Antologia Ciencia Ficcion - Contactos Con Alienigenas

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CONTACTOS CON ALIENGENASVarios Autores

1982 Ediciones Dronte para Ediciones Nueva Dimensin S.A. Merced 4 - Barcelona ISBN: 84-366-0061-4 Edicin digital: Urijenny Revisin: Lety NDICE Introduccin: Contactos con aliengenas, Domingo Santos. El asunto de Jarnos (The Jarnos Affair 1960) Ian Wright. El jardn en el bosque (The Garden in the Forest 1953) Robert F. Young. Cuestin de costumbres (A Thing of Custom 1957) L. Sprague de Camp. Equipo invencible (In Case of Fire 1960) Randall Garrett. Proceso (Process 1950) A. E. van Vogt.

INTRODUCCIN: CONTACTOS CON ALIENGENAS En el actual estado de nuestro conocimiento del cosmos, muy poca gente duda ya de la posibilidad de que existan otros mundos habitados. Aunque las sondas espaciales lanzadas hasta hoy dentro de nuestro sistema solar han matado los antiguos sueos utpicos de hallar criaturas inteligentes en Marte y Venus, nuestros vecinos ms cercanos, el universo es inconmensurable. Se calcula que solo en nuestra galaxia hay cien mil millones de estrellas, y el nmero de otras galaxias es incontable, puesto que constantemente se descubren otras nuevas, y an no hemos llegado al fondo, a la piel de nuestro universo. Se ha demostrado que muchas de las estrellas de nuestra propia galaxia poseen planetas que orbitan a su alrededor. Sabiendo que la vida se asienta all donde tiene la menor posibilidad de desarrollarse, aplicando tan solo la ley de probabilidades es fcil deducir que deben ser cientos, miles, millones quiz, los planetas que albergan vida en el universo, quiz vida inteligente... Y ustedes se preguntarn: Cmo es que, si existe tanta vida en el cosmos, an no la hemos descubierto? Naturalmente las distancias estelares son enormes, los tiempos necesarios para franquear esos grandes abismos de nada csmica inconmensurables, y las posibilidades pocas. Al igual que, en los tiempos antiguos, los europeos desconocan la existencia de otro continente habitado llamado Amrica, y que de hecho muchos hombres vivan y moran sin llegar a saber que, mucho ms all de las montaas de su valle particular, haba otros seres viviendo los mismos anhelos que ellos, igualmente el hombre de hoy mira al cielo y se pregunta dnde estarn los hermanos estelares, y no puede responderse. An. Porque, al igual que lleg un momento en que el hombre tom su caballo y atraves las montaas, o construy barcos y fue a otras orillas lejanas, llegar tambin un da en el que, sin lugar a dudas, el hombre construir otras naves para cruzar el espacio y llegar a otros soles, y descubrir all otras humanidades con las que relacionarse.

Esto por supuesto pertenece an, hoy por hoy, al reino de la utopa. Pero al hombre siempre le ha gustado soar, y su imaginacin no tiene fronteras. Aunque no sepamos todava donde estn nuestros hermanos estelares, s podemos imaginarlos... Esto es, entre otras cosas, lo que hace la ciencia ficcin. Desde los antiguos autores: Fontenelle, Voltaire, Cyrano, hasta los ltimos xitos del space-opera, los seres extraterrestres han ocupado la imaginacin de gran nmero de escritores. A veces somos nosotros quienes acudimos a sus reinos particulares; a veces son ellos quienes vienen a nuestro mundo para saludarnos... o para invadirnos. Pero siempre, cuando se produce el primer contacto, hay conflicto. Conflicto que puede ser puramente biolgico, o de comunicacin, o poltico, o violento incluso. Los aliengenas palabra adoptada ya mundialmente, en contraposicin a indgenas pueden venir pacficamente y no ser comprendidos por la humanidad, como en la clebre pelcula Ultimtum a la Tierra o ms frecuentemente acudir con ansias de conquista, como en La Guerra de los mundos de Wells. De hecho, durante los aos cincuenta, en la poca del gran esplendor de la ciencia ficcin norteamericana, prolifer con gran abundancia el relato, la novela, de horrendas invasiones extraterrestres, proliferacin debida sin duda a la psicosis de guerra fra que vivan los Estados Unidos y al temor de una invasin comunista. Posteriormente, el relajamiento de las tensiones hizo que los extraterrestres que acudan a nuestro planeta fueran ms bondadosos, ms sociables, no acudieran a invadir nuestro mundo sino ms simplemente a contactar, a conocer, a comerciar incluso con nosotros. Los problemas de los contactos con los aliengenas pasaron a ser, de militares, a sociales. Pero el hombre tambin va, en la ciencia ficcin, a otros planetas. Curiosamente, la mayora de los relatos de contactos con aliengenas que se desarrollan en los mundos de estos siguen, con bastante fidelidad, las pautas que marcaran los espaoles en su conquista de Amrica. El ansia de dominio, de asimilacin, de conquista, quedan claramente reflejados en gran nmero de relatos que abordan el tema. El terrestre, en general, es superior al extraterrestre con el que contacta, acude a su planeta como maestro. Aunque a veces tambin salga trasquilado. La idea mantenida durante mucho tiempo de que si los aliengenas fueran superiores a nosotros ya los tendramos aqu (el asunto de los OVNIS es dejado discretamente aparte) parece campear por estos relatos. Nosotros llegamos, vemos, y vencemos (a veces). Los aliengenas son indios csmicos a los que hay que educar segn nuestras costumbres y creencias, y darles abalorios a cambio de sus tesoros. Claro que a veces surgen las sorpresas... Este es el elemento ms interesante en muchos de los relatos de contactos con aliengenas. La mera aventura no basta. As, existe muchas veces un trasfondo social, poltico, militar, que es el que origina el conflicto. Muchas veces, en las diferencias entre humanos y aliengenas, hay una clara alusin, una crtica, a nuestro propio egocentrismo, a nuestro antropomorfismo. No somos los nicos, no somos los primeros, no somos los reyes. Porque sobre todas sus dems caractersticas, los relatos de encuentros con aliengenas nos plantean un mensaje comn que el hombre deber asimilar necesariamente si prosigue su carrera por el espacio: cuidado, nos advierten, no estamos solos en el universo, y es muy probable que no seamos en absoluto los reyes de la creacin, aunque lo demos unilateralmente por sentado. Vivimos en el arrabal de una pequea galaxia perdida en un rincn entre otras muchas galaxias. Qu nos hace suponer que este sea precisamente el centro de todo el cosmos? La ciencia ficcin, en sus innumerables relatos de contactos con aliengenas, nos hace darnos una idea clara de cul es nuestro autntico lugar. Nos prepara para futuros acontecimientos. Nos predispone a aceptar que podemos ser simplemente una ms de las infinitas razas que pueblan la creacin, ni peor ni mejor que ellas, quiz tan solo

diferentes. Y que, en estos nuestros futuros contactos, no siempre vamos a salir ganando. Aunque, evidentemente, eso es lo que desearamos... Domingo Santos

EL ASUNTO DE JARNOSlan wrightLionel Percy Wright, que durante muchos aos trabaj en los ferrocarriles ingleses, fue uno de los pilares de las famosas antologas de John Carnell New Writings, que recoga lo mejor de la ciencia ficcin que se escriba en Inglaterra. Escritor de corte y temtica evidentemente clsicos, el terna de los contactos con otros seres no poda quedar al margen de su produccin. Contactos que pueden revestir muchas formas: guerra, cooperacin, espionaje, xenofobia, intercambios culturales, pero que siempre tienen una caracterstica comn: una de las dos razas que entran en contacto se halla en desventaja, por algn motivo, con respecto a la otra. En este cuento, la desventaja la sufren los terrestres, y es... Pero ser mejor que la descubran leyendo directamente el relato. Qu es lo que sabe usted sobre Jarnos? pregunt Hendrix. Johnny Dawson consider la pregunta y el ngulo del enorme y negro cigarro en la boca de Hendrix durante varios largos segundos. Finalmente, dijo: Nada, jefe. El cigarro descendi cuando Hendrix frunci ligeramente el ceo. Eso es lo que me gusta de usted, Dawson. Es usted tan honesto, tan sincero... tan ignorante. Oh, yo no dira eso Dawson sonri con cndida modestia y esper a que Hendrix elucidara la cuestin. Bien, yo s. Jarnos es donde va a ir usted, y no sera una mala idea el que un agente de la Comisin Espacio supiera algo sobre el planeta que ha de visitar. Tambin le pagamos por eso. Creo que tiene usted algo de razn admiti Dawson. Y deje de estar de acuerdo conmigo gru Hendrix. Este problema... Qu problema? El cigarro descendi unos pocos grados ms, y las negras cejas se agitaron ligeramente sobre los taladrantes ojos negros. Johnny dijo Hendrix pacientemente, ayer tuve un da muy duro, y he trabajado hasta muy tarde la pasada noche, y me he levantado temprano esta maana, y no me gustan las preguntas estpidas de alguien que debera tener un poco ms de juicio el todo de su voz aument en forma constante a travs del monlogo, y despus de una pausa descendi a un susurro amenazador cuando Hendrix dijo: El problema de Jarnos. Oh! dijo Dawson, y decidi que no era este el momento de continuar preguntando sobre el tema. Jarnos es un mundo en el borde de la galaxia explic Hendrix, y fue descubierto por una de nuestras naves exploradoras hace tres aos. No me extraa que nunca haya odo hablar de l interpuso Dawson. Cllese el color de la cara de Hendrix tom un tono rojizo. Antes de que se vaya puede obtener todos los detalles que quiera de los archivos de la Comisin. Solo le estoy

dando unas referencias breves. El planeta posee una raza humanoide que respira oxgeno, la cual ha desarrollado una sociedad feudal preatmica. Tenemos all una nave exploradora que est efectuando la investigacin, preliminar usual de cinco aos. Despus de descubrirlo, la Comisin ha conseguido un acuerdo del Consejo Central Galctico que sita a Jarnos dentro de nuestra esfera de control econmico. Podemos ayudar a los jarnosianos a mejorar la estructura de su civilizacin... A cambio de una bonita y pinge concesin sobre el comercio y minerales aadi Dawson. ...despus de haber, terminado la investigacin de cinco aos dijo Hendrix, tornndose ligeramente purpreo. Durante este perodo seremos los responsables de esa gente. Podramos decir que somos los guardianes de su futuro, ayudndolos a lo largo del camino hacia una vida mejor. Podramos decir eso convino Dawson inocentemente. No se haga el listo conmigo espet Hendrix. Jarnos es su pichn, Dawson, y queremos accin... rpida. Hay una nave de avanzada dispuesta para partir a medianoche, y le proveeremos de grabaciones hipno para el idioma y un archivo completo sobre la informacin actual y datos sobre el planeta. No ser mucho, pero le dar una base que completar el equipo de investigacin cuando llegue all.Se levant de detrs de su mesa y agit una mano en un gesto de vaga despedida. Es todo suyo, Johnny, y s que har usted un buen trabajo. Dawson se incorpor lentamente. Hay un pequeo punto por aclarar, jefe dijo, dirigiendo una mirada interrogadora a su superior. Para qu voy all? El cigarro se agit furiosamente cuando Hendrix se inclin sobre su mesa. Si supiramos cul es el problema, Dawson gru, no sera necesario que enviramos a uno de nuestros mejores agentes a travs de la mitad de la Galaxia para averiguarlo. El jefe del grupo de exploracin inform que l crea que este era el mejor curso de accin a tomar, sea lo que fuere, mientras fuera lo suficiente quieto para evitar ampliar las complicaciones. Oh, s. Su nombre es Paul Kodally, y su pequeo problema es para usted. Y ahora, lrguese de aqu, y no haga ninguna ms de esas malditas y estpidas preguntas. Dawson contempl con mal humor al rojo disco del planeta debajo suyo. A travs de la mirilla de observacin de la nave de mando no era una vista nada atractiva. La mayora de los mundos que haba visto desde una posicin semejante tenan algo recomendable, a pesar de que cada uno era, inconscientemente, comparado con la Tierra. Jarnos no tena nada. Era una enorme y podrida ciruela, con una atmsfera de diablicas miasmas que Dawson encontr difcil de creer que pudiera ser respirada por los Terrestres. Cierto, su inhalacin era cualquier cosa menos agradable, pero un terrestre poda vivir durante meses, o incluso aos, sobre Jarnos sin sufrir ningn dao permanente... siempre que su sentido del olfato estuviera estropeado. Dawson frunci el ceo y se pas una mano a travs de su corto y rubio cabello en un gesto de irritacin. Al igual que la mayora de los trabajos que haba efectuado para la Comisin, este ola a podrido y, adems, tena el atractivo si esa era la palabra correcta de ser tan hediondo que el jefe del grupo de exploracin crea que era necesario mantener el asunto en secreto incluso para sus superiores en la Tierra. Y solo ese punto le produca a Dawson una desagradable comezn psquica. La puerta de la cabina se desliz, abrindose, y rompi el encadenamiento de sus ideas. Suspir y se gir para saludar al visitante. El seor Dawson? Lamento no haber podido saludarlo a su llegada. El hombre quedaba una cabeza por debajo del metro ochenta de Dawson; era delgado, con cabellos

