“DESCRIPCIÓN DE LAS CARACTERÍSTICAS PSICOMÉTRICAS DE...
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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALPARAÍSO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y EDUCACIÓN
ESCUELA DE PSICOLOGÍA
“DESCRIPCIÓN DE LAS CARACTERÍSTICAS PSICOMÉTRICAS DE LAS ESCALAS VALUES IN ACTION INVENTORY OF STRENGTHS
(VIA-IS) Y PSYCHOLOGICAL CAPITAL QUESTIONNAIRE (PCQ) EN UNA POBLACIÓN DE TRABAJADORES DE PROGRAMAS
SOCIALES DE LAS REGIONES DE COQUIMBO, VALPARAÍSO Y MAULE”.
Tesis para optar al grado de licenciado en Psicología y al título de Psicólogo
Cristian Ferrada Morales
Bárbara Hernández Iraira
Leonardo Ordenes Carreño
Nicole Poblete Fernández
Profesora Guía:
María de los Ángeles Bilbao Ramírez.
Viña del Mar, Chile 2013
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AGRADECIMIENTOS Primero que todo, agradezco a Dios por estar siempre en mi camino guiándome con amor
pese a mis dudas e imperfecciones, en el encuentro con personas maravillosas que me
sirvieron de ejemplo, admiración y aprendizaje,
A mi familia, por ser mis raíces y mi cariño incondicional frente a todas las dificultades. No
tengo palabras para decirles lo mucho que los amo y lo infinitamente agradecida que me
siento por todos sus cuidados y sacrificios, espero siempre estar a la altura de las
grandiosas personas que son ustedes.
A Marcelo, por transformarse de un completo extraño a la persona más importante en mi
vida. Creo que nos encontramos en el momento justo, ya que con tu amor pude afrontar
los momentos más duros y volver a creer en mí. Gracias por tus consejos sabios y tiernos,
por tus abrazos apretados, por tus besos dulces, por tu paciencia y por tu alegría. Espero
que juntos caminemos hasta el final, como el complemento que somos. Te amo mucho mi
amor.
A Juan Pablo, mi gran amigo, compañero en el sueño de cambiar el mundo para bien,
todo mi respeto, lealtad y amistad por siempre.
A mis amigas; Tania, por su inmensa fortaleza y humildad que tanto admiro, y su locura,
que tanto me hizo reir; Carolina, por su sinceridad y valentía a la hora de defender sus
ideas, y por ser mi compañera desde el primer día; Camila, por su ternura, sencillez y
amor hacia los animales que inundó mi vida; Sabrina, por ser auténtica y seguir sus
sueños regalando carcajadas; Nicole, por enseñarme el valor de escuchar y de estar de
verdad para el otro. A todas, gracias por su confianza, amistad y tiempo, las guardo con
cariño en mi corazón y espero que la vida nos continúe encontrando.
También quisiera dar un agradecimiento especial a Javiera. Gracias por ser una dulzura
tanto conmigo como con todos quienes tenemos el gusto de conocerte y compartir
contigo, eres una preciosa mujer.
Finalmente mis agradecimientos a nuestra profesora guía y a mis compañeros de tesis,
pues juntos logramos crear este primer paso de un nuevo sueño.
BÁRBARA HERNÁNDEZ IRAIRA
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Dedico este triunfo a mi familia, quien jamás dudó que lo lograría, y que siempre me
acompañó ante viento y marea, gracias por todo lo que me ayudaron, no tengo como
retribuirles lo mucho que han hecho por mí.
A Patricia, mi amor, mi amiga y mi compañera, con su apoyo incondicional y con su férrea
creencia en mi capacidad de triunfo, quien me siguió en este largo camino a pesar de los
grandes sacrificios que tuvimos que hacer durante este período.
A mis compañeros de tesis, quienes me acompañaron de principio a fin en esta larga
travesía, y que soportaron mis constantes exigencias y perfecciones. Nunca dudé de que
lo fuéramos a lograr. Les deseo lo mejor en sus carreras y en sus vidas.
A nuestra profesora guía de tesis, quien siempre nos apoyó en esta investigación, y que
nunca dudó en que contribuiríamos con semejante obra a la psicometría chilena y la
Psicología Positiva.
Agradecer la ayuda del Profesor Carmelo Vázquez, quien nos iluminó con su exposición
sobre Psicología Positiva, y nos brindó orientación y material para continuar nuestra tesis.
Tampoco quisiera olvidar dar gracias a mi querida laguna Sausalito, que me vio crecer
como persona y desarrollarme profesionalmente en su vasta extensión de verde
naturaleza y aire puro.
Por último, doy gracias al Secreto de Rhonda Byrne, quien me dio la fuerza, la energía y
la confianza necesaria para terminar con éxito esta etapa. Espero que sirva de inspiración
para muchas personas que desean cumplir sus sueños.
LEONARDO ORDENES CARREÑO
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ÍNDICE
ÍNDICE .................................................................................................................... 2
1. RESUMEN .......................................................................................................... 8
2. INTRODUCCIÓN .............................................................................................. 10
3. MARCO TEÓRICO ............................................................................................ 14
3.1 Psicología Positiva ....................................................................................... 14
3.2 Virtudes y Fortalezas en acción ................................................................... 18
3.2.1 Sabiduría y Conocimiento: .................................................................... 20
3.2.2 Coraje: ................................................................................................... 26
3.2.3 Humanidad: ........................................................................................... 32
3.2.4 Justicia: ................................................................................................. 39
3.2.5 Templanza: ............................................................................................ 45
3.2.6 Trascendencia: ...................................................................................... 50
3.2.7 Estudios empíricos sobre las Fortalezas del Carácter .......................... 61
3.2.8 Values in Action Strengths Inventory (VIA-IS) ....................................... 63
3.3 Capital Psicológico (PsyCap) ....................................................................... 64
3.3.1 Autoeficacia ........................................................................................... 67
3.3.2 Esperanza ............................................................................................. 74
3.3.3 Resiliencia ............................................................................................. 80
3.3.4 Optimismo ............................................................................................. 83
3.3.5 Estudios empíricos sobre el Capital Psicológico ................................... 90
3.3.6 Psychological Capital Questionnaire (PCQ) .......................................... 91
3.4 Instrumentos psicométricos relacionados con el VIA-IS y el PCQ ............... 93
3.5 Teoría de los Test ......................................................................................... 96
3.6 Traducción y adaptación del test.................................................................. 98
3.7 Sobre los Programas Sociales y sus trabajadores en Chile ...................... 100
3.7.1 La intervención social .......................................................................... 100
3.7.2 Programas Sociales en Chile: una revisión histórica ........................... 102
5
3.7.3 Los destinatarios de los Programas Sociales: la población intervenida
..................................................................................................................... 104
3.7.4 El desgaste laboral de los trabajadores sociales ................................ 105
3.7.5 La necesidad de intervenir también sobre los trabajadores de los
Programas Sociales ..................................................................................... 107
4. OBJETIVOS .....................................................................................................112
4.1 Objetivo general ..........................................................................................112
4.2 Objetivos específicos ..................................................................................112
5. ASPECTOS METODOLÓGICOS .....................................................................113
5.1 Tipo de Investigación ..................................................................................113
5.2 Planteamiento de hipótesis .........................................................................113
5.3 Participantes ...............................................................................................114
5.4 Instrumentos ...............................................................................................116
5.4.1 VÍA-IS ...................................................................................................116
5.4.2 PCQ .....................................................................................................117
5.5 Tratamiento de los Datos ............................................................................118
5.6 Técnicas de Análisis de Datos ................................................................... 120
5.7 Aspectos Éticos de la Investigación ........................................................... 122
6. RESULTADOS ................................................................................................. 123
6.1 Validez formal ............................................................................................ 123
6.2 Estadísticos descriptivos del pilotaje .......................................................... 124
6.3 Resultados del estudio ............................................................................... 124
6.3.1 VIA-IS .................................................................................................. 124
6.3.2 PCQ .................................................................................................... 146
7. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES .................................................................... 151
7.1 Validez formal del pilotaje .......................................................................... 151
7.2 Estadísticos descriptivos ............................................................................ 151
7.3 Homogeneidad .......................................................................................... 153
7.4 Confiabilidad .............................................................................................. 154
7.5 Validez de constructo factorial ................................................................... 154
7.6 Comportamiento de los reactivos de ambos instrumentos ........................ 156
6
7.7 Sugerencias para posteriores adaptaciones de los instrumentos .............. 157
7.8 Comentarios finales ................................................................................... 159
8. REFERENCIAS ............................................................................................... 161
9. ANEXOS.......................................................................................................... 209
Sección 1. Detalles generales ......................................................................... 209
Tabla 1.1 Participantes del Pilotaje ............................................................... 209
Tabla 1.2 Participantes del proyecto............................................................. 209
Tabla 1.3 Estadísticos descriptivos pilotaje del PCQ .................................... 210
Tabla 1.4 Estadísticos descriptivos pilotaje del VIA-IS ................................. 210
Tabla 1.5. Estadísticos descriptivos PCQ ..................................................... 210
Tabla 1.6 Estadísticos descriptivos VIA-IS ....................................................211
Sección 2. Resultados ..................................................................................... 212
Tabla 2.1 Estadísticos descriptivos de Homogeneidad en el VIA-IS ............ 212
Tabla 2.2 Estadísticos descriptivos de Homogeneidad en el PCQ ............... 213
Tabla 2.3. Valores de Homogeneidad por dimensión y escala en el PCQ .... 213
Tabla 2.4 Confiabilidades de las fortalezas del VIA-IS ................................. 214
Tabla 2.5 Confiabilidades de las dimensiones del PCQ ............................... 214
Sección 3. Análisis Factorial ............................................................................ 215
Tabla 3.1 Matrices de compontentes rotados de las fortalezas del VIA-IS ... 215
Tabla 3.1.1 Amor .......................................................................................... 215
Tabla 3.1.2 Amor por el aprendizaje ............................................................. 215
Tabla 3.1.3 Apreciación de la belleza y excelencia ...................................... 217
Tabla 3.1.4 Autorregulación .......................................................................... 217
Tabla 3.1.5 Bondad ...................................................................................... 218
Tabla 3.1.6 Creatividad................................................................................. 218
Tabla 3.1.7 Curiosidad.................................................................................. 219
Tabla 3.1.8 Equidad ..................................................................................... 219
Tabla 3.1.9 Esperanza.................................................................................. 220
Tabla 3.1.10 Espiritualidad ........................................................................... 220
Tabla 3.1.11 Gratitud .................................................................................... 221
Tabla 3.1.12 Honestidad............................................................................... 221
7
Tabla 3.1.13 Humildad.................................................................................. 222
Tabla 3.1.14 Humor ...................................................................................... 222
Tabla 3.1.15 Inteligencia Social .................................................................... 224
Tabla 3.1.16 Liderazgo ................................................................................. 225
Tabla 3.1.17 Pensamiento crítico ................................................................. 225
Tabla 3.1.18 Perdón ..................................................................................... 226
Tabla 3.1.19 Perseverancia .......................................................................... 227
Tabla 3.1.20 Perspectiva .............................................................................. 227
Tabla 3.1.21 Prudencia................................................................................. 228
Tabla 3.1.22 Trabajo en equipo .................................................................... 228
Tabla 3.1.23 Valentía .................................................................................... 229
Tabla 3.1.24 Vitalidad ................................................................................... 229
Tabla 3.2 Matriz rotada del PCQ .................................................................. 230
Sección 4. Instrumentos .................................................................................. 231
Tabla 4.1 Clasificación Original de las Preguntas del VIA-IS ....................... 231
Tabla 4.2 Instrumento VIA-IS Original (240 ítems) ....................................... 232
Tabla 4.3 Instrumento PCQ Original (24 ítems) ............................................ 246
Tabla 4.4 Clasificación final de las Preguntas del VIA-IS ............................. 248
Tabla 4.5 Instrumento VIA-IS Modificado (206 ítems) .................................. 249
8
1. RESUMEN
Es aceptado como el inicio formal de lo que se denomina Psicología
Positiva la conferencia inaugural de Martin Seligman para su periodo presidencial
de la American Psychological Association (Seligman, 1999). La razón que la
impulsó como nueva subdisciplina, se podría sintetizar en la necesidad de
complementar el vacío empírico existente acerca de las características positivas
del ser humano -virtudes, valores, talentos, recursos personales, afectos positivos,
etc.- pues a juicio de este pensamiento, gran parte del acervo histórico de las
diversas áreas y enfoques psicológicos se había concentrado en el estudio de los
problemas humanos y psicopatologías. Visto de este modo, se vuelve entonces
imprescindible abordar a nivel académico, científico y práctico los rasgos positivos,
el bienestar psicológico, la felicidad, las fortalezas y virtudes humanas. Con este
propósito fueron elaborados instrumentos de medición psicométrica, dos de los
cuales serán profundizados en el presente trabajo: Values in Action Inventory of
Strengths, VIA-IS (Peterson & Seligman, 2004), y Psychological Capital
Questionnaire, PCQ (Luthans, Avolio & Youssef, 2007), ambos originalmente
creados en el idioma inglés. Tales pruebas han demostrado tener un grado de
confiabilidad y validez aceptable para las poblaciones en la que fueron aplicadas,
sin embargo, para su uso dentro del contexto organizacional-social chileno, se
requiere su validación empírica con el objetivo de adaptar su conformación de
acuerdo al contexto sociocultural a nivel local.
Por lo tanto, dado este problema de investigación, surge la necesidad de
determinar las características psicométricas de los instrumentos (homogeneidad,
confiabilidad, análisis factorial), de acuerdo al contexto sociocultural propio de los
operadores sociales de los programas sociales de las regiones de Coquimbo,
Valparaíso y Maule.
La metodología es de carácter cuantitativo; la aplicación fue realizada sobre
una muestra de 203 trabajadores de programas sociales chilenos, y la validación
es de carácter formal, mientras que para evaluar la confiabilidad fue utilizado el
9
método de Alfa de Cronbach en base a la consistencia interna entre reactivos,
además de un análisis factorial de tipo exploratorio. Conjuntamente, fueron
realizadas pruebas de homogeneidad, utilizando el coeficiente de asociación
Gamma. Para lograr los análisis descritos se emplearon el programa
computacional de análisis de datos Statistical Package for the Social Sciences
(SPSS) y el software Microsoft Excel 2007.1
Palabras claves: Fortalezas del Carácter, Capital Psicológico, Psicología Positiva,
Características Psicométricas.
1 (*) La presente investigación se enmarca dentro del proyecto FONDECYT #1110495 “Fortalezas del
carácter y Capital psicológico en trabajadores de programas sociales: su efecto en el bienestar y en el
desgaste profesional”.
10
2. INTRODUCCIÓN
Desde la Antigüedad ha existido un profundo interés por conocer aquellas
características que extienden en el hombre sus más altas potencialidades y
recursos, así como también el comprender los contextos óptimos para la
consecución de dichos logros. Esta aspiración puede ser la que llevó al
surgimiento de la Ética en la Antigua Grecia, que lega las tres grandes posturas
que han influenciado diversas corrientes filosóficas:
La primera de ellas plantea que ser feliz es maximizar el placer en todos
sus ámbitos, huyendo de cualquier experiencia que implique dolor. Esto es
conocido como Hedonismo. La segunda postura, cree que ser feliz es ser
autosuficiente, y por ende, intenta escapar de cualquier tipo de dependencia, lo
que es coherente con el planteamiento del Cinismo y el Estoicismo. La última gran
corriente es la que plantea lo que se conoce como Eudemonismo, es decir, ser
feliz es autorrealizarse, o como señala Mauricio Cerda (2012, p.15) “el ser
humano, por naturaleza, tiende no sólo a la autoconservación, sino también a la
realización de sus potencialidades”.
El reconocido psicólogo del área, Carmelo Vázquez (2006) reafirma estas
palabras al declarar que si bien la preocupación por la felicidad y el bienestar es
de antaño, sólo recientemente se ha podido abordar con mayor profundidad desde
la Psicología y las Ciencias, ya que antes era un terreno mayormente tratado por
la Filosofía. Según explica el autor citado, esto se debe a que recién en la década
de los sesentas se dejaron un tanto atrás los azotes de las guerras y las
epidemias, y se pudo pensar entonces en el llamado “Estado del Bienestar”,
patrocinado por la creciente bonanza económica que vivían los países
centroeuropeos. Para este autor, esto también propulsó en la década de los
setentas los primeros sondeos sociológicos sobre la felicidad de las naciones que
continúan hasta la actualidad y que han servido como antecedentes e inspiración
para los que hoy se interesan en el estudio de las facultades positivas de las
11
personas y los grupos humanos. Entre estos aportes, también resultan
destacables los entregados por varios psicólogos quienes se reconocen como
verdaderos “clásicos de la literatura sobre la felicidad” (Branden, 2001; Ellis &
Harper, 2003; Gilbert, 2006; Thayer, 1998; Schwartz, 2005 citados en Butler-
Bowdon, 2007).
Así como estos autores, son muchos más los que nutren en Psicología el
entendimiento del concepto de felicidad -mención más acabada merecen los
trabajos de las corrientes gestálticas, como lo desarrollado por Perls, Hefferline y
Goodman, (1951) y humanistas (Maslow, 1982; Rogers, 1993/1961) - sin embargo,
como no se ambiciona dar en la presente tesis una revisión detallada y extensa de
todo este cúmulo de investigaciones, se desea ahora adentrar en lo que a la rama
de la Psicología Positiva pertenece.
Para Seligman (2003), que retoma el concepto clásico de eudaimonia de
Aristóteles, la actividad virtuosa es parte inherente de una vida plena y
satisfactoria, siendo la felicidad el desarrollo de aquellas habilidades y
capacidades para lograr una vida plena y cívica. Además, es interesante destacar
que en términos generales, el cuidado e interés por el estudio y fomento de
virtudes y fortalezas del carácter ha visto un repunte durante los últimos años,
sobre todo en cuanto a lo que comprende la visión de la Psicología Comunitaria de
la Salud. En éste ámbito, la formación en valores, tales como el amor, la bondad,
la tolerancia, la honestidad, la verdad, la sinceridad, las creencias religiosas, el
respeto, la dignidad o la responsabilidad, constituyen uno de los factores
protectores de orden social o inmaterial frente a situaciones de vulnerabilidad o
riesgo (Amar, Abello & Acosta, 2003). Lo cual, nos reporta una importancia
creciente de éstos conceptos dentro del área de las Políticas Públicas y su
pertinencia para el mundo de hoy. También en el ámbito de la Psicología
Organizacional y Comunitaria, el concepto de “Capital Psicológico” está
adquiriendo mayor relevancia en la actualidad, como lo muestra por ejemplo el
artículo de Delgado y Castañeda, (2011) sobre la relación entre Capital Psicológico
y la conducta de compartir conocimiento en el contexto del aprendizaje
organizacional; o el de Moreno-Jiménez, Garrosa, Corso, Boada y Rodríguez-
12
Carvajal (2012) que examinó los efectos de las variables personales de Capital
Psicológico y Personalidad Resistente (PR) con respecto a las variables criterio de
agotamiento y vigor, en enfermeras de España y Perú.
La visión que se tiene de los programas sociales estudiados sostiene que
sus trabajadores se desempeñan precisamente sobre una población con
complejas vulnerabilidades y riesgos (Aranda, Pando & Pérez, 2004; Gómez,
Muñoz & Haz, 2007; Ríos, 2008; Rothschild, 2009), con un enfoque que ha ido
evolucionando en el tiempo también hacia la mirada positiva, más cercana a la
prevención y promoción de derechos comunitarios que al tratamiento de males a
nivel individual. Por ello, han proliferado conceptos como Resiliencia o Buen Trato
tanto en programas sociales gubernamentales como ONGs. Basta para ello revisar
por ejemplo, el Manual de Apoyo en la Formación de Competencias Parentales
(2009), ampliamente utilizado, o lo hondo que han calado los pensamientos de
Barudy y Dantagnan (2005) o Boris Cyrulnik (2002) dentro de todos los programas
sociales participantes del estudio.
Una vez descrito el contexto de los trabajadores de programas sociales
chilenos, ¿los instrumentos VIA-IS y PCQ serán válidos y confiables para medir
las capacidades positivas dentro de ésta población, tomando en cuenta que fueron
construidos y estudiados en otros países? Ésta tesis pretende ser una primera
cooperación en esta misión, ya que de presentar características psicométricas
aceptables, sería maravilloso su aporte, tanto porque está acorde con la mirada de
intervención de estos tiempos, como porque los trabajadores de los programas
sociales chilenos se encuentran altamente frustrados en sus trabajos (Gómez,
Muñoz & Haz, 2007) y sería pertinente, justo y necesario, ocuparse del desarrollo
de sus fortalezas de carácter y capital psicológico (Rothschild, 2009). No obstante,
el estudio no debe quedar solamente restringido a éste ámbito, pues de ser
factible y provechoso, entonces deberían florecer posterior a esta tesis otras
adaptaciones y aplicaciones a los diversos contextos de la población chilena. Por
lo tanto asumimos que los instrumentos deberán asumir modificaciones para el
adecuado funcionamiento en la población objetivo.
13
Las justificaciones científicas las encontramos, en el vacío empírico que
existe actualmente en Psicología Positiva en nuestro país, donde todavía es
considerada como una disciplina nueva. Finalmente, desde el punto de vista
disciplinar, el presente trabajo busca posicionar estos instrumentos metodológicos
en el uso cotidiano, aplicado y extensivo a otros contextos afines.
14
3. MARCO TEÓRICO
3.1 Psicología Positiva
Como se mencionó anteriormente, para la Psicología Positiva, la Psicología
Clásica se había concentrado predominantemente en el estudio de los problemas
humanos (trastornos, enfermedades, déficits, etc.) y en cómo abordarlos, y no en
describir y acentuar los rasgos positivos. Como reafirman (Seligman &
Csikszentmihalyi, 2000) la tradición de la psicología clásica de la enfermedad ha
hecho descuidar temas igualmente interesantes dentro del entendimiento de la
psique humana como lo es el bienestar, el contento, la satisfacción, la esperanza,
el optimismo, el flujo o la felicidad. La siguiente cita ilustra esta reflexión sobre la
Psicología Clínica y su énfasis preponderante en los aspectos negativos del ser
humano:
"Resulta sorprendente confirmar que en ámbitos como la Psicología Clínica
dispongamos de multitud de instrumentos para evaluar síntomas y
problemas, sufrimiento y malestar, pero muy pocos para valorar las
capacidades y recursos de los individuos (...) la llamativa presencia de lo
negativo, sin comprender que una comprensión cabal de esos mismos
trastornos, de la situación de la persona en su contexto, y de lo que
realmente limita esa condición sólo se puede entender-y modificar-
adecuadamente si se van descubriendo recursos, capacidades y fortalezas
existentes (y también deseables) de las personas".
(Vázquez & Hervás, 2008; pp.38-39)
No obstante, haciendo justicia, se debe recordar que previa a la
formalización de la Psicología Positiva existieron valiosas propuestas positivas,
como los mencionados “clásicos en la literatura de la felicidad” (Branden, 2001;
15
Ellis & Harper, 2003; Gilbert, 2006; Thayer, 1998; Schwartz, 2005 citados en
Butler-Bowdon, 2007), que mencionaremos brevemente a continuación:
Entre estos clásicos, nos encontramos con la mirada reaccionaria al
Conductismo de la Psicología Cognitiva, que desarrolló la Terapia Racional
Emotivo-Conductual (TREC) de mano de su más prolífico autor, Albert Ellis, quien
el año 2003 junto al Dr. Robert A. Harper entregó un nuevo clásico referente a la
materia de la felicidad titulado “Una nueva guía para una vida racional” (Ellis &
Harper, 2003). Los autores plantean que los principales problemas emocionales
que suelen padecer las personas surgen a partir de las creencias irracionales que
mantienen, las cuales les conducen a emociones y pensamientos desadaptativos
que les generan perturbación. Por lo tanto, esta concepción de la felicidad, hace
énfasis en que lo importante no es la situación misma sino el cómo es percibida
por el individuo.
Relevantes son también las formulaciones que se han llevado en torno al
concepto de autoestima (Branden, 2001) y sus directas vinculaciones con la
felicidad y el bienestar de las personas, partiendo de la premisa que reniega la
concepción del ser humano visto como un títere o una computadora e intenta
entonces comprenderlo desde sus valores y principios.
La obra de Robert E. Thayer (1998) entrega orientación sobre los estados
de ánimo del día a día, y cómo éstos pueden ser mejor controlados por las
personas para sentirse más felices. El autor piensa que para todos los casos,
nuestros estados de ánimo cotidianos se ven directamente afectados por nuestros
hábitos de salud, por la alimentación que llevamos, por la calidad de nuestro
sueño y por el ejercicio físico que realicemos. Para lograr un dominio sobre ello, se
propone encontrar las raíces en la biología que subyace a los ciclos diarios de
energía y tensión, aprendiendo de nuestros estados de ánimo para utilizarlos
como barómetros en el entendimiento de nuestra propia psicología y fisiología.
Barry Schwartz (2005) nos ofrece una explicación que sugiere que el auto-
limitarse ante la explosiva y ultra abundante oferta de opciones y productos, hacia
16
unas pocas y esenciales elecciones nos brindaría más satisfacción, sentido de
felicidad, menos ansiedad y menor estrés.
El Psicólogo Daniel Gilbert, en su aclamado libro “Tropezar con la felicidad”
(2006), genera interesantes preguntas como ¿Por qué los tratamientos cortos son
percibidos como más dolorosos que aquellos que tardaron varios años en
completarse? ¿Por qué los compradores son más felices cuando no pueden
devolver lo que compraron? ¿Por qué no podemos recordar una canción mientras
escuchamos otra? ¿Por qué la fila para pagar en el supermercado siempre se
ralentiza en cuanto nos incorporamos a ella? Y mediante la resolución de éstas y
demás cuestionamientos pretendió romper con los tópicos que se daban por
sentado al tratar de abordar el ser feliz.
Sin embargo, hay otra literatura sobre la felicidad que influenció
directamente la construcción de los cimientos de la Psicología Positiva. Dentro de
éstas, es destacable el trabajo realizado por Jahoda (1958), donde esclarece que
su postura estima que la salud mental positiva va mucho más allá de la ausencia
de enfermedad. Para comprender aquello, propuso un modelo con seis criterios
generales: 1) Actitudes hacia sí mismo, 2) Crecimiento, desarrollo y
autoactualización, 3) Integración, 4) Autonomía, 5) Percepción de la realidad y 6)
Dominio del entorno, desglosándose la mayoría de estos criterios hasta conformar
16 en total. Este modelo continúa estando vigente y siendo muy valorado por los
profesionales de la salud mental comunitaria (Lluch, 2002; Madariaga, 2006;
Sánchez, 1991)
La teoría de la Auto-determinación (Deci & Ryan, 2000) es también
afamada, y señala puntualmente que las personas somos organismos activos
dentro del entorno donde nos ha tocado desenvolvernos, pues tenemos
tendencias innatas hacia el crecimiento personal y a relacionarnos de manera
óptima dentro de los diversos contextos. A pesar de aquello, no siempre las
personas se relacionan con su entorno haciendo uso de su voluntad, lo que lleva a
dejarse manipular por el medio, tomando una posición pasiva, que frustrará sus
tendencias innatas y conllevará un detrimento del bienestar.
17
Ryff (1989) hace lo suyo con el modelo del Bienestar Psicológico (1989),
que define seis dimensiones que conformarían el adecuado funcionamiento
psicológico, y posteriormente, Ryff y Keyes (1995) distinguen entre dos tipos de
bienestar: psicológico y subjetivo. Este modelo incluye como componentes:
autonomía, auto-aceptación, relaciones positivas con otros, dominio ambiental,
propósito en la vida y crecimiento personal.
Por su parte Keyes (2005) planea el Modelo del Estado Completo de Salud,
que se caracteriza por la existencia de las siguientes trece dimensiones o
síntomas de salud mental: a) afecto positivo: buen humor y tranquilidad; b)
satisfacción con la vida: sentimiento de felicidad; c) autoaceptación: actitudes
positivas hacia sí mismo y su pasado; d) aceptación social: actitud positiva hacia
los demás, tolerancia a la diversidad; e) crecimiento personal: confianza en sí
mismo y apertura a nuevas experiencias; f) actualización social: creencia en la
capacidad de los otros y la sociedad para crecer y desarrollarse positivamente; g)
objetivos vitales: proponer metas que confirman la existencia con sentido de vida;
h) contribución social: sentimiento de que nuestras actividades son útiles para la
sociedad y de que son valoradas; i) dominio del entorno: saber manejarse en
ambientes complejos y elegir aquellos que se adaptan las necesidades; j)
coherencia social: interés por la sociedad y sentimiento de que la sociedad tiene
una lógica, es predictible; k) autonomía: definir y dirigir la vida de acuerdo a
estándares internos socialmente aceptados, y resistencia a la presión social; l)
relaciones positivas con los otros: capacidad de empatía e intimidad; m)
integración social: sentimiento de pertenencia a una comunidad de la que recibe
satisfacción y apoyo.
Para finalizar este repaso por los principales modelos que influyeron en el
origen de la denominada Psicología Positiva, no se puede dejar de hacer mención
al modelo de las tres vías de Seligman (2003), el cual postula que para lograr un
acabado acercamiento al tema del bienestar se debe acceder a su conocimiento a
través de tres pilares: 1) emociones positivas: placer hedónico; 2) el compromiso:
emplear fortalezas personales en tareas diarias para derivar estados de flow
18
(Csikszentmihalyi, 1996) y 3) la vida con significado: desarrollar las
potencialidades al servicio de otros, en la familia, la escuela, las organizaciones.
Haciendo uso de todo este material precedente, y de muchos otros que no
son del alcance de la presente investigación, la Psicología Positiva toma vuelo e
indaga, como hicieron algunos de los autores nombrados, los aspectos positivos
de la vida del ser humano tanto a nivel personal como colectivo. En el primer
aspecto, se interesa ampliamente en temáticas como la capacidad de amar,
respetar, ser bondadosos, apreciar de la belleza o ser originales que manifiesten
las personas y cómo se pueden desarrollar estas aptitudes en su día a día. En el
segundo aspecto, estudia las diversos valores que se despliegan en el plano
social, como lo son las virtudes ciudadanas y las instituciones positivas para el
hombre, explorando temáticas como el altruismo, la tolerancia o el trabajo ético
(Giménez, 2009; Martínez, 2006; Seligman, 2003; Vázquez & Hervás, 2008).
Con este enfoque, la Psicología Positiva viene a dar el contrapeso que logre
el equilibrio en la disciplina -entre la Psicología centrada en la enfermedad y en la
centrada en los aspectos positivos de la vida de las personas- tal como piensa
Luciana Mariñelarena-Dondena y Mariana Gancedo (2011) atendiendo tanto a lo
positivo como a lo negativo que presentamos todos los seres humanos,
incrementando nuestras fortalezas y reparando nuestras debilidades, procurando
no descuidar ni lo uno ni lo otro, pues se considera que estamos constituidos de
ambos. Con este objetivo, se debe comenzar ya a indagar y poner en movimiento
el caudal investigativo de estudios en este nuevo -o antiguo pero relativamente
poco abordado- campo, dando un giro salugénico, centrado en la promoción de la
salud.
3.2 Virtudes y Fortalezas en acción
Los constructos de Virtudes y Fortalezas del Carácter, como dicen sus
autores Peterson y Seligman (2004) son el resultado de un trabajo realizado desde
distintos frentes: en un primer momento se hizo una lluvia de ideas con un grupo
19
de estudiantes universitarios quienes crearon una lista tentativa de las fortalezas
humanas. Peterson luego se unió a este grupo y complementó el producto inicial,
que posteriormente fue presentado en conferencias de Psicología Positiva y
numerosas discusiones. A través de estas conferencias Peterson y Seligman
construyeron un marco teórico que definía y conceptualizaba las fortalezas, junto
con la cooperación activa de Marcus Buckingham, perteneciente a la Organización
Gallup2. Esta organización, ha estado interesada en estos tópicos por más de 75
años impulsando el crecimiento orgánico a través de herramientas de medición,
asesoramiento estratégico y educación. Gallup también ofrece libros con
investigaciones innovadoras sobre negocios, liderazgo, bienestar y política, así
como cursos relativos a los factores que impulsan el buen desempeño individual y
organizacional.
Con esta cooperación, los autores prosiguieron en la revisión de literatura
pertinente que abordaba el buen carácter: inventarios de virtudes y fortalezas
desde personajes históricos hasta contemporáneos, los estatutos de los Boy
Scouts de Estados Unidos y de las Girl Guides de Canadá, mensajes de
felicitación en las tarjetas de saludos de Hallmark, stickers, Saturday Evening Post
de Norman Rockwell, canciones populares, graffitis, cartas del Tarot, perfiles de los
personajes de Pokemon y de los estudiantes de las diferentes casas de Harry
Potter (Peterson & Seligman, 2004). El objetivo principal consistía en revisar
exhaustivamente cualquier fuente que pudiera otorgar información sobre las
virtudes y fortalezas humanas.
Finalizado este proceso, se establecieron las seis virtudes centrales: sabiduría y conocimiento, coraje, humanidad, justicia, templanza y trascendencia.
Al interior de ellas se despliegan 24 fortalezas del carácter, que se expondrán
primero desde sus autores originales (Peterson & Seligman, 2004) y luego, una
reseña del concepto desde la perspectiva de los principales expositores de cada
fortaleza y/o los recientes estudios que se hayan realizado sobre ella:
2 Para mayor información, visite la página web de la Organización Gallup:
http://www.gallup.com/home.aspx
20
3.2.1 Sabiduría y Conocimiento:
Para los autores originales, es la virtud cognitiva relacionada con la
adquisición y el uso del conocimiento, donde vale preguntarse cómo se
conoce, qué se conoce, por qué se conoce, qué se hace con ese
conocimiento y con qué nivel de certeza nos acercamos a lo que se desea
conocer. Esta se descompone en:
3.2.1.1 Creatividad:
Esta fortaleza es entendida, como la capacidad para pensar nuevas y
productivas formas de conceptualizar y hacer las cosas, incluyendo dentro
de sí la llamada creatividad artística, pero no limitándose a ésta (Peterson &
Seligman, 2004).
Pese a esta pequeña acepción de creatividad, la definición del concepto no
ha sido fácil de consensuar. Una de las más sintéticas concibe a la
creatividad como una actividad cognitiva que permite la solución de
problemáticas (Guilford, 1967). Para Brown (1977) la creatividad es más
compleja y tiene cuatro aspectos, uno de ellos relacionado con la
inteligencia, otro con los procesos complejos que permiten la generación de
ideas novedosas como un insight, otro con la resolución de problemas y el
último con un proceso asociativo. Carlessi (1991) integra a estas
definiciones la noción de que mediante el uso de la creatividad el individuo
puede transformar su realidad, como un artista que mantiene un adecuado
flujo de ideas, flexibilidad, originalidad y organización; coincidiendo en la
relación creatividad y capacidad artística con Peterson y Seligman (2004),
aunque ellos no consideraron en su definición como un punto central la
resolución de conflictos, más bien lo tratan a nivel de productividad.
Investigaciones experimentales como la de María Claudia Armesto (2001)
encontraron relaciones estadísticamente significativas entre creatividad y
auto-concepto, según los coeficientes chi cuadrado (22.35) y Q de Yule
(0.88) y la correlación r de Pearson de +0.6351 (p<0.05) luego de aplicar la
Prueba de Producción de Respuestas Originales en Entornos de
21
Resolución de Problemas (PPRO) y la Escala de Autoconcepto de Niños/as
Piers-Harris en alumnos de psicología argentinos. Lo que nos podría hablar
entonces, que cuando la persona ocupa su capacidad creativa no sólo está
resolviendo gracias a ella algún obstáculo, sino que además está
modificando su entorno y está construyendo su sí mismo.
3.2.1.2 Curiosidad: Dicho de forma resumida, es conceptualizada por Peterson y Seligman
(2004) como la fortaleza que permite interesarse por el mundo,
experimentar, explorar y descubrir, otorgándole a la virtud lo que otros
autores de la Psicología Positiva catalogan como “la emoción por conocer”
(Kashdan & Silvia, 2009).
Diversos estudios han revelado lo positivo que resulta el desarrollo de esta
fortaleza en diferentes ámbitos. Por ejemplo, en el ámbito laboral, Wanberg
y Kammeyer-Mueller (2000) señalan que el adecuado empleo de la
curiosidad al interior de las organizaciones se relaciona con
comportamientos que predicen mejores ajustes a nuevas ocupaciones.
En el área clínica, el estudio de Sánchez, Méndez y Garber (2009) que
buscaba aumentar la curiosidad y la motivación de los estudiantes para
participar en un programa preventivode los síntomas depresivos, evidencia
de acuerdo con la teoría de la autodeterminación de Deci y Ryan (2000), el
enfoque de la entrevista motivacional de Miller y Rollnick (1991) y los
estados de cambio (Prochaska, Norcross & DiClemente, 1994) una relación
negativa significativa de la curiosidad con la ansiedad y una relación
positiva con el optimismo.
El campo de la educación también ha llevado a cabo abundantes
investigaciones en torno a esta fortaleza, aunque es más bien ligada a lo
que se denomina “motivación intrínseca”. Este tipo de motivación se
caracteriza como piensa García y Doménech (2002) por el deseo de saber,
curiosidad ante el medio, preferencia por reto e interés por aprender, al
contrario de los que tienen motivaciones extrínsecas, pues aquellos están
22
orientados hacia la obtención de buenas calificaciones, premios, juicios
positivos, aprobación de padres y profesores, y evitación de las
valoraciones negativas o castigos. La motivación intrínseca por tanto,
estaría más ligada a la definición de curiosidad que han realizado Peterson
y Seligman (2004), pues supone un interés por parte del sujeto de
desarrollar y mejorar la capacidad cognoscitiva, una emoción propulsora del
aprender, un gusto por conocer. Así, continuando con los dichos de García y
Doménech (2002) estos diferentes tipos de motivación llevan a
consecuencias distintas, donde se convierte la intrínseca como la
motivación de mayor valor positivo, ya que consigue que los estudiantes
adopten un patrón de maestría, que los lleva a aceptar desafíos para
aumentar sus conocimientos y aptitudes, mientras que a los guiados por
una motivación extrínseca los lleva a adoptar un patrón más cercano a la
indefensión (Bandura & Adams, 1977; Seligman, 1975) en donde los
alumnos intentar evitar retos pues éstos les parecen amenazantes y el
miedo disminuye sus probabilidades de alcanzar éxito en una tarea. Así
mismo, estos autores del ámbito educativo han observado que la
motivación intrínseca estaría ligada con la inteligencia emocional -en la
clasificación de Peterson y Seligman (2004)- como parte de las fortalezas
de la humanidad, descrita como “inteligencia social”), pues consideran que
el escolar que es inteligente a nivel emocional puede mejorar por si mismo
su motivación, sin enfocarse en las gratificaciones externas.
Sin embargo, algunas perspectivas pedagógicas de la curiosidad y su
relación con la motivación, nos advierten que cuanto más ascienden de
curso los estudiantes, mayor es su probabilidad de acercarse hacia la
motivación extrínseca (Mas & Medinas, 2007) y de ese modo, debilitar la
fortaleza de la curiosidad. No obstante, también se han entregado
estrategias para instruir en la motivación trabajando sobre la curiosidad del
alumno (Huertas, 1997), estructurando la tarea de modo que ésta capte la
atención por el contenido; presentando los contenidos atractiva,
23
incongruente y novedosamente, anclando con los anteriores conocimientos
y variando los elementos con los cuales se le presentan.
3.2.1.3 Pensamiento crítico: Peterson y Seligman (2004) definen esta fortaleza como el examinar bajo
diferentes puntos de vista, teniendo en consideración todas las
características de la situación antes de opinar sobre ellas, siendo capaz de
tomar una decisión y cambiar de opinión ante la evidencia.
Esta fortaleza, conceptualizada en inglés como Open-Mindedness y
traducida al español como apertura de mente, apertura a la experiencia o
ausencia de prejuicios, parece relacionarse fuertemente con el constructo
psicológico de Apertura (Openness), perteneciente al modelo de los Cinco
Grandes de Costa y McCrae (1992), al incluir aspectos sobre tolerancia y
flexibilidad, adaptabilidad al cambio e interés por otras culturas, así como
disposición a nuevas tareas (Corral et al., 2002). Dicho modelo surgió
desde la Teoría Léxica ideada inicialmente por Francis Galton (s.f. citado en
Caprara & Cervone, 2000), en la que las diferencias de la personalidad más
relevantes podrían ser deducidas gracias al análisis de los adjetivos del
lenguaje. Siguiendo aquella hipótesis, Allport y Odbert (1936) extrajeron
17.953 palabras del diccionario de lengua inglesa que describían la
personalidad y redujeron esa lista a 4.500 adjetivos que describían rasgos
observables y relativamente permanentes, mientras que Raymond Cattell
(1946) disminuyó aún más la lista e introdujo el análisis factorial sobre los
rasgos que eran más utilizados para describir a las personas, identificando
35 rasgos, que fueron reducidos a 16. Sin embargo, posteriores estudios
fueron cuestionando aquellos hallazgos y reduciendo la lista a 5, como el
estudio de Fiske (1949), quien fue el primero en indicar que 5 factores
explicaban la variación de los rasgos de personalidad hallados por Cattell, y
el de Tupes & Christal (1961), quienes fueron los primeros en presentar un
modelo de 5 rasgos que no fue tomado seriamente en consideración.
24
Norman (1963) confirmó sus datos y publicó un modelo idéntico en el cual
reconocía cinco grandes dimensiones (extraversión, agradabilidad,
conciencia, estabilidad emocional y cultura), teoría que siguió siendo
desarrollada por diversos autores como Digman (1990) y Goldberg (1990).
Estas últimas conceptualizaciones abrieron paso al modelo de los cinco
grandes de Costa y McCrae (1992), en donde se incluyó el concepto de
Openness, producto de este proceso de análisis léxico-factorial. El concepto
de Openness se diferencia del Open-Mindedness, en el sentido de incluir
varios factores relacionados con la inteligencia, la curiosidad, el amor por la
cultura y por aprender, que dentro de la teoría de las Fortalezas del
Carácter estarían agrupados en las fortalezas de curiosidad, creatividad,
amor por el aprendizaje y perspectiva, es decir, aquellas fortalezas
agrupadas bajo la virtud de Sabiduría y Conocimiento. Sin embargo, el
concepto de Open-Mindedness es mucho más específico, centrándose en
los rasgos de tolerancia hacia la diferencia, flexibilidad adaptativa y la
capacidad para cuestionar y poner en duda alguna situación.
3.2.1.4 Amor por el aprendizaje: Se comprende para esta clasificación (Peterson & Seligman, 2004) como el
deseo de conocer, mejorar y manejar nuevas habilidades. Está asociada a
la curiosidad, aunque va más allá al describir la tendencia sistemática de
añadir nuevo conocimiento al que ya se posee.
En el bello texto de Claudi Alsina (s.f.) profesora amante de las
matemáticas, encontramos una descripción muy cercana a lo que se puede
considerar verdadero amor por el aprendizaje, cuando ella nos comunica
cómo se puede lograr que los alumnos sientan que las matemáticas son
hermosas. Este planteamiento puede resultar extraño, pues no es común
entrelazar este tipo de conocimiento con el amor, sin embargo, la autora no
duda en ningún momento en que van de la mano junto al entusiasmo por
aprender, ni que lo óptimo es que así sea. La manifestación de este amor
se puede ver cuando los sujetos aman lo que saben hacer bien, cuando los
25
profesores estiman el conocimiento que entregan, cuando se mantiene en
el aula un clima emocionalmente rico en afectos positivos como la
cordialidad, cuando se estimula el aprendizaje como un “viaje placentero”
que se comparte, escapando de los tradicionales roles de “yo enseño” “tú
aprendes”, cuando se reconocen los actores del fenómeno pedagógico
como personas particulares y únicas, cuando se siente agradecimiento por
lo que se recibe recíprocamente o cuando el desempeño es llevado con
pasión. Si se logran gestionar bien estas manifestaciones, la autora
confiesa que no sólo será exitoso el cometido del amor por las
matemáticas, sino que a cualquier conocimiento que se enseñe.
Por otro lado, si se centra ahora la mirada en el aprendizaje, son múltiples
las teorías que se han desarrollado al respecto: la perspectiva conductista
(Skinner, 1974), la teoría del aprendizaje significativo (Ausubel, Novak &
Hanesian, 1983), el aprendizaje por descubrimiento de Bruner (1988), la
epistemología genética de Piaget (1980) o la teoría sociocultural de
Vygotski (1978) por citar sólo a los más renombrados. Lo que nos da cuenta
entonces de que el fenómeno del aprendizaje es complejo, y que por lo
tanto, resultaría complejo abordarlo desde un único gran factor, más bien se
debe tratar de un concepto multifactorial.
3.2.1.5 Perspectiva:
De acuerdo a Peterson y Seligman (2004) consistiría en ser capaz de
proporcionar un sabio consejo a los demás, a partir de maneras de ver el
mundo que haga que tenga sentido para uno mismo y para los otros.
Desde otros autores de la Psicología, esta fortaleza es abordada como
sabiduría, aspecto que se relaciona con lo planteado en la clasificación
original sobre perspectiva. En ese sentido, Sternberg (1998) entiende la
sabiduría como la habilidad en la aplicación del conocimiento tácito (saber
cómo, adquirido sin la ayuda directa de otros) para lograr un bien común,
definiendo seis componentes: conocimiento, discernimiento, un estilo de
pensamiento para descubrir cómo y por qué son las cosas como tales,
26
tolerancia a la ambigüedad, motivación para entender, apreciación de los
límites y posibilidades de acción en una situación específica. Baltes y
Staudinger (2000) por otro lado, entienden la sabiduría como la experticia
en la conducta y en el significado de la vida, por lo que una persona sabia
sería aquella que conoce qué es lo más importante en la existencia y cómo
alcanzarlo. Greene y Brown (2009) conciben cinco aspectos de la sabiduría:
autoconocimiento, entender a los otros, juicio (percepción aguda y
discernimiento), conocimiento de la vida, habilidades para la vida y
disposición para aprender; aquellos factores que podrían promover o
impedir el desarrollo de esta fortaleza serían la voluntad para aprender, la
cantidad y profundidad de las experiencias con los otros y el ambiente
general de la persona.
Dentro de los resultados empíricos acerca de esta fortaleza, se ha
comprobado que a medida que los líderes aprenden de sus experiencias,
emerge la sabiduría (LaBouvie-Vief & Diehl, 2000); al reflexionar sobre el
pasado y el presente los líderes forman su identidad, mejora su auto-
comprensión, la resolución de problemas, estrategias de afrontamiento y de
adaptación (Webster, 2007). Pasupathi y Staudinger (2001), sostienen que
aquellas personas abiertas a nuevas experiencias son más creativas,
piensan el cómo y el porqué de una situación, y tienen mayor inteligencia
social. También se ha evidenciado que experimentar y superar eventos
estresantes en la vida puede desarrollar la sabiduría, por ejemplo, en
ámbitos como el amor y el trabajo, de acuerdo a un estudio realizado en
mujeres adultas (Hartman, 2000).
3.2.2 Coraje:
De acuerdo a Peterson y Seligman (2004), corresponde a aquellas
fortalezas emocionales relacionadas con actuaciones conscientes dirigidas
a objetivos loables, realizados ante fuertes adversidades y que no se sabe
con certeza si serán conseguidos o no. Esta virtud está compuesta por:
3.2.2.1 Honestidad:
27
Para los autores originales, esta fortaleza se puede definir en términos
breves como el decir la verdad, vivir de forma genuina y auténtica, siendo
responsable de los propios sentimientos y acciones.
Como aceptan los autores (Park, Peterson & Seligman, 2004) esta fortaleza
puede ser referida también como autenticidad o integridad. La primera
acepción es la más ampliamente tratada en Psicología, sobre todo en el
ámbito de la Psicología Humanista, Gestáltica y Transpersonal.
Un clásico en esta materia, Rogers (1979) define que la manera auténtica
de vivir implica por lo menos cuatro disposiciones caracteriales: 1) una
apertura a la experiencia; 2) un locus interno de evaluación; 3) un elevado
nivel de confianza en el propio organismo; y 4) disposición para estar en
proceso.
Rahally (1993), otra psicóloga humanista, también incluye cuatro
componentes que configurarían la autenticidad de una persona: 1)
intensidad emocional, visible en el lenguaje hiperbólico (exagerado); 2) un
incremento de la consciencia en relación a lo somático, es decir, mayor
conocimiento de las relaciones que mantiene con su propia corporalidad; 3)
el sentimiento de estar plenamente presente, especialmente en la
percepción de sí, en el “aquí y ahora”; y 4) un aumento de la consciencia de
los otros envueltos en la situación experimentada.
Emilio Romero (2004), al preguntarse sobre esta fortaleza desde la mirada
de la Terapia Gestalt, señala que para que una persona sea considerada
auténtica debe mantener un cierto nivel de coherencia entre lo que predica
y lo que demuestran sus conductas, sin sostener para ello “máscaras” que
encubran su real personalidad e intenciones. Sin embargo, reconoce que
para el sujeto ser efectivamente auténtico no es algo tan simple como lo
puede ser señalar que cierto objeto es auténtico o “legítimo”. Más bien,
asevera que todas las personas oscilan a lo largo de sus vidas dentro de un
continuo que tiene por un polo la autenticidad y por el otro, la falsedad. Las
tendencias hacia uno u otro extremo se verán determinadas por el carácter
de la persona y sus circunstancias. Por ende, para este autor, no somos de
28
una vez por todas y para siempre personas auténticas o falsas. Asegura
que como en muchas otras cualidades humanas, hay que pensarlas dentro
de su complejidad.
