Nov 201414 Fri

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El 14 de agosto del 2012 fui diagnosticada con una enfermedad llamada fibrosis pulmonar: incurable, progresiva y con una expectativa de vida de dos a cinco años. Ese día lo que había sido una vida llena de problemas pero también de satisfacciones, llegó a su fin. Con 69 años y bastante sana, pensé que aún me quedaban unos buenos 10 años útiles para terminar el libro para el cual había estado haciendo investigación los últimos 5 años y para viajar a lugares que aún no conocía. Todo eso se disolvió ante la amenaza de una muerte cercana y en lugar de planificar viajes tuve que pensar en cómo lo haría para prepararme para lo que vendría. La fibrosis pulmonar es una enfermedad que va convirtiendo el tejido pulmonar en tejido cicatrizante muy rígido, el que poco a poco va disminuyendo la capacidad pulmonar hasta que el enfermo muere prácticamente por sofocación. Es una enfermedad insidiosa porque el enfermo va al doctor cuando esta ya ha avanzado ya que siempre la cortedad de aliento se cree que es por sobrepeso o falta de ejercicio. En mi caso, cuando la fibrosis me fue detectada ya estaba con solo un 50% de capacidad pulmonar.

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Al principio los efectos de la fibrosis no fueron muy notorios, pero de a poco mis pulmones se han ido cerrando de tal manera que necesito oxígeno las 24 horas del día y en grandes cantidades. Eso significa que necesito ayuda hasta para las necesidades más ínfimas ya que cualquier esfuerzo me deja jadeando porque mis pulmones no tienen ya la capacidad de oxigenarse y enviar oxígeno a mi sangre. El vivir con un futuro donde lo único que reside es la muerte deja al enfermo en un estado depresivo del cual es muy difícil zafarse. Personalmente yo perdí el apetito y en el último año he bajado 18 kilos. Mí único recurso habría sido un trasplante pero por la edad no califico además de vivir muy lejos de los centros de trasplante más cercanos. Aquí donde resido la muerte asistida es legal y mucha gente se ha acogido a ella por lo que he decidido que cuando mi calidad de vida se haga intolerable utilizaré este recurso para tener una muerte digna, en mi casa, rodeada de aquellos que me quieren y para no terminar mis días en un hospital llena de tubos. Creo que todos debiéramos poder elegir el momento de nuestra muerte cuando estamos aquejados de este tipo de enfermedades. Solo el enfermo sabe el sufrimiento y las horas en que lo único que se piensa es cuando acabará. Hoy han salido un par de drogas para combatir esta enfermedad pero para muchos enfermos podría ser

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demasiado tarde. Yo incluida.