EL - UNAM · EL OBSER V A TORIO ASTR ON OMICO NA CIONAL EN EL CASTILLO DE CHAPUL TEPEC. Marco...

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EL OBSERVATORIO ASTRON�OMICO NACIONALEN EL CASTILLO DE CHAPULTEPEC.Mar o Arturo Moreno Corral.Instituto de Astronom��a, UNAM, Campus Ensenada.Ante edentes.Nada m�as bello que su situa i�on ni m�as maravilloso que la vista delValle de M�exi o que desde all�� se domina. La vista desde la azoteade Chapultepe abar a en toda su extensi�on el Valle de Teno htitlan, on sus lagos y villas y sus ampos extensamente ultivados, ruzadosaqu�� y all�a por ro as de las formas m�as extra~nas, que a ve es seen uentran aisladas y a ve es se agrupan en manera tan singularque dan un ar�a ter inusitado al paisaje.Esta privilegiada ubi a i�on rese~nada as�� en 1827 por el en argado de nego- ios ingl�es en nuestro pa��s1, seguramente fue la que sugiri�o a varios personajesla idea de estable er un observatorio astron�omi o en la parte alta del Cerro deChapultepe . En efe to, desde al menos 1822 se hab��a se~nalado p�ubli amentela onvenien ia de ontar on una institu i�on de ese tipo lo alizada en aquelpromontorio2, pero los datos ono idos indi an que ello no fue posible hasta1842, uando el oronel Pedro Gar ��a Conde, dire tor del Colegio Militar queese a~no hab��a sido instalado en el Castillo, mand�o realizar las modi� a ionesne esarias para olo ar algunos teles opios refra tores en aquel sitio. Con talmotivo en arg�o al arquite to Lorenzo Hidalga el proye to orrespondiente, seg�unel ual se elev�o la torre de mayor altura del sitio y se onstruy�o en su parte in-terior un s�olida olumna de diez y seis metros de altura, destinada a soportarun teles opio. Esta todav��a existe y se le ono e omo el torre�on de \El Ca-ballero". La fun i�on primaria de ese observatorio fue oadyuvar en las pr�a ti asastron�omi as que los adetes realizaban omo omplemento de sus estudios ar-togr�a� os. Fueron varios los instrumentos que ah�� se instalaron, entre los quese en ontraba un anteojo de pasos, que permit��a determinar el momento exa toen que una estrella en parti ular ruzaba por el meridiano del lugar. Tambi�ense tuvo un teles opio refra tor on montura e uatorial que pod��a ser dirigido a ualquier objeto eleste que se hallara por arriba del horizonte del observatorioy un ron�ografo sideral, reloj de pre isi�on regulado por un me anismo pendularajustado a los movimientos estelares. Esos aparatos que para su �epo a tuvieronun osto muy elevado, fueron fabri ados en Europa expresamente para la latitudde aquel sitio. Un astr�onomo de la �epo a juzg�o que el primerono ten��a rival enton es por su tama~no y poder ampli� ador, onmu hos de los de igual lase de los Observatorios europeos3,

as�� que ese instrumento debe ser onsiderado omo el primer gran teles opioprofesional que se instal�o en nuestro pa��s, pre isamente en la parte de aquel erro que dominaba todo el Valle de An�ahua .Aquel primitivo observatorio del Castillo de Chapultepe dur�o hasta 1847, uando debido a la lu ha armada sostenida por sus defensores ontra el invasorestadounidense, todas las instala iones de di ha edi� a i�on fueron sometidas aintenso bombardeo, resultando de ello da~nos severos que la inhabilitaron hasta18584. Es apropiado indi ar aqu�� que uno de los prisioneros he hos por los in-vasores al tomar el Castillo, fue el apit�an Fran is o Jim�enez5, ingeniero militarque fue profesor de Geodesia y de Astronom��a en esa institu i�on astrense yquien posteriormente se onvertir��a en uno de los astr�onomos mexi anos m�asimportantes de la segunda mitad del siglo XIX.Cuando por el Tratado de Guadalupe-Hidalgo los gobernantes de la Na i�onse vieron obligados a trazar la nueva l��nea fronteriza interna ional que separa anuestro pa��s de los Estados Unidos, se re urri�o entre otros personajes a Jim�enez,al que se nombr�o primer astr�onomo de la Comisi�on de L��mites6. Su trabajo, quesin duda fue muy importante, onsisti�o en determinar la posi i�on exa ta de lasmojoneras que se~nalan el t�ermino del territorio na ional en el norte. Para ellorealiz�o observa iones m�ultiples de las estrellas m�as brillantes del �rmamento,pues en aquella �epo a esa era la forma m�as on�able para determinar la latitudy longitud de ualquier sitio sobre la Tierra. En esa labor utiliz�o algunos de losinstrumentos astron�omi os que hubo en aquel primer observatorio del Castillode Chapultepe .Tras los traum�ati os su esos de la p�erdida de buena parte del territorio na- ional, los gobernantes se dieron abal uenta de la ne esidad de ontar onestudios ient��� os de la geograf��a del pa��s, por lo que hubo muy diversos inten-tos de subsanar las grandes aren ias que en ese terreno se ten��an. Desgra i-adamente por la inestabilidad pol��ti a que se vivi�o en M�exi o al mediar el sigloXIX, la mayor��a de esos esfuerzos no se realizaron o quedaron in on lusos7, sinembargo buena parte de las investiga iones que enton es se produjeron, apun-taron en dire i�on de ontar on un entro re tor, que adem�as de entralizarla informa i�on produ ida a lo largo y an ho de M�exi o sobre hidrograf��a, oro-graf��a, limatolog��a, pobla i�on, omer io, et ., sirviera tambi�en omo punto dereferen ia b�asi o para la artograf��a y otras dis iplinas geogr�a� as.Resurge la ne esidad de un observatorio.La idea de volver a instalar un entro de observa i�on astron�omi a en lo altode Chapultepe se debi�o al ingeniero Fran is o D��az Covarrubias, desta adopersonaje del medio ient��� o mexi ano de la segunda mitad del siglo XIX,quien se expres�o al respe to di iendo queEl Observatorio deberia o uparse, entre otras osas, de organizar ydirigir las opera iones geogr�a� as que po o �a po o se fuesen empren-diendo en el pa��s, re ogiendo y dis utiendo sus resultados, as�� omo2

propor ionando �a los observadores todos aquellos elementos que enel estado a tual de la ien ia son indispensables para la pre ision delos mismos resultados, por la elimina ion de los errores existentes enlas tablas astron�omi as. Ademas de estos servi ios dire tos al pa��s,la ien ia misma tenia dere ho para esperar otros no m�enos intere-santes, de un Observatorio que por su situa i�on espe ial, seria emi-nentemente propio para ierta lase de investiga iones. En efe to,estable ido �a una altura de 2,300 metros sobre el nivel del mar, se-ria el mas elevado de todos los que existen: �a esta altura, la presionatmosf�eri a redu ida �a tres uartas partes de la que tiene lugar enel o �eano, omuni a al aire una rarefa ion y diafanidad que debenin uir notablemente en los fen�omenos luminosos y de refra ion8.Con esta onvi i�on, D��az Covarrubias expuso en diferentes o asiones sus ar-gumentos a favor del nuevo observatorio ante diversas autoridades. En 1862 elMinistro de Justi ia e Instru i�on P�ubli a Jes�us Ter�an, le en arg�o dire tamenteque se o upara de instalarlo en el Castillo, pues estando esa onstru i�on olo-nial lo alizada en la parte entral y m�as alta del Bosque de Chapultepe , zonaenton es alejada de la iudad de M�exi o unos seis kil�ometros, por lo mismo re-sultaba el lugar id�oneo para observar la b�oveda eleste. Ese fun ionario tambi�enlo autoriz�o para que pudiera re oger aquellos instrumentos que, siendo propiedadde alguna dependen ia gubernamental, fueran apropiados a ese �n, siempre y uando no estuvieran siendo utilizados.En Septiembre de ese a~no omenzaron las labores para onstruirlo onsis-tentes en avar dire tamente sobre la ro a del erro, los pozos que dar��an abidaa los imientos de las altas bases aisladas sobre las que des ansar��an los teles o-pios. En Enero siguiente, Fran is o D��az Covarrubias fue nombrado dire tor delObservatorio. En ese momento ya se hallaban instalados uatro instrumentosdiferentes, entre los que desta aba por sus dimensiones y ara ter��sti as �opti asel anteojo meridiano que ya se ha men ionado, omprado veinte a~nos atr�as parael observatorio del Colegio Militar a la ompa~n��a de Ertel und Sohn de Muni h,Alemania. Ese instrumento fue el mayor teles opio de los que enton es hubo enChapultepe .A partir de esa fe ha y hasta Mayo de 1863, D��az Covarrubias y su asistenteel ingeniero Agust��n Barroso, realizaron observa iones que les permitiron de-terminar on la mayor pre isi�on posible, los par�ametros ara ter��sti os de adauno de esos instrumentos, lo que hi ieron de no he midiendo las posi iones deun n�umero importante de estrellas brillantes, mientras que de d��a midieron elorto, la ulmina i�on y el o aso del Sol en la b�oveda eleste. Todos esos trabajostuvieron que ser ompletamente detenidos, pues las tropas invasoras fran esasentraron en la apital mexi ana en Junio de aquel a~no y siendo D��az Covarrubiasun liberal onven ido y er ano olaborador del gobierno juarista, se autoexili�o.Cuando un a~no despu�es Maximiliano de Habsburgo lleg�o a la apital mexi- ana para en abezar el Imperio, �j�o su residen ia o� ial en el Castillo de Cha-3