Para los enfoques psicoterapéuticos centrados en la persona -como
humanistas o transpersonales- es algo de importancia sustancial el tema de
la autenticidad; es vital en términos de logro de una terapia para el paciente,
como una actitud primordial que el terapeuta debe cultivar. Como señala
Oblitas (2004) la honestidad se aprende mejor de una persona que se
comunica de forma honesta, y para ello debe aceptarse incondicionalmente
a sí mismo y estimar sus recursos. El psicoterapeuta surge en la relación
con las vulnerabilidades de su ser real, pues este desvelamiento genuino,
más que frustrar los resultados del proceso del paciente, resulta
increíblemente favorecedor. La autenticidad en la relación interpersonal
hace más cercanas a las partes, vuelve al terapeuta más humilde al
expresar sus hipótesis o interpretaciones, ya que se crea el mensaje de
que en esta relación hay elementos que ambos desconocen, que no se está
frente a un ser superior, “sabelotodo” o autoritario, al contrario, el paciente
sentirá que está frente a una persona abierta, dispuesta sinceramente a
entenderlo más, a acompañarlo en su búsqueda.
3.2.2.2 Valentía: Peterson y Seligman (2004) entienden la valentía como el no retroceder a
causa del miedo, los cambios, las dificultades o el dolor, defender lo que es
justo a pesar de la oposición y actuar de acuerdo a las convicciones aunque
sean impopulares, incluyendo las actuaciones de valentía física.
Diversas definiciones se han elaborado desde la Psicología sobre esta
fortaleza: como una capacidad individual para realizar una tarea, superando
el miedo al percibirla como peligrosa o fatal (Lopez et al., 2003); capacidad
para actuar por una causa significativa, a pesar del miedo experimentado
(Woodward, 2004); usar los principios interiores para hacer lo correcto para
otros, a pesar de que sea peligroso para uno mismo (Sekerka & Bagozzi,
29
2007); Evans y White (1981) plantean que una conducta valiente implica
percibir el riesgo y el peligro, experimentar miedo y ansiedad, y el
despliegue de la conducta a pesar de los peligros inherentes a una
situación.
Dentro de los componentes de la valentía se encuentran los riesgos de una
situación y el enfrentar los miedos (Lopez et al., 2003). Brymer y Oades
(2009) también destacan el miedo y el riesgo como componentes de la
valentía, a partir de un estudio con deportistas extremos, que estaban
conscientes de los riesgos de su trabajo, pero que debían controlar el miedo
para tener un buen desempeño. Sekerka y Bagozzi (2007) plantean dos
tipos de valentía: moral (tomar riesgos para beneficiar a otros) y física,
mientras que Pury, Kowalski y Spearman (2007) identifican un aspecto
general y personal (sentido personal de riesgo) de la valentía. Rate y sus
colaboradores (2007) identificaron en estudiantes y aprendices de la fuerza
aérea tres dimensiones: miedo, riesgo y nobleza del propósito. Por otra
parte, se ha demostrado en un estudio realizado en personas
pertenecientes a grupos terroristas que ellas continúan sus tareas a pesar
del intenso riesgo y ansiedad a la que están expuestas (Silke, 2004).
3.2.2.3 Perseverancia: Para Peterson y Seligman (2004), la perseverancia es entendida como el
acabar lo que uno empieza, persistir en una acción a pesar de los
obstáculos, concentrarse en lo que se hace y dedicar esfuerzo a conseguir
objetivos. Tice, Wallace y Harter (2004) la conceptualizan de manera similar,
como el perseguir voluntariamente una meta sin importar las dificultades u
obstáculos.
Al principio se ha abordado esta fortaleza por parte de la Psicología desde
donde se creía que emanaba: una frustración, evento desafortunado o
trauma, pues se considera que se manifiesta a partir del esfuerzo que
prosigue para la superación de un evento desagradable. Las primeras
investigaciones sobre la frustración las encontramos en la Teoría de la
30
Indefensión Aprendida (Seligman, 1975; Bandura, 1977), posteriormente se
produjo el desarrollo de la teoría de la frustración de Amsel (1992), la cual
fue ampliada por Paul Wong (1995), y continuaría la investigación por parte
de Seligman (1998), vinculándola esta vez al Optimismo. Peterson y Park
(1998) demostrarían esta relación, al percatarse de que personas que se
sienten incapaces de aprender tras haber fallado, experimentan más
problemas para continuar con sus metas, a diferencia de aquellos que
asignan los resultados negativos a eventos inestables y generales
(McFarlin, Baumeister & Blascovich, 1984; Tice, Wallace & Harter, 2004).
Este paso de la mirada a la perseverancia más cercana a la frustración,
hacia el optimismo u otras relaciones con aspectos positivos, ha llevado a
que entonces se vean relaciones de ésta con la resiliencia (Flach, 2003), las
semejanzas saltan a la vista al pensarlas como facultades humanas que
permiten a las personas superar la adversidad con éxito, pero se diferencia,
en que se acostumbra a denominar comportamientos resilientes a aquellos
que logran que el individuo se componga luego de un profundo trauma
(concepto más clínico), y comportamientos perseverantes a aquellos
esfuerzos que las personas realizan más cotidianamente para sortear las
pequeñas dificultades. Otros conceptos relacionados con perseverancia
dentro de la Psicología comprenden motivación intrínseca (Vallerand &
Bissonnette, 1992), autocontrol (Muraven, Tice & Baumeister, 1998) y
autoeficacia (Locke, 1997).
Desde el punto de vista de los Cuatro Rasgos del Temperamento
(Cloninger, 1994), la perseverancia es concebida como un rasgo autónomo,
sin embargo, estudios posteriores (De Fruyt et al., 2000) indicaron que la
perseverancia se correlacionaba positivamente con el rasgo de
Responsabilidad presente en el modelo de Cinco Factores de Costa y
McCrae (1992).
Para una mayor profundización sobre la fortaleza de perseverancia, se
sugiere revisar el apartado correspondiente al Capital Psicológico acerca de
la dimensión de resiliencia.
31
3.2.2.4 Vitalidad: En palabras simples, esta fortaleza se define como el vivir de forma
apasionada y con energía, implicándose en lo que se hace y sintiéndose
con ánimo para hacer las cosas (Peterson & Seligman, 2004).
A esta concisa pero acertada definición se podría agregar que la vitalidad no
es sólo una fortaleza que posean algunas personas, sino que es algo que
puede enseñarse o imitarse sin gran esfuerzo según lo que la persona
perciba de los demás (Fried, 1995). A causa de ello, el entusiasmo es la
fuente misma de lo que debería ser una enseñanza de calidad.
Como expresa el texto “Aplicaciones educativas de la Psicología Positiva”
(Caruana, 2010) el tema de la vitalidad en la escuela tiene una importancia
sustancial. Los autores citados concuerdan con el mencionado
planteamiento de Claudi Alsina (s.f.) lo que nos comunica que
efectivamente en el plano educacional ambas fortalezas -amor por el
aprendizaje y vitalidad- están estrechamente entrelazadas. Caruana (2010)
también asevera que detectar y desarrollar las pasiones y el entusiasmo de
los estudiantes al servicio del aprendizaje tiene como eje central a los
docentes y su sentir respecto a su profesión. Lamentablemente,
observamos que es más común ver a profesores frustrados y sin
entusiasmo, lo que repercute directamente en los alumnos y en cómo llegan
los contenidos de enseñanza, pues tanto la pasión como el desgano tienen
la cualidad de propagarse fácilmente dentro de los grupos.
Claramente se requiere un análisis minucioso de la frustración del
profesorado para dar explicaciones y encontrar con ello soluciones más
pertinentes que consigan el disfrute tanto del docente como del estudiante
en el aula. No obstante, el libro (Caruana, 2010) previene que no es
necesario lograr que el profesor sea inmensamente alegre o expresivo para
que sea efectivamente logrado el anhelado entusiasmo, más bien con que
el docente sea capaz de disfrutar con lo que enseña y de sentirse
32
gratificado, el alumnado manifestará las virtudes de la vitalidad. Para ayudar
en aquello entrega variadas actividades que pueden servir de guía.
Cuando se consigue un espacio pedagógico colmado de vitalidad, los
autores aseguran que resulta en un incremento del aprendizaje, el cual se
vuelve más veloz, con mayor capacidad de retener información, con mayor
involucramiento en los planos afectivos y cognitivos, y se toman mejores
decisiones gracias a la mayor cantidad de información generada y
disponible.
Dentro de las organizaciones, el término engagement (Palací & Agulló,
2005) es el que más se aproxima a la fortaleza de la vitalidad. Se entiende
como un estado afectivo y sostenido en el trabajo, caracterizado por el
vigor, la alta cantidad de energía y concentración, voluntad, dedicación y
esfuerzo en cumplir una tarea asignada. Como es de suponer, un trabajador
que se encuentre de esta manera es inmensamente deseable dentro de la
organización, tanto para ella y sus intereses como para el elevado nivel de
satisfacción con el trabajo, autorrealización y plenitud que experimenta la
persona que se siente de dicho modo.
3.2.3 Humanidad:
Peterson y Seligman (2004) engloban dentro de esta virtud a aquellas
fortalezas interpersonales que incluyen acercamiento y amistad con otros.
Éstas se manifestarían a través de las siguientes fortalezas:
3.2.3.1 Bondad: La bondad es la capacidad de cuidar, hacer favores y buenas acciones para
los demás, tomando conciencia del bien común y valorarlo como si fuera
propio, relacionándose de este modo con la tolerancia y la benevolencia
(Peterson & Seligman, 2004). Dentro de la comunidad científica, se desarrolló a principios del siglo XX un
debate sobre la importancia que tienen las relaciones consanguíneas de
parentesco con respecto al altruismo en los animales y en los seres
33
humanos, logrando esclarecer el papel que cumplían aquellos vínculos en
el desarrollo de la bondad; el estudio concluyó que el altruismo sería
aquella conducta que implicaría de parte de quien la ejerza mayor entrega
que recompensas recuperables (Dugatkin, 2007). Esta orientación hacia
otras personas se explicaría por que los demás serían merecedores de
atención, sin que exista un beneficio como motivador de la conducta (Post &
McCullough, 2004).
Para Bierhoff y Klein (1980, citados en Castro, 2002), la conducta altruista
dependerá de la situación y necesariamente debe cumplir con dos
condiciones: la intención de beneficiar a otra persona y la libertad de elegir.
Por otra parte Schwartz y Howard (1981) han formulado el Modelo
Procesual del Altruismo, que plantea que una persona antes de realizar una
acción altruista pasa por tres fases previas: 1) atención, 2) motivación y 3)
evaluación. La atención se refiere al reconocimiento de la situación, la
motivación hace referencia a la construcción de una norma personal,
mientras que la evaluación valora las consecuencias previsibles que se
derivarían de la acción, tanto en términos de costos como de beneficios
potenciales. Otake y sus colaboradores (2006) definen otros tres
componentes de la bondad: motivación de ser amable, reconocer la bondad
en los demás y ejecutar comportamientos bondadosos en la vida cotidiana.
Etxebarria (2001) también propone tres conceptos para entender la bondad:
altruismo, conducta prosocial (que beneficia al prójimo) y empatía.
Simultáneamente, se han llevado a cabo diversos estudios empíricos sobre
esta fortaleza: Otake y sus colaboradores (2006) determinaron una
asociación entre la felicidad y la bondad, siendo a través de actos
bondadosos la manera en que las personas serían felices y agradecidas,
pues contribuye a las buenas relaciones sociales, promoviendo la
adaptación. Baskerville y sus colaboradores (2000) demostraron que las
mujeres responden positivamente a un acto bondadoso más que los
hombres. Dean (2012) dice que el ser bondadoso produce tres beneficios
individuales: reduce la tensión interna de ver alguien en necesidad de
34
auxilio (empatía), evita sanciones sociales o culpa personal por no ayudar y,
confiere recompensas personales y sociales (aprobación de los demás).
3.2.3.2 Amor:
Para Peterson y Seligman (2004), esta fortaleza consiste en valorar las
relaciones íntimas y profundas con los demás, y ser cercano a la gente.
Desde la literatura psicológica sobre el Amor, uno de los autores más
destacados en el ámbito de esta fortaleza es Robert J. Sternberg, con su
célebre Teoría Triangular del Amor (1986). Ésta concibe el amor en una
relación interpersonal según tres componentes: intimidad (sentimientos que
promueven el acercamiento, el vínculo y la conexión), pasión (es un estado
de intenso deseo de unión con el otro) y compromiso (es la decisión de
amar a otra persona y decidir mantener ese amor). Según Sternberg (1986),
las diferentes combinaciones que se produzcan entre estos tres elementos,
son las que explicarían los siete diferentes tipos de amor o las siete
diferentes etapas en el amor, las cuales son:
a) Cariño: no debe tomarse en un sentido trivial, ya que es el cariño íntimo
que caracteriza las verdaderas amistades en donde se siente un vínculo y
una cercanía con la otra persona, pero sin la pasión física ni compromiso a
largo plazo. Se produce cuando solamente sentimos intimidad.
b) Encaprichamiento: Es lo que comúnmente se siente como «amor a
primera vista». Sin intimidad ni compromiso, simplemente pasión. Este
amor puede desaparecer en cualquier momento.
c) Amor vacío: Existe una unión por compromiso, pero la pasión y la
intimidad han muerto. En los matrimonios por conveniencia, las relaciones
suelen comenzar con un amor vacío.
d) Amor romántico: Las parejas románticas están unidas emocional y
físicamente, mediante la pasión.
e) Amor sociable o de compañía: Se encuentra frecuentemente en
matrimonios en los que la pasión se ha ido, pero hay un gran cariño y
35
compromiso con el otro. Es más fuerte que el cariño debido al elemento
extra que es el compromiso.
f) Amor fatuo o loco: Se da en relaciones en las que el compromiso es
motivado en su mayor parte por la pasión, sin la estabilizante influencia de
la intimidad.
g). Amor consumado: Es la forma completa del amor. Representa la
relación ideal hacia la que todos quieren ir pero que aparentemente pocos
alcanzan. Sin embargo, el autor señala que mantener un amor consumado
puede ser aun más difícil que llegar a él.
Otro autor que estudia los distintos componentes para explicar el amor es
Carlos Yela, quien realiza sus trabajos sobre la Teoría Triangular del Amor
del autor ya mencionado, pero incorpora a ella ciertos matices (en los que
destaca la doble dimensión del componente pasional), que resultan en la
existencia de cuatro componentes fundamentales: compromiso, intimidad,
pasión erótica y pasión romántica, donde los matices de la pasión se
diferencian en que la primera se refiere al deseo y atracción sexual,
mientras que la pasión romántica se refiere a los deseos y necesidades
psicológicas respecto al amado (Yela, 1997).
Finalmente, en cuanto a estudios empíricos sobre esta fortaleza, resulta
pertintente citar una investigación de Fernando Maureira y Yessenia
Maureira (2012), en una muestra de estudiantes chilenos sobre la evolución
de los tres componentes del amor de Sternberg con el transcurso del
tiempo. La evaluación de los componentes del amor se realizó mediante la
versión en español del Test del Amor Triangular de Sternberg (EATS), que
consta de 45 ítems con escala tipo Likert, dividida para cada uno de los tres
componentes del amor. Dentro de los resultados que se hallaron se
encuentra que la correlación entre intimidad, pasión, compromiso y tiempo
es significativa en todos los casos, es decir, a medida que pasa el tiempo
aumentan los tres elementos, siendo el de mayor incremento el
compromiso, luego la intimidad y finalmente la pasión. En cuanto al
aumento por componente, la intimidad es el componente que muestra la
36
puntuación más alta en períodos inferiores a 6 meses, la pasión muestra la
puntuación más baja entre los tres componentes en el inicio de la relación y
el compromiso comienza siendo el componente con puntuaciones
intermedias, pero con el tiempo se vuelve el puntaje más alto. Por último, no
existirían diferencias significativas entre los resultados obtenidos por las
mujeres y los hombres, sugiriendo que ambos perciben de igual manera los
componentes del amor a medida que avanza el tiempo.
3.2.3.3 Inteligencia social:
Para Peterson y Seligman (2004), la Inteligencia Social es el conocimiento
de uno mismo y de los demás, conocer cómo actuar en las situaciones
sociales y cómo hacer que los otros se sientan bien.
En la literatura psicológica, el concepto de Inteligencia Social se encuentra
en la mayoría de las investigaciones bajo el nombre de Inteligencia
Emocional (IE), el que ha sido ampliamente desarrollado por variados
autores, dentro de los cuales los más importantes son los siguientes:
Goleman (1999b) entiende la IE como la capacidad de conocer las propias
emociones y manejarlas, motivarse a uno mismo, reconocer emociones en
otros y desarrollar relaciones interpersonales; para Bar-On (2006) la IE
abarca un conjunto de capacidades, competencias y habilidades no
cognitivas que influencian la habilidad propia de tener éxito al afrontar las
demandas y presiones del medio ambiente; para Mayer y sus
colaboradores (2001), se refiere a la habilidad para reconocer el significado
de las emociones y sus relaciones, y para razonar y resolver problemas en
base a ello; la IE también incluye emplear las emociones para realzar
actividades cognitivas (Madrid López, 2000). A pesar de las diversas
definiciones sobre el concepto, todas concuerdan en que una alta
Inteligencia emocional puede generar grandes sentimientos de bienestar
emocional, mayor optimismo y una mejor satisfacción con la vida.
Durante la última década, los investigadores han elaborado una gran
variedad de modelos distintos sobre la IE, siendo los más destacados los
37
propuestos por Mayer y sus colaboradores (2001): Modelo de las 4 ramas,
el Modelo de competencias de Goleman y el Modelo multifactorial de Bar-
On, los que se detallan a continuación:
a) Aproximaciones de Habilidades: Desde el modelo de 4 ramas de Mayer y
sus colaboradores (2001), la IE se entiende como la habilidad para atender
y percibir los sentimientos de forma apropiada y precisa, la capacidad para
asimilarlos y comprenderlos adecuadamente, y la destreza para regular y
modificar el estado de ánimo personal o el de los demás. Los autores de
este modelo plantean que la Inteligencia Emocional se divide en cuatro
áreas de habilidades:1) percibir emociones, 2) usar emociones para facilitar
el pensamiento, 3) comprensión de emociones, y 4) manejo de las
emociones.
b) Aproximaciones Mixtas: incluyen atributos personales que están más
comúnmente relacionados con la efectividad personal y el funcionamiento
social (Barret & Gross, 2001; Mayer et al., 2001).
c) Modelo de Competencias Emocionales de Goleman: considera que la IE
puede observarse cuando una persona demuestra las competencias que
constituyen la conciencia de uno mismo, autogestión, conciencia social y
habilidades sociales en momentos apropiados y con la suficiente frecuencia
para resultar eficaces en una situación (Cherniss & Goleman, 2005). En la
obra “La Inteligencia Emocional en la empresa” (1999a), Goleman explora
la función de la IE en lo profesional, afirmando que es el mejor indicador de
éxito en el lugar de trabajo. Este modelo
incluye cinco competencias, que no son talentos innatos, sino capacidades
aprendidas que se pueden trabajar a fin de lograr un desarrollo
sobresaliente:1) el conocimiento de las propias emociones, 2) la capacidad
de controlar las emociones, 3) la capacidad de motivarse a uno mismo, 4) el
reconocimiento de las emociones ajenas, y 5) el manejo de las relaciones
interpersonales.
d) Modelo Multifactorial de Bar–On: la Inteligencia Emocional y Social se
definen como un conjunto multifactorial de aptitudes emocionales,
38
personales y sociales interrelacionadas, que influyen en la capacidad
general para salir adelante con eficacia (Bar-On, 2000). Las aptitudes que
conforman aquellos tipos de inteligencia influyen directamente en el
bienestar emocional general, acuñando para esta medida el término
cociente emocional (CE) (Cherniss & Goleman, 2005). Bar-On desarrolló un
marco teórico de la IE que consiste en cinco metafactores y 15 factores, los
cuales corresponden a las escalas y subescalas del inventario del cociente
emocional: 1) Intrapersonales (autoconciencia emocional, resolución, propia
estima, desarrollo personal, independencia), 2) Interpersonales (empatía,
responsabilidad social, relaciones interpersonales), 3) Adaptabilidad
(comprobación de la realidad, flexibilidad, resolución de conflictos), 4)
Manejo del Estrés (tolerancia al estrés, control de impulsos), 5) Estado de
Ánimo y Motivación (optimismo, felicidad).
Para finalizar, cabe mencionar algunas investigaciones experimentales
sobre Inteligencia emocional en el área educativa, ya que el rendimiento
académico ha sido una de las variables más utilizadas para medir el nivel
de predicción de la IE: Fernández-Berrocal y Extremera Pacheco (2002)
probaron que los estados emocionales determinan la forma en que se
presenta la información en tareas de tipo perceptivo; Ellis y Ashbrook (1988)
y Oaksford y sus colaboradores (1996), establecieron que cuando la tarea
es muy compleja y la emoción es muy fuerte se produce un déficit durante
su ejecución; por otro lado, Lopes, Salovey y Straus (2003), mediante el
instrumento Medida de habilidad “MSCEIT” aplicado a un grupo de
estudiantes universitarios americanos, observaron que una alta IE se ligaba
con relaciones más positivas con los amigos, mejores vínculos parentales y
un menor número de conflictos e interacciones negativas con amigos
cercanos; asimismo, la IE se asocia con la disminución de conductas de
riesgo para la salud entre las que se incluyen el consumo de tabaco y
alcohol (Ruiz-Aranda et al., 2006; Senra, Pérez-González & Manzano,
2007).
39
3.2.4 Justicia:
En esta virtud se incluyen las fortalezas cívicas que persiguen una vida en
comunidad saludable (Peterson & Seligman, 2004), desplegada en las
siguientes fortalezas:
3.2.4.1 Equidad:
Esta fortaleza es entendida por los autores anteriormente mencionados
como el tratar a todo el mundo con los mismos criterios de justicia; no
permitir que los sentimientos personales interfieran en las actuaciones con
los demás y brindando oportunidades a todas las personas.
Dentro de las aproximaciones acerca de esta fortaleza, D’Elia (2003),
investigadora consultora de PNUD, intenta construir una definición amplia
de equidad, llevándola a un campo de carácter ético-normativo, contextual y
de múltiples e interrelacionadas dimensiones de acción para superar -
tomando en cuenta las complejidades que ello conlleva- las diversas formas
en que se manifiesta la iniquidad en la sociedad. Para la autora, la equidad
consistiría en hablar sobre lo que es igualmente justo para unos y otros,
donde como sociedad debemos garantizar igualdad y justicia para toda la
comunidad. Por lo tanto, no se podría hablar de equidad si no se toman sus
dos ejes: el filosófico y el político. Esta unión se traduciría en el logro de una
igualdad en las diferencias.
La Psicología Organizacional está dando cada día mayor importancia a la
creación de ambientes de trabajo que generen cualidades positivas dentro
de sus componentes (Palací & Agulló, 2005), por lo que cualidades como la
responsabilidad, el optimismo, la equidad o el compañerismo, son
estudiadas para ser acrecentadas en la Organización. En el texto de
González (2002) sobre profesionales competentes, se observa que ya no
basta con capacitar y requerir conocimientos técnicos a la hora de pensar
en los trabajadores o colaboradores óptimos en cualquier entidad. Se está
el compromiso social sean valores asociados optando entonces por una
formación que haga hincapié también en lo humanista, donde la
40
responsabilidad ciudadana y al desempeño profesional y que debidamente,
sean inculcados en todas las alternativas de formación para el mundo
laboral.
Las aplicaciones de la equidad en estos contextos han sido abordadas
fructíferamente dentro de los estudios sobre “Justicia Organizacional”
(Mladinic & Isla, 2002) donde la justicia de los procedimientos (imparcialidad
en las políticas empleadas para tomar decisiones) ha demostrado ser un
buen predictor de compromiso y desempeño organizacional, la justicia
distributiva (todos los individuos deben tener igual oportunidad de lograr una
recompensa dada) es directamente vinculada con las percepciones que se
mantienen sobre los salarios, la justicia interpersonal (percepción de la
igualdad en el trato) está fuertemente ligada con el nivel de satisfacción en
el trabajo, y la justicia informacional (lo adecuadas que son las
explicaciones luego de un determinado procedimiento) impactaría sobre los
niveles de autoestima de los grupos de trabajo.
3.2.4.2 Liderazgo:
El Liderazgo según Peterson y Seligman (2004) es entendido como la
facultad de animar al grupo para conseguir juntos los objetivos
propuestos, manteniendo simultáneamente buenas relaciones en él,
organizando actividades grupales y favoreciendo que se consigan los
objetivos comunes.
Se han otorgado diversas definiciones sobre el Liderazgo desde la
Psicología: como un proceso de influencia que afecta la interpretación que
hacen los seguidores de las situaciones (Yukl, 1994); la naturaleza del
proceso de influencia entre el líder y seguidores, estos últimos quienes
realizan atribuciones y percepciones sobre las conductas del líder
(Antonakis et al., 2004). Si bien se ha intentado consolidar una definición
sobre este concepto, Yukl (1989) sostiene que no existe hasta el momento
una definición específica y ampliamente aceptada sobre liderazgo. Por esta
41
razón, junto a Van Fleet (1992) propusieron la siguiente clasificación de
enfoques:
a). El enfoque de rasgos: esta escuela tuvo su mayor auge durante el
periodo comprendido entre los años 1920 y 1950; sin embargo, desde la
década de los 90’ hasta la actualidad ha ido resurgiendo. En este enfoque,
una persona “líder” de una “no líder” se diferencia por las características
estables propias de las personas (rasgos) (Bass, 1990). Esta aproximación
se basa en diferentes teorías de la personalidad que apuntan a la
identificación de las diferencias individuales entre las personas. A pesar de
estas particularidades, se puede caracterizar a los líderes como con altos
niveles de energía, inteligencia, intuición, capacidad de previsión y
persuasión (Castro Solano & Lupano Perugini, 2005). Según Yukl y Van
Fleet (1992), este enfoque permite ver qué persona es la indicada para un
puesto de liderazgo, pero no indica necesariamente si éste será exitoso o
no.
b). El enfoque conductual: esta escuela presentó su mayor auge entre los
años 1950 y 1960. Su análisis se centra en las conductas de los líderes y
en la relación que éstas tienen con un liderazgo efectivo. Éstos estudios se
desprenden de la Ohio State University, donde se descubrió que los
seguidores perciben la conducta de su líder en relación con dos categorías
independientes (Castro Solano & Lupano Perugini, 2005): iniciación de
estructura y consideración, los cuales hablan sobre las conductas
individuales que desarrollan los líderes ya sea enfocados en la tarea
propiamente tal o en la mejora de las relaciones del grupo. Sin embargo,
ninguna de las categorías logra abarcar los patrones de conductas
específicas que los líderes utilizan para ser efectivos en determinados
contextos (Yukl & Van Fleet, 1992), lo cual es una de las grandes falencias
de este enfoque.
c). El enfoque situacional: este enfoque lo conforma un conjunto de teorías,
las cuales se basan en la idea de que diferentes conductas pueden ser
efectivos en diferentes contextos, pero una misma conducta no es óptima
42
para todos ellos (Hersey et al., 1998). Cabe señalar que este enfoque es
visto como demasiado general, siendo difícil someterlo a pruebas empíricas
rigurosas. (Yukl & Van Fleet, 1992).
d). El enfoque carismático y transformacional: este enfoque es uno de los
más estudiados y desarrollados en la actualidad, siendo su principal
precursor Bernard M. Bass (1985), y destacándose la importancia de los
rasgos y conductas del líder al igual que las variables situacionales (Yukl &
Van Fleet, 1992).
Posteriormente, Antonakis y sus colaboradores (2004) agregarían nuevos
enfoques sobre el Liderazgo a la clasificación anteriormente mencionada:
a) Escuela de la contingencia: la conducta del líder debe adaptarse según la
calidad de la relación que exista con los seguidores, el tipo de tarea a
realizar y el grado de poder otorgado al líder (Fiedler & Garcia, 1987;
Fiedler, 1994).
b) Escuela relacional: el liderazgo implica intercambios de recompensas de
acuerdo al cumplimiento de las expectativas entre líderes y seguidores,
enfoque que ha sido útil para estudiar el ámbito informal dentro del
liderazgo (Wang et al., 2005).
c) Escuela escéptica: planteó críticas a las concepciones dominantes que
enfatizaban el papel del líder, poniendo énfasis en el rol de los seguidores
en la construcción y mantenimiento de los discursos organizacionales
(Antonakis et al., 2004).
d) Escuela de Procesamiento de Información: se centra en el estudio de los
procesos derivados de la legitimidad del líder, además de los procesos
cognitivos y emocionales subyacentes a las habilidades de aquel (Lord &
Hall, 2005).
e) Escuela del Nuevo Liderazgo (Antonakis et al., 2004): integra enfoques
como el liderazgo transformacional (capacidad de impactar a los
seguidores), carismático (relacionado con el cambio de expectativas y
motivación en los seguidores) y visionario (con un énfasis en el
establecimiento de objetivos y la motivación de los seguidores).
43
Para finalizar, en cuanto a investigaciones que se han realizado sobre el
liderazgo, se destaca la llevada a cabo por Tamara Ambrona y Belén López
Pérez (2010) desde el enfoque de la Psicología Positiva, y que pretendía
determinar las cualidades que podrían definir a un líder. Se les pidió a los
210 participantes del estudio que completasen diversas pruebas: la Escala
de Bienestar de Ryff (1989), un test sociométrico elaborado por las
investigadoras, la Escala de Felicidad de Fordyce (1986) y el Inventario de
Recursos Personales (IRP-77, Martínez de Serrano, 2007). Posteriormente,
a través del análisis de los resultados se buscaba identificar a 40 líderes y
al azar extraer 40 sujetos del grupo de “no-líderes” para poder realizar
comparaciones. Se encontró que los líderes puntúan significativamente más
alto en variables como la felicidad, inteligencia social, autocontrol, justicia y
sentido del humor, lo cual es congruente con la investigación realizada por
Zaccaro y sus colaboradores (1992, citados en Ambrona & López Pérez,
2010), que ya hablaban sobre la importancia de la inteligencia social en el
liderazgo, a partir de dos componentes: percepción social y flexibilidad del
comportamiento.
3.2.4.3 Trabajo en equipo:
Para Peterson y Seligman (2004) trabajo en equipo se define como la
capacidad de trabajar bien dentro de un equipo, ser fiel al grupo y sentirse
parte de él.
Al revisar este concepto en la literatura, se menciona constantemente la
diferencia que hay entre trabajo en equipo y grupo de trabajo. A
continuación revisaremos algunas de ellas: el significado más básico define
como equipo a un grupo de operarios organizado para determinado fin o
servicio, y al grupo como un conjunto de individuos organizados, más o
menos semejantes entre sí que a cualquier otro, perteneciente a distinto
grupo (Morales, 1995). Aunque las definiciones son muy generales, se logra
apreciar una diferencia conceptual entre ambas, puesto que un grupo de
trabajo no requiere que sus miembros tengan coordinación entre ellos, a
44
diferencia del equipo, que requiere que sus integrantes estén
comprometidos en la tarea y orientados al logro de objetivos comunes
(Flanagan, 2004; Kinlaw, 1991).
Para Katzenbach y Smith (2002), el trabajar en equipo conlleva valores,
tales como fomentar la escucha y responder constructivamente a los puntos
de vista expresados por otros, lo que ayudaría a los equipos a obtener un
mejor desempeño para su empresa, a nivel de equipo y personal; para los
autores un grupo de trabajo enfatizaría el desempeño individual de sus
miembros.
Desde una perspectiva clínica, de acuerdo a Garaigordobil (2006), el
despliegue de conductas cooperativas radicaría en una menor prevalencia
de psicopatologías, tales como depresión, ansiedad y obsesiones.
Las empresas, debido a la complejidad del mundo laboral y la creciente
innovación, se ven obligadas a generar situaciones que requieren una gama
de habilidades, altos niveles de conocimiento, respuestas rápidas y
adaptabilidad, que pueden ser desarrolladas fructíferamente por medio de
equipos de trabajo (Kozlowski & Ilgen, 2006). Las organizaciones deben
tener claros los aspectos que propician el desarrollo de equipos de trabajo:
confianza, complementariedad, coordinación, comunicación y compromiso,
siendo requisito indispensable que sus integrantes modifiquen
sustancialmente tanto la manera en que ejecutan y perciben sus labores,
así como el estilo de relaciones interpersonales que construyen con sus
colegas (Morales, 1995).
Finalmente, de acuerdo a Ballenato (2005), se estaría viviendo una crisis de
los grupos sociales, ya que las personas optan por relaciones mediadas por
aparatos tecnológicos. Es por ello que el autor plantea la importancia de
fomentar el trabajo en equipo, pero en el ámbito relacional y social, y de esa
forma potenciar la cooperación, el convivir y el compartir, no centrando el
concepto exclusivamente para el uso empresarial, en cuanto medio para
obtener rentabilidad económica.
45
3.2.5 Templanza:
Se compone por las fortalezas que protegen contra el exceso y facilitan la
expresión apropiada y moderada de los apetitos y necesidades. Ésta se
compone por:
3.2.5.1 Perdón:
Se define como olvidar el daño que otros nos han infligido, darles una
segunda oportunidad, no ser vengativo (Peterson & Seligman, 2004).
Desde el Psicoanálisis Infantil, la temática del perdón se relacionaba
fuertemente con la culpa y los sentimientos ambivalentes del niño hacia sus
primeras figuras de amor; Melanie Klein (1990/1937) en su teoría planteaba
que el niño comenzaba desde una posición esquizo-paranoide, en la que
dividía al pecho materno en uno bueno y uno malo; sin embargo, el proceso
del desarrollo lo llevaría a alcanzar la posición depresiva, donde podría dar
cuenta de la identidad entre esta figura odiada y la amada, junto al deseo
inconsciente de destruir o dañar a esta última, la culpa desarrollada ante el
hecho y la pérdida a perder el amor de aquella figura, la empatía y
finalmente el perdón, visto como reparación e intentos por restablecer el
vínculo dañado.
Otras conceptualizaciones psicológicas acerca del perdón se encuentran en
Piaget (1932) y Behn (1932), quienes analizaron la capacidad de perdonar
en relación al desarrollo del juicio moral; también, se encuentran los
estudios de consejeros psicológicos que plantearon la relación entre el
perdón y la salud mental (Angyal 1952; Beaven 1951).
A partir de la década de 1980, el enfoque puesto más en la salud que en la
enfermedad, derivó el interés en esta fortaleza por parte de diversos
psicólogos clínicos (Fitzgibons, 1986; Hope, 1987; Jampolsky, 1980). Así
también, a finales de esta década, desde la Psicología Evolutiva, se elaboró
un modelo de desarrollo sobre el perdón, en el que la etapa más primitiva
se caracteriza por que aparece sólo si el acusado ha sido castigado, una
etapa media en la que se hace posible sólo si ha mediado alguna presión
46
por parte de otros significativos y finalmente un nivel superior en el cuál el
perdón llega a ser una actitud incondicional que asegura el bienestar
personal (Enright, Santos & Al-Mabuk, 1989).
Ya en la década de 1990, varios investigadores comenzarían a estudiar los
principios subyacentes al proceso de perdonar: los estudios de Darby y
Schlenker (1992), que estuvieron dirigidos a dilucidar el papel de las
disculpas en el perdón; Subkoviak y sus colaboradores (1995) demostraron
que los adultos presentaban una mejor capacidad para perdonar que los
adolescentes, mismo resultado evidenciado en padres e hijos; o el análisis
guiado por Girard y Mullet (1997), que logró determinar la existencia de tres
posiciones en cuanto al perdonar: 1) personas que prefieren perdonar
siempre, 2) otros que lo ven como algo excepcional y 3) otros que piensan
que debe ser mediado por disculpas y con la proximidad social y afectiva
entre ofensor y ofendido. McCullough (2000), destacado exponente sobre la
gratitud, sostiene que el perdonar permitiría experimentar menos deseos de
revanchas y mayor motivación por conductas benevolentes.
Otros beneficios de cultivar el perdón por parte de las personas
comprenden: la superación de estados de ánimo depresivos (Mauger et al.,
1992) y de ansiedad (Freedman & Enright, 1996), reducción de la rabia
(Lawler-Row et al., 2008) y aparición de sentimientos de agradecimiento y
bienestar (Toussaint & Friedman, 2009).
3.2.5.2 Humildad:
Para Peterson y Seligman (2004), la humildad o modestia consiste en no
intentar ser el centro de atención y no tratarse a uno mismo como más
especial de lo que se es.
La humildad como rasgo parece ser uno de los menos estudiados dentro de
la Psicología de acuerdo a Llano (2004), quien afirma que fue
conceptualizada en varias ocasiones en relación al apocamiento,
inseguridad, timidez o alguna otra debilidad del carácter. Sin embargo,
estudios empíricos demostraron con anterioridad su importancia para el
47
liderazgo y el éxito empresarial: en una investigación llevada a cabo por
Collins y Porras (1996) se evidenció la humildad como aquel rasgo que
caracterizaba a aquellas empresas exitosas que lograron sostener este
atributo en el tiempo.
Bowlby (1973), célebre psicólogo por sus descubrimientos en torno al
apego, afirmaba que los factores que promovían un apego seguro
coincidían también con aquellos que fortalecían la humildad, al estar
fuertemente relacionados con un sentido de seguridad, aspecto crucial para
proteger a la persona de su estancamiento. Por su parte, Tangney (2002),
afirma que las siguientes características las poseería una persona modesta:
capacidad para reconocer los errores, estar abierta a nuevas ideas, poder
olvidarse de sí misma, entre otras.
No se han desarrollado medidas directas que evalúen esta fortaleza a
través de cuestionarios (Giménez, 2009), por lo que su búsqueda en la
Psicología resulta más sencilla al investigar equivalentes opuestos a la
misma, tales como el narcisismo, relacionado con la competitividad,
dominancia, hostilidad, ira e incluso con algunos beneficios como la
autoestima, esta última, que según la autora sería de un carácter arrogante
y superficial, y que se relacionaría con el auto-enaltecimiento, lo que
conllevaría dificultades en las relaciones interpersonales y una tendencia a
asumir riesgos innecesarios.
3.2.5.3 Prudencia:
Peterson y Seligman (2004) definen la prudencia como la capacidad de ser
cauto a la hora de tomar decisiones, sin asumir riesgos innecesarios, ni
diciendo o haciendo cosas de las que más tarde tener que arrepentirse.
En el plano filosófico, han sido diversas las aproximaciones a esta fortaleza:
Aristóteles (trad. 2004) entiende la prudencia como el juicio deliberado que
se realiza para elegir las maneras adecuadas para obtener la felicidad. Para
Platón (trad. 2003) la prudencia debe regular las acciones humanas, a
través del pensamiento racional. Santo Tomás de Aquino (trad. 1950)
48
denomina prudencia a un juicio orientado a una acción concreta, sirve para
discernir el bien y usar los métodos adecuados para alcanzarlo, mientras
que San Agustín (citado en Santo Tomás de Aquino, trad. 1950) la concibe
como aquella capacidad de la persona para discernir entre lo que es útil o
no para Dios, en clara alusión al amor a Dios.
Por otra parte, desde la Psicología, Rescher (1988) plantea tres elementos
que subyacen a una acción prudente: racionalidad cognitiva (lo que se cree
o acepta), racionalidad evaluativa (lo que se prefiere) y racionalidad práctica
(lo que se hará de acuerdo a las circunstancias); también el autor
mencionado destaca el componente de riesgo que hace que la persona
regule sus conductas. Para Haslam (1991), la prudencia involucra cautela,
uso del pensamiento deliberado y un equilibrio entre las metas y los deseos;
quienes poseen un alto nivel de esta fortaleza piensan sobre las
consecuencias de sus actos y controlan sus impulsos para lograr las metas
propuestas (Haslam, 2004, citado en Giménez, 2009).
Estudios empíricos han demostrado los beneficios que puede tener la
prudencia en la vida cotidiana: mayor longevidad (Friedman et al., 1995) y
un desarrollo temprano del altruismo (Thompson, Barresi & Moore, 1997).
Brown (2006) sostiene que cualquier cosa que reduzca la incertidumbre
aumentará la capacidad para tomar decisiones prudentes.
A pesar de los hallazgos anteriormente mencionados, la prudencia ha sido
una de las fortalezas del carácter con menor prevalencia en diversos
estudios realizados en adultos y adolescentes (Peterson & Seligman, 2004;
Park & Peterson, 2003).
3.2.5.4 Auto-regulación:
Para Peterson y Seligman (2004) la autorregulación consiste en regular lo
que uno siente o piensa, ser disciplinado y controlar los apetitos y
necesidades.
El concepto de autorregulación se ha entendido dentro de la Psicología
desde múltiples maneras: como la capacidad de dirigir y manejar las
49
emociones eficazmente, sin provocar respuestas desadaptativas ante
activaciones como el miedo o la rabia (Rodríguez, Russián & Moreno,
2009); capacidad individual para modificar el comportamiento según las
demandas de una situación específica (Kopp, 1982); procesos que modulan
las respuestas de una persona, en base a la aproximación, evitación y
atención de una situación específica (Rothbart & Derryberry, 1981, Rothbart
& Posner, 1985, citados en González et al., 2001); ejercer el control sobre
uno mismo por el self, para aspectos tales como pensar, sentir o
comportarse (Muraven & Baumeister, 2000).
Posteriormente, Baumeister (2002) añade elementos que favorecen una
autorregulación efectiva, dependiente de tres factores: estándares (metas o
ideales que guían un resultado deseado), monitoreo de las conductas,
capacidad de cambio (teniendo metas bien definidas para realizar las
acciones necesarias). Por otro lado, Bonano (2001), afirma que la
autorregulación emocional permitiría que las emociones se ajustaran a las
metas personales, en base a tres aspectos: regulación del control
(conductas automáticas para regular respuestas emocionales), regulación
anticipatoria (necesidades de control que se puedan presentar) y regulación
exploratoria (nuevas experiencias para regular las emociones). Otro modelo
acerca de la autorregulación propuesto por Higgins, Grant y Shah (1999),
pone énfasis a los estados emocionales que les agradan a las personas,
también de acuerdo a tres maneras: anticipación regulatoria (de emociones
futuras), referencia regulatoria (se adopta un punto negativo o positivo ante
una situación) y enfoque regulatorio (prevención, de lo peligroso y
promoción, lo que se desea). Siguiendo el modelo emocional sobre esta
fortaleza, Gross (2002) concibe más formas para auto-regularse:
seleccionar la situación (acercarse o alejarse), modificar la situación
(adaptarse para modificar el impacto emocional), despliegue atencional,
cambio cognitivo (elegir un significado de los muchos posibles) y
modulación de la respuesta.
50
Estudios empíricos demuestran las consecuencias de la autorregulación en
distintos ámbitos: tener control de los impulsos permite evitar el despliegue
de conductas agresivas ante ofensas (Rodríguez, Russián & Moreno,
2009); Tangney, Baumeister y Boone (2004) concluyeron que las personas
con altos niveles de autocontrol tienen mejor rendimiento académico,
mejores relaciones con la familia y amigos (mayor cohesión), entienden
mejor a los demás, poseen alta autoestima, menor prevalencia de
problemas con el alcohol e ingesta excesiva de comida, lo que se
relacionaría con lo observado por Hagger y sus colaboradores (2010),
donde los bajos grados de autorregulación se relacionarían con el
abandono de programas de ejercicio físico. Específicamente dentro de las
organizaciones, según Cox (2000) los supervisores con más autocontrol
son bien considerados por sus empleados.
3.2.6 Trascendencia:
Para Peterson y Seligman (2004), esta virtud está compuesta por aquellas
fortalezas que conectan con el universo más amplio y proporcionan un
significado a la vida; van más allá de la persona y la conectan con algo más
elevado y permanente: Dios, otras personas, el futuro, la evolución, lo divino
o el universo. Las fortalezas que la componen son las siguientes:
3.2.6.1 Apreciación de la belleza y la excelencia:
Esta fortaleza es entendida por Peterson y Seligman (2004) como la
capacidad para percibir y apreciar la belleza o excelencia de cualquier
faceta de la vida, desde la naturaleza al arte, pasando por las matemáticas
y la ciencia, o en relación a cualquier experiencia diaria.
Han sido diversos filósofos los que se han referido a la belleza y la
excelencia: Aristóteles (trad. 2004) decía que el fin de todas las virtudes es
la belleza; para Kant (1978/1790) apreciar la belleza de la naturaleza era
signo de un alma buena; en contraposición, Hegel (1989/1835) sostuvo que
la belleza artística estaba por sobre la natural, ya que nace de la mente del
ser humano. También dentro del pasado evolutivo del ser humano, aspectos
51
de la naturaleza cruciales para la adaptación o supervivencia fueron
percibidos como bellos (por ejemplo, el fuego, el sol, la cosecha, los
animales), y han sido varios textos sagrados los que se han referido a la
belleza y la gloria: Bhagavad-Gita, Salmos, Dhammapada, Nuevo
Testamento, Corán (Diessner, Davis & Toney, 2009).
Dentro de la Psicología, Maslow (1970) propuso la existencia de una
necesidad estética en el ser humano. Posteriormente, Costa y McCrae
(1992) en su modelo de los Cinco Factores de la personalidad incluyeron la
apertura a lo estético como un rasgo, manifestado en una profunda
apreciación del arte y la belleza, tales como la poesía y música. Fueron
Haidt y Keltner (2004) quienes combinaron la apreciación de la belleza y la
excelencia, concibiéndola como la capacidad para encontrar, reconocer y
disfrutar la existencia de bondad en el ámbito físico y social; los mismos
autores (Keltner & Haidt, 2003) también afirmaron que las personas con
mayor presencia de esta fortaleza se vuelven más prosociales y menos
preocupadas por lo material y la reputación social.
En relación a estudios empíricos sobre esta fortaleza, Park, Peterson y
Seligman (2006) observaron un aumento de esta fortaleza en las personas
que se recuperaron de graves enfermedades físicas (diabetes, cáncer,
problemas cardiovasculares) y trastornos psicológicos. So (2012) plantea
que esta fortaleza se manifiesta al contemplar eventos deportivos tales
como la gimnasia y el buceo, alabando la belleza del desempeño, o al ver
partidos de tenis de mesa, mostrando admiración por el espectáculo
realizado, por sobre las personas que resultaron triunfadoras. Desde las
neurociencias, Jacobs, Renken y Cornelissen (2012) demostraron que al
realizar juicios sobre belleza se activan áreas cerebrales tales como la
corteza frontomedial y la amígdala.
52
3.2.6.2 Gratitud:
Se define como la capacidad de ser consciente de las cosas buenas que
suceden en la vida y dar gracias por ellas, dedicando tiempo a expresarlo
(Peterson & Seligman, 2004).
Han sido diversos autores dentro de la Psicología los que han brindado
definiciones sobre la gratitud: Pruyser (1976) entiende la gratitud como el
hacer actos bondadosos, generosos, regalar algo, la belleza de dar y recibir,
o dar algo a cambio de nada, mientras que Emmons y McCullough (2003)
sostienen que la percepción de gratitud se basa en resultados personales
positivos, que se deben a las acciones de otras personas, en otras
palabras, la medida personal de gratitud será de acuerdo a lo percibido
desde el medio como digno de agradecimiento. Similar al planteamiento
anterior, Weiner (1985) sostiene que la gratitud resulta de reconocer que se
ha logrado un resultado positivo y que hay una fuente externa de donde
proviene aquel.
En cuanto a los beneficios que conlleva el desarrollo de la gratitud,
McCullough y sus colaboradores (2001) plantean que tendría funciones de
barómetro, motivador y reforzador moral, es decir, se llevarían a cabo
conductas altruistas; las personas con alta gratitud también serían
empáticas, agradables y extrovertidas (McCullough et al., 2002). Otros
efectos que puede producir la gratitud en las personas comprenden: la
promoción de la felicidad, mejoraría la experiencia individual de eventos
positivos y las redes de apoyo propias, aumentaría el optimismo, la calidad
del sueño y la disponibilidad de brindar apoyo emocional (Emmons &
McCullough, 2003). Watkins (2004, citado en Wood, Joseph & Maltby, 2008)
plantea que las personas con alta gratitud experimentan alto bienestar
subjetivo y emociones positivas intensas (felicidad, vitalidad, esperanza) y
menor cantidad de emociones negativas; bajos niveles de depresión y
estrés se relacionan con altos niveles de gratitud (McCullough et al., 2004;
Watkins et al., 2003). Las personas agradecidas aprecian la contribución de
53
otros a su felicidad y valoran los placeres simples de la vida (Watkins et al.,
2003).
3.2.6.3 Esperanza:
Es entendida por Peterson y Seligman (2004) como el esperar lo mejor del
futuro, trabajar para lograrlo y confiar en que el futuro depare prosperidad
en todos sus ámbitos.
