Doctor Marigold Por Charles Dickens

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DoctorMarigold

Por

CharlesDickens

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Soybuhonero,ymipadresellamabaWillumMarigold.Cuandoaúnvivía,habíagentequesuponíaquese llamabaWilliam,peroél siempre respondía:«No, Willum». En mi fuero interno, yo resuelvo esa cuestión mediante elsiguiente razonamiento: si no se permite que un hombre sepa cuál es sunombreenunpaíslibre,¿cuántoselepermitirásaberenunpaísdeesclavos?No se puede resolver esa cuestión acudiendo a los Archivos, puesWillumMarigoldvinoaestemundoantesdequelosArchivosguardasengrancosa,ytambién antes semarchó de él. Pero tampoco habría sidomuy aficionado aellossisehubieratopadoconalguno.

YonacíenlacarreteradelaReina,aunqueenesaépocatodavíasellamaba«delRey».Mipadrehizovenir aunmédicoparaqueatendieraamimadrecuandoesta sepusodepartoenunejido;comoestedoctorerauncaballeromuy bondadoso y se conformó con aceptar una bandeja de té por todaretribución, amíme bautizaronDoctor comomuestra de gratitud y respetohaciaesehombre.Esesoyyo.DoctorMarigold.

En la actualidad soy un hombremaduro,más bien corpulento, que vistepantalonesdepana,polainasyunchalecoconmangascuyoscordonessiempreacabandesatándose.Pormuchoque los remiende, todos semeparten comocuerdasdeunviolín.Habránestadoustedesenelteatroyhabránpresenciadoelmomento en que a uno de los violinistas se le rompe el instrumento trasacercárseloaloído,comosielviolínleestuvieradiciendo,entresusurrosyensecreto,que temíahabersedeteriorado;despuéshabránoídoelchasquidodeunacuerdaalpartirse.Amichalecolepasaexactamentelomismo,siesquecabecompararunchalecoyunviolín.

Megusta lucirunsombreroblancoy también llevarunpañueloalcuelloconunsencillonudopocoapretado.Miposturapreferidaesestarsentado.Encuestionesdeadornopersonal,miúnicocapricholoconstituyenlosbotonesdenácar.Selorepito:asísoyyo,todounpersonaje.

Dadoqueelmédicoaceptóesabandejadeté,habrándeducidoustedesquemi padre fue buhonero antes que yo.Han acertado. Lo fue. La bandeja erapreciosa.Enellaaparecíaunadamadegrandesdimensionesquesubíaporunserpenteante sendero de grava, colina arriba, para dirigirse a una iglesita.Tambiénhabíados cisnesque sehabían alejadode su entornohabitual paraacudiralmismositio.Cuandodigoqueeraunadamadegrandesdimensiones,nome refiero a la anchura,pues en ese apartadoconsideroque semostrabaescasa, aunque en altura compensaba sobradamente esa escasez; en loreferenteaalturaydelgadezllegaba…alomásaltoquepuedellegarseenesascuestiones,pongámosloasí.

Viesabandejamuchasveces,puesfuielinocenteyrisueñomotivo(omás

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bien la ruidosa razón) por la que elmédico la colocó apoyada en la pared,encima de una mesa, en su gabinete. Siempre que mis queridos padresandaban por esa parte del país, yo metía la cabeza (que, según mi queridamadre,enesemomentoeraunconjuntoderizosdorados,aunqueahoranadieladistinguiríadeunviejoescobónhastaquetocaseelmangodelutensilioysedieracuentadequenosoyyo)porelresquiciodelapuertadelmédico,quesiempresealegrabadevermeymedecía:«¡Caramba,havenidomicolega!¡Entra,doctorcito!¿Aquequieresunamonedadeseispeniques?».

Supongo que sabrán ustedes que uno no puede vivir eternamente; nimipadrenimimadrefueroncapacesdeello.Siunonoseapagadel todoenelmomentoenquele tocahacerlo,esprobablequesíse leapagueciertapartedelcuerpo,yapuestodoscontraunoaqueesaparteacabasiendolacabeza.Poco a poco, ami padre se le fue la suya, y amimadre también.Aquellosucediódeunmodoinocuo,peroelprocesodejóagotadaalafamiliaconlaquelosdejéalojados.Losdosancianos,aunqueyanotrabajaban,terminarondedicandotodosutiempoalaventaambulante,ysepasabaneldíaintentandocolocarlegangasaesafamilia.Cuandoponíanelmantelparacomer,mipadreempezaba a hacer entrechocar platos y fuentes, cosa que hacemos en migremiocuandoofrecemosunavajillaalmejorpostor,aunqueélhabíaperdidolamañay, en esencia, se dedicaba a tirarlosy romperlos.Comomi ancianamadre acostumbraba a quedarse sentada en el carromato y a tenderle uno aunolosartículosamiviejoprogenitor,quesecolocabaenelestribo,paraquelosvendiera,ahoraleibatendiendodelamismamaneratodoslosobjetosqueteníaesafamilia,yambosimaginabanqueseibandeshaciendodeellos,desdeque se levantaban hasta que se acostaban. Finalmente, un día, el ancianocaballero, postrado en la cama de la habitación que compartía con la viejadama, empezó a soltar entre grandes voces y con fluidez la monserga decostumbre, trashaberpasadoen silenciodosdíasydosnoches:«Préstenmeatención, amigos míos, queridos todos… El Club del Ruiseñor que en unpueblo se reunía, en la taberna denominada “de las Lanzas”, donde unoscantantes grandes gritos proferían y desafinaban entregados a las danzas…Escúchenme, amigos míos, queridos todos: tienen ante ustedes un ejemplovivientedecómoesunbuhoneroviejoyagotado,sinunsolodiente,dehuesosdoloridos,tanparecidoalavidamismaqueseríatanmaravillosocomoellasino fuera aúnmejor, tan amargo como ella si no fuera aún peor, tan nuevocomo ella si no estuviera exhausto. Pujen ustedes por el prototipo de viejobuhonero, que a lo largo de su vida ha tomado tanto té de pólvora que lacantidad bebida no cabría en el barreño de una lavandera; llévense alchamarileromásalládela luna,amilesdemillasdedistancia,unadistanciaidénticaalaqueobtendríamosrealizandolaoperacióndedividirunacifrademuchos ceros por el montante de la deuda nacional, es decir, poco más omenos una cantidad tan ínfima como lo que se recauda con el impuesto de

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pobres.Muybien,valientesmíos,cobardesmíos,¿cuántomedanporellote?Doschelines,uno,diezpeniques,ocho, seis, cuatro.¿Dospeniques?¿Quiénha dicho dos peniques? ¿Ese hombre que lleva un sombrero deespantapájaros?Cuántavergüenzameinspiraesehombre.Meavergüenzasupoca generosidad con los demás. Les voy a proponer una cosa, ya verán.¡Miren! Incluyo también otro prototipo, el de la anciana que se casó hacetantos años con este buhonero que la boda se celebró antes del DiluvioUniversal,lesdoymipalabra,antesdequelosunicorniospudieranimpedirloscasamientosentonandounamelodíaconsucuerno,comosifueraunaflauta.¡Díganme!¿Quélesparece?Lespropongootracosa.Nolesguardorencorpormostrarsetanreacios.Miren,simehacenunaofertaparanodejarasupuebloenmal lugar, les añado gratis un calientacamas y les presto de por vida untenedor para tostar el pan. ¡Oigan! ¿Qué me dicen de esta espléndidapropuesta? Ofrézcanme dos libras, o treinta chelines, o una libra, o diezchelines, o cinco, o dos chelines con seis peniques. ¿Dos chelines con seispeniques me ofrecen? No. No les dejo el lote en dos chelines con trespeniques.Antesseloregalaríasifueranustedeslobastanteapuestos.

¡Eh!¡Señora!¡Subaalviejoyalaviejaalcarromato,enganchealcaballo,lléveselos y entiérrelos!». Esas fueron las últimas palabras de WillumMarigold,mipadre,que tantoél comosumujer,mimadre,pronunciaronelmismo día, como muy bien sé, porque formé parte del cortejo fúnebre deambos.

Mi progenitor desempeñó sus labores de buhonero de forma magnífica,como demuestran las declaraciones que hizo antes de expirar. Pero yo losupero.Nolodigosoloyo,sinoquelohanreconocidouniversalmentetodosaquellos que han podido compararme con otros. Me lo he ganado. Me hefijado, para inspirarme, en otros oradores públicos (los que vemos en elParlamento,en losestrados,en lospúlpitos,en los tribunales),y,cuandomehan parecido buenos, he copiado en ciertamedida su capacidad fabuladora;cuandomehanparecidomalos,meheolvidadodeellos.Lesdiréunacosa.Hastaquememuera,nomecansarédeafirmarque,detodaslasprofesionesinjustamentetratadasenGranBretaña,enladebuhonerolainjusticiaalcanzaelgradosumo.¿Porquénuestrooficionoesconsideradodigno?¿Porquénosenosconcedenprivilegios?¿Porquénosobliganasacarnosunalicenciadechamarilerocuandonadielesexigelomismoalosbuhonerospolíticos?¿Cuáles la diferencia entre nosotros? Al margen del hecho de que nosotroscomerciamosconquincalla,yellos,conbienesdegranvalor,noveoningunadiferencia;sinoscomparásemos,saldríamosganandonosotros,entodocaso.

