses hegemónicos, todo ello, entre otrastantas deleznables circunstancias.

A partir de lo expresado, y tambiéncomo conclusión de este trabajo, quieroafirmar que es indispensable provocar, en-tonces, un legítimo y soberano proceso quesignifique la unidad de la periferia, -a cuyointerior también se hallan gobiernos y regí-menes democráticos, de carácter naciona-lista, que imprimen líneas de liberación na-

f) Por la Globalizacion Internacionalista

Cuando intentaba una definición dela globalización neoliberal, afirmé que con-comitantemente a dicha situación, que ata-ñe especialmente a los países centrales, seha producido una globalización específicapara los países de la periferia, cuyos deno-minadores comunes son las profundas desi-gualdades sociales y económicas a su inte-rior, la explotación de la que son víctimas,la extracción y pérdida de sus riquezas na-turales, la destrucción de su biodiversidad,el aniquilamiento de sus culturas e identi-dades, la pérdida de todo tipo de soberanía,la desconfiguración paulatina de sus Esta-dos Nacionales, el asecho constante paraimpedir todo tipo de integración regional,el sometimiento gradual a nuevas formasde coloniaje previsto desde los capitales ypaíses hegemónicos, todo ello, entre otrastantas deleznables circunstancias.

A partir de lo expresado, y tambiéncomo conclusión de este trabajo, quieroafirmar que es indispensable provocar, en-tonces, un legítimo y soberano proceso quesignifique la unidad de la periferia, -a cuyointerior también se hallan gobiernos y regí-menes democráticos, de carácter naciona-lista, que imprimen líneas de liberación na-

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cional, de corte revolucionario y socialista,de trasfondo democrático-, avenencia quedebe expresar, también, la coincidencia de lospueblos y conglomerados sociales y políticos,víctimas de los intereses de los países centralesy que, al desmantelar por esta vía el unipola-rismo mundial, tengan la fortaleza de consti-tuir un propio orden con la capacidad de do-tarse así mismo de los mecanismos económi-cos, comerciales, financieros, prestatarios,etc.que les permita su autogestión dentro de unaperspectiva de apoyo y solidaridad mutuos,construyendo de esta manera la globalizacióninternacionalista.

Entonces se podrá impedir la mani-pulación de regiones, como la andina, y sedejará de ser víctimas de las acciones defuerza y de terror, como el Plan Colombia,que solo pretenden desbrozar el camino dela explotación y la sumisión a favor de inte-reses de grupos minoritarios que constitu-yen el poder global.

La comprensión de que vivimos enun mundo en el que los sucesos económi-cos y políticos, locales y regionales, respon-den a la óptica de los intereses estratégicosdel modelo económico prevaleciente, nosdebe ayudar a discernir sobre los aconteci-mientos que giran alrededor del Plan Co-

cional, de corte revolucionario y socialista,de trasfondo democrático-, avenencia quedebe expresar, también, la coincidencia de lospueblos y conglomerados sociales y políticos,víctimas de los intereses de los países centralesy que, al desmantelar por esta vía el unipola-rismo mundial, tengan la fortaleza de consti-tuir un propio orden con la capacidad de do-tarse así mismo de los mecanismos económi-cos, comerciales, financieros, prestatarios,etc.que les permita su autogestión dentro de unaperspectiva de apoyo y solidaridad mutuos,construyendo de esta manera la globalizacióninternacionalista.

Entonces se podrá impedir la mani-pulación de regiones, como la andina, y sedejará de ser víctimas de las acciones defuerza y de terror, como el Plan Colombia,que solo pretenden desbrozar el camino dela explotación y la sumisión a favor de inte-reses de grupos minoritarios que constitu-yen el poder global.

La comprensión de que vivimos enun mundo en el que los sucesos económi-cos y políticos, locales y regionales, respon-den a la óptica de los intereses estratégicosdel modelo económico prevaleciente, nosdebe ayudar a discernir sobre los aconteci-mientos que giran alrededor del Plan Co-

cional, de corte revolucionario y socialista,de trasfondo democrático-, avenencia quedebe expresar, también, la coincidencia de lospueblos y conglomerados sociales y políticos,víctimas de los intereses de los países centralesy que, al desmantelar por esta vía el unipola-rismo mundial, tengan la fortaleza de consti-tuir un propio orden con la capacidad de do-tarse así mismo de los mecanismos económi-cos, comerciales, financieros, prestatarios,etc.que les permita su autogestión dentro de unaperspectiva de apoyo y solidaridad mutuos,construyendo de esta manera la globalizacióninternacionalista.