Para diversos autores dentro de la Psicología (Scheier, Weintraub & Carver,
1986; Aspinwall & Brunhart, 1996), esta fortaleza se vincula al optimismo,
en cuanto a la resolución de problemas y la capacidad de mantener una
atención activa para afrontarlos, demostrándose incluso que creencias
optimistas acerca del futuro son capaces de proteger de la enfermedad
(Seligman & Csikszentmihalyi, 2000). A pesar de estas similitudes, ambos
constructos se diferencian en que la esperanza se enfoca en un sentido
previsto, en el que las cosas se podrán resolver de modo positivo y un
sentido crítico sobre el mismo, mientras que el optimismo no implica esto
último necesariamente (Snyder, 1994).
Desde una perspectiva histórica, la esperanza como rasgo fue desarrollada
dentro del Conductismo por French (1952), quien distinguió dos aspectos
del constructo: uno basado en la oportunidad de alcanzar satisfacciones y
otro acerca del recuerdo de satisfacciones alcanzadas anteriormente. El
primero estaría enfocado en estimular los mecanismos para realizar las
acciones que lleven a la satisfacción esperada y el segundo se resolvería
en la representación de la satisfacción deseada. Seligman y Maier (1967)
también abordaron este tema cuando experimentaban para llegar a la
Teoría de la Indefensión Aprendida (Bandura, 1977; Seligman, 1975).
En el área de la memoria, la esperanza fue estudiada en roedores mediante
el experimento del laberinto acuático de Richard Morris (1981), en el que se
sometió a dos grupos de ratas de laboratorio a nadar en acuarios en los
cuales un grupo tenía puntos de apoyo en donde podían descansar,
mientras que el otro flotaba indefinidamente, agotándose en el proceso. El
54
estudio demostró que al repetir el experimento con ambas ratas en
estanques sin apoyo, aquellas que habían encontrado puntos de apoyo se
esforzaban más y duraban más tiempo nadando que las que habían
experimentado la indefensión anterior.
Para una mayor profundización sobre esta fortaleza, se sugiere revisar el
apartado correspondiente al Capital Psicológico acerca de las dimensiones
de esperanza y optimismo.
3.2.6.4 Humor:
Es entendida por Peterson y Seligman (2004) como la tendencia a reír y
sonreír, ya sea en relación a uno mismo o a otras personas, ver el lado
cómico de la vida y hacer bromas.
Quizás la primera definición acerca del humor surgió en la Grecia Clásica a
partir del célebre médico Hipócrates, quien determinó cuatro tipos de humor
en las personas (LaHaye, 1987): sanguíneo (rubor facial, hiperactividad),
colérico (carácter violento, mal genio), melancólico (estados depresivos) y
flemático (demora en la toma de decisiones, apatía). Dentro de la
Psicología, Lieberman (1977, citado en Proyer & Ruch, 2011) concibe el
humor en base a cinco componentes: espontaneidad física, alegría
manifiesta, sentido del humor, espontaneidad social y cognitiva. Una
definición más consensuada apunta a entender este concepto como una
predisposición de personalidad que permite al individuo transformar una
situación para hacerla más agradable y entretenida (Barnett, 2007; Glynn &
Webster, 1992; Trevlas, Grammatikopoulos, Tsigilis & Zachopoulou, 2003).
Glynn y Webster (1992) conciben el humor como un constructo
multidimensional, con componentes cognitivos, afectivos y conductuales,
que se manifestarían en los adultos de las siguientes formas:
espontaneidad, expresividad, diversión, creatividad y hacer tonterías.
Distintos estudios establecen una estrecha relación entre el humor y la
alegría: los individuos alegres sienten el trabajo más ameno y mantienen
una actitud amable, despliegan actitudes innovadoras y poseen mayor
55
motivación intrínseca (Glynn & Webster, 1993). Barnett (2007) afirma que
aquellos individuos con altos niveles de humor son espontáneos,
impredecibles, llenos de energía, sociables, felices. Otras características
según Rogers y sus colaboradores (2000) de estas personas serían mayor
persistencia, flexibilidad, humor positivo y el encontrar accesible una tarea.
Carbelo y Jáuregui (2006) dicen que tener sentido del humor promueve las
relaciones interpersonales, neutraliza el estrés y promueve la salud,
mientras que Zweyer, Velker y Ruch (2004) manifiestan que la comedia
propicia mayor tolerancia al dolor subjetivo. El gran sentido del humor
también se asocia con personas más competentes socialmente, más
cercanos al prójimo y con mayor satisfacción en el ámbito interpersonal
(Cohen, Underwood & Gottlieb, 2000, citados en Carbelo & Jáuregui, 2006),
resultados similares a los encontrados por Barnett (2007).
Por otro lado, desde la Fisiología se plantean diversos beneficios en el
organismo humano generados desde el humor: su presencia en las
personas se relacionaría con una reducción de la tensión muscular, un
aumento del oxígeno en la sangre, un buen estado del sistema
cardiovascular y en un aumento de la producción de endorfinas (Fry, 1994);
las emociones positivas se relacionarían con efectos analgésicos,
protección del sistema inmune y una neutralización del efecto de emociones
negativas (Fredrickson, 1998).
3.2.6.5 Espiritualidad:
Consiste en poseer creencias fuertes y coherentes sobre la razón y
significado trascendente del universo, saber cuál es el lugar de una persona
en el orden universal, además de apoyarse en estas creencias para actuar
y sentirse reconfortado (Peterson & Seligman, 2004).
Desde un sentido histórico acerca de la espiritualidad, han existido tres
grandes escuelas de pensamiento acerca de la trascendencia (Miovic,
2004): Teísmo (existencia de Dios), Ateísmo (inexistencia de Dios),
Agnosticismo (no se ha respondido la existencia o no de Dios); la presente
56
investigación abordará la orientación teísta de la espiritualidad, ya que es la
más cercana a la planteada por Peterson y Seligman (2004), sin embargo,
como excepción se incluirá el Budismo (religión no teísta), debido a su
tradición y número de adeptos en el mundo. Sin duda que desde las
religiones más tradicionales y practicadas por gran parte de la población
mundial es de donde se ha nutrido más la espiritualidad: el Judaísmo
plantea que todos los aspectos de la existencia son manifestaciones del
Infinito, creado por Dios, y las personas deben seguir los preceptos o
Mitzvot que las acercan a esta realidad, y que son transmitidos por medio
de la Torá (Guzik, 2011); el Cristianismo dice que la espiritualidad se
alcanza cuando la persona se relaciona con Dios y su verdad (la palabra
divina), por medio de la oración y las acciones que realiza en su vida
cotidiana (Llorens, 2007); la religión islámica sostiene que todas las
acciones cotidianas deben estar de acuerdo al placer de Dios, y que los
medios para acercarse al Creador incluyen la oración, el ayuno, la caridad y
la lectura del Corán (Tzortzis, s. f. ); por último, el Budismo afirma que la
espiritualidad tiene que ver con el fin del sufrimiento a través de la
comprensión de la realidad, utilizando la sabiduría y la compasión con los
otros para lograr la liberación personal (Muesse, 2002).
En cuanto a las aproximaciones sobre la espiritualidad desde la Psicología,
Jung (1933) planteaba que perder la religión en la vida personal era
sinónimo de enfermedad y malestar, mientras que Seligman (1998)
manifestaba que tener un marco espiritual para la vida puede conllevar
beneficios para la salud y el bienestar. Esto se contrapone a la visión de
Ellis (1980), en la que las personas devotas tienden a ser inflexibles,
intolerantes y cerradas de mente, similar pensamiento al brindado por Freud
(1979/1907), quien comparaba los actos obsesivos de los neuróticos y las
prácticas religiosas de los fieles. Por otra parte, Silberman (2003) afirma
que una característica de las religiones es el establecimiento de emociones
apropiadas e inapropiadas para las personas, por lo que las creencias
religiosas tendrían efectos en el bienestar emocional.
57
Otras visiones desde el ámbito psicológico sobre esta fortaleza la entienden
como la necesidad de conectarse con algo que trasciende al self,
principalmente de naturaleza no física (Galek et al., 2005), como el lado
personal o subjetivo de la experiencia religiosa (Hill & Pargament, 2003), la
conexión de la persona con lo trascendente, el sí-mismo, los otros y la
naturaleza, y que lleva a las personas a practicar profundos valores que las
benefician a sí mismas y a los demás (De la Peña, 2012). También se
refiere a la búsqueda del significado de la vida, en base a las experiencias
de vida de uno mismo, buscando respuestas a preguntas tales como el
propósito y el significado de la vida (Chiu et al., 2004); Leder (1990, citado
en Galek et al., 2005) define tres dominios de la espiritualidad: capacidad
de comunicarse con lo sagrado, capacidad de sentirse absorbido por lo
estético de la vida, y la capacidad de dar y recibir compasión.
Dentro de los beneficios de llevar una vida espiritual se encuentran: mayor
autoestima y optimismo, crecimiento personal, sentido de un propósito,
satisfacción con la vida y contribuir con los demás de manera altruista
(Kaldor et al., 2004). Los eventos y emociones positivas pueden aumentar
la espiritualidad (Saroglou, Buxant & Tilquin, 2008); la satisfacción con la
vida podría estar influida por el compromiso religioso y espiritual (Zullig,
Ward & Horn, 2006) y la espiritualidad se asocia fuertemente con el
optimismo y conductas de voluntariado (Mofidi et al., 2007).
También se ha estudiado la espiritualidad desde el ámbito del cuidado a
pacientes con enfermedades terminales: Taylor (2003) identificó las
siguientes necesidades espirituales en pacientes con cáncer: referirse a un
gran final, positividad, esperanza y gratitud, dar y recibir amor, revisar sus
creencias, tener significado, religiosidad, prepararse para la muerte. Emblen
y Halstead (1993), también estudiando pacientes críticos identificó en ellos
aspectos religiosos (oración, trascendencia), el referirse a experiencias más
allá de la existencia, sentimientos de paz, tranquilidad, felicidad, salud, fe y
esperanza, y por último, interrogantes sobre la muerte.
58
En el área de la neuropsicología experimental (Newberg & Iversen, 2003),
se ha demostrado que las experiencias y prácticas religiosas tienen
correlatos neurales con zonas como la corteza prefrontal, tálamo, lóbulo
parietal, sistema límbico, sistema nervioso autónomo, junto con la acción de
neurotransmisores como la dopamina, serotonina y acetilcolina,
activaciones que se produjeron en monjes tibetanos y franciscanos al
momento de meditar y rezar.
Sin embargo, los autores apuntan algunas limitaciones a esta clasificación:
la primera es que “la organización jerárquica dentro de las virtudes clásicas es
sólo un modelo teórico y por lo tanto una hipótesis de trabajo para ser sometida a
verificación” (Peterson y Seligman, 2004, citados en Giménez, 2009; p.42). En
segundo lugar, consideran que pueden existir fortalezas características de una
población determinada (como los trabajadores de programas sociales de Chile) y
que no han sido incluidas en el listado al no cumplir con el criterio de ubicuidad,
pero que habría de tener en cuenta si se estudian fortalezas en esos contextos,
más aún si se aspira a generar planes de intervención en el desarrollo de las
fortalezas en los equipos de trabajo de los programas, pues las intervenciones
deben ser pertinentes y coherentes a sus particularidades. Tercero, es vital
considerar que hay fortalezas del listado que tienen un valor moral por sí mismas -
como ocurre por ejemplo con la equidad- pero otras que deben ser de algún modo
acompañadas de otras para tener un valor positivo -por ejemplo, el humor- . Por
último, es sabido que los autores manifiestan que esta clasificación está inmersa
en un proceso de construcción, y por lo mismo, no se encuentra dada como
definitiva y absoluta. Se encuentra mejor dicho, abierta a su modificación para el
logro de la solidez deseada de la consolidación (Comunicación personal con
Carmelo Vázquez, 13 de Diciembre 2012). Es por este punto, por el que podrían
aparecer nuevas fortalezas, combinarse o desaparecer algunas de las definidas, lo
cual se detallará en el apartado de las discusiones.
Pese a estas dificultades, estas virtudes presentan diferencias individuales
estables en el tiempo, tienen valor en sí mismas sin detrimento de las otras, y lo
59
más importante para los fines del instrumento: son medibles y distintivas. Los doce
criterios (Peterson & Seligman, 2004, en Giménez, 2009) que se formularon para
definir una fortaleza del carácter son los siguientes:
1.- Es necesario que la fortaleza sea ampliamente reconocida y celebrada
por las diferentes culturas.
2.- Una fortaleza debe contribuir al desarrollo de una vida plena,
satisfactoria y feliz. Las fortalezas deben explicar mejor la satisfacción del
individuo que el hecho de que no padezca ningún trastorno o desorden. Los
autores retoman la discusión filosófica sobre el significado de la plenitud,
según la cual la verdadera felicidad no estaría supeditada a los momentos
concretos de placer, sino que abarca algo más amplio relacionado con
poseer un propósito en la vida (el concepto de eudaimonia de Aristóteles).
3.- Aunque las fortalezas conllevan consecuencias positivas, cada fortaleza
es valorada moralmente en sí misma, aún cuando no es seguida de
consecuencias beneficiosas inmediatas. La fortaleza es algo más amplio
que no se limita a la consecución de un logro concreto, por eso insisten en
la importancia de que ésta sea valorada moralmente.
4.- El desarrollo de una fortaleza en una persona no disminuye el desarrollo
en otras personas.
5.- Es necesario que no exista un antónimo de la fortaleza en términos
positivos. No es difícil encontrar antónimos para la mayoría de las
características humanas, pero no siempre éstas tienen un valor claramente
positivo o negativo. En el caso de las fortalezas es necesario que exista un
término opuesto claramente negativo.
6.- Una fortaleza debe manifestarse en la conducta de un individuo
(pensamientos, sentimientos y/o acciones) de tal manera que pueda ser
evaluada, tener cierto grado de generalización en diferentes situaciones y
estabilidad a lo largo del tiempo.
60
7.- La fortaleza se distingue de otros rasgos positivos en su clasificación y
no puede ser descompuesta en otras. Por ejemplo, la tolerancia podría
considerarse una fortaleza pero puede considerarse una mezcla de
apertura a la experiencia y justicia.
8.- Es necesario que existan diferentes manifestaciones culturales de esa
fortaleza, a través de historias, canciones, poemas...
9.- Es posible encontrar las fortalezas en su forma pura o extrema, es decir,
ejemplos de personas virtuosas en alguna fortaleza.
10.- Cabe esperar la existencia de prodigios con respecto a las fortalezas.
Los autores proponen como hipótesis (tan sólo aportan algún dato
anecdótico) que, de la misma manera que se detectan niños prodigios en
algunas de las inteligencias descritas por autores como Gardner, también
puedan destacar en alguna de las fortalezas humanas. De ser cierta esta
hipótesis, podríamos extrapolar los conocimientos sobre los prodigios en
otras áreas a las fortalezas tales como el hecho de que no son
espontáneos, que se pueden describir las fases de su desarrollo y que es
necesario algún tipo de instrucción para que se consoliden.
11.- Puede haber gente que no muestre, selectivamente, alguna fortaleza.
12.- La mayoría de las sociedades ha provisto de instituciones y/o rituales
con el objetivo de cultivar fortalezas y virtudes para favorecer su práctica.
Si se cumplen con estos criterios, entonces estamos frente a lo que se
considera una “Fortaleza del Carácter”. Éstas para los autores constituyen el
principio fundamental de la condición humana y una acción coherente con ellas
representa un importante camino hacia una vida psicológica óptima.
Para Peterson y Seligman (2004) los conceptos de virtud o fortaleza no
están referidos a lo que se denomina talento, vale decir, aquellas capacidades
innatas y por tanto, no enseñables e intransferibles, sino más bien a aquellas
capacidades que pueden adquirirse a través de la voluntad, los cuales representan
rasgos positivos de la personalidad.
61
Tratando de elaborar una definición de estos conceptos, se puede afirmar
en primer lugar, que desde este enfoque el carácter es entendido como plural, es
decir, compuesto de variados elementos, que permiten que éste sea modificado y
desarrollado, y además se le debe considerar emplazado en un contexto.
Las virtudes/valores, pueden definirse como creencias duraderas, criterios
o fundamentos morales, relativamente estables, independientes de cualquier
objeto o situación específica que representan las creencias de una persona sobre
modelos ideales de conducta (Canteras, 2003). Los valores son parte de la
constitución de la persona, ya que le permiten tener una percepción sobre sí
misma, como una guía y/o una meta que regula la propia conducta. Por ende, se
relaciona con el Auto-concepto, ya que en la medida en que la persona percibe
que se está comportando de acuerdo a lo que considera competente y moral,
aumenta la percepción que tiene de sí mismo (Payá, 1997), así como su grado de
satisfacción con su actuar y posicionamiento en el mundo. Para Rokeach (1968),
los valores son creencias personales de carácter normativo que están
mediatizadas por el contexto social y que constituyen la fuerza que conduce el
comportamiento humano.
Por su parte, las fortalezas son los aspectos psicológicos que definen las
virtudes, aquellas formas identificables en las que se manifiesta una virtud, y por
último, los temas situacionales son los hábitos específicos que llevan a una
persona a manifestar una fortaleza en una situación concreta (Peterson &
Seligman, 2004).
3.2.7 Estudios empíricos sobre las Fortalezas del Carácter
El primero de los estudios que se realizó con respecto a este tema fue
llevado a cabo por Peterson y Seligman (2004), quienes desarrollaron un
instrumento para la evaluación de las virtudes y fortalezas humanas según la
clasificación del carácter de 6 virtudes y 24 fortalezas, el Values in Action Inventory
of Strengths (VIA-IS). Hay que señalar que las correspondencias entre las 6
62
virtudes y las 24 fortalezas no surgieron de la clasificación de algún análisis
estadístico realizado sobre los puntajes de las fortalezas o virtudes, sino
exclusivamente sobre bases teóricas (Comunicación personal con Carmelo
Vázquez, 13 de Diciembre 2012).
Se desarrolló un inventario para evaluar fortalezas y virtudes sobre el
carácter en cadetes del ejército argentino (Cosentino, 2009), porque se necesitaba
un instrumento en castellano, adaptado a la cultura argentina, donde los
cuestionarios de administración fueran de pocos ítems y rápidos de completar,
para lo cual se utilizaron auto-descripciones de un párrafo de longitud. A la versión
definitiva del inventario se le denominó Inventario de Virtudes y Fortalezas,
concluyéndose que es una medida adecuada para la evaluación rápida de las
fortalezas humanas según la clasificación del carácter de Peterson y Seligman
(2004).
Además, Shimai y otros investigadores (2006) probaron la aplicabilidad de
una versión traducida del VIA-IS para una muestra en Japón. Se administró la
prueba a 308 adultos jóvenes de Japón y 1099 adultos jóvenes de Estados
Unidos. Los científicos tradujeron el VIA-IS al japonés y posteriormente al inglés,
con el fin de ser examinado por los creadores originales del instrumento. Con esto
se confirmó que la versión japonesa tiene la validez del VIA-IS en confiabilidad
test-retest y consistencia interna. Curioso resultó que las diferencias entre los
adultos jóvenes japoneses y los adultos jóvenes estadounidenses se observan
sólo en cuanto a la Espiritualidad, variabilidad que los investigadores atribuyeron
al hecho de que algunos de los elementos de la prueba relacionados con aquella
fortaleza se basan en connotaciones occidentales (religiones monoteístas judeo-
cristianas). En general, Shimai y sus colegas demostraron que el VIA-IS es un
instrumento idóneo, sin embargo, los investigadores deben asegurarse de que los
reactivos de la escala no sean culturalmente sesgados hacia los conceptos
occidentales.
Por último, hay que señalar que se realizó un análisis crítico de algunos de
los fundamentos epistemológicos presentes en la obra Character Strengths and
Virtues: A handbook and classification de Peterson y Seligman (2004). Es una
63
investigación teórica, donde se aplica el criterio racional del progreso crítico de
acuerdo a la teoría propuesta por Serroni Copello (2003). En dicho análisis se
señalaron algunas debilidades epistemológicas, que generan incongruencias en
los planteamientos y conclusiones de la investigación, tales como: la ausencia de
una teoría unificada de partida, la búsqueda de objetividad ingenua, y la
superposición de paradigmas implícitos.
3.2.8 Values in Action Strengths Inventory (VIA-IS)
Dentro de los datos psicométricos que se tienen del VIA-IS, en primer lugar,
se encuentra la investigación realizada por Park, Peterson y Seligman (2004)
acerca de las fortalezas del carácter y el bienestar, donde se aplicó el instrumento
a una muestra de 150.000 adultos reclutados de los sitios web de Internet
Authentic Happiness Website y Values in Action Website. Los autores realizaron
una versión on-line del cuestionario, disponible en Internet3 a través de la cual han
conseguido obtener información de una amplia y diversa muestra (más de 175
naciones). También existe una versión española disponible en el mismo sitio web.
Los participantes que contestan la encuesta reciben automáticamente los
resultados: información sobre sus cinco mejores fortalezas. A partir de estos
resultados, no han encontrado diferencias psicométricas entre las versiones papel
y web del cuestionario (Peterson & Seligman, 2004).
Se encontró una confiabilidad (consistencia interna) de las escalas y test-
retest (intervalo de cuatro meses) superior a α=0.70. Las medias más altas se
encuentran en las subescalas de Bondad y Amor, mientras que las más bajas
corresponden a las dimensiones de Perdón, Prudencia, Humildad y
Autorregulación. Las fortalezas aparecen agrupadas en cinco factores: fortalezas
de moderación o templanza, intelectuales, interpersonales, emocionales y
teológicas.
3 http://www.psicologiapositiva.org
64
La mayoría de las fortalezas correlaciona sólidamente con satisfacción con
la vida, con la excepción de Pensamiento crítico (Park & Peterson, 2003), mientras
que las subescalas no correlacionan significativamente con el índice de
deseabilidad social de Marlon-Crowne, excepto Prudencia (r=.44) y Espiritualidad
(r=.30).
Se han realizado adaptaciones al instrumento en diversas investigaciones
(éstas se trataran más adelante en detalle, en el apartado de instrumentos
psicométricos relacionados con el VIA-IS) con el fin de que su aplicación a las
personas estudiadas sea de menor extensión de los ítems, de menor tiempo de
aplicación y pertinente al grupo etáreo o etapa del ciclo vital de la población
encuestada.
3.3 Capital Psicológico (PsyCap)
Los primeros antecedentes en torno al estudio de constructos positivos
relacionados con la psicología organizacional se remontan a una investigación
sobre conducta organizacional realizada con trabajadores de la Western Electric
Company entre 1924 y 1932, llevada a cabo por Frist Roethlisberger, quien
determinó la existencia de factores como la dinámica grupal, el estilo de
supervisión o la participación de los empleados que se relacionaban con la
presencia de actitudes positivas y un mejor desempeño en éstos (Luthans &
Youssef, 2009; McCarney et al., 2007).
Posteriormente, a fines de 1950, Frederick Herzberg desarrolló la teoría bi-
factorial sobre la motivación en el trabajo. Por un lado, la satisfacción laboral
radicaba en el contenido del trabajo (responsabilidades, oportunidades de
crecimiento), mientras que el estado de insatisfacción se explicaba en factores
contextuales tales como los salarios y las condiciones laborales (Herzberg,
Mausner & Snyderman, 1959).
También durante la primera y segunda mitad del siglo XX se daría
relevancia a la motivación dentro del ámbito organizacional con los aportes de
65
Abraham Maslow (1943) y su jerarquía de necesidades (fisiológicas, de seguridad,
amor, estima, auto-actualización), además de la teoría Y de la motivación
elaborada por McGregor (1960, citado en Chiavenato, 2000). Esta última
postulaba que las personas tienen motivación básica, capacidad de desarrollo y
para asumir responsabilidades, siendo el objetivo de la Administración de
Recursos Humanos crear oportunidades y ayudar al crecimiento de los
trabajadores.
A pesar de que se continuaron investigando constructos negativos
relacionados al ámbito de trabajo (bajo compromiso organizacional, estrés,
discriminación, liderazgo disfuncional, entre otros), los resultados de las
investigaciones sobre características positivas y los desarrollos teóricos ya
mencionados posibilitaron el surgimiento de nuevas aplicaciones en psicología
laboral y conducta organizacional, que incrementaron la productividad y actitudes
positivas en los trabajadores (Luthans & Youssef, 2009).
Surgiría en el siglo XXI el enfoque denominado Positive Organizational
Scholarship (Cameron & Caza, 2004), cuyo principal objetivo consistía en
aumentar la comprensión de los estados, resultados y dinámicas óptimas laborales
que posibilitan el desarrollo humano en la empresa (por ejemplo, virtuosidad
organizacional). Cabe también destacar los aportes de la Organización Gallup en
torno al desarrollo de talentos y fortalezas en los empleados para facilitar su
bienestar y satisfacción personal, lo que radicaría en mayor productividad de las
compañías y satisfacción de los clientes (Harter, Schmidt & Keyes, 2002).
El origen del constructo de Capital Psicológico se encuentra en el enfoque
denominado Conducta Organizacional Positiva (Positive Organizational Behavior,
POB en inglés), desarrollado por Fred Luthans desde el campo de la Psicología
Positiva. Se define como el estudio y aplicación de las capacidades psicológicas y
fortalezas de los recursos humanos orientadas positivamente, que pueden ser
medidas, desarrolladas y gestionadas de manera efectiva para mejorar el
desempeño en el lugar de trabajo (Luthans, 2002b, citado en Luthans & Youssef,
2009). El autor estableció dos criterios para incluir a las capacidades psicológicas
66
dentro de la POB: que tengan fundamento teórico y que sean susceptibles de
mediciones válidas.
Además, estas capacidades debían ser estados psicológicos maleables y
abiertos al desarrollo y relacionadas con el desempeño en el ámbito de las
organizaciones, por lo que se incluyeron de acuerdo a los criterios señalados
cuatro capacidades psicológicas desde múltiples teorías: Autoeficacia, Esperanza,
Optimismo y Resiliencia. Los principales objetivos comprendían desarrollar la
teoría de la POB, a través de la investigación científica y la aplicación de los
conceptos en distintas situaciones experimentales (Luthans, 2002a, Luthans,
Youssef & Avolio, 2007a, 2007b, citados en Luthans & Youssef, 2009).
De esta manera surgió el concepto de “Capital Psicológico”, que alude a un
estado psicológico positivo de desarrollo que se caracteriza por tener confianza
para tener éxito en tareas desafiantes (autoeficacia), realizar atribuciones positivas
sobre el presente y futuro (optimismo), perseverar para lograr las metas
(esperanza) y superar la adversidad para tener éxito (resiliencia) (Luthans, Avolio
& Youssef, 2007).
Resulta interesante que para los autores mencionados estos factores son
posibles de entrenar en todas las personas, y por lo tanto, pueden formar sin
problemas parte de programas de formación, capacitación y desarrollo de las
organizaciones y/o empresas para sus equipos humanos de trabajo.
Debido a su naturaleza teórica, el Capital Psicológico se encuentra en la
categoría de “estado psicológico”, que engloba constructos relativamente
maleables y abiertos al desarrollo (Luthans, Avolio, Avey & Norman, 2007). Esto se
contrapone a otras conceptualizaciones teóricas que abordan constructos
psicológicos: estados positivos (sentimientos como el placer y la felicidad), rasgos
psicológicos (virtudes y fortalezas del carácter) y rasgos positivos (inteligencia,
talentos), estos dos últimos relativamente estables y difíciles de cambiar. Lo
anterior sustentaría la hipótesis de que los cuatro constructos que subyacen al
capital psicológico pueden ser desarrollados por medio de intervenciones dirigidas
(Luthans et al., 2006).
67
Los componentes del capital psicológico funcionarían con un efecto de
sinergia, es decir, a través de sus interacciones darían forma a este concepto de
orden superior, principalmente en términos de procesos comunes que subyacen a
la motivación y la conducta. Esto ha sido sustentado en diversos estudios que si
bien señalan la existencia de validez discriminante de cada componente cuando
se compara con otro, también existen datos que apoyan la existencia de un
constructo global más significativo que sus dimensiones por separado (Luthans et
al., 2005, citados en Luthans, Avolio, Avey & Norman, 2007).
A continuación se exponen cada una de estas dimensiones del Capital
Psicológico:
3.3.1 Autoeficacia
El concepto de autoeficacia se enmarca dentro de la Teoría Cognitiva
Psicosocial, que concibe a la persona como capaz de influir en los
acontecimientos que tienen lugar durante su vida, y no sólo como un conjunto de
mecanismos cerebrales que responde pasivamente a los estímulos ambientales;
sistemas como el sensorial, motor y cerebral constituyen recursos que permiten
lograr las actividades y metas que le brindan significado a la vida del ser humano
(Bandura, 1999; 2001).
Bandura (1998), principal representante de esta corriente teórica, define la
autoeficacia como las creencias de una persona acerca de sus capacidades para
organizar y ejecutar las acciones necesarias para alcanzar logros o metas
determinadas. El nivel de autoeficacia radicará en el grado de esfuerzo y
perseverancia ante una tarea, la resiliencia a las adversidades y la vulnerabilidad
al estrés y estados depresivos (Bandura, 2001; Bandura & Adams, 1977).
También hace alusión a contar con la suficiente confianza para poner el
esfuerzo necesario en alguna tarea y tener el éxito esperado. Se moviliza la
motivación, recursos cognitivos y cursos de acción necesarios para ejecutar
correctamente una tarea específica (Stajkovic & Luthans, 1998, citados en
Luthans, Avolio, Avey & Norman, 2007).
68
3.3.1.1 Procesos subyacentes a la autoeficacia
Existen distintos procesos a la base de las creencias de autoeficacia,
relacionados con las acciones dirigidas hacia el logro de una meta u objetivo:
cognitivos, motivacionales, afectivos y de selección (Bandura, 1998).
En cuanto a los procesos cognitivos, las estimaciones de las capacidades
del individuo se relacionan directamente con el logro de objetivos, por lo que se
evitarán conductas que se perciban como imposibles, a diferencia de aquellas que
se crean capaces de realizar. Una persona con elevada autoeficacia percibirá los
escenarios de manera positiva, desarrollará múltiples actividades, y tendrá un afán
de crecer y dominar un mayor número de situaciones y acciones (Bandura, 1991;
2000a). Además existe una alta orientación a la tarea y un buen pensamiento
analítico para resolver un problema, por ejemplo, al discernir la naturaleza y forma
en la que diversos factores se combinan para producir resultados (Bandura, 1999).
En segundo lugar, las creencias de autoeficacia determinan el nivel de
motivación (procesos motivacionales), lo que se materializa en la cantidad de
esfuerzo y perseverancia que muestran en las tareas y el tiempo que persistirán,
sobre todo ante la aparición de obstáculos difíciles de superar (Bandura, 1998). La
capacidad de logro requiere un sentido optimista de la eficacia personal, en
especial ante situaciones que exceden las propias capacidades, impulsando a la
persona a realizar tareas que constituyen un reto para ella y que le proporcionen la
motivación necesaria para el desarrollo progresivo de sus capacidades. Las
creencias de autoeficacia influyen sobre las atribuciones causales (Alden, 1986;
Grove, 1993; McAuley, 1991), por lo que una alta autoeficacia relacionará el
fracaso al esfuerzo insuficiente o a las condiciones externas adversas, mientras
que las personas que se consideran ineficaces atribuyen su fracaso a su escasa
habilidad o dominio de la conducta a desarrollar (Bandura, 1999).
El grado de autoeficacia percibido también se relaciona con las emociones
(procesos afectivos) experimentadas por los seres humanos, por lo que la
imposibilidad de manejar situaciones complejas hace que se perciba el entorno
como amenazante, llevando a la excesiva meditación sobre las deficiencias
69
personales, con lo que se produce un nivel de desánimo que afecta negativamente
su funcionamiento (Lazarus & Folkman, 1984). Beck junto a sus colaboradores
(1979), plantearon que los esquemas cognitivos (estructuras de pensamiento) de
los pacientes depresivos eran el origen de su malestar, ya que se producían
errores en el procesamiento de la información (distorsiones cognitivas)
proveniente del mundo real, sin utilizar la lógica ni la comprobación de hipótesis,
causando emociones negativas en la persona. Por otro lado, aquellas personas
capaces de relajarse, dedicarse a actividades interesantes, calmarse y apoyarse
en amigos y la familia encuentran los estados emocionales displacenteros menos
estresantes (Arch, 1992).
Las actividades y entornos que escojan los individuos estarán determinados
por el nivel de autoeficacia, que en el caso de ser bajo producirá la evitación
aquellas tareas y situaciones difíciles que la persona crea que excede sus
capacidades (procesos de selección y elección de conductas), existiendo una
disminución de las aspiraciones y un mayor énfasis a nivel de pensamiento en las
deficiencias, obstáculos y resultados adversos, abandonando rápidamente la tarea
y una dificultad para recuperar la eficacia producto del fracaso (Bandura, 1998;
1999).
Por otro lado, una alta autoeficacia hará que se enfoquen las situaciones
difíciles como retos, lo cual aumentará el interés y la implicación en las actividades
a realizar. Se asume un gran compromiso, manteniendo el esfuerzo ante las
situaciones más complejas y atribuyendo los fracasos a la falta de esfuerzo más
que a una falta de habilidad (Bandura, 1993).
3.3.1.2 Estrategias para mejorar la autoeficacia
Existen una serie de estrategias dirigidas a mejorar la autoeficacia en las
personas, específicamente a desarrollar las creencias relacionadas con aquel
concepto (Bandura, 1977; 1989): logros de ejecución, experiencia vicaria,
persuasión verbal y estado fisiológico.
La estrategia de logros de ejecución tiende a aumentar el grado de
autoeficacia a través de la observación y vivencia de los éxitos pasados
70
relacionados con la consecución de objetivos o metas (también llamadas
experiencias de maestría personal), mientras que el fracaso en los mismos genera
el efecto contrario (Bandura, Adams & Beyer, 1977). Al experimentar éxitos sin
mucho esfuerzo se esperarán resultados rápidos y existirá un desánimo ante el
fracaso, mientras que la superación de grandes obstáculos en base al esfuerzo
perseverante radicará en un sentido resiliente de autoeficacia (Bandura, 1995).
Relacionada con los logros de ejecución, la Teoría del Establecimiento de Metas
(Locke, Shaw, Saari & Latham, 1981) postula que el individuo, al definir y asumir
objetivos, puede orientar su comportamiento hacia la consecución de los mismos,
con lo que se producen una serie de efectos positivos: se priorizan los aspectos
importantes de la tarea, se mejoran destrezas específicas, aumenta el esfuerzo y
la persistencia, y se fomenta el desarrollo de nuevas estrategias de aprendizaje.
De acuerdo a Lunenburg (2011), los gerentes o supervisores pueden estimular los
niveles de autoeficacia de sus trabajadores proveyendo misiones desafiantes,
coaching y desarrollo profesional, establecimiento de objetivos, recompensas por
mejoras en el desempeño, entre otras.
Puede ser un factor preponderante en el desarrollo de la autoeficacia el ver
e imaginar a otras personas con características similares a uno mismo
desempeñándose con éxito en ciertas situaciones (experiencia vicaria), sobre todo
si la experiencia previa es escasa, si el modelo resulta atractivo para alcanzar
determinados retos, y si la persona tiene características similares en términos de
ejecución como personales (Bandura, 1989; Lunenburg, 2011). Asimismo, el
observar un modelo que realiza una tarea desafiante sin resultados adversos
puede provocar expectativas en la persona que la impulsará a mejorar si
intensifica y persiste en sus esfuerzos (Bandura, 1977).
La persuasión verbal se utiliza para inducir la creencia de que una persona
posee la capacidad suficiente para conseguir aquello que desea, por lo que tiende
a realizar más esfuerzo y a sostenerlo que cuando duda de sí misma (Litt 1988;
Schunk, 1989). Esta técnica tendrá mayor efectividad si las valoraciones están
dentro de los límites de la realidad (Bandura, 1995) y si el persuasor goza de la
71
suficiente calidad, confianza, credibilidad y prestigio (Bandura, 1989; Rozalén
Castillo, 2009).
El cuarto tipo de estrategia para mejorar la autoeficacia (estado fisiológico)
está relacionado con los estilos de la persona para afrontar los resultados
obtenidos de una situación determinada: orientación hacia el dominio y orientación
hacia la indefensión. El primero asocia el éxito con el grado de esfuerzo puesto en
la tarea, mientras que el segundo tiende a percibir los logros producto de la
facilidad de la actividad y los fracasos como incapacidades o falta de habilidades
personales (Bandura & Adams, 1977; Seligman, 1991).
Un estilo como el de orientación hacia el dominio favorece el estado físico
apropiado de la persona, reduciendo el estrés y las emociones negativas y
corrigiendo las falsas interpretaciones de los estados orgánicos. La alta
autoeficacia se correlaciona con un menor nivel de estrés y ansiedad, siendo la
percepción de fracaso responsable de una serie de activaciones fisiológicas tales
como la fatiga y dolores, que disminuyen la eficacia física (Bandura, 1998).
3.3.1.3 La autoeficacia en el ámbito de las organizaciones
La autoeficacia no sólo se restringe a la esfera individual: se han llevado a
cabo diversas investigaciones que la sitúan dentro de contextos más amplios
como lo son el trabajo y las organizaciones. En términos aplicados al lugar de
trabajo, la autoeficacia se define como la convicción o confianza del trabajador
acerca de sus capacidades para movilizar la motivación, recursos cognitivos o
cursos de acción necesarios para ejecutar con éxito una tarea específica (Stajkovic
& Luthans, 1998b, citados en Luthans, Avolio, Avey & Norman, 2007).
Los trabajadores que se integran a una organización reciben en ocasiones
capacitaciones que les permiten prepararlos para los nuevos puestos que
desempeñarán, por lo que aquellos con mayor autoeficacia prefieren aquellos
programas que les permitan innovar en su trabajo mediante la adición de nuevos
elementos y funciones a sus cargos futuros (Bandura, 2000a). Otros beneficios
para las organizaciones de aquellos empleados con grandes niveles de
72
autoeficacia incluyen mayor generación de ideas para mejorar procesos
productivos (Speirer & Frese, 1997), mayor bienestar emocional, satisfacción y
aumento de la productividad en los trabajadores (Saks, 1994; 1995), asunción de
nuevas funciones y un rol proactivo en el ámbito de trabajo (Parker, 1998).
Altos niveles de confianza y eficacia se relacionan con un alto desempeño
(Stajkovic & Luthans, 1998; Avey, Wernsing & Luthans, 2008) y una alta tasa de
retención de trabajadores por parte de las empresas. La posibilidad de tener éxito
en una actividad, la capacidad de aprender de los éxitos y fracasos de otros e
imitar sus experiencias exitosas, junto con la retroalimentación positiva por parte
de los pares constituyen situaciones que aumentan la autoeficacia (Luthans, Avolio
& Youssef, 2007).
El grado de confianza y eficacia personal se relaciona con el éxito de los
grandes ejecutivos o empresarios, puesto que aquellos con mayor autoeficacia se
enfocarán en las oportunidades que surgen del mercado, mientras que aquellos
con menor autoeficacia priorizarán la minimización de los riesgos (Kreuger &
Dickson, 1993, 1994, citados en Bandura, 2000a). De esa forma, aquellos líderes
cuyas compañías experimentan un mayor crecimiento se caracterizan por tener
una visión clara de lo que desean lograr, una creencia en su eficacia para alcanzar
objetivos desafiantes, principalmente a través de la innovación en los procesos
productivos y las estrategias de marketing (Baum, 1994).
Como se mencionó en el apartado acerca de los efectos fisiológicos de las
creencias de la autoeficacia, la naturaleza del trabajo a realizar por parte de la
persona puede traer consecuencias dependiendo del grado existente del
concepto: habrá mayor estrés fisiológico al percibir sobrecargas en el trabajo que
excedan las capacidades personales (Jex & Bliese, 1999), estrés cardiovascular
en quienes no se sientan capaces de manejar simultáneamente distintos aspectos
del trabajo (Schaubroeck & Merritt, 1997) y aumento en la aparición de burnout en
personas con baja autoeficacia al ser sometidas a tareas que son percibidas como
estresantes y difíciles de afrontar (Leiter, 1992).
Debido al contexto actual en las organizaciones, caracterizado por el
aumento de equipos de trabajo, surge el concepto de eficacia colectiva (Bandura,
73
1999), definido como la creencia compartida de un grupo en sus capacidades
globales para organizar y ejecutar los cursos de acción requeridos para lograr un
objetivo; mientras más fuertes sean las creencias de sus integrantes sobre las
capacidades colectivas, existe una mayor probabilidad de que logren las metas
planteadas. Bandura (2000b), en una investigación sobre eficacia colectiva llevada
a cabo en distintos sistemas sociales (sistemas educativos, organizaciones de
negocios, equipos deportivos y de combate, vecindarios y grupos de acción
política) demostró que las aspiraciones del grupo y la motivación puestas en un
proyecto, además de la capacidad para superar obstáculos y el estrés eran
responsables del logro de metas por parte de los miembros de un equipo de
trabajo.
Un equipo efectivo es definido como dos o más personas que interactúan
entre sí y se influyen mutuamente para lograr metas, prestando atención a la
consecución de las mismas y las necesidades de sus miembros (Manhas &
Bakhshi, 2011). Algunas características de estos equipos comprenden compartir
metas comunes, comunicación abierta y honesta, sentido de pertenencia, fomentar
la creatividad y toma de riesgos, práctica del mejoramiento continuo, entre otras.
La efectividad de esta clase de equipos depende de la adecuada mezcla de
habilidades entre sus miembros, el grado de motivación, la capacidad para
resolver conflictos sin afectar la calidad del proyecto, estar consciente del impacto
de los resultados del equipo en quienes reciben, usan o revisan el producto
(Sundstrom, 1999), el grado en el que las decisiones mejoran el desempeño
organizacional, compromiso en implementar las decisiones e interés en trabajar en
el futuro dentro del equipo, el modo en que el proceso compatibiliza el crecimiento
y satisfacción de sus miembros (Hackman, 1987). Lo anterior permite un
afianzamiento de sus integrantes de acuerdo a los resultados obtenidos, el
desarrollo de la efectividad del equipo y el aumento de la motivación, además de
satisfacción por el trabajo y compromiso con la organización (Lindsley, Mathieu,
Heffner, & Bass, 1994; Little & Madigan, 1994).
Para mejorar la eficacia de los equipos de trabajo, se requiere de la
presencia de un líder transformacional, capaz de transmitir al resto de los
74
trabajadores que a través de un esfuerzo conjunto se puede lograr una meta
(Luthans, Avolio & Youssef, 2007), gracias a la creación de un clima organizacional
donde encajan las necesidades mentales, emocionales y sociales (Manhas &
Bakhshi, 2011). Este líder para ser efectivo requiere de un alto nivel de
autoeficacia, aspecto relacionado con el logro de objetivos organizacionales, y la
dirección de grupos e individuos en situaciones estresantes (Bass, Avolio, Jung &
Berson, 2003, citados en Luthans, Avolio & Youssef, 2007; Hoyt, 2005; Luthans,
Avolio & Youssef, 2007).
3.3.2 Esperanza
3.3.2.1 El concepto de Esperanza desde múltiples disciplinas
El concepto de esperanza ha sido estudiado desde variados campos: Como
es de suponer, la filosofía y la religión lo han abordado de manera especial y
desde antaño, pero más recientemente la psicología e incluso la psiquiatría
genética han realizado aportes desde sus múltiples subdiciplinas.
La filosofía moderna y antigua ha propuesto que la esperanza es parte
constitutiva de los seres humanos en su calidad de seres finitos abrumados por la
soledad, el dolor y el sufrimiento; según Diógenes Laercio (trad. 2007), Aristóteles
planteaba que la esperanza es el sueño del hombre despierto. Kant (2000/1800)
se preguntaba ¿Qué me está permitido esperar? Y cómo él, desde tiempos
remotos el cuestionamiento del hombre sobre el sentido de la existencia, ha
elevando las más profundas creencias trascendentes. En el fondo, esta pregunta
constituye la apertura hacia lo supra-sensible, que permite flanquear los límites de
nuestra finitud, la duda ante la nada, o en palabras de Ricoeur (1969, citado en
García-Monge, 2010, p.20) “la libertad real no puede brotar más que como
esperanza”. Esperanza que entendida de este modo se vuelve virtud, fuerza
motora, energía misma de la vida que es digna de llamarse de ese modo, pues en
su gracia se encuentra sentido y sustento, y en su uso el hombre comprende y
gestiona su voluntad. Como expresa el Diccionario de la Real Academia Española
en su 22° edición (2001), la esperanza es el estado de ánimo en el cual se nos
presenta como posible lo que deseamos.
75
Por su parte, la teología católica, ha ubicado a la esperanza dentro de las
llamadas virtudes teologales junto con la fe y la caridad. Así, las ordena como
complemento de las virtudes infusas y cardinales. Donde la esperanza se
configura como la virtud por la que se espera que Dios otorgue los bienes que a
sus fieles les ha prometido (Ratzinger & Schönborn, 1995)
Las ciencias, en este caso la medicina, específicamente en sus campos de
de la genética y psiquiatría, ha visto crecer de sobre manera en la actualidad el
interés y la investigación en estas áreas. Sin embargo, se aprecia una especie de
disputa, como la que narra Silvio Bolaños en su artículo sobre la Genética de la
Esperanza (2003) entre quienes comprenden la enfermedad mental y las demás
manifestaciones psíquicas, emocionales y espirituales sanas -como la esperanza o
la resiliencia- a partir de una etiología fundada absolutamente en la herencia
genética, o en las variables ambientales, o quienes apuestan por las etiologías
mixtas que toman algo de ambas. Es por ello entonces que se han encaminado
experimentos para alcanzar el origen genético de la esperanza y conocer
entonces si es posible determinar a partir de la herencia genética si un individuo
manifestará o no esta característica en su vida. Esta tarea resulta parecida a la
que ya han desarrollado en torno a la agresividad y la conducta violenta Cadoret,
Leve y Devor (1997, citados en Bolaños, 2003), la conducta suicida Roy, Rylander
y Sarchiapone (1997, citados en Bolaños, 2003), entre otras. Frente a esta
disputa, ya hemos mencionado que la Psicología Positiva menciona que
cualquiera de las fortalezas o componentes del capital psicológico puede ser
potenciado a través de intervenciones positivas, por lo tanto, no comparten la
posición como la expuesta donde prima la determinación genética.
3.3.2.2 La Esperanza vista desde la Psicología
En otro ámbito del saber, un connotado personaje de la Psicología, como
Erich Fromm, ha dedicado textos completos para instalar la esperanza como
unidad de análisis. Reveladora del pensamiento de este destacado psicoanalista,
psicólogo social y filósofo humanista nos resulta este extracto:
76
“¿Se tiene esperanza cuando el objeto de ésta no es una cosa sino una
vida plena, un estado de mayor vivacidad, una liberación del entorno hastío,
o cuando se persigue, para usar un término teológico, la salvación, o
empleando uno político, la revolución? A esta clase de expectación, en
verdad, podría llamársele esperanza, pero no debe hacerse así si posee la
cualidad de la pasividad y de la espera, a menos que se quiera hacer de la
esperanza, en efecto, una envoltura para la resignación, una mera
ideología”. (Fromm, 1968, p.7)
Aquí apreciamos una visión de la esperanza como una activación positiva,
un vehículo de la acción que lo mueve desde el pensamiento en un futuro mejor.
No vincula la esperanza con la espera pasiva, sentada pensando en que las cosas
cambien, más bien, es una esperanza que lleva al hacer, a la creencia profunda de
si espero que las cosas sean distintas y más plenas, debo activarme para que así
sea.
Psicología más contemporánea y humanista ve la Psicoterapia como el
encuentro de dos esperanzas: la del paciente y la del terapeuta (García-Monge,
2010) donde la trasmisión de esperanza se convierte luego en una de las más
importantes misiones como seres humanos y especialmente como profesionales
clínicos en atención de salud mental. Para esta perspectiva, el objetivo no es
engañar ni ilusionar al paciente en las materias relacionadas con su problema
provocando que se repliegue a un mundo de fantasías. Más bien, busca que el
paciente apoyado en la esperanza, se conecte con todas las dimensiones que se
abren al conceptualizar el problema desde la apertura. Dicho de otro modo, en las
sabias palabras de García-Monge “La desesperanza se basa en lo que sabemos,
que es poco y casi nada. La esperanza en cambio, se basa en lo que no sabemos,
que es todo o casi todo” (2010, p. 27).
3.3.2.3 La Esperanza en la Psicología Positiva
77
Martin Seligman (1991) considera que si hablamos de esperanza, las
personas caeríamos básicamente en dos tipologías dadas por nuestro estilo de
atribución causal frente a los reveses de la vida: el estilo optimista y el estilo
pesimista.