pultepe , raz�on por la que enton es se realizaron diversas modi� a iones en las onstru iones de ese lugar. Una de ellas fue desapare er el observatorio, lo queo asion�o que sus instrumentos fueran embalados y guardados.En Junio de 1865, el ient��� o estadounidense Mathew Fontaine Maury,quien parti ip�o en la Guerra de Se esi�on de los Estados Unidos formando partede las huestes sure~nas, se entrevist�o en la apital mexi ana on Juan de DiosPeza, Ministro de Guerra y Marina del Imperio, para ofre erle uno de sus inven-tos onsistente en un torpedo el�e tri o9. Aquel personaje, que por sus estudiosmarinos y meteorol�ogi os es onsiderado omo el fundador de la O eanograf��a,en 1857 hab��a sido halagado por Maximiliano, uando el ar hiduque era Con-traalmirante y Comandante en Jefe de la ota Imperial Austria a. Seguramenteesa deferen ia fue la raz�on que lo hizo bus ar al monar a impuesto en M�exi o.Su inter�es prin ipal era onven er al gobernante para que le permitiera estable- er en nuestro pa��s una olonia formada por se esionistas que hab��an perdidosus ha iendas omo resultado de aquella guerra, o que no quer��an estar bajoel dominio de los ven edores. Como resultado de varias reuniones realizadas a�nales de Junio, en las que Maury expuso detalladamente sus planes para elestable imiento en M�exi o de la \New Virginia", el 27 de Septiembre de 1865Maximiliano lo nombr�o Comisionado Imperial de Inmigra i�on10, devengandoun nada despre iable sueldo de in o mil pesos anuales. Seguramente queriendoaprove har sus ono imientos ient��� os, ya que antes de unirse a los se ionistashab��a sido Superintendente del United States Naval Observatory on sede enWashington, in o d��as despu�es tambi�en lo design�o dire tor del ObservatorioAstron�omi o de M�exi o, institu i�on inexistente que el emperador pensaba man-dar onstruir. Lafayette Caldwell, otro se ionista sure~no enton es radi ado enla apital mexi ana, tambi�en fue ontratado para formar parte del personal delfuturo entro astron�omi o.Maury no fue un personaje popular entre los otros miembros del gabinetede Maximiliano e in luso algunos se opusieron desde el prin ipio a su plan de oloniza i�on, as�� que omo la autoriza i�on �nal para ponerlo en mar ha noera on edida por el emperador, el sure~no omenz�o a inquietarse y bus �o supermiso para poder salir del pa��s. Finalmente gra ias a la media i�on de Carlotale fue on edido, pero sin go e de sueldo, as�� que viaj�o a Inglaterra donde sehallaba su familia. O� ialmente se le omision�o para que omprara en Londreslos instrumentos ne esarios para equipar aquel observatorio y aunque no sigui�o obrando su salario, s�� se le dio una fuerte suma de siete mil libras esterlinaspara adquirir todos los aparatos ne esarios. Ya estando en la apital inglesa,Maury re ibi�o una misiva del emperador donde le omuni �o que no apoyar��a laforma i�on de la olonia, pero le ped��a en are idamente que se hi iera argo delobservatorio, d�andole instru iones para que lo instalara en alg�un sitio dentrodel Castillo de Chapultepe , pues pretend��a tener a ese personaje siempre er ade �el.Maury, que ya para enton es estaba muy on iente de la pre aria existen- ia del Imperio Mexi ano no a ept�o aquel ofre imiento y se dedi �o a bus ar4

�nan iamiento para sus inventos e investiga iones, no volviendo m�as a nuestropa��s, as�� que el Observatorio Astron�omi o de M�exi o que Maximiliano imagin�o,nun a lleg�o a existir. Todo pare e indi ar que la mayor��a de los instrumentosque se proye t�o instalar en ese entro astron�omi o, no fueron adquiridos y queel dinero destinado a ese �n se perdi�o, a abando en forma por dem�as triste parala na i�on ese episodio de la astronom��a mexi ana o urrido durante el r�egimenimperial del Habsburgo.Al triunfar la Rep�ubli a, Ju�arez visit�o el Castillo de Chapultepe po os d��asdespu�es de haber regresado a la apital mexi ana, yendo a ompa~nado entre otrospor D��az Covarrubias. En esa o asi�on pudieron onstatar que los instrumentosastron�omi os que se hab��an instalado en 1862 estaban arruinados por no habersido guardados on el uidado que esos equipos de pre isi�on requer��an11, as��que ya no se pudo volver a poner en opera i�on el observatorio y dado que lasitua i�on del erario era r��ti a en ese momento, no hubo re ursos para adquirirnuevos teles opios, lo que oblig�o a posponer su reapertura.Un su eso determinante.El a~no de 1874 fue de gran a tividad para la omunidad astron�omi a in-terna ional, pues el 9 de Di iembre o urrir��a un paso del planeta Venus anteel brillante dis o solar, fen�omeno po o om�un que brindaba la oportunidad deobtener datos que en prin ipio har��an posible determinar en forma absoluta, ladistan ia que separa a la Tierra del Sol, raz�on por la que on mu ha anti i-pa i�on, los gobiernos y so iedades ient��� as de varios pa��ses de Europa y delos Estados Unidos, organizaron omisiones que viajar��an a los sitios donde esesu eso ser��a observable.El fen�omeno que tendr��a una dura i�on total de uatro horas, veinti uatrominutos y in o segundos, s�olo podr��a ser observado a trav�es de teles opios, yaque el tama~no angular de Venus y el intenso brillo del dis o solar, impiden vera simple vista el ru e de ese planeta, as�� que las diferentes omisiones tuvieronque viajar miles de kil�ometros on sus masivos pero deli ados instrumentoshasta la zona desde donde podr��a estudiarse ese tr�ansito planetario, la ual selo alizaba en parte de Asia y del O �eano Pa ��� o.Aunque en esas fe has no exist��a en M�exi o un observatorio astron�omi oo� ial, desde Abril de ese a~no Fran is o D��az Covarrubias hizo notar ante di-ferentes audien ias, la onvenien ia que para el prestigio del pa��s tendr��a en-viar un grupo de mexi anos a observar ese fen�omeno eleste12, sin embargola situa i�on del erario era de fran a ban arrota e imped��a pensar en gastosde aquel tipo. A pesar de ese y de otros graves problemas que aquejaban ala na i�on, el presidente Sebasti�an Lerdo de Tejada logr�o onseguir los fondosne esarios para mandar en forma digna, una Comisi�on Astron�omi a Mexi ana,para que parti ipara en esas investiga iones, onven ido de que la presen ia y apa idad de nuestros observadores, dar��a un timbre de gloria a M�exi o entrelas na iones ultas, as�� que el 14 de Septiembre de 1874 nombr�o responsable de5

ella al ingeniero D��az Covarrubias, d�andole autoriza i�on para que reuniera losdiferentes instrumentos que iba a ne esitar, tom�andolos de distintas dependen- ias gubernamentales. Entre ellos llev�o un anteojo zenital Troughton & Simmsy unos ron�ometros que hab��an pertene ido al observatorio que anteriormenteinstal�o en el Castillo. Tambi�en se le fa ult�o para designar a uatro miembrosm�as que lo a ompa~nar��an en su viaje hasta las ostas asi�ati as. El ingenieroFran is o Jim�enez fue nombrado segundo astr�onomo de la Comisi�on, mientrasque los ingenieros Manuel Fern�andez Leal y Agust��n Barroso re ibieron lo nom-bramientos de top�ografos y al ulistas, pero a �este adem�as se le responsabiliz�o omo fot�ografo. Finalmente se nombr�o ronista al ingeniero Fran is o Bulnes.Los omisionados lograron reunir todos los instrumentos ne esarios y ob-tuvieron los re ursos pe unarios gubernamentales en s�olo unos d��as, as�� queprovistos de lo indispensable partieron rumbo a Asia. La primera di� ultad queenfrentaron fue la aren ia de buenos aminos en M�exi o, por lo que para em-bar arse ha ia aquel ontinente, tuvieron que viajar primero a Vera ruz, de ah��a La Habana donde tomaron un vapor a Filadel�a, luego en tren fueron a NuevaYork, desde donde ruzaron los Estados Unidos por ferro arril para llegar a SanFran is o, en uyo puerto �nalmente embar aron a Jap�on. Las ompli a ionesdel viaje, as�� omo los problemas que tuvieron que enfrentar para onseguirpermiso de las autoridades japonesas para instalarse en los alrededores de la iudad de Yokohama, fueron narradas por D��az Covarrubias en su libro Viaje dela Comisi�on Astron�omi a Mexi ana al Jap�on13, donde adem�as de las peripe iasde esa odisea, se onsignan los datos astron�omi os y gran antidad de omen-tarios de su autor sobre su en uentro on una na i�on totalmente diferente a laso identales. Por su parte Fran is o Bulnes publi �o la obra Sobre el hemisferionorte on e mil leguas14, donde des ribi�o sus experien ias y narr�o el trabajo delos otros miembros de la Comisi�on.En Jap�on nuestros ompatriotas instalaron dos ampamentos de observa i�on,separados unos uantos kil�ometros. El primero se ubi �o en Nogue-no-yamay estuvo a argo del propio D��az Covarrubias, mientras que el segundo fueinstalado en la olina del Blu� y qued�o a argo de Fran is o Jim�enez. Desdeellos pudieron observar bien el tr�ansito venusino, obteniendo datos ade uadosa su misi�on. Una vez on luidos los trabajos relativos al motivo prin ipal desu viaje y tras umplir diversos ompromisos on las autoridades de ese pa��s y on los astr�onomos de otras omisiones que tambi�en se instalaron en la na i�ondel Sol Na iente, emprendieron el regreso, siguiendo una ruta ha ia o identeque los llev�o a Fran ia, desde uya apital D��az Covarrubias dio a ono er losresultados obtenidos por la Comisi�on Astron�omi a Mexi ana, siendo la primeraque as�� lo hizo.Finalmente el 19 de Noviembre de 1875 los omisionados regresaron a la apital mexi ana, donde se les dio un mere ido re ibimiento, pues a pesarde las m�ultiples vo es que les presagiaron todo tipo de fra asos, mostraronque ten��an los ono imientos para ompetir en igualdad de ir unstan ias onlos astr�onomos de los pa��ses desarrollados, as�� omo la entereza ne esaria para6

ven er todo tipo de di� ultades. Aunque para D��az Covarrubias y sus ompa~neroslas a tividades astron�omi as de ese viaje salieron muy bien, no o urri�o lo mismoen el plano de su vida otidiana, pues a po o m�as de un mes de haber regre-sado, el gobierno presidido por Sebasti�an Lerdo de Tejada fue des ono ido porPor�rio D��az, quien tom�o el poder y orden�o que todos aquellos que hab��an o-laborado de una u otra forma on aquel gobernante, fueran esados. A pesar deello la apa idad y ompetitividad mostrada en el plano interna ional por nue-stros astr�onomos en el estudio de ese importante fen�omeno fue determinante,pues sirvi�o para que gentes er anas al nuevo mandatario que s�� se interesabanen el desarrollo de la ien ia en el pa��s, dieran los pasos ne esarios para apo-yar la rea i�on del varias ve es errado o aplazado Observatorio Astron�omi oNa ional.La funda i�on de�nitiva.Entre las nuevas autoridades el personaje m�as de idido a llevar a abo esaempresa fue el general Vi ente Riva Pala io, Ministro de Fomento, quien el 28 deDi iembre de 1876 dirigi�o al ingeniero Angel Anguiano la siguiente instru i�on:El C. general 2Æ en Gefe del Ej�er ito Constitu ionalista, en argadodel Supremo Poder Eje utivo, ha tenido �a bien disponer que se en- argue vd. de la forma ion del proye to y onstru ion de un Ob-servatorio Astron�omi o que debe estable erse en Chapultepe , �a uyo�n deber�a vd. sujetarse �a las instru iones siguientes:Siendo la idea dominante del Gobierno que aquel lugar se destinede�nitivamente �a un objeto digno y �util y que orresponda �a las exi-gen ias a tuales de la ien ia y �a nuestra ultura, el proye to quevd. forme deber�a omprender no solamente un Observatorio As-tron�omi o, sino adem�as un Observatorio Meteorol�ogi o y Magn�eti o.Con el �n de atender �a una onveniente e onom��a, y de ha er uantoantes posible la realiza i�on de aquella idea, pro urar�a vd. aprove harlo a tualmente onstruido, todo lo ual deber�a destinarse ex lusiva-mente �a los tres estable imientos men ionados y �a sus ne esariasdependen ias.En vista de estas instru iones, vd. sabr�a apre iar en todo su valorel grandioso pensamiento que guia al Gobierno y la importan ia dellevarlo �a abo; no dudando del patriotismo de vd. y de su amor �a la ien ia que, al a eptar este nombramiento, ontribuir�a e� azmente�a realizar los deseos del Gobierno15.Angel Anguiano, quien antes de re ibir estas instru iones hab��a sido Inspe -tor de Caminos y omo parte de su pr�a ti a profesional se hab��a interesado en lasobserva iones astron�omi as, a ept�o el en argo y se dio a la tarea de elaborar elproye to orrespondiente, el ual present�o el 27 de Enero de 1877, a ompa~nado7