Entonces se podrá impedir la mani-pulación de regiones, como la andina, y sedejará de ser víctimas de las acciones defuerza y de terror, como el Plan Colombia,que solo pretenden desbrozar el camino dela explotación y la sumisión a favor de inte-reses de grupos minoritarios que constitu-yen el poder global.

La comprensión de que vivimos enun mundo en el que los sucesos económi-cos y políticos, locales y regionales, respon-den a la óptica de los intereses estratégicosdel modelo económico prevaleciente, nosdebe ayudar a discernir sobre los aconteci-mientos que giran alrededor del Plan Co-

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lombia, en cuya aproximación a su estrate-gia he trabajado en estas páginas bajo laconvicción plena de que no puede ser abor-dado este fenómeno como un hecho aisladodel contexto mundial, sino como un instru-mento fabricado en el entorno de la globali-zación neoliberal y de los intereses hegemó-nicos de unos de los países centrales, losE.U. Todo esto, más allá del convencimientode que la problemática regional andina tie-ne, además, causas estructurales de viejadata a consecuencia de la explotación que elcapitalismo, en sus diversas fases históricas,ha propiciado de forma particular sobre es-ta parte de Latinoamerica.

lombia, en cuya aproximación a su estrate-gia he trabajado en estas páginas bajo laconvicción plena de que no puede ser abor-dado este fenómeno como un hecho aisladodel contexto mundial, sino como un instru-mento fabricado en el entorno de la globali-zación neoliberal y de los intereses hegemó-nicos de unos de los países centrales, losE.U. Todo esto, más allá del convencimientode que la problemática regional andina tie-ne, además, causas estructurales de viejadata a consecuencia de la explotación que elcapitalismo, en sus diversas fases históricas,ha propiciado de forma particular sobre es-ta parte de Latinoamerica.

lombia, en cuya aproximación a su estrate-gia he trabajado en estas páginas bajo laconvicción plena de que no puede ser abor-dado este fenómeno como un hecho aisladodel contexto mundial, sino como un instru-mento fabricado en el entorno de la globali-zación neoliberal y de los intereses hegemó-nicos de unos de los países centrales, losE.U. Todo esto, más allá del convencimientode que la problemática regional andina tie-ne, además, causas estructurales de viejadata a consecuencia de la explotación que elcapitalismo, en sus diversas fases históricas,ha propiciado de forma particular sobre es-ta parte de Latinoamerica.

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BIBLIOGRAFIACONSULTADA

Libros

BRZEZINSKI, Zbigniew1998 El gran tablero mundial, Ediciones

Paidós Ibérica, Barcelona.

DIETERICH, Heinz2001 Bases de la democracia participativa,

Ediciones La Tierra, Quito

LUCAS, Kintto2000 Plan Colombia: la paz armada, Pla-

neta del Ecuador, Quito.

MONCADA, José2001 Economía y globalización, Abya-Yala,

Quito.

PRIETO, Alberto1990 Guerrillas contemporáneas en Amé-

rica Latina, Editorial de Ciencias So-ciales, La Habana,.

RODAS, Germán1998 Centenario de la guerra Hispano-Cu-

bana-Norteamericana, Casa de laCultura Ecuatoriana, Quito.

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RODAS, Germán2000 La izquierda Ecuatoriana en el siglo

20, Abya-Yala, Quito.

SALGADO, Manuel

2001 Falacias y Verdades sobre el Plan Co-lombia, Casa de la Cultura Ecuato-riana, Quito.

Revistas

CUBA SOCIALISTAnúmeros 3, 10, 13 y 15, Revista Tri-mestral editada por el C.C. del Parti-do Comunista de Cuba, La Habana,1996, 1998 y 1999.

APOYO DE LOS E.U. AL PLAN COLOMBIA, 2001 Departamento de Estado de los Esta-

dos Unidos.

PARADIGMAS Y UTOPIAS2001 número 3: Alca: Imperialismo Neoli-

beral, Partido del Trabajo de México,México.

Artículos

BARREDA, Andrés2002 “Los objetivos del Plan Puebla Pana-

má” en: Economía Política del PlanPuebla Panamá, Editorial Itaca, Mé-xico.

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dense: una fusión traumática” en: ElPlan Colombia y la internacionaliza-ción del conflicto, Editorial PlanetaColombiana, Bogotá.

GARCIA, LibardoEl Alca y nuestros recursos naturales,htp//www.alainet.org

QUIJANO, AníbalColonialidad del poder, globalizacióny democracia, htp//www.alainet.org

SALGADO, WilmaDolarización: del vértigo de la deva-luación al de la pérdida de competiti-vidad, htp//www.psecuador.org

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