Este connotado psicólogo observó que las personas optimistas tienden a
guardar sentimientos de esperanza y conductas perseverantes, quererse más a sí
mismas y obtener mejores resultados en lo que se proponían en la vida. Por el
contrario, las personas pesimistas tienden a pensar y actuar de la manera opuesta
y a obtener los resultados menos favorables. Este planteamiento tiene su asidero
en la Teoría de la Indefensión Aprendida (Seligman, 1975) la cual señala que el
ser humano e incluso algunos tipos de animales, aprenden a comportarse de un
modo sumamente pasivo, que los lleva a privarse de la creación de cualquier
situación más favorable inclusive si hay oportunidades al alcance, cuando se
encuentran en estados de depresión clínica y sostienen una percepción de
ausencia de control sobre sus propias vidas, estando entonces al antojo del
entorno. Este tipo de comportamiento acarrea consecuencias negativas para el
individuo, pudiendo ocasionar en los casos más graves, la muerte súbita. Sin
embargo, el autor destaca que las personas sumidas en este estado pueden
desaprender la indefensión y volver a tomar las riendas de su vida. Además, nos
ofrece explicaciones, señalando que cuando el individuo es sometido a situaciones
-mientras más tempranamente sea dentro de su ciclo vital, peor es- altamente
hostiles y de escasa protección, en donde se le manifieste fuertemente la idea de
que no tiene opción de reaccionar o huir (como sucede en los tipos de apegos
disfuncionales), termina aprendiendo a ser desvalido y cristalizar creencias que lo
reproduzcan, a menos que las desaprenda como se mencionó anteriormente. Las
principales tendencias de las personas que se encuentran con desamparo
aprendido suelen ser darse por vencidas, no ofrecer resistencia a las adversidades
y no asumir sus responsabilidades frente al cambio de sus vidas.
Como es de suponer, la indefensión aprendida se encuentra estrechamente
relacionada con el estilo pesimista.
78
Además, Seligman (1991) entrega tres dimensiones que configuran luego
los estilos atribucionales; 1) Permanencia, es decir, ella duración que tienen dentro
de la vida de las personas los eventos dichosos o desafortunados, siendo sus
polos Siempre-Nunca; 2) Penetración, es decir, qué cantidad de esferas de la vida
de la persona se ven afectadas por las circunstancias de ésta y si esta invasión es
global o específica, en el discurso se desprende desde el empleo de los extremos
del Todo-Nada; y 3) Personalización, comprendida como la asignación de causas
internas o externas a los diversos acontecimientos de la vida. Esta dimensión está
relacionada con el grado de control que la persona percibe de su vida y su
autoestima.
Se desprende entonces, que a pesar de que todas las personas pasan por
buenos y malos momentos, las personas con indefensión aprendida y estilo
pesimista, tenderán a sobrellevar los malos episodios con baja esperanza,
viéndolo como una situación más que llega a confirmar su creencia de desamparo
y mala suerte. La certidumbre no obstante, que nos otorga la Psicología Positiva
de Seligman (1991) es que incluso para aquellos que no guardan para sí mismos
esperanza, hay esperanza.
3.3.2.4 La Esperanza en las Organizaciones y la utilidad de su medición a través del instrumento psicométrico PCQ
Desde el campo específico en que una prueba como el Psychological Capital Questionnary (PCQ) se plantea -la Psicología Organizacional- podemos
apreciar que el concepto de esperanza no resulta ajeno a las tendencias actuales,
donde cada día con mayor auge se hace plausible la investigación de nuevos
tópicos; optimismo, resiliencia, creatividad, entre otros, que vienen a
complementarse con los ya clásicos eficiencia, productividad o control.
El texto de Hellriegel y Slocum (2009) ya nos da indicios de aquello en su
capítulo: “Actitudes clave relacionadas con el trabajo: esperanza, satisfacción
laboral y compromiso con la organización”. La esperanza es entendida como la
fuerza de voluntad mental de la persona (su determinación) y la fuerza de sus
79
medios (mapa de rutas) para alcanzar metas. Por lo tanto, para estos autores no
basta con que el individuo desee que ocurra un cambio positivo en el trabajo, sino
que además, la persona debe contar con los medios para concretarlo. Entonces,
su idea es que la Esperanza en el entorno laboral es la suma de la fuerza de
voluntad del trabajador y la fuerza que le brinden los medios para que alcance sus
metas.
El potencial que despliega la noción de estos autores reside en que puede
ser aplicado en muchas tareas dentro de los diversos tipos de trabajos. En
términos generales, los trabajadores que gozan de una elevada esperanza,
disfrutan con las grandes metas y responsabilidades, pero las asumen de manera
realista, sin caer en la acusación típica que los más esperanzados son los más
ilusos. Por ende, lógicamente, las personas con esperanzas se comprometen con
los resultados positivos y se alejan de los resultados negativos.
En oposición, la persona que tiene poca esperanza, se distrae muy pronto
de lo que se considera relevante para la tarea y divaga en sus creencias
pesimistas. Por lo mismo, es común que se vea abrumado por el estrés mucho
antes que sus colegas con esperanza -quienes se replantearían las metas o
buscarían otras alternativas similares- y crea de antemano que la meta no será
conseguida. Además, tiende a mantener a nivel relacional vínculos superfluos con
sus compañeros y a preferir actividades solitarias, lo que recae en un detrimento
en su desempeño en labores de equipo.
El análisis de la esperanza también es útil para su aplicación en altos
cargos. Las investigaciones de Hellriegel y Slocum (2009) señalan que los
gerentes esperanzados, dedican parte relevante de sus tiempos a estar con sus
colaboradores y personas a cargo, motivándolos constantemente a nivel personal
y grupal, instaurando propósitos complejos pero procurando que sean factibles.
Para ello se ayudan intentando mostrar constantemente los avances que se han
conquistado, entregando objetivos claros y plausibles en corto o mediano plazo,
que lleguen a configurar el gran objetivo final y alimenten la sensación de logro, y
de manera muy crucial, los gerentes intentan encontrar la manera de vincular los
intereses particulares de las personas y los grupos que conforman la organización
80
con los intereses de la empresa, donde claramente, debe poseer un riguroso
conocimiento de las metas e intereses de quienes la componen.
3.3.3 Resiliencia
3.3.3.1 Definición del constructo
La palabra resiliencia no está reconocida en el Diccionario de la Real
Academia Española en su 22ª Edición (2001), sin embargo ya está contemplada
su inclusión para la versión nº 23, la cual está prevista para el 2014 (RAE, 2012).
En un avance de la misma en el sitio de internet de la RAE se define resilencia
como la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y
sobreponerse a ellas (RAE, s.f.). La palabra resilencia, por su parte nos ha llegado
como préstamo desde el idioma inglés (resilience) y proviene del latín resilio,-ire,
(saltar hacia atrás, volver de un salto) la cual se compone por el prefijo re- y el
verbo salire que significa saltar (Vega, 2012). El concepto angloparlante
“resilience” parece diferir ligeramente del concepto que está previsto para ser
incluido en el Diccionario de la RAE; en inglés se plantea el concepto como la
tendencia a volver a un estado original o el tener poder de recuperación.
(Enciclopedia Hispánica, 1989). Sin embargo, en español se prescinde del
concepto de regresar a un estado original y se sustituye tal concepción por la de
asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas.
También este vocablo ha sido utilizado en otros campos del conocimiento:
en la metalurgia se conoce como la capacidad de los metales para resistir los
golpes, mientras que en osteología se aplica para explicar la capacidad de los
huesos para crecer después de fracturas (Badilla, 2009).
3.3.3.2 Desarrollo del concepto en Psicología
El estudio de la resiliencia en el ámbito psicológico comienza en la década
de los setenta, con investigaciones que trataban de explicar las reacciones de
personas que a pesar de haber vivido experiencias traumáticas eran capaces de
borrar las secuelas psicológicas de aquellos acontecimientos (Oramas, 2009). Se
destaca la contribución a la psicología del psiquiatra francés Boris Cyrulnik (2001),
81
especialmente en cuanto al efecto negativo que produce el trauma en la persona,
manifestado en forma de estrés, además del efecto positivo, que radicará en una
actitud capaz de superar el evento traumático. Plantea una escisión psicológica
denominada “oxímoron”, en la que la parte dañada por el trauma constituye fuente
de sufrimiento, mientras que la otra parte se encuentra más protegida, y es capaz
de seguir dando a la persona felicidad y sentido a la vida.
Siguiendo con la dimensión individual de la resiliencia, Wolin y Wolin (1993)
plantean siete cualidades personales que funcionarían como factores protectores
ante la adversidad, y que de ese modo facilitarían la resiliencia: introspección,
independencia, capacidad de relacionarse, iniciativa, humor, creatividad y
moralidad.
El psiquiatra inglés Michael Rutter (1985), pionero en este ámbito, entiende
la resiliencia como la habilidad para seguir adelante a pesar de la adversidad, pero
plantea la existencia de determinantes sociales, tales como las relaciones
interpersonales e instituciones que podrían constituir factores de riesgo para el
funcionamiento de las personas y las comunidades (Rutter, 1993). Además plantea
que existe una variabilidad en la manera que las personas responden ante las
adversidades, pudiendo algunas no experimentar secuelas tras acontecimientos
traumáticos.
De acuerdo a lo anteriormente mencionado, se puede afirmar que la
resiliencia no se reduce sólo a una característica individual, ya que es posible
hacer referencia a familias, grupos o comunidades resilientes (Vega, 2012).
En relación a la dimensión social de la resiliencia, Walsh (1996, 1999,
citada en Villalba, 2004) desarrolla el concepto de resiliencia familiar, en relación a
las interacciones que fortalecen con el tiempo a la persona como a la familia.
Aquellos factores protectores que destaca la autora comprenden: la cohesión
familiar, la disponibilidad de redes de apoyo externas, desarrollo de intereses y
vínculos afectivos, relación con pares, haber tenido experiencias de autoeficacia y
contar con una autoimagen positiva.
También se ha estudiado la resiliencia en el ámbito comunitario (Suárez
Ojeda, 2001, citado en Melillo, s.f.), puesto que ante algún desastre
82
experimentado por una comunidad se genera un efecto solidario entre sus
miembros, capaz de reparar los daños y seguir adelante. Aquellos componentes
que caracterizan a una comunidad resiliente comprenden la autoestima colectiva
(satisfacción por la pertenencia), identidad cultural, humor social, honestidad del
Estado y solidaridad.
3.3.3.3 La resiliencia en el ámbito de las organizaciones
La resiliencia aplicada al ámbito de las organizaciones supone la presencia
de un entorno cambiante, regido por inestabilidad política, económica, social y
medioambiental, las cuales son propias del desarrollo de las tecnologías de la
información y de la globalización, logrando que el éxito empresarial sea más
incierto en la actualidad (Vega, 2012). Es precisamente esta incertidumbre del
entorno, sumada a aquella de carácter interna generada por los cambios en cada
organización (que de igual forma puede ser un factor negativo en el correcto
funcionamiento empresarial), la que ha atraído la atención de empresarios y
ejecutivos por desarrollar estrategias que influyan en los cambios que afectan el
entorno, y así asegurar la supervivencia de las compañías.
Así, desde la literatura organizacional revisada, los autores concuerdan en
que la resiliencia organizacional es la capacidad de un sistema para absorber los
cambios que se vislumbran como una serie de crisis repentinas (Smith & Graetz,
2011; López, 2009, citado en Medina, 2012), y aún conservar su funcionalidad
esencial (Walker et al., 2006, citados en Medina, 2012). En ese sentido, la
resiliencia no sería una condición estática de una organización, puede variar con
el tiempo en función de la naturaleza y las consecuencias de una crisis en
particular (Medina, 2012).
McManus (2007, citado en Medina, 2012) plantea que aquellas empresas
con mayor grado de flexibilidad y resiliencia poseen una cultura de esfuerzo
constante para prevenir catástrofes, conocen las amenazas y oportunidades del
entorno y realizan un monitoreo activo de aquellas, identifican y gestionan sus
vulnerabilidades de manera proactiva, y promueven la adaptación, agilidad e
innovación. Los trabajadores resilientes pueden utiizar una experiencia adversa
83
para aumentar su desempeño en nuevas actividades, adquiriendo de esta forma
mayor valor para la empresa en cuanto a su adaptabilidad en escenarios de
incertidumbre (Hind, Frost & Rowley, 1996, citados en Luthans, Vogelgesang &
Lester, 2006). Otros beneficios organizacionales comprenden un aumento en la
rentabilidad, mayor satisfacción laboral y compromiso hacia la empresa (Luthans,
Avolio & Youssef, 2007), equilibrio entre el trabajo y la vida personal, junto con una
mejora en la calidad de vida (Siu et al., 2009) además de dotar a la organización
de un mayor nivel de adaptabilidad y éxito (Luthans, Vogelgesang & Lester, 2006).
Además, es pertinente reconocer la existencia de un cierto grado de
vinculación e interdependencia entre las organizaciones, siendo imposible que
alguna se encuentre aislada totalmente (Daft, Murphy & Willmott, 2010). La
resiliencia individual de sus miembros y de las comunidades ligadas también
constituyen factores claves, resultando a partir de esta interacción recíproca el
fortalecimiento de las capacidades de resistencia de dichas comunidades gracias
a la participación de la empresa (Medina, 2012).
Para finalizar, cabe destacar que la resiliencia organizacional es vista como
una ventaja competitiva, la cual ayuda a la empresa a enfrentar sus problemas de
una manera flexible, otorgándole una oportunidad para aprender. Estas cualidades
han captando la atención de los investigadores en administración de recursos
humanos a nivel mundial, pues se ha distinguido como una herramienta efectiva
para contrarrestar las adversidades internas y externas de la empresa,
convirtiéndose en una nueva estrategia para la perdurabilidad (Vega, 2012).
3.3.4 Optimismo
3.3.4.1 Desarrollo histórico-filosófico del optimismo
Las conceptualizaciones sobre el optimismo han sido parte constante de la
sabiduría popular humana, y pueden hallarse en fuentes de diversa índole:
pasajes de escritos religiosos que invocan la paz mental y la confianza: “En paz
me acostaré, y asimismo dormiré; porque sólo tú, Jehová, me haces vivir confiado”
(Sal. 4:8, La Santa Biblia), la esperanza de un final mejor tras la muerte: “El mayor
error es sucumbir al desánimo; todos los demás errores se pueden reparar, éste
84
no” (Confucio, s.f., Las Analectas de Confucio) o de que todas las cosas pasan por
un motivo trascendente que escapa a veces la comprensión inmediata: “Si
practicas la equidad, aunque mueras no perecerás” (Lao-tsé, s.f., Tao Te King).
Según Malinowski (1994/1948) la función primitiva de la magia y las creencias
mágicas consistía en aumentar la esperanza por sobre el miedo, proporcionándole
de este modo al hombre primitivo la capacidad de desarrollar sus tareas con
confianza, y así mantenerse calmo en momentos difíciles.
Por otro lado, el optimismo como concepto filosófico parece haber surgido
en el contexto de la filosofía positiva de Gottfried W. Leibniz, quien jamás ocupó
aquel término durante su obra, pero proponía que vivimos en el mejor de los
mundos posibles (Caro, 2010), principalmente para defender la idea de Dios
mediante herramientas racionales de los cargos de maldad e ineptitud respecto de
los males de este mundo. Sin embargo, el término fue popularizado por Voltaire,
quien tituló de esta forma su novela satírica Cándido o el optimismo (2008/1759),
en donde planteaba bajo un estilo literario su crítica y parodia a la visión optimista
de Leibniz. Las concepciones acerca del pesimismo fueron evolucionando con el
tiempo; fueron varios los filósofos que defendieron el pesimismo como
Schopenhauer (Carrillo, 2007; Spierling, 1991) o Kierkegaard (Díaz, 1995;
Guerrero, 1991; Vargas, 2003).
3.3.4.2 Definición del Constructo
La definición del constructo tal como la indican Scheier, Carver y Bridges
(1994) se establece como las expectativas generalizadas (favorables o
desfavorables) acerca de las cosas que le sucederán en la vida a uno, siendo para
estos autores un constructo unidimensional polar, además de un rasgo
relativamente estable, consistente a través del tiempo y las situaciones. Desde
aquella perspectiva es que Scheier y Carver conciben el constructo de optimismo
disposicional (Ji et al., 2004, citados en Vera-Villarroel, Córdova-Rubio & Celis-
Atenas, 2008).
Esta concepción de optimismo como una expectativa o estilo de
pensamiento, se fundamenta en un estado aprendido (Avia & Vásquez 1999,
85
citados en Vera-Villarroel, Pavez & Silva, 2012) y no así el bienestar, constructo
que sería mucho más ambiguo y difícil de aprehender o evaluar.
Como plantean Vera-Villarroel, Córdova-Rubio y Celis-Atenas (2008) esta
definición se basa en el cuestionario construido por Scheier y Carver denominado
Life Orientation Test [LOT] (1985), versión que luego sería revisada dando lugar al
LOT-R (Scheier, Carver & Bridges, 1994), demostrando desde sus inicios
interesantes propiedades para la investigación aplicada de la personalidad
(Ferrando et al., 2002, citados en Vera-Villarroel, Córdova-Rubio & Celis-Atenas,
2008). También es una prueba que ha demostrado una adecuada validez
predictiva, especialmente en estrategias de afrontamiento y estaría positivamente
asociado al uso de estrategias que apuntan a disminuir las fuentes del estrés
(Chico, 2002, Grau, Hernández & Vera-Villarroel, 2005, citados en Vera-Villarroel,
Córdova-Rubio & Celis-Atenas, 2008).
3.3.4.3 El optimismo en la Psicología clásica
Desde la Psicología, la visión del psicoanálisis al respecto (Freud
1980/1911; 1979/1920) planteaba que la oposición entre los principios de placer y
principio de realidad colaboraba para dar forma a la instancia psíquica del Yo; el
principio de realidad venía a frustrar y cortar los deseos y aspiraciones de la
persona. De este modo se vinculaban intrínsecamente el realismo al malestar,
mientras que muchas de las formas más clásicas de optimismo caían bajo la
clasificación de defensas, engaños o sugestiones (Freud, 1979/1923), las cuales
podían colaborar en diferentes cuotas al bienestar o malestar de la persona.
Esta visión fue variada en la Psicología cognitiva (Birinci & Dirik, 2010): por
un lado autores como Beck planteaban que las personas depresivas eran
propensas a las mayores distorsiones cognitivas, aunque la tesis de que las
personas psicológicamente sanas son capaces de evaluar la realidad de forma
realista comenzaron a ser cuestionadas desde 1970 (Hendrik & Ugwuegbu 1974,
Langer & Roth 1975 y Larwood 1978, citados en Birinci & Dirik, 2010). Langer
(1975, citado en Birinci & Dirik, 2010) proponía que esta distorsión se debía a una
ilusión de control, refiriendo además que las personas no deprimidas tendían a
86
atribuir su éxito a factores internos y el fracaso a factores externos, lo que desde
Miller y Ross (1975, citados en Birinci & Dirik, 2010) fue llamado sesgo de auto-
servicio.
Siguiendo estos estudios, Alloy y Abramson (1979, citados en Birinci & Dirik,
2010) presentan evidencia experimental de que las personas depresivas eran más
realistas y no mostraban sesgos de distorsión cognitiva, resultados que fueron
confirmados por otras investigaciones (Watson et al., 2008, Yeh y Liu, 2007,
citados en Birinci & Dirik, 2010). Fue Mischel (1979, citado en Birinci & Dirik, 2010)
quien definió el fenómeno como la hipótesis del realismo depresivo.
3.3.4.4 El Optimismo en la Psicología Positiva
Fueron Scheier y Carver (1987; 1992) quienes desarrollaron el estudio más
destacado acerca de los beneficios del optimismo en las personas, argumentado
que una predisposición a éste conllevaría beneficios para la salud y hacia los
procesos que subyacen a la autorregulación y el comportamiento. Asimismo,
Seligman (1991) planteaba en los inicios de la Psicología Positiva que el
optimismo sería un factor clave para la conformación de un cierto nivel de felicidad
y bienestar, definiéndolo como una atribución interna, relativamente estable y
global con respecto a los eventos positivos, como el logro de metas y una
atribución externa, relativamente inestable y específica, para los eventos
negativos.
Esta idea de que las acciones de las personas son fuertemente afectadas
por la creencia en el éxito de las propias conductas no es nueva de la Psicología
Positiva, sino que por el contrario tiene larga data en las teorías psicológicas de la
motivación (Bandura, 1977; Seligman, 1975; Kanfer, 1977, Lewin, 1938, Rotter,
1954, Tolman, 1932, Wortman & Brehm, 1975, citados en Scheier & Carver, 1987).
La definición planteada por Scheier y Carver (1985) acerca del optimismo
es la más utilizada en la actualidad, especialmente en el ámbito de estudios
psicológicos (Zhan, Usborne & Guan 2004, citados en Vera-Villarroel, Pavez &
Silva, 2012). Además, el constructo ha sido validado exitosamente a través de
diversas poblaciones y el cuestionario LOT-R (Scheier, Carver & Bridges 1994) es
87
el más utilizado en la actualidad en la investigación psicológica para evaluar el
optimismo (Lai & Yue 2000, citados en Vera-Villarroel, Córdova-Rubio & Celis-
Atenas, 2008).
3.3.4.5 Estudios actuales sobre el Optimismo
La visión acerca del optimismo fue cambiando en la medida que se fue
abandonando la visión del realismo depresivo; estudios parecen hoy en día indicar
que no se puede sostener con certeza que las personas sanas u optimistas
distorsionen más la realidad que las depresivas o negativas (Dykman et al., 1989,
Dobson & Push, 1995, Allan et al., 2007, Conn, 2007, citados en Birinci & Dirik,
2010), a pesar de que varios estudios apoyaban la tesis de que las personas
deprimidas eran más propensas a distorsionar la realidad (Dunning & Story 1991,
McKendree-Smith & Scogin 2000, Stone et al. 2001, Chau, 2006, Moore & Fresco
2007a, citados en Birinci & Dirik, 2010).
Diversos estudios dan cuenta del papel predisponente del optimismo para
evaluar el bienestar futuro (Augusto-Landa, Pulido-Martos & López-Zafra, 2011;
Avey et al., 2010; Carver, Scheier & Segerstrom, 2010; Ho, Cheung & Cheung,
2010; Marrero & Carballeira, 2006), demostrando una relación clara con la
depresión y la ansiedad (Abdel-Khalek, 2006; Brydon et al., 2009; Chico &
Ferrando, 2008; De Moor et al., 2006; Kivimaki et al., 2005; Lobel et al., 2000;
Puskar et al., 2008; Remor, Amorós & Carboles, 2006; Vecina, 2006; Vera, 2006).
Barbara Fredrickson (2001; 2003), destacada investigadora en el campo de la
Psicología Positiva, plantea -desde su Teoría abierta y construida de las
emociones positivas (Broaden-and-build Theory, en inglés)- que éstas (tales como
la felicidad) permitirían la apertura de la conciencia de las personas, generando
efectos tales como mayores niveles de creatividad e inventiva, así como mayor
resiliencia psicológica, lo que demostraría los beneficios a corto y a largo plazo del
desarrollo del optimismo en las personas.
También se ha evaluado la asociación negativa que tendría el optimismo
con la queja somática, relacionándose de este modo el optimismo con una menor
88
vulnerabilidad a la experiencia de problemas de salud (Vera-Villarroel, Pavez &
Silva, 2012).
En relación al cuestionario LOT, como menciona Vera-Villarroel y sus
colaboradores (2008) se han realizado estudios en distintos contextos
socioculturales para determinar la naturaleza del constructo de optimismo (Lai,
Cheung, Lee & Yu, 1998, Rauch, Scheweizer & Moonsrugger 2006, Laranjeira,
2008, Remor et al., 2006, Ferrando, Chico & Tous, 2002, Grimaldo, 2004, Bandeira
et al,. 2002, Vera-Villarroel et al., 2008, citados en Vera-Villarroel, Córdova-Rubio
& Celis-Atenas, 2008). Las investigaciones citadas han dado lugar a hallazgos
inconsistentes, posiblemente explicables a través de las distancias culturales (Ji et
al., 2004, citados en Vera-Villarroel, Córdova-Rubio & Celis-Atenas, 2008).
En el caso de la muestra china, la utilización del modelo de un solo factor
(unidimensional) sobre el optimismo, no parece concordar para la mayor parte de
la superficie continental, resultando válida sólo para la altamente occidentalizada
Hong Kong (Lai & Yue, 2000, citados en Vera-Villarroel, Córdova-Rubio & Celis-
Atenas, 2008). Para la población española la estructura bifactorial también
demostró ser más adecuada (Ferrando, Chico & Tous, 2002, citados en Vera-
Villarroel, Córdova-Rubio & Celis-Atenas, 2008), resultados similares al estudio
chileno llevado a cabo por Vera-Villarroel y otros (2008, citados en Vera-Villarroel,
Córdova-Rubio & Celis-Atenas, 2008), que también evidenció una mayor
correspondencia de la estructura bifactorial con los constructos de optimismo y
pesimismo como variables diferenciables. Estos resultados contradicen la
propuesta original de Scheier, Carver y Bridges (1994), que concebía al optimismo
como un constructo unidimensional en el que optimismo y pesimismo eran
simplemente extremos de una misma línea.
Sin embargo, Yorck, Glaesmer y Hoyer (2006, citados en Vera-Villarroel,
Córdova-Rubio & Celis-Atenas, 2008), tras realizar un estudio que involucró a
46.000 participantes entre 18 y 103 años, plantean que los factores optimismo y
pesimismo podrían funcionar de forma independiente, lo cual respalda la
unidimensionalidad propuesta por Scheier, Carver y Bridges (1994).
89
3.3.4.6 El Optimismo en las Organizaciones y el Desempeño
En cuanto al papel del optimismo en las organizaciones, diversas
investigaciones han resaltado los beneficios para los trabajadores y la empresa del
desarrollo de este constructo: Seligman (1998) encontró que se relacionaba
significativamente con el desempeño de los agentes de venta de seguros; Luthans
y sus colaboradores (2007) en un estudio acerca de los trabajadores de las
fábricas chinas encontraron una relación significativa con el rendimiento nominal;
otro estudio de Luthans y Youssef (2007) demostró que el optimismo estaba
fuertemente relacionado con el rendimiento, satisfacción y felicidad de los
trabajadores. Salimian y Hosainian (2012) en una investigación llevada a cabo en
trabajadores del sector público en Irán demostraron la relación del optimismo con
la apertura a la experiencia y la felicidad, mientras que Malik, Naeem y Ahmad
(2012) en un estudio en trabajadores del área de ventas de una industria
farmacéutica pakistaní establecieron la relación entre una cultura de optimismo y
el desempeño creativo, tanto en el personal operativo como gerencial. En el área
de la salud, se encontró una relación positiva entre el optimismo de enfermeras
estadounidenses y la evaluación de sus supervisores en torno al compromiso
organizacional, factores que contribuyeron al aumento de la satisfacción del cliente
con el servicio (Luthans, Lesback & Lesback, 2008).
Por otro lado, Luthans, Avolio y Youssef (2007) plantean que los líderes que
presentan altos niveles de optimismo tienden a enfatizar el desarrollo de sus
empleados, se enorgullecen de sus logros, persiguen sus sueños personales que
inspiran, motivan e involucran a sus subordinados, toman riesgos necesarios y
calculados, empoderan, delegan y confían en su fuerza de trabajo para lograr las
metas deseadas, son capaces de aprender de las experiencias pasadas (aunque
sean negativas), aprecian el presente y se enfocan en las oportunidades del
futuro. Lo anterior permite que los trabajadores acepten de manera positiva los
cambios organizacionales, desarrollan un estilo explicativo que les permite tener
un control de su destino (locus interno) y están motivados para lograr el éxito a
largo plazo tanto a nivel personal como organizacional.
90
3.3.5 Estudios empíricos sobre el Capital Psicológico
De las investigaciones sobre el capital psicológico, cabe citar al estudio
realizado por Luthans y sus colaboradores (2007) en Estados Unidos, que
consistió en la aplicación del PCQ a cinco muestras (tres de estudiantes de
Administración y dos de trabajadores de una industria manufacturera y otra de
seguros). Los resultados muestran una relación significativa entre los niveles de
PsyCap de las personas evaluadas y el grado de satisfacción y desempeño en el
ámbito laboral, junto con la preponderancia del constructo global por sobre sus
cuatro componentes en cuanto a predictor de las dimensiones señaladas.
También se realizó un estudio por parte de Luthans y sus colaboradores en
2006, cuyo objetivo era comprobar empíricamente la maleabilidad del constructo
del capital psicológico, es decir su apertura al desarrollo a través de intervenciones
dirigidas. Para ello se efectuó una micro-intervención (con un grupo control y otro
experimental) de 1 hora a un grupo de estudiantes de Administración, en la que se
pretendía desarrollar el nivel de PsyCap en los participantes, en base a tareas
enfocadas a desplegar la autoeficacia, esperanza, resiliencia y optimismo. El nivel
del constructo de los participantes tras la intervención aumentó en comparación al
grupo control, además de presentar un mayor incremento global (PsyCap) en
comparación a las dimensiones que lo componen. Con el objetivo de proveer
mayor validez al estudio se aplicaron dos micro-intervenciones adicionales (un
grupo de gerentes de empresas y otro grupo de trabajadores de una empresa de
manufactura), mostrando resultados similares en cuanto al incremento del capital
psicológico de los participantes después de la investigación. Asimismo, el
desempeño de vuelta en el trabajo tras la capacitación aumentó
considerablemente en los participantes.
Luthans y sus colaboradores (2008), desarrollaron una investigación que
pretendía comprobar la relación entre el capital psicológico y el clima
organizacional sustentable, utilizando tres muestras: estudiantes universitarios,
trabajadores de una empresa de servicios y de una empresa manufacturera de
alta tecnología. Tras la aplicación del PCQ (junto con otros instrumentos
psicométricos) se determinó la relación entre el nivel de PsyCap y el desempeño,
91
satisfacción y compromiso en el trabajo, aspectos centrales para un clima
organizacional sustentable.
Relacionado con el estudio anteriormente mencionado, Avey, Wernsing y
Luthans (2008) llevaron a cabo una investigación sobre el impacto del capital
psicológico y las emociones, sobre las actitudes y conductas para propiciar un
cambio positivo en la organización. Se utilizó como muestra a 132 trabajadores de
organizaciones de Estados Unidos, a los que se les aplicó el PCQ junto con otros
instrumentos. Los resultados arrojaron una relación significativa entre el nivel de
PsyCap y las actitudes de compromiso y facilitación del cambio organizacional,
además de una mayor integración y tendencia a motivar a otros compañeros de
trabajo. Resultados similares se encuentran en el estudio de Avey, Luthans y
Youssef (2008), quienes demostraron que el nivel de capital psicológico es un
buen predictor de las actitudes y conductas positivas en el lugar de trabajo, tales
como el optimismo, la disminución del ausentismo y de conductas
contraproducentes, y el despliegue de conductas cívicas laborales.
3.3.6 Psychological Capital Questionnaire (PCQ)
Desde su elaboración en 2007, se han llevado a cabo diversas
investigaciones en las que se ha utilizado el PCQ como instrumento psicométrico
para medir los niveles de Capital Psicológico presentes en individuos y su relación
con el desempeño y satisfacción en el trabajo, entre otros. A continuación se
exponen los principales resultados en cuanto a sus características psicométricas y
la capacidad para medir otros constructos teóricos relacionados con el Capital
Psicológico.
En la investigación llevada a cabo por Luthans y sus colaboradores (2007)
sobre la relación entre el capital psicológico y el desempeño y satisfacción en el
trabajo, la confiabilidad de los cuatro componentes y el constructo global en las
cuatro muestras (tres muestras de estudiantes de administración, y otra
compuesta por ingenieros y técnicos de una empresa) del estudio fue superior a
los estándares convencionales (confiabilidades sobre α=.70), excepto la escala de
optimismo en la segunda muestra (α=.69) y de resiliencia en la tercera muestra
92
(α=.66). Por otro lado, la confiabilidad test-retest (por 4 semanas) del PCQ (α=.52)
en comparación con otros instrumentos del estudio (α=.76 y α=.87) fue
relativamente baja, lo que confirma lo señalado por la teoría sobre el Capital
Psicológico en cuanto a su apertura al desarrollo a través de intervenciones o
capacitaciones (Luthans et al., 2006). En cuanto a la correlación del PCQ con
instrumentos que medían el desempeño y satisfacción en el trabajo, se encontró
una relación positiva significativa (medida a través de las correlaciones de
Pearson) entre el Capital Psicológico y los constructos mencionados (r=.33 en la
muestra de estudiantes y r=.22 en la muestra de la empresa, para el desempeño;
r=.32 en la muestra de estudiantes y r=.53 en la muestra de la empresa, para la
satisfacción, r=.36).
Avey, Wernsing y Luthans (2008), en su estudio sobre el impacto del
PsyCap y las emociones sobre las conductas y actitudes organizacionales,
obtuvieron una confiabilidad de α=0.91 para el PCQ en la muestra utilizada (132
trabajadores adultos de empresas estadounidenses), resultados similares a los
obtenidos por Luthans y sus colaboradores (2008) en su investigación (α=.93,
α=.93 y α=.89 en las tres muestras del estudio), junto con un análisis factorial
confirmatorio que validó la estructura de cuatro factores para el constructo global
(valores entre .89 y .98 de los ítems). Avey, Luthans y Youssef (2008), en su
investigación sobre el valor agregado del PsyCap como predictor de actitudes y
conductas positivas en el trabajo (la muestra consistió de 336 trabajadores de
distintas empresas estadounidenses), también encontraron alta consistencia
interna entre las dimensiones (α=.92, α=.87, α=.83, α=.78) y el constructo global
(α=.95) y la confirmación de la estructura factorial del PsyCap en base a las
dimensiones (cargas factoriales: Autoeficacia=.87, Esperanza=.95,
Resiliencia=.88, Optimismo=.84) y los ítems (cargas factoriales entre .67 y .95).
93
3.4 Instrumentos psicométricos relacionados con el VIA-IS y el PCQ
En este apartado se expondrán aquellas pruebas psicométricas que han
presentado relación con los constructos de fortalezas del carácter y capital
psicológico medidos a través del VIA-IS y PCQ respectivamente, en las distintas
investigaciones llevadas a cabo durante los últimos años.
Littman-Ouadia y Steger (2010) llevaron a cabo una investigación que
pretendía establecer la relación entre las fortalezas del carácter y su despliegue en
actividades vocacionales, además del grado de significado y bienestar asociados.
Sin embargo, debido a la longitud del cuestionario en las organizaciones se
presentaron descripciones de las 24 fortalezas, las que fueron utilizadas para
evaluar brevemente el constructo propuesto por Seligman (2005, citado en
Littman-Ouadia y Steger, 2010), en base a 5 opciones de respuesta tipo Likert. En
las tres muestras utilizadas (100 adolescentes y 100 adultos que realizan labores
de voluntariado, 102 trabajadores remunerados) la confiabilidad de las escalas fue
alta (α=.88], α=.84, α=.86, respectivamente).
Existe una versión del VIA-IS adaptada para su aplicación en niños, o más
bien, con la cooperación de sus padres o tutores, llamada “Valores en niños”
(Park y Peterson, 2006), en la que se evalúan las fortalezas humanas en niños a
partir de las descripciones libres que hacen los padres sobre las características y
cualidades de sus hijos.
Park y Peterson (2003), desarrollaron el cuestionario sobre fortalezas
humanas para adolescentes (“Values in Action Inventory of Strenghts for Youth”, VIA-Y). En un primer momento, se diferenció entre pre-adolescentes y
adolescentes, diseñando cuestionarios diferentes; pero a partir de los resultados
obtenidos, consideraron que no era necesario diferenciar entre estas edades, por
lo que crearon un cuestionario único para personas entre 10 y 17 años. La misión
de este instrumento psicométrico es, tal como mencionan Giménez, Vásquez y
Hervás (2010), no comprender la adolescencia desde la mirada dominante que la
entiende como una fuente de problemas y caos, sino como un valioso recurso en
94
el proceso del desarrollo vital del individuo, y donde probablemente el
reconocimiento de sus fortalezas personales le permita asentar su identidad y
autoestima.
Otra versión la encontramos en el VIA-RTO (Values in Action Rising to the Occasion Inventory), desarrollado por Peterson y Seligman (2004). Se pide
al participante que piense en una situación de su vida en la que haya
experimentado una fortaleza opuesta, para posteriormente perdile que cuantifique
con qué frecuencia surgen en su vida situaciones similares y que explique, en una
pregunta abierta, cómo actúa ante esa situación. Por último, debe indicar en qué
medida cada fortaleza está presente en su vida. La información se complementa
con un cuestionario en el que alguien que conoce bien a la persona aporta esta
misma información. Similar a éste es el Values in Action (VA) Structured Interview (Peterson y Seligman, 2004). El cuestionario se aplica mediante una
entrevista siguiendo la misma estructura y formato del VIA-RTO.
La International Personality Item Pool (IPIP-VIA), es una escala de 213
ítems desarrollada por Peterson y Seligman (2004), en base a su clasificación
original. Cuenta con un nivel de confiabilidad superior a α=0.70 en todas las
escalas correspondientes a las fortalezas del carácter (Cosentino, 2009).
En Argentina, se desarrolló el Inventario de Virtudes y Fortalezas (IVyF) por parte de Alejandro Cosentino (2009), con el objetivo de evaluar fortalezas en el
ejército argentino con cuestionarios de pocos ítems y rápidos de completar, ya que
la aplicación del VIA-IS no se ajustaba a los requerimientos que exige dicha
institución. Se adaptaron los 213 reactivos del IPIP-VIA, quedando 24 ítems en el
cuestionario final con 5 opciones de respuesta tipo Likert. El análisis factorial
exploratorio del instrumento determinó la presencia de 5 factores que concuerdan
con los planteados por Peterson y Seligman (2004): fortalezas interpersonales,
intelectuales, de la restricción, emocionales y teológicas. Por último, la
confiabilidad test-retest obtuvo valores entre α=0.72 y α=0.92 (Cosentino, 2009)
La Escala de Satisfacción con la Vida (Satisfaction with Life Scale,
SWLS), elaborada por Diener y sus colaboradores (1985) es un cuestionario que
permite a los individuos evaluar su nivel de satisfacción con la vida en general.
95
Consta de 5 ítems y 7 opciones de respuesta tipo Likert, mostrando un grado de
confiabilidad alto en las muestras del estudio de los autores mencionados (α=.90),
al igual que en otros estudios relacionados (α=.84, Rust et al., 2009; α=.81, Linley
et al., 2010), por lo que concuerda con los valores de sus autores originales (α=.87
de consistencia interna, α=.82 de confiabilidad test-retest). Las fortalezas del
carácter pueden elevar el nivel de satisfacción con la vida al producirse
circunstancias en la vida donde puedan desplegarse. (Park, Peterson & Seligman,
2004).
El Mental Health Inventory (Veit & Ware, 1983) fue adaptado para el
estudio de Littman-Ouadia y Steger (2010), utilizando la escala de Bienestar
Psicológico de 16 ítems del instrumento original, que explora los sentimientos de
los individuos durante el último mes, en base a 5 opciones de respuesta tipo
Likert. La confiabilidad del instrumento en la muestra del estudio fue bastante alta
(α=.90). El objetivo de esta medición era determinar la relación entre las fortalezas
del carácter y el grado de bienestar entre voluntarios y trabajadores remunerados.
Otros instrumentos que se relacionan con el constructo de fortalezas del
carácter comprenden el Gallup Workplace Audit (Harter, Schmidt & Keyes,
2002), diseñado por The Gallup Organization. Es un cuestionario que mide los
niveles de satisfacción en el trabajo, que consta de 12 ítems y 5 opciones de
respuesta tipo Likert, mostrando una confiabilidad en el estudio de Harter y sus
colaboradores de α=0.78. Además, se encuentra el cuestionario de Significado de la Vida (Meaning in Life Questionnaire, MLQ, Steger et al. 2006), que mide la
presencia del significado de la vida en las personas en base a una escala de 5
ítems con 7 opciones de respuesta tipo Likert. Los puntajes son estables dentro de
períodos de tiempo entre 1 mes y 1 año, mostrando un grado de confiabilidad de
α=0.79 en el estudio de Littman-Ouadia y Steger (2010).
A partir de la revisión de las pruebas psicométricas relacionadas con el VIA-
IS y el PCQ, se puede concluir que desde su creación se han efectuado diversas
modificaciones y adaptaciones a los cuestionarios, conforme a los resultados
obtenidos en las aplicaciones. También, se ha constatado la relación de otros
instrumentos con las Fortalezas del Carácter (a pesar de que fueron construidos
96
para medir otros aspectos, tales como el significado de la vida, o satisfacción
laboral), con lo que se cuenta con un amplio rango de constructos dentro de la
Psicología Positiva que presentan interrelaciones entre sí.
3.5 Teoría de los Test
Continuando con lo que respecta a los test psicométricos que empleamos
en esta tesis, resulta pertinente detenerse a tratar lo respectivo a la teoría de los
test, y su relación con la caracterización psicométrica del VIA-IS y PCQ que
detallaremos en el apartado de “Resultados”.
A raíz de la necesidad de poder garantizar que las puntuaciones de los test
sean precisas, es decir, que tengan el mínimo de error posible, fue necesario
plantear algunos modelos que pudieran estimar el grado de precisión de dichas
mediciones. Las dos teorías fundamentales que existen son: la teoría clásica y la
teoría en respuesta a los ítems. Cabe mencionar que el error al cual se hacen
referencia está íntimamente mezclado con la verdadera puntuación, por lo que el
objetivo principal de las teorías es poder separarlos, para así poder controlarlo
(Muñiz, 2010).
Con respecto a la primera teoría, ésta fue creada por Spearman (1904;
1907; 1913) y es la más utilizada hasta el día de hoy. Propone un modelo muy
simple para las puntuaciones de las personas en los test. Asume que la
puntuación que una persona obtiene en un test está compuesta por dos
elementos: la puntuación verdadera que obtuvo en la prueba (v) y el error (e), por
lo que la fórmula se expresa de la siguiente manera: X=v + e. Para poder
identificar el valor exacto de cada una de las variables es que Spearman (1913)
añadió tres supuestos a su teoría:
1. Definir la puntuación verdadera, aquella obtenida como media si se le
pasase infinitas veces el test a una persona.
2. No existe relación entre la cantidad de las puntuaciones verdaderas y el
tamaño de los errores que las influyen.
97
3. Los errores de medida en un test no están relacionados con los errores de
medida en otro test distinto.
Sin embargo, dentro de la teoría clásica había dos aristas a las cuales no
se les lograba encontrar una buena solución, lo que hacía que la medición
psicológica no fuese homologable a la medición que exhibían otras ciencias
empíricas (Muñiz, 2010). La primera tiene relación con que “las mediciones no
resultan invariantes respecto al instrumento utilizado” (Muñiz, 2010; p. 62), es
decir, si se evalúa la inteligencia de tres personas distintas con un test diferente
para cada persona, los resultados no son comparables. La segunda cuestión no
resuelta es la “ausencia de invarianza de las propiedades de los test respecto de
las personas utilizadas para estimarlas” (Muñiz, 2010; p.62), por lo que las
propiedades psicométricas principales de una prueba (dificultad de los ítems,
fiabilidad), dependían de quien las calculaba, lo cual restaba rigurosidad a las
mediciones (Muñiz, 2010).
De esta manera, la Teoría de Respuesta a los Ítems (TRI) surge como la
solución a los problemas que no pudieron ser resueltos por la teoría clásica (Lord,
1952; Rasch, 1960; Lord y Novick, 1968). Para resolver esto, la TRI plantea la
existencia de una relación funcional entre los valores de la variable que miden los
ítems y la probabilidad de acierto, a lo que se denominó Curva Característica del
Ítem (CCI) (Muñiz, 1997, citado en Muñiz, 2010). Los valores de la variable
medida, se encuentran entre menos infinito y más infinito, mientras que en la
teoría clásica los valores dependían de la escala de cada test, yendo desde el
valor mínimo obtenido en el test, hasta el máximo. Un segundo supuesto plantea
que la forma concreta de la CCI viene determinada por el valor que tomen tres
parámetros: índice de discriminación del ítem, dificultad del ítem y la probabilidad
que hay de acertar el ítem al azar. Según los valores que tomen los parámetros,
se generan distintas formas de curvas, siempre y cuando se apliquen los reactivos
a una muestra amplia y representativa de personas.
Finalmente, un tercer supuesto de los modelos de la TRI es la denominada
Independencia Local, que “significa que para utilizar estos modelos los ítems han
98
de ser independientes unos de otros, es decir, la respuesta a uno de ellos no
puede estar condicionada a la respuesta dada a otros ítems” (Muñiz, 2010; p. 64).
En síntesis, para garantizar que las puntuaciones de los test tuviesen el
mayor grado de exactitud se desarrollaron dos modelos teóricos desde la
psicometría: la Teoría Clásica de Spearman y la Teoría de Respuesta al Ítem (TRI),
siendo la segunda corriente la que en definitiva aborda hasta la actualidad el tema
de una manera más completa, y que suple algunas falencias de la primera, en
especial sobre la poca rigurosidad de los criterios para interpretar los resultados de
las aplicaciones.
3.6 Traducción y adaptación del test
El concepto de validez y confiabilidad es de central importancia para el
desarrollo de los diferentes instrumentos psicométricos que se usan en Psicología,
haciendo realce en la validez de los mismos en cuanto a su significatividad o
fundamentación de sus principios.
La validez se define como el juicio concerniente a lo bien que mide un
hecho una prueba aquello que pretende medir (Cohen & Swerdlik, 2001) y puede
descomponerse en tres categorías: validez de contenido, en relación a lo
adecuado del muestreo que hace una prueba del comportamiento representativo
del universo de comportamiento del que la prueba estaba diseñada para tomar
una muestra, validez relacionada a un criterio, en cuanto a lo adecuado que puede
ser el uso de una puntuación de prueba para inferir la posición más probable del
individuo en alguna medida de interés, siendo la medida de interés el criterio, y
concerniente a un constructo, acumulando evidencia empírica (a partir de
inferencias sobre puntuaciones) para determinar si un concepto o constructo
teórico medido por un test es pertinente de acuerdo a la teoría original.
Instrumentos como el VIA-IS y el PCQ, ya se encuentran validados para
países como Estados Unidos, sin embargo un problema particular se presenta al
momento de traer y aplicar estas herramientas al contexto nacional y adaptar así
su contenido y principios a una realidad diferente. Como señalan José Muñiz y
99
Ronald K. Hambleton (1996), no es posible hablar de traducción de test al intentar
aplicar su contenido a una realidad cultural diferente, ya que los alcances
lingüísticos son sólo una parte de los problemas que se encontrará el investigador,
no siendo suficiente conocer los idiomas implicados, puesto que es el contexto
sociocultural el que lleva a una adaptación de las pruebas.
Siguiendo las directrices para la traducción-adaptación de los tests
entregadas por la Comisión Internacional de Tests (s.f.), las fuentes de error al
adaptar un test a un nuevo escenario lingüístico y cultural provienen
principalmente de cuatro factores: Contexto, Construcción-Adaptación, Aplicación
e Interpretación de las puntuaciones.
Como señalan Muñiz y Hambleton (1996) en relación a cada uno de estos
elementos, la variable de contexto implica asegurar que los constructos medidos
en las dos poblaciones de interés sean equivalentes, siendo este punto cada vez
más relevante entre más distancia cultural exista entre ambas poblaciones. En el
caso de la presente investigación, no es posible hablar directamente de una
equivalencia de constructos, si no es a partir de los desarrollos teóricos de la
Psicología Positiva. Lo cierto es que hay notables diferencias entre el contexto
estadounidense y chileno que deben ser evaluadas a través de una verificación
detallada de la validez de los constructos implicados (Fortalezas del Carácter y
Capital Psicológico), desde una perspectiva teórica y a partir de un análisis
estadístico de la consistencia interna de cada constructo elaborado anteriormente.
Por otro lado, en cuanto a las variables de Construcción y Adaptación se
hace necesario que los traductores no sólo posean un manejo de competencias de
traducción sino un amplio manejo de los contextos culturales asociados, de la
familiaridad de los conceptos y palabras utilizadas, así como que conozcan las
reglas básicas de la construcción de test para asegurar así la equivalencia de los
reactivos, por ejemplo, al utilizar ítems de elección múltiple la longitud de las
alternativas tiene que ser de similar longitud (Muñiz y Hambleton, 1996). Esto
también implica necesariamente una revisión detallada de la validez formal
implicada en los instrumentos.
100
En cuanto a los dos últimos factores asociados a la Aplicación e
Interpretación de las puntuaciones de los test adaptados, la presente investigación
posee la ventaja de que las distancias culturales implicadas no parecieran ser
significativas a la hora de comparar la administración de estas pruebas en ambos
contextos, debido a la simpleza de aquellas, haciendo que la forma de responder y
puntuar los mismos sea ampliamente equivalente y no requiera un entrenamiento
especialmente elaborado. A pesar de esto, es necesario asegurar que las pruebas
sigan midiendo lo que pretenden medir a pesar de su traducción y su aplicación en
un contexto cultural diferente, de modo que se hace necesario realizar un nuevo
análisis sobre la confiabilidad de la prueba a través de la consistencia interna de
los reactivos.
3.7 Sobre los Programas Sociales y sus trabajadores en Chile
Ahora queda argumentar por qué se cree pertinente para los fines de esta
tesis el centrar la aplicación de los instrumentos psicométricos de la Psicología
Positiva dentro del contexto de los trabajadores de programas sociales chilenos,
tópicos que serán expuestos a continuación.
3.7.1 La intervención social
Como punto de partida, hay que entender de dónde surgen las
intervenciones sociales. Para ello, hemos considerado adecuados los aportes que
entrega Montenegro (2011) respecto de las ideas fundamentales que hay que
estimar a la hora de pensar en la intervención social. Por un lado, señala que hay
que percatarse que toda intervención social emana desde un cierto grado de
descontento con el orden social en el cual funciona el sistema, es decir, para
poder intervenir hacia la transformación social es necesario pensar en los
desperfectos del orden social que deben ser modificados. Por otro, hay que
pensar además en la posibilidad y la deseabilidad de que este cambio social
aconteciese, pues se debe apelar a la acción colectiva como motor de los cambios
colectivos. Finalmente, hay que reparar en el conocimiento como guía de la
101
acción, pues éste le dará a la intervención su marco ideológico, lo que dirigirá las
definiciones de los problemas y de las acciones a seguir.