del plano de las onstru iones y de las modi� a iones que har��a en el Castillo.Despu�es de estudiarla, su propuesta fue a eptada por el Ministerio de Fomento,as�� que ini i�o los trabajos para levantar el nuevo observatorio el 16 de Mayo delmismo a~no. Por onsiderar que el presupuesto he ho por Anguiano ilustra bienel bajo osto que su proye to tuvo para la na i�on, se muestra en la Tabla 1, taly omo fue publi ado en el Tomo 1 de los Anales del Ministerio de Fomentopara el a~no de 1877.Viendo que podr��a aprove har integramente onstru iones que se en ontra-ban en la esquina noreste de la planta alta del edi� io, mand�o onstruir ah�� elDepartamento del Altazimut, llamado as�� porque ah�� se instalaron dos teles o-pios espe ialmente dise~nados para medir el azimut de los astros. Con tal motivose avaron en la ro a los imientos que alojar��an dos postes on forma de onostrun ados, que servir��an para instalar un teles opio zenital y un altazimut. Estaparte del Observatorio, que fue la primera que se termin�o, qued�o formada porun re into re tangular de 6.8 metros de largo, 4.7 metros de an ho y 3.4 metrosde altura. Las bases de los instrumentos se hallaban separadas por una dis-tan ia igual a esta �ultima. Los instrumentos fueron protegidos por dos �upulasgiratorias on ortina deslizable, que permit��a apuntar los aparatos ontenidosen su interior a las diferentes parte de la b�oveda eleste observable desde aquellugar. La onstru i�on de esas estru turas semiesf�eri as se le en arg�o al arqui-te to Emilio Baudouin, quien las fabri �o on un esqueleto de �erro re ubiertopor madera, que a su vez fue revestida de lona impermeabilizada medianteun barniz. La ventana de las �upulas permit��a abrirlas o erralas a voluntad,deslizando solamente unas l�aminas de obre que se desplazaban sobre ranurasmet�ali as. La altura que al anzaba el punto m�as alto de ellas sobre el piso dela planta superior del Castillo fue de 4.5 metros.En el pasillo que un��a esos dos instrumentos, se olo �o sim�etri amente res-pe to de ellos un reloj de pre isi�on ajustado a los movimientos elestes, raz�onpor la que se le llam�o p�endulo sideral. Ese instrumento permit��a que los dosastr�onomos que estuvieran trabajando on aquellos aparatos, pudieran �jar onexa titud el momento en que ada uno realizaba sus observa iones.Anguiano pens�o aprove har el torre�on de El Caballero para instalar en �elun gran teles opio refra tor, que tendr��a un largo de 5.5 metros. Mientrasello su ed��a, habilit�o esa atalaya on una �upula semiesf�eri a de 5.75 metrosde di�ametro, on lo que la altura total al anzada por aquella torre fue de 14.6metros, lo que la onvirti�o en un punto de referen ia notable, tal y omo ilustranvarias pinturas de la �epo a.Unido a esa onstru i�on levant�o un edi� io re tangular de 12.5 metros delargo, 5.75 de an ho y 4.25 de alto, donde se instalaron dos bases �oni as inde-pendientes, que sirvieron de apoyo para el ya men ionado anteojo Ertel y paraun ��r ulo meridiano. Contigua a la habita i�on de este �ultimo qued�o la o� inatelegr�a� a, mediante la que los astr�onomos de Chapultepe tuvieron omuni- a i�on telegr�a� a y telef�oni a dire ta on la de Pala io Na ional.En la planta alta del Castillo Anguiado a ondi ion�o la dire i�on del Ob-8

servatorio, un espa io para bibliote a, la sala de trabajo y el DepartamentoMagn�eti o, mientras que en la inferior adapt�o espa ios para la habita i�on del di-re tor, del segundo astr�onomo, del meteorologista y para los hu�espedes ient��� os.Con luidos los prin ipales trabajos de onstru i�on, remodela i�on e instala i�onde los primeros instrumentos, el ingeniero Angel Anguiano dirigi�o el 4 de Mayode 1878 la siguiente misiva a Riva Pala io.Se~nor Ministro: Al tener la honra de dar �a vd. uenta de que lainagura i�on del Observatorio Astron�omi o Na ional tendr�a lugar eldia de ma~nana, en que la patria re uerda uno de sus he hos m�asgloriosos que la historia ha onsignado ya en sus indelebles p�aginas,me es grato manifestar �a vd. que, onforme �a las nobles y elevadasmiras que tantas ve es he tenido o asion de ono er de vd., se dama~nana prin ipio �a la serie de observa iones astron�omi as en elObservatorio, uya onstru i�on y dire ion ha tenido vd. �a bien on�arme.Este a onte imiento ient��� o, que mar a el primer paso seguro yde�nitivo en un ramo de la ien ia que ne esitaba toda la prote ionque vd. sabe impartir �a lo verdaderamente �util y elevado, ierra �a lavez el primer per��odo de los que vd. se ha �jado para la ompleta on- lusion del Observatorio Astron�omi o Na ional de M�exi o, per��odoque a~nadir�a �a la vez un timbre m�as de gloria �a los que ha sabido onquistarse la administra i�on a tual, on la digna oopera ion devd.El 5 de Mayo de 1878 se inaguraron o� ialmente las labores del ObservatorioAstron�omi o Na ional de M�exi o, estando operable un anteojo zenital fabri adoen Londres por la ompa~n��a Troughton & Simms, que hab��a sido adquirido en1865, pero que no fue utilizado hasta 1874 uando D��az Covarrubias lo llev�o alJap�on omo parte del equipo ient��� o de la Comisi�on Astron�omi a Mexi ana.Ese teles opio ten��a un largo de 1.5 metros y el di�ametro de su lente prin ipal erade 76 mm. El otro instrumento que se us�o ese d��a fue un teodolito que se utiliz�opara medir alturas iguales de dos estrellas, una lo alizada en la onstela i�on delBoyero o Pastor (�Boo) y la otra en la del Le�on ( Leonis), lo que permiti�o �jarla hora astron�omi a para el meridiano del Observatorio. Este �ultimo instru-mento fue usado omo substituto de un altazimut que se mand�o onstruir onsu� iente anti ipa i�on a la inagura i�on en la ya men ionada f�abri a londinense,pero que por problemas de transporte mar��timo, lleg�o al Castillo de Chapultepe hasta el 27 de Agosto de 1878. Este aparato era de magn��� a alidad y junto on el anteojo zenital fueron utilizados para determinar en forma pre isa, las oordenadas geogr�a� as del nuevo entro ient��� o, en ontr�andose despu�es demu has medi iones he has a lo largo de ese a~no, que la latitud del ObservatorioAstron�omi o Na ional era de 19Æ 25' 17".5 al norte del e uador, mientras que lalongitud result�o de 6h 36m 26s.6 al oeste del meridiano de Greenwi h. La altura9

del punto m�as elevado de El Caballero on respe to al nivel medio del mar, se�j�o en 2319.6 metros, lo que olo a al Castillo de Chapultepe 86.6 metros m�asarriba que la torre este de la atedral metropolitana.Para onmemorar la puesta en opera i�on del Observatorio, se puso en �el unapla a re tangular de marmol on la siguiente leyenda:SIENDO PRESIDENTE DE LA REPUBLICAEL GRAL. PORFIRIO DIAZY SECRETARIO DE FOMENTOEL GRAL. VICENTE RIVA PALACIOSE INAGURO EL OBSERVATORIOASTRONOMICO NACIONALEL 5 DE MAYO DE 1878.la ual a�un existe y se ha �jado a una de las paredes del re ibir del edi� io queen Ciudad Universitaria tiene el Instituto de Astronom��a de la UNAM, pues este entro de investiga i�on astron�omi a es el heredero dire to de aquel observatoriofundado en 1878.Los primeros trabajos.La madrugada del 5 de Mayo omenzaron formalmente los trabajos as-tron�omi os del Observatorio, uando se ini iaron las observa iones estelaresque permitir��an �jar on exa titud sus oordenadas geogr�a� as, sin embargoel primer trabajo puntual que ah�� se realiz�o, fue el estudio del tr�ansito del plan-eta Mer urio ante el dis o del Sol o urrido el d��a 6 de ese mismo mes. Estefen�omeno que si bien es m�as fre uente que el su eso del mismo tipo que losmexi anos fueron a observar al Jap�on, no es f�a il de estudiar, por lo que nue-stros astr�onomos tuvieron que desarrollar todas sus habilidades y usar de lamejor forma posible el equipo disponible para registrarlo.Por ser Mer urio el planeta m�as er ano al Sol, visto desde la Tierra siemprese lo aliza muy er a del brillante dis o que presenta nuestra estrella, lo quedi� ulta su observa i�on a simple vista, siendo om�un in luso en la a tualidad,que mu hos astr�onomos profesionales nun a lo hayan visto. Al �nalizar el sigloXIX, el estudio del movimiento de ese planeta proye tado sobre la super� ieluminosa solar, serv��a sobre todo para orroborar los elementos orbitales deMer urio, adem�as de que pod��a ayudar a determinar en forma m�as pre isa sus ara ter��sti as f��si as, as�� que nuestros astr�onomos observaron ese planeta ongran detalle a lo largo de las 7h, 32m y 54s que dur�o el tr�ansito. La traye -toria que deber��a seguir para ruzar entre nosotros y el Sol, fue previamente al ulada y publi ada por Fran is o Jim�enez16, as�� que los mexi anos sab��anque el fen�omeno omenzar��a a las 8h, 36m y 43s tiempo del meridiano de la iudad de M�exi o y terminar��a a las 14h, 8m 37s. Varios fueron los individuosque lo estudiaron, tanto en el Observatorio de Chapultepe omo en el que por10