¡Lesvoyaexplicarporqué!Imaginenquesecelebranelecciones.Estoyenelestribodemicarromato,enlaplazadelmercado,unsábadoporlanoche.Coloco un lote general y variopinto. Digo: «Atiendan, votantes libres e

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independientes,lesvoyapresentarunaoportunidadcomonolahantenidoensuvidaycomonolavolveránatener.Ahoraveránloqueleshetraído.Lesmuestrodosnavajasdeafeitarconlasquequedaránmáspeladosquetrasunareuniónde la JuntaSupervisora; aquí, unaplanchaquevale supeso enoro;aquí,unasarténartificialmentecondimentadaconeljugodetantosfiletesque,duranteelrestodesusvidas,lesbastarácontostarpanypasarloporencimadeella para saciarse de comida de origen animal; aquí ven un auténticocronómetroconunacajadeplatatanmacizaquepodránutilizarloparallamaralapuertacuandolleguenacasademadrugadatrasunareuniónsocial,yasídespertara sumujerya su familiaydejarque laaldaba lagasteelcartero;aquílesmuestromediadocenadeplatosquepodránhacerentrechocar,comosi fueran platillos, para distraer a los nenes que se ponen rebeldes. ¡No semuevan!Lesincluyootroartículo,seloregalo:unrodillo.Silosrorrosselometen en la boca, hasta el fondo, cuando les están saliendo los dientes, yfrotan las encías contra él una sola vez, esos dientes les saldrán el doble debien,yademáslesdaráunataquederisacomosileshicierancosquillas.¡Lesvuelvoarogarquenosemarchen!Adjuntootroartículo,porquenomegustala actitud con que se me han presentado aquí, porque veo que solo mecompraránsipierdodineroconustedes,porqueprefieroperderantesquenorecibirningunamonedaestanoche,yesodeahíesunespejoenelquepuedenverlofeosqueseponencuandonopujan.¿Quémedicenahora?¡Anímense!¿Unalibra,heoído?Usteddeahí:no,quenolatiene.¿Heoídodiezchelines?Usteddeahí:no,ledebeustedmásalvendedoraplazos.Muybien,lesvoyaproponerotracosa.Lovoyacolocartodoenelestribodelcarromato…¡Ahílo tienen, las navajas, el cronómetro, los platos, el rodillo, lo dejo todo porcuatrochelines,ylesdevuelvoseispeniquesporlasmolestias!».Esesoyyo:unchamarilero.Sinembargo,el lunespor lamañana,en lamismaplazadelmercado, aparece el politicastro, se sube a una tribuna (que es el carromatoqueélemplea),¿yquédice?«Atiendan,votanteslibreseindependientes, lesvoyapresentarunaoportunidadcomonolahantenidoensuvida—empiezaaproclamar,igualqueyo—.SetratadelaoportunidaddedarmeunescañoenelParlamento.Lesvoyaexplicarloquevoyahacerporustedes.Losinteresesdeesteespléndidopuebloseveránpromovidospordelantedelosdelrestodelmundo,elcivilizadoyelnocivilizado.Tendránustedes ferrocarril,mientrasqueelferrocarrildelvecinotendráqueenfrentarseagrandestrabas.SushijosgozarándeunempleoenlaoficinadeCorreos.

LaGranBretaña lescolmarádedones.TodaEuropase fijaráenustedes.Disfrutarándeunaprosperidaduniversal,viviránustedesrodeadosdecomidadeorigenanimal,doradoscamposde trigo,alegríaen loshogares, salvasdeaplausos resonarán en sus almas, todo en un único lote, que soy yo.¿Refrendanmicandidatura?¿No?Muybien,enesecaso lesvoyaproponeralgo más. ¡Escuchen! Les añado todo lo que me pidan. ¡Sí! Impuestos

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eclesiásticos,quenosesubamáselimpuestosobrelamalta,quesesuprimaelimpuesto sobre lamalta, educación universal al máximo nivel o ignoranciauniversalalmásbajonivel,latotalabolicióndelaflagelaciónenelejércitoounadocenadeazotesatodosycadaunodelossoldadosunavezalmes,losdeberesdeloshombresolosderechosdelasmujeres…Bastaconquediganqué quieren, lo que sea; yo compartiré plenamente su opinión y habránconseguidoelloteenlascondicionesimpuestasporustedes.¡Cómo!¿Todavíanomelocompran?Muybien,lespropongootracosa.¡Atiendan!Sonustedesunos votantes tan libres y tan independientes, y estoy tan orgulloso deustedes…, conforman una circunscripción tan noble, tan avanzada, meinvadentalesdeseosdeobtenerelhonoryladistincióndeserunodeustedes,de alcanzar el nivel más elevado al que las alas del pensamiento humanopuedenalzarse…,hastatalpuntoquelesvoyaproponerotracosa:lesentregotodas las tabernas de su espléndido pueblo a cambio de nada. ¿Se dan porsatisfechosconeso?¿No?¿Todavíanomecompranellote?Puesenesecaso,antes de enganchar el caballo y marcharme, antes de hacerle la oferta alsiguienteyespléndidopuebloconelquemeencuentre,lessugieroalgomás.Si me compran el lote, iré tirando dos mil libras por las calles de esteespléndidopuebloparaquelascojanlosmásrápidos.¿Nolesbastaconeso?Atiendanpues.Ahorasíquevoyallegarallímite.Esasdosmillasconviertoen dos mil quinientas. ¿Todavía no? ¡Señora! ¡Enganche el caballo…! No,espereunmomentito,tampocovoyamarcharmeasíporunamenudencia:lesofrezco dos mil setecientas cincuenta libras. ¡Sí! Compren el lote en lascondiciones que ustedes elijan, y yo contaré dos mil setecientas cincuentalibrasenelestribodelcarromatoparatirarlasporlascallesdesuespléndidopuebloyparaquelascojanlosmásrápidos.¿Quémedicen?¡Convénzanse!Jamáspodránconseguiralgomejor,ysímuchascosaspeores.¿Loaceptan?¡Hurra!¡Mehevueltoavenderyheconseguidoelescaño!»

Esos politicastros lisonjean a la gente de forma vergonzosa, pero loschamarilerosnohacemoseso.Decimoslaverdadalacaraynonosdignamosadularanadie.Encuantoalaosadíaconqueseexageranlasvirtudesdeloslotes, los politicastros nos superan conmucho en ese aspecto. Los que nosdedicamosalaventaambulantesolemospensarquenohayartículomejorqueunapistolaparaejercernuestra labordecharlatanesdivirtiendoa lagente,aexcepcióndeunosanteojos.Confrecuenciamepasoquinceminutoshablandodeunapistola con la sensacióndequepodríanoparar jamás.Sin embargo,cuandocuentoloquesepuedehacerconelarmayaquiénhaabatidoesta,nollegotanlejoscomolospoliticastroscuandosededicanaensalzarsuspropiasarmas,ellos,quetanbienarmadosvienendeargumentos.Además,yotrabajopormicuenta,amínomemandanotrosalaplazadelmercado,comoaellos.Aún diría más: mis armas no saben qué palabras empleo para ensalzarlas,como sí lo saben las de los politicastros, cosa que a todos los de su calaña

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debería inspirarles vergüenza y asco.He ahí algunos de losmotivos por losqueafirmoqueeloficiodebuhoneronorecibeuntratojustoenGranBretaña,lasrazonesporlasquemeenciendocuandopiensoenesosotrosprofesionalesdelosquehablo,quesesubenaunpedestalyfingendespreciamos.

Cortejéamimujerdesdeel estribodeuncarromato.Se loaseguro.Ellaerauna jovendeSuffolk; todo sucedió en la plazadelmercadode Ipswich,justoenfrentedelaalhóndiga.Lahabíavistoenunaventanaelsábadoanteriorymehabíaformadounaopiniónaltamentefavorabledeella.Lamuchachamehabíagustado;mehabíadichoparamisadentros:«Sino lahanvendidoya,me quedo con este lote». El sábado siguiente aparqué el carromato en elmismo punto; estuve de lo más inspirado, hice reír mucho a la gente yconseguíquemelocomprarantodorápidamente.Alfinmesaquédelbolsillodelchalecounpaquetitoenvueltoenpapelfinoyextendíasíelbrazo(mirandoa la ventana en la que ella estaba). «Aquí, hermosísimas doncellas inglesas,tienenunartículo,elúltimode laventadeesta tarde,quesolo lesofrezcoaustedes,dulcesoriundasdeSuffolkrebosantesdebelleza;noaceptaréningunaofertadeunhombre,aunquemediesemillibras.¿Dequésetrata?Puesselovoyadecir.Algohechodeunoromagníficoquenoestá roto,aunqueenelcentro tiene un agujero; algo más resistente que cualquier grillete jamásforjado, aunque más pequeño que cualquiera de mis diez dedos. ¿Por quédiez?Porque,cuandomispadresmelegarontodossusbienes,seloprometo,habíadocetenedores,docecucharas,docecucharillas,peroamímefaltabandosdedosparallegaraladocena,ytodavíanoheencontradolosdosquemefaltan. ¿Quieren más pistas? Se las voy a dar. Es un aro de oro macizoenvueltoenpapeldeplata,comoelqueseutilizaconlosbigudíes,unpapelque yo mismo entresaqué de los brillantes rizos de una anciana dama, aúnhermosa,deTheadneedleStreet,enLondres;no loafirmaríasino tuvieraelpapelparaconfirmarlo,puesdeotromodonocreeríanestahistoria,pormuchoque sea yo quien la cuente. ¿Más pistas? Algo que es un cepo para loshombres,unasesposas,unapicotayunascadenas,todoenoro,todoenuno.¿Máspistas?Unanillodeboda.Y lesvoyacontarquévoyahacer conél.Esteobjetonolovendopordinero,peropiensodárseloalaprimeradeestasmujerestanbellasquesuelteunacarcajada;mañanamepresentaréensucasa,enelprecisomomentoenquelascampanasdenlasnueveymedia,lasacarédepaseoeiremosapublicarlasamonestaciones».Ellasoltólacarcajada,yasílogróqueledieraelanillo.Cuandoacudíasucasaporlamañana,medijo:

—¡Ay,querido!¿Deveraserestú,deverasmelopropones?