Vale agregar que para la autora la intervención es un diálogo entre
diferentes actores de la sociedad. Por ende, es vital que el diálogo ocurra en
buenos modos para que prospere la transformación.
Se distinguen dos grandes líneas en intervención social; la primera es
conocida como “Intervención Social Dirigida” y se caracteriza por ser diseñada e
implementada por quienes son definidos como profesionales o expertos y la
segunda como 'Intervenciones participativas' porque incorporan dentro de sus
planteamientos la participación de las personas afectadas en la solución de sus
propios problemas y enfatizan en la importancia del trabajo conjunto entre
personas que intervienen y personas de las comunidades o grupos afectados por
los problemas sociales identificados (Montenegro, 2011).
Desde la Psicología Comunitaria, la intervención social hace referencia a
procesos intencionados de cambio, mediante mecanismos participativos que
buscan el desarrollo de recursos de la población intervenida, al desarrollo de
organizaciones comunitarias autónomas, a la modificación de las representaciones
de su rol en la sociedad hacia uno más protagónico siendo entonces un ser activo
en la modificación de las condiciones que lo marginan y excluyen (Lapalma, 2001).
El psicólogo comunitario para ello debe contextualizar las intervenciones que son
parte de un contexto social que tiene múltiples determinantes, estructuras y
niveles, es decir, comprometerse con su complejidad (Werstergaard & Kelly, 1992)
Lapalma (2001) entrega tres aspectos que pueden servir de guía para la
construcción del escenario de la intervención comunitaria: 1) las necesidades
sociales, 2) la diversidad de formas organizativas que surgen para transformarlas,
y 3) la interacción con otros actores sociales dentro de un contexto histórico,
político, económico y social determinado, junto con la existencia de racionalidades
representativas de cada una de las diversidades de actores sociales de la
población.
102
3.7.2 Programas Sociales en Chile: una revisión histórica
Para comenzar, es bueno aclarar que se entienden las nociones de
pobreza, desigualdad social, intervenciones sociales y las políticas públicas como
una construcción que da cuenta de la mirada histórica situacional de determinado
momento. (Lapalma, 2001; Montenegro, 2001; Vidal, 2006). Por esta razón,
consideramos interesante hacer un breve repaso histórico que nos de cuenta de
las diversas construcciones de éstos conceptos en Chile, donde ha sido
consecuente con el modelo de desarrollo dominante en una época y al marco
conceptual e ideológico en que los gobiernos se desenvuelven.
En palabras de Vidal (2006), los primeros indicios de políticas sociales
chilenas los encontramos en los años veinte, fomentados por la incipiente industria
y urbanización, que produjo el aumento de la clase obrera del sector productivo, y
junto con ello, las consabidas precariedades laborales. Las ideas del Estado eran
humanistas, reformistas y libertarias, caracterizadas por políticas que debían
proteger al trabajador y promover cambios sociales graduales que dieran a la
población condiciones de vida más igualitarias y justas.
El paso del tiempo derivó en que este Estado Protector se mostrara ahora
como Benefactor, entre 1930 y 1955, promoviendo un mayor desarrollo social e
industrial del país. Entre los hechos destacables del periodo, se puede decir que
se dictaron leyes sociales, se extendió la enseñanza primaria, secundaria y
superior, aumentaron los gastos de previsión social, salud y vivienda, y se
electrificaron numerosos sectores del país. Sin embargo, la posibilidad de acceso
a estos beneficios sociales estaba fuertemente determinada por el peso social y
político de cada sector (Martínez y Palacios, 1996).
Hacia 1960, el sistema mostraba dificultades para continuar siendo
concebido de esa forma y cumplir con sus propósitos. El gasto público no estuvo
en armonía con los ingresos, lo que ocasionó desequilibrios presupuestarios que
intensificaron las presiones inflacionarias existentes en la economía (Raczynski,
1995).
Llegó entonces al gobierno la Democracia Cristiana, y con su llegada el
gasto social se redujo y se pretendió incorporar a los grupos marginales de la
103
sociedad, desde la promoción popular. Luego, la Unidad Popular quiso ir más allá,
traspasando los recursos, tanto económicos y políticos, desde la clase dirigente al
pueblo desposeído (Martínez y Palacios, 1996). Este gobierno fue el último en el
que el Estado en su totalidad velaba por la implementación de las políticas
sociales, siendo el responsable fundamental del bienestar de la población. Más
adelante, las políticas públicas han sido llevadas tanto por organismos
gubernamentales como no gubernamentales (ONG).
En el periodo de Dictadura, como cataloga Paula Vidal (2006) el Estado es
muy ineficiente al llevar a cabo la tarea distributiva y es el crecimiento económico
el aspecto de mayor importancia, donde la política social se focalizará entonces en
la erradicación de la extrema pobreza. El Estado asume aquí un rol subsidiario, es
decir, sólo actuaba en aquellos recovecos donde los particulares y las
organizaciones de carácter intermedio no fueran capaces de desempeñarse por sí
solos, es decir, primó el rol del mercado como agente proveedor de servicios.
Con la llegada de la Concertación, se mantuvo en forma esencial la mirada
del anterior período, pero se introdujeron transformaciones hacia mayores grados
de justicia distributiva. Es decir, se continuó con la economía liberal y competitiva,
donde el Estado sirve de complemento del sector privado para promover el
crecimiento económico, que es el que más importa, pues de él se desprenderían
todos los demás crecimientos en la sociedad (Martínez y Palacios, 1996).
En concordancia con lo planteado por Paula Vidal (2006), esta investigación
cree que al hacer una revisión histórica de las Políticas Públicas Chilenas, saldrá a
la vista que no se han resuelto los problemas de desigualdad social – y que con el
actual gobierno, se acrecienta la mirada neoliberal que se venía gestando. A pesar
de las diversas maneras de concebir la justicia social y las metodologías diversas
que se han empleado con este propósito- lamentablemente, continúan
acrecentándose los problemas sociales a lo largo del país.
Como último comentario, observamos en la actualidad que en los ámbitos
micro y macro en los que operan los programas sociales se requiere de la
presencia de tres actores sustantivos: el sistema político, la profesión como
representación del mundo académico y de las ONG y, en tercer lugar, la población
104
intervenida. El primer actor mencionado, el Estado, representante del sistema
político, se concentra mayoritariamente en gestionar y orientar la intervención a
través de líneas de trabajo en política social que velen por el bienestar de la
comunidad (Gough, 1982).
3.7.3 Los destinatarios de los Programas Sociales: la población intervenida
Para hablar sobre la población intervenida por los programas sociales en
Chile, es encomiable la labor que ha hecho al respecto Gómez y Haz (2008), dado
que estos autores han hecho suya la misión de ocupar con investigación teórica y
empírica el vacío en el conocimiento sobre programas sociales en Chile.
Es insuficiente comprender las dinámicas y retos que presentan para los
trabajadores el abordaje del tipo de usuarios al que se destinan los programas
sociales, si hacemos sólo uso de las teorías generales y modelos tradicionales de
intervención, ya que la población intervenida posee características
diferenciadoras; se trata de familias multiproblemáticas y en riesgo social
(Fernández, 2007; Lindsey, Martin & Doh, 2002; Marsh, Ryan, Choi & Testa, 2006).
Para entender estas particularidades, Gómez et al. (2007) han propuesto
cuatro ejes descriptivos interrelacionados entre sí que darían cuenta del tipo de
usuarios intervenidos:
1) Una poli-sintomatología, es decir, a una multiplicidad de problemas,
como maltrato infantil, alcoholismo, violencia intrafamiliar, cesantía o
enfermedades crónicas que afectarían negativamente al grupo familiar en su
totalidad, con especial detrimento de los niños y niñas o sus miembros más
debilitados.
2) La desorganización, manifestada tanto por la estructura caótica como
por la comunicación disfuncional.
3) El aislamiento social, visto como un distanciamiento físico y
emocional al interior del sistema familiar y en su red de apoyo.
4) Se observa comúnmente un abandono o incompetencia de las
funciones parentales, lo que puede implicar la salida del niño del sistema familiar y
105
su colocación en sistemas alternativos de cuidado, como residencias o familias de
acogida.
A pesar de que éstos problemas se pueden presentar en cualquiera de los
estratos sociales, las familias que se encuentran con el agravante de vivir en una
situación de pobreza económica, social y cultural ven más difícil superar estas
adversidades, siendo penosamente probable que se cronifiquen sus
padecimientos, incluso transgeneracionalmente (Gómez, et al., 2007; Rozas,
1999).
Como destaca el cuarto eje de esta propuesta de Gómez y sus
colaboradores (2007), las dinámicas que surgen en la vida de los destinatarios de
los servicios entregados por los programas sociales, muchas veces terminan
creando un escenario propicio para que se produzcan vulneraciones de derechos,
por lo que se producirá la intervención de los servicios sociales y programas
destinados a interactuar desde diversos diseños, metodologías, filosofías,
financiamientos y resultados esperados (Minuchin, Colapinto & Minuchin, 2000). A
pesar de las diferencias, en términos generales buscan que estas familias se
pongan en contacto con plataformas de apoyo y se terminen o mitiguen sus
condiciones de desamparo, exclusión y vulnerabilidad.
3.7.4 El desgaste laboral de los trabajadores sociales
Como ya se puede conjeturar, a la hora de hablar de intervención social nos
encontramos frente a un escenario complejo; asimismo, la población a la que se
dirigen estos esfuerzos posee características particulares e intrincadas que
impiden que sean abordadas a la ligera, provocando que los trabajadores del área
social se vean envueltos en un escenario laboral que traspasa esas mismas
características (Aranda, Pando & Pérez, 2004; Gómez, Muñoz & Haz, 2007; Ríos,
2008; Rothschild, 2009).
Pese a lo evidente que nos puede parecer que el trabajo dentro de
programas sociales es complejo, las consecuencias negativas del trabajo en el
trabajador social son, con frecuencia, inconscientes. La mayoría mantiene
106
síntomas de quemarse por el trabajo y ni siquiera lo advierte (Rothschild, 2009).
Esto puede vislumbrar una explicación al creerse que, como se trabaja día a día
haciendo buen uso de las emociones y el contacto con las duras realidades de las
personas que reciben la ayuda de los programas, se produce una contradicción al
notar que la misma cualidad (la empatía) que permite entregar una intervención
próxima y de calidad, sea la misma que provoca la conocida “fatiga por
compasión” (Acinas, 2011). Confirmando esto, encontramos las palabras de Arón y
Llanos (2004), quienes reconocen que el síndrome del burn-out afecta
especialmente a profesiones de ayuda, o a quienes se enfrentan cotidianamente
con temáticas como la violencia, el abuso, el trauma, la exclusión o la pobreza;
siendo éste el caso de todos los programas sociales participantes de esta tesis.
Ilustrativo de esta realidad resulta lo que expresa Ríos (2008), al señalar
que una característica fundamental de la intervención social es que siempre
consiste en proveer cuidados a otros, y que el acto de cuidar a las personas es
una actividad de alta complejidad y de muchas complicaciones. Al hablar de
desgaste profesional queremos destacar que la sintomatología no es un problema
de trastornos psicológicos individuales solamente, sino que se trata de reacciones
que presentan todas las personas que trabajan en contacto con estas temáticas y
en determinadas condiciones laborales (Arón & Llanos, 2004), poniendo de relieve
el concepto de desarrollo de factores protectores: la necesidad de cuidarse para
poder cuidar a otros, como expondremos más adelante.
Ahora, para entender mejor los tipos de desgaste o agotamientos que
pueden manifestar los trabajadores de los programas sociales, resulta adecuado
definirlos según sus tipos. Por un lado, nos encontramos con la denominada
traumatización vicaria (Arón & Llanos, 2004), la cual se refiere al reproducir en uno
mismo los síntomas y sufrimientos de las víctimas de cualquier forma de violencia.
Uno de los efectos es que el trabajador se contacta con sus propias experiencias
de abuso y maltrato, volviéndose hiper-sensible frente a situaciones en que siente
que son sus propios derechos los que están siendo vulnerados. Por ende, aparece
también una hiper-reactividad. El término burn-out (Freudenberguer, 1974) o
Síndrome de quemarse por el trabajo, se utiliza para nombrar a los trabajadores
107
que se encuentran cansados y sin ilusión por el trabajo como respuesta al estrés
crónico laboral que se produce cuando sus recursos para afrontarlo no han sido
adecuados, ocasionando con ello que se encuentre emocionalmente agotado y
tenga actitudes negativas hacia las personas con las que trabaja y hacia su propio
rol. Aranda, Pando, y Pérez (2004) agregan datos sobre diversas variables
extralaborales y laborales, tales como edad, sexo, estado civil, número de hijos,
tipo de profesión, puesto laboral, tecnología utilizada, desempeño de roles, clima
laboral, tipo de personalidad y apoyo social, entre otras, que se han estudiado en
mayor o menor grado como antecedentes o facilitadores del síndrome.
En un plano más colectivo, se encuentra la traumatización de los equipos
(Arón & Llanos, 2004), lo que hace alusión al efecto de reproducir en el grupo de
trabajo las dinámicas del circuito de la violencia. Como es de suponer, tanto los
equipos de trabajo como el desempeño con los usuarios se ve resentido por esta
causa, la que suele ser muy encontrada dentro de las razones que se documentan
para justificar la alta rotación de personal, pudiendo llegar incluso a desintegrar por
completo un equipo.
Todo lo cual nos habla de una profunda verdad cuando se les solicita a los
postulantes a trabajar en este ámbito laboral el poseer un “alto nivel de tolerancia
a la frustración”. (Johnson & Indvik, 1999).
3.7.5 La necesidad de intervenir también sobre los trabajadores de los Programas Sociales
Lógico nos aparece después de lo descrito el recomendar que sobre los
trabajadores sociales también se implementen intervenciones. A favor del
pensamiento de Ríos (2008), esta tesis estima que se puede hacer mucho para
evitar efectos no deseados sobre los trabajadores de programas sociales, como
por ejemplo, regular las expectativas haciéndolas más realistas y explícitas. De
ese modo, el autor cree que se instalan modalidades de funcionamiento que
previenen el excesivo desgaste y disminuirían la frustración, al igual que si
aumentan los trabajadores sociales su capacidad de pensarse a si mismos en su
desempeño y rol, haciendo visibles sus supuestos y sus propósitos, sus límites y
108
potenciales, sus posibilidades y sus imposibilidades. Pues como piensa Rothschild
(2009), el conocimiento es poder; cuanto mejor se conozca cómo afecta a cada
trabajador y al equipo en pleno el tipo de trabajo que se realiza, más
oportunidades se tendrán de maximizar tales efectos cuando sean beneficiosos y
de minimizarlos si conllevan amenazas para el bienestar de los trabajadores y de
los destinatarios de esos trabajos. Por desgracia, como ocurre a menudo, no se
cuenta con frecuencia con espacios para la reflexión y capacitación de los
ejecutores de los programas sociales, por lo que las actividades de capacitación,
talleres, seminarios y otro tipo de encuentros deberían proveer dichos tiempos en
la mayor medida posible.
En la búsqueda de fuentes para la solución, el primer paso debe ser utilizar
el vigor de la propia organización. Continuando alineados al pensamiento de René
Ríos (2008) juzgamos a los programas sociales como organizaciones con fuertes
compromisos y dedicación que emanan de un sentido de propósito y de servicio a
los demás. Este entusiasmo y sentido, es el principal motor para generar
soluciones.
Si de soluciones se trata, entonces hay una nutrida literatura que se puede
revisar al respecto. Rothschild (2009), se ha dedicado con empeño en esta tarea,
y nos entrega variadas claves. Por ejemplo, sugiere que el autocuidado de los
trabajadores sociales y terapeutas necesita de un adecuado funcionamiento de
tres sistemas neuro-fisiológicos. Si éstos se encuentran bien atendidos, afirma que
se pueden sobrellevar de manera exitosa hasta las situaciones más agobiantes. El
primero de ellos hace alusión a los mecanismos cerebrales que operan en la
empatía interpersonal; el segundo depende del equilibrio en el sistema nervioso
autónomo (SNA) y la regulación de la activación; y el tercero requiere una claridad
de pensamiento dada por el equilibrio de todas las estructuras cerebrales. Es
decir, para protegerse de las amenazas al bienestar emocional y físico, debe ser
capaz de descubrir el modo de equilibrar la empatía, regular la activación de su
SNA y mantener su habilidad para pensar con claridad. Aquí la autora reconoce
que el mejor instrumento para evaluar nuestra situación personal será la toma de
conciencia de uno mismo como totalidad, prestando atención a lo que nos dice
109
sobre nosotros nuestro cuerpo y el propio sentido común. A nivel grupal, destaca
el papel de la psicoeducación de los equipos para identificar y desarrollar recursos
nutritivos de apoyo y enriquecimiento, y el autocuidado tanto del trabajo como de
la vida personal.
Otro autor (Pines, 1997, citado en Gil-Monte & Peiró, 1997), distingue seis
formas diferentes de ofrecer apoyo social en el trabajo: 1) Escuchar al sujeto de
forma activa, evitando dar consejos que no se piden o juicios; 2) Otorgarse apoyo
teórico; 3) Crear necesidades y pensamientos que desafíen la creatividad e
implicación en el trabajo; 4) Ofrecer apoyo emocional, entendido como apoyo
incondicional; 5) Dar apoyo emocional desafiante, que haga reflexionar al sujeto
sobre si realmente ha agotado todas las posibles alternativas y 6) Participar en la
realidad social del trabajador social, confirmando o cuestionando las creencias que
sostiene sobre sí mismo, su auto-eficacia y autoestima. Siendo esta última forma
de apoyo social especialmente importante cuando el sujeto cree que está
perdiendo su capacidad para evaluar de forma adecuada su entorno.
Acinas (2011), nos dice que se pueden llevar a cabo estrategias sencillas
en las diversas organizaciones para mejorar la situación de aquellos que se ven
con síntomas de desgaste o para prevenir los mismos. Estas estrategias pueden
ser crear talleres de relajación y prevención de estrés, encuentros de reflexión
entre trabajadores de un mismo programa o colegas, jornadas sobre manejo de
conflictos o instaurar servicios de apoyo psicológico a los trabajadores que así lo
requieran.
Si nos vamos de lleno al plano de cuidado de equipos, Arón y Llanos (2004)
manifiestan que esta tarea consiste en crear y asegurar condiciones de trabajo
que transmitan un mensaje de preocupación y cuidado. Entre las formas que
sugieren los autores como propulsoras de este mensaje de protección, se
encuentra el asegurar a los trabajadores las condiciones mínimas de resguardo de
su integridad personal en el trabajo; facilitar espacios de contención emocional
espontáneos en relación a los casos o las problemáticas atendidas, sobre todo si
éstas han sido especialmente traumatizantes; así como espacios de contención
formales y estructurados cada cierto periodo de tiempo que el equipo considere
110
óptimo (una buena opción puede ser durante las reuniones técnicas), que recaería
en un incremento del compañerismo; compartir la responsabilidad de las
decisiones arriesgadas o importantes en relación a los casos atendidos; compartir
la responsabilidad de las acciones que ponen en riesgo la integridad de los
profesionales, como por ejemplo visitas domiciliarias o acciones judiciales;
establecimiento de relaciones de confianza entre los miembros del equipo que se
pueden lograr organizando reuniones entre los miembros pero fuera del ámbito
laboral; estilos de liderazgo democráticos, que impidan el silencio frente a los
conflictos; estilos de supervisión protectores y fortalecedores de los propios
recursos; fomentar la resolución no confrontacional de conflictos y diferencias;
registro y visibilización de la traumatización de los equipos, que permita pedir
ayuda oportuna; y por último, la generación de espacios protegidos para la
explicitación y resolución de los problemas surgidos al interior de los equipos.
En base a lo dicho, resulta más que apropiada la medición de las Fortalezas
del Carácter (Peterson & Seligman, 2004) y Capital Psicológico (Luthans, Avolio &
Youssef, 2007), pues se observa que dentro de las sugerencias para el cuidado de
equipos de trabajo muchas se pueden emular desde lo que se concibe como
inteligencia social, perseverancia, autoeficacia, esperanza o prácticamente todas
las cualidades positivas del ser humano que la Psicología Positiva desarrolla.
Para cerrar este tema, creemos interesante reflexionar sobre la resiliencia,
capacidad tan preciada y que generalmente se ocupa para hablar de los
destinatarios de las intervenciones sociales. Creemos que ésta no es única de
este grupo, y que también otorga sentido si la instalamos ahora como una cualidad
humana que puede estar presente en los trabajadores de los programas sociales.
Como señala Grotberg (1995) se trata de la capacidad del ser humano para hacer
frente a las adversidades de la vida, superarlas e inclusive, ser transformado por
ellas. O Vanistendael (1994), que distingue dos componentes: la resistencia frente
a la destrucción; es decir, la capacidad de proteger la propia integridad bajo
presión y, por otra parte, la capacidad de forjar un comportamiento vital positivo
pese a circunstancias difíciles. Es de éste modo, como su desarrollo puede llevar
a que pese a las complejidades de este trabajo sea una fuente de
111
inconmensurable valor para el crecimiento individual y grupal dentro del trabajo; a
tener una vida sana, aunque el medio en el que se labore sea difícil y muchas
veces insano o abrumador (Rutter, 1991).
112
4. OBJETIVOS
4.1 Objetivo general
Describir las características psicométricas de los instrumentos VIA-IS
y PCQ en un grupo de trabajadores de programas sociales de las
regiones de Coquimbo, Valparaíso y Maule.
4.2 Objetivos específicos
Describir la validez formal de los instrumentos VIA-IS y PCQ para un
grupo de trabajadores de programas sociales de las regiones de
Coquimbo, Valparaíso y Maule.
Determinar la validez de constructo factorial de los instrumentos VIA-
IS y PCQ en un grupo de trabajadores de programas sociales de las
regiones de Coquimbo, Valparaíso y Maule.
Determinar la confiabilidad de los instrumentos VIA-IS y PCQ en un
grupo de trabajadores de programas sociales de las regiones de
Coquimbo, Valparaíso y Maule.
Determinar el grado de homogeneidad de los instrumentos VIA-IS y
PCQ en un grupo de trabajadores de programas sociales de las
regiones de Coquimbo, Valparaíso y Maule.
113
5. ASPECTOS METODOLÓGICOS
5.1 Tipo de Investigación
La investigación propuesta es de carácter cuantitativo, de tipo descriptivo y
el diseño es no-experimental, específicamente transeccional descriptivo; esta
clase de diseños busca indagar la incidencia y los valores en que se manifiesta
una o más variables, a través de la medición en un grupo de personas de una o
más variables y proporcionar su descripción (Hernández, Fernández y Baptista,
2003). Debido a esta última característica, se busca describir las características
psicométricas del VIA-IS y PCQ en una aplicación única a una muestra de
trabajadores de programas sociales de las regiones de Coquimbo, Valparaíso y
Maule.
5.2 Planteamiento de hipótesis
- Los instrumentos VIA-IS y PCQ presentan una validez formal aceptable en
la población estudiada.
- El instrumento VIA-IS presenta una dimensión por cada fortaleza producto
del análisis factorial en la población estudiada.
- El instrumento PCQ replica la estructura de cuatro factores producto del
análisis factorial en la población estudiada.
- Los instrumentos VIA-IS y PCQ presentan una confiabilidad aceptable en la
población estudiada.
- Los instrumentos VIA-IS y PCQ presentan un grado de homogeneidad
aceptable en la población estudiada.
- Algunos ítems de los instrumentos VIA-IS y PCQ no saturan factorialmente
en la población estudiada.
114
5.3 Participantes
El estudio estuvo enfocado en personas que están insertas en una
población de la cual no se tiene registro fidedigno de su magnitud; por lo tanto, la
muestra de operadores sociales fue de carácter intencional no probabilística. Se
escogió este método por la naturaleza del diseño, el cual requiere que los grupos
que participen sean grupos naturales. Por lo tanto, se aplicaron los instrumentos a
todos los operadores sociales involucrados en las organizaciones participantes,
compuestas a su vez por distintos programas sociales. A continuación, se exponen
los detalles de la muestra del pilotaje y de los participantes pertenecientes al
estudio principal, enmarcado en el proyecto FONDECYT N°111104954.
Como se puede apreciar de la información correspondiente al pilotaje (Ver
Anexos, Tabla 1.1), se optó por elegir dos programas sociales bajo el criterio de la
complejidad (alta y baja-media) de los casos que atendían y el número de
integrantes de cada uno, similares entre ambos. La razón para esta elección se
basa en el contacto previo sostenido con las organizaciones y la cercanía física
con el centro de investigación, lo que permitió efectuar un proceso de pilotaje y
posterior análisis, rápido y eficiente.
Por otro lado, el estudio principal se estableció con la cooperación de 7
organizaciones sociales compuestas por distintos programas, de los cuales 23
accedieron a participar, con un total de 203 participantes (Ver Anexos, Tabla 1.2).
De acuerdo a la información anteriormente señalada, todas las organizaciones se
ubican en tres regiones de Chile (IV, V y VII), siendo el criterio para su elección el
contacto previo y aceptación de la participación en la investigación.5
4 El proyecto FONDECYT N°11110495 “Fortalezas del Carácter y Capital Psicológico en
trabajadores de programas sociales: su efecto en el bienestar y el desgaste profesional”
consiste en una investigación de tipo cuasi experimental pre-post con grupo de control de
espera. El grupo de participantes tomados en consideración para este estudio en particular
coincide con el grupo de línea base del proyecto FONDECYT. 5 Cabe señalar que estas regiones fueron seleccionadas debido a la viabilidad respecto a la
investigación, en términos de recursos económicos y humanos.
115
De esa forma, logramos disponer de un grupo amplio y variado de
programas sociales de Chile -203 participantes-, actualmente resulta imposible
reconocer la verdadera representatividad que la muestra de nuestro estudio
representa, esto debido a que en primer lugar no existen datos fidedignos de la
población de trabajadores del área social en Chile, los cuales se reparten en un
gran universo de instituciones privadas y estatales, con un importante sector que
trabaja bajo condiciones de gran precariedad (alta rotación, inestabilidad,
desempeño de labores a honorarios en periodos superior a tres meses, bajo
empresas subcontratistas, etc.).6 A pesar de estas condiciones, la naturaleza de la
muestra representa un grupo variado e importante de sujetos, distribuidos en tres
regiones del país que trabajan en distintos puestos (universitarios, técnicos y no
profesionales), en diversos tipos de organizaciones dedicadas al área social.
Consideramos, en ese sentido, que esta primera aproximación a la población de
trabajadores del área social parece adecuada y que, tomando en cuenta el
contexto actual, sus resultados son ciertamente valiosos para hacernos una idea
preliminar del estado de la población.
En cuanto a la distribución por sexo de los participantes, el total de la
muestra corresponde a 69 hombres (34,2%) y 133 mujeres (65,8%). La muestra
correspondiente al VIA-IS la componen 61 hombres (32,5%) y 127 mujeres
(67,6%), mientras que en el caso del PCQ la conforman 64 hombres (33,0%) y
130 mujeres (67,0%).
Finalmente, en cuanto a la edad de los participantes, los rangos del total de
la muestra oscilan entre 21 y 72 años, con una edad media de 34,02 (d.t. = 8,61).
Para el VIA-IS los rangos están entre 21 y 64 años, con una edad media de 33,57
(d.t. =8.03), mientras que en el caso del PCQ los rangos también se sitúan entre
21 y 64 años, con una edad media de 33,91 (d.t.= 8,21).
6 La actual condición laboral de los trabajadores del área social en Chile ha sido denunciada, entre
otros sectores, por la Coordinadora Interregional de Trabajadores del Área Social y la
Agrupación de Trabajadores y Trabajadores del Área Social.
116
5.4 Instrumentos
5.4.1 VÍA-IS
Es un cuestionario de auto informe para la evaluación de las 6 virtudes y 24
fortalezas del carácter, las que ya fueron detalladas en el Marco Teórico. Este
inventario usa una Escala Likert de 5 puntos (que van desde muy parecido a mí
hasta muy diferente a mí) para medir la frecuencia en que uno se percibe a sí
mismo realizando conductas representativas de las fortalezas y virtudes del
carácter (Cosentino, 2009). Algunos ejemplos de preguntas de este cuestionario
se exponen a continuación:
1. “El mundo me parece un lugar muy interesante”.
2. “Aprecio mucho cualquier forma de arte”.
3. “Yo digo la verdad aunque duela”.
Las puntuaciones globales obtenidas en el VIA-IS a través de las 24
fortalezas que componen el instrumento se presentan mediante las cinco
“Fortalezas Personales” que posee cada sujeto. Estas nos indican las fortalezas
que el sujeto utiliza con mayor frecuencia en su vida cotidiana. Tales resultados
son entregados a las personas en orden decreciente, ordenando las 24 fortalezas
que conforman la prueba desde la que tiene mayor presencia en una persona
hasta la que tiene menor presencia, otorgando descripciones detalladas de los
aspectos que comprende cada una de ellas, como se muestra textual a
continuación:
“Tu mejor fortaleza: creatividad, ingenuidad, originalidad. Pensar en nuevas
formas de hacer las cosas es algo esencial en su forma de ser. Usted nunca está
satisfecho haciendo algo de la forma convencional si existe un modo mejor.”
Para su aplicación se ocupó una versión online del instrumento que estaba
disponible en español, la que fue utilizada en la presente investigación con
117
algunas modificaciones gramaticales7. Para el proceso de traducción del VIA-IS
original del inglés al español, el psicólogo Carmelo Vásquez refiere que se
juntaron entre 8 a 10 psicólogos de diversos países de habla hispana (entre los
cuales intervino una chilena) optando por realizar un trabajo de traducción
backward (comunicación personal con Carmelo Vásquez, 13 de diciembre de
2012).
Así, en primera instancia el cuestionario original fue traducido de forma
directa por Gonzalo Hervás (Doctor en Psicología y Profesor de la Universidad
Complutense de Madrid), quien fue supervisado por Carmelo Vásquez (Doctor en
Psicología y Profesor de la Universidad Complutense de Madrid); mientras que
Maria Larrusso (Psicóloga de la Universidad de Pennsylvania) y Vickie Andrews
(Psicóloga, Máster en Psicología Clínica y de la Salud de la Universidad
Complutense de Madrid) se encargaron de realizar la traducción inversa para
luego realizar una discusión ítem por ítem contrastando la versión original con la
inversa.
Finalmente se realizó una sesión de 12 horas de revisión ítem por ítem con
6 psicólogos latinoamericanos más una angloparlante nativo (Vickie Andrews)
encargado de la supervisión, con quienes se llevó a cabo en última instancia la
traducción final.
5.4.2 PCQ
Es un cuestionario de 24 ítems, construido en base a cuatro escalas: la
Escala de Amplitud de Autoeficacia o Role Breadth Self-Efficacy Scale (Parker,
1998), la Escala del Estado de Esperanza o State Hope Scale (Snyder et al.,
1996), la Escala de Resilencia o Resilience Scale (Wagnild & Young, 1993), y la
Escala de Optimismo o Optimism Scale (Scheier & Carver, 1985). Por lo tanto, las
dimensiones que comprenden la prueba corresponden a la autoeficacia,
esperanza, resiliencia y optimismo.
7 Por indicación explícita de los dueños del instrumento, los reactivos fueron adecuados al contexto
chileno.
118
El PCQ también consta de una escala tipo Likert, pero de 6 puntos, que van
desde “fuertemente en desacuerdo” hasta “fuertemente de acuerdo”. Algunos
ejemplos de los ítems que componen este instrumento se mencionan a
continuación:
1. “Hay muchos caminos para resolver un problema”.
2. “En este trabajo, las cosas nunca resultan como yo quiero”.
La forma de asignar puntuaciones para el PCQ es otorgar un punto de
acuerdo a los grados de la escala Likert, excepto los ítems 13, 20 y 23 a los que
corresponde puntajes inversos, por ejemplo, el grado 6 se le cambia por 1, el
grado 2 se le cambia a 5. El puntaje total corresponde al nivel de Capital
Psicológico que posee un individuo, por lo que mientras mayor sea este valor
implica contar con más factores protectores para situaciones estresantes, por lo
que las cuatro dimensiones en su conjunto son más importantes que cada una por
separado.
Debido a que el cuestionario no se encontraba disponible en español, se
realizó una traducción backward por parte de profesionales del Instituto de
Ciencias del Lenguaje de la PUCV, partiendo del instrumento original en inglés
para llevar a cabo este proceso. A partir de la traducción en español se realizó el
mismo proceso pero en inglés, para determinar si existía pérdida de sentido de las
frases; ambas traducciones experimentaron ligeras diferencias entre sí, sin afectar
sustancialmente los enunciados. Finalmente, Fred Luthans, creador de la prueba,
autorizó la traducción para utilizarla en la investigación FONDECYT N°11110495,
dentro de la cual se inserta esta tesis.
5.5 Tratamiento de los Datos
Con el objetivo de contar con datos confiables producto de la aplicación del
VIA-IS y PCQ se efectuaron algunos procedimientos que implicaron la revisión
exhaustiva de la información proporcionada por los participantes al momento de
119
contestar los cuestionarios, tomándose las siguientes decisiones en el tratamiento
de los datos:
Páginas en blanco: En el VÍA-IS se consideraba página en blanco cuando se
presentaba al menos una página con ítems sin contestar, lo que se observó en 9
formularios que fueron eliminados de la muestra; en el PCQ, en cambio, no se
eliminó ningún formulario, ya que se considera página en blanco una cantidad
igual o superior a 12 ítems sin contestar.
Respuestas de carril: En el VÍA-IS se eliminaron de la muestra 5 formularios que
corresponden a aquellos sujetos que contestaron al menos una página de manera
consecutiva con una única respuesta (por ejemplo, solamente la opción 5); en
cambio en el PCQ, las respuestas de carril corresponden a aquellos sujetos que
en las primeras 12 preguntas contestaban con la misma opción y, si en las
siguientes contestaban con un mismo número se revisaba la coherencia interna
(ya que corresponden a ítems inversos), que de no existir, se eliminaban de la
muestra. Sin embargo, si solo en las primeras 12 preguntas se contestaba con la
misma opción y en las siguientes se utilizan otras alternativas, se consideraba
como válido. Por tales restricciones se eliminaron 8 formularios de la muestra.
Reemplazo de datos perdidos: Para aquellos ítems que no fueron contestados por
los participantes se optó por utilizar el procedimiento media de la serie con el
programa SPSS, el cual reemplaza por valores con decimales aquellos datos
perdidos de la muestra. De esta forma, en el VÍA-IS se reemplazaron 40 ítems,
mientras que en el PCQ se reemplazaron 5 ítems.
Una vez efectuados los procedimientos citados, las muestras
correspondientes a los instrumentos comprenden 189 participantes para el VIA-IS
y 195 sujetos para el PCQ.
120
5.6 Técnicas de Análisis de Datos
En primer lugar, para determinar la validez formal de ambos instrumentos
se revisaron los comentarios presentes en los formularios aplicados en la etapa
del pilotaje y la frecuencia de ítems que presentaban datos perdidos. Lo anterior
permitió realizar modificaciones de gramática y sentido en los enunciados que
presentaban mayores dificultades al momento de ser contestados por los sujetos.
La confiabilidad se estudió utilizando el método de Alfa de Cronbach en
base a la consistencia interna entre reactivos. La razón de esta elección se
justifica en que este coeficiente es apropiado para pruebas que contienen
reactivos que no son dicotómicos (Campo-Arias & Oviedo, 2008), como es el caso
de ambos test. Para analizar los grados de consistencia interna se siguió el criterio
de George y Mallery (2003), quienes sostienen que puntajes entre 0 y 0.5 se
interpretan como inaceptables; puntajes entre 0.5 y 0.6 como pobres; puntajes
entre 0.6 y 0.7 como dudosos; puntajes entre 0.7 y 0,8 como aceptables; puntajes
entre 0,8 y 0,9 como buenos y puntajes de 0,9 a 1 como excelentes.
Posteriormente, se trabajó con el nivel de significación de las correlaciones
encontradas.
Además, los datos recogidos por medio de los instrumentos psicométricos
fueron sometidos a un análisis factorial de tipo exploratorio para determinar validez
de constructo, ya que se pretendía determinar si el número de factores obtenidos y
sus cargas se corresponden con lo que cabría esperar de acuerdo a la teoría.
Para efectuar el análisis factorial del VIA-IS, se parte del supuesto de
unidimensionalidad de las fortalezas del carácter, sin que exista un constructo
subyacente que produzca un efecto de sinergia entre sus componentes. Para ello,
se utilizó la técnica de rotación varimax y el método de componentes principales,
los cuales que al suponer una solución ortogonal resultan más adecuados para
constructos que no presentan correlaciones entre sí (Morales, 2012). Además, se
121
recurrió a los estadísticos KMO8 y prueba de esfericidad de Bartlett9 en cada caso
para determinar si los datos se adecuaban a un análisis factorial.
Con el objetivo de que los datos fueran adecuados para realizar un modelo
factorial, se procedió al análisis de las 24 fortalezas por separado, descartando de
este modo realizar un análisis factorial completo del instrumento. Debido a que el
total de participantes es menor a la cantidad de reactivos, no es viable realizar un
análisis factorial de los 240 ítems a la vez. De este modo, se partió por determinar
cuáles ítems no conformaban factores para su posterior revisión, adecuación en
otras dimensiones y/o eliminación. También aquellos ítems considerados dudosos
dentro del análisis, fueron revisados a través de la matriz de correlaciones de la
prueba completa, prestando atención a los valores de r de Pearson y los niveles
de signifcación (p<.05) en relación a otras preguntas, para finalmente verificar la
similitud temática entre reactivos y realizar análisis factoriales de simulación en
otras fortalezas, en las que pudiesen tener mejor funcionamiento.
En el caso del PCQ, se partió de la base de que el Capital Psicológico
comprende dimensiones que subyacen a su estructura, empleándose la técnica de
rotación oblicua y el Método de Máxima Verosimilitud, debido a la certeza de
correlación entre los constructos; esto puede ser analizado más eficientemente
mediante una solución oblicua (Morales, 2012).
El análisis de los ítems de la prueba (homogeneidad) se realizó el utilizando
el coeficiente gamma de Goodman-Kruskal, el cual permite determinar la relación
entre dos variables cuando al menos una de ellas es de carácter ordinal, ideal 8 El estadístico KMO es un índice que toma valores entre 0 y 1. Se utiliza para comparar las
magnitudes de los coeficientes de correlación observados con las magnitudes de los
coeficientes de correlación parcial de forma que cuanto más pequeño sea su valor, mayor es el
valor de los coeficientes de correlación parciales y, por lo tanto, menos deseable es realizar un
análisis factorial (Meza, L. 2009). 9 La prueba de esfericidad de Bartlett se utiliza para probar la Hipótesis Nula que afirma que las
variables no están correlacionadas en la población. Es decir, comprueba si la matriz de
correlaciones es una matriz de identidad. Se puede dar como válidos aquellos resultados que
nos presenten un valor elevado del test y cuya fiabilidad sea menor a 0.05. En este caso se
rechaza la Hipótesis Nula y se continúa con el análisis
122
para comparar la asociación entre preguntas estilo escala Likert como las
existentes en el VIA-IS y el PCQ.
Para todos los análisis descritos se utilizó principalmente el programa
computacional de análisis de datos, SPSS (Statistical Package for the Social
Sciences). Por otro lado, se utilizó para otros análisis y para la construcción de
algunas de las tablas, el programa computacional Microsoft Excel.
5.7 Aspectos Éticos de la Investigación
De acuerdo al Artículo 15º del Código de Ética del Colegio de Psicólogos de
Chile (1997), este trabajo buscó en todo momento resguardar las normas y
criterios aceptados por la comunidad científica, y el bienestar y los derechos de las
personas participantes. Esto se logró mediante el uso adecuado del
consentimiento informado, expreso y por escrito para cada uno de los
participantes, creando para el mantenimiento de la confidencialidad un código
especial para cada uno, lo que evitaba el mal manejo de datos personales tanto
para el equipo investigador como para los equipos de trabajo donde estaban cada
uno de ellos insertos. Además, las aplicaciones se realizaron con la presencia de
algún miembro del equipo, quien explicaba a los participantes las características
de la investigación, sus usos y alcances, así como su interés de recibir cualquier
duda que surgiese. A nivel escrito, se entregó un documento a cada participante y
autoridad de la organización a nombre de la Psicóloga Responsable Dra. María
de los Ángeles Bilbao, donde se informaba de las características de la
investigación y se entregaban todos los datos necesarios en caso de que el
participante quisiese comunicarse personalmente con la profesional.
Por todos los medios anteriormente descritos se les declaró a los
participantes que tenían el derecho de suspender su participación en el momento
que así lo estimasen conveniente.
Finalmente, es importante recordar que como aspirantes al título de
Psicólogo, en todo momento contamos con la supervisión de la profesora guía
123
Dra. María de los Ángeles Bilbao, quien procuró el cumplimiento de estos
aspectos enmarcados siempre desde el proyecto FONDECYT N°11110495.
6. RESULTADOS
6.1 Validez formal
A partir del pilotaje realizado, se revisaron los comentarios de los
participantes sobre los ítems de ambas pruebas, los cuales se presentan a
continuación:
VIA-IS
- Pregunta 31: “Confusa: problema emocional.”
- Pregunta 78: “El que a un amigo le vaya mal con un consejo no depende
de mí, no es ni muy parecido ni muy diferente a mí.”
- Pregunta 83: “Me afectó en la primera lectura, sentí un poco de tristeza.”
- Pregunta 111: “Confusa.”
- Pregunta 159: “Cuesta saber a qué se refiere los siempre o los nunca…
¿Están pensados como cantidad? (Ej. Como escala de mentiras que
existen en otros test).”
- Pregunta 177: “Muy extremo morir/no se entiende.”
- Pregunta 214: “Pregunta muy metafórica.”
- “La escala me costó asimilarla al rango de parecido o diferente a mí.”
- “La expresión muy parecido a mí y neutro cuesta conectarse con los
reactivos. Preferiría SI-NO-A VECES.”
PCQ
- Pregunta 5: “No logré entender en totalidad a lo que se refería”
124
- Pregunta 20: “La conjunción de los verbos me confundió. Incierta.”
- Pregunta 24: “No comprendo la idea/actitud o visión”
En cuanto a los datos cuantitativos obtenidos del pilotaje, en el caso del
VIA-IS, solamente tres participantes dieron respuestas perdidas a más de un
reactivo, encontrándose 10 ítems con esta situación (30, 48, 76, 87, 145, 146, 204,
205, 217, 223). Por otro lado, en el PCQ, dos participantes presentaron datos
perdidos, en los ítems 20 y 24.
A partir del análisis de los comentarios surgidos de los participantes del
pilotaje y del número de omisiones, se determinó que las pruebas no poseían
mayores dificultades para ser comprendidas en un sentido general, pero que sin
embargo, algunos ítems resultaban complicados de entender para un grupo
minoritario de la muestra.
6.2 Estadísticos descriptivos del pilotaje
En cuanto al instrumento VIA-IS, las medias más altas (Ver Anexos, Tabla
1.4) corresponden a las fortalezas de Vitalidad (M=2.89), Autorregulación
(M=2.78), Amor por el aprendizaje (M=2.70), Perdón (M=2.64) y Espiritualidad
(M=2.61). Los valores más bajos se encuentran en Equidad (M=1.72), Bondad
(M=1.80), Honestidad (M=1.81), Amor (M=1.89).
Por otro lado en el PCQ, la media correspondiente a la escala total tiene un
valor de M=4.40 (Ver Anexos, Tabla 1.3), mientras que la media más alta
corresponde a la dimensión de Autoeficacia (M=4.82) y el valor más bajo se
encuentra en Optimismo (M=4.18).
6.3 Resultados del estudio
6.3.1 VIA-IS
6.3.1.1 Estadísticos descriptivos
125
Todas las medias aritméticas de las fortalezas (ver Anexos, Tabla 1.6) se
encuentran por encima del rango de puntuación media de la escala (neutro=3).
Los valores más altos se obtienen en las subescalas Equidad (M=4,49), Bondad
(M=4,28), Trabajo en Equipo (M=4,27), Honestidad (M=4,26) y Gratitud (M=4,23).
Las medias más bajas pertenecen a Espiritualidad (M=3,62), Humildad
(M=3,68), Perspectiva (M=3,71), Prudencia (M=3,76) y Vitalidad (M=3,76).
6.3.1.2 Homogeneidad
El análisis de homogeneidad realizado con el coeficiente de asociación
gamma de Goodman-Kruskal (G), arrojó que el promedio de asociaciones ítem-
ítem interno a cada fortaleza (ver Anexos, Tabla 2.1) indicaba una relación
moderada (entre 0.4 y 0.6). A pesar de esto, tres de las fortalezas mantienen un
promedio de asociación interno entre sus ítems que indica una relación baja (Amor
por el Aprendizaje [M=0.39], Humildad [M=0.36] y Autorregulación [M=0.34]); por
otro lado, las fortalezas que mostraron mayores asociaciones internas fueron
Humor (M=0.58), Equidad (M=0.56) y Gratitud (M=0.56).
En Creatividad (M=0.51), las preguntas que mostraron un promedio de
asociación más alto fueron la 100 (M=0.61), la 148 (M=0.58) y la 76 (M=0.53),
mientras que las preguntas que mostraron un promedio de asociación más bajo
fueron la 74 (M=0.38), la 28 (M=0.39) y la 4 (M=0.46).
En Curiosidad (M=0.41), las preguntas que mostraron un promedio de
asociación más alto fueron la 73 (M=0.48), la 49 (M=0.45) y la 145 (M=0.45),
mientras que las preguntas que mostraron un promedio de asociación más bajo
fueron la 25 (M=0.30), la 217 (M=0.35) y la 121 (M=0.39).
En Pensamiento crítico (M=0.43), las preguntas que mostraron un promedio
de asociación más alto fueron la 171 (M=0.48), la 27 (M=0.48) y la 147 (M=0.47),
mientras que las preguntas que mostraron un promedio de asociación más bajo
fueron la 198 (M=0.28), la 51 (M=0.38) y la 30 (M=0.40).
En Amor por el aprendizaje (M=0.39), las preguntas que mostraron un
promedio de asociación más alto fueron la 146 (M=0.49), la 98 (M=0.44) y la 194
126
(M=0.44), mientras que las preguntas que mostraron un promedio de asociación
más bajo fueron la 122 (M=0.19), la 2 (M=0.34) y la 121 (M=0.37).
En Perspectiva (M=0.46), las preguntas que mostraron un promedio de
asociación más alto fueron la 126 (M=0.52), la 102 (M=0.51) y la 222 (M=0.48),
mientras que las preguntas que mostraron un promedio de asociación más bajo
fueron la 54 (M=0.34), la 174 (M=0.42) y la 150 (M=0.43).
En Valentía (M=0.44), las preguntas que mostraron un promedio de
asociación más alto fueron la 151 (M=0.48), la 127 (M=0.47) y la 223 (M=0.46),
mientras que las preguntas que mostraron un promedio de asociación más bajo
fueron la 79 (M=0.37), la 55 (M=0.40) y la 199 (M=0.44).
En Perseverancia (M=0.55), las preguntas que mostraron un promedio de
asociación más alto fueron la 80 (M=0.66), la 32 (M=0.60) y la 128 (M=0.60),
mientras que las preguntas que mostraron un promedio de asociación más bajo
fueron la 152 (M=0.36), la 56 (M=0.49) y la 200 (M=0.53).
En Honestidad (M=0.49), las preguntas que mostraron un promedio de
asociación más alto fueron la 105 (M=0.60), la 129 (M=0.56) y la 81 (M=0.53),
mientras que las preguntas que mostraron un promedio de asociación más bajo
fueron la 232 (M=0.39), la 201 (M=0.42) y la 57 (M=0.44).
En Vitalidad (M=0.43), las preguntas que mostraron un promedio de
asociación más alto fueron la 143 (M=0.53), la 215 (M=0.51) y la 239 (M=0.50),
mientras que las preguntas que mostraron un promedio de asociación más bajo
fueron la 47 (M=0.30), la 167 (M=0.33) y la 95 (M=0.42).
En Amor (M=0.42), las preguntas que mostraron un promedio de asociación
más alto fueron la 155 (M=0.53), la 179 (M=0.53) y la 131 (M=0.41), mientras que
las preguntas que mostraron un promedio de asociación más bajo fueron la 11
(M=0.28), la 227 (M=0.34) y la 59 (M=0.35).
En Bondad (M=0.48), las preguntas que mostraron un promedio de
asociación más alto fueron la 226 (M=0.52), la 178 (M=0.52) y la 154 (M=0.50),
mientras que las preguntas que mostraron un promedio de asociación más bajo
fueron la 202 (M=0.37), la 130 (M=0.43) y la 34 (M=0.47).
127
En Inteligencia social (M=0.40), las preguntas que mostraron un promedio
de asociación más alto fueron la 101 (M=0.47), la 149 (M=0.45) y la 173 (M=0.43),
mientras que las preguntas que mostraron un promedio de asociación más bajo
fueron la 221 (M=0.25), la 53 (M=0.35) y la 197 (M=0.39).