negros, y un anticuado y poblado bigote que Dawson consider como un esfuerzo para impartir algo de personalidad a este ser incoloro en todos sus aspectos. Atraves la cabina con rpidos y precisos pasos, y su apretn de manos fue firme y ansioso, como si Dawson fuera la sola y nica persona que hubiera deseado encontrar durante toda su vida. Dawson sonri. No tiene importancia. Usted debe ser...? Kodally. Paul Kodally. Sintese, por favor. Dawson se sent en la silla ofrecida y se pregunt como era posible que un hombre con tan obvia falta de presencia como Kodally hubiera llegado a ser el jefe de un equipo de investigacin tan grande como el que estaba aqu, en Jarnos. Kodally se aposent con inquietud tras su mesa, junt con precisin las puntas de sus dedos y pregunt: Qu es lo que sabe respecto a este asunto, seor Dawson? Dawson se alz de hombros. Exactamente nada. Oh, he tenido un curso hipno del idioma local en mi camino desde la Tierra, y he conseguido un grfico esquemtico de la estructura etnolgica... nada completo, como puede comprender. Kodally asinti y estuvo silencioso por un momento, tratando de poner en orden sus pensamientos. Lo primero dijo despus de un largo minuto, es que estamos en el segundo ao de nuestra investigacin preliminar de cinco aos. Tenemos una comisin del Consejo Central Galctico bajo los usuales trminos y condiciones. No debe haber explotacin de la raza o razas nativas durante la investigacin, y tampoco debe suministrrseles ninguna informacin o conocimiento que est ms all de la produccin de su propia tecnologa. Dawson se agit irritado y asinti. Seguro, ya s las normas. Es ah donde est su problema? Es usted rpido en ver nuestras dificultades Kodally asinti con aprobacin. No veo nada replic Dawson contrariado. Todo lo que he hecho ha sido suponer que el problema debe estar situado en el mbito de las dos leyes que usted ha citado... sino no habra ninguna razn para mencionarlas. Ah, s. Desde luego Dawson se dio cuenta del primer signo de una grieta en la compostura de Kodally, y confirm que su primera impresin de un hombre que necesitaba desesperadamente de afectaciones para afianzar su confianza en s mismo no estaba lejos de la verdad. Nuestro problema concierne a la segunda de las leyes que he citado continu Kodally. El suministrar a los jarnosianos informacin y conocimientos que son, para utilizar una palabra, contrabando. Dawson se qued quieto y digiri la informacin. Esta era la ms seria de las dos leyes citadas originalmente por Kodally. La explotacin poda ser detenida y los responsables castigados sin que se hubiera originado un gran dao. Pero los conocimientos, una vez distribuidos, no podan ser retirados. En las manos de una raza con potencial ignorado, los conocimientos podan incendiar a la Galaxia con una llama que sera difcil de extinguir. Cuatro siglos antes, haba quedado escrita en la historia una advertencia para el futuro cuando un, buscador de fortuna haba traficado, ofreciendo conocimientos atmicos a cambio de una fortuna personal, con una nueva raza descubierta de tcnicos salvajes. La explosin resultante haba costado millones en vidas y esfuerzos para reducirla, y haba sido la causa directa y la razn para introducir leyes que previnieran cualquier otro incidente. El castigo era necesariamente atroz para aquellos que las rompan, fueran individuos o razas. No necesito recordarle el incidente de Rhanseal Kodally. Justamente lo estaba recordandoreplic Dawson. Cree que esto pueda ser

algo parecido? Espero que no Kodally se estremeci, pero no puedo evitar el tener mis temores. Djeme que le cuente toda la historia. Esta nave de mando se estableci en rbita hace unos dieciocho meses terrestres. El trabajo preliminar ya haba sido efectuado por la tripulacin del navo de exploracin que descubri Jarnos. Los nativos ya estaban dispuestos para recibirnos sin ningn miedo, y habamos hipnograbado sus costumbres, tabs, idioma y todo lo dems. Es decir, que todo marchaba perfectamente. Ya conozco la rutina interpuso Dawson hastiado. Vayamos al problema. Eh? Oh, s. Todo funcion correctamente durante un ao. Los nativos eran amistosos, ansiosos de ayudarnos en nuestro trabajo, ansiosos de poner en prctica un pequeo inicio de esquema comercial. No haba ningn problema. Ah intercal Dawson es donde la cosa empieza a oler mal. Kodally sonri dbilmente y admiti que la cosa era poco normal. An as, l y el resto de su equipo haban agradecido a las estrellas su suerte y observado con placentera se presa que el desarrollo de la investigacin adelantaba incluso al ms optimista de sus programas. Y entonces empez el problema. Hace seis meses dijo Kodally, una de nuestras naves de exploracin efectu un viaje imprevisto, desde el navo de mando al planeta, y un miembro de la dotacin se dedic a efectuar una comprobacin de rutina en el equipo de deteccin de la embarcacin. Su lnea de vuelo la llev alrededor de la curva planetaria con rumbo al hemisferio opuesto a la posicin de la nave de mando. Y? Mientras descenda, dirigindose a la superficie, los instrumentos detectaron el rastro de un navo atmico desplazndose a travs de la atmsfera superior a unos seis mil kilmetros por hora. Kodally se apoy contra el respaldo de la silla y le mir con desolacin. Esta gente se halla en los primeros estadios de los descubrimientos atmicos, ni siquiera tienen una estacin atmica rudimentaria. Las aeronaves que poseen funcionan con motores de combustible lquido del ms primitivo diseo. Y de pronto, de la nada, desarrollan una buena copia de una de nuestras naves de exploracin de seis plazas. No, seor Dawson Kodally sacudi la cabeza, yo no creo en milagros. Qu es lo que hicieron? Afortunadamente, la dotacin de la nave de exploracin tuvo el buen sentido de no hacer nada. Giraron en redondo e informaron a la nave de mando. Pedimos a la Tierra un cargamento de instrumentos de deteccin de largo alcance y, mientras tanto, nos dedicamos a efectuar todas las observaciones que pudimos. En pocas semanas descubrimos un puado de cosas que no tenan derecho a estar en Jarnos, incluyendo el costillaje de una gran nave propulsada atmicamente que casi poda ser un duplicado de una de nuestras naves de aprovisionamiento. Adems, encontramos armas de mano, pantallas defensivas, detectores... oh, una lista completa de cosas que no deban de estar all. Cree que alguien les est suministrando informacin? Cree que pueden hacer lo que estn haciendo en solo tres aos desde nuestro primer contacto con ellos? pregunt Kodally. Bien, he estado vigilando a mi propio equipo, a pesar de mis sentimientos de confianza, pero no he descubierto nada. Podra ser una interferencia exterior a fin de comprometer la postura de la Tierra? Es posible, pero no probable admiti Kodally. Desplegamos una buena dosis de prudencia y comprobacin en los acercamientos a Jarnos, pero no hemos descubierto nada. No dijimos nada sobre el hecho de que sabamos lo que estaba sucediendo, pero eso no fue suficiente por lo visto. Dawson le dirigi una mirada inquisitiva. A las doce semanas de haber descubierto lo que estaba ocurriendo, desapareci

todo. Eh? Como suena. Antes de que recibiramos los nuevos instrumentos de la Tierra para ayudarnos en nuestra investigacin, todo haba desaparecido de la vista y haba sido escondido con rapidez considerable. Parece ser que los jarnosianos se dieron cuenta de que habamos detectado lo que estaban haciendo y haban procedido precipitadamente pero en forma efectiva a ocultarlo todo. Alguien los avis. Ese parece ser el caso. De modo que es probable que an estn recibiendo informacin de contrabando? Es muy probable, ya que nosotros no hemos podido tomar ninguna medida para evitarlo. Ha tratado de sonsacarles algo? De qu servira? Kodally extendi las manos en un gesto de frustracin. Solo estaramos admitiendo que nos hemos dado cuenta de la situacin. Tal como estn las cosas, no lo saben con seguridad... A menos que la persona o personas que estn pasando el contrabando se hayan dado cuenta de todo el juego. Eso explicara la sbita desaparicin de todas las evidencias convino Kodally. Puso las palmas de las manos sobre el escritorio y aspir profundamente. De todos modos, me alegro de decir que el problema es todo suyo ahora, seor Dawson. No necesito decirle cual sera el resultado si esto no fuera aclarado satisfactoriamente. Vamos a continuar nuestra investigacin rutinaria, desde luego, y no tiene usted mas que pedir cualquier cosa que necesite. Se levant de la silla con el aspecto de un hombre que se ha descargado de un gran peso. Y ahora, le mostrar a usted su alojamiento. Dawson pas los dos primeros das en la nave de mando, estudiando todos los informes y grabaciones y films referentes al planeta y sus habitantes en que pudo poner sus manos. La investigacin etnolgica situaba a los jarnosianos a la par con un hombre de principios del siglo veinte, lo cual era lo suficiente barbrico como para avisar a cualquier investigador de que poda estar sentado sobre un barril de plvora. En la parte sociolgica, los jarnosianos tenan una sociedad feudal dividida en dos clases: trabajadores y seores. Todas las posiciones de poder eran hereditarias, y solamente en las ltimas dcadas haba mejorado materialmente la posicin de las secciones trabajadoras de la comunidad. La mayor parte del poder y la riqueza estaba en manos de un siete por ciento de la poblacin. Era un cuadro bastante normal, con solo pequeas variaciones para diferenciar a Jarnos de cualquier otro entre el puado de mundos que Dawson conoca. Su comprobacin siguiente, con la ayuda de Kodally, fue la hoja de servicios de cada una de las doscientas y pico de personas que componan la administracin y tripulacin de la nave de mando. Era algo incidental, lo saba, ya que cada hombre y mujer en el complemento haban de tener un historial de habilidad e integridad fuera de toda duda. Dawson no se sorprendi de no encontrar nada fuera de lo habitual. Despus de cinco das de trabajo duro e insatisfactorio, no haba avanzado nada en comparacin desde el da de su llegada. El sexto da se sent a desayunar y pens ociosamente en cuales deberan ser sus prximos pasos. En todos sus trabajos previos para la comisin de Proyectos Espaciales y Exploracin Colonial, Dawson haba operado sobre las bases de llevar la lucha contra el enemigo tan lejos como fuera posible, lo cual estaba muy bien cuando uno saba que haba un enemigo, y an era mejor cuando uno saba quin era el enemigo. En lo que concerna a Jarnos, no haba conseguido obtener ni siquiera una sola pista.