—Claro que soy yo—respondí—, claro que lo propongo en serio, claroquesoytuyo.

Así pues, nos casamos, después de que nuestro compromiso fuerapúblicamente anunciado tres veces, lo cual, también hay que señalarlo,

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recuerdalascostumbresdeloschamarilerosydemuestra,denuevo,hastaquépuntoelprocederdelosbuhoneroscalaenlasociedad.

No era mala esposa, pero tenía mal genio. Si, haciendo un sacrificio,hubiera podido desprenderse de ese atributo, yo no la habría cambiado porningunamujer de Inglaterra.Aunque no es que llegara a cambiarla, porquevivimosjuntoshastaquemurió,loquesucedióalcabodetreceaños.Ahora,damas,caballeros,distinguidostodos,lesvoyacontarunsecreto,aunquenomevanacreer.Treceañosdemalgenioenunpalacioseríanunadurapruebaparaelpeordeustedes,perotreceañosdemalgenioenuncarromatotambiénloseríanparaelmejor.Porqueenesosvehículosseestámuyapretujado.Entreustedeshaymilesdeparejasquesoncomoelaguayelaceite,quevivenencasas tanaltasque tienencincoy seisescalerasdobles,queacabaríanenuntribunaldedivorciossiocuparanuncarromato.Nopretendodeterminarsilostraqueteosempeoranlasituación,peroenunodeesoscarrossiempreseviveacompañadodeellosyesimposibleolvidarlos.Laviolenciaenuncarromatoessumamenteviolenta,ylasofensas,sumamenteofensivas.

¡Podríamoshaberllevadounavidatanagradable!Uncarromatoespacioso,con los artículos grandes colgados por fuera y la cama metida por debajodurante los desplazamientos, una olla de hierro y una tetera, una chimeneaparaelfrío,unconductoparaquesalgaelhumo,unaestanteríayunarmario,unperroyuncaballo.¿Quémássepuedepedir?Tedetienesenunafranjadehierbadeunpradoverdeoenlacuneta,sueltasatuviejocaballoydejasquepaste,enciendesunfuegoconlasascuasdelosúltimosocupantesdelprado,preparas un guiso, y no envidias ni al hijo del emperador de Francia. Sinembargo,cuandoelmalgeniohaceactodepresenciaenelcarromato,cuandoesemalhumortedirigefeaspalabrasytelanzalosobjetosmáscontundentesde todos los que almacenas, ¿en qué situación te encuentras entonces?Imaginenustedesloquesentirían.

Miperro sabía tanbien comoyo cuándo lehabíadadoun arrebato amimujer. Antes de que ella estallase, el animal soltaba un aullido y salíacorriendo. Paramí era unmisterio cómo lo adivinaba, pero esa certeza tanfirme bastaba para despertarlo del sueñomás profundo, para que soltase unaullidoysaliesecorriendo.Enesasocasioneslamentabanoserél.

Lopeordetodoeraquehabíamossidopadresdeunaniña,yyoquieroalosniñoscontodamialma.Cuandomiesposamontabaencólera,pegabaalacriatura. Al cumplir la chiquilla cuatro o cinco años, la situación se meempezó a hacer tan penosa quemuchas veces, con el látigo apoyado en elhombro,mesituabaalladodelacabezadelviejocaballoysollozabaygemíamásquelapequeñaSophy.Pero¿cómopodíaimpediraquello?Esalgoquenosepuedeintentarconalguientanmalhumorado(enuncarromato)sinprovocarunapelea.Lonatural, dados el tamañoy la distribuciónde ese vehículo, es

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que se produzcan peleas. Así, la pobre niña se asustaba cada vez más, ytambién, en general, sufría golpes cada vez peores; su madre se lamentabacuandonosencontrábamosconalguienen laparadasiguiente,yno tardóencorrerse la voz: «Hay un chamarilero desalmado que le pega palizas a sumujer».

¡LapequeñaSophyeraunaniñadelomásvaliente!Coneltiempolecogiómucho cariño a su pobre padre, aunque este muy poco pudo hacer porayudarla. Tenía una abundante y espléndida melena, brillante y oscura, derizosnaturalesqueenmarcabansurostro.Ahorameresultamuysorprendentequenomevolviera locodeatarcuando laveíacorrerdelantedelcarromatoparahuirdesumadre,cuandoestalaagarrabadelpelo,ledabauntirónparaecharlaalsueloyempezabaagolpearla.

¡Yahedicholovalientequeeralapequeña!¡Ah!Teníamotivosparaserlo.

—Lapróximaveznosepreocupe,papaíto—mepedíaentresusurros,conlacaritatodavíarojaylosojosbrillantesaúnhúmedos—;sinogrito,significaquenomehahechomuchodaño.Y,aunquegrite,soloseráparaquemesuelteymedejemarchar.

¡Cuántascosashevistoaguantaraesacriatura,sinemitirniunsonidoparaquenomeinquietase!

Sin embargo, en otros aspectos su madre la cuidaba mucho. Siemprellevabalaropalimpiaypulcra;suprogenitoranosecansabadearreglársela.Asíde incoherentesson lascosas.Creoquenuestraestanciaen la regióndelospantanos,cuandohacíamal tiempo,hizoqueSophycogieraunasfiebresperniciosasaunquenomuyaltas;sinembargo, lascogieracomolascogiera,unavezquelas tuvosealejóparasiempredesumadre:nohabíamaneradeque permitiera que esta la tocase.Mi hija temblaba y decía: «No, no, no»,cuandolamanomaternaseleacercaba,hundíaelrostroenmipechoysemeabrazabaconmásfuerzaalcuello.

Laventaambulanteatravesabaelpeorperíodoquerecuerdo,porelmotivoque fuese (uno de los más importantes, el ferrocarril, que creo que al finterminará por borrar nuestro oficio de la faz de la tierra), y yo andaba sinblanca.Poreso,unanochedeesaépocaenquelapequeñaSophyestabatanmala,nosquedamossinnadadecomidaybebida,loquemeobligóadetenerelcarromato.

Noconseguíquelacriaturasequedaratumbada,tampocoquemesoltase,nituvevalorparaintentarlo,porloquesalíalestriboconlaniñaabrazadaamicuello.Todos lospresentesestallaronencarcajadascuandonosvieron,yunpaletomuychistosopresentóunaoferta(cosaquemellevóaodiarlo):

—¡Dospeniquesporella!

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—Escúchenme, lerdos rurales —les dije, con la sensación de que micorazónsehabíaconvertidoenunpesoenormecolgadodeuncordelroto—:lesadviertoquevoyalograrquesequedensindinero,peroobtendrántantascosasacambioque, en lo sucesivo, siempreahorraránustedes loquehayanganadoelsábadoporlanoche,enlaesperanzadevolveravermealgúndíaydegastárseloconmigo,aunquejamásnosencontraremosdenuevo.¿Yporquéno?Puesporquehehechofortunavendiendomigéneroagranescalaconundescuentodeunsetentaycincoporciento,precioquecalculoapartirde loquemehacostadoamí,yporesolasemanaquevieneingresoenlaCámarade los Lores con el título de duque de la Chamarilería y marqués de laQuincalla.Díganme qué quieren hoy y lo tendrán. Pero en primer lugar lesvoyacontarporquéllevoaestaniñaabrazadaalcuello.¿Loquierensaber?Pueslosabrán.Estátocadaporlamanodelashadas.Esadivina.Melopuedecontar todo de ustedes con un susurro, y también revelarme si me van acomprarunloteono.¿Alguienquiereunserrucho?Ellamedicequeno,quesonustedesdemasiado torpesparamanejarlo.Peroaquí tengounoqueseríauna bendición de por vida para cualquier hombre hábil; solo cuesta cuatrochelines, tres con seispeniques, tres, dos con seis, dieciochopeniques.Peroninguno de ustedes lo va a comprar por culpa de esa torpeza suya tan bienconocidaportodos,puesentregárseloequivaldríaacometerunhomicidio.Elmismo inconveniente se me presenta en el caso de este conjunto de trescepillosdecarpintero,ningunodeloscualeslesvoyavender,asíquenopujenporellos.Levoyapreguntaraellaquéquierenustedes.(Entoncesledijeentrecuchicheos:«Tesoromío,teardetantolacabezaquemetemoquetedebededoler mucho», y ella respondió, sin abrir los cargadísimos ojos: «Solo unpoco,padre».)¡Oh!Laadivinadicequeloquedeseanesestememorándum.¿Porquénomelohanpedido?Aquílotienen.Mírenlo.¡Doscientaspáginasfinísimasdepapelsatinadoconencuadernacióndealambre—sinomecreen,cuéntenlas—, ya pautadas para que anoten sus gastos, un lapicero siempreafilado con que escribirlos, un raspador de doble filo para borrarlos, uncuadernocontablasyaimpresasparacalcular los ingresosyunescabelparasentarse mientras están entregados a esos menesteres! ¡Aún hay más! Unparaguasparaprotegersedelalunamientrasestánentregadosaesastareasenlasnochesnegrascomolapez.Ahorabien,nolesvoyapreguntarcuántoeslomáximoqueestaríandispuestosapagarporestelote,sinolomínimo.¿Cuáleslamenorcantidadqueselesocurre?Notenganvergüenzadedecirla,porquemiadivinayalasabe.(Entonces,fingiendomascullaralgo,labesé,yellamebesó.)¡Caramba,measeguraquebarajanustedesofrecerlamíseracantidaddetres chelines con tres peniques! Jamás lo habría creído posible, ni auntratándose de ustedes, si ella no me lo hubiera revelado. ¡Tres con trespeniques! ¡Por un lote que incluye unas tablas impresas con que puedencalcularsusingresosanualeshastalascuarentamillibras!Conunosingresos

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decuarentamilalaño,yaduraspenasmedantreschelinescontrespeniques.Pueslesvoyadecirloquepienso.Meparecentanindignoslostrespeniquesque me quedo solo con los tres chelines. Ya está. ¡Por tres chelines, treschelines,treschelines!Adjudicado.Pásenseloalafortunado.