En Trabajo en equipo (M=0.46), las preguntas que mostraron un promedio
de asociación más alto fueron la 156 (M=0.59), la 132 (M=0.53) y la 204 (M=0.52),
mientras que las preguntas que mostraron un promedio de asociación más bajo
fueron la 84 (M=0.36), la 37 (M=0.40) y la 60 (M=0.41).
En Equidad (M=0.56), las preguntas que mostraron un promedio de
asociación más alto fueron la 85 (M=0.64), la 205 (M=0.63) y la 229 (M=0.59),
mientras que las preguntas que mostraron un promedio de asociación más bajo
fueron la 157 (M=0.44), la 109 (M=0.45) y la 61 (M=0.53).
En Liderazgo (M=0.42), las preguntas que mostraron un promedio de
asociación más alto fueron la 182 (M=0.51), la 206 (M=0.50) y la 110 (M=0.45),
mientras que las preguntas que mostraron un promedio de asociación más bajo
fueron la 12 (M=0.25), la 158 (M=0.37) y la 134 (M=0.37).
En Perdón (M=0.44), las preguntas que mostraron un promedio de
asociación más alto fueron la 192 (M=0.50), la 96 (M=0.49) y la 120 (M=0.48),
mientras que las preguntas que mostraron un promedio de asociación más bajo
fueron la 24 (M=0.29), la 240 (M=0.39) y la 216 (M=0.43).
En Humildad (M=0.36), las preguntas que mostraron un promedio de
asociación más alto fueron la 21 (M=0.41), la 189 (M=0.40) y la 93 (M=0.39),
mientras que las preguntas que mostraron un promedio de asociación más bajo
fueron la 237 (M=0.24), la 165 (M=0.31) y la 69 (M=0.31).
En Prudencia (M=0.43), las preguntas que mostraron un promedio de
asociación más alto fueron la 136 (M=0.54), la 64 (M=0.52) y la 208 (M=0.52),
mientras que las preguntas que mostraron un promedio de asociación más bajo
fueron la 40 (M=0.27), la 112 (M=0.27) y la 88 (M=0.36).
En Autorregulación (M=0.34), las preguntas que mostraron un promedio de
asociación más alto fueron la 159 (M=0.39), la 207 (M=0.39) y la 111 (M=0.38),
128
mientras que las preguntas que mostraron un promedio de asociación más bajo
fueron la 15 (M=0.21), la 183 (M=0.32) y la 63 (M=0.34).
En Apreciación de la belleza y excelencia (M=0.49), las preguntas que
mostraron un promedio de asociación más alto fueron la 137 (M=0.53), la 65
(M=0.52) y la 89 (M=0.52), mientras que las preguntas que mostraron un promedio
de asociación más bajo fueron la 209 (M=0.40), la 41 (M=0.41) y la 161 (M=0.48).
En Gratitud (M=0.56), las preguntas que mostraron un promedio de
asociación más alto fueron la 186 (M=0.69), la 162 (M=0.68) y la 114 (M=0.61),
mientras que las preguntas que mostraron un promedio de asociación más bajo
fueron la 35 (M=0.42), la 66 (M=0.42) y la 138 (M=0.47).
En Esperanza (M=0.53), las preguntas que mostraron un promedio de
asociación más alto fueron la 211 (M=0.58), la 67 (M=0.56) y la 235 (M=0.54),
mientras que las preguntas que mostraron un promedio de asociación más bajo
fueron la 115 (M=0.46), la 19 (M=0.50) y la 43 (M=0.50).
En Humor (M=0.58), las preguntas que mostraron un promedio de
asociación más alto fueron la 118 (M=0.69), la 70 (M=0.66) y la 166 (M=0.66),
mientras que las preguntas que mostraron un promedio de asociación más bajo
fueron la 169 (M=0.39), la 46 (M=0.46) y la 142 (M=0.48).
En Espiritualidad (M=0.53), las preguntas que mostraron un promedio de
asociación más alto fueron la 140 (M=0.61), la 188 (M=0.59) y la 68 (M=0.56),
mientras que las preguntas que mostraron un promedio de asociación más bajo
fueron la 236 (M=0.43), la 116 (M=0.48) y la 164 (M=0.49).
En resumen, las fortalezas que presentan mayores niveles de
homogeneidad en el VIA-IS corresponden a Humor, Equidad, Gratitud,
Perseverancia, Esperanza y Espiritualidad, mientras que aquellas con menores
niveles abarcan Autorregulación, Humildad, Amor por el aprendizaje, Inteligencia
social y Curiosidad.
6.3.1.3 Confiabilidad
De todas las fortalezas que componen el instrumento, 23 tienen valores de
alfa de Cronbach que oscilan entre 0.72 y 0.88 (ver Anexos, Tabla 2.4), por lo que
129
corresponden a rangos aceptables y buenos de confiabilidad para la prueba,
excepto el valor perteneciente a Autorregulación, con rango dudoso (α=0.69).
En contraste, se destacan los valores correspondientes a las fortalezas de
Espiritualidad (α=0.88), Humor (α=0.87) y Perseverancia (α=0.85). Por otro lado,
los valores más bajos corresponden a Autorregulación (α=0.69), Inteligencia Social
(α=0.72), Amor (α=0.73) y Equidad (α=0.73).
6.3.1.4 Análisis factorial
Para efectuar el análisis factorial del VIA-IS, se procedió a revisar cada
fortaleza por separado, puesto que el número de participantes (N=189) era menor
que la cantidad de reactivos (240), haciendo que el programa SPSS detectara
error en el procesamiento de los datos al realizar un análisis general.
Se revisó en cada fortaleza los 10 ítems originales, poniendo énfasis en
aquellos que no constituían un factor por dos razones: no alcanzaban el mínimo
de dos reactivos para configurar un factor o porque no estaban representados en
todos los factores obtenidos tras la rotación. El valor de las comunalidades inferior
a 0.30 y las cargas factoriales inferiores a 0.30 que aparecían en los ítems que no
cumplieron los criterios mencionados era razón suficiente para revisarlos en base
a otros aspectos, tales como el nivel de significación de las correlaciones de
Pearson dentro de cada dimensión y en relación a la escala general, revisándose
en última instancia el contenido temático del reactivo dentro de su fortaleza
original o aquellas que mejor se ajustaban a la frase descrita. Si bien era relevante
que las correlaciones de Pearson fueran con 95 y 99% de confianza y
significativas (con p<.05), la similitud temática de los reactivos con otras
dimensiones constituía el aspecto gravitante para realizar simulaciones factoriales
en otra fortaleza. Este último aspecto se revisó en base a la clasificación de
Peterson y Seligman (2004) sobre las Fortalezas del Carácter, prestando atención
a aquellos aspectos cognitivos y a nivel de comportamientos que representaban a
cada dimensión, y así comparando el ítem en cuestión con aquella que mejor lo
caracterizara.
130
Por último, se efectuaron simulaciones en cada dimensión, verificando
aquellas preguntas que no configuraban factores o no estaban representadas en
todos los factores tras la rotación.
A continuación se detalla el análisis factorial de cada fortaleza que compone
el VIA-IS:
1) Amor. Las pruebas de KMO (0.81) y de esfericidad de Bartlett (χ²=368.86,
p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para realizar un
análisis factorial. La matriz rotada con los 10 reactivos originales (11, 35, 59, 83,
107, 131, 155, 179, 203, 227) configura 2 factores, pero el ítem 35 queda aislado
(carga factorial=.78). La matriz sin el ítem 35 configura 3 factores, pero el ítem 107
queda aislado (carga factorial=.72). El ítem 35 decidimos probarlo en la dimensión
de Gratitud por la coherencia temática con los reactivos que la componen,
finalmente configurando un nuevo reactivo de esta fortaleza. El ítem 107 es
eliminado de la fortaleza de Amor debido a su escasa correlación temática con
otras fortalezas. Las pruebas de KMO (0.81) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=285.05, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
realizar un análisis factorial; al eliminar los ítems 35 y 107 del análisis se configura
un único factor con un 37.41% de varianza explicada (ver Anexos, Tabla 3.1.1).
Los ítems definitivos que configuran esta fortaleza son: 11, 59, 83, 131, 155,
179, 203 y 227.
2) Amor por el aprendizaje. Las pruebas de KMO (0.80) y de esfericidad de
Bartlett (χ²=601.17, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado
para realizar un análisis factorial. La matriz rotada con los 10 reactivos originales
(2, 26, 50, 74, 98, 122, 146, 170, 194, 218) configura 2 factores, pero los ítems 26
(carga factorial=.74) y 74 (carga factorial=.79) quedan aislados. Se prueban los
ítems 121 y 123, provenientes desde Curiosidad y Pensamiento Crítico
respectivamente (debido a sus altas coherencias temáticas con ambas
dimensiones, sólo el 121 configurando un factor en Amor por el aprendizaje); por
otra parte, el ítem 26 se decide probar en Creatividad, mientras que el 74 se
131
prueba en Curiosidad y Creatividad, el primero no logrando configurar un factor, a
diferencia del segundo, que definitivamente queda en Creatividad.
El resultado más favorable se obtiene sin los ítems 26, 74 y 123 (ver
Anexos, Tabla 3.1.2). Las pruebas de KMO (0.80) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=492.7, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
realizar un análisis factorial, configurándose 2 factores con un 53.55% de varianza
explicada, que hemos denominado Aprendizaje formal (libros, visita a museos, por
ejemplo) y Motivación/ganas por aprender.
Los ítems definitivos que configuran Amor por el aprendizaje son: 2, 50, 98,
121, 122, 146, 170, 194 y 218.
3) Apreciación de la belleza y excelencia. Las pruebas de KMO (0.83) y de
esfericidad de Bartlett (χ²=524.64, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos
era adecuado para realizar un análisis factorial. La matriz rotada con los 10
reactivos originales (17, 41, 65, 89, 113, 137, 161, 185, 209, 233) configura 3
factores, pero los ítems 17 (cargas factoriales=.17, .70) y 233 (carga factorial=.80)
no alcanzan a configurar un factor, debido a la imposibilidad de ser representados
en todos los factores. Se prueba el ítem 42, proveniente desde Gratitud, sin los
ítems 17 y 233 (que decidimos eliminarlos por su escasa coherencia temática con
otras fortalezas); las pruebas de KMO (0.84) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=466.02, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
realizar un análisis factorial. El resultado más favorable se obtiene eliminando los
ítems 17, 42 (ya que no satura adecuadamente en la matriz factorial) y 233,
resultando una matriz de 2 factores (ver Anexos, Tabla 3.1.3), con un 59.16% de
varianza explicada, y que hemos denominado Belleza del entorno (naturaleza,
actos de generosidad, vida en general) y Excelencia artística.
Los ítems definitivos que configuran esta fortaleza son: 41, 65, 89, 113, 137,
161, 185 y 209.
132
4) Autorregulación. Las pruebas de KMO (0.77) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=355.28, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
realizar un análisis factorial. La matriz rotada con los 10 reactivos originales (15,
39, 63, 87, 111, 135, 159, 183, 207, 231) configura 2 factores, pero los ítems 135
(carga factorial=.78) y 231 (carga factorial=.71) no alcanzan a configurar un factor.
Se realiza una simulación sin los ítems citados, configurándose dos factores, pero
el ítem 39 (carga factorial=.71) queda aislado en la matriz. Las pruebas de KMO
(0.76) y de esfericidad de Bartlett (χ²=195.34, p=0.00) evidenciaron que el
conjunto de datos era adecuado para realizar un análisis factorial, al eliminar los
ítems 39 (que sin embargo se prueba en Prudencia, no logrando configurar un
factor), 135 y 231 (debido a su escasa coherencia temática con otras fortalezas y
lo anteriormente mencionado). Se conforman dos factores (ver Anexos, Tabla
3.1.4) con un 51.65% de varianza explicada, y que hemos denominado Autocontrol
y Autocuidado.
Los ítems definitivos que conforman esta fortaleza son: 15, 63, 87, 111, 159,
183 y 207.
5) Bondad. Las pruebas de KMO (0.85) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=399.82, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
realizar un análisis factorial. La matriz rotada con los 10 reactivos originales (10,
34, 58, 82, 106, 130, 154, 178, 202, 226) configura 2 factores, pero los ítems 10
(carga factorial=.60) y 106 (carga factorial=.60) no alcanzan a configurar un factor.
Se realiza una simulación sin los ítems citados; las pruebas de KMO (0.84) y de
esfericidad de Bartlett (χ²=330.80, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos
era adecuado para realizar un análisis factorial, configurándose un único factor
con un 40.91% de varianza explicada (ver Anexos, Tabla 3.1.5). Las preguntas 10
y 106 decidimos eliminarlas debido a la escasa coherencia temática con otras
fortalezas.
Los ítems definitivos que componen Bondad son: 34, 58, 82, 130, 154, 178,
202 y 226.
133
6) Creatividad. Las pruebas de KMO (0.86) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=538.41, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
realizar un análisis factorial. La matriz rotada con los 10 reactivos originales (4, 28,
52, 76, 100, 124, 148, 172, 196, 220) configura 2 factores, pero los ítems 196
(carga factorial=.79) y 220 (carga factorial=.75) no alcanzan a configurar un factor,
mientras que el 172 (cargas factoriales=.40, .49) conforma el factor 2 en solitario.
Los ítems 172 y 220 se prueban en las dimensiones de Curiosidad y Vitalidad
(debido a su alta coherencia temática, pero finalmente sin lograr configurar un
factor), mientras que son probados en Creatividad los ítems 26 y 74 (sólo este
último configurando un factor en Creatividad), provenientes desde Amor por el
Aprendizaje (con alta coherencia temática con Creatividad); el ítem 196 se decide
eliminarlo (puesto que no tiene similitud temática con otras fortalezas). Finalmente,
el resultado más favorable se obtiene agregando el ítem 74 a la solución (sin las
preguntas 26 y 196); las pruebas de KMO (0.86) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=440.06, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
realizar un análisis factorial, con un único factor que representa el 45.21% de la
varianza explicada (ver Anexos, Tabla 3.1.6).
Los ítems definitivos que conforman Creatividad son: 4, 28, 52, 74, 76, 100,
124 y 148.
7) Curiosidad. Las pruebas de KMO (0.82) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=359.71, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
realizar un análisis factorial. La matriz rotada con los 10 reactivos originales (1, 25,
49, 73, 97, 121, 145, 169, 193, 217) configura 3 factores, pero los ítems 97 (cargas
factoriales=.69, .33) y 169 (cargas factoriales=.17, .75) no están representados en
todos los factores, mientras que el 121 (cargas factoriales=.14, .84) conforma el
factor 2 en solitario. Los ítems 121 y 169 se prueban en las dimensiones de Amor
por el Aprendizaje y Humor respectivamente (ambos logrando configurar
definitivamente cada fortaleza), mientras que son probados en Curiosidad los
ítems 23 (proveniente de Vitalidad, configurando un factor en Curiosidad), 74
(proveniente de Amor por el Aprendizaje) y 172 (proveniente de Creatividad), estos
134
dos últimos no configurando un factor en Curiosidad; el ítem 97 se decide
eliminarlo (ya que no presenta similitud temática con otras fortalezas). Finalmente,
el resultado más favorable se obtiene agregando el ítem 23 a la solución (sin las
preguntas 74 y 172); las pruebas de KMO (0.83) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=264.10, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
realizar un análisis factorial, con un único factor que representa el 37.65% de la
varianza explicada (ver Anexos, Tabla 3.1.7).
Los ítems definitivos que conforman Curiosidad son: 1, 23, 25, 49, 73, 145,
193 y 217.
8) Equidad. Las pruebas de KMO (0.82) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=369.48, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
realizar un análisis factorial. La matriz rotada con los 10 reactivos originales (13,
37, 61, 85, 109, 133, 157, 181, 205, 229) configura 2 factores, pero los ítems 13
(carga factorial=.74) y 37 (carga factorial=.77) no alcanzan a configurar un factor.
El ítem 37 se prueba en Trabajo en Equipo (configurando definitivamente aquella
fortaleza), mientras que es probado en Equidad el ítem 14 (proveniente de
Liderazgo, no configurando un factor en Equidad); se decide eliminar el ítem 13
(debido a la poca similitud temática con otras fortalezas). Finalmente, el resultado
más favorable se obtiene al eliminar los ítems originales 13 y 37 del análisis; Las
pruebas de KMO (0.83) y de esfericidad de Bartlett (χ²=287.90, p=0.00)
evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para realizar un análisis
factorial, con un único factor que representa el 38.28% de la varianza explicada
(ver Anexos, Tabla 3.1.8).
Los ítems definitivos que conforman Equidad son: 61, 85, 109, 133, 157,
181, 205 y 229.
9) Esperanza. Las pruebas de KMO (0.81) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=515.96, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
realizar un análisis factorial. La matriz rotada con los 10 reactivos originales (19,
43, 67, 91, 115, 139, 163, 187, 211, 235) configura 2 factores; el ítem 139 (carga
135
factorial=.85) no alcanza a configurar un factor, mientras que el ítem 91 (cargas
factoriales= .12, .80) conforma un factor en solitario. Se decide eliminar los ítems
anteriormente mencionados (ya que tienen poca coherencia temática con otras
fortalezas), mientras que se prueban en Esperanza los ítems 30 (proveniente de
Perspectiva), 175 (proveniente de Valentía) y 92 (proveniente de Espiritualidad),
ninguno de ellos logrando configurar adecuadamente un factor. Finalmente, el
resultado más favorable se obtiene al eliminar los ítems 30, 91, 92, 139 y 175 del
análisis; Las pruebas de KMO (0.82) y de esfericidad de Bartlett (χ²=405.91,
p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para realizar un
análisis factorial, con un único factor que representa el 43.13% de la varianza
explicada (ver Anexos, Tabla 3.1.9).
Los ítems definitivos que conforman Esperanza son: 19, 43, 67, 115, 163,
187, 211 y 235.
10) Espiritualidad. Las pruebas de KMO (0.90) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=781.05, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
realizar un análisis factorial. La matriz rotada con los 10 reactivos originales (20,
44, 68, 92, 116, 140, 164, 188, 212, 236) configura 2 factores, pero el ítem 92
(carga factorial=.77) no alcanza a configurar un factor. Se decide probar dicho
reactivo en la dimensión de Perseverancia (no logrando configurar esta fortaleza).
El resultado más favorable se obtiene al eliminar el ítem 92 del análisis; las
pruebas de KMO (0.90) y de esfericidad de Bartlett (χ²=738.97, p=0.00)
evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para realizar un análisis
factorial, con dos factores (ver Anexos, Tabla 3.1.10) que representan el 63.76%
de la varianza explicada, y que hemos denominado Misión/sentido de la vida y
Fe/creencias.
Los ítems definitivos que conforman Espiritualidad son: 20, 44, 68, 116, 140,
164, 188, 212 y 236.
11) Gratitud. Las pruebas de KMO (0.89) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=656.17, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
136
realizar un análisis factorial. La matriz rotada con los 10 reactivos originales (18,
42, 66, 90, 114, 138, 162, 186, 210, 234) configura 2 factores, pero el ítem 42
(carga factorial=.81) no alcanza a configurar un factor. Se decide probar dicho
reactivo en la dimensión de Apreciación de la belleza y excelencia (no logrando
configurar un factor en ella), mientras que se prueba en Gratitud el ítem 35
(proveniente de Amor, configurando un factor en Gratitud). Las pruebas de KMO
(0.89) y de esfericidad de Bartlett (χ²=645.75, p=0.00) evidenciaron que el
conjunto de datos era adecuado para realizar un análisis factorial; al eliminar el
ítem 42 y probar el ítem 35 se obtiene un único factor que representa el 44.19% de
la varianza explicada (ver Anexos, Tabla 3.1.11).
Los ítems definitivos que conforman Gratitud son: 18, 35, 66, 90, 114, 138,
162, 186, 210 y 234.
12) Honestidad. Las pruebas de KMO (0.84) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=398.64, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
realizar un análisis factorial. La matriz rotada con los 10 reactivos originales (9, 33,
57, 81, 105, 129, 153, 177, 201, 225) configura 2 factores, pero el ítem 153 (carga
factorial=.79) no alcanza a configurar un factor. Se realiza una nueva simulación
sin este ítem, obteniendo como resultado 2 ítems que no configuran un factor: 177
(carga factorial=.74) y 57 (carga factorial=.67), pero se decide eliminar el primero
de ellos por su menor coherencia temática con la fortaleza de Honestidad. Se
prueba el ítem 232 (proveniente de Prudencia, configurando un factor en
Honestidad) y se eliminan los ítems 153 y 177 (puesto que presentan poca
coherencia temática con otras fortalezas). El resultado más favorable se obtiene
sin los ítems 153 y 177. Las pruebas de KMO (0.86) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=369.95, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
realizar un análisis factorial, configurándose un único factor que representa el
38.82% de la varianza explicada (ver Anexos, Tabla 3.1.12).
Los ítems definitivos que conforman Honestidad son: 9, 33, 57, 81, 105,
129, 201, 225 y 232.
137
13) Humildad. Las pruebas de KMO (0.81) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=367.22, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
realizar un análisis factorial. La matriz rotada con los 10 reactivos originales (21,
45, 69, 93, 117, 141, 165, 189, 213, 237) configura 3 factores, pero los ítems 117
(cargas factoriales=.23, .67) y 141 (carga factorial=.77) no alcanzan a configurar
un factor. Se eliminan los ítems citados (presentan poca coherencia temática con
otras fortalezas) y se prueba el ítem 153 (proveniente de Honestidad, sin
configurar un factor en Humildad). Eliminando los ítems 117, 141 y 153, las
pruebas de KMO (0.81) y de esfericidad de Bartlett (χ²=318.06, p=0.00)
evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para realizar un análisis
factorial, configurándose 2 factores (ver Anexos, Tabla 3.1.13) que representan el
53.98% de la varianza explicada, y que hemos denominado Creencias personales
y Percepción de los demás sobre el ser humilde.
Los ítems definitivos que conforman Humildad son: 21, 45, 69, 93, 165, 189,
213 y 237.
14) Humor. Las pruebas de KMO (0.91) y de esfericidad de Bartlett (χ²=816.21,
p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para realizar un
análisis factorial. La matriz rotada con los 10 reactivos originales (22, 46, 70, 94,
118, 142, 166, 190, 214, 238) configura 2 factores, pero el ítem 214 (carga
factorial=.86) no alcanza a configurar un factor. Se elimina dicho ítem (por su
escasa coherencia temática con otras fortalezas) y se prueba el 169 (proveniente
de Curiosidad, y que configura un factor en Humor); las pruebas de KMO (0.92) y
de esfericidad de Bartlett (χ²=800.93, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de
datos era adecuado para realizar un análisis factorial. El resultado obtenido es un
único factor que representa el 49.2% de la varianza explicada (ver Anexos, Tabla
3.1.14).
Los ítems definitivos que conforman Humor son: 22, 46, 70, 94, 118, 142,
166, 169, 190 y 238.
138
15) Inteligencia Social. Las pruebas de KMO (0.79) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=376.47, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
realizar un análisis factorial. La matriz rotada con los 10 reactivos originales (5, 29,
53, 77, 101, 125, 149, 173, 197, 221) configura 3 factores, pero los ítems 5 (carga
factorial=.79), 29 (cargas factoriales= .54, .21, .55) y 125 (cargas factoriales=.76,
.15) no alcanzan a configurar un factor; las preguntas 5 y 125 no pudiendo ser
representadas en todos los factores, mientras que la 29 configura un factor en
solitario. Se eliminan los ítems 5 y 125 (por su escasa coherencia temática con
otras fortalezas) y se decide probar el ítem 29 en la dimensión de Liderazgo (no
logrando configurar dicha fortaleza). El resultado obtenido sin los ítems 5, 29 y 125
establece que las pruebas de KMO (0.77) y de esfericidad de Bartlett (χ²=228.47,
p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para realizar un
análisis factorial, configurándose un único factor que representa el 38.31% de la
varianza explicada (ver Anexos, Tabla 3.1.15).
Los ítems definitivos que conforman Inteligencia social son: 53, 77, 101,
149, 173, 197 y 221.
16) Liderazgo. Las pruebas de KMO (0.84) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=469.92, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
realizar un análisis factorial. La matriz rotada con los 10 reactivos originales (14,
38, 62, 86, 110, 134, 158, 182, 206, 230) configura 2 factores, pero el ítem 14
(carga factorial=.84) no alcanza a configurar un factor. Se prueban en Liderazgo
los ítems 12 (proveniente de Trabajo en equipo, logrando configurar un factor en
Liderazgo) y 29 (proveniente de Inteligencia social, sin configurar un factor en
Liderazgo), mientras que el ítem 14 se prueba en las fortalezas de Equidad y
Trabajo en Equipo (conformando definitivamente esta última). El resultado más
favorable se obtiene eliminando los ítems 14 y 29, y agregando el 12; las pruebas
de KMO (0.84) y de esfericidad de Bartlett (χ²=444.88, p=0.00) evidenciaron que el
conjunto de datos era adecuado para realizar un análisis factorial, configurándose
2 factores (ver Anexos, Tabla 3.1.16) que representan el 48.16% de la varianza
139
explicada, y que hemos denominado Competencias del líder (ser justo, potenciar a
los miembros de un equipo) y Manejo de situaciones grupales.
Los ítems definitivos que conforman Liderazgo son: 12, 38, 62, 86, 110,
134, 158, 182, 206 y 230.
17) Pensamiento crítico. Las pruebas de KMO (0.85) y de esfericidad de
Bartlett (χ²=457.20, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado
para realizar un análisis factorial. La matriz rotada con los 10 reactivos originales
(3, 27, 51, 75, 99, 123, 147, 171, 195, 219) configura 2 factores, pero el ítem 123
(carga factorial=.84) no alcanza a configurar un factor. Se decide probar dicho ítem
en Amor por el aprendizaje (no pudiendo configurar dicha fortaleza), mientras que
se prueban en Pensamiento crítico los ítems 30 y 198 (logrando configurar un
factor), ambos provenientes desde Perspectiva. El resultado más favorable se
obtiene eliminando el ítem 123 (por su escasa coherencia temática con otras
fortalezas) y agregando los ítems 30 y 198; las pruebas de KMO (0.84) y de
esfericidad de Bartlett (χ²=512.94, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos
era adecuado para realizar un análisis factorial, configurándose 2 factores (ver
Anexos, Tabla 3.1.17) que representan el 46.75% de la varianza explicada, y que
hemos denominado Capacidad de análisis y Toma de decisiones.
Los ítems definitivos que conforman Pensamiento crítico son: 3, 27, 30, 51,
75, 99, 147, 171, 195, 198 y 219.
18) Perdón. Las pruebas de KMO (0.84) y de esfericidad de Bartlett (χ²=554.91,
p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para realizar un
análisis factorial. La matriz rotada con los 10 reactivos originales (24, 48, 72, 96,
120, 144, 168, 192, 216, 240) configura 2 factores, pero los ítems 72 (carga
factorial=.84) y 168 (carga factorial=.83) no alcanzan a configurar un factor. Se
decide probar dichos ítems en Prudencia (no logrando conformar definitivamente
aquella fortaleza), mientras que se prueba el ítem 16 (proveniente de Prudencia)
en Perdón (no logrando configurar un factor). El resultado más favorable se
obtiene sin los ítems 16, 72 y 168; las pruebas de KMO (0.84) y de esfericidad de
140
Bartlett (χ²=387.26, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado
para realizar un análisis factorial, configurándose un único factor que representa el
42.65% de la varianza explicada (ver Anexos, Tabla 3.1.18).
Los ítems definitivos que conforman Perdón son: 24, 48, 96, 120, 144, 192,
216 y 240.
19) Perseverancia. Las pruebas de KMO (0.88) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=675.67, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
realizar un análisis factorial. La matriz rotada con los 10 reactivos originales (8, 32,
56, 80, 104, 128, 152, 176, 200, 224) configura un único factor que representa el
44.15% de la varianza explicada. Sin embargo, se decide probar el ítem 92
(proveniente desde Espiritualidad, sin configurar un factor en Perseverancia).
Finalmente, el resultado más favorable se obtiene con los 10 ítems originales (ver
Anexos, Tabla 3.1.19).
Los ítems definitivos que conforman Perseverancia son: 8, 32, 56, 80, 104,
128, 152, 176, 200 y 224.
20) Perspectiva. Las pruebas de KMO (0.83) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=545.54, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
realizar un análisis factorial. La matriz rotada con los 10 reactivos originales (6, 30,
54, 78, 102, 126, 150, 174, 198, 222) configura 2 factores, pero el ítem 198 (carga
factorial=.84) no alcanza a configurar un factor. Una segunda simulación sin dicho
ítem configura también 2 factores, pero el ítem 30 (carga factorial=.74) no alcanza
a configurar un factor. Se decide probar los ítems 30 y 198 en las dimensiones de
Pensamiento crítico (configurando finalmente dicha fortaleza) y Esperanza para el
primero y solamente Pensamiento crítico para el segundo. El resultado más
favorable se obtiene sin los ítems 30 y 198; las pruebas de KMO (0.82) y de
esfericidad de Bartlett (χ²=387.69, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos
era adecuado para realizar un análisis factorial, configurándose un único factor
que representa el 42.43% de la varianza explicada (ver Anexos, Tabla 3.1.20).
141
Los ítems definitivos que conforman Perspectiva son: 6, 54, 78, 102, 126,
150, 174 y 222.
21) Prudencia. Las pruebas de KMO (0.83) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=526.83, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
realizar un análisis factorial. La matriz rotada con los 10 reactivos originales (16,
40, 64, 88, 112, 136, 160, 184, 208, 232) configura 2 factores, pero el ítem 16
(carga factorial=.73) no alcanza a configurar un factor. Una segunda simulación sin
dicho ítem configura también 2 factores, pero los ítems 40 (carga factorial=.77) y
112 (carga factorial=.72) no alcanzan a configurar un factor, mientras que el 232
(cargas factoriales=.33, .52) configura un factor de manera aislada; se decide
eliminar de Prudencia el ítem 232 por su escasa coherencia temática con los
demás reactivos de esta fortaleza. Los ítems 16 y 232 se prueban en Perdón (no
pudiendo configurar aquella fortaleza) y Honestidad (configurando definitivamente
dicha fortaleza) respectivamente, mientras que se decide probar en Prudencia los
ítems 39 (proveniente de Autorregulación), 72 y 168 (ambos provenientes desde
Perdón); todos estos ítems que se probaron en Prudencia no configuraron un
factor. Finalmente, el resultado más favorable se obtiene sin los ítems 16, 39, 72,
168 y 232; las pruebas de KMO (0.84) y de esfericidad de Bartlett (χ²=424.62,
p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para realizar un
análisis factorial, configurándose 2 factores (ver Anexos, Tabla 3.1.21) que
representan el 56.31% de la varianza explicada, y que hemos denominado
Prevención del peligro y Autopercepción sobre ser prudente.
Los ítems definitivos que conforman Prudencia son: 40, 64, 88, 112, 136,
160, 184 y 208.
22) Trabajo en equipo. Las pruebas de KMO (0.83) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=399.60, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
realizar un análisis factorial. La matriz rotada con los 10 reactivos originales (12,
36, 60, 84, 108, 132, 156, 180, 204, 228) configura 2 factores, pero el ítem 12
(carga factorial=.77) no alcanza a configurar un factor, mientras que el 108 (cargas
142
factoriales= .22, .72) configura un factor de manera aislada. Se decide probar el
ítem 12 en Liderazgo (configurando definitivamente dicha fortaleza), mientras que
en Trabajo en equipo se prueban los ítems 14 (proveniente de Liderazgo), 29
(proveniente de Inteligencia Social) y 37 (proveniente de Equidad); el ítem 108 es
eliminado (por su escasa coherencia temática con otras fortalezas). Finalmente, el
resultado más favorable se obtiene agregando los ítems 14, 29 y 37 y eliminando
el ítem 108; las pruebas de KMO (0.84) y de esfericidad de Bartlett (χ²=499.12,
p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para realizar un
análisis factorial, configurándose 2 factores (ver Anexos, Tabla 3.1.22) que
representan el 45.68% de la varianza explicada, y que hemos denominado
Preocupación por el objetivo común y Características de los miembros (ceder para
llegar a acuerdos, inclusión de los integrantes, satisfacción personal).
Los ítems definitivos que conforman Trabajo en Equipo son: 14, 29, 36, 37,
60, 84, 132, 156, 180, 204 y 228.
23. Valentía. Las pruebas de KMO (0.79) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=423.43, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
realizar un análisis factorial. La matriz rotada con los 10 reactivos originales (7, 31,
55, 79, 103, 127, 151, 175, 199, 223) configura 3 factores, pero el ítem 103
(cargas factoriales=.11, .83) no alcanza a configurar un factor. Una segunda
simulación (sin el ítem 103) configura 2 factores, pero el ítem 175 (carga
factorial=.71) no alcanza a configurar un factor. Se decide probar dicho ítem en la
dimensión de Esperanza (no logrando configurar dicha fortaleza) y eliminar el ítem
103 (por su escasa coherencia temática con otras fortalezas); las pruebas de KMO
(0.80) y de esfericidad de Bartlett (χ²=350.98, p=0.00) evidenciaron que el
conjunto de datos era adecuado para realizar un análisis factorial, con lo que se
configuran 2 factores (ver Anexos, Tabla 3.1.23) que representan el 53.59% de la
varianza explicada, y que hemos denominado: Creencias personales y Percepción
de los demás sobre el ser valiente.
Los ítems definitivos que conforman Valentía son: 7, 31, 55, 79, 127, 151,
199 y 223.
143
24. Vitalidad. Las pruebas de KMO (0.85) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=455.34, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
realizar un análisis factorial. La matriz rotada con los 10 reactivos originales (23,
47, 71, 95, 119, 143, 167, 191, 215, 239) configura 2 factores, pero el ítem 191
(carga factorial=.75) no alcanza a configurar un factor. Una segunda simulación
(sin el ítem 191) configura 2 factores, pero el ítem 23 (carga factorial=.70) no
alcanza a configurar un factor. Se deciden eliminar los ítems 23 y 191 (por su
escasa coherencia temática con otras fortalezas) y probar en Vitalidad los ítems
121 (proveniente de Curiosidad) y 220 (proveniente de Creatividad), estos últimos
no logrando configurar un factor en esta dimensión. Finalmente, el resultado más
favorable se obtiene sin los ítems 23, 121, 191 y 220; las pruebas de KMO (0.86) y
de esfericidad de Bartlett (χ²=388.28, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de
datos era adecuado para realizar un análisis factorial, configurándose un único
factor que representa el 43.13% de la varianza explicada (ver Anexos, Tabla
3.1.24).
Los ítems definitivos que conforman Vitalidad son: 47, 71, 95, 119, 143, 167,
215 y 239.
Del total de fortalezas del instrumento, 14 son de carácter unidimensional:
Amor, Bondad, Creatividad, Curiosidad, Equidad, Esperanza, Gratitud,
Honestidad, Humor, Inteligencia social, Perdón, Perseverancia, Perspectiva y
Vitalidad. Por otro lado, 10 fortalezas presentan dos factores que las componen:
Amor por el aprendizaje, Apreciación por la belleza y la excelencia,
Autorregulación, Espiritualidad, Humildad, Liderazgo, Pensamiento crítico,
Prudencia, Trabajo en equipo y Valentía.
Se observa que los factores propuestos en las fortalezas
multidimensionales coincidirían con lo señalado en el marco teórico sobre las
Fortalezas del Carácter; a continuación se expondrá en cada una de ellas su
relación entre los planteamientos teóricos y los resultados obtenidos desde la
presente investigación.
144
a) Amor por el aprendizaje: Se resaltan los aspectos más tradicionales del
aprendizaje, en cuanto a la adquisición del conocimiento (Piaget, 1980; Ausubel,
Novak & Hanesian, 1980), y el componente motivacional, asociado con el placer o
entusiasmo por llevar a cabo experiencias que impliquen adquisición de nuevos
conocimientos o habilidades (Alsina, s. f.). Los resultados del análisis factorial
determinaron la existencia de dos factores estrechamente ligados con los
planteamientos sobre el amor hacia el aprendizaje: el primero, que abarca
actividades de índole más cultural o académica (lectura, visita a museos o
bibliotecas, actividades educativas), mientras que el segundo resalta los intereses
y motivaciones de cada persona sobre el aprender.
b) Apreciación por la belleza y la excelencia: Los resultados del análisis factorial
determinaron dos factores sobre esta fortaleza: belleza sobre el entorno que rodea
a las personas (gente, experiencias de la vida, naturaleza) y aquella relacionada
con las artes (música, teatro, pintura). Estos hallazgos tienen relación con los
planteamientos de filósofos como Aristóteles (trad. 2004), Kant (trad. 1978) y
Hegel (trad. 2009), y los posteriores desarrollos teóricos por parte de la Psicología
(Costa & McCrae, 1992; Haidt & Keltner, 2004; Keltner & Haidt, 2003; So, 2012),
que abarcan esta fortaleza desde una perspectiva holística (desde un nivel
neuropsicológico hasta interpersonal).
c) Autorregulación: Los factores obtenidos desde el análisis factorial presentan
una sólida coherencia teórica con los planteamientos de diversos psicólogos sobre
el autocontrol, como regulación de conductas y emociones (Muraven &
Baumeister, 2000; Baumeister, 2002; Bonano, 2001; Higgins, Grant & Shah, 1999)
y autocuidado, principalmente en relación al bienestar físico y psicológico (Hagger
et al., 2010; Tangney, Baumeister y Boone, 2004). Las facetas del autocontrol
obtenidas del análisis factorial comprenden la modulación emocional y el planificar
conductas, mientras que el autocuidado está representado por una alimentación
saludable y estar consciente de los riesgos que conllevan algunas acciones.
d) Espiritualidad: Los factores obtenidos del análisis factorial sobre esta fortaleza
abarcan la misión o propósito en la vida que tiene una persona, y el sistema de fe
y creencias que posee (si profesa una religión, la fuerza de las creencias y de la
145
oración). Lo anterior se relaciona con los hallazgos obtenidos en esta
investigación, en relación a los valores que profesan las personas (De la Peña,
2012; Silberman, 2003) y el sentido de la vida en cuanto al ejercicio de la
espiritualidad (Chiu et al., 2004; Zullig, Ward & Horn, 2006).
e) Humildad: El análisis factorial determinó dos subfactores de esta fortaleza: uno
relacionado con la percepción personal sobre ser modesto (Tangney, 2002;
Peterson y Seligman, 2004) y otro apunta a qué tan humilde lo ven los demás.
Este último factor no pudo ser corroborado con los autores que trataban esta
fortaleza, debido a que profundizaron las percepciones individuales sobre la
humildad.
f) Liderazgo: Se obtuvieron dos factores, Competencias del líder (ser justo,
potenciar a los miembros de un equipo) y Manejo de situaciones grupales
(reuniones, actividades de grupo). Ambos factores estarían estrechamente
relacionados, ya que formarían parte del repertorio de conductas que debiera
tener un líder, de acuerdo con los planteamientos de la escuela relacional sobre el
Liderazgo (Wang et al., 2005) y lo señalado por Antonakis y sus colaboradores
(2004) sobre los distintos tipos que forman parte de la Escuela del Nuevo
Liderazgo (transformacional, carismático y visionario). También se encuentra
relación con lo propuesto por Zaccaro y sus colaboradores (1992, citados en
Ambrona & López Pérez, 2010), en cuanto a la inteligencia social que debe tener
un líder para ser exitoso.
g) Pensamiento crítico: Los subfactores que determinó el análisis factorial fueron
la Capacidad de análisis (juicios críticos, objetividad, profundidad) y la Toma de
decisiones (basadas en un análisis minucioso de todas las situaciones posibles),
mostrando coherencia teórica con diversos planteamientos de investigadores
(Peterson y Seligman, 2004; Costa & McCrae, 1992).
h) Prudencia: De los factores obtenidos del análisis factorial, Prevención del
peligro y Autopercepción sobre ser prudente, sólo el segundo tiene correlato
teórico con las creencias que están a la base de una acción prudente (Rescher,
1988; Haslam, 1991), mientras que en el primero, de acuerdo a la literatura
revisada, no se hace alusión específica al afrontamiento de situaciones peligrosas.
146
i) Trabajo en equipo: La Preocupación por el objetivo común y las Características
de los miembros (ceder para llegar a acuerdos, inclusión de los integrantes,
satisfacción personal) que componen un equipo de trabajo, se relacionan con las
propuestas teóricas sobre el compromiso y el compartir metas comunes
(Flanagan, 2004; Kinlaw, 1991), así como de ciertas características personales
necesarias para trabajar eficazmente en equipo (Katzenbach & Smith, 2002;
Morales, 2005).
j) Valentía: Los subfactores sobre Creencias personales y Percepción de los
demás sobre el ser valiente encuentran sustento en los desarrollos teóricos sobre
la fortaleza, sólo en el caso del primero, en cuanto a la capacidad de actuar a
pesar del peligro experimentado (Lopez et al., 2003; Woodward; Sekerka &
Bagozzi, 2007; Brymer & Oades, 2009), y desde una perspectiva altruista de las
conductas valerosas (Rate et al., 2007; Sekerka & Bagozzi, 2007). Para el
segundo factor, no se encontró correlato teórico en base a la literatura psicológica
revisada.
6.3.2 PCQ
6.3.2.1 Estadísticos descriptivos
Todas las medias aritméticas (ver Anexos, Tabla 1.5) de las dimensiones
(incluido la escala total PsyCap, M=5.04) presentan valores superiores a la media
de la escala (M=3,5). Ahora, en cuanto a las puntuaciones más altas éstas se
obtienen en las dimensiones Autoeficacia (M=5,28) y Esperanza (M=5,00),
mientras que las medias más bajas pertenecen a Resiliencia (M=4,91) y
Optimismo (M=4,95), siendo todas notablemente más altas que la media teórica.
6.3.2.2 Homogeneidad
El análisis de homogeneidad realizado con el coeficiente de asociación
gamma de Goodman-Kruskal (G) arrojó que el promedio de asociaciones ítem-
ítem dentro de las dimensiones del PCQ (ver Anexos, Tabla 2.2), muestra que el
promedio más alto fue conseguido por Autoeficacia (M=0.75), mientras que el más
bajo lo obtuvo Resilencia (M=0.48). El promedio de asociaciones ítem-ítem de
147
todas las preguntas del cuestionario fue de M=0.52, mostrando así un promedio
total de asociación moderado.
Por otro lado, el análisis arrojó que en Autoeficacia todas las asociaciones
internas a la dimensión se encuentran dentro de un rango alto, mientras que en
Optimismo y Esperanza todas las respuestas se mantuvieron dentro de un rango
moderado; sólo Resiliencia manifestó asociaciones dentro de un rango de relación
bajo. En cuanto al total del cuestionario, la asociación más baja ítem-ítem fue de
G=0.27 (preguntas 8 y 16), mientras que la asociación más alta fue de G=0.87
(preguntas 3 y 4).
El análisis del promedio de asociación ítem-ítem tanto para las dimensiones
como con el resto de la prueba (ver Anexos, Tabla 2.3) determinó que en
Autoeficacia la pregunta que muestra un mayor promedio de asociación interno es
la 4 (G=0.78), mientras que la que mostró una menor asociación interna fue la 6
(G=0.64).
En Esperanza, la pregunta que muestra un mayor promedio de asociación
interno es la 11 (G=0.77), mientras que la más baja es la 7 (G=0.53). Por otro
lado, en Resiliencia, el promedio de asociación más alto fue el de la pregunta 17
(G=0.52), mientras que el más bajo fue el de la 18 (G=0.44). Finalmente, en
Optimismo el promedio más alto fue el de la pregunta 22 (G=0.67), mientras que el
más bajo fue el de la 19 (G=0.54).
En cuanto al total del cuestionario, las preguntas que mostraron un mayor
promedio de asociación general (con toda la escala), fueron la 6 (G=0.57), la 11
(G=0.57) y la 4 (G=0.55), mientras que aquellas con menor promedio de
asociación general fueron la 16 (G=0.39), la 17 (G=0.43) y la 19 (G=0.47).
En conclusión, el promedio de asociación del PCQ se sitúa en un rango
moderado, siendo la dimensión de Autoeficacia la que presenta el mayor grado de
homogeneidad, mientras que Resiliencia obtuvo un bajo nivel de homogeneidad.
Por otro lado, en cuanto a la homogeneidad general de la escala, los ítems con
mayores grados de asociación provienen de Autoeficacia, mientras que aquellos
con menores grados pertenecen a Resiliencia.
148
6.3.2.3 Confiabilidad
Tres de las cuatro dimensiones de la prueba (ver Anexos, Tabla 2.5) tienen
valores buenos y aceptables de confiabilidad: Autoeficacia (α=0.90), Esperanza
(α=0.87) y Optimismo (α=0.75), mientras que la dimensión de Resiliencia presenta
un valor de alfa dudoso (α=0.64).
Sin embargo, a pesar de aquello el valor total para el PsyCap en su
totalidad es excelente (α=0.92), lo que da cuenta del efecto sinérgico de las cuatro
dimensiones que subyacen al constructo de Capital Psicológico.
6.3.2.4 Análisis factorial
Inicialmente se realizó el análisis factorial con los 24 ítems originales de la
prueba, ya que la cantidad de participantes (N=195) era superior al total de
reactivos (24), por lo que el programa SPSS no detectaba error en el
procesamiento de los datos. Las pruebas de KMO (0.91) y de esfericidad de
Bartlett (χ²=2109.41, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado
para realizar un análisis factorial. Los resultados indicaron la presencia de 2
factores, con 6 y 5 ítems respectivamente, pero con 13 reactivos sin saturar en
algún factor. Los ítems 15 (cargas factoriales=.33, .32, -. 14, .18, .27, .36) y 23
(cargas factoriales=.14, .29, -.17, .44, .28, .23) configuraban un factor en solitario,
mientras que el 24 (cargas factoriales=.18, .21, .16, .15, .20, .17), presentaba
valores de saturación bajo .30, con lo cual no cumplía con un requisito necesario
para configurar un factor.
Posteriormente, se revisó por cada ítem que presentaba problemas en la
matriz factorial (15, 20, 23 y 24) su situación en la dimensión original (Resiliencia y
Optimismo), verificando los estadísticos total-elemento y qué sucedía con el alfa
de Cronbach si se eliminaba el ítem. También se revisaron las correlaciones inter-
elementos de los ítems en cuestión y su significación estadística (p<.05); el
denominador común era la baja correlación (matemática y temática) entre las
distintas preguntas de la dimensión de origen y con la prueba total.
149
Al realizar el análisis factorial sin el ítem 24, las pruebas de KMO (0.91) y de
esfericidad de Bartlett (χ²=2062.89, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos
era adecuado para realizar un análisis factorial. La matriz rotada determinó 5
factores:
- Factor 1 (Esperanza): 5 ítems
- Factor 2 (Autoeficacia): 6 ítems
- Factor 3 (Dificultades para superar problemas): 3 ítems
- Factor 4 (Optimismo): 3 ítems
- Factor 5 (Resiliencia): 6 ítems
Sin embargo, los ítems que configuran el tercer factor son todos con puntaje
inverso (13, 20 y 23), por lo que se efectúa una nueva simulación factorial sin
estos reactivos. Las pruebas de KMO (0.92) y de esfericidad de Bartlett
(χ²=1912.70, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era adecuado para
realizar un análisis factorial. La matriz resultante determinó 4 factores:
- Factor 1 (Esperanza): 5 ítems
- Factor 2 (Autoeficacia): 6 ítems
- Factor 3 (Optimismo): 3 ítems
- Factor 4 (Resiliencia): 6 ítems
Si bien todos los ítems lograron configurar factores, se estudia eliminar el
ítem 15 de la prueba debido a su baja comunalidad en la solución factorial anterior
(.18), y sus bajas correlaciones (estadísticas y temáticas) con la dimensión de
Resiliencia y con la prueba total.
Tras la simulación sin el ítem 15 las pruebas de KMO (0.92) y de esfericidad
de Bartlett (χ²=1858.58, p=0.00) evidenciaron que el conjunto de datos era
adecuado para realizar un análisis factorial. La matriz resultante presenta cuatro
factores que explican el 53,38% de la varianza (ver Anexos, Tabla 3.2), y que son
los siguientes:
150
- Factor I: Esperanza (6 ítems)
- Factor II: Autoeficacia (6 ítems)
- Factor III: Optimismo (3 ítems)
- Factor IV: Resiliencia (4 ítems)
Se confirmaría de esta manera, lo propuesto por Fred Luthans sobre la
estructura de cuatro dimensiones que subyacen a un constructo de orden superior
como el Capital Psicológico. Sin embargo, debido a la extensión del cuestionario
(24 ítems) y a la cantidad de preguntas eliminadas del análisis factorial (5 ítems),
se estudia revisar el contenido de los enunciados de dichos reactivos, ya que es
probable que las dificultades en su funcionamiento se deban a la falta de
adecuación de las frases al contexto sociocultural de Chile.
151
7. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
A continuación se resaltan los hallazgos obtenidos en base a los análisis
estadísticos y psicométricos y su comparación con estudios previos, para
posteriormente mencionar lineamientos que podrían guiar futuras investigaciones
sobre los instrumentos VIA-IS y PCQ.