Kodally entr en la sala de rancho, lo salud con temprana acidez maanera Dawson gru una rplica y resumi su cavilante estudio de la superficie marrn de su taza de caf. Y qu es lo que va a hacer hoy, Dawson? pregunt Kodally con afectada cortesa. Uh? Dawson lo mir y arrug la frente. Oh, no lo s... De lo cual asumo que el problema es an un problema Kodally sorbi ruidosamente su propia taza. Bien, me temo que tengo todo el da ocupado. Si quiere alguna ayuda ser mejor que llame a Hennessey. S, seguro dijo Dawson abstradamente. Esta posibilidad no lo alegraba, porque Hennessey, el asistente de Kodally, era la clase de gigante amistoso que llegaba a ocupar altos cargos a pesar de su falta de cualificaciones tcnicas. Hennessey le gustaba a todo el mundo y todo el mundo le gustaba a Hennessey, a pesar del hecho de que era el mejor ejemplo viviente de como progresar sin trabajar. Debo llevar a un grupo de seores jarnosianos en visita por la nave continu Kodally pomposamente. Organizamos estas visitas a cortos intervalos a fin de promocionar la amistad, y esto asegura el que nuestras propias visitas a la superficie del planeta queden situadas en una base recproca. Est bien dijo Dawson, ansioso de interrumpir el discurso. Ya ver a Hennessey. Un momento... Kodally se qued con la cuchara llena de comida a medio camino de su boca mientras Dawson se inclinaba amistosamente en su direccin. Esto me resuelve un problema. Yo iba a hacer un viaje al planeta para dar una mirada a los nativos, pero esto me ahorrar las dificultades. Qu le parece si voy con usted y sus visitantes? Bueno... Kodally pareca un tanto turbado. Oh, no se preocupe. No tratar de ser ms importante que usted dijo Dawson con dulzura. No era esa mi objecin replic Kodally agriamente. Claro que puede acompaarnos. La nave que los ha de traer llegar sobre las once, y debo recibirlos en mi cabina a esa hora. Estupendo Dawson sonri y se levant de la mesa. Estar all antes de que lleguen. Las siguientes horas las pas en su propio camarote, y un poco antes de las once oy como anunciaban la llegada de la nave por el intercom. Se dirigi en direccin a la oficina de Kodally, y el jefe de la expedicin le salud framente. Dawson se dio cuenta de que su fracaso de no haber dado an una explicacin milagrosa estaba produciendo sus efectos en los nervios de Kodally. El hombre saba demasiado bien de que el fracaso en aclarar el asunto satisfactoriamente significara el final de su carrera, una carrera que, sospechaba Dawson, haba sido erigida cuidadosa y metdicamente bajo considerables esfuerzos y tensiones y bajo el adicional impedimento impuesto por una falta de personalidad. Kodally no tena los necesarios atributos de fuerza fsica o espiritual como para haber forzado su camino hasta la cumbre sin una gran cantidad de trabajo duro y de esfuerzo mental. Ahora vea todo su futuro en la balanza... y solo Dawson poda hacer algo para evitar un desastre completo. Dawson suspir y dese que todo el mundo fuera tan flemtico y despreocupado como era l mismo. La vida sera mucho ms simple. Pasaron un par de minutos en un silencio que solo fue roto por el nervioso tamborileo del dedo ndice de Kodally sobre la mesa. Dawson agradeci la llamada en la puerta de la cabina que rompi la creciente tensin de su humor, y entr Hennessey con su enorme sonrisa habitual, seguido por media docena de aliengenas ataviados suntuosamente. Hennessey era un enorme y huesudo celta de corto cabello rojizo y una cara spera y agrietada que tena un indudable atractivo. Sus ojos eran azul plido y tranquilos, y

contrastaba violentamente con los jarnosianos, que eran ms cortos de talla y de una complexin delgada y tan agradable como sus vestidos. Dawson parpade sorprendido. Haba visto fotos de los jarnosianos y haba ledo descripciones de los mismos, pero la realidad sobrepasaba sus propias esperanzas. Fsicamente, eran ms atractivos que cualquiera de las razas que haba visto, su piel rojiza contrastando agudamente con sus grandes y lquidos ojos marrones y con una corona de cabello profundamente negro que haba sido peinada con asombrosa perfeccin. Por un momento se pregunt cul sera su sexo, si es que tenan alguno. Su atavo consista en una serie de tnicas multicolores, cada una ms corta que la que haba debajo, y todas ellas hechas de un material suave y ligero que aada belleza a sus movimientos cuando caminaban. En cuanto al resto, tenan amplias bocas, de labios delgados rojo obscuros, y narices aguileas de las que sobresala el blanco plstico de los tubos de filtracin. El aire terrestre pareca ser tan nauseabundo para ellos como su atmsfera lo era para los terrestres. Kodally se irgui de su asiento y los salud con unas frases, poco floreadas pero ritualistas, en el idioma jarnosiano, mientras Hennessey efectuaba las presentaciones de cada uno de ellos por turno. La conversacin, naturalmente, se efectuaba en jarnosiano, y Dawson se alegr al comprobar que su hipno-curso haba sido completo y bien programado para sus necesidades actuales. La visita a la nave se efectu lentamente, y Dawson se mantuvo en la retaguardia estudiando a los aliengenas tan minuciosamente como pudo. Demostraron un inters desbordante en todo y en cada cosa, tanto que la visita se transform en un examen microscpico de cada objeto, desde las decoraciones de la pared y mobiliario hasta el sistema de circulacin del aire y los equipos de energa. Dawson se dio cuenta muy pronto de que si tan solo la mitad de las preguntas que hacan eran contestadas correcta y verdaderamente, los jarnosianos tendran la suficiente informacin equivalente a otra racha de contrabando de conocimientos. Pero pronto pudo comprobar de que Kodally y su gente se haban dado cuenta de la situacin. Algunas de las preguntas eran contestadas completa y concisamente, pero la mayora o eran evadidas cuidadosamente o explicadas con una voluble mezcla de verdades a medias e insensateces tcnicas que produjeron una sonrisa en los labios de Dawson en ms de una ocasin. La tarde ya estaba avanzada cuando la visita termin, despus de casi cinco horas de caminar por los corredores, hurgar en las salas de mquinas, inspeccionar los sectores privados y en general comportndose como una partida de turistas terrestres en los cementerios marcianos. Dawson se dej caer en una silla de la oficina de Kodally despus de haberse efectuado las despedidas y de que Hennessey hubiera conducido a los visitantes en direccin a la compuerta principal. Bien? Kodally lo mir agotado y efectu la pregunta en un tono que demostraba que no esperaba una respuesta de ninguna clase. No lo s Dawson sacudi su cabeza. Una cosa es cierta: es el grupo de tipos ms inquisitivos que nunca me haya encontrado. Son siempre as? S. Les gusta hacer preguntas, incluso si las respuestas son sin sentido. Con qu frecuencia vienen grupos como ese? Oh, somos bombardeados con peticiones cada da le dijo Kodally. Si accediramos a todas ellas deberamos tener a toda la tripulacin guiando a los visitantes durante todo el tiempo. Hemos de ser diplomticos y contentarlos con un grupo cada siete u ocho das-nave se reclin en su silla y estir su cuerpo. Supongo que sera esperar demasiado el que la visita le haya dado alguna idea al respecto del problema que tenemos. Todos los conocimientos son tiles, Paul Dawson sonri. En algn lugar habr

una pequea pieza con datos que encajar en su lugar y demostrar ser el brete, ssamo, y una vez que eso ocurra... se alz de hombros. Y si eso no ocurre? Dawson se levant de la silla y se dirigi hacia la puerta. Entonces, usted y yo, Paul, podremos empezar a buscar un trabajo como camareros de bar dijo torvamente. Durante la siguiente semana Dawson se dedic a investigar en todas las direcciones posibles. Habl con la tripulacin y los jefes de departamento, estudi la informacin sobre Jarnos y sus habitantes, y efectu tres visitas independientes al planeta. La principal base terrestre haba sido establecida en el centro del mayor continente, y muy cercana a una de las ms grandes ciudades jarnosianas. Su dotacin consista en una fuerza permanente de seis hombres de la nave de mando, los cuales estaban de servicio durante turnos semanales. En su primera visita se sorprendi al ver que haba un gran parecido entre el estilo jarnosiano de los edificios y la arquitectura de la Tierra de principios del siglo veinte. La mayora de los edificios estaban construidos con ladrillos y bloques de piedra, y su diseo estaba claramente destinado a permitir el paso a un mximo de aire y de luz. Las calles eran amplias y rectas, y estaban repletas de vehculos antiguos y humeantes que funcionaban quemando combustible slido de una clase u otra. Lo que le impresion ms fue la diferencia existente entre los nobles suntuosamente ataviados y la mayora de la gente vestida sobriamente, la poblacin trabajadora. Dawson haba odo sobre las sociedades de clases pero nunca haba visto una que estuviera tan claramente definida y tan obvia como esta de Jarnos. Casi pareca como si en el planeta hubiera dos razas distintas. Su mente se dio cuenta de algo en su efmera visita, algo que era un hecho nebuloso o una sospecha pero que rehusaba coagularse en algo ms slido que un mero presentimiento. Era una vieja sensacin, y no trat de forzarla. En su tercera visita estaba seguro de que la respuesta iba a ser encontrada y que ya no estaba muy lejos. Me gustara tener su optimismo gru Kodally cuando Dawson lo mencion durante la cena, a su retorno del planeta. No es optimismo le dijo Dawson bruscamente. Es experiencia, Paul. Cuando uno ha estado en mi trabajo tanto tiempo como yo, uno llega a reconocer las cosas... oh, tal vez no en el acto, pero ms pronto o ms tarde la ltima pieza encaja y todo queda solucionado. De lo que estoy seguro, si esto le sirve de algn consuelo, es de que ninguna de su gente est envuelto en el lo. Dice usted demasiadas cosas que no significan nada Kodally removi la comida que estaba frente a l. No se amargue usted, Paul sonri Dawson. Hablar es una de las cosas que ayudan; la imagen crece durante todo el tiempo, una imagen que ser completada un da, y ese da todo el asunto quedar aclarado. Narices replic Kodally rudamente. Su prximo paso va a ser el contemplar en bolas de cristal. Tal vez convino Dawson alegremente. Dej caer su tenedor en el plato frente a l, y mir sin ver a la blanca extensin de la mesa. Kodally lo contempl y ri agudamente. Supongo que lo prximo que dir es que el cuadro ya est completo murmur sarcsticamente. Hum? Dawson levant la vista al romperse su meditacin, y sonri ampliamente . Oh, pues s. Creo que puede decir eso se lami los labios como un gato ante un plato de nata. S, Paul, creo que puede decir eso con bastante certeza. Cundo ha de llegar a bordo el prximo grupo de jarnosianos? Kodally parpade sorprendido. De aqu a dos das. Por qu? No importa. Qu clase de personal mdico tiene?