enton es hab��a en la azotea de Pala io Na ional, omprobando on sus datosque los �al ulos realizados por Jim�enez fueron orre tos, pues la traye toria quepredijo, fue la que en efe to sigui�o Mer urio en su paso ante el dis o del Solen esa fe ha, omo fa ilmente puede apre iarse de la simple ompara i�on de las�guras orrespondientes.Otro su eso astron�omi o de inter�es para nuestros observadores o urrido esea~no, fue el e lipse total de Sol del 29 de Julio, que desde nuestro pa��s seria visto�uni amente omo par ial. Aunque on di� ultades, debidas prin ipalmente a losnublados t��pi os de la temporada de lluvias del entro de M�exi o, lo observaron,registrando sus prin ipales fases, ini iando as�� una larga tradi i�on de observa i�ony estudio de los e lipses solares que han o urrido desde enton es en nuestro pa��s.Al margen de esos y otros su esos puntuales, los astr�onomos de Chapultepe omenzaron a realizar observa iones estelares regulares, tendientes a estable erlos par�ametros que ara terizaban a ada uno de los instrumentos que ibanponiendo en opera i�on, as�� omo para determinar d��a a d��a la hora astron�omi aexa ta, la ual era trasmitida telegr�a� amente a Pala io Na ional, que a suvez se one taba on otros puntos de M�exi o. De esa manera, se omenzarona inter ambiar se~nales telegr�a� as on miembros de las diferentes omisionesexploradoras del territorio na ional, lo que permiti�o que sus miembros pudieranestable er las oordenadas geogr�a� as de un n�umero importante de pobla ionesde provin ia, as�� que desde sus ini ios, el Observatorio umpli�o la importantefun i�on so ial de �jar la hora exa ta en el pa��s.El personal ient��� o que desarroll�o todos esos trabajos y otros m�as, estuvo ompuesto solamente por el propio Anguiano y por los ingenieros Fran is oJim�enez y Apolonio Romo, re ayendo sobre ellos no solamente las observa ionesastron�omi as, sino tambi�en el ompli ado y largo pro eso de an�alisis de losdatos y los �al ulos orrespondientes. La es asez de astr�onomos fue uno delos prin ipales problemas que la nueva institu i�on tuvo en aquellos a~nos, puesaunque en M�exi o hab��a personal ali� ado para desarrollar las tareas que ah��se realizaban, nun a se pudo ontar on los re ursos e on�omi os ne esarios para ontratar una planta ompleta.Pasados los ompromisos inherentes a la inagura i�on del Observatorio, se ontinu�o adaptando y onstruyendo los re intos faltantes omo el Departa-mento Meridiano, donde Anguiano mand�o olo ar los teles opios espe ialmentedise~nados para ser usados en la determina i�on del meridiano geogr�a� o del sitiode observa i�on. Uno de ellos fue el ya varias ve es men ionado anteojo de pasosErtel, adem�as se pens�o poner ah�� un ��r ulo meridiano de los m�as modernos,que a�un uando no hab��a sido adquirido todav��a, se esperaba onseguir pronto,pues hab��a indi ios que el Gobierno har��a los gastos orrespondientes.La olabora i�on entre el Observatorio Astron�omi o Na ional y el que sehallaba lo alizado en la parte alta del Pala io Na ional, fue fre uente en esaprimera etapa de la institu i�on de Chapultepe , resultando bene� iadas las dosinstitu iones, ya que entre ambas utilizaron los po os instrumentos disponibles,pero sobre todo evitaron dupli ar esfuerzos y aprove haron al m�aximo el es-11

aso personal que los dos observatorios ten��an. Por ejemplo, durante 1879 susastr�onomos se dedi aron a estable er el valor del oe� iente de refra i�on au-sado por la apa atmosf�eri a presente sobre el Valle de M�exi o y entre Di iembrede ese a~no y Enero de 1880, Angel Anguiano y Fran is o Jim�enez, responsablesde ada una de aquellas institu iones, realizaron una intensa ampa~na de obse-va i�on estelar y de inter ambio de se~nales telegr�a� as, que les permiti�o estable er on gran pre isi�on la diferen ia en longitud entre los observatorios Na ional yCentral. Con tal motivo se utilizaron dos ron�ografos de tira id�enti os onstrui-dos por la ompa~n��a londinense Negretti & Zambra, que hab��an sido adquiridosdesde 1866 por instru iones del ingeniero Jim�enez. Esos instrumentos fueronelogiados por su pre isi�on por algunos astr�onomos europeos que los vieron tra-bajando en la f�abri a, lo que motiv�o que hi ieran peti iones de instrumentossimilares. El osto que tan importantes aparatos tuvieron en aquel a~no, fuede 76 libras esterlinas. El resultado de las series de observa iones tendientes adeterminar esa diferen ia, permiti�o �jarla en s�olo 11.64 segundos de ar o, lo quesigni� a que ambos obsevatorios estuvieron separados por 5429.3 metros.Otra se i�on del Observatorio Astron�omi o Na ional que se termin�o despu�esde la inagura i�on fue el Departamento Meteorol�ogi o, que se equip�o on tresbar�ometros, dos aneroides, in o term�ometros, un psi �ometro, un anem�ometro,un anemost opio, un atm�ometro, un pluvi�ometro y algunos otros aparatosmenores. Si bien a�un para aquellos a~nos debe onsiderarse esa dota i�on in-strumental omo modesta, sirvi�o para ini iar los primeros estudios ient��� osregulares sobre el omplejo lima del Valle de M�exi o y omo adem�as la di-re i�on del Observatrio promovi�o que ese tipo de estudios se realizaran al menosen las apitales estatales, se ini i�o lo que habr��a de ser una base de datos muyimportante para el estudio de la meteorolog��a na ional.Un instrumento nuevo omprado espe ��� amente omo apoyo al trabajo dedeterminar la hora exa ta para el meridiano de la iudad de M�exi o, que en1882 fue instalado en el Observatorio del Castillo, fue el ron�ografo de pre isi�on onstruido por Barraud & Lunds tambi�en de Londres, que omenz�o a dar ser-vi io a nuestra na i�on tan pronto se le desempa �o e instal�o. Fue utilizado sobretodo para realizar alibra iones de los otros medidores de tiempo que hab��a enel Observatorio.Como ya se men ion�o, desde que Anguiano ini i�o el proye to del Observa-torio, tuvo en mente que �este ontara on un moderno teles opio refra tor dedimensiones apre iables, as�� que pr�a ti amente desde la inagura i�on omenz�o asensibilizar a las autoridades para onseguir los fondos ne esarios. Como unade las on lusiones que in luy�o en la Primera Memoria del Observatorio As-tron�omi o Na ional estable ido en Chapultepe , de ��a en Enero de 1880 queEs pues, de una imperiosa ne esidad dotar �a nuestro ObservatorioNa ional de un anteojo de fuerza bastante poderosa, y demas instru-mentos para emprender esa lase de estudios de que tanto prove hoha sa ado la ien ia; y m�as si se re exiona que nuestro pre ios��simo12

ielo y las ventajosas ondi iones de nuestro Observatorio, nos olo- an en ir unstan ias favorables sobre los demas Observatorios paraestudiar esa naturaleza. El lugar para un anteojo que puede medir5m50 de distan ia fo al on un movimiento paral�a ti o, puede quedar on po o osto enteramente listo para re ibirlo, y no dudo que elSupremo Gobierno, que tanto impulso le ha dado al Observatorio,har�a otro esfuerzo m�as para ponerlo �a la altura que le orresponde.En espera que las autoridades pudieran atender sus demandas, se le pidi�oal ingeniero Angel Anguiano que siguiera trabajando en la onsolida i�on de lainstitu i�on que hab��a ayudado a rear y re ono iendo la intensa labor que desar-roll�o antes, durante y en los a~nos inmediatamente posteriores a la inagura i�onde aquel entro ient��� o, el 19 de Julio de 1880 se le nombr�o Dire tor delObservatorio17. A partir de aquella fe ha y durante unos po os a~nos, tambi�enfue el en argado del Parque de Chapultepe . El primero de esos puestos lo o up�ohasta 1899, uando pas�o a ser Dire tor de la Comisi�on Geod�esi a Mexi ana.Seguramente re ordando los grandes trabajos que pas�o en 1874 para on-seguir un ejemplar del Nauti al Almana ingl�es, que tan ne esario le era para omplementar sus observa iones astron�omi as, realizadas en esa o asi�on onel �n espe ��� o de explorar el Estado de Mi hoa �an y �jar las posi iones ge-ogr�a� as de diferentes puntos de esa entidad federativa y parti ularmente laregi�on de Patz uaro, Anguiano de idi�o en 1880 sa ar a la luz una obra pe-riodi a, que ontuviera informa i�on t�e ni a de uso om�un para astr�onomos eingenieros. Como en la �epo a en que se fund�o el Observatorio los estudios yobserva iones astron�omi as propor ionaban datos indispensables para realizarlas labores artogr�a� as, geogr�a� as y geod�esi as, la apari i�on de una obra deese tipo vino a llenar un enorme hue o que hab��a en la literatura espe ializadade nuestro pa��s. As�� fue omo en 1881 se ini i�o la publi a i�on del Anuariodel Observatorio Astron�omi o Na ional, donde adem�as de dar informa i�on so-bre las prin ipales efem�erides astron�omi as omo la salida y puesta del Sol yde la Luna, las posi iones elestes de planetas y asteroides, las fases lunares,las o ulta iones y onjun iones planetarias y los e lipses solares y lunares, pre-sentaba tablas on las oordenadas de las estrellas m�as brillantes y otras dondese onsignaban valores ne esarios para determinar orre tamente la latitud, lalongitud y la altura de ualquier lugar del territorio na ional. Todo ese materialera muy usado no s�olo por los ingenieros que a lo largo y an ho del pa��s, estabantrazando aminos, puertos, v��as f�erreas y otras importantes onstru iones, sinotambi�en por los marinos mexi anos, raz�on por la que el Anuario r�apidamentese onvirti�o en herramienta indispensable para ellos, on las ventajas sobre laspubli a iones extranjeras similares, de estar al ulado para el meridiano de la iudad de M�exi o, de hallarse es rito en espa~nol y ser de f�a il adquisi i�on. Peroesta publi a i�on no fue usada �uni amente por esos profesionistas, pues omotambi�en in luy�o entre sus datos las fe has exa tas del ini io de las uatro esta- iones del a~no y de otros su esos de inter�es popular, as�� omo las posi iones13