Comonadiehabíaofrecidonada,todosmiraronenderredorysesonrieronunosaotros,mientrasyoletocabalacaritaaSophyylepreguntabasiestabamareadaodébil.

—Nomucho,padre.Enseguidasemepasará.

Entonces,apartandolavistadeesospreciososojosinundadosdepaciencia,queahoraestabanabiertos,mientrasmeenfrentabaaunamultitudderostrosrisueños al otro lado de la lámpara de grasa encendida, volví a asumirmismodalesdebuhonero.

—¿Dóndeestáelcarnicero?—Mitristemiradaacababadeposarseenuncarnicerogordoyjovensituadoenlapartemásalejadadelamuchedumbre—.Laniñamedicequeesehombreestádesuerte.¿Dóndeseencuentra?

Todosempujaronalruborizadomatarifehastalaprimerafila;entoncesseoyóunclamor,yelhombresesintióobligadoallevarselamanoalbolsilloycomprar el lote. En general, cuando se llama de forma individual a unmiembro del público, este siempre se siente obligado a comprar lo que seofrece:suelesucedercuatrodecadaseisveces.Luegoofrecíotrolote,idénticoalanterior,ylovendíseispeniquesmásbarato,loquesiemprediviertemuchoalagente.Despuéssaquélosanteojos.Conellosnosesuelenobtenergrandesbeneficios,peromelospongoyempiezoavercuántosimpuestosvaabajarelministrodeHaciendayloqueestáhaciendoencasaelnoviodeunajovenconchal;tambiénveoloquehacenadoelobispoymuchasotrascosasconlasquecasi siempre consigo levantarle el ánimo al público; y, cuantomejor es eseánimo, mayores las ofertas que me hacen. Después saqué un lote para lasdamas(tetera,cajaparaelté,azucarerodecristal,mediadocenadecucharillasycuencoparaelponche),sindejardeinventarmecontinuamentesubterfugioscomo los anteriores para echarle un vistazo y decirle unas palabritas a mipobreniña.Fuemientraselsegundolotefemeninoteníaalpúblicocautivadocuandonotéquemihijasemeapoyabaunpocoenelhombro,seincorporabaymirabalacalleoscura.

—¿Quéteinquieta,cariño?

—Nada,padre,noestoynadainquieta.Peromepareceveruncementeriomuybonitoalotrolado.

—Sí,cielomío.

—Demedosbesos,padrequerido,ydéjemedescansarenlahierbadeese

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cementerio,tanmullidaytanverde.

Con paso tambaleante y la cabeza exangüe de la niña sobremi hombro,entréenelcarromatoyledijealamadre:

—¡Cierra la puerta, deprisa! ¡Que no vean nada esos de ahí que se ríentanto!

—¿Quépasa?—exclamóella.

—¡Ay,mujer,mujer!—le dije—. ¡Nunca volverás a agarrar amiSophytirándoledelpelo,porquehahuidodetiparasiempre!

Esposiblequemispalabrasresultaranmásdurasdeloquepretendía,pero,a partir de ese momento, mi mujer empezó a sumirse con frecuencia enoscurascavilaciones;sequedabasentadaenelcarromatooibacaminandoalladodelcoche,durantehoras,conlosbrazoscruzadosylavistaclavadaenelsuelo.Cuando le entrabaun arrebatode furia (cosaque empezóa sucederlemuchomenosque antes), esa furia se apoderabade ella deotromodo, y sedabatalesgolpesquemeveíaobligadoasujetarla.Devezencuandobebíaunpoco, aunque ni siquiera así mejoraba su estado. Durante algunos años meestuve preguntando, mientras avanzaba cansadamente junto a la cabeza delcaballo,sienloscaminoshabríamuchoscarromatosposeídosdeunaire tanlúgubrecomoelmío,pormuchoquemeconsideraranelreydelosbuhoneros.Nuestras tristes vidas siguieron discurriendo de esta manera hasta que, unatarde de verano, mientras nos acercábamos a Exeter, en los confinesoccidentalesdeInglaterra,vimosqueunamujerledabaunacruelpalizaasuhija,yestaexclamaba:

—¡Nomepegue!¡Ay,madre,madre,madre!

Entoncesmimujer se tapó los oídos, salió corriendo como una criaturasalvaje,yaldíasiguientelaencontraronenelrío.

Enelcarromatoyasoloquedábamosmiperroyyo.Leenseñéasoltarunbreveladridocuandonadiepujabaya ladrar también,al tiempoqueasentía,cuandolepreguntaba:«¿Quiénhadichomediacorona?¿Esusted,caballero,quienhaofrecidomediacorona?».

Alcanzóaltascotasdepopularidad,ynadiepodráconvencermedequenoaprendióélsoloagruñirleacualquiermiembrodelpúblicoqueofrecieraunosmíserosseispeniques.Perofuecumpliendoaños,y,unanocheenquesaquélos anteojos enYork,mientrasmis palabras producían convulsiones entre elgentío,aélleentraronotrotipodeconvulsiones,enelestrado,amispies:unespasmoqueacabóconél.

Como mi carácter es de natural tierno, después de aquello empecé asentirmeespantosamentesolo.Esasensaciónsemepasabacuandomeponíaa

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vender algo, pues tenía una reputación que mantener (y también debíamantenermeyo,evidentemente),pero,enlaintimidad,esetalanteseadueñabademíymedominaba.Esonossuelesucederalospersonajespúblicos.Elquenosvesobreelestradoestaríadispuestoaofrecertodoloquetieneporocuparnuestrolugar.Sinosvieraalbajar,añadiríacualquierchucheríapararevocarelacuerdo.Fueenesascircunstanciasenlasqueconocíaungigante.Cabelaposibilidaddequemehubieramostradodemasiadoaltaneroparaentablarunaconversaciónconélsinomehubierasentidotansolo.Cuandounoviajaportodoelpaís, existeuna reglageneralparamarcar los límitescon losdemás:fijarse en los disfraces. Si un hombre no es capaz de ganarse la vida por símismo,sindisfraces,hayqueconsiderarlodeunacastainferior.Y,cuandoviaestegigante,ibavestidoderomano.

Era un joven torpe, carácter que atribuyo a la enorme distancia quemediaba entre sus extremidades. Su cabeza era de escaso volumen y decontenido aún más escaso, le fallaban la vista y las rodillas, y, en general,costaba mirarlo sin pensar que tanto tamaño era demasiado para susarticulacionesypara sumente.Perose tratabadeunmuchachohartoafablepesea suapocamiento (era sumadrequien loexhibíayquiensegastaba sudinero);nosconocimosmientrasélpaseabaconuncaballo,paraqueelanimaldescansara, entre dos ferias. Lo llamaban Rinaldo di Velasco, aunque suverdaderonombreeraPickleson.

Estegigante,tambiénconocidocomoPickleson,mecomentócongrandesaires de confidencia que, amén de resultarle insoportable ser quien era,también le era insoportable la vida en general por la crueldad con que supatróntratabaaunahijastrasordomuda.Lamadredelaniñahabíamuerto,ala pequeña no le quedaba nadie que pudiera interceder por ella y sufría unatrozmaltrato;viajabaenlacaravanadelpatrónúnicamenteporquenohabíadóndedejarla, y el gigante, tambiénconocidocomoPickleson, creía inclusoquedichopatrónintentabaconfrecuenciadeshacersedeella.Eraunhombretan, tanapocadoquenoséel tiempoque tardóencontarme toda lahistoria,perolanarraciónacabóascendiendoporsudefectuososistemacirculatorioyllegándolealaextremidadsuperioralcabodeunbuenrato.

Cuando escuché lo que contaba el gigante, también conocido comoPickleson,ysupequelapobreniñateníaunapreciosamelenanegra,delaquemuchas veces le daban tirones para arrojarla al suelo y darle una paliza,aquello quemenubló la vistame impidió seguir viendo al grandullón.Trasenjugarmelosojos,lediseispeniques(pueselpocodineroqueleasignabanerainversamenteproporcionalasualtura),quesegastópidiendodosvasos,atrespeniquescadauno,deginebrayagua,bebidaqueloachispótantoquesepuso a cantar la popular canción bufa de la Temblorosa Tiritona, ¡qué fríohace!, un recursomuy bien acogido entre el público y que su patrón había

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intentadoarrancarleportodoslosmedios,cuandoibaderomano,sinhaberlologradojamás.