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Eh? Mire, Dawson... Cuntos? Kodally lo mir, amenazadoramente. Bien, hay tres especialistas mdicos y cuatro investigadores que no estn cualificados para ejercer. Hay entre ellos algn psiquiatra que ejerza? Desde luego. Est Bonetti, especializado en psicologa aliengena, y Tempier es el mdico asignado a la dotacin; tiene un diploma de Leyden como psiquiatra y neurlogo. Dawson sonri serficamente. Estupendo! Maravilloso! Qu ms puedo pedir? Haga que vayan a mi camarote... eh... digamos dentro de una hora. De acuerdo? Kodally lo mir con el asombro extendido por su delgada faz. Qu es lo que pretende hacer? pregunt. Se lo dir en alguna otra ocasin sonri Dawson. Maldita sea, le exijo... Vamos, Paul. Esa no es manera de hablarle a alguien que est a punto de salvar su piel, para no mencionar la ma propia. Dej a Kodally farfullando con ftil rabia, y se dirigi a su camarote. Los dos doctores estuvieron encerrados con Dawson durante casi toda una hora, y cuando aparecieron en la oficina de mando se negaron a mencionar nada de lo que haban discutido. Las insinuaciones de Kodally fueron ignoradas, las preguntas directas de Hennessey fueron desviadas, y una ultrajada demanda final de Kodally, exigiendo ser informado de lo que ocurra, fue cortsmente refutada. Bonetti se sent inmvil y acarici su pequea barba puntiaguda, mientras Tempier se sumerga en la lectura de un abstruso boletn tcnico de su especialidad. Dawson, asimismo, rehus discutir el asunto, y durante las siguientes treinta y seis horas una hirviente atmsfera de rabia y frustracin flot sobre Kodally y sus jefes de departamento. El resultado fue una oficina silenciosa y una serie de comidas donde la conversacin brill por su ausencia. Durante el desayuno del da de la visita, Dawson hizo la primera apertura en la pantalla de silencio que se haba desarrollado entre l y Kodally al preguntar: A qu hora llegarn nuestros huspedes? Como siempre: sobre las once replic Kodally de mala gana. Puedo unirme a la partida, como la vez anterior? No puedo evitarlo replic Kodally, en un tono que implicaba que lo hara si pudiera. Eso est bien convino Dawson alegremente. Ahora, hay an otra cosa. Quiero que Bonetti y Tempier hagan un viaje en uno de los aparatos de exploracin durante el tiempo que esos jarnosianos estarn a bordo. Kodally lo mir con sospecha. A dnde? pregunt. Oh, a ningn sitio. No soy exigente. Solo quiero estar seguro de que no se hallen a una distancia de menos de doscientos kilmetros de la nave.Qu es lo que diablos est tratando de hacer? Todo a su debido tiempo, Paul lo amonest levemente Dawson Todo a su debido tiempo. Qu hay de ese aparato de exploracin? Dar las rdenes Kodally hizo una mueca. Que est a punto a las diez cuarenta y cinco, por favor. Yo ir a su camarote un poco antes de las once. Para colmar el disgusto y frustracin de Kodally, Dawson se encerr para conferenciar con Bonetti y Templer a las diez, y ninguno de ellos apareci hasta cuarenta minutos ms tarde. Los dos doctores embarcaron inmediatamente en el aparato de exploracin que

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haba sido dispuesto para ellos y partieron hacia el espacio exterior con el cmico pero infortunado comentario de que regresaran a tiempo para tomar el t. Dawson se reuni con Kodally en su cabina y aguard en medio de un inconfortable silencio hasta que el ltimo grupo de jarnosianos entr acompaado de Hennessey. No tenan nada de diferente de los que haba visto Dawson en la visita anterior. Sus atavos eran igual de brillantes y sus cuerpos igual de bellos; sus reacciones durante la visita fueron las mismas, y sus preguntas igual de variadas y numerosas. Por lo menos, al principio. A medida que la visita progresaba, una atmsfera de inquietud pareci crearse y envolver a todo el grupo, lo mismo aliengenas que terrestres, y creci en intensidad a medida que pasaba el tiempo. Empez con Kodally y Hennessey, cada uno de los cuales miraba a Dawson de vez en cuando con obscuras sospechas, y se extendi a los jefes de departamento que se unan y partan del grupo de visitantes a intervalos regulares. Era como si todos ellos estuvieran esperando el que Dawson se convirtiera en un conejo de color prpura en cualquier momento, e incluso los jarnosianos parecieron infectarse a medida que la visita progresaba. Sus preguntas se hicieron menos y menos torrenciales, y cada uno de ellos empez a imitar a Kodally y Hennessey, dirigiendo miradas furtivas e inquietas a la silenciosa e implacable figura de Dawson que los segua a todas partes. Como resultado la visita termin con inquieta precipitacin en la compuerta principal, con los aliengenas exhibiendo indicaciones de querer abandonar la nave de mando tan pronto como les fuera posible. El normal y lento ritual de despedida fue efectuado con apresurada solemnidad mientras los miembros de cada grupo hacan una reverencia y decan las frases jarnosianas de despedida. El jefe del grupo aliengena se gir, finalmente, hacia Dawson, hizo una reverencia y dijo rpidamente: Que la paz de tu patria est siempre contigo mientras ests ausente de ella. Dawson hizo una reverencia a su vez, titube, y abri su boca para contestar. Kodally y Hennessey se quedaron boquiabiertos de asombro cuando sus labios se movieron sin que ningn sonido emergiera de ellos. El efecto en los aliengenas fue semejante al de una descarga elctrica. La cara del jefe se contorsion en una mscara de ultrajado horror y furia mientras le gritaba a Dawson: Habis insultado mi honor y el honor de mis padres... se interrumpi repentinamente, con la furia desapareciendo y muriendo para ser reemplazada por una horrorizada comprensin de algo que Kodally no saba lo que era. Dawson se estremeci levemente y sonri con un lado de su boca al jefe de la expedicin. Siento lo ocurrido, Paul dijo. Enva a este grupo de monos a su casa tan pronto como puedas, y enva una seal a Bonetti y Templer para que regresen. Quiero que vuelvan con toda urgencia. Le ver a usted y a Hennessey en su camarote sonri. Creo que es hora de dar unas cuantas explicaciones. Se march, dejando a un grupo de agitados aliengenas y desorientados terrestres que observaron como se alejaba. Y ahora espet furiosamente Kodally mientras se sentaban en su camarote, tal vez tenga la amabilidad de explicarnos esa pantomima que hemos contemplado. Seguro, Paul Dawson se estir en su asiento. Primero, no necesita preocuparse ms sobre el asunto del contrabando. Nadie de los que est bajo su mando, o fuera de l, es responsable de eso. Kodally se anim visiblemente.

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Segundo, le he de pedir disculpas por no informarle desde el principio, pero dentro de un momento se dar cuenta de que no era posible hacerlo. Como dije antes, Paul, es solamente una cuestin de relacionar los hechos hasta que uno tiene un cuadro completo, y mi cuadro se complet despus de mi ltima visita a Jarnos. Me di cuenta de un hecho poco importante, poco importante hasta que uno lo pensaba, es decir... Por amor del cielo, vayamos al grano espet Kodally impacientemente. Bien, me di cuenta de que ninguno de los Seores pareca hablar a otro en los lugares pblicos. Y? Kodally pareci desorientado. Hablaban a los trabajadores y los trabajadores les hablaban al igual que entre ellos, pero la pandilla de dirigentes... Dawson movi la cabeza. Ni una palabra. Bien, eso no sugera mucho al principio, lo admito, pero si uno piensa sobre ello resulta que solo hay una respuesta posible... no necesitan hablarse los unos a los otros porque son telpatas. Los ojos de Kodally se desorbitaron de asombro, y hubo un momento de aturdida e incrdula sorpresa mientras las palabras de Dawson se hundan en sus mentes. Entonces Hennessey dijo lentamente: De todas las ideas estpidas, idiotas, mentecatas... Pens que dira eso suspir Dawson. Admitir que ni yo mismo estaba convencido sin pruebas, esa fue la razn de esa pequea, ah, pantomima en la compuerta. Tena que conseguir las pruebas de algn modo, y cmo diablos conseguir pruebas de un telpata que puede leer la mente de uno y estar siempre dos jugadas ms all de cualquier cosa que uno pueda pensar? Sonri. Ah es donde intervinieron Bonetti y Templer. Lo discut con ellos y prepararon un pequeo curso de sugestin hipntica... ambos son hipnotistas, ya lo saben. Ya lo s espet Kodally. Tienen que serlo para conseguir sus ttulos. S, cierto; establecieron un bloqueo hipntico para hacer desaparecer de mi parte consciente el conocimiento de que los jarnosianos eran telpatas. Entonces dispusieron una clave que hara funcionar la trampa que preparamos. Trampa? dijo Kodally. Cuando el jefe del grupo me dirigi su despedida ritual, tal como estaba obligado a hacerlo, esa fue la clave que puso en marcha mis propias acciones, involuntariamente, desde luego Dawson sonri Le devolv sus frases de despedida junto con unos cuantos juramentos jarnosianos escogidos, consistentes en calumnias sobre l y sus antepasados, que constituan las ms groseras obscenidades que un jarnosiano pueda concebir. Hennessey lo mir asombrado. Pero usted no dijo ni una palabra. Pero mis labios se movieron le dijo Dawson, y mientras lo hacan estaba pensando en todas esas bellas frases acerca de su familia. Tuvieron el efecto que haban previsto Bonetti y Templer. Se sinti tan ultrajado e insultado que por un instante no se dio cuenta de que no estaba hablando en voz alta, y reaccion como era de esperar... oh, s, ciertamente reaccion. Pero... Kodally se atragant levemente. Por qu toda esta comedia? Poda haberlo hecho en forma directa. Oh, no. Hubiera ledo mi intencin en mi mente por anticipado... o en la suya o en la de cualquiera que supiera lo que estaba ocurriendo. Debido a eso envi lejos a Bonetti y Templer intercal Hennessey. Correcto sonri Dawson. Ahora tal vez vean como consiguieron toda esa informacin. Cada vez que hacan una pregunta, la respuesta correcta apareca en la mente del tcnico a quien concerna antes de que tuviera tiempo de desviarse de la verdad con alguna respuesta ininteligible Dawson sonri a Kodally. No es extrao que

