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Cr í tica a la disoluci ó n de la ideolog í a en la Teor í a de la Acci ó n Comunicativa de J. Habermas* Criticism of the dissolution of the ideology in J. Habermas s communication action theory Raúl Antonio Rodríguez Argentino, Profesor en Filosofía (UN Tucumán), Magister en Sociosemiótica (UN Córdoba), Doctor en Filosofía (UN Tucumán), Postdoctorado en Metodología de la Investigación (UN Córdoba). Profesor titular de Epistemología de las Ciencias Sociales en Universidad Nacional de Villa María y en la Escuela de Ciencias de la Información de la Universidad Nacional de Córdoba. Director del Programa de Filosofía Social y Teoría de la Sociedad en el Centro de Estudios Avanzados / CONICET – UNC. [email protected] Resumen Habermas, cuando desarrolla de forma sistemática su teoría de la acción comunicativa, también expone su teoría de la sociedad moderna. En ella afirma que el incremento de la racionalización social altera las formas de entendimiento con bases de legitimación más diferenciadas, más transparentes. Así, la práctica comunicativa cotidiana afectará los dispositivos del poder estructural de las ideologías. Esta interpretación de Habermas trataré de discutir argumentando cómo, esa hipótesis sobre la ideología, podría revertirse aplicando el método de la reconstrucción a su propia teoría. Palabras claves: sociedad moderna / ideología / legitimación / comunicación social Resumo Habermas, quando desenvolve do forma sistemático sua teoria da ação communicative, expõe também sua teoria da sociedade moderna. Nela afirma que o aumento do rationalization social altera os forma da compreensão com bases diferenciadas do legitimacao mais, mim é transparente mais. Assim, a prática communicative diária afetará os dispositivos do poder estrutural dos ideologies. Esta interpretação de Habermas que eu tentarei discutir argumentando como essa hipótese no ideologia poderia reverted aplicando o método do reconstruction a sua própria teoria. Palavras chave: sociedade moderna / ideología / legitimacao/ comunicacao sociai Abstract Habermas, when systematically developed his theory of communicative action, also exposes his theory of modern society. In it he states that the increase in social rationalization modifies forms of understanding with legitimacy bases more differentiated and more transparent. Thus day-to-day communicative practice will affect the structural power of ideologies. Iʼll discuss this interpretation of Habermas arguing how this hypothesis about ideology could be reverted by applying the method of reconstruction to his own theory. Keywords: modern society / ideology / legitimacy / social communication 91 AÑO 14, N º 19, 2 do SEMESTRE 2009 ISSN 1815-0276

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Crítica a la disolución de la ideología en laTeoría de la Acción Comunicativa de J.

Habermas*Criticism of the dissolution of the ideology in J. Habermas ’s

communication action theory

Raúl Antonio Rodríguez

Argentino, Profesor en Filosofía (UN Tucumán), Magister en Sociosemiótica (UN Córdoba), Doctor en Filosofía (UN Tucumán),

Postdoctorado en Metodología de la Investigación (UN Córdoba).Profesor titular de Epistemología de las Ciencias Sociales en Universidad Nacional de Villa María y en la Escuela de Ciencias de la Información de laUniversidad Nacional de Córdoba. Director del Programa de Filosofía Social y Teoría de la Sociedad en el Centro de Estudios Avanzados / CONICET

– UNC.

[email protected]

Resumen Habermas, cuando desarrolla de forma sistemática su teoría de la acción comunicativa, también expone su teoríade la sociedad moderna. En ella afirma que el incremento de la racionalización social altera las formas deentendimiento con bases de legitimación más diferenciadas, más transparentes. Así, la práctica comunicativacotidiana afectará los dispositivos del poder estructural de las ideologías. Esta interpretación de Habermas trataréde discutir argumentando cómo, esa hipótesis sobre la ideología, podría revertirse aplicando el método de lareconstrucción a su propia teoría.

Palabras claves: sociedad moderna / ideología / legitimación / comunicación social

ResumoHabermas, quando desenvolve do forma sistemático sua teoria da ação communicative, expõe também sua teoriada sociedade moderna. Nela afirma que o aumento do rationalization social altera os forma da compreensão combases diferenciadas do legitimacao mais, mim é transparente mais. Assim, a prática communicative diária afetaráos dispositivos do poder estrutural dos ideologies. Esta interpretação de Habermas que eu tentarei discutirargumentando como essa hipótese no ideologia poderia reverted aplicando o método do reconstruction a suaprópria teoria.