EsepatrónsellamabaMim,unhombredevozmuydesagradable,yfuiaconocerloparahablarconél.Acudíalaferiacomounciudadanomás,dejéelcarromatoalasafuerasdelpueblo,mepuseabuscarentrelaparteposteriordelas caravanasmientras sedesarrollaba el espectáculoy, al fin, dormitandoyconlaespaldaapoyadacontraunaruedapolvorienta,encontréalapobreniñasordomuda.Atenordelaprimeraimpresión,casipodríahabercreídoquesehabíaescapadodelnúmerodelosanimalessalvajes,peroenseguidamehiceunaopiniónmásfavorabledeella,ymedijeque,silacuidabanylatratabanmejor,seacabaríapareciendoamihija.Teníaexactamentelamismaedadquehabría tenidomi pequeña si su preciosa cabecita no se hubiera desplomadosobremihombroenesanocheinfausta.

Para no extenderme demasiado: le dirigí unas discretas palabras aMim,mientras este tocaba un gong para que el público acudiera a admirar aPickleson,ylepregunté:

—Laniñasuponeunagrancargaparausted.¿Cuántoquiereporella?

Mimeramuydadoalaspalabrasgroserasymalsonantes.Omitoesapartedesurespuesta,quefuelamáslargacondiferencia.Despuésañadió:

—Unostirantes.

—Mire,levoyaproponerunacosa—añadí—.Levoyatraerseisdelosmejorestirantesdemicarromatoyluegomelallevo.

Élrespondió(deformaigualmentegrosera):

—Melocreerécuandolosvea,noantes.

Fui todo lo deprisa que pude, para que no se lo pensara dos veces, ycerramos la transacción,cosaquesosegó tantoelánimodePicklesonqueelgigante salió por su puertecita trasera arrastrándose como una serpiente, y,como despedida, nos cantó la Temblorosa Tiritona, en susurros, entre lasruedas.

Sophy y yo vivimos días felices cuando empezamos a viajar en elcarromato. Inmediatamente la bauticé con ese nombre para que la relaciónentre nosotros fuera igual a la que habíamantenido conmi hija. Gracias aDios,notardamosenentendernos,encuantoellasediocuentadequeyonoquería hacerle ningún daño. Al cabo de poco tiempo ya me había cogidomuchísimocariño.Nopueden tenerustedesni ideadequé se siente cuandoalguien te coge muchísimo cariño si no han sufrido la acometida y laembestida de esa soledad que, como ya les he contado, se había llegado aadueñardemí.

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Sehabríanreídoustedes,otodolocontrario,segúnelcarácterquetengan,si me hubieran visto intentando que Sophy aprendiera a leer. Al principiorecurrí, seguro que no lo adivinan…, a los mojones. Conseguí unosabecedarios enormesmetidos en una caja, en la que estaban todas las letrasseparadasy escritas en fragmentosdehuesos; ledecíaquenosdirigíamos a«WINDSOR», le iba dando las letras en ese orden, y, después, en todos losmojones le volvía a enseñar esas mismas letras en idéntico orden; despuésseñalabalaresidenciadelosreyesqueseencuentraenesalocalidad.Enotraocasiónformélapalabra«CARROMATO»,ydespuéslaescribíentizaenelvehículo.Otravez lepresenté los términos«DOCTORMARIGOLD»,ymecolguédelchalecolainscripcióncorrespondiente.Esverdadqueaquellosconquienesnoscruzábamosavecessequedabanmirándonosysereían,pero¿amí quémásme daba si ella comprendía la idea?La acabó entendiendo conmuchapacienciaygrandesesfuerzos;¡entoncesempezamosallevarnosalasmil maravillas, se lo aseguro! Al principio la niña tenía cierta tendencia aconfundirmeconelcarromatoyapensarqueelcarromatoeraelpalaciodelosreyes,perolaconfusiónnopersistió.

También creamos nuestras propias señas, cientos de ellas. A veces sequedaba mirándome, devanándose los sesos para encontrar un modo detransmitirme algo nuevo, cómo pedirme que le explicara algo, y en esosmomentoseraigual(omeparecíaqueloera:¿quédiferenciahay?)amihija,comosiestahubieracumplidoalgunosañosmás,hastaelpuntodequecasilleguéacreerqueeraella,queintentabahablarmedelossitiosdelcieloquehabíavisitadoydetodoloquehabíavistodesdelainfaustanocheenquesemarchóde estemundo.Lamuchacha era guapade cara; ahora quenadie ledabatironesaesamelenabrillanteyoscura,ahoraquelallevabapeinada,suaparienciadestilabaunmatiz conmovedorquebrindabaunaatmósferade lomás sosegada y apacible al carromato, pero nada luctuosa. [Cuando losbuhonerossoltamosnuestroshábilesdiscursos,muchasvecescambiamosestaúltima palabra y decimos «voluctuosa», lo que arranca grandes risas alpúblico.]

Fue verdaderamente asombroso el modo en que la niña aprendió ainterpretartodosmisgestos.Lasnochesenqueyotrabajaba,ellasequedabaen el interior del carromato sin que la vieran desde fuera, me lanzaba unamiradadeánimocuandoyolabuscabaconlosojosymeentregabaenseguidaelobjetouobjetosprecisosquenecesitaba.Despuésdabapalmasysereíadepurocontento.Enloqueamírespectaba,verlatanentusiasmada,recordarsuestado en nuestro primer encuentro, harapienta,maltratada,mal alimentada,dormida y apoyada en la enfangada rueda de aquella caravana,me infundíatantos bríos quemi reputación alcanzó cotasmás altas quenunca, e inclusoincluíaPicklesonenmitestamento(conelnombredeGiganteAmbulantedeMim,tambiénconocidocomoPickleson)paralegarlecincolibras.

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Esafelicidaddelcarromatoduróhastaqueellacumpliódieciséisaños.Enesa época empecé a pensar que no había satisfecho todas las obligacionescontraídasconlajoven,adecirmequedebíarecibirunaeducaciónmejordelaque yo podía darle. Los dos vertimosmuchas lágrimas cuando le expuse elcontenidodemisreflexiones,peroloqueescorrectoescorrecto,yesoni larisanilaslágrimaspuedencambiarlo.

Así pues, un día le di la mano y nos dirigimos al Establecimiento deSordomudosdeLondres;allínosabordóuncaballero,alcualanuncié:

—Levoyaproponerunacosa,señor.Nosoymásqueunbuhonero,peroenestosúltimosañoshepodidopermitirmenotrabajarenlosdíasdelluvia.Estaesmiúnicahija(adoptada);nocreoquehayacriaturamássordanimásmuda.Enséñelelomáximoquepuedaaprenderenelmenorperíododetiempoposible,dígameloquecostaría,yyoleentregoinmediatamenteesacantidad.Nolevoyadiscutirniuncuartodepenique,señor,todolocontrario;ledaréeldinero ahora mismo y, como muestra de agradecimiento, añadiré otra libraparaqueloacepte.¡Esoeraloquequeríadecirle!

Elcaballeroesbozóunasonrisayrespondió:

—Vaya, vaya. Antes tengo que saber cuánto ha aprendido hasta ahora.¿Cómosecomunicaustedconella?

Se lo enseñé. Ella escribió en letras de molde los nombres de muchascosas,etcétera.Despuésmantuvimosunaanimadaconversación,Sophyyyo,sobreuncuentecitodeunlibroqueelcaballerolemostróyqueellaleyó.

—Extraordinario, sin duda—declaró el caballero—. ¿Seguro que no hatenidoningúnotromaestroapartedeusted?

—Todo lo ha aprendido de mí, señor —confirmé—, y también por sucuenta.

—En ese caso—añadió, dirigiéndome las palabras quemás satisfacciónme han producido en toda mi vida— es usted un hombre inteligente, y unhombrebueno.

Repitió esaspalabrasdemodoque las entendieraSophy,que lebesó lasmanos,batiópalmasyseechóareíryallorar.

Entotalvimoscuatrovecesaesecaballero.Cuandoanotóminombre,mepreguntó cómo era posible que me llamara Doctor; resultó que él era elsobrino(esdecir,hijodelahermana,porincreíblequeparezca)deldoctorencuyo honor me habían bautizado así. Gracias a eso la cordialidad entrenosotrosfueenaumento,ymedijo:

—Bueno,Marigold,¿quémásquierequeaprendasuhijaadoptiva?

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—Señor, quiero que esté lo menos aislada del mundo que sea posible,teniendo en cuenta sus limitaciones; es decir, que pueda leer todo lo escritoconsumafacilidadyprovecho.

—¡Buenhombre!—exclamóelcaballero,abriendolosojosdeparenpar—.¡Perosiesonolopuedohacerniyo!

Lereílagraciasoltandounacarcajada(séporexperienciaque,sinesarisa,unonosueleconseguirloquequiere)yvolvíaexpresarmisintencionesdeunmodoquelepareciómásoportuno.

—¿Quéquierehacerconelladespués?—quisosaberelcaballero,conunamiradaalgorecelosa—.¿Viajarportodoelpaís?

—Enelcarromato,señor,perosoloenelcarromato.Enélllevaráunavidadiscreta. Jamás se me ocurriría exhibir sus dolencias ante un público. Nopienso convertirla en una atracción de feria, por mucho dinero que meofrezcan.

Elasintió,alparecer,consemblantedeaprobación,yañadió:

—Muybien.¿Estádispuestoasepararsedeelladosaños?

—Siesporsubien…,sí,señor.

—Hayquepreguntarseotra cosa—dijomientras lamiraba—.¿Seráellacapazdesepararsedeusteddurantedosaños?