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hubiera tantas preguntas durante todas las visitas. Kodally gru: Est seguro de que esto se limita solamente al grupo gobernante? Bien, las masas trabajadoras parecan hablar todas en la forma acostumbrada, de modo que, obviamente, esa es la explicacin de la causa de la gran diferencia social, aunque para saber si ello obedece a un entrenamiento o es hereditario ser necesario estudiarlo ms a fondo. Cmo es que no lo descubrieron tan pronto como usted se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo? pregunt Hennessey. Pura suerte. La fortuna me acompa hasta estar de vuelta a bordo. Si hubiera... Dawson se alz de hombros expresivamente. Kodally se relaj en su silla, las lneas de la preocupacin desapareciendo de sus delgadas facciones mientras sonrea tensamente a Dawson. Bien, es un peso que me he quitado de encima. No cre que esto fuera tan fcil de solucionar. No est solucionado en modo alguno espet Dawson. Eh? Pero... Puede imaginar lo que ese puado de aliengenas podra hacer en diez aos si se les dejara sueltos en la Galaxia? No puede engaar a un telpata, Paul. Si quieren informacin la consiguen, y no habr nada que usted o cualquier otro pueda hacer al respecto. El silencio envolvi el camarote a medida que se daban cuenta del significado de las palabras de Dawson. Exterminacin? pregunt Hennessey. Dawson sacudi su cabeza. El Consejo Galctico nunca lo permitira. Si uno puede hacerlo por una razn tambin podra hacerlo por otra. De todas maneras, no habra ninguna garanta de xito del cien por cien. Entonces, qu? dijo Kodally lastimosamente. Primero, nos quedaremos aqu y mantendremos una vigilancia hasta que se presente alguna clase de respuesta... El visiofono de la mesa de Kodally son agudamente, sacndolos de su estado de tensin. Kodally respondi y sus ojos giraron hacia Dawson mientras escuchaba. Est bien dijo, y dej en su sitio el instrumento. Se dirigi a Dawson. Hay una llamada codificada de la Tierra para usted, Dawson. Una emergencia de un hombre llamado Hendrix. Est en la cabina de Comunicaciones. Dawson gru y alz los ojos hacia el techo gris de la cabina. Ese tipo debe ser psquico proclam amargamente. Voy ah ahora mismo. Lo mejor ser que usted tambin venga, Paul. En la pequea pantalla del centro de Comunicaciones, el rostro de Hendrix le mir en una miniatura gris, con el inevitable cigarro negro que pareca an ms dominador de lo que era en realidad. Dawson se sent y dijo: Hola, jefe con desinters resignado. Qu es lo que le ha entretenido? salt Hendrix. Estas llamadas le cuestan mucho dinero a la Comisin. Puede permitirse ese gasto dijo cansadamente Dawson. El cigarro negro se agit amenazadoramente. De cualquier forma, qu es lo que est pasando ah? Estaba a punto de escribir un informe para decir que el trabajo ha terminado... al menos, el problema est resuelto por el momento. Aja? cort Hendrix. Entonces vale ms que lo estudie de nuevo, Dawson. Las

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delegaciones luteriense y tracconiana combinadas han dado nota al Consejo Galctico de una mocin de censura para ser presentada en la prxima sesin, dentro de tres meses. Cmo? As es. Y han dado a entender que tiene relacin con el asunto de Jarnos. Los labios de Hendrix se cerraron alrededor del cigarro con la precisin de una ratonera. De acuerdo... cul es su versin, Dawson? Cundo pas eso? pregunt mohno Dawson. Hace dos das. Tuvimos noticia de ello hace veinticuatro horas-Tierra. Dawson se relaj. Al menos no haba noticia de los ltimos acontecimientos. La mocin de censura deba haber sido preparada con informes que al menos tenan una semana, o ms, de antigedad. Y bien? dijo Hendrix amenazante. Dawson suspir y cont su historia sin exageraciones; detall los hechos tal como haban ocurrido y los problemas tal como se haban presentado. Hendrix escuch sin comentarios, pero su rostro se fue obscureciendo hasta alcanzar la expresin no comprometedora de hosca impasividad que Dawson conoca tan bien. Termin el relato y esper la reaccin de Hendrix... que no tard en llegar. Es usted el mejor bromista que jams haya conocido gru Hendrix. Dawson suspir. No quera ser gracioso... Cllese aull Hendrix, y su rostro se hizo ms grande al acercarse a su transmisor Ahora, esccheme. No me importa que tipo de locuras haya estado haciendo, todo lo que deseo es tener algo con lo que poder derrotar esa maldita mocin de censura. En alguna forma han corrido las noticias acerca de Jarnos, y habr el folln ms grande que jams hayamos visto si no encontramos algo pronto. Maldita sea, jefe protest Dawson, no pueden acusarnos de nada. Puedo probar hasta la ltima palabra... Quiere hacer una apuesta?:ataj Hendrix. Le aseguro, Dawson, que toda nuestra poltica colonial correr peligro a menos que se le ocurra algo. Y eso sin hablar de su empleo en la Comisin. Este folln es todo suyo, hermano, y lo mejor ser que piense en algo rpidamente para poder salir de l. La pantalla perdi brillo y se apag cuando Hendrix cort la conexin, y Dawson escuch un suave silbido detrs suyo. Fiu dijo suavemente Kodally. Era un verdadero volcn. No tiene importancia sonri amargamente Dawson. Puede quedarse ahora mismo con mi empleo si lo desea... y l lo sabe. Bueno, tena razn. Los los no han hecho mas que empezar. No pens que las cosas sucedieran tan rpidamente admiti Dawson. No nos da tiempo para nada. Como habrn corrido las noticias? Dawson se alz de hombros. Puede haber sido en una docena de maneras distintas. De lo nico que estoy seguro es que nadie sabe que esa gente son telpatas, excepto nosotros y la Comisin. Sirve eso para algo? Kodally pareca asombrado. Dawson se pas cansadamente una mano por sobre los ojos. No, no creo que sirva. As, qu es lo que hacemos? Bueno Dawson se alz de la silla. Para empezar, voy a irme a dormir. Tal vez tenga algn sueo divertido. Durante una semana, Dawson vag sin rumbo por la nave, considerando la situacin. Tuvo conferencias diarias con Kodally y con Hennessey en un esfuerzo por hallar alguna

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forma en que salir de aquel lo. Llam a los jefes de departamento y les pregunt si tenan alguna idea. No tenan ninguna. No podan irse de Jarnos; no se atrevan a arreglar las cosas a la fuerza; no podan hacer nada ms que mirar y pensar. Uno no puede eliminar el conocimiento una vez ha sido adquirido seal Hennessey un da. Podrn usarlo tan pronto como les demos la espalda, o tan pronto como consideren que ya son lo bastante fuertes. No podramos esperar a que se debatiese la mocin de censura sugiri Kodally , y echarle todo el lo a los brazos del Consejo? Dawson se ri huecamente. Me gustara verle tratando de convencer a la Comisin Espacio para que hiciera eso. Por qu no podemos amenazarlos con un terrible desastre si hacen uso de lo que han aprendido? Paul dijo pacientemente Dawson. Ya le he explicado que no puede mentirle a un telpata. Sabe perfectamente que el Consejo jams aprobara un esquema as, y ellos lo sabran tambin, en el momento que usted abriese la boca. La conversacin dio paso a un desagradable silencio, tal como haba ocurrido con una docena de reuniones similares en la pasada semana. No se podr? dijo Dawson repentinamente. Eh? dijo Kodally. No se podr? Dawson se sent muy erguido, con una dbil sonrisa en su rostro y una luz en sus ojos que faltaba desde haca tiempo. No se podr qu? pregunt Hennessey. Engaar a un telpata Dawson se puso en pie. Paul, qu clase de biblioteca tiene en esta nave? Bueno, una bastante completa. Grabaciones, libros, rollos de video. Dgame, qu...? Habr bastante cosa del incidente de Rhan? Cmo? Lo mencionamos el primer da que estuve a bordo, se acuerda? Claro que me acuerdo. Supongo que s que debe haber. Entonces, llveme todo lo que haya a mi camarote, y dgale a Bonetti y Templer que vayan all. Y yo? pregunt suplicante Kodally. Dawson se ri. S, creo que ser mejor que tambin est presente, Paul. Siguieron varias semanas de furiosa actividad espoloneada por Dawson y Kodally, puntuada por frenticas llamadas de Hendrix a medida que el tiempo pasaba inexorablemente. Y no es que le sirvieran de nada a Hendrix. El seor Dawson nunca poda atenderle. La nave de mando y su tripulacin se convirti en una pequea clula impenetrable que se guardaba su informacin para s misma. De lo nico que se enter Hendrix fue de que Dawson y Kodally haban salido de Jarnos en una nave exploradora y se dirigan hacia la Tierra, justamente un mes antes de la fecha dispuesta por el Consejo Galctico para el debate de la mocin de censura. Este viaje fue considerado por el asombrado y preocupado Hendrix y por los nada emocionales computadores de la Comisin Espacio. A su debido tiempo, se aadi la informacin de que Dawson y Kodally se haban detenido brevemente en la sede central del Consejo, permanecido algunas horas, y luego haban partido de nuevo hacia la Tierra. Los archivos de la Comisin Espacio eras puestos al da, mientras suba la presin de Hendrix. Se alcanz un clmax unos das despus, cuando se supo que las mociones de censura luteriense y tracconiana haban sido retiradas y que se haban presentado disculpas tan falsas como profusas.

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Posteriores investigaciones revelaron que la delegacin terrestre en el Consejo haba archivado un bien documentado tratado firmado por el gobierno jarnosiano aceptando la estricta supervisin de todo su desarrollo tecnolgico por los agentes acreditados que nombrase el Consejo. El acuerdo tambin cubra asuntos comerciales, de prospeccin minera, y otra docena de facetas de relacin comercial, en unos trminos tan favorables que hasta los ms expertos negociadores parpadearon sorprendidos. Durante casi cinco semanas, Hendrix haba estado diciendo: No s nada. Lo deca en tonos que iban desde el respetuoso hasta el airado, de acuerdo con el rango de la persona que le preguntase qu suceda. La Comisin Espacio lo preguntaba da s y da no. Al principio eran preguntas educadas, luego se convirtieron en fras inquisiciones, y ltimamente haban degenerado al nivel de airadas rdenes. No servan para nada los esfuerzos de entrar en contacto con la nave exploradora, y el humor de Hendrix descendi a los abismos de lo primigenio cuando los das se convirtieron en semanas. Su secretaria se tom unas precipitadas vacaciones por motivos de salud, con la esperanza de que para cuando regresase el asunto habra estallado y Hendrix estara de nuevo en su anterior malhumor soportable. Fue durante sus primeros das de ausencia cuando se abri suavemente la puerta de la oficina de Hendrix para admitir la feliz y alegre figura de Johnny Dawson seguida por la delgada, pero igualmente alegre forma de Paul Kodally. Los enrojecidos ojos de Hendrix se desorbitaron en incrdula ira, y la mordisqueada colilla de un destrozado cigarro colg precariamente del labio inferior de su abierta boca. Buenos das, jefe dijo educadamente Dawson. Le presento a Paul Kodally. Tuvo... hum... algo que ver en el asunto de Jarnos. Le ha pasado algo a su secretaria? Es una pena, era una chica simptica. Hendrix casi herva de ira; se puso en pie e hirvi an ms, y Dawson lanz una ansiosa mirada a Kodally cuando su jefe comenz a golpear el escritorio con un puo en un paroxismo de apasionamiento. Pasa algo, jefe?.pregunt. Algo? aull Hendrix. De todos los cabezapodridas, estpidos, badulaques, imbciles... Hendrix se derrumb en la silla cuando le fallaron las palabras, y Dawson contempl su rostro prpura con cierta inquietud. Se siente bien? inquiri ansioso. Toda la ira y emocin acumulada en las pasadas semanas se escaparon del cuerpo de Hendrix en un chorro de impotente frustracin. Se qued derrumbado en su escritorio como un globo vaco que repentinamente se queda sin aire. Mir suplicante a Dawson. Soy ya un viejo, Johnny, y no puedo soportar las cosas como antes. Por qu no me llam al salir de Jarnos? Dawson sonri. Bueno, no nos atrevimos a dejar escapar nada antes de haberlo arreglado todo. Corramos el riesgo de que los luterienses y los tracconianos lograsen hacer algo si se enteraban de lo que estaba pasando. Pero pudo habrmelo hecho saber cuando entreg el tratado al Consejo. Dawson frunci el entrecejo. No poda, jefe. Algo pas con el sistema de transmisin de la nave sonri candorosamente. Alguien apret el botn equivocado o algo as. Hendrix cerr los ojos como si rezase. No logro imaginarme quien pudo ser Los abri y contempl hoscamente a Dawson . De acuerdo, ahora cuntemelo todo. Cmo sali de aquel lo y como logr que los jarnosianos firmasen el tratado? Fue bastante fcil en realidad, no es as, Paul? dijo Dawson.

