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    DomingoMorelia, Michoacn, doMingo 19 de septieMbre de 2010 seccin g. pgina 4

    gilbert gil

    [email protected]

    Empezamos a crear lasprimeras comisiones de ve-cinos para que habilitaran la secundaria106, algunos dispensarios y alberguesprovisionales para los heridos leves,para que buscaran a los vecinos que eranmdicos y enermeras y para que em-pezaran a hacer las listas de cadveres,de los heridos, de los desaparecidos...Y, bueno, pues esa tarde, en la glorietade Cuitlhuac, que est en la esquinade Reorma y Flores Magn, hicimos laprimera junta con los sobrevivientes ydamnifcados de Tlatelolco para empe-zar a hacer un pliego petitorio.

    Comision a unos vecinos a queueran al edifcio de Fonhapo (FondoNacional de Habitaciones Populares)en Tlatelolco para solicitar con urgen-cia una junta con el director general.Regresaron ms tarde para decirnos

    lo que les haban dicho, que tomabannota de nuestra solicitud y que se ibana comunicar posteriormente para avi-sar cundo nos daban la cita.

    Era una respuesta insensible, gro-tesca, entonces lo que acordamos ueintensifcar la labor de rescate, evitar larapia, concentrar a la gente en los espa-cios (la secundaria 106 y Antonio Caso),empezar a levantar un campamento enla plaza de las Tres Culturas y reunirnosal da siguiente para apersonarnos en lasofcinas de Fonhapo en Tlatelolco y ha-blar con el director con cita o sin cita.

    No haba gras. Algunas llegaronpor la tarde y no tenan la uerza suf-ciente para levantar las pesadas trabes.Personas inalcanzables para cualquierbrazo humano inevitablemente moran,rente a sus vecinos. La maquinariaque poda hacer el trabajo ue propor-cionada por Pemex, pero vena desdeCampeche, a una velocidad de 20 y 25kilmetros por hora, llegando cuatro ocinco das despus.

    El capital inmobiliario estaba vien-do una gran oportunidad para ha-cerse de suelo barato en el centro dela ciudad, expulsando a los pobresa la perieria... Los pobres, siempre,para los ricos estorban el progresoy aean las ciudades... Si estn lejos,pues qu mejor. No?

    Para el caso de Tlatelolco habaun proyecto que se llamaba la ZonaDorada; si Mxico tena una ZonaRosa, por qu no habra de teneruna zona dorada, de mucho lujo? Laidea era tener algunas dependenciasofciales, plazas comerciales, cines ycomplejos arquitectnicos de maneraque se acabara con todo ese cinturnde miseria que haba en la Guerrero,parte del Centro Histrico y se hicie-ra un corredor turstico que uera deLa Villa a Chapultepec.

    Esos ueron planes que obvia-mente no se manejaron como tales.No tuvieron la valenta de decirnos,pero atrs de las primeras polticas delgobierno para atender la emergenciaestaban claras: mandar a la gente aTulpetlac, Cuautitln, Huehuetoca yotros lugares en el Estado de Mxico,a 30 o 40 kilmetros de la ciudad; or-ganizaban tours de damnifcados paraque ueran a conocer la zona; llegabanlos camiones y les daban lonches y,bueno, les iban casi a regalar las casascon tal de que se ueran.

    Nosotros empezamos a promoverentre la gente exactamente lo contra-

    rio: no te salgas, si tu casa est muydaada, acampa auera de tu casa, enel patio de la vecindad, si no hay patio,en la calle, rente a tu casa, pero nodejes la colonia... Y en el caso de Tlate-lolco demandbamos el respeto al cer-tifcado de participacin inmobiliaria,que era lo que nos daba los derechos,porque nosotros no recibamos unaescritura cuando acabbamos de pa-gar el valor del departamento, sinoque recibamos el Certifcado de Parti-cipacin Inmobiliaria no Amortizable,que nos daba derecho al usuructo dela vivienda, mas no a su propiedad.

    Entre nuestras obligaciones estabapagar un seguro contra daos y entrelas obligaciones del gobierno (en estecaso de Banobras) deca la clusula oc-

    tava de algunos certifcados (en otrosera la dcimo tercera, pero el texto erael mismo) que el gobierno estar obli-gado a comprar y mantener en vigorun seguro de daos sufciente paraque, en caso de un sismo importante,se pueda reparar el edifcio daado oreconstruir el edifcio destruido. Tex-tual. Ese documento nosotros no lo hi-cimos, es ms, la mayora ni siquierasabamos que eso era lo que nos ibana dar cuando acabramos de pagar,

    pensbamos que bamos a tener unaescritura. El gobierno era reacio a quese aplicaran esas clusulas porquenosotros pagbamos el seguro, peroel gobierno no pagaba el seguro des-pus y llegaba a manos quin sabe dequin, pero no llegaba adonde tenaque llegar. Entonces a veces no habaseguros, otras veces eran insufcien-tes, no haba reaseguros, en fn, todauna cadena de situaciones de corrup-cin que haca que no uera tan simplecomo pensbamos.