geogr�a� as de las prin ipales iudades del pa��s y tablas de onversi�on de pesasy medidas y del valor de las diferentes monedas, pronto omenz�o a ser utilizadapor un se tor m�as amplio de la pobla i�on. Desde la apari i�on del primer n�umerohasta la fe ha, esta publi a i�on ha salido sin interrup i�on a~no on a~no, habiendoapare ido en el 2002 el volumen CXXII, lo que onvierte al Anuario en una delas po as publi a iones t�e ni as y ient��� as mexi anas on una ontinuidad dem�as de un siglo.Dos grandes su esos astron�omi os de la �epo a.En el a~no de 1882 o urri�o un evento astron�omi o notable, la presen ia enla b�oveda eleste de un ometa que al anz�o a ser verdaderamente espe ta ular,tanto que ha sido uno de los po os que se han podido ver a simple vista aplena luz del d��a, a�un uando se hallaba a orta distan ia del Sol, raz�on porla que se le ha onsiderado uno de los grandes ometas de la historia. Fuedes ubierto por el Sr. Tinlay del Observatorio del Cabo de Buena Esperanza el8 de Septiembre, sin embargo el primer reporte ono ido de su observa i�on lodio el Sr. Cruls del Observatorio de R��o de Janeiro, que lo vio laramente el d��a12 del mismo mes, raz�on por lo que fue llamado Cometa Cruls, aunque es m�as ono ido omo el Gran Cometa 1882 II, puesto que fue el segundo objeto elestede ese tipo des ubierto aquel a~no. En M�exi o fue primeramente visto por el Sr.Fran is o Toro, empleado del Observatorio Meteorol�ogi o Central lo alizado enla azotea de Pala io Na ional. Lo vio sin ayuda de ning�un instrumento el 13 deSeptiembre antes de la salida del Sol, registrando su apare i�on a las 4 horas, 55minutos. Avisado el ingeniero Anguiano, instruy�o al personal del Observatoriode Chapultepe para que lo bus aran. En la madrugada del 14 de Septiembreel ingeniero Felipe Valle lo en ontr�o entre las onstela iones del Le�on, la Hidray el Sextante, a lo largo de una l��nea imaginaria que un��a las brillantes estrellasRegulus (�Leonis) y Alphard (� Hydrae). Su brillo en esos momentos era similaral del planeta Marte. La ola presentaba una olora i�on naranja y al anzabaya los 6Æ (do e ve es el di�ametro de la luna llena) y su an ho lo midi�o en 1'30". Ese d��a, el ometa se levant�o sobre el horizonte de Chapultepe a las 5horas 12 minutos, po o antes del orto solar, lo que aprove h�o nuestro astr�onomopara estudiarlo on el altazimut, logrando observarlo a trav�es de ese teles opiotodav��a quin e minutos despu�es de que el Sol apare i�o brillando sobre la iudadde M�exi o.El ometa sigui�o siendo estudiado desde el Observatorio de Chapultepe todoel tiempo que fue visible, in luso durante el d��a, pues al a er arse a su puntode menor distan ia del Sol (el perihelio), que se ubi �o tan s�olo a un mill�on, iento setenta mil kil�ometros de �este, ya hab��a desarrollado una gran ola, quetambi�en pudo verse a pleno d��a, lo que sin duda, omo siempre su ede en esos asos, despert�o temores entre la pobla i�on, los que gra ias a los trabajos yexpli a iones de los astr�onomos mexi anos, fueron ontrarrestados, umpliendosu personal de esa forma otra importante fun i�on so ial.14

El otro gran su eso astron�omi o de 1882, fue el segundo tr�ansito venusinoo urrido durante el siglo XIX. Por motivos totalmente similares a los que propi- iaron el estudio del de 1874, el que tendr��a lugar el 6 de Di iembre de 1882 llam�ola aten i�on de la omunidad astron�omi a interna ional. En di ha o asi�on todaslas fases de ese paso de Venus por el dis o solar ser��an visibles desde territoriona ional, as�� que nuestros astr�onomos omenzaron a prepararse para observarlo.Con tal motivo Anguiano insisti�o en la ne esidad de ontar on instrumentosade uados, que hi ieran ompetitivos mundialmente los trabajos que se desar-rollar��an en el Observatorio de Chapultepe , as�� que el 10 de Febrero de 1881se~nal�o por es rito que quedaban algo m�as de veinte meses para mandar ha er losaparatos, transportarlos a M�exi o e instalarlos en el Castillo. Finalmente el 13de Mayo del mismo a~no, se le inform�o que las autoridades apoyar��an la omprade di hos instrumentos. Al mismo tiempo se le omision�o para que viajara aEuropa, se entrevistara on los prin ipales fabri antes e hi iera el presupuesto orrespondiente. Para que umpliera ade uadamente su misi�on, se le otorg�oun permiso por seis meses y la antidad mensual de 300 pesos para gastos deviaje18.Anguiano se apresur�o a umplir on el en argo y el 27 de Junio de 1881 yase hallaba en Londres, donde trat�o de onseguir los teles opios que ne esitaba.Informado por los ingenieros de la f�abri a de Troughton & Simms que ellos no onstru��an instrumentos omo los que bus aba, viaj�o a Dubl��n, Irlanda, paraentrevistarse on Howard Grubb, que era el onstru tor que le re omendaron loslondinenses. Ese personaje estaba en aquellos momentos fabri ando el mayorteles opio refra tor del mundo, destinado al Observatorio de Viena, adem�ashab��a onstruido un n�umero importante de los que estaban en opera i�on enotros observatorios europeos, as�� que por lo que se refer��a a la experien ia delfabri ante, nuestro astr�onomo no tuvo reserva alguna. El problema m�as serioal que se enfrentaron fue el impuesto por el breve lapso que hab��a hasta lao urren ia del tr�ansito venusino. Con plena on ie ia de esta gran limitante,Anguiano es ribi�o al Ministerio de Fomento el 17 de Julio, present�andole elpresupuesto soli itado y pidiendo autoriza i�on para ontratar la onstru i�onde los instrumentos en �el in luidos, entre los que desta aba por sus dimensionesel teles opio refra tor on montura e uatorial, di�ametro en su �opti a prin ipalde 38 m y distan ia fo al de in o metros, uarenta y o ho ent��metros. Enese do umento se~nal�o queTodos los instrumentos que propongo son absolutamente indispensa-bles para que el Observatorio quede onvenientemente montado, sien-do adem�as el osto total mu ho menor que el que yo hab��a imaginado,pues ve vd. que en los $ 30,000 queda in luido aun el osto de la �upula, la que onviene que haga el Sr. Grubb por su pr�a ti a en esa lase de obras. Si fuera absolutamente imposible que el e uatorialquede terminado en tiempo oportuno, no debe pesarle al Gobiernotener que omprar de pronto un e uatorial m�as hi o, porque nun a15

son por demas instrumentos de ese g�enero, y m�enos en un pa��s dondeap�enas omienza �a na er la Astronom��a.El presupuesto ompleto que el ingeniero Angel Anguiano present�o al Se re-tario de Fomento, se muestra en la Tabla 2. Para tratar de omparar el dineroque ostar��an todos esos teles opios y dem�as aditamentos, re u�erdese que omogastos de viaje se le dieron a Anguiano un total de mil o ho ientos pesos, lo queseg�un la ostumbre, equivaldr��a m�as o menos a seis meses de su sueldo, as�� que sieste dato es orre to, todo el equipo que se estaba omprando para el Observa-torio de Chapultepe , ostar��a algo as�� omo o ho y media ve es el sueldo anualde su dire tor, lo que en realidad no era una inversi�on onerosa para el erario.Por si el dato usado no fuera orre to, re u�erdese que un 1865 uando Mauryfue a Londres a omprar instrumentos, su sueldo anual era de in o mil pesos.En ese aso, el osto total de los nuevos equipos que se estaban adquiriendopara el Castillo, equivaldr��an solamente a seis a~nos de sueldo de un miembro delgabinete imperial, lo que nuevamente no resulta mu ho en t�erminos del gastodel Gobierno.Los su esos mostraron que Anguiano tuvo raz�on al pensar que el gran tele-s opio en argado a Grubb pudiera no estar listo para observar el 6 de Di iembrede 1882 y aunque seguramente lo lament�o en su momento, tambi�en tuvo motivopara ongratularse, pues el e uatorial de 15 m de di�ametro en su �opti a prin i-pal que hab��a omprado a ese mismo fabri ante en previsi�on de una ontingen iade aquel tipo, lleg�o a tiempo al Observatorio de Chapultepe , onvirtiendose enuno de los prin ipales instrumentos usados por los mexi anos para el estudio deaquel su eso.Bien equipados on los instrumentos re ien adquiridos y on los que ya ten��andesde que se omenz�o a trabajar astron�omi amente en Chapultepe , nuestrosastr�onomos se prepararon ade uadamente para tan importante observa i�on. Laorganiza i�on previa fue intensa, ya que hubo otros observadores a lo largo y an- ho del pa��s, que requer��an determinar orre tamente sus posi iones geogr�a� as,re�ri�endolas a las del Castillo. Por la gran difusi�on que se le dio al tr�ansito delplaneta Venus o urrido en M�exi o el 6 de Di iembre de 1882, fue toda unale i�on pr�a ti a de astronom��a para la pobla i�on, pues se le observ�o tanto desdela apital de la na i�on en los observatorios Na ional y Central, omo desdePuebla, Tolu a, Guadalajara, Monterrey, Le�on, Mazatl�an, Za ate as, Comit�an,Tapa hula, la pobla i�on de San Mar os del Estado de Guerrero y otros sitios delterritorio na ional19, as�� que para aquella �epo a fue un su eso de muy amplia obertura, que los astr�onomos aprove haron para expli ar los me anismos queoriginan los tr�ansitos de los planetas Venus y Mer urio.Por onsiderarlo hist�oti amente interesante, haremos aqu�� un par�entesis parareferir un he ho que ante los todav��a re ientes su esos relativos a la guerra im-puesta por Fran ia, debi�o ser visto omo algo muy singular por los mexi anos quevivieron aquella violenta etapa de nuestra historia. Aprove hando que en 1880 serestable ieron las rela iones o� iales entre M�exi o y Fran ia, rotas a ausa de la16