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Kodally le devolvi la sonrisa y asinti. Maldita seachill Hendrix con un repentino estallido de su antiguo fuego Me har una corbata con sus guiapos... De acuerdo, de acuerdo Dawson alz aplacadoramente una mano cuando reconoci los familiares signos de que su broma haba ido muy lejos. De verdad, fue bastante fcil una vez tuvimos la idea bsica. Se acuerda del truco que usamos para probar que las clases gobernantes eran telpatas? Lo llevo grabado indeleblemente en mi corazn gimi Hendrix. Era el mismo problema. Cmo le miente uno a un telpata? Dawson se alz de hombros. La nica forma en que se puede hacer es creyendo en algo tan absoluta y totalmente que el telpata pueda ver esa creencia en su mente... de esta forma se le puede convencer de cualquier cosa. Suena aceptable gru Hendrix. Qu hay de los detalles? La nica forma en que uno puede hacer lo que acabo de describir dijo Dawson, es mediante hipnosis. Es una terapia bsica para algunos desrdenes mentales, ya lo sabe. Los psiquiatras hipnotizan a la gente para que se crean lo que les es ms conveniente... Por todos los cielos rugi Hendrix. No quiero una maldita conferencia. Dawson parpade y prosigui: S, bueno, hgase hipnotizar para creer lo que quiere que su telpata crea, y ya tendr medio resuelto su problema. Tom el incidente de Rhan porque era bastante comparable con el asunto de Jarnos, a grandes rasgos. Primero, tenamos una raza recin descubierta, segundo, tenamos el conocimiento de contrabando, tercero, tuvimos un estallido galctico del que salieron las leyes de contrabando. Seguro, ya s todo eso dijo impacientemente Hendrix. Pero el incidente de Rhan fue causado por influencia exterior. Dawson se ri. Los jarnosianos no saban esto. Paul y yo hicimos que todas las grabaciones, libros y pelculas del incidente de Rhan fueran preparados de forma que pareciese paralelo al asunto de Jarnos. Luego, les enseamos a los dirigentes jarnosianos lo que les haba pasado a los rhanitas cuando trataron de comerse a toda la galaxia. Dawson hizo una mueca. La cosa no era demasiado alegre cuando hubimos terminado de prepararla. Pero eso tuvo lugar hace cuatro siglos objet Hendrix. Le quitamos un cero y dijimos cuatro dcadas intervino Kodally suavemente. Y se lo creyeron? Nos lo creamos hasta nosotros despus de algunas sesiones de impulsos hipnticos replic Dawson. Las grabaciones y pelculas del incidente de Rhan les convencieron de que aplastaramos su mundo si proseguan con lo que planeaban. Estaban planeando lo que usted tema? pregunt Hendrix. De eso no caben muchas dudas admiti Dawson. Destruyeron todo lo que haban desarrollado a partir de sus incursiones mentales dijo Kodally. Y prcticamente nos suplicaron que les dejsemos firmar el tratado que habamos preparado aadi Dawson. Hendrix sonri como un querubn contemplando un racimo de uvas. Hay una cosa buena en usted. Johnny ronrone. Siempre obtiene resultados. Ri, perdonndole. Entre usted y yo, le dir que voy a creerme su historia acerca de la avera en las comunicaciones de la nave. Muchas gracias dijo Dawson. Y adems le conseguir unas largas vacaciones. La Comisin estar muy complacida con mi departamento cuando les pase un informe prosigui generoso Hendrix. Dawson se alz lentamente de la silla. Bueno, no s si lo estarn mucho dijo dubitativo.

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La sonrisa desapareci del rostro de Hendrix. Por qu no? pregunt. Acaso no se ha enterado? Enterado de qu? rechin amenazadoramente Hendrix. Tal vez estn tratando de mantenerlo en silencio. En silencio qu? aull Hendrix. Dawson, le conozco. De qu infiernos est hablando? Yo... nosotros... hum... entregamos el tratado sin que lo estudiasen mucho dijo embarazado Dawson. Yo no lo supe hasta que nos lo sealaron luego, pero los acuerdos con razas subdesarrolladas que estn en el proceso de una investigacin preliminar estn controlados por las leyes de explotacin. Hubo un silencio mortal. Me imagino prosigui Dawson que en estos momentos los luterienses y los tracconianos se estn enterando exactamente de lo que pas en Jarnos, y no creo que pierdan mucho tiempo en rselo a contar a los jarnosianos Mir pensativamente a su superior. Probablemente averiguarn muy rpidamente que tienen un caso muy defendible bajo las leyes de explotacin. Se dirigi lentamente hacia la puerta, seguido de cerca por Kodally. Uh! Bueno, me ha alegrado volverlo a ver otra vez, jefe. Ya vendr de nuevo cuando haya tenido esas vacaciones que me prometi. Dawson y Kodally estaban ya seguros en el corredor cuando les llegaron los sonidos que parecan ser de un toro mugiendo. No se lo creer, Paul dijo alegremente Dawson, pero se supone que la oficina de Hendrix es a prueba de ruidos.

EL JARDN EN EL BOSQUERobert F. YoungRobert F. Young es considerado dentro de la ciencia ficcin como un segundo Bradbury, por la emotiva poesa que sabe insuflar a gran parte de sus relatos (cuando no los reviste de un terrible sentido del humor). En esta historia, Young vuelve por pasiva la oracin del tema de este volumen. Hay un contacto con aliengenas, es cierto... pero visto desde el otro lado del prisma. Y hay tambin una terrible decisin a tomar. Y, finalmente, con la poesa que le es habitual, Young nos presenta a un personaje que es favorito en gran numero de sus relatos: una nia... DE: Administrador de Culturas Aliengenas Central Estelar Sosterich III A: Ghan, Arbitrador Supremo Centro de Parapsicologa Sosterich IV MOTIVO: La Oficina de Investigacin del Permetro informa que la cultura en el Grupo Estelar 206 ha entrado en la Fase Nueve. Las culturas de Fase Nueve estn basadas en l temor, son inestables, y usualmente son inmunes a los estmulos regenerativos. (Ref.: PAUTAS EVOLUCIONARAS TERICAS, Versin Oficial, Biblioteca del I. S.)

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DETALLE: Es decisin, cuidadosamente meditada, de la Oficina de Investigacin del Permetro el que la cultura de que se trata constituye una amenaza para la Seguridad Galctica. Por consiguiente, la nica solucin lgica es la extirpacin inmediata. No obstante, dado que nunca se ha sabido de la existencia de una cultura que sobrepasase la Fase Ocho, no se conoce precedente para una tal medida, por lo que resulta necesaria la autorizacin del Arbitrador Supremo. PETICIN: Que el Arbitrador Supremo examine personalmente la cultura citada y remita su informe a esta Central Estelar, aadiendo su autorizacin en el caso de que su decisin coincidiera con la que ha resuelto la Oficina de Investigacin del Permetro, o con su recomendacin para un planteamiento de accin alternativo en caso contrario. Las deformaciones cuatridimensionales del espacio no implican distorsiones temporales ni objetivas ni subjetivas. Por consiguiente, la transicin de Ghan no solo pareci instantnea sino que fue instantnea. Dado que el tipo de investigacin que pensaba llevar a cabo obtena usualmente unos resultados ms significativos cuando era llevada a cabo sin previa planificacin, haba escogido su punto de llegada al azar. Por lo tanto, ni le sorprendi ni le molest el materializarse en un campo cubierto de nieve. A lo ms, sinti una cierta satisfaccin por haber cado en una zona cuyo clima recordaba al verano de Sosterich IV. Un pequeo grupo de edificios se recortaba contra el teln de fondo que era el cielo del atardecer. Comenz a andar, atravesando los campos, dirigindose hacia ellos. El terreno no ofreca nada digno de inters: algunos montones de troncos, una o dos colinas erosionadas. Finalmente lleg a un sendero serpenteante y, dado que ofreca una base mejor para deambular, lo prefiri a una ruta ms directa. Naturalmente, poda haberse teleportado, pero en una misin como esta vala ms obrar con circunspeccin, al menos hasta que hubiese completado su orientacin inicial. El grupo de edificios se concret en una estructura roja predominante, otra ms pequea de color blanco, y varias otras de diversas formas. Ghan las identific tentativamente con sus equivalentes verbales, extrayndolos de uno de los idiomas que haba asimilado poco antes de partir: un establo, una casa, un gallinero o pocilga de alguna clase, un... No tena concepto para la pequea estructura esqueltica situada a su lado. Era un complicado andamio envuelto por filamentos espinosos. Se alzaba en un rea de pequeas colinas ovaladas y senderos geomtricos. Al primer momento le pareci una base prctica de operaciones. El hecho de que no ofreciera ninguna proteccin contra los elementos era inconsecuente. Penetr en el interior y hall un banco y una pequea mesa. Coloc su transmisor porttil sobre la mesa y se sent en el banco. Con esto no necesitaba ms para su base. Antes de intensificar su campo teleptico llev a cabo un sondeo de rutina en los edificios cercanos. Todos contenan vida sentiente, pero tan solo la casa contena vida del tipo que le interesaba. Sin embargo, no se detuvo a examinarla. Era ms importante el comprobar primero si se hallaba situado en un rea que contuviese los suficientes especmenes como para que el anlisis de una muestra fuera vlido. Inici la intensificacin. El proceso no era enervante. Un telpata de la habilidad de Ghan poda intensificar durante perodos casi ilimitados sin sufrir efectos perjudiciales. Pero, para alcanzar el grado de concentracin necesario la perfeccin fsica exterior deba ser sacrificada. Su campo se expandi en ondas concntricas. Al principio tan slo encontr vida sentiente en casos aislados, luego en una concentracin superior, y finalmente en masa. Enfoc.