7.1 Validez formal del pilotaje
En cuanto a la validez formal, los resultados indicaron que salvo pequeñas
excepciones, los reactivos de ambas pruebas fueron comprendidos por la mayor
parte de los participantes. El nivel de omisión no resultó significativo en el VIA-IS ni
en el PCQ (en ambos inferior al 1%), confirmándose de este modo la hipótesis de
que los reactivos de los instrumentos presentan un grado de validez formal
aceptable en la población estudiada.
7.2 Estadísticos descriptivos
Las principales fortalezas de los equipos de trabajadores sociales de la
muestra corresponden a Equidad, Bondad, Trabajo en Equipo, Honestidad y
Gratitud. Por otro lado, las fortalezas que presentan un menor nivel de desarrollo
en los participantes pertenecen a Espiritualidad, Humildad, Perspectiva, Prudencia
y Vitalidad. Es probable que los resultados del estudio de Park, Peterson y
Seligman (2004) reflejen las características del contexto de aplicación específico
de Estados Unidos, lo que podría explicar el no obtener los mismos valores en
cuanto las medias estadísticas del presente estudio.
Además, esta tesis se quiere aventurar a conjeturar –abierta claro está, a
que sobre esto se investigue posteriormente- que las tres fortalezas más
destacadas dentro de los equipos se nos aparecen como bastante coherentes si
se toman en consideración lo que se expuso sobre este tipo especial de trabajo en
el Marco Teórico. Un vistazo a las investigaciones que allí expusimos, da cuenta
de que los trabajadores de programas sociales chilenos son personas que tienen
152
una sensibilidad elevada en cuanto a lo que refiere la justicia social (por ello
creemos que la mayor fortaleza de los equipos es la equidad), consiguientemente,
la fortaleza de la bondad también nos hace mucho sentido, ya que si recordamos
ahora que este tipo de trabajo es proclive a generar agotamiento, frustración y
gran desgaste, la bondad aparece entonces como la fortaleza que nos señala que
está presente en los grupos que se encuentran dispuestos a entregar más de sí
sin importar si de regreso se recibe en semejantes proporciones a lo que se
brindó. Por lo demás, la bondad es la fortaleza de ayuda a los demás por
excelencia. Por último, la fortaleza del trabajo en equipo es igualmente
significativa, porque los programas sociales chilenos se caracterizan por ser
implementados por un equipo multidisciplinario (trabajadores sociales, psicólogos,
abogados, técnicos, educadores sociales, entre otros), donde el éxito de sus
intervenciones se ve directamente influenciada por la capacidad de los equipos de
trabajo para llegar a acuerdos en pro de las metas comunes. Por otro lado,
aquellas fortalezas con menor presencia en los equipos de trabajadores sociales,
consideramos que pueden ser posibles de entender desde la noción de que éstas
no son las más estrictamente necesarias para el logro de un desempeño
satisfactorio en este tipo de trabajo.
En el caso del PCQ, las dimensiones más desarrolladas en los trabajadores
sociales corresponden a Autoeficacia y Esperanza, mientras que Resiliencia y
Optimismo se encuentran con menor nivel de desarrollo. Respecto a estos
resultados, hipotetizamos que los trabajadores sociales obtuvieron destacados
puntajes en autoeficacia porque pueden ser personas y/o equipos que se ven a sí
mismos con recursos para resolver los desafíos que se les impongan, pues de
cierta forma saben que se enfrentan a un escenario complejo, pero mantienen un
alto grado de confianza en que podrán sortear las dificultades con lo que cuentan.
Esto guarda relación directa con la Esperanza, la que se pudo ver elevada
también por la posible visión que guardan los trabajadores sociales sobre el
público que atienden, ya que si no contaran con un sentimiento de esperanza
frente a los escenarios de desigualdad a los que se enfrentan probablemente
abandonarían el equipo de trabajo o ni siquiera se hubiesen visto atraídos por el
153
trabajo en la transformación social. En el caso de Resiliencia y Optimismo, si bien
fueron las dimensiones más bajas en el estudio, sus cercanías a la media teórica
de la escala no ameritan considerarlas como carencias en los trabajadores
sociales, por lo que constituirían parte del repertorio de habilidades que estas
personas requieren para desempeñarse satisfactoriamente ante situaciones de
adversidad.
Tomando en conjunto las dimensiones anteriormente señaladas, se puede
afirmar que los trabajadores de programas sociales del estudio cuentan con un
alto nivel de Capital Psicológico, efecto generado a partir de la relación entre las
cuatro dimensiones que componen este constructo, sin importar si los valores
obtenidos son altos o bajos.
7.3 Homogeneidad
Los resultados de homogeneidad del VIA-IS indicaron que el promedio de
asociación entre las preguntas internas de cada fortaleza estaba dentro de un
rango moderado, sin embargo, cuatro de éstas dimensiones (Autorregulación,
Humildad, Amor por el aprendizaje e Inteligencia social) se encontraron por debajo
de esta clasificación demostrando un grado bajo de asociación, en ningún caso
llegando al rango nulo (0-0.20).
Una explicación válida para los resultados en tres de estas fortalezas
(Autorregulación, Humildad y Amor por el aprendizaje) podría ser el carácter
multidimensional hallado en el análisis factorial, ya que al medir dos constructos
relativamente diferentes sería esperable que la homogeneidad de la fortaleza
disminuyera. Es probable que el carácter multidimensional de estas fortalezas
refleje los aspectos que Peterson y Seligman (2004) describían en su clasificación
original, en cuanto a los distintos matices a nivel cognitivo y de comportamientos
que caracterizan cada dimensión.
Por otro lado, se puede apreciar una cierta relación entre las fortalezas
unidimensionales y las bidimensionales, en donde las primeras muestran en
154
general mayores grados de homogeneidad, excepto Inteligencia Social (bajo grado
de asociación para ser unidimensional) y Espiritualidad (alto grado de asociación a
pesar de ser bidimensional). Esto podría ser explicado porque las tres fortalezas
con mayores niveles de homogeneidad (Humor, Equidad y Gratitud) presentarían
un carácter unidimensional, mientras que las tres fortalezas con menores niveles
de homogeneidad (Autorregulación, Humildad y Amor por el aprendizaje) serían de
carácter bidimensional.
El caso de la Inteligencia social, se podría encontrar una explicación al
hecho de que sólo tres reactivos mostraran un grado moderado de asociación con
el resto de las preguntas de su dimensión, ya que como revisamos en el Marco
Teórico, ésta es una fortaleza mayoritariamente catalogada desde la prolífera
literatura en la materia como compuesta por varias dimensiones, donde su baja
homogeneidad nos podría dar cuenta de un intento de la medición para abarcar
todos los matices teóricos que la fortaleza manifiesta. Lo que si se ve de este
modo, nos hablaría más de una riqueza del instrumento que de una debilidad.
Por último, para el PCQ se confirmaría la hipótesis del alto grado de
homogeneidad esperado para la mayor parte de la prueba, contribuyendo los
valores de cada dimensión al efecto sinérgico del constructo de Capital
Psicológico.
7.4 Confiabilidad
En cuanto a la confiabilidad de ambos instrumentos se puede afirmar que
se aprecian niveles buenos o aceptables de consistencia interna, hallazgos que
coincidirían con investigaciones previas del VIA-IS (Shimai et al., 2006; Park,
Peterson & Seligman, 2004) y del PCQ (Luthans et al., 2007; Avey, Wernsing &
Luthans, 2008; Luthans, Norman, Avolio & Avey, 2008; Avey, Luthans & Youssef,
2008), por lo que se cumple la hipótesis de investigación en cuanto a la
confiabilidad de las pruebas VIA-IS y PCQ.
7.5 Validez de constructo factorial
155
Una vez realizado el análisis factorial a las 24 fortalezas del carácter, se
determinó la unidimensionalidad de 14 de los constructos estudiados, lo que
significa que 10 fortalezas no cumplieron con éste criterio (como era esperable de
acuerdo a la hipótesis de investigación). Esto de cierta forma no concordaría con
lo planteado en el séptimo criterio de clasificación de una fortaleza del carácter, en
cuanto a que ésta se distingue de otros rasgos positivos ya que no puede ser
descompuesta en otras (Giménez, 2009). Pero no hay que olvidar lo que nos
mencionó uno de los mayores teóricos en el tema, Carmelo Vázquez
(Comunicación personal, 13 de Diciembre 2012) quien reconoció que la
clasificación aún no está sólida, ya que se gestó a partir de una revisión
netamente teórica que ahora se está observando su correlato con lo práctico, por
lo que no hay que creer que los criterios que distinguen a las fortalezas del
carácter son muy rígidos.
Los hallazgos entonces, podrían deberse a la presencia de matices de los
constructos originales o subfactores, lo que referiría a una necesidad de
reformulación de la clasificación original de 24 fortalezas del carácter, indicando
que estas 10 fortalezas no cumplen el criterio mencionado para ser consideradas
como tales, sino que cada una de estas podría ser descompuesta en dos que
estén fuertemente relacionadas.
Otra posibilidad sería que los reactivos de la prueba no estén midiendo sólo
la fortaleza que pretenden medir, sino que además estén midiendo otra de las 24
fortalezas originales. En este caso el error no sería teórico, sino más bien un error
en la construcción de la prueba; esta posibilidad para ser descartada por absoluto
debería ser comprobada mediante un análisis factorial que abarque a todo el VIA-
IS, lo cual para los alcances de la presente investigación sería imposible de
verificar. Una revisión teórica y basada en los subfactores detectados en la prueba
no parece indicar que este sea el caso, salvo por el segundo factor de Liderazgo
que podría quizás estar relacionado con Trabajo en equipo o Inteligencia social.
Una tercera posibilidad en relación con la anterior, y que por lo tanto
implicaría también un cierto error en la construcción de la prueba, sería que las
preguntas estén midiendo otra fortaleza además de la que pretenden medir, pero
156
que no se trata de una de las 24 originalmente descritas, sino que se trataría de 10
fortalezas nuevas, fuertemente relacionadas con las propuestas por Seligman.
En conclusión, consideramos que la explicación más plausible para los
resultados del análisis factorial del VIA-IS correspondería a la que señala la
existencia de 20 nuevas Fortalezas del Carácter a la clasificación original de
Peterson y Seligman (2004), las que se sumarían a las 14 de tipo unidimensional,
conformando en total 34 dimensiones de este instrumento.
En cuanto al Capital Psicológico, se cumpliría lo propuesto por Luthans y lo
señalado por otros investigadores en cuanto a la estructura subyacente de 4
dimensiones; esto daría cuenta del efecto sinérgico de aquellas sobre el Capital
Psicológico, constructo de orden superior de acuerdo a la teoría (Luthans et al.,
2007; Luthans, Norman, Avolio & Avey, 2008; Avey, Luthans & Youssef, 2008).
7.6 Comportamiento de los reactivos de ambos instrumentos
Tras la aplicación realizada a la muestra, de los 240 reactivos del VIA-IS, 34
experimentaron problemas de funcionamiento en el contexto chileno, a pesar del
proceso de traducción previo a la elaboración del cuestionario final y la posterior
revisión de los ítems por parte del equipo de investigación. Es probable que haya
influido la traducción y adecuación de frases poco utilizadas en Chile,
caracterizadas por sus enunciados generales y ambiguos y el uso de expresiones
exageradas. En el caso del PCQ, los problemas radicarían en las frases hechas y
las preguntas con puntaje inverso.
A continuación se ilustran algunos ejemplos de reactivos en ambas pruebas
que no experimentaron buen funcionamiento:
157
VIA-IS
- Frases generales: Ítem 26 “Me encanta aprender cosas nuevas”; ítem
97 “Me entusiasman muchas actividades diferentes”.
- Frases ambiguas: Ítem 17 “Para mí es importante vivir en un mundo de
belleza”; ítem 233 “He creado algo hermoso durante el último año”; Ítem
153 “Me enorgullezco de no exagerar lo que soy o hago”.
- Expresiones exageradas: ítem 107 “Hagan lo que hagan mi familia y mis
amigos íntimos, no dejaré de quererlos”; Ítem 39 “Aunque haya dulces o
galletas a mano, nunca me excedo”; Ítem 42 “Se me pone la piel de
gallina cuando me entero de actos de gran generosidad”; Ítem 177
“Preferiría morirme antes de ser falso/a”.
PCQ
- Frases hechas: Ítem 15 “Puedo estar “por mi cuenta” –por así decirlo- en
el trabajo, si tengo que hacerlo”; Ítem 24 “Mi actitud hacia este trabajo es
‘después de la tempestad viene la calma’ ”.
- Preguntas con puntaje inverso: Ítem 13 “Cuando tengo un percance en
el trabajo, tengo problemas para superarlo, para seguir adelante”; Ítem
20 “Si algo me puede salir mal en el trabajo, seguro que así será”; Ítem
23 “En este trabajo, las cosas nunca resultan como yo lo deseo”.
Se confirma de esta forma la hipótesis de que algunos reactivos del VIA-IS
y del PCQ parecieran no adecuarse satisfactoriamente a la totalidad de cada
prueba.
7.7 Sugerencias para posteriores adaptaciones de los instrumentos
De acuerdo a los resultados de la presente investigación, se sugiere una
nueva clasificación de los ítems del VIA-IS constituida por 206 ítems (ver Anexos,
158
Tablas 4.4 y 4.5). Para su elaboración se efectuaron los siguientes procedimientos:
verificar aquellos ítems que no saturaban en un factor o que configuraban uno en
solitario, revisión estadística en cuanto a las correlaciones de Pearson (nivel de
confianza y valor de p<.05) al interior de cada fortaleza y respecto a las demás,
búsqueda de similitud temática de los reactivos en cuestión con otras fortalezas y
simulaciones factoriales de los ítems en las fortalezas sugeridas.
Tomando los planteamientos de Peterson y Seligman (2004), acerca de la
extensión del cuestionario de Fortalezas del Carácter, ellos no descartaban la
posibilidad de contar con versiones más reducidas de la prueba, de acuerdo a los
análisis factoriales que se van realizando, haciéndola de ese modo más accesible
y atractiva a las personas que la contesten. Lo anterior respaldaría la modificación
realizada al VIA-IS original llevada a cabo en la presente investigación,
constituyendo un valioso aporte para la investigación en Psicología Positiva
aplicada.
También se sugiere una nueva redacción de los ítems del PCQ que
experimentaron problemas de funcionamiento en la investigación, tomando en
cuenta la realidad sociocultural de nuestro país en cuanto a los enunciados de los
reactivos. Para su elaboración se efectuaron los siguientes procedimientos:
verificar aquellos ítems que no saturaban en un factor o que configuraban uno en
solitario, revisión estadística en cuanto a las correlaciones de Pearson (nivel de
confianza y valor de p<.05) al interior de cada dimensión y respecto a las demás,
búsqueda de similitud temática de los reactivos en cuestión con otras dimensiones
y simulaciones factoriales de los ítems en las dimensiones sugeridas.
A continuación se presentan las modificaciones sugeridas a partir de la
presente investigación:
- Pregunta 13: “Me cuesta seguir adelante cuando tengo problemas en el
trabajo”.
- Pregunta 15: “Puedo arreglármelas solo en el trabajo si es que la
situación así lo amerita”.
159
- Pregunta 20: “La mayoría de las veces me salen mal las cosas cuando
tengo problemas en el trabajo”.
- Pregunta 23: “Pocas veces me resultan las cosas en el trabajo como yo
quiero”.
- Pregunta 24: “Sé que después de los problemas encontraré cosas
positivas en el trabajo”
Para posteriores investigaciones sobre los instrumentos mencionados, se
recomienda revisar la estructura gramatical de los enunciados de los reactivos
para su adecuación al vocabulario de la población estudiada, con el objetivo de
evitar problemas de funcionamiento de algunos ítems traducidos desde el idioma
inglés de Estados Unidos.
Finalmente, otras directrices para futuras investigaciones sobre el VIA-IS y
el PCQ podrían ser: ruralidad/urbanización, nivel regional/comunal, sexo, edad,
nivel educacional, entre otras, aspectos que no estaban contemplados en el
presente estudio, pero que sin duda enriquecerían las actuales teorías de las
Fortalezas del Carácter y del Capital Psicológico y los instrumentos psicométricos
derivados.
7.8 Comentarios finales
A partir de la descripción psicométrica del VIA-IS se puede concluir que
presentaría buenos niveles de consistencia interna en las 24 fortalezas que lo
componen. Sin embargo, sería necesario revisar en posteriores estudios las
discrepancias que se producen entre la teoría que sustenta el cuestionario (que
pretende indicar un factor unidimensional en cada fortaleza) y los resultados
obtenidos en el análisis factorial (que indican que 10 de las 24 fortalezas
presentan estructura bidimensional), ya que al medir una fortaleza se evaluarían
dos dimensiones. Los niveles de homogeneidad del instrumento parecieran
corroborar este aspecto, mostrando que en algunas fortalezas existirían bajos
grados de asociación entre ítems, lo que daría sustento a la idea de la
160
multidimensionalidad de éstos constructos. Si se parte del supuesto de que las
fortalezas del carácter pueden presentar matices o subfactores que se agrupan en
dimensiones más amplias, entonces la prueba podría ser considerada válida en la
población estudiada, siempre y cuando se eliminaran los reactivos que
presentaron problemas en la aplicación.
En el caso del PCQ, esta prueba presentaría buenos niveles de
consistencia interna, homogeneidad y validez de constructo factorial, por lo que se
trataría de un instrumento válido para la población estudiada, siempre y cuando se
probaran en futuras investigaciones los ítems sugeridos en la presente
investigación.
Esperamos que en el futuro los profesionales de la Psicología sigan
investigando esta joven área que es la Psicología Positiva, con sus potenciales
beneficios para el desarrollo del ser humano tanto en su dimensión personal como
en el ámbito laboral. Sin duda que lo realizado en esta investigación constituye un
gran aporte para la ciencia psicométrica en esta vertiente teórica, puesto que es la
primera vez que en nuestro país se aplican los cuestionarios VIA-IS y PCQ
originales. Tenemos la esperanza de que esto motive a académicos e
investigadores a la aplicación de las versiones propuestas en la presente tesis y
su constante perfeccionamiento, ya que son herramientas muy certeras para no
sólo detectar las Fortalezas del Carácter y el Capital Psicológico, sino que también
para desarrollarlas y potenciarlas en los trabajadores de ámbitos sociales y
empresariales.
161
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209
9. ANEXOS
Sección 1. Detalles generales
Tabla 1.1 Participantes del Pilotaje
Programa Complejidad N
OPD Villa Alemana Baja 8
CAVI Viña del Mar Alta 9
Total 17
Tabla 1.2 Participantes del proyecto
Organización social Programa Comuna N SERPAJ Infancia PIE Carmela Jeria Valparaíso 7 PIB Gandhi Valparaíso 8 PIB Barrio O'Higgins Valparaíso 8 PIB Villa Alemana Villa Alemana 12 PIB Limache-Olmué Limache 10 Taller la Siembra Quillota 11 PIB Nelson Mandela Catemu 8 PIB La Estación Cabildo 12 PIB Peuma Lemn San Antonio 7 SERPAJ Tratamiento Dr. Salvador Allende Quillota 6 Luis Cárdenas Vásquez Valparaíso 10 SERPAJ Justicia Juvenil Salidas Alternativas Curicó 7
Medidas Cautelares- Programa de Libertad Asistida Curicó 7
Equipo de reinserción escolar Curicó 5 Programa de Libertad Asistida Especial La Serena 9 Hogar de Cristo Residencia Especializada Anita Cruchaga Quilpué 11 Equipo de la Casona Viña del Mar 19 PAICABI ESCNNA Aruna La Serena 7 PIE Antilef La Ligua 7 PIE Amulen Ovalle 7 PIE Ekun La Calera 9 EKOSOL Equipo Central Viña del Mar 6 FUSUPO Equipo Central Valparaíso 7 Total N= 203
210
Tabla 1.3 Estadísticos descriptivos pilotaje del PCQ
N Mínimo Máximo Media Desv. típ. Autoeficacia 17 3,50 6,00 4,82 0,63 PsyCap 17 3,62 5,33 4,40 0,49 Resiliencia 17 3,50 5,50 4,34 0,66 Esperanza 17 3,00 5,17 4,24 0,63 Optimismo 17 3,49 5,33 4,18 0,51 N válido (según lista) 17
Tabla 1.4 Estadísticos descriptivos pilotaje del VIA-IS
Fortaleza del carácter N Mínimo Máximo Media Desv. típ.
Vitalidad 17 1,60 3,90 2,89 0,64 Autoregulación 17 1,30 3,70 2,78 0,75 Amor por el aprendizaje 17 1,40 4,20 2,70 0,81 Perdón 17 1,60 4,20 2,64 0,66 Espiritualidad 17 1,10 4,00 2,61 0,80 Creatividad 17 2,10 4,70 2,59 0,70 Curiosidad 17 1,60 3,50 2,53 0,57 Humildad 17 1,50 3,50 2,51 0,54 Perspectiva 17 1,40 3,80 2,48 0,53 Apreciación de la belleza y excelencia 17 1,20 4,10 2,33 0,81 Valentía 17 1,50 3,00 2,26 0,43 Prudencia 17 1,30 3,00 2,18 0,49 Esperanza 17 1,60 3,10 2,16 0,45 Inteligencia social 17 1,20 2,80 2,16 0,42 Perseverancia 17 1,50 3,00 2,14 0,41 Liderazgo 17 1,40 3,10 2,12 0,57 Humor 17 1,20 3,30 2,12 0,62 Pensamiento crítico 17 1,30 2,70 2,03 0,46 Gratitud 17 1,10 3,00 1,99 0,52 Trabajo en equipo 17 1,30 3,00 1,99 0,50 Amor 17 1,10 2,80 1,89 0,41 Honestidad 17 1,00 2,40 1,81 0,37 Bondad 17 1,10 3,30 1,80 0,60 Equidad 17 1,10 2,90 1,72 0,44 N válido (según lista) 17
Tabla 1.5. Estadísticos descriptivos PCQ Dimensión N Mínimo Máximo Media Desv. típ. Autoeficacia 195 1,50 6,00 5,29 0,63 Esperanza 195 1,17 6,00 5,01 0,70 Resiliencia 195 1,75 6,00 4,92 0,66 Optimismo 195 2,33 6,00 4,95 0,71 Capital Psicológico 195 1,85 6,00 5,04 0,56 N válido (según lista) 195
211
Tabla 1.6 Estadísticos descriptivos VIA-IS
Fortaleza del carácter N Mínimo Máximo Media Desv. típ.
Espiritualidad 189 1,44 5,00 3,63 0,86 Humildad 189 1,50 5,00 3,69 0,59 Perspectiva 189 2,00 5,00 3,71 0,53 Prudencia 189 2,25 5,00 3,76 0,61 Vitalidad 189 2,25 5,00 3,76 0,61 Perdón 189 2,00 5,00 3,82 0,62 Autoregulación 189 2,29 5,00 3,86 0,59 Amor por el aprendizaje 189 2,33 5,00 3,87 0,59 Inteligencia Social 189 2,71 5,00 3,91 0,49 Valentía 189 2,25 5,00 4,03 0,57 Pensamiento crítico 189 2,45 5,00 4,04 0,48 Creatividad 189 2,63 5,00 4,04 0,54 Curiosidad 189 2,50 5,00 4,05 0,52 Apreciación por la belleza y excelencia 189 2,25 5,00 4,09 0,62 Humor 189 2,20 5,00 4,09 0,58 Perseverancia 189 2,40 5,00 4,11 0,54 Liderazgo 189 2,70 5,00 4,17 0,50 Esperanza 189 2,75 5,00 4,22 0,51 Amor 189 2,38 5,00 4,23 0,49 Gratitud 189 2,80 5,00 4,23 0,50 Honestidad 189 2,89 5,00 4,27 0,48 Trabajo en equipo 189 2,91 5,00 4,28 0,44 Bondad 189 2,75 5,00 4,29 0,48 Equidad 189 3,50 5,00 4,50 0,40 N válido (según lista) 189
212
Sección 2. Resultados
Tabla 2.1 Estadísticos descriptivos de Homogeneidad en el VIA-IS
Fortaleza Mínimo Máximo Promedio Desv. Creatividad 0.261 0.750 0.506 0.137 Curiosidad 0.031 0.664 0.407 0.124 Pensamiento Crítico 0.142 0.673 0.434 0.116 Amor por el Aprendizaje 0.022 0.785 0.393 0.167 Perspectiva 0.251 0.843 0.461 0.120 Valentía 0.267 0.695 0.439 0.109 Perseverancia 0.239 0.918 0.550 0.137 Honestidad 0.263 0.782 0.493 0.114 Vitalidad 0.176 0.667 0.430 0.131 Amor 0.153 0.810 0.417 0.160 Bondad 0.274 0.689 0.478 0.114 Inteligencia social 0.180 0.760 0.395 0.143 Trabajo en equipo 0.258 0.822 0.464 0.131 Equidad 0.229 0.849 0.556 0.125 Liderazgo 0.046 0.751 0.416 0.141 Perdón 0.202 0.623 0.440 0.118 Humildad 0.048 0.555 0.355 0.134 Prudencia 0.118 0.772 0.430 0.180 Autorregulación 0.083 0.592 0.344 0.122 Apreciación B&E 0.207 0.667 0.485 0.116 Gratitud 0.269 0.943 0.555 0.150 Esperanza 0.332 0.734 0.528 0.109 Humor 0.307 0.844 0.579 0.155 Espiritualidad 0.276 0.759 0.525 0.113
213
Tabla 2.2 Estadísticos descriptivos de Homogeneidad en el PCQ
Escala Mínimo Máximo Promedio Desv. Autoeficacia 0.646 0.877 0.750 0.069 Esperanza 0.403 0.802 0.621 0.120 Resilencia 0.380 0.671 0.479 0.105 Optimismo 0.510 0.763 0.616 0.131 Total PCQ 0.274 0.877 0.515 0.123
Tabla 2.3. Valores de Homogeneidad por dimensión y escala en el PCQ PREGUNTA DIMENSIÓN ESCALA Tengo confianza en mi mismo cuando analizo un problema de largo plazo para encontrar una solución. 0.745 0.539
Tengo confianza en mí mismo cuando represento a mi área de trabajo en una reunión con los directivos. 0.759 0.541
Tengo confianza en mí mismo cuando contribuyo en discusiones sobre la estrategia de la organización. 0.773 0.540
Tengo confianza en mí mismo cuando ayudo a fijar objetivos/metas en mi área de trabajo. 0.778 0.548
Tengo confianza en mi mismo cuando me contacto con personas ajenas a mi organización (p.ej., proveedores, usuarios, redes) para discutir problemas.
0.683 0.513
Tengo confianza en mi mismo cuando presento información a un grupo de colegas. 0.643 0.574
Si me encontrara bloqueado en el trabajo, se me podrían ocurrir varias maneras para superarlo. 0.539 0.530
En este momento, estoy poniendo toda mi energía en alcanzar mis metas laborales. 0.612 0.490
Hay muchas formas de resolver cualquier problema 0.607 0.546 En este momento, considero que estoy teniendo bastante éxito en mi trabajo. 0.664 0.547
Se me ocurren muchas maneras de alcanzar mis actuales metas laborales. 0.771 0.565 En este momento, estoy cumpliendo las metas laborales que me he fijado. 0.596 0.491 Suelo manejar los problemas de una u otra forma en el trabajo. 0.439 0.473 Suelo tomarme con calma las situaciones estresantes del trabajo. 0.521 0.393 Puedo sobrellevar los momentos difíciles en el trabajo, porque ya he pasado por dificultades antes. 0.515 0.427
Siento que puedo gestionar muchas cosas a la vez en este trabajo. 0.442 0.481
Cuando las cosas en el trabajo son inciertas para mí, suelo esperar lo mejor. 0.543 0.465 Siempre miro el lado amable de las cosas en relación a mi trabajo. 0.636 0.502 Soy optimista acerca de cómo será mi futuro en relación con mi trabajo. 0.670 0.518
214
Tabla 2.4 Confiabilidades de las fortalezas del VIA-IS
Fortaleza Α Curiosidad .76
Amor por el aprendizaje .80 Pensamiento crítico .82
Creatividad .82 Inteligencia Social .72
Perspectiva .80 Valentía .79
Perseverancia .85 Honestidad .79
Bondad .78 Amor .73
Trabajo en equipo .82 Equidad .73
Liderazgo .80 Autoregulación .69
Prudencia .78 Aprec. Belleza y Excelencia .83
Gratitud .84 Esperanza .81
Espiritualidad .88 Humildad .76
Humor .87 Vitalidad .79 Perdón .80
Tabla 2.5 Confiabilidades de las dimensiones del PCQ
Dimensión Α Autoeficacia .90 Esperanza .87 Resiliencia .64 Optimismo .75
Total PsyCap .92
215
Sección 3. Análisis Factorial
Tabla 3.1 Matrices de compontentes rotados de las fortalezas del VIA-IS
Tabla 3.1.1 Amor
Matriz de componentesa Componente 1
Siempre siento presente el amor en mi vida. ,73 Puedo expresar mi cariño o amor a otra persona. ,72 Soy capaz de aceptar el amor o el cariño de los demás. ,71 Soy la persona más importante en la vida de alguien. ,63 Tengo un vecino o alguien en el trabajo o en los estudios por quien realmente me preocupo como persona. ,57
Comparto mis sentimientos con los demás con facilidad. ,53 Hay personas que aceptan mis defectos. ,47 Estoy siempre dispuesto/a a asumir riesgos para establecer una relación. ,45 Método de extracción: Análisis de componentes principales. a. 1 componentes extraídos
Tabla 3.1.2 Amor por el aprendizaje
Matriz de componentes rotadosa
Componente 1 2
Leo una gran variedad de libros. ,78 ,24 Leo todo el tiempo. ,77 ,35 Me encanta leer libros que no son de ficción por diversión. ,77 ,24 Siempre hago lo posible para visitar museos. ,69 -,25 Si quiero saber algo, inmediatamente voy a la biblioteca o a internet y lo busco. ,46 ,36 Siempre hago lo posible por asistir a actividades educativas. ,46 ,23 Soy un/a verdadero/a aprendiz de por vida. ,20 ,79 Tengo muchos intereses. ,15 ,70 Me fascina aprender algo nuevo. ,12 ,69 Método de extracción: Análisis de componentes principales. Método de rotación: Normalización Varimax con Kaiser. a. La rotación ha convergido en 3 iteraciones.
217
Tabla 3.1.3 Apreciación de la belleza y excelencia
Matriz de componentes rotadosa Componente
1 2 La bondad de cierta gente me emociona. ,78 Experimento emociones profundas cuando veo cosas bellas. ,73 ,23 Me asombran cosas sencillas de la vida que los demás podrían no apreciar. ,65 ,24 Veo la belleza en cosas que otras personas no perciben. ,64 ,36 La belleza de una película me ha dejado sin palabras en muchas ocasiones. ,63 ,32 Soy siempre consciente de la belleza natural de lo que me rodea. ,55 ,48 Con frecuencia siento muchas ganas de disfrutar una buena obra de arte, como música, teatro o pinturas. ,11 ,88
Valoro enormemente todas las formas de arte. ,25 ,81 Método de extracción: Análisis de componentes principales. Método de rotación: Normalización Varimax con Kaiser. a. La rotación ha convergido en 3 iteraciones.
Tabla 3.1.4 Autorregulación
Matriz de componentes rotadosa Componente
1 2 No me cuesta alimentarme con comidas saludables. ,73 -,25 Soy una persona altamente disciplinada. ,67 ,18 Siempre sé cuándo parar. ,57 ,46 Nunca deseo cosas que me perjudican a largo plazo, incluso aunque me hagan sentir bien a corto plazo.
,57 ,42
Sin excepción, hago a tiempo mis tareas del trabajo, de mis estudios o del hogar. ,51 ,24 Tengo control de mis emociones. ,11 ,80 Para mí, la preparación es tan importante como el resultado. ,11 ,74 Método de extracción: Análisis de componentes principales. Método de rotación: Normalización Varimax con Kaiser. a. La rotación ha convergido en 3 iteraciones.
218
Tabla 3.1.5 Bondad
Matriz de componentesa Componente
1 Disfruto siendo amable con los demás. ,70 Me encanta hacer felices a otras personas. ,66 Me alegra tanto la buena suerte de los demás como la mía. ,66 Hago lo posible para animar a la gente que parece abatida. ,66 Realmente disfruto haciendo pequeños favores a los amigos. ,65 Siempre llamo a mis amigos cuando están enfermos. ,63 Siempre escucho a la gente cuando habla de sus problemas. ,62 Me encanta poder dejar que los demás también se luzcan. ,54 Método de extracción: Análisis de componentes principales. a. 1 componentes extraídos
Tabla 3.1.6 Creatividad
Matriz de componentesa Componente
1 Siempre se me ocurren nuevas formas de hacer las cosas. ,80 Soy una persona de ideas originales. ,79 Mis amigos dicen que tengo muchas ideas nuevas y diferentes. ,74 Me siento orgulloso/a de ser original. ,69 Me gusta pensar en nuevas formas de hacer las cosas. ,65 Ser capaz de tener ideas nuevas y diferentes es uno de mis puntos fuertes/fortalezas. ,63 Cuando alguien me dice cómo hacer algo, automáticamente pienso en formas alternativas de hacer lo mismo.
,57
Todos los días, espero la oportunidad de aprender y crecer. ,44 Método de extracción: Análisis de componentes principales. a. 1 componentes extraídos
219
Tabla 3.1.7 Curiosidad
Matriz de componentesa Componente
1 Creo que mi vida es extremadamente interesante. ,69 Siempre tengo curiosidad sobre el mundo. ,68 Estoy siempre ocupado/a con algo interesante. ,66 Puedo encontrar algo de interés en cualquier situación. ,59 El mundo me parece un lugar muy interesante. ,59 Nunca me aburro. ,59 Quiero involucrarme totalmente en la vida, no simplemente mirar desde fuera. ,55 Disfruto realmente al escuchar cosas de otros países y culturas. ,55 Método de extracción: Análisis de componentes principales. a. 1 componentes extraídos
Tabla 3.1.8 Equidad
Matriz de componentesa Componente 1
Creo que todo el mundo debería tener la oportunidad de expresarse. ,74 Para mí, los derechos de todas las personas son igualmente importantes. ,69 Estoy fuertemente comprometido a los principios de justicia e igualdad. ,68 Creo que es valioso escuchar las opiniones de todos. ,66 Trato a todo el mundo por igual sin importar de quién se trate. ,58 Incluso si no me agrada alguien, le trato de forma justa. ,55 Doy a todo el mundo una oportunidad. ,54 No acepto el reconocimiento por un trabajo que no he hecho. ,45 Método de extracción: Análisis de componentes principales. a. 1 componentes extraídos
220
Tabla 3.1.9 Esperanza
Matriz de componentesa Componente
1 Si me siento decaído, siempre pienso en las cosas buenas que hay en mi vida. ,76 Siempre miro el lado positivo. ,69 Siempre puedo encontrar lo positivo en lo que a otros les parece negativo. ,67 Sé que tendré éxito en las metas que me proponga a mí mismo/a. ,67 Confío en que mi manera de hacer las cosas dará los mejores resultados. ,65 Siempre espero que suceda lo mejor. ,65 A pesar de los desafíos, siempre mantengo la esperanza en el futuro. ,64 Si obtengo una mala nota o evaluación, me centro en la siguiente oportunidad, y me propongo hacerlo mejor. ,49
Método de extracción: Análisis de componentes principales. a. 1 componentes extraídos
Tabla 3.1.10 Espiritualidad
Matriz de componentes rotadosa Componente
1 2 Soy practicante de mi religión. ,79 Mi fe me hace ser quien soy. ,78 ,36 Soy una persona espiritual. ,77 Mi fe nunca me abandona durante los momentos difíciles. ,75 ,27 Creo en un poder universal, en un dios. ,73 ,35 En las últimas 24 horas, he empleado 30 minutos en rezar, meditar o haciendo contemplación.
,68 ,25
Mis creencias hacen que mi vida sea importante. ,57 ,44 Siento que tengo una misión en mi vida. ,14 ,85 Creo que cada persona tiene un propósito en la vida ,22 ,82 Método de extracción: Análisis de componentes principales. Método de rotación: Normalización Varimax con Kaiser.
a. La rotación ha convergido en 3 iteraciones.
221
Tabla 3.1.11 Gratitud
Matriz de componentesa Componente
1 Cuando miro a mi vida, encuentro muchas cosas por las que estar agradecido/a. ,82 Me siento agradecido/a por las cosas que he recibido en la vida. ,80 He sido profundamente afortunado/a en mi vida. ,74 Soy una persona extremadamente agradecida. ,74 Siento un profundo sentido de agradecimiento todos los días. ,73 Al menos una vez al día paro y recuerdo todas las cosas positivas que hay en mi vida. ,59 Llego muy lejos a la hora de dar reconocimiento a la gente que ha sido buena conmigo. ,56 Siempre doy las gracias a las personas que se preocupan por mí. ,55 Si recibo un regalo, siempre se lo agradezco a la persona que me lo dio. ,53 Hay personas en mi vida que cuidan de mis sentimientos y mi bienestar tanto como de ellos mismos.
,48
Método de extracción: Análisis de componentes principales. a. 1 componentes extraídos
Tabla 3.1.12 Honestidad
Matriz de componentesa
Componente 1
,74 Digo la verdad aunque duela. ,73 Siempre mantengo mis promesas. ,66 Los demás confían en mí para que les guarde sus secretos. ,65 Mis amigos siempre me dicen que tengo los pies en la tierra. ,60 Mis amigos/as me dicen que soy auténtico/a. ,58 Soy fiel a mis propios valores ,58 No puedo imaginarme a mí mismo mintiendo o haciendo trampas. ,57 Creo que la honestidad es la base de la confianza. ,45 Método de extracción: Análisis de componentes principales. a. 1 componentes extraídos
222
Tabla 3.1.13 Humildad
Matriz de componentes rotadosa Componente
1 2 No me comporto como si fuera alguien especial. ,76 No me gusta destacar en un grupo de gente. ,75 ,18 Casi nunca llamo la atención sobre mí mismo/a. ,68 ,11 Nunca presumo de mis logros. ,57 ,39 La gente se siente atraída hacia mí porque soy humilde. -,11 ,78 Me han dicho que la modestia es una de mis más notables características. ,28 ,73 Nadie me describiría nunca como arrogante. ,20 ,68 Soy siempre modesto/a sobre las cosas buenas que me han sucedido. ,44 ,53 Método de extracción: Análisis de componentes principales. Método de rotación: Normalización Varimax con Kaiser. a. La rotación ha convergido en 3 iteraciones.
Tabla 3.1.14 Humor
Matriz de componentesa Componente
1 Intento añadir algo de humor a cualquier cosa que hago. ,86 Siempre estoy dispuesto a alegrar el día a alguien con algunas risas. ,81 Tengo un gran sentido del humor. ,81 Soy conocido/a por mi buen sentido del humor. ,79 Encuentro satisfacción en hacer reír o sonreír a los demás. ,78 Intento divertirme en toda clase de situaciones. ,65 Siempre que veo a mis amigos/as bajos de ánimo, intento bromear para animarles. ,65 Nunca permito que una situación deprimente me quite el sentido del humor. ,62 La mayoría de la gente diría que es divertido estar conmigo. ,53 Me resulta muy fácil encontrar cosas que me entretengan. ,36 Método de extracción: Análisis de componentes principales. a. 1 componentes extraídos
224
Tabla 3.1.15 Inteligencia Social
Matriz de componentesa Componente
1 Siempre sé cómo captar la forma de ser de la gente. ,74 Soy bueno/a percibiendo lo que otras personas están sintiendo. ,69 Tengo la habilidad para hacer que los demás se sientan interesantes. ,64 Soy consciente de mis propios sentimientos y motivaciones. ,62 Siempre sé qué decir para que la gente se sienta bien. ,60 No importa cual sea la situación, soy capaz de integrarme. ,54 Es raro que alguien pueda aprovecharse de mí. ,46 Método de extracción: Análisis de componentes principales.
a. 1 componentes extraídos
225
Tabla 3.1.16 Liderazgo
Matriz de componentes rotadosa Componente
1 2 Para ser un líder efectivo, trato a todo el mundo igual. ,74 ,16 Mis amigos siempre me dicen que soy un/a líder firme pero justo. ,70 Como líder, trato a todo el mundo igual de bien, sin tener en cuenta su nivel de experiencia. ,68 ,15 Como líder, creo que todas las personas del grupo deberían tener la oportunidad de opinar sobre lo que el grupo hace.
,64 ,28
Como líder, intento conseguir que todos los miembros del grupo estén alegres. ,57 ,49 Una de mis fortalezas es ser capaz de ayudar a un grupo de gente a trabajar bien en equipo aunque tengan diferencias.
,51 ,37
Creo que nuestra naturaleza humana nos lleva a trabajar juntos por metas comunes. ,42 ,33 Nunca me pierdo las reuniones de grupo o las prácticas de equipo. -,14 ,87 Cuando estoy en una posición de autoridad, nunca culpo a otros de los problemas. ,29 ,56 Soy muy bueno/a planeando actividades de grupo. ,42 ,45 Método de extracción: Análisis de componentes principales. Método de rotación: Normalización Varimax con Kaiser. a. La rotación ha convergido en 3 iteraciones.
Tabla 3.1.17 Pensamiento crítico
Matriz de componentes rotadosa Componente
1 2 Tomo las decisiones solo cuando tengo toda la información. ,74 Siempre tengo en cuenta los pros y los contras. ,72 ,27 Intento tener buenas razones para mis decisiones importantes. ,72 ,13 Siempre examino las dos caras de una cuestión. ,48 ,40 Pase lo que pase no pierdo de vista lo importante. ,46 ,26 Puedo no decírselo a los demás, pero me considero una persona sabia. -,16 ,78 Analizar en profundidad las cosas es innato en mí. ,38 ,63 Mis amigo/as valoran mi buen criterio. ,34 ,59 Mis amigos valoran mi objetividad. ,39 ,55 Siempre identifico las razones de mis actos. ,21 ,55 Valoro mi capacidad para pensar críticamente. ,29 ,53 Método de extracción: Análisis de componentes principales. Método de rotación: Normalización Varimax con Kaiser. a. La rotación ha convergido en 3 iteraciones.
226
Tabla 3.1.18 Perdón
Matriz de componentesa Componente
1 Normalmente estoy dispuesto/a a dar a cualquiera otra oportunidad. ,73 Creo que lo mejor es perdonar y olvidar. ,72 Siempre permito a los demás dejar sus errores atrás y comenzar de cero. ,71 Casi nunca guardo rencores. ,70 No deseo ver a nadie sufrir, ni siquiera a mi peor enemigo. ,64 Siempre estoy dispuesto/a a dar al otro la oportunidad de disculparse. ,63 Intento responder con comprensión cuando alguien me trata mal. ,58 Para mí siempre, lo pasado, pasado está. ,47 Método de extracción: Análisis de componentes principales. a. 1 componentes extraídos
227
Tabla 3.1.19 Perseverancia
Matriz de componentesa Componente
1 Termino las cosas a pesar de los obstáculos del camino. ,81 Siempre acabo lo que empiezo ,81 Nunca abandono una tarea antes de que esté acabada. ,77 Me comprometo con todo lo que haya decidido hacer. ,66 No me doy por vencido/a. ,66 Cuando hago planes, estoy seguro/a de que conseguiré llevarlos a cabo. ,62 Soy muy trabajador/a. ,60 Cuando logro lo que quiero, es porque he trabajado duro para conseguirlo. ,59 Soy una persona que se marca objetivos. ,54 Nunca me distraigo cuando trabajo. ,51 Método de extracción: Análisis de componentes principales. a. 1 componentes extraídos
Tabla 3.1.20 Perspectiva
Matriz de componentesa Componente 1
La gente me describe como una persona más sabia de lo que corresponde a mi edad. ,74 Siempre soy capaz de mirar a las situaciones y tener una visión global. ,74 Siempre tengo una perspectiva amplia sobre lo que está pasando. ,68 A ningún amigo/a le ha ido mal con mis consejos. ,67 Los demás me consideran como una persona sabia. ,66 Tengo una perspectiva madura de la vida ,61 Los demás vienen a pedirme consejo ,57 Mi visión del mundo es excelente. ,52 Método de extracción: Análisis de componentes principales. a. 1 componentes extraídos
228
Tabla 3.1.21 Prudencia
Matriz de componentesa Componente
1 2 Siempre realizo mis elecciones con cuidado. ,80 ,14 Siempre pienso antes de hablar. ,76 ,30 Siempre pienso sobre las consecuencias antes de actuar. ,75 ,32 Siempre sé diferenciar lo bueno de lo malo. ,66 ,14 Mis amigos/as piensan que tomo decisiones acertadas en lo que digo y hago. ,65 -,17 Soy una persona muy prudente. ,56 ,41 Siempre evito actividades que sean peligrosas físicamente. ,10 ,76 Uno de mis lemas preferidos es “No hagas nada de lo que te puedes arrepentir”. ,12 ,74 Método de extracción: Análisis de componentes principales. Método de rotación: Normalización Varimax con Kaiser. a. La rotación ha convergido en 3 iteraciones.
Tabla 3.1.22 Trabajo en equipo
Matriz de componentes rotadosa Componente
1 2 Para mí, es importante respetar las decisiones hechas por mi grupo. ,79 Apoyo sin excepción a mis compañeros de equipo o de grupo. ,76 ,26 Siempre respeto a los líderes de mi grupo, incluso cuando estoy en desacuerdo con ellos. ,72 ,17 Es importante para mí mantener la armonía dentro del grupo. ,57 ,28 Sacrifico con gusto mi propio interés en beneficio del grupo en el que estoy. ,55 ,33 Soy una persona extremadamente leal. ,50 ,24 Ser capaz de ceder para llegar a acuerdos es algo característico de mí. ,12 ,76 En un grupo, intento asegurarme de que todo el mundo se sienta incluido. ,14 ,69 Trabajo mucho mejor en equipo. ,19 ,55 Verdaderamente disfruto siendo parte de un grupo. ,27 ,50 A menudo sé cómo manejarme en diferentes situaciones sociales. ,40 ,41 Método de extracción: Análisis de componentes principales. Método de rotación: Normalización Varimax con Kaiser. a. La rotación ha convergido en 3 iteraciones.
229
Tabla 3.1.23 Valentía
Matriz de componentes rotadosa Componente
1 2 Soy una persona valiente. ,80 ,14 Siempre afronto mis miedos. ,77 ,20 He superado algún problema emocional gracias a hacerle frente. ,68 ,15 Debo defender lo que creo aunque tenga consecuencias negativas. ,41 ,34 He sido firme en muchas ocasiones ante una fuerte oposición por parte de otros. ,14 ,78 Nunca dudo en expresar públicamente una opinión impopular. ,13 ,76 Siempre defiendo mis creencias. ,26 ,71 Siempre expreso mi protesta cuando oigo a alguien decir cosas malintencionadas. ,45 ,47 Método de extracción: Análisis de componentes principales. Método de rotación: Normalización Varimax con Kaiser. a. La rotación ha convergido en 3 iteraciones.
Tabla 3.1.24 Vitalidad
Matriz de componentesa Componente
1 Tengo mucha energía. ,80 Me despierto con una sensación de entusiasmo sobre las oportunidades del día. ,77 Espero con ilusión cada nuevo día. ,71 La gente me describe como lleno de entusiasmo. ,67 Nunca afronto las cosas con desgana. ,63 Me encanta lo que hago. ,58 No puedo contener las ganas de comenzar en un proyecto. ,53 Nunca me da pereza/flojera levantarme por la mañana. ,52 Método de extracción: Análisis de componentes principales. a. 1 componentes extraídos
230
Tabla 3.2 Matriz rotada del PCQ
Matriz de estructura Factor
1 2 3 4
Se me ocurren muchas maneras de alcanzar mis actuales metas laborales. ,87 -,58 ,48 ,48
En este momento, considero que estoy teniendo bastante éxito en mi trabajo. ,80 -,52 ,52 ,58
En este momento, estoy cumpliendo las metas laborales que me he fijado. ,76 -,50 ,46 ,47
En este momento, estoy poniendo toda mi energía en alcanzar mis metas laborales. ,72 -,40 ,59 ,43
Hay muchas formas de resolver cualquier problema. ,61 -,53 ,39 ,52
Tengo confianza en mí mismo cuando contribuyo en discusiones sobre la estrategia de la organización. ,47 -,82 ,38 ,49
Tengo confianza en mí mismo cuando ayudo a fijar objetivos/metas en mi área de trabajo. ,58 -,80 ,39 ,59
Tengo confianza en mí mismo cuando represento a mi área de trabajo en una reunión con los directivos. ,44 -,79 ,36 ,46
Tengo confianza en mí mismo cuando analizo un problema de largo plazo para encontrar una solución ,51 -,75 ,56 ,53
Tengo confianza en mí mismo cuando presento información a un grupo de colegas. ,47 -,74 ,31 ,41
Tengo confianza en mí mismo cuando me contacto con personas ajenas a mi organización (p.ej., proveedores, usuarios, redes)
para discutir problemas. ,48 -,71 ,37 ,46
Soy optimista acerca de cómo será mi futuro en relación con el trabajo. ,55 -,40 ,80 ,40
Siempre miro el lado amable de las cosas en relación con mi trabajo. ,48 -,48 ,76 ,41
Cuando las cosas en el trabajo son inciertas para mí, suelo esperar lo mejor. ,45 -,35 ,58 ,41
Suelo tomarme con calma las situaciones estresantes del trabajo. ,35 -,40 ,33 ,68
Puedo sobrellevar los momentos difíciles en el trabajo, porque ya he pasado por dificultades antes. ,39 -,40 ,25 ,68
Si me encontrara bloqueado en el trabajo, se me podrían ocurrir varias maneras para superarlo. ,51 -,49 ,39 ,61
Siento que puedo gestionar muchas cosas a la vez en este trabajo. ,42 -,39 ,38 ,53
Suelo manejar los problemas de una u otra forma en el trabajo. ,32 -,30 ,35 ,38
Método de extracción: Máxima verosimilitud.