interven i�on armada que ese pa��s realiz�o ontra el nuestro, la A ademia Fran esade Cien ias envi�o una Comisi�on integrada por astr�onomos de esa na i�on, paraque observaran el tr�ansito desde suelo mexi ano. Ese grupo fue en abezado porBouquet de la Grye, quien instal�o su ampamento de observa i�on en el errodonde estaba el Fuerte de Loreto, situado enton es fuera de la iudad de Pueblay en el que veinte a~nos antes se hab��a librado la batalla del 5 de Mayo de 1862.Al llegar a M�exi o ese astr�onomo y sus ompa~neros re urrieron a Anguiano,para que les prestara ayuda en la determina i�on pre isa de las oordenadas ge-ogr�a� as de su ampamento de observa i�on. El dire tor del Observatorio deChapultepe gustoso olabor�o on los fran eses, adem�as de invitarlos a ono erese entro ient��� o. Desde el 27 de Noviembre y hasta el 13 de Di iembre estu-vieron inter ambiando se~nales telegr�a� as on el ampamento de Loreto, lo quepermiti�o a los enviados de aquella a ademia estable er la posi i�on de su sitio deobserva i�on en Loreto on toda exa titud.Esa a titud de olabora i�on que se pensar��a es inherente al estudio de losfen�omenos elestes, ontrasta on la que tom�o en 1875 Urbain Jean JosephLeverrier, dire tor del Observatorio de Par��s, on los omisionados mexi anosque de regreso a su patria despu�es de haber realizado las observa iones deltr�ansito de 1874 en Jap�on, se hallaban enton es en la apital fran esa. A eserespe to D��az Covarrubias es ribi�o en su libro ya men ionado, queEl agente omer ial y antiguo �onsul de M�exi o en Par��s, Mr. Ar-mando Montlu , que hab��a obtenido para m�� varios permisos e invita- iones del gobierno para visitar diversos estable imientos p�ubli os,soli it�o de Mr. Leverrier, sin que yo lo supiese, el permiso de visi-tar el Observatorio Astron�omi o. Mr. Leverrier se lo remiti�o yseg�un me informaron despu�es no fue un permiso espe ial omo erade reerse trat�andose de una Comisi�on ient��� a del mismo ramoque se ultivaba en aquel estable imiento, sino de una simple autori-za i�on omo las que se on eden a toda persona que las pide. Yoque ignoraba lo que hab��a pasado, me present�e en el Observatorio on Mr. de Montlu y on toda la Comisi�on a la hora se~nalada, reyendo, omo era natural, que Mr. Leverrier nos re ibir��a; Mr. deMontlu se dirigi�o, en efe to, a la habita i�on del sabio astr�onomo onel �n de anun iarnos, en tanto que nosotros examin�abamos algunosinstrumentos antiguos pertene ientes a la ole i�on del Observato-rio; pero volvi�o po o despu�es vivamente disgustado a de irnos queMr. Leverrier no juzgaba onveniente re ibirnos de manera o� ial a ausa, de ��a, de estar interrumpidas las rela iones de su pa��s on elnuestro y de ser nosotros miembros de una Comisi�on nombrada porel Gobierno Republi ano de M�exi o que derro �o a la Administra i�onImperial a la que �el hab��a sido adi to.Cuando me refer��a esto Mr. de Montlu , entr�abamos a un sal�on enel ual a ababa tambi�en de entrar Mr. Leverrier para ha er algunas17

expli a iones populares a diez o do e visitantes all�� reunidos y refe-rentes a un nuevo teles opio que se estaba onstruyendo. In�util esde ir que al imponerme de tan singular ex usa, sal�� inmediatamente on mis ompa~neros del sal�on y del Observatorio.Hasta aqu�� el par�entesis, volvamos ahora a las observa iones del tr�ansitovenusino realizadas por los mexi anos.Bus ando lograr los mejores resultados de sus observa iones, los astr�onomosde Chapultepe se dividieron en uatro grupos. El primero en abezado porAnguiano se en arg�o del teles opio Grubb re ien llegado a M�exi o, teniendoadem�as a su disposi i�on algunos instrumentos meteorol�ogi os, un ron�ometro yla l��nea telef�oni a que los omuni aba dire tamente on el personal del Obser-vatorio Central. El segundo grupo se en arg�o de operar el altazimut y estuvo oordinado por Felipe Valle. El trabajo fotogr�a� o se le asign�o a Teodoro Quin-tana, quien en ompa~n��a de Juan Quintas Arroyo, ambos militares omisionadospor la Se retar��a de Guerra, operaron el fotoheliografo Dallmeyer instalado enel torre�on de El Caballero, bus ando obtener una buena se uen ia fotogr�a� adel traye to seguido por Venus sobre el fondo del dis o solar. Finalmente entorno al antiguo teles opio meridiano Ertel, se aglutin�o otro grupo de ingenierosmilitares omandados por Antonio Flores. Adem�as de los ron�ometros que adagrupo ten��a disponibles, se dispuso de dos relojes, uno sideral y el otro de tiempomedio, as�� omo del ron�ometro gra� ador de Barraud & Lunds tambi�en re ienllegado al Observatorio.Sobre lo que su edi�o en tan esperada fe ha, Anguiano dej�o un extenso relatoen el Anuario para el a~no de 1884, de donde se ha tomado el siguiente p�arrafo:Preparados de esta manera, aguard�abamos on ierta impa ien iael dia en que debia tener lugar el fen�omeno. Mu hos dias anteri-ores al 6 de Di iembre, se habian distinguido por la brillantez deun ielo enteramente limpio y sereno y propio por lo mismo para lasobserva iones astron�omi as. M�as la v��spera de aquel dia memorable,espe ialmente en la no he, omenzamos �a abrigar s�erios temores quedesgra iadamente fueron justi� ados despues, por un dia mu ho peorde lo que temiamos. Todos hemos visto que el dia 6 de Di iembre,no solamente en la Capital, sino en gran parte de la Rep�ubli a fu�eextremadamente ontrario al astr�onomo. En Chapultepe fueron tan ortos y tan po os los intervalos en que se dej�o ver el Sol, que lasobserva iones que pudimos ha er en ellos est�an muy l�ejos de or-responder a los preparativos y elementos on que ont�abamos, ni�a la perfet a seguridad, exa titud y pre ision que hemos pro uradoobtener siempre en nuestros trabajos de observa ion.El tr�ansito venusino omenz�o a las 7 horas, 25 minutos, 53 segundos hora dela iudad de M�exi o, pero para desgra ia de nuestros astr�onomos, el Sol omenz�oa quedar libre de nubes 6 minutos y 37 segundos despu�es, por lo que perdieron18

la oportunidad de realizar la observa i�on de una de las prin ipales fases de esesu eso. Las nubes siguieron tapando a nuestra estrella intermitentemente, por loque los astr�onomos instalados en el Valle de M�exi o, s�olo pudieron obtener datosin ompletos. A pesar de su aparente fra aso algo lograron, que junto on lo quese observ�o en Puebla y Guadalajara donde s�� estuvo despejado, Anguiano logr�o onjuntar informa i�on que le permiti�o estable er a qu�e momentos su edieron las uatro etapas m�as importantes de ese fen�omeno, as�� que no todo se perdi�o y s��se logr�o adquirir algunos instrumentos modernos.Ordenes de mudarse.Como fre uentemente ha su edido en nuestro pa��s uando se han reado ins-titu iones ient��� as, mu ha gente no entendi�o la ne esidad que �este ten��a de ontar on un observatorio astron�omi o bien equipado y destinado a la investi-ga i�on, as�� que desde antes de su funda i�on hubo opositores a que se \gastaradinero" en un entro de ese tipo, pues a�un los bien inten ionados sosten��anque era mejor usar esos re ursos para \resolver otros problemas de la na i�on".Hall�andose Anguiano en Europa o upado de omprar los instrumentos ne esa-rios para modernizar el Observatorio, tuvo que enfrentar la posibilidad de quelo erraran. En su Memoria de ese viaje es ribi�o que estando en Bruselas enSeptiembre de 1881,Noti ias inesperadas que me llegaron de M�exi o me hi ieron temermu ho por la suerte del Observatorio; llegu�e �a sentir el desalientoque produ e el desenga~no; llegu�e �a reer que tal vez no onveniahablar �a los astr�onomos de los Observatorios que visitaba, a er a delas ondi iones que rodeaban al nuestro para que, por su �rmeza, suhermoso ielo, y el amplio horizonte que domina, pudiera �gurar enprimera l��nea: tristeza me ausaba �a ve es el interes y aplauso onque se veia el pensamiento del Gobierno en favor de un Estable i-miento en el que todos veian ondi iones ventajosas para que onel tiempo pudiese presentar �a la ien ia importantes servi ios; mepare ia que aquellas rela iones que mi visita a�anzaba, podian tenerun resultado ontra el buen nombre ient��� o de M�exi o, si por des-gra ia triunfaban los enemigos del Observatorio.Al regresar de aquel viaje, las autoridades omuni aron a Anguiano que sehab��a de idido devolver el Castillo de Chapultepe al Colegio Militar, por loque el Observatorio deber��a mudarse a la huerta del edi� io que fue residen iaveraniega del Arzobispo de M�exi o, situado en la Villa de Ta ubaya, donde se onstruir��an las instala iones que le dar��an albergue. Tambi�en se le inform�o queese ambio tendr��a que realizarse durante 1882. Seguramente aprove hando la er an��a del paso venusino que habr��a de o urrir ese a~no y en el que el mismoGobierno hab��a invertido dinero, logr�o que la orden de translado se tuvieraque umplir hasta 1883, as�� que on su es aso personal, plane�o la instala i�on19

temporal de los nuevos instrumentos, que aunque estar��an muy po o tiempoen lo alto del milenario bosque, requer��an ser instalados on toda solidez, puess�olo de esa manera los datos obtenidos on ellos ser��an on�ables. Fue as�� queaunque en forma transitoria, el refra tor Grubb fue an lado �rmemente al sueloro oso del erro. El poste que lo soport�o fue he ho del todo nuevo. Aislado ompletamente de la estru tura del edi� io, se le dio una forma piramidal onaltura de 7 metros, uarenta ent��metros. Sobre �el des ansaba primeramenteun poste il��ndri o de hilu a, que a su vez sirvi�o para montar la base de �errodel teles opio. Justo para usarse en esas observa iones, lleg�o el fotoheli�ografoDallmeyer de 10 m de di�ametro en su objetivo y on distan ia fo al de dosmetros, onstruido en Londres. Ese instrumento fue he ho espe ialmente pararealizar fotograf��as solares, por lo que era apaz de produ ir im�agenes del Soln��tidas, on un radio sobre la pla a fotogr�a� a de vidrio de in o ent��metros, loque lo ha ��a muy ade uado para estudiar el tr�ansito venusino. Ese aparato fuemontado en la parte alta del torre�on de El Caballero, en substitu i�on del granteles opio que no fue terminado por el fabri ante para la fe ha de aquel su eso.Finalmente el ambio del Observatorio se realiz�o durante los primeros mesesde 1883, bajo la dire i�on del ingeniero Felipe Valle que por enton es era elsubdire tor de esa institu i�on, ya que Anguiano se vi�o tan afe tado, que pre�ri�osalir del pa��s mientras ello su ed��a. El ingeniero Luis G. Le�on, quien fuerauna gran divulgador de la astronom��a en nuestro pa��s a �nes del siglo XIX yprin ipios del XX, narr�o as�� esos penosos momentos de la vida del ObservatorioAstron�omi o Na ional:Yo v�� derribar los s�olidos postes que hab��an servido para sostenerlos instrumentos astron�omi os, y si ese derrumbe aus�o penosa im-presi�on en mi �animo, enton es que era yo un adoles ente y que noestaba en aptitud de omprender la gran importan ia de los trabajosastron�omi os, ya se omprender�a la impresi�on que ausar��a en el�animo del Sr. Anguiano; fu�e tan grande, que pidi�o una li en ia parasalir de M�exi o, y no regresar hasta que el Observatorio estuviera yatransladado �a Ta ubaya.De esta manera se err�o un periodo que dur�o po o menos de in o a~nos, enel que el Observatorio Astron�omi o Na ional estuvo instalado en el Castillo deChapultepe , pues para el 6 de Mayo de 1883 en que se observ�o un e lipse solarpar ial desde M�exi o, los astr�onomos de esa institu i�on lo estudiaron ya desdeTa ubaya. Sin duda fue un tiempo breve, pero su� iente para sentar las basesque profesionalizaron la investiga i�on astron�omi a en nuestro pa��s, que omo sever�a a ontinua i�on, pronto omenzaron a dar algunos frutos importantes, sobretodo en el terreno de la rea i�on de una infraestru tura ient��� a na ional.Comenzando una vez m�as.Aunque estri tamente hablando la etapa del Observatorio Astron�omi o Na-20