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Una ciudad. Compleja, vasta, superpoblada. Una jungla pletrica de pautas mentales se alz ante l, y seleccion una al azar para un sondeo experimental de transferencia. En el sistema de Sosterich, y en un menor grado en las desparramadas satrapas sosteriches, la telepata era un arte altamente especializado. Era una lectura del pensamiento combinada con un anlisis ms una interpretacin simblica. El proceso era instantneo. Cuando Ghan investigaba a un sujeto, lo haca participando en una representacin dramtica de su carcter. Su primer sujeto fue un hombre. El smbolo dominante era un bosque. Era un bosque melanclico, exuberante, enredado, obscuro. El hombre iba caminando a lo largo de un sendero vagamente definido, detenindose a menudo para dar un vistazo por encima de su hombro. Y aunque todo lo que vea siempre era un impasible arabesco de ramas y follaje, estaba totalmente seguro de ser seguido. El sendero llevaba a alguna parte, pero el hombre no saba a donde. El hombre odiaba al bosque. Odiaba los escabrosos rboles con sus hambrientas hojas que devoraban la luz del sol, dejndole tan solo unas plidas sobras con las que iluminar su camino a lo largo del sendero. Deseaba volverse por donde haba venido, pero tena miedo. Estaba seguro que en algn punto del camino que ya haba recorrido exista un claro, un claro iluminado por la clida luz solar. Lo nico que deseaba era volverlo a encontrar de nuevo, pero saba que nunca lo hallara a menos que regresase hacia atrs. Y, sin embargo, todo lo que poda hacer era seguir trastabilleando hacia adelante, esperando que el sendero no siguiese una lnea totalmente recta, esperando que se curvase en un amplio crculo para regresar al claro; y si lo haca, si volva a hallar aquel clido lugar seguro iluminado por el sol, el hombre se prometa a s mismo que se quedara all para siempre... Ghan se desconect. Un momento antes haba sido de la opinin de que la Oficina de Investigacin del Permetro haba emitido un juicio precipitado. Le haba sido difcil el aceptar la existencia de una cultura de Fase Nueve como algo ms que una teora. Ya no le resultaba tan difcil aceptarlo. Hoscamente, busc otro sujeto. Pero, por alguna razn, tena dificultades para concentrarse. Un pensamiento discorde insista en entrometerse, disturbando su enfoque. Era un extrao pensamiento de asombro que emanaba de una fuente que se hallaba lejana y a la vez cercana. Molesto, disminuy la intensidad de su campo hasta un mnimo. El pensamiento le lleg entonces con claridad: Quin eres? Una pequea hembra de la especie estaba en pie justo en frente de la entrada de su base. Ghan se fij entonces en los dos enormes ojos azules. Durante algn tiempo no pudo fijarse en otra cosa. Los ojos eran algo sin importancia para la sociedad de Sosterich: eran simplemente unos rganos eficientes que cumplan con su funcin y nada ms. Naturalmente, eran de diversos colores: a menudo eran verdes, en ocasiones amarillos, y en menos casos marrones. Pero nunca azules. Al fin se dio cuenta de que esos ojos formaban parte de una redonda cara blanca enmarcada por un plido cabello amarillo. El pensamiento lleg de nuevo, y esta vez vio el movimiento de los labios y oy el sonido que lo acompaaba. Quin eres? Soy Ghan, telepat. Ghan? Qu nombre tan raro! Pero, qu es lo que ests haciendo en la glorieta de mi madre? Era una pregunta inesperada derivada de una situacin inesperada. Ghan estaba irritado consigo mismo. Se felicitaba casi tanto por su propia eficiencia como por su objetividad, pero por una vez haba olvidado algo. Aunque tal vez hubiera sido ms correcto decir que haba dejado de imaginar algo, ya que, despus de todo, estaba investigando una cultura de Fase Nueve; y la idea de

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que un Escudo Ptsor no funcionase en una de esas culturas era, a primera vista, fantstica. Pero no resultaba tan fantstica si se la examinaba con detenimiento. El Escudo emita una serie constante de ondas negativas: una incesante repeticin de la idea de inexistencia. Todo lo que necesitaba para funcionar era una cultura egocntrica, cuyos individuos deseasen creer precisamente lo que el Escudo les deca una y otra vez: que la forma extraa de vida registrada en sus retinas no era real. El geocentrismo es una parte integral de una cultura de Fase Nueve. Pero, no obstante, el geocentrismo es una inmadurez de los maduros, y an en una cultura de Fase Nueve existen ciertos individuos que an no han adquirido esa facilidad en la manipulacin de la lgica trascendental que les permite contemplar fenmenos molestos, y o bien reemplazarlos por otros ms agradables, o bien rechazarlos por completo. No puedes quedarte ah, sabes? dijo la nia situada frente a la entrada. Crees que a tu madre le molestara? Creo que s. Adems, no creo que t le gustases. Llevas una ropa tan rara. Y tu cabello! Es tan largo! Y por qu crece en los lados de tu cabeza en vez de en lo alto? Ghan recapacit durante unos momentos. Aunque la diminuta criatura que se hallaba frente a l no presentaba un obstculo muy serio a su investigacin, era un problema en cualquier caso. Si deseaba proseguir su trabajo con un mximo de eficiencia, tendra que hallar alguna forma mediante la cual le impidiese intuir en su campo teleptico. Una forma sera contarle la verdad. Esto servira para dos cosas: si le crea, su curiosidad quedara satisfecha, y si repeta lo que le dijese a un adulto, su historia sera desmentida inmediatamente. Me diferencio de t en muchas cosas dijo, hablando en voz alta para obtener ms efecto. Vengo de otra estrella. La niita lo contempl calmosamente con sus ojos azules muy abiertos. Qu estrella? pregunt. Est tan lejana que no puedes verla desde este mundo... Hizo una pausa, contemplando su rostro, esperando que reflejase la sorpresa que deba estar experimentando. Pero su rostro permaneci sereno y sus ojos continuaron mirndolo con calma desde las azules profundidades de su mente. Pero no puedes ser tan diferente dijo ella al cabo de un rato. Aunque vengas de otra estrella y tengas un cabello raro y hables en forma extraa, en el interior debes de ser como el resto de la gente. No exactamente dijo Ghan. Quiero decir que debes tener un corazn, y debe haber un sitio en tu mente en donde pienses, y... No tengo corazn. En el mundo en que vivo funcionamos de otra forma. Nosotros... Sus palabras se perdieron en el aire. Los ojos de la nia, que l haba supuesto abiertos al mximo, se haban hecho an ms grandes. Pero tienes que tener un corazn. Pues no lo tengo. En mi mundo... Todo el mundo tiene un corazn. No... Hizo una pausa. Los ojos azules haban pasado a otra fase inesperada. Una niebla los obscureca y en sus comisuras se haban empezado a formar unas minsculas gotitas. Entonces, por primera vez en su vida, Ghan se qued asombrado. La nia se gir y escap corriendo. La sigui con la mirada hasta que la ocult un ngulo de la granja, y durante un rato consider la idea de investigar su mente. Decidi no hacerlo. Su propsito original haba sido simplemente el deshacerse de ella. No importaba si esto haba sido conseguido por casualidad. Lo que importaba es que ahora quedaba libre para proseguir su investigacin

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sin interrupciones. Adems, una simple curiosidad no era adecuada para un Arbitrador Supremo. La nieve de alrededor de la glorieta haba tomado la coloracin azulada del anochecer. La temperatura haba descendido perceptiblemente, y a Ghan esto le recordaba las frescas noches de verano de Sosterich IV. Por un momento de abandono dese estar de vuelta all, reclinado en el patio de su villa del ro, contemplando las heladas estrellas y discurriendo obtusas filosofas. La nostalgia era tan poco adecuada para el Arbitrador Supremo como la simple curiosidad. Molesto consigo mismo, la apart y comenz a intensificar su campo. Esta vez no us sondeos de transposicin. Tan pronto como hubo establecido el foco, se teleport. El catico can en el que se materializ le produjo al principio una sensacin de desmayo, pero era un veterano en los habitats de muchas civilizaciones, y se ajust sin demasiado trabajo. Se refugi en una obscura entrada, apartndose del contacto fsico con las aplastantes masas de humanos y vehculos que llenaban el fondo del can, y se prepar para el primer sondeo. Un hombre de mediana edad lleg por la calle. De su forma de caminar se desprenda una visible confianza, confianza que estaba tambin reflejada en su apuesto y bien conservado rostro. Cuando pas al lado de la entrada, Ghan se introdujo en su mente. El hombre estaba escalando una escarpada montaa. Era gil y de pisada segura, y encontraba asideros en los lugares ms imposibles. Suba ms y ms arriba, mirando resueltamente a la imponente pared que se alzaba frente a l. Al fin, se detuvo para descansar. Entonces mir hacia abajo, y muy atrs en la ladera vio a otro hombre. Un odio incontrolable lo invadi. Mir salvajemente a su alrededor, buscando un arma: una roca, una piedra, hasta un palo; cualquier cosa que pudiera lanzar contra el hombre de all abajo. Pero la pared de la montaa era completamente lisa y no le ofreca nada de esto. Antes de volver a iniciar su escalada, el hombre mir hacia arriba. La montaa suba hasta el cielo. El sol brillaba framente en su lisa superficie pulimentada. No tena salientes en los que un hombre pudiera hacer una pausa para descansar; era un obelisco sin fin, una eternidad perpendicular. El hombre comenz a ascender de nuevo. Frenticamente, desesperadamente... Un viejo con rostro cansado pas trabajosamente al lado de la entrada. Ghan sonde de nuevo: Estaba descendiendo por una escalera decrpita hacia un pozo lleno de ruidos. (Despus de uno o dos sondeos, ya era posible una total identificacin con el sujeto.) Notaba el roce de animales peludos contra sus piernas y un continuo chirriar obsceno. No deseaba bajar por la escalera; el solo pensamiento de lo que le esperaba abajo le llenaba de un innombrable terror; y sin embargo continuaba descendiendo, hacia abajo, hacia abajo, siempre hacia abajo, y ahora notaba unas fras y babosas criaturas cruzndole por entre las piernas, y abruptamente se oy un chasquido cuando uno de los escalones cedi bajo su peso, y vacil, y casi cay en las repugnantes profundidades estigias... Una mujer pas... Tras la escalera, la clida y espaciosa habitacin pareca tranquila y segura; pero eso no dur mucho, pues pronto se dio cuenta de una retorcida fisura que desfiguraba una de las paredes color rosa y, huyendo de la fisura hacia una indefinida puerta, casi cay en una spera fosa que se abra bostezante en la alfombra rojo sangre. En alguna forma logr evitar la fosa pero, cuando busc de nuevo la puerta, esta haba desaparecido... Un joven cruz caminando con paso firme... Otra montaa, pero esta vez de suave pendiente. La parte inferior de la ladera estaba cubierta por verde csped y las altas cimas, cubiertas de bosques, suban dulcemente hacia un cielo azul y sin nubes. Era por la maana y un sol de verano calentaba su espalda.