Palavras chave: sociedade moderna / ideología / legitimacao/ comunicacao sociai

Abstract

Habermas, when systematically developed his theory of communicative action, also exposes his theory of modernsociety. In it he states that the increase in social rationalization modifies forms of understanding with legitimacybases more differentiated and more transparent. Thus day-to-day communicative practice will affect the structuralpower of ideologies. Iʼll discuss this interpretation of Habermas arguing how this hypothesis about ideology couldbe reverted by applying the method of reconstruction to his own theory.

Keywords: modern society / ideology / legitimacy / social communication

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El reconocimiento del rol de los medios decomunicación en la cultura de masas como factorimportante en el proceso de socialización se haincorporado a la sociología desde los comienzos delsiglo XX. En consonancia con la época, tambiénformó parte del programa de investigaciones de lavieja Teoría Crítica cuando se encontraba ya, en losEE.UU.( Cfr. BELL, MACDONALD et al. 1969) Estapreocupación temática no es otra que la continuaciónde la línea de trabajo que había orientado el Institutode Investigaciones Sociales en Francfort desde losaños veinte y treinta.

La acelerada industrialización acompañada por unanueva configuración económica y social delcapitalismo mostraba cómo los avances electro-tecnológicos impactaban en la cultura, por ejemplo,con el surgimiento y desarrollo vertiginoso de losmedios de comunicación de masas: música grabada,radio, cine y, más tarde, televisión. Esto dio lugar aque la interpretación sociológica los evaluara comomedios que sustituían procesos tradicionales desocialización y observara que las estructuras de lacomunicación social se reintegraban en nuevasformas del espacio público. Así, el mencionadodesarrollo tecnológico de los medios de comunicaciónde masa favorecía la evolución de formas deracionalización social y cultural más complejas,incidiendo en las estructuras del sentido sociallingüísticamente mediatizado. La teoría de la IndustriaCultural, ante la posibilidad real del control de losmedios de comunicación tecnológicos, sospecha undoble carácter paradójico: primero, un rasgo positivodado por el impacto difusor masivo de formas de lacultura antes restringidas a determinados círculos,como lo señala Leo Löwenthal (Cf. BELL,MACDONALD et al. 1969: 215 – 240) y también locompartió Walter Benjamin W. (Cf. BENJAMIN 1989:15 – 83), pero así mismo, y en segundo lugar, demodo negativo, por la posibilidad que tienen losmedios de comunicación masiva de fomentar unaintegración social contando para ello con la opiniónpública dirigida y manipulada. Tal dualidad valorativagenerada en la vieja Teoría Crítica aparece conAdorno y Horkheimer enfatizada en su aspectonegativo. La interpretación escéptica respecto a lacomunicación tecnológica de masas estácomprendida por la crítica ideológica de la sociedadmoderna (y ya no sólo capitalista) que ellos llevanadelante. Lo que ellos observan es que esta sociedadculturalmente segmentada por las clases sociales seha transformado en una de masas donde los sujetosson homologados como sujetos de consumo,independientemente de su posición en las relacionesde producción. Perciben que la sociedad ha devenido

en este formato como consecuenciacasi ineludible del proceso dialécticode la Ilustración y descubren que losoriginales contenidos emancipatoriosde la cultura moderna se hanopacado a través de manifestacionesque estandarizan susrepresentaciones simbólicas ydesactivan el potencial subversivo dela cultura (Cf. HABERMAS 1999: t. 2,.551 – 552). Este fenómeno demasificación, en el contexto de laracionalidad instrumentalgeneralizada, concluye por convertirsus contenidos críticos en recursoslingüísticos asépticos, donde lafuerza contra-ideológica se haesfumado tras la homologación deuna cultura de masas. A estocontribuyen los medios decomunicación: masifican pautasideológicas e integran a todos lossujetos en una misma cultura que halegitimado mecanismos de controlmasivos que sustituyan los“debilitados mecanismos de controlinternos” que se generan por obra dela dinámica contradictoria de lacultura capitalista (Cf. BELL,MACDONALD et al 1969: 215 – 240).La “industria cultural”, en su conjunto,termina por conformar la subjetividaddominada (Cf. HORKHEIMER YADORNO (1998):165 – 212).