Nosésiesacuestióneraintrínsecamentemásdolorosa(porquelaotrayalo había sido bastante paramí), pero sí resultómás doloroso resolverla. Sinembargo,alfinalconseguimostranquilizaralamuchachayacordamosnuestraseparación. No voy a contar cómo nos afectó aquello cuando llegó elmomento,cuandoladejéenlapuerta,enlaoscuridaddeunanoche.Perolesaseguro que, como recuerdobien ese episodio, no puedovolver a pasar pordelantedeesainstituciónsinquesemeencojaelalma,sinsentirunaopresiónenlagarganta;enesosinstantes,seríaincapazdevenderleslosmejoreslotesque existen con mi entusiasmo habitual…No, ni siquiera la pistola, ni losanteojos,aunqueelsecretariodeEstadodeInteriormedieraunarecompensadequinientaslibrasydespuésmeconcedieraelhonordeextenderlaspiernaspordebajodesumesadecaoba.

Encualquiercaso,lasoledadquedespuéssentíenelcarromatonofuelamismadeantes,porqueteníafechadevencimientoyporquepodíapensar,siciertoabatimientoseapoderabademí,queellaseguíaestandoamiladoyyoalsuyo.Siempreanticipandosuregreso,alcabodepocosmesescompréotrocarromato.¿Yquécreenustedesquepensabahacerconél?Selodiré.Pensaballenarlodeestanteríasylibrosparaqueellaleyera,ponertambiénunabutacaenlaquepudierasentarmeparaverlaleeryacordarmedequeyohabíasidosu

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primermaestro.Llevéacabomipropósitosinprecipitarme;meconstruyeronymontaronlosmuebles,deformamuyingeniosa,bajomisupervisión;añadíuna litera para Sophy, con cortinas, y unamesa de lectura; por todas parteshabía filas y filas de libros, con ilustraciones y sin ellas, empastados y sinempastar,debordesdoradosysinadornos,todoslosquelefuiencontrandoenmisviajespor loscuatroconfinesdelpaís,enparajeshermososyenparajesfeos,ensitiosrebosantesderiquezayenotrossumidosenlapobreza,algunoslejanos, otros cercanos. Cuando hube reunido tantos libros como cabían,ordenadamente, en el carromato, se me ocurrió otro plan que acabóconsumiendogranpartedemitiempoydemisatenciones,yquemeayudóapasareseintervalodedosaños.

Aunquenomeconsideroavaricioso,símegustaserdueñodeloquetengo.Por ejemplo, no consentiría en aceptarlos a ustedes como socios en micarromatodebuhonero.Noporquenomefíe,sinoporqueprefierosaberqueelcocheesmío.Tambiénesbastanteprobablequeaustedes lesgustasequefuese suyo. ¿Verdad? Pues una especie de envidia empezó a corroerme lospensamientos cuando semeocurrióquemuchasotraspersonashabían leídoesoslibroslargotiempoantesdequelohicieraella.Medabalaimpresióndeque,poreso,Sophytampocoeraladueñadeesosvolúmenes.Portanto,unapregunta empezó a plantearse enmi interior: ¿acaso no podía conseguir unlibrocreadoexpresamenteparaella,queSophyfueralaprimeraenleer?

Esaideamellenódesatisfacción,y,comonuncahesidodeesosquedejanque se les duerman las ideas (hay que despertar a toda la familia deocurrenciasquelevienenaunoyquemarleslosgorrosdedormir,puesdeotromodo no se puede triunfar como buhonero), enseguidame pusemanos a laobra.Teniendoencuentaqueacostumbrabaadesplazarmedeun ladoaotrodel país y que tenía que encontrar a algún literato con el que llegar a unacuerdoenunsitio,aotroliteratoconelquealcanzarotroacuerdomásallá,segúnsemefueranpresentando lasoportunidades, razonéqueel librodebíaser unamiscelánea (como el lote compuesto por las navajas, la plancha, elcronómetro,lavajilla,elrodilloyelespejo)ynodebíaofrecersecomosifueraunúnicoartículo,quesíeslocorrectoenelcasodelosanteojosylapistola.Al llegar a esa conclusión también llegué a otra, que ustedes tambiénconocerán.

MuchasveceshabíalamentadoqueSophynuncamehubieraoídoperorarsobreelestribo,quelefueraimposiblehacerlo.Noporvanidad,peronocreoqueanadielegustepecardeexcesodemodestia.¿Dequévalelareputaciónsinopodemosexplicarleelmotivosobreelqueseasientaalapersonaquemásqueremos que la aprecie? Se lo voy a responder. ¿Vale esa reputación seispeniques, cinco, cuatro, tres, dos, uno,medio, un cuarto de penique?Ni uncuarto.Prosigamos.Lleguéalaconclusióndequeellibrocomenzaríaconuna

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brevehistoriademivida.Así,alleerunpardepasajessobremisactividadesenelestribo,lamuchachapodríaformarseunaideacabaldemiexcelenciaenesosmenesteres. No seme escapaba que yo no podía hacerme justicia. Unhombre no puede reproducir por escrito sus gestos (al menos, yo no séhacerlo),nisuvoz,nielvalordesuspalabras,nilarapidezdesusactosnielbríogeneraldesuactitud.Perosípuedeanotarlosgirosqueempleaalhablarsisededicaaelloenpúblico;dehecho,mehancontadoquemuchoslohacenantesdepronunciarundiscurso.

¡Sigamos! Después de haber tomado esa decisión, había que resolver lacuestióndelnombre.¿Cómoconseguídarformaaesehierrocandente?Ahorase loexplico.Lomásdifícilquehabía tenidoqueaclararle aSophyeraporquémellamoDoctorsinserdoctor.Peseatodo,medabalasensacióndequenohabíaconseguidoquelocomprendierabien,trasgrandesesfuerzospormiparte.Noobstante,comoconfiabaenqueesosdosañoshubieranproducidoenella una granmejora, pensé que también podía confiar en que lo entendieracuandose loaclararaporescrito,demipuñoy letra.Después teníaprevistogastarle alguna broma al respecto y ver cómo reaccionaba: así calibraríaperfectamente hasta dónde alcanzaba su entendimiento. Descubrimos porprimeravezelerrorenquehabíamosincurridounaocasiónenquemepidióquelerecetaraalgúnremedio,cuandoaúnmeteníaporundoctorpracticantedelamedicina.Ysemevinoalasmienteslosiguiente:«SitítuloelvolumenRecetasdeDoctorMarigold,siellallegaacomprenderquemisrecetassololeserviránparadivertirseyentretenerse,paraqueríadeformaagradableoparaquellore,deformatambiénagradable,esoconstituiráunapruebamaravillosapara ambos de que hemos superado el escollo». El resultado fue perfecto.Cuando vio el tomo que yo había dejado apoyado (el volumen impreso yencuadernado) en su mesa del carromato, cuando vio el título Recetas deDoctorMarigold,memiró perpleja un instante, después lo hojeó, se echó areírdelmodomásencantador, se tomóelpulsoymovió la cabeza;despuéspasó laspáginas,comosi lasestuviera leyendoconmuchaatención,besóellibromientrasmedirigíaunamiradayloestrechócontrasí.¡Noheestadomáscontentoentodamivida!

Peronoadelantemoslossucesos.(Sacoesaexpresióndemuchasnovelasquelecompré.Entodasycadaunadelasqueabrí,yabrímuchas,viqueelnovelistaescribía:«Noadelantemoslossucesos».Esosiempremehallevadoapreguntarmeporquéseadelantaelliteratooquiénlehapedidoquelohaga.)Pero,comohedicho,noadelantemoslossucesos.Elmencionadolibropasóaocupar todomi tiempo libre. No fue en absoluto sencillo rematar los otroscomponentesdelamisceláneageneral,¡perocuandotuvequeocuparmedemiparte…! Se lo aseguro, jamás habría imaginado cuántas tachaduras erannecesarias, ni cuánto esfuerzo, ni cuánta paciencia para acabarlo. Sucede lomismoqueconelestribo.Elpúbliconosehaceunaidea.

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Por fin lo tuve terminado y pasaron los dos años, al igual que hatranscurridotodoel tiempoanterioraellos,¿yquiénsabeadóndehaido?Elnuevocarromato tambiénestabayaconstruido (amarillopor fuera,adornadoconfranjasenbermellónyapliquesdelatón),elviejocaballoenganchadoaél(habíacompradootroanimalycontratadoaunmuchachoparaelotrocoche,el de buhonero). Me aseé y fui a buscarla. Hacía frío, lucía el sol, laschimeneasdeotroscarromatoshumeaban,habíaotroscarruajesaparcadosalolejos en un terreno baldío de Wandsworth, que normalmente puedendistinguirse desde el Ferrocarril del Suroeste si uno no va por la carretera.(Mirenustedesporlaventanilladeladerecha,decaminoaLondres.)

—Marigold—medijoel caballeroconunenérgicoapretóndemanos—,mealegromuchodeverlo.

—Nocreo,sinembargo—respondí—,quesealegrenilamitaddeloquemealegroyodeverloausted.

—Sehahechomuylargoeltiempo,¿verdad,Marigold?

—Yo no diría eso, señor, teniendo en cuenta la verdadera duración delperíodo,pero…

—¡Buenhombre,nosesobresalteusted!

¡Ah! ¿Cómo no iba a sobresaltarme? ¡Se había convertido en toda unamujer,tanhermosa,taninteligente,tanexpresiva!Enesemomentosupequedebíaparecersedeverasamihija;deotromodonolahabríareconocido,allíensilencio,juntoalapuerta.

—Estáustedconmocionado—añadióelcaballerocongestoamable.

—Señor, me doy cuenta de que solo soy un patán con un chaleco conmangas.

—Deloqueyomedoycuenta—objetóél—esdequefueustedquienlasacó del infortunio y la degradación, quien le brindó la oportunidad decomunicarse con sus semejantes. Pero ¿por qué hablamos solos cuandopodemoshacerlomuyfácilmenteconella?Diríjaseaellacomoloharíaconcualquierotro.