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Tres mujeres lo estaban siguiendo. De vez en cuando se detena en su ascenso y miraba hacia atrs para verlas. La primera tena un cabello obscuro desgreado y bellas piernas torneadas, pero no tena rostro. La segunda era medio quimera, medio realidad: la mayor parte del tiempo era una silueta gris, pero en ocasiones la silueta se converta en un cuerpo voluptuoso y un rostro bello y contrito. La tercera era una sombra tenue... Ya amaneca cuando Ghan regres a la glorieta. Se sent por largo rato en el banco, mirando al cielo por entre los intersticios del enramado del techo. Este era al principio gris, pero al rato ese gris se dulcific sutilmente hasta hacerse rosa, y luego azul acuoso. Finalmente los primeros plidos rayos del sol aparecieron por encima de las onduladas crestas de una hilera de colinas, y serpentearon a travs de los campos. Entonces oy voces, y capt vagas composiciones mentales. Y aparecieron tres figuras dando la vuelta al ngulo de la granja, aproximndose a la glorieta. Una de ellas era la niita que haba escapado el da anterior. Las otras dos eran adultos: una mujer plida y delgada y un hombre alto que llevaba una escopeta de dos caones. Ah lo tenis! dijo la nia cuando se detuvieron frente a la puerta Ahora tendris que creerme! La mujer y el hombre miraron al interior. Miraron el banco, la mesa, el transmisor (el transmisor era un tesseract, tan invisible para los seres tridimensionales como un cubo lo sera para otros bidimensionales). Miraron a Ghan. Pero Alicia dijo la mujer, si aqu no hay nadie. S que lo hay, mam! No puedes verlo? Ests justo delante! Ha venido desde una estrella y no tiene corazn y a veces casi no se le puede or por lo bajito que habla y... Alicia! Ya basta. Te ests imaginando todo eso. No lo estoy imaginando! la nia estaba llorando. El rostro de la mujer reflej una expresin de asombro. Ghan se introdujo rpidamente en su mente... Haba un bosque, obscuro y ubrrimo, y estaba dando traspis por un sendero descuidado. No saba a qu lugar iba el camino, pero tendra que sacarla del bosque si segua por l. El bosque no poda durar siempre. Haca mucho tiempo haba existido un claro en el bosque... o haba sido un jardn..? no poda recordarlo. Pero una vez lo haba encontrado, eso era seguro, y ahora deseaba volverlo a encontrar. Era lo que ms deseaba en este mundo, pues odiaba el bosque con su plida hojarasca enfermiza y sus repelentes enredaderas serpenteantes; odiaba el bosque durante el da, pero an lo odiaba ms por la noche, cuando era imposible ver, cuando no era posible hallar los senderos, ni siquiera aquellas imitaciones descuidadas de caminos que no llevaban a ninguna parte, y tena que permanecer entre las tenebrosas sombras, en la obscuridad abisal, en la solitaria noche... La niita estaba llorando todava, y la mujer la tom de la mano y se la llev. El hombre se qued de pie, impasible, con el arma colgando bajo el brazo. Tena un rostro enjuto, curtido por el viento, y unos ojos grises acuosos. Ghan lo sonde mientras se hallaba all, no esperando encontrar, y no encontrando, una desviacin apreciable de la norma general que haban establecido sus anteriores sondeos. En s mismo, el smbolo era, quiz, algo ms yermo que los otros. Esencialmente, era una llanura montona y sin accidentes. No haba montaas, ni siquiera haba colinas. Se hallaba inmvil de pie en el centro de interminables kilmetros vacos, bajo un interminable cielo vaco. Soplaba un suave viento, un viento fro. Tena nebulosos recuerdos de otro viento, uno mucho ms clido; pero aquel haba soplado haca ya tanto que se haba olvidado de lo que haba sentido entonces y, de cualquier forma, el viento fro no era tan malo, una vez que uno se acostumbraba a l... Tras un rato, el hombre se gir y sigui a la mujer y la nia. El ngulo de la granja lo ocult, y Ghan volvi a fijar su atencin en el cielo.

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Era un cielo tan magnfico que costaba comprender como poda ocurrir algo malo bajo l. El objeto de la vida es morir con dignidad, pens Ghan, recordando el simple credo de conducta de Sosterich. Bajo un cielo como este, hasta el ms inculto de los salvajes debera de ser capaz de alcanzar este ideal. Pero no le era posible hacerlo a un salvaje semiculto. A un brbaro de Fase Nueve. No a una civilizacin alveolada por el miedo. No a una raza de gentes dominadas por el miedo: miedo-a-los-dems, miedo-a-s-mismos, miedo-a-lo-desconocido. Porque el miedo destruye la compasin y favorece el odio y la miseria. El miedo es el cmplice de la violencia, el asesino de la paz. En un contexto planetario, el peligro de una tal civilizacin era tremendo; en un contexto galctico, inconmensurable. No tena sentido el proseguir la investigacin. Ghan fue a tomar el transmisor. Sus dedos tentaculares buscaron su diminuto activador. No tena sentido, pero... Nunca haba visto destruir una civilizacin. Todas las anteriormente analizadas haban demostrado tener al menos una caracterstica que las redima, presentado al menos un rea de tejido sano en la que poda ser inyectada una filosofa curativa. Nunca haba visto destruir una civilizacin, y se daba cuenta, con prstina claridad, de que no deseaba ver nunca destruir una; y que, sobre todo, no deseaba tener parte en la destruccin de esta. Tal vez, en algn lugar, existiera ese tejido sano. Tal vez, si lo buscaba bien, lo pudiera hallar. Sus dedos se apartaron del transmisor. Comenz a expandir su campo. Otro catico can. Era muy similar al anterior, aunque pareca que en l an haba ms confusin; pero esto se deba probablemente a la hora del da. Tuvo dificultades para hallar un lugar adecuado, pero finalmente se estableci en un callejn poco frecuentado. Sus primeros dos sujetos eran escaladores de montaas. En cada caso, la motivacin del temor era tpicamente predominante. Su tercer sujeto presentaba una forma curiosamente recurrente: el smbolo del bosque, con el vago recuerdo de un claro que, en algunos casos, tena aspectos de jardn y en otros de pradera cubierta de csped. Los tres sujetos siguientes eran otra vez escaladores de montaas. Desesperado, Ghan prob otro sector de la ciudad. Y otro... Montaas y bosques y jardines vagamente recordados, y miedo y odio y asombro... Un hombre alto de noble rostro pas junto al lugar donde estaba Ghan... Haba una gran llanura cubierta por estatuas monolticas. Caminaba a travs de la llanura, por entre el laberinto de estatuas, inclinndose frente a casi todas ellas, besando los pies de piedra de algunas. En la distancia, un gran obelisco apuntaba hacia el cielo, con su cspide medio obscurecida por las nubes. Era blanco, brillante y bello. Aqu, finalmente, haba una posibilidad, pens Ghan. En breve, el hombre se dio cuenta de que no estaba solo en la llanura. Haba un vago movimiento a su alrededor, y en una ocasin se encontr con otro hombre adorando. Rpidamente se desliz tras otra estatua, le bes rpidamente los pies, y entonces se apresur en dar un amplio rodeo, inclinndose y arrodillndose y besando, alrededor del otro hombre. Respir ms tranquilo cuando estuvo seguro de que le llevaba delantera, pero cuando mir de nuevo al obelisco se hallaba tan lejano como antes, tan remoto. La propia mente de Ghan se haba transformado en una estepa rtica. Por un momento el smbolo haba logrado engaarle, pero tan solo por un momento. El smbolo era simplemente otra montaa: una montaa bidimensional. El obstculo no era la altura, sino el ceremonial; el objetivo era tambin el dominio, pero estaba enmascarado como una apoteosis.

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Y el factor motivacional era el mismo: el miedo. Regres a la glorieta. Era por la tarde y un ligero viento estaba llegando por los blancos campos. El cielo todava estaba azul y claro. Se adelant hacia el transmisor y sus dedos buscaron de nuevo el diminuto activador. Pero se detuvieron. Al lado del transmisor haba un trozo de papel doblado, sujeto con una piedra. Extraado, lo tom. En su cara exterior, trabajosamente escritas, estaban las palabras: Seor Gan. Desdobl el papel. A lo largo de sus bordes haban una serie de curiosos dibujos laboriosamente realizados con lpiz. A primera vista parecan no ser ms que crculos mal hechos, con una muesca en la parte de arriba y alargados por la de abajo. Pero cada uno de ellos haba sido rellenado con lpiz de color rojo intenso, y cada uno de ellos estaba marcado, para que no quedara lugar a dudas, con la palabra corasn. En el centro del papel haba otro, mucho ms grande, aunque indudablemente del mismo tipo. Este no estaba coloreado, pero en su interior haban varias lneas de palabras cuidadosamente escritas: Siento ke no tengas corasen. Mi mam dize que te imajino, pero se ke eres real y me eres simptico. Kieres ser mi amigo? Durante largo tiempo, Ghan permaneci inmvil en la glorieta. El viento de febrero que llegaba por encima de los campos invernales agitaba los zarcillos del rosal y le enmaraaba los cilios. El trozo de papel que tena en la mano aleteaba de vez en cuando y, cada vez que oa su sonido, miraba a los corazones color carmn y a las sencillas palabras. Finalmente, se alz y camin por sobre los surcos muertos del jardn del pasado verano hacia los edificios. Dio la vuelta al ngulo de la granja y se aproxim a la pequea vivienda blanca situada detrs. La niita estaba de pie en los escalones del porche, hablando seriamente con una desmaada mueca que haba colocado sobre la barandilla. No se dio cuenta de que se acercaba y l se detuvo a una cierta distancia de ella, quedndose quieto sobre la nieve. Esper hasta que se gir y le vio, y entonces se introdujo por el azul de sus ojos. El claro era un jardn. Haba bellos parterres multicolores y senderos verdes. Haba fuentes de alabastro y el cantarn sonido del agua. Haba luz del sol y clido aire veraniego. Camin suavemente por el jardn. Lleg a un arroyo de agua azul, con un delicado puente que haca un arco sobre l. Subi al puente y mir hacia abajo, a la cristalina y mansa agua. Un azulejo vol desde una nube blanca y se le pos en el hombro. Desde el puente poda ver el bosque. Era un bosque obscuro e impresionante, y creca frtil a todo alrededor del jardn. Mientras lo miraba pareci acercarse, y de repente el azulejo se fue volando de su hombro... La nia lo estaba mirando solemnemente. Vine a darte las gracias por tu carta dijo Ghan. Es muy hermosa. Te habas ido y no saba si volveras le contest la niita. Pero la dej por si acaso. Te vas a ir otra vez? No dijo Ghan. Me quedar bastante tiempo. DE: Ghan, Arbitrador Supremo

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Base de Campo 1 Sol III A: Administrador de Culturas Aliengenas Central Estelar Sosterich III MOTIVO: Cualquier cuerpo de gobierno, en orden a lograr un juicio objetivo y en orden a tener el derecho a eliminar civilizaciones en su totalidad, o en parte, como consecuencia de aquel juicio, debe de poseer dos cualidades sine qua non: 1) Divinidad; 2) Omnisciencia. Es la opinin considerada del Arbitrador Supremo que el presente cuerpo de gobierno de Sosterich no posee ni la cualidad 1) ni la cualidad 2). Es tambin opinin considerada del Arbitrador Supremo que la rama del presente cuerpo de gobierno de Sosterich conocida como Administracin de Culturas Aliengenas es porfiada, impetuosa e indigna de confianza; y que la subdivisin de la Administracin de Culturas Aliengenas conocida como Oficina de Investigacin del Permetro es incapaz de ver un micromilmetro ms all de los proboscis colectivas de sus colectivos rostros. DETALLE: La Federacin de Sosterich es la civilizacin ms antigua conocida en la Galaxia, y sin embargo, en el mismo apogeo de su madurez intelectual, se ha olvidado aparentemente de la bsica verdad de que el futuro de una raza no debe de ser extrapolado de las mentes de aquellos que la administran hoy, sino de las mentes de quienes sern sus administradores maana. El futuro potencial de Sol III no tiene nada que ver con su aterrador presente. Sus futuros administradores esperan ser guiados por nosotros. PETICIN: 1) Que el actual Arbitrador Supremo sea transferido a la Oficina de Gua de Aliengenas y, 2) Que sea destinado inmediatamente a trabajar en Sol III. DE: Administrador de Culturas Aliengenas Central Estelar Sosterich III A: Ghan, Director de Gua de Aliengenas (Prov.) Centro de Gua I Sol III MOTIVO: DETALLE: Peticin aceptada.

CUESTIN DE COSTUMBRESL. Sprague de CampEl nombre de L. Sprague de Camp est unido al de Robert E. Howard y su serie Conan, al de Lovecraft, y a la fantasa heroica, donde ha conseguido fama universal. Pero es tambin uno de los pilares de la ciencia ficcin americana, en la que empez con Schuyler Miller, fue compaero en el ejrcito de Asimov y Heinlein, y tiene en su haber

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una importante obra literaria. En este relato, suavemente irnico, irresistiblemente divertido, de Camp nos dice que los contactos con aliengenas no han de producirse necesariamente en otros mundos, sino tambin en el nuestro. Imaginemos, nos plantea, una conferencia interplanetaria a celebrar aqu en la Tierra. Vendrn muchos delegados de muchos mundos, c