ional en el Castillo Chapultepe termin�o uando se oblig�o a esa institu i�on amudarse, gra ias al impulso que durante sus primeros a~nos le inye taron sus fun-dadores, no solo logr�o sobrevivir, sino que se a�anz�o y po o a po o se onvirti�oen una de las primeras institu iones mexi anas donde se realiz�o investiga i�on ient��� a, as�� que bus ando mostrar aquella ontinuidad, hablaremos ahora delini io de las a tividades astron�omi as en Ta ubaya.A la vez que el dire tor del Observatorio fue noti� ado que su institu i�ontendr��a que ambiar de sitio, se le soli it�o hi iera el proye to orrespondientespara onstruir un edi� io a orde a las ne esidades de los astr�onomos, el quepresent�o a las autoridades el 15 de Mayo de 1882. Puesto que se urgi�o a An-guiano para que entregara las instala iones del Castillo lo antes posible, tanpronto on luyeron las observa iones relativas al tr�ansito venusino,se pro edi�o a desmontar todos los instrumentos, y on la mayorrapidez posible, porque as�� estaba ordenado, en po os d��as qued�otrasladado todo lo pertene iente al Observatorio ...,al antiguo edi� io olonial lo alizado en Ta ubaya, que por mu hos a~nos fueraresiden ia veraniega del jerar a de la Iglesia Cat�oli a de M�exi o, raz�on por lo queese inmueble se ono ��a omo el Ex-Arzobispado. En aquellos ya distantes a~nosdel ambio del Observatorio, la Villa de Ta ubaya era una pobla i�on tranquilaque se hallaba a unos in o kil�ometros fuera de la iudad de M�exi o, rodeada porgrandes sembrad��os y peque~nos ran hos, as�� que result�o ade uada para edi� arlas nuevas instala iones astron�omi as, pues umpl��a on las tres ondi ionesm��nimas que Anguiano hab��a se~nalado para designar el sitio que o upar��a elObservatorio Na ional. La primera fue que el terreno tuviera su� iente �rmezapara asegurar la estabilidad de los deli ados y pre isos instrumentos que forma-ban su dota i�on. Adem�as, deber��a tener una posi i�on dominante y libre deobst�a ulos que permitiera abar ar la mayor por i�on posible de la b�oveda elestey �nalmente, tendr��a que ser un sitio aislado y libre de \emana iones vaporosaso gaseosas", que es lo que ahora llamamos ontamina i�on atmosf�eri a.Mientras se omenzaba a levantar las nuevas instala iones para el Observa-torio, los instrumentos, tanto los que hab��an estado en Chapultepe omo losre ien llegados de Europa, fueron alma enados en aquel inmueble, esperando quese omenzara las edi� a iones orresponientes para instalarlos en forma de�ni-tiva. La huerta del Ex-Arzobispado fue el lugar que se le se~nal�o a Anguianopara esos �nes. Se hallaba formada por un amplio terreno de 138 � 132 m2, el ual fue ne esario nivelar antes de ini iar ualquier onstru i�on, onsumiendoesa tarea el exiguo presupuesto asignado en 1883. Ya sea porque la situa i�on delerario pasaba por una nueva risis o quiz�a porque el general Riva Pala io hab��asido alejado del grupo gobernante, los re ursos e on�omi os ne esarios para ini- iar las nuevas onstru iones no se tuvieron disponibles, Seguramente por elloel dire tor del Observatorio es ribi�o en un laro tono de amargura queEl Gobierno ha podido ha er en menos de un a~no el gasto de uan-21

tiosas sumas, en las obras que se est�an eje utando en Chapultepe para el nuevo Colegio Militar; y el Estable imiento que propongo ostar��a menos que aquel edi� io y podr��a ha er la distribu i�on desu osto en dos a~nos.La situa i�on de penuria para el Observatorio persisti�o por un largo periodo,por lo que el nuevo edi� io, que fue ini iado en 1884, estuvo listo hasta 1908. Apesar de ello onforme se fue onstruyendo, se instalaron los distintos instrumen-tos de forma de�nitiva. Mientras ello su ed��a, Anguiano tuvo que tomar medidasprovisionales para ontinuar realizando las tareas que se le hab��an se~nalado a suinstitu i�on, as�� que lo primero que hizo despu�es de la nivela i�on del terreno, fuemandar onstruir un poste y un muro ir ular donde instal�o el anteojo altazimuty aprove hando una de las �upulas que hab��an estado en Chapultepe , lo ubri�opara poder usarlo en las observa iones que juzg�o prioritarias; la determina i�onde la hora exa ta y las ulmina iones lunares, pues on los resultados obtenidosde ellas a lo largo de varios meses, determin�o la nueva posi i�on geogr�a� a delObservatorio, importante informa i�on que fre uentemente le era soli itada porlos miembros de las diferentes omisiones exploradoras del territorio na ional.La latitud del Observatorio en Ta ubaya, se �j�o en los 19Æ 24' 17".5 al norte dele uador y a 6h 36m 46.53s al oeste de Greenwi h.Finalmente el tan esperado teles opio e uatorial de grandes dimensiones fab-ri ado en Dubl��n por la Compa~n��a Grubb, lleg�o a Mexi o durante 1883. A pesarde que se le hab��a empa ado muy bien, uando fue re ibido en el Observatoriolas ajas que lo onten��an mostraban humedad, por lo que inmediatamente An-guiano orden�o que lo desempa aran, omprobando que en efe to algunas partesse hab��an oxidado por la a i�on del agua. Tras varios meses de trabajo intensodedi ado a limpiarlo, estuvo listo para ser utilizado el 21 de Marzo de 1884,pero a�un era ne esario instalarlo ade uadamente para omenzarlo a usar omouna herrameinta astron�omi a, por ello el dire tor del Observatorio mand�o on-struir un muro ��r ular de tepetate reforzado por o ho pilastras de ladrillo, uyodi�ametro fue de siete metros, veinte ent��metros y que al anz�o una altura dedos metros, sesenta ent��metros. En el entro de esa onstru i�on, ompleta-mente aislado de ella y enterrado dos metros por abajo del nivel del piso, selevant�o un poste re tangular de mamposteria, donde �nalmente se olo �o la pe-sada base de �erro olado que argaba el teles opio y que le permit��a girar paraapuntarlo a ualquier parte del �rmamento. Sobre el muro ir ular se instal�ola �upula giratoria que on ese motivo se mand�o onstruir tambi�en en aquellaf�abri a irlandesa. Todo el trabajo qued�o on luido en Febrero de 1885, as�� quea partir de esa fe ha el \Gran E uatorial" de in o metros, 40 ent��metros dedistan ia fo al y on un lente uyo di�ametro fue de treinta y o ho ent��metros, omenz�o a utiliarse en diferentes programas de observa i�on, entre los que sepueden men ionar estudio de ometas y asteroides, fotograf��a de la super� ielunar y observa i�on de la de Marte, as�� omo espe tros op��a estelar, ya que omo parte del equipo auxiliar que se ompr�o on ese teles opio, se in luy�o22

un magn��� o espe tros opio que pod��a �jarse en su extremo. Ese aparato es-taba formado por in o prismas, que al pasar la luz proveniente de los astros atrav�es de ellos, la separaba, permitiendo identi� ar los elementos qu��mi os quela hab��an produ ido en sus remotos lugares de origen.Ese instrumento ha sido el teles opio refra tor m�as grande que se ha in-stalado en forma permanente en el pa��s. Con �el los astr�onomos de Ta ubayahi ieron algunos importantes estudios omo el del asteroide Eros en su a er- amiento de 1901, la observa i�on del Cometa Halley en su paso de 1910 y la on�rma i�on del des ubrimiento del planeta Plut�on, he ha en 1930. Con �eltambi�en se obtuvieron muy buenas fotograf��as lunares, que propi iaron que en1887 el Observatorio Astron�omi o Na ional de M�exi o, fuera invitado a formarparte de un ambi ioso programa interna ional que sirvi�o para ha er un mapafotogr�a� o de todo el ielo. Desgra iadamente ese instrumento fue destruidoen 1960, uando el edi� io que o up�o ese entro astron�omi o por setenta y seisa~nos, fue destruido, quedando s�olo el re uerdo de su existen ia en el nombrede la Avenida Observatorio, que pasa por el lugar donde esa institu i�on estuvoubi ada en la iudad de M�exi o.Volviendo a los primeros a~nos en Ta ubaya, el trabajo de onstru i�on avanz�oseg�un los re ursos e on�omi os lo permitieron, as�� que po o a po o el nuevo edi-� io del Observatorio fue tomando forma. Mientras ello su ed��a Anguiano y sus olaboradores emprendieron trabajos de inter ambio de se~nales telegr�a� as onel de St. Luis Missouri, E. U. A., que permitieron one tar a nuestra institu i�on on las de allende nuestras fronteras, a trav�es de una extensa red telegr�a� ainterna ional. Tambi�en ontinuaron efe tuando todas aquellas observa ionesque los instrumentos hasta enton es instalados les permitieron realizar, lo quelos puso en ondi iones de seguir publi ando el Anuario. Los al ulistas delObservatorio determinaron las ir unstan ias de los su esos astron�omi os m�asrelevantes omo los e lipses solares y lunares, o de mayor utilidad omo las fasesde la Luna, d�andolos a ono er al p�ubli o on anti ipa i�on su� iente, mientrasque los astr�onomos observaron aquellos fen�omenos que fueron visibles desdeTa ubaya, omo por ejemplo los e lipses solares o urridos el 6 de Mayo de 1883y el 16 de Marzo de 1885 y los lunares del 22 de Abril y del 15-16 de O tubre de1883 o el del 23-24 de Septiembre de 1885. Adem�as observaron diversas onjun- iones planetarias y o ulta iones estelares ausadas por la Luna o por algunosasteroides.El Teniente Coronel Teodoro Quintana, omisionado en el Observatorio pararealizar fotograf��as astron�omi as, logr�o a partir de 1885 algunas im�agenes nota-bles de la Luna, de iertas nebulosas y de �umulos estelares brillantes, usandoel Gran E uatorial. Tambi�en obtuvo pla as fotogr�a� as del Sol a trav�es del fo-toheli�ografo Dallmeyer, que dejaron ver buena de�ni i�on y detalles parti ulares omo las man has que presenta ese brillante uerpo eleste. Todo ese mate-rial mostr�o que en M�exi o exist��an personas apa itadas en las nuevas t�e ni asastron�omi as, raz�on por la que en 1887 el almirante Mou hez, dire tor del Ob-servatorio de Par��s, invit�o o� ialmente a nuestro pa��s a formar parte del grupo23