Metodo de rotación: Normalización Oblimin con Kaiser.
231
Sección 4. Instrumentos
Tabla 4.1 Clasificación Original de las Preguntas del VIA-IS
VIRTUD FORTALEZA DEL CARÁCTER PREGUNTAS
Sabiduría Curiosidad 1 25 49 73 97 121 145 169 193 217 Sabiduría Amor por el aprendizaje 2 26 50 74 98 122 146 170 194 218 Sabiduría Pensamiento crítico 3 27 51 75 99 123 147 171 195 219 Sabiduría Creatividad 4 28 52 76 100 124 148 172 196 220 Humanidad Inteligencia social 5 29 53 77 101 125 149 173 197 221 Sabiduría Perspectiva 6 30 54 78 102 126 150 174 198 222 Coraje Valentía 7 31 55 79 103 127 151 175 199 223 Coraje Perseverancia 8 32 56 80 104 128 152 176 200 224 Coraje Honestidad 9 33 57 81 105 129 153 177 201 225 Humanidad Bondad 10 34 58 82 106 130 154 178 202 226 Humanidad Amor 11 35 59 83 107 131 155 179 203 227 Justicia Trabajo en equipo 12 36 60 84 108 132 156 180 204 228 Justicia Equidad 13 37 61 85 109 133 157 181 205 229 Justicia Liderazgo 14 38 62 86 110 134 158 182 206 230 Templanza Autorregulación 15 39 63 87 111 135 159 183 207 231 Templanza Prudencia 16 40 64 88 112 136 160 184 208 232
Trascendencia Apreciación de la Belleza y E. 17 41 65 89 113 137 161 185 209 233
Trascendencia Gratitud 18 42 66 90 114 138 162 186 210 234 Trascendencia Esperanza 19 43 67 91 115 139 163 187 211 235 Trascendencia Espiritualidad 20 44 68 92 116 140 164 188 212 236 Templanza Humildad 21 45 69 93 117 141 165 189 213 237 Trascendencia Humor 22 46 70 94 118 142 166 190 214 238 Coraje Vitalidad 23 47 71 95 119 143 167 191 215 239 Templanza Perdón 24 48 72 96 120 144 168 192 216 240
232
Tabla 4.2 Instrumento VIA-IS Original (240 ítems)
A continuación se presenta un instrumento de 240 preguntas, por lo que le pedimos que considere unos 30 minutos para completarlo. Por favor, seleccione una opción de respuesta a cada afirmación. Todas las preguntas reflejan afirmaciones que muchas personas encontrarían deseables, pero queremos que responda exclusivamente si las afirmaciones reflejan cómo es usted. (Piense si la frase representa, actualmente, algo que usted haría, pensaría o diría). Por favor sea honesto y preciso. Encierre en un círculo su respuesta.
Muy parecido a
mí Algo parecido a
mí Neutro
(ni parecido ni diferente)
Algo diferente a mí
Muy diferente a mí
1. El mundo me parece un lugar muy interesante. 1 2 3 4 5 2. Siempre hago lo posible por asistir a actividades
educativas. 1 2 3 4 5
3. Siempre identifico las razones de mis actos. 1 2 3 4 5 4. Ser capaz de tener ideas nuevas y diferentes es
uno de mis puntos fuertes/fortalezas. 1 2 3 4 5
5. Estoy muy pendiente del entorno que me rodea. 1 2 3 4 5 6. Siempre tengo una perspectiva amplia sobre lo
que está pasando. 1 2 3 4 5
7. He sido firme en muchas ocasiones ante una fuerte oposición por parte de otros. 1 2 3 4 5
8. Nunca abandono una tarea antes de que esté acabada. 1 2 3 4 5
9. Siempre mantengo mis promesas. 1 2 3 4 5 10. Nunca estoy demasiado ocupado/a para ayudar a
un amigo. 1 2 3 4 5
11. Estoy siempre dispuesto/a a asumir riesgos para establecer una relación. 1 2 3 4 5
233
12. Nunca me pierdo las reuniones de grupo o las prácticas de equipo. 1 2 3 4 5
13. Cuando estoy equivocado, siempre lo reconozco. 1 2 3 4 5 14. En un grupo, intento asegurarme de que todo el
mundo se sienta incluido. 1 2 3 4 5
15. No me cuesta alimentarme con comidas saludables. 1 2 3 4 5
16. Nunca he hecho daño intencionalmente a alguien. 1 2 3 4 5 17. Para mí es importante vivir en un mundo de
belleza. 1 2 3 4 5
18. Siempre doy las gracias a las personas que se preocupan por mí. 1 2 3 4 5
19. Siempre miro el lado positivo. 1 2 3 4 5 20. Soy una persona espiritual. 1 2 3 4 5 21. Soy siempre modesto/a sobre las cosas buenas
que me han sucedido. 1 2 3 4 5
22. Siempre que veo a mis amigos/as bajos de ánimo, intento bromear para animarles. 1 2 3 4 5
23. Quiero involucrarme totalmente en la vida, no simplemente mirar desde fuera. 1 2 3 4 5
24. Para mí siempre, lo pasado, pasado está. 1 2 3 4 5 25. Nunca me aburro. 1 2 3 4 5 26. Me encanta aprender cosas nuevas. 1 2 3 4 5 27. Siempre examino las dos caras de una cuestión. 1 2 3 4 5 28. Cuando alguien me dice cómo hacer algo,
automáticamente pienso en formas alternativas de hacer lo mismo.
1 2 3 4 5
29. A menudo sé cómo manejarme en diferentes situaciones sociales. 1 2 3 4 5
30. Pase lo que pase no pierdo de vista lo importante. 1 2 3 4 5 31. He superado algún problema emocional gracias a 1 2 3 4 5
234
hacerle frente. 32. Siempre acabo lo que empiezo. 1 2 3 4 5 33. Mis amigos/as me dicen que soy auténtico/a. 1 2 3 4 5 34. Realmente disfruto haciendo pequeños favores a
los amigos. 1 2 3 4 5
35. Hay personas en mi vida que cuidan de mis sentimientos y mi bienestar tanto como de ellos mismos.
1 2 3 4 5
36. Verdaderamente disfruto siendo parte de un grupo. 1 2 3 4 5 37. Ser capaz de ceder para llegar a acuerdos es algo
característico de mí. 1 2 3 4 5
38. Como líder, trato a todo el mundo igual de bien, sin tener en cuenta su nivel de experiencia. 1 2 3 4 5
39. Aunque haya dulces o galletas a mano, nunca me excedo. 1 2 3 4 5
40. Uno de mis lemas preferidos es “No hagas nada de lo que te puedes arrepentir”. 1 2 3 4 5
41. La bondad de cierta gente me emociona. 1 2 3 4 5 42. Se me pone la piel de gallina cuando me entero de
actos de gran generosidad. 1 2 3 4 5
43. Siempre puedo encontrar lo positivo en lo que a otros les parece negativo. 1 2 3 4 5
44. Soy practicante de mi religión. 1 2 3 4 5 45. No me gusta destacar en un grupo de gente. 1 2 3 4 5 46. La mayoría de la gente diría que es divertido estar
conmigo. 1 2 3 4 5
47. Nunca me da pereza/flojera levantarme por la mañana. 1 2 3 4 5
48. Casi nunca guardo rencores. 1 2 3 4 5 49. Estoy siempre ocupado/a con algo interesante. 1 2 3 4 5 50. Me fascina aprender algo nuevo. 1 2 3 4 5
235
51. Tomo las decisiones solo cuando tengo toda la información. 1 2 3 4 5
52. Me gusta pensar en nuevas formas de hacer las cosas. 1 2 3 4 5
53. No importa cual sea la situación, soy capaz de integrarme. 1 2 3 4 5
54. Mi visión del mundo es excelente. 1 2 3 4 5 55. Nunca dudo en expresar públicamente una opinión
impopular. 1 2 3 4 5
56. Soy una persona que se marca objetivos. 1 2 3 4 5 57. Creo que la honestidad es la base de la confianza. 1 2 3 4 5 58. Hago lo posible para animar a la gente que parece
abatida. 1 2 3 4 5
59. Hay personas que aceptan mis defectos. 1 2 3 4 5 60. Soy una persona extremadamente leal. 1 2 3 4 5 61. Trato a todo el mundo por igual sin importar de
quién se trate. 1 2 3 4 5
62. Una de mis fortalezas es ser capaz de ayudar a un grupo de gente a trabajar bien en equipo aunque tengan diferencias.
1 2 3 4 5
63. Soy una persona altamente disciplinada. 1 2 3 4 5 64. Siempre pienso antes de hablar. 1 2 3 4 5 65. Experimento emociones profundas cuando veo
cosas bellas. 1 2 3 4 5
66. Al menos una vez al día paro y recuerdo todas las cosas positivas que hay en mi vida. 1 2 3 4 5
67. A pesar de los desafíos, siempre mantengo la esperanza en el futuro. 1 2 3 4 5
68. Mi fe nunca me abandona durante los momentos difíciles. 1 2 3 4 5
69. No me comporto como si fuera alguien especial. 1 2 3 4 5
236
70. Siempre estoy dispuesto a alegrar el día a alguien con algunas risas. 1 2 3 4 5
71. Nunca afronto las cosas con desgana. 1 2 3 4 5 72. Nunca busco venganza. 1 2 3 4 5 73. Siempre tengo curiosidad sobre el mundo. 1 2 3 4 5 74. Todos los días, espero la oportunidad de aprender
y crecer. 1 2 3 4 5
75. Valoro mi capacidad para pensar críticamente. 1 2 3 4 5 76. Me siento orgulloso/a de ser original. 1 2 3 4 5 77. Tengo la habilidad para hacer que los demás se
sientan interesantes. 1 2 3 4 5
78. A ningún amigo/a le ha ido mal con mis consejos. 1 2 3 4 5 79. Debo defender lo que creo aunque tenga
consecuencias negativas. 1 2 3 4 5
80. Termino las cosas a pesar de los obstáculos del camino. 1 2 3 4 5
81. Digo la verdad aunque duela. 1 2 3 4 5 82. Me encanta hacer felices a otras personas. 1 2 3 4 5 83. Soy la persona más importante en la vida de
alguien. 1 2 3 4 5
84. Trabajo mucho mejor en equipo. 1 2 3 4 5 85. Para mí, los derechos de todas las personas son
igualmente importantes. 1 2 3 4 5
86. Soy muy bueno/a planeando actividades de grupo. 1 2 3 4 5 87. Tengo control de mis emociones. 1 2 3 4 5 88. Mis amigos/as piensan que tomo decisiones
acertadas en lo que digo y hago. 1 2 3 4 5
89. Veo la belleza en cosas que otras personas no perciben. 1 2 3 4 5
90. Si recibo un regalo, siempre se lo agradezco a la persona que me lo dio. 1 2 3 4 5
237
91. Tengo una imagen clara en mi cabeza sobre lo que quiero que suceda en el futuro. 1 2 3 4 5
92. Mi vida tiene un propósito sólido. 1 2 3 4 5 93. Nunca presumo de mis logros. 1 2 3 4 5 94. Intento divertirme en toda clase de situaciones. 1 2 3 4 5 95. Me encanta lo que hago. 1 2 3 4 5 96. Siempre permito a los demás dejar sus errores
atrás y comenzar de cero. 1 2 3 4 5
97. Me entusiasman muchas actividades diferentes. 1 2 3 4 5 98. Soy un/a verdadero/a aprendiz de por vida. 1 2 3 4 5 99. Mis amigos valoran mi objetividad. 1 2 3 4 5 100. Siempre se me ocurren nuevas formas de
hacer las cosas. 1 2 3 4 5
101. Siempre sé cómo captar la forma de ser de la gente. 1 2 3 4 5
102. La gente me describe como una persona más sabia de lo que corresponde a mi edad. 1 2 3 4 5
103. Mientras los demás hablan, yo llamo a la acción. 1 2 3 4 5
104. Soy muy trabajador/a. 1 2 3 4 5 105. Se puede confiar en mis promesas. 1 2 3 4 5 106. He ayudado voluntariamente a alguien (vecino,
...etc.) durante el último mes. 1 2 3 4 5
107. Hagan lo que hagan mi familia y mis amigos íntimos, no dejaré de quererlos. 1 2 3 4 5
108. Nunca hablo mal de mi grupo a gente de fuera. 1 2 3 4 5 109. Doy a todo el mundo una oportunidad. 1 2 3 4 5 110. Para ser un líder efectivo, trato a todo el
mundo igual. 1 2 3 4 5
111. Nunca deseo cosas que me perjudican a largo plazo, incluso aunque me hagan sentir bien a corto 1 2 3 4 5
238
plazo. 112. Siempre evito actividades que sean peligrosas
físicamente. 1 2 3 4 5
113. La belleza de una película me ha dejado sin palabras en muchas ocasiones. 1 2 3 4 5
114. Soy una persona extremadamente agradecida. 1 2 3 4 5 115. Si obtengo una mala nota o evaluación, me
centro en la siguiente oportunidad, y me propongo hacerlo mejor.
1 2 3 4 5
116. En las últimas 24 horas, he empleado 30 minutos en rezar, meditar o haciendo contemplación.
1 2 3 4 5
117. Estoy orgulloso/a de ser una persona común y corriente. 1 2 3 4 5
118. Intento añadir algo de humor a cualquier cosa que hago. 1 2 3 4 5
119. Espero con ilusión cada nuevo día. 1 2 3 4 5 120. Creo que lo mejor es perdonar y olvidar. 1 2 3 4 5 121. Tengo muchos intereses. 1 2 3 4 5 122. Siempre hago lo posible para visitar museos. 1 2 3 4 5 123. Cuando un asunto lo requiere, puedo ser
altamente racional. 1 2 3 4 5
124. Mis amigos dicen que tengo muchas ideas nuevas y diferentes. 1 2 3 4 5
125. Siempre me llevo bien con la gente que acabo de conocer. 1 2 3 4 5
126. Siempre soy capaz de mirar a las situaciones y tener una visión global. 1 2 3 4 5
127. Siempre defiendo mis creencias. 1 2 3 4 5 128. No me doy por vencido/a. 1 2 3 4 5 129. Soy fiel a mis propios valores. 1 2 3 4 5
239
130. Siempre llamo a mis amigos cuando están enfermos. 1 2 3 4 5
131. Siempre siento presente el amor en mi vida. 1 2 3 4 5 132. Es importante para mí mantener la armonía
dentro del grupo. 1 2 3 4 5
133. Estoy fuertemente comprometido a los principios de justicia e igualdad. 1 2 3 4 5
134. Creo que nuestra naturaleza humana nos lleva a trabajar juntos por metas comunes. 1 2 3 4 5
135. Siempre soy capaz de mantener una dieta. 1 2 3 4 5 136. Siempre pienso sobre las consecuencias antes
de actuar. 1 2 3 4 5
137. Soy siempre consciente de la belleza natural de lo que me rodea. 1 2 3 4 5
138. Llego muy lejos a la hora de dar reconocimiento a la gente que ha sido buena conmigo.
1 2 3 4 5
139. Tengo un plan sobre lo que quiero conseguir en los próximos cinco años. 1 2 3 4 5
140. Mi fe me hace ser quien soy. 1 2 3 4 5 141. Prefiero dejar a los demás que hablen sobre
ellos mismos. 1 2 3 4 5
142. Nunca permito que una situación deprimente me quite el sentido del humor. 1 2 3 4 5
143. Tengo mucha energía. 1 2 3 4 5 144. Siempre estoy dispuesto/a a dar al otro la
oportunidad de disculparse. 1 2 3 4 5
145. Puedo encontrar algo de interés en cualquier situación. 1 2 3 4 5
146. Leo todo el tiempo. 1 2 3 4 5 147. Analizar en profundidad las cosas es innato en 1 2 3 4 5
240
mí. 148. Soy una persona de ideas originales. 1 2 3 4 5 149. Soy bueno/a percibiendo lo que otras personas
están sintiendo. 1 2 3 4 5
150. Tengo una perspectiva madura de la vida. 1 2 3 4 5 151. Siempre afronto mis miedos. 1 2 3 4 5 152. Nunca me distraigo cuando trabajo. 1 2 3 4 5 153. Me enorgullezco de no exagerar lo que soy o
hago. 1 2 3 4 5
154. Me alegra tanto la buena suerte de los demás como la mía. 1 2 3 4 5
155. Puedo expresar mi cariño o amor a otra persona. 1 2 3 4 5
156. Apoyo sin excepción a mis compañeros de equipo o de grupo. 1 2 3 4 5
157. No acepto el reconocimiento por un trabajo que no he hecho. 1 2 3 4 5
158. Mis amigos siempre me dicen que soy un/a líder firme pero justo. 1 2 3 4 5
159. Siempre sé cuándo parar. 1 2 3 4 5 160. Siempre sé diferenciar lo bueno de lo malo. 1 2 3 4 5 161. Valoro enormemente todas las formas de arte. 1 2 3 4 5 162. Me siento agradecido/a por las cosas que he
recibido en la vida. 1 2 3 4 5
163. Sé que tendré éxito en las metas que me proponga a mí mismo/a. 1 2 3 4 5
164. Creo que cada persona tiene un propósito en la vida 1 2 3 4 5
165. Casi nunca llamo la atención sobre mí mismo/a. 1 2 3 4 5
166. Tengo un gran sentido del humor. 1 2 3 4 5
241
167. No puedo contener las ganas de comenzar en un proyecto. 1 2 3 4 5
168. Casi nunca intento tomar represalias. 1 2 3 4 5 169. Me resulta muy fácil encontrar cosas que me
entretengan. 1 2 3 4 5
170. Si quiero saber algo, inmediatamente voy a la biblioteca o a internet y lo busco. 1 2 3 4 5
171. Siempre tengo en cuenta los pros y los contras. 1 2 3 4 5
172. Mi imaginación va más allá que la de mis amigos. 1 2 3 4 5
173. Soy consciente de mis propios sentimientos y motivaciones. 1 2 3 4 5
174. Los demás vienen a pedirme consejo. 1 2 3 4 5 175. He superado sufrimientos y decepciones. 1 2 3 4 5 176. Me comprometo con todo lo que haya decidido
hacer. 1 2 3 4 5
177. Preferiría morirme antes de ser falso/a. 1 2 3 4 5 178. Disfruto siendo amable con los demás. 1 2 3 4 5 179. Soy capaz de aceptar el amor o el cariño de
los demás. 1 2 3 4 5
180. Siempre respeto a los líderes de mi grupo, incluso cuando estoy en desacuerdo con ellos. 1 2 3 4 5
181. Incluso si no me agrada alguien, le trato de forma justa. 1 2 3 4 5
182. Como líder, intento conseguir que todos los miembros del grupo estén alegres. 1 2 3 4 5
183. Sin excepción, hago a tiempo mis tareas del trabajo, de mis estudios o del hogar. 1 2 3 4 5
184. Soy una persona muy prudente. 1 2 3 4 5 185. Me asombran cosas sencillas de la vida que 1 2 3 4 5
242
los demás podrían no apreciar. 186. Cuando miro a mi vida, encuentro muchas
cosas por las que estar agradecido/a. 1 2 3 4 5
187. Confío en que mi manera de hacer las cosas dará los mejores resultados. 1 2 3 4 5
188. Creo en un poder universal, en un dios. 1 2 3 4 5 189. Me han dicho que la modestia es una de mis
más notables características. 1 2 3 4 5
190. Encuentro satisfacción en hacer reír o sonreír a los demás. 1 2 3 4 5
191. No puedo casi contener las ganas de ver lo que la vida me tiene preparado en las semanas y años que vienen.
1 2 3 4 5
192. Normalmente estoy dispuesto/a a dar a cualquiera otra oportunidad. 1 2 3 4 5
193. Creo que mi vida es extremadamente interesante. 1 2 3 4 5
194. Leo una gran variedad de libros. 1 2 3 4 5 195. Intento tener buenas razones para mis
decisiones importantes. 1 2 3 4 5
196. En el último mes he encontrado una solución original a un problema en mi vida. 1 2 3 4 5
197. Siempre sé qué decir para que la gente se sienta bien. 1 2 3 4 5
198. Puedo no decírselo a los demás, pero me considero una persona sabia. 1 2 3 4 5
199. Siempre expreso mi protesta cuando oigo a alguien decir cosas malintencionadas. 1 2 3 4 5
200. Cuando hago planes, estoy seguro/a de que conseguiré llevarlos a cabo. 1 2 3 4 5
201. Mis amigos siempre me dicen que tengo los 1 2 3 4 5
243
pies en la tierra. 202. Me encanta poder dejar que los demás
también se luzcan. 1 2 3 4 5
203. Tengo un vecino o alguien en el trabajo o en los estudios por quien realmente me preocupo como persona.
1 2 3 4 5
204. Para mí, es importante respetar las decisiones hechas por mi grupo. 1 2 3 4 5
205. Creo que todo el mundo debería tener la oportunidad de expresarse. 1 2 3 4 5
206. Como líder, creo que todas las personas del grupo deberían tener la oportunidad de opinar sobre lo que el grupo hace.
1 2 3 4 5
207. Para mí, la preparación es tan importante como el resultado. 1 2 3 4 5
208. Siempre realizo mis elecciones con cuidado. 1 2 3 4 5 209. Con frecuencia siento muchas ganas de
disfrutar una buena obra de arte, como música, teatro o pinturas.
1 2 3 4 5
210. Siento un profundo sentido de agradecimiento todos los días. 1 2 3 4 5
211. Si me siento decaído, siempre pienso en las cosas buenas que hay en mi vida. 1 2 3 4 5
212. Mis creencias hacen que mi vida sea importante. 1 2 3 4 5
213. Nadie me describiría nunca como arrogante. 1 2 3 4 5 214. Creo que la vida es más un patio de juego que
un campo de batalla. 1 2 3 4 5
215. Me despierto con una sensación de entusiasmo sobre las oportunidades del día. 1 2 3 4 5
216. No deseo ver a nadie sufrir, ni siquiera a mi 1 2 3 4 5
244
peor enemigo. 217. Disfruto realmente al escuchar cosas de otros
países y culturas. 1 2 3 4 5
218. Me encanta leer libros que no son de ficción por diversión. 1 2 3 4 5
219. Mis amigo/as valoran mi buen criterio. 1 2 3 4 5 220. Tengo un fuerte deseo de hacer algo original
en el próximo año. 1 2 3 4 5
221. Es raro que alguien pueda aprovecharse de mí. 1 2 3 4 5
222. Los demás me consideran como una persona sabia. 1 2 3 4 5
223. Soy una persona valiente. 1 2 3 4 5 224. Cuando logro lo que quiero, es porque he
trabajado duro para conseguirlo. 1 2 3 4 5
225. Los demás confían en mí para que les guarde sus secretos. 1 2 3 4 5
226. Siempre escucho a la gente cuando habla de sus problemas. 1 2 3 4 5
227. Comparto mis sentimientos con los demás con facilidad. 1 2 3 4 5
228. Sacrifico con gusto mi propio interés en beneficio del grupo en el que estoy. 1 2 3 4 5
229. Creo que es valioso escuchar las opiniones de todos. 1 2 3 4 5
230. Cuando estoy en una posición de autoridad, nunca culpo a otros de los problemas. 1 2 3 4 5
231. Hago ejercicio con regularidad. 1 2 3 4 5 232. No puedo imaginarme a mí mismo mintiendo o
haciendo trampas. 1 2 3 4 5
233. He creado algo hermoso durante el último año. 1 2 3 4 5
245
234. He sido profundamente afortunado/a en mi vida. 1 2 3 4 5
235. Siempre espero que suceda lo mejor. 1 2 3 4 5 236. Siento que tengo una misión en mi vida. 1 2 3 4 5 237. La gente se siente atraída hacia mí porque soy
humilde. 1 2 3 4 5
238. Soy conocido/a por mi buen sentido del humor. 1 2 3 4 5 239. La gente me describe como lleno de
entusiasmo. 1 2 3 4 5
240. Intento responder con comprensión cuando alguien me trata mal. 1 2 3 4 5
246
Tabla 4.3 Instrumento PCQ Original (24 ítems)
A continuación se presentan afirmaciones que describen cómo se ve usted mismo en este momento. Utilice la escala para indicar su nivel de acuerdo o desacuerdo con cada una de ellas. Encierre su respuesta en un círculo, según este rango de respuesta:
Muy en Desacuerdo
En desacuerdo
Algo en desacuerdo
Algo de acuerdo
De acuerdo
Muy de Acuerdo
1 2 3 4 5 6 .
N° Preguntas (24 Ítems) Muy en desacuerdo
En desacuerdo
Algo en desacuerdo
Algo de acuerdo
De acuerdo
Muy de Acuerdo
1 Tengo confianza en mí mismo cuando analizo un problema de largo plazo para encontrar una solución. 1 2 3 4 5 6
2 Tengo confianza en mí mismo cuando represento a mi área de trabajo en una reunión con los directivos. 1 2 3 4 5 6
3 Tengo confianza en mí mismo cuando contribuyo en discusiones sobre la estrategia de la organización. 1 2 3 4 5 6
4 Tengo confianza en mí mismo cuando ayudo a fijar objetivos/metas en mi área de trabajo. 1 2 3 4 5 6
5 Tengo confianza en mí mismo cuando me contacto con personas ajenas a mi organización (p.ej., proveedores, usuarios, redes) para discutir problemas.
1 2 3 4 5 6
6 Tengo confianza en mí mismo cuando presento información a un grupo de colegas. 1 2 3 4 5 6
7 Si me encontrara bloqueado en el trabajo, se me podrían ocurrir varias maneras para superarlo. 1 2 3 4 5 6
8 En este momento, estoy poniendo toda mi energía en alcanzar mis metas laborales. 1 2 3 4 5 6
247
9 Hay muchas formas de resolver cualquier problema. 1 2 3 4 5 6
10 En este momento, considero que estoy teniendo bastante éxito en mi trabajo. 1 2 3 4 5 6
11 Se me ocurren muchas maneras de alcanzar mis actuales metas laborales. 1 2 3 4 5 6
12 En este momento, estoy cumpliendo las metas laborales que me he fijado. 1 2 3 4 5 6
13 Cuando tengo un percance en el trabajo, tengo problemas para superarlo, para seguir adelante. 1 2 3 4 5 6
14 Suelo manejar los problemas de una u otra forma en el trabajo. 1 2 3 4 5 6
15 Puedo estar “por mi cuenta” –por así decirlo- en el trabajo, si tengo que hacerlo. 1 2 3 4 5 6
16 Suelo tomarme con calma las situaciones estresantes del trabajo. 1 2 3 4 5 6
17 Puedo sobrellevar los momentos difíciles en el trabajo, porque ya he pasado por dificultades antes. 1 2 3 4 5 6
18 Siento que puedo gestionar muchas cosas a la vez en este trabajo. 1 2 3 4 5 6
19 Cuando las cosas en el trabajo son inciertas para mí, suelo esperar lo mejor. 1 2 3 4 5 6
20 Si algo me puede salir mal en el trabajo, seguro que así será. 1 2 3 4 5 6
21 Siempre miro el lado amable de las cosas en relación con mi trabajo. 1 2 3 4 5 6
22 Soy optimista acerca de cómo será mi futuro en relación con el trabajo. 1 2 3 4 5 6
23 En este trabajo, las cosas nunca resultan como yo lo deseo. 1 2 3 4 5 6
24 Mi actitud hacia este trabajo es "después de la tempestad viene la calma". 1 2 3 4 5 6
248
Tabla 4.4 Clasificación final de las Preguntas del VIA-IS
VIRTUD FORTALEZA DEL CARÁCTER PREGUNTAS Sabiduría Curiosidad 1 23 25 49 73 145 193 217 Sabiduría Amor por el aprendizaje 2 50 98 121 122 146 170 194 218 Sabiduría Pensamiento crítico 3 27 30 51 75 99 147 171 195 198 219 Sabiduría Creatividad 4 28 52 74 76 100 124 148 Humanidad Inteligencia social 53 77 101 149 173 197 221 Sabiduría Perspectiva 6 54 78 102 126 150 174 222 Coraje Valentía 7 31 55 79 127 151 199 223 Coraje Perseverancia 8 32 56 80 104 128 152 176 200 224 Coraje Honestidad 9 33 57 81 105 129 201 225 232 Humanidad Bondad 34 58 82 130 154 178 202 226 Humanidad Amor 11 59 83 131 155 179 203 227 Justicia Trabajo en equipo 14 29 36 37 60 84 132 156 180 204 228 Justicia Equidad 61 85 109 133 157 181 205 229 Justicia Liderazgo 12 38 62 86 110 134 158 182 206 230 Templanza Autorregulación 15 63 87 111 159 183 207 Templanza Prudencia 40 64 88 112 136 160 184 208 Trascendencia Apreciación de la Belleza y E. 41 65 89 113 137 161 185 209 Trascendencia Gratitud 18 35 66 90 114 138 162 186 210 234 Trascendencia Esperanza 19 43 67 115 163 187 211 235 Trascendencia Espiritualidad 20 44 68 116 140 164 188 212 236 Templanza Humildad 21 45 69 93 165 189 213 237 Trascendencia Humor 22 46 70 94 118 142 166 169 190 238 Coraje Vitalidad 47 71 95 119 143 167 215 239 Templanza Perdón 24 48 96 120 144 192 216 240
Tabla 4.5 Instrumento VIA-IS Modificado (206 ítems)
A continuación se presenta un instrumento de 206 preguntas, por lo que le pedimos que considere unos 30 minutos para completarlo. Por favor, seleccione una opción de respuesta a cada afirmación. Todas las preguntas reflejan afirmaciones que muchas personas encontrarían deseables, pero queremos que responda exclusivamente si las afirmaciones reflejan cómo es usted. (Piense si la frase representa, actualmente, algo que usted haría, pensaría o diría). Por favor sea honesto y preciso. Encierre en un círculo su respuesta.
N°
Nuevo N°
Original Preguntas (206 ítems) Muy
parecido a mí
Algo parecido a
mí
Neutro (ni parecido ni
diferente)
Algo diferente a
mí
Muy diferente a
mí 1 1 El mundo me parece un lugar muy interesante. 1 2 3 4 5
2 2 Siempre hago lo posible por asistir a actividades educativas. 1 2 3 4 5
3 3 Siempre identifico las razones de mis actos. 1 2 3 4 5
4 4 Ser capaz de tener ideas nuevas y diferentes es uno de mis puntos fuertes/fortalezas. 1 2 3 4 5
5 6 Siempre tengo una perspectiva amplia sobre lo que está pasando. 1 2 3 4 5
6 7 He sido firme en muchas ocasiones ante una fuerte oposición por parte de otros. 1 2 3 4 5
7 8 Nunca abandono una tarea antes de que esté acabada. 1 2 3 4 5
8 9 Siempre mantengo mis promesas. 1 2 3 4 5
9 11 Estoy siempre dispuesto/a a asumir riesgos para establecer una relación. 1 2 3 4 5
10 12 Nunca me pierdo las reuniones de grupo o las prácticas de equipo. 1 2 3 4 5
11 14 En un grupo, intento asegurarme de que todo el 1 2 3 4 5
250
mundo se sienta incluido. 12 15 No me cuesta alimentarme con comidas saludables. 1 2 3 4 5
13 18 Siempre doy las gracias a las personas que se preocupan por mí. 1 2 3 4 5
14 19 Siempre miro el lado positivo. 1 2 3 4 5 15 20 Soy una persona espiritual. 1 2 3 4 5
16 21 Soy siempre modesto/a sobre las cosas buenas que me han sucedido. 1 2 3 4 5
17 22 Siempre que veo a mis amigos/as bajos de ánimo, intento bromear para animarles. 1 2 3 4 5
18 24 Para mí siempre, lo pasado, pasado está. 1 2 3 4 5 19 25 Nunca me aburro. 1 2 3 4 5 20 27 Siempre examino las dos caras de una cuestión. 1 2 3 4 5
21 28 Cuando alguien me dice cómo hacer algo, automáticamente pienso en formas alternativas de hacer lo mismo.
1 2 3 4 5
22 29 A menudo sé cómo manejarme en diferentes situaciones sociales. 1 2 3 4 5
23 30 Pase lo que pase no pierdo de vista lo importante. 1 2 3 4 5
24 31 He superado algún problema emocional gracias a hacerle frente. 1 2 3 4 5
25 32 Siempre acabo lo que empiezo. 1 2 3 4 5 26 33 Mis amigos/as me dicen que soy auténtico/a. 1 2 3 4 5
27 34 Realmente disfruto haciendo pequeños favores a los amigos. 1 2 3 4 5
28 35 Hay personas en mi vida que cuidan de mis sentimientos y mi bienestar tanto como de ellos mismos.
1 2 3 4 5
29 36 Verdaderamente disfruto siendo parte de un grupo. 1 2 3 4 5
30 37 Ser capaz de ceder para llegar a acuerdos es algo característico de mí. 1 2 3 4 5
251
31 38 Como líder, trato a todo el mundo igual de bien, sin tener en cuenta su nivel de experiencia. 1 2 3 4 5
32 40 Uno de mis lemas preferidos es “No hagas nada de lo que te puedes arrepentir”. 1 2 3 4 5
33 41 La bondad de cierta gente me emociona. 1 2 3 4 5
34 43 Siempre puedo encontrar lo positivo en lo que a otros les parece negativo. 1 2 3 4 5
35 44 Soy practicante de mi religión. 1 2 3 4 5 36 45 No me gusta destacar en un grupo de gente. 1 2 3 4 5
37 46 La mayoría de la gente diría que es divertido estar conmigo. 1 2 3 4 5
38 47 Nunca me da pereza/flojera levantarme por la mañana. 1 2 3 4 5
39 48 Casi nunca guardo rencores. 1 2 3 4 5 40 49 Estoy siempre ocupado/a con algo interesante. 1 2 3 4 5 41 50 Me fascina aprender algo nuevo. 1 2 3 4 5
42 51 Tomo las decisiones solo cuando tengo toda la información. 1 2 3 4 5
43 52 Me gusta pensar en nuevas formas de hacer las cosas. 1 2 3 4 5
44 53 No importa cual sea la situación, soy capaz de integrarme. 1 2 3 4 5
45 54 Mi visión del mundo es excelente. 1 2 3 4 5
46 55 Nunca dudo en expresar públicamente una opinión impopular. 1 2 3 4 5
47 56 Soy una persona que se marca objetivos. 1 2 3 4 5 48 57 Creo que la honestidad es la base de la confianza. 1 2 3 4 5
49 58 Hago lo posible para animar a la gente que parece abatida. 1 2 3 4 5
50 59 Hay personas que aceptan mis defectos. 1 2 3 4 5 51 60 Soy una persona extremadamente leal. 1 2 3 4 5
252
52 61 Trato a todo el mundo por igual sin importar de quién se trate. 1 2 3 4 5
53 62 Una de mis fortalezas es ser capaz de ayudar a un grupo de gente a trabajar bien en equipo aunque tengan diferencias.
1 2 3 4 5
54 63 Soy una persona altamente disciplinada. 1 2 3 4 5 55 64 Siempre pienso antes de hablar. 1 2 3 4 5
56 65 Experimento emociones profundas cuando veo cosas bellas. 1 2 3 4 5
57 66 Al menos una vez al día paro y recuerdo todas las cosas positivas que hay en mi vida. 1 2 3 4 5
58 67 A pesar de los desafíos, siempre mantengo la esperanza en el futuro. 1 2 3 4 5
59 68 Mi fe nunca me abandona durante los momentos difíciles. 1 2 3 4 5
60 69 No me comporto como si fuera alguien especial. 1 2 3 4 5
61 70 Siempre estoy dispuesto a alegrar el día a alguien con algunas risas. 1 2 3 4 5
62 71 Nunca afronto las cosas con desgana. 1 2 3 4 5 63 73 Siempre tengo curiosidad sobre el mundo. 1 2 3 4 5
64 74 Todos los días, espero la oportunidad de aprender y crecer. 1 2 3 4 5
65 75 Valoro mi capacidad para pensar críticamente. 1 2 3 4 5 66 76 Me siento orgulloso/a de ser original. 1 2 3 4 5
67 77 Tengo la habilidad para hacer que los demás se sientan interesantes. 1 2 3 4 5
68 78 A ningún amigo/a le ha ido mal con mis consejos. 1 2 3 4 5
69 79 Debo defender lo que creo aunque tenga consecuencias negativas. 1 2 3 4 5
70 80 Termino las cosas a pesar de los obstáculos del camino. 1 2 3 4 5
253
71 81 Digo la verdad aunque duela. 1 2 3 4 5 72 82 Me encanta hacer felices a otras personas. 1 2 3 4 5 73 83 Soy la persona más importante en la vida de alguien. 1 2 3 4 5 74 84 Trabajo mucho mejor en equipo. 1 2 3 4 5
75 85 Para mí, los derechos de todas las personas son igualmente importantes. 1 2 3 4 5
76 86 Soy muy bueno/a planeando actividades de grupo. 1 2 3 4 5 77 87 Tengo control de mis emociones. 1 2 3 4 5
78 88 Mis amigos/as piensan que tomo decisiones acertadas en lo que digo y hago. 1 2 3 4 5
79 89 Veo la belleza en cosas que otras personas no perciben. 1 2 3 4 5
80 90 Si recibo un regalo, siempre se lo agradezco a la persona que me lo dio. 1 2 3 4 5
81 93 Nunca presumo de mis logros. 1 2 3 4 5 82 94 Intento divertirme en toda clase de situaciones. 1 2 3 4 5 83 95 Me encanta lo que hago. 1 2 3 4 5
84 96 Siempre permito a los demás dejar sus errores atrás y comenzar de cero. 1 2 3 4 5
85 98 Soy un/a verdadero/a aprendiz de por vida. 1 2 3 4 5 86 99 Mis amigos valoran mi objetividad. 1 2 3 4 5
87 100 Siempre se me ocurren nuevas formas de hacer las cosas. 1 2 3 4 5
88 101 Siempre sé cómo captar la forma de ser de la gente. 1 2 3 4 5
89 102 La gente me describe como una persona más sabia de lo que corresponde a mi edad. 1 2 3 4 5
90 104 Soy muy trabajador/a. 1 2 3 4 5 91 105 Se puede confiar en mis promesas. 1 2 3 4 5 92 109 Doy a todo el mundo una oportunidad. 1 2 3 4 5
93 110 Para ser un líder efectivo, trato a todo el mundo igual. 1 2 3 4 5
254
94 111 Nunca deseo cosas que me perjudican a largo plazo, incluso aunque me hagan sentir bien a corto plazo. 1 2 3 4 5
95 112 Siempre evito actividades que sean peligrosas físicamente. 1 2 3 4 5
96 113 La belleza de una película me ha dejado sin palabras en muchas ocasiones. 1 2 3 4 5
97 114 Soy una persona extremadamente agradecida. 1 2 3 4 5
98 115 Si obtengo una mala nota o evaluación, me centro en la siguiente oportunidad, y me propongo hacerlo mejor.
1 2 3 4 5
99 116 En las últimas 24 horas, he empleado 30 minutos en rezar, meditar o haciendo contemplación. 1 2 3 4 5
100 118 Intento añadir algo de humor a cualquier cosa que hago. 1 2 3 4 5
101 119 Espero con ilusión cada nuevo día. 1 2 3 4 5 102 120 Creo que lo mejor es perdonar y olvidar. 1 2 3 4 5 103 121 Tengo muchos intereses. 1 2 3 4 5 104 122 Siempre hago lo posible para visitar museos. 1 2 3 4 5
105 124 Mis amigos dicen que tengo muchas ideas nuevas y diferentes. 1 2 3 4 5
106 126 Siempre soy capaz de mirar a las situaciones y tener una visión global. 1 2 3 4 5
107 127 Siempre defiendo mis creencias. 1 2 3 4 5 108 128 No me doy por vencido/a. 1 2 3 4 5 109 129 Soy fiel a mis propios valores. 1 2 3 4 5 110 130 Siempre llamo a mis amigos cuando están enfermos. 1 2 3 4 5 111 131 Siempre siento presente el amor en mi vida. 1 2 3 4 5
112 132 Es importante para mí mantener la armonía dentro del grupo. 1 2 3 4 5
113 133 Estoy fuertemente comprometido a los principios de justicia e igualdad. 1 2 3 4 5
255
114 134 Creo que nuestra naturaleza humana nos lleva a trabajar juntos por metas comunes. 1 2 3 4 5
115 136 Siempre pienso sobre las consecuencias antes de actuar. 1 2 3 4 5
116 137 Soy siempre consciente de la belleza natural de lo que me rodea. 1 2 3 4 5
117 138 Llego muy lejos a la hora de dar reconocimiento a la gente que ha sido buena conmigo. 1 2 3 4 5
118 140 Mi fe me hace ser quien soy. 1 2 3 4 5
119 142 Nunca permito que una situación deprimente me quite el sentido del humor. 1 2 3 4 5
120 143 Tengo mucha energía. 1 2 3 4 5
121 144 Siempre estoy dispuesto/a a dar al otro la oportunidad de disculparse. 1 2 3 4 5
122 145 Puedo encontrar algo de interés en cualquier situación. 1 2 3 4 5
123 146 Leo todo el tiempo. 1 2 3 4 5 124 147 Analizar en profundidad las cosas es innato en mí. 1 2 3 4 5 125 148 Soy una persona de ideas originales. 1 2 3 4 5
126 149 Soy bueno/a percibiendo lo que otras personas están sintiendo. 1 2 3 4 5
127 150 Tengo una perspectiva madura de la vida. 1 2 3 4 5 128 151 Siempre afronto mis miedos. 1 2 3 4 5 129 152 Nunca me distraigo cuando trabajo. 1 2 3 4 5
130 154 Me alegra tanto la buena suerte de los demás como la mía. 1 2 3 4 5
131 155 Puedo expresar mi cariño o amor a otra persona. 1 2 3 4 5
132 156 Apoyo sin excepción a mis compañeros de equipo o de grupo. 1 2 3 4 5
133 157 No acepto el reconocimiento por un trabajo que no he hecho. 1 2 3 4 5
256
134 158 Mis amigos siempre me dicen que soy un/a líder firme pero justo. 1 2 3 4 5
135 159 Siempre sé cuándo parar. 1 2 3 4 5 136 160 Siempre sé diferenciar lo bueno de lo malo. 1 2 3 4 5 137 161 Valoro enormemente todas las formas de arte. 1 2 3 4 5
138 162 Me siento agradecido/a por las cosas que he recibido en la vida. 1 2 3 4 5
139 163 Sé que tendré éxito en las metas que me proponga a mí mismo/a. 1 2 3 4 5
140 164 Creo que cada persona tiene un propósito en la vida 1 2 3 4 5 141 165 Casi nunca llamo la atención sobre mí mismo/a. 1 2 3 4 5 142 166 Tengo un gran sentido del humor. 1 2 3 4 5
143 167 No puedo contener las ganas de comenzar en un proyecto. 1 2 3 4 5
144 169 Me resulta muy fácil encontrar cosas que me entretengan. 1 2 3 4 5
145 170 Si quiero saber algo, inmediatamente voy a la biblioteca o a internet y lo busco. 1 2 3 4 5
146 171 Siempre tengo en cuenta los pros y los contras. 1 2 3 4 5
147 173 Soy consciente de mis propios sentimientos y motivaciones. 1 2 3 4 5
148 174 Los demás vienen a pedirme consejo. 1 2 3 4 5
149 176 Me comprometo con todo lo que haya decidido hacer. 1 2 3 4 5
150 178 Disfruto siendo amable con los demás. 1 2 3 4 5
151 179 Soy capaz de aceptar el amor o el cariño de los demás. 1 2 3 4 5
152 180 Siempre respeto a los líderes de mi grupo, incluso cuando estoy en desacuerdo con ellos. 1 2 3 4 5
153 181 Incluso si no me agrada alguien, le trato de forma justa. 1 2 3 4 5
257
154 182 Como líder, intento conseguir que todos los miembros del grupo estén alegres. 1 2 3 4 5
155 183 Sin excepción, hago a tiempo mis tareas del trabajo, de mis estudios o del hogar. 1 2 3 4 5
156 184 Soy una persona muy prudente. 1 2 3 4 5
157 185 Me asombran cosas sencillas de la vida que los demás podrían no apreciar. 1 2 3 4 5
158 186 Cuando miro a mi vida, encuentro muchas cosas por las que estar agradecido/a. 1 2 3 4 5
159 187 Confío en que mi manera de hacer las cosas dará los mejores resultados. 1 2 3 4 5
160 188 Creo en un poder universal, en un dios. 1 2 3 4 5
161 189 Me han dicho que la modestia es una de mis más notables características. 1 2 3 4 5
162 190 Encuentro satisfacción en hacer reír o sonreír a los demás. 1 2 3 4 5
163 192 Normalmente estoy dispuesto/a a dar a cualquiera otra oportunidad. 1 2 3 4 5
164 193 Creo que mi vida es extremadamente interesante. 1 2 3 4 5 165 194 Leo una gran variedad de libros. 1 2 3 4 5
166 195 Intento tener buenas razones para mis decisiones importantes. 1 2 3 4 5
167 197 Siempre sé qué decir para que la gente se sienta bien. 1 2 3 4 5
168 198 Puedo no decírselo a los demás, pero me considero una persona sabia. 1 2 3 4 5
169 199 Siempre expreso mi protesta cuando oigo a alguien decir cosas malintencionadas. 1 2 3 4 5
170 200 Cuando hago planes, estoy seguro/a de que conseguiré llevarlos a cabo. 1 2 3 4 5
171 201 Mis amigos siempre me dicen que tengo los pies en 1 2 3 4 5
258
la tierra.
172 202 Me encanta poder dejar que los demás también se luzcan. 1 2 3 4 5
173 203 Tengo un vecino o alguien en el trabajo o en los estudios por quien realmente me preocupo como persona.
1 2 3 4 5
174 204 Para mí, es importante respetar las decisiones hechas por mi grupo. 1 2 3 4 5
175 205 Creo que todo el mundo debería tener la oportunidad de expresarse. 1 2 3 4 5
176 206 Como líder, creo que todas las personas del grupo deberían tener la oportunidad de opinar sobre lo que el grupo hace.
1 2 3 4 5
177 207 Para mí, la preparación es tan importante como el resultado. 1 2 3 4 5
178 208 Siempre realizo mis elecciones con cuidado. 1 2 3 4 5
179 209 Con frecuencia siento muchas ganas de disfrutar una buena obra de arte, como música, teatro o pinturas. 1 2 3 4 5
180 210 Siento un profundo sentido de agradecimiento todos los días. 1 2 3 4 5
181 211 Si me siento decaído, siempre pienso en las cosas buenas que hay en mi vida. 1 2 3 4 5
182 212 Mis creencias hacen que mi vida sea importante. 1 2 3 4 5 183 213 Nadie me describiría nunca como arrogante. 1 2 3 4 5
184 215 Me despierto con una sensación de entusiasmo sobre las oportunidades del día. 1 2 3 4 5
185 216 No deseo ver a nadie sufrir, ni siquiera a mi peor enemigo. 1 2 3 4 5
186 217 Disfruto realmente al escuchar cosas de otros países y culturas. 1 2 3 4 5
187 218 Me encanta leer libros que no son de ficción por 1 2 3 4 5
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diversión. 188 219 Mis amigo/as valoran mi buen criterio. 1 2 3 4 5 189 221 Es raro que alguien pueda aprovecharse de mí. 1 2 3 4 5 190 222 Los demás me consideran como una persona sabia. 1 2 3 4 5 191 223 Soy una persona valiente. 1 2 3 4 5
192 224 Cuando logro lo que quiero, es porque he trabajado duro para conseguirlo. 1 2 3 4 5
193 225 Los demás confían en mí para que les guarde sus secretos. 1 2 3 4 5
194 226 Siempre escucho a la gente cuando habla de sus problemas. 1 2 3 4 5
195 227 Comparto mis sentimientos con los demás con facilidad. 1 2 3 4 5
196 228 Sacrifico con gusto mi propio interés en beneficio del grupo en el que estoy. 1 2 3 4 5
197 229 Creo que es valioso escuchar las opiniones de todos. 1 2 3 4 5
198 230 Cuando estoy en una posición de autoridad, nunca culpo a otros de los problemas. 1 2 3 4 5
199 232 No puedo imaginarme a mí mismo mintiendo o haciendo trampas. 1 2 3 4 5
200 234 He sido profundamente afortunado/a en mi vida. 1 2 3 4 5 201 235 Siempre espero que suceda lo mejor. 1 2 3 4 5 202 236 Siento que tengo una misión en mi vida. 1 2 3 4 5
203 237 La gente se siente atraída hacia mí porque soy humilde. 1 2 3 4 5
204 238 Soy conocido/a por mi buen sentido del humor. 1 2 3 4 5 205 239 La gente me describe como lleno de entusiasmo. 1 2 3 4 5
206 240 Intento responder con comprensión cuando alguien me trata mal. 1 2 3 4 5