Frente a la visión apocalíptica deAdorno y Horkheimer, Habermasseñala dos objeciones: una empírica,que apela a las transformacionescontemporáneas de la esfera públicay a la realidad de los medios decomunicación de masas según lasociedad de que se trate:concretamente, modernas opremodernas. Por otra parte, suobjeción es teórico-social: parte de lateoría dual de la coordinación de laacción social que postula dosmedios: 1) medios de controldeslingüistizados y 2) formas decomunicación generalizadasorientadas hacia el entendimiento yque, por consiguiente, apelan allenguaje y al mundo de la vida.Respecto a la primera objeción,

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entiendo que la fuerza socializadorade los medios de comunicaciónafirmada por la Teoría Crítica, tantoen la versión clásica como en la deHabermas, merece una puntualizadareflexión en función de las culturasque quedan involucradas en talesanálisis. La incidencia de los mediosde comunicación de masas en la vidasocial como coadyuvantes para lagestión de la opinión pública nopuede tomarse en términossemejantes para todas las culturas,más allá de la diferenciahabermasiana entre modernas ypremodernas. Tampoco se puedevalorar su impacto sin reconocer lossegmentos sociales expuestos aundentro de una aparentecultura del consumo quela ha homogeneizado.

Detengámonos en laobjeción teórica deHabermas. Aquí apela asu teoría de la acciónsegún la cual lainteracción social selegitima medianteprocesos deinstitucionalización social.La dualidad social entresistema y mundo de lavida constituye lahipótesis central ya que lacapacidad del dinero y elpoder para que cumplande modo efectivo su rolde medios de control sistemáticosrequieren, al mismo tiempo, delanclaje instituido en el sistema devalores y normas. Este aspecto es elpunto de partida de Habermas alevaluar a los medios decomunicación de masas. Además sesirve de él para tomar distancia de lavisión desconfiada que tuvo sobre losmismos la vieja Teoría Crítica (Cf.HABERMAS 1999: t. 2, 551). ParaHabermas, toda visión de los medioscomo manipuladores merece sersometida a la crítica desde elprincipio del dualismo de los mediosde control que lo obtiene del planteode Parsons en “On the Concept of

Political Power” (Cf. HABERMAS, 1999: t. 2,, 396).Éste sugiere como medios de control sistémico elpoder y el dinero, enlazados a la utilidad y efectividad,y la influencia y el compromiso valorativo, ligados a lalealtad y la integridad moral dadora de autoridad. Estedualismo revela un asimétrico anclaje normativo en elmundo de la vida. Ambos medios difieren en cuantoson recursos, uno, del mercado y el otro, de laautoridad ejercida a través de una organizaciónracional que la administre. Mientras el dineroencuentra respaldo en un sistema jurídico que legislala circulación en el mercado, el poder requiere,previamente, de la legitimación. Esta última es lacondición necesaria y empíricamente previa para darsentido al sistema; es “un anclaje normativo másexigente” que el dinero (Cf. HABERMAS, 1999: t. 2,,388). El poder, en consecuencia, necesita exponerclaras referencias a fines colectivos los que no

podrían sostenerse sin recurrir a unconsenso normativo prerreflexivo. Talconsenso prerreflexivo está asegurado porla herencia de valores que cementan laidentidad e integración social consolidadosa través de los procesos reflexivos demutuo-entendimiento. Estos valoresprerreflexivos emergen del mundo de lavida y se inscriben en la formaciónlingüística de un consenso racionalmentearticulado.

El análisis de la legitimación que muestraHabermas, enseña que el poder comoautoridad depende más del respaldonormativo que de los mandatosimperativos; de allí su carácter más débilcomo medio de control frente al del dinero.También, a diferencia del dinero, el poderno posee una fuerza motivadora empírica;

debe recurrir a la coerción que se filtra en la mismasocialización. La posibilidad de que sean la influenciay la autoridad dos medios de control social, es decir,de coerción, tal como plantea Parsons, es corregida yampliada por Habermas a través de la tesis de lasformas generalizadas de comunicación. Influencia yautoridad, nos dice, se pueden interpretar comomedios de control, pero no se confunden con el podery el dinero: para que devengan en imágenes deprestigio o reputación moral validos para la sociedadrequieren de consideraciones más complejas. Lajerarquía de prestigio social y autoridad vienecalibrada por valores reales fundamentados ojustificados en la tradición cultural heredada comosaber compartido, estilo de vida o valoresinternalizados. La autoridad coercitiva de los mediosde comunicación social, para Habermas, se

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no pueden sercolocados, a priori,

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pasivos que sóloreciben el mensaje