—Soytodounpatányllevounchalecoconmangas,señor—repetí—,¡yellaesunamujertanelegante,yestátancalladajuntoalapuerta!

—Hágalelaseñaquelehacíaantes,aversisemueve—propusoél.

¡Habíanpreparadotodoaquelloparadarmeunaalegría!Porque,alhacerleesa señal, ella seme acercó corriendo, se arrodilló delante demí y alzó losbrazos mientras derramaba lágrimas de amor y alegría; cuando le cogí lasmanosylaayudéaincorporarse,meabrazóelcuelloyasísequedó;debíde

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estarhaciendoelridículohastaquelostresempezamosahablarsinsonidos,comosiportodoelmundosehubieraextendidoalgosuaveyagradable,soloparanosotros.

Yahoralesvoyapresentarotracosa.Lesvoyaofrecerlamiscelánea,ellibrodeSophy,quesoloyoheleído,quecorregíyampliédespuésdequeellalovieraporprimeravez,unvolumendecuarentayochopáginas,noventayseiscolumnas,creadoenlaimprentadeWhiting,situadaenBeaufortHouse,graciasaunamáquinadevapor,conpapeldelamejorcalidad,unapreciosasobrecubierta verde, tan bien plegado como la ropa limpia recién salida decasadelaplanchadora,tanexquisitamentecosidoque,soloentantoquelabordecostura,cualquiermodistapodríapresentarlocomomuestrade su trabajoanteunComitéCivildeRepartodeAlimentossinoquisieramorirdehambre.¿Yporcuántoofrezcoestelote?¿Ocholibras?Notanto.¿Seislibras?Menos.Porcuatro.Sí,nomeextrañaquenomecrean,peroeseeselprecio.¡Cuatrolibras!Yasoloelcosidohacostado lamitad.Vean:cuarentayochopáginasoriginales,noventayseiscolumnasoriginales,porcuatrolibras.¿Quierenmáspor su dinero?Pues ahí va: se incluyen tres páginas enteras de anuncios desumo interés a cambio de nada. Léanlos; les parecerán asombrosos. ¿Más?Mis mejores deseos de que pasen ustedes unas felices Navidades y unpróspero Año Nuevo, de que gocen de larga vida y mucha fortuna. Unosdeseostanvehementesquebienpodríanvalerveintelibras.Ynoolvidenque,al final, hay una última receta, que indica lo siguiente: «Para tomar durantetodalavida».Enesanotasabránloquepasócuandoelcarromatodejódeserloqueeraydóndeterminóelviaje.¿Lesparecedemasiadocarocuatrolibras?¿Se lo siguepareciendo? ¡Bueno!Lespropongootra cosa.Cuatropeniques,peronoselocuentenanadie.

Pues bien: todos los puntos de mi plan se fueron cumpliendo según loesperado.Lavidaquereanudamosjuntosfuemejordeloquetodoshabíamosprevisto.Laalegríaylasatisfacciónnosacompañabandelmismomodoquelohacíanlosgirosdelasruedas,ytambiénsedeteníananuestroladocuandolosdos carromatos se detenían. Yo estaba tan contento y orgulloso como unperritoconelhocico teñidodenegroparauna fiestanocturnayel rabomásrizadodelohabitualgraciasaalgúnartilugio.

Pero enmis cálculos había olvidado un elemento. ¿Qué había olvidado?Lesvoyadarunapista.Setratadealgoqueseguramentecasi todosustedesconocenyaprecian.Atrévanse.Aversiloadivinanyaciertan.¿Dinero,dicenustedes?Ah,¿cuánto?¿Nuevelibras?No.¿Ocho?No.¿Siete?No.¿Seis?No.¿Cinco?No.¿Cuatro?No.¿Tres?No.¿Dos?No.¿Una?No.Lesvoyaayudarun poco. Es un personaje. A ver. ¡Cómo!, ¿preguntan ustedes si es unpersonajemortal?No,mortalnoes.Casiseleshanagotadolasopciones,nolesquedamásremedioquedarelnombredealgúnpersonajeinmortal.Esoes.

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¡Teníanquehaberloadivinadoantes!

Sí.Eraunpersonajeinmortalqueyonuncahabíatenidoencuentaenmiscálculos.No se tratabadeunhombreni deunamujer, sinodeuna criatura.¿Niñooniña?Niño.Esequesuele llevarunarcoyunasflechas…Yasabenquiénes.

Estábamos enLancaster, donde yo llevaba dos noches haciendo bastantebuen negocio (aunque, si he de ser sincero, no puedo afirmar que en esaciudad haya un público demasiado entregado) en la plaza descubierta delmercado, cerca del extremo de la calle donde se encuentra el Hotel Sly’sKing’sArmsandRoyal.ResultóqueelgiganteambulantedeMim, tambiénconocidocomoPickleson,andabaalmismotiempohaciendodelassuyasenesalocalidad,enlaquesehabíapresentadodeformahartoelegante:nadadecaravanas.Picklesonocupabaunestradoforradodetelaverdeenunasaladesubastas. Un aviso impreso rezaba: «Queda suspendida la entrada gratuita,aunquesehaceunaexcepciónenelcasodelgranmotivodeorgulloparatodopaís avanzado: una prensa libre. Se aceptan visitas de escuelas medianteacuerdo privado. No tenemos nada que pueda sonrojar a los jóvenes oescandalizar a los más exigentes». Mim pronunciaba feísimas y violentaspalabras,detrásdeuna taquilla tapadaconuna teladealgodón rosa,con lasque insultaba al público por no acudir en masa. En las tiendas se habíanrepartido muchísimos folletos en los que se afirmaba que resultabacompletamente imposible comprender bien la historia de David sin ver aPickleson.

Acudíaesasaladesubastas,únicamenteocupada,segúnvi,porelecoyelmoho,sincontaraPickleson,queestabasobreunagruesaalfombraroja.Esasituaciónme convenía, porque quería hablar de forma íntimay confidencialcon él, y le dije: «Pickleson, como le debo gran parte de mi felicidad, hedecididodejarlecincolibrasenmi testamento.Sinembargo,paraahorramosmolestias,ledoycuatroahoramismo,cosaquetampocolevendrámalausted,y así dejamos zanjada la transacción». Al gigante, que hasta esta últimadeclaraciónmíapresentabaelabatidoaspectodeunaalargadavelade juncoimposibledeencender,seleiluminólaextremidadsuperiorymeloagradeciódeunaformaque(ensucaso)seasemejabaalaelocuenciaparlamentaria.Yañadió,trasdejardeposarcomoromano,queMimlehabíapropuestoquesedisfrazaradegiganteindioconvertidoalcristianismoporelinflujodelahijadeunlechero.Pickleson,comonosabíaqueesepersonajeseinspirabaenunafábulareligiosa,ycomotampocoestabadispuestoarebajarunaocupaciónqueél consideraba seria con jocosas alusiones a la localidad en que nosencontrábamos,sehabíanegadoahacerlo,loquehabíaproducidounafuertediscusiónyhabíallevadoaqueeldesventuradojovensequedarasincerveza.Mientrassedesarrollabalaentrevista,sunarraciónseveíaconfirmadaporlos

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ferocesgruñidosdeMim,queestabadelantedenosotros,enlataquilla;esosgruñidoshacíanestremecersealgrandullóncomosifueraunahoja.

Sin embargo, de todo lo que me contó el gigante ambulante, tambiénconocidocomoPickleson,loqueafectaamihistoriaeslosiguiente:

—Doctor Marigold —me preguntó, aunque reproduzco sus palabrassabiendo que es imposible transmitir lo bajo que las decía—, ¿quién es esejoventanextrañoquemerodeaentornoasuscarromatos?

—¿Cómoqueunjovenextraño?—repetí,pensandoquesereferíaaSophy,queenrealidadlehabíaentendidomalporlomuchoquecostabaoírle.

—Doctor—respondió,conundramatismopensadoparaquemisojosdehombrevertieran lágrimas—, soyunhombredébil, aunqueno tantoparanosaberloquemedigo.Selasrepito,Doctor.Unjovenmuyextraño.

Alparecer,aPicklesonnolequedabamásremedioqueestirarlaspiernasde vez en cuando (aunque a estas no les hacían falta muchos estirones,precisamente),perosolopodíahacerlocuandoestabasegurodequenadieloveía,esdecir,enplenanoche,casialalba,yendosdeesasocasioneshabíavisto, merodeando en torno a mis carromatos, en esa misma ciudad deLancasterenlaqueyosolollevabadosnoches,aunjovendesconocido.

Aquellomedejótrastocado.Enaquelentoncesyonoconocíamásdetallesde los que ustedes conocen ahora, pero me quedé muy trastornado. Noobstante,leaseguréaPicklesonqueesosepisodiosnoteníanimportanciaymemarché, no sin antes recomendarle que dedicara su herencia a vigorizarse yquesiguierasiendounhombrereligioso.Cuandoyaseacercabaelamanecer,mepuseavigilarparaversiaparecíaesejovenextraño,y,efectivamente,vialjovenextraño.Ibabienvestidoyeraapuesto.Deambulabamuycercademisvehículosylosobservabacomosilosestuvieraprotegiendo;pocodespuésdequesalieraelsolsediolavueltaysemarchó.Lollamé,peronosesobresaltó,nimiróhaciaatrás,nisedioporenteradoenlomásmínimo.