de di io ho observatorios distribuidos por todo el globo terrestre, que se en ar-garian de tomar los miles de pla as fotogr�a� as ne esarias para elaborar una\Carte du Ciel", que registrar��a el estado real del �rmamento al t�ermino delsiglo XIX. La invita i�on fue a eptada por el Gobierno Mexi ano y a partir deese a~no, gran parte de los esfuerzos que se realizaron en el Observatorio deTa ubaya, estuvieron en aminados a umplir on aquel ompromiso.Los primeros pasos que se dieron para ello, fueron omprar el teles opio re- omendado por el Comit�e Interna ional que presidi�o aquellos trabajos y ha er lasmodi� a iones ne esarias en la planta del edi� io de Ta ubaya para darle abida.El instrumento que mand�o ha er Anguiano para parti ipar en ese proye to, lofabri �o Grubb y es ono ido omo la Carta del Cielo. Est�a formado por dosteles opios refra tores apareados en un mismo uerpo, uno de ellos, el de mayortama~no es el que fue utilizado propiamente para obtener las fotograf��as, mien-tras que el otro se usaba para que el observador viera la zona del ielo quese estaba fotogra�ando y pudiera de esa manera ompensar me �ani amente elmovimiento de rota i�on terrestre, logrando que el teles opio apuntara a la regi�on eleste predeterminada, sin moverse de ella por un tiempo onsiderable, raz�onpor la que a ese segundo anteojo se le ono e omo teles opio gu��a.Los mexi anos se omprometieron a fotogra�ar una franja de la b�oveda e-leste omprendida entre los 10 y 16 grados de de lina i�on sur, esto es una bandalo alizada al sur del e uador eleste, que para ubrirla ompletamente, requer��atomar 1260 fotograf��as, que por los est�andares que se hab��an impuesto deber��anser de alta alidad, lo que se logr�o a trav�es de varios a~nos. Una vez obtenidaslas im�agenes, los astr�onomos de Ta ubaya deber��an medir on gran pre isi�onla posi i�on de ada una de las estrellas que ah�� apare ��an. Como en promedioen ada pla a hab��a unas tres ientas estrellas, al �nal tuvieron que medir m�asde 378 000 posi iones, para despu�es, mediante engorrosos �al ulos aritm�eti os,transformarlas en oordenadas elestes, as�� que es f�a il darse uenta de la tareaque tuvieron que enfrentar nuestros ompatriotas. En su favor debe de irse queaunque los mexi anos tardaron m�as de veinte a~nos en terminarlo, lo hi ieron ylo hi ieron bien, lo que no puede de irse de otros observatorios que omenzaronese proye to y nun a lo terminaron.Aunque la onstru i�on del edi� io del Observatorio no hab��a terminado, alprin ipiar la d�e ada de los noventa del siglo XIX, los astr�onomos de Ta ubayaya estaban usando la mayar��a de sus instrumentos y ha iendo observa ionesque adem�as de umplir on la labor so ial de determinar la hora exa ta para elpa��s e informarlo sobre diferentes su esos astron�omi os, les permitieron onsol-idar su institu i�on y omenzar una tradi i�on de investiga i�on que a~nos despu�esdar��a ex elentes frutos, al oadyubar a que M�exi o se in orporara a la orrienteinterna ional de genera i�on de ono imiento astron�omi o que en la a tualidadse ha impuesto en todo el mundo. Sin duda el Observatorio Astron�omi o Na- ional, que na i�o en el Castillo de Chapultepe ha e m�as de un siglo, ha sido lainstitu i�on que sent�o las bases de nuestra a tual infraestru tura en este ampo.24

Bibliograf��a.1Ward, Henry George. M�exi o en 1827.. Fondo de Cultura E on�omi a, M�exi o,1985.2Ort��z de Ayala, Sim�on Tadeo. Resumen de la Estad��sti a del Imperio Mexi- ano. Universidad Na ional Aut�onoma de M�exi o, M�exi o, 1985.3Jimenez, Fran is o y Anguiano, Angel. \Memoria sobre el estable imiento delObservatorio Astron�omi o Central". M�exi o, 1877, pag.495.4Moreno Corral, Mar o Arturo. \Algunos su esoss que dieron origen a la fun-da i�on de�nitiva del Observatorio Astron�omi o Na ional de M�exi o en 1878".Quipu, vol. 3, n�um. 13 sep/di 1986, pag. 302.5Riva Pala io, Vi ente. M�exi o a trav�es de los siglos, T. 8. Editora Na ional,M�exi o, 1963, pag. 694.6Salazar Ilarregui, Jos�e. Datos de los trabajos Astron�omi os y Topogr�a� os.M�exi o, 1850, pags. 8-15.7Mendoza Vargas, H�e tor. Le turas geogr�a� as mexi anas siglo XIX. UNAM,M�exi o, 1999, Introdu i�on.8D��az Covarrubias, Fran is o. Nuevos M�etodos Astron�omi os. M�exi o, 1867,pags. v-xiii.9Williams, Fran es. Matthew Fontain Maury S ientist of the Sea. Rutgers Uni-versity Press, New Jersey, 1963, pags. 421-441.10Diario del Imperio, O tubre 10, 1865.11D��az Covarrubias op. it. pag. ix.12Moreno Corral, Mar o Arturo. Primer viaje interna ional de ient��� os mexi- anos. Fondo de Cultura E on�omi a, M�exi o, 2001.13D��az Covarrubias, Fran is o. Viaje de la Comisi�on Astron�omi a Mexi ana alJap�on. M�exi o, 1876.14Bulnes, Fran is o. Sobre el hemisferio norte on e mil leguas. M�exi o, 1875.15Anguiano, Angel. Primera Memoria del Observatorio Astron�omi o Na ionalEstable ido en Chapultepe . M�exi o, 1880, pags. 2-3.16Jim�ez, Fran is o y Anguiano, Angel. Memoria presentada al Congreso de laUni�on por el Se retario de Estado y del Despa ho de Fomento, Coloniza i�on,Industria y Comer io, M�exi o, 1877, pags. 495-513.17Le�on, Luis G. Los Progresos de la Astronom��a en M�exi o desde 1810 hasta1910. M�exi o, 1911, pag. 19.18Anguiano, Angel. Viaje a Europa en omisi�on astron�omi a, M�exi o, 1882,pags. 1-15.19Anguiano, Angel. Anuario del Observatorio Astron�omi o Na ional para ela~no de 1884, pags. 54- 166.25

Ilustra iones.Fig. 1. Vista del Castillo de Chapultepe desde Ta ubaya.Fig. 2. Vista desde el Castillo.Fig. 3. Primera p�agina del libro donde apare en las observa iones realizadaspor Fran is o Jim�enez y sus ompa~eros de la Comisi�on de L��mites.Fig. 4. El anteojo meridiano onstruido por Ertel und Sohn en 1842 expresa-mente para el primer observatorio que hubo en el Castillo. La foto fue tomadaha ia 1862. El sitio que se muestra fue destruido durante el Imperio.Fig. 5. Anteojo zenital Troughton & Simms usado por los omisionados mexi- anos en Yokohama.Fig. 6. Miembros de la Comisi�on Astron�omi a Mexi ana. De pie de izquierdaa dere ha: Fran is o Jim�enez, Fran is o D��az Covarrubias y Fran is o Bulnes.Sentados en el mismo orden: Agust��n Barroso y Manuel Fern�andez Leal.Fig. 7. Portada del libro de D��az Covarrubias.Fig. 8. La obra de Fran is o Bulnes.Fig. 9. Campamento de D��az Covarrubias en Nogue-no-yama. Grabado tomadode la obra Viaje de la Comisi�on Astron�omi a Mexi ana.Fig. 10. Segundo observatorio astron�omi o mexi ano en Jap�on. Idem.Fig. 11. El general Vi ente Riva Pala ios a ompa~nado por algunos astr�onomos.Fig. 12. Plano de las instala iones de Observatorio Astron�omi o Na ional enChapultepe , dibujado por Angel Anguiano.Fig. 13. Pintura an�onima realizada en 1878, donde se muestra el torre�on de ElCaballero y la �upula astron�omi a que se le puso.Fig. 14. Fotograf��a del teles opio zenital Troughton & Simms que fue instaladoen el Castillo de Chapultepe en Mayo de 1878. Este fue el primer instrumentooperable que hubo en el Observatorio.Fig. 15. Altazimut del Observatorio Astron�omi o Na ional instalado en elCastillo de Chapultepe . Comenz�o a ser utilizado en Agosto de 1878.Fig. 16. Pla a grabada en marmol alusiva a la inagura i�on del Observatorio.Fig. 17. Diagrama que muestra la traye toria al ulada para el paso de Mer uriopor el dis o solar, o urrido el 6 de Mayo de 1878.Fig. 18. Dibujo que muestra la traye toria que sigui�o Mer urio en su tr�ansitosolar del 6 de Mayo de 1878.Fig. 19. Diagrama que muestra los �al ulos de Jim�enez sobre las prin ipalesfases del e lipse solar del 29 de Julio de 1878, tal y omo se ver��a desde la apitalmexi ana.Fig. 20. Fotograf��a del ron�ografo de tira Negretti & Zambra instalado en elCastillo de Chapultepe .Fig. 21. Fotograf��a del ron�ografo Barraud & Lunds del Observatorio As-tron�omi o y Meteorol�ogi o de Chapultepe .Fig. 22. Diagrama que muestra el fun ionamiento y detalles del ron�ografoBarraud & Lunds.Fig. 23. Primera memoria sobre los trabajos realizados en el Observatorio.Fig. 24. Portada del primer n�umero del Anuario del Observatorio.26

Fig. 25. Cole i�on de grabados que muestran la evolu i�on del Gran Cometa1882 II, tal y omo fue vista por los astr�onomos de Chapultepe .Fig. 26. Fotograf��a del teles opio refra tor Grubb que se instal�o en 1882 en elCastillo de Chapultepe .Fig. 27. El fotoheli�ografo Dallmeyer que se instal�o en 1882 temporalmente enla parte alta de El Caballero.Fig. 28. Cron�ometro Bla kie No. 750 de fabri a i�on inglesa, que fue utilizadopor el ingeniero Leandro Fern�andez para medir el tiempo de ru e del planetaVenus por el dis o solar, el 6 de Di iembre de 1882.

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