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relacionada con el prestigio social, la autoridad y lastradiciones culturales. Ahora bien, ¿por quéHabermas ubica a los medios de comunicación entreesas formas generalizadas de comunicación? Laexplicación de esta tesis se encuentra relacionadacon los procesos de conformación del prestigio y lainfluencia vinculados al plexo de sentido del mundode la vida. Los medios de comunicación, en estesentido, se integran al sistema social y en la sociedadmoderna son los sistemas sociales especializadosfuncionalmente quienes toman a su cargo lareproducción simbólica del mundo de la vida yfavorecen la socialización como reproducción cultural.De este modo, los medios de comunicación de masasno pueden ser colocados, a priori, como mediosinstitucionales que influyen, manipulan y configuran,sin más, el espacio de la opinión pública, donde lospúblicos son sujetos pasivos que sólo reciben elmensaje hasta su saturación. Los medios decomunicación masivos logran incidir en la sociedadporque están imbuidos de una autoridad socialconferida por el prestigio y la influencia se haceefectiva en tanto, según Habermas, es posible lacrítica a la que están sometidos por una sociedad quese nutre de los sustratos normativos del mundo de lavida.

La influencia y el compromiso valorativo sobre el quese asienta la autoridad de los medios decomunicación institucionalizados terminan, paraHabermas, por encontrar su fuerza motivadora en losmismos recursos del entendimiento lingüísticamentemediado: son formas comunicativas generalizadasfundadas en el trasfondo cultural, susceptibles dejustificación, llegado el caso en el que se ponga entela de juicio las convicciones de un agente. De estatesis de las formas generalizadas de la comunicación,Habermas deriva otra conclusión, muy importantepara nuestra crítica a la interpretación de los mediosde comunicación social: los medios de comunicacióngeneralizados no pueden tecnificar el mundo de lavida (HABERMAS, 1999: t. 2,, 388). En otraspalabras, el mundo de la vida queda a buenresguardo y sigue siendo el reservorio que permite lacrítica a las pretensiones impositivas deargumentaciones disonantes para esos plexos desentido. ¿Cómo logra ese sustrato seguir siendo elpunto de referencia de la crítica a un medio decomunicación masiva? Habermas, para ello, nosindica que estas formas comunicativas generalizadas,a diferencia de la comunicación intersubjetiva entreagentes en situación, “entrañan un ahorro en lasexpensas de interpretación y una disminución de losriesgos anexos a los procesos de entendimiento”. Lainstitucionalización social de los mismos se logra,

fundamentalmente, por formaslingüísticas que suponen elentendimiento que se expresan entérminos de relación entre ego y alter.Si se plantearan como relaciones deinflujo entre ego y alter ejercidas pormedios de control, susconsecuencias previsibles no podríanestar aseguradas y esto, no obstantela intencional influencia estratégica.Sólo a través de las restricciones dela libertad se podría condicionar eimponer forzadamente los resultadosesperados(Cf. HABERMAS, 1999: t.2,, 396). De este modo se señala la“inoperancia” de la pérdida de lalibertad en los medios decomunicación como un instrumentode coerción y autoridad. Por elcontrario, señala Habermas, lainfluencia de ego sobre alter, cuandomedia la posibilidad de la interaccióncrítica, no puede implicar castigos nirecompensas, sino, el entendimiento.Si ubicamos aquí a los medios decomunicación en un contexto delibertad de prensa, la influencia deego sobre las obligaciones de alter, apesar de propósitos de manipulación,no puede descartar que sucedanposturas críticas de la información ylogren el entendimiento. En otraspalabras, ego puede operar sobrealter condicionando la situación yaplicando medios de control (eldinero y el poder) que restringen lalibertad de información; pero, almismo tiempo y, paradójicamente,para que la influencia sea efectivadeben apelar a la confianzaracionalmente motivada. Enconsecuencia, los agentes puedenregular, de uno u otro modo, lainfluencia de los medios decomunicación con la crítica.