Nos fuimos de Lancaster al cabo de un par de horas y nos dirigimos aCarlisle. Al día siguiente, al amanecer, volví a esperar la llegada del jovenextraño.Nolovi.Noobstante,alotrodíaloaguardédenuevo,yreapareció.Tambiénlollamé,pero,aligualqueantes,nodiomuestraalgunadequealgolohubiera sacadode suensimismamiento.Entonces semeocurrióuna idea.Inspiradoporella, loobservédediferentesmanerasyadiferenteshorasqueno es necesario detallar, hasta que descubrí que ese extraño joven erasordomudo.

Ese descubrimientome afectómucho, porque sabía que una parte de lainstituciónenlaqueellahabíaestadolaocupabanhombresjóvenes(algunosdeloscualesgozabandemuybuenaposición),ymedije:«Siellaseenamora

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de él, ¿en qué posición me quedo yo? ¿Qué será de todo aquello que heplaneado,porloquemeheesforzado?».Enlaesperanzadequenoestuvieraenamoradadeél (hedeconfesarqueobréconegoísmo),decidí averiguar laverdad.Alfin,poraccidente,presenciéunencuentroalairelibreentreambos;losmirédesdedetrásdeunabetosinqueelloslosupieran.Fueunencuentromuyconmovedorparalostresparticipantes.Meenterédetodasycadaunadelaspalabrasquesedijerontanbiencomoellosmismos.Escuchéconlosojos,conlosquehabíaacabadocaptandolasconversacionesentresordomudosconlamismaagilidadycertezaconlasquemisoídossiguenlasconversacionesdelos que pueden hablar. Él se iba a China, a trabajar de empleado con unmercader,puestoquesupadrehabíadesempeñadoantesqueél.Disponíadelosmediossuficientesparamanteneraunaesposa;queríaqueellasecasaraconélyloacompañara.Ellaseempeñabaennegarse.Éllepreguntósinoloamaba. Sí, Sophy lo amaba de veras, de veras, pero se veía incapaz dedecepcionarasupadre,tanquerido,bueno,noble,generosoynoséquémás(sereferíaamí,elbuhonerodelchalecoconmangas),porloquesequedaríaal lado de este, queDios lo bendiga, aunque a ella eso le partiera el alma.Entonceslamuchachaseechóalloraramargamente,yesomellevóatomarunadecisión.

Mientrasyoandabaperturbadopor laposibilidaddequeella loquisiera,habíaalbergadosentimientosinjustoshaciaPickleson,y,enmifuerointerno,habíallegadoalaconclusióndequedemasiadasuertehabíatenidoelgiganterecibiendomiherenciaantesdetiempo.Porquemuchasvecespensaba:«Sinohubiera sido por ese grandullónmedio imbécil, este joven nuncame habríacausadoestaspreocupacionesniestasangustias».Sinembargo,encuantosupequeella loquería, encuanto lavi llorarpor él, todocambió.EnesemismomomentodecidímentalmenteserjustoconPickleson,meserenéyresolvíserjustotambiéncontodoslosimplicados.

El joven y ella ya se habían despedido (porque tardé unos minutos ensosegarmedeltodo);élsehabíaquedadoapoyadoenotrodelosabetos,queformabantodounbosquecillo,conelrostrohundidoenelbrazo.Letoquélaespalda. Al levantar la vista y verme, me dijo, en el lenguaje de lossordomudos:

—Noseenfadeusted.

—Noestoyenfadado,muchacho.Soysuamigo.Vengaconmigo.

LodejéalpiedelosescalonesdelCarromatodelaBiblioteca,alqueentrésolo.Ellaseestabasecandolosojos.

—Hasestadollorando,queridamía.

—Sí,padre.

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—¿Porqué?

—Medolíalacabeza.

—¿Notedoleríaelalma?

—Hedicholacabeza,padre.

—EldoctorMarigoldtevaarecetaralgoparaesedolor.

Ellacogiómilibroderecetasylosostuvoconunasonrisaforzada,pero,aladvertirquenomemovíayquemigestoeraserio,lodejóconcuidadoymemiróconatención.

—Larecetanoestáahí,Sophy.

—¿Dónde,entonces?

—Aquí,cariño.

Pedíasujovennovioqueentrara,hicequesedieranlamanoysoloañadídospalabras:

—LaúltimarecetadeDoctorMarigold.Paratomardurantetodalavida.

Nadamáspronunciaresaspalabras,memarché.

Cuando se celebró la boda, me puse una chaqueta (azul, de botonesbrillantes)porprimerayúltimavezenmivida,yyomismollevéaSophyalaltar.Soloestábamosnosotrostresyelcaballeroquesehabíaocupadodeellaesosdosaños.OfrecíunbanquetedebodasparacuatroenelCarromatodelaBiblioteca.Pasteldepichón,piernadecerdoencurtida,unpardeavesy lospertinentes productos de la huerta. Las mejores bebidas. Pronuncié undiscurso, el caballero pronunció otro, todos contamos chistes, todo salió apedirdeboca.Mientrasnosdivertíamos ledijeaSophyqueyo ibaa seguirviviendoenelCarromatode laBibliotecacuandonoestuviesedeviaje,quedejaríaloslibrostalycomoestabanhastaqueellavolvieraarecogerlos.Asípues,semarchóaChinaconsujovenmarido;ladespedidanosresultópenosaydura;alchicoquetrabajabaconmigoleencontréotroempleo;y,comoantes,traslamuertedemimujerymihija,volvíarecorrersoloylentoloscaminos,detrásdelacabezadelviejocaballo.

Sophy me escribió muchas cartas, y yo también le escribí muchas. Afinalesdelprimerañomemandóunaconcaligrafíatemblorosa:«Queridísimopadre, no hace ni una semana que di a luz a una niña preciosa, pero meencuentrotanbienquemehandejadoredactarestanota.Queridoyexcelentepadre, espero que mi hija no sea sordomuda, pero todavía no lo sé». Alresponder, le pregunté veladamente por esa cuestión, pero, como Sophy nodijo nada al respecto, supuse que el asunto le causaba pena y no insistí.Durante largo tiempo nuestra correspondencia fue regular, aunque después

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pasóaser irregular,puesalmarido lodestinaronaotropuestoyyosiempreestabadeviaje.Noobstante,yosabíaquelosdospensábamoscontinuamenteenelotro,concartasosinellas.

Pasaron cinco años y algunosmeses de la marcha de Sophy. Yo seguíasiendo el rey de los buhoneros y gozaba demayor popularidad que nunca.Gracias a ello, tuve un otoño espléndido; el 23 de diciembre de 1864 meencontraba enUxbridge,Middlesex, habiendovendido todas las existencias.Asíqueemprendíel rumboaLondresconelviejocaballo,al troteyabuenritmo, para pasar solo la Nochebuena y la Navidad junto al fuego delCarromatodelaBiblioteca,despuésdelocualibaacomprarunnuevolotedeartículosparavenderlosyganardinero.

Tengobuenamanoparalacocina;lesvoyacontarloquepreparéparalacena de Nochebuena en el Carromato de la Biblioteca. Hice un budín deterneraparauno,alqueañadídosriñones,unadocenadeostrasyunpardesetas. Con un budín así cualquier hombre se reconcilia con la vida entera,menos con los dos últimos botones de su chaleco. Después de haberlodisfrutadoyderetirarlosplatos,bajélaintensidaddelalámpara,mesentéalaluz de la chimenea y contemplé el resplandor que causaba el fuego en loslomosdeloslibrosdeSophy.

Esos libros de Sophy evocaban tanto su presencia que vi claramente suconmovedor rostro antesdequedarmedormido al ladodel hogar.Quizá eseseaelmotivoporelquetuvelaimpresióndeque,alolargodeesesueño,ellaestabacalladaamilado,consuhijasordomudaenbrazos.Yoibaviajandoporloscuatroconfinesdelpaís,porparajeshermososyporparajesfeos,porsitiosrebosantes de riqueza y otros sumidos en la pobreza, algunos lejanos, otroscercanos, y ella siempre estaba ami lado, con la niñamuda en los brazos.Cuandomedesperté,sobresaltado,tuvelaimpresióndequeellasedesvanecíacomosilahubieratenidodelante,enesemismositio,apenasuninstanteantes.

Mehabía sobresaltadoun ruido real: eldeunaspisadasen los escalonesdel carromato. Eran los pasos livianos y apresurados de un niño al que lecostaba algo subir. Esos pasos de niño me habían sido tan familiares queduranteunsegundoestuveapuntodecreerqueibaaverunfantasma.

Perounamanoinfantilyrealseposóenelpomoexteriordelapuerta,yestegiró,ylapuertaseabrióunpoco,yunaniñarealatisboelinterior.Unaniñitavivarachaypreciosacongrandesojososcuros.

Sinquitarmeelojodeencima,lacriaturasequitóelminúsculosombrerodepajayunaprofusiónderizososcurosleenmarcóelrostro.Entoncesabriólabocaydijoconunavozmuybonita:

—¡Abuelo!

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—¡Ay,Diosmío!—exclamé—.¡Habla!

—Sí,queridoabuelo.¿Ytepuedopreguntarsiterecuerdoaalguien?

Alcabodeuninstante,Sophymeabrazabaelcuello,asícomolapequeña,y elmaridome estrechaba lamano aunque no le podía ver la cara, y todostuvimosque sosegamosunpocode tanta emoción.Y, cuando empezamos asosegarnosyvi que esapreciosaniñahablaba,muy contenta, entusiasmada,apresurada, atropellada, con los signos que yo había enseñado a su madre,unas lágrimasdealegríay tambiéndecompasiónempezaronacorrermeporlasmejillas.