    De peDir a exigirDe pedir a exigir, de rogar a deman-dar. De esta manera se consigui lacreacin, en algunos casos, de unionesvecinales y de damnifcados como elFUCEC (Frente nico de Colonos dela Emilio Carranza), el MUDI (Movi-miento Unifcado de Damnifcados eInquilinos), de la Obrera, la Unin deVecinos y Colonos de la Doctores, laUnin de Vecinos y Damnifcados 19de Septiembre (UVyD), la Coordinado-ra de Residentes de Tlatelolco y otros,que fnalmente se coaligaron en laCoordinadora nica de Damnifcados(CUD). Este ue el hilo conductor de lalucha por la reconstruccin y la demo-cracia, ue el interlocutor obligado deun gobierno autoritario que no querareconocerlo y que trat de crear una Fe-deracin de Comits de Reconstruccinde la CNOP (Conederacin Nacional deOrganizaciones Populares), adems de

    condicionar la entrada a los programasde ayuda con afliaciones al PRI.

    La cuLpa es De Los aztecasTodos los intentos de presin, de ame-nazas, intimidacin, dilacin no dieronresultado. Tuvimos una organizacinsocial no partidista y la ocasin de nego-ciar y discutir con el presidente de la Re-pblica y medio gabinete, abordando lasdierentes problemticas de los damnif-cados. En la Secretara de Programaciny Presupuesto hablamos con un seor,Carlos Salinas, porque de nada servaque reconocieran derechos si no se dabanlos presupuestos para hacer las obras.

    Cuauhtmoc Abarca sonre al recor-dar e ilustra la imagen de negligencia quetena el entonces secretario de Desarrollo

    Urbano, Guillermo Carrillo Arena: Ledecamos que construa con maicena.

    Encoge un poco las piernas y extiendean ms la sonrisa al reerir una decla-racin del arquitecto Mario Pani, quienal saber derruido el multiamiliar Jurez,de su hechura, dijo seriamente que aquno haba ninguna culpa, que si queran

    buscar culpables, los culpables eran losaztecas. Slo a los aztecas se les ocurriconstruir una ciudad en esta zona, tanpeligrosa para sismos.

    Fue el inicio de la lucha vecinal en Tla-telolco. Ya haba algunas organizacionesprevias, la voz empez a correr. Al dasiguiente, se entabl la negociacin con eldirector de Fonhapo, que entonces era elarquitecto Enrique Ortiz Flores, quien sedeclar incompetente para atender nues-tras demandas. Esa junta ue abrupta-mente interrumpida por el segundo sis-mo. La gente pas de la ira y la rabia alterror, a la angustia. Se ue la luz, se oansirenas. Era un primer piso y ue muy di-cil organizar a la gente para que bajara.Por ortuna, ninguno se arroj de las ven-tanas, como varios pretendan.

    recomposicin DeL tejiDo

    Poco a poco este proceso que estbamosviviendo en Tlatelolco se empez a entrela-zar con los procesos que se ueron vivien-do paralelos en la Guerrero, en la Morelos,en el centro, en muchas partes. Empeza-mos a intercambiar inormacin. El 16 deseptiembre se hizo la primera marcha dedamnifcados hacia Los Pinos.Planteamos la necesidad de un programade reconstruccin que respetara el arraigode la gente, un programa de expropiacio-nes con base en los derechos que nos daba

    el certifcado de participacin inmobiliaria,peritajes a edifcios, tuberas rotas, atencinmdica. El planteamiento era ms amplioque nada ms el rescate. En cuanto a esto,se pidi que no se demolieran los edifcioshasta que no estuvieran completamenteseguros de que ya no haba sobrevivientes,porque en algn momento pretendan en-trar con trascavos y pues stos no permi-tan el rescate de la gente.

    por fin LLeg...En Tlatelolco como a los tres mesesapareci una seora rodeada de guaru-ras que dijo que ya haba llegado pararepresentarnos; yo me acordaba va-gamente haberla visto en alguna oto,

    pero no saba quin era. Se present:Yo soy la diputada Elba Esther Gordi-llo, vengo a representarlos. Me dirig ala asamblea y dije: Vecinos, la seoraque est aqu dice que es nuestra dipu-tada y que ya viene a representarnos, siustedes estn de acuerdo, yo le cedo lamesa y en adelante que la seora nosrepresente. Y ue un abucheo apabu-llante: Fuera! Vendida! Dnde esta-bas cuando te necesitbamos! Sali yya no se volvi presentar.

    El doctor Cuauhtmoc Abarca Chvez, coordinador general y representante delComit 20 Aos de los Sismos, habla con PROVINCIA sobre aquel

    19 m

    Testimonio del da trgico

    SEPTIEMBRE

    SEPTIEMBRE

    SEPTIEMBRE19

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    21Tlatelolc

    LO QUE SENOS OLVIDALos arquitectos que vieron hechosescombros los resultados de su sa-piencia e ingenio, los contratistas ypolticos corruptos que no utilizaronmateriales adecuados en los edicios,la indiferencia y la simplicidad con queenfrentaron la mayora de las autori-dades aquel desastre, el impulso ina-plazable de la sociedad civil que en-contr un detonante para convertirseen ella misma, e inclusive, la muertede las vctimas y el sufrimiento de los

    deudos, no explican totalmente lo quepas ese da y a partir de entonces...

    INIcIOS... LO fEO DE LA ZONA DOrADA

    fUErON DAS DE VOLUNtAD

    Foto:co

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