Desde un punto de vista empírico, osea, descriptivo de la realidad de losmedios, para Habermas, éstosoperan sobre la intención de alter através del convencimiento que les dael prestigio (Cf. HABERMAS, 1999: t.2,, 399). Con estos recursos deautoridad ego puede influir sobre laopinión para que se acepte las

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pretensiones de verdad que élpostula. Para alcanzar prestigiorecurren a la aureola de “espaciolegitimado dador de verdad” que seconstruye a través de motivacionesempíricas análogas al dinero y elpoder: notoriedad, palabra autorizadapor el éxito social alcanzado. Pero sucontrapartida está en que lainfluencia sólo podrá lograrse a partirde una confianza racionalmentemotivada y reconocida: la posesióndel saber o a la estima social de suvisión práctica o estética (Cf.HABERMAS, 1999: t. 2,, 399). Talinfluencia sólo es posible contandocon el medio lingüístico que es, porcierto, el que asegura la construccióndel consenso y la crítica.En consecuencia, paraHabermas, el mensaje delos medios podrá tenerautoridad por el prestigio,pero, al mismo tiempo,cobija la posibilidad de laresistencia desde losámbitos de acción delmundo de la vida (Cf.HABERMAS, 1999: t. 2,,401) implicados enrelaciones comunicativasque sostienen a losciudadanos y públicosconsumidores de losmedios.

Tal posición queargumenta Habermas, es,sin lugar a dudas, un supuesto fuertecon una visión optimista de lasociedad tardocapitalista: sepresume una sociedad donde circulalibremente toda la información y losagentes están habilitados parasometer a la crítica sus convicciones.Además, para Habermas todas lasalternativas informativas quedanexpuestas en igualdad decondiciones y a disposición para losreceptores; más aún, los mediostecnológicos favorecen la diversidadde fuentes informativas. La tesis de laprevisión de la pluralidad informativaes relevante para su teoría de losmedios de comunicación porque

colaboraría para “liberar a los procesos decomunicación de la provincialidad que suponen loscontextos limitados en el espacio y en el tiempo”(HABERMAS, 1999: t. 2,, 401). Se trataría de unaporte a la funcionalidad sistémica que colabora conla configuración cada vez más compleja y amplia delespacio público donde los agentes pueden poner enentredicho la autoridad moral de un medio decomunicación de masas. En esta línea depensamiento, también las redes de comunicaciónalternativas pondrían en jaque la omnipresencia delos medios de comunicación de masasresquebrajando el monopolio de la información (Cf.HABERMAS, 1999: t. 2,, 553 -554).

Ciertamente, podemos encontrar fuertes razones quepermiten compartir la idea de que los espaciospúblicos ordenan un plexo de comunicación y de flujo

informativo, pero de esto no se deriva,empíricamente, que sean asimiladas talesfuentes de información por actorespasivos, carentes de convicciones previasy que puedan, por consiguiente, evaluarcríticamente las contrapuestasinformaciones. Empíricamente, los mediosde comunicación de masas no evidencianser emergentes del potencial de cambio niel canal de las energías transformadoras;más bien, se presentan como institucionesque refuerzan la eficacia del control socialdel poder y el dinero. Tal vez se presentanbajo el manto de instituciones conpretensiones de validez susceptibles a lacrítica, como afirma Habermas, pero paraque suceda la crítica, debemos contar conalternativas informativas igualmentelegitimadas en los términos de influencia yautoridad que Habermas había señalado y,

además, un contexto informativo no saturado por elmonopolio de los medios de comunicación. Laobservación empírica nos dice que tal libertadinformativa no sucede en la sociedad tardo capitalista.Para Habermas, este estadio del desarrollo delcapitalismo muestra que la diversidad informativa ylos límites al monopolio y con ello, a la manipulación,estarían garantidos por la competencia comercial:ésta generaría intereses rivales. Además, el ejerciciode la función periodística, leal a su ética profesional,sostendría el prestigio que busca el medio. Peroafirmar esto sin evaluar la tendencia neoliberal de laconcentración monopólica sin intervención reguladoradel Estado que impregnó a nuestras sociedades enlas últimas décadas, muestra la debilidad de unavisión económica de los medios de comunicación. Asíes como Habermas, coherente con la teoría política

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del cambio social que sostiene ve que el caudalinformativo estaría, en consecuencia, sometido a lasleyes del mercado y éste sería su mejor garante parala diversidad y el flujo, pero no contempla que esainformación, por un consenso implícito entre todos losmedios, nunca pondría en discusión ni veríaneutralmente cualquier manifestación social queponga en riesgo la lógica de su propia legitimidad: lalegitimidad social del mercado. Para Habermas,superada toda posible objeción a la economíacapitalista desde la utopía del socialismo, el ámbito delos medios de comunicación de masas queda ligado alos medios generalizados de la comunicación y almismo tiempo, a un potencial de crítica (Cf.HABERMAS, 1999: t. 2,, 553 - 554)que sedesempeña en el espacio público y político. Setransforman, así, en actores políticos tambiéngarantes de los cambios sociales.

Cabe preguntarnos, dado que la cultura heredadasirve de trasfondo a la crítica y esta interviene en elentendimiento racionalmente motivado, ¿podemosconsiderar que el plexo de sentido está exonerado dela influencia de los imperativos de los subsistemaseconómicos y políticos? La visión optimista de la“libertad de información” que, para Habermas, es unarealidad que se consolida en una sociedadmanifiestamente más racionalizada, no contempla loscasos empíricos desde los cuales se ponen enevidencia los recursos mediáticos de comunicaciónque ejemplifican la creación de falsa información (elcaso de la armas de destrucción masiva en Irak queEE.UU. denunciado en la sesión del consejo deSeguridad de la ONU en el año 2002 o losargumentos de autodefensa del “antisemitismo” queutiliza Israel para no cumplir con los mandatos de laONU desde hace varias décadas). Tenemos casos adiario de autocensura que asumen los mismosmedios de comunicación cuando ven que lainformación que viabilizan ponen en peligro laestabilidad del contexto social y político que los cobija(el caso de “Globo Visión- TV” en Venezuelaenfrentado con el gobierno de Hugo Chávez). A estose suma las nuevas tecnologías para intervenir, porejemplo, en la Internet y bloquear el acceso a lainformación que escapa al control de determinadosEstados (ej. China). Mis observaciones no pretendenrestituir el carácter apocalíptico señalado por la viejaTeoría Crítica. Por el contrario, trato de dirigir laatención sobre nuevos mecanismos de controlideológico que se recrean paralelamente a los medios

alternativos de información y a losprocesos de racionalización social ycultural. Es de suponer que larecepción de las noticias no la hacensujetos neutros, sino actores socialesque refuerzan con la información lascreencias que se han configurado enla vida cotidiana y en el mundo de lavida. La posibilidad de una teoría dela recepción indiferenciada de losmedios de masas (que parecesostener Habermas) ha sidoinsatisfactoria para dar cuenta de losmúltiples fenómenos socialesdiscutidos en los estudioscontemporáneos de los medios decomunicación de masas (Cf. VERÓN,PRIETO et al. 1984: 33 – 191;CURRAN, MORLEY, WALKERDINE1998: 383 – 415). Líneas deinvestigación tales como la teoría dela discursividad social, los EstudiosCulturales y las investigacionescontemporáneas sobre mediosmasivos de comunicación, dancuenta de cómo los medios decomunicación cumplen una funciónintegradora de la conciencia socialjunto a otros aspectos de la sociedad,y justifican que nos preguntemos nosólo qué hacen los medios con lagente sino, qué hace la gente con losmedios.

Si bien la racionalidad comunicativainteractúa en las relacionesintersubjetivas orientadas hacia elentendimiento y el entendimientolingüísticamente mediado supone lacrítica, no se sigue de esto que elprogreso de una sociedadracionalmente estructurada de modomás funcional esté, al mismo tiempo,despojada de poderes hipostasiados.Los imperativos ideológicos quepueden haberse naturalizado en elsistema de normas del mismo plexodel mudo de la vida pueden emergerde su condición prerreflexiva comoargumentos en la racionalidaddialógica, es decir, discursiva.

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Notas* Este artículo es una versión revisada y corregida de una exposición inédita presentada en el II Congreso Internacional Extraordinario de Filosofía, San Juan, Argentina,

10 de julio 1997.

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cultura, Madrid, Alberto Corazón.

2. BENJAMIN, Walter (1989) Discursos interrumpidos I, Madrid, Taurus.

3. CURRAN, James, David MORLEY, Valerie WALKERDINE (comp.) (1998) Estudios culturales y comunicación. Análisis, produccióny consumo cultural de las políticas de identidad y el postmodernismo, Barcelona, Paidós.

4. HABERMAS, Jürgen, Teoría de la Acción Comunicativa (1999) t. 2, 4a ed., Madrid, Taurus.

5. HORKHEIMER Max. y Theodor ADORNO Dialéctica de la Ilustración (1998) 2a ed., Madrid, Trotta.

6. VERÓN, Eliseo, Luis. J. PRIETO, Paul EKMAN et al. (1984), Lenguaje y comunicación social, Bs. As., Nueva Visión.

Recepción: 19/08/2009Aprobación: 17/